Monday, January 13, 2014

BOLIVIA, EN SU MÁXIMA FIESTA

En estos seis años de Dakar en América del Sur se vio un lugar mimetizado con la competencia. No hay detalle que no esté vinculado con la exigente aventura. Carteles, banderas, autos ploteados y hasta las artesanías que venden las mujeres en las calles tienen detalles alusivos. Jamás se vio algo igual. El impacto del Dakar en la población es exagerado en función de la participación deportiva aquí. Si bien Bolivia recibe por primera vez al Dakar y se convierte en el 28° país por el que pasa la carrera, esta vez sólo llegaron aquí motos y cuatriciclos, ya que los autos y los camiones se quedaron en la Argentina. Y como si eso fuera poco, los competidores están en etapa maratón, por lo que sus equipos y asistencias ni siquiera cruzaron la frontera.
Desde el gobierno nacional, Evo Morales estimuló la llegada del Dakar. Él mismo viajó a París para que la prueba pasara, aunque sea en su mínima expresión, por aquí. Y Uyuni ayer explotó. Una población que no alcanza los 14.000 habitantes fue visitada por más de 50.000, que se instalaron durante todo el fin de semana. Lo mismo pasó en otras ciudades, como Tupiza, Atocha, Villazón.
Pero Uyuni es el corazón del Dakar boliviano. El público no conoce a ningún participante, salvo al gran ídolo nacional, Juan Carlos "Chavo" Salvatierra, que se emocionó junto con el primer mandatario en el podio instalado a metros del cuartel militar donde se emplazó el campamento. Sí, un podio, como si fuese el de largada en Rosario, o el de llegada en Valparaíso. Una verdadera locura.
El Dakar quedará por siempre en la memoria de los habitantes de este particular poblado, de casas muy humildes, con el color marrón de la tierra predominante, las cholitas protagonistas de las pintorescas calles que alternaban junto al cordón con camionetas estacionadas con carpas. La gente durmió en cualquier lugar por estos días.
Al descuidado estilo urbano, se unió también la desprolija característica de la obra pública. Se nota que muchas cosas se terminaron a último momento. "Gracias al Dakar aquí tenemos luz constante, ya que era más el tiempo que se cortaba que el que podíamos usarla. Hace 20 días nos visitó Evo para inaugurar las luces de la pista de aterrizaje. Invirtieron en las calles, todo por el Dakar", comentó Teresa, una señora que vende bebidas a una cuadra del cuartel militar con un sombrero con forma de paraguas para protegerse del sol y con su bebe, el quinto, envuelto en el aguayo. Teresa no sabía, porque hace "varios años que no sale de Uyuni", que la "carretera Atocha" fue asfaltada para la ocasión. Y tampoco mencionó que se inauguró la red de agua potable en la comunidad. Además, se reforzaron los sistemas de comunicación telefónica. Todo, pero todo, exclusivamente por el Dakar.
Y si Evo Morales estuvo al pie del cañón para llevar el Dakar a Bolivia, no podía perderse la oportunidad de estar en el "día histórico más importante del deporte boliviano", según confesó. "Jamás Bolivia fue escenario de un acontecimiento mundial de esta magnitud. Este día quedará para siempre en nuestra memoria", insistió. La imagen del mandatario se multiplica en el cuartel militar donde durmieron anoche los pilotos, que ocuparon las cuchetas para salir esta mañana temprano rumbo a Calama.
En los salones donde se ofició de sala de prensa, hay almanaques con la figura de Evo jugando al fútbol con la camiseta de la selección, entre otras imágenes más formales. Y la bandera boliviana está en cada vehículo militar oficial, como también en cada auto particular afuera, o en la mano de cada espectador en las calles.
Tras seguir la carrera con un helicóptero, recibir a los protagonistas en el podio y ya con el desfile de pilotos consumado, Morales ingresó en el campamento y compartió un cocktail con los dirigentes de ASO (la empresa que organiza el Dakar) y la prensa internacional. "El deporte sirve para unir a los pueblos. Hoy vi campesinos, mineros, indígenas, familias... juntos por el Dakar. Por eso trabajaremos para que Bolivia continúe por este camino." Admitió que no conocía detalles de la carrera: "Pensé que corrían por ruta, me asusté cuando algunas motos pasaban por cualquier lado", admitió. Entre saludos protocolares, afuera la fiesta continuaba. Los visitantes se iban a otra región y los locales, al menos, quedaron con las obras que con sumo apuro acondicionaron el terreno para el Dakar.
Barreda mete presión entre las motos
UYUNI, Bolivia (De un enviado especial).- El español Joan Barreda Bort (Honda) ganó la 7ª etapa y ahora quedó a 38m14s del líder de la general, su compatriota Marc Coma (KTM); tercero fue Cyril Des-pres (Yamaha). El argentino Javier Pizzolito fue 18° y ocupa el 38° lugar. El ídolo local, Juan Carlos Salvatierra, fue 14° en la etapa y está 16° en la general. En cuatriciclos, el chileno Ignacio Casale ganó la etapa y pasó al frente de la clasificación general, desplazando al uruguayo Sergio Lafuente, a 6m15s, y a Rafa Sonik, a 29m52s. Mañana, motos y cuatriciclos terminarán la etapa maratón, abandonarán Bolivia e ingresarán en Chile, rumbo a Calama.





BOLIVIA ESTALLÓ CON LAS MOTOS

El local Salvatierra fue ovacionado por los fanáticos.

La Gaceta de Argentina (www.lagaceta.com.ar)

Uyuni estalló con la llegada del Rally Dakar a Bolivia. Más de 50.000 personas presenciaron la competencia y el arribo de las motos y cuatriciclos, que tuvieron una exigente competencia. La presencia del presidente Evo Morales fue otro punto destacado.
“Bolivia es el ‘Chavo’, el ‘Chavo’ es Bolivia”, fueron las palabras de un mandatario eufórico tras la llegada del máximo ídolo y único motociclista local en carrera, Juan Carlos Salvatierra. No es para menos, Bolivia se convirtió en el país número 42 en albergar el rally.
La séptima etapa llegó a tierras bolivianas. La localidad de Uyuni, famosa por tener el salar más grande del mundo, fue la encargada de recibir la parte final de una fase que había salido de Salta y pasó por Villazón, Tupiza y Atocha
El principal atractivo turístico boliviano se encontró de golpe con una multitud. La fiebre del Dakar concentró una infinidad de actividades previas para que la espera de la primera moto no sea tan larga. ¿La idea? Mostrarle al mundo la rica cultura del país.
Si bien la etapa fue ganada por el español Joan Barreda Bort ,y su compatriota Marc Coma sigue siendo el líder de la categoría, los ojos estuvieron puestos en “El Chavo”. “Quisiera agradecer a la ASO (Amaury Sport Organisation), por aceptar a Bolivia en el Dakar. La carrera está en Bolivia y siempre estará aquí”, declaró el competidor en sus primeras palabras tras llegar a su país.
Salvatierra rompió el protocolo: se bajó de su moto y se dirigió hacia los cientos de fanáticos, que esperaban su llegada en la meta, a recibir el cariño y las felicitaciones por la actuación. “Estoy impactado por el recibimiento del pueblo boliviano, no tengo más que palabras de agradecimiento por tanto cariño que me brindan”, sentenció el cruceño que, tras llegar a la meta, fue saludado por un Evo Morales por demás feliz y contento, el cual le expresó su admiración y le deseó éxito en esta travesía.
El motociclista boliviano trepó al puesto 16 en una etapa donde Barreda fue el que entró en la historia del rally y fue el encargado de recibir los primeros aplausos de la jornada.





BOLIVIA QUIERE ESTAR OTRA VEZ

El presidente Evo Morales dijo que “vamos a seguir conversando para tener Dakar en 2015”.

