Wednesday, November 25, 2015

INSULZA NO LOGRA COHESIÓN EN CHILE; BOLIVIA SUMA RESPALDO


En noviembre de 2010, mientras todavía se mantenía a la cabeza de la Organización de Estados Americanos, Insulza reconoció que con frecuencia el reclamo de Bolivia por terminar con su condición mediterránea aparecía en la opinión pública, y emplazó a encontrar un punto de acercamiento con dicha nación. “No sé cómo se va a resolver, pero creo que ya es hora de hacer propuestas concretas. Llevan mucho tiempo de diálogo Bolivia y Chile, llevan mucho tiempo conversando”, afirmó a Televisión Nacional hace cinco años.

La llegada de José Miguel Insulza al equipo marítimo chileno no logró la cohesión en el vecino país. El ahora agente ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), un día después de su posesión, sufrió críticas del aparato político de Santiago, que le exige que aclare si apoyó o no una salida soberana al mar para Bolivia cuando fungía como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA). En La Paz, se consideró que la incorporación de Insulza obedece a un aspecto político, justo el día en que Bolivia logró el respaldo de Irán.
Insulza asumió la misión de generar estrategias comunicacionales y se habla de un trabajo político en su nueva función. Sin embargo, existen voces críticas a esta incorporación. Una de ellas es la de Jorge Tarud, diputado chileno que pidió al excanciller chileno aclarar si apoyó o no a Bolivia cuando era la cabeza de la OEA al pedir una propuesta concreta para resolver el diferendo marítimo.
“La incorporación de Insulza da para muchas interpretaciones, por eso le pido que lo clarifique, qué oferta concreta, a qué se refiere, ¿él está pidiendo que hagamos una oferta con soberanía?, en consecuencia que sea claro ante el país y que lo diga”, exigió Tarud.
Propuestas concretas
Insulza, en 2010, dijo que el diferendo marítimo debe resolverse y consideró que en esa época era la “hora de hacer propuestas concretas” para solucionar el conflicto. Esa declaración la hizo en una entrevista al canal estatal chileno y hace dos meses la recordó el presidente Evo Morales.
En marzo de 2015, el exmandamás de la OEA recibió de manos de Morales, en Palacio Quemado, el Libro del mar. Esta fue su última visita a La Paz.
El diputado chileno Hugo Gutiérrez también criticó la incorporación de Insulza. Dijo que el excanciller tiene experiencia política y no jurídica.  Al respecto, el vicepresidente Álvaro García ve “fragilidad” en el accionar chileno y pidió a Insulza practicar lo que predicó cuando era líder de la OEA.
El exagente chileno Felipe Bulnes denunció, en una carta, que no se logró la cohesión en Chile luego de conocer el fallo de la Corte Internacional de Justicia del 24 de septiembre






RESUCITAN ANTIGUO LLAMADO DE INSULZA A ENTREGAR “PROPUESTAS CONCRETAS” PARA BOLIVIA

Radio Bio Bio de Chile (www.biobiochile.cl)
                                                             
A menos de 24 horas de haber sido oficializado como el nuevo agente ante la Corte Internacional de Justicia por la demanda reivindicatoria boliviana, el ex secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, enfrenta una polémica por las opiniones que entregó mucho antes que el vecino país concretara su acción ante el tribunal asentado en La Haya.
En noviembre de 2010, mientras todavía se mantenía a la cabeza de la Organización de Estados Americanos, Insulza reconoció que con frecuencia el reclamo de Bolivia por terminar con su condición mediterránea aparecía en la opinión pública, y emplazó a encontrar un punto de acercamiento con dicha nación.
“No sé cómo se va a resolver, pero creo que ya es hora de hacer propuestas concretas. Llevan mucho tiempo de diálogo Bolivia y Chile, llevan mucho tiempo conversando”, afirmó a Televisión Nacional hace cinco años.
Durante el gobierno de Eduardo Frei, mientras José Miguel Insulza se desempeñaba como ministro de Relaciones Exteriores, hubo una serie de conversaciones con Bolivia en relación a la demanda marítima. Entre esos diálogos se aludió a la eventualidad de entregar facilidades de carácter amplio para utilizar el puerto de Iquique.
Insulza admitió la existencia de “conversaciones discretas”, evitando aludir a ellas como una negociación secreta, que “no fructificaron en ese momento”.
Uno de los encargados de revivir esas declaraciones fue el diputado del PPD Jorge Tarud, quien en 2010 criticó duramente las palabras del entonces secretario general de la OEA.
“Él no puede entrometerse en lo que es el diálogo y la relación bilateral entre Chile y Bolivia cuando nadie se lo ha pedido y, por lo tanto, que él esté presionando a Chile para realizar una propuesta concreta es absolutamente inaceptable”, manifestó el parlamentario.
Ahora, Tarud pide nuevamente que Insulza explique el tenor de sus dichos, especialmente tras ser nombrado agente.






CHILE EVITA ENFRENTARSE A MORALES, MIENTRAS BOLIVIA PIDE A INSULZA ACLARAR POSTURA

Canciller Muñoz insistió “en que ahora viene una etapa que tiene otro contenido, no sólo jurídico sino que político, histórico y comunicacional”.

El Diario de Chile (www.df.cl/noticias)
                                                        
El gobierno boliviano no sólo aprovechó la oportunidad de hacer ver que en Chile existen fricciones ante la demanda marítima, a raíz de los argumentos que dio el ex agente Felipe Bulnes para su renuncia, sino que también reiteró el emplazamiento que ya le había hecho con anterioridad a José Miguel Insulza para que defina una postura, puesto que en 2010 y cuando era secretario general de la OEA hizo un llamado al diálogo.
Este punto no causó sorpresa, pues varios parlamentarios chilenos y cercanos al juicio, esperaban que La Paz reaccionara de esta forma. Así, el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, dijo ayer que "el gobierno (chileno) es sólido, firme y de un solo pensamiento, una posición, de una sola línea, quien tiene que resolver sus contradicciones es el señor Insulza".
Desde el gobierno chileno no quisieron entrar a responder a los cuestionamientos realizados por las autoridades paceñas. En esa línea, el ministro del Interior, Jorge Burgos, sólo se limitó a decir en tono irónico que "no gastaría un segundo en hacer comentarios al respecto". Esta respuesta también apuntó a las palabras del presidente boliviano, Evo Morales, quien desde Irán expresó en el marco de una entrevista al canal HispanTV: "Nosotros estamos con todo el mundo y lamentablemente Chile está solo. Un poco desgastado, inclusive, su diplomacia".
Por su parte, el gobierno chileno se concentró ayer en reforzar la idea expresada por la presidenta Bachelet respecto al nacimiento de una nueva etapa. Así, de forma muy escueta, el canciller Heraldo Muñoz dijo que "fue una etapa de la objeción preliminar y ahora viene una etapa que tiene otro contenido no sólo jurídico sino que político, histórico y comunicacional, agregando en respuesta a las diversas reacciones emanadas desde el país vecino que "eso le corresponde a Bolivia, nosotros estamos muy claros en nuestra política".
Bajo esta lógica, comentan desde círculos diplomáticos, la idea de la Cancillería es comenzar cuanto antes la llamada nueva etapa, que debería incluir más actividades públicas como, por ejemplo, hacer más notorios los viajes de los ex presidentes, ex cancilleres y parlamentarios, que antes- en su mayoría- se hacían de forma reservada. De igual modo, desde el Congreso aún esperan mayores definiciones en torno a esta nueva estrategia político-comunicacional que se abre y que también tiene a nuevos actores a su cargo, como el del periodista Ascanio Cavallo.
Para hoy está citado a la comisión de RR.EE de la Cámara Baja el nuevo agente, quien asistirá a la instancia a partir de las 16:15 horas. La idea de la citación- comenta un parlamentario- es que informe sobre su nuevo rol y los lineamientos que trazará y que, de paso, aclare los dichos que formuló en la OEA.
Mantener la unidad
En el mundo político intentan mantener y retomar el camino de la unidad y de ver este tema como una política de Estado. A algunos no les cayó bien la salida de Bulnes, y creen que se debería incluir a la oposición de forma más activa para dar una clara señal de transversalidad, como lo hizo La Paz al nombrar vocero de la causa marítima a un claro opositor de Morales como Carlos Mesa.
Con todo, el presidente de la comisión de RR.EE del Senado, Francisco Chahuán, expresó su confianza en fortalecer la unidad pese a las diferencias: "Hubo unidad respecto de la estrategia de Chile y la conducción de la Presidenta en el manejo de la demanda de Bolivia, unidad que se va a mantener con José Miguel Insulza", dijo.
ABOGADO JAIME LAGOS: "ES PREFERIBLE QUE EL AGENTE VIVA EN LA HAYA"
Fortalecer los argumentos jurídicos es una de las clave del actual escenario desde la óptica de Jaime Lagos, quien fuera director jurídico de la Cancillería precisamente cuando la cartera fue liderada por José Miguel Insulza. El experto conversó con DF sobre el momento que enfrenta Chile.
- ¿Cuál es la nueva etapa que se abre tras el cambio de agente?
- Viene una segunda etapa. La primera fue más bien procesal sobre la competencia de la Corte, ahora habrá que entrar en el fondo. Aunque ya en su fallo de septiembre la Corte indicó cuáles son algunos elementos básicos del fallo definitivo, dio una orientación sobre cuáles van a ser los temas que serán discutidos. Ahora también hay una continuidad. Pero el tema central será esta obligación de negociar, si existe y si Chile habría incumplido con esta negociación.
- ¿Qué elementos se debieran fortalecer desde el plano jurídico?
- Hay que preguntarle a los expertos y a los que viajan al exterior si han estudiado a fondo esa materia. El tema de los actos jurídicos unilaterales va a ser central y muy debatido. Requiere mucho conocimiento jurídico, y se requiere reforzar y hay que estudiarlo aún más a fondo, hay que fortalecer esos elementos jurídicos que no han sido fáciles, sobre todo porque hay autores chilenos que aceptan la teoría de la obligación de negociar como un hecho establecido en el derecho internacional.
- ¿Qué tan importante puede ser para la Corte la particular campaña comunicacional boliviana ?
- Hay dos aspectos, el jurídico que como dije hay que fortalecerlo; pero obviamente un país que tiene simpatía internacional, puede tener alguna incidencia, porque el hecho que aparezca Bolivia presentándose como víctima ayuda en su tesis, pero no va a ser fundamental.
- ¿Cómo analiza la salida del agente Bulnes?
- No me gustó en lo comunicacional. Ahí fallamos. No se explicó bien el tema y quedó la sensación de que había un quiebre. No fue acertado, porque dio a entender a la opinión pública mundial que había una división en este tema. Por suerte, se ha retomado bien el camino como política de Estado. Pero no fue un buen uso comunicacional. Basta ver las reacciones mundiales y cómo Bolivia se está aprovechando. No fue un acontecimiento grato, dio la impresión de una división que no es tan así, hay matices, pero no hay esa división. A veces, sí ha habido muchas críticas al gobierno, es cierto, a veces muy duras y fuertes; incluso algunos dijeron que no había que ir a presentarse a la Corte, apuntando a una Corte que tiene que resolver el fondo. Antes que se falle ya se estaba criticando. Ha habido cierto nacionalismo exagerado chileno, pero afortunadamente todo ha vuelto a su cauce normal.
- ¿Qué impresión le deja el arribo de Insulza?
- Tengo la mejor impresión de él, no necesita presentación. Se le está atribuyendo una frase (por parte de Bolivia y sus declaraciones cuando estuvo en la OEA), y habrá que ver cuál fue esa frase, aunque no fue nada muy negativo, sólo llamó al diálogo. Una cosa que me alegro es que se dedique con exclusividad, siempre he sido partidario de que el agente viva en La Haya, y si no se podía al menos que se dedicara cien por ciento a la defensa.
- La no exclusividad que tenía Bulnes, ¿puede haber sido uno de los motivos de su salida?
- Habrá tenido sus otras razones, pero en este caso -como he dicho- se requiere dedicación exclusiva. El agente tiene que vivir en La Haya, y eso se lo diré a José Miguel (Insulza) cuando me reúna con él estos días, como opinión, eso sí, no como un consejo.





