Una historia que comenzó en el siglo pasado extiende sus tentáculos hasta
esta centuria, donde las armas se digitalizan y toman el ciberespacio para
disparar proyectiles, también mortales, destinados a manipular las mentes con
guantes de seda, pero con objetivos finales que no varían de aquellos años
brutales de cruentos golpes y dictaduras militares: sacar del camino a
Gobiernos y políticos, activistas de un desarrollo con justicia social.
Cuando la
acción directa del Pentágono y las cañoneras, o de los discípulos de la Escuela
de las Américas (o como se llame ahora), no fueron la vía idónea para esos
propósitos, Estados Unidos se abrió otros caminos.
En noviembre
de 1961 —fracasada su invasión por Bahía de Cochinos con la derrota que el
pueblo cubano le propinó en las arenas de Playa Girón, y también la miserable
contribución de 20 000 millones de la Alianza para el Progreso de John F.
Kennedy—, la idea fue crear la Usaid (United States Agency International for
Development) mediante la Ley de Asistencia al Extranjero de 1961.
La Agencia
Internacional para el Desarrollo formaba con sus siglas AID una palabra
engañosa, con pelaje de oveja dispuesta a las buenas acciones: «Ayuda»,
camuflaje perfecto para los verdaderos propósitos de espiar, emprender acciones
sucias, formar personajes y personajillos incondicionales para ejecutar los
empeños de desestabilización de economías y Gobiernos.
Cuba fue
centro primario de la mirilla estadounidense, así como su intención de aislarla
del vecindario del que, sin embargo, luego saldrían otros focos de atención en
la región, y se extendieron, de acuerdo con los intereses estratégicos de
Washington, a prácticamente todo el mundo. EE.UU. expandió su acción «amistosa»
al resto del planeta: que una hambruna en tal o más cual país o región de
África; que un desastre natural en Asia; que una epidemia en quién sabe cuál
punto de la geografía planetaria, y allí estaba el sello de la mano «amiga»
maquillando los verdaderos propósitos.
La realidad
era y es bien distinta, la Usaid tiene una larga historia como brazo actuante
de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y sus contratos son nexos para la
subversión.
Recordemos un
poco de la historia de nuestro continente: en 1970, la guerrilla Tupamaro
secuestró y ejecutó a Dan Mitrione, un oficial de la Usaid en Uruguay que
trabajaba para la CIA y tenía como función principal entrenar a la policía
especial uruguaya y también a la brasileña en tácticas de torturas en las que
era maestro.
Aquel
escabroso incidente de Dan Mitrione, que destapó el sórdido papel de Estados
Unidos con las dictaduras del cono sur, hizo que en 1974 se enmendara la
Foreign Assistance Act y se prohibiera la asistencia a la policía y —al menos
en el papel— termina su involucramiento en los programas de Seguridad Pública
en América Latina, que junto con la guerra en Vietnam fue parte de la
estrategia anticomunista del Gobierno de Estados Unidos.
Pero no son
pocos los ejemplos de actividades similares en los casi 55 años de existencia
de la Usaid, aunque las haya arropado en tareas sociales humanitarias.
En abril
pasado, el Wayne Madsen Report, un sitio web de ese periodista investigador de
Washington que ha denunciado en artículos y libros no pocas de las historias
«políticamente incorrectas» y «políticamente embarazosas» de las acciones
oficiales del Gobierno de Estados Unidos, publicaba una larga lista de las
acciones encubiertas de la Usaid como brazo de la CIA contra países tan
disímiles como Indonesia, Paquistán, Venezuela o Bolivia, a propósito de las
revelaciones de la agencia Associated Press (AP) sobre el ZunZuneo contra Cuba,
el programa subversivo para incitar fundamentalmente a la población joven de la
Isla a la rebelión.
Siempre
presentes están los proyectos financiando a la llamada «sociedad civil»,
mediante una «miscelánea de contratistas foráneos» o domésticos como
Development Alternatives, Inc. (DAI) y Creative Associates, Inc. (CAI), cuyos
empleados y dineros aparecen en numerosas operaciones de la silenciosa Usaid,
enfiladas contra países que van desde Cuba hasta Palestina, pasando por
Filipinas, Europa del Este, numerosas naciones africanas y también de América
Latina.
Algunos ejemplares
«Mientras
Usaid se movía en Indonesia en 1965 (la del dictador Suharto), sus contratistas
volaban en Air America, una aerolínea de la CIA, que lanzaba armas y recogía
drogas en Laos, o contrabando en Tailandia y Vietnam del Sur», afirma el Wayne
Madsen Report.
En los años
80 los empleados de la Usaid distribuían una «ayuda no letal» a los mujaidines
afganos refugiados en Paquistán que se empleó también en la compra de armas de
los musulmanes radicales que intentaban destituir al hombre fuerte paquistaní
Muhammad Zia-ul Haq.
También actuó
fomentando una oposición política contra el presidente Jean-Bertrand Aristide
en Haití mediante el Proyecto Democracia, en la década de los 90, y terminaron
con un golpe de Estado allí que repitieron en este siglo que corre.
En el año
2002, la Usaid estaba presente en Palestina mediante la DAI, que demandaba
detallada información personal de los miembros de las ONGs que recibían fondos
estadounidenses, y esa información, que incluía opiniones políticas personales
de los miembros de las organizaciones, iba a parar a la CIA y al Mossad (cuerpo
de inteligencia sionista) de manera que podían presionar a las ONGs para
favorecer las políticas de Estados Unidos e Israel.
También,
cientos de miles de dólares fueron canalizados como «ayuda» a los grupos que
intentaron minar el Gobierno del presidente Daniel Ortega en Nicaragua entre
1979 y 1989.
Durante los
diez años del presidente Alberto Fujimori en Perú, su jefe de inteligencia,
Vladimiro Montesinos, recibía fondos CIA/Usaid para la represión en zonas
campesinas donde actuaba el grupo Sendero Luminoso y el movimiento guerrillero
Tupac Amaru.
La Usaid ha
estado vinculada a no pocos negocios sucios y corruptos de donde el dinero de
los contribuyentes estadounidenses, destinado supuestamente a la ayuda
humanitaria en alimentos o servicios médicos a países pobres, desaparece en
virtuales «agujeros negros».
Otras veces,
la injerencia pasa por encima de todo, como sucedió en 2009, cuando la prensa
paquistaní reveló que la Usaid daba asistencia educacional directa a
estudiantes, desconociendo al Ministerio de Educación de ese país, con el
objetivo de «formar» cuadros adictos y agradecidos al imperio.
Una de las contratistas
preferidas de Usaid es Chemonics International, iniciada en 1976 por el
conservador republicano Gerald Murphy, quien en 1993 le dijo al diario The New
York Times: «Yo siempre he querido hacer dos cosas: una, tener mi propia CIA, y
dos ayudar a la gente». Chemonics recibió medio millón de dólares para apoyar a
las misiones de campo de la Usaid en Nepal, donde proveyó propaganda a favor de
Estados Unidos para ser difundida en las estaciones de radio del país que ocupa
el techo del mundo.
Desde su sede
en el edificio Ronald Reagan de Washington, la Agencia ha desarrollado
innumerables planes injerencistas y de espionaje como la subvención de
programas de Asistencia en Entrenamiento para la Investigación Criminal
Internacional (Icitap por sus siglas en inglés), mediante el cual se deduce que
la CIA ha obtenido las huellas dactilares de la población en Albania,
Kazajastán, Senegal, Nigeria, Gabón, Gambia, Madagascar, Uganda, Tanzania, y
las islas indonesas de Java y Sumatra.
