La
realidad del mundo andino ridiculiza cualquier análisis simplista.
Probablemente más que en ningún otro lugar de Sudamérica, la cuestión étnica y
territorial pone en tensión los precarios equilibrios políticos.
A ello se
agregan disputas de otra índole, clásicamente sindicales o políticas. Desde
este marco general de coyunturas conflictivas es que se puede asemejar lo que
ocurre en Bolivia y en Perú.
En el caso
del país incaico, ya nos hemos referido no hace mucho al cambio que representó
el ascenso al gobierno de una alianza social que desplazaba después de muchos
años a la propuesta neoliberal más cruda. En este sentido, el nuevo gobierno de
Ollanta Humala ponía al Perú a la altura de otras realidades vecinas, como la
de Argentina, Brasil, Ecuador o la misma Bolivia. Sin embargo, apenas comenzada
la nueva gestión, el presidente produjo un marcado giro conciliador hacia el
establishment. El “tiempo del mercado” se sobrepuso al anunciado “tiempo de la
inclusión social” y los desencantos populares no tardaron en liquidar la
tregua.
No son las
únicas tensiones. Como en el resto de sus países vecinos con gobiernos de gran
afecto popular, el desarrollo de la actividad minera altamente contaminante, a
mano de empresas trasnacionales, genera fuertes protestas. En este caso, el
particular proyecto Conga en Cajamarca, al noroeste del Perú, es objeto de una
fuerte resistencia popular, mezclada con el no poco oportunismo político de
algunos sectores. A ello se agrega el conflicto pesquero de Paita, al extremo
noroeste peruano, por razones de cuotas de pesca, presiones empresarias,
depredación de recursos y protestas sindicales, que trajeron como resultado la
renuncia de la viceministra del área y la muerte de dos personas en marchas.
Finalmente,
el pasado domingo, cuando el presidente Humala regresó de su gira asiática, se
encontró con un gabinete mutilado. Sus ministros de Defensa e Interior debieron
renunciar, antes de que fueran acusados por el Congreso, a raíz del fallido
operativo militar contra la histórica guerrilla de Sendero Luminoso, que había
secuestrado a más de treinta empleados de empresas multinacionales en la selva
del Cuzco. Los ministros reemplazantes no han dejado de ser cuestionados hasta
por miembros de la misma fuerza oficialista, sospechados algunos, junto al
primer ministro Oscar Valdés, de oscuras aficiones represivas.
No menos
conflictiva es la coyuntura boliviana. Las protestas sociales alcanzaron la
semana pasada su punto más alto, con un paro nacional de tres días y masivas y
violentas marchas en las principales ciudades del país del altiplano. El
gobierno de Evo Morales, que ya ha superado peores escenarios de crisis, debe
lidiar con los fuertes reclamos sindicales de los sectores de la salud y la
educación. En el primer caso, a raíz de un intento de imponer la jornada de
ocho horas al personal médico y enfermero, sin el aumento remunerativo
correspondiente.
Finalmente,
el gobierno y la Central Obrera Boliviana lograron acuerdos preliminares. Se
acordó, entre otros ítems, la creación de un decreto que deroga la nueva
disposición sobre la salud y la convocatoria a una inédita I Cumbre de la
Salud. No obstante la solución, las protestas continuarán hasta que no se hagan
efectivos los anuncios. A ello se suma el irresuelto conflicto por la
construcción de una carretera en el Territorio Indígena y Parque Nacional
Isiboro Sécure, más conocido por sus siglas como Tipnis. Y, en respuesta,
continuarán las importantes marchas en apoyo al gobierno, como la realizada
recientemente en la ciudad de Cochabamba, que alertaba sobre los “nuevos brotes
de ataques conspirativos”.
