Monday, September 05, 2005

EL PRESIDENTE EDUARDO RODRÍGUEZ Y CHILE

SE VEN OBLIGADOS A TRAER DINERO EXTRA PARA PASAR SIN PROBLEMAS PUESTOS DE CONTROL

TURISTAS-COMPRADORES BOLIVIANOS, VÍCTIMAS DE FUNCIONARIOS COIMEROS SOBRE RUTA VII

ABC de Paraguay (www.abc.com.py)

CIUDAD DEL ESTE. Funcionarios públicos de diferentes instituciones encontraron nuevas víctimas para coimear en el trayecto de la Ruta VII. Se trata de los turistas compradores bolivianos, quienes, desde hace aproximadamente dos años, vienen a hacer compras en esta ciudad. Los "ejércitos" de coimeros atacan en nada menos que siete puestos de "control", según pudimos comprobar. Piden plata con la excusa de que los visitantes llevan contrabando.
Desde hace dos años, aproximadamente, grupos de bolivianos están llegando a Ciudad del Este para hacer compras, especialmente de artículos electrónicos, que llevan para revenderlos en su país. Esta misma actividad realizan los turistas compradores brasileños.
Cada semana, llegan al menos 5 grupos de bolivianos, quienes contratan los servicios de empresas de transporte de nuestro país para transportarlos. Un grupo de 15 bolivianos viene en un colectivo. Cada uno de ellos realiza compras de mercaderías por más de 50 mil dólares. Algunos de ellos incluso llegan a adquirir artículos electrónicos por 100 mil dólares, conforme a los datos.
Lo triste es que los compradores bolivianos deben enfrentar a su retorno hacia Asunción un ataque de funcionarios de diferentes instituciones públicas, quienes, bajo cualquier pretexto, les exigen fuertes sumas de dinero. Actualmente, los bolivianos traen un dinero extra que está destinado al pago de coimas. Los afectados dijeron que no saben bien por qué deben abonar las coimas, teniendo en cuenta que ellos compran en los negocios habilitados en Ciudad del Este y por todas sus compras piden boleta legal, que se les expide.
Periodistas de este diario acompañaron a los bolivianos en tres ocasiones en su viaje hasta Asunción para observar cómo los visitantes son presas de los funcionarios públicos.
En el primer viaje, a escasos metros de la terminal de ómnibus de Ciudad del Este, cerca de la iglesia del Area 4, un vehículo con cuatro efectivos del Departamento de Investigaciones de la Policía Nacional atajó el colectivo. Los efectivos policiales, en forma sorprendente, dijeron que las mercaderías que estaban llevando eran de "contrabando" y que, si no querían problemas, debían abonar "algo".
Uno de los agentes se percató de que dentro del colectivo había un fotógrafo y dijo que todo estaba en orden y no pasó de un malentendido. Todo indica que los funcionarios públicos tienen un campana en la terminal, quien les avisa sobre las características de los vehículos que están saliendo con los "sacoleiros" bolivianos.El viaje siguió y en el km 30 de la Ruta VII, donde están efectivos de la Policía Nacional y de Aduanas, nuevamente el colectivo fue detenido. Uno de los bolivianos, quien actúa de líder, bajó e ingresó a una casilla junto a un funcionario de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA).
Poco después, salió y dijo: "Todo está en orden", pero no quiso dar detalles. Tampoco confirmó si abonó o no algún tipo de coima.
En el km 60, en la colonia Santo Domingo, existe un puesto de fiscalización de aduana, donde también están apostados efectivos de la Policía Nacional. Allí un agente policial y una persona de civil, "secretario", sube al colectivo y, al percatarse de la presencia de un fotógrafo, baja rápidamente y da el "alerta". El efectivo policial dijo al chofer que siguiera. Todo indica que los funcionarios que estaban apostados en el km 60 dieron aviso a los encargados de los otros puntos de que había periodistas, donde los bolivianos son controlados. Desde allí hasta Asunción, en el primer viaje no hubo más fiscalización.



Poder

LA III GUERRA MUNDIAL DE TUTO

Si se cumple lo previsto -lo que en Bolivia siempre es difícil-, dos hombres se enfrentarán en las elecciones de diciembre en ese país: Evo Morales y Jorge "Tuto" Quiroga. El escritor boliviano Edmundo Paz Soldán delinea en esta crónica quién es el político y ex mandatario que desafiará al nuevo -y favorito- líder indígena, qué relaciones tiene con Chile y por qué estos comicios son para Quiroga la Tercera Guerra Mundial.

Revista Que Pasa de Chile (www.quepasa.cl)

