Thursday, July 10, 2014

LAS 18 VIOLACIONES DE CHILE AL TRATADO DE 1904


Bolivia advirtió que Chile “confunde y desnaturaliza” la demanda marítima que interpuso en su contra, en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con la divulgación del documento Chile y la aspiración marítima boliviana. Mito y realidad que elaboró Santiago.  “Debemos responder los argumentos sostenidos por el Gobierno de Chile quien (sic) busca confundir con este texto a la opinión pública internacional, además trata de desnaturalizar el objeto de nuestra demanda”, afirmó el canciller David Choquehuanca.


El canciller de Bolivia, David Choquehuanca, detalló 18 violaciones de Chile al Tratado de 1904 y a otros acuerdos complementarios de dicho documento histórico, en desmedro a la economía del Estado Plurinacional.
Choquehuanca, en rueda de prensa, que el documento del vecino país, titulado “Chile y la aspiración marítima boliviana, mito o realidad”, simplemente busca confundir a la opinión pública internacional.
“Debemos responder los argumentos chilenos, que buscan confundir a la opinión pública internacional, además trata de desnaturalizar el objeto esencial de nuestra demanda ante la Corte Internacional de Justicia. El gobierno de Chile en ese documento dice que Bolivia tiene acceso al mar, pero lo que Bolivia en realidad tiene son algunas pobres facilidades que sirven sólo como paliativos y no pueden compararse en absoluto con un acceso libre y soberano al mar”, aseveró.
Más aún –agregó– que Chile fue reduciendo esas pocas facilidades a lo largo de los años, en franca violación del Tratado de 1904. 
“En 1904, Bolivia y Chile suscribieron un tratado por el que Chile se obligó a otorgar a Bolivia, libre tránsito comercial por su territorio y puertos del Pacífico, dicho régimen fue complementado por otros acuerdos complementarios. Mediante la Convención sobre Tránsito del 16 de agosto de 1937, el gobierno chileno reconoce y garantiza el más amplio libre tránsito, a través de su territorio y puertos, para las personas y carga boliviana”, sostuvo.
La autoridad indicó que la mencionada Convención dice textualmente que “comprende toda clase de carga y en todo tiempo sin excepción alguna”.
“Mientras el artículo 6 del Tratado de 1904 menciona que Chile reconoce en favor de Bolivia y a perpetuidad el más amplio, el libre tránsito comercial, por su territorio y puertos del Pacífico. Lo que nunca mencionan o no les gusta leer es lo que dice que ‘ambos gobiernos acordarán en actos especiales la reglamentación conveniente para asegurar sin perjuicios para sus respectivos intereses fiscales’, entonces nunca debía existir ninguna medida unilateral”, explicó.
Sin embargo, Chile –según el Canciller– de manera unilateral fue imponiendo e impone normas y acciones en contra del libre tránsito boliviano y en su texto sobre la aspiración marítima boliviana señala que cumple  rigurosamente el Tratado. “Pero eso no es cierto”, apuntó. 
Violaciones al Tratado
“Quiero citar sólo algunas de las violaciones flagrantes hechas por Chile al Tratado a lo largo de la historia”, aseveró Choquehuanca. 
1.- Chile vulneró el artículo sexto del Tratado de 1904, en momento cruciales de la historia boliviana, impidiendo en plena Guerra del Chaco (1932-1935) entre Bolivia y Paraguay, la internación de armas para Bolivia por puertos de Chile.
2.- En 1952, embargó miles de toneladas de estaño boliviano para la exportación, ante la sola gestión del magnate minero Simón Patiño. 
3.- En 1997, prohibió el acopio y transporte de minerales de plomo en el puerto de Antofagasta. Esta prohibición está vigente hasta el presente.
4.- En 2004, Chile privatizó unilateralmente los puertos de Arica y Antofagasta pretendiendo obligar a Bolivia a someterse a intereses de concesionarios privados y vulnerando los derechos de Bolivia comprometidos en el Tratado en una relación exclusiva entre Estados.
5.- El 7 de septiembre de 2012, de pronto el gobierno de Chile exigió la libreta de tripulante a conductores bolivianos que transportan carga de ultramar. “Nosotros entendemos que ellos pueden exigir este documento cuando se trata de carga con destino a Chile, pero nunca cuando se trata de carga de ultramar. Nunca nos exigieron hasta entonces, pero desde que Bolivia empezó a tomar acciones para recuperar su mar con soberanía, ellos empezaron a tomar medidas que nos perjudican”, manifestó.
6.- El 20 de septiembre de 2012, hubo una huelga de los trabajadores chilenos en la terminal internacional puerto de Antofagasta y la medida ocasionó grandes pérdidas a Bolivia obstaculizando el libre tránsito de sus vehículos. 
7.- El 30 de octubre de 2012, se registró una restricción unilateral del ingreso al territorio chileno de varios vehículos de transporte de alto tonelaje de Bolivia con fabricación inferior al año 2000. “De pronto se le ocurre alguna autoridad aplicar esta medida de restricción, en ningún lugar del Tratado dice que ellos deben implementar de manera unilateral, es más, debería implementarse de manera conjunta, pero ni nos consultaron, de pronto nuestros transportistas se encontraron de que ya no pueden pasar con vehículos de modelos inferiores al año 2000”, cuestionó.
8.- El 28 de noviembre de 2012, Chile implementó una exigencia unilateral de permisos ocasionales y permisos complementarios a transportistas bolivianos, así como el decomiso de licencias de conducir. “Lo mismo de manera unilateral, empezaron a decomisar las licencias de conducir de nuestros exportadores e importadores”, recordó.
9.- El 31 de diciembre de 2012, hubo una imposición unilateral de revisiones técnicas de vehículos de transporte pesado, ocasionando grandes filas y perjuicios al transporte internacional boliviano. “Lo mismo, de pronto se lo iluminó a algún chileno y se decidió revisar técnicamente nuestros camiones, revisando cada camión entre dos a tres horas, esto no sólo atenta al libre tránsito, sino es una ofensa para los bolivianos”, declaró.
10.- El 14 de enero de 2013, provocaron una congestión de camiones de carga de exportación boliviana en el paso fronterizo de Chungará, debido a la falta de servicio eléctrico en dicho lugar. “Dijeron nos cortaron el servicio eléctrico y el sistema no funciona, impidiendo el tránsito de nuestros camiones”, señaló Choquehuanca.
11.- El 17 de abril de 2013, se procedió a la confiscación unilateral de licencias de conducir de los transportistas bolivianos porque estaban mal parqueados. “Un carabinero les dijo están mal parqueados y les decomisaron sus licencias, o cualquier otra causa que los carabineros de Chile se inventan, si nosotros escucháramos a nuestros transportistas, los atropellos y ofensas que tienen que encarar, es como para escribir un libro”, afirmó.
12.- En abril de 2013, un paro de actividades de alrededor de 21 días, realizado por trabajadores del puerto de la ciudad de Iquique, perjudicó enormemente el comercio exterior boliviano. 
13.- El 17 de abril de 2013,  se registró la imposición de normativas unilaterales de transporte internacional terrestre. “De pronto un montón de reglamentos que nos pasaron y nos dijeron que tenemos que cumplir, pero de acuerdo a los convenios y el Tratado jamás estas medidas se deberían implementar de manera unilateral”, insistió.
14.- El 6 de mayo de 2013, se impuso un seguro obligatorio contra accidentes personales. “¿Por qué recién en 2013? ¿Por qué empiezan a tomar estas medidas? Nosotros no estamos en contra de un seguro, estamos de acuerdo, pero lo que rechazamos es esta imposición unilateral que viola el Tratado de 1904”, aseveró.
15.- El 14 y 15 de noviembre de 2013, el paro de la asociación nacional de funcionarios de la Aduana de Chile provocó otro perjuicio al transporte boliviano.
16.- El 19 de noviembre de 2013, otro paro de los funcionarios de la Aduana. 
17.- Del 25 al 30 de noviembre de 2013, hubo un nuevo paro de la asociación nacional de funcionarios de la Aduana de Chile.
18.- Del 6 al 28 de enero de 2014, se registró otro paro laboral portuario en Iquique con grandes impactos económicos al comercio exterior de Bolivia. “¿Dónde está ese libre tránsito en todo momento y sin ninguna restricción?”, cuestionó el Canciller.
“Todas estas medidas y acciones unilaterales, son confiscatorias de los derechos bolivianos y provocan día a día, millonarias pérdidas y daños a nuestro comercio exterior”, puntualizó.





