El 2014 ha
retratado Bolivia como un país ansioso de alcanzar ya el centenario sueño de
volver al mar y, a la vez, de consolidar el cambio liderado por el reelecto
presidente Evo Morales en un contexto contradictorio: una floreciente economía
y un drama social de violencia que compromete el futuro de sus jóvenes
generaciones.
El juicio
ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ)
en La Haya por la causa marítima, el inobjetable triunfo en las
urnas del reelecto Evo Morales, el informe sobre filicidio en Bolivia, el
juicio político contra tres magistrados del Tribunal Constitucional –nunca
antes registrado en la historia del país- y el desbaratamiento de un
“narco-puenteaéreo” entre Perú y Bolivia destacan en el acontecer noticioso de
2014.
Bolivia
presentó, el 15 de abril, a la CIJ una memoria que sustenta su petición para
que Chile acceda a “negociar de buena fe” una solución al encierro geográfico
de 135 años, que pasa por obtener una salida soberana al Océano
Pacífico. Tras la presentación del documento en La Haya, el asunto
marítimo ha ocupado primeras planas y espacios en radio y televisión para
informar de las controvertidas posiciones y de la guerra verbal entre las
autoridades de ambas naciones, seguida con expectación por los bolivianos.
No es para
menos. El mar es uno
de los asuntos que toca a fondo el sentimiento ciudadano porque, a
pesar de los 135 años transcurridos desde la pérdida de su litoral sobre el
Pacífico –a raíz de la invasión de tropas chilenas a territorio boliviano en febrero
de 1879- el ansia por volver al mar se ha convertido en una herida abierta en
el espíritu ciudadano por generaciones.
El portavoz
de la causa marítima, el expresidente Carlos D. Mesa, ha explicado públicamente
que la petición boliviana apela a las ocho ocasiones en las que las autoridades
chilenas comprometieron la buena fe de su Estado con propuestas formales para
el acceso boliviano al Pacífico, como fue el caso de la negociación de Charaña,
entre 1975 y 1978, a partir de una reunión en ese punto fronterizo entre los
presidentes Augusto
Pinochet y Hugo Banzer.
“Si un Estado
se compromete con otro Estado a alguna acción, a darle algo o a cumplir una
obligación, ésta es jurídicamente exigible”, ha afirmado Mesa. La
estrategia desplegada por Morales en el asunto marítimo ha contribuido, sin
duda, a consolidar un tercer mandato consecutivo con su triunfo en las
elecciones generales del 12 de octubre. Seis de cada diez electores no sólo le
ratificaron su confianza sino que le han dado los dos tercios de escaños en la
Asamblea Legislativa, necesarios para reformar la Constitución y aprobar leyes
sin oposición.
La victoria
en las urnas se origina también en el positivo manejo de la economía con un
crecimiento superior al 5 por ciento en 2014, que favorece la política de
redistribución de la riqueza. La revolución educativa ha bajado a niveles
mínimos el analfabetismo e impulsa el acceso a Internet en el área rural y
urbana, merced a la dotación de computadoras fabricadas en Bolivia. Esta
revolución local ha impulsado a un buen número de ciudadanos a mantener en el
poder a Morales.
No todo es
color de rosa. El último informe del Defensor del
Pueblo desvela graves problemas en el seno de la sociedad boliviana.
A la violencia de género –que en los primeros nueve meses cobró la vida de 60
mujeres a manos de su pareja-, se suma ahora el asesinato de padres a hijos.
El estremecedor informe del Defensor afirma que entre enero y noviembre
murieron 22 pequeños, -recién nacidos hasta los cuatro años--, víctimas de sus
padres que los asfixiaron, estrangularon, golpearon o les dieron a ingerir
leche con alcohol o raticida. Otros niños, de entre seis y catorce años, fueron
violados, asesinados y algunos incinerados.
El Defensor,
Rolando Villena, expresa su preocupación ante “el incremento de los casos de
infanticidios y violencia en todas sus formas” así como “la disminución de la
edad de imputabilidad penal”. El Gobierno boliviano promulgó el Código de
la niñez y la adolescencia que rebaja la edad de imputabilidad penal y admite
el trabajo infantil, a partir de los diez años. Los datos no actualizados fijan
en 800.000 niños y adolescentes trabajadores. Otros 24.000 menores se
encuentran en hogares de acogida en difíciles condiciones de vida, más de
10.000 viven en las calles y cerca de 1.200 están en cárceles junto a sus
padres privados de libertad.
El informe
sobre derechos humanos alude a las condiciones de vida de personas privadas de
libertad y a la incontrolable tendencia al linchamiento, en áreas rurales y
urbanas del país, entre otras preocupantes vulneraciones a los derechos de las
personas.
El juicio
político abierto en el Senado contra tres magistrados del Tribunal Constitucional (TC) viola el
derecho a un juicio justo y la independencia del poder judicial, denunciaron
representantes de organismos de derechos humanos y de la Comisión Internacional
de Juristas, de Ginebra, que objetaron el procedimiento en la Cámara Alta.
El juicio
motiva una gran polémica en los círculos políticos y jurídicos. La acusación
que pesa sobre los magistrados Gualberto Cusi, Zoraida Chanez y Ligia Velásquez
es la de prevaricación, resoluciones contrarias a la ley e incumplimiento de
deberes al haber admitió un recurso para revisar la ley del Notario.
Esa
resolución ocasionó el enojo de las autoridades del Poder Ejecutivo que
reclamaron un juicio político. Según los abogados de las vocales del TC, el
proceso judicial encubre una presunta represalia al voto adverso de los tres
magistrados a la hora de definir la legalidad de la re elección para un tercer
mandato consecutivo del presidente Evo Morales.
El quinto
hecho noticioso de 2014 tiene que ver con la cooperación entre Bolivia y Perú
para desbaratar el puente aéreo que los traficantes de cocaína habían
establecido a fin de llevar el estupefaciente a mercados regionales y otros
continentes.
Los
bolivianos esperan que en 2015 se concrete la demanda por la causa marítima en
La Haya y la visita del Papa Francisco, además de las elecciones de alcaldes,
gobernadores y delegados a los concejos edil y departamental en marzo. (www.elpais.com.es)
MADIDI,
SELVA MISTERIOSA
Diario
Correo de Perú (www.diariocorreo.pe)
Estamos
ingresando al parque nacional de Madidi y a partir de ahora quedamos
incomunicados del mundo”, es lo que informa el guía Juan Carlos Parián quien
después de viajar en bote por una hora desde Rurrenbaque, en la zona oriental
de Bolivia, nos adentramos por el río Beni y luego por el Tuichi. A partir de
ahora nos quedan 4 horas más de viaje, añade.
Y es así,
durante el trayecto se observa frondosa vegetación y aves volando, mientras que
las infaltables mariposas sorprenden por sus variadores colores.
Tras volar 40
minutos de Arequipa a La Paz (Bolivia) en un moderno jet Bombardier de la línea
Amaszonas, en dicha ciudad se hace trasbordo a una avioneta para 18 personas y
en 35 minutos llegar a Rurrenabaque y de ahí viajar en bote al refugio
ecológico Chalalán.
“Ahora que el
río está cargado es mejor viajar ya que no encallaremos”, precisa Parián,
mientras el capitán del bote: Roberto Valdez arranca con la coordinación del
ayudante Luis Vidal.
La fuerza de
las aguas no impiden que el bote avance durante 5 largas horas, que por
momentos son intermimables, sin embargo el sacrificio vale pues apenas llegamos
al pequeño muelle se cargan los maletines para caminar una hora en medio de la
selva rumbo al albergue. En el trayecto juquetones monos saltan entre los árboles,
cerdos salvajes, loros cantores y una diversidad de animales se cruza en el
camino, que por momentos asustan.
Al llegar a
la escondida aldea sorprende la hermosa laguna donde hay caimanes como peces y
en los alrededores, tapiris, jaguares, capibaras e infinidad de aves. Los
insectos son frecuentes en el camino, sin embargo el paisaje conquista a uno al
descubrir una fauna y flora diversa, donde un pequeño desvio puede ocasionar en
una perdida en la selva. Ese es el parque Madidi en Bolivia y que en apenas 4
horas se llega desde el sur del Perú.
Es el sitio
exacto para entrar en contacto con la naturaleza, aquella que cada día que pasa
es más amenazada por la presencia del hombre que pone en riesgo a miles de
especies vegetales como animales. Merece conocerla.
BOLIVIA,
ESTO ES EL CIELO
En
el circuito-Sur-Oeste en una zona aislada, resistente, frío y caliente. Donde
el cielo es tan profundo que parece ser capaz de seguir adelante con sus ojos,
llegando a tocar las estrellas durante el día.
Vanity
Fair de Italia (www.vanityfair.it)
En las guías
de guardia Bolivia Circuito Sur-Occidental. La ruta va desde la ciudad de
Uyuni, situada en el desierto a casi 3.700 metros de altura, hasta San Pedro de
Atacama, Chile. Es una zona aislada, resistente, frío y caliente, atormentado
por los vientos y el polvo. El cielo es tan limpio y profundo, que parece ser
capaz de seguir adelante con sus ojos, llegando a tocar las estrellas durante
el día. En todo el burbujeo tierra, escupiendo vapores y concentrar los minerales
en los lagos que se convierten en fuego celeste, amarillo y rojo, y no congelar
casi nunca. Aun cuando fuera es de 20 grados bajo cero, lo que a veces sucede.
LA VERDADERA
HISTORIA
La ruta
comienza superando el Salar, el inmenso desierto de sal, donde en tiempos
prehistóricos estaba el gigantesco lago Minchin. Durante la estación seca, la
superficie del Salar es tan deslumbrante como el de un glaciar, rodeado de
perfil azulado de las montañas. Cuando llueve, el impacto es surrealista: la
película de agua que se forma en la sal refleja el cielo y las nubes y el
horizonte desaparece en todas direcciones. El cruce de la precaución Salar y
nuestra guía de repente se desvía para evitar el Ojos de Salar, los ojos del
desierto, que según las leyendas incas abriría a tragar los viajeros.
