El presidente Evo Morales Ayma saludó hoy la vocación democrática de los pueblos estadounidense y nicaragüense que este martes y el pasado fin de semana acudieron a las urnas para renovar su Congreso, y elegir a su nuevo Presidente, respectivamente.Morales congratuló al nicaragüense Daniel Ortega quien, después de 16 años, volverá a asumir el mando de ese país luego de derrotar en las urnas al conservador ex banquero Eduardo Montealegre, candidato cercano ideológicamente al presidente estadounidense.Respecto de la derrota del Partido Republicano de George W. Bush en las elecciones legislativas de este martes, el Primer Mandatario fue cauto e indicó que prefería no comentar ese resultado electoral, aunque ponderó que la democracia haya dado su veredicto en las urnas.“No quiero hacer ningún comentario (sobre los resultados electorales en EEUU), saludamos a todos los países democráticos que definen con el voto de los pueblos, de las naciones a los presidentes. También saludar al pueblo de Nicaragua por esa vocación democrática, saludar al ganador Daniel Ortega, ya es un Presidente electo”, aseguró el Jefe de Estado.Por ello, dijo que en horas de la mañana se comunicó telefónicamente con el electo Presidente de Nicaragua para felicitarlo por su triunfo y a través de él a todo el pueblo nicaragüense por su vocación democrática. El presidente Morales fue categórico al precisar que la actitud del Gobierno boliviano es y será siempre saludar las vocaciones democráticas de todos los países del mundo.El ex guerrillero sandinista, Daniel Ortega, ganó el pasado domingo las elecciones presidenciales de Nicaragua, despertando en la población esperanzas de mejoras sociales.En el informe final de resultados, el sandinista obtuvo un 38,07 por ciento de los votos, con una diferencia de más de nueve puntos sobre su principal rival, Eduardo Montealegre, con el 91,48 por ciento del total de mesas escrutadas. El político oficialista reconoció su derrota.Mientras que los resultados de las elecciones para la Cámara de Representantes en Estados Unidos definieron que la mayoría de los escaños –después de 12 años-- sea para los demócratas, ocasionando una severa derrota para los republicanos.Según pronósticos de la compañía de televisión ABC, los demócratas van a recibir de 28 a 36 escaños en la cámara de representantes, siendo el mínimo necesario de 15 para obtener victoria. En tanto que en el Senado, el recuento de votos la oposición demócrata se alzó hoy con la senaduría en juego por el Estado de Montana y quedó a sólo una banca de asumir también la mayoría en la Cámara Alta.
Opinión
UN GOLAZO DE EVO MORALES
Rebelión de España (www.rebelion.org)
El Presidente de Bolivia es un activo y destacado jugador de fútbol. Incluso en los momentos más inverosímiles se concede un tiempo para jugar una "pichanguita". Pues bien, en estos días ha metido un gol de media cancha, firmando nuevos contratos con todas las empresas petroleras que trabajan en el país.
Aunque no agota su programa nacionalizador, que todavía tiene pendiente la expropiación de las acciones de cuatro empresas, esta firma de contratos con todas las compañías –incluso con las que probablemente serán expropiadas en el futuro– hace progresar dicho programa de manera fundamental.
Los contratos no son todo lo que se dice de ellos, por supuesto, pero no cabe duda de que parecen bastante mejores que los que van a sustituir. Si éstos obligaban a las empresas al pago de regalías de 18 a 50 por ciento, e impuestos de 25 por ciento a las utilidades, constituyendo un "goverment take" (participación gubernamental) de entre 30 y 60 por ciento de la producción, los actuales –de los que todavía, sin embargo, no se sabe mucho– establecerán, según las declaraciones oficiales y de Petrobras, un "goverment take" de alrededor de entre el 50 y el 80 por ciento. Además, ahora el Estado no será el que reciba las contribuciones de unas empresas que producían, transportaban y exportaban los hidrocarburos a su aire, lo que dio lugar a una enorme suspicacia, sino el que pagará a las compañías petroleras por sus servicios de explotación de hidrocarburos. Y no en especie, como ellas pidieron hasta el final. El gobierno les pagará con dinero, transformando así a sus antiguas asociadas en "operadoras a sueldo". Ni más ni menos. No se trata, por supuesto, de una relación desconocida dentro de la industria petrolera. Pero es diametralmente opuesta a la que prevaleció entre 1996 y el día de hoy, tiempo durante el cual algunas compañías pudieron darse el lujo de fijar un precio para el gas boliviano inferior a los parámetros regionales, cuando las ventas se realizaban a sus sucursales extranjeras.
Durante años, las compañías petroleras y los expertos vinculados a ellas afirmaron que "jamás" aceptarían que se les quitara la condición de comercializadoras directas de su producción, porque en tal caso ya no podrían incluir las reservas que explotan entre sus activos bursátiles, y por tanto sufrirían financieramente. Pues bien, el presidente Morales acaba de mostrar de qué material estaba hecho ese "jamás"; era feble, pero hizo caer en el error a más de uno (incluyendo al director de PULSO).
Ahora bien, reconocidas nuestras culpas, relativicemos. Lo poco que dijeron las empresas petroleras después de la firma de los contratos (se han quedado calladas como suelen hacer, a la hora de la verdad, los bravucones), sugiere que el gobierno cedió algunas disposiciones en los contratos, todavía desconocidas, y garantizó que las retribuciones sean suficientes para asegurar la rentabilidad de las inversiones. Por tanto, antes de cerrar la evaluación sobre lo sucedido, todavía hay que conocer esas disposiciones.
Por otra parte, también es necesario, aún, conocer las verdaderas cifras del negocio, porque las que ha dado el gobierno están ciertamente endulzadas. Por ejemplo, la propaganda oficial compara las recaudaciones fiscales por hidrocarburos de hace dos o tres años (300 y pico millones por año) con las de ahora (500 y pico millones por año), y con las del futuro (mil millones por año), y atribuye estas modificaciones exclusivamente al cambio de las normas, sin aclarar que los volúmenes de exportación son muy distintos. O compara "peras" (las regalías del 18 por ciento que establecían los contratos menos favorables de la serie de contratos firmados en el pasado) con "manzanas" (el probable "goverment take" de los contratos más favorables de entre los que se acaban de firmar).
Asimismo, hay que tomar en cuenta que estos contratos se aplicarán a campos de gas en funcionamiento, mientras que probablemente las condiciones que deba ofrecer Bolivia a la inversión de riesgo, es decir, a la que el país necesitará en el futuro para el descubrimiento de nuevos yacimientos, tendrán que ser condiciones diferentes, más parecidas a las de los años noventa.
Y, finalmente, es necesario considerar cuáles serán los resultados de la expropiación de la Empresa Boliviana de Refinación, de Transredes, Chaco y Andina, es decir, de las cuatro firmas que en el pasado pertenecieron al Estado. Algo que resulta imprescindible para realizar un balance completo y objetivo del significado histórico de la nacionalización del gas.
A pesar de todo esto, sería muy mezquino de nuestra parte negar que hasta ahora el gobierno logró mucho más de lo que algunos dijimos que podría obtener sin la salida de las petroleras del país, sin juicios internacionales, sin millonarias indemnizaciones. Al no creer en las declaraciones de estas compañías, el gobierno tuvo razón. Nosotros no; fuimos ingenuos y nos equivocamos.
En lo que no erramos, sin embargo, es en nuestra oposición a la idea de que la captura de las rentas del gas es la clave para un auténtico desarrollo del país. Lo crucial en realidad es qué se hace con los recursos, si alimentar la rebatiña de los codiciosos, cada uno de los cuales quiere una tajada de la torta que acaba de aumentar; o si cimentar una estructura productiva que nos permita seguir prosperando cuando finalmente, de aquí a cuarenta o cincuenta años, se haya acabado el gas.
Opinión
EVO Y ALAN: EL AGUA Y EL ACEITE
La República de Perú (www.larepublica.com.pe)
Alan García se le ha prendido a la Bolivia de Evo Morales. Sin vergüenza, imputó a Bolivia representar una amenaza a la paz regional por haber suscrito un acuerdo de cooperación con Venezuela para desarrollar Puerto Pizarro (para exportar oleaginosas) y el cuartel Riberalta, de las FFAA bolivianas, fuera de la zona fronteriza. García y su canciller se cuidaron de ocultar que Bolivia tiene similares acuerdos con España (2001), Perú y Argentina (2006). Ciertamente, no han dicho nada del cuartel norteamericano enclavado en Paraguay que podría llegar a alojar 16,000 soldados yanquis con inmunidad diplomática, para "custodiar" la seguridad continental. Ni han abierto la boca frente a la base norteamericana de Mantas en Ecuador, que monitorea los cielos de Sudamérica. Y poco les hemos escuchado sobre la carrera armamentista chilena, respaldada por EEUU.
La burda maniobra buscaba evidenciar su disposición de servir como instrumento para aislar al gobierno de Evo Morales. En realidad, solo era un preámbulo a la visita de García a la Casa Blanca. Allí, ante Bush, olvidó toda crítica al TLC, abandonó cualquier propuesta de cambios y reafirmó su vocación de servicio al imperio del Norte al referirse al peligro de un "fundamentalismo andino", mientras endosó la fracasada política de erradicación forzosa de la coca que los norteamericanos pretenden imponer.
Pero no solo golpea a Evo Morales por ganarse el favor norteamericano. García se siente afectado por la firmeza política de Evo en cumplir con los compromisos que asumió con su pueblo. El contraste con el transfugismo programático y político de AGP es notorio. El candidato boliviano ofreció nacionalizar los recursos petrolíferos y gasíferos que el neoliberal Sánchez de Lozada había malbarateado (llegando al extremo de reducir las regalías que debían pagar de 50% a 18%), y como Presidente cumplió. Ofreció convocar a una Asamblea Constituyente para reformular la Carta Magna y cumplió. Ofreció encarar una Reforma Agraria para entregar tierras ociosas a campesinos pobres y sin tierra y ha comenzado a desarrollarla. Ofreció diferenciar la coca de la cocaína, dejar de lado la erradicación forzosa y promover una política de sustitución pactada de cultivos en diálogo con los cocaleros, y está trabajando en ello, haciendo respetar la soberanía boliviana. Evo Morales encarna una nueva imagen del político: la de uno que tiene palabra, que tiene una conducta ética con sus representados.
A poco más de 180 días de gobierno de Morales, todas las empresas presentes en Bolivia han firmado las nuevas condiciones de explotación de los recursos del país altiplánico: el Estado recibirá hasta el 82% del petróleo y del gas, y las empresas recibirán el 18% en retribución al servicio de extracción. La tortilla se ha volteado: el país, que recibía 18%, recibe ahora hasta 82%; y las empresas, que se quedaban con el 82%, lo harán ahora con el 18%. Además, las empresas pagarán impuesto a la renta sobre sus ganancias.
Más aun, Bolivia ha renegociado el precio de venta de su gas a Argentina y a Brasil, pasando de tres a cinco dólares el millón de btu de gas. Este conjunto de medidas, que multiplica por cuatro las regalías que recibe el país, dará a nuestro vecino más de 1,500 millones de dólares adicionales para invertir en educación, en salud, en vialidad y en apoyo al empobrecido agro boliviano. Ninguna empresa se fue del país, como vaticinaban –y vaticinan aquí– los agoreros neoliberales.
En el Perú, en cambio, el candidato Alan García ofreció –cuando menos– restituir la vigencia de la Constitución del 79 (la de papá Haya de la Torre) y como Presidente no cumplió ni cumplirá. No ofreció nacionalizar los recursos naturales, pero sí revisar ciertos contratos, colocar un impuesto a las sobreganancias mineras y, con el voto de su célula parlamentaria, pasó en el Congreso anterior una ley para cobrar a todas las empresas las regalías mineras que la ley establece. El presidente García –aliado hoy a quienes eran los "candidatos de los ricos" (UN), al fujimorismo y a los más poderosos grupos económicos– ha evadido revisar los contratos y privilegios tributarios que benefician a sus aliados, y ha abandonado el compromiso del impuesto a las sobreganancias que podrían generar al país más de 5,000 millones de soles anuales, limitándose a pasar el sombrero a las grandes mineras para un fondo que, bajo la administración de ellas mismas, tendría apenas 500 millones de soles al año. El candidato aprista criticó el TLC con EEUU y ofreció retirar la firma de Toledo; el Presidente paga lobbistas en Washington para que se apruebe y toma a Hernando de Soto, cuya ONG financia USAID, para promoverlo.
La mera comparación deja malparado a García. Este sabe que el Ande y el macrosur peruano, ancho y ajeno al Apra y a la derecha, no ha arriado sus banderas de desarrollo y justicia social. Sabe que sigue de cerca el proceso boliviano y que está cansado de los actores, del cinismo y del baile de máscaras en la política que tanto le gustan a García. De allí su animadversión a Evo Morales y a quienes han hecho del compromiso político una fe y un compromiso ético de vida.
Opinión
PERÚ Y BOLIVIA: DOS HISTORIAS, ¿DOS DESTINOS?
Noticias de Trujillo, Perú (www.noticiastrujillo.com)
En 1996, Alberto Fujimori iniciaba su segundo gobierno. Había ganado las elecciones del 95 por goleada. Gozaba de todas las ventajas derivadas del golpe de estado cívico militar del 92, y de la imposición de cambio constitucional -amañado y fraudulento- que entronizó un régimen neoliberal y corrupto, con un Estado raquítico y desarticulado, remataba nuestros principales recursos naturales y servicios públicos, mantenía un firme control sobre los principales medios de comunicación, desplegaba un engañoso populismo entre los sectores más pobres del país.
Ese mismo año 96, el gobierno neoliberal de Sánchez de Lozada en Bolivia, recién instalado -siguiendo las recetas de Washington y su homólogo peruano- redujo las regalías que debían pagar las empresas que explotaban el gas y el petróleo boliviano del 50% a 18%. Así mismo, privatizó cuanto pudo la propiedad pública y la minería boliviana, que ahora manejan transnacionales.
¿Su argumento? El manoseado cuento de que así Bolivia fomentaría nuevas inversiones, generaría mucho empleo y obtendría de grandes beneficios. El mismo que usó el fujimorismo en el Perú para descuartizar Petro Perú, privatizar sus principales reservas petrolíferas y la estratégica refinería La Pampilla. La misma historieta que empleó para rematar nuestros principales yacimientos y empresas públicas mineras, otorgándoles extraordinarios y escandalosos privilegios tributarios a sus nuevos "propietarios" extranjeros y sus socios menores del país, o para entregar la telefonía, gran parte de la generación eléctrica, la banca comercial del Estado y el sistema pensionario a manos privadas y extranjeras.
Pero, a diferencia del Perú, donde el cuento neoliberal caló en el marco de una desarticulación de las fuerzas sociales y de la izquierda, el pueblo boliviano no se dejó engatusar y desarrolló una firme resistencia. Movimientos sociales combativos y concientes, y nuevas fuerzas políticas -como el MAS de Evo Morales- enfrentaron el entreguismo neoliberal. Siete años después, cuando Sanchez de Lozada tenía poco más de un año de su segundo período (elegido por un arreglo de las fuerzas conservadoras en el Congreso boliviano) e impuso un paquetazo neoliberal, la gente lo enfrentó decididamente. Cayó en Octubre del 2003, luego de una bárbara masacre. Lo sucedió Meza, su vicepresidente, canalizando la demanda y protesta social en un referéndum, el 2004.
Entonces Bolivia se pronunció masivamente por la nacionalización de sus recursos gasíferos y petroleros. La lucha llegó a un punto culminante y el país altiplánico recuperó el derecho al 50% de regalías en mayo del 2005, con una ley aprobada por el Congreso. Pero la batalla por la nacionalización de los principales recursos naturales de Bolivia, por la plena incorporación de las mayorías de aymaras, quechuas y cambas en el sistema político y gobierno, y por poner fin al autoritarismo represivo, continuó. En el camino, se llevó de encuentro al gobierno de Meza, hasta que un nuevo proceso electoral, en enero de este año, llevó a Evo Morales a la Presidencia de la República. Y cumpliendo su compromiso electoral, Morales nacionalizó los recursos y procedió a renegociar con las empresas extranjeras. En 180 días, todas las empresas presentes en Bolivia han firmado las nuevas condiciones de explotación de los recursos del país altiplánico: el Estado recibirá hasta el 82% del petróleo del gas, y las empresas serán remuneradas con el 18% por el costo del servicio de extracción.
La tortilla sea volteado: el país, que recibía 18%, recibe ahora hasta 82%; y las empresas, que se quedaban con el 82%, lo harán ahora con el 18%. Además, las empresas pagan impuesto la renta sobre sus ganancias y, Bolivia ha renegociado también el precio de venta de su gas a la Argentina y al Brasil, pasando de tres a cinco dólares el millón de btu de gas. Este conjunto de medidas, que multiplica por cuatro las regalías que recibe el país, dará nuestro vecino más de $1,500 millones de dólares adicionales para invertir en educación, en salud, en vialidad y, en apoyo al empobrecido agro boliviano. Ninguna empresa se fue del país, como vaticinaban – vaticinan aquí- los agoreros neoliberales.
En nuestra patria, éste fue también un tema central en las pasadas elecciones. Pero Alan García, el candidato triunfador, abandonó su compromiso de siquiera colocar un impuesto a las sobre ganancias mineras, dejó de lado la obligación de cobrar las regalías mineras que la ley establece y ha evadido revisar los contratos y privilegios tributarios que hoy benefician a los grupos de poder. Así, mientras Bolivia reivindica lo suyo, el gobierno de García (alianza del alanismo, con el fujimorismo, Unidad Nacional y los representantes orgánicos de los más poderosos grupos empresariales) se limita a pasar el sombrero a las grandes mineras para generar un fondo, bajo la administración de ellas mismas, de apenas S/. 500 millones de soles al año, en lugar de cobrar impuestos y derechos que podrían generar países más de S/.5000 millones de soles anuales.
Dos caminos que pueden implicar dos destinos, sino le enmendamos el rumbo al gobierno y al país con acción y la lucha de nuestro pueblo para hacer respetar nuestra soberanía y nuestro derecho al desarrollo.
Opinión
BOLIVIA - ¿ADVERTENCIAS SENSACIONALISTAS?
Historia Paralela de Argentina (www.lahistoriaparalela.com.ar)
Las estrategias reconocen que el proceso de la refundación de Bolivia, convirtiéndola en un país socialista comunista de corte Cuba y Venezuela, no es posible entre la noche y el canto del gallo. El sueño era ganar los comicios generales y aquellos para la Asamblea Constituyente de tal manera de tener una aplastante mayoría del 80% para ejecutar los planes revolucionarios “en democracia” es decir con la bendición del soberano que es el pueblo que vota en las urnas. Ese camino al poder totalitario hubiera sido el más fácil, el más rápido, con la ventaja de ser legal; como siempre un asalto tiene la ventaja de sorprender al adversario sin darle oportunidad de organizar la defensa de sus convicciones opuestas. Este sueño no se hizo realidad.
“Puedes engañar a todo el mundo durante algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.”
Abraham Lincoln
Estoy consciente que insistir en alarmantes advertencias por la “refundación” de una Bolivia comunista –cuando otros están aparentemente ya menos preocupados- raya, para ellos, con fanatismo y pesimismo, o hace creer que no tengo otro canto. La razón de este “fanatismo” radica en que no me dejo engañar con todo el show (y algunos éxitos) que nos está ofreciendo el gobierno; más bien registro los detalles que reconfirman el plan del gobierno todavía no declarado abiertamente.