EDITORIAL. ACERTADA OBJECIÓN A LA COMPETENCIA DE LA HAYA

Chile ha enviado dos señales muy claras: su rechazo a la demanda boliviana y su irrestricto respeto por los tratados y la estabilidad de las fronteras.

La Tercera de Chile (www.latercera.com)

LA PRESIDENTA de la República resolvió objetar la competencia de la Corte de La Haya en el juicio que Bolivia interpuso en contra de Chile, mediante la presentación de objeciones preliminares a su jurisdicción, recurriendo a un mecanismo que contempla la institucionalidad que rige este tribunal. La decisión que tomó la Mandataria y el equipo a cargo de la defensa nacional es acertada -en ello ha contado con el respaldo unánime de todas las fuerzas políticas y ex cancilleres, como también de un sinnúmero de especialistas, además de los cuatro ex presidentes-, porque refuerza la postura chilena de restar toda validez a la acción boliviana, que a través de un artilugio jurídico pretende desconocer la vigencia del Tratado de 1904. La objeción  preliminar salvaguarda correctamente la defensa de los intereses nacionales, con la ventaja que de ser acogida, evitaría que este juicio se extienda innecesariamente.
La actitud que se ha visto en la contienda con Bolivia es distinta de lo que se observó en la demanda que interpuso Perú. Entonces no se alegó incompetencia alguna frente a la corte -pese a que Perú desconocía un límite fijado por un tratado vigente- y se aceptó que el juicio siguiera su curso sin reservas, lo que finalmente devino en una sentencia “salomónica”, pese a que el tribunal dio plena razón a los argumentos presentados por Chile. La constatación de que la corte no sólo atiende argumentos jurídicos sino que también toma en cuenta criterios de “equidad”, motivó una amplia discusión en el país acerca de cómo proceder en el caso de Bolivia. Ello permitió a la Presidenta escuchar todas las opiniones y tomar una decisión plenamente fundada, que envía una nítida señal sobre el completo desacuerdo del país con esta acción ante La Haya, y es acertado que ello se haya dejado establecido en esta fase y no en la contramemoria, que debería presentarse en 2015. 
El alegato chileno cuenta con pleno sustento jurídico, pues el Tratado de 1904 antecede al Pacto de Bogotá de 1948, el cual entrega jurisdicción a la corte y le impide pronunciarse sobre materias ocurridas con anterioridad a ese año. Por lo demás, el Tratado de 1904 fijó las fronteras entre ambos países de manera definitiva, cuestión que no ha sido objetada por Bolivia en su memoria, si bien alega que dicho tratado fue firmado en condiciones desventajosas y bajo presión, de lo cual existe evidencia en contrario. Estos antecedentes conforman una sólida argumentación a favor de Chile, lo que explica por qué Bolivia tuvo que recurrir a un artilugio para burlar el Tratado de 1904 y por esa vía intentar conseguir un acceso soberano al mar. Acertadamente, la Presidenta ha señalado que la defensa de Chile coincide con principios esenciales del derecho internacional, “incluyendo de manera principal la inviolabilidad de los tratados y la estabilidad de las fronteras”. Ello refuta completamente los dichos del Presidente boliviano, Evo Morales, quien señaló que es contradictorio que Chile se manifieste respetuoso del derecho y, a su vez, desconozca la competencia de la corte.
La nueva fase que se abre en este proceso obliga a Chile a reforzar su ofensiva política y diplomática en relación a la demanda boliviana, para evitar que se instale la idea de que Bolivia no cuenta con acceso al mar, en circunstancias que, en virtud del Tratado de 1904, dispone de pleno acceso al Pacífico por puertos chilenos. La diplomacia chilena ha sido eficiente para impedir que la mediterraneidad de Bolivia constituya una causa regional, lo que se refuerza con la política de Estado que se ha seguido en relación con este tema.  





DEMANDA BOLIVIANA: LA ARRIESGADA APUESTA DE BACHELET

La Tercera de Chile (www.voces.latercera.com)
                                         
El Pacto de Bogotá –suscrito por 21 países de toda América en abril de 1948– es un compromiso de los países firmantes de resolver sus conflictos de modo pacífico. Desde luego, el pacto contempla muchos mecanismos para aquello, entre los que se cuenta el otorgamiento de jurisdicción a la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Es decir, la CIJ tiene competencia porque los países firmantes –entre ellos Chile y Bolivia– así lo acordaron. Sin embargo, hay un detalle importante: el tratado establece que la Corte no tendrá jurisdicción para pronunciarse sobre los tratados firmados antes del Pacto de Bogotá. Y este es justamente el caso entre Chile y Bolivia, quienes establecieron sus fronteras a perpetuidad en el Tratado de Paz y Amistad de octubre de 1904.
Así las cosas, la posición de Chile es que este conflicto debe ser resuelto por algún otro mecanismo pacífico establecido en el Pacto de Bogotá, pero no a través de la CIJ. Ahora bien, no todo es tan sencillo dado que es la CIJ la que debe pronunciarse acerca de su propia competencia para conocer de la demanda boliviana. Es por ello que Chile debe alegar ante la CIJ su incompetencia, disponiendo de dos momentos procesales para hacerlo: la primera, como objeción preliminar antes de los 90 días contados desde la presentación de la memoria boliviana (plazo que vence en una semana más); y la segunda, en la contramemoria; es decir, en el juicio mismo al contestar la demanda boliviana.
Durante meses los expertos en materia de Derecho Internacional, los parlamentarios, los ex cancilleres y los ex presidentes han debatido acerca de cuál de estos dos momentos es el más conveniente para la defensa chilena. Pareció –y esto es una percepción mía– que en un momento tomó fuerza la idea de alegar la jurisdicción de la CIJ durante el juicio. El principal argumento para ello es que si la CIJ rechaza la objeción preliminar, Chile luego se quedaría sin su principal argumento durante el juicio, cosa tremendamente peligrosa para nuestra defensa.
Sin embargo, algunos actores –entre ellos los parlamentarios– empezaron a empujar la idea de impugnar la jurisdicción de la CIJ en la primera instancia procesal, antes del inicio del juicio. Con ello, los parlamentarios buscaban que Chile diera muestra de una convicción absoluta acerca de la incompetencia de la Corte, sobre todo luego del tibio e incomprensible fallo de la CIJ en el conflicto con el Perú. Además, con ello se busca instalar la idea de que lo que en realidad busca Bolivia es la revisión judicial de un tratado válido, reconocido por ambas partes y que se encuentra vigente –lo cual es inconcebible– y atraerá la atención de todos los países que han conferido jurisdicción a esta Corte, y que no mirarán con buenos ojos que ésta se irrogue la facultad de revisar tratados vigentes.
Finalmente, presentar esta objeción preliminar permitirá acortar significativamente el juicio, evitando nuevas manifestaciones de algunos países de la región en favor de la salida soberana al mar para Bolivia.
En esta materia, hoy Chile está unido detrás de la presidenta. Esperemos que el tiempo también le dé la razón.





DEMANDA MARÍTIMA DE BOLIVIA: TÁCTICA Y ESTRATEGIA

La Tercera de Chile (www.voces.latercera.com)

