Monday, March 24, 2025

DETENIDOS LOS RESPONSABLES DE FACILITAR VISADOS FALSOS A 69 CIUDADANOS BOLIVIANOS QUE VIAJABAN EN UN CRUCERO PROCEDENTE DE BRASIL

Los ciudadanos afectados llegaron al puerto de Barcelona a bordo de un crucero el pasado 2 de abril de 2024 denegándoles la entrada al descubrir la falsedad y permitiendo a cuatro de ellos -un adulto y tres menores- la entrada en territorio nacional por razones humanitarias. Los visados falsos y el resto de logística necesaria para el trayecto se gestionaba desde cinco agencias de viajes ubicadas en Bolivia, donde se ha identificado y detenido a cinco personas.

La cooperación entre la Policía Nacional, AMERIPOL,  INTERPOL y autoridades de Bolivia, ha permitido la detención en ese país de cinco personas a las que se considera responsables de facilitar los visados falsos con los que 69 ciudadanos bolivianos pretendían entrar en España a bordo de un crucero el pasado 2 de abril de 2024. Los 69 pasajeros -55 adultos y 14 menores de edad acompañados- llegaron al puerto de Barcelona a bordo de un buque crucero procedente de Brasil e iban provistos de visados Schengen falsos, motivo por el que se denegó la entrada a 65 de ellos y solo se permitió la entrada en territorio nacional a un adulto y tres menores de edad por razones humanitarias.
*Cinco agencias de viajes implicadas*
A raíz de las declaraciones obtenidas de los pasajeros provistos de los documentos falsos, y del resto de pesquisas realizadas por los investigadores, se pudo determinar la existencia de cinco agencias de viajes ubicadas en Bolivia implicadas en la confección y distribución de los visados falsos. A partir de esa información la Policía Nacional puso en marcha los mecanismos de cooperación internacional a través de las agencias AMERIPOL e INTERPOL, lo que permitió a los agentes trabajar de manera conjunta con las autoridades bolivianas. Fruto de esos trabajos se logró la identificación de los responsables de las agencias de viajes implicadas en los hechos y la detención en Bolivia de cinco personas como responsables de la elaboración y distribución de los visados falsos y de toda la logística necesaria para la gestión del viaje como los billetes de avión y barco, reservas de hoteles y seguros entre otros trámites para facilitar el viaje.
https://acortar.link/baqb2X
 
 
 
 
 
¿DEBEMOS ELIMINAR EL SUBSIDIO A LOS HIDROCARBUROS?
 
El subsidio a los hidrocarburos ha sido una herramienta política utilizada para mantener una aparente estabilidad en el país en el corto plazo, pero el verdadero impacto negativo de estas medidas lo vemos hoy.
 
Panam Post de Panamá (https://acortar.link/hwChtu)
 
El subsidio a los hidrocarburos en Bolivia se ha convertido en un peso insoportable para la economía nacional. En 2023 según el INE, el Estado destinó más de 2883 millones de dólares a la importación de combustibles (diésel y gasolina), una cifra que ha crecido exponencialmente en los últimos años debido a la caída en la producción nacional y el aumento del consumo interno.
Cuando observamos los precios de la gasolina en la región según Estatista (2023), Bolivia tiene uno de los precios más bajos. Mientras que en países vecinos como Perú y Chile el precio del litro oscila entre 1,23 y 1,58 dólares, en Bolivia sigue congelado artificialmente en 0,54 dólares gracias al subsidio estatal. Sin embargo, esta aparente ventaja se desvanece cuando hay escasez, y el mercado negro se encarga de fijar precios aún más altos. En ese contexto, la gasolina más “costosa” es la que no existe, porque son pocos o casi nadie, los que pueden abastecerse de la misma, además de mencionar que, la falta de combustible genera un costo económico aún mayor para la población y las empresas.
El subsidio también ha provocado una distorsión de precios que incentiva el contrabando de los mismos hacia países vecinos. Diariamente, miles de litros de gasolina y diésel salen ilegalmente del país, aprovechando la brecha de precios (no es novedad el inexistente control en ciudades fronterizas). Esto significa que el Estado no solo subsidia a los bolivianos, sino también a quienes logran extraer el combustible para venderlo en mercados más rentables. Mientras tanto, la producción nacional de hidrocarburos sigue en declive -por falta de inversión eficiente en el gobierno de Morales-, y en gran parte porque el modelo estatal de exploración y explotación se ha monopolizado con YFPB. Sin incentivos adecuados y con un mercado artificialmente distorsionado, los capitales privados simplemente han optado por mirar hacia otro lado.
Para agravar la situación, el gobierno quiere impulsar la aprobación de créditos internacionales con el único fin de seguir pagando la importación de combustibles. Esta estrategia podría ser una “solución temporal”, siendo esto, más que nada, una trampa de endeudamiento que hipotecará el futuro del país. Financiar el subsidio con deuda externa es pan para hoy y hambre para mañana, ya que el problema estructural sigue intacto y cada año se necesitarán más recursos para sostenerlo. Sin un cambio de rumbo, Bolivia se enfrentará a una crisis aún mayor cuando la capacidad de endeudamiento se agote y los acreedores exijan ajustes más drásticos.
Ante este panorama, la eliminación gradual del subsidio no parece una solución efectiva. La historia ha demostrado que los ajustes parciales solo postergan la crisis y no resuelven el problema de fondo. Bolivia necesita una terapia de shock que corrija de inmediato esta distorsión, aunque implique costos políticos y sociales en el corto plazo. Un sinceramiento de precios generaría el fin de esta burbuja de precios subsidiados, daría un importante respiro al déficit fiscal, y si se acompaña de otros incentivos, puede ser el inicio para atraer inversión en producción de hidrocarburos, así como liberar la importación para que los privados puedan proveer la misma sin intervención estatal.
Ahora bien, el futuro energético del país no puede depender exclusivamente de los hidrocarburos. Es imperativo fomentar la movilidad eléctrica y la diversificación de la matriz energética. Países como Brasil y Argentina han avanzado significativamente en el uso de biocombustibles, mientras que en Bolivia las iniciativas en este campo han sido tímidas y fragmentadas. Asimismo, se necesita de un plan integral de incentivos para vehículos eléctricos, con infraestructura de carga adecuada y reducción permanente de aranceles a costo cero en los distintos procesos que la implementación de este tipo conlleva, esto podría ser una alternativa real para disminuir la dependencia de los combustibles fósiles.
El subsidio a los hidrocarburos ha sido una herramienta política utilizada para mantener una aparente estabilidad en el país en el corto plazo, pero el verdadero impacto negativo de estas medidas lo vemos hoy. Postergar la solución solo hará que el impacto sea más duro. Bolivia tiene que decidir si seguirá sosteniendo una bomba de tiempo o si, de una vez por todas, asume el reto de un cambio estructural en su política energética. (https://acortar.link/hwChtu)
 
 
 
 
 
BOLIVIA SE QUEDA SIN DÓLARES NI COMBUSTIBLE: ¿QUÉ PASÓ CON SU ECONOMÍA?
 
El país gobernado por Luis Arce atraviesa una grave crisis y está al borde del colapso.
 
Perú 21 (https://lc.cx/DCtejt)
 
Bolivia enfrenta una crisis severa de abastecimiento de combustible, lo que ha generado largas filas de vehículos en las estaciones de servicio.
A esto se suman denuncias de racionamiento y cierre de gasolineras, lo que ha incrementado el malestar de la población y sectores productivos.
¿Qué pasó con Bolivia?
Para entender el presente del país del Altiplano, debemos retroceder un poco. En el pasado, Bolivia era un referente en reservas monetarias, alcanzando hasta 15 mil millones de dólares.
Sin embargo, actualmente estas han disminuido drásticamente a solo 2 mil millones de dólares, con una liquidez que no supera los 200 millones.
En los últimos 20 años el país vivió un auge de ventas. Hace una década, el Estado obtenía ingresos anuales de aproximadamente 6 mil millones de dólares, principalmente por la exportación de gas natural a Argentina y Brasil.
Durante el gobierno de Evo Morales, Bolivia se benefició de los altos precios del gas natural, que estaban vinculados al costo internacional del petróleo.
Sin embargo, el país no realizó los contratos de exploración necesarios para mantener la industria del gas a largo plazo. Como consecuencia, Bolivia pasó de ser exportador a importador neto de gas, lo que ha generado una crisis económica.
En consecuencia, se ha generado una escasez de dólares, provocada por la caída de las exportaciones estatales. Sin divisas suficientes, el país no puede importar combustible, una situación que ninguna economía puede sostener sin graves consecuencias.
Además, el Estado ha crecido de manera ineficiente y destina entre 2 500 y 3 500 millones de dólares anuales al subsidio de combustibles, lo que complica aún más el panorama financiero.
La economía boliviana solo empeora
La falta de combustible y la escasez de dólares ha tenido un impacto directo en la economía, generando parálisis en diversas actividades productivas. Esta crisis, que ya lleva cerca de un año, se resuelve temporalmente, pero vuelve a surgir en ciclos recurrentes.
A esto se suma la falta de productos esenciales como medicamentos, ya que las empresas no pueden importarlos debido a la escasez de dólares, lo que ha provocado un aumento significativo de los precios.
Otro problema que enfrentan los bolivianos es la restricción en el uso de tarjetas de crédito y débito. Desde la crisis de dólares, los montos que se pueden utilizar en el extranjero han disminuido drásticamente.
Bolivianos protestan contra el Gobierno y exigen soluciones
La crisis económica y de abastecimiento ha generado protestas y enfrentamientos en distintas partes del país.
La organización indígena ‘ponchos rojos’ ha exigido al Gobierno de Luis Arce soluciones concretas, manifestándose en las calles. En El Alto, La Paz, estas protestas derivaron en enfrentamientos con la Policía.
Esta crisis sigue afectando gravemente la economía del país y no parece haber una solución a corto plazo.
 
