Nilo Carrión,
presidente de la Cámara Minera de Jujuy, sostuvo que es necesario agregar valor
a la materia prima que se produce en torno al litio. “La propuesta es producir
lo que más se pueda con valor agregado. Lo que no implica que no debamos
explotar los recursos naturales que tenemos; hay que aprovecharlos y cuanto más
podamos agregarle de valor, no hay ninguna discusión. Es a lo que
deberíamos apuntar todos,” sostuvo Carrión al ser consultado sobre la
necesidad que la provincia avance con proyectos industriales, como los que
están en marcha en el vecino país.
Carrión
reconoció que en el caso del litio, el mineral ya sale con un valor agregado:
“porque el mineral no solo hay que ir a buscarlo, extraerlo y ponerlo valor. No
se lo saca tal cual como lo tiene la tierra para entregarlo. Después lo que hay
que hacer es buscar las distintas alternativas en la producción. Que el
producto final que se puede obtener con ese mineral, sea colocable en
mercados y ver si es conveniente producirlo en la zona. Son las reglas básicas
de la economía”.
Sobre las
regalías que recibe la provincia por la extracción de este mineral, sostuvo que
“Jujuy cuando adhiere a la ley de inversiones mineras, las regalías del
producto en boca de mina es del 3% de ese valor. El concepto de regalía
es el pago que se le hace al propietario del recurso por la obtención del
producto”.
En conversación
con Radio 2, dijo no tener números concretos sobre cuánto recibe la
provincia por este concepto, pero sí que “está en cifras que van creciendo
sobre todo cuando está entrando el proyecto de litio, van a tener un salto
importante”.
Tampoco se
puede saber en qué tiempo la provincia de Jujuy puede llegar a tener
protagonismo en este mercado, sobre todo en Oriente. “En el mercado particular
del litio, la provincia ha tenido la suerte de estar en el triángulo de las
reservas más importante de litio contando el norte de Chile y Bolivia.
Particularmente el litio de Jujuy tiene ventajas comparativas desde el punto de
vista de la cuestión operativa y ya lo están mirando en el resto del
mundo como un jugador que va a ser importante. Independientemente de eso es muy
importante aprovechar este recurso para que potencie el desarrollo de nuevas
tecnologías y en algo de eso se está trabajando. La Universidad de Jujuy en
convenio con YPF está lanzando un nuevo centro tecnológico en Zapla, para ir
desarrollando tecnología para agregarle valor al litio”. Jujuy al Momento de Argentina (www.jujuyalmomento.com)
NO PASA NADA
Diario Correo de Perú (www.diariocorreo.pe/opinion)
Mientras el
nuevo ministro de Justicia, Gustavo Adrianzén, confirmó que se continuará con
el proceso de extradición de Martín Belaunde Lossio, a pesar de que podría
interferir en la expulsión del prófugo; el abogado del excolaborador del
presidente Ollanta Humala señaló que el Gobierno peruano presentó la
extradición con datos falsos, en referencia a dos artículos de la ley boliviana
que son inexistentes. Por supuesto, estos hechos complicarían el retorno al
Perú del empresario.
Este detalle
aumenta las suspicacias que apuntan a que nuestro Gobierno no está muy
interesado en que Martín Belaunde sea juzgado cuanto antes en nuestro país. Más
aún cuando se descubrió que este personaje realizaba “lobbies” en la casa de
una funcionaria de Palacio de Gobierno muy allegada a Nadine Heredia.
A la vivienda
en referencia llegaban presidentes regionales y empresarios, como representantes
de la constructora Antalsis, que se adjudicó 139 millones de soles en contratos
con el Estado en diversas regiones, como Áncash, Madre de Dios, Junín,
Lambayeque y Cusco.
Belaunde Lossio
ya tiene cuatro meses en Bolivia y no hay un indicio claro de que será
extraditado o expulsado en breve tiempo.
El presidente
Humala no ha sido enérgico ni activo en este caso como lo es en otros temas. A
veces susurra una demanda, pero al final la realidad la degrada. El jefe de
Estado prefiere abrazar otros retos antes de confrontar las duras tareas que le
exige su mandato.
EE.UU.
LANGUIDECE EN LATINOAMÉRICA, ADVIERTE MINISTRO BOLIVIANO
Prensa
Latina de Cuba (www.prensa-latina.cu)
El libreto
político de Estados Unidos languidece en el contexto regional y si 30 años
atrás paseaba su dominio y prepotencia por toda América, hoy no puede ejercer
su hegemonía, destacó el ministro boliviano de la presidencia, Juan Ramón
Quintana.
En exclusiva
para Prensa Latina, Quintana enfatizó que la política estadounidense respecto a
América Latina es insostenible. Es indignante su discurso político en cuanto a
democracia, derechos humanos y en la lucha contra el narcotráfico es ridículo.
Las
declaraciones del ministro se dan en un momento en que Bolivia fue acusada en
un informe antidroga del Departamento de Estado de Estados Unidos, de una labor
ineficiente contra el tráfico de estupefacientes.
¿Cómo Estados Unidos nos va a acusar, cuando sus agentes antidrogas son corruptos, cómplices de narcotraficantes colombianos, que, sabemos, les garantizan sus distracciones sexuales? ¿Cómo nos va a acusar si es el país donde más drogas se consumen, se venden, donde más anfetaminas se comercializan"?, se preguntó.
¿Cómo Estados Unidos nos va a acusar, cuando sus agentes antidrogas son corruptos, cómplices de narcotraficantes colombianos, que, sabemos, les garantizan sus distracciones sexuales? ¿Cómo nos va a acusar si es el país donde más drogas se consumen, se venden, donde más anfetaminas se comercializan"?, se preguntó.