Los militares (y Benedetti) suelen hablar de táctica y estrategia. Lo que ocurrió en estos días tiene algo de marcial, sin duda, pero también de poético.
La estrategia para Chile estaba clara desde un inicio: solicitar la incompetencia de la Corte de La Haya en el reclamo que interpuso Bolivia que pide iniciar negociaciones para lograr una salida soberana al mar. Esto era inadmisible para Chile porque —afirma— estaría en juego el tratado de límites entre ambos países, que fue firmado muchos años antes que la Corte de la Haya siquiera existiese.
La Sociedad de las Naciones (el antecedente inmediato de Naciones Unidas) quiso hacer cosas similares —revisar tratados limítrofes— y  así le fue.  Años después de su creación el mundo estalló en pedazos en la Segunda Guerra Mundial. A partir de entonces, Naciones Unidas sólo se ocupa de que los tratados se cumplan y no mucho más Bolivia intentaba que la historia no se repitiera. En 1920 y 1921, cuando pidió la revisión del Tratado de 1904 ante la misma Sociedad de las Naciones, fracasó y fue abandonada incluso por el Perú. Hoy, más de 100 años después, intenta cuidarse y evita siquiera mencionarlo, sabedora de que la Corte solo puede pronunciarse sobre casos posteriores a su creación.
Era sobre la táctica donde había discusión en Chile: hacerlo ahora, aduciendo cuestiones de forma, o dentro de unos meses cuando se vieran las cuestiones de fondo.
La decisión, además, tenía la presión unánime de la clase política y la opinión pública; muy pocas voces expresaron públicamente la posibilidad de optar por otra alternativa. Los invito a pensar en el escenario que se hubiera abierto si la Presidenta Michelle Bachelet no tomaba la decisión que adoptó: hoy estaríamos inmersos en una seria crisis política en lugar de admirar el espaldarazo transversal que recibió el gobierno.
El riesgo que había para Chile, que seguramente se barajó con detenimiento -que la Corte declare improcedente la objeción preliminar- y que podría entenderse como un triunfo comunicacional de Bolivia, no fue tan relevante a la hora de decidir la táctica a seguir. Era tal la unanimidad de las opiniones que no quedaban muchas opciones. Además, en cosas como esta, lo que importa siempre es el resultado final, no la forma en que se llegue a él.
En el caso de Bolivia ocurrió algo similar, la estrategia fue la misma desde un inicio. En cualquiera de los dos casos -si Chile presentaba la objeción ahora o dentro de unos meses-, el gobierno de Morales habría actuado de igual manera: argüir que esa decisión significa ignorar el derecho internacional y, en definitiva, darle tácitamente la razón a Bolivia.
¿Qué es lo que podemos esperar en el futuro? El peor escenario para Chile es que la Corte diga que es competente; el peor para Bolivia es que se declarara incompetente.
En el ancho camino del medio hay otras opciones, ninguna de las cuales convence mucho a los dos países. Por ejemplo, que la Corte diga: “veamos las cuestiones de fondo y después vemos si somos competentes o no”, lo cual quiere decir “ni uno ni otro, sino quién sabe”.
Todo será cuestión de tiempo, el camino podrá ser más largo o más corto, pero como dice el refrán, no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague. La Corte deberá pronunciarse y conoceremos un veredicto que, guste o no, será profundamente político. El derecho lo es en esencia.
Ahora bien, al margen de ese veredicto, el único problema que tendremos todos al final del día es que pase lo que pase, sea cara o cruz, Chile y Bolivia seguirán siendo vecinos. Esa es la realidad objetiva. Todo lo demás está en nuestras manos.





Memorias detallan relaciones vecinales en dictadura

LA TRASTIENDA DEL ACUERDO DE CHARAÑA
                                                                                                                             
El lunes por la noche Michelle Bachelet anunció que Chile impugnará la competencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para resolver la demanda boliviana. Las relaciones entre ambos países nunca han gozado de mucha fluidez. En su libro Confidencias Limeñas (Catalonia, 2014), el ex Ministro Consejero de Chile en Perú (1976-81), Demetrio Infante, aborda capítulos desconocidos de las relaciones diplomáticas entre Chile, Bolivia y Perú. En uno de sus capítulos cuenta como se gestó el documento que sirvió de base para el “Acuerdo de Charaña”, el cual reproducimos a continuación.

El Mostrador de Chile (www.elmostrador.cl)
                              