Después de varios intentos, la pasada semana logré comunicarme con Jorge "Tuto" Quiroga (45), ex mandatario de Bolivia (2001-2002) y uno de los principales candidatos a la presidencia en las elecciones de diciembre de este año. Le dije que la revista chilena Qué Pasa me había pedido que escribiera un perfil sobre él. "Qué raro", me dijo. "El New York Times, el Washington Post, El País, la prensa de afuera en general, sólo se interesa en Bolivia cuando hay bloqueos, y caos. Y eso lo proveen otros candidatos, no nosotros". Aunque no suele mencionarlo por su nombre, era claro que Tuto se refería a su principal oponente, Evo Morales. Luego me preguntó cuándo viajaría a presenciar la Tercera Guerra Mundial. Se refería, claro está, a las elecciones. "No es una más, aquí nos jugamos todo, qué tipo de Estado queremos, qué país queremos para el siglo XXI".
Tuto no es un político dado a las hipérboles. Sin embargo, cuando habla de las próximas elecciones no duda en calificarlas de "trascendentales". No exagera: la lenta descomposición del modelo neoliberal que rigió en Bolivia desde mediados de la década del 80 se aceleró con la caída de Sánchez de Lozada el 2003 y llegó a un punto de eclosión con la renuncia de Carlos Mesa en junio de este año; los analistas llegaron a hablar de "guerra civil" y "fragmentación nacional". La llamada a nuevas elecciones, más que una solución fue una tregua para resolver electoralmente qué camino deberá seguir Bolivia. No es seguro que eso ocurra: la dispersión del voto que ha caracterizado a la democracia boliviana hace que sea difícil pensar en un ganador contundente, con un grado de legitimidad. Con todo, está claro que, de no mediar sorpresas -algo imposible de descartarse en la política boliviana-, la batalla electoral se polarizará entre el neopopulismo de Evo Morales y la modernización del proyecto liberal que representa Tuto Quiroga.
El ministro yuppie
Quiroga, el segundo de cinco hermanos, es el típico representante ilustrado de la clase media. Nació el 5 de mayo de 1960, en Cochabamba. Terminó su bachillerato en Santa Cruz, en el colegio La Salle. Los que lo conocieron durante su adolescencia lo recuerdan como un "geniecito", alguien que destacaba en matemáticas y ajedrez. Era el típico alumno estudioso, aunque con una anomalía: también triunfaba en los deportes. Como muchos chicos de la clase media acomodada se fue a estudiar a los Estados Unidos. Se graduó con honores como ingeniero industrial en la Universidad Texas A&M, y luego, en 1986, obtuvo una maestría en Administración de Empresas en la Universidad St. Edward's (Austin). Desde 1981 trabajaba en esa ciudad para la IBM. Sin embargo, para sus familiares y amigos la pregunta no era si iba a volver a Bolivia, sino cuándo lo haría. Así, no sorprendió que en 1988 decidiera su regreso, esta vez a La Paz.
Lo que sí sorprendió fue su ingreso a la política, porque el joven Tuto en realidad tenía todos los ingredientes para triunfar como tecnócrata. Incluso comenzó trabajando en una empresa minera, y luego en el Banco Mercantil de Bolivia como vicepresidente de Proyectos e Inversión. Sin embargo, la política lo venció. En 1989, luego de que Jaime Paz Zamora asumiera la presidencia, Quiroga decidió enrolarse en ADN, el partido de la derecha más tradicional, aquella que había apoyado la dictadura de Hugo Banzer y trataba de reinventarse como demócrata. Quizás todo haya sido contactos familiares: el ultimo año de la dictadura de Banzer, el papá de Quiroga había sido funcionario de ese gobierno.
Como representante de ADN, Quiroga fue nombrado subsecretario de Inversión Pública dentro del Ministerio de Planeamiento; el joven tecnócrata llegaría a ser muy rápidamente una de las figuras más destacadas de ADN en el gobierno de Paz Zamora. Su ascenso fue meteórico: en 1992, con 32 años de edad, se convertía en ministro de Finanzas. Era un yuppie que caía bien, alguien a quien se podía ver trotando por las avenidas de La Paz, y que hacía gala de su vigor físico escalando las cumbres más imponentes de los Andes bolivianos.
Demasiado gringo
De esos primeros pasos de Quiroga en el gobierno se recuerda su rigidez a la hora de manejar las cuentas, su austeridad con el gasto público, y la habilidad que tenía para manejar las negociaciones con el gobierno de Estados Unidos y con organismos internacionales como el Banco Mundial y el FMI. Fue en esos años que Quiroga emergió como un interlocutor privilegiado de los Estados Unidos. En esa época, era una de su grandes virtudes. Hoy, con el panorama cambiado, sus opositores ven aquí un flanco débil. "Tuto razona como norteamericano", dice uno de ellos; "comparte los valores, las formas de vida y hasta el sentido del humor norteamericano. Tiene un enfoque tecnocrático del manejo de la política y una ideología del management". Tuto contraataca mencionando la estrecha relación entre Evo Morales y el presidente venezolano Hugo Chávez: "No necesitamos jefes de campaña extranjeros". La contienda entre Tuto y Evo puede verse como una de las disputas por la hegemonía continental entre los EE.UU. y Venezuela.
En 1993, asumió la presidencia Gonzalo Sánchez de Lozada, sucesor en el MNR del cuatro veces presidente Paz Estenssoro. Banzer debía ir preparando a su sucesor, y encontró a la persona ideal en Quiroga, un hombre más cerebral que carismático, quizás no un político nato pero sí alguien lleno de energía. Su juventud ayudaría a que ADN captara votantes entre esos jóvenes de la clase media que lo veían como un líder de otra época. Quiroga dice que su paso de tecnócrata a político se dio de veras en 1993, cuando Banzer le encargó dirigir la campaña para las presidenciales. En 1995 fue nombrado subjefe del partido; en 1997, candidato a vicepresidente. Ese año, Banzer salió elegido mandatario, y Quiroga, a los 37 años, se convirtió en el vicepresidente más joven de la historia de Bolivia.
Tuto fue un vicepresidente fiel a Banzer, aunque sus relaciones distantes con el entorno familiar del mandatario y con los dirigentes veteranos del partido hicieron que visitara poco el Palacio de Gobierno. Incluso cuando Banzer se ausentaba al exterior y delegaba la presidencia a Tuto, éste prefería gobernar desde el edificio de la Vicepresidencia, que él se había encargado de remodelar.
Un cáncer terminal de pulmón hizo que Banzer renunciara en agosto del 2001, un año antes de terminar su mandato. Entonces Tuto asumió la presidencia. En el tiempo en que alcanzó a estar a la cabeza del país, su principal controversia tuvo que ver con el papel que jugó en las negociaciones para que el gas boliviano fuera exportado a California a través de un puerto chileno.
Edmundo Pérez Yoma, ex cónsul general de Chile en Bolivia, señala en su libro Una misión: Las trampas de la relación chileno-boliviana (2004), que Quiroga "pudo pero no quiso" y que su comportamiento en privado -alentando las conversaciones y los acuerdos - era muy distinto al público, donde los negaba. Los críticos de Quiroga, en general reacios a tomar por ciertas las declaraciones de los representantes del Estado chileno, han aceptado de muy buena fe las palabras de Pérez Yoma y usan el libro como prueba contundente de que Tuto, como dice el analista Wilson García Mérida, fue "el principal impulsor del trasvase de gas a puertos chilenos, con el pretexto de exportar el energético a California".
Cuando el periódico paceño La Razón le consultó recientemente sobre este tema, Tuto dijo, de manera algo ambigua, "ahora es muy fácil criticar, lo mejor es mirar al futuro". Esa respuesta fue para algunos una admisión tácita de su responsabilidad en el enredo. Para Tuto la versión de Pérez Yoma es falsa e insidiosa (ver ojos de la llave, página 5). Además él no quiere opinar mucho sobre Chile, no por falta de una posición, sino porque prefiere hacerlo más adelante, cuando la campaña electoral se ponga de verdad en marcha.
Los críticos de Tuto dicen que primó el cálculo político para que éste no se animara a hacer público el proyecto de la exportación de gas por Chile: se trataba de precautelar su futuro como "presidenciable". Quiroga, dicen, preparó todo para que el siguiente gobierno se hiciera cargo del proyecto; luego, Sánchez de Lozada "quiso pero no pudo". Lo cierto es que Tuto terminó su mandato con un alto índice de aprobación (48%) y "la guerra del gas" del 2003 convirtió en cadáveres políticos a todos los que, en el gobierno de Sánchez de Lozada, pensaron más en las ventajas económicas del proyecto de exportación del gas por Chile. No es difícil concluir que cuando comience en serio la campaña electoral de este año los rivales de Tuto tratarán de vincularlo al gobierno de Sánchez de Lozada y, usando el libro de Pérez Yoma, lo acusarán de ser el actor central del frustrado proyecto.
Las diferencias con Evo
En los años convulsionados que van del 2002 al 2005 Tuto estuvo ausente del escenario público. Algunos críticos argumentan que esta ausencia ha disminuido la talla del ex mandatario, pues un estadista de peso debía haber participado de un modo u otro para orientar al país a salir de la crisis. Tuto se justifica diciendo que tomó la decisión de seguir las "buenas costumbres" de otros países, en especial los EE.UU., en los que el mandatario saliente le deja espacio al nuevo jefe de Estado para gobernar en paz.
En su nuevo discurso, Quiroga se ha desplazado hacia el centro, a una versión criolla de la Tercera Vía de Tony Blair: "Nuestra gente tiene demasiada pobreza para ser de derecha, pero el mundo es muy globalizado y muy redondo y muy interdependiente para imponer radicalismos autocráticos". Si Evo Morales apuesta por el enfrentamiento con los EE.UU., Tuto dice "lo que hay que hacer con los gringos no es pelearse con ellos sino venderles cosas". Si Morales defiende el cultivo de la hoja de coca por motivos relacionados con ancestrales costumbres de la cultura andina, Quiroga dice que "todo el mundo sabe que el 90% de la cosecha de la coca va directo a la producción de cocaína". Quiroga es muy consciente de que su discurso debe ir más allá de la clase media y de las ciudades, y habla de la necesidad de incluir los "derechos civiles indígenas en la reforma de la Constitución". Hasta el momento, ha firmado acuerdos con varios dirigentes sociales, incluso con indígenas que en principio parecerían estar más receptivos al discurso de Evo. A la manera de Howard Dean en la política estadounidense, quiere descentralizar la política boliviana y hacer que cada uno de estos dirigentes aliados tenga la facultad de tomar decisiones por cuenta propia. Para él, el tiempo de los caudillos se ha acabado.
El escritor norteamericano John O'Hara escribió: "A la gente que ha decidido cómo es una persona no le gusta cambiar de opinión, aunque haya nuevos datos o nuevos argumentos para alterar su juicio de esa persona, y pierde su tiempo el hombre que intenta que cambien de opinión". Los que conocieron al Tuto tecnócrata, yuppie y neoliberal quizás no se crean mucho la reinvención. Renovado o no, lo que sí está claro es que su propuesta de es muy diferente a la de Morales. El ex-mandatario tiene razón: los votantes tienen que elegir este año entre dos modelos opuestos de país. No será la III Guerra Mundial, y probablemente tampoco dure, como sugiere Tuto, para todo el siglo XXI. Pero sí será una escaramuza crucial para el futuro. Si desde hace un par de años se viene diciendo que en Bolivia todos los caminos pasan por Evo, Tuto confía en que el camino trascendental de las elecciones pasará por él.



UN COLONO CHILENO EN BOLIVIA

El empresario chileno Juan Ernesto Pino se instaló en 1998 en la zona de Chapare, epicentro caótico y violento del narcotráfico boliviano. Apoyado por la agencia antidrogas de EE.UU., la DEA, logró levantar una empresa que exporta bananas y que es elogiada como ejemplo de la reconversión de cultivos promovida en la región.

Revista Que Pasa de Chile (www.quepasa.cl)

