Sunday, December 06, 2009

BOLIVIA ELIGE A SU 65 PRESIDENTE, BAJO PARAGUAS DE NUEVA CONSTITUCIÓN PLURINACIONAL

El presidente 65 de Bolivia será el mismo que fue 64, si se cumplen las premoniciones de cuatro encuestadoras privadas. El candidato a la reelección, Evo Morales, estará hoy en la región cocalera de El Chapare, en Cochabamba, donde tiene que votar. Pasará unas horas en casa de su familia y por la tarde regresará a La Paz para dirigirse a las multitudes que lo esperarán en la plaza Murillo.
Morales está seguro de que conseguirá más del 60 por ciento de los votos, hasta fantasea con llegar al 70 por ciento y controlar los dos tercios del Congreso. Sus principales opositores, Manfred Reyes Villa y Samuel Doria Medina, pasarán por la ciudad de Santa Cruz, donde disponen de más votantes.
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Por Coco Cuba.- La mitad de la población de Bolivia se volcará hoy, domingo, a las urnas para elegir al 65 presidente de su historia de 184 años, en los séptimos comicios generales consecutivos desde restaurada la democracia criolla en 1982, los primeros regidos por su novísima Constitución plurinacional.
Poco más de 5 millones de ciudadanos, entre ellos 160.000 radicados en Argentina, Brasil, España y Estados Unidos, elegirán de entre ocho candidatos a quien gobernará Bolivia en el lapso constitucional 2010-2015.
Se trata de la elección más compleja de los últimos 30 años, porque además de Presidente, Vicepresidente y 166 legisladores, los bolivianos se pronunciarán, en referendo, sobre la conveniencia de implantar un régimen de autonomías en 5 de las nueve regiones del país.
Los electorados de los departamentos andinos y subandinos de La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y Chuquisaca volverán a pronunciarse, por segunda vez en poco más de tres años, sobre este sistema de independencia política y administrativa regional que ya adhirieron los restantes cuatro de tierras bajas, Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija en una consulta plebiscitaria en julio de 2006.
La elección, la primera regida por una Constitución de corte estatista aprobada en las urnas en enero último, abrirá, también por primera vez, la democracia occidental en 7 circunscripciones de pueblos indígenas originarios minoritarios.
Este atributo consagrado en la nueva carta política, la décimo séptima de la historia nacional, permitirá a los que resultaren mandatados ocupar asientos especiales reservados exclusivamente para estas minorías étnicas en el Congreso en La Paz.
La elección con el mayor número de ciudadanos de la historia en este país andino amazónico se regirá a un moderno sistema digital de registro de huellas digitales, fotografías, rasgos y facciones y datos.
El Organo Electoral Plurinacional (OEP), sucesor de la Corte Nacional Electoral, ha montado, en tres meses, un Padrón Biométrico que, según los expertos, ha reducido a su mínima expresión, incluso erradicado, la posibilidad de fraude.
Entre 35.000 y 50.000 uniformados controlarán, en los nueve distritos bolivianos, los 22.742 colegios electorales donde se abrirán, por espacio de ocho horas, de 8h00 a 16h00 locales (12h00 a 20h00 GMT) las operaciones de sufragio para 5,1 millones de electores.
La ciudadanía se ejerce en Bolivia desde los 18 años.
El OEP ha preparado un ejército de miles para controlar la jornada que se muestra promisoria y de fiesta democrática.Las elecciones bolivianas serán observadas por las antíparras de misiones de la Organización de Estados Americanos, Naciones Unidas, la Unión Europea y el infaltable Centro Carter.
El presidente Evo Morales, candidato a la reelección parte como archifavorito para ganar el comicio, según los sondeos, con un porcentaje inédito de votos.
De acuerdo con todas las encuestas privadas e independientes, el gobernante indígena de izquierdas podría acaparar entre el 65 y 70% de la votación.
Morales viene de ganar el próximo pasado comicio general, en 2005, con el 54%, pero, en un registro sin procedentes en la historia electoral boliviana, se alzó con triunfos concluyentes en dos referendos y una elección anteriores, entre julio de 2006 y enero último.
Primer indio que gobierna el país de población mayoritariamente indígena mestiza en 184 años, Morales y su Movimiento Al Socialismo se anotaron victorias en las elecciones para la Asamblea Constituyente, en julio de 2006; en un referendo revocatorio de mandatos, en agosto de 2008, en que acaparó el 67% del voto y, por último, el referendo aprobatorio de la nueva Constitución a principios de este año.
En una agitada campaña pacífica, aunque salpicada de violencia aislada, el gobernante de 50 años ha pedido apoyo para su reelección con un programa de gobierno que subraya el progreso integral del país más pobre de Sudamérica.
Luego de nacionalizar el gas y el petróleo, lo que engordó contra toda previsión el erario público y centralmente las Reservas Internacionales Netas, hasta situarlas en un nivel récord e impensable de 8.500 millones de dólares, de colocar el PIB en más de 18.000 millones de dólares y de ahorrar en el más puro estilo de Moliere; de tender caminos y erradicar el analfabetismo; de incentivar y en casos revivir las empresas estatales, de retroceder, en resumen, el pasado reciente de privatismo secante, Morales ha prometido emplazar a este país, preñado de riquezas naturales y por paradoja histórica exportador tradicional de materias primas, en la era industrial.
Hasta más de 40 puntos porcentuales por debajo aparece su principal contendor, el ex capitán de Ejército, ex alcalde y ex prefecto de la ciudad y el departamento de Cochabamba, Manfred Reyes Villa que, siempre según los estudios demoscópicos, acapara entre el 20 y 25% de la intención de voto.
Con 10 y hasta 15 puntos menos aparece en tercera posición el empresario del cemento y la comida rápida, Samuel Doria Medina.
Con 2 y 3% de la intención de voto se filtra el ex alcalde de Potosí, René Joaquino en el cuarto lugar de concentración de voto.
De ahí en más, residuos sin perspectiva.
Detrás de Joaquino, un furgón de cola con otros cuatro candidatos residuales, entre ellos el indígena Román Loayza, la empresaria Ana María Flores, el labriego Alejo Véliz y el ex fiscal Rímer Choquehuanca, sin presencia en la intención de voto. (ABI)





EVO, CAMINO A UNA REELECCIÓN EN LA QUE BUSCA MAYORÍA ABSOLUTA

Los bolivianos votan hoy. El presidente es el favorito con más del 50% de la intención de votos, contra alrededor de 18% del derechista Reyes Villa. El mandatario busca con este sufragio obtener el control total del Parlamento "plurinacional".

Clarín de Argentina (www.clarin.com)

Dice que soñó tranquilo. Toda una señal para alguien que asegura que varias veces supo que iba a ganar o perder entre sueños.
Evo Morales acaba de estacionar una 4x4 negra en el restaurante donde, por cábala, almuerza antes de cada elección. Vino manejando en un camino endemoniadamente curvo y bello. Viajó con su hija, Eva, a su tierra en El Chapare y aquí votará hoy en la elección que, se asegura, lo transformará en el primer presidente que logra la reelección en 45 años de historia boliviana. Y, desde hace unos días, asegura que sacará entre 22 a 25 senadores. Una mayoría absoluta.
A Morales se lo ve tranquilo: porque también dice que su intuición casi nunca le falla. Tiene una camisa clara con el slogan de su campaña bordado en el bolsillo y por donde le asoman un par de lapiceras. "Evo no se cansa", se lee y a esta altura de la noche, en el trópico, nadie puede contradecirlo.
El presidente que -según las encuestas lo votará, al menos, el 53% de los casi 5 millones de bolivianos habilitados en estas elecciones contra 18 % que recibiría su principal adversario, Manfred Reyes Vila - a partir del mediodía participó de un acto del ejército en la base Chimoré, almorzó dos veces, jugó al fútbol y siguió en una reunión que prometía transformarse en cena. Desde siempre duerme unas cuatro o cinco horas. Ayer Morales se tomó varias pausas para hablar con la prensa. Después de comer el chicharrón de trucha y una a la plancha, despejó las denuncias de fraude cuando aseguró que los veedores internacionales le darían transparencia a las elecciones que estrena un padrón biométrico moderno.
Sobre el palco verde, amarillo y rojo de la pista de aterrizaje de la base de Chimore, y una hora después, el primer indígena de América latina en ser presidente de una república, no se privó de hablar contra Estados Unidos y su política intervencionista para erradicar los cultivos de hoja de coca. Unas palabras que refleja de dónde viene: Morales surgió de estas tierras fértiles, donde la coca es el principal cultivo, y llegó a la política como sindicalista cocalero.
"Este movimiento surgió de la coca", no se cansa de repetir cuando le piden un repaso de su biografía. Morales nació en Oruro, pero llegó hasta El Chapare de chico y traído por la pobreza.
Fue pastor de llamas, trompetista de una orquesta y, como tantos chicos, vio a los colectivos de viajeros pasar por su pueblo tranquilo.
Mientras juntaba las cáscaras de naranjas que tiraban desde las ventanillas cuenta también que soñaba que algún día él también se tomaría uno de esos para salir del lugar.
El camino de El Chapare a la presidencia fue largo y lo hizo a través de los sindicatos. Y fue tan determinante que todavía mantiene el cargo de presidente de su confederación.
Entonces ayer Morales, el día antes a su reelección, recordó que como presidente de Bolivia, hace un año, echó del país al embajador de EE.UU., Philip Godberg, y a la DEA, la agencia antidroga norteamericana, por conspirar en su contra.
Para asegurar que su política de "coca, sí, cocaína no" funciona aseguró que este año habían erradicado 6.500 hectáreas de cultivo ilegal de coca, mil más de las que se habían puesto como objetivo. Pero según las cifras de Naciones Unidas en Bolivia hay 30.500 hectáreas sembradas y de ellas el 60% son ilegales. Y la oposición asegura que la producción de cocaína aumentó en estos cuatro años de su gobierno.
El logro presentado por Morales fue acompañado con un desfile militar de las fuerzas contra el narcotráfico en la zona productora de hojas de coca.
Por la pista en medio de la selva sobrevolaron helicópteros, marcharon escuadrones de diferentes divisiones y hasta deambularon tiradas por jeeps las lanchas de la Armada Boliviana, una fuerza que todavía no tiene mar.
El Chapare está en el centro de Bolivia. El camino hacia aquí comienza en Cochabamba. El tráfico se agota en el límite de la ciudad y la ruta se transforma en una cinta de asfalto que sube una montaña que de tan verde es azul. A medida que se avanza quedan atrás pueblitos encastrados en la tierra. Pastores con mulas y ovejas, cholas cargadas hasta la cabeza y huertas que aseguran la subsistencia.
Entrar a El Chapare implica subir y después bajar. Pero antes de comenzar el descenso hacia el valle, Morales hizo una parada casi obligatoria. Se desvió al restaurante El Centinela para comer chicharrón de truchas, su plato preferido, según la dueña de casa.
Nélida Albertina Roldán Vázquez hace 40 años que dejó Lanús y hace los mismos años que conoce al presidente de Bolivia. Nelly llegó a esta zona del trópico traída por su marido. Fueron, de a poco, comprando las tierras sobre la montaña y ahora tienen un criadero de truchas donde Morales come como cábala. "El es de toda la vida de acá", cuenta Nelly a Clarín.
En esta zona aseguran que Morales gana por el 99%, en las anteriores presidenciales al no ver el 100% alguien dijo que iban a averiguar quien había votado en contra de uno de los suyos. La investigación no quedó en nada, dicen por acá cuando se pregunta. "Esta vez, saca el 100%", pronostica Víctor Antonio Callecera sentado en la plaza central de Villa 14 de Septiembre donde hoy vota Morales.
¿No hay anti-evos acá?
No, y en Bolivia quedan poco. Los pobres estamos mejor, y por eso gana. Va a ganar y por más del 70%. Yo sé lo que le digo.