Bolivia expulsa, Venezuela lucha
El 1ro. de
mayo de 2013, el presidente Evo Morales anunció la expulsión de la Usaid,
acusándola de actuar con la CIA para desestabilizar a Bolivia y propiciar un
golpe de Estado. Por más de 50 años la Agencia había estado presente en el país
andino, y con la llegada del primer Presidente indígena y su programa de
gobierno destinado al bienestar de su pueblo y a la transformación económica y
el desarrollo tecnológico y científico de su país, se venían abajo las
políticas de privatización y la extendida apropiación de las riquezas mineras y
naturales.
Los planes
subversivos no se hicieron esperar y han estado dirigidos, primero, al
alzamiento e intento de secesión de los departamentos más desarrollados y ricos
del país; y derrotados esos intentos, se encaminaron en buena parte a enfrentar
a quienes han sido las bases populares del Movimiento al Socialismo: sindicatos
y organizaciones indígenas con el Gobierno de Evo.
Venezuela ha
sido otro blanco especial desde que Hugo Chávez ganó la Presidencia en las urnas,
hazaña que repitió en más de una docena de elecciones y volvió a reeditar el
pueblo con Nicolás Maduro.
El énfasis,
en el caso venezolano, ha sido subvertir a los jóvenes, principalmente al
estudiantado universitario, sin advertir que la Revolución Bolivariana ha
convertido a esa nación en el segundo país del continente con mayor número
proporcional de estudiantes en todos los niveles de la enseñanza que, por
demás, comenzó a ser gratuita y de calidad.
Con huelgas
de «hambre», encadenamiento a instalaciones de organismos internacionales,
marchas, cierres de calles y avenidas y guarimbas violentas, esos estudiantes
fueron utilizados por la oligarquía venezolana y los intereses externos (léase
Estados Unidos) como peones de la subversión y pretexto para poder propiciar
cualquier injerencia extranjera —civil o militar—, pretensión que no ha tenido
éxito por el apoyo de la mayoría del pueblo a la Revolución Bolivariana y
chavista, incluido el sector más joven de ese pueblo que ahora está abocado al
Congreso de la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela.
Bajo planes
de aparente inocencia: ya sean becas, programas de estudio, talleres de
preparación práctica en salud u otros temas, entran el disenso y la subversión.
La unidad
sigue siendo escudo y espada en Venezuela, lo es en Bolivia, y también en Cuba,
cuya juventud ha denunciado y rechazado el ZunZuneo, el Piramideo y el plan de «viajeros» subversivos. (www.piensachile.com)
EN ECUADOR,
ADIÓS A LA USAID
Radio Rebelde de Cuba (www.radiorebelde.cu)
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID
por sus siglas en inglés) abandona Ecuador, a solicitud del gobierno de ese
país suramericano. A finales del pasado año, la USAID había sido notificada
acerca de la decisión de que no se le permitiría iniciar más proyectos ni
ampliar los programas vigentes, hasta que no se suscribiera un nuevo convenio
bilateral de cooperación. Según la Titular de la Secretaría Técnica de
Cooperación Internacional (Seteci) de Ecuador, Gabriela Rosero, la decisión fue
“una consecuencia de la postergación del gobierno estadounidense a instalarse
en mesas de diálogo bilaterales sobre cooperación”, luego de que Quito exigiera
a Washington que los proyectos a financiar por la agencia norteamericana fueran
acordados en el contexto de los diálogos políticos bilaterales que ambas
naciones mantienen periódicamente.
El convenio vigente hasta ahora, suscrito en 1962 y nunca modificado,
sólo exigía que la agencia norteamericana notificase al gobierno ecuatoriano de
sus actividades, sin que Quito tomara parte en la definición de las áreas de
cooperación, el tipo de proyectos, ni a quiénes se contrataría. En ese sentido,
el Presidente Rafael Correa acusó a la USAID de financiar organizaciones y
actividades orientadas a la desestabilización política de gobiernos
democráticos. El mandatario denunció que la USAID tiene programas de
fortalecimiento de la democracia ecuatoriana, lo que consideró “un insulto,
pues supuestamente vienen a fortalecer nuestra democracia, cuando tienen que fortalecer
primero la democracia de Estados Unidos, un país que tiene uno de los sistemas
más imperfectos de elecciones en el mundo, donde ganan los que pierden, como
ocurrió con Bush y Al Gore”.
Aunque la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional se
autodefine como organización no gubernamental, es uno de los instrumentos de la
Casa Blanca que utiliza los servicios de inteligencia para obtener información
sobre países de la región e influir en su política interna y externa. El Jefe
de Estado ecuatoriano advierte acerca del peligro de la injerencia de esa
organización con el objetivo de desestabilizar naciones y gobiernos. “Estemos
muy atentos, que es la nueva forma de infiltrar nuestros países”, ha reiterado
Rafael Correa. Desde su fundación, en 1961, la Agencia de los Estados Unidos
para el Desarrollo Internacional (USAID) ha distribuido millones de dólares en
supuestas ayudas militares y económicas a los países donde ejerce su dominio en
protección de los intereses imperiales.
Ahora la USAID abandona Ecuador a solicitud del gobierno de Rafael
Correa. También el pasado año el gobierno boliviano, presidido por Evo Morales,
expulsó de la nación andina a la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados
Unidos, debido a la injerencia política de esa organización con el objetivo de
desestabilizar al Estado Plurinacional de Bolivia. En reiteradas ocasiones Cuba
ha denunciado las acciones, propósitos y planes de la USAID, considerada como
la agencia estadounidense para la subversión.
VIVIR
EN LA CÁRCEL MÁS PEQUEÑA DE BOLIVIA
San
Pablo es uno de los pocos penales sin barrotes del mundo, pero con el
hacinamiento y la violación de los derechos humanos que identifican a las
cárceles latinoamericanas
La
Vanguardia de España (www.lavanguardia.com)
Arriba, el
cielo azul intenso, con nubes blancas que deambulan en sigilo y sin prisas.
Abajo, el piso de pavimento desgastado, con surcos sutiles pero firmes, que
indican que el pasar del tiempo ha dejado su huella. De fondo suena un
televisor que expulsa diálogos de una telenovela, y más al fondo la música de
una radio que entretiene a las cocineras, sus compañeras.
Aquí vive
Rosario. También Karen. Martica. Lourdes. María y otras 40 mujeres que se
acomodan a lo largo y ancho de los 92 metros cuadrados útiles que mide esta
antigua casa colonial, y que hoy es una de las 12 penitenciarías de mujeres que
regenta Bolivia. Sí, el Gobierno de
Bolivia.
Se llama San Pablo. Es la cárcel de mujeres más
pequeña del país. Huele a carne frita al mediodía, a hoja de coca por la tarde
y a caldo de pollo por la noche.
No hay
barrotes, ni celdas. De hecho, la guardia de turno duerme en una habitación
ubicada en el patio de la cárcel. Sin rejas, ni claves secretas. Una red
antimosquito es el único material que protege la entrada a este dormitorio.
Justo al lado de una puerta de color gris, con la típica ventanilla para pasar
la comida, esa que llega a la altura de los ojos. Es la celda de castigo, sin
luz, ni cama. Dos metros cuadrados que se comparten con las bolsas de basura
que se generan a diario. Allí van a parar aquellas mujeres que rompen el código
de conducta.
Hay cuatro
ambientes claves y no hay espacio para todas en cada uno de ellos. La cocina,
las habitaciones, la sala de visita y una improvisada terraza. Este es el todo
para ellas, y sus hijos, unos 12 niños y niñas que también duermen bajo el
mismo techo.
