El
opositor Rodrigo Paz Pereira, exdiputado, exalcalde de Tarija y actual senador,
dio la gran sorpresa en las elecciones generales de Bolivia 2025 al
posicionarse primero en los conteos rápidos con más del 30 % de los votos
válidos, superando al expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, quien alcanza el 27 %,
según Ipsos Ciesmori.
Nacido
en Santiago de Compostela, España, en 1967, durante el exilio de sus padres,
Rodrigo Paz es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993) y de la
española Carmen Pereira. Su infancia transcurrió en distintos países debido a
la persecución militar contra su familia.
De
profesión economista, con estudios en relaciones internacionales, Paz acumula
una amplia trayectoria política: fue diputado, concejal, senador y alcalde de
Tarija entre 2015 y 2020, donde derrotó al MAS de Evo Morales.
RODRIGO PAZ, LA SORPRESA ELECTORAL EN BOLIVIA
Nacido
en el exilio durante las dictaduras militares, el candidato de 57 años forjó su
trayectoria política en Tarija como diputado, alcalde y senador. Su programa de
gobierno incluye créditos accesibles, reducción de impuestos y un modelo
económico orientado a la producción nacional
Infobae
de Argentina (https://n9.cl/ey2oh)
Rodrigo
Paz Pereira, senador y candidato presidencial por el Partido Demócrata
Cristiano (PDC), se convirtió en el protagonista inesperado de las elecciones
en Bolivia. Con 57 años, hijo del ex presidente Jaime Paz Zamora (1989-1993),
afronta el reto de competir en la segunda vuelta con Jorge “Tuto” Quiroga tras
haber liderado la primera ronda de votación.
Desde
sus primeras declaraciones en campaña ha dejado claro que no solo pretende
continuar el legado político de su familia, sino imprimir un sello propio. “Hay
quienes viven de la política y quienes hacemos servicio público. Yo estoy en el
segundo grupo”, afirmó.
Paz
nació en España en 1967 cuando su familia estaba exiliada por las dictaduras
militares. Volvió a Bolivia durante su niñez y cursó la primaria en La Paz. Su
vida estuvo marcada desde temprano por la política: a los 12 años presenció de
cerca la sobrevivencia de su padre al atentado aéreo de 1976, un hecho que
impactó profundamente en la historia reciente del país. Estudió economía y
relaciones internacionales y más tarde realizó una maestría en gestión política
en la American University de Washington.
Su
trayectoria comenzó en 2002, cuando fue elegido diputado por Tarija. Una década
después, se consolidó en la política regional como concejal y luego alcalde de
la capital tarijeña. Entre 2010 y 2020 condujo el gobierno municipal, hasta que
en 2020 fue electo senador nacional por Comunidad Ciudadana, alianza encabezada
por Carlos Mesa. Esa experiencia le dio visibilidad nacional y le permitió
posicionarse como un referente dentro de la oposición.
Agenda
de campaña
El
plan de gobierno de Paz está reunido en la denominada Agenda 50/50, que plantea
una descentralización del manejo de los recursos públicos. Según ha explicado,
el Estado concentra cerca del 85% del presupuesto nacional y su propuesta es
dividir los fondos en partes iguales entre el nivel central y los gobiernos
subnacionales, incluidas universidades públicas.
El
segundo pilar de su programa está enfocado en la economía y lleva un sello que
el propio candidato llama “Capitalismo para todos” o “Platita para todos”. Se
trata de una política de créditos accesibles, reducción de impuestos y
eliminación de barreras arancelarias para bienes que Bolivia no produce.
“Vienen tiempos mejores. Bajar aranceles, bajar impuestos, harto crédito,
platita para todos”, dijo en un acto de campaña en Achacachi.
Aclaró,
sin embargo, que no acudirá a préstamos de organismos financieros
internacionales. “Soy contrario a cualquier crédito del Fondo Monetario
Internacional. En Bolivia la plata alcanza para reactivar nuestra economía”,
explicó en una entrevista con Radio Panamericana.
Un
tercer eje es la reforma judicial y la lucha contra la corrupción. Paz ha
señalado que el sistema de justicia es un problema estructural del país y que
sin cambios de fondo no se puede garantizar gobernabilidad ni atraer inversión.
“He competido y vencido al MAS en cinco elecciones. Creo que mi generación
tiene el derecho de postular a la Presidencia desde Tarija y plantear una
alternativa para el país”, sostuvo en una declaración a El Deber.
El
candidato se presenta como alguien cercano a la ciudadanía. En sus redes
sociales se define como “apasionado por mi tierra, el fútbol, la comida
nacional y la familia”. En su fórmula lo acompaña Edman Lara, ex oficial de la
Policía Boliviana, quien alcanzó notoriedad tras denunciar casos de corrupción
dentro de la institución, aunque también arrastra acusaciones disciplinarias
que le costaron su baja definitiva en 2024.
Paz
ha mostrado interés en temáticas que tradicionalmente no forman parte del
debate boliviano, como la vulnerabilidad de la comunidad LGBT o la violencia de
género. Ha planteado la necesidad de revisar la Ley 348, que protege a las
mujeres contra la violencia, porque —según él— puede prestarse a extorsiones en
casos de denuncias falsas. También incluye en su propuesta el impulso a
energías limpias, un punto sensible en un país cuya economía depende en gran
medida de la exportación de gas e hidrocarburos.
Nacido
en el exilio y con una vida atravesada por la política, Rodrigo Paz busca ahora
convertirse en presidente de Bolivia y encabezar una etapa que, asegura, debe
marcar un cambio estructural. “No estamos en ningún acuerdo político. Nosotros
buscamos la unidad con la gente, no entre cuatro personas y de forma secreta”,
dijo en diciembre, en alusión a los intentos de formar bloques opositores.
Con
su propuesta de descentralización, créditos accesibles y reforma judicial, Paz
aspira a escribir su propia página en la historia boliviana, más allá de la
figura de su padre. En sus palabras, la meta es ofrecer una alternativa “para
todos y no para unos cuantos”.
RODRIGO
PAZ, EL HEREDERO DE UNA DINASTÍA POLÍTICA QUE NACIÓ EN EL EXILIO Y SIN QUE
NADIE LO ESPERARA GANÓ EN BOLIVIA
Yahoo
Noticias de España (https://n9.cl/hrdv26)
Rodrigo
Paz Pereira se convirtió el domingo a la noche en la gran revelación de las
elecciones presidenciales de Bolivia. El senador centrista pasó de acumular
menos del 10% de intención de voto en las encuestas a ubicarse en el primer
lugar en esta primera vuelta electoral y buscará seguir el camino de su padre e
instaurarse en el Palacio Quemado junto al Partido Demócrata Cristiano (PDC).
Su
relación con la política viene construyéndose desde su niñez. Nacido en
Santiago de Compostela, España, Paz es hijo de la española Carmen Pereira y del
expresidente boliviano Jaime Paz Zamora (1989-1993). Los primeros años de su
vida los pasó en distintos países, ya que sus padres fueron forzados al exilio
en la época de las dictaduras militares en Bolivia de 1964 a 1982.
“Yo
tenía tres años cuando salí exiliado de Bolivia. He vivido en más de 10 países,
he conocido más de 10 colegios, he visto la muerte de cerca”, contó el senador
en un video publicado en sus redes sociales.
Su
padre fue el único sobreviviente de un catastrófico accidente aéreo ocurrido en
1980 durante la dictadura de Luis García Meza que le dejó quemaduras en su
cuerpo y su rostro. “He visto a mis padres entrar a la cárcel, ser torturados.
Cuando tenía 13 años estaba en un taxi y escuché en la radio que se había caído
el avión donde iba mi padre y decían que todos habían muerto. Él sobrevivió y
siguió luchando junto a mi madre y junto a muchos otros hombres y mujeres para
que Bolivia pudiera construir su democracia”, relató Paz.
Paz,
de 57 años, es economista y licenciado en Relaciones Internacionales, y realizó
una maestría en Gestión Política en la American University, en Estados Unidos.
Siguiendo su linaje político, Paz inició su carrera en 2002 cuando llegó al
Congreso por el departamento de Tarija. Entre 2010 y 2020 regresó a la ciudad
para convertirse en concejal y luego en alcalde, puesto que ganó con un 55% de
los votos.
Actualmente
es senador nacional por la alianza Comunidad Ciudadana de centroderecha y se
postuló a la presidencia por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), alineado con
la socialdemocracia europea.
El
legislador hizo una campaña modesta, recorriendo a pie mercados y ferias
públicas. La atención estuvo más puesta en su candidato a vicepresidente, el
expolicía Edman Lara, quien ganó notoriedad en las redes sociales por sus
denuncias sobre la corrupción en esa fuerza, de la que fue desvinculado el año
pasado tras denuncias de supuestas “faltas graves”.
Cuando
inició el proceso electoral no fue incluido en los debates entre los
principales candidatos, por lo que sus partidarios llevaron una pancarta en la
que daban a conocer que Paz también era postulante a la presidencia.
Sin
embargo, Paz fue creciendo en las preferencias del electorado con su promesa de
“barrer la corrupción” y evitar recurrir al Fondo Monetario Internacional para
sacar a Bolivia de la peor crisis económica de las últimas cuatro décadas.
“No
voy a pedir plata al Fondo Monetario Internacional. En Bolivia si no roban,
alcanza”, dijo recientemente a la radio Erbol y acusó al gobierno del
presidente Luis Arce de rendirse ante la escasez de combustibles.
Las
encuestas lo mantenían en las últimas semanas en la sombra, aunque en las
últimas había experimentado un leve crecimiento que lo ubicaba en el tercer
lugar con menos del 10% de intención de voto.
“Bolivia
necesita estabilidad, necesita gobernabilidad, pero necesita acabar con el
´Estado tranca´para que el Estado trabaje para nosotros y nosotros para el
Estado, acabar con la injusticia, la corrupción", dijo Paz este domingo
tras sufragar en la sureña Tarija.
Entre
sus propuestas, Paz, quien se comprometió a dialogar “con todos los sectores”,
plantea una “agenda 50/50”, que incluye redistribuir el poder, reformar la
justicia y desconcentrar el Estado. Entre otros aspectos, y coincidente con el
programa de Gobierno de su opositor en el balotaje de octubre, Jorge Tuto
Quiroga, plantea el cierre o congelamiento de empresas públicas deficitarias.
