“Ni perdón ni olvido”, prometió esta madrugada el presidente de Ecuador, Rafael Correa, tras ser rescatado por fuerzas militares, en una acción comando que quebró el secuestro de diez horas impuesto por policías rebeldes, en un hospital de la ciudad de Quito. Con fortaleza y discurso firme, Correa reapareció en un edificio de la plaza de la Independencia donde una multitud de partidarios lo esperó en una vigilia de varias horas.
Luego en el Salón Amarillo de la casa presidencial, prometió sancionar a los sublevados por causar lo que llamó “un día de tristeza”, cuando apenas comenzaba el recuento de heridos y muertos.
Falló la conspiración organizada por los desestabilizadores, dijo Correa al desvirtuar el argumento de los policías consistente en apuntar a una demanda salarial como la chispa de la jornada violenta.
La intensa jornada de confrontación y caos que Ecuador vivió este jueves, cuando desde tempranas horas miembros de la Policía se sublevaron en rechazo a un veto presidencial que elimina varios de sus beneficios laborales, concluyó con la advertencia del presidente Rafael Correa de que "no habrá perdón ni olvido" para los policías insubordinados.
"Todos los malos elementos que han hecho quedar al país como una República de opereta, que deshonraron el uniforme policial, tendrán la sanción correspondiente", dijo Correa desde el Palacio de Gobierno, a donde llegó luego de que un comando militar lo sacara del Hospital de la Policía, sitio en el que el mandatario estuvo retenido por varias horas.
Dicho hospital había sido rodeado por policías sublevados que impedían la salida del mandatario mientras no se derogara el veto presidencial a la Ley de Servicio Público. Avanzada la noche, un fuerte combate entre policías y militares, que incluyó el uso de armas de fuego y bombas lacrimógenas, dio paso al rescate del mandatario.
El enfrentamiento, según reportó la Cruz Roja, dejó un saldo de dos uniformados muertos y 74 heridos, y fue el desenlace de un día de conflictividad en el que incluso el presidente Correa, al confrontar por la mañana a los policías insubordinados, llegó a decir: "Señores, si quieren matar al presidente, aquí está, mátenlo si les da la gana".
"Más fortalecidos"
Ya a salvo, en el Palacio de Gobierno, y frente una muchedumbre de simpatizantes, el presidente Correa insistió en que más allá de una protesta policial "esto fue un intento de golpe de Estado fracasado, que lo que ha logrado es que salgamos más fortalecidos".
El mandatario aseguró que durante su gobierno los miembros de las fuerzas del orden han mejorado sus ingresos económicos, y afirmó que detrás de las protestas estaba un intento de desestabilización de su gobierno motivado por el partido opositor Sociedad Patriótica y su líder, el ex presidente Lucio Gutiérrez.
"Aquí no vamos a permitir que ocurra lo que ocurrió en Honduras, a nuestra democracia nada ni nadie la va a tumbar", señaló Correa.
Minutos después, Gutiérrez desmintió las acusaciones del mandatario, inculpó al presidente de llevar adelante "un gobierno que no respeta los derechos de los ecuatorianos", y recordó que Correa participó en la caída del gobierno de Sociedad Patriótica años atrás.
Ecuador ha registrado la caída de tres presidentes de la República tras jornadas de conflictividad social y política: Abdalá Bucaram (1997), Jamil Mahuad (2000) y Lucio Gutiérrez (2005).
Gobierno no cede
Además de anunciar sanciones para los insubordinados, el presidente Correa dijo haber constatado que los policías sublevados "ni siquiera han leído la Ley" y afirmó que la Ley de Servicio Público no será revocada.
Resta por conocerse cuál será en las próximas horas la reacción de los policías, quienes este jueves insistieron en pedir al gobierno que se respeten los beneficios económicos resultantes de sus condecoraciones y ascensos.
"No estamos en contra del señor presidente, le pedimos que se derogue las disposiciones de la Ley de Servicio Público que eliminan las condecoraciones por el tiempo de servicio público", dijo al mediodía de este jueves el jefe de Estado Mayor de la Policía, Florencio Ruiz.
El comandante de Policía, Freddy Martínez, presentó al final de este 30 de septiembre su renuncia al cargo.
En tanto, la cúpula militar, por medio del jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Ernesto González, ha urgido a los miembros de las fuerzas del orden sublevados que depongan su actitud.
CORREA RETOMA EL CONTROL EN ECUADOR Y PROMETE UNA DEPURACIÓN EN LA POLICÍA
Una protesta policial desata el caos y la violencia en las principales ciudades del país y pone en jaque al Gobierno.- El mandatario, a salvo en el palacio presidencial tras haber sido retenido 11 horas en un hospital, denuncia un intento de golpe de Estado. Hay dos muertos y decenas de heridos.
El País de España (www.elpais.com/articulo)
Una protesta de policías en Ecuador ha llevado el caos al país y ha puesto en jaque al Gobierno y al presidente del país, Rafael Correa, que estuvo retenido 11 horas por los amotinados. El Ejército, leal al mandatario, tuvo que intervenir por la fuerza esta madrugada para liberarlo, tras enfrentarse a tiros a los policías sublevados en los alrededores del hospital donde estaba atrapado. El Gobierno, que ha retomado el control de la situación, busca ahora a los responsables de la sublevación y apunta al ex mandatario Lucio Gutiérrez como instigador de la revuelta.
Después de un tiroteo de más de media hora y protegido por una larga fila de efectivos pertrechados con escudos, cascos y armas de fuego, el dirigente salió en silla de ruedas de la clínica, pues acababa de ser operado en una pierna, hacia una caravana de vehículos que lo trasladó directamente al palacio presidencial. Allí se asomó inmediatamente al balcón, donde le esperaban algunos ministros, para dirigirse a los centenares de sus partidarios que se habían congregado frente al edificio y agradecer a los líderes internacionales -entre ellos el presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero- el apoyo mostrado.
"En esto hubo gente de Lucio Gutiérrez", dijo el mandatario, en referencia a quien fue presidente ecuatoriano de enero de 2003 a abril de 2005. Correa anunció "una profunda depuración de la Policía Nacional" y afirmó que "no habrá perdón ni olvido" para lo que definió como "un intento de golpe de Estado". El comandante general de la Policía de Ecuador, Freddy Martínez, ha dimitido ya de su cargo, según el canal Ecuavisa, aunque la información no ha sido confirmada oficialmente.
El fiscal de la Nación, Washington Pesántez, afirmó, por su parte, que investigará "la conspiración urdida desde afuera de los cuarteles oficiales" que llevó a la sublevación. "No se trató de una legítima reclamación salarial, sino de un claro ejemplo de conspiración", dijo Correa en una rueda de prensa tras ser liberado por militares del hospital en el que permaneció durante casi todo el día de ayer retenido por policías sublevados, que protestaban contra un proyecto de ley que reduce sus beneficios salariales. Según Correa, cuando intentó explicarles que les elevó los sueldos "como nunca antes", las tropas le respondieron "no, eso lo hizo Lucio (Gutiérrez), sabiendo bien entonces quiénes estaban en esa conspiración", dijo.
Correa confirmó también que al menos un miembro de un equipo policial de élite murió y 27 personas resultaron heridas durante su rescate, aunque la cifra final aún no ha podido ser determinada. Además, el Gobierno ha confirmado que un civil ha fallecido y más de medio centenar de personas han resultado heridas como consecuencia de los enfrentamientos entre los sublevados y los seguidores del presidente mientras permanecía retenido. Entre los heridos está el ministro de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, hospitalizado al ser golpeado en la cabeza por policías sublevados. En el momento de ser ingresado, Patiño presentaba una herida y manchas de sangre en su camisa.
Violenta jornada
La revuelta se desató ayer en Quito tras la aprobación de una ley que reduce los beneficios salariales de la policía y prendió como la pólvora en todo el país. Los policías tomaron la Asamblea Nacional, cuarteles y calles principales en diversos puntos del país. Algunos soldados se sumaron en los primeros momentos a la protesta y tomaron la pista del aeropuerto de Quito, sede también de la base aérea militar más importante del país, que reabrió por la noche tras permanecer cerrado durante varias horas.
El presidente acudió temprano a la sede del Regimiento 1 de Quito para intentar zanjar la crisis recordando a los policías que les había mejorado el sueldo más que nadie. Pero los agentes le gritaron "mentiroso, mentiroso" y le lanzaron gases lacrimógenos. Correa perdió entonces los papeles y les desafió allí mismo: ""Señores, si quieren matar al presidente, aquí está: mátenme si les da la gana, mátenme si tienen valor, en vez de estar en la muchedumbre, cobardemente escondidos", dijo visiblemente exaltado. Poco después, en declaraciones a un canal de televisión ecuatoriano, proclamó: "Es un intento del golpe de Estado de la oposición". "Me siento traicionado, no por todos, pero habrá que depurar", añadió.
Poco después de los primeros disturbios, el presidente se dirigió junto al ministro del Interior, Gustavo Jalkh, a decenas de policías de tropa en el Regimiento 1 en Quito y desde una ventana de una oficina del edificio intentó dialogar con los manifestantes, que le abuchearon y lanzaron objetos y gases lacrimógenos.
"No daré ni un paso atrás, si quieren tomarse los cuarteles, si quieren dejar a la ciudadanía indefensa y si quieren traicionar su misión de policías, traiciónenlos", exclamó Correa en un encendido discurso en el que agregó que su Gobierno seguirá "con una sola política de justicia, dignidad".
Los policías intentaron retener al mandatario para forzar la negociación, pero su escolta logró rescatarlo y trasladarlo al Hospital de la Policía para que fuera atendido de las heridas sufridas durante la evasión -sobre todo en una rodilla recién operada-. Allí fue rodeado por los sublevados quedó retenido. "Olvídese de cualquier acuerdo o cualquier diálogo mientras no pueda salir", dijo en una conexión telefónica con Ecuador TV desde la clínica. "Saldré de aquí como presidente o con los pies por delante", sentenció.
Estado de excepción
Ante el violento desarrollo de los acontecimientos, el Gobierno declaró el estado de excepción en el país durante una semana y anunció que el Ejército tomaría en sus manos la seguridad del país. El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas ecuatorianas, Ernesto González, rodeado de otros altos mandos militares, manifestó el apoyo de los militares al presidente y su respeto por las instituciones democráticas, y ha aclarado que Correa es su "máxima autoridad". No obstante, pidió "encarecidamente" la revisión de la ley que ha provocado la protesta.
Pese al estado de excepción, el ministro Patiño instó a los cientos de partidarios de Correa congregados fuera del Palacio de Gobierno de Carandolet, en el centro de Quito, a que acudieran al hospital a rescatar al presidente. Los amotinados lanzaron gases lacrimógenos a los grupos que lo intentaron, pero unos 2.000 lograron llegar hasta las inmediaciones del edificio y se enfrentaron con los policías.
Caos en las ciudades
Quito se convirtió ayer en una ciudad fantasma. Las escuelas e institutos enviaron a los estudiantes a sus casas. En las entidades públicas se dio la orden de que el personal se retirara a sus hogares. La mayoría de la población de la capital permaneció en sus casas durante todo el día, a la espera del desenlace de los acontecimientos.
Los comercios cerraron las puertas tanto en Quito como en las ciudades de Ibarra, Esmeraldas, Cuenca, Ambato, Loja y Guayaquil. En esta última se registraron varios saqueos. El temor era generalizado en la población, tanto a ataques de la delincuencia como al enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad. Además, la ciudadanía ha criticado que la única vía de información sean los canales gubernamentales.
Comisión para poner fin a la crisis
Los amotinados exigen la restitución de varios beneficios, entre ellos un bono de la policía, los años previstos de ascensos, las condecoraciones, eliminados con una nueva Ley de Servicios Públicos aprobada anoche. Todo ello supone alrededor de 30 millones de dólares (22 millones de euros), de los que los policías solicitan que la mitad sea destinada a la construcción de viviendas para agentes.
La revuelta se produce en momentos en que el presidente Correa considera disolver el Congreso ante el estancamiento que existe en la aprobación de varias leyes de reducción de gastos estatales. Incluso varios parlamentarios de su partido se oponen a estas leyes. La disolución le permitiría legislar por decreto y convocar elecciones anticipadas.
El ministro de Seguridad, Miguel Carvajal, ha reconocido que su país está ante una situación "delicada" y frente a un proceso de "desestabilización del Gobierno y la democracia". Los Gobiernos latinoamericanos y España han mostrado su apoyo al Gobierno de Correa y esperan que la situación se solucione de forma pacífica.
La situación de Ecuador ha tomado posición en la lista de Trending Topics de Twitter.
EL EJÉRCITO LOGRA LIBERAR A RAFAEL CORREA
El presidente de Ecuador, que estuvo retenido por los sublevados en un hospital más de 10 horas, escapó en medio de una gran confusión debido a varios tiroteos. Denuncia un «golpe de Estado».
ABC de Paraguay (www.abc.es)
Las Fuerzas militares liberaron al presidente de Ecuador, Rafael Correa, tras un enfrentamiento contra los policías sublevados que lo mantenían recluido en un hospital. Desde allí, Correa se trasladó al Palacio de Carondelet, la sede del Ejecutivo, y se asomó al balcón, donde le esperaban algunos ministros, para dirigirse a centenares de sus partidarios congregados en la Plaza Grande y que ondeaban banderas de Ecuador.
Correa señaló que para "liberarlo han caído hermanos ecuatorianos. Es un día de profunda tristeza que jamás creí que iba a llegar en mi Gobierno que solo busca el buen vivir". Agradeció a los simpatizantes que fueron a "rescatarle" al hospital y que, según dijo, fueron recibidos con "gas pimienta, gas lacrimógeno, con pedradas", supuestamente por policías sublevados. "En esto hubo gente de Lucio Gutiérrez", dijo el mandatario, en referencia a quien fue presidente ecuatoriano de enero de 2003 a abril de 2005. Gutiérrez rechazó hoy cualquier participación en el alzamiento en declaraciones a Efe desde Brasilia. "El único responsable del caos que tenemos actualmente en el Ecuador es el Gobierno abusivo, corrupto, prepotente, de Rafael Correa", dijo el ex presidente. El fiscal de la Nación, Washington Pesántez, dijo tras la liberación de Correa que investigará "la conspiración urdida desde afuera de los cuarteles oficiales" que llevó a la sublevación.
La liberación
El presidente ecuatoriano fue sacado del hospital tras un tiroteo de más de media hora. Imágenes de televisión mostraron a un uniformado herido, pero no se podía distinguir si se trataba de un policía de servicios especiales o de un militar. Según pudo constatar Efe, dos personas resultaron heridas a las afueras del hospital, de donde los militares procedieron a evacuar a los civiles tras rescatar al presidente.
Antes de iniciarse el tiroteo, grupos de militares, que se habían mantenido alejados de la zona, se acercaron en camiones al Hospital del Policía Nacional e inmediatamente se inició el intercambio de disparos. Correa se encontraba en el tercer piso del edificio, donde llevaba recluido toda la jornada. Con él estaba una dotación del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), un cuerpo de policía que se mantuvo leal al gobierno. El ataque ocurrió después de que fracasaran las negociaciones con los sublevados para que liberaran a Correa que llevó a cabo el gobierno durante todo el día, según dijo a Efe el ministro de Defensa, Javier Ponce. El ministro indicó que el gobierno no tenía ninguna intención de ceder a las demandas de los policías, que protestan contra una reducción de sus beneficios salariales contenida en un proyecto de ley.
El Gobierno ecuatoriano decretó el estado de excepción y el Ejército asumió la seguridad del país andino, después de que el presidente Rafael Correa fuera atacado durante una protesta de policías y militares que acabó fuera de control. Desde el Hospital de la Policía donde se refugió, tras ser agredido de forma paradójica por los propios policías, Correa calificó de «intento de golpe de Estado» la ola de protestas que protagonizaron miles de agentes por el recorte de sus bonos y otros beneficios. Además, se negó a negociar con los policías sublevados en su país mientras le impidan salir del hospital donde lo tienen rodeado. "Olvídese de cualquier acuerdo o cualquier diálogo" mientras no pueda salir, dijo Correa en una conexión telefónica con Ecuador TV, cuya señal es emitida en todos los canales de televisión del país.
