La Cancillería desmintió cualquier modificación en los
límites con Bolivia publicada por diarios y sitios nacionales. Centenares de
lectores, mientras tanto, habían reclamado la deportación masiva de
extranjeros.
La publicación
en varios medios de comunicación de un presunto conflicto de límites entre la
Argentina y Bolivia, sin la correspondiente verificación con fuentes oficiales,
no sólo obligó a la desmentida de los gobiernos de ambos países: antes había
generado un torrente de expresiones xenófobas y racistas de los lectores de
esos medios convocando a la deportación masiva de inmigrantes de la Argentina.
La nota que detonó esas manifestaciones fue publicada por un diario de la
provincia de Salta y reproducida por dos medios online de alcance nacional.
Decía que habían corrido la frontera con Bolivia “30 kilómetros adentro del
territorio salteño” y que las autoridades del país vecino pretendían desalojar
a los habitantes argentinos que no adoptaran la nacionalidad boliviana. Desde
La Habana, donde participa de la cumbre de la Celac, el canciller Héctor
Timerman ratificó que “la frontera entre la Argentina y Bolivia fue establecida
y definida en 1925 por un tratado”, que desde entonces “es la misma” y negó que
haya un conflicto con ese país (ver recuadro).
La noticia fue
publicada primero por El Tribuno, de Salta, y levantada luego por los portales
Infobae y La Nación. Ninguno de los artículos citaba fuentes y sólo hacían
referencia a vagos testimonios de pobladores no identificados. Pero fueron
suficientes para que lectores lanzaran sin filtro sus expresiones más
xenófobas, en muchos casos amparados en el anonimato, cuya lectura este diario
quiere ahorrar a sus lectores.
También hubo
reacciones políticas. El diputado nacional por el Frente Renovador, Alberto
Assef, rechazó “en forma absoluta la actitud expansionista” de Bolivia. “Cómo
son las cosas, Tarija debió ser argentina y ahora pretende arrebatar territorio
de Salta”, comentó. Su par del PRO, Federico Pinedo, también se hizo eco de la
información: “Vamos a pedir informes de que se entregaron 28 kilómetros de
territorio a Bolivia”, tuiteó.
La Cancillería
argentina salió al cruce de la información. Mediante un comunicado, ratificó el
límite internacional entre la Argentina y Bolivia, que está determinado por el
Tratado Definitivo de Límites del año 1925, que “no se ha modificado ni existe
ningún proyecto de hacerlo, como informaron erróneamente algunos medios”.
Subrayó además que entre ambos países “no hay diferencias en materia de límites
fronterizos”.
La zona del
supuesto conflicto es Abra de Santa Cruz, una zona de alta montaña ubicada en
el departamento Santa Victoria Oeste, de Salta, en el límite con Bolivia. “La
zona es habitada por pueblos originarios y campesinos, que se dedican
mayormente al pastoreo y a la siembra”, contó a Página/12 Reina Sotillo, cónsul
argentina en Villazón, quien viaja con frecuencia a esa zona.
Desde la
embajada argentina en Bolivia ratificaron a este diario que “no se firmaron
acuerdos con autoridades bolivianas que hubieran modificado o alterado de
alguna forma los límites o los hitos existentes, y por lo tanto no se perdieron
600 kilómetros cuadrados de territorio argentino como fue erróneamente
difundido por medios de comunicación, que no verificaron la información con
fuentes oficiales”.
La embajada, a
cargo de Ariel Basteiro, aclaró que no se corrió un hito demarcatorio, como se
informó, sino que se colocó uno nuevo, entre dos existentes, para favorecer la
demarcación en una zona donde no hay límites naturales ni físicos. “El límite
en la zona Abra de Santa Cruz es un rectilíneo de muchos kilómetros que se
acordó en el tratado de 1925 y desde esa fecha no se ha modificado”, explicó
Magalí Gómez, vocera de la embajada. “Desde 1940, sobre la línea recta que es
el límite entre los dos países, se colocaron seis hitos, de los cuales uno está
ubicado en el cerro Peña Orko y otro en el cerro Mecoya, sin existir nunca un
mojón ubicado 32 kilómetros al norte de Abra de Santa Cruz”, aclaró.
Según informó
la embajada, el 28 de noviembre pasado “la Comisión Nacional de Límites
(Conali), de la Argentina, completó la densificación de las señales sobre la
línea recta limítrofe, colocando un séptimo hito en el sector Abra de Santa
Cruz, dado que, por razones geográficas y climáticas, desde el valle del Río
Santa Cruz no se pueden observar los hitos Peña Orko y cerro Mecoya”, los más
cercanos, ubicados en la montaña.
Por último,
informó que las autoridades argentinas están “en constante comunicación con los
pobladores de la zona, no habiéndose constatado que en la región hubiesen
sucedido los hechos difundidos por algunos medios de comunicación”.
Lo ratificó
ante este diario la cónsul Reina Sotillo: “En 2012, las autoridades de Bolivia
querían construir una escuela allí, pero no estaba claro dónde estaba el
límite. Entonces se hicieron tomas satelitales y georreferencia para instalar
el hito, que se colocó en noviembre. La escuela todavía no se hizo.” Según
Sotillo, el pueblo más cercano a la frontera es Abra de Santa Cruz, en la
Argentina, donde viven 190 familias, mientras que el asentamiento boliviano más
cercano está a unos 50 kilómetros. “De todas maneras, hay familias entre ellos,
sin importar las nacionalidades”, concluyó. (www.pagina12.com.ar)
CONFUSIÓN EN LA FRONTERA CON BOLIVIA: CANCILLERÍA NEGÓ
CAMBIOS EN LOS LÍMITES
Timerman desmintió un acuerdo con La Paz para alterar el
límite en Salta. Cómo se originó el revuelo diplomático. La
"sorpresa" de Evo Morales.
