Monday, September 09, 2024

BOLIVIA: UN GOBIERNO MARIONETA, EL SUEÑO GEOPOLÍTICO DE ESTADOS UNIDOS

Hace un par de meses, y enterrado entre el desenfrenado ciclo noticioso al que nos tiene acostumbrado el mundo, Bolivia tuvo un intento -fallido, casi cantinflesco- de golpe de estado. Así pues, un grupo de militares se movilizó en La Paz, liderados por el general Juan José Zúñiga, quien había sido destituido recientemente por unos comentarios políticos contra el expresidente Evo Morales. El presidente Luis Arce calificó la acción como un intento de golpe y pidió la movilización del pueblo para defender la democracia. Tras la retirada de los militares, Zúñiga fue detenido y éste, acusó a Arce de orquestar el intento de golpe para aumentar su popularidad.
Al conocerse la noticia varios presidentes de América Latina condenaron el intento de golpe y expresaron su apoyo a Arce, sin embargo, la condena de Estados Unidos a la intentona se retrasó por varias horas; tal vez esperando el resultado de éste, para luego afirmar que no había ninguna implicación en el golpe.
Bolivia tiene una larga tradición de golpes de estado y “suspensiones” de la democracia -39 intentos, 17 de ellos exitosos desde 1946-, la mayoría en el contexto de la Guerra fría y el plan Cóndor, plan en el cual Estados Unidos colaboraba y financiaba a las dictaduras militares de América del sur para eliminar a los opositores políticos de izquierda y cualquier forma de disidencia. Sin embargo, tras la caída del muro de Berlín, el Gigante del Norte ha cambiado a otras estrategias de cambio de régimen más sutiles, por ejemplo, la llamada guerra híbrida, donde pudiera haber una negación más plausible, como lo son: el llamado lawfare (instrumentalización del poder judicial para socavar la credibilidad de figuras políticas), campañas de desinformación, ciberataques, y la financiación de ONGs y otros grupos civiles avocados a manufacturar las llamadas revoluciones de colores.
El alzamiento militar del 2019, que dejó a Evo Morales fuera del poder acusado de fraude electoral, tiene las características de este último estilo de golpe de estado a través de técnicas más blandas.
Para Erica De Bruin (profesora del Hamilton College), fue a todas luces un golpe de estado, «En la práctica, la diferencia entre un golpe, una revolución y un levantamiento popular puede ser borrosa. Los golpes de Estado ocurren cada vez más mediante protestas públicas generalizadas, y es muy difícil que esas protestas tengan éxito sin el apoyo de una facción de los militares» dijo para la BBC. Recordemos que, en el 2019, además de las protestas “populares” (instigadas por estas ONGs compradas) y militares, fue vital para el éxito de la operación la legitimación de dicho movimiento por parte de la OEA, órgano que está claramente al servicio de Estados Unidos, lo cual se evidenció al publicar la OEA un informe aduciendo evidencia de irregularidades en el proceso electoral.
Hoy en día, una vez disipado el humo, se reconoce ampliamente y por todas las fuerzas políticas que no hubo fraude en las elecciones de 2019.
Tendríamos que preguntarnos qué razones podría tener Estados Unidos para querer un gobierno favorable a sus intereses en Bolivia. Una pista la encontraremos en un tweet del hoy dueño de X (otrora Twitter) y Tesla, Elon Musk, que al ser increpado por el papel de Estados Unidos en el golpe de Bolivia para que él obtuviera el litio, respondió: “le daremos un golpe a quien queramos, acéptenlo”.
Bolivia, junto a Argentina y Chile, está ubicada en el llamado “Triángulo del Litio”, ya que posee una reserva del 85% del mineral.
Este metal, conocido como “oro blanco”, es crucial para la fabricación de baterías de iones de litio utilizadas en vehículos eléctricos (EVs), dispositivos electrónicos y almacenamiento de energía. Sin embargo, Australia y China dominan en este momento la producción de Litio, convirtiendo al Triangulo de Litio en un terreno inexplorado de grandísimo potencial.
En un mundo que lentamente hace su transición hacia energías limpias, el control de este comodity (identificado como mineral crítico) es tan estratégico como lo ha sido el petróleo crudo. El otro gran competidor en el mercado de los EVs es China, quien, a través de inversión en innovación, aseguramiento de la cadena de valor de las baterías y acuerdos de transferencia tecnológica, ha logrado mediante marcas como BYD dominar el mercado, y competir seriamente con los comparativamente costosos Teslas.
Estados Unidos no ha tenido otra salida que imponer tarifas que vuelvan incomparables los vehículos chinos, y presionar a Europa para que haga lo mismo: la fantasía del libre mercado.
De aquí que para EE. UU. dominar el Triángulo del Litio sea crucial para frenar el crecimiento de la industria verde china y potenciar la propia; el primer paso es pues tener gobiernos amigables que dispongan de un marco legal favorable para la explotación de la riqueza mineral común. En la Argentina de Milei (quien ya ha visitado a Musk en 2 ocasiones) fue aprobada la Ley Bases y el Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones (RIGI), que facilita a multinacionales extractivistas occidentales la explotación de minerales ofreciendo beneficios aduaneros, tributarios y regulatorios; sin tener en cuenta las posibles graves consecuencias ambientales y sociales, que afectan las comunidades locales y al medio ambiente.
Mientras Bolivia siga ejerciendo soberanía sobre sus recursos naturales, seguirá en la mira de las potencias del Norte Global, pero no dudamos que cualquier crisis interna (real o manufacturada) sea aprovechada en la guerra híbrida para perpetuar el saqueo imperialista y la devolución de la economía boliviana a una era meramente extractivista, en beneficio únicamente de los intereses del gigante del norte.
(https://acortar.link/yQBPKT)
 
 
 
 
 
UNA PERSPECTIVA INDIANISTA CRITICA DEL ESTADO PLURINACIONAL EN BOLIVIA
 
Indianismo, una ideología surgida del pensamiento aymara y quechua, ayudó a llevar al poder a Evo Morales. ¿Qué es el balance del proyecto de descolonización de su gobierno?
 
