Thursday, November 13, 2025

EL FRACASO DE LAS 'REVOLUCIONES FELICES' EN LATINOAMÉRICA

El cambio llega a una Bolivia devastada tras 20 años de populismo izquierdista que deja la peor crisis en la historia reciente. Las mismas recetas que han hundido a los 'regímenes hermanos' de Venezuela, Cuba y Nicaragua

 
"El país que recibimos está devastado, nos dejan una economía quebrada". Las palabras de Rodrigo Paz Pereira en su toma de posesión no sorprendieron a su pueblo, víctima principal del fracaso revolucionario. Los bolivianos sufren desde hace tiempo una crisis de combustibles galopante que el nuevo presidente comenzó a mitigar al subirse a los camiones que desde los países vecinos trasladan gasolina y diésel a distintos puntos nacionales de venta. Las colas larguísimas de los últimos meses han comenzado a desaparecer en parte del país, aunque la batalla no ha hecho más que comenzar.
Al igual que las revoluciones hermanas de Venezuela, Cuba y Nicaragua, la revolución indígena ha fracasado social, económica y financieramente. El legado que dejan Evo Morales y Luis Arce tras dos décadas de Gobierno confirma cuál es una de las grandes asignaturas pendientes de estos procesos históricos, junto al autoritarismo, los derechos humanos y la corrupción en (casi) todas las instituciones.
"Nos dejan inflación, escasez, deuda, desconfianza... La peor crisis de las cuatro últimas décadas. Nos traicionaron y la traición se paga en Bolivia, porque el peor costo lo tienen los más humildes", aseguró el centrista Paz Pereira, hijo del presidente socialdemócrata Jaime Paz Zamora, fundador del histórico Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
El listado de desgracias económicas que dejó sin aliento a los bolivianos no sorprende en absoluto a los ciudadanos de los que eran países aliados. "Evo, Arce, ¿dónde está el bendito mar de gas que nos prometisteis? ¿Dónde está el litio?", cuestionó con firmeza el nuevo mandatario, quien no dudó en acusar a ambos líderes del Movimiento Al Socialismo (MAS) de malgastar 60.000 millones de dólares, procedentes de la nacionalización del gas. "¿Qué carajo hicieron con tanta bonanza?", disparó el presidente.
Si de algo saben los venezolanos, que también escucharon, en palabras de Hugo Chávez, que vivirían en un "mar de felicidad" parecido al cubano, es de los terroríficos costos de la economía revolucionaria. Antiguas autoridades chavistas y expertos nacionales calcularon en su día que el chavismo ha hecho desaparecer al menos 600.000 millones de dólares, procedentes de otra bonanza, la del petróleo, que se disparó por encima de los 100 dólares por barril. Igual que en Bolivia, los buenos tiempos sólo sirvieron para llenar los bolsillos de los jerarcas chavistas y de los empresarios boliburgueses, chacales económicos de los distintos mecanismos financieros.
El tenebroso relato de Paz Pereira prosiguió durante varios minutos, en una suerte de bajada a los infiernos: escasez de dólares, crecimiento descontrolado de los precios (25% en julio la inflación interanual), un insaciable mercado paralelo de divisas, un PIB que no repunta, producción muy baja, devaluación de la moneda, pérdida del poder adquisitivo de las clases populares y medias...
Ni una sola noticia positiva, con el mercado del gas a la baja y con la gran esperanza blanca, el litio, con un rendimiento mucho menor del esperado por culpa de los manejos políticos, las fallas técnicas y la cercanía de la corrupción. A Marcelo Arce, hijo del anterior presidente y negociador de los contratos del mineral de moda, le conocen en Bolivia como Marcelitio.
Las cifras se entrecruzan para airear las vergüenzas revolucionarias. Como con el despilfarro de las reservas de oro mal cobijadas en las bóvedas del Banco Central de Bolivia (BCB), donde sólo quedan 16 toneladas, pese a que la Ley del Congreso obligaba a mantener al menos 22 toneladas.
El Estado convertido en un gran Saturno devorador del dinero de la gente, a niveles sólo equiparables con los de sus hermanas revolucionarias: Bolivia gasta cada año el 80% de su PIB, frente al 28% de Chile y el 30% de Paraguay. Antes de llegar Evo al poder (del que nunca se quiso marchar, y de ahí las distintas crisis políticas), Bolivia gastaba algo más de 2.000 millones de dólares al año. En 2024 fagocitó más de 21.000 millones.
"Lo que pasa con las revoluciones, técnicamente, es que sus gobiernos abarcan todos los sectores de la vida económica para sustituir al sector privado. El Gobierno, por lo general, es más ineficiente, con alguna excepción puntual, que el sector privado. El Estado quiere gastar más y más y esa plata redistribuirla [en teoría]. Eso termina de matar el aparato productivo del país, y esa ha sido la dinámica de las revoluciones. No es que haga falta un Estado más grande o más pequeño, es que simplemente no crean las condiciones necesarias. El principal papel del Estado es crear las reglas de juego de la sociedad, pero si creas reglas malas, los resultados serán malos", señala a EL MUNDO el economista venezolano José Noguera.
"Nos han dejado las empresas públicas convertidas en botines políticos. Un estado paralizado, un monstruo burocrático incapaz de servir al pueblo", certificó Paz Pereira.
Como en Venezuela, Cuba y, en menor medida, Nicaragua. Fue en la isla caribeña donde todo comenzó. "Cuba exportó un nuevo sistema de gobernanza, donde un grupo de personas se apoderan del Estado y lo dominan. Así nació GAESA [Grupos de Administración Empresaria S.A, el emporio militar que controla buena parte de la economía de la isla]. En Venezuela sucedió la misma historia, copiada y tropicalizada. Y algo muy parecido ocurrió durante el Gobierno de Evo en Bolivia, con Cuba siempre a su sombra. La única forma ahora para el renacer económico de Bolivia pasa por restaurar lo liquidado en las dos décadas", explica a este periódico el economista Emilio Morales, vicepresidente del laboratorio de ideas Cuba Siglo XXI.
El último informe de Morales confirma la situación económica crítica que atraviesa la isla, empeñada desde hace décadas en vivir bajo mínimos y con un déficit de generación de energía del 60%, insalvable, porque el país no tiene los 10.000 millones de dólares para cambiar el sistema energético.
"Financieramente Cuba está quebrada: tiene 46.000 millones de dólares de deuda externa. Y eso que con el deshielo con Estados Unidos [acuerdos entre Barack Obama y Raúl Castro] se condonaron 42.000 millones de dólares. Están al límite, jamás vimos estas condiciones", calcula el economista.
Basta con repasar el estado de las tres principales fuentes de recursos de La Habana para comprobarlo. Las remesas han caído un 70%, cuando el Gobierno calculaba que la huida de un millón de jóvenes tras la represión salvaje puesta en marcha desde el 11-J de 2021 llenaría sus arcas. No ha sucedido. Mucho menos han fructificado las inversiones hoteleras de los últimos tiempos, porque el turismo ha descendido un 50% este año. "Se calcula que apenas dos millones de viajeros llegaran a la isla, cuando en 2018 fueron cuatro millones", confirma Morales.
Las distintas campañas de activistas y organizaciones contra la esclavitud que sufren los médicos de las misiones internacional también han provocado una caída del 70% de esos ingresos, según Cuba Siglo XXI.
Los grandes padrinos internacionales tampoco están por la labor. "Ni China ni Rusia dan crédito, más allá de pequeñas donaciones para que no sucumba políticamente ante Washington. El nuevo mecenas es México, que ha entregado a La Habana 2.000 millones de dólares en petróleo casi regalado", desvela Morales.
De la Unión Soviética a Venezuela y de Venezuela a México. "Cuba desangró a Venezuela. Son Estados mafiosos, una mutación, cada uno con sus propias características", concluye el economista caribeño.
Pese a la falsa normalización decretada por Nicolás Maduro, la economía venezolana atraviesa otra crisis aguda, una más en una década de un derrumbe tan profundo que ha expulsado de sus hogares a nueve millones de personas. "Venezuela había conseguido cierta estabilización con una inflación muy alta, en el sentido de que había un flujo permanente de divisas originado en el narcotráfico, en la extracción de minerales de forma irregular en Guayana y en la producción de alrededor de un millón de barriles de petróleo [tras el regreso de la estadounidense Chevron]. Pero con el despliegue de Estados Unidos en el Caribe, es notorio y tiene sentido económico que la situación se ha puesto más dura al bloquear parte del flujo del narcotráfico hacia el país", esclareció el economista Noguera.
El chavismo, campeón del mundo en disparates económicos (86% de la población en la pobreza en el país que fuera más rico de América Latina), encara de nuevo la devaluación del 400% frente al dólar y una inflación del 270% para cerrar el año. Peor será el año que viene, ya que el FMI predice una escalada del 680% de los precios.
Por último, desde el Gobierno sandinista se repite el dogma de sus aciertos económicos, tras una etapa de crecimiento hasta la rebelión popular de 2018, gracias a los acuerdos con Estados Unidos y con el sector privado. Las cosas han cambiado hoy.
"El régimen se ha preocupado más por consolidar y sostener su grupo de poder económico familiar. Han utilizado todos los recursos y mecanismos del Estado, incluidas las políticas económicas y sociales, para trasladar los costos a la población con el incremento de la tributación y la disminución de la inversión social. El régimen todavía cuenta con préstamos de organismos financieros internacionales", subraya a EL MUNDO la socióloga Elvira Cuadra, directora del Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica.
El Mundo de España (https://n9.cl/cqjlt)
 
 
 
 
 
EVO MORALES: LA LECCIÓN EVANGÉLICA DE BOLIVIA CONTRA EL SOCIALISMO
 
Evo Morales dejó Bolivia en un grave atraso judicial, económico y moral. ¿Cuál fue la estrategia evangélica?
 