 
 
 
 
¿CUÁNTO VALEN 100 BOLIVIANOS EN PERÚ? CONOCE SU VALOR EN MONEDA NACIONAL TRAS LA CRISIS EN BOLIVIA POR LA ESCASEZ DE DÓLARES Y COMBUSTIBLE
 
El sol peruano se consolidó en 2024 como la moneda más estable de América Latina, facilitando su uso en Bolivia y Brasil. Conoce la equivalencia de 100 bolivianos en Perú y la situación económica boliviana.
 
La República de Perú (https://acortar.link/5Cz8et)
 
El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) informó que el sol peruano se ha consolidado como la moneda más estable de América Latina en 2024, registrando la menor depreciación frente al dólar entre las principales economías de la región.
Esta estabilidad responde a los fundamentos macroeconómicos del país y a la confianza en la gestión de la política monetaria por parte de la entidad. Además, el alto nivel de reservas internacionales y el superávit en la balanza comercial han sido factores clave en el mantenimiento de este equilibrio financiero.
El desempeño del sol ha trascendido las fronteras peruanas, siendo adoptado como moneda de intercambio en economías como las de Bolivia y Brasil. Durante su intervención en el Foro Económico Mundial, la presidenta Dina Boluarte resaltó este hecho. Ante este panorama, surge la interrogante sobre cuánto equivale a 100 bolivianos en Perú y qué productos pueden adquirirse con dicho monto.
¿Cuánto equivale a 100 bolivianos en Perú?
El monto equivalente a 100 bolivianos en Perú dependerá del tipo de cambio vigente, ya sea en el mercado financiero o en las casas de cambio locales. Este valor puede variar según las fluctuaciones diarias del mercado y la entidad donde se realice la conversión.
Según la información recopilada, se ha elaborado una lista comparativa de precios en soles y bolivianos para distintos productos. Por su parte, la casa de cambio Anita ha sido la encargada de proporcionar estos datos.
¿Qué sucede con Bolivia?
La escasez de combustible y la falta de dólares en el sistema financiero han intensificado la crisis económica y social en Bolivia. Ante esta situación, la presión política sobre el gobierno de Luis Arce ha ido en aumento, con críticas provenientes tanto de la oposición como de sectores del oficialismo que cuestionan su liderazgo y su posible postulación en las elecciones de agosto de 2025.
Mientras tanto, las protestas se han extendido por diversas regiones del país, con transportistas, pequeños empresarios y mineros exigiendo soluciones inmediatas a la actual coyuntura.
Escasez de combustible y sus efectos en Bolivia
Desde hace semanas, Bolivia enfrenta serios problemas en el abastecimiento de diésel y gasolina, lo que ha generado largas filas en los surtidores, con esperas de hasta 30 horas para abastecerse. En Santa Cruz de la Sierra, la crisis es evidente con vehículos estacionados por horas en las estaciones de servicio.
Ante esta situación, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ha incrementado la distribución de combustibles en un 100% en La Paz, implementando turnos de trabajo de 24 horas y movilizando 60 cisternas con carburantes.
Sin embargo, la escasez persiste y amenaza sectores clave de la economía. Transportistas de carga pesada han advertido sobre un posible colapso en la cadena de suministros, lo que afectaría el comercio y la distribución de alimentos. Aunque el gobierno ha asegurado que el abastecimiento está "en proceso de estabilización", se espera que en los próximos días se logre cubrir el 80% de la demanda.
Escasez de dólares y el impacto en la economía
La escasez de dólares en Bolivia ha afectado gravemente su economía, especialmente la importación de combustibles, ya que el país depende en gran medida de la compra externa de diésel (86%) y gasolina (56%).
Ante la falta de divisas, el gobierno ha destinado más de US$3.300 millones en 2024 para garantizar el abastecimiento, aunque los subsidios estatales han generado pérdidas anuales de US$600 millones debido al contrabando. Sumado a eso, la producción de gas ha disminuido un 40% en los últimos nueve años, lo que ha reducido aún más el ingreso de dólares al país.
Como consecuencia, las reservas internacionales han caído de US$15.000 millones en 2014 a solo US$1.800 millones en 2024, limitando la capacidad del gobierno para afrontar sus compromisos financieros. Esto ha llevado a la población a buscar alternativas como el sol peruano para preservar su poder adquisitivo.
 
 
 
 
 
CRISIS DE DEMOCRACIA EN BRASIL: ¿DE UN GOBIERNO PARADICTATORIAL A UN RÉGIMEN DEL SOCIALISMO DEL SIGLO 21?
 
La actual presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva está marcada por indicadores de violaciones a los derechos humanos y a las libertades fundamentales
 
Infobae de Argentina (https://acortar.link/84kiAn)
 
PorCarlos Sánchez Berzain.- En el marco de la Carta Democrática Interamericana la situación de la democracia de Brasil es crítica. La actual presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva está marcada por indicadores de violaciones a los derechos humanos y a las libertades fundamentales, al estado de derecho y a la separación e independencia de los poderes públicos contra sus oponentes políticos. Su política exterior lo señala como un gobierno para dictatorial y sus acciones internas alertan el camino de un régimen del socialismo del siglo 21 o catrochavismo.
En democracia la libertad reconoce la soberanía del pueblo y los gobernantes son simples mandatarios obligados al “respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales” de sus mandantes; a “gobernar con sujeción al estado de derecho”; a respetar un “régimen plural de partidos y organizaciones políticas; a someterse a “la separación e independencia de los poderes públicos; y con todos esos elementos a “la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo”. Son los elementos esenciales de la democracia.
La destrucción de la democracia desde dentro está descrita el libro Dictaduras del siglo XXI del presidente Osvaldo Hurtado: “El modelo por el que, bajo la conducción de un caudillo civil elegido por el pueblo, las democracias se transformaban en dictaduras plebiscitarias, mediante el uso malicioso de las instituciones, no fue un invento de Hugo Chávez. Había sido concebido e instituido décadas atrás por los autócratas que gobernaron Italia y Alemania en el temprano siglo XX. Al modelo fascista europeo sus congéneres latinoamericanos se limitaron a añadirle ciertos elementos vernáculos como el tradicional caudillismo, el atávico paternalismo, el utilitario clientelismo, el redituable populismo y el viejo antiimperialismo”.
Fue con este mecanismo fascista presentado como revolucionario que se destrozaron las democracias de Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, expandiendo el modelo de la dictadura de Cuba. Suplantaron el “estado de derecho” por violaciones institucionalizadas de los derechos humanos, manipulación del poder judicial con jueces y fiscales sicarios, presos y exiliados políticos, falsas acusaciones y sentencias infames, crímenes de lesa humanidad, e impunidad para los dictadores y sus entornos. Instalaron “opositores funcionales” y liquidaron cualquier posibilidad de participación política no controlada. Son pruebas recientes las elecciones Bolivia 2019 y 2020, Nicaragua 2021 y Venezuela 2024.
Lula es el único fundador vivo del hoy denominado socialismo del siglo 21 que organizaron con Hugo Chávez y Fidel Castro. Al asumir su actual mandato, reabrió “relaciones completas” con las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua; en mayo de 2023 recibió al dictador Maduro tratando de rehabilitarlo previamente y durante la Cumbre de Presidentes Sudamericanos; en julio de 2023 impulsó la Cumbre Unión Europea-Celac para ayudar a las 4 dictaduras; en 2024 viajó a Bolivia apoyando al régimen; asumió su antimperialismo impulsado Bricks; impugnó la Cumbre de las Américas 2023; se abrió a China e Irán; visitó China atacando a Europa y EEUU y más.
En lo interno hay indicaciones de judicialización de la persecución política. Repetición del modelo de Cuba para encarcelar a inocentes desde siempre y por la protesta 11-J; en Venezuela para encarcelar cientos de opositores, forzarlos al exilio con una diáspora de cerca de 8 millones, inhabilitar a María Corina Machado y luego del 28-J aplicar terrorismo de Estado; en Bolivia para acusar falsamente al gobierno derrocado en 2003, acusar de golpe de estado inexistente y encarcelar a la ex presidenta Añez, al Gobernador Camacho y cientos de inocentes, con miles de exiliados; en Nicaragua para encarcelar, expatriar y privar de ciudadanía más de 200 líderes, candidatos y defensores de la democracia, con un exilio de más de cien mil.
El 1 de julio de 2023 la prensa internacional titulaba “Lula premia al abogado que le sacó de la cárcel con una plaza de juez en el Supremo de Brasil. Cristiano Zanin defendió al presidente brasileño en los procesos de la Operación Lava Jato”. En febrero de 2024 Infobae: “El ex juez del Tribunal Supremo que anuló las condenas a Lula da Silva por corrupción asumió como ministro de Justicia de Brasil. Ricardo Lewandowski es amigo personal del presidente y cumplió un importante rol para sacarlo de la cárcel luego de que fuera sentenciado en la causa Lava Jato..”.
El diputado brasilero Eduardo Bolsonaro, hijo del ex presidente Jair Bolsonaro, anunció este 18 de marzo que “deja temporalmente su escaño como diputado federal y que permanecerá en Estados Unidos en busca de justicia” lanzando “duras críticas al juez del Supremo Alexandre de Moraes, instructor del proceso en el que Jair Bolsonaro es acusado de dirigir una trama golpista contra el Gobierno de Luis Ignacio Lula da Silva”.
 