Con
esta estrategia de gobierno, Paz buscar la redistribución fiscal en un 50% del
presupuesto del estado para el nivel central y el otro 50% para los gobiernos
subnacionales y las universidades.
“Bolivia
no es de propietarios, no es de poderosos, no es de políticos. La Bolivia es
tuya, la que tú decides, la que tú necesitas”, dijo el candidato durante una
publicidad de campaña difundida en redes sociales. “Hay que darle la
oportunidad de que Bolivia sea de los bolivianos y no de unos cuantos”.
Paz
Pereira, que se declara como “apasionado por mi tierra, el fútbol, la comida
nacional y la familia”, además, propone lo que ha denominado como “capitalismo
popular” o “platita [dinero] para todos”, un programa que consiste en dar
créditos accesibles a jóvenes emprendedores además de facilidades tributarias
para impulsar la economía formal con el apoyo del empresariado privado y
eliminar las barreras de importación a productos que Bolivia no fabrique.
“Vienen
tiempos mejores. Bajar aranceles, bajar impuestos, harto crédito, platita para
todos”, afirmó en un mitin en junio. “Capitalismo para todos, no para unos
cuantos”.
“Es
un batacazo... un Rodrigazo. Había un voto popular descontento que no quería al
partido gobernante, el Movimiento Al Socialismo, y Rodrigo ha sabido canalizar
ese voto”, dijo el analista Carlos Saavedra.
JORGE
TUTO QUIROGA, UN TECNÓCRATA “CON EXPERIENCIA” QUE BUSCA VOLVER A LA CIMA DEL
PODER EN BOLIVIA
El
expresidente y candidato por Libre propone, como remedio a la crisis, una
“transformación revolucionaria y digital” que abra el país a la inversión del
mundo
El
País de España (https://n9.cl/0hmbfx)
Jorge
Tuto Quiroga, candidato por Libre, afirma que al día siguiente, en caso de ser
elegido presidente, tiene asegurado un plan de salvataje para obtener del Fondo
Monetario Internacional (FMI), y otros organismos, 12.000 millones de dólares
para dar estabilidad económica a Bolivia hasta fin de año. “Sé cómo hacerlo. Lo
he hecho en el pasado. [...] Mi ventaja es la experiencia”, ha dicho, en
referencia a su paso por la presidencia entre 2001 y 2002.
Tuto,
un apodo que nació de su padre durante su niñez y que después lo cambió como su
segundo nombre oficial, tiene 65 años y nació en Cochabamba. Estudió ingeniería
industrial en la Universidad de Texas A&M, en Estados Unidos, y luego
obtuvo una maestría en administración de empresas de la universidad de St.
Edwards en el mismo Estado. Al graduarse, trabajó como ingeniero de sistemas
para la multinacional IBM y se casó con Virginia Gillum, con quien tuvo cuatro
hijos.
Sintió
la necesidad de devolver “todo lo que aprendió” a su país y regresó en 1988.
Así comenzó su carrera como funcionario público a sus 28 años. Entre 1989 y
1992, con el respaldo de Acción Democrática Nacionalista (ADN), partido del
exdictador Hugo Banzer Suárez, empezó como asesor de la Cancillería durante el
Gobierno de Jaime Paz Zamora. Fue ascendiendo hasta convertirse en
subsecretario de Inversión Pública y Cooperación Internacional dentro del
Ministerio de Planeamiento. En 1990, fue subsecretario de Inversión Pública y
en 1992 ministro de Finanzas.
Escaló
en las filas de ADN hasta lograr ser compañero de fórmula de Banzer Suárez,
quien instauró un Gobierno de facto entre 1971 y 1978 y ganó las elecciones de
1997 por la vía democrática. Así, Tuto se convirtió en el vicepresidente más
joven de Bolivia a sus 37 años. Asumió la presidencia tras la renuncia del
exgeneral a causa de un cáncer y completó la gestión de cinco años hasta agosto
de 2002.
En
el poco tiempo que estuvo en el poder, Quiroga diseñó un plan para la
exportación de gas boliviano a Estados Unidos. Durante toda su vida política,
siempre se le asoció como una figura cercana y del agrado de la clase
empresarial, así como de EE UU, a pesar de que este siempre defendió su interés
por representar a la clase media y su independencia ideológica respecto a
Washington.
Gracias
a su paso en distintos cargos en el FMI, el Banco Mundial y la Corporación
Andina de Fomento, muchos le han reconocido su habilidad de relación y de
interlocutor para obtener condiciones favorables para el país.
Curiosamente,
durante su presidencia, logra la expulsión de Evo Morales de la Cámara de
Diputados, quien, a raíz de este destierro, comenzó a crecer políticamente con
el Movimiento Al Socialismo (MAS). Quiroga se aleja de ADN y decide formar su
propio partido, Poder Democrático y Social, con el que decide participar en las
elecciones en 2005. Es en estos comicios que Tuto sufre su primera derrota ante
el exlíder cocalero y este movimiento político, obteniendo apenas un 28% de los
votos frente al 53% del socialista.
Volvió
a postularse en 2014, invitado por el Partido Demócrata Cristiano, pero sin los
resultados esperados. Durante la crisis política en 2019, que resultó en la
renuncia de Morales y posterior exilio fuera del país, Tuto fungió como
negociador para que el líder cocalero partiese a México para “pacificar el
país” y lograr “efectivizar la sucesión constitucional”.
A
finales de 2019, durante el gobierno interino de Jeanine Áñez, fue nombrado
como delegado, en una misión especial, para denunciar presuntas violaciones de
derechos humanos cometidas por el Gobierno de Morales. Abandonó el cargo un mes
después, en 2020, para participar de las elecciones anticipadas a fin de ese
año. Debido a la falta de apoyo, abandonó la carrera y el MAS retornó al poder
a la cabeza de Luis Arce.
Nunca
ha ocultado su aversión contra la figura de Morales y el MAS. Sobre la orden de
aprehensión que pesa sobre el expresidente, acusado de abuso sexual de menores,
ha dicho que “la ley se aplica en cada centímetro cuadrado de Bolivia todo el
tiempo a todas las personas”.
Ahora,
con el líder cocalero, sin la sigla histórica que lo llevó al poder, fuera de
la carrera electoral, se ha propuesto “recuperar en cinco años, 20 años
perdidos en todos los frentes”.
“Amigo”
de Daniel Noboa y férreo enemigo de las dictaduras en Cuba, Nicaragua y
Venezuela, afirma que su proyecto, en el que apuesta por la modernidad y
juventud, es el único que puede garantizar estabilidad con un cambio radical.
En
una entrevista a CNN dijo que en Bolivia no solo es necesaria una motosierra,
al estilo del presidente argentino Javier Milei, sino “machete, tijera y todo
lo que encuentres” para realizar un recorte dramático de lo que eroga el Estado
en bienes y servicios.
Su
propuesta para hacer frente a la crisis económica incluye eliminar el doble
impuesto a la inversión extranjera, la liberación total de la importación de
combustible, así como invitar empresas extranjeras para la explotación de litio
y fabricación de baterías en Bolivia.
No
precisa si abandonaría el grupo de los BRICS, pero sí ha mostrado su interés de
entablar negocios con India y mantener las relaciones comerciales con China. Es
aficionado del montañismo y ha prometido que escalará el Huayna Potosí, un pico
glaciar a más de 6.000 metros de altura, si logra materializar, de nuevo, su
ascenso al Ejecutivo boliviano.
JORGE
“TUTO” QUIROGA, EL EX MANDATARIO CONSERVADOR QUE PLANTEA UN “CAMBIO RADICAL” EN
BOLIVIA Y UN RECORTE DRÁSTICO DEL GASTO PÚBLICO
El
candidato de la alianza Libertad y Democracia pasó a la segunda vuelta frente a
Rodrigo Paz Pereira con una propuesta que incluye digitalización del Estado,
reformas judiciales y apertura comercial
Infobae
de Argentina (https://n9.cl/xgg03)
Jorge
Fernando “Tuto” Quiroga Ramírez volvió a colocarse en la primera línea política
de Bolivia tras asegurar su pase al balotaje del 19 de octubre. Con el 26,8% de
los votos en la primera vuelta, el aspirante de la alianza Libertad y
Democracia (Libre) enfrentará al senador Rodrigo Paz Pereira, quien encabezó la
elección con el 32,2%.
El
ex mandatario conservador, que ya ocupó la presidencia entre 2001 y 2002 tras
la renuncia de Hugo Banzer, afirma que esta vez su programa es un “cambio
radical” que combine disciplina fiscal, apertura comercial y una modernización
del Estado.
“Soy
un hombre de libertad, de libre comercio”, declaró recientemente en entrevista
con CNN, donde defendió un recorte agresivo del gasto público y la firma de
acuerdos internacionales para reactivar la economía. En su discurso tras
conocerse los resultados preliminares, celebró que “una larga noche de dos
décadas terminó”, en referencia a la salida del Movimiento al Socialismo (MAS)
del Ejecutivo, tras casi veinte años de dominio.
Nacido
en Cochabamba en 1960, Quiroga estudió Ingeniería Industrial en la Universidad
de Texas y luego completó una maestría en Administración de Empresas. Sus
primeros pasos profesionales los dio en la empresa IBM, pero en 1988 decidió
regresar a Bolivia. Ese retorno coincidió con su acercamiento a Acción
Democrática Nacionalista (ADN), el partido fundado por Hugo Banzer, que buscaba
consolidar un retorno al poder por la vía democrática tras su pasado como
dictador en los años setenta.
Su
ascenso en el aparato estatal fue rápido. En 1989 ocupó un cargo de
subsecretario en el Ministerio de Planeamiento y, apenas tres años después, fue
designado ministro de Finanzas en la administración de Jaime Paz Zamora, padre
de su actual rival. Dentro de la ADN también escaló posiciones: dirigió la
campaña presidencial de 1993 y, en 1995, fue nombrado subjefe nacional del
partido.
En
las elecciones de 1997, Banzer lo eligió como su compañero de fórmula. Con
apenas 37 años, Quiroga se convirtió en el vicepresidente más joven de la
historia boliviana. Cuatro años después, la renuncia de Banzer por motivos de
salud lo llevó a jurar como presidente. “Asumo la Presidencia en circunstancias
inéditas y dramáticas”, declaró en su primer discurso como jefe de Estado.
Su
mandato se caracterizó por un intento de estabilizar las cuentas públicas en un
contexto de crisis y por el lanzamiento del “Plan Tuto”, un programa de
emergencia para la creación de empleos. También destacó la erradicación de
cultivos de coca como parte de la política compartida con Banzer. La corta
duración de su gestión le impidió consolidar reformas estructurales, pero lo
posicionó como un referente de la derecha boliviana.