Doble Filo de México (https://n9.cl/hrven)
 
Aunque hace unos días hubo un desistimiento parcial sobre someter a la aplanadora oficialista un decreto por el cual el Gobierno Federal podría censurar los mensajes y las redes sociales de diversos líderes religiosos en México, la amenaza continúa.
Como es del dominio público, la desunión entre las diversas agrupaciones de pastores evangélicos no es una novedad, y es notorio cómo no hay unificación.
Pero hay un ejemplo en América Latina en donde los evangélicos fueron acosados por un gobierno populista, en la persona de Evo Morales, que en la cúspide de su poder y soberbia, arremetió contra las libertades religiosas en el país hermano de Bolivia.
Años de acoso de Evo Morales
y es que los cristianos evangélicos bolivianos iniciaron una ardua batalla contra la amenaza de disolver miles de denominaciones protestantes y de otros grupos religiosos.
La prueba inició en septiembre de 2014, con un Evo Morales ebrio de poder, cuando 1.6 millones de cristianos protestantes vieron su libertad de fe en peligro.
Y es que el gobierno populista dio más impulso a la Ley 351, aprobada por la asamblea legislativa boliviana en marzo del 2013 (similar al músculo de Morena) con el fin de “regular el otorgamiento y registro de estatus legal a iglesias, grupos religiosos y creencias espirituales”.
Mismo esquema populista
Evo Morales firmó una segunda medida al Decreto Supremo 1987, el 30 de abril, de 2014, para implementar la Ley 351, para que cualquier organización religiosa en el país –comunidades judías, musulmanas e iglesias protestantes –volvieran a solicitar su estatus legal en 2015, colocándolas en un estatus de ilegalidad y vacío jurídico.
La nueva directriz de Evo Morales, era una lista de gravosos requisitos a las organizaciones religiosas y hacer, de inicio, una “lista notariada” de los nombres, números de identificación (credenciales del INE), certificados de impuestos y documentos de pólizas, así como una lista, hecha ante notario, de los nombres y los números de identificación del total de su membresía.
Además, las iglesias debían dar a conocer un horario de sus actividades, por año, “para control y seguimiento” por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Si alguna organización religiosa no diera al gobierno de Morales los documentos requeridos, o que tuviera errores en los reportes, según el Ministerio de Asuntos Exteriores, le sería cancelado el estatus legal de la organización religiosa.
Y no solo eso: se iniciaba un proceso de confiscación de las propiedades de la iglesia, la disolución de los servicios de alabanza, el cierre de sus centros de capacitación (escuelas bíblicas), por “violar las leyes del Estado”.
Guerra espiritual
Lo anterior hizo que la población cristiana evangélica se movilizara a través de una campaña de oración con la meta de derrotar la implementación de las regulaciones, informó en su momento la Asociación Nacional de Evangélicos de Bolivia (ANDEB).
Ante el abuso, más de 10,000 cristianos evangélicos de habla quechua y aymara invitaron a Morales a su servicio de alabanza de domingo de resurrección en la comunidad de Chacarillas.
“Si se aprueba esta constitución, entonces Evo va a cerrar las iglesias”, se decía en su momento.
Nueva batalla evangélica
Hacia 2018, inició un nuevo ataque, ya que cientos de iglesias evangélicas pidieron al gobierno de Evo Morales, “la abrogación del Código del Sistema Penal recientemente aprobado mediante la Ley No. 1005 de 15 de diciembre de 2017”.
y es que esa legislación, en su controvertido artículo 88 a través de una ambigua redacción “catalogó a las actividades propias de la difusión y proclamación del Evangelio como delito de trata de personas”.
Emergencia Nacional y culto en calles de Bolivia
“Manifestamos nuestro firme rechazo a tal redacción e inclusión de nuestras actividades ministeriales como posibles actos y conductas contrarias a la ley, olvidando el legislador que las iglesias cristianas evangélicas en Bolivia son organizaciones religiosas y de culto reconocidas por el Estado boliviano que gozan de personalidad jurídicas y que están abocadas a procurar el bien de los bolivianos”.
Los creyentes agregaron que la malograda y ambigua redacción se presta para cualquier interpretación en contra de nuestras organizaciones religiosas y de culto.
Ante la amenaza, los evangélicos anunciaron un “Estado de Emergencia Nacional de todo el pueblo cristiano evangélico de Bolivia, y se realizarán actos, reuniones y cultos de oración e intercesión espiritual por nuestro país en todas las ciudades y lugares donde estén establecidas iglesias evangélicas”.
Y anunciaron, para enero de 2019, un día especial de ayuno y oración “para que todas las iglesias de Bolivia salgan de sus cultos para ir a las plazas”, expresó en su momento la ANDEB.
Recta final antes de elecciones
Finalmente, en julio de 2025, como parte de la estrategia, los evangélicos se volcaron en la Asamblea Nacional de Bolivia, en donde clamaron a Dios para que saneara el país.
Durante una jornada de oración en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) con el objetivo de sanear el hemiciclo y sacar demonios de la corrupción y la violencia política, pastores, liderados por Luis Aruquipa y acompañados por el diputado Miguel Roca (de Comunidad Ciudadana), ingresaron a la Cámara de Diputados.
Los creyentes llevaron a cabo oraciones y cantos de alabanza pidiendo justicia divina y la erradicación de la corrupción, el egoísmo y la maldad que afectaban al órgano legislativo.
Los participantes también expresaron su deseo de que el partido gobernante, el Movimiento Al Socialismo (MAS, equivalente a Morena en México), no regresara al poder.
Final de película
Como si fuera una película de contenido cristiano, hace unas semanas, el expresidente Evo Morales, aparte que acabó su carrera política y se disolvió prácticamente el MAS, fue acusado por un juez.
La fiscalía de Tarija presentó el 21 de octubre de 2025, una acusación formal contra el expresidente boliviano Evo Morales por el delito, para que un juez señale una fecha para que comience el juicio en su contra.
En octubre de 2024, Gutiérrez dictó una orden de captura contra el exmandatario, que fue refrendada por un juzgado de Tarija, por tener un hijo con una menor de edad en 2016, cuando era presidente de Bolivia.
¿El delito? El mismo que el gobierno de Evo Morales imputaba a los fieles evangélicos: trata de personas.
 
 
 
 
 
RODRIGO PAZ Y LA SOBERANÍA DE BOLIVIA: UNA DECISIÓN VALIENTE DE RECUPERAR TERRITORIOS FRENTE A LA COMPLACENCIA HISTÓRICA DE PERMITIR BLOQUEOS DE REGIONES
 
La orden del nuevo presidente Rodrigo Paz a las Fuerzas Armadas para “recuperar la soberanía” en territorios donde el Estado ha cedido espacio no es solo un acto de autoridad: es un golpe directo a décadas de permisividad y complicidad política. Su frase —“Aquí no hay dueños del territorio, no hay dueños de regiones”
 
ICN Diario de Argentina (https://n9.cl/6rcxto)
 
Bolivia y un Estado fragmentado por intereses ilegales. Durante años, este país ha tolerado zonas donde la institucionalidad se diluye. El caso más evidente es el Trópico de Cochabamba, convertido en bastión de Evo Morales. Allí, el expresidente ha consolidado un poder paralelo, con seguidores armados, para evitar enfrentar los procesos judiciales que pesan en su contra. Esta región funciona como un escudo político y económico, donde las decisiones judiciales se bloquean y la autoridad estatal se relativiza. ¿Puede un país llamarse soberano cuando existen enclaves que desafían abiertamente la Constitución?
El anterior gobierno de izquierdas de Luis Arce, enfrentado a su excompañero Evo Morales, prometió en varias oportunidades ir a detenerle y cumplir con la orden de arresto por trata de personas en el caso de la menor en que el expresidente indígena la dejó embarazada, pero por temor, Arce nunca se animó a ordenar su captura.
La orden del nuevo presidente Rodrigo Paz a las Fuerzas Armadas para “recuperar la soberanía” en territorios donde el Estado ha cedido espacio no es solo un acto de autoridad: es un golpe directo a décadas de permisividad y complicidad política. Su frase —“Aquí no hay dueños del territorio, no hay dueños de regiones”— desmonta la narrativa que ha permitido que ciertos grupos se crean por encima de la ley.
La crítica fácil y la realidad incómoda
Los detractores acusan al presidente Rodrigo Paz de militarizar la política. Pero ¿Qué alternativa queda cuando la institucionalidad ha sido secuestrada por intereses ilegales? La soberanía no se defiende con discursos tibios ni con pactos bajo la mesa. Se defiende con presencia estatal, con ley y, cuando es necesario, con fuerza legítima. Paz lo entiende y actúa en consecuencia.
El desafío que viene
Recuperar territorios no será sencillo. Implica enfrentar estructuras armadas, economías ilícitas y una narrativa victimista que intentará convertir a los infractores en mártires. Pero la inacción sería peor: cada día que el Estado retrocede, la democracia se erosiona y la violencia gana terreno.
Un mensaje claro
Rodrigo Paz no está jugando a la política tradicional. Está enviando un mensaje inequívoco: Bolivia no será rehén de caudillos ni de mafias. Su decisión puede incomodar, puede generar resistencia, pero es el primer paso para reconstruir un país donde la ley no sea opcional.
La historia juzgará si este acto fue el inicio de una Bolivia más fuerte o solo un gesto simbólico. Por ahora, lo que queda claro es que Paz ha hecho lo que otros no se atrevieron: decir que la soberanía no se negocia y actuar en consecuencia.
 
