Thursday, June 27, 2024

CRISIS ECONÓMICA Y GUERRA DE PODER: LAS CAUSAS DEL GOLPE DE ESTADO FALLIDO EN BOLIVIA

Bolivia sufrió el miércoles un “intento de golpe de Estado”, cuando el el comandante en jefe del ejército, Juan José Zúñiga, encabezó a un grupo de militares fuertemente armados, que con tanques irrumpieron en la plaza Murillo frente a la Casa Grande del Pueblo, sede del Ejecutivo, en la ciudad de La Paz, la capital, y tumbaron la puerta del edificio. El general Zúñiga, al que se le destituyó un día antes, anunció la constitución de un nuevo gobierno, la “restauración de la democracia” y la liberación de los “presos políticos” incluidos la expresidenta Jeanine Añez, de la oposición conservadora, y el gobernador opositor Luis Fernando Camacho.
Más allá de los motivaciones personales de Zúñiga, el intento de levantamiento se interpreta como una culminación de las tensiones que se han estado gestando en Bolivia durante meses, con numerosos manifestantes acudiendo a la capital del país en medio de una grave crisis económica y mientras dos titanes políticos -Arce y su una vez aliado, el expresidente Evo Morales- luchan por el control del partido gobernante. Al mismo tiempo, el intento de apoderarse del palacio parecía carecer de un apoyo significativo, e incluso los rivales de Arce rápidamente cerraron filas para defender la democracia y repudiar el golpe.
¿Qué tensiones preceden al golpe?
Uno de los argumentos que empleó Zúñiga para explicar su asonada militar, fue que el gobierno estaba “empobreciendo” al país. Los bolivianos han estado sufriendo cada vez más los dolores del lento crecimiento, la creciente inflación y la escasez de dólares, un cambio radical con respecto a la década anterior, período que algunos bautizaron como el “milagro económico”. Los partidarios de Arce, ministro de Economía del icono izquierdista de Morales desde el 2006 hasta el 2017, le atribuyeron el mérito. Fue entonces cuando la economía del país creció más del 4% casi cada año y sacó de la pobreza a muchos, en una de las naciones más pobres de América del Sur. Pero cayó al abismo con la pandemia de coronavirus.
¿Cómo se ha llegado a la crisis económica?
Los problemas, sin embargo, comenzaron antes de la pandemia. Ya en el 2014, los precios de las materias primas se desplomaron y el gobierno recurrió a sus reservas de divisas para sostener el gasto. Luego recurrió a sus reservas de oro e incluso vendió bonos en dólares a nivel local. Al asumir la presidencia en el 2020, Arce se encontró con un panorama económico sombrío debido a la pandemia. La disminución de la producción de gas selló el fin del modelo económico boliviano que arruinaba un presupuesto que hoy está agotado. A la escasez de dólares, se une la de combustible, que han hecho mella en la economía del país. Este año el Fondo Monetario Internacional prevé un crecimiento de sólo el 1,6%, la cifra más pequeña en 25 años, a excepción de la caída pandémica en el 2020.
¿Qué tan excepcional es el levantamiento?
Según un recuento, Bolivia ha tenido más de 190 intentos de golpe y revoluciones desde su independencia en 1825 en un ciclo repetitivo de conflicto entre élites políticas en áreas urbanas y sectores rurales privados de derechos que han fomentado la movilización de sus bases. Este ni siquiera es el primer presunto intento de golpe de Estado en los últimos años.
En el 2019, Morales, entonces el primer presidente indígena de Bolivia, se postuló para un tercer mandato considerado inconstitucional. Ganó una votación disputada y plagada de acusaciones de fraude, lo que desató protestas masivas que causaron 36 muertes y llevaron a Morales a renunciar y huir del país. Un gobierno interino de la oposición de derecha tomó el control, encabezado por Jeanine Áñez y el Movimiento Al Socialismo, el partido de Morales conocido por su siglas MAS, lo calificó de golpe de Estado. Arce, el sucesor elegido por Morales, ganó las elecciones un año después, prometiendo restaurar la prosperidad de Bolivia, que una vez fue la principal fuente de gas natural de América Latina.
¿Qué ha hecho Arce para aliviar la crisis?
Como presidente, Arce ha luchado por gestionar la escasez de dólares estadounidenses, pero ha llevado a las agencias de calificación crediticia a rebajar la calificación de la deuda de Bolivia a la categoría de “basura”. Su gobierno ha firmado acuerdos con empresas rusas y chinas para explotar las enormes reservas no explotadas de litio de Bolivia, un metal utilizado en baterías para vehículos eléctricos, teléfonos móviles y ordenadores portátiles. Pero los legisladores de la legislatura dividida aún no han aprobado ningún contrato.
¿Por qué están enfrentados Arce y Morales?
Con la desesperación económica como telón de fondo, Arce y el exlíder Morales se han enfrentado en una lucha política que ha paralizado los esfuerzos del gobierno para abordarla. Por ejemplo, los aliados de Morales en el Congreso han frustrado sistemáticamente los intentos de Arce de endeudarse para aliviar parte de la presión.
¿Con qué apoyo cuenta Morales?
Morales, que todavía cuenta con un apoyo considerable de los cultivadores de coca y de los trabajadores sindicales, aparentemente no estaba contento con dejar que Arce se postulara para la reelección sin oposición. Después de regresar del exilio, el carismático populista anunció el año pasado planes para participar en la carrera presidencial del 2025, lo que desató una batalla campal por el control de un MAS fragmentado. Cada hombre ha estado tratando de galvanizar el apoyo para sí mismo y socavar a su antiguo aliado. Momentos antes del intento de golpe de Estado, Zúñiga dijo en televisión que capturaría a Morales si este proseguía con sus aspiraciones. En diciembre pasado, inhabilitó al expresidente a optar a la reelección, lo que alimentó protestas este año, que bloquearon la principal carretera del país y perjudicaron la economía.
¿Con qué apoyo cuenta Arce?
Mientras la lucha política ha paraliza los esfuerzos del gobierno para hacer frente a la creciente desesperación económica, el malestar social puede desencadenar en un estallido, afirman algunos analistas. “Arce carece del carisma, de las habilidades políticas y del legado de Evo. Pero controla el aparato estatal”, apuntó Benjamin Gedan, director del Programa para América Latina del Wilson Center, con sede en Washington, a la agencia AP. “En una situación normal, las próximas elecciones servirían como válvula de presión. Pero con la candidatura de Evo en el aire, la oposición dividida y la economía en desorden, Bolivia está claramente al límite”, agregó. “Es una situación dinámica y hay una larga historia de golpes militares en Bolivia, pero muchos agentes de poder nacionales y globales se están alineando detrás de Arce”, señaló vicepresidente del Consejo de las Américas, con sede en Nueva York, Brian Winter, a la misma agencia.  La Vanguardia de España (https://acortar.link/dCMsfy)
 
 
 
 
 
Desde Rusia a EE.UU., pasando por Elon Musk, muchos ojos están puestos en la mayor reserva de ese mineral
 
INTENTO DE GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA: LITIO, UN ELEFANTE EN LA SALA
 
El gobierno boliviano tiene en ciernes una alianza con Rusia para su explotación. Los dichos de Elon Musk y de la generala Richardson.
 
Página 12 de Argentina (https://acortar.link/9vlUW3)
 
El intento de golpe en Bolivia reactivó la cuestión estratégica del litio, uno de los recursos naturales más codiciados en el mundo en este momento. La frontera entre la Argentina, Chile y Bolivia forma el llamado "triángulo del litio", la mayor reserva en el mundo.
El multimillonario Elon Musk le echó el ojo a la región, ya que el mineral es un insumo fundamental para sus autos eléctricos, lo cual explica su apoyo a un gobierno tan amigable al capitalismo desregulado como el de Javier Milei en la Argentina, proclive a beneficiarlo en la explotación de litio.
Solamente en territorio boliviano se calcula que hay una reserva aproximada de 23 millones de toneladas de litio. Hace pocas semanas, el presidente Luis Arce planteó la posibilidad de encarar la explotación de baterías de litio en sociedad con Rusia. Esa noticias no pudo pasar desapercibida en Estados Unidos.
La general Laura Richardson, máxima autoridad del Comando Sur de las Fuerzas Armadas estadounidenses, lo dejó en claro en un video que circuló a través de las redes. Allí resaltó que el 60 por ciento de las reservas de litio está en el triángulo sudamericano. También destacó el petróleo de Guyana y Venezuela, el oro, el cobre, y la reserva de 31 por ciento de agua dulce que se concentra en el Amazonas.
"Esta región es importante", aseguró la militar en el video. "Hay mucho en juego y tenemos mucho para hacer", añadió. Y precisó que el Cono Sur "es de gran importancia para nuestra seguridad nacional y necesitamos intensificar nuestro juego".
Ya en 2019, tras el golpe que lo derrocó, Evo Morales manifestó la incidencia del interés estadounidense por los recursos naturales, sobre todo el litio, entre los motivos de esa asonada. Sostuvo en diálogo con PáginaI12 que Estados Unidos no quiere permitir la producción locla de litio en suelo boliviano.
En 2021, en visita a México, el presidente Luis Arce remarcó que en la campaña elctoral la oposición se había mostrado interesada en que, en caso de ganar, Tesla se instalara en Bolivia para explotar el litio. El mandatario recordó también que a las pocas semanas, un alto ejecutivo de Tesla había dicho que ellos harían un golpe de Estado allí donde fuera necesario". Arce estimó que el objetivo del golpe de 2019 era "el control del litio boliviano". Un interés que quizás haya sido el motivo de fondo de lo que se vivió en las últimas horas.
 
 
 
 
 
GOLPE DE ESTADO FALLIDO EN BOLIVIA: QUÉ HA OCURRIDO, CAUSAS Y QUÉ PUEDE PASAR
 
Bolivia vivió ayer un intento de golpe de Estado. Militares encabezados por el excomandante del Ejército, que ya fue detenido, ingresaron en la sede del Gobierno, pero no consiguieron tomar el poder. El episodio ocurrió en un contexto de divisiones políticas y de descontento por la situación económica
 
Orden Mundial (https://acortar.link/CTSvBg)
 