Opinión

LA DÉCADA DORADA

Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)

Todo listo en Bolivia. Evo Morales dice que va a conducir a su país hacia su “década dorada” y el electorado parece dispuesto a creerle. Hoy se elige presidente y todas las encuestas le dan de 52 puntos para arriba, más del quince por encima de su más inmediato perseguidor. Y mayoría de dos tercios en ambas cámaras. Caudal más que suficiente como para gobernar sin problemas, dictar las leyes que necesita la nueva Constitución, y, como suele pasar en estos casos, empezar a soñar con la rerre.
Campaña aburrida, dicen allá. Monólogo de Evo. Lo más interesante que produjo la oposición son las declaraciones desde la cárcel del presunto genocida Leopoldo Fernández, candidato a vice de los cívicos. Dijo que tuvo una gran relación con el presidente, que le salvó el cuello durante el gobierno de Sánchez de Lozada, que dos veces rechazó invitaciones de Evo para integrar el MAS, el partido del oficialismo. Nada. Pero para un núcleo duro de la oposición, no más del 30 por ciento, Fernández, el Cacique de Pando, es una víctima. Para el resto del país es todo lo contrario. Es el autor intelectual del asesinato de 15 indígenas en el Porvenir, tal como reveló la comisión de expertos de Unasur que investigó la masacre. En todo caso, es el único preso por la violencia que desató el intento de golpe cívico del año pasado. Difícil entender cómo la oposición se buscó un candidato que provoque tanto rechazo en los sectores moderados que pretende seducir, salvo por la pobreza exhibida por su compañero de fórmula, Manfred Reyes Villa, y los demás candidatos, que sólo parecen servir para dispersar el voto opositor.
Y atacar a Evo, porque no tienen plan. Dicen que no sabe de economía, que no hay empleo, pero los indicadores muestran otra cosa. Según la encuestadora Mori de ese país, el “índice de bienestar” está en el punto más alto desde que se empezó a medir, hace ocho años. Esto es, los bolivianos sienten que están mejor que antes y que van a estar aún mejor en el futuro inmediato. Los índices de aprobación de Evo, alrededor del 71 por ciento, son los más altos desde que nacionalizó el gas, en los albores de su presidencia.
Evo hizo campaña a la vieja usanza, cortando cintas en todo el país. Con el programa Evo Cumple, subvencionado por el gobierno bolivariano de Venezuela, inauguró mercados, canchas de fútbol, parques, pequeñas obras aquí y allá. También anunció que consiguió un crédito de la Corporación Andina de Fomento para construir una autopista de seis vías entre La Paz y Oruro, para reemplazar a la vieja ruta de la muerte que serpentea el altiplano con sus dos carriles enfrentados. Y otro viejo anhelo de los bolivianos, también con un crédito de la CAF: la llamada Diagonal Jaime Mendoza, una ruta que uniría el sur de Chuquisaca con el Chaco boliviano, Sucre con Potosí.
La otra apuesta del MAS fue a judicializar la campaña. Está bien, se supone que la Justicia es independiente, pero la Oficina Anticorrupción esperó la ventana electoral para difundir su decisión de procesar a los principales líderes de la oposición por distintos crímenes. Costas, de Santa Cruz, y Suárez, de Beni, por los referendos autonómicos ilegales; Reyes Villa, de Cochabamba, por irregularidades en la construcción de una carretera; Cossio, de Tarija, por irregularidades en la compra de un generador eléctrico. Evo dijo en campaña que Reyes Villa va a ir preso y Fernández va a seguir preso por robar la plata del pueblo.
Las acusaciones son verosímiles y es cierto que la misma Oficina Anticorrupción, que depende directamente de Evo, acusó a varios intendentes del MAS por corruptelas con el programa Evo Cumple. Pero la oficina no tocó a ningún pez gordo cercano al gobierno. Y esperó 14 meses para acusar a Reyes Villa y 19 para acusar a Costa, justo a tiempo para el período electoral que habilita spots televisivos y avisos de diarios pagados por el Estado.
Es que no queda nada de la agenda grande, de los temas que llevaron a Bolivia al borde de la guerra civil. El proceso judicial por matanzas en la Guerra del Gas del 2003 está encaminado y ya hay fecha para el juicio oral. La Asamblea Constituyente ya se hizo, el pleito autonómico se dirimió y la nueva Constitución ya se plebiscitó.
Para esta elección el MAS llenó sus listas de profesionales –abogados, periodistas, médicos– relegando a los candidatos de los movimientos sociales a bancas uninominales. A los movimientos no les gustó pero lo aceptaron. Evo quiere técnicos para redactar las cien leyes que necesita la nueva Constitución y quiere cuadros capaces de pelear la letra chica. El perfil que se buscó es el de gente como Ana María Campero de Rodríguez, defensora del Pueblo durante los gobiernos de Banzer y Sánchez de Lozada, fama de honesta y valiente, buena llegada a los sectores medios, periodista, buena formación. Será presidenta del Senado.
Así las cosas, algunos ya están mirando la elección de gobernadores y alcalde de abril porque ahí sí hay algo en juego. En la Media Luna Evo tiene un índice de rechazo cercano al 40 por ciento. Si la oposición se uniese podría seguir ganándole, pero parece que no se va a unir y eso permitiría que el MAS penetre en un territorio que hasta ahora le es inexpugnable.
Mientras tanto Evo tiene planes. Va a pedirle un préstamo al Fondo Monetario Internacional. Va a pedir 10 mil millones de dólares, pero si consigue cinco se dará por más que satisfecho. Estados Unidos sigue siendo el diablo, nada cambió con Obama, Evo dice que es un prisionero del imperio. Pequeño detalle para las negociaciones con el Fondo, que por algo tiene sede en Washington.
Pero Evo tiene muchos amigos en Europa, especialmente en España. La última gira enamoró a los empresarios, según contaron los miembros de la comitiva. Bolivia es el principal receptor en América latina de ayuda directa del gobierno socialista español.
Más planes. Inversiones en el sector energético. Seis mil millones prometidos. Mil quinientos de Repsol YPF, otros mil de la venezolana Pdvsa, del consorcio ruso Gazprom y del gobierno de Irán.
El problema es que ahora nadie compra el gas. La demanda de Brasil y Argentina cayó un cuarenta por ciento, la recaudación de la renta por el gas se desplomó y Evo ha tenido que recortar las partidas a los municipios entre un 22 y un 45 por ciento. Como Chile tampoco compra vía Argentina como hacía antes porque ya hizo su propia planta de gas licuado de petróleo, la gente de Evo anda buscando mercados en Paraguay y Uruguay y quiere aumentar la demanda del mercado interno, pero igual se produce más de lo que se vende. Al final podría reflotarse aquel viejo proyecto de construir una planta transportadora en Chile para exportar el gas a Estados Unidos. Pero Evo no habla de eso porque aquel viejo proyecto fue el que desató la Guerra del Gas.
En tren de diversificar la economía, poco y nada, exceptuando la inteligente estrategia de la gente de Evo para explotar las cuantiosas reservas naturales de litio que alberga el país. Como antes hicieron con el estaño y ahora hacen con el gas, pero mejor. El litio sirve para fabricar las baterías de los celulares y de los autos eléctricos del futuro. Bolivia tiene la segunda reserva mundial de litio en el Salar de Uyuni, en Potosí. Todos quieren invertir. Toyota, Mitsubishi, las empresas de celulares, la Sumitomo japonesa, dueña de la mina de plata más grande de Bolivia, la Korex coreana, con inversiones en minas de hierro.
El gobierno controla la fórmula para convertir salmuera en el carbonato de litio que se usa en las baterías, fórmula desarrollada por investigadores de universidades bolivianas. Entonces exige que las empresas que quieran invertir usen esa fórmula y fabriquen las baterías en Bolivia.
Mientras sufre con el gas y espera que explote la fiebre del litio, Bolivia creció este año un 3,8 por ciento, la tasa más alta de la región, pequeño milagro del que no sería ajeno el fenómeno del narcotráfico, para muchos el sector más próspero de la economía boliviana, por más que Evo diga lo contrario. Aunque las cifras de superficie de áreas cultivadas con coca y el tonelaje de cocaína producida sean materia de discusión entre el gobierno y las agencias internacionales, lo que es difícil de ignorar es la burbuja inmobiliaria de Santa Cruz y las interminables listas de espera en sus concesionarias de autos importados último modelo. Allí en Santa Cruz, precisamente, es donde el Estado nacional boliviano da sus mayores muestras de debilidad.
Evo quiere agrandar la participación del Estado en el producto bruto interno (catorce mil millones de dólares), del 28 por ciento actual al 35 por ciento. Pero a los empresarios los deja hacer. Eso sí, les advierte que no se metan en política.
Después de todo lo que Evo tuvo que enfrentar durante su primer mandato, incluyendo un golpe fallido, hablar de década dorada parece mucho, pero Bolivia tiene derecho a soñar. Es que no todos los días un presidente llega al final de su mandato con el crédito intacto, reformas de fondo en marcha, continuidad garantizada y en las calles algo de paz.






Opinión

EVO MORALES IMPONE SU TESIS EN BOLIVIA

El Comercio de Ecuador (ww1.elcomercio.com)