 
 
 
 
MERITOCRACIA, DEUDA Y EXCLUSIÓN: LAS CLAVES DEL NUEVO GOBIERNO EN BOLIVIA
 
Tras asumir funciones como presidente, Rodrigo Paz no demoró en mostrar los “dientes” de su política de ajuste económico y se guardó su discurso de “capitalismo para todos”. Ahora, por el contrario, hace énfasis en la “disciplina” fiscal. La moneda está en el aire. El intento de recomposición burguesa que encarna tendrá que pasar la prueba de la lucha de clases boliviana.
 
Izquierda Web de Argentina (https://n9.cl/zztgn)
 
El sábado (8) asumió funciones el nuevo gobierno de Rodrigo Paz en Bolivia. Un cambio de gobierno que, además, simboliza la clausura del ciclo político hegemonizado por el Movimiento al Socialismo (MAS), caracterizado por el impulso a reformas económicas que cuestionaron la lógica neoliberal (no así al capitalismo) y la inclusión de los pueblos originarios en la gestión estatal.
Ahora, por el contrario, la nueva administración pregona un nuevo paradigma sustentado en la idea del Estado meritocrático. Los primeros gestos del nuevo mandatario, como la restitución del escudo republicano, el protagonismo de la Iglesia en los actos oficiales, el lema “Bolivia en el mundo” o el retiro de la bandera  indígena (la Wiphala) del Palacio de Gobierno, expresan la voluntad de reorganizar el aparato estatal en función del imaginario tradicional de la burguesía blanca, racista y excluyente del país andino.
El fin del Estado plurinacional y la exaltación de la meritocracia
Paz propone un Estado “ordenado, eficiente y profesional”, en oposición a la estructura plebeya e inclusiva construida durante dos décadas por el MAS. Sin embargo, esa reorganización implica algo más profundo: el desplazamiento del Estado como espacio de representación social hacia uno concebido como empresa administradora. El nuevo gobierno promete “poner la casa en orden”, lo que significa implementar medidas de ajuste fiscal a contramano de las reformas sociales.
Las primeras críticas de Evo Morales sintetizan la fractura histórica que se abre: el exmandatario denuncia que el discurso de la meritocracia excluye a las mayorías trabajadoras y desprecia la diversidad social que dio vida al Estado Plurinacional.
Paz, por su parte, responde que defiende la profesionalización del gabinete en aras de la eficiencia y servicio al pueblo.
En apariencia, se trata de un debate sobre la gestión pública. En el fondo, es una disputa sobre quién tiene derecho a ocupar el aparato estatal. Morales, con todos los límites que tuvo su gestión nacionalista burguesa y reformista, amplió la representación de los movimientos sociales dentro del Estado y redistribuyó parcialmente la riqueza (insistimos, sin cuestionar la propiedad capitalista). Paz, por el contrario, concibe al Estado como una maquinaria que debe incluir a las personas más “capaces” para aumentar el rendimiento de la administración pública.
Así, donde antes tenían algún espacio de representación las organizaciones sociales, ahora se imponen los criterios elitistas de la meritocracia de corbata. Una medida reaccionaria en cualquier lugar del mundo, pero con más razón en un país como Bolivia, en el que la población indígena carga con siglos de opresión y exclusión de los cargos públicos.
El contraste es también cultural. La desaparición de las polleras, ponchos y símbolos indígenas de los espacios oficiales, expresa una exclusión simbólica paralela a la exclusión material. El nuevo Estado se viste de traje y corbata: la forma material del poder coincide con la forma simbólica del distanciamiento.
Lo que para Paz es modernización, para amplios sectores es una restauración elitista. El “orden” que promete exige disciplinar al cuerpo social y uniformar la diversidad bajo la “estética” de la eficiencia. En suma, una lógica racista y elitista.
Austeridad y el retorno de Dios al Estado
El nuevo presidente no oculta su objetivo de reducir drásticamente el tamaño del Estado. Promete despidos, fin de subsidios y “poner en orden la casa”, mientras invoca los valores de “Dios, patria y familia”. Una retórica que entrelaza dos dimensiones: la austeridad económica y la apelación de los valores religiosos y conservadores en la gestión gubernamental.
Lo anterior sirve para aplicar un ajuste fiscal para reducir el tamaño del aparato estatal y alinearlo con los intereses financieros del imperialismo y de la burguesía boliviana. No en balde, ya se habla de que el embajador de los Estados Unidos y la DEA volverán a digitar los caminos de Bolivia.
Apenas iniciado su mandato, Paz asegura casi 6.000 millones de dólares en créditos internacionales, provenientes de organismos internacionales y créditos pendientes de la Asamblea saliente. El ministro de la Presidencia, José Luis Lupo, lo llama un “fondo de estabilización”.
El discurso oficial presenta esta lluvia de financiamiento como un “logro” que denota la confianza internacional en el nuevo gobierno. Pero lo que en realidad emerge es la restauración de un viejo patrón de dependencia a los organismos imperialistas mediante la deuda externa y la consecuencia aplicación de medidas de ajuste fiscal. En la campaña electoral, Paz declaró que no recurriría al FMI, pero hace una semana viajó a los Estados Unidos y se reunió con representante de dicho organismo. Aunque aún no firmó ningún acuerdo, dejó abierta la puerta a hacerlo en caso de que no logre mejorar la situación macroeconómica del país en los próximos meses.
Pedir dinero para “ordenar la casa” significa subordinar el Estado a los condicionamientos de los organismos financieros. Según el discurso oficial, la tecnocracia sustituye a la “política”, pero en verdad lo que ocurre es que traslada la toma de decisiones hacia Washington o Bruselas. “Bolivia en el mundo” significa, en la práctica, que el país está de vuelta en el circuito del crédito y la deuda.
La moneda está en el aire
Como expusimos en notas previas, la elección de Paz representó una transición moderada de la gestión nacionalista burguesa (bastante degradada) del MAS hacia la centro derecha. Es más, durante su campaña electoral, el actual mandatario hizo muchos guiños hacia la base social de Evo Morales y habló de conciliación.
Pero, tras asumir funciones como presidente, no demoró en mostrar los “dientes” de su política de ajuste económico y se guardó su discurso de “capitalismo para todos”. Ahora, por el contrario, hace énfasis en la “disciplina” fiscal (es decir, recortes y ajuste contra los explotados).
En todo caso, está por verse cuál será la reacción del pueblo boliviano, el cual cuenta con una enorme tradición de lucha y que derrotó al golpe militar de hace unos años. Por este motivo, es de suponer que si el gobierno de Paz intenta avasallar las principales conquistas obtenidas por las rebeliones de inicios del siglo, podría desatar la furia de las masas en las calles.
La moneda está en el aire. El intento de recomposición burguesa que encarna Paz tendrá que pasar la prueba de la lucha de clases boliviana.
 
           
 
 
 
OPINIÓN. Y LA TRANSICIÓN EMPEZÓ… EN BOLIVIA
 
La noticia de la excarcelación de la expresidenta interina Jeanine Áñez tuvo un alto impacto noticioso internacional y fue la antesala de la toma de posesión de Rodrigo Paz Pereira en Bolivia. El país andino, largamente bajo control del Movimiento al Socialismo (MAS), vive el inicio de una transición democrática con un presidente que vivió exiliado en Caracas durante su niñez
 
El Estímulo de Venezuela (https://n9.cl/dz5wht)
 
La expresidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, salió de la cárcel en la que permanecía recluida desde hace más de cuatro años luego de que el Tribunal Supremo de Justicia anulara la condena en su contra.
Áñez fue sentenciada a 10 años de prisión por incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución.
Esta decisión, tras la elección de Rodrigo Paz Pereira, y sin que éste diera una orden en esa dirección, reitera la condición de presa política que tuvo la Áñez.
La exmandataria fue condenada en junio de 2022 por asumir la presidencia en una cuestionada sesión de la Asamblea Nacional durante las protestas de 2019, que precipitaron la renuncia del entonces presidente Evo Morales (2006-2019).
Áñez condujo al país en unos meses duros hasta que en 2020, al repetirse las elecciones con Morales exiliado, terminó siendo electo quien era su mano derecha, Luis Arce.
Según analistas, la transición en Bolivia, reflejada por un deseo de cambio que se manifestó en las urnas, se explica de tres formas. En primer término, la lucha interna que en los últimos años protagonizaron Arce y Morales, con la cual el MAS quedó fracturado, permitiendo que este año, por primera vez en dos décadas, no fuese el ganador de una elección boliviana.
Un segundo factor de peso ha sido la economía. El modelo económico del evismo, del cual Arce había sido el arquitecto como todopoderoso ministro de Economía, sencillamente se agotó. Aun así, el nuevo presidente logró conectar mediante las redes sociales con los jóvenes que, hastiados del rifirrafe de los políticos tradicionales, buscaban otra opción.
Rodrigo Paz Pereira, de 58 años, economista e hijo del controvertido exjefe de Estado Jaime Paz Zamora (1989-1993), asumió el poder por cinco años este 8 de noviembre.
No será fácil desmontar la estructura que dominó el poder en las últimas dos décadas, pero el suicidio político de Arce y Morales dejaron al MAS completamente reducido al punto de que apenas obtuvo dos diputaciones entre 130 curules.
Internacionalmente, el nuevo presidente busca alianzas con «países democráticos» como Estados Unidos, Brasil y la Unión Europea, alejándose del bloque bolivariano. Los países del ALBA, espacio del cual pensaba retirar a Bolivia, se adelantaron y lo expulsaron.
Su primer viaje al exterior como presidente electo fue a Washington. No solo fue para congraciarse con el gobierno de Donald Trump, sino para reinsertar a Bolivia en los entes multilaterales con sede en la capital estadounidense.
Por ejemplo, volver al Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Evo Morales en 2008 congeló la participación de Bolivia en estas entidades.
Paz Pereira ha recordado que vivió exiliado en Caracas durante su niñez, cuando su padre era una figura emblemática de la izquierda boliviana y fue perseguido político.
Ha dedicado varios mensajes para confrontar directamente al gobierno de Nicolás Maduro. Y en simultáneo ha difundido mensajes de respaldo y comunicación directa con María Corina Machado. Su propuesta de “capitalismo para todos” ha hecho recordar que en 2012, de cara a las primarias de la oposición, la principal bandera de la ahora premio Nobel era «capitalismo popular».
Las primeras decisiones de Paz Pereira, en la transición que vive ahora Bolivia, delinean una agenda pragmática enfocada en la estabilidad inmediata y una transformación estructural en el mediano y largo plazo.
Su mensaje desde que fue electo ha sido: «La ideología no da de comer. Lo que da de comer es el derecho al trabajo, instituciones fuertes, seguridad jurídica y el respeto a la propiedad privada».
Entre las medidas prioritarias, el mandatario se comprometió a resolver la crisis de combustible durante sus primeros días de gestión. Este es un asunto que agobia a los bolivianos y que se achaca a la mala gestión de Arce como presidente.
Aunque son dos líneas estratégicas que apuntan a un cambio radical en el manejo de la administración pública, y por tanto llevará más tiempo implementarlas del todo, el presidente de Bolivia anunció que se pondrá manos a la obra en una nueva visión del Estado boliviano.
Uno de estos puntos es la «Agenda 50/50», una fórmula para descentralizar el presupuesto nacional. El 50% para el Estado central y el otro 50% para departamentos y municipios. Esta propuesta, aplaudida en el oriente boliviano, motor económico del país con su agroindustria y gas, busca redistribuir ingresos fiscales y empoderar regiones autónomas, respondiendo a demandas de las provincias de Santa Cruz y Tarija. Justamente Paz Pereira fue alcalde de esta última durante 10 años.
Un asunto neurálgico de la nueva relación del poder con la gente, y que será políticamente delicado según adelantan observadores, es un replanteamiento profundo de la relación entre los ciudadanos y el Estado. Paz Pereira ha criticado el modelo “masista” de un Estado centralista y con exceso de burocracia que ahoga la iniciativa privada.
«Se acabó la época de vivir del Estado», declaró en redes sociales, instando a los bolivianos a relacionarse con el gobierno «mediante la producción, no la dependencia». Esta propuesta constituye un desafío de envergadura para el nuevo gobierno, dados los largos años de relación clientelar de los ciudadanos, especialmente campesinos e indígenas, con el Estado boliviano.
Si bien no ha dado anuncios de que revertirá las estatizaciones, es un asunto del que ha deslizado frases de este tipo: «No creo en los subsidios: se nacionalizó el gas y no hay gas, se subsidió el diésel y no hay diésel».
Paz Pereira reiteró que llevará adelante un modelo que define como un «capitalismo para todos». Su plan es formalizar a más de cinco millones de trabajadores informales, mediante créditos accesibles e incluirlos en el sistema tributario nacional con un impuesto único por debajo del 10% de sus ingresos.
El corte a los subsidios clientelares heredados del MAS emerge como el anuncio más controvertido. Su plan incluye limitarlos a sectores vulnerables como transporte esencial y cadenas agropecuarias, mientras libera importaciones y elimina aranceles para bajar precios.
Con 47 de 130 diputados y 16 de 36 senadores, Paz Pereira necesitará coaliciones con exrivales como el expresidente conservador Quiroga, o el empresario Samuel Doria Medina, para aprobar reformas de envergadura como las que se plantea para los próximos cinco años.
Estas dos figuras, que también adversan abiertamente a Morales y al MAS serán determinantes para la gobernabilidad de la presidencia de Paz Pereira.
 
 
 
 
 
UN GIRO A LA DERECHA EN BOLIVIA
 
La derecha liderada por Rodrigo Paz da inicio a un nuevo ciclo en el país sudamericano tras la derrota histórica del MAS, el partido de Evo Morales que quedó sumido en fragmentaciones internas. El escenario en esta nueva época: nuevas alianzas internacionales e implicancias en el ámbito regional.
 
Resumen Latinoamericano Org. (https://n9.cl/jph5dc)
 
