Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) y la empresa china Hong Kong CBC firmaron un contrato para construir dos plantas de producción de carbonato de litio con tecnología EDL (Extracción Directa del Litio) en el salar de Uyuni, del departamento de Potosí, con una inversión total de $us 1.030 millones. Según los datos del mandatario, el contrato implica la construcción de dos plantas de producción de carbonato de litio con tecnología EDL; la primera de 10.000 toneladas, con una inversión de $us 310 millones y, la segunda, de 25.000 toneladas, con una inyección de $us 720 millones. Ambas en Uyuni.
El
18 de noviembre pasado, durante la 19ª Cumbre de Líderes del G20 en Río de
Janeiro, el presidente Xi Jinping anunció su decisión de “otorgar el trato de
arancel cero para el 100% de las líneas arancelarias a todos los países menos
desarrollados que tienen relaciones diplomáticas con China”. La medida, que
entrará en vigor el 1 de diciembre, puede beneficiar a 46 países con retraso
económico, pero muy ricos en recursos naturales no explotados.
Para
aprovechar esta “generosa” oferta, las naciones beneficiadas (entre ellas 33
africanas y siete asiáticas) abrirán sus territorios y sus políticas a las
inversiones y la explotación china que, con esta operación, pretende lograr
negocios que van desde diamantes, oro y litio hasta coltán, tantalio y uranio,
además de productos agrícolas y pesqueros, por ocho billones de dólares en tan
solo cinco años.
Esta
acción no es aislada. En 2013, Xi Jinping lanzó el plan denominado “La Ruta y
la Franja” (BRI por sus siglas en inglés), un proyecto estratégico que pretende
fortalecer el poder de la China sobre el comercio y el desarrollo económico
global, liderando la cooperación mundial y la conectividad por tierra, aire,
mar e internet. El proyecto ya ha logrado la adhesión de más de 150 países y 30
organizaciones internacionales, en los que ha invertido más de un billón de
dólares y que han convertido a China en el mayor acreedor del mundo.
Sin
embargo, el BRI no es un plan económico. En realidad, es el siguiente nivel de
la política iniciada por Deng Xiaoping, que para salvarse del colapso, en 1978
liberalizó la economía, permitió el desarrollo del sector privado y abrió su
comercio al mundo. Este cambio estratégico denominado “socialismo con
características chinas” disminuyó sustantivamente la pobreza, y lo convirtió en
la segunda economía más grande del planeta. La nueva estrategia del Partido
Comunista Chino (PCCh) es utilizar los principios y las debilidades del
capitalismo como medios para superarlo y controlarlo, manteniendo las bases y
fines ideológicos y buscando la supremacía económica, financiera, tecnológica y
comercial por encima del poder militar.
China
entendió que los países solo pueden comerciar si tienen producción suficiente y
ésta no puede aprovecharse si no se cuenta con vías de transporte. Con esa
lógica acaba de inaugurar en Perú el megapuerto de Chancay, que le permitirá
controlar el comercio con los países del Pacífico sudamericano y alcanzar el
gigantesco mercado de Brasil, sin recurrir al canal de Panamá. En coincidencia,
el mandatario asiático expresó, el pasado 19 de noviembre, al presidente Luis
Arce su interés en desarrollar en Bolivia el tren bioceánico, y financiar
proyectos en litio y minería.
Uno
de los componentes de la estrategia china es utilizar a sus empresas como punta
de lanza en su plan de expansión global. Muchas de las grandes compañías chinas
que operan en el mundo como la COSCO Shipping, dueña del 60% de Chancay,
pertenecen al gobierno, y aunque las privadas son muchas y poderosas, el PCCh
las controla con medidas como la presencia de células partidarias en sus
estructuras, regulación estatal que puede cambiar en cualquier momento,
hegemonía sobre la banca, y acuerdos público-privados obligatorios.
En
su política expansionista, factores como democracia, transparencia, soberanía,
derechos laborales, igualdad o incluso protección del medio ambiente no son
relevantes, y la necesidad o el interés de los países por desarrollar proyectos
de infraestructura comercial o productiva hace que se abran a inversiones
chinas sin ningún límite, aún ante la posibilidad de dependencias económicas y
políticas, e incluso riesgos de seguridad.
Sin
duda que la China va a marcar el rumbo del comercio, la conectividad y la
producción del mundo en los siguientes años y Bolivia no estará exenta de su
influencia. Sin embargo, la tentación de grandes y rápidas inversiones, puede
hacernos perder de vista que detrás de las promesas de ayuda incondicional se
suelen esconder planes oscuros que terminan por distorsionar las estructuras
institucionales y mantenernos como piezas desechables de un engranaje global
que apenas podemos comprender.
https://acortar.link/X83koy
BOLIVIA
REFUERZA SU LIDERAZGO EN LITIO CON MILLONARIO CONTRATO CHINO
Revista
Redimin de Chile (https://acortar.link/QPkRdH)
En
un movimiento estratégico para la economía y el desarrollo tecnológico del
país, Bolivia ha firmado un contrato con el consorcio chino CBC para la
construcción de dos innovadoras plantas de extracción directa de litio en el
Salar de Uyuni, implicando una inversión inicial superior a los mil millones de
dólares.
Este
acuerdo destaca la mayoría accionaria estatal del 51%, otorgando al gobierno
boliviano un control significativo sobre el recurso, frente al 49% en manos de
CBC, marcando un precedente importante en la gestión de recursos naturales
estratégicos.
Detalles
de las nuevas instalaciones
Omar
Alarcón, presidente de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), explicó que este
proyecto contempla el diseño, construcción, operación y mantenimiento de dos
plantas que producirán carbonato de litio. Una de ellas generará 10.000
toneladas anuales y la otra 25.000 toneladas de grado batería cada año,
utilizando la técnica EDL a partir de la salmuera del pozo.
Comparativa
y contexto internacional
Este
es el segundo proyecto de magnitud en Bolivia que usa la tecnología de
extracción directa de litio, después del acuerdo con la empresa rusa Uranium
One Group, cuya inversión alcanza los 970 millones de dólares para una
capacidad de producción de 14.000 toneladas anuales de carbonato de litio.