El líder indígena Evo Morales tiene todo a su favor para ganar hoy la reelección de Presidente de Bolivia. Incluso tiene la posibilidad de hacerse con un control legislativo imprescindible para profundizar la revolución izquierdista que inició hace cuatro años.
El gobernante, surgido de los sindicatos cocaleros, devenido en uno de los aliados claves del presidente venezolano Hugo Chávez, ha logrado -como este- debilitar a la oposición política. El tímido proselitismo de los candidatos opositores, Manfred Reyes Villa y Samuel Doria Medina, se centró en la denuncia del riesgo de un “totalitarismo” en el país andino.
Todos los sondeos de intención de voto pronostican una fácil reelección del líder cocalero, quien parece recoger los frutos de sus ruidosas nacionalizaciones en los sectores petrolero, minero y de telecomunicaciones y de populares bonos para escolares, ancianos y madres de familia. Analistas ven una segunda vuelta como poco probable, dado el apoyo a Morales de una población mayoritariamente campesina. “Hace 20 años nos dijeron que Bolivia se nos muere y con ese pretexto nos sometieron al neoliberalismo. Ahora demostramos que Bolivia no solo no se muere sino que es viable”, proclamó Morales el jueves en un encuentro con clubes de madres, en la ciudad sureña de Tarija, uno de sus últimos actos de campaña.
El triunfo de Morales es esperado por Chávez y otros líderes izquierdistas latinoamericanos, que de ese modo se aliviarían del duro contraste que sufrieron el domingo pasado en Honduras, donde no lograron impedir que el gobierno de facto de Roberto Micheletti llevara adelante unas cuestionadas elecciones.
Morales ha dejado en claro cuáles son sus objetivos: espera ganar dos tercios del Congreso, incluido el Senado que estuvo controlado por la oposición en los cuatro años pasados, para aprobar rápidamente un centenar de leyes de aplicación de la Constitución plurinacional y socialista estrenada a principios de año. La reorganización del Poder Judicial con elección popular de los tribunales nacionales, la puesta en vigencia de autonomías regionales y una política de atracción de inversión se destacan entre las leyes que prepara Morales, quien se convertiría en el primer Mandatario boliviano en ejercicio reelecto en 45 años.
“El triunfo de Morales está asegurado. Hemos tenido una campaña muy desigual, casi un monólogo oficialista, y esto no se debe solo a la utilización de recursos sino también a una gran disparidad en la capacidad de discurso”, opinó Guido Riveros, director de la Fundación para la Democracia Multipartidaria.
Apuntó que Morales es favorito porque “representa un impulso histórico que ha merecido la simpatía de amplios sectores de ciudadanía y no ha encontrado una oposición que por su parte comience a tener sentido histórico”.
El Presidente indígena, cuya llegada al poder en enero de 2006 puso fin a un ciclo de inestabilidad política y social, lidera un proceso de “empoderamiento” de las mayorías indígenas y de nacionalización de diversos sectores. Así desmantela el modelo neoliberal montado en las décadas pasadas en el país.
Aunque declarado admirador de Chávez y de la revolución cubana dirigida por Fidel Castro, el líder boliviano ha dado señales de que puede ser menos radical y más pragmático. En un posterior acto proselitista, remató su aparente nuevo posicionamiento calificando al brasileño Luiz Inacio Lula da Silva como “el mejor Presidente de Latinoamérica” y “un ejemplo a seguir”. Morales prometió que su eventual segundo Gobierno será más inclusivo con sectores sociales,
El ‘fenómeno’ Morales
El ex presidente Carlos Mesa explicó el ‘fenómeno’ Morales: “Su fuerza es ya en Bolivia una mezcla de símbolo y mito, pero lo es también para una comunidad internacional embobada con la idea de que a un país de indígenas le corresponde un presidente indígena, olvidando que el país tiene casi la mitad de su población no indígena”.
Según Mesa, aun para los críticos este domingo se dará un triunfo cantado para Morales.





HOY SE VOTA EN BOLIVIA Y EL PRESIDENTE Y CANDIDATO DEL MOVIMIENTO AL SOCIALISMO LIDERA COMODO

EVO MORALES A UN PASO DE LA REELECCIÓN

Morales está seguro de que conseguirá más del 60 por ciento de los votos, hasta fantasea con llegar al 70. Ayer, con la veda electoral a pleno, los candidatos opositores y oficialistas se dedicaron a denunciarse mutuamente por fraude.

Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)

El presidente 65 de Bolivia será el mismo que fue 64, si se cumplen las premoniciones de cuatro encuestadoras privadas. El candidato a la reelección, Evo Morales, estará hoy en la región cocalera de El Chapare, en Cochabamba, donde tiene que votar. Pasará unas horas en casa de su familia y por la tarde regresará a La Paz para dirigirse a las multitudes que lo esperarán en la plaza Murillo. Morales está seguro de que conseguirá más del 60 por ciento de los votos, hasta fantasea con llegar al 70 por ciento y controlar los dos tercios del Congreso. Sus principales opositores, Manfred Reyes Villa y Samuel Doria Medina, pasarán por la ciudad de Santa Cruz, donde disponen de más votantes. Para su inminente segundo mandato, Morales promete industrializar Bolivia –uno de los países más pobres de la región– hasta convertirla en una potencia. Ayer, con la veda electoral a pleno, los candidatos opositores y oficialistas se dedicaron a denunciarse mutuamente por fraude.
El gobierno nacional presentó una grabación de audio en la que se oye una voz parecida a la de Reyes Villa. El supuesto candidato soborna a alguien que sería funcionario de la Corte Nacional Electoral (CNE) llamado “Pedro”, para elevar el porcentaje de votos de Plan Progreso Bolivia-Convergencia Nacional (PPB-CN) en 21 por ciento. A cambio, el presunto Reyes Villa se compromete a pagar 150 mil dólares. Serían 100 mil para el fraude de hoy y 50 mil para la segunda vuelta, que debiera ser en febrero. El ministro de Gobierno, Alfredo Rada, mostró el descubrimiento en conferencia de prensa. En ningún momento aseguró que se tratara del candidato opositor, pero cuando se puso play apareció en pantalla gigante una foto del ex capitán.
“Este material llegó al Ministerio a través de un ciudadano que no revela su identidad. Muestra detalles que tienen que ver con un trabajo propio de la Corte Nacional Electoral. A nosotros no nos interesa desatar escándalos, queremos que se esclarezcan estos hechos por la instancia que corresponde”, dijo Rada.
De inmediato, la CNE presentó una denuncia ante la Fiscalía para que se investigue la veracidad de la grabación.
El jueves, el mismo ministro había denunciado que Reyes Villa tenía pasaje de avión para mañana con destino a Estados Unidos. Según el MAS, de esa manera evitaría responder ante la Justicia por varias causas referidas a su desempeño como prefecto de Cochabamba. A este candidato también se lo implica en la masacre de 60 personas en octubre de 2003, dada su alianza con el entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
Desde PPB-CN dijeron que el dato del avión es falso. Se trataría de una reserva hecha en la web a nombre de Reyes Villa, pero cualquiera pudo haber tipiado su nombre. Como ejemplo, mostraron dos reservas hechas para el mismo 7: una para Morales y otra para el vicepresidente, Alvaro García Linera.
Ayer, el partido de Reyes Villa denunció a la CNE porque habría manipulado el padrón electoral para favorecer al actual presidente. “Existen computadoras con registros fantasmas, esto quiere decir que se cargaron de forma anticipada. También manipularon el padrón biométrico”, denunció el abogado de PPB-CN, Eduardo León.
Según los pronósticos, Morales conseguiría entre un 52 y un 59 por ciento de votos. Reyes Villa, entre el 18 y el 26 por ciento. Tercero saldría el empresario cementero y hamburguesero Samuel Doria Medina, cuyo porcentaje de votación estaría entre el 9 y el 11 por ciento.
Hay 5,1 millones de bolivianos habilitados para votar. Unos 170 mil lo harán por primera vez afuera de Bolivia, en Argentina, España, Brasil y Estados Unidos. En Buenos Aires, Jujuy y Mendoza son 90 mil los bolivianos que visitarán las urnas. Su peso electoral será más importante que el Departamento de Pando, donde son 40 mil los electores.
Dionisia Huanca vendía ayer papas de todo tipo en el mercado Rodríguez, de La Paz. Cuando se le consultó por las elecciones sonrió con dientes de oro y dijo “Evo”. Para la señora, los últimos cuatro años implicaron cambios inesperados. “Antes nos discriminaban mucho, no salíamos de indios. Nos trataban de indio esto, indio lo otro, siempre fue así. ¿Pero quién se encargaba de sembrar lo que después se comían? Nosotros pues.”
Hoy se renovarán todos los asientos del Congreso, que pasará a llamarse Asamblea Legislativa Plurinacional. El MAS espera contar con más de dos tercios de legisladores, lo que permitiría al gobierno aprobar leyes sin necesidad de pactar con otros partidos. Para la oposición, la hegemonía de Morales implica el peligro de que profundice su “dictadura”, denuncian.
En cinco departamentos (La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí y Chuquisaca), los electores tendrán oportunidad de decidir si quieren un régimen autónomo o continúan bajo la égida del gobierno central.
Además, 12 municipios decidirán si se convierten en municipios administrados de acuerdo con la autonomía indígena.
Pedro Montes, secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), dijo a Página/12 que la reelección de Morales permitiría “trabajar en unidad para afianzar las estructuras del socialismo. Es una necesidad, una obligación de los trabajadores y un honor para nuestros mártires. Hilvanaremos ideas y discrepancias para traer mejores días a los trabajadores”.





Elecciones en Bolivia

LA HORA DE LA BOLIVIA INDÍGENA

Morales promete a sus pares más derechos, una educación propia y preservar sus costumbres - Una docena de comunidades decide hoy su autonomía

El País de España (www.elpais.com)

Cada jueves y domingo, una multitud de familias indígenas se adueña de la Avenida 16 de Julio de la ciudad de El Alto, cerca de La Paz, para poner en marcha uno de los mayores mercados populares de ropa usada de Suramérica. Se calcula que casi un cuarto de millón de personas se emplea en este negocio hormiga donde el límite entre lo legal, lo robado y el contrabando es difícil de precisar. Paradójicamente, la urbe boliviana que apoya sin fisuras al presidente Evo Morales y que albergó el pasado jueves el cierre de la campaña del Movimiento al Socialismo (MAS) para las elecciones de hoy, es también un bastión del capitalismo más salvaje. Aquí trabajan todos, el padre, la madre, los niños, parientes... Y a todas horas. No hay derechos laborales ni ningún otro amparo.
"Con Evo salimos de pobre, che camba [blanco]", gritan dos hombres que manipulan un fardo de ropa. Dicen apellidarse Colque y Amaru, que para un indígena urbano es como llamarse Pérez o Fernández. La ropa usada viene de Estados Unidos y entra por el puerto chileno de Arica hacia Bolivia. Miles de toneladas de un comercio semiesclavo e informal que el Gobierno no ha podido frenar y que ha barrido con la industria textil local. Doscientos años después de la independencia, indígenas como los de El Alto prácticamente no han pasado de la economía de subsistencia a la moderna de acumulación.
Morales ha prometido a sus pares indígenas -el 62% de los 10 millones de bolivianos- más derechos, subsidios, una educación propia, territorios con gestión autónoma y la preservación de sus costumbres. La Constitución del Estado Plurinacional, en vigor desde febrero, respalda los ancestrales modelos de gobierno, la justicia comunitaria y los tratamientos curativos propios. El Gobierno también se propone que los empleados públicos hablen obligatoriamente al menos una de las 36 lenguas reconocidas, además del español y un "idioma extranjero". En la realidad, las lenguas mayoritarias son tres (aymara, quechua y guaraní) y sólo nueve de las 36 perviven sin dificultad. Algunas, como el pacahuara, sólo la hablan los últimos 11 habitantes de esa tribu que ahora tiene rango constitucional de nación.
La revolución indígena que propone Morales se asienta básicamente en la autonomía territorial y la educación. Hoy mismo, al menos una docena de las 327 comunidades existentes celebra referéndum para decidir si se convierte en una autonomía indígena. Aunque se aprueben, la puesta en marcha de estos proyectos depende de una ley que aún no existe y para la cual Morales necesita tener el control de la Asamblea Plurinacional. "La nueva ley va a delimitar las competencias de esas autonomías para que no haya problemas", explica el diputado del MAS Gustavo Torrico.
"En esos territorios los indígenas podrán elegir sus autoridades, aplicar sus leyes, aunque no la penal, y gestionar sus recursos. No entrarán en conflicto con los municipios tradicionales porque éstos seguirán teniendo sus competencias actuales. En cuanto a la financiación del Gobierno central, el Ayuntamiento tendrá su parte y la autonomía originaria, la suya", añade.
A pesar de que muchas comunidades indígenas ya han ocupado por la fuerza campos y minas y zonas de reservas petroleras que consideran ancestralmente suyos, Torrico asegura que las expropiaciones sólo son competencia del Gobierno nacional. La mayoría del territorio boliviano no tiene demarcaciones fijas y los críticos de Morales esperan serios enfrentamientos entre comunidades una vez aprobadas las autonomías, aún entre los propios indígenas. Aparte de esto, nadie sabe con certeza cuánto costará al Estado esta reordenación territorial. Ya ha habido roces entre el Gobierno e indígenas del norte de La Paz por una concesión petrolera que la comunidad se negaba a conceder, pero que el Gobierno finalmente otorgó.
"El interés de un núcleo de dirigentes indígenas no está ni estará por encima del de todos los bolivianos", dijo tajante el vicepresidente Álvaro García Linera en una entrevista al diario La Razón. Y es que pese al encendido discurso indigenista, el Gobierno de Morales parece estar actuando con cautela en lo referente a las autonomías. Torrico tiene claro que sería muy difícil, por ejemplo, que los guaraníes, que hoy se reparten en tres provincias ricas en gas y petróleo, puedan formar un nuevo y único territorio con todos esos recursos naturales dentro.
La otra pata clave del "cambio" que propone Morales es la enseñanza. "La educación es la política pública reaccionaria del MAS", afirma el historiador Guillermo Mariaca, de la reconocida Universidad Mayor de San Andrés. "La nueva Constitución ha corporativizado la educación y la ha puesto en manos de un sindicato. Los maestros sólo se forman en un tipo de escuela oficial donde ellos mismos deciden qué aprender, no pueden ser expulsados y no son evaluados. Los maestros son el nexo entre el campo y la ciudad y son fundamentales para preservar la lealtad del mundo indígena al MAS", explica.
Durante la campaña, Morales prometió un ordenador portátil para cada uno de los 135.000 docentes y un aumento de los sueldos. La enseñanza es, junto a la policía y el ejército, una de las tres profesiones asalariadas más valoradas en la Bolivia rural.
Los indígenas tuvieron acceso a la educación a partir de la revolución de 1952. Hasta entonces prácticamente sólo las elites originarias eran educadas en los colegios criollos como parte de un pacto colonial por el que esas elites hacían de puente entre el mundo camba (blanco) y el colla (indio).
El ideal de educación para todos cuajó para el indio urbano pero fracasó en el ámbito rural, pero no fue hasta 1994 cuando se hizo otra reforma para corregir este fallo. Fue entonces cuando nacieron los Consejos Educativos de los Pueblos Originarios (Cepos) que diseñan los programas de enseñanza de sus pueblos y la formación política. Hoy, todos sus responsables responden a Morales y son los encargados de mantener vivo el discurso de liberación y de mitificación del caudillo.