Tras
dejar la presidencia, Quiroga se lanzó en 2005 con resultados auspiciosos,
alcanzando el 28% de los votos, aunque muy por debajo del 53% que logró Evo
Morales. Volvió a competir en 2014, cuando apenas sumó el 9%, y en 2020 retiró
su candidatura poco antes de los comicios por falta de respaldo.
Mientras
tanto, se convirtió en una de las voces más duras contra Morales y el MAS.
Respaldó el referéndum revocatorio de 2008 y mantuvo un discurso crítico contra
lo que calificó de “autoritarismo”. En 2009 enfrentó un proceso por difamación
tras denunciar corrupción en un banco estatal. La condena fue anulada, pero el
caso fue reabierto en 2024, en medio de la campaña electoral.
En
el plano internacional, Quiroga se destacó como un opositor abierto a las
dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Ha participado en foros liberales
junto a ex mandatarios latinoamericanos y mantuvo cercanía con líderes de
oposición venezolana como María Corina Machado. Durante la crisis boliviana de
2019, fue designado delegado especial ante la comunidad internacional por la
presidenta interina Jeanine Áñez, luego de la renuncia de Morales.
El
nuevo “Plan Tuto”
En
esta campaña, el ex mandatario se presenta bajo la consigna de #CambioRadical.
Sus propuestas incluyen la digitalización del Estado, un énfasis en la
educación, la independencia judicial y una reducción drástica del aparato
burocrático. Consultado sobre si aplicaría un ajuste al estilo argentino,
respondió: “Motosierra, machete, tijera y todo lo que encuentres” para cortar
gastos superfluos.
Aunque
sus adversarios lo señalan como un candidato con perfil elitista, Quiroga
intenta mostrarse cercano al electorado. En su cierre de campaña en El Alto
apeló a la religión y a su pasión por el montañismo: “Ustedes votan por mí, me
hacen presidente, vamos a ir a agradecerle a Dios todopoderoso llegando a la
cima del Huayna Potosí”.
Quiroga
llega al balotaje con la experiencia de haber gobernado y con un discurso
orientado a estabilizar la economía. Su rival, Rodrigo Paz Pereira, encarna un
perfil más joven y de renovación, pero ambos coinciden en la necesidad de poner
fin al ciclo del MAS. El desafío para el expresidente será ampliar su base
electoral y convencer a un país golpeado por la crisis de que esta vez sí puede
completar el regreso al poder que persigue desde hace más de dos décadas.
BOLIVIA:
UNA LECCIÓN SOBRE LA UNIDAD DE LA IZQUIERDA
Partido
Comunista de España (https://n9.cl/4hzrtg)
Las
elecciones en Bolivia nos dejan una enseñanza amarga y necesaria: la división
irresponsable y la guerra fratricida entre distintas familias de la izquierda
solo conducen al desastre.
En
los comicios celebrados este domingo, dos candidatos de la derecha se
disputarán la presidencia en la segunda vuelta, mientras que el principal
candidato de izquierdas ha quedado relegado al cuarto lugar, víctima de la
fragmentación del campo progresista.
Bolivia
nos demuestra con crudeza lo que la historia nos ha advertido en múltiples
ocasiones: cuando la izquierda convierte sus diferencias en enfrentamiento
interno, el único beneficiado es el enemigo de clase. Esa confrontación que, en
muchos casos, no responde a diferencias estratégicas de fondo sino a disputas
personalistas y sectarias, entrega el poder a la reacción y pone en riesgo
conquistas sociales que costaron décadas de lucha, sacrificio y organización
popular.La lección es clara: sin unidad estratégica, sin sentido histórico y
sin capacidad de superar el sectarismo, la derecha avanza y con ella retroceden
los derechos sociales de las mayorías, especialmente de los sectores más
humildes y vulnerables. No se trata solo de perder gobiernos, sino de abrir la
puerta a la restauración conservadora y neoliberal que borra, en muy poco
tiempo, lo que al pueblo le costó décadas conquistar.
El
Partido Comunista de España reafirma que hoy, más que nunca, se impone la
responsabilidad histórica de la izquierda: construir alianzas amplias frente a
la reacción, articular frentes unitarios en torno a los intereses de los
pueblos y ser capaces de leer con seriedad el momento histórico.
El
sectarismo divide, la unidad multiplica.
Porque
cuando la izquierda se divide, la derecha gobierna; pero cuando la izquierda se
une, los pueblos conquistan derechos, soberanía y dignidad.
LECCIONES
DE BOLIVIA
Bolivia
es una muestra de cómo se puede echar a perder un proyecto político que tuvo
enormes logros en justicia social
Diario
La Red de Uruguay (https://n9.cl/fddy7)
Evo
Morales logró sacar a más de 3 millones de bolivianos de la pobreza en sus13
años de gobierno. Más aún. La pobreza extrema, que es una de las condiciones
sociales más difíciles de erradicar, bajó del 38 % al 15 % y la desigualdad se redujo, según
el coeficiente de Gini, de 0.60 a 0.47. Por ello, Bolivia fue clasificada en el
Informe Mundial de Desarrollo Humano de 2018 como un país
de “desarrollo alto”.
Su
bonanza estaba cimentada en cuatro ejes: la nacionalización de recursos
estratégicos, el estímulo al mercado interno, la inversión pública en
infraestructura y la industrialización del el gas y el litio. A ese crecimiento
económico sostenido se agregaba una transformación política, con una nueva
Constitución que debatió las bases del Estado Plurinacional. Bolivia era
entonces ejemplo a seguir para las izquierdas en América latina.
El
golpe de Estado de 2019 provocó una grave crisis política, social,
institucional y económica, que se vio profundizada por la pandemia. Pero, los
sectores populares que sostuvieron el proceso de cambio lograron una proeza:
recuperarse del golpe y regresar al poder en un año, por la vía democrática.
Sin embargo, algo falló en el plan. La responsabilidad de mantener el proyecto
político fue entregada a Luis Arce, quien había sido Ministro de Economía del
gobierno de Morales. Y Arce arrastró a Bolivia a un precipicio con decisiones
equivocadas, el retroceso del Estado como actor económico central y la obsesión
por quitar a Evo del camino. Hacia el final de su gestión, la combinación de
desabastecimiento, inflación y falta de dólares había provocado una crisis
multidimensional que debilitó la capacidad del Estado para cumplir funciones
redistributivas, estabilizadoras y productivas
Bolivia
vive hoy una crisis energética de magnitudes impensadas. Desde fines de 2023,
el país sufre constantes olas de escasez de combustibles. En los momentos más
críticos, las personas pasan más de seis horas en fila para conseguir gasolina
o diésel, afectando la producción y el transporte, mientras camiones,
maquinarias y buses pueden esperar hasta tres días para abastecerse. Arce,
quien fue electo en 2020 con 55% de los votos, terminó su mandato con apenas 1%
de intención de voto, tuvo que renunciar a la candidatura presidencial y puso
en la cuerda floja la existencia del MAS-IPSP, partido que ganó cinco
elecciones consecutivas desde 2005.
Al
desastre económico y social hay que agregarle otro elemento: Arce hizo todo lo
que pudo para destruir el liderazgo de Evo Morales, como dice Sacha Llorenti en
estas mismas páginas:” el robo de la sigla del MAS-IPSP, la anulación de toda
posibilidad de participación con otra sigla, la toma violenta de las
organizaciones sociales, la inhabilitación de Evo Morales, el atentado contra
su vida, la persecución y el encarcelamiento de más de cien personas que
protestaron contra la proscripción y, como fue denunciado por Diario Red, pagos
a jueces y vocales el Tribunal Supremo Electoral para sacarlo del tablero
electoral”.
La
primera lección que nos dejan los resultados electorales de Bolivia, entonces,
obliga a pensar en la elección del sucesor de quienes encabezan los grandes
proyectos transformadores. Lo mismo en Ecuador, con Lenin Moreno, que en
Argentina, con Albero Fernández, y ahora en Bolivia, dejar la responsabilidad
de mantener un proyecto político en las manos equivocadas puede llevar el país
a un barranco.
Una
segunda lección tiene que ver con las fracturas en los movimientos populares y
la incapacidad de sus líderes de llegar a acuerdos ante un enemigo común. Así,
Andrónico Rodríguez decidió postularse sin escuchar al bloque popular que pedía
respaldar a Evo Morales y Evo decidió acusar traición de Rodríguez negándose a
dar un respaldo que habría puesto la candidatura del joven político en el campo
de batalla.
En
medio de esa refriega entre los candidatos del movimiento popular, nadie vio
venir el crecimiento de Rodrigo Paz, un centroderechista que se presenta como
un outsider, y que, en esta primera vuelta, sorprendió a propios y extraños al
ponerse a la cabeza del proceso. Tampoco
vieron venir el corrimiento del voto popular de jóvenes que, hartos de la
situación económica y la crisis política, eligieron a la derecha.
MOLDIZ:
“DIVISIÓN DE IZQUIERDA BOLIVIANA CONSOLIDA TRIUNFO DE CENTRO-DERECHA”
Fragmentación
del MAS y estrategia fallida del voto nulo facilitan ascenso de Rodrigo Paz,
quien podría abandonar el ALBA y reconfigurar política exterior boliviana.
Telesur
de Venezuela (https://n9.cl/5cq4z)
La
fractura interna de la izquierda boliviana definió el panorama electoral que
coloca a Rodrigo Paz como favorito para el balotaje, según analizó el
especialista Hugo Moldiz para teleSUR. La división del Movimiento al Socialismo
(MAS) y la controvertida estrategia del voto nulo impulsada por Evo Morales
crearon el espacio político que aprovechó la centro-derecha.
l
expresidente Evo Morales deberá responder por decisiones que contribuyeron a la
derrota electoral del campo progresista. “Uno de los mayores responsables por
su posición con el voto nulo, que terminó beneficiando a todos menos a las
candidaturas de izquierda, fue alentado por el expresidente”, señaló Moldiz
durante su análisis postelectoral.
La
estrategia del voto nulo, defendida por sectores afines a Morales, demostró ser
contraproducente para los intereses de la izquierda boliviana. Esta decisión
política refuerza la necesidad de autocrítica profunda dentro del movimiento
popular.
