El
historiador, periodista, escritor, ex presidente y hoy principal figura de la
demanda marítima de Bolivia ante el Tribunal de la Haya muestra su entusiasmo
sobre el actual momento histórico para encontrar una solución definitiva a la
mediterraneidad boliviana. “Estamos atrapados en una lógica
surrealista…enterrados en desconfianzas”, agrega.
Carlos Mesa
estuvo hace dos meses en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en
México, presentando su novela Soliloquio del Conquistador. Un monólogo
en el que Hernán Cortés va develando muchas de las características del proceso
que compartimos los pueblos conquistados por España. En la oportunidad,
aprovechamos de conversar con el portavoz de la causa marítima de Bolivia ante
La Haya.
Los chilenos
y bolivianos, a pesar de estar tan juntos, pareciéramos mirar hacia lados
opuestos, sin buscar nuestras miradas como hermanos. Es una situación que
despierta peplejidad. ¿Cómo es posible que hayamos podido aguantar tanto tiempo
de esta manera?
Es que la
construcción de nuestra relación es en base al prejuicio. Yo creo que la
riqueza cultural de Bolivia y de Chile es desconocida porque ambos países están
enterrados en prejuicios, enterrados en desconfianzas, estamos siempre pensando
que el otro tiene algo que hacer en contra nuestra. Creo que eso es un desafío
muy importante, complicado en un momento político como el que estamos viviendo,
pero no hay que rendirse. Yo soy una persona que cree profundamente en los
valores culturales de los chilenos. En este momento, yo aparezco como el
duro frente a Chile en temas de política internacional, me ha tocado
defender el tema de nuestra demanda en términos internacionales, pero tengo un
profundo respeto por Chile, por su cultura, me parece una sociedad
extraordinaria, tanto desde el punto de vista político como desde el punto de
vista cultural. Hay un Chile en la literatura impresionante, hay un Chile en la
plástica impresionante, hay en Chile en la tradición y hay un Chile que se está
descubriendo su raíz indígena también. Es decir, cuando Chile mira Bolivia y
dice: ese país mayoritariamente indígena, pero de pronto tu también tienes en
la espalda a tu propia tradición indigenista. Más allá de lo que tú
puedas decir, Chile es un país que se está redescubriendo en ese aspecto, que
está progresando, está obligado a mirar y está obligado a entender, y esos son
los puntos extraordinarios. Bolivia ha transitado un camino que Chile va a
transitar y Chile, en términos políticos y democráticos, ha transitado un
camino que Bolivia tiene que transitar y esos son los aspectos que
deberían unirnos. Pero bueno, hay muchos elementos que deberíamos
cambiar.
Su novela Soliloquio
del Conquistador (Edaf-UDLAP) es un libro que nos
lleva hacia nuestra propia historia, a una historia compartida. ¿Cómo
hemos llegado a enfrentarnos en arenas internacionales? ¿Por qué en un tribunal
europeo? ¿Cómo es eso de tener que hablar con tu vecino, con tu pueblo hermano,
frente a otros, frente a una justicia foránea?
La razón
tiene una explicación lógica: han pasado 110 años desde que firmamos el Tratado
de 1904, y Bolivia ha hecho esfuerzos a lo largo de, aproximadamente, un siglo
por conseguir una solución balanceada, bilateral. No se ha podido. La lógica de
Bolivia es que Chile no ha tenido la voluntad política en última instancia de
hacerlo. Pero hay otro elemento que no es poco importante, por una razón de
principio que yo no comparto, Chile a diferencia de lo que con Ecuador y Perú,
se ha negado a que cualquier medicación latinoamericana de algún grupo de
países latinoamericanos, o de cualquier organización, llámese Comunidad Andina
o lo que fuera. Chile no ha querido que nadie sea mediador de un tema que Chile
ha dicho esto es estrictamente bilateral. Si después de muchos años Bolivia
no ha podido lograr un resultado positivo, no tendría ninguna lógica fuera de
lo común, que mediadores te ayuden a llegar a una solución. Cerrado ya el
camino de la mediación por parte de Chile, no por parte de Bolivia, no nos
queda otro camino después de 100 años que decir “vamos a una corte
internacional” que, por cierto, es una corte internacional en la que ha estado
Chile, Colombia, Perú y Nicaragua. Es una corte de paz, o sea la lógica de
Bolivia es “vamos a resolver esto pacíficamente, pero que sea un tercero, ya
que entre los dos no lo hemos podido resolver”. Ojalá que se pueda… es
complicado, yo lo entiendo, para el pensamiento chileno decir: “por qué tenemos
que ceder una soberanía que es nuestra”, es muy complicado para el ciudadano
boliviano decir “ a ver, hemos perdido 120 km² y lo que queremos es un acceso
soberano al mar cuya superficie es ridículamente pequeña”. No sé cómo, ni
cuándo ni dónde. No es un tema de debate, es decir, no es un tema que
esté planteando Bolivia. Entonces: ¿cómo le explicas al boliviano que eso
no puede ser? ¿cómo le explicas a un chilena/o que va a perder un
pedacito de su territorio? Entonces estamos atrapados en una cierta
lógica surrealista, pero mi impresión es que – a pesar de todo- estamos de
verdad más cerca que nunca de encontrar una solución, porque vamos a tener que
sentarnos a negociar. ¿Qué es lo que ha logrado Chile? Que Bolivia tenga que
explicar al mundo porqué hace lo que hace (bueno o malo o irregular): eso no le
gusta a Chile, eso yo lo sé. Si hubiéramos estado encerrados en la
bilateralidad no habría que haber dado explicaciones.
¿Y de qué
manera su novela Soliloquio del Conquistador
ayudó al negociador Carlos Mesa a buscar argumentos o fuerzas en ese tribunal
internacional?
No, no tiene
ninguna relación. Lo que sí está claro es que en el capítulo dedicado a Diego
de Almagro, en el minuto en que Diego de Almagro pierde la cabeza, cuando se la
Hernando Pizarro, ambos tienen un diálogo sobre la propiedad de Cuzco. Almagro
le dice: “Tú no tienes idea lo que representó mi viaje a Chile, los dolores y
las penurias”. Entonces ¿qué es esta historia? Es una historia común, es una
historia que vincula a Perú, a Bolivia y a Chile en el mismo escenario del
mundo indígena y el mundo hispánico europeo. ¿Cuál es la diferencia entre la
Capitanía General de Chile y la Audiencia de Charcas? Son parte de un contexto
geográfico, político y jurídico común durante 300 años, y entonces no lo pensé
de esa manera, pero inevitablemente en el texto está. (www.radio.uchile.cl)
EX SENADOR BOLIVIANO: CUALQUIER DECISIÓN DE AGENDA
INTERNACIONAL DE MESA TIENE APROBACIÓN DE MORALES
Radio Bio Bio de Chile (www.biobiochile.cl)
En conversación
con Radio Bío Bío, el ex senador boliviano del partido Convergencia Nacional,
Marcelo Antezana, explicó que cualquier decisión que se realice en torno a la
agenda internacional que lleva el ex presidente Carlos Mesa representando a
Bolivia, cuenta con la aprobación del presidente Evo Morales y/o la
recomendación de la comisión especial que encabeza el ministerio de Relaciones
Exteriores.
José Alberto
Gonzales, se refirió al supuesto viaje del vocero oficial de la demanda
marítima boliviana, Carlos Mesa a Chile, señalando que fue producto de un
“ensayo periodístico chileno” y negó que haya sido una información oficial.
El mismo agregó
que lo que sucede en Chile ha sido producto de un ensayo periodístico y que no
ha habido ninguna decisión oficial de parte del Gobierno, para que Carlos Mesa
viaje a nuestro país.
LA OPCIÓN ES PRIVATIZAR EL PUERTO DE ILO PARA ATENDER LA
CARGA QUE MOVILIZA BOLIVIA
La República de Perú (www.larepublica.pe)
El directorio
de Enapu Perú evalúa la posibilidad que el Terminal Marítimo de Ilo sea
entregado al sector privado a través de un proceso de concesión.
Entre los
interesados para hacerse de la concesión esta el Grupo Naviero Santa Sofía
Puertos (Grupo Romero) y el grupo Euroandinos (Portugal).
El secretario
general del Sindicato de Trabajadores del Terminal de Ilo, SITENAPU ILO, Florentino
Soto, manifestó no estar en contra de la concesión mientras se respeten los
derechos laborales y beneficios, como el que se le ha dado a los
trabajadores del puerto de Pisco, quienes fueron transferidos a un nuevo
concesionario. Soto participó de la reunión del directorio de ENAPU Perú
en la capital el fin de semana. Se prevé que el futuro proceso de concesión del
puerto de Ilo será acelerado, planeándose incluso que se dé antes de la del
puerto de Salaverry ( La Libertad).
Walter
Céspedes, técnico en Comercio Exterior, opinó que ante la saturación de carga
que soporta el muelle de Matarani a cargo de Tisur, es lógico que esta empresa
busque en Ilo seguir operando mayores volúmenes de carga contenedorizada y
suelta.
Agregó que la
tendencia es que seguirá arribando carga procedente de Bolivia que debe
atenderse, en consecuencia se tendrá mayor oferta portuaria y un servicio en
paquete. Cabe señalar que Tisur actualmente viene construyendo un muelle y un
terminal de almacenamiento de minerales.
Se requiere
hacer mejoras
A
diferencia del muelle de Matarani, que dispone de un rompeolas que le permite
operar en épocas críticas del litoral, el terminal marítimo de Ilo adolece de
uno, complicando el normal ingreso de los buques y naves que entran en calidad
de charters y no en forma permanente.
Con la
privatización se espera que los concesionarios puedan hacer inversiones
importantes para la modernización del puerto y mejor funcionamiento, como pasó
con el puerto de Matarani.
¿POR
QUÉ PREOCUPA A CHILE LA PRÓXIMA VISITA DEL PAPA FRANCISCO A BOLIVIA?
Aleteia
de España (www.aleteia.org/es)
El posible
viaje del papa Francisco a Bolivia podría entrar en una suerte de sospecha.
Esto debido a que antes de que el presidente boliviano Evo Morales anunciara el
viaje del sumo pontífice al país altiplánico, este ya habría pedido la
mediación del Vaticano para que Chile les devuelva una salida soberana al
Océano Pacífico.
El asunto se
refiere a la denuncia o demanda que hizo Bolivia contra Chile en la Corte Internacional
de Justicia de la Haya (CIJ) en 2013, a fin de que se revise un centenario
reclamo para que los bolivianos recuperen territorio y mar perdidos durante la
Guerra del Pacífico de 1879.
Dicha
confrontación que iniciaron Chile y Bolivia, obligó al Perú a intervenir como
aliado para posteriormente caer vencido también ante los chilenos, que
invadieron y se apropiaron de territorio rico en recursos naturales.
Sospecha
común
Si bien el ex
presidente chileno Eduardo Frei (1994-2000) advirtió días atrás al diario La
Tercera, de que la visita podría "ser instrumentalizada", el
mandatario boliviano manifestó este viernes desde Costa Rica (donde se encontró
con la presidenta Bachelet durante la CELAC), que la visita de Francisco tiene
un tinte "pastoral" y negó que vaya a conversar con el papa acerca de
la demanda marítima contra Chile.
"Ahora,
si Chile tiene temor, es su problema", dijo Morales, atizando de este modo
la hoguera de la sospecha chilena. La respuesta de la diplomacia sureña llegó
de inmediato a través del canciller chileno, Heraldo Muñoz, tal como lo recoge
el portal de radio Cooperativa: “No hay ningún temor en Chile. Por el
contrario, estamos muy contentos que el Santo Padre venga a América Latina”.
¿Francisco
mediador?
Aunque ya los
papas han intervenido como mediadores en otros conflictos latinoamericanos, la
posibilidad de una mediación papal no les quita el sueño a los chilenos.
El ex
presidente Frei ha recordado "que El Vaticano nunca busca pronunciarse por
un país; aquí no hay una mediación, porque Bolivia nos demandó”, dijo.