En el mes de agosto de 1974 me llamó a su oficina el subsecretario de Relaciones Exteriores, capitán de Navío infante de Marina Claudio Collados, quien había sido nombrado en el cargo en enero de ese año. (…) Al entrar a la oficina de Collados me encontré que estaba allí Gastón Illanes, quien había terminado recién su destinación de algo más de cinco años como ministro consejero en Lima. Predicaba la idea de que en Perú existía entre los militares la idea de aprovechar el difícil momento histórico por el que pasaba Chile, tanto en lo interno como lo externo, para buscar la revancha de lo acaecido en 1879. Como mencionaré más adelante, incluso el general Mercado Jarrín, que era canciller peruano, había escrito sobre la materia. La presencia del general Velasco Alvarado en el Palacio Pizarro, la ideología pseudo marxista de muchos de los generales, que eran sus principales asesores, y las importantes compras de material bélico que se habían hecho y se continuaban haciendo, como señalé antes, avalaban esa aprensión.
El temor de Gastón era compartido por la mayoría de los militares chilenos y los hechos, como se sucedían, daban una base sólida a esa posibilidad. Collado nos dijo que nos había citado para compartir con nosotros un oficio secreto remitido a la Cancillería directamente por el presidente de la República, en el que pedía a esa buscar los medios diplomáticos necesarios para neutralizar por lo menos por seis meses a Bolivia. Nos dijo que nos constituyéramos como equipo de trabajo en una oficina del segundo piso, que estaba a la izquierda del pasillo que daba acceso a su oficina. Me agrego que había conversado con don Kiko el tema y se había decidido que cuando el Asesor Político lo estimara necesario, debería paralelamente colaborarle. Luego, cuando pasé a desempeñarme como jefe de Gabinete del Ministerio, mantuve mi participación en el Grupo Charaña.
Gastón, por su estadía en Lima, tenía conocimiento en detalle del tema boliviano, ya que desde la Embajada se seguían de cerca las vinculaciones entre Lima y La paz. En lo personal, el asunto me sobrepasaba en forma absoluta, por lo que me puse a estudiar todos los papeles y publicaciones disponibles y con Illanes empezamos a analizar la mejor manera de cumplir con el encargo. Después de conversar latamente el tema entre nosotros, propusimos al Subsecretario, como método de trabajo, la preparación de un documento que considerara todas las posibilidades existentes para dar solución a la demanda boliviana de una salida al Océano Pacífico, único medio efectivo para producir la neutralización solicitada desde la Presidencia. Collados estuvo de acuerdo. Empezamos entonces a redactar en conjunto un documento que considerara todas las alternativas. A veces yo me sentaba frente a la máquina de escribir y a veces Gastón. Cuando me tocaba el turno, mi compañero de trabajo seguía su tradicional costumbre de pasearse a grandes zancadas en el reducido espacio de la oficina. De ese modo, decía, le fluían con mayor rapidez y eficiencia las ideas. Tenía un “síndrome” parecido al del ministro Carvajal, pero su velocidad de movimiento era muchísimo mayor que la del Vicealmirante.
Empezamos con cosas tan descabelladas como la devolución de todos los territorios que pertenecieron a Bolivia antes de la Guerra del Pacífico o con la anulación del tratado de 1904. A medida que iban naciendo nuevas alternativas, de algunas se dejaba solo constancia y se desechaban por su obviedad, sin necesidad de dar un argumento especial, como fue el caso de las mencionadas recién. Solo se enunciaban. En otros casos, se argumentaba sobre las razones de la inviabilidad de una determinada posibilidad. Así, el documento fue creciendo sin que nos diéramos cuenta y cuando lo terminamos, pasaba las 80 páginas. El Subsecretario, cada cierto tiempo, nos pedía cuenta del resultado de nuestro esfuerzo, nos daba ideas y nos instaba a seguir adelante.
Al fin, llegamos a la conclusión de que las posibilidades viables, después de una negociación que considerara todas las variables que de una manera u otra pudieran interferir con los intereses permanentes de Chile, eran dos: una, el otorgamiento a Bolivia de un enclave con soberanía dentro de la provincia de Antofagasta, a objeto de que allí construyera un puerto y pudiera desarrollar todas las actividades que, según La Paz, le impedía su condición mediterránea; la otra consistía en conceder a Bolivia un pedazo de playa situado entre la Línea de la Concordia y Arica, donde pudiera construir un puerto, unido con el Altiplano por medio de un corredor con soberanía. Esta posibilidad hacía necesario solicitar el consentimiento del Perú, tal como lo establece el Protocolo Complementario del tratado de 1929 suscrito entre Santiago y Lima.
Entregamos el fruto de nuestro esfuerzo al Subsecretario Collados quien, después de mostrárselo al Ministro, lo llevó donde el Presidente. Con Gastón esperamos ansiosos en nuestras oficinas la recepción que la más alta autoridad le daría al “ladrillo” que habíamos preparado, ya que estábamos convencidos de haber cumplido bien con la tarea que nos habían encomendado. Para sorpresa y desaliento nuestro, el general Pinochet encontró que el documento era una soberana tontera que lo único que hacía era poner en riesgo los intereses permanente de Chile. La instrucción fue que se mantuviera en absoluto secreto, que se guardara bajo siete llaves y que quienes habíamos trabajado en él mantuviéramos la boca cerrada. Nunca pensamos que un documento en el que nosotros habíamos puesto tanto empeño y que considerábamos completo y acabado, fuera a tener una recepción tan negativa como la que tuvo.
Nuestras esperanzas de aprobación se fundaban, más allá del análisis de la difícil coyuntura internacional que vivía Chile y de las realidades políticas del momento –que nosotros estimábamos cubrir adecuadamente–, en la existencia de ciertos antecedentes que nos hacían presumir que Pinochet tendría una actitud más bien positiva al leerlo, pues habían circunstancias que permitían colegir que tenía una posición proclive a encontrar un acuerdo con Bolivia. En marzo de 1974, en Brasilia, durante la transmisión de mando presidencial al general Ernesto Geisel, se habían encontrado Banzer y Pinochet y ante el requerimiento del boliviano sobre la necesidad de encontrar una solución al problema de la mediterraneidad de Bolivia, el chileno le había expresado que contara con toda su buena voluntad y que consideraba “que no era imposible que lleguemos a entendernos”, como lo recuerda el historiador boliviano Ramiro Prudencio Lizón en un libro titulado “Historia de la Negociación de Charaña”. (Prudencio pag. 22) Dicho sea de paso, este es un trabajo muy acabado publicado por la Editorial Plural en el 2011, que debería servir de guía a todos aquellos interesados con el tema.
Además, teníamos presente que ambos países no tenían relaciones diplomáticas a nivel de embajador desde 1962, años en que Bolivia las había suspendido después de que la OEA resolvió a favor de Chile la controversia entablada por La Paz sobre el río Laca. Pensamos que una aproximación usando elementos consignados en el documento preparado permitiría restablecer las relaciones a nivel de embajador, iniciándose así el proceso de “neutralización” solicitado. Adicionalmente, se sabía que Pinochet tenía un aprecio especial por Bolivia por la circunstancia que una hermana suya vivía en ese país. Sea como fuere, al final nuestro esfuerzo tuvo como providencia el “tramite del cajón secreto”.
Pero las cosas se continuaban dando de una manera preocupante para Santiago. El aumento del potencial bélico peruano, especialmente con importantes compras hechas en la Unión Soviética, la activa participación del Perú en el mundo internacional, donde había incrementado sustantivamente sus relaciones con la URSS, Cuba y con los países situados detrás de la Cortina de Hierro, aumentaban los temores de los ocupantes del entonces edificio Diego Portales. A su vez, se debía tener presente que Chile estaba partido política y socialmente, y que su situación económica era pésima, lo que impedía cualquier intento de mejorar su nivel de armamento. Por ello un problema en el norte no sería contra un país vecino, sino de seguro contra los dos.
Como ya se dijo, se había demostrado una comprensión entre Chile y Bolivia en Brasilia en marzo de 1974. En diciembre de ese año, en la Declaración de Ayacucho, suscrita en Lima con motivo del sesquicentenario de la batalla del mismo nombre, se había aceptado la introducción de un párrafo en que se expresaba la más “alta comprensión a la situación de mediterraneidad que afecta a Bolivia, situación que debe demandar la consideración más atenta hacía entendimientos constructivos”. Sin embargo, en términos estratégicos, aparecía clara ante las autoridades chilenas la alternativa de una V2, esto es, tener que enfrentar a dos vecinos simultáneamente. Se descartaba la posibilidad de una V3, pues en ese instante las relaciones entre Santiago y Buenos Aires eran estables.
Ante esa realidad, Pinochet, en un viaje que realizó al norte del país, invitó a Banzer a juntarse a un punto de la frontera común altiplánica. Fue así como el 8 de febrero de 1975 se produjo en la muy humilde localidad de Charaña, a 4.000 metros de altura, el encuentro entre ambos jefes de Estado. Al final de la cita se suscribió la denominada “Acta de Charaña”, que entre otras cosas recordaba lo establecido en la Declaración de Ayacucho y concluía con la normalización de las relaciones diplomáticas entre ambos países a nivel de embajador. Los hechos se precipitaron con gran rapidez y no había claridad acerca de cómo continuar. Fue entonces cuando Pinochet se acordó del documento aquél, que tanto le había desagradado, y pidió que en base a aquel se iniciaran los estudios del caso para preparar la estrategia a seguir. Dentro de las alternativas que nosotros habíamos considerado viables, se decidió concentrarse en la idea de un corredor al norte de Arica. El enclave en la provincia de Antofagasta presentaba un sinnúmero de dificultades, entre otras la imposibilidad de que Bolivia accediera a un puerto propio con conexión soberana a su territorio, ya que de hacerlo Chile quedaría dividido en dos partes y eso no sería aceptado por Santiago. (…)
Pero retomemos las negociaciones chileno-bolivianas para una salida al mar al país Altiplánico. Ambos gobiernos procedieron a designar a sus respectivos embajadores. Chile ascendió al grado de embajador a Rigoberto Díaz, funcionario de carrera que se desempeñaba en La Paz como cónsul general. Era un hombre perteneciente al Partido radical que gozaba de cierta simpatía de parte de Pinochet pues había establecido una buena relación con los parientes presidenciales que residían en La Paz. Se trataba de un tipo astuto e imaginativo que poseía un buen nivel de aceptación en los diversos círculos paceños. Prudencio (pág. 37) recuerda que se le definió como “uno de los diplomáticos chilenos recordados con mayor afecto en La Paz por su gestión de acercamiento, unida a su sencillez y afabilidad”. Bolivia, por su parte, nombró a un destacado hombre público, millonario, según él, héroe de la Guerra del Chaco, inteligente y con un don social extraordinario: Guillermo Gutiérrez Vea-Murgia. Arrendó como residencia de su embajada una de las mejores casas del barrio Vitacura y no escatimó esfuerzos por atender espléndidamente a lo más grande de las elites política y social de Santiago, cosa que hacía gracias a su fortuna personal. Visitó en muy poco tiempo a todas las personas influyentes de la capital y cuando era necesario romper los a veces rígidos esquemas del mundo diplomático, lo hacía. (…) Lógicamente, la opinión positiva que Gutiérrez V.M. pudo tener del Ministro mutó radicalmente una vez que las negociaciones para la cesión de un corredor fracasaron.(…)
En el caso de las tratativas de 1975-1976, hay que agregar un elemento que, si bien no se menciona, tuvo la mayor importancia para que fracasaran: la acción en extremo activa de la embajada del Perú en La Paz para “descarrilar” las negociaciones. El embajador Llosa Pautrat, quien años después sería secretario general de Torre Tagle en el segundo gobierno de don Fernando Belaúnde, de quien era su consuegro, fue incansable en su trabajo de oposición solapada al posible corredor y se especula –no tengo pruebas para afirmarlo categóricamente- que contó con importantes recursos para desarrollar libremente y sin límites de personas y cantidad esa labor.
En cuanto a esa desconfianza “congénita” boliviana, que impide llegar a acuerdos con Chile, el caso más reciente es lo que sucedió con el río Silala, respecto de cuyas aguas Bolivia alega que Chile hace uso abusivo. Después de años de tratativas de delegaciones presididas por los respectivos viceministros de Relaciones Exteriores, se logró un acuerdo que amabas partes consideraron justo y satisfactorio. Cuando el texto fue llevado a La Paz para su aprobación final, se levantaron las voces en eel Congreso diciendo que este era otro engaño chileno, por lo cual era inaceptable su aprobación. Hasta ahí llegó el esfuerzo.
Con pena colijo que para llegar a un entendimiento definitivo con Bolivia deberá pasar a lo menos una generación de bolivianos, a fin de que llegue a gobernar ese país una nueva que esté dispuesta a analizar los hechos tal cual son en el mundo moderno y, al mismo tiempo, sea capaz de desligarse de ataduras y suspicacias que lo único que hacen es abortar cualquier iniciativa que permita avanzar de consumo.