Fragmentación
social determina resultados electorales
La
división de movimientos sociales y la crisis interna del MAS constituyeron los
factores decisivos de estos comicios. “La fragmentación social de sindicatos,
de movimientos y la división del Movimiento al Socialismo prácticamente
determinó el resultado que observamos”, explicó el analista.
Esta
ruptura del tejido político progresista representa un fenómeno estructural que
debilitó la cohesión histórica entre el oficialismo y organizaciones sindicales
durante casi dos décadas de predominio del proceso de cambio.
Paradójicamente,
estos comicios registran el fracaso de la estrategia de derecha y ultraderecha.
Jorge “Tuto” Quiroga y Samuel Doria Medina, quienes disputarían los primeros
lugares según pronósticos, no consolidaron el apoyo esperado.
“Se
daba por descontado que el primer y segundo lugar serían disputados por Tuto y
Samuel, ambos con presencia de sectores fascistas en sus candidaturas“, subrayó
Moldiz.
El
campo popular rechazó estas opciones que representaban el retorno a políticas
del período 1985-2005: privatización de empresas estatales,
transnacionalización de recursos naturales y subordinación total a Estados
Unidos.
Rodrigo
Paz capitaliza descontento
El
hijo del expresidente Jaime Paz Zamora sorprende con una votación que lo
posiciona como primera opción electoral. Su perfil político se construyó desde
el Senado, donde mantuvo intervenciones críticas pero constructivas hacia el
gobierno de Luis Arce.
“Rodrigo
Paz se movió en la Asamblea Legislativa con propuestas e intervenciones
críticas, pero constructivas, sin una arremetida contra el gobierno popular“,
destacó el especialista.
Su
legitimidad se fortaleció cuando respondió positivamente a la convocatoria
presidencial para garantizar la transparencia electoral, mientras Quiroga y
Doria Medina declinaron participar en este espacio de diálogo político.
Moldiz
anticipa que un eventual gobierno de Paz adoptaría características
bonapartistas, cediendo simultáneamente a presiones de la burguesía hegemónica
y manteniendo vínculos precarios con movimientos sociales.
La
dimensión geopolítica añade complejidad al escenario. “Tengo dudas de que un
gobierno como el de Rodrigo Paz vaya a mantenerse en el ALBA“, advirtió el
analista, sugiriendo una reorientación de la política exterior boliviana.
Esta
posición intermedia implicaría navegar “entre dos aguas”: la presión
norteamericana para recuperar control en América Latina frente al avance de
Rusia, China y los BRICS, versus mantener oportunidades comerciales con el
bloque emergente.
Izquierda
debe analizar causas estructurales del retroceso
La
derrota electoral obliga a una reflexión profunda sobre los factores que
determinaron el declive del proceso de cambio. “La izquierda y el campo popular
deben reflexionar seriamente sobre las causas estructurales, no sobre lo
aparente”, enfatizó Moldiz.
Esta
autocrítica debe superar los análisis superficiales para identificar “desde
cuándo viene esta suerte de desproceso del campo nacional popular“, no para
buscar culpables sino para extraer lecciones que permitan reconstruir el
movimiento desde nuevas bases.
El
analista proyecta un “balance implacable al interior de la izquierda, de los
sindicatos y movimientos sociales” durante las próximas horas. Esta evaluación
crítica debe equilibrar la identificación de responsabilidades con la
perspectiva estratégica necesaria para la reconstrucción.
“Hay
que explorar a fondo las causas estructurales para aprender las lecciones y
volver a empezar de cero“, concluyó Moldiz, planteando la necesidad de un nuevo
punto de partida para la lucha popular boliviana.
PETRO
TRAS ELECCIONES EN BOLIVIA: “LA DIVISIÓN DEL MOVIMIENTO INDÍGENA PERMITE QUE
LOS HIDALGOS VUELVAN AL PODER”
El
mandatario subrayó la importancia de la unidad entre los sectores indígenas y
populares ante el nuevo escenario político del país.
Infobae
de Argentina (https://n9.cl/4b2zi)
El
presidente de Colombia, Gustavo Petro, reaccionó a los resultados de la primera
vuelta electoral en Bolivia con un mensaje en su cuenta oficial de X, en el que
afirmó que “la división del movimiento indígena y popular permite que los
hidalgos, dueños de indígenas, vuelvan al poder”. El mandatario expresó que,
ante la perspectiva de un cambio en la administración de los recursos naturales
como el litio, la unidad del movimiento popular resulta indispensable.
Tras
la jornada electoral realizada el domingo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE)
informó que, con el 92,6 % de las actas
computadas, Rodrigo Paz Pereira, líder del
Partido Demócrata Cristiano (PDC), obtuvo el 32,2 % de los votos
y el expresidente Jorge ‘Tuto’ Quiroga, de
la alianza Libre, alcanzó el 26,9 %. Estos resultados confirman que
ambos disputarán la presidencia en una segunda
vuelta, prevista para el 19 de octubre.
Gustavo
Petro publicó su mensaje en respuesta a la senadora colombiana María Fernanda
Cabal, quien celebró el avance de la derecha en Bolivia afirmando que “el
criminal socialismo es historia en Bolivia” y que “la derecha se impone”.
Petro, en contraste, resaltó la importancia de evitar la fragmentación del
movimiento indígena y popular. “Ahora que entregarán el litio, debe el
movimiento popular unirse con dignidad por encima de los egos”, escribió el
mandatario colombiano, enfatizando la necesidad de unidad como respuesta a los
cambios políticos en el país andino.
El
término “hidalgos” utilizado por Petro tiene una carga simbólica y se
interpreta como una referencia a los sectores históricamente privilegiados que,
en su visión, vuelven a disputar el control político de Bolivia por encima de
las comunidades indígenas. Este señalamiento se produce en un contexto en el
que la explotación del litio se posiciona como un tema estratégico en la agenda
nacional e internacional.
El
mensaje del mandatario fue realizado como respuesta directa a una publicación
de la senadora colombiana María Fernanda Cabal, quien celebró los resultados
preliminares destacando que, a su juicio, “el criminal socialismo es historia
en Bolivia” y que “la derecha se impone”. Cabal sostuvo que lo relevante del
proceso es la prevalencia del “sentido común, la defensa de la vida, la
propiedad privada, la libertad de mercado y la libertad individual”.
En
los datos preliminares difundidos por el órgano electoral boliviano, con el 92
% de las actas escrutadas, Rodrigo Paz Pereira acumuló el 32,2 % de los votos
mientras que Jorge Quiroga obtuvo el 26,9 %. Ambos accedieron a la segunda
vuelta a disputarse el próximo 19 de octubre. Será la primera vez que la
elección presidencial se definirá por balotaje en la historia del país, en
aplicación de las normas constitucionales instauradas a partir de 2009.
Según
lo informado, los resultados reflejan una polarización política en Bolivia y un
alejamiento de la ciudadanía respecto al partido Movimiento al Socialismo
(MAS), que gobernó a nivel nacional durante las dos últimas décadas, primero
bajo la presidencia de Evo Morales y luego con Luis Arce. La coyuntura política
está marcada también por problemas económicos, especialmente la inflación
elevada, lo que ha motivado a parte del electorado a buscar alternativas fuera
de la histórica base masista.
Una
vez conocidos los resultados, Rodrigo Paz Pereira se pronunció destacando la
necesidad de impulsar cambios profundos en la administración pública del país.
“Bolivia necesita estabilidad, gobernabilidad y generar un cambio en la
economía que no sea una economía para el Estado, sino una economía para la
gente”, afirmó tras emitir su voto en la ciudad de Tarija.
Por
su parte, Jorge Quiroga, exmandatario entre 2001 y 2002, enfatizó que el país
enfrenta una etapa de transición. “Bolivia va a ser ejemplo para el mundo, por
la forma en que vamos a cambiar pacífica y democráticamente después de 20 años
de abusos”, subrayó tras ejercer su derecho al voto.
Tanto
Paz como Quiroga han señalado como prioritario que Evo Morales comparezca ante
la justicia, fijando como uno de sus objetivos la rendición de cuentas del
anterior ciclo de gobierno.
El
mensaje de Gustavo Petro también pone en primer plano el futuro del litio
boliviano, recurso considerado estratégico, y la necesidad de una postura común
de los sectores populares para incidir en su gestión. “La unidad del pueblo es
fundamental”, reiteró el mandatario en su llamado, en referencia directa a la
fragmentación que, según su visión, permitió el avance de sectores opositores
al MAS y al movimiento indígena.
El
balotaje entre Paz Pereira y Quiroga confirmará el próximo liderazgo de la
nación sudamericana y la orientación que adoptará Bolivia frente al manejo de
sus principales recursos y al papel de los movimientos indígenas en el
escenario político.
Infobae
de Argentina (https://n9.cl/4b2zi)
PRESIDENTE
PETRO REACCIONÓ A PRIMERA VUELTA ELECTORAL EN BOLIVIA: 'EL MOVIMIENTO POPULAR
DEBE UNIRSE CON DIGNIDAD POR ENCIMA DE LOS EGOS'
MSN
de España (https://n9.cl/fkpklg)
El
presidente Gustavo Petro se pronunció manifestando su preocupación por los
resultados de la primera vuelta de las elecciones generales en Bolivia:
advirtió sobre el regreso de los “hidalgos, dueños de indígenas” al poder, una
expresión que refleja su mirada sobre la división dentro del movimiento
indígena y popular que, según él, facilita la restauración de estructuras
tradicionales de poder.
En
su mensaje en X, enfatizó: "Solo la división del movimiento indígena y
popular, permite que los hidalgos, dueños de indígenas, vuelvan al poder. Ahora
que entregarán el litio, debe el movimiento popular unirse con dignidad por
encima de los egos. La unidad del pueblo es fundamental".
Petro
habló de "hidalgos" como crítica hacia aquellos actores que, según
él, se apoyan en antiguos privilegios sobre comunidades indígenas, y alertó
que, en un contexto en que Bolivia planearía entregar la explotación de su
litio, la fragmentación del movimiento popular puede jugar en favor de estos
grupos.
Su
llamado es claro: la población indígena y los sectores populares deben dejar de
lado los egoísmos y unirse con dignidad.
Cabe
resaltar que el mensaje del presidente Gustavo Petro fue publicado en respuesta
a un trino de la senadora María Fernanda Cabal, quien celebró los resultados de
la primera vuelta en Bolivia afirmando que “el criminal socialismo es historia
en Bolivia” y que “la derecha se impone”, destacando que lo que prevaleció fue
“el sentido común, la defensa de la vida, la propiedad privada, la libertad de
mercado y la libertad individual”.