REPORTAJE: Elecciones en Bolivia

EVO Y BARACK NO TIENEN QUÍMICA

Las malas relaciones con EE UU han provocado fuertes pérdidas a la economía boliviana y más narcotráfico

El País de España (wwwelpais.com.es)

El mayor desafío en política exterior del presidente Evo Morales, si hoy logra renovar su mandato, será el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos. Detrás de la retórica antiimperialista, hasta los analistas y economistas que más simpatizan con el Movimiento al Socialismo (MAS) reconocen que la suspensión hace un año de las ventajas comerciales que concede Washington a los países andinos en función de la lucha contra el narcotráfico ha costado ya decenas de miles de puestos de trabajo en incipientes sectores productivos ajenos a la energía y unas pérdidas de más de 150 millones de dólares. La congelación del acuerdo fue ratificada recientemente por Obama y eso enfureció a Morales, que albergaba esperanzas de que el nuevo inquilino de la Casa Blanca tuviera un gesto hacia La Paz.
El informe que guió la decisión de Obama, de la Oficina de Washington para América Latina, concluía que Bolivia, como Venezuela y Myanmar (antigua Birmania), “había fracasado en los últimos 12 meses en demostrar su compromiso con los acuerdos internacionales contra el narcotráfico y en tomar medidas contra este delito”.
La paralización del acuerdo comercial fue el último episodio de una escalada de tensión entre los dos países que comenzó con la expulsión del embajador estadounidense, Philip Goldberg, en septiembre de 2008. El mandatario boliviano acusó a Goldberg de “conspirar contra la democracia y buscar la división de Bolivia” por sus contactos con la oposición de la región autonomista de Santa Cruz. Un mes después, La Paz ordena la salida de la agencia antidroga estadounidense (DEA) por “conspirar” contra su Gobierno. Para entonces, ya había sido expulsada la agencia de cooperación estadounidense (USAID) de la zona cocalera del Chapare. Washington, por su parte, también dispuso la salida del embajador boliviano. A pesar de que en octubre pasado hubo un acercamiento, un mes después las espadas estaban otra vez en alto. El Gobierno de EE UU sigue “interfiriendo en nuestra política”, dijo en una entrevista el vicepresidente Álvaro García. “Mientras no cambie de actitud, esta sana y soberana distancia es lo mínimo que podemos hacer como país que se respeta a sí mismo”, añadió.
En paralelo al alejamiento de La Paz y Washington, aumentaron los informes de organismos como la ONU o de servicios secretos como el brasileño que daban cuenta de un fuerte aumento de la producción de la cocaína en Bolivia. A pesar del plan Cocaína Cero, puesto en marcha por Morales poco después de llegar al poder, se ha registrado una mayor presencia de los carteles de la droga andinos en Bolivia. El jefe de la policía antinarcóticos, el coronel Óscar Nina, informó hace un mes de que se habían destruido una veintena de laboratorios de gran capacidad de producción de cocaína en lo que va de 2009. “Nunca habíamos visto fábricas de esta magnitud en nuestro país”, declaró entonces.
Esta misma semana, en la recta final de la campaña electoral, la revista brasileña Veja informó de que en los últimos cuatro años la producción de pasta base y de cocaína había aumentado un 41% en Bolivia. En ese periodo, la superficie cultivada se incrementó de 25.400 a 30.500 hectáreas y el 71% de la producción se destinó a la elaboración de droga hasta alcanzar las 113 toneladas anuales. La revista citaba a Luiz Castro Dórea, jefe de la división de estupefacientes de la Policía Federal Brasileña, quien apuntó la expulsión de la DEA como una de las principales razones del aumento del narcotráfico. Nina dijo desconocer el informe brasileño y recordó que la fuerza que dirige había logrado cifras históricas en la confiscación de droga en Bolivia.





Opinión

VIENTOS DE REELECCIÓN EN BOLIVIA

El resultado de las próximas elecciones en Bolivia no genera suspenso: todos los sondeos previos dan como rotundo ganador a Evo Morales. Ante una oposición debilitada, el actual presidente conduce un proceso transformador no exento de contradicciones, cuyo gran desafío tal vez, consista en la definición del verdadero modelo institucional y económico.

La República de Uruguay (www.larepublica.com.uy)