Sin embargo,
a principios de año el presidente Morales contó que el papa Francisco había
pedido información sobre la demanda marítima de Bolivia contra Chile en la CIJ,
y que su gobierno le había remitido documentación de lo actuado y un libro de
la Dirección de Reivindicación Marítima.
Al día
siguiente de dicha declaración, el canciller Muñoz manifestó la postura del
Ejecutivo chileno acerca de que la demanda del país vecino "no hace nada
para avanzar en el desarrollo de América Latina".
En otra parte
de la declaración publicada en un diario brasileño, el alto diplomático dejó
con temor a la región completa al advertir que el reclamo boliviano es
"una amenaza a la estabilidad de las fronteras”.
Hombres de
blanco
La historia
siempre ha registrado intervenciones de los papas en conflictos entre países o
durante conflagraciones mundiales. Por citar tiempos modernos, cada día se
revelan nuevas ayudas del papa Pío XII en la salvación de judíos durante la
Segunda Guerra Mundial; tampoco es un secreto la protección vaticana a los
católicos chinos y árabes que huyen de la persecución comunista o del islamismo
radical.
América
Latina tiene que agradecerle a san Juan Pablo II por su mediación en 1978
durante el conflicto del Canal de Beagle entre Chile y Argentina,
evitando así una guerra de insospechadas proporciones geo-políticas. Francisco
será recordado también por los cubanos y estadounidenses por su discreta
intervención durante el 2014 para el restablecimiento de relaciones entre ambas
naciones, bloqueadas hace cincuenta años por los norteamericanos ante el inicio
del gobierno comunista de los Castro.
Quizás esta
tradición mediadora ha llevado a la presidenta argentina Cristina Fernández, a
pedirle en persona al papa que interponga sus buenos oficios por el caso de la
soberanía de las Islas Malvinas. Estas se mantienen en poder del Reino Unido
desde el fin de la también llamada Guerra del Atlántico Sur de 1982, que
enfrentó a los ingleses con los argentinos y algunos aliados de ambas naciones.
¿Será por
estos antecedentes que el presidente Evo Morales abriga alguna esperanza para
su demanda…?
Si bien no
hay nada oficial en el papel sobre el viaje del papa a Bolivia, el Vaticano
bien podría declarar con anticipación cuál es su política de intervención en
este tipo de asuntos bilaterales.
BOLIVIA
TIENE LOS SALARIOS MÁS BAJOS DE SUDAMÉRICA
El Comercio de Ecuador (www.elcomercio.com)
Los
trabajadores bolivianos tienen los salarios más bajos de Sudamérica, según un
estudio difundido hoy, martes 3 de febrero, en La Paz. El salario mínimo
nacional en Bolivia está en 1 440 bolivianos mensuales (208 dólares), el más
bajo de la región comparado con los 892 dólares de Venezuela, 546 dólares de
Argentina o 354 dólares de Ecuador. El estudio del economista Carlos Schlink
subraya el caso venezolano, donde el salario mínimo es el más alto de
Sudamérica pero el poder adquisitivo de su moneda es muy débil.
Sobre la
situación boliviana, precisó que el crecimiento económico no va acompañado del
valor del boliviano (moneda de Bolivia). "Desde el 2006 hasta el 2014, el
incremento salarial básico ha sido de un 80 por ciento. Sin embargo, la
inflación en el mismo periodo fue de 112,85 por ciento, lo que significa que
durante este periodo se ha tenido una pérdida del poder adquisitivo del 32,79
por ciento", apuntó Schlink.
También
destacó que el salario mínimo se incrementó considerablemente en los últimos
años, pero su poder adquisitivo sigue igual. El gobierno de Evo Morales destaca
que en nueve años el salario mínimo nacional tuvo un incremento de un 227 por
ciento. El salario era 440 bolivianos en 2005, subió a 500 en 2006, 525 en
2007, 578 en 2008, 647 en 2009, 680 en 2010, 815 en 2011, 1 000 en 2012, 1 200
en 2013, y 1 440 (208 dólares) en 2014. La retribución del presidente Morales
también es baja en comparación con otros colegas, pues percibe mensualmente 19
800 bolivianos (2 844 dólares).
El gobierno
aún no hizo anuncio oficial del salario mínimo para este año. Sin embargo en el
presupuesto general de 2015 se proyecta un incremento salarial de un 8 por
ciento al salario básico y un 20 por ciento al salario mínimo. El presidente
Morales aseveró que el aumento salarial estará por encima de la inflación del
año pasado, que alcanzó a un 5,19 por ciento. La Central Obrera Boliviana
(COB), aliado incondicional de Morales, inició la semana pasada una negociación
para mejoras salariales.
Los niños de familias aborígenes se mueren por
desnutrición
NIÑOS INDÍGENAS, LOS SANTOS INOCENTES DE ARGENTINA
El Mundo de España (www.elmundo.es)
En el mayor
país factoría de alimentos de Latinoamérica, que produce comida para más de 300
millones de seres humanos y donde se supone que a todos sus habitantes -40
millones- les debería sobrar qué llevarse a la boca, los niños de familias aborígenes se mueren por desnutrición o por
enfermedades derivadas de una alimentación escasa.
Ya suman tres
las criaturas fallecidas en menos de un mes, según ha informado la prensa
porteña. El caso más reciente se conoció este martes: es el de Alan Mijael
Villena, un bebé de nueve meses,
de la etnia wichi, que murió por un cuadro de "diarrea y deshidratación
por desnutrición" en el pueblo de Morillo, en la provincia de Salta, al
noroeste del país y limítrofe con Bolivia.
Otro bebé de un
año, también wichi, falleció, el 26 de enero pasado, en el pueblo salteño de
Morillo. Las fotos le mostraban con la tripa hinchada típica del hambre. Su
madre, que se encuentra embarazada, le llevó a urgencias pero la criatura
murió. Sólo pesaba ocho kilos, lo cual representaba "una desnutrición
grado dos o severa".
Y el caso más
sonado por su repercusión en los medios de comunicación ha sido el de Néstor
Femenía, un chico de la etnia qom, que a
los 7 años pesaba solamente 20 kilos y sufría desnutrición crónica.
Vivía en la provincia de Chaco (noreste) y en una de sus estadías en el
hospital fue fotografiado con un cartel que ponía un mensaje a la Presidenta:
"Amada Cristina Piedad".
Estaba
gravemente enfermo de tuberculosis por la desnutrición, un cuadro de mala salud
que afecta a muchos miembros de las comunidades indígenas del paraje natural
"El Impenetrable" chaqueño. Néstor había estado ingresado varias
veces en el hospital pero, por las carencias sanitarias, los médicos lo mandaban
de vuelta a su casa, una chabola.
A raíz de la
pobreza familiar y el entorno ambiental adverso, sin agua potable ni servicios
sanitarios, además de la comida escasa, el niño volvía a la sala ambulatoria o
el hospital una y otra vez. Finalmente murió el Día de los Reyes Magos, el 6 de
enero último. De inmediato su foto con el cartel pidiendo "piedad" a
la Presidenta se viralizó en las redes sociales.
El jefe de
gabinete de ministros Jorge Capitanich, intentó entonces minimizar el asunto. Declaró que el de Néstor era "un caso
aislado" que debía colocarse en el contexto de "todo lo que se
hizo en estos años en la provincia". Saltaba a la vista que lo decía por
la cuenta que le traía: Capitanich fue gobernador de Chaco de 2007 a 2013 y las
comunidades indígenas viven allí en la pobreza extrema.
Conocidos esos
tres casos de niños muertos de hambre durante el último mes, el diario "El
Tribuno" de Salta ha destapado este martes otros dos antecedentes que
hasta ahora se ignoraban. Dos bebés,
uno de ocho meses y otro de once, murieron por desnutrición en el pueblo
de Pichanal en agosto de 2014, pero las autoridades sanitarias provinciales se
callaron la noticia.
El titular del
Centro Nelson Mandela de Derechos Humanos, Rolando Núñez, ha alertado que
"la desnutrición es una endemia en el norte argentino, es sistémica".
"Abunda el mal de chagas,
tuberculosis, enfermedades que no fueron abordadas correctamente y
estamos en un punto de máxima expresión" ha advertido y ha recomendado a
los políticos que "continuar con el negacionismo no ayuda en nada sino que
habrá más casos de fallecidos por causas evitables".
El médico
pediatra Abel Albino, fundador de la ong "Cooperadora para la Nutrición
Infantil" (CONIN) e impulsor desde hace dos décadas de planes para atacar
este flagelo, ha opinado que a los argentinos, habitantes de un país bendecido
por riquezas naturales y fabricante de alimentos, "lo que nos falta no es
comida, lo que nos falta es vergüenza".
Y ha criticado
a muchos de los políticos profesionales que únicamente se abocan al problema
durante las campañas electorales y recién en esas circunstancias se acuerdan de
"dar una copa de leche, tocarle la cabecita y salir en la foto con un
nene".
“INVESTIGACIÓN A NADINE DEVELARÁ EL POR QUÉ PROTEGEN A
BELAUNDE”
El País de Perú (www.delpais.com.pe)
La
exprocuradora Yeni Vilcatoma manifestó que la investigación preliminar por
lavado de activos contra la primera dama, Nadine Heredia, y a su hermano Ilán
Heredia, puede explicar por qué se protegería a Martín Belaunde Lossio.
“Ahí se está
evidenciado que habrían depósitos por parte de Martín Belaunde y sus
familiares, eso es una vinculación directa, concreta”, dijo respecto al dinero
recibido por el Partido Nacionalista en las campañas electorales y que no fue
contemplado en una primera investigación.
“Lo importante
es identificar cuál es el origen de ese dinero y la ruta del dinero. Es ahí
donde todas las vinculaciones se van dibujar en el tiempo y en el espacio y, en
efecto, podremos saber por qué se protege a Martín Belaunde, porque nada es
casual”, agregó.
Por otro lado,
sobre la investigación que le ha abierto el Ministerio de Justicia, a través
del Tribunal de Sanciones, Vilcatomala calificó como un acto de
persecución. “Esto constituye un acto de persecución y en nada garantiza el
ejercicio de mis derechos fundamentales y mi derecho al debido procedimiento”,
expresó.
Explicó que los
cargos que le imputan son haber declarado sin autorización del ministro de
Justicia, Daniel Figallo, y haber develado información sobre el caso La Centralita.
“Yo no podía pedirle permiso a ministro Daniel Figallo respecto a una denuncia
que iba hacer contra él”, dijo.
Agregó que la
investigación “es una venganza”. “Es un claro mensaje para todo aquel que
quiere atreverse a denunciar”, añadió.
Finalmente,
señaló que el ministro del Interior, Daniel Urresti, protegió a Martín Belaunde
Lossio.
Perú 21 (www.peru21.pe/politica)
Los tentáculos
de Martín Belaunde Lossio también se habrían expandido a Cusco y, por ello, la
comisión congresal que lo investiga ya se encuentra en esa región con el
propósito de recoger 23 testimonios sobre los actos de corrupción que habría
cometido el ex asesor del presidente Ollanta Humala en complicidad con el
gobierno regional.
En diálogo con Perú21, los ex consejeros regionales
Pablo Olivera y Milton Barrionuevo, y el ex vicepresidente regional René
Concha, quienes hoy participarán de la diligencia congresal, revelaron detalles
del modus operandi de Belaunde Lossio para conseguir licitaciones por un monto
aproximado de 17 millones de soles en cuatro obras educativas a través del
consorcio Antalsis, además de las edificaciones irregulares dadas a través de
ProCusco.
Según Olivera,
al igual que en Áncash, el amigo de la pareja presidencial también habría
montado todo un sistema de comunicación a través del diario La Primera con el
fin de que su candidato a la presidencia regional de Cusco, en ese entonces
Jorge Acurio, gane las elecciones y así ejecutar diversos proyectos a través de
los consorcios que él designe de acuerdo a sus intereses.