Resultados
electorales
Bolivia
afrontará una segunda vuelta electoral entre Rodrigo Paz Pereira (Partido
Demócrata Cristiano) y el expresidente Jorge 'Tuto' Quiroga, candidatos que
lideraron la primera vuelta con aproximadamente 31% por ciento y 27% de los
votos, respectivamente, de acuerdo con los conteos rápidos de Ipsos-Ciesmori y
Captura Consulting.
La
votación se da en medio de la polarización política y preocupaciones económicas
—como la inflación alta—, que han alentado a muchos bolivianos a buscar
alternativas fuera del histórico Movimiento al Socialismo (MAS).
EVO
MORALES DERROTADO
La
Voz de Chile (https://n9.cl/wh6vk)
El
socialismo representado por Evo Morales fue el gran derrotado en Bolivia por
primera vez en dos décadas
El
centrista Rodrigo Paz y el expresidente derechista Jorge “Tuto” Quiroga
obtuvieron la mayoría de los votos y se dirigen a una segunda vuelta.
El
movimiento socialista boliviano ha sido derrotado por primera vez en dos
décadas, según los resultados preliminares de las elecciones. Los votantes
eligieron a un candidato centrista y a uno de derecha para competir en una
segunda vuelta presidencial que podría traer un cambio drástico para esta
nación sudamericana.
Los
comentarios reflejan un debate sobre socialismo versus capitalismo. Algunos
argumentan que el socialismo es más efectivo, citando a las naciones más ricas
que a menudo se etiquetan como socialistas. Otros critican el socialismo,
haciendo referencia a las dificultades económicas de Bolivia y sugiriendo que
un giro conservador es la consecuencia del llamado «progresismo».
Bolivia
resultados
Los
primeros resultados muestran que el centroderechista Rodrigo Paz Pereira lidera
la carrera presidencial de Bolivia con el 32,8% de los votos, superando al
expresidente conservador Jorge Quiroga, quien ocupa el segundo lugar con el
26,4%.
Ningún
candidato ha alcanzado el umbral para obtener una victoria absoluta, con la
segunda vuelta programada para el 19 de octubre.
Se
espera que Bolivia tenga su primer presidente no izquierdista en 20 años . El
partido MAS (Movimiento al Socialismo) ha sufrido una importante derrota, ya
que sus candidatos Eduardo del Castillo y Andrónico Rodríguez obtuvieron apenas
el 3,2% y el 8% de los votos, respectivamente.
La
ventaja de Rodrigo Paz Pereira sobre los favoritos, Quiroga y Samuel Doria
Medina, quien perdió su cuarta candidatura presidencial, es una sorpresa.
Ante
la escasez de combustible, la alta inflación y la escasez de dólares que
amenazan al país, los bolivianos parecen estar listos para una vía moderada y
pro-mercado bajo el liderazgo de Paz.
Un
cambio de gobierno también podría resultar en que Bolivia forje relaciones más
estrechas con Estados Unidos, tras dos décadas de fuertes vínculos con China,
Rusia e Irán.
BOLIVIA
DICE ADIÓS A LA ERA DE EVO MORALES
Yahoo
Noticias de España (https://n9.cl/k4o7l)
Bolivia
elegirá presidente en una segunda vuelta entre el senador centrista Rodrigo Paz
Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), convertido en la sorpresa de la
jornada, y el expresidente conservador Jorge "Tuto" Quiroga, de la
coalición Alianza Libre, luego de que al cierre de la edición se llevaba más
del 90% de los votos contabilizados.
Paz,
de 57 años, hijo del expresidente Rodrigo Paz Zamora (1989-1993), rompió todos
los pronósticos al imponerse en la primera vuelta, con 32% de los votos, de
acuerdo con los conteos rápidos de Ipsos-Ciesmori y Captura Consulting.
Con
el 27.3%, Quiroga se ubicó en el segundo lugar. Si ningún candidato
presidencial obtiene más del 40% de los votos con una ventaja de 10 puntos
porcentuales, las elecciones se definirán en una segunda vuelta el 19 de
octubre.
El
triunfo de Paz generó sorpresa en Bolivia, ya que en todas las encuestas
preliminares había obtenido un apoyo del 10%, muy por detrás de
"Tuto" Quiroga y del candidato Samuel Doria Medina, quienes lo
superaban por más de 10 puntos porcentuales en intención de voto.
En
tanto, Eduardo del Castillo, el candidato del partido gobernante de izquierda
Movimiento al Socialismo (MAS), la agrupación del expresidente Evo Morales,
quedaba en sexto lugar, según los primeros resultados oficiales.
Las
elecciones confirmaron el castigo al Movimiento Al Socialismo, que gobernó
durante 20 años, primero con Evo Morales y luego con Luis Arce, hoy
adversarios.
Los
bolivianos votaron en medio de una severa crisis económica por la escasez de
dólares y combustibles y con una inflación interanual de casi el 25%, la mayor
en 17 años.
Promesas
de campaña
Durante
la administración de Arce, Bolivia, otra rica productora de gas y con
importantes recursos de litio para explotar, casi agotó sus reservas en dólares
en los subsidios a los combustibles que llegan a los 11.3 millones de
habitantes.
Alba
Luz Arratia, de 18 años ya punto de ingresar a la universidad, sufragó confiada
en el cambio. "Estamos en una situación muy difícil, pero sí tenemos
esperanza de que todo salga bien", señaló tras votar por primera vez.
Más
de 7.9 millones de bolivianos también votaron para renovar el Congreso de 166
miembros.
Casi
al unísono los candidatos prometieron un cambio para este país después de dos
décadas de gobiernos del MAS.
"Bolivia
necesita estabilidad, gobernabilidad y generar un cambio en la economía que no
sea una economía para el Estado, sino una economía para la gente", sostuvo
Paz tras votar en la ciudad de Tarija, en el sur de Bolivia.
También
Quiroga se comprometió a una etapa que, según él, será pacífica y democrática.
"Bolivia
va a ser ejemplo para el mundo, por la forma en que vamos a cambiar pacífica y
democráticamente después de 20 años de abusos", declaró el aspirante del
movimiento Libre al votar.
Paz
y Quiroga coinciden en su propósito de que Evo Morales rinda cuentas ante la
justicia.
Morales,
primer presidente indígena de Bolivia que gobernó entre 2006 y 2019, intentó
competir en esta elección por un cuarto obligatorio, pero un fallo se lo
impidió.
BOLIVIA
ROMPE CON LA IZQUIERDA: LOS CONSERVADORES PAZ PEREIRA Y JORGE QUIROGA IRÁN A
UNA HISTÓRICA SEGUNDA VUELTA
Radio
Televisión Española (https://n9.cl/fb21u)
Las
elecciones generales de Bolivia tendrán una segunda vuelta. Según los datos
preliminares del órgano electoral nacional, con el 95,41% de las actas
computadas, el senador opositor Rodrigo Paz Pereira y el expresidente Jorge
'Tuto' Quiroga, también de la oposición, disputarán una inédita segunda vuelta
en octubre tras los comicios celebrados este domingo.
Paz
Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), encabeza el conteo con el
32,14% de los votos, mientras que Jorge Quiroga (2001-2002), de la alianza
Libre, alcanza el 26,81%, de acuerdo con el Sistema de Resultados Electorales
Preliminares (Sirepre) del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
El
oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) queda fuera así de la segunda vuelta
electoral, ante lo que Quiroga ha celebrado que ha terminado "una larga
noche de dos décadas".
En
tercer lugar está el empresario opositor Samuel Doria Medina, de la alianza
Unidad, con 19,9%, y va cuarto el presidente del Senado, el oficialista
Andrónico Rodríguez, de la alianza Popular, con 8,2%.
El
candidato del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS), Eduardo del
Castillo, aparece con un 3,16%, al límite del porcentaje requerido para
conservar la personalidad jurídica del partido.
Será
la primera vez que Bolivia tendrá una segunda vuelta, posibilidad incluida en
la Constitución vigente desde 2009, que señala que habrá balotaje si ninguna de
las candidaturas alcanza más del 50% de los votos válidos o un mínimo del 40%
con al menos diez puntos de ventaja sobre el siguiente.
El
presidente de Bolivia, Luis Arce, ha felicitado a los ciudadanos por ejercer su
derecho al voto y ha asegurado que su Gobierno ha cumplido al
"garantizar" que el proceso electoral fuese "pacífico y
transparente" pese a "los permanentes ataques internos y externos de
sabotear el proceso"
La
izquierda sale del poder tras 20 años
Paz
Pereira, de 57 años y de centro, es la principal revelación de este proceso
electoral, pues pasó de los últimos lugares en las encuestas preelectorales a
disputar la segunda vuelta con el derechista Quiroga.
Hijo
de la española Carmen Pereira y del expresidente boliviano Jaime Paz Zamora
(1989-1993), Paz Pereira nació en Santiago de Compostela en 1967 y vivió su
niñez en varios países debido a que sus padres fueron perseguidos durante los
gobiernos militares.
Quiroga,
por su parte, fue vicepresidente de Bolivia entre 1997 y 2001, año en que
asumió la Presidencia por sucesión constitucional tras la renuncia del entonces
mandatario Hugo Banzer, quien dejó el cargo por motivos de salud.
Los
resultados suponen la salida de la izquierda del poder tras dos décadas de los
Gobiernos de Evo Morales (2006-2019) y Luis Arce, quien deberá entregar el
mando presidencial el próximo 8 de noviembre al ganador de la segunda vuelta.
Morales
no participó en estos comicios por una disposición constitucional que le impide
volver a postularse porque ya gobernó el país en tres periodos y tampoco tiene
partido político, por lo que promovió el voto nulo.
Rodríguez
admite la derrota y critica a sus rivales internos
El
presidente del Senado de Bolivia y candidato presidencial, Andrónico Rodríguez,
ha reconocido este domingo "con respeto" la decisión democrática
expresada en las urnas, aunque ha lanzado una dura crítica a sus rivales
internos al señalar que, "enceguecidos por el poder", abrieron
"el camino para ellos", en referencia a los opositores Rodrigo Paz y
Jorge Quiroga.
"Para
nosotros, esto fue una experiencia singular, en un proceso electoral muy
complicado y lleno de obstáculos. Lamentablemente, para algunos dirigentes y
líderes del movimiento popular fueron prioritarios sus propios caprichos,
orgullos y falsas acusaciones", ha agregado.