El paisaje político boliviano rumbo a las elecciones presidenciales del 6 de diciembre resulta por completo novedoso, especialmente si se lo compara con los primeros años del mandato de Evo Morales, marcados por el denominado doble poder entre el gobierno central y las regiones autonomistas del oriente, el sur y el extremo norte amazónico.
El "empate catastrófico" es cosa del pasado, la oposición se muestra carente de táctica y estrategia para enfrentar un proceso electoral en el que todas las encuestas anticipan la reelección en primera vuelta de Morales, y el "evismo" no sólo logró consolidarse en el poder ­es probablemente el primer gobierno fuerte después de la primera gestión de Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997)­ sino construir un nuevo bloque hegemónico.
Boomerang opositor
La sensación de derrota anticipada puede leerse en la mayoría de los medios cercanos a la derecha, que se mueven entre las denuncias de su ala radical de que Bolivia bajo Evo se volvió una dictadura (Manfred Reyes Villa, ex prefecto de Cochabamba revocado en el referéndum de 2008) o la aséptica propuesta de "país productivo" del bloque moderado liderado por el empresario del cemento y ex asambleísta constituyente Samuel Doria Medina. Para reforzar su discurso "anti-dictadura", Reyes Villa eligió como compañero de fórmula a Leopoldo Fernández, ex prefecto de Pando preso ­aún sin juicio­ y acusado de organizar la "masacre del Porvenir", contra campesinos simpatizantes de Evo Morales, el 11 de septiembre de 2008 (1). Pero pasado el golpe mediático, que permitió a Reyes Villa quedarse con la "porción del león" del debilitado espacio opositor, el binomio derechista se estancó en alrededor del 20% mientras que Morales supera el 50% en todos los sondeos. "Las campañas opositoras, un boomerang", resumió el semanario liberal Pulso las dificultades de la derecha para encontrar una estrategia de campaña y, sobre todo, un discurso que pueda competir con el arrollador Evo Morales, capaz de conmover las fibras más íntimas de la Bolivia profunda en cada uno de sus discursos proselitistas.
Pero la situación preelectoral tiene un manto de fondo, más profundo: la derrota de la oposición autonomista liderada por Santa Cruz, que sobreestimando sus propias fuerzas y subestimando las del gobierno central, se embarcó en una estrategia suicida de toma de instituciones luego de la ratificación de Evo Morales en el referéndum revocatorio del 10 de agosto de 2008 (2). Y, en paralelo, ocurrió el desembarco en Santa Cruz de un oscuro ex combatiente de la guerra de los Balcanes: Eduardo Rózsa, una mezcla de mercenario e idealista extremista, que se proponía conformar milicias armadas y fue muerto por la policía en abril de este año. El caso comprometió a toda la élite local en un grave hecho de intento de subversión armada (3). Aunque la dirigencia cruceña logró incorporar el autonomismo en la nueva Constitución e incluso en el programa del Movimiento al Socialismo (MAS), el actual contexto electoral la muestra dividida, sin destreza política y más preocupada por las elecciones locales de 2010 ­cuando se elegirán gobernadores­ que por las del 6 de diciembre; y con sus facciones ­asociadas a las logias secretas Caballeros del Oriente y Toborochi­ apoyando a diferentes opciones opositoras (4).
Entusiasmado con este escenario, el oficialismo se lanzó a su objetivo de máxima: conquistar los dos tercios del Parlamento ­ahora llamado Asamblea Legislativa Plurinacional­ que en los próximos cinco años deberá aprobar las leyes que permitan aplicar la nueva Constitución, aprobada en referéndum popular en enero de 2009. "Evo para siempre", dicen en las proclamaciones los campesinos, "90%", pintan los oficialistas en la populosa urbe de El Alto. "[Los movimientos sociales] No estamos de paso en el poder", arenga Evo Morales... lo que alimenta todo tipo de fantasmas de perpetuación en el poder por parte de la oposición, en un país casi sin tradición de reelecciones.
Ilusión de revolución
Como ocurre en otros procesos sudamericanos, la combinación de las denuncias histéricas de la oposición conservadora (en Bolivia, los liberales hablan de una revolución igualitarista en marcha) y la sobreactuación ideológica de los propios gobiernos postneoliberales, creó una cierta "ilusión de revolución" (5). Pero lo cierto es que el sustrato sociológico del apoyo a Evo Morales no es muy diferente al del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva. Como señala Carlos Augusto Montenegro, del instituto Ibope, "cuando Lula entró en la carroza de la reina de Inglaterra, este pueblo entero, el Nordeste entero, entró con él" (6). Y efectos similares se viven en Bolivia con el primer Presidente indígena: la mezcla de políticas sociales (Bono Juancito Pinto a los escolares, Renta Dignidad a los ancianos, Bono Juana Azurduy a las mujeres embarazadas; médicos cubanos, obras en los municipios en el marco del plan "Evo cumple") e identificación étnica-cultural, constituyen la base del apoyo social a Evo Morales. Junto a medidas nacionalistas como la nacionalización del gas, cuya gestión, no obstante, fue debilitada por los casos de corrupción en la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), cuyo ex presidente, Santos Ramírez, está preso desde hace más de ocho meses, acusado, aún sin juicio, de haber cobrado millonarios sobornos. Y no menos importante: la titulación de unos 9 millones de hectáreas de tierras ­mayormente fiscales­ en favor de campesinos e indígenas, rompiendo con el capitalismo de amigos en el ámbito agrario.
No obstante, el economista Gonzalo Chávez ironiza sobre los "neoliberales revolucionarios" que manejan la política macroeconómica y cambiaria. "[En 2008] Llovían dólares en la economía [exportaciones récord de 7.000 millones de dólares, remesas de mil millones...] que, convertidos en bolivianos, amenazaban desembocar los ríos de la inflación. Siguiendo el manual del buen neoliberal revolucionario, ave rara que sobrevive cómoda en el grueso árbol del poder, había que secar esta liquidez, para eso el Banco Central de Bolivia puso sus títulos (papeles o bonos) en la cancha a tasas de interés muy elevadas, por lo tanto atractivas. Mucha gente, bancos y personas, ganó una buena platita fácil con el proceso de cambio. Las malas lenguas decían que la otrora poderosa y opositora Asoban [Asociación de Bancos] se había convertido en célula oficialista" (7). De hecho, la relación de Evo Morales y la banca privada parece lejos de los llamados del Presidente a "sepultar al capitalismo" y la publicidad oficial destaca la "solvencia del sistema financiero"... privado. Tampoco es muy "heterodoxa" la atracción que la acumulación de reservas internacionales (con más de 8.000 millones de dólares atesorados) ejerce sobre Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera, quienes transformaron este récord en uno de los ejes de campaña: "Bolivia dejó de ser un país pedigüeño", "Logramos lo que no lograron los neoliberales", etc. Apegado al realismo sociológico, García Linera definió al actual proceso como nacional-productivo, y el socialismo del siglo XXI casi no consiguió adeptos en Bolivia. Tampoco entre las bases del MAS, sustentadas en economías familiares urbanas y rurales, defensoras a ultranza de las políticas redistributivas pero poco entusiastas con el "anticapitalismo" ­bastante retórico, por cierto­ del Presidente boliviano.
Ello no impide que sectores elitistas se sientan auténticamente desplazados del poder: hoy su influencia ya no se valida, como antaño, en el club de tenis, el hípico o el golf, ni en los cafés fashion de La Paz o en las fiestas exclusivas, lo que redundó en una notable inseguridad psicológica de quienes manejaron tradicionalmente el poder.
¿Desarrollismo ingenuo?
Pese a los innegables avances en la construcción de un Estado "fuerte" ­al menos en comparación con los años 90­ la matriz productiva boliviana sigue siendo profundamente extractivista: el 2,1% del crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) en el primer trimestre de 2009 se explica en más del 50% por el crecimiento de la minería, especialmente la mina San Cristóbal (8); es decir, un crecimiento de enclave. "Bolivia vuelve a ser una potencia minera", es uno de los eslóganes oficiales y el presidente ecuatoriano Rafael Correa invitó a Bolivia, para la cumbre del ALBA, a una delegación de indígenas ­opuestos a las explotaciones mineras­ para que vean cómo es un gobierno indígena desarrollista.
El actual "proceso de cambio" se enfrenta, así, al histórico problema boliviano: el desfase entre la prédica industrialista y la realidad rentista, fuente del sentimiento de constante frustración nacional debido, en parte, a la tradicional dificultad del Estado para gestionar eficientemente la economía nacionalizada. Además del predominio ­vinculado a esa mentalidad rentista­ de una visión ingenua del desarrollo, asociada a la extracción de esos recursos pero incapaz de dar vida, históricamente pero también ahora, al complejo educativo-científico-tecnológico necesario para plasmar esos objetivos desarrollistas. Imaginario que impide, a la postre, transitar otras vías no desarrollistas, que por el momento no salen de la retórica "pachamámica", como el sumaj qamaña ("vivir bien") en lugar del "vivir mejor" occidental-liberal.
La discusión sobre el modelo de desarrollo no trasciende la reactualización de los sueños (¿ilusiones?) desarrollistas-industrialistas de los años 50, materializados en la famosa película "Un poquito de diversificación económica" de Jorge Ruiz, en el marco de una fuerte ambivalencia del actual Presidente boliviano: un discurso eco-comunitarista en los foros internacionales y una prédica desarrollista en el ámbito interno. Por ejemplo, cuando acusa a ONG de "confundir" a los indígenas amazónicos que se oponen a la prospección petrolera; o cuando el ministro de Hidrocarburos, Carlos Villegas, responsabiliza a las "sobre-demandas" indígenas de trabar las inversiones de las petroleras privadas (9). Cuando el gobierno acepta sin protestas los cuestionados proyectos de represas brasileñas sobre el río Madera, en la Amazonia boliviana. O cuando los campesinos colonizadores aymarás y quechuas acusan de "terratenientes indígenas" a los pueblos originarios de tierras bajas que recibieron centenares de miles de hectáreas como "tierras comunitarias de origen" desde los años 90 hasta ahora. Todo esto no carece de cierta dosis de realidad, pero pone de relieve, en todo caso, los límites del discurso indigenista tout court.
Como constata el ex ministro de Hidrocarburos y nacionalista duro Andrés Soliz Rada, "la actual plataforma [electoral] del MAS es la antítesis de la Constitución [aprobada] en Oruro. Ofrece un gran salto industrial, carreteras; trenes; ferrocarril bioceánico; aeropuertos; hidroeléctricas; fundiciones; plantas de etano, etileno, metanol; producción agropecuaria en gran escala; seguro universal agrícola; empleo a raudales; educación digital... satélite de comunicaciones... valorizar la identidad nacional". Y como también advierte Soliz Rada, Evo Morales no apoya explícitamente a los "pachamámicos" pero tampoco los desautoriza, y varios de ellos mantienen cargos en el Estado e influencia política, como el canciller David Choquehuanca. Un escenario de esta ambivalencia es el debate de la nueva ley de la gestión pública, donde varios miembros del equipo de redacción del anteproyecto sostienen polémicamente que Bolivia es una "sociedad comunitaria" y que el Estado debe dar cuenta de esa infraestructura societal. Pero, al mismo tiempo, se pide colaboración a Francia ­país no precisamente adepto al multiculturalismo radical­ para poner en pie una escuela de administración pública. Luego de casi cuatro años de gestión, los empleados públicos ­considerados privilegiados en la lógica campesinista del MAS­ siguen sin sindicatos, eliminados bajo el neoliberalismo.
Adicionalmente, la invitación como candidatos a figuras extrapartidarias de las clases medias ­periodistas, por ejemplo­ que traccionan votos, pone de relieve la dificultad del MAS para formar cuadros propios: los actuales parlamentarios sufrieron una verdadera "purga", apoyada por la sociedad, y fueron masivamente excluidos de las listas para diciembre. También los dirigentes del MAS (a excepción de los líderes de sindicatos rurales y urbanos) quedaron fuera de las candidaturas; una medida extrema para evitar una "guerra por las pegas" (cargos) en el interior de un partido percibido por muchos militantes como una suerte de agencia de empleo.
Pero la retórica comunitarista corre el riesgo, también, de embellecer un "capitalismo andino" basado en la explotación y autoexplotación de la mano de obra, incluida la familiar, que dista de la "armonía comunitaria". Un estudio de la Red de Mujeres Transformando la Economía indica que el 70% de las mujeres bolivianas vive del comercio informal, donde trabajan en condiciones precarias, sin acceso a la jubilación y a los beneficios sociales (10).
La ausencia de un proyecto educativo (reemplazado en gran medida por el objetivo de mantener la calma gremial de los docentes) es uno de los déficits de la actual gestión y se expresa claramente en la elevada rotación de los ministros del área: cuatro en la misma cantidad de años, a lo que se suma sus disímiles perfiles político-ideológicos. Sintomáticamente, todos los regímenes bolivianos desde comienzos del siglo XX (liberales, nacionalistas-revolucionarios, neoliberales) hicieron su reforma educativa, lo que no ocurrió, paradójicamente, en estos casi cuatro años, con un gobierno que se denomina a sí mismo "revolución democrática y cultural": la alfabetización con el método cubano "Yo sí puedo" ­un avance innegable­, los telecentros de internet en las escuelas rurales, las más cuestionables "universidades indígenas" (aymará, quechua y guaraní) o el proyecto de ley Avelino Signani no ocultan la ausencia de una propuesta pedagógica acorde con los desafíos bolivianos del siglo XXI. Y déficits parecidos se observan en el área de la salud, donde ­más allá de la presencia de los médicos cubanos­ no existe una visión coherente tendiente a la desmercantilización y a la cobertura universal de calidad (los hospitales públicos siguen sin ser gratuitos).
En estos casi cuatro años de "gobierno del cambio", quedó en evidencia que la lógica de campaña electoral permanente, la tentación de copamiento plebeyo del Estado (como se ve a menudo en los municipios y los organismos públicos), además de la mencionada sobreactuación ideológica, dificultan la puesta en marcha de una institucionalidad posneoliberal eficiente. La refundación permanente del país muestra una dinámica de rebeldía social quizás sin parangón en América Latina, pero también deja en evidencia una verdad más prosaica: que todas las refundaciones anteriores terminaron en fracasos. Por eso, el segundo mandato de Evo Morales, con un país menos polarizado y sin la derecha al acecho, se jugará en la construcción del Estado. Y en el entronque del Evo símbolo con el Evo estadista-reformador.





El presidente, cerca de un nuevo mandato

EVO BUSCA OTRO PERÍODO Y MÁS REFORMAS

Morales lograría un cómodo triunfo, aunque no se sabe si alcanzará los dos tercios en el Congreso, clave para profundizar los cambios

La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)