Olivera reveló
que Belaunde Lossio habría conseguido obtener diversas licitaciones en la
región gracias a dos funcionarios que, durante la campaña de Acurio, trabajaron
en La Primera como directores.
Se trata de
Víctor Mayorga Miranda, quien tenía el cargo de asesor de la presidencia
regional de Cusco, en 2011, y de Carlos Zuñiga Delgado, con el puesto de
secretario técnico de la Unidad de Gestión del Santuario Histórico de Machu
Picchu.
“El diario La
Primera coadyuvó en el proceso de elección de Acurio para luego recibir como
recompensa estos dos cargos de confianza. Ese diario orientó la publicidad
hacia la región”, reveló.
Otra de las
pruebas que Olivera considera importantes para comprobar que el detenido en La
Paz sirvió a la región irregularmente es que el mismo ex vicepresidente
regional de Cusco René Concha, ante el pleno del Consejo, dijo que Belaunde fue
a solicitar unos cobros por algunos servicios que brindó a la región.
Este diario se
comunicó con Concha, quien también fue citado al mencionado grupo de trabajo
legislativo, y confirmó que el ex asesor quiso cobrar 182 mil soles por un tema
de publicidad.
En tanto,
Barrionuevo indicó que la presencia de Belaunde en Cusco no solo fue comercial,
sino también política, debido a los vínculos que tenía con Acurio. Precisó que,
de forma similar a Áncash, se creó en Cusco el Programa Regional de Obras Cusco
(ProCusco) con el objetivo de que la empresa Antalsis, cercana a Belaunde
Lossio, sea beneficiada con cuatro obras.
“Se contrató a
tres profesionales ancashinos en ProCusco, quienes direccionaron las obras en
esta región para favorecer a Antalsis. Por si fuera poco, estas personas que
fueron designadas como representantes del Comité de Licitación fueron
seleccionadas sin tener contrato con la región. Su contrato fue regularizado en
2012 cuando ya se había dado la buena pro a Antalsis”, dijo.
COMISIÓN EN CUSCO
Las obras
otorgadas a los consorcios integrados por Antalsis, representados por Juan
Carlos Rivera Ydrogo, por aproximadamente S/.17’000,000, hasta el momento son
cuatro y siguen en abandono, según fuentes de la Procuraduría Anticorrupción de
Cusco.
Estas son el
colegio San Gerónimo, en la provincia de Cusco. Esta obra fue convocada a fines
de 2012 y el 31 de enero se firmó el contrato por S/.6’336,493 entre la región
con el consorcio San Gerónimo (Antalsis, C y G Contratistas Generales SRL y
Doris Flores), representado por Rivera.
La comisión
congresal que investiga a Martín Belaunde Lossio, a cargo de la legisladora
Marisol Pérez Tello, llegó el último martes a Cusco para recoger los
testimonios de 23 personas que revelarán los presuntos ilícitos que cometió el
ex asesor presidencial de Humala en esta región.
En diálogo con Perú21, Pérez Tello precisó que entre
los invitados figuran el presidente regional de Cusco, Edwin Licona; el ex
vicepresidente regional René Concha; los ex consejeros regionales Pablo y
Milton, quienes investigaron a Belaunde; entre otros.
Además, dijo
que verificarán las cartas-fianza que entregó Belaunde a la región para el
proceso de licitación de obras públicas. “Hoy (ayer) he estado en el gobierno
regional revisando los expedientes de las obras ejecutadas por Antalsis y
ProCusco”, puntualizó.
El encuentro
será en la Corte Superior de Justicia del Cusco, a las 9:30 de la mañana.
PROCUSCO ES COPIA DE PROÁNCASH
Milton Barrio
Ex consejero
ProCusco es una
copia de ProÁncash, que benefició a través de licitaciones del Gobierno
Regional de Cusco al consorcio Antalsis, vinculado a Martín Belaunde Lossio, y
a otras tres empresas ancashinas que han trabajado con el ex presidente
regional César Álvarez. Estas obras habrían sido direccionadas y favorecidas en
ambas regiones por Belaunde Lossio debido a las vinculaciones que tuvo con
Álvarez y Jorge Acurio. Daré mi testimonio a la comisión con base en la
investigación que hicimos a Martín Belaunde.
COADYUVÓ A ELECCIÓN DE ACURIO
Pablo Olivera
Ex consejero
El diario La
Primera coadyuvó en el proceso de elección de Jorge Acurio (ex presidente
regional de Cusco). Belaunde habría conseguido obtener diversas licitaciones en
la región gracias a dos funcionarios que durante la campaña de Acurio
trabajaron en ese diario como directores. Se trata de Víctor Mayorga Miranda,
quien tenía el cargo de asesor de la presidencia regional de Cusco, en 2011, y
de Carlos Zuñiga Delgado, con el puesto de secretario técnico de la Unidad de
Gestión del Santuario Histórico de Machu Picchu.
QUISO COBRARME S/.182 MIL
René Concha
Ex pdte. Regional
El ex asesor
del presidente Ollanta Humala fue a la región y quiso cobrarme 182 mil soles
por un tema de publicidad. Esta denuncia la presenté ante el pleno del Consejo
Regional para que conozcan que Martín Belaunde Lossio habría brindado algunos
servicios a la región durante la gestión de Jorge Acurio. Se tiene que
investigar y espero que se esclarezcan lo más pronto posible. Hoy daré a
conocer a la comisión parlamentaria todos los actos irregulares que se
cometieron en la gestión de mi antecesor.
NO LES COMPETE SOLICITUD
El Tribunal
Supremo de Justicia de Bolivia (TSJ), ubicado en la ciudad de Sucre, se reunió
ayer para debatir la solicitud de la defensa del empresario Martín Belaunde
Lossio de dejar de lado el trámite de extradición iniciado por el Estado
Peruano, y que diera lugar a la medida cautelar de detención domiciliaria del
amigo de la pareja presidencia en La Paz.
Fuentes
judiciales del país altiplánico nos confirmaron que la reunión se concretó en
Sala Plena, sin embargo, los magistrados presentes decidieron que dicho tema de
la extradición de Belaunde Lossio no les compete abordar como institución.
La misma fuente
informó a Perú21 que el vocal
relator del TSJ boliviano brindará hoy un pronunciamiento oficial para explicar
jurídicamente por qué no les compete abordar el tema de la extradición del ex
asesor del ahora presidente Ollanta Humala.
Del lado
peruano, la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema, presidida por Javier
Villa Stein, recibirá hoy al procurador Anticorrupción, Joel Segura, quien
sustentará el informe de solicitud de extradición de Belaunde Lossio.
De ser
aprobado, dicho pedido pasará al Consejo de Ministros, quienes serán,
finalmente, los que decidan enviar a Bolivia.
DATOS
- “Hay más de
siete regiones como Cusco, Madre de Dios, Áncash, entre otras, donde habría
operado Belaunde Lossio”, aseguran fuentes del Ministerio Público.
- Abogado del
empresario incluirá salida de ex esposa de Belaunde de la PCM como parte de su
defensa.
INDAGACIÓN FISCAL NO PUDO CONFIRMAR SI DINERO A NADINE
VINO DE CARACAS
Caso. Fiscalía que investigó y
archivó caso por lavado pidió a Venezuela confirmar si se envió más de US$ 50
mil de las empresas The Daily Journal y Operador Cable Canal de Noticias: nunca
hubo respuesta. El resto del dinero sí fue avalado con documentos.
La República de Chile
(www.larepublica.pe)
Uno de los
pocos elementos que faltaron para cerrar el círculo, en la investigación fiscal
que se abrió el 2009 a la dirigente del Partido Nacionalista y otras personas
de su entorno por el delito de lavado de activos, estuvo referido a los fondos
supuestamente provenientes de Venezuela.
La información
solicitada a Venezuela respecto a los más de 50 mil dólares recibidos de
empresas periodísticas nunca fue respondida. Ni una comunicación llegó a la
mesa de partes de Ministerio Público. Transcurridos algunos meses y sin nuevos
indicios surgidos que pudieran ampliar o profundizar un supuesto lavado de
dinero ilícito, el 2010 el fiscal especializado Eduardo Castañeda Garay
consideró archivar la denuncia penal contra Heredia el 2010.
EN
EFECTIVO
"Recibía
personalmente mis remuneraciones de The Daily y se las entregaba a Ilan Heredia
para que me las depositara en el banco", respondió en mayo del 2009 Nadine
Heredia Alarcón al fiscal adjunto que tomó su primera declaración en una
oficina del noveno piso del Ministerio Público, en la avenida Abancay.
Nadine Heredia
precisó que recibió de esa empresa y otra venezolana 4 mil dólares en forma
quincenal y mensual por servicios de asesoría.
Reconoció que
quince depósitos bancarios, que juntos sumaban 68,253 dólares, fueron
consignados en una entidad bancaria por su hermano Ilan Heredia Alarcón y que
correspondían a pagos de The Journal Daily y Operadora Cable Canal de Noticias.
El dinero le
habría sido entregado por el propio propietario de ambas sociedades,
Julio Augusto López Enríquez, un peruano radicado desde hace años en las
tierras llaneras, y que está vinculado políticamente con el partido bolivariano
creado por Hugo Chávez.
Dio detalles de
su relación laboral con estas empresas. Señaló que sus servicios consistían en
"la redacción de noticias, fomento de interrelaciones
institucionales" y en la crítica y análisis de "hechos relevantes
ocurridos en el Perú, siempre según las pautas dadas por el periódico".
Añadió que las
entregas de 4 mil dólares dependían de la actividad realizada.
Para sustentar
su versión, la dirigente nacionalista acudió a la segunda citación del fiscal
con documentación bajo el brazo. Ella entregó copias del contrato de locación
de servicios profesionales del 10 de setiembre del 2007, copia de la constancia
de trabajo de Operadora de Canal de Noticias así como sus correspondientes
recibos por honorarios profesionales.
Manifestó que
todo el dinero lo recibió en forma personal del dueño de las compañías
periodísticas.
La fiscalía
revisó el movimiento migratorio del supuesto financista Julio Augusto López.
Según ello indica que este ingresó al país procedente de Chile y Bolivia en
cuatro ocasiones el año 2007, tiempo durante el cual Nadine Heredia trabajaba
para sus empresas.
Lo que llamó más la atención a los investigadores es que la estancia del peruano-venezolano era muy breve, incluso desde el año 2006. Entraba y salía del país el mismo día; a lo más, podía durar dos días antes que tomara vuelo a Caracas.
silencio en Caracas
Lo que llamó más la atención a los investigadores es que la estancia del peruano-venezolano era muy breve, incluso desde el año 2006. Entraba y salía del país el mismo día; a lo más, podía durar dos días antes que tomara vuelo a Caracas.
silencio en Caracas
Los fiscales
llamaron a cada uno de los familiares que realizaron los depósitos así como a
los supuestos aportantes. Salvo Arturo Belaunde Guzmán, quien no asistió a las
citaciones por residir fuera del país en ese momento, los demás aportantes
coincidieron con la declaración vertida por la nacionalista.
Fuentes que
participaron en la investigación señalaron que no se pudo determinar qué parte
de los 213 mil dólares podían ser ilícitos.
"El
objetivo de una investigación por lavado era verificar que quienes entregaran
el dinero no estuvieran vinculados con actividades criminales. Solo faltaba lo
de Venezuela".
A mediados del
2009, la fiscalía especializada tramitó ante la Unidad de Cooperación
Internacional un pedido de colaboración a sus homólogos venezolanos en el caso
Nadine.
Una carta
rogatoria fue enviada a través de la Cancillería peruana. En ella se solicitaba
a la Fiscalía de Venezuela información sobre antecedentes que pudieran
presentar las personas y empresas venezolanas vinculadas a la investigación por
lavado en el Perú. Asi- mismo se pedía tomar declaración al dueño de las
empresas, Julio López Enríquez.
Transcurrieron
más de 6 meses y la respuesta de las autoridades venezolanas nunca llegó a las
oficinas del fiscal Eduardo Castañeda.