Lo más importante es la respuesta a la pregunta si los objetivos del gobierno han cambiado o siguen siendo los mismos. Entre los objetivos del MAS y del gobierno del Presidente Morales figuran el “movimiento al socialismo”, la “revolución democrática cultural”, la conquista de la “hegemonía del poder”. Por lo que sé, no hay cambios en estas y otras metas que deriven de los objetivos mencionados.
Para lograr estos objetivos existen estrategias y tácticas. Las estrategias abarcan plazos de varios años mientras que las tácticas tratan con la coyuntura dada en el presente. Las estrategias reconocen que el proceso de la refundación de Bolivia, convirtiéndola en un país socialista comunista de corte Cuba y Venezuela, no es posible entre la noche y el canto del gallo. El sueño era ganar los comicios generales y aquellos para la Asamblea Constituyente de tal manera de tener una aplastante mayoría del 80% para ejecutar los planes revolucionarios “en democracia” es decir con la bendición del soberano que es el pueblo que vota en las urnas. Ese camino al poder totalitario hubiera sido el más fácil, el más rápido, con la ventaja de ser legal; como siempre un asalto tiene la ventaja de sorprender al adversario sin darle oportunidad de organizar la defensa de sus convicciones opuestas. Este sueño no se hizo realidad.
Entonces comienza un camino más dificultoso y sobre todo más lento de perseguir el mismo objetivo con otra estrategia y táctica. Algunas medidas recientes respaldan esta tesis. Por ejemplo el uso hábil de los medios de comunicación social masiva para lavar cerebros (“educar”) y crear una aceptación de los planes del gobierno por parte del votante; sin duda una tarea nada fácil (pues los bolivianos no son prototipos del comunismo, por lo menos no los del oriente boliviano) y sobre todo una tarea que consume mucho tiempo. Otro indicador es la utilización de las instituciones para fines del proyecto, sea mediante la colocación de militantes obedientes, o la creación de entes paralelos, o cerrar instituciones independientes, o quitarles poder. Reina ahora más pragmatismo pero no cambian las utopías. La izquierda radical insiste en la revolución tipo bolchevique.
Se están combinando estas estrategias con la amenaza y con el terror, explotando el miedo pues nadie quiere la guerra civil. Para conservar la paz la gran mayoría está dispuesta a ceder hasta en asuntos que nunca deben estar a la disposición en una democracia representativa. Uno de estos principios es la división del poder, máxima totalmente contraria al totalitarismo proyectado por el MAS. La amenaza con el terror tuvo su expresión en Warisata y en San Julián, que no son casos aislados pues cualquier violación del orden legal vigente ante ojos cerrados significando una tácita aprobación del movimiento, se enmarca en esta misma línea.
Aparentemente se emplea ahora, por lo tanto, otra táctica complementaria: mostrarse del lado simpático, dócil, manso, negar que se van a ver afectados los intereses de la odiada burguesía “oligárquica”. Al parecer esta burguesía se siente relajada pues en su predisposión de creer cualquier cosa para tranquilizarse aunque sean mentiras, se aferra a esperanzas, promesas, ve selectivamente lo que le conviene y filtra lo que por supuesto también ve pero no quiere ver. Haciéndose amigo del poderoso de hoy (¿y en mayor grado mañana?) ellos esperan que ello sirva para que no los toquen. ¡Que la violencia y los atropellos perjudiquen al otro mientras que a mí me dejan en paz! es una estúpida ilusión de los vivos sin principios ni moral. Han dicho que TODOS los recursos naturales van a ser nacionalizados. Todo quiere decir todo. Seguro que el proceso sigue por donde se encuentra la menor resistencia.
La táctica consiste en no decir la verdad, no revelar las intenciones, y el público se deja engañar. ¿Hasta cuándo? Ojalá que Abraham Lincoln no esté equivocado. La caída de la popularidad del Presidente Morales del 81% al 50% podría confirmar la tesis de Lincoln.
Análisis
LOS PAÍSES ANDINOS, LOS PRIMEROS AFECTADOS
La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
La victoria de los demócratas en las elecciones legislativas de anteayer en Estados Unidos se presenta como un obstáculo a la política del presidente republicano George W. Bush en favor del librecambio y de negociar acuerdos comerciales sin ataduras con países en vía de desarrollo.
Por eso, el control que retomará el Partido Demócrata en la Cámara de Representantes es también un indicio de que el debate político cambiará de tono y de que, en el mundo, los primeros perjudicados pueden ser los países andinos (Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia).
Anteayer, en los comicios, los demócratas obtuvieron los 15 asientos que necesitaban en esa cámara para recuperar la mayoría después de 12 años de dominio republicano. Con ese resultado, lo mejor que les podría pasar a Perú y a Colombia es que sus tratados de libre comercio (TLC) con Estados Unidos fueran aprobados por el Congreso antes de Navidad, para evitar que sean incluidos en la agenda legislativa de los demócratas, que tomarán control legislativo en la primera semana de enero.
En el papel, el TLC con Perú tiene más ventaja que el de Colombia: está ya en los comités de Finanzas, del Senado, y de Medios y Asignaciones, de la Cámara baja, a la espera de ser puesto a votación. El tratado con Colombia recién cumplirá la próxima semana su período de 90 días de espera para iniciar la gestión legislativa desde que el presidente George W. Bush notificó al Congreso, en agosto pasado, su intención de firmarlo. El negociador colombiano Hernando José Gómez dijo en Washington, el mes pasado, que tomaba el reto "con pragmatismo", lo que podría implicar que su país estaría dispuesto a sujetarse a las nuevas reglas que fijen los demócratas.
Por su parte, Ecuador y Bolivia -al igual que Perú y Colombia- son beneficiarios de la ley de promoción del comercio andino, que expira en diciembre. Y son los que en este momento más necesitan que se renueven estas preferencias arancelarias.
Pero hay otros países latinoamericanos, entre los que están Brasil y la Argentina, que también desearían que se actualizara la ley del Sistema Generalizado de Preferencias -que permite a 144 países del mundo colocar en Estados Unidos centenares de productos con aranceles reducidos o inexistentes-, antes de la entrada en acción de los demócratas.
"El escrutinio indica que el calendario del presidente Bush en materia de comercio ha sufrido una brusca frenada", declaró Daniel Griswold, analista del Centro de Estudios de Políticas Comerciales del Instituto Cato. Sin embargo, los analistas no esperan que Estados Unidos retome la política proteccionista de los años 30. "La política comercial estadounidense no va a dar un viraje hacia el proteccionismo: el equilibrio de poderes está más que asegurado", explicó Griswold.
Contra los TLC
Con el control demócrata de la Cámara de Representantes, la legisladora californiana Nancy Pelosi asumirá la presidencia y se convertirá en la primera mujer de la historia estadounidense en ocupar ese puesto. Pelosi ha sido una de las más fervientes opositoras de los TLC negociados por Bush y, al igual que la mayoría de los miembros de su partido, propone la negociación de drásticas cláusulas sobre la protección de los derechos laborales y el medio ambiente y contra el trabajo infantil.
Además, con los demócratas a cargo de la Cámara baja, se hace más difícil que Bush reciba otra vez la autorización de negociar tratados comerciales a través de la llamada ley fast track, que expira en julio y que le daba poderes especiales al presidente para llegar a acuerdos con terceros países y someterlos a la aprobación o el rechazo del Congreso sin que éste pudiera enmendarlos. Actualmente están detenidos los procesos de negociación de libre comercio con Ecuador y Panamá.
Análisis de la Cumbre Iberoamericana
LA MIGRACIÓN NO DEBE SER CRIMINALIZADA
Peripecias de Argentina (www.peripecias.com)
La Cumbre Iberoamericana celebrada en Montevideo, con la presencia de jefes de Estado y representantes de 22 naciones, finalizó con varios acuerdos y algunas puntos destacables. El encuentro se centró en la problemática de la migración, donde sin lugar a dudas la intervención del presidente de Bolivia, Evo Morales, fue la más aguda y real. Mientras que varios presidentes apelaron a discursos convencionales, recordando los compromisos asumidos en la comunidad internacional o listando las aspiraciones deseadas, Morales relató su propia vivencia en un viaje a España.
Morales llegaba por primera vez al aeropuerto internacional de Barajas, como dirigente sindical, para conectar con un vuelo interno que lo llevaría a una reunión sobre temas de desarrollo, cuando fue detenido por los agentes de migración españoles. El hoy presidente de Bolivia relató ante todos los demás jefes de Estado y el rey de España, cómo fue tratado por la migración, la que llegó a exigirle 500 dólares para continuar con su viaje. Morales no tenía ese dinero, y terminó enojándose, para decir que si no habían bastado 500 años de apropiación de los recursos de la región, tampoco les bastarían esos 500 dólares.
Esa intervención refleja muy bien los vaivenes de la Cumbre Iberoamericana y la importancia del tema de la migración. Otros aportes también apuntaron a reclamar que no se criminalizara a los migrantes, lo que en palabras más simples implica asegurarles un trato respetuoso y digno en los puertos de entrada. Esos acuerdos aparecen en el “Compromiso de Montevideo sobre Migraciones y Desarrollo”, donde se sostiene que “es imperativo situar la persona del migrante en el centro de los programas o proyectos migratorios”, garantizando el respeto de sus derechos humanos, “independientemente de su condición migratoria, y cualquiera que sea su nacionalidad, origen étnico, género o edad”. Asimismo, el compromiso señalara claramente que “migrar no es delito” y que se deben establecer políticas y prácticas de seguridad que no deberán estigmatizar a los migrantes. El testimonio del presidente Evo Morales deja en claro la importancia de este compromiso.
Los presidentes también subscribieron la “Declaración de Montevideo”, que recopila varios puntos de acuerdo, tales como la adopción de la Carta Cultural Iberoamericana, y algunas medidas potencialmente interesantes, como la conclusión del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (Fondo Indígena).
Pero los acuerdos más sustanciales están en el referido “Compromiso de Montevideo”, donde se intenta dar una visión más amplia del problema migratorio. Por ejemplo, se invoca la reducción de la pobreza y la mejora en la calidad de vida para terminar con la expulsión de personas, y se trata la cuestión de las remesas, afirmándose que “no deben ser catalogadas como ayuda oficial al desarrollo, puesto que son flujos financieros privados, de solidaridad familiar, y responden al derecho de todo ser humano de asistir de modo individual al sustento y bienestar de otras personas”. Los presidentes buscar proteger ese flujo de dinero y están intentando que las comisiones y costos de las transferencias sea reducido drásticamente.
El compromiso ofrece otros acuerdos generales sobre la protección de los migrantes y algunos tímidos avances sobre la búsqueda de acuerdos internacionales más amplios y de cobertura más efectiva, incluyendo componentes de protección laboral, así como medidas especiales para mujeres, niños e indígenas. Se anunció además la convocatoria para un foro iberoamericano sobre este tema en el año 2008. Las reuniones paralelas de la sociedad civil apuntaron en el mismo sentido. El II Encuentro Cívico Iberoamericano, en su declaración “un mundo sin muros por un desarrollo sostenible para todos y todas” precisa todavía más los problemas con las migraciones, y reclama acciones más específicas, tales como la ratificación de la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares de las Naciones Unidas, y su reglamentación por parte de cada Estado.
La cumbre presidencial también rechazó el muro que planea construir Estados Unidos en la frontera con México. El punto fue aludido por varios ministros y presidentes, y la postura final significa un éxito para la presencia de Vicente Fox.
Finalmente, los jefes de Estado además aprobaron un total de 12 compromisos y declaraciones en diversos temas, desde la integración energética al rechazo del bloqueo de Estados Unidos sobre Cuba.
A pesar de la ausencia de varios presidentes, la Cumbre de Montevideo buscó darle un impulso a esta “familia” iberoamericana. En ese sentido el gobierno de España presentó la idea de un fondo regional para abordar la problemática del agua potable y un sistema de becas estudiantiles. Las iniciativas fueron aprobadas y se encomendó a la secretaría permanente de estas cumbres, en manos de Enrique Iglesias (ex presidente del BID y ex canciller de Uruguay), concretarlas en planes de acción específicos.
Entre las cuestiones que se discutieron en paralelo, se destacó la confirmación que el rey de España, Juan Carlos, actuará como “facilitador” en el conflicto entre Argentina y Uruguay por la instalación de una planta de celulosa en la frontera entre los dos países. La medida, propuesta por el presidente argentino Néstor Kirchner, fue aceptada por el monarca español, y luego por el gobierno uruguayo de Tabaré Vázquez. Es una noticia bienvenida ya que se espera pueda reducir la tensión entre los dos países, pero también evidencia que el problema no se pudo manejar en el seno del Mercosur. Este hecho deja en una posición incómoda a Brasil, la que se acentúa en tanto el presidente Lula fue una de las más conspicuas ausencias en la cumbre. Por ahora, la diplomacia de Itamaraty no ha participado activamente del proceso de estas cumbres en tanto lo percibe como un programa promovido desde Madrid y termina interviniendo en una región donde Brasil tiene pretensiones de liderazgo. Pero también es cierto que Brasil ha mantenido últimamente posiciones ambiguas dentro del espacio sudamericano.
También parece necesario clarificar el papel de las Cumbres Iberoamericanas, y en especial las relaciones de ésta en primer lugar con la OEA y del Grupo del Río, y en segundo lugar con los bloques regionales. Algunos presidentes están enviando señales de cansancio frente a la sucesión de encuentros presidenciales. Por ejemplo, en los últimos meses se han sucedido las cumbres presidenciales ampliadas del Mercosur y la CAN, y ahora se avecina la cita de la Comunidad Sudamericana de Naciones en Cochabamba. Los encuentros presidenciales tienen muchas potencialidades positivas, pero deben servir a programas de acuerdos concretos a partir de los cuales profundizar el camino de la integración. Por lo tanto, antes que aumentar el número de foros de discusión y concertación política, parece necesario profundizar los acuerdos de integración, con lazos que sean vinculantes, coordinaciones productivas concretas y apuestas a crear una ciudadanía regional.
CÓNSUL CHILENO EN BOLIVIA ASEGURA QUE RELACIÓN PASA POR UN MOMENTO EXCEPCIONAL
El Mercurio de Chile (www.emol.com)
El cónsul general adjunto de Chile en Bolivia, Juan Pablo Crisóstomo, aseguró que las relaciones entre ambos países pasan por un muy buen momento, en especial porque se aceptó por primera vez incorporar en una agenda de discusión bilateral el tema marítimo, a lo que se suma la apertura de la sociedad chilena para encontrar una solución a la demanda boliviana.
"Creo que nuestras relaciones están en un momento excepcional. Los Presidentes se han reunido en distintas oportunidades y nuestra Presidenta viene a la Cumbre Sudamericana en Cochabamba. Es un hecho que habla por sí mismo sobre el nivel en que están las relaciones entre nuestros países", señaló el diplomático, en declaraciones al matutino La Razón.
En tanto, el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, coincidió con el cónsul chileno y aseveró que las relaciones pasan "por un momento interesante".
En la misma línea, el canciller David Choquehuanca informó que las negociaciones con Chile avanzan positivamente en los 13 puntos planteados en la agenda de diálogo bilateral, incluido el tema de la integración energética, que fue incorporado como parte del último punto de la agenda, denominado "varios". A nivel presidencial, Evo Morales y Michelle Bachelet se reunieron en dos oportunidades y para diciembre se confirmó la llegada a Bolivia de la mandataria para la Cumbre Sudamericana, donde además de volver a reunirse con Morales participará en un acto de bienvenida.
Por otra parte, el próximo lunes el ministro de Defensa, Walker San Miguel, visitará Chile, luego que el Comandante en Jefe del Ejército, Oscar Izurieta, estuviera en Bolivia y consolidara el acercamiento con sus similares.
También se tiene prevista la llegada a Bolivia de la ministra de Cultura, Paulina Urrutia, la semana entrante. Además, a fines de noviembre, los vicecancilleres de los dos países sostendrán un encuentro en Iquique.
En el ámbito comercial, Bolivia puso en vigencia el Acuerdo de Complementación Económica con Chile, y el tema de la integración energética será uno de los asuntos prioritarios en la Cumbre Sudamericana, según anticipó el canciller Choquehuanca.
SE VIENE UNA CRISIS ENERGÉTICA
El Comercio de Ecuador (www.elcomercio.terra.com.ec)
Sudamérica se verá afectada a corto plazo por un desequilibrio energético que afectará principalmente a Chile y Argentina. La región está viviendo una paradoja porque si bien hay grandes reservas de gas en Venezuela y Bolivia, no se producen inversiones suficientes y tampoco hay proyectos factibles.
La producción sostenida de gas y petróleo requiere de períodos de maduración muy largos y Argentina (por la congelación de los precios de electricidad y gas) y Bolivia (por la convulsión social e inseguridad jurídica) han provocado una paralización de inversiones que tardará varios años en recuperarse. Venezuela no subirá la extracción de gas, porque va de la mano de la petrolera, que depende de la OPEP. Puede existir tensiones por este déficit en la región, que permitirá que Perú, exportador neto de gas, se desarrolle sin dificultades, pero (su producción) es insuficiente dado el desequilibrio energético de los próximos años. Hay muchas restricciones políticas para el intercambio energético y se evidencian en las tensas relaciones diplomáticas de Perú con Venezuela y Bolivia, así como por la prohibición boliviana de abastecer de gas a Chile.
INVERSIONES EN HIDROCARBUROS EN BOLIVIA ALCANZARÁN 3.400 MDD
El Diario del Pueblo de China (www.xinhua.com)
Las inversiones estimadas con los nuevos contratos suscritos por el gobierno boliviano con las empresas petroleras alcanzarán 3.400 millones de dólares en el periodo 2007- 2010, informó el día 8 el ministro boliviano de Hidrocarburos, Carlos Villegas.
Las inversiones más importantes para exploración y explotación son: San Alberto (Petrobras), 339 millones de dólares; Sábalo o San Antonio, 495 millones de dólares; Itaú, 592 millones de dólares; Incahuasi, 1.029 millones de dólares, y Margarita 905 millones de dólares.
Las inversiones se realizarán tanto en los megacampos de hidrocarburos como en campos considerados más pequeños.
Villegas dijo en La Paz que estas inversiones proporcionarán volúmenes adicionales de gas natural y de petróleo, lo que permitirá al gobierno boliviano garantizar el abastecimiento del mercado interno así como cumplir con los compromisos contraídos con Brasil y Argentina.
"Estamos escribiendo una página importante en la historia del país, no sólo los recursos hidorcarburíferos ahora están en manos del Estado boliviano, sino que a través de la suscripción de los contratos ingresamos a una nueva fase en la historia de Bolivia", subrayó.
Villegas aseguró que los contratos de operación suscritos con las empresas petroleras no garantizan recuperación de costos ni de utilidades. "Este es un contrato de riesgo acordado con las empresas, de tal manera que las empresas que hagan inversiones están en un escenario de alto riesgo, tal cual es la característica de la actividad hidrocarburífera.
"En consecuencia, los contratos de operación no aseguran en ningún momento recuperación de costos y utilidades; este es un elemento importante, a diferencia de los contratos de riesgo compartido que les daban la total garantía de recuperar costos y obtener utilidades", anotó.
El ministro sostuvo que los nuevos contratos implican una nueva forma de relacionarse con las empresas petroleras extranjeras a través de la redefinición de las reglas del juego, y el Estado va a captar una parte significativa de la renta petrolera.
"Y es acá el reto del gobierno, el reto de los bolivianos, de las diferentes instituciones: el de no desaprovechar este momento histórico. No podemos repetir la historia de Bolivia que en muchos momentos y periodos obtuvo excedentes de los recursos naturales y los mismos no fueron bien invertidos", agregó.
Villegas dijo que ahora la obligación de todos es que las inversiones se hagan óptimas por parte los municipios, prefecturas, gobierno central e instituciones centralizadas y descentralizadas, de manera que cambie el perfil de la economía y se mejoren las condiciones de vida de los bolivianos.
Señaló que antes de la nacionalización de los hidrocarburos, el pasado 1 de mayo, la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) "estuvo en terapia intensiva para que muera, porque no tenía ninguna participación en la cadena hidrocarburífera".
Indicó que ahora, mediante los megacampos, se canaliza el 32 por ciento adicional a YPFB para que esta empresa, más temprano que tarde, participe en la cadena de los hidrocarburos.
Asimismo, Villegas afirmó que los contratos suscritos los pasados 28 y 29 de octubre implican una nueva forma de relacionarse con las empresas petroleras extranjeras, a través de la redefinición de las reglas del juego mediante las que el Estado captará una parte significativa de la renta petrolera.
AGRICULTORES SE ENFRENTAN A LA LEY DE TIERRAS DE BOLIVIA
El Nuevo Herald de Estados Unidos (www.miami.com)
En medio de llamados del gobierno a reanudar el diálogo, los empresarios agropecuarios del oriente del país se declararon ayer en emergencia y advirtieron al Ejecutivo que el sector no aceptará las modificaciones a la ley de tierras que aprobó el oficialismo.
El presidente Evo Morales ratificó que su gobierno ''va a respetar las tierras productivas, no importa su extensión'', pero aclaró que los fundos que no están trabajados ``serán recuperados para su redistribución''.
''Ojalá el Congreso pueda acelerar la aprobación de la ley (de tierras). En muchos puntos se ha concertado'', destacó en una rueda de prensa, y llamó a los opositores a apoyar su propuesta.
Pero el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Mauricio Roca, acusó en rueda de prensa al Ejecutivo y al gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) de haber roto las conversaciones de varios meses entre ambos sectores al haber logrado que la mayoría oficialista aprobara el martes las modificaciones en la Cámara de Diputados, sin haber llegado a consenso.
''Nosotros no estamos de acuerdo con eso, no lo vamos a aceptar, y si el gobierno quiere medir la capacidad de movilización y la fortaleza que tiene el sector agropecuario a lo largo de su cadena productiva, lo va a ver'', dijo Roca.
Señaló que el sector se encuentra ''en emergencia'' y que hasta la próxima semana definirá acciones de protesta contra el gobierno.
''No es un desafío, es una advertencia de que nosotros somos muy serios y somos muy formales y actuamos de buena fe en las instancias de diálogo'', agregó Roca.
El vicepresidente de la república y presidente del Congreso, Alvaro García, invitó a la CAO y a la Confederación Agropecuaria Nacional (Confeagro), que reúne a los principales productores del país, a que vuelvan a las negociaciones.
SERÁ JUZGADO POR ESCLAVIZAR A SU SOBRINA DE 10 AÑOS
El hombre encerró en su casa a la menor forzándola a cocinar y realizar tareas domésticas. En septiembre del 2002 debió ser hospitalizada por una herida en la cabeza.
Diario Infobae de Argentina (www.infobae.com)
Un hombre quedó a un paso de ser sometido a un juicio oral y público al ser acusado de mantener como esclava a una sobrina de nacionalidad boliviana, de 10 años, a la que mantenía encerrada en su casa obligándola a cocinar y a realizar las tareas domésticas.
De acuerdo con un fallo emitido por la Sala Quinta de la Cámara del Crimen, el hombre -cuya identidad se mantiene en reserva- recibió "a la menor en condición de servidumbre, para mantenerla de ese modo, maltratándola y lesionándola para que trabajara en su casa a cambio de girar mensualmente cincuenta pesos a sus padres" a Bolivia.
Voceros judiciales indicaron que el expediente se inició en septiembre de 2002, cuando la niña fue hospitalizada con una herida en la cabeza, "hematomas en sus extremidades y lesiones cicatrizadas de antigua data" que según dijo se las había provocado su tío.
La pequeña había sido llegado procedente de Bolivia dos años antes del hecho investigado "con el consentimiento de sus padres", pero ya en Buenos Aires "la hacían dormir en un colchón en el piso, sin dejarla salir ni asistir a la escuela y cuando no había gente en la casa la dejaban encerrada con llave"."Era golpeada por su tío y la esposa, habitualmente cuando no quería hacer algo. Más allá de las lesiones, la menor se presentaba muy delgada, con mal aspecto y falta de higiene", se indicó en el dictamen firmado por los camaristas Rodolfo Pociello Argerich, María Laura Garrigós de Rebori y Mario Filozof.
De esta manera, la Justicia determinó que la niña era "sometida al dominio absoluto de quien la tenía encerrada en el domicilio sin educación, a los golpes, obligada a tareas de limpieza y con maltratos que remontan a un pasado que la civilización hoy repudia. Y ya sea asimilable o diferenciable la esclavitud de la servidumbre lo cierto es que por años fue tratada como una propiedad, fue hecha prisionera".
"No le era permitido alejarse de la esfera de custodia bajo amenaza de castigo físico o de otro tipo, ejecutando las tareas encomendadas. También bajo advertencia de sanción, fue quebrada su voluntad, aprovechando la lejanía de su núcleo familiar y la desprotección absoluta generada en la psiquis de la sometida. Al privarla de todo derecho y de los atributos de dignidad naturales en todo ser humano se trató a la niña como una cosa, poseída incondicionalmente violando la Ley fundamental y los Tratados a ella incorporados", señalaron los camaristas. La niña en cuestión ya fue trasladada nuevamente a su país de origen por decisión judicial.
Análisis
LA IZQUIERDA HA GANADO TERRENO EN LATINOAMÉRICA AL COMENZAR EL SIGLO
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
En lo que va del siglo XXI, un número significativo de países latinoamericanos ha abandonado las políticas neoliberales de la década de 1990 para adoptar otras que suelen identificarse como de izquierda. Sin embargo, cada país tiene sus particularidades y no existe uniformidad ideológica.
El abanico abarca desde el socialismo tradicional y moderado del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, entre otros, al discurso más radical de su homólogo venezolano, Hugo Chávez.
El único país comunista de la región, donde no hay elecciones libres y los medios de producción están en manos del Estado es Cuba.
México, Colombia, El Salvador, Honduras y Guatemala tienen gobiernos conservadores o liberales.
Algunos ejemplos de gobiernos de izquierda o con tendencia a la izquierda en recientes elecciones son los siguientes:
ARGENTINA: Néstor Kirchner, del ala izquierda del Partido Justicialista (peronista), asumió la presidencia en mayo de 2003 con un discurso que convocaba a los argentinos a "inventar el futuro". Ha sacado al país de una gravísima crisis económica y apoyado a los sectores de menores ingresos mediante impuestos sobre los movimientos financieros y las crecientes exportaciones. Ha derogado las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, además de renovar la Corte Suprema y las FF.AA.
- BOLIVIA: El dirigente indígena y líder de los cocaleros Evo Morales, del Movimiento al Socialismo (MAS), ganó las elecciones de diciembre de 2005 con un 54% frente al 25,8% del conservador Jorge Quiroga. Integran su gobierno intelectuales, mujeres, mineros, campesinos, sindicalistas e indígenas. En abril de 2006, Morales firmó con Venezuela y Cuba su incorporación a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), frente al ALCA promovida por EE.UU. En mayo decretó la nacionalización de los hidrocarburos.
- BRASIL: Luiz Inácio Lula da Silva, el primer obrero en el poder en Brasil, gobernará hasta 2010 tras ser reelegido, el pasado octubre, con el 60,8% de los votos en la segunda vuelta, frente al 39,1% de su rival Geraldo Alckmin. Aunque Lula ganó el primer turno, con un 48,1%, fue "castigado" por parte del electorado tras los múltiples escándalos de corrupción involucrando a su partido. En la segunda vuelta, las clase más desfavorecidas, beneficiarias de los programas gubernamentales "Hambre Cero" y "Bolsa Familia", respaldaron masivamente al presidente.
- CUBA: Tras el triunfo de la Revolución que derrocó el régimen de Fulgencio Batista, el 1 de enero de 1959, Fidel Castro fue elegido jefe de Gobierno el 16 de enero de ese año y, desde 1976 es el jefe de Estado del primer país comunista de América, que cuenta con un único y omnipresente Partido Comunista constituido en 1965. El gobierno revolucionario, que ha sobrevivido a 45 años de bloqueo económico estadounidense, ha sido condenado en varias ocasiones por la ONU y la Unión Europa por la situación de los derechos humanos.
- CHILE: La socialista Michelle Bachelet se convirtió en marzo pasado en la primera presidenta chilena al ganar la segunda vuelta de las elecciones, en enero de 2006, con el 53,49% frente al 46,5% del derechista Sebastián Piñera. En su investidura, llamó a los chilenos a trabajar por un país justo, y la política social está siendo la gran baza de su gobierno. Hija de una víctima de la dictadura pinochetista, apuesta por la reconciliación nacional. "Ha llegado la hora de mirarnos cara a cara sin suspicacias", afirma.
- ECUADOR: Rafael Correa, del movimiento Alianza País, disputará la segunda vuelta de las presidenciales, el próximo 26 de noviembre, frente al empresario bananero Alvaro Noboa. En la primera vuelta, el 15 de octubre, Noboa, del Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN), obtuvo el 26,83%, frente al 22.84% de Correa. Simpatizante de Hugo Chávez, Correa es partidario de que toda Latinoamérica sea una sola nación, según el ideario del libertador Simón Bolívar.
- MEXICO: En las presidenciales de julio 2006, el candidato del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, fue derrotado por el conservador Felipe Calderón, del conservador Partido de Acción Nacional (PAN, gobernante), por sólo 233.381 votos, un 0,5 por ciento del total. López Obrador impugnó los comicios alegando fraude, pero el Tribunal Electoral confirmó la victoria de Calderón. El pasado septiembre, López Obrador reunió a un millón de personas en la Convención Nacional Democrática, que lo proclamará "presidente legítimo" el 20 de noviembre.
- NICARAGUA: Daniel Ortega, que ya fue presidente en 1984-1990, ha ganado las elecciones del pasado domingo, con el 38,59% de votos. Ortega, uno de los comandantes de la Revolución Sandinista que en 1979 derrocó a Somoza, fue derrotado en tres elecciones consecutivas desde 1990. En la actual campaña ha buscado acercarse a la Iglesia y bajado el tono de su retórica antiimperialista. Tras conocer su victoria, Ortega manifestó al ex presidente estadounidense Jimmy Carter su deseo de "buscar cómo trabajar en armonía con Estados Unidos".
- PERU: Alan García, del centroizquierdista Partido Aprista Peruano (PAP), ganó en junio las presidenciales por sólo 694.937 votos más que el ex militar Ollanta Humala. Humala había ganado la primera vuelta, con el 30,85%, pero el apoyo explícito que le prestó Hugo Chávez fue interpretado como una injerencia en asuntos internos peruanos. Humala mostró un perfil moderado en la campaña y rechazó denominarse izquierdista, afirmando que lucha "contra los países globalizadores y el neoliberalismo". Su padre fundó la doctrina "etnocacerista", de corte n
- URUGUAY: Tabaré Vázquez es el primer presidente socialista en la historia uruguaya. Su victoria en octubre de 2004, con el 50,45% de los votos, supuso un hito ya que, por primera vez en 174 años de democracia, Uruguay no es gobernado por uno de los partidos tradicionales, el Colorado y el Blanco, que se alternaban en el poder. En su investidura, abogó por una política activa en materia de derechos humanos y una política exterior independiente.
- VENEZUELA: En las elecciones de diciembre próximo, todo apunta a que Hugo Chávez será reelegido. Fundador del Movimiento V República (MVR), gobierna el país desde que ganó las presidenciales de 1998 con casi 57% de los votos. En julio de 2000, en las elecciones convocadas para legitimar al gobierno ante la aprobación de la Constitución Bolivariana, fue reelegido con el 59%. Su mandato fue interrumpido brevemente por un golpe fallido en abril de 2002. El 15 de agosto de 2004, fue confirmado en el cargo tras ganar el "referéndum revocatorio" con el 59,25% de los votos.
¿LATINOAMÉRICA VA HACIA LA IZQUIERDA?
Argenpress de Argentina (www.argenpress.info)
En elecciones limpias y transparentes acaban de ganar las presidencias Ignazio Lula da Silva en Brasil y Daniel Ortega en Nicaragua. Hace ya unos meses ganó en Bolivia el proyecto socialista de Evo Morales, y poco faltó para que pudieran vencer Miguel López Obrador en México o Ollanta Humala en Perú, igualmente candidatos ubicados en el campo amplio de la izquierda. Es muy probable que en pocos días más ganen sus respectivos procesos electorales Alfredo Correa en Ecuador y Hugo Chávez en Venezuela, líderes populares en ambos casos con propuestas anti-capitalistas. ¿Podemos afirmar entonces que toda Latinoamérica está yendo hacia la izquierda? Ahí están Néstor Kirchner, Tabaré Vásquez o Michelle Bachelet para reafirmar la pregunta: ¿gobiernan en Argentina, Uruguay o Chile respectivamente las izquierdas políticas? ¿Qué significa, en definitiva, ser de izquierda el día de hoy?
Después de años de retroceso en el campo de las luchas populares, de dictaduras sangrientas que crearon el terror en toda Latinoamérica y de planes neoliberales de capitalismo salvaje que hicieron perder conquistas sociales históricas, los pueblos parecieran reaccionar y salir de una larga noche. Los candidatos de izquierda se suceden, y luego de años de silencio se vuelve a hablar, con timidez aún, pero con miras a poder seguir levantando la voz, de socialismo, de antiimperialismo. La Revolución Bolivariana que tiene lugar en Venezuela es, sin dudas, una fuente de inspiración en todo ello, habiendo abierto nuevamente esperanzas que parecían dormidas. La idea de una nueva integración latinoamericana en función del provecho de las grandes mayorías comienza a dibujarse en el horizonte.
Si bien hoy día, caído el bloque soviético y con un gran retroceso en las izquierdas, hay aún mucha reticencia en retomar valores socialistas, pareciera que en toda Latinoamérica estamos viviendo un proceso de “desempolvamiento” de esos ideales. Probablemente no para repetirlos; de hecho se ha puesto en marcha un proceso de autocrítica y al calor de la experiencia venezolana se comienza a hablar de nuevos modelos, de socialismo del siglo XXI que, aunque aún no esté muy claro qué es y hacia dónde va, en lo fundamental se plantea no repetir los mismos errores de las primeras experiencias socialistas del pasado siglo. Ante todo ello, a partir del mapa político que se va dibujando en la actualidad en el continente, podríamos estar tentados a decir que los pueblos se rearman y retoman banderas históricas de lucha. ¿Vamos nuevamente hacia triunfos socialistas? ¿Están de vuelta las izquierdas?
Sí y no.
Las pasadas décadas, en toda la región, estuvieron marcadas por el triunfo absoluto de políticas conservadoras basadas en la destrucción de los Estados nacionales y la super explotación de los trabajadores, lo cual dio como resultado una polarización extrema entre ricos y pobres a lo interno de todos los países, y una posición de creciente debilidad en la relación de esos países con el Norte que impuso las reglas de juego, creando pesadísimas deudas externas que tendrán amarrada a toda América Latina por años. El resultado de estos años de capitalismo salvaje post Guerra Fría es un atraso económico y político desesperante para los pueblos de la región, asentado en un terror instaurado a punta de dictaduras sanguinarias que han dejado una gran desmovilización política y laxitud ideológica. Pero pese a ese panorama sombrío, la memoria histórica no ha muerto, y luego de años de silencio, esos mismos pueblos sojuzgados y empobrecidos retoman sus luchas. Las retoman desde distintos ámbitos, con distintos intereses, con proyectos de los más variados: desde el pedido de reformas agrarias hasta la protesta de los desempleados que dejaron los planes de privatizaciones furiosas, desde la lucha por los derechos humanos ante las dictaduras hasta las movilizaciones de colectivos sociales con sus especificidades como las reivindicaciones de género o de minorías étnicas excluidas, desde los reclamos por vivienda hasta las movilizaciones en torno a la inseguridad pública. Después de años de silencio forzado, los pueblos vuelven a sentirse protagonistas y toman la palabra. Y cuando han tenido la oportunidad de expresarlo en las urnas, en estos últimos años -con fuerza creciente- optan por propuestas populares, progresistas. En ese sentido podríamos decir que, definitivamente, las izquierdas están de regreso.
Pero mucho más aún que candidatos en la esfera política formal, lo que está de regreso es la movilización de esos sectores populares por años reprimidos. Si realmente asistimos a un renacer de las izquierdas, es básicamente porque los pueblos oprimidos han ido perdiendo el miedo de estos años de terror y guerras sucias comenzando a movilizarse nuevamente: los movimientos indígenas, los “sin tierra”, los “piqueteros” son la savia de este despertar que parece extenderse por todo el continente.
Como siempre, no es fácil hacer coincidir -o más bien existe un crónico desfase entre- la movilización de las grandes masas y su dirigencia. Cuando ello sucede, la historia da pasos de gigante, como es el caso del actual proceso que vive Venezuela. Pero dado que eso no es la norma dominante, asistimos a una movilización popular creciente en toda Latinoamérica que no siempre encuentra el adecuado cauce político para transformar la realidad. Muchas veces esa gran energía espontánea muere en la movilización pero no logra cambios reales y sostenibles en las estructuras de base. Sin embargo, queda claro que hoy, en toda la región, están teniendo lugar procesos de movilización que eran impensables años atrás, luego de las feroces represiones y los planes privatizadores. Las luchas nunca terminaron, pero los años de terror en los 80 y 90 silenciaron -a golpe de desapariciones, cárceles clandestinas, torturas- todas esas formas de protesta. Y las expresiones políticas más avanzadas de esas movilizaciones populares -grupos guerrilleros, sindicatos combativos, asociaciones campesinas- quedaron diezmadas estas décadas a causa de esas guerras sucias, guerras “de baja intensidad”, que vivieron todos los países, y donde la mano de Washington fue definitoria.
Si algo retorna hoy día es la evidencia de las causas que originan tanto malestar social, es decir: las infames diferencias de clase que nunca desaparecieron, pero de las que no se habló por años, aturdidos por el peso de las políticas neoliberales y por la represión sangrienta que sufrió el campo popular. Esas causas una vez más son puestas sobre la mesa, son llamadas por su nombre; y ahí está la movilización popular de una punta a la otra de toda Latinoamérica evidenciándolo. La historia no había terminado. Por tanto, el socialismo, como expresión de esas luchas, como aspiración a un nuevo modelo social con mayor equidad, ¿por qué iba a desaparecer?
Ahora bien: ¿se puede afirmar en forma convincente que regresan las propuestas socialistas en el continente? Para las derechas -tanto las oligarquías nacionales en cada país como para la casta dirigente en Estados Unidos, expresada hoy día por la administración republicana con su proyecto de hegemonía planetaria e ideales ultraconservadores- están prendidas las luces rojas de alarma. Cualquier cosa que huela a movilización popular los preocupa, obviamente. De todos modos, más allá de esa reacción visceral de las clases dirigentes, hay que ser mesurado en el análisis de lo que está sucediendo a nivel político en estos procesos electorales.
Sabido es que la democracia parlamentaria, la democracia representativa de todos los países con economía capitalista, no pasa de pura formalidad vacía. Las clases desposeídas lejísimo están de contar realmente en las relaciones de ese poder palaciego. Ejercer el voto cada unos cuantos años es parte también de la manipulación ejercida por las clases dominantes, tanto como la represión feroz o la dictadura mediática con que controlan a los oprimidos. La historia demuestra que es casi imposible transformar revolucionariamente una sociedad en los marcos de esas democracias formales. Numerosos ejemplos lo atestiguan: Jacobo Arbenz en Guatemala, Salvador Allende en Chile, Jean Bertrand Aristide en Haití; ¿hasta dónde podrá llegar Evo Morales en Bolivia? -intentos para desestabilizarlo no faltan-. Cuando algún “rojo” se le escapa al poder y llega a una presidencia por vía electoral, si molesta demasiado es prontamente removido. El poder, queda fehacientemente demostrado, pasa a años luz de las urnas. Y el caso venezolano es algo único, digno de ser estudiado (y si se pudiera: repetido).
Entrado el siglo XXI y muy golpeadas las distintas experiencias de construcción socialista habidas en la pasada centuria, no parece pertinente seguir recorriendo los mismos caminos que llevaron a la izquierda a situaciones sin salida en América Latina. La vía armada no parece posible hoy, debilitado el campo popular y sin un bloque soviético que pueda jugar como reaseguro final. ¿Qué experimentar como proceso político transformador entonces? Es ahí que aparecen en escena las democracias representativas; también las estructuras políticas de los Estados nacionales capitalistas pueden ser una trinchera desde donde dar la batalla. Pero no se debe perder de vista que esos Estados, justamente, son los mecanismos de opresión de clase, y la experiencia muestra -trágicamente, por cierto- que es imposible transformar las relaciones de poder dentro de esos marcos. El caso de la Revolución Bolivariana, la “revolución bonita” que se impuso sin disparar un solo tiro, es un caso singular, y abre la pregunta de cómo irá solidificándose en tanto socialista.Los triunfos presidenciales en algunas elecciones que vemos van teniendo lugar en estos últimos años -y en estos días pasados los de Brasil y Nicaragua- pueden despertar simpatías en la izquierda. Pero debemos ser cautos. Bienvenidos esos triunfos, sin ningún lugar a dudas. De todos modos no hay que perder de vista el contexto general: Lula ya fue presidente por un período, y no haber podido conseguir la reelección en la primera vuelta indica el sentir de las masas brasileñas. Si se esperaba la “revolución” en Brasil con el triunfo del Partido de los Trabajadores, ello no se dio (seguramente nadie la esperaba con convicción, claro está). Ahora, ante la posibilidad del triunfo de un candidato conservador, gana esta segunda vuelta con amplia mayoría. ¿Triunfó la izquierda en Brasil? Obviamente no. Triunfó la propuesta “menos antipopular”, pero no la izquierda.
Lo mismo podría preguntarse para el caso nicaragüense: ¿triunfó la izquierda con la victoria electoral de Daniel Ortega? Triunfó un candidato menos neoliberal que todos los otros, y que probablemente traerá una administración con alguna preocupación por lo social; pero el Frente Sandinista que en enero próximo asumirá el poder ya no es el movimiento guerrillero de hace 27 años que desalojó a un dictador y comenzó a construir una segunda Cuba. No lo es porque la coyuntura mundial es otra -hoy día nadie puede levantar la política de confiscaciones, por ejemplo, y hoy quien manda mucho más que hace tres décadas son los organismos crediticios de Bretton Woods- y porque la autocrítica y la democracia a lo interno del partido no vinieron nunca, lo cual lo distancia de una genuina propuesta revolucionaria (los pactos de la dirigencia sandinista con el ex presidente Alemán son un hecho vergonzante; y ni digamos la “piñata” cuando perdieron las elecciones a fines de 1989 que los transformó en “nuevos ricos”).
En todo caso, los estrechos marcos de estas democracias representativas, vacías y puramente cosméticas, no dan mayor pie a verdaderas transformaciones sociales; sí podrá haber, como de hecho lo hubo en Brasil, o en Argentina, políticas con alguna preocupación social, programas asistenciales, más respeto por los derechos humanos. Pero no se pueden pedir peras al olmo. ¿Alguien piensa que efectivamente nos enrumbamos a una construcción socialista ganando una presidencia con las pesadas deudas externas que afrontan esas administraciones?
El único camino para cambiar las actuales relaciones sociales sigue siendo la amplia movilización popular. De todos modos, es un hecho de gran importancia que se sucedan candidatos más a la izquierda que los que gobernaron décadas pasadas. ¿Preferimos las dictaduras de años atrás entonces? Obviamente no. La acumulación de fuerzas para los cambios revolucionarios siguen; el triunfo de estos candidatos con pasados de izquierda pero bastante atados de pies y manos hoy, amistosos con Washington y más preocupados por la foto que por los cambios reales, no deja de ser buena noticia. Es un paso más en una lucha que continúa. Sería tonto despreciarlos y no considerarlos como un avance; pero la izquierda no se construye ganando una elección presidencial. La izquierda sigue estando abajo, en la movilización popular, en la nueva conciencia social, en la organización de los oprimidos. El caso venezolano puede ser una fuente de inspiración: ahí se tiene ganada la estructura de gobierno, pero falta aún tener todo el poder popular. Y la dirigencia es conciente de ello; por eso sigue adelante con su proceso de transformación transfiriendo poder a las bases y preparándolas militarmente para defender su revolución de ser necesario.
No podemos decir con aire triunfal que la izquierda está ganando en América Latina, pero sí que las luchas sociales siguen, y que los pueblos no han terminado su historia. Elegir los “menos malos” en un proceso electoral es un paso; no suficiente, pero necesario.
ZAPATERO, CHÁVEZ, LULA DA SILVA Y EVO MORALES FELICITAN A DANIEL ORTEGA POR SU VICTORIA EN LAS ELECCIONES
El presidente de Brasil califica de "voto de castigo" para el presidente George W. Bush el triunfo de los demócratas en las elecciones legislativas.
La Vanguardia de España (www.lavanguardia.es)
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, remitió ayer un telegrama de felicitación a Daniel Ortega por su elección como presidente de Nicaragua. El jefe del Ejecutivo transmitió su "más cordial enhorabuena" a Ortega y le deseó "el mayor éxito en su nuevo mandato como presidente de la República de Nicaragua", informó el Gobierno en un comunicado.
Además, Zapatero manifestó al líder sandinista "la firme voluntad del Gobierno de España de continuar profundizando las excelentes relaciones de cooperación y amistad que existen entre nuestro dos países". Daniel Ortega, candidato del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), volverá a la Presidencia de su país después de 16 años al ganar las elecciones del domingo pasado.
Según los últimos datos de las autoridades electorales de Nicaragua, Ortega se ha convertido en virtual ganador con el 38,07 por ciento de los sufragios cuando se habían escrutado el 91,48 por ciento de las juntas receptoras de votos.
Chávez destaca triunfo de Ortega y Lula el voto de castigo en EE.UU.
por su parte, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, saludó las victorias electorales de Daniel Ortega, en Nicaragua, mientras que Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil, calificó de "voto de castigo" para el presidente George W. Bush el triunfo de los demócratas en las elecciones legislativas.
En un encuentro de más de cuatro horas con periodistas extranjeros acreditados en Caracas, el presidente venezolano hizo un amplio repaso de la actualidad internacional y expresó su optimismo por el "eje" de integración que se dibuja en Latinoamérica. "Otro mundo es posible, y ya ha empezado a asomarse en el horizonte", dijo Chávez, tras destacar los triunfos electorales de Ortega y Lula y afirmar que 2006 ha sido un año "muy positivo" para Venezuela, con su entrada en el Mercosur, el refuerzo de sus lazos con varios países del mundo y su consolidación como "potencia mundial en petróleo y gas".
Consideró asimismo que los Estados Unidos "no pudieron humillar a Venezuela" en la batalla por un puesto de miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En su opinión, la derrota electoral republicana en EEUU es "sin duda un voto de castigo" del pueblo estadounidense "contra la guerra en Irak, los escándalos de corrupción que han rodeado al gobierno de EEUU, el atropello (gubernamental)". Dijo también que, según estadísticas estadounidenses, los latinos votaron mayoritariamente "contra Bush", lo que interpretó como "un castigo por el muro de la vergüenza" y la "ley de inmigración que intentó criminalizar y barrer la dignidad" de los latinoamericanos en EEUU.
"Ahí están las respuestas que dan los pueblos", manifestó el presidente venezolano, que leyó a los periodistas una nota que le acababan de pasar en la que constaba la noticia de la dimisión del secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld. "Ha comenzado la caída del gobierno Bush", anunció, antes de agregar que el propio presidente estadounidense "debería renunciar por ética" a su cargo, tras el revés sufrido en los comicios legislativos, y "adelantar las elecciones".
Chávez lamentó no haber podido acudir a la Cumbre Iberoamericana de Montevideo y señaló su buena relación con el actual gobierno español, que preside José Luis Rodríguez Zapatero, después del "daño" que, en su opinión, ocasionó el anterior gobierno de José María Aznar, al que calificó de "fascista". El Gobierno español "es ahora un gobierno amigo, como Portugal, Italia, y otros", dijo Chávez, durante el encuentro con los periodistas extranjeros, que se celebró en el palacio presidencial de Miraflores. También subrayó la importancia de la próxima cumbre de Cochabamba (Bolivia), que reunirá en diciembre a gobernantes de todos los países de América del Sur, en busca de una mayor unión. Preguntado sobre las divergencias de Venezuela con algunos países latinoamericanos, Chávez afirmó que la política de su gobierno "no es de confrontación" y que siempre ha actuado "en defensa" ante los ataques, en referencia especialmente a su polémica con el presidente mexicano Vicente Fox y con el peruano Alan García.
Morales elogia a Ortega y no opina sobre las elecciones en EE.UU.
Entre tanto, el presidente de Bolivia, Evo Morales, felicitó a Daniel Ortega por su triunfo en las elecciones de Nicaragua y prefirió no opinar sobre la derrota de los republicanos en los comicios legislativos en Estados Unidos.En una rueda de prensa ofrecida en el Palacio de Gobierno, Morales dijo que había llamado al líder sandinista para expresarle sus felicitaciones, porque ya era el presidente electo de Nicaragua. Asimismo, Morales extendió sus saludos al pueblo nicaragüense por su vocación democrática y destacó el hecho de que en el país centroamericano el voto del pueblo decida quién es el presidente.
Ortega, que cumplirá 61 años el 11 de noviembre, tiene el 38,07 por ciento de los sufragios tras ser escrutados el 91,48 por ciento de los votos, porcentaje suficiente para ser declarado presidente de Nicaragua. Por otro lado, Morales dijo que no quería "hacer ningún comentario", al ser consultado sobre la derrota del partido del presidente estadounidense, George W. Bush, en las elecciones legislativas del pasado martes.
Opinión
PAUTAS PARA LA MODERNIZACIÓN DE LAS FUERZAS ARMADAS
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
Teniendo en cuenta que, a más de ser su brazo armado,las Fuerzas Armadas son tam bién parte de la unidad e identidad de la Nación, y cualquier esfuerzo modernizador de ellas debe realizarse en plena concordancia con todos los sectores que conforman la sociedad paraguaya: políticos, económicos y sociales.
Sin este espíritu integrador no será posible encarar con éxito el proceso de modernización institucional destinado a adecuar la estructura y los procedimientos de nuestras fuerzas de defensa, para enfrentar con seguridad y po sibilidades de éxito las amenazas a los intereses supremos de la República. En esta tarea, los esfuerzos del alto mando militar deben centrarse en la formulación de opciones que garanticen niveles racionales de operatividad y eficiencia institucionales, de modo que el poder político tenga la posibilidad de discernir las bondades de cada una y así aprobar una versión integrada que incorpore lo mejor de cada una.
Este proceso de planificación para la formulación de opciones debe partir de un profundo análisis de la situación actual de nuestras Fuerzas Armadas y proyectarse con visión institucional hacia el estado de transformación que está sufriendo la región, en particular los países limítrofes, sin descartar la posibilidad de un conflicto bélico con Bolivia, mientras esta nación no consiga superar sus crónicos pro blemas de ingobernabilidad y de fragmentación socioe conómica. Esta apreciación a futuro es esencial para planificar un ciclo de evolución natural de nuestra institución armada, ya que su repotenciación no podrá hacerse sino gradualmente, de conformidad con los recursos económicos del país, según un presupuesto plurianual. Por ningún motivo debe tomarse como referencia de partida hacia su modernización la amorfa y ficticia organización sobre la que están actualmente es tructuradas. Sería desatinado intentar recomponerlas mediante “retoques” a su actual conformación, sea reacomodando sus anacrónicas reparticiones orgánicas o reduciéndolas mediante “recortes” en sus Tablas de Organización y Equipos (TOE). Para salir con opciones válidas, se impone hacer borrón y cuenta nueva.
Obviamente, sería un error pretender reestructurar nuestras fuerzas militares sobre la base de una hipótesis de conflicto bélico con el hermano país del Altiplano. Simplemente, eso induciría a una absurda carrera armamentista que ni Bolivia ni nuestro país están en condiciones de sustentar. Pero debemos asegurarnos de que nuestras nuevas Fuerzas Armadas sean las adecuadas para hacer frente a cualquier amenaza en el futuro. En cuanto a las previsiones estratégicas de empleo, el margen de error debe ser pequeño. Si por razones presupuestarias, las reducimos por debajo del mínimo primordial, en el final nos confrontaremos con el absurdo de que ni el presupuesto de defensa, ni nuestras fuerzas son los correctos; como lo que sucede en la actualidad, aunque por otras razones. Más allá de nuestras falencias, los cambios fundamentales en el mundo y en la región requieren una revisión de nuestra postura militar. Requieren una reestructuración orgánica y operacional de abajo para arriba. Pretender hacerlo por substracción, de arriba hacia abajo, sería una equivocación.
¿Qué tamaño de fuerza militar debe tener nuestro país? Esto es asunto controversial. Descartando la amenaza de una agresión boliviana, la base para la modernización de nuestras Fuerzas Armadas debe ser la capacidad para defender los intereses nacionales dentro de nuestras fronteras, incluidos aquellos compartidos con países limítrofes, como las usinas hidroeléctricas de Itaipú y Yacyretá y cualesquiera otros que puedan surgir en el futuro. ¿Cuáles son esos intereses nacionales cuya defensa podrían requerir el uso de la fuerza? Pese a su naturaleza relativa y cambiante, entre otros, podemos citar los siguientes:La unidad del Estado
La integridad territorial
La protección de la vida y la propiedad de los habitantes del país.
El restablecimiento de la seguridad interior cuando la Policía Nacional es sobrepasada en su capacidad para man tenerla.
Finalmente, las futuras Fuerzas Armadas de la Nación deben reunir ciertas características distintivas de toda por ganización militar moderna, tales como:
Identificadas con los valores y tradiciones de la nación.
Comprometidas con el orden institucional de la Re pública.
En lo posible, vocacionales y voluntarias en cuanto a la composición de su personal.
Pequeñas, pero potentes; flexibles y rápidas, regidas por una doctrina operacional moderna y con una estructura orgánica y medios adecuados.
PRESENCIA DE BACHELET EN COCHABAMBA OPTIMIZARÁ ACERCAMIENTOS ENTRE BOLIVIA Y CHILE
Autoridades bolivianas y chilenas coinciden en que acercamientos entre los dos países van viento en popa. Reivindicación marítima fue incluida en la agenda del diálogo. Existe reserva en Bolivia sobre una eventual venta de gas a Chile.
Observatorio Informativo www.periodistasbolivia.com)
POR ADALID CABRERA LEMUZ
La presencia de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, en la II Cumbre Sudamericana de Naciones (CSN) a celebrarse en Cochabamba los días 8 y 9 de diciembre, marcarán un avance más en los pasos dados por los gobiernos de La Paz y de Santiago hacia un acercamiento, coincidieron hoy sus autoridades.
El canciller David Choquehuanca confirmó que los presidentes de Chile y de Bolivia, Michelle Bachelet y Evo Morales, sostendrán una reunión bilateral en la ciudad del Valle para analizar acuerdos políticos, comerciales y culturales.
VARIOS ENCUENTROS ENTRE MICHELE Y EVO
Será la tercera vez que los dos mandatarios de tendencia ideológica socialista se encuentran en foros internacionales para analizar asuntos bilaterales.
El pasado 10 de marzo, el presidente boliviano viajó a Santiago a asistir a la posesión presidencial de Bachelet, que se constituyó en la primera mujer chilena que asume esa responsabilidad.
Pese a que Bolivia y Chile no tienen normalizadas sus relaciones diplomáticas, que las interrumpieron en 1978, sus gobiernos han mantenido una fluente comunicación sobre acuerdos comerciales.
Una hipotética reiniciación de relaciones diplomáticas se ha visto frustrada cuando sus gobernantes comenzaron a analizar la solución de la mediterraneidad nacional.
DEUDA HISTÓRICA POR ZANJAR
Para Bolivia, el logro de un acceso soberano al Pacífico es una “deuda histórica contraída por Chile hace más de 127 años” dijo el canciller boliviano. Anotó en esta gestión ambos Gobiernos decidieron incluir el asunto en la agenda de 13 puntos que debatirán ambas naciones para superar sus controversias.
Bolivia perdió su salida al mar en una guerra territorial con Chile en 1879 en la que tuvo como aliado a Perú. En virtud de los tratados de paz suscritos entre los tres países, cualquier solución a la mediterraneidad boliviana que incluya el uso de territorios que anteriormente fueron peruanos debe ser consultada al Gobierno de Lima.
LAGOS ABONÓ ACERCAMIENTOS
Tras la asunción al poder de Bachelet y Morales, los acercamientos entre los dos gobiernos tras ser abonados por el ex presidente chileno Ricardo Lagos, quien participó en los actos de transmisión Presidencial en Bolivia el pasado 22 de enero.
Evo Morales manifestó que durante su presencia en Chile pudo escuchar del pueblo chileno el deseo de que Bolivia tenga una salida al mar para borrar decenas de año de fricciones que no pudieron solucionar.
El cónsul adjunto de Chile en Bolivia, Juan Pablo Crisóstomo, afirmó hoy que las relaciones entre los dos países “pasan por un momento excepcional y serán optimizadas con la presencia de la presidenta Bachelet en la Cumbre Sudamericana de Naciones (CSN) en Cochabamba”.
Confirmó que el tema marítimo fue incluido en la agenda de diálogo boliviano-chileno.
FRECUENTES VISITAS DE AUTORIDADES BOLIVIANAS Y CHILENAS
Las últimas semanas ha sido frecuente la presencia de autoridades gubernamentales y militares de Bolivia y Chile en Santiago y La Paz.
Se ha previsto que el lunes viaje a Santiago de Chile el ministro de Defensa de Bolivia, Walker San Miguel. Los pasados días estuvo en Bolivia el comandante en jefe del Ejército chileno, general Oscar Izurieta.
Posteriormente estará en La Paz la ministra chilena de Cultura, Paulina Urrutia, y a fines de noviembre se reunirán en Iquique los viceministros de Relaciones Exteriores de las dos naciones.
PERFECCIONAMIENTO DE ACUERDOS COMERCIALES
Además de los acuerdos políticos que encaminan los dos gobiernos, Bolivia y Chile perfeccionaron un Acuerdo de Complementación Económica (ACE), que lo habían suscrito en 1993.
Si bien Chile no lo ha manifestado públicamente, fuentes gubernamentales bolivianas enfatizaron que ese país tiene interés en lograr acuerdos para un contrato de compraventa de gas boliviano.
El asunto es manejado con suma reserva en el gobierno de La Paz porque una decisión semejante podría generar protestas de sectores nacionalistas que se oponen a la venta de gas a Chile.
En octubre de 2003, un anuncio en ese sentido precipitó la caída del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, quien pensaba exportar gas boliviano a México por puertos chilenos.
CRECE PRESIÓN PARA QUE BOLIVIA VENDA DIRECTAMENTE GAS A CHILE
En la actualidad Chile le compra gas a Argentina, que a su vez importa el fluido de Bolivia. Sectores empresariales y políticos bolivianos sugirieron al gobierno de Morales el logro de un acuerdo directo con Chile. Un referéndum vinculante realizado en julio de 2004 consultó a los bolivianos si convendría implementar una estrategia diplomático-comercial de gas por mar para solucionar la mediterraneidad boliviana.La respuesta mayoritaria de los bolivianos fue que Bolivia solamente debe vender gas a Chile si este país concede un acceso soberano al Pacífico para zanjar la deuda histórica pendiente desde 1879.
UN GOLAZO DE EVO MORALES
Rebelión de España (www.rebelion.org)
El Presidente de Bolivia es un activo y destacado jugador de fútbol. Incluso en los momentos más inverosímiles se concede un tiempo para jugar una "pichanguita". Pues bien, en estos días ha metido un gol de media cancha, firmando nuevos contratos con todas las empresas petroleras que trabajan en el país.
Aunque no agota su programa nacionalizador, que todavía tiene pendiente la expropiación de las acciones de cuatro empresas, esta firma de contratos con todas las compañías –incluso con las que probablemente serán expropiadas en el futuro– hace progresar dicho programa de manera fundamental.
Los contratos no son todo lo que se dice de ellos, por supuesto, pero no cabe duda de que parecen bastante mejores que los que van a sustituir. Si éstos obligaban a las empresas al pago de regalías de 18 a 50 por ciento, e impuestos de 25 por ciento a las utilidades, constituyendo un "goverment take" (participación gubernamental) de entre 30 y 60 por ciento de la producción, los actuales –de los que todavía, sin embargo, no se sabe mucho– establecerán, según las declaraciones oficiales y de Petrobras, un "goverment take" de alrededor de entre el 50 y el 80 por ciento. Además, ahora el Estado no será el que reciba las contribuciones de unas empresas que producían, transportaban y exportaban los hidrocarburos a su aire, lo que dio lugar a una enorme suspicacia, sino el que pagará a las compañías petroleras por sus servicios de explotación de hidrocarburos. Y no en especie, como ellas pidieron hasta el final. El gobierno les pagará con dinero, transformando así a sus antiguas asociadas en "operadoras a sueldo". Ni más ni menos. No se trata, por supuesto, de una relación desconocida dentro de la industria petrolera. Pero es diametralmente opuesta a la que prevaleció entre 1996 y el día de hoy, tiempo durante el cual algunas compañías pudieron darse el lujo de fijar un precio para el gas boliviano inferior a los parámetros regionales, cuando las ventas se realizaban a sus sucursales extranjeras.
Durante años, las compañías petroleras y los expertos vinculados a ellas afirmaron que "jamás" aceptarían que se les quitara la condición de comercializadoras directas de su producción, porque en tal caso ya no podrían incluir las reservas que explotan entre sus activos bursátiles, y por tanto sufrirían financieramente. Pues bien, el presidente Morales acaba de mostrar de qué material estaba hecho ese "jamás"; era feble, pero hizo caer en el error a más de uno (incluyendo al director de PULSO).
Ahora bien, reconocidas nuestras culpas, relativicemos. Lo poco que dijeron las empresas petroleras después de la firma de los contratos (se han quedado calladas como suelen hacer, a la hora de la verdad, los bravucones), sugiere que el gobierno cedió algunas disposiciones en los contratos, todavía desconocidas, y garantizó que las retribuciones sean suficientes para asegurar la rentabilidad de las inversiones. Por tanto, antes de cerrar la evaluación sobre lo sucedido, todavía hay que conocer esas disposiciones.
Por otra parte, también es necesario, aún, conocer las verdaderas cifras del negocio, porque las que ha dado el gobierno están ciertamente endulzadas. Por ejemplo, la propaganda oficial compara las recaudaciones fiscales por hidrocarburos de hace dos o tres años (300 y pico millones por año) con las de ahora (500 y pico millones por año), y con las del futuro (mil millones por año), y atribuye estas modificaciones exclusivamente al cambio de las normas, sin aclarar que los volúmenes de exportación son muy distintos. O compara "peras" (las regalías del 18 por ciento que establecían los contratos menos favorables de la serie de contratos firmados en el pasado) con "manzanas" (el probable "goverment take" de los contratos más favorables de entre los que se acaban de firmar).
Asimismo, hay que tomar en cuenta que estos contratos se aplicarán a campos de gas en funcionamiento, mientras que probablemente las condiciones que deba ofrecer Bolivia a la inversión de riesgo, es decir, a la que el país necesitará en el futuro para el descubrimiento de nuevos yacimientos, tendrán que ser condiciones diferentes, más parecidas a las de los años noventa.
Y, finalmente, es necesario considerar cuáles serán los resultados de la expropiación de la Empresa Boliviana de Refinación, de Transredes, Chaco y Andina, es decir, de las cuatro firmas que en el pasado pertenecieron al Estado. Algo que resulta imprescindible para realizar un balance completo y objetivo del significado histórico de la nacionalización del gas.
A pesar de todo esto, sería muy mezquino de nuestra parte negar que hasta ahora el gobierno logró mucho más de lo que algunos dijimos que podría obtener sin la salida de las petroleras del país, sin juicios internacionales, sin millonarias indemnizaciones. Al no creer en las declaraciones de estas compañías, el gobierno tuvo razón. Nosotros no; fuimos ingenuos y nos equivocamos.
En lo que no erramos, sin embargo, es en nuestra oposición a la idea de que la captura de las rentas del gas es la clave para un auténtico desarrollo del país. Lo crucial en realidad es qué se hace con los recursos, si alimentar la rebatiña de los codiciosos, cada uno de los cuales quiere una tajada de la torta que acaba de aumentar; o si cimentar una estructura productiva que nos permita seguir prosperando cuando finalmente, de aquí a cuarenta o cincuenta años, se haya acabado el gas.
Opinión
EVO Y ALAN: EL AGUA Y EL ACEITE
La República de Perú (www.larepublica.com.pe)
Alan García se le ha prendido a la Bolivia de Evo Morales. Sin vergüenza, imputó a Bolivia representar una amenaza a la paz regional por haber suscrito un acuerdo de cooperación con Venezuela para desarrollar Puerto Pizarro (para exportar oleaginosas) y el cuartel Riberalta, de las FFAA bolivianas, fuera de la zona fronteriza. García y su canciller se cuidaron de ocultar que Bolivia tiene similares acuerdos con España (2001), Perú y Argentina (2006). Ciertamente, no han dicho nada del cuartel norteamericano enclavado en Paraguay que podría llegar a alojar 16,000 soldados yanquis con inmunidad diplomática, para "custodiar" la seguridad continental. Ni han abierto la boca frente a la base norteamericana de Mantas en Ecuador, que monitorea los cielos de Sudamérica. Y poco les hemos escuchado sobre la carrera armamentista chilena, respaldada por EEUU.
La burda maniobra buscaba evidenciar su disposición de servir como instrumento para aislar al gobierno de Evo Morales. En realidad, solo era un preámbulo a la visita de García a la Casa Blanca. Allí, ante Bush, olvidó toda crítica al TLC, abandonó cualquier propuesta de cambios y reafirmó su vocación de servicio al imperio del Norte al referirse al peligro de un "fundamentalismo andino", mientras endosó la fracasada política de erradicación forzosa de la coca que los norteamericanos pretenden imponer.
Pero no solo golpea a Evo Morales por ganarse el favor norteamericano. García se siente afectado por la firmeza política de Evo en cumplir con los compromisos que asumió con su pueblo. El contraste con el transfugismo programático y político de AGP es notorio. El candidato boliviano ofreció nacionalizar los recursos petrolíferos y gasíferos que el neoliberal Sánchez de Lozada había malbarateado (llegando al extremo de reducir las regalías que debían pagar de 50% a 18%), y como Presidente cumplió. Ofreció convocar a una Asamblea Constituyente para reformular la Carta Magna y cumplió. Ofreció encarar una Reforma Agraria para entregar tierras ociosas a campesinos pobres y sin tierra y ha comenzado a desarrollarla. Ofreció diferenciar la coca de la cocaína, dejar de lado la erradicación forzosa y promover una política de sustitución pactada de cultivos en diálogo con los cocaleros, y está trabajando en ello, haciendo respetar la soberanía boliviana. Evo Morales encarna una nueva imagen del político: la de uno que tiene palabra, que tiene una conducta ética con sus representados.
A poco más de 180 días de gobierno de Morales, todas las empresas presentes en Bolivia han firmado las nuevas condiciones de explotación de los recursos del país altiplánico: el Estado recibirá hasta el 82% del petróleo y del gas, y las empresas recibirán el 18% en retribución al servicio de extracción. La tortilla se ha volteado: el país, que recibía 18%, recibe ahora hasta 82%; y las empresas, que se quedaban con el 82%, lo harán ahora con el 18%. Además, las empresas pagarán impuesto a la renta sobre sus ganancias.
Más aun, Bolivia ha renegociado el precio de venta de su gas a Argentina y a Brasil, pasando de tres a cinco dólares el millón de btu de gas. Este conjunto de medidas, que multiplica por cuatro las regalías que recibe el país, dará a nuestro vecino más de 1,500 millones de dólares adicionales para invertir en educación, en salud, en vialidad y en apoyo al empobrecido agro boliviano. Ninguna empresa se fue del país, como vaticinaban –y vaticinan aquí– los agoreros neoliberales.
En el Perú, en cambio, el candidato Alan García ofreció –cuando menos– restituir la vigencia de la Constitución del 79 (la de papá Haya de la Torre) y como Presidente no cumplió ni cumplirá. No ofreció nacionalizar los recursos naturales, pero sí revisar ciertos contratos, colocar un impuesto a las sobreganancias mineras y, con el voto de su célula parlamentaria, pasó en el Congreso anterior una ley para cobrar a todas las empresas las regalías mineras que la ley establece. El presidente García –aliado hoy a quienes eran los "candidatos de los ricos" (UN), al fujimorismo y a los más poderosos grupos económicos– ha evadido revisar los contratos y privilegios tributarios que benefician a sus aliados, y ha abandonado el compromiso del impuesto a las sobreganancias que podrían generar al país más de 5,000 millones de soles anuales, limitándose a pasar el sombrero a las grandes mineras para un fondo que, bajo la administración de ellas mismas, tendría apenas 500 millones de soles al año. El candidato aprista criticó el TLC con EEUU y ofreció retirar la firma de Toledo; el Presidente paga lobbistas en Washington para que se apruebe y toma a Hernando de Soto, cuya ONG financia USAID, para promoverlo.
La mera comparación deja malparado a García. Este sabe que el Ande y el macrosur peruano, ancho y ajeno al Apra y a la derecha, no ha arriado sus banderas de desarrollo y justicia social. Sabe que sigue de cerca el proceso boliviano y que está cansado de los actores, del cinismo y del baile de máscaras en la política que tanto le gustan a García. De allí su animadversión a Evo Morales y a quienes han hecho del compromiso político una fe y un compromiso ético de vida.
Opinión
PERÚ Y BOLIVIA: DOS HISTORIAS, ¿DOS DESTINOS?
Noticias de Trujillo, Perú (www.noticiastrujillo.com)
En 1996, Alberto Fujimori iniciaba su segundo gobierno. Había ganado las elecciones del 95 por goleada. Gozaba de todas las ventajas derivadas del golpe de estado cívico militar del 92, y de la imposición de cambio constitucional -amañado y fraudulento- que entronizó un régimen neoliberal y corrupto, con un Estado raquítico y desarticulado, remataba nuestros principales recursos naturales y servicios públicos, mantenía un firme control sobre los principales medios de comunicación, desplegaba un engañoso populismo entre los sectores más pobres del país.
Ese mismo año 96, el gobierno neoliberal de Sánchez de Lozada en Bolivia, recién instalado -siguiendo las recetas de Washington y su homólogo peruano- redujo las regalías que debían pagar las empresas que explotaban el gas y el petróleo boliviano del 50% a 18%. Así mismo, privatizó cuanto pudo la propiedad pública y la minería boliviana, que ahora manejan transnacionales.
¿Su argumento? El manoseado cuento de que así Bolivia fomentaría nuevas inversiones, generaría mucho empleo y obtendría de grandes beneficios. El mismo que usó el fujimorismo en el Perú para descuartizar Petro Perú, privatizar sus principales reservas petrolíferas y la estratégica refinería La Pampilla. La misma historieta que empleó para rematar nuestros principales yacimientos y empresas públicas mineras, otorgándoles extraordinarios y escandalosos privilegios tributarios a sus nuevos "propietarios" extranjeros y sus socios menores del país, o para entregar la telefonía, gran parte de la generación eléctrica, la banca comercial del Estado y el sistema pensionario a manos privadas y extranjeras.
Pero, a diferencia del Perú, donde el cuento neoliberal caló en el marco de una desarticulación de las fuerzas sociales y de la izquierda, el pueblo boliviano no se dejó engatusar y desarrolló una firme resistencia. Movimientos sociales combativos y concientes, y nuevas fuerzas políticas -como el MAS de Evo Morales- enfrentaron el entreguismo neoliberal. Siete años después, cuando Sanchez de Lozada tenía poco más de un año de su segundo período (elegido por un arreglo de las fuerzas conservadoras en el Congreso boliviano) e impuso un paquetazo neoliberal, la gente lo enfrentó decididamente. Cayó en Octubre del 2003, luego de una bárbara masacre. Lo sucedió Meza, su vicepresidente, canalizando la demanda y protesta social en un referéndum, el 2004.
Entonces Bolivia se pronunció masivamente por la nacionalización de sus recursos gasíferos y petroleros. La lucha llegó a un punto culminante y el país altiplánico recuperó el derecho al 50% de regalías en mayo del 2005, con una ley aprobada por el Congreso. Pero la batalla por la nacionalización de los principales recursos naturales de Bolivia, por la plena incorporación de las mayorías de aymaras, quechuas y cambas en el sistema político y gobierno, y por poner fin al autoritarismo represivo, continuó. En el camino, se llevó de encuentro al gobierno de Meza, hasta que un nuevo proceso electoral, en enero de este año, llevó a Evo Morales a la Presidencia de la República. Y cumpliendo su compromiso electoral, Morales nacionalizó los recursos y procedió a renegociar con las empresas extranjeras. En 180 días, todas las empresas presentes en Bolivia han firmado las nuevas condiciones de explotación de los recursos del país altiplánico: el Estado recibirá hasta el 82% del petróleo del gas, y las empresas serán remuneradas con el 18% por el costo del servicio de extracción.
La tortilla sea volteado: el país, que recibía 18%, recibe ahora hasta 82%; y las empresas, que se quedaban con el 82%, lo harán ahora con el 18%. Además, las empresas pagan impuesto la renta sobre sus ganancias y, Bolivia ha renegociado también el precio de venta de su gas a la Argentina y al Brasil, pasando de tres a cinco dólares el millón de btu de gas. Este conjunto de medidas, que multiplica por cuatro las regalías que recibe el país, dará nuestro vecino más de $1,500 millones de dólares adicionales para invertir en educación, en salud, en vialidad y, en apoyo al empobrecido agro boliviano. Ninguna empresa se fue del país, como vaticinaban – vaticinan aquí- los agoreros neoliberales.
En nuestra patria, éste fue también un tema central en las pasadas elecciones. Pero Alan García, el candidato triunfador, abandonó su compromiso de siquiera colocar un impuesto a las sobre ganancias mineras, dejó de lado la obligación de cobrar las regalías mineras que la ley establece y ha evadido revisar los contratos y privilegios tributarios que hoy benefician a los grupos de poder. Así, mientras Bolivia reivindica lo suyo, el gobierno de García (alianza del alanismo, con el fujimorismo, Unidad Nacional y los representantes orgánicos de los más poderosos grupos empresariales) se limita a pasar el sombrero a las grandes mineras para generar un fondo, bajo la administración de ellas mismas, de apenas S/. 500 millones de soles al año, en lugar de cobrar impuestos y derechos que podrían generar países más de S/.5000 millones de soles anuales.
Dos caminos que pueden implicar dos destinos, sino le enmendamos el rumbo al gobierno y al país con acción y la lucha de nuestro pueblo para hacer respetar nuestra soberanía y nuestro derecho al desarrollo.
Opinión
BOLIVIA - ¿ADVERTENCIAS SENSACIONALISTAS?
Historia Paralela de Argentina (www.lahistoriaparalela.com.ar)
Las estrategias reconocen que el proceso de la refundación de Bolivia, convirtiéndola en un país socialista comunista de corte Cuba y Venezuela, no es posible entre la noche y el canto del gallo. El sueño era ganar los comicios generales y aquellos para la Asamblea Constituyente de tal manera de tener una aplastante mayoría del 80% para ejecutar los planes revolucionarios “en democracia” es decir con la bendición del soberano que es el pueblo que vota en las urnas. Ese camino al poder totalitario hubiera sido el más fácil, el más rápido, con la ventaja de ser legal; como siempre un asalto tiene la ventaja de sorprender al adversario sin darle oportunidad de organizar la defensa de sus convicciones opuestas. Este sueño no se hizo realidad.
“Puedes engañar a todo el mundo durante algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.”
Abraham Lincoln
Estoy consciente que insistir en alarmantes advertencias por la “refundación” de una Bolivia comunista –cuando otros están aparentemente ya menos preocupados- raya, para ellos, con fanatismo y pesimismo, o hace creer que no tengo otro canto. La razón de este “fanatismo” radica en que no me dejo engañar con todo el show (y algunos éxitos) que nos está ofreciendo el gobierno; más bien registro los detalles que reconfirman el plan del gobierno todavía no declarado abiertamente.
Lo más importante es la respuesta a la pregunta si los objetivos del gobierno han cambiado o siguen siendo los mismos. Entre los objetivos del MAS y del gobierno del Presidente Morales figuran el “movimiento al socialismo”, la “revolución democrática cultural”, la conquista de la “hegemonía del poder”. Por lo que sé, no hay cambios en estas y otras metas que deriven de los objetivos mencionados.
Para lograr estos objetivos existen estrategias y tácticas. Las estrategias abarcan plazos de varios años mientras que las tácticas tratan con la coyuntura dada en el presente. Las estrategias reconocen que el proceso de la refundación de Bolivia, convirtiéndola en un país socialista comunista de corte Cuba y Venezuela, no es posible entre la noche y el canto del gallo. El sueño era ganar los comicios generales y aquellos para la Asamblea Constituyente de tal manera de tener una aplastante mayoría del 80% para ejecutar los planes revolucionarios “en democracia” es decir con la bendición del soberano que es el pueblo que vota en las urnas. Ese camino al poder totalitario hubiera sido el más fácil, el más rápido, con la ventaja de ser legal; como siempre un asalto tiene la ventaja de sorprender al adversario sin darle oportunidad de organizar la defensa de sus convicciones opuestas. Este sueño no se hizo realidad.
Entonces comienza un camino más dificultoso y sobre todo más lento de perseguir el mismo objetivo con otra estrategia y táctica. Algunas medidas recientes respaldan esta tesis. Por ejemplo el uso hábil de los medios de comunicación social masiva para lavar cerebros (“educar”) y crear una aceptación de los planes del gobierno por parte del votante; sin duda una tarea nada fácil (pues los bolivianos no son prototipos del comunismo, por lo menos no los del oriente boliviano) y sobre todo una tarea que consume mucho tiempo. Otro indicador es la utilización de las instituciones para fines del proyecto, sea mediante la colocación de militantes obedientes, o la creación de entes paralelos, o cerrar instituciones independientes, o quitarles poder. Reina ahora más pragmatismo pero no cambian las utopías. La izquierda radical insiste en la revolución tipo bolchevique.
Se están combinando estas estrategias con la amenaza y con el terror, explotando el miedo pues nadie quiere la guerra civil. Para conservar la paz la gran mayoría está dispuesta a ceder hasta en asuntos que nunca deben estar a la disposición en una democracia representativa. Uno de estos principios es la división del poder, máxima totalmente contraria al totalitarismo proyectado por el MAS. La amenaza con el terror tuvo su expresión en Warisata y en San Julián, que no son casos aislados pues cualquier violación del orden legal vigente ante ojos cerrados significando una tácita aprobación del movimiento, se enmarca en esta misma línea.
Aparentemente se emplea ahora, por lo tanto, otra táctica complementaria: mostrarse del lado simpático, dócil, manso, negar que se van a ver afectados los intereses de la odiada burguesía “oligárquica”. Al parecer esta burguesía se siente relajada pues en su predisposión de creer cualquier cosa para tranquilizarse aunque sean mentiras, se aferra a esperanzas, promesas, ve selectivamente lo que le conviene y filtra lo que por supuesto también ve pero no quiere ver. Haciéndose amigo del poderoso de hoy (¿y en mayor grado mañana?) ellos esperan que ello sirva para que no los toquen. ¡Que la violencia y los atropellos perjudiquen al otro mientras que a mí me dejan en paz! es una estúpida ilusión de los vivos sin principios ni moral. Han dicho que TODOS los recursos naturales van a ser nacionalizados. Todo quiere decir todo. Seguro que el proceso sigue por donde se encuentra la menor resistencia.
La táctica consiste en no decir la verdad, no revelar las intenciones, y el público se deja engañar. ¿Hasta cuándo? Ojalá que Abraham Lincoln no esté equivocado. La caída de la popularidad del Presidente Morales del 81% al 50% podría confirmar la tesis de Lincoln.
Análisis
LOS PAÍSES ANDINOS, LOS PRIMEROS AFECTADOS
La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
La victoria de los demócratas en las elecciones legislativas de anteayer en Estados Unidos se presenta como un obstáculo a la política del presidente republicano George W. Bush en favor del librecambio y de negociar acuerdos comerciales sin ataduras con países en vía de desarrollo.
Por eso, el control que retomará el Partido Demócrata en la Cámara de Representantes es también un indicio de que el debate político cambiará de tono y de que, en el mundo, los primeros perjudicados pueden ser los países andinos (Perú, Colombia, Ecuador y Bolivia).
Anteayer, en los comicios, los demócratas obtuvieron los 15 asientos que necesitaban en esa cámara para recuperar la mayoría después de 12 años de dominio republicano. Con ese resultado, lo mejor que les podría pasar a Perú y a Colombia es que sus tratados de libre comercio (TLC) con Estados Unidos fueran aprobados por el Congreso antes de Navidad, para evitar que sean incluidos en la agenda legislativa de los demócratas, que tomarán control legislativo en la primera semana de enero.
En el papel, el TLC con Perú tiene más ventaja que el de Colombia: está ya en los comités de Finanzas, del Senado, y de Medios y Asignaciones, de la Cámara baja, a la espera de ser puesto a votación. El tratado con Colombia recién cumplirá la próxima semana su período de 90 días de espera para iniciar la gestión legislativa desde que el presidente George W. Bush notificó al Congreso, en agosto pasado, su intención de firmarlo. El negociador colombiano Hernando José Gómez dijo en Washington, el mes pasado, que tomaba el reto "con pragmatismo", lo que podría implicar que su país estaría dispuesto a sujetarse a las nuevas reglas que fijen los demócratas.
Por su parte, Ecuador y Bolivia -al igual que Perú y Colombia- son beneficiarios de la ley de promoción del comercio andino, que expira en diciembre. Y son los que en este momento más necesitan que se renueven estas preferencias arancelarias.
Pero hay otros países latinoamericanos, entre los que están Brasil y la Argentina, que también desearían que se actualizara la ley del Sistema Generalizado de Preferencias -que permite a 144 países del mundo colocar en Estados Unidos centenares de productos con aranceles reducidos o inexistentes-, antes de la entrada en acción de los demócratas.
"El escrutinio indica que el calendario del presidente Bush en materia de comercio ha sufrido una brusca frenada", declaró Daniel Griswold, analista del Centro de Estudios de Políticas Comerciales del Instituto Cato. Sin embargo, los analistas no esperan que Estados Unidos retome la política proteccionista de los años 30. "La política comercial estadounidense no va a dar un viraje hacia el proteccionismo: el equilibrio de poderes está más que asegurado", explicó Griswold.
Contra los TLC
Con el control demócrata de la Cámara de Representantes, la legisladora californiana Nancy Pelosi asumirá la presidencia y se convertirá en la primera mujer de la historia estadounidense en ocupar ese puesto. Pelosi ha sido una de las más fervientes opositoras de los TLC negociados por Bush y, al igual que la mayoría de los miembros de su partido, propone la negociación de drásticas cláusulas sobre la protección de los derechos laborales y el medio ambiente y contra el trabajo infantil.
Además, con los demócratas a cargo de la Cámara baja, se hace más difícil que Bush reciba otra vez la autorización de negociar tratados comerciales a través de la llamada ley fast track, que expira en julio y que le daba poderes especiales al presidente para llegar a acuerdos con terceros países y someterlos a la aprobación o el rechazo del Congreso sin que éste pudiera enmendarlos. Actualmente están detenidos los procesos de negociación de libre comercio con Ecuador y Panamá.
Análisis de la Cumbre Iberoamericana
LA MIGRACIÓN NO DEBE SER CRIMINALIZADA
Peripecias de Argentina (www.peripecias.com)
La Cumbre Iberoamericana celebrada en Montevideo, con la presencia de jefes de Estado y representantes de 22 naciones, finalizó con varios acuerdos y algunas puntos destacables. El encuentro se centró en la problemática de la migración, donde sin lugar a dudas la intervención del presidente de Bolivia, Evo Morales, fue la más aguda y real. Mientras que varios presidentes apelaron a discursos convencionales, recordando los compromisos asumidos en la comunidad internacional o listando las aspiraciones deseadas, Morales relató su propia vivencia en un viaje a España.
Morales llegaba por primera vez al aeropuerto internacional de Barajas, como dirigente sindical, para conectar con un vuelo interno que lo llevaría a una reunión sobre temas de desarrollo, cuando fue detenido por los agentes de migración españoles. El hoy presidente de Bolivia relató ante todos los demás jefes de Estado y el rey de España, cómo fue tratado por la migración, la que llegó a exigirle 500 dólares para continuar con su viaje. Morales no tenía ese dinero, y terminó enojándose, para decir que si no habían bastado 500 años de apropiación de los recursos de la región, tampoco les bastarían esos 500 dólares.
Esa intervención refleja muy bien los vaivenes de la Cumbre Iberoamericana y la importancia del tema de la migración. Otros aportes también apuntaron a reclamar que no se criminalizara a los migrantes, lo que en palabras más simples implica asegurarles un trato respetuoso y digno en los puertos de entrada. Esos acuerdos aparecen en el “Compromiso de Montevideo sobre Migraciones y Desarrollo”, donde se sostiene que “es imperativo situar la persona del migrante en el centro de los programas o proyectos migratorios”, garantizando el respeto de sus derechos humanos, “independientemente de su condición migratoria, y cualquiera que sea su nacionalidad, origen étnico, género o edad”. Asimismo, el compromiso señalara claramente que “migrar no es delito” y que se deben establecer políticas y prácticas de seguridad que no deberán estigmatizar a los migrantes. El testimonio del presidente Evo Morales deja en claro la importancia de este compromiso.
Los presidentes también subscribieron la “Declaración de Montevideo”, que recopila varios puntos de acuerdo, tales como la adopción de la Carta Cultural Iberoamericana, y algunas medidas potencialmente interesantes, como la conclusión del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe (Fondo Indígena).
Pero los acuerdos más sustanciales están en el referido “Compromiso de Montevideo”, donde se intenta dar una visión más amplia del problema migratorio. Por ejemplo, se invoca la reducción de la pobreza y la mejora en la calidad de vida para terminar con la expulsión de personas, y se trata la cuestión de las remesas, afirmándose que “no deben ser catalogadas como ayuda oficial al desarrollo, puesto que son flujos financieros privados, de solidaridad familiar, y responden al derecho de todo ser humano de asistir de modo individual al sustento y bienestar de otras personas”. Los presidentes buscar proteger ese flujo de dinero y están intentando que las comisiones y costos de las transferencias sea reducido drásticamente.
El compromiso ofrece otros acuerdos generales sobre la protección de los migrantes y algunos tímidos avances sobre la búsqueda de acuerdos internacionales más amplios y de cobertura más efectiva, incluyendo componentes de protección laboral, así como medidas especiales para mujeres, niños e indígenas. Se anunció además la convocatoria para un foro iberoamericano sobre este tema en el año 2008. Las reuniones paralelas de la sociedad civil apuntaron en el mismo sentido. El II Encuentro Cívico Iberoamericano, en su declaración “un mundo sin muros por un desarrollo sostenible para todos y todas” precisa todavía más los problemas con las migraciones, y reclama acciones más específicas, tales como la ratificación de la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares de las Naciones Unidas, y su reglamentación por parte de cada Estado.
La cumbre presidencial también rechazó el muro que planea construir Estados Unidos en la frontera con México. El punto fue aludido por varios ministros y presidentes, y la postura final significa un éxito para la presencia de Vicente Fox.
Finalmente, los jefes de Estado además aprobaron un total de 12 compromisos y declaraciones en diversos temas, desde la integración energética al rechazo del bloqueo de Estados Unidos sobre Cuba.
A pesar de la ausencia de varios presidentes, la Cumbre de Montevideo buscó darle un impulso a esta “familia” iberoamericana. En ese sentido el gobierno de España presentó la idea de un fondo regional para abordar la problemática del agua potable y un sistema de becas estudiantiles. Las iniciativas fueron aprobadas y se encomendó a la secretaría permanente de estas cumbres, en manos de Enrique Iglesias (ex presidente del BID y ex canciller de Uruguay), concretarlas en planes de acción específicos.
Entre las cuestiones que se discutieron en paralelo, se destacó la confirmación que el rey de España, Juan Carlos, actuará como “facilitador” en el conflicto entre Argentina y Uruguay por la instalación de una planta de celulosa en la frontera entre los dos países. La medida, propuesta por el presidente argentino Néstor Kirchner, fue aceptada por el monarca español, y luego por el gobierno uruguayo de Tabaré Vázquez. Es una noticia bienvenida ya que se espera pueda reducir la tensión entre los dos países, pero también evidencia que el problema no se pudo manejar en el seno del Mercosur. Este hecho deja en una posición incómoda a Brasil, la que se acentúa en tanto el presidente Lula fue una de las más conspicuas ausencias en la cumbre. Por ahora, la diplomacia de Itamaraty no ha participado activamente del proceso de estas cumbres en tanto lo percibe como un programa promovido desde Madrid y termina interviniendo en una región donde Brasil tiene pretensiones de liderazgo. Pero también es cierto que Brasil ha mantenido últimamente posiciones ambiguas dentro del espacio sudamericano.
También parece necesario clarificar el papel de las Cumbres Iberoamericanas, y en especial las relaciones de ésta en primer lugar con la OEA y del Grupo del Río, y en segundo lugar con los bloques regionales. Algunos presidentes están enviando señales de cansancio frente a la sucesión de encuentros presidenciales. Por ejemplo, en los últimos meses se han sucedido las cumbres presidenciales ampliadas del Mercosur y la CAN, y ahora se avecina la cita de la Comunidad Sudamericana de Naciones en Cochabamba. Los encuentros presidenciales tienen muchas potencialidades positivas, pero deben servir a programas de acuerdos concretos a partir de los cuales profundizar el camino de la integración. Por lo tanto, antes que aumentar el número de foros de discusión y concertación política, parece necesario profundizar los acuerdos de integración, con lazos que sean vinculantes, coordinaciones productivas concretas y apuestas a crear una ciudadanía regional.
CÓNSUL CHILENO EN BOLIVIA ASEGURA QUE RELACIÓN PASA POR UN MOMENTO EXCEPCIONAL
El Mercurio de Chile (www.emol.com)
El cónsul general adjunto de Chile en Bolivia, Juan Pablo Crisóstomo, aseguró que las relaciones entre ambos países pasan por un muy buen momento, en especial porque se aceptó por primera vez incorporar en una agenda de discusión bilateral el tema marítimo, a lo que se suma la apertura de la sociedad chilena para encontrar una solución a la demanda boliviana.
"Creo que nuestras relaciones están en un momento excepcional. Los Presidentes se han reunido en distintas oportunidades y nuestra Presidenta viene a la Cumbre Sudamericana en Cochabamba. Es un hecho que habla por sí mismo sobre el nivel en que están las relaciones entre nuestros países", señaló el diplomático, en declaraciones al matutino La Razón.
En tanto, el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, coincidió con el cónsul chileno y aseveró que las relaciones pasan "por un momento interesante".
En la misma línea, el canciller David Choquehuanca informó que las negociaciones con Chile avanzan positivamente en los 13 puntos planteados en la agenda de diálogo bilateral, incluido el tema de la integración energética, que fue incorporado como parte del último punto de la agenda, denominado "varios". A nivel presidencial, Evo Morales y Michelle Bachelet se reunieron en dos oportunidades y para diciembre se confirmó la llegada a Bolivia de la mandataria para la Cumbre Sudamericana, donde además de volver a reunirse con Morales participará en un acto de bienvenida.
Por otra parte, el próximo lunes el ministro de Defensa, Walker San Miguel, visitará Chile, luego que el Comandante en Jefe del Ejército, Oscar Izurieta, estuviera en Bolivia y consolidara el acercamiento con sus similares.
También se tiene prevista la llegada a Bolivia de la ministra de Cultura, Paulina Urrutia, la semana entrante. Además, a fines de noviembre, los vicecancilleres de los dos países sostendrán un encuentro en Iquique.
En el ámbito comercial, Bolivia puso en vigencia el Acuerdo de Complementación Económica con Chile, y el tema de la integración energética será uno de los asuntos prioritarios en la Cumbre Sudamericana, según anticipó el canciller Choquehuanca.
SE VIENE UNA CRISIS ENERGÉTICA
El Comercio de Ecuador (www.elcomercio.terra.com.ec)
Sudamérica se verá afectada a corto plazo por un desequilibrio energético que afectará principalmente a Chile y Argentina. La región está viviendo una paradoja porque si bien hay grandes reservas de gas en Venezuela y Bolivia, no se producen inversiones suficientes y tampoco hay proyectos factibles.
La producción sostenida de gas y petróleo requiere de períodos de maduración muy largos y Argentina (por la congelación de los precios de electricidad y gas) y Bolivia (por la convulsión social e inseguridad jurídica) han provocado una paralización de inversiones que tardará varios años en recuperarse. Venezuela no subirá la extracción de gas, porque va de la mano de la petrolera, que depende de la OPEP. Puede existir tensiones por este déficit en la región, que permitirá que Perú, exportador neto de gas, se desarrolle sin dificultades, pero (su producción) es insuficiente dado el desequilibrio energético de los próximos años. Hay muchas restricciones políticas para el intercambio energético y se evidencian en las tensas relaciones diplomáticas de Perú con Venezuela y Bolivia, así como por la prohibición boliviana de abastecer de gas a Chile.
INVERSIONES EN HIDROCARBUROS EN BOLIVIA ALCANZARÁN 3.400 MDD
El Diario del Pueblo de China (www.xinhua.com)
Las inversiones estimadas con los nuevos contratos suscritos por el gobierno boliviano con las empresas petroleras alcanzarán 3.400 millones de dólares en el periodo 2007- 2010, informó el día 8 el ministro boliviano de Hidrocarburos, Carlos Villegas.
Las inversiones más importantes para exploración y explotación son: San Alberto (Petrobras), 339 millones de dólares; Sábalo o San Antonio, 495 millones de dólares; Itaú, 592 millones de dólares; Incahuasi, 1.029 millones de dólares, y Margarita 905 millones de dólares.
Las inversiones se realizarán tanto en los megacampos de hidrocarburos como en campos considerados más pequeños.
Villegas dijo en La Paz que estas inversiones proporcionarán volúmenes adicionales de gas natural y de petróleo, lo que permitirá al gobierno boliviano garantizar el abastecimiento del mercado interno así como cumplir con los compromisos contraídos con Brasil y Argentina.
"Estamos escribiendo una página importante en la historia del país, no sólo los recursos hidorcarburíferos ahora están en manos del Estado boliviano, sino que a través de la suscripción de los contratos ingresamos a una nueva fase en la historia de Bolivia", subrayó.
Villegas aseguró que los contratos de operación suscritos con las empresas petroleras no garantizan recuperación de costos ni de utilidades. "Este es un contrato de riesgo acordado con las empresas, de tal manera que las empresas que hagan inversiones están en un escenario de alto riesgo, tal cual es la característica de la actividad hidrocarburífera.
"En consecuencia, los contratos de operación no aseguran en ningún momento recuperación de costos y utilidades; este es un elemento importante, a diferencia de los contratos de riesgo compartido que les daban la total garantía de recuperar costos y obtener utilidades", anotó.
El ministro sostuvo que los nuevos contratos implican una nueva forma de relacionarse con las empresas petroleras extranjeras a través de la redefinición de las reglas del juego, y el Estado va a captar una parte significativa de la renta petrolera.
"Y es acá el reto del gobierno, el reto de los bolivianos, de las diferentes instituciones: el de no desaprovechar este momento histórico. No podemos repetir la historia de Bolivia que en muchos momentos y periodos obtuvo excedentes de los recursos naturales y los mismos no fueron bien invertidos", agregó.
Villegas dijo que ahora la obligación de todos es que las inversiones se hagan óptimas por parte los municipios, prefecturas, gobierno central e instituciones centralizadas y descentralizadas, de manera que cambie el perfil de la economía y se mejoren las condiciones de vida de los bolivianos.
Señaló que antes de la nacionalización de los hidrocarburos, el pasado 1 de mayo, la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) "estuvo en terapia intensiva para que muera, porque no tenía ninguna participación en la cadena hidrocarburífera".
Indicó que ahora, mediante los megacampos, se canaliza el 32 por ciento adicional a YPFB para que esta empresa, más temprano que tarde, participe en la cadena de los hidrocarburos.
Asimismo, Villegas afirmó que los contratos suscritos los pasados 28 y 29 de octubre implican una nueva forma de relacionarse con las empresas petroleras extranjeras, a través de la redefinición de las reglas del juego mediante las que el Estado captará una parte significativa de la renta petrolera.
AGRICULTORES SE ENFRENTAN A LA LEY DE TIERRAS DE BOLIVIA
El Nuevo Herald de Estados Unidos (www.miami.com)
En medio de llamados del gobierno a reanudar el diálogo, los empresarios agropecuarios del oriente del país se declararon ayer en emergencia y advirtieron al Ejecutivo que el sector no aceptará las modificaciones a la ley de tierras que aprobó el oficialismo.
El presidente Evo Morales ratificó que su gobierno ''va a respetar las tierras productivas, no importa su extensión'', pero aclaró que los fundos que no están trabajados ``serán recuperados para su redistribución''.
''Ojalá el Congreso pueda acelerar la aprobación de la ley (de tierras). En muchos puntos se ha concertado'', destacó en una rueda de prensa, y llamó a los opositores a apoyar su propuesta.
Pero el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Mauricio Roca, acusó en rueda de prensa al Ejecutivo y al gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) de haber roto las conversaciones de varios meses entre ambos sectores al haber logrado que la mayoría oficialista aprobara el martes las modificaciones en la Cámara de Diputados, sin haber llegado a consenso.
''Nosotros no estamos de acuerdo con eso, no lo vamos a aceptar, y si el gobierno quiere medir la capacidad de movilización y la fortaleza que tiene el sector agropecuario a lo largo de su cadena productiva, lo va a ver'', dijo Roca.
Señaló que el sector se encuentra ''en emergencia'' y que hasta la próxima semana definirá acciones de protesta contra el gobierno.
''No es un desafío, es una advertencia de que nosotros somos muy serios y somos muy formales y actuamos de buena fe en las instancias de diálogo'', agregó Roca.
El vicepresidente de la república y presidente del Congreso, Alvaro García, invitó a la CAO y a la Confederación Agropecuaria Nacional (Confeagro), que reúne a los principales productores del país, a que vuelvan a las negociaciones.
SERÁ JUZGADO POR ESCLAVIZAR A SU SOBRINA DE 10 AÑOS
El hombre encerró en su casa a la menor forzándola a cocinar y realizar tareas domésticas. En septiembre del 2002 debió ser hospitalizada por una herida en la cabeza.
Diario Infobae de Argentina (www.infobae.com)
Un hombre quedó a un paso de ser sometido a un juicio oral y público al ser acusado de mantener como esclava a una sobrina de nacionalidad boliviana, de 10 años, a la que mantenía encerrada en su casa obligándola a cocinar y a realizar las tareas domésticas.
De acuerdo con un fallo emitido por la Sala Quinta de la Cámara del Crimen, el hombre -cuya identidad se mantiene en reserva- recibió "a la menor en condición de servidumbre, para mantenerla de ese modo, maltratándola y lesionándola para que trabajara en su casa a cambio de girar mensualmente cincuenta pesos a sus padres" a Bolivia.
Voceros judiciales indicaron que el expediente se inició en septiembre de 2002, cuando la niña fue hospitalizada con una herida en la cabeza, "hematomas en sus extremidades y lesiones cicatrizadas de antigua data" que según dijo se las había provocado su tío.
La pequeña había sido llegado procedente de Bolivia dos años antes del hecho investigado "con el consentimiento de sus padres", pero ya en Buenos Aires "la hacían dormir en un colchón en el piso, sin dejarla salir ni asistir a la escuela y cuando no había gente en la casa la dejaban encerrada con llave"."Era golpeada por su tío y la esposa, habitualmente cuando no quería hacer algo. Más allá de las lesiones, la menor se presentaba muy delgada, con mal aspecto y falta de higiene", se indicó en el dictamen firmado por los camaristas Rodolfo Pociello Argerich, María Laura Garrigós de Rebori y Mario Filozof.
De esta manera, la Justicia determinó que la niña era "sometida al dominio absoluto de quien la tenía encerrada en el domicilio sin educación, a los golpes, obligada a tareas de limpieza y con maltratos que remontan a un pasado que la civilización hoy repudia. Y ya sea asimilable o diferenciable la esclavitud de la servidumbre lo cierto es que por años fue tratada como una propiedad, fue hecha prisionera".
"No le era permitido alejarse de la esfera de custodia bajo amenaza de castigo físico o de otro tipo, ejecutando las tareas encomendadas. También bajo advertencia de sanción, fue quebrada su voluntad, aprovechando la lejanía de su núcleo familiar y la desprotección absoluta generada en la psiquis de la sometida. Al privarla de todo derecho y de los atributos de dignidad naturales en todo ser humano se trató a la niña como una cosa, poseída incondicionalmente violando la Ley fundamental y los Tratados a ella incorporados", señalaron los camaristas. La niña en cuestión ya fue trasladada nuevamente a su país de origen por decisión judicial.
Análisis
LA IZQUIERDA HA GANADO TERRENO EN LATINOAMÉRICA AL COMENZAR EL SIGLO
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
En lo que va del siglo XXI, un número significativo de países latinoamericanos ha abandonado las políticas neoliberales de la década de 1990 para adoptar otras que suelen identificarse como de izquierda. Sin embargo, cada país tiene sus particularidades y no existe uniformidad ideológica.
El abanico abarca desde el socialismo tradicional y moderado del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, entre otros, al discurso más radical de su homólogo venezolano, Hugo Chávez.
El único país comunista de la región, donde no hay elecciones libres y los medios de producción están en manos del Estado es Cuba.
México, Colombia, El Salvador, Honduras y Guatemala tienen gobiernos conservadores o liberales.
Algunos ejemplos de gobiernos de izquierda o con tendencia a la izquierda en recientes elecciones son los siguientes:
ARGENTINA: Néstor Kirchner, del ala izquierda del Partido Justicialista (peronista), asumió la presidencia en mayo de 2003 con un discurso que convocaba a los argentinos a "inventar el futuro". Ha sacado al país de una gravísima crisis económica y apoyado a los sectores de menores ingresos mediante impuestos sobre los movimientos financieros y las crecientes exportaciones. Ha derogado las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, además de renovar la Corte Suprema y las FF.AA.
- BOLIVIA: El dirigente indígena y líder de los cocaleros Evo Morales, del Movimiento al Socialismo (MAS), ganó las elecciones de diciembre de 2005 con un 54% frente al 25,8% del conservador Jorge Quiroga. Integran su gobierno intelectuales, mujeres, mineros, campesinos, sindicalistas e indígenas. En abril de 2006, Morales firmó con Venezuela y Cuba su incorporación a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), frente al ALCA promovida por EE.UU. En mayo decretó la nacionalización de los hidrocarburos.
- BRASIL: Luiz Inácio Lula da Silva, el primer obrero en el poder en Brasil, gobernará hasta 2010 tras ser reelegido, el pasado octubre, con el 60,8% de los votos en la segunda vuelta, frente al 39,1% de su rival Geraldo Alckmin. Aunque Lula ganó el primer turno, con un 48,1%, fue "castigado" por parte del electorado tras los múltiples escándalos de corrupción involucrando a su partido. En la segunda vuelta, las clase más desfavorecidas, beneficiarias de los programas gubernamentales "Hambre Cero" y "Bolsa Familia", respaldaron masivamente al presidente.
- CUBA: Tras el triunfo de la Revolución que derrocó el régimen de Fulgencio Batista, el 1 de enero de 1959, Fidel Castro fue elegido jefe de Gobierno el 16 de enero de ese año y, desde 1976 es el jefe de Estado del primer país comunista de América, que cuenta con un único y omnipresente Partido Comunista constituido en 1965. El gobierno revolucionario, que ha sobrevivido a 45 años de bloqueo económico estadounidense, ha sido condenado en varias ocasiones por la ONU y la Unión Europa por la situación de los derechos humanos.
- CHILE: La socialista Michelle Bachelet se convirtió en marzo pasado en la primera presidenta chilena al ganar la segunda vuelta de las elecciones, en enero de 2006, con el 53,49% frente al 46,5% del derechista Sebastián Piñera. En su investidura, llamó a los chilenos a trabajar por un país justo, y la política social está siendo la gran baza de su gobierno. Hija de una víctima de la dictadura pinochetista, apuesta por la reconciliación nacional. "Ha llegado la hora de mirarnos cara a cara sin suspicacias", afirma.
- ECUADOR: Rafael Correa, del movimiento Alianza País, disputará la segunda vuelta de las presidenciales, el próximo 26 de noviembre, frente al empresario bananero Alvaro Noboa. En la primera vuelta, el 15 de octubre, Noboa, del Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN), obtuvo el 26,83%, frente al 22.84% de Correa. Simpatizante de Hugo Chávez, Correa es partidario de que toda Latinoamérica sea una sola nación, según el ideario del libertador Simón Bolívar.
- MEXICO: En las presidenciales de julio 2006, el candidato del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, fue derrotado por el conservador Felipe Calderón, del conservador Partido de Acción Nacional (PAN, gobernante), por sólo 233.381 votos, un 0,5 por ciento del total. López Obrador impugnó los comicios alegando fraude, pero el Tribunal Electoral confirmó la victoria de Calderón. El pasado septiembre, López Obrador reunió a un millón de personas en la Convención Nacional Democrática, que lo proclamará "presidente legítimo" el 20 de noviembre.
- NICARAGUA: Daniel Ortega, que ya fue presidente en 1984-1990, ha ganado las elecciones del pasado domingo, con el 38,59% de votos. Ortega, uno de los comandantes de la Revolución Sandinista que en 1979 derrocó a Somoza, fue derrotado en tres elecciones consecutivas desde 1990. En la actual campaña ha buscado acercarse a la Iglesia y bajado el tono de su retórica antiimperialista. Tras conocer su victoria, Ortega manifestó al ex presidente estadounidense Jimmy Carter su deseo de "buscar cómo trabajar en armonía con Estados Unidos".
- PERU: Alan García, del centroizquierdista Partido Aprista Peruano (PAP), ganó en junio las presidenciales por sólo 694.937 votos más que el ex militar Ollanta Humala. Humala había ganado la primera vuelta, con el 30,85%, pero el apoyo explícito que le prestó Hugo Chávez fue interpretado como una injerencia en asuntos internos peruanos. Humala mostró un perfil moderado en la campaña y rechazó denominarse izquierdista, afirmando que lucha "contra los países globalizadores y el neoliberalismo". Su padre fundó la doctrina "etnocacerista", de corte n
- URUGUAY: Tabaré Vázquez es el primer presidente socialista en la historia uruguaya. Su victoria en octubre de 2004, con el 50,45% de los votos, supuso un hito ya que, por primera vez en 174 años de democracia, Uruguay no es gobernado por uno de los partidos tradicionales, el Colorado y el Blanco, que se alternaban en el poder. En su investidura, abogó por una política activa en materia de derechos humanos y una política exterior independiente.
- VENEZUELA: En las elecciones de diciembre próximo, todo apunta a que Hugo Chávez será reelegido. Fundador del Movimiento V República (MVR), gobierna el país desde que ganó las presidenciales de 1998 con casi 57% de los votos. En julio de 2000, en las elecciones convocadas para legitimar al gobierno ante la aprobación de la Constitución Bolivariana, fue reelegido con el 59%. Su mandato fue interrumpido brevemente por un golpe fallido en abril de 2002. El 15 de agosto de 2004, fue confirmado en el cargo tras ganar el "referéndum revocatorio" con el 59,25% de los votos.
¿LATINOAMÉRICA VA HACIA LA IZQUIERDA?
Argenpress de Argentina (www.argenpress.info)
En elecciones limpias y transparentes acaban de ganar las presidencias Ignazio Lula da Silva en Brasil y Daniel Ortega en Nicaragua. Hace ya unos meses ganó en Bolivia el proyecto socialista de Evo Morales, y poco faltó para que pudieran vencer Miguel López Obrador en México o Ollanta Humala en Perú, igualmente candidatos ubicados en el campo amplio de la izquierda. Es muy probable que en pocos días más ganen sus respectivos procesos electorales Alfredo Correa en Ecuador y Hugo Chávez en Venezuela, líderes populares en ambos casos con propuestas anti-capitalistas. ¿Podemos afirmar entonces que toda Latinoamérica está yendo hacia la izquierda? Ahí están Néstor Kirchner, Tabaré Vásquez o Michelle Bachelet para reafirmar la pregunta: ¿gobiernan en Argentina, Uruguay o Chile respectivamente las izquierdas políticas? ¿Qué significa, en definitiva, ser de izquierda el día de hoy?
Después de años de retroceso en el campo de las luchas populares, de dictaduras sangrientas que crearon el terror en toda Latinoamérica y de planes neoliberales de capitalismo salvaje que hicieron perder conquistas sociales históricas, los pueblos parecieran reaccionar y salir de una larga noche. Los candidatos de izquierda se suceden, y luego de años de silencio se vuelve a hablar, con timidez aún, pero con miras a poder seguir levantando la voz, de socialismo, de antiimperialismo. La Revolución Bolivariana que tiene lugar en Venezuela es, sin dudas, una fuente de inspiración en todo ello, habiendo abierto nuevamente esperanzas que parecían dormidas. La idea de una nueva integración latinoamericana en función del provecho de las grandes mayorías comienza a dibujarse en el horizonte.
Si bien hoy día, caído el bloque soviético y con un gran retroceso en las izquierdas, hay aún mucha reticencia en retomar valores socialistas, pareciera que en toda Latinoamérica estamos viviendo un proceso de “desempolvamiento” de esos ideales. Probablemente no para repetirlos; de hecho se ha puesto en marcha un proceso de autocrítica y al calor de la experiencia venezolana se comienza a hablar de nuevos modelos, de socialismo del siglo XXI que, aunque aún no esté muy claro qué es y hacia dónde va, en lo fundamental se plantea no repetir los mismos errores de las primeras experiencias socialistas del pasado siglo. Ante todo ello, a partir del mapa político que se va dibujando en la actualidad en el continente, podríamos estar tentados a decir que los pueblos se rearman y retoman banderas históricas de lucha. ¿Vamos nuevamente hacia triunfos socialistas? ¿Están de vuelta las izquierdas?
Sí y no.
Las pasadas décadas, en toda la región, estuvieron marcadas por el triunfo absoluto de políticas conservadoras basadas en la destrucción de los Estados nacionales y la super explotación de los trabajadores, lo cual dio como resultado una polarización extrema entre ricos y pobres a lo interno de todos los países, y una posición de creciente debilidad en la relación de esos países con el Norte que impuso las reglas de juego, creando pesadísimas deudas externas que tendrán amarrada a toda América Latina por años. El resultado de estos años de capitalismo salvaje post Guerra Fría es un atraso económico y político desesperante para los pueblos de la región, asentado en un terror instaurado a punta de dictaduras sanguinarias que han dejado una gran desmovilización política y laxitud ideológica. Pero pese a ese panorama sombrío, la memoria histórica no ha muerto, y luego de años de silencio, esos mismos pueblos sojuzgados y empobrecidos retoman sus luchas. Las retoman desde distintos ámbitos, con distintos intereses, con proyectos de los más variados: desde el pedido de reformas agrarias hasta la protesta de los desempleados que dejaron los planes de privatizaciones furiosas, desde la lucha por los derechos humanos ante las dictaduras hasta las movilizaciones de colectivos sociales con sus especificidades como las reivindicaciones de género o de minorías étnicas excluidas, desde los reclamos por vivienda hasta las movilizaciones en torno a la inseguridad pública. Después de años de silencio forzado, los pueblos vuelven a sentirse protagonistas y toman la palabra. Y cuando han tenido la oportunidad de expresarlo en las urnas, en estos últimos años -con fuerza creciente- optan por propuestas populares, progresistas. En ese sentido podríamos decir que, definitivamente, las izquierdas están de regreso.
Pero mucho más aún que candidatos en la esfera política formal, lo que está de regreso es la movilización de esos sectores populares por años reprimidos. Si realmente asistimos a un renacer de las izquierdas, es básicamente porque los pueblos oprimidos han ido perdiendo el miedo de estos años de terror y guerras sucias comenzando a movilizarse nuevamente: los movimientos indígenas, los “sin tierra”, los “piqueteros” son la savia de este despertar que parece extenderse por todo el continente.
Como siempre, no es fácil hacer coincidir -o más bien existe un crónico desfase entre- la movilización de las grandes masas y su dirigencia. Cuando ello sucede, la historia da pasos de gigante, como es el caso del actual proceso que vive Venezuela. Pero dado que eso no es la norma dominante, asistimos a una movilización popular creciente en toda Latinoamérica que no siempre encuentra el adecuado cauce político para transformar la realidad. Muchas veces esa gran energía espontánea muere en la movilización pero no logra cambios reales y sostenibles en las estructuras de base. Sin embargo, queda claro que hoy, en toda la región, están teniendo lugar procesos de movilización que eran impensables años atrás, luego de las feroces represiones y los planes privatizadores. Las luchas nunca terminaron, pero los años de terror en los 80 y 90 silenciaron -a golpe de desapariciones, cárceles clandestinas, torturas- todas esas formas de protesta. Y las expresiones políticas más avanzadas de esas movilizaciones populares -grupos guerrilleros, sindicatos combativos, asociaciones campesinas- quedaron diezmadas estas décadas a causa de esas guerras sucias, guerras “de baja intensidad”, que vivieron todos los países, y donde la mano de Washington fue definitoria.
Si algo retorna hoy día es la evidencia de las causas que originan tanto malestar social, es decir: las infames diferencias de clase que nunca desaparecieron, pero de las que no se habló por años, aturdidos por el peso de las políticas neoliberales y por la represión sangrienta que sufrió el campo popular. Esas causas una vez más son puestas sobre la mesa, son llamadas por su nombre; y ahí está la movilización popular de una punta a la otra de toda Latinoamérica evidenciándolo. La historia no había terminado. Por tanto, el socialismo, como expresión de esas luchas, como aspiración a un nuevo modelo social con mayor equidad, ¿por qué iba a desaparecer?
Ahora bien: ¿se puede afirmar en forma convincente que regresan las propuestas socialistas en el continente? Para las derechas -tanto las oligarquías nacionales en cada país como para la casta dirigente en Estados Unidos, expresada hoy día por la administración republicana con su proyecto de hegemonía planetaria e ideales ultraconservadores- están prendidas las luces rojas de alarma. Cualquier cosa que huela a movilización popular los preocupa, obviamente. De todos modos, más allá de esa reacción visceral de las clases dirigentes, hay que ser mesurado en el análisis de lo que está sucediendo a nivel político en estos procesos electorales.
Sabido es que la democracia parlamentaria, la democracia representativa de todos los países con economía capitalista, no pasa de pura formalidad vacía. Las clases desposeídas lejísimo están de contar realmente en las relaciones de ese poder palaciego. Ejercer el voto cada unos cuantos años es parte también de la manipulación ejercida por las clases dominantes, tanto como la represión feroz o la dictadura mediática con que controlan a los oprimidos. La historia demuestra que es casi imposible transformar revolucionariamente una sociedad en los marcos de esas democracias formales. Numerosos ejemplos lo atestiguan: Jacobo Arbenz en Guatemala, Salvador Allende en Chile, Jean Bertrand Aristide en Haití; ¿hasta dónde podrá llegar Evo Morales en Bolivia? -intentos para desestabilizarlo no faltan-. Cuando algún “rojo” se le escapa al poder y llega a una presidencia por vía electoral, si molesta demasiado es prontamente removido. El poder, queda fehacientemente demostrado, pasa a años luz de las urnas. Y el caso venezolano es algo único, digno de ser estudiado (y si se pudiera: repetido).
Entrado el siglo XXI y muy golpeadas las distintas experiencias de construcción socialista habidas en la pasada centuria, no parece pertinente seguir recorriendo los mismos caminos que llevaron a la izquierda a situaciones sin salida en América Latina. La vía armada no parece posible hoy, debilitado el campo popular y sin un bloque soviético que pueda jugar como reaseguro final. ¿Qué experimentar como proceso político transformador entonces? Es ahí que aparecen en escena las democracias representativas; también las estructuras políticas de los Estados nacionales capitalistas pueden ser una trinchera desde donde dar la batalla. Pero no se debe perder de vista que esos Estados, justamente, son los mecanismos de opresión de clase, y la experiencia muestra -trágicamente, por cierto- que es imposible transformar las relaciones de poder dentro de esos marcos. El caso de la Revolución Bolivariana, la “revolución bonita” que se impuso sin disparar un solo tiro, es un caso singular, y abre la pregunta de cómo irá solidificándose en tanto socialista.Los triunfos presidenciales en algunas elecciones que vemos van teniendo lugar en estos últimos años -y en estos días pasados los de Brasil y Nicaragua- pueden despertar simpatías en la izquierda. Pero debemos ser cautos. Bienvenidos esos triunfos, sin ningún lugar a dudas. De todos modos no hay que perder de vista el contexto general: Lula ya fue presidente por un período, y no haber podido conseguir la reelección en la primera vuelta indica el sentir de las masas brasileñas. Si se esperaba la “revolución” en Brasil con el triunfo del Partido de los Trabajadores, ello no se dio (seguramente nadie la esperaba con convicción, claro está). Ahora, ante la posibilidad del triunfo de un candidato conservador, gana esta segunda vuelta con amplia mayoría. ¿Triunfó la izquierda en Brasil? Obviamente no. Triunfó la propuesta “menos antipopular”, pero no la izquierda.
Lo mismo podría preguntarse para el caso nicaragüense: ¿triunfó la izquierda con la victoria electoral de Daniel Ortega? Triunfó un candidato menos neoliberal que todos los otros, y que probablemente traerá una administración con alguna preocupación por lo social; pero el Frente Sandinista que en enero próximo asumirá el poder ya no es el movimiento guerrillero de hace 27 años que desalojó a un dictador y comenzó a construir una segunda Cuba. No lo es porque la coyuntura mundial es otra -hoy día nadie puede levantar la política de confiscaciones, por ejemplo, y hoy quien manda mucho más que hace tres décadas son los organismos crediticios de Bretton Woods- y porque la autocrítica y la democracia a lo interno del partido no vinieron nunca, lo cual lo distancia de una genuina propuesta revolucionaria (los pactos de la dirigencia sandinista con el ex presidente Alemán son un hecho vergonzante; y ni digamos la “piñata” cuando perdieron las elecciones a fines de 1989 que los transformó en “nuevos ricos”).
En todo caso, los estrechos marcos de estas democracias representativas, vacías y puramente cosméticas, no dan mayor pie a verdaderas transformaciones sociales; sí podrá haber, como de hecho lo hubo en Brasil, o en Argentina, políticas con alguna preocupación social, programas asistenciales, más respeto por los derechos humanos. Pero no se pueden pedir peras al olmo. ¿Alguien piensa que efectivamente nos enrumbamos a una construcción socialista ganando una presidencia con las pesadas deudas externas que afrontan esas administraciones?
El único camino para cambiar las actuales relaciones sociales sigue siendo la amplia movilización popular. De todos modos, es un hecho de gran importancia que se sucedan candidatos más a la izquierda que los que gobernaron décadas pasadas. ¿Preferimos las dictaduras de años atrás entonces? Obviamente no. La acumulación de fuerzas para los cambios revolucionarios siguen; el triunfo de estos candidatos con pasados de izquierda pero bastante atados de pies y manos hoy, amistosos con Washington y más preocupados por la foto que por los cambios reales, no deja de ser buena noticia. Es un paso más en una lucha que continúa. Sería tonto despreciarlos y no considerarlos como un avance; pero la izquierda no se construye ganando una elección presidencial. La izquierda sigue estando abajo, en la movilización popular, en la nueva conciencia social, en la organización de los oprimidos. El caso venezolano puede ser una fuente de inspiración: ahí se tiene ganada la estructura de gobierno, pero falta aún tener todo el poder popular. Y la dirigencia es conciente de ello; por eso sigue adelante con su proceso de transformación transfiriendo poder a las bases y preparándolas militarmente para defender su revolución de ser necesario.
No podemos decir con aire triunfal que la izquierda está ganando en América Latina, pero sí que las luchas sociales siguen, y que los pueblos no han terminado su historia. Elegir los “menos malos” en un proceso electoral es un paso; no suficiente, pero necesario.
ZAPATERO, CHÁVEZ, LULA DA SILVA Y EVO MORALES FELICITAN A DANIEL ORTEGA POR SU VICTORIA EN LAS ELECCIONES
El presidente de Brasil califica de "voto de castigo" para el presidente George W. Bush el triunfo de los demócratas en las elecciones legislativas.
La Vanguardia de España (www.lavanguardia.es)
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, remitió ayer un telegrama de felicitación a Daniel Ortega por su elección como presidente de Nicaragua. El jefe del Ejecutivo transmitió su "más cordial enhorabuena" a Ortega y le deseó "el mayor éxito en su nuevo mandato como presidente de la República de Nicaragua", informó el Gobierno en un comunicado.
Además, Zapatero manifestó al líder sandinista "la firme voluntad del Gobierno de España de continuar profundizando las excelentes relaciones de cooperación y amistad que existen entre nuestro dos países". Daniel Ortega, candidato del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), volverá a la Presidencia de su país después de 16 años al ganar las elecciones del domingo pasado.
Según los últimos datos de las autoridades electorales de Nicaragua, Ortega se ha convertido en virtual ganador con el 38,07 por ciento de los sufragios cuando se habían escrutado el 91,48 por ciento de las juntas receptoras de votos.
Chávez destaca triunfo de Ortega y Lula el voto de castigo en EE.UU.
por su parte, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, saludó las victorias electorales de Daniel Ortega, en Nicaragua, mientras que Luiz Inácio Lula da Silva, en Brasil, calificó de "voto de castigo" para el presidente George W. Bush el triunfo de los demócratas en las elecciones legislativas.
En un encuentro de más de cuatro horas con periodistas extranjeros acreditados en Caracas, el presidente venezolano hizo un amplio repaso de la actualidad internacional y expresó su optimismo por el "eje" de integración que se dibuja en Latinoamérica. "Otro mundo es posible, y ya ha empezado a asomarse en el horizonte", dijo Chávez, tras destacar los triunfos electorales de Ortega y Lula y afirmar que 2006 ha sido un año "muy positivo" para Venezuela, con su entrada en el Mercosur, el refuerzo de sus lazos con varios países del mundo y su consolidación como "potencia mundial en petróleo y gas".
Consideró asimismo que los Estados Unidos "no pudieron humillar a Venezuela" en la batalla por un puesto de miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En su opinión, la derrota electoral republicana en EEUU es "sin duda un voto de castigo" del pueblo estadounidense "contra la guerra en Irak, los escándalos de corrupción que han rodeado al gobierno de EEUU, el atropello (gubernamental)". Dijo también que, según estadísticas estadounidenses, los latinos votaron mayoritariamente "contra Bush", lo que interpretó como "un castigo por el muro de la vergüenza" y la "ley de inmigración que intentó criminalizar y barrer la dignidad" de los latinoamericanos en EEUU.
"Ahí están las respuestas que dan los pueblos", manifestó el presidente venezolano, que leyó a los periodistas una nota que le acababan de pasar en la que constaba la noticia de la dimisión del secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld. "Ha comenzado la caída del gobierno Bush", anunció, antes de agregar que el propio presidente estadounidense "debería renunciar por ética" a su cargo, tras el revés sufrido en los comicios legislativos, y "adelantar las elecciones".
Chávez lamentó no haber podido acudir a la Cumbre Iberoamericana de Montevideo y señaló su buena relación con el actual gobierno español, que preside José Luis Rodríguez Zapatero, después del "daño" que, en su opinión, ocasionó el anterior gobierno de José María Aznar, al que calificó de "fascista". El Gobierno español "es ahora un gobierno amigo, como Portugal, Italia, y otros", dijo Chávez, durante el encuentro con los periodistas extranjeros, que se celebró en el palacio presidencial de Miraflores. También subrayó la importancia de la próxima cumbre de Cochabamba (Bolivia), que reunirá en diciembre a gobernantes de todos los países de América del Sur, en busca de una mayor unión. Preguntado sobre las divergencias de Venezuela con algunos países latinoamericanos, Chávez afirmó que la política de su gobierno "no es de confrontación" y que siempre ha actuado "en defensa" ante los ataques, en referencia especialmente a su polémica con el presidente mexicano Vicente Fox y con el peruano Alan García.
Morales elogia a Ortega y no opina sobre las elecciones en EE.UU.
Entre tanto, el presidente de Bolivia, Evo Morales, felicitó a Daniel Ortega por su triunfo en las elecciones de Nicaragua y prefirió no opinar sobre la derrota de los republicanos en los comicios legislativos en Estados Unidos.En una rueda de prensa ofrecida en el Palacio de Gobierno, Morales dijo que había llamado al líder sandinista para expresarle sus felicitaciones, porque ya era el presidente electo de Nicaragua. Asimismo, Morales extendió sus saludos al pueblo nicaragüense por su vocación democrática y destacó el hecho de que en el país centroamericano el voto del pueblo decida quién es el presidente.
Ortega, que cumplirá 61 años el 11 de noviembre, tiene el 38,07 por ciento de los sufragios tras ser escrutados el 91,48 por ciento de los votos, porcentaje suficiente para ser declarado presidente de Nicaragua. Por otro lado, Morales dijo que no quería "hacer ningún comentario", al ser consultado sobre la derrota del partido del presidente estadounidense, George W. Bush, en las elecciones legislativas del pasado martes.
Opinión
PAUTAS PARA LA MODERNIZACIÓN DE LAS FUERZAS ARMADAS
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
Teniendo en cuenta que, a más de ser su brazo armado,las Fuerzas Armadas son tam bién parte de la unidad e identidad de la Nación, y cualquier esfuerzo modernizador de ellas debe realizarse en plena concordancia con todos los sectores que conforman la sociedad paraguaya: políticos, económicos y sociales.
Sin este espíritu integrador no será posible encarar con éxito el proceso de modernización institucional destinado a adecuar la estructura y los procedimientos de nuestras fuerzas de defensa, para enfrentar con seguridad y po sibilidades de éxito las amenazas a los intereses supremos de la República. En esta tarea, los esfuerzos del alto mando militar deben centrarse en la formulación de opciones que garanticen niveles racionales de operatividad y eficiencia institucionales, de modo que el poder político tenga la posibilidad de discernir las bondades de cada una y así aprobar una versión integrada que incorpore lo mejor de cada una.
Este proceso de planificación para la formulación de opciones debe partir de un profundo análisis de la situación actual de nuestras Fuerzas Armadas y proyectarse con visión institucional hacia el estado de transformación que está sufriendo la región, en particular los países limítrofes, sin descartar la posibilidad de un conflicto bélico con Bolivia, mientras esta nación no consiga superar sus crónicos pro blemas de ingobernabilidad y de fragmentación socioe conómica. Esta apreciación a futuro es esencial para planificar un ciclo de evolución natural de nuestra institución armada, ya que su repotenciación no podrá hacerse sino gradualmente, de conformidad con los recursos económicos del país, según un presupuesto plurianual. Por ningún motivo debe tomarse como referencia de partida hacia su modernización la amorfa y ficticia organización sobre la que están actualmente es tructuradas. Sería desatinado intentar recomponerlas mediante “retoques” a su actual conformación, sea reacomodando sus anacrónicas reparticiones orgánicas o reduciéndolas mediante “recortes” en sus Tablas de Organización y Equipos (TOE). Para salir con opciones válidas, se impone hacer borrón y cuenta nueva.
Obviamente, sería un error pretender reestructurar nuestras fuerzas militares sobre la base de una hipótesis de conflicto bélico con el hermano país del Altiplano. Simplemente, eso induciría a una absurda carrera armamentista que ni Bolivia ni nuestro país están en condiciones de sustentar. Pero debemos asegurarnos de que nuestras nuevas Fuerzas Armadas sean las adecuadas para hacer frente a cualquier amenaza en el futuro. En cuanto a las previsiones estratégicas de empleo, el margen de error debe ser pequeño. Si por razones presupuestarias, las reducimos por debajo del mínimo primordial, en el final nos confrontaremos con el absurdo de que ni el presupuesto de defensa, ni nuestras fuerzas son los correctos; como lo que sucede en la actualidad, aunque por otras razones. Más allá de nuestras falencias, los cambios fundamentales en el mundo y en la región requieren una revisión de nuestra postura militar. Requieren una reestructuración orgánica y operacional de abajo para arriba. Pretender hacerlo por substracción, de arriba hacia abajo, sería una equivocación.
¿Qué tamaño de fuerza militar debe tener nuestro país? Esto es asunto controversial. Descartando la amenaza de una agresión boliviana, la base para la modernización de nuestras Fuerzas Armadas debe ser la capacidad para defender los intereses nacionales dentro de nuestras fronteras, incluidos aquellos compartidos con países limítrofes, como las usinas hidroeléctricas de Itaipú y Yacyretá y cualesquiera otros que puedan surgir en el futuro. ¿Cuáles son esos intereses nacionales cuya defensa podrían requerir el uso de la fuerza? Pese a su naturaleza relativa y cambiante, entre otros, podemos citar los siguientes:La unidad del Estado
La integridad territorial
La protección de la vida y la propiedad de los habitantes del país.
El restablecimiento de la seguridad interior cuando la Policía Nacional es sobrepasada en su capacidad para man tenerla.
Finalmente, las futuras Fuerzas Armadas de la Nación deben reunir ciertas características distintivas de toda por ganización militar moderna, tales como:
Identificadas con los valores y tradiciones de la nación.
Comprometidas con el orden institucional de la Re pública.
En lo posible, vocacionales y voluntarias en cuanto a la composición de su personal.
Pequeñas, pero potentes; flexibles y rápidas, regidas por una doctrina operacional moderna y con una estructura orgánica y medios adecuados.
PRESENCIA DE BACHELET EN COCHABAMBA OPTIMIZARÁ ACERCAMIENTOS ENTRE BOLIVIA Y CHILE
Autoridades bolivianas y chilenas coinciden en que acercamientos entre los dos países van viento en popa. Reivindicación marítima fue incluida en la agenda del diálogo. Existe reserva en Bolivia sobre una eventual venta de gas a Chile.
Observatorio Informativo www.periodistasbolivia.com)
POR ADALID CABRERA LEMUZ
La presencia de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, en la II Cumbre Sudamericana de Naciones (CSN) a celebrarse en Cochabamba los días 8 y 9 de diciembre, marcarán un avance más en los pasos dados por los gobiernos de La Paz y de Santiago hacia un acercamiento, coincidieron hoy sus autoridades.
El canciller David Choquehuanca confirmó que los presidentes de Chile y de Bolivia, Michelle Bachelet y Evo Morales, sostendrán una reunión bilateral en la ciudad del Valle para analizar acuerdos políticos, comerciales y culturales.
VARIOS ENCUENTROS ENTRE MICHELE Y EVO
Será la tercera vez que los dos mandatarios de tendencia ideológica socialista se encuentran en foros internacionales para analizar asuntos bilaterales.
El pasado 10 de marzo, el presidente boliviano viajó a Santiago a asistir a la posesión presidencial de Bachelet, que se constituyó en la primera mujer chilena que asume esa responsabilidad.
Pese a que Bolivia y Chile no tienen normalizadas sus relaciones diplomáticas, que las interrumpieron en 1978, sus gobiernos han mantenido una fluente comunicación sobre acuerdos comerciales.
Una hipotética reiniciación de relaciones diplomáticas se ha visto frustrada cuando sus gobernantes comenzaron a analizar la solución de la mediterraneidad nacional.
DEUDA HISTÓRICA POR ZANJAR
Para Bolivia, el logro de un acceso soberano al Pacífico es una “deuda histórica contraída por Chile hace más de 127 años” dijo el canciller boliviano. Anotó en esta gestión ambos Gobiernos decidieron incluir el asunto en la agenda de 13 puntos que debatirán ambas naciones para superar sus controversias.
Bolivia perdió su salida al mar en una guerra territorial con Chile en 1879 en la que tuvo como aliado a Perú. En virtud de los tratados de paz suscritos entre los tres países, cualquier solución a la mediterraneidad boliviana que incluya el uso de territorios que anteriormente fueron peruanos debe ser consultada al Gobierno de Lima.
LAGOS ABONÓ ACERCAMIENTOS
Tras la asunción al poder de Bachelet y Morales, los acercamientos entre los dos gobiernos tras ser abonados por el ex presidente chileno Ricardo Lagos, quien participó en los actos de transmisión Presidencial en Bolivia el pasado 22 de enero.
Evo Morales manifestó que durante su presencia en Chile pudo escuchar del pueblo chileno el deseo de que Bolivia tenga una salida al mar para borrar decenas de año de fricciones que no pudieron solucionar.
El cónsul adjunto de Chile en Bolivia, Juan Pablo Crisóstomo, afirmó hoy que las relaciones entre los dos países “pasan por un momento excepcional y serán optimizadas con la presencia de la presidenta Bachelet en la Cumbre Sudamericana de Naciones (CSN) en Cochabamba”.
Confirmó que el tema marítimo fue incluido en la agenda de diálogo boliviano-chileno.
FRECUENTES VISITAS DE AUTORIDADES BOLIVIANAS Y CHILENAS
Las últimas semanas ha sido frecuente la presencia de autoridades gubernamentales y militares de Bolivia y Chile en Santiago y La Paz.
Se ha previsto que el lunes viaje a Santiago de Chile el ministro de Defensa de Bolivia, Walker San Miguel. Los pasados días estuvo en Bolivia el comandante en jefe del Ejército chileno, general Oscar Izurieta.
Posteriormente estará en La Paz la ministra chilena de Cultura, Paulina Urrutia, y a fines de noviembre se reunirán en Iquique los viceministros de Relaciones Exteriores de las dos naciones.
PERFECCIONAMIENTO DE ACUERDOS COMERCIALES
Además de los acuerdos políticos que encaminan los dos gobiernos, Bolivia y Chile perfeccionaron un Acuerdo de Complementación Económica (ACE), que lo habían suscrito en 1993.
Si bien Chile no lo ha manifestado públicamente, fuentes gubernamentales bolivianas enfatizaron que ese país tiene interés en lograr acuerdos para un contrato de compraventa de gas boliviano.
El asunto es manejado con suma reserva en el gobierno de La Paz porque una decisión semejante podría generar protestas de sectores nacionalistas que se oponen a la venta de gas a Chile.
En octubre de 2003, un anuncio en ese sentido precipitó la caída del entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, quien pensaba exportar gas boliviano a México por puertos chilenos.
CRECE PRESIÓN PARA QUE BOLIVIA VENDA DIRECTAMENTE GAS A CHILE
En la actualidad Chile le compra gas a Argentina, que a su vez importa el fluido de Bolivia. Sectores empresariales y políticos bolivianos sugirieron al gobierno de Morales el logro de un acuerdo directo con Chile. Un referéndum vinculante realizado en julio de 2004 consultó a los bolivianos si convendría implementar una estrategia diplomático-comercial de gas por mar para solucionar la mediterraneidad boliviana.La respuesta mayoritaria de los bolivianos fue que Bolivia solamente debe vender gas a Chile si este país concede un acceso soberano al Pacífico para zanjar la deuda histórica pendiente desde 1879.
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