OPINION: DEMANDA BOLIVIANA

La Tercera de Chile (www.latercera.com)
                                         
La decisión de la Presidenta de la República me parece conveniente, aun cuando existe la necesidad de una observación definitiva; es decir, apelar al artículo 53 de los estatutos de la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Valoro que ella, haciendo uso de sus facultades, se haya pronunciado por una medida política y no por la que aconsejaban los abogados. Cualquiera fuese la oportunidad traería un riesgo; de haberla diferido hasta la contramemoria habría significado seguir bajo la intensa campaña comunicacional del Presidente Morales, inoculando a través de todo el mundo el virus de nación mártir, culpando a nuestro país de su falta de progreso y sensibilizando a la opinión  mundial, a la cual no estarían ajenos los jueces.
Ahora la decisión está en la CIJ; de acuerdo a sus estatutos (art. 36.6), “en caso de disputa en cuanto a si la corte tiene o no jurisdicción, la corte decidirá, pudiendo incluso conforme al artículo 79 de su reglamento, con respecto a las observaciones preliminares, decidir la necesidad de pronunciarse sobre cualquier cuestión de competencia y admisibilidad por separado”.
Que “actos unilaterales” puedan generar obligaciones jurídicas no parece importar. Estos eran estudiados por más de una década bajo el patrocinio de Naciones Unidas, habiendo acordado 10 principios rectores en 2006. Aunque la demanda boliviana se funda en ellos, eso no significa que pueda prosperar en los términos en que solicita, pero sí constituyen un campo propicio para que la CIJ repita el criterio empleado en la demanda de Perú, apartándose nuevamente de lo estrictamente jurídico.
Ojalá no se reitere la grave omisión de nuestros abogados de no objetar la parte histórica, pues la corte afirmó antes que Chile y Perú no eran países vecinos al obtener sus independencias y que entre ambos estaba el territorio de Charcas, que llegó a ser la República de Bolivia en 1825.





EL ESCENARIO Y LOS RIESGOS QUE SE LE PRESENTAN A CHILE TRAS IMPUGNACIÓN A CORTE DE LA HAYA

El Mostrador de Chile (www.elmostrador.cl)
                                  
“Es una decisión arriesgada, pero necesaria”, expresa un personero que ha seguido de cerca el proceso, tras la presentación de la memoria boliviana el pasado 15 de abril. En esa misma dirección, otras fuentes cercanas al caso advierten que es un riesgo que se debe correr, y que como en todo juicio, existen las mismas posibilidades tanto de ganar como de perder. Las mismas fuentes indican que una posible derrota no tendría efectos jurídicos negativos para nuestro país, sólo habría un “daño en el terreno mediático”. 
El día después de, para muchos, la “sorpresiva” determinación de la presidenta Michelle Bachelet comienzan a hacerse evaluaciones de lo que fueron estos casi tres meses de consultas. El diputado miembro de la comisión de RR.EE de la Cámara, José Manuel Edwards (RN), quien pasó de una línea conservadora hacia una postura alineada con la idea de impugnar ahora, señala que a medida que se fue dando el proceso, se fueron conociendo sólidos argumentos jurídicos que fortalecían la posición chilena por una impugnación preliminar.
En ese plano, la mandataria escuchó esas razones, a las cuales también suscribieron los ex presidentes Eduardo Frei, Ricardo Lagos y Sebastián Piñera, como la de sus abogados más cercanos que, en su gran mayoría, optaban por la tesis contraria: impugnar en febrero. Quien, finalmente ,habría jugado un rol clave en la decisión presidencial fue el canciller, Heraldo Muñoz. El ministro, según comentan cercanos a la causa, fue convenciéndose que el factor político tenía un rol clave en las decisiones que se tomarían, y alentado más aún por los argumentos jurídicos con que se contaban, armando un puzzle completo.
Los escenarios

En un corto plazo, la CIJ debe notificar a Bolivia de la impugnación chilena, suspendiéndose el proceso de fondo. Podría existir la posibilidad de abrirse una réplica y una posterior dúplica. Tras ello, Bolivia deberá contestar los argumentos chilenos. Luego, de unos 6 a 9 meses, vendrá la parte oral del juicio, que podría extenderse por dos semanas. Alegatos donde sólo se ve la competencia de la CIJ, sin entrar en temas de fondo. En el fallo pueden ocurrir tres escenarios. El primero que la Corte acoja la impugnación, ante lo cual se termina el proceso; segundo que no se acepte, ante lo cual se seguiría con el fondo; y un tercer escenario, donde la Corte podría establecer una competencia acotada, sobre algún punto que así lo considere (en el conflicto entre Colombia y Nicaragua ocurrió este escenario en el ejemplo más reciente de una solicitud similar a la chilena). Todas estas tres decisiones son inapelables. En lo inmediato, el gobierno chileno deberá, tal como ya lo hizo Bolivia, nombrar un juez adoc en la Corte para que participe en los alegatos orales.Todo este proceso, no duraría más de dos años.
En derecho

“Chile siempre ha sido respetuoso del derecho internacional, tanto así que estamos haciendo uso de una facultad que otorga la misma corte. Resultan sorprendentes las declaraciones de Bolivia, pero estamos acostumbrados a escucharlas”, expresó el canciller Múñoz contestándole a las declaraciones emitidas por Evo Morales, respecto a nuestra supuesta “contradicción” de respeto al derecho.
Fuerte réplica boliviana a decisión de Bachelet
Pocas horas tardó en reaccionar el presidente boliviano, Evo Morales, a la decisión anunciada el martes en la noche por la presidenta Michelle Bachelet de que Chile invocará la incompetencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya este mes. En las pantallas del país altiplánico, apareció acusando a la posición chilena de contradictoria al rechazar la competencia del "principal órgano de administración de justicia para resolver diferencias entre estados y simultáneamente se manifiesta respetuoso del derecho".
Además, con el recurrente componente político que ha sido protagonista en todo el proceso de la demanda, aludió a los magistrados del caso señalando que "Bolivia mantiene su confianza en la Corte y los jueces, los únicos competentes para resolver este incidente", enfatizando en que los argumentos paceños buscan "el cumplimiento de las obligaciones asumidas libremente por los estados". La declaración de Morales sólo acabó luego de que éste le asegurara a su país que seguirán defendiendo la causa y que "la violencia de la invasión no puede generar derechos definitivos" y que "la unidad del pueblo boliviano me fortalece la seguridad de nuestra victoria".
Otras autoridades bolivianas también respondieron a la decisión chilena. Eugenio Rojas, presidente del Senado, intentó poner en entredicho que este asunto sea una política de Estado en Chile -algo que Bachelet ha afirmado categóricamente- apuntando a que "internamente Chile se dividió sobre el tema marítimo y eso preocupa a su gobierno porque hay líderes políticos de izquierda que apoyan a Bolivia. La extrema derecha obligó a la presidenta Bachelet a que declare incompetente a La Haya".
Otros parlamentarios, como la diputada Flora Aguilar, jefa de bancada del partido MAS, expresó que "con esta decisión se sienten derrotados".
Las declaraciones de ex cancilleres del vecino país, también se hicieron notar en la escena.
Javier Murillo de la Rocha, interpretó la decisión chilena como una muestra de inseguridad y "falta de confianza" frente a los "sólidos argumentos bolivianos". Según él, "si Chile hubiese tenido la contundencia que decía tener, no hubiera tenido temor alguno para seguir enfrentando en la Corte por las vías establecidad".
Por su parte, el otrora secretario de Estado, Armando Loaiza, intentando adelantar el fallo certificó que sería "casi imposible" que la Corte acepte los argumentos chilenos, ya que, según él, la demanda boliviana no apelaría al tratado de 1904.





BOLIVIA PRESENTARÁ PRUEBAS EN CONTRA DE CHILE POR CONFLICTO LIMÍTROFE MARÍTIMO

ICN Diario de Argentina (www.icndiario.com)
                                                        