Esto es
realmente grandes agujeros en la superficie de la sal, de la que el agua fluye
a continuación. Sin experiencia, es difícil distinguir entre ellos y llegar a
ser peligroso. Cuando le pregunto cómo se originó el Salar, la guía indica una
montaña de distancia. Es el volcán Tunupa, casi 5.500 m de altura. Hace muchos
años, cuando el eje de la Tierra se inclina de manera diferente, el gobernante
inca Atahualpa recortó el seno de la hermosa Tunupa en las laderas del volcán. La
leche que fluía produjo el Salar. Sigo siendo un poco "desconcertado
escuchar la leyenda, pero el guía me lleva severamente, diciendo que es una
historia real.
Después de
cruzar el desierto de sal, si cumple con uno de la tierra roja, en la que se
extienden las sombras oscuras de las montañas. El camino es inexistente, pero
la guía parece ver todo. Después de la remota aldea de San Juan, se llega a un
segundo Salar, a Chiguana, rico bórax. Los colores cambian de nuevo y se siente
la altura, evita caidas. Sin embargo, aquí está lleno de vida. Cientos de
flamencos rosados en cualquier lugar hay agua. Es un agua no potable para
nosotros, cómo un montón de minerales. El viento agita la verde espuma de
decisiones y el rojo que parece piedra. No lejos de allí, fuma Ollagüe volcán silencioso,
con su pico nevado.
MEJOR QUE
PUEDAS 'SIEMPRE
Sin embargo,
dicen que lo mejor está aún por venir. Lo mejor de Desierto de Siloli con su
árbol de piedra, que parece sacada de un cuadro de Salvador Dalí? Oh, mucho
mejor, dice la guía. ¿Por qué todavía tenemos que ver las lagunas, el géiser
cuenca del Sol de Mañana y sobre todo la montaña perfecta, el volcán
Licancabur. La primera es que entre la Lagune Colorada. Se trata de un pequeño
lago rojo y púrpura, en lo profundo de un patio, situado a 4300 m de altitud.
Aquí es donde pasaremos la noche en habitaciones espartanas de un hostal,
amontonados frente a la estufa de leña. Habla poco, por lo que sólo se admirar
el cielo a través de la ventana, con su resplandor de las estrellas. Al
amanecer, medio congelados, subamos a casi 5.000 m. El sol brilla en nosotros
cuando estamos en medio de la cuenca del géiser, entre el vapor caliente y lodo
burbujeante, con la luna todavía colgando en el horizonte de las rocas.
Ya es casi Chile. La carretera baja, vamos a lo largo de una pared. Falta la montaña perfecta, pero no hay necesidad de decirnos lo que es. El volcán Licancabur, simétrico, de oro en el azul de la mañana, se levanta al lado de nosotros. A sus pies, la Laguna Verde, lleno de plomo, arsénico y carbonato de calcio. Se dice que la boca del volcán ha sido anfitrión de una vez a la cripta inca. Si lo deseas, puedes subir: la escalada es un reto desde el punto de vista técnico, aunque es muy difícil para la altitud, el frío y el viento. No muy lejos de la laguna, un puñado de edificios. Estamos en la frontera, dice la guía. Luego bajamos con mochilas al hombro, y le damos las gracias por todas las historias, nos dijo. Falta una hora en San Pedro de Atacama. Incluso desde allí - asegura una conducción - usted ve el Licancabur. Nuestra montaña más bella le acompañará durante un tiempo.
Ya es casi Chile. La carretera baja, vamos a lo largo de una pared. Falta la montaña perfecta, pero no hay necesidad de decirnos lo que es. El volcán Licancabur, simétrico, de oro en el azul de la mañana, se levanta al lado de nosotros. A sus pies, la Laguna Verde, lleno de plomo, arsénico y carbonato de calcio. Se dice que la boca del volcán ha sido anfitrión de una vez a la cripta inca. Si lo deseas, puedes subir: la escalada es un reto desde el punto de vista técnico, aunque es muy difícil para la altitud, el frío y el viento. No muy lejos de la laguna, un puñado de edificios. Estamos en la frontera, dice la guía. Luego bajamos con mochilas al hombro, y le damos las gracias por todas las historias, nos dijo. Falta una hora en San Pedro de Atacama. Incluso desde allí - asegura una conducción - usted ve el Licancabur. Nuestra montaña más bella le acompañará durante un tiempo.
PARA USAR:
Un libro para
leer: La frontera desapareció Luis Sepúlveda (Bloomsbury)
Una película
para ver: Che - Guerrilla Steven Soderberg (2008)
Para más información:
La mejor manera de visitar el Circuito Sur-Occidental es confiar en una de las
muchas agencias de Uyuni. Las excursiones duran siempre unos pocos días y las
habitaciones son, en general, muy básico.
MARCO ANTONIO ETCHEVERRY: "ME GUSTARÍA UNA SALIDA AL
MAR PARA BOLIVIA"
El ex mediocampista reconoció además el duro momento del
combinado altiplánico: "No tiene un lugar propio para entrenar".
La Tercera de Chile (www.latercera.com/noticia)
En la
actualidad, la selección boliviana está lejos del fútbol conducido por los pies
de Marco Etcheverry. El 10 de la generación dorada de los verdes guió su equipo
al Mundial de 1994, el segundo y último de Bolivia luego de la cita de 1950, y
llegó a la final de la Copa América 1997 con los altiplánicos.
Once años
después de su retiro del combinado verde en 2003, no queda casi nada. La
escuadra altiplánica ocupa el puesto 85 del Ranking FIFA, sufre con la falta de
recursos económicos y no tiene un DT fijo desde la salida del español Xavier
Azkargorta en marzo pasado.
"Es tan
dramática nuestra situación que no tenemos ni lugar propio para entrenar", arranca Etcheverry en su análisis sobra la endeble situación que vive el
fútbol de su país: "La Selección tiene graves problemas económicos y
políticos. Por eso, no tenemos un proyecto futbolístico grande de parte de
nadie. Además, no tenemos infraestructura como la tiene Chile".
Así es
imposible despegar o, al menos, ilusionarse con mejorar...
Usted lo dijo.
Y para colmo, cuando llueve, los clubes no quieren prestarnos sus
espacios. Entonces, poca gente quiere ir a hacerse cargo de un proyecto.
¿Y qué cree que
deberían hacer en la federación para revertir esa situación?
Los dirigentes
deben hacerse responsables de una buena planificación para la preparación del
equipo. Creo que hay tiempo para que se den cuenta de que no basta participar
entrenando 15 días con la selección.
A seis meses de
la Copa América, el panorama es desalentador.
Bolivia
necesita resultados, porque ellos impulsan la organización y la economía de la
Federación. Y si no dan resultados, todos les darán las espaldas como a
cualquier otro proyecto.
Bolivia
visitará Chile para la Copa, y puede surgir el tema de la negociación marítima
entre ambos países. ¿Toma partido en ese asunto?
Tengo mi pensamiento.
Sería lindísima una buena solución para el país, que tengamos la felicidad de
tener mar. Sé que Cancillería y el Gobierno están trabajando en ese sentido,
así que es hermosa la tarea de las autoridades de intentar obtener una salida
al mar. Ojalá podamos cumplir ese sueño.
¿Cree toda la
discusión sobre la salida al mar pueda afectar al equipo en la Copa?
No, porque la
selección debe enfocarse en mejorar dentro de la cancha. El Gobierno y
Cancillería están haciendo bien su trabajo, y el equipo debe hacer el suyo.
EX PRESIDENTES Y CONGRESISTAS HARAN GIRAS EN ENERO POR
DEMANDA EN LA HAYA
Terra de Chile (www.noticias.terra.cl/chile)
Con vista a los
alegatos que se llevarán a cabo en La Haya en 2015, los ex presidentes de la
República y parlamentarios iniciarán en enero las giras internacionales para
difundir la postura chilena frente a la demanda marítima presentada por Bolivia
ante la Corte Internacional de Justicia."Hay parlamentarios y ex
presidentes que estarán viajando en enero. Yo mismo tendré entrevistas con
personeros internacionales. Prefiero mantener bajo reserva quiénes, cuándo y
dónde. Ya se sabrá oportunamente, si conviene al interés nacional", dijo
el canciller Heraldo Muñoz a un matutino.
Si bien no
entregó mayores detalles de esta gira, Muñoz indicó que se tratará de
"contactos con sus pares, entrevistas con altas autoridades del Ejecutivo
de los países que visitan y encuentros con líderes de opinión, dependiendo del
país en cuestión", cita Emol.
Dichas
gestiones también se llevarán a cabo en la reunión de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se realizará el 29 de enero en Costa
Rica. "En la Celac se abordarán los temas del plan de acción 2015. Y
siempre hacemos gestiones para difundir nuestra posición respecto a la demanda
boliviana. Lo de Celac ha sido contemplado oportunamente", dijo Muñoz.
Las giras
internacionales forman parte de la estrategia comunicacional ideada por el
Ministerio de Relaciones Exteriores para difundir en el extranjero los
argumentos chilenos frente a la demanda marítima de Bolivia presentada en La
Haya.
De esta forma,
el Gobierno ya ha presentado un texto con los argumentos, además de un video
que cuenta con la participación de la Presidenta Michelle Bachelet y los ex
mandatarios Ricardo Lagos, Sebastián Piñera y Eduardo Frei. Asimismo, en
diciembre se lanzó el portal "Mito y Realidad", donde se explica
también la postura chilena.
Desde la Independencia nuestro país ha desarrollado una
política hegemónica en el Pacífico sur. Es cierto que en el siglo XIX ésta fue
una matriz común de Occidente, particularmente de los países europeos que se
constituían en referentes “civilizatorios”.