Muchos les puede haber sonado como un despropósito: invertir en Bolivia miles de dólares para comprar 130 hectáreas en Chapare -una de las zonas de mayor producción de coca del mundo, tierra del narcotráfico, violenta, pobre y caótica- y, más encima, siendo chileno. En 1998, el empresario Juan Ernesto Pino (65) sumó y restó en su cabeza y decidió que era, pese a todo, un buen negocio.Hoy, este empresario de Concepción es el tercer mayor exportador de plátanos que existe en la zona: vende 10 mil cajas semanales a Chile y Argentina. Da empleo a 40 personas, lleva siete años en la región -fue el primer agricultor extranjero que invirtió ahí- y no sólo ha sobrevivido: gana dinero. "No he tenido ni un problema por ser chileno", reconoce. Ya está pensando en comenzar pronto con las plantaciones de piñas y palta Hass y su caso es utilizado como ejemplo de la trabajosa reconversión de cultivos de coca que el gobierno norteamericano ha promocionado desde 1975 en la zona. De hecho, fue la misma DEA -la oficina antidrogas de EE.UU.- quien le dio una mano a Pino cuando él decidió instalarse en Chapare.
Mi aliada, la DEA
En 1998, Pino, en sociedad con un amigo ecuatoriano, compró 130 hectáreas en US$10 mil, en el sector de Ivergazama, a 250 kms de Santa Cruz. Llegó ahí con la idea de invertir en un negocio de fertilizantes, pero cambió de opinión cuando vio cómo crecían los mangos, las paltas, papayas y bananas. Y lo que lo terminó de convencer fue que hasta esa fecha no se exportaba ni una caja de bananas desde esta zona. Lo único que sabía era que los plátanos se cosechan todo el año y que vendiendo una caja en cuatro dólares podía hacer un buen negocio. En Chile había sido comerciante de esta fruta, pero nunca agricultor.
Bautizaron las tierras como Hacienda La Esperanza -hoy Santa Mónica- y a su empresa como Banabol. Cuando llegaron al lugar, les dijeron que éste había sido una finca de fin de semana. "Era una casucha en medio de la selva", recuerda. Al poco tiempo los socios descubrieron dos laboratorios de elaboración de cocaína bajo el suelo. Pino cuenta que los narcotraficantes entraban hasta la hacienda en helicópteros, sin que nadie los viera.
De vuelta en Chile, apenas pisó el consulado de Bolivia para realizar los trámites para instalar el negocio en ese país, el vicecónsul, Carlos Peñaranda, le aconsejó que fuera a Cochabamba a conversar con la DAI, una empresa que asesora a inversionistas y que funciona bajo el alero de la agencia de desarrollo de EEUU para Bolivia (USAID) y de la DEA. Ahí Pino supo que a pocos kilómetros de su recién adquirida hacienda, los norteamericanos pagaban, desde 1987, US$2.500 por hectárea de coca erradicada. Sin embargo, el incentivo no entusiasmaba a los campesinos: pocos decidían abandonar el negocio.
Banabol y la DAI entonces se aliaron. Para los norteamericanos la empresa era uno de los primeros ejemplos serios de erradicación del cultivo de coca. Y para Pino la agencia fue clave para echar a andar el negocio: lograron que él no tuviera que pagar los derechos de exportación y además agilizaron el proceso de transportar los meristemas de las bananas, tejidos embrionarios de la plantas, que llegaban en avión desde Ecuador a Cochabamba y que había que poner en almácigos con rapidez. La burocracia no lo permitía y los trámites eran engorrosos (y aún lo son, dice Pino, citando un ejemplo: para pasar la fruta a nuestro país los camiones de Banabol en la aduana de Bolivia demoran dos horas; en la chilena, 15 minutos).
Con el envión dado por los norteamericanos la empresa logró crecer. Pino -miembro de la Cámara de Comercio Chileno-Boliviana- trabaja hoy con su esposa, Mónica Soler, y sus tres hijos. Son los terceros exportadores de la zona, pero a diferencia de sus competidores, dice el empresario, no le deben un peso a nadie. Mantener la hacienda le cuesta US$8 mil mensuales. Venden 10 mil cajas de plátanos semanales a Chile y Argentina, cada una en tres dólares y medio. En nuestro país sólo comercializan en la I y II región. El resto de la producción, casi el 80%, parte a Rosario, Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.
Chapare ha sido históricamente la principal región cocalera en el centro de Bolivia y escenario de eternos y violentos disturbios y protestas. De la mano del auge del consumo del "polvo mágico boliviano" en las calles de Estados Unidos, se convirtió en una especie de capital de la produ- cción de la materia prima de la droga: la población del Chapare pasó de 32.800 habitantes en 1976 a 108.000 en 1992.
Por eso las políticas de erradicación de los gobiernos bolivianos, apoyados por EE.UU., se han centrado en esta zona, logrando disminuir a casi la mitad los cultivos (la región de Yaguas ahora se erige como la mayor productora), con la oposición férrea de los cocaleros -encabezados por Evo Morales- que esgrimen que es el único producto agrícola con buen precio en el mercado y que ganan al menos tres veces más que con otros cultivos. "Coca no es cocaína", esgrimen como eslogan.
Pese a la convulsión permanente, Pino dice no haber estado expuesto a mayores peligros, salvo en el 2000, cuando durante un mes los cocaleros se tomaron las carreteras. La DEA lo apoyó: "como nos bloquearon la salida de los camiones, no podíamos exportar. Pero los norteamericanos aportaron recursos para pagar los sueldos y así no tuvimos mayores pérdidas", relata el empresario. Así todo, durante los ocho días al mes que él visita la zona, nunca duerme en la hacienda. De hecho, aún no se construye una casa ahí y recién tiene luz eléctrica. Ni siquiera se queda en Ivergazama, el pueblo más cercano a la finca. Prefiere viajar 60 kilómetros, a Villa Tunari, donde es más seguro y existen mejores hoteles.
Universidad de la banana
El auge de la droga no alcanzó a chorrear a los habitantes de la zona. Según estimaciones de Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico de Bolivia, un kilo de cocaína cuesta en la zona US$1.200; en Miami, el mismo kilo vale US$23.000 y en Europa hasta US$40.000.
La gente vive en condiciones precarias. La mayoría reside en chozas de madera, sin paredes, ni techo, ni suelo. En pocas zonas existe luz eléctrica y agua potable. La desidia y falta de educación técnica es abismante. "Claramente los bolivianos de esta zona no estaban preparados para desarrollar nuevas siembras", explica el empresario.
Considerando la escasa mano de obra capacitada, Banabol contrató a personal ecuatoriano para construir canales, sistemas de cable, embalaje, entre otras cosas. Esto derivó en una escuela informal para los lugareños. "Venían alumnos de la Universidad de Cochabamba a aprender y poco a poco se transformó en una escuela", relata Pino, quien agrega que muchos embajadores han venido a conocer la hacienda por las dimensiones que alcanzó.
Según Gerardo Quispe, un ex cocalero vecino de la hacienda de Pino, la gente aquí cultiva hoja de coca por dos razones: "crece sola y los bolivianos somos flojos", dice. "Me pagaban 5 pesos bolivianos por 100 libras de hoja de coca", agrega Quispe, quien decidió reconvertirse y dedicarse a los plátanos. Hoy vende su producción completa a Banabol, en US$2.500 mensuales. Con ello, dice que ahorró y sumó a sus cinco hectáreas otras quince y además pudo construirse una casa de cemento.
Pino afirma que esto recién parte. Quiere comenzar pronto con la plantación de piñas y su próximo desafío es la palta Hass. "Estamos pidiendo a la DEA que nos ayude en eso", dice y agrega que los norteamericanos están dando facilidades para instalarse en la zona. "Lo único que hay que hacer es acercarse al Consulado de Bolivia en Chile. Las cerezas, duraznos y paltas se dan muy bien y no es detalle que una hectárea cueste US$500", precisa el empresario.
El rey de los plátanos.
La relación de Juan Ernesto Pino con la comercialización de plátanos comenzó en 1969. Ese año, su padre, comerciante de fruta, le pidió que se trasladara desde su ciudad natal, Concepción, hasta Santiago, para que despachara la fruta desde la capital. Ahí se dio cuenta de que costaba conseguir buenos plátanos y poco a poco empezó a importar desde Ecuador. En esa época era un negocio redondo pues había una gran diferencia del precio del dólar para importar. "Si el dólar costaba 10 pesos, en el mercado negro costaba 600. Cada caja que yo importaba dejaba dos centavos de dólares. Yo podía importar plátanos desde allí y botarlos acá y con los centavos que quedaban acá igual ganaba plata", cuenta. El negocio empezó a crecer a punta de esfuerzo y fundó Banasur con René Reyes, actual propietario de esta firma. "Cuando empezamos, era tanta la energía que le poníamos que un día mi mujer y la de mi socio partieron a la Vega Central a vender personalmente", recuerda. Conquistaron con simpatía a todos los compradores y terminaron distribuyendo mil cajas semanales. En 1994, Pino se retiró del negocio. Quedó de manos cruzadas y con un capital para invertir. Así fue como dio el salto hasta Bolivia y en 1998 se armó de agallas para fundar Banabol en la zona de Chapare (ver infografía). El empresario admite que el único factor negativo de la inversión en Ivergazama fue que compró tierras situadas en altura, las que tienen poca humedad. "Hay 70 hectáreas que funcionan perfecto, pero 60 que todavía no puedo plantar", precisa. En esta zona no se puede usar cal como fertilizante, ya que está prohibido porque es lo que utilizan los cocaleros para sus cultivos. Por ello ha tenido que reemplazarla por nitrato de potasio y dolamina, que ayudan a bajar la acidez de la tierra



Desde La Paz
EL PRESIDENTE EDUARDO RODRÍGUEZ Y CHILE

En una entrevista exclusiva con el semanario “Pulso”, el Presidente Eduardo Rodríguez aseguró que no estaba modificando la política boliviana respecto a Chile, aunque al mismo tiempo mostró que sus sentimientos y aspiraciones en este campo son muy diferentes que los de su antecesor, Carlos Mesa.