El portavoz internacional de la demanda marítima de Bolivia y ex presidente (2003-05), Carlos Mesa, confirmó este miércoles que Bolivia presentará pruebas sobre las contradicciones de Chile respecto al supuesto libre tránsito marítimo que se habría ejercido en cumplimiento del Tratado de 1904.
“Hemos trabajado fuertemente para presentar todas las contradicciones y falacias del documento chileno (…), el canciller Choquehuanca presentará públicamente a la opinión pública internacional una respuesta caso por caso, tarifa por tarifa, ejemplo por ejemplo, del documento de Chile para demostrar que lo que dice no es cierto”, remarcó.
El planteamiento boliviano surge de un trabajo exhaustivo entre el equipo de juristas bolivianos delegados a la demanda marítima presentada en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya y los especialistas de la Dirección Marítima (Diremar).
Asimismo, aclaró que no se habló del documento debido a que aconteció la declaración de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien anunció el pasado lunes que el Gobierno chileno objetará la competencia de la Corte.
Bolivia perdió 120.000 km2 y 400 km2 de costa en la Guerra del Pacifico (1879-1882), extensión territorial que reclama a Chile desde el siglo XIX.
Mesa también aseveró que Chile tiene una estrategia en dos direcciones: pretende confundir a la opinión pública e incluso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya al afirmar “algo que no es cierto”, referido a que la base de la demanda boliviana es el cuestionamiento del Tratado de 1904.
La segunda apunta a la distorsión de la realidad indicando que Bolivia tiene un acceso al mar a partir del libre tránsito del tratado mencionado.
“Hay una cosa importante que Chile no dice, que en el derecho del mar, que es parte del derecho internacional, hay un reconocimiento de privilegios para países mediterráneos que tienen que darle sus países limítrofes con acceso al mar, en términos de facilidades de importación y exportación”, aclaró.
Agregó que el libre tránsito de Bolivia no es ninguna excepción en relación al resto de los países mediterráneos, de acuerdo a la normativa internacional.
En 1904 ambos países firmaron un tratado que fijó la frontera y en 1978 Bolivia y Chile cortaron relaciones diplomáticas. A la fecha la relación se entabla mediante las vicecancillerías.
La excepción de Chile no altera la demanda
Para el expresidente boliviano queda claro que la excepción preliminar de Chile no altera, ni suspende ni elimina la demanda boliviana, lo único que establece es prolongar en el tiempo el desarrollo del proceso judicial.
“Lo que Chile presentará el 15 de julio será un argumento a la Corte y Bolivia contra argumentará. En poquísimos casos, menos del 5 por ciento cuando se presenta el recursos de excepciones de incompetencia, la Corte acepta. El 95 por ciento de los casos la Corte los ha rechazado”, enfatizó.
Argumentó que primero la CIJ no acepta la incompetencia de su jurisdicción porque tanto Bolivia y Chile la reconocen plenamente y goza del respaldo de Naciones Unidas y porque existe la firma del tratado de Bogotá de 1948 que reconoce su jurisdicción.
“Segundo porque lo que Chile podría plantear sería una objeción a los argumentos jurídicos de Bolivia y esa es una discusión de temas de fondo y lo que se debe hacer es esperar el debate del planteamiento de la demanda boliviana”, ratificó Mesa.
“En principio, los tiempos, a partir de que Chile presente la excepción de incompetencia son de cuatro meses, tiempo en el que Bolivia presente su contra argumentación. Luego podrían pasar dos cosas: que la corte falle en ocho a 10 meses, a partir de ahora, por la excepción preliminar o que la Corte diga que se incorporará el tema en el debate general de la demanda boliviana. Las dos posiciones son fallar directamente sobre la excepción preliminar o fallar conjuntamente sobre los dos fallos”, añadió.
A juicio de Mesa, Chile asume un riesgo muy grande al objetar a la CIJ y respondió más a la presión interna y el lobby político sin tomar en cuenta las razones jurídicas. “Mi impresión es que la solidez de nuestros argumentos nos da la plena impresión que la Corte rechazará la petición de incompetencia”, sentenció.





BOLIVIA DICE QUE CHILE DA PALIATIVOS QUE NO SE COMPARAN CON SOBERANÍA EN MAR

Terra de España (www.noticias.terra.com)
                                              
El Gobierno boliviano afirmó hoy que las supuestas facilidades que Chile ha dado a este país en sus puertos son solamente "paliativos" que no pueden compararse con la salida soberana al mar perdida en una guerra de fines del siglo XIX.
El canciller David Choquehuanca hizo esta afirmación al rebatir el documento "Chile y la Aspiración Marítima Boliviana, Mito y Realidad", que el país vecino usa dentro de una campaña internacional para mostrar que Bolivia cuenta con un acceso costero a través de los puertos chilenos, aunque no dispone de soberanía.
"El Gobierno de Chile dice que Bolivia tiene acceso al mar en este documento. Lo que pasa en la realidad es que lo que Bolivia tiene son algunas pobres facilidades que sirven sólo como paliativos y no pueden compararse en absoluto con un acceso libre y soberano al mar", sostuvo Choquehuanca.
Añadió que, "Chile ha ido reduciendo estas facilidades a lo largo de los años, en franca violación del Tratado de 1904", un documento que definió los límites territoriales tras la guerra del Pacífico en 1879, en la que Bolivia perdió su acceso soberano al mar.
Chile se apoya en el Tratado de 1904 para señalar que no tiene asuntos limítrofes pendientes con Bolivia que, por su parte, asegura que el Gobierno chileno incumple con el documento.
La Paz también defiende que fue víctima de una invasión de su litoral, porque no hubo una declaración previa de guerra.
La Cancillería chilena presentó a fines de junio el documento para su campaña internacional, al que Choquehuanca respondió hoy con otro titulado "Chile y la demanda marítima boliviana. Una realidad sin mitos".
En este texto, el Gobierno de Evo Morales enumera lo que considera "violaciones flagrantes" por parte de Chile al Tratado de 1904, acusándole, entre otros temas, de incumplir con el libre tránsito y de aplicar unilateralmente medidas que dificultan el uso de los puertos del norte chileno para la mercadería boliviana.
También menciona que "pese a la publicidad" respecto a la supuesta rehabilitación de la vía férrea que une Arica con La Paz por parte del Estado chileno, "hasta la fecha las operaciones del ferrocarril no se han reanudado".
"La mediterraneidad de Bolivia no se resuelve con el solo cumplimiento del Tratado de 1904. La solución real a este problema pasa por un acceso soberano al Pacífico", señala el documento presentado hoy por el canciller boliviano.
Choquehuanca consideró que lo que Chile busca con su campaña es "confundir a la opinión pública internacional y además trata de desnaturalizar el objeto esencial" de la demanda que Bolivia presentó en abril de 2013 contra Santiago ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ).
Con esa demanda, el Gobierno boliviano busca un fallo que obligue a Chile a negociar en firme y de buena fe la centenaria reclamación boliviana, tras más de un siglo de diálogos sin resultado.
El Gobierno de Michelle Bachelet anunció el lunes que objetará la competencia del tribunal de Naciones Unidas para tratar el caso.
Choquehuanca recordó que la demanda ante la CIJ no tiene ninguna relación con el Tratado de 1904, pues su fundamento es distinto.
La argumentación boliviana pide que la CIJ tome en cuenta que varios presidentes de Chile hicieron ofertas a Bolivia para solucionar la controversia histórica, pero no se concretaron.





BOLIVIA AL MERCOSUR YA TIENE LA BENDICIÓN DEL GOBIERNO

Tras reunirse con el diputado Hugo Velázquez, presidente de la Cámara de Diputados, el canciller Eladio Loizaga dijo ayer que no existen inconvenientes en las negociaciones para el ingreso de Bolivia al Mercosur. Apuntó que hay un diálogo abierto y que Paraguay tiene total predisposición para el ingreso.

ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
                                
El canciller Loizaga indicó que para el Paraguay Bolivia es un aliado estratégico y que es necesario explotar mutuamente las relaciones que tienen ambos países. Indicó que ellos necesitan de nosotros y viceversa.
Agregó que no es posible desconocer la interdependencia que existe. Apuntó que con la visita realizada el año pasado por el presidente Horacio Cartes a su par boliviano Evo Morales tuvo inicio una construcción de confianza que se sigue desarrollando.
En ese sentido, Loizaga dijo que pronto nuestro país tendrá un embajador, una vez que el Congreso apruebe su nominación.
Sostuvo que más que trabas, en este momento hay un mayor acercamiento.
Los Congresos de Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela ya aprobaron la incorporación de Bolivia al bloque regional, mientras nuestro país estaba suspendido como socio pleno del bloque. Resta que dé su visto bueno el Congreso paraguayo para formalizar el ingreso de Bolivia al Mercosur.
El problema es que el Gobierno de nuestro país no puede enviar al Parlamento el Protocolo de Adhesión para que sea ratificado porque no suscribió el documento aprobado.
La Cancillería busca una salida jurídica para esta situación. Pero, por lo dicho por el canciller, esto sería cuestión de tiempo.
Ministra, con colorados
La ministra de Educación, Marta Lafuente, concurrió ayer a una reunión con la bancada colorada “A” para dar un informe de su gestión. El diputado Elio Cabral, líder del sector, dijo luego que se aclararon varios temas que hacen a la agenda educativa hasta el 2018.
El legislador dijo que seguirán este tipo de reuniones con los secretarios de Estado para informarse de los planes en las distintas carteras. Anteriormente, se habían reunido con Jorge Gattini, ministro de Agricultura.
Embajadores
Hugo Velázquez se reunió también ayer con los embajadores de Uruguay, Federico Perazza, quien planteó potenciar la cooperación legislativa entre ambos países; y el de Japón, Yashihida Ueda, que pidió apoyo del Congreso para aprobar los préstamos concedidos a Paraguay.