"PODEMOS", SUDAMÉRICA, Y LA REPÚBLICA
PLURINACIONAL DE ESPAÑA
Rebelión de España (www.rebelion.org)
PODEMOS viene
siendo analizado de varias formas: como dispositivo discursivo que consigue
captar la atención mediática; como fuerza política que irrumpe y amenaza el
bipartidismo; como partido de los indignados y producto del 15M; como aparato
que trasmuta pluralismo y movilización en centralización partidaria de
horizonte socialdemócrata; como combinación postmoderna de chavismo con
izquierda nostálgica de formas soviéticas; como futuro para el sur de Europa
con soluciones para una política asfixiada por la austeridad.
Aquí
ensayaremos otra lectura, preguntándonos de qué forma se relaciona la propuesta
de PODEMOS con el camino seguido por los gobiernos progresistas de la última
década en América Latina. En especial, nos interesa explorar la
plurinacionalidad como uno de los “significantes vacíos” que la agrupación de
Pablo Iglesias moviliza cuando se trata de la cuestión soberanista catalana, y
que nos remite directamente a los procesos constituyentes de Bolivia y Ecuador.
De hecho, y salvando las distancias, cualquiera que compare los movimientos y
posicionamientos de PODEMOS con esos procesos, estudiados o seguidos de cerca
por tres de los cinco fundadores de la agrupación, no podrá evitar una
sensación de deja vu. La misma no es suficiente para predecir un curso análogo,
pero alcanza para tejer hipótesis que abren un paréntesis en el entusiasmo
generalizado por la posibilidad del cambio.
La aparición
temprana de la plurinacionalidad, como parte de la convocatoria a una Asamblea
Constituyente, dice mucho sobre PODEMOS, para quien la experiencia
latinoamericana parece haber mostrado el camino para la creación de un
instrumento electoral que apuesta por el fortalecimiento del estado-nación y
despeja la movilización de nacionalidades para impulsar crecimiento con foco en
lo social. Como componente de proyectos políticos que comparten esta
perspectiva en el “tablero político”; la plurinacionalidad constitucionalizada
en los citados países y propuesta por PODEMOS, se adapta al objetivo de
disuadir proyectos de autodeterminación territorial desde la sombra del Estado
de Bienestar y un llamado a la patria de todos.
Podemos resumir
esta propuesta política compartida como solución estatal para temas sociales
sin rupturas respecto al marco del capitalismo. En la demarcación de su espacio
en el imaginario político-discursivo se opone por un lado al liberalismo y a
los bancos, contra los desahucios e hipotecas del estado Español, o las
privatizaciones y autonomía del Banco Central en Sudamérica. Por el otro lado,
este proyecto se ubica lejos de formas de pensar lo común que no son las de lo
social y que podemos asociar a la comunidad y la red, presentes cuando
encontramos búsquedas de autonomía, autogestión y horizontalidad para la
organización de lo común.
No es apropiado
asociar PODEMOS con la socialdemocracia, a pesar de que hagan propuestas de
este tipo, porque en la definición de su lugar político es fundamental la
crítica a la complicidad del socialismo europeo con el anti-pueblo y los partidos
de raíz conservadora o liberal. Este proyecto que amigos y enemigos describen
como “populismo”, en Bolivia y Ecuador remitían al bolivarianismo de Chávez, en
Chávez se aludía al peronismo de Perón, y desde el peronismo, hoy kirchnerista,
las referencias mito-políticas nos llevan otra vez a Europa, pero del pasado,
aunque con modulaciones importantes en cada transformación. En todos ellos, el
pueblo contra la oligarquía (o el poder financiero internacional), conforma una
sociedad que busca su realización desde el Estado, interpelando individuos y
seguidores antes que pueblos o colectivos en movimiento.
El partido y el
Estado, como formas organizadas de lo social, cortan redes y verticalizan
conexiones desde una idea de lo social que prioriza cohesión a diferencia, y se
dirige desde arriba a una sociedad compuesta por individuos, sello sociológico
moderno compartido con el liberalismo. Desde una propuesta post-neoliberal, la
llegada de gobiernos progresistas en Sudamérica o en Europa supone varias veces
que el individuo rompa el aislamiento consumista y actúe unido desde el voto
que en algunos casos puede sumar movilización. Pero el impasse con la sociedad
que individualiza es efímero, restableciéndose rápidamente la promesa de
asistencia o inclusión de sujetos concebidos como necesitados de Estado, muy
lejanos de los nuevos rostros de un comando que intentará gobernar diferente
pero desde el mismo lugar, con mucho de cinismo, impotencia y continuidad.
A este lugar de
hegemonía y proyecto de cambio bastante específico, a pesar de su ubicuidad
discursiva, se puede llegar desde muchos lugares, y es así que puede convocar
mayorías. Aunque pocas voces pasen a representar luchas y deseos de muchos,
esta propuesta política siempre habla desde la universalidad, como fuerza que
sólo funciona como expresión de todos, y no como sector o ideología que podrá
participar de coaliciones o frentes desde la parcialidad.
Aunque a este
lugar se llegue desde el socialismo, el catolicismo, el progresismo liberal y
el nacionalismo, desde la Epistemología del Sur, el post-obrerismo italiano e
Izquierda Unida o el trotskismo del Secretariado Unificado por la IV
internacional, la posición es la de un instrumento de todos los ciudadanos, de
la gente, del pueblo indignado, y es desde este lugar que habla el kirchnerismo
y el chavismo, Rafael Correa o Pablo Iglesias: somos el pueblo, podemos y
sonreímos. PODEMOS sólo funciona como un “todos” que representa a España.
Afuera sólo quedan la oligarquía, la ultraizquierda, los que rompan la unidad y
los que pierdan.
Mientras más
pueda crecer la agrupación y conectarse con luchas, nada estará dicho, a pesar
de las tendencias, para lo que es clave cuánto tiempo de crecimiento tendrá
PODEMOS antes de llegar al gobierno, cuánto la ansiedad por ganar dejará
espacio para construir desde abajo. Pero por ahora observamos que la
formalización de PODEMOS como partido de autoridades que deciden en el día a
día y votantes esporádicos sobre cuestiones secundarias o candidatos señalados
por el líder, dejó perplejos a protagonistas de las calles del momento
anterior.
El modo de
crecimiento de la organización planteado fue el de seguidores que delegan y
autoridades que prevalecen a cuerpos y diferencias que se involucran y conectan
desde la horizontalidad. Veremos también si esta es una crítica injusta y
testimonial, que desconoce las tareas pesadas exigidas para el cambio, o si
realmente así se pierde una oportunidad única para construir formas nuevas en
un momento en que los contornos de las instituciones modernas están más a la
intemperie y cada vez con menos legitimidad.
Para colectivos
urbanos, inmigrantes, mujeres, desconectados precarios sin papeles, o pueblos
soberanos que como indígenas y movimientos horizontales latinoamericanos no
conciben la participación política como sociedad de individuos y ciudadanos de
la nación que delegan en el Estado y el partido, el vector político de cambio
propuesto por PODEMOS renunciaba demasiado rápido a explorar todo el alcance de
su vuelo. Mientras, el cierre sin fisuras sobre un comando político blindado y
la patria española como referencia identitaria –aunque justificado como
estrategia, tal cual en el progresismo latinoamericano– para algunos es
demasiado parecido a lo que se debería transformar.
En una Europa que
conoció los problemas del nacionalismo y ve recrudecer actualmente los
conflictos étnicos y civilizacionales, se entiende el lugar de una izquierda
laica, moderna y republicana que busque alejarse de movimientos que considera
desvíos de la política social y de extensión o defensa del Estado de Bienestar,
concebidos como prioritarios. Desde una Europa de diferencias, sin embargo, los
límites de la república y de lo que representa Europa, con su socialdemocracia
totalmente cooptada por el capital, el proyecto iluminista fracasado como
acompañante inseparable de la violencia colonialista, y una modernidad que en
su extremos muestra su lado más oscurantista, están tan a la vista como la
continuidad republicana del colonialismo en los Andes sudamericanos.
Es en este
sentido que desde una propuesta españolista y social, aunque sea republicana,
plurinacional y anti monárquica, parece haber muy poco del sentido común nacido
en las plazas ocupadas en 2011. Volviendo a América Latina, se remite menos a
las luchas indígenas y populares contra el neoliberalismo que a su termidor
desarrollista multicultural. Es este el aprendizaje de los fundadores de
PODEMOS en América Latina, como proyecto social que absorbió la
plurinacionalidad y la modificó al modo del liberalismo que reduce la
diferencia y autonomía al relativismo cultural, y del nacionalismo que concibe
al Estado como instrumento central para organizar la vida y la comunidad.
La pérdida de
ambigüedad de los gobiernos sudamericanos
Los gobiernos
sudamericanos de la última década traen algunas claves de lectura posibles para
la propuesta política de PODEMOS, no solamente por motivos biográficos de sus
fundadores. La experiencia política de gobiernos que desplazaron bipartidismos
y partidocracias, que surgen después de importantes movilizaciones
anti-neoliberales, ofrecen un punto de vista que ayuda a imaginar un gobierno
europeo de carácter “popular”. Más que ejemplos concretos a seguir, tales
gobiernos ofrecen un punto de vista y una “narrativa” que ya probó su eficacia
como dispositivo para imponerse electoralmente desde la reivindicación de lo
social frente a bancos y recortes antipopulares.
Esta narrativa
política sirve como demostración de que, después de dictaduras y años de
movilización en las calles y plazas, es posible – y que “sí se puede”– tener
gobiernos surgidos de luchas sociales, el voto crítico o la indignación
popular. Estos gobiernos lograron consolidarse políticamente conduciendo
periodos de crecimiento macroeconómico sostenido posterior a fuertes momentos
de crisis. En el terreno electoral, se encontraron fórmulas para conseguir
apoyos electorales que superaron el 50% en sucesivas contiendas.
Lejos de una
demagogia meramente electoralista que liberales asustados denuncian en PODEMOS,
la disputa mediática se extendió más allá de las elecciones con diversas
medidas que permitieron a los gobiernos antagonizar con el pasado, la elite y
las oligarquías partidarias contrarias a los intereses de la “patria”. Sin
necesidad de cambios estructurales que interfieran la dinámica de la
distribución de renta y la relación con el mercado, la narrativa popular
alcanza para sostener gobiernos y abrir algunos frentes de batalla. En
Venezuela, Argentina, Ecuador y Bolivia, la polarización con quienes se oponen
a los intereses del pueblo excedió el tiempo electoral, a pesar de que también
es claro que las alianzas para gobernar sugieren transversalidad con los
poderes de siempre, antes que antagonismo.
Es notorio el
aire de familia entre los gobiernos progresistas sudamericanos que se erigieron
dejando atrás épocas de “ajuste neoliberal”, y la propuesta de PODEMOS –y
Syriza– en una Europa comprometida con la austeridad. Desde ese lugar, los
diversos gobiernos encontraron espacio político para enfrentarse al poder financiero
y los fondos “buitre”, recuperar algo de protagonismo para el Estado y combatir
la pobreza, principalmente extrema. Desde una distinta realidad, sin duda hay
una misma posición de sujeto en el punto de vista que de Chávez a Mujica
resuenan cuando PODEMOS propone caminos políticos y marcos constitucionales
para un cambio que sin embargo no rompería con España, la Unión Europea y el
Euro, el capitalismo y, seguramente, la OTAN.
Debemos notar
que el celebrable diálogo que PODEMOS en su fase ascendente entabla con la
política latinoamericana, no siempre toma nota de los callejones sin salida
encontrados por procesos que derivaron en excesivos pactos con el pasado,
aceptación de sectores de la vieja política que nunca se fueron y tolerancia
con lastres inesperados que impusieron distancia con movimientos y antiguos
aliados. Una debilidad congénita para atacar privilegios e injusticias antes
denunciadas, se mostraría estructural para gobiernos sostenidos con acuerdos de
gobernabilidad presentados como necesarias, y consensos conservadores en el
manejo de la explotación de recursos y expansión capitalista en el campo, con
graves consecuencias ecológicas y de preservación sobre territorios.