Los Andes de Argentina (www.losandes.com.ar)

El presidente de Bolivia, Evo Morales, vivió con entusiasmo la llegada del Rally Dakar a su país y lo disfrutó como uno más. Primero, siguió por aire la actuación de su compatriota, el "Chavo" Salvatierra, y luego se subió a la rampa montada en pleno centro de Uyuni para recibir a los competidores.
Posteriormente, el primer mandatario dio una conferencia de prensa junto a Etienne Lavigne, el director de la prueba.
“Si bien hace 20 años estuvimos en el Mundial de fútbol, ahora por lo menos estamos en el Dakar que también tiene una gran repercusión mundial. Por eso, vamos a seguir conversando para que podamos tener la prueba el año próximo”, contó Morales en rueda de prensa.
Más adelante, el presidente, aún con la emoción en su rostro por el evento deportivo, dijo: “Quiero agradecer a ASO por darnos la oportunidad de estar dentro del Dakar. Es una oportunidad de integrarnos al mundo. Y también a los miles de bolivianos que llegaron a Uyuni para disfrutar de la carrera. Bolivia es Dakar, Bolivia es solidaridad”.
En cuanto a la ciudad de Uyuni, está creciendo día a día. Se nota al recorrer sus calles y observar como están construyendo muchas casas nuevas.
Además, hace apenas un par de semanas, el presidente Morales inauguró el sistema de iluminación de la moderna pista del aeropuerto local, que está en funcionamiento desde hace un año y cinco meses.
Pero, en el avance del distrito de Potosí también hay presencia mendocina. Es que José Cartellone Construcciones Civiles está haciendo la ruta nueva que une Uyuni con Colchani. 
En relación a la prueba, los organizadores del Dakar decidieron que el rally no ingrese al salar de Uyuni, principal atractivo turístico, por las fuertes lluvias que cayeron sobre la zona.
“Las condiciones de agua, más o menos de 50 centímetros en los 6 kilómetros que bordean el Salar no permiten el cruce de las motos y cuatriciclos”, explicó el galo.





MORALES ASEGURA QUE BOLIVIA "NUNCA OLVIDARÁ" EL PASO DEL DAKAR POR SU TERRITORIO

Europa Press de España (www.europapress.es)

El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha asegurado que el pueblo boliviano "nunca olvidará" el paso del Dakar por su territorio, tras la primera ocasión en ser incluido en la ruta de esta competición.
"Quiero decir, hermano de la ASO --en referencia al director del Dakar, Ettienne Lavigne-- que el pueblo boliviano nunca va a olvidar este hecho histórico, primera vez el Dakar en Bolivia y nos integra y nos une a los bolivianos, pero también nos une al mundo el Dakar", ha dicho.
"Kilómetros y kilómetros de banderas bolivianas, hermanos en las serranías, en los ríos, en las lagunas, en los arenales, junto al agua. He visto ganado auquénido pero todos compartiendo de esta alegría", ha agregado Morales, según ha informado la agencia estatal boliviana de noticias, ABI.
Horas antes, el mandatario aseguró que el país andino está viviendo el Dakar 2014 como un Mundial de Fútbol. "Si bien hace 20 años estuvimos en el Mundial de Fútbol, ahora por lo menos estamos en el Dakar, que también tiene gran repercusión", manifestó desde la localidad de Villazón, punto de entrada a Bolivia de los pilotos.
Por su parte, el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, ha destacado que, con el paso del Dakar, "Bolivia ha mostrado su rostro". "Bolivia ha dado su cara al mundo, ha mostrado su rostro, un rostro de amabilidad de generosidad de receptividad de cariño", ha sostenido.
La carrera automovilística ha entrado este domingo en Bolivia por Villazón, desde donde pasará a Tupiza, Atocha y Uyuni y para que, en un segundo tramo, atraviese Colchani y Salinas de Garci Mendoza y el lunes pase a Chile por Ollagüe.
El Gobierno ha "maximizado" las medidas de seguridad en las localidades bolivianas por las que pasará el Dakar para garantizar su "éxito". Entre otras cosas, ha restringido el tráfico de vehículos.





PELIGRO, AHÍ VIENE EL DAKAR

Ya abandonaron 202 vehículos del total de 431. Casi el doble, a esta altura, que el año pasado. Hubo 3 muertos y suman 62 en 35 años. ¿Vale la pena organizar y correr el Rally?

Clarín de Argentina (www.clarin.com)
                                                                         
La llegada del Rally Dakar a Sudamérica, allá por enero del 2009, fue recibida con bombos y platillos, porque el desafío más duro del planeta atravesaba por primera vez estas latitudes olvidadas, vírgenes de este tipo de aventuras. La ecuación cerraba para los gobiernos, pilotos y fierreros de este continente. Ya no había que mirar el Dakar por tele. Ya no hacía falta soñar y soñar para poder participar. Pero con el tiempo, esa escoba dejó de ser nueva, y dejó de barrer bien. El Dakar trajo acción y drama, pero también trajo muerte. Este año la del motociclista belga Eric Palante y las de dos reporteros cordobeses que seguían por su propia cuenta la carrera. Era de esperar, como todo deporte de alto riesgo, que algo pasara.
En 35 años de competencias, el Dakar se cobró la vida de 62 personas, contando las 3 de esta edición. De ellos, sólo 23 fueron pilotos o copilotos y el resto se repartió entre asistentes, auxiliares y periodistas. Thierry Pascal, el creador del Dakar, murió en 1986 al caer de un helicóptero, en Mali. Aquí, los nombres de los pilotos Pascal Terry y Jorge Martínez Boero aun se recuerda entre las víctimas, igual que los de los espectadores Alejandra Escudero y Marcelo Reales.
Por todo esto, la polémica, agigantada ahora por la extrema dureza del trazado de este año, tiene vigencia. ¿Vale la pena que el desafío sea tan duro? Los franceses (los organizadores) elevaron la dificultad para recuperar el espíritu del Dakar, que se había perdido en la edición pasada con un recorrido “light”, tal como lo definió el mendocino Lucio Alvarez. David Castera, que diseña los recorridos, dijo que siempre hay que hacer una autocrítica. Saben los organizadores que esta vez se les fue la mano.
De los 431 vehículos que largaron, 202 debieron abandonar al mitad de la carrera, cifra oficial que casi que duplica la de los Dakar anteriores donde abandonaron 120 máquinas, en 2011 (27%), 138 en 2012 (34%) y 117 el año pasado (26%). Por estos números, y por la sumatoria de accidentes y accidentados, los pilotos aventureros (amateurs) se cruzaron mediáticamente con los profesionales, quienes no querían que la organización bajara la dificultad.
En este mundo, donde todos viven al límite, algunos hacen su negocio, otros se divierten, y todos “padecen” la carrera. Lo cierto es que una importante porción de los gobiernos del Mercosur se desviven por tener la carrera en sus tierras. No es gratis.
Argentina y Chile pusieron 6 millones de dólares. Bolivia consiguió tener la carrera después de tres años de negociaciones a cambio de 4 millones de verdes.
Los gobiernos no lo ven como un gasto, porque sus números oficiales hablan de un impacto económico positivo. ASO (Amaury Sport Organisation) encontró en Sudamérica su lugar en el mundo: en África ningún país les pagaba estas cifras por recibir la odisea y tampoco les proveían de tanta logística para armar los campamentos, los operativos de seguridad y traslados en avión, a cargo de las fuerzas aérea de los países.
Además, los pilotos tienen que pagar alrededor de 14.800 euros la inscripción para participar, También se les cobra a los navegantes, mecánicos, vehículos de asistencia (entre 2500 y 4500 euros) viviendas tipo motorhome (entre 4500 y 13700 euros), que ingresen al vivac.
Los que no cumplen, no son inscriptos o son descalificados si descubren la infracción.
Es cierto, el Dakar es una vidriera para dar a conocer las geografías de los países ante el mundo porque se repite en más de 190 países. Además, el impacto turístico, en los podios y en los días de descanso suele ser impresionante. Los que están en esta tribu de 6 mil personas (pilotos, mecánicos, auxiliares) no son como el público gasolero del TC. Y eso se siente en las distintas provincias.
Este Dakar tiene peso propio porque el 4 de este mes, hubo más de 500 mil personas según el comité organizativo de Rosario (la Secretaria de Turismo de la Nación fue más allá y habló de 1 millón de personas) Y ayer, se vivió una revolución en Bolivia, donde Evo Morales- en año electoral- se fotografió al mejor motociclista de su país, Juan Carlos Salvatierra. ¿Dará votos el Dakar?
Parecía una fiesta Bolivia, pero otra muerte inesperada provocó un cimbronazo en este mundo. Porque el sábado por la noche falleció un médico de la Cruz Roja, que estaba en el Dakar, por un paro cardíaco.
Ganar un Dakar no tiene precio, ni premio económico. El campeón se lleva un reloj de 1400 dólares. Ganar, ganan otros.





LA INDEPENDENCIA DE BOLIVIA

El 13 de enero de 1825, un congreso convocado por el  vencedor de Ayacucho, el mariscal Antonio José de Sucre, decidió la separación del Alto Perú del virreinato del Río de la Plata, al que había pertenecido, y la declaración de la independencia con el nombre de República de Bolívar, luego Bolivia.