 
 
 
 
AMÉRICA LATINA, EL TABLERO DE AJEDREZ DE LA KGB
 
Nicaragua, bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosa Murillo, se ha convertido en un centro clave en los planes expansionistas rusos, puesto que el país es la base de operaciones de su sistema de navegación satelital, mejor conocido como GLONASS.
 
Panam Post de Panamá (https://acortar.link/7bEXbH)
 
El primer presidente ruso post régimen soviético, Boris Yeltsin, desmanteló el sistema de control estatal de los mercados y privatizó las empresas públicas, permitiendo la libre empresa en todo el país. Casi de manera paralela, la temida KGB cerraba, oficialmente, sus operaciones, dando fin a la Guerra Fría contra Estados Unidos.
La caída de la Unión Soviética llevó a que muchos en Occidente abrieran botellas de champaña y, con demasiada antelación, festejaran el fin de las amenazas totalitarias. Sin embargo, las reformas pro mercado de Yeltsin, tampoco la llegada masiva de inversiones de la década del 90, borraron los ímpetus autoritarios de los viejos nostálgicos de la era comunista, entre ellos, Maximovich Primakov, padre de la Doctrina Primakov.
Para Primakov, y su posterior estratega de implementación, Valery Gerasimov, era imperativo que Rusia expanda sus actividades en América Latina. Ese mundo lejano para ellos; sin embargo, cercano a los Estados Unidos, se convirtió en una zona de importancia estratégica, pues les permitía equilibrar, o en todo caso, molestar a la hegemonía de Washington. Además, de lo anterior, la doctrina también planteaba las alianzas con Irán, China e India para generar un mundo multipolar.
Hugo Chávez regalando plata para desestabilizar los gobiernos de Sánchez de Lozada en Bolivia y Jamil Mahuad en Ecuador generó el escenario perfecto para desempolvar las viejas alianzas entre la izquierda de América Latina y sus camaradas rusos. Sí, aunque usted no lo crea, para el Foro de Sao Paulo y Putin la Guerra Fría no había terminado, solamente, se encontraba en pausa.
Los trabajos de pensadores militares rusos como los generales Makhmut Gareev, Vladimir Slipchenko, Sergei Bogdanov y Valery Gerasimov proporcionan un marco útil para comprender la estrategia rusa de expandir, con la ayuda de Hugo Chávez, Lula da Silva, Daniel Ortega y Fidel Castro, la confrontación más allá de la guerra convencional hacia un amplio espectro de actividades, que van desde la desinformación hasta la guerra cibernética, las alianzas con el crimen transnacional y el sabotaje económico. Básicamente, era la versión mejorada de algo que ya había planteado la KGB en los años 60, había nacido un join venture autoritario – criminal (JBAC)
Si bien, la presencia rusa en la región es amplia, para esta nota me concentraré en Nicaragua, ya que es el ejemplo más palpable del JBAC arriba citado, veamos.
Nicaragua, bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosa Murillo, se ha convertido en un centro clave en los planes expansionistas rusos, puesto que el país es la base de operaciones de su sistema de navegación satelital, mejor conocido como GLONASS. El país también alberga una planta de vacunación multimillonaria, una academia de policía, un centro de entrenamiento y guerra cibernética en el edificio estatal de telecomunicaciones y un edificio del Ministerio del Interior, que goza del estatus diplomático de una embajada. En resumen, Putin y sus secuaces tienen montado todo un ejército en la nación centroamericana.
Entiéndase algo, la persecución que está sufriendo la iglesia católica en Nicaragua se lleva a cabo con toda la tecnología rusa de espionaje. Al respecto, Walter Sánchez Silva, periodista de ACIPRENSA, explica: La dictadura de Daniel Ortega y su «copresidenta» y esposa, Rosario Murillo, en Nicaragua, no cesa en su persecución contra la Iglesia Católica y otras denominaciones cristianas: ahora vigila a sacerdotes, revisas sus celulares y les exige informes semanales de sus actividades, además de restringirles la libertad de movimiento.
Por su parte, la organización cristiana internacional Christian Solidarity Worldwide (CSW) ha publicado en este mes de marzo un informe, que confirma lo presentado por Mosaico CSI en enero, que da cuenta de las «medidas cautelares» de la dictadura contra líderes religiosos, como la obligación de presentar informes semanales a la policía, compartir los detalles de su planificación y la prohibición de salir de su municipio sin autorización del gobierno.
Para varios periodistas nicaragüenses el trabajo de investigación es casi una sentencia, pues, como lo explica Luis Galeano, director del programa Café con voz: «el régimen tiene la capacidad de ver aquello que escribimos y almacenamos en ordenadores y celulares».
En conclusión, es cierto que la KGB ya no existe, pero sus operadores y agentes siguen jugando ajedrez geopolítico en América Latina.
 
 
 
 
 
OTRA VEZ: PRESIDENTE DE BOLIVIA BUSCA INICIAR DIALOGO CON CHILE POR SALIDA AL MAR
 
La Cuarta de Chile (https://n9.cl/e1t6v)
 
La jornada de este domingo en Bolivia se conmemoró el Día del Mar, y el Presidente del país vecino, Luis Arce, manifestó su intención de iniciar una “nueva etapa” en búsqueda de una salida soberana al mar. El mandatario compartió un extenso comunicado en sus redes sociales, donde señaló que revisarán los juicios que su país mantuvo en la corte de La Haya ante Chile.
“Bolivia tiene que conocer los detalles más importantes de estos juicios, para comprender sus resultados”, señaló además en un discurso.
“Desde el año 2021, nuestro gobierno, en el marco de la Diplomacia de los Pueblos por la Vida, hemos trabajado distintas estrategias y una agenda positiva que, sin dejar de lado nuestro derecho de regresar al mar, ha tenido por objetivo tender puentes de diálogo con Chile, para abordar diferentes temas de interés mutuo”, agregó Arce.
En el marco de los 146 años desde que perdieron el Litoral Boliviano, el presidente del país agregó que “continuaremos no sólo reclamando nuestro legítimo derecho a una salida soberana al mar sino también, desplegando acciones en el marco del diálogo y el respeto a las normas del derecho internacional y la diplomacia de los pueblos”.
 
 
 
 
 
“BOLIVIA NO ESTÁ PREPARADA PARA AFRONTAR UNA NUEVA CRISIS DE INCENDIOS”
 
Gonzalo Colque, investigador de Fundación Tierra, advierte que Bolivia va camino a repetir los escenarios de 2019 y 2024. Además, advierte sobre un agravante: el país accederá a un préstamo del BID para paliar consecuencias de una posible nueva emergencia, que identifica la problemática del fuego como un desastre por causas naturales.
 
