Wednesday, June 13, 2012

PRESIDENTE EVO MORALES HABLO SOBRE LA SALIDA AL MAR EN INÉDITA REUNIÓN EN LA HAYA


El Presidente Evo Morales fue recibido en la Corte Internacional de Justicia por Tomka, a quien planteó el problema marítimo de Bolivia tras una guerra injusta con Chile en 1879 y que le ha privado de una salida soberana al mar. El Mandatario indígena patentó el deseo nacional de Bolivia de retornar con soberanía a las costas del Pacífico.  Chile robó a  Bolivia 400 kilómetros lineales de costas, todo su litoral y 120 mil km2 de territorios, además de ingentes cantidades de recursos naturales como cobre, zinc y litio.

El presidente Evo Morales se reunió en La Haya (Holanda) con las dos principales autoridades de la justicia internacional, a quienes les informó sobre los cambios profundos en la justicia boliviana y sobre la demanda marítima.
El Primer Mandatario se reunió con el presidente de la Corte Penal Internacional, Sang-Hyun Song, y media hora después con el titular de la Corte de Justicia Internacional, Peter Tomka.
Ante las reacciones en Chile por la visita de Morales a La Haya, el canciller David Choquehuanca, quien acompaña al Jefe de Estado, pidió el lunes a La Moneda no ponerse “nervioso”, porque en este viaje todos quieren reunirse con él.
“Han sido reuniones extraordinarias porque es poco común y excepcional que autoridades de esa jerarquía mundial se reúnan con un presidente de Estado o ministros, lo han hecho con el primer Presidente indígena de América Latina, es una buena señal para el país”, destacó al respecto en La Paz el presidente en ejercicio Álvaro García Linera.
Corte Penal
Con el coreano Sang-Hyun Song analizó el proceso histórico que se vive en Bolivia tras la elección por voto directo de los administradores de justicia, en septiembre de 2011, informó el enviado especial de radio Patria Nueva.
Asimismo, pidió el asesoramiento de la Corte Penal Internacional con el objetivo de profundizar los cambios iniciados. También negó la supuesta persecución política en Bolivia y dijo que sí habían procesos contra autoridades involucradas en casos de corrupción.
Morales también le indicó que cuando era dirigente sindical y después diputado hizo frente a varios juicios, pero no huyó y enfrentó cada caso de manera franca y honesta en los tribunales.
Corte Internacional
Con el eslovaco Peter Tomka, quien preside la Corte Internacional de Justicia, que tiene que ver con disputas entre Estados, el presidente Morales trató los cambios económicos y sociales que se viven en Bolivia, así como la demanda marítima, según la radio estatal.
El mandatario le contó que en 1989, cuando era candidato, conoció el mar y que un compañero con el que estaba lloró al verlo por primera vez. También le expresó el deseo del pueblo boliviano de retornar al Pacífico y de que se resuelva el litigio con Chile. Tomka, tras escuchar los argumentos, mencionó tres instancias para encarar el conflicto: por la vía concertada, dialogada o acudiendo a la Corte Internacional de Justicia.
Para García Linera dichas reuniones son: “Una muy buena señal, no es común que presidentes se reúnan con esos representantes del ámbito jurídico planetario de manera cotidiana. No es normal, no es común y lo han hecho con el presidente Evo, y yo lo asumo como una señal muy importante de la presencia del Estado boliviano y del Presidente en el ámbito internacional”, añadió.
El nerviosismo en La Moneda, a la que aludió el canciller David Choquehuanca por la presencia del mandatario boliviano en La Haya, se dio incluso antes de que éste viaje a la sede de la Corte Internacional de Justicia, donde Bolivia puede demandar una salida al mar. El sábado, el diputado Iván Moreira, de la UDI, ironizó la visita de Evo a Holanda.
DATOS
• El presidente Morales, junto al canciller David Choquehuanca, visitó en La Haya a las dos máximas autoridades de la justicia internacional.
• Bolivia, en la 42ª Asamblea General de la OEA, realizada del 3 al 5 de junio en Cochabamba, planteó la revisión del Tratado de 1904, que rechaza Chile.
• La Guerra del Pacífico significó en 1879 la pérdida de 400 km lineales de costa y 120.000 km2 de territorio.





FRANCORP SE EXPANDE EN EL SUR, Y MIRA A ECUADOR Y BOLIVIA
                                                                          
Con una inversión de US$ 15 millones, abrirán dos supermercados y seis tiendas de conveniencia en Arequipa. En Lima operan en los meses de verano en el distrito de Asia.
                                                                                                 
Gestión de Perú (www.gestion.pe/2012/06/13/empresas)

El mercado arequipeño sigue ganando el interés de las inversiones extranjeras y locales. Es así que el holding characato Francorp -propietario de los Supermercados Franco y las tiendas de conveniencia Franco Express- invertirá US$ 15 millones en los próximos tres años para expandirse en la Ciudad Blanca.
Su plan establece la apertura de seis tiendas de conveniencia y dos supermercados para luego replicar su apuesta en todo el sur del país.
Para ello, el grupo se encuentra en estos momentos sosteniendo reuniones con posibles inversionistas para poder solventar el total de los proyectos.
“Esperamos cerrar en unos tres meses las negociaciones y el último trimestre abrir nuestra segunda tienda de conveniencia en Arequipa”, precisó Walter Franco, gerente de proyectos de Supermercados Franco.
Uno de los pilares por lo que Francorp ve más potencial en ese segmento es la menor dimensión que demandan, ya que para una tienda de 300 m2 la inversión fluctúa entre US$ 200 mil y US$ 300 mil, frente a un supermercado que demanda hasta US$ 5 millones, dijo.
Asimismo, indicó que son la única empresa que no opera de la mano de una estación de servicio, como usualmente ocurre con las tiendas de conveniencia.
A Ecuador y Bolivia
Paralelamente a este proyecto, esperan ingresar a Ecuador y Bolivia con este formato, para lo cual ya iniciaron conversaciones.
“Esperamos cerrar en unos seis meses las negociaciones con Ecuador, luego podría ser Bolivia, ambos países todavía no está tan saturados con cadenas de supermercados y hay cierta protección para el inversionista”, comentó Franco.
¿Y Lima? Por el momento no lo contemplan, precisamente por el copamiento de las grandes cadenas.
“Podría ser en un largo plazo. No descartamos ingresar, por ahora solo estamos con una tienda de conveniencia en el distrito de Asia que opera de diciembre hasta abril”, indicó.





Cuadernos del pensamiento crítico latinoamericano
                                                                                                                                                                                                                                                                  
¿Y QUIÉN NO QUERRÍA “VIVIR BIEN”? ENCRUCIJADAS DEL PROCESO DE CAMBIO BOLIVIANO
                                                              
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar/diario/especiales)