Perfil de Argentina (www.perfil.com/politica)
La Cancillería aseguró hoy que "no se ha modificado" el
límite fronterizo con Bolivia en el extremo norte del país, tras informes
locales que señalaron un cambio en el
hito en una zona de Salta, y descartó que exista algún "proyecto para hacerlo".
La aclaración
oficial surgió luego de que pobladores salteños del paraje Valle del Silencio, en Santa Victoria
Oeste, dijeran a la prensa provincial que habían sido intimados por supuestas autoridades de la localidad
boliviana de Tarija a desalojar terrenos argentinos donde llevan a
pastar a sus animales.
"La
frontera entre la Argentina y Bolivia fue establecida y definida en el año 1925
por un tratado entre los dos países, eso es inmodificable a menos que haya un
nuevo tratado y no hay ningún nuevo tratado", señaló Timerman a la agencia
Télam, en La Habana, donde participa de la II Cumbre de la Celac.
"La frontera es la misma que en 1925 y
ni siquiera hay un conflicto con Bolivia, no se está ni siquiera dialogando por
dónde pasa la frontera porque ya fue delimitada y los dos países la respetan",
afirmó el canciller.
De hecho, el
presidente de Bolivia, Evo Morales,
se enteró de la situación a partir de los diarios argentinos y se mostró muy
sorprendido, según contó el ministro. "No sabía, no entendía de lo que le estaba hablando, me
decía que `si no hay ningún conflicto en la frontera`, le mostré los diarios
argentinos, estaba alarmado y me dijo que inmediatamente se va a comunicar con
la capital para sacar ellos también una desmentida", explicó.
Por su lado, el
gobierno salteño indicó que según informaciones que recabó en el ministerio de
Relaciones Exteriores de la Nación sólo "se incorporó un nuevo mojón, pero
sobre la misma línea de frontera establecida en un tratado binacional de
1925", con "pleno acuerdo" entre las cancillerías de los dos países,
informó la agencia DyN.
Desmentida. La Cancillería emitió un comunicado en el que señaló que
"desmiente cambios en la frontera
con Bolivia". Además, sostuvo que "el límite internacional
entre Argentina-Bolivia está determinado por el Tratado Definitivo de Límites
del año 1925".
"No se ha
modificado, ni existe ningún proyecto de hacerlo, el límite internacional como informan erróneamente algunos medios",
remarcó el texto oficial en relación al diario La Nación. El gobierno
nacional apuntó que entre "la República Argentina y el Estado
Plurinacional de Bolivia no hay diferencias en materia de límites
fronterizos".
Aquí no ha pasado nada. A su vez, la
administración del kirchnerista José
Manuel Urtubey explicó también que, según lo que le informó la
Cancillería, "no se corrió el hito que demarca el límite con
Bolivia". Funcionarios de ese organismo nacional indicaron al ministro de
Gobierno, Eduardo Sylvester, que
"se incorporó un nuevo mojón, pero sobre
la misma línea de frontera establecida en un tratado binacional de 1925",
agregó Salta en un comunicado.
"Esto se
hizo con pleno acuerdo de ambas cancillerías y por lo que nos informaron no se hizo ningún cambio. Se trata de un
tema de competencia nacional en el que se interesó la Provincia cuando la
noticia apareció publicada en medios de comunicación", indicó el ministro
Sylvester.
El funcionario
salteño conversó sobre la situación con la directora de Límites y Fronteras, Mónica Dinucci, y con el jefe de
Delegados de Fronteras, Carlos Cerruti,
quienes le informaron que hubo una gestión el 28 de noviembre de 2013 de la
Comisión Argentina de Límites y Gendarmería Nacional porque las autoridades bolivianas
comunicaron la decisión de construir una escuela y un camino en Tarija.
Al parecer,
pobladores de Abra de San Cruz detectaron
que el hito de la frontera que se encontraba 32 kilómetros al norte de ese
paraje había sido corrido unos 30
kilómetros dentro del territorio argentino. Los habitantes dijeron a la
prensa salteña que habían sido visitados por supuestas autoridades bolivianas,
acompañadas por militares, que incluso los intimaron a optar "por la
condición de ser bolivianos o debían retirarse del territorio".
NIEGAN “DIFERENCIAS EN MATERIA DE LÍMITES” CON BOLIVIA
El 28 de noviembre se instaló un nuevo hito entre dos
existentes. Los vecinos dicen que eso modificó el límite. Ciudadanos salteños
acusaron que ahora las autoridades vecinas dicen que sus tierras son
bolivianas.
El Tribuno de Argentina (www.eltribuno.info/salta)
Gran
repercusión tuvo ayer en todo el país la denuncia de los habitantes salteños
del paraje Abra de Santa Cruz, en el llamado Valle del Silencio, en el
municipio de Santa Victoria Oeste, que fue primicia de El Tribuno. Estos
afirmaron haber sufrido presiones de las autoridades bolivianas para obtener
doble ciudadanía, por encontrarse en territorio boliviano. Pero según los
campesinos que viven junto a las altas cumbres que definen la línea de
frontera, sus campos siempre pertenecieron a la Argentina. El problema surgió
el 28 de noviembre de 2013, el día que al menos 17 familias pasaron, de un día
para otro, a vivir en países distintos sin haberse corrido a ningún lado.
Según pudo
reconstruir este medio, personal de Cancillería, en común acuerdo con sus pares
del vecino país acordaron la instalación de un nuevo hito en el lugar que no
existía hasta el 28 de noviembre último, a pedido de Bolivia. La nueva
demarcación no alteraría concretamente el límite establecido, según informó el
Ministerio de Relaciones Exteriores en un escueto comunicado, pero resultó
absolutamente contrario a la costumbre y a la posesión de hecho que tenían los
ciudadanos argentinos. Hoy no existe un conflicto diplomático, pero si existe
un conflicto social y limítrofe.
“El límite
internacional entre Argentina-Bolivia está determinado por el Tratado
Definitivo de Límites del año 1925. No se ha modificado, ni existe ningún
proyecto de hacerlo, el límite internacional como informan erróneamente algunos
medios. Entre la República Argentina y el Estado Plurinacional de Bolivia no
hay diferencias en materia de límites fronterizos”, informó Cancillería. Lo
cierto es que entre dos mojones que existían desde 1940 en los cerros Negro y
Mecoya se instaló un nuevo hito en el Valle del Silencio. Según los habitantes
del lugar, la nueva marcación significó una pérdida de alrededor de 600
kilómetros cuadrados del territorio considerado argentino, por costumbre y ocupación
histórica.
Más expresiva
fue la cónsul argentina en Villazón, Reina Sotillo. Consultada por este medio
informó ayer que estaba viajando al paraje Abra Santa Cruz, aunque aclaró que
desconocía si iba a poder llegar debido al mal tiempo y del angosto camino
sinuoso. “Hay derrumbes de Villazón para el paraje de Abra Santa Cruz. La ruta
esta húmeda por la lluvia y es peligroso viajar así, pero esperamos poder
llegar. La situación con la que pienso encontrarme es de tranquilidad. El
límite data de 1925, en 1940 se colocaron los hitos. El año pasado para
densificar, para dar más estructura, escuelas y caminos, se colocó otro hito
más en el Valle. Esto determinó dónde está el territorio de cada uno de los
países. No tiene porqué haber inconvenientes. El límite estaba acordado hace
tiempo”, explicó. “No me consta que pueda haber una situación conflictiva en la
zona. Las marcas estaban colocadas previamente por el acuerdo entre ambos
países, los cuales conformaron comisiones de expertos en el tema, algunos de ellos
con mucho prestigio”, dijo Reina Sotillo.
El conflicto
existe. Los pobladores del lugar denunciaron a este medio presiones por parte
de autoridades bolivianas. Además, el nuevo hito, dejó en Bolivia tierras que
ocupaban y ocupan salteños, en territorio que hasta noviembre consideraban
argentino. Desde 1975 el pueblo de Santa Victoria tiene categoría de “lugar
histórico”, para la Comisión Nacional de Monumentos.
El conflicto
existe y es limítrofe
Los problemas
se originaron en base a las denuncias de los vecinos del paraje Abra de Santa
Cruz, en el Valle del Silencio. Los pobladores y los docentes de la escuela
provincial 4206, le dijeron a El Tribuno que “siempre la frontera estuvo a más
de 30 kilómetros” al norte del pequeño poblado andino. Pero desde el 28 de
noviembre, personal de Gendarmería Nacional y funcionarios de Buenos Aires
dejaron un nuevo hito a solo dos kilómetros del caserío perdido entre medio de
los cerros.
Serían
alrededor de 17 familias las que quedaron entre ese espacio que por costumbre
es utilizado como territorio argentino por los habitantes del lugar, que tienen
la posesión sobre esos campos y figuran como salteños en su DNI. Muchos de
ellos denunciaron haber sido intimados por las autoridades bolivianas para
obtener la doble ciudadanía. El conflicto está alterando la vida de las
familias campesinas del lugar, que subsisten del pastoreo de sus animales.
“Si alguien
movió los hitos demarcatorios no tiene ningún tipo de validez”, dijo la
licenciada en Historia, María Cristina Bianchetti. Según la información oficial
se presume que no se movieron los hitos existentes, sino que se colocó un
tercero entre estos dos.
Ya hay
antecedentes de este conflicto fronterizo, en Santa Victoria Oeste, desde la
gobernación de Ragone, en el año 1973. En el año 1953 salió publicado en
Informe Final de la Comisión Mixta Demarcadora de Límites entre Argentina y
Bolivia, basada en los protocolos preliminares de 1888 y el Tratado binacional
de 1889-93. Los trabajos por definir el límite se extendieron desde 1894 a
1939, según Bianchetti.
BOLIVIA
QUIERE EXPORTAR MINERAL DE HIERRO A TRAVÉS DEL PUERTO IBICUY
“En
la cumbre de la CELAC, la Presidenta nos planteó el rumbo estratégico de la
integración para la Patria Grande, consolidando el nivel político para avanzar
en lo económico e infraestructura; Desde Entre Ríos nos ponemos al frente de
este modelo de integración propuesto, y avanzamos con los hermanos bolivianos
en una salida al mar para sus exportaciones de mineral de hierro desde nuestro
puerto Ibicuy”, manifestó el gobernador Urribarri luego de un encuentro con el
presidente de Bolivia, Evo Morales, en el marco de la cumbre de la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y el Caribe, que se realizó en La Habana.
La
Voz de Argentina (www.lavoz901.com.ar)
Dando el
marco político al entendimiento, Urribarri señaló que “El Estado Plurinacional
de Bolivia y la idea de comunidad pluriétnica, cultural y política en la que se
basa, encierran en sí el modelo de integración desde dónde es necesario recrear
la Patria Grande y en ese sentido nos parece fundamental que Entre Ríos avance
en una hermandad estratégica con la Nación de Bolivia”.
El yacimiento
de hierro del Mutún, en Bolivia, es el más grande del mundo y tiene alrededor
de 75 kilómetros cuadrados, de los cuales 50 por ciento están en manos del
Estado boliviano. El Mutún tiene reservas valuadas en al menos 40.000 millones
de toneladas de hierro y 10.000 millones de toneladas de manganeso.
Actualmente, la estatal Empresa Siderúrgica del Mutún opera ese 50 por ciento
del cerro, ubicado en el departamento oriental de Santa Cruz.
"El
puerto Ibicuy tiene una enorme perspectiva de crecimiento y no tengo dudas que
se transformará en una estación fluvial de referencia de la Hidrovía Paraná -
Paraguay", dijo Urribarri antes de precisar que hace pocos días el
gobierno provincial firmó con una sociedad inglesa (a cargo del transporte del
mineral) y una española (a cargo de la extracción) una carta de entendimiento
para empezar a negociar el contrato para el uso del puerto.
Este
documento compromete a iniciar las conversaciones formales para la celebración
de los acuerdos que permitan a la empresa -en el corto plazo- hacer uso de las
instalaciones portuarias y movilizar unas 500.000 toneladas al año de mineral
de hierro -y otras mercancías- con destino fundamental a China.-
Puerto Ibicuy
tiene un calado natural de 32 pies que lo ubica como la estación fluvial más
profunda de la provincia y en condiciones inmejorables para operar carga de
mucho volumen. Si bien el muelle continental dañado por la empresa instalada en
el lugar aún no terminó de ser reparado, el puerto se podría utilizar sin
problemas para el traspaso del mineral de hierro desde las barcazas que vengan
de Bolivia hasta los barcos de gran porte que cruzarán el océano con la carga.
Ingenieros
especialistas de las sociedades a cargo de la extracción y el transporte del
mineral boliviano visitaron el puerto esta semana junto a funcionarios de la
provincia. Durante la visita se les explicó a los miembros de la delegación la
composición del predio portuario, su enorme potencial y las grandes ventajas
comparativas, con especial referencia a su estratégica situación geográfica y
al calado natural del río, absolutamente apto para el ingreso y egreso por los
canales de buques tipo Panamax -como los necesarios para movilizar grandes
cantidades de mineral de hierro- e incluso Post-Panamax.-
La visita
incluyó también la navegación con la colaboración de Prefectura Naval, con lo
que los visitantes se llevaron una impresión del Muelle Continental, el Muelle
Isla y el resto de las instalaciones actuales desde todos los ángulos.
"Hemos
trabajado mucho con la visión estratégica de la reactivación de los puertos
entrerrianos para sacar nuestra producción y la de otros países. La charla que
mantuve con Evo Morales nos permite ser optimistas sobre el resultado de este
proyecto. Nos unen intereses comunes. Coincidimos en una visión de desarrollo
regional que también compartimos con los hermanos paraguayos", dijo
Urribarri.
"Mi propuesta
de avanzar en una zona franca para el Puerto Ibicuy también fue vista con
buenos ojos por Evo. Nuestro rol será el de facilitadores de una gestión que
nos llevará a potenciar comercialmente la región", puntualizó el
mandatario.
Proyecto de
puesta en valor del puerto
Cabe recordar
que el Consejo Federal de Inversiones (CFI) financió el Plan Maestro y
Proyectos Ejecutivos para la puesta en valor del Puerto Ibicuy cuya primera
aproximación estará terminada en estos días. El proyecto apunta a consolidar
esta estación fluvial con el calado natural más profundo de la provincia para
desarrollo del comercio exterior y como herramienta para los sectores
productivos.
El plan
incluirá también los proyectos ejecutivos de las obras, como son un nuevo
muelle continental y la reconstrucción y refuerzo del sector de muelle de
barcazas; y los proyectos ejecutivos complementarios para la operación de
dichos muelles como obras de acceso carretero y ferroviario, plazoletas,
depósitos y obras menores.
El CFI
financiará la contratación de la consultora Iatasa para el desarrollo de este
estudio, que permitirá delinear el futuro de este puerto que tiene un gran
potencial por su conectividad vial y ferroviaria, pudiendo operar como punto de
embarque de cargas generales y como puerto de transferencia.
NO HABRÁ CIUDADES DE SAL EN BOLIVIA
Radio U de Chile (www.radio.uchile.cl)
En su
extraordinaria novela “Ciudades de Sal”, Abderrahmán Munif, considerado el
mejor novelista árabe de la segunda mitad de la pasada centuria, hace una
fenomenal radiografía de la sociedad beduina de Arabia Saudita de comienzos del
Siglo XX, así como la radical transformación que sufriría la misma a partir del
descubrimiento del petróleo. Arropada con una bella prosa y haciendo una
minuciosa descripción muy útil para los que desde la distancia desconocemos las
particularidades de la vida de los oasis ubicados a lo largo de la ruta de las
caravanas, Munif nos da a conocer el profundo conflicto creado por el desgarro
que produjo en los hombres y mujeres del desierto la llegada de las empresas
petroleras británicas y estadounidenses, produciendo –a partir de entonces- una
insondable metamorfosis en la vida cotidiana, la cultura, la vinculación de los
ciudadanos con la naturaleza, los valores y los códigos morales de los
ancestrales habitantes de tierras tan desoladas.
El título del
libro dice relación a una forma de vida surgida en el desierto a la par de la
irrupción del petróleo. Dichas urbes, portadoras de los valores de Occidente y
poseedoras de un certificado de identidad falsificado que se construyó sobre
una riqueza fatua y una cultura extraña para los ciudadanos del desierto,
“pueden estallar y desaparecer en un instante” a decir de Edward Said.
Este fenómeno
que algunos llaman modernidad, es mostrado hoy como los evidentes logros de una
sociedad que bajo el reinado de la familia Saúd muestra cifras de crecimiento
sostenido que no pueden ocultar un país atrasado y conservador, con un gobierno
despótico en el que las mujeres tienen conculcados sus derechos y que no
resiste la menos evaluación respecto del funcionamiento democrático, en cuanto
a derechos civiles y humanos de su población. La riqueza petrolera le ha
permitido al país introducir una modernización que significó el desarrollo de
infraestructuras y una gran independencia financiera. El problema ha sido y aún
es, la desenfrenada ostentación de la monarquía a partir de una riqueza que no
ha sido redistribuida equitativamente a la población.
Todo esto bajo
el amparo de Estados Unidos y Europa que se hacen de la “vista gorda” ante tan
evidentes violaciones de los derechos humanos de quien consideran un aliado
leal, mientras exigen “buen comportamiento” en otras latitudes, a las que
incluso son capaces de movilizar gigantescos contingentes de sus ejércitos para
imponer verdades acorde a sus intereses. Así, Arabia Saudita se ha convertido
en la sede de una de las más importantes concentraciones de tropas de Estados
Unidos en el mundo.
Esta larga
introducción viene a razón de una manida frase que comienza peligrosamente a
copar el espectro informativo internacional cuando se dice que aquellos países
que poseen grandes reservas de litio podrían convertirse en la Arabia Saudita
de ese mineral. Muy probablemente, quienes enarbolan tal afirmación visualizan
la posibilidad de un cambio brusco de una sociedad rezagada en el contexto del
desarrollo capitalista mundial a otra “adelantada” en términos de los valores
que blande Occidente para que se pueda ostentar tal caracterización.
Estudios
publicados por especialistas en la materia no logran ponerse de acuerdo torno a
si las mayores reservas mundiales de litio se encuentran en Afganistán o en
Bolivia. Ambos países amenazados por Estados Unidos -aunque en diferente medida
– se muestran en las antípodas en cuanto a las posibilidades de hacer uso de
sus riquezas para fines propios de sus ciudadanos. El litio es un mineral
básico para la construcción de computadoras, teléfonos celulares, cámaras
digitales o baterías de vehículos eléctricos.
Afganistán es
el quinto país más pobre del mundo, casi la mitad de sus 30 millones de
habitantes vive con menos de 14 dólares al mes, la tasa de alfabetización no
supera el 25% y la esperanza de vida es de 43 años. La ocupación militar
estadounidense y la guerra han profundizado esa situación.
Un equipo de
inspectores del Centro de Investigaciones Geológicas de Estados Unidos encontró
reservas por valor de un billón de dólares según se reportó en junio de 2010,
aunque algunos analistas afirman que incluso podrían ser superiores. Resulta
curioso que esta novedad haya sido dada a conocer por una institución de la
potencia ocupante y en el noveno año desde el inicio de la intervención.
Valdría conjeturar si ya desde mucho antes, sus satélites no les habrán dado
información al respecto. Lo cierto es que tal “descubrimiento” podría generar
“niveles de desarrollo” similares a los sauditas, aunque antes Estados Unidos
debería pacificar el país.
Sin embargo, el
analista político afgano Janan Mosazai es pesimista: “Dudo que el país sea
capaz de gestionar esta riqueza para construir un Afganistán más prospero y
pacífico”. En la perspectiva, subyace la idea de que al igual que con Arabia
Saudita, para asegurarse el abastecimiento de petróleo, Estados Unidos haya
minimizado los excesos autoritarios de la monarquía, lo que induce a suponer
que podría repetirse el guión para hacerse de los ricos yacimientos de litio
afganos.
En el otro lado
del planeta, Bolivia es poseedora, en el salar de Uyuni de la mitad de las
reservas internacionales de litio detectadas hasta el año 2010. Sin embargo, la
posición del presidente Evo Morales es diametralmente opuesta a la que se
observa en Afganistán. Ante la voracidad de las empresas transnacionales por
hacerse de los ricos yacimientos, el presidente Morales ha sido enfático
“…Bolivia necesita socios, pero no dueños de nuestros recursos naturales”.
Afirmó que aunque Bolivia no tiene ni la tecnología ni la capacidad financiera
para explotar el estratégico mineral, su gobierno “Jamás va a perder la
propiedad de sus recursos naturales”.
Así, Bolivia,
no apuesta solo a la extracción del litio o al procesamiento de “simples
baterías” sino a una industrialización en gran escala que beneficie a la
mayoría de los ciudadanos y les permita mejorar su nivel de vida. En esa
medida, Morales ha actuado con suma prudencia en la elección de sus socios y ha
firmado un decreto por el que se protege la propiedad estatal del mineral y de
las plantas de procesamiento que se generen a partir de la explotación del
mismo.
En Bolivia, la
historia muestra una continuidad en cuanto a la expoliación sufrida por su
pueblo como consecuencia de la explotación minera. En la colonia, la plata de
Potosí se convirtió en la principal fuente de ese mineral para enriquecer las
arcas de la monarquía española. Después en el siglo XIX y XX, el estaño
configuró la posibilidad de una riqueza que nunca llegó a la mayoría de los
ciudadanos. Así ocurrió más recientemente con el petróleo y el gas.
Con la belleza de su prosa, nos lo recuerda Eduardo
Galeano:
“…la plata de Potosí dejó una montaña vacía
el salitre de la costa del Pacífico dejó un mapa sin mar,
el estaño de Oruro dejó una multitud de viudas.
Eso, y sólo, dejaron”
“…la plata de Potosí dejó una montaña vacía
el salitre de la costa del Pacífico dejó un mapa sin mar,
el estaño de Oruro dejó una multitud de viudas.
Eso, y sólo, dejaron”
El 22 de enero
de 2006 durante su toma de posesión como presidente de Bolivia Evo Morales
afirmaba que “…no se trata de nacionalizar por nacionalizar. Sea el gas
natural, el petróleo o los recursos minerales o forestales, tenemos la
obligación de industrializarlos”. Más adelante, con visión de futuro y la mira
puesta en la elevación de las condiciones de vida de su pueblo, el presidente
señaló enfático que era “importante desarrollar una economía con soberanía y
(…) que empresas del Estado pueden ejercer, no solamente el derecho de
propiedad sobre los recursos naturales, sino entrar en la producción”.
Difícilmente,
el litio transformará a Bolivia en una Arabia Saudita, el proyecto del
Movimiento al Socialismo, instrumento político de las organizaciones sociales
distan mucho de un gobierno de sátrapas y corruptos en un país carente de democracia
bajo el cobijo estadounidense.
Paradójicamente,
el Salar de Uyuni, no será un nuevo territorio de “ciudades de sal” sino vergel
de futuro para el pueblo boliviano y latinoamericano como sentenciara en 2006
el primer presidente indígena de Bolivia.
BACHELET ENFRENTARÁ NUEVA DECISIÓN INTERNACIONAL EN EL
LITIGIO CON BOLIVIA
En el marco de los conflictos limítrofes de América
Latina, a Chile le queda otro diferendo, con Bolivia, que también tendrá a La
Haya como tribunal de justicia.
Diario Crónica de Argentina (www.diariocronica.com.ar)
Definido el
problema con Perú, el gobierno de Evo Morales tiene tiempo hasta el 17 de abril
para presentar los argumentos que sustenten su demanda en la que hay mucho en
juego pese a que los litigios no sólo se plantean en términos de riquezas.
Para Chile, “el
discurso está más bien centrado en la reivindicación de la soberanía”, señaló
un historiador trasandino mientras que, en el caso de Bolivia, esto está
vinculado con la posibilidad de tener su propia salida al mar y de los recursos
potenciales que se pueden encontrar.
En 1904, ambos
países firmaron un tratado de paz en el que Bolivia aceptó ceder sus 400
kilómetros de costa y 120.000 km2 continentales, donde hoy se ubica
Antofagasta. En 1978, hubo un recrudecimiento de las asperezas políticas y se
rompieron las relaciones diplomáticas.
Evo Morales y
la entonces presidente Michelle Bachelet intentaron negociar una agenda de 13
puntos en el 2006, pero con la asunción de Piñera la situación se tensó aún
más.
En abril del
año pasado, el mandatario boliviano finalmente concretó la demanda en La Haya
sobre el territorio marítimo que la nación perdió en el siglo XIX, y se espera
una definición en el transcurso de este 2014, cuando Michelle Bachelet vuelva a
ejercer la primera magistratura.
Canal de Beagle
Con este fallo
pendiente y tras la decisión en el diferendo con Perú, cabe señalar que no
siempre las decisiones fueron en contra del vecino país trasandino. En el
conflicto por el Canal de Beagle, luego de un fallo británico que beneficiaba
sólo a Chile y dispuestos a una guerra hacia fines de 1978, que en el marco de
la Operación Soberanía había dispuesto el gobierno de facto argentino,
encabezado por Jorge Rafael Videla, finalmente llegó la mediación papal para el
diferendo, lográndose retrotraer la situación bélica.
El 8 de enero
de 1979 se firmó en Montevideo el acta que aceptaba la mediación de la Santa
Sede.
El fallo papal,
conocido el 12 de diciembre de 1980, también benefició a Chile, ya que las
islas quedaron bajo su dominio aunque se le otorgó a Argentina un sector de la
zona económicamente exclusiva. En 1984 la Argentina aceptó el laudo luego de
efectuarse una consulta popular no vinculante donde prevaleció la opinión por
el sí a la aceptación de la decisión papal.
En noviembre de
1984, en Roma, durante la presidencia de Raúl Alfonsín, primer presidente
democrático argentino, después de la dictadura militar que había gobernado
desde 1976, se firmó el Tratado de Paz y amistad con Chile.
El tratado
incluye la delimitación marítima, un procedimiento para la solución de
controversias, estipula derechos de navegación y precisa los límites en el
estrecho de Magallanes. En cada uno de estos puntos reafirma también los
derechos de ambos países en la Antártida y exhorta a ambos pueblos a seguir el
camino de la paz y la cooperación.
De los
territorios disputados, Chile obtuvo el reconocimiento por parte de la
Argentina de la soberanía chilena sobre las islas que se encuentran desde el
eje central del canal de Beagle hacia el sur; a cambio Chile renunció a la
mayor parte de los espacios marítimos que a tales islas les otorga el derecho
internacional, y además reconoció como de soberanía argentina a las islas del
canal de Beagle ubicadas desde su eje central hacia el norte.
Durante
la presidencia argentina de Carlos Saúl Menem, se firmó el 2 de junio de 1999
un acuerdo de límites, que los congresos de ambos países ratificaron, que selló
definitivamente el problema limítrofe, estableciendo como divisoria la línea de
las altas cumbres de 1881 y quedando las islas cuestionadas en posesión
chilena.
UN FALLO CON EFECTOS
La resolución de la Corte Internacional de Justicia en el
diferendo entre Chile y Perú puede representar una esperanza para que Bolivia
recupere la salida al mar que le corresponde.
La Voz de Argentina (www.lavoz.com.ar/opinion)
El fallo de la
Corte Internacional de Justicia (CIJ) que otorgó a Perú dos tercios de las
aguas en disputa con Chile abre interesantes perspectivas para el final de una
diferendo que, al cabo de l40 años, luce como causante de una injusticia
inaceptable para la hermana república de Bolivia.
Si bien la
resolución de la CIJ no afecta un metro de territorio de ambas naciones,
despeja el camino para que estas se dispongan a remediar el aislamiento que el
país del Altiplano padece desde 1879.
Como se
recordará, la llamada “Guerra del guano o del salitre” enfrentó a Perú y
Bolivia con Chile desde 1879 a 1883, como consecuencia de la demarcaciones
territoriales pendientes desde la época de la colonia y los fuertes intereses
económicos en pugna, derivados de la explotación del guano como fertilizante
primordial y el salitre para la producción de explosivos.
Si visto a la
distancia luce casi trivial, no lo era entonces, al punto de que el conflicto
–una guerra de rara modernidad que enfrentó por primera vez a barcos acorazados
en esta parte del mundo– dejó decenas de miles de muertos y enconos
persistentes.
La derrota y
gobiernos débiles tuvieron como resultado la firma de tratados que dejaron a Bolivia
sin Antofagasta y 400 kilómetros de costa pacífica, mientras Perú cedía Arica.
El tratado de 1904 entre Bolivia y Chile, primero, y el de 1929 entre Chile y
Perú, luego, consagraron estas mutilaciones territoriales.
Para colmo de
males, el último de los tratados aludidos establece que, para que Bolivia tenga
un corredor de salida al mar a través de Iquique (Chile) y Arica (Perú), ambos
países deben estar de acuerdo. En palabras de un excanciller boliviano, “un
país tiene la llave y otro el candado”.
Debe recordarse
que, en 1976, Chile ofreció a Bolivia una zona de soberanía tripartita al norte
de Arica, lo que La Paz rechazó, porque implicaría consagrar la situación
actual como definitiva. No se trata de un cuadro sencillo de afrontar, máxime
al estar en juego fuertes prejuicios nacionalistas.
Al haberse
presentado a su vez Bolivia ante el mismo tribunal internacional para que su
caso sea contemplado, debería considerarse que nada será posible mientras Chile
y Perú no acerquen posiciones. Ambos tienen la llave y el candado y les resta
la vocación de abrirlo.
Bien entrado el
siglo 21, este diferendo significa mucho más de lo que muestra: no sólo
mantiene a un país cautivo de una injusta insularidad, sino que implica en los
hechos mantener un clima de desconfianza mutua entre países a los que cada vez
se les hace más difícil explicar la carencia de una mirada adulta para
encuadrar sus problemas.
Es de esperar
que estemos transitando los años finales de este antiguo diferendo.
MAR PARA BOLIVIA
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
El senador
socialista chileno Camilo Escalona (foto), planteó ayer la necesidad de que su
país solucione el tema limítrofe con Bolivia, luego del fallo de la Corte
Internacional de Justicia de La Haya sobre el límite marítimo con Perú,
proponiendo “una cesión territorial en la Línea de la Concordia, como lo
estableció la propuesta de Charaña, que estuvo a punto de ser firmada por ambos
países, el año 1975”. “Chile debe hacer una propuesta internacionalmente
pública para resolver el tema de Bolivia. Y esa propuesta no puede ser sino que
una salida al mar sobre la base de una cesión territorial en la Línea de la
Concordia, como lo estableció la propuesta de Charaña, que estuvo a punto de
ser firmada por ambos países, el año 1975”, expresó el parlamentario, una de
las figuras históricas del Partido Socialista y muy cercano a la presidenta
electa Michelle Bachelet.
“Pienso que lo
que está en juego ahora es que no vuelva a pasar lo que ya ha ocurrido. Es
decir, que nuestra política exterior no peque de falta de previsión, porque lo
que aquí ha ocurrido es un conjunto de pasos que ya se habían anunciado por
parte de nuestro vecino y que no encontraron una respuesta en el momento
debido, de parte de nuestra política exterior”, declaró el senador al
intervenir en la sesión especial del Senado para analizar el fallo de La Haya.
Sobre una
propuesta a Bolivia, Escalona manifestó que lo que más le interesaba señalar es
que Chile no puede permanecer sin propuesta frente al tema de Bolivia porque,
de lo contrario, el país quedaría en una situación estratégicamente
desfavorable, que sería “completamente inconveniente”. Según el legislador, la
propuesta de Charaña –el acuerdo firmado entre los dictadores Hugo Banzer y
Augusto Pinochet, en 1975, para restablecer las relaciones diplomáticas entre
ambos países– contemplaba un corredor terrestre para Bolivia, que iba desde la
frontera de Chile con Bolivia, en el altiplano al norte de la laguna Chungará,
hasta el mar, en paralelo a la Línea de la Concordia, que separa a Chile de
Perú.
“Eso permitirá
darle a Chile una política internacional activa, una propuesta internacional
que permita ser defendida políticamente en el ámbito de las relaciones
exteriores, y posibilitará que el país no esté inmovilizado a la espera que se
genere una correlación internacional de fuerza que sea desfavorable para el
país”, manifestó el senador, agregando que desde su punto de vista, lo peor que
puede ocurrir es que Chile caiga en el inmovilismo y no tenga una respuesta
frente a un escenario internacional que crecientemente va a ir situando el
problema de Bolivia como una “alternativa inescapable”.
Finalmente,
Escalona dijo que “el país ha construido una solución. Gobiernos de distintos
signos han estado dispuestos a esa solución y, en consecuencia, pienso que no
existe otra alternativa que Chile la haga presente en el escenario
internacional y que, en consecuencia, obligue a que Perú se pronuncie respecto
de esta alternativa; porque como lo establece el Tratado con Perú, del año
1929, cualquier decisión sobre un territorio que antes haya estado bajo
soberanía peruana requiere la opinión de Perú”. Para eso –continuó– el
interlocutor tiene que responder que éste no es sólo un problema de Chile, sino
que también es un problema de Perú, frente al cual Santiago debe asumir una
política activa y constructiva para una solución definitiva y a largo plazo,
que garantice la paz y la estabilidad en el Cono Sur de manera indefinida.