La Nación de Chile (www.lanacion.cl)

En una entrevista exclusiva con el semanario “Pulso”, el Presidente Eduardo Rodríguez aseguró que no estaba modificando la política boliviana respecto a Chile, aunque al mismo tiempo mostró que sus sentimientos y aspiraciones en este campo son muy diferentes que los de su antecesor, Carlos Mesa. Para comenzar dijo que él, “por principio”, no creía en “las estridencias diplomáticas”. Cuando se le pidió aclarar si con esta frase intentaba describir las actitudes antichilenas de Mesa, lo negó, pero no es fácil encontrar otra interpretación.
Señaló además que las relaciones entre vecinos debían ser “productivas” e incluso “de alta intensidad”, sin que eso exigiera la renuncia de ningún principio. Rodríguez reinició las negociaciones comerciales con Chile luego de una suspensión de dos años, durante los cuales todo intento de acercamiento a este país era “políticamente incorrecto”.
El principal escollo durante este tiempo fue la fórmula “gas por mar”. Esta estrategia consiste en no vender el hidrocarburo a Chile, que lo necesita a causa de la deficiente provisión argentina, para inducirlo a negociar sobre la situación marítima. La Moneda rechazó de inmediato dicha posibilidad, que se le antojó absurda. Hoy Rodríguez afirma que esta estrategia no tiene ninguna utilidad práctica. La cita exacta es la siguiente: “Gas por mar” es un debate falso. Por una razón muy sencilla: ni Bolivia está ofreciendo gas, ni Chile ha solicitado comprarlo a Bolivia. Entonces, la estrategia de ‘gas por mar’ es hoy día inaplicable”.
Hay que poner esta declaración en contexto: en estos meses no sólo recomenzaron las negociaciones comerciales y se intensificaron los contactos bilaterales de ambos países. Rodríguez incluso hizo una consulta a los líderes de opinión bolivianos sobre la posibilidad de venderle gas al norte chileno, a fin de impedir que Camisea del Perú, que ya le ha quitado a Bolivia el mercado norteamericano de LNG, también le arrebate sus clientes sudamericanos por medio del “anillo energético”. Es posible que Santiago no haya solicitado gas, pero a La Paz podría resultarle interesante ofrecérselo, y seguramente lo haría de no ser por la situación política del país.
A lo largo de la historia exterior boliviana hubo ciclos pro-chilenos y ciclos anti-chilenos. Generalmente los primeros fueron conducidos por gobiernos modernizadores y elitistas, mientras que los segundos fueron dirigidos por líderes de tinte populista. Pese a su negativa –políticamente calculada– a incluirse en uno de estos polos, Rodríguez actúa en la presidencia de una forma que quizá sus palabras no reflejan, pero que es bastante evidente. Los sentimientos, y en especial la pasión nacionalista, han dejado de prevalecer en la política exterior boliviana. Es el tiempo de la razonabilidad, que induce a “aprovechar las mejores oportunidades que pueden brindarse unos vecinos a los otros”, como dice Rodríguez. Un tiempo efímero, brevísimo. Las elecciones que sacarán a este Presidente del poder ocurrirán en diciembre. No hay tiempo para grandes cambios. Sí, tal vez, para grandes testimonios, aunque Rodríguez no se decida a presentarlos; o, mejor dicho, aunque presentarlos no le resulte por ahora muy conveniente. Pero los hechos tienen una elocuencia de la que carecen las palabras. Y, al final, se juzga a los gobernantes por ellos.



GOBIERNO AUTORIZARÁ IMPORTACIÓN DE 70 MIL TNS DE AZÚCAR BOLIVIANA

La Razón de Perú (www.larazon.com.pe)

El Perú tiene previsto ponerse de acuerdo con los productores bolivianos para determinar una cuota de importación de azúcar, que sería de 70 mil toneladas, en el curso del año, a fin de evitar un ingreso desmesurado de este producto que pueda afectar a los productores nacionales, según informó este fin de semana el titular de Agricultura, Manuel Manrique.
El titular del sector, en declaraciones formuladas luego de la inauguración de una estación de rebombeo en el complejo Agroindustrias San Jacinto, en la región Ancash, remarcó que mientras no se fije una cuota de importación de azúcar con los industriales bolivianos, no se publicará el decreto supremo para liberar los aranceles con ese país.
En este sentido, comentó, se ha coordinado para este jueves una reunión con funcionarios del Ministerio de Agricultura de Bolivia y productores de azúcar tanto del Perú como de la ciudad de Santa Cruz para llegar a un acuerdo que promueva la estabilidad de las relaciones comerciales.
"Esa cuota tenemos que trabajarla con los productores bolivianos, en base a una propuesta realizada por los productores peruanos de importar hasta 70,000 toneladas, que es un monto razonable hasta cerrar el año. Esto tenemos que dialogarlo con los bolivianos antes de que el decreto salga publicado", enfatizó.
Manrique remarcó que la intención del Gobierno no es propiciar el mercado libre del azúcar con Bolivia. "No queremos llegar a eso, de lo que se trata es de defender al productor nacional y el consumidor", recalcó.
Finalmente dijo que no cree que "debamos llegar a liberalizar simplemente los aranceles, porque no están dadas las condiciones entre nosotros para llegar a este tema".



LAS ELECCIONES EN BOLIVIA Y LAS TAREAS DE LOS MARXISTAS REVOLUCIONARIOS

Argen Press de Argentina (www.argenpress.info)