Retos
legislativos y futuros pasos
Ambos
proyectos aún requieren la aprobación del Congreso boliviano, donde el
presidente Luis Arce busca superar los obstáculos politicos debido a una falta
de mayoría parlamentaria. La ratificación de estos acuerdos será crucial para
avanzar en la agenda económica y estratégica del país en el ámbito de los
recursos renovables.
«Este
contrato de servicios desarrollará un diseño final de ingeniería, construcción,
operación y mantenimiento de una planta que va a producir 10.000 toneladas de
carbonato de litio al año y otra planta de 25.000 toneladas de carbonato de
litio grado batería al año a partir de salmuera de pozo», informó el presidente
de la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), Omar Alarcón.
o Inversión inicial de más de US$1.030
millones.
o Construcción de dos plantas de alta
tecnología para la extracción de litio.
o Control mayoritario del estado
boliviano asegurando la soberanía sobre el recurso.
Con
estos proyectos, Bolivia no solo busca fortalecer su posición como líder en la
industria del litio a nivel mundial sino también impulsar un crecimiento
económico sostenible y responsable con el medio ambiente.
EL
NUEVO PAÍS DE SUDAMÉRICA DONDE CHINA REALIZARÁ UNA MEGA INVERSIÓN: COMPETIRÁ
DIRECTAMENTE CON CHILE
El
boom de inversiones del gigante asiático en Sudamérica sigue cosechando
resultados. Ahora, tras firmar con el Gobierno de ese país, invertirá más de
mil millones de dólares.
En
La Hora de Chile (https://acortar.link/cnR72V)
China
está mirando a América Latina como un foco para realizar sus mega inversiones.
En Perú acaba de ser inaugurado el Puerto de Chancay, uno de los más grandes
del continente, y también inició conversaciones con Nicaragua para construir
otro terminal.
Pero
el gigante asiático no para. Esto, luego que la empresa de ese país, Hong Kong
CBC acaba de firmar convenio con otro país sudamericano para la producción de
carbonato de litio, lo que generará una intensa competencia con Chile en este
recurso natural.
El
país sudamericano que firmó acuerdo para que empresa china produzca litio
En
concreto, y según publica El Mercurio, la mencionada empresa firmó un acuerdo
con la estatal boliviana Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB).
Con
este acuerdo, según dio a conocer el gobierno de Bolivia, se plantea la
construcción y operación de una planta que tendrá capacidad para generar del
orden de 10.000 toneladas anuales de carbonato de litio grado batería. Además,
también se construirá una segunda planta de 25.000 toneladas, con salmuera de
pozo. Todo esto en el salar de Uyuni y con una inversión de más de 1.030
millones de dólares.
Precisamente,
este lugar es una de las mayores reservas de litio del mundo y se transformará
en una importante competencia para Chile, que es uno de los más grandes
productores de este recurso natural en el planeta y donde, según indica el
citado medio, también hay empresas chinas interesadas en invertir en el país.
Entre
ellas, destacan la marca vehículos eléctricos BYD, CATL, o Tsingshan. Una de
las firmas de ese país que ya tiene negocios en Chile es Tianqi, una minera que
posee el 22% de las acciones de SQM, con la que se enfrenta a serios problemas
legales.
BOLIVIA
CELEBRA MEGA CONTRATO CON "LA EMPRESA CHINA NÚMERO UNO" EN PRODUCCIÓN
DE BATERÍAS DE LITIO
Radio
Bio Bio de Chile (https://acortar.link/TkcK0w)
El
Gobierno de Bolivia firmó este martes un contrato con la empresa china Hong
Kong CBC Investment Limited para la puesta en marcha de dos complejos
industriales con la tecnología de extracción directa del litio (EDL) en el
salar de Uyuni, el principal yacimiento del elemento en el suroeste boliviano.
El
contrato fue firmado por el titular de la estatal Yacimientos del Litio
Bolivianos (YLB), Omar Alarcón, y el representante legal de CBC, Chunsheng Ma,
en un acto en la casa de Gobierno en La Paz al que asistieron el presidente
Luis Arce y el ministro de Hidrocarburos y Energías, Alejandro Gallardo, entre
otras autoridades.
Este
documento formaliza un acuerdo firmado en enero de 2023 con CBC, que es
subsidiaria de la firma china CATL, “la número uno en el planeta en la
producción de baterías de litio”, destacó el mandatario boliviano.
“El
total de la inversión que CBC compromete con el país es de 1.030 millones de
dólares para la producción e industrialización del litio en el país”, resaltó
Arce.
Contrato
“muy beneficioso” para Bolivia
El
presidente explicó que el contrato consta de dos partes, una para una planta
que producirá 10.000 toneladas anuales de carbonato de litio empleando salmuera
residual, con la tecnología EDL y una inversión de 310 millones de dólares,
dijo.
La
firma construirá además otra planta con una capacidad de producción de 25.000
toneladas, que también aplicará la EDL y “que va a requerir una inversión de
720 millones de dólares”, agregó.
Arce
aseguró que el contrato es “muy beneficioso” para Bolivia y ahora corresponde
su envío al Legislativo para que sea aprobado.
El
gobernante recordó que en septiembre también se firmó un contrato con la
empresa rusa Uranium One Group para la construcción de una planta de EDL, con
una capacidad de producción de 14.000 toneladas anuales de carbonato de litio
en el salar de Uyuni, que demandará una inversión de 970 millones de dólares.
Arce
instó al Parlamento nacional a aprobar ambos contratos y pidió a los
legisladores que “dejen de bloquear” las iniciativas gubernamentales para la
industrialización y para financiar proyectos con créditos externos.
También
mencionó que está en negociación otro contrato con la empresa china Citic
Guoan, con la que el Ejecutivo ya tiene un acuerdo de intenciones, para el
diseño y construcción de otra planta con la tecnología EDL.
Estos
convenios se enmarcan en una convocatoria internacional lanzada en 2021 y está
en proceso una segunda fase en la que, según el presidente, han manifestado su
interés empresas de Australia, Alemania, China, Francia, Inglaterra y
Argentina.
El
Gobierno asegura que Bolivia tiene una de las mayores reservas de litio en el
mundo, estimadas en unos 23 millones de toneladas, según un estudio estatal.