AM Digital de Argentina (www.aimdigital.com.ar)
                                                      
Fue una decisión permitida y favorecida por una serie de medidas de los rivadavianos de Buenos Aires tendentes a desprenderse de aquel país siguiendo designios balcanizadores del Imperio Británico.
La separación de Bolivia del actual territorio argentino no se entiende sin el odio que Bernardino González Rivadavia sentía por el general San Martín y por todos los que superaban sus facultades intelectuales, es decir por casi todos en el mundo.
El historiador canadiense H.S. Ferns, que vino a mediados del siglo pasado a Buenos Aires a consultar los archivos para escribir una historia de la aventura comercial británica en el mundo durante el siglo XIX,  encontró en ellos más que todos los historiadores argentinos juntos en el pasado, debido a una “sabia ceguera” que los aquejaba.
Ferns evalúa así a Rivadavia: “Era incapaz de lealtad, honestidad o siquiera buenas maneras en sus relaciones con los hombres que lo rodeaban con quienes estaba obligado a llevar los negocios de la comunidad. Odiaba a los hombres que eran más notables o tenían más éxito que él. No encontraba nada demasiado maligno que decir sobre San Martín y Bolívar”.
Ya en 1815 los rivadavianos, el partido unitario porteño de Buenos Aires, había hecho una gestión por orden de Carlos María de Alvear ante ante Lord Strangford y ante Castlereagh, diplomático uno y jefe del Foreign Office del Imperio Británico el otro. El largo pliego de Alvear ante el vizconde Strangford dice entre muchas otras cosas de parejo valor: “el país no está en edad ni estado para gobernarse y necesita una mano exterior que lo dirija (……) En esta circunstancia la generosa nación Británica puede poner un remedio eficaz a tantos males acogiendo en sus brazos a estas Provincias que obedecerán a su Gobierno y recibirán sus leyes con el mayor placer…”
A Castlereagh, que se suicidó más tarde, le dice Alvear: “estas Provincias desean pertenecer a la Gran Bretaña, recibir sus leyes, obedecer a su Gobierno y vivir bajo su influjo poderoso. Ellas se abandonan sin condición alguna a la generosidad y buena fe del pueblo inglés, y yo estoy dispuesto a sostener tan justa solicitud para librarlas de los males que la afligen. Es necesario que se aprovechen estos momentos. Que vengan tropas que impongan a los genios díscolos, y un jefe autorizado que empiece a dar al país las formas que sean beneplácito del Rey y de la Nación, a cuyos efectos espero que V.E. dará los avisos con la reserva y prontitud que conviene para preparar oportunamente la ejecución”.
Era una oferta imposible de superar para convertirnos en colonia, pero los ingleses preferían que les entreguen el comercio mejor que la soberanía, como consiguieron totalmente luego con los frigoríficos y los ferrocarriles y  todavía hoy con los campos de la Patagonia, y en breve con el “fracking”  en Entre Ríos, por ejemplo.
Por una carta de Bolívar a Santander se sabe que enviados de Alvear le propusieron algo parecido, cuando vieron frustrado su propósito de convertirse en colonia inglesa. El libertador le dice a Sucre que Alvear, siempre con vistas el odio a San Martín en el pecho, le ofrece fijar los destinos del Río de la Plata y lo considera “un ángel de protección”
Cuando San Martín, después del renunciamiento de Guayaquil, estaba en Mendoza se propuso viajar a Buenos  Aires, donde su esposa agonizaba, pero recibió un aviso de que no lo hiciera porque lo iban a prender o a asesinar en el camino, por orden de Rivadavia.
Estanislo López, el caudillo santafesino, le avisó de los planes del partido rivadaviano: “Se de una manera positiva por mis agentes en Buenos Aires que a la llegada de V.E. a aquella capital será mandado juzgar por el gobierno en un consejo de guerra de oficiales generales por haber desobedecido sus órdenes en 1817 y 1820, realizando en cambio las gloriosas campañas de Chile y Perú. Para evitar este escándalo inaudito y en manifestación de mi gratitud y del pueblo que presido, por haberse negado V.E. tan patrióticamente en 1820 a concurrir a derramar sangre de hermanos con los cuerpos del Ejército de los Andes que se hallaban en la provincia de Cuyo, siento el honor de asegurar a V.E. que a su solo aviso estaré en la provincia en masa a esperarlo en El desmochado para llevarlo en triunfo hasta la plaza de la Victoria”.
La desobediencia de San Martín a aplastar el  Litoral permitió el triunfo entrerriano en  Cepeda en 1820 y de no mediar las intrigas de Sarratea hubiera mantenido viva la divisa de Artigas y de los Pueblos Libres.
San Martín no aceptó la propuesta de López de aplastar a “Rivadavia y sus satélites”, que apenas iniciaban una carrera desastrosa para Nuestra América, y prefirió exiliarse en Francia, viudo y con su hija pequeña.
Antes de reunir el congreso que creó la República de Bolívar, Sucre consultó con el gobierno rivadaviano. La respuesta es digna de los porteños separatistas que solo  podían medrar al calor del imperio británico y no querían ser libres sino solo cambiar de dueño.
“Es voluntad del Congreso General y Constituyente que las provincias del Alto Perú queden en plena libertad para disponer su suerte, según crean convenir mejor a sus intereses y a su felicidad”.
Había una intención balcanizadora que estaba en Europa y no se mostraba y había un grupo de hombres que había traicionado la revolución de 1810 y que miraban al extranjero, totalmente desinteresados del interior, que no era para ellos sino una fuente de problemas interpuestos en el camino de los buenos negocios.
Cuando Sucre le hizo saber a Bolívar lo que pensaban los rivadavianos, el libertador le contestó: “Ni usted ni yo ni el Congreso mismo del Perú ni de Colombia, podemos romper la base del derecho público que tenemos reconocido en América. Esta base es que los gobiernos republicanos de fundan entre los límites de lso antiguos vierreinatos, capitanías generales o presidencias como la de Chile. El Alto Perú es una dependencia del Virreinato de Buenos Aires, dependencia inmediata como la de Quito de Santa Fe”.
Finalmente se impuso la actitud de los porteños, que siguen todavía gobernando la Argentina con no menos suceso que en este de Bolivia, y tuvimos un pais independiente a nuestra costa. Pero faltaba todavía un pedazo: Tarija, en el norte de Salta.
Relata un historiador argentino: A pesar de la inaudita renuncia de Buenos Aires a los territorios del Alto Perú, Bolívar entendía que la región de Tarija estaba histórica y comercialmente unida a la región de Salta y por lo tanto a las provincias del Río de La Plata, y así se lo hace saber a Sucre, cuando aquel visita. Ante al voluntad de Bolívar, se inician negociaciones y se nombran como representantes a José María Serrano por parte de Tarija y a Carlos María de Alvear por parte de Buenos Aires.
Durante la estadía de Alvear en Chuquisaca, con la ayuda de su colaborador (el hijo de Díaz Vélez), Alvear escalaba los muros del Conventos de las Mónicas, para mantener relaciones con una monja, hermana del plenipotenciario boliviano José María Serrano.
Se conoció el asunto, y fue grande el escándalo. El mariscal Sucre aprovechó para ayudar a Alvear a que regrese precipitadamente a Buenos Aires el 17 de agosto de 1826, y se  perdió el territorio de Tarija, que quedó gobernado solo por el plenipotenciario boliviano, menos trepador que Alvear, o más discreto.
Bolivia desde los inicios
La población de Bolivia se formó en base a pueblos aimaras que constituían el Kollasuyo, y que vivieron a orillas del lago Titicaca, extendiendo su influencia hasta las costas del océano Pacífico. Los pueblos que integraban el Gran Kollasuyo estaban los Ayaviri, el Colla, del que ha tomado nombre toda la región, los Omasuyos, los Lupacas, Larecajas, Pacajes, Charcas y Chichas.
Luego, con la llegada de los Incas, todos estos pueblos fueron sometidos a sus leyes. Durante la conquista este vasto territorio llegó a depender del virreinato del Perú. Posteriormente, creado el virreinato del Río de La Plata, en 1776, el Alto Perú o Bolivia pasó a ser parte de este último, comprendiendo las intendencias de Potosí, Cochabamba, Chuquisaca y La Paz, y las provincias de Moxos y Chuiquitos, que formaban parte de la intendencia de Cochabamba. Todos estos territorios, al separarse del Río de La Plata y del Bajo Perú, se constituyeron en la República de Bolivia.
Durante la conquista Francisco Pizarro envió a su hermano Gonzalo a la conquista de los Charcas o Collao en 1538. Alonso de Mendoza llegó a La Paz en 1548, en representación de don Pedro de la Gasca. A Santa Cruz en 1560, llegó Ñuflo Chávez. Tristán de Tejada y Juan Salinas, llegaron a Trinidad en 1566.
A Cochabamba llega el español Sebastián Barba de Padilla el 1º de enero de 1574. Manuel Castro y Padilla llega a Oruro en 1606. Potosí es fundada por Juan de Villarroel y Diego Centeno en 1546. Un año después, el emperador Carlos V de España le concedió el título de “Villa Imperial”.
En 1561 se instaló en la ciudad de La Plata (actual Sucre) la Real Audiencia de Charcas, suprema autoridad judicial del Alto Perú. Atendiendo la necesidad de crear un nuevo centro administrativo regional desde donde se pudiera controlar con el debido cuidado y atención la zona de mayor producción de plata.
Es así como el colonialismo español toma asiento en esta parte de América, atraído por los grandes yacimientos de oro y plata que lo convirtieron posteriormente en un país netamente minero. A las ciudades fundadas se las dotó de cabildos, funcionarios de justicia, como el alguacil mayor, alcaldes de primero y segundo voto y autoridades militares.
Como es natural, una autoridad impuesta por la fuerza donde el abuso y la prepotencia, la imposición de una cultura y religión ajena a la de los indígenas, más los servicios obligatorios de la mita y de la encomienda, despertaron con el tiempo un sentimiento de profundo resentimiento y rencor hacia el poder español.
A raíz de todas estas medidas represivas que impusieron los españoles, surgieron desde 1780 una serie de rebeliones que inquietaron el virreinato del Perú y la Audiencia de Charcas.
Un año después, el 15 de enero de 1781, la sublevación de Chayanta se tornó más violenta, donde los hermanos Tomás, Dámaso y Nicolás tomaron el mando militar ocupando el asiento minero de Aullagas. Una de las rebeliones más dramáticas fue la gestó Túpac Catari, al cercar a la ciudad de La Paz, durante 109 días. Reprimido violentamente el movimiento indígena, sus principales gestores fueron ejecutados el 13 de noviembre de 1781.
En 1809, en La Paz un grupo de revolucionarios al mando de don Pedro Domingo Murillo lanzan al mundo la primera proclama declarando abiertamente la independencia del Alto Perú del dominio español, antes que la revolución de Buenos Aires.
Los sucesos de 1809 sirvieron como elemento detonante para que Buenos Aires se declarara independiente del gobierno español en 1810 , y a la vez, diferentes ciudades del Alto Perú promovieron una serie de pronunciamientos. Argentina temía la incursión de los realistas a su territorio poniendo en peligro su independencia y, con el propósito de asegurarla envió hacia el Alto Perú sus Ejército Auxiliares. El primero de ellos llegó al mando de Juan José Castelli, derrotando a los realistas el 7 de noviembre de 1810.
Desde el Perú, el general español José Manuel Goyeneche con un gran ejército logró derrotar a las tropas argentinas en la batalla de Huaqui, el 20 de junio de 1811.
El Segundo Ejército Auxiliar al mando del general Manuel Belgrano, ingresó a territorio de Charcas, el 7 de mayo de 1813, después de derrotar al general español Pío de Tristán, quien había perseguido a Castelli hasta territorio argentino. Belgrano tampoco tuvo éxito en esta campaña porque fue derrotado en VilcapuGio el 1º de noviembre de 1813, y por segunda vez en Ayohuma el 14 de noviembre del mismo año.
El Tercer Ejército Auxiliar al mando del general José Rondeau, ingresó al Alto Perú después de vencer a los realistas en la Quiaca, el 17 de abril de 1815. En su avance hacia Cochabamba fue derrotado en Sipe Sipe, el 29 de noviembre de 1815 por Joaquín de la Pezuela, quien había reemplazado a Tristán por su mala campaña militar emprendida en contra los ejércitos argentinos.
Pero al margen de las incursiones del ejército argentino a territorio alto peruano, las guerrillas desempeñaron un papel sumamente importante en la consecusión de la independencia de nuestro territorio. El cura Ildefonso de las Muñecas cubrió el norte del Lago Titicaca, Sorata y Yavi; en el sudeste, entre Camargo y Cotagaita estaba Vicente Camargo, entre los río Grande y Pilcomayo, y en la Laguna  ombatían los esposos Padilla (El general Padilla y su mujer, Juana Azurduy); en el este entre Valle Grande y Santa Cruz de la Sierra, ponía en jaque a las autoridades españolas el guerrillero Ignacio Warnes, y por último en  Tarija estaban Eustaquio Méndez, Manuel Rojas y Francisco Uriondo.
Fracasada la intervención militar de los tres Ejército Auxiliares, el general Pezuela ante la súbita aparición de grupos guerrilleros en casi todo el territorio del Alto Perú, organizó una cruenta arremetida entre los años 1815 y 1816, logrando paralizar prácticamente toda actividad subversiva y dando muerte a sus principales líderes como Padilla, quien cayó heroicamente en El Villar bajo la espada del comandante realista Aguilera, el 14 de septiembre de 1816. Vicente Camargo e Ignacio Warnes, también fueron derrotados sangrientamente por los españoles.
Paralizadas las actividades de los guerrilleros, desde la Argentina, José de San Martín organizó un poderoso ejército y cruzó la cordillera de los Andes, logrando la independencia de Chile el 12 de febrero de 1818. De allí victorioso en 1820 emprende una vasta campaña militar con el propósito de liberar al Perú. es decir, tomando una vía diferente de la seguida hasta entonces. El ejército de San Martín luego de numerosos batallas hizo su entrada triunfal en la capital del virreinato el 12 de julio de 1821.
Convocando inmediatamente a un Cabildo Abierto en la que se acordó la independencia absoluta del Perú, la que fue proclamada solemnemente el 28 de julio de 1821 y San Martín fue designado a la vez, Jefe del Gobierno y del ejército con el título de “Protector del Perú”.
Mientras las tropas colombianas desembarcaban en el puerto peruano del Callao bajo el mando del general Antonio José de Sucre, el general Andrés de Santa Cruz que hasta hace poco había luchado en filas realistas, llegó a compartir las ideas libertarias de San Martín y fue enviado a engrosar las tropas de Sucre, iniciando su marcha hacia el Alto Perú, y en agosto de 1823 ingresó en la ciudad de La Paz. Forzado a librar combate, Santa Cruz sale victorioso en la batalla de Zepita contra una división del general Valdés, el 25 de agosto de 1823.
Entre los años 1822 y 1823, la situación en el Perú se había tornado caótica, los ejércitos derrotados por los realistas y los políticos sumidos en la anarquía. En estas condiciones muy lamentables encontró el Libertador Bolívar al Perú, cuando al fin el 1º de septiembre de 1823 se presento en Lima. El Congreso le otorgó la jefatura militar.
El panorama no podía ser más sombrío para los patriotas, la independencia del Perú no estaba consolidada, ya que el 29 de febrero de 1824 los realistas lograron ocupar nuevamente Lima. Pero esta vez, las conmociones políticas que vivía España influyeron decididamente para el fraccionamiento de las tropas españolas en América.
El general Pedro Antonio Olañeta absolutista recalcitrante, se rebeló contra el virrey La Serna, que era de tendencia liberal y constitucionalista, porque se atribuía a éste el deseo de separarse de la monarquía para liberar al Perú del absolutismo que quería imponer Olañeta.
Bolívar, encontró a los españoles divididos y organizó prontamente un ejército formado por colombianos y peruanos y el 6 de Agosto de 1824, derrotó al ejército español del general Canterác en los campos de Junín. Esta victoria constituye sobre todo, el paso previo para el triunfo final de Ayacucho. Los jefes españoles, Canterác, Valdés y La Serna, reunidos en el Cuzco deciden reorganizar sus fuerzas y salir al encuentro de los vencedores de Junín.
Sucre, por encargo de Bolívar, decide continuar la campaña militar en el Perú, y el 9 de diciembre de 1824, los patriotas logran una espectacular victoria en la llanura de Ayacucho. Con la capitulación del virrey La Serna se reconocía “La Independencia del Perú y América”.
Luego el triunfo de Ayacucho, y siguiendo instrucciones de Bolívar, el general Sucre entra en territorio boliviano el 25 de febrero de 1825.  Cochabamba, Santa Cruz de la Sierra, Valle Grande, Tarija y Cinti, ya se hallaban en poder de los revolucionarios.
El 9 de febrero de 1825, Sucre convoca a todas las provincias alto peruanas para reunirse en un congreso que debía decidir el destino de la Nación.
Convocada  Asamblea Deliberante en Chuquisaca, 10 de julio de 1825, y concluida el 32, se determinó por unanimidad la completa independencia del Alto Perú, bajo la forma republicana, por soberana voluntad de sus hijos. Finalmente, el presidente de la Asamblea José Mariano Serrano, junto a una comisión, redactó el “Acta de la Independencia”, que lleva fecha del 6 de agosto de 1825, en homenaje a la Batalla de Junín ganada por Bolívar.
El acta en su parte expositiva dice en tono vibrante: “El mundo sabe, que el Alto Perú ha sido en el continente de América, el ara donde se vertió la primera sangre de los libres y la tierra donde existe la tumba del último de los tiranos”. “Los departamentos del Alto Perú, añade en su parte resolutiva, protestan a la faz de la tierra entera, que su resolución irrevocable es gobernarse por sí mismos”.
Mediante un decreto se determinó que el nuevo Estado llevara el nombre de Bolívar, en homenaje al Libertador, quien a la vez es designado Padre de la República y Jefe Supremo del Estado. Bolívar agradeció estos honores, pero declinó la aceptación de la Presidencia de la República, para cuyo cargo insinúo el nombre del general Sucre.
El 18 de agosto, a su llegada a La Paz hubo una verdadera manifestación de regocijo popular, jamás país alguno rindió mayor homenaje a un hombre. La misma escena repitió cuando el Libertador llegó a Oruro, después a Potosí y finalmente a Chuquisaca.
Bolivia nacía a la vida independiente con los territorios que correspondían a la Real Audiencia de Charcas de la época Colonial. Comprendía cuatro provincias convertidas en departamentos: La Paz; Chuquisaca con Capital Sucre; Santa Cruz con capital, Cochabamba y Potosí. Posteriormente, se creó el departamento de Oruro.
Para la administración del nuevo gobierno se adoptó el sistema francés: el territorio dividido en departamentos; el departamento dividido en provincias; la provincia dividida en cantones y el cantón dividido en vicecantones. La autoridad que administraba un departamento se llamaba Prefecto, de la provincia subprefecto y del cantón y vicecantón, corregidor.





Cumbre indígena de las comunidades del Amazonas

'RECUPERAR EL VERDE DE LA SELVA, NO EL VERDE DE LOS DÓLARES'
                                                                                                       
En Villavicencio se llevó a cabo la segunda cumbre indígena para la preservación del Amazonas, convocada por la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA).

El Espectador de Colombia (www.elespectador.com)

Este año comenzó con un propósito ambiental para las comunidades indígenas de la Amazonía: recuperar el verde de la selva, no el verde de los dólares. Así lo expresó Edwin Vásquez, director de la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA), organización que convocó la segunda cumbre indígena para la preservación del Amazonas, que se realizó el pasado diciembre en Villavicencio.
Y es que precisamente una de las principales conclusiones del encuentro fue que los megaproyectos que empiecen este año deben ser consultados con las comunidades que habitan los territorios.
El debate en esta ocasión se centró en el plan IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana); un proyecto compuesto por más de 500 megaproyectos en transporte, energía y telecomunicaciones en todo Sur América, de los cuales más de 90 se desarrollan en la Amazonía, según datos de la IIRSA.
Para los líderes de las diferentes comunidades los planes de IIRSA amenazan ecológicamente los bosques y violan sus derechos humanos. Aseguran, además, que estos proyectos hacen caso omiso del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la Declaración de los Pueblos Indígenas de 2007, que procuran la consulta libre, previa e informada de las comunidades indígenas.
El Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BNDES) apoya estas nuevas obras de infraestructura. Sin embargo, según las comunidades, el problema es que ha violado sistemáticamente el bienestar de la selva amazónica que poco a poco se va quedando sin aire.
María Elena Rodríguez, investigadora del Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicos (IBASE), organización sin ánimo de lucro que vigila la transparencia de los grandes proyectos realizados por el Estado brasileño, aseguró que “un ejemplo de la forma siniestra como se está comportando el BNDES, es el caso de Bello Horizonte, donde se construyó la represa más grande de Latinoamérica. Está probado que el proyecto afecta territorios indígenas, y el banco debe cumplir con acuerdos internacionales. No obstante, no lo hacen, alegando que no tienen una orden de un tribunal del máximo nivel para hacerlo”.
A eso se suma que la proliferación de carreteras, la demanda creciente de productos agrícolas y forestales por parte del mercado internacional, la exploración de petróleo y gas han contribuido a un rápido crecimiento de las ciudades en el interior de la región. Esto redunda en la deforestación, la sedimentación y la contaminación del agua.
De acuerdo con datos de Imazon en los últimos cinco meses de 2012 la deforestación sumó 1.288 km² de tierras, lo que equivale a la superficie de la ciudad de Los Ángeles (California), es decir, más del doble del total de áreas deforestadas que se detectó en el mismo periodo de 2011.
Los defensores del proyecto dicen que el propósito del mismo es integrar la Amazonía, que se encuentra distribuida entre nueve países: Brasil, Ecuador, Colombia, Perú, Venezuela, Guyana Inglesa, Guyana Francesa, Surinam y Bolivia. Esta integración ha sido vista como un desafío de geopolítica para estos países, mientras que los líderes indígenas consideran que el proyecto podría desencadear un desastre social y ecológico de proporciones globales.
Voces de indígenas y expertos
La avalancha de megaproyectos como carreteras, represas hidroeléctricas y extracciones mineras, madereras y de hidrocarburos no tiene contentos a las comunidades indígenas. Los representantes de los nueve países invitados a la cumbre de Villavicencio estuvieron en contra del modelo de desarrollo actual y de la locomotora minera.
Así lo expresó Edwin Vásquez, coordinador general de COICA: “IIRSA amenaza con abrir el corazón de los bosques de Amazonía, y una vez que esto esté hecho, será presa fácil de aquellos que la ven como un botín económico, y que menosprecian su valor para los pueblos indígenas y para toda la humanidad”, aseguró al señalar que sus tierras se están desangrando y que esto es un consecuencia fatal no sólo para los indígenas, sino para el planeta entero.
Por su parte, María Melba, sacerdotisa de la comunidad Pijao del Putumayo, aseguró que la tierra es todo para ellos y que está enferma de muerte. “Mirar a los carrotanques desfilar con el petróleo del Putumayo me genera tristeza e impotencia. La tierra necesita esa sangre y sus minerales porque son sus protectores”.
En el mismo sentido se prounció Daniel Lloyd, delegado de la comunidad indígena de la Guyana Inglesa, quien señaló que los recursos más importantes de su comunidad son el oro y el diamante, que se extraen de la superficie de la tierra. Sin embargo, aseguró, mientras los indígenas recuperan treinta gramos de oro que equivalen a 1300 dólares, las multinacionales estarían ganando 1 millón de dólares con sólo un ‘palazo’. Esta penetración a las montañas ocasionaría daños para el ecosistema. “Si las multinacionales entraran a extraer el oro y el diamante explotarían a nuestra gente, darían pagos insuficientes, dañarían el medio ambiente y perderíamos nuestra cultura”, explicó.
Los impactos del proyecto son difíciles de cuantificar. La selva Amazónica cuenta con 12% de las reservas de agua dulce del planeta, es una de las fuentes más importantes de oxígeno, alberga más de 30.000 especies de plantas, casi 2.000 especies de peces, 60 especies de reptiles, 35 familias de mamíferos y, aproximadamente, tiene 1.800 especies de aves en proceso de registro.
Allí radicaría la importancia de que las propuestas de las multinacionales se hagan con el consentimiento de los pueblos indígenas que habitan los lugares. De acuerdo con Jorge Furagamo, Secretario de la Mesa Regional Amazónica y encargado de mediar los proyectos entre las comunidades amazónicas y los gobiernos locales, “el Estado debe revisar los sitios en donde se pueden hacer las obras. Debe tener un plan de manejo de los recursos naturales para que entienda el ordenamiento territorial desde la visión de los pueblos indígenas”. De esta manera, se podrán conocer los lugares sagrados, los sitios de cacería y los estanques donde crecen los peces para minimizar impactos y buscar alternativas.
Otro gran resultado de la primera cumbre indígena para la preservación del Amazonas fue la la Redd Indígena, una propuesta que ya está en marcha y que propende por una gestión holística de los pueblos indígenas en donde se discuten los aspectos relacionados con sus territorios. La conclusión de esta segunda cumbre busca elaborar un plan de vida diferente frente a los proyectos de IIRSA que le apuesten al diálogo entre los gobiernos y los pueblos indígenas para la celebración de contratos transparentes que no atenten contra su bienestar.
Sin embargo, Aurelio Vianna, director de la Fundación Ford, una de las organizaciones que respalda a las comunidades y elabora proyectos de integración social, aseguró que, “en las últimas dos décadas, los gobiernos y la sociedad civil de los países de la Amazonía han hecho enormes avances en el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas en toda la región".
Asimismo, Samuel Sangueza, representante de la organización ICCO de Holanda, aseguró que se trata de “una forma alternativa que cuestiona la forma en que vivimos”. Pero esto no se traduce en que se deba satanizar, ni a los indígenas, ni tampoco a un modelo de desarrollo económico.
En medio de la lucha de fuerzas por obtener recursos del Amazonas se abre paso la voz indígena que vela para que el pulmón más grande del mundo no deje de respirar. Como aseguró María Melba, integrante de la comunidad Pijao, si no se hace nada al respecto “vamos a tener un país lleno de plata, pero sin nada que comer”.