PROPONEN REACTIVAR LAS RELACIONES CON BOLIVIA

El candidato a embajador paraguayo en Bolivia el exsenador colorado Julio César Vera Cáceres propuso ayer reactivar las relaciones económicas con el vecino país. Fue durante la reunión que mantuvo con los miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.

ABC de Paraguay (www.abc.com.py)

Vera Cáceres indicó que, en caso de que la Cámara Alta le apruebe su designación, trabajará para reactivar la trinacional con Perú y Bolivia, acompañar la situación del río Pilcomayo con Argentina y Bolivia, la hidrovía Paraguay-Paraná, la integración vial para salir al océano Pacífico porque el costo del transporte es alto para nuestro país.
Añadió que buscará concretar la provisión de gas natural boliviano al Paraguay mediante Petropar y Yacimientos de Bolivia, ambas empresas estatales. Agregó que no se puede descartar el gasoducto desde Bolivia a Uruguay, pasando por el Paraguay.
Comentó que hace seis años nuestro país no cuenta con un embajador residente en La Paz, desde que concluyó su misión la diplomática de carrera abogada Nimia Oviedo de Torales.





EL KIRCHNERISMO DEJARÁ A MEDIO HACER SU MAYOR PROYECTO DE INFRAESTRUCTURA

El Gasoducto del Nordeste fue presentado en 2003 y debía estar listo en 2006; apenas empezaron las obras; el Gobierno espera completar menos del 50%

La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
                                           
Será una paradoja más del kirchnerismo: el Gasoducto del Nordeste Argentino (GNA), la primera obra importante que anunció el entonces presidente Néstor Kirchner en la Casa Rosada, en noviembre de 2003, y el mayor emprendimiento en materia de infraestructura propuesto en la última década, será finalizado en su mayoría por el próximo gobierno. Así lo reconocen incluso documentos oficiales que se dieron a conocer esta semana.
El proyecto prevé construir un gasoducto de 1448 kilómetros para llevar el gas de Bolivia a través de Salta, Formosa, Chaco, Corrientes y Santa Fe hasta las cercanías de Buenos Aires. Según el primer cronograma, debía estar listo en 2006. Pero el último calendario de la obra establece su culminación exactamente diez años después, en 2016.
El proyecto tiene hoy uno de los presupuestos más jugosos de la administración pública: nada menos que 13.285,53 millones de pesos. Pero este año sólo se utilizarán 1145,54 millones, mientras que en 2015, cuando la presidenta Cristina Kirchner abandone el poder, requerirá otros $ 5132,54 millones. De manera que el Gobierno se hará cargo de 6277,54 millones de pesos, un 47% del dinero requerido para terminar la obra, siempre que todo marche de acuerdo con lo previsto en el cronograma oficial, que sufrió un sinfín de alteraciones en los últimos 11 años. El resto será responsabilidad de quien tome el mando el 10 de diciembre de 2015.
Con respecto a la realización de la obra. Las planillas oficiales muestran que hasta diciembre del año pasado no había registrado avances, pero debería concluir 2014 con una realización física del 8,8 por ciento. En 2015, en tanto, se sumaría un 38,8%, siempre según las previsiones del Ministerio de Planificación, a cargo de Julio De Vido. Mientras que otro 28,6% debería concluirse en 2016 y el 24,1%, más adelante. En otros términos: aunque el kirchnerismo intentará poner en marcha el proyecto, la mayor responsabilidad sobre su finalización quedará para más adelante.
Los números surgen del último presupuesto de Enarsa, que contempla el plan de acción de la empresa estatal de energía para este año. La compañía, que surgió de la inventiva de Guillermo Moreno pero fue recibida de buena manera por De Vido, principal responsable de su gestión, perdió ascendencia en el Gobierno tras la estatización de YPF, en abril de 2012.
Nada de eso alcanza para disminuir el entusiasmo de De Vido con respecto a Enarsa. Cuando los hombres del ministro de Economía, Axel Kicillof, quisieron tomar el control de la empresa, logró colocar en la presidencia a Walter Fagyas, uno de los hombres de su confianza. Tampoco le molestan hoy las demoras en el GNA. Más aún: apura la adjudicación de la provisión de caños y el lanzamiento de tres tramos más, que se llevarán a cabo en los próximos días. Un funcionario que ve todos los días al ministro lo resumió así: "Qué bueno que llegue un nuevo gobierno y tenga obras para hacer. No como cuando llegamos nosotros, que no había nada planificado. La última obra energética antes de Néstor Kirchner había sido en 2001. Después, nada más".
Más que una obra para traer gas de Bolivia, el GNA fue desde el principio toda una manifestación política. La primera referencia pública al proyecto surgió el 6 de noviembre de 2003, en el II Encuentro Federal de Industriales, en Rosario. Era un país muy distinto al de hoy: estaban el ministro de Economía, Roberto Lavagna; el propio De Vido, con quien aún no habían surgido diferencias insalvables, y un grupo importante de empresarios industriales movidos por la ilusión de la incipiente recuperación económica y lejos de las críticas que el sector privado le haría años más tarde al Gobierno.
El primer encuentro
Diecisiete días después, Kirchner y Paolo Rocca, jefe máximo del holding Techint, anunciaron formalmente el proyecto en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno. Poco después comenzó la cadena de desencuentros.
La oposición criticó que el proyecto estaba hecho a la medida de Techint, que había presentado la propuesta. También es cierto que en la primera etapa el holding siderúrgico de los Rocca estaba dispuesto a poner 750 millones de dólares. El resto correría por cuenta del Estado.
Tanto el Gobierno como la empresa coincidían en que si la actividad se recuperaba, se haría necesario importar gas. Y el de Bolivia, que hoy llega todos los días al país aunque en menor medida a lo que esperaba Planificación, era más barato que el gas licuado, que llega por barco.
Luego de múltiples anuncios, Cristina Kirchner relanzó el proyecto en 2011. Llamó a una nueva licitación, pero con obras complementarias.
Por aquellos días, se hablaba de un costo de US$ 5300 millones, que no está contemplado en los números de Enarsa.





EL PROBLEMA ENERGÉTICO ESTÁ RESUELTO DE MANERA COYUNTURAL

El Tribuno de Argentina (www.eltribuno.info/salta)
                                      