LA HAYA: PARTIDOS PIDEN QUE INSULZA ASUMA VOCERÍA ACTIVA

Parlamentarios de todos los sectores solicitaron a Insulza desplegar un rol más político que su antecesor. Nuevo agente se reunió ayer con Felipe Bulnes, cita a la que también se sumó Alberto Van Klaveren.

La Tercera de Chile (www.latercera.com)
                                                        
Ejercer un rol más activo y una vocería menos jurídica y más política. Esa fue la solicitud hecha ayer por los parlamentarios de las comisiones de Relaciones Exteriores del Congreso al ex secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quien el lunes fue nombrado como el nuevo agente de Chile en la Corte Internacional de La Haya, en reemplazo de Felipe Bulnes. 
El argumento de los legisladores se basa en el diagnóstico de la gestión realizada por el abogado y ex ministro de Sebastián Piñera durante la primera etapa de la demanda de Bolivia. 
Luego de que el pasado 24 de septiembre la Corte decidiera rechazar la impugnación de competencia y dar curso al juicio contra Chile,  varios reclamaron que faltó un trabajo de sociabilización de los argumentos chilenos, al margen de los contenidos jurídicos.  
De hecho, luego de anunciar públicamente su renuncia, el propio Bulnes admitió que  tomó la decisión producto de las reacciones que tuvo en Chile el fallo.
Entre los cuestionamientos expuestos por distintos sectores se planteó el ejemplo de la ofensiva encabezada por el Presidente de Bolivia, Evo Morales, quien nombró al ex jefe de Estado, Carlos Mesa, como vocero internacional de la causa marítima.  
Este último llevó a cabo múltiples visitas por todo el mundo durante los últimos meses, para reunirse con autoridades de Estados Unidos y de distintos países europeos, incluso con  el Vaticano, con el objeto de explicar los argumentos de La Paz y su histórico reclamo de un acceso soberano al océano Pacífico.  
Conscientes de los reparos  a la defensa chilena,  tras conocerse la sentencia en La Haya  La Moneda sumó, a mediados de octubre, al periodista Ascanio Cavallo, al historiador Joaquín Fermandois y el ex subsecretario para las FF.AA. Gabriel Gaspar, para reforzar la difusión de la postura nacional.
Y en esa misma línea, los parlamentarios solicitaron que Insulza, en su nuevo rol de agente,  despliegue su experiencia política y comunicacional en la etapa próxima del juicio.
Según el presidente del Senado, Patricio Walker (DC), “para esta segunda etapa es fundamental tener, junto con la defensa jurídica, un rol político y comunicacional más proactivo y José Miguel Insulza tiene el prestigio”.
Así mismo, el senador Hernán Larraín (UDI), afirmó que “en este minuto la defensa de Chile no puede centrarse solo en lo jurídico, porque hemos visto que con los mejores argumentos jurídicos esgrimidos en el pasado hemos perdido ante La Haya en nuestros puntos de vista”.
El parlamentario agregó que es necesario entrar en una fase donde “lo político y lo comunicacional tengan una mirada distinta. Y creo que José Miguel Insulza está especialmente calificado para liderar esa etapa y tener una vocería adecuada a esta finalidad”. 
Reunión Insulza- Bulnes
Una reservada reunión sostuvieron durante la jornada de ayer José Miguel Insulza y Felipe Bulnes  en la sede del ministerio de Relaciones Exteriores de calle Miraflores (el edificio principal se encuentra en Teatinos, frente a La Moneda).  
Quienes conocieron de la cita afirman que  se trató de una reunión de trabajo y que el ex agente  puso al día en varios detalles del proceso judicial a su sucesor . Al encuentro incluso se sumó, en un momento, el embajador Alberto Van Klaveren. 
En todo caso, no era la primera vez que Insulza y Bulnes tomaban  contacto:  durante la semana pasada conversaron telefónicamente casi todos los días e, incluso, Insulza tiene contemplado invitarlo a una reunión con el equipo de abogados internacionales  en enero, cita que estaba programada con anterioridad.
Respecto a sus próximos pasos, por estos días el ex ministro se concentrará en conocer la preparación, que ya está avanzada, de la contramemoria chilena. 
Además, tendría contemplado programar un encuentro con los ex presidentes para reorganizar la política comunicacional de la defensa.
Hoy, en tanto, el nuevo agente se trasladará a Valparaíso para asistir a la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, luego de que los legisladores solicitaran su presencia para escuchar el enfoque que el ex ministro desarrollará en su gestión. “Estamos interesados en saber cómo podemos colaborar en esta etapa”, afirmó el diputado Jorge Sabag (DC).
Por el mismo tema, Insulza se reunirá el viernes con  el canciller Muñoz, junto a las comisiones de RR.EE. de  ambas cámaras del Congreso.





Señaló que "en el tema de Bolivia la voz cantante va a ser José Miguel Insulza"

PÉREZ YOMA APUNTA A CANCILLER MUÑOZ POR DERROTA CON BOLIVIA Y DICE QUE "CAMBIARLO PODRÍA HABER SIDO UNA POSIBILIDAD"
                                                                               
El ex ministro de Defensa aseguró que el cambio del delegado chileno en La Haya era necesario, pero que "el error no estuvo en la excepción preliminar sino que en las expectativas que creó la Cancillería respecto al triunfo. El canciller fue demasiado exitista, sobre todo en sus presentaciones".