El jefe de Estado enfatizó que del hospital lo sacarían "como presidente o como cadáver", asegurando que no iba a perder su "dignidad". Asimismo, indicó que se reunió con tres comisiones de los sublevados y señaló que ninguna de ellas tenía información completa sobre la decisión legislativa de eliminar incentivos profesionales para los uniformados. Correa aseguró que sabía lo que se jugaba al asumir la Presidencia de la república: " Primero muerto antes que perder la vida, aquí salgo como presidente o me sacan como cadáver", reiteró.
Correa se comprometió a convocar elecciones generales para apaciguar la revuelta. El presidente no dio una fecha exacta para este proceso, pero no ocultó su decepción por el papel desempeñado por la Asamblea Nacional, en la que su partido, Alianza País, tiene mayoría. «Estoy pensando en elegir otro congreso», anunció el gobernante, tras quejarse de la lentitud de la Asamblea y de su poca capacidad para comunicar correctamente sus decisiones. Los policías también ocuparon la sede de la Asamblea Nacional e impidieron la entrada o salida de quienes se hallaban dentro del edificio. Mientras tanto, unidades militares sublevadas tomaron el control del aeropuerto y la base aérea de la capital.
El jefe del Estado Mayor, Ernesto González, y la cúpula militar manifestaron poco después de los primeros incidentes su respeto por las instituciones democráticas. González aclaró que el presidente es su «máxima autoridad». «Las Fuerzas Armadas, como determina la Constitución, garantizan la protección de los derechos y libertades de los ciudadanos ecuatorianos, por eso respetamos el estado de derecho», señaló González en una comparecencia ante los medios en la que invitó a los oficiales sublevados a deponer su actitud.
El pistoletazo a las protestas
Las revueltas se desataron ayer por la mañana en Quito, después de que en la víspera el Congreso aprobase la Ley de Servicio Público, que reduce 15 millones de dólares en bonos y condecoraciones. El presidente señaló como posible instigador del «golpe» al ex presidente y coronel retirado del Ejército Lucio Gutiérrez, destituido en 2005 por el Congreso.
Correa recibió una lluvia de botellas y gases lacrimógenos cuando intentaba salir del Regimiento Quito Número Uno, el mayor cuartel de Policía de la capital. Allí había acudido para dialogar con los manifestantes, a quienes se dirigió micrófono en mano desde una ventana. Sin embargo, lejos de tranquilizar los ánimos de los policías sublevados, el presidente terminó por perder la cabeza a medida que la multitud le gritaba «mentiroso». Visiblemente alterado, se aflojó la corbata y les gritó: «Si quieren matar al presidente, mátenme, aquí estoy». Sus guardaespaldas intentaron sacarlo del cuartel, pero los policías lo impidieron. Un helicóptero enviado para rescatarlo no pudo aterrizar porque los policías tomaron el helipuerto del cuartel.
Sin otra vía de escape, el presidente caminaba entre los policías sublevados con dificultad y apoyado en el hombro de un guardaespaldas y en un bastón, pues aún se recupera de una reciente cirugía de rodilla. Finalmente, fue conducido por una puerta lateral que da al contiguo Hospital de la Policía, que inmediatamente fue rodeado por los agentes amotinados. «Tienen prácticamente secuestrado al presidente, pero son una minoría», aseguró Correa.
El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, encabezaba una marcha desde la histórica Plaza de la Independencia de Quito hacia el Hospital Militar para «rescatar» al presidente. Mientras tanto, el vicepresidente Lenin Moreno aseguraba que en el Gobierno «nadie tiene miedo de morir, sino de que se frene un proceso de revolución ciudadana» iniciado por Alianza País.
Un contingente de la Fuerza Aérea tomó la pista del Aeropuerto Mariscal Sucre de Quito. También se cerraron los aeropuertos de Guayaquil —la mayor ciudad de Ecuador— y de Manta. La multitud saqueó comercios sin control en varias ciudades del país.
Choques con los simpatizantes de Correa
Los policías sublevados hoy en Ecuador mantienen enfrentamientos con los simpatizantes de Rafael Correa. El cerco de los sublevados se extiende a unas tres cuadras a la redonda del complejo policial, donde funciona el hospital de la institución, el "Regimiento Quito" y el Grupo de Operaciones Especiales (GOE). Después de los piquetes de policías, que protestan contra eventuales recortes a sus beneficios, se extienden estelas de gente que ha llegado al lugar para respaldar a Correa y para "rescatarlo" del "secuestro", al que dicen, está sometido el jefe del Estado.
Entre ambos bandos hay una separación de algo más de diez metros, que es el alcance de las pedradas que los dos grupos se lanzan a oleadas y que no cesan. Pocos han sido los momentos de calma, aprovechados por los bandos para abastecerse de piedras y objetos que puedan ser usados en la protesta. Uno de los participantes incluso dijo que la situación le parecía surrealista, ya que era difícil precisar "quién vigila a quién, pues son los policías que están en protesta, mientras que los ciudadanos quieren defender el orden".
Algunos manifestantes, emulando a los policías, tomaron vallas publicitarias para hacer sus propios escudos con los que se protegían de las pedradas de los policías. En una de las esquinas de la protesta, varios agentes incluso impedían el trabajo de la prensa e impedían que los periodistas logren ingresar al hospital donde está Correa. A momentos, el panorama se vuelve desolador por la bruma de gas que invade la zona del barrio La Granja, donde se encuentra el complejo policial, al cual es imposible llegar en automóvil, por la serie de barricadas y la cantidad de gente que ha llegado al lugar. P
ara apoyar a los manifestantes, varios camiones del Ministerio de Obras Públicas, del Municipio de Quito y del Consejo Provincial de Pichincha llegaron al sitio, pero les fue imposible avanzar por el gas lacrimógeno. Los policías, además de repeler el avance de los simpatizantes de Correa, también hacen altos para escuchar por sus radios los mensajes que los superiores les envían desde el interior del Regimiento Quito. En el bando de los policías también se pudo observar a personas vestidas sin uniforme que apoyaban a los agentes en el lanzamiento de piedras contra los otros. Algunos decían que eran "policías encubiertos" o "familiares".
A momentos, los policías arreciaban con el enfrentamiento para ganar espacio y lograron despejar varias calles, aunque muy poco, pues los simpatizantes de Correa tampoco retrocedieron los suficiente. "De aquí no nos vamos, sólo cuando nuestro presidente salga del hospital y vaya al Palacio de Gobierno a seguir gobernando en favor de todos, incluidos los policías pobres que son manipulados" por opositores, dijo un ciudadano que llevaba una bandera de Alianza País, el partido oficialista. La situación no varía, mientras las autoridades intentan llegar a acuerdos con los manifestantes (los policías), par superar la crisis.
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Militares aliados al presidente de Ecuador, Rafael Correa, realizaron un operativo especial y lo rescataron del Hospital de Policía en el que se encontraba desde el mediodía. Hubo fuertes enfrentamientos con los policías sublevados. Correa fue llevado al Palacio Presidencial donde habló a sus simpatizantes, y acusó a algunos políticos adversarios de conspirar en su contra.
Urgente 24 de Argentina (www.urgente24.com)
Efectivos del Grupo de Operaciones Especiales del Ejército ecuatoriano penetró el cerco que habían realizado los policías sublevados en el Hospital de Policía de Quito y lograron rescatar al presidente de Ecuador, Rafael Correa, luego de un intenso enfrentamiento a tiros.
Miles de personas se congregaron cerca al 'Hospital de la Policía Nacional', en Quito, en un intento por respaldar al Presidente de Ecuador.
La Policía intentó dispersar con gases lacrimógenos a quienes se dirigieron al hospital donde está encontraba el mandatario.
En su caminata hacia el hospital, las personas, algunas con palos y banderas, lanzaron arengas en respaldo a Correa.
"Estamos aquí en pie de lucha por la democracia, defendiendo al presidente de todos los ecuatorianos, rescatándolo, estamos aquí todos los quiteños y han venido de los cantones cercanos caminando, nos están lanzando bombas lacrimógenas a los ministros, a las señoras, a los niños", dijo la ministra de Obras Públicas, María de los Ángeles Duarte.
Antes de iniciarse el tiroteo, grupos de militares, que se habían mantenido alejados de la zona, se acercaron en camiones al Hospital del Policía Nacional e inmediatamente se inició el intercambio de disparos.
El ataque ocurrió después de que fracasaran las negociaciones con los sublevados para que liberaran a Correa que llevó a cabo el gobierno durante todo el día, según dijo el ministro de Defensa, Javier Ponce
Pudo verse al presidente de Ecuador con una máscara antigases y sobre una silla de ruedas, según informó la cadena internacional Telesur.
Así, la sublevación de policías contra el presidente de Ecuador, Rafael Correa, terminó con un enfrentamiento que duró 35 minutos entre los efectivos alzados y militares leales, con varios heridos, por lo menos.
La transmisión oficial -los canales emitieron en cadena nacional- mostró a varios efectivos heridos en plena calle, a la espera de asistencia.
Correa se encontraba en el 3er. piso del hospital, donde llevaba recluido toda la jornada, pues los policías sublevados no lo dejaban salir.
Correa vive ela mayor crisis en sus casi 4 años de gobierno con protestas de policías y militares que rechazan una ley que les quitará beneficios económicos.
Correa había afirmado que se negaba a negociar con los policías sublevados mientras estuviera retenido en el hospital.
Correa acusó a unos policías sublevados de no permitirle salir del hospital de Quito al que acudió tras ser agredido con gases lacrimógenos en un cuartel, en declaraciones telefónicas a la televisión nacional.
El jefe de Estado apuntó que del hospital lo sacan "como presidente o como cadáver" y aseguró que no va a perder su "dignidad".
"Es el día más triste de mi gobierno", dijo Correa, de regreso al palacio presidencial de Carondelet.
Correa señaló que era necesario iniciar la reunión con 1 minuto de silencio -que nunca se cumplió- porque “se ha derramado sangre ecuatoriana inútilmente”.
De esta manera, el Presidente ecuatoriano confirmó el fallecimiento de al menos 1 militar que participó en su rescate.
Relató que los policías actuaron de manera cobade al recibir con gases lacrimógenos a los militares que fueron a sacarlo del hospital.
“Esperaron a las fuerzas militares con un largo cruce de balas (…) cobardemente los recibieron con gas pimienta. ¿Cómo pueden llamarse policías los que se comportaron de esa manera?”, fustigó.
Correa insistió en que la sublevación policial es parte de un golpe de Estado impulsado por “partidos de viejas caras que todos conocemos”.
Afirmó que su gobierno ha apoyado más que ningún otro a la policía ecuatoriana, e insistió en que el ex presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez está detrás de los hechos de violencia.
“Cuando dije 'Nadie ha subido tanto los sueldos como este gobierno', me respondieron: ‘Mentiroso, ese fue Lucio (Gutiérrez)’. Ahí estaba la gente de Lucio, azuzando. ¡Qué irresponsabilidad!”.
A juicio de Correa, esos funcionarios “avergüenzan la institución policial” y deben de inmediato salir de sus filas.
"Es un día de profunda tristeza que jamás creí que iba a llegar a mi Gobierno", afirmó Correa.
"Me siento profundamente triste como si me hubieran dado una puñalada por la espalda (...) pero no era toda la Policía", agregó el mandatario.
"Bajo presión nada, por el diálogo todo", indicó el presidente de Ecuador, quien entre lágrimas también agradeció a varios sectores políticos "a excepción de algunos retrógrados", por el apoyo a su Gobierno durante la tensa jornada de hoy.
El mandatario ecuatoriano también agradeció a los presidentes de Latinoamérica y el mundo por el apoyo a su Gobierno en este día.
Adicional a esto, policías sublevados agredieron al ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, y le causaron una herida en la cabeza por lo que fue hospitalizado.
Patiño presentaba manchas de sangre en su camisa al momento de ingresar en el hospital Metropolitano.
Por otro lado, el alcalde de Quito, Augusto Barrera, informó que el aeropuerto internacional de Quito fue reabierto luego de que sus pistas fueran tomadas esta tarde por militares ecuatorianos.
"Hemos atendido en Quito a 50 personas que presentaron emergencias médicas por asfixia a causa del gas lacrimógeno, impactos de perdigones y de bombas lacrimógenas", dijo Jorge Arteaga, el portavoz de la Cruz Roja.
El ministro coordinador de Seguridad Interna y Externa de Ecuador, Miguel Carvajal, informó que informaciones preliminares apuntan al fallecimiento de 1 civil en Guayaquil, de una docena de heridos en esa localidad y otras 2 personas heridas con perdigones en Quito.
"Esto es inadmisible nosotros no podemos aceptar esos actos de violencia y llamamos nuevamente a la prudencia razonable de aquellos individuos que fueron partícipes de los actos de subordinación", expresó Carvajal.
Comunicado del Gobierno
En medio de los desórdenes, el gobierno ecuatoriano envió un comunicado a en el que rechazó la "insurbodinación de elementos de la fuerza pública", a los que acusa de estar aliados con "grupos que persiguen la ruptura de orden democrático", cuyo objetivo es "interrumpir un proceso histórico de cambio político, económico y social que cuenta con el indiscutible apoyo mayoritario de las ciudadanas y ciudadanos del Ecuador".
En el texto se apoyan las manifestaciones en favor del presidente Correa como un "derecho irrenunciable" del pueblo de defender "la vigencia irrestricta de la Democracia y la continuidad del Gobierno al que ellos han encomendado soberanamente la dirección del Estado ecuatoriano".
Y anota: "Reafirmamos el compromiso público que expresó el Presidente Correa de defender la Democracia y el proceso de cambio de la Revolución Ciudadana hasta las últimas consecuencias".
CELEBRAN LIBERACIÓN DE CORREA EN APERTURA REUNIÓN URGENTE DE UNASUR
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
La presidenta argentina, Cristina Fernández, celebró este viernes la liberación del mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, durante la apertura de la reunión de urgencia de mandatarios de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para evaluar la crisis de Ecuador.
“Podemos celebrar que Rafael Correa ha sido liberado y se encuentra en buen estado”, dijo Fernández, anfitriona de la reunión junto a su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner, secretario general de la Unasur.
La presidenta explicó que los mandatarios asistentes a la reunión mantuvieron una conversación telefónica con Correa y constataron que “la situación en Ecuador se encuentra bajo control”, dijo.
A la reunión asisten los presidentes de Chile, Sebastián Piñera; Perú, Alán García; Uruguay, José Mujica; Bolivia, Evo Morales, y se espera en las próximas horas la llegada del venezolano Hugo Chávez y el colombiano Juan Manuel Santos.
El paraguayo Fernando Lugo, internado por una intoxicación, y el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, que participa en el cierre de la campaña electoral de su país, son los grandes ausentes de la cita de la capital argentina.Los presidentes, que a su llegada Buenos Aires coincidieron en condenar de forma contundente la sublevación que puso en jaque a Rafael Correa, no han decidido aún si viajarán mañana a Quito para expresar su respaldo al mandatario ecuatoriano.
La reunión de Buenos Aires se desarrollará a puerta cerrada, aunque, según adelantó Fernández, los presidentes harán pública una declaración oficial durante la madrugada.
Cientos de simpatizantes oficialistas se han concentrado frente al Palacio de San Martín, sede de la Cancillería argentina, para manifestar su apoyo a Correa y a la decisión de Unasur de convocar esta reunión urgente en defensa de la legalidad democrática en la región.
El presidente de Ecuador fue liberado por grupos especiales tras haber permanecido durante buena parte del día secuestrado en un hospital policial donde fue internado tras ser agredido en una movilización de policías que protestaban por una reducción de sus beneficios salariales.