Las olas
conflictivas que viven Perú y Bolivia, con huelgas, bloqueos, marchas y una
serie de medidas de presión, no exentas de violencia y pérdidas humanas, tienen
múltiples motivaciones. A pesar de las muchas diferencias que separan a ambas
realidades, existe un trasfondo similar. El de los gobiernos que han despertado
enormes expectativas de cambio, pero que deben lidiar con poderosos y muy
arraigados intereses particulares, legítimos y no legítimos. No es esta una
característica ajena a la de los otros países de la región. En muchos casos,
las dinámicas de los conflictos llevan a buen puerto y ofrecen a los gobiernos
la oportunidad de recuperar o consolidar, según el caso, el afecto popular
original. La Voz de Rusia (www.spanish.ruvr.ru/2012_05_16/74914298)
UYUNI, EL GRAN DESIERTO DE SAL
Esta enorme reserva de sal se encuentra al suroeste del
país suramericano
Listín Diario de
Santo Domingo (www.listindiario.com.do/la-vida)
Es una de los
grandes atractivos de Bolivia. Está ubicado en los 3,600 metros sobre el nivel
del mar, en el altiplano de la cordillera de Los Andes. Con una superficie de
unos 11,000 kilómetros cuadrados, el salar de Uyuni está considerado como el
mayor desierto de sal del mundo.
Pertenece al
departamento de Potosí y no sólo se trata de una gigantesca costra salada a la
que se acercan los turistas para caer rendidos ante su majestuosidad. Se estima
que en este lugar hay 10 mil millones de toneladas de sal y que unas 25,000
toneladas se extraen cada año.
Los montones de
sal son imágenes que caracterizan el sitio. En medio del salar hay una isla
llamada Incahuasi, o “Casa del Inca” en la lengua nativa quechua, que sirve
como hábitat a cactus gigantes. En los alrededores se han construido hoteles de
sal que encantan al visitante lo mismo que las losas y los pilares de sal.
El salar se
puede atravesar en vehículos todoterreno. La mejor época para visitarlo es la
que va de mayo a noviembre.
Más sobre
Uyuni, maravilla del mundo
El salar se
encuentra a unos 600 kilómetros de La Paz, capital de Bolivia. Es también una
de las mayores reservas de litio del mundo.
El área del
desierto estuvo ocupada hace miles de años por los lagos Minchin y Tauca.
Las Lagunas
Colorada, Verde, Amarilla y Celeste forman parte del paisaje del salar de
Uyuni.
Debido al clima
de montaña, se deben tomar muchas precauciones al visitarlo. mimi mimi
mimimi:
bonae. Ha
setiame delli epicorum quae ser eni me sepiepicorum alla quae della renim
sepipoeias apoa mesma surta. bonae. Ha setiame delli epicorusurta. bonae. Ha
setiame delli m quae ser setiame delli epicorum quae ser eni me sepiepicorum
alla quae della renim sepipoeias apoa surta mezclum partes.
DETIENEN A DOS PERSONAS POR EXPLOTACIÓN A TRABAJADORES
Allanaron una zona rural del barrio de General Arenales.
Los empleados, en su mayoría bolivianos, eran obligados a trabajar gratis bajo
amenaza de muerte.
La Voz de
Argentina (www.lavoz.com.ar/noticias)
El Ministerio
de Trabajo de la Nación, la Dirección Nacional de Migraciones y fuerzas
policiales de la provincia de Córdoba, acompañados por el cónsul de Bolivia,
allanaron hoy una zona rural del barrio de General Arenales y detectaron
"trata de personas", señaló la cartera laboral que conduce Carlos
Tomada.
"El
procedimiento se originó a partir de un llamado telefónico realizado por una de
las víctimas a Bolivia", indicó Trabajo.
Agregó que en
el procedimiento se detectaron ocho trabajadores no registrados, de los cuales
seis son bolivianos y, junto con sus familias, eran víctimas del delito de
trata de personas.
Todos fueron
trasladados desde Bolivia por el propietario del campo, también boliviano,
quien fue detenido junto con su esposa.
Las víctimas,
dedicadas a la cosecha de hortalizas, trabajaban más de 12 horas diarias bajo
amenaza de muerte y no recibían paga.
"Debían
dejar solos a los niños y bebés en precarias casillas construidas con material,
sin baños, luz, gas ni condiciones básicas de higiene", comunicó la
cartera laboral.
También se
secuestraron tres rifles de diferente calibre, dos revólveres 22, cajas de
cartuchos, documentos falsos y dinero en efectivo.