El derecho de
admisión a estos cuatro espacios principales está condicionado a unas normas
que establecen la delegada general, es decir, la mujer que más tiempo lleva
detenida, y los custodios, esos cuatro guardias que vigilan la seguridad del
penal sentados a la entrada del centro, controlando las visitas y leyendo el
periódico, con las pistolas olvidadas en sus cinturas.
Los mandos
Liza tiene
cuatro corazones de oro adornando su dentadura. Es de piel blanca, tiene 54
años, de cabello rebelde y negro al que le gusta peinar de distintas formas.
Ella vive con su hija, que también es delegada. Ambas llegaron a San Pablo por
el mismo delito. Comenzaron a dormir en unas mantas improvisadas que
desplegaban en la sala de visita, ya hoy dirigen la distribución de todo el
centro penitenciario. Liza es la delegada general. La que manda, cobra y
sonríe.
“Nos escogen
entre todas las que vivimos aquí. Cada año hay elecciones, el requisito es
llevar mucho tiempo aquí y proponer una ley que sea justa para todas”, comenta
Liz mientras camina de salida a la cocina, no tiene tiempo para conversar, tal
vez ni esté interesada en tenerlo y lo deja claro. Eso sí, con una sonrisa
amplia que explayan una vez más sus cuatro corazones de oro. Los corazones
tienen una razón: cada hijo que ha traído al mundo. Un código entre su esposo y
ella. “Y coquetería de mujer, claro”, cierra el tema con una nueva
sonrisa.
Las delegadas son seis. La delegada
general, y el resto que coordina las áreas infantil, educación, buen
comportamiento, comunicaciones y alimentación. “La vida en la cárcel es cara.
Mucho más que allá fuera. El prediario que nos da el Gobierno no alcanza ni
para una semana”, explica Mireya, una joven campesina que llegó hace seis meses
y aún no ha recibido la primera visita de su familia.
Ese prediario
al que se refiere Mireya se llama Bono
Digno de Alimentación, un programa que el Estado boliviano incluyó como
política a su sistema penitenciario público, que asigna 200 pesos bolivianos
(25 euros) al mes a cada recluso, para que pague los gastos como alimentación,
traslado a tribunales y compra de medicinas.
Ya está. Los
habitantes de estas cárceles deben asumir el resto de gastos que se presentan
cada día. “Por eso cuando viene gente, yo aprovecho para pedir un jaboncito,
alguito de comida”, insiste Mireya. “Eso se llama pedir limosna”, contesta
Lorena, sin ni siquiera levantar la cabeza del tejido de bufandas que la
entretiene cada día, unas 10 horas. “Eso se llama tener hambre y necesidad”,
sentencia Mireya.
A partir de
allí, silencio infinito.
Cada una a lo
suyo.
Esta ausencia
de comedor general, actividades educativas, políticas de reinserción es la
justificación de un sistema que han montado las propias mujeres. Un sistema
marcado por el poder de la veteranía, el cobro para suplir carencias y las
normas que perpetúan los intereses de todas, especialmente de quienes lleguen
al ansiado puesto de delegada.
Cocinar para
vivir
La cocina es
uno de los lugares claves. Ocho hornillas eléctricas, un mesón de cemento, tres
picas para lavar los alimentos, dos bombillas que se resisten a morir y miles
de utensilios que incluyen afilados cuchillos que brillan de mano en mano, sin
complejos. Todo esto en un pasillo que se recorre en ocho pasos a lo largo,
medio paso a lo ancho y que apenas divide la cocina de dos habitaciones, el
baño general y una enfermería.
El derecho a
cocinar está asignado a 16 mujeres, dos por hornilla. El acceso a preparar los
alimentos tiene un coste que se paga a la delegada general, en coordinación con
la encargada de alimentación. No es un monto mensual, sino de la compra al
derecho de cocinar. Éste oscila entre 350 y 500 pesos bolivianos (de 45 a 60
euros).
“Aquí
preparamos alrededor de 200 platos de almuerzos y otros 150 para la cena. Cada
plato lo vendemos a 4 bolivianos (medio euro) a los hombres que viven en la
cárcel de al lado”, explica Luciana mientras machaca una carne a condimentos y
soltarla en un aceite caliente.
Las cocineras
tienen derecho a contratar hasta tres mujeres más para que las ayuden a
preparar los platos y llevarlos hasta la puerta principal, donde cada día, los
reclusos hacen una larga cola para comprar el almuerzo.
“La paga a
las ayudantes nunca es en efectivo, sino en especie. Pelas papas, te ganas el
almuerzo. Lavas platos, te ganas la cena. Es un trato justo. Y si no lo es,
malo porque es lo único que hay”. Así lo resume Mercedes, quien lleva 14 meses
en San Pablo y se ha ganado su puesto como ayudante. Ella defiende el sistema,
y no tiene intenciones de ascender a delegada, porque para eso tendrían que
pasar años: “Y espero que la vida me permita salir antes en libertad”,
aclara.
El vaso con
gelatina roja y bailante está en manos de Luisa y Nora. Un día cada una, así
están establecidos los turnos y así se respetan. Luisa tiene 65 años de edad,
luce trenzas largas, sombrero y tiene cara de niña traviesa. Es la mayor de
toda la cárcel, se entiende principalmente en lengua Quechua y el fallo de
varios dientes hace que sonría poco.
Nora es
seria. Su perfil de mujer indígena impone. La mirada es tan directa que es
mejor no ir con sonrisas diplomáticas. Su venta de gelatina son los martes,
jueves y domingos, días en los que saca de la nevera 30 gelatinas para
venderlas en el anexo de hombres. “Yo fío las gelatinas. Me pagan al final de
semana. Son buenos pagadores, nunca quedan en deuda, con eso gano para comer,
unos 200 pesos al mes”, confiesa Nora.
Tejer para
dormir
“En mi vida
pensé que iba a tejer tanto”, dice Rosario, antes de reírse de lo que acaba de
decir, con un ápice de amargura y una tonelada de resignación. Hay otras seis
compañeras a su alrededor, también tejiendo. Pero el silencio gana la batalla.
Hoy hace
calor, los 30 grados centígrados se hacen sentir plenamente. Las tejedoras de
San Pablo están en la azotea, es decir en el segundo piso que apenas se separa
del primero por 12 escalones.
En este lado
es más fácil escuchar a estas mujeres. Hay un silencio especial que regala el
trabajo del tejido. Hablan. Reposan. Disfrutan sus silencios.
Eso sí:
tejen, siempre tejen.
Sin quejas,
todas se sientan entre sacos de arroz, de papas, de papel higiénico. En San
Pablo nunca un espacio es de uso único. La terraza es para tejer, tender la
ropa, para construir tres habitaciones minúsculas, dormir y ver a los niños
pintar explayados en el suelo.
Hoy, el cielo
no se ve, ha sido día de lavandería y las prendas de vestir hacen de techo,
goteando agua fría, con olor a detergente. Eso no es inconveniente. A dos
agujas, y en unos bancos de madera diseñados para bebés, estas mujeres se ganan
la vida con el tejido de ropa que luego mandan a vender al mercado: Una bufanda
15 pesos, un chaleco 40, unos calcetines 5 y una camisa 30.
“Del pueblo
de donde vinimos siempre es así. A mí me enseñó mi mamá, a mi mamá su mamá, y a
mi abuela, su mamá, y esto se ha repetido durante años”, detalla Roberta en
relación a un oficio que ha pasado de generación en generación.
Roberta es
robusta. Se sienta con las piernas en semicírculo, mastica una bola de hojas de
coca y cuenta que viene del campo – al igual que el 80% de las mujeres en esta
cárcel – y que desde pequeña ha trabajado en la siembra de papas y en el tejido
de la ropa para los hombres de la familia.