La asunción de Rodrigo Paz Pereira en Bolivia no es solo un cambio de gobierno. Es el fin de un ciclo de casi 20 años del MAS —un partido hoy fragmentado— y el inicio de un giro a la derecha que se traduce en acercamiento a Washington y un armado político que parece alejarse de la continuidad moderada que prometió. Este viraje impacta en una región marcada por el ascenso de gobiernos conservadores y alineamientos internacionales que vuelven a poner a Estados Unidos como un actor central en Sudamérica y, también, sobre los movimientos populares indígenas y feministas, que desde los territorios que ya declararon que “la segunda vuelta es en las calles”.
El mandatario asumió su cargo este sábado, en Sucre, y presentó a su gabinete este domingo. En la ceremonia haubo más de 50 delegaciones internacionales, entre las que estará la de Estados Unidos, encabezada por el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau; y cuatro presidentes: Javier Milei, de Argentina; Santiago Peña, de Paraguay; Yamandú Orsi, de Uruguay; y Gabriel Boric, de Chile, una presencia también histórica entre los países cuya relación está marcada por la demanda marítima boliviana de 1978.
Las elecciones y las promesas
Paz Pereira es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1983-1993), senador por Tarija, ex diputado nacional (2002-2010), ex concejal (2010-2015) y ex alcalde del municipio tarijeño (2015-2020). Nació durante el exilio de sus padres en Compostela, España. Cuando entró al balotaje en la segunda vuelta, sorprendió: las encuestas no habían tenido en el radar a quien en su campaña levantó una consigna en particular: “Capitalismo para todos” con la que, finalmente, se impuso por el 54% de los votos el pasado 19 de octubre cuando se llevó a cabo el histórico balotaje.
En esa contienda, Paz Pereira le ganó al expresidente Jorge “Tuto” Quiroga (2001-2002), de la alianza Libertad y Democracia (Libre). El histórico rival de Evo Morales es un conservador que proponía “liberalizar Bolivia” y en la prensa se llevó el mote de “el (Javier) Milei argentino”. Más allá de haber perdido, ya juega un rol clave en el nuevo escenario del país sudamericano porque su alianza Libre conquistó en la primera vuelta 50 escaños, de los 175 disponibles en la Cámara de Diputados, cruciales para que el PDC consiga pasar por el Congreso las reformas que tiene previstas. Antes del traspaso de mando, el compromiso de acompañarlo ya había llegado.
“La llegada de Paz Pereira va a ser un giro de 180 grados, lo que no debía ser a juzgar por las ofertas que hizo él de dar continuidad a ciertos aspectos del modelo masista. Eso le permitió conquistar el voto popular que antes era del MAS”. Analista y periodista boliviano Fernando Molina.
Paz Pereira, que en una entrevista con la BBC tras su triunfo se autodenominó como de centro “nacional, popular y democrático” se ocupó de sortear, de cierto modo, los clivajes políticos-sociales que atraviesan al país que se disputa entre la “élite-pueblo”, el “Estado versus mercado” y la “república-Estado Plurinacional”.
Con esa postura “en el centro” se comprometió a hacerle frente a la crisis económica que afecta al país que combina: una deuda externa de 13.806 mil millones de dólares, inflación del 25%, desabastecimiento de los combustibles y de escasez de reservas en el Banco Central. Para llevarlo a cabo, planteó incentivo a la inversión privada y extranjera, la reducción de impuestos y aranceles, un mayor acceso a créditos y la reforma del sistema cambiario. También hizo énfasis en la descentralización de los recursos públicos con mayor autonomía para los departamentos y las universidades públicas, algo previsto en la Constitución boliviana que el MAS no supo concretar.
En ese sentido, también se comprometió la descentralización de las policías para combatir la inseguridad, en donde su vice, el ex oficial de la policía, Edman Lara, concentrará el protagonismo que ya tiene en sus redes sociales.
Un tercer punto es lo que se entrevé como una reforma del Estado con eje en las empresas públicas “con déficits operativos” para congelar sus actividades y una reforma judicial para volver atrás con la elección popular de los jueces, un sistema con el que sólo cuentan Bolivia y México.
El desafío para el nuevo gobierno
Hasta el momento de su asunción, Paz Pereira ya había recibido sus credenciales como presidente y había puesto en marcha una agenda local e internacional. Se reunió en Estados Unidos con dirigentes de distintos organismos de financiamiento y, finalmente, consiguió un préstamo de 3.100 millones de dólares de la Corporación Andina de Fomento (CAF) –actual Banco de Desarrollo de América Latina-, que tendrá un primer desembolso el próximo mes “con el fin de aliviar la liquidez fiscal y dinamizar la economía nacional, en beneficio de alrededor de 3 millones de bolivianos”, informaron desde la Oficina del Presidente Electo.
“Hemos planteado que la segunda vuelta es en las calles. Nosotras no creemos en esta democracia por eso convocamos a rearmarnos, a recuperar la memoria de más de 500 años de resistencia y a definir en las calles lo que queremos vivir, sin entregarle nuestros sueños al Estado.” Adriana Guzmán Arroyo, de la organización Feminismo Comunitario Antipatriarcal
“La llegada de Paz Pereira va a ser un giro de 180 grados, lo que no debía ser a juzgar por las ofertas que hizo él de dar continuidad a ciertos aspectos del modelo masista. Eso le permitió conquistar el voto popular que antes era del MAS”, sostuvo en entrevista con LATFEM el analista y periodista boliviano Fernando Molina. El autor del libro El racismo en Bolivia, destacó que, con los movimientos hechos hasta ahora, Paz “desconoce el voto rural y de los sectores más empobrecidos que lo llevaron a la presidencia”. En ese sentido, apuntó a los personajes que lo acompañaron a las reuniones en Washington, que se avizoran como integrantes del gobierno cuyos destinos se sabrán recién este domingo: Samuel Doria Medina, ex candidato a la presidencia y reconocido por ser uno de los artífices del proceso de privatización de la década de 1990; José Luis Lupo, candidato a la vicepresidencia con Doria Medina, economista y político; y Gabriel Espinoza, autodenominado “economista liberal”.
“El desafío es que esto signifique un programa de ajuste de la economía que realmente funcione y que no despierte el rechazo y la protesta social”, apuntó Molina. En consonancia, Garino sumó a las perspectivas del nuevo gobierno los componentes religiosos y racistas que acompañarán al nuevo modelo económico tras 20 años de una gestión que propuso integrar una visión indigenista y del buen vivir cuyas reacciones ya vimos durante el golpe de 2019, en donde las mujeres de pollera y les integrantes de los movimientos comunitarios fueron perseguidos y criminalizados.
El impacto de las disputas internas del MAS
Para la primera vuelta, el MAS se dividió en tres fracciones y perdió la hegemonía que mantuvo por dos décadas. Las tres fracciones que quedaron son: una liderada por el expresidente Morales, autoexiliado en el Chapare y obligado a conformar otro partido llamado Evo Pueblo; otra por su sucesor y ahora ferviente contrincante Luis Arce, quien se quedó con la sigla del MAS y, por último, Andrónico Rodríguez, joven dirigente cocacolero, que expresaba la renovación del espacio hasta que Morales lo vetó. En este escenario, el exmandatario –inhabilitado políticamente para disputar la presidencia- llamó al voto nulo, que conquistó un 19,9% frente a un promedio histórico del 3,7%.
Entre ellos, el único que consiguió una pequeña representación en el Congreso fue Rodríguez, con ocho diputados.
El derrotero hacia este “quiebre radical”, según la analista en relaciones internacionales de FLACSO, Agustina Garino, se cosecha desde 2016, cuando Morales perdió el referéndum que propuso para ser reelecto presidente y se profundizó en 2019 con el golpe de Estado racista y eclesiástico. “Los problemas internos del partido y las últimas presidencias de Morales y Arce no resultaron en lo que la sociedad quería o pedía económica, social y políticamente”, sostuvo Garino.
Pero el impacto de la derrota no es sólo local. “Es una gran derrota para el progresismo latinoamericano”, sostuvo Molina. Es que, el liderazgo de Morales y de su partido no se circunscribió al orden local, sino que se erigió como emblema del progresismo latinoamericano, que impulsó el reconocimiento indígena a través de la creación del Estado Plurinacional con procesos democráticos y que había conseguido un fuerte crecimiento de la economía nacional y de la demanda interna con la explotación propia de los recursos naturales con la implementación de medidas estatistas y proteccionistas que se tradujeron en mejoras de la condición de vida de la población.
Más allá de ese contexto, diversos analistas señalan la presencia y el poder territorial del masismo de Evo, sobre quien pesa una denuncia y una orden de prisión por “estupro agravado con incitación a la prostitución”. Según Molina: “Es el que ha demostrado más fortaleza de los tres y se puso en una postura de oposición más frontal y probablemente se convierta en el articulador de las reacciones contra lo que el nuevo gobierno haga. Si el programa es suficientemente adecuado, inteligente y equitativo, puede zafar, sino va a hacer crecer a Evo Morales como el líder de la oposición de izquierda”.
El impacto en la región y las relaciones con Estados Unidos
La llegada de Paz Pereira al gobierno también significa la restitución de las relaciones internacionales con Estados Unidos, rotas desde 2008, cuando Morales expulsó al entonces embajador Philip Goldberg y el vínculo quedó reducido a los encargados de negocios. Con él también se había acabado la presencia del Departamento Antinarcóticos del país del norte, que hará de nuevo su desembarco.
Con esta decisión bajo el brazo el flamante mandatario viajó a Washington para reunirse con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, con quien dialogaron sobre las medidas para “ampliar y profundizar” la relación entre ambas naciones. Sin embargo, la redefinición de la política exterior va más allá: incluye haber dejado fuera de las invitaciones para el cambio de mando a los presidentes de Venezuela, Nicaragua y Cuba –éste último con quien han mantenido un vínculo que atravesó gobiernos neoliberales-, haber llamado a la referenta antichavista de la ultraderecha venezolana María Corina Machado al día siguiente de ganar las elecciones para manifestarle su apoyo en la “lucha para recuperar la democracia en Venezuela” y la consecuente la suspensión de la Alianza Bolivariana de Nuestra América (ALBA).
A esos gestos, se sumó el acercamiento a Israel al cabo de varios años de haber roto relaciones por las acusaciones que pesan contra Benjamín Netanyahu, denunciado por cometer crímenes de guerra y un genocidio en la Franja de Gaza.
Así, Paz Pereira se suma al concierto de presidentes que encarnan el ascenso a nivel global de las derechas y de los partidos más conservadores, que en la región están en Ecuador, Argentina, Paraguay y El Salvador, por mencionar sólo algunos, que se encontrarán este sábado en Sucre. “Están conformando un bloque que aumenta sus adeptos, en el marco de un reordenamiento de poder en la región y donde van a poder tomar decisiones en conjunto con medidas concretas”, señaló Garino y colocó como ejemplo las posibles articulaciones en torno al Mercosur y el flamante acuerdo con la Unión Europea, en donde quien perderá peso es nada menos que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
“La segunda vuelta es en las calles”: la mirada del feminismo comunitario sobre el nuevo ciclo
Desde los territorios y las organizaciones de base articulan una lectura profundamente crítica de este nuevo ciclo político. Para el feminismo comunitario antipatriarcal, la elección en sí misma fue un falso dilema entre dos derechas, y la victoria de Paz Pereira es la consecuencia directa de la “traición del MAS” al proyecto de descolonización y despatriarcalización.
“Sabíamos que no había ninguna opción para nosotras. Todas las opciones estaban vinculadas a la derecha, a los partidos conservadores”, afirmó Adriana Guzmán Arroyo, de la organización Feminismo Comunitario Antipatriarcal, en diálogo con LATFEM. En su análisis no perdonó a nadie: catalogó a los gobiernos de Morales y de Arce como “una izquierda colonial, racista e irresponsable sin autocrítica” que, con su corrupción y represión, fragmentó a las organizaciones sociales y “destruyó el proyecto político de los pueblos de descolonización y autonomía indígena campesina”, allanando el camino para el triunfo de la derecha.
“Los problemas internos del partido y las últimas presidencias de Morales y Arce no resultaron en lo que la sociedad quería o pedía económica, social y políticamente.” Agustina Garino, relaciones internacionales de FLACSO.
Frente a este escenario, la llegada de Paz no se vive como una derrota electoral más, sino como una lección histórica. “Es un aprendizaje de entender que el Estado no sirve para las organizaciones. El poder no se toma, te toma a las organizaciones, se come los sueños, se come los planteamientos de transformación antipatriarcales y anticoloniales”, sentenció Guzmán. Para ella, este aprendizaje redefine la lucha: “La democracia colonial, racista y burguesa no nos sirve. Nunca tenemos de dónde elegir”.
Los gestos iniciales del nuevo gobierno -como el retiro de la wiphala y la imposición de la Biblia y el crucifijo- confirman este viraje, así como la liberación de la golpista Jeannine Áñez, que se ganó en esta semana la anulación de la condena por el golpe de Estado de 2019. Pero el plan va más allá de los símbolos. Guzmán alerta sobre un ataque concreto a las conquistas legales: “Este gobierno atenta contra la Ley de Educación, que plantea la descolonización y la despatriarcalización, y van a derogar la Ley 348 contra la violencia hacia las mujeres y la interrupción legal del embarazo (establecida por causales)”.
Ante este panorama de ofensiva conservadora, la respuesta, para el feminismo comunitario, está en la reorganización autónoma. “Hemos planteado que la segunda vuelta es en las calles. Nosotras no creemos en esta democracia por eso convocamos a rearmarnos, a recuperar la memoria de más de 500 años de resistencia y a definir en las calles lo que queremos vivir, sin entregarle nuestros sueños al Estado”. La victoria de Paz Pereira, para Guzmán, es “una victoria muy temporal” frente a la fuerza de una resistencia que buscan recomponer.
 