El Ciudadano de Chile (www.elciudadano.cl)
En el caso de
Chile esto se ve insinuado desde el momento que -en unión con Argentina- le
imponen a Perú su independencia. Podemos hablar de “imposición”, ya que un
significativo sector de los peruanos no vio a la expedición chileno-argentina
como libertadora. Así, el posterior presidente de Chile, Francisco Antonio
Pinto, manifestó en el curso de dicha campaña -en 1822- su preocupación por la
seguridad de las fuerzas chilenas, “porque casi todas las facciones de Lima nos
miran como enemigos y sería un día de júbilo para ellas la noticia de nuestra
derrota” (Sergio Villalobos, Chile y Perú. La historia que nos une y nos
separa, 1535-1883; Edit. Universitaria, 2002; p. 15).
Lo anterior se
institucionalizó como reacción al surgimiento de la Confederación
Perú-Boliviana, que fue considerada inaceptable por la política exterior
chilena de los años 30 del siglo XIX. De este modo, el virtual dictador de la
época, Diego Portales, enunció una orientación claramente hegemónica en una
carta al comandante en jefe de las fuerzas navales y militares de Chile, el
general Manuel Blanco Encalada, del 10 de septiembre de 1836: “La posición de
Chile frente a la Confederación Perú-Boliviana es insostenible. No puede ser
tolerada ni por el pueblo ni por el gobierno, porque ello equivaldría a su
suicidio. No podemos mirar sin inquietud y la mayor alarma, la existencia de
dos pueblos confederados, y que, a la larga, por la comunidad de origen,
lengua, hábitos, religión, ideas, costumbres, formarán, como es natural, un
solo núcleo (…) La Confederación debe desaparecer para siempre jamás del
escenario de América. Por su extensión geográfica; por su mayor población
blanca; por las riquezas conjuntas del Perú y Bolivia, apenas explotadas ahora;
por el dominio que la nueva organización trataría de ejercer en el Pacífico,
arrebatándonoslo; (…) por la mayor inteligencia de sus hombres públicos, si
bien de menos carácter que los chilenos; por todas estas razones, la
Confederación ahogaría a Chile antes de muy poco. Cree el gobierno, y éste es
un juicio también personal mío, que Chile sería o una dependencia de la
Confederación como lo es hoy Perú, o bien la repulsa a la obra ideada con tanta
inteligencia por Santa Cruz, debe de ser absoluta (…) Las fuerzas navales deben
operar antes que las militares, dando golpes decisivos. Debemos dominar para
siempre en el Pacífico: ésta debe ser su máxima ahora, y ojalá fuera la de
Chile para siempre” (Ernesto de la Cruz, Epistolario de don Diego Portales,
Tomo III; Impr. de la Dirección General de Prisiones, 1938; pp. 452-4).
Tanto o más
decidoras que dichas palabras fueron los comentarios que de ellas hizo el
connotado historiador Mario Góngora, ¡en 1986!: “Es posible que nunca haya sido
visto con tanta claridad el destino de Chile, y a ese horizonte histórico de
Portales correspondió precisamente la expansión territorial y la expansión
comercial marítima de Chile en el siglo XIX”. (Ensayo histórico sobre la noción
de Estado en Chile en los siglos XIX y XX; Edit. Universitaria, 1992; p. 36).
DESCONFIANZA
CON EE.UU.
Esta búsqueda
de hegemonía fue complementada con otras dos características de nuestra
política exterior, a su vez, íntimamente ligadas: la reticencia frente a la
creciente expansión de la hegemonía de Estados Unidos en el continente y la
promoción -al menos verbal- de la creación de una comunidad hispanoamericana de
naciones.
Notablemente,
ya en 1822 Diego Portales -lejano todavía de sus cargos políticos- escribía en
carta a su amigo José Cea: “El presidente de la Federación de N. A., Mr Monroe,
ha dicho: ‘Se reconoce que la América es para éstos’. ¡Cuidado con salir de una
dominación para caer en otra! Hay que desconfiar de esos señores que muy bien
aprueban la obra de nuestros campeones de liberación, sin habernos ayudado en
nada: he aquí la causa de mi temor (…) Yo creo que todo obedece a un plan
combinado de antemano; y ese sería así: hacer la conquista de América, no por
las armas, sino por la influencia en toda esfera. Esto sucederá, tal vez hoy
no; pero mañana sí. No conviene dejarse halagar por estos dulces que los niños
suelen comer por gusto, sin cuidarse de un envenenamiento” (Ernesto de la Cruz,
Ibid, Tomo I; p. 12).
En la mitad de
la década de 1850, El Mercurio de Valparaíso planteaba incluso que “no hay que
engañarnos, la conquista de la América española está resuelta por el gabinete
de la Unión” (2-2-1855); y se zahería a los “yanquis”: “Vosotros sois los
únicos que habéis en el mundo inventado el medio civilizador de destruir todo
lo que no os agrada (…) vosotros sois una amenaza viva a todo lo que os toca y
os rodea, porque con vosotros nunca se puede vivir en paz por mucho tiempo.
Este es el peligro de Chile y el de todas las repúblicas americano-españolas”
(13-2-1855) (ver Hernán Ramírez Necochea, Historia del imperialismo en Chile;
Edit. Austral, 1970; pp. 80-1).
Por otro lado,
pero en relación con lo anterior, personalidades muy relevantes de la
oligarquía chilena propusieron a mediados del siglo XIX una integración
“hispano-americana”. Así, Pedro Félix Vicuña (fundador de El Mercurio de
Valparaíso) propuso ya en 1837 la creación de un Gran Congreso Americano con
exclusión de Estados Unidos (ver Sociedad de la Unión Americana de Santiago de
Chile, Colección de ensayos y documentos relativos a la Unión y Confederación
de los Pueblos Hispano-Americanos; Impr. Chilena, 1862; pp. 213-25). A su vez,
Manuel Carrasco Albano señaló en 1855 la necesidad de constituir un Congreso
General Sudamericano cuyo “objeto primordial” fuera “concertar los medios de
defensa necesarios para impedir las sucesivas usurpaciones del coloso
norteamericano (…) estrechar los vínculos que unen (…) la América española,
oponer a la Confederación política norteamericana la federación moral de una
nacionalidad sudamericana” (Ibid; pp. 261-2).
Incluso el
intelectual revolucionario Francisco Bilbao propuso en 1856, desde su exilio en
París, la creación de una Confederación de Estados Sudamericanos que impidiera
el dominio de Estados Unidos, que “extienden (sus garras) cada día más en esa
partida de caza que han emprendido contra el Sur. Ya vemos caer fragmentos de
América en las mandíbulas sajonas del boa magnetizador, que desenvuelve sus
anillos tortuosos. Ayer Texas, después el norte de México y el Pacífico saludan
a un nuevo amo. Hoy las guerrillas avanzadas despiertan el Istmo, y vemos a
Panamá, esa futura Constantinopla de la América (…) mecer su destino en el
abismo y preguntar: ¿seré del sur, seré del norte?” (Ibid.; pp. 280-1).
AFANES
HEGEMONICOS
Sin embargo, la
vocación latinoamericana chilena se entremezcló subrepticiamente con sus afanes
hegemónicos en el Pacífico sur. Así, en 1855, cuando Ecuador suscribió un
proyecto de tratado con Estados Unidos por el cual le entregaría en concesión
las islas Galápagos (dado que se creía que allí había covaderas ricas en
guanos) a cambio de su defensa de todo ataque exterior, el gobierno chileno (de
Manuel Montt) dirigió una nota circular a las cancillerías americanas en la que
señalaba que “Ecuador, sometido a la protección de Estados Unidos, tendrá por
algún tiempo las apariencias de un Estado independiente y, en seguida, entrará
a figurar como una colonia norteamericana”; agregando de modo amenazante: “Que
Estados hermanos se degraden, abdicando de su nacionalidad, es para el gobierno
del infrascrito una calamidad que no podrá ver acercarse y desenvolverse sin
hacer todos los esfuerzos posibles para contrariarla, para alejarla de los
Estados sudamericanos” (Mario Barros, Historia diplomática de Chile 1541-1938;
Edit. Andrés Bello, 1990; p. 203).
Ante la
indiferencia del resto de los países, el gobierno de Montt envió incluso un
representante para disuadir a Ecuador. El desenlace fue que Estados Unidos se
desinteresó del proyecto al comprobarse que no existía guano industrial en
dichas islas (ver ibid.; p. 204).
Más notable aún
fue el hecho de que Chile en 1865 liderara una guerra contra España (con Perú y
Ecuador) por un conflicto entre este país y Perú, llegando incluso a apoyar el
derrocamiento del presidente del país vecino, por considerar poco digno un
acuerdo suscrito entre Perú y España para resolver el diferendo (ver Domingo
Amunátegui, La democracia en Chile; Universidad de Chile, 1946; p. 167).
Posteriormente,
en 1874, Chile delimitó territorios con Bolivia de manera tal que en una franja
sur (entre los paralelos 23° y 24°) ésta quedó impedida de subir los impuestos
a “las personas, industrias y capitales chilenos” por 25 años (ver Jaime
Eyzaguirre, Breve historia de las fronteras de Chile; Edit. Universitaria,
2000; p. 70), a través de una cláusula bastante hegemónica y congruente con la
expansión de la actividad económica chilena y el abandono boliviano de su
propio litoral. Hay que tener presente que en 1879 la Antofagasta boliviana
estaba poblada en un 93% por chilenos (ver ibid.; p. 71). De este modo, cuando
el gobierno boliviano quiso en 1878 ejercer una plena soberanía económica sobre
dicho territorio alzando los impuestos, Chile adujo la violación de aquella
disposición como casus belli, invadiendo todo el litoral boliviano. Y como en
temor al hegemonismo chileno, Bolivia y Perú habían suscrito un tratado secreto
de alianza en 1873, este último se vio también arrastrado a la guerra.