El excomandante del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga, encabezó ayer 26 de junio un intento de golpe de Estado. Después de tres horas en las que forzaron su entrada a la sede del poder ejecutivo, los militares fueron destituidos y acabaron retirándose. Zúñiga declaró que el objetivo era “restablecer la democracia” y evitar que el expresidente Evo Morales pudiese presentarse en las elecciones presidenciales de 2025. Es posible que el intento de golpe de Estado divida aún más las facciones del partido Movimiento al Socialismo (MAS), lideradas por Morales y el actual presidente Luis Arce.
¿Qué ocurrió?
El reducido grupo de militares cercó la plaza frente a la sede del Ejecutivo, forzó la puerta con una tanqueta e ingresó en el edificio cerca del mediodía. Luis Arce había denunciado en sus redes sociales “movilizaciones irregulares” de tropas frente a la sede del Gobierno. El intento de golpe de Estado duró tres horas, cuando los militares se retiraron después de que Arce enfrentase a Zúñiga y cambiase el alto mando militar. Arce, a su vez, convocó al pueblo boliviano a movilizarse, y Evo Morales también rechazó el intento de golpe.
Zúñiga había sido destituido el día anterior debido a unas declaraciones en televisión en las que amenazaba con capturar a Morales si se presentaba a las elecciones de 2025. Además, declaró que liberaría a “todos los presos políticos”, incluyendo a la expresidenta interina Jeanine Añez —quien también rechazó el intento de golpe—, y que formaría un nuevo gabinete. El general fue detenido tras el golpe, pero no sin antes acusar a Arce de haberle ordenado un autogolpe para aumentar su popularidad. Tanto el Ejecutivo como la oposición han negado su participación.
Los principales partidos bolivianos han condenado el intento de golpe de Estado. Lo mismo ha hecho la comunidad internacional: varios jefes de Estado y de Gobierno han expresado su apoyo al Gobierno boliviano y al Estado de Derecho. También el secretario general de la ONU, António Guterres, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, y el alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell.
Económica y política: dos crisis de fondo
Aunque el intento de golpe de Estado en Bolivia fue sofocado en la misma tarde, el país arrastra problemas económicos y políticos de fondo. Por un lado, después de años de bonanza, la caída de los precios de las materias primas hace una década perjudicó a la economía boliviana. El Gobierno del entonces presidente Evo Morales (2006-2019), con Luis Arce como ministro de Economía, respondió adoptando medidas que agravaron la situación. El uso de reservas de divisas y en oro, así como la venta de bonos en dólares dentro del país, ralentizaron el crecimiento.
En esa línea, ya con Arce como presidente desde 2020, la caída de las reservas ha derivado en una escasez de dólares. Esta escasez ha afectado a comerciantes, transportistas e importadores de productos para abastecer el mercado boliviano. En el país faltan desde medicamentos hasta combustible. De igual manera, la bonanza del gas natural que Arce había liderado como ministro de Economía de Morales ha venido a menos en los últimos años hasta terminar en una crisis de producción. La situación ha provocado protestas, bloqueos y huelgas en las últimas semanas en las principales ciudades.
Por otro lado, Bolivia continúa viviendo una inestabilidad política que comenzó con la crisis de 2019. Ese año Morales renunció tras semanas de protestas por acusaciones de fraude en la elección presidencial. Los comicios fueron precedidos por un fallo del Tribunal Constitucional en 2017 que permitía la reelección indefinida, tras un fallido referéndum el año anterior. Junto con Morales renunciaron el vicepresidente y los principales cargos del Legislativo. Como resultado asumió el poder de forma interina la opositora Jeanine Añez, vicepresidenta segunda del Senado, que ratificaría las nuevas elecciones para 2020.
Los comicios finalmente los ganó Arce. Sin embargo, pese al regreso del MAS al Gobierno, Arce y Morales se han enfrascado en una disputa por el poder y el control del partido. Durante su presidencia, Arce ha tratado de gobernar con independencia de Morales, que ha mantenido su influencia sobre una parte de los diputados del partido y sobre varios sectores populares. La división interna tanto en la Asamblea Legislativa como en las calles, además de con la oposición, ha marcado la política boliviana en los últimos años. De hecho, Jeanine Añez fue detenida en 2021 acusada de participar en la caída de Morales.
¿Qué puede pasar?
Bolivia ha vivido más de una treintena de golpes de Estado. Esa inestabilidad ha marcado su historia política, ahora protagonizada por la división entre Arce y Morales. El actual presidente cambió la cúpula militar para asegurarse su lealtad y, tras los apoyos internos y externos recibidos, podría salir fortalecido en términos de popularidad del intento de golpe de Estado. Sin embargo, es posible que esta ventaja no dure mucho. Los seguidores de Morales han acusado a Arce de “autogolpe”, lo que agravará las divisiones internas y podría aupar a la oposición de cara a las elecciones presidenciales de 2025.
 
 
 
 
 
CÓMO LAS TENSIONES EN BOLIVIA ALIMENTARON UN INTENTO DE GOLPE DE ESTADO
 
Voz de América de EEUU (https://acortar.link/SCoD1B)
 
El levantamiento militar en Bolivia fue resultado de la tensión económica y política en la que ha estado sumido el país sudamericano durante meses, incluida la división interna en el partido gobernante Movimiento al Socialismo (MAS).
Vehículos blindados militares impactaron contra las puertas del palacio de gobierno de Bolivia el miércoles mientras el presidente Luis Arce advertía que su país enfrentaba un intento de golpe de Estado.
De algún modo, el levantamiento militar fue resultado de la tensión en la que ha estado sumido el país sudamericano durante meses, con manifestaciones de vendedores ambulantes y transportistas en contra de la escasez de combustible y la crisis económica y una profunda división interna en el partido gobernante Movimiento al Socialismo (MAS).
Por otro lado, el intento militar de apoderarse de la sede de gobierno pareció carecer de un apoyo significativo y hasta los rivales de Arce rápidamente cerraron filas para defender la democracia y repudiar el levantamiento.
¿Qué desencadenó el levantamiento militar?
El levantamiento estuvo presuntamente encabezado por el comandante del ejército, general Juan José Zúñiga, quien dijo a los periodistas reunidos en la plaza frente al palacio de gobierno que “va a haber un nuevo gabinete de ministros... no puede seguir más así nuestro país, nuestro Estado”, pero añadió que reconocía a Arce como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas “por ahora”.
Zúñiga no dijo explícitamente si él era el líder del levantamiento, pero ya en el palacio dijo que el ejército estaba tratando de “restaurar la democracia y liberar a nuestros presos políticos”.
Arce le ordenó retirar a sus soldados alegando que no permitiría la insubordinación y posteriormente destituyó a Zúñiga de su cargo y nombró a una nueva cúpula militar.
¿Qué hay detrás de las recientes tensiones en Bolivia?
Los bolivianos padecen un lento crecimiento económico, creciente inflación y escasez de dólares —que utilizan para adquirir inmuebles y otros bienes y como moneda de ahorro—, un cambio radical con respecto a la década anterior en la que el país vivió lo que algunos llamaron “milagro económico”.
La economía del país creció más del 4 % casi todos los años durante la década de 2010 hasta caer al abismo con la pandemia de coronavirus. Pero los problemas comenzaron en 2014, cuando los precios de las materias primas se desplomaron y el gobierno recurrió a sus reservas de divisas para sostener el gasto. Luego recurrió a sus reservas en oro e incluso vendió bonos en dólares a nivel local.
Arce había sido ministro de Economía durante casi toda la década de fuerte crecimiento del gobierno del presidente izquierdista Evo Morales (2006-2019), pero al asumir la presidencia en 2020 se encontró con un panorama económico sombrío y la disminución de la producción de gas —el principal producto de exportación de Bolivia— selló el fin del modelo económico del MAS.
A diario se forman largas filas de automóviles en las estaciones de servicio donde escasea el combustible. El gobierno necesita 2.000 millones de dólares cada año para importar gasolina y diésel que vende a mitad de precio al mercado local, pero cada vez dispone de menos recursos porque los ingresos por exportaciones han disminuido. Este año, el Fondo Monetario Internacional prevé un crecimiento de sólo 1,6 %, lo que sería el menor en 25 años si no se tiene en cuenta la época de la pandemia.
Con este telón de fondo Arce y Morales se han enfrascado en una lucha por el control del MAS y la candidatura presidencial para 2025 que ha paralizado los esfuerzos del gobierno para abordar la crisis económica. Por ejemplo, los aliados de Morales en el Congreso han frustrado sistemáticamente los intentos de Arce de obtener créditos para aliviar parte de la presión.
¿Fue excepcional el levantamiento?
Según un recuento, Bolivia ha tenido más de 190 intentos de golpe y revoluciones desde su independencia en 1825 en un ciclo repetitivo de conflicto entre las élites políticas de las áreas urbanas y los sectores rurales empobrecidos.
Este ni siquiera es el primer presunto intento de golpe de Estado en los últimos años. En 2019 Morales, el primer presidente indígena de Bolivia, se postuló para un tercer mandato pese a una prohibición constitucional. Ganó una votación disputada y plagada de acusaciones de fraude, lo que desató protestas masivas que causaron 36 muertes y llevaron a Morales a renunciar y huir del país.
La senadora opositora de derecha Jeanine Áñez asumió un gobierno interino al que el MAS calificó de golpe de Estado.
Arce, el sucesor escogido por Morales, ganó las elecciones de 2020 prometiendo restaurar la prosperidad de Bolivia, que alguna vez fue la principal fuente de gas natural de América Latina.
¿Cuánto poder político tiene Arce?
Morales, que aún cuenta con un apoyo considerable de los cultivadores de coca y de los trabajadores, aparentemente no está dispuesto a que Arce se postule para la reelección sin oposición. Después de regresar del exilio, el carismático populista anunció el año pasado su plan de participar en la carrera presidencial de 2025, lo que desató una batalla por el control del fracturado MAS.
Tanto Arce como Morales buscan ganar apoyo para sí y socavar a su antiguo aliado en una lucha política que mantiene paralizados los esfuerzos del gobierno para hacer frente a la crisis económica. Según analistas, el malestar podría desatar estallidos sociales.
“Arce carece del carisma, las habilidades políticas y el legado de Evo pero controla el aparato estatal”, dijo en un mensaje de texto Benjamin Gedan, director del Programa para América Latina del Wilson Center, con sede en Washington. “Normalmente, las próximas elecciones servirían como válvula de presión. Pero con la candidatura de Evo en el aire, la oposición dividida y la economía en desorden, Bolivia está claramente al límite”.
A pesar de sus diferencias, ambos líderes se apresuraron a denunciar el miércoles lo que llamaron un intento de golpe de Estado. Lo mismo hizo la expresidenta interina Áñez, quien dijo en X, antes Twitter, que “el MAS con Arce y Evo deben irse a través del voto el año 2025”.
Líderes de Chile, Paraguay, Brasil, Ecuador y la Unión Europea también expresaron su apoyo.
“Condenamos enérgicamente la inaceptable acción de fuerza de un sector del ejército de ese país. No podemos tolerar ningún quebrantamiento del orden constitucional legítimo en Bolivia o en cualquier otro lugar”, dijo el presidente chileno Gabriel Boric.
“Es una situación dinámica y hay una larga historia de golpes militares en Bolivia, pero muchos agentes de poder nacionales y globales se están alineando detrás de Arce”, dijo Brian Winter, vicepresidente del Consejo de las Américas, con sede en Nueva York.
 
 
 
 
 
QUIÉN GOBIERNA EN BOLIVIA Y CUÁL ES SU IDEOLOGÍA
 
Luis Arce mantiene un pulso por el poder con quien fuera su gran valedor, Evo Morales, y ahora resiste a un intento de golpe de Estado
 
El Mundo de España (https://acortar.link/dbzoOf)
 
El intento de golpe de Estado en Bolivia por parte de un grupo de soldados, liderados por el hasta ahora comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga, ha atraído el foco internacional hasta el país sudamericano y en concreto hasta su presidente, Luis Arce, que ha logrado mantenerse al frente del Gobierno.
Arce es presidente de Bolivia desde que venció en la primera vuelta de las elecciones presidenciales y legislativas de octubre de 2020 con el 55% de los votos. El candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) no aparecía como el favorito en las encuestas, pero la revolución indígena se encargó de echar por la borda las perspectivas.
MAS es el partido de izquierdas fundado por Evo Morales y que ha gobernado Bolivia desde 2006 hasta 2019 y, tras un breve paréntesis, desde 2020. De hecho, Morales fue el gran valedor de Arce, su ex ministro de Economía y artífice del llamado milagro económico de la revolución.
Sin embargo, la relación entre ambos políticos se quebró poco después de la investidura de Arce, especialmente a la hora del reparto de los cargos públicos: Evo quería imponer a su gente, pero Arce eligió a los suyos. Desde entonces, se libra una guerra fratricida.
Para explicar los motivos del pulso entre los dirigentes por el poder, rescatamos algunos fragmentos de la crónica de Daniel Lozano:
"No se trata de un problema ideológico ni de alianzas exteriores, ya que tanto Morales como Arce mantienen sus posiciones antiimperialistas tanto contra Estados Unidos como en lo que se refiere a la invasión de Ucrania. Incluso Evo se ha convertido en uno de los grandes propagandistas pro-Putin del continente. Las relaciones con Rusia y China son preferenciales para ambos".
"¿Cuáles son las causas? Poder y dinero, como tantas veces. "Evo tiene una vocación de poder muy fuerte. Su ambición es ser el único, ha logrado neutralizar a otros grandes líderes, ha impuesto su visión a los aymaras, se ha desecho de fundadores del MAS y ejerce como un caudillo. Él quiere mandar y Arce quiere ejercer su propia oportunidad', desvela para EL MUNDO la historiadora Lupe Cajías. Un episodio más de la guerra entre el dinosaurio político y su delfín, tantas veces vista en las Américas. Ya pasó en Colombia con Álvaro Uribe y su heredero, Juan Manuel Santos, y en Ecuador entre otro caudillo revolucionario, Rafael Correa, y su sucesor, Lenín Moreno".
Hace poco más de un mes, el MAS relevó a Evo Morales tras 27 años en el poder y en medio de la pugna entre líderes.
Aunque Luis Arce se alzó con el poder gracias al apoyo indígena, rural y marginal de Bolivia, sectores atraídos por medidas como el bono contra el hambre, lo cierto es que el presidente ha tenido una fuerte oposición desde el principio. Además de la lucha interna con Morales, ha tenido que lidiar con las protestas de la oposición, de las clases altas, de la elite económica o de los medios de comunicación.
¿Y quién está detrás del reciente golpe de Estado fallido? Morales se desmarcó de lo sucedido, tildando de golpe de Estado los movimientos de Zúñiga y convocando "a los movimientos sociales del campo y la ciudad a defender la democracia".
Cabe recordar que hace sólo unas semanas, Luis Arce acusó a Evo Morales (sin citarle) y a sus hombres de preparar un "golpe blando" en su contra. "La antipatria se muestra con careta democrática, escondiendo sus fines abiertos de atentar contra el orden constitucional mediante planes siniestros que procuran un golpe blando o un acortamiento de mandato", dijo el presidente a finales de mayo.
También la oposición ha condenado el golpe. Por su parte, el comandante golpista, una vez detenido, asegura que el propio presidente Arce le ordenó sacar los blindados para aumentar su popularidad.
 