Detrás del golpe en Ecuador
LA DERECHA AL ATAQUE CONTRA ALBA
Organizaciones financiadas por USAID y NED piden la renuncia del Presidente Correa en apoyo al golpe de Estado promovido por sectores de la policía ecuatoriana, profundamente penetrada por Estados Unidos.
Rebelión de España (www.rebelion.org)
Un nuevo intento de golpe contra un país de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA) atenta contra la integración latinoamericana y el avance de los procesos de revolución democrática. La derecha está al ataque. Su éxito en 2009 en Honduras contra el gobierno de Manuel Zelaya, la llenó de energía, fuerza y confianza para poder arremeter contra los pueblos y gobiernos de revolución en América Latina.
Las elecciones del domingo 26 de septiembre en Venezuela, aunque resultaron victoriosas principalmente para el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), cedieron espacio a las más reaccionarias y peligrosas fuerzas de desestabilización que están al servicio de los intereses imperiales. Estados Unidos logró colocar sus piezas claves en la Asamblea Nacional de Venezuela, dándoles una plataforma para avanzar con sus planes conspirativos para socavar la democracia venezolana.
El día después de las elecciones en Venezuela, la lideresa por la paz en Colombia Piedad Córdaba fue inhabilitada como Senadora de la República de Colombia por la Procuraduría nacional, basándose en acusaciones y evidencias falsas. Pero el ataque contra la Senadora Piedad, simboliza un ataque contra las fuerzas del progreso en Colombia que buscan soluciones verdaderas y pacíficas al conflicto de guerra que han vivido durante más de 60 años.
Y ahora, el jueves, 30 de septiembre, Ecuador amaneció de golpe. Policías insubordinados tomaron varias instalaciones en la capital de Quito, creando caos y pánico en el país. Supuestamente protestaban contra una nueva ley aprobada por la Asamblea Nacional el miércoles, que según ellos recortaba sus beneficios laborales.
El Presidente Rafael Correa, en un intento de resolver la situación, se dirigió a la policía insubordinada, pero fue atacado por objetos contundentes y bombas lagrimógenas, causándole una herida en la pierna y una asfixia por el gas. Fue trasladado al hospital militar en la ciudad de Quito, dónde luego fue secuestrado y mantenido bajo fuerza sin poder salir.
Mientras tanto, movimientos populares tomaron las calles de Quito reclamando la liberación de su Presidente, reelegido democráticamente el año pasado con una inmensa mayoría. Miles de ecuatorianos alzaron su voz en apoyo al Presidente Correa, intentando rescatar su democracia de las manos de fuerzas golpistas que buscaban provocar la salida forzada del gobierno nacional.
Aunque los acontecimientos siguen en pleno desarrollo y el Presidente Correa sigue secuestrado por los policías golpistas, hay factores externos involucrados en este intento de golpe que mueven sus piezas de nuevo.
POLICÍA INFILTRADA
Según el periodista Jean-Guy Allard, un informe oficial del Ministro de Defensa de Ecuador, Javier Ponce, difundido en octubre 2008 reveló “que diplomáticos estadounidenses se dedicaban a corromper a la policía y las fuerzas armadas”.
El informe afirmó que unidades de la policía “mantienen una dependencia económica informal con Estados Unidos, para el pago de informantes, capacitación, equipamiento y operaciones”.
En respuesta a la información, la embajadora de Estados Unidos en Ecuador, Heather Hodges, declaró “Nosotros trabajamos con el gobierno de Ecuador, con los militares y con la policía para fines muy importantes para la seguridad”, justificando la colaboración. Según Hodges, el trabajo con las fuerzas de seguridad de Ecuador está relacionado con la “lucha contra el narcotráfico”.
LA EMBAJADORA
La embajadora Heather Hodges fue enviada a Ecuador en 2008 por el entonces Presidente George W. Bush. Anteriormente, tuvo una gestión exitosa como embajadora en Moldalvia, país socialista que antes formaba parte de la Unión Soviética. En Moldavia dejó sembrada la pista para una “revolución de colores” que ocurrió, sin éxito, en abril 2009 contra la mayoría elegida del partido comunista en el parlamento.
Hodges estuvo al frente de la Oficina de Asuntos Cubanos, como Subdirectora en 1991, división del Departamento de Estado que se dedica a promover la desestabilización en Cuba. Dos años después fue enviada a Nicaragua para consolidar la gestión de Violeta Chamorro, presidenta seleccionada por Estados Unidos luego de la guerra sucia contra el gobierno Sandista que logró su salida del poder en 1989.
Cuando Bush la envió a Ecuador, era con la intención de sembrar la desestabilización contra Correa, en caso de que el presidente ecuatoriano se negara a subordinarse a la agenda de Washington. Hodges logró incrementar el presupuesto de la USAID y NED para organizaciones sociales y grupos políticos que promueven los intereses de Estados Unidos, incluso en el sector indígena.
Frente a la reelección del Presidente Correa en 2009, basada en la nueva constitución aprobada en 2008 por una mayoría contundente de ecuatorianos y ecuatorianas, la embajada comenzó a fomentar desestabilización.
USAID
Algunos grupos sociales progresistas han expresado su descontento con las políticas del gobierno de Correa. No hay duda de que existen legítimas quejas y reclamos a su gobierno. No todos los grupos u organizaciones que están en contra de las políticas de Correa son agentes imperiales. Pero sí existe un sector dentro de ellos que recibe financiamiento y lineamientos para provocar situaciones de desestabilización en el país, más allá de las expresiónes naturales de crítica u oposición a un gobierno.
En el 2010, el Departamento de Estado aumentó el presupuesto de la USAID en Ecuador a más de 38 millones de dólares. En los últimos años, un total de $5.640.000 en fondos se invirtió en el trabajo de “descentralización” en el país. Uno de los principales ejecutores de los programas de la USAID en Ecuador es la misma empresa que opera con la derecha en Bolivia: Chemonics, Inc. Al mismo tiempo, la NED otorgó un convenio de $125.806 al Centro para la Empresa Privada (CIPE) para promover los tratados de libre comercio, la globalización y la autonomía regional a través de la radio, television y prensa ecuatorianas, junto con el Instituto Ecuatoriano de Economía Política.
Organizaciones en Ecuador como Participación Ciudadana y Pro-justicia han dispuesto de financiamiento de USAID y NED, tanto como miembros y sectores de CODEMPE, Pachakutik, la CONAIE, la Corporación Empresarial Indígena del Ecuador y la Fundación Qellkaj.
Durante los acontecimientos del jueves 30 de septiembre en Ecuador, uno de los grupos con sectores financiados por la USAID y NED, Pachakutik, emitió un comunicado respaldando a la policía golpista, exigiendo la renuncia del Presidente Rafael Correa y responsabilizándolo por los hechos. Incluso, lo acusó de mantener una “actitud dictatorial”:
“PACHAKUTIK PIDE LA RENUNCIA AL PRESIDENTE CORREA Y LLAMA A CONFORMAR UN SOLO FRENTE NACIONAL
Boletín de Prensa 141
El Jefe de Bloque del Movimiento Pachakutik, Cléver Jiménez, ante la grave conmoción política y crisis interna, generada por la actitud dictatorial del Presidente Rafael Correa, al violentar los derechos de los servidores públicos y de la sociedad en su conjunto, convocó al movimiento indígena, movimientos sociales, organizaciones políticas democráticas, a constituir un solo frente nacional para exigir la salida del Presidente Correa, al amparo de lo que establece el Art 130, numeral 2 de la Constitución, que dice: “La Asamblea Nacional podrá destituir al Presidente de la República en los siguientes casos: 2) Por grave crisis política y conmoción interna”.
Jiménez respaldó la lucha de los servidores públicos del país, incluyendo a los policías de tropa que se encuentran movilizados en contra de las políticas autoritarias del régimen que pretende conculcar derechos laborales adquiridos. La situación de los policías y miembros de las Fuerzas Armadas debe ser entendida como una justa acción de servidores públicos, cuyos derechos han sido vulnerados.
Pachakutik está convocando para esta tarde a todas las oganizaciones del movimiento indígena, a los trabajadores, hombres y mujeres democráticos a construir la unidad y preparar nuevas acciones en rechazo al autoritarismo de Correa, en defensa de los derechos y garantías de todos los ecuatorianos.
Responsable de Prensa
BLOQUE PACHAKUTIK”
El guión utilizado en Venezuela y Honduras se repite de nuevo. Intentan responsabilizar al Presidente y al gobierno por el “golpe”, forzando luego su salida del poder. El golpe contra Ecuador es la próxima fase de la agresión permanente contra el ALBA y los movimientos revolucionarios en la región.
El pueblo ecuatoriano se mantiene movilizado en rechazo del intento golpista, mientras las fuerzas progresistas de la región se agrupan para expresar su solidaridad y respaldo al Presidente Correa y su gobierno.
Opinión
¡ECUADOR, NI UN PASO ATRÁS!
El Argentino (www.elargentino.com)
Muchos creían que Honduras era el límite. Y
Ecuador tampoco lo será.
Aunque nos duela reconocerlo y despierte de la siesta a los más despistados, tenemos el deber patriótico y democrático de dar la voz de alerta de que la barbarie está en operaciones.
No pararán en su intento golpista contra la UNASUR y todos los procesos auténticamente democráticos de América Latina.
Pero no pasarán.
Tres cuestiones para tener en cuenta en esta encrucijada histórica.
1.- Hay una ola nazi-fascista y xenófoba, que avanza como una mancha venenosa desde una Europa incendiada por la crisis financiera global.
2.- Las corporaciones del poder económico y mediático de la región sudamericana, fueron la vanguardia y la logística de los levantamientos ocurridos en Venezuela y en Bolivia, frustrados pero no derrotados definitivamente y últimamente en Honduras, donde finalmente impusieron la caída del presidente Manuel Zelaya. La matriz de inteligencia operativa es la misma que emplearon ahora en Ecuador.
3.- La Argentina está en la mira de esta derecha corporativa desde que la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner inició el camino de la redistribución del ingreso, la riqueza y la palabra.
Veamos. *Advertíamos días atrás que no era pura teoría la que afirma que en épocas de crisis se anida la hora de los pueblos o la irrupción del fascismo. No hay términos medios para salir de una encrucijada del tamaño histórico de la presente situación mundial.
Los partidos y grupos fascistas avanzan en España, en Grecia, en Alemania, en Holanda y en una de las últimas joyas del estado de bienestar europeo: Suecia. Lo que parecía improbable en términos absolutos sucedió: la extrema derecha sueca logró el ingreso de 20 legisladores en el Parlamento por primera vez en la historia de ese país. En este mundo que se ha achicado vertiginosamente en la última década, en términos económicos, políticos y comunicativos, nada de lo que sucede del otro lado del océano nos puede ser ajeno.
*Un bombardeo desinformativo aconteció en Ecuador antes que suceda la subversión militar y policial con una excusa cualquiera. Así lo afirmaron el canciller ecuatoriano, el ministro de seguridad y el propio Presidente Rafael Correa desde el lugar donde estuvo secuestrado. El gobierno ecuatoriano venía denunciando esta situación desde hace varios meses y con mayor énfasis en la última semana, llamando al pueblo, a las organizaciones sociales, a los partidos políticos y a todas las instituciones del Estado, incluidas las fuerzas armadas, para que no se dejen embaucar por los titulares de los medios gráficos y televisivos. Fue el mismo Presidente el que arriesgando su propia vida concurrió a la madriguera golpista para informar y contrarrestar la ola desinformativa. El canciller Patiño fue claro al afirmar que atrás de este golpe está la oposición mediática y partidaria, incluidos sectores autoidentificados como “progresistas” que salieron a respaldar el intento del golpe.
*Lo sucedido en la Argentina desde el 2008 a la fecha, la rabiosa oposición del Grupo A, con la complicidad de esa progresía que perdió su destino y sus raíces, la violencia verbal del monopolio mediático del Grupo Clarín y La Nación difamando constantemente contra el gobierno y contra el secretario general de la UNASUR, los piquetes de la Mesa de enlace rural y sus variados apoyos “republicanos”, forman parte de un entramado destituyente semejante, como aquí se denunció desde un primer momento.
Hay que estar alertas, siguiendo las indicaciones de la Presidenta de la Nación y la UNASUR en defensa del heroico presidente Correa y el heroico pueblo ecuatoriano.
Dos pecados son imperdonables para los hombres y mujeres de la democracia: ser ingenuos o permanecer pasivos. La América Latina volvió a ser una sola patria; por eso tratan de fragmentarla nuevamente.
Y una cuarta cuestión que desbarata las tres cuestiones anteriores:
Hoy existe el MERCOSUR y la UNASUR, hay conciencia democrática y hay sueños.
Los pueblos resisten. Esta vez no pasarán.
PERFIL: Crisis en Ecuador
UN BOLIVARIANO CON LA CABEZA FRÍA
El presidente de Ecuador tiene por objetivo refundar el país andino
El País de España (www.elpais.com/articulo)
Rafael Correa no es hombre propenso al diálogo ni tampoco se preocupa demasiado por las buenas maneras. Es directo, hiperactivo, impetuoso. Se levanta muy temprano y se acuesta tarde, convoca reuniones a cualquier hora y el colaborador que no lo aguante acaba en la cuneta. Pero nunca ha engañado a nadie sobre su forma de ser. Fue así en campaña y fue así como lo eligieron los ecuatorianos por mayoría aplastante.
Nacido en Guayaquil en 1963, Correa asumió el poder en 2007 convencido de que su misión era acabar con la partitocracia que había agravado la histórica desigualdad social del país andino. De clase media, de izquierdas, profundamente cristiano y hecho a sí mismo, Correa cursó Ciencias Económicas en una universidad privada de Guayaquil y amplió sus estudios en las universidades de Lovaina (Bélgica) e Illinois (Estados Unidos).
Siendo ministro de Economía del presidente Alfredo Palacio -el hombre que asumió el poder tras el derrocamiento del coronel y ex golpista Lucio Gutiérrez-, dio las primeras pistas de que su proyecto político se inscribiría dentro del movimiento bolivariano para fundar el Socialismo del Siglo XXI, encabezado por el presidente venezolano Hugo Chávez.
Su victoria en las elecciones de noviembre de 2006 supuso el fin de la hegemonía de los partidos que habían dominado la escena desde la recuperación de la democracia en 1979. Su triunfo no solo fue contundente sino también muy simbólico: le arrebató la presidencia a Álvaro Noboa, un magnate de la industria bananera que representa todo lo que Correa aborrece y prometió cambiar.
Aupado por una popularidad superior al 70%, Correa disolvió el Parlamento y se sometió a un referéndum constitucional para crear el nuevo Ecuador. Entre 2007 y 2009 vivió prácticamente en campaña electoral hasta que tomó el control de todos los poderes del Estado. El camino que recorrió es el mismo que tomaron Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia o Daniel Ortega en Nicaragua. Internamente, Correa promovió leyes para reformar el sector financiero, el petrolero y el de medios de comunicación, entre otros. Promulgó una Constitución nueva, muy avanzada desde el punto de vista de los derechos sociales, pero también con mecanismos para retener el poder.
Una de las prerrogativas que la Ley Fundamental le da al presidente es lo que en Ecuador se conoce como muerte cruzada. Y es que el jefe del Estado puede disolver el Parlamento si considera que se ha atribuido funciones que no le corresponden. Este mecanismo le permite a Correa convocar el apoyo popular si se siente desafiado. Sus primeros pasos en el Gobierno sin duda conducían a pensar que él estaba alineado con el eje bolivariano más duro. Ejemplo de ello fue el feroz enfrentamiento que tuvo con Colombia después de que Bogotá matara a Raúl Reyes, uno de los máximos jefes de la guerrilla de las FARC en territorio ecuatoriano.
Sin embargo, hace muy poco tiempo, durante un discurso en Caracas, Correa demostró que es un bolivariano con la cabeza muy fría. "El mayor peligro para los socialistas del siglo XXI no son los escuálidos, pitiyanquis o pelucones [ricos], porque ellos están derrotados y la gente los identifica como los enemigos de la patria, sino aquellos que toman nuestras propias banderas y con fundamentalismos e infantilismos absurdos le hacen un gran daño a los cambios que necesita nuestra región", dijo el presidente.