PUNO: 1 200 CRIADORES DE LLAMA PARTICIPARÁN EN ENCUENTRO
BINACIONAL
El encuentro y feria de los criadores de llama de Perú y
Bolivia se registrará en el hito fronterizo 27, jurisdicción del distrito de
Kelluyo, provincia de Chucuito.
RPP de Perú
(www.rpp.com.pe)
Un total de mil
200 criadores de llama de los países del Perú y Bolivia participarán de un
Encuentro y Feria Binacional en el hito fronterizo 27, comunidad de
Viluta, jurisdicción del distrito de Kelluyo, provincia de Chucuito (región Puno).
El Primer
Encuentro Binacional se registrará el próximo miércoles 16 de mayo donde
participarán los criadores de llama de las comunidades puneñas de Pizacoma,
Kelluyo y del hermano país de Bolivia, las comunidades de San Andrés de Machaca
y Santiago de Machaca.
El encuentro es
parte del proyecto binacional de integración y pretenderá incentivar la crianza
del auquénido que sería el único sobreviviente ante una sequía.
LA DEUDA HISTORIA CON EL SUR ANDINO Y LA ECONOMÍA GLOBAL
Los Andes de
Perú (www.losandes.com.pe)
El futuro de
América Latina pasa por una perspectiva global. La Cuenca del Pacifico surge en
este siglo como nuevo horizonte. Las relaciones económicas permitirán atraer
capitales, tecnología y mercado para los productos exportables. Proyectos
peruanos como el gasoducto sur andino y el consiguiente complejo petroquímico
tienen la misma o mayor dimensión integradora que cumple la Panamericana y el
tren de la Sierra Central al puerto del Callao.
Latinoamericana
tiene hoy en día dos grandes oportunidades para ampliar sus relaciones
comerciales. Centroamérica, a partir del Canal de Panamá, fortalece lazos con
los EEUU. Sudamérica vuelca sinergias con Brasil y sigue de cerca experiencias
como la de Noruega y la de Tennessee, cuya canalización de su principal río
permitió abundante energía y convertir el valle en fuente de gran riqueza,
superando la pobreza dejada por la extracción minera.
El mundo ha
cambiado. El contexto petrolero no es el mismo con relación a 1969. Las siete
hermanas ya no son las principales petroleras. Si consideramos las reservas,
las empresas privadas tienen un papel irrisorio. The Economist señala que las
veinte primeras empresas petroleras mundiales por sus reservas: 16 son
estatales, 3 privadas y una mixta.
Las principales
empresas de hidrocarburos de nuestra Región son públicas. El Perú recién
empieza su reactivación mediante asociaciones con inversionistas privados.
Petroperú no cuenta con petróleo. En este contexto la modernización de Talara,
la construcción del Gaseoducto Sur Andino y el consiguiente complejo
petroquímico, son proyectos que le permitirán retornar al upstream, capacidad
que le fue arrebatada en la década del noventa.
RESISTENCIAS.
Pero esta nueva proyección empieza a tener resistencias desde los liberales
fundamentalistas, ignorando que el sur andino representa el 23% de la población
nacional, potencialmente muy rica en recursos, pero con una brecha sistémica,
una deuda histórica dominada por la extrema pobreza.
Las
dificultades económicas que atraviesan los EEUU y Europa; el crecimiento de
China e India, cual locomotora que consume materias primas de América Latina,
ponen al descubierto el derrumbe del fundamentalismo liberal y dejando la
evidencia de que la economía no puede ser entregada exclusivamente a manos del
libre mercado.
El fetichismo
del mercado ha obligado a que los dueños del capital pidan el socorro de los
Estados y éstos tengan que recurrir a las arcas fiscales para y evitar el
colapso del sistema financiero internacional, sacrificando presupuestos para
atender irrenunciables derechos sociales.
Sin embargo,
los grupos económicos beneficiados con los procesos de privatización, sobre
todo en el Perú de fines del siglo pasado, tratan de mantener un Estado
distante de la actividad productiva, avalando una burocracia empírica que se
rebela contra la reforma del Estado y la consiguiente meritocracia.