La
mayor parte de estas reservas están en Uyuni, en la región andina de Potosí, y
también hay litio en menor proporción en los salares de Pastos Grandes, en el
mismo departamento, y Coipasa, compartido entre Oruro y Chile.
Además
de los convenios firmados en 2023 con las empresas chinas y la rusa, el país
también suscribió otro con la firma india Altimin para desarrollar tecnología
en la fabricación de baterías de ion litio.
A
finales de 2023, el país inauguró el complejo industrial en Uyuni para producir
15.000 toneladas de litio anuales con un sistema de piscinas de evaporación
que, no obstante, está en la mira por presuntas irregularidades en su montaje.
BOLIVIA
SE HUNDE EN EL CAOS: TESTIMONIOS DE LAS LUCHAS POR EL PODER
Desde
hace más de un año, Evo Morales libra una batalla por el control de la
izquierda con Luis Arce, a quien acusa de querer proscribirlo.
Excelsior
de México (https://acortar.link/hQMuyC)
Margarita
Ávila, una comerciante de abarrotes de 66 años, observa estoica los puestos
cerrados de sus vecinos en un mercado de La Paz. "Hemos vivido lindos años
(...). Sabíamos cuánto íbamos a ganar, cuánto íbamos a invertir",
recuerda.
Ahora
la escasez de dólares, el clima de protestas y el desprestigio de las
autoridades han hundido a Bolivia en una continua incertidumbre.
Ya
no conozco los dólares. No hay para ahorrar. Todo es para el día a día",
se queja Ávila frente a sus productos sin vender. "He perdido capital. De
la noche a la mañana las cosas suben de precio. Y como ellos están peleando, ya
no se preocupan de nosotros", dice en alusión a la disputas entre el
exmandatario Evo Morales y su sucesor, el presidente Luis Arce.
Desde
hace más de un año, Morales libra una batalla por el control de la izquierda
con Arce, su exministro de Economía y a quien acusa de querer
"proscribirlo" de la carrera presidencial de 2025 utilizando el
sistema de justicia.
Ambos
son del partido gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), que ahora está
dividido entre "evistas" y "arcistas".
"Es
una crisis múltiple (...) Probablemente la de mayor dimensión es la crisis
política, que ha profundizado todas las otras", dice Daniel Valverde,
profesor de ciencia política de la Universidad Gabriel René Moreno de Bolivia.
El
jueves La Paz se convirtió en el escenario de una marcha donde varios miles de
comerciantes, transportistas, artesanos, sanitarios, textiles, amas de casa y
vecinos exigieron al gobierno una solución a la crisis económica y lo intimaron
a tomar medidas en un plazo de 15 días.
Generar
"repudio
En
medio de la crisis, el Ministerio Público anunció una investigación a Morales,
que gobernó Bolivia entre 2006 y 2019, por el presunto abuso a una menor con
quien habría tenido una hija durante su mandato.
El
caso ha tenido vaivenes. La Fiscalía emitió una orden de arresto que fue
anulada y luego anunció otra que nunca se concretó. La semana pasada la fiscal
a cargo dijo que tenía "bastantes indicios", sin precisar cuáles, y
que "daría una sorpresa".
Los
partidarios del líder cocalero bloquearon durante 23 días importantes
carreteras del país para exigir el cese de la "persecución judicial".
Si bien la crisis económica ya estaba en curso, los bloqueos dispararon aún más
la inflación y la escasez de combustibles.
Más
allá de si son ciertos o no los hechos denunciados, el modo cómo se lleva el
caso de Morales "es parte de la instrumentalización de la justicia",
opina Valverde. "Más que procesarlo o detenerlo, creo que buscan exponerlo
para generar un mayor repudio sobre su figura. Y lo están logrando",
señala.
En
los últimos días, el Tribunal Constitucional también cerró el paso a Morales
para una nueva candidatura al limitar a dos el número máximo de reelecciones
posibles.
Es
la cultura política boliviana, en la que las instituciones son funcionales a
intereses políticos", explica Ana Lucía Velasco, politóloga que investiga
la polarización en Bolivia.
"Es
una desinstitucionalización abierta, cínica (...) Lo nuevo es que ahora algunas
instituciones responden a los intereses" de una facción del MAS, mientras
que otras obedecen al otro bando del partido, afirma.
En
suspenso
La
población desconfía del sistema de justicia. Bolivia fue el primer país en el
mundo en elegir a sus altas autoridades judiciales por voto popular, bajo el
argumento de favorecer la imparcialidad.
En
2011, en la primera elección, el 60 por ciento castigó la medida emitiendo un
voto nulo.
Las
próximas elecciones judiciales serán el 15 de diciembre. El Tribunal
Constitucional suspendió la elección en cinco de los nueve departamentos de
Bolivia debido a que fueron impugnadas las candidaturas, algo que reaviva la
desconfianza en el sistema.
Según
el World Justice Project, Bolivia ocupa el puesto 131 de 142 países analizados
sobre cumplimiento de la ley.
Los
aspirantes a jueces pasan por un filtro inicial del Parlamento, un proceso que
"se presta mucho a que el Legislativo presente a candidatos en una
preselección que obedece a intereses partidistas", observa Gustavo
Flores-Macías, investigador de la Universidad de Cornell.
Una
nueva composición de las altas cortes podría revertir las decisiones que
afectan hoy a Morales.
LA
PARTICIPACIÓN SOCIAL INTERCULTURAL A TRAVÉS DE LOS ESPACIOS DIGITALES EN EL
SISTEMA DEMOCRÁTICO EN BOLIVIA
Abogados
Com. de Argentina (https://acortar.link/wY418x)
1.
Desafíos que enfrentan los pueblos indígenas en Bolivia para participar de
forma equitativa e inclusiva en el sistema democrático a través de espacios
digitales
Según
el Censo de Población y Vivienda llevado a cabo por el Instituto Nacional de
Estadística (2024) la población del Estado Plurinacional de Bolivia ha llegado
a los 11.312.620 habitantes el año 2024. Si bien todavía no se cuenta con
resultados más procesados y específicos como ser los datos de la población
indígena del país en la actualidad, en el último Censo Nacional de 2012, se
definió que el 41 % de la población boliviana mayor de 15 años era de origen
indígena.
En
este contexto poblacional, la participación política de los pueblos indígenas
en Bolivia se ha visto inducida a tener una evolución sin precedente y una gran
importancia en el marco jurídico boliviano, el cual, a través de diversas
reformas, ha promovido la inclusión, la igualdad y la representación política
de los miembros de los grupos originarios.
Específicamente,
el artículo primero de la Constitución Política del Estado Plurinacional de
Bolivia del 2009 (CPE), señala:
Bolivia
se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional
Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural,
descentralizado y con autonomías. Bolivia se funda en la pluralidad y el
pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del
proceso integrador del país.
La
diversidad cultural y el pluralismo jurídico, en el reconocimiento de la
diferentes culturas y etnias, que componen a un Estado y pueblo milenario,
permitiendo advertir sobre la construcción de un modelo democrático acorde a la
realidad étnica y respeto a toda clase de minorías.
En
efecto, el presente trabajo aborda un aspecto muy novedoso contemplado en la
nueva CPE, que hace referencia a la participación que tienen los indígenas en
los órganos estatales y en las decisiones que impactan su bienestar colectivo. En base al estudio “Participación política
indígena y políticas públicas para pueblos indígenas en América Latina”
dirigido por la fundación Konrad Adenauer Stiftung (2021), existe un avance
importante en Bolivia en relación a la participación de los indígenas en la
política boliviana a partir del reconocimiento de sus derechos y la
transformación de sus instituciones, que permitieron estructurar una agenda que
cambió el rumbo de la política boliviana.
Los
cambios a la CPE abrieron el escenario para la aprobación de otras leyes que
aportan en la perspectiva del afianzamiento de los derechos civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales de los pueblos indígenas. En efecto, la Ley
de Participación Popular dió representación a las comunidades campesinas e
indígenas en la definición de sus prioridades de desarrollo y la administración
de los recursos asignados para tal fin a los municipios, muchos de los cuáles
pasaron a tener autoridades indígenas, iniciando así una era para perfeccionar
la democracia representativa, facilitando la participación ciudadana y
garantizando la igualdad de oportunidades, sin antecedentes en la historia del
país.
A
pesar de todos los hitos logrados en materia de participación indígena en todos
los espacios de la sociedad, lo cierto es que aún está planteada la discusión
sobre los impactos de la aplicación de las Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC) en el perfeccionamiento y progreso de las democracias.
Bernal
y Murillo (2012) han destacado las ventajas de las nuevas tecnologías para
superar las barreras territoriales propias de los pueblos indígenas, y a su vez
han subrayado los desafíos que las caracterizan, como ser el carácter
excluyente de las mismas, debido a las brechas digitales que existen tanto en
el acceso como en el uso de estas herramientas por parte de la población
indígena.
Sin
embargo, la brecha digital no es el único obstáculo para la participación
social intercultural en el país. Un aspecto crucial es que la disminución de la
brecha digital y la apropiación de las tecnologías de la información y la
comunicación trascienden el mero acceso a estas tecnologías; según un estudio
realizado por los investigadores Puig et al. (2022) con el Banco Interamericano
de Desarrollo (BID), se trata de la habilidad de las personas para utilizarlas
de manera eficaz en diversos ámbitos de sus vidas, mejor llamada
“alfabetización digital”.
Cuando
las personas no solo tienen acceso a las tecnologías, sino que también poseen
las competencias necesarias para utilizarlas de manera efectiva en su vida
diaria, se genera la apropiación social. Esto significa que las TIC se integran
en sus rutinas y actividades cotidianas, con el propósito de mejorar su
desarrollo social, económico y cultural. Puig et al. (2022) indican que, de
acuerdo al Índice de Desarrollo de la Banda Ancha (IDBA), el nivel de
desarrollo de las habilidades digitales entre la población activa de Bolivia es
un 10% inferior al de América Latina.
Por
lo tanto, los desafíos para el uso de las nuevas tecnologías en la
participación ciudadana indígena en Bolivia son varios y requieren un enfoque
integral. A pesar de los avances en la infraestructura tecnológica y el
creciente acceso a dispositivos y conectividad, persisten importantes brechas
digitales que afectan de manera desproporcionada a las comunidades indígenas.
Estas brechas no se limitan solo al acceso, sino que también incluyen la
alfabetización digital, mejor entendida como la capacidad de utilizar estas
tecnologías de manera efectiva y significativa.
La
apropiación social de las tecnologías de la información y la comunicación, es
un aspecto crucial para mejorar el desarrollo social, económico y cultural de
las comunidades indígenas. Sin embargo, esto exige un esfuerzo continuo en la
educación y capacitación para asegurar que las personas no solo tengan acceso a
la tecnología, sino que también adquieran las habilidades necesarias para
integrarlas en sus rutinas y actividades diarias, pero además sepan usarlas con
cautela.
Según
el estudio “Datos Redes Sociales Bolivia 2024” llevado a cabo por Coolosa
Comunicaciones, existe una fuerte adhesión de la población en general a las
redes sociales y aplicaciones de mensajería privada y de grupo, éste fenómeno
ha aumentado la preocupación por la protección de los datos personales de los
ciudadanos, sobre todo en poblaciones especialmente vulnerables como son los
pueblos indígenas originario campesinos. Considerando que no existe una
regulación que proteja los datos personales, las poblaciones indígenas
generalmente no tienen una verdadera soberanía de datos, es decir no logran
controlar, gestionar y utilizar sus propios datos para tomar decisiones
informadas y empoderarse para enfrentar los desafíos que se presentan.
Específicamente,
en el contexto democrático electoral, el cumplimiento de las normas de
protección de datos es esencial no sólo desde un punto de vista individual,
sino para proteger la integridad de las elecciones y el ejercicio de la
democracia. El uso de las plataformas durante procesos electorales resulta
sumamente peligroso, cuando caemos en cuenta que Bolivia aún no dispone de una
Ley General de Protección de Datos Personales. Sin embargo, cabe señalar que la
legislación boliviana establece un amplio derecho constitucional a la
privacidad de las comunicaciones personales. Asimismo, diversos sectores han
implementado legislación específica que establece parámetros de este derecho
constitucional, que es aplicado por el regulador específico del sector. Las
violaciones del derecho a la intimidad pueden ser objeto de recursos
constitucionales, civiles y penales.