En los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, se expandió por el mundo una sensación que el alemán Oswald Spengler sintetizó en su libro más conocido: La decadencia de Occidente. Además de su título, la atracción de esta obra residía en que allí Spengler sostenía que los ciclos culturales nacen, crecen, envejecen y mueren, y además defendía el carácter histórico-relativo del conocimiento: una suerte de “provincialización de Europa” avant la lettre. En la segunda mitad de los años veinte, más precisamente en 1926, el historiador y jurista argentino Ernesto Quesada visitó La Paz, donde dictó una muy difundida conferencia sobre “la sociología relativista spengleriana”, a la que había dedicado varios años de su vida, en la que participó el propio presidente boliviano de entonces, Hernando Siles. Las influencias irracionalistas, vitalistas y místicas marcaron, como sabemos, esa década. Por eso no es sorprendente que, en 1929, el conde Hermann Keyserling viajara a Bolivia y al observar las magníficas ruinas de Tiwanaku sintiera que pisaba un universo habitado por hombres propiamente “mineraloides”, alimentando a las corrientes teluristas ya con un desarrollo en la literatura y la cultura boliviana de entonces. Es más, Quesada (atraído por estos temas en su vejez) discutía con Spengler quiénes constituirían el relevo de Occidente, y defendía que vendría de los indígenas de América y no de los eslavos. La cuestión parecía resumirse en quiénes tenían un alma menos contaminada por la cultura occidental.
Esos eran los locos e intensos años veinte, pero en el comienzo del siglo XXI el malestar en la globalización, junto a la crisis de los viejos proyectos emancipatorios, potenció el desarrollo de nuevas búsquedas, en las que la llamada emergencia indígena de los últimos años ocupa un lugar central, en algún sentido con la misma expectativa en que el pasado ancestral podrá darnos algunas claves para enfrentar un futuro incierto, con amenazas de diversos tipos de crisis: económica, financiera, ecológica..., ¿civilizatoria? Es en este contexto en el que el llamado “vivir bien” (suma qamaña) o “buen vivir” (sumak kawsay) encuentra un caldo de cultivo para su difusión mucho más allá de las fronteras donde surgió como discurso alternativo –especialmente Ecuador y Bolivia– con la Contracumbre del clima de Tiquipaya como uno de los espacios donde se puso en juego un discurso impugnador de la propia mundialización capitalista y sus modelos de producción y consumo 1.
Sin duda, sobran razones para el mencionado malestar en un mundo crecientemente injusto, consumista, plagado de desigualdades e iniquidades. Frente a los excesos del productivismo desenfrenado y las apuestas tecnologicistas de la economía verde se impondría la construcción de otras relaciones con la naturaleza (y entre los propios seres humanos), desmercantilizando los vínculos y separando el bienestar de la acumulación de riquezas. No obstante, esa voluntad sin duda elogiable de buscar alternativas no disuelve la necesidad de poner en cuestión las inconsistencias, puntos ciegos, excesos retóricos y contradicciones del “vivir bien”, más bien, la posibilidad de enfrentar con seriedad y solidez al capitalismo actual hace indispensables estos debates. Y esa perspectiva está detrás de este artículo, que se apoya en la convicción de que una crítica sustentada y matizada es mucho más provechosa que la repetición ad infinitum –y acrítica– de los principales tópicos del “vivir bien”; discurso –hay que decirlo– que se sustenta más en la necesidad de creer que hay vida más allá de esta (pos)modernidad insatisfactoria que de la propia consistencia de las propuestas alternativas.
¿Qué es el vivir bien?
En una reunión cerrada en la ciudad de La Paz con importantes dirigentes del actual gobierno boliviano, en 2010, la pregunta disparadora del debate fue: “¿qué es el ‘vivir bien’?”. Como resulta claro, el hecho de que nadie pueda estar en contra del sentido literal del término conspira contra los plus de sentido que se le quiere incorporar –muchas veces hablando por los propios subalternos–. Es evidente que nadie podría estar en contra de “vivir bien”, pero la cuestión se complejiza, sin duda, cuando este “vivir bien” –que sería no desarrollista, no consumista e incluso no moderno/occidental– es contrapuesto al “vivir mejor”, que implicaría, capitalismo mediante, que otros vivan peor.
En el citado encuentro surgieron varias –y sorprendentes– respuestas de los funcionarios allí presentes. Un importante parlamentario indicó que “vivir bien” es Estado de Bienestar de tipo europeo tout court. Un funcionario de la vicepresidencia –con antigua militancia marxista– sostuvo que se trata de un proyecto “anticapitalista”. Desde otra perspectiva, un alto funcionario indígena argumentó que el vivir bien es la construcción de una ética del trabajo y de la independencia personal (puso como ejemplo a las comerciantes aymaras que, esfuerzo mediante, lograron una buena situación económica y ahora bailan en la fiesta del Gran Poder con seguridad privada que las cuida de posibles robos, dado el valor de sus joyas). Finalmente, una militante del Movimiento al Socialismo (MAS) de la ciudad de El Alto opinó que “vivir bien” incluye el acceso a la salud, a la educación y otros servicios, pero que también debería incluir alguna medida de la felicidad.
Como puede observarse, el abanico de imaginarios detrás del elusivo “vivir bien” es bastante amplio y en general no está puesto en debate. La ambigüedad intrínseca a un “concepto en construcción” es rellenada con ideas diversas y a menudo excesivas dosis de wishful thinking. El problema es aún más complejo porque sus promotores no convocan, como ciertos grupos religiosos, a un éxodo personal de la modernidad; por el contrario, el suma qamaña se postula como un conjunto de ideas destinadas a una transformación sistémica señalada a participar en las luchas contrahegemónicas e incluso a ofrecerse como alternativa al capitalismo allí donde no hay indígenas. Aun en el mundo desarrollado. Pero esquiva por completo que los actuales desafíos a Occidente surgen de países –China, India, Brasil– sostenidos en un desarrollismo feroz, con elites en la frontera educativa mundial y sin cuestionar precisamente ciertas ideas fuerza de la modernidad.
El problema básico del “vivir bien” es que sus difusores no han logrado –ni se han esforzado por– vincular un programa que supuestamente surge de las cosmovisiones indígenas con las experiencias vitales de los indígenas y de las comunidades realmente existentes. En segundo lugar, estas propuestas aparecen desvinculadas del debate macro y microeconómico y de la elaboración de propuestas transicionales relacionadas con el “otro mundo posible”. Problemas como el trabajo, la innovación, la tecnología, el mercado y muchas otras temáticas con las que el socialismo real se estrelló (Nove, 1987) –dejando en evidencia que su abordaje resulta imprescindible en un proyecto poscapitalista– están completamente diluidas en una retórica cuasi mística en algunos casos o simplemente utópica/altercivilizatoria en otros, con un riesgo a la vista: en el caso boliviano, el proceso de cambio choca a diario con viejos problemas como la debilidad del Estado y una institucionalidad endeble, un acceso a la salud por debajo de niveles mínimos de bienestar, una educación que reproduce las desigualdades de origen y un largo etcétera. Frente a todo esto, la receta (casi mágica) es el Estado Plurinacional.
Menos aún, la propuesta del “buen vivir” se articula con la discusión sobre la especialización económica por la que debería optar Bolivia, el modelo productivo, si el tipo de cambio debe ser alto o bajo y otras cuestiones de una esfera en la cual a falta de planteos alternativos se imponen naturalmente los “técnicos”, que han manejado con prolijidad la macroeconomía en la era Evo, pero dentro de unos márgenes bastante conservadores (lo cual no es en sí mismo cuestionable, dados los descalabros anteriores de las izquierdas en el poder –especialmente en los años ochenta–, pero es un llamado a reducir las expectativas refundacionales). Resulta obvio que entre la ritualización del trabajo agrario –y los mecanismos de reciprocidad en las comunidades– que suele ponerse como ejemplo de prácticas otras y la construcción de una alternativa poscapitalista (e incluso posneoliberal) mínimamente articulada hay un larguísimo trecho que sólo se puede rellenar tratando de generalizar algunas experiencias ya existentes, no mediante simples propuestas “holistas” ideales –como la armonía, la reciprocidad y la vida–; sin sustento económico ni sociológico, ni una explicación convincente sobre cómo aplicar estos modelos a las ciudades. En el mejor de los casos existen interpretaciones bastante discutibles sobre las formas de reciprocidad y uso del espacio en las grandes ferias, como la 16 de Julio en la ciudad de El Alto, pero esos análisis no son comprensivos del modelo industrial alteño, basado en el trabajo familiar pero también en la superexplotación del trabajo.
Pero además, al no abordar con seriedad los problemas económicos “duros”, las críticas al capitalismo y los análisis catastrofistas de los partidarios del “vivir bien” son sede de una peligrosa candidez política e intelectual que los vuelve fácilmente rebatibles, tanto por los neoliberales como por los neodesarrollistas. En verdad, el “vivir bien” no se propone reemplazar al capitalismo, su propuesta –como está en la nueva Constitución– es el modelo de pluralismo económico, sin que se sepa cómo se articularán economía comunitaria con economía estatal y economía privada, a no ser por la imagen del tren que usó el vicepresidente García Linera, donde la economía comunitaria era el último vagón (la estatal era el primero). Por otro lado, como no se incluye en la propuesta renunciar a los bienes de consumo tecnológicamente sofisticados, bienes que no es posible construir en el marco de economías comunitarias, estas últimas dependerían indefectiblemente de los productos fabricados en la esfera capitalista. Pero no hace falta ir tan lejos: bastaría pensar simplemente en los alimentos procesados, que pesan crecientemente en el consumo alimentario de los campesinos y que son producidos por la economía de mercado. En general, los partidarios del “vivir bien” responden a cualquier pedido de precisión que “hay que aplicar la Constitución”. Pero sin ideas intermedias, capaces de pensar procesos de transición y desmercantilización de espacios crecientes de la vida social, se termina cayendo en una suerte de fetichismo constitucional, en el que la letra de la Carta Magna podría imponerse sobre el país realmente existente.
¿Quiénes son los indígenas?
Un tema adicional es la dificultad para establecer fronteras entre indígenas y no indígenas. Ya desde la Colonia, las categorías étnicas fueron un objeto resbaladizo. Y en muchos casos, la idea de continuidad de los grupos étnicos precolombinos enfrenta una serie de escollos significativos, en parte debido a los traslados poblacionales por parte de los incas (mitimaes) y las posteriores políticas étnicas de la Colonia, destinadas a debilitar el poder residual de los descendientes de los incas, reconocidos, no obstante, como nobles por la Corona española. Otros procesos, como la aymarización de los urus, dan cuenta de las tensiones interétnicas precoloniales. Pero, a su vez, están las fronteras móviles de la indianidad, que en gran medida se expresaban en los censos. La indianidad conllevaba en la Colonia una condición fiscal (pago del tributo indígena) y jurídica (la masa de indios fue considerada “miserable”, pero los nobles incas fueron reconocidos como tales). Luego pasará a ser una condición biológica durante el auge del darwinismo social, una condición de clase en los años cincuenta del siglo XX (indígena=campesino) y, ya en la década del noventa, una pertenencia étnico-cultural mediante la autoindentificación, como queda materializado en el censo de 2001.
También la categoría de mestizo sufrió mutaciones y, si hoy es símbolo de criollo, en el siglo XIX era casi sinónimo de artesano urbano (carpintero, pollerero, herrero, sombrerero, etc.). Hubo ciertos momentos en que blancos y mestizos se censaban juntos y otros (a finales del siglo XIX) en que se diferenciaron, al parecer, debido a que el gobierno popular de Manuel Isidoro Belzu implicó un distanciamiento de la plebe, la “chusma” y los cholos de los aristócratas, en medio de acciones a menudo violentas por parte de los grupos populares urbanos contra las elites.