 
 
 
 
LA FEROZ GUERRA DE PODER QUE ARRASTRA A BOLIVIA A UN NUEVO INCENDIO
 
La disputa interna del MAS entre Luis Arce y Evo Morales pone otra vez en vilo a la democracia boliviana
 
Infobae de Argentina (https://acortar.link/QnlY67)
 
Desde que Luis Arce ganó las elecciones y asumió la presidencia en noviembre de 2020 se sabía que no le sería tan fácil dar vuelta la página de la última crisis institucional de Bolivia. Pero muchos analistas señalaban que quien se la pondría más difícil no sería la dispersa oposición boliviana ni otros factores de poder sino su propio mentor, el ex presidente Evo Morales, que nunca estuvo dispuesto a ceder un ápice del control sobre su partido, el MAS, ni sobre la zona cocalera ni sobre decenas de organizaciones sociales y gremiales que modeló a lo largo del territorio boliviano. Y así fue.
Los más de tres años del gobierno de Arce estuvieron jalonados por dificultades económicas y financieras crecientes, alzas de precios, escasez de combustibles, pero sobre todo por la feroz disputa entre Arce y Morales que se cruuzaron públicamente las peores acusaciones y se hicieron todo tipo de zancadillas políticas. La interna se salió definitivamente de cauce desde que el año pasado el Tribunal Constitucional dictaminó que Morales no puede presentarse como candidato a presidente en 2025. Morales ya fue jefe de Estado durante tres períodos y en 2019 se presentó a una nueva reelección vulnerando el texto de la Constitución reformada bajo su gobierno. Los reñidos comicios y las denuncias de fraude llevaron a protestas y enfrentamientos callejeros con decenas de muertos hasta que un Morales abandonado por su propio gabinete y la central obrera renunció al gobierno y dejó el país denunciando un golpe de Estado.
Para las nuevas elecciones que se organizaron al año siguiente, bendijo la postulación de su ex ministro de Economía, quien triunfó cómodamente. Pero los celos y rencillas por espacios de poder entre los antiguos aliados surgieron desde el comienzo y se fueron profundizando.
A pesar del desgaste de su gobierno, Arce pretende buscar la reelección el año próximo. Morales, en cambio, cree que es momento para su regreso. La pulseada es a todo o nada y la padecen los bolivianos en medio del descalabro de una economía que cruje, un Parlamento paralizado en medio de refriegas con el Poder Judicial y las protestas crecientes en las calles, que muchos creen fogoneadas por Morales.
En este caldo se fueron cultivando viejas y nuevas grietas en todas las instituciones del Estado. Desde ya que también, y en primer orden, en las siempre influyentes Fuerzas Armadas. Hace tiempo que Morales denuncia que el general Juan José Zúñiga Macías lidera una facción que intenta perseguir a los líderes cocaleros y asesinarlo a él mismo. Zúñiga, un comandante muy cercano a Arce, declaró el lunes que Morales “no puede ser más presidente de este país” por estar inhabilitado y que “llegado el caso”, el ejército no permitiría “que pisotee la Constitución, que desobedezca el mandato del pueblo”.
Antes esas declaraciones, Morales reclamó que las autoridades desautorizaran al militar de inmediato pues si no entendería que Arce estaba tramando un “autogolpe” para perpetuarse en el poder. El ex presidente habría recurrido también a sus allegados en el Grupo de Puebla para sumar presión sobre Arce.
En las últimas horas del martes, crecieron los rumores de que el Presidente había ordenado el desplazamiento de Zúñiga. Pero éste apareció en la mañana del miércoles en un acto oficial y ya por la tarde lideró el avance de tropas a bordo de tanquetas y vehículos militares sobre la Plaza Murillo, el centro geográfico del poder en La Paz, despertando todas las alarmas. Arce denunció de inmediato las “movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército Boliviano” y pidió respetar la democracia, mientras Morales convocaba a una movilización popular para impedir el golpe de Estado.
Ya en la Plaza, Zúñiga rechazó el ruego de ministros del gobierno y hasta del propio Arce para que deponga su actitud y redobló la apuesta. Tomó el micrófono y delineó su programa de gobierno. Prometió “acabar con la elite política de Evo Morales y Carlos Mesa”, liberar a los “presos políticos” como la ex presidente Jeanine Añez y el dirigente opositor Luis Fernando Camacho y se envalentonó con que al ejército “no le falta cojones para establecer la democracia y velar por el futuro de nuestros niños”.
Un rato después de semejante diatriba, se anunció finalmente su destitución y poco más tarde el enjundioso militar fue arrestado. Con todo, el zafarrancho de la tarde del miércoles lejos de cerrar la crisis expone otra vez a una Bolivia que tambalea al ritmo de una despiadada lucha de poder.
 
 
 
 
 
INTENTO DE GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA: EL PAÍS DEBATE EL FUTURO DE LAS RENOVABLES EN MEDIO DE UN PANORAMA DE INCERTIDUMBRE
 
El Ejército asaltó el palacio presidencial durante algunas horas y a menos de un día de que el sector energético boliviano lleve adelante un foro que tiene el objetivo de trazar su hoja de ruta de transición energética hacia el año 2050.
 
Energía y Estrategia de España (https://acortar.link/SyAO4M)
 
Bolivia se vio sacudida este miércoles 26 de junio por un intento de golpe de Estado, luego de que un grupo de militares, encabezados por el excomandante general del Ejército, Juan José Zuñiga, se movilizara en el centro de La Paz, tomara la plaza central de la ciudad e ingresara al Palacio Quemado, la antigua sede del gobierno.
El presidente Luis Arce brindó un discurso rodeado de los miembros de su gabinete en el que solicitó la movilización del pueblo bajo la frase de mantenerse “firmes para enfrentar todo intento golpista”; mientras que pocas después los militares abandonaron el lugar tras el cambio del Alto Mando Militar y la designación de nueva cúpula de las Fuerzas Armadas.
Además, el actual ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina Ortiz, no fue ajeno a dicha situación y se manifestó a través de sus redes sociales, donde denunció movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército Boliviano.
¿Cómo repercute en el sector? La particularidad es que este intento de golpe de Estado se dio pocas horas antes del inicio de un foro de transición energética, organizado por el propio gobierno nacional para trazar su hoja de ruta hacia el año 2050 mediante políticas públicas.
Es decir que durante el mismo se discutirán estrategias que involucren a empresas, sectores de energía y políticas estatales enfocadas en la innovación, el consumo responsable y la generación de energías renovables; con el objetivo de impulsar el cambio de la matriz energética con enfoque en energías renovables y sostenibilidad, analizar la situación actual y desafíos futuros del sector energético para orientar la política energética hacia la transición e identificar barreras y oportunidades para configurar una hoja de ruta hacia el financiamiento climático.
Incluso desde el propio Ministerio de Hidrocarburos y Energías señalaron que mostrarán “avances significativos en el desarrollo de energías alternativas”, por lo que este foro resultará una oportunidad para resaltar dichos progresos y está previsto que haya, al menos, dos paneles de debate que aborden específicamente el rumbo que tomarán las inversiones de energías alternativas y renovables
Incluso el Foro de Transición Energética Bolivia 2050 contará con la participación de autoridades del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) y distintas cámaras empresariales del sector energético nacional y regional, entre otros players.
Y uno de ellos también será la Empresa Nacional de Electricidad Bolivia (ENDE), la estatal que periódicamente lanza convocatorias para proyectos eólicos y solares que despiertan el atractivo de fabricantes extranjeros que esperan certeza jurídica en estas instancias.
Por tal motivo es que, desde el Ministerio de Hidrocarburos y Energías (nuevamente bajo esta denominación desde noviembre 2020 tras la asunción presidencial de Arce, que representó la culminación del gobierno transitorio tras luego de la crisis política del 2019) intentaron transmitir tranquilidad de que Bolivia se encuentra unida y existe claridad en el futuro de la política energética nacional.
“La democracia debe respetarse. Exigimos transparencia y responsabilidad en el actuar de nuestras fuerzas armadas. Nuestro compromiso es con un país justo y democrático, donde cada acción se realice en el marco de la legalidad y el respeto a los derechos de todos los bolivianos. Cerramos filas en torno a nuestro Presidente democráticamente elegido. ¡Lucho no estás solo!”, expresó el titular de la cartera energética a través de la plataforma X (ex Twitter).
 
 
 
 
 
*BOLIVIA REGRESA A LOS GOLPES DE ESTADO QUE JALONARON SU HISTORIA POLÍTICA CONTEMPORÁNEA*
 
_El presidente de Bolivia, Luis Arce, denunció la noche del miércoles un "golpe de Estado" por parte del ahora destituido comandante general del Ejército boliviano, Juan José Zuñiga_
 
Revista Alternativa de Colombia (https://acortar.link/IukDbL)
 