Las declaraciones iban dirigidas a los indígenas, un sector de la población cuyo apoyo es clave para el Gobierno, que se oponen a la entrega de sus territorios a las compañías mineras. Correa llama a esta oposición una apología al "primitivismo". En una entrevista posterior con la agencia Reuters, Correa insistió en este giro ideológico: "Nosotros creemos, y esto es una diferencia con los ejemplos más extremos del socialismo tradicional, que es ineludible reconocer al mercado como una realidad económica (...) La izquierda del todo o nada, que termina con nada, se queda en el estatus quo. El ecologismo que le dice no al petróleo, a las minas, a no utilizar los recursos no renovables. Eso es como un mendigo sentado en un saco de oro", añadió.
EVO MORALES: "LOS PRESIDENTES DE SUDAMÉRICA SOMOS LOS GRANDES DEFENSORES DE LA DEMOCRACIA"
Telam de Argentina (www.telam.com.ar)
El presidente de Bolivia, Evo Morales, destacó hoy desde Aeroparque que "los presidentes de Sudamérica somos los grandes defensores de la democracia", tras la reunión de la Unasur en apoyo al mandatario de Ecuador, Rafael Correa. Y destacó la “convocatoria del presidente de la Unasur (Néstor Kirchner) para frenar este intento de golpe”.
Morales advirtió hoy que existen sectores que “piensan que con un golpe de estado se pueden resolver las diferencias políticas o programáticas”.
El presidente de Bolivia destacó la “convocatoria del presidente de la Unasur (Néstor Kirchner) para frenar este intento de golpe en Ecuador”.
Morales recordó que “cuando empezó el golpe de estado en Bolivia nuevamente Unasur se unió”.
El mandatario relató que ayer conversó dos o tres veces con Correa: “Estaba muy preocupado. Se corría el riesgo de su vida”, dijo Morales.
“Saludamos esa gran movilización de los ecuatorianos para defender la democracia y a su presidente”, afirmó el presidente de Bolivia.
Finalmente, consideró que el caso de Honduras “ha sido un mensaje para América Latina. Sin embargo, lamento mucho que quienes dicen que son defensores de la democracia son los que impulsan dictaduras militares”. El mandatario de Bolivia confirmó que no viajará hoy a Ecuador, pero adelantó que “en cualquier momento” estará en ese país “para respaldar el proceso revolucionario de Correa
IRÁN LANZARA UN CANAL DE TELEVISIÓN EN ESPAÑOL
El anuncio por la televisión estatal de la red muestra régimen quiere difundir un mensaje de legitimidad.
The Guardian de Londres (www.guardian.co.uk)
Irán es llegar a América Latina con un canal de televisión en español para explicar la "legitimidad ideológica" del sistema islámico. "Como la mitad de la población mundial habla español, comenzaremos una red dentro de los próximos meses", Ezatollah Zarqami, el jefe de la red de televisión estatal de Irán, IRIB, anunció en Teherán.
IRIB emisiones en árabe, Inglés y otros idiomas - así como la persa. Ha sido varias veces acusado de emisiones de interferencia ilegal en Irán que no le gusta, sobre todo de la BBC Persian TV y la Voz de América en persa.
"Esta nueva red española tendrá un papel importante en la reflexión de la legitimidad ideológica de nuestro sistema para el mundo", dijo Zarqami líderes de oración.
IRIB es el portavoz principal de la estatal iraní. Uno de sus cinco canales, Inglés-idioma Press TV, que tiene una oficina grande en Londres, se describe como la intención de romper el "estrangulamiento" del oeste sobre medios de comunicación mundiales. Se pretende ofrecer una "cobertura precisa e imparcial" de Oriente Medio eventos.
Al-Aalam emisiones en árabe y fue lanzado en la época de la invasión de EE.UU. a Irak en 2003. Este mes, Irán lanzó iFilm, un satélite de 24 horas de televisión árabe canal de entretenimiento para el Líbano, Siria y los Emiratos Árabes Unidos.
La transición a la radiodifusión española refleja una creciente sensación de que Irán se necesita usar el "poder blando" para superar lo que considera la cobertura de los medios de comunicación como hostil y combatir lo que considera el doble rasero de los EE.UU. y otros gobiernos occidentales.
El presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, y otros funcionarios iraníes han acusado a las organizaciones de noticias occidentales de exagerar la importancia de cuestiones tales como la pena de muerte por lapidación impuesta a una mujer acusada de adulterio y asesinato.
América Latina puede ser visto como un terreno fértil debido a las buenas relaciones entre Irán y países como Venezuela, Ecuador y Bolivia. De habla portuguesa Brasil también tiene lazos con Teherán. Ahmadinejad visitó Bolivia, Venezuela y Brasil en noviembre de 2009.
Teherán utiliza satélites para transmitir sus programas de televisión propia en el extranjero, pero todavía es ilegal tener los receptores de satélite en el interior del país, donde los funcionarios de denunciar la "decadencia cultural" difundida por canales extranjeros. En los últimos años, muchos iraníes han instalado discretamente televisión vía satélite en sus hogares, pero estos son el blanco de represión esporádica por la policía la confiscación ilegal de los platos.
EL ERROR DE LEGALIZAR LA VENTA DE DROGAS
El debate se ha centrado en dos utopías opuestas: un mundo sin estupefacientes o un mundo sin narcotráfico. Pero ningún Gobierno puede levantar la prohibición sin arriesgar la salud de generaciones de jóvenes
El País de España (www.elpais.com)
Se dice estos días que poco mérito tiene que unos ex presidentes defiendan ahora medidas como la legalización de las drogas cuando no tienen responsabilidades de gobierno, cuando nadie les recuerda propuestas semejantes durante su etapa en el poder y cuando no deben someterse al higiénico ritual de las urnas. Hace un año fueron César Gaviria, Ernesto Zedillo y Fernando Henrique Cardoso, ex presidentes de Colombia, México y Brasil, los que proclamaron el fracaso de la estrategia contra el narcotráfico y la necesidad de afrontar fórmulas distintas. Y hace pocos días fue Felipe González, ex jefe de Gobierno español, quien apeló a una Conferencia Internacional para abordar una legalización del consumo y la posesión de forma coordinada y eficaz entre todos los países. Es fácil hoy, sin tarea de gobierno en sus manos, decíamos. Pero el debate sobre la legalización como la forma de aniquilar las mafias y el narcotráfico que desangran México, por ejemplo, debe ser bienvenido y es, sobre todo, necesario. Nos sirve para volver a poner las cifras y argumentos sobre la mesa. Y para recordar por qué están prohibidas y deben seguir estándolo.
El debate se ha situado como una colisión entre dos utopías que llevan rumbo opuesto: la utopía de un mundo sin drogas y la utopía de un mundo sin narcotráfico. Vamos a analizarlas.
Sobre la primera: la ambición de un mundo sin drogas o que logre una reducción sustancial de ellas es la estrategia que adoptó la ONU en 1998, para lo que se dio 10 años antes de reevaluar el estado de la cuestión. Pasado el plazo, en 2008, la ONU pudo constatar el fracaso del modelo de represión ante una sociedad que cada vez consume más, ante unas mafias que encuentran nuevas vías cada vez que se cierran otras y, sobre todo, que han hallado nuevos mercados en áreas que hasta el momento parecían en cierto modo inmunes a la adicción: Latinoamérica ha pasado de ser productor a productor-consumidor, por ejemplo. Y el opio procedente de Afganistán va dejando un reguero creciente de adictos en Pakistán, Irán, Turquía y otros países de paso antes de llegar a su mercado mayoritario: Europa.
Aquel fracaso, puesto sobre la mesa en 2009, llevó a Gaviria, Zedillo y Cardoso a proclamar la verdad: esto no funciona, busquemos nuevas vías. Y ahí es donde llega la segunda utopía.
Sobre la segunda: ya que eliminar la drogodependencia es imposible, como es imposible luchar contra el deseo natural de buena parte de los jóvenes y mayores de desafiar los límites con dosis inciertas de sustancias ilegales, legalicémoslas. Asumamos que la droga existe, está ahí y démosle un marco legal que evite los infames productos letales que llegan al mercado. Y, sobre todo, serremos las patas del trono en el que se sientan los capos de la droga, un negocio ilegal que mueve más de 250.000 millones de dólares al año y que abastece a 250 millones de usuarios en el mundo. Que esto provoque un aumento esporádico del consumo, como reconocen incluso los que defienden la legalización, no debe frenarnos ante una ambición que creen superior, que es la de evitar las miles de muertes que la droga deja en el camino (hoy en México, sobre todo) o la inestabilidad explosiva que está provocando en los países de paso (el mismo México o Guinea-Bissau, la ruta alternativa que ha encontrado la droga americana para saltar hacia Europa).
Y si llamamos a ambas cosas utopía (que no es otra cosa que el "plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación", en definición de la RAE), es porque lo son: la primera, porque es impensable un mundo que renuncie a sustancias que permiten evadirse, alucinar, divertirse, funcionar o, en términos médicos, deprimir o estimular el sistema nervioso central al ritmo deseado. Y la segunda, por tres razones: a) porque es impensable una sociedad indiferente que admita la posibilidad de ver destruirse a una buena parte de sus miembros de forma legal; b) porque ninguna hiperregulación podrá quitar del mapa las fórmulas ilegales (mafias) que hagan llegar la droga a los menores, por ejemplo; y c) porque ningún consenso sobre el férreo control estatal que implicaría podrá ser afrontado por la mayoría de países, con gobiernos débiles y escasos recursos para imponerlo.
Pero como en toda utopía ("que aparece como irrealizable en el momento de su formulación") nada dice que no haya que tender hacia una de ellas como expresión de intenciones, como espejo ideal en el que toda sociedad desea verse reflejada. Y es ahí donde los defensores de la segunda se equivocan al colocarse en ese rumbo opuesto a la primera.
Porque nuevos datos están añadiendo nuevos elementos al debate. El Informe Mundial de 2010 de la Oficina contra la Droga y el Delito de Naciones Unidas (www.unodc.org) recoge, al fin, buenas noticias en la lucha contra la producción y el consumo de sustancias: la superficie total de cultivo de cocaína ha caído un 13% desde 2007, debido sobre todo a la eliminación del 58% de los cultivos de Colombia gracias a la política de Álvaro Uribe, que no se ha visto compensada por un crecimiento en igual cantidad en Perú (donde creció un 38%) y en Bolivia (donde creció un 112%). EE UU, el mayor comprador, ha reducido el consumo al ritmo en que se destruían plantaciones en Colombia: de 10,5 millones de consumidores que llegó a tener en los ochenta ha pasado a 5,3 en 2008. Europa, sin embargo, que se abastece de cocaína de Perú y Bolivia, duplicó sus consumidores de 2 a 4,1 millones en solo 10 años. El ejemplo colombiano indica que la represión tiene consecuencias y que la menor oferta, como prueban los expertos, incide en una menor demanda.
Otra noticia positiva: desde que en 2004 el Plan Nacional de Drogas pasó del Ministerio de Interior a Sanidad, para reflejar un enfoque sanitario y no solo policial en el tratamiento del problema en España, el consumo de cannabis cayó del 11,2 al 9,2 de cada 100 adultos que lo han consumido en el último año. Del 36,6% al 29,8% en menores (www.pnsd.msc.es).
Es decir, la combinación de la represión -luchar por destruir los cultivos, apoyar y presionar a los países productores para que lo hagan- y la prevención del consumo, la educación para aumentar la percepción del riesgo entre la población, dan frutos innegables. Y ningún Gobierno puede claudicar ante una lacra que contribuye con fiereza al fracaso escolar, que perjudica la salud y que sume a una buena proporción de población en la apatía social.
En el otro lado, los defensores de la legalización suelen alegar un argumento, cuando menos, endeble: si el alcohol y el tabaco, que causan profundos daños, son legales, por qué no lo va a ser la marihuana, las pastillas o la cocaína. ¿Qué las diferencia? Obviando que el consumo está legalizado en España y otros países y centrando por tanto la discusión en la legalización de la venta, conviene que no nos equivoquemos y partamos de una premisa básica que no por obvia parece que haya que dejar de recordar: las drogas no son sujetos de derecho, merecedores de un tratamiento de igualdad que cimiente su lucha por una legalidad universal. Y tampoco drogarse parece que sea un derecho reconocido en Cartas ni Constituciones. Sí lo es, sin embargo, la atención sanitaria a personas adictas que merecen terapias y tratamientos en condiciones de dignidad.
Y sí lo es, como aspiración legítima, que una sociedad avanzada trabaje para un control creciente de las sustancias legales que dañan la salud. Las limitaciones de alcohol a menores y de consumo de tabaco van en este sentido. Y la ley antitabaco que impulsa el Gobierno Vasco introduce un elemento nuevo interesante en el debate: ya no se trata solo de prohibir fumar en zonas cerradas para no perjudicar la salud, sino también de limitar el hábito en zonas infantiles por una razón de ejemplaridad, y no solo sanitaria.
Si hay una colisión entre dos utopías, la obligación de los Gobiernos debe ser navegar en el rumbo hacia la que garantice mejor salud e integridad de su población. Y en la lucha por ese objetivo se debe afinar para que, gracias a la represión del narcotráfico y la presión internacional contra los países que permiten su producción -y el caso de Afganistán es una vergüenza para Occidente-, la ambición de un mundo sin narco también quede incluida en el camino.
BOLIVIA: LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
El desacato, una figura introducida en el código penal por gobiernos dictatoriales ha servido para perseguir judicialmente a líderes opositores
El Diario Exterior de España (www.eldiarioexterior.com)
En una nueva ola de ataques contra los derechos fundamentales de los ciudadanos, el gobierno boliviano ha atacado en las últimas semanas la libertad de expresión, utilizando medidas que afectan la libertad de opinión, penalizando las declaraciones de quienes critican al gobierno o realizan denuncias sobre supuestos casos de corrupción.
El desacato, una figura introducida en el código penal por gobiernos dictatoriales ha servido para perseguir judicialmente a líderes opositores como el Gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, por haber hecho declaraciones relativas al crecimiento del narcotráfico en Bolivia, algo por demás obvio, y por haber llamado bufón a un fiscal. Esta es una figura penal que ya no puede ser admitida en las democracias modernas. Incluso existen recomendaciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que exhortan a las naciones americanas a eliminar esta figura de sus ordenamientos jurídicos por contradecir los principios de protección a los derechos humanos.
En un país donde recientemente se ha aprobado una ley que permite suspender a las autoridades electas por el voto popular, ante la sola apertura de causa por medio de un juez sin que se haya llegado a una sentencia, esta figura tiene como fin el amedrentamiento y la desestabilización de quienes expresan posiciones de oposición o de disidencia al gobierno.
La condena por difamación contra el ex presidente Jorge Quiroga por haber formulado críticas contra el Banco de la Unión, donde el Estado tiene casi el 90% de las acciones, en medio de un caso de corrupción en el cual ejecutivos de la empresa estatal de petróleos retiraron dinero de esta entidad bancaria para pagar un soborno, constituye otro abuso de poder por parte de una justicia que no inspira la mas mínima garantía de independencia. Como adecuadamente señaló el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, en el derecho internacional del siglo XXI no se puede entender que una persona sea encarcelada por supuesta difamación contra una persona jurídica, porque obviamente una entidad no tiene derechos humanos que proteger.
La cereza de la torta se la lleva el proyecto de ley contra el racismo y la discriminación, en cuyo articulo 17, se establece que: El medio de comunicación que autorizare y publicare ideas racistas y discriminatorias será pasible de sanciones económicas y de suspensión de licencia de funcionamiento. Obviamente, esta redacción abre camino a sanciones arbitrarias y discrecionales que permitirían cerrar medios críticos a la gestión gubernamental. La libertad de expresión es un principio fundamental de la libertad de los ciudadanos de toda sociedad democrática. Cuando hablar se vuelve un delito e informar una amenaza para el gobierno, significa que estamos perdiendo uno de los componentes esenciales y más básicos de la libertad. Por eso, su defensa debe ser una causa y un compromiso para todos quienes entendemos que la dignidad humana exige libertad.
"Todos los malos elementos que han hecho quedar al país como una República de opereta, que deshonraron el uniforme policial, tendrán la sanción correspondiente", dijo Correa desde el Palacio de Gobierno, a donde llegó luego de que un comando militar lo sacara del Hospital de la Policía, sitio en el que el mandatario estuvo retenido por varias horas.
Dicho hospital había sido rodeado por policías sublevados que impedían la salida del mandatario mientras no se derogara el veto presidencial a la Ley de Servicio Público. Avanzada la noche, un fuerte combate entre policías y militares, que incluyó el uso de armas de fuego y bombas lacrimógenas, dio paso al rescate del mandatario.
El enfrentamiento, según reportó la Cruz Roja, dejó un saldo de dos uniformados muertos y 74 heridos, y fue el desenlace de un día de conflictividad en el que incluso el presidente Correa, al confrontar por la mañana a los policías insubordinados, llegó a decir: "Señores, si quieren matar al presidente, aquí está, mátenlo si les da la gana".
"Más fortalecidos"
Ya a salvo, en el Palacio de Gobierno, y frente una muchedumbre de simpatizantes, el presidente Correa insistió en que más allá de una protesta policial "esto fue un intento de golpe de Estado fracasado, que lo que ha logrado es que salgamos más fortalecidos".
El mandatario aseguró que durante su gobierno los miembros de las fuerzas del orden han mejorado sus ingresos económicos, y afirmó que detrás de las protestas estaba un intento de desestabilización de su gobierno motivado por el partido opositor Sociedad Patriótica y su líder, el ex presidente Lucio Gutiérrez.
"Aquí no vamos a permitir que ocurra lo que ocurrió en Honduras, a nuestra democracia nada ni nadie la va a tumbar", señaló Correa.
Minutos después, Gutiérrez desmintió las acusaciones del mandatario, inculpó al presidente de llevar adelante "un gobierno que no respeta los derechos de los ecuatorianos", y recordó que Correa participó en la caída del gobierno de Sociedad Patriótica años atrás.
Ecuador ha registrado la caída de tres presidentes de la República tras jornadas de conflictividad social y política: Abdalá Bucaram (1997), Jamil Mahuad (2000) y Lucio Gutiérrez (2005).
Gobierno no cede
Además de anunciar sanciones para los insubordinados, el presidente Correa dijo haber constatado que los policías sublevados "ni siquiera han leído la Ley" y afirmó que la Ley de Servicio Público no será revocada.
Resta por conocerse cuál será en las próximas horas la reacción de los policías, quienes este jueves insistieron en pedir al gobierno que se respeten los beneficios económicos resultantes de sus condecoraciones y ascensos.
"No estamos en contra del señor presidente, le pedimos que se derogue las disposiciones de la Ley de Servicio Público que eliminan las condecoraciones por el tiempo de servicio público", dijo al mediodía de este jueves el jefe de Estado Mayor de la Policía, Florencio Ruiz.
El comandante de Policía, Freddy Martínez, presentó al final de este 30 de septiembre su renuncia al cargo.
En tanto, la cúpula militar, por medio del jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Ernesto González, ha urgido a los miembros de las fuerzas del orden sublevados que depongan su actitud.
CORREA RETOMA EL CONTROL EN ECUADOR Y PROMETE UNA DEPURACIÓN EN LA POLICÍA
Una protesta policial desata el caos y la violencia en las principales ciudades del país y pone en jaque al Gobierno.- El mandatario, a salvo en el palacio presidencial tras haber sido retenido 11 horas en un hospital, denuncia un intento de golpe de Estado. Hay dos muertos y decenas de heridos.
El País de España (www.elpais.com/articulo)
Una protesta de policías en Ecuador ha llevado el caos al país y ha puesto en jaque al Gobierno y al presidente del país, Rafael Correa, que estuvo retenido 11 horas por los amotinados. El Ejército, leal al mandatario, tuvo que intervenir por la fuerza esta madrugada para liberarlo, tras enfrentarse a tiros a los policías sublevados en los alrededores del hospital donde estaba atrapado. El Gobierno, que ha retomado el control de la situación, busca ahora a los responsables de la sublevación y apunta al ex mandatario Lucio Gutiérrez como instigador de la revuelta.
Después de un tiroteo de más de media hora y protegido por una larga fila de efectivos pertrechados con escudos, cascos y armas de fuego, el dirigente salió en silla de ruedas de la clínica, pues acababa de ser operado en una pierna, hacia una caravana de vehículos que lo trasladó directamente al palacio presidencial. Allí se asomó inmediatamente al balcón, donde le esperaban algunos ministros, para dirigirse a los centenares de sus partidarios que se habían congregado frente al edificio y agradecer a los líderes internacionales -entre ellos el presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero- el apoyo mostrado.
"En esto hubo gente de Lucio Gutiérrez", dijo el mandatario, en referencia a quien fue presidente ecuatoriano de enero de 2003 a abril de 2005. Correa anunció "una profunda depuración de la Policía Nacional" y afirmó que "no habrá perdón ni olvido" para lo que definió como "un intento de golpe de Estado". El comandante general de la Policía de Ecuador, Freddy Martínez, ha dimitido ya de su cargo, según el canal Ecuavisa, aunque la información no ha sido confirmada oficialmente.
El fiscal de la Nación, Washington Pesántez, afirmó, por su parte, que investigará "la conspiración urdida desde afuera de los cuarteles oficiales" que llevó a la sublevación. "No se trató de una legítima reclamación salarial, sino de un claro ejemplo de conspiración", dijo Correa en una rueda de prensa tras ser liberado por militares del hospital en el que permaneció durante casi todo el día de ayer retenido por policías sublevados, que protestaban contra un proyecto de ley que reduce sus beneficios salariales. Según Correa, cuando intentó explicarles que les elevó los sueldos "como nunca antes", las tropas le respondieron "no, eso lo hizo Lucio (Gutiérrez), sabiendo bien entonces quiénes estaban en esa conspiración", dijo.
Correa confirmó también que al menos un miembro de un equipo policial de élite murió y 27 personas resultaron heridas durante su rescate, aunque la cifra final aún no ha podido ser determinada. Además, el Gobierno ha confirmado que un civil ha fallecido y más de medio centenar de personas han resultado heridas como consecuencia de los enfrentamientos entre los sublevados y los seguidores del presidente mientras permanecía retenido. Entre los heridos está el ministro de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, hospitalizado al ser golpeado en la cabeza por policías sublevados. En el momento de ser ingresado, Patiño presentaba una herida y manchas de sangre en su camisa.
Violenta jornada
La revuelta se desató ayer en Quito tras la aprobación de una ley que reduce los beneficios salariales de la policía y prendió como la pólvora en todo el país. Los policías tomaron la Asamblea Nacional, cuarteles y calles principales en diversos puntos del país. Algunos soldados se sumaron en los primeros momentos a la protesta y tomaron la pista del aeropuerto de Quito, sede también de la base aérea militar más importante del país, que reabrió por la noche tras permanecer cerrado durante varias horas.
El presidente acudió temprano a la sede del Regimiento 1 de Quito para intentar zanjar la crisis recordando a los policías que les había mejorado el sueldo más que nadie. Pero los agentes le gritaron "mentiroso, mentiroso" y le lanzaron gases lacrimógenos. Correa perdió entonces los papeles y les desafió allí mismo: ""Señores, si quieren matar al presidente, aquí está: mátenme si les da la gana, mátenme si tienen valor, en vez de estar en la muchedumbre, cobardemente escondidos", dijo visiblemente exaltado. Poco después, en declaraciones a un canal de televisión ecuatoriano, proclamó: "Es un intento del golpe de Estado de la oposición". "Me siento traicionado, no por todos, pero habrá que depurar", añadió.
Poco después de los primeros disturbios, el presidente se dirigió junto al ministro del Interior, Gustavo Jalkh, a decenas de policías de tropa en el Regimiento 1 en Quito y desde una ventana de una oficina del edificio intentó dialogar con los manifestantes, que le abuchearon y lanzaron objetos y gases lacrimógenos.
"No daré ni un paso atrás, si quieren tomarse los cuarteles, si quieren dejar a la ciudadanía indefensa y si quieren traicionar su misión de policías, traiciónenlos", exclamó Correa en un encendido discurso en el que agregó que su Gobierno seguirá "con una sola política de justicia, dignidad".
Los policías intentaron retener al mandatario para forzar la negociación, pero su escolta logró rescatarlo y trasladarlo al Hospital de la Policía para que fuera atendido de las heridas sufridas durante la evasión -sobre todo en una rodilla recién operada-. Allí fue rodeado por los sublevados quedó retenido. "Olvídese de cualquier acuerdo o cualquier diálogo mientras no pueda salir", dijo en una conexión telefónica con Ecuador TV desde la clínica. "Saldré de aquí como presidente o con los pies por delante", sentenció.
Estado de excepción
Ante el violento desarrollo de los acontecimientos, el Gobierno declaró el estado de excepción en el país durante una semana y anunció que el Ejército tomaría en sus manos la seguridad del país. El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas ecuatorianas, Ernesto González, rodeado de otros altos mandos militares, manifestó el apoyo de los militares al presidente y su respeto por las instituciones democráticas, y ha aclarado que Correa es su "máxima autoridad". No obstante, pidió "encarecidamente" la revisión de la ley que ha provocado la protesta.
Pese al estado de excepción, el ministro Patiño instó a los cientos de partidarios de Correa congregados fuera del Palacio de Gobierno de Carandolet, en el centro de Quito, a que acudieran al hospital a rescatar al presidente. Los amotinados lanzaron gases lacrimógenos a los grupos que lo intentaron, pero unos 2.000 lograron llegar hasta las inmediaciones del edificio y se enfrentaron con los policías.
Caos en las ciudades
Quito se convirtió ayer en una ciudad fantasma. Las escuelas e institutos enviaron a los estudiantes a sus casas. En las entidades públicas se dio la orden de que el personal se retirara a sus hogares. La mayoría de la población de la capital permaneció en sus casas durante todo el día, a la espera del desenlace de los acontecimientos.
Los comercios cerraron las puertas tanto en Quito como en las ciudades de Ibarra, Esmeraldas, Cuenca, Ambato, Loja y Guayaquil. En esta última se registraron varios saqueos. El temor era generalizado en la población, tanto a ataques de la delincuencia como al enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad. Además, la ciudadanía ha criticado que la única vía de información sean los canales gubernamentales.
Comisión para poner fin a la crisis
Los amotinados exigen la restitución de varios beneficios, entre ellos un bono de la policía, los años previstos de ascensos, las condecoraciones, eliminados con una nueva Ley de Servicios Públicos aprobada anoche. Todo ello supone alrededor de 30 millones de dólares (22 millones de euros), de los que los policías solicitan que la mitad sea destinada a la construcción de viviendas para agentes.
La revuelta se produce en momentos en que el presidente Correa considera disolver el Congreso ante el estancamiento que existe en la aprobación de varias leyes de reducción de gastos estatales. Incluso varios parlamentarios de su partido se oponen a estas leyes. La disolución le permitiría legislar por decreto y convocar elecciones anticipadas.
El ministro de Seguridad, Miguel Carvajal, ha reconocido que su país está ante una situación "delicada" y frente a un proceso de "desestabilización del Gobierno y la democracia". Los Gobiernos latinoamericanos y España han mostrado su apoyo al Gobierno de Correa y esperan que la situación se solucione de forma pacífica.
La situación de Ecuador ha tomado posición en la lista de Trending Topics de Twitter.
EL EJÉRCITO LOGRA LIBERAR A RAFAEL CORREA
El presidente de Ecuador, que estuvo retenido por los sublevados en un hospital más de 10 horas, escapó en medio de una gran confusión debido a varios tiroteos. Denuncia un «golpe de Estado».
ABC de Paraguay (www.abc.es)
Las Fuerzas militares liberaron al presidente de Ecuador, Rafael Correa, tras un enfrentamiento contra los policías sublevados que lo mantenían recluido en un hospital. Desde allí, Correa se trasladó al Palacio de Carondelet, la sede del Ejecutivo, y se asomó al balcón, donde le esperaban algunos ministros, para dirigirse a centenares de sus partidarios congregados en la Plaza Grande y que ondeaban banderas de Ecuador.
Correa señaló que para "liberarlo han caído hermanos ecuatorianos. Es un día de profunda tristeza que jamás creí que iba a llegar en mi Gobierno que solo busca el buen vivir". Agradeció a los simpatizantes que fueron a "rescatarle" al hospital y que, según dijo, fueron recibidos con "gas pimienta, gas lacrimógeno, con pedradas", supuestamente por policías sublevados. "En esto hubo gente de Lucio Gutiérrez", dijo el mandatario, en referencia a quien fue presidente ecuatoriano de enero de 2003 a abril de 2005. Gutiérrez rechazó hoy cualquier participación en el alzamiento en declaraciones a Efe desde Brasilia. "El único responsable del caos que tenemos actualmente en el Ecuador es el Gobierno abusivo, corrupto, prepotente, de Rafael Correa", dijo el ex presidente. El fiscal de la Nación, Washington Pesántez, dijo tras la liberación de Correa que investigará "la conspiración urdida desde afuera de los cuarteles oficiales" que llevó a la sublevación.
La liberación
El presidente ecuatoriano fue sacado del hospital tras un tiroteo de más de media hora. Imágenes de televisión mostraron a un uniformado herido, pero no se podía distinguir si se trataba de un policía de servicios especiales o de un militar. Según pudo constatar Efe, dos personas resultaron heridas a las afueras del hospital, de donde los militares procedieron a evacuar a los civiles tras rescatar al presidente.
Antes de iniciarse el tiroteo, grupos de militares, que se habían mantenido alejados de la zona, se acercaron en camiones al Hospital del Policía Nacional e inmediatamente se inició el intercambio de disparos. Correa se encontraba en el tercer piso del edificio, donde llevaba recluido toda la jornada. Con él estaba una dotación del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), un cuerpo de policía que se mantuvo leal al gobierno. El ataque ocurrió después de que fracasaran las negociaciones con los sublevados para que liberaran a Correa que llevó a cabo el gobierno durante todo el día, según dijo a Efe el ministro de Defensa, Javier Ponce. El ministro indicó que el gobierno no tenía ninguna intención de ceder a las demandas de los policías, que protestan contra una reducción de sus beneficios salariales contenida en un proyecto de ley.
El Gobierno ecuatoriano decretó el estado de excepción y el Ejército asumió la seguridad del país andino, después de que el presidente Rafael Correa fuera atacado durante una protesta de policías y militares que acabó fuera de control. Desde el Hospital de la Policía donde se refugió, tras ser agredido de forma paradójica por los propios policías, Correa calificó de «intento de golpe de Estado» la ola de protestas que protagonizaron miles de agentes por el recorte de sus bonos y otros beneficios. Además, se negó a negociar con los policías sublevados en su país mientras le impidan salir del hospital donde lo tienen rodeado. "Olvídese de cualquier acuerdo o cualquier diálogo" mientras no pueda salir, dijo Correa en una conexión telefónica con Ecuador TV, cuya señal es emitida en todos los canales de televisión del país.
El jefe de Estado enfatizó que del hospital lo sacarían "como presidente o como cadáver", asegurando que no iba a perder su "dignidad". Asimismo, indicó que se reunió con tres comisiones de los sublevados y señaló que ninguna de ellas tenía información completa sobre la decisión legislativa de eliminar incentivos profesionales para los uniformados. Correa aseguró que sabía lo que se jugaba al asumir la Presidencia de la república: " Primero muerto antes que perder la vida, aquí salgo como presidente o me sacan como cadáver", reiteró.