 
 
 
 
¡ESCÁNDALO EN BOLIVIA! ACUSAN A MINISTRO FREDDY VIDOVIC DE AYUDAR A FUGAR A MARTÍN BELAUNDE LOSSIO EN 2015
 
Canal Red DTV afirmó que documentos judiciales vinculan a autoridad con el escape del empresario peruano.
 
Expreso de Perú (https://n9.cl/5sm57)
 
Una nueva controversia política estalló en Bolivia tras un reportaje difundido por el canal Red DTV, que acusó al actual ministro de Justicia, Freddy Vidovic, de favorecer al empresario y lobista peruano Martín Belaunde Lossio durante su fuga en 2015.
El medio boliviano aseguró contar con documentos judiciales y registros históricos que lo vincularían directamente con el pago de coimas y gestiones ilícitas a favor del empresario peruano.
Fiscalía boliviana tendría el testimonio en su expediente reservado
Según el medio, el testimonio del propio Belaunde ante la Fiscalía de Bolivia lo habría identificado como “el contacto principal” para coordinar su escape de la detención domiciliaria en La Paz.
En aquella declaración, el empresario aseguró que Vidovic le solicitó 35,000 dólares adicionales a los 1,100 que llevaba consigo para ejecutar la operación, y que permaneció encerrado tres días antes de concretarse su huida con apoyo policial.
Red DTV afirma que Vidovic habría gestionado sobornos a altos funcionarios
El canal agregó que la presunta participación de Vidovic no se limitó a la fuga, sino que se extendió a la gestión de sobornos a jueces, fiscales, policías y funcionarios del Consejo Nacional del Refugiado (Conare).
Los montos, según la investigación de Red DTV, ascenderían a cerca de un millón de dólares transferidos desde Perú hacia Bolivia mediante diversas transacciones.
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Red DTV afirmó además que, en 2015, Vidovic fue sentenciado a tres años de prisión por favorecimiento a la evasión y cohecho en grado de complicidad, tras aceptar un procedimiento abreviado impulsado por la Fiscalía.
De acuerdo con el entonces fiscal departamental de La Paz, Paul Franco, el hoy ministro habría reconocido su participación en los hechos, siendo condenado junto a otros implicados.
Medio Eju! desmintió las acusaciones difundidas por Red DTV
No obstante, la versión de Red DTV fue rápidamente refutada por otro medio boliviano, Eju!, que publicó un documento oficial del Registro Judicial de Antecedentes Penales (REJAP) para desmentir cualquier sentencia ejecutoriada contra Freddy Alejandro Vidovic Falch.
En su portal digital, Eju! tituló: “Certificado de antecedentes desmiente versión sobre presunta sentencia contra el ministro Freddy Vidovic”.
Informe descarta sentencias, rebeldías o procesos suspendidos
El citado certificado, emitido el 10 de noviembre de 2025 por el Órgano Judicial de Bolivia, precisa que Vidovic “no registra antecedente penal referido a sentencia condenatoria ejecutoriada, declaratoria de rebeldía o suspensión condicional del proceso”.
Con ello, el gobierno del presidente Rodrigo Paz Pereira busca cerrar el episodio y descartar cualquier vínculo entre el ministro de Justicia y el empresario peruano Martín Belaunde Lossio, conocido como ‘el Curaca Blanco’.
 
 
 
 
LAS LARGAS FILAS PARA CARGAR COMBUSTIBLE TERMINARON EN BOLIVIA TRAS LA LLEGADA DE RODRIGO PAZ A LA PRESIDENCIA
 
Tras asumir el 8 de noviembre, el Ejecutivo gestionó compras inmediatas en el exterior, recurriendo a Estados Unidos y organismos multilaterales, pese a la ausencia de relaciones diplomáticas con Washington desde 2008
 
Infobae de Argentina (https://n9.cl/plbvd)
 
Las colas de vehículos para cargar combustible comenzaron a reducirse esta semana en Bolivia y el Gobierno apunta a un gradual restablecimiento del suministro tras la llegada al poder del nuevo presidente boliviano Rodrigo Paz.
Antonio Calle, conductor de minibús en La Paz, relató: “Antes casi todo el día hacía fila”, pero en su visita más reciente solo aguardó detrás de un vehículo. “Ha mejorado en esta semana”, reconoció en diálogo con AFP.
El desabastecimiento de combustibles fue arrastrado desde 2023 por la falta de dólares que complicó a la administración anterior, bajo el mando del izquierdista Luis Arce, la importación de gasolina y diésel subsidiado.
Los prolongados bloqueos se extendieron durante horas o incluso días, como lo confirmó Enrique Molina, taxista paceño de 28 años: “Me he quedado a dormir varias noches esperando gasolina”. Esta vez, apenas le tomó “ni diez minutos” abastecerse.
Tras asumir el 8 de noviembre, el Ejecutivo de Paz gestionó compras inmediatas en el exterior, recurriendo a Estados Unidos y organismos multilaterales, pese a la ausencia de relaciones diplomáticas con Washington desde 2008. Los primeros camiones cisterna procedentes de Perú, Chile, Paraguay y Argentina entraron al país el domingo, apenas un día después de la juramentación presidencial.
Las imágenes de la prensa local mostraron que estaciones de servicio en ciudades como Santa Cruz, Cochabamba y El Alto funcionaban con normalidad. El Gobierno de Bolivia estima que en las siguientes semanas ingresarán a Bolivia alrededor de 400 camiones de combustible por día.
Por otra parte, el nuevo ministro de Hidrocarburos, Mauricio Medinaceli, anunció que en tres semanas se definirá un plan para reducir los subsidios a los combustibles. La administración de Arce había presupuestado 56 millones de dólares semanales sólo para 2025, un desembolso que contribuyó a la escasez de divisas y precipitó la mayor crisis económica en Bolivia en cuatro décadas.
Desde Estados Unidos, el presidente Paz anunció el pasado 30 de octubre que “el tema de combustible está garantizado”. “Gasolina y diésel ya hay. Ahora estamos resolviendo el tema de logística”, comunicó a través de un mensaje en la red social X. Paz detalló que colaboró con el gobierno estadounidense y agencias multilaterales para facilitar la llegada de dólares a Bolivia.
La crisis llevó a largas filas en las estaciones de servicio, caída del consumo y una notable subida en el costo de la canasta básica familiar; algunos alimentos registraron aumentos de hasta el 30%. Además, la limitación de dólares estimuló la formación de un mercado cambiario paralelo y aceleró la depreciación de la moneda nacional, erosionando aún más el poder adquisitivo de las familias bolivianas.
Luego de asumir la presidencia, Paz estableció contacto con la administración de Donald Trump y con gobiernos de Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina en busca de garantizar el abastecimiento, en medio de una aguda crisis económica y energética caracterizada por la escasez de hidrocarburos y la falta de divisas.
La visita del mandatario a Estados Unidos en octubre también permitió avanzar hacia la normalización de relaciones diplomáticas plenas entre La Paz y Washington, tras más de quince años de distanciamiento. La ruptura se remonta a 2008, cuando el entonces presidente Evo Morales, como líder del MAS, decidió expulsar al embajador estadounidense Philip Goldberg, seguido poco después por la salida de la DEA y la agencia de cooperación USAID.
En ese marco, el ministro de Gobierno, Marco Antonio Oviedo, defendió este miércoles la potencial vuelta de la Administración de Control de Drogas (DEA) a Bolivia tras dieciséis años fuera del país. Oviedo sostuvo que Bolivia “no tiene por qué aislarse ni estigmatizar la cooperación”, en referencia a la revisión de la política exterior impulsada por la nueva administración.
           
 
 
 
 
BOLIVIA CEDE SU LUGAR COMO POTENCIA GASÍFERA, MIENTRAS VACA MUERTA MARCA LA AGENDA REGIONAL
 
El país andino, otrora líder en exportaciones de gas en Sudamérica, ve caer sus ingresos y capacidad de producción, mientras Argentina emerge con Vaca Muerta como nuevo actor regional.
 
