Monday, October 06, 2025

EL MOMENTO DEL LITIO EN BOLIVIA: UNA HISTORIA DE CICLOS Y DECISIONES

La cuestión central es si Bolivia puede romper este ciclo trágico o si el litio se sumará a la lista de oportunidades perdidas


Las elecciones generales de Bolivia en 2025 pusieron fin a casi dos décadas de dominio del Movimiento al Socialismo (MAS) y abrieron paso a una segunda vuelta histórica entre el centrista Rodrigo Paz y el conservador Jorge “Tuto” Quiroga. Quien resulte vencedor heredará la crisis económica más aguda en una generación, así como una dotación de recursos que coloca a Bolivia en el centro de la carrera global por el litio. Este artículo sitúa el momento actual de Bolivia dentro de su larga historia de riqueza desaprovechada: la plata en la era colonial, el gas natural a inicios del siglo XXI y ahora el litio. La cuestión central es si Bolivia puede romper este ciclo trágico o si el litio se sumará a la lista de oportunidades perdidas.
Bolivia es un país sin salida al mar que durante mucho tiempo ha sido rico bajo su suelo y pobre sobre él. Desde las minas de plata de Potosí en el siglo XVI, que alimentaron la riqueza europea pero dejaron a las poblaciones indígenas en la miseria (Klein & Farthing, 2021), hasta el auge del gas natural en los años 2000, que redujo brevemente la pobreza antes de que las reservas disminuyeran (Madrid, 2012), la historia de Bolivia ha sido una de abundancia de recursos sin prosperidad duradera. Cada ciclo ha seguido el mismo patrón: promesa, extracción, crecimiento fugaz y colapso.
Las elecciones de agosto de 2025 rompieron el monopolio político del MAS que había perdurado desde 2006. La segunda vuelta del 19 de octubre determinará si Paz o Quiroga heredan un país que se derrumba económicamente y, al mismo tiempo, asciende geopolíticamente como custodio de los mayores depósitos de litio del mundo (Reuters, 2025a; USGS, 2024). La apuesta no podría ser mayor.
Transición política: Termina una era
Durante dos décadas, el MAS encarnó una fusión de empoderamiento indígena, redistribución y nacionalismo de los recursos. Pero para 2025, sus fracturas internas, escándalos de corrupción y fracasos económicos llevaron a su colapso. Su candidato obtuvo apenas un 3 por ciento de los votos, el peor resultado de su historia (Reuters, 2025a). Morales tiene prohibido legalmente postularse, y la credibilidad de Arce está agotada.
La segunda vuelta enfrenta a Paz, un centrista que enfatiza reformas pragmáticas y estabilización, contra Quiroga, un conservador que aboga por una liberalización más profunda y una alineación más estrecha con Estados Unidos (El País, 2025; Bloomberg, 2025). El respaldo del empresario Samuel Doria Medina a Paz sugiere la formación de un bloque de centroderecha. Bolivia ha entrado en una etapa de pluralismo competitivo, pero la cuestión es si sus frágiles instituciones podrán sostenerlo sin caer en la parálisis o en la movilización violenta en las calles.
El abismo económico: Una crisis heredada
La economía boliviana se está desmoronando. Las reservas internacionales, que alguna vez alcanzaron casi 15.000 millones de dólares, cayeron por debajo de los 2.000 millones en enero de 2025 (U.S. Department of State, 2025). La inflación superó el 20 por ciento, mientras que la escasez de diésel y gasolina interrumpió la agricultura, el transporte y la vida diaria (El País, 2025). Los hidrocarburos, otrora salvavidas de Bolivia, están en declive estructural, con exportaciones en disminución y colapso de la inversión (International Monetary Fund [IMF], 2025).
Este colapso refleja ciclos anteriores. El auge del gas natural en los 2000 redujo la pobreza extrema a la mitad, pero dejó escasa reinversión en capacidad productiva (Madrid, 2012). A medida que se agotaron los ingresos del gas, el Estado careció de amortiguadores, viéndose obligado a endeudarse y devaluar. La próxima administración deberá negociar con el FMI para recibir apoyo de estabilización, pero la austeridad sin protección social corre el riesgo de encender disturbios.
Litio: El premio geoeconómico
El Salar de Uyuni contiene aproximadamente 23 millones de toneladas métricas de recursos de litio, el mayor depósito del planeta (USGS, 2024). En teoría, Bolivia podría abastecer una quinta parte de la demanda mundial de baterías para vehículos eléctricos hacia la década de 2030. En la práctica, el país produjo menos de 2.000 toneladas en 2024, muy por detrás de Chile y Argentina (Argus Media, 2025).
Los riesgos son evidentes. La extracción de litio amenaza frágiles ecosistemas de gran altitud, consumiendo enormes cantidades de agua y replicando potencialmente el daño ecológico visto en la cuenca del Atacama en Chile (Sovacool, 2022). Sin transparencia y Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI), Bolivia corre el riesgo de otro auge que enriquezca a foráneos y deje atrás a las comunidades.
Encrucijada de política exterior: Entre Pekín y Washington
Los gobiernos del MAS expulsaron al embajador estadounidense y a la DEA, mientras profundizaban sus lazos con China, Rusia e Irán (Stratfor, 2025). Tanto Paz como Quiroga ahora prometen restablecer relaciones con Washington tras 17 años de ruptura. Paz enfatiza la estabilización pragmática y la seguridad energética, mientras que Quiroga pide reformas audaces y una alineación más cercana con EE.UU. (Bloomberg, 2025; Reuters, 2025c).
Para Estados Unidos, la oportunidad es inmediata y estratégica: reengancharse comercialmente a través de inversión, financiamiento para el desarrollo y asociaciones tecnológicas, o arriesgarse a ceder nuevamente el terreno a Pekín. Al mismo tiempo, Bolivia probablemente cortejará a la Unión Europea, Japón y Corea del Sur, diversificando socios más allá de la dominancia china (Gallagher, 2021).
Romper el patrón — o repetirlo
La historia proyecta una larga sombra. La plata alimentó imperios, pero dejó a Bolivia empobrecida. El gas natural redujo la pobreza, pero terminó en agotamiento y deuda. Ahora, el litio, un recurso central para la transición energética global, ofrece a Bolivia quizás su última oportunidad de escapar del ciclo.
El desenlace dependerá de la gobernanza. Si la nueva administración adopta la estabilización con protección social, transparencia en la gestión del litio y asociaciones exteriores diversificadas, Bolivia podría finalmente transformar la riqueza de recursos en prosperidad sostenible. De lo contrario, el litio se convertirá en otra entrada trágica en una historia de siglos de riquezas desperdiciadas.
Conclusión: La ventana estrecha
Las elecciones de 2025 abrieron una estrecha ventana en la que las decisiones de liderazgo y gobernanza repercutirán mucho más allá de La Paz. La segunda vuelta del 19 de octubre es más que una contienda entre Paz y Quiroga: es un referéndum sobre si Bolivia puede liberarse de su maldición histórica.
La urgencia no puede ser exagerada. Sin una acción decisiva, Bolivia corre el riesgo de repetir el patrón de la plata y el gas: recursos extraídos, fortunas desperdiciadas, sociedad dividida y democracia debilitada. Pero si aprovecha este momento—con estabilización inclusiva, gobernanza transparente del litio y una política exterior estratégica—Bolivia podría transformarse de una historia perenne de oportunidades perdidas en un líder de la transición energética global.
La elección es clara: el litio puede ser el puente de Bolivia hacia el futuro o un nuevo capítulo en su larga historia de promesas incumplidas. (https://n9.cl/qtgg9)
 
 
 
 
 
EL LITIO ALEMÁN PONE EN JAQUE LA VENTAJA COMPETITIVA DE CHILE EN EL MERCADO MUNDIAL
 
Red de Noticias de Chile (https://n9.cl/armoi)
 
El descubrimiento de litio en Alemania reconfigura la competencia global y presiona a Chile a acelerar su estrategia.
El hallazgo de 43 millones de toneladas en Altmark podría modificar las dinámicas del mercado del litio, atrayendo inversión europea y reduciendo la dependencia de los productores sudamericanos.
El reciente descubrimiento de 43 millones de toneladas de litio en Altmark, Alemania, representa un punto de inflexión para la industria global de este mineral estratégico.
La noticia, que consolida al país europeo como un nuevo polo de producción, podría impactar directamente en las exportaciones y la competitividad de Chile, uno de los principales actores mundiales del sector.
De acuerdo con Manuel Reyes, profesor de Ingeniería en Minas de la Universidad Andrés Bello, el avance alemán “obliga a Chile a acelerar su Estrategia Nacional del Litio, enfocándose en la eficiencia y el valor agregado, para no ser desplazado por este nuevo y poderoso actor industrial”.
El potencial económico del hallazgo es significativo. Alemania cuenta con una sólida base industrial, infraestructura logística desarrollada y acceso directo al mercado europeo, lo que reduce los costos de transporte y permite una integración vertical entre extracción, procesamiento y manufactura de baterías. Este modelo podría fortalecer la autonomía energética de la Unión Europea y disminuir su dependencia de importaciones provenientes del “Triángulo del Litio” (Chile, Argentina y Bolivia).
En contraste, los analistas advierten que Chile enfrenta desafíos estructurales. Si bien es líder en la producción de cobre y litio, su ventaja comparativa se ha visto erosionada por procesos productivos menos diversificados y una dependencia de la exportación de materia prima sin suficiente valor agregado.
Reyes señala que la experiencia minera chilena no garantiza la misma competitividad en litio: “A diferencia del cobre, donde el alto costo del procesamiento crea una barrera de entrada, la infraestructura del litio es más liviana, lo que facilita la irrupción de nuevos competidores”.
El yacimiento de Altmark, además, plantea un nuevo estándar de producción sostenible o “verde”, con tecnologías de extracción menos invasivas y un uso más eficiente de recursos. Esto podría traducirse en mayor atractivo para la inversión europea y en una presión adicional sobre los productores tradicionales para modernizar sus operaciones.
En un escenario donde la demanda global de litio continúa en alza impulsada por la transición hacia la electromovilidad y las energías renovables, el ingreso de Alemania al mercado no solo diversifica la oferta, sino que también redefine las reglas de competencia, forzando a Chile a acelerar su transición hacia una industria más tecnológica, integrada y sostenible.
 