Correa se comprometió a convocar elecciones generales para apaciguar la revuelta. El presidente no dio una fecha exacta para este proceso, pero no ocultó su decepción por el papel desempeñado por la Asamblea Nacional, en la que su partido, Alianza País, tiene mayoría. «Estoy pensando en elegir otro congreso», anunció el gobernante, tras quejarse de la lentitud de la Asamblea y de su poca capacidad para comunicar correctamente sus decisiones. Los policías también ocuparon la sede de la Asamblea Nacional e impidieron la entrada o salida de quienes se hallaban dentro del edificio. Mientras tanto, unidades militares sublevadas tomaron el control del aeropuerto y la base aérea de la capital.
El jefe del Estado Mayor, Ernesto González, y la cúpula militar manifestaron poco después de los primeros incidentes su respeto por las instituciones democráticas. González aclaró que el presidente es su «máxima autoridad». «Las Fuerzas Armadas, como determina la Constitución, garantizan la protección de los derechos y libertades de los ciudadanos ecuatorianos, por eso respetamos el estado de derecho», señaló González en una comparecencia ante los medios en la que invitó a los oficiales sublevados a deponer su actitud.
El pistoletazo a las protestas
Las revueltas se desataron ayer por la mañana en Quito, después de que en la víspera el Congreso aprobase la Ley de Servicio Público, que reduce 15 millones de dólares en bonos y condecoraciones. El presidente señaló como posible instigador del «golpe» al ex presidente y coronel retirado del Ejército Lucio Gutiérrez, destituido en 2005 por el Congreso.
Correa recibió una lluvia de botellas y gases lacrimógenos cuando intentaba salir del Regimiento Quito Número Uno, el mayor cuartel de Policía de la capital. Allí había acudido para dialogar con los manifestantes, a quienes se dirigió micrófono en mano desde una ventana. Sin embargo, lejos de tranquilizar los ánimos de los policías sublevados, el presidente terminó por perder la cabeza a medida que la multitud le gritaba «mentiroso». Visiblemente alterado, se aflojó la corbata y les gritó: «Si quieren matar al presidente, mátenme, aquí estoy». Sus guardaespaldas intentaron sacarlo del cuartel, pero los policías lo impidieron. Un helicóptero enviado para rescatarlo no pudo aterrizar porque los policías tomaron el helipuerto del cuartel.
Sin otra vía de escape, el presidente caminaba entre los policías sublevados con dificultad y apoyado en el hombro de un guardaespaldas y en un bastón, pues aún se recupera de una reciente cirugía de rodilla. Finalmente, fue conducido por una puerta lateral que da al contiguo Hospital de la Policía, que inmediatamente fue rodeado por los agentes amotinados. «Tienen prácticamente secuestrado al presidente, pero son una minoría», aseguró Correa.
El canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, encabezaba una marcha desde la histórica Plaza de la Independencia de Quito hacia el Hospital Militar para «rescatar» al presidente. Mientras tanto, el vicepresidente Lenin Moreno aseguraba que en el Gobierno «nadie tiene miedo de morir, sino de que se frene un proceso de revolución ciudadana» iniciado por Alianza País.
Un contingente de la Fuerza Aérea tomó la pista del Aeropuerto Mariscal Sucre de Quito. También se cerraron los aeropuertos de Guayaquil —la mayor ciudad de Ecuador— y de Manta. La multitud saqueó comercios sin control en varias ciudades del país.
Choques con los simpatizantes de Correa
Los policías sublevados hoy en Ecuador mantienen enfrentamientos con los simpatizantes de Rafael Correa. El cerco de los sublevados se extiende a unas tres cuadras a la redonda del complejo policial, donde funciona el hospital de la institución, el "Regimiento Quito" y el Grupo de Operaciones Especiales (GOE). Después de los piquetes de policías, que protestan contra eventuales recortes a sus beneficios, se extienden estelas de gente que ha llegado al lugar para respaldar a Correa y para "rescatarlo" del "secuestro", al que dicen, está sometido el jefe del Estado.
Entre ambos bandos hay una separación de algo más de diez metros, que es el alcance de las pedradas que los dos grupos se lanzan a oleadas y que no cesan. Pocos han sido los momentos de calma, aprovechados por los bandos para abastecerse de piedras y objetos que puedan ser usados en la protesta. Uno de los participantes incluso dijo que la situación le parecía surrealista, ya que era difícil precisar "quién vigila a quién, pues son los policías que están en protesta, mientras que los ciudadanos quieren defender el orden".
Algunos manifestantes, emulando a los policías, tomaron vallas publicitarias para hacer sus propios escudos con los que se protegían de las pedradas de los policías. En una de las esquinas de la protesta, varios agentes incluso impedían el trabajo de la prensa e impedían que los periodistas logren ingresar al hospital donde está Correa. A momentos, el panorama se vuelve desolador por la bruma de gas que invade la zona del barrio La Granja, donde se encuentra el complejo policial, al cual es imposible llegar en automóvil, por la serie de barricadas y la cantidad de gente que ha llegado al lugar. P
ara apoyar a los manifestantes, varios camiones del Ministerio de Obras Públicas, del Municipio de Quito y del Consejo Provincial de Pichincha llegaron al sitio, pero les fue imposible avanzar por el gas lacrimógeno. Los policías, además de repeler el avance de los simpatizantes de Correa, también hacen altos para escuchar por sus radios los mensajes que los superiores les envían desde el interior del Regimiento Quito. En el bando de los policías también se pudo observar a personas vestidas sin uniforme que apoyaban a los agentes en el lanzamiento de piedras contra los otros. Algunos decían que eran "policías encubiertos" o "familiares".
A momentos, los policías arreciaban con el enfrentamiento para ganar espacio y lograron despejar varias calles, aunque muy poco, pues los simpatizantes de Correa tampoco retrocedieron los suficiente. "De aquí no nos vamos, sólo cuando nuestro presidente salga del hospital y vaya al Palacio de Gobierno a seguir gobernando en favor de todos, incluidos los policías pobres que son manipulados" por opositores, dijo un ciudadano que llevaba una bandera de Alianza País, el partido oficialista. La situación no varía, mientras las autoridades intentan llegar a acuerdos con los manifestantes (los policías), par superar la crisis.
CORREA FUE RESCATADO POR EL EJERCITO, REGRESÓ A CARONDELET Y ACUSÓ A LUCIO GUTIÉRREZ
Militares aliados al presidente de Ecuador, Rafael Correa, realizaron un operativo especial y lo rescataron del Hospital de Policía en el que se encontraba desde el mediodía. Hubo fuertes enfrentamientos con los policías sublevados. Correa fue llevado al Palacio Presidencial donde habló a sus simpatizantes, y acusó a algunos políticos adversarios de conspirar en su contra.
Urgente 24 de Argentina (www.urgente24.com)
Efectivos del Grupo de Operaciones Especiales del Ejército ecuatoriano penetró el cerco que habían realizado los policías sublevados en el Hospital de Policía de Quito y lograron rescatar al presidente de Ecuador, Rafael Correa, luego de un intenso enfrentamiento a tiros.
Miles de personas se congregaron cerca al 'Hospital de la Policía Nacional', en Quito, en un intento por respaldar al Presidente de Ecuador.
La Policía intentó dispersar con gases lacrimógenos a quienes se dirigieron al hospital donde está encontraba el mandatario.
En su caminata hacia el hospital, las personas, algunas con palos y banderas, lanzaron arengas en respaldo a Correa.
"Estamos aquí en pie de lucha por la democracia, defendiendo al presidente de todos los ecuatorianos, rescatándolo, estamos aquí todos los quiteños y han venido de los cantones cercanos caminando, nos están lanzando bombas lacrimógenas a los ministros, a las señoras, a los niños", dijo la ministra de Obras Públicas, María de los Ángeles Duarte.
Antes de iniciarse el tiroteo, grupos de militares, que se habían mantenido alejados de la zona, se acercaron en camiones al Hospital del Policía Nacional e inmediatamente se inició el intercambio de disparos.
El ataque ocurrió después de que fracasaran las negociaciones con los sublevados para que liberaran a Correa que llevó a cabo el gobierno durante todo el día, según dijo el ministro de Defensa, Javier Ponce
Pudo verse al presidente de Ecuador con una máscara antigases y sobre una silla de ruedas, según informó la cadena internacional Telesur.
Así, la sublevación de policías contra el presidente de Ecuador, Rafael Correa, terminó con un enfrentamiento que duró 35 minutos entre los efectivos alzados y militares leales, con varios heridos, por lo menos.
La transmisión oficial -los canales emitieron en cadena nacional- mostró a varios efectivos heridos en plena calle, a la espera de asistencia.
Correa se encontraba en el 3er. piso del hospital, donde llevaba recluido toda la jornada, pues los policías sublevados no lo dejaban salir.
Correa vive ela mayor crisis en sus casi 4 años de gobierno con protestas de policías y militares que rechazan una ley que les quitará beneficios económicos.
Correa había afirmado que se negaba a negociar con los policías sublevados mientras estuviera retenido en el hospital.
Correa acusó a unos policías sublevados de no permitirle salir del hospital de Quito al que acudió tras ser agredido con gases lacrimógenos en un cuartel, en declaraciones telefónicas a la televisión nacional.
El jefe de Estado apuntó que del hospital lo sacan "como presidente o como cadáver" y aseguró que no va a perder su "dignidad".
"Es el día más triste de mi gobierno", dijo Correa, de regreso al palacio presidencial de Carondelet.
Correa señaló que era necesario iniciar la reunión con 1 minuto de silencio -que nunca se cumplió- porque “se ha derramado sangre ecuatoriana inútilmente”.
De esta manera, el Presidente ecuatoriano confirmó el fallecimiento de al menos 1 militar que participó en su rescate.
Relató que los policías actuaron de manera cobade al recibir con gases lacrimógenos a los militares que fueron a sacarlo del hospital.
“Esperaron a las fuerzas militares con un largo cruce de balas (…) cobardemente los recibieron con gas pimienta. ¿Cómo pueden llamarse policías los que se comportaron de esa manera?”, fustigó.
Correa insistió en que la sublevación policial es parte de un golpe de Estado impulsado por “partidos de viejas caras que todos conocemos”.
Afirmó que su gobierno ha apoyado más que ningún otro a la policía ecuatoriana, e insistió en que el ex presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez está detrás de los hechos de violencia.
“Cuando dije 'Nadie ha subido tanto los sueldos como este gobierno', me respondieron: ‘Mentiroso, ese fue Lucio (Gutiérrez)’. Ahí estaba la gente de Lucio, azuzando. ¡Qué irresponsabilidad!”.
A juicio de Correa, esos funcionarios “avergüenzan la institución policial” y deben de inmediato salir de sus filas.
"Es un día de profunda tristeza que jamás creí que iba a llegar a mi Gobierno", afirmó Correa.
"Me siento profundamente triste como si me hubieran dado una puñalada por la espalda (...) pero no era toda la Policía", agregó el mandatario.
"Bajo presión nada, por el diálogo todo", indicó el presidente de Ecuador, quien entre lágrimas también agradeció a varios sectores políticos "a excepción de algunos retrógrados", por el apoyo a su Gobierno durante la tensa jornada de hoy.
El mandatario ecuatoriano también agradeció a los presidentes de Latinoamérica y el mundo por el apoyo a su Gobierno en este día.
Adicional a esto, policías sublevados agredieron al ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, y le causaron una herida en la cabeza por lo que fue hospitalizado.
Patiño presentaba manchas de sangre en su camisa al momento de ingresar en el hospital Metropolitano.
Por otro lado, el alcalde de Quito, Augusto Barrera, informó que el aeropuerto internacional de Quito fue reabierto luego de que sus pistas fueran tomadas esta tarde por militares ecuatorianos.
"Hemos atendido en Quito a 50 personas que presentaron emergencias médicas por asfixia a causa del gas lacrimógeno, impactos de perdigones y de bombas lacrimógenas", dijo Jorge Arteaga, el portavoz de la Cruz Roja.
El ministro coordinador de Seguridad Interna y Externa de Ecuador, Miguel Carvajal, informó que informaciones preliminares apuntan al fallecimiento de 1 civil en Guayaquil, de una docena de heridos en esa localidad y otras 2 personas heridas con perdigones en Quito.
"Esto es inadmisible nosotros no podemos aceptar esos actos de violencia y llamamos nuevamente a la prudencia razonable de aquellos individuos que fueron partícipes de los actos de subordinación", expresó Carvajal.
Comunicado del Gobierno
En medio de los desórdenes, el gobierno ecuatoriano envió un comunicado a en el que rechazó la "insurbodinación de elementos de la fuerza pública", a los que acusa de estar aliados con "grupos que persiguen la ruptura de orden democrático", cuyo objetivo es "interrumpir un proceso histórico de cambio político, económico y social que cuenta con el indiscutible apoyo mayoritario de las ciudadanas y ciudadanos del Ecuador".
En el texto se apoyan las manifestaciones en favor del presidente Correa como un "derecho irrenunciable" del pueblo de defender "la vigencia irrestricta de la Democracia y la continuidad del Gobierno al que ellos han encomendado soberanamente la dirección del Estado ecuatoriano".
Y anota: "Reafirmamos el compromiso público que expresó el Presidente Correa de defender la Democracia y el proceso de cambio de la Revolución Ciudadana hasta las últimas consecuencias".
CELEBRAN LIBERACIÓN DE CORREA EN APERTURA REUNIÓN URGENTE DE UNASUR
ABC de Paraguay (www.abc.com.py)
La presidenta argentina, Cristina Fernández, celebró este viernes la liberación del mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, durante la apertura de la reunión de urgencia de mandatarios de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para evaluar la crisis de Ecuador.
“Podemos celebrar que Rafael Correa ha sido liberado y se encuentra en buen estado”, dijo Fernández, anfitriona de la reunión junto a su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner, secretario general de la Unasur.
La presidenta explicó que los mandatarios asistentes a la reunión mantuvieron una conversación telefónica con Correa y constataron que “la situación en Ecuador se encuentra bajo control”, dijo.
A la reunión asisten los presidentes de Chile, Sebastián Piñera; Perú, Alán García; Uruguay, José Mujica; Bolivia, Evo Morales, y se espera en las próximas horas la llegada del venezolano Hugo Chávez y el colombiano Juan Manuel Santos.
El paraguayo Fernando Lugo, internado por una intoxicación, y el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, que participa en el cierre de la campaña electoral de su país, son los grandes ausentes de la cita de la capital argentina.Los presidentes, que a su llegada Buenos Aires coincidieron en condenar de forma contundente la sublevación que puso en jaque a Rafael Correa, no han decidido aún si viajarán mañana a Quito para expresar su respaldo al mandatario ecuatoriano.
La reunión de Buenos Aires se desarrollará a puerta cerrada, aunque, según adelantó Fernández, los presidentes harán pública una declaración oficial durante la madrugada.
Cientos de simpatizantes oficialistas se han concentrado frente al Palacio de San Martín, sede de la Cancillería argentina, para manifestar su apoyo a Correa y a la decisión de Unasur de convocar esta reunión urgente en defensa de la legalidad democrática en la región.
El presidente de Ecuador fue liberado por grupos especiales tras haber permanecido durante buena parte del día secuestrado en un hospital policial donde fue internado tras ser agredido en una movilización de policías que protestaban por una reducción de sus beneficios salariales.
Detrás del golpe en Ecuador
LA DERECHA AL ATAQUE CONTRA ALBA
Organizaciones financiadas por USAID y NED piden la renuncia del Presidente Correa en apoyo al golpe de Estado promovido por sectores de la policía ecuatoriana, profundamente penetrada por Estados Unidos.
Rebelión de España (www.rebelion.org)
Un nuevo intento de golpe contra un país de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA) atenta contra la integración latinoamericana y el avance de los procesos de revolución democrática. La derecha está al ataque. Su éxito en 2009 en Honduras contra el gobierno de Manuel Zelaya, la llenó de energía, fuerza y confianza para poder arremeter contra los pueblos y gobiernos de revolución en América Latina.