Revista Mejor Energía de Argentina (https://n9.cl/e6klf)
 
Por décadas, Bolivia fue el corazón gasífero del Cono Sur. En 2014, sus exportaciones alcanzaban los 6.011 millones de dólares, con un flujo de 46,5 millones de metros cúbicos diarios, consolidando su protagonismo en el suministro energético regional.
Sin embargo, la combinación de declinación natural de los campos gasíferos y falta de nuevas inversiones ha reducido drásticamente su capacidad de exportación: hoy apenas logra vender 17,6 millones de metros cúbicos diarios, con ingresos que retroceden a niveles de 2006.
Tal es el análisis que hace el Director Ejecutivo Gas Transition Consultant y Codirector del Instituto de Energía de la Universidad Austral, Luciano Codeseira, el trasfondo económico agrava la situación.
Según el reciente Informe Económico de América Latina y el Caribe del Banco Mundial, Bolivia registrará un crecimiento negativo de -0,5% en 2025, seguido de -1,1% en 2026 y -1,5% en 2027, convirtiéndose en el único país de la región con un ciclo recesivo sostenido.
El déficit comercial alcanzó 845 millones de dólares en 2024, y el Estado se vio obligado a recurrir a créditos internacionales y a permitir por primera vez desde la nacionalización de 2006 que empresas privadas importen gasolina y diésel.
"En este nuevo escenario geopolítico y energético, Argentina emerge como el actor regional dominante gracias al gas de Vaca Muerta, su megayacimiento de shale gas", señala.
En abril de 2025 se concretó un hecho simbólico: el primer flujo de gas argentino hacia Brasil, atravesando ductos bolivianos. Aunque fueron solo 2 millones de metros cúbicos diarios, el volumen proyectado podría alcanzar entre 8 y 9 millones en 2027, y cubrir la demanda brasileña hacia 2030 con entre 12 y 14 millones de metros cúbicos diarios.
Para Bolivia, la ironía es histórica: de ser potencia exportadora, podría transformarse en la arteria por donde circule el gas de sus vecinos, relegando su rol tradicional como proveedor regional. Para Codeseira el cambio no solo refleja la emergencia de Vaca Muerta, sino también la falta de estrategias de inversión y exploración que permitan a Bolivia sostener su producción.
Este giro tiene además implicancias geopolíticas: la dependencia histórica de Brasil hacia el gas boliviano se invierte, y los contratos energéticos de antaño pierden relevancia frente a un mercado regional donde la innovación tecnológica y el shale redefinen el mapa de poder.
Para Bolivia, mantener su posición requerirá políticas audaces de exploración, inversión extranjera y modernización de infraestructura, si quiere recuperar el protagonismo que supo tener en el siglo XXI.
 
 
 
 
 
BORIC EN LA PAZ: LO BUENO, LO MALO Y LO FEO
 
Infogate de Chile (https://n9.cl/btvifq)
 
Chile acudió a la trasmisión del mando en Bolivia con una delegación encabezada por el presidente Boric, es decir, al más alto nivel.
Se dio así una señal de la voluntad política de ambos países por avanzar en una normalización de sus relaciones, reducidas a nivel consular desde fines de la década de los setenta del siglo pasado.
Como todo hecho, tuvo luces y sombras, veamos.
Lo bueno
Es obvio, pero no por eso deja de ser muy importante. Bolivia y Chile demuestran que están abiertos a construir una nueva etapa en sus relaciones diplomáticas, con todo lo que ello significa. Aspirar a construir una vecindad colaborativa, sobre cuyas bases podamos edificar una “prosperidad compartida”.
Reconozcamos que en Bolivia esta aspiración ha sido expresamente apoyada por importantes y diversos personeros, incluyendo su flamante presidente Rodrigo Paz.
Por cierto, este nuevo cuadro es la resultante de un proceso previo, un hito del cual es la agenda consular construida el 2022 y que se ha cumplido paso a paso en los años posteriores.
El presidente Boric estaba decidido también a participar en las ceremonias del Bicentenario boliviano en agosto pasado, pero el trágico accidente de los mineros de El Teniente impidió su participación.
Sin embargo, Chile se preocupó de enviar a su segunda autoridad de Estado, el senador Ossandon, en su calidad de presidente del Senado (protocolarmente es quien sucede al presidente).
Estos gestos no pasaron inadvertidos en Bolivia y en sus círculos dirigentes, prueba de ello es que varios de sus candidatos presidenciales se pronunciaron durante la campaña sobre las relaciones entre nuestros países.
En suma, en ambos países existe voluntad para construir una agenda bilateral de respeto y cooperación.
Ya lo he dicho anteriormente, esto constituye el éxito político y diplomático más importante de nuestra historia bilateral, y también de nuestra diplomacia en los últimos años. Felicitaciones a todos quienes, a ambos lados de la frontera, hicieron posible esto.
Lo malo
Si asumimos la importancia de lo anterior, es de lamentar el escaso eco que ha tenido en nuestro debate. Salvo un par de columnas de opinión y un editorial de un importante medio escrito, el hecho ha quedado en a lo menos un segundo plano. Llama la atención además que todo esto ha ocurrido en medio de la campaña, donde han abundado los adjetivos, pero escasean las opiniones sobre los temas de Estado (política exterior y defensa). Siempre será necesario reiterar que somos un país mediano, sino chico, donde nuestros principales desafíos están en nuestra región.
A ratos las prioridades parecen pertenecer a lejanas regiones más que a nuestro entorno más inmediato.
Peor aún, a veces ese vacío se llena, con opiniones cargadas de racismo y de ignorancia como las que escuchamos a una honorable parlamentaria. Lo peor, soy testigo que esas mismas opiniones las he escuchado de otros importantes personeros. Digo que además de racistas, develan ignorancia, porque quien conozca Bolivia atenderá que además de su tradicional región andina, también está formada por zonas selváticas, tropicales o subtropicales como el pujante mundo cruceño.
Mas empatía, mas conocimiento, menos racismo y mayor cooperación serán necesarias para avanzar.
Lo feo
Si la invitación a participar en la toma de posesión del nuevo presidente es un buen gesto que se valora, entendemos que la presencia de su Excelencia cumple con lo esperado por el anfitrión.
Hasta allí todo perfecto, más aún por el impacto que ha provocado en Bolivia que nuestra delegación se alojó en un hostal sencillo y cargado de historia cultural boliviana y latinoamericana. Por cierto, los escasos momentos no protocolarios fueron aprovechados por el presidente Boric, que caminó con sencillez por las calles paceñas derrochando empatía y horizontalidad.
Pero, nadie invita a su casa para incomodar u ofender a los invitados. Porque para sorpresa, la ceremonia de toma de posesión del presidente Paz concluyó con la entonación de la llamada “Marcha Naval”, cuya letra tiene un contenido lo menos amable para nuestro país. Mal. Muy mal.
Quizás esto pueda explicarse porque el protocolo boliviano era nuevo, cambio de equipos, etc. A lo mejor se entona con frecuencia, quizás. Pero tratándose de una ceremonia a la cual se nos ha invitado y a la que Chile acude con la mejor voluntad y con su más alta investidura, merece nuestro reparo. Por cierto, también la crítica es a quienes en Chile velaron por la planificación de la visita.
Me consta que los equipos profesionales y de carrera de nuestra Cancillería revisan con rigor cada detalle de toda visita, especialmente si concurre el presidente. Y si hay riesgos de cualquier tipo lo anticipan. No estoy seguro de que entre los asesores “civiles” de Palacio exista el mismo rigor. Si así fue, peor aún.
Balance
Regularizar las relaciones diplomáticas con Bolivia es necesario y conveniente para ambos países, no solo por lo bilateral sino asumiendo los difíciles momentos que vive la paz y el derecho internacional hoy en día, las armas están reemplazando al derecho y la convivencia pacífica, no sólo en las estepas europeas o en Asia Central, sino en nuestra propia Sudamérica.
Profundicemos lo bueno y corrijamos lo malo y lo feo, y que nuestros dirigentes estatales o aspirantes a ello, asuman que los intereses permanentes del Estado chileno no se agotan en portonazos, y que el quehacer de los representantes de la ciudadanía (léase parlamentarios) no sea conseguir minutos en la televisión al precio del escándalo. Chile merece más que todo eso de sus dirigentes.
 
 
 
 
 
BOLIVIA EXPERIMENTA CON SOLANA PARA MODERNIZAR EL SISTEMA ELECTORAL
 
Bolivia ensayó un sistema inédito en América Latina: TuVotoSeguro, un programa que usa la blockchain de Solana para registrar actas electorales como NFT. El piloto busca reducir la manipulación y restaurar la confianza tras años de crisis electoral.
 