Después de un final de campaña para el infarto, en que gobierno y oposición se acusaron mutuamente de propiciar un fraude aun en tiempos de veda electoral, llegó la hora de la verdad: 5,1 millones de bolivianos votarán hoy si continúa la "revolución indigenista" y de corte socialista, encarnada por el mandatario, el aymara Evo Morales, y qué nivel de respaldo legislativo tendrá para implementar los ambiciosos cambios que promete.
Todo indica que el presidente logrará fácilmente su reelección en primera vuelta, ya que, según los sondeos, supera holgadamente el 50% de los votos y está a más de 30 puntos de su rival, el derechista Manfred Reyes Villa, de Plan Progreso para Bolivia (PPB).
De este modo, accederá a cinco años más de mandato tras cuatro años de gestión. Lo que está en duda es si alcanzará en los comicios los dos tercios en el Congreso, de 166 legisladores. Tal apoyo le daría a Morales carta blanca para transformar a Bolivia en lo que, según afirma, será un Estado plurinacional que terminará de romper con un sistema que oprimió a los aborígenes durante 500 años. Los opositores, sin embargo, acusan al mandatario de querer eternizarse en el poder y acotar las libertades individuales.
"Estas elecciones son inéditas porque no sólo se va a elegir un gobierno sino que también se va a definir la arquitectura del país por una generación", dijo el analista Jorge Lazarte. De hecho, según expresó a LA NACION el vocero electoral del Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales, Jorge Silva, el oficialismo planea aprobar unos 100 proyectos de ley no bien se constituya el Parlamento, a fines de enero, que pasará a llamarse Asamblea Plurinacional.
Uno de los temas más delicados es la futura ley de autonomías. Los cuatro departamentos del Oriente boliviano (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija), opositores a Morales, aprobaron estatutos autonómicos de corte liberal. Estos documentos son imposibles de conciliar con la Carta Magna, que establece instancias de autonomía y autogobierno no sólo para los departamentos, sino también para las regiones y las comunidades indígenas. De todas maneras, en los comicios de hoy, en los que debutará un sistema biométrico para evitar el fraude, habrá 18 consultas electorales de índole autonómico, cinco de ellas departamentales en La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y Chuquisaca. También los habitantes de la subregión del Chaco, al sudeste del país, serán consultados sobre la adopción de un régimen autonómico regional y 12 municipios celebrarán referéndums para decidir si quieren autonomía indígena.
Otro aspecto, muy temido por la oposición y por los inversores, es lo que ocurrirá con las leyes que terminarán de dar forma al Poder Judicial. Sobre todo después de que Morales dijera, saltándose el principio de separación de poderes, que él mismo se encargará de cambiar la justicia para enviar a prisión a Reyes Villa, acusado de malversación de fondos públicos.
Pese a estas zonas grises, el mandatario es amplio favorito. La última encuesta nacional realizada por Equipos Mori ubica a Morales en primer lugar con un 52,6% y a Reyes Villa en el segundo, con el 21,1%. El tercero es el centrista Samuel Doria Medina (Unidad Nacional), con 9,4%, y el cuarto es René Joaquino, de Alianza Social (centroizquierda), con el 3,3%. Si se contabilizaran sólo los votos válidos (se eliminan los votos en blanco y se redistribuyen los indecisos), Morales alcanzaría a un 60,4% y Reyes Villa, un 24,3%.
Para la consultora Ipsos Apoyo, Morales cuenta con un 55%; Reyes Villa, 18%; Doria Medina, 10%, y Joaquino, 2%. El oficialismo, a su vez, se muestra confiado en que alcanzará a un 70% en todo el país y que obtendrá los dos tercios en el Parlamento.
El amplio favoritismo de Morales parece tener mucho que ver con el espectacular desempeño de la economía en los últimos años. Según explicó a LA NACION el economista Roberto Laserna, "Morales disfrutó de una coyuntura muy favorable por la gran suba de los precios del gas, que provocó una gran acumulación de reservas a pesar de la expansión del gasto".
Sin embargo, la situación está cambiando a pasos agigantados, por la caída del precio del gas y el impacto negativo en la inversión y producción que tuvo la nacionalización de hidrocarburos que propició Morales, medida que le permitió lanzar programas de ayuda a los estudiantes, las embarazadas y los ancianos que le granjearon gran popularidad.
Además, según dijo Laserna, "la nueva constitución es muy negativa para la inversión privada. Y la incertidumbre se va a profundizar porque la gente tiene expectativas muy altas y van a intensificar sus demandas al gobierno de que cumpla con lo prometido, porque no ha habido límites a las promesas, lo que puede traer conflictos y fragmentación social".
Por ahora, para paliar el déficit de inversiones en el sector de hidrocarburos, Morales espera obtener el respaldo de aliados como Irán y Rusia (ver aparte). También tiene expectativas en la industrialización de las cuantiosas reservas de litio, mineral que se usa para fabricar autos menos contaminantes, del salar de Uyuni, que podría captar inversiones francesas, japonesas e iraníes, y en la realización, con apoyo chino, del satélite Tupak Katari, por medio del cual el gobierno espera llevar los servicios de Internet y telefonía móvil y fija a todo el país.
Pese a los nubarrones que se ciernen sobre la economía y las fricciones con la oposición, todo prenunciaba ayer un cómodo triunfo del MAS.





EVO MORALES VA POR MÁS REVOLUCIÓN

Con más de 30 puntos encima de su más cercano contendor, la dupla Evo Morales y Álvaro García Linera tiene asegurada su reelección en los comicios de hoy. Pero la “madre de todas las batallas” es la elección de la debutante Asamblea Plurinacional, la llave para profundizar el proceso de cambios que vive Bolivia. La oposición es débil y fragmentada, y sus mejores candidatos tienen líos con la justicia.

La Nación de Chile (www.lanacion.cl)

Los resultados de las elecciones de hoy en Bolivia parecen estar cantados. Evo Morales, el primer Presidente indígena en América Latina, puede ser reelegido en primera vuelta. Es más, parece tener al alcance de la mano la posibilidad de lograr las mayorías legislativas suficientes para seguir profundizando su revolución que comenzó hace cuatro años.
Todas las encuestas, sin excepción, dan por ganador al ex dirigente de los campesinos cocaleros por cifras que verían entre un 52 y un 56 por ciento de los votos, más de 30 puntos por encima de sus más cercanos competidores, los derechistas y opositores Manfred Reyes Villa (que marca 18 puntos en los sondeos) y Samuel Doria Molina (con 12 por ciento de intención de voto). Mucho más atrás hay otros cinco candidatos que no tienen ninguna opción.
Evo Morales y su compañero de lista, Álvaro García Linera, se aplicaron a fondo en la campaña y recorrieron hasta los lugares más recónditos de Bolivia, en la búsqueda de los votos que no sólo sirvan para la reelección de ambos en sus mismos cargos -García Linera es actualmente vicepresidente- sino también conseguir la mayoría parlamentaria en ambas cámaras de la debutante Asamblea Plurinacional.
Conseguir los dos tercios en diputados y senadores es la meta del Movimiento al Socialismo (MAS, el partido Morales y García Linera), para que la nueva Asamblea Plurinacional lleve adelante el programa de transformaciones profundas que ha planteado en la campaña. Morales dice que el pueblo boliviano “está consciente de que Bolivia necesita movilizarse contra los restos del neoliberalismo y garantizar una amplia mayoría de parlamentarios en la nueva Asamblea Legislativa”.
Durante la campaña, Morales ha recordado que en agosto de 2008 la oposición -liderada por el gobernador de Santa Cruz- intentó revocar su mandato a través de un referendo que el líder aimara ganó con el 67 por ciento de los votos. Y que tras el contundente triunfo del gobierno, al mes siguiente la oposición y los gobernadores separatistas intentaron un golpe de Estado.
En enero de este año, Morales se anotó otro contundente triunfo en las urnas, cuando logró aprobar con más del 70 por ciento de los votos la nueva Constitución que establece la Asamblea Plurinacional en reemplazo del antiguo Congreso, la que definirá la nueva estructura institucional.
Así las cosas, la “madre de todas las batallas” es la elección de los nuevos diputados y senadores, quienes deberán diseñar el andamiaje jurídico de los otros dos poderes, el Ejecutivo y el Judicial. La oposición, dispersa y debilitada, sólo aspira a mantener su poder de veto en la nueva Asamblea Legislativa.
Estos legisladores además pondrán en marcha un nuevo tipo de jurisdicción política previsto en la nueva Constitución del Estado: las autonomías. Por eso el MAS quiere alcanzar las mayorías en ambas cámaras y así “avanzar en sus revoluciones indigenistas y socialistas” sin necesidad de negociar con sus opositores, que hasta ahora han bloqueado las iniciativas del gobierno de Morales desde el Congreso.
La nueva Constitución introduce cambios profundos en Bolivia: permite a Evo Morales postular a la reelección por un período más de cinco años, suma a los más de 5 millones de votantes a otros 200 mil que viven en el exterior y baja la edad a los postulantes a diputados de 25 años a 18.
En la elección de este domingo, además, cinco de nueve regiones -Cochabamba, Chuquisaca, La Paz, Oruro, Potosí y Gran Chaco- deberán pronunciarse sobre su autonomía departamental. También en algunos departamentos habrá una votación especial para la autonomía indígena, una jurisdicción distinta para los pueblos originarios que podrán tomar decisiones de acuerdo a sus tradiciones y costumbres.
La campaña
Mientras las candidaturas opositoras de Reyes Villa y Doria Molina acusan al gobierno de “autoritario”, Evo Morales retrucó en su último acto de campaña en la sureña ciudad de Tarija que “hace 20 años nos dijeron que Bolivia se nos muere y con ese pretexto nos sometieron al neoliberalismo. Ahora demostramos que Bolivia no sólo no se muere, sino que es viable”. Y exhibe los resultados de sus primeros cuatro años de gobierno.
Desde el 2005, repiten Morales, García Linera y el MAS, la nacionalización de los hidrocarburos permitió elevar las reservas internacionales de Bolivia de 1.700 a más 8 mil millones de dólares, la deuda externa cayó de 4.400 millones de dólares a 2.400 millones, el ingreso per cápita subió de 1.010 a 1.510 dólares, y el país ya fue declarado por la Unesco libre de analfabetismo, meta conseguida con el apoyo de Cuba.
Pero Morales también durante esta campaña hizo acercamientos hacia las capas medias y las regiones de la media luna, donde están atrincherados sus más férreos opositores. A la clase media y a los movimientos sociales de carácter popular -su base más fuerte de sustento-, Morales prometió apoyo a las micro, medianas y grandes empresas; el bachillerato técnico para cualificar la formación de los jóvenes; la protección social basada en el programa de cero pobreza, seguro universal de salud, vivienda a crédito o con subvención, cobertura total de servicios, medicamentos baratos y clínicas móviles que recorrerán las diversas provincias y atenderán a los pobladores en diferentes especialidades médicas, así como el mejoramiento de los bonos Juana Azurduy, Renta Dignidad y Juancito Pinto, que reciben las mujeres más pobres, los adultos mayores y los niños para su educación básica, respectivamente.
Evo Morales también se propone garantizar la soberanía alimentaria, es decir que Bolivia sea capaz de producir todos sus alimentos básicos, con la subvención del Estado en aquellas áreas de producción que la necesite. También prometió un ambicioso programa de conectividad vial, mediante la construcción de carreteras asfaltadas que unan las nueve capitales departamentales con los 331 municipios, así como ampliar los actuales caminos a doble vía. Para mejorar el comercio, Morales quiere terminar la construcción de cuatro corredores de integración.
La fórmula del MAS de Evo Morales parece sencilla: profundización de la revolución democrática y mejoramiento de la calidad de vida de la población. “Bolivia ha encontrado el verdadero camino de su liberación e independencia a través de la revolución democrática y cultural que está en marcha y que apunta a devolvernos la dignidad y la soberanía”, dice el Presidente, que este domingo renovará su mandato por cinco años.