Pero no solamente cambian los criterios de definición de las categorías étnicas, también cambian las sociedades. Y Bolivia pasó a ser, en el siglo XXI, un país con la mayoría de la población ubicada en las ciudades y pueblos de más de 2 mil habitantes, en el marco de un proceso de desruralización y de migraciones que en ciertas zonas se asimilan a una diáspora, con algunos elementos que, al menos en una primera mirada, pueden resultar sorprendentes. El propio Evo Morales es una buena expresión de esta indianidad contemporánea: desde la adolescencia ya no vive en una comunidad, no usa las lenguas indígenas salvo en contadas ocasiones, adquirió una identidad de sindicalista... y es soltero, lo que le impediría asumir un cargo comunitario tradicional, que es asumido por el matrimonio. Por ello no es sorprendente que, en este escenario, las claves interpretativas del momento actual se vinculen íntimamente con las lecturas de los procesos migratorios y de los espacios urbanos poscomunitarios, donde lo comunitario rural es reactualizado y resignificado, en el marco de nuevas heterogeneidades internas, mecanismos de diferenciación, construcción de prestigio, etc. Así, ¿qué significa ser aymara (una identidad ligada a la ruralidad y la tradición) en un espacio, la ciudad, que sugiere nociones como modernidad y desarrollo?
Albó, Greaves y Sandóval encaran este problema en los primeros años ochenta, enfatizando las continuidades rurales-urbanas. Así, se refieren a lo cholo como una “variante cultural aymara”, es decir, las prácticas culturales no son un mero residuo de lo “aymara rural” sino un efectivo “fondo cultural”. Es más, consideran a la autoidentificación de muchos aymaras urbanos como mestizos como una nueva identidad ficticia. Existiría, así, una identidad oculta que corresponde al investigador develar, prescindiendo incluso de las propias autoadscripciones de los sujetos.
En efecto, Albó et al. sostienen que los aymaras urbanos cabalgan entre dos mundos y reconocen que hay resistencia de los campesinos a considerar como “hermanos” y como jaqi (persona aymara) a los migrantes urbanos y que estos últimos buscan construir marcas que los distingan de los campesinos (vestimenta, aretes, nuevos estilos de bailes y de música). Y –aún más importante–: las fiestas habrían dejado de tener el mismo contenido que en el campo. Lejos de marcar la igualdad, la colectividad, etc., se establecerían el estatus y el prestigio de la misma manera en que el dinero se convierte en el “homenajeado” de las challas. Paradójicamente, cuando Bolivia se vuelve un país crecientemente urbano desde el punto de vista demográfico, accede al poder un partido campesino, en una experiencia única en el continente.
El tipnis: un punto de inflexión
Desde su llegada el poder, resultó claro que Evo Morales no ganó ninguna elección con propuestas de “vivir bien”, al menos con el mencionado plus de sentido que le atribuyen sus defensores. Por eso no fue casual que, por ejemplo, en el cierre de campaña de 2009, en la ciudad de El Alto, el líder cocalero sólo hablara de la obra pública y de políticas de desarrollo, ante la decepción de muchos de los extranjeros que escuchaban el largo discurso lleno de promesas concretas y de cifras. Más recientemente, en una entrevista radial en el programa de la periodista Amalia Pando, el gobernador de La Paz saliente –Pablo Ramos– respondía que la principal demanda de los campesinos es la electrificación rural –además de la construcción de caminos–, a la que el gobierno de Morales ha destinado importantes partidas presupuestarias.
El problema es que la realidad de Bolivia –y de los indígenas– es analizada a menudo con visiones exotistas. Eso queda bastante claro en el documental ¿Por qué quebró McDonald’s?, en el cual se da la imagen de que los bolivianos comen alimentos sanos, limpios y nutritivos, en contraposición a la “comida chatarra” de la cadena estadounidense, lo cual explicaría su salida del país a principio de los años 2000. En esa línea, se silencia por completo, por ejemplo, la expansión del fast food en urbes populares como El Alto, con restaurantes con nombres del estilo de Andrews Chicken. Según datos de su secretario general, la Asociación de Trabajadores en Comida Rápida de El Alto agrupa a unos 300 propietarios de pequeños restaurantes, mayormente de pollo broaster (página 7, 25/2/2012.).
En muchas de estas construcciones de la “Bolivia indígena” hay una visión excesivamente ruralizada del país, cuando alrededor del 60 por ciento de los bolivianos viven en zonas urbanas, y los indígenas “puros” están articulados en el mercado local y global (como queda en evidencia con la expansión del narcotráfico y el contrabando de autos japoneses usados a través de Chile, que ha incluido el asesinato de varios policías). Menos aún se incorpora a los análisis “pachamámicos” la importante conversión al protestantismo entre los sectores indígenas, lo que contribuye a recomposiciones modernizantes de las comunidades y transformaciones en las cosmovisiones indígena/originarias. Presencia cristiana, hay que recalcar, que es también importante en el interior del bloque indígena/popular oficialista, como se pudo ver entre los convencionales del MAS en la Asamblea Constituyente que junto a la derecha se opusieron a legalizar el aborto y a incorporar al texto constitucional otros derechos reproductivos.
Luego está el problema de la estructura productiva. Si bien en Bolivia el Estado es tradicionalmente débil, la economía privada es más débil aún, por lo que las lógicas rentistas operan como una ley de hierro de la política, como puede observarse en los primeros meses de 2012 con la escalada de conflictos diversos: médicos en huelga contra el aumento de su jornada laboral de 6 a 8 horas a pedido de los campesinos; maestros en plan de lucha por aumentos salariales; minas tomadas alternativamente por campesinos y cooperativistas mineros; conflictos entre municipios y departamentos por problemas de límites (incluyendo el acceso a recursos naturales, como pozos gasíferos); discapacitados enfrentándose dantescamente con la policía en demanda de un bono social; pobladores linchando a (supuestos) delincuentes y colocándoles carteles como “soy un ladrón peruano”, entre otros muchos conflictos. Pero, sin duda, el que tuvo mayor divulgación internacional es la resistencia de los indígenas del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) a la construcción de una carretera cuyo trazado original partía en dos al Tipnis y amenazaba su espacio vital. Además, según los indígenas, el trazado favorecería la expansión de los cocaleros que ya están instalados en el llamado Polígono 7, al sur del parque de 12.000 kilómetros cuadrados.
El conflicto del Tipnis es importante, además, porque canceló la posibilidad de hacer planes neodesarrollistas en el plano de las políticas públicas y mantener discursos “pachamámicos” en seminarios de formación o tribunas internacionales aparentemente sin costo alguno. La cuestión de la carretera obligó a poner sobre la mesa una pluralidad de problemas que son, precisamente, las dificultades para “aterrizar” perspectivas posdesarrollistas a las que nadie se opone (o mejor dicho nadie se oponía antes del conflicto del Tipnis), pero tampoco (casi) nadie defiende a la hora de definir políticas públicas en una reunión de gabinete. En un país donde los “movimientos sociales” ya están en el poder, los tiempos de las alternativas no pueden quedar completamente desfasados de los tiempos de la política. El conflicto del Tipnis mostró varios problemas:
• Las formas a menudo bruscas con las que el gobierno busca imponer sus planes (como ya había ocurrido con el fallido gasolinazo de diciembre de 2010).
• Que es necesario avanzar en creatividad para buscar soluciones a las dificultades que se van presentando: en este caso, cómo compatibilizar la tradicional necesidad de integración física del país con los nuevos derechos de los pueblos indígenas (y de la propia naturaleza si asumimos en serio el “vivir bien”) consagrados en la nueva Carta Magna.
• El hecho de que los imaginarios de consumo de los sectores populares bolivianos –por más que sean indígenas– no son demasiado diferentes a los de otros espacios plebeyo/populares del continente y del mundo.
Pero hay más: en el caso del Tipnis, los más entusiastas impulsores de la ruta no son grupos oligárquicos (aunque algunas elites pueblerinas amazónicas y empresarios apoyan el trazado) sino los campesinos cocaleros, ahora diabolizados por varios de los defensores del “vivir bien” y por el grupo de ex funcionarios hoy críticos que reclama la reconducción del proceso de cambio.
Todo ello dejó en evidencia que hablar de “los indígenas” no da cuenta de ninguna identidad concreta y está más cerca de una identidad global a menudo construida en el mundo de las ONG, los organismos internacionales y otros espacios alejados de la vida popular y subalterna realmente existente. Para comprender los dilemas y dificultades del proceso de cambio boliviano parece imprescindible reponer la noción de “interés”, es decir, analizar las posiciones en juego de acuerdo a lugares de clase, geográficos, regionales, ecológicos, etc., donde los diferentes sectores construyen sus identidades, sus estrategias y sus intereses colectivos. Por ejemplo, la idea –entre los propios aymaras y quechuas– de que los indígenas amazónicos son salvajes o primitivos tiene una larga tradición desde la época de los incas y no es ajena a la forma como cocaleros y otros campesinos analizan hoy el problema de la carretera del Tipnis.
Como efecto adicional, la dinámica de enfrentamientos generada desde la VIII Marcha indígena de tierras bajas –con amplio apoyo de las clases medias urbanas– en contra del proyecto carretero ha llevado al presidente Evo Morales a afirmar que “el ambientalismo es el nuevo colonialismo” (Opinión, 2012), lo que dicho así echa por tierra muchas de sus afirmaciones en las contracumbres climáticas y en otros foros internacionales como Naciones Unidas.
En este marco, la lucha del Tipnis ha tentado al grupo que promueve la “reconducción” del proceso de cambio a buscar allí a los verdaderos sujetos del cambio, lo que sin duda conlleva como riesgo el menosprecio a las mayorías populares –rurales y urbanas– que alteraron las relaciones de fuerza abriendo camino al actual proceso posneoliberal en favor de sujetos ideales que –esta vez sí– podrían propiciar un “verdadero” cambio. Estas concepciones no son ajenas a las perspectivas políticas de las revoluciones eternamente traicionadas, en función de parámetros construidos por fuera de una “sociología” del propio proceso político y social.
En el caso boliviano, desde el comienzo del actual ciclo político existió una confusión entre la radicalidad del cambio de elites y la radicalidad de las nuevas elites, una diferenciación que no es menor, dado que un análisis basado en un mínimo de realismo sociológico muestra un complejo juego en el cual los sectores populares bolivianos (y no sólo populares) apoyan la cara buena del Estado (políticas redistributivas), mientras pueden combatir a muerte –a veces literalmente– su cara “fea”: es decir, el cobro de impuestos, las leyes de importación y otras regulaciones que limiten diversas formas de “capitalismo popular” existentes en el país. Las complicadas combinaciones entre conservadurismo y radicalidad son un sustrato ineludible en el análisis político boliviano.
Es evidente que ello tiene profundas causas históricas, vinculadas con la propia construcción nacional y que no se trata de criminalizar la “informalidad”, pero hoy resulta evidente que no es posible construir proyectos alternativos al capitalismo hegemónico sin partir de esta sociología económica. Sociología económica que explica, a la postre, por qué se impusieron vías diferentes al “vivir bien” más o menos mitificado, a favor del “capitalismo andino”, o por qué los líderes campesinos dieron un “golpe de Estado” que desplazó de su cargo al viceministro de Tierras Alejandro Almaraz, partidario de la dotación comunitaria de los predios. En efecto, desde hace varios años, los aymaras y quechuas vienen oponiéndose a las Tierras Comunitarias de Origen (TCO) y denunciando a sus propietarios, especialmente a los pueblos del oriente demográficamente pequeños, como “terratenientes indígenas”.
La propia idea de “reconducción” promueve un imaginario acerca de una “edad de oro” del actual proceso de cambio que nunca existió. Desde el comienzo, el discurso del “vivir bien” coincidía con expectativas mucho más concretas de “vivir mejor”; incluso en el gobierno se hablaba ya de un gran salto industrial, y un periodista del diario estatal Cambio podía escribir un larguísimo artículo propiciando un salar de Uyuni surcado por enormes centrales nucleares. Todo lo cual devino en el potenciamiento de dos grandes ilusiones: la neodesarrollista –que imagina una expansión industrialista de dudosas posibilidades de materialización– y la comunitarista, basada en sujetos ideales y en un comunitarismo abstracto, pleno de figuras retóricas pero sin capacidad para mejorar las condiciones de vida de los bolivianos. Entre ambos extremos, lo que subsiste es un neoextractivismo con cierta redistribución del ingreso y un Estado mucho más activo que en la etapa neoliberal –sumado al debilitamiento del colonialismo interno mediante el Estado Plurinacional–.
No es poco. De hecho es mucho mejor que lo vivido en cualquier otra etapa de la historia de Bolivia. Pero lo que falta es gigantesco, no sólo para construir “otra civilización”, sino para garantizar que casi la mitad de la población salga de la pobreza. Y en esta tarea, como ha señalado Pedro Portugal Mollinedo, la exotización de los indígenas los aleja –no los acerca– del poder.