Actualmente
existen dos proyectos de ley sobre datos personales. El primero es el proyecto
de ley No. 405-2018, que fue presentado por un diputado el 30 de noviembre de
2018. El segundo fue presentado el 10 de mayo de 2019, ante la Asamblea
Nacional Legislativa del Estado Plurinacional de Bolivia. Los miembros de la
Fundación Internet Bolivia, junto con la participación de ciudadanos de
diferentes regiones del país, son los principales promotores de este proyecto.
Sin embargo, aún no existe respuesta por parte de la Asamblea Legislativa de
Bolivia respecto a ambos proyectos. Además, está en elaboración un anteproyecto
de parte de la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y
Comunicación (AGETIC).
Es
necesario traer a colación a la presente investigación, el tema de la
desinformación al representar una de las mayores amenazas a la participación
política de los pueblos indígenas en espacios digitales. Al propagar
información falsa o engañosa, se busca manipular la opinión pública, polarizar
a las comunidades y socavar la confianza en las instituciones.
Los
procesos electorales en un sistema democrático están basados en la capacidad de
que la ciudadanía pueda decidir su voto a partir de decisiones informadas. Sin
conocimiento certero, tanto el voto, como la opinión pública, pueden ser
influenciados por premisas falsas: la desinformación. En un contexto electoral,
la desinformación en redes sociales busca lograr dos objetivos: desacreditar a
determinados candidatos oponentes y minar la confianza en el proceso electoral
y sus administradores (Centro Carter, 2021).
Hubo
declaraciones por parte del Gobierno de Evo Morales, en específico de parte del
vicepresidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda, de que ya se contaba
con un borrador de proyecto de ley que buscaba regular las redes sociales
incluyendo la creación de 3 nuevos tipos penales (Derechos Digitales, 2016):
1.
La violación de datos personales.
2.
La afectación a la honra en las redes sociales.
3.
La creación de cuentas falsas con el fin de capturar datos para cometer
delitos.
Asimismo,
determinaba la prohibición del anonimato y la creación de un Consejo Nacional
para el Control de las Redes. Sin embargo, esta propuesta no ha sido
socializada a la fecha.
A
pesar de los esfuerzos que se han realizado por regular las plataformas
digitales en procesos electorales, la regulación de la desinformación es algo
muy complejo de materializar en razón de su alcance y operabilidad
extraterritorial, sumado a la rapidez con la que avanzan las mismas.
2.
Oportunidades que ofrecen las tecnologías digitales para promover la
participación ciudadana de los pueblos indígenas en el sistema democrático
boliviano de forma equitativa e inclusiva
El
autor Arterton (1987) visualiza la tecnología y su influencia sobre la
Democracia como una forma de (1) mitigar la crisis de participación de los
ciudadanos en la toma de decisiones políticas; y (2) establecer una relación
más fluida entre los políticos y los ciudadanos superando los filtros de la
burocracia y de las instituciones.
Al
respecto de lo que señalaba el autor Arterton, en la actualidad, se necesita
colocar a la ciudadanía en un papel más protagónico y no simplemente en el de
delegar acciones y decisiones sobre quienes gobiernen. Cuando la ciudadanía se
involucra activamente en abordar problemas que afectan a la comunidad, se
desencadenan procesos de cambio profundo que van más allá de la simple
resolución de problemas. Se fortalecen las relaciones sociales, se replantean
las estructuras de poder y se construye un sentido de pertenencia que legitima
las decisiones políticas y reduce las desigualdades.
Históricamente,
los medios de comunicación masivos han actuado como intermediarios entre los
ciudadanos y los gobernantes, limitando la participación ciudadana a un rol
pasivo. Esta dinámica ha colonizado la esfera pública, restringiendo la
rendición de cuentas y la toma de decisiones a lo que los medios decidan
difundir. Sin embargo, el surgimiento de las Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC) ha abierto nuevas vías para la participación ciudadana,
permitiendo una comunicación más directa y facilitando la discusión de ideas y
propuestas.
En
efecto, es posible afirmar que las redes sociales han democratizado la
producción y el consumo de información, poniendo fin al monopolio informativo
que antes detentaban los medios tradicionales. Esta democratización ha
permitido que una mayor diversidad de voces sea escuchada y ha fomentado una
participación ciudadana más activa, plural y crítica.
La
creciente presencia de usuarios en redes sociales y el tiempo que dedican a
ellas representan un potencial enorme para la participación política. Estos
espacios digitales, que antes eran vistos como exclusivos, ahora son un puente
directo entre ciudadanos y candidatos, especialmente como vimos en las
elecciones bolivianas de 2020, donde las redes sociales superaron a las plazas
públicas como el principal escenario de debate y movilización política.
Asimismo,
la tecnología ha desempeñado y sigue desempeñando un papel transformador en la
sociedad. Las herramientas tecnológicas han promovido la transparencia y la
rendición de cuentas en la administración pública. Plataformas de gobierno
electrónico, aplicaciones móviles y herramientas en línea, proporcionan a los
ciudadanos acceso inmediato a información relevante y la capacidad de
supervisar las acciones de las autoridades.
Los
ciudadanos ahora tienen la capacidad de participar en debates en línea,
compartir información y colaborar en proyectos desde cualquier lugar y en
cualquier momento. Las redes sociales, las aplicaciones móviles, las
plataformas de votación en línea, los mapas digitales y las plataformas de
crowdsourcing son algunas de las herramientas disponibles para que los
ciudadanos se involucren en la toma de decisiones y solucionen problemas en sus
comunidades.
Las
herramientas digitales, como WhatsApp, Facebook o Telegram, facilitan la
coordinación de actividades entre miembros de comunidades dispersas, ayudando a
organizar reuniones, movilizaciones y campañas de manera más eficiente. Esto es
especialmente importante en un país como Bolivia, donde muchas comunidades
indígenas están ubicadas en zonas rurales y de difícil acceso. Las tecnologías
digitales eliminan las barreras de distancia y tiempo, permitiendo que los
pueblos indígenas se organicen en torno a causas comunes de forma rápida y
efectiva.
El
uso de redes sociales y otras plataformas digitales también permite que las
comunidades indígenas denuncien abusos de derechos humanos, violaciones
territoriales y actos de discriminación de manera rápida y directa. Al publicar
videos, fotos y testimonios en tiempo real, los pueblos indígenas pueden
visibilizar las injusticias que sufren, logrando que estos casos tengan una
mayor repercusión mediática y política. Estas herramientas han sido esenciales
para generar solidaridad y apoyo desde otros sectores de la sociedad civil, tal
es el caso de los recientes incendios acaecidos sobre comunidades indígenas de
la amazonia boliviana, generando daños irreparables sobre las zonas afectadas.
3.
Efectividad y alcance de las iniciativas que buscan fomentar la participación
ciudadana de los pueblos indígenas en el sistema democrático boliviano por
medio de espacios digitales
Internet
por medio de las redes sociales, facilita la promoción de distintas causas de
interés público, entre varias otras funciones. Con el auge de las conexiones a
Internet durante las últimas dos décadas, muchos usuarios de forma individual y
colectiva han alcanzado por medio de acciones en espacios virtuales, cambiar
decisiones políticas, proponer normativas y ejercer presión para su aprobación,
aparte de incluir temas en la agenda política.
La
participación social sirviéndose de herramientas tecnológicas no es un fenómeno
que se ha dado solamente en Bolivia, en el mundo se han presenciado revueltas
sociales que se sirvieron de plataformas digitales, como ser la primavera
árabe, los Indignados de España, Passe Livre y otras reivindicaciones sociales
que reclamaban cambios de regímenes políticos, mejoras en ejercicio de derechos
y respeto a la dignidad humana (Castells en Quiroz, 2016).
Varios
autores son escépticos sobre el papel democratizador, promotor de la pluralidad
e inclusión que se le atribuye a Internet. Esta perspectiva, conocida como
"ciberpesimismo", abarca diversas dimensiones. La periodista
especializada en Internet y medios digitales, Marilin Gonzalo (2014), trae a
colación al reconocido investigador que estudia las implicaciones políticas y
sociales de la tecnología, Evgeny Morozov, opositor de los ciberoptimistas
quienes sostienen que, si das dispositivos y conectividad a las personas, la
democracia surgirá inevitablemente.
Morozov,
en vez, defiende que los métodos de control siguen reproduciéndose incluso en
el espacio del Internet, porque los gobiernos totalitarios han aprendido a
manejar el ciberespacio. Sumado a esto, un aspecto exclusivo del Internet es la
brecha digital, sosteniendo que a pesar que el Internet está en constante
crecimiento, el 90% de no-conectados pertenece a países pobres o en desarrollo,
y, por ende, a poblaciones indígenas alejadas.
Frente
a las corrientes de ciberoptimistas y ciberpesimistas, surge la pregunta sobre
las posibilidades reales de Internet para apoyar ideales democratizadores e
inclusivos en la participación política en Bolivia. ¿Será Internet un espacio
que favorezca la democratización o que restrinja la deliberación pública y la
acción ciudadana?
No
existen estudios que analicen el impacto del Internet en la democracia
boliviana, y más específicamente la relación entre los espacios digitales y la
participación social y política de los pueblos indígenas originarios
campesinos.
Instituciones
públicas como ser la AGETIC, han implementado iniciativas para promover el
gobierno electrónico. Específicamente, AGETIC, tiene por mandato desde el 2015,
trabajar en el marco del gobierno electrónico y generar políticas integrales
con los diferentes órganos del Estado, incluido el Órgano Electoral
Plurinacional (OEP). Una de las innovaciones del mandato que tiene esta
institución pública, de acuerdo al Decreto Supremo Nro. 2514, es la creación
del Consejo para las Tecnologías de Información y Comunicación del Estado
Plurinacional de Bolivia (CTIC- EPB), siendo una de sus consignas generar
propuesta normativa y propuestas de política pública relacionadas con programas
o proyectos relacionadas a Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información.
Por otro lado, el coordinar espacios con organizaciones de la sociedad civil
para llevar adelante lineamientos estratégicos en la materia y proponer
estándares abiertos oficiales por parte del Estado.
Esto,
en el marco de cumplir las Acciones Estratégicas Institucionales (AEI) del Plan
Estratégico Institucional (PEI (2021- 2025)) del OEP, dentro de las cuales se
encuentra la AEI 2: Promover la democracia intercultural para el ejercicio de
los derechos políticos y el fortalecimiento de la cultura democrática en el
Estado Plurinacional de Bolivia.
Es
cierto que, el Internet, específicamente las redes sociales, actualmente son un
campo de lucha política, donde se deliberan asuntos públicos, políticos y
decisiones de gobierno (Quiroz y Machaca, 2020), un espacio donde la población
se apodera y debate desde sus necesidades e inquietudes sobre las temáticas
actuales.
Los
partidos políticos, las autoridades de gobierno o las figuras políticas no han
sido los promotores para promover el uso de los espacios digitales para fines
públicos y políticos; dicha iniciativa en todo caso se inició desde la sociedad
civil por medio de campañas y manifestaciones. Según la autora Quiroz (2016) la
deliberación y participación de los bolivianos en espacios digitales, se inicia
con las jornadas de Software Libre de 2008, donde los usuarios por medio de una
comunidad virtual, presentaron a autoridades públicas problemáticas y
propuestas acerca del uso de software libre en entidades estatales.
Posteriormente
se constituyó el grupo Más y Mejor Internet para Bolivia, desde el 2010; y con
relación directa al tema de interés del presente trabajo, se dió la masiva
organización de la recepción en La Paz a la VIII Marcha Indígena en Defensa del
TIPNIS por la Vida y Territorio, el 19 de octubre de 2011.
Estos
fenómenos se constituyen en expresiones de participación en el espacio virtual
por demanda ciudadana. Sin embargo, la autora Quiroz (2016) confirma que, a
partir del año 2011 y del conflicto del TIPNIS, algunos actores políticos que
daban sus primeros pasos en estos ámbitos de deliberación virtual lograron
colocar en la agenda mediática algunos acontecimientos de las redes sociales.