Rodríguez,
miembro del oficialista MAS, era considerado el heredero político del
expresidente Evo Morales (2006-2019) debido a su liderazgo en los sindicatos
cocaleros del Trópico de Cochabamba, el bastión político del exmandatario. Sin
embargo, decidió buscar la Presidencia por su cuenta con alianza Popular, lo
que provocó que Morales lo calificara como un "traidor".
RODRIGO
PAZ Y TUTO QUIROGA SE DISPUTARÁN LA PRESIDENCIA DE BOLIVIA EN OCTUBRE
El
candidato del Partido Demócrata Cristiano da la sorpresa y logra el mayor
número de votos en primera vuelta, por delante del expresidente. La izquierda,
fuera de la lucha por el poder por primera vez en 20 años
EL
País de España (https://n9.cl/2cwyi)
El
resultado en las elecciones presidenciales celebradas este domingo en Bolivia
no pudo ser más sorpresivo. Como el maratonista que recupera posiciones en la
arremetida final, el candidato del Partido Demócrata Cristiano, Rodrigo Paz
Pereira, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, para muchos ni siquiera una
opción a tener en cuenta en los análisis políticos, ganó la primera vuelta con
el 32% de los votos. El 19 de octubre disputará la presidencia con un viejo
conocido de los bolivianos, el expresidente Jorge Tuto Quiroga, representante
del ala más radical de la derecha, segundo en el escrutinio final con el 27%.
El
resultado dejó fuera de carrera al liberal Samuel Doria Medina, que iba por su
cuarto intento y hasta el día de la elección lideraba los sondeos. Obtuvo
finalmente solo el 20% de los votos. Doria Medina se apuró a reconocer la
derrota y dio su apoyo a Paz en el desempate. Andrónico Rodríguez, el candidato
de la izquierda que esperaba quedarse con los votos de Evo Morales —inhibido
como candidato por la Corte Constitucional por haber sido dos veces reelegido—
debió conformarse el cuarto, con el 8% de los votos.
El
ganador de la primera vuelta de las elecciones bolivianas nació en Santiago de
Compostela hace 57 años, durante el exilio español de su padre durante la
dictadura boliviana. Comenzó la campaña con un 2% de apoyo con las siglas del
Partido Demócrata Cristiano. Su despegue fue veloz. Paz logró atraer, contra
todo pronóstico, parte del voto histórico del MAS y también de la vieja
política conservadora representada por Tuto Quiroga, Doria Medina y el resto de
los candidatos. Su compañero de fórmula, Edmand Lara, un expolicía activo en
redes y que se hizo popular por denunciar casos de corrupción en la fuerza que
integraba.
Paz
encontró en silencio la fórmula del éxito presentándose como el rostro del
cambio, lejos de los extremos. “Somos la voz de los que no aparecíamos en las
encuestas, que no teníamos voz, la de una Bolivia que nadie tenía en cuenta y
ahora tiene una voz”, dijo en su discurso triunfal. Rodeado de sus seguidores,
cerró el discurso al grito de “renovación, renovación, carajo”. Si logra
convencer a los votantes de Doria Medina y Andrónico Rodríguez, tendrá la
presidencia en la palma de la mano en el desempate de octubre.
Bolivia
ingresa en una nueva etapa política tras 20 años de gobiernos del Movimiento al
Socialismo (MAS) de Evo Morales. El líder cocalero fue candidato por estar
impedido. Carga además con denuncias por estupro y tiene un pedido de arresto
que no se ha cumplido. Este domingo, votó temprano en Lauca Ñ (Chapare),
escoltado por un operativo de 150 hombres y mujeres que lo protegen de la
policía. El líder indígena se mantuvo después activo en X. “De no ser por Luis
Arce, ¡estas elecciones las ganábamos!”, escribió, concentrando los ataques,
una vez más, contra el presidente, al que acusa de proscribirlo y robarle las
siglas del MAS.
Morales
hizo campaña por el voto nulo y no le fue mal. El 19% de los bolivianos, casi
1.2 millones de votos, acató la orden el líder cocalero, un caudal que sin duda
intentará hacer valer en el futuro. Será un actor de peso en el futuro, pero
por fuera de las instituciones.
La
pelea entre Morales y Arce por el control de la izquierda y los movimientos
indígenas y campesinos terminó por hartar a unos y otros. El MAS, apropiado por
Arce, obtuvo el 3,15% de los votos, justo en el mínimo necesario para salvar la
sigla. El resto de la izquierda esperaba que los votos de los desencantados
irían a parar a Andrónico Rodríguez, alguna vez delfín de Morales, pero en las
filas de los considerados traidores desde que decidió ser candidato. Fue un
error de cálculo. Terminaron en su mayor parte en las manos de un tapado,
Rodrigo Paz Pereira.
La
pelea por la segunda vuelta comenzó en la misma noche electoral. Tuto Quiroga
proclamó frente a sus seguidores que Bolivia ahora sería “libre por los siglos
de los siglos”. Y se ocupó de felicitar uno por uno a sus rivales, en una
estudiada estrategia de seducción. Doria Medina, tercero en la contienda, ya
adelantó que su opción será Paz.
El
expresidente, que va por su cuarta candidatura, tendrá que esforzarse por
seducir al centro si pretende remontar en la segunda vuelta. Carga con haber
sido vicepresidente durante la experiencia democrática del militar golpista
Hugo Banzer Suárez en 1997. Y su marca política es un marcado rechazo al MAS y
a su líder, Evo Morales, algo que no olvidó el domingo. “Se puede cambiar el
país con la fuerza del voto, en contra de los bloqueos y sabotajes”, dijo, en
referencia a los métodos tradicionales de la lucha sindical
La
elección ha dejado sin definir el nombre del nuevo presidente, pero ya dibujó
el Parlamento, hasta ahora controlado por el MAS. El resultado es una foto de
la debacle de la izquierda. En Diputados, el MAS consiguió, hasta el momento,
solo un legislador de 130. En el Senado, de los 21 asientos que puso en juego,
no renovó ninguno y quedó sin representación. La primera minoría en la Cámara
Alta será para el Partido Demócrata Cristiano de Rodrigo Paz, con 15, seguido
por 12 representantes de la Alianza Libre de Tuto Quiroga. La izquierda de
Andrónico Rodríguez quedó fuera.
BOLIVIA
SE ENCAMINA A UNA NUEVA ERA
La
derecha boliviana alcanzó casi el 80% de los votos, tras 20 años de hegemonía
del MAS. Rodrigo Paz ganó la primera vuelta de las elecciones y definirá la
presidencia con Jorge “Tuto” Quiroga. Samuel Doria Medina quedó en tercer lugar
Infobae
de Argentina (https://n9.cl/wn9xo)
Bolivia
se encamina a una nueva era luego de casi 20 años de masismo, repartidos entre
Evo Morales y Luis Arce, con una brevísima interrupción institucional. Algunos
dirán también que en verdad el país se dirige hacia lo desconocido.
Tras
dos décadas, el pueblo boliviano apostó por un cambio radical para la
conducción del país, decepcionados por gobiernos que no dieron respuestas a lo
más básico: estabilidad económica, abastecimiento, combustibles, dólar,
tranquilidad política. Así, casi el 80 por ciento del electorado votó por un
candidato de derecha o centro derecha.
De
acuerdo al conteo del Sistema de Resultados Preliminares (SIREPRE), Rodrigo Paz
Pereira del Partido Demócrata Cristiano fue el más elegido por los bolivianos:
obtuvo el 31,30 por ciento de los votos. Disputará la segunda vuelta con Jorge
“Tuto” Quiroga del Partido Libre, quien consiguió el 27,30 por ciento de los
sufragios, de acuerdo a ese conteo rápido del Órgano Electoral Plurinacional.
El
resultado representa una sorpresa: nadie esperaba que Paz, un ex alcalde de
Tarija entre 2015 y 2020, nacido en Santiago de Compostela, España, en 1967,
senador e hijo del ex presidente Jaime Paz Zamora, saliera victorioso este
domingo. Ni siquiera que figurara en el podio. Sin embargo, cosechó un tercio
de los votos bolivianos.
Samuel
Doria Medina -quien todas las encuestas previas lo colocaban en el balotaje- ya
anticipó que apoyaría al tarijeño en la segunda vuelta del 19 de octubre
próximo. “Como dije varias veces, cumplo mis compromisos. A lo largo de la
campaña dije que si no entraba a la segunda vuelta iba a apoyar a quien llegaba
primero si es que no era el MAS. Ese candidato es Rodrigo Paz y mantengo mi
palabra”, dijo en conferencia de prensa. El tercero en la terna recaudó el 20
por ciento de los votos.
Quiroga,
el eterno opositor del Movimiento al Socialismo (MAS) quedó en segundo lugar.
Le será difícil conquitar más seguidores: para muchos representa el pasado y
hay quienes lo señalan como una figura funcional a Evo Morales. Era, a priori,
a quien el jefe cocalero quería al frente de La Paz. Al hablar tras conocerse
los resultados, dijo: “Bolivia le dijo al mundo que queremos vivir en una
nación libre”.
Pero
la sorpresa no se circunscribe sólo en la figura de Paz. Los tres candidatos
que representaban el centro derecha y la derecha consiguieron el primero, el
segundo y el tercer lugar de las preferencias populares y acumularon en total
más del 78 por ciento de los votos con una alta participación del 92 por ciento
del electorado. El plan de Morales de un aluvión de votos nulos no funcionó.
Si
bien es cierto que el jefe cocalero no pudo registrar su nombre para participar
de la contienda -la Constitución y la justicia se lo impiden-; que el MAS llevó
un desdibujado y gastado candidato oficialista -el ministro Eduardo del
Castillo-; que la izquierda en su conjunto estuvo fragmentada y que el gobierno
de Arce fue una decepción y un fracaso, el rotundo cambio de preferencias del
pueblo boliviano marca el hartazgo de una época y el comienzo de una nueva era.
Desafíos
ciclópeos
Cualquiera
de los dos candidatos que consiga la mayoría el próximo 19 de octubre tendrá
desafíos monumentales. El primero será conseguir la unificación de un país
dividido, “plurinacional”. Ese concepto le sirvió a Evo Morales para moldear a
su medida la actual constitución, fragmentar el país y dejarlo al borde de un
cisma. También le permitió “refundar” a su antojo una nación que ya existía.