Nacla Reporting (https://acortar.link/LuRFkt)
 
El 22 de enero de 2006, Evo Morales se convirtió en el primer presidente indígena de Bolivia. Sus lágrimas durante la entrega de la banda presidencial fueron compartidas por miles de indígenas de todo el país que se sintieron representados por una figura de origen popular. Sin formación académica y con una trayectoria basada en la dirigencia sindical entre los productores de coca, su llegada a la presidencia representaba un acontecimiento sin precedentes en la historia de Bolivia. Su posesión en el sitio precolombino de Tiwanaku, rodeado de amautas (líderes espirituales aymaras) y otros líderes indígenas, transmitió la sensación de que el poder político ya no sería exclusivo de las élites blanco-mestizas, sino que los pueblos indígenas habían llegado al gobierno “para quedarse”.
La llegada de Morales y su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS) a la presidencia, fue producto de las luchas de diversos pueblos indígenas por acceder al poder político dentro del estado republicano. Pero, al mismo tiempo, fue la culminación de importantes corrientes ideológicas que la precedieron, específicamente los movimientos indianista y katarista, quienes, desde el último tercio del pasado siglo, apostaron por disputar el poder político a partir de principios como la descolonización y la reconstitución de los pueblos. 
Bolivia ingresó al siglo XXI con grandes movilizaciones indígenas y campesinas contra los gobiernos denominados neoliberales. En el año 2000, destacan los bloqueos de caminos, encabezados por Felipe Quispe Huanca, conocido como el Mallku, en la zona andina, y en Cochabamba la llamada “guerra del agua”. Estas movilizaciones lideradas por sindicatos agrarios y cocaleros exigieron la renuncia del entonces presidente Hugo Banzer Suárez, evidenciando la emergencia de los sectores indígenas en la política boliviana. El culmen de los conflictos llegó en 2003 con la denominada “guerra del gas” en la ciudad de El Alto, que fue reprimida por las fuerzas de seguridad. La represión impulsó la unión de diversos sectores populares, quienes empezaron a plantear la necesidad de “refundar el Estado”. Esta propuesta desafió las estructuras políticas conservadoras y dio paso a las formas nativas de hacer política.
Esta emergencia indígena venía dotada de símbolos y discursos que el movimiento indianista había promovido desde la década de 1960, cuando empezaron a cuestionar la historia oficial y denunciar el estado-nación por considerarlo una continuidad colonial. Entre estos símbolos destacan la bandera wiphala, la hoja de coca, el retorno a valorar los propios idiomas y la vestimenta, y la recuperación de líderes históricos como Tupak Katari y Bartolina Sisa. El principal ideólogo del movimiento indianista, Fausto Reinaga, autor del seminal libro La Revolución India, publicado en 1970, planteó la idea de “las dos Bolivias”: una blanca, minoritaria y con poder político, y otra mayoritaria, indígena, explotada y oprimida. Así, el indianismo contribuyó a construir una narrativa contra hegemónica frente a la visión dominante de una nación blanco-mestiza, que pretendía enmascarar su hegemonía bajo corrientes como el multiculturalismo.
En este punto se plantean algunas preguntas: ¿Respondió el actual Estado Plurinacional a los anhelos del movimiento indianista? ¿En qué medida sus postulados dialogan con la plurinacionalidad del gobierno del MAS? Este texto busca responder a estas interrogantes mediante la recopilación de voces de intelectuales y militantes indianistas, quienes evidencian que existen tanto aproximaciones como discrepancias en relación con la agenda política que estos plantearon desde finales del siglo pasado.
El auge del movimiento indianista
En nuestras reuniones de formación realizadas en la localidad en Warisata en 2014, Felipe Quispe nos solía decir que el indianismo surge desde el primer contacto entre el nativo y el europeo, por ejemplo, cuando Atahuallpa, el último Inka, sintió la amenaza de perder su poder ante el invasor español. El sentimiento de disputa y liberación ante la amenaza colonial extranjera, son la base del indianismo. Por esto, para Quispe, había indianismo en el Taki Unquy, el movimiento político mesiánico indígena andino del siglo XVI que se contraponía directamente al catolicismo y la colonización española. Había indianismo también en las rebeliones de Tupak Amaru-Micaela Bastidas, Tupak Katari-Bartolina Sisa, Pablo Zarate Willka y Laureano Machaca, entre otros, puesto que estos movimientos resistían el poder colonial.
Sin embargo, el indianismo, como movimiento político partidario anticolonial, fue fundado por aymaras y quechuas en la región andina de Bolivia en 1960, a través del Partido Autóctono Nacional (PAN). Surgió en el contexto de la post-revolución nacional de 1952, que promovía el mestizaje y la “campesinización” del sujeto que históricamente había sido denominado como “indio” desde la época colonial hasta los primeros años de la República. No estamos de acuerdo con las perspectivas teóricas que asocian a todos los movimientos andinos bolivianos como “indianismo”. Sabemos que existen movimientos con propuestas e históricos distintos como el katarismo, el indianismo tupak-katarista y el indianismo-katarismo, pero es de nuestro interés abordar, por falta de espacio, solamente el indianismo.
Una primera característica es que esta corriente recupera la categoría “indio”, desmarcándose de los términos “indígena” y “campesino”, los cuales, según los indianistas, eran utilizados para asimilar y civilizar, al mismo tiempo que encubrían la discriminación y el racismo. Constantino Lima Chávez, uno de los fundadores del PAN, afirmó en el momento de la fundación del partido: “Ya que con el término 'indio' nos quieren humillar y es el arma para humillarnos, ese mismo término 'indio' vamos a utilizar para defendernos de las humillaciones hasta la victoria final”.
El indianismo es, por tanto, una ideología política donde el indio piensa un proyecto de poder bajo sus propios términos y bajo su propio instrumento político partidario. De ese modo, plantea al indio como sujeto principal de la revolución en un contexto donde el racismo era estructural en Bolivia. Posiciona asimismo categorías como “las dos Bolivias”, “Poder Indio” y la “Revolución India”. Entre sus fundadores y militantes destacados se encuentran, además de Lima Chávez y su principal escritor y teórico Reinaga, Raymundo Tambo, Luciano Tapia y Tania Cruz.
