Wednesday, November 30, 2005

LAS ÉLITES ARMAN EL BLOQUEO CONTRA EVO MORALES

EL NUEVO GABINETE PREOCUPÓ EN WASHINGTON, PERO NO HABRÍA CAMBIOS

Total News de Argentina (www.totalnews.com.ar)

Los analistas norteamericanos hablan de un giro a la izquierda. Pero —señalan en la administración Bush— no habrá por eso otra política con Argentina. El cambio de Gabinete provocó preocupación en Washington, pero eso no implica un cambio automático en la política del gobierno de Bush hacia la Argentina.
Si bien todos los analistas en esta capital coinciden al afirmar que el gobierno de Néstor Kirchner está girando hacia la izquierda, eso no necesariamente afecta los intereses de EE.UU. Ni siquiera una alianza estrecha económica entre Kirchner y Hugo Chávez preocupa en el Departamento de Estado. El temor mayor para los diplomáticos norteamericanos es que Argentina, de ser un país capaz de contribuir a la estabilidad de la región, se transforme en un país desestabilizador y si eso ocurre no hay dudas que habrá un cambio de actitud.
La diplomacia americana se mantuvo en silencio pese al revés que padeció en la Cumbre de Mar del Plata, y el posterior viaje de Kirchner a Venezuela. Más aún, esa actitud continúa aunque el Presidente argentino despidió al ministro que más prestigio tenía en Washington; nombró como canciller a Jorge Taiana, el hombre a cargo de la Cumbre, y como ministra de Defensa a Nilda Garré, la embajadora en Venezuela que acusó al presidente mexicano de haber utilizado un vocabulario inadecuado en su pelea con Chávez por la Cumbre. Pero los EE.UU. nunca callan cuando algo realmente afecta sus intereses nacionales. Así, el embajador de Estados Unidos en España condenó abiertamente la venta de armas del gobierno de Zapatero a Chávez.
En la lista de temas que podría provocar el cambio de actitud en el caso argentino figura todo lo que para la diplomacia norteamericana cae en el rango de desestabilizador. Y a ese nivel, en primer plano figura una intervención de Kirchner, financiera o de otro calibre, que favorezca el triunfo de Evo Morales en Bolivia.
Si bien hasta el momento EE.UU. viene elogiando el rol que desempeñó el gobierno argentino en Bolivia, esto puede cambiar muy rápidamente.
Lo mismo ocurriría si Argentina le vende a Venezuela tecnología nuclear que le permita iniciar el camino de la fabricación de armamento nuclear. Eso sería lo que en el Departamento de Estado llaman "crossing the line" o pasarse de la raya.
A nivel económico, EE.UU. ha dicho que desea que a la Argentina le vaya bien. Objetivamente un nuevo deterioro de la economía argentina no favorecería sus intereses ni económicos ni políticos. El Tesoro considera que la mejor fórmula para impedir que Argentina vuelva a desbarrancarse es que regrese al FMI. Toda la preocupación está centrada en la inflación y la manera en cómo el Gobierno quiere controlarla a través del control de precios, una política que según piensan tanto en el Tesoro como en el Fondo no le dará buenos resultados.
¿Qué puede pasar si Argentina se desafilia del FMI? Después de oír esa amenaza de la boca de Kirchner en Mar del Plata, Bush salió a reclamar por la seguridad jurídica y el clima de inversiones, algo que —cree- está afectando los intereses de las empresas norteamericanas.
Asi las cosas, si Kirchner no adopta políticas que comiencen a afectar directamente los intereses de los EE.UU., habrá más de lo mismo. De lo contrario, habrá cambios también en Washington



LAS ÉLITES ARMAN EL BLOQUEO CONTRA EVO

La rancia oligarquía boliviana presiente que el líder cocalero no será capaz de frenar desde Palacio la ofensiva revolucionaria que anuncian los sectores más combativos y empobrecidos del país.