A su vez,
Estados Unidos, que ya durante la guerra de Chile contra la Confederación había
tenido una disposición favorable a ésta (ver Heraldo Muñoz y Carlos Portales,
Una amistad esquiva. Las relaciones de Estados Unidos y Chile; Edit. Pehuén,
1987; p. 21), durante la guerra del Pacífico presionó a Chile para evitar su
anexión de territorios peruanos, lo que condujo a ambos países a una relación
de hostilidad (ver Fredrick Pike, Chile and The United States. 1880-1962;
University of Notre Dame Press, 1963; pp. 47-62).
EE.UU. IMPONE
SU HEGEMONIA
Por otro lado,
Estados Unidos quiso en 1881 efectuar una reunión interamericana para avanzar
su hegemonía en el continente y contrarrestar el expansionismo chileno. Su
fracaso fue recibido con alivio por el gobierno chileno (ver Ibid.; p. 60).
Finalmente, EE.UU. logró en 1889 efectuar una Conferencia que dio origen a la
Unión Panamericana, la que hasta bien entrado el siglo XX contó con la total
reticencia de la oligarquía chilena, producto de su resistencia al hegemonismo
global estadounidense y la defensa del hegemonismo chileno en el Pacífico sur.
En todo caso, en dicha reunión se dio una sintomática unión de Chile con el
país del norte en contra de un proyecto de tratado presentado por Argentina
-apoyado por Brasil- de arbitraje general y obligatorio de disputas
interamericanas y para declarar “inaceptable en América las adquisiciones
pasadas o futuras de territorio a través de la amenaza o del uso de la agresión
militar” (Ibid.; p. 64). Según Pike “el principal propósito de este paso fue
avergonzar a Estados Unidos y Chile, colocando al primero a la defensiva por el
Tratado de Guadalupe Hidalgo que terminó la guerra mexicana, y al segundo en
relación al Tratado de Ancón” (Ibid.; p. 64).
La creciente
hegemonía norteamericana en el continente fue generando diversos conflictos con
nuestro país que derivaron, en dos casos, en sendas imposiciones de Estados
Unidos a Chile. En el caso Baltimore en 1892 -provocado por la muerte de dos
marinos estadounidenses en una gresca en Valparaíso, al recalar un barco- que
terminó con disculpas públicas y reparaciones a las víctimas. Y en el caso
Alsop en 1911 -provocado por reclamaciones de accionistas yanquis respecto
de negocios desarrollados en territorios bolivianos conquistados por Chile- que
terminó con un arbitraje del rey de Inglaterra y no del presidente de Brasil,
como quería Chile.
MAR PARA
BOLIVIA
Pero sin duda
que la imposición más relevante fue la que obligó virtualmente a nuestro país a
negociar un acuerdo satisfactorio para Perú respecto del destino final de Tacna
y Arica; tema que había quedado pendiente de resolución mediante un plebiscito
a efectuarse en 1894, de acuerdo al Tratado de Ancón, pero que Chile había
postergado indefinidamente. La presión ejercida por Estados Unidos, en la
década del 20, fue crucial para ello.
Si bien dicha
negociación -traducida en el Tratado de Lima de 1929, que le restituyó Tacna a
Perú- le permitió a Chile “reintegrarse” al escenario latinoamericano y dejar
de ser “la Prusia de Sudamérica”, como fue motejado a comienzos del siglo XX,
una cláusula de dicho tratado le ha permitido a nuestro país seguir demostrando
un hegemonismo decimonónico con Bolivia hasta el día de hoy. Se trata de la
disposición que establece en los hechos que Chile solo podría negociar una
salida soberana al mar para Bolivia -sin quedar partido en dos- con el acuerdo
de Perú.
Pero en lugar
de aprovechar positivamente dicha cláusula para resolver de manera
satisfactoria para los tres países el que Bolivia obtenga una salida soberana
al mar, y que terminemos con los resabios que enturbian nuestras relaciones, el
Estado chileno prefiere el camino inmovilista de perpetuar la humillación y el
resentimiento boliviano. Y con ello, indirectamente, continúa también
preservando el resquemor peruano.
¿Cómo no nos
damos cuenta que responde al interés nacional de Chile -y no solo a la ética y
a la fraternidad humana- el abandono de toda pretensión hegemónica?
GOBIERNO LANZA PLAN PILOTO PARA PURIFICAR AGUA Y DEJARLA
POTABLE
Mecanismo, inventado por un chileno, será presentado hoy
en Peñaflor y su instalación se extenderá a otras cuatro localidades.
La Tercera de Chile (www.latercera.com/noticia)
El Ministerio
de Desarrollo Social implementará un nuevo sistema para purificar agua y
convertirla en potable, que beneficiará a cinco comunidades del país que,
actualmente, se abastecen a través de pozos.
El mecanismo
será presentado hoy en el hogar de niños Koinomadelfia, de Peñaflor,
perteneciente a la congregación Siervos de María, y que alberga a más de 90
niños, de cero a 18 años que han sido derivados desde distintos tribunales de
familia.
Se trata de una
máquina inventada por el científico chileno Alfredo Zolezzi, y que permite
purificar agua no bebestible y volverla 100% potable, en forma inmediata al
abrir una llave, disminuyendo, de paso, los potenciales riesgos a la salud. El
sistema será instalado en forma piloto en cinco comunidades. La primera será el
hogar de niños en Peñaflor y luego se implementará en la escuela rural
Heriberto Erlwein, en Curacaví; el campamento Longovilo, de Melipilla; el
campamento El Milagro, en Quilicura, y la Escuela Pedernal, en Petorca, V
Región.
La idea,
explicó la ministra de Desarrollo Social, María Fernanda Villegas, es
monitorear el sistema por un período de 12 meses, evaluando los estándares del
servicio, los cambios en la comunidad y los efectos sobre la salud. Las
comunidades serán capacitadas para la administración autónoma de la máquina.
“Para nosotros
es clave fomentar la innovación social y para eso hemos puesto los recursos
necesarios que permitan su fomento”, dijo Villegas. El desarrollo de esta
tecnología se enmarca en un convenio que realizó el ministerio, a través del
fondo “Chile de Todas y de Todos”, con Advanced Innnovation Center (AIC) y la
Fundación Avina.
¿CÓMO FUNCIONA?
El dispositivo
utiliza la tecnología Plasma Water Sanitation System (PWSS), que sanea el
recurso, basándose en la transformación de un flujo continuo de agua en plasma,
al interior de una cámara de reacción. Este método permite la eliminación del
100% de microorganismos y bacterias.
La máquina ha
sido desarrollada íntegramente en Chile por el AIC, que lidera Zolezzi, y en la
cartera aseguran que busca resolver una problemática social y sanitaria a
escala mundial.
De esta forma,
indicó la ministra, Chile será el primer país del mundo en utilizar esta
tecnología al servicios de los más pobres. En los próximos meses se
implementará este sistema en Bolivia, Paraguay y algunas naciones de Africa que
han solicitado esta tecnología.
“Con este
proyecto, Chile se pone a la vanguardia desde el punto de vista de la
innovación social y la tecnología pensada al servicio de la superación de la
pobreza. Aquí la diferencia está dada porque esta tecnología no está dispuesta
al mercado, sino que apunta a solucionar la realidad de muchas familias”, dijo
Villegas.
ALEIDA GUEVARA, LA HIJA MAYOR DEL CHE
“HACE
FALTA QUE LOS PUEBLOS SEAN MÁS DUEÑOS DE SU DESTINO”
Nació
cuando la revolución apenas comenzaba. Tiene algunos pocos recuerdos de su
padre, que desgrana en esta entrevista. Y todos sus ideales: como pediatra
trabajó en varios países, brindando asistencia médica en condiciones extremas.
Aquí defiende el camino cubano y traza un panorama sobre América latina. “Hay
mucho todavía que resolver”, dice sobre el descongelamiento de las relaciones
entre Cuba y Estados Unidos.
Página
12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
El
descongelamiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos ha sido la gran
noticia de fin de año, pero la hija del Che, la pediatra Aleida Guevara, recordó
que queda mucho por recorrer. “José Martí decía que cultivaba una rosa blanca
para su amigo, pero también para su enemigo. Nosotros tenemos todavía que
aprender mucho de Martí. Hay un sentimiento de nuestro pueblo que no se va a
borrar tan rápido, porque son muchos años en que el gobierno de Estados Unidos
ha mantenido organizaciones terroristas que han actuado en nuestro país. Si hay
respeto por la soberanía de nuestro pueblo, podemos comerciar libremente. Hay
mucho todavía que resolver”, declaró a la prensa italiana. Página/12 dialogó
con Aleida Guevara días antes del anuncio, a su paso por Londres para una
conferencia en la Central de Trabajadores británica sobre América latina.
–¿Qué diría
el Che hoy de Cuba y América latina?
–No puedo
contestar por mi papá, porque él no está, no vivió en esta época. Pero
seguramente estaría exigiendo mucho más y estaría peleando con nosotros por las
cosas que dejamos de hacer. Eso seguro. Todavía el sueño latinoamericano no es
realidad. Nos falta mucho para poder alcanzarlo. El ALBA: fíjate que estamos
solamente Cuba, Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia. Ni siquiera Argentina
y Brasil participan del ALBA. O sea que todavía estamos iniciando un proceso.
–¿Qué dice
Aleida Guevara de América latina?
–Yo creo que estamos
caminando. En los últimos años ha habido un renacimiento de la Patria Grande.
Países como Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua han marcado la diferencia.
Ahora Cuba no es una isla aislada desde el punto de vista político y económico.
Formamos parte del ALBA, con lo que comienza una nueva etapa en la integración
de América latina. Igual estaría de acuerdo con mi papá en que nos falta
muchísimo. Hace falta más unidad dentro de nuestro continente. También nos hace
falta que los pueblos sean más dueños de su destino y para eso necesitan ser
dueños de lo que producen. Mientras las transnacionales nos sigan sacando
nuestras reservas, nuestros productos, y mientras nuestros pueblos sigan
pasando hambre, no estaremos llegando adonde de verdad tenemos que llegar. Y
hay que recordar otra vez lo que decía el Che en cuanto a que también hay que
transformar al hombre junto a los cambios en la producción. Necesitamos hombres
que piensen en la solidaridad y en la grandeza que un ser humano siente cuando
es útil a otro. Trabajo mucho con el MST, el Movimiento Sin Tierra de Brasil,
dando conferencias, exponiendo las cosas de mi papá, discutiendo y aprendiendo
de ellos. Me parece uno de los movimientos sociales más importantes de América
latina por su coherencia, por su dinamismo, por lo que ha alcanzado viviendo en
una sociedad capitalista. El MST ha logrado conquistar tierras, hacer
cooperativas y producir muchísimo, pero no sólo para autoconsumo o para tener
excedente para vender sino, también, en un excedente para alimentar al resto
del movimiento. No sólo trabajan para ellos sino que son solidarios con otros
movimientos sociales. Al principio del MST, los campesinos pensaban “yo sólo
quiero la tierra para alimentar a mis hijos”. Hoy le pregunta uno lo mismo y dice
que ahora se da cuenta de que la tierra no es un bien propio, es un bien
colectivo.
–Dice que
Cuba está menos aislada, pero la realidad es que sigue sufriendo el bloqueo.
–Está menos
aislada gracias a esta nueva realidad en América latina, pero el bloqueo nos ha
afectado desde el principio. A veces ha hecho que hombres o niños cubanos
perdieran la vida porque no tenían los medicamentos correspondientes. Por
suerte tenemos una gran solidaridad de muchas partes del mundo. Eso nos da
fuerzas para saber que no estamos solos. Decía José Martí que el hombre que
descubre las virtudes de otro es porque las lleva en sí mismo. Si son
solidarios con Cuba es porque nos sienten cercanos, porque son capaces de
reconocer las virtudes de nuestro pueblo. Pero hay situaciones muy duras por
culpa del bloqueo. Le doy un ejemplo: un niño de pocos años de vida con una
meningoencefalitis viral que, para curarse, precisa un medicamento que tiene
patente en Estados Unidos. Hicimos lo imposible por obtener el medicamento.
Cuando lo conseguimos después de muchos problemas con Estados Unidos, el niño
había fallecido. ¿Cómo le explica eso uno a la madre? Por eso decimos que el
bloqueo produce mucho desgaste económico, pero lo más importante no se puede
palpar porque el costo humano que ha causado no se puede valorar en dinero.
–Pero, a
pesar del bloqueo, el servicio de salud en Cuba es un referente mundial y Cuba
ha exportado doctores.
–La salud del
hombre es un derecho. Si uno le pregunta a cualquier ser humano cuánto pagaría
por la vida de su hijo, no hay cifra porque es algo que no tiene precio. No se
puede negociar con la salud del ser humano. Este principio nos permite mostrar
a los pueblos lo que somos. No somos diferentes como seres humanos sino porque
nos han educado en una sociedad socialista. Por eso necesitamos dar el ejemplo
de que es posible vivir en una forma diferente. En nuestro sistema de salud
hemos llegado a tener un doctor por cada 190 familias. Hoy muchos de estos
doctores están en otras partes del mundo. Hay pacientes cubanos que están
acostumbrados a tocar la puerta y tener un médico a su servicio. Pero el pueblo
sabe dónde está su médico y se siente orgulloso de su sistema de salud. Y no es
la salud únicamente. Estamos hablando de que todos tengan viviendas dignas, transporte
garantizado, seguridad, que estén libres de drogas, de violencia, que todos
puedan realizarse como seres humanos. ¿Por qué hemos llevado adelante tantos
programas de alfabetización? No sólo en la lengua de la colonización, español,
inglés, portugués. También en las lenguas de nuestros pueblos, quechua,
guaraní, aymara, para tratar que muchos pueblos puedan leer y escribir. ¿Por
qué hacemos esto? Primero, porque la educación es fundamental para que un
pueblo sea realmente libre y para que nadie pueda manipularlo y utilizarlo. La
educación nos da libertad de elegir. El Che nos recordaba mucho estas cosas.
Decía que nosotros podemos decirles a los demás lo que hay que hacer, pero si
no mostramos con el ejemplo, no tiene la gente por qué seguirnos.
–Usted tenía
cuatro años cuando el Che se fue al Congo y estaba por cumplir siete cuando lo
asesinaron en Bolivia. ¿Qué recuerdos tiene de él?
–Tengo muy
pocos recuerdos de mi papá. Hice un documental hace poco que se llama Ausencia
presente porque todo el mundo me pregunta lo mismo, y yo quiero un día
contarles a mis nietas y mis nietos los poquitos recuerdos que me quedan de su
bisabuelo y me gustaría que no perdieran la magia que tienen.
–Su padre
vivió una gran transformación desde el médico que dejó la Argentina y el
revolucionario cubanizado. ¿Tiene algún recuerdo del Che vinculado con la
Argentina?
–El único
argentino que conocía mi mamá era mi papá. Y mi papá era mal hablado, tenía
costumbre de jurar, como todos los argentinos (risas). Mi mamá era de origen
campesino y los campesinos en Cuba son muy educados. Entonces ella decía:
“Delante de mis niños no puedes decir esas malas palabras”. Y cuando mi hermano
Camilo empezó a decir esas malas palabras en la escuela, mamá lo retó a mi
papá: “¿Ves? Esas son las consecuencias”. Entonces papá le escribió un cuento a
Camilo que se llamaba “Pepe el Caimán”, y papá le contaba que tenía un amigo
que se llamaba Pepe el Caimán y que cuando se enteraba de que Camilo decía
malas palabras en la escuela, Pepe el Caimán se ponía tan molesto que le mordía
la pata a mi papá, así que Camilo se tenía que portar bien para que no le
mordiera la pata. Dio resultado. Hoy, Camilo es un hombre hecho y derecho... y
no dice malas palabras (risas).
–El mundo en
que vivió el Che es diferente al de hoy. Para muchos jóvenes, que pueden
compartir las aspiraciones e ideales del Che, resulta incomprensible el camino
de la lucha armada y la violencia. ¿Cómo ve esto? ¿Qué les diría?
–Yo pienso
que eso depende del momento que uno vive y del momento que está viviendo un
pueblo determinado. Yo estoy formada en una sociedad diferente. En nuestra
sociedad se valora mucho la vida. Pero nosotros estamos preparados militarmente
para defender nuestra patria hasta las últimas consecuencias. Entonces no queremos
la violencia, pero tampoco le tenemos miedo. La enfrentamos si hay que
enfrentarla. Es una manera de ver el mundo. Está demostrado que “un pueblo
unido jamás será vencido”, pero también que “un pueblo armado jamás será
aplastado”. Esa es Cuba. Esa es la realidad cubana. Si quieren tenerla en
cuenta, bien. Cada cual es dueño de sacar sus propias conclusiones. Yo muchas
veces le pregunto a la gente qué haría si viviera en Palestina, en Irak o en
Afganistán, hasta qué punto bajarían los manos y no tomarían las armas para
defenderse.
–En la
Argentina hubo no hace mucho un debate sobre la figura del Che Guevara desde la
misma izquierda, y una estudiante dijo que ella lo admiraba, pero al mismo
tiempo estaba en contra de la pena de muerte y por eso sentía un verdadero
conflicto personal sobre los fusilamientos de La Cabaña en 1959. ¿Cómo ve usted
esto hoy?
–Mi papá era
presidente de un tribunal. El no ordenaba los fusilamientos. El acataba la
decisión de un pueblo. Y la decisión del pueblo era fusilar a los asesinos,
torturadores, a la gente que hizo desaparecer a 20 mil cubanos. Esa fue la
decisión del pueblo. Mi papá hizo que se cumpliera. Y yo lo hubiera hecho
igual. Yo soy médico. Defiendo la vida, la vida de la gente que respeta esa
vida. Porque la gente que viola la vida de otra gente, no respeta la vida. Los
que hicieron desaparecer 30 mil personas en Argentina y quizás los mejores
jóvenes de ese país, ¿cómo hago con ellos? Ojalá estén pudriéndose en la
cárcel, ojalá todos estén presos. Sería muy bueno. A mí me preocupa la
sentencia de muerte, aunque habría que preguntarles a los padres de esos
desaparecidos qué sienten. Es una decisión de un pueblo. Lo que el pueblo
decida, hay que acatarlo.
–Como cubana,
la influencia del Che tiene algo especial porque además es su padre. Pero hay
otras dos influencias que usted siempre menciona: José Martí y Fidel Castro.
–Martí es el
maestro desde los primeros momentos de mi vida. Aprendí a leer con él. Aprendí
sus poemas desde chica. Hay uno que siempre recuerdo que es “Yugo y estrella”,
donde la madre de Martí brinda dos instancias de vida. El yugo, bajar la cabeza
y comportarte como un animal de carga, un buey, o la estrella que ilumina y
mata en la frente. Con la estrella hay mucha luz. Ilumina y mata: para poder limpiar
la costra de una sociedad muchas veces hay que pelear, si no, no lo logras.
Martí estaba hablando en aquel momento de la lucha contra los españoles. Y esto
no se hacía echándoles aire. Había que echar bala o machete. Esa era su
realidad. Ilumina porque va marcando un sendero, y mata porque va eliminando a
los enemigos del pueblo. La elección es de cada uno, si eres yugo o estrella.
–¿Y Fidel
Castro?
–Fidel Castro
es el hombre que lleva a la práctica a José Martí, el que hace realidad la obra
de muchos hombres magníficos del país, el que hace que el pueblo cubano tenga
por primera vez la posibilidad de llamarse cubano sin presencia extranjera, el
que nos ayuda a analizar las cosas. Es también el que nos enseña que somos no
sólo latinoamericanos sino afroamericanos, que le debemos al continente
africano muchísimo. Fidel inspira, es el que me ha enseñado a mí, junto al
ejemplo del Che, a ser internacionalista.
–Este
concepto de solidaridad internacional resulta muy difícil de entender en el
mundo actual para muchos países, en particular los desarrollados. La realidad
es que, con la crisis del ébola, unos 15 mil médicos cubanos se han ofrecido
como voluntarios. Su experiencia misma como médica está marcada por este
internacionalismo.