Bolivia, sin
embargo, fue felicitada la víspera por la Organización de Estados Americanos
(OEA), que a través de la Ronda de Mecanismos de Evaluación Multilateral (MEN),
resaltó el trabajo del gobierno boliviano en la lucha contra el narcotráfico.
Esto
demuestra que dichas acusaciones solo tienen un objetivo político, de dañar la
imagen del gobierno del presidente Evo Morales, añadió Quintana.
El ministro
de la Presidencia recordó que ésta es una de las estrategias del gobierno
estadounidense para agredir, invadir a pueblos y países, para derrocar procesos
sociales que no están de acuerdo con su ideología, con sus pretensiones
hegemónicas.
Es tan grande
la hipocresía, la doble moral, que llegamos a la misma conclusión de hace 30
años: la lucha contra ese flagelo por los gobiernos estadounidenses, solo lo
hace para intervenir regiones, países que se rebelan ante la arrogancia y
prepotencia.
Quintana
recordó que años atrás gobiernos estadounidenses lucharon contra el comunismo,
luego lo hizo para erigirse en el gran abanderado de la lucha contra el
narcotráfico, lo cual constituyó un fracaso total.
Hoy en
Washington se vanaglorian diciendo que son los abanderados en la lucha contra
el terrorismo, y mañana serán los líderes de la lucha contra los ciberataques,
y, con qué propósito, con el de invadir, ocupar países para adueñarse de sus
principales recursos naturales, energéticos, solo eso, añadió Quintana. Sin
embargo, advirtió que los imperios no son eternos, deben desaparecer, y Estados
Unidos corre el riesgo de que colapse su imperio, porque allí no gobiernan los
norteamericanos, gobiernan las transnacionales, los negocios de armamentismo, las
corporaciones petrolíferas.
El ministro
afirmó que, de seguir así, Estados Unidos llevará al mundo a una gran
catástrofe, incluso a la desaparición del ser humano, porque donde aparece hay
guerra, muertos, destrucción o saqueo, miseria, desigualdad, injusticia. Ese es
el sinónimo de lo que es la política estadounidense.
Estados
Unidos, aseguró, será desenmascarado por su doble moral en la lucha contra las
drogas y por su política intervencionista durante la Cumbre de las Américas en
Panamá.
La Cumbre de
las Américas dará inicio mañana en la capital de Panamá, donde alrededor de 34
jefes de Estado y de Gobierno debatirán temas para llegar a un resultado, el
cual, según Quintana, ya está escrito. ¿Qué va a decir Estados Unidos en la
cumbre: que lidera la lucha contra el narcotráfico, que ellos son un modelo de
democracia, de solidaridad con los países de América Latina, cuando lo que
quiere es socavar la democracia más sólida de la región, que es la de Venezuela?.
¿A quién van a engañar?, finalizó.
NO, MAS
The Economist de Londres (www.economist.com/news)
En ganar el
poder hace nueve años, Evo Morales, presidente de Bolivia, promociona su
victoria como el final de 500 años de dominio colonial. Bolivia puede haber
sido independiente desde 1825, pero sus gobernantes tenían la perspectiva de
los imperialistas. Cambio llegó por fin con el Sr. Morales movimiento de
resistencia indígena. Sería gobernar "para los próximos 500 años",
proclamó.
El dominio del
presidente de teatro y simbolismo, y su reescritura de la constitución para
reforzar los derechos de gran población indígena de Bolivia, recorrer un largo
camino hacia la explicación de su perdurable popularidad. En las elecciones en
octubre pasado ganó fácilmente un tercer mandato. Su Movimiento Al Socialismo
(MAS) obtuvo dos tercios de los escaños en ambas cámaras de la legislatura. Los
partidarios comenzaron hablando de un cuarto mandato en el cargo a partir de
2020, a pesar de que según la Constitución no es elegible para correr de nuevo.
Así que los
resultados en las elecciones regionales y locales celebradas el 29 de marzo fue
un shock. Candidatos de la oposición a la alcaldía ganó en ocho de las diez
ciudades más grandes de Bolivia, frente a los cinco en la última votación en el
2010. El MAS ganó cuatro de las elecciones para gobernador en los nueve
departamentos administrativos autónomos (como estados), por debajo del siete
por última vez. En dos donde nadie obtuvo la mayoría, los votos de escorrentía
son que se celebrará el 3 de mayo. El recuento de votos en un tercer espera una
decisión oficial en una segunda vuelta. En esos estados astillados fuerzas
anti-gubernamentales tienen la oportunidad de unirse en torno a un solo
candidato. La votación fue una reprimenda a la MAS, y una advertencia al Sr.
Morales.
Lo más
preocupante para el partido en el gobierno fue su desempeño en el departamento
de La Paz, hasta ahora un bastión. Perdió tanto la gobernación del departamento
y la raza del alcalde de El Alto, un asentamiento extenso poblado
principalmente por los votantes indígenas aymara, el Sr. Morales keynes
partidarios. El alcalde opositor de la ciudad de La Paz, sede del gobierno de
Bolivia, fue reelegido con una mayoría más grande. Aunque el MAS disfrutó de
los beneficios de la incumbencia y el respaldo de los medios de comunicación
estatal altamente partidista, recibió sólo el 41% de los votos, frente al 61%
en las elecciones nacionales de octubre. Antes de la votación el Sr. Morales
amenazó con no cooperar con los alcaldes y gobernadores de la oposición, una
táctica que puede haber sido contraproducente.