De este primer partido surgieron otros, como el Movimiento Indio Tupak Katari (MITKA), que logró ganar algunas diputaciones en el parlamento. También surgió el Partido Indio de Bolivia (PIB) y, a finales de la década de los 70 e inicios de los 80, las fracciones kataristas como el Movimiento Revolucionario Tupak Katari (MRTK) y el Movimiento Revolucionario Tupak Katari de Liberación (MRTKL). Los kataristas reivindicaban el sindicalismo campesino, concibiendo la descolonización no solo en términos de raza, sino también de clase. En 1993, esta fracción logró llevar al dirigente aymara, Víctor Hugo Cárdenas, a la vicepresidencia de Bolivia, en alianza con el empresario Gonzalo Sánchez de Lozada. Durante esa década, el panorama político se caracterizó por políticas multiculturales, que para el movimiento indianista fueron políticas neoliberales que reconocían la diferencia cultural y étnica, pero sin cambiar la base colonial que mantenía las diferencias sociales. En estas políticas el indianismo fue perdiendo relevancia frente al ascenso del katarismo.
Un hito importante viene en 1998, cuando Felipe Quispe asume el cargo de secretario ejecutivo de la Confederación Sindical de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB). A través de diversas movilizaciones campesinas inspiradas en los cercos de Tupak Katari, Quispe vuelve a posicionar las categorías y postulados indianistas, creando las condiciones para la llegada de Evo Morales al poder.
El amanecer del Estado Plurinacional
En la primera gestión del gobierno de Morales se convocó en 2006 una Asamblea Constituyente donde los pueblos indígenas formaron parte de la construcción del nuevo modelo de Estado. Después de dos años de disputas, debates y acuerdos entre los diferentes sectores sociales del país, la nueva Constitución Política del Estado fue aprobada por medio de un referéndum el 25 de enero de 2009 y entró en vigor el 7 de febrero del mismo año. Esta constitución denomina a Bolivia como un “Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías”.
La nueva constitución establece que la finalidad del nuevo Estado es constituir una sociedad cimentada en la descolonización. Además, incorpora principios ético-morales basados en preceptos indígenas, tales como Suma Qamaña (vivir bien), Ñandereko (buena vida), qhapaj ñan (camino noble), entre otros. Asimismo, reconoce 36 lenguas indígenas como oficiales del Estado, junto con la lengua castellana, y se incluye a la bandera indianista wiphala como símbolo patrio. También se introduce una nueva terminología oficial para referirse a las poblaciones nativas. Se las llama “Naciones y Pueblos Indígena Originario Campesinos”, en un intento por unificar los diferentes sectores rurales del país. Desde la perspectiva del sacerdote e investigador Xavier Albó en su trabajo “Las flamantes autonomías indígenas bolivianas” (2010), esta unión identitaria era necesaria, ya que todas ellas, pese a su pasado común, habían asumido con el tiempo diferentes categorías producto de los distintos procesos sociales y políticos.
Las voces críticas de líderes y militantes de organizaciones y colectivos del indianismo aquí presentados muestran las similitudes y diferencias entre este movimiento político y el proyecto plurinacional plasmado en la Constitución de 2009. Estos aportes evidencian la continuidad de relaciones coloniales a pesar del discurso plural que el Estado actual sostiene, dando pistas para pensar otros horizontes posibles. Sus perspectivas destacan que la historiografía indianista invita a un análisis crítico que sobrepasa el binarismo clásico de izquierdas y derechas, centrándose en las necesidades y problemáticas actuales de las comunidades indígenas.
Luces y sombras de la plurinacionalidad
En el movimiento indianista existe la idea común de que el proyecto plurinacional no representó una salida política para los múltiples problemas sociales de los pueblos indígenas. Uno de los motivos de esta crítica es que el Estado Plurinacional no representa una realidad práctica en las comunidades del país. Por ejemplo, no hubo una “indianización” del sistema de justicia, tal como lo establece la nueva Constitución, ni tampoco una suerte de cambio significativo en las políticas públicas orientadas a la educación y la economía. Al respecto, el sociólogo aymara Pablo Mamani Ramírez, referente en temas de los movimientos sociales en los Andes bolivianos, señala: “El Estado Plurinacional existe jurídicamente, pero en la materialidad histórica no, porque no hay una pluralidad política, una pluralidad institucional, una pluralidad epistemológica académica”. Esta es una de las problemáticas a la hora de analizar la plurinacionalidad como política de Estado.
En las palabras del historiador aymara Pedro Portugal Mollinedo, director del periódico Pukara, una de las revistas más importantes en la difusión de las ideologías políticas indígenas: “La plurinacionalidad es como toda idea política que se prueba en la práctica. Son casi 20 años que se lo ha intentado probar no solamente en Bolivia, también en Ecuador. Ha sido una propuesta y ahora cualquiera puede hacer un balance sobre lo que hay de plurinacionalidad en el país. No hay nada.”. A más de diez años del Estado Plurinacional en Bolivia y de la continuidad de relaciones coloniales y extractivistas, Portugal afirma que: “La Constitución Plurinacional no resuelve el problema de la colonización”.
Además, señala Portugal que se han construido “muros de silencio” contra las voces de diputados indígenas del pasado, de personajes históricos y de muchos otros que ocuparon cargos públicos en el Estado boliviano, como si todo se hubiera iniciado con Morales. El proyecto plurinacional se nutre de la simbología indígena, pero promueve una narrativa que reduce su potencial crítico y transformador. Un estado que proponga construir una sociedad más democrática y plural no debe silenciar las demandas históricas de sus pueblos, ni pretender que los proyectos históricos sean utilizados como bandera política partidaria.
Sin embargo, el MAS instrumentalizó la plurinacionalidad y el discurso de la descolonización, vaciando sus significados iniciales para convertirlos en una herramienta política de poder. Al respecto, Elizabeth Huanca Coila, activista que milita en redes de mujeres andinas y doctorante en Estudio Culturales en la Universidad Andina Simón Bolívar (Ecuador), se pregunta: “¿En qué momento nos perdimos? Probablemente en el momento de la etiquetación de la plurinacionalidad como soporte del indigenismo nada más”. Es decir, el proyecto plurinacional habría sido construido de fuera para adentro, en base a la palabra de no indígenas hablando por los indígenas.
Como apunta Wilmer Machaca Leandro, miembro del grupo indianista Jichha, que destaca por su trabajo en la socialización en redes sociales de materiales escritos sobre el contexto andino e historia aymara: “Quiénes más han influido en la configuración del Estado Plurinacional no han sido los propios actores, no han sido construcciones que han venido desde abajo, sino que desde arriba. Y creo que en gran medida las aspiraciones de cómo se iba a imaginar lo indígena o este reconocimiento de la diversidad ha estado sumamente construida desde espacios académicos urbanos”.