Argen Press de Argentina (www.argenpress.info)

Por: ECONOTICIAS (especial para ARGENPRESS.info)

La oligarquía y los sectores más reaccionarios y enriquecidos de Bolivia intensifican la campaña para cerrarle el paso a la Presidencia al líder indígena Evo Morales, el favorito para ganar las elecciones del 18 de diciembre. A Evo y a su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), que tiene amplio apoyo en el campo y en menor escala en los sectores empobrecidos de las ciudades, no le ha servido de mucho moderar su discurso, virar a la derecha y humillarse ante los poderosos. La oligarquía simplemente lo desprecia, se la tiene jurada y no quiere que sea Presidente.
La razón de fondo de este rechazo es el temor de las élites y minorías blancoides, que han gobernado Bolivia desde su fundación, de que el candidato indígena no sea capaz de detener desde el Palacio la ofensiva revolucionaria y anticapitalista de las organizaciones sociales y populares. La Embajada de Estados Unidos, los organismos internacionales, las transnacionales, la burguesía y los terratenientes temen que Morales en la Presidencia sea sólo una marioneta de los organizaciones y grupos radicales que azuzan a la población para nacionalizar el gas y el petróleo, expulsar a las petroleras extranjeras y destruir el poder político y económico que tienen las élites empresariales sobre la tierra, las minas, los hidrocarburos, la banca y la industria.
La Central Obrera Boliviana (COB), la Federación de Juntas Vecinales de El Alto, la Confederación de Campesinos y la Federación de Mineros, además de otras organizaciones radicales, ya han advertido que el nuevo gobierno que emerja de las urnas será combatido y derrocado, si no ejecuta la nacionalización de los hidrocarburos y expulsa a las transnacionales.
Por ello, la oligarquía teme que detrás de Morales emerja la revolución, a la que quieren combatir con mano dura y metralla. Por ello, desde los poderes públicos, los grandes medios de comunicación e instituciones que controlan con dólares y prebendas, han tejido una gran campaña para alejar del poder al cocalero presidenciable y a su acompañante, Alvaro García Linera, el guerrillero converso que ha trocado la lucha contra el imperialismo por el colaboracionismo clasista y la defensa del capitalismo de Estado. La conjura contra el cocalero se desarrolla en cuatro ejes, que van desde millonarias campañas mediáticas para torcer la voluntad popular, un avieso manejo de estadísticas y encuestas electorales hasta una constante guerra sucia, manipulaciones desde el Congreso, el Tribunal Constitucional y el propio gobierno, además de políticas poco transparentes de la Corte Nacional Electoral.
Campaña de desinformación
Por un lado, a través de una sistemática campaña en los grandes medios de comunicación comerciales, intentan convencer a la población de que hay un virtual empate 'técnico' en la preferencia electoral entre el líder indígena Evo Morales y el derechista ex presidente Jorge 'Tuto' Quiroga, un aplicado alumno de Washington y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Así, la última encuesta difundida ampliamente en los últimos días en todos los medios da cuenta que el MAS obtendría el 33% de la votación, PODEMOS, la agrupación con rasgos fascistas que dirige Quiroga, lograría el 27%, y la derechista UN (Unidad Nacional) del millonario empresario del cemento Samuel Doria Medina el 12%. Con estos resultados, la elección de presidente y vicepresidente de Bolivia recaería en el Congreso, donde se presume que Quiroga y Doria Medina unirían fuerzas para impedir que el cocalero asuma la Presidencia.
Otra encuesta, difundida ayer por una cadena de televisión, asegura que la diferencia entre Evo y Quiroga sólo es de tres puntos porcentuales a favor del primero, pero que el segundo cosecharía más diputados y senadores en las elecciones de diciembre.
Según la legislación vigente, si ninguno de los candidatos a la presidencia obtiene más del 50% de los votos, es el Congreso el que elige de entre los dos más votados, en una suerte de segunda vuelta.
Hasta ahora, todas las encuestas difundidas por los grandes medios de comunicación dan esta imagen de 'empate técnico', lo que contrasta sin embargo con la realidad evidente de un masivo apoyo para Morales, especialmente en el campo, frente al escaso respaldo que tiene Quiroga, un candidato prefabricado artificialmente por las grandes cadenas de comunicación y las encuestas.
La estrategia del miedo