“Aquí tejer
es la segunda manera de ganar pesitos. Si no cocinas, tienes que tejer”, agrega
Berta, otra mujer del campo, con dos trenzas que bailan a lo largo, de derecha
a izquierda, al ras de la cintura.
“La venta no
está buena. Vendo pocas piezas a la semana. Pero vendo que es lo importante con
el favor de Dios, con lo que gano compro la lana. Y para comer, claro”, remata
Roberta tras dos minutos de reflexión. “Aunque en comida se gasta, pero lo que
es más caro aquí es dormir – comenta-, para entrar a esta cárcel debes pagar (a
las delegadas) 500 pesos bolivianos y para compartir cama, otros 200”.
Y es que
cuando hay demanda, sube el precio. Esta es una premisa de economía universal
que no deja de aplicarse ni en el último rincón del mundo.
Ni siquiera
en la cárcel más pequeña del Bolivia.
LA REVOLUCIÓN DE EVO MORALES
El Nuevo Día de Colombia (www.m.elnuevodia.com.co)
Cuando Evo Morales llegó al poder muchos profetizaron el desastre total
de Bolivia.
Morales era, se decía, un pobre indio sin formación, incapaz de dirigir
el Estado. No había ido a Harvard, no hablaba inglés (como Sánchez de Lozada),
pertenecía a la más pura entraña popular y, para completar, era seguidor de
Hugo Chávez y los hermanos Castro. Bolivia se profundizaría en los mismísimos
infiernos.
El 1 de mayo de 2006, Evo dio un paso arriesgado y audaz. Comenzó un
proceso de nacionalización de los hidrocarburos y ello le ha permitido hacer
caja y aumentar el gasto público. Las nacionalizaciones y el indigenismo han
sido las claves de su gobierno. Ambas muy explicables. Más del 40 por ciento de
la población es indígena e históricamente había estado excluida de la política,
la vida social y la economía bolivianas. Por otra parte, las principales
riquezas energéticas (principalmente de gas) estaban en manos extranjeras y
casi no había inversión social.
El próximo 12 de octubre habrá elecciones y Evo se perfila como ganador.
Las encuestas le otorgan 39 puntos de ventaja sobre su más inmediato rival, el
empresario Samuel Doria Medina. Uno se pregunta qué ha hecho Morales desde
2005, y las respuestas explican por qué será reelegido. En ese año, el PIB
boliviano era de 9.500 millones de dólares. En 2014 será de 36 mil millones. Ha
reducido la tasa de extrema pobreza del 34 al 18 por ciento. La deuda externa
representa el 17 por ciento del PIB, frente al 52 por ciento de antes. Las
reservas son de 15 mil millones de dólares, proporcionalmente mayores que las
de China. Este año la economía crecerá un 5.7 por ciento, y en 2013 creció 6.8
por ciento, la mayor tasa en 38 años. Bolivia dejó de ser el país más pobre de
América.
La cuestión es que no está claro qué tan sostenibles y eficientes son
estas políticas estatistas. De momento han servido para darle estabilidad al
país y devolverle la dignidad como pueblo. De ahí su éxito. Ahora bien, la
cuestión es que las tendencias energéticas globales marchan en sentido opuesto.
México, por ejemplo, ha emprendido la reforma de Pemex y se ha convertido en un
polo de atracción para los inversionistas de toda parte del mundo. Estados
Unidos, que como se sabe tiene una política energética diametralmente opuesta a
la boliviana, a la brasilera y a la venezolana, en los últimos cuatro años ha
hecho una auténtica revolución con el “shale” y va camino de convertirse en el
principal exportador mundial de petróleo, por encima de Arabia Saudí, gracias
al fracking. Algo absolutamente impensable hace unos pocos años.
¿Qué pasaría, entonces, si los precios del gas y del petróleo llegasen a
caer? Los gobiernos que dependen de los hidrocarburos (entre ellos Colombia),
tendrían tensiones sociales muy fuertes. Introducir subsidios es fácil, pero
suprimirlos muy difícil. Evo estará en el poder hasta 2020 - si es que no hace
aprobar la reelección indefinida – y necesitará hacer una segunda revolución,
para mantener los logros: la de atraer inversión extranjera para disponer de
recursos y obtener nuevas tecnologías en la exploración y la explotación. Miren
qué paradoja ¿Se atreverá Evo a hacer esa segunda revolución? Esto nos mostrará
qué tan ortodoxo es su Movimiento al Socialismo.
NUESTRO
APORTE AL FEMINICIDIO
A
las Dos orillas de Colombia (www.las2orillas.co)
En nuestro
país pasó desapercibido un terrible asesinato ocurrido en Santa Cruz, en
Bolivia.
Se trataba de
una joven de 26 años que murió luego que un empleado del parqueadero donde
había dejado su carro la atacara para violarla. El cuerpo de la joven fue
encontrado en el baúl de su vehículo con señas de estrangulamiento y varias
heridas causadas por arma blanca.
El crimen
sucedido el pasado 15 de agosto, conmocionó al país y prendió
nuevamente las alarmas sobre la situación de violencia contra las mujeres.
Bolivia
cuenta con los más altos índices de violencia física contra las mujeres y es el
segundo en violencia sexual.
En lo que va
corrido del año y según datos del Centro de Información y Desarrollo de
la Mujer (Cidem), solo en el primer semestre de este año han muerto de manera
violenta 69 mujeres, en la mayoría de los casos a manos de sus parejas o
exparejas.
Así lo
reportaron diarios como El País de España en un extenso artículo al
respecto y otros medios locales que hablaron sobre la terrible situación para
las mujeres que no encuentran en la justicia ni en la autoridad una solución
al grave problema.
Para
tranquilidad de la familia, a los pocos días del ataque, las autoridades y el
gobierno dieron con el asesino. El guardia del parqueadero confesó el crimen y
para sorpresa de muchos, fue sentenciado rápidamente a 30 años de
prisión.
Sin embargo,
lo que no se siguió indagando fueron los comentarios de un candidato al Senado
boliviano quien hablando sobre el crimen afirmó que las jóvenes que
visten de forma provocativa y se emborrachan “lo único que hacen es exponerse a
que se cometa el delito”.
Solamente las
redes sociales reaccionaron a sus palabras, pero ni las autoridades ni los
medios tradicionales le dieron mayor despliegue a sus afirmaciones.
Es claro,
como en la mayoría de nuestros países, que el problema acá no es solamente de
justicia o autoridad.
La raíz del
problema sigue siendo cultural.
Al asesino de
Sophia lo encarcelaron. Pero el político que hizo los comentarios, estará muy
pronto haciendo leyes desde el congreso en Bolivia.
¿No es
cultural?
BOLIVIA DESCARTA APROBAR PENA DE MUERTE
Spanish People Daily de China
(www.spanish.peopledaily.com.cn)
La pena de
muerte para el feminicidio no pasa de ser una propuesta al calor de la
indignación provocada por el asesinato de mujeres, pues luego de hacer un
profundo análisis, la ministra de Justicia Sandra Gutiérrez descartó esta
iniciativa porque dijo que "Bolivia no está preparada para la pena
capital".
"En el
país aún no estamos preparados para la pena de muerte, nos falta muchísimo,
empezando por los recursos humanos, infraestructura.
"Debemos
tener la tecnología para verificar si a la persona que inculpamos es la autora
del delito y no equivocarnos", evaluó la ministra al referirse al respaldo
que manifestó a la posibilidad de implementar esta condena máxima en Bolivia.