En la ultima trinchera de combate del Che Guevara, en la Bolivia de la revolución, es muy probable que el Movimiento Al Socialismo (MAS) con su discurso de nacionalización del gas y su estrategia de defensa de la 'democracia' gane las elecciones generales de diciembre. Ante esto es un menester que los marxistas revolucionarios nos dotemos de una política correcta hacia el movimiento político de los trabajadores.
La administración Rodríguez, un gobierno de transición que negocia con las transnacionales y reprime al pueblo. Si bien es cierto que Eduardo Rodríguez (con un gobierno sumamente débil acosado por el movimiento de masas desde el primer día de su mandato) tiene solo la potestad de organizar las elecciones de diciembre, no ha escatimado esfuerzos para aplicar medidas políticas que mantengan los contratos con la transnacionales como Aguas de Illimani (contra la cual se levantó el pueblo alteño ), y las petroleras. Hasta la fecha, Repsol-YPF, Total, British Gas, Vintage, Pan American Energy (PAE) y Pluspetrol se acogieron a los tratados bilaterales de protección recíproca de las inversiones.
De estas empresas, el Poder Ejecutivo dará prioridad a las negociaciones con Vintage y Pan American Energy, puesto que los tratados firmados entre Estados Unidos y el Estado boliviano sólo estipulan tres meses para llegar a una conciliación o acuerdo (La Razón, 29-08-05). Y para lograr este objetivo ha reprimido la protesta social comenzando con el encarcelamiento de tres dirigentes del Movimiento Sin Tierra (MST), y el desplazamiento de cientos de familias colonizadoras.
Las tácticas electorales de la derecha: Un nuevo 'Fujimori', y un discurso antineoliberal. 'La elección como candidato a la Presidencia del boliviano descendiente de japoneses Michiaki Nagatani tiene el objetivo de ofrecer a la población una imagen renovada del MNR, libre de los estigmas que cargan los partidos tradicionales, reconoció ayer el dirigente Luis Eduardo Siles, ahora uno de los principales postulantes a la candidatura a la vicepresidencia por su partido', (La Razón, 29-08-05). Todo esto con el fin de obtener más votos en las próximas elecciones.
Sin embargo, los candidatos fuertes de la derecha boliviana son dos figuras claves. Por un lado esta Doria Medina (el barón del cemento y ex adenista) y por otro Tuto Quiroga (el niño mimado de USA y vicepresidente durante la dictadura adenista de Banzer). i hay algo que los caracteriza a ambos es su pelea por desmarcarse del tufillo neoliberal.'Quieren meterme en la fogata del neoliberalismo', declara el Tuto para la revista Pulso.
'Tuto razona como norteamericano. Comparte los valores, las formas de vida y hasta el sentido del humor norteamericano. Tiene un enfoque tecnocrático del manejo de la política y una ideología del management', sostiene uno de los articuladores del 'frente de los alcaldes' (impulsado por Juan del Granado, del Movimiento Sin Miedo y alcalde de La Paz). 'Lo veo desconectado del país', dispara Doria Medina. La estrategia tutista consiste en ir construyendo silenciosamente una plataforma territorializada de acción política, mediante acuerdos con dirigentes locales (de agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas), con la Alianza Siglo XXI como 'eje ordenador'.
'Doria es la peor transnacional, gracias al Estado hoy tiene el monopolio del cemento y, pese a explotar recursos naturales, no paga regalías, entonces ¿con qué moral puede negociar con las petroleras?... es el típico plutócrata que trata de preservar sus negocios a través de la política', dispara el asesor tutista consultado. Y agrega: 'Además es el representante de Burger King en Bolivia, esa caricatura de transnacional aculturadora que, en vez de piernas de pollo, pone chicken fingers, ¿qué más alienado que eso?...' (revista Pulso).
'...es necesaria reconstruir la alianza policlasista, interétnica y cultural'. Para los tutistas, 'Evo no puede hacerlo por su origen cocalero, ya que no es concebible un presidente con ese origen en este escenario marcado por EEUU y con esta relación de fuerzas, y tampoco es concebible como cabeza de la unidad nacional el hombre más rico del país (en referencia a Doria Medina)', declara uno de los impulsores de Alianza Siglo XXI.
El MAS logra aglutinar a los sectores sociales de vanguardia
Sin embargo, en un contexto latinoamericano donde las ideas neoliberal-capitalistas han fracasado y los vientos giran a la izquierda (Venezuela, Brasil, Uruguay, Panamá, Nicaragua, etc.), la victoria del MAS es una gran probabilidad (es un partido básicamente campesino y cocalero, es hegemonía en los Yungas con una base sólida del 20% del electorado).
Es en este marco de recomposición de las fichas del ajedrez político electoral que Evo Morales y el MAS, que tanto se han preocupado por las relaciones internacionales (durante el levantamiento de Octubre del 2003 se encontraba en Ginebra), han logrado, gracias a un programa reformista que hace eje en la nacionalización de los hidrocarburos, la Asamblea Constituyente 'que refunde el país' y el apoyo a la producción nacional, congregar a otros sectores sociales como la Federación de Juntas Vecinales de El Alto (FEJUVE), los Fabriles, los cooperativistas mineros, los micro y pequeños empresarios, algunas federaciones provinciales de maestros, las organizaciones indígenas del oriente boliviano y el Frente Amplio de los alcaldes impulsado por Juan del Granado, del Movimiento Sin Miedo y alcalde de La Paz (La Razón, 1 de septiembre)
A esta sumatoria de fuerzas hay que agregar al ex guerrillero, connotado intelectual y actual candidato a vicepresidente por el MAS, Alvaro García Linera, una pieza importante para llegar a las clases medias bolivianas. 'Porque el MAS funciona como una confederación de organizaciones sociales, donde precisamente se están gestando los proyectos de reforma que requiere el país. En el primer ámbito, un nuevo modelo que reemplace al actual de corte neoliberal fundamentalista, cuyo motor sea el Estado y que articule la inversión extranjera y la privada local, así como las economías familiar urbana y la comunitaria rural. En ese marco, resultan imprescindibles la nacionalización de los hidrocarburos y la redistribución de la propiedad de las tierras' declara García Linera. Luego, continua 'Soy un convencido de que el poncho y la corbata tienen que gobernar en Bolivia. El poncho, por el traje andino que usan los indígenas, y la corbata, que representa a los mestizos'.
Estas declaraciones muestran claramente la estrategia política reformista de la dirección del MAS, de convivir con los capitalistas bolivianos que están armando la contrarrevolución en Santa Cruz.
Sin embargo, por el propio carácter de masas del partido cocalero este tiene fuertes contradicciones en su seno. Estas a su vez son las que se manifestaron en el ultimo levantamiento de mayo-junio donde las bases cocaleras influenciadas por la efervescencia revolucionaria que se vivía impusieron a su dirección la consigna de 'ni 30 ni 50, nacionalización', así como la convocatoria a los Cabildos públicos. Es esta misma influencia que hace que Evo Morales tenga que radicalizar su discurso contra el imperialismo y buscar aliados en Chávez y Castro.
Es por estas razones que el subsecretario de Estado para América latina, Roger Noriega, declaró desde el Capitolio que 'no es un secreto que Evo Morales se reporta a Caracas y a La Habana, donde tiene sus mejores aliados'. A lo cual el jefe del MAS responde diciendo que 'Chávez y Fidel no son ningún eje del mal, son comandantes de las fuerzas libertarias en el continente'.
Hay que recordar que en las elecciones del 2002 fueron las declaraciones del embajador yanqui Manuel Rocha, amenazando con cortar la ayuda a Bolivia si ganaba 'un narcotraficante', que las acciones del cocalero en el mercado electoral pegaron un salto que casi lo deja en el sillón presidencial.
Son estos factores aunados a la consigna de nacionalización de los hidrocarburos los que le dan al MAS grandes probabilidades de ganar las próximas elecciones generales en la tierra de Tupac Katari.
La COB, el Encuentro Continental y el Instrumento Político de los Trabajadores
Y es justamente esta perspectiva política la que ha empujado a la Central Obrera Boliviana (respaldada por la Federación de Mineros), a impulsar la creación del Instrumento Político de los Trabajadores (IPT), para intervenir en las lides electorales con una política marxista teniendo a los obreros como sujeto político.
El Evento Continental por la Nacionalización de los Hidrocarburos y la Soberanía de nuestros Pueblos que se realizó del 12 al 14 de agosto (con una fuerte presencia antichavista), que contó con la participación de 15 países, y que tuvo entre sus resoluciones movilizar a los trabajadores el 17 de octubre (fecha en que cayó el Goñi), también acordó impulsar el IPT como un medio para la liberación de los obreros y campesinos. Si bien es cierto que el IPT es una exigencia de las masas desde Octubre del 2003, el método diletante y 'electoralista' con que la dirección de la COB ha planteado este menester no ha tenido eco en las bases (y algunos partidos maniobraron para hacer fracasar este proyecto). En la asamblea de la Federación de Mineros del 18 de agosto los delegados acordaron impulsar la construcción del IPT pero no para participar de las elecciones generales sino para organizar la insurrección armada del pueblo.
La Tarea de los Revolucionario
Es cierto que el MAS no es un partido que se prepara para la insurrección armada ni mucho menos (durante los momentos de insurrección jugo el papel de bombero), pero si este ganara las elecciones se vería inmediatamente presionado por dos fuerzas. Por un lado el Imperialismo lo emplazaría a seguir con las recetas del FMI y convivir con las petroleras como hace Lula en Brasil. Y por el otro, las masas que lo votaron saldrían a movilizarse exigiendo la nacionalización de los hidrocarburos.
A diferencia del PT brasileño, el MAS no tendría el cheque en blanco de los sectores más radicalizados como el pueblo alteño (por más que sus dirigentes se estén postulando con el MAS), el campesinado dirigido por El Mallku, o la COB (Federación de Mineros fundamentalmente). Estos sectores no se van a creer el cuento de la convivencia con las transnacionales. Al ver que el MAS quiere conciliar con el imperialismo sus propias bases radicalizadas y los demás sectores sociales de vanguardia mencionados saldrán a movilizarse para exigirle que cumpla con la nacionalización.
En esta perspectiva es imperativo que los marxistas revolucionarios a la misma vez que impulsamos el IPT nos dotemos de una política hacia las bases radicalizadas del MAS para movilizarlas por la nacionalización de los hidrocarburos, de la banca y las palancas fundamentales de la economía, tierra para el que la trabaja, no al pago de la deuda externa, etc. y la organización de la Asamblea Popular Nacional y Originaria para construir y tomar el poder. Por: José Gabriel Condorcanqui



Zaratti fue quien provocó la ruptura entre Carlos Mesa y el Parlamento

SALEN A LUZ ENTRETELONES DE LA CRISIS DE JUNIO

El ex delegado presidencial favoreció a las empresas petroleras que operan en el Campo San Alberto causando una pérdida al Estado de más de $us 10 millones; y por eso se opuso a la nueva Ley que cambia el sentido expoliador de los contratos impuestos por Sánchez de Lozada. Ahora el italiano se apega a Tuto Quiroga

Diario Rebelión (www.rebelion.org)