Revista Mongabay de Indonesia (https://lc.cx/5xOpEj)
 
Gonzalo Colque, economista, especializado en estudios agrarios y ambientales, fue director ejecutivo en Fundación Tierra, donde actualmente se desempeña como investigador, y es una voz autorizada en Bolivia cuando se trata de analizar la compleja realidad ambiental de este país sudamericano, atravesado por crisis políticas, económicas y sociales.
Colque adelanta que en Bolivia los megaincendios de 2019 y 2024 no sólo podrían repetirse este año, sino que el país no tiene forma de responder adecuadamente a una nueva tragedia socioambiental de este tipo.
El economista ve un desgobierno y un Estado acosado por una situación económica que lo lleva a desatender los problemas ambientales. Deforestación en alza, avance de la frontera agropecuaria y los monocultivos sobre los territorios que deben conservarse, además de la propagación de la minería ilegal y la contaminación de los ríos por el uso del mercurio son los dos frentes ambientales que destaca en diálogo con Mongabay Latam.
-¿En qué situación han quedado las áreas arrasadas por los incendios de 2024?
-Hemos tenido dos eventos extremos de incendios en los últimos cinco años. En 2019, tuvimos una cifra récord que no tiene antecedentes en hectáreas quemadas. Ese número bajó en 2023 pero se ha disparado de nuevo el año pasado, prácticamente duplicando la cifra a nivel nacional de lo que teníamos en 2019. Hemos llegado a una situación ya catastrófica en términos generales. La segunda idea es que estos recientes incendios están principalmente concentrados en el departamento de Santa Cruz. Antes era una combinación entre Santa Cruz y Beni. A veces Beni encabezaba el número de incendios y después Santa Cruz, pero últimamente es Santa Cruz el principal protagonista de los incendios, lo cual es un cambio cualitativo importante porque las quemas en Beni están relacionadas principalmente con la quema de los pastizales de los potreros ganaderos, de las estancias ganaderas y tiene fines principalmente de rehabilitar las zonas de cultivo y los rebrotes de las pasturas. Entonces tiene fines estrictamente de ganadería extensiva. Esas zonas no son tan de bosque, sino de vegetación alta. El hecho de que eso haya ocupado un segundo lugar ahora y el principal protagonista sea Santa Cruz significa que las razones por las que se hacen desmontes y quemas no son para la ganadería, sino fundamentalmente para la expansión de la frontera agrícola con fines de habilitar tierras de monocultivos, principalmente para soja, la agricultura mecanizada y la gran extensión de los monocultivos. Y esto está relacionado con que la soja es un commodity internacional que sigue teniendo precios altos desde hace más de diez años.
-La crisis de 2024 podría indicar que las autoridades no aprendieron de las crisis de los incendios de 2019. ¿Esta vez cree que cambió algo, que las autoridades van a tomar medidas para evitar otra crisis en 2025?
-El problema es que la capacidad económica del Estado entre el 2019 y 2024 es muy distinta. En 2019, Bolivia estaba en la etapa final pero todavía estaba en el ciclo alto del boom o de la bonanza de la renta petrolera, básicamente por la exportación de gas natural. Eso se ha agotado, se han agotado las reservas internacionales de divisas y el año pasado ya hemos tenido otro tipo de problemas económicos, lo cual quiere decir que la capacidad financiera del Gobierno para combatir incendios está prácticamente desmantelada. Tanto es así que el Gobierno ha pedido no solamente una, sino varias veces este financiamiento a la cooperación internacional en forma de créditos para combatir los incendios. Hay un proyecto de financiamiento del año pasado justamente para esto con el BID [Banco Interamericano de Desarrollo] de 250 millones de dólares para combatir riesgos, entonces esa es una muestra de que no hay fondos. Lo que sí me llama la atención es que estos préstamos internacionales son para desastres naturales y en el caso de los incendios podrían ser contraproducentes. Podrían tener un efecto perverso por lo siguiente: los desastres naturales, cuando hay inundaciones, sequías, no son provocadas por el hombre directamente, y esos desastres son inevitables, impredecibles. Y hay que intervenir. En el caso de los incendios, sí hay relación, mayormente están provocados por la mano del hombre. Se genera un incentivo negativo porque si hay incendios el gobierno se declara en emergencia y esa declaratoria de emergencia habilita el acceso al financiamiento externo. No han evaluado en los organismos internacionales que han aprobado estos financiamientos que esto, en lugar de ayudar a combatir los incendios, puede empeorar y probablemente, hasta diríamos especulando, podría haber pasado eso el año pasado.
-Usted viene advirtiendo sobre un aumento de la deforestación, especialmente desde 2016 y 2024 no fue la excepción. ¿Cuáles son los mecanismos de la deforestación en Bolivia?
-Nosotros tendríamos que hablar de desmontes. La deforestación implica pérdida de bosque por degradación, por sequía, por falta de recuperación y otros temas. Y el origen fuerte de la intervención humana son los chaqueos o desmontes. La diferencia con respecto a hace 15 años es que los desmontes actualmente se hacen mecanizados. Antes eran manuales y a pequeña escala. Ahora, como los desmontes están dirigidos para la agricultura mecanizada, se utiliza maquinaria pesada, que habilita tierras a gran escala, unidades de producción de 20 hectáreas para arriba. Ese es el tamaño al que funciona este modelo de agricultura. Desmontar con maquinaria a escalas mayores de por sí genera la probabilidad de que las quemas sean mucho más grandes y los riesgos mucho más altos a la hora de cuidar que ese desmonte no afecte durante la quema a los bosques y se convierta en incendios. Es fundamental, por ejemplo, que alrededor de la zona desmontada existan unos corredores de cortafuego. Hay que limpiar toda la vegetación y dejar una franja que tiene que ser el doble de la altura de los árboles para que el fuego que se provoca en esa parcela, en esa unidad productiva, no llegue a quemar el bosque. Esas son las características técnicas y legales de los desmontes. Entonces, obviamente, al no existir fiscalización, control y muchas quemas no autorizadas, estos cuidados no se han hecho. Esto multiplica el riesgo de los incendios por la escala, por la magnitud del fuego, y porque los puntos de contacto entre las zonas de quemas y el bosque son demasiados. Hace diez años teníamos unos 10 000 puntos de contacto, por poner un dato general, y hoy día fácilmente tenemos unos 50 000.
-El Gobierno declaró en septiembre una pausa ecológica. ¿Cree que fue útil? ¿Esa medida sirvió para algo?
-Ninguna medida sirve si no tiene fondos, si no tiene financiamiento. Y si por detrás no hay una política de combatir el fuego. Recordemos que una parte importante de los aliados políticos del gobierno son los dirigentes políticos, campesinos e indígenas que han recibido tierras en estas zonas y ellos también han recibido autorizaciones para desmontes sin mayor trámite de 20 hectáreas por familia. Entonces, hay un conflicto de interés muy grande. Son medidas básicamente declarativas que no tienen efecto en los hechos.
-¿Crees que en Bolivia hay zonas de sacrificio?
-Creo que sí pasa eso en lo que llamamos las reservas forestales, existen varias reservas forestales creadas en los años 60 o 70, es decir, hace 50 años, donde no se permiten nuevos asentamientos, no se permite la habilitación de esas tierras para agricultura y que su potencial mayor de estas zonas es la explotación racional sostenible de la madera. Estas son las zonas de saqueo actualmente por dos razones primero: para lucrar con la madera y, después de lucrar con la madera, convertir eso en monocultivo.
-¿Son bosques nativos?
-Si, son nativos. Es toda la zona tropical y prácticamente está conectada a la Amazonía. La tendencia es histórica pero se agrava a partir de 2005. Entran los cultivos transgénicos al país y estos cultivos transgénicos empiezan a tener una inserción exitosa en el mercado internacional y en el caso boliviano el modelo agropecuario se pone económicamente atractivo porque Bolivia desde 2011 tiene los precios de combustibles congelados. Esto abarata muchísimo los costos de producción de la agroindustria, que tiene una rentabilidad mucho más alta que otros sectores económicos. Así, se incentiva una mayor inversión y, finalmente, una mayor presión sobre la expansión de la frontera agrícola en el país.
-La minería del oro se está expandiendo por la Amazonía en la región. ¿Cuál es la situación en el caso de Bolivia?
-La minería ha cobrado fuerza, la del oro principalmente, por los precios internacionales y por la facilidad que había para hacer contrabando con esta minería y el hecho de que no pagan prácticamente impuestos. Entonces es un modelo también extractivo en esos términos, en este caso controlado de manera corporativa por las cooperativas mineras y ellos lo que han hecho es ampliar las zonas de explotación tradicional del oro que había en el norte Amazonía, en el norte de la Paz, que ya es Amazonía, y con esta intensificación y con el uso indiscriminado de mercurio han ido avanzando hacia los principales ríos de la Amazonía. Generalmente vemos que están conectando con la minería ilegal del oro de Perú. Ahí el problema fundamental es la contaminación de los ríos y el despojo de derechos de uso y de aprovechamiento de recursos naturales a los pueblos indígenas. Entonces los cooperativistas, las cooperativas mineras, no tienen derechos de propiedad o derechos de uso de sus recursos naturales, sino que tienen concesiones. Y estas concesiones afectan a varios pueblos indígenas que están en situación de minoría y fragilidad, al grado que muchos de esos pueblos indígenas acaban entrando en una alianza económica para juntos explotar esta minería.
-¿Se ha tomado alguna medida con respecto a la minería ilegal?
-Existen varias medidas e incluso las autoridades han hecho intervenciones en terreno para expulsar a cooperativistas mineros asentados ilegalmente. Ha habido un intento de aumentar el impuesto a la minería del oro. Todo esto ha provocado un conflicto social muy grande. Entonces, el Estado ha sido rebasado en cuanto a fuerza porque este sector es un sector bastante estructurado, organizado y defienden corporativamente este modelo de economía. Creo que los intentos de controlar esta minería han rendido muy pocos frutos. El interés económico que está en juego es muy grande y se impone lamentablemente por encima de cualquier intento de regulación o control.
-¿Cuál cree que debería ser el modelo que funcione para la defensa del ambiente en Bolivia?
-La Amazonía boliviana no tiene una estrategia de protección y de defensa. Las estrategias y creo que esto no es solo en la Amazonía boliviana, sino también en Ecuador, Colombia, la estrategia o el marco conceptual como entendemos la Amazonía es de los años 90. Es la de la conservación con fines de no tocar el paisaje, de manejar paisajes intocables. La idea de que creando territorios indígenas vamos a crear zonas de exclusión del modelo extractivista. O la idea de que los parques nacionales van a quedar al margen del avance de este tipo de modelos de explotación. Fundamentalmente la idea de los años 90 era que los planes de manejo del suelo y bosques estaban relacionados a directrices de recomendaciones para buenas prácticas, existan reglas, instrumentos técnicos para evitar este tipo de avances territoriales de modelos extractivistas. Nada de eso ha funcionado y todavía seguimos trabajando con ese marco normativo. Le doy un ejemplo: en Bolivia hay áreas que están declaradas como áreas de protección de bosques que no pueden tener agricultura mecanizada, que no pueden tener agricultura comercial, donde sólo se puede hacer agroforestería, pero eso no está definido en blanco y negro, sino que estas normativas dejan un margen de discrecionalidad para la interpretación de los técnicos encargados de dar estas autorizaciones para que ellos hagan una micro interpretación. Y en este contexto económico acaban dando permiso a todos. Entonces uno ve el mapa territorial y lo que era bosque de protección es agricultura con desmontes, con deforestación, con incendios. Entonces este es un problema fundamental que tenemos en el país. Creo que no hemos hecho una innovación en términos de definir una estrategia de trabajo para la protección de estos ecosistemas. Todavía mucha gente cree que la mejor estrategia es aliarse con los pueblos indígenas, apoyar a las organizaciones indígenas y per sé las organizaciones indígenas son antimodernidad, anticapitalista. Y nada de eso sucede. Acabamos de tener un caso en el que un pueblo indígena vendió su territorio a una secta.
-La Fundación Tierra realizó un informe sobre los cuestionamientos a los nuevos contratos de litio de Bolivia con empresas de Rusia y China. ¿Nos podrías explicar los principales cuestionamientos y a qué se deben?
-Sabemos que existen dos contratos con una empresa rusa y una empresa china para la explotación del litio en el país. Hasta el momento las principales observaciones que hemos hecho no son tanto en términos ambientales sino en términos económicos, porque ese modelo de contrato prácticamente determina que la carga de los riesgos financieros, económicos la asuma Bolivia y que las inversiones que estas empresas van a traer al país van a ser en realidad son préstamos con altas tasas de interés que Bolivia va a devolver en producto, es decir, en litio. Entonces, las empresas participan en un negocio con un 49 % en los beneficios sin hacer inversión, participan en calidad de prestatarios que además lucran porque hacen el papel de un agente financiador.
Y el otro problema que hemos observado es que han inflado los costos de producción y determinan altos costos de producción. ¿Para qué? Para que los beneficios que vayan a repartirse al gobierno boliviano sean mucho menores, para que los márgenes de ganancia sean minimizados para de esa manera quedarse con la mayor parte de los ingresos. Sabemos que en Argentina o en Chile los costos de producción llegan a ser mucho más bajos. Entonces estamos hablando de unos costos operativos muy altos que no tienen paralelismo con los países vecinos, que explotan ese argumento de que en Bolivia es más costoso producir por temas técnicos. Entonces nos interesa porque es un tema de modelo de economía extractivista, es un modelo que tiene costos sociales y es un modelo también de externalización de los recursos a través de este tipo de acuerdos con organismos internacionales.
-Bolivia llegó a impulsar una política de nacionalización del litio. ¿Qué pasó en el trayecto, además de los cambios políticos? ¿Por qué no se mantuvo esa línea?
-Porque en términos políticos y reivindicativos es obviamente atractivo, especialmente en los momentos en que se ha vivido una ola de izquierda extrema en el país. Pero operativamente y económicamente no tiene sentido, porque el país necesita control y capacidad tecnológica. Y Bolivia no va a llegar a tener eso. Falta un diseño institucional distinto y reclamar que Bolivia tiene que tener control sobre todo el proceso productivo y vender no solamente el litio como materia prima, sino baterías, lo cual significa un valor agregado y un conocimiento y tecnología que el país no tiene.
-¿Cómo crees que la crisis política que vive el oficialismo está afectando a la política ambiental?
-Es un poco difícil de evaluar, dado que las peleas dentro del MAS no están demasiado relacionadas con el tema de los recursos naturales, en términos de control de derechos y de uso. Pero sí hay dos temas relevantes. Una parte de los soportes políticos de Evo Morales han sido los interculturales, es decir, aquellas personas de origen campesino, sobre todo de las tierras altas, que han tenido beneficios como recibir tierras fiscales en estas zonas de incendios forestales para crear nuevas comunidades campesinas, lo cual se ha convertido en una fachada para la compra y venta ilegal de esas propiedades. Finalmente acaban siendo, no comunidades, sino monocultivos. Entonces, al existir esta ruptura entre el ala de Arce y la de Evo Morales, este sector se ha quedado mayoritariamente con Evo Morales y no están teniendo acceso a este tipo de políticas que benefician con tierras a los dirigentes. Pero a su vez el gobierno boliviano, si bien ha perdido cierto control en algunas zonas como San Julián, Cuatro Cañadas, ha entrado a otras zonas, como Yapacaní, que está en la frontera entre Cochabamba y Santa Cruz. Y en Yapacaní se están construyendo nuevos caminos en zonas que son protegidas, en el Choré, que es una reserva forestal convertida en Parque Nacional. Hay un proyecto de carretera en construcción en nuevas zonas de asentamiento que benefician a estas comunidades. En la práctica, el Gobierno sigue haciendo lo mismo solamente con diferentes sectores. El cambio o la lucha o la pelea no han significado un retroceso en el modelo expoliador de los recursos naturales que tenemos desde hace tiempo en el país.
-¿Cuando el oficialismo habla de la Madre Tierra, la Pachamama, crees que es algo que queda solo en el discurso?
-Ahora ya no habla. Sí lo hace David Choquehuanca, pero casi a título personal. El vicepresidente ya prácticamente tiene un perfil público de alguien que discursa en términos de radicalismo ambiental, proteccionismo, la Pachamama, pero en eso queda, en una figura decorativa y sabemos que no es política de Estado.
-¿Cómo está manejando el Gobierno la crisis por las inundaciones y qué medidas de prevención crees que se podrían haber tomado y no se tomaron a tiempo?
-Lo único que sabemos es que se acaba de aprobar un préstamo, un crédito externo de 75 millones de dólares dirigido a la reposición de los daños causados por este evento climático. La pelea boliviana es que ese dinero no va a ir directamente a reparar estos daños porque lo que hará el Gobierno es recibir el préstamo, emitir ese préstamo en moneda nacional y el Banco Central otorgará al Tesoro General de la Nación esos dólares en calidad de préstamo y el Tesoro General utilizará estos fondos para importar combustibles. Entonces económicamente esto significa que en el camino se van a quedar muchas cosas y hasta es posible que el Fondo acabe financiando gastos ya asumidos por el gobierno. Entonces, realmente siendo optimista, yo diría que un 20 % de eso llegará para reparar los desastres y eso va a acabar en reponer la construcción de un puente que está afectando seriamente el acceso caminero en la zona norte de La Paz. Esa es la capacidad de respuesta que tenemos por ahora.
-Describe una política de tapar agujeros con parches…
-Estamos en un año electoral. La crisis económica es insostenible y está condicionando todo lo demás, incluyendo derechos ambientales, incluyendo desastres naturales, incluyendo que no vamos a tener políticas de prevención de los próximos incendios. Tenemos un problema fuerte que también tiene múltiples crisis. En esas condiciones casi, casi estamos abandonando muchas políticas y prácticas de protección del ambiente o de los derechos de los pueblos indígenas. En este momento tenemos un Estado con muy poca capacidad de actuación, de fiscalización, de intervención, de implementación de las políticas que existen. Hay una motivación doble ahora para producir más soja porque el Gobierno se ha convertido en comprador de soja que convierte en aceite y este aceite lo convierte en biodiésel, en un intento desesperado de disminuir las importaciones de diésel en el país. Entonces eso exacerba obviamente el interés por depredar más los bosques para los monocultivos.
-Los guardaparques han sido protagonistas de una crisis institucional a principios de año, con denuncias, desplazamientos y reincorporaciones. ¿Qué crees que está fallando en este punto?
-Tenemos un desgobierno muy grande. Hay gente que no tiene sueldos. No hay presupuesto operativo para que cumplan con su trabajo. Hay pugnas internas que se disputan el control de estas unidades, no solamente por el tema de acceso a un empleo público, sino también por tener mayores derechos y autorizaciones de uso de estos recursos naturales en áreas protegidas. Hay una limitación muy fuerte en términos operativos de estas unidades y también se ha perdido el norte de qué es lo que se quiere como política de Estado. Los funcionarios públicos sienten una desorientación muy grande sobre cuál debe ser su rol. Y en algunos casos acaba siendo lo que cada uno decide. Entonces falta un lineamiento, que persiga objetivos, alcance metas. Además, Bolivia también ha renunciado a firmar compromisos internacionales, entonces internacionalmente no tiene la obligación de disminuir la deforestación en el país. El presidente Lula da Silva convocó a todos los presidentes de la Amazonía y Bolivia no firmó este acuerdo. Entonces, eso también muestra que Bolivia está en una posición de ambivalencia en estos términos. Porque hace dos años se negaba a los créditos de carbono y hoy en día es considerado como una oportunidad de financiamiento importante para conseguir dinero a cambio de protección de los bosques.
-¿Cuál crees que es el principal desafío ambiental para Bolivia?
-Sin duda son los incendios. Son los que causan el mayor impacto en términos de indicadores y de contaminación y de emisiones de Gases de Efecto Invernadero en el país. Se sospecha que habría duplicado las emisiones de carbono con lo que ha pasado el año pasado. Es desafiante porque no solamente pasa por una política de prevención, de control, de fiscalización, sino por un rediseño de todas las salvaguardas ambientales y de los derechos de uso de las tierras. Significa una rezonificación de las áreas de intervención y de no intervención, de protección y de restauración. También significa, obviamente, tener acuerdos y pactos sociales. Entonces, ya de por sí, si Bolivia enfrentara y resolviera ese tema en los próximos cinco años, tendríamos un avance respecto a lo que tenemos hoy en día. Lo segundo, creo, es la contaminación por la minería del oro de la Amazonía.
-¿Se han tomado medidas sobre la contaminación por mercurio?
-No, lo que había es una política de control más estricto a la importación de mercurio en el país, que creo que ha tenido un efecto fuerte. Y ahora un efecto indirecto, porque no tenemos capacidad de importación y los mineros lo que reclaman son dólares para seguir importando este material. Por la crisis económica algunos daños ambientales se han paralizado.
-En el corto plazo, ¿Bolivia no está preparada para combatir una nueva crisis de incendios?
-No, para nada, no está preparada. Es más, yo diría que esa posibilidad de acceso a ese financiamiento externo de 250 millones es un arma de doble filo. Si tuviera que recomendar, recomendaría que los organismos internacionales no aprueben créditos o préstamos para la lucha contra los incendios en nombre de desastres naturales. Porque no son desastres naturales, sino son desastres provocados por el hombre. Y si el Gobierno nacional tiene un interés alto de tener ese financiamiento declarándose en emergencia nacional, de seguro que esa emergencia nacional de desastre va a acabar siendo provocada. Ese es el tema que creo que no están valorando los organismos internacionales que tienen firmados acuerdos de financiamiento de desastres naturales. Los incendios forestales no deberían considerarse como desastres naturales.
 
 
 
 
 
EL DESARROLLO ALTERNATIVO: ¿UNA OPCIÓN VIABLE PARA COLOMBIA?
 
Para acabar la violencia en el Catatumbo, el gobierno comprará los cultivos de coca y promoverá otro tipo de cultivos. ¿Qué nos dice la experiencia internacional sobre la eficacia que tendría esta política en Colombia? El experimento boliviano comenzó con la ley 1008 de 1988 que reconoce la existencia de cultivos legales de coca para usos tradicionales…
 
Razón Pública de Colombia (https://acortar.link/bZQ5Fn)
 
En el Consejo de Ministros del 3 de marzo, la Directora de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, Gloria Miranda, expuso el nuevo plan del gobierno para acabar con el cultivo de la hoja de coca en el Catatumbo.
Este plan fue adoptado en virtud del estado de conmoción interior mediante el Decreto 180 de 2025, que establece “(…) medidas excepcionales para desvincular a los núcleos familiares que dependan de cultivos de uso ilícito y promover su tránsito a economías lícitas (…)”.  El plan consiste en dos tipos de medidas:
-Un programa de erradicación voluntaria acompañado de la compra de los cultivos ilícitos; según lo dicho en el Consejo de ministros, el Gobierno ofrecería pagos de 1.280.000 de pesos mensuales, por un año, a la población que se sume al programa.
– Un programa de promoción de cultivos lícitos, cuya herramienta principal será la formalización de la propiedad privada y la adjudicación de bienes baldíos, incluso en las áreas afectadas por la presencia de cultivos de la hoja de coca.  De esta manera se evitaría el traslado de personas de un territorio y se crearían condiciones para otro tipo de cultivos con vocación de mediano plazo. 
Las críticas
Varios analistas y figuras políticas han señalado que este plan no es novedoso, ya que guarda demasiadas similitudes con el fallido PNIS (Plan Nacional Integral de Sustitución), la estrategia del gobierno que, en lugar de reducir, aumentó las hectáreas de cultivos de coca.
Otros temen que pueda tener efectos negativos en el proceso de certificación de Estados Unidos porque podría ser interpretado como una negativa del gobierno Petro a la erradicación forzosa.
Con el fin de evaluar estas críticas – y de aprender lecciones que pueden ser valiosas- en este artículo me propongo revisar la experiencia de otros países que han adoptado medidas similares con diversos resultados.
La experiencia de Tailandia
El desarrollo alternativo surgió hace más de 50 años de los esfuerzos de sustituir los cultivos de amapola  en Tailandia. La idea era hallar algunos cultivos nuevos o mejorar los ya existentes, para lograr cosechas más valiosas.
En 1965 Tailandia produjo 265.000 kilos de opio y después de 35 años logró disminuir esta producción a 4.000 kilos.
Para contextualizar este éxito, es importante notar que el crecimiento económico de Tailandia ha sido extraordinario y muy difícil de replicar, pues su PIB per cápita pasó de US$722,4 en 1965 a US$6393,9 en el 2023.
El programa empezó con una lista de 1.080 cultivos, posibles sustitutos, que se fueron eliminando hasta tener una de 50 cultivos que iban a ser sometidos a estudios más amplios. Estos esfuerzos requerían experimentación, tiempo, generación de confianza entre los campesinos cultivadores y el Estado, así como recursos duraderos, puesto que muchas de las plantas identificadas requerían varios años antes de dar una cosecha satisfactoria.
Los intentos de sustitución demostraron ser más difíciles de lo esperado y no arrojaron resultados satisfactorios, lo que llevó a los gobiernos a formular políticas de desarrollo alternativo. Un enfoque mucho más complejo, enmarcado dentro de las amplias políticas de desarrollo territorial y regional.
Un factor crucial para el éxito fue el profundo respeto de la población campesina hacia el rey. Tailandia, históricamente conocida como Siam, se destaca por no haber sido colonizada jamás; no es sorprendente, por tanto, que la ciudadanía tenga un fuerte sentido de identidad nacional y de respeto hacia el Estado y sus normas, características poco comunes en países en vías de desarrollo.
También contribuyó el hecho que en la zona cultivadora de amapolas las comunidades tenían problemas de adicción al opio, por lo que no hubo un rechazo significativo a los programas de desarrollo alternativo. Los programas tenían un componente de salud pública, y además el gobierno desarrolló otros programas que aumentaron sustancialmente los niveles de educación y los servicios sanitarios. Lo que integró físicamente al país.  
A pesar del éxito del programa es importante recordar que el narcotráfico no desapareció, sino que se transformó. Los cultivos de amapola estaban localizados principalmente en zonas alejadas de los grandes mercados internos, especialmente el de Bangkok; pero las redes comerciales desarrolladas por el mercado del opio fueron aprovechadas por la industria de anfetaminas y metanfetaminas, que de facto ha sustituido a las amapolas y ha inducido al gobierno a tomar medidas contra la posesión y uso de estas drogas.
El ejemplo del programa de reducción de la amapola en Tailandia muestra que estos procesos no son fáciles.
La experiencia de Bolivia
El experimento boliviano comenzó con la ley 1008 de 1988 que reconoce la existencia de cultivos legales de coca para usos tradicionales, y la adopción de un programa de erradicación financiado por la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID), que ofrecía al campesinado hasta US$2.500 por hectárea erradicada.
Este programa logró una disminución de cultivos en forma pacífica, gracias a las relaciones de cooperación y confianza entre las comunidades campesinas y el Estado.
Estas relaciones han sido el producto de un conjunto de políticas y cambios, que se iniciaron a mediados del siglo XX.  En 1952 Bolivia experimentó un golpe militar revolucionario, y en 1953 se inició un programa de reforma agraria en la sierra. Muchas haciendas fueron divididas y distribuidas entre un elevado número de campesinos que se organizaron en “sindicatos” con capacidad negociadora frente al gobierno.
El gran crecimiento demográfico que empezó a finales de los años cincuenta motivó al gobierno a promover la colonización de la provincia del Chapare, que terminó siendo poblada por campesinos que replicaron sus “sindicatos” en esa zona y por mineros desplazados por la caída del precio del estaño.
Es importante recalcar que este acuerdo permitió el crecimiento del poder político de Evo Morales, el líder cocalero, presidente de Bolivia entre 2006 y 2019.
El Estado siempre estuvo presente y desarrolló grandes proyectos de infraestructura financiados en parte por agencias multilaterales y bilaterales, especialmente el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Estos financiaron una parte sustancial de la carretera que une a Cochabamba con Santa Cruz y que atraviesa el Chapare. Estas inversiones se complementaron con los programas de desarrollo alternativo financiados por donantes externos, lo que hizo que el Chapare cuente en la actualidad con buenos servicios de electricidad, educación, servicios de salud, comunicaciones, transporte, etc.
Es claro que, en el ambiente político actual de Estados Unidos, que ha eliminado a USAID,  un apoyo similar sería imposible.
La experiencia de Afganistán
En Afganistán, se han registrado dos casos de erradicación de cultivos ilícitos, ambos bajo la dirección del Talibán motivado por sus creencias religiosas.  El Corán prohíbe el consumo de alcohol y, aunque no se menciona explícitamente el opio, su uso recreativo es generalmente descrito como “haram” (no permitido por las leyes islámicas), por lo que los talibanes han incluido los opiáceos en la misma categoría que las bebidas alcohólicas.
En 1999 aplicaron la prohibición total a los cultivos de amapola y lograron su virtual erradicación, pero esto no se mantuvo una vez que el gobierno cambió.
Los Talibanes retomaron el poder en 2021 después de que el comercio de opio había vuelto a crecer y la mayoría de los agricultores habían plantado opio para cosecharlo en la primavera de 2022. Los talibanes prohibieron la producción en abril de ese año durante la cosecha de amapola y en 2023 según un informe de la ONU lograron una disminución de 95% en el área cultivada según . 
Las lecciones aprendidas
Los casos de Tailandia, Bolivia y Afganistán muestran que el éxito de una política de erradicación de cultivos depende principalmente del tipo de relación que existe entre el formulador de la política – el Estado – y sus destinatarios.
Mientras que la política más exitosa ha sido la de Afganistán, su permanencia en el mediano plazo depende de la existencia de un régimen autoritario.  En el caso de Tailandia los cambios en la economía generaron opciones de empleo e ingreso para los campesinos y les permitieron apartarse del cultivo amapola. Sin embargo, no se ha logrado controlar la industria ilegal de drogas sintéticas que remplazó a la del opio y la heroína. Finalmente, en Bolivia los acuerdos con el Estado le permitieron a la comunidad la legalización de los cultivos para usos tradicionales y el gobierno ha promovido los usos industriales. Pero el narcotráfico continúa, aunque con niveles muy inferiores a los de Colombia.
Otro factor que se resalta en los tres ejemplos mencionados es que la eliminación de los cultivos ilícitos no vino acompañada de violencia porque el Estado tenía control sobre el territorio.
Reflexiones para Colombia
Ya hace casi 30 años Clawson y Lee III (1996)  señalaban que para que un programa de desarrollo regional en zonas de cultivos ilícitos fuera exitoso debía incluir cinco elementos: 1) sustitución de cultivos, 2) desarrollo de mercados para los productos agrícolas legales, 3) industrialización de los productos agrícolas para añadir valor agregado en áreas rurales, 4) suministro de infraestructura social (salud, educación, seguridad, etc.) y, finalmente, 5) desarrollo de organizaciones en las comunidades involucradas.
En los casos de Tailandia y Bolivia, los proyectos han incluido en diversos grados estos elementos, y estos han contribuido a su relativo éxito y estabilidad en el mediano plazo.
En el caso de Colombia, el desafío es mayor. A diferencia de estos países, donde los proyectos se hicieron en territorios donde el Estado tenía un mayor o menor grado de control territorial, la finalidad del decreto 180 de 2025, es lograr control territorial, en una zona donde la gobernanza ilegal ha suplantado al Estado.
Una vez se logre el control territorial, y el reconocimiento de la comunidad, será posible diseñar políticas que resuelvan el problema. De lo contrario se requerirá una solución autoritaria como en el caso de Afganistán.
Moraleja: la soberanía territorial que no se ejerce se pierde ….
 
