Thursday, June 13, 2019

BOLIVIA, A LA VANGUARDIA EN LA PROTECCIÓN Y PROMOCIÓN DE LAS LENGUAS INDÍGENAS


Desde 2006 Bolivia es líder en la defensa y reivindicación de los pueblos y las culturas indígenas en su territorio y en el mundo. Fue uno de los grandes impulsores del Año Internacional de las Lenguas Indígenas y actualmente busca que el año se convierta en década. Además, trabaja en la creación de un instituto de lenguas indígenas y, a nivel nacional, ha lanzado una aplicación móvil de sus idiomas originarios.


“En aquellos tiempos no eran reconocidas las naciones indígenas originarias como tal, más bien estaba prohibido que habláramos la lengua e inclusive que fuéramos a la escuela. Era un sufrimiento en Bolivia, nos habían discriminado tanto hasta que nos hicieron avergonzar de nuestro propio idioma, de nuestra vestimenta y de nuestra forma de ser. Nos alienaban a un sistema distinto de vivir que venía de las costumbres españolas, no sé de qué parte.”
Así recuerda su infancia y adolescencia Félix Ajpi, boliviano aymara de 63 años.
Sus padres eran de la provincia Ingavi, en el altiplano boliviano, pero debieron migrar por motivos políticos y de sequías en su región a zonas bajas del país, donde tuvieron que convivir con otras lenguas, por lo que el idioma de comunicación era el español. Cuando Félix tenía 9 años, la familia regresó al pueblo de origen y Félix empezó a ir a la escuela. Ahí aprendió aymara, pero no porque se lo enseñaran en clases ya que los maestros generalmente no pertenecían a los pueblos originarios y no les interesaba que los niños no entendieran o que hablaran sus lenguas, sólo imponían el español con libros y otros materiales que no eran adecuados para las comunidades donde enseñaban.
“Por ejemplo, en nuestras comunidades no sabíamos del pastel y nos enseñaban ´comer pastel´, no teníamos la menor idea de lo que era un pastel”, dice.

Cambios radicales

Actualmente, esta situación ha cambiado… “Radicalmente, sobre todo a partir de 2005. Hemos batallado tanto para tener el poder político. Las 36 naciones ahora nos concentramos en cinco grandes organizaciones en un pacto de unidad que controla el poder político, obviamente con la participación de los obreros y de la clase media. Son 13 años de batalla, ahora es obligación saber necesariamente por lo menos un idioma originario para estar en la función pública. Un ministro, un viceministro tiene que saber aunque no tenga un origen indígena, tiene que saber”, subraya.
Félix Ajpi es hoy secretario de Desarrollo Productivo de la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarias de Bolivia y observa con satisfacción los cambios en marcha en su país.
“Hoy en día, las 36 lenguas originarias en Bolivia son idiomas oficiales. En Bolivia se tiene que hablar y enseñar inicialmente en la lengua originaria.”
Félix tiene hijos que, al igual que él, aprendieron el aymara después del español, cuando ya habían crecido. En cambio, sus nietas sí hablan esa lengua porque se les enseña en  la escuela.
Esta reivindicación es motivo de orgullo, pero Félix aclara que las lenguas originarias se hablan para la identificación de los valores culturales, mientras que la comunicación a nivel intercomunitario es en español.

Presidente indígena

Con la llegada de Evo Morales, un indígena aymara a la presidencia en 2006, Bolivia transformó su constitución republicana en un Estado Plurinacional y asumió un papel de liderazgo en la defensa y reivindicación de los pueblos y las culturas indígenas, comenzando por los 36 pueblos originarios que viven en su territorio, que empezaron a ejercer sus derechos, entre ellos a hablar sus lenguas con libertad.
Bolivia es el país de América Latina con mayor proporción de población indígena. Según el censo de 2001, el 62% de los bolivianos era parte de algún pueblo originario; sin embargo, para 2012 sólo el 41% de la población mayor de 15 años se autoidentificó como indígena, una cifra que suscitó dudas debido a la gran disminución con respecto a la registrada apenas un decenio antes. Una de las posibles explicaciones de este fenómeno podría ser la migración a las ciudades y la pérdida de la lengua, señalan los expertos.
Para proteger a las naciones indígenas, Bolivia ha implementado en los últimos 13 años una serie de transformaciones políticas, económicas, sociales, culturales, ambientales, jurídicas y normativas que, entre otras medidas, incorporaron las 36 lenguas originarias a la Constitución Política del país, lo que implicó una reforma de las leyes educativas y la creación del Instituto Plurinacional de las Lenguas Indígenas.
Freddy Mamani Machaca, jefe de la Unidad de Coordinación para la Diplomacia de los Pueblos y los Pueblos Indígenas del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, considera, sin embargo, que el trabajo apenas comienza.
“Cuando muere un idioma indígena, lamentablemente mueren los saberes, conocimientos, la cultura, las formas de organización, las formas de transición, los conocimientos sobre semillas, que son fundamentales para los pueblos indígenas. En ese sentido, estamos trabajando intensamente con todas las instituciones del Estado, con las organizaciones del Pacto de Unidad, que son cinco organizaciones a nivel nacional que reúnen a las 36 naciones indígenas originarias, campesinos interculturales de nuestro país, trabajando fuertemente para conservar a través de planes, programas y proyectos sobre la institucionalidad de las lenguas indígenas”, apunta.
En Bolivia viven 36 pueblos indígenas, cada uno con su idioma propio, aunque tres de ellos están en peligro de extinción y forman parte de programas especiales de rescate. Las lenguas más habladas son el quechua, el aymara y el guaraní.

La tecnología al servicio de las lenguas indígenas

A la par de los cambios superestructurales, la reivindicación y protección de los idiomas originarios utiliza métodos innovadores, como una aplicación para teléfonos móviles de lanzamiento reciente.
“Esta aplicación es inicialmente para idiomas que tienen que ver con la cantidad de integrantes de los pueblos indígenas: el aymara, el quechua, el guaraní y el mojeño trinitario, además del uru, cinco lenguas que están incorporadas en esta aplicación móvil para seguir contribuyendo a la riqueza, a las formas de hablar, de escribir y de interpretar las cosas. No es lo mismo hablar en quechua, en aymara, en guaraní o en uru que en español. Una palabra tiene un montón de sentidos, de acuerdo con la significancia del tiempo y del lugar”, apunta.
Mamani agrega que la intención es que para fin de año la aplicación comprenda unas 20 lenguas indígenas.
Por el momento, la están utilizando los funcionarios servidores públicos de las instituciones que tienen que ver con la educación, después se ampliará a las academias y más tarde se aplicará en los centros de formación de docentes y con los estudiantes.
“Avanzaremos poco a poco con los estudiantes, con los maestros, con los padres de familia para que sea integral la comprensión y la importancia de esta aplicación móvil de lenguas.”
Esto no quiere decir que la aplicación esté restringida, “está abierta incluso para médicos que entran a las comunidades para hacer algunas preguntas básicas, para el turismo, va a servir para todas las instancias que así lo requieran para comunicarse con los pueblos indígenas.”

Por un decenio internacional

Pero el país andino no ha detenido su labor a favor de los pueblos autóctonos en el plano nacional, sino que la ha llevado a la esfera mundial. Junto con Ecuador, Bolivia fue uno de los grandes impulsores del proyecto que culminó con la proclamación del Año Internacional de las Lenguas Indígenas en la Asamblea General de la ONU y ahora aboga por una extensión de la iniciativa.
Freddy Mamani explica que la proclamación el Año ha sido positiva, pero advierte su insuficiencia.
“Bolivia y el grupo de países amigos de los pueblos indígenas en la Asamblea General de la ONU, vemos la necesidad de plantear un decenio internacional de las lenguas indígenas en razón de que el año es insuficiente para la recuperación, la preservación, la revitalización, para el fomento y desarrollo de las lenguas indígenas. Necesitamos más tiempo, pero hemos tenido una resistencia de los países fundamentalmente, entre comillas, desarrollados a esta iniciativa, pero hemos visto tangiblemente que el Año Internacional de las Lenguas Indígenas es insuficiente para cumplir los retos que nos hemos fijado.”

Un instituto de lenguas indígenas

Además, en conjunto con el Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y el Caribe, la Secretaría General Iberoamericana y los organismos de cooperación, Bolivia impulsa la creación del Instituto Iberoamericano de las Lenguas Indígenas.
“Lo fundamental es que en el Año Internacional de las Lenguas Indígenas tengamos una instancia intergubernamental para la conservación, preservación, protección y desarrollo de las lenguas indígenas en nuestra región de América Latina y el Caribe”, enfatiza.
El mandato es que el año concluya con una propuesta tangible y viable para la implementación del Instituto, motivo por el cual la ciudad boliviana de Santa Cruz es sede este 13 y 14 de junio de una reunión de alto nivel en la que participarán representantes de gobiernos, instituciones, centros académicos y de investigación y organizaciones de los pueblos indígenas de la región para analizar políticas, programas y experiencias innovadoras, así como el uso de los idiomas indígenas en medios de comunicación y tecnologías de la información.
Con estas discusiones, los países elaborarán el plan de acción para crear el Instituto, que se presentará a los Estados y las instancias pertinentes antes de que concluya el 2019.

Compromiso firme

De acuerdo con datos de 2014 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, en la región habitan más de 800 pueblos indígenas y al menos la quinta parte de ellos ha dejado de usar activamente su lengua. Más de 200 idiomas son hablados por menos de 10.000 personas y una gran cantidad de ellos está en peligro de desaparecer, e incluso algunos idiomas originarios con un número importante de hablantes están en proceso moderado de reemplazo por un idioma europeo, además de que aumenta la interrupción de la transmisión intergeneracional de las lenguas indígenas.
El compromiso de Bolivia con los idiomas vernáculos es muy sólido e involucra a todas las instancias del Gobierno, pero también a la sociedad, como lo hizo patente durante el acto de inauguración formal del Año Internacional de las Lenguas Indígenas en la Asamblea General de la ONU el presidente Evo Morales.
En esa ocasión, el mandatario boliviano pugnó por preservar la sabiduría y el conocimiento ancestral de los pueblos originarios.
“Preservemos, conservemos, revitalicemos y promovamos los idiomas indígenas existentes en el mundo. Ellos son patrimonio de la humanidad”, puntualizó Evo Morales. (www.news.un.org/es/story)





PARAGUAY Y BOLIVIA FIRMAN LOS ACUERDOS PARA EL GASODUCTO

En la instalación del Primer Gabinete Binacional presidido por los mandatarios de Paraguay, Mario Abdo Benítez y Bolivia, Evo Morales, se firmaron ayer en La Paz 15 acuerdos bilaterales, entre ellos, uno para el gasoducto.

ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
                                                                                     
En coincidencia con el 84° aniversario del cese de hostilidades de la Guerra del Chaco, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, visitó ayer la ciudad de La Paz junto con sus 11 ministros, donde se conformó el Primer Gabinete Binacional con Bolivia. 
En el encuentro se suscribieron 15 acuerdos oficiales bilaterales entre ambos países, una declaración conjunta, así como la firma de seis acuerdos entre sectores empresariales privados.
Entre los convenios se destacan aquellos referentes a la construcción del gasoducto entre Bolivia y Paraguay, así como acuerdos relacionados a infraestructura, conectividad, seguridad, comercio fronterizo e integración regional.
Con relación al gasoducto, el acuerdo establece la realización del estudio de prefactibilidad para que en ocho meses esté el resultado, y entre ambos países puedan buscar los inversores para su construcción, y que este concluya para el 2024.
En su discurso, el presidente Abdo Benítez resaltó que esta es una semana histórica, ya que nunca antes se había dado este trabajo entre secretarios de Estados, ministros y el sector privado para avanzar hacia acuerdos de cooperación en diferentes áreas, como medio ambiente, seguridad y defensa, conectividad, no solamente física y de infraestructura, sino también tecnológica. 
“Ese es el mejor homenaje que vamos a dar a aquellos que dieron todo por defender a nuestras naciones”, expresó Abdo Benítez.
Destacó también la participación en La Paz de 47 empresarios paraguayos, que en la rueda de comercio bilateral realizada este martes último alcanzó intenciones de negocios por más de US$ 18 millones de dólares.
Por su parte, Evo Morales expresó que la Guerra del Chaco se dio por “la codicia y la ambición de intereses extranjeros que no dudaron de sacrificarnos”. Manifestó que “fuerzas extranjeras nos arrojaron a una guerra estúpida, siendo ambos países pobres y desvertebrados por entonces”.
En paralelo a la Transchaco
El ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, Arnoldo Wiens, informó que en Paraguay se están haciendo grandes inversiones en la reconstrucción total de la Ruta Transchaco, “que va a ser seguramente el espacio sobre el cual, en la franja de dominio, iría ese gasoducto hasta las cercanías de Asunción”. Agregó que con el resultado de los estudios en ocho meses, se puede hacer el llamado a licitación y conseguir los inversores. “La capacidad del gasoducto es algo que se sabrá recién luego de los estudios del potencial en el consumo del gas natural de Bolivia”, expresó.





CANCILLER DESTACA BENEFICIOSOS ACUERDOS LOGRADOS ENTRE PARAGUAY BOLIVIA

Agencia de Información Paraguaya (www.ip.gov.py)
                                                                    
El canciller nacional, Luis Castiglioni calificó de histórica y muy beneficiosa la primera reunión del Gabinete Binacional Paraguay-Bolivia y destacó los importantes acuerdos rubricados tanto con el sector público como el sector empresarial.
El presidente de la República, Mario Abdo Benítez arribó en la noche de este miércoles a Asunción proveniente de La Paz, donde participó de la Reunión Presidencial y primera sesión del Gabinete Binacional junto a su homólogo Evo Morales.
En la oportunidad, Castiglioni señaló que Paraguay y Bolivia cambiaron la historia y decidieron estrechar la mano y caminar juntos a partir de ahora.
“Ustedes saben que históricamente Paraguay y Bolivia siempre estuvieron espalda contra espalda, pero a partir de nuestro acceso al Gobierno y la decisión del presidente Evo Morales hemos decidido cambiar la historia. Los dos países hemos resuelto decidido mirarnos cara a cara, estrechar la mano y caminar juntos”, expresó.
Asimismo remarcó que Paraguay y Bolivia establecieron una fuerte alianza estratégica para aprovechar lo mejor que tiene cada país y caminar juntos a beneficio de ambos pueblos.
El canciller destacó además los 16 acuerdos firmados por el Gobierno paraguayo y boliviano y otros seis documentos rubricados por el sector privado de ambos países. “Hemos hecho un trabajo muy riguroso para que el sector privado de ambos países acompañen esta iniciativa que hemos tenido”, agregó.
Entre los acuerdos formalizados se destacan lo referente a la construcción del gasoducto entre los dos países, así como los relacionados a infraestructura, conectividad, seguridad, comercio fronterizo e integración regional, para contribuir a potenciar el comercio y el desarrollo entre Bolivia y Paraguay.
En ese sentido hizo hincapié en la presencia de 47 líderes empresariales paraguayos de diferentes rubros que viajaron a La Paz para participar del Primer Foro Empresarial Boliviano- Paraguayo, quienes coincidieron en el planteamiento de los Gobiernos para crear una Comisión Binacional de Comercio, Inversiones y Relaciones Económicas que sirva de plataforma para una mayor complementariedad de ambas economías.
“A partir de ahora se acordó que tanto sector público como privado coadyuvarán para que esta historia sea positiva para ambos pueblos”, añadió al tiempo de manifestar finalmente que se trata de un auspicioso inicio en el relacionamiento que puede dar muchos beneficios tanto a Paraguay como Bolivia, en todas las áreas.





PARAGUAY Y BOLIVIA SELLAN AMBICIOSA ALIANZA CON VARIOS ACUERDOS

Paraguay y Bolivia pusieron en marcha un ambicioso proceso de integración con la firma de 22 acuerdos -15 entre los gobiernos y seis entre empresarios- y múltiples gestos de amistad, en el marco del primer gabinete binacional realizado en La Paz.

Radio Ñanduty de Paraguay (www.nanduti.com.py)
                                                                                                  
“Demostramos la voluntad de nuestros gobiernos de profundizar los vínculos de amistad, integración mediante la cooperación y la alianza en los sectores estratégicos de nuestros países”, dijo el presidente Abdo Benítez, dirigiéndose al anfitrión Evo Morales.
El presidente del Estado Plurinacional de Bolivia habló tras la firma de los acuerdos en el cierre de la reunión sin precedentes que había comenzado a primera hora con una sobria conmemoración conjunta del final de la Guerra del Chaco de la década de 1930, entre ambos países.
Por su parte, Morales definió como “histórico, inédito y ejemplar” el conjunto de acuerdos, entre los que destacó las alianzas gobiernos-empresarios de los dos países más pobres de la región, aunque líderes en crecimiento económico en la última década.
“Antes Paraguay y Bolivia eran vistos como países pequeños, países sin integración, hasta países pobres. Y las nuevas generaciones tienen que saber que esos países (…) ahora encabezamos el desarrollo económico” en Sudamérica, dijo Morales.
El impulso al proyecto de corredor ferroviario sudamericano y a un mejor aprovechamiento de la hidrovía Paraguay-Paraná se destaca entre los acuerdos gubernamentales que, en forma de convenios y memorandos de entendimiento, abarcan desde la economía hasta la seguridad y la justicia.
En materia energética, un acuerdo fijó un plazo de ocho meses para la conclusión de los estudios de diseño final de un gasoducto entre la ciudad boliviana de Villamontes y la capital paraguaya, Asunción, que convertirá a Paraguay en el tercer comprador del gas natural boliviano, después de Argentina y Brasil.
Otros convenios establecieron alianzas para el desarrollo de las telecomunicaciones, las tecnologías digitales, la persecución a las bandas dedicadas al comercio de teléfonos móviles robados y el eventual acceso de Paraguay al satélite boliviano Tupac Katari.
Se firmaron también acuerdos para el mejoramiento de la justicia, migración, cooperación militar y policial y colaboración en acciones contra la trata y el tráfico de personas.
Entre los acuerdos privados, se destacan los de cooperación institucional suscritos por la Cámara Nacional de Comercio de Bolivia y la Unión Industrial Paraguaya y la Cámara de Exportadores de Paraguay.





“AUSPICIOSO INICIO DE RELACIONES” CON BOLIVIA, SEGÚN CASTIGLIONI

El canciller Luis Alberto Castiglioni dijo este miércoles a su vuelta de Bolivia, que la primera cumbre de gabinetes entre los dos países supone un “auspicioso inicio” en nuevas relaciones, que van a proporcionar “mucho beneficio a uno y otro país”.

ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
                                                                                                            
Los Ejecutivos de ambos países firmaron en este encuentro 15 acuerdos bilaterales, a los que se suman otros seis entre el sector privado, con un cierre de negocios entre empresarios de ambas partes por 18 millones de dólares.
Castiglioni señaló que los documentos rubricados abordaban “todas las áreas” pero insistió en los relativos a las cuestiones logísticas y a la hidrovía Paraguay-Paraná, que se presenta como la salida de Bolivia al Atlántico. “Bolivia nos necesita mucho ahora que han decidido virar hacia el Atlántico, luego del revés en La Haya” , comentó el canciller paraguayo, en alusión a la sentencia adversa en su demanda ante Chile de un acceso soberano al Pacífico.
El país andino apostó entonces por el Atlántico y Paraguay, conocedor de esa intención, espera aprovechar la ocasión y ofrecer su “industria naval, puertos, experiencia, navegantes...”.
Las reuniones entre ministros también abordaron la cuestión de la seguridad en la región del Chaco paraguayo, frontera natural entre ambos países y punto por el que transita la droga. Por esta cuestión, se avanzó en trabajar en información, intercambio de inteligencia y operativos conjuntos para combatir esta amenaza, como informó el canciller.
Paraguay, por su parte, espera que este afianzamiento de los lazos con Bolivia les beneficie en su acceso a mercados a los que llegue el estado plurinacional pero a los que Paraguay aún no tiene acceso, según las declaraciones de Castiglioni hoy a los medios.
Esta primera cumbre coincidió con la conmemoración del 84 aniversario de la firma del acuerdo que puso fin a la Guerra del Chaco, que enfrentó a los dos países entre 1932 y 1935 por el dominio del Chaco Boreal. Más de ocho décadas después, el encuentro entre el mandatario paraguayo, Mario Abdo Benítez, y el boliviano, Evo Morales, con sus respectivos gabinetes, representó un paso para “cambiar la historia” de enfrentamientos que arrastran ambos países en su pasado común.
Espera que Brasil ya no refugie a Arrom y Martí
Castiglioni informó que ya volvieron a enviar a Brasil “todos los antecedentes” sobre el caso de los activistas de izquierda Juan Arrom y Anuncio Martí, imputados por la Justicia en un delito de secuestro. El canciller manifestó que el Gobierno se muestra más confiado después de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) absolviera la semana pasada a Paraguay de toda responsabilidad, por falta de pruebas, en las supuestas torturas a Arrom y Martí, entre el 17 y el 30 de enero de 2002.
Ambos huyeron a Brasil antes de comparecer ante la Justicia paraguaya por su presunta participación en el secuestro de María Edith Bordón, nuera del exministro de Hacienda Enzo Debernardi, y ese país les concedió el estatus de refugiados en 2003.
Ahora, la Conare deberá decidir este viernes si se lo mantiene o si, por el contrario, les revoca esa condición y abre la puerta a Paraguay para solicitar su extradición. “Creemos que el viernes se va a dar la decisión y tenemos mucha fe, por todo lo que hemos hecho y por todas las pruebas que hemos acercado, más los antecedentes de lo que ocurrió en la CorteIDH” , manifestó Castiglioni.
El canciller, al igual que el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, y otros ministros, regresó hoy de La Paz, donde participó durante el día en una cumbre entre gabinetes ministeriales de Bolivia y Paraguay. Castiglioni aseguró que el caso de Arrom y Martí no tuvo espacio en las conversaciones entre los dos países, al tiempo que se mostró confiado en que Bolivia no aceptaría acogerles en su territorio. “Veo muy pocas posibilidades de que una democracia latinoamericana les pueda dar acogida” , zanjó al ser preguntado al respecto. Si Brasil revoca la condición de refugiados a Arrom y Martí, Paraguay procederá entonces a solicitar su extradición para que los dos comparezcan ante la justicia de nuestro país.





EN PUNO SE EFECTUARÁ EL LANZAMIENTO DE UN PROYECTO INTERNACIONAL QUE AYUDARÁ A ENFRENTAR LAS SEQUÍAS EN BOLIVIA Y PERÚ

Radio Pachamama de Perú (www.pachamamaradio.org)
                                                                                     
El titular del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología en Puno, Sixto Flores, anunció a que los primeros días del mes de julio efectuarán el lanzamiento de un proyecto de cooperación internacional entre Perú y Bolivia para combatir las sequías a consecuencia del cambio climático y mitigar sus efectos especialmente en el sector agropecuario.
Dijo, que este proyecto se ejecutará en el altiplano puneño, y tiene la finalidad de hacer estudios y propuestas de mitigación de las sequías y/o inundaciones que puedan producirse en los próximos años y que actualmente los habitantes no están preparados como en los años ochenta.
Informó que el financiamiento es de la Unión Europea y con el apoyo de cooperación internacional de España, Francia y Suiza, por 30 meses. Cabe indicar, que el proyecto está enmarcado en el programa europeo Euroclima Gestión del Riesgo busca reducir el riesgo de pérdidas agropecuarias por la sequía en los municipios bolivianos de Achacachi, Calacoto y Sica Sica y en Perú en distritos de las provincias de Huancané, El Collao y Puno, según datos del Gobierno boliviano y la Unión Europea.





Trabajando con los Comunes

E - Flux de Taiwan (www.e-flux.com)

En Cochabamba, la tercera ciudad más grande de Bolivia, el agua y su escasez están en el centro de la vida cotidiana. El agua es tanto una fuente productiva de salud como un fuerte indicador de poder en la sociedad boliviana. Como punto de referencia material, cultural y simbólico, también se ha convertido en un foco tangible para las promesas electorales y las manipulaciones políticas.
Por lo tanto, el agua es también un tema de interés público. Es muy importante para los individuos por su cuenta y para aquellos que actúan colectivamente en asociaciones, vecindarios y comunidades por igual. En el campo alrededor de Cochabamba, las familias generalmente dependen de la agricultura, y como uno de los insumos de larga data para la mano de obra, la distribución, el acceso y la gestión del agua se organizan cuidadosamente en complejos sistemas ancestrales. Pero dentro de la ciudad y dentro de sus periferias suburbanas, donde la migración a fines de los años ochenta llevó a un crecimiento acelerado y desorganizado, las autoridades no lograron organizar una solución centralizada. Por lo tanto, el acceso urbano al agua ha llevado a una multiplicidad de acciones individuales y colectivas, algunas de las cuales se basan en la comunidad, mientras que otras son de naturaleza comercial. Este es el entorno en el que el gobierno boliviano lanzó un importante programa de privatización a fines de la década de 1990 que culminó en lo que se conoce como la Guerra del Agua de Cochabamba.
La guerra del agua
A partir de mediados de la década de 1980, los programas de ajuste estructural dominaron las políticas económicas y políticas en toda América del Sur. Impulsado por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), en 1985 el gobierno boliviano emitió DS21060, un decreto presidencial que promulga una serie de políticas que diezmaron los servicios sociales y abrieron el camino para privatizar las instituciones públicas. Estas privatizaciones no fueron simples transferencias de propiedad del estado a manos privadas, sino que fueron acompañadas por ajustes estructurales dirigidos a facilitar y alentar la inversión extranjera.
En 1999, como continuación de las mismas políticas, el gobierno boliviano privatizó el suministro de agua a la ciudad de Cochabamba con la aprobación de la Ley 2029, que eliminó cualquier garantía de distribución de agua a las áreas rurales y permitió a las empresas extranjeras arrendar un acceso exclusivo a agua.
Hasta entonces, los regadíos de agricultores, comunidades y vecindarios en la periferia de la ciudad habían construido y dependían de servicios de agua autónomos. Es decir, no estaban conectados al sistema municipal de agua. Pero con la aprobación de la Ley 2029, perdieron sus derechos para administrar sus propias fuentes de agua y se vieron obligados a confiar en la infraestructura pública. Con esta disposición legal vigente, la empresa pública de agua, Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (SEMAPA), se incorporó al consorcio Aguas del Tunari, cuyo accionista mayoritario era la empresa multinacional Bechtel. Por lo tanto, SEMAPA renunció a su derecho de administrar el suministro de agua de la región. Como la Ley 2029 colocó a los sistemas autónomos de agua en la posición de administrar el servicio de agua sin una concesión estatal, Aguas del Tunari podría demandarlos por competencia ilegal y pedirles que les quiten sus sistemas existentes, de propiedad comunitaria, y que estén diseñados para atender las necesidades de la empresa. Mientras tanto, en la ciudad, las personas enfrentaron aumentos exorbitantes en sus tarifas de agua, con algunos proyectos de ley que aumentaron en un 200%. Este escenario dio origen a la Coalición para la Defensa del Agua y la Vida (Coordinadora de Defensa del Agua y de la Vida), una plataforma que reunió a trabajadores de fábricas, campesinos, asociaciones de vecinos, académicos e individuos sin una organización definida. La Coordinadora permitió que personas en áreas urbanas y rurales se movilizaran con un grado de unidad que había estado ausente por casi veinte años.
Miles de personas respondieron a su llamado inicial de movilización el 11 de enero de 2000. El gobierno los recibió con gases lacrimógenos.
Cuatro días después, se firmó un acuerdo entre los manifestantes y el gobierno, en el cual el gobierno se comprometió a revisar la Ley 2029 y su contrato con Aguas del Tunari.
Pero el gobierno se negó a bajar las tarifas del agua. La gente comenzó a negarse a pagar sus facturas de agua, y en febrero, la Coordinadora se dio cuenta de que el acuerdo para revisar tanto la ley como el contrato no se estaba cumpliendo. En respuesta, pidió una toma pacífica y simbólica de la plaza central de la ciudad, demostrando la unidad y la legitimidad de las demandas del pueblo para presionar al gobierno para que actúe. El gobierno prohibió la protesta y trajo policías de otras partes del país para ayudar a reprimir a los manifestantes. Durante los dos días siguientes, el centro de Cochabamba se convirtió en una zona de guerra, donde resultaron heridos más de cien manifestantes. Se llegó a un acuerdo cuarenta y ocho horas después, que congeló las tarifas de agua de la ciudad en los niveles de noviembre de 1999 y obligó al gobierno a formar una comisión para revisar los artículos de la ley y los términos y condiciones del contrato.
Las movilizaciones populares lograron avances significativos ese mes. La gente ganó el respeto por sus métodos tradicionales de gestión del agua; Se eliminó la indexación de los precios del agua al dólar; la participación municipal en la gestión del agua fue obligatoria; y el estado reconoció formalmente la existencia legal de los sistemas de agua de las comunidades autónomas. Todo esto se había ganado mediante la protesta y la movilización. Estas fueron victorias importantes, pero el contrato con Aguas del Tunari se mantuvo intacto.
Como resultado, se organizó un proceso de consulta popular y una serie de asambleas para formular demandas específicas. Más de 50,000 personas participaron. Cuando estas demandas, que incluían la ruptura del contrato con Aguas del Tunari, no fueron reconocidas por las autoridades, la gente respondió formando bloqueos de calles. Durante los días siguientes, el número de personas en las calles se hizo más grande y los bloqueos se generalizaron. A pesar de las acusaciones de que habían decidido romper el contrato, unas horas más tarde, el gobierno anunció que el contrato no se rompería y declaró un estado de emergencia. Los vendedores ocuparon las calles. La violencia empeoró. Los portavoces de la coordinadora fueron atacados y hostigados. Un militar de 17 años disparó y fue asesinado. La gente planteó sus demandas y pidió que la empresa y el presidente del país, Hugo Banzer Suárez, se retiren y que se forme una asamblea constitucional popular.
Finalmente, tras días de enfrentamientos, la empresa fue expulsada. Para Bolivia, esta fue la primera victoria popular en casi dos décadas de gobierno neoliberal bajo programas de reajuste estructural. Cambió la historia.
La Guerra del Agua de Cochabamba marcó el punto de partida de una ola de luchas por el agua en América Latina. Ha desempeñado un papel importante al inspirar a los movimientos y organizaciones del agua a colaborar a escala global, y ha ayudado a impedir el impulso de los esfuerzos de privatización del agua en todo el mundo. También sirvió para motivar al electorado en varios países latinoamericanos para avanzar hacia gobiernos más progresistas y democráticos. Sin embargo, al mismo tiempo, ha demostrado cuán difíciles son los desafíos resultantes para la gestión pública del agua.
Diecinueve años después
Desde la perspectiva del estado, la Guerra del Agua de Cochabamba del 2000 se describe como una lucha dirigida por los ciudadanos en la que las personas tomaron las calles para exigir la aplicación del derecho humano al agua. Pero no es así como se siente en el suelo.
La base organizativa que se movilizó contra la mercantilización del agua y la privatización de su suministro consistió en una variedad de asociaciones comunitarias y de vecinos que, antes de la llegada de Bechtel, construyeron y mantuvieron los sistemas que proporcionaban tanto el riego en las zonas rurales y provinciales como el agua potable en el ciudad. Había una gran diversidad en estos colectivos, pero uno de ellos era que todos, en mayor o menor medida, empleaban procesos de toma de decisiones colectivos para determinar el acceso, la administración y la disponibilidad de agua. Se decidieron por los servicios prestados; los estándares de diseño de los sistemas de distribución utilizados; y sus propias formas organizativas, estructurales y de gestión. Desarrollaron sus propios métodos para resolver conflictos, generalmente bajo un marco conocido como usos y costumbres (usos y costumbres).
Estas organizaciones tomaron decisiones con y dentro de sus comunidades. No dependían del estado.
Fue solo en 2010 que la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento y reconoció que el agua potable y el saneamiento son esenciales para la realización de todos los derechos humanos.
En ese momento, hizo un llamado a los estados y organizaciones internacionales para que proporcionen recursos financieros y ayuden con el desarrollo de capacidades y la transferencia de tecnología para ayudar a los países a proporcionar agua potable y saneamiento seguros, limpios, accesibles y asequibles para todos.
También en 2010, la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra se celebró en Cochabamba, donde se formuló una Declaración de los Derechos de la Madre Tierra, que luego se incorporó al estado boliviano como Ley 071. La Ley de los Derechos de la Madre Tierra define a la Madre Tierra como "un sujeto colectivo de interés público".
Por muy positivas que puedan parecer estas dos iniciativas, actualmente están siendo utilizadas por el gobierno boliviano para quitarle la autoridad a la gente para administrar su propia agua. En varias intervenciones y escritos públicos, tanto Evo Morales como Álvaro García, presidente y vicepresidente del país, han declarado que la capacidad para satisfacer las necesidades de la gente debe ser asumida por el estado. Sin tener en cuenta la historia de la gestión autónoma del agua, aquellos que buscan acceder al agua ahora deben apelar al estado, la legislatura y los tribunales.
Las cosmologías andinas consideran en gran medida el agua como un ser vivo y como un ser divino. El agua en los Andes es la base de la reciprocidad y la complementariedad; Ayuda a resolver problemas y establecer relaciones. El agua es de todos y de nadie. Es el elemento que ayuda a la naturaleza a crear, transformar la vida y permitir la reproducción social. El actual gobierno boliviano bajo Evo Morales está tratando de socavar esta relación fundamental entre las personas y el agua mediante la cooptación, el control y la unificación paternalista de los sistemas hídricos.
Antes de la privatización en el año 2000, el agua en Cochabamba se proporcionaba por diversos medios. SEMAPA, la empresa municipal de agua, era el proveedor más grande y más visible, pero había muchos otros: había ríos, pozos y sistemas de captación de lluvia, así como también camiones privados. Muchos barrios y comunidades accedieron a su agua desde una variedad de estas fuentes. En resumen, existía un sistema complejo de suministro de agua que servía bien a las comunidades. Algunos vecindarios juntaron su dinero para construir un sistema que entregaba agua directamente a sus casas y pagaría colectivamente el mantenimiento y las facturas de electricidad. Otros accedieron a él a través de casas de agua, cisternas o entregas por camión. La toma de decisiones sobre el acceso al agua fue parte de la construcción de los bienes comunes.
El actual gobierno boliviano, que llegó al poder en la plataforma retórica de otorgar a las personas la capacidad de decidir, ha debilitado de hecho el ejercicio del poder autónomo en áreas de influencia expandidas. La nueva legislación y la burocracia le han dado poder al estado en áreas que tradicionalmente han caído fuera de su alcance. Afirma que los problemas que el país ha enfrentado en las últimas décadas, incluidos los relacionados con el acceso y la gestión del agua, se deben a la mala gestión del estado. Pero, la lógica continúa, ahora que el estado ha sido redefinido y reconstituido, ya no es necesario abordar las preocupaciones sociales a nivel comunitario.
Desde entonces, según el gobierno, las movilizaciones solo se han preocupado por quejarse de la mala distribución de los fondos estatales. Desde este punto de vista limitado, el colectivo solo se organiza para exigir cosas al estado.
En general, una fortaleza importante de las comunidades autónomas de agua es su capacidad para colaborar con los sistemas públicos de agua.
Estas comunidades no compiten con las redes públicas, sino que deciden cómo y hasta qué punto se conectan a ellas. El estado promueve sus proyectos como activos públicos, pero los ciudadanos deberían cuestionarse si algo es realmente público simplemente porque pertenece al estado, particularmente cuando excluye las prácticas autónomas de toma de decisiones para las comunidades y entornos locales. La Guerra del Agua de Cochabamba fue una victoria contra la privatización, pero no fue simplemente una lucha para restaurar a SEMAPA como la empresa pública de agua. Fue una lucha para ampliar la participación en la determinación de las condiciones de vida de las personas. Esta lucha vive hoy.





LA SALUD DE LOS PUEBLOS, LA PRINCIPAL VÍCTIMA DEL VACIAMIENTO DE LA UNASUR

Sputink News de Rusia (www.mundo.sputniknews.com)

El Instituto Suramericano de Gobierno de la Salud (Isags) de la Unasur debió suspender sus actividades a comienzos de junio, debido a la falta de presupuesto. Su directora, Carina Vance, dijo a Sputnik que la situación interrumpe avances en varios campos y debilita la postura de los países a nivel global.
En abril de 2018, los Gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú anunciaron la decisión de "suspender" su participación en la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), debido a diferencias con el funcionamiento del bloque regional fundado en 2008 por los doce países de Suramérica.
La decisión terminó de confirmarse en abril de 2019, cuando Ecuador, país donde se encuentra la sede del organismo, se plegó al grupo de naciones que suspendieron su participación. Un comunicado de la Cancillería argentina cuestionaba la "acefalía" y "desorden administrativo" de la Secretaría General de la organización y denunciaba la existencia de una "agenda con alto contenido ideológico y muy alejada de sus objetivos iniciales".
El retiro de siete de los doce países miembro provocó, en la práctica, el cese de actividades del bloque que tuvo al expresidente argentino Néstor Kirchner como primer secretario general. En efecto, Bolivia, que ejerció la presidencia pro témpore hasta abril de 2019 no pudo convocar al Consejo de jefes de Estado, instancia que se reunió por última vez en Guayaquil, Ecuador.
El bloqueo repercutió pronto en el presupuesto de la Unasur, que comenzó a enfrentar dificultades para continuar convocando a sus consejos ministeriales y sectoriales, así como para mantener en funcionamiento a varios de sus institutos.
Es el caso del Instituto Suramericano de Gobierno de la Salud (Isags), que el 6 de junio realizó en su sede de Río de Janeiro una "ceremonia de suspensión de actividades" para recopilar el trabajo hecho en sus ocho años de vida.
En conversación con Sputnik, la directora de la Isags Carina Vance explicó que la coyuntura política actual del bloque ya había obligado a la entidad a adaptarse a una dinámica más "compleja". El final llegó con una comunicación de la Secretaría General: la falta de presupuesto obligaba a dejar de funcionar en este mes de junio.
Creado en 2009 por el Consejo de Salud de la Unasur, el instituto se instaló en Brasil con el objetivo de promover intercambios entre referentes políticos y técnicos en materia de salud de los Gobiernos de la región. Según Vance, uno de los ejes del instituto fue "generar conocimiento y fortalecer capacidades" de los gobiernos a través de estudios, seminarios y conferencias.
Vance valoró que jerarcas y técnicos de las carteras de salud de los doce países han continuado participando de algunas instancias, incluso a pesar de las decisiones de sus naciones. Al mismo tiempo, lamentó que la suspensión dejará inconcluso gran parte del trabajo hecho por el Isags en campos como el acceso a medicamentos, vigilancia epidemiológica, cambio climático, gestión de riesgo en desastres y servicios de salud, entre otros.
"Por un lado queda suspendida la posibilidad de seguir generando conocimiento y entender mejor la situación regional y por otro tenemos casos en que literalmente quedan contratos a medio camino", advirtió Vance.
En efecto, el instituto debió cancelar de forma prematura un contrato firmado para la realización de un estudio sobre "capacidades de producción de medicamentos a nivel regional", una investigación que permitiría analizar la capacidad de los países suramericanos de producir los medicamentos que necesita su población.
"Sería un insumo absolutamente valioso en la toma de decisiones para la producción regional de medicamentos y eso literalmente queda a medio camino", comentó la directora del Isags.
Lo mismo sucederá, indicó, con el 'Banco de medicamentos', un proyecto coordinado por el instituto que facilitaba el intercambio de información sobre precios de medicamentos entre los estados parte.
El banco consistió en una plataforma informática con los precios abonados por cada Gobierno para 34 medicamentos. La herramienta permitía que cada ministerio de Salud conociera el menor precio que un país suramericano había pagado por el producto, mejorando su capacidad de negociación frente al fabricante.
Según Vance, la plataforma permitió concluir que "si los 12 países compraran esos 34 medicamentos al precio más bajo que algún país de la región consiguió, el ahorro anual llegaría a los 1.000 millones de dólares".
La lista de medicamentos incluidos en el banco prometía ampliarse, pero la suspensión de actividades del instituto impedirá que el proyecto avance a sus próximas etapas.
El ahorro de dinero no es la única ventaja de la coordinación entre países, asegura Vance. En una región con desafíos similares pero con "brechas muy grandes", que los países que avanzaron más en algunos campos aconsejen a otros más rezagados se vuelve fundamental.
El etiquetado de alimentos con exceso de grasas, azúcares y sal, una política aplicada primero por Ecuador, es para Vance un ejemplo claro de la utilidad de la coordinación de políticas, ya que Uruguay y Perú lograron "avanzar mucho más rápido" al basar su etiquetado en el diseño aplicado anteriormente por Chile.
Para Vance, el final de la Unasur traerá consigo un debilitamiento de las posiciones de los países en el ámbito internacional. En ese sentido, señaló que los países de la Unasur presentaron 35 "posiciones comunes" ante la Asamblea Mundial de la Salud entre 2011 y 2016.
"No es que cada país fue a decir 'yo pienso esto'. Fueron los doce países a decir esta es nuestra postura como Unasur y cuando estás lidiando como un bloque tan importante como el de Suramérica, y tiene un posicionamiento fuerte sobre un tema, la postura se potencia", explicó.
Para la directora del Isags, otras instancias regionales que permanecen no lograrán tener el éxito que la Unasur tuvo en coordinación de políticas de salud. En ese sentido, mencionó que el ámbito sobre salud del Mercosur, por ejemplo, está "enfocado sobre todo en lo comercial, un sector que muchas veces genera resistencia a las decisiones de salud".
Vance enfatizó que la Unasur logró "romper un poco la tradición de tener un enfoque hacia lo comercial" y, en materia de salud, puso en un lugar central al "derecho a la salud". Asimismo, promovió un "fortalecimiento de los gobiernos" frente al sector privado.
La salud no es la única área que resentirá el vaciamiento de la Unasur. Durante su tiempo de funcionamiento, este proceso de integración fue el principal foro de coordinación de políticas públicas y diálogo entre los Gobiernos de los países de América del Sur.
Además de los avances en el ámbito de la salud, la Unasur logró mediar efectivamente y propiciar la resolución de conflictos entre los países que la integraban, sin la participación de otras potencias extrarregionales.
Entre las crisis que se diluyeron o eliminaron por mediación de la Unasur, se pueden enumerar los conflictos fronterizos entre Venezuela y Colombia en 2010, las pretensiones secesionistas del oriente boliviano contra el Gobierno de Evo Morales en 2008 o el fin negociado de la huelga policial contra el Gobierno de Rafael Correa en 2012.
También la coordinación de los países en materia militar a través del Consejo de Defensa Suramericano (CDS) desembocó en una declaración conjunta de los países en 2009, que designaba a la región como 'zona de paz', evitando la instalación de bases de países que pudieran intervenir en la zona.
Este punto tuvo en su momento un especial peso simbólico, pues se planteó luego de la firma de un acuerdo entre Colombia y EEUU para que el Pentágono utilizara las instalaciones militares del país suramericano, un hecho que generó resistencias.
Los países que se retiraron de la Unasur criticaron la supuesta ideologización del organismo, y han abogado —liderados por Colombia y Chile— por la creación del Prosur, un nuevo proceso de integración regional para coordinar políticas públicas. Sin embargo, no queda muy claro de qué manera lo hará y cuáles de los avances de la Unasur logrará mantener.






LA OTRA COPA TAMBIÉN SE JUEGA EN BRASIL

“El futuro de la región, sobre todo de Argentina, Venezuela, Bolivia y Cuba, por lo menos en parte, puede estar jugándose, como la Copa América, también en cancha brasileña”.

La República de Perú (www.larepublica.pe)
                                                                         
La realidad sombría de la región en la cual campeaba una derecha reaccionaria y neoliberal, un sector progresista a la defensiva y una “diplomacia bélica, arrogante, indocta y muy peligrosa” como ha dicho Eduardo Febbre (Página 12: 08/06/19) que se expresaba en nuevos organismos de integración de un solo color ideológico, subordinados al sistema internacional y acoplados a los intereses de EEUU (Alejandro Frenkel), como PROSUR, podría cambiar.  
Y ello por un hecho político, cuyas consecuencias nacionales y regionales son aún difíciles de prever. Me refiero al caso de Lula, en el cual han participado actores tanto internos como extranjeros y que nos muestra que las conspiraciones existen. Ahora sabemos que el juicio y la prisión del expresidente de Brasil ha sido parte de una conspiración política y un atentado a la democracia, que ha tenido como cabeza visible al famoso juez Sergio Moro, hoy ministro de Bolsonaro como “premio” por su “trabajo”. 
Las pruebas de esta conspiración las ha publicado la revista web The Intercept, donde se muestran las conversaciones privadas entre el juez Moro y el fiscal Felton Dallagnol, que investigaron el caso Lava Jato en Brasil, en las que “acuerdan” una estrategia para perjudicar al expresidente Lula. Una primera pieza de esta conspiración fue la destitución (o golpe) de la presidenta Dilma Rousseff por Michel Temer, continuó con el juicio y luego la prisión de Lula con el objetivo de sacarlo de la carrera presidencial, ya que iba primero en las encuestas, para crear así, finalmente, las condiciones para que el candidato de la ultraderecha Jair Bolsonaro asumiera la presidencia en enero de este año. Lula, como sabemos, fue condenado sin pruebas, en medio de una gigantesca y millonaria campaña mediática y de movilizaciones callejeras.
Y si bien el caso Lava Jato mostró una corrupción extendida en Brasil y en toda la región, el caso Lula, en particular, probaría cómo la derecha internacional y mediática han intentado liquidar a la izquierda en ese país y poner fin al ciclo progresista en la región, mediante el uso político de la judicatura y con campañas mediáticas para perseguir y destruir a los adversarios políticos, provocar golpes parlamentarios y ganar elecciones de manera fraudulenta. También, como dijo el propio Lula, estos hechos probarían la participación de los Estados Unidos y su interés por las riquezas naturales como el petróleo, de ahí su necesidad de un gobierno de ultraderecha y neoliberal dispuesto a “vender”, como lo está haciendo el ministro de Economía de Bolsonaro, las riquezas del país. 
Hoy Brasil es una bomba de tiempo donde todo es posible, nuevas elecciones, un golpe militar para derrocar a Bolsonaro e impedir un levantamiento popular, como también un enfrentamiento violento con una derecha que habla de que es necesario un baño de sangre como solución a la crisis. A ello habría que sumarle que las relaciones entre Bolsonaro y el vicepresidente, el general Hamilton Mourao, no son tan cordiales al tener grandes diferencias en varios puntos importantes como las relaciones con EEUU, con la China y la crisis de Venezuela. Hoy el futuro de la región, sobre todo de Argentina, Venezuela, Bolivia y Cuba, por lo menos en parte, puede estar jugándose, como la Copa América, también en cancha brasileña. 





EL PRESENTE DE LAS CRIPTOMONEDAS EN LATINOAMÉRICA
                                                                   
Ante el crecimiento de las criptomonedas los gobiernos de América Latina han comenzado a trabajar para añadirlas a sus sistemas tributarios. Algunos países como Brasil, Bolivia y Ecuador aún se encuentran renuentes a aceptar este tipo de activos.

Bitcoin de México (www.bitcoin.com.mx)
                                                       
Si bien el boom de las criptomonedas fue en diciembre de 2017, el auge todavía se mantiene. A partir del crecimiento exponencial, la mayoría de los gobiernos de América Latina empezaron a trabajar en ellas para añadirlas a sus sistemas tributarios.
Ante el desconocimiento, el debate comenzó desde lo más básico: ¿qué es una criptomoneda? ¿Realmente es una moneda, un activo? A partir de estas conversaciones, los países se esfuerzan para su mejor implemento.
Bitcoin.com.mx hace un recorrido sobre el presente en algunos de los territorios de la región analizando el ambiente respecto a las criptomonedas en Latinoamérica.
México
A través de la Ley Fintech, expedida en 2018, el país marcó una regulación para las instituciones tecnológicas en el que se establece la creación de un comité interinstitucional para atender los temas relacionados con la tecnología financiera.
El comité tendrá la responsabilidad de intervenir en la toma de decisiones, hacer autorizaciones, imposiciones en todo lo relacionado con las ITS (Instituciones de Tecnología Financiera). Estará integrado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el Banco de Mexico (Banxico) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
La ley propone considerar el uso de activos virtuales con previa autorización del Banco de México. Dentro de la ley se define activo virtual como:
"La representación de valor registrada electrónicamente y utilizada entre el público como medio de pago para todo tipo de actos jurídicos y cuya transferencia únicamente puede llevarse a cabo a través de medios electrónicos", señala el artículo 30.
Los objetivos de la creación de la ley son: evitar el fraude, el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo. México es uno de los países a la vanguardia, reconoce la existencia de las criptomonedas y se tomará en cuenta el valor que el público establezca para ellas como moneda de cambio.
Venezuela
A partir de la crisis que vive el país, el gobierno local decidió apostar en las criptomonedas como una salida. Hoy la relación con ellas es valiosa pero tuvo sus tropiezos durante la implementación de su token “petro”.
En marzo de 2018, el gobierno venezolano lanzó a la venta pública su token petro para apoyar la economía del país. El proceso de venta directa duró quince días y se podía adquirir solo con yuanes, rublos, liras turcas y euros. El token también podía comprarse con criptomonedas como bitcoin y ethereum.
El petro está respaldado por las reservas de varios recursos naturales como petróleo, oro, diamantes y gas. El gobierno reconoció al petro como un criptoactivo para el intercambio de bienes y servicios, inversión y comercialización nacional e internacional y su funcionamiento real empezó en octubre del mismo año.
Tres meses después del anuncio de la venta pública del petro, Tareck El Aissami, Ministro del Poder Popular para Industrias y Producción Nacional, anunció  que se iniciará un seguimiento de las cuentas bancarias a través de las cuales se estén negociando criptomonedas a precios especulativos para tomar las acciones legales necesarias contra estos sitios. El gobierno consideró que la venta de criptomonedas a precios especulativos atentaban contra el token nacional.
En tanto, Venezuela evalúa incorporar mecanismos a escala internacional para las transacciones de la criptomoneda petro en los próximos meses, anunció el titular de la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas (Sunacrip), Joselito Ramírez, durante el  Foro Económico Internacional de San Petersburgo
"Durante todo este año hemos avanzado de forma acelerada con la finalidad de consolidar el proyecto y brindarle una herramienta útil al país y al mundo", recalcó el superintendente.
A la vez que agregó:
"En este último mes estamos incorporando los servicios por parte del Estado, por lo menos para que algunas instituciones acepten el petro como forma de pago, como, por ejemplo, de pasaportes y algunos bienes que sean de uso exclusivo para la población".
Argentina
El país sureño, más allá de que todavía no tiene reconocimiento legal, está avanzado en la materia. Cuenta con cajeros comerciales en Buenos Aires, mucho movimiento de bitcoins y la comunidad de los adeptos a la criptomoneda crece de manera acelerada, lo que obligó al gobierno a trabajar en crear una ley. Desde el Banco Central (BCRA), la Unidad de Información Financiera (UIF) y la Comisión Nacional de Valores (CNV) están observando el tema.
"Estamos intentando ayudar al ecosistema cripto, que en Argentina es muy fuerte. Tratamos de dar un esquema de regulación que convenga a las compañías que están en el mundo cripto. Algo que no está regulado no puede tener un valor económico y financiero en los mercados", dijo Alberto Echegaray Guevara, asesor del presidente de la UIF, Mariano Federici, al medio local El Cronista.
Desde la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) se esfuerzan para regular el protocolo bitcoin como un activo financiero. En Argentina, la moneda no es considerada dinero, ya que la carta orgánica del BCRA no la incluye, sin embargo no es ilegal.
Chile
En mayo, el Servicio de Impuestos Interno (SII) anunció una serie de cambios en las definiciones tributarias aplicables para la industria de las criptomonedas, con la intención de regular aún más el funcionamiento de las empresas que ofrecen servicios para billeteras digitales e intercambio de monedas.
Con esta nueva medida, el SII establece, en su comunicado, que toda operación realizada a través de una compañía que gestiona este tipo de servicios debe especificar el hecho económico bajo el cual se emite la factura, y detallar si se trata de una compra, envio u otro servicio asociado con el uso de monedas digitales. Además, los operadores tendrán que presentar declaraciones juradas.
En tanto, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, indicó en diálogo con la prensa que durante este año se enviará al Congreso un proyecto de ley para regular las operaciones con criptoactivos:
"Una regulación a estas plataformas mitigaría algunos de estos riesgos, como el lavado de dinero y financiamiento del terrorismo, y aumentaría la certeza jurídica con que ellas operan. Queremos resguardar de manera adecuada los riesgos asociados a esta actividad".
La prohibición en América Latina
Brasil
Pese a que la población muestra cada vez mayor interés en las criptodivisas, la Comisión de Valores Mobiliarios (CMVM) prohibió, en enero de 2018, que los fondos de inversiones realicen operaciones con bitcoin u otras criptomonedas. A su vez, el Banco Central de Brasil, más allá del cambio de presidente (Roberto Campos Neto reemplazó a Ilan Goldfajn), por el momento no ha hecho modificaciones frente a estas monedas.
"El bitcoin es un activo riesgoso con una tecnología innovadora", había dicho Goldfajn en un evento de la Federación Brasileña de Bancos. Al parecer, Campos Neto sí sería más cercano al blockchain y las criptomonedas, aunque aún no trabajó en el tema.
“He estudiado y dedicado intensamente al diseño de cómo será el sistema financiero del futuro. Es una de las contribuciones que quiero traer”, indicó en Investing previo a asumir en el cargo.
En la página del Banco Central, está clara la postura:
"Las llamadas monedas virtuales o monedas criptográficas son representaciones digitales de valor que no son emitidas por el Banco Central u otra autoridad monetaria. Su valor se deriva de la confianza depositada en sus reglas de funcionamiento y en la cadena de participantes. El Banco Central no autoriza a las empresas a negociar con este tipo de monedas".
Bolivia y Ecuador
El país presidido por Evo Morales prohibió el uso del bitcoin el 6 de mayo de 2014. Con ello se convirtió en la primera nación de toda Latinoamérica en desterrar las criptomonedas y se sumó a la lista de países del mundo que han hecho lo mismo como Tailandia, Vietnam e Islandia. Desde entonces, hacer transacciones con criptomonedas o cualquier operación referida a ellas es ilegal en Bolivia.
Ecuador, en tanto, también se mostró restrictivo con la criptomoneda. El Banco Central del Ecuador (BCE), en su web, comunicó que “el bitcoin no es un medio de pago autorizado para su uso en el país, ya que no tiene respaldo”. Lenín Moreno, desde su asunción como presidente en 2017, no ha vuelto a hablar del tema.
¿Y en Estados Unidos?
El presidente de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de Estados Unidos, Jay Clayton, señaló en Cointelegraph que el regulador necesita sentirse cómodo con la custodia de la criptomoneda y asegurarse de que no se pueda realizar ninguna manipulación en el mercado antes de aprobar un fondo cotizado en bolsa (ETF). A la vez que dijo que la SEC está trabajando para que eso sea posible, que el gobierno está abierto a colaborar. Hoy, las monedas no son consideradas ilegales.
"Tenemos reglas sofisticadas y vigilancia para asegurarnos de que las personas no manipulen el mercado de valores. Los mercados de criptomonedas en general no tienen eso. Estamos trabajando para ver si podemos llegar allí, pero no sólo voy a presionar un interruptor y decir que esto es como las acciones y los bonos, porque no lo es", manifestó ante el mismo medio.
En estados como Ohio o Nueva York las leyes son más flexibles y el bitcoin se utiliza como el dólar. Son aceptados para el pago de distintos productos, más allá de que su curso no está extendido.
A la hora que los criptoactivos crecen y se establecen como competencia de las monedas tradicionales, los países se incorporan a la materia. En sus agendas es un punto infaltable. Con México a la cabeza, con una ley ya desarrollada, la mayoría de los países de América Latina caminan en el mismo rumbo creando  incluso sus propios criptoactivos.

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