El Mostrador de Chile (www.elmostrador.cl)

El ex ministro de Defensa y ex embajador, Edmundo Pérez Yoma, se refirió al cambio en el puesto de Agente chileno ante La Haya, cargo que ahora acupa el ex secretario general de la ONU, José Miguel Insulza.
Pérez Yoma indicó que el cambio era necesario, no por un mal desempeño de Felipe Bulnes, sino porque era necesario un cambio de estrategia, sobre todo a la hora de comunicar. "Hubo una subestimación en este Gobierno (...) Bolivia al elevar esto a la Corte Internacional es un cambio de estrategia que nos dejó totalmente descolocados", consignó.
El ex secretario de Estado aseguró que ahora el rol de llevar las relaciones con Bolivia lo va a tener Insulza, "en el tema de Bolivia la voz cantante va a ser José Miguel", dijo, y agregó que "el canciller va a tener que dedicarse a las múltiples tareas de la Cancillería".
Y es que, a juicio de Pérez Yoma, pudo haber sido el canciller Heraldo Muñoz quien saliera de su cargo, debido a los errores que se han sucedido en la estrategia chilena ante la demanda marítima de Bolivia en La Haya.
"El error no estuvo en la excepción preliminar sino que en las expectativas que creó la Cancillería respecto al triunfo. El canciller fue demasiado exitista, sobre todo en sus presentaciones", dijo a CNN.
Finalmente, sentenció que "podría haber sido una posibilidad cambiar al ministro".





MUJICA INSTÓ A BUSCAR “SOLUCIÓN AUDAZ” AL LITIGIO ENTRE BOLIVIA Y CHILE

Montevideo Com. de Uruguay (www.montevideo.com.uy)
                                                      
Mujica opinó que el litigio entre bolivianos y chilenos por la salida al mar de Bolivia es un problema que afecta al conjunto de América Latina. El ex presidente instó a buscar una solución audaz al diferendo y a apostar por la integración regional.
El ex presidente José Mujica afirmó este martes que el litigio marítimo que mantienen Bolivia y Chile en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) es un problema que afecta al conjunto de América Latina e hizo un llamado a buscar una solución más audaz y a apostar por la integración regional.
"No es un problema de Chile, es un problema de América. Los puertos nuestros deben ser francos para todos los países latinoamericanos", sostuvo Mujica a los periodistas después de participar en la inauguración del X Foro Anual del Progresismo, que se celebra en Santiago de Chile.
El ex gobernante y hoy senador respaldó en ocasiones anteriores la aspiración boliviana de recuperar la salida al mar y hoy afirmó que "todos los pueblos" tienen ese derecho, aunque evitó profundizar en el tema.
Mujica consideró que este tipo de diferencias se arreglan con "voluntad política" e instó a abordarlo desde el prisma de la integración de América Latina.
"Soy integracionista total, no hago cuestión de banderas o de patria, para mí la patria es el todo. De alguna manera, o nos juntamos los latinoamericanos o nos sacaron una ventaja que quedamos siempre dependientes. Los débiles, para ser fuertes tienen que juntarse con sus iguales", reflexionó.
Bolivia demandó a Chile en 2013 ante la CIJ de La Haya para que obligue al país austral a negociar la restitución del acceso soberano al mar que el país altiplánico perdió en una guerra del siglo XIX.





CHILE DA UN GIRO POLÍTICO ANTE EL CONFLICTO MARÍTIMO

El País de España (www.internacional.elpais.com)
                                                    
José Miguel Insulza, de 72 años, exsecretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), ha pasado a liderar el equipo jurídico de Chile para hacer frente a la demanda marítima boliviana, que exige una salida al mar por territorio chileno. El presidente de Bolivia, Evo Morales, aseguró sobre este cambio de estrategia: “Su diplomacia está un poco desgastada”. Chile no respondió a las afirmaciones del mandatario boliviano.
El Gobierno chileno parece concentrado en ordenar las piezas para esta nueva etapa que inaugura con el nombramiento de Insulza como líder de la estrategia chilena en el Tribunal de La Haya. El abogado socialista, que estuvo a la cabeza de la OEA entre 2005 y comienzos 2015, llegó para reemplazar a Felipe Bulnes, que renunció a su cargo después de comunicárselo a la presidenta, Michelle Bachelet, a mediados de mes. “Resulta fundamental para el interés de Chile restablecer cuanto antes un nivel de cohesión y unidad en torno al equipo de defensa”, explicó Bulnes, que había sido nombrado como agente por el Gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014) y luego ratificado por la segunda administración de Bachelet.
La salida de Bulnes se produjo dos meses después de que la Corte Internacional de La Haya desestimara la objeción preliminar chilena por 14 votos contra dos y se declarara competente ante la demanda de Bolivia, lo que provocó críticas internas a la estrategia chilena y a su equipo. Aunque el asunto siempre se ha tratado como un problema de Estado, al margen del Gobierno de turno, en Chile quedó la sensación de que las tácticas jurídicas no han dado los frutos necesarios. La derecha política, el sector del propio Bulnes, ha sido especialmente escéptica, lo que habría motivado la renuncia del abogado, de 46 años.
Un gran negociador
La entrada de Insulza representa un cambio de etapa en la estrategia chilena ante la demanda marítima boliviana: desde este momento, el proceso no sólo será enfrentado desde el punto de vista jurídico, sino también político. “Chile es un país democrático, respetuoso del derecho, siempre abierto al diálogo”, señaló el exsecretario general de la OEA.
Apodado El pánzer por su peso político y sus reconocidas habilidades de negociador, Insulza se ha desempeñado en cargos de alta sensibilidad en los gobiernos democráticos de Chile desde 1990. Fue ministro de Relaciones Exteriores durante el Gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000), cuando tuvo que liderar la estrategia chilena en el caso Pinochet y defendió el regreso a Chile del dictador para evitar su extradición y juicio en España. Al finalizar esa misma administración, Insulza fue secretario general de la Presidencia y, en ese cargo, realizó gestiones políticas clave para evitar un triunfo de la derecha en las elecciones de 1999 y el balotaje de comienzos del 2000. En el Gobierno del socialista Ricardo Lagos (2000-2006), fue su ministro del Interior durante casi todo el período y el segundo hombre fuerte de La Moneda.
La trayectoria de Insulza a nivel internacional y nacional ha supuesto cartas de presentación relevantes para Chile a la hora de nombrarlo como agente ante La Haya por la demanda boliviana. A diferencia de Bulnes, en el Gobierno aseguran que gracias a su red de contactos a nivel mundial puede tocar las puertas de muchos gobiernos de todo el mundo. De esta forma, Chile pretende contrarrestar la estrategia que ha desplegado Evo Morales para buscar apoyos públicos a su causa.
Del diálogo a un cambio de estrategia
Durante el Gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006), el ministro del Interior, José Miguel Insulza, fue el encargado de llevar adelante las frustradas negociaciones con Bolivia para concederle al país andino una salida no soberana al Pacífico. Posteriormente, como secretario general de la OEA se mostró dispuesto a acompañar un proceso de diálogo entre ambos países. Bolivia cree ahora que la nominación de Insulza resulta contradictoria: “Desde otra posición, tiene que hacer cosas contrarias a las que él mismo se comprometió”, dijo el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera.
Un 86% de los chilenos rechaza que Chile conceda a Bolivia un acceso soberano al mar, de acuerdo a una encuesta de la Universidad Católica y la consultora GfK Adimark. El 49% opina que a Bolivia no se le debe dar ni una salida al Pacífico ni facilidades para exportar sus productos y el 37% está de acuerdo con facilitar el uso de puertos chilenos.





LA INSACIABLE AMBICIÓN DE PODER DE EVO MORALES

La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
                                                                           
El actual presidente de Bolivia, Evo Morales, lleva ya tres períodos consecutivos al frente del Poder Ejecutivo de su país. Lo ocupa desde enero de 2006, cuando fue elegido por primera vez, y desde entonces ha vivido encaramado a un poder que se resiste a abandonar. Su ambición por mantenerse en ese cargo es tan insaciable que ahora procura obtener la posibilidad de una tercera reelección consecutiva, para la cual ha puesto en marcha el proceso jurídico requerido para reformar la Constitución de su país, que hoy, claramente, se lo prohíbe.
Morales pretende continuar en la presidencia hasta 2025. De lograrlo, habrá contabilizado 19 años seguidos al frente del Poder Ejecutivo. En recientes declaraciones, ha dicho que sólo busca un cuarto mandato y no la reelección indefinida y que la mentada reforma constitucional responde "al pedir del pueblo". Sin embargo, nada garantiza que, de abrirse el proceso reformista constitucional, no se aproveche esa discusión para incluir en el nuevo texto legal la posibilidad de la eternización en el cargo de los mandatarios bolivianos.
Morales, como otros tantos líderes populistas, cree que su presencia al frente del gobierno resulta indispensable. Sin embargo, según las encuestas de opinión, Bolivia se encuentra hoy dividida: aproximadamente la mitad de su población rechaza que Morales continúe al frente de la presidencia por un cuarto período consecutivo. En cambio, defiende la posibilidad de que exista una saludable alternancia democrática en el poder.
Morales, por su parte, está convencido de que no resulta antidemocrático seguir postulándose a la primera magistratura. Sin embargo, la democracia implica esencialmente pluralismo, y ello no existe cuando ocurre la perpetuación en el poder.
El proceso re-reeleccionista desembocará en un referéndum, en febrero de 2016, cuando los ciudadanos bolivianos sean llamados a dar su opinión sobre la modificación del artículo de la Constitución que permita a Morales volver a participar en los próximos comicios. Es el que dispone que el presidente y el vicepresidente sólo pueden ser reelegidos una sola vez de manera continua.
Mediante la manipulación de la justicia, Morales ya había obtenido de la Corte de su país un dictamen que permitió que su primera presidencia no fuera computada para el límite de reelecciones previsto actualmente.
La campaña por la nueva reelección ha comenzado. Morales y los suyos están haciendo una intensa propaganda para tratar de influir sobre la opinión pública. Esa campaña se financia con dineros públicos en un país donde, además, la libertad de expresión e información está severamente restringida. Ante este nuevo atropello, los frentes de muchos edificios de ciudades bolivianas aparecen embanderados, con leyendas que dicen "no", un mensaje tan escueto como contundente.