–Cuba ha
enviado una brigada médica, personal científico y personal auxiliar para tratar
de eliminar esta nueva pandemia que está asolando a la humanidad. Estamos
trabajando como equipo, que es la mejor manera de trabajar, viendo no sólo la
enfermedad sino viendo cómo prevenir, es decir, no sólo en la cura sino en la
prevención, para que no haya contagio. Cuba siempre ha tenido misiones
especiales médicas. Hemos estado muchos años trabajando con los pueblos
africanos. Es un poquito de lo que les debemos. Porque la cultura cubana es
eso: la mezcla de afro, español y un poquito de asiático. Hoy hay algunos
países que nos pueden pagar por esos servicios, como Qatar o Sudáfrica, y ese
dinero lo usamos para las misiones de países como Haití, que no pueden pagar
por estos servicios. Pero la razón por la que un médico cubano va es por la
solidaridad internacional. No hay dinero que pague el sacrificio humano que
representa esto.
–¿Cómo fue su
experiencia personal con las misiones?
–En los ’80,
Nicaragua no tenía muchos médicos, así que Fidel nos preguntó a los estudiantes
del último año de Medicina si queríamos ir allí. Fuimos muchos estudiantes.
Hicimos el último año de la carrera allá. Fue una experiencia extraordinaria,
porque yo nací con la Revolución Cubana y por tanto crecí siempre muy protegida
en mi país, y fue extraordinario salir a otro país y ver cosas que ni me
imaginaba que podían pasar, la discriminación con otros seres humanos, la
división en un país por ser católico o no, porque la misma Iglesia nicaragüense
estaba dividida, el trato con los indígenas... Yo estaba acostumbrada a
trabajar con hombres y mujeres negros que son como yo, temperamentales, y
decimos lo que pensamos; pero fue la primera vez que tuve contacto con los
indígenas. El indígena, para poder sobrevivir durante siglos, bajaba la cabeza
y después hacía lo que se le daba la gana. Aprendí muchísimo. Creo que ese
último año en Nicaragua me preparó para ser un médico que podía enfrentarme a
muchas cosas. Hice más de cien partos. Pero las primeras nicaragüenses que me
tuvieron de médico todavía me deben de andar buscando por ahí por los desastres
que pude haber hecho (risas). Una cosa que aprendí es lo importante que es
lograr entender que hay culturas distintas de las nuestras, olvidarnos del yo y
pensar en el nosotros. Años más tarde tuve el privilegio de hablar con parteros
quechuas en el norte de Ecuador. Me hubiera gustado tener ese privilegio antes,
porque esas mujeres nicaragüenses no me estarían buscando. Cuando le pregunté a
una mujer indígena por qué no quería atenderse con un médico blanco, ella
respondió: “No entiendo qué tiene que ver mi nombre, apellido y dirección con
el dolor que yo siento”. Y es verdad. Nosotros preguntábamos todas esas cosas.
Una mujer indígena me enseñó a ser una mejor profesional de la salud. A partir
de ese momento, cuando viene un paciente a mi consulta, lo primero que pregunto
es en qué puedo serle útil. Y después, si me acuerdo todo lo demás, del nombre
y la dirección. Hay muchas cosas de nuestras culturas que pueden ser utilizadas.
La manera que se hace el parto. Nosotros ponemos a las mujeres acostadas y sin
moverse, y tienen que hacer así sus necesidades fisiológicas; cuando todas las
poblaciones del continente y de Africa saben que la mejor manera de parir es
sentada o arrodillada.
–¿Cómo fue su
experiencia en Angola?
–Fue entre el
’86 y el ’88, los años más difíciles y duros de mi vida. La discriminación
racial, lo que significa la colonización de otro pueblo, fueron cosas que
aprendí muy duramente allí. No puedo contar todo lo que se sufre allí. Yo
trabajaba con niños tuberculosos. Recuerdo mucho a Fátima, una niña tuberculosa
a la que tuvimos que sacarle un pulmón porque no había remedio. Y cómo se
recuperó después. Recuerdo que lo último que vio aquella niña antes de ir a la operación
fue mi rostro, y lo primero que vio después fue también mi cara. Esas memorias
quedaron para siempre conmigo. Es muy crudo, sufrí mucho. Recuerdo un día en
que teníamos que hacer guardia en el edificio donde vivíamos porque estaba
Unita atacando y tocaba mi turno de hacer guardia. En la esquina de mi edificio
había un niño tapado con un bulto de periódico, y en eso la guardia va
caminando y toca un pie y de abajo de ese bulto sale un niño desnudo y ni
siquiera protestó; fue muy difícil para mí poder aceptar eso y entonces lo
llamé. Le pedí a una compañera que me guardara el puesto un momento, me quité
un pulóver que llevaba puesto y cuando se lo puse, el niño me miró y me dijo:
“Mamá”. Es algo que queda con uno el resto de la vida. Cosas en que tú te dices
“no hay derecho que exista esto” (se le quiebra la voz y se le humedecen los
ojos). Eso me hizo mejor ser humano y mejor médico también, pero por sobre
todas las cosas me llenó de fuerzas para darme cuenta de que por mucho que
pensemos que hacemos, no es suficiente.
–¿Qué va a
pasar en Cuba cuando no estén Fidel Castro ni su hermano Raúl?
–Hay que
conocer al pueblo cubano. Es un pueblo que luchó siglos por su soberanía e
independencia. Una vez que la obtuvo, ¿la va a perder? Nunca. Fidel y Raúl son
especiales. No cabe duda de que Fidel es el guía del pueblo cubano. Pero lo más
importante que han hecho es facilitar la educación del pueblo cubano para que
nadie los pueda utilizar, manipular o engañar. En ese sentido, el pueblo cubano
es un pueblo libre y tiene conciencia de lo que vive y porta en sus manos. Es
una decisión del pueblo. Seguimos adelante.
¿Y
LAS VÍCTIMAS DEL CASTRISMO?
Por
Carlos
Sánchez Berzaín.- Anunciada la normalización de relaciones entre los
Estados Unidos y Cuba, se abre un conjunto muy amplio de cuestiones relativas a
que la dictadura se encamine al cumplimiento de los principios de libertad y
democracia, sin cuyo logro en el corto plazo la nueva política podría quedar
reducida solo a una exitosa maniobra castrista. Entre tales cuestiones, una de
las más importantes y poco mencionada es la relativa a las víctimas de la
dictadura.
ABC
de Paraguay (www.abc.com.py)
Los estados
de las Américas reconocen la “democracia” como “indispensable para la paz y el
desarrollo de la región”. Está concebida, descrita, enunciada y aceptada como
fundamento y obligación internacional en la “Carta Democrática Interamericana”
(CDI), firmada por todos los estados americanos, menos Cuba.
El artículo 7
de la CDI manda que “la democracia es indispensable para el ejercicio efectivo
de las libertades fundamentales y los derechos humanos, en su carácter
universal, indivisible e interdependiente…”. El artículo 10 de la CDI establece
que “la promoción y fortalecimiento de la democracia requieren el ejercicio
pleno y eficaz de los derechos de los trabajadores y la aplicación de normas
laborales básicas…”. El artículo 11 proclama que “la democracia y el desarrollo
económico y social son interdependientes y se refuerzan mutuamente”.
Los
principios se aglutinan en los “elementos esenciales de la democracia”,
resumidos en el artículo 3 de la CDI: el “respeto a los derechos humanos y las
libertades fundamentales”, al que se agregan “el acceso al poder y su ejercicio
con sujeción al Estado de derecho”, la “celebración de elecciones libres”, un
“régimen plural de partidos y organizaciones políticas” y “la separación e
independencia de los poderes públicos”.
Esto permite
afirmar que sobre la “democracia” no hay nada que inventar, conceptualizar, ni
negociar en las Américas. Lo que sí hay son principios muy claros, de vigencia
universal, que los gobiernos de todos los estados americanos tienen la
obligación de cumplir. La normalidad es la democracia.
La dictadura
cubana ha ignorado, violado y desconocido estos principios en los últimos 55
años. De la mano del dinero venezolano aportado por Hugo Chávez, el castrismo
ha expandido su influencia y su modelo en los últimos 15 años, al punto de dar
fin con los sistemas democráticos en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua,
cuyos gobiernos, prácticamente de duración indefinida como su modelo, conforman
hoy el grupo de “las dictaduras del socialismo del siglo XXI” en las Américas.
Por su misma
naturaleza, la dictadura cubana ha producido millones de víctimas en su
territorio y en los países en los que interviene. La dictadura castrista ha
generado diversas clases de víctimas: muertos entre fusilados y asesinados;
exiliados; perseguidos; presos políticos y de conciencia; huérfanos, viudas;
víctimas de sus incursiones guerrilleras y de las guerrillas que organiza,
alienta y aún sostiene; masacres y atentados; asesinatos de reputaciones;
violencia contra la liberad de prensa; utilización de sus sistemas de justicia
como medio de persecución y represión política; víctimas y más víctimas de una
exitosa y eficiente dictadura que no ha dejado libertad sin vulnerar ni derecho
fundamental sin violar.
Entre las
víctimas vivas muchas han desarrollado sus potencialidades en la libertad que
les ha brindado el exilio. Son personas muy exitosas en diversos ámbitos pero
no en su patria; han ganado espacios de poder económico y político asumiendo la
nacionalidad del Estado que los ha acogido y forman, incluso, parte del
liderazgo nacional, pero siguen siendo víctimas.
Normalizar es
“regularizar o poner en orden algo que no lo estaba”, significa “hacer que algo
se estabilice en la normalidad”. Se trata de un propósito al que nadie podría
oponerse si produce un resultado para que Cuba vuelva a ser normal. En el fondo
debería tratarse de un proceso que de inmediato evite que la dictadura produzca
más víctimas y para devolverles su libertad, sus derechos y su patria a las
víctimas que han sobrevivido. No parece posible una normalización en sentido
estricto sin las víctimas en el centro del tablero.