EVO MORALES PIDE EL «CONTROL ABSOLUTO» PARA ACELERAR SU PROYECTO SOCIALISTA

ABC de España (www.abc.es)

Más de 5 millones de bolivianos están llamados hoy a las urnas para decidir si aprueban o no la continuidad del proyecto de gobierno socialista del indígena Evo Morales, quien se presenta a la primera reelección en la historia de un presidente del país.
Las encuestas anticipan una aplastante victoria de Morales sin necesidad de una segunda vuelta, con porcentajes de entre el 52 y 54 por ciento, aunque no por ello el oficialismo termina de sentirse ganador.
Morales, quien promovió el cambio de la Constitución para optar a esta reelección, pidió hasta el último minuto de la campaña electoral, finalizada el pasado jueves, el apoyo popular para «garantizar el proceso de cambio» y «no permitir que regresen los neoliberales, los que robaron a este país», tal y como refrendó en su mitin más multitudinario del departamento de La Paz, el que ostenta mayor número de electores (1.4 millones) y con mayor respaldo a Morales (68%).
La importancia del 75%
El oficialismo considera que si no logra el respaldo del 75% de la población, y en consecuencia el control absoluto del Congreso, estará nuevamente sometido a la obligación de negociar con la oposición, que en los últimos cuatro años ha trabado los proyectos políticos de Morales.
Pero además esta vez el Poder Legislativo tendrá en sus manos la responsabilidad de construir el armazón legal que pondrá en marcha el nuevo Estado plurinacional autonómico, comunitario y de economía mixta, definido en el nuevo texto constitucional.
Consciente de ello y confiado en su victoria, el Jefe de Estado convocó para el 12 de diciembre la primera reunión de gabinete de su nuevo gobierno, con una agenda que incluye el análisis de dos de las cien leyes necesarias para aplicar la nueva Constitución: la Ley Marco de Autonomías y la de reformas al Poder Judicial.
Según Morales, su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), se encuentra a dos escaños de lograr el control pleno del Congreso, que es posible con 24 de los 36 senadores y 87 de los 130 diputados.
No obstante, su principal contrincante, Manfred Reyes Villa, del Plan Progreso para Bolivia-Concertación Nacional (PPB-CN), asegura que este domingo los bolivianos le darán la opción de asistir a una segunda vuelta electoral, que es posible en caso de que Morales no logre distanciarse en más de 10 puntos de su inmediato seguidor.
Según las encuestas, Reyes Villa tiene un respaldo de entre el 20 y 21%, lo que significa que no podrá forzar una segunda vuelta.





EVO MORALES, EL PREFERIDO DE LAS ELECCIONES DE BOLIVIA

Poco más de cinco millones de bolivianos acudirán a las urnas mañana domingo para decidir si permiten que Morales siga en el poder y concluya sus sueños socialistas o le dan el puntillazo y lo envían a su casa y posibilitan que un militar retirado llegue al poder.

Milenio de México (www.milenio.com)

Bajo la promesa de atraer una inversión privada responsable, continuar los programas sociales y poner fin a las ríspidas relaciones con la oposición, el presidente de Bolivia, Evo Morales, es el favorito para ganar las elecciones del domingo.
Después de tres duros años de enfrentamientos verbales, protestas opositoras que demandaban el reconocimiento de las autonomías regionales al tiempo que rechazaban la injerencia venezolana, los bolivianos acudirán a las urnas con un escenario más distendido.
Morales, cabeza visible del Movimiento al Socialismo (MAS) y de los grupos productores de coca, busca, en esta oportunidad, consolidar su poder con una mayor presencia en el Senado (controlado por la oposición) y el Congreso de la República (oficialista).
El actual jefe de Estado, que está muy por encima en las preferencias populares, ha dicho que en el próximo tramo de gobierno fomentará una inversión seria y responsable e intentará que Bolivia salga del fondo de la pobreza.
Morales necesita la mitad de los votos más uno para seguir en el poder por un período adicional de cinco años, o más de 40 puntos porcentuales y una diferencia de más de diez puntos sobre su rival más cercano, Manfred Reyes Villa.
El actual mandatario tiene una larga distancia sobre Reyes Villa, un ex militar de derecha que no ha realizado grandes promesas electorales y detrás de este sigue el empresario Samuel Doria Medina, sin ninguna posibilidad de triunfo.
Morales, que mantiene la promesa de continuar por la senda de la nacionalización de los hidrocarburos, se inclina al modelo que propugna el presidente venezolano Hugo Chávez, basado en programas sociales para los más pobres.
El mandatario se ha consolidado en el poder con una Constitución, que según la oposición fue hecha a su medida, y que tiene gran influencia en el ámbito indígena.
La jornada electoral de mañana domingo será resguardada por unos 27 mil policías y unos 23 mil soldados, quienes tienen la encomienda de preservar el orden en los nueve departamentos del país.
En esta ocasión habrá referendos en La Paz, Potosí, Chuquisaca, Oruro y Cochabamba cuyos habitantes determinarán si optan por el mecanismo de la autonomía regional, que le daría mayor margen de maniobra a los prefectos.
Los seguidores de Morales ya se preparan para celebrar mañana el triunfo de su máximo líder quien mantiene, por el momento, un prudente silencio a escasas horas de los comicios.





BOLIVIA DECIDE EN LAS URNAS UN SEGUNDO MANDATO PARA EVO MORALES

El Mundo de España (www.elmundo.com.es)

Antes de ir a votar, el presidente jugó al fútbol con sus ayudantes, en una cancha cercana al palacio de gobierno. Es la costumbre de
Evo Morales para reducir la tensión, aunque este domingo no debería estar tenso. Incluso los adversarios del líder aymara, reconocen que tiene todas las probabilidades de ser elegido para un segundo mandato que culminaría en el 2015. De acuerdo con los últimos sondeos, Morales aventaja por veinte puntos a su principal adversario, el ex capitán de Ejército, Manfred Reyes Villa.
Más de cinco millones de bolivianos están habilitados para elegir a su próximo gobernante y a los 166 miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional, como se denomina el nuevo Congreso. De forma paralela cuatro de las nueve provincias en que se divide el país, decidirán por medio de un referéndum, si aceptan la autonomía que les concede la nueva Constitución, promulgada en el 2008.
Los pobladores de doce municipios rurales se pronunciarán acerca de la autonomía indígena y los del Gran Chaco resolverán si esa región, limítrofe con Argentina, asume el estatus de autonomía regional. En el plano de los plebiscitos tampoco se esperan sorpresas ya que la mayoría de los bolivianos piensan que la descentralización del poder les traerá provecho.
Lo cierto es que nadie sabe en que consisten las famosas autonomías, ya que las atribuciones que obtengan se resolverán en el seno de la Asamblea Legislativa. Por ese motivo, el Movimiento Al Socialismo (MAS) que encabeza Evo, aspira a ocupar 24 de los 36 escaños del Senado. Si no lo consigue, el debate acerca de las autonomías se puede prolongar quien sabe hasta cuando. Por otra parte, el oficialismo necesita ser mayoría en las dos cámaras para poder designar a los jueces del Tribunal Supremo y de esa forma obtener el control de las tres ramas del poder.
Sospechas de fraude
"La fundación de una nueva Bolivia, orientada hacia el socialismo y con fuerte predominio de las etnias indígenas, sólo se puede concretar ejerciendo el poder absoluto. En el proyecto de Evo Morales, la oposición es solo un elemento decorativo", señala Roberto Palacios, politólogo de la Universidad de Sucre.
Uno de los observadores que ha enviado la Unión Europea, veterano en estas lides, comentaba que nunca había visto a Bolivia tan en calma como en esta jornada. En los procesos anteriores, los militantes del MAS marchaban desde su bastión electoral, en la ciudad de El Alto, hacia el centro de La Paz, con el 'kimsa huasani' (látigo de cinco puntas) enrollado al hombro y los piquetes de mineros, procedentes de Oruro, la provincia natal de Morales, hacían estallar cartuchos de dinamita para atemorizar a sus adversarios.
Ahora, las disputas se han trasladado desde las calles a las oficinas de la Corte Nacional Electoral (CNE), donde el oficialismo y la oposición se acusan de fraude. El ministro del Interior, Alfredo Rada, informó que ha llegado a su poder una grabación en la que Manfred Reyes Villa, candidato de Plan Progreso para Bolivia (PPB) ofrece 150.000 dólares a un funcionario de la CNE, para que aumente en un 21% los votos a su favor. Del otro lado de la vereda, el PPB acusa al oficialismo de haber incluido en la lista de votantes, a 60.000 personas que ya estaban registradas, para que puedan sufragar dos veces.
El gobierno movilizó a más de 50.000 policías y soldados para garantizar el orden en los centros de votación. Es probable que la jornada transcurra sin mayores incidentes pero la polarización dentro de la sociedad boliviana es una amenaza que sigue vigente.





UN NEGOCIO LIDERADO POR LOS BOLIVIANOS

Comerciantes de ese origen se instalaron en 1991 en los ex balnearios; tienen las ferias más grandes

La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)

El complejo de La Salada se levanta a menos de 15 cuadras del puente La Noria, justo enfrente del Riachuelo, en la localidad de Ingeniero Budge. La zona forma parte del llamado Cuartel Noveno, un área que representa casi la mitad del municipio de Lomas de Zamora y abarca algunos de los barrios más pobres del Gran Buenos Aires como Budge, Fiorito, 2 de Abril, Villa Centenario y Santa Catalina.
Los orígenes del complejo hay que rastrearlos a principios de los 90, cuando un grupo de comerciantes bolivianos se instaló en lo que eran los balnearios de agua salada, popularmente conocidos como La Salada, después de probar suerte con emprendimientos similares en un terreno pegado al Mercado Central, en Tapiales, y en otro predio sobre el Camino de Cintura.
Los balnearios fueron inaugurados durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón y rápidamente se convirtieron en una de las opciones de entretenimiento preferidas por las clases populares, en gran parte gracias a la creencia extendida de las propiedades curativas que tenían sus aguas saladas.
El complejo ?que reunía gigantescas piletas, canchas de fútbol, zona de quinchos y una propuesta comercial bastante completa? funcionó hasta la década del 70, cuando fue clausurado debido a la contaminación de toda la costa del Riachuelo. En ese momento, los terrenos quedaron prácticamente abandonados durante más de una década, antes de que los comerciantes de la colectividad boliviana fundaran la primera feria, Urkupiña, en 1991, bautizada así en homenaje a una advocación de la Virgen María que se venera en Cochabamba, Bolivia.
Inicialmente, los bolivianos de La Salada se unieron en pequeñas cooperativas, que con el paso del tiempo fueron haciéndose más formales y derivaron en la creación de sociedades anónimas que administran las tres ferias principales que hoy funcionan en el complejo: Urkupiña, Ocean y Punta Mogote, a las que se suman otras más pequeñas y satelitales: Atlántida, Quivincha y el Centro Mayorista Imperio.
Clientes uruguayos
El complejo abre sus puertas los miércoles, a partir de las 2 de la mañana (es decir, en la noche del miércoles) y los domingos a las 6, y cada jornada congrega aproximadamente a 50.000 personas.
La Salada, además, funciona como un gran centro abastecedor para más de 100 ferias minoristas y cada día recibe a cerca de 200 micros repletos de clientes de todo el país y también de algunos ciudadanos uruguayos, que viajan cientos de kilómetros, seducidos por los precios que encuentran a orillas del Riachuelo.