PERÚ Y BOLIVIA IMPULSAN INNOVACIÓN Y DESARROLLO PARA MEDIANOS Y PEQUEÑOS EMPRESARIOS

Los Andes de Perú (www.losandes.com.pe)
                                                               
Más de 200 empresarios y emprendedores peruanos compartieron las iniciativas de ambos países para el desarrollo de las Medianas y Pequeñas Empresas (MYPE), así como el fomento de la innovación, durante el Primer Foro Binacional por la Innovación y el Financiamiento para la Mediana y Pequeña Empresa (MYPE) Perú y Bolivia, organizado por el Ministerio de la Producción (PRODUCE).
En esta ocasión los asistentes y representantes de las citadas unidades económicas del altiplano conocieron las oportunidades de financiamiento para la innovación que ofrece la Plataforma Innóvate Perú del PRODUCE.
Así lo dio a conocer el Director General de Innovación, Transferencia Tecnológica y Servicios Empresariales del Ministerio de la Producción, Alejandro Bernaola, quien informó que en este encuentro internacional se intercambiaron experiencias e información sobre la innovación y el desarrollo empresarial entre Perú y Bolivia.
“En adelante nos apoyaremos para intercambiar las buenas prácticas o metodologías, y para implementarlas en los instrumentos de financiamiento de cada país”, agregó Bernaola.
INNOVACIÓN EN PUNO
El primer Foro Binacional Perú-Bolivia sobre Innovación y Financiamiento para la MYPE contó con la participación de más de 200 empresarios de las micro, pequeñas y medianas Empresas (MIPYME) interesados en innovar e incrementar la productividad de sus negocios.
Cabe resaltar que el Ministerio de la Producción destinó S/. 1.8 millones de soles entre el año 2010 y el 2015 para impulsar la innovación productiva en la Región Puno, a través de fondos concursables a favor de las empresas y emprendedores en el marco de la plataforma Innóvate Perú.
“Se han financiado 10 proyectos, entre ellos, 3 pertenecen al rubro Textil y confecciones; 3 a las TIC, los demás pertenecen al sector Agropecuario e Ingeniería, entre otros”, señaló Bernaola.
Este primer Foro Binacional es también el sexto Foro Regional por la Innovación, que desde Mayo de este año la Dirección General de Innovación, Transferencia Tecnológica y Servicios Empresariales del Ministerio de la Producción, viene impulsando a nivel nacional con la finalidad de dar a conocer lo que viene trabajando Produce en materia de innovación.






Noticias al Día de Venezuela (www.noticiaaldia.com)
                                                                            
José Luis Exeni, coordinador general de la Misión de Observación Electoral de la Unasur, afirmó que “seguirán insistiendo” a fin de que todos los actores políticos asuman el principio de reconocimiento de los resultados el 6 de diciembre.
En entrevista telefónica desde Bolivia, indicó que desde el martes comenzó a llegar a Venezuela la avanzada técnica que hará el acompañamiento a las auditorías, al proceso de capacitación de miembros de mesa y a la campaña electoral. Estima que la próxima semana ya se instale la Misión.
¿Cuáles son las expectativas que tiene sobre esta Misión?
Tenemos mucha expectativa, porque creemos que puede contribuir de manera sustantiva, que sea útil para generar condiciones propicias, de diálogo, de respeto a los resultados, de lo que sabe hacer la democracia venezolana y es participar en elecciones. Ya estamos definiendo los instrumentos de recolección de la información para nuestro despliegue, y esperaríamos, en principio, tener presencia en 10 estados, entre ellos Caracas y Zulia, que nos interesa mucho porque es fronterizo, pero aún estamos definiendo los demás territorios y los recorridos específicos que haremos.
¿Cómo está compuesto el grupo de expertos técnicos?
Ya estamos recibiendo las acreditaciones de los magistrados de diferentes organismos electorales que han confirmado de Ecuador, Uruguay que enviará 4 representantes, de Bolivia, de Surinam; esperamos en las próximas horas o días contar con los nombres de los delegados de Colombia, Argentina, y estamos pendientes de lo que nos diga Perú y Chile.
Usted fue presidente de la CNE boliviana. Los integrantes del grupo ¿qué experiencia tienen en observación electoral?
La experiencia cualitativa de las misiones de Unasur respecto de otras misiones es que está compuesta fundamentalmente por administradores de procesos electorales, por magistrados de los diferentes organismos electorales de la región que saben hacer elecciones y están bien informados, tienen una visión comparada de esos procesos en nuestros países, y conocimiento de las diferentes áreas y componentes normativos, operativos, de la logística, de lo que implica organizar una elección, y por supuesto, entendiendo plenamente la especificidad de la normativa y de la democracia venezolana, vamos a poner toda nuestra experiencia al servicio de esta Misión.
¿Cómo es el proceso con los informes que ustedes presentan?
En los informes vamos a expresar de manera técnicamente impecable lo que vamos a ver en estas elecciones, lo cual se inscribe dentro de la coordinación y cooperación que tiene el Consejo Electoral de Unasur.
¿Quiénes los redactan?
Son tres informes que vamos a presentar: Uno de actividades que se presenta antes de la votación; el preliminar que lo vamos a presentar el día después, el 7 de diciembre, y el final que lo presentaríamos dentro de los 15 días siguientes a las elecciones. La elaboración está bajo mi responsabilidad como coordinador general pero, por supuesto, en diálogo y en base a los informes de la observación y acompañamiento que hagan todos los delegados. Este informe se entrega al CNE y a la Secretaría General de Unasur.
En la primera reunión de la Unasur con los actores políticos se presentó un documento. El GPP aceptó firmarlo, pero la MUD no lo avala, ¿cuál es la evaluación que hace usted de esto?
Lo que hemos presentado, más que un documento para firma es una propuesta de declaración, una propuesta de trabajo, la primera reacción dijeron que lo iban a evaluar, y vamos a seguir insistiendo, porque es una propuesta abierta a todos los ajustes que se puedan hacer, pero más allá de que se firme o no, resaltamos un principio fundamental en democracia y es que todos los actores que participan en un proceso tienen la responsabilidad de reconocer los resultados, porque hay que reconocer la voluntad popular, por supuesto, asumimos que deben haber normativas, garantías necesarias para el proceso, pero vamos a seguir invocando y exhortando porque creemos que sería muy buena señal para garantizar un proceso electoral participativo y pacífico, y el diálogo del día después.
Entonces ¿es posible que el grupo técnico que va a llegar al país se reúna con los actores políticos?
Así es, vamos a seguir sosteniendo encuentros. Yo tengo el jueves ya una reunión con el equipo técnico primero de la MUD y luego del GPP para dialogar acerca de las auditorías en las que han participado; cómo ha sido el proceso, trabajar con ellos y que se tenga la certeza técnica, y entiendo que el representante especial (Leonel Fernández) va a tomar contacto para seguir manifestando nuestra voluntad de contribuir al diálogo y de que ese principio fundamental de que se comprometan a reconocer los resultados sea algo asumido por todos.
¿Está previsto que el CNE les brinde algún taller en relación con el trabajo de una Misión de Observación en el país?
Así es. Están previstos al menos 3 talleres, uno para la normativa, el segundo para conocer las circunscripciones, y un tercero sobre auditorías. Además, hemos solicitado al CNE información útil para la Misión, intercambio de información plena, porque tenemos el compromiso y la buena voluntad del CNE de garantizar el trabajo sin restricciones de esta Misión.





¿QUÉ MOTIVA LA REAPERTURA DE UNA EMBAJADA CHILENA EN IRÁN?