El torbellino de elecciones presidenciales que hubo este
año en la región marca la continuidad en la tónica de hegemonía progresista. La
inercia del movimiento popular y el retroceso en el proceso de integración.
Apuntes críticos y balance continental de lo que deja el 2014 en las urnas y
más allá.
Revista
Sudestada de Argentina (www.revistasudestada.com.ar)
“Nuestros
sueños no caben en sus urnas”. La célebre consigna popular, masificada en los
años de rotundas abstenciones, votos-bronca y desprestigio de las clases dirigentes,
ya suena con un dejo de nostalgia. El cambio de época que vive Nuestra América,
con partida de nacimiento pongámosle a fines del ´98 con la victoria de Hugo
Chávez, que tuvo su clímax y gran envión con el entierro al ALCA en 2005 y que
siguió con la irrupción de un variopinto de gobiernos populares y progresistas,
vino de la mano de una recomposición de la institucionalidad tradicional y su
mecanismo electoral representativo. Salvo algunas excepciones -sobre todo donde
todavía comanda el neoliberalismo puro y duro-, las mayorías latinoamericanas
volvieron a las urnas alentadas por las innegables mejoras sociales, ya sean
tibias y parciales en la mayoría de los casos o con perspectivas
transformadoras como en Venezuela y Bolivia.
¿Cómo queda el
mapa geopolítico en América Latina y el Caribe tras las siete elecciones
presidenciales y otras tantas parlamentarias que hubo en el año? ¿Hacia dónde
va el proceso de integración huérfano de Chávez y con el avance de la
“restauración conservadora”? ¿Qué pasó con la efervescencia popular que copaba
las calles y tumbaba gobiernos a principios de siglo?
El tetra del PT
y el tri del Frente Amplio
Por su
gigantesco tamaño, sus más de 200 millones de habitantes, por ser la mayor
economía del continente y por su devenir como potencia emergente, Brasil es el
actor clave en el escenario regional. La magnitud de las elecciones de octubre
trascendía largamente sus fronteras. Dilma consiguió la reelección y el PT se
enrumba hacia su cuarto mandato. En un sentido, el triunfo en el balotaje
frente al socialdemócrata Aécio Neves significa un alivio. Pero también una
señal de alerta. La brecha se achicó y mucho: de los más de 20 puntos de
ventaja que sacó Lula en 2002 y 2006 y los 12 en la anterior elección de Dilma,
ahora se ganó apenas por tres.
Es verdad que
la carroña mediática puso esta vez toda la carne en el asador, pero no menos
cierto es el desencanto de buena parte de la población brasileña ante la falta
de solución a problemas estructurales (vivienda, transporte público) y la poca
audacia para impulsar cambios de fondo. Aun habiendo sacado de la pobreza a 40
millones de personas y reducido el desempleo a cifras históricas, el modelo
económico sigue ponderando el agronegocio y la tan mentada reforma agraria no
deja de ser una quimera.
Así y todo, los
movimientos populares bancaron la parada y le impregnaron cierta legitimidad
por izquierda a la candidatura de Dilma ante el cuco del retorno neoliberal. Y
la figura de Lula, poniéndose el equipo al hombro, también fue determinante.
Varios desafíos aparecen en el horizonte inmediato del gobierno petista: los
principales, cumplir la promesa de la reforma política a través de un
plebiscito constituyente e impulsar una ley de medios que revierta la
monopolización actual. Como sea, el PT deberá reinventarse, rescatar sus
orígenes y apostar al protagonismo popular si no quiere profundizar su debacle
y terminar como la verdeamarela en el Mundial. Las recientes designaciones de
ministros con perfil neoliberal no son una buena señal.
Similar
escenario vive el Uruguay, con la polarización entre un bloque de
centroizquierda y otro ultraliberal. También allí el primero sigue ganando la
pulseada. Por una ventaja histórica, el Frente Amplio volvió a derrotar a
blancos y colorados y arriba a su tercer gobierno. Sin embargo, la vuelta de
Tabaré Vázquez al centro de la escena vaticina un futuro de políticas aún más
moderadas. El ex presidente representa a los sectores más conservadores de la
coalición gubernamental, de hecho no acompañó los avances más progresivos de la
gestión del Pepe Mujica: la despenalización del aborto, el matrimonio
igualitario y la legalización de la marihuana.
En los
comicios, además, el FA logró conservar la mayoría parlamentaria y la derecha
perdió el plebiscito que buscaba bajar la edad de imputabilidad. Se consolida
así la hegemonía de un proyecto con ciertas políticas redistributivas pero que
tampoco apuesta a subvertir el patrón de acumulación.
Evo-lución
La elección más
cantada y contundente se dio en Bolivia. La paliza de Evo Morales fue una burla
a los agoreros del desgaste en el poder: tras nueve años en el Palacio Quemado,
logró el 61% de los votos vapuleando por más de 37 puntos al empresario Samuel
Doria Medina. Además de llegar a su tercer mandato, el MAS consiguió mantener
los dos tercios para la mayoría parlamentaria.
Pero quizá el
dato más significativo fue el triunfo de Evo en ocho de los nueve
departamentos, logrando hacer pie en buena parte de la otrora Media Luna
secesionista. En palabras del vice Álvaro García Linera, “se logró integrar al
oriente boliviano y unificar el país, gracias a la derrota política e
ideológica de un núcleo político empresarial ultraconservador, racista y
fascista”. Por si acaso, aclaró: “Por supuesto, somos un Gobierno socialista,
de izquierdas y dirigido por indígenas. Pero tenemos la voluntad de mejorar la
vida de todos”.
Un gran
espaldarazo a este histórico líder sindical que no terminó la secundaria y que
en 2006 se convirtió en el primer presidente indígena. Pero sobre todo, el
apoyo a un proceso que provocó una inédita metamorfosis: de país emblema del
colonialismo y la miseria a Estado Plurinacional que nacionaliza los sectores
estratégicos, aplica una fuerte redistribución y empodera a las grandes
mayorías indígenas.
Claro que esta
voluntad “integradora” que menciona el vice mucho tiene que ver con el impulso
a un modelo de desarrollo que incluye importantes avances en infraestructura y
tecnología (carreteras, red de teleféricos, el satélite Túpac Katari) pero que
también contiene aspectos con tintes contradictorios (conflicto en el TIPNIS,
ley de minería) que ponen en tensión los enfoques occidentales con las
cosmovisiones arraigadas en la Pachamama y el Buen Vivir.
Santos
recargado
Otro que logró
la reelección en 2014 fue el presidente colombiano. Cuesta creer que el Juan
Manuel Santos modelo 2008, comandando el bombardeo que aniquilaba a 22
guerrilleros en Sucumbíos como ministro de Defensa de Álvaro Uribe -violando la
soberanía ecuatoriana-, sea el mismo que se impuso este año ante el candidato
uribista con apoyo de buena parte de la izquierda, y que tiene altas chances de
quedar en la memoria histórica como el presidente que logró poner fin al
conflicto armado más largo de la región.
Con el
pragmatismo como rasgo principal, Santos desplegó una constante búsqueda por
sacarse la mochila de su antecesor y desmarcarse de esa impronta guerrerista y
entrelazada con el narcoparamilitarismo. Forjó así su fuerza propia con un
perfil más moderado bajo la fachada de la Tercera Vía como sustento ideológico.
Pero su carta central tiene que ver con los Diálogos de Paz con las FARC y el
inminente inicio con el ELN. Ese es el asunto transversal de su apuesta
política. Y gracias a venderse como “el candidato de la paz” conquistó la reelección
imantando apoyos de todo el arco político, en una elección que rondó el 60% de
abstención.
Aun así, vale
aclarar que su proyecto económico marca la continuidad neoliberal y que en
materia internacional -al margen de un mejor espíritu diplomático- mantiene el
carnal vínculo con Estados Unidos, siendo principal motor de la Alianza del
Pacífico, el bloque de gobiernos alineados al Norte.
De todas
formas, la etapa política en el país está marcada a fuego por la posibilidad de
clausurar una guerra que lleva más de medio siglo y ya se cobró más de seis
millones de víctimas. Ese es el principal desafío de Santos y por lo que lo
juzgará la historia, más allá de si Colombia en 2018 siga siendo uno de los
países más desiguales del planeta.
Centroamérica:
cambios y continuidades
La subregión
centroamericana, histórico bastión político y militar yanqui, también viene
experimentando una bocanada de aire fresco desde el retorno al gobierno del
Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Nicaragua en 2007 y el triunfo
del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en El Salvador en
2009, aun teniendo ambas experiencias un perfil aggiornado, lejos de sus
orígenes revolucionarios. También aportaron una luz de esperanza los tres años
y medio que duró Mel Zelaya en Honduras hasta que el golpe en 2009 abortó un
proceso que se corría hacia la izquierda (hoy, el partido LIBRE se consolida
como segunda fuerza).
Tres procesos
electorales se dieron en 2014 en el istmo centroamericano. Por apenas siete mil
votos, Salvador Sánchez Cerén logró la relección del FMLN en El Salvador. A
diferencia de su antecesor Mauricio Funes, un periodista sin pasado en la
organización, Sánchez Cerén proviene del propio riñón del FMLN y hasta fue uno
de los máximos comandantes de la guerrilla durante el conflicto armado que
vivió el país entre 1980 y 1992. Sin embargo, los meses que lleva en el
gobierno marcan más continuidad que profundización, con políticas sociales
activas y cierta retórica latinoamericanista pero sosteniendo una firme alianza
con Estados Unidos y con los vecinos reaccionarios de Guatemala y Honduras.
En Costa Rica,
el dato central fue el fin del bipartidismo que reinó durante más de cinco
décadas. El historiador y académico Luis Guillermo Solís llevó por primera vez
al poder al Partido de Acción de Ciudadana (PAC) y, con un discurso renovador,
logró destronar a su ex partido (el PLN) luego de una gestión ultraneoliberal
de Laura Chinchilla. En pocas palabras, Costa Rica experimenta un corrimiento
desde la extrema derecha hacia el centro.