Las elecciones del domingo 26 de septiembre en Venezuela, aunque resultaron victoriosas principalmente para el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), cedieron espacio a las más reaccionarias y peligrosas fuerzas de desestabilización que están al servicio de los intereses imperiales. Estados Unidos logró colocar sus piezas claves en la Asamblea Nacional de Venezuela, dándoles una plataforma para avanzar con sus planes conspirativos para socavar la democracia venezolana.
El día después de las elecciones en Venezuela, la lideresa por la paz en Colombia Piedad Córdaba fue inhabilitada como Senadora de la República de Colombia por la Procuraduría nacional, basándose en acusaciones y evidencias falsas. Pero el ataque contra la Senadora Piedad, simboliza un ataque contra las fuerzas del progreso en Colombia que buscan soluciones verdaderas y pacíficas al conflicto de guerra que han vivido durante más de 60 años.
Y ahora, el jueves, 30 de septiembre, Ecuador amaneció de golpe. Policías insubordinados tomaron varias instalaciones en la capital de Quito, creando caos y pánico en el país. Supuestamente protestaban contra una nueva ley aprobada por la Asamblea Nacional el miércoles, que según ellos recortaba sus beneficios laborales.
El Presidente Rafael Correa, en un intento de resolver la situación, se dirigió a la policía insubordinada, pero fue atacado por objetos contundentes y bombas lagrimógenas, causándole una herida en la pierna y una asfixia por el gas. Fue trasladado al hospital militar en la ciudad de Quito, dónde luego fue secuestrado y mantenido bajo fuerza sin poder salir.
Mientras tanto, movimientos populares tomaron las calles de Quito reclamando la liberación de su Presidente, reelegido democráticamente el año pasado con una inmensa mayoría. Miles de ecuatorianos alzaron su voz en apoyo al Presidente Correa, intentando rescatar su democracia de las manos de fuerzas golpistas que buscaban provocar la salida forzada del gobierno nacional.
Aunque los acontecimientos siguen en pleno desarrollo y el Presidente Correa sigue secuestrado por los policías golpistas, hay factores externos involucrados en este intento de golpe que mueven sus piezas de nuevo.
POLICÍA INFILTRADA
Según el periodista Jean-Guy Allard, un informe oficial del Ministro de Defensa de Ecuador, Javier Ponce, difundido en octubre 2008 reveló “que diplomáticos estadounidenses se dedicaban a corromper a la policía y las fuerzas armadas”.
El informe afirmó que unidades de la policía “mantienen una dependencia económica informal con Estados Unidos, para el pago de informantes, capacitación, equipamiento y operaciones”.
En respuesta a la información, la embajadora de Estados Unidos en Ecuador, Heather Hodges, declaró “Nosotros trabajamos con el gobierno de Ecuador, con los militares y con la policía para fines muy importantes para la seguridad”, justificando la colaboración. Según Hodges, el trabajo con las fuerzas de seguridad de Ecuador está relacionado con la “lucha contra el narcotráfico”.
LA EMBAJADORA
La embajadora Heather Hodges fue enviada a Ecuador en 2008 por el entonces Presidente George W. Bush. Anteriormente, tuvo una gestión exitosa como embajadora en Moldalvia, país socialista que antes formaba parte de la Unión Soviética. En Moldavia dejó sembrada la pista para una “revolución de colores” que ocurrió, sin éxito, en abril 2009 contra la mayoría elegida del partido comunista en el parlamento.
Hodges estuvo al frente de la Oficina de Asuntos Cubanos, como Subdirectora en 1991, división del Departamento de Estado que se dedica a promover la desestabilización en Cuba. Dos años después fue enviada a Nicaragua para consolidar la gestión de Violeta Chamorro, presidenta seleccionada por Estados Unidos luego de la guerra sucia contra el gobierno Sandista que logró su salida del poder en 1989.
Cuando Bush la envió a Ecuador, era con la intención de sembrar la desestabilización contra Correa, en caso de que el presidente ecuatoriano se negara a subordinarse a la agenda de Washington. Hodges logró incrementar el presupuesto de la USAID y NED para organizaciones sociales y grupos políticos que promueven los intereses de Estados Unidos, incluso en el sector indígena.
Frente a la reelección del Presidente Correa en 2009, basada en la nueva constitución aprobada en 2008 por una mayoría contundente de ecuatorianos y ecuatorianas, la embajada comenzó a fomentar desestabilización.
USAID
Algunos grupos sociales progresistas han expresado su descontento con las políticas del gobierno de Correa. No hay duda de que existen legítimas quejas y reclamos a su gobierno. No todos los grupos u organizaciones que están en contra de las políticas de Correa son agentes imperiales. Pero sí existe un sector dentro de ellos que recibe financiamiento y lineamientos para provocar situaciones de desestabilización en el país, más allá de las expresiónes naturales de crítica u oposición a un gobierno.
En el 2010, el Departamento de Estado aumentó el presupuesto de la USAID en Ecuador a más de 38 millones de dólares. En los últimos años, un total de $5.640.000 en fondos se invirtió en el trabajo de “descentralización” en el país. Uno de los principales ejecutores de los programas de la USAID en Ecuador es la misma empresa que opera con la derecha en Bolivia: Chemonics, Inc. Al mismo tiempo, la NED otorgó un convenio de $125.806 al Centro para la Empresa Privada (CIPE) para promover los tratados de libre comercio, la globalización y la autonomía regional a través de la radio, television y prensa ecuatorianas, junto con el Instituto Ecuatoriano de Economía Política.
Organizaciones en Ecuador como Participación Ciudadana y Pro-justicia han dispuesto de financiamiento de USAID y NED, tanto como miembros y sectores de CODEMPE, Pachakutik, la CONAIE, la Corporación Empresarial Indígena del Ecuador y la Fundación Qellkaj.
Durante los acontecimientos del jueves 30 de septiembre en Ecuador, uno de los grupos con sectores financiados por la USAID y NED, Pachakutik, emitió un comunicado respaldando a la policía golpista, exigiendo la renuncia del Presidente Rafael Correa y responsabilizándolo por los hechos. Incluso, lo acusó de mantener una “actitud dictatorial”:
“PACHAKUTIK PIDE LA RENUNCIA AL PRESIDENTE CORREA Y LLAMA A CONFORMAR UN SOLO FRENTE NACIONAL
Boletín de Prensa 141
El Jefe de Bloque del Movimiento Pachakutik, Cléver Jiménez, ante la grave conmoción política y crisis interna, generada por la actitud dictatorial del Presidente Rafael Correa, al violentar los derechos de los servidores públicos y de la sociedad en su conjunto, convocó al movimiento indígena, movimientos sociales, organizaciones políticas democráticas, a constituir un solo frente nacional para exigir la salida del Presidente Correa, al amparo de lo que establece el Art 130, numeral 2 de la Constitución, que dice: “La Asamblea Nacional podrá destituir al Presidente de la República en los siguientes casos: 2) Por grave crisis política y conmoción interna”.
Jiménez respaldó la lucha de los servidores públicos del país, incluyendo a los policías de tropa que se encuentran movilizados en contra de las políticas autoritarias del régimen que pretende conculcar derechos laborales adquiridos. La situación de los policías y miembros de las Fuerzas Armadas debe ser entendida como una justa acción de servidores públicos, cuyos derechos han sido vulnerados.
Pachakutik está convocando para esta tarde a todas las oganizaciones del movimiento indígena, a los trabajadores, hombres y mujeres democráticos a construir la unidad y preparar nuevas acciones en rechazo al autoritarismo de Correa, en defensa de los derechos y garantías de todos los ecuatorianos.
Responsable de Prensa
BLOQUE PACHAKUTIK”
El guión utilizado en Venezuela y Honduras se repite de nuevo. Intentan responsabilizar al Presidente y al gobierno por el “golpe”, forzando luego su salida del poder. El golpe contra Ecuador es la próxima fase de la agresión permanente contra el ALBA y los movimientos revolucionarios en la región.
El pueblo ecuatoriano se mantiene movilizado en rechazo del intento golpista, mientras las fuerzas progresistas de la región se agrupan para expresar su solidaridad y respaldo al Presidente Correa y su gobierno.
Opinión
¡ECUADOR, NI UN PASO ATRÁS!
El Argentino (www.elargentino.com)
Muchos creían que Honduras era el límite. Y
Ecuador tampoco lo será.
Aunque nos duela reconocerlo y despierte de la siesta a los más despistados, tenemos el deber patriótico y democrático de dar la voz de alerta de que la barbarie está en operaciones.
No pararán en su intento golpista contra la UNASUR y todos los procesos auténticamente democráticos de América Latina.
Pero no pasarán.
Tres cuestiones para tener en cuenta en esta encrucijada histórica.
1.- Hay una ola nazi-fascista y xenófoba, que avanza como una mancha venenosa desde una Europa incendiada por la crisis financiera global.
2.- Las corporaciones del poder económico y mediático de la región sudamericana, fueron la vanguardia y la logística de los levantamientos ocurridos en Venezuela y en Bolivia, frustrados pero no derrotados definitivamente y últimamente en Honduras, donde finalmente impusieron la caída del presidente Manuel Zelaya. La matriz de inteligencia operativa es la misma que emplearon ahora en Ecuador.
3.- La Argentina está en la mira de esta derecha corporativa desde que la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner inició el camino de la redistribución del ingreso, la riqueza y la palabra.
Veamos. *Advertíamos días atrás que no era pura teoría la que afirma que en épocas de crisis se anida la hora de los pueblos o la irrupción del fascismo. No hay términos medios para salir de una encrucijada del tamaño histórico de la presente situación mundial.
Los partidos y grupos fascistas avanzan en España, en Grecia, en Alemania, en Holanda y en una de las últimas joyas del estado de bienestar europeo: Suecia. Lo que parecía improbable en términos absolutos sucedió: la extrema derecha sueca logró el ingreso de 20 legisladores en el Parlamento por primera vez en la historia de ese país. En este mundo que se ha achicado vertiginosamente en la última década, en términos económicos, políticos y comunicativos, nada de lo que sucede del otro lado del océano nos puede ser ajeno.
*Un bombardeo desinformativo aconteció en Ecuador antes que suceda la subversión militar y policial con una excusa cualquiera. Así lo afirmaron el canciller ecuatoriano, el ministro de seguridad y el propio Presidente Rafael Correa desde el lugar donde estuvo secuestrado. El gobierno ecuatoriano venía denunciando esta situación desde hace varios meses y con mayor énfasis en la última semana, llamando al pueblo, a las organizaciones sociales, a los partidos políticos y a todas las instituciones del Estado, incluidas las fuerzas armadas, para que no se dejen embaucar por los titulares de los medios gráficos y televisivos. Fue el mismo Presidente el que arriesgando su propia vida concurrió a la madriguera golpista para informar y contrarrestar la ola desinformativa. El canciller Patiño fue claro al afirmar que atrás de este golpe está la oposición mediática y partidaria, incluidos sectores autoidentificados como “progresistas” que salieron a respaldar el intento del golpe.
*Lo sucedido en la Argentina desde el 2008 a la fecha, la rabiosa oposición del Grupo A, con la complicidad de esa progresía que perdió su destino y sus raíces, la violencia verbal del monopolio mediático del Grupo Clarín y La Nación difamando constantemente contra el gobierno y contra el secretario general de la UNASUR, los piquetes de la Mesa de enlace rural y sus variados apoyos “republicanos”, forman parte de un entramado destituyente semejante, como aquí se denunció desde un primer momento.
Hay que estar alertas, siguiendo las indicaciones de la Presidenta de la Nación y la UNASUR en defensa del heroico presidente Correa y el heroico pueblo ecuatoriano.
Dos pecados son imperdonables para los hombres y mujeres de la democracia: ser ingenuos o permanecer pasivos. La América Latina volvió a ser una sola patria; por eso tratan de fragmentarla nuevamente.
Y una cuarta cuestión que desbarata las tres cuestiones anteriores:
Hoy existe el MERCOSUR y la UNASUR, hay conciencia democrática y hay sueños.
Los pueblos resisten. Esta vez no pasarán.
PERFIL: Crisis en Ecuador
UN BOLIVARIANO CON LA CABEZA FRÍA
El presidente de Ecuador tiene por objetivo refundar el país andino
El País de España (www.elpais.com/articulo)
Rafael Correa no es hombre propenso al diálogo ni tampoco se preocupa demasiado por las buenas maneras. Es directo, hiperactivo, impetuoso. Se levanta muy temprano y se acuesta tarde, convoca reuniones a cualquier hora y el colaborador que no lo aguante acaba en la cuneta. Pero nunca ha engañado a nadie sobre su forma de ser. Fue así en campaña y fue así como lo eligieron los ecuatorianos por mayoría aplastante.
Nacido en Guayaquil en 1963, Correa asumió el poder en 2007 convencido de que su misión era acabar con la partitocracia que había agravado la histórica desigualdad social del país andino. De clase media, de izquierdas, profundamente cristiano y hecho a sí mismo, Correa cursó Ciencias Económicas en una universidad privada de Guayaquil y amplió sus estudios en las universidades de Lovaina (Bélgica) e Illinois (Estados Unidos).
Siendo ministro de Economía del presidente Alfredo Palacio -el hombre que asumió el poder tras el derrocamiento del coronel y ex golpista Lucio Gutiérrez-, dio las primeras pistas de que su proyecto político se inscribiría dentro del movimiento bolivariano para fundar el Socialismo del Siglo XXI, encabezado por el presidente venezolano Hugo Chávez.
Su victoria en las elecciones de noviembre de 2006 supuso el fin de la hegemonía de los partidos que habían dominado la escena desde la recuperación de la democracia en 1979. Su triunfo no solo fue contundente sino también muy simbólico: le arrebató la presidencia a Álvaro Noboa, un magnate de la industria bananera que representa todo lo que Correa aborrece y prometió cambiar.
Aupado por una popularidad superior al 70%, Correa disolvió el Parlamento y se sometió a un referéndum constitucional para crear el nuevo Ecuador. Entre 2007 y 2009 vivió prácticamente en campaña electoral hasta que tomó el control de todos los poderes del Estado. El camino que recorrió es el mismo que tomaron Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia o Daniel Ortega en Nicaragua. Internamente, Correa promovió leyes para reformar el sector financiero, el petrolero y el de medios de comunicación, entre otros. Promulgó una Constitución nueva, muy avanzada desde el punto de vista de los derechos sociales, pero también con mecanismos para retener el poder.
Una de las prerrogativas que la Ley Fundamental le da al presidente es lo que en Ecuador se conoce como muerte cruzada. Y es que el jefe del Estado puede disolver el Parlamento si considera que se ha atribuido funciones que no le corresponden. Este mecanismo le permite a Correa convocar el apoyo popular si se siente desafiado. Sus primeros pasos en el Gobierno sin duda conducían a pensar que él estaba alineado con el eje bolivariano más duro. Ejemplo de ello fue el feroz enfrentamiento que tuvo con Colombia después de que Bogotá matara a Raúl Reyes, uno de los máximos jefes de la guerrilla de las FARC en territorio ecuatoriano.
Sin embargo, hace muy poco tiempo, durante un discurso en Caracas, Correa demostró que es un bolivariano con la cabeza muy fría. "El mayor peligro para los socialistas del siglo XXI no son los escuálidos, pitiyanquis o pelucones [ricos], porque ellos están derrotados y la gente los identifica como los enemigos de la patria, sino aquellos que toman nuestras propias banderas y con fundamentalismos e infantilismos absurdos le hacen un gran daño a los cambios que necesita nuestra región", dijo el presidente.
Las declaraciones iban dirigidas a los indígenas, un sector de la población cuyo apoyo es clave para el Gobierno, que se oponen a la entrega de sus territorios a las compañías mineras. Correa llama a esta oposición una apología al "primitivismo". En una entrevista posterior con la agencia Reuters, Correa insistió en este giro ideológico: "Nosotros creemos, y esto es una diferencia con los ejemplos más extremos del socialismo tradicional, que es ineludible reconocer al mercado como una realidad económica (...) La izquierda del todo o nada, que termina con nada, se queda en el estatus quo. El ecologismo que le dice no al petróleo, a las minas, a no utilizar los recursos no renovables. Eso es como un mendigo sentado en un saco de oro", añadió.