El intento de golpe de Estado militar este miércoles en Bolivia hace retroceder a este país a mediados del pasado siglo, cuando en 1964 inició una sucesión de asonadas castrenses inéditas por su número en cualquier otra parte del mundo.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, denunció la noche del miércoles un "golpe de Estado" por parte del ahora destituido comandante general del Ejército boliviano, Juan José Zuñiga
Los militares fuertemente armados que tiraron con un tanque las puertas de la sede de Gobierno de Bolivia bajo el mando del que hasta hoy era el comandante general del Ejército boliviano Juan José Zúñiga, decidieron retirarse después de que el presidente boliviano, Luis Arce, cambiará a todo el alto mando militar.
Ya en 1964, la historia de Bolivia dio inicio a una serie de regímenes autoritarios mediante la sucesión de más de una treintena de golpes militares.
Desde su fundación como república en 1825, la historia de Bolivia ha sido un rosario de dictaduras militares y civiles, triunviratos, juntas de gobierno, presidentes que no terminaron sus mandatos y decenas de golpes de Estado, sin contar alzamientos militares frustrados. En total, el país ha vivido casi un centenar de años bajo gobiernos militares.
Aún así, el ex presidente Carlos Mesa (2003-2005), en su libro "Presidentes de Bolivia, entre urnas y fusiles" (2003), asegura que esta nación no fue víctima de tantos golpes de Estado como se cree en el exterior.
La cifra de casi 200 golpes que se cita a veces es "absolutamente arbitraria", dice Mesa, y precisa que el país ha tenido 37 gobiernos de facto, de los que en rigor 23 se debieron a golpes de Estado "en su concepción convencional", o sea, con el derrocamiento de un gobernante.
Un caso inédito se produjo en 1930, cuando el presidente Hernando Siles dejó el cargo a su gabinete de ministros, en un gobierno que duró apenas 30 días y fue derrocado.
La primera mujer que presidió Bolivia fue Lidia Gueiler, que asumió en 1979 como titular de la Cámara de Diputados, tras fracasar el sangriento golpe del general Alberto Natusch Busch. Un año más tarde fue derrocada por otro general.
Otro gobernante, el teniente coronel Germán Busch, héroe de la guerra del Chaco (1932-1935), se suicidó en 1939, mientras que Hernán Siles Suazo fue secuestrado durante diez horas el 30 de junio de 1984 por un grupo armado que planeaba un golpe de Estado.
En 2003, renunció el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y asumió su vicepresidente, Carlos Mesa, quien llegó a dimitir hasta en tres ocasiones; la última renuncia fue aceptada por el Congreso el 9 de junio del 2005.
El titular de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez, asumió entonces la jefatura de Estado con el encargo de celebrar las elecciones generales ganadas por Evo Morales en diciembre de 2005.
En 2013 el Tribunal Constitucional abrió el camino para que Morales pudiera optar a un tercer mandato, al considerar que el primero que tuvo no contaba dado que el país fue refundado como Estado Plurinacional en 2009.
En septiembre de 2015 el Parlamento boliviano aprobó una enmienda constitucional para permitir a Morales optar a una nueva reelección, pero fue rechazada en referéndum el 21 de febrero de 2016.
En 2018 Morales recibió un revés cuando la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya falló en contra de la histórica reclamación marítima de Bolivia a Chile, que su Gobierno presentó en 2013, y que pretendía negociar la restitución del acceso soberano al Pacífico que Bolivia perdió en una guerra en 1879.
El 20 de octubre de 2019 Bolivia celebró elecciones, con Morales como aspirante a la reelección, pero al día siguiente surgieron sospechas de fraude y se desataron protestas.
El escrutinio oficial le dio como ganador, pero una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) evidenció "graves irregularidades" en los comicios.
El 10 de noviembre Morales anunció su renuncia forzado por las Fuerzas Armadas y al día siguiente salió del país al tiempo que denunciaba un golpe de estado.
El 12 de noviembre de 2019 la senadora opositora Jeanine Áñez, del Movimiento Socialdemócrata, asumió como presidenta interina de Bolivia con la promesa de convocar nuevas elecciones y en medio de un creciente caos, con enfrentamientos violentos que dejaron al menos 37 muertos y más de 800 heridos.
Las nuevas elecciones se convocaron inicialmente para mayo de 2020, pero la situación por la pandemia de COVID-19 llevó a posponerlas primero a septiembre y finalmente a octubre.
El 18 de octubre de 2020 Luis Arce (candidato del MAS y ministro durante el Gobierno de Evo Morales) ganó las elecciones presidenciales con el 55,1 % de los votos. Asumió el cargo el 8 de noviembre.
En marzo y abril de 2021 se celebraron elecciones subnacionales (regionales y municipales) en las que el MAS perdió terreno y solo consiguió tres de las nueve gobernaciones.
También en marzo de 2021 fue detenida la expresidenta Jeanine Áñez, quien al año siguiente (junio de 2022) fue condenada a 10 años de cárcel por incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución cuando asumió el poder en 2019.
Por otra parte, a finales de 2020 Evo Morales regresó al país y comenzó a recuperar importancia política, al tiempo que aumentaban sus diferencias con el presidente Arce, dando lugar a una división del partido entre "evistas" y "arcistas".
En septiembre de 2023 Morales anunció su candidatura a las elecciones presidenciales de 2025. En diciembre, sin embargo, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de Bolivia emitió una sentencia anulando la figura de la reelección indefinida, lo que implicaría su inhabilitación como candidato.
Ya en 2024, los seguidores de Morales y de Arce convocaron dos congresos del partido. El primero, en mayo, impulsado por los 'arcistas', excluyó de la dirección a Evo Morales y nombró como nuevo presidente a Grover García, si bien, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) rechazó dicho congreso y mantuvo a Morales como líder de la formación.
 
 
 
 
 
DE LA RESPUESTA MASIVA DE LA CIUDADANÍA A LA RÁPIDA CONDENA INTERNACIONAL: CLAVES DEL FRACASADO GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA
 
La Ruth Ferrero-Turrión, del Instituto Complutense de Estudios Internacionales, da las claves del fracaso del golpista Zúñiga. “Me quedaría con la foto del presidente Arce encarándose con el golpista Zúñiga”, asegura la experta en 'La Hora de la 1'
 
RTVE  de España (https://acortar.link/9wq3XH)
 
Aún resuena el estruendo del blindado militar derribando la puerta del Palacio Presidencial, un ruido ensordecedor que ha quedado grabado en la historia de Bolivia y con una fecha que quedará grabada para siempre, el 26 de junio de 2024. El país latinoamericano ha sufrido un nuevo intento de golpe de Estado, esta vez encabezado por los militares, con el comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga, al frente el mismo.
Enfrente, el presidente elegido democráticamente, Luis Arce Catacora, del partido MAS, del expresidente indígena Evo Morales. Y sin duda, la foto del día es el cara a cara de Arce frente al militar sublevado, con una clara oposición para impedir que los golpistas tuviesen éxito.
“No voy a permitir esta insubordinación. Firmes aquí, en Casa Grande, para enfrentar todo intento golpista, todo intento que atente a nuestra democracia”, aseveraba el presidente boliviano rodeado de sus ministros en un mensaje lanzado en la televisión estatal.
“Yo me quedaría con una foto de anoche, que es el encaramiento del presidente Arce con el golpista Zúñiga. Todavía es pronto para determinar si lo que dice Zúñiga es verdad o no (culpó al propio presidente de promover ese golpe de Estado). Esa foto muestra como la asertividad y el estar firme ante los golpistas, permite que Zúñiga no pueda continuar con ese proceso que ha puesto en marcha”, ha asegurado Ruth Ferrero-Turrión, del Instituto Complutense de Estudios Internacionales, en una entrevista en ‘La Hora de la 1’ de TVE.
Peor no solo el plante del presidente Arce es el único elemento que ha llevado a detener este intento golpista, sino que la salida masiva a las calles de la ciudadanía en contra de la sublevación militar es otro freno civil contra la parte del ejército rebelde, con Zúñiga al frente.
“Ha habido una respuesta masiva por parte de la ciudadanía, también Evo Morales pidió a través delas redes sociales que todo el movimiento indígena se echara a las calles y fuera a apoyar al presidente Arce”, ha apuntado la experta en Estudios Internacionales de la universidad madrileña“. Lo que es determinante es que el poder civil se plante ante el poder militar”, ha proseguido.
Una rápida respuesta internacional que refrenda a Arce
A diferencia de 2019, la respuesta internacional a este intento de golpe ha sido unánime, rápida y masiva. La OEA, la UE, o gobiernos como el de Estados Unidos, España o Argentina no han tardado en salir a apoyar públicamente la legitimidad del Ejecutivo encabezado por Arce y mostrar su condena a los militares golpistas.
“Hay que destacar la inmediata respuesta de la comunidad internacional y de manera específica la Organización de Estados Americanos. En el año 2019 esa respuesta no fue tan inmediata. Hubo una mayor demora para ver lo que sucedía en el país y en este caso ha sido todo muy inmediato. Lo tenía muy claro la OEA, con todas las peculiaridades que tiene esa organización, que tenían que salir a condenar, y el resto de organizaciones convocaron reuniones de emergencias para tratar este asunto y, por supuesto, el presidente español, el americano. Todos han salido de manera inequívoca a apoyar a la presidencia de Luis Arce”, ha enfatizado Ferrero-Turrión como otra de las claves del fracaso del golpe.
Además, para la experta de la Complutense, que el ejército no haya derramado sangre también es otro factor importante del triunfo de la democracia frente a los sublevados.
“Tiene todos los tintes de los golpes militares que se daban a mediados del siglo pasado en América Latina y para que se dé con éxito tiene que haber sangre, si el ejército no abre fuego es difícil que un golpe de Estado tenga éxito. Si además tampoco cuenta con el respaldo de todo el ejército, sino que son solo unas pocas unidades, todavía es menos probable”
Inestabilidad política, crisis económica y diáspora
No es la primera vez en los últimos años que el Gobierno legal salido de las urnas se ve contra las cuerdas en Bolivia. En 2019, Evo Morales se vio obligado a dimitir ante las masivas protestas en las calles tras las elecciones presidenciales y la presión de los militares.
Acorralado tras ser acusado de haber manipulado esas elecciones que ganó frente al opositor del partido conservador, Carlos Mesa, con 10,56 puntos de ventaja, Morales abandonó la presidencia del país y quedó un vacío de poder, tras sumarse a dicha renuncia todos sus ministros y posibles sustitutos.
El vacío institucional hace que la senadora del partido opositor Unidad Demócrata y segunda vicepresidenta de la cámara alta, Jeaninne Áñez, se hizo con el poder de manera transitoria o, al menos, esas fueron sus primeras palabras cuando se ofreció a asumir la responsabilidad: “Que quede bien claro que esto es simplemente una transición”.
Dicha transición duró más de lo esperado y terminó con Áñez en prisión con una condena de 10 años de cárcel, acusada de un intento de golpe de Estado, del que es la principal cabecilla, junto a dos altos cargos militares del país que se encuentran en paradero desconocido.
La propia Áñez, desde prisión, mostraba su condena a este nuevo intento golpista de parte del ejército, al que ha acusado de "destruir el orden constitucional", a la par que ha pedido echar al presidente boliviano y al exmandatario Evo Morales por medio del voto en las elecciones de 2025.
“La situación política en Bolivia es muy inestable desde hace ya tiempo. Recordemos que hubo ya un golpe en 2019 de Jeaninne Áñez, que está en la cárcel. Además, ayer no respaldó el golpe a pesar de que Zúñiga hizo alguna apelación a poner a los golpistas de 2019 en libertad”, ha apuntado la experta del Instituto Complutense de Estudios Internacionales.
“La inestabilidad económica unida a la inestabilidad política que lleva arrastrando Bolivia durante muchos años ya, ha convertido al país en uno de los más inestables en estos momentos de toda la escena latinoamericana”, ha proseguido Ferrero-Turrión, dando otra de las claves de la actual situación de Bolivia.
Esa combinación perfecta de inestabilidad política y económica llevan directamente al tercer punto que para la experta también es importante, la diáspora de bolivianos en los últimos años por todo el mundo.
“Ha habido una gran cantidad de personas que han salido de Bolivia. Pensemos en toda la diáspora que tenemos en España y que se ha incrementado a lo largo de los últimos años”, ha resaltado antes las cámaras de ‘La Hora de la 1’.
“Además del entorno multicultural que representa Bolivia con Evo Morales a la cabeza, ahora, con Luis Arce es una combinación explosiva que hace que tengamos este tipo de episodios”, ha sentenciado.
 
 
 
 
 
TRAS EL INTENTO GOLPISTA, EL PRESIDENTE ARCE QUEDÓ MÁS DEBILITADO Y EXPUSO UNA CRISIS INSTITUCIONAL
 
Esto quedó en evidencia a raíz de su pelea interna con el exmandatario Evo Morales.
 
Jujuy al Momento de Argentina (https://acortar.link/a57fWA)
 
La frustrada intentona golpista dejó al gobierno de Luis Arce más débil de lo que ya estaba. Embarrado por el fango político de una lucha de poder con su mentor y antecesor Evo Morales, el presidente de Bolivia deberá enfrentar en absoluta soledad los 13 meses que restan para las elecciones presidenciales de 2025 y con unas Fuerzas Armadas divididas y amenazantes.
El panorama es desalentador, en medio de una situación económica cada vez más difícil. Si bien analistas comparaban la asonada del miércoles con un show castrense y hasta con un autogolpe, teoría que fue expuesta por el propio general golpista Juan José Zuñiga, la realidad es que Arce tiene hoy un horizonte para nada claro. Su pelea con Morales por el poder dejó a la vista su enorme debilidad.
“Lo que ha sucedido es una muestra de la fragilidad del gobierno. Y esa fragilidad va a empeorar. Por más que Arce y su equipo se hayan dado un baño de popularidad a nivel mundial, ha quedado claro que el proceso democrático boliviano puede ser lastimado y permite aventuras golpistas”, dijo a TN el analista boliviano Ricardo Calla.
Cuáles son los escenarios que se abren en Bolivia tras la asonada
El destituido jefe del ejército y líder golpista, Juan José Zuñiga, cumplió en parte sus objetivos. Con el respaldo de una parte importante de sus camaradas de armas, condicionó no solo al gobierno de Arce, sino también a Morales y a la democracia boliviana. Más allá de las diferencias, su contundente frase “por el momento”, en respuesta a un periodista que le interrogó sobre si reconocía a la actual gestión socialista, hizo recordar al famoso “por ahora” de Hugo Chávez, cuando aceptó que no había tenido éxito en derrocar al entonces presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez, en 1992, en una fracasada asonada que dio inicio a su meteórica carrera política.
El golpe fallido del miércoles dejó en carne viva una crisis política que empujó al oficialismo a un peligroso laberinto. La pelea entre Arce y Morales es por todo, pero ninguno ve dónde está la salida. Y algunos analistas ya se animan a sugerir que una eventual convocatoria a elecciones anticipadas podría actuar como una puerta de emergencia.
Morales quiere volver al poder en las elecciones de agosto de 2025, pero una resolución del tribunal electoral se lo impediría. Esa fue la excusa de Zuñiga, enfrentado con el expresidente, para golpear a la democracia boliviana: el militar se atribuyó el poder de ponerle un límite a las ambiciones presidenciales de su gran enemigo. “No puede ser más presidente de este país”, le advirtió. Y para dejar en claro que no bromeaba, sacó los tanques a la calle.
Pero Arce también quiere más poder. Está decidido a buscar la reelección. Esa pelea dividió al oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) en dos facciones enfrentadas. Hoy Arce tiene 3/4 partes del Parlamento en contra. “No tiene la calle a su favor y la capacidad de bloqueo pasó a manos de Evo Morales”, dijo Calla.
En ese contexto, la mayoría de los actores políticos saben que el gobierno es muy frágil. “Estamos entrando ya en el estallido de crisis de Estado que va a tener nuevas consecuencias hacia adelante. La crisis estaba alambrada, la veíamos manifestarse de manera tenue, pero ahora ha empezado abiertamente a producirse”, señaló.
Para Calla, hoy es imposible que Evo y Arce se sienten a negociar un acuerdo, “salvo que el presidente renuncie a su reelección y le deje el camino libre” a su antiguo mentor.
En frente, la oposición está atomizada y no surge ninguna figura que aglutine el descontento. Los sondeos son contundentes: quien más respaldo arrastra es Morales, con un magro 16% de intención de voto.
“Evo va a sentarse a esperar que Arce se deteriore aún más”, dijo Calla. “Pero no necesariamente Morales saldrá ganador de esta contienda. Ambos están muy desgastados. En ese marco, podrían surgir nuevas caras, aunque las alternativas recién se están armando y no hay nadie que traccione el voto. En la oposición hay una veintena de dirigentes que quieren postularse. Hay una enorme dispersión”, resumió.
La crisis podría dar paso a la irrupción de “outsiders” como ocurrió con Javier Milei en la Argentina. Sin embargo, el flamante Partido Liberal boliviano (conformado por libertarios y otras agrupaciones menores de derecha) carece de respaldo popular. “No pasan del 2 o 3% en los sondeos y sus dirigentes son demasiado académicos”, dijo el analista.
El país podría entrar ahora en una especie de parálisis política e institucional tras la asonada militar, en medio de una crisis económica que aumenta la impopularidad del gobierno. “Ojalá que esto no se desborde. Esperemos que las elecciones calmen las aguas”, concluyó Calla.
 
 
 
 
 
 
GOLPE EN BOLIVIA: ¿SIMULACRO ORQUESTADO POR EL PRESIDENTE ARCE? EL GENERAL GOLPISTA ZÚÑIGA DICE QUE SÍ
 
"El presidente (Arce) me dijo la situación está muy jodida, es necesario preparar algo para levantar mi popularidad", revela el líder de la asonada, ya detenido
 
La Razón de España (https://acortar.link/8ewNFE)
 
El general Juan José Zúñiga, detenido por el intento de golpe en Bolivia, aseguró ante los medios que el presidente Luis Arce le ordenó sacar los "blindados" para mejorar su popularidad entre los bolivianos. Zuñiga, ya arrestado, reveló que el mandatario boliviano "me dijo que la situación estaba muy jodida y que esta semana sería crítica, necesitaba algo para levantar su popularidad". El ex jefe del ejército dijo que se comentó la posibilidad de tomar otras medidas más contundentes: "Le pregunté: ¿sacamos los blindados? y él respondió: 'sacá'". Zuñiga enumeró los vehículos que Arce le habría dicho que movilizara: "seis cascabeles, seis urutús y catorce zetas del regimiento de Achacachi".
Estas palabras se encuentran en sintonía con las pronunciadas por dirigentes del partido Movimiento Al Socialismo (MAS), que han acusado en las últimas horas al presidente Arce de un intento de "autogolpe" de Estado. Adrónico Rodríguez, el presidente de la Cámara de Senadores perteneciente a MAS, criticó la extensión ilegal de mandatos y declaró al país sumido en "la incertidumbre" por el desorden institucional.
Este miércoles, un grupo de militares intentaron tomar la plaza Murillo de La Paz, centro del poder político del país, en un incidente que se ha saldado con al menos nueve heridos, si bien han acabado retirándose ante la falta de apoyo.
César Dockweiler, seguidor del ex presidente Evo Morales, ha manifestado que la asonada ha sido un "autogolpe" para "fortalecer" a Arce en medio de una crisis económica, una teoría con la que también ha coincidido el diputado Héctor Arce Rodríguez, que ha tildado de "show montado entre Zúñiga y Arce". "Los bolivianos vivimos un increíble show político, armado por los irresponsables, incapaces y corruptos, que están de inquilinos en la mal llamada Casa Grande del Pueblo. Utilizaron a un general insano, para 'tomar' con tanquetas la plaza Murillo, a la vista y sorpresa de algunos transeúntes distraídos", ha señalado la diputada Luisa Nayar.
En ese sentido, ha mostrado sus sospechas por la aparición tanto de Arce como de dos ministros frente a los militares en un acto de "coraje" frente a soldados armados que respaldaban al "supuesto golpista que no atinó a nada".
Además, el diputado Juan Maniel Ormachea también ha sospechado debido a que Zúñiga es un conocido "masista, arcista, disfrazado de militar", y que siempre había mostrado su apoyo tanto al presidente como al MAS. Ni Morales ni Arce se han pronunciado sobre estas acusaciones.
Por su parte, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, ha informado de que se trata de un "intento de golpe real" y no de un "simulacro" debido a que ha provocado al menos nueve heridos y daños en numerosas propiedades. El Gobierno de Bolivia ha sofocado apenas tres horas después el intento de golpe de Estado encabezado por el general Juan José Zúñiga, quien junto a unidades del Ejército había tomado la plaza de Murillo de La Paz, centro del poder político del país.
Zúñiga se ha retirado después de que Arce tomara posesión del nuevo mando de las Fuerzas Armadas y nombrase al nuevo comandante del Ejército, José Sánchez.
Las autoridades ya han logrado detener tanto al general como al ex vicealmirante Juan Arnez Salvador, que está acusado de los delitos de terrorismo y de alzamiento armado contra la seguridad y soberanía del Estado. En los primeros compases de la asonada, Zúñiga ha justificado su acción para evitar que Morales pudiera presentarse a las elecciones, y había llegado a asegurar que "pronto" se formaría un nuevo gabinete.
 
 
 
 
 
PRESIDENTE ARCE ENFRENTA SU PEOR CRISIS POR INTENTO DE GOLPE, EN MEDIO DE PROBLEMAS ECONÓMICOS
 
El Nuevo Herald de EEUU (https://acortar.link/qFzKlB)
 
El presidente de Bolivia, Luis Arce, encara su peor crisis tras el fallido golpe de Estado que elevó aún más la tensión en el país, agobiado por la falta de dólares y combustible.
Arce, de 60 años y en el poder desde 2020, estuvo el miércoles bajo el asedio de militares con tanques que trataron de irrumpir en el palacio presidencial, donde se encontraba el mandatario cuando estalló la sublevación.
Incluso, uno de los carros de combate intentó derribar la puerta, por donde luego ingresó caminando el general Juan José Zúñiga, cabecilla del fallido movimiento. Las tropas sublevadas se apostaron frente a la sede de gobierno, en pleno centro de La Paz, antes de replegarse.
Zúñiga también abandonó el lugar, tras lo cual fue detenido y presentado en un cuartel de la policía, junto al comandante general de la Armada Boliviana (Marina), el vicealmirante Juan Arnez Salvador.
Ambos son acusados por la fiscalía por los delitos de terrorismo y alzamiento armado. Después de varias horas se apaciguó el temporal, con el retorno de los uniformados a sus cuarteles y la detención de los dos jerarcas castrenses. En las últimas horas, Palacio de Gobierno difundió una conversación entre Arce y Zúñiga en las puertas de la casona presidencial, rodeados de militares.
Arce la increpa: “yo soy su capitán (general), vuelva tras sus órdenes y lleve a toda la policía militar a sus cuarteles (...) repliegue a todas estas fuerzas en este momento, general. Es una orden general, ¿no me va a hacer caso?”. Luego Zúñiga respondió con un tajante “no”. Arce, desde su cuenta en la red social X, dijo la noche del miércoles: “¡Vamos a defender la democracia y la voluntad del pueblo boliviano, cueste lo que cueste!”.
Agradeció a los países “que han condenado de manera enérgica y se han pronunciado en favor de la democracia boliviana, ante el intento de golpe de Estado a nuestro gobierno”.
Los presidentes Nicolás Maduro (Venezuela) y Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) condenaron con energía la intentona golpista. El gobierno de Estados Unidos llamó “a la calma” y aseguró que “está siguiendo de cerca la situación”. Rusia también condenó el intento de golpe y manifestó su “apoyo total e indefectible” al presidente Arce. 
CRISIS ECONÓMICA Y PELEAS POLÍTICAS -
El incidente de los uniformados, que no se repetía en mas de 20 año de vida democrática, se registra en medio de turbulencias en la economía, por la escasez de dólares que provoca reclamos en el comercio importador y de combustibles que enfada a sindicatos de transporte de carga. El mismo Arce dijo en las redes sociales: “los bolivianos necesitamos trabajar para sacar adelante al país” y no sublevaciones que “dañan la imagen de la democracia boliviana a nivel internacional y generan incertidumbre innecesaria”.
Como telón de fondo también está la disputa entre Arce y su mentor político, el expresidente Evo Morales (2006-2019), por la candidatura para las próximas elecciones generales de 2025, por un periodo de cinco años.
Zúñiga se sumó a las peleas políticas, tras expresar el lunes su firme oposición al eventual retorno al poder de Morales, quien se disputa con Arce el liderazgo del partido oficialista. En una entrevista el lunes con un canal de televisión, incluso aseguró que detendría a Morales si insistía en postularse a la presidencia el próximo año.
“UN SAINETE”
Empero las dudas sobre la seriedad del movimiento militar comenzó a surgir tras la detención del general Zúñiga.
El mismo militar reveló poco antes de ser conducido a una celda policial que el movimiento de militares fue acordado con el gobernante Arce el pasado día domingo, pues -dijo- él le propuso “preparar algo para levantar su popularidad” en medio de una situación “jodida” en el país, sin dar más detalles.
“Es absolutamente falso y son cosas que me resultan inconcebibles”, respondió horas después la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, brazo derecho de Arce. El exmandatario centrista Carlos Mesa (2003-2005) indicó en la red X que la movilización militar “se parece a un sainete”.
Recordó la acusación de Zúñiga de un preacuerdo con Arce y demandó una investigación para que se aclare todo lo que sucedido.
 
 
 
 
 
EDITORIAL: CRISIS EN BOLIVIA
 
Es digno destacar el respaldo de los líderes de los países al orden democrático en Bolivia y el rechazo absoluto al intento de golpe de Estado.
 
Gestión de Perú (https://acortar.link/RWFyCy)
 
El intento de golpe de Estado contra el presidente boliviano Luis Arce, acontecido ayer, nos recuerda que, afortunadamente, en la mayor parte de la región puede prevalecer el orden democrático. El breve levantamiento de un grupo de militares liderados por el destituido comandante Juan José Zúñiga, quienes desplegaron tanquetas e intentaron irrumpir en el palacio presidencial, duró unas pocas horas y concluyó con la detención de Zúñiga. La crisis pudo contenerse.
Aún queda mucho por aclarar respecto de los móviles y la sanción correspondiente de quienes formaron parte de la intentona. Esta es una tarea que corresponde al sistema de justicia boliviano, que ya puso en marcha dicha labor. El presidente Arce procedió de manera prudente al cambiar la cúpula militar y apelar al respaldo popular. Naturalmente, saldrá políticamente fortalecido de este evento, lo que además podrá ponerlo en una situación ventajosa en medio de la pugna de poder que lleva con Evo Morales, de quien fue ministro de Economía. Las elecciones generales serán el 2025. Ambos están expectantes.
En cuanto a la respuesta de la región, es digno destacar el respaldo de los líderes de los países al orden democrático en Bolivia y el rechazo absoluto al intento de golpe de Estado. En Perú, tanto el premier Gustavo Adrianzén y el canciller Javier González-Olaechea fueron claros al fijar la posición del país y al invocar que se depongan los actos de fuerza en contra del Gobierno de Arce. Una vez más, la región mostró resistencia democrática. Pero la sensación es más de alivio que de seguridad.
Muchos estudios demuestran la precarización y fragilidad de la democracia en la región. El Democracy Index de The Economist Intelligence Unit (EIU), por ejemplo, nos muestra el sostenido retroceso de Latinoamérica y el Caribe. Según la edición 2023 del estudio, publicada en febrero pasado, se registró el octavo año consecutivo de declive democrático para Latinoamérica y El Caribe. Tanto Perú como Bolivia han mostrado deterioros y ambos son considerados regímenes híbridos por el índice de EIU y no democracias plenas.
Pese a ello, el camino de la democracia siempre debe prevalecer. Es algo que en el Perú también debemos recordar constantemente, sobre todo con el recuerdo fresco de un intento de golpe –el de Pedro Castillo–. Así, fortalecer nuestras instituciones debe ser una tarea que las autoridades deben ejercer permanentemente.
 
 
 
 
 
BOLIVIA, UN PAÍS INGOBERNABLE: LOS DATOS QUE DEMUESTRAN LA DURA REALIDAD
 
Los militares fuertemente armados que tiraron con un tanque las puertas de la sede de Gobierno de Bolivia bajo el mando del que hasta hoy era el comandante general del Ejército boliviano Juan José Zúñiga decidieron retirarse después de que el presidente boliviano, Luis Arce, cambiara a todo el alto mando militar.
 
Mendoza Today de Argentina (https://acortar.link/o09pHn)
 
El intento de golpe de Estado militar este miércoles en Bolivia hace retroceder a este país a mediados del pasado siglo, cuando en 1964 inició una sucesión de asonadas castrenses inéditas por su número en cualquier otra parte del mundo.
Los militares fuertemente armados que tiraron con un tanque las puertas de la sede de Gobierno de Bolivia bajo el mando del que hasta hoy era el comandante general del Ejército boliviano Juan José Zúñiga decidieron retirarse después de que el presidente boliviano, Luis Arce, cambiara a todo el alto mando militar.
Ya en 1964 Bolivia dio inicio a una serie de regímenes autoritarios que se sucedieron mediante la organización de más de una treintena de golpes militares. En 180 años de independencia, el promedio es de un Gobierno cada 25 meses.
Desde su fundación como república en 1825, la historia de Bolivia ha sido un rosario de dictaduras militares y civiles, triunviratos, juntas de gobierno, presidentes que no terminaron sus mandatos y decenas de golpes de Estado, sin contar alzamientos militares frustrados.
No obstante, el expresidente Carlos Mesa (2003-2005), en su libro Presidentes de Bolivia, entre urnas y fusiles (2003), asegura que esta nación no fue víctima de tantos golpes como se cree en el exterior.
La cifra de casi 200 golpes que se cita a veces es “absolutamente arbitraria”, dice Mesa, y precisa que el país ha tenido 37 gobiernos de facto, de los que en rigor solo 23 se debieron a golpes de Estado “en su concepción convencional”, o sea, con el derrocamiento de un gobernante, según recogió el medio 20minutos.
Una sucesión de gobiernos
Un caso inédito se produjo en 1930, cuando el presidente Hernando Siles dejó el cargo a su gabinete de ministros, en un gobierno que duró apenas 30 días y fue derrocado.
Por otro lado, la única presidenta de Bolivia, Lidia Gueiler, asumió el cargo en 1979  tras fracasar el sangriento golpe del general Alberto Natusch Busch. Un año más tarde la derrocó otro general.
Otro gobernante, el teniente coronel Germán Busch, héroe de la guerra del Chaco (1932-1935), se suicidó en el ejercicio del mando en 1939, mientras que Hernán Siles Suazo fue secuestrado durante diez horas el 30 de junio de 1984 por un grupo armado que planeaba un golpe de Estado. Con todo, en sus 180 años de vida Bolivia ha vivido 97 bajo mandatos de militares.
La llegada de Evo Morales
En 2003 renuncia a su cargo el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y lo asume su entonces vicepresidente, Carlos Mesa, quien llegó a dimitir hasta en tres ocasiones. La última, el 9 de junio de 2005, fue la definitiva.
El entonces titular de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez, asumió entonces la jefatura de Estado con el encargo de celebrar unas elecciones generales que ganó por primera vez Evo Morales. El dirigente, que ahora vuelve a presentarse a los comicios de 2025, se mantuvo en el poder durante 13 años.
En 2013 el Tribunal Constitucional abrió el camino para que Morales pudiera optar a un tercer mandato, al considerar que el primero que tuvo no contaba dado que el país fue refundado como Estado Plurinacional en 2009.
Dos años más tarde, en septiembre de 2015, el Parlamento boliviano aprobó una enmienda constitucional para permitir a Morales optar a una nueva reelección, pero fue rechazada en referéndum el 21 de febrero de 2016.
El 20 de octubre de 2019 Bolivia celebró elecciones, con Morales como aspirante a la reelección, pero al día siguiente surgieron sospechas de fraude y se desataron protestas. El escrutinio oficial le dio como ganador, pero una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) evidenció “graves irregularidades” en los comicios.
El 10 de noviembre Morales anunció su renuncia forzado por las Fuerzas Armadas, y al día siguiente salió del país al tiempo que denunciaba un golpe de Estado.
Se inició entonces un periodo de inestabilidad con enfrentamientos violentos que dejaron cerca de 40 muertos y más de 800 heridos. En ese clima asumió la Presidencia interina la senadora opositora Jeanine Áñez, del Movimiento Socialdemócrata, que tenía la tarea de convocar elecciones.
Las nuevas elecciones se convocaron inicialmente para mayo de 2020, pero la situación por la pandemia de covid-19 llevó a posponerlas primero a septiembre y finalmente a octubre.
El 18 de octubre de 2020 Luis Arce (candidato del MAS y ministro durante el Gobierno de Evo Morales) ganó las elecciones presidenciales con el 55,1% de los votos. Asumió el cargo el 8 de noviembre.
Apenas unos meses después, en marzo de 2021, fue detenida Jeanine Áñez, quien fue condenada a 10 años de cárcel por incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a la Constitución cuando asumió el poder en 2019.
Para entonces Evo Morales ya había regresado al país y comenzado a recuperar importancia política, al tiempo que aumentaban sus diferencias con el presidente Arce, dando lugar a una división del partido entre “evistas” y “arcistas”.
En septiembre de 2023 Morales anunció su candidatura a las elecciones presidenciales de 2025. En diciembre, sin embargo, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de Bolivia emitió una sentencia anulando la figura de la reelección indefinida, lo que implicaría su inhabilitación como candidato.
Ya en 2024, los seguidores de Morales y de Arce convocaron dos congresos del partido. El primero, en mayo, impulsado por los arcistas, excluyó de la dirección a Evo Morales y nombró como nuevo presidente a Grover García, si bien el Tribunal Supremo Electoral (TSE) rechazó dicho congreso y mantuvo a Morales como líder de la formación.
 
 
 
 
 
CEREMONIA DE APERTURA DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LA OEA SE CENTRA EN LA CRISIS BOLIVIANA
 
Marco Press de Argentina (https://acortar.link/DHpSyj)
 
Mientras todos los asistentes estaban concentrados en la crisis que se estaba desarrollando en Bolivia, el Presidente paraguayo Santiago Peña inauguró la 54ª Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Asunción destacando que la democracia era la forma de combatir el crimen transnacional, el narcotráfico y el terrorismo.
“Paraguay siempre ha mantenido la paz como valor supremo de las relaciones internacionales, al igual que la OEA. Celebremos en un mundo tan convulsionado por la guerra, la violencia y el odio, una América en paz. No tenemos conflictos armados, pero eso no significa significa que no enfrentamos grandes desafíos en materia de seguridad, debido a la acción cada vez más apremiante del crimen organizado transnacional. Esta amenaza trasciende las fronteras y todos sufrimos sus consecuencias”, afirmó el jefe de Estado anfitrión, quien insistió en que la seguridad es “la piedra angular sobre la que se construye toda convivencia civilizada” y sin la cual no hay vida humana decente.
“La forma de combatir este flagelo no es con el autoritarismo, sino con la democracia. Somos grandes cuando respondemos al mal con el bien, la violencia hay que contrarrestarla con el espejo de lo mejor de nosotros mismos, de la institucionalidad democrática, no es cierto que la democracia no está a la altura o es débil ante estas amenazas. La única respuesta posible es el fortalecimiento de la democracia”, señaló también Peña.
El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, condenó “en los términos más enérgicos estas acciones del Ejército boliviano”, que “debe someterse a la autoridad civil, como lo manda la Carta Democrática Interamericana”.
“Expresamos nuestra solidaridad con el presidente de Bolivia, Luis Arce. La OEA no tolerará ninguna forma de violación del legítimo orden constitucional en Bolivia ni en ningún otro lugar”, añadió el uruguayo Almagro.
Asimismo, Peña aprovechó la oportunidad para lanzar la candidatura del canciller paraguayo, Rubén Ramírez Lezcano, para suceder a Almagro hasta 2030.
La Asamblea General se llevará a cabo el jueves y viernes en la sede de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) en la ciudad de Luque, en las afueras de Asunción. El evento reúne a representantes de los países miembros de la OEA, así como a 74 observadores permanentes y unas 482 organizaciones de la sociedad civil.
 
 
 
 
 
NACIONES UNIDAS SE PRONUNCIA TRAS EL INTENTO DE GOLPE FALLIDO EN BOLIVIA
 
El secretario general de la ONU, António Guterres, muestra su preocupación por la intentona golpista en suelo boliviano y pide que se trabaje con firmeza para "proteger el orden constitucional".
 
MDZOL de Argentina (https://acortar.link/FvyCds)
 
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha mostrado su "preocupación" por el intento de golpe de Estado encabezada el miércoles en Bolivia por el general Juan José Zúñiga, ya detenido por las autoridades, y ha pedido "proteger el orden constitucional" en el país sudamericano.
"El secretario general está muy preocupado por los acontecimientos de hoy en La Paz, Bolivia y las denuncias de un intento de golpe de Estado", ha dicho el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric.
"El secretario general llama a todos los actores de la sociedad boliviana, incluidas las Fuerzas Armadas, a proteger el orden constitucional y a preservar un clima de paz", ha zanjado.
Zúñiga ha tomado junto a unidades del Ejército la plaza Murillo de La Paz, centro del poder político en el país, y ha asegurado que nombraría un nuevo gabinete y liberaría a los "presos políticos". Sin embargo, finalmente ha cejado en su empeño y ha sido detenido tras enfrentarse al presidente boliviano, Luis Arce, a las puertas de la sede del Gobierno.
Arce ha agradecido el apoyo de la población, que se ha trasladado a las inmediaciones de la plaza Murillo para hacer frente a la intentona y desarticular el plan de los militares sublevados, como a la comunidad internacional. Además de Zúñiga, ha sido detenido el exvicealmirante Juan Arnez Salvador, que está acusado de los delitos de terrorismo y de alzamiento armado contra la seguridad y soberanía del Estado.
Posteriormente, Zúñiga ha asegurado que Arce le había pedido sacar "los blindados" para "levantar" la popularidad del mandatario boliviano, quien le habría confesado que la "situación está muy jodida".
La Fiscalía General de Bolivia ya ha anunciado la apertura de una investigación tanto contra Zúñiga como contra todos los militares partícipes de la intentona.
 
 
 
 
 
INTENTO DE GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA: UNA ALERTA PARA MÉXICO
 
En opinión de Manuel Ibarra, en medio de un clima de división entre Luis Arce, actual presidente y el ex presidente Evo Morales, este miércoles se vivieron en Bolivia varias horas de zozobra
 
SPD Noticias de México (https://acortar.link/wvFpnI)
 
Gracias a la movilización del pueblo boliviano, se pudo evitar un golpe de Estado liderado por el comandante boliviano Juan José Zúñiga.
En medio de un clima de división entre Luis Arce, actual presidente y el ex presidente y popular líder social Evo Morales Ayma, este miércoles se vivieron en el país andino y en gran parte de América Latina varias horas de zozobra.
Más extraña aún es la acusación del militar detenido Juan José Zúñiga, quién declaró que este golpe de Estado podría haber sido planeado por el actual gobierno, acusándolos de necesitar un “numerito” para subir la popularidad de Luis Arce.
La realidad es que en medio de un partido de izquierda en el poder, pero dividido, la derecha golpista encuentra espacios para maniobrar e intentar activar estos intentos de golpes de Estado para apoderarse de los nuevos recursos naturales en pugna por el imperialismo en declive: el litio y las “tierras raras”.
Por este motivo, deben evitarse en México divisiones en el movimiento liderado por el presidente Andrés Manuel López Obrador y Morena. Aún más en el contexto global de una nueva guerra de recursos que se extenderá al menos durante lo que resta de esta década. Quizás aún más.
La reacción jamás descansa, dice la vieja frase. Que se tome lo ocurrido al hermano pueblo de Bolivia cómo una alerta para México en los próximos años.
 
 
 
 
 
¿IMITANDO A BOLIVIA?
 
Verónica Malo hace un análisis de la situación por la que atraviesa Bolivia con sus fuerzas armadas y advierte lo que podría pasar en México en ese tema.
 
SPD Noticias de México (https://acortar.link/shMtL4)
 
¿Una situación gravísima es el intento de golpe de Estado como el que acaba de ocurrir en Bolivia? La respuesta es obvia pero lo pregunto porque el presidente López Obrador apenas ayer dijo que “solo que hubiese una situación gravísima. Por ejemplo, una invasión, una guerra, pero eso no va a haber...” regresaría de su retiro para intervenir en nuestra política nacional.
¡Menos mal que falló el golpe de Estado en Bolivia!. Sea porque querían defenestrar al actual presidente Luis Alberto Arce Catacora o, como dijo el general golpista Juan José Zúñiga, que lo hizo por indicaciones del mismísimo presidente, ello no quita que es un aviso en toda regla, y no solo para los bolivianos…
Bastantes similitudes entre Bolivia y nuestro país deberían prender las alarmas de los mexicanos; las de López Obrador, ciertamente, pero especialmente las de Claudia. Llevándolo al extremo, ¿es absolutamente inverosímil que Andrés Manuel fragüe un auto-golpe de Estado para continuar como titular del Ejecutivo federal o, bien, que el Ejército mexicano aproveche los turbulentos momentos de la transición o la incipiente presidencia recién inaugurada para hacer lo propio?
Volvamos a Bolivia por un momento. Esta nación ha padecido en últimas fechas una lista de impresentables mandatarios. El peor de ellos, Evo Morales, político latinoamericano de los más queridos por la 4t… Si Bolivia está convulsionada mucho se debe a las políticas que impulsó Morales durante sus casi 14 años de gobierno.
Sus primeros cuatro años fueron gloriosos; el PIB de Bolivia crecía por arriba del 5%; el vender litio al extranjero, así como oro y otros recursos naturales inyectó dinero al país de una forma pocas veces vista. El problema surge en el 2009. El mismo FMI —que antes había felicitado a Evo por el “milagro económico boliviano”— lo señaló como el artífice de que el azúcar escaseara… El problema continuó pues, para la primera mitad del 2011, Bolivia ya había importado la misma cantidad de alimento que había importado durante todo el 2010…
Entre muchos otros factores, la tragedia de Bolivia y de otros países latinoamericanos es el ser ricos en recursos naturales y tener pésimos gobernantes. Por ejemplo, es el país con mayores reservas de litio del mundo, pero noveno exportador del mineral (y una buena parte se lo vende subsidiado a Rusia). En otras palabras, su riqueza regalada por razones ideológicas…
Pero a lo que voy: hace tiempo Evo impulsó una reforma a los altos tribunales de justicia para que estos fueran elegidos por el voto popular… Suena conocido, obviamente.
Los resultados han sido desastrosos; dicho por los propios bolivarianos: los jueces se hincan en la Plaza Murillo, haciendo alusión al palacio de gobierno. En resumidas cuentas, ya no tienen a un poder autónomo.
Lo segundo que quiero mencionar: ¡vaya que Morales se encargó de empoderar al ejército!; el presupuesto de las fuerzas armadas bolivianas aumentó en un 100% entre 2005 y 2014, y continuó creciendo estratosféricamente en los demás años de Evo. Por cierto, vale la pena señalar que Evo finalmente renunció “por sugerencia de los militares y fuerzas del orden”…
O sea, después de años, no importa el dinero que se dedique a las Fuerzas Armadas —o quizá por eso—, ni siquiera ellas resisten a los posibles dictadores o a actuar como unos... Al menos en Bolivia se creció por arriba del 5% anual, cosa que no ha sucedido en México sumando el crecimiento de todo este sexenio.
Señoras y señores, no hace falta ser experto en política comparada de la región latinoamericana para saber que si haces lo mismo, tarde que temprano arribarás a los mismos resultados… a los mismos resultados que Bolivia, en este caso.
Pero ahora paso a lo más curioso del análisis comparativo que hago hoy: se entiende el porqué del apoyo de la 4t al actual régimen bolivariano (títere nacido de Evo Morales), pero que puede llegar a tener vida propia —para bien o para mal— si decide cortarse los hilos de marioneta. Lo que también se entiende —pero sobre todo no se debe olvidar— es que en Bolivia habrán elecciones generales el próximo año y de que este intento de golpe de Estado fallido —autoinfligido o no— ¡se trató de esos comicios venideros! ¿Preparación para que en el 2025 Evo no se lance una vez más (se supone que está impedido por ley) o lograr que Arce nada le deba a su sucesor (aunque sí a los militares) o generación de incertidumbre para que Morales reaparezca como “el gran salvador de la patria”? Regresar solo si hay guerras o revoluciones… ¿les suenan las frases?
Ellos tendrán su proceso electoral en el 2025 y nosotros una revocación de mandato en el 2027. Ellos tienen un caudillo en Evo y nosotros a otro en López Obrador. Ellos tienen un ejército sobrevaluado (y demasiado bien pagado) y nosotros también. Ellos tienen el horror de un Poder Judicial cooptado y México quiere copiar ese esperpento.
¡Cuidado! Urge que Claudia Sheinbaum meta calma (sabemos que López Obrador hará lo contrario), que analice los paralelismos y saque sus propias conclusiones.
México no debe entrar en una espiral de desconcierto; el pavor que viven los trabajadores del Poder Judicial y los bamboleos en el tipo de cambio anuncian un panorama preocupante y propicio para locuras como la que vimos en Bolivia.
La lección más importante a tener presente es que las Fuerzas Armadas siempre llenan los espacios si se les da la oportunidad. Ese es el problema de haberlos metido al juego político y económico y social y…, y de seguirlo haciendo. Nunca se sabe cuándo el ejército se va a activar ni a nombre de quién.
Giro de la Perinola
- ¡Qué corta la memoria y que largo el olvido! Lula da Silva, presidente de Brasil, aseguró que “en América Latina los golpes nunca funcionaron”. ¿Se refiere al de Castro en Cuba? ¿A todos los que sufrió Brasil? Caray, debería de ser más específico; mucho más específico.
- Solo Bolivia elige por el voto popular a los jueces de los altos tribunales. No hay otra nación del mundo occidental que lo haga. Ninguna otra. No queramos engañar; no busquemos que la gente caiga en confusiones, por favor.
 
 
 
 
RUSIA CONDENA EL INTENTO DE GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA Y EXPRESA SU APOYO A ARCE
 
Infobae de Argentina (https://acortar.link/GaCGMD)
 
Rusia condenó este jueves el intento de golpe de Estado en Bolivia y expresó su total respaldo al Gobierno del presidente Luis Arce.
"Condenamos enérgicamente el intento de golpe militar en el Estado Plurinacional de Bolivia perpetrado el 26 de junio", subrayó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia en una declaración publicada en su página web.
Tras expresar su "pleno e inquebrantable apoyo" al Gobierno del presidente Arce, Moscú consideró inaceptable que la situación exceda el marco constitucional.
"La solución política de cualquier diferencia política interna en Bolivia es un imperativo", añadió Exteriores, que llamó a todas las fuerzas y estructuras políticas constructivas de Bolivia a "unirse en aras de consolidar la sociedad boliviana, para garantizar la estabilidad y la soberanía del Estado Plurinacional".
Al mismo tiempo, advirtió contra "los intentos de injerencia extranjera destructiva en los asuntos internos de Bolivia y otros Estados, que más de una vez han tenido consecuencias trágicas para varios países y pueblos, incluso en la región latinoamericana".
"Nos solidarizamos con la hermana Bolivia, nuestro socio estratégico confiable", concluye la declaración de la diplomacia rusa.
Por su parte, en el Kremlin calificaron los acontecimientos en Bolivia de un "asunto interno" de ese país y confiaron en que los "amigos bolivianos" podrán resolver la situación dentro del marco legal y sin injerencias extranjeras.
"Es muy importante que no haya injerencias de terceros países en lo que ocurre en ese país", dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria.
Agregó que Moscú desea a Bolivia un pronto "restablecimiento de la calma" y confía en que "así será".
Arce visitó Rusia a comienzos del mes para asistir al Foro Económico de San Petersburgo y reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin.
 
 
 
 
 
CHINA CONFÍA EN LA CAPACIDAD DE BOLIVIA PARA GESTIONAR INTENTO DE GOLPE DE ESTADO
 
Infobae de Argentina (https://acortar.link/mbt1Wt)
 
China expresó este jueves su “esperanza y confianza” en la habilidad del Gobierno de Bolivia para manejar adecuadamente la situación política que vive el país tras el intento de golpe de Estado sufrido esta semana.
La portavoz del Ministerio de Exteriores de China Mao Ning manifestó en una rueda de prensa que Pekín ha tomado nota de los informes sobre lo que denominó como "acción militar anormal" en Bolivia.
En relación a estos eventos, la portavoz de la Cancillería china añadió que, como “buen amigo y socio de Bolivia”, el gigante asiático confía en que el Gobierno del presidente Luis Arce tiene la capacidad para "manejar adecuadamente la situación y mantener la paz, estabilidad y desarrollo nacional".
Además, Mao subrayó que esta habilidad iría en concordancia “con los intereses fundamentales y a largo plazo del pueblo boliviano", aunque en ningún momento condenó explícitamente la acción militar realizada por el comandante del Ejército Juan José Zuñiga.
Zuñiga, que fue detenido posteriormente, irrumpió este miércoles en la tarde con tanques y militares fuertemente armados en la sede del Gobierno de Bolivia, donde lo recibió Arce, custodiado por sus ministros, y le ordenó el repliegue de las tropas, a lo que finalmente accedió.
Durante la ocupación militar, Zúñiga dijo que buscaba "reestructurar la democracia" y que la primera medida que tomaría sería la liberación de los que denominó "presos políticos".
 
 
 
 
 
JUAN CARLOS I PREGUNTA SI HACE FALTA QUE VAYA A BOLIVIA A PARAR EL GOLPE DE ESTADO
 
El Mundo Today de España (https://acortar.link/bVo730)
 
Consciente de que alguien con un don como el suyo nunca está retirado del todo el rey emérito, Juan Carlos I, ha preguntado, tras leer sobre el intento de golpe de Estado en Bolivia, si es necesario que intervenga para salvar la democracia. “¿Voy yo o pueden con esto [el golpe de Estado] ellos solos? Porque me da palo, pero si es necesario, pues voy”, ha dicho Juan Carlos I esta mañana desde su suite de Abu Dhabi.
“Una persona que ha sido bendecida con el talento que tengo yo para detener golpes de Estado con el poder de su palabra no puede ser egoísta, sino que tiene que repartir esa gracia con generosidad”, ha considerado el padre de Felipe VI
El Borbón ha dejado claro que sabe que Bolivia no forma parte del Reino de España pero lo siente muy suyo. “No me cuesta nada salvar un poquito la democracia donde sea menester y más aún si hablan español. Es vestirse bien, con la espada y eso, y decir cuatro frases”, ha dicho el Borbón, según ha podido saber la prensa. A continuación el emérito ha informado de que procedía a echarse su siesta de las once de la mañana pero ha pedido que le despierten si hay algún otro intento golpista “en cualquier otra parte del mundo”.
“¿Entonces no hace falta que vaya? Genial. Y otra cosa, ¿este lo he organizado yo o no?”, ha preguntado antes de dormirse.
 