 
 
 
 
RODRIGO PAZ DICE QUE “RESPALDARÁ A LA JUSTICIA” EN SUS DECISIONES CONTRA EVO MORALES
 
Kion Central Cost de México (https://n9.cl/b6lmbb)
 
Rodrigo Paz fue la sorpresa en las elecciones del 17 de agosto en Bolivia. Desde entonces, comenzó una intensa carrera por la presidencia contra el exmandatario Jorge “Tuto” Quiroga de cara al balotaje del 19 de octubre.
En diálogo con Andrés Oppenheimer, Paz confirmó que llamará a todos los sectores opositores al Movimiento al Socialismo (MAS) para generar “acuerdos para que haya gobernabilidad” y confirmó que, en caso de perder, acompañaría a un eventual gobierno de Quiroga.
Sin embargo, se diferenció de su rival en algunos aspectos centrales: destacó la importancia del Mercosur y aseguró que no rompería relaciones con Venezuela, sino que las “suspendería”.
En cuanto a política doméstica, dijo que Evo Morales “tendría que haber sido aprehendido en varias oportunidades” y desmintió que su vicepresidente, Edman Lara, fuera a elegir a su gabinete.
La siguiente es una versión editada de la entrevista a Rodrigo Paz en CNN.
—Uno de los grandes problemas de Bolivia, gane quien gane, va a ser lograr una mayor gobernabilidad. Usted, si gana, ¿ofrecería formar una coalición de gobierno y designar a gente cercana a su rival, “Tuto” Quiroga, y a gente cercana al excandidato Doria Medina en su gobierno?
—Hace unas dos semanas atrás estuvimos en los organismos multilaterales en Washington. Banco Mundial, Fondo Monetario, BID y otros. Invitamos a representantes de diferentes bancadas, no solo la nuestra, para que puedan estar junto a nosotros en la presentación de nuestro programa de gobierno. Para que vean y entiendan la dimensión del alcance no solo del programa, sino de la relación con estos organismos multilaterales.
¿Por qué? Porque será el Parlamento uno de los factores fundamentales para reordenar una serie de normativas y nuevos procesos de políticas públicas que requieren la dimensión y el entendimiento, no solo internamente de Bolivia, sino también con estos organismos internacionales. Por eso invitamos a diferentes bancadas. Porque nuestra voluntad es cuestionar y generar acuerdos para que haya gobernabilidad. Fuera de ser la primera fuerza en el Senado, ser la primera fuerza en Diputados y a su vez, hasta ahora gracias a Dios, ser la mayor fuerza en el ámbito de la calle.
—Bueno, usted acaba de decir diferentes bancadas, ¿pero eso incluye al partido en torno de su rival, Tuto Quiroga, y del excandidato Doria Medina?
—Incluye a Unidad, que es vinculado a Samuel Doria Medina. Incluye a Súmate. Evidentemente el MAS no ha sido parte de esta invitación, tienen ocho parlamentarios. De tener el absoluto control de la Asamblea han pasado tan solo ocho diputados.
Está claro que nuestra voluntad es generar gobernabilidad. Con esas fuerzas que te acabo de mencionar, más el Ejecutivo, tenemos 2/3 en el Parlamento. O sea, nadie puede generar gobernabilidad en el Parlamento, y lo digo con la mayor humildad, sin nuestra fuerza. Y por eso nuestra voluntad es mandar un mensaje claro de querer cohesionar, generar los espacios acordes. Y si el día de mañana, después del 19 de octubre, las elecciones son favorables, es evidente que aquellos parlamentarios que quieran participar, si son parte de la fuerza de Tuto Quiroga, serán parte de una visión mucho más grande de gobernabilidad para el país.
—Entonces, si llegara a ganar Tuto Quiroga ¿usted lo apoyaría en el Parlamento con sus legisladores?
—Ejemplo claro: estamos gestionando la falta de diésel y gasolina. Estamos gestionando para que el 8 de noviembre, si somos gobierno, se dé solución a este problema. De no ser gobierno, porque es el pueblo el que define, vamos a ayudar al futuro gobierno.
—Hablemos de política exterior: ¿cuáles serían las principales diferencias en política exterior entre usted y el candidato Tuto Quiroga?
—Yo, por ejemplo, no niego las relaciones con diferentes ámbitos de interés para Bolivia. Por ejemplo, el caso del Mercosur, “Tuto” niega esa relación, la va a rechazar. En nuestro caso, todo aquello que es vinculado a una lógica de fronteras en Bolivia es un tema fundamental.
Somos parte de un continente, el único continente que cruza de norte a sur todo el globo terráqueo. Dentro de ese continente, Bolivia tiene que entender que tiene que generar una relación con los países fronterizos y a su vez que en esa vinculación hay dos pesos pesados, pero uno fundamental, que está en el norte: Estados Unidos.
No puedes lidiar tu vinculación internacional sin tener una relación clara con EE.UU. Queremos recuperar la relación formal con ellos. Una vinculación diplomática, comercial, a toda altura.
Pero a su vez también en los pesos pesados, ya dentro del contexto sudamericano, tienes a Brasil, que es un peso pesado en nuestro vecindario.
—Su rival dice que si él gana romperá relaciones con Venezuela, Cuba y Nicaragua. ¿Usted si gana va a ser lo mismo?
—Si ganamos vamos a apoyar a todo aquello para recuperar la democracia en estos países. Nuestra voluntad, sin querernos entrometer en las otras naciones, es que cada una de ellas tenga democracia, que creo que son las condiciones de vinculación.
—Por su respuesta, intuyo que no rompería relaciones.
—No vamos a tener relaciones con ellos hasta que tengan una relación democrática, porque no podemos convivir con aquellos que son parte de una visión dictatorial. No tendremos relaciones. Suspenderemos en el sentido de que es la democracia lo que prevalece en la relación de pueblos. Y no entre democracia y dictaduras. Está clara esa función.
—Suspenderemos, pero no romperemos, si lo interpreto bien.
—Si. Creo que hay que establecer una relación clara con aquellos que queremos ayudar. No es dejándolos solos, sino más bien… al pueblo nicaragüense o en el caso del pueblo venezolano, que es una relación tan fuerte con Bolivia… no es tomando distancia, sino más bien colaborando con diferentes organizaciones para ayudar en la recuperación de la democracia de Venezuela, no dejándolos solos.
—Si usted gana, ¿cuál sería el primer país que visitaría como presidente?
—Quisiera visitarlos a todos. Estamos tan aislados del mundo, tan fuera de la órbita mundial en función de relaciones y de potenciar nuestras capacidades productivas para el comercio.
Seguramente lo que haría es primero intentar retomar una relación fructífera de diálogo y de cercanía con los países de frontera. Son cinco países que tenemos una distancia y un aislamiento absoluto y yo tengo un interés central, lo he dicho muchas veces, para recuperar una relación que me parece estratégica que es la relación con Estados Unidos. No dejo de lado ninguna otra prioridad, pero creo que hay que ordenarnos dentro del contexto continental.
—Su rival, “Tuto” Quiroga, dice que Evo Morales tiene denuncias existentes contra él y que si él gana va a buscar su aprehensión. ¿Si usted gana, va a buscar su aprehensión o que va a hacer?
—Evo Morales tendría que haber sido aprehendido en varias oportunidades, pero siempre hay alguien que lo salva. En 2019 alguien le puso un avión y se fue de Bolivia y no dio la cara para responder a aquello que eran momentos muy difíciles para la democracia y cosas que han quedado todavía oscuras en la historia de Bolivia. Pero dicho esto, a Evo Morales, como cualquier otro boliviano en nuestro gobierno le va a caer el peso, a cualquiera que esté fuera de la ley, y será con todo el respaldo del Ejecutivo.
—O sea que, si hay una orden de aprehensión contra él, usted ordenaría su captura…
—No ordena el presidente. Eso es una equivocación. Eso es de dictadores. El presidente va a respaldar a la justicia plenamente con la institucionalidad para aplicar las normas que están hoy día vigentes. Está claro que eso será la voluntad de nuestro Gobierno.
—Sus adversarios dicen que, si usted gana, va a haber un caos político porque citan a su candidato a vicepresidente diciendo que, si usted no cumple sus promesas de campaña, lo va a enfrentar. Muchos interpretaron que dijo que lo metería a usted preso. ¿Cuánta confianza tiene usted en su candidato a vicepresidente, Edman Lara?
—Me parece una gran consulta. Mira como son los poderes en Bolivia y qué tan alejados de la realidad social. Edman dijo que va a luchar contra la corrupción, que va a luchar y va a fiscalizar. Esa es la conclusión de sus ideas. Inclusive a Rodrigo Paz. O sea, el presidente, si no cumple, hay que encarcelarlo como a cualquier otro.
Nosotros hicimos un compromiso frontal de lucha contra la corrupción y esto es una realidad, pero lo dijo a su manera.
Sin embargo, ves por el otro lado un señor vicepresidente que habla de racismo y mienten sobre eso. Y los medios de comunicación, los poderosos en Bolivia, no dijeron nada. De lo de Edman hicieron un escándalo. Salió en todos los medios de comunicación.
Ahí hay algo que no se entiende para las grandes mayorías y eso es para el día de mañana hablar con estos poderes mediáticos y decir ¿Por qué? ¿Por qué se juzga de una manera? ¿Por qué se da la información de una manera y la otra se la da de otra manera?
—También se lo cita diciendo que elegiría los ministros de su gabinete. ¿Es cierto eso?
—No escuché esa versión. Pero en tal caso, te puedo asegurar que siendo el que preside el Ejecutivo, la de la decisión final es la mía. Pero irá en consultas no solo con él, sino con todo aquello que cree que puede aportar al país. Yo estoy por la meritocracia, yo estoy por aquellos que representan los diversos intereses del país, no solo ese 15% de la formalidad de la economía, sino especialmente ese 85% de la informalidad de la economía, donde están gremiales, cuentapropistas, transportistas, artesanos, una serie de sectores que quieren formalizarse, que quieren ser parte de una realidad, pero necesitan impuestos más bajos, aranceles más bajos… Y esa inmensa mayoría es el 85%. Así que tendremos de las dos partes y evidentemente generaremos la consulta. Pero al final quien pone la firma es uno. Y uno es el responsable de quien preside un gabinete.
—Finalmente, Rodrigo Paz, ¿hay un giro político en el péndulo político de América Latina? Porque, como usted decía al principio de esta conversación, el MAS perdió por paliza en la primera vuelta electoral en Bolivia, la izquierda perdió en Ecuador, antes en Argentina, en Paraguay. ¿Cómo interpreta usted esto?
—Yo creo que es de analizar. Creo que es un momento de madurez democrática en nuestros pueblos. En Bolivia la estabilidad es un bien público. Hoy día con un horrible, extraordinariamente malo gobierno, el pueblo es el que está generando los equilibrios, por ejemplo, del cambio monetario, del dólar, de 12 bolivianos por un dólar. Es el pueblo el que está generando esta estabilidad, no es el gobierno. Porque el pueblo boliviano tiene una extraordinaria madurez sobre la estabilidad, entiende que la estabilidad es un bien público y creo que en líneas generales nuestros pueblos, nuestras naciones sudamericanas están entendiendo que estos péndulos de izquierda a derecha, estos extremismos no han ayudado.
La ideología no da de comer y claramente quieren sensatez, sentido común, un estado razonable que le pueda solucionar sus problemas o viabilizarles la vida para producir. En Bolivia todo el mundo entiende que tiene que producir y bajar el gasto público. Eso no es un secreto, sino que la gente entiende que el mayor esfuerzo tiene que ir para la producción nacional. Así que yo creo que es una madurez que se está dando en nuestras democracias y creo que hay que aprovecharlas.
 