Según
Gutiérrez, el respaldo que manifestó a la pena de muerte para los feminicidios
lo hizo de manera "muy personal", y no comprometió al gobierno ni al
Ministerio de Justicia que preside.
A decir de la
autoridad gubernamental, para implementar la pena capital es necesario efectuar
un profundo estudio de los pros y contras, además de cambios constitucionales y
tratados, lo que implica un perfil complejo.
A diferencia de
Estados Unidos, donde en varios estados está vigente la pena de muerte, además
de la cadena perpetua, es viable esta figura porque poseen la capacidad humana,
científica y tecnológica para encarar estos casos.
En cambio, dijo
que el Ministerio Público carece de las herramientas necesarias.
La ministra de
Justicia había manifestado su acuerdo con la pena de muerte en contra de los
asesinos de mujeres.
Estas
declaraciones se realizaron en medio de la indignación que provocó en la
población cruceña y nacional el asesinato de Sophia Calvo, de 26 años, a manos
del guardia de seguridad de un estacionamiento de vehículos.
Para la
ministra Gutiérrez, una alternativa puede ser la cadena perpetua, aunque
también dijo que se precisa de un estudio amplio para implementar esta figura
sancionatoria en el ordenamiento judicial.
Por su parte,
la presidenta de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de Bolivia
(APDHB), Yolanda Herrera, se sumó a las voces indignadas por la ola de
asesinatos a féminas, y pidió a las autoridades gubernamentales asumir acciones
para combatir los hechos de violencia contra ellas.
Isabel Endara,
psicóloga, afirmó que la falta de autoridad y la falta de valores están
generando problemas de violencia en el país, y fundamentalmente contra los más
vulnerables (niños, mujeres y ancianos).
"Se puede
trabajar psicológicamente a través de la familia, es decir, impartiendo los
valores necesarios", sostuvo.
Advirtió que si
no se trabaja en la familia y en los valores, la delincuencia se incrementará y
la sociedad se desintegrará.
Según el Centro
de Información y Desarrollo de la Mujer (Cidem), de enero a la fecha se
registraron 98 asesinatos de mujeres en Bolivia.
Bolivia es el
primer país de la región donde se ejerce más violencia contra las mujeres en
general, y el segundo país en violencia sexual, dijo Marisol Murillo,
especialista en Comunicación e Incidencia de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) Mujeres.
"Son datos
alarmantes basados en informes del Centro de Información y Desarrollo de la
Mujeres (Cidem). Bolivia ocupó el primer lugar de violencia hacia la mujer y
segundo en violencia sexual.
"Lo
preocupante es que en el país todavía se está trabajando en un sistema de
registro oficial de los datos de violencia contra las mujeres. Se maneja ese
informe que seguramente se deberá actualizar", afirmó la representante del
organismo internacional.
NO LA
CONSIDERAN VIABLE
Por su parte,
el presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Jorge Isaac von Borries
Méndez, declaró que la pena de muerte y otro tipo de sanciones drásticas como
la castración para delincuentes peligrosos no son viables en Bolivia.
Las autoridades
judiciales y asambleístas hacen una interpretación respecto del tema, y
aseguran que para imponer pena de muerte, es necesario abrir la Constitución
Política del Estado, ya que en el país la pena máxima es de 30 años de cárcel
sin derecho a indulto.
Además,
consideran que se debe renunciar a los acuerdos internacionales a los que se
sumó Bolivia.
"La pena
de muerte es un extremo que no está contemplado en la Constitución y, además,
hay tratados internacionales a los que Bolivia se sumó; por tanto, por el
momento no es viable", afirmó la diputada oficialista Marianela Paco.
La ministra
Gutiérrez coincidió con esta apreciación, al ratificar que la Carta Magna no
permite la pena capital, e insistió en que este extremo necesitaría un
"gran estudio".
Asimismo,
señaló que se debe velar por el respeto a los derechos humanos fundamentales,
como es el derecho a la vida.
A decir del
titular del TSJ, la inviabilidad de la pena capital se justifica por los
riesgos y consecuencias que trae, considerando que pueden pasar muchos años de
investigación por asesinatos, y que se podría sancionar por algo que no habría
cometido.
En tanto, la
legisladora Paco consideró oportuna la implementación de una política criminal
preventiva y educativa en Bolivia.
Propuso que en
el proceso de formación de los niños y niñas se incluya a psicólogos y
psiquiatras para identificar y subsanar a los menores que tuvieran tendencia a
delinquir en el futuro.
A raíz de esta
ola de violencia, los políticos manifestaron varias propuestas para reducir el
índice de criminalidad en el país, como instalaciones de oficinas de policía
comunitaria, pena de muerte y cadena perpetua.
Incluso, el
presidente de la Cámara de Diputados, Marcelino Elio, anunció que presentará un
proyecto para someter a los reos a trabajos forzados.
LOS
"CHOLETS", LAS COLORIDAS MANSIONES DE LOS INDIGENAS AIMARAS EN
BOLIVIA
El Economista de Chile (www.eleconomistaamerica.cl)
Las coloridas
mansiones que en los últimos años han construido los indígenas adinerados de la
etnia aimara en la ciudad boliviana de El Alto se han convertido en un reclamo
turístico gracias a un tour con el que los visitantes pueden conocer de cerca
estos llamativos iconos de prosperidad.
"Cholets"
es como se denomina popularmente a estas construcciones, haciendo un juego de
palabras entre chalet y "cholo", un apelativo con connotaciones
peyorativas que se refiere a los indígenas bolivianos emigrados a las ciudades
desde zonas rurales.
El Alto, la
ciudad más alta de Bolivia a 4.000 metros sobre el nivel del mar, es la
principal urbe de acogida de los emigrantes que llegan desde poblaciones del
altiplano, y a pesar de que también es la más pobre del país, su pujante
economía orientada sobre todo al comercio se ha traducido en la formación de
una rica clase emergente.
Esta nueva
burguesía se ha convertido en un reclamo turístico con una nueva oferta de
rutas en las que los extranjeros pueden conocer la historia de El Alto, sus
históricas luchas políticas que incluso doblegaron a Gobiernos y las fachadas
coloridas de los "cholets".
Wilfredo
Poma, guía turístico de la asociación Saraña, explicó a Efe que la idea surgió
cuando uno de sus voluntarios preguntó si no existía un "city tour"
por El Alto.
A partir de
esta idea, Saraña diseñó seis rutas que permiten conocer a fondo la historia de
El Alto y su gente, desde los ritos andinos, las luchas sociales, monumentos
históricos, la agricultura, las ferias y por supuesto su arquitectura sin
precedentes.
En medio de
idénticas hileras de casas de ladrillo surgen, rompiendo el esquema urbano,
estas ostentosas y coloridas moradas de varios pisos que reflejan el prestigio
económico de sus dueños.
Las fachadas
lucen diseños inspirados en la iconografía de la cultura tiahuanacota
prehispánica como homenaje a las raíces de los que moran en estas casas.
Además, en
muchos casos los "cholets" se erigen orgullosos sobre la azotea de
altos edificios de viviendas, en una metáfora del lugar predominante que sus
propietarios ocupan en la sociedad alteña.
Este estilo
tiene en el arquitecto local Freddy Mamani su principal impulsor.
Mamani, que
ha diseñado y construido más de 60 edificaciones en El Alto, se ha convertido
en parte de la identidad de una ciudad que llama la atención de propios y
extraños.
"Yo me
siento bien satisfecho y sorprendido" dijo a Efe Mamani sobre el interés
turístico que despiertan sus edificios.