Wilson García Mérida Servicio Informativo Datos & Análisis.- Casi a tres meses de la crisis que derivó en la caída de Carlos Mesa en junio pasado, surge el nombre del italiano Francesco Zaratti como uno de los promotores de aquella ruptura entre el Ejecutivo y el Parlamento a causa de la nueva Ley de Hidrocarburos.
En círculos de la llamada “Brigada Patriótica” que respaldaba a Mesa y que integraban parlamentarios izquierdistas como el senador Filemón Escóbar, se sostiene que el astrónomo italiano —quien fungía como “Delegado Presidencial para la Revisión y Mejora de la Capitalización”— cerró filas junto a otros miembros del gabinete para sabotear la nueva ley petrolera que corta las uñas a las transnacionales.
La función de Zaratti, encomendada por Mesa, consistía en revisar el proceso de “capitalización” (privatización) de las empresas estratégicas del Estado iniciado en 1996 durante el primer gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, marco en el cual se impuso una Ley de Hidrocarburos para suscribir 72 contratos petroleros lesivos al interés nacional y excesivamente dadivosos con los inversores extranjeros. Sin embargo Zaratti dedicó su tiempo como funcionario estatal y destinó los presupuestos de la Delegación para celebrar insulsos y onerosos “seminarios” y “talleres” con el único fin de justificar y eternizar las leyes gonistas nada menos que después de las revueltas populares de octubre del 2003 que expulsaron a Sánchez de Lozada.
Según estas fuentes, Zaratti fue la correa de transmisión de los intereses transnacionales petroleros en el gobierno de Mesa y utilizó su poder como “zar” de la Capitalización para chantajear a empresas de otros rubros que no “aportaban” a su gestión con fondos como los que recibió de Repsol, Petrobras, Maxus, Total y BG Bolivia.
Mal consejero
Zaratti habría ejercido toda su influencia sobre el presidente Mesa buscando frenar la promulgación de la nueva Ley de Hidrocarburos aprobada por el Congreso el 17 de mayo de este año. Mediante el dispositivo de la adecuación obligada a la nueva norma (migración), la Ley 3050, es decir el nuevo código petrolero promulgado por el presidente Rodríguez Veltzé el pasado 27 de junio, tiende a dejar sin efecto los contratos petroleros suscritos en 1996 por Sánchez de Lozada y sienta las bases de una nueva política impositiva, en un proceso que podría profundizarse al fragor de la exigencia popular para nacionalizar los yacimientos de gas y petróleo, hoy en manos de doce empresas extranjeras sobre el territorio de la llamada “media luna” sur-oriental del país.
Mesa se opuso a la nueva ley siguiendo los consejos de Zaratti, enfrentándose contra el Poder Legislativo. Los diputados Hugo San Martín y Juan José Torres, de la entonces “brigada oficialista”, habrían sido testigos de las interferencias de Zaratti en el diálogo que el presidente Mesa intentó sostener con los legisladores, lo que derivó en la ruptura de junio. De hecho, una semana antes del conflicto de Sucre que culminó con la designación de Rodríguez Veltzé, Filemón Escobar exigió a Mesa la renuncia de Zaratti, “El que debía renunciar era Zaratti y no Carlos Mesa”, afirma el senador Escobar.
En pleno forcejeo con el Congreso que impulsaba la nueva Ley de Hidrocarburos, Zaratti habría entregado a Mesa un “informe reservado” sobre las consecuencias que sufriría el país si se promulgaba esta ley, y el italiano también participó en la elaboración del discurso presidencial cuando Mesa, amenazando con su renuncia ya en el mes de marzo, advirtió que no promulgaría la nueva ley sancionada en el Parlamento.
Los diputados mecistas sostienen asimismo que Francesco Zaratti fue quien influyó de manera directa en la elaboración de las ambiguas preguntas que fueron lanzadas durante el Referéndum del 18 de julio del 2004 con la finalidad de neutralizar en dicha consulta la opción concreta por la nacionalización de los hidrocarburos, hecho que hizo bajar ostensiblemente la popularidad con que Mesa había ascendido a la Presidencia de Bolivia en octubre del 2003.
Zaratti fue denunciado públicamente por haber recibido dineros de las transnacionales cuando ejercía funciones como “asesor” de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), a través de un llamado “Anexo D” inserto en los 72 contratos de 1996 que legaliza el soborno a través de una oscura partida de “Fondos de Cooperación” aportada por las empresas contratistas para financiar los “gastos generales” de funcionarios estatales vinculados a la gestión petrolera. Este “Anexo D” fue ratificado durante el gobierno de Jorge Tuto Quiroga en julio del 2001.
El regalo de San Alberto
En junio del 2004, durante su gestión como Delegado de Mesa para la Capitalización, Zaratti, con ostensible desparpajo, elevó un informe declarando los antiguos reservorios del Campo San Alberto (uno de los yacimientos gasíferos más ricos del país) como “nuevos”, por lo que las compañías que operan en la zona fueron liberados de pagar regalías correspondientes al 50%, cancelando sólo el 18% cual si fuesen campos de reciente descubrimiento, lo que significa para el Estado boliviano una pérdida de más de 10 millones de dólares. Petrobras y Total, empresas beneficiadas por la declaratoria de San Alberto como “campo nuevo”, son dos de las empresas que sobornaron a Zaratti mediante el “Anexo D”.
La nueva Ley de Hidrocarburos a la cual se opuso Mesa y que el actual presidente de transición Eduardo Rodríguez Veltzé viene ejecutando al pie de la letra, deja sin efecto la discriminación jurídica establecida por la Ley 1689 (de Hidrocarburos) del 30 de abril de 1996, según la cual la explotación de campos “antiguos” implica el pago del 50% de regalías mientras que los “nuevos” sólo reciben el 18%. Esa normativa dio lugar a manipulaciones como las de Zaratti a favor de las petroleras y que a la luz de la nueva Ley constituyen delitos contra el Estado.
Zaratti fue “asesor” de YPFB durante el segundo gobierno de Sánchez de Lozada sin tener ninguna formación en el campo de los hidrocarburos y desde ese puesto realizó gestiones a nombre del Estado cobrando estipendios a las empresas petroleras en aplicación del famoso “Anexo D”. El detalle de los cheques cobrados por Zaratti fue difundido públicamente por el economista Juan Carlos Virreyra, recientemente fallecido en un trágico accidente aéreo. Entre otros gastos, las transnacionales financiaron inclusive viajes de placer de Zaratti, dentro y fuera del país.
Tras la caída de Sánchez de Lozada, el sucesor Carlos Mesa lo nombró como su delegado para la “revisión de la Capitalización”, cargo en el que Zaratti, al contrario de su antecesor Virreyra, no hizo nada para modificar los contratos de riesgo compartido vigentes desde 1996, incurriendo en un franco incumplimiento de deberes como funcionario gubernamental.
Durante la crisis de junio pasado, Zaratti jugó un rol influyente en la decisión de Mesa para no promulgar ni reglamentar la nueva Ley de Hidrocarburos, lo cual determinó la caída de aquel Presidente en medio de una áspera confrontación casi armada con el Congreso Nacional que produjo el saldo de un obrero muerto en la ciudad de Sucre, cuando fuerzas militares sitiaron la capital boliviana mientras se definía la nueva sucesión presidencial. Actualmente, el astrónomo italiano mantiene estrechos contactos con los entornos del ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga Ramírez, el candidato de las transnacionales para las elecciones de diciembre.
Existe el criterio entre varios parlamentarios en sentido de que se debe abrir una rigurosa investigación para establecer, con claridad política, las responsabilidades de Zaratti, además de las de Mesa, en la crisis de junio que puso al país nuevamente al borde del abismo.



LA IMPORTANCIA DE PEDIR PERDÓN

Diario Rebelión (www.rebelion.org)

Por Andrés Soliz Rada.- Cuando Japón pidió perdón a China por haber esclavizado sexualmente a decenas de miles de mujeres en la última guerra o cuando el Papa Benedicto XVI viajó a Alemania para, desde una Sinagoga, lamentar la cobardía del Vaticano para condenar el holocausto, todos sabíamos que esas actitudes no devolverían la honra a las humilladas ni la vida a los judíos asesinados. Sin embargo, ambas conductas conllevan un profundo mensaje moral, por el que los agresores y los indiferentes reconocen la magnitud de su crimen y, lo que es más importante, se comprometen a cambiar de conducta.
En las proporciones de Bolivia, tuvo su importancia el anuncio del Jefe de Nueva Fuerza Republicana, Manfred Reyes Villa, de pedir disculpas al país por participar en el último gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada (GSL), quien, antes de su renuncia, dejó un tendal de muertos y heridos. El anuncio buscaba allanar la campaña de su candidato presidencial, el contralmirante (retirado), Gildo Angulo Cabrera, quien, en el polo opuesto al “gonismo”, está identificado con la defensa de los recursos naturales.
El mensaje de Manfred no llegó a producirse, debido a que su hermano Eric declaró que NFR “no se disculpará por haber apoyado a Sánchez de Lozada” (“El Diario”. 29/8/05). Adujo que quienes debían pedir perdón eran los candidatos Jorge Quiroga Ramírez y Samuel Doria Medina, de tendencia neoliberal, por la entrega de recursos naturales, Evo Morales, del Movimiento al Socialismo (MAS), por sus huelgas y bloqueos que perjudicaron al país, y el ex Presidente de la Corte Nacional Electoral, Luis Ramiro Beltrán, por haber arrebatado a NFR su triunfo en las elecciones de 2002. Admite que el régimen de GSL fue “nefasto”, pero recuerda que Manfred admitió el error del co-gobierno, para luego explicar que lo hizo por presiones internacionales y la intención de mejorar la deteriorada imagen que teníamos de “riesgo país”.Si Japón hubiera argumentado que peores actos vandálicos cometieron las hordas de Atila o si el Pontífice habría dicho que muchos budistas también fueron indiferentes frente a los nazis, el mensaje moral que destacamos no se hubiera producido. La diferencia entre Quiroga Ramírez, Doria Medina y Angulo Cabrera radica en que este último promete cambiar el rumbo neoliberal del país, a diferencia de los anteriores, que, con matices, prometen mantenerlo.
Si Eric califica de “nefasto” al gobierno de GSL, ¿por qué condena las protestas del MAS y de los movimientos sociales que lograron su cambio? Es cierto que la Corte Electoral saboteó el triunfo de NFR en las elecciones de 2002, aprovechando la vigencia de sistemas de control inadecuados, como dice la OEA, pero pedir a Luís Ramiro Beltrán que pida perdón por ese hecho, se asemeja a exigir a GSL que se arrepienta por haber rematado el patrimonio nacional. Beltrán y GSL son amigos desde hace más de medio siglo y cada uno siempre estuvo al servicio del otro.
El grupo ideológico que quedó en pie después de la desaparición de Conciencia de Patria (CONDEPA), reconoció públicamente el error que cometió, en 1997, por participar en el último gobierno del general Hugo Bánzer Suárez (Revista “Patria Grande” Nº 9, noviembre de 2002). En la oportunidad explicó que la acción de CONDEPA buscaba impedir la liquidación de YPFB, por lo cual, en diciembre de 1996, su jefe nacional, Carlos Palenque, Banzer y Jaime Paz Zamora del MIR, se comprometieron en ese objetivo, mediante acuerdo publicado en el periódico “Hoy”, de La Paz, del 5/12/96. Ni Bánzer ni Jaime Paz tuvieron la intención de ejecutar esa histórica medida. Pero quedó en pie el pecado de ingenuidad cometido por el Movimiento Patriótico y por el cual pidió disculpas.
Angulo Cabrera y Evo Morales se han comprometido ahora a recuperar los hidrocarburos de manos de las transnacionales. Para ser creíbles, el candidato de NFR necesita que Manfred pida disculpas al país por haber co gobernado con el “gonismo” y Evo también debería hacerlo por haber respaldado la reapertura de ventas de gas a la Argentina, a precios solidarios con “Repsol” y Pluspetrol”. Con estos actos de arrepentimiento, el país podría tener esperanzas en las elecciones presidenciales de diciembre próximo.