 
 
 
 
JORGE QUIROGA EN CNN: “EN BOLIVIA NO SEREMOS NUNCA MÁS SANTUARIO PARA LOS NARCOTRAFICANTES”
 
Kion Central Cost de México (https://n9.cl/59int)
 
Desde el 19 de octubre, Bolivia tendrá un nuevo presidente electo: Jorge “Tuto” Quiroga, exmandatario y el candidato que llegó en segundo lugar en la primera vuelta de los comicios presidenciales, enfrentará al senador Rodrigo Paz en la carrera por romper con décadas de hegemonía del Movimiento al Socialismo, el partido del actual presidente, Luis Arce y del ex jefe de Estado Evo Morales.
Cuando faltan dos semanas de lo que promete ser una jornada histórica, Quiroga dialogó con Andrés Oppenheimer y buscó reforzar las diferencias de su contrincante. El expresidente aseguró que “existen muchas dudas” en torno a las propuestas de Paz y que, en cambio, las suyas son muy claras.
“Nosotros hacemos propuestas; el otro lado, insultos y calumnias”, acusó.
Siguiendo esta línea, adelantó que buscaría reformar la Constitución Nacional, frenar la inflación y reponer el flujo de dólares con el apoyo de organismos internacionales de crédito, entre otras medidas.
Bolivia atraviesa una severa crisis económica. Las últimas cifras oficiales arrojan una inflación interanual cercana al 25% y de 18% en lo que va de 2025. Todo esto, además, se encuadra en contexto de grandes desafíos como la escasez de divisas y combustible, que han dado lugar a largas filas en las gasolineras e inspiraron las consignas de las manifestaciones que se extendieron en el país en el último tiempo.
Este panorama concluyó con el anunciado final del gobierno del MAS, que se había instalado en el poder en 2006 con la asunción de Evo Morales. En 2019, el expresidente eligió a Luis Arce desde su refugio en Argentina para que continue el legado del partido. Sin embargo, los años convirtieron ese apoyo inicial en una interna que terminó siendo feroz: lo que empezó con diferencias naturales de un espacio político, terminó en severas acusaciones mutuas y un Morales llamando al voto nulo en la primera vuelta electoral.
Quiroga también insistió en su postura de no entrar al Mercosur, al que considera una “cárcel comercial”, y aseguró que reconocería a Edmundo González Urrutia como presidente de Venezuela y no a Nicolás Maduro.
La siguiente es una versión editada de la entrevista de Quiroga a CNN.
—Uno de los principales problemas de Bolivia en estas elecciones, gane quien gane, va a ser la gobernabilidad, porque su rival en estas elecciones del 19 de octubre, Rodrigo Paz va a tener una mayoría en el Congreso y no sería raro que el expresidente Evo Morales convoque a manifestaciones contra el nuevo gobierno. ¿Qué va a hacer usted, si gana, para lograr apoyo de su actual rival? Por ejemplo, ¿le ofrecería formar una coalición y designar a gente de Rodrigo Paz en su gabinete?
—Hay tres dimensiones a la gobernabilidad. La parlamentaria afortunadamente sobra. El 94% del Congreso viene de filas de gente que estábamos en la oposición. El Movimiento al Socialismo, en sus dos vertientes, quedó reducido a diez de 166 parlamentarios. Ni equipo de fútbol tiene después de 20 años, nadie tiene mayoría. Hay minorías, pero existe 156 parlamentarios en manos de cuatro tiendas políticas que venimos de la oposición y estoy seguro de que van a votar por una agenda de cambios, más que de cargos. Por una agenda para parar la inflación, detener la crisis, reponer el flujo de dólares, cambiar todas las leyes, reformar la Constitución. Hay una agenda de cambios muy amplia que estamos proponiendo, que va a ser la base del acuerdo de gobernabilidad parlamentaria.
La callejera viene de dar respuestas a parar la inflación, que es la principal angustia de las familias bolivianas, a terminar con las colas de diésel y gasolina. Aquí, Andrés, la gente para recargar combustible se pasa cuatro o cinco días en una motocicleta. Aquí no hay dólares, hay un corralito y mucha gente se quedó sin su dinero. Un programa de estabilización de apoyo internacional que termine con las colas, que acabe con la inflación y que restaure el flujo de dólares va a traer apoyo popular. Si revisamos la historia de América Latina, los gobiernos que sacaron a sus países de la hiperinflación y el desorden, sea Bolivia de 1985, lo que pasó en Brasil con Cardoso, lo que sucedió Chile, Perú, y otros países… recibes ese respaldo popular.
La tercera dimensión es la criminal, el narcotráfico, que se produce en una parte de Bolivia. Seguridad, cooperación internacional y garantías de que en Bolivia no seremos nunca más santuario para los narcotraficantes.
—Bueno expresidente, pero volviendo a mi pregunta, si usted gana, ¿lo va a invitar a Rodrigo Paz a apoyarlo en una coalición y nombraría gente de Rodrigo Paz en su gabinete?
—Vamos a invitar a todos aquellos que tienen representación parlamentaria. Hay que ver de las fuerzas del PDC cuántos responden a Rodrigo, cuántos al vicepresidente, cuántos al PLC. En el caso nuestro responden al liderazgo de la Alianza Libre. Vamos a invitar a todos los parlamentarios a hacer una agenda por Bolivia. A la gente no le gusta y rechaza esos acuerdos de cupos y de cargos. Hay que tener agenda programática. La tenemos, la vamos a poner sobre la mesa e invitar a todos.
Y sobre la gobernabilidad parlamentaria, solo para darte un ejemplo, se requieren 111 votos para poder hacer reformas a la Constitución y han entrado 156 parlamentarios que no son de filas del Movimiento al Socialismo (MAS). Aunque pierdas una cantidad de ellos existen los números para hacer los cambios que Bolivia requiere. La pregunta es qué clase de presidente vamos a tener.
Un presidente con un programa claro para sacar de la crisis, cambiar las leyes, hacer la reforma a la Constitución y combatir el narcotráfico, eso es lo nuestro. Del otro lado, en esta segunda vuelta vemos incoherencias, divisiones.
—Expresidente, ¿cuáles son las principales diferencias en política exterior entre usted y Rodrigo Paz?
—La gente tendrá que evaluar porque lo de ellos es muy confuso. Ellos subieron hacia el final. Tienen propuestas que venían del presidente, otras del vicepresidente, otras del partido y hasta ahora no se sabe bien cuáles son.
Las nuestras son claras en política exterior en América Latina. Firmamos la Carta Democrática. Yo en persona lo hice y voy a defenderla en toda la región. Elecciones libres, justas y transparentes, instituciones independientes. Libre expresión. Todos los derechos para todas las personas y alternabilidad en el poder. Es el corazón de la Carta Democrática.
Defiendo eso en Bolivia. Lo defiendo para Venezuela, para Cuba, para Nicaragua y para todos los países. Honrando esa carta voy a seguir haciendo lo que he hecho como ciudadano: combatir y denunciar a la tiranía, a la tríada de las tiranías trogloditas totalitarias de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Porque lo que estamos por hacer en Bolivia debido al voto, terminar un proyecto aciago y nefasto de 20 años, eso mismo hizo Venezuela el año pasado. Aquí yo solo voy a reconocer a Edmundo González. Maduro no pisa Bolivia y si pisa lo capturamos y cobramos la recompensa.
Yo no voy a tener relaciones con las tiranías de Cuba y Nicaragua y voy a luchar con todas mis fuerzas para que en Cuba, Nicaragua y Venezuela tengan lo que vamos a tener en Bolivia. La opción de por el voto democrático, cambiar de rumbo, tener libertad y prosperidad.
Las autoridades venezolanas defienden la victoria electoral de Nicolás Maduro.
—¿Pero usted cree que Rodrigo Paz no haría algo parecido?
—Habría que preguntarle, existen muchas dudas. No sé lo que haría sobre eso. Yo tengo una línea clara y conocida por esto. Soy creo que la única figura pública latinoamericana que ha sido declarada persona non grata tres veces en Venezuela. En 2007 por Chávez, en 2017 por Maduro y en enero de 2025 por tercera vez, tres medallas me dieron allá. Yo sé lo que yo hago y defiendo, otros que expliquen qué posiciones tienen.
Yo defiendo y sustento las mías y las defiendo con consistencia a lo largo de los años. Voy a hacer acuerdos de libre comercio, tratados de protección de inversiones y voy a reincorporar a Bolivia a todos los mecanismos de protección de arbitraje. Necesitamos inversión extranjera en dólares, en hidrocarburos, en minería, en litio, en agropecuaria, necesitamos y vamos a abrir mercados para nuestros productos. Yo logré abrir el mercado norteamericano, se perdió y hoy día los textiles y joyas que generaban decenas de miles de empleos ya no los tenemos. Los voy a recuperar buscando acceso a todos los mercados.
No voy a entrar al arancel externo común del Mercosur. Es una cárcel comercial. Los otros mecanismos de integración de Mercosur, bien, pero subir aranceles por el “privilegio” de entrar al Mercosur, no, gracias.
Voy a hacer como Chile y Perú: proponer acuerdos de libre comercio con Europa, con Estados Unidos, con China, con Corea, con Japón. Para que venga inversión y se abran mercados. Esa es la forma que vamos a trabajar defendiendo la democracia en la región de las Américas, donde hemos dicho que no basta con la mera contigüidad territorial para ser miembro de las Américas. Se requiere ser democracia.
—Rápidamente, expresidente, el Mercosur no permite que los miembros acuerden un tratado de libre comercio individuales fuera del marco del Mercosur. ¿Saldría del Mercosur si no lo dejan?
—Bolivia está en proceso de incorporación al Mercosur. No ha concluido y yo no voy a concluir ese proceso si conlleva a una cárcel comercial, que he visto como ha sufrido Uruguay y Paraguay, que no pueden negociar sus propios acuerdos comerciales con Asia o Estados Unidos.
Yo no voy a entrar voluntariamente a una cárcel comercial. Integración, poder viajar con carné, acreditación universitaria, todo eso muy bien. Pero plegarse plenamente a ser socio comercial, de unión aduanera, con aranceles altos, con proteccionismo galopante que nunca va a poder cerrar un acuerdo ni con Europa ni con países de Asia… no, gracias.
—Tanto usted como su rival, Rodrigo Paz, dicen que el tema del expresidente Evo Morales tiene que ser resuelto por la justicia, que ustedes van a respetar lo que diga la justicia. ¿Pero qué diferencia hay entre su postura y la de Rodrigo Paz sobre qué tendría que hacer un nuevo gobierno sobre la situación jurídica del expresidente?
—Yo soy bastante más claro. Del otro lado son confusos. No se entiende, la justicia en Bolivia ya actuó. Evo Morales tiene denuncias que son vergonzantes, que son producto de su conducta aberrante y depravada, de maltrato a niñas. Y no solo tiene denuncias, tiene procesos e investigaciones donde se lo ha citado y él no le ha dado la gana de comparecer. Yo me he presentado durante años ante todos los jueces de Evo Morales, que me ha montado una tramoya tras de otra. Nunca lloré, nunca me escapé, siempre estuve aquí, siempre di la cara. Él, cuando tenía que enfrentar a la justicia de su propio partido, se escondió en el Chapare. Ya no es tema de la justicia. La justicia ha expedido un mandamiento de aprehensión que está vigente, que lo debe ejecutar el gobierno y el actual es un gobierno debilucho, como es el presidente, y no lo puede ejecutar. Conmigo las leyes se cumplen en cada metro cuadrado para cada persona, en cada momento. Punto. Y lo voy a hacer así.
Evo Morales rechaza las acusaciones en su contra y las califica de “guerra sucia”.
—Finalmente, expresidente, en los últimos días se ha denunciado que su candidato a vicepresidente Velasco, hace unos 15 años, habría enviado un tuit racista. Ustedes lo negaron. Él lo niega. Dicen que es falso. Pero el sitio de verificación de datos “Bolivia verifica” dice que el tuit es autentico. ¿Como saben ustedes que es falso?
—Andrés, desde el 18 de agosto no significamos el barro. Las acusaciones han venido una tras otra. Nosotros hacemos propuestas, el otro lado insultos y calumnias. Me han hecho insultos homofóbicos del 18 de agosto. Del lado del PPD se han hecho calumnias tras de otras y me la paso desmintiendo. Entonces uno se enreda en lo que quieren los que no tienen propuestas. Quedarte en el fango del barro y seguir respondiendo en el barro. Nosotros hacemos propuestas. Vamos a salvar a Bolivia de la crisis, vamos a cambiar absolutamente todo.
El otro lado, tristemente, lo único que le queda es barro para tapar sus incoherencias y dificultades. Nosotros vamos a seguir llevando adelante las propuestas que se queden solos en el barro.
 
 
 
 
 
BOLIVIA: MICROCOSMOS LATINOAMERICANO
 
El éxito cultural del marxismo y el fracaso de sus propuestas económicas
 
El Montonero de Perú (https://n9.cl/mmm69)
 
Si el problema se resolviera con cambiar de gobierno en el mismo país en que el anterior gobierno fracasó, que ya venía después del anterior que también fracasó, etc, etc, sería una maravilla. Pero no es así, porque lo que tiene que cambiar es el país entero para poder cambiar la política económica de siempre, intervencionismo, mercantilismo, populismo, hambreando al pueblo: el capital humano. Como el Perú y probablemente la mayoría de países latinoamericanos, salvo muy pocas excepciones. Queremos cambiar para mejor, haciendo neciamente lo que ya fracasó una y otra vez, suponiendo que queremos cambiar de verdad.
Después de la Segunda Guerra en el siglo XX, hemos ensayado todas las formas de intervencionismo estatal, mercantilismo y gradualismo, civil o militar, con golpe o sin él, reformista, socialista, comunista, social democrática, social cristiana, etc. Pero ahora es claro que solo han sido diferentes grados de intervencionismo, de estatismo económico, con el apoyo de la población manipulada por el populismo, que ignoró siempre que el Estado no es la solución sino el problema y que, durante los últimos siglos, no ha hecho más que crecer monstruosamente, aplastando al individuo.
Solo el ciego que no quiere ver puede negar que todas las formas de intervencionismo estatal, inseparable del populismo político y la corrupción, han fracasado. Las hemos probado en todas sus formas y matices. Mientras más intervencionismo estatal peor, en particular en economía: Cuba, Venezuela, Nicaragua…y ahora Bolivia. ¿Es casual? No, no es casual: han hecho todo lo posible, y en la misma forma, para llegar a donde se encuentran hoy. Han hecho y han dejado de hacer exactamente lo mismo, para mal de esos pueblos.
El problema del milagro económico boliviano es que duró lo que duró el hidrocarburo cuyo precio alcanzó récords históricos, el gas, lo que favoreció enormemente al gobierno –pretendidamente vitalicio- de Evo Morales. Y mientras duró pudo incrementar el gasto público y los subsidios a diestra y siniestra, para favorecerse políticamente, sin tener en cuenta el desarrollo de la producción, las inversiones y todas las variables que hay que tener en cuenta, que para Javier Milei “son de manual”, que mencionamos más adelante.
Pero, en todas partes, la dependencia económica de un producto natural (exportación de materias primas) sin desarrollo de la producción, con inversiones extranjeras ahuyentadas por el intervencionismo económico estatal, con emisión de moneda sin respaldo en el aumento de la producción o riqueza, con subsidios o subvenciones siempre distorsionadoras, con suba de impuestos anti económicos, con control de precios y mantenimiento artificial de la moneda nacional en relación al dólar, etc, etc, es la alternativa más segura para irse al carajo.
Todo lo anterior hace inevitable el momento en que se seca la única mamadera habilitada, gaz o litio, y como el gasto público ha crecido enormemente, los impuestos ya no se pueden subir más sin ahorcar la economía y hay que suspender todos los subsidios, dádivas, privilegios, a los grupos de amigos y socios…entonces se imprimen billetes, porque en sistemas intervencionistas el Banco Central no tiene autonomía y hace lo que el Ejecutivo manda. Y se dispara la inflación y los precios suben y ya no hay divisas para importar gasolina y dólares, etc, y, como consecuencia inevitable, el mercado negro, la escasez, y ya sabemos cómo termina el “milagro económico”, porque lo estamos viendo varias veces, en todos los países.
Que el Perú esté macro económicamente mejor que muchos países hermanos, no se debe solo a la excelente capacidad de la dirección del Banco Central del Perú, con el excelente manejo de la política monetaria y el control de la inflación y la tasa de interés, que ha llamado la atención incluso fuera del Perú. El salto cualitativo económico del Perú se dio nueve años antes con el ministro de economía Carlos Boloña Behr, durante el gobierno de Fujimori a inicio de la década del noventa. Hay que reconocerlo y recordarlo, aunque seamos viejos anti fujimoristas. Fue mérito de Boloña, no de Fujimori.
Nadie recuerda ni habla de esa política que hasta ahora nos beneficia a todos a pesar de los malos manejos de los sucesivos gobiernos y gracias también a la alta eficiencia e independencia del Banco Central. La pobreza se redujo un 20 por ciento en relación a los gobiernos de Alan García y Juan Velazco por ejemplo, para hablar de un solo indicador.
Lo que hizo ese injustamente olvidado ministro de economía y su equipo, ya no debería ser ninguna novedad en nuestros días, con las variadas experiencias que hemos vivido en Latinoamérica en las últimas décadas, salvo para los ciegos cuyos resentidos ojos no quieren ver: el ajuste económico. Es lo que hizo también el ministro de economía Hernán Bucchi en Chile en los ochenta, donde el ajuste llegó a reducir la pobreza al 7% (con Allende llegó a cerca del cincuenta %). Es lo mismo que pretendió hacer y lo anunció Mario Vargas Llosa en los noventa (que Fujimori aplicó, después de anunciar en campaña que no lo haría): el ajuste. Es lo que está haciendo Milei en Argentina, a pesar de la feroz y desesperada oposición: el ajuste.
 No hay que descubrir la pólvora, y no puede ser gradual, no funciona (por eso fracasó el gobierno de Macri en la Argentina), Lo que hay que hacer, como dijo el presidente Javier Milei, “es de manual”: Libertad para los ciudadanos; reducción significativa del Estado, del gasto público y de los impuestos; equilibrio fiscal; desregulación, simplificación administrativa y privatización de todas las empresas estatales, independencia del Banco central y control de la emisión monetaria y la inflación; un sistema mínimamente democrático y un aceptable sistema judicial. Así funciona.
Los latinoamericanos tenemos el mismo problema económico: no nos atrevemos a dar el ajuste, a ejercer la libertad económica, el difamado sistema de libre mercado y libre competencia, el capitalismo, la modernidad económica. El mismo problema político:  reducir la vida política por completo a su forma más descarnada, el poder por el poder, salvo dos o tres excepciones. El mismo problema ético: puros apetitos políticos sin ideas, ni ideología, ni mito, ni ideal, ni religión y la incapacidad de entender la necesidad de vivir la democracia en democracia. Se mantienen los valores tradicionales.
Este año celebramos casi doscientos de una tremenda y constante propaganda anti capitalista, que ha calado hondo no solo en la cultura académica sino también en la cultura popular, uno de cuyos iniciadores exitosos fue Karl Marx, que, sin querer queriendo, inoculó, como solo un genio resentido pudo hacerlo, su odio judeo cristiano al capitalismo, al empresario explotador, al fuerte, al poderoso: es decir, al malo. Y a favor de los pobres, de los atropellados o explotados, de los débiles y sufrientes: es decir, los buenos. Si esto no es judeo cristianismo entonces qué lo es. Es la base paradigmática del pensamiento socialista, demócrata o autócrata, comunista o caviar: la moral judeo cristiana.
A pesar de sus catastróficos errores y de las consecuencias que ha traído a los países que aplicaron las ideas socialistas o comunistas (en teoría; estatistas en la real realidad): como la Unión Soviética, Vietnam del Norte, Corea del Norte, toda la Europa oriental, que fracasaron estrepitosamente como experiencias históricas en el plano económico y en el plano político. Todas terminan impajaritablemente en dictadura y corrupción. Sin embargo tuvieron éxito ideológico y penetraron la cultura popular y hoy todo el mundo es ideológicamente anti capitalista o izquierdista o socialista (con ropa y celular comprados en empresa imperialista), de raíz judeo cristiana, grandes consumidores y activos participantes en el mercado. Lo cual no tiene nada de malo: el mercado somos todos, desde que salimos por la mañana a comprar el pan.
Incluso los países que alguna vez se enriquecieron con ese sistema hasta llegar a ser potencia mundial, como los EE.UU. ya no son países típicamente capitalistas, como el que fue en sus mejores momentos EE.UU. Sus elites intelectuales son de izquierda invariablemente estatista, y el Estado ha crecido demasiado, por decirlo delicadamente. Y en casi todo mundo, interviene cada vez más donde no le corresponde y es cada vez más ineficiente en los ámbitos donde sí le corresponde: seguridad ciudadana, sistema judicial mínimamente aceptable. La salud y la educación seguirán siendo tan malas mientras sigan a cargo del Estado. Peor aún, de un estado fallido o roto.
Pero el capitalismo se inventa, el fuerte impulso sico-ideológico de ese sistema fue facilitado, deliberadamente o no, por la ética protestante calvinista, que contribuyó a la internalización de la disciplina y el esfuerzo empresarial sin mala conciencia, con la idea -tan opuesta al mundo católico- que el éxito económico empresarial es una señal de la predestinación y el favor divino. En nuestros países católicos la posibilidad de que un rico entre al cielo…ya sabemos, la satanización del empresariado y la actividad económica o comercial, desde antes de la expulsión de los comerciantes del templo, por obra y látigo de Jesucristo.
Otro elemento común a nuestros países es la ignorancia en materia económica, que corre paralela, desde hace casi dos siglos, a la mencionada campaña contra el sistema capitalista, el libre mercado y la libre competencia, sin intervencionismo estatal, etc. Durante dos siglos lo que predominó fue la denuncia del sistema económico capitalista, particularmente la teoría de la explotación de Marx a partir del concepto de plusvalía, pero sin plantear alternativa o programa económico determinado, salvo el control centralizado estatal de la economía. Y las nefastas ideas de Keynes que tanto afectaron y afectan la economía en toda la región.
El marxismo se limitó a la denuncia, que es estéril, y a la estatización de la economía, que es mortal. El Estado, como ya sabemos, es un pésimo administrador y pésimo empresario. Además de fallido y roto por todas partes, como nuestro “tierno y cruel” país.
 