El Líbero de Chile (www.ellibero.cl/opinion)
                                                                           
De acuerdo con la información proporcionada por “El Líbero”, para este mes de diciembre estaría prevista la llegada a Teherán de un diplomático chileno -de rango medio- para iniciar los trámites de re-apertura de una misión diplomática en la capital iraní. La anterior embajada de Chile había sido cerrada durante el gobierno militar, al igual que en otros países a raíz de la fuerte militancia anti-Occidental de la Revolución Islámica instaurada en 1979.
A partir de entonces, la representación chilena en Irán fue cubierta por nuestra representación permanente ante la ONU, en calidad de misión concurrente, en tanto que Irán mantuvo su embajada en Chile, aunque durante varios años (1994-2008) experimentó un cierre de facto con ocasión del atentado a la AMIA en Buenos Aires que mató a 86 personas y dejó más de 200 heridos. Dos años antes (1992), una explosión similar había destrozado la embajada de Israel en ese mismo país, sin que se pudiera esclarecer judicialmente la autoría (¿Hizbulá?, ¿Pasdaran?). Por último, la muerte en enero de este año del fiscal argentino Alberto Nisman, responsable de develar los vínculos de altos miembros del gobierno de Teherán con el kirchnerismo y con el referido atentado contra el centro judío, ha puesto sobre el tapete nuevamente el supuesto apoyo del régimen de los ayatolás al terrorismo internacional.
Es muy probable que, a partir del nuevo gobierno de Mauricio Macri en la Argentina, se resientan los lazos entre Buenos Aires y Teherán, en virtud de lo cual no resulta extraño que Irán haya buscado la intensificación de sus relaciones diplomáticas con Santiago y, alegando la reciprocidad, consiguiera que el gobierno de la Nueva Mayoría decidiera reabrir la embajada en Teherán, a pesar de que -en más de una ocasión- se han hecho sentir las protestas de santiaguinos por las políticas de represión (de opositores) y discriminación (contra las mujeres) en Irán.
Llama poderosamente la atención el giro de la cautelosa política chilena frente a Irán, sobre todo cuando la República Islámica ha enfatizado el acercamiento hacia los países del ALBA (Venezuela, Nicaragua y Bolivia) y ha sido acusada de una infiltración religiosa, política y financiera en América Latina. El tema en cuestión presenta tres perspectivas (política, seguridad e intereses) que ahora pasamos a analizar:
La política o los “guiños de Mefisto”
El investigador chileno Iván Witker Barra (Ph.D en la U. Carlos IV de Praga y profesor de la ANEPE) ha sostenido que la singular penetración iraní en América Latina responde al interés de Teherán por aumentar su posicionamiento internacional, en general, y a su objetivo particular de minar el “patio trasero” de los EE.UU. En su artículo “Los Guiños de Mefisto: La expansión de Irán en América Latina y sus implicancias para la seguridad de Chile y Argentina” (Offnews.info del 20.02.2010), Witker alega que en 2008 “se inició una ofensiva hemisférica iraní basada en acercamientos diplomáticos, apoyo a comunidades shií (no menos de 80 centros culturales), y una asociación político-discursiva fuertemente anti-estadounidense con interlocutores locales en Venezuela (+ ALBA)”, cuyo éxito permitiría la apertura brasileña.
Esta ofensiva diplomática coincidió con la creación del Foro de Sau Paulo, donde el PT brasileño reunió a los principales partidos de izquierda latinoamericanos (partiendo por Cuba y Venezuela) para coordinar acciones en la región y confeccionar un verdadero manual para la obtención y consolidación del poder popular valiéndose de las instituciones democráticas. Ya, hacia fines del 2009, “el interés persa empezó a confluir con el interés brasileño de actuar internacionalmente con mayor autonomía, lo que derivó en una vistosa invitación a Brasilia del Presidente Ahmed Ahmedinejad.
En vista de lo anterior, Israel tomó en esos días “tres decisiones importantes respecto a la expansión iraní en América Latina: a) Alertar a los países integrantes de la OEA mediante una nota oficial sobre la peligrosidad del trabajo iraní en la región, dirigida a la Asamblea General en Tegucigalpa; b) Los viajes de su Canciller, Avigdor Lieberman, y del ministro de Infraestructura, Uzi Landau, por varios países latinoamericanos, explicando los nexos Irán-Hizbulá; y c) Una gira del Presidente Shimon Peres a Brasil y Argentina, países dondé expresó su preocupación por una presencia iraní que iba mucho más allá de lo diplomático y/o comercial”.
Es en ese contexto, cuando “la relación con Argentina, alguna vez promisoria, se vió destrozada por el involucramiento de Teherán en el caso AMIA”. Chile mantenía, por su parte, “una relación cautelosa: compras de petróleo e intentos de ventas de armas marcaron los 80’; tímidas inversiones petroleras, los 90’”. Pero “entre Santiago y Teherán se mantuvo un vínculo de dinámica unilateral (iraní), sin quedar muy claro cuál era la finalidad de Teherán de incluir a Chile en su despliegue hemisférico”.
En definitiva, la tesis de Witker es que los aproximadamente 250 mil judíos argentinos son un blanco del despliegue global iraní (política anti-judía que marca la diplomacia iraní desde fines de los 80’), como quedó evidenciado en los eventos dramáticos ocurridos en la capital argentina. En el caso chileno, Teherán podría estar viendo a un potencial nicho, dada la importante población de descendencia palestina, que sin ser musulmana en su gran mayoría (ni -por ende- islamista), no elude su profunda simpatía por la causa palestina. Chile le serviría a Irán como observatorio y como punto de apoyo lateral a su despliegue en la región.
“El juego de Irán, de inmiscuirse en las inmediaciones estadounidenses, así como el de Venezuela y Brasil (por razones distintas y con dinámicas diversas) de aceptar los guiños de un Irán, convertido en un actor que desafía al sistema mundial, encuentra su epítome en las tentaciones de Mefisto. Tentaciones que el mismo doctor Fausto sabía, tenían un precio” (Witker).
La seguridad en la “Triple Frontera”
Una segunda perspectiva prioritaria dice relación con un tema de seguridad regional: la vigilancia de la llamada “Triple Frontera” (Argentina-Brasil-Paraguay), especialmente si se consolidan los nexos Irán-Bolivia con Evo e Irán-Paraguay con el contrabando, porque hay claros indicios de que elementos del grupo chií libanés Hizbulá están involucrados directamente en el tráfico de drogas como fuente de financiamiento -al estilo FARC- para el terrorismo internacional.
Hizbulá (“Partido de Dios”), no sólo es el principal testaferro de Irán en El Líbano sino su gran arma de lucha a favor de Bashar al-Assad en Siria. Junto con el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán (Pasdaran o IRGC), ellos han proveído el apoyo logístico necesario para la proliferación mundial de la ideología islamista iraní. Hay que tener en cuenta que, sólo desde esta “capital” regional de Hizbulá, se envían a lo menos 10 millones de dólares al año para financiar a la referida guerrilla libanesa. El tráfico de armas, de drogas y lavado de dinero ha ido creciendo año a año en la aludida zona sudamericana, para lo cual el principal punto de apoyo de Hizbulá es el narcoterrorismo: grupos armados como los terroristas de la FARC (ahora en negociaciones con el gobierno colombiano) y cárteles mexicanos como Los Zetas y Sinaloa. También son claves la protección que le ofrecen los gobiernos populistas (Maduro) y una creciente red de “empresarios” y de políticos regionales.
Ahora bien, las actividades delictivas de Hizbulá continúan su ascenso hasta hoy sin que ninguna alarma se encienda en los gobiernos de América Latina. En muchos casos, incluso autoridades provinciales han sido cómplices de sus movimientos. Aparentemete, incluso en Chile, la zona de Iquique (zona de libre comercio en el norte de Chile) fue elegida por el grupo libanés para lograr enviar su dinero sucio a los extremistas islámicos en el Medio Oriente.
Los intereses en juego
Normalmente, las consideraciones que se toman en la decisión de abrir una embajada chilena en el exterior dicen relación con factores tan dispares como: afinidad política entre las partes, proyectos de cooperación bilateral; disponibilidades presupuestarias (generalmente lo más gravitante); influencia regional y/o multilateral del país en cuestión; impacto de la apertura diplomática bilateral en la comunidad internacional; la potencialidad comercial del mismo (tamaño del mercado interno y mayor o menor grado de proteccionismo);  otras prioridades de la política exterior chilena, etc. Veámos, entre otros factores, los siguientes:
No cabe duda que, tras el acuerdo que limita la capacidad nuclear de Irán a cambio del levantamiento de sanciones, ha habido un cambio cualitativo en las relaciones estadounidense-iraníes (Doctrina Obama) que le permitirá a Teherán romper su aislamiento internacional y a terceros países (llámese Chile) a buscar un acercamiento. Lo que no se dice, sin embargo, es que los ayatolás y la República Islámica vayan a cejar en su exportación ideológica.
Los contactos comerciales, el fomento de las exportaciones y las inversiones, así como la cooperación, con un mercado que se acerca a los 80 millones de habitantes en el centro de Asia no es algo despreciable. Pero, fuera del petróleo, las millonarias exportaciones iraníes se concentran en productos como el pistacho, los dátiles y las alfombras en seda.
En cuanto al tema presupuestario, desde hace décadas que la Cancillería chilena viene sufriendo serias restricciones. Más del 50% del presupuesto se destina sólo a salarios, a lo que si se agregan los costos fijos hacen que los recursos para los gastos operacionales sean muy exiguos. Chile tiene algo así como 90 misiones y representaciones en el exterior, pero fuera de ondear la bandera y tener presencia no pueden cumplir sus tareas a cabalidad. Una figura equivalente sería el disponer de un gran acorazado (“Latorre”), pero permanentemente anclado en Valparaíso por falta de fondos. Esta situación ha llevado a un ciclo vicioso de cierre de embajadas por economías y de apertura (a veces las mismas) por intereses políticos tanto externos como internos. En cualquier reforma futura de la Cancillería, y a no ser que se asignen recursos adicionales extraordinarios, el desafío será reducir sustancialmente (al menos un tercio) las embajadas menos importantes en el exterior y el personal administrativo en Santiago para reforzar las embajadas más importantes y mejorar los sueldos del personal.
Conclusiones
Todo lo anterior nos lleva a hacer la pregunta con que titulamos este artículo: ¿Qué motiva la reapertura de una embajada chilena en Irán? ¿Por qué ahora Chile se ve compelido a cumplir la reciprocidad diplomática con Irán? ¿Qué gran negocio hay en perspectiva que requiera de una embajada in situ? ¿Cuáles son los estudios objetivos que demuestran que Teherán va a aminorar su militancia fundamentalista y su apoyo al terrorismo internacional?
Existen varias amenazas que todavía justifican una política chilena distante y prudente con respecto a la República Islámica: el entendimiento iraní con los países del ALBA y, concretamente, su apoyo a Bolivia; el narcoterrorismo de Hizbulá en la región; y la importación de los conflictos del Medio Oriente a Chile, teniendo presente el sano equilibrio que nos preocupa mantener entre las comunidades judía y palestina en nuestro país.
Tal vez no es muy elegante concluir que, dada las actuales circunstancias de restricción económica, no parece aconsejable gastar plata en una nueva e imprevisible aventura diplomática.