Otro sillón
presidencial que cambió de color (pero no de rumbo) fue el de Panamá. El
empresario y miembro del Opus Dei Juan Carlos Varela le ganó la pulseada a José
Arias, delfín del exmandatario proestadounidense Ricardo Martinelli. La
elección confirmó el lugar de retaguardia que ocupa el país en la etapa de
cambios que vive la región: los tres primeros candidatos, todos de derecha,
concentraron el 98% de los votos. El ínfimo atisbo de oxígeno lo aportó el
debut del Frente Amplio por la Democracia (FAD) que, si bien no llegó al 1%, se
convirtió en la primera apuesta electoral panameña impulsada por movimientos
sociales, sindicales e indígenas.
Balance y
destino nuestroamericano
Echando una
mirada global, a todas luces fue un año de revalidación de las fuerzas
progresistas y de derrota para las tropas más retrógradas del espectro político
regional. Sin embargo, el panorama electoral no refleja la profundidad de la
realidad: mientras los primeros parecen haber pasado a la defensiva, se percibe
una paulatina recomposición de las derechas autóctonas, que adoptaron la
estrategia de fabricar líderes jóvenes y marketineros con perfiles más
moderados y discursos desideologizados, buscando reactualizarse y desmarcarse
de su responsabilidad en los malos viejos tiempos. Y -por si fuera poco- aún
cuentan con el poderío económico, la gran artillería mediática y la bendición
norteamericana.
Al mismo
tiempo, el proceso latinoamericanista que parió el ALBA, la Unasur y la Celac
pareciera haber entrado en una especie de amesetamiento y pérdida de
entusiasmo. Con la ausencia de Chávez, su líder y motor, ningún mandatario
intentó agarrar el guante, casi todos abocados a resolver los incendios y
disputas locales.
Trascartón, la
irrupción plebeya y los movimientos populares que protagonizaron la escena a
comienzos de siglo resistiendo al colapso neoliberal quedaron atrapados en la
encrucijada del cambio de etapa. En su gran mayoría, sufrieron la cooptación
y/o institucionalización o perdieron potencia, capacidad organizativa y fuerza
en las calles. Mayor vitalidad registran en algunos países con gobiernos
conservadores, como las organizaciones campesinas e indígenas en Colombia, los
estudiantes en Chile o la oleada de protestas que generó en México el caso Ayotzinapa.
Para concluir,
bien vale desmenuzar la generalidad de los gobiernos posneoliberales y
diferenciar entre el proyecto de relegitimación capitalista “con rostro humano”
encarnado en los gobiernos neodesarrollistas y el proyecto de ruptura sistémica
que aún se mantiene latente en el horizonte en Venezuela y Bolivia.
La doctora en
filosofía Isabel Rauber hecha luz sobre este dilema: “La disyuntiva es clara:
convierten a sus gobiernos en herramientas políticas para impulsar procesos
populares revolucionarios de cambios raizales o se limitan a hacer un `buen
gobierno´ conservador, reciclador del sistema (…) mantenerse en los cauces
fijados por el poder y cambiar ´algo` cuidando que ´nada` cambie o colocarse en
la senda de las revoluciones democrático culturales e impulsarlas. Esta opción
revolucionaria está marcada por un factor político clave: la participación
protagónica de los pueblos (…) Se puede ser `la izquierda´ del sistema
capitalista y gobernar para reflotarlo. Pero como lo ejemplifican Bolivia y
Venezuela, se puede optar por otro carril e impulsar procesos revolucionarios
de cambios sociales, creando y construyendo día a día avances de la
civilización superadora del capitalismo”.
ECOS
DE LA FRONTERA: LA OLA LATINOAMERICANA QUE TRAERÁ EL FESTIVAL SANTIAGO A MIL
Entre
el 3 y 18 de enero, la XXII versión del certamen tendrá tres obras de
Argentina, Bolivia y Perú.
La
Tercera de Chile (www.latercera.com)
Es Navidad en
Lima, y la familia Del Solar volverá a reunirse. Los hijos, Pavel y Edurne,
están peleados con el patriarca, y la rencilla sigue tibia: hace un año, su
padre dejó a su madre por otra mujer, y no una cualquiera. Paula, la ex novia
de Pavel, es la actual del padre, y ambos están por llegar. Esa noche, luego de
otra confesión del progenitor, todo volverá a resquebrajarse.
Tras su debut
en 2012, El sistema Solar, de la dramaturga Mariana de Althaus, nacida en Lima
en 1974, fue nominada a la Mejor obra, mientras que sus protagonistas, Katerina
D’Onofrio (nominada a Mejor actriz de teatro) y Gustavo Bueno (ganador del
premio al Mejor actor de teatro ese año) levantaron polvo con su agudo retrato
de una familia limeña y acomodada en crisis.
“Todas tienen
sus conflictos. Amamos a nuestros familiares, pero solemos acumular rencores y
culpas en la relación con ellos. En ese entorno uno actúa como realmente es”,
comenta De Althaus, quien además de dirigir la obra, ya había publicado el
texto original en la colección Dramas de familia, editado por Alfaguara en
2012. El 13 de enero, la obra desembarcará en el GAM para la XXII edición del
Santiago a Mil.
“En Perú
tenemos una enorme sensación de orfandad y de que los padres siempre nos
defraudan, porque nuestra historia política reciente está plagada de hombres
corruptos, mentirosos, o que se escapan. Tal vez el personaje del padre es, de
alguna manera, esos padres de la patria que en vez de protegernos nos hacen
daño”, comenta la autora.
La agrupación
Yuyachkani, quizá la más icónica de Perú, celebrará 40 años de trayectoria con
Con-cierto olvido, una pieza que repasa la historia peruana, además de la
propia. Uruguay, en tanto, arribará de la mano de Gabriel Calderón con Ex-que
revienten los actores, inspirada en una frase de José Mujica envuelta en
ciencia ficción: un hombre desesperado por probar su amor, crea una máquina del
tiempo para reunir a su amada con sus familiares desaparecidos en dictadura. Y
México, con la compañía Teatro Línea de Sombra, aterrizará con Baños Roma, que
revivirá a la leyenda del boxeo José “Mantequilla” Nápoles en Ciudad Juárez, el
paraíso de los narcos.
Del otro lado
de la cordillera, el actor y dramaturgo argentino Rafael Spregelburd (La
estupidez), volverá a Chile con una ópera hablada, género europeo poco
cultivado en América Latina. En Spam, que se estrenará el 15 de enero en el
GAM, Spregelburd vuelve a unirse a Zypce en la composición musical para dar
vida a una pieza que, desde el inicio, advierte que no tiene símil.
Al inicio, un
hombre solo, profesor de lingüística, pierde la memoria por un golpe formidable
en la cabeza. Desde entonces, Spam pierde la estructura lógica. “Oscila entre
la tesis lingüística y la película clase B de aventuras”, dice Spregelburd.
“Supongo que sirve a efectos un poco más nobles: la convivencia de la alta
cultura con el pop y las narraciones híbridas, desprestigiadas, han sido una
constante en todo mi trabajo”.
Proveniente
de la escena off de Buenos Aires, define como inclasificables sus pulsiones
como autor. “Me inquieta la idea de que las películas de James Bond, como bien
señala Alan Pauls, inventaran por primera vez la idea de globalización.
Paisajes, espionaje, sexo, glamour de la violencia, etc. Todos estos elementos
también están presentes en el argumento de Spam, que es prácticamente imposible
de sintetizar para las reseñas de prensa”, alude.
Su
protagonista lidiará con una alumna que prepara su tesis. Está empecinada en
que él sea su profesor guía. Él se niega a hacerlo, dudando incluso de sus
propias capacidades. La chica insistente, sin embargo, consigue su correo electrónico
y se la envía, sin saber que caerá directo en la carpeta de la basura. Cuando
lo nota, el hombre recorrerá todo el spam para intentar, de una buena vez,
separar para siempre lo útil de lo tóxico e inservible.
“El mar no
tiene dueño”
El relato
encuentra su origen en un cuento popular. Tres hermanos llevan a su madre
moribunda sobre una puerta hasta el mar. El viaje ha sido eterno, y saben que
irremediablemente morirá. Justo antes de sentir el fresco manto de las olas
ante ellos, la mujer lanza su último deseo: cerrar los ojos, y flotar y flotar
hasta perderse más allá del horizonte y sobre ese trozo de madera que poco a
poco irá desintegrándose, como ella misma.
Esa es la
sinopsis de Mar, el último trabajo en colectivo de la compañía boliviana Teatro
de los Andes, agrupada en 1991, y Arístides Vargas, nacido en 1955 en Córdoba,
Argentina, y exiliado a los 21 años tras el golpe militar. Tras vivir en Lima y
radicarse en Quito, el actor recorrió el altiplano en busca de relatos
populares sobre migración, exilio, violencia política y la memoria colectiva de
los pueblos originarios.
Por eso,
dice, Mar, que se estrenará el 12 de enero en la Sala Antonio Varas, no
reconstruye hechos históricos. “Tampoco demanda una reparación soberana, sino
que gira en torno a la ausencia y el anhelo de algo que ni siguieras conoces,
como el mar”. Inspirado en las secuelas de la Guerra del Pacífico y la reciente
demanda boliviana ante el Estado chileno, Vargas escribió un texto que será
traducido al inglés, italiano, aimara y y quechua, dirigido por Charo
Francés.
Vargas se
autodefine como un ingenuo radical, no cree en la propiedad privada sino “en el
disfrute común de lo que nos fue dado. Y el mar no tiene dueño”, afirma.
“Puedes decir el mar chileno pero es el mismo mar que riega las playas del
Japón. Nadie debiera ser propietario del agua, pero vivimos en un mundo raptado
por una economía salvaje e inhumana. De eso habla este relato”.
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