La ruta
turística comienza en la ceja de El Alto para mostrar la cosmovisión andina a
través de la historia y ritos de esta cultura y continúa con la visita de
monumentos que explican la importancia de los movimientos sociales alteños.
A
continuación los turistas son llevados a la universidad, al enorme mercado de
El Alto, donde el visitante puede comprar todo lo imaginable y finalmente a
Villa Adela, uno de los barrios con más "cholets".
Allí, los
guías explican a los visitantes las particularidades de este estilo.
"La
arquitectura chola son construcciones con amplios ventanales y colores
inspirados en el aguayo (tejido andino), combinados artísticamente con la moda
de la vestimenta de las señoras de pollera, las cholitas", comentó Poma.
Los ojos de
los foráneos se abren sorprendidos a la vista de estos extravagantes edificios
que ya forman parte del colorido de la ciudad.
"Quiero
trabajar para El Alto, en El Alto y por El Alto, es la ciudad futuro de este
país", agregó el emprendedor turístico.
También el
Gobierno Municipal de El Alto está trabajando en la gestión turística a través
de rutas urbanas y rurales.
El
responsable de promoción de turismo de El Alto, Diego del Carpio, indicó a Efe
que la Alcaldía también está impulsando rutas turísticas, aunque enfocadas en
que los propios alteños conozcan su ciudad.
"Hay
cinco rutas de arquitectura andina que están en proceso de consolidación",
añadió Del Carpio.
VIAJE
A LAS ALTURAS
La
profesión de sommelier me ha hecho viajar muchísimo. Se descubren bebidas y
comidas excelentes en cada rincón del mundo. Bolivia es un país limítrofe al
Paraguay y puedo decir que casi nada sabemos realmente sobre sus vinos y su
Singani, pero puede que estas líneas vayan despertando el interés de los
lectores para que, cuando vayan de viaje al país vecino, pregunten y prueben
sus vinos y destilados.
ABC
de Paraguay (www.abc.com.py)
La verdad es
que, como les había comentado antes, ir y visitar los viñedos de Bolivia en el
departamento de Tarija, me causaba una gran intriga y muchísima expectativa.
Era uno de aquellos viajes enológicos pendientes que despertaba mi curiosidad
y, sobre todo, que quería compartir con ustedes. En los tres primeros capítulos
les he hablado del terroir, de sus bodegas y de sus vinos, pero hasta ahora no
les he hablado de la mayor sorpresa que he encontrado en este interesantísimo
viaje a los viñedos de altura, el Singani, una bebida espirituosa de una
calidad superior, de la cual realmente quedé enamorado.
Fuerte, pero
dulzón
El Singani es
una bebida blanca, hecha en base al vino de la uva vitifinífera Moscatel de
Alejandría. Es decir, primeramente se hace el vino de esta variedad de uva muy
aromática y que en oportunidades puede ser muy dulce; una vez que el vino esté
completamente estabilizado y haciendo guarda en los enormes tanques de acero
inoxidable, se procede a su destilación.
Es una bebida
muy pura, ya que la misma es tridestilada, es decir, pasa tres veces por el
proceso de destilación, obteniendo así una pureza única con una graduación
alcohólica de aproximadamente 90º.
Conversando
con el enólogo de la Bodega Destilería Casa Real, me explicaba que se necesitan
siete litros de vinos de Moscatel de Alejandría para obtener un litro de
Singani puro que, por supuesto, después es reducido con agua para llegar a los
40° de alcohol con el cual es comercializado. El agua para poder hacer el
proceso de reducción proviene, en el caso del Singani Casa Real, directamente
del deshielo de montaña y es trasportada hasta la destilería en camiones
cisternas, ya que en Tarija el agua es demasiado mineral y pesada lo que no le
daría al Singani un sabor muy neutral.
Las visitas
Fueron cuatro
las destilerías visitadas, la primera de Bodegas La Concepción con dos
Singanis, uno normal y uno Premium, que envejece ocho años en barrica de roble
con lo cual prácticamente ya es un Coñac XO. La segunda, Casa Real (la más
grande de todas, produce 25 millones de botellas al año, entre Singani normal y
el Premium). La Bodega Sausini fue la tercera que visité con un producto de
calidad fantástico aromáticamente, y la última que visité –y al mismo tiempo la
más moderna de todas– fue Los Parrales, que produce una línea de Singani
Premium que realmente me gustó mucho.
En algunos
casos, los equipamientos de la destilería son fabricados en Bolivia y en otros
casos son provenientes de Francia (exactamente los mismos que en Coñac) o de
Alemania, que también son expertos en la destilación. En nariz, cuando se
degusta el Singani, puedo decir que la influencia de los equipos de destilación
no debe ser muy importante, tampoco en el sabor, pero sí en el proceso de
elaboración más rápido y, sobre todo, más fácil, ya que casi todo es
automatizado, aunque se siguen los métodos ancestrales de destilación.
Características
Un Singani
tiene un aroma floral increíble y una sensación de miel fuertísima; en boca es
fuerte, como todo destilado, pero al mismo tiempo fácil de beber, con una
sutileza y un retrogusto dulzón que lo hace muy agradable. Lo que recomiendo es
que si se lo bebe puro, hacerlo como un digestivo, o en un cóctel que lo beban
como aperitivo.
La historia
Pregunté
sobre los orígenes del Singani y me dijeron que se remonta a más de cien años
atrás, cuando la minería era muy fuerte y estaba en auge. Los mineros ingleses
querían beber vino y lo más fácil era producirlo en Bolivia por las enormes
cantidades solicitadas, solo que el mismo en la época no era de gran calidad,
así que decidieron destilarlo para ver qué resultado daba y allí surgió este
maravilloso producto que es el Singani, que –para mí– debe de ser todo un orgullo
para el pueblo boliviano.
Preciados
lectores, ¡salud!, espero que hayan disfrutado de las anécdotas de Bolivia y
hasta el próximo sábado.
Un Singani
tiene un aroma floral increíble y una sensación de miel fortísima; en la boca
es fuerte, como todo destilado, pero al mismo tiempo fácil de beber, con una
sutileza y un retrogusto dulzón que lo hace muy agradable.
LAS
PICADURAS DE CRISIS? COWBOYS EN BOLIVIA DONDE EL SALARIO MEDIO ES DE 18 EUROS
POR MES
FIRENZE
POST DE ITALIA (www.firenzepost.it)
Patricia
nació en Sucre, la ciudad blanca de Bolivia. Un pasado colonial, el
reconocimiento por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad y un nombre que no
tiene nada que ver con el azúcar, pero con Antonio José de Sucre, héroe de las
guerras hispanoamericanas de independencia. Pati ha salido de su país hace doce
años, para venir a estudiar a Italia. El discurso marcado por "ni"
traiciona a sus años en Bergamo. Su futuro en Italia termina cuando el marido
Alfredo, Bergamo, se ve obligado a dejar de trabajar debido a un accidente de
coche que él no vuelve en perfectas condiciones físicas. Italia ya no ofrece
garantías y su contable de profesión, decidieron trasladarse a la familia en
Bolivia.
EL Dorado-
cuesta menos la vida en el país sudamericano. Una comida completa en el
restaurante es un valor de tres euros; usted come pollo o carne de corte, con
arroz y "papas", patatas, innumerables variedades. Era rico y sería
Bolivia, un país cubierto de oro. Eran ropa muy de oro de los Incas que los
españoles encontraron cuando desembarcaron en estas tierras. ¿Quién va a La Paz
o Tiuanaco pueden ver cincuenta rudimentarios adornos brillantes; todos los
demás han sido útiles a la corona de España. Patricia regresa a casa para
encontrar El Dorado, como aventureros que hace quinientos años.