 
 
 
 
ENTRE EL PODER Y LA JUSTICIA: 25 EXPRESIDENTES LATINOAMERICANOS EN EL BANQUILLO
 
Desde 1970 a 2025 25 expresidentes latinoamericanos fueron sometidos a procesos judiciales. ¿Qué demuestra esta tóxica relación entre el ejercicio del poder y el cumplimiento de las normas? ¿Hay soluciones posibles?
 
Hoy de Santo Domingo (https://n9.cl/5416u)
 
La historia política de América Latina está marcada por una constante tensión entre el poder y la justicia. Desde los años 70 hasta hoy, decenas de expresidentes han enfrentado procesos judiciales por delitos que van desde corrupción y fraude hasta violaciones de derechos humanos. Esta realidad no solo refleja una debilidad institucional crónica, sino también una cultura política que ha normalizado el abuso de poder.
Veinticinco expresidentes latinoamericanos han sido sometidos a procesos judiciales entre 1970 y 2025 categorizados como corrupción, lavado de dinero, conspiración, entre otros. La tabla que registra estos incidentes es un testimonio contundente del problema.
Hay nombres como Evo Morales (Bolivia), Álvaro Uribe (Colombia), Cristina Fernández de Kirchner (Argentina), Rafael Correa (Ecuador) y Ricardo Martinelli (Panamá). Todos estuvieron involucrados en procesos judiciales que sacudieron sus países. Algunos fueron condenados, otros investigados, y unos pocos absueltos. Pero el patrón es claro: el poder presidencial en América Latina ha sido, con demasiada frecuencia, una plataforma para el enriquecimiento personal, la manipulación institucional y la impunidad.
La justicia llega tarde, pero llega
Uno de los aspectos más llamativos de esta lista es que muchos de los procesos judiciales se inician una vez que los mandatarios dejan el poder. Esto revela una justicia que parece débil durante el ejercicio presidencial pero que se activa cuando el poder político se desvanece. Es el caso de Cristina Fernández de Kirchner, condenada por administración fraudulenta, y de Álvaro Uribe, quien enfrenta prisión domiciliaria por fraude procesal y soborno. En otros casos, como el de Lula da Silva, la condena fue anulada por irregularidades procesales, lo que plantea dudas sobre la independencia judicial.
Este fenómeno tiene consecuencias profundas. Por un lado, muestra que la justicia puede funcionar, aunque con lentitud. Por otro, evidencia que los sistemas judiciales están expuestos a presiones políticas, lo que mina la confianza ciudadana en las instituciones. La percepción de que los poderosos solo enfrentan consecuencias cuando ya no tienen poder es corrosiva para la democracia.
¿Más de lo mismo?
En 2025, América Latina sigue enfrentando escándalos de corrupción y crisis institucionales. Por ejemplo, en Guatemala, el Ministerio Público es acusado de perseguir a jueces y fiscales independientes. En Perú, la inestabilidad política ha llevado a la sucesión de varios presidentes en pocos años, muchos de ellos investigados por corrupción. En México, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha sido criticado por el uso político de la fiscalía general. Y en Ecuador, el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio en 2023 dejó al descubierto los vínculos entre política y crimen organizado.
Estos hechos actuales confirman que la relación entre política y justicia sigue siendo conflictiva. La impunidad, la manipulación judicial y la falta de transparencia continúan siendo obstáculos para el fortalecimiento democrático. La ciudadanía, cada vez más informada y exigente, reclama cambios profundos que permitan construir instituciones sólidas y confiables.
¿Cómo enfrentar el problema?
La producción de recetas para luchar contra la fragilidad institucional latinoamericana no es cosa nueva. En la región, han proliferado procesos de reforma estatal y se han firmado cientos de convenios con agencias internacionales y otros gobiernos para mejorar las capacidades de los estados. Sin embargo, es evidente que las tareas pendientes son muchas.
Es necesario fortalecer la independencia judicial y garantizar que los jueces y fiscales puedan actuar sin presiones políticas. Esto implica reformas en la selección de magistrados, mecanismos de control ciudadano y protección para los administradores de justicia. La independencia judicial no es solo un principio democrático, sino una condición necesaria para combatir la corrupción.
La opacidad es aliada de la impunidad. Por eso los gobiernos deben implementar políticas de transparencia activa, facilitar el acceso a la información pública y promover el periodismo de investigación. La ciudadanía debe tener herramientas para fiscalizar a sus representantes y exigir rendición de cuentas.
La lucha contra la corrupción no se gana solo en los tribunales, sino también con educación cívica. Es necesario fomentar una cultura democrática que valore la ética pública, el respeto a la ley y la participación ciudadana. La educación cívica debe ser parte central de las políticas públicas y no un accesorio nostálgico.
Estas recomendaciones, que reúnen las bases indispensables de la democracia occidental liberal, no están escritas en piedra. Requieren una actualización constante. A medida que el mundo avanza, crecen también las tareas para resolver. Así, las leyes que sirvieron en el pasado para garantizar la independencia de poderes y evitar la corrupción, hoy pueden estar obsoletas.
Oportunidad para cambiar
La relación entre política y justicia en América Latina ha sido históricamente difícil, pero no está condenada al fracaso. Los procesos judiciales contra expresidentes, aunque tardíos, son señales de que la impunidad puede ser enfrentada. Sin embargo, para que estos casos no sean excepcionales, se requiere un compromiso firme con la institucionalidad, la transparencia y la participación ciudadana.
América Latina tiene la oportunidad de transformar su cultura política. Sorprendentemente, a pesar de la creciente presencia del crimen organizado y de la violencia, sigue siendo una región de paz y mayoritariamente democrática. Ese valor es un diferencial ante otras regiones que, por paradójico que parezca, tienen mayor influencia en la agenda internacional.
La ciudadanía está más alerta, los medios más activos, y las redes sociales han democratizado la información. Si se logra fortalecer la justicia, educar en valores democráticos y exigir transparencia, la consecuencia esperable es la de sociedades en las que el poder no sea sinónimo de impunidad, sino de responsabilidad.
 
 
 
 
 
BOLIVIA REGISTRA UNA CAÍDA EN EL NÚMERO DE PERSONAS QUE SE IDENTIFICAN CON ALGÚN PUEBLO INDÍGENA
 
En el censo nacional de 2001, el 62% de la población se identificó con alguno de los 36 pueblos indígenas de Bolivia. Para el de 2012, esta cifra se redujo al 41% y, en su más reciente edición correspondiente a 2024, continuó la tendencia a la baja para situarse en el 38,7%.
 
Interferencia de Chile (https://n9.cl/pj62b)
 
Especialistas consultados por Sputnik abrieron un amplio abanico de motivos detrás de estos números, que van desde divergencias en la forma de formular las preguntas sobre este tema hasta la permanente migración de familias indígenas a las ciudades.
Según el censo de 2024, Bolivia cuenta con 11 millones 365.333 habitantes, de los cuales 4 millones 302.484 (el 38,7%) se reconocen integrantes de alguno de los 36 pueblos indígenas incluidos en la Constitución.
Son mayoritarios el pueblo quechua, con un millón 646.811 personas, seguido por el Aymara, con un millón 595.045, en el occidente.
Humberto Guarayo, líder de la nación yampara en el departamento de Chuquisaca (centro-sur), dijo en diálogo con Sputnik que la forma de medir este tema establecida por el Instituto Nacional de Estadística (TSE) no es del todo precisa. Por ejemplo, explicó que el quechua representa una inmensa comunidad cultural e idiomática, pero está integrado por decenas de naciones muy diferentes entre sí, a pesar de que comparten cosmovisión e idioma.
"Como nación yampara, luchamos para estar incluidos en la boleta censal. Creo que la población indígena, según los datos del censo de 2001, no era real. Pero esa boleta no indagaba en una identificación, sino en si el encuestado hablaba algún idioma indígena. Es una aberración, no se puede entender idioma como sinónimo de nación", dijo Guarayo.
Agregó que este punto fue clarificado en el censo de 2012, cuando una pregunta se refería al idioma materno y otra a la identificación, que en ese momento disminuyó al 41%. Para Guarayo, no se trata de una reducción, sino de una "aclaración" para definir quién es realmente de algún pueblo o nación indígena.
En este sentido, evaluó: "Los datos del último censo son reales para nosotros".
Según Guarayo, "el discurso de que los indígenas somos mayoría tiene que acabarse. Es hora de cuantificar cuántas naciones y pueblos indígenas somos, porque se usa el indigenismo como discurso político. Estamos cansados de eso".
El referente yampara acusó que en las dos últimas décadas, el Movimiento Al Socialismo (MAS) se apropió del discurso indigenista, con lo cual suplantó la participación de dichas comunidades: "Como consecuencia, hoy no tenemos un partido político que nos represente".
En la mirada de Guarayo, ahora se contabilizan menos indígenas, pero "tenemos conciencia de lo que somos y, coyunturalmente, es una buena oportunidad para que las naciones indígenas podamos otra vez consolidarnos y de nuevo hacer una agenda. Aunque esta vez tenemos que luchar con nuestra propia voz".
Campo y ciudad
Según el INE, la población urbana de Bolivia para en 1950 era de 708.000 habitantes y de las áreas rurales, un millón 900.000. Para 2024, ambos sectores pasaron a los 7,8 millones y 3,5 millones, respectivamente.
En el censo de 2012, cuatro de cada 10 personas vivían en el campo. Para 2024, pasó a tres de cada 10. De todos modos, quienes viven en zonas rurales no siempre se identifican con algún pueblo indígena.
De acuerdo con el ejercicio de 2024, el 68,1% de quienes viven en campos y selvas se identifican como integrante de un pueblo originario, mientras un 31% no. En cuanto al área urbana, dichos porcentajes son del 25,6% y 74,4%, respectivamente.
Carlos Macusaya, teórico e investigador aymara, dijo en diálogo con este medio que la variación en las tasas de identificación se relaciona con los momentos políticos que atravesaron cada censo.
En ese sentido, advirtió: "Todas las identidades responden a fenómenos sociales, no es una cuestión biológica. Por ello, en determinados contextos, la identidad indígena se va a convertir en identidad política contestataria al orden establecido".
Explicó que si se cruzan los datos del INE, "hay correlación entre el grueso de la gente pobre, que es indígena, así como entre la gente que no es pobre, que tampoco se identifica como indígena".
Macusaya marcó otra diferencia entre los censos de 2001, 2012 y 2024: "En 2001, ser indígena era cuestión de ser mayoría, eran mayorías que cuestionaban al Estado desde el área rural y urbana. Había una idea de lo indígena amplia, no restringida únicamente a lo rural".
En cuanto a 2012, recordó que en ese año y en el previo se habían desarrollado dos movilizaciones multitudinarias de indígenas en defensa del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), a través del cual el Gobierno de Evo Morales (2006-2019) pretendía tender una carretera que uniera los departamentos de Beni y Cochabamba. Ante la resistencia social, tuvo que dejar de lado el proyecto carretero.
"En 2011 y 2012 se discutió mucho sobre los indígenas, pero esta vez no como una mayoría, sino como una articulación urbana-rural de grupos pequeños aislados que viven en la selva. En ese momento quedó en evidencia una impostura en el discurso indígena del Gobierno", notó el investigador.
Y puntualizó: "Si en 2001 los indígenas eran mayorías frente al Estado, en 2012 los indígenas fueron minorías víctimas del Estado. Creo que eso también ha condicionado cómo la gente se ha autoidentificado: ya no había la misma idea que en 2000".
Macusaya subrayó que durante el Gobierno de Morales hubo un evidente ascenso social, fundamentalmente de miles de familias indígenas que se acomodaron en las clases media y media-alta.
"El efecto de ese crecimiento económico se fue dislocando la relación entre ser indígena y ser pobre. Mucha gente salió de condiciones de pobreza para asumir que ser indígena no es ser pobre", dijo.
"Se va perdiendo la politización contestataria"
Con el advenimiento de las nuevas tecnologías de la comunicación, las redes sociales bolivianas se llenaron de influencers y diversas figuras provenientes de comunidades indígenas, quienes no reniegan de sus costumbres y más bien se valen de las redes para difundirlas. Macusaya resaltó que, en 2012, la población aymara era de un millón 191.000 personas, mientras que para 2024 ascendió a un millón 595.000.
El investigador destacó que, a diferencia de décadas atrás, ser indígena dejó de ser una traba para acceder a ciertos altos cargos empresariales, incluidos puestos en la administración del Estado.
"Así se va perdiendo la politización contestataria relacionada a los indígenas. Creo que el porcentaje de población indígena baja mientras las posibilidades de ascenso social han aumentado para la gente indígena, cuya pertenencia étnica ya no es un problema", explicó.
Definición del racismo
Desde sectores tradicionales de la derecha, como el Comité Pro Santa Cruz, evaluaron que Bolivia debería dejar de llamarse "Estado Plurinacional" a la vista de que los indígenas no son tantos. Según su visión, Bolivia debería denominarse como "república" otra vez.
Con la mayoría de asientos en la Asamblea Legislativa Plurinacional ocupados por la oposición tradicional, la perspectiva de modificar la Constitución adquiere más probabilidad. Ambos candidatos que van al balotaje (Rodrigo Paz y Jorge "Tuto" Quiroga) se mostraron dispuestos a abrir la Carta Magna para modificarla.
El próximo Gobierno tendrá la posibilidad de adecuar o bajar a la realidad varias concepciones sobre lo indígena hecho ley, como reclamó Guarayo.
Según el INE, a la lista liderada por quechuas y aymaras le siguen los pueblos guaraní y chiquitano, con más de 100.000 habitantes cada uno; la nación kallawaya, así como los pueblos leco, mojeño trinitario, movima y tacana, con un rango de 20.000 a 30.000 habitantes. También se identificaron como parte de las naciones afroboliviana, charka qhara qhara, chicha, tsimané y gwarayu entre 10.000 a 20.000 censados.
 