A contramano
del sentido común de la izquierda libertaria contemporánea e imaginarios post
´68, y quizás por eso como un contrapunto que funciona en las tertulias
televisivas contra la derecha conservadora y el régimen del ´78, PODEMOS
buscaría reconstruir y disputar una identidad homogénea del pueblo unitario.
Ciudadanos que apoyan desde casa y encuentran nuevos representantes para
substituir a los desgastados, aparecen así como la contracara de asambleas y
redes sin centro, al que sólo cierta lectura despistada califica de ineficaces
y sin efectos, como si el escenario actual no se debiera a la magnitud de
aquello.
Como dice Juan
Carlos Monedero, los procesos latinoamericanos ayudaron a PODEMOS para aprender
y no repetir errores, y menciona que el Que Se Vayan Todos del 2001, como otras
revueltas, los alertó de que es necesario una alternativa con capacidad de
hacer gobierno y no solamente impugnar [2]. Movimientos de protesta, asambleas
y ocupaciones del espacio público se reconocen meramente como antecedente
primitivo y mitologizado que necesariamente deberá dar lugar a una
institucionalización en que todos participen, pero desde los teléfonos móviles,
mientras “los más preparados”, como propone Iglesias, sean convocados por el
partido para gobernar.
Es el Estado
donde necesariamente deben dirigirse todos los esfuerzos, en esta mirada, como
catalizador de impulsos inmaduros de un momento de protestar que se decreta
terminado. Disparando un deja vu aún antes de acceder a ningún gobierno, vemos
esta discusión cuando PODEMOS opone “ganar” a “protestar”, en la propuesta que en
enero de 2015 hizo Carolina Bescansa como parte de un debate en la interna de
Madrid, pero que en Sudamérica ya llevó a la cárcel a activistas y líderes
indígenas en Brasil y Ecuador, sólo por protestar contra los gobiernos que
antes eran aliados. El mismo juicio se adivina en la frase de que “si no les
gusta armen un partido y ganen las elecciones”, con la que ahora también
gobiernos progresistas desafían movilizaciones contra medidas que afectan el
bolsillo o formas de vida en territorios.
La conducción
de PODEMOS, que buscan hacer exactamente lo que líderes como Lula da Silva o
Rafael Correa le proponen a sus críticos –formar un partido y ganar– piensa
parecido cuando enfrenta “eficacia” de cara a las elecciones, frente a
democracia interna y el pluralismo que la propia fuerza política convocó. El
debate que acompañó la Asamblea Ciudadana de Vista Alegre cuando se conformaba
la organización tuvo a Pablo Iglesias anunciando en este sentido que se echaría
a un lado si no obtenía la mayoría, pero que si ganaba quería listas completas
en todos los puestos de autoridad partidaria, como medida necesaria para ganar.
Aunque también buscaría integrar con su gente los Consejos Ciudadanos de las
comunidades donde otras listas tenían chance de rivalizar.
Es mérito de
PODEMOS mencionar los procesos latinoamericanos como inspiración distante,
aunque no modelo, rompiendo con la geopolítica colonial del conocimiento donde
suele ser más común que los países del sur sean contra-ejemplo y los de Europa
modelo a imitar como justificación de cualquier medida o reforma. La presencia
de muchos hoy cuadros de PODEMOS en América Latina y otros lugares, sin
embargo, es muchas veces explicada por ellos mismos menos como intercambio
productivo y vital, y más como necesidad de salir del país obligada por la
crisis ante la falta de oportunidades. En varias presentaciones que asistimos
entre los que corrieron para postularse en alguno de los cargos del nuevo
partido, se trata de héroes que salieron por la crisis y volvieron por la patria,
entidad esta siempre útil y recordada cuando se busca acceder al gobierno,
mandar a la guerra o a trabajar.
Sudamérica
ofrece a Europa, sin dudas, un rico repertorio de negociaciones soberanas de
deudas ilegítimas y políticas puntuales, pero también un problema político no
resuelto en la tolerancia con la deforestación ilegal en la Amazonia, el
extractivismo contaminante en los Andes y el avance depredador de la frontera
agrícola para monocultivos transgénicos rentables, con sus consecuencias
irreversibles, ya causantes de sequías e inundaciones producto del uso
descontrolado de recursos, tenido como fundamental para sostener políticas
sociales y mantener en alto el crecimiento y consumo. Estos temas no pueden ser
abordados como abusos corregibles en una versión mejorada y se trata más bien
de componentes inseparables de modelos económicos y proyectos políticos en
cuestión, donde PODEMOS parece integrarse, a juzgar por posicionamientos
pasados de sus fundadores y propuestas actuales en los nuevos debates.
Como todo deja
vu que devuelve un pasado siempre ubicuo e incompleto, el lugar desde donde
leer PODEMOS en América del Sur es disputado e inestable. Un primer impulso que
lleva a los años 90, con el auge y caída de presidentes neoliberales, y líderes
campesinos como Evo Morales, populares como Chávez o ciudadanos cercanos a la
gente, como Chacho Álvarez, que impulsaban sus partidos con diferentes suertes
pero enemigos similares. Aunque los gobiernos progresistas que se consolidarían
en los 2000 mantendrían aire electoral hasta el presente; en Sudamérica también
se evoca a PODEMOS en la búsqueda de nueva fuerza política cuando vuelve la
protesta y el neoliberalismo muestra continuidad.
Se asiste en
América Latina un nuevo ciclo de movilizaciones por la vida, el común y el
territorio, en metrópolis y comunidades, con movimientos sociales o
participación electoral, pero por caminos políticos donde el objetivo no es la
construcción de una hegemonía que conduce un nuevo Estado, o la acumulación de
fuerza electoral para el desplazamiento de partidos antipopulares, aunque estas
luchas no se opongan a ello. Desde este lugar, que no es el de la nostalgia de
movilizaciones pasadas ni de un anarquismo que impugnaría cualquier
institucionalización, la irrupción de PODEMOS parece tan ajena como podrá ser
para todo aquel que no considere terminadas las formas colectivas que
reverberaron en el 15M, o la búsqueda de cambio social junto al de la
autodeterminación.
La
significancia vacía confunde al soberanismo catalán que califica a PODEMOS de
nuevo caballo de troya madrileño del españolismo, pero también como posible
mejor interlocución imaginable en la cabeza del estado español. La ambigüedad
también muestra al nuevo partido tanto producto del 15M, como su traición y
antagonista. Si en efecto la posición de sujeto afín a los gobiernos
sudamericanos se constituye en un gobierno español muchas dudas serían
rápidamente disipadas. Como allí ha ocurrido, sin embargo, la capacidad de
representar una esperanza, polarizar con el neoliberalismo pero gobernar junto
al mismo, podrá mantenerse. De cualquier modo, las inquietudes de calles y
movimientos ya pueden ser enunciadas, como hace Uli Brand acerca de Syriza y
Europa en general.
En los
comentarios, se repite una y otra vez la cantaleta pálida del necesario
“crecimiento”. Pero, ¿qué significa eso concretamente? Concretamente ¿qué tipo
de empleos se generan o se conservan? ¿Estamos hablando de empleos en la
industria de armamento, o en una industria productiva lo más sostenible posible?
¿Del trabajo de peones mal pagados/as en la agroindustria, o de trabajadores/as
con empleo digno en la producción ecológica de alimentos? ¿Y quiénes deciden
sobre las inversiones que deben llevarnos al crecimiento? Fondos de alto riesgo
privados en busca del mayor rédito posible, o empresarios/as responsables, o
incluso la población mediante mecanismos y procedimientos de democracia
económica? [3].
PODEMOS y la
Plurinacionalidad
En su discurso
en Barcelona, cerrando el espléndido año de 2014 para su recién creada
agrupación, Pablo Iglesias habló de respetar el derecho de los catalanes a
decidir sobre su futuro. Algo básico desde el punto de vista de la izquierda
universitaria que simpatizó con movimientos globales y latinoamericanos, pero
inédito para un partido nacido en Madrid que tiene posibilidades de obtener la
presidencia del gobierno. Eso si, Pablo Iglesias aclaró en Barcelona que para
que haya derecho a decidir habría que decidir también sobre la economía y otros
asuntos. Cualquier decisión vinculada a soberanía, para PODEMOS, debe
supeditarse a la apertura de un proceso constituyente general.
Luego de asumir
el cargo de secretario general, en el teatro Apolo de Madrid el 15 de noviembre
de 2014, Pablo Iglesias fue claro al detallar que lo que PODEMOS está de
acuerdo en consultar a los catalanes es la "relación jurídica que quieren
tener con el resto del Estado". Pablo Iglesias no ha ocultado, en diversas
declaraciones, que le gustaría que los catalanes “no se fueran” y “se queden
con nosotros”, pero su posición no es la de Rajoy. En Barcelona habló de la
necesidad de “tender puentes en vez de elevar muros”. La traducción de estos
deseos en términos de estructura del Estado tiene que ver con el reconocimiento
de que “España es un país de naciones” y la propuesta de que “podamos construir
un futuro plurinacional juntos”, agregó en el mismo acto del 21 de diciembre en
Barcelona.
El objetivo de
Iglesias no es incorporar los sectores soberanistas de las comunidades que
cuentan con fuertes movimientos independentistas. Las encuestas muestran que
PODEMOS no cuaja entre ellas y sí, más bien, entre los votantes desencantados
de los partidos españoles, y entre nuevos votantes no entusiasmados con la
lucha por la autodeterminación nacional. De lo que se trata es de encontrar una
salida al desafío catalán que permita dispersar un nacionalismo que desde la
perspectiva de izquierda o social no es juzgado como auténtico o esencial. En
lugar de confrontar con el soberanismo, se propone un modelo de Estado que lo contemple
sin perder el comando estatal que se requiere para efectuar cambios sociales.
Después de que
Cataluña fuera la comunidad con los peores resultados para PODEMOS en las
elecciones para el parlamento europeo, el partido parece haber encontrado la forma
de utilizar la movilización soberanista a su favor, tanto en la impulsión de un
proceso constituyente más amplio, como en el desvío del descontento catalán
para otro tipo de salida. Íñigo Errejón definió que “ Para nosotros, España es
un país plurinacional, en el cual el pegamento debe ser el libre acuerdo y la
seducción” [4] . Seducir significa lograr que los catalanes se queden,
atrayendo un número suficiente de seguidores para concretar cambios en el
estado español.
Las encuestas
dicen dos cosas interesantes para PODEMOS. Una es que su avance en Cataluña
coincide con el retroceso del independentismo. En la medición de diciembre de
2014, mientras PODEMOS se convertía en un actor de peso también para la
política catalana, se registraba por primera vez desde el inicio de las
movilizaciones soberanistas que el no se imponía sobre el sí [5]. El otro dato
que seguramente fue valorado por PODEMOS para proponer la solución
plurinacional, fue que en las mediciones de julio del 2014 ni el sí ni el no a
la soberanía plena se imponían cuando se incluía una “tercera vía” por la cual
se aumentaban las competencias sin necesidad de una ruptura secesionista [6].
Estos votantes, cerca de un tercio del electorado, es el que interesa a PODEMOS
para sumar nacionalmente y para impulsar una plurinacionalidad en la que un
buen número de catalanes se vean reflejados, rompiendo la alianza soberana
popular y neoliberal.
Para que a esta
propuesta le vaya bien en lo político electoral, terreno preferido en el
análisis estratégico de PODEMOS, es clave que la narrativa de lo social llegue
al “cinturón rojo” de Barcelona, uno de los focos de Pablo Iglesias en su
discurso de diciembre, mientras asociaba casta española con la catalana, y
criticaba el abrazo de Artur Mas (de CiU) con David Fernández (de la CUP),
símbolo del encuentro coyuntural del soberanismo popular con el de la casta
neoliberal. El cinturón industrial del área metropolitana de Barcelona podría
así ser clave, y eso descubre PODEMOS mientras parece remplazar en su bastión
al Partido Socialista Catalán, desde donde no es casual que también se hable
del Estado Plurinacional, como estrategia en el debate soberanista.