Desde la
selva amazónica a los volcanes andinos en la riqueza de los paisajes y de metro
de Bolivia. Pero las minas se han agotado. Potosí es una ciudad de la plata. En
el siglo XVI tenía más habitantes que Londres. Hoy en día, las minas de plata
de Cerro Rico ya no está allí, pero los mineros están todavía allí. Y trabajan
casi en las mismas condiciones que hace quinientos años. Puede aventurarse en
los túneles subterráneos, no antes de que él había comprado regalos para
ofrecer a los mineros. Dinamita, los refrescos, las hojas de coca, alcohol
puro, toda la mercancía para la venta al mercado de la ciudad.
Coca El sabor
es ligeramente acre, la coca es la comida todos los días. A cuatro mil metros
no hay oxígeno, las hojas masticadas por un largo tiempo antes en una mejilla,
luego la otra, te dan energía. Regalo de los dioses. ¿Cuál sería entonces un
Dios justo, que son todos los cristianos. Pero algo de las antiguas creencias
se mantuvo nell'indio hoy. Luego penetra en una mina que tiene que bajar en la
oscuridad, a lo largo de las pistas donde corren los carros empujados a mano.
En el fondo del laberinto suceder a venir a través de una estatua contra las
rocas. La pequeña luz de las antorchas en el casco revela el "tío", es
decir, el diablo es necesario para congraciarse por no tener accidentes. A los
pies del demonio con cabeza y amenazando enorme falo, los mineros se les
ofreció la hoja de coca, cigarros y alcohol. "La mayoría de la gente aquí
abajo, - dice Freddy, un ex minero - murieron por un borracho cae en un
agujero." El salario promedio? Para un trabajador de primer nivel son 150
bolivianos al mes, aproximadamente € 18.
Presidente-
Conoce el pueblo boliviano es experimentar la calidez. En Bolivia existen los
europeos, están casi todos los nativos divididas entre 37 grupos étnicos
diferentes, desde los guaraníes de la Amazonia, el quechua, el aymara. Y el
primer indígena a tomar el poder, por los Incas en el, fue el actual presidente
Evo Morales. Antes de la unión de productores de coca, ahora la cabeza de un
gobierno socialista, molde nacionalista. Estamos en el clima pre-electoral.
"Evo" (como lo llaman) ha cambiado la Constitución para ser elegido
para un tercer mandato. "Hay que ganar", dice un taxista. Patricia
explica que "primero que hizo cosas buenas para el país. Despidió a los
estadounidenses, ha obligado a las empresas que quieren hacer negocios en
Bolivia a abandonar la mayor parte de las ganancias en el país ". Los
carteles para la elección de los escritos pintados en las paredes, como si un
artista de graffiti educada había tomado a pecho la causa de la política.
"Gracias
Ages" se escribe junto al nuevo telecabina que el presidente dio a la
capital La Paz. La segunda línea se abrirá en septiembre; la elección será en
octubre. Una planta que se utiliza como un autobús de esquí, en una ciudad con
una morfología peculiar. El capital más alta del mundo se compone de un millón
de casas se aferran a las paredes de un cañón; alta en El Alto, una ciudad
colindante otro millón de personas en las calles atestadas de tráfico y los
mercados.
PARIS-DAKAR-
Bolivia sorprendente variedad de paisajes y climas. El salar de Uyuni, un tramo
de 12 mil metros cuadrados de sal es única en el mundo, ahora va a la carrera
París-Dakar. La próxima edición se llevará a cabo en enero. Usted puede entrar
en el campo a través, siendo cuidadoso no empantanarse en donde la sal no se
sostiene el peso. En la frontera con el Perú Lago Titicaca. "Titi está en
Bolivia", bromea los niños bolivianos. En el lado peruano dijo lo
contrario. Ѐ este inmenso lago al mar de Bolivia. ¿Por qué Bolivia ha perdido
todas las guerras libradas en la guerra contra Chile y perdió el acceso al mar.
El resentimiento es fuerte y es montado por Morales. Cruzando el lago en un barco,
mientras que los coches pasar en una barcaza, se puede escuchar una tapa
superior con el capitán por escrito, que murmura "El mar sigue siendo el
nuestro, los chilenos han ocupado esos territorios, pero saber que están
ilegalmente." De hecho, Bolivia no tiene mar, pero el mar, que lleva con
orgullo en el Lago Titicaca. Sarcástico, alguien dice que debería ser llamado
"Laghina."
En los
mercados, incluidas las frutas y cueros suaves de alpaca, Bolivia espera que el
turismo. El primer problema para el visitante es el mal de altura, la terrible
sorojchi. Dolores de cabeza y náuseas que pueden durar días. Por esta Sorojchi
farmacias vender píldoras de aspirina y cafeína. A lo que se añade la panacea
para todos los males, la coca. Mientras tanto, Alfredo, italiano emigró a
Bolivia, aprendió a masticar.
CICLISTA
FRANCÉS DE 75 AÑOS PLANTA INÉDITA MARCA EN VELÓDROMO BOLIVIANO A 3.417 M DE
ALTURA
De
Perú Com. (www.deperu.com)
El veterano
ciclista francés Claude Bares, de 75 años, estableció este domingo una inédita
marca en el velódromo boliviano de La Paz, a 3.417 metros sobre el nivel del
mar, al recorrer 36,4 kilómetros en una hora, informó su entrenador.
"La
intención se la ha cumplido de establecer un récord en la altura", señaló
a la AFP el boliviano Patricio Rojas, entrenador del septuagenario deportista,
al mencionar que nadie en su edad estableció tal marca a esa altitud.
El velódromo
de Alto Irpavi, ubicado al sur de La Paz, tiene la pista de cemento, está
descubierto y tiene una longitud de 333,33 metros.
Bares
recorrió, bajo la supervisión y control de autoridades ciclistas de Bolivia,
"un total de 36 kilómetros 402 metros con 55 centímetros en exactamente
una hora", explicó en diálogo con periodistas el boliviano Alberto Rivera,
director de pista, en el frío de La Paz.
"(Siento)
una emoción grande, porque vine de Francia a Bolivia para cumplir algo, sin
saber si lo podría hacer", aseveró alborozado Bares a la AFP vestido con
un traje blanco, adornado con los colores de la bandera de Francia, tras cumplir
el recorrido e inmediatamente ser sometido a un chequeo médico.
Señaló que
tuvo "muchos gastos" y que su desplazamiento también tuvo sus costos
humanos: "es un sacrificio familiar, mi señora está en Francia cinco
semanas solita" que es el tiempo que le demandó su preparación en Bolivia.
Bares precisó
que una de las metas fue cumplida, el de establecer una marca mundial para su
edad en la altura, aunque no romper su propia marca personal, establecida hace
cinco meses en su país, cuando recorrió en una hora un total de 36.757 metros,
aunque la pista fue de madera y de 250 metros de longitud en un escenario
cubierto.
El pedalista
galo anunció que en octubre próximo, en la ciudad de Manchester, intentará
romper el récord de velocidad para su edad, en una longitud de 1 kilómetro.
El paramédico
Richard Loza, quien realizó la revisión médica a Bares, explicó a la AFP que
"su presión arterial está muy estable, después de tanto esfuerzo de una
hora de estar pedaleando y el cardiólogo de cabecera estableció que su
frecuencia (cardíaca) no debería pasar de 120, él mantuvo 110, 112 después de
la competencia".