TRAS EL FIN DEL KIRCHNERISMO: LAS IZQUIERDAS EN AMÉRICA DEL SUR Y CHILE
                                                                                            
Quizás ha llegado el momento, con el “fin del kirchnerismo”, en que se iniciará un nuevo trazado de la escena política de nuestras izquierdas cuya imaginación, hace no tanto tiempo atrás, estuvo dominada por Víctor Raúl Haya de la Torre, Juan Domingo Perón, Joao Goulart, José Vicente Rangel, el Che y Fidel, Salvador Allende. ¿Volverá ese pluralismo de proyectos y liderazgos, cuáles, cuántos, por cuánto tiempo y cómo? La historia dirá.

El Líbero de Chile (www.ellibero.cl/opinion)

El “fin del kirchnerismo”, fórmula con la cual los analistas y los medios de comunicación han caracterizado el triunfo de Macri en Argentina, traerá consigo una inevitable discusión académica y política sobre las perspectivas de la izquierda y la centro-izquierda en el resto de América del Sur. Si la revolución chavista llegase a ser derrotada (como debería ocurrir) el próximo 6 de diciembre en Venezuela, tal discusión se intensificará y podría llevar a preguntarse si acaso ha comenzado a producirse un cambio de marea en el escenario político sudamericano, con la corriente electoral alejándose de la izquierda.
Pero aún sin un quiebre electoral tan dramático, las dificultades políticas y/o la pérdida del apoyo de la opinión pública encuestada que afecta a varios otros gobiernos gruesamente calificados como de izquierda -piénsese en los casos de los gobiernos de Bachelet en Chile, Correa en Ecuador, Humala en Perú y Dilma Rousseff en Brasil- obligan a preguntarse: ¿qué pasa con la izquierda en nuestra parte del mundo?
I
Efectivamente, en el campo de la política, sobre todo ahora que en la región se han ido afianzando regímenes más o menos democráticos, electorales y competitivos, el panorama de los gobiernos cambia con relativa rapidez. A comienzos de los años 2000, se hablaba de un “giro a la izquierda” en América Latina, y tanto la prensa como la academia intentaban dar cuenta de esta nueva ola de experiencias progresistas. En su edición del 27 de marzo de 2013, el diario español El País titulaba su edición internacional así: “La izquierda se afianza en Sudamérica”. En cambio, últimamente uno encuentra títulos como el siguiente: “¿Fin del ciclo progresista o reflujo del cambio de época en América Latina?” (Cuba Debate, 9 de septiembre de 2015). Más directa aún, Deutsche Welle, la difusora alemana, se preguntaba en su versión de Internet: “¿El fin de la izquierda latinoamericana?” (2 de febrero 2015).
De cualquier forma, una discusión menos superficial de estos asuntos requiere hacer algunas distinciones, pues la noción de izquierda, en realidad, no dice mucho (o dice demasiado, según el punto de vista que se adopte). Y, enseguida, las izquierdas (plural) mudan y se transforman a lo largo del tiempo, dentro de un amplio y escurridizo espacio que va desde el centro a la izquierda o viceversa, lo cual torna aún más indeterminados los puntos de referencia. Sin olvidar, además, que dicho espacio es multidimensional y no se ordena exclusivamente en torno a un eje si no a varios, como pueden ser: propiedad individual / propiedad colectiva, revolución / reformismo, Estado / mercado, libertad / igualdad, democracia / autoritarismo, pluralismo / totalitarismo, etc.
Partamos pues por una primera distinción, sin duda polémica, pero imprescindible en este tipo de debates. Se trata del contraste entre socialdemocracia y populismo como dos formas contemporáneas de las izquierdas, contraste que el intelectual y ex canciller mexicano Jorge Castañeda trazó con partido tomado pero lúcidamente en un artículo del 2006:
“Aquellos partidos de izquierda que surgen de la antigua tradición comunista, socialista o castrista (con la excepción del propio Castro), han cruzado el Rubicón hacia la economía de mercado, la democracia representativa, el respeto a los Derechos Humanos y una actitud geopolítica responsable. A este grupo pertenecen el chileno Ricardo Lagos y su sucesora, Michelle Bachelet; el brasileño Luiz Ignacio Lula da Silva; y quizás también el uruguayo Tabaré Vázquez. Pero aquellos cuyas raíces se hunden en la tradición populista latinoamericana, como el venezolano Hugo Chávez, el argentino Néstor Kirchner, el [entonces] potencial presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y el boliviano Evo Morales, son de una especie distinta. Ellos se encuentran mucho menos convencidos de los imperativos de la globalización y la economía ortodoxa, de los valores intrínsecos de la democracia y el respecto por los Derechos Humanos, y no hacen nada mejor que quejarse del residente de turno en la Casa Blanca”.
Claro está, este cuadro se ha vuelto más complejo aún por la creciente diversidad de matices que existen entre ambos polos. Sin embargo, en lo básico parece correcto distinguir esos dos modos de existir de las izquierdas en Sudamérica, los cuales admiten, a su vez , una variedad de tonos y grados y mezclas de elementos dentro de su propio tipo.
Digamos así: los proyectos socialdemocráticos tal como se han desarrollado en América Latina tienden en general a ser partidos institucionalizados, plenamente integrados a la democracia y que ofrecen un arco de posibles modelos de desarrollo capitalista. En un extremo, un capitalismo de Estado que idealmente debería promover empresas nacionales públicas (de preferencia) o privadas capaces de competir exitosamente en los mercados internacionales, al mismo tiempo que el Estado provee servicios sociales universales y crea un orden racional y planificado. En el otro extremo, una economía social de mercado con un Estado esencialmente regulador y capaz de generar beneficios sociales garantizados para grupos cada vez más amplios de personas vulnerables (pobres, niños, viejos, minorías étnicas, jóvenes ni+ni, personas discapacitadas, etc.).
Dentro de ese arco podría estimarse, por ejemplo, que Ecuador y Uruguay muestran, cada uno a su manera peculiar, rasgos del primer tipo de modelos y Chile, bajo la Concertación, junto con Brasil durante las sucesivas presidencias de Fernando Henrique Cardoso, Lula y Dilma Rousseff, del segundo. Los primeros son parte de una familia socialdemócrata más ortodoxa o tradicional; los segundos integran lo que suele llamarse socialdemocracia de “Tercera Vía”, aquella que no rehúye el uso de políticas de mercado, del New Public Management como medio de gestión pública y de la provisión privada de bienes públicos, todos elementos afines con ciertas visiones e instrumentos tomados de la caja de herramientas de las políticas neoliberales.
En la orilla opuesta del río se ubican en América del Sur los proyectos populistas de izquierda que, al decir de Franciso Panizza, profesor de nacionalidad uruguaya del London School of Ecnomics, conciben el cambio como una ruptura con el status quo, “asociada normalmente con graves problemas económicos o crisis políticas; o con gobiernos poco populares o que han perdido su legitimidad”. Es decir, para el populismo el “cambio como ruptura” es la promesa de “un nuevo orden radical o de re-institución del orden en sociedades que enfrentan graves dislocaciones políticas y económicas”. El mismo autor señala que en los casos contemporáneos de rupturas populistas en Sudamérica “ha habido una denuncia de los partidos tradicionales, como corruptos, al servicio de sus propios intereses y responsables por las reformas neoliberales que, se alega, han achicado el Estado y empobrecido al pueblo. Éste ha sido muy especialmente el caso de los discursos de Evo Morales en Bolivia y de Hugo Chávez en Venezuela”.
Luego, puede esperarse, como un rasgo común de los proyectos populistas, que gocen de una menor institucionalización y sean, al mismo tiempo, menos institucionales en sus objetivos. En cambio, tenderán a un alto grado de personalización carismática, como se observa en los casos mencionados pero también en el caso de los Kirchner, cuyo fin inminente da lugar, precisamente, a estas reflexiones. La lógica carismática de los regímenes populistas los aleja de las intermediaciones partidistas y, en general, los convierte en una amenaza para la democracia (de suyo en crisis cuando esos proyectos surgen), la cual califican habitualmente -igual como hacían las izquierdas tradicionales, marxista-leninistas- de formal, burguesa, elitista, corrupta, falsa, etc.
Esto nos lleva a otra característica típica de los proyectos populistas: el concebir la política como una oposición entre el pueblo, las masas, los descamisados, los pobres, la plebe en definitiva y, en lo alto, los poderosos, las élites, los ricos y abusadores. Recuerdo que el principal teórico del populismo en el ámbito de las ciencias sociales, el argentino Ernesto Laclau, escribió alguna vez que el populismo significa precisamente poner en cuestión el orden institucional construyendo a los desvalidos, los perdedores, los desamparados, como un agente histórico, un otro en relación al orden establecido.
Más que de un enfrentamiento de clases se trataría pues de un choque entre culturas, entre colectivos, comunidades con identidades morales opuestas. Una de estas comunidades abusa y explota conspirando y enriqueciéndose tras los altos muros del poder (oligarquía, élites), mientras la otra sufre y es víctima del maltrato y la explotación (pobres, marginados, excluidos, desaventajados). Y esa dialéctica dura hasta el momento en que la plebe encuentra a un líder quien se hace cargo de su dolor y crea para ella sus esperanzas, convirtiéndola en un agente histórico y conduciéndola a refundar un orden político nacional-popular.
El momento “asamblea constituyente”, explica Panizza, es esencial para ese acto refundacional, pues implica -como se vio en Venezuela, Ecuador y Bolivia- la creación de un nuevo orden necesario para superar “la tensión entre el momento de ruptura -que, si fuera reproducido en el tiempo, conduciría a una política de revolución permanente- y la integración al orden institucional existente que, de completarse, marcaría el fin del populismo”. En tanto, una asamblea constituyente representaría “el momento de ruptura radical que significa el ejercicio inmediato de la soberanía por parte del pueblo: como miembros de la asamblea, quienes integran la plebe pueden aspirar a convertirse en el demos”.
II
Los estudios sobre las izquierdas sudamericanas contrastan en general a Argentina (peronista-kirchnerista), Bolivia de Evo Morales y Venezuela “chavista” como ilustraciones de diferentes formas de populismo, al tiempo que agrupan a Brasil, Chile y Uruguay como regímenes de políticas socialdemócratas, también con nítidas diferencias entre sí. Asimismo, Ecuador suele clasificarse entre los populismos y Perú aparece en uno u otro grupo según se ponga más énfasis en el personalismo y las debilidades institucionales o, por del contrario, en la estructura de partidos y una creciente racionalización del aparato estatal.
¿Dónde residen algunas de las diferencias que caracteriza a Chile en particular?
Ya decíamos hace un momento que una de las diferencias entre ambos grupos o familias principales tiene que ver con la fuerza (i) de las mediaciones institucionales a nivel del sistema político, (ii) de sociedad civil (sindicatos, gremios, corporaciones, movimientos), o (iii) del factor carismático o de personalización del poder (nuevas formas del tradicional caudillismo latinoamericano, mejor representado en la novela que por la ciencia política o la sociología).