 
 
 
 
ABASCAL ARREMETE CONTRA SÁNCHEZ Y FEIJÓO POR "DEFENDER EL RÉGIMEN NARCOCOMUNISTA" EN BOLIVIA, TRAS LA INTENTONA GOLPISTA
 
Infobae de Argentina (https://acortar.link/B3uGxe)
 
El líder de Vox, Santiago Abascal, ha cargado este jueves contra Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, a los que ha acusado de "defender el régimen narcocomunista" en Bolivia tras el intento de golpe de Estado del Ejército. El Gobierno de Bolivia ha sofocado apenas tres horas después la intentona golpista, encabezada por el general Juan José Zúñiga, que había tomado la plaza de Murillo de La Paz, centro del poder político del país.
Tanto Sánchez como Feijóo han condenado los movimientos militares y han pedido respeto a la democracia y el orden constitucional. Para Abascal, el presidente y el líder de la oposición están "desautorizados" para hablar de democracia y orden constitucional en España y en Bolivia. "Están tan alejados de la realidad que dicen cualquier cosa sin sonrojarse", ha escrito en un mensaje publicado en su cuenta de la red social X (antes Twitter).
En esta línea, ha censurado que ambos han salido en defensa "de un régimen narcocomunista" que tiene a la "oposición en la cárcel". Cree, asimismo, que las condenas de Sánchez y Feijóo "dan crédito" a lo que ha tildado de "fantasmal autogolpe" del Gobierno boliviano, al que insiste en llamar "régimen", "por el que litigan el presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales, ambos de la multinacional narcocomunista del Foro de Sao Paulo y Grupo de Puebla".
 
 
 
 
 
JUAN JOSÉ ZÚÑIGA, EL GENERAL QUE ODIA A EVO MORALES Y DICE ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS
 
El militar golpista, encumbrado por el presidente Luis Arce, mantenía un enconado enfrentamiento con el que fuera mandatario de 2006 a 2019
 
El País de España (https://acortar.link/T4B6Lp)
 
Hace apenas siete meses, el general boliviano Juan José Zúñiga Macías les sugería a los “antipatria” que “no pierdan su tiempo golpeando los cuarteles militares” en busca de apoyos para derrocar al Gobierno. Fue en noviembre pasado, cuando afirmaba que “el pueblo le dio al Ejército el mandato de que Luis Arce es el presidente y capitán general de las Fuerzas Armadas; y el Ejército va a dar fiel cumplimiento al mandato del pueblo, porque la voz del pueblo es la voz de Dios”. Este miércoles, el nombre de Zúñiga tuvo la triste notoriedad de ser repetido en Bolivia, en Latinoamérica y gran parte del mundo, justamente por no haber respetado ese mandato: fue el general que lideró un intento de golpe de Estado contra Arce. Terminó destituido y detenido.
Zúñiga había sido nombrado por el propio Arce como comandante del Ejército en noviembre de 2022 y había sido ratificado en el cargo en enero pasado, cuando el presidente hizo un cambio de las autoridades militares. Su encumbramiento y el respaldo posterior fueron interpretados por los analistas locales como un premio a su lealtad. De hecho, los cuestionamientos contra Zúñiga, oriundo del municipio potosino de Uncía, señalaban que carecía de los méritos militares necesarios para encabezar el Ejército y recordaban que, en el orden de calificaciones de su promoción, la de 1990, había ocupado el puesto 48 entre 65 oficiales.
Cuando fue nombrado por Arce al frente del Ejército, ya era evidente el enfrentamiento de Zúñiga con el expresidente Evo Morales y, de alguna manera, su nombramiento ponía en primer plano las diferencias entre Arce y Morales. Pocas semanas antes de ser designado, Morales había acusado a Zúñiga, entonces jefe del Estado Mayor, de integrar un grupo denominado Pachajcho desde donde, aseguró, se instrumentaba un “plan negro” para espiarlo y perseguirlo, en connivencia con funcionarios del Gobierno. “Hay que cuidarse del grupo Pachajcho, organizado desde el jefe del Estado Mayor del Ejército. Miembros militares que están detrás de Evo, detrás de los dirigentes, persecución permanente. Cualquier momento este grupo Pachajcho del Ejército va a montar pruebas, quiero adelantarles, alertar al pueblo”, había expresado Morales en octubre de 2022. De acuerdo con la prensa boliviana, Zúñiga es un experto en inteligencia militar y conoce de cerca a los movimientos sociales y a sus líderes.
Sus detractores recordaban también, según tuvo amplia difusión en medios locales, que en 2013 Zúñiga había sido acusado por el desfalco de 2,7 millones de bolivianos destinados al pago de bonos gubernamentales cuando era comandante del Regimiento Max Toledo. En Bolivia, el Ejército entrega directamente bonos destinados a personas mayores y estudiantes escolares en los lugares más apartados del país. En enero de 2014, junto a una docena de militares, Zúñiga tuvo que cumplir siete días de arresto por aquellas irregularidades. En su defensa, alegaría que la sanción se debió a un sumario interno, no a un proceso por delitos, que lo encontró responsable de no haber controlado correctamente a sus subordinados.
La tensión entre Morales y Zúñiga había crecido en las últimas semanas hasta estallar este lunes. Morales acusó al militar de estar a cargo de un plan para eliminarlo físicamente, junto a sus allegados más próximos. El ahora destituido comandante del Ejército respondió en una entrevista por TV que Morales “no puede volver a ser más presidente de este país” —en alusión a las elecciones de 2025 y la inhabilitación del exmandatario dictada por el Tribunal Constitucional Plurinacional— y que “las Fuerzas Armadas tienen la misión de hacer cumplir la Constitución”. Y agregó: “Nosotros somos un brazo armado del pueblo, un brazo armado de la Patria”. La réplica de Morales no se demoró: dijo que ese “tipo de amenazas nunca se dieron en democracia” y que si no eran desautorizadas por el Gobierno y las autoridades militares “se comprobará que lo que en verdad están autorizando es un autogolpe”.
Explicado el enfrentamiento, y tras las reacciones de rechazo a los dichos de Zúñiga, Arce resolvió destituirlo como comandante del Ejército, pero no lo reemplazó de inmediato por otro militar. Zúñiga se declaró aún al mando del Ejército y su paso siguiente ha sido encabezar un asalto militar al Palacio Quemado, tras ocupar la Plaza Murillo, en el centro de La Paz. El presidente lo enfrentó en la puerta de la sede de Gobierno, pero la asonada se prolongó varias horas, durante las cuales Zúñiga amenazó con hacer cambiar el Gabinete gubernamental y con exigir la liberación de “presos políticos” civiles y militares. Arce ha tomado ya juramento al nuevo jefe del Ejército, José Sánchez Vázquez, quien ordenó el retiro de las tropas movilizadas, y Zúñiga abandonó la plaza en la misma tanqueta en que había llegado. Luego, el Gobierno dictó la orden de arresto por la que el militar fue finalmente detenido. Para complicar aún más las cosas, antes de ser arrestado, Zúñiga acusó a Arce de haber orquestado el levantamiento militar para realzar su imagen.
 
 
 
 
JUAN JOSÉ ZÚÑIGA, EL COMANDANTE "CON COJONES" PARA ENFRENTAR A EVO
 
Hasta este miércoles, quien fuera comandante del Ejército desde noviembre de 2022 era considerado una pieza de absoluta fidelidad para Luis Arce.
 
EL Mundo de España (https://acortar.link/Vlk0iG)
 
El general Juan José Zúñiga, comandante general del ejército boliviano hasta hace unas horas, ha entrado en la Historia de las Américas por la puerta de atrás, como tantos otros militares. Al frente de varias unidades, el militar con nombre de escritor forzó la puerta de acceso a la sede del gobierno en La Paz y penetró con sus hombres para encararse allí con su jefe, el presidente Luis Arce. Como si se hubiera leído los capítulos del asalto al Palacio de la Moneda en el Chile de Salvador Allende y Augusto Pinochet.
"No voy a permitir esta insubordinación", respondió firme el mandatario al general. Este realizó varios brindis al sol a favor de la democracia, incluso aseguró que "al Ejército no le faltan cojones para velar por el futuro de nuestros niños, por el bienestar del pueblo".
Pero con el regaño le fue suficiente: se dio la vuelta y se subió a un vehículo blindado para abandonar la céntrica Plaza Murillo. Ni un disparo, ni una algarada. El intento de golpe había fracasado de forma exprés, en sólo tres horas, de forma tan rápida como el que protagonizó el expresidente de Perú, Pedro Castillo, en 2022. Fue detenido minutos más tarde en la sede del Alto Estado Mayor y antes de ser trasladado denunció públicamente que se trataba de un autogolpe espoleado por el propio presidente Arce.
Una sorpresa tras otra. Hasta ese instante, quien fuera comandante del Ejército desde noviembre de 2022 era considerado una pieza de absoluta fidelidad para el mandatario revolucionario. Los más críticos incluso le consideraban una "marioneta" del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS). Tan cercano al presidente que desde hace días protagoniza un enfrentamiento público con Evo Morales, el gran enemigo de Arce en la guerra fratricida que desgasta día a día a la revolución indígena.
"No puede ser más presidente de este país. Llegado el caso, (no permitiré) que pisotee la Constitución, que desobedezca el mandato del pueblo. Las Fuerzas Armadas son el brazo armado del pueblo, el brazo armado de la patria", fustigó el militar al exmandatario Morales, empeñado en acabar con su delfín político, Luis Arce. Bolivia celebra elecciones presidenciales el año que viene y la revolución indígena cuenta con dos presidenciables, que se disputan con vehemencia, incluso con capítulos violentos, el trono del MAS.
"Este señor es un verdadero mitómano, utiliza la mentira como estrategia para retornar el poder", disparó Zúñiga de nuevo contra Evo, traspasando de forma evidente sus funciones al frente del Ejército.
"Zúñiga es representativo de las Fuerzas Armadas de este ciclo político en Bolivia. De procedencia humilde y de familia minera. Con pocos estudios y poca formación", explicó la historiadora Lupe Cajías a EL MUNDO.
Un Ejército en proceso de desinstitucionalización, con varios escándalos a sus espaldas. De hecho, al general Zúñiga se le relacionó con un supuesto desfalco en un programa de bonos para militares, valorado en casi 400.000 euros.
Las acusaciones de Evo Morales en su contra son aún más gruesas. Según el exmandatario, forzado a dimitir y exiliarse en 2019 tras beneficiarse de un intento de fraude electoral, el general Zúñiga estaría al frente de un grupo paramilitar denominado Pachajcho, que tendría como objetivo su muerte y la de sus colaboradores.
 
 
 
 
 
¿CUÁL ES EL CARTEL MEXICANO CON MÁS PRESENCIA EN BOLIVIA? SEGÚN LA DEA
 
MSN DE ESPAÑA (https://acortar.link/CoIzOk)
 
El miércoles 26 de junio, Bolivia enfrentó un intento de golpe de estado cuando elementos militares llegaron a las inmediaciones del Palacio de Gobierno, lo que fue denunciado por el presidente Luis Alberto Arce.
El levantamiento fue liderado por el exgeneral Juan José Zúñiga, quien fue detenido horas después. Arce alertó sobre movilizaciones irregulares en el Ejército Boliviano a través de sus redes sociales, subrayando la necesidad de respetar la democracia.
En Bolivia, clanes locales supervisan la producción de cocaína, pero los cárteles mexicanos también operan en el país. El Cártel de Tijuana ha sido activo en la región desde al menos 2015, coordinando cargamentos aéreos entre Perú y Bolivia.
Cárteles mexicanos
Los Zetas también lograron nexos con grupos locales en 2010, aunque no operaron directamente en Bolivia. En la actualidad, los cárteles de mayor relevancia son el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa, ambos identificados por la DEA como los más influyentes en México y Estados Unidos.
El CJNG y el Cártel de Sinaloa han extendido su influencia a Bolivia, utilizando el país como un importante punto de producción de cocaína. Estos cárteles han sido vinculados a diversas actividades criminales en Bolivia, con registros oficiales indicando su presencia desde 2020.
El Cártel de Sinaloa, en particular, ha establecido conexiones significativas, con casos recientes de personas vinculadas a este grupo criminal siendo detenidas o extraditadas. La colaboración entre estos cárteles y los clanes locales ha facilitado el tráfico de drogas hacia México y otros mercados internacionales.