Él cubrió la
culpa de los malos resultados del MAS sobre la corrupción en los gobiernos
regionales y locales y, curiosamente, en el machismo (el candidato de la
oposición victoriosa para ser alcalde de El Alto fue una mujer). Carlos Mesa,
un historiador y ex presidente, cree que los votantes están empezando a
resentir la forma de auto-servicio en el que el MAS ejerce el poder y son menos
impresionados por la autoridad moral que viene de sus orígenes indígenas. Son
"ya no están dispuestos a ofrecer un cheque en blanco", dice.
El presidente
es mucho más popular que su partido, que sin embargo sigue siendo una fuerza
formidable. El MAS fue el único partido a los candidatos en todos los asientos
de campo, y ganó más de dos tercios de las 339 alcaldías. Sus ramas locales se
nutren con fondos de una poderosa organización nacional. La oposición está
fragmentada en partes en su mayoría pequeños, ninguno de los cuales es lo
suficientemente fuerte como para asumir el Sr. Morales y el MAS en todo el
país. Su reinado no llegará a la marca de 500 años, pero podría prolongarse
durante bastante tiempo ya.
VICEPRESIDENTE BOLIVIANO SE ENTREVISTARÁ CON SHINZO ABE
EN SU VIAJE A JAPÓN
El Diario de España (www.eldiario.es)
El
vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, viaja mañana a Japón, donde
entre el 13 y el 15 de abril desarrollará una agenda oficial que incluye una
reunión con el primer ministro nipón, Shinzo Abe, además de visitas a empresas
e industrias de ese país.
García Linera,
que viaja acompañado de su esposa, la periodista Claudia Fernández, se reunirá
en Tokio con Abe y con el ministro japonés de Exteriores, Fumio Kishida, y
mantendrá otro encuentro con el presidente de la Agencia de Cooperación
Internacional de Japón (Jica), informó hoy la Vicepresidencia en un comunicado.
Además, en el
programa del vicepresidente boliviano figuran un acto con la Liga Parlamentaria
Japonesa y una cita con profesores para intercambiar "opiniones respecto a
los asuntos y las transformaciones que se viven en América Latina",
refiere la nota.
La agenda del
representante boliviano en Japón se completa con visitas a la multinacional
Sumitomo y la Asociación Industrial de Textiles de Nishijin.
Sumitomo
controla en Bolivia la subsidiaria minera San Cristóbal, situada en el suroeste
del país andino y que explota plomo, zinc y plata, y está también integrada en
el comité de investigación que estudia formas de explotación del litio
existente en el Salar de Uyuni.
El Gobierno
boliviano anunció esta semana que Bolivia abrió una línea ilimitada de crédito
con el Banco de Japón para financiar proyectos sociales de infraestructura,
energía y agua.
¿ESTÁ AMÉRICA LATINA PREPARADA PARA UN CAMBIO DE CICLO?
Desaceleración económica, escándalos de corrupción,
pobreza, caída de popularidad de los mandatarios son factores que auguran mayor
conflictividad y una gobernabilidad mucho más compleja en la región, afirma
Daniel Zovatto, analista político argentino.
Swinss Info de Suiza (www.swissinfo.ch)
Últimamente las
noticias no son buenas para América Latina. Después de una “década dorada”
(2002-2013), el viento de cola dejó de soplar. La marcada desaceleración
económica que vive la región, sobre todo en América del Sur, y el estancamiento
en la reducción de la pobreza vienen acompañados de un cuadro creciente de
malestar social, graves escándalos de corrupción, un fuerte derrumbe de la
popularidad de muchos presidentes y condiciones de gobernabilidad más complejas
en varios países.
Para la OCDE,
esta brusca desaceleración “no es coyuntural, sino que ha venido para
quedarse”, es un “fin de ciclo”. El FMI confirma este sombrío pronóstico
corrigiendo a la baja su proyección de crecimiento regional para el 2015 a un
anémico 1,3%. Las noticias tampoco son alentadoras en el plano social. Según un
informe reciente de la CEPAL, entre 2013 y 2014 el nivel de pobreza se estancó
en alrededor del 28% (167 millones de personas), mientras el índice de extrema
pobreza subió levemente (pasó de 11,3 a 12%, para un total de 71 millones de
indigentes), lo que podría ser una señal de alarma en el contexto de este nuevo
ciclo de mayor incertidumbre económica y gobernabilidad más compleja.
Repasemos
rápidamente algunos contextos nacionales. Venezuela experimenta un aumento de
la polarización, de la represión y la degradación institucional. El presidente
Maduro intensificó durante las últimas semanas la persecución política contra
la oposición y acaba de recibir de parte de la Asamblea Legislativa “poderes
especiales” para gobernar hasta fines de 2015. En Argentina, la presidenta
Fernández de Kirchner reaccionó enérgicamente contra la “marcha del silencio”
(que tuvo lugar el pasado 18 de febrero, en homenaje a Nisman (el fiscal
muerto): renovó su Gabinete y alertó sobre una (supuesta) embestida judicial y
mediática dirigida (según ella) a desestabilizar su Gobierno.