Si bien es cierto que el factor institucional aparece prima facie como más decisivo en el grupo de países socialdemócratas, mientras el personalísimo o liderazgo carismático ocupa ese lugar en el grupo populista, lo cierto es que los tres tipos de mediaciones se hallan presentes y se combinan de una manera única en cada país.
Por ejemplo, en Bolivia el régimen populista ha buscado estructurarse -desde su asamblea constituyente- sobre una base de autonomías según establece el artículo uno de la carta fundamental: “Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías”. Consagra un Estado plurinacional, lo que se refleja, por ejemplo, en el reconocimiento como idiomas oficiales del castellano y todos los idiomas de las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos, que son el aymara, araona, baure, bésiro, canichana, cavineño, cayubaba, chácobo, chimán, ese ejja, guaraní, guarasu’we, guarayu, itonama, leco, machajuyai-kallawaya, machineri, maropa, mojeño-trinitario, mojeño-ignaciano, moré, mosetén, movima, pacawara, puquina, quechua, sirionó, tacana, tapiete, toromona, uru-chipaya, weenhayek, yaminawa, yuki, yuracaré y zamuco.
En el otro extremo, Ecuador ha devenido en el proyecto populista más coherentemente autoritario de la región, con una institucionalidad ampliamente alineada con el Presidente cuyo poder se extiende en la práctica, si no formalmente, a toda la estructura del Estado. Incluso el gobierno de Correa ha intentado disminuir los márgenes de organización y expresión de las organizaciones de la sociedad civil. Venezuela, en tanto, ha buscado crear una forma de organización y movilización permanente de la sociedad civil, mediante múltiples expresiones de “poder bolivariano”, aunque los estudios más serios muestran que esas redes semi institucionalizadas de poder constituyente son todas una mera prolongación del poder burocrático-militar-carismático del gobierno Maduro y su ideología chavista.
Así como hay diferentes tipos de mediaciones en juego en los regímenes del tipo populista, lo mismo ocurre en el caso de los países del grupo socialdemócrata. Uruguay, Chile y Brasil poseen una estructura fuerte de partidos políticos, con amplias redes en la sociedad civil y el Estado. En los dos primeros de estos países, sin embargo, el componente ideológico aparece más marcado; en cambio, en Brasil parecería predominar una mayor fluidez de tránsito entre los partidos y un mayor pragmatismo entre sus representantes y militantes. Adicionalmente, en Uruguay la política tiene una mediación societal más fuerte, de carácter sindical, mientras que eso no ocurre en Chile y Brasil, aunque en este último el Presidente Lula provenía de la dirigencia sindical paulista.
En Chile, por su lado, la esfera de los partidos tendió -durante la transición y después, mas no ahora- a gozar de una relativa autonomía frente a los sindicatos y las organizaciones de la sociedad civil, pero no según se sabe ahora públicamente, respecto de la gran empresa la cual, en la práctica, financió al sistema político, como también parece haber ocurrido en Brasil.
Por lo demás, los regímenes de tipo populista han mostrado tener un mismo (o superior) grado de vulnerabilidad a la penetración y captura por parte de los intereses privados y la corrupción del Estado, como muestran los vasos de Venezuela en primer lugar y de Ecuador enseguida. El nivel de personalismo en el ejercicio del poder en los países de tipo socialdemócrata -esto es, con mayor institucionalización y partidismo- tiende a ser menor en general, aunque suele decirse que en algunos Estados pobres del Brasil mantiene un grado importante de gravitación.
El caso de Chile es particularmente interesante desde el punto de vista del desarrollo de las izquierdas, pues allí este sector reconoce sólidas tradiciones a lo largo del siglo 20, en particular en los casos del PS y el PC e igualmente, aunque, de manera menos nítida, en el caso del PRSD, el cual desde los años 70’ integra la Internacional Socialista. Esos partidos, más otros del grupo de las izquierdas pero de posterior formación -como los dos partidos MAPU, el PPD y la Izquierda Cristiana- llevan a cabo significativos procesos de renovación, recomposiciones y fusiones durante la dictadura, convergiendo eventualmente hacia un modelo de tipo socialdemócrata. Posteriormente ese polo progresista de izquierdas concurre a formar, junto con el PDC y con personalidades de tradición democrático-liberal y conservadora, una amplia coalición de centro-izquierda denominada Concertación de Partidos por la Democracia.
Esa neoizquierda, independiente de si alguno de sus partidos mantiene o no una adscripción formal al marxismo en su definición de principios, o lo redefine como un instrumento de análisis; rompe definitivamente con su pasado ideológico. Asume decididamente el camino del voto y las reformas en vez de la revolución y abandona la meta de construir una sociedad socialista o comunista o bien la mantiene meramente como un símbolo retórico. En cambio, acepta críticamente la economía política del capitalismo en su fase de mercados globales como marco para el desarrollo del país.
Entre los partidos tradicionales de izquierdas, sólo el PC se mantiene teórico-ideológicamente al margen de esa renovación. Pero, desde el momento que la Concertación se transforma en Nueva Mayoría (NM) dándole cabida al PC que por esta vía se integra a la administración Bachelet, en la práctica, pragmáticamente, aquel asume el proyecto socialdemócrata aunque no se declare como tal. Su carácter revolucionario, antisistema, se conserva nada más que como una tradición ideológica.
En cuanto a los matices, tensiones y contradicciones existentes dentro del proyecto socialdemócrata, ellos se expresan en Chile -dentro de la NM entendida como coalición gobernante de centro-izquierda- por ejemplo entre los partidos de la neoizquierda y el PDC y también, al interior del polo progresista, entre los partidos PS, PPD, PRSD y PC.
La lista de asuntos en torno a los cuales se expresan esas diferencias es variada, algunas nacionales o de carácter local y otras de alcance regional a nivel latinoamericano.
Entre los primeros están, por ejemplo, el juicio respecto a la transición democrática y las políticas de crecimiento y desarrollo social; apreciaciones respecto de las instituciones democráticas y su reforma, en particular la convocatoria a crear una nueva Constitución; la cooperación público-privada en educación, salud, previsión, transportes, concesión de carreteras y otros servicios; efectividad y profundidad de las regulaciones del mercado; papel del Estado frente al desarrollo , en la economía y la sociedad civil; política exterior y apertura comercial; métodos para prevenir y reprimir el delito.
Entre los segundos, los asuntos de alcance regional, pueden mencionarse la posición del proyecto socialdemócrata frente a los regímenes populistas; la relación con los EE.UU. y la definición de una estrategia antiimperialista; un nuevo modelo, de segunda generación, para el desarrollo capitalista basado en exportaciones de mayor valor agregado; la importancia estratégica de la ciencia, la tecnología y la innovación y cuál debe ser el gasto público y privado en investigación y desarrollo; la integración energética regional; los modos de desenvolver los aspectos participativos y deliberativos de la democracia, además de su insustituible componente representativo; los caminos para construir  gradualmente un Estado de Bienestar en sociedades de economías emergentes con una base tributaria todavía limitada; y el tipo de discurso ideológico que -entre los extremos de la ortodoxia socialdemócrata nórdica y una propuesta de “Tercera Vía” adaptada al mundo latinoamericano- debería orientar y comunicar el proyecto de una nueva izquierda latinoamericana.
Chile ilustra un caso de evolución desde una versión a otra dentro de la neoizquierda socialdemócrata; desde la Concertación hasta la NM, periplo que bien puede trazarse -como hemos venido haciendo aquí a lo largo de los últimos meses- sobre un conjunto de ejes distintivos. Por ejemplo, sobre un eje que va desde un reformismo moderado, consensual, de “Tercera Vía” a un intento de refundación, radical, paradigmático, de desmercantilización profunda y una fuerte expansión estatal (a lo menos así imagina la NM su Programa).
O bien sobre un eje que va desde las reformas constitucionales acumulativas a la idea de una asamblea constituyente que, como en el sueño populista, refunda mediante una ruptura el orden económicosocial y político.
O bien sobre un eje que corre desde un concepto moderno de Estado como organismo de gestión político-técnica de conocimientos en una democracia cuyas élites circulan bajo el escrutinio y el control democrático hacia la idea de un Estado benefactor que escucha al pueblo y busca el reconocimiento de sus derechos y la asignación de beneficios garantizados y de acceso universal.
Todos esos desplazamientos de un polo a otro son interesantes porque representan la idea no de sustituir un polo de izquierdas por otro, si no el intento de apropiarse, transformar y adaptar varios tópicos e intuiciones y momentos de la lógica neopopulista para con ella enriquecer y poner al día y democratizar un proyecto socialdemócrata que en su anterior versión, se dice, había burocratización y tecnocratizado, volviéndose conformista, algo neoliberal y apartado de la gente.
En suma, mirada la cosa de las izquierdas en América del Sur desde la perspectiva del “fin del kirchnerismo” -fin que algunos lamentan y otros celebran (una tensión más en este mundo de las izquierdas)- es posible descubrir un panorama en pleno estado de ebullición, desenvolvimiento y cambios.
Puede decirse que estas izquierdas -de una manera que no admite equívocos- son nuevas formas de pensar y hacer la política.
Los viejos moldes de una izquierda (singular) concebidos con acuerdo al modelo del PC soviético o a la estructura burocrático-estatalizada del PC cubano actual -con su pasado revolucionario heroico y mitológico a la vez- murió hace rato. Lo que queda son meros remedos en vías de transformar al Estado en la junta directiva de una poderosa y rica burguesía estatal; o sea, en el gobierno corporativo supremo de un capitalismo de Estado como existe en la RP China.
Lo demás es neoizquierda repartida entre versiones socialdemócratas diferentes y diferentes versiones neopopulistas, a las que pueden agregarse una serie de otras izquierdas: “verdes”, “anti-sistémicas” o anti tradicionalistas, “utópico-culturales”, hasta llegar al extremo de las izquierdas-como estilo de vida, a la manera de tribus urbanas que con las tribus políticas de izquierda mantienen nada más que una especie de lejano y desconocido parentesco.
Quizás ha llegado el momento entonces, con el “fin del kirchnerismo”, en que se iniciará un nuevo trazado de la escena política de nuestras izquierdas cuya imaginación, hace no tanto tiempo atrás, estuvo dominada por Víctor Raúl Haya de la Torre, Juan Domingo Perón, Joao Goulart, José Vicente Rangel, el Che y Fidel, Salvador Allende. ¿Volverá ese pluralismo de proyectos y liderazgos, cuáles, cuántos, por cuánto tiempo y cómo? La historia dirá.