Al
mismo tiempo, el próximo presidente de Bolivia deberá ordenar las cuentas
públicas: las reservas casi no existen, la cotización del dólar aumenta a
diario, el combustible escasea y las filas para el suministro son eternas, la
deuda pública se acumula alarmantemente, la inflación tiende a descontrolarse,
el gas -principal receptor de divisas- ya no se exporta como antes, los
medicamentos no se consiguen y el tráfico de todo tipo crece sin detenerse en
las fronteras con Chile, Argentina, Brasil, Paraguay y Perú.
Esas
mismas fronteras son testigo de un tráfico mucho más nocivo que cruza el
Atlántico: el narcotráfico. Bandas brasileñas, peruanas y paraguayas se
benefician de la permeabilidad no sólo de los límites geográficos bolivianos,
sino de la amabilidad oficial, tanto política como militar. Todo mientras las
plantaciones de coca crecen en superficie al resguardo de su principal jefe,
Evo. ¿Podrán Paz o Quiroga combatir estos emprendimientos? ¿Querrán? ¿Se
animarán a pedir ayuda si fuera necesario?
Deberán
también reconstituir la estructura institucional del país: desde las Fuerzas
Armadas hasta el sistema judicial, absolutamente secuestrado por el MAS y el
evismo.
El
reordenamiento de la política internacional también resultará un reto urgente.
Bolivia mantiene desde hace casi 20 años una disciplina de obediencia hacia
Cuba y Venezuela que la llevó a la actual situación. Desperdició una década y
media de precios de comodities astronómicos para sostener el plan de influencia
de La Habana y del Socialismo del Siglo XXI. Cuando esos valores se evaporaron,
los bolivianos cayeron en la realidad de que todo fue un espejismo. Gas ya no
hay y la infraestructura sigue siendo la misma del siglo pasado.
Esas
relaciones la llevaron a la ruptura con Estados Unidos y con Occidente. En
cambio, prefirió abrir las puertas a dictaduras regionales y teocracias como la
de Irán o autocracias como la de Rusia y China, donde los valores democráticos
y los derechos humanos se desprecian. Para peor: ninguno de esos regímentes
presentaron inversiones que mejoraron la vida de los habitantes de esta rica
nación latinoamericana. Sólo succionaron sus recursos.
Otro
tema a resolver será el de los presos políticos. Desde Luis Fernando Camacho
hasta Fernando Hamdan, hay casi 300 presos políticos en Bolivia, de acuerdo a
Global Human Rights League. A eso hay que sumarle los centenares de exiliados
que habitan fuera del país. La persecución judicial que el MAS ha hecho contra
opositores durante 20 años fue demoledora. También los ataques a la prensa
deberán corregirse.
63
días separan este domingo 17 de agosto del domingo 19 de octubre. Posiblemente
tanto Paz como Quiroga acaparen el interés de los medios locales e
internacionales y debatirán ideas, proyectos y alianzas.
Morales,
en tanto, se mantendrá en su refugio del Trópico de Cochabamba para evitar ser
detenido. Desde allí diagramará cómo frenar a la nueva derecha que gobernará
Bolivia durante los próximos cuatro años. Apostará por el caos. No tendrá
problema en incendiar el país ni en “contar muertos”. Ya lo hizo otras veces.
BOLIVIA,
CUIDADO CON DESCORCHAR LA CHAMPAÑA ANTES DE TIEMPO
Las
casi tres décadas del Siglo XXI son, hasta ahora, la mejor época del
castrochavismo, pues son dueños absolutos de varios países y sus crímenes se
cometen con total impunidad. Asumirlos derrotados es un lujo que los bolivianos
no podemos darnos.
Panam
Post de Panamá (https://n9.cl/wo1cx)
Las
últimas elecciones presidenciales en Bolivia dejaron algo en claro: la mayoría
de candidatos carecen por completo de la más básica cultura, y no solo
política, sino en general. Por ejemplo, en los debates pasó de todo: insultos,
agresiones, burlas y hasta piropos, pero la política fue la gran ausente.
En
la última semana de campaña, los partidos que van de punteros decidieron no
participar en debates, sino que concentraron sus esfuerzos en los cierres de
campaña, que no difieren en nada de las fiestas populares bolivianas. Un
triunfalismo muy apresurado, ya que existe un 30% de indecisos, a quien
debieron buscar seducir con propuestas e ideas. No considerar ese porcentaje es
un craso error en la que es, por mucho, la elección más importante en dos
décadas.
Por
otro lado, en la misma línea de descorchar la champaña antes de tiempo, muchos
celebran que el Movimiento Al Socialismo (MAS) llegó a su etapa terminal. Sin
embargo, una cosa es que la sigla política se encuentre totalmente desgastada,
otra es que el socialismo del siglo XXI se rinda. De hecho, ese mismo
triunfalismo se vivió en los 90, pero la historia nos demostró todo lo
contrario, ya que la dictadura cubana no solamente sobrevivió, sino que logró
expandirse a Bolivia, Venezuela y Nicaragua. Además de secuestrar las
instituciones internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA).
Al respecto, Juan Pablo Zúñiga Hertz, en su artículo: La caída de los Ayatolás
y el problema del eje Habana-Caracas, explica:
Regímenes
como el de los Castro en Cuba siempre requirieron de un papito que les diese
una mesada para mantenerlos, al tiempo que organizaban y ejecutaban acciones de
desestabilización de gobiernos en América Latina comprometidos con el mundo
libre. La URSS financiaba a Cuba, hasta que, con la caída del muro, Cuba se
quedó «tamboreando en un cacho». Entre 1991 y 1998 Cuba se mantenía a medio
morir saltando con dudosos procedimientos médicos, con promesas milagrosas que
hacían caminar a los paralíticos y con la industria hotelera que recaudaba
recursos funcionando más bien como la «pensión Soto» (a buen entendedor, pocas
palabras). Como buen parásito, Castro sedujo a Chávez, luego a Lula y así
sucesivamente para conseguir mantener en pie su fracasada revolución.
En
lo único que difiero con mi buen amigo Zuñiga Hertz es en llamar fracasado al
régimen castrista, porque, justamente, incrementar la pobreza y asesinar las
libertades es parte de su agenda maligna, y en eso les fue muy bien.
Asimismo,
dejaron el banderín de la lucha de clases. Fueron más hábiles: se ha adaptaron
a las nuevas tendencias, reconociéndose como los defensores del feminismo, los
libertadores de los indígenas y los luchadores contra el patriarcado. De ahí,
que en estos grupos uno pueda ver la whipala y la bandera LGTB compartiendo
espacios. Empero, siempre son consecuentes con la lógica del «opresor» versus
«oprimido».
Debemos
recordar que el eje La Habana – Caracas ha gestado golpes de Estado, como el de
Bolivia en octubre 2003; las invasiones con agentes terroristas disfrazados de
médicos; el uso de la delincuencia como factor revolucionario, y la economía
del crimen como fuente de financiamiento, como se puede ver con el Movimiento
Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) en Argentina.
Otro
factor olvidado son los amoríos de las izquierdas latinoamericanas con el
radicalismo islámico. Irán está suministrando drones antitanques a Bolivia,
equipos para ser utilizados, eventualmente, contra unidades blindadas del
Ejército de Chile. Además, varios instructores iraníes imparten estrategias y
tácticas subversivas en Cochabamba, Villa Tunari y El Alto.
Por
su parte, el brazo armado internacional de los Ayatolás, Hezbollah, opera en
Bolivia, posee células en Brasil, algunas de las cuales fueron desarticuladas,
y en Argentina. Los vínculos entre Irán y Venezuela van más allá de la
cooperación militar y energética: Venezuela es el centro de operaciones de los
planes yihadistas de Irán en América Latina.
En
resumen, las casi tres décadas del Siglo XXI son, hasta ahora, la mejor época
del castrochavismo, pues son dueños absolutos de varios países y sus crímenes
se cometen con total impunidad. Asumirlos derrotados es un lujo que los
bolivianos no podemos darnos.
ELECCIONES
EN BOLIVIA: EL PUEBLO VOTÓ Y SIGUE ALERTA
Los
comicios se desarrollaron en líneas generales con tranquilidad pero hubo
excepciones: abucheos y piedrazos a presidenciables. Evo Morales también
sufragó rodeado de su gente.
Página
12 de Argentina (https://n9.cl/sijc1)
El
pueblo boliviano quiere la paz, pero no la paz del rebaño. Ese pueblo que echa
sus raíces en las luchas históricas de sus naciones indígenas, de mineros,
campesinos, cocaleros y organizaciones de base en general, pasó por las urnas
pero está alerta por lo que vendrá. No es fácil el momento que hoy vive el
país. Su política tiene mucho debate, en ocasiones violento, y a menudo parece
que esa hostilidad discursiva va de arriba hacia abajo. De su dirigencia hacia
la militancia y la ciudadanía en general.
Las
elecciones que acaban de terminar se desarrollaron en líneas generales con
tranquilidad. Pero hubo excepciones: ataques a presidenciables, insultos y
piedrazos a la hora en que fueron a votar. Se reportaron incidentes en el
Trópico de Cochabamba y en Santa Cruz, hubo denuncias de hackeos, versiones de
amotinamientos en la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro y acusaciones cruzadas de fraudes
incomprobables.
El
Tribunal Supremo Electoral (TSE) informó que la jornada se desarrolló sin
contratiempos que lamentar, con apenas un par de mesas cerradas en centros de
detención. Coincidieron con esa mirada las delegaciones de la Unión Europea y
de la OEA que felicitaron a este pueblo pacífico por su civismo. Incluso a
sectores que son observados con la lupa del revanchismo por la derecha, sobre
todo a los del MAS que responden a su líder histórico Evo Morales, no puede
atribuírsele una campaña desestabilizadora.
Algunos
referentes cocaleros dieron una conferencia de prensa donde desmintieron al
gobierno de Luis Arce – su exaliado – por lo que llamaron “supuestas tomas de
instituciones de tribunales electorales en diferentes departamentos. En ningún
momento se ha establecido ninguna acción. El miércoles recién vamos a tener
ampliado nacional para evaluar la coyuntura” comentó el dirigente Dieter
Mendoza.
El
senador Andrónico Rodríguez sufrió el ataque más grave del día cuando se
presentó a votar en Entre Ríos, departamento de Cochabamba. La tierra de la que
surgió bajo la tutela de Evo. Le arrojaron piedras, igual que al auto con el
que se retiró y hubo una pelea entre sus partidarios y detractores. “Empezaron
a tirar piedras, botellas y vidrios. Hay dos colegas periodistas afectados por
estos enfrentamientos. También hubo peleas de puños”, describió el corresponsal
de El Deber en la región, el diario de mayor circulación en Bolivia.