La situación es
igualmente compleja en los dos países más grandes de la región. En México, Peña Nieto desaprovechó el llamado ‘Mexican Moment’ y
ahora hace intentos desesperados para recuperar su agenda de reformas y salir
bien librado en las próximas elecciones de medio periodo (7 de junio), que son
clave para la segunda parte de su mandato de seis años. Brasil vive una
tormenta perfecta: frenazo económico, corrupción política y bloqueo
institucional. Rousseff, reelecta hace apenas cinco meses por estrecho margen,
ve cómo, una cóctel tóxico de bajo crecimiento económico y alta inflación,
combinado con escándalos de corrupción ligados a Petrobras, provocan nuevas y masivas manifestaciones sociales
de repudio a su gestión, tensionan la relación Ejecutivo-Legislativo, aumentan
la incertidumbre y producen un desmoronamiento de su popularidad (actualmente
se encuentra en un anémico 13%).
En la región
andina, si bien aún es prematuro calcular el impacto que tendría una caída
permanente del petróleo (salvo la grave situación que afecta a Venezuela), lo
cierto es que en varios países que la integran —Bolivia, Ecuador y Colombia—
hay una creciente preocupación de parte de sus gobiernos. En Perú, el
presidente Humala, también con su popularidad en picada, tuvo que oxigenar su
alicaído gabinete para evitar el voto de censura. Por su parte, en Chile, la
ambiciosa agenda de reformas que impulsa la presidenta Bachelet y los
escándalos de corrupción y tráfico de influencias tienen a la derecha (caso Penta)
y al gobierno (caso Caval)
enfrentados en una durísima batalla de ataques y denuncias.
En América
Central, sobre todo en los países que conforman el Triángulo Norte (Guatemala,
El Salvador y Honduras), la situación es particularmente preocupante a causa de
la elevada pobreza y desigualdad, Estados frágiles, altos niveles de corrupción
y de criminalidad, a lo que debe agregarse la grave penetración del
narcotráfico y del crimen organizado. En paralelo, observamos una fuerte ola de
denuncias de corrupción y tráfico de influencias, acompañadas con reclamos
sociales de repudio a la impunidad, que recorren la región de norte a sur.
Según el
reciente informe de Transparencia
Internacional (2014), los niveles de corrupción se mantienen
estancados en nuestra región, señalando a Paraguay y Venezuela, seguidos por
Honduras y Nicaragua, como los países más corruptos de América Latina. Varios
de estos escándalos involucran directamente a los mandatarios o a sus allegados
(México, Argentina, Chile y Perú), o bien a exmandatarios (en Panamá la Corte
Suprema acaba de abrir un proceso judicial en contra del ex presidente Ricardo
Martinelli) o a instituciones de gran peso (el escándalo de Petrobras amenaza
con convertirse en un verdadero terremoto político en el Brasil).
Estos cambios
en el panorama económico y social de la región y los escándalos de corrupción
traen consigo, en varios países, una pronunciada falta de confianza en los
partidos políticos y una caída en picada de los niveles de aprobación de los presidentes.
De México a Brasil, pasando por Costa Rica, Venezuela, Perú y Chile, para citar
tan solo unos pocos casos, los mandatarios ven con impotencia y preocupación
cómo se desploman sus niveles de apoyo.
¿Nos
encontramos ante un fin de ciclo? ¿Son estos fenómenos dolores de parto que
anuncian un cambio de envergadura histórica no solo en el panorama económico,
sino también en el ánimo social y, en consecuencia, en el escenario político y
electoral de América Latina?
En las 12
elecciones presidenciales celebradas durante 2013 y 2014, este nuevo escenario,
si bien complicó el triunfo de los oficialismos (sobre todo en América del Sur)
obligándolos a ir a una segunda vuelta o bien arrojando resultados muy
cerrados, no fue suficiente en la gran mayoría de los casos para forzar la
alternancia.
Pero, más allá
de los recientes resultados electorales, lo que parece quedar cada vez más
claro es que la combinación de estos factores (desaceleración económica,
estancamiento de la reducción de la pobreza, denuncias de corrupción al alza y
popularidad de los mandatarios a la baja) son una combinación explosiva que
anticipa mayor conflictividad social y una gobernabilidad mucho más compleja en
varios países de la región.
Me pregunto:
¿Tienen las instituciones la capacidad para adaptarse a este nuevo y complejo
escenario regional y poder dar respuesta a las demandas crecientes de una
ciudadanía cada vez más exigente de su democracia, de sus derechos y de sus
servicios públicos? ¿Cuentan los sistemas democráticos de la región con los
liderazgos políticos y los amortiguadores institucionales necesarios para hacer
frente (con menos recursos económicos disponibles debido al fin del ‘boom’ de
las materias primas) a situaciones de mayor conflictividad social y a
condiciones de gobernabilidad más complejas?
De las
elecciones previstas para este año, dos de ellas revisten particular relevancia
a la hora de identificar señales sobre este potencial cambio de ciclo. Una, las
parlamentarias de Venezuela (que tendrán lugar en el mes de septiembre), donde
la oposición se encuentra en inmejorables condiciones de lograr un reequilibrio
de poder entre el Ejecutivo y el Parlamento (en caso de que logre unirse y
exorcizar sus demonios internos), pese a la represión creciente de parte de
Maduro y a la falta de garantías para un proceso electoral libre, justo e
imparcial. La otra, las presidenciales de octubre de Argentina, que no solo
podrían poner fin al largo periodo kirchnerista, sino también desalojar del
poder al peronismo. ¿Sabrán y podrán las oposiciones en ambos países
posicionarse como alternativas verdaderas y creíbles a dos oficialismos,
hiperpresidencialistas y populistas, que pese a llevar en el poder más de una
década aún conservan un importante núcleo duro de apoyo? Durante los próximos
meses sabremos si los vientos de cambio que soplan en la región, son lo
suficientemente fuertes para provocar un cambio de ciclo en las tendencias
políticas y electorales predominantes hasta ahora en América del Sur, o si la
alternancia deberá seguir esperando.