Otro puntal en la conjura es la 'estrategia del miedo' que diseminan las élites gobernantes a través de todos los medios, grandes y pequeños, con el objetivo de evitar que la población menos informada y poco politizada dé su apoyo electoral al cocalero. Por ello difunden a través de todos los medios que una eventual presidencia de Morales equivaldría a la ruina inmediata del país, a la quiebra económica, producto del bloqueo de las organizaciones internacionales y de Estados Unidos.
Esta campaña masiva y permanente tiene relativo éxito entre la clase media, a pesar de los desesperados esfuerzos del MAS, y especialmente de García Linera, que reniegan abiertamente del socialismo y que dan plenas garantías a la propiedad privada, a las transnacionales petroleras y a los grandes latifundistas del oriente del país.
En las reuniones con los organismos internacionales y los empresarios nacionales, el MAS y Evo Morales aseguran, incluso, que mantendrán los compromisos de estabilidad económica asumidos con el Fondo Monetario Internacional y que no se opondrán a un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, si se preservan algunos intereses de los productores de soya y textileros. Toda una capitulación, que sin embargo sirve de muy poco, dados los delirantes niveles de racismo, exclusión y desprecio que sienten los oligarcas y dueños de Bolivia, que son una minoría blancoide, ante las demandas y acciones de los indígenas, campesinos y obreros, que constituyen la mayor parte de la población. En los segmentos más reaccionarios y conservadores de la clase dominante no quieren nada que huela a pobre, nada que huela a indio.
El complot judicial y electoral
La tercera vía que utilizan las élites contra Morales proviene del Tribunal Constitucional, el Congreso y la Corte Nacional Electoral, instituciones copadas por militantes o allegados a los grupos de poder y partidos neoliberales. Merced a los artilugios legales, el Tribunal Constitucional, con el apoyo del actual presidente, Eduardo Rodríguez, modificaron la distribución de escaños electorales a favor de Tuto Quiroga y en directo perjuicio de Evo Morales. Todo con miras a favorecer a Quiroga en la votación del Congreso.
La posibilidad de un fraude electoral impulsado por la Corte Nacional Electoral también apunta en ese sentido, tal como denunció hace poco Morales, que puso públicamente en duda la imparcialidad y la confiabilidad de la Corte, tras que ésta se negara inexplicablemente a entregar al MAS una copia del padrón electoral del país, indispensable para saber cuántos ciudadanos están correctamente habilitados para el voto.
La guerra sucia
El cuarto eje de la conjura contra Evo se desarrolla a través de una enconada 'guerra sucia', que cobra creciente fuerza en los medios de comunicación de masas. Las principales acusaciones apuntan a mostrar que Morales y el MAS reciben dinero e instrucciones del presidente de Venezuela, Hugo Chávez; y que legalizarán la producción y tráfico de cocaína, lo que obligará a la intervención directa de los marines norteamericanos. El fantasma de la guerra civil y la invasión de los ejércitos extranjeros es ya moneda corriente para asustar a los más desprevenidos.
En los círculos elitistas y empresariales hay un profundo y visceral desprecio contra la candidatura del MAS, a la que ya bautizaron con el mote de 'candidatura Coca Cola', en directa alusión a Morales que pondría la coca y a García Linera que pondría la cola. Al primero se lo tipifica de narcotraficante y al segundo de homosexual.
Recta final
A medida que se acerca la fecha de elecciones, la guerra sucia contra Morales y el MAS sube de tono, al igual que la desesperación de los estrategas de la campaña de Tuto Quiroga, ubicados en la Embajada de Estados Unidos y las petroleras, que urgieron al tercero en discordia, Samuel Doria Medina, para que retire su candidatura y no divida al electorado de derecha.
La intención de estos grandes operadores de la política nacional es armar un bloque único para cerrarle el paso a la presidencia a Morales, colocando en Palacio a un verdadero soldado de Washington.
En tanto, en las organizaciones sociales y populares más radicales también se barajan números y se asigna tres a Tuto Quiroga y seis a Evo Morales. Al primero se le augura que no durará más de tres meses en la Presidencia y al segundo no más de seis. Los sindicalistas y revolucionarios también arman su estrategia, convencidos de que una vez que se desvanezca la ilusión electoral, la población empobrecida de Bolivia comprenderá, otra vez, que es la lucha (y no el voto) la que libera a los pueblos de la opresión y la explotación.