 
 
 
 
EXPULSARON DEL PAÍS A LA EX MISS BOLIVIA QUE FUE CONDENADA POR TRANSPORTAR MÁS DE 300 KILOS DE COCAÍNA EN ENTRE RÍOS
 
Así lo determinó la jueza Mariela Rojas, del Tribunal Oral Federal de Concepción del Uruguay, en el fallo contra Jade Isabela Calláu Barriga, quien este viernes dejó la cárcel de Ezeiza y regresó a la nación andina.
 
Perfil de Argentina (https://n9.cl/zpn3u4)
 
La ex Miss Bolivia Jade Isabela Calláu Barriga, detenida en enero pasado cuando viajaba en una avioneta que aterrizó de emergencia en Entre Ríos con más de 300 kilos de cocaína, fue condenada a tres años de prisión en suspenso y expulsada del país. Así lo determinó este viernes la jueza Mariela Rojas, del Tribunal Oral Federal de Concepción del Uruguay, tras un acuerdo para un juicio abreviado que calificó a Calláu Barriga como "partícipe secundaria del delito".
A su vez, la magistrada impuso una multa millonaria de más de 2,7 millones de pesos para la joven boliviana, que ya regresó a su país: anoche viajó en un vuelo de Aerolíneas Argentinas desde Aeroparque hacia el Aeropuerto Internacional Viru Viru, en Santa Cruz de la Sierra. Calláu Barriga tiene 22 años y es sobrina de Jorge Adalid Granier Ruiz, conocido como “El Nono”, condenado por liderar una organización dedicada al tráfico aéreo de cocaína.
La jueza fundamentó la pena en la corta edad de la ex Miss y en la desigualdad frente a su novio, Leonardo Monte Alto Gusmao, un brasileño 30 años mayor que ella que pilotaba la avioneta con el cargamento. Además, el tribunal consideró su ausencia de antecedentes penales y que había sufrido violencia de género por parte de su pareja.
A juicio del tribunal, su aporte fue secundario, ya que no realizó tareas esenciales ni participó en la logística del traslado de la droga. De manera paralela, se homologó lo acordado entre las partes y dispuso la expulsión sin posibilidad de reingreso de Calláu Barriga, dado que la Dirección Nacional de Migraciones había declarado irregular su permanencia.
Durante la noche, la joven fue trasladada por una delegación de la Policía Federal Argentina y quedó en libertad al abordar el vuelo de regreso a su país. Por su parte, el proceso contra Alto Gusmao continúa en curso.
Quién es Jade Isabela Calláu Barriga, condenada por tráfico de cocaína
La joven, de 22 años, es sobrina del reconocido “narco fantasma” Jorge Adalid Granier Ruiz, alias “El Nono”, condenado por liderar una organización dedicada al tráfico aéreo de cocaína. Apodada “Chabela”, ganó hace seis años el prestigioso concurso de belleza local de San Borja, un municipio del departamento del Beni, en Bolivia.
A comienzos del 22 de enero pasado, Calláu Barriga viajaba junto a su pareja, el brasileño Leonardo Monte Alto Gusmao, quien pilotaba la aeronave que aterrizó de manera irregular en un campo de Holt Ibicuy, Entre Ríos. Durante la requisa, la Policía encontró diez bultos con 342 paquetes envueltos en nylon amarillo, además de cinco pequeñas cápsulas de droga y un cigarrillo artesanal, luego de la alerta de un vecino a las autoridades.
La carga total de cocaína pesó 358,923 kilogramos, con una pureza superior al 85%, y su valor fue estimado en aproximadamente 14 millones de euros en el mercado europeo y 2,2 millones en Argentina. A pesar de los intentos por ocultar la identidad de la aeronave, los investigadores detectaron que bajo la pegatina estaba pintado el dominio boliviano CP-3806, mientras que los peritajes confirmaron que su verdadera matrícula era LV-GQA.
Aunque el fuselaje había sido pintado de blanco y azul y se le habían colocado distintas matrículas, los agentes constataron, mediante la llave y el tablero, que la matrícula de fábrica N210U seguía visible. De hecho, los colores originales de la aeronave permanecían en algunas aberturas, y se halló una foto de la avioneta y su apariencia original.
El hallazgo permitió identificar a los propietarios: los hermanos peruanos Saúl Ángel y Steven Alessandro Villanueva Tomás, junto a su padre, Saúl Ángel Villanueva Echevarría, quienes están vinculados, entre otros domicilios, al local bailable “Rumba Latina”, ubicado sobre la Avenida Rivadavia al 7200, en el barrio de Flores, y muy popular entre la comunidad peruana.
 
 
 
 
 
LA NUEVA GENERACIÓN DE NARCOS PERUANOS QUE CONTROLA EL NEGOCIO EN ARGENTINA
 
Lazos de familia. En 2011, los hermanos Luis y Manuel Valverde Rodríguez, con antecedentes criminales en Trujillo, comenzaron a viajar a Buenos Aires, donde un miembro de la familia se dedicaba a la comercialización de droga. Tras el asesinato de Janhzen Valverde Victoriano, estos se llevaron a su hijo, Tony Valverde Victoriano, “Pequeño J”, para que se sumara al negocio de los Valverde en la capital argentina.
 
La República de Perú (https://n9.cl/9gpb3)
 