La
campaña del referéndum constitucional de 2016 fue el evento que llevó las redes
sociales al epicentro de la lucha política en Bolivia, y en ese periodo se
experimentó por primera vez un proceso masivo de participación ciudadana de
manera digital, pero también de desinformación a través de plataformas
digitales en el país, aunque durante ese tiempo aún no se le dio ese nombre.
De
la revisión de las políticas públicas y las iniciativas de participación social
y política de los pueblos indígenas en medios digitales en Bolivia, se
evidencia una notable ausencia de programas específicos destinados a fomentar
la participación social y política de los pueblos indígenas a través de los
espacios digitales. Esta carencia se traduce en una oportunidad perdida para
aprovechar el potencial de las TIC en la construcción de una democracia más
inclusiva y participativa.
Es
urgente diseñar e implementar políticas públicas que promuevan el acceso
equitativo a las tecnologías de la información y la comunicación en las
comunidades indígenas, así como la creación de plataformas digitales seguras y
accesibles para la deliberación y la toma de decisiones colectivas. Asimismo,
es fundamental fortalecer las capacidades de los pueblos indígenas para
utilizar estas herramientas de manera crítica y efectiva.
Panorama
Internacional
A
nivel mundial, diversos países han implementado iniciativas de participación
ciudadana mediante el uso de herramientas digitales con resultados notables,
México, es un excelente ejemplo para el presente trabajo considerando su
cercanía socio cultural con Bolivia. La iniciativa mexicana de desarrollar
aplicaciones móviles para facilitar la interacción ciudadana con el gobierno
representa un paso importante hacia una gobernanza más abierta, plural y
participativa. Este enfoque busca aprovechar las ventajas de la tecnología
móvil para acercar los servicios públicos a la población y fomentar una mayor
transparencia y rendición de cuentas.
La
gama de aplicaciones móviles desarrolladas en México es amplia y cubre diversas
áreas:
-
Gob.mx: El portal oficial del Gobierno de México ofrece diversas herramientas
para la participación ciudadana, como la presentación de denuncias, solicitudes
de información y la consulta de presupuestos.
-
Plataforma Nacional de Transparencia: Esta plataforma centraliza la información
pública de las entidades federativas y los municipios, permitiendo a los
ciudadanos realizar búsquedas y acceder a datos abiertos.
-
Participa.gob.mx: Esta plataforma busca fomentar la participación ciudadana en
la definición de políticas públicas a través de consultas y encuestas en línea.
Conclusiones
Las
tecnologías digitales tienen el potencial de transformar la participación
ciudadana de los pueblos indígenas en Bolivia, proporcionando nuevas vías para
la comunicación, la organización, y la expresión de sus voces en el sistema
democrático.
Sin
embargo, para aprovechar plenamente estas oportunidades, es esencial
abordar los desafíos estructurales y
sistémicos que enfrentan los pueblos indígenas en Bolivia para ejercer su
derecho a la participación política a través de los espacios digitales. A pesar
del potencial transformador de las TIC, la brecha digital, la limitada
alfabetización digital, la falta de soberanía sobre los datos y la
desinformación, han obstaculizado significativamente este proceso.
La
brecha digital se presenta como un obstáculo fundamental, limitando el acceso
de las comunidades indígenas a Internet y a dispositivos tecnológicos. Esto
inhibe su capacidad para informarse, organizarse y participar en debates
públicos en línea. Asimismo, la baja alfabetización digital dificulta la
comprensión y el uso crítico de las herramientas digitales, lo que los vuelve
vulnerables a la manipulación y la desinformación.
La
falta de soberanía de los datos es otro desafío crucial. Los pueblos indígenas
carecen de control sobre la recolección, almacenamiento y uso de sus datos, lo
que los expone a riesgos de vigilancia, discriminación y explotación. Además,
la desinformación y la propagación de discursos de odio en los espacios
digitales socavan la confianza en las instituciones y dificultan la
construcción de consensos.
En
efecto, para garantizar una participación política efectiva de los pueblos
indígenas en los espacios digitales, es necesario adoptar medidas urgentes y
transformadoras. Estas medidas deben incluir la reducción de la brecha digital
mediante la expansión de la infraestructura tecnológica y la provisión de
acceso gratuito a Internet en las comunidades indígenas. Asimismo, es
fundamental promover la alfabetización digital y el desarrollo de contenidos
digitales en lenguas indígenas. Además, es imperativo garantizar la soberanía
de los datos de los pueblos indígenas y fortalecer los mecanismos de
verificación de información para combatir la desinformación.
Con
relación a las oportunidades identificadas en el presente trabajo, es
importante señalar que las nuevas tecnologías pueden ser una herramienta
poderosa para promover la participación democrática y el empoderamiento de los
pueblos indígenas en Bolivia, facilitando y fortaleciendo el ejercicio de sus
derechos.
Las
tecnologías digitales ofrecen un potencial transformador para los pueblos
indígenas de Bolivia, permitiéndoles superar las barreras geográficas y
culturales que históricamente han limitado su participación política. A través
de plataformas digitales, los pueblos indígenas pueden preservar y difundir sus
lenguas, conocimientos tradicionales y cosmovisiones. Además, pueden
organizarse de manera más efectiva para defender sus derechos y participar en
procesos de consulta previa, libre e informada. Las tecnologías móviles, por
ejemplo, facilitan la comunicación entre comunidades dispersas geográficamente,
fortaleciendo sus redes sociales y capacidades de autogestión.
A
diferencia de otros países de la región, como México, Bolivia ha mostrado un
avance limitado en la implementación de iniciativas públicas y/o privadas, para
fomentar la participación ciudadana de los pueblos indígenas. Según un informe
lanzando por la Autoridad de Telecomunicaciones y Transportes el 2021, solo el
50% de los pueblos indígenas en Bolivia cuenta con acceso a internet, lo que
limita significativamente su capacidad para participar en procesos de toma de
decisiones a nivel nacional.
Por
último, a criterio del autor las TIC para los pueblos indígenas representan un
arma de doble filo. Por un lado, pueden ser una poderosa herramienta para
defender sus derechos y fortalecer sus comunidades. Sin embargo, también pueden
profundizar las desigualdades existentes si no se abordan las brechas digitales
y los problemas actuales que han sido desarrollados a lo largo del presente
trabajo. Para que las TIC sean un verdadero aliado, es necesario un esfuerzo
conjunto entre el sector público y privado para garantizar un acceso equitativo
y el desarrollo de contenidos relevantes para estos pueblos.