MORALES ACUSA A WASHINGTON DE "MANEJAR" LAS ENCUESTAS

El Mercúrio de Chile (www.emol.com)

El líder indígena Evo Morales aseguró ayer que no cree en los sondeos electorales en Bolivia "por muchas razones", y dijo temer una eventual "maniobra" de Estados Unidos para acortar la ventaja que mantiene sobre su rival directo Jorge Quiroga.
"Hay una instrucción a las encuestadoras de poco a poco achicar la diferencia que existe entre el MAS (Movimiento al Socialismo, de Morales) y Podemos (Poder Democrático y Social, de Quiroga)", explicó.El sondeo que molestó a Morales fue uno difundido el lunes por el canal Bolivisión, donde figura con 30,1%, en tanto que Quiroga y Doria Medina alcanzan 27,5% y 12,9%, respectivamente. Según este resultado, Morales sólo pasó de un 29,9% en octubre a 30,1%, mientras Quiroga subió de 24,7 a 27,5%.
Consultado en una conferencia de prensa, Morales no descartó que "el último día" hagan aparecer como ganador a Quiroga "y con eso llegar a las elecciones del 18 de diciembre".
"Es la maniobra que tienen preparada", dijo el candidato, que consideró que existe "injerencia" de EE.UU. en los asuntos de Bolivia "casi cada semana". Señaló que "algunos bolivianos que trabajan como funcionarios en la embajada de EE.UU." les informan "cómo planifican, cuáles son las estrategias para que el MAS pueda ser derrotado".



Opinión:

BOLIVIA: ¿INVASIÓN EN MARCHA?

Chile es el país de América Latina que más dinero per cápita destina por habitante a gastos militares. En 2002, las fuerzas armadas de Chile cerraron trato con la compañía Lockheed Martin de Estados Unidos para la compra de 10 bombarderos F-16 artillados con misiles Amraam, pagando más de 600 millones de dólares. En 2004, el gobierno "socialista" de Ricardo Lagos adquirió tres fragatas tipo Spruance, buques de guerra con capacidad de transportar misiles teledirigidos Tomahawk (que tienen un alcance de mil 800 kilómetros) y dos nuevos submarinos valuados en 450 millones de dólares. El armamentismo confirmaría la vieja sospecha de que Chile aspira a cumplir en la subregión el mismo papel de Israel en Medio Oriente. Los aviones F-16 son de origen estadunidense, pero llegaron con técnicos y asesores israelíes. ¿Quién sería el "enemigo"? Desde este burdo razonamiento se habría identificado a los pueblos indígenas aymaras, quechuas y mapuches como "los musulmanes de Sudamérica". En el cono sur el "libre comercio" tiene, en efecto, socios muy "eficientes" y "pragmáticos".

La Jornada de México (www.jornada.unam.mx)