Alberto Calsiano es jefe del Departamento de Infraestructura de la UIA (Unión Industrial Argentina). Este destacado ingeniero electromecánico, experto en temas energéticos, posee una gran oratoria para explicar temas que son difíciles de entender. Es didáctico y conciso en sus palabras. En diálogo con El Tribuno, remarca la importancia de un plan energético a mediano y largo plazo en el país. Respecto a Salta, Alberto Calsiano, explicó la provincia es un lugar magnífico para la utilización de la energía solar.
¿Los argentinos hacemos un uso racional de la energía?
Es muy difícil meterle en la cabeza a toda la sociedad, como actitud, que hay que hacer un uso racional y eficiente de la energía. Por ejemplo en Argentina hay 7.500.000 de usuarios de gas. A esos usuarios les pones un calefón, esa llamita encendida que si se prendiera solo cuando se la necesita se ahorrarían cerca de tres millones y medio de metros cúbicos por día. Todo lo que se podría apagando una simple llamita.
¿Qué es ser eficiente y racional?
Eficiente significa que yo puedo desarrollar como ingeniero aparatos que son muy eficientes, el ejemplo típico que siempre doy es el de la heladera. Hoy las heladeras van etiquetadas con letras que marcan el nivel de eficiencia que tiene, la A es la más eficiente y así sucesivamente. Entonces yo como buen usuario, compro una heladera eficiente y después hago un uso irracional. Que sería esto, tener la puerta abierta mucho tiempo tratando de pensar que voy a cocinar esa noche. Entonces, en esas condiciones tener un aparato muy eficiente no es muy significativo por el uso irracional que le estoy dando. Esto de racional, significa hacer uso de la energía, en cuanto a lo que necesito, aunque me sobre, uso lo necesario, ese es el mensaje. Hoy en la Argentina el precio de la energía está muy deformado, o no esta formalizado. ¿Qué significa eso? que entre el costo de generar por un lado y lo que yo recupero como tarifa hay un agujero muy grande.
Y a ese agujero ¿cómo se tapa?
A ese agujero hay que resolverlo con subsidios, no hay otra forma. Entonces hoy, un electrón o una molécula en el mercado mayorista tiene precios muy diferentes de acuerdo al usuario que este trabajando con eso, entonces dentro del sector industrial puedo tener usuarios que usen un mismo electrón les cueste 5 o 6 veces de diferencia.
¿Entonces el problema de la energía no está resuelto?
El problema energético en Argentina está resuelto de manera coyuntural, lo cual es un problema porque la energía es una condición de mediano y largo plazo. Cualquier régimen del mundo que vos tomes, ya sea súper izquierda o súper derecha, en el sector energético tiene que tener la visión del mediano y largo plazo.
¿Entonces la coyuntura no sirve?
La coyuntura sirve, pero el problema está en que si vos te enamoras de la coyuntura como política energética vas a tener un costo fenomenal, y es lo que nos pasa a los argentinos. Vos fijate que para sostener el sector el año pasado gastamos 82 mil millones de pesos. Es el resultado de tener que traer gas, ya sea de Bolivia, en los barcos metaleros que vienen de Nigeria o algún país que es gasífero, todo eso son divisas que se te están yendo.
¿La fuga de divisas es uno de los grandes problemas en Argentina?
El problema que tenemos hoy es que con el tema energía se van una enorme cantidad de miles de millones de dólares. Esta el problema de que ingresan dólares por el agro, y se van por la compra de energía, y a eso hay que revertirlo. Miguel Gallucho con YPF están trabajando bien, pero transformar los recursos en reservas es algo muy costoso y requiere tiempo.
¿Qué habría que hacer?
En mi opinión creo que deberíamos tender a buscar una política de mediano y largo plazo que involucre a toda la sociedad realmente en esto, porque la energía es vital. No hay un siglo XXI posible sin energía eléctrica.
¿O sea que vivimos en un mundo energía dependiente?
Totalmente. Hoy el mundo es eléctrico, o sea, el gran vector que va atravesar la sociedad es la electricidad, porque es la forma más rápida, segura, limpia y eficiente de dar energía. Vos imaginate Buenos Aires durante dos semanas sin energía eléctrica, sería algo imposible. Hace 100 años atrás, no pasaba nada, pero hoy en día no hay posibilidad real de decir, y bueno yo puedo darme el lujo de no tener suministro eléctrico.
¿Si es tan importante el Estado tiene que llevar ese suministro a todos lados?
Correcto. A se suministro eléctrico, tenés que buscar la forma de que llegue a todo el mundo. Hoy no podes tener un sector de la sociedad que quede afuera del acceso a la energía eléctrica. Y a ese sector lo tenés que subsidiar, no te queda otra como una sociedad moderna, y el resto de la sociedad tendrá que pagar los reales costos que significan producir la energía.
¿Hay que sacar los subsidios?
Con la política de retiro parcial de los subsidios, que encaró el Gobierno nacional, hay una cantidad de usuarios de Edenor y Edesur que hoy están pagando valores elevados, pero no alcanza. Para tener claro, en Argentina tenés aproximadamente más de 12 millones de usuarios de energía eléctrica en todo el país, con que vos le apliques un sinceramiento tarifario a una parte de esos sectores no te alcanza para cubrir el costo de abastecer de energía a todo el país. Entonces, normalizar significaría llevar el valor de la energía al real costo de producción, ahora para eso obviamente hay que hacer una política de mediano y largo plazo.
Pero ese sinceramiento sería un suicidio políticamente para cualquier gobierno.
Yo creo que hoy es muy difícil, o casi imposible políticamente de dar un shock energético a la población porque no creo que haya algún político que esté con deseos de hacer una cosa así. Lo que sí deberían hacer es ir tratando de nivelar esto en cuanto a la búsqueda de llevar a que la tarifa refleje el real costo.
¿Esta de acuerdo con los subsidios?
El subsidio tiene un problema. Te lo voy a ejemplificar para que sea más fácil. ¿A quién no les gustan las 3 B (Bueno, bonito y barato)? Esas 3B le gustan al de arriba, al del medio y al de abajo. Lo que pasa es que la pregunta es cuanto tiempo podes sostener las 3 B. Y la respuesta es muy simple, hasta que vos tengas la billetera abultada.
Y ahora la billetera empezó a disminuir.
Cuando la billetera se empieza a disminuir en tamaño, no te va a quedar más remedio que empezar a normalizar el sector, y eso no es simple porque como yo compré las 3 B, ahora no me gusta que me las saquen. O sea que políticamente hay que tener realmente muy buen feeling para poder hacer esto de manera exitosa. Los subsidios siempre existieron y van a existir. Lo ideal sería que no existiesen pero para eso tendrías que tener la sociedad perfecta. Ahora si vos tenés a toda una sociedad subsidiada entonces es todo el lío.
¿Es posible utilizar otro tipo de energía?
Lo que está planteando la gente de Edesa es fantástico con la utilización de la energía solar. Suponete que vos tenés un panel solar que permite transformar la luz del sol en energía eléctrica, esta es la forma de ir haciendo una cosa óptima, porque el sol está ahí, para usarlo. Toda la zona del NOA es fantástica por la insolación que tiene, o sea la cantidad de radiación solar que hay. Yo te puedo garantizar que el 50% de la demanda de gas que hay en un domicilio es para calefaccionar el agua. Esa agua caliente, como en un lugar como Salta con un sistema solar térmico, que es más barato inclusive que poner un red de gas, lo podrían estar haciendo. Ahí es donde yo aplicaría subsidios.
Si se logra eso, ¿se produciría un ahorro importante de energía?
Es seguro que vas a lograr un ahorro energético, y que posteriormente se va a transformar en un ingreso, porque esa energía que yo no se usa la puedo vender afuera y en lugar de sacar divisas, traigo divisas.





SIP RECHAZA DEMANDA PENAL CONTRA PERIODISTAS BOLIVIANOS ACUSADOS DE ESPIONAJE POR EL GOBIERNO
                                                                                                
El Procurador General boliviano presentó una denuncia por los supuestos delitos de espionaje y revelación de secretos en el reportaje sobre la demanda marítima contra Chile.

La Tercera de Chile (www.latercera.com)

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) rechazó hoy una demanda penal interpuesta contra dos periodistas bolivianos del diario La Razón, acusados de "espionaje" y revelación de secretos por el Gobierno de su país. 
El Procurador General del Estado, Héctor Arce, presentó una denuncia contra Ricardo Aguilar y contra la directora de La Razón, Claudia Benavente, por los supuestos delitos de espionaje y revelación de secretos en el reportaje "De cómo en la demanda marítima triunfó la idea de los 'actos unilaterales'", publicado el 13 de abril pasado. 
Arce consideró que, en la nota sobre la demanda marítima boliviana publicada por La Razón, Aguilar reveló secretos de Estado y espió, por lo que le instruyó para que revele los nombres de las fuentes reservadas que usó.
La nota narra los detalles de la forma en que Bolivia elaboró la demanda contra Chile presentada en abril de 2013 en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para pedir un fallo que ordene al Estado chileno a negociar su demanda de una salida al mar. 
De ser hallados culpables, en el caso de espionaje, los periodistas pueden afrontar una pena de hasta 30 años de prisión, sin derecho a indulto, y de uno a seis años de prisión por revelación de secretos de Estado. 
La defensa de los periodistas recusó la demanda por haber sido presentada ante la justicia ordinaria y no ante tribunales especiales, como establece la Ley de Imprenta. 
Claudio Paolillo, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, dijo que se trata, una vez más, de un "claro episodio de tensión entre prensa y Gobierno". 
Sostuvo que en este caso la prensa "hace su trabajo de investigación, pensando en el derecho del público a la información", y el Gobierno "busca mantener todo en sigilo, considerando que cualquier información que no sea oficial es una conspiración o traición a la patria". 
Paolillo, director del semanario uruguayo Búsqueda, expresó la preocupación de la organización por esta demanda penal porque, "bajo la excusa de un mal entendido nacionalismo, se pretende acallar o al menos intimidar el trabajo y la función investigadora de la prensa". 
Varias organizaciones de prensa y periodistas respaldaron a los periodistas y al diario y han exigido que se retire la demanda con el argumento de que "este tipo de conflictos no puede dilucidarse ante la justicia ordinaria".

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