Después de haber liderado una organización de narcotraficantes en Buenos Aires, Argentina, entre mediados de los años 90 y la primera década del 2000, Marcos Estrada Gonzáles fue condenado y expulsado al Perú en 2022. Su hermano Fernando Estrada Gonzáles, prófugo durante 13 años, se entregó a la policía bonaerense en 2023. El espacio que dejó la familia Estrada en el mundo narco fue rápidamente ocupado por una nueva generación de traficantes peruanos, en la que la familia Valverde, del distrito de La Esperanza, provincia de Trujillo, región La Libertad, cumple un destacado papel.
Pero hay una gran diferencia. En la época en la que reinaban los Estrada, los narcotraficantes se dedicaban especialmente a la venta al menudeo de la droga. Ahora han escalado de posición. Recientes intervenciones policiales en Argentina han revelado que ahora manejan virtualmente toda la cadena: desde el transporte de los centros de producción, como el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), hacia la zona selvática de Bolivia y luego con dirección a Argentina. Además, ingresan a territorio argentino con mayores cantidades de cocaína, lo que implica movilizar importantes sumas de dinero. Es decir, una mejor posición económica, y por lo tanto, amplia disponibilidad para corromper autoridades. No es un dato menor.
El 22 de enero de este año, una avioneta que cargaba 359 kilos de cocaína, hizo un aterrizaje forzoso por falta de combustible en Entre Ríos, Argentina. El piloto de nacionalidad brasileña inició su viaje en Bolivia y usaba una matrícula falsa de este país. La policía descubrió que el dueño de la droga era el peruano José García Nazario, de 43 años, nacido en el distrito de Virú, La Libertad. Y que los propietarios de la aeronave eran Saúl Villanueva Echevarría y sus hijos Steven y Saúl Villanueva Tomas. Es más, Steven Villanueva Tomas, se licenció como piloto para dedicarse a los narcovuelos.
Mientras la policía antidrogas bonaerense le pisaba los talones a José García Nazario, el propietario de la droga, los agentes detectaron que este se dedicaba a entregar bultos de droga en varios puntos de Buenos Aires. Este es un indicativo de que los narcos peruanos han ampliado sus capacidades para despachar cocaína desde centros de producción en el país y repartirla a puntos de expendio en la capital argentina. El 11 de septiembre de este año, José García huyó de sus perseguidores e ingresó al Perú.
La policía antinarcóticos bonaerense se encontraba vigilando y deteniendo a otros cómplices de José García Nazario (el 27 de junio de este año, el piloto Steven Villanueva Tomas fue detenido con 15 kilos de cocaína y US$500 mil), el 19 de septiembre se denunció la desaparición de Morena Verdi (20), Brenda del Castillo (20) y Lara Gutiérrez (15). El 24 los cuerpos de las jóvenes fueron hallados enterrados en fosas clandestinas, en una casa donde vivía el peruano Miguel Villanueva Silva. El mismo día la policía bonaerense identificó a Tony Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, como cabecilla de una organización de narcos en Buenos Aires que ejecutó a las tres mujeres. Fue una venganza porque Lara Gutiérrez confió a una banda rival un escondite de droga y dinero. Al menos 400 kilos, una cantidad poco frecuente en la época del dominio de la familia del capo Marcos Estrada Gonzáles. Pero hay otra gran diferencia entre los Estrada y los Valverde. Los Valverde es un clan familiar dedicada al crimen.
Cuando circuló el retrato de “Pequeño J”, los parientes de las víctimas dudaron de que este joven de 20 años fue quien planeó el triple homicidio. La primera pista que La República halló para desentrañar las raíces familiares de Tony Valverde fue la coincidencia de la dirección que consignó en su DNI, con el domicilio que reportó Miguel Villanueva, dueño de la casa donde se cometió el horroroso asesinato: asentamiento humano Nueva Indoamérica, distrito de La Esperanza, provincia de Trujillo, región La Libertad. No podía ser una coincidencia, como efectivamente este diario verificó.
“Pequeño J” no solo proviene de una zona dominada por organizaciones criminales como “La Jauría”, “El Gran Marquez” y “Los Injertos de Nueva Jerusalén”, entre otras. Su padre, Janhzen Valverde Rodríguez, era uno de los líderes de esta última. El 16 de diciembre de 2018, fue ejecutado en venganza porque uno de su grupo mató a uno de sus componentes. Esta pista fue determinante para descubrir el clan familiar de los Valverde.
Los registros policiales, fiscales y judiciales, indican que al abuelo de “Pequeño J”, José Luis Valverde, se le acusó de hurto agravado (mediante el uso de armas). Además, los tíos de “Pequeño J”, Manuel Valverde Rodríguez, “Chuman”, y Luis Valverde Rodríguez, “Serranasho”, aparecen involucrados en delitos de homicidio, extorsión y otros. Según el registro migratorio, “Chuman” y “Serranasho” viajaron y regresaron de Argentina por primera vez entre 07 de diciembre de 2011 y el 25 de enero de 2012.
Cuando la policía intervino las viviendas donde vivía “Pequeño J”, encontró evidencia documental de “Chuman” y “Serranasho” se encontraban en contacto con el sobrino (una transferencia de dinero para Luis Valverde Rodríguez, “Serranasho”, y una ficha del consulado peruano a nombre de Kevin Valverde Urtecho, hijo de Manuel Valverde Rodríguez, “Chuman”. Los papeles están fechados en agosto de este año. Justamente el último movimiento migratorio de los hermanos señala como destino Bolivia, desde donde muy probablemente se trasladaron a Argentina. Por su relación directa con su primo Tony Valverde, la policía bonaerense no descarta que sea parte de la organización de "Pequeño J". La sospecha crece porque ingresó clandestinamente a Argentina, como Tony Valverde.
“Estamos convencidos de que en Argentina se ha dado inicio a una nueva era criminal, como ocurre en México, Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú. Pienso que llegó el momento de sacar la artillería, porque nuestros países vecinos están desbordados de criminalidad”, explicó el especialista argentino en Seguridad y Contraterrorismo, Daniel Adler.
“Es evidente que el Perú no está controlando su crisis de inseguridad, y estamos viendo sus efectos en la República Argentina”, apuntó.
El jefe de la División de Investigación Criminal de Trujillo, coronel PNP Johnny Huamán Mariano, no descartó que otro miembro de la familia Valverde sea el capo de la organización en Buenos Aires y que “Pequeño J” cumplía labores importantes de esta mafia pero que no era el líder.
“‘Pequeño J’ pertenece a una nueva generación de los Valverde, que vivió y aprendió de su padre y sus tíos al margen de la ley. Sabemos que un familiar, que se dedicaba a la microcomercialización de droga, lo llevó a Argentina ilegalmente y vivió con él. Por información de inteligencia, sabemos que la mayoría de los familiares del “Pequeño J” no viven aquí, sino en Argentina. Uno de ellos es el cabecilla”, señaló el coronel Johnny Huamán. ¿Quién es? Pronto se sabrá.
“Pequeño J es el reflejo de lo que hizo su padre y sus tíos”
•          “Lo que hizo el ‘Pequeño J’ en Argentina (el narcotráfico y el triple homicidio), sencillamente es el reflejo de lo que vivió y aprendió en su niñez. Refleja lo que adquirió de su padre y de sus tíos, con quienes mantuvo contacto hasta el momento en que lo detuvieron”, afirmó el coronel PNP Johnny Huamán.
•          “El padre del ‘Pequeño J’ era un delincuente dedicado en un inicio al robo y al desmantelamiento de vehículos en Trujillo. Pero como veían que no era rentable, terminaron extorsionando a gran escala a sus víctimas para devolverles su propiedad”, explicó.
•          “La tasa de homicidios por cada 100 ml habitantes es de 3,8 en Argentina y de 6,0 en el Perú. Casi el doble. A esto se suma que el segundo productor mundial de cocaína es el Perú y Argentina se ha convertido en receptor de esa droga”, destacó Daniel Adler.
•          “Nosotros vemos que mucho de la criminalidad extranjera, como la peruana, se está posicionando en la República Argentina”, dijo.
 
 
 
 
 
TRUMP INSINÚA OPERACIONES TERRESTRES EN SU 'GUERRA' CONTRA EL NARCOTRÁFICO EN SUDAMÉRICA
 
Cuba Si (https://n9.cl/cu3pd)
 
El presidente de EE.UU., Donald Trump, insinuó que Washington podría llevar a cabo operaciones terrestres para detener el tráfico de droga en el país.
El mandatario dijo que, debido a la ofensiva de EE.UU. contra lanchas en el Caribe, los traficantes ya no transportan estupefacientes por agua.
Ya no llegan por mar, así que ahora tendremos que empezar a mirar por tierra, porque se verán obligados a ir por tierra
"Déjenme decirles ahora mismo que eso tampoco les va a salir bien", declaró.
Durante la misma intervención, Trump anunció que Washington atacó la pasada noche otra lancha en el Caribe, que presuntamente fue utilizada para el tráfico de droga.
"Ya no hay lanchas en el agua. No encuentras ninguna. Nos cuesta mucho encontrarlas. […] Pero anoche hicimos [un ataque contra] otra", señaló, agregando: "Somos muy buenos en eso".
De acuerdo con sus palabras, "cada una de esas embarcaciones es responsable de la muerte de 25.000 estadounidenses". "Por eso, cuando lo piensas de esa manera, lo que estamos haciendo es en realidad un acto de bondad", agregó.
Ataques de EE.UU. en el Caribe
El secretario de Guerra de EE.UU., Pete Hegseth, compartió un video que muestra un ataque de sus Fuerzas Armadas contra lo que denominó un "barco narcotraficante" que navegaba en el Caribe, cerca de Venezuela. Detalló que el ataque fue llevado a cabo en aguas internacionales por orden de Trump y acabó con la vida de cuatro tripulantes, a los que calificó de "narcoterroristas".
No fue la primera vez que Washington llevó a cabo este tipo de ataques, en el contexto de un despliegue militar en el Caribe sur que Caracas ha calificado de "agresión". El primero de ellos ocurrió el pasado 2 de septiembre, informó entonces el propio Donald Trump, que señaló que la operación contra un supuesto "narcobarco" dejó 11 muertos.
Se agudizan las tensiones con Venezuela
En agosto, medios internacionales informaron sobre un despliegue militar estadounidense en el sur del Caribe, supuestamente para enfrentar a los cárteles de la droga. Paralelamente, la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, duplicó la recompensa por información que condujera al arresto del presidente venezolano bajo la acusación —nunca sustentada— de liderar un "cártel de narcotráfico".
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sostiene que su país es presa de "una guerra multiforme" orquestada desde EE.UU. en interés de propiciar un "cambio de régimen".
Como respuesta a los movimientos militares de EE.UU., Maduro llamó al alistamiento masivo de milicianos. Este sábado, las Fuerzas Armadas y las milicias de Venezuela realizaron también un ejercicio especial en todo el territorio nacional como parte de la preparación del país ante la amenaza militar estadounidense.
La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, aclaró este sábado que Venezuela no tiene "absolutamente nada que ver con relaciones narcóticas con EE.UU." e insistió en que Washington está perturbando la estabilidad no solo en el país, sino en la región. "No es solamente contra Venezuela, no. Es contra todo nuestro continente. Buscan perturbar, como lo han hecho con la guerra económica", dijo.
Otros mandatarios de la región como Miguel Díaz-Canel (Cuba), Luis Arce (Bolivia), Daniel Ortega (Nicaragua) y Gustavo Petro (Colombia), consideran que no existe evidencia alguna que sirva de base a la acusación estadounidense contra Maduro, mientras que sí son públicas las apetencias del país norteamericano por dominar recursos estratégicos presentes en el hemisferio occidental.
 
 
 
 
 
¿NACIDO PARA FRACASAR?: EL PAÍS SUDAMERICANO QUE SOLO EXISTIÓ TRES AÑOS Y DESAFIÓ EL ORDEN REGIONAL
 
Un ambicioso proyecto geopolítico que buscó estabilidad en la región y modernización, pero chocó con intereses externos, conflictos internos y diferencias culturales que sellaron su fugaz destino.
 
Canal 26 de Argentina (https://n9.cl/8bvb1)
 