Acerca de la relación entre el horizonte indianista y el proyecto plurinacional, Minerva Coronel, historiadora y abogada que viene de una tradición familiar de luchas andinas, coincide con Machaca y Huanca en enfatizar que no existe confluencia entre ambos. “Reinaga veía como un peligro el clasificarnos porque nos iban a convertir en minorías”, comenta Coronel. Reinaga falleció en 1994, más de una década antes de la llegada al poder del gobierno del MAS, pero Coronel cita una conversación que tuvo con su sobrina, Hilda Reinaga, sobre la perspectiva que habría tenido sobre el momento actual.  “Él nunca habría estado de acuerdo con el Estado Plurinacional”, cuenta Coronel de las palabras de Hilda, “justamente por esta división que hacen de los indios, nos divide en pequeños grupos y, al final, quién resulta mayoritario es el boliviano, el boliviano criollo, y a los pueblos aymaras y quechuas nos vuelve minoría’”.
Este punto es clave, ya que la base del indianismo es el protagonismo directo de los aymaras y quechuas. En esta misma línea, para Huanca, la diferencia entre la apuesta indianista y la plurinacional es que la primera “planteaba la deconstrucción de un sistema y de un modelo colonial”, mientras que, en la apuesta plurinacional, como ya evidenciamos, se mantuvo estructuralmente un Estado-nación “monocultural” con sus estructuras coloniales de administración. 
Sin embargo, algunos consideran que hay convergencias entre las propuestas indianistas y la plurinacionalidad, específicamente en el ámbito práctico, aunque con limitaciones. Para Mamani: “Una cosa que el indianismo clásico buscó fue que un indio sea presidente del Estado boliviano, un Estado de ‘la otra Bolivia’. Eso fue una búsqueda de los lideres indianistas como un principio básico de que nosotros nos gobernemos. El indio ha sido Evo, pero un Evo que no es de la teoría e ideología indianista sino más sindical campesinista, y, a ratos, colonial. En el sentido figurativo se logró esta coincidencia, pero en el sentido práctico ideológico no”. Con una opinión parecida, Portugal afirma que para el indianismo: “Su objetivo histórico era llegar al poder y lo ha logrado, ha visto un indio gobernar al país, que es Evo Morales. Entonces muchas de las premisas del indianismo se han cumplido, pero no han sido nada gloriosas. Lo que se inscribe ahora es un nuevo horizonte para que surjan nuevas ideas”.
Por esta línea, el escritor y politólogo aymara Illapa Callisaya Coaquira entiende la plurinacionalidad como un instrumento de los pueblos y, por tanto, del indianismo. Según Callisaya, existe una plurinacionalidad no occidental que mira los intereses de las naciones indias y que no debe ser apropiada por los intereses de la izquierda. “El horizonte indianista sirve de utopía, es lo que [Eduardo] Galeano hablaba [cuando decía que] ‘las utopías sirven para seguir avanzando’”, señala Callisaya. “En nuestro país, fundamentalmente, el indianismo ha servido de faro para que los pueblos sometidos a distintos tipos de colonialismo puedan recobrar su ajayu (espíritu), su cualidad identitaria, su cualidad de nación y no se rumben hacia un horizonte occidental de nación… Sirve como un referente utópico, pero a veces el sentido que quieren darle los que administran el Estado ya sea la derecha o la izquierda desvía este horizonte, direccionando a nuestros pueblos para que aceptemos el modo de vida occidental, la modernidad, con todas sus taras que esta ha traído.”. Según Callisaya el problema no es si la plurinacionalidad y el indianismo convergen como horizontes políticos, sino los intereses de los que se apropian y la “resemantizan” en otra dirección, una dirección no popular, no indígena y que mantiene las capas de opresión históricas del Estado boliviano.
A recuperar la historia
Como colectivo, coincidimos con la mayoría de las opiniones respecto a la distancia entre los objetivos del movimiento indianista y el Estado Plurinacional, aun cuando este último promueva el reconocimiento de los pueblos indígenas y utilice sus símbolos. El carácter interpelador de las luchas previas a la llegada de Morales y el MAS han sido paulatinamente acalladas con narrativas como el vivir bien y la interculturalidad.
En su diario de la huelga de hambre que se lanzó en contexto de las protestas que llevaron a la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, La caída de Goni (2013), Felipe Quispe, indignado por el actuar del gobierno llamado indígena, señalaba: “los dirigentes que hemos dado una dirección revolucionaria a la CSUTCB; aquellos que hemos entregado nuestra vida y sangre por la causa sagrada… realmente lo ocultaron con un velo de silencio y no resaltan los nombres y apellidos de los autores y actores; solo se habla de Evo y sus secuaces”.
En los casi 14 años del gobierno, Morales se constituyó en la salida moderada para admitir las demandas indígenas, a diferencia del indianismo, que pretendía un cambio estructural del Estado. Aquí se manifiesta una similitud con el caso haitiano cuando el antropólogo Michel-Rolph Trouillot en su libro Silenciando el pasado. El poder y la producción de la Historia (1995), hacía referencia a la imposibilidad que la historia oficial haitiana tiene de reconocer que la Revolución de 1791 fue hecha por personas negras. Al negarlo, silencian la existencia de estas en tanto sujetos históricos. La crítica indianista hace una denuncia muy parecida en relación con el papel de los indianistas en la constitución del Estado Plurinacional. El “muro de silencio” construido por la inteligencia criolla, como señala Pedro Portugal, sigue siendo un tema pendiente, puesto que al hacerlo se devalarían las inconsistencias del actual Estado con las agendas que la precedieron y le permitieron llegar al poder.
Este escenario también plantea la necesidad de repensar y redireccionar el pensamiento indianista. ¿Es suficiente el principio, el indio en el poder? La incursión de diferentes sectores y organizaciones indígenas en el aparato estatal no han cambiado las formas coloniales de administración. Problemas estructurales como la captación partidaria de organizaciones campesinas e indígenas, la corrupción, el nepotismo, la burocracia, entre otros, se han incrementado y esta vez muchos tienen rostros de aymaras y quechuas.  El excesivo uso de los símbolos indígenas en la propaganda del Estado paulatinamente vacía sus significados y reduce la posibilidad de una alternativa indígena para el cambio. Estos factores sugieren la urgencia de crear nuevos escenarios de pensamiento y acción política, donde recuperar la historia y el pensamiento de las ideologías propias puedan ser la base para la reconstitución de las agendas indígenas contra las políticas neoliberales, fascistas y anti-indígenas que lamentablemente siguen presentes en la estructura social y política boliviana. 
 