BOLIVIA CONSTRUIRÁ PLANTA DE PECES EN FRONTERA CON CHILE PARA APROVECHAR AGUAS DEL SILALA

El gobernador de Potosí precisó que el tiempo que dure la construcción, unos dos meses, se cortará la provisión de agua al norte de Chile
                                                                                         
El Morrocotudo de Chile (www.elmorrocotudo.cl/node/44438)

Las Fuerzas Armadas de Bolivia se harán cargo de la producción de peces en la frontera con Chile, aprovechando las aguas del Silala, que según dicho país hace más de cien años benefician al norte chileno sin el pago por su consumo, informó el gobernador del departamento de Potosí, Félix González.
“El acuerdo pretende lograr la participación institucional que permitirán el desarrollo piscícola de Potosí con las aguas del Silala”, agregó.
González explicó que existen tres proyectos para aprovechar las aguas del Silala que nacen en bofedales que están en el sudoeste de Bolivia. El primero es la crianza de peces, el segundo construirá una represa y el tercero el funcionamiento de una embotelladora de agua mineral.
El gobernador de Potosí también precisó que el tiempo que dure la construcción de la planta piscícola, unos dos meses, se cortará la provisión de agua al norte de Chile.
“En dos semanas más comenzará la construcción de tres piscinas para la crianza de truchas”, destacó González.
Las aguas del Silala desde 1906 es un río internacional, mientras Bolivia aclaró que el agua nace de bofedales que están en su territorio.
En la ronda de negociación que se inició en 2006 por los gobiernos de Evo Morales y Michelle Bachelet figura la provisión de aguas desde las pampas del Silala.
En 2009, Chile admitió el pago del 50 por ciento del consumo del agua hasta que un estudio técnico determine el origen de las aguas. La propuesta fue rechaza por organizaciones civiles de Potosí, quienes reclaman el pago de una “deuda histórica” desde 1906.





BOLIVIA: GIGANTE INDIA CANCELA CONTRATO POR INSEGURIDAD JURÍDICA

El Nuevo Herald de EEUU (www.elnuevoherald.com)

La multinacional india Jindal Steel alegó inseguridad jurídica para dar por terminado un millonario contrato con el gobierno boliviano para explotar hierro.
La compañía dijo en un comunicado difundido el martes que informó al gobierno su "intención de terminar el contrato de riesgo compartido", aunque condicionó su permanencia a una renegociación y una posible reducción de las inversiones comprometidas.
Jindal decidió dejar el país después de que el gobierno le aplicó multas por 36 millones de dólares por incumplimiento de inversiones.
El vicepresidente Alvaro García señaló el martes en rueda de prensa que las multas "no implican una ruptura del contrato" y que si Jindal tiene un plan para una "rápida inversión" el gobierno "está dispuesto a escuchar".
El proyecto con Jindal era el mayor objetivo del presidente Evo Morales para encaminar a Bolivia en la industrialización de las materias primas.
Jindal se adjudicó en 2007 la explotación de un rico yacimiento de hierro a 1.100 kilómetros al este de La Paz, cerca de la frontera con Brasil, con reservas estimadas en 40.000 millones toneladas métricas.
Prometió inversiones por 2.100 millones de dólares en ocho años incluyendo la instalación de una acería. Hasta 2011 debió invertir 600 millones dijo García, pero el proyecto no comenzó.
Tanto el gobierno como la empresa ventilaron públicamente sus diferencias acusándose de incumplimiento. La compañía dijo que el gobierno no entregó en forma oportuna todo el área del yacimiento y tampoco garantizó el suministro suficiente de gas para la futura acería.
Las autoridades respondieron que los terrenos fueron entregados con alguna demora y que el gas está disponible aunque no en los volúmenes que solicita la empresa.
Más de 70% de las exportaciones bolivianas son materias primas, gas natural y minerales, en ese orden. La escasa industrialización del país es una de las razones del atraso de Bolivia, uno de los países más pobres de la región no obstante sus abundantes recursos naturales.





EL PLAN DE MORALES PARA SER REELEGIDO OTRA VEZ

El presidente de Bolivia señaló que la Constitución que entró en vigencia en 2009 lo habilita. De acuerdo con esta normativa, el mandatario estaría transitando por su primer período, pese a que gobierna desde 2006.
                                                                                       
Infobae de Argentina (www.america.infobae.com/notas)

"Todavía yo no estoy pensando en la reelección, aunque constitucionalmente puedo presentarme como candidato a la presidencia. Además con la nueva Constitución estoy habilitado", señaló Morales.
De acuerdo a lo publicado por La Razón, el mandatario manifestó esa postura tras su participación en Roma, Italia, en la Asamblea de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), evento en el que fue nombrado Embajador Especial de la Quinua.
El mandatario boliviano dio a conocer los detalles en una conferencia de prensa con medios extranjeros junto al director general de la FAO, José Graziano Da Silva. En marzo, durante la conclusión del VIII Congreso del MAS (partido gobernante al cual pertenece el mandatario), en Cochabamba, el Presidente fue reelegido como líder de esa agrupación política y designado candidato presidencial para 2014.
En la oportunidad, legisladores oficialistas indicaron que luego de la aprobación mediante referendo, de la Carta Magna, el presidente Morales recién estaría cumpliendo su primer mandato a partir de 2010, por lo que tendría la posibilidad de tener un segundo mandato desde 2014.
Descolonizar los alimentos
Para el presidente Evo Morales, la producción de quinua o de carne de llama es parte del proceso de descolonización. "Durante el proceso de descolonización valoramos nuestros propios alimentos y recuperamos nuestra identidad alimentaria para vivir bien, especialmente produciendo la quinua y consumiendo la carne de llama", señaló.
 El Presidente señaló la necesidad de luchar también por la propiedad intelectual de los productos nativos de la región.





Los cuestionamientos a un organismo fundamental de la OEA

EN DEFENSA DE LOS DERECHOS HUMANOS

La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)

Pese al encendido -e insistente- pedido de Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela en procura de reformular la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), realizado durante la reciente Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Cochabamba, Bolivia, la decisión adoptada finalmente fue postergar el tratamiento del tema -ya estudiado por un Grupo de Trabajo especial de la OEA- y la discusión de las reformas que la CIDH pudiera sufrir para "modernizarse". Se determinó entonces tratarlo nuevamente en "un plazo de seis meses o, a más tardar, en el primer trimestre de 2013".
Parecería que Brasil -como consecuencia del pedido de la CIDH de suspender la construcción de una enorme represa hidroeléctrica en la selva amazónica, para así proteger a algunas comunidades indígenas que la habitan- ha sobreactuado y ha abierto una peligrosa Caja de Pandora respecto de la CIDH. En Cochabamba, su delegación no estuvo demasiado activa en esta cuestión, pero, no obstante, con razón, no dejó de pedir prudencia en su tratamiento. Los planteos intemperantes los hicieron los bolivarianos, con su "estilo" de siempre.
Tanto es así que fue el representante de Venezuela, Roy Chaderton, con su típica vehemencia, quien describió la gestión de la CIDH como "desastrosa", y acusó por eso al secretario ejecutivo saliente y sostuvo que la entidad funciona como "una inquisición, especialmente contra los gobiernos de izquierda". Su colega y compañero de ruta de Ecuador, el canciller de este país, Ricardo Patiño, batió el mismo parche. Lo hizo embistiendo duramente contra el organismo, presumiblemente porque, con todo el coraje requerido, ha sido capaz de cumplir con su misión y de morigerar los ataques sistemáticos del gobierno ecuatoriano contra la prensa independiente.
Casi en soledad, la centrada Costa Rica recordó que es necesario preservar, cualquiera que sea el cambio estructural que se proponga, tanto la autonomía de la CIDH, como la independencia de sus miembros, posición que obviamente debería ser apoyada.
Ocurre que hablamos de un organismo regional de singular relevancia, encargado de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en nuestro ámbito, tarea imprescindible y esencial, de lo que da cuenta nuestra propia historia nacional.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos es una institución en la que sus siete integrantes, que son elegidos a título personal (por su autoridad moral y por su versación en el tema), representan a todos los Estados miembros y no al país al que pertenecen. Por esa razón, deben actuar con la independencia e imparcialidad que su cometido exige. Ellos pueden dictar medidas cautelares y realizar misiones de observación. Emiten un respetado "Informe Anual" sobre la situación de los derechos humanos en el hemisferio, y recomiendan allí la adopción de medidas, cuando lo estiman pertinente. Y tienen facultades para convocar a audiencias públicas, a través de las cuales se analiza cualquier cuestión que amenace la vigencia plena de los derechos humanos en la región. También pueden decidir, en su caso, someter casos específicos a la jurisdicción de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, si así lo creen procedente. Pueden, asimismo, organizar y mantener relatorías dotadas de mandatos especiales, como la que hoy defiende específicamente la libertad de expresión e información, cuyo diligente actuar y empeño preocupan -e incomodan, muy especialmente- a los gobiernos autoritarios de nuestra región.
Por todo esto, las principales organizaciones especializadas en la defensa de los derechos humanos no ocultan su preocupación por el proceso de revisión de la CIDH en marcha. El titular de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, observando los ataques contra la CIDH, ha formulado una advertencia que no debe caer en saco roto: "Es un momento oscuro y difícil para los derechos humanos en la región", dijo. Tiene razón.
Nuestro país ha tenido en esta cuestión algunos momentos recientes de silencio. Pero ha adoptado una posición clara. La que supone apoyar todo lo que tiene que ver con preservar a la CIDH y su autonomía y, en todo caso, dotarla de más y mejores instrumentos para que pueda cumplir eficiente y acabadamente con su misión. Esto incluye preservar la independencia de sus miembros y evitar que el organismo se transforme en dependiente o en instrumento de cualquier Estado miembro.
Es hora, creemos, de asumir en esta cuestión que ha quedado planteada un papel lo más activo posible, para evitar que la CIDH se transforme en una institución sin dientes, incapaz de cumplir con el cometido que se le asignara. Sin caer, como Hugo Chávez, en la retórica fácil, como cuando propone, si sus posiciones extremas no son compartidas por los demás, simplemente "acabar" con la OEA. Porque le molestan su accionar, sus medidas y sus denuncias. Y también sin hacer acusaciones mentirosas contra algunos de sus miembros, como acaba de denunciar Andrés Oppenheimer.
Si la región quiere realmente defender a la OEA y a la CIDH, debería procurar sacarlas de la mediocridad, comprometiendo para ello la atención y los recursos financieros del caso. Todavía hoy aproximadamente el 60% de sus necesidades de funcionamiento son sufragadas por los Estados Unidos.
Sería, cabe advertir, un error tratar de crear en el ámbito de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) mecanismos regionales alternativos (disfrazados de adicionales) con el objeto de desnaturalizar la labor de la CIDH mediante el recurso de generar pareceres u opiniones distintos sobre la defensa de los derechos humanos, que, en definitiva, terminen relativizándola o debilitándola severamente, hasta hacerla ineficaz.
Es también necesario mejorar la selección de los candidatos a ocupar los cargos más altos de la CIDH, haciéndola algo más exigente, a la manera quizá del proceso de selección de quienes componen la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En definitiva, la preocupación ante los ataques que se acumulan contra la CIDH es grave. Porque se trata nada menos que de asegurar el respeto pleno del Pacto de San José de Costa Rica, que, para nosotros al menos, tiene jerarquía constitucional. Eso supone estar dispuesto a hacer más -y no menos- por garantizar los derechos humanos en toda nuestra región. Así como poner límites precisos al autoritarismo y a los caprichos de los líderes autoritarios. Además, está en juego la defensa de aquellos valores que conforman la esencia de la democracia, hoy amenazados.
Es necesario actuar siempre en función de nuestros principios y convicciones, más allá de las contingencias políticas circunstanciales que, de pronto, pueden afectar a uno o más Estados miembros. Porque se trata de proteger la dignidad y la libertad de nuestros ciudadanos, mandato irrenunciable para una nación democrática.





CHILE LANZA LICITACIÓN PARA EXPLOTACIÓN DE LITIO
                                                  
Xinhua de China (www.spanish.people.com.cn/31620/7844223.html)

El gobierno chileno lanzó este martes el proceso de licitación para los derechos de exploración y extracción de litio a empresas nacionales y extranjeras mediante contratos especiales, anunció hoy el Ministerio de Minería.
Desde 2010 las autoridades han promovido en el extranjero la extracción del litio que se concentra en el desierto de Atacama, en el norte de Chile, mediante contratos especiales que no violan la ley vigente que considera a este mineral como estratégico desde los años 80 del siglo pasado.
Hasta el 31 de julio se venderán por unos 300 dólares las bases del programa de licitación que otorgará el Contrato Especial de Operación para la Exploración, Explotación y Beneficios de Yacimientos de Litio, más conocido como CEOL.
El proceso se inicia este martes con el retiro de bases y periodo de consultas que se prolongará hasta el 31 de julio. La presentación de ofertas será hasta el 12 de septiembre y la adjudicación se realizará el 24 de ese mes, indicó la secretaría de Estado.
El litio ha tomado relevancia en los últimos años a escala internacional por su uso en las baterías de equipos cómputo, teléfonos celulares y automóviles eléctricos.
Chile produce arriba del 41 por ciento de la producción mundial del litio a cargo de dos empresas, SQM (ex Soquimich) y la Sociedad Chilena del Litio (SCL), que operan en el Salar de Atacama.
Estas empresas explotaban el litio desde antes que se emitiera la ley que declaró al mineral como "estratégico".
La empresa que obtenga la licitación podrá explotar hasta 100.000 toneladas de este mineral en un plazo de 20 años, sin embargo no se descarta el otorgamiento de más contratos a futuro.
Este tipo de contrato ha sido objeto de críticas por senadores opositores, como Isabel Allende, y expertos en temas mineros, debido a la apertura hacia empresas privadas en la explotación de un mineral que, en su opinión, debe ser patrimonio del Estado y manejado por la empresa estatal minera Codelco.
El viceministro de Minería, Pablo Wagner, explicó este martes que la adjudicación del CEOL estará a cargo de un Comité Especial, integrado por funcionarios de esta cartera, del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) y del vicepresidente de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).
Wagner informó que el contratista recibirá una retribución mensual equivalente a 93 por ciento de las ventas brutas.
El 7 por ciento restante será el pago de un "royalty" (impuesto especial) al Estado.
El viceministro chileno dijo que ese tributo se suma a un pago a la renta y otras gratificaciones que, en total, harán que la empresa remunere al Estado con un 50 por ciento de las utilidades en régimen de la compañía.
"Nuestra competencia directa tiene entre 0 y 10 por ciento en la mayoría de los casos, por lo tanto, nosotros hemos conocido un 'royalty' superior al de Australia y algo inferior al de Canadá y creemos que lo hace competitivo por la calidad que tiene el litio chileno", argumentó.
Wagner agregó que si se suman a ello los pagos de los impuestos que tendrá la compañía se pagará el equivalente al 50 por ciento de las utilidades de la empresa, "una carga tributaria bastante elevada que permite remunerar adecuadamente al Estado y además que el proyecto sea rentable, eficiente y viable de ser operado".
Este proceso de licitación fue criticado también por el diputado opositor y miembro de la Comisión de Minería de la Cámara Baja, Luis Lemus, quien no compartió que el gobierno "entregue un mineral estratégico para el futuro del país vía administrativa". "Estos contratos que se están licitando no son consultados al Congreso Nacional, no sabemos los verdaderos alcances que podría tener un contrato de este tipo y creemos que, de alguna manera, se vulnera la propia soberanía nuestra, en el sentido de que podemos tener un material estratégico que lo podría haber explotado Codelco", indicó.
El gobierno señaló que Codelco, la mayor productora de cobre del mundo, podrá explotar el mineral porque tiene yacimientos en el Salar de Pedernales y en una fracción del Salar de Maricunga, donde se encuentran enormes reservas de litio en el norte de Chile.
Sobre esta posibilidad, el director del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo, Hugo Fazio, se mostró cauto, debido a la importancia que le asigna la cuprífera estatal a este mineral.
"Codelco tiene inversiones muy grandes por delante, esta sería una inversión de menor magnitud", pero si lo ve en el corto plazo esto no está en sus planes estratégicos, ya que es más conveniente desarrollar grandes proyectos de cobre. A largo plazo tendrá que optar por participar por el futuro que tiene el litio, aseguró el experto. Fazio criticó la licitación del litio, ya que "constitucionalmente le pertenece al Estado, por lo que, independiente de quién extraiga el mineral, los recursos deberían ser patrimonio de todos los chilenos".
El precio de la tonelada de litio en el mercado es de unos 6.000 dólares, expresado en las ventas de carbonato de litio, que se usa en las baterías.
Chile, Bolivia y Argentina cuentan con las principales reservas de litio del mundo.
La producción chilena de litio se vende casi en su totalidad a Japón, que la utiliza para producir baterías de todo tipo.





LA INDUSTRIA SIGUE PENANDO CON EL GAS
                                                                                  
El país sigue sin contar con el gas que necesita en fábricas y hogares pese a una mayor importación desde Bolivia.
                                                                                 
El Tribuno de Argentina (www.eltribuno.com.ar)

En los últimos días, con las caídas de temperatura, plantas industriales del norte, centro y sur del país volvieron a encontrarse con su principal insumo energético restringidos por el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), que de esta forma evitó afectaciones en el servicio a hogares y el abastecimiento de GNC vehicular.
A semanas del comienzo de un nuevo invierno, la crisis energética reabrió otra vez el escenario de incertidumbre que experimentan cientos de empresas fabriles desde el otoño de 2004, con recortes obligatorios que el fin de semana último, en diferentes provincias, afectaron desde un 30% hasta un 100% de los suministros contratados por grandes clientes industriales. Esto ocurrió pese al sustancial incremento de los volúmenes de gas importados desde el sur de Bolivia, que pasaron de un techo de 11 a otro de 13,5 millones de metros cúbicos diarios el último mes.
Aun así, la primera ola de frío se hizo sentir, a lo largo y ancho del país, con máquinas industriales paradas y hogares en los que se notaron sensibles mermas de presión y pérdida de rendimiento en calefactores, cocinas y calefones.
Elio Hernández, gerente de Relaciones Institucionales de Gasnor, señaló que el frente frío que se hizo sentir en la última semana, con mínimas inferiores a cero grado en todo el país, produjo un aumento significativo de la “demanda prioritaria”, compuesta por los consumos de residencias, escuelas, hospitales, comercios y oficinas.
Demandas triplicadas
Según registros del sistema, desde comienzos de la semana anterior las demandas residenciales llegaron a triplicar los valores habituales del consumo. Hernández explicó que, en estos casos, la inyección de gas al sistema de gasoductos no llega a cubrir los requerimientos de la franja de clientes residenciales, por lo que se disponen restricciones para los sectores menos prioritarios, como industrias y usinas térmicas, que tienen la posibilidad de recurrir a combustibles alternativos o bajar el ritmo de producción. Las plantas que no merman consumos afrontan multas que en Salta paga el Gobierno.
“Cuando llegan estos frentes fríos, la misión fundamental de las distribuidoras, las transportadoras y el Enargas consiste en preservar que el sistema de gasoductos y redes que interconecta todo el país se mantenga estable, con las presiones adecuadas para operar con normalidad. Esa es la razón de las restricciones, se debe equilibrar la oferta con la demanda para evitar la desestabilización del sistema, dando prioridad absoluta al cliente residencial, las escuelas, hospitales y comercios”, puntualizo el directivo de Gasnor.
Hernández insistió en la necesidad de que “todos los usuarios del gas natural tomemos conciencia de que es un recurso no renovable y cada día más escaso, que debemos cuidar haciendo un uso responsable y seguro del mismo”.
Campaña de prevención
La empresa que atiende el servicio de gas natural en Salta, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero está lanzando en estos días su campaña anual de prevención para evitar accidentes con monóxido de carbono. Está orientada, fundamentalmente, a la toma de conciencia por parte de los consumidores residenciales de que el monóxido de carbono produce accidentes en ocasiones mortales si no se toman ciertas precauciones mínimas en el manejo de los artefactos que se usan para cocinar, calentar agua o calefaccionar los hogares.





“CON LA OEA O SIN LA OEA”

El triste papel jugado por el Gobierno de Venezuela en la recientemente celebrada, cuadragésima segunda asamblea general de la OEA, en Cochabamba, Bolivia, fue dirigido a preparar la opinión pública nacional y continental para un eventual retiro de Venezuela, de dicho organismo.
                                                      
Noticiero Digital de Venezuela (www.noticierodigital.com)
                                 
El ataque a la organización no fue frontal sino que se dirigió hacia el flanco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la cual es la institución que más les inquieta de manera inmediata.
En el fondo, lo que realmente les preocupa es la Carta Democrática de la OEA, cuya vigencia actual y los desarrollos previsibles y anunciados por los capitostes de la narcodictadura que nos desgobierna, podrían exponer al país a una eventual y no deseada intervención del organismo para restituir en el país los genuinos valores de la democracia conculcada.
En su carrera desaforada, pretendiendo conservar el gobierno unipersonal, autocrático, autoritario, dictatorial y sin balance de los otros poderes, por los siglos de los siglos; Chacumbele utiliza a sus títeres del ALBA: Correita, Orteguita y Moralito, para configurar un grupo de supuestos luchadores por los derechos humanos, escudandose, como lo han hecho todos los dictadores del mundo y de todas las epocas, tras los supuestos principios de la soberanía.
Creen los pupilos de Fidel y Raúl que a este país se lo puede engañar de la misma forma como ellos, hace cincuenta años, engañaron a los cubanos y nos engañaron a unos cuantos pendejos no cubanos, quienes hemos renunciado a seguir siendo utilizados, asumiendo la denuncia de todas y cada una de sus manipulaciones políticas.
Asi como no tiene idea del negocio petrolero, Ali José Rodríguez Araque tampoco tiene moral para asumir papeles de juez en materia de Derechos Humanos y él sabe porque lo digo. Mucho menos para pretender que los veedores electorales del ALBA se presenten como sustitutos de los de la propia OEA, o los de la Unión Europea, o de Naciones Unidas.
Con tales iniciativas están solo preparando el entorno necesario para que el 7 de octubre puedan culminar exitosamente este gigantesco fraude electoral que adelantan día a día con la complicidad de la Sra. Sor Tibisay Lucena y su coro de chicas místicas.
Nadie en la oposición desea una intervención de fuerzas extrañas al país, pero hay que dejar constancia desde ahora que: además de la grosera presencia cubana en el ejercito, el gobierno adelanta políticas provocadoras, para después echarse al piso en plan de “pobrecito yo” culpando a la oposición, al mundo y al imperio, de lo que aquí pueda pasar. Hay que adelantar que los únicos responsables de tal desgracia serian ellos y solo ellos, los acólitos irredentos de Hugo Rafael Chávez Frías.
De cualquier forma, el domingo 10 de junio, con la inscripción en el CNE de la candidatura del próximo presidente de Venezuela Henrique Capriles Radonsky, quedo evidenciado que el prestigio de Chávez es un prestigio que se fue y que nunca más volverá.





Una ruta une los 'tour' por Bolivia, Argentina y Cuba

LOS CAMINOS DEL 'CHE'

El Mundo de España (www.elmundo.es/america)