Gemma Ubasart,
secretaria de Plurinacionalidad del consejo estatal de PODEMOS, ex colaboradora
de la Tuerka y que como investigadora postdoctoral también pasó por Ecuador, da
la clave de cuál será el camino de la seducción. Como candidata a secretaria
general de la agrupación en Catalunya, resume su visión bien lejos del
soberanismo: "Tenemos un importante desafío por delante, construir un país
de cohesión y bienestar para todos, y libre de corrupción" [7]. Desde un
modelo más multicultural que confederado y autodeterminativo, la tendencia
parece ser la de apostar por una consulta al pueblo catalán en la que una
mayoría soberanista no se imponga, canalizando deseos de soberanía en una forma
que permita mantener el carácter unitario del Estado, desde donde efectuar
cambios o candados de tipo social, tal cual asistimos en Bolivia y Ecuador.
Boaventura de
Sousa Santos, de cuyo equipo forma parte Juan Carlos Monedero y a quien este se
refiere como su maestro, escribió mucho sobre la plurinacionalidad
latinoamericana, destacándola como parte de un nuevo constitucionalismo
experimental y postcolonial que permite superar las formas modernas en países
con más de una nación, y que incluso fue mencionado por el sociólogo portugués
como posible solución para palestinos y judíos en un nuevo Estado secular
compartido [8]. Esta propuesta de estructura del Estado es adoptada por el
movimiento indígena en Bolivia y Ecuador como camino para acceder a una
autonomía territorial pero se concretó constitucionalmente de forma abierta e
indefinida.
La
Plurinacionalidad aparece entonces como el significante vacío que puede
permitirle a PODEMOS repartir las cartas en un eventual proceso constituyente
que lo tenga como protagonista, sin recurrir al federalismo, propuesto por el
PSOE y desacreditado por el probado centralismo de viejo tipo de este mismo, y
sin definir todavía cuánto se cedería en concreto de soberanía y
autodeterminación. El punto de partida abierto, queda claro en esta entrevista
a Pablo Iglesias donde lo indefinido de su propuesta, ciertamente, no deja de
ceder ante el privilegio de lo social:
-P. ¿Qué modelo
territorial defenderá en Cataluña?
-R. Hemos dicho
siempre que España es una realidad plurinacional y hay que atender a esa
plurinacionalidad para cualquier encaje jurídico.
-P. ¿Pero en
qué se concreta ese modelo? ¿En un Estado federal o en uno más centralizado que
elimine competencias?
-R. Pongamos
encima de la mesa en un proceso constituyente todas las opciones y veamos cuál
es más eficaz para asegurar los instrumentos soberanos. A mí lo que me importa
es que haya una sanidad pública para todos, que se esté atendiendo en catalán,
en euskera, en galego o en castellano para mí es una cuestión secundaria [9].
El deseo de
autonomía y descolonización no es considerada por los pueblos indígenas ni por
ninguna nación que se entienda como tal como una cuestión secundaria que sería
abordada después de solucionar, desde el Estado, la cuestión social. En el
proceso boliviano, la lengua y el territorio, inseparables de formas
comunitarias de justicia y democracia, formarían parte de reivindicaciones que
se busca que avancen a la par de las demandas sociales y de soberanía nacional
o popular, sin jerarquización y con pleno reconocimiento. Esta mirada política
que nace en el indianismo del altiplano e inspiró la nueva Constitución de
Bolivia fue descrita como de “los dos ojos”, como el avance siempre inseparable
contra la discriminación étnica y la opresión de clase.
La articulación
de demandas de autodeterminación con derechos sociales puede resultar familiar
desde una posición como la de la izquierda abertzale en Euskadi, y algunas
voces embarcadas en el soberanismo catalán. Así vemos que desde el periódico
Gara de Euskal Herria, el investigador alemán Raúl Zelik manifiesta entusiasmo
por PODEMOS pero también cautela, cuando escribe: “La ruptura con la
continuidad franquista tiene diferentes dimensiones: el tema de las naciones
periféricas no urge menos que las exigencias sociales y democratizadoras de la
izquierda estatal” [10].
Podría pensarse
que junto a la posición de sujeto que vemos en los gobiernos progresistas y en
PODEMOS, la de los pueblos indígenas sudamericanos se encontraría con los que
no se ven parte de un proyecto de patria española con cohesión y bienestar. No
se trata de igualar deseos de autodeterminación de pueblos indígenas y europeos
sin Estado, pero encontramos algo en común cuando frente a ellos, en la
narrativa de PODEMOS o en los gobiernos latinoamericanos, encontramos el mismo
modelo de desarrollo desde el Estado nación. Por otra parte, debe precisarse
que en los procesos de Ecuador y Bolivia los procesos constituyentes se
abrieron y llevaron adelante a partir de una alianza entre organizaciones
sociales e indígenas con los nuevos gobiernos. Fue a partir de 2008 y 2009, en
reiterados conflictos en que el modelo político y económico era puesto en
cuestión, que unos y otros siguieron distinto camino.
Como podrá
pasar en España si hay sectores soberanistas que se embarcan en la propuesta de
PODEMOS, hoy en los países que incorporaron este modelo, lo plurinacional es
disputado desde el Estado y también desde la oposición que continúa en su
búsqueda de autonomía, no más en complicidad con gobiernos que hoy ve distantes
en la defensa de una plurinacionalidad vacía. El escenario es probable si
pensamos que PODEMOS necesita de las comunidades para abrir un procesos
constituyente formal, y que a estas puede venirle bien un gobierno que se
mostraría más abierto a negociar una consulta como Escocia o Quebec en Canadá.
El PODEMOS que
surge como deja vu de los procesos sudamericanos de la última década, es el del
alejamiento de demandas descolonizadoras y de autodeterminación, en la renuncia
de la búsquedas de alternativas al desarrollo, que construyen una nueva
institucionalidad post-republicana y anti-liberal desde la comunidad, las
calles o el debate constitucional. La multiplicidad de lo minoritario que el
pluralismo iría a expresar, se reduce a un problema de asistencia social para
los que no son diferentes sino iguales, carentes antes que singulares, en una
concepción que sólo puede derivar en más Estado y menos plurinacionalidad.
La
Plurinacionalidad en Bolivia
El proceso
constituyente boliviano vivió una situación política marcada por la
reconducción del reclamo de autonomía de regiones, pueblos y naciones desde una
narrativa política que ponía énfasis en la intervención económica con foco en
lo social. Lo esencial podrá ser la economía y los derechos, dirán algunos,
pero en Bolivia se vio la fuerza con que reclamos regionalistas por autonomía
(o vuelta de los poderes de gobierno, en el caso de Sucre, la capital constitucional)
pueden tanto abrir como hacer naufragar una Asamblea Constituyente y un proceso
de cambios.
En un relato
adoptado por PODEMOS, el intelectual y académico vicepresidente de Bolivia,
Álvaro García Linera, analiza la llegada al gobierno de Evo Morales y el MAS
[11], como la transformación de una mayoría social en una mayoría política. La
gente común, de rostro indígena, llegaba en 2006 al palacio de gobierno, con
nuevos gestos y modos, como incluso Europa fue testigo cuando en su primer gira
internacional, fue sensación la “chompa” de Evo Morales, de forma similar a
símbolos políticos poderosos como la “coleta” de Pablo Iglesias, las sandalias
de Mujica, y la “sencillez” del papa Francisco cuando telefonea a una monja o
se detiene a conversar con los guardias.
Los gestos
pueden transformarse en medidas políticas, y Evo Morales hizo eso no tanto con
la incorporación de la plurinacionalidad, que en la práctica no modificó la
institucionalidad ni el pacto territorial del país, sino con un decreto que
modificó la relación con las empresas extranjeras de hidrocarburos de forma
favorable para Bolivia, atendiendo una demanda que surge de la movilización
popular que destituyó un presidente en 2003, y en la que ya habían avanzado los
movimientos con presión al parlamento. Lo mismo sería la esperada reversión de
la reforma al artículo 135 de la constitución española, pactada por el PP y el
PSOE en 2011, por el cual se blinda la austeridad, y cuya reforma deberá ser
acompañada de medidas destinadas a la situación de la vivienda y la salud
pública.
El dato
crucial, en el curso del proceso constituyente boliviano, es que para
garantizar la continuidad de Evo Morales y sus políticas sociales, fue
necesario articular la propuesta que se tradujo constitucionalmente como
“Estado Plurinacional, Unitario, Social, de Derecho y con autonomías”. El
modelo autonómico era inspirado en el modelo español, destinado a contemplar el
reclamo de movilizaciones regionales que amenazaban el gobierno central, una
vez que las movilizaciones indígenas habían posibilitado el ascenso del
presidente campesino indígena.
Para aprobar la
constitución y viabilizar el gobierno, fue necesario desarticular las demandas
autonomistas del oriente del país, curiosamente defendidas a nivel nacional por
una “agrupación ciudadana” también llamada PODEMOS (“Poder Democrático y
Social”, liderada por Tuto Quiroga), aunque en este caso era inocultable la
asociación de sus líderes con la vieja “casta” colonial anti-indígena, derivada
de partidos reciclados de la dictadura y que hasta entonces siempre habían
gobernado. Es muy probable que, desde Madrid, los fundadores de PODEMOS asocien
estos sectores autonomistas con la variante neoliberal del soberanismo,
encabezando movilizaciones especialmente en Cataluña.
En el
movimiento que buscaba neutralizar las demandas de autonomía desde la región
más rica del país, el MAS también se iría alejando de proyectos de autonomía
indígena y campesina, justicia y democracia comunitaria, territorialidad
colectiva para pueblos, que en el auge de la disputa con las regiones acompañó
con su apoyo, incluso como forma de debilitar los regionalismos desde demandas
indígena de autonomía contra elites de los departamentos y provincias.
Si podemos
asociar el desafío separatista y autonomista de la Media Luna en Bolivia con el
soberanismo vasco y catalán; una diferencia entre el MAS de Evo Morales y
PODEMOS de España, es que el primero tenía de su lado las luchas
descolonizadoras y autodeterminativas de las naciones indígenas, fundamento
esencial de la plurinacionalidad. Las mismas se mantendrían fieles hasta la
aprobación de la constitución, cuando diferencias en el bloque popular se
volverían irreconciliables. Frente a PODEMOS las demandas de autodeterminación
ven su surgimiento con desconfianza, por tanto en un acercamiento de las dos
situaciones debe mirarse primeramente la hostilidad de la Media Luna y, en
segundo lugar, el momento de quiebre de la alianza entre el gobierno y los
indígenas, posterior a la aprobación de la nueva Constitución.
Corrían los
años de 2006, 2007 y 2008, y Pablo Iglesias publicaba (organizado junto a
Espasaldín López) el libro “Bolivia en Movimiento. Acción colectiva y Poder
Político”, mientras otros futuros miembros de PODEMOS asesoraban los gobiernos de
Bolivia, Ecuador y Venezuela. La oposición a Evo Morales fundamentaba su
propuesta de autonomías con asesoramiento de políticos catalanes asociados al
partido socialista, imitando también el proyecto de Estatuto que desafiando al
gobierno central, fue aprobado por la población de estas regiones en referéndum
que se proponía como vinculante.
En su
formulación teórico-política ligada a los procesos constituyentes de Bolivia y
Ecuador, el constitucionalismo plurinacional no sólo superaría el
multiculturalismo sino que se diferenciaría del constitucionalismo social, de
inspiración nacionalista o boliviariana; así como del constitucionalismo
liberal, aunque combinara algunos de sus trazos e incorporara varios de sus
elementos. Lo rico de estas propuestas eran su capacidad de articulación de
horizontes, sin que lo social y lo nacional eclipsaran todavía lo
autodeterminativo indígena.