 
 
 
 
BOLIVIANOS “INVADIRÁN” AL PERÚ IGUAL QUE VENEZOLANOS, ALERTAN DESDE EL ALTIPLANO
 
Grave crisis económica y ausencia de gas y dólares quebrarán a Bolivia en 2028 y en 2029 se vendrá ola migratoria, afirman
 
Diario Ojo de Perú (https://acortar.link/IMNNOd)
 
Ante la grave crisis económica y social en Bolivia, que arreciará en los próximos años con un mayor desabastecimiento de combustible y mayores penurias para la población, se avecina el éxodo de más de un millón de bolivianos al Perú, en el marco de una ola migratoria masiva como la que ha venido desde Venezuela a territorio peruano.
Así lo advirtió, sobre Bolivia, Álvaro Ríos, exministro de Hidrocarburos del vecino país y socio director de Gas Energy Latin America.
Álvaro Ríos también señaló que Perú debe mirarse en el espejo de Bolivia para no incurrir en los mismos errores en el tema de la exploración, explotación y comercialización del gas natural.
¿Bolivia sin gas?
En declaraciones a Infobae, Ríos señaló que Bolivia se quedará sin gas natural suficiente para atender su demanda interna en 2028 por la “acelerada declinación de producción de gas natural y líquidos asociados” debido a la falta de inversiones en exploración en nuevos lotes gasíferos por la estatal boliviana YPFB, que monopoliza la operación de los yacimientos.
Recalcó que el “milagro boliviano” de años atrás, con el presidente Evo Morales, ocurrió porque, tras nacionalizarse el gas en 2006 y elevar el goverment take (que el Estado toma) al 85 %, Bolivia exportó el recurso a Brasil y Argentina, lo que le permitió tener muchos dólares para masificar internamente el gas natural a través de ductos.
¿2028 y 2029?
Sin inversiones para buscar nuevos lotes de gas, este se está acabando y Ríos indicó que se calcula que en 2028 Bolivia se quedará sin gas natural suficiente para atender a su demanda interna que, además, es subsidiada por el Estado. Y entonces, la crisis económica golpeará como nunca al país y a su población.
“A partir de 2029 empezará la importación, porque ya no tendrán nada qué ofrecerle al mundo. Esto, debido a una caída de la producción, debido a políticas estatistas que ahuyentaron totalmente la exploración privada, donde se concentran los mayores riesgos. En el Perú, pasará lo mismo que con Venezuela hace algunos años, y se espera que más de un millón de bolivianos lleguen por la crisis”, destacó el exviceministro boliviano de Hidrocarburos.
Cuidado, Perú
Durante la conferencia “Gas Natural: El fracaso del ‘milagro boliviano’ y su analogía en el Perú”, organizada por la Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH) en colaboración con el Colegio de Ingenieros del Perú (CIP), Ríos comentó recientemente en Lima que la política energética estatista y nacionalista de Bolivia ha provocado, en los últimos años, una disminución significativa de la producción de gas natural y líquidos asociados debido a la falta de proyectos de exploración.
Ríos recomendó al Gobierno peruano no caer en los mismos errores de Bolivia que forzaron un “Estado empresario” y, por el contrario, continuar con el modelo de inversión privada en el sector.
 
 
 
 
 
CRISIS ENERGÉTICA Y FALTA DE DÓLARES EN BOLIVIA ANTICIPAN EL ÉXODO DE MÁS DE 1 MILLÓN DE BOLIVIANOS AL PERÚ
 
Bomba de tiempo. El fin del ‘milagro boliviano’ por la falta de gas natural genera sus primeros estragos sobre la economía de ambos países. Gobierno de Arce intenta dilatar una migración masiva, similar a la de Venezuela, hacia el resto de la región.
 
Infobae de Argentina (https://acortar.link/rs7njQ)
 
La política energética estatista y nacionalista de Bolivia está provocando desabastecimientos y serios problemas con la economía de ese país, situación que anticipa el éxodo de más de 1 millón de bolivianos al Perú y la masiva fuga de dólares de su territorio, como ocurrió alguna vez con Venezuela, informó la consultora Gas Energy Latin America. Se calcula que la nación boliviana se quedará sin gas natural suficiente para atender su demanda interna en 2028.
De acuerdo al organismo especializado en políticas de distribución y consumo energético en la región, existe una “acelerada declinación de producción de gas natural y líquidos asociados”. Esto debido a la falta de inversiones en exploración en dólares que la estatal boliviana YPFB “no tiene como encarar”. Como se recuerda, en el país altiplánico esta compañía es la única que opera los yacimientos de gas.
Las gráficas mostradas a continuación corresponden a una exposición de la consultora en un evento organizado por la Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH).
“Bolivia no tiene la posibilidad de traer inversión privada como la tiene Perú. Se recomienda al Perú no caer en los mismos errores de Bolivia del estado empresario y continuar con el modelo de inversión privada”, destacó para Infobae Perú el titular de Gas Energy Latin America, Álvaro Ríos.
Según explica Ríos, la bonanza del “milagro boliviano” ocurrió porque, luego de nacionalizar el gas en 2006 y elevar el goverment take (lo que el Estado se queda) al 85%, Bolivia empezó a exportarlo hacia Brasil y Argentina, con lo cual generó los ingresos en dólares suficientes para masificar el recurso internamente a través de ductos.
El problema llega cuando el gas se empieza a acabar, y ya tienes una población dependiente de esa energía. Al estar en manos del Estado, el sector hidrocarburífero de Bolivia no participó en más labores de exploración. La tormenta perfecta para una economía que basaba gran parte de sus subsidios en los ingresos por gas natural.
No hay gas y escasean los dólares en Bolivia
Bolivia está ahora en medio de una encrucijada y a punto de encender el ducto que proveía gas a Argentina, pero en sentido contrario para, ahora, comprarles el recurso. La inflación en ese país llegó al 1,58% en agosto, con una acumulación anual de 4,61%, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística (INE).
“A partir de 2029 empezará la importación, porque ya no tendrán nada qué ofrecerle al mundo. Esto, debido a una caída de la producción, debido a políticas estatistas que ahuyentaron totalmente la exploración privada, donde se concentran los mayores riesgos. En el Perú, pasará lo mismo que con Venezuela hace algunos años, y se espera que más de 1 millón de bolivianos lleguen por la crisis”, destacó el también exviceministro boliviano Ríos.
De la mano de esta situación, se viene también la falta de producción de otros combustibles en el mercado interno. Así, Gas Energy Latin America sostiene que Bolivia empezará a importar GLP a partir de 2025 debido a falta de fuentes propias. Ya se importa el 46% de gasolina y el 81% de diesel.
“En Bolivia, YPFB controla toda la cadena de valor: upstream (explotación), midstream (ductos de transporte) y downstream (comercialización). La empresa es juez y parte y única proveedora de combustibles del mercado. La declinación comenzó en 2014”, aseveró el especialista.
Por tal motivo, este mes de agosto de 2024 los empresarios bolivianos anexados en la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), así como representantes del Estado altiplánico, acordaron gestionar la aprobación del proyecto de ley del Ministerio de Hidrocarburos y Energías de ese país, el cual pretende aumentar las inversiones en la exploración y explotación de hidrocarburos por parte del sector privado, casi un año después de que el presidente Luis Arce reconociera que “el gas se terminó”.
Crisis de gas y dólares en Bolivia podría llegar al Perú
Con el objetivo de evitar una situación similar en el Perú, Gas Energy Latin America -que opera en Perú, Bolivia y Venezuela- recomendó que se “comience una tarea exploratoria corrigiendo las fallas propias del sistema nacional con respecto a la elevada tramitología y conflictividad social existente”.
“Con el objetivo de que el día de mañana no se convierta en un importador neto de energía, principalmente, de gas natural, y que impacte en su economía como acontece en Bolivia”, dijo Ríos.
Perú, como Bolivia, tienen potencial para seguir explorando, explicó la consultora. El gas natural es el energético más importante para la descarbonización del planeta y se debe mantener un ciclo exploratorio continuo.
“Recomendamos a Perú generar demanda adicional para masificar el país, que debe hacerse con gasoductos y no con camiones GNL en el mediano a largo plazo, y generar demanda nacional que a su vez generara nueva inversión en exploración”, finalizó.
 