EVO MORALES: "LOS PRESIDENTES DE SUDAMÉRICA SOMOS LOS GRANDES DEFENSORES DE LA DEMOCRACIA"
Telam de Argentina (www.telam.com.ar)
El presidente de Bolivia, Evo Morales, destacó hoy desde Aeroparque que "los presidentes de Sudamérica somos los grandes defensores de la democracia", tras la reunión de la Unasur en apoyo al mandatario de Ecuador, Rafael Correa. Y destacó la “convocatoria del presidente de la Unasur (Néstor Kirchner) para frenar este intento de golpe”.
Morales advirtió hoy que existen sectores que “piensan que con un golpe de estado se pueden resolver las diferencias políticas o programáticas”.
El presidente de Bolivia destacó la “convocatoria del presidente de la Unasur (Néstor Kirchner) para frenar este intento de golpe en Ecuador”.
Morales recordó que “cuando empezó el golpe de estado en Bolivia nuevamente Unasur se unió”.
El mandatario relató que ayer conversó dos o tres veces con Correa: “Estaba muy preocupado. Se corría el riesgo de su vida”, dijo Morales.
“Saludamos esa gran movilización de los ecuatorianos para defender la democracia y a su presidente”, afirmó el presidente de Bolivia.
Finalmente, consideró que el caso de Honduras “ha sido un mensaje para América Latina. Sin embargo, lamento mucho que quienes dicen que son defensores de la democracia son los que impulsan dictaduras militares”. El mandatario de Bolivia confirmó que no viajará hoy a Ecuador, pero adelantó que “en cualquier momento” estará en ese país “para respaldar el proceso revolucionario de Correa
IRÁN LANZARA UN CANAL DE TELEVISIÓN EN ESPAÑOL
El anuncio por la televisión estatal de la red muestra régimen quiere difundir un mensaje de legitimidad.
The Guardian de Londres (www.guardian.co.uk)
Irán es llegar a América Latina con un canal de televisión en español para explicar la "legitimidad ideológica" del sistema islámico. "Como la mitad de la población mundial habla español, comenzaremos una red dentro de los próximos meses", Ezatollah Zarqami, el jefe de la red de televisión estatal de Irán, IRIB, anunció en Teherán.
IRIB emisiones en árabe, Inglés y otros idiomas - así como la persa. Ha sido varias veces acusado de emisiones de interferencia ilegal en Irán que no le gusta, sobre todo de la BBC Persian TV y la Voz de América en persa.
"Esta nueva red española tendrá un papel importante en la reflexión de la legitimidad ideológica de nuestro sistema para el mundo", dijo Zarqami líderes de oración.
IRIB es el portavoz principal de la estatal iraní. Uno de sus cinco canales, Inglés-idioma Press TV, que tiene una oficina grande en Londres, se describe como la intención de romper el "estrangulamiento" del oeste sobre medios de comunicación mundiales. Se pretende ofrecer una "cobertura precisa e imparcial" de Oriente Medio eventos.
Al-Aalam emisiones en árabe y fue lanzado en la época de la invasión de EE.UU. a Irak en 2003. Este mes, Irán lanzó iFilm, un satélite de 24 horas de televisión árabe canal de entretenimiento para el Líbano, Siria y los Emiratos Árabes Unidos.
La transición a la radiodifusión española refleja una creciente sensación de que Irán se necesita usar el "poder blando" para superar lo que considera la cobertura de los medios de comunicación como hostil y combatir lo que considera el doble rasero de los EE.UU. y otros gobiernos occidentales.
El presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, y otros funcionarios iraníes han acusado a las organizaciones de noticias occidentales de exagerar la importancia de cuestiones tales como la pena de muerte por lapidación impuesta a una mujer acusada de adulterio y asesinato.
América Latina puede ser visto como un terreno fértil debido a las buenas relaciones entre Irán y países como Venezuela, Ecuador y Bolivia. De habla portuguesa Brasil también tiene lazos con Teherán. Ahmadinejad visitó Bolivia, Venezuela y Brasil en noviembre de 2009.
Teherán utiliza satélites para transmitir sus programas de televisión propia en el extranjero, pero todavía es ilegal tener los receptores de satélite en el interior del país, donde los funcionarios de denunciar la "decadencia cultural" difundida por canales extranjeros. En los últimos años, muchos iraníes han instalado discretamente televisión vía satélite en sus hogares, pero estos son el blanco de represión esporádica por la policía la confiscación ilegal de los platos.
EL ERROR DE LEGALIZAR LA VENTA DE DROGAS
El debate se ha centrado en dos utopías opuestas: un mundo sin estupefacientes o un mundo sin narcotráfico. Pero ningún Gobierno puede levantar la prohibición sin arriesgar la salud de generaciones de jóvenes
El País de España (www.elpais.com)
Se dice estos días que poco mérito tiene que unos ex presidentes defiendan ahora medidas como la legalización de las drogas cuando no tienen responsabilidades de gobierno, cuando nadie les recuerda propuestas semejantes durante su etapa en el poder y cuando no deben someterse al higiénico ritual de las urnas. Hace un año fueron César Gaviria, Ernesto Zedillo y Fernando Henrique Cardoso, ex presidentes de Colombia, México y Brasil, los que proclamaron el fracaso de la estrategia contra el narcotráfico y la necesidad de afrontar fórmulas distintas. Y hace pocos días fue Felipe González, ex jefe de Gobierno español, quien apeló a una Conferencia Internacional para abordar una legalización del consumo y la posesión de forma coordinada y eficaz entre todos los países. Es fácil hoy, sin tarea de gobierno en sus manos, decíamos. Pero el debate sobre la legalización como la forma de aniquilar las mafias y el narcotráfico que desangran México, por ejemplo, debe ser bienvenido y es, sobre todo, necesario. Nos sirve para volver a poner las cifras y argumentos sobre la mesa. Y para recordar por qué están prohibidas y deben seguir estándolo.
El debate se ha situado como una colisión entre dos utopías que llevan rumbo opuesto: la utopía de un mundo sin drogas y la utopía de un mundo sin narcotráfico. Vamos a analizarlas.
Sobre la primera: la ambición de un mundo sin drogas o que logre una reducción sustancial de ellas es la estrategia que adoptó la ONU en 1998, para lo que se dio 10 años antes de reevaluar el estado de la cuestión. Pasado el plazo, en 2008, la ONU pudo constatar el fracaso del modelo de represión ante una sociedad que cada vez consume más, ante unas mafias que encuentran nuevas vías cada vez que se cierran otras y, sobre todo, que han hallado nuevos mercados en áreas que hasta el momento parecían en cierto modo inmunes a la adicción: Latinoamérica ha pasado de ser productor a productor-consumidor, por ejemplo. Y el opio procedente de Afganistán va dejando un reguero creciente de adictos en Pakistán, Irán, Turquía y otros países de paso antes de llegar a su mercado mayoritario: Europa.
Aquel fracaso, puesto sobre la mesa en 2009, llevó a Gaviria, Zedillo y Cardoso a proclamar la verdad: esto no funciona, busquemos nuevas vías. Y ahí es donde llega la segunda utopía.
Sobre la segunda: ya que eliminar la drogodependencia es imposible, como es imposible luchar contra el deseo natural de buena parte de los jóvenes y mayores de desafiar los límites con dosis inciertas de sustancias ilegales, legalicémoslas. Asumamos que la droga existe, está ahí y démosle un marco legal que evite los infames productos letales que llegan al mercado. Y, sobre todo, serremos las patas del trono en el que se sientan los capos de la droga, un negocio ilegal que mueve más de 250.000 millones de dólares al año y que abastece a 250 millones de usuarios en el mundo. Que esto provoque un aumento esporádico del consumo, como reconocen incluso los que defienden la legalización, no debe frenarnos ante una ambición que creen superior, que es la de evitar las miles de muertes que la droga deja en el camino (hoy en México, sobre todo) o la inestabilidad explosiva que está provocando en los países de paso (el mismo México o Guinea-Bissau, la ruta alternativa que ha encontrado la droga americana para saltar hacia Europa).
Y si llamamos a ambas cosas utopía (que no es otra cosa que el "plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación", en definición de la RAE), es porque lo son: la primera, porque es impensable un mundo que renuncie a sustancias que permiten evadirse, alucinar, divertirse, funcionar o, en términos médicos, deprimir o estimular el sistema nervioso central al ritmo deseado. Y la segunda, por tres razones: a) porque es impensable una sociedad indiferente que admita la posibilidad de ver destruirse a una buena parte de sus miembros de forma legal; b) porque ninguna hiperregulación podrá quitar del mapa las fórmulas ilegales (mafias) que hagan llegar la droga a los menores, por ejemplo; y c) porque ningún consenso sobre el férreo control estatal que implicaría podrá ser afrontado por la mayoría de países, con gobiernos débiles y escasos recursos para imponerlo.
Pero como en toda utopía ("que aparece como irrealizable en el momento de su formulación") nada dice que no haya que tender hacia una de ellas como expresión de intenciones, como espejo ideal en el que toda sociedad desea verse reflejada. Y es ahí donde los defensores de la segunda se equivocan al colocarse en ese rumbo opuesto a la primera.
Porque nuevos datos están añadiendo nuevos elementos al debate. El Informe Mundial de 2010 de la Oficina contra la Droga y el Delito de Naciones Unidas (www.unodc.org) recoge, al fin, buenas noticias en la lucha contra la producción y el consumo de sustancias: la superficie total de cultivo de cocaína ha caído un 13% desde 2007, debido sobre todo a la eliminación del 58% de los cultivos de Colombia gracias a la política de Álvaro Uribe, que no se ha visto compensada por un crecimiento en igual cantidad en Perú (donde creció un 38%) y en Bolivia (donde creció un 112%). EE UU, el mayor comprador, ha reducido el consumo al ritmo en que se destruían plantaciones en Colombia: de 10,5 millones de consumidores que llegó a tener en los ochenta ha pasado a 5,3 en 2008. Europa, sin embargo, que se abastece de cocaína de Perú y Bolivia, duplicó sus consumidores de 2 a 4,1 millones en solo 10 años. El ejemplo colombiano indica que la represión tiene consecuencias y que la menor oferta, como prueban los expertos, incide en una menor demanda.
Otra noticia positiva: desde que en 2004 el Plan Nacional de Drogas pasó del Ministerio de Interior a Sanidad, para reflejar un enfoque sanitario y no solo policial en el tratamiento del problema en España, el consumo de cannabis cayó del 11,2 al 9,2 de cada 100 adultos que lo han consumido en el último año. Del 36,6% al 29,8% en menores (www.pnsd.msc.es).
Es decir, la combinación de la represión -luchar por destruir los cultivos, apoyar y presionar a los países productores para que lo hagan- y la prevención del consumo, la educación para aumentar la percepción del riesgo entre la población, dan frutos innegables. Y ningún Gobierno puede claudicar ante una lacra que contribuye con fiereza al fracaso escolar, que perjudica la salud y que sume a una buena proporción de población en la apatía social.
En el otro lado, los defensores de la legalización suelen alegar un argumento, cuando menos, endeble: si el alcohol y el tabaco, que causan profundos daños, son legales, por qué no lo va a ser la marihuana, las pastillas o la cocaína. ¿Qué las diferencia? Obviando que el consumo está legalizado en España y otros países y centrando por tanto la discusión en la legalización de la venta, conviene que no nos equivoquemos y partamos de una premisa básica que no por obvia parece que haya que dejar de recordar: las drogas no son sujetos de derecho, merecedores de un tratamiento de igualdad que cimiente su lucha por una legalidad universal. Y tampoco drogarse parece que sea un derecho reconocido en Cartas ni Constituciones. Sí lo es, sin embargo, la atención sanitaria a personas adictas que merecen terapias y tratamientos en condiciones de dignidad.
Y sí lo es, como aspiración legítima, que una sociedad avanzada trabaje para un control creciente de las sustancias legales que dañan la salud. Las limitaciones de alcohol a menores y de consumo de tabaco van en este sentido. Y la ley antitabaco que impulsa el Gobierno Vasco introduce un elemento nuevo interesante en el debate: ya no se trata solo de prohibir fumar en zonas cerradas para no perjudicar la salud, sino también de limitar el hábito en zonas infantiles por una razón de ejemplaridad, y no solo sanitaria.
Si hay una colisión entre dos utopías, la obligación de los Gobiernos debe ser navegar en el rumbo hacia la que garantice mejor salud e integridad de su población. Y en la lucha por ese objetivo se debe afinar para que, gracias a la represión del narcotráfico y la presión internacional contra los países que permiten su producción -y el caso de Afganistán es una vergüenza para Occidente-, la ambición de un mundo sin narco también quede incluida en el camino.
BOLIVIA: LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
El desacato, una figura introducida en el código penal por gobiernos dictatoriales ha servido para perseguir judicialmente a líderes opositores
El Diario Exterior de España (www.eldiarioexterior.com)
En una nueva ola de ataques contra los derechos fundamentales de los ciudadanos, el gobierno boliviano ha atacado en las últimas semanas la libertad de expresión, utilizando medidas que afectan la libertad de opinión, penalizando las declaraciones de quienes critican al gobierno o realizan denuncias sobre supuestos casos de corrupción.
El desacato, una figura introducida en el código penal por gobiernos dictatoriales ha servido para perseguir judicialmente a líderes opositores como el Gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, por haber hecho declaraciones relativas al crecimiento del narcotráfico en Bolivia, algo por demás obvio, y por haber llamado bufón a un fiscal. Esta es una figura penal que ya no puede ser admitida en las democracias modernas. Incluso existen recomendaciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que exhortan a las naciones americanas a eliminar esta figura de sus ordenamientos jurídicos por contradecir los principios de protección a los derechos humanos.
En un país donde recientemente se ha aprobado una ley que permite suspender a las autoridades electas por el voto popular, ante la sola apertura de causa por medio de un juez sin que se haya llegado a una sentencia, esta figura tiene como fin el amedrentamiento y la desestabilización de quienes expresan posiciones de oposición o de disidencia al gobierno.
La condena por difamación contra el ex presidente Jorge Quiroga por haber formulado críticas contra el Banco de la Unión, donde el Estado tiene casi el 90% de las acciones, en medio de un caso de corrupción en el cual ejecutivos de la empresa estatal de petróleos retiraron dinero de esta entidad bancaria para pagar un soborno, constituye otro abuso de poder por parte de una justicia que no inspira la mas mínima garantía de independencia. Como adecuadamente señaló el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, en el derecho internacional del siglo XXI no se puede entender que una persona sea encarcelada por supuesta difamación contra una persona jurídica, porque obviamente una entidad no tiene derechos humanos que proteger.
La cereza de la torta se la lleva el proyecto de ley contra el racismo y la discriminación, en cuyo articulo 17, se establece que: El medio de comunicación que autorizare y publicare ideas racistas y discriminatorias será pasible de sanciones económicas y de suspensión de licencia de funcionamiento. Obviamente, esta redacción abre camino a sanciones arbitrarias y discrecionales que permitirían cerrar medios críticos a la gestión gubernamental. La libertad de expresión es un principio fundamental de la libertad de los ciudadanos de toda sociedad democrática. Cuando hablar se vuelve un delito e informar una amenaza para el gobierno, significa que estamos perdiendo uno de los componentes esenciales y más básicos de la libertad. Por eso, su defensa debe ser una causa y un compromiso para todos quienes entendemos que la dignidad humana exige libertad.
1 comment:
Creo que la frase que debería citarse es:
"Aquí está el presidente. Mátenlo si tienen valor"
Así retó a la policía. Al mismo tiempo alguien diría que se trataba de una orden directa. Por otro lado estaba menospreciando su valor.
Acá más comentarios al respecto.
http://reingenieriaxxi.blogspot.com/
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