Lo que
diferenciaba lo plurinacional de otros constitucionalismos era la introducción
de un vector comunitario, descolonizador y de autonomía indígena campesina.
Estos elementos permitían un guiño del proceso boliviano con el neozapatismo de
Chiapas y no sólo con el bolivarianismo de Chávez, con su énfasis en el Estado
y el presidencialismo de líder centralizador. La propuesta del Pacto de Unidad,
reflejaba las visiones de organizaciones campesinas e indígenas de las tierras
altas y bajas del país. De ahí surgía un modelo de Estado que tenía mucho de no
estatal, reconociendo las formas tradicionales de gobierno y justicia, así como
todas las lenguas indígenas como oficiales en todo el territorio nacional y no
sólo en las regiones donde se hablan [12].
En las luchas
que precedieron la Asamblea Constituyente, y en la defensa por parte de las
organizaciones indígenas e intelectuales cercanos a ellas, lo plurinacional
avanzaba también de la mano del “Vivir Bien” (en español de Bolivia), “Suma
Qamaña” (en aymara) o “Buen Vivir” (en Perú y Ecuador) y “Suma Kawsay” (en
quechua) como alternativa al desarrollo en construcción que buscaba formas de
vida inspiradas en lo comunitario y a tono con críticas hacia el capitalismo
industrial y el desarrollo modernizante “desde arriba”. En Bolivia significaría
la introducción de la Pachamama como parte del mundo común, mientras en Ecuador
se introducía en la constitución derechos de la naturaleza que buscaban romper
con la concepción antropocéntrica y pasiva sobre el medio ambiente.
Más que en el
desarrollo de estas discusiones, el recurso de lo plurinacional por parte de
PODEMOS parte de un desplazamiento de sentido ocurrido en el periodo
post-constituyente, notorio en el gobierno de Bolivia y del Ecuador, aunque en
este último país el mismo tuvo una relevancia constitucional menor. Una vez los
gobiernos afianzados en el poder, y al mismo tiempo en que la agenda del
desarrollo y la explotación extractivista daba lugar a importantes conflictos
territoriales entre el gobierno y pueblos indígenas, el término plurinacional
comenzó a separarse de la cuestión indígena, refiriéndose más bien a ideas como
inclusión e igualdad de oportunidades. En simultaneo, la forma movimiento del
MAS, cedía ante un gobierno que se autonomizaba en la toma de decisiones y se
imponía como cabeza conductora que centralizaba todo en el jefe de Estado, del
partido y de los sindicatos de productores de hoja de coca.
En un proceso
constituyente disputado, la inclusión de la plurinacionalidad en la
caracterización del Estado boliviano, no había sido acompañada del desarrollo
de instituciones o formas estatales correspondientes. Esta relectura que le
quita a la plurinacional su fuerza de lucha étnica y de autonomía, fue la que
permitió encontrar la llave del proceso, para enhebrar un consenso con sectores
internos a los “procesos de cambio” pero ajenos al proyecto histórico de
descolonización y gobierno indígena del país; así como para destrabar en la
Asamblea Constituyente y el Congreso, en Bolivia, la difícil mayoría calificada
cuya llave estaba en manos de la oposición.
El resultado de
un acuerdo que tardó tiempo y disputa en las calles hasta llegar, permitió
aislar las demandas autonomistas y encauzar el proceso para las
transformaciones económicas y la defensa de un desarrollo que buscara un “salto
industrial”, en palabras del vicepresidente García Linera, que invitó a Pablo
Iglesias como conferenciante en Bolivia poco después de su triunfo en las
europeas, además de haber incluido una charla en la Universidad Complutense
como parte de una gira oficial por Europa, aún antes de que las elecciones
europeas de mayo proyectaran a PODEMOS como voz de la política europea.
Por detrás de
la imagen de un gobierno indígena y comunitario, emergería en Bolivia una
identidad política que se acerca más al nacionalismo y lo popular. Observadores
como Pablo Stefanoni y Fernando Molina describieron este perfil, mientras que
García Linera preferiría hacer énfasis en el indianismo y el evismo. Estas
identidades entran en la disputa de significados donde está en juego la
definición de lo indígena, fluctuante en los censos y que desde el gobierno
tendía a definirse de forma genérica y remitiendo a lo popular, recordando la
vieja imagen nacionalista del mestizaje (como identidad nacional propuesta
desde el Estado), y dejando de lado la singularidad étnica y búsqueda de
autonomía, importante en proyectos de reconstrucción de las formas originarias
que fueron marginalizados en el proyecto oficial.
La identidad de
izquierda, con sus símbolos y palabras de orden también saldrían del lenguaje
político cotidiano en Bolivia, de forma parecida a cómo PODEMOS entra en el
juego electoral en enero de 2014. En términos constitucionales, una
plurinacionalidad construida al margen de los proyectos de los pueblos que
buscaban nuevas institucionalidades desde sus territorios, formas de
representación parlamentaria colectiva, y que también participaron de la
Asamblea Constituyente y se movilizaron por ella, permitiría concretar la
refundación del Estado manteniendo un modelo centralizado que era visto como
necesario para evitar el desmembramiento trágico en la historia del país, y
también para garantizar las políticas sociales e ingresos estatales por
explotación de recursos naturales.
Con el
significante vacío de la plurinacionalidad y el vivir bien, se neutralizaba
incluso el recurso a un modelo federal. La viabilidad política de este modelo
era difícil de garantizar en un contexto en que se presionaba para que el
Estado central cediera el control de los hidrocarburos y otros recursos, en un
momento de expansión económica y precios de commodities en alta, base para las
políticas sociales, aumento de reservas y estabilización de la moneda, además
de concretar la participación estatal en la economía. La capacidad del concepto
Plurinacional para la realidad española parece ser justamente su flexibilidad,
con el poder de connotar autodeterminación y respeto a naciones igualitarias,
pero también unitarismo y menos descentralización. Falta saber aún si la
reforma tributaria podrá hacer en el estado español las veces de los
yacimientos de hidrocarburos, la soja y la minería en América del Sur. Pero
esta claro que la plurinacionalidad se presta sin dudas a ser el pegamento de
un país indiviso que reconozca distintas soberanías.
Lo que el MAS
de Evo Morales consiguió en Bolivia fue lo que Pablo Iglesias parece necesitar,
ya que no quiere que los catalanes dejen España, y su agenda definitivamente
apunta a las fisuras de lo social. En Bolivia fue esa la transformación del
concepto Plurinacional, después de un accidentado proceso constituyente donde
era frecuente escuchar hablar de guerra civil, donde las regiones opositoras
declararon la autonomía de facto y donde, después de una matanza de indígenas
en Pando, de tomas de instituciones nacionales en Santa Cruz, y la ratificación
de Evo Morales en un referéndum revocatorio en que logró el apoyo del 67%, el
gobierno logró abrir una mesa de negociación que derivó en la aprobación de la
constitución y la extinción de la demanda autonomista.
Para entender
las modulaciones de lo plurinacional sería clave que mientras el autonomismo
regional era neutralizado, los indígenas también perdían complicidad con un
gobierno que apostaba al desarrollo. Las bases campesinas del MAS eran más
proclives a ser incorporadas en dinámicas de mercado y retóricas nacionalistas;
que a encontrarse en una articulación campesino-indígena con organizaciones de
pueblos minoritarios que, junto a sectores intelectuales y de izquierda activos
en el proceso, buscaban fortalecimiento de la comunidad, la autonomía y
alternativas al desarrollo. Este modelo que estimulaba ante todo la producción
y explotación de recursos para exportación se volvió dominante en toda América
Latina, con una similitud cada vez mayor entre los gobiernos bolivarianos,
plurinacionales y progresistas, con los de otro signo político en los países
vecinos Perú, Colombia, México o Paraguay.
En Bolivia, el
indianismo inspirado por el rebelde indígena Tupac Katari, había sido el
espacio intelectual y político desde donde la plurinacionalidad fue
introducida, aunque se registren referencias relacionadas con el modelo
soviético de nacionalidades, impulsados por partidos comunistas y talleres de
investigadores rusos en toda la región andina. Desde esa mirada que enfatiza la
comunidad y la diferencia indígena hoy se evalúa, sin embargo, que el proceso
de cambio se acerca a las formas del nacionalismo estatal que siempre habían
enfrentado en sus luchas de descolonización, por un gobierno indio, o por la
indianización de Bolivia.
Por otra parte,
si por un lado la vigencia de las formas ancestrales o reinventadas indígenas
son parte de un debate en Bolivia, también es cierto que aymaras y quechuas
prósperos y bien integrados en el mercado capitalista, deben ser considerados
en su confluencia con el proyecto estatal de derechos, lejos del indianismo que
no renuncia a pensarse como alternativa civilizacional, pero también desde la
identificación indígena. Estos sectores son parte de las clases trabajadores
que en toda Sudamérica aumentan su participación económica y capacidad de
consumo, tal vez como en Europa y Estados Unidos de la postguerra, pero hoy
como supuestas nuevas “clases medias” que los gobiernos progresistas festejan.
Las dos
plurinacionalidades y la república.
No hay un
significado más verdadero de lo plurinacional, y su empleo en nuevos contextos
implicará transformaciones, pero quizás mantenga actualidad en Europa el hecho
de que en sus versiones sudamericanas el concepto tiene dos almas: surge de
luchas indígenas por autonomía y descolonización, buscando desde la comunidad
alternativas al desarrollo capitalista, pero se consolida como símbolo de un
proyecto estatal que promete crecimiento económico y expansión del consumo en
base a un modelo de desarrollo con énfasis en la explotación de recursos
naturales, apuestas por la industrialización y políticas sociales de
transferencia de renta para inclusión.
La
plurinacionalidad entusiasmó a pueblos indígenas que lucharon en las calles
contra el liberalismo y la apertura de un escenario constituyente, pero hoy
aparece atravesada en Bolivia y Ecuador por las dificultades de romper con el
desarrollo convencional y el modelo de crecimiento de capitalismo
pretendidamente “social”, también presente en Venezuela, Brasil, Uruguay y
Argentina. Este lugar político, que a veces parece imaginar una sociedad del
trabajo y la producción de más de medio siglo atrás, puede permitir estabilidad
política y económica como en Bolivia, y propuestas keynesianas como las
defendidas por Áxel Kicillof en Argentina y Vicenç Navarro y Juan Torres para
PODEMOS e Izquierda Unida en España; pero resulta intolerable para quienes ven
sus derechos y formas de vida amenazados por la intrusión explotadora en su
territorio y para quienes desde sus diferencias no son incluidos en la
evocación de un pueblo abstracto desde la mirada de lo universal.
La idea de
plurinacionalidad aparece entonces como tensión, en la medida en que busca
expresar y reconocer la autodeterminación y autonomía de pueblos y naciones
como la catalana o del pueblo gallego, pero en el marco de una propuesta donde
el eje es la movilización afectiva de la consciencia (mono)nacional activada
contra banqueros alemanes y la oligarquía de la casta nacional. Desde este
lugar, se abre un diálogo con la izquierda en la crítica a la desigualdad
social y los abusos del capitalismo, pero con soluciones concretas pensadas de
arriba para abajo, en relación a procesos que pueden incluir grandes
movilizaciones, pero que no hacen de sus participantes sujetos activos en la
construcción de un mundo nuevo, más allá de esa conducción desde arriba a participar,
sin involucrarse en las decisiones. Se trata más bien de hablarle desde los
grandes medios de comunicación al pueblo feliz o ciudadano-masa que consume y
vota, protegido por el Estado y “los más capacitados para gobernar”, que
PODEMOS prometió llamar.
Esta mirada
sensible desde arriba con la situación “social” de los de abajo remite a una
identidad política compartida en Latinoamérica que ha aceptado como proyecto la
administración más humanitaria del capitalismo aunque sea ciertamente crítica
al neoliberalismo desde una sensibilidad nacionalista y social. El consenso
sobre esta mirada política quedó a la vista en la recepción entusiasta del papa
Francisco como último gran fenómeno mediático en la política sudamericana que
también exploró ese espacio político encumbrado por la iglesia unos días
después de la muerte de Chávez.