CUMBRE DE LAS AMÉRICAS. LA PRIMERA CUMBRE DE LA UNIDAD
El Mundo de España (www.elmundo.es)
La cumbre de
Panamá, que prometía ser la primera cumbre de la unidad desde que Bill Clinton
las puso en marcha en 1994, volverá a estar dominada, en la retórica al menos,
por las dos visiones del continente que han ido consolidándose desde finales de
los años noventa.
Es una división
trasnochada y superada por los problemas de liderazgo en casi todos los países
latinoamericanos, la crisis de las economías dependientes de la exportación de
materias primas, el desplome de los precios del petróleo y la apuesta de Obama
por la reconciliación con Cuba.
La presencia de
Raúl Castro garantiza la unidad numérica que tanto reclamaron los
latinoamericanos, pero el enfrentamiento creciente entre Venezuela y Estados
Unidos ha enrarecido en las últimas semanas el tono del encuentro.
Con su
presencia, casi (falta la OEA) se completa la integración gradual de Cuba en
las principales organizaciones regionales: cofundadora de ALBA en 2004, Grupo
de Río (2008), CELAC (2010-2011)...
La cumbre
debería considerarse un éxito si se acuerda una declaración final (en las dos
últimas no fue posible), si no falta ningún dirigente destacado, si Obama y
Raúl Castro comparten foto y mesa de trabajo, y si los dos foros paralelos no
revientan la reunión oficial.
Las seis
cumbres de las Américas celebradas hasta hoy han sido cumbres de Estados Unidos
y la de Panamá, hoy viernes y mañana sábado, lo habría sido más que nunca si el
agujero negro venezolano no estuviera causando tantos estragos. La debilidad
del dirigente venezolano, Nicolás Maduro, y su necesidad de atacar a Washington
como chivo expiatorio de su desastrosa gestión, amenazan con ensombrecer la
presencia del presidente cubano, Raúl Castro, y su prometida
"interacción" con el presidente estadounidense.
La
Administración Obama decidió en diciembre, tras años de contactos y 18 meses de
negociaciones secretas con ayuda de Canadá y del Vaticano, normalizar las
relaciones con Cuba para superar el aislamiento estadounidense en América
Latina (clamoroso en las votaciones anuales de la Asamblea General contra el
embargo) y para recuperar la influencia perdida en el hemisferio occidental,
que China, Rusia y otros países están tratando de aprovechar.
La cumbre de
Panamá, a la que, por vez primera, ha sido invitado el presidente cubano, será
la primera oportunidad para comprobar si la decisión -histórica donde las haya-
empieza a dar frutos. Sin las últimas sanciones contra Venezuela, tal vez.
"El gran
tema de esta cumbre es Cuba", declaró hace unos días el secretario general
de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, que deja
su cargo el 26 de mayo al uruguayo Luis Almagro. "Las puertas de la OEA
están abiertas para Cuba", añadió. Suspendida tras la revolución, en 1962,
Cuba no ha movido ficha aún para reintegrarse desde que se anuló su suspensión
en 2009.
El inicio de la
reconciliación entre EEUU y Cuba habría ensombrecido las numerosas y profundas
diferencias entre muchos de los 35 asistentes a la cumbre si Obama no hubiera
firmado el 9 de marzo una orden ejecutiva negando visados de entrada en EEUU y
congelando las cuentas de siete altos funcionarios venezolanos acusados de
corrupción y de violación de los derechos humanos.
Peor, por
inorportunas, que las nuevas sanciones ha sido la justificación: describir a la
Venezuela arruinada, polarizada y fragmentada como "una amenaza
extraordinaria para la seguridad de Estados Unidos". Hasta Roberta
Jackson, la responsable de asuntos latinoamericanos en el departamento de
Estado y jefa de la delegación que negocia con Cuba, ha criticado y lamentado
la expresión por exagerada y falsa. La propia Casa Blanca ha rectificado, pero
el mal está hecho.
A Maduro, cada
día más rehén de un puñado de militares, le faltó tiempo para reforzar sus
poderes, reactivar su máquina de adjetivos antiimperialistas y movilizar a los
dirigentes de Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Argentina y Brasil para exigir
en la cumbre el fin del unilateralismo estadounidense y de las sanciones.
En las
negociaciones cubano-estadounidenses desde enero ha quedado meridianamente
claro lo que esperan Washington y La Habana de la normalización. Falta por
saber a qué están dispuestos a renunciar en el camino.
Las exigencias
cubanas se resumen en el fin del bloqueo o embargo, la anulación de las
sanciones y de las leyes (Torricelli, Helms-Burton...) que lo regulan, la
recuperación de la base de Guantánamo, el fin de los programas subversivos
estadounidenses, el cierre de las emisoras Martí, liberación de más presos,
compensación por los daños causados, retirada de las listas negras del
departamento de Estado sobre terrorismo y derechos humanos, y respeto
escrupuloso de los convenios sobre relaciones diplomáticas (no injerencia,
respeto de la soberanía...).
En la agenda
estadounidense destacan la liberalización de las inversiones estadounidenses en
la isla y el acceso de los cubanos a Internet, compensación por las
nacionalizaciones, garantías para las inversiones y libertad de movimiento para
sus diplomáticos. Los dos países limitan a pocas millas de las respectivas
capitales, como en los peores momentos de la Guerra Fría, los movimientos de
los diplomáticos acreditados.