Editorial
PAZ EN EL PACÍFICO
Río Negro de Argentina (www.rionegro.com.ar)
En América
Latina, los nacionalistas de los diversos países siempre han sido propensos a
hacer de la supuesta necesidad de defender su propia idea de la integridad
territorial la base de su prédica, ya que, a diferencia de sus homólogos
europeos, no les serviría para mucho concentrarse en cuestiones étnicas,
lingüísticas o religiosas. Así, pues, disputas que en otras latitudes
interesarían sólo a los cartógrafos han cobrado tanta importancia que han
brindado a los más exaltados pretextos a su juicio legítimos para ir a la
guerra con un vecino a fin de confirmar la soberanía local sobre lugares
inhabitables, pero es posible que tales actitudes estén moderándose. Si bien,
como era de prever, algunos chilenos y peruanos dicen sentirse sumamente
indignados por el fallo –que se difundió el lunes– del Tribunal Internacional
de La Haya que modifica a favor de éstos la frontera marítima entre sus países
respectivos, aunque no tanto como habían reclamado, parecería que ambos gobiernos
están dispuestos a acatarlo. Según el fallo, que en opinión de los observadores
es "salomónico", Chile conservará las aguas del Pacífico que
administra hasta 80 millas de la costa, pero tendrá que ceder un triángulo que
se extiende hasta las 200 millas. Por ahora, se trata de una zona pesquera
rica, pero no hay ninguna garantía de que siempre lo sea. De todas maneras,
cuando de los diferendos territoriales se trata, es habitual subordinar los
intereses concretos en juego a factores más emotivos.
Un tanto más
importante que el eventual impacto económico del fallo del Tribunal será su
incidencia política en la región. Como en otros países latinoamericanos, en
Chile y Perú hay fracciones nacionalistas que quisieran subordinar todo,
comenzando con la paz, a sus pretensiones territoriales; a veces, sobre todo en
tiempos de crisis, logran enfervorizar a sectores sustanciales de la población
local y plantear la posibilidad nada remota de que en cualquier momento estalle
un conflicto armado de proporciones. Puesto que nadie en Perú –o en Bolivia– ha
olvidado el resultado de la Guerra del Pacífico de hace más de 130 años que fue
ganada por Chile, desde entonces siempre ha estado latente el peligro de una
reanudación de las hostilidades. Aunque el fallo de La Haya logre satisfacer a
la mayoría de los peruanos, el mandatario boliviano Evo Morales podría tomar la
voluntad de ceder del gobierno chileno del presidente Sebastián Piñera por una
señal de que le convendría redoblar los esfuerzos, que forzosamente tendrían que
ser judiciales y propagandísticos, por recuperar la tan ansiada salida al mar
que le fue arrebatada a Bolivia por Chile.
El que a pesar
del transcurso de tanto tiempo sigan provocando enfrentamientos las enrevesadas
cuestiones fronterizas de América Latina se debe no sólo al ingenio de los
juristas comprometidos con la causa de su propio país sino también a que muchos
sienten que los problemas económicos y sociales están de algún modo
relacionados con los territoriales. Por cierto, en Bolivia casi todos los
políticos parecen creer que el atraso de su país es una consecuencia de la
pérdida hace más de un siglo de una salida al mar; los argumentos en tal
sentido serían convincentes si no fuera por el hecho de que Suiza, otro país
sin un litoral marítimo, está entre los más prósperos y más avanzados del mundo
entero. Sea como fuere, a esta altura debería sernos evidente que el
subdesarrollo que sigue siendo común a todos los países latinoamericanos,
aunque Chile parece estar por dejarlo atrás, tiene mucho menos que ver con las
particularidades geográficas de la región que con las culturales y políticas,
pero mientras que es muy difícil identificar, para entonces superar, tales
obstáculos, los conflictos nacionales hacen que todo parezca más sencillo. He
aquí una razón por la que tantos políticos caen a menudo en la tentación de
asumir posturas agresivamente nacionalistas. Los conflictos nacionales no sólo
sirven para distraer la atención de la ciudadanía de problemas más urgentes
pero mucho más complicados, sino que también brindan a ciertos políticos una
oportunidad para dar prioridad a temas que son mucho menos complicados que los
supuestos por el atraso económico, las divisiones sociales y lo difícil que
siempre es reconciliar las expectativas de la gente con las posibilidades
reales.
PARAGUAY SE CONVIERTE EN PROVEEDOR DE QUÍMICOS PARA
COCAÍNA, ADMITE JEFE ANTIDROGAS
Spanish China (www.spanish.china.com)
El director de
la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) de Paraguay, Luis Rojas, dijo hoy en
Asunción que su país ha devenido en un proveedor de precursores químicos para
el procesamiento de cocaína principalmente en Bolivia.
"Paraguay
se convirtió en un importante proveedor de insumos químicos para la elaboración
de pasta base (de cocaína)", sostuvo Rojas en Asunción, la capital
paraguaya.
"Enviamos
insumos químicos y traemos pasta base", explicó el funcionario antidrogas
a la radio local "Primero de Marzo".
Señaló que
Bolivia es actualmente el segundo mayor productor mundial de pasta base y
Brasil uno de los principales consumidores.
"Nos
convertimos en un país importante en el desvío de precursores para
Bolivia", enfatizó.
Según Rojas,
ese incremento en el tráfico de precursores quedó comprobado esta semana con la
incautación de un cargamento con 25 toneladas de almidón, 36 bidones de acetona
y permanganato de potasio.
El hallazgo
tuvo lugar en un camión de carga con destino a Santa Cruz (Bolivia) cuando
transitaba por una ruta del departamento de Presidente Hayes (noroeste).
Paraguay es
considerado el segundo mayor productor mundial de marihuana después de México.
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