El Gobierno
boliviano acaba de conceder a la empresa china Sinosteel la construcción de una
planta para procesar el hierro del Mutún, uno de los yacimientos más
importantes de Sudamérica, cerca de la frontera entre Bolivia y Brasil. Con
ello, Bolivia comenzará su propia industria siderúrgica, una constante
aspiración del presidente Evo Morales. La operación costará algo menos de 400
millones de dólares y confirma el predominio en Bolivia de los proveedores y socios de China.
Sin contar
con este contrato, las empresas chinas estaban realizando caminos y plantas
industriales por alrededor de 2.000 millones de dólares, un equivalente del 6%
del PIB del país. Esta cifra se convertirá en 9.500 millones de dólares cuando
se haga efectivo el préstamo obtenido por Bolivia en el China EximBank, que el
Gobierno solo puede gastar a través de empresas de esta nacionalidad. El país sudamericano recurrió a este préstamo, el mayor de su
historia, para continuar sus obras de infraestructura a pesar de la caída de
los precios del gas, del que depende la mayor parte de sus ingresos.
Antes de que
se gestionara este crédito, China ya era el principal acreedor bilateral de
Bolivia. Sinosteel había tenido problemas para pagar sus deudas bursátiles el
año pasado. Sin embargo, fuentes oficiales la presentaron como responsable de
la construcción de “más de 100 siderúrgicas”. La polémica sobre la solvencia de
esta compañía no es la primera que se produce en torno a las empresas chinas que operan en Bolivia.
Hace dos años
la oposición cuestionó el hecho de que Shenzhen Vicstar, ya fuera sola o como
parte de un holding llamado China Camc Engineering, hubiera obtenido
cinco contratos por alrededor de 500 millones de dólares, la mayor suma
acumulada en adjudicaciones estatales en la historia. Posteriormente, Camc
presentó problemas en el cumplimiento del plan de construcción de una de las
obras, un ferrocarril. Otra crítica a las empresas chinas la ha causado su
costumbre de importar trabajadores desde su país de origen. El senador opositor
Óscar Ortiz criticó a la central sindical del país, aliada del Gobierno, por
“no decir nada” respecto a los puestos de trabajo que pierden los bolivianos.
También ha
sido motivo de controversia el satélite que China puso en órbita para Bolivia, a un precio
de más de 300 millones de dólares. Los críticos de esta decisión señalan que
hubiera sido más barato y adecuado a las reales necesidades del país alquilar
un espacio en un satélite estadounidense. Según las encuestas, sin embargo, la
mayoría de la población considera que el lanzamiento del satélite Tupak Katari
fue uno de los mayores logros de la gestión de Morales. El País de España (www.economia.elpais.com)
EL
NUEVO EMBAJADOR ARGENTINO EN BOLIVIA EXPRESÓ “TENEMOS MUCHO EN COMÚN”
“Muchas
cosas para hacer como un plan para el intercambio comercial”
Jujuy
al Día de Argentina (www.jujuyaldia.com.ar)
En una
entrevista exclusiva con nuestro medio, Normando Miguel Álvarez García,
flamante Embajador Argentino en Bolivia, se refirió a sus tareas como
diplomático y a los temas que forman parte de su agenda donde resaltan el
intercambio comercial, el diálogo sobre temas tales como el narcotráfico, la
trata de personas y el contrabando.
En
declaraciones al diario JUJUY AL DÍA®, Normando Miguel Álvarez García manifestó
“la verdad tomó con mucha responsabilidad y me siento honrado por esto. Este
nombramiento es a partir de una propuesta del gobernador Gerardo Morales quien
inclusive hizo el pedido ante el gobierno nacional por lo cual estoy muy
agradecido”.
Afirmó “esta
es una nueva etapa, lo más importante como representante del país es recuperar
el trabajo que se hizo en algún momento con el embajador Macedo con todos los
puentes entre nuestra provincia y el país hermano”.
“Tenemos
mucho en común, muchas cosas para hacer como un plan para el intercambio
comercial. Estamos más cerca desde todo punto de vista para hacer un
intercambio que sea positivo, vamos a poner todo el empeño para que nuestros
productos jujeños puedan llegar a Bolivia para que tengamos un pleno contacto e
intercambio comercial que le va a venir bien a todos”.
Respecto a
los plazos para concretar sus diferentes metas de trabajo, el Embajador expresó
“eso se iría viendo, hay voluntad de todas las partes, y creemos que Argentina
y Bolivia son socios, Argentina le compra gas y Bolivia compra algunas cosas
como combustibles”.
“Ya hay una
camino abierto, lo que hay que hacer es mejorarlo y profundizarlo. Los plazos
lo veremos pero hay que valorar que están todos los caminos abiertos de
hermandad y mutuo acuerdo”.
Acerca de los
delitos que se cometen a través de nuestras fronteras con el país vecino,
Álvarez García comentó “por supuesto hay muchos temas que son muy importante
como el narcotráfico, la trata de personas, el contrabando, todos son temas que
están en agenda y vamos a seguir de una manera directa, concreta”.
“No hay
ningún tema que quede fuera de agenda, todos son importantes”.
Para
finalizar, el diario JUJUY AL DÍA® consultó al flamante Embajador Argentino en
Bolivia, sobre cómo debe hacer nuestro país para retomar las relaciones
bilaterales y con el resto de los países del mundo.
Normando
Miguel Álvarez García respondió “creo que de a poco, lentamente se van abriendo
todas las puertas. Sabemos que un país cerrado no crece, por ejemplo China,
ellos mismos dicen que durante 300 años sus puertos estuvieron cerrados y no
crecieron, ahora en los últimos 50 años que los abrieron se han convertido en
uno de los países más importantes de la tierra”.
“Continuar
con estos acuerdos con nuestros países hermanos será lo mejor para nuestros
pueblos. Jujuy y Bolivia tiene mucho en común y debemos armar políticas de
mutuo respeto”.
UN
PLAN ESTRATÉGICO PARA BOLIVIA: ¿VERDAD O MENTIRA?
Sputnik News de Rusia (www.mundo.sputniknews.com)
El 11 de
enero del presente año un senador boliviano denunció que el Instituto
Interamericano de la Democracia (IID) con sede en Miami elaboró un plan estratégico
para desestabilizar a Bolivia. Al día siguiente el IID emitió un comunicado de
prensa en el que refutó dicha declaración.
Sin embargo,
este martes el material sobre el llamado “Plan Estratégico para Bolivia” de
nuevo fue publicado por Prensa Latina y según la agencia, muestra la supuesta
dependencia de la oposición boliviana a los planes trazados desde EEUU.
Algo que
también ha declarado
la ministra de comunicación de Bolivia, Marianela Paco.
"Tenemos
dos pruebas contundentes, una sobre el financiamiento que reciben para hacer
una campaña negativa en contra de la democracia y otra sobre esta relación
directa de la oposición con el señor Carlos Sánchez Berzaín", dijo Paco en
conferencia de prensa en el Palacio de Gobierno. Se trata de un político
boliviano que escapó a Estados Unidos bajo cargos de asesinato ocurridos en la
masacre de octubre de 2003 durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada.
Entre otras
tantas iniciativas, destacan la de incrementar la “preocupación por la
inflación”, mantener “denuncias de corrupción”, incentivar “huelgas de hambre,
movilizaciones masivas, movimientos indígenas cooptados”, y sobornar a varios líderes sindicales con
tal de “dividir y segmentar la unión actual que existe entre sectores obreros y
el régimen”.
Este artículo
aparece justo de cara al referendum del 21 de febrero
del año en curso, cuando los bolivianos determinarán si modifican o no la
Constitución del Estado para posibilitar al presidente Morales participar en
los comicios generales de 2019.
La agencia
cubana indica que el documento contiene 23 lineamientos estratégicos, que
tienen la finalidad de derrocar el régimen legítimo, e instrucciones para
bloquear la reelección del presidente actual.
Sin embargo,
se pasa por alto que el gobierno de Morales en Bolivia ha impulsado el
desarrollo en los sectores de hidrocarburos, minero y agropecuario del país,
estableciendo un modelo viable del crecimiento sostenible de la economía
latinoamericana. Según los datos de la CEPAL, el Fondo Monetario Internacional
y el Banco Mundial, en los años 2013-2015 el país andino lideró el crecimiento
económico del continente a un ritmo de entre 4,5% y 6%.
El documento
en cuestión está en el dominio público en Internet. Es ampliamente citado por
los medios de comunicación latinoamericanos. Sin embargo, el propio Instituto
Interamericano de Democracia divulgó una refutación, negando la autoría del denominado
“Plan Estratégico para Bolivia” y acusando a las autoridades bolivianas del
“uso ilícito de un documento fabricado”.
EVO
MORALES IMPULSOR DE CAMBIOS EN BOLIVIA Y LATINOAMÉRICA
Telesur de Venezuela (www.telesurtv.net/news)
El presidente
de Bolivia, Evo Morales, ha llevado a cabo una serie de cambios políticos y
sociales en su país, que la han llevado ser líder continental.
El mandatario
de Bolivia, Evo Morales, asumió la presidencia hace una década con la
presentación de una propuesta de renovación y de gobierno social y popular.
En la
actualidad, es el mandatario latinoamericano que más tiempo lleva en el cargo,
gracias a la estabilidad política que vive el país desde su llegada al poder.
En diez años,
Evo Morales ha consolidado una transformación social, política y económica,
abriendo la participación de las comunidades indígenas, movimientos sociales de
campesinos y obreros en las decisiones de Estado.
Al asumir el
poder en el año 2005, como primer presidente indígena de Bolivia, Evo Morales
enmarcó su mandato en tres principios que datan de sus antepasados “no robar,
no mentir, ni ser flojos”, líneas que defiende y siguen marcando la pauta de su
gobierno.
Evo Morales promovió
e impulsó reformas políticas que han llevado a la estabilidad y tranquilidad.
Antes de su llegada al poder era frecuente escuchar situaciones de crisis de
gobernabilidad y golpes militares.
Entre los
principales logros políticos de Evo Morales, está la constitución de 2009 que
garantizó el derecho de los pueblos indígenas y ancestrales del país, asi como
la presencia de líderes sindicales y de movimientos sociales en su gestión.
Evo Morales
ha promulgado leyes en beneficio de los pueblos indígenas y para el respeto de
la tierra, como legado indígena boliviano.
La figura de
Evo ha trascendido a Bolivia. Su defensa
de las comunidades indígenas, de la tierra y los recursos naturales ha sido
parte de sus discursos en la Organización de Naciones Unidas (ONU), Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (CELAC), Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y otras instancias
internacionales.
Su lucha por
la transformación social de Bolivia ha sido un ejemplo para los pueblos que
demandan profundos cambios sociales y que alzan su voz ante la injusticia
social.
Los discursos
de Evo Morales denunciando los ataques de la derecha internacional, contra el
capitalismo financiero, y en rechazo a la injerencia de Estados Unidos han
despertado la admiración y han ayudado a que su forma de gobernar sea un
ejemplo para Latinoamérica y el mundo.
BOLIVIA VALORA CONCORDANCIA ENTRE EL SECTOR PÚBLICO Y
PRIVADA PARA IMPULSAR DESARROLLO
“Como producto de esta tensa pero honesta y transparente
relación público-privado hemos construido esto que es patrimonio de los
bolivianos hemos encontrado una fórmula boliviana virtuosa de articulación
entre lo público y lo privado y esta es la que nos permite un crecimiento
económico del 5 %, tasas de ahorro de 22 mil millones de dólares” afirmó Álvaro
García Linera.
ICN Diario de Argentina (www.icndiario.com)
El
vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera destacó la actual concordancia
existente entre el sector público y el privado, asegurando que gracias a esta
unión de recursos el país tiene una tasa de crecimiento económico del 5 %,
tasas de ahorro de 22 mil millones de dólares.
“Como producto
de esta tensa, pero honesta y transparente relación público-privado, hemos
construido esto que es patrimonio de los bolivianos; hemos encontrado una
fórmula boliviana virtuosa de articulación entre lo público y lo privado, y
esta es la que nos permite un crecimiento económico del 5 %, tasas de ahorro de
22 mil millones de dólares”, afirmó.
Las
declaraciones las realizó el representante de gobierno en el marco de una
reunión que sostuvo con los empresarios privados del departamento de Santa
Cruz, junto a los ministros de Gobierno, Carlos Romero; y de Autonomías, Hugo
Siles, en Villa Fraterna.
En esta línea
García Linera abogó por consolidar y proteger esta alianza, ya que va en
directo beneficio de los ciudadanos del país, al tiempo de representar “un
modelo de economía para América Latina”.
“Vamos a
canalizar con los ministros y con viceministros, de manera inmediata, como lo
hemos hecho, las reuniones que sean necesarias y si no están ellos, estarán el
presidente y el vicepresidente con ustedes, este es nivel de importancia que le
damos a estos temas”, añadió.
Ante esto el
vicepresidente valoró los avances suscitados con el empresariado; distinguiendo
la negociación que se llevó adelante para el pago del segundo aguinaldo, la
lucha contra el contrabando y las medidas para proteger la industria y
producción nacional.
“Las decisiones
importantes en los temas salariales siempre van a contar con el encuentro del
sector privado, obrero y del gobierno e iremos institucionalizando aquello”,
dijo.
Por otra parte
la autoridad nacional se comprometió a la reducción del tiempo de realización
de trámites para la exportación de productos, además de reactivar el sector
forestal para cubrir las necesidades del área.
“Porque somos
productores de madera, por cada boliviano existen 5.400 árboles, tenemos el
compromiso de fortalecer el sector maderero”, enfatizó.
LA DERECHA LE TUERCE EL BRAZO AL PROGRESO LATINOAMERICANO
La avalancha de violentas marchas de protesta el pasado
año, estremeció a los países latinoamericanos pertenecientes a la Alianza
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) como Venezuela, Ecuador,
Bolivia y a las naciones que eligieron el camino progresista-nacionalista:
Argentina y Brasil.
Sputnik News de Rusia (www.mundo.sputniknews.com)
En todos estos
países donde se creía que habían elegido un camino seguro tras largos años de
lucha, se mezclaron de un momento a otro los derechistas confesos,
izquierdistas soñadores, neofascistas al estilo europeo, indígenas manejadas
por las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), demócratas desilusionados,
políticos oportunistas e inclusive la gente que salió de la pobreza gracias a los
programas públicos de asistencia social gritando al unísono "¡Fuera
Correa!" "¡Fuera Maduro!" "¡Fuera Cristina!"
"¡Fuera Dilma!" "¡Fuera Morales, Fuera!" "¡Qué se
vayan todos!".
Al observar el
odio que mostraban sus participantes hacia los líderes que se atrevieron a
desafiar la hegemonía de Washington y tratar de enrumbar a sus países hacia un
camino diferente y alternativo al neoliberalismo, uno se pregunta sobre este
fenómeno social y cómo se logró articular los movimientos de descontento
prácticamente simultáneos en estos cinco países y qué poder estaba detrás de la
ola de violencia y protesta en Ecuador, Venezuela, Bolivia, Argentina y Brasil.
En realidad es producto de una incansable labor de los medios de comunicación
globalizados internacionales al servicio de Norteamérica y sus socios menores
los oligarcas nacionales.
En toda América
Latina el grueso de los medios de comunicación está actuando como un partido
político de oposición tratando de desorientar, confundir, distraer, desinformar
a la opinión pública justificando siempre el proceso de idiotización de la
población que crece día a día.
Lo interesante
es que la intensidad de este método de presión depende de la cantidad de
recursos naturales y en especial de hidrocarburos que poseen los países que son
señalados por la mano no tan invisible de Washington y del grado de
desobediencia que muestran sus líderes hacia la única superpotencia en el
mundo. Analizando el proceso de descontento "popular" en Argentina
donde el kirchnerismo perdió las recientes elecciones presidenciales, en
Venezuela que resultó en la derrota del chavismo en la Asamblea Nacional y
actualmente los intentos de intensificación de la protesta en Bolivia, Brasil y
Ecuador, podría confirmar este planteamiento.
La mayoría de
estos países poseen enormes recursos energéticos. Las reservas confirmadas de
petróleo en Venezuela, que alcanzan 297 mil millones de barriles frente a 268
mil millones en Arabia Saudita y las no confirmadas de unos 600 mil millones de
barriles convierten a este país en una presa anhelada por todas las
transnacionales y en especial por las estadounidenses que sueñan con poseerlas
del todo. El reciente descubrimiento de yacimientos de petróleo en agua marina
frente a la ciudad Angra dos Reis en Brasil y que alcanzan casi 100 mil
millones de barriles, se considera en el país carioca como "un regalo de
Dios" y coloca a la nación en el noveno lugar en el mundo en este rubro.
Bolivia ocupa el décimo primer lugar a nivel mundial por sus reservas de gas
que llegan a 0,74 millones de millones de metros cúbicos. Ecuador posee cerca
de siete mil millones de barriles de petróleo y Argentina casi tres mil
millones, agregando sus 400 mil millones de metros cúbicos de gas.
Sin embargo, la
brusca caída de los precios de petróleo en los mercados internacionales y en
general de todas las materias primas, ha sido un duro golpe para las economías
de Argentina, Venezuela, Brasil, Ecuador y Bolivia orientadas a la extracción.
Su población se quedó confundida por la guerra mediática contra los gobiernos
de los países en cuestión que fueron señalados por los medios como ineptos,
corruptos y débiles, incapaces ya de responder a los intereses de sus
habitantes y solucionar sus frustraciones. Simultáneamente se intensificó el
proceso de despolitización y desideologización de la sociedad frente a la
indecisión y al descuido de los gobiernos absortos en cómo salir de la crisis
económica y financiera.
Aquel momento
del creciente descontento fue hábilmente usado por la derecha, tanto en
Argentina como Venezuela. El candidato ultraderechista argentino Mauricio Macri
lanzó la idea de la necesidad de "cambio" en el país, hábilmente
promovida en el 2014-2015 por sus especialistas en mercadotecnia quienes, con
el apoyo incondicional del Grupo mediático Clarín, lograron convencer a los
votantes que Macri era el candidato que necesitaba el país. Y Argentina
consiguió a su nuevo presidente olvidándose de su prontuario y decenas de
juicios contra él en la ciudad de Buenos Aires, tampoco le importó su fama de
autoritario y de pocos escrúpulos. Así, en un mes Argentina se convirtió en un
país diferente donde según la revista Noticias "nació un nuevo relato. El
presidente perfecto".
Esto significa,
la concentración del poder por el presidente a costo del Congreso y formando
una alianza entre el Grupo Clarín, el partido de Macri Podemos y el Poder
Judicial. El actual presidente del Banco de la Nación, Carlos Melconian,
anunció hace poco el rumbo que tomará el país, afirmando que "con este
nivel de salarios, Argentina es inviable: sólo vamos a crecer bajándoles a los
trabajadores un 40 por ciento de ingresos y la única forma de negociar una baja
real con estos sindicatos, es llegar a un desempleo superior al 15 por
ciento". Al dejar el poder Cristina Kirchner el desempleo era del 6.6 por
ciento. El paso de Mauricio Macri ya se siente pues hay más de 10.000 despidos
en el sector público, para febrero ya están anunciados aumentos de tarifas de
gas y luz en 200 por ciento, los canales de televisión ya no transmiten noticias
sobre la violencia, la palabra devaluación quedó minimizada, la palabra ajuste
se convirtió en "sinceros aumentos para corregir la herencia
recibida".
El presidente
está gobernando por decretos cerrando programas de radio y televisión críticos
al gobierno e informando a la ciudadanía que la policía tiene derecho de
pedirles documentos en cualquier circunstancia y lugar. Los ministros, a la
vez, están creando las condiciones para las transnacionales. El hombre de
Shell, el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, hizo eliminar la
regulación de la actividad petrolera. El de Cultura, Pablo Avelluto, dio un
golpe de gracia a las casas editoras nacionales ordenando apertura sin
restricciones a la importación de libros. La represión en todo el país está
tomando fuerza, lo que confirma la detención de la fundadora del movimiento
Tupac Amaru y dirigente de la red de organizaciones sociales en Jujuy, Milagro Sala.
Frente a todos los cambios, al estilo kafkiano y la época de los gobiernos
militares, que se vienen produciendo en el país, parece que la misma madre
naturaleza empieza a revelarse, siete provincias están sufriendo el peor ataque
de langostas en los últimos 50 años lo que está afectando los cultivos y campos
de pastoreo de más de 700.000 hectáreas.
En Venezuela,
la oposición que ganó la mayoría calificada en la Asamblea Nacional, empezó su
labor el 5 de enero pasado con gran torpeza. Su presidente Henry Ramos Allup
anunció ese día que su labor sería "deconstruir la revolución
bolivariana" con el apoyo del Tribunal Supremo de Justicia y para empezar
ordenó de inmediato sacar los retratos de Simón Bolívar y Hugo Chávez de la
Asamblea Nacional. Enceguecido por el triunfo electoral hizo mal cálculo
respecto al pensamiento del pueblo que sigue en su mayoría chavista y no quiere
cambiar de República, la respuesta no se hizo esperar y salieron
multitudinariamente a la calles a protestar por la medida, apoyados por todos
los estamentos, entre ellos las fuerzas armadas. En realidad, su voto no
significó la adhesión a la oposición, sino una llamada de atención a las
autoridades que hay que poner orden en casa y terminar con el desabastecimiento,
la especulación y el acaparamiento de los artículos de primera necesidad.
Hace poco la
economista venezolana, Pascualina Curcio, publicó un estudio titulado
"Desabastecimiento e Inflación en Venezuela" donde prueba que el
origen del problema se debe a una lucha política. "No es por la
disminución de la producción. Se han entregado las divisas al sector importador
para todos los rubros, sobre todo alimentos y medicamentos y sin embargo
persiste la escasez". Para la especialista, la razón principal consiste en
el acaparamiento de bienes de primera necesidad cuya producción y distribución
está a cargo de monopolios y oligopolios. En este contexto los intereses
políticos que buscan la desestabilización del país superan los intereses de
maximizar los beneficios". En condiciones cuando la oposición, desde los
tiempos de Hugo Chávez, siempre rechaza el
diálogo con el gobierno lo que queda al poder ejecutivo es acudir al
pueblo formando comités populares, Asamblea Popular y hacer guerra a la
burocracia y a la corrupción que están corroyendo la República, elemento
utilizado por los promotores de la guerra mediática.
En Ecuador el
fenómeno de protesta es realmente ilógico, allí la tasa de desempleo es la más
baja en la región: 4,7 por ciento y donde durante nueve años de Revolución
Ciudadana se ha formado una sólida clase media. Ahora, como por arte de magia
esta clase media se convirtió en acérrimo enemigo de Rafael Correa quien
desilusionado por el rechazo, o tal vez recordando la vergüenza ecuatoriana de
lo que le pasó en 1912 a su paisano el presidente constitucional Eloy Alfaro,
el más grande benefactor del país, quien fue linchado y arrastrado su cadáver
por su propio pueblo, ya anunció su retiro de la política al terminar su
mandato en 2017. Hasta los artistas que han sido beneficiados por el actual
gobierno se convirtieron en iracundos enemigos del "correísmo".
Azuzados por la derecha se olvidaron de repente de la crisis de 1999 cuando el
gobierno declaró el feriado bancario que empobreció a millones de ecuatorianos
y a otros millones los expulsó de la patria. Precisamente con Rafael Correa,
que asumió la presidencia en 2007, se consolidó la economía nacional dando
prioridad al ser humano y no al capital. Con Correa fue recuperada su soberanía
y el orgullo nacional pues en Ecuador imperaba Estados Unidos y la CIA hacía
tabla raza de sus leyes. También los 200 centros de investigación sirven de
testimonio de los logros de la Revolución Ciudadana. Tal vez en algún momento
de lucidez el pueblo gritará: ¡Los Golpistas no Pasarán!
El despertar de
la oposición llena de izquierdistas y derechistas formando una ensalada
política, hace peligrar el sistema de Buen Vivir de Evo Morales. El proceso de
transformaciones políticas, económicas, culturales y sociales que inició Evo
Morales hace 10 años convirtieron a la paupérrima Bolivia neoliberal en un
proyecto nacional popular, lo que la guerra mediática contra Evo Morales trata
de ocultar. Por supuesto, el intento de Evo Morales de quedarse en el poder
hasta después de 2020 puede ser cuestionable pero no se resuelve con violencia
sino con el referéndum que tendrá lugar el próximo 21 de febrero. Y el "No
a Evo" como están vociferando los izquierdistas no necesariamente
significa el "Sí a la Revolución Socialista".
En Brasil, las
protestas exigiendo juicio político a la presidenta Dilma Rousseff por la
corrupción en Petrobras, también tienen carácter político y donde los intereses
norteamericanos coinciden con los de la oligarquía nacional que quiere la
privatización de Petrobras, es decir, tomar el control de 100 mil millones de
barriles de petróleo localizados frente a las costas de Rio de Janeiro por
parte de la Shell, BP y Chevron. No hay que olvidar que después del
descubrimiento de petróleo frente a la ciudad Angros des Reis, los buques de la
IV Flota se desplazaron inmediatamente a la zona donde se calcula hay
posiblemente otros 100 mil millones de petróleo. Fue precisamente aquel
descubrimiento que motivó una campaña de protesta contra el gobierno de Dilma
Rousseff para sacarla del
poder y entregar la presidencia a Aécio Neves, el Mauricio Macri
brasileño.
La actual
arremetida de la derecha neoliberal contra todas las manifestaciones, aunque
incipientes, del socialismo, democracia, populismo y nacionalismo en
Latinoamérica es parte de lo que los globalizadores "iluminados"
llaman "Golpe Blando", "Revolución de Colores",
"Guerra de Cuarta Generación". Y quién sabe cuántos métodos más están
en proyectos de la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana (NSA, por sus
siglas en inglés) que está vigilando día y noche los recursos energéticos de
cada país y determina la fecha y la magnitud de protestas, disturbios o
supuestas revoluciones para cada país cuyos recursos energéticos representan
"interés para la seguridad nacional de EEUU".
Para lograr
este propósito y confundir la opinión pública se utiliza un sistema sofisticado
de engaño y desinformación.
Por algo decía
Mark Twain que "es más fácil engañar a la gente que convencerla de que ha
sido engañada".
EL LAGO DE LOS ANDES QUE SE HA TRANSFORMADO EN DESIERTO
Cuando se topó con esa enorme masa de agua en Los Andes
bolivianos, a casi 3.700 metros de altura, el geógrafo británico Jim Alen
escribió en 1998 que había encontrado la Atlántida. La vasta planicie encerrada
por montañas ricas en minerales con un lago similar a un mar interior coincidía
con la mítica isla que describe Platón.
Terra de Chile (www.noticias.terra.cl)
Ese lago
llamado Poopó, que fuera el segundo más grande de Bolivia después del Titicaca,
hoy está casi seco y se va transformando en desierto por el fenómeno climático
conocido como El Niño, la mano del hombre y el calentamiento global, dicen
expertos y autoridades.
Recuperar el
lago, al parecer, no va a ser posible.
"Es una
fotografía del futuro del cambio climático", lamentó el glaciólogo Dirk
Hoffmann.
Del cuerpo de
aguas poco profundas que alguna vez llegó a 2.337 kilómetros cuadrados de
extensión, sólo queda pequeños humedales y charcos. Unas pocas gaviotas
atrapadas se pelean la poca comida bajo un sol de plomo.
Una tierra
yerma y salitrosa quedó del espejo azul. Los pescadores también se han marchado
y abandonaron sus botes, que van siendo cubiertos por la tierra. Los zapatos se
hunden en la tierra fofa de la que emanan vapores que al diluirse bajo el
ardiente sol dejan ver espejismos de agua azul en el horizonte. Los únicos
seres vivos son unos escarabajos que se alimentan de aves muertas. A kilómetros
de acá, en lo que fue la ribera, pastan alpacas, llamas, ovejas y ñandús
salvajes.
El viento barre
y orada las paredes de abobe de unos pocos domos abandonados que fue hogar de
los urus, uno de los pueblos más antiguos del continente que se autodenominan
"hombres de agua". También han migrado.
"El lago
no se ha secado de la noche a la mañana. Ahora la gente está vendiendo sus
ovejas, que era su único capital, y se han marchado a las ciudades. Por la
sequía no hay pasto para alimentar al ganado", dice Martín Colque, alcalde
del pequeño poblado de Toledo en el occidente a 210 kilómetros al sur de La Paz,
uno de los municipios más pobres del país.
Los
meteorólogos anticipan que el fenómeno meteorológico El Niño será más severo
este año. Los lugareños dicen que no fueron escuchados por las autoridades
cuando alertaban del retroceso del lago. "Se pudo hacer algo para prevenir
el desastre. Empresas mineras han desviado las aguas desde 1982 y eso ha ido
mermando el caudal, que también se redujo por la sequía", dice Angel
Flores, dirigente de la zona.
Por milenios El
Niño ha castigado con sequías a esta región árida del altiplano provocando
drásticos descensos del Poopó, pero a eso se sumó en las últimas tres décadas
el desvío de aguas para uso minero y agrícola, combinado con la contaminación y
la evaporación acelerada por el aumento de temperaturas debido al calentamiento
global, según coinciden expertos, autoridades y lugareños.
Los registros
más antiguos sobre el comportamiento del nivel de aguas datan de 1920. No hay
registros anteriores. En su mejor momento había 30 cooperativas de pescadores
que aglutinaban a unos 900 socios. Hoy no hay ningún pescador. Los pescadores
migraron o cambiaron de empleo.
El incremento
de temperaturas en los Andes es un hecho y está provocando también el retroceso
de glaciares bolivianos, afirma Hoffmann, en lo que coincide el biólogo del
Instituto de Tecnología de la Florida Mark B. Bush dice que el calentamiento
global y las sequías amenazan todo el altiplano andino.
Un estudio que
hizo con otros especialistas en el 2010 para la revista Global Change Biology
dice que La Paz podría sufrir una seguía catastrófica este siglo. Pronosticó
"climas áridos e inhóspitos" que afectarán la disponibilidad de
alimentos y agua de los más de 3 millones de personas que viven en el altiplano
boliviano.
Otro estudio
del consorcio alemán Gitec-Cobodes indicó que en 2013 el Poopó recibió 161.000
millones de litros de agua menos de los que requiere para mantener un
equilibrio natural.
"Pueden
producirse cambios irreversibles en los ecosistemas, causando emigraciones
masivas y grandes conflictos", advirtió el estudio encargado por el
gobierno boliviano.
El Poopó y el
Titicaca, el lago navegable más alto del mundo que comparten Bolivia y Perú,
están unidos por el río Desaguadero que viene de Perú y recorre 400 kilómetros.
El Titicaca aporta 20% del agua y ese caudal no ha disminuido, el otro 80%
aportan otros tributarios. El nivel del Titicaca está en rango medio porque
2015 fue año seco, dice Alfredo Mamani, presidente de la Autoridad del Lago
Titicaca.
Anteriores
inundaciones han bifurcado uno de los afluentes principales disminuyendo el
flujo hacia el Poopó. Pero a esos elementos naturales se ha sumado el desvío de
aguas para uso de más de un centenar de operaciones mineras grandes y pequeñas,
para agricultura y el consumo humano de poblaciones cercanas.
Mamani dice que
el Poopó ha tenido siempre ciclos de altas y bajas y que la gente sólo ve el
presente.
El presidente
Evo Morales, defensor de la Pachamama (Madre Tierra) y duro crítico del
historial ambiental de las potencias, coincide con Mamani. Nacido en una aldea
rural cerca del Poopó, el mandatario calificó de exageradas las reacciones.
Desde 1920 el
Poopó ha estado por debajo de su nivel óptimo. Su nivel descendió drásticamente
entre 1940 y 1948. En 1984 tuvo una crecida que alcanzó su pico el 1988, con
más de un metro por encima de su nivel normal, y de ahí comenzó un descenso
cuyo registro se detiene en 1992.
"Puede que
estemos en otro momento crítico de variabilidad climática que afecta en
períodos de 10 años que ya hemos pasado y superado, pero si además fuera por
cambio climático, sería más severo", señaló el hidrólogo Mamani.
El reciente
auge de precios de los minerales alentó una fiebre en esta región minera
mientras los controles ambientales se relajaron. La mayor mina estatal de
estaño no tiene un dique de colas y arroja desechos contaminantes a un río que
alimenta al Poopó. Estudios ambientales dicen que sólo dos empresas mineras
usaban 22 millones de litros de agua al día de ríos que alimentan al Poopó en
los últimos 15 años.
"Los ríos
ya no aportan suficiente agua dulce y la que traen está contaminada... es más
arena y barro que agua", afirma un documento de organizaciones de la zona.
A finales de
2014 un estudio de la Universidad Técnica de Oruro encontró niveles de metales
pesados como el arsénico, cadmio, plomo y zinc por encima de lo normal en el
agua y el sedimento del lago. El agua contenía siete veces más de cloruro.
Ese año ocurrió
un dramático evento que dejó "millones de peces muertos", de acuerdo
con Flores.
"Las aguas
estaban bajas y se recalentaron cuando llegaron fuertes vientos que revolvieron
las aguas", expresó el dirigente. "Tanto sedimento ingresó por años
que el hueco del centro del lago está colmatado". No hubo juicios ni se
conoce de sanciones a operadoras mineras, aseguran organizaciones de
agricultores y ganaderos.
La salud del
Poopó ha puesto al desnudo las debilidades de una economía altamente
dependiente de las materias primas. Los minerales ocupan el segundo lugar de
las exportaciones después del gas natural.
Cuando el lecho
del lago seque más los vientos arrancarán y dispersarán la tierra contaminada
de metales pesados afectando a la cadena alimentaria, dice Hoffmann.
LA FLOTA DE BARCOS MERCANTES BOLIVIANOS QUE MANTIENE
ALERTA A LOS PAÍSES DEL MEDITERRÁNEO
El Mostrador de Chile (www.elmostrador.cl)
El país
altiplánico posee unas 37 embarcaciones registradas, de las cuales 18 son naves
de carga sin un vínculo real con el territorio pero aceptadas en el contexto
del negocio de los "pabellones de conveniencia". Aunque la bandera
tiene mala reputación porque varios de estos barcos han estado involucrados en
el transporte de mercancías ilegales.
En septiembre
de 2015 el mercante Haddad 1 de bandera boliviana fue interceptado en la isla
de Creta por las autoridades griegas y aunque sus responsables declararon que
la carga a bordo eran "artículos para el hogar" se descubrió que en
su bodega transportaba quinientos mil cartuchos de municiones, cinco mil
fusiles y 4900 cartones de cigarrillos. La nave permanece hasta ahora detenida
en el puerto griego de Heraclión. El destino del barco era la ciudad
libia de Misrata, en plena guerra civil.
Por eso el
armamento se encuentra embargado por la ONU. La mercancía partió desde el
puerto de Izkenderun en Turquía y el gobierno de ese país declaró que
teóricamente las armas correspondían a una compra legal de armas para la
policía de Sudán.
Como sea, según
una investigación publicada por el diario español El Confidencial la flota de barcos con bandera boliviana
según el Registro Boliviano de Buques consigna 37 embarcaciones, de las cuales
18 corresponden a mercantes de carga.
Y varias de
ellas han estado involucradas en el transporte de cargas controvertidas o
derechamente ilegales, como la detectada a bordo del Joudi, que en diciembre de
2015 fue descubierto transportando 13 toneladas de hachís en polvo en el puerto
libio de Tobruk Las autoridades de ese Turquía desde donde había partido
, con autorización del gobierno boliviano entraron al barco para realizar un
operativo anti drogas el pasado 5 de enero.
La razón de que
Bolivia autorice el uso de su bandera a naves mercantes, aunque no tenga salida
al mar, es el negocio de los "pabellones de conveniencia" que
entrega protección a los barcos según las normas internacionales a cambio de
una suma de dinero. Aunque en los casos expuestos, la bandera les fue
inmediatamente despojada.
Entre 2014 y
2016 al menos 14 barcos bolivianos han recalado en puertos asociados a zonas de
conflicto como Siria, Libia, Egipto Turquía o Grecia. Otros tantos han cambiado
de bandera boliviana po la de otros países como Togo Camboya o Tanzania para
luego ser hundidos, lo que resulta más barato que desarmarlos o desguazarlos.
"La
bandera boliviana tiene mala reputación en términos de control de buques o
certificados falsos", dicen desde la organización ambientalista Robin Des
Bois a El Confidencial. Además, la flota es anticuada. "Es chatarra pura,
en ningún registro serio podrías inscribir un barco que tiene 30 o 40
años", opina Jaime Rodrigo de Larrucea, presidente de la sección de
derecho marítimo del Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona.
Por último José
Angel Carrasco, encargado del registro boliviano de buques asegura que su país
"jamás autorizó o autorizará a un buque para que sea utilizado en
actividades ilegales", y que cualquier solicitud de abordar uno (por
parte del país que lo intercepte) "es atendida lo más rápido
posible".
YUNGAS, LA "CHIMENEA DE LA MUERTE" EN BOLIVIA:
EL CAMINO MÁS PELIGROSO DEL MUNDO
Nano Press de Italia (www.centrometeoitaliano.it)
Yungas, la "chimenea Muerte" en Bolivia: la carretera más peligrosa del mundo - el camino de los Yungas, bautizado por los lugareños el Camino de la Muerte, tiene el camino de tierra, la carretera cerca de los límites de lo que está permitido y no hay barandas. Las pendientes son muy pronunciadas, de hecho, la forma en que lo lleve en La Paz, que se encuentra a 3640 metros sobre el nivel del mar y sube 4650 metros sobre el nivel del mar y luego desciende a 1.525 metros Corico a través de dos microclimas diferentes como el frío de la meseta y el clima cálido y húmedo de los bosques.
Estas son las
características que dan el espectáculo callejero de Yungas porque se puede
encontrar en las secciones donde un lado mostrará las paredes de la montaña en
sus espectaculares barrancos aterradoras naturales y de otro, a menudo plagado
por una espesa niebla. La carretera fue construida alrededor de 1930 por
Paraguay capturado en la Guerra del Chaco y 24 de julio 1983 fue la escena de
un accidente de tráfico la historia más trágica con 100 muertes.
Después de esta
tragedia, se decidió en 1990 imponer la orientación correcta Inglés de esta
manera, a diferencia de las otras carreteras en el país, con el fin de permitir
a los titulares de los medios para poder al menos controlar el borde del
acantilado durante los cruces con otros mezzi.Oggi una nueva forma, más moderno
y sin duda más seguro, ha hecho casi nada de uso debido a la utilización de los
Yungas, que es, sin embargo, se convierte en uno de los más famosa atracción
turística en Bolivia.
Cada año, de
hecho, un número creciente de ciclistas valientes, en busca de emociones,
correr a través de los que aprovechan sus inclinaciones marcados mientras
rezaba en silencio esperando que los frenos tienen.
LOS REVESES ELECTORALES DE LA IZQUIERDA EN AMÉRICA DEL
SUR
“La confrontación entre izquierda y derecha es un asunto
que va a estar en la agenda del continente en el próximo cuarto de siglo”
Las 2 Orillas de Colombia (www.las2orillas.co)
Por: Enoin Humanez Blanquicett.- En 1993 la
primera edición de un clásico
de la historia política latinoamericana del tiempo presente apareció en
simultánea en español e inglés en las librerías mexicanas y estadounidenses. En
el primer párrafo de la introducción su autor sostiene: “La guerra fría ha
terminado y el bloque socialista se derrumbó. Los Estados Unidos y el
capitalismo triunfaron. Y quizás en ninguna parte ese triunfo se antoja tan
claro y contundente como en América Latina […]. Hoy los países de esa misma
región los gobiernan tecnócratas o empresarios conservadores y fanáticos de
Estados Unidos, casi todos llevados al poder –hecho insólito en el continente-
por la vía del voto. El empeño estadounidense de combatir a una izquierda
activa, influyente y amenazante culminó con éxito indiscutible: dicha izquierda
fue derrotada sin cuartel ni clemencia”. Al final del párrafo se establece
–como conclusión- un balance lapidario: “En la América Latina de la posguerra
fría la izquierda carece de peso y pertinencia”.
El epilogo del
panorama sombrío presentado en ese párrafo inicial es una pregunta sin rodeo,
que tiene por objeto justificar la pertinencia de la obra. El autor, con el
propósito de justificar su esfuerzo intelectual, se pregunta si la izquierda
latinoamericana, que está desmoralizada y en la lona, merece qué alguien pierda
tiempo ocupándose de ella y que además le dedique un libro entero. Para colmo,
el ambiente tóxico en el que se debatía la izquierda de comienzos de la década
de 1990 terminó de ser envenenado por la publicación de un libro, que ganó
rápida celebridad. El éxito de la obra se edificó sobre una fórmula chocarrera:
etiquetar desde el titulo, y sin fórmula de cortesía, a los partidarios de las
ideas progresistas como los perfectos idiotas
del continente.
Sin embargo, a
pesar del panorama desolador y del futuro incierto que Jorge Castañeda
presagiaba para la izquierda latinoamericana en “La utopía desarmada” y de la carga
de mala leche que le vertieron encima los autores de “El manual de perfecto
idiota latinoamericano”, en 1998 comenzó una era de festejos para los
partidarios de la gauche.
Una seguidilla de de triunfos
electorales consecutivos dio lugar a una fiesta que ha durado decenio y medio.
Durante esa temporada de festejos hemos visto desfilar por los palacios
presidenciales de las capitales de la mayoría de los países de la región, a
excepción de México, Costa Rica, Panamá, Colombia, República Dominicana, –y
digamos Perú-, porque Ollanta Humala
resultó no ser el lobo feroz que todos temían,
presidentes que se han hecho elegir bajo las banderas antiestamentistas y con
un programa, que va en contravía de los intereses de Washington en la región.
Entre los que
han presidido ese festejo hemos visto de todo. Un militar golpista, enfundado
en camisa y boina rojas, que se declaró partidario de las ideas políticas
disidentes; un obrero metalúrgico, que ganó sus galones en el mundo sindical,
enfrentando la represión de militares golpistas alérgicos a las ideas políticas
disidentes; una familia millonaria de la Patagonia, con negocios en el sector
inmobiliario,
que decidió untarse de pueblo y fomentar la inclusión social en un continente
atascado en el pantano de la desigualdad;
un hacendado rural
ensombrerado, que llegó al poder bajo el paragua de un partido liberal y giró
repentinamente a la izquierda; un tecnócrata en asuntos económicos, educado en
universidades (si aún resulta licita la expresión) del primer mundo; un indio sin
abolengo, que hizo sus primeras armas en la lucha agraria, defendiendo el uso
tradicional de los cultivos de coca; dos idealistas que fundaron guerrillas
para enfrentar
a los gobiernos militares, fueron derrotados y purgaron su rebeldía en la
cárcel; un excomandante guerrillero que ganó el poder por las armas, lo perdió
en las urnas y lo recuperó a través de ellas; y hasta un cura que ha leído más
la Biblia que los manuales de propaganda leninistas.
El sobrevuelo
del recorrido que le permitió a la izquierda ascender al poder de Ciudad de
Guatemala a Buenos Aires, de Brasilia a Tegucigalpa, de Quito a Managua y de
Asunción a San Salvador, así como el examen de lo que ésta ha hecho durante su
estadía en el gobierno, nos muestra que la izquierda latinoamericana nos es la
misma en todas partes. Por eso en la evaluación de su gestión de la cosa
pública, no se puede proceder a medir a todo el mundo con el mismo
rasero. De cara a esa lógica resulta equivocado el enfoque generalizador con el
que Beatriz Miranda, en un especial para El Espectador,
aborda el balance de una década y media de ejercicio del poder por parte de la
izquierda en la región. Igualmente resulta equivocado el apresuramiento con el
que los analistas del conservador diario El Colombiano
aseguran que “la izquierda de América Latina va en declive”.
Esas posturas
editoriales no consulta la realidad. El examen del momento político actual por
el que pasa el continente, basado en el devenir de la izquierda, como lo
sostiene “Andrés Molano, director del Observatorio de Política y
Estrategia en América Latina (Opeal)” tiene que tomar en cuenta que así como
hay países donde los regímenes de izquierda se han desgatado, como es el caso
de Venezuela, Brasil y Argentina, “hay otros que transitan una etapa formidable
y estable cómo Uruguay,” Bolivia, Ecuador, Chile o incluso El Salvador. En este
último país los sectores de izquierda se han consolidado –en las dos últimas elecciones–
como actores políticos
indiscutibles en la escena nacional.
En lo que
concierne a la corrupción, si bien es cierto que hay casos concretos, como el
caso venezolano, donde el paso de la izquierda por el poder ha estado “marcado
por actos de corrupción y de abuso de poder”, en este campo salir a generalizar
a partir del caso más visibles no es pertinente. Generalizar a partir de la
particularidad siempre será un proceder equivocado, que equivale a valerse de
un único aparato de medición para dar cuenta de las características matemáticas
de los diferentes productos, que abarrotan la estantería de un supermercado. En
otras palabras, un metro sirve para medir la tela, pero no sirve para pesar el
queso.
En lo
concerniente al abuzo del poder, si bien es importante reconocer que ciertos
gobernantes latinoamericanos, que han llegado al gobierno bajo la bandera de la
izquierda han demostrado en el ejercicio de éste un talante atrabiliario,
también hay que reconocer que hasta hoy, por muy safio que haya podido ser
Chávez, por muy palurdo que nos resulte Maduro, por muy zamarro que nos parezca
Correa o por muy autócrata que se nos figure Evo, estos individuos son
altamente potables cuando se los compara con Rafael
Lenidas Trujillo Molina, Jorge Rafael
Videla, Anastasio
Somoza (padre e hijo)
Augusto
Pinochet o Alfredo Stroessner.
Igualmente sus pasadas
de piña –por tomar prestada una metáfora del argot popular barranquillero-
en el ejercicio del poder no resultan distintas a las que se permitieron
Alberto Fujimori en Perú, en la década de 1990, o Álvaro Uribe Vélez en
Colombia, durante la década 2000. Sin entrar a justificarlos, cuando se examina
cuidadosamente el paso por el poder de los dirigentes de izquierda de América
Latina desde la perspectiva de los derechos humanos y de cara al abuso de
poder, éstos no han puesto en práctica con sus opositores las medidas
represivas que implementaron los gobiernos de derecha durante el siglo XX, que
llevaron a Jorge Castañeda a preguntarse ¿cómo “las fuerzas favorables al
cambio” pudieron sobrevivir a los “peores horrores”, que se cometieron durante
la aterradora campaña de represión que puso en marcha el establecimiento
latinoamericano, para contener el virus rebelde, que se propagó por la
geografía regional luego de la revolución cubana?
En cuanto a la
corrupción, no se puede ocultar que ha habido corrupción durante los gobiernos
de muchos políticos que han accedido al poder vistiendo la casaca de la
izquierda. Pero a pesar de sus indelicadezas la sensación general es que han
sido más equitativos y pulcros que sus pares de la derecha. Por eso, como lo
anota Antonio
Caballero “nunca se ha visto que en Venezuela salga el populacho a
las calles a gritar «¡Ladrón o no ladrón, queremos a Carlos Andrés!», ni en el
Brasil «¡Ladrón o no ladrón, queremos a Collor de Melo!», como sí gritaban los
argentinos «¡Ladrón o no ladrón, queremos a Perón!»”. En el campo de la
transparencia en el manejo de los recursos del Estado, para evaluar el
comportamiento de la izquierda en el uso de los recursos públicos vale aquí
traer a colación un adagio franceses, que sostiene “que los frutos no caen
lejos del árbol”. Por eso se puede considerar que en un continente, donde la
clase política se ha caracterizado históricamente por ser corrupta, autoritaria
y caudillista, la dirigencia de izquierda no está exenta de reproducir esos
vicios.
Superar las
prácticas clientelista en el ejerció de la política y la concepción
patrimonialista en la gestión del Estado, dentro de la cual se concibe a los
recursos públicos como un botín que el gobernante y sus amigos pueden manejar
como plata de bolsillo: (“el dueño de la chequera soy yo” le dijo recientemente
el presidente
de Colombia a su vicepresidente, develando de ese modo el pulso secreto que
mantienen los dos por el reparto del botín público entre sus respectivas
clientelas), es un asunto que nos va a tomar todavía muchas generaciones.
En cuanto a la
vocación autócrata de la izquierda respecto al ejercicio del poder, ésta es
concomitante con la historia de una región donde la militarización de la política,
como lo resaltan Dirk Kruijt y Kees Koonings, ha moldeado la vida pública de
casi todos sus países. Por eso no es extraño que el 45% de la población
latinoamericana manifieste estar
dispuesta “a apoyar a un gobierno autoritario si éste resuelve los
problemas económicos de su país”, un 56%
manifieste “no estar satisfecho con la democracia” y un 34%, como lo
destaca Rosendo Fraga, declare su
disposición a apoyar un gobierno militar. Como si fuera poco, en el
vademécum marxista existen los conceptos de dictadura
del proletariado
y de partido único.
En un contexto autoritario y caudillista, como el latinoamericano, esta receta
encaja correctamente en el programa político de los sectores más radicales y
militantes de la izquierda, que todavía no descartan el recurso a las armas
para hacerse al poder o para mantenerlo.
La derrota del chavismo
en las parlamentarias venezolanas después de década y media de hegemonía; el
revés del justicialismo
en las presidenciales argentinas, en un país en el que, al decir de Antonio
Caballero, “hasta el papa es peronista”; y la pérdida por parte de
la indisciplinada y dispersa izquierda colombiana de la alcaldía de Bogotá son
tres eventos, que han llevado a ciertos analistas
a decretar de “la crisis de la izquierda en América Latina”.
Uno de ellos es
Juan Francisco Alonso. Este cronista afirma en el Diario Las
Américas de Miami que “la elección del conservador Enrique Peñaloza
como alcalde de Bogotá”, […] del opositor Mauricio Macri en las presidenciales
de Argentina y ahora la de la antichavista Mesa de la Unidad Democrática (MUD)
en las legislativas de Venezuela” son “tres victorias que” evidencian “que en
América Latina se está dando un viraje político”. A nuestro modo de ver, los
analistas que proceden de ese modo están tomando la parte por el todo y
confundiendo peras con manzanas, al analizar en pie de igualdad tres casos, que
ameritan ser analizados por separado.
Para Franck
Gaudichaud, la entrada en la escena gubernamental de la izquierda marcó el
inicio de un “nuevo ciclo político regional”, que ha traído consigo el
debilitamiento del “intervencionismo del “Tío Sam” y del imperialismo” en el
continente. Ese nuevo ciclo
político, en opinión de Emir Sader, ha significado el inicio de “un nuevo
período histórico en América Latina”. La derrota de peronismo en las
presidenciales argentina, el traspié del chavismo en las parlamentarias en
Venezuela y la salida de la izquierda de la alcaldía bogotana, más que ponerle
fin a ese periodo, lo que marca es el inicio de un nuevo capítulo del mismo.
En ese plano,
como lo sostiene Carlos Lozano
Guillen, la confrontación entre izquierda y derecha en América
Latina, dada la crisis de los viejos partidos tradicionales en la mayoría de
los países del continente, es un asunto que va a estar en la agenda durante el
próximo cuarto de siglo, porque la ciudadanía se ha dado cuenta paulatinamente
que la “primera significa el cambio, el progreso social y la preservación de lo
ético; y la segunda, lo contrario”. Sin embargo, la derrota encajada por la
izquierda argentina, venezolana y colombiana pone sobre la mesa otro tema
importante, que no se puede soslayar: “el debate de ideas […] sobre qué
izquierda se necesita” hoy en cada uno de esos países.
AMÉRICA LATINA: ¿GIRO POLÍTICO Y FIN DEL POPULISMO?
Kmow de España (www.knowledgeatwharton.com.es)
Parece evidente
que América Latina vive un momento de transición tanto a nivel económico como
político. En primer lugar, la época de prosperidad marcada por el sólido
crecimiento económico sustentado en el alza de los precios de los productos
básicos, que fue acompañado por importantes avances sociales durante la última
década, ha llegado claramente a su fin. Por otro lado, países con largos
gobiernos populistas, como Argentina y Venezuela, han perdido el apoyo del
pueblo en sendas elecciones celebradas a finales de 2015. En 2016, la amenaza
de juicio político a la presidente de Brasil, Dilma
Rousseff, también pone en peligro su continuidad en el poder.
Este nuevo
escenario ha llevado a los expertos a preguntarse si el populismo y el llamado
socialismo del S.XXI —abrazado primero por la Venezuela de Hugo Chávez y luego
por países como Ecuador y Bolivia— han fracasado frente a los desafíos de
desarrollo de la región.
¿Naufragio de
populismo bolivariano?
Carlos Martínez
Lázaro, profesor de Economía de IE Business School, no pone en duda el giro
político en la región: “Se ha acabado con 12 años de kirchnerismo [primero
Néstor Kirchner y luego su esposa Cristina] tras la victoria electoral del
candidato de centroderecha Mauricio
Macri en Argentina en diciembre. Por las mismas fechas, el chavismo
de Nicolás Maduro ha perdido unas elecciones después de la llegada de Hugo
Chávez al poder en 1999 y la heredera política del expresidente Luiz Inácio
Lula Da Silva, Dilma Rousseff, se encuentra en una situación muy complicada para
seguir al frente del Gobierno, como consecuencia del proceso de destitución en
que está inmersa”, y su nivel de popularidad se sitúa por debajo del 10%.
El profesor del
IE añade que en estos tres países se ha puesto de manifiesto que los gobiernos
populistas no han podido resistir el cambio de ciclo económico. Esto ha estado
acompañado, en su opinión, de unos procesos de corrupción verdaderamente
importantes, que cuando ha soplado el viento de cola no han hecho
demasiada mella en estos gobiernos, pero en cuanto la situación económica ha
cambiado, el descontento popular ha crecido como la espuma. “Cuando el gasto
social ha estado fluyendo todo ha ido bien, pero cuando ha empezado a haber
problemas para mantener estos niveles de gasto, sobre todo cuando la situación
económica se ha deteriorado, la población ya no ha estado dispuesta a seguir
manteniendo ese contrato social de tú me das y yo te apoyo”, dice. Y
destaca que estos ingredientes son comunes en Venezuela, Argentina y
Brasil.
Pero antes que
nada, Sergio Costa Sant’Anna, profesor colaborador en IESE Business School y la
Universidad Pompeu Fabra en las asignaturas de Internacional Business y
Strategic Alliances, hace referencia al sociólogo Ralf Dahrendorf para intentar
acotar un término tan amplio y difuso como el populismo: “populistas a la
derecha, populistas a la izquierda. Quien dice populismo se adentra en un
terreno difícil. En todo caso, el concepto es peyorativo… Hablamos entonces de
demagogia y la demagogia tiene un gran repertorio de métodos”.
En opinión de
Costa, ningún tipo de populismo es bueno para un país y su pueblo, ya sea de
derechas o de izquierdas, pero mucho menos las formas de populismo empleadas en
Argentina, Venezuela, Brasil, Bolivia, Nicaragua, Cuba o Ecuador, ya que no se
tratan “solo de simples gobiernos populistas de izquierdas, son
intervencionistas y en algunos casos dictatoriales, donde prevalecen las
voluntades de los gobernantes y no las leyes en vigor”. Tanto es así, “que en
estos últimos años estos países se han acercado a Rusia o China, por la manera
de pensar de sus gobernantes, y se han distanciado de Estados Unidos o Europa”.
Costa piensa
que el panorama debería empezar a cambiar en los próximos años, sobre todo a
raíz de la victoria de Macri y el posible juicio político a Rousseff. “Estos
hechos deberían traer otra vez el equilibrio de fuerzas de izquierdas y de
derechas en la región, pero lo más importante es que los populismos deberán
desaparecer en la mayoría de países por las secuelas que han traído al pueblo”.
Y apoya esta idea con datos del Banco Mundial, “según los cuales en los
regímenes populistas de izquierda y teóricamente pro-pueblo de América Latina,
aún existen 130 millones de personas consideradas ‘crónicamente pobres’, además
de las considerada solamente pobres”.
Carlos Malamud,
por su parte, sostenía en un artículo
de opinión publicado en Infolatam que “el modelo basado en un gasto social
sin límite y en políticas clientelares se ha agotado”, pero esto “no implica
necesariamente el fin del populismo”. Lo que sí considera que estaría a punto
de naufragar es el populismo bolivariano, “que tan pomposamente se calificó de
‘socialismo del siglo XXI’, aunque esto deberá ser corroborado caso por caso,
país por país”. En opinión del Investigador Principal para América Latina del
Real Instituto Elcano, “lo anterior no significa la desaparición de los
gobiernos populistas en América Latina, donde hemos conocido populismos de
izquierda, populismos de derecha y populismos a secas”.
Caso por caso
Nadie duda de
que los recientes años de populismo vinieron acompañados de importantes avances
sociales. En la Venezuela de Chávez, destaca Martínez Lázaro, el programa de
las misiones —que incluye, por ejemplo, consultas médicas gratuitas y acceso a
créditos subvencionados— ha tenido un éxito importante, “llevando por primera
vez el Estado de Bienestar a los que apenas nunca lo habían tenido”. Costa
añade que fue posible implementar “el populismo de izquierdas o revolución
bolivariana por el alto nivel de los precios del petróleo, principal medio de
financiación del régimen”. Una vez desaparecida la fuente de financiación, por
el desplome de los precios, la economía empezó a caer a partir de 2012 hasta
entrar en una recesión profunda en 2014 (-5% del PIB). Según datos de Costa, el
Bolívar venezolano alcanzó un máximo histórico de 6,35 USD/VEF en agosto de
2015 frente al mínimo histórico de 0,05 en enero de 1989. Además, “la inversión
extranjera directa (IED) es negativa, situándose las reservas de divisas en
niveles de 2005”, afirma.
Hoy en día,
añade Costa, “los venezolanos están viviendo lo mismo que los sirios, pero sin
guerra. Comprar un litro de leche u otros productos básicos es algo muy
difícil. Los productos han desaparecido de los supermercados. Solamente las
clases más altas pueden conseguir productos sin pelear por ellos en muchas
ciudades del país”. Para intentar salir de la crisis, dice, “Venezuela necesita
primeramente un cambio de régimen económico, donde pueda haber una
diversificación de la economía para que no esté soportada solamente por el
petróleo”. Además, en su opinión, se debería acabar con el subsidio del
petróleo, establecer una política monetaria y fiscal de austeridad que a largo
plazo estabilice el país y buscar inversiones internacionales para promover el
desarrollo, “pero para eso necesitarían seguridad jurídica, algo muy difícil
con el escenario actual. Aunque se podría buscar en países con una relación
ideológica más cercana, como Rusia o China, o el mismo Brasil”.
La situación es
tal que el Gobierno venezolano acaba de solicitar a la Asamblea Nacional una
declaración de emergencia económica que supone, desde el punto de vista
constitucional, un periodo especial de 60 días para tomar acciones contra la
crisis. Aunque se apruebe, el profesor del IE dice que Venezuela “está quebrada
salvo que se recupere el precio del petróleo, lo que parece muy improbable a
corto o medio plazo”. A nivel político, los expertos creen que Maduro intentará
hacer todo lo posible para mantener el poder. La clave para que acate los
resultados de las elecciones legislativas, que han entregado la mayoría del
Parlamento a la oposición, estará en el ejército, que posiblemente no tolerará
que no se respete la voluntad popular.
En cuanto a
Argentina, Martínez Lázaro señala que, aunque los Kirchner cuidaron a la base
peronista trabajadora, se crearon profundos desequilibrios económicos en el
país, “lo mismo que en Venezuela, donde han sido terroríficos, y Brasil, donde
han sido más llevaderos que en Argentina porque quizás ha habido una mayor
ortodoxia económica”. Costa señala que Cristina Fernández de Kirchner recibió
el país de su marido Néstor (en 2007) con un récord de crecimiento y después de
8 años lo entrega con un 25% de inflación. “La deuda externa está casi en los
niveles de 2005, el IED y las reservas de divisas en los niveles de 2004. Los
gastos gubernamentales son 3 veces superiores que hace 10 años. El peso argentino
alcanzó un máximo histórico de 13,44 USD/ARS en diciembre de 2015 frente a un
mínimo histórico de 0,98 en enero de 1992”, detalla.
En estos
momentos, el Gobierno de Macri está poniendo en marcha una transición económica
ordenada y gradual que, en primera instancia, ha consistido en poner fin al el
control de cambios (el llamado cepo cambiario), llevar a cabo una purga de
kirchneristas en la administración y cambiar los pilares de la política
exterior para reinsertar al país en la comunidad internacional y recuperar la
imagen de país normal y confiable, ya que los inversores desconfían de
prestarle dinero tras los impagos de 2001 y 2014. Sin embargo, Martínez Lázaro
no es muy optimista respecto al corto plazo: “Macri se asoma a una recesión
casi seguro por los ajustes que tiene que hacer y el cambio de ciclo”.
En Brasil, el
profesor del IE destaca que los resultados del populismo fueron espectaculares,
unas 40 millones de personas salieron de la pobreza, lo que dio alas al
crecimiento. Sin embargo, Costa añade que desde que Lula (2002-2011) entregó el
poder a Rousseff, la economía ha pasado de un PIB de 9% a una recesión de
-4,5%. “Las cifras a partir de que Rousseff asumiera el poder se empezaron a
deteriorar de forma alarmante. El paro es del 7,5% con una fuerte subida a
partir de 2014, los gastos gubernamentales son 5 veces mayores que hace 10
años, la inflación de 10,48% es la más alta de los últimos 12 años. El real
brasileño alcanzó un máximo de USD/BRL 4,18 en septiembre de 2015 frente a un
mínimo histórico de 0,01 en 1993. Por último, la IED está en los niveles de
2005”. Y considera que “lo mejor que podría ocurrir en el país sería
la destitución de Dilma. Sería la forma, quizá, de volver a empezar”.
En conclusión,
Costa destaca que los gobiernos populistas de más de una década de duración en
estos tres países han supuesto un deterioro actual de sus economías, en que los
gastos gubernamentales, las deudas externas o la inflación han aumentado
sustancialmente en todos ellos. Este escenario podría repercutir en gran parte
de la región. Por ejemplo, en la continuidad del programa Petrocaribe puesto en
marcha por Venezuela para ayudar a que países caribeños, especialmente Cuba,
pudieran acceder de forma ventajosa a su petróleo a cambio de respaldo político
y diplomático. Se calcula que el año pasado se entregaron un promedio de
200.000 barriles diarios, lo que representa menos del 10 % de lo que produce
Venezuela, un porcentaje poco relevante, pero tal y como mencionó el diputado
de la oposición Alfonso Marquina a los medios: “ninguno de los 18 países
miembros de Petrocaribe tiene los niveles de inflación que hoy padece el pueblo
de Venezuela”.
Hay otros
países con gobiernos populistas, como Bolivia y Ecuador, que no sentirían la
desaparición del programa, puesto que no han sido países subvencionados por
Venezuela, “pero sin embargo sí podrían sentir la falta ideológica de la
desaparición del chavismo”, señala Martínez Lázaro, quien asegura que Bolivia
va económicamente bien, pero en Ecuador ya ha habido cierta contestación al
presidente Rafael Correa (en el Gobierno desde 2007). “Aunque Correa es
ideológicamente muy ortodoxo —antiamericano, bolivariano, etc—, en el
terreno económico es más práctico y se ha distanciado de los disparates
económicos que se han cometido en países como Argentina o Venezuela. Sin
embargo, Ecuador tiene un problema grave: la dolarización, que en el entorno
actual hace mucho daño al país. Otros países pueden depreciar sus monedas para
sacar músculo exportador, pero ellos no pueden. Su moneda se aprecia respecto a
sus socios comerciales de la región. Veremos la capacidad de resistencia que
tiene el país, pero será complicado aguantar”.
Según Malamud,
pese a la trascendencia de las elecciones argentinas y venezolanas y a su
impacto regional, “aún es pronto para valorarlas adecuadamente”. En 2016 los
ciudadanos votarán en siete países, lo que entregará pistas más fiables sobre
las tendencias políticas en la región: en Bolivia habrá un referéndum para la
reforma constitucional y la reelección permanente; en Chile y Costa Rica,
elecciones municipales; en México, estaduales y locales; en Nicaragua y
República Dominicana, presidenciales, legislativas y municipales; y en Perú,
elecciones presidenciales y legislativas. En su opinión, habrá que prestar
especial atención al referéndum boliviano, que permitirá valorar el respaldo
que aún tiene el populista Evo Morales; a las municipales chilenas, “con la
socialista Michelle Bachelet en horas bajas; y a Nicaragua, donde el tándem
[matrimonio] izquierdista Daniel Ortega–Rosario Murillo deberá revalidar su
hegemonía”.
Los expertos
aconsejan seguir muy atentos a los posibles cambios de Gobierno durante los
próximos meses, incluyendo los pasos que se den para el deshielo de las
relaciones entre Cuba y EEUU, así cómo los movimientos que hagan los recién
llegados, como Macri, puesto que la heterogeneidad de partidos y políticos a
nivel nacional es tal que, a día de hoy, se torna muy difícil, o casi
imposible, definir tendencias a nivel regional.
¿LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA HA FRACASADO?
MDZOL de Argentina (www.mdzol.com/opinion)
Al comienzo del
período neoliberal, las adhesiones al nuevo modelo fueron muy amplias y
rápidas. Empezando con la dictadura de Pinochet en Chile, el nuevo modelo fue
incorporando a nacionalismos, como el del PRI en México y el peronismo de Menem
en Argentina, a partidos socialdemócratas como en Chile, en Venezuela, en
Brasil. Fue un comienzo avasallador, del que parecía que ninguna corriente
podría escapar. El Consenso de Washington y el pensamiento único han buscado
consolidar teóricamente la conversión de casi todas las fuerzas políticas a ese
modelo
Sin embargo, el
auge neoliberal fue corto. Rápidamente las tres economías más grandes del
continente – la mexicana en 1994, la brasileña en 1999, la argentina en
2001/2002 – entraron en crisis fulminantes, que rompieron con la euforia del
éxito del modelo. Sus principales próceres fueron derrotados, algunos de ellos
ingresaron a la cárcel – Fujimori, Carlos Andrés Pérez – o quedaron marcados
para siempre por la experiencia negativa de sus gobiernos, como los de Cardoso
y Menem, entre otros. Las economías no volvieron a crecer, la concentración de
renta aumentó así como las deudas públicas. El modelo neoliberal el gran
proyecto de reconversión modernizadora de la derecha – fracasó en toda la
línea. Fueron derrotados sucesivamente en varios países y en otros continuaron
los gobiernos de derecha, sin mayor éxito.
La izquierda
resistió como pudo en los años 1990, aislada, hasta que retomó la iniciativa
con las elecciones de Hugo Chávez en Venezuela en 1998, de Lula en Brasil en
2002, de Néstor Kirchner en Argentina en 2003, de Tabaré Vázquez en Uruguay en
2004, de Evo Morales en Bolivia en 2005, de Rafael Correa en Ecuador en 2006.
Se abrieron procesos de lucha en contra la pobreza y la miseria, en el
continente más desigual del mundo, pese a que esos gobiernos recibieron
herencias muy duras como recesiones prolongadas, sociedades más desiguales,
Estados más debilitados.
Desde entonces,
esos países han pasado por momentos de gran crecimiento económico, estabilidad
política y disminución de la pobreza y la miseria, aun en el marco
internacional de recesión y de aumento de las desigualdades. Fue por lo menos
una década que, en cada uno esos países, imperó el esquema virtuoso de
crecimiento y distribución de renta. En ese proceso surgieron líderes como Hugo
Chávez, Lula, Néstor y Cristina Kirchner, Pepe Mujica, Evo Morales, Rafael
Correa, entre otros.
Mientras tanto,
la derecha movió sus fichas en países como México y Perú, con inmensos
fracasos. Aun cuando la economía crecía en esos países, los índices sociales no
mejoraban. Los gobernantes se han sucedido, uno tras otro, desprestigiados y
derrotados políticamente. Respecto a la ultra izquierda, ha permanecido con sus
posturas de críticas teóricas, pero en ningún país ha construido alternativas,
que siempre están protagonizadas por la derecha. Ningún liderazgo importante ha
surgido ni en la derecha, ni en la ultra izquierda, desprestigiados y derrotados
políticamente.
Después de
resistir a la más grande crisis del capitalismo internacional desde 1929, aun
los países posneoliberales sufren las consecuencias de la profunda y prolongada
recesión internacional. Sumado a errores en la política interna, se producen
crisis en algunos de esos países, con derrotas electorales en Argentina y en
Venezuela, desgastes de gobiernos en Brasil y en Ecuador.
Sin embargo,
aun si no lograran recuperarse en esos países, ¿se puede decir que hubo un
fracaso de la izquierda latinoamericana? ¿Se puede hablar de fracaso en países
como México y Perú, en los que el desgaste político y social de los gobiernos
no ha podido ser, hasta ahora, aprovechado por la izquierda para elegir
gobiernos y construir alternativas al neoliberalismo?
En los países
en los que pasó a gobernar, la izquierda puso en práctica un modelo exitoso que
combinaba desarrollo económico con distribución de renta, aun a contracorriente
de las tendencias internacionales. Fue la única región del mundo que logró
elegir a gobiernos antineoliberales y empezar a poner en práctica procesos de
ruptura con el neoliberalismo. Las inmensas trasformaciones sociales positivas
en esas sociedades permanecen y son una marca incuestionable del éxito de esos
gobiernos.
Los gobiernos
de izquierda han logrado fortalecer procesos de integración regional por toda
América Latina y el Caribe, por primera vez en su historia, procesos
relativamente autónomos respecto a Estados Unidos. De manera que esos gobiernos
aparecen como el eje de la izquierda mundial en el siglo XXI, referencias
incluso para fuerzas de la nueva izquierda europea, como Syriza y Podemos.
Aun en la
crisis actual en algunos de esos países, las fuerzas que están calificadas para
superar la crisis de forma progresista, son las de la izquierda latinoamericana
del siglo XXI. La derecha propone restauraciones conservadoras y represivas, de
las que el gobierno de Mauricio Macri en Argentina es un ejemplo claro, y la
ultra izquierda continúa como un sector sin ningún peso político. El futuro de
América Latina en el nuevo siglo depende de la disputa entre gobiernos
posneoliberales y proyectos de restauración neoliberal.
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