Bein Crypto de España (https://n9.cl/6mve76)
 
Bolivia se convirtió en uno de los primeros países del mundo en probar la blockchain de Solana durante una elección presidencial. Pero a diferencia de los modelos de “voto en blockchain” que fracasaron en otros lugares, este piloto no reemplazó las papeletas físicas: las actas oficiales fueron fotografiadas y registradas en la blockchain como NFT inmutables, creando un registro público imposible de alterar.
De acuerdo a Forbes, el proyecto, llamado TuVotoSeguro y desarrollado por la firma internacional Impera Strategy, fue diseñado para resolver un problema muy concreto: las denuncias de manipulación en la transmisión de resultados que marcaron la polémica elección de 2019. Esta vez, cada acta se almacenó digitalmente segundos después del conteo, bajo la mirada de testigos y observadores.
Bolivia apostó por Solana durante piloto en las elecciones presidenciales
El sistema del programa piloto no transforma el voto, sino el modo en que se publica la información. Una vez cerradas las urnas, los funcionarios contaban los votos en público y completaban el acta física.
Esa hoja era luego fotografiada, validada por IA y observadores humanos, y finalmente subida a la blockchain Solana con un sello de tiempo y datos de la mesa electoral. Cada acta se convirtió en un NFT, accesible al público y verificable por cualquiera con conexión a Internet.
La diferencia frente a 2019 es evidente: en aquella elección, los resultados viajaban horas sin supervisión hasta el centro de cómputo; hoy quedan registrados en minutos en una base distribuida, visible para todos. El sistema busca impedir que alguien “ajuste” los números después del conteo, uno de los puntos más cuestionados en el pasado.
El piloto logró un raro consenso entre partidos enfrentados: tanto oficialistas como opositores valoraron la medida como un paso hacia la confianza, sin renunciar al voto tradicional. La blockchain se usó como una tablilla pública digital, no como sustituto del proceso electoral.
Bolivia llega a esta prueba tras una década de fracasos internacionales. En 2018, West Virginia experimentó con voto en blockchain para militares en el extranjero, pero auditorías del MIT hallaron vulnerabilidades graves. Algo similar ocurrió en Sierra Leona, donde un proyecto privado afirmó falsamente haber gestionado la “primera elección blockchain”.
La diferencia boliviana está en su realismo técnico. TuVotoSeguro no pretende digitalizar el voto ni proteger la privacidad de los electores mediante criptografía, sino simplemente garantizar que los resultados oficiales no puedan alterarse sin dejar huella. En lugar de buscar “votar on-chain”, el país eligió “publicar on-chain”.
Aun así, el sistema tiene límites claros. La precisión del conteo sigue dependiendo de los observadores humanos; si el acta original tiene errores, la blockchain los conservará. Tampoco elimina el riesgo político: la tecnología puede mostrar transparencia, pero no sustituye la legitimidad institucional ni el consenso democrático.
Blockchain para la transparencia gubernamental
El empresario cruceño Óscar Mario Justiniano, de amplia trayectoria en el sector productivo, asumió la dirección del Ministerio de Medio Ambiente y Aguas y, de forma interina, del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural.
Durante una entrevista reciente, afirmó que su gestión estará basada en la eficiencia, transparencia e innovación tecnológica, con el objetivo de transformar la administración pública y promover una “Bolivia Verde”.
Justiniano, expresidente de la Federación de Empresarios Privados de Santa Cruz, anunció que implementará herramientas digitales como blockchain, un sistema de registro descentralizado e inmutable, para garantizar procesos gubernamentales transparentes y combatir la corrupción.
“Siempre hemos hablado de la ineficiencia y la burocracia, se tiene que acabar. La eficiencia tiene que primar dentro de las gestiones ministeriales y tiene que ir de la mano de la tecnología, ahí se acaba la corrupción pequeña, mediana, grande, todo transparente. Tendremos cadenas de blockchain para saber exactamente qué es lo que se tenía o qué se subió al sistema, cómo estuvo todo el proceso”, explicó.
El ministro enfatizó que el llamado “Estado tranca” debe desaparecer, impulsando ministerios que generen recursos en lugar de solo ejecutar presupuestos. Asimismo, destacó que la inteligencia artificial y los indicadores de desempeño (KPI) serán claves para medir la eficiencia institucional.
Su visión, señaló, combina sostenibilidad ambiental, innovación tecnológica y fortalecimiento institucional, bajo el principio de que “cuando nadie roba, el dinero alcanza”, reflejando su compromiso con la transparencia y el desarrollo integral de Bolivia.
En resumen
Bolivia utilizó la blockchain Solana para publicar actas electorales como NFT en su elección presidencial. El sistema TuVotoSeguro no digitaliza el voto: refuerza la transparencia y la verificación pública, reduciendo los espacios para manipular resultados.
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EN BOLIVIA LA HOJA DE COCA TUVO UN INCREMENTO EN SU PRECIO, ¿IMPACTARÁ EN LOS VALORES EN SALTA?
 
Infórmate Salta de Argentina (https://n9.cl/09k8t)
 
Expectativa genera en Salta el saber cómo impactarán en los mercados locales los recientes y drásticos cambios de precios de la hoja de coca proveniente de Bolivia donde, por la delicada situación política y económica que atraviesa el país vecino, se generó un aumento significativo en el valor del coqueo, lo que preocupa a comerciantes y consumidores habituales de la provincia.
Además de la crisis de divisas y el problema logístico, la tensión política interna en Bolivia también agrava el escenario económico, con una combinación de factores críticos que presionó hacia una subida de precios en origen que se está sintiendo con fuerza al otro lado de la frontera.
¿Qué está pasando en números? En Bolivia, el precio de la hoja de coca se disparó, registrando incrementos de hasta un 700% en los últimos cuatro años, lo que refleja la inflación oculta que presiona hacia una devaluación de la moneda.
A nivel local, este fenómeno se tradujo en una subida inmediata y palpable: En el mercado salteño, se reportó que el cuarto de kilo de hoja de coca aumentó considerablemente su valor. La variedad común, por ejemplo, ha experimentado un alza de más de $10.000, lo que generó sorpresa entre los salteños que dependen de este producto.
Comerciantes y consumidores de Salta y Jujuy están ahora en la incertidumbre, ya que el aumento sostenido de precios podría fomentar el contrabando o la venta informal. Por ahora, se espera que la situación se estabilice, aunque no se descarta que los precios continúen en alza si la crisis, marcada por la escasez de combustibles y las tensiones políticas en Bolivia, persiste sin una solución a la vista, según QPS.
 
 
 
 
 
LUCHA LIBRE DE CHOLITAS EN BOLIVIA: EL ESPECTÁCULO QUE MEZCLA SHOW, DEPORTE Y TRADICIÓN
 
Las peleas de cholitas son un espectáculo cultural y deportivo, mezcla de lucha libre, turismo y tradición aimara. Combinan acrobacias, humor, actuación.
 
Los Andes de Argentina (https://n9.cl/o6e2j)
 
Ubicado en la calle Jaén, una de las más emblemáticas y ricas en historia de La Paz, el Centro Cultural Mamani Mamani se ha convertido en un faro de la cultura boliviana. Conocida por sus icónicos museos y su encanto místico, esta calle ahora alberga la vibrante intersección del arte tradicional aimara y el singular deporte de la lucha de cholitas.
Roberto Mamani Mamani, celebrado mundialmente por sus audaces y coloridas representaciones de la vida aimara, ha transformado esta mansión colonial en un espacio dinámico que incluye una galería, una tienda, un pub y una variedad de clases de pintura, danza y otras expresiones artísticas.
En ese contexto encontró el complemento perfecto en las cholitas luchadoras, un grupo de mujeres indígenas aimaras que llevan más de 20 años realizando combates de lucha. Su energía vibrante y auténtico espíritu cultural se alineaban perfectamente con la visión de Mamani Mamani para el centro. “Este lugar necesitaba algo que fascinara a los visitantes,” comentó. “Las cholitas nos dijeron: ‘Queremos actuar aquí porque este lugar es fantástico.'”
Lucha de Cholitas: Tradición e Innovación
La lucha de cholitas, conocida entre los visitantes extranjeros como “wrestling cholitas,” se originó en El Alto, la ciudad vecina de La Paz, a principios del siglo XXI. Estas presentaciones combinan la teatralidad energética de la lucha libre con el estilo cultural de las mujeres indígenas bolivianas, quienes luchan vistiendo polleras amplias, blusas y mantas tradicionales.
En el Centro Cultural Mamani Mamani, estas presentaciones han cobrado nueva vida. Lideradas por Veraluz Cortez, conocida en el ring como Yolanda “La Amorosa,” el grupo incluye a su hermana Raquel Cortez, Sarita “La Romántica,” y otras ocho mujeres. Realizan espectáculos regularmente de viernes a domingo, atrayendo a locales y turistas por igual.
Los espectáculos combinan deporte y espectáculo a partes iguales.
Dentro del centro, la acción tiene lugar en un patio rodeado de antiguos arcos y balcones. Las luchadoras entran con dramatismo, bailando al ritmo de música folclórica boliviana e invitando al público a unirse. Los visitantes animan desde los balcones mientras las cholitas realizan un emocionante espectáculo que mezcla habilidad atlética con orgullo cultural.
Para las cholitas, la lucha también es una forma de empoderamiento. Para Yolanda y sus hermanas, la lucha es más que entretenimiento: es una manera de honrar su herencia y desafiar estereotipos. “Queremos mostrarle al mundo que las cholitas pueden hacer cualquier cosa,” afirmó.
Por su parte Yolandita “La Amorosa” Jr. afirma que “hace mucho tiempo ha habido mucho machismo de parte de los hombres hacia las mujeres, que solamente podíamos estar en casa, lo que decían ellos, pero no la mujer boliviana, la mujer luchadora más que todas las que estamos en el ring, queremos demostrar que la mujer acallada, la mujer que estaba sumisa en casa, ya ha muerto, ha nacido una nueva mujer, ha renacido la mujer empoderada”.
Yolanda, una de las pioneras y miembro del primer grupo de cholitas luchadoras comenta: “Cuando yo he empezado con ese deporte de la lucha libre, puedo decir que hasta mi padre me ha rechazado como deportista. Porque a este cuadrilátero solamente subían los varones, pero como nos ven y me pueden ver a mí, así como estoy con las polleras y muy orgullosa de ellas, puedo demostrar que el deporte yo puedo realizarlo al igual o mejor que ellos”.
Y sentencia con seguridad: “Las mujeres ya no solamente somos para la casa, el hogar, atender al esposo, a los hijos. Ahora podemos trabajar y podemos escoger también la rama que nos gusta”.

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