RESPUESTAS
ALENTADORAS. Como la economía política no es estática, en el Perú comienzan a
emerger voces democráticas que alientan un modelo donde la empresa pública y
privada formalicen alianzas para que los ciudadanos tengan acceso a los
derechos esenciales, con igualdad de oportunidades.
Según el decano del colegio de Ingenieros de Lima, Luis Mejía - al inaugurar un primer debate sobre el gasoducto andino y el rol del Estado con Petroperú - es una oportunidad para el país, dentro de una visión global, que no debe ser marcada por el inmediatismo ni por la disputa ideológica.
Según el decano del colegio de Ingenieros de Lima, Luis Mejía - al inaugurar un primer debate sobre el gasoducto andino y el rol del Estado con Petroperú - es una oportunidad para el país, dentro de una visión global, que no debe ser marcada por el inmediatismo ni por la disputa ideológica.
Dicho foro,
organizado por el Sindicato de Trabajadores Administrativos de la estatal
Petroperú, rompe con el largo silencio de la academia, de los empresarios y de
los partidos políticos. Participaron como expositores Humberto Campodónico
presidente de Petróleos del Perú, el escritor y analista estratégico Alfredo Barnechea
y panelistas como Miguel Vega, presidente de Capebras; Jorge Manco,
investigador de la Universidad de San Marcos; Johnny Nahui, especialista en
eficiencia energética y energías renovables y un amplio diálogo con numerosos
asistentes.
En el mundo,
las diez empresas más grandes con concesiones petroleras son estatales. En el
Perú operan varias empresas públicas como ENAP de Chile, Ecopetrol de Colombia,
Petrobras, entre otras. El mandato del actual gobierno peruano es poner el
péndulo al centro. La Ley 29817 declara de necesidad pública el trasporte de
hidrocarburos, y encarga una gestión a favor de la descentralización y a
generar valor agregado al uso petroquímico.
En Ayacucho,
tierra donde apareció el movimiento violentista Sendero Luminoso, no existen
instalaciones de gas, no obstante que el gasoducto Camisea - Pisco atraviesa
ese territorio.
El gasoducto andino es un mecanismo para construir mercado interno, y se espera que el gobierno otorgue las mismas facilidades que gozó el proyecto de exportación del gas de Camisea, con exoneración de impuestos de ocho años, convocatoria a Electroperú para producir energía con gas y una serie de mecanismos, de leyes y de normas que favorecieron a formar la cultura del gas para la comercialización externa.
El gasoducto andino es un mecanismo para construir mercado interno, y se espera que el gobierno otorgue las mismas facilidades que gozó el proyecto de exportación del gas de Camisea, con exoneración de impuestos de ocho años, convocatoria a Electroperú para producir energía con gas y una serie de mecanismos, de leyes y de normas que favorecieron a formar la cultura del gas para la comercialización externa.
El gasoducto
andino debe superar aquel efecto histórico del fallido intento de la
Confederación Peruano – Boliviana. En el 2004 el presidente boliviano Carlos
Meza presentó al Perú el proyecto de integración gasífera señalando que “El
Perú y Bolivia no tienen que unirse sino de reunirse”, propuesta que encontró
el silencio de ministros peruanos como Pedro Pablo Kuczynski y Jaime
Quijandría, que preferían Chile para hablar de un mejor mercado.
Sin energía no
hay desarrollo. Los departamentos del sur representan el 12% del PBI. El
gasoducto va a dinamizar la economía. En esta región hay proyectos mineros por
más 30 mil millones de dólares, que podrían movilizar la demanda energética con
la debida responsabilidad social y ambiental. Además en la selva central, una
de las 18 cuencas gasíferas, hay suficientes reservadas probadas de gas que
asegurarían el desarrollo sostenible, según precisa Perúpetro, la agencia
nacional de hidrocarburos.
Petroperú debe
conseguir la integración vertical. El gasoducto es una oportunidad de
integración del país, bajo ideas sustanciales: competencia con el mercado de
gas en la estructura Camisea – Pisco -Lima que abastece el centro del país. El
fururo Eje Camisea – Cusco – Ilo, tendrá rápida repercusión en el parque
automotor con gas del lote 88, con precio regulado como factor de estabilidad,
que evitaría “gasolinazos” en esa zona.