Del levantamiento de Junio al desvío electoral

¿HACIA UN GOBIERNO DEL MAS?

Después del levantamiento de Junio, que derribó a Carlos Mesa e impidió la sucesión del mirista Hormando Vaca Diez, el proceso político fue canalizado hacia las elecciones generales del próximo 4 de diciembre. La ayuda del MAS y otras fuerzas menores fue decisiva para desmovilizar a las masas y conducir su energía y expectativas por este “desvío”.

Diario Rebelión (www.rebelion.org)

Según García Linera, candidato a vicepresidente por el MAS, Álvaro, esta salida mostraría a Bolivia como “un laboratorio de inclusión democrática” [1], con la posibilidad de que Evo Morales sea el “primer presidente indígena de Bolivia y América Latina”. En realidad, el proyecto reformista del MAS, busca sembrar la ilusión de que con reformas constitucionales y conciliando con los grandes propietarios y las transnacionales, se podrá satisfacer las demandas más sentidas de las masas del campo y la ciudad, como es la nacionalización del gas... que el propio MAS ha rechazado. El MAS postula un gran frente popular de colaboración de clases con la burguesía nacional, al que subordina los “movimientos sociales” y sus demandas. Lejos de abrir el camino hacia la liberación nacional y las demandas por las que se combatió en Octubre y Junio, Evo Morales quiere oponer un dique de contención reformista para evitar que el empuje de las masas rebase la democracia burguesa y avance hacia la revolución obrera y campesina.Sin embargo, el MAS se está fortaleciendo electoralmente y atrayendo la simpatía de amplios sectores de masas, incluso entre quienes lo criticaron por sus traiciones en las movilizaciones de mayo y junio. Es posible que a pesar del recelo de la clase dominante, llegue al gobierno. Pero, ¿un gobierno del MAS abriría una etapa de reformas “en democracia” y satisfacería a los trabajadores, los campesinos, los pueblos originarios? ¿O, más bien, sería una nueva fase de obligada experiencia de las masas en el camino a enfrentamientos decisivos entre la revolución y la contrarrevolución? El proceso revolucionario iniciado con el levantamiento de Octubre del 2003 está lejos de haberse cerrado.
Los dramáticos acontecimientos de mayo-junio de este año pueden ser vistos como un segundo “ensayo revolucionario” en este proceso, y al mismo tiempo, como una segunda “advertencia” para las masas obreras y populares. Ante una nueva etapa del proceso político, la vanguardia no debe olvidar sus lecciones y prepararse para los futuros combates, y a ello se agrega una tarea política inmediata: oponer a los “cantos de sirena” conciliadores del MAS y otras variantes frentepopulistas, la lucha por la organización política independiente de los trabajadores en torno a una salida obrera y campesina de fondo a la crisis nacional. Este es el único camino para la victoria.
I.- Un nuevo “desvío” en el proceso revolucionario
Para el observador desprevenido puede parecer contrastante la amplitud y radicalidad del auge de masas que ha derribado a dos gobiernos -el de Sánchez de Losada en octubre del 2003 y el de su sucesor “progresista”, Carlos Mesa, en junio-, con la aparente facilidad con una clase dominante tan débil como la burguesía boliviana consigue imponer salidas, al menos provisionales, como es el actual “desvío electoral”.
En esto se expresan las contradicciones entre la extrema madurez de las condiciones objetivas que empujan hacia la revolución (la aguda “crisis nacional general”, la creciente descomposición del régimen político-estatal, el auge de masas), y la relativa inmadurez de las “precondiciones subjetivas”: Si bien las masas han mostrado ¡y cómo! su combatividad no lograron asestar golpes decisivos al régimen burgués, debido al papel traidor del MAS y otras direcciones reformistas al frente de las organizaciones de las masas insurgentes: COB, sindicatos, FEJUVE y COR alteñas, etc. Así, puede decirse que “la situación llega a ser todo lo revolucionaria que puede ser con el freno conscientemente impuesto por reformistas, populistas y burócratas sindicales”.
Es por ello que las heroicas acciones históricamente independientes de las masas, como las jornadas revolucionarias de Octubre y en Junio, no logran transformarse en “la revolución misma” esto, es desarticular el andamiaje del Estado burgués y abrir una fase de lucha directa por el poder obrero y campesino. Es por ello también que la clase dominante, a pesar de sus divisiones internas y debilidad, sigue contando con márgenes de maniobra para utilizar los decadentes mecanismos de una democracia burguesa en crisis. Aunque existe el riesgo de caer en la “recurrrencia” periódica de los levantamientos (como ocurre también en Ecuador), y es inevitable de hecho que las masas deban pasar por una nueva fase de experiencias con las reformas democráticas (como una asamblea constituyente) y gobiernos d efrente popular como el qieu propone el MAS, este es también el terreno en el cual se forjará la experiencia, organización y conciencia del movimiento obrero y de masas para las tareas de la revolución.
II.- Las jornadas de junio
Este avance relativo se hizo visible en las Jornadas de Junio, tras un año y medio de experiencia con las promesas “progresistas” del Gobierno de Carlos Mesa (sostenido por el MAS). Sin hacer aquí un balance exhaustivo, hay que señalar que en esta nueva crisis revolucionaria la amplitud, profundidad y radicalidad de la movilización de masas (que nuevamente tuvo epicentro en El Alto) no sólo derribó a Mesa e impidió que asumiera Vaca Diez (sucesor como presidente del senado), sino que amenazaba al régimen en su conjunto. Aunque no se llegó a niveles de enfrentamiento militar como en Octubre, reemergieron las tendencias a la guerra civil, mientras que un poder dual embrionario comenzaba a surgir al calor del levantamiento (reflejado por organizaciones de base como las juntas vecinales, con sus barricadas y piquetes, como en Octubre del 2003) y crecía la idea de una “asamblea popular” (el 8 de junio en una reunión en El Alto llamada por COB se lanzó una “Asamblea Popular naciona l y originaria” [2], finalmente no concretada por la defección de los dirigentes). La crisis revolucionaria de varios días - entre el derrumbe del gobierno Mesa y la “sucesión constitucional” en Sucre del día 10- planteó objetivamente el problema del poder y la lucha por un gobierno obrero y campesino. Sin embargo, como en Octubre, el MAS sostuvo al régimen tambaleante, apoyó la sucesión de Rodríguez y llamó a desmovilizar. Los dirigentes tenidos por “radicales” (como la COB o la FEJUVE y COR alteñas )se negaron a dar ninguna perspectiva política independiente al levantamiento, desnudando una vez más que tras los discursos “rojos” no hay más que variantes de la estrategia de presionar y conciliar con sectores de la burguesía.
Como ninguna de las direcciones se propuso preparar política y organizativamente esta perspectiva antes ni durante el levantamiento y todas terminaron capitulando ante el régimen y la “solución de Sucre”, se desperdició una nueva y magnífica ocasión de que las masas asestaran un golpe decisivo al régimen y a sus instituciones (incluso, quebrando a la policía y las FF.AA.), que podría haber abierto las puertas a una fase de lucha directa por el gobierno obrero y campesino.
Aunque la politización y cuestionamiento al régimen de sectores avanzados se manifestaron en el repudio a Mesa y Vaca Diez, la demanda de cierre del Parlamento y las consignas de un “gobierno del pueblo” o un “gobierno obrero y campesino” en las movilizaciones, así como en las críticas al rol frenador del MAS, la vanguardia careció de toda alternativa de dirección obrera revolucionaria en torno a la cual reagruparse para superar los obstáculos reformistas.
III.- El desvío electoral y el proceso profundo
Así, pese al embate de masas , y gracias sobre todo a la traición de las direcciones reformistas, la burguesía logró cerrar la crisis revolucionaria con la “sucesión constitucional” a través de Eduardo Rodríguez, el presidente de la Corte Suprema de Justicia y acordar el “desvío electoral” canalizando la atención de las masas (y sus propias disputas internas) a las elecciones generales del 4 de diciembre (adelantamiento de elecciones que implica una cierta concesión, al permitir renovar por el voto todo el elenco político y elegir por primera vez prefectos departamentales) seguidas por una Asamblea Constituyente para mediados del 2006. Rodríguez encabeza un débil “gobierno de transición” con la tarea de viabilizar esta salida. La clase dominante pudo así “descomprimir” notablemente la situación aunque no disipar el horizonte de crisis y descomposición política y estatal.
El primer problema político que se le presenta es el ascenso electoral del MAS. A pesar de sus buenos servicios y del esfuerzo de Evo por mostrarse como “confiable” y “pragmático”, la burguesía no quiere un gobierno del MAS, que podría alentar las expectativas y demandas de las masas en ascenso.
El intento de polarizar entre el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga (acompañado por Ortiz, ex gerente de CAINCO, organización de los agroindustriales cruceños) y su “Asociación Siglo XXI” como garante de la continuidad neoliberal contra el MAS, no termina de afirmarse y puede haber dispersión electoral con la centroderecha de UN (Unidad Nacional, de Doria Medina -“Barón del cemento”- y el “cívico” cruceño Dabdoub); intenta terciar también el de centroizquierdista Frente Amplio de René Joaquino (alcalde de Potosí), junto a varios alcaldes y diputados que apoyaron a Mesa. Por otra parte, los partidos tradicionales -MNR, MIR, NFR-, “luchan por sobrevivir” en medio de su descomposición y la extrema derecha cruceña también aparece debilitada. De conjunto, el espectro político electoral se mueve hacia el “centro”, buscando recomponer el terreno del “juego democrático”.
Las encuestas ubican a Quiroga y Evo prácticamente empatados, lo que hace probable una primer minoría para el MAS que haría difícil impedir su arribo al gobierno (según las leyes bolivianas, será el nuevo parlamento el que defina la presidencia entre los dos candidatos más votados, si no hay mayoría absoluta). Esto puede derivar en una futura crisis política, aunque para los tiempos políticos bolivianos, diciembre está aún muy lejos y no es momento de hacer pronósticos.
Hay un amplio proceso de politización de masas y giro a izquierda que el “desvío” electoral puede deformar y canalizar circunstancialmente, pero no suprimir. Así, en los más diversos sectores se discute cómo intervenir en política -artesanos, campesinos, la COB, juntas vecinales, etc., discutieron en algún grado su propio “instrumento”-.
Por otra parte, pese al clima pre electoral y tras algunas semanas de cierta calma social, reemerjan conflictos en los más diversos sectores. No sólo paros cívicos y bloqueos de caminos por demandas regionales en Camiri, Yacuiba, Lahuachaca, etc.; o tensión por tierras en disputa entre empresarios y campesinos en Santa Cruz (donde sigue tomada Las Pailas y otros predios por el MST-B), en el norte de La Paz y otros lugares; sino también paros médicos y en hospitales como el Tórax, huelga de trabajadores judiciales, exigencias de los maestros urbanos, una semana de paro de los mineros de Huanuni, paro de 24 hrs. en petroleros de Senkata e YPFB, resistencia a despidos en AASANA y COTEL. Es de destacar que puede estarse gestando en estas luchas (y en debates como el de un instrumento político propio de los trabajadores en la COB y los sindicatos), tendencias a un mayor protagonismo de los trabajadores asalariados.IV.- El MAS prepara la trampa del frente popular
El MAS se fortalece capitalizando el descontento y expectativas de amplios sectores de masas e incluso el giro a izquierda de franjas de las capas medias urbanas. El MAS es hoy el principal partido nacional, aunque su actuación como “pata izquierda” del régimen bajo Mesa y en cada crisis, como en Junio, le costó rechazo entre algunos sectores de vanguardia. Ahora, incluso sectores críticos ven con simpatía la posibilidad de un gobierno de Evo Morales, en ausencia de una alternativa obrera y socialista y se están sumando a su proyecto otros “movimientos sociales”, como la COR y Fejuve alteñas. El candidato vicepresidencial Álvaro García Linera, analista político y sociólogo con un pasado radical (preso varios años acusado de actividades guerrilleras en los 90), juega un rol de puente hacia otros sectores sindicales y hacia capas de la pequeña burguesía urbana “progresista”.
El proyecto político del MAS es el de las “reformas democráticas”, en el marco de la democracia burguesa. Esto lo demuestra su “programa de gobierno”, que no es siquiera nacionalista, apenas tibiamente “desarrollista” en lo económico: no propone la liquidación del latifundio (sin lo cual es imposible satisfacer la demanda de tierra y territorio de campesinos e indígenas), promueve a los empresarios “nacionales” (lo cual impide atender las demandas obreras), acepta cumplir con la deuda externa y así sucesivamente. Además, la “reinvención de la democracia boliviana” como propone García Linera a través de una asamblea Constituyente y sin afectar la propiedad de las transnacionales, los terratenientes y el empresariado sólo puede frustrar las legítimas aspiraciones democráticas de las mayorías explotadas e indígenas.No en vano Evo Morales declara que considera a Lula como un “hermano mayor” y un ejemplo. Este es el modelo de “gestión del estado capitalista” para el que se prepara y en nombre del cual ofrece toda clase de garantías a la clase dominante.
En esencia, este es el proyecto de un “frente popular”, con figurones de clase media, curas, “profesionales y microempresarios”, que son la “sombra de la burguesía” y subordinando a esta alianza al movimiento de masa y sus demandas, para contenerlas y apartarlas del camino de la movilización revolucionaria y salvar a la democracia burguesa.
Sin embargo, pese a sus “buenas intenciones”, un gobierno del MAS podría chocar con la hostilidad de sectores burgueses que ven riesgoso un gobierno de frente popular y desconfían de “un indio en la presidencia”, mientras que las ilusiones de las masas pueden trocarse en movilización por sus demandas más sentidas. Así, aunque al principio cuente con amplio apoyo y pueda apoyarse en una Asamblea Constituyente, Evo, en lugar de ser “un Lula” -no en vano la convulsionada Bolivia no es Brasil- puede verse desbordado entre las fuerzas antagónicas de las masas y la burguesía y empujado por la vía de la “allendización” [3]. La necesidad de retomar las lecciones de octubre y junio: la autoorganización, la movilización general, la puesta en pie de órganos de poder y el armamento popular, resurgirá con fuerza para derrotar a la reacción burguesa e imperialista y superar al reformismo del MAS en el camino a un verdadero gobierno obrero y campesino.
V.- Defender la independencia política de los trabajadores para retomar el camino de Octubre y junio
Por todo esto, lejos de adaptarse al “mal menor” en nombre de que un gobierno de Evo Morales sería después de todo “ más favorable”, es preciso retomar el camino de la movilización y organización de masas, confiando sólo en sus propias fuerzas y por sus propios objetivos. Un primer paso es la necesidad de unificar los conflictos en curso con un plan de lucha por las urgentes demandas obreras y campesinas, como el aumento salarial, la derogación del art. 55 (libre contratación) y demás. No hay razón para sean postergadas por el gobierno proimperialista de Rodríguez y la burguesía con el argumento de las elecciones.Pero esto no basta. Hay que oponer al MAS una clara alternativa política independiente de los trabajadores, que utilice también el terreno electoral para denunciar al régimen y reagrupar fuerzas. Lamentablemente, el debate sobre la creación de un “instrumento político de los trabajadores” de la COB para defender la independencia de clase corre el riesgo de quedar en eso, en debate, por la inconsecuencia y la defección de los dirigentes oportunistas.
Sin embargo, sigue planteada la lucha por la organización política independiente de la clase obrera, como puede ser a través de un instrumento político de los trabajadores basado en la COB y los sindicatos, con plena democracia obrera y con un programa para imponer una salida obrera y campesina a la crisis nacional que retome las mociones más progresivas de Octubre y Junio: la construcción de una genuina asamblea Popular y la lucha insurreccional por el Gobierno Obrero y Campesino como única garantía para imponer la nacionalización del gas y el conjunto de las demandas obreras, campesinas, indígenas y populares. Llamamos a la vanguardia obrera, a los jóvenes combativos, a las corrientes obreras y socialistas a sumar fuerzas en esta perspectiva.
Notas[1] Le Monde Diplomatique, edición Bolivia, nº 33, julio de 2005
[2] Allí se discutió también la creación -no efectivizada- de comités de abastecimiento popular y de comités de autodefensa (aunque cierto grado incipiente de organización de autodefensa ya era una práctica en sectores avanzados).
[3] Allende subió al poder por vía electoral al frente de la UP en 1970, proponiendo la ilusión de una “vía chilena al socialismo” pacífica y en democracia. Pronto fue desbordado por derecha y por izquierda, con los trabajadores incautando empresas y creando “cordones industriales” y la burguesía y el imperialismo conspirando para su derrocamiento El golpe contrarrevolucionario de Pinochet, cuya preparación se vio facilitada por el reformismo legalista de la UP, cortó de raíz el proceso y significó una derrota histórica de la cual los trabajadores chilenos aun no se han recuperado.

1 comment:

eduardo said...

Gracias por el articulo sobre Tuto y su III Guerra Mundial...