TRAGEDIA BOLIVIANA

Correo de Perú (www.correoperu.com.pe)

-¡Qué tipo tan cínico resultó este Lula! Habla de fraude electoral y de dictadura en Honduras y acaba de recibir en Brasilia al líder iraní, un tipo que se reeligió a la mala y que ha reprimido a la oposición como el peor de los tiranos. Micheletti es un niño de pecho al lado del impresentable de Ahmadinejad.
-Habrá que juntar los dedos hoy para que Evo Morales, un chilenófilo enemigo confeso del Perú y un lacayo de Hugo Chávez, no logre el control del Senado en estas elecciones bolivianas y acabe así dominando, absolutamente, sin freno ni contrapeso al vecino país, dado que el PJ, el TC, el poder electoral, el banco emisor y la fiscalía ya están en sus manos. Evo va a ser seguramente reelecto merced al "boom" exportador que le ha posibilitado una economía estable y con ingresos suficientes para ponerse a regalar el dinero de forma populista, vía bonos a escolares, ancianos, campesinos, etc., sacrificando la inversión y el ahorro público. Esa es una manera muy sencilla y cortoplacista de ser popular, sin atacar las raíces del subdesarrollo y espantando la inversión privada. "Y eso le gusta a la gente", como diría Pocho Rospigliosi, porque es lindo que te regalen la plata para pasar el día y que al mismo tiempo te llenen la oreja con demagogia, echándole la culpa de tus problemas a algún agente externo y diciéndote que tú vales mucho, que eres algo especial, que nadie te va a joder más y que ya llegó tu hora estelar.
A eso se suma su indudable habilidad política (aprendida en el sindicalismo), a una oposición que no pudo presentar una alternativa presidencial opositora unida y al hecho de que gran parte de los bolivianos son aimaras campesinos como él, gente que recién están ingresando a la vida urbana. Un tipo de popularidad similar a la que tuvo el supuesto líder campesino "indígena" (¡con barba!) Hugo Blanco a finales de los 70 aquí, cuando aún experimentábamos el proceso de las migraciones andinas a las ciudades costeñas, sólo que la sociedad peruana siempre fue mucho más compleja y desarrollada que la boliviana, amén de la presencia de un elemento costeño y criollo que no existe en Bolivia.
Pero soy pesimista y creo que los comicios de hoy consolidarán el control de Evo, lo que significará una larga hegemonía de éste en el poder, que irá degenerando en una dictadura con cara democrática y de tipo tribal, a base de un partido único tipo varios regímenes africanos (Jomo Kenyatta en Kenia, Julius Nyerere en Tanzania, etc.). Él va a ser "Toro Sentado" y Bolivia su reservación sioux, su "Private Idaho", como dicen los gringos.
Y tras estas elecciones es de esperar una radicalización acelerada de su particular visión de socialismo, con más expropiaciones y más acción en lugar de retórica (al revés que ahora). Todo eso puede ir acompañado de una atomización del país en varias "naciones indígenas", como ya Evo lo ha planteado. Tal vez regresen los afanes separatistas de Santa Cruz, pero la falta de apoyo internacional y unas FF.AA. totalmente alineadas con Evo posiblemente impedirá que eso llegue a mayores, salvo que el Brasil post-Lula tenga una orientación radicalmente distinta. Es un panorama muy distinto a Ecuador, donde se está apreciando un desgaste muy acelerado de Correa. O en Venezuela, donde Chávez va a sufrir un serio retroceso electoral en las próximas legislativas (si no hay fraude). Parece que en Bolivia vamos a ver una especie de peronismo/castrismo andino, que tendrá cuerda para rato.





SE AFIANZAN LOS VÍNCULOS CON IRÁN

La estrecha alianza forjada con Ahmadinejad se profundizaría en un segundo mandato de Morales

La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)

Tal vez no haya una postal más representativa de América del Sur que una de esta ciudad, con sus calles colmadas de sus mujeres con ropas multicolores, sus mercados bulliciosos, su tráfico indomable?
Pero seguramente esa postal resultará más llamativa si la foto se toma en la Calle 8 de la Villa Dolores de esta ciudad de 800.000 habitantes que adora al presidente boliviano, Evo Morales. Allí se destaca, entre las casas bajas, un edificio de siete pisos y dos cuerpos. En uno de sus costados cuelga una bandera que dice "La sociedad de la Media Luna Roja iraní. Hospital de Irán".
Este edificio, en el que los albañiles trabajan a toda máquina y que pronto dará servicios de salud en un barrio pobre, ubicado a unos 40 minutos de La Paz, es uno de los primeros resultados visibles de la alianza que forjó Morales con el polémico mandatario iraní, Mahmoud Ahmadinejad.
Y si bien en La Paz no son pocos los que cuestionan esta cercanía (así como objetan el alineamiento de Morales con Hugo Chávez), lo cierto es que Irán, y también Rusia, podrían tener un rol cada vez más protagónico en un segundo gobierno de Morales. Y no tanto de Caracas.
De hecho, uno de los principales desafíos de Morales en el futuro es mantener su política de nacionalización de hidrocarburos, pese a que provocó que se retrajera la inversión privada en el sector y que el país registre incumplimientos en los contratos de exportación. Actualmente envía la mitad de los metros cúbicos comprometidos con la Argentina y tres cuartos de los acordados con Brasil, aunque estas ventas supongan alrededor del 60% de las exportaciones bolivianas, que superaron los 6800 millones de dólares en 2008.
¿Y por qué quiere mantener la nacionalización ante este panorama? Muy simple: porque tiene la política de que "la población participe de las ganancias del sector", que ha sido fundamental para que hoy Morales pueda aspirar a la reelección. Eso se puede ver en una serie de bonos de ayuda a embarazadas, jubilados y niños en edad escolar implementados por este gobierno, que se pagan con fondos de las exportaciones de gas a segmentos de bajos recursos.
"Más que provocar a Estados Unidos con la alianza con Irán, Morales pretende conseguir de ese país recursos que pueden llegar hasta los 1000 millones de dólares en apoyo y transferencia de tecnología para el sector energético, la industrialización de lácteos, el establecimiento de medios de comunicación en el área rural y la obtención de recursos que se complementen con la estrategia de industrialización del gobierno en esta nueva etapa", dijo a LA NACION el experto en relaciones internacionales Hugo Siles.
"Este segundo gobierno estaría tratando, con el apoyo de Irán o de la empresa rusa Gazprom, de invertir en el sector energético para industrializar la producción de gas y ampliar la exploración para cumplir con los contratos con los vecinos y aumentar el nivel de sus reservas", agregó.
Tal estrategia sería aún más imperativa en un contexto en el cual, según la Cámara Boliviana de Hidrocarburos, las ventas de gas a la Argentina y Brasil caerán en 1000 millones de dólares este año respecto de 2008 por la baja del precio internacional del fluido.
Según Siles, la relación con Caracas seguirá en el segundo gobierno de Morales con el nivel de intensidad actual salvo que tanto Chile como Brasil giren a la derecha, si allí obtienen la presidencia Sebastián Piñera y José Serra. En ese caso, estimó, habrá menos tolerancia de Brasil a los incumplimientos en los contratos de abastecimiento de gas y, por parte de Chile, que también podría pasar a competir con Bolivia en el mercado regional de la exportación de gas, se complicaría aún más la posibilidad de que sea escuchado el reclamo histórico de este país por la salida al mar.
"En ese caso, habría más equilibrio en los discursos y Evo bajaría el tono porque el eje Buenos Aires-La Paz-Quito-Caracas quedaría más debilitado", estimó Siles.
El acercamiento a Teherán, según Siles, no tendría por objetivo provocar a Estados Unidos, pero lo cierto es que las relaciones de Morales con la Casa Blanca siguen muy deterioradas. Hace unos días el propio Evo dijo que con Barack Obama "Estados Unidos cambió de color, pero no de política".
Las relaciones están tensas desde que el gobierno boliviano echó del país por una supuesta injerencia en política interna al entonces embajador Philip Goldberg en septiembre de 2008, cuando aún no había asumido Obama. También Estados Unidos ha criticado una supuesta falta de cooperación de Bolivia en el combate del narcotráfico, mientras que La Paz acusa a Washington de criminalizar a los campesinos cocaleros.
Tal conflicto determinó la exclusión de Bolivia de un sistema norteamericano de beneficios arancelarios que le permitía exportar unos 300 millones de dólares de manufacturas textiles y madera. Según Siles, la posibilidad de recuperar este mercado sería un incentivo para que Morales intente próximamente una normalización de las relaciones con la Casa Blanca.





CHARAZANI, UN PUEBLO QUE EL DOMINGO ALCANZA LA AUTONOMIA INDÍGENA

El Mundo de España (www.elmundo.es)

De lejos, la figura de don Alipio Cuila parece esculpida en las rocas de sílice y arenisca que abundan en esta región. El alcalde de Charazani, un pueblo ubicado a 45 kilómetros de La Paz, nos esperaba sentado en un vetusto tractor, probablemente uno de los primeros que fabricó la firma Massey Ferguson.
Más bien alto y vestido con un poncho multicolor, nuestro anfitrión pregunta si vamos a pernoctar en la aldea. “Mi cuñado alquila habitaciones pero a ustedes no les cobra”, dice en un castellano pedregoso, con marcado acento quechua.
Los poco más de 3.000 habitantes de Charazani están de fiesta: mañana domingo, se lleva a cabo el referéndum para decidir si aceptan la “autonomía indígena” que se les confiere, en virtud del artículo 445 de la nueva Constitución. Otros once municipios, dispersos por el país, se pronunciarán acerca de esa forma de autogobierno.
Si de los vecinos dependiera, la votación en Charazani se haría a viva voz. De la misma forma que designaron a Cuila, para que los representase ante las autoridades de La Paz. A partir del 12 de enero, cuanto entre en vigencia la autonomía, serán los funcionarios del gobierno central quienes deban venir al pueblo, a consultar con ellos lo que se siembra y a qué precio piensan vender sus productos.
El caserío pende de la vertiente de un cerro, el Pakahuamani, y los campos de la comunidad se extienden por un estrecho valle, regado por un riachuelo que se alimenta del deshielo del Illimany, una imponente montaña que se alza hacia el norte. La autonomía indígena contempla el derecho de los pobladores a regirse por sus usos y costumbres, a administrar sus recursos naturales o el fruto de su trabajo y a aplicar sus propias leyes. Todo dentro de los límites de la Constitución boliviana, se entiende.
“Quiere decir que los ladrones serán castigados con el kimsa huasani, un látigo de cinco puntas, según lo que hayan robado. No señor, muy fuerte no se les pega. Que no se puedan sentar por unos días, para que aprendan. Pero con los degenerados no habrá misericordia”, explica el alcalde con un gesto autoritario.
¿Etnia o secta?
Los habitantes de este pueblo y de sus alrededores, son quecha-parlantes pero proceden de los kallawaya, un grupo que los estudiosos no saben si describir como etnia o secta. De lo que no cabe duda es que se trata de una comunidad de curanderos, que se transmiten sus conocimientos de generación en generación, desde la época de los incas.
Manuel Chaichauni, aprendió el oficio de su abuelo, un sanador itinerante que recorría los pueblos de la provincia, con un saco de hierbas a cuesta. “!Claro que somos cristianos, no faltaba más!”, exclama Chaichauni, con la voz cascada por el hábito de fumar.
“Todos los años celebramos la fiesta de la Vírgen del Carmen con alegría, tanta alegría que los k’aras (hombre blanco o por extensión hombre de la ciudad) también vienen de lejos a festejar”, cuenta el curandero. Como todos los pueblos andinos, la gente de Charazani le rinde culto a la Pachamama (Madre Tierra) y en junio de cada año celebra el Inti Raymi, un festival en homenaje al dios Inti (el sol), que se remonta a la era precolombina.
“Los vecinos que trabajan en la ciudad recibían dos días libres para las fiestas. Ahora no los podrán despedir si se toman más días. Pero más días no para ser holgazanes y andar borrachos”, indica el alcalde. La economía del pueblo se basa en el cultivo de trigo y maíz y en la cría de ganado vacuno y ovino. En los últimos años se ha desarrollado una incipiente industria turística.
“Mi cuñado pidió un crédito para construir un hotelito. Queremos ser modernos pero no como los modernos que se ven en películas. Hombres que parecen mujeres y mujeres hombrunas. Aquí cada cual es como Dios quiso que naciera. Gracias por venir, caballero y vuelva para ver como marcha la autonomía”, dice Alipio Cuila.

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