Otra idea
central. El Perú en los noventa fue más lejos de la privatización estableciendo
un eje económico que plantea la supremacía de la ley de la oferta y la demanda.
En el mundo hay varias escuelas económicas que coexisten, pero el problema se
complica cuando una de ellas al proponer una salida, una solución, la considera
como única.
En el lenguaje
de los economistas se le conoce como Tina: “There is not another”: No hay
alternativa salvo la que yo diga. Yo digo solo el mercado. Yo digo no a las
empresas públicas. No debe haber salario mínimo. Lo que dice el otro está
sencillamente equivocado.
Si persiste un
solo tipo de planteamiento, tal actitud lleva a mesianismos y autoritarismos.
El actual gobierno peruano propone en su hoja de ruta el planteamiento de
encontrar un equilibrio del mercado. Tanto mercado como sea posible y tanto
Estado como sea necesario. Parece importante poder lograr ese equilibrio.
El mundo está
viviendo una crisis donde hay demasiado déficit fiscal y es necesario
austeridad. Estamos viviendo el coletazo de una sociedad que deja la autonomía
de libre mercado, sobre todo en el sector financiero. Se crearon enormes
salvatajes para los bancos, donde habría especulaciones hipotecarias. El estado
creo una deuda importante. Queremos saber si hay elementos alternativos más
allá de la austeridad y el equilibrio fiscal o que no importa que tengamos
cinco…ocho años de desempleo, de crisis. Las recientes elecciones de Francia
representan la misma búsqueda que hemos tenido en Perú. El objetivo es la
sinergia con la empresa privada, poniendo a la empresa estatal como agente del
Estado. El verdadero debate pasa por el desarrollo del sur andino, que tenga
gas, unido al transporte, al polo petroquímico, al país. Debemos acercarnos no
solo a un debate técnico sino a un debate sobre un proyecto importante para el
Perú del siglo XXI.
Desde hace años, unas 554 familias de colonos rurales
brasileños se han asentado en tierras bolivianas en la zona de frontera
emplazada entre el poco poblado departamento de Pando, en Bolivia, y el de
Acre, en Brasil.
El Diario
Exterior de España (www.eldiarioexterior.com)
Esto ha
generado una apasionada (y no demasiado inesperada) reacción nacionalista del
lado boliviano. Algunos movimientos indígenas bolivianos, provenientes de otras
zonas de su país, y aparentemente estimulados por el gobierno central reclaman
para sus miembros la posibilidad de poder reemplazar a los colonos brasileños y
trabajar ellos las tierras que hoy ocupan los primeros.
Como
consecuencia de esto, la administración de Evo Morales sancionó, en el
2006, una ley que prohíbe expresamente a los extranjeros ser propietarios o
asentarse en tierras bolivianas dentro de una franja de 50 kilómetros de la
frontera común. Con aparentes efectos retroactivos, que naturalmente afectan de
lleno a las nombradas 554 familias brasileñas establecidas dentro de esa franja
cuando ciertamente no había prohibición legal alguna.
Por esto ambos
gobiernos negociaron diplomáticamente un mecanismo de re-localización de esas
familias, en un proceso que debía completarse antes de fin de este año, pero
que se ha demorado y que ahora luce como imposible de completar en el plazo
inicialmente estimado para ello.
La idea era la
de encontrar re-ubicaciones para los afectados dentro de ambos países, con
participación intensa del Instituto de Colonización y Reforma Agraria del
Brasil. Conjuntamente, entonces.
El mecanismo
acordado ha funcionado. Pero lentamente, sin embargo. En el 2010 se
re-localizaron sólo unas 110 familias. Este año ocurrirá lo mismo con otras 150
familias de colonos brasileños. Esto indica que apenas una mitad del problema
se habría resuelto en el plazo que fuera inicialmente previsto. Lo razonable
sería, en consecuencia, prorrogar brevemente el proceso, lo que no es lo mismo
que dejarlo sin efecto o ignorarlo. Para así poder cumplir con el objetivo
boliviano y no perjudicar a los colonos brasileños innecesariamente.
Pero a Bolivia
parece habérsele, de pronto, acabado la “paciencia”. Sus militares han pasado a
las vías de hecho. Usando la fuerza, sin anuncio previo. Las autoridades de La
Paz no sólo han anunciado, a la manera de repentino “ultimátum”, que todos los
brasileños deben abandonar los terrenos fronterizos que ocupan antes del 25 de
mayo próximo, lo que supone violar el acuerdo con Brasil que específicamente
preveía que la labor conjunta concluiría a fin de año, sino que inesperadamente
sus soldados han penetrado en los asentamientos de los colonos brasileños,
destruyendo sus viviendas, masacrando a sus ganados y maltratando a sus
habitantes.
Como si ello
fuera poco, los soldados bolivianos cruzaron al pequeño pueblo brasileño
fronterizo de Capixaba, paseándose por el mismo con sus armas en las cinturas,
en abierta ostentación que supone una imprudente -y poco constructiva- provocación.
Brasil ha
desplegado ahora unos 35.000 efectivos militares en la frontera. A modo de
silenciosa pero clara advertencia. Obviamente lo ha hecho en territorio
brasileño, a la manera de velada señal de preocupación. Por ello la tensión
está creciendo en la zona del conflicto.
Lo prudente es
regresar rápidamente a la mesa de negociaciones y acordar un simple ajuste
(extensión) del plazo que permita alcanzar el objetivo de re-localizar a los
colonos brasileños, sin causarles perjuicios innecesarios.
Brasil, por su
parte, debería estar dispuesto a convenir un nuevo plazo límite, después del
cual quienes no se hubieran retirado de las tierras bolivianas que ocupan
ilegalmente, deberían ser re-patriados al Brasil. Sin más demoras.
Las tensiones y
los problemas no se resolverán ni con malos tratos, ni con demoras, ni con
exhibiciones de poder militar. Todo ello, por el contrario, atizará
peligrosamente las fricciones. Es hora entonces de volver a la mesa de
conversaciones y re-diseñar allí la “hoja de ruta” que permita resolver la
enojosa cuestión descripta sin agitar imprudentemente los nacionalismos.
Eduardo
Galeano
“EL
MUNDO INVITA A SER INDIGNO”
El País de España (www.sociedad.elpais.com/sociedad)
“Cortázar
siguió creciendo hasta la muerte: manos, pies… Él, que no quería notoriedad y
la naturaleza le hacía crecer y crecer sin cesar…”. Zas, antes de empezarla,
entrevista dinamitada. Eduardo Galeano (Montevideo, 1940) hechiza: es el gran
contador de historias comprometidas, espolvoreadas de aforismos, como las que
aparecen, sin fronteras de mapa y tiempo, en Los hijos de los días
(Siglo XXI), una para cada día del año.
Su voz
es baja, melosa, y el azul de sus ojos tan claro que transparenta, pero llena
estos días auditorios de España de un público fervorosamente joven. “Busco un
lenguaje no solemne que permita pensar, sentir y divertirse, no habitual en los
discursos de izquierda”. Y de nuevo, magia: “Creo que las palabras tienen
poderes, como Serenus Sammonicus, que en el 208, para evitar la fiebre
terciana, recetaba colgarse al pecho una palabra y protegerse con ella día y
noche; era abracadabra, en hebreo antiguo ‘envía tu fuego hasta el final’… Yo
también elegiría esa”.
No importa ya
que Galeano solo haya pedido una espartana caña de cerveza, que rechace hasta
unas míseras aceitunas rellenas y que escoja la terraza de la calle del hotel:
zas, zas y zas. La terraza igual es una querencia: “Cursé un año de secundaria
y dejé la escuela; aprendí a narrar escuchando de contrabando en los cafés de
Montevideo. Tenía 16 años cuando gocé de la mejor historia: en un campo de
batalla lleno de cadáveres de la guerra civil en Uruguay, el narrador había
visto un joven muerto, muy bello, un ángel, que llevaba una cinta que con
letras torpes ponía ‘Por la patria y por ella’; la bala había entrado por la
palabra ‘ella’… Yo veía esa cinta ensangrentada, el suelo de barro…”.
Apenas ha
dado un par de sorbos. “Tuve mil oficios: mensajero, taquígrafo… la curiosidad
por los misterios de lo propio y lo ajeno me moldeó”. Fue también
caricaturista, “pero había un abismo entre lo que pensaba y dibujaba”, que
intuyó salvaría con la escritura, estrenada con una crítica de cine. “El pánico
a aquella hoja en blanco aún es hoy el mismo”.
Convocada por
la conversación, asoma una libreta de tres centímetros: “La llevo siempre
encima: mientras camino, las palabras caminan dentro de mí”. Lila, nieta de
cinco años, nutre más de una paginita. Lee: “Siempre quiero estar donde no
estoy’, me dijo. Acá una de Maradona a Messi: ‘No le saqués tan rápido el pie a
la pelota porque así ella no sabe lo que vos querés’. Algo saldrá de esto,
espero”.
En el calendario
abundan los desgraciados de la Historia (“voy al rescate de los colores
perdidos del arcoíris”) y pullas contra la Iglesia católica. “Tuve una infancia
casi mística que me llevó a separar cuerpo y alma, cuando cielo e infierno no
son más que sombras de lo que llevamos dentro”. Con los años, creyó que Dios
podía estar en la lluvia o el viento: “Me acercó a religiones primitivas y me
dio otra fuerza mística que me empuja a escribir y a buscar comunión”.
La vida
aparcó la actualidad. A rastras: ¿nacionalización de Repsol-YPF en Argentina y
de Red Eléctrica de España en Bolivia frenan la sangría de las venas abiertas
de América Latina? “Cinco siglos de historia demuestra que las multinacionales se
van sin decir adiós dejando agujeros, fantasmas e indios muertos”. El 15-M lo
cita mucho: “El mundo, hoy, invita a ser indigno y la gente joven se ha negado
a esa invitación. A mí me da una inyección de vitamina E: e de esperanza, de
entusiasmo”.
Liquida la
cuenta (“a él no, falsifica dinero”, abduce al camarero; zas) y al dedicar el
libro añade un cerdito con rosa en la boca. “Hay escritores que adoptan
dragones… yo opto por este humilde que será salchicha. Me conmueve su sino”.
La historia de los hermanos Schoklender y el crimen de
sus padres
UN SANGRIENTO DRAMA FAMILIAR
Sergio y Pablo Schoklender habían sido condenados a
prisión perpetua a mediados de los ’80 por el asesinato de Mauricio Schoklender
y Cristina Romano. Ambos habían salido en libertad al cumplir las dos terceras
partes de sus condenas.
Página 12 de
Argentina www.pagina12.com.ar/diario/elpais)
Mayo no es un
buen mes para los hermanos Schoklender. En la madrugada del 30 de mayo de 1981
mataron a sus padres. Sergio fue condenado a prisión perpetua el 12 de mayo de
1985. Pablo fue absuelto, pero un año después la Cámara Federal revocó el fallo
y lo condenó a la misma pena. Estuvo prófugo ocho años: la policía de Bolivia
lo capturó el 14 de mayo de 1994. Sergio se desvinculó de la Fundación Madres
de Plaza de Mayo el 8 de mayo de 2011, días antes de que trascendiera la
primera denuncia por enriquecimiento ilícito e irregularidades en el manejo de
fondos de la fundación que preside Hebe de Bonafini. Ayer, 15 de mayo, por
orden del juez federal Norberto Oyarbide, ambos volvieron a la cárcel.
Los hermanos
Schoklender nacieron y vivieron su primera infancia en la ciudad de Tandil, a
la que el ingeniero industrial Mauricio Schoklender se había mudado con su
esposa, Cristina Romano, para trabajar en una empresa metalúrgica. Sergio es el
mayor y ambos tienen una hermana menor, que se distanció tras el parricidio.
Según la
versión de la historia que publicó Pablo, base de la película Pasajeros de una
pesadilla, ambos fueron sometidos a distintos tipos de abusos por parte de sus
padres. El asesinato de la madre se produjo durante una pelea con sus hijos,
contó, y ante las evidencias decidieron asesinar al padre.
La historia del
crimen ocupó centenares de páginas de diarios y revistas. Esa noche Sergio
celebró su cumpleaños 23 con sus padres en un restaurante de Costanera. El
ingeniero Schoklender, que había comenzado a criar a sus hijos en una pensión
humilde de Tandil, vivía con su familia en un cuarto piso del barrio de
Belgrano y trabajaba como gerente para una firma del grupo Pittsburgh &
Cardiff, que incluía una de las mayores siderúrgicas del mundo y que durante la
dictadura hizo suculentos negocios con el Estado para proveerlo de tanques,
submarinos y barcos.
En la mañana
del 30 de mayo, el portero de un edificio en Coronel Díaz y Las Heras vio un
hilo de sangre que caía del baúl de un Dodge Polara. Al atardecer, cuando la
brigada antiexplosivos logró abrirlo, encontraron los dos cadáveres, con
pijamas, envueltos en una sábana blanca. Las cabezas tapadas con toallas y,
arriba, bolsas de basura. El juez Juan Carlos Fontenla, tras identificar a las
víctimas, llamó a la casa de la familia y le dijo a uno de los hijos que fuera
a la seccional porque su padre había tenido un accidente.
Los hermanos intentaron
huir. Sergio invocó graves problemas de su padre y consiguió cinco mil dólares
de uno de los socios. Viajaron en remís hasta Mar del Plata y allí se
separaron. Sergio huyó del hotel luego de que el encargado lo identificara,
pero lo detuvieron mientras hacía dedo en la ruta. En caliente, narró un cuadro
estremecedor. “Mi madre era alcohólica y adicta a las pastillas. Cuando perdía
el control, le hacía insinuaciones sexuales a Pablo.” Pablo siguió viaje a
Rosario y Tucumán, compró un caballo para cruzar a Bolivia, pero fue detenido
en Ranchillos.
El proceso
judicial duró cuatro años. Estuvieron primero en la cárcel de Caseros y luego
en Devoto. Sergio comenzó a militar por los derechos de los presos y tuvo un
rol central en la fundación del Centro Universitario de Devoto. Fue en la
cárcel donde lo visitó por primera vez Bonafini, al final de la dictadura.
Mientras
avanzaba la causa, el abogado de los hermanos, ya en democracia, argumentó que
el asesinato tenía relación con el tráfico de armas del que participaba
Schoklender padre y apuntó a los militares como responsables. Pero su
estrategia fracasó. El 12 de marzo de 1985, Sergio fue condenado a prisión
perpetua por asesinato y estafa. Pablo se benefició con una falta de mérito. Al
año, cuando la Cámara de Apelaciones revocó ese fallo, Pablo se fugó, entonces
con éxito.
Sergio exprimió
al máximo sus años en cautiverio: cursó las carreras de abogacía, psicología y
sociología, la única que no terminó. Pablo logró ingresar a Bolivia con
pasaporte falso y vivió allí como ciudadano argentino. Por un giro doloso de
cheques, la policía envió sus huellas a Interpol, que descubrió su verdadera
identidad. En mayo de 1994 fue detenido y enviado a la Argentina, donde comenzó
a cumplir su pena.
A fines de
1995, al cumplir las dos terceras partes de su condena, Sergio salió en
libertad condicional y estrechó sus vínculos con Bonafini. Alcanzó amplias
responsabilidades en la Asociación Madres, de la cual fue apoderado durante
años. Comenzó a administrar los millones de pesos que el Ministerio de
Planificación le confiaba a la Misión Sueños Compartidos, a la que se sumó su
hermano Pablo, al recuperar la libertad. Desde entonces fue acusado de haber
comprado varios cruceros, un yate, una casa en Pilar, lotes y departamentos,
motos y autos de lujo. En 2010, también Meldorek, con dos aviones incluidos.
Una de las primeras denuncias en su contra trascendió en mayo del año pasado.
Entonces comenzó la investigación que ayer llevó a los hermanos de vuelta a la
cárcel.
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