 
 
 
 
BOLIVIA: POR QUÉ HA DECLARADO EL PAÍS SUDAMERICANO EL ESTADO DE EMERGENCIA NACIONAL?
 
Bolivia declaró el estado de emergencia nacional debido a intensos incendios forestales, según anunció el Ministerio de Defensa del país el sábado. Durante una conferencia de prensa, el Ministro de Defensa, Edmundo Novillo, explicó que esta declaración facilitaría la coordinación rápida del apoyo internacional.
 
News SX de España (https://acortar.link/MmDEfP)
 
Bolivia declaró el estado de emergencia nacional debido a intensos incendios forestales. Durante una conferencia de prensa, el Ministro de Defensa, Edmundo Novillo, explicó que esta declaración facilitaría la coordinación rápida del apoyo internacional. Novillo indicó que esta medida permitiría una asistencia más ágil y efectiva por parte de las naciones amigas y la cooperación internacional.
Según Inpe, la agencia espacial brasileña que rastrea incendios, Bolivia ha experimentado el mayor número de incendios forestales desde 2010, con al menos 3 millones de hectáreas quemadas este año. América del Sur está atravesando actualmente su temporada máxima de incendios, que se extiende de agosto a septiembre, tras una temporada de incendios inusualmente temprana que comenzó en julio debido a una sequía.
Los recursos de lucha contra incendios en Bolivia están sobrecargados, lo que ha llevado al gobierno a buscar ayuda internacional. Voluntarios indígenas intentaron proteger sus tierras, utilizadas para cultivar alimentos y alimentar al ganado cerca del bosque de Chiquitano, que se extiende hacia Brasil y Paraguay, pero algunos tuvieron que evacuar.
Incendios forestales anuales en Bolivia
Brasil también ha enfrentado incendios significativos en sus ciudades, y la selva amazónica está experimentando su peor inicio en dos décadas después de una sequía récord. A pesar de la resistencia de las comunidades, los incendios han devastado territorios indígenas y áreas protegidas en la Amazonía boliviana. Estos incendios han interrumpido las fuentes de alimento, el acceso al agua potable y han destruido hogares. El problema va más allá del cambio climático para tocar cuestiones estructurales: las políticas nacionales favorecen las economías extractivas. Las comunidades son conscientes de que los incendios serán utilizados como pretexto para invadir sus tierras.
En 2019, Bolivia experimentó sus mayores incendios forestales registrados, afectando a más de 6.000.000 de hectáreas en el este de Bolivia, principalmente en el bosque seco de Chiquitano en Santa Cruz. Ese año, hubo un debate significativo sobre el «paquete de normas incendiarias», un conjunto de leyes y decretos de 2013 a 2019 que fomentaban la deforestación y facilitaban los permisos para la agricultura de quema. El «paquete de normas incendiarias» se considera un factor clave en los incendios forestales anuales del país.
En 2020, los cambios en el Plan de Uso de Suelo de Beni (PLUS) destacaron los esfuerzos de ciertos sectores para legalizar la deforestación y alterar las categorías de tierras para expandir la ganadería y la agricultura de monocultivo. Desde la aprobación del PLUS en Beni, ha habido un aumento en los puntos calientes en el departamento.
Cambio climático agravando los incendios forestales en Bolivia
Además, el cambio climático se ha convertido en una realidad innegable. En octubre, se registraron temperaturas excepcionalmente altas por el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología en al menos cinco departamentos. En octubre del año pasado, alrededor de 105 municipios en Bolivia habían declarado una catástrofe debido a la falta de lluvias. La combinación de altas temperaturas y sequía llevó a la pérdida de cultivos agrícolas en las comunidades indígenas y hizo que los bosques fueran extremadamente susceptibles a los incendios. La técnica tradicional de quema, que antes era manejable, resultó en incendios sin precedentes en las provincias de Abel Iturralde y José Ballivián durante este período.
En medio de esta crisis climática, es crucial cuestionar las normas y políticas nacionales que promueven economías extractivas relacionadas con los incendios forestales. Para 2022, Bolivia era el tercer país con mayor deforestación de bosques primarios tropicales a nivel mundial. La minería de oro aluvial ha aumentado en la Amazonía boliviana, lo que ha llevado a la deforestación a través de actividades ilegales, alteraciones de los cursos de agua y contaminación por mercurio.
Deforestación alcanzando niveles alarmantes en Bolivia
Bolivia a menudo recibe menos atención en comparación con Brasil a pesar de tener una pérdida anual significativa de bosques. En 2022, Bolivia perdió 245.177 hectáreas de bosque primario, representando el 12,4 % de la deforestación total de la Amazonía ese año. Los territorios combinados de la Amazonía de Colombia y Perú, que totalizan aproximadamente 127 millones de hectáreas, representaron solo el 12,2 %, según el Monitoring of the Andean Amazon Project (MAAP), una red centrada en el seguimiento de la deforestación en la región.
Más de la mitad de Bolivia consiste en áreas silvestres amazónicas, extendiéndose hacia el sur a través de los departamentos de Pando, Beni y Santa Cruz, y cubriendo gran parte del área noreste del país. También alcanza el norte de La Paz y el borde oriental de Cochabamba.
La destrucción en esta parte crucial pero a menudo ignorada de la Amazonía se ha acelerado significativamente. Entre 2002 y 2023, se perdieron más de 4 millones de hectáreas de bosque primario—equivalentes al tamaño de Suiza—según Global Forest Watch. Esto representa una reducción del 10 % en la cobertura de bosque primario desde principios de la década de 2000.
La deforestación reciente se debe en gran parte a incendios incontrolados. Estos incendios causados por el hombre, destinados a despejar tierras para la agricultura mediante una práctica conocida como «chaqueo», a menudo se convierten en grandes incendios. Muchos incendios son ilegales y se vuelven incontrolables, destruyendo grandes áreas de bosque.
Los trópicos pierden cobertura forestal
Los trópicos continúan perdiendo bosques primarios a un ritmo preocupante, con una superficie de cobertura forestal equivalente a la mitad del tamaño de Panamá desaparecida en 2023, según datos del laboratorio GLAD de la Universidad de Maryland.
Los datos revelan que la pérdida de bosque primario el año pasado totalizó 3,7 millones de hectáreas (9,1 millones de acres), según la plataforma Global Forest Watch (GFW) gestionada por el World Resources Institute (WRI). Esto representa una disminución del 9 % respecto a 2022, pero se mantiene casi sin cambios con respecto a las tasas de deforestación de 2019 y 2021. En las dos últimas décadas, el mundo ha perdido sistemáticamente entre 3 millones y 4 millones de hectáreas (7,4 millones a 9,9 millones de acres) de bosque tropical cada año.
Esta tendencia aleja al planeta del objetivo de lograr una deforestación cero para 2030, un objetivo global establecido por 145 países en la cumbre climática COP26 en Glasgow en 2021.
La pérdida de bosques, particularmente en las regiones tropicales, contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero. Detener y revertir la pérdida de bosques para el final de la década se considera crucial para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura media global a 1,5 °C (2,7 °F) por encima de los niveles preindustriales.
           