 
 
 
 
 
 
“EN BOLIVIA, LA NECESIDAD NOS HA HECHO MEJORES CREATIVOS”
 
La copywriter y art director de Ogilvy Bolivia participó de la sección que destaca a los talentos emergentes. En la nota, el reel de la creativa.
 
AD Latina de Argentina (https://lc.cx/WMqPnr)
 
¿Cómo comenzó tu carrera? ¿Qué fue lo que te llevó a elegir ser creativa publicitaria?
Mi carrera comenzó de una forma inesperada. En 2023, estaba estudiando Comunicación Social y no me gustaba nada. Ni el periodismo, ni la comunicación para el desarrollo, ni la rama investigativa… nada. Pero ahí estaba, en octavo semestre, medio perdida, recién saliendo de un montón de problemas emocionales y mentales, sin saber qué me deparaba el futuro. Entonces, llegó el momento de hacer mi pasantía. Y claro, como buena persona sin rumbo, tampoco tenía idea de dónde meterme. Ahí apareció mi profesor, Fernando Tarifa, preguntándome dónde iba a hacer mi pasantía, y yo, con toda la seguridad del mundo, le dije: “No sé”. Le conté que no me llamaba la atención nada de la carrera, pero que, si había algo más creativo como publicidad, tal vez podía intentarlo. Y así, de la nada, mi profe me consiguió una entrevista en un lugar que me decía era una gran agencia internacional... no lo sabía en ese momento, pero hablaba de Ogilvy. Yo ni sabía que en Bolivia existían agencias netamente creativas, pensaba que aquí todo era marketing del “aburrido”, pero bueno, fui esperando lo mejor. Cuando llegué a la entrevista, estaba muriendo de miedo. No sabía qué decir, no tenía portafolio, no sabía nada de publicidad (lo básico). Lo único que tenía era un curso de diseño gráfico, a nivel técnico, que había hecho cuando era más joven, pero nada más. Cero experiencia. Y ahí estaba Henry Medina, entrevistándome. Lo único que podía ofrecerle eran mis ganas de aprender y dar lo mejor de mí, y al parecer, eso fue suficiente, porque me dio la oportunidad de entrar. Como me dijo aquella vez: “las ganas suman” y eso es lo que más le importa hasta el día de hoy. Empecé desde abajo. Henry me dijo que podía probar en distintas áreas hasta ver cuál me gustaba. Al inicio, fui por el diseño gráfico, donde un compañero me enseñó todo otra vez: composición, diagramación, cómo debía verse un buen arte. Comencé a destacarme diseñando, siempre he dicho que si voy a hacer algo tengo que ser la mejor, pero algo dentro de mí me decía que quería hacer más. Entonces, empecé a meter mi cuchara en redacción creativa. No solo quería diseñar ideas, quería crearlas. Y tenía algo a mi favor: yo podía presentar mis ideas ya diseñadas, no solo contarlas como la mayoría de los creativos. Y eso me ayudó a destacar. Me metía en todo lo que podía, buscando aprender, entender cómo se construían las ideas, de dónde salían, cómo se hacían las grandes campañas. Al poco tiempo, fui contratada oficialmente. En menos de dos años, pasé de no saber nada de publicidad a competir en festivales internacionales. El primero, El Ojo de Iberoamérica en categoría Nuevos Talentos Estudiantes, mientras aún era pasante; y hoy por hoy, ya en Cannes Lions este junio por primera vez, festival al que estoy yendo personalmente. Y lo más loco de todo esto es que yo creía que no era creativa. Hasta que entré en este mundo. Aquí, en Ogilvy, descubrí que amo la publicidad, que disfruto cada proyecto, que puedo pasar horas haciendo esto y seguir queriendo más.
¿Qué aprendiste hasta ahora trabajando en agencia/s? ¿Cómo es trabajar con Henry Medina?
Bueno, hasta ahora, desde que comencé, solo he trabajado en una agencia, Ogilvy Bolivia, pero eso no ha sido una desventaja en mi carrera, porque es en esta agencia que he aprendido todo lo que sé, es con esta agencia con la que llegué a ganar el primer Ojo Gráfica de Bolivia en El Ojo de Iberoamérica y además con el mejor a mi lado, Henry Medina. Trabajar con él es una locura y un gran desafío, en el buen sentido. Una locura porque siempre es muy divertido, hace de esta profesión algo disfrutable, cada día es una historia distinta; y un desafío, porque él es esa persona que siempre te impulsa a dar más, a sobrepasar tus límites y que no te quedes en lo “seguro” como la mayoría, diría que justamente es eso lo que me ha llevado a crecer tanto en tan poco tiempo, esa motivación constante es algo que no encuentras en cualquier lugar.
¿Cómo ves la industria de la comunicación en el país?
La industria de la comunicación en Bolivia es un desafío gigante, pero también una mina de oportunidades. Para ponerlo en perspectiva, todo el mercado publicitario en el país mueve unos 80 millones de dólares al año, que es básicamente lo que maneja una sola cuenta en Japón en ese mismo tiempo. O sea, estamos en un contexto donde los recursos son escasos, pero eso nos ha obligado a afinar la puntería y ser mucho más estratégicos con la creatividad. Y aunque parezca increíble, Bolivia fue el cuarto país más efectivo del mundo en inscripciones vs metales en Cannes Lions la última vez que ganamos. Y lo logramos con solo una agencia en competencia. Mientras en otros países pueden inscribir 74 piezas y ganar solo una plata, nosotros mandamos 4 piezas y nos llevamos 3 shortlist y un león. En los festivales donde competimos, tenemos un 100% de conversión entre inscripciones y premios, lo que prueba que nuestra creatividad no solo es buena, sino que va directo al punto. Este mercado es duro, pero nos obliga a ser precisos, audaces y estratégicos. Aquí no hay espacio para tirar ideas a lo loco. No podemos darnos el lujo de desperdiciar recursos, así que afinamos el olfato para detectar ideas poderosas y hacer apuestas inteligentes. Y ahí está la verdadera oportunidad: en Bolivia, la necesidad nos ha hecho mejores creativos.
¿Cuáles son las tendencias que estás observando?
Algo que está muy en tendencia ahora es el uso de la Inteligencia Artificial. Pero lo que más me llama la atención no es solo su crecimiento, sino que muchos todavía sienten vergüenza de usarla. Como si estuviera mal visto que no todo salga de tu cabeza, como si te quitaran puntos por no hacerlo “a la antigua”. Y la verdad, eso es una tontería. Porque hasta para usar la IA hay que saber. Hay gente que la domina tanto que cuando ves su trabajo te preguntas: “¿de verdad esto lo hicieron con IA?”. Y eso me parece increíble. Por eso digo: o te adaptas o te quedas atrás, y con la IA, tienes la ventaja. Otra tendencia que me fascina es el regreso de la publicidad Old School. Ideas tan simples que te revientan la cabeza. Y es que hoy, con tanto recurso, tantas técnicas creativas y estrategias ultraprofundas, hacer algo brillante en su forma más pura se ha vuelto un arte casi extinto. Usar algo que siempre estuvo ahí, pero nadie lo vio, su valor se dispara. Como dice Henry: Old School Is The New School.
¿Están utilizando la AI en sus campañas? ¿Cuál es el valor que le puede aportar?
Sí, y te diría que hasta me ven como la “geniecilla de la IA” en mi agencia (aunque sé que me falta aprender más). Al principio, muchos la veían con desconfianza, pero yo me metí de cabeza a entender cómo podía potenciar nuestro trabajo en lugar de reemplazarlo. Hoy la usamos para agilizar procesos, generar referencias visuales, mejorar la redacción y hasta para inspirarnos cuando necesitamos desbloquear ideas. Por ejemplo, hace unos días logramos sacar un insight para una campaña con ayuda de la IA, que hablaba sobre el amor. Realmente todos nos quedamos sorprendidos porque el nivel de insight que teníamos era poderoso y, que una herramienta que la mayoría tacha como robótica, superficial o plana saque algo así, es increíble, pero ahí estaba. Ahora, eso sí, y aquí va la analogía: el binomio entre un jinete y un caballo funciona uno sin el otro, porque sin el jinete, el caballo no llega muy lejos, y no cualquiera puede hacer que la IA se humanice y llegue a un nivel tan profundo para dar información de ese calibre. Y ahí es donde está la diferencia entre simplemente pedirle algo a realmente sacarle el jugo. El valor que aporta es enorme, porque nos permite ir más rápido, explorar más caminos y pulir mejor nuestras ideas. Eso sí, la IA no hace el trabajo sola. Hay que saber usarla, hacer las preguntas correctas y tener criterio para convertir su output en algo realmente valioso. Porque al final, una herramienta sin una mente creativa detrás es solo un juguete más. No es la flecha, es el indio.
 
 
 
 
 
CRECE EL MISTERIO DE LA AERONAVE ABANDONADA EN ENTRE RÍOS: QUIÉN ERA EL PILOTO Y LAS SOSPECHAS NARCO
 
Los investigadores encontraron huellas dactilares y artículos argentinos que, según creen, tenían como destino Bolivia. La nueva pista que alimenta la hipótesis de la descarga de un envío de cocaína en otro sitio
 
Infobae de Argentina (https://acortar.link/zaLY0d)
 
A 48 horas del hallazgo de una aeronave, con matrícula -falsificada- de Bolivia, abandonada en medio de un campo del norte de Entre Ríos, el paradero y la identidad del piloto continúa siendo un misterio, indicaron fuentes del caso a Infobae.
Aunque lo buscaron con cámaras térmicas y perros en las inmediaciones, hasta el momento los investigadores no encontraron rastros que puedan guiarlos hacia el comandante del supuesto vuelo narco. Sucede que los canes de la Policía provincial, a cargo del ministro de Seguridad, Néstor Roncaglia, marcaron olores muertos de cocaína dentro del monomotor, un tipo de avión que es utilizado para hacer traslados de cocaína desde Bolivia.
Aunque no pueden dar con el piloto, los peritos levantaron 10 huellas digitales en ventanillas y controles. Al mismo tiempo, según detallaron a este medio, crece la sospecha que descargó un envío completo de droga en otro sitio, antes de verse obligado a descender por una presunta pérdida de combustible.
Al escapar, dejó atrás una particular carga en la cabina: alfajores Havanna, varias cajas de los clásicos de dulce de leche y otras más de sal marina. También llevaba una caja de vinos Catena.
Creen que estos típicos productos argentinos podrían haber sido entregados por la persona que recibió la cocaína en otro punto del mapa, no tan lejano al sitio del hallazgo. “Se ve que a los productores (NdR: de cocaína) bolivianos les gustan los alfajores”, ironizó un detective.
Al mismo tiempo, los agentes encontraron tambores azules llenos de combustible y jugos, sanguches y agua de marcas bolivianas, indicios de la extensión que debía recorrer.
En las últimas horas, creció la sospecha que el piloto descargó en otro lugar, debido a que el avión tiene rastros de tierra que no son del campo en el que aterrizó, revelaron las fuentes a este medio. Adelantaron que se hará un estudio para determinar los componentes de esos rastros y, de esa manera, marcar posibles lugares de los cuales podría provenir.
Aunque no se descarta, se desconoce si el vuelo clandestino fue realizado por el mismo grupo narco que estuvo detrás de la avioneta que fue hallada abandonada con más de 350 kilos de cocaína en las Islas de Ibicuy, a fines del mes de enero.
Por ese cargamento, fue procesada con prisión preventiva la ex reina de belleza boliviana Jade Isabel Callaú y su novio, un piloto brasileño con antecedentes por hechos similares.
El hallazgo
En un operativo que aún genera interrogantes, la Policía de Entre Ríos localizó una avioneta abandonada en una zona rural de la localidad de San Gustavo, en el departamento La Paz, tras la denuncia de un veterinario policial.
El funcionario dio aviso a sus superiores en la tarde de ayer jueves, luego de encontrar la aeronave en el interior de un campo perteneciente a su madre.
Al arribar al lugar, personal policial constató la presencia de una avioneta blanca con detalles en azul, cuya matrícula presentaba una irregularidad visible: en uno de los laterales se observaban las siglas LV-JTF, correspondientes a la matrícula argentina, mientras que en otro sector se leía CP-846, código de registro de aeronaves bolivianas.
Según las fuentes consultadas, la aeronave evidenciaba daños en el tren de aterrizaje del lado izquierdo, lo que sugirió que se trató de un aterrizaje forzoso.
En el procedimiento actuó personal de la comisaría de San Gustavo y la Jefatura Departamental La Paz, que realizó las primeras actuaciones en el lugar.
La investigación fue ampliada con la participación de personal especializado de la Dirección General de Investigaciones e Inteligencia Criminal, con sede en Paraná. Agentes de esa dependencia utilizarán drones para sobrevolar la zona, con el objetivo de detectar posibles elementos que hayan sido descartados durante el trayecto de la avioneta o en el momento del aterrizaje. 

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