“REDUCIR LA DEMANDA ES FUNDAMENTAL PARA DESARTICULAR A LAS REDES DE TRATA”

Canoni subraya la importancia de incorporar la responsabilidad del cliente en la lucha contra la trata. En Argentina, la prohibición de publicar avisos de oferta sexual fue criticada como un atentado a la libertad de expresión.

Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
                                                                  
–¿Creés que la trata de personas puede ser pensada por fuera de un contexto internacional?
–El foro internacional es un espacio fundamental para luchar contra la delincuencia organizada trasnacional, ya que impulsa una articulación conjunta entre los estados. En este sentido, lo internacional no sólo promueve la cooperación, sino que puede operar como legitimador de políticas públicas que internamente han sido criticadas y cuestionadas. Lo internacional sirvió muchas veces para validar y legitimar prácticas que a nivel nacional no tenían tanta repercusión. El caso paradigmático es el decreto 936/11, que procura la prohibición de las publicaciones de avisos de explotación sexual. Trabajamos no sólo a nivel bilateral con Bolivia, Paraguay, República Dominicana y toda Centroamérica, de donde vienen muchas víctimas de trata para explotación sexual, sino también a nivel de Naciones Unidas, que es un nivel universal. A nivel nacional fue muy polémico en un contexto donde se estaba peleando la cuestión del poder de los medios. En realidad, esto era una demanda puntual para evitar la vía fácil al consumo sexual. En el plano nacional esto trajo muchísimos problemas, se impuso como una discusión entre los medios monopólicos y el Estado. Cuando en realidad el plano internacional nos estaba mostrando lo acertado de dicha medida. En Naciones Unidas existe un grupo especializado en el tema de la trata de personas, donde se trabajan las distintas aristas de esta problemática. Ese grupo fue el primero en recomendar este decreto luego de una presentación de Argentina que se hizo inmediatamente después de que la Presidenta impulsara este decreto. Fue una medida que no sólo estaba a la vanguardia en la temática y que fue modelo para todo el mundo, sino que además fue sumamente creativa. El instrumento más importante en la materia es el protocolo contra la trata de personas de Naciones Unidas. Tanto la trata como el tráfico de inmigrantes y el contrabando de armas tienen su propio protocolo complementario de la convención contra la delincuencia organizada trasnacional. Esto demuestra la complejidad de la lucha contra la trata para cualquier Estado. Es justamente porque no tiene un territorio, no reconoce banderas ni frontera, uno tiene la sensación que se está un paso atrás de este tipo de crimen organizado. Por eso es fundamental la articulación entre los estados, porque no alcanzan las medidas solamente a nivel nacional.
–Señalás que Argentina entra en la escena internacional a partir de la presentación del decreto 936/11 ante la ONU. ¿Qué especificidad presenta este decreto?
–En el 2009 Argentina presenció la segunda reunión de la OEA sobre el problema de la trata de personas. Esa reunión para mí es la punta del iceberg, porque fue cuando empezamos a trabajar todos los elementos que conforman el problema de la trata de personas. Esa reunión terminó con un discurso de la Presidenta, donde enunció por primera vez la figura del cliente. Acá se abre un montón de problemas, porque nadie quiere hablar del cliente. Esto generó muchas dificultades, porque había que empezar a meterse con intereses de tipo económico. Ahí comenzó el debate y se fue avanzando en distintos ámbitos para llegar finalmente a Naciones Unidas, pasando por un montón de instancias donde el debate había sido muy fuerte. Esta fue una postura que acompañó toda la región. La importancia de este decreto reside en que toca uno de los aspectos más complejos de desarticular. Reducir la demanda es quizás uno de los factores fundamentales para desarticular las redes de trata. Es muy difícil poder atacar este problema y hay pocas herramientas para esto. La valoración que se hizo en Naciones Unidas es que esta medida implicaba una herramienta válida para ir contra la demanda. Una cuestión fundamental fue pensar medidas concretas para prevenir y sancionar el delito. Pero el problema de la demanda sigue siendo grave.
–¿Cuáles son las herramientas útiles a nivel internacional?
–Después de empezar a circular el tema de la trata, se realizó una reunión de ministros de Justicia de las Américas. Allí se hizo un llamado a los Estados para que penalicen la figura del cliente. La idea era empezar a tener este factor en cuenta. La Presidenta ya había instalado el tema del cliente. Luego se realizó el 12º Congreso de Naciones Unidas de Prevención del delito y justicia penal. Este es el ámbito más importante donde se trataban los problemas que trae la delincuencia organizada trasnacional. Del texto que surgió de esa reunión, el párrafo que hacía alusión a la trata era un párrafo sumamente lavado, no dio cuenta del avance de la región, no estaba bien trabajada la cuestión de género de fondo, etc. Fue la reunión de ministros de Justicia del Mercosur la que expresó su disconformidad con el documento, afirmando que no habían logrado demostrar los avances de Latinoamérica y que en realidad está mucho más avanzada en estos términos. Los ministros reclamaron que existiera un reflejo de todos estos avances en los comunicados de Naciones Unidas. Se insistió muchísimo para empezar a hablar del tema de la figura del cliente, de la prevención, de la educación, etc. Esta declaración se llevó a Naciones Unidas y Argentina con los países del Mercosur, donde se vio reflejada nuestra postura. Esto muestra la capacidad que tiene la región, que frente a un organismo tan importante como es Naciones Unidas pudo hacerse escuchar. Este es un claro ejemplo de la importancia de las relaciones multilaterales en este tipo de problemáticas. Tengamos en cuenta que en ese momento no existían la Unasur ni la Celac.
–¿Por qué es relevante considerar la figura del cliente-usuario?
–Para visibilizar al responsable de la trata, porque sin clientes –sin demanda– no hay trata. El problema es que la prevención caía sobre la víctima, como si con sólo concientizarse del peligro alcanzara. En la práctica, el secuestro no es la situación más común, la mayor parte de las veces se trata de un engaño. Se les ofrece un puesto de trabajo lejos de su casa y cuando llegan a destino caen en un prostíbulo. El problema es que ya están endeudadas porque les pagaron el pasaje, les sacan el documento y se ven forzadas a prostituirse. Es cierto que vino por su voluntad, pero vino a hacer otra cosa. Por eso fue tan importante preguntarse sobre la cuestión del consentimiento. Te diría que tiene muchos canales de violencia el tema, porque el trabajo más fino es convencer a la víctima de que es responsable de estar donde está. Te diría que la violencia se ejerce a distintos niveles y hacen un trabajo tan fino que lo más difícil es que una vez que se rescata a la víctima ésta se reconozca como tal. Es un problema muy grave la cosificación.
–El acuerdo de cooperación bilateral con Bolivia parece fundamental, ya que gran parte de las víctimas secuestradas son bolivianas. ¿Qué aporta particularmente esta cooperación al problema?
–Hay países de origen, de tránsito y de destino. Argentina tiene las tres modalidades: somos el destino de mucha trata regional (Bolivia, Paraguay, República Dominicana, etc.), el origen para los europeos, y es tránsito porque tenemos la interna, fundamentalmente del norte hacia la capital. Hay otros países como Bolivia, que son básicamente de origen: sea para Argentina, para otros países o para Europa. Con Bolivia lo primero que se trabajó fue la prevención en la frontera. La idea era minimizar esa problemática. Un ejemplo de cooperación fue un acuerdo firmado entre las carteras de Justicia para compartir un material didáctico sobre la trata que fue instalado en las netbooks de Conectar Igualdad. Todo esto fue pensado desde lo técnico de la problemática y desde lo pedagógico. Esto funciona muy bien porque los chicos pasan a formar parte de la prevención y de la difusión de estos temas. Bolivia nos pidió capacitación sobre este tema en particular.
–¿Qué lugar ocupa Argentina en relación con los países limítrofes?
–Argentina está dando ejemplo y asistencia técnica a otros países para trabajar en esta problemática. Pero además se están definiendo líneas claras para definir lo que son las víctimas de trata. No es tan sencillo aunque lo parezca. Entonces nosotros brindamos capacitación en estos puntos. En la última reunión de Naciones Unidas, Ecuador nos pidió el decreto 936/11 para poder implementarlo allí. Nosotros modificamos nuestra ley el año pasado. Nuestra ley del 2008 salió en línea con el Protocolo para la prevención, sanción y erradicación de la trata especialmente de mujeres y niños. Este protocolo salió en el 2001, y en estos más de diez años se vieron los problemas que el protocolo tenía. Por ejemplo, la idea del consentimiento. Hay trata de menores y de mayores: en casos donde la víctima es menor eso es trata inmediatamente; en cambio si es mayor de edad y se considera que fue con pleno consentimiento de la víctima, entonces no se concibe como víctima de trata. Pero lo que pasa es que existe un trabajo de destrucción sistemática de las personas cuando son víctimas de este delito, que hace muy difícil considerar su consentimiento como una voluntad plena de participación de una situación de esclavitud. Lo que pasa es que una persona que pasó varios años en esta situación probablemente, cuando alguien la rescata y le dice que es una víctima, no se identifica como tal.
–La reforma de la Ley de Trata del año pasado presenta avances de acuerdo con lo exhortado por Naciones Unidas. ¿Qué impacto generó a nivel internacional?
–Comprobar personalmente el fuerte compromiso de mi país en esta lucha es un orgullo. Me impactó siempre la voluntad política detrás de estas políticas públicas. Con respecto a la ley no soy especialista en el tema. Pero sí creo que es fundamental haber eliminado la idea de que existe algún tipo de consentimiento, es un avance enorme. Algunos funcionarios de Chile nos pidieron el modelo para verlo. Bolivia también, y además acaba de sacar su nueva ley recientemente.
–Sin embargo, se critica la falta de reglamentación de la ley.
–Sin perjuicio de que efectivamente está pendiente la reglamentación de la ley de trata, esto no impidió en ningún momento la plena vigencia e implementación de la misma. Yo no soy especialista en la cuestión legislativa, pero recuerdo que ya en el 2008 cuando se sancionó la ley se dio un gran debate al respecto, dado que muchos decían que con los programas que se creaban en el ámbito del Poder Ejecutivo no se requería generar una reglamentación por decreto. En ese momento, la resolución 2149/08, generaba bajo la órbita de la Jefatura de Gabinete del entonces Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, la Oficina de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata. Esta oficina centralizaba la mayor parte del accionar contra la trata y articulaba con las divisiones específicas de trata de personas de cada una de las Fuerzas de Seguridad Federales –que también fueron creadas por el entonces Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, mediante la Resolución Nº1679–. Esta oficina de rescate de la que ya hemos hablado coordina su accionar con el Ministerio de Desarrollo Social, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Ministerio Público (Procuración y Defensorías Generales de Nación), el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto y la Secretaría de Turismo de la Nación. Esto evidencia que nuestro país desde un primer momento trabajó en forma interministerial y multidisciplinaria. Esto se estableció conforme los lineamientos internacionales en la materia, por citar uno de los primeros que recuerdo ya en el 2006: en la Primera Reunión de Autoridades Nacionales en materia de Trata de Personas de la OEA se instó a los estados miembros a estudiar el establecimiento de una entidad nacional interinstitucional encargada de la coordinación de las acciones para prevenir y luchar contra el delito de la trata de personas y garantizar la protección y atención a las víctimas. Sin lugar a dudas, es un gran avance en materia legislativa que la modificación de la ley de trata prevea la creación de un Consejo Federal para la Lucha contra la Trata y Explotación de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas en el ámbito de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación. Pero hay que destacar que esto en la práctica ya se llevaba a cabo y funcionaba tal como ahora está previsto en la ley. De hecho, este Consejo que ya está funcionando en Jefatura de Gabinete reúne a referentes de las distintas carteras de Estado que hace años trabajan en la materia en forma conjunta. La normativa institucionalizó aquello que en la práctica ya se llevaba a cabo. A veces esto sirve para cristalizar lo que se viene haciendo y en ese sentido es un gran avance. Pero el hecho de que no estuviese explícitamente en papel jamás ha sido un obstáculo para el terreno, y lo operativo.
–¿Qué aportan las nuevas tecnologías para combatir los crímenes de trata?
–El material incorporado en las netbooks es muy interesante porque la idea es que el chico mismo arme una campaña de concientización. Es decir, se promueve el armado de blogs, el contacto con otros chicos de la región y a nivel internacional. La idea es utilizar las nuevas tecnologías para llegar no sólo a los adultos sino a los chicos para prevenir el delito. En el uso de las nuevas tecnologías hay que tener mucho cuidado porque existen casos de gran exposición por estos medios. El usuario es responsable por la información que publica, es decir, es el único que puede tomar algún recaudo al respecto. En especial el público infantil, que no tiene una idea muy clara al respecto. Uno de los programas que llevamos a Naciones Unidas y que es muy interesante se llama “Con vos en la web”. Es un programa del Ministerio de Justicia, que trabaja sobre la concientización de los peligros que trae exponer demasiados datos. Además tener ciertos recaudos al navegar Internet, cómo bloquear ciertas páginas, etc. La idea es proteger la información personal para no ser víctima de las redes de trata.
–Frente a todas estas medidas, ¿cómo se mostraron los medios?
–Recuerdo cuando salió el decreto, se veló el avance. Se deslegitimó afirmando que ésta era una medida del Gobierno en contra de la libertad de expresión. Es decir, según estos medios, el Gobierno estaba coercionando la libertad de los medios de publicar avisos de explotación sexual. Es absurdo. Se decía que el Estado estaba contra los medios y éste era un ataque. Aquí lo internacional jugó un rol muy importante, porque cuando esto pasa a ser aplaudido por todos los organismos internacionales y por los diferentes estados, la reacción de estos medios se volvió totalmente absurda. No les quedó otra opción que salir a decir: “Esto es una recomendación de Naciones Unidas”. Tenemos una oficina en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos que controla la publicación de avisos de oferta sexual. Existe un equipo que controla este tipo de publicaciones. Por lo último que supe se redujeron muchísimo, sin embargo existían muchas resistencias. En algunos medios, aparece este tipo de avisos pero velados. Es decir, ofrecen, por ejemplo, masajes. Comenzaron a disfrazar lo que antes tenía un rubro propio.
–La estrategia del país para combatir los crímenes de trata parece actuar en distintos frentes...
–Cuando uno habla de lo trasnacional, es necesaria esta articulación. El primer sector que hay que proteger es el fronterizo; entonces es necesaria una articulación muy fuerte para controles fronterizos, que es una cuestión de prevención y de persecución del delito. Existen muchos trabajos con Paraguay, con Bolivia, etc. Esto se impone como agenda en el Mercosur. Vas a encontrar muchos acuerdos de ministros. Cuando el delito pasó a ser delito federal, todas las fuerzas de seguridad nacional formaron una división específica de trata. Estas divisiones que están muy capacitadas son las que brindaron capacitaciones en países limítrofes en lo que es la identificación de una víctima de trata en la frontera y la persecución. Otra pata fuerte son las oficinas de rescate de personas damnificadas, que funcionan actualmente en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. La licenciada Zaida Gatti está a cargo y tiene profesionales que forman un equipo que acompaña a la división en el operativo de rescate. Hay que tener en cuenta que este funcionamiento implicó muchísimo trabajo, porque había que lograr visibilizar prácticas que estaban casi naturalizadas. Porque antes se veía a una menor en situación de prostitución y se justificaba por el lado del consentimiento. Porque las cadenas no se ven, entonces se pensaba que estaban ahí porque querían. Vivíamos en una sociedad que no estaba habilitada para ver. Lograr que se visibilizara esto implicó mucho trabajo, formación y capacitación, empezando por la policía hasta el personal de la salud (porque existen casos donde las víctimas son llevadas al hospital). Entonces el problema era cómo reconocer a las víctimas. Yo creo que el sector más duro para transformar, para capacitar y para obrar adecuadamente es el judicial. Este es el mayor desafío. Poder llevar una chica o chico víctimas de trata a un tribunal y que aquel que evalúa si es un caso de trata tenga una dimensión de la problemática y pueda identificarlos como víctimas. En todos estos temas Argentina brinda capacitación. La clave está en que el Estado, hoy, se hace cargo de las víctimas de trata, lo cual es sumamente complejo.
–Entonces, considera que mientras el Estado trabaja para combatir la trata, la Justicia actúa a contramarcha.
–El Poder Judicial siempre fue pensado como un cuerpo colegiado, al cual no pudiera acceder cualquiera. Con una forma de actuar muy corporativa y en conjuntos cerrados. Entrar a la Justicia es muy difícil. Con las fuerzas de seguridad se pudo trabajar a pesar de lo complejo que resultaba eso. En las capacitaciones, tomé contacto con jueces, abogados y demás, donde surgían planteos que uno no imaginaría jamás. Se sienten dueños de un saber muy arraigado que es difícil de transformar. Las políticas públicas apuntan a desmitificar para habilitar una transformación profunda de esta situación. Pero la desmitificación opera en la práctica cuando se institucionaliza, y para eso es fundamental el Poder Judicial. Este es el mayor desafío, ya que se trata de un sector muy conservador. No es fácil introducir el cambio. Esto es una piedra muy grande y a veces dificulta profundamente el progreso en este sentido.





LA LIBERTAD DE PRENSA, UNA CUESTIÓN DE LA JUSTICIA

La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)

Por Mario Vargas Llosa. Cuando, en julio de 1974, la dictadura del general Juan Velasco Alvarado estatizó todos los diarios y canales de televisión en el Perú, explicó que hasta entonces en el país sólo había habido libertad de empresa y que, a partir de ahora, al pasar los medios de comunicación de sociedades capitalistas al "pueblo organizado", comenzaría a existir la verdadera libertad de prensa . La realidad fue distinta. Los diarios, radios y canales expropiados se dedicaron a ensalzar todas las iniciativas del régimen, a difamar y silenciar a sus críticos y, además de desaparecer toda libertad de información, el periodismo peruano alcanzó aquellos años unos extraordinarios niveles de mediocridad y envilecimiento. Por eso, cuando, 16 años después, al ser elegido presidente, Fernando Belaunde Terry devolvió los diarios y demás medios estatizados a sus dueños, una gran mayoría de peruanos celebró la medida.
Creo que a partir de entonces buena parte de la opinión pública en el país aceptó -algunos con alborozo y otros a regañadientes- que la libertad de prensa era inseparable de la libertad de empresa y de la libertad privada, pues, cuando éstas desaparecían, con ellas se esfumaba la información independiente, así como toda posibilidad de criticar al poder. Por eso, la dictadura de Fujimori y Montesinos utilizó una manera menos burda que la estatización para asegurarse una prensa adicta: la intimidación o repartir bolsas de dólares entre periodistas y dueños de medios de comunicación.
Ahora bien, que haya una economía de mercado y se respete la propiedad privada no bastan, por sí solas, para garantizar la libertad de prensa en un país. Ésta se ve amenazada, también, si un grupo económico pasa a controlar de manera significativamente mayoritaria los medios de comunicación escritos o audiovisuales. Es lo que acaba de ocurrir en el Perú con la compra, por el grupo El Comercio, de los diarios de Epensa, operación que le asegura el control de poco menos que el 80% de la prensa escrita en el país. (El Comercio posee también un canal de cable y el más importante canal de televisión de señal abierta del Perú.) Esto ha generado un intenso debate sobre la libertad de información y de crítica, algo, me parece, sumamente útil porque el tema desborda el ámbito nacional y afecta a buena parte de los países latinoamericanos.
Ocho periodistas han presentado una acción de amparo al Poder Judicial para pedir que anule aquella compra, pues, alegan, transgrede el principio constitucional que prohíbe que los medios sean "objeto de exclusividad, monopolio ni acaparamiento". Por su parte, El Comercio sostiene que el modelo de compra que ha efectuado con los diarios de Epensa sólo concierne a su impresión y distribución, y preserva su línea editorial. Sin embargo, según precisó Enrique Zileri Gibson, uno de aquellos ocho periodistas, ni uno solo de los diarios de El Comercio y de Epensa informó que el Poder Judicial había dado trámite a la acción de amparo en contra de la fusión. ¿Esta unanimidad en el silenciamiento era puramente casual?
Ningún país democrático admite que un órgano de prensa acapare porcentajes elevados del mercado de la información, porque, si lo admitiera, la libertad de prensa y el derecho de crítica se verían tan radicalmente amenazados como cuando el poder político se apropia de los medios para "liberarlos de la explotación capitalista". La pregunta clave es ¿cuál es la mejor manera de impedir el monopolio, privado o estatal, de la información? ¿Una ley de medios, discutida y aprobada en el Parlamento? Es lo que ha anunciado que presentará un congresista oficialista, Manuel Dammert, proyecto que contaría con el apoyo de dos de los partidos que sostienen al gobierno del presidente Humala.
Éste sería, en mi opinión, un remedio peor que la enfermedad. En vez de garantizar la diversificación informativa, pondría en manos del poder político un arma que le permitiría recortar la libertad de prensa y hasta abolirla. Es verdad que en varias democracias avanzadas hay leyes específicas contra el monopolio y organismos de Estado que verifican su cumplimiento, como la española Comisión Nacional de la Competencia. Son organismos de Estado, no de gobierno. Esta distinción sólo es real en las sociedades desarrolladas. En el mundo del subdesarrollo, la diferencia entre Estado y gobierno es retórica, pues, en la práctica este último coloniza el Estado y lo pone a su servicio. Por eso, todas las leyes de medios que se han dado en los últimos años en América latina, en Venezuela, en la Argentina, en Bolivia, en Ecuador, han servido a gobiernos populistas o autoritarios para recortar drásticamente la libertad de información y de opinión y hacer pender, como una espada de Damocles, la amenaza del cierre, la censura o la expropiación, a los órganos de prensa indóciles y críticos de su gestión.
¿Cuál es, entonces, la salida? ¿Aceptar, como mal menor, que un órgano de prensa controle más de tres cuartas partes de la información y creer los sofismas de los valedores de El Comercio sosteniendo que la fusión carece de connotaciones políticas y resulta únicamente de la eficacia y talento con que han sabido vender su "producto" en el mercado informativo? Para semejante razonamiento, no hay diferencia entre un órgano de prensa y "productos" como las cacerolas o los jugos de fruta. La realidad es que cuando una cacerola derrota a sus competidores y se queda dueña del mercado lo peor que puede pasar es que el precio de las cacerolas suba o que "el producto" empiece a deteriorarse, porque el monopolio suele producir ineficiencia y corrupción. En cambio, cuando un órgano de prensa anula a los competidores y se convierte en amo y señor de la información, ésta pasa a ser un monólogo tan cacofónico como el de una prensa estatizada y con ella no sólo la libertad de información y de crítica se deterioran, también la libertad a secas se halla en peligro de eclipsarse.
La manera más sensata de conjurar este peligro es, creo, la que han elegido los ocho valientes periodistas que se han enfrentado al gigante: recurrir al Poder Judicial a fin de que determine si la fusión transgrede el principio constitucional contra el monopolio y el acaparamiento, como creemos muchos demócratas peruanos, o es lícita. Este proceso, con las inevitables apelaciones, puede llegar hasta las más altas instancias judiciales, desde luego, e, incluso, al Tribunal Constitucional o a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, de San José. A mí me gustaría que llegara hasta allí, porque ésta es una institución verdaderamente independiente y capaz, de modo que su fallo tiene más posibilidades de obtener el asentimiento de la opinión pública peruana.
Nada semejante ocurriría si llega a prosperar la iniciativa -inoportuna y profundamente perjudicial para un gobierno que, hasta ahora, ha respetado las instituciones democráticas- del congresista Manuel Dammert. Por desgracia, el Congreso tiene muy poca autoridad moral e intelectual en el país -en todas las encuestas es una de las instituciones peor valoradas- y no hay posibilidad de que este debate fundamental sobre la libertad de prensa se lleve a cabo allí de la manera serena y alturada que requiere un asunto esencialmente vinculado a la supervivencia de la democracia.
Una ley de prensa sólo es aceptable si ella nace del consenso de todas las fuerzas democráticas de un país, como ocurre en Estados Unidos, el Reino Unido, España o Francia, algo que, en las actuales circunstancias, en el Perú, donde la vida política está fracturada y enconada hasta extremos absurdos -precisamente en el momento en que su economía marcha mejor, la democracia funciona, crece la clase media, progresa la lucha contra la pobreza y la imagen exterior del país es muy positiva-, jamás se produciría, y la fractura y el encono aumentarían en un debate donde los argumentos legales y principistas serían arrasados en la incandescencia del debate político.
Pero, aun si se produjera aquel consenso, yo creo que una ley de medios es innecesaria cuando existe un dispositivo constitucional tan claro respecto a la necesidad de mantener el carácter plural y diverso de la prensa, a fin de que los distintos puntos de vista encuentren cómo expresarse. Es mejor que cuando se susciten casos como el que nos ocupa, se recurra al Poder Judicial, de manera específica, en busca de una solución concreta al asunto materia de controversia. Es un procedimiento más lento, sin duda, pero con menos riesgos en lo que concierne al objetivo primordial: preservar una libertad de opinión y de crítica sin la cual la democracia se desmorona como un castillo de naipes.

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