EL
MERCADO REGIONAL DEL GAS, A TRAVÉS DEL SISTEMA DE DUCTOS DE
ARGENTINA-BOLIVIA-BRASIL: UN PROYECTO CRUCIAL PARA LA INTEGRACIÓN ENERGÉTICA DE
AMÉRICA DEL SUR
Revista
BN Américas de EEUU (https://acortar.link/SQeERm)
El
Estado boliviano ha emitido el Decreto Supremo No 5206 y toda la reglamentación
complementaría para instituir en territorio boliviano la gestión del gas en
tránsito por el Sistema Integrado de Transporte (SIT) del país, a cargo de YPFB
como el Agregador y Transportador Internacional de esta operación, que
consolida el mercado regional del Continente en materia de gas
(Argentina-Bolivia-Brasil), la mayor reserva de gas - el mayor sistema de
transporte de gas - y el mayor consumidor de energía.
YPFB
y las empresas transportadoras de gas de la Corporación YPFB, están autorizadas
a operar y administrar el flujo de gas natural de la región a través del
sistema de ductos y compresión de alrededor 1.000 km, conectando grandes
centros de producción de gas en Argentina con los más importantes centros de
consumo.
En
ese contexto, como resultado de un esfuerzo coordinado entre Yacimientos
Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), TotalEnergies y Grupo Matrix Energia
de Brasil, hacia la integración energética regional Argentina-Bolivia-Brasil,
en el marco del Foro Internacional de Hidrocarburos, Fertilizantes y Energías
Renovables y Alternativas realizado en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, los
días 21 y 22 de noviembre, se firma el primer contrato operativo internacional
para viabilizar la exportación de gas natural argentino al mercado brasileño a
través de la infraestructura de transporte boliviana.
Este
esfuerzo conjunto de las tres empresas representa un paso crucial para dar
inicio al suministro de gas natural desde Vaca Muerta y las cuencas argentinas,
a través del Sistema Integrado de Transporte (SIT) de Bolivia, al mercado
consumidor brasileño, promueve la continuidad de las iniciativas anunciadas
recientemente por las empresas en cuestión y robustece el proceso de
integración energética regional.
• Del lado argentino, TotalEnergies,
primer operador privado de gas natural en Argentina, con significativa
presencia también en Bolivia y en Brasil, obtuvo dos permisos de exportación
para exportar gas natural a Brasil tanto desde la Cuenca Austral como desde la
Cuenca Neuquina, a través de contratos en base interrumpible suscritos con la
empresa comercializadora de gas do Grupo Matrix Energia de Brasil.
• En Bolivia, YPFB Agregador y
Transportador Internacional del gas en tránsito, con más de 50 años de
experiencia en exportación de gas natural a la región, a través de los ajustes
en la normativa, ha dado un paso importante en dirección a la integración energética
de América del Sur, constituyéndose en un jugador gravitante a través de la
operación del Sistema Integrado de Transporte.
• Del lado de Brasil, Grupo Matrix
Energia, habilitado por las autoridades de la República Federativa del Brasil
para importar y comercializar gas natural, ha suscrito contratos de compraventa
de gas con TotalEnergies, desde la frontera argentina. El transporte
internacional en tránsito estará a cargo de YPFB hasta la frontera con Brasil.
Este
acuerdo no sólo fortalece la cooperación entre los países vecinos, sino que
también representa un esfuerzo decisivo de las empresas involucradas para el
suministro energético en la región.
GASODUCTO
NORTE: BOLIVIA AUTORIZÓ LOS PRIMEROS CONTRATOS PARA EXPORTAR GAS DE VACA MUERTA
A BRASIL
Se
trata de un "paso crucial" para que el suministro patagónico llegue
al mercado brasileño.
Río
Negro de Argentina (https://acortar.link/4xnZBA)
Este
martes, se firmó el primer contrato operativo para viabilizar la exportación de
gas natural desde Vaca Muerta hacia Brasil. Se trata de un «paso crucial», en
donde la petrolera estatal boliviana pone a disposición su infraestructura para
que el producto argentino pueda llegar a la frontera brasileña.
El
acuerdo fue firmado por la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos
(YPFB), la empresa TotalEnergies de Argentina y el Grupo Matrix Energia de
Brasil.
Asimismo,
el mismo fue suscrito en marco del «Foro Internacional de Hidrocarburos,
Fertilizantes, Energías Renovables y Alternativa», el cual se realizó en la
ciudad de Santa Cruz los pasados 21 y 22 de noviembre en pos de la «integración
energética regional Argentina-Bolivia-Brasil».
«Este
esfuerzo conjunto de las tres empresas representa un paso crucial para dar
inicio al suministro de gas natural desde Vaca Muerta y las cuencas argentinas,
a través del Sistema Integrado de Transporte (SIT) de Bolivia, al mercado
consumidor brasileño», detalló en un comunicado la estatal boliviana tras el
acuerdo.
Según
describió la petrolera de Bolivia, sus empresas transportadoras están
autorizadas a operar y administrar el flujo de gas natural a través del sistema
de ductos y compresión de alrededor 1.000 kilómetros, lo cual permite conectar
«grandes centros de producción de gas en Argentina con los más importantes
centros de consumo en Brasil».
Exportación
de gas de Vaca Muerta a Brasil: los detalles del acuerdo
En
Argentina, TotalEnergies ya había conseguido dos permisos para exportar gas a
Brasil desde la Cuenca Neuquina y la Austral, a través de contratos en base
interrumpible con la empresa comercializadora brasileña.
Del
lado del Grupo Matrix Energia, también tenía los contratos de compraventa de
gas desde la frontera argentina.
Con
este acuerdo, Bolivia autoriza a que el gas natural que llega a su frontera a
través del Gasoducto Norte sea transportado hacia Brasil mediante su propia
infraestructura.
Sin
embargo, aún resta conocer los precios para que se concrete la operación,
fundamental para la materialización o no de la iniciativa.
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