A pesar de
desavenencias del pasado con la iglesia y con Bergoglio, los gobiernos
progresistas celebraron su llegada por motivos parecidos a los de Pablo
Iglesias cuando lo aplaudió en el parlamento europeo. El apoyo cómplice con la
crítica papal a los abusos del capitalismo, contrastó con la salida del recinto
de otros eurodiputados que no hicieron oídos sordos a la denigración de los
derechos de las mujeres y de los homosexuales; recibidos con paternalismo por
la iglesia de Francisco pero sin reconocer libre de pecado su
autodeterminación. Quitar del programa el derecho al aborto, viene siendo
justificado por la necesidad de vencer, en la suposición de mentalidad
conservadora que se tiene de los votantes. A la luz de los procesos
sudamericanos, sin embargo, lo que salió del programa para las elecciones nunca
volvió a entrar, y más bien se actuó en contrario –en estos y otros temas-
desde una moderación que se prolonga por cálculo de gobernabilidad, o
convicción de quienes se van sumando cuanto más firme la consolidación en el
poder.
Las
organizaciones indígenas de mayor representatividad en Bolivia y Ecuador,
campesinos sin tierra y poblaciones levantadas contra la contaminación minera,
abrieron los procesos constituyentes pero hoy están en ese lugar de excomunión.
Es así que PODEMOS se plantea como respuesta posible –y necesaria– si pensamos
en lo mejor que se puede hacer desde una narrativa “España” para millones de
parados, pobres y desahuciados. Si otros horizontes se eclipsan e Iglesias
puede seguir hablando de crecimiento, empleo y reforma tributaria, así, estará
en su territorio y será imparable. En una política que se encuentra más allá
del pueblo encuadrado y más allá de un centralismo españolista, para muchos
este no será el mejor cambio posible a ser construido.
Para quien
antes que pobre o sin empleo de una España integradora se reconoce como mujer,
minoría sin Estado, colectivo urbano o inmigrante sin nación, PODEMOS le dejará
de hablar muy rápido. Si la idea de país que busca construir se asimila a su
idea de partido, como parece; podrá suceder que la plurinacionalidad se
definirá contra la autonomía, como ocurrió en Bolivia y Ecuador cuando el
término dejó de referirse a naciones específicas en el marco de un mismo
Estado.
Aunque la
plurinacionalidad surge en el debate en oposición al reconocimiento
multicultural, incorporado en varias constituciones latinoamericanas en la
década de ´90 junto a reformas neoliberales, el momento en que para los
indígenas el concepto pierde el interés, es el que lo transforma en sinónimo de
inclusión de todos en las formas políticas anteriores, como integración del
colonizado antes de que descolonización que para los pueblos indígenas se
refiere a aceptar una pluralidad de formas de organización, desarrollo y
economía. En lugar de autonomía y producción comunitaria, la plurinacionalidad
que prevalecería en Ecuador y Bolivia sería la de la posibilidad de que un
indígena no sea discriminado e incluso pueda ser presidente, pero sin superar
el modelo de reconocimiento de tipo liberal, reduciendo la diferencia al
multiculturalismo, y la forma republicana de la democracia capitalista para la
política siempre trascendente y alejada.
La presencia
indígena en los procesos políticos andinos, en luchas por la autonomía
zapatistas o frente a la minería o avance del agro-negocio en Paraguay, Chile y
Brasil, viene permitiendo la construcción de nuevos horizontes políticos que
ponen en diálogo lo ancestral con lo comunitario, en debates bien actuales para
quienes también en las ciudades sienten los límites de las formas modernas de
representación política, en su complicidad con un capitalismo que destruye el
planeta y privatiza lo común, incluso en sus variantes de tipo nacionalista o
social.
Cuando los
pueblos indígenas son tenidos en cuenta como identidades rígidas reconocidas
por el Estado desde la cultura, la plurinacionalidad se desconecta de la
cosmopolítica indígena y la comunidad, los derechos de la naturaleza y la
inclusión de no humanos, referencia que se origina en la socialidad y vivir
bien indígena, pero que es referencia también para el ambientalismo, la
política y la filosofía de la ciencia contemporánea. Desde este lugar es
posible pensar un diálogo entre luchas del estado español y latinoamericanas,
donde viajes políticos como los de los vascos a Cuba y Chiapas, exilios mutuos
e inmigrantes construyen hace tiempo las bases para conversar.
Es claro que no
toda lucha por la autodeterminación, se conecta con las redes indígenas y la
política de comunidades, asambleas y plazas. Tiene sentido la sospecha de Pablo
Iglesias sobre el soberanismo neoliberal, eje de las contradicciones antes y
después de la independencia para cualquier militante sincero contra el
colonialismo de Madrid. Lo que no se entiende en PODEMOS y el rumbo actual de
varios procesos sudamericanos es que la respuesta al neoliberalismo sea desde
la nación y el Estado, en sus formas moldadas desde siempre por el capitalismo,
exactamente como toda dictadura o gobierno autoritario.
En el idioma de
PODEMOS, que es el del Estado, lo social lleva a lo económico, como variables
macro que resultarán en derechos efectivos para individuos-votantes, reduciendo
la diferencia a la esfera de lo cultural, como si la organización en red o
comunitaria no fuera al mismo tiempo cultura, política y economía,
entremezclada antes que separada en esferas que se administran desde arriba. En
esa mirada el soberanismo y la autodeterminación se reducen a lengua y la
bandera, como símbolos subordinados a lo social y lo político y no como mundos
sin límites para volver a pensar lo común. Arrasando con la austeridad y el
régimen del 78, pero no con muchas de sus determinaciones, una nueva hegemonía
garantizará el nuevo ciclo del capitalismo europeo en España, tal vez
plurinacional, quizás republicano, ciertamente con menos protagonismo para los
pueblos que para el Estado.
Aún después de
llegar al gobierno, la presencia inédita de indígenas y campesinos en el Estado,
mantuvieron vivo el proyecto de descolonización, entendido como cambio de las
formas políticas con que habían sido siempre gobernados. En este sentido, en la
nueva Constitución de Bolivia, promulgada en 2009, el preámbulo da cuenta del
alcance con que se introduce la idea de plurinacionalidad: “Dejamos en el
pasado el Estado colonial, republicano y neoliberal. Asumimos el reto histórico
de construir colectivamente el Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional
Comunitario”. Poco después Evo Morales firmaba un decreto en que se substituía
la denominación del país de “República de Bolivia” por “Estado Plurinacional de
Bolivia”.
El
antirepublicanismo tendría en el estado español un sentido obviamente
diferente, con la monarquía de los borbones aún en pie y el recuerdo de la
gesta republicana también presente. En los Andes sudamericanos esa forma
política se asocia con la continuidad del colonialismo que nunca permitió
acceso de las mayorías a derechos ciudadanos, y este punto es esencial para
entender el impulso inicial de la plurinacionalidad. Se refería a la búsqueda
de formas políticas más democráticas, inspiradas en la comunidad indígena, pero
para muchos adecuada también para las grandes ciudades. Esta idea de
plurinacionalidad venía junto a una propuesta de rehacer el mapa del país, hoy
producto de poderes cacicales y oligarquías que diseñaban a su gusto la
territorialidad del país. En este sentido cobraba fuerza de cambio
revolucionario la política de las autonomías y el más allá de la república, en
una política de abertura a otras civilizaciones y la pluralidad.
En PODEMOS se
habla de elección del jefe de Estado y no de república, por estrategia. El
límite que encontramos en la nueva formación, no es el de retomar o no esta
bandera, sino el de pensar la política desde la necesidad de pensar las
instituciones y los instrumentos de organización como formas que no son
neutrales. En el mismo sentido, los procesos plurinacionales de Bolivia y
Ecuador plantean un punto esencial contra la tradición moderna europea, cuyo
lado colonial no es visible solamente en América.
En el discurso
citado más arriba de Pablo Iglesias en Madrid, cuando la estructura del partido
se formalizaba, el líder de PODEMOS llamó a "recuperar Europa para los
ciudadanos, para los trabajadores y trabajadoras. Y recuperar aquello de lo que
somos hijos: libertad, igualdad y fraternidad”. Disputar para el pueblo
conceptos como república y democracia apropiados por el capitalismo es
importante. Pero vale la pena reflexionar también porqué esa frase suele
evocarse por liberales y conservadores contra el “populismo”, donde debería
radicar la diferencia y multiplicidad de todo pueblo antes que un cierre
vertical ante la propia pluralidad.
Como
significante vacío, en el estado español, la república podrá combinarse con lo
plurinacional como ocurre en Ecuador de la “Revolución Ciudadana”, o era
postulado en Bolivia por Juan del Granado, del progresismo urbano de La Paz
antes aliado y ahora opositor al MAS. Lo importante es el modo en que permite
expresar la diferencia y el pluralismo, que en Bolivia abría un terreno de
experimentación institucional que no se limita a los principios políticos
modernos, por sus alternativas para pensar la propiedad común, la
representación directa y formas de economía y decisión que no son las del
capitalismo y el Estado.
Otra cosa es el
cierre pragmático sobre lo inmediato, sea por correlación de fuerza, concepción
política o apuesta por lo ya dado. Fue en este contexto que la forma república
fue reincorporada al imaginario del proceso de cambio, disputando un término
inicialmente introducido en la Constitución a instancias de la oposición al
MAS, cuyo lugar enunciativo era el del Estado de Derecho, además de la
República y la Nación. Como todo proceso de cambio, la participación inicial de
campesinos indígenas en el proceso boliviano, luego terminada, dejó como legado
la idea de que sería bueno enterrar algunas palabras y formas acuñadas por los
que queremos desplazar.
El cambio de
énfasis y transformación de lo plurinacional fue expresado por el
vicepresidente García Linera, que reconoció el carácter republicano del
proyecto de cambio, en un momento en que el debate boliviano cuestionaba la
saturación retórica del discurso oficial con elementos de origen indígena,
empleados de forma contradictoria con el desarrollismo y que se mantenía ya sin
conexión con los proyectos plurinacionales de cambio con que habían sido
inicialmente asociados. La reducción de lo indígena a un romanticismo
folclórico fundamentaba una vuelta a la política liberal y republicana, como si
términos como igualdad, libertad e inclusión no fueran ellos mismos
abstracciones retóricas contradictorias con lo que ocurre en la vida social.
Había algo que
se perdía mientras el desarrollo substituía la descolonización. Este cambio
quedó claro cuando García Linera, cerca de 2013, asociaría al concepto de
plurinacionalidad a la propuesta de Estado Plurinacional Continental
Latinoamericano. El proyecto latinoamericanista y bolivariano tendría el costo
del alejamiento de las reivindicaciones indígenas de autonomía territorial y
comunidad para las cuales, en el pasado, García Linera tuvo mucha apertura en
su militancia indianista-marxista. En la fundamentación de esta propuesta,
acompañada de una mirada que pone el foco en lo social y, como PODEMOS, reduce
la diferencia a una cuestión de reconocimiento cultural, el vicepresidente
diferenciaba las “naciones políticas” (de los distintos países sudamericanos)
de las “naciones culturales”, campesino indígenas, que habían abierto con su
movilización en proceso constituyente pero que en la nueva plurinacionalidad
estatal y continental quedarían marginalizadas.
Cuando
vemos el lugar del poder como impotente y mucho más condicionado que
condicionante, sería injusto atribuir a PODEMOS o a Evo Morales y García Linera
el curso semántico que toman los distintos significantes en el contexto de un
proceso político. Confiemos más bien en que, como cuando la máscara de Fernando
sirvió de excusa para iniciar un reguero de luchas libertarias en toda América
Latina frente al avance de Napoleón en 1809, ni el regreso del rey ni el
restablecimiento del Estado puede impedir que nuestras redes, pueblos y
comunidades sigan buscando caminos de autonomía y autodeterminación.
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