Los disidentes
y líderes de la oposición cubana que se han desplazado a Panamá para asistir al
foro civil paralelo a la cumbre esperan gestos visibles de Obama en defensa de
los derechos humanos, civiles y políticos dentro de Cuba, y no sólo en
Venezuela.
Si Barack Obama
y Raúl Castro desearan que la cumbre pase a la historia como un gran éxito,
deberían anunciar en ella la reapertura de embajadas y otras medidas de
reconciliación de acuerdo con sus declaraciones del 17 de diciembre a favor de
la normalización diplomática entre ambos países. Improbable que lo hagan y,
aunque lo hicieran, sería un compromiso amenazado en sus puntos principales por
el veto del Senado.
Algún gesto en
esa dirección, sin embargo, sorprendería de nuevo a los observadores y
difuminaría las tensiones crecientes entre Washington y Caracas, que amenazan
con enturbiar el debate entre los invitados al encuentro, oficialmente
convocado para impulsar «la prosperidad con equidad» y la solución de los
conflictos más importantes (Malvinas, negociaciones entre el Gobierno de
Colombia y las FARC, reclamaciones marítimas de Bolivia a Chile...) desde el
diálogo.
Salvo
sorpresas, los centenares de periodistas acreditados tendrán que conformarse
con bastante menos: el primer encuentro formal de Obama con Raúl Castro tras el
saludo fugaz en los funerales de Mandela, la firma de un documento -'Mandatos
para la acción'- para dinamizar las economías del continente, algunas de las
más importantes en recesión, y la reafirmación de compromisos anteriores contra
el narcotráfico, la pobreza, la desigualdad, la criminalidad rampante en muchos
países, la corrupción, la inseguridad y la fragilidad de los sistemas fiscales,
educativos y sanitarios latinoamericanos.
CUMBRE DE LAS AMÉRICAS: OBAMA BUSCA
NORMALIZAR LA RELACIÓN CON LATINOAMÉRICA
El presidente estadounidense intenta aprovechar el
deshielo con Cuba para revitalizar el diálogo en la región
El País de España (www.internacional.elpais.com)
"Todos
somos americanos", dijo el presidente Barack Obama el 17 de diciembre,
cuando anunció el fin de más
de medio siglo de Guerra Fría con Cuba. El mensaje se dirigía a los
cubanos, pero se escuchó en todo el continente. Con el giro de la política
cubana, Estados Unidos quería enterrar décadas de recelos con sus vecinos del
sur.
La doctrina
Obama de diálogo, diplomacia y multilateralismo tiene su versión
latinoamericana. Pero en esta región, donde los agravios hacia el vecino del
norte reales o imaginarios son una pieza valiosa del tablero geopolítico, nada
es tan sencillo.
Reforzado por el pacto
nuclear con Irán y por el inicio del deshielo
con Cuba, Obama llegó la noche de este jueves a Panamá con el propósito de
normalizar las relaciones con el continente, donde también se encuentra ya Raúl
Castro. Las tensiones con
Venezuela demuestran que el fin de la Guerra Fría panamericana no
ocurrirá en dos días.
La VII Cumbre de las Américas, la
reunión trienal de los jefes de Estado y de Gobierno, será la última de Obama
antes de abandonar la Casa Blanca en 2017. Nunca, desde que en 2009 llegó al
poder, Obama había disfrutado de una situación tan ventajosa ante los líderes
americanos.
El aire se ha
despejado entre EE UU y el viejo patio trasero, tras años en los que pareció
que Obama se despreocupaba del continente. El anuncio de que Washington y La
Habana restablecerían las relaciones diplomáticas lo cambia todo. El cónclave
panameño debe ser el escenario de la foto de ambos presidentes, Barack Obama
y Raúl Castro, para fijar la reconciliación.
La teoría de la
Administración Obama es que la reconciliación con Cuba retira un factor
"irritante" en la relación con América Latina. Cuba servía de
pretexto para los reproches a la primera potencia.
Según esta
teoría, la desaparición de Cuba como excusa altera el tablero. Si el pasado 17
de diciembre la Guerra
Fría terminó en el Caribe, el siguiente paso, como ocurrió en los
años posteriores al fin de esa etapa en Europa, es la reunificación del
continente.
"Esto va a
abrir puertas que han estado cerradas durante muchos años a los Estados Unidos
en la región", dice en una entrevista telefónica el senador demócrata Tim
Kaine. "La cumbre de Panamá tendrá un
ambiente muy distinto de otras cumbres y será por el proceso de
diálogo con Cuba".
Kaine viajó en
febrero a Colombia, Honduras y México. Y en los tres países el mensaje de sus
interlocutores oficiales fue idéntico: "Es muy importante para la relación
entre Estados Unidos y otros países de Latinoamérica tener un canal para el
diálogo con Cuba. Esto abrirá puertas cerradas durante muchos años a Estados
Unidos en la región".
"La
decisión sobre Cuba es el acto político simbólicamente más importante de EE UU
sobre América Latina desde los acuerdos de Jimmy Carter sobre Panamá",
dice Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, el laboratorio de
ideas de referencia en cuestiones latinoamericanas. Con estos acuerdos, de
1977, EE UU se comprometió a entregar a Panamá la soberanía del canal.
El acercamiento
a Cuba "crea un ambiente más abierto, con menos desconfianza hacia América
Latina". "Esto no quiere decir que la desconfianza, el resentimiento,
que tiene raíces históricas, haya desaparecido. Es un poco ingenuo pensar que
una decisión puede cambiar al 100% la relación".