Rodríguez
había postergado su voto porque horas antes se escuchó una explosión en la
parte trasera de la escuela donde estaba empadronado. Su rival en la interna de
la izquierda, Eduardo Del Castillo, el exministro de Gobierno de Arce, tampoco
la pasó bien en Santa Cruz aunque no corrió peligro de recibir una pedrada. Sí
sufrió abucheos porque no esperó su turno junto al resto de la gente. “A la
cola, que haga fila como nosotros hacemos fila en los surtidores”, le gritó una
mujer enojada. En la misma ciudad la pasó peor Jhonny Fernández, su alcalde y
candidato presidencial de Fuerza Pueblo. Sus custodios tuvieron que intervenir
cuando un grupo de personas se le fue encima mientras caminaba hacia el cuarto
oscuro.
En
esta capital, donde por la mañana se acercaron a las urnas el presidente Arce y
el candidato Samuel Doria Medina, no hubo incidentes. Jorge Tuto Quiroga, el
más mediático de todos los presidenciables, arrancó el día de madrugada
trotando en Santa Cruz, acompañó a su vice a votar, después hizo lo mismo en
Cochabamba con su madre y terminó en La Paz. Fue el último de los candidatos en
meter la papeleta en la urna.
El
empresario Doria Medina denunció que intentaron hackear el centro de cómputos
de su fuerza política, Alianza Unidad y le atribuyó sin pruebas al MAS, sembrar
el terreno para denunciar un fraude. También se mostró temprano en Santa Cruz
con Luis Fernando Camacho Parada, hijo del gobernador cruceño detenido por
golpista, Luis Fernando Camacho Vaca. Doria Medina avaló con su presencia la
denuncia que hizo el primero de que su padre corría peligro en la cárcel de
máxima seguridad de Chonchocoro por un inminente motín, luego desmentido por el
jefe del penal. Su versión se apoyaba en que Eva Liz Morales, hija de Evo,
habría sostenido una reunión con siete personas en la cárcel. Y que además, al
líder de los cívicos cruceños de extrema derecha se le había entregado un
chaleco antibalas y un casco como medida precautoria.
Morales,
lejos de estos cruces y broncas o aprietes contra distintos candidatos, votó
rodeado de la compañía de su gente en una escuela del Trópico de Cochabamba.
Sus seguidores formaron una cadena humana a su alrededor y le tributaron
aplausos mientras caminaba hacia la escuela de la villa 14 de septiembre. En
ese lugar se siente seguro, a resguardo de la orden de detención que pesa sobre
él. Casi todos los candidatos de la derecha anunciaron que lo encarcelarán, si
cualquiera de ellos llega al gobierno.
NARCOAVIONETA
BOLIVIANA INTERCEPTADA EN CUSCO: OPERATIVO REVELA RED AÉREA DE DROGA EN EL
VRAEM
Policías
y militares identifican pistas clandestinas en la zona de Megantoni, punto
clave para las organizaciones que operan vuelos secretos y transportan droga
desde Perú hasta México y otros destinos
Infobae
de Argentina (https://n9.cl/2tsgk)
Agentes
militares del Comando Especial VRAEM y de la Policía Nacional del Perú (PNP)
incautaron una avioneta con matrícula boliviana tras descubrirla en una pista
de aterrizaje clandestina ubicada en el distrito de Echarate, provincia de La
Convención, región Cusco. El operativo se desarrolló en la zona de Megantoni,
uno de los corredores estratégicos para el tráfico de drogas en el sur del
país.
La
intervención formó parte de un trabajo conjunto de inteligencia y vigilancia en
el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), histórico epicentro del
narcotráfico en el Perú. Según información difundida por el Ministerio de
Defensa, la acción fue ejecutada por soldados del Ejército del Perú con apoyo
de efectivos antidrogas de la PNP, y recibió cobertura táctica y logística
desde el Comando Especial en la zona.
En
el operativo participaron agentes que habían detectado movimientos atípicos
vinculados a vuelos irregulares procedentes de Bolivia. La operación culminó
cuando la narcoavioneta aterrizó en una pista camuflada entre la densa
vegetación, donde sus ocupantes intentaron darse a la fuga y terminaron por
estrellar la aeronave ante el avance policial.
Además
de la avioneta, los agentes incautaron diversos materiales relacionados con las
operaciones de narcotráfico: una compactadora, cinco bidones de combustible
para uso en aviación, un winche manual y un documento de identidad. Todo el
material trasladado quedó bajo custodia policial. La nave fue movilizada en
helicóptero hacia el Fuerte Pichari, en La Convención, donde la Fiscalía y la
Policía procedieron a las primeras diligencias e inspecciones técnicas. El
minucioso peritaje busca determinar la red logística detrás del aparato y su
conexión con organizaciones extranjeras.
Narcos
bolivianos: rutas y logística en el corredor VRAEM
La
frontera entre Perú y Bolivia, en la selva surandina, es desde hace años
terreno fértil para la expansión de redes binacionales del narcotráfico.
Autoridades y vecinos han alertado en reiteradas ocasiones sobre el uso
constante de pistas clandestinas a lo largo de la selva de Megantoni, donde
aeronaves bolivianas ingresan cargadas de logística para volver a salir con
droga refinada en laboratorios peruanos.
Organizaciones
de ambos países aprovechan tanto la compleja geografía como la falta de puestos
de vigilancia en la selva para establecer un auténtico “puente aéreo”. Los
pilotos bolivianos cuentan con amplia experiencia en vuelos de bajo perfil,
capaces de aterrizar en pistas improvisadas y desmontar operaciones en cuestión
de minutos, dificultando su rastreo.
Los
operativos policiales han hallado repetidamente manuales de vuelo, maquinaria y
sistemas de comunicación adaptados para sortear controles y reforzar la
capacidad de evasión. Para sostener este circuito, las organizaciones generan
alianzas locales y corrompen estructuras periféricas, permitiendo que este
corredor se mantenga activo y dinámico.
Cusco
como plataforma del tráfico aéreo hacia Centroamérica
El
reciente caso de la avioneta boliviana incautada en Megantoni no es un episodio
aislado, sino parte de una tendencia documentada que viene alertando a las
autoridades y observadores internacionales. La región de Cusco se ha
consolidado como un punto clave para el tráfico aéreo de droga hacia rutas
externas. En el pasado mes de julio, otra narcoavioneta de matrícula boliviana
fue intervenida al intentar utilizar una pista clandestina en la selva
cusqueña, destinada para el transporte de cocaína hacia mercados de
Centroamérica.
Estas
operaciones son coordinadas desde territorio peruano, donde se acopia la droga
procedente de los laboratorios del VRAEM. Posteriormente, pilotos de
nacionalidad boliviana, contratados por organizaciones internacionales, manejan
avionetas preparadas para soportar vuelos de larga distancia y aterrizajes en
terrenos de alta dificultad. El objetivo: trasladar cargamentos a países de
tránsito como Bolivia y, desde ahí, conectar con corredores aéreos que
atraviesan Brasil, Paraguay y finalmente aterrizan en pistas clandestinas de
Honduras, Guatemala o México, antes de que la mercancía llegue a los carteles
mexicanos.
Este
flujo ilícito es fomentado por la debilidad en el control fronterizo y el
avance tecnológico de los grupos criminales, que utilizan sistemas de
comunicación encriptados y pilotos curtidos en maniobras evasivas. La zona de
Megantoni —con su extensión selvática, baja densidad de vigilancia y proximidad
a la frontera— figura como uno de los epicentros de esta logística
internacional, permitiendo a las mafias consolidar una “autopista aérea” poco
visible para los radares.
En
respuesta al aumento de operaciones delictivas, el Gobierno Nacional del Perú
amplió la declaratoria de estado de emergencia en ocho distritos de Cusco,
incluyendo Megantoni y Echarate, así como en otras siete jurisdicciones de
Ayacucho. Durante este periodo, que se extenderá por 60 días, la Policía
Nacional asumió el control del orden interno con el respaldo de las Fuerzas
Armadas para el patrullaje y el bloqueo de rutas clandestinas. El decreto
respectivo excluye al Centro Poblado Kiteni y el ‘Eje Energético del Gas de
Camisea’, pero concentra recursos y prerrogativas en las áreas más vulnerables
al tráfico de drogas.
Megantoni:
enclave clave para las mafias de la droga
La
geografía de Megantoni es vital en la logística del narcotráfico en el Perú.
Este distrito, situado al norte de la provincia cusqueña de La Convención,
limita directamente con las regiones de Ucayali y Madre de Dios, dos zonas
selváticas que históricamente han servido como rutas de tránsito para bienes y
personas en situaciones de difícil control estatal.
La
ausencia de una frontera internacional directa con Bolivia no ha impedido que
Megantoni gane protagonismo en los esquemas de tráfico aéreo: su ubicación
estratégica la convierte en puente terrestre y aéreo hacia el oriente peruano
y, eventualmente, hacia el corredor amazónico que llega a Brasil y a los
vínculos binacionales con Bolivia a través de otras regiones próximas como
Puno.
En
la práctica, Megantoni es punto de llegada y salida para avionetas y equipos
logísticos que recorren vastos tramos de selva baja. Bandas peruanas, con el
apoyo de organizaciones bolivianas y brasileñas, habilitan pistas clandestinas
entre comunidades de difícil acceso, operando lejos de los retenes y radares
militares.
Los
vuelos irregulares que parten o aterrizan aquí se nutren de insumos químicos y
precursores que llegan desde Madre de Dios y Ucayali, mientras que el producto
final, la cocaína procesada en laboratorios ocultos de la zona, se traslada
luego por vía aérea o fluvial hacia puntos de acopio y embarque. El sistema de
“pistas móviles” —pistas abiertas solo por horas o días y que pueden
desmontarse con rapidez— es una constante. Los narcos logran así minimizar los
riesgos y responder de forma ágil a los patrullajes y operativos estatales.
Las
recientes incautaciones, que incluyen avionetas, insumos y herramientas,
responden a una estrategia enfocada tanto en la interdicción como en la
destrucción de la infraestructura de apoyo del narcotráfico. Para muchos de los
actores implicados, Megantoni ya no es solo un paso; es un núcleo consolidado
dentro del mapa del narcotráfico regional.
No comments:
Post a Comment