LA
IZQUIERDA LATINOAMERICANA FRENTE A SU ESPEJO DEL FORO DE SAO PAULO
Trabajadores
de Cuba (www.trabajadores.cu)
Cuando surgió
el Foro de Sao Paulo (FSP), a principios de los años 90, al diputado Evo
Morales apenas le alcanzaba el dinero para sacar los pasajes de ida y vuelta a
los eventos internacionales; si acaso más, para comprar un refresco durante los
impasses de los cónclaves y así mitigar el hambre. Ahora, más de dos décadas
después, ostenta la Presidencia de las mismas tierras donde el Che Guevara
murió tratando de iniciar la revolución sudamericana. La anécdota no pretende
“ensalzar” los logros individuales del líder indígena —él no lo necesita en
absoluto—, sino simplemente analogar, a través de su persona, el camino
transitado por la izquierda latinoamericana desde los días inciertos del
derrumbe del campo socialista. Entonces, solo una organización de tendencia
progresista (el Partido Comunista de Cuba) se mantenía en el poder contra
viento y marea ante la ola neoliberal y reaccionaria que barría el continente y
el mundo. Hoy, las fuerzas de izquierda, entonces maltrechas, se reorganizan
para representar desde el poder a los de abajo en más de diez países de la
región. Muchas de las estrategias y visiones que permitieron este auge se
fraguaron precisamente en los periódicos encuentros del Foro, ideado por Lula
da Silva y Fidel Castro en la ciudad brasileña de homónimo nombre en 1990. El
objetivo fundamental de aquella reunión consistió en dotar a la izquierda
latinoamericana de un espacio de debate del panorama mundial —entonces dominado
por la unipolaridad imperialista—, así como de las perspectivas de lucha en
esas condiciones. Pasados los años, el FSP se convirtió también en el escenario
de intercambio y aprendizaje por excelencia de las nuevas fuerzas progresistas
de la región, lo que ayudó al impulso de procesos antineoliberales en todo el
continente. Un simple repaso a la experiencia de los últimos lustros, y saltan
a la vista los ejemplos de Venezuela, Bolivia, Ecuador, y hasta el propio
Brasil. Ante tal escenario alentador —potenciado también por la victoria en El
Salvador del exguerrillero Salvador Sánchez Cerén, y el repliegue de sectores
ultraderechistas en países como Colombia, Panamá y Costa Rica—, parece que el
dinamismo de las organizaciones populares en la región goza de buena salud. Sin
embargo, una mirada más profunda al tema revela ciertos “síntomas” que no deben
pasar inadvertidos. Para explicarlo en términos de la Física: si bien es cierto
que el “tren” de la izquierda viaja a más “velocidad” que nunca, en los últimos
años se aprecia cierta “desaceleración” del movimiento. De mantenerse la
tendencia, sería inminente entonces la disminución de la “velocidad”, lo que
traducido a términos políticos, consistiría en la prolongación de la
supervivencia del modelo capitalista aún predominante en el área. Muestra
palpable de estos “síntomas” lo constituye la derechización del Gobierno de
Ollanta Humala en Perú, la pérdida de importantes alcaldías en Ecuador, la
dramática victoria electoral de abril de 2013 en Venezuela, las protestas
populares en Brasil, la situación económica en Argentina… Pero sobre todo, la
incapacidad por despojar a la derecha de sus posiciones en países estratégicos
como Colombia, Chile y México, y los retrocesos —tras sendos golpes de Estado—
en Honduras y Paraguay. Ante esta perspectiva, los debates de la XX edición del
FSP analizaron los obstáculos y retos inminentes a que se enfrentan los
procesos transformadores de la región. La delegación cubana apuntó hacia las
amenazas externas, en especial la estrategia imperialista de la Guerra no
Convencional; mientras, otros delegados se centraron en las contradicciones internas
que debilitan la acción política. Lole Lopes, invitada brasileña y observadora
del foro para el seguimiento de los Gobiernos de izquierda, declaró a una
agencia internacional: “Recuperamos el rol del Estado, nacionalizamos en
algunos países, aplicamos política de inclusión social, pero el desafío es
mayor: se requiere de cambios estructurales en la sociedad y la economía”. He
aquí, probablemente, la mayor incógnita teórica a la que se enfrenta hoy la
izquierda latinoamericana. Una vez más, es recurrente aquella frase con la que
Lenin tituló su ensayo político sobre la organización revolucionaria del
partido; y ahora, ¿qué hacer?
“NARCOTRÁFICO
Y CORRUPCIÓN SIGUEN ACTIVOS EN EL VRAEM”
Expreso
de Perú (www.expreso.com.pe)
El periodista
y experto en temas de terrorismo y narcotráfico Pedro Yaranga alerta sobre los
vacíos en la estrategia para acabar con esta actividad ilegal en una zona tan
convulsa como el Vraem.
–Las noticias muestran importantes operativos contra el narcotráfico en
la zona del Vraem... ¿Están siendo efectivos?
A pesar de que están destruyendo las pistas clandestinas, el narcotráfico las está rehabilitando con participación de las poblaciones. Las pistas están ubicadas en una parte del (río) Apurímac, que es la zona más cocalera. También en una parte del río Mantaro hasta una zona denominada Valle Esmeralda, en la cuenca del río Ene; más abajo toda esa zona es de producción de cacao orgánico. Son diariamente entre dos a tres vuelos; los días en que llueve no hay vuelos.
A pesar de que están destruyendo las pistas clandestinas, el narcotráfico las está rehabilitando con participación de las poblaciones. Las pistas están ubicadas en una parte del (río) Apurímac, que es la zona más cocalera. También en una parte del río Mantaro hasta una zona denominada Valle Esmeralda, en la cuenca del río Ene; más abajo toda esa zona es de producción de cacao orgánico. Son diariamente entre dos a tres vuelos; los días en que llueve no hay vuelos.
–Entonces, a pesar de estas acciones, y la interdicción –porque no
deberían tener combustible ni insumos–, el narcotráfico sigue bastante activo…
Claramente.
El control del combustible en nada ha repercutido para reducir la demanda de la
droga. Más bien, está perjudicando a los mismos pobladores, especialmente a los
productores del cacao orgánico, porque actualmente el galón de gasolina en la
parte del Ene está entre 40 y 50 nuevos soles, y ni siquiera hay para comprar.
La mayoría de los productores tienen maquinarias que funcionan a base de gasolina,
por ejemplo las macheteadoras, las motosierras, una serie de maquinarias que
tienen, y ahora están paralizadas.
–¿Y cómo es que los narcotraficantes sí tienen acceso a este combustible?
Hay mucha
corrupción pues, persiste la corrupción, porque a la vista de todos aterrizan
(los narcotraficantes) en los aeródromos. A pesar de que hay cantidad de
policías y militares, pareciera que se hacen de la vista gorda, porque después
de levantar vuelo esas avionetas pasan cerca de las bases militares.
–¿De cuántas narcopistas estaríamos hablando? Se ha dicho que son cerca
de 60.
En promedio.
Muchas están en el distrito de Llochegua, una parte del distrito de Pichari, y
una pequeña parte del distrito de Pangoa, en la provincia de Satipo. Hay dos o
tres pistas también en la selva del Cusco, en el Pongo de Mainique
específicamente.
–Este martes se produjo un encuentro con autoridades norteamericanas, y
se reafirmó el compromiso con nuestro país para la lucha contra este flagelo…
Lo que pasa
es que Estados Unidos ha estado reduciendo su apoyo porque el consumo allá es
menos. Desde la reducción de este apoyo en diciembre del año pasado, ya no se
hacen los vuelos con los helicópteros UH. Estas unidades están paralizadas en
Pucallpa, en número de 20, y pareciera que no hay el aporte peruano para
continuar con las interdicciones.
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