 
 
 
 
BOLIVIA EN LLAMAS: ALERTA SANITARIA Y CIELOS CERRADOS POR DEVASTADORES INCENDIOS
 
La intensa humareda ha contaminado el aire de manera alarmante, afectando la salud de millones de bolivianos y obligando a suspender vuelos en varios aeropuertos.
 
El Ciudadano Web de Chile (https://acortar.link/0CLNs7)
 
Los incendios forestales que azotan a Bolivia han alcanzado niveles críticos, obligando al gobierno a declarar emergencia nacional y emitir una alerta sanitaria. La intensa humareda ha contaminado el aire de manera alarmante, afectando la salud de millones de bolivianos y obligando a suspender vuelos en varios aeropuertos.
"Adoptamos esta medida para proteger la salud de la población y reducir los efectos adversos que afectan principalmente a las personas con enfermedades crónicas, niñas y niños, mujeres embarazadas y adultos mayores", afirmó el presidente Luis Arce, quien destacó que los equipos de salud han sido desplegados a las zonas más afectadas para brindar atención médica.
"Los altos niveles de contaminación ambiental producto de los incendios registrados en los departamentos de Pando, Beni, Santa Cruz y La Paz" han obligado a tomar medidas drásticas, según explicó el mandatario. La ministra de Salud, María Renée Castro, detalló que algunos departamentos han registrado índices de contaminación "extremadamente malos".
Ante esta situación, las autoridades sanitarias han recomendado a la población el uso de mascarillas y evitar actividades al aire libre, especialmente a los grupos vulnerables. Además, se han suspendido clases en varias regiones para proteger la salud de los estudiantes.
La humareda ha provocado la suspensión de vuelos en los principales aeropuertos del país, incluyendo el de Viru Viru, el más importante de Bolivia. La estatal Navegación Aérea y Aeropuertos Bolivianos (Naabol) informó que la visibilidad reducida por el humo ha imposibilitado las operaciones aéreas en varias ciudades.
Los incendios, atribuidos en gran medida a los "chaqueos" o quemas controladas para la preparación de tierras agrícolas, han arrasado con millones de hectáreas de bosques y pastizales, causando un grave daño al medio ambiente y a la biodiversidad.
La situación es crítica y requiere una respuesta coordinada de todos los sectores de la sociedad. El gobierno ha solicitado ayuda internacional para combatir los incendios y restaurar los ecosistemas dañados.
 
 
 
 
 
PARAGUAY ESTÁ EN ALERTA MIENTRAS LOS INCENDIOS FORESTALES DE BOLIVIA AVANZAN HACIA LA FRONTERA
 
Las autoridades indicaron que 35 integrantes de los bomberos partieron de Asunción con rumbo a la zona, ubicada a unas 15 horas por carretera desde la capital paraguaya. El fuego amenaza con extenderse hacia una reserva natural
 
Infoabe de Argentina (https://acortar.link/knMVc1)
 
El Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Paraguay permanecía este domingo “en alerta” ante un incendio que afecta una vasta zona de la región del Chaco (oeste), en la frontera con Bolivia, y amenaza con extenderse hacia una reserva natural ubicada en el departamento de Alto Paraguay, informaron fuentes de esa entidad.
Las llamas han arrasado un área importante de la región de Chovoreca donde están ubicadas extensas propiedades agrícolas, declaró a EFE el segundo comandante nacional del cuerpo de bomberos, Ray Mendoza.
El oficial indicó que el incendio es forestal, por lo que no se reportan hasta ahora daños materiales ni fallecidos. No obstante, admitió que la fauna ha sido la más afectada, ya que numerosos animales han muerto o debieron migrar.
El fuego -advirtió- puede extenderse hasta el área silvestre protegida de Cerro Chovoreca.
Mendoza confirmó que 35 integrantes de los bomberos partieron de Asunción con rumbo a la zona, ubicada a unas 15 horas por carretera desde la capital paraguaya.
El portavoz señaló que dos unidades que se movilizaban hasta el lugar de la emergencia chocaron por la escasa visibilidad, lo que dejó a sus ocupantes con heridas que no revisten gravedad.
Para acceder al sitio del incendio, las cuadrillas deben llegar primero a la ciudad de Filadelfia, capital del departamento de Boquerón (ubicada a unos 400 kilómetros de Asunción), y continuar el recorrido por “caminos de tierra”.
Por su parte, el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social informó en su cuenta en X que dos móviles fueron trasladados desde Boquerón “con equipos de contingencia”.
Las unidades están dotadas de medicamentos, insumos y oxígeno para acompañar en las labores a los funcionarios de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) y los bomberos.
A raíz de los incendios activos en distintos puntos del territorio, el Ministerio de Salud advirtió de que la calidad del aire en el país es “moderada”, por lo que advirtió sobre los efectos en “grupos susceptibles”.
Entre otros, alertó sobre síntomas respiratorios, como tos, dificultad para respirar y conjuntivitis, así como del posible agravamiento de las enfermedades cardíacas o pulmonares en personas con esas patologías.
Las autoridades sanitarias recomendaron reducir “el esfuerzo prolongado o intenso al aire libre” y consultar a los servicios de salud en caso de algún síntoma.
El Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) contabilizaba hasta este viernes 169 puntos de calor en todo el país, particularmente en las zonas de Estero Milagro, Estero Yetyty, Tinfunqué y la reserva de la Biósfera del Chaco.
Ese despacho llamó la atención sobre “la quema de pastizales” y aseguró que “nos afecta a todos”.
El Gobierno de Bolivia emitió una alerta sanitaria por la contaminación ambiental ocasionada por los incendios forestales que también afectó este domingo a las operaciones en algunos aeropuertos en el oriente y el norte amazónico del país.
El presidente del país, Luis Arce, informó en sus redes sociales sobre esta decisión tomada “para precautelar la salud de la población boliviana” ante “los altos niveles de contaminación ambiental producto de los incendios registrados en los departamentos de Pando, Beni, Santa Cruz y La Paz”.
“Adoptamos esta medida para proteger la salud de la población y reducir los efectos adversos que afectan principalmente a las personas con enfermedades crónicas, niñas y niños, mujeres embarazadas y adultos mayores”, sostuvo el gobernante.
Según Arce, los “Equipos de Respuesta Rápida (del Ministerio de Salud) han sido oportunamente desplazados a los municipios afectados” para asistir a pobladores de las zonas afectadas y también a bomberos y voluntarios “que trabajan incansablemente para mitigar el fuego”, con 6.162 atenciones médicas en Santa Cruz, Beni y Pando.
En la víspera, la ministra de Salud, María Renée Castro, explicó que la decisión responde a que “de manera muy pronta” se pasó a tener una “contaminación bastante elevada”, incluso con un departamento boliviano que llegó a tener un índice de contaminación ambiental (ICA) “extremadamente malo”.
Ese ministerio emitió un instructivo para los Servicios Departamentales de Salud (Sedes) para un monitoreo diario del ICA que permita tomar acciones acordes con ese índice y reducir la exposición de la población al aire contaminado.
 
 
 
 
 
PIDEN INTERVENCIÓN DE LA FIFA EN LAS ELIMINATORIAS CONMEBOL: LA GOLEADA DE BOLIVIA A VENEZUELA DESATÓ CRÍTICAS A LOS ORGANIZADORES
 
El próximo partido de Bolivia será contra Chile el martes 10 de septiembre, en el marco de la fecha 8 de las eliminatorias Conmebol al Mundial 2026.
 
Revista Semana de Colombia (https://acortar.link/d8Quzb)          
 
La reciente victoria de Bolivia sobre Venezuela en las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de la FIFA 2026 ha generado críticas debido a la altitud del estadio Municipal El Alto, ubicado a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar. Bolivia ganó 4-0, obteniendo su segunda victoria en las eliminatorias, pero el recinto ha sido cuestionado por su impacto en la salud de los jugadores rivales.
Y es que a diferencia del rendimiento mostrado en la última Copa América y las primeras seis jornadas de las Eliminatorias, el conjunto ‘vinotinto’ dirigido por el argentino Fernando Batista se mostró en el partido del pasado 5 de septiembre, desorientado desde el primer minuto de juego en el estadio de El Alto. Hay quienes aseguran que debido los 4,150 metros, la escuadra venezolana perdió su racha de cinco partidos sin derrotas. Venezuela sigue en zona de clasificación, pero quedaron desdibujados luego de su buen paso en el certamen.
De acuerdo con datos del periodista y estadístico deportivo Mister Chip, este estadio, localizado exactamente en la ciudad de El Alto, en la provincia de Murillo del departamento de La Paz, es “el de mayor altitud en la historia de los 8,503 partidos válidos por las Eliminatorias”, lo cual según él, podría representar una “ventaja” futbolística para los bolivianos. A su vez, el estadista español llamó a la FIFA a observar esta localidad.
Sin embargo, este estadio recibió previamente el visto bueno de la Conmebol. El seleccionado boliviano dejó los 3,600 metros sobre el nivel del mar del tradicional estadio Olímpico Hernando Siles de La Paz, para mudarse hacia una de las ciudades más pobladas del país. Precisamente, el director técnico Óscar Villegas, que proviene del club Always Ready, equipo que juega como local en este recinto.
“El fútbol está hecho de detalles. No quiere decir que con esto (cambio de estadio), vamos a ganar. En El Alto trataremos de ser lo más intensos posible, que sepan que están en un campo nuevo que hasta ahora es imbatible”, señaló el estratega en referencia a que los clubes bolivianos no han perdido allí en partidos por competiciones internacionales.
Aunque la Conmebol ha aprobado este escenario para los encuentros internacionales, la situación ha despertado comentarios sobre la necesidad de que la FIFA intervenga para revisar las condiciones. El estadio Municipal El Alto, con capacidad para 24.000 espectadores, también es significativamente más pequeño que el Hernando Siles, pero su ubicación en una de las ciudades más altas del mundo y representa un desafío adicional para los equipos visitantes.
Este escenario ha sido utilizado por equipos bolivianos en torneos internacionales, como la Copa Libertadores y la Sudamericana, donde también se ha mantenido invicto.
El impacto de la altitud en los partidos de fútbol no es nuevo, pero la decisión de Bolivia de jugar en El Alto ha reavivado el debate sobre la equidad de estas condiciones extremas en el deporte. La FIFA ha sido llamada por la prensa internacional y muchos en Venezuela a intervenir para revisar si este estadio supone una ventaja ‘desleal’ o no para los bolivianos.
Cabe recordar que según la programación oficial de Conmebol, en este mismo estadio, las selecciones de Bolivia y Colombia se verán las caras el jueves 10 de octubre en una nueva jornada de eliminatorias.
El próximo partido de Bolivia será contra Chile el martes 10 de septiembre, en el marco de la fecha 8 de las eliminatorias Conmebol al Mundial 2026; pero esta vez, la escuadra deberá viajar al Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos en la ciudad de Santiago, habrá que ver cómo será la actuación de los dirigidos por Villegas que actualmente ocupan la octava posición en este certamen. El partido será transmitido en varios países, con horarios y canales establecidos para cada región, incluyendo ESPN y Tigo Sports en Bolivia.

No comments: