La invasión
chilena del 14 de febrero de 1879 al puerto boliviano de Antofagasta es el
hecho más espeluznante y descarado de la historia de América. Pues, un Estado
soberano dispuso el pago ínfimo de 10 centavos de gravamen al quintal de
salitre exportado por una empresa anglochilena que gozaba de exportación libre
de derechos de toda clase; hecho por el que el Estado chileno se inmiscuyó, sin
derecho, en una cuestión interna del otro Estado, usando acorazados y tropa de
asalto, con el pretexto de un supuesto incumplimiento del Tratado de 6 de
agosto de 1874, aunque no hubo tal.
Había
amanecido en el puerto de Antofagasta, en el Litoral de Bolivia. El reloj
marcaba las seis de la mañana del 14 de febrero de 1879. Muchos de sus
habitantes, que salían de sus hogares rumbo al trabajo, vieron que dos buques
de guerra de la Armada de Chile, el blindado "Cochrane" y la corbeta
"O'Higgins", con dos compañías a bordo, recalaban en la bahía al lado
del blindado "Blanco Encalada", que ya se encontraba anclado en ese
lugar desde el 8 de enero.
Inmediatamente,
la artillería de esas naves, al mando del Coronel Emilio Sotomayor, que había
sido nombrado por el Gobierno de Chile como Comandante en Jefe de las Fuerzas
Destacadas en el Norte de la República y en el Litoral Boliviano, empezó a
tronar, rompiendo el silencio del alba en el océano Pacífico, con una andanada
de fuego intenso que atemorizó a la ciudadanía boliviana, pero no a la chilena
que había participado en los preparativos y estaba anoticiada y presta para
coadyuvar a sus connacionales en los vergonzosos acontecimientos que se
suscitarían en los siguientes minutos, horas y días.
El potencial
bélico chileno, que se encontraba amenazante en la bahía boliviana, era el
siguiente: Los blindados "Cochrane" y "Blanco Encalada",
con 5 años de servicio, un andar de 9,5 nudos; cada uno tenía un armamento de 6
cañones de 250 libras (9 pulgadas), 1 cañón de 4.7 pulgadas, 1 de 9 libras y 1
cañón de 7 libras y 300 hombres de tripulación. La corbeta
"O'Higgins", con 15 años de servicio; casco de madera, andar de 6,5
nudos; estaba armada con tres cañones de 115 libras (7 pulgadas), dos de 70
libras y cuatro de 40 libras, con una dotación de 160 hombres.
Mientras
tanto, la fuerza armada boliviana, que no tenía un solo buque de guerra,
contaba solamente con una pequeña columna de 60 gendarmes, restos de la
guarnición que había dejado el general Hilarión Daza, entonces Presidente de la
República, la misma que permanecía acuartelada y pequeños grupos custodiaban la
Prefectura, la Aduana y el Cuartel.
Repentinamente,
al promediar las siete, es bajada una lancha del "Cochrane", en la
que se embarca el capitán José M. Borgoña, navegando hasta el muelle del puerto
de Antofagasta, en el que el militar desembarca y presuroso se dirige a la
oficina del Consulado chileno, donde se entrevista brevemente con el titular de
esa legación, Nicanor Zenteno, quien fue el actor y centro principal de todo el
movimiento de quinta columna en Antofagasta, que precedía a la acción armada.
Era el jefe, el organizador, el coor?dinador y el enlace general con el
blindado "Blanco Encalada", en el que se había refugiado el Gerente
de la Compañía Salitrera Antofagasta, Jorge Hicks, quien debía ser detenido por
las autoridades bolivianas al ser deudor al fisco, negándose pagar 90.848
bolivianos, trece centavos.
Después de
esa reunión, el capitán Borgoña se dirigió a la Prefectura, entregando al
Coronel Severino Zapata, Prefecto del Departamento del Litoral, una nota
firmada por el Coronel Emilio Sotomayor, que señalaba:
"Comandancia
en Jefe de las Fuerzas de Operaciones Litoral Boliviano.- Antofagasta 14 de
febrero de 1879.- Señor Prefecto.-
"Considerando
el Gobierno de Chile, roto por parte de Bolivia el tratado de 1874, me ordena
tomar posesión con las fuerzas de mi mando, del territorio comprendido al Sur
del grado 23º.
"A fin
de evitar todo accidente desgraciado espero que Ud. tomará las medidas
necesarias para que nuestra posesión sea pacífica, contando Ud. con todas las
garantías necesarias, como asimismo sus connacionales.- Dios guarde a Ud".
Severino
Zapata, después de leer esa misiva torpe e incomprensible, pálido y demudado,
protesta airadamente con palabras entrecortadas, apostrofando al emisario, el
que solamente se concreta a retirarse, llevando la mano al quepí, para abordar
nuevamente la lancha que lo retornaría a su buque madre.
El Prefecto,
sin embargo, de inmediato redacta la misiva de respuesta, ante la imposición
armada chilena, afirmando enfáticamente:
"Prefectura
del Departamento del Litoral.- Antofagasta, 14 de febrero de 1879.- Al Señor
Comandante de las Fuerzas Expedicionarias sobre el Litoral Boliviano.-
"Señor
Comandante: Mandado por mi Gobierno a ocupar la Prefectura de este
Departamento, sólo podré salir a la fuerza. Puede Ud. emplear ésta, que
encontrará ciudadanos bolivianos desarmados, pero dispuestos al sacrificio y al
martirio. No hay fuerzas con qué poder contrarrestar a tres buques blindados de
Chile, pero no abandonaremos este puerto, sino cuando se consuma la invasión
armada.
"Desde
ahora y para cuando haya motivo, protesto a nombre de Bolivia y mi Gobierno
contra el incalificable atentado que se realiza.- Dios Guarde a U.".
La réplica
impositiva y abusiva no tardó en llegar al edificio de la Prefectura. El
Coronel Emilio Sotomayor, respaldado por la fuerza de su arsenal bélico, intimó
la rendición de las autoridades bolivianas, mediante la siguiente nota:
"Comandancia
en Jefe de las Fuerzas Expedicionarias del Litoral Boliviano.- Antofagasta, 14
de Febrero de 1879.
"Acabo
de recibir su nota de hoy y en contestación a ella, creo del caso hacerle
presente que para evitar toda efusión de sangre, se sirva ordenar se haga
entrega de las armas y tropa de su dependencia al comandante José Ramón
Vidaurre.
"Respecto
a las garantías que he hecho referencia en mi nota anterior, puede tomar pasaje
en el vapor del sur que pasa para el norte el 16, poniéndose de acuerdo con el
que suscribe antes de verificarlo, por si así creyese conveniente. Dios guarde
a Ud.".
Habían pasado
casi dos horas desde que la Armada chilena se manifestaba en una situación de
beligerancia. Al promediar las 8 de la mañana, fueron bajadas de los buques
muchas lanchas, repletas de soldados al mando del Coronel Sotomayor,
dirigiéndose a tierra, en la que ya se habían apostado los grupos civiles
chilenos al mando del Cónsul Nicanor Zenteno, quien fue nombrado
"Gobernador del distrito de Antofagasta".
Sin ninguna
declaratoria de guerra, en forma aviesa, premeditada y planificada, empezó la
invasión chilena y la usurpación de territorio y mar bolivianos y de sus
riquezas, con el pretexto de que Bolivia había transgredido el Tratado de 1874
al haber dispuesto el impuesto de 10 centavos de boliviano por cada quintal de
salitre exportado por la Compañía Chilena de Salitres y Ferrocarriles de
Antofagasta.
Tengamos
siempre en nuestra memoria este nefasto día, que solamente se borrará de ella
el día en que La Moneda admita su arbitrariedad y devuelva a nuestra Patria
territorio y mar soberanos.
PREFECTO
RESISTIÓ CON 50 POLICÍAS EL ASALTO AL PUERTO DE ANTOFAGASTA
La madrugada
del 14 de febrero de 1879, la niebla propia del amanecer en la costa ocultaba
levemente a los dos barcos de guerra chilenos que llegaron hasta las
proximidades de Antofagasta: el Cochrane y el O’Higgins. Éstos se sumaron al
Blanco Encalada, navío chileno que hace un mes se encontraba en las proximidades
del puerto boliviano.
Severino
Zapata, prefecto del Litoral, tenía la misión de custodiar los bienes del
Estado en una ciudad donde sólo el 10% eran bolivianos, el resto chilenos,
peruano y de otras nacionalidades, comenta Roberto Querejazu en su libro Guano,
salitre, sangre: historia de la Guerra del Pacífico.
En la obra se
señala que hacia un par de años que Antofagasta y otros puertos bolivianos
fueron víctimas de un terremoto que dejó varios inmuebles públicos destruidos,
para reconstruirlos el gobierno de Hilarión Daza y la Asamblea Constituyente de
1877 determinó un impuesto de 10 centavos por cada quintal de salitre
explotado, medida que se convirtió en Ley el 14 de febrero de 1878 y que Zapata
tenía que dar cumplimiento.
La compañía de Salitres y Ferrocarril Antofagasta —propiedad del ingles Jorge Hicks— protestó por esta medida, ya que en 1873 había obtenido del Gobierno boliviano la concesión de explotación del salitre y el guano, libre de impuestos por 25 años.
La compañía de Salitres y Ferrocarril Antofagasta —propiedad del ingles Jorge Hicks— protestó por esta medida, ya que en 1873 había obtenido del Gobierno boliviano la concesión de explotación del salitre y el guano, libre de impuestos por 25 años.
Juan Siles
Guevara en su tesis La última delegación diplomática chilena da cuenta de que
el 3 de enero de 1879, mientras el embajador de Chile en Bolivia, Pedro Nolasco
Videla, hacía los reclamos ante el Gobierno boliviano por el impuesto aprobado,
el blindado Blanco Encalada zarpaba de Valparaíso con destino al puerto boliviano.
Un mes
después, el Gobierno de Daza instruyó el embargo y remate de bienes de la
compañía inglesa-chilena, fijando como plazo el 14 de febrero de 1879 para el
pago del impuesto, caso contrario el remate de bienes.
No obstante,
los aprestos militares chilenos estaban decididos. “El 9 de febrero, junto con
la orden de zarpar, el coronel Emilio Sotomayor, jefe de la expedición, recibió
instrucciones reservadas” de ocupar por la fuerza el puerto, indica Siles Guevara.
LA
RESISTENCIA
Zapata, con
50 policías, no pudo evitar la invasión debido a la inferioridad de las armas
bolivianas, tomó la decisión de enviar a 38 uniformados hacia Calama, los
primeros días de febrero, con la orden de quedarse en Calama y recolectar armas
para la defensa.
A las ocho de
la mañana, 100 marinos y 100 artilleros desembarcan en el puerto y entregan un
ultimátum a Zapata. “Mandado por mi Gobierno a ocupar la Prefectura del
Departamento, sólo podré salir de él por la fuerza. Puede Usted emplear ésta,
que encontrará ciudadanos desarmados, pero dispuestos al sacrificio y al
martirio. No hay fuerzas con que poder contrarrestar a los tres vapores
blindados chilenos, pero no abandonaremos este puerto sino cuando se consume la
invasión armada”, respondió Zapata a los invasores.
El ataque no cesó y Zapata entregó la Prefectura y las armas, se refugió en el Consulado de Perú y partió hacia el norte el 16 de febrero, pero desembarcó en Cobija y se dirigió a Calama, donde junto a Ladislao Cabrera organizó la defensa de esta población.
El ataque no cesó y Zapata entregó la Prefectura y las armas, se refugió en el Consulado de Perú y partió hacia el norte el 16 de febrero, pero desembarcó en Cobija y se dirigió a Calama, donde junto a Ladislao Cabrera organizó la defensa de esta población.
Importante
El 14 de febrero de 1978 se promulgó la ley del impuesto de 10 centavos a la exportación de salitre y guano.
El 3 de enero de 1979, el blindado chileno Blanco Encalada se acerca al puerto boliviano de Antofagasta.
El 14 de febrero de 1978 se promulgó la ley del impuesto de 10 centavos a la exportación de salitre y guano.
El 3 de enero de 1979, el blindado chileno Blanco Encalada se acerca al puerto boliviano de Antofagasta.
El 14 de febrero de 1879, día en el cual debía realizarse el remate de
bienes de la Compañía de Salitres y Ferrocarril Antofagasta, Chile invade
Bolivia.
El 25 de febrero de 1979 llega “oficialmente” a La Paz el comunicado de
la invasión y se declara el Estado de Sitio y movilización general.
El 5 de abril de 1879, “Chile declara la guerra al Perú por mantener una
alianza secreta con Bolivia y realizar preparaciones bélicas. Ese día, Chile
declara la guerra a Bolivia” (Paz Soldán, Mariano Felipe, 1884).
Eduardo Abaroa, Ladislao Cabrera y Severino Zapata resistieron la
invasión de los chilenos
El 23 de
marzo prosiguió la invasión del vecino país, que tomó Tocopilla y Cobija. El
próximo objetivo de los chilenos era ocupar el territorio de Calama y planificar
la invasión del sur del territorio boliviano.
En Calama se
organizó el contraataque, dirigido por Ladislao Cabrera con el apoyo
incondicional de Severino Zapata y aproximadamente 135 hombres que se armaron
con lo que pudieron. Uno de los combatientes por la defensa de Calama fue
Eduardo Abaroa Hidalgo.
La mañana del
23 de marzo se presentaron aproximadamente 600 chilenos fuertemente armados.
Los defensores bolivianos no se quedaron atrás, aunque en número eran
reducidos, igualmente planearon estrategias contra los invasores.
Por la mente
de Abaroa jamás pasó la idea de abandonar el combate y menos rendirse. Pero las
balas pasaban una y otra vez, una de ésas puso en jaque su vida, hiriéndole la
garganta, pero él continuó en la lucha. Fue cuando los soldados chilenos le
exigieron que se rinda, pero Abaroa exclamó a viva voz y con las últimas
fuerzas: “¿Rendirme yo, cobardes?, ¡Que se rinda su abuela… carajo!”.
ALEVOSA INVASIÓN A ANTOFAGASTA
La invasión
chilena del 14 de febrero de 1879 al puerto boliviano de Antofagasta es el
hecho más espeluznante y descarado de la historia de América. Pues, un Estado
soberano dispuso el pago ínfimo de 10 centavos de gravamen al quintal de
salitre exportado por una empresa anglochilena que gozaba de exportación libre
de derechos de toda clase; hecho por el que el Estado chileno se inmiscuyó, sin
derecho, en una cuestión interna del otro Estado, usando acorazados y tropa de
asalto, con el pretexto de un supuesto incumplimiento del Tratado de 6 de
agosto de 1874, aunque no hubo tal.
Si bien el Art.
IV de dicho tratado disponía que “los derechos de exportación que se impongan
sobre los minerales explotados en la zona de terreno de que hablan los
artículos precedentes (paralelos 23 y 24), no excederán la cuota de la que
actualmente se cobra, y las industrias y capitales chilenos no quedarán sujetos
a más contribuciones, de cualquier clase que sean, que a las que al presente
existen”, tenemos que el contrato arreglado entre el Gobierno de Bolivia y la
Cía. de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta S.A., en 27 de noviembre de 1873,
antes del tratado, en su punto 4º le otorgaba la franquicia de exportar salitre
por el puerto de Antofagasta, “libre de todo derecho de exportación y de
cualquier otro gravamen municipal o fiscal”, por cuya circunstancia el Gobierno
de Bolivia aprobó el texto de este contrato con la condición de que pague 10
centavos por quintal exportado.
Por eso, es
falso que Bolivia hubiera incumplido el artículo IV del Tratado, el cual
evidencia que a esa fecha existían gravámenes de exportación, empero, estando
el contrato con la anglochilena exenta de toda obligación por la exportación de
salitre, el Gobierno boliviano no incrementó derecho alguno, sino que
sencillamente estableció el gravamen que correspondía, con la mayor legalidad y
en ejercicio de soberanía indiscutible.
Véase con que
artificio y embuste Chile explotó y embaucó a todo el mundo, con la muletilla
de que Bolivia incumplió la cláusula IV del Tratado de 1874, lo que es una
verdadera superchería, una falsedad; lo que evidencia también que Bolivia no
provocó el “casus belli” para la llamada Guerra del Pacífico, que es una
sucesión de invasiones injustificadas, tanto a territorio boliviano como al
peruano, empujado por la codicia del Gobierno de aquel país.
Sin embargo,
aun en el supuesto de que tal incumplimiento fuera verdadero, ningún país que
se respete acude a las armas sin antes agotar la vía del arbitraje a que ambos
estados estaban sometidos.
Lo que es
inadmisible es que la clase pensante boliviana también se paralogizó con el
rebuscado incumplimiento que, repetimos, fue un engaño maquiavélico. De esta
forma, con la tergiversación de los hechos, se arrastró a tres países a la
guerra más terrible por sus efectos y consecuencias que no terminan aún.
Lo más
inadmisible todavía es que, después de tanto descalabro que produjo en Bolivia
la guerra sin causa justa, en más de cien años de esta apocalíptica tragedia,
no hemos aprendido a aceptar aquella derrota con la altivez y con el alma
fortalecida, cuando el descomunal desastre debió enseñarnos a labrar nuestra
propia fortaleza y no aceptar nada del atrevido “vencedor”, pero alucinados con
continuas tretas nos hemos uncido al carro del usurpador.
El recuerdo de
tan aciago atraco debe servir para reflexionar con dignidad acerca del más
abominable y desgraciado acontecimiento que le cupo confrontar a Bolivia.
Los agresores
lo han justificado en el supuesto incumplimiento del artículo IV del Tratado de
6 de agosto de 1874, argumento que fue manejado hábilmente por el Gobierno
chileno como pretexto para consumar su plan de apropiarse de los ricos
territorios bolivianos que a la sazón estaba explotando una compañía
anglochilena después de haber obtenido graciosas concesiones en la época de
Mariano Melgarejo.
Pero con este
argumento falaz de incumplimiento, la Cancillería chilena elucubró la tesis
embustera de la resolución del Tratado de 1874 que no cabía e inventó la
reivindicación del territorio entre los paralelos 23 y 24, con la cantaleta de
que fue entregado a Bolivia, con la condición de no incrementar impuestos a los
chilenos, lo que es más falso todavía; porque es bien sabido que fue Bolivia
quien renunció a territorios hasta el Paposo. El Gobierno de Chile manejó todas
estas argucias astutamente, con el pecado de los bolivianos que con tales
embustes se dejaron arrollar, sin oponer nunca la resistencia de la verdad.
La otra
disculpa está en que la población mayoritaria de Antofagasta era chilena,
realidad que obligaba a respetar la hospitalidad que recibía del país anfitrión
que les dio trabajo, sustento y riqueza que no tenían en su Patria. No se puede
asestar el cuchillo asesino a quien le da acogida.
Otro argumento
manejado hasta la exageración es que Chile en el inicio de la guerra carecía de
fuerza armada, lo que también es mentira. El asalto se produjo con fuerzas
veteranas que hicieron la guerra de genocidio a los mapuches del sur. Allí
combatieron y se foguearon los Saavedra, Ramírez, Lagos, Gorostiaga y otros que
se ensañaron con los perubolivianos en la llamada Guerra del Pacífico. ¿Y los
dos acorazados con que realizaron el asalto no son parte de una preparación
antelada?
Concluimos con
lo que ya dijimos: El recuerdo de tan aciago atropello debe servir para
reflexionar con dignidad acerca del más abominable y desgraciado acontecimiento
que le cupo confrontar a Bolivia con tanta impunidad.
Si uno ve el mapa de Chile luego de su independencia
y lo que es ahora, a ningún analista le queda duda de su política
expansionista, que arrancó territorios a Perú, Bolivia y Argentina.
Con
Nuestro Perú (www.connuestroperu.com)
El lector
puede hacer fáciles deducciones de cómo la Capitanía General de Chile fue
ampliándose. Hasta 1828 el Virreinato dé Río de la Plata (Argentina) llegaba
hasta el Océano Pacífico. Luego el vecino país fue ampliando sus értenencias
hasta llegar al momento actual, incluyendo las islas Nueva, Picton y Lennox al
sur del canal Moat (continuación del Beagle), logradas merced al “pacto de paz
y amistad”, algo que no le impide actualmente pretender aproximadamente 2,500
kilómetros cuadrados de la provincia de Santa Cruz (problema Lago del Desierto
y Hielos Continentales). Es decr: otro avance sobre nuestra Patagonia.
Esa
agresividad y arrogancia chilena se ve reflejada en la carta que envía a los
bolivianos Abraham Koening, enviado diplomático de Chile en Bolivia, en el año
1900:
“Hace muchos
años que mi país desea convertir el Pacto de Tregua en Tratado de Paz, arreglar
de una vez por todas sus diferencias con Bolivia. No podemos esperar más, el
gobierno y el pueblo chileno consideran que han esperado con paciencia. Es un
error muy esparcido y que se repite diariamente en la prensa y en la calle, el
opinar que Bolivia tiene derecho a exigir un puerto en compensación de su
Litoral. No hay tal cosa. Chile ha ocupado el Litoral con el mismo título con
que Alemania anexó al Imperio la Alsacia y la Lorena, con el mismo título con
el que los Estados Unidos de América han tomado Puerto Rico. Nuestros derechos
nacen de la victoria, ley suprema de las naciones. Que el Litoral es rico y que
vale muchos millones, eso ya lo sabíamos. Lo guardamos porque vale, que si nada
valiera no habría interés en su conservación. Terminada la guerra, la nación
vencedora impone sus condiciones y exige el pago de los gastos ocasionados.
Bolivia fue vencida, no tenía con qué pagar y entregó el Litoral. Fue una
entrega absoluta, incondicional, perpetua. En consecuencia, Chile no debe nada,
no está obligado a nada, mucho menos a la cesión de una zona de terreno y de un
puerto”.
En 1904,
Bolivia, apurada, firma un tratado con Chile, en el que pierde a perpetuidad
Antofagasta y, por ende, su salida al mar. Bolivia demandó a Chile ante la
Corte de La Haya, debido al incumplimiento de lo que Bolivia considera como
compromiso chileno de negociar la salida soberana, que se derivaría de las
notas reversales boliviano-chilenas de 1950 y de la propuesta chilena de
Charaña en 1975. Es decir, la Corte deberá pronunciarse en el sentido de exigir
o no a Chile iniciar negociaciones para lograr la salida soberana boliviana al
mar.
Chile quería quitarle la Patagonia
Con respecto
a Argentina, las fronteras quedaron claramente señaladas por la heredad del
Virreinato del Río de la Plata, por un lado y por la Capitanía de Chile, por el
otro. Además, el rey de España, Carlos II había dispuesto que las separaría la
Cordillera de los Andes. De aquí se deduce, contras las pretensiones chilenas,
que la Patagonia siempre fue argentina, además de pertenecer a la Audiencia de
Buenos Aires.
Chile en sus
demandas contra Argentina siempre quiso acudir a arbitrajes con respectos a
territorios que no eran dominados por ellos y no por los suyos, por ello
siempre ganó fajas de terreno, aprovechando las crisis de gobierno gauchas. Los
últimos problemas limítrofes, además del Beagle, son los casos de Laguna del
Desierto —solucionado en 1994— y la zona de Hielos Continentales, este último
aún por delimitar y de gran relevancia por ser una de las reservas de agua
potable más importantes del mundo.
Cabe destacar
que en el caso del Beagle, Chile pidió a un tribunal arbitral (Gran Bretaña)
aplicar la “costa seca” a Argentina, pero la corte señaló que “toda atribución
de un territorio debe ipso facto traer aparejado sus aguas anexas”, ejemplar
fallo que el Tribunal de La Haya “olvidó” aplicar en el caso entre Perú y
Chile.
BOLIVIA
DICE TENER PRUEBAS DE QUE CHILE ESTÁ OBLIGADO A NEGOCIAR RECLAMO POR MAR
El
gobierno aseguró que por más de un siglo representantes de Chile "han
ofrecido y se han comprometido unilateralmente" con Bolivia a ello.
Estrategia
de Chile (www.estrategia.cl)
El gobierno
de Bolivia afirmó ayer que tiene pruebas para demostrar que Chile está obligado
a negociar su reclamo de una salida soberana al Pacífico y las presentará en la
Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya en abril próximo.
"Bolivia
cuenta con toda la prueba necesaria para demostrar ante la CIJ que tiene la
razón jurídica y tenemos el suficiente respaldo para demostrar y probar que
Chile por sí mismo se ha obligado a negociar con Bolivia un acceso soberano al
océano Pacífico", afirmó el secretario general de la Dirección de
Reivindicación Marítima (Diremar), Emerson Calderón.
El
funcionario del ministerio de Exteriores agregó que durante más de un siglo en
varias oportunidades representantes de Chile "han ofrecido y se han
comprometido unilateralmente y convencionalmente" con Bolivia "a
negociar un acceso soberano al océano Pacífico".
Calderón
explicó que Bolivia está a punto de concluir la elaboración de la memoria
histórica y jurídica que sustentará la demanda presentada el 24 de abril de
2013 ante la CIJ contra Chile sobre el reclamo.
La demanda
busca que el tribunal determine que Chile está obligado a negociar un acceso
soberano al Pacífico para Bolivia, que perdió su territorio costero en la
guerra del Pacífico, a fines del siglo XIX.
LA SUCESIÓN DE TEMPORALES NO DAN TREGUA A REINO UNIDO,
BOLIVIA, EEUU Y ESPAÑA
Una veintena de provincias están en alerta en España. En
Reino Unido las inundaciones han dejado un muerto. La costa este de EEUU sigue
colapsada por el temporal de nieve. En la región amazónica de Bolivia las
lluvias se han cobrado la vida de 40 personas.
Telecinco de España (www.telecinco.es)
Nieve, viento,
frio, lluvias torrenciales… La naturaleza azota con toda su fuerza a medio
mundo y las borrascas se suceden una detrás de otra sin dar tregua. En Estados
Unidos la tormenta de nieve que está congelando el este del país ya ha dejado
una veintena de muertos. En Bolivia decenas de campesinos con el agua
literalmente al cuello intentan salvar lo que pueden de lo poco que tienen. En
Reino Unido los servicios sanitarios siguen trabajando sin descanso en las
zonas afectadas por el desbordamiento del Támesis. En España, este viernes,
otra borrasca barrerá la península de oeste a este.
En España, una
veintena de provincias tienen este viernes activados avisos por riesgo
(amarillo) o riesgo importante (naranja) por lluvias, nevadas, vientos,
fenómenos costeros u oleaje, según ha informado la Agencia Estatal de
Meteorología (AEMET). De nuevo la zona más castigada será el norte del país,
donde el viento y las lluvias persistentes seguirán sin dar tregua.
Estados Unidos,
colapsados por la nieve
La nieve ha
colapsado la costa este de Estados Unidos donde más de medio millón de hogar
están sin electricidad, las escuelas permanecen cerradas y más de 6.500 vuelos
han sido cancenlados. El Ejército está preparado para intervenir cuando sea
necesario y el temporal ha dejado una veintena de muertos.
La costa este
de Estados Unidos está literalmente congelada. Desde el martes, no ha parado de
nevar desde el estado de Texas hasta las dos Carolinas. Numerosas autopistas
principales y carreteras nacionales permanecen cortadas debido a la acumulación
de hielo.
Se calcula que
cerca de 100 millones de estadounidenses se están viendo afectados por el
temporal, que ahora se desplaza hacia los estados del noroeste del país.
Reino Unido,
bajo el agua
El suroeste de
inglaterra está bajo el agua, y el país entero aguarda otra embestida en forma
de temporal este fin de semana. La lluvia caerá sobre zonas totalmente anegadas
por el agua, ya que el nivel del río Támesis podría llegar a registros de hace
60 años.
Las primeras
estimaciones hablan de daños valorados en más de 900 millones de euros y el
Gobierno, muy criticado por su falta de reacción, se ha comprometido ahora a
gastar lo que sea necesario.
El temporal,
además se ha cobrado la vida de un hombre de 70 años que ha muerto
electrocutado y la Asociación de Redes de Energía calcula que unos 80.000
hogares están sin suministro.
En Bolivia, con
el agua al cuello
En la región
amazónica de Bolivia las lluvias torrenciales se han cobrado la vida de 40
personas y han dejado cerca de 50.000 afectados. El noreste del país está
practicamente devastado.
Cuatro regiones
de Bolivia se encuentran en alerta roja por lluvias y tormentas eléctricas, que
están afectando especialmente al país en estas últimas 48 horas.
Santa Cruz,
Cochabamba, La Paz y Beni son los departamentos más afectados, pero los
temporales que llevan castigando el país desde el pasado més de septiembre.
ARGENTINA
ENVIARÁ MISIÓN DE AYUDA A BOLIVIA ANTE DESASTRES NATURALES
La
presidenta Cristina Fernández activó los procedimientos requeridos para enviar
ayuda humanitaria al pueblo de Bolivia y contribuirá con un equipo de
voluntarios de Cascos Blancos para auxiliar a más de 50 mil familias.
Telesur
de Venezuela (www.telesurtv.net)
Argentina
enviará un equipo de voluntarios de Cascos Blancos a Bolivia para asistir a los
damnificados por las intensas lluvias e inundaciones que afectan a gran parte
del país.
El embajador
argentino, Ariel Basterio, explicó que los Cascos Blancos contribuirán con el
plan de emergencia que desarrollan las autoridades bolivianas para auxiliar a
más de 50 mil familias.
Basteiro
también informó que la presidenta Cristina Fernández activó los procedimientos
requeridos para enviar ayuda humanitaria al pueblo de Bolivia.
De igual
forma dijo que ya están funcionando los canales administrativos y operativos
para que la fuerza aérea pueda transportar los insumos necesarios ante una
emergencia de estas características.
Bolivia
elabora plan para reubicar a familias damnificadas por lluvias
El presidente
Evo Morales se ha comprometido a responder por la pérdida de viviendas y
cultivos provocadas por las recientes lluvias e inundaciones, reubicando a las
familias damnificadas en tierras fiscales distribuidas en todo el territorio
nacional.
De acuerdo
con el más reciente reporte del Ministerio de Defensa, hasta el 11 de febrero,
los fenómenos climáticos han dejado al menos 52 mil 337 familias damnificadas,
más de 40 mil hectáreas de cultivos afectadas, mil 774 viviendas colapsadas, 46
personas fallecidas y 14 desaparecidos.
BOLIVIA ACUSA DE GOLPISMO A LA OPOSICIÓN VENEZOLANA
El canciller boliviano, David Choquehuanca, atribuyó los
actos de violencia en Caracas a la disidencia, mientras Ecuador habla de
"oposición irresponsable". Nicaragua también cargó contra disidentes
venezolanos.
DWorld de Alemania (www.dw.de)
El canciller
boliviano, David Choquehuanca, rechazó la violencia callejera en Venezuela, y
respaldó al gobierno presidido por Nicolás Maduro.
"Queremos
expresar nuestro total apoyo a la democracia en Venezuela, a su presidente y
nuestro rechazo a la violencia", dijo Choquehuanca.
También precisó
que el gobierno boliviano "rechaza el intento de golpe (de Estado) que se
quiere dar en Venezuela".
El gobierno de
Evo Morales se convirtió en aliado incondicional de Maduro, quien visitó dos
veces Bolivia después de convertirse en el sucesor de Hugo Chávez, fallecido en
marzo de 2013.
Una marcha de
la oposición venezolana degeneró el miércoles en hechos violentos en Caracas,
donde se produjeron tres muertos y decenas de heridos, mientras el presidente
Nicolás Maduro denunció que grupos "nazi-fascistas" buscan derrocarlo
mediante la violencia.
La
manifestación llegó a la sede de la Fiscalía General, en el centro de Caracas,
para exigir la liberación de ocho estudiantes detenidos en protestas recientes,
pero se salió de control.
Ecuador apoya a
Maduro
Ecuador expresó
su solidaridad con el gobierno de Venezuela y repudió los actos de violencia
que provocaron víctimas mortales, heridos y daños materiales en ese país.
En un
comunicado de la cancillería, Ecuador expresa su condena de los actos de
violencia "producidos por elementos irresponsables de la oposición" y
asegura que ellos han causado la muerte de "por lo menos" dos
personas, varios heridos y cuantiosos daños materiales en la ciudad de Caracas
y otras urbes venezolanas.
El gobierno
ecuatoriano, "hace votos por el pronto restablecimiento de la paz social y
porque prime el respeto al gobierno y a las instituciones legítimamente
constituidas", según el documento oficial.
Añade que
Ecuador "se solidariza" con el gobierno venezolano y expresa "su
total apoyo al presidente Nicolás Maduro frente a estos hechos de violencia
organizados por la oposición".
Voces desde
Managua
El gobierno de
Nicaragua expresó su respaldo al presidente venezolano Nicolás Maduro y acusó a
la "derecha fascista" de ese país de los sucesos violentos que dejaron
en Caracas al menos dos muertos y más de 60 heridos, se informó en Managua.
En un mensaje
leído en televisión por la primera dama y vocera presidencial, Rosario Murillo,
el gobierno nicaragüense envió su solidaridad a Maduro y "a las familias
de los fallecidos y heridos por la crueldad y el vandalismo fascista".
"Nos
pronunciamos indignados ante la indignación y la conmoción que el odio de la
derecha fascista ha producido entre el pueblo venezolano", señaló el texto
oficial.
"Les
acompañamos de corazón, les ratificamos nuestra plena confianza en la dirección
y las rutas trazadas por (el fallecido ex presidente Hugo) Chávez y recorridas
hoy por la juventud y las familias venezolanas", agregó.
UNO DE CADA CINCO JÓVENES EN AMÉRICA LATINA NO ESTUDIA NI
TRABAJA
El País de España (www.economia.elpais.com)
Uno de cada dos
jóvenes que trabajan en América Latina no tiene un contrato escrito. Solo el
48% de los latinoamericanos tiene un empleo formal, menos que el 61% de los
adultos que sí lo tienen, según un
informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Un joven
empleado de un callcenter de Lima afirma que hay un aumento de servicios
externalizados de empresas de España, Chile y EE UU en la capital peruana. “Las
condiciones laborales son precarias en contratos y salarios, muchos no pagan
los bonos y sueldos establecidos, y como la mayoría trabaja allí para pagar sus
estudios, no tienen conciencia de sus derechos”.
Durante la
presentación del informe Trabajo decente y juventud en América Latina’,
la directora regional de la OIT, Elizabeth Tinoco, afirmó que los jóvenes de 15
a 24 años son los más afectados por el desempleo y por la precariedad del
empleo.
De 108 millones
de jóvenes latinoamericanos, poco más de la mitad, 56,1 millones están ocupados
o buscan empleo, y un 13,9% busca y no lo consigue, es decir, 7,8 millones. “La
tasa triplica el desempleo adulto: tres jóvenes por cada adulto no tiene
empleo”, precisó.
Desde la última
medición, en 2005, el desempleo de este grupo de población se redujo de 16,4% a
13,9% -en 2011- en un contexto de crecimiento económico, “pero esta tasa
continúa siendo el doble de la tasa general”, dice el informe.
El reporte indica
que cerca de 27 millones de jóvenes son trabajadores informales, es decir, un
55,6% de los ocupados jóvenes está afectado por inestabilidad laboral y
carencia de derechos, sea en el sector informal, en empresas formales o en
hogares en trabajo doméstico.
“Seis de cada
diez solo consigue empleo por cuenta propia: no tienen contrato formal, no
tienen garantías, protección, ni perspectivas de mejorar su situación laboral”,
describió la funcionaria. Solo un 37% cotiza al seguro de salud y un 29,4% al
sistema de pensiones.
“Hoy tenemos a
los jóvenes mejor educados de América Latina y con la mayor informalidad y
desempleo en la historia de la región. Las políticas de crecimiento económico
no han logrado cerrar estas brechas”, enfatizó Tinoco.
El reporte, que
toma los datos de encuestas nacionales de hogares de 2005 a 2011 de 18 países,
registra además que el desempleo juvenil es mayor en los sectores pobres:
afecta al 25%.
Tinoco dijo que
“el elevado porcentaje de jóvenes que no estudian, ni trabajan, ni se ocupan de
las tareas del hogar, especialmente en los sectores menos favorecidos, debería
ser una preocupación central de los gobiernos pues están en riesgo de exclusión
social”.
En la región,
21,8 millones de jóvenes no estudian ni trabajan (20.3% de los jóvenes en edad
de trabajar) denominados ‘ni-nis’, aunque de ellos, 12 millones se dedican a
quehaceres domésticos. La representante del organismo enfatizó que un 70% de
quienes no estudian ni trabajan son mujeres jóvenes.
El informe dice
que “del total de ni-nis, el 24% busca empleo, cerca de 4,6 millones, lo que
representa el 69,6% de desempleados jóvenes”. Pese a estos indicadores, el
documento registra un incremento de 32,9% (en 2005) a 34,5% (en 2011) en el
porcentaje de jóvenes latinoamericanos que solo estudian.
Las cifras por
países
Entre los
indicadores más resaltantes por país, destacan Bolivia con el mayor porcentaje
de jóvenes en empleo informal (87,4% con datos de 2009) o Perú (84,7% con datos
de 2011). En Honduras se registra el más alto porcentaje de jóvenes que no
estudian ni trabajan (27,5%) seguido de Guatemala (25,1%), El Salvador (24,2%)
y Colombia (23,4%). El menor porcentaje de ni-nis lo tiene Bolivia: con un
12,7%.
El estudio
incluye además una síntesis de experiencias destacadas de promoción del empleo
juvenil en Argentina, Brasil, Costa Rica, Colombia, El Salvador y Perú, entre
otros. La OIT ha lanzado la plataforma en línea YouthPol que documenta
planes y políticas de trabajo decente para los jóvenes latinoamericanos.
CHIQUITOS Y LA MÚSICA
La República de Perú (www.larepublica.pe)
Los primeros
jesuitas que llegaron a este lejano rincón del Oriente boliviano vieron que las
viviendas de los indígenas tenían puertas tan pequeñas que bautizaron a toda la
comarca con el nombre de Chiquitos.
El padre José
de Arce y el hermano Antonio de Rivas pisaron por primera vez estas selvas a
fines de 1691. En vez de armas, traían instrumentos de música; sus experiencias
en Perú y Paraguay les habían enseñado que el lenguaje de las flautas, los
violines o las cítaras facilitaban la comunicación con los naturales del nuevo
mundo. Pero aquellos primeros misioneros nunca pudieron imaginar la manera como
los pueblos chiquitanos se apropiarían de aquellos instrumentos y de la música
que acarreaban desde Europa, incorporándolos y adaptándolos a su propia
cultura. Al extremo de que cuatro siglos después se puede decir que la
Chiquitania (o Chiquitanía: se acentúa de las dos maneras) es una de las
regiones más melómanas del mundo, donde la música barroca sigue tan viva y
actual como en el siglo XVIII, matizada y coloreada de sabor local por unas
comunidades cuya idiosincrasia concilia, de manera admirable, lo tradicional y
lo moderno, lo artístico y lo práctico, el español y la lengua aborigen.
Esto ha sido
para mí lo más sorprendente en este recorrido de pocos días por la vasta región
que separa la ciudad de Santa Cruz de la frontera brasileña: descubrir que,
aquí, a diferencia de otros lugares de América donde florecían importantes
culturas aborígenes, los 76 años de evangelización –hasta 1767, cuando la
expulsión de los jesuitas– habían dejado una huella muy profunda, que seguía
fecundando de manera visible a aquellas comunidades a las que los antiguos misioneros
ayudaron a integrarse, a defenderse de las incursiones de los “bandeirantes”
paulistas que venían a cazar esclavos, y a modernizar y enriquecer, con aportes
occidentales, sus costumbres, sus creencias, su arte y, sobre todo, su música.
A partir de 1972
comenzó la rehabilitación de los templos de Concepción, San Javier, San
Ignacio, Santa Ana, Santiago y San José –son los que visité pero entiendo que
hay otros– con sus preciosos retablos barrocos, sus gallardos campanarios, sus
tallas, frescos y enormes columnas de madera, sus órganos y sus recargados
púlpitos. La labor que llevaron a cabo el arquitecto suizo Hans Roth, quien
dedicaría treinta años de su vida a esta tarea, y sus colaboradores, ha sido
extraordinaria. Las iglesias, bellas, sencillas y elegantes no son museos,
testimonios de un pasado escindido para siempre del presente, sino pruebas
palpables de que, en Chiquitania, aquella antigua historia sigue vivificando el
presente.
No sólo la
música que venía de allende los ríos y los mares impregnó y pasó a ser parte
indivisible de la cultura chiquitana; también el cristianismo llegó a
constituir la esencia de una espiritualidad que en todos estos siglos se ha
conservado y ha sido el aglutinante primordial de unas comunidades que
manifiestan su fe volcándose masivamente a todos los oficios, con sus caciques,
cabildos y “mamas” al frente, bailando, cantando (¡a veces en latín!) y
cuidando los lugares y objetos de culto con celo infatigable. A diferencia de
lo que ocurre en el resto de América Latina y el mundo, donde la religión
parece ocupar cada vez menos la vida de la gente y el laicismo avanza
incontenible, aquí sigue presidiendo la vida y es, como en la Europa medieval,
el medio ambiente en el que los seres humanos nacen, viven y mueren. Pero sería
injusto considerar que esto ha mantenido a los chiquitanos detenidos en el
tiempo; la modernidad está también en estas aldeas, por doquier: en los
colegios, en sus talleres, artesanías, las técnicas para trabajar la tierra, la
radio, la televisión, los celulares e Internet. Y principalmente en la destreza
con niños y jóvenes aprenden en las escuelas de música locales a tocar el
contrabajo, la guitarra o el violín, tan bien como la tambora y la flauta
tradicionales.
En los años en
que el arquitecto Hans Roth trabajó aquí fue encontrando más de cinco mil
partituras de música barroca que, luego de la expulsión de los jesuitas, los
chiquitanos preservaron en polvorientos arcones o cajas que languidecían entre
las ruinas en que se convirtieron sus iglesias. Todo ese riquísimo acervo está
ahora, clasificado, digitalizado y defendido con aire acondicionado en el
Archivo de Concepción, donde, desde hace muchos años, un religioso polaco, el
padre Piotr Nawrot, los estudia y publica en volúmenes cuidadosamente anotados
que son, al mismo tiempo, una minuciosa relación de la manera como la música
barroca arraigó en la cultura chiquitana.
Las melodías y
composiciones que contenían aquellas partituras venidas del fondo de los siglos
se escuchan ahora en todas las aldeas de la región, interpretadas por orquestas
y coros de niños, jóvenes y adultos que las tocan y entonan con la misma
desenvoltura con que bailan sus danzas ancestrales, añadiéndoles una convicción
y una alegría emocionantes. Creyentes o agnósticos sienten un extraño e intenso
cosquilleo en el cuerpo cuando, en las estrelladas y cálidas noches de la selva
cruceña, donde todavía quedan jaguares, pumas, caimanes y serpientes, advierten
que Vivaldi, Corelli, Bach, Chaikovsky, además de italianos, alemanes o rusos,
también son chiquitanos, pues las grandes creaciones artísticas no tienen
nacionalidad, pertenecen a quien la ama, las adopta y expresa a través de ellas
sus sufrimientos, anhelos y alegrías. Varios de estos jóvenes han obtenido
becas y estudian ahora en Buenos Aires, Madrid, París, Viena, Berlín.
Hay una
abundante bibliografía sobre las misiones jesuíticas en Bolivia, donde, parece
evidente, el esfuerzo misionero fue mucho más hondo y duradero que en el
Paraguay o Brasil. Para comprobarlo nada mejor que el libro de Mariano
Baptista Gumucio, “Las misiones jesuíticas de Moxos y Chiquitos. Una utopía
cristiana en el Oriente boliviano”. Es un resumen bien documentado y
mejor escrito de esta extraordinaria aventura: cómo, en un rincón de
Sudamérica, el encuentro entre los europeos y habitantes prehispánicos, en vez
de caracterizarse por la violencia y la crueldad, sirvió para atenuar las duras
servidumbres de que estaba hecha allí la vida, para humanizarla y dotar a la
cultura más débil de ideas, formas, técnicas, creencias, que la robustecieron a
la vez que modernizaron.
Baptista
Gumucio no es ingenuo y señala con claridad los aspectos discutibles e
intolerables del régimen que los jesuitas impusieron en las reducciones donde
la vida cotidiana transcurría dentro de un sistema rígido, en el que el
indígena era tratado como menor de edad. Pero, señala, con mucha razón, que ese
sistema, comparado con el que reinaba en los Andes, donde los indios morían
como moscas en las minas, o en Brasil, donde los indígenas raptados por los
“bandeirantes” eran vendidos como esclavos, era infinitamente menos injusto y
al menos permitía la supervivencia de los individuos y de sus culturas. Una de
las disposiciones más fecundas, en las misiones, fue la obligación impuesta a
los misioneros de aprender las lenguas nativas para evangelizar en ellas a los
aborígenes. De esta manera nació el chiquitano, pues, antes, las tribus de la
zona hablaban dialectos diferentes y apenas podían comunicarse entre ellas.
Ningún país
que, como muchos latinoamericanos, tiene en su seno culturas distintas, una
moderna, poderosa y occidentalizada, y otra u otras más primitivas, ha sido
capaz de establecer un modelo que permita a estas últimas desarrollarse y
modernizarse sin perder los rasgos que la constituyen: sus costumbres, sus
creencias, sus lenguas, sus mitos.
En todos los
casos –los más flagrantes son los de Estados Unidos, Japón y la India– el
desarrollo ha significado la absorción –y a veces la extinción– de la más débil
por la más poderosa, la occidental. Desde luego que hay una injusticia terrible
en estos procesos; pero ninguna sociedad ha sido capaz todavía de establecer un
sistema en el que una cultura pequeña y antigua puede acceder a la modernidad
sin renunciar a esa suma de factores materiales y espirituales que la definen y
diferencian de las otras. En América Latina, donde el problema se vive
dramáticamente por lo menos en media docena de países, tenemos la obligación de
encontrar un modelo en el que aquel acto de justicia sea posible en términos
prácticos. ¿Dónde buscar ejemplos que nos orienten? En las aldeas chiquitanas
hay enseñanzas provechosas para quienes quieren ver y oír. Las mujeres y los
hombres de esta tierra no han perdido eso que se llama la “identidad”, tienen
vivo su idioma, sus danzas, sus atuendos; y sus costumbres y creencias han ido
evolucionando de modo que pueden participar de las oportunidades de la vida
moderna, sin dejar de ser lo que fueron, lo que siguen siendo en ese marco
multicultural que son Bolivia y todos los pueblos andinos. Visitar la
Chiquitania muestra a los visitantes que Beethoven y los taquiraris, o la
silueta del jaguar y los arpegios de una cítara, pueden entenderse, coexistir y
transubstanciarse. Eso han hecho los chiquitanos y por eso hay que
aplaudirlos e imitarlos.
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