Venezuela es
la prueba. Al tiempo que empieza a desaparecer el factor
"irritante" cubano, otro lo reemplaza. Las sanciones
contra altos funcionarios venezolanos, firmadas en marzo por Obama,
recogieron pocos aplausos en las capitales latinoamericanas. Obama recibió más
críticas en la región por sus sanciones que el presidente venezolano, Nicolás
Maduro, por la detención de opositores.
Los esfuerzos
de EE UU en las últimas horas se centran en eliminar el
"irritante" venezolano del cónclave de Panamá. Estas
cumbres tienen mucho de gesticulación y la Casa Blanca quiere evitar que Maduro
se haga con el titular.
Obama se siente
fuerte. "Estamos tratando de presentar el legado de Obama en las Américas
como el de un líder interesado en
el diálogo, en los temas que afectan a la vida cotidiana de los
ciudadanos en las Américas y en las iniciativas que mejoran las vidas de los
ciudadanos en las Américas", dijo, en vísperas de la cumbre, Ricardo
Zúñiga, responsable del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad
Nacional.
Algunas
decisiones de política interna de EE UU, como el fin de la denominada guerra
contra las drogas o las medidas para regularizar a inmigrantes sin papeles,
repercuten en América Latina. EE UU confía en que el
acercamiento a Cuba (y a Irán) aleje los fantasmas del intervencionismo.
La doctrina
Monroe, que en el siglo XIX consagró América Latina como la esfera de
influencia de EE UU, "ha terminado", dijo en 2013 el secretario de
Estado, John Kerry. En Panamá, un país asociado al intervencionismo
estadounidense, Obama intentará que sea su doctrina la que defina el siglo XXI:
"Todos somos americanos".
ARRANCA EN PANAMÁ LA CUMBRE DE LOS PUEBLOS
Granma de Cuba (www.granma.cu)
La Cumbre de
los Pueblos que sesionará paralela a la VII Cumbre de las Américas en Panamá arrancó
hoy bajo el lema “América Latina, una patria para todos, en paz, solidaria y
con justicia social” y una participación estimada en más de 3 000 integrantes
de movimientos sociales del continente.
Horas antes
miles de personas protagonizaron una marcha que salió del Parque Belisario
Porras, frente a la Embajada de Cuba en la nación itsmeña, hasta la Universidad
de Panamá, donde el cantautor cubano Silvio Rodríguez ofrece un concierto.
Durante la
apertura, organizaciones sociales de América Latina y el Caribe anunciaron que
lucharán para que la desaceleración económica no se traduzca en un retroceso de
los avances sociales de la última década y condenaron las políticas de Estados
Unidos contra Venezuela.
El premio Nobel
de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel, asistente a la cita, resaltó la
importancia simbólica de este encuentro que se celebra 10 años después de la
primera reunión alternativa en la Cumbre de las Américas celebrada en Mar de
Plata, Argentina, donde “se enterró el ALCA”.
Rafael Freire,
secretario de política económica y desarrollo sostenible de la Confederación
Sindical de las Américas (CSA), también criticó, el Foro de la Sociedad Civil
organizado por Panamá como parte de la Cumbre de las Américas.
En
declaraciones a EFE, Freire dijo que “la cumbre de la sociedad civil no nos
representa. La forma en que fue convocada, el proceso de acreditación, las
mesas del debate, la forma del diálogo con los jefes de Estado…, no nos permite
expresar la opinión de los trabajadores”.
El
representante sindical añadió que la Cumbre de los Pueblos es “un mensaje claro
a los jefes de Estado y un contrapunto también al foro empresarial porque
defendemos un desarrollo sustentable en el que el empleo y la distribución de
la renta y el combate de la pobreza extrema esté en el centro del modelo”.
Freire también
dijo que la Cumbre de los Pueblos presentará una “Plataforma de Desarrollo de
las Américas” basado en un nuevo modelo económico, sustentabilidad social y
medioambiental y una “democracia política”.
Por su parte,
el director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder,
durante la inauguración expresó su preocupación de que “el continente vive una
desaceleración económica importante. Y es inevitable que va a repercutir en los
mercados de trabajo”.
Latinoamérica
se tiene que preparar para “un aumento de las tasas de desempleo en los años
que vienen”, dijo Ryder.
A pesar de que
durante la última década, Latinoamérica ha conseguido aumentar el empleo y
reducir los niveles de pobreza en la región, “sigue siendo el continente más
desigual del planeta” a pesar de lo que llamó “políticas progresistas”.
“Así que creo
que esta desigualdad que vive el continente tiene raíces estructurales y
necesitamos hoy en día soluciones estructurales. Se trata de una transformación
productiva del continente”, añadió.
El Paraninfo de
la Universidad de Panamá, que hace 15 años estuvo a punto de convertirse en el
escenario de una matanza, cuando en noviembre del 2000 terroristas encabezados
por Luis Posada Carriles pretendieron volar el lugar con explosivos para
asesinar a Fidel Castro, recibirá durante estos días a los representantes de
los movimientos sociales latinoamericanos.
La Cumbre de
los Pueblos quedó inaugurada con un concierto gratuito ofrecido por el cantautor
cubano Silvio Rodríguez.
En esta cita
alternativa a la VII Cumbre de las Américas estarán presentes todos los
movimientos sociales que tengan algo que decir sobre los grandes y graves
problemas que afectan a nuestros pueblos, y que queremos que escuchen nuestros
gobernantes y medios de comunicación, según informa Telesur.
La actividad,
según indica la convocatoria, es una oportunidad “para levantar la voz de
nuestros pueblos y señalar los problemas que la otra reunión no aborda, o sobre
los que toman decisiones que afectan a nuestras naciones, sin que las clases
populares sean consultadas”.