"El Ejército dio una rara información sobre la presencia de 250 hombres en Serrano para impedir el paso de los cercados en número de 37 dando la zona de nuestro refugio entre el río Acero y el Oro. La noticia parece diversionista". Siete de octubre de 1967, Quebrada del Yuro, Bolivia. Son las últimas palabras que Ernesto Che Guevara anotó en su diario. Dos días después, el gobierno de Bolivia anunciaba que el guerrillero había muerto en combate.
Catorce años antes, el 7 de julio de 1953, comenzaba en la estación porteña de Retiro la travesía que transformaría al joven doctor Ernesto Guevara de la Serna en el Comandante Che Guevara. El futuro guerrillero, junto a un amigo de la infancia, se embarcaba rumbo a Bolivia con la idea de llegar a Caracas, donde se reuniría con Alberto Granado, con quien había recorrido en motocicleta regiones de Argentina, Chile, Perú y Colombia. Pero el destino quiso llevar sus pasos a México, a Guatemala y finalmente a Cuba, donde su historia vital, y con ella la historia de la humanidad, daría un giro de 180 grados.
Aquel invierno de 1953, sus amigos, que lo describen como una persona con sensibilidad social, pero sin una gran militancia política, y cercano a posturas peronistas –y por tanto anticomunistas-, no podían sospechar que Ernesto sería una pieza fundamental en el éxito de la primera revolución de inspiración marxista que triunfaría en el continente, de la mano de Fidel Castro, en 1959. Tampoco se imaginaba nadie aquel 7 de julio que Guevara volvería a Bolivia trece años después, decidido a extender la revolución en la selva donde encontró la muerte. Se había forjado un mito.
La fuerza del símbolo
Ernesto Che Guevara es algo más que uno de los guerrilleros más famosos del siglo XX. Es algo más que un argentino universal. Es un símbolo para toda América Latina, que él recorrió en sus sucesivos viajes. Sabedores de ese potencial simbólico, los gobiernos de los países más importantes de su biografía –su Argentina natal, la Cuba que abrazó su revolución y la Bolivia donde encontró la muerte- quieren aunar esfuerzos para unir las rutas turísticas que describen los movimientos del guerrillero.
Hace tiempo que Bolivia y Argentina trazaron rutas turísticas en torno a la mítica figura del Che. El nuevo circuito argentino 'Los Caminos del Che' recorre las provincias de Córdoba, Misiones, Santa Fe y Neuquén, algunos de los puntos más importantes en la biografía del joven Guevara, pasando por centros como el Museo Hogar Misionero del Che en Misiones o el Museo La Pastera en San Martín de los Andes. Ahora se trabajará en la vinculación de este circuito con la 'Ruta del Che' boliviana, que recorre 800 kilómetros y atraviesa las montañas del sureste boliviano donde Guevara y sus hombres del Ejército de Liberación Nacional lucharon entre marzo y octubre de 1967. El recorrido termina en La Higuera, donde el Comandante fue tomado prisionero, y Vallegrande, donde su cadáver fue expuesto y enterrado en una fosa común hasta que, en 1997, los cuerpos fueron recuperados y trasladados a Cuba.
Unión de esfuerzos
Delegados de las carteras de Turismo y Cultura de Argentina y Bolivia se reunieron en La Paz el pasado 28 de mayo y crearon una comisión de trabajo que pretende colaborar estrechamente en la promoción de la ruta binacional y de los museos de ambos países, así como en el intercambio de información y capacitación. El próximo paso será extender el proyecto a Cuba, pasando por los lugares donde el Che dejó su huella, desde Sierra Maestra hasta La Habana. Fue en la isla, en la reciente feria FitCuba, donde el gobierno argentino presentó su proyecto y el secretario de Turismo argentino, Daniel Aguilera, manifestó su intención de "desarrollar el producto por toda América Latina".
En el trasfondo, siempre, la eterna polémica sobre la mercantilización de la figura del Che, que, encarnada en la fotografía de Korda, ilustra camisetas y banderas en todo el mundo globalizado. Ese debate que el cantante argentino Kevin Johansen plantea en 'McGuevaras o CheDonalds', y que zanja así Darío Fuentes, director de La Pastera, el Museo del Che en Neuquén: "Las utopías del Che forman parte de las nuestras; por eso queremos rescatar el valor de su legado formando un circuito de memoria histórica latinoamericano". Esto es, la ruta turística vista no como un lucrativo producto, sino como una forma de recuperar y difundir la vida y obra del guerrillero, a quien todo el mundo reconoce en una foto, pero cuyas ideas siguen siendo poco conocidas.





LA DROGA, EN EL CENTRO DEL DEBATE

El Tribuno de Argentina (www.eltribuno.com.ar)
                                                                                 
Se calcula que cuatro millones de extranjeros iban como turistas a Holanda en busca de estupefacientes.
En Argentina la ley de drogas castiga con la cárcel de un mes a seis años al que se le incaute escasa cantidad.
Al llegar a Amsterdam, la capital de Holanda, el viajero que ingresa por tren lo hace a la estación más céntrica del mundo, situada junto a uno de los tantos canales que hacen que la denominen “la Venecia del norte”.
Allí, tiene varios sitios obligados para conocer: el gran Museo Van Gogh, la casa de Ana Frank, los tranvías -únicos en diseño- y, para los más arriesgados, recorrer el barrio rojo, que a partir del atardecer se transforma en un virtual cabaré callejero, con mujeres exhibiéndose en vidrieras y ofreciendo sexo.
En esta ciudad las calles huelen a marihuana y conseguirla es muy fácil. Se la puede comprar en los café shop, que venden hasta cinco gramos por persona y para fumar en el mismo local.
Turistas y drogadictos
Hace 34 años que en los Países Bajos se practica la tolerancia, ya que está despenalizada la venta y el consumo de marihuana y hachís. Pero en las últimas semanas los diputados dispusieron reducir y controlar la comercialización de estas “drogas blandas” entre sus habitantes. Para ello suministraron un “carné de droga” con todo tipo de datos y definieron que cada café no puede tener más de 2.000 clientes.
Además resolvieron prohibir la venta a los extranjeros. Lo hicieron porque los países vecinos están alarmados debido a que son cada vez más las personas que van hasta Holanda a buscar estupefacientes. Se calcula que cuatro millones, bajo la condición de turistas, se trasladan con este fin. Los visitantes provienen fundamentalmente de Bélgica, Dinamarca, Italia y Francia.
Esta medida, como es de suponerse, fue resistida por los intermediarios que rápidamente encontraron la forma de sustituirla. Ahora, Holanda es el mayor productor de drogas sintéticas del planeta. Este producto, en una de sus formas, reúne alcohol, cocaína, éxtasis y viagra al mismo tiempo, lo que origina intoxicaciones que llevan a la muerte.
La hermosa ciudad de Maastrich, situada al este del país y a pocos kilómetros de Alemania, vuelve a ser noticia. Antes lo fue porque allí se estudió y se lanzó el euro, la problemática moneda que tiene en vilo a todo el continente. Y ahora, porque dejó de ser uno de los grandes atractivos para los fumadores, ya que reunía a miles de extranjeros que iban allí antes de la prohibición. Ellos, además, dejaban en la ciudad millones de euros anuales por otro tipo de consumo propio de los turistas: compras, recreación y alojamiento.
En la Argentina
En nuestro país existe una ley, la 23.737, llamada ley de drogas, que castiga con la cárcel de un mes a seis años si lo que se incauta es de escasa cantidad y de uso personal. Como es sabido, el Congreso de la Nación inició hace semanas la discusión para tratar de despenalizar el consumo. Algunos ya han adelantado posiciones extremas y, en muchos casos, en nada coincidentes.
El Sedronar (Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico) alertó sobre los posibles efectos de la ley que se quiere implementar. Según sus datos, siete jóvenes mueren por día en el país por el consumo. Además, en los cinco últimos años, según la ONG “Hay otra esperanza”, la ingesta de alcohol aumentó el 500% en lo jóvenes, y la violencia callejera está aliada a las drogas en un 75% de los casos. Un estudio indicó que el 9% de los alumnos del secundario fumó marihuana el año pasado. Y, a su vez, otro 15% estaría predispuesto a hacerlo.
Según la ONU, la Argentina es ya el segundo mayor consumidor de cocaína del continente, alcanzando al 2,6% de su población, solo superado por los Estados Unidos. Aunque parezca contradictorio, en Colombia, el gran distribuidor junto con México, el consumo llega al 0,8%.
El juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, dijo que “no hay distribución de tóxicos sin la connivencia oficial”. El año pasado, corroborando lo que dice el juez, fueron decomisadas 108.000 kg de cocaína y marihuana. Pero los entendidos calculan que eso solo representa el 15% de lo que ingresa desde Bolivia y Paraguay.
El cambio de Obama
Los Estados Unidos cambió hace poco el enfoque sobre cómo combatir este flagelo. Desde Richard Nixon, quien aseguró que la droga era “el enemigo público número uno”, siempre se utilizó mano militar para castigar a consumidores y traficantes. Al iniciar Bush su período presidencial había 5.000 presos en las cárceles federales por este motivo, y al terminar su mandato llegaron a 100.000.
Barack Obama, por su parte, dio un giro significativo al disponer que la lucha debe estar orientada en la prevención y en la posterior internación de los drogadictos, antes que en la persecución. Y para esto destinó un presupuesto mucho mayor.
En América Latina hay solo dos países que despenalizaron el consumo: Guatemala y El Salvador. Esto sucede mientras el presidente de México, Felipe Calderón, está cercado por la violencia y los narcotraficantes, ya que, durante su presidencia, fueron asesinadas más de 60 mil personas, la mayoría vinculada al negocio de tóxicos. Como sabemos, en el país de Diego Rivera existen los cárteles más peligrosos del mundo.
La opinión de dos Nobel
Es tanta la cantidad de opiniones, que ni los premios Nobel de Literatura quedaron afuera. Mario Vargas Llosa sostiene que “el Estado no puede competir en un negocio tan grande, donde las coimas son imposibles de igualar”. Y agrega, “los narcos ya ganaron”. A su vez el colombiano Gabriel García Márquez, que según se dijo padece mal de Alzheimer, dijo que “la prohibición de consumir la hace más atractiva y aumenta la corrupción y la criminalidad. La cuestión -agrega- es fundamentalmente ética y política; y solo puede definirse con un acuerdo integral de todos los países”.
Ya se sabe, el tráfico de drogas es uno de los ”negocios” más rentables del mundo, solo superado por el ciber crimen. Es de tal magnitud que en los Estados Unidos ese comercio moviliza 200 mil millones de dólares anuales.
Mientras tanto, entre nosotros, la eventual aprobación de una nueva ley llevará muchas semanas de intenso debate, repletas de opiniones encontradas. Sí queda claro que, de concretarse, esto provocará conmoción en gran parte de la sociedad.