CEPAL ADVIERTE SOBRE ELEVADO NÚMERO DE FEMICIDIOS EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

La Nación de Dominicana (www.lanaciondominicana.com)

Al menos 1.678 mujeres fueron asesinadas en 2014 por razones de género en 14 países de América Latina y tres del Caribe, según datos oficiales recopilados por el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL.
“No podemos permitir que sigan muriendo más latinoamericanas y caribeñas por el solo hecho de ser mujeres”, dijo este martes la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, en la víspera de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el 25 de noviembre.
Bárcena llamó a los países de la región a mejorar sus registros administrativos para conocer el real número de femicidios y a impulsar programas de prevención y reparación de las víctimas con presupuestos adecuados.
El femicidio o feminicidio es la expresión más dramática de la violencia contra las mujeres, la cual debe ser enfrentada integralmente por los Estados, considerando los factores de desigualdad económica, social y cultural que operan en la sociedad y en las relaciones de poder entre hombres y mujeres, plantea la CEPAL.
Veinte países de América Latina y el Caribe cuentan actualmente con leyes de violencia contra las mujeres, aunque solo ocho asignan recursos específicos en el presupuesto nacional, es decir, el 40%.
Además, 14 países de la región han tipificado el delito de femicidio (Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú y República Dominicana), mientras que Argentina y Venezuela establecen el homicidio agravado por razones de género en su legislación.
La CEPAL también llama la atención sobre el abuso perpetrado en la calle y en el sistema de transporte de las ciudades, el cual constituye “una de las formas más minimizadas y naturalizadas de la violencia contra las mujeres”. Perú fue el primer país en promulgar, en marzo de 2015, una ley para prevenir y sancionar el acoso sexual en espacios públicos, mientras que Argentina, Chile y Paraguay se encuentran tramitando leyes sobre acoso callejero.
De igual modo, el organismo regional de las Naciones Unidas alerta sobre el acoso político, “que atenta contra el logro de la igualdad de género, la autonomía de las mujeres y la calidad de la democracia”.
Para las candidatas a cargos de representación popular, dice la CEPAL, algunas expresiones del acoso político son la asignación de distritos claramente perdedores, la ausencia de apoyo material o humano y las amenazas y agresiones durante el período de campaña.
En el caso de las mujeres electas, el acoso contempla el nombramiento en comisiones o áreas con bajo o sin presupuesto, el trato discriminatorio por parte de los medios de comunicación, la mayor exigencia de rendición de cuentas en comparación con sus pares y la intimidación, amenazas y violencia física y/o sexual contra ellas o sus familias.
Bolivia es el único país de la región que ha aprobado hasta ahora una ley contra el acoso y violencia política contra las mujeres (2012). Otros cuatro países se encuentran en proceso de debate de leyes similares: Costa Rica, Ecuador, México y Perú.
Inaugurando los 16 días de activismo lanzados por la campaña ÚNETE del Secretario General de las Naciones Unidas, la CEPAL vistió de naranja la fachada de su sede ubicada en Santiago, Chile, para sensibilizar a la sociedad frente a este flagelo que atenta contra los derechos humanos de las mujeres y el desarrollo de los países. "Pinta TU mundo de naranja – DEJA TU HUELLA", es la invitación de la ONU hasta el 10 de diciembre.
El enfrentamiento de la violencia contra las mujeres es uno de los principales temas que se abordarán en la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe de la CEPAL, que tendrá lugar en 2016 en Montevideo.

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