Según
trascendió desde Panamá, entre los temas que se debatirán en la cita resaltan
el bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene Estados Unidos contra
Cuba, así como también el decreto del presidente Barack Obama que declara a
Venezuela una amenaza para su país.
Otros de los
tópicos más importantes que se tratarán son el derecho a la independencia de
Puerto Rico y una salida al mar para Bolivia; así como las reparaciones a las
familias víctimas de la invasión de 1989 contra Panamá.
El
intervencionismo norteamericano y su amenaza a la democracia y soberanía de los
países, la libertad sindical, seguridad social y sistemas de pensiones; las
migraciones, sus condiciones y sus derechos; la situación especial de los
pueblos originarios y las comunidades campesinas amenazadas por proyectos
mineros e hidroeléctricos, también estarán en la agenda, según informó en
conferencia de prensa previa el secretario general de la Central de
Trabajadores de Panamá, Alfredo Glaer.
Glaer resaltó
que la Cumbre de los Pueblos, si bien es paralela a la de Jefes de Estado y a
los foros que a tal efecto ha convocado la Cancillería panameña, no es
contradictoria ni se opone a la participación de las organizaciones sindicales,
sociales y populares en los eventos oficiales.
Este viernes el
presidente boliviano Evo Morales ofrecerá una conferencia magistral, en la que
hablará sobre el contexto de luchas del continente y el entorno geopolítico de
América Latina, así como el bloqueo a Cuba y la situación en Venezuela, país
recientemente agredido por Estados Unidos.
Además jugará
Fútbol con un equipo de indígenas, en el Gimnasio Universitario de la
Universidad de Panamá. También, el sociólogo cubano Fernando Martínez Heredia
presentará la conferencia “Entorno Geopolítico de América Latina y el Bloqueo
a Cuba”.
En la tarde
sesionarán nueve mesas, y en la noche se espera un concierto del grupo cubano
Habana de Primera.
La cita tendrá
un carácter progresista, antiimperialista, antineoliberal y antitrasnacional,
al tiempo que los diversos actores presentarán sus demandas y reivindicaciones.
Tales
exigencias serán recogidas en la Declaración de Panamá, la cual se hará llegar
a los Jefes de Estado y Gobiernos, a través del presidente boliviano Evo
Morales.
LA DROGA ESTÁ INSTALADA EN TARTAGAL PERO NO SE PROPONEN
SOLUCIONES
La Gaceta de Argentina (www.lagacetasalta.com.ar)
Los vecinos de
la ciudad dicen que se han “acostumbrado a convivir con ella” y que ningún
político hizo campaña sobre combatir el narcotráfico.
“La droga en
Tartagal está en todas partes, acá a la vuelta te venden, pero los políticos no
hablan del tema”, es el relato de uno de los tantos habitantes de la capital
del departamento de San Martín.
La cercanía con
la frontera con Bolivia, poco más de 50 kilómetros, ha hecho que Tartagal sea
un paso importante de la droga que ingresa al país, pero ya no es solo un lugar
de paso, sino de alto consumo.
LA GACETA
dialogó con vecinos de la ciudad consultando acerca de si la lucha contra el
narcotráfico ha sido uno de los ejes de la campaña de los candidatos locales,
provinciales y hasta incluso nacionales que han pasado por aquí. La respuesta
fue contundente: NO.
Manuel es un
remisero que, mientras esperaba a un pasajero, contó que es muy fácil conseguir
drogas y que, “todos saben dónde se venden pero que ningún candidato habló
contundentemente del tema”.
“Sergio Massa
cuando vino solo visitó los pueblos originarios”, contó el trabajador.
“Mucha gente
comienza a vender droga porque se gana mucha plata y fácil, después ves como
cambian de golpe de auto o tienen casas enormes”, relata Omar, un obrero de la
construcción que lamentó que los jóvenes no quieran trabajar para dedicarse a
ello.
Luego de
recorrer y vender sus productos artesanales en provincias como Santiago del
Estero, Tucumán y otras ciudades salteñas, Enrique reveló que en sus 50
años de vida jamás vio tantos negocios y comercios grandes y con muchos
empleados y que tengan tan poco movimiento. “Blanquean plata y son muchos. Te
parás en la puerta varias horas y ves que no venden nada pero tienen cinco
empleados y locales todos equipados”, agregó el artesano, que hace 14 años que
vive en la ciudad.
La resignación
es generalizada, se escuchan frases como “ya se nos hizo una costumbre convivir
con la droga”, “no se va a cortar nunca”, “seguro hay complicidad con la
policía” o “nadie hace nada para solucionarlo”.
Los candidatos,
en su campaña, han hecho foco en otros asuntos importantes, que al igual que la
droga, los vecinos exigen que se soluciones. La falta de luz y agua es la
principal demanda, junto con el mejoramiento de la salud pública, la pésima
calidad de vida que tiene la enorme cantidad de comunidades originarias de la
zona y la generación de empleo.
Gendarmería
olvidada por los políticos nacionales
El comandante
en jefe del Escuadrón N° 52 de Gendarmería Nacional, Pablo Gigena, se negó a
dar información acerca del trabajo de la fuerza en el combate contra el
narcotráfico.
Desde la
institución contaron que los candidatos y funcionarios provinciales y
nacionales, como Sergio Massa o Sergio Berni (secretario de Seguridad de la
Nación), que visitaron la zona, no pasaron por Gendarmería ni dialogaron con
los efectivos acerca de su trabajo.
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