Sudamérica es una porción del continente que tiene una vasta historia, rica en tradiciones y cultura, pese a que es considerada una de las porciones de tierra más “nuevas” ante los ojos del mundo occidental, es decir, ante el Eurocentrismo del Vejo Continente.
Pero así como hace apenas unos centenares la región se plantó en el escenario mundial como un lugar de interés, también en ella se suscitaron disímiles procesos militares y políticos que dan cuenta de su complejidad y de la riqueza histórica, cultura y geopolítica que tiene.
También Sudamérica ha sido (y sigue siendo) el espacio clave para los hechos políticos más inverosímiles y las contradicciones y caminos erráticos de sus gobiernos fueron y son una constante. Tal es así que hasta incluso existió alguna vez un país que solo tuvo vida durante tres años. Tan extraño como autóctono, tan propio de la idiosincrasia sudamericana que es un fiel reflejo de lo que sucede por estas tierras.
De no creer: ¿cuál fue el país sudamericano que existió solo por tres años?
La geopolítica es un asunto a veces escabroso, que responde más a intereses económicos que a certezas vinculadas con las sociedades y qué podrían ayudarles a crecer a ellas.
En ese sentido, la Confederación Perú-Boliviana es un claro ejemplo de esto. Un proyecto de unión sin precedentes que existió entre 1836 y 1839 y que fue destinado al fracaso.
Esta efímera Confederación fue un Estado surgido bajo el liderazgo del mariscal boliviano Andrés de Santa Cruz que decidió unir a Bolivia con la zona norte y sur de Perú, a fin de crear un Estado fuerte y estable.
Empero, y por intereses políticos y económicos, el proyecto generó el fuerte rechazo de Chile y la Confederación Argentina, lo que derivó en su disolución tras ser derrotado el ejército confederado en la Batalla de Yungay, en 1839.
El contexto y formación de la Confederación Perú-Boliviana
Perú -por aquellos años- atravesaba una profunda división política y crisis económica, pero Bolivia estaba gozando de un proceso más estable. Así es que surge el proyecto del mariscal Santa Cruz, que era el presidente de Bolivia e impulsó la idea de unir ambos países a fin de estabilizar la región y para que Bolivia se asegurase una salida al mar a través del puerto de Arica.
La Confederación Perú-Boliviana se formó institucionalmente en 1837, tiempo después de su establecimiento de facto y estaba formada por tres grandes Estados: el Estado Nor-Peruano, el Estado Sud-Peruano y el Estado Boliviano.
Santa Cruz fue nombrado “Protector Supremo” de la naciente Confederación, y logró concentrar el Poder Ejecutivo bajo sus alas, además de liderar las Fuerzas Armadas.
Su disolución fue una crónica de una muerte anunciada: la oposición de Chile y Argentina de tener en sus cercanías a un Estado fuerte más el enojo interno de la aristocracia principalmente peruana que no veía con buenos ojos el poder supremo de Santa Cruz, hicieron que este proyecto de país durase lo que un suspiro.
El golpe letal a su existencia fue la mencionada batalla de Yungay, donde el Ejército Restaurador, formado por tropas chilenas y opositores peruanos, le declaró la guerra a la Confederación en 1839, lo que terminó con la derrota del proyecto de Santa Cruz.
O quizá, en ese sentido, como plantea el abogado y magíster en Derecho Civil, Damián Gonzales Escudero en su artículo “Andrés De Santa Cruz y la Confederación Perú Boliviana: entre la modernización y el frenesí legislativo”, el intento modernizador de este mariscal y presidente boliviano a través de las reformas y leyes encontró un parate y resistencias suficientes en el plano político que hicieron que su sueño no prosperase.
¿Por qué desaparece un país?: diversos factores que no siempre coinciden
A lo largo de la historia son muchos los ejemplos de países, naciones y Estados que se separan. Que en un principio, por diferentes motivos, muchas veces vinculados con la conquista y en otros casos con la política, formaban parte de una misma región bajo un nombre que los identificaba y luego terminaron siguiendo caminos separados.
En Europa estos casos se han visto en demasía. No hace falta retrotraerse al Imperio Romano para mencionar algunos casos. Solo es suficiente con ver la historia de la Europa moderna de la época de la Guerra Fría, y países como Checoslovaquia o Yugoslavia, para entender que la unión de Estados no es algo de hace más de 200 años.
Probablemente, el factor social juegue un papel crucial en estas historias: pueblos disímiles unidos bajo un mismo nombre de país, bandera e himno, pero con tradiciones, cultura, incluso idioma y costumbres muy diferentes entre sí que difícilmente pueden tener lo necesario en común para sentirse una misma nación.
Esto quizá también le haya pasado a la Confederación Perú-Boliviana por aquellos efímeros tres años, que podría haber sido un factor más para apurar su disolución.
Probablemente, la situación podría explicarse mejor desde la perspectiva del Licenciado en Historia y magíster, Hugo Pereyra Plasencia, autor de “Una relectura del proceso de la Confederación Perú Boliviana a la luz de fuentes de los años 1837 1839”, donde se detallan los desafíos geográficos que el proyecto de Santa Cruz implicaba, y quizá por eso también estuvo destinado al fracaso.
Suposiciones que dan a pensar lo que podría haber sido si estos dos países hoy en día siguieran juntos bajo una misma nación, y no dos separadas con sus propias dificultades políticas y económicas como las que atraviesan en la actualidad.
 
 
 
 
 
MÉXICO: ¿EL PAÍS DONDE LAS NIÑAS SON PROPIEDAD? LA ESCANDALOSA REALIDAD DEL MATRIMONIO INFANTIL
 
¿Sabías que, pese a la ley, miles de niñas en México son aún forzadas a uniones tempranas? Te explicamos la verdad detrás del matrimonio infantil en México, una práctica prohibida que sigue destruyendo futuros en 18 estados. Un ejemplo desde Bolivia: la voz de Virginia Velasco
 
Tv Azteca de México (https://n9.cl/4uvhr)
 
La pregunta es escalofriante: ¿Qué país permite que una niña de 10 años sea entregada en matrimonio con un hombre de 40? La respuesta, sorprendentemente, no es sencilla, especialmente cuando se mira a México, una nación que, a pesar de sus avances legislativos, aún arrastra las cadenas de una práctica milenaria: el matrimonio infantil.
Desde 2019, la prohibición es federal y explícita, sin excepciones. Sin embargo, la realidad sobre el terreno pinta un panorama mucho más complejo, donde al menos 18 estados no han armonizado sus códigos civiles o permiten lagunas que perpetúan uniones tempranas que truncan vidas y vulneran derechos fundamentales.
Antonio José Ruiz, Oficial Nacional de Protección a la Infancia de UNICEF en México, dibuja una realidad que, si bien muestra un lento decrecimiento, es alarmante. “Los datos nacionales estiman que más de 10.5 millones de mujeres de 15 años y más se casaron o unieron antes de los 18 años”, subraya Ruiz, y de ellas, un escalofriante 13.5% lo hizo antes de cumplir los 15 años.
Las cifras más recientes de 2023, de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, revelan que el 18.2% de las mujeres de 20 a 24 años se casaron o unieron antes de los 18, una mejora marginal respecto al 21.4% de 2014. Un decrecimiento de apenas dos o tres puntos porcentuales en casi una década es, como advierte Ruiz, “de manera lenta”.
La ley en papel vs la realidad en las comunidades
La normativa federal mexicana ha avanzado. Desde 2014, se estableció la obligación para los estados de fijar los 18 años como edad mínima para el matrimonio. En 2019, esta prohibición se incluyó en el Código Civil Federal, eliminando las dispensas y excepciones que antes permitían el matrimonio con autorización paterna o bajo otras circunstancias locales. Este fue un paso crucial. Sin embargo, la implementación es el talón de Aquiles.
Las estadísticas de nupcialidad del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelaron que, entre 2014 y 2023, a pesar de las prohibiciones, se registraron 39,390 matrimonios civiles donde al menos una de las personas era menor de 18 años. Sorprendentemente, 20 de estos matrimonios irregulares aún se registraron en 2023.
La prohibición legal ha empujado el fenómeno a un terreno más oscuro: las uniones tempranas de facto. Las adolescentes ahora van a vivir a casa de sus parejas sin pasar por el registro civil, estableciendo una vida en conjunto al margen de la ley. El censo de población y vivienda de 2020 registró 224,454 adolescentes entre 12 y 17 años en situación de unión matrimonial (casadas o en unión libre).
Más allá, 21,167 habían tenido una unión matrimonial previa, declarándose separadas, divorciadas o, incluso, viudas. Esto significa que cuatro de cada 100 adolescentes en México han estado en alguna forma de unión matrimonial, una cifra que Antonio José Ruiz califica de “muy preocupante”.
El costo de la infancia robada
Las implicaciones del matrimonio infantil son devastadoras. Ruiz de UNICEF detalla cómo estas uniones limitan la autonomía de las niñas, quienes a los 12, 13 o 14 años carecen de la capacidad de consentir plenamente una unión con una persona mucho mayor.
La evidencia es contundente: las adolescentes en uniones tempranas enfrentan mayores índices de embarazos precoces, lo que a menudo las condena a abandonar la escuela, limitando sus posibilidades de inserción laboral y perpetuando ciclos de pobreza. “Nos encontramos con adolescentes de 19 años que fueron unidas a los 15, que pueden ya tener dos o tres hijos”, ejemplifica Ruiz. Esta falta de preparación las coloca en una situación de vulnerabilidad extrema.
Más allá de lo económico, la violencia es una sombra constante. Las uniones con grandes diferencias de edad, sumadas a las normas sociales que toleran la violencia contra las mujeres, aumentan drásticamente las probabilidades de que las niñas sean sujetas a mayores formas de violencia y control por parte de sus parejas. Esta violencia, a su vez, se proyecta sobre sus hijos, creando un ciclo intergeneracional de trauma y precariedad.
El camino hacia un futuro libre de uniones forzadas
¿Qué debe hacer México para alcanzar a naciones como Bolivia o Colombia, que han logrado avances significativos en la erradicación del matrimonio infantil? Ruiz señala que, si bien México ha tomado acciones –la prohibición federal de 2014, la inclusión en el Código Civil Federal en 2019 y la tipificación de la cohabitación forzada en el Código Penal Federal en 2023–, los marcos normativos, aunque importantes, no son suficientes.
La clave reside en transformar las normas sociales que aún justifican estas prácticas nocivas. La persistencia de arquetipos como que “las mujeres son propiedad de los hombres” o “los niños son propiedad de los adultos” es el verdadero enemigo. Se necesita una estrategia de política pública sólida y articulada, que trabaje de manera coordinada entre instituciones y se enfoque en las regiones más afectadas.
En este punto, el mapa de México revela contrastes. Si bien existe una incidencia mayor en comunidades indígenas y rurales, el fenómeno no es exclusivo de ellas. Estados como Guerrero (35%), Chiapas, Zacatecas, Nayarit y Michoacán (25%) muestran los índices más altos de mujeres de 20-24 años que se unieron antes de los 18.
Sin embargo, al nivel municipal, ciudades como León (Guanajuato), Ciudad Juárez (Chihuahua), Tijuana (Baja California), Puebla y Acapulco (Guerrero) también presentan altos números de adolescentes en unión. Esto evidencia que el problema es transversal y requiere intervenciones diferenciadas.
Un ejemplo desde Bolivia: la voz de Virginia Velasco
La senadora boliviana Virginia Velasco comparte la experiencia de su país, que en 2022 logró un hito histórico al modificar el código de familia para prohibir el matrimonio infantil sin excepciones. Los datos de Ceresi (Servicio de Registro Cívico) y la Defensoría del Pueblo de Bolivia revelaron más de 6 mil matrimonios infantiles forzados y más de 147,876 embarazos en menores de edad entre 2020 y 2023, es decir, “más de 100 por día”.
Estos datos, sumados a las consecuencias de violencia, feminicidio y abandono escolar, impulsaron la reforma. “No puede ser que una tradición esté por encima de los derechos humanos”, sentencia Velasco, refiriéndose a los argumentos culturales esgrimidos para justificar estas uniones.
La senadora, quien visitó México, considera que es crucial que este país avance en la armonización de sus normativas. “México tiene mucha potencialidad, pero no podemos olvidar el tema social”, afirmó, instando a cuidar el interés superior de la niñez y la adolescencia. Destaca la importancia de una legislación comparada con países como Bolivia y Colombia, que han logrado erradicar estas prácticas mediante reformas legales y estrategias de concientización.
La prohibición del matrimonio infantil en México, aunque existe a nivel federal, enfrenta el desafío de su implementación a nivel estatal y la resistencia de normas sociales arraigadas. La brecha legislativa entre el nivel federal y los códigos locales es un factor clave. La falta de estrategias culturalmente sensibles para dialogar con comunidades donde estas prácticas son tradición, sumado a las condiciones de pobreza que a menudo empujan a las familias a ver la unión como una “protección” para sus hijas, complejiza aún más el panorama.