REALIZAN PLANTÓN EN EMBAJADA DE BRASIL EN BOLIVIA POR OPOSITOR ASILADO

El Economista de España (www.ecodiario.eleconomista.es/internacional)

Un grupo de activistas de derechos humanos realizó este martes un plantón en las puertas de ingreso de la embajada de Brasil en Bolivia, en protesta por la decisión del gobierno brasileño de otorgar asilo político al senador boliviano de oposición Roger Pinto.
El senador "Pinto está acusado por la violación de los derechos humanos, no es un perseguido político", afirmó Teresa Pinto, dirigente de la ONG privada Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Paz, en una improvisada rueda de prensa, junto a unas 20 personas.
La legación diplomática, en el exclusivo barrio de San Jorge en el centro de La Paz, aún tiene a Pinto, quien recibió el viernes de la semana pasada el beneficio del asilo, aduciendo que es un perseguido político.
El senador es acusado por el Ejecutivo boliviano de ser uno de los autores intelectuales de la matanza de una docena de labriegos partidarios del gobierno en 2008 en el departamento (provincia) amazónico de Pando, en el extremo norte de Bolivia y fronterizo con Brasil, y de malversar fondos públicos.
El legislador opositor, en cambio, alega inocencia de esa acusación y argumenta que el gobierno del presidente izquierdista Evo Morales le inició unos 20 juicios por distintos motivos en diferentes instancias de la justicia, como forma de intimidación.
Pinto aún espera que la cancillería boliviana le otorgue un salvoconducto para salir del país, rumbo a Brasil.
Según opositores, una docena de políticos bolivianos han obtenido asilo o refugio en Brasil, Perú, Argentina y Estados Unidos, entre ellos un ex candidato, ex gobernadores y ex parlamentarios, en los últimos tres años.





CHILE COMPRA COHETES FIM-92, MISILES, 36 LANZADORES M-1097 Y VEHÍCULOS HUMVEE
                                                                               
La Razón de Perú (www.larazon.com.pe/online)
                                                              
Bajo la hipótesis de un eventual conflicto armado con sus países vecinos y con el objetivo de detectar, enfrentar y neutralizar todo tipo de aeronaves ‘enemigas’ y blancos de baja reflexión radárica, como misiles y bombas guiadas, Chile ha establecido un moderno sistema terrestre de defensa aérea, que en los próximos meses pretende seguir fortaleciendo.
Así lo revela un informe contenido en el Anuario Latinoamericano de la Defensa 2012, una publicación internacional especializada en temas militares y de seguridad.
Según el citado documento, los grupos de defensa antiaérea de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) han desplegado unos 12 sistemas Samantha/Migale y 6 Aspic/Mistral montados sobre vehículos Peugeot P4 (4x4) y un significativo número de misiles Mistral en versión Manpads, así como 16 cañones M163A2 Vulcan (algunos asociados a radares Elta EL/M-2106 sobre vehículos M-113) y un número similar de M-167A2 (VADS) de 20 mm.
Además disponen de un importante número de Oerlikon GDF-007 de 35 mm. dotados de munición Ahead y asistidos por direcciones de tiro Skyguard.
También se señala que la FACh recibió a mediados de 1990 la batería de cañones GDF-001 (dotada con dirección de tiro Super Fledermaus) del Cuerpo de Infantería de Marina. Estos equipos aún seguirían en vigencia.
Recientes compras
En febrero de 2011, la FACh concretó, vía un contrato estimado en 100 millones de dólares, la adquisición del sistema de misiles NASAMS (Norwegian Advanced Surface to Air Missile System), destinado a la defensa de sus bases aéreas. Sobre todo las ubicadas en la zona norte, en la frontera con Perú.
El Nasams, desarrollado por Kongsberg Defence y Raytheon, comprende al menos 2 lanzadores de misiles AIM-120C SL-Amraan (Surface Launched-Air Medium Range Air to Air Missile), un puesto de mando FDC (Fire Distribution Center) y un radar AN/MPQ-64 Sentinel. Su alcance máximo se sitúa en 25 km.
Por su parte, el Ejército dispone de un cierto número de Mistral a bordo de camiones Unimog 1300 (4x4) y de 42 cañones IMI TCM-20: 24 a remolque y 18 montados en vehículos blindados Mowag (6x6). Estos operan junto a los Mowag equipados con radares Elta EL/M-2106.
Asimismo, el Cuerpo de Infantería de Marina opera únicamente con cañones Oerlikon GAI-BO1 (5TG) de 20 mm., que si bien son de escasa efectividad para el rol de defensa aérea, tienen aún relevante capacidad para brindar apoyo de fuego.
Lo que se viene
Respecto a las futuras compras relacionadas con el sistema terrestre de defensa aérea se precisa que entre el 2012 y 2013 Chile estaría incorporando, tras la aprobación del Congreso norteamericano, 36 lanzadores M-1097 Avenger y 378 misiles FIM-92 Stinger –RMP Block 1, además de 36 radios AN/VRC-92E Sincgars (Single Channel Ground and Airborne Radio Systems), 42 misiles de entrenamiento (CFTS) y puesto S250 montados en vehículos Humvee. El contrato, que incluye herramientas, equipos de prueba, partes y repuestos, manuales y publicaciones técnicas, y entrenamiento, bordea los 455 millones de dólares.
En lo que se refiere a la Armada, se señala que tras la baja de los Manpads Shorts Blowpipe (que también equiparon a la FACh), la Infantería de Marina evalúa la adquisición de un nuevo sistema de última generación.





AMÉRICA LATINA, CADA VEZ MÁS BIPOLAR
                                            
Juan de Mariana de Argentina (www.juandemariana.org/comentario)

Democracia liberal vs socialismo del siglo XXI. Esas parecen, actualmente, las etiquetas de los sistemas políticos latinoamericanos. En el medio existe un grupo de países (El Salvador, Honduras, Guatemala) que desea ver cómo su Estado de Derecho echa raíces, aunque para ello tienen que superar algunas deficiencias, casi crónicas, de naturaleza estructural.
Asimismo, de un tiempo a esta parte hemos visto como los integrantes del socialismo del siglo XXI no aumentan en cuanto a su número de integrantes. Son los mismos actores de siempre: Cuba y Venezuela de principales, con Bolivia y Nicaragua de "orgullosos" secundarios. Ecuador, en breve, será principal puesto que los pasos que viene dando Correa son de gigante, persiguiendo a la prensa y amedrentando a la oposición, sin olvidar que se ha convertido en el mejor embajador del Castrismo.
Sin embargo, este grupo, además de no haber logrado que otras naciones se sumen, se está encontrando con que los petrodólares de Caracas no llegan con la misma fluidez de antaño puesto que los problemas de financiación también asolan al mecenazgo chavista. Por ello, no debe sorprendernos que a partir de este momento, actores extra-regionales, caracterizados por su relativismo y por una curiosa concepción de la soberanía nacional, cobren protagonismo.
Uno de ellos es, evidentemente, China. Nada nuevo. Pekín desea afianzar su capitalismo de Estado o más bien, su capitalismo con pies de barro, más allá de Asia y de Asia Pacífico. Sin exigirle demasiado a cambio (en forma de respeto de los derechos humanos, por ejemplo), los gobiernos, no sólo de América Latina, quieren mantener lazos con Hu Jintao. Muchos no dudan en compatibilizar este deseo de alianza comercial con echarse las manos a la cabeza cuando se ven imágenes de cómo trata el comunismo a los monjes budistas...
Otro es Rusia. Durante la dictadura comunista (Stalin, Kruschev, Breznev, Chernienko, Andropov...) a la oposición se la silenciaba...ahora se la reprime por la fuerza. Entonces no había elecciones, ahora sí pero como diría un castizo "de aquella manera". Vladimir Putin lleva tiempo haciendo incursiones en América Latina, lo mismo que siendo interesadamente contemporizador con determinados regímenes liberticidas, como el sirio.
Finalmente, y no por ello menos importante, tenemos a Irán. Ahmadineyad ha encontrado un filón en el socialismo del siglo XXI con el que comparte desprecio hacia la democracia liberal y lenguaje anti-norteamericano. Además, los socios albistas de Teherán avalan su programa nuclear con la pueril justificación de que tiene derecho a llevarlo a cabo. Esta forma de pensar ha tenido sus recompensas. Así, el número 2 del gobierno iraní, Alí Saeidlo, visitó Cuba y Nicaragua hace escasas semanas, con la chequera dispuesta a repartir prebendas en La Habana y Managua.
Mientras todo ello acontecía, "la otra" América Latina, la que defiende la democracia, sin dar tanta publicidad, avanza a pasos agigantados. El último gran ejemplo es la Alianza del Pacífico integrada por Méjico, Colombia, Perú y Chile. Todos ellos son conscientes de que las "viejas organizaciones" de integración latinoamericana, especialmente MERCOSUR, atraviesan una parálisis con visos de ser crónica, sin olvidar que otras, como la OEA, se decantan más por los gestos que por la resolución de los problemas, como puso de manifiesto la última Cumbre celebrada en Cochabamba.
La importancia de esta iniciativa trasciende lo comercial, cuyo éxito parece asegurado, y enlaza directamente con un concepto que algunas naciones de América Latina han olvidado en los últimos tiempos: la seguridad jurídica. Perú, Colombia, Méjico y Chile son socios fiables en los que invertir, cuyos gobiernos no emplean las nacionalizaciones como herramienta de legitimación ante sus ciudadanos, lo que sin duda alguna repercutirá positivamente en su crecimiento frente a lo que viene sucediendo, y es probable que se acentúe, en Argentina, Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Cuba. Lo dicho: cada está más claro que hay dos Américas Latinas, con más diferencias que semejanzas.

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