José Steinsleger

En la hipótesis de que el Che Guevara se hubiese equivocado en todo lo que hizo, hay algo en lo que acertó: vislumbrar a Bolivia como eje de la revolución sudamericana. La izquierda chiquita no lo tiene claro y los gobiernos progresistas de América prefieren no tenerlo claro. Pero Washington sí está claro: "Bolivia debe ser borrada del mapa" (Mark Falcoff, asesor del vicepresidente Dick Cheney).
Los negros de Haití y los pueblos antiguos del altiplano boliviano en el sur abrieron de par en par las puertas de la independencia americana. El espíritu de la "ilustración" y el republicanismo cartón pintado (el de la libertades sin negros y sin indios) los condenaron a la pobreza y la miseria sin fin, intentando sepultarlos. No pudieron. No pueden. Entonces los intervienen "democráticamente".
En 2004 Haití fue intervenida "democráticamente". En 2006, y en caso de que el "indio" Evo Morales ganase los comicios presidenciales el 18 diciembre próximo, Bolivia sería intervenida "democráticamente". Pero si los resultados le fuesen adversos, la "ingobernabilidad" del país andino llevaría a que igualmente sea intervenido.
"Desencanto con la democracia", "ingobernabilidad" son nuevos eufemismos que los tecnócratas usan para desacreditar a pueblos indomables con larga tradición en cosas de lucha y rebeldía. Uno de ellos, José Miguel Insulza, ex canciller de Chile y actual secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), promovió la invasión armada a Bolivia. El 24 de junio de 2004, Insulza invocó el artículo 20 de la Carta Democrática de la OEA. Para evitar equívocos el señor dijo: "No hablo de 'intervención'‚ sino de 'incursión'".
Impulsado por Washington, el plan de invasión militar a Bolivia empezó a planificarse en noviembre de 2003. Semanas después una reunión de comandantes de Brasil, Argentina y Chile fue dando forma a la "fuerza internacional combinada" para ejecutar el plan con el respaldo de la ONU. En principio, y sólo en principio, Brasil y Argentina rechazaron el plan.
En la región occidental (altiplano) las tropas estarían compuestas por soldados chilenos disfrazados de cascos azules de la ONU, y algunos contingentes de militares argentinos y brasileños. En la región oriental (Santa Cruz), el movimiento "autonomista" de la provincia boliviana celebraría la "incursión" de los marines estadunidenses asentados en Paraguay.
En el altiplano chileno, lindante con el boliviano y ampliando su área de acción hasta las fronteras con Perú, el gobierno de Santiago viene reforzando con artillería pesada y tropas de elite los campamentos militares de Pisiga, Todos Santos, Tambo Quemado y Charaña. Hasta marzo de 2004, el ejército chileno contaba con más de 30 mil hombres en la zona.
En junio de 2005, con el pretexto de evaluar la situación en Haití, el jefe del comando sur del ejército estadunidense se reunió con los comandantes de Argentina, Brasil y Paraguay. Dos meses más tarde empezó a funcionar la base militar Mariscal Estigarribia en territorio paraguayo: 3 mil 800 metros de longitud (la necesaria para el aterrizaje de bombarderos) a tan sólo 200 kilómetros de la frontera con Bolivia.
Aliados principales de Estados Unidos en América del Sur, el militarismo y la oligarquía de Chile parecen estar dispuestos a jugar el rol histórico jugado en el pasado, cuando en la guerra del Pacífico despojaron a Bolivia de su litoral marítimo (1879) y en la de las Malvinas (1982) maniobraron a favor de Inglaterra.
Con más de 4 por ciento del PIB destinado a armamentos (cerca de 3 mil millones de dólares anuales), Chile es el país de América Latina que más dinero per cápita destina por habitante a gastos militares.
En 2002, las fuerzas armadas de Chile cerraron trato con la compañía Lockheed Martin de Estados Unidos para la compra de 10 bombarderos F-16 artillados con misiles Amraam, pagando más de 600 millones de dólares. En 2004, el gobierno "socialista" de Ricardo Lagos adquirió tres fragatas tipo Spruance, buques de guerra con capacidad de transportar misiles teledirigidos Tomahawk (que tienen un alcance de mil 800 kilómetros) y dos nuevos submarinos valuados en 450 millones de dólares.
Según el analista Wilson García, el armamentismo confirmaría la vieja sospecha de que Chile aspira a cumplir en la subregión el mismo papel de Israel en Medio Oriente. Los aviones F-16 son de origen estadunidense, pero llegaron con técnicos y asesores israelíes.
¿Quién sería el "enemigo"? Desde este burdo razonamiento -observa García- se habría identificado a los pueblos indígenas aymaras, quechuas y mapuches como "los musulmanes de Sudamérica". En el cono sur el "libre comercio" tiene, en efecto, socios muy "eficientes" y "pragmáticos".



EL 6 DE DICIEMBRE CHILE Y PERÚ RETOMARÁN ACUERDO

Se prevé que las negociaciones comerciales con Bolivia puedan concluir en la próxima cumbre del Mercosur.

El Mercúrio de Chile (www.emol.com)

El próximo 6, 7 y 8 de diciembre, Chile y Perú retomarán las negociaciones para profundizar el Acuerdo de Complementación Económica (ACE) vigente, luego que éstas se interrumpieran debido al impasse diplomático por los límites marítimos entre ambos países.
Con este acuerdo se busca ampliar el comercio de bienes entre ambos países -hoy el 80% de los productos está libre de aranceles y se prevé que el comercio bilateral llegue este año a US$ 1.800 millones-, liberalizar el comercio de servicios, además de fortalecer las disciplinas que protegen el movimiento de inversiones en ambos sentidos. El país vecino es el tercer mercado de destino de la inversión chilena en el exterior, superando los US$ 4.100 millones, aunque el Gobierno descarta que se produzcan daños a estos capitales, ya que están resguardados por el Acuerdo de Protección y Promoción Recíproca de Inversiones, firmado en 2001. Y la próxima ronda -se prevé que al menos haya una más antes de culminar las negociaciones- estará focalizada en los temas de procedimientos aduaneros, servicios e inversiones, dejando postergado el tema bienes. "Aquí hay una señal clara de que el tema se activó, con lo que se descomprime la presión que había", comenta un integrante del equipo negociador.
Pero este no es el único avance en la materia dentro de América Latina, ya que además se prevé que Chile y Bolivia puedan culminar las negociaciones para la profundización del ACE entre ambos países, durante la cumbre del Mercosur que se hará en Montevideo, Uruguay, el próximo 9 de diciembre.

No comments: