Álvaro García Linera es, sin lugar a duda, uno de los intelectuales marxistas más importantes a nivel latinoamericano y mundial. Sus elaboraciones teóricas y su militancia política constituyen una unidad productiva que no sólo despierta el interés de numerosos investigadores de distintas latitudes, sino que también sirve de inspiración y esperanza para la lucha de los pueblos de América Latina. En sus últimos días de exilio en Argentina, antes de su vuelta a Bolivia para la asunción presidencial de Luis Arce del Movimiento Al Socialismo, he tenido la oportunidad de realizarle una extensa entrevista. Un recorrido desde sus lecturas indigenistas y marxistas juveniles, pasando por su estadía estudiantil en México, su militancia guerrillera en el EGTK, su momento carcelario, su función como intelectual de los movimientos sociales en el Grupo Comuna, su rol como vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, hasta su exilio en Argentina.
La
formación marxista
Me
interesa conversar sobre la articulación singular entre tu vida y obra.
Hablemos un poco de tu juventud. En 1979 vivencias, con tan sólo 17 años, el
primer cerco aimara a la Paz y los bloqueos de la CSUTCB contra las políticas
de ajuste del gobierno nacional. Has dicho en muchas entrevistas que este ha
sido tu primer despertar indígena. Lo que quería preguntarte es: ¿cuál fue tu
primera lectura, tu primero libro, que vos recuerdes, que acompañó este primer
acercamiento a la cuestión indígena? Se trata de una cuestión que siempre te
esforzaste en articular con la tradición marxista y socialista, como una suerte
de hilo rojo, de una obsesión, que recorre toda tu trayectoria
político–intelectual.
De
niño me hacen leer un texto en el colegio sobre las rebeliones indígenas. Tenía
en ese momento unos 10 años. Era una novela sobre la rebelión de Tupac Katari.
Pero yo no colocaría eso como una primera lectura iniciadora. El texto que en
esos años (no me acuerdo bien el año, si 1979 o 1980) me provoca como un
momento revelador es un texto de Fausto Reynaga. Y no es La Revolución India,
que no era muy fácil de conseguir, que era un libro clandestino, sino El indio
y el cholaje en boliviano. Es una cosa muy potente, es un texto revelador y
donde se anudan múltiples experiencias que yo había tenido previamente y que,
en cierta manera, me da elementos para entender algo que veía en las lecturas
marxistas que tenía hasta esos días. El hecho de que el mundo campesino
indígena no respondía al mando obrero.
Entre
el mes de diciembre y enero del año 1979, los campesinos convocan a una
movilización y la COB sale decirles que no se movilicen. La COB tenía un
prestigio y un liderazgo muy fuerte en torno a la Federación de Mineros y era
como el emblema de lo popular. Cuando la COB sale a decir eso, los campesinos
dicen que no y continúan con su movilización todo el mes de diciembre y enero.
El libro sobre el cholaje puede ser que lo leí antes, puede ser que lo leí
después, pero en cualquier caso esa lectura de Reynaga es una lectura que me
ayuda a entender que aquí había un problema más allá de la distinción
tradicional que estaban haciendo ciertas izquierdas entre obreros, campesinos y
burgueses. Había ahí una identidad que las atravesaba, una identidad que era
mucho más potente y mucho más enraizada en las personas que la propia identidad
de clase “obrera” o de clase “campesina” y frente a la cual las élites se
erizaban mucho más que con los obreros. Entonces en este texto del cholaje, que
era una revisión en realidad de autores, donde aparece el discurso indianista
de Fausto Reynaga, ese texto para mí va a ser muy importante. Luego,
evidentemente, y como ya había agarrado ese texto ya antes de ir a México, voy
a poder conseguir una fotocopia de la Revolución India. Pero llegué a La
revolución India por El Indio y el cholaje boliviano. Este texto fue el que me
brindó esto que te acabo de decir.
Pues
había una enemistad más fuerte, más constitutiva, de las élites bolivianas con
los indios, antes que con la COB y los mineros. Había una manera de ser pensado
o de ser vivido o de ser relegado entre la gente humilde que a veces atravesada
y a veces era distinta que aquella identidad asignada como clase por el
discurso de izquierda y por el propio sindicalismo. Entonces, esta fue una veta
que desde entonces constituyó, como tú dices, una obsesión.
La
influencia de México y de El Salvador
Hablemos
de México. Viajas en 1981 a estudiar matemáticas a la Universidad Nacional
Autónoma de México. Ahí, conoces a Raquel Gutiérrez y te ves influido por las
guerrillas indígenas campesinas de El Salvador y el movimiento nicaragüense.
Pero al mismo tiempo cursas el seminario de Bolívar Echeverría sobre El Capital
¿o me equivoco?
No
pude, pero sí hubo una influencia de Bolívar Echeverría. Porque yo comencé a
leer a sus pupilos y a Echeverría también. Pero antes, me voy a México y una
influencia importante para mí es la reflexión de clase y etnia que venía
haciendo la guerrilla guatemalteca que era la más avanzada. Fue una estructura
guerrillera muy antigua, pero había ahí adentro, dentro de la URNG, la Unidad
Revolucionaria Nacional Guatemalteca, una colectividad llamada el Ejército
Guerrillero del Pueblo, el EGP. Y estos tipos hacían circular en la sociedad
mexicana unos textos y buscaban de una manera muy motosa, muy áspera, articular
la lectura de clase, muy marxista, con el tema de la etnicidad. Y claro,
agarraban una serie de conceptos que habían trabajado los mexicanos, González
Casanova, etcétera. Pero ellos los vinculaban en términos de la lucha armada y
eso me parecía a mí algo muy valioso. Clase, etnia y lucha armada.
Entonces
esos textos fueron importantes. En la parte organizativa me influyó más la
guerrilla salvadoreña, por su vínculo con los obreros. El FMLN (Frente
Farabundo Martí para la Liberación Nacional) donde militaba y dirigía Salvador
Cayetano Carpio, que rompe con el Partido Comunista y organiza una lucha
armada, siempre con vínculo con el mundo obrero. Eso me influyó muchísimo en lo
organizativo. Pero respecto al debate, que me había jalado desde Bolivia, los
textos del EGP fueron los que me dieron más elementos y me ayudaron a buscar a
otros autores también.
Ya
en el tema de Bolívar Echeverría, yo accedí a los «Cuadernos Políticos» que
éste publicaba desde los años 70, pero llegué más rápido a los textos de unos
matemáticos de izquierda que hasta el día de hoy siguen ahí con su rollo semi
clandestino. Ellos daban un seminario sobre Marx, sobre… –puedo equivocarme–,
pero creo que era sobre el método de la crítica de la economía política. Estaba
ahí un doctor de matemáticas, que daba este seminario. Me inscribí a este
seminario y llegué a él porque la compañera de él era mi profesora de
matemáticas, en mi primer año. No era un curso tan famoso como el de Bolívar
Echeverría, era un curso en el que te leían no El capital, sino el texto de la
Introducción a la crítica de la economía política párrafo a párrafo. Pasaban
tres encuentros, primero el primer párrafo, luego el segundo párrafo, después
el tercero. Es un texto un poco complicado, ¿no? Pero ellos no solamente te
leían a Marx, sino que te vinculaban con otras lecturas.
Este
compañero, profesor de matemáticas, Javier Fernández, utilizaba mucho a Sartre
de quien yo había leído textos sueltos en Bolivia, unos textos de su libro
Situaciones, que era compilación de distintos textos más políticos. Fernández
te introducía así al tema de la dialéctica. Y a partir de él, de Fernández, de
su seminario, me enteré de que había el seminario de El capital en la Facultad
de Economía y me animé a ir. No cursé el seminario, no sé por qué. Creo que,
porque no tenía tiempo yo, pues era en la mañana. Pero lo que sí pude conseguir
de ahí fue el seminario de uno de los seguidores de Bolívar Echeverría, que
había estado en uno de sus seminarios que es…
¿Jorge
Veraza puede ser?
Jorge
Veraza, sí. Él todavía no había sacado «El libro sobre las Teorías del
imperialismo», libro amarillo, pero tenía su tesis de licenciatura. Y cuando
voy a sacar la tesis de licenciatura para fotocopiarme y le comentó eso a mi
profesor Fernández él me dice que en economía hay varios docentes, no sólo
Veraza, que trabajan en esa perspectiva. Ahí es cuando conozco a la compañera
Tonda y a otras que ahorita me olvido los nombres, que eran toda una corriente.
Les llamaban “Los telerines”. Los telerines son unos dibujos animados, de esa
época. Lo que yo hago es conseguir sus tesis de licenciatura que todas habían
sido sobre Marx. Uno es Moreno, la otra es Concepción Tonda, y otros más. Yo me
agarro las tesis y esa es la manera de encontrarme con esta corriente.
Encuentro
entonces a Veraza que había estado en el seminario de Bolívar Echeverría, me
encuentro con los telerines, y leía también por mi cuenta a Bolívar Echeverría.
Antes de venirme a Bolivia logro encontrarme con él y de hecho con ellos voy a
conseguir las primeras fotocopias del Marx y Engels Collected Works que ellos
habían comprado en inglés. Eran creo que 45 tomos. De ahí, antes de venirme a
Bolivia, voy a pedir que me traigan unas fotocopias de textos que no eran
conocidos en castellano. Ahí es donde voy a encontrar los Manuscritos sobre
List de Marx, que luego los voy a publicar más tarde; ahí voy a encontrar
también los Manuscritos 1861–1863 que sólo estaban en inglés y en alemán.
Luego,
ya cuando regreso a México voy a mantener contacto con este grupo de la gente
de Veraza, pero por separado de la gente de Fernández. Pues si bien se
vinculaban eran como corrientes distintas. La manera puntillosa de analizar el
marxismo se la debo fundamentalmente a Javier Fernández, este matemático que
hacía seminarios y cambiaba cada año. Doce meses pasé con él y es de aquí de
donde saco esta escuela más sistemática ¿no? Pero no solamente se trataba de
leer línea a línea sino también de vincularte con otras lecturas paralelas al
marxismo, como la de Sartre.
Yo
te lo preguntaba porque la hipótesis de lectura de varios estudiosos de tu obra
es que tu marxismo, en esa formación temprana mexicana, se podría inscribir
dentro de una tradición de crítica de la economía política a diferencia o en
tensión con otras vertientes más ligadas al marxismo estructuralista
althusseriano, o más ligadas a la tradición del marxismo como filosofía de la
praxis de Adolfo Sánchez Vázquez. Como me decís, la influencia fundamental, en
ese sentido, es Javier Fernández.
¡Javier
Fernández, sí! Y luego los telerines que eran herederos de Bolívar Echeverría
que no eran necesariamente sus continuadores, pero sí herederos de una manera
de leer El Capital. No voy a ir a sus seminarios, sino que voy a leer sus tesis
y los voy a volver amigos míos desde entonces.
El
retorno a Bolivia
Vos
volvés a Bolivia en 1984. Fundan dos años después, con Felipe Quispe, con
Raquel, con tu hermano Raúl, el Ejército Guerrillero Tupác Katari (EGTK).
Todavía
no era el EGTK. Formamos inicialmente las “células mineras” nosotros por
nuestra cuenta que eran unas células en los centros mineros. Esto a fines del
año 84 y todo el 85. La tarea era ir a las minas. Y comenzamos a organizar
grupos en los centros mineros de debate político, de lectura, y poco a poco de
trabajo político–militar. Luego nos comenzamos a expandir a algunas fábricas
importantes de Bolivia, de Cochabamba y de La Paz.
Felipe
Quispe venía de su propia experiencia, una experiencia del MIRKA (Movimiento
Indio Tupac Katari) que se había medio disgregado, divido, fraccionado. Él
andaba como medio suelto con unos compañeros intentando organizar y va a haber
un antiguo compañero de ELN, que nos va a juntar, que es el que nos hace el
contacto. Le dice a Felipe: “oye aquí yo conozco unos jovenzuelos que están ahí
preparándose y haciendo cosas de defensa y de autodefensa en las minas”. A mí
me dice “oye, hay un compañero, Felipe Quispe, que viene de la experiencia de
intentar organizar en las comunidades el tema de la defensa armada, ¿por qué no
se conocen?” Ahí es cuando nos conocemos y es entonces cuando fundamos lo que
sería “Ofensiva Roja de los Ayllus Tupac Kataristas”, que va a ser una suerte
de corriente político sindical. Y las células mineras van a quedar absorbidas
en esta estructura de “Ofensiva Roja” y en el sector campesino–sindical, se va
a llamar “Ofensiva Roja de los Ayllus Tupac Kataristas”. Eso es en 1986 o 1987
y ya en el 88–89 se decide fundar el EGTK.
Fundan
una editorial en ese marco, ¿verdad?
Sí,
que inicialmente era un mimeógrafo ¿has oído hablar de los famosos mimeógrafos?
Es una pequeña impresora con tinta y esténciles de la época. Luego van
grabándose los stenciles, del teclado manual a los esténciles de la máquina
eléctrica. Inicialmente nuestra editorial era esa…
Ofensiva
roja
Sí,
Ofensiva Roja, que inicialmente eran folletos de discusión, de debate para las
minas, escritos de formación para las comunidades. Y con mucho sacrificio
hicimos nuestro primer libro que son textitos impresos en esténciles de la
época, ¡en mimeógrafos! Y luego ya se va a poder pagar a una imprenta para
poder hacer libritos más consistentes, pero eso va a ser a partir del año 89.
Entre el 84 y el 88 nuestra editorial es primero una, luego dos, luego tres,
mimeógrafos de esténciles semi eléctricos que había en los manuales y luego
nosotros pasamos al eléctrico. Conectabas con electricidad y podías imprimir,
no sé, mil hojas con una proclama en 10 minutos, 15 minutos. Ya después, sí,
hay una editorial.
Sus
primeros tres libros
A
través de esta editorial escribís con el seudónimo «Qhananchiri» tres libros:
«Las condiciones de la revolución socialista en Bolivia. A propósito de
obreros, Aymaras y Lenin», de 1988; «Crítica de la Nación y la Nación Crítica
Naciente», de 1990; y «De demonios escondidos y momentos de la revolución. Marx
y la revolución social en las extremidades del cuerpo capitalista», publicado
en 1991. Me interesa detenerme en este último libro, desde mi punto de vista el
mejor logrado de toda tu obra.
Allí
se encuentra tu traducción de los Manuscritos sobre List, texto muy importante
por la crítica temprana de Marx a la idea de la neutralidad de las fuerzas
productivas capitalistas. Pero quería preguntarte en particular por tu vínculo
con Aricó. Porque es ahí, en ese libro, donde vos escribís un capítulo, casi al
final, titulado «América», donde discutís con Aricó. Yo creo que ese debate
constituye un momento fundamental en la historia del marxismo latinoamericano.
Quería
preguntarte dos cosas a este respecto. En primer lugar, ¿cuál fue la influencia
de Aricó en tu formación, no solamente de Aricó como escritor sino también como
editor? En segundo lugar, quería preguntarte cuál fue el motivo, cuál era el
significado para vos en ese momento de someter a crítica la lectura de Aricó
sobre las razones ocultas del desencuentro entre Marx y América Latina,
desencuentro expresado en los juicios anti–bonapartistas y anti–estatistas de
Marx sobre la figura de Simón Bolívar en su escrito de 1852. Es decir, frente a
la hipótesis de Aricó según la cual Marx no entendió a Bolívar, no comprendió
las revoluciones de independencia, no pudo ver la función productiva del Estado
en la creación de las naciones latinoamericanas, ¿por qué mostrar el carácter ficticio,
artificial, oligárquico, terrateniente, de la fundación de los estados
hispanoamericanos?
Bueno,
antes, me gustaría hacer un breve paréntesis, retomando tu anterior pregunta
sobre el althuserianismo y el estructuralismo. Hubo lecturas mías, que las hice
aquí en Bolivia, en el colegio, donde leí por primera vez a Althusser. Era un
momento de radicalización de la juventud, democracia–dictadura. Y mis mayores
leían textos de izquierda, militaban en distintos partidos, y comenzó a ser muy
utilizado un texto que circulaba mucho entre los jóvenes, el texto de Marta
Harnecker, «Los conceptos elementales del materialismo histórico», que se
discutía mucho en los círculos de debate de estudiantes. Y entonces eso estaban
leyendo creo que los de sexto año de la secundaria y yo estaba en cuarto de la
secundaria.
Yo
ya tenía mis acercamientos con lecturas de Marx y de Lenin, de obras escogidas,
dos tomos, tres tomos, y cuando veo que el que está siendo recurrido por mis
mayores, lo leo. Y ahí encuentro una serie referencias althusserianas. Entonces
comienzo a leer a Althusser. Eso con la idea de que cuando me toque a mí en el
siguiente año y me inviten, tenga más herramientas para el debate. Y es ahí
donde consigo los textos de La Revolución teórica, de Marx; Para
leer El Capital. Yo los leía porque había que tener mejores herramientas
ante los otros amigotes que me caían mal y que eran mis mayores.
Entonces
yo leía a Althusser y de hecho hice un cuadernito con mis lecturas, aunque
siempre me gustaba más Balibar, a quien perseguí en México. Leí cosas de él que
no llegaban a Bolivia. Esa era mi manera de leer a Althusser. Pero cuando iba
al debate, los demás habían leído de pasada el resumen de Marta Harnecker, ahí
en el capítulo final, entonces yo quedaba muy frustrado porque quería exponer,
quería debatir y no había con quién debatir. Entonces de mala onda cuando me
pedían exponer algo en las clases del colegio, pues les exponía, de mala onda,
«Para leer El capital», de Althusser. ¿Qué habré expuesto no? Alguna idea debía
tener, era mi manera de darle utilidad a algo que había sido un esfuerzo no sé
si por una cuestión competitiva o qué.
Javier
Fernández, un erudito del marxismo
Entonces
ese fue mi conocimiento muy de base, muy de autodidacta de Althusser. Luego lo
volví a leer, en México, porque allí sí había althusserianos. Aunque en la
Facultad de Ciencias no eran muy queridos los althusserianos. Mi profesor
Javier Fernández, tampoco le daba mucha bola a Althusser, quizás por su
antihumanismo, y les daba mucha importancia a lecturas como las de E.P Thompson
o la de Sartre. De hecho, yo con él fue con quien más clases tuve.
La
verdad, cada vez que voy a México siempre hay un día reservado para Fernández.
Era un hombre extraordinario, un profesor, un erudito del marxismo, con poca
visibilización. Él no ha sacado nunca un libro. Yo tengo acumulado un libro de
cartas que me mandaba sobre distintos textos de Lenin, de Marx. Yo lo siento
como un referente intelectual muy importante en mi vida. De hecho, no le he
dicho a nadie esto. A vos te lo estoy contando. Creo que, para mí, de los más
marxistas contemporáneos, ha sido el más importante, el referente marxista más
importante que he tenido, y no puedo viajar a México sin reunirme con él. Lo
demás puede obviarse, pero reunirme con él es algo que tiene que darse. Es el
diálogo con mi profesor. Y como él no le no le daba mucha importancia a
Althusser, no logré entablar críticamente una lectura sobre Althusser,
simplemente continué yo mis lecturas propias, obteniendo otros textos que no se
conocían y de ahí pasar a Ranciére, pasar a Badiou. Y claro, un texto que me
movió mucho el tapete pero que lo dejé ahí y que algún rato habrá que articular
con lo que había leído es la crítica a Althusser que le hace Ranciére, en un
texto que le publicaron en México en los años 70, «La lección», de Althusser.
Allí realizaba una crítica demoledora a Althusser. Escribía de otra manera, no
como ahora. Los leí, a Althusser, Balibar, etc., pero todo ello constituyó un
capítulo trunco, que no concluí y simplemente ahí quedó. Eso era como un
paréntesis que yo quería contarte, para no olvidarme.
Ahora
pasando a Aricó…mira, el pensamiento crítico del continente, los marxistas de
distinta naturaleza, de distinta corriente, le deben a Aricó mucho. Porque Aricó
fue el que los ha acercado al marxismo, a una o dos generaciones; son sus
traducciones, sus tipos de traducciones, sus introducciones, sus otras
traducciones de Marx y de los otros que dentro de PyP te mostraban y te daban
un panorama de cómo era el debate marxista en el mundo. En verdad fue el hombre
que te marcó los horizontes de lectura interpretativa del marxismo para
cualquier izquierdista de los años 70 hasta el día de hoy. Es insuperable. No
hay otro editor que haya hecho una cosa así. Aricó y colocaría al lado de él al
otro, el otro compañero…
¿Pedro
Scaron?
Ese,
Pedro Scaron. Creo que los dos son los grandes traductores del marxismo.
Sí,
claro, la mejor traducción de El Capital la hizo Pedro Scaron con ayuda de
Aricó, libro que se editó en la Biblioteca de Pensamiento Socialista, de Siglo
XXI.
Fíjate
que los latinoamericanos, ¿qué saben del marxismo europeo y mundial? Todo lo
que ha sido publicado por PyP y por Siglo XXI, a cargo de Aricó. Claro, ya en
los últimos años hay más traducciones, aunque más dispersas, pues no hay una
corriente que las unifique, como fue con PyP. Y la Biblioteca del Pensamiento
Socialista de Siglo XXI, donde está lo que ellos dirigían, sus textos de PyP,
que te resumían el debate preciso en distintas áreas, el tema del partido, el
tema de la lógica del capital, el tema de los consejos obreros, todo eso está
ahí. Aricó abrió las puertas a los lectores, a las generaciones del mundo
marxista. Eso de entrada.
Todos
los que nos llamamos marxistas aprendimos a balbucear el marxismo de lo que
Aricó iba proponiendo, ofreciendo, con esa mirada tan plural, tan rica, tan
diversa. En esa mirada de Aricó hay toda una apuesta. Porque era fácil
proponerte una lectura cerrada del marxismo, pero tú ves lo que hizo PyP. Es el
que inaugura un marxismo abierto, un marxismo crítico. Es toda una propuesta
intelectual, una propuesta teórico–política, el escoger qué tipo de corrientes
marxistas, para todos los que despertábamos, en los setenta, los ochenta, los
noventa, ahora mismo, tenemos que recurrir a lo que viene de ahí. Y hasta hoy
no ha habido un momento de difusión del marxismo mundial tan poderoso, tan
rico, como el que nos han dejado ellos. No ha habido ninguna editorial, ningún
traductor que ofrezca a los jóvenes que emergen herramientas marxistas como lo
hizo Aricó. Un acercamiento marxista al marxismo. Por eso, mis respetos por ese
grupo y por Aricó.
Ahora,
¿por qué la crítica a Aricó? Porque ahí se da una convergencia de mi lado con
rastrear en Marx –que es el objeto de «De demonios escondidos»– el espacio de
la penumbra ¿no? De esas identidades ambiguas, campesinos, nacionalidades.
Porque lo que yo estoy intentando, en ese libro, es qué herramientas me deja
Marx para estudiar el mundo aimara. Ese es el objetivo fundamental «De Demonios
escondidos» y momentos de la revolución.
El
marxismo desde y para Bolivia
De
hecho, vos planteas en las «Palabras preliminares» de ese libro todo un
programa de trabajo divido en cuatro grandes momentos, del cual «De demonios…»
sería sólo una primera parte del primer momento. Decís que te interesa
estudiar, primero, todos los aportes de Marx y Engels sobre las problemáticas
de lo nacional y lo campesino, para lo cual necesitas abordar otros temas
fundamentales del pensamiento marxista, como el tema de los fundamentos del
desarrollo histórico, del papel de las fuerzas productivas y el de los hombres
y mujeres vivientes en la historia. Llegas, en este libro, a abordar los
escritos de juventud de Marx y Engles, hasta los Grüdrisse y decís que te
falta, para terminar la primera parte del plan, las obras referidas a la
«Crítica de la Economía Política (1857–1880)». A lo que le siguen tres momentos
más: como segundo tema, el estudio sobre el problema nacional y campesino en la
II Internacional y el surgimiento de los soviets hasta los autores
contemporáneos; como tercer tema los planteamientos de los autores locales de
Bolivia desde la formación de la República hasta 1952; y como cuarto ya
estudiar en positivo, decís vos, el surgimiento de las condiciones y posibilidades
de la lucha por la autoorganización nacional Aymara y Qhiswa en los últimos
años. De alguna manera, este gran proyecto lo vas a ir realizando, de forma
fragmentaria y discontinua, a lo largo de toda tu trayectoria intelectual,
hasta el día de hoy.
Bueno,
de hecho, «Forma valor, forma comunidad» es la manera carcelaria de continuar
ese programa. Si tú te fijas, lo que tiene que haber sido un pequeño capítulo,
que es la forma valor, que es como la mitad del libro, era porque no tenía más
libros pues. Y entonces va tomando más cuerpo, más cuerpo, más cuerpo. El texto
era la continuación de lo que me había propuesto antes en «De demonios
escondidos» porque lo importante del texto «Forma valor…», es la parte donde
reviso la comunidad agraria. A su modo y con herramientas limitadas, encerrado,
con los libros que me podían entregar y no, intento continuar el programa de
«De demonios…» o adecuar parte del programa a las nuevas circunstancias de mi
encierro. Y entonces, estaba buscando los elementos que te brindaba el marxismo
para entender esto, a las identidades nacionales, al mundo agrario campesino.
Entonces,
con esa manera de acercarte a redactar tu texto, a leer a Marx, estaba claro
que Bolívar no se presentaba ahí como un texto, o como un autor, o como un personaje
relevante a ser reivindicado. Justamente estaba intentando encontrar las otras
cosas: porque Bolívar no va a vincularse profundamente con lo indígena, porque
no va a suprimir el tributo indígena, porque no va a confiscar las haciendas. O
Sucre, vinculado con Bolívar. De manera tal que estás leyendo, te estás
acercando a leer el Bolívar de Marx, desde tu ubicación, desde tu lectura
indianista. Es una lectura situacional, muy específica, no es una lectura muy
general, sino que es la pregunta sobre los textos de Marx sobre Bolívar desde
el punto de vista de lo indígena, de lo popular y de sus luchas. Y entonces tu
acercamiento tiene que ser crítico.
Como
fue el de Aricó ¿no? Porque en Marx y América Latina en un punto está tratando
de acercar la experiencia aprista y populista latinoamericana al marxismo ¿no?
Entonces todo ese carácter activo, productivo, del Estado en los procesos de
guerra de independencia y de formación de las naciones de la región, le
interesaba mucho a Aricó. En tu caso, y a diferencia, estas tratando de acerca
la tradición indianista y la tradición marxista.
Y
a la vez tienes como telón de fondo, en ambos, la herencia hegeliana de los
pueblos sin historia. También te tienes que pelear con ese telón de fondo, que
es justamente lo que intento a lo largo de “América”. Demostrar que no son
pueblos sin historia, que son pueblos que están haciendo su historia a su
manera, con idas y con venidas, con fracasos. Se trata de una historia
fragmentada, evidentemente. Pero entonces, al revisar el texto de Aricó, estoy
agarrando las dos cosas. La lectura que está haciendo Aricó, pero además la
lectura de los pueblos sin historia hegeliana para devolverle o revindicar la
lectura de Marx desde la misma sociedad en su auto movimiento.
Los
orígenes del Estado en América Latina
Hay
que entender lo que sucede a nivel del Estado, de sus arbitrariedades y de sus
límites justamente a partir de lo que estaba pasando en la sociedad. De sus
fracasos, de sus derrotas, de sus intenciones pero que no alcanzaron. Y a
partir de eso sale toda esta lectura que no sé sí está en ese texto, pero luego
en otro texto de la misma época lo voy a sostener, esto es, que la emancipación
latinoamericana de los 1810 al 1825 se hace y la realizan sobre la derrota de
la emancipación indígena, que va a ser justamente la que se va a dar con las
rebeliones de Amaru, en Perú, y de Tupac Katari. Son 50 años, más de 50. Claro,
aquí es la generación diezmada, los líderes perseguidos, torturados,
liquidados, degollados, en fin, de esta gran rebelión, la que va a generar como
este vacío temporal, que no es un vacío porque sean un pueblo sin historia,
sino que acaban de ser derrotados militarmente 50 años, 40 años atrás, 30 años
atrás, en 1781.
Claro,
cuando surge este levantamiento de los sectores criollos, mestizos, se lo hace
sobre los huesos del levantamiento indígena, de sus líderes, de sus narrativas.
Entonces no estás ante un colectivo social que por definición no tiene historia
o no tiene vitalidad, sino que su vitalidad ha sido derrotada tiempo atrás.
Temporalmente ha sido derrotada y la volverá a recuperar, en las siguientes
rebeliones, 50 años después, 100 años después. Pero justo en ese momento es el
momento de la transición, se está recién saliendo de la gran derrota amarista
katarista. En el fondo esta es la línea argumental con la cual me acerco a leer
a Marx y también a criticar a Aricó.
La
cárcel como lugar de reflexión y para escribir
Bueno,
hablaste de «Forma valor, forma comunidad» que es la obra que escribiste en
esos cinco años que estuviste en la prisión de Chochocoro. Vos decís ahí en el
preámbulo que mantuviste prendida la llama de la vida, que resististe a la
tortura y a la detención, y con la llama de la vida prendida produjiste esta
gran obra. Yo quería preguntarte, ¿por qué pensabas que era necesario escribir
una obra de estas características, de este nivel de abstracción, en un momento
donde el marxismo parecía estar en crisis, donde la idea de un marxismo
sistemático, totalizante, perdía peso ante posturas más ancladas en lo que se
llama la tradición posmarxista?
Inicialmente,
por dos motivos muy prácticos, y luego, ya por una razón más lógica. Los dos
motivos prácticos. El primero es que no tenía libros y lo que explico en la
introducción es que tenía que escoger los libros con la posibilidad de que no
vuelva a tener libros en meses. Entonces pensé mucho: ¿qué libro puede entrar
aquí, con cuál libro me puedo entretener durante una década? Y me pondré a leer
ya sin profesor, sin Bolívar Echeverría en frente, iba a ser un libro que me va
a durar. No sé cuándo volveré a tener otro libro así en frente. Era una cárcel
de máxima seguridad y había que apostar a lo seguro. No podía decir: “quiero
este libro” y luego “no, dame otro, porque en realidad a este ya lo acabé”. ¿Con
qué libro me voy a entretener durante años? Con El Capital. Entonces elegí que
me traigan a la prisión El Capital. Y luego ya se fue flexibilizando, ya
pudieron entrar a otros libros, ya entraron los Gründrisse, en fin. Pero
inicialmente, fue eso.
La
segunda cosa, práctica, era que éramos las personas más controladas de la
cárcel y entonces todo lo que hacíamos, todo lo que comíamos, todo lo que
veíamos, todo lo que escribíamos pasaba por la policía. Porque te entraban a
las 3 de la mañana, en la noche, entraban a tu cuarto, botaban todas tus
pertenencias y se llevaban todos tus cuadernos. Y luego tenías que pelear un
mes, dos meses, tres meses, con derechos humanos, con la Asamblea, con un
diputado para que te devuelvan tus cosas. Uno siempre encontró mecanismos para
sacar su información más pequeña. Todo lo que iba resumiendo iba a ser leído
por estos infelices y luego encima para transcribirlo…yo no tenía máquina de
escribir, pues en la cárcel todo era a mano.
Entonces,
para transcribir, para que no te roben tus cartas, hicimos un acuerdo tácito
con los policías. Y es que todo lo que yo escribía iba a ser fotocopiado en la
puerta e iba a ser leído por ellos. Entonces en mis cartas a mi compañera
Raquel, comencé a avanzar en un proceso de mezclar varios idiomas primero,
distintas palabras, en castellano, palabras francés, palabras en alemán,
palabras en aimara, de las que me podía acordar y que sabíamos los dos. Luego
empiezo a comprimir el texto y volverlo más abstracto, más abstracto. Aunque no
había nada peligroso, nada revelador en términos de un complot, ¿por qué
diablos iban a saber los policías lo que yo escribía? Y entonces les cuesta, no
entienden.
Comencé
a escribir cartas a Raquel muy abstractas, muy densas, y tu emotividad la ibas
comprimiendo, la ibas desplegando, desde un leguaje muy abstracto, porque no
querías que estos tipos sepan. Después eso se tradujo, ya cuando comencé a
hacer mis borradores de «Forma valor…», comencé a escribir y tenía que
mandárselas a Raquel. Y entonces, ¿qué cosa quería que estos policías no
entiendan o entiendan, pero no entiendan muy bien? Bueno, lo comprimí cada vez
más, cada vez más y lo que pasaba, lo fotocopiaban y lo mandaban a inteligencia
policial–militar y luego llegaban donde estaba Raquel. Entonces era también un
juego con ellos, una manera de encontrar mi espacio de libertad que ellos no lo
podían controlar, no lo podían entender, no lo podían ver. Ese espacio de
libertad era el ámbito de la abstracción. Y entonces pasé del cuaderno 1 al
cuaderno 2 para que vaya donde Raquel, se iba condensando, condensando, más
abstracto, más abstracto.
Bueno,
esas son pues las dos razones prácticas de por qué el lenguaje es tan áspero,
tan abstracto, más de lo necesario. Luego la tercera razón, más lógica. Bueno,
es lo que me criticó también mi profesor Armando Bartra, a quien le tengo mucho
respecto, que es que en el fondo lo que yo hago en «Forma valor y forma
comunidad» es hacer como una especie de análisis estructura de lo comunal y él
me critica de que lo comunal no puede tener un nivel de estructura más o menos
común compartido por otras comunidades. Algo así como que la forma comunidad
acá es irreductible a la forma comunidad, digamos, alemana o ecuatoriana. Y lo
que yo intento es encontrar los ámbitos o las dimensiones estructurales de la
forma comunal que funcionan, con variantes, pero que funcionan en su núcleo
esencial, acá en Bolivia, en Guatemala, en México, en Namibia, etc.
A
pesar de que estoy hablando mucho de las comunidades bolivianas, de las
comunidades andinas, estoy tratando con ellas, pero las abstraigo para
encontrar estructuras de permanencia, o estructuras de invariancia si tú
quieres. Este intento de encontrar esas estructuras de invariancia de la forma
comunal son parte de haberme fijado en la forma valor, de esas estructuras de
invariancias del capitalismo en su núcleo más denso y que luego yo las jalo
para aplicarlas a la forma comunidad. Era un nivel de abstracción, dentro de la
abstracción, dentro de la abstracción, si tú quieres. Por eso entonces sale un
texto bastante abstracto. Hay motivos lógicos y motivos muy personales, muy
circunstanciales.
El
obrero real, de carne y hueso
Te
liberan en 1997 y ahí te designan como profesor de sociología en la Universidad
de San Andrés. Comenzás a realizar ciertos estudios sobre las reformas
estructurales del neoliberalismo en Bolivia en los años 80 y hablas de la
muerte de la condición obrera minera del siglo veinte. Yo quería preguntarte,
¿cuál era la importancia para vos en ese momento de hacer ese análisis que es
un análisis marxista estructural, sobre modificaciones económicas, tecnológicas
y sobre cómo éstas reformas impactan en la subjetividad obrera?
Porque
teníamos que rebatir la lectura prevaleciente en los años noventa de que ya no
había clase obrera, que todo se había diluido en emprendedores, en
microempresarios. Toda esta retórica modernista, se instaló y todos los
izquierdistas, no todos, pero una buena parte, que habían estado trabajando,
militando y viendo a veces ese intenso mundo obrero, mostrando sus luchas
dentro del sindicalismo, renuncian a ello y son los grandes teóricos de la
desproletarización. La idea de que la sociedad boliviana y mundial se estaba
desproletarizando, que se había equivocado Marx, que se habían equivocado las
lecturas marxistas y que lo que había era esta hibridez de propietario,
trabajador, emprendedor, dueño de sí mismo, liberado de las ataduras
sindicales. Y tú tenías gente así reconocida como marxista que te hablaban de
otra manera. Ex trotskistas, excomunistas, exsocialistas, que decían que había
que aportar a la ciudadanía. Pero yo decía “no, esto está reflejando algo
evidentemente, hay algo que ha pasado, pero no es cierto que haya desaparecido
el capitalismo para llegar a esa conclusión. Al revés, el capitalismo está más
boyante, mira las empresas mineras, mira las fábricas, mira los bancos”.
Entonces
la manera de abordar eso fue justamente la muerte de la condición obrera del
siglo XX. De estas formas sindicales, de grandes centros laborales, de la
cultura obrera sedimentada en barrios obreros, de la transmisión de saberes del
mayor al menor que lograba la disciplina interna y que lograba la adhesión del
joven hacia el mayor, la idea de que tienes derechos y perteneces a un
sindicato. Esta forma de la condición obrera había sido golpeada. Pero había
dado lugar a otra condición obrera y es cuando hago, en la carrera de
sociología, una investigación que se llama reproletarización y que está
editada. Justamente contra la hipótesis de la desproletarización hablamos de la
reproletarización y me voy con los estudiantes a buscar datos. Primero a las
fábricas como un trabajo de campo casi etnográfico ¿qué había pasado con los
centros industriales? ¿cómo se habían desagregado en pequeños núcleos? Porque
había más contratados laboralmente (tres veces más) que en los años 80 pero
bajo una forma desagregada, fragmentada, sin sindicato, había mucho joven,
mucha mujer, cambiando de rutinas, y los especialistas lo eran ya no por su
sabiduría propia sino por los cursos que hacían dentro de las mismas fábricas,
con lo cual los saberes productivos comenzaron a ser controlados por el
empresario, ya no por el trabajador. Y a eso lo escribo.
Entonces
en el año 2000, para enfrentarme a todos estos ex izquierdistas de la
desproletarización, hablo de la reproletarización. Y ya el año 2001 hago lo
mismo con los centros mineros y saco otro libro en la carrera de sociología,
«La nueva clase obrera» creo, y luego los dos libros lo he compilado en un sólo
libro de unas 500 páginas que se llama «La condición obrera en Bolivia» que
estudia precisamente este tránsito de la antigua condición obrera, su
desagregación y la nueva condición obrera que se está dando en el país. De
hecho, retomamos en la carrera de sociología la materia sociología del trabajo
que se había abandonado y las lecturas del marxismo que también se habían
abandonado. Pero había que ir a buscar la prueba de la verdad en los hechos,
había que hacer mucha etnografía, mucha estadística, mucho dato, no era de
ponerte decir “Marx dice”. Era decir: “mira, estos tipos trabajan 8 horas,
reciben $5 y el dueño de esa fábrica tiene 5000 personas distribuidas en toda
la ciudad, y este tipo recibe 100 millones de dólares al año”.
Hay
condición obrera, está aquí, pero veamos sus características. Los jóvenes de 15
a 25 años, mis alumnos eran trabajadores, podía yo entablar con mis alumnos una
etnografía, eran alumnos que estudiaban sociología y luego a la noche iban a
trabajar en su casa con sus propias herramientas. Fue un trabajo que me gustó y
llegó a ser contundente porque daba datos muy de realidad ¿no? Entonces, ¿por
qué esta lectura? Porque había que hacer frente a estos ex izquierdistas, pero
no bastaba decir “Marx dice”, había que mostrar al obrero real, de carne y
hueso. Entonces hicimos los análisis del 99 hasta el 2003, hicimos estos
estudios que nos van a permitir hacer este trabajo.
El
movimiento popular boliviano
Después,
en ese mismo momento, a través del Grupo Comuna, vos analizas las experiencias
de movilización de la Guerra del agua (2000) y la Guerra del Gas (2003) y
hablas de dos nuevas formas de organización y de lucha, la “forma multitud” y
la “forma muchedumbre”, que se articulan con la “forma comunidad” y la “forma
sindicato”. ¿Cómo llegaste esos conceptos y cómo los veías en la realidad
boliviana, en esos procesos de movilización y de lucha?
El
concepto de forma, de forma y contenido, está muy fuerte en El Capital. La
forma valor, las formas del valor, tiene su eco en Hegel, evidentemente. Fíjate
que tú tienes una forma que en ciertas circunstancias se vuelve el contenido y
el contenido en ciertas circunstancias se vuelve forma, en el sentido de manera
de expresarse de algo. Pero en ciertas circunstancias, la manera en cómo se
expresa algo es el contenido. El valor mismo si tú te fijas, el valor de Marx
que es el núcleo de su teoría es una forma de expresión del trabajo, no es el
trabajo, es una forma de expresarse del trabajo. Bueno esta expresión es el
núcleo, esta forma que supuestamente tiene adentro un contenido, la forma misma,
la forma de ser de las cosas, es lo que pone movimiento el mundo de las
mercancías y luego del capitalismo.
Desde
la cárcel este jugar con forma, con contenido, con formas que devienen
contenido, estaba muy presente en mi pensamiento. Y entonces cuando hago estos
estudios como casi etnográficos del mundo del trabajo reciente, cuando comienzo
a participar y tratar de entender qué estaba pasando con la emergencia de estas
movilizaciones urbanas, te encuentras con una manera de organizarse de las
personas, muy novedosa. La vi, porque estaba ahí adentro, la palpaba.
Evidentemente, ahí adentro encontrabas obreros que no podían movilizarse como
sindicatos porque ni siquiera tenían sindicato o si lo tenían el sindicato no
daba cabida a este tipo de demanda y de participación. Cada vez, en esa
aparente a–formidad de las cosas, en realidad sí tenía forma, pues se asociaban
obreros, pero no como sindicatos sino como vecinos. Estructuras locales
territoriales con sindicatos agrarios, pero tampoco tan sindicatos como los
tradicionales sino también con ciertas ambigüedades. Esa suma de ambigüedades
daba lugar a una manera singular de acción colectiva bajo el nombre de
Coordinadora del Agua y que participó en la Guerra del Agua.
Entonces,
cuando hice mis escritos hechos al calor del movimiento (no era que me
distanciaba meses, sino que era en la semana que escribía esos artículos para
que se publicarán) fue tomando este movimiento la forma de una forma, de una
manera novedosa de organizarse. Y claro, no era la que habías estudiado
anteriormente del sindicalismo, con tus textos sobre el mundo obrero y la forma
sindical, ni tampoco era la de las comunidades y la forma comunidad que está
presente en el análisis de la revolución de Tupac Katari en «Forma valor».
Entonces, sin pensar, te habías ido acercando a la comprensión de la realidad
práctica precisando tres modalidades distintas de acción colectiva. A lo largo
de tu análisis aparece la “forma comunidad” en el capítulo de Tupac Katari, la
“forma sindicato” aparece en estos dos libritos sobre la condición obrera, y la
“forma multitud” aparece en los textos periodísticos de la Guerra del Agua.
Y
bueno, los podemos compilar, deshaciendo un poco la casuística de las cosas,
para verlo como experiencias más o menos coherentes de acción de la sociedad.
De ahí surgió este textito que es un librito ¿no? Son las tres formas, tres y
luego al interior de esas tres hay una cuarta que no la estudio con
detenimiento que es la forma vecinal. La menciono nada más, como un componente
de la forma a multitud. Así surgió este texto y luego de este texto que tú
estás leyendo, vuelvo a retomar este debate de las formas de organización,
cuando hago una exposición en Oxford, justamente el año 2019, cuando intento
analizar Bolivia 70 años. Agarro los cambios económicos, los discursos y agarro
las formas de movilización. Y entonces ahí vuelvo a recuperar, ya precisando
más en detalle, qué es la “forma comunidad”, qué es la “forma comunidad”, la
“forma vecinal”, “la forma multitud” y la “forma sindicato”, visto en la
trayectoria de 70 años.
El
primer triunfo electoral del MAS
En
2005 el MAS gana las elecciones presidenciales por mayoría absoluta con un 54%
de los votos. Así, en 2006 te convertís –como vicepresidente– en copiloto del
primer presidente indígena de Bolivia, Evo Morales. En la primera etapa de su
gobierno (2006–2009), llevan adelante el programa nacido de las luchas
anti–neoliberales, nacionalización de los hidrocarburos y Asamblea
Constituyente para la refundación del Estado Plurinacional de Bolivia. En la
segunda etapa (2009–2019), que vos denominas la etapa de las “tensiones
creativas de la revolución”, se proponen institucionalizar los derechos
conquistados y el Estado comienza a jugar un rol cada vez más central como
gestor de la economía, de ahí el gran desarrollo y crecimiento económico de
Bolivia. Mi pregunta es, ¿qué enseñanzas sacas de esta experiencia como
funcionario público, como militante dentro del Estado? ¿qué nuevas
preocupaciones teóricas y políticas se presentan?
Bueno,
aprendes mucho ¿no? 14 años es mucho tiempo. Y quizás un resumen abstracto de
lo que aprendido es el texto «El Estado en tiempos de coronavirus. El péndulo
de la “comunidad ilusoria”» que he escrito recientemente. Lo puedes ver en esa
clave. El Estado como una cosa, un hecho muy imaginado, a la vez como una
correlación de fuerzas. Y siempre, aún en su debilidad, aún en su
fragmentación, el Estado como un Estado de la sociedad. Es una manera de estar
organizada las moléculas de la sociedad como Estado. Tienes el estado líquido,
el estado gaseoso, el éter, en fin, y el estado es un estado de la materia
social, también. Que no la veías. Porque como marxistas de lectura clásica, por
más que Marx te diga otras cosas, pensabas al Estado más como una cosa ¿no?,
como aquel edificio, que parece malvado (señala el edificio de la embajada
norteamericana). Y no es así, pude ver desde las entrañas cómo el Estado son
relaciones constituidas por personas de carne y hueso, son vínculos, una manera
de organizar los vínculos, de imaginar, de imponer, de ilusionar, o de ejecutar
vínculos reales.
Ese
texto creo que es un buen resumen abstracto de mis enseñanzas en los últimos 14
años. El poder y el límite del Estado, su dimensión relacional, carnal,
verbalizada, imaginada, ilusionada, de esta cosa que es mágica. Porque es mucha
ilusión también, mucha creencia. Pero también tiene una dimensión material,
bien palpable, como el pasto, tú lo tocas. Creo que se puede hablar mucho más,
pero un buen resumen ahí lo encuentras, en ese texto.
Luego
uno aprende también otras cosas. Uno aprende a conocer más a las personas,
conocer más las tendencias, conocer más la fuerza de las estructuras mentales
del subsuelo. Habría que inventar un concepto, algo así como el “subsuelo
mental”, llámese sentido común. Bueno, toda esta lectura la ves más clara, más
nítida, porque de hecho trabajas en el Estado. Te vuelves un regulador de ese
subsuelo, de una parte, porque hay otras partes en la que no puedes entrar, es
demasiado subsuelo y el Estado no tiene la fuerza de penetrar a tanto subsuelo.
El
marxismo situacional
Claro,
eso tiene que ver con una singularidad, ¿no? Has vivido un proceso
insurreccional, has tenido una fuerza estatal de dos tercios, que no es fácil
tenerlo. Solamente cuando rompes cierto umbral puedes ver esa fluidez que no es
muy común por lo general. Los gobiernos de izquierda, que no llegan a este
nivel de mayoría, ello los obliga a transar con poderes fácticos muy poderosos,
incluso dentro del Estado y entonces se detienen. Y ahí regresa esa mirada
cósica del Estado. Pero cuando pasas cierto umbral, que es el que nosotros
llegamos a pasar por un tiempo, cuando conquistamos la mayoría, que te permite
ver otra dimensión del Estado, te permite ver que puedes modificar un
presupuesto, que puedes modificar nombramientos, que puedes modificar los
reglamentos de las asambleas, puedes modificar la justicia, puedes modificar
los bancos, puedes modificar las empresas, puedes modificar el dinero. Un
cierto umbral te permite eso. Puedes ver ciertas cosas que otros no han podido
ver. No porque seas muy inteligente. Simplemente porque tus circunstancias, tu
situación te ha permitido ver cosas que de otra manera no se podían ver.
Por
eso siempre hablo de un marxismo situacional ¿no? Hay ciertas cosas que no puedes
ver por mucho esfuerzo que hagas con tu mente, por muy súper inteligente que
seas, muchas cosas que se te aparecen ahí con la obviedad del paso, porque las
circunstancias te han posibilitado poder ver y yo creo que eso ha pasado con
nosotros.
La
lectura del «Estado en el Estado en tiempos de transición», que no deja mono
con cabeza, que agarro a todos los autores y muestro sus limitaciones, no
porque me sienta más inteligente sino porque todos ellos leyeron al Estado a
partir de una situación en la que no podían ver más allá de lo que su situación
les permitía ver. Entonces esta lectura muy aguda en sus elementos luego
muestra sus limitaciones. Y creo que esta experiencia que hemos tenido de
gobierno, con esa fuerza, nos ha permitido ver otras cosas.
Seguramente
lo ha vivido otra gente que atraviesan revoluciones. La vivió a su modo Marx
con la revolución en los años 1840, así como con la expansión del mercado
mundial a partir de los años 1850. Marx vivió la primera revolución
continental, que era la dimensión geopolítica del capitalismo mundial. Por eso
pudo ver cosas que nosotros no hemos podido ver nunca hasta ahorita. Nunca más
se ha repetido una revolución en la dimensión geopolítica de todo el
capitalismo de entonces. Marx lo pudo ver. A partir de lo que logró ver,
ninguno de nosotros, por más inteligente que sea, ha de poder ver más allá de
lo que él pudo ver a no ser que haya una revolución fallida o victoriosa que
sea de la misma dimensión geopolítica del capitalismo que tendría que, en la
actualidad, de carácter planetario. Marx vio más que todos nosotros y va a ser
así hasta que no haya una situación similar. Claro es que entonces la
geopolítica ya no es Europa, tiene que ser el mundo.
Hay
cosas, así, que Marx pudo ver, o Lenin, o Mao Tse Tung, o Fidel Castro, que te
permiten ver una serie de cosas por estar ubicado en un momento preciso en que
el mundo devela cosas que de otra manera no pueden ser reveladas, por mucho
trabajo de campo que hagas, por muchas encuestas, por muchas estadísticas que apliques
¿no? No te da, no te da la realidad. En nuestro caso es eso ¿no? El proceso de
cambio en Bolivia nos ha permitido ver y por eso cuando se da lo del
coronavirus pues es como mantequilla derretida en el pan ¿no? Porque parecen
cosas tan obvias y los otros están ahí, desconcertados. Se está cayendo el
mundo, y las otras teorías no pueden responder a las cosas que están pasando
ahorita, por esa limitación estructural de cuándo fueron elaboradas estas
teorías. En cambio, esta pequeña teoría que hemos elaborado te permite entender
con tanta facilidad lo que ha pasado ahorita mismo, cuando se está revelando la
gente que ya no quiere encerrarse, que ya no le hace caso a su gobierno ni a su
Estado. Es obvio, porque tienes una teoría del Estado que te permite ver una
serie de núcleos que otras teorías no te permiten ver. Yo ahí resumiría.
Pero
también, bueno, aprendes sobre el vínculo con las personas. Algo que me ha
pasado últimamente, por eso también el estudio del cuerpo, que di en la UNSAM
en el primer semestre de este año. Y eso también es una un hecho situacional.
Podernos adelantarnos un poquito los acontecimientos que van a suceder. Sabes
entender una serie de actos, gestualidades, lecturas, acciones, más o menos
prevés posibles desenvolvimientos de la realidad. Eso nos comenzó a suceder en
los últimos 5 años. Hay muchas cosas que me sorprenden, como siempre, pero hay
otras cosas en realidad que no sorprenden tanto, que se vuelven bastante
predecibles ¿entiendes? El golpe de Estado…
Momento
leninista, momento gramsciano
Bueno,
sobre eso mismo quería hablar. En 2019 la oposición desconoce el triunfo
electoral del MAS y se lleva adelante un golpe de Estado encabezado por la
derecha de la medialuna boliviana y la clase media tradicional que ha perdido
“capital étnico”, con complicidad del imperialismo estadounidense. Casi un año
después, el MAS arrasa en las elecciones presidenciales con más del 55% de los
votos con una diferencia de más de 25% sobre la primera fuerza de la oposición.
Vos utilizaste la noción de “momento jacobino” o “momento leninista” de la
revolución como momento de choque de fuerzas directa, desnuda, material, para
explicar la derrota del intento de golpe de Estado de 2008. Y has dicho que a
ello le sigue un momento gramsciano, de consolidación del triunfo, de
construcción de hegemonía, de sentido común. ¿Funciona este concepto de momento
leninista y de momento gramsciano para explicar el golpe del 2019 y el triunfo
reciente del MAS?
Sí,
funciona. De hecho, no es uno o lo otro y ya acabó, sino que se repiten, es una
mezcla: jacobino, gramsciano, leninista, gramsciano y así. Sí, puedes leer lo
del 2019 como una derrota militar, es una derrota militar y claramente el
proceso de cambio no se había preparado para enfrentar una nueva conflagración
donde se ponga a prueba su fuerza física. Sí nos preparamos, más o menos, el
año 2008, pero el 2019 no. Ellos fueron más rápidos, fue una especie de
relámpago y también se sumaron varias cosas. Y fueron más audaces para
aprovecharse de las circunstancias, de las eventualidades no previstas para
llevarlas a su molino. Pero el núcleo de todo eso estaba en que ellos se
lanzaron a una confrontación militar y tú no estabas preparado, cosa que en el
2008 sí. Luego hay que ver el por qué.
La
derecha no estaba preparada, uno podría decir, para el otro momento gramsciano
de construir hegemonía después de ese golpe militar.
Es
que el problema es que, si tu derrota militar es la continuación de tu derrota
política, ideológica, o tu derrota militar es, en cambio, la interrupción de un
predominio ideológico–político. Y esto último es lo que ha sucedido. Ellos no
culminan algo, no son la culminación de algo, interrumpen algo que no había
acabado todavía su desarrollo, que no se había agotado. Si ellos nos hubieran
agarrado en otras circunstancias donde a la audacia que han tenido, a la
conspiración que han hecho, a ese aprovecharse de las debilidades que han
sabido hacer, lo hacían en un momento en que el proyecto estaba en declinación,
porque todo proceso declina, su victoria militar se hubiera traducido
inmediatamente en una derrota política.
Pero
no. Ellos interrumpen algo. Y eso es lo que les está costando ahora entender.
Porque no son portadores de una reforma, son simplemente la muralla para que
algo siga continuando. Si a una corriente le pones una muralla, un dique, pero
hay suficiente agua que viene de arriba el dique va a ser rebasado. Entonces
eso se ha traducido en una victoria política. Lo que no quita que pronto, o al
mediano plazo, viendo como ellos actúan, busquen renovar, reactualizar, su
victoria militar. O tal vez asuman que este es un tema más de fondo, de cómo se
hace para plantear un proyecto alternativo, de hegemonía, de Estado, de
sociedad, de creencias, de imaginarios, que vaya más allá, que supere, que
opaque, que eclipse el que está ahorita vigente. Pero no lo lograron. Lo
primero, sería una aventura, de hecho, lo están intentando ahora que los
militares den un golpe de Estado, pero lo otro sería una lectura como más
estratégica. Sería algo más duradero y en algún momento imponerlo utilizando
una victoria militar, pero como el desencadenante o el inicio de algo que tiene
un correlato político, cultural, ideológico. Pero eso les va a llevar años y es
paralelo a que vaya en declive este proyecto y que ellos vayan impulsando,
construyendo, debatiendo, generando, imaginarios, narrativas, ideas, creencias,
sentidos comunes, de otro tipo.
Pandemia
y fracaso mundial del neoliberalismo
Las
últimas dos cuestiones que me interesaba conversar. A partir de tu exilio en
México y luego en la Argentina, sucede… bueno, esto que antes estábamos
charlando, la pandemia y la crisis humanitaria, sanitaria, que profundiza la
crisis capitalista mundial. Vos has planteado que se trata del fracaso y la
crisis de la globalización neoliberal no solamente en su dimensión simbólica
sino también material. También del retorno del Estado como único garante de
protección frente a los riesgos de la pandemia y de protección económica frente
a la crisis actual. Yo quería preguntarte, ¿cómo ves el futuro del Estado, de
este retorno del Estado y, en ese marco, de la democracia, particularmente en
América Latina, en estos tiempos de pandemia?
En
términos generales el Estado es el estado de la disputa de la sociedad. Cómo
están jerarquizadas las luchas, las disputas, los poderes de la sociedad. A eso
llamamos Estado. Pero, va a ser un momento en que ese Estado va a ser en sí
mismo objeto de grandes disputas. Porque la pandemia, la crisis económica
mundial, ha generado un conjunto de demandas, de necesidades y de contracciones
de la disputa por la riqueza, por el excedente, de las disponibilidades, en el
mundo entero. Y entonces las clases populares, han de buscar en el Estado y
esperan que el Estado les dé cuidado, protección, ante la enfermedad o les
ayude con los salarios, con el acceso a recursos, con la alimentación, con la
búsqueda de trabajo, con el impulso a sus iniciativas productivas, que protege
y amplíe sus derechos. Pero también las clases adineradas, las clases
dominantes, van a buscar en el Estado el lugar donde ir a contener la reducción
de sus ingresos, de sus ganancias, reducción que es producto de la crisis. Y
entonces eso ha de redoblar la disputa por el estado del Estado. Va a ser muy
inestable.
Vos
has hablado de una situación de “empate catastrófico” en América Latina entre
esas dos visiones o proyectos de Estado que son también proyectos o visiones de
la democracia: “democracia de contención” y “democracia de igualdad”.
Sí,
claro, las clases poseedores, para lograr lo que quieren están cada vez más
inclinadas a ser más violentas ¿no? A ser más autoritarias, a ser más abusivas,
más conflictivas y si es necesario menos democráticas. El excedente es pequeño
y las necesidades son muy grandes. Y las necesidades son también para ellos. Es
un momento de quiebre histórico porque este matrimonio entre economía de libre
mercado y democracia representativa se ha disuelto, se ha roto, hay una especie
de distanciamiento. El gran consenso neoliberal de los años noventa hasta ahora
se ha quebrado.
Entonces
tú tienes a las clases adineradas menos democráticas, más propensas a usar la
violencia con tal de contener a las clases peligrosas, porque lo que el Estado
tiene es más escaso de lo que tenía hace 10 años, hace 15 años, los recursos
son más escasos, los bienes son más escasos, y a su vez las clases populares
también quieren sus propios recursos. Eso está acompañado con la democracia,
con la democratización, lo que es de todos distribuirlos entre más todos. Y ahí
corresponde a las clases populares no perder la bandera democrática ¿no?
Radicalizar la dimensión democrática de lo popular. No siempre ha sido así. Y
no solamente en lo referido a lo democrático representativo, no solamente la
democracia por el voto, por las elecciones, sino cada vez más consultas y
asambleas constituyentes, más referéndums, mayor distribución de la riqueza y
mayor participación en general en los bienes públicos. Una democratización
creciente de los distintos ámbitos, políticos y económicos.
Por
eso va a ser un escenario muy conflictivo, muy inestable y no siento que
vayamos a tener momentos de estabilidad parecidos a los años 2000, 2005, 2015,
sino que cada vez va a ser más conflictivo. Pero a pesar de esa conflictividad,
creo que el norte de lo popular sigue siendo esta democracia ampliada,
democracia como participación, como decisión, como distribución de la riqueza,
como acceso a los bienes públicos, de todos, no de pocos. Es digámoslo la única
certidumbre a la cuál aferrarse en estos tiempos de llenos de incertidumbre.
Dónde irá a llevar eso, pues quién sabe. Pero eso es lo que puede permitir que
el resultado que se obtenga, el nuevo régimen de estabilidad que se obtenga no
sea contrario o no sea adverso totalmente a los sectores populares.
¿Qué
te llevas de la Argentina? ¿Cuál fue tu experiencia si la pudieses resumir?
¿Qué te gustó de la Argentina?
Que
tiene la ciudad más bonita de todas las Américas. Desde Canadá hasta el Sur.
Con sus problemas, sus deficiencias, es la que más toma en cuenta a la gente.
Aunque siempre las ciudades están pesadas en dimensión de los autos, de las
cosas, a pesar de que en general es así, es la que más tiene la huella de tomar
en cuenta las personas. También, me he dado cuenta de que detrás del barniz de
aspereza del porteño en el encuentro inicial, son personas extremadamente
amables. Claro, uno se queda con el barniz, áspero, pero no, sacas este barniz
y encuentras gente muy amable. Y es una sociedad dónde se nota, incluso a nivel
mundial, el empoderamiento de la mujer. Faltan muchas cosas, miles de batallas
más por delante, pero notas el espíritu de la mujer de mayor autodeterminación.
Esa es una cualidad muy argentina. Algo bellísimo y ojalá se universalice esta
creencia en sí mismas. Esta creencia en su poder, esta búsqueda de su poder
real como debe ser, para establecer los equilibrios necesarios en la relación
hombre y mujer. Me llevo…bueno, eso. Hay más cosas. Pero eso. La Primerísima de Nicaragua
(https://bit.ly/3hmKknQ)
BOLIVIA DEBE
VENCER A BRASIL EN LA GUERRA ESTRATÉGICA DEL GAS
Telesur
(https://bit.ly/37ReRHa)
Bolivia
debe ganar la guerra estratégica del proveedor de gas a Brasil. La recuperación
del consumo garantiza la demanda y aumenta la dependencia del gigante
latinoamericano del país serrano. Su política de privatización y desinversión
estructural amplía la necesidad de importaciones.
El
último informe sobre el consumo de gas natural en Brasil mostró un crecimiento
del 0,6% en septiembre con respecto a agosto, cuando totalizó 52,19 millones de
metros cúbicos / día, pero se mantuvo lejos de los niveles del año pasado, cayendo
casi unos 30% con respecto al año anterior coma mismo mes de 2019.
Los
datos de la Asociación Brasileña de Empresas de Distribución de Gas por
Gasoductos (Abegás) aclaran un mayor uso de insumos básicos mensuales entre
industrias, vehículos y negocios, aunque estos sectores se mantuvieron por
debajo de los volúmenes observados en 2019, antes de que la pandemia de
coronavirus sacudiera el mercado . Sin embargo, han reforzado la recuperación
desde julio.
Fue
la industria, la que lideró en el uso del insumo ese mes, hubo un incremento de
alrededor de 0,5% en la demanda respecto a agosto, aunque con una disminución
del 5% anual. Las plantas termoeléctricas, la segunda fuente de demanda en el
período, registraron una caída de 3.3% en el uso de gas en comparación con el
mes anterior y alrededor de 55% anual.
Los
hogares, que se habían mantenido estables debido al aumento en el número de
personas que trabajaban desde casa en medio de la pandemia, también tuvieron
una contracción en el consumo tanto mensual como anual, de 2,1% y 3,25%,
respectivamente.
En
abril de este año, en plena crisis, el Ministerio de Minas y Energía informó
que la demanda total de gas natural en el país tuvo una reducción del 17% con
relación al mes anterior, pasando de 64,8 a 54,1 millones de m³ / día. En
relación a abril de 2019, hubo el mismo porcentaje de reducción.
Este
conjunto de datos demuestra que el mercado del gas tiende a tendencia a
recuperarse continuamente con un aumento en la producción de conglomerados
industriales, principalmente exportadores. En abril, la previsión de cierre del
PBI (producto bruto interno ) fue -10%, el 17 de diciembre el Banco
Central de Brasil mejoró su estimación a -4,4%. El consumo de energía viene en
la misma dirección que el aumento de la producción en la cadena industrial.
En
cuanto al balanza comercial, en el año hasta la segunda semana de diciembre,
las exportaciones totalizaron US $ 199.365 millones y las importaciones, US $
149.449 millones, con un saldo positivo de US $ 49.916 millones y un flujo
comercial de US $ 348.814 millones.
Si
Brasil ofrece una recuperación en la demanda de gas, su política de segregación
de su principal energética, Petrobrás, también le permite alargar la
dependencia de Bolivia. Este razonamiento se basa en el desarrollo de la
política liberalizadora de privatización del gobierno.
La
extracción del presal(región reservas de petróleo y gas) brasileño requiere una
intensa inversión a largo plazo, que sería compatible con una Petrobras que
impulsa el desarrollo nacional. Su actual gobierno trabaja en sentido contrario
de desmenuzar la empresa y facilitar la entrada de capitales extranjeros. Estos
no actúan de la misma forma de incentivar la producción y distribución en
el sector.
En
conclusión, Brasil, al reducir su desarrollo global coma al devaluar la
capacidad de invertir a través de un conglomerado nacional, favorece a Bolivia
para extender su dominio sobre el país.
Así,
al priorizar los recursos de privatización en el presente,la estrategia
de Brasil está golpeando su futuro y puede garantizar el de Bolivia.
LA RECUPERACIÓN SERÁ ACELERADA
Le
siguen la actividad productiva de Argentina (4.7%), Bolivia (4.7%), Paraguay
(4%), Uruguay (3.8%), Ecuador (3.8%), México (3.7%) y Brasil (3.5%).
El Peruano
de Perú (https://bit.ly/3aHnUMO)
Perspectivas
favorables. La economía peruana logrará una tasa de expansión superior al
promedio que registre América Latina y el mundo en el 2021 y el 2022,
proyectaron este mes los panelistas del FocusEconomics Consensus Forecast
LatinFocus.
Así
el producto bruto interno (PBI) peruano avanzará 9.1% y 4.2% el 2021 y el 2022,
respectivamente. En tanto, el promedio de Latinoamérica avanzará 4.1% el 2021 y
2.8% el 2022; mientras que el promedio mundial reportaría un avance de 4.9% el
2021 y 3.6% el 2022, estimaron los analistas.
Desempeño
Además,
consideran que el Perú tendrá una mayor expansión que China (7.9%), zona Euro
(4.8%), Estados Unidos (3.7%) y Japón (2.7%) el próximo año.
El
FocusEconomics Consensus Forecast LatinFocus, en su informe de diciembre,
agrega que en el 2022, el Perú, también, registrará un crecimiento mayor que la
zona Euro (3.1%), Estados Unidos (2.9%) y Japón (1.6%).
Sitial
En
Latinoamérica, el Perú liderará el crecimiento el próximo año, con el avance de
9.1%, seguido por Chile y Colombia con expansiones de 4.9% y 4.8%,
respectivamente, destacaron los analistas.
Le
siguen la actividad productiva de Argentina (4.7%), Bolivia (4.7%), Paraguay
(4%), Uruguay (3.8%), Ecuador (3.8%), México (3.7%) y Brasil (3.5%).
En
América Latina, Perú también dirigirá la expansión el 2022, con el avance de
4.2%, seguido por Paraguay y Colombia con avances de 4.1% y 3.8%,
respectivamente, mencionaron los panelistas.
Le
siguen la actividad productiva de Chile (3.3%), Bolivia (3.1%), Uruguay (2.7%),
Argentina (2.6%), Ecuador (2.5%), México (2.5%) y Brasil (2.4%).
En
el 2020, la economía peruana retrocederá 12.5% por los efectos del coronavirus,
estimaron los panelistas FocusEconomics Consensus Forecast LatinFocus.
Las
otras economías de Latinoamérica que, también, registrarán un retroceso este
año son Argentina (-11.2%), México (-9.1%), Ecuador (-8.6%), Bolivia (-7.7%),
Colombia (-7%), Chile (-5.9%), Brasil (-5%), Uruguay (-4.4%) y Paraguay
(-2.4%).
La
actividad económica de la zona Euro, Japón y Estados Unidos retrocederá 7.6%,
5.5% y 4%, respectivamente este año, previeron.
EL LITIO, EL
«NUEVO COMBUSTIBLE» ECOLÓGICO
Este nuevo combustible se
encuentra concentrado en el denominado Triángulo del Litio, que discurre entre
Bolivia, Chile y Argentina
El Mira de
España (https://bit.ly/2KXbKEO)
Actualmente
nos encontramos en el desafío del cambio climático y la transición hacia una
economía sostenible, ligada a un cambio de combustible que sea
capaz de evitar las emisiones. Ante este paradigma, nos encontramos con un
paisaje que podría ser el la nueva fuente de energía, y se trata del
emblemático salar de Uyuni en el sur de Bolivia.
El
salar se extiende sobre un área de 12.000 kilómetros cuadrados a 3.600 metros
sobre el nivel del mar, y bajo su corteza, se encuentran unos nueve
millones de toneladas de litio, el depósito de materia más grande del
mundo. Esta materia prima es imprescindible para la producción de
baterías tanto para vehículos eléctricos como para nuevas plantas de
energías renovables.
A
causa de la rápida expansión del coche eléctrico, es necesario y
obligatorio disponer de baterías de litio. Por eso, los grandes
inversionistas denominan a este elemento «el nuevo combustible o gasolina», un
apelativo bastante atractivo para los grandes bancos de inversión ya que, en
principio, este material amenaza
con sustituir al petróleo.
Este
nuevo combustible, no sólo lo podemos encontrar en el salar de Bolivia, sino
que se encuentra concentrado en el denominado Triángulo del Litio,
que alberga el 54% de todas las reservas del planeta y que discurre entre
Bolivia, Chile y Argentina.
Vehículos
eléctricos
Tesla vendió
83.000 unidades de vehículos eléctricos en el tercer trimestre
de 2018, el doble que en el trimestre anterior y un 219% más que en el tercer
trimestre de 2017, mostrando el crecimiento del mercado de coches eléctricos.
Nissan y Toyota también están creciendo en ventas, pero no tan rápido como Tesla.
Se
estima que las baterías para los 50 millones de vehículos
eléctricos estimados que se pueden construir antes de 2050, así como para el
almacenamiento de energía renovable, requieren no menos de 40 millones
de toneladas de litio, un aumento del 2,700% sobre niveles de extracción
actuales. Por lo que, su producción debería de aumentar considerablemente.
En
este sentido, se estima que el sector de este nuevo combustible pasará
de 3.200 millones en 2016 a 93.000 millones de dólares en 2025. Esta demanda se
dará principalmente en China, país que concentra el 40% de la producción de
coches eléctricos y donde en el último año las ventas crecieron un 53%.
Extraer
el litio
Como
ya hemos dicho anteriormente, el origen fundamental del litio es
América del Sur y, en particular, el llamado triángulo del litio, que
alberga el 54% de todas las reservas del planeta y que conecta Bolivia, Chile y
Argentina. Este mineral se extrae de los salares superficiales que
abundan en esta zona geográfica. Específicamente, Chile tiene salinas
particularmente densas en litio y cuenta con las empresas mineras más grandes
de América Latina, como SQM y FMC.
Sin
embargo, es en Australia donde se concentra el 60% de la producción
mundial, aunque su modo de extracción en un proceso más complejo que las
salinas, ya que hay que extraerlas de las rocas. Por lo que, este país tiene
varias inversiones en marcha para descubrir nuevos depósitos de litio.
El
primer desafío para hacer de esta materia prima un combustible
ecológico y sostenible, es encontrar la manera de obtener litio de
manera competitiva sobre los salarios sin renunciar al control gubernamental
sobre la industria y sin causar un desastre ambiental. Por último, como segundo
desafío se presenta la industrialización del proceso de instalación de fábricas
para el ensamblaje de vehículos de impacto e incluso vehículos eléctricos en
América del Sur.
LITIO, EL
COMBUSTIBLE DE LA NUEVA ECONOMÍA VERDE
La
Vanguardia de España (https://bit.ly/3aR4Qff)
En
la época de los combustibles fósiles, los desiertos en el golfo Pérsico
guardaban el tesoro energético más valioso del planeta. Ahora, ante el reto del
cambio climático y la transición a una a economía de cero emisiones, el paisaje
más emblemático del nuevo paradigma de energía puede ser el espectacular salar
de Uyuni en el sur de Bolivia.
Debajo
de su corteza, que se extiende a lo ancho de una superficie de 12.000
kilómetros cuadrados a 3.600 metros sobre el nivel del mar, se esconden unos
nueve millones de toneladas de litio, el depósito más grande del mundo de una
materia prima esencial para la fabricación de baterías tanto para los vehículos
eléctricos como para las nuevas centrales de energía renovable.
Aunque
unos 50 minerales –desde el cobalto al cobre, del níquel hasta las llamadas tierras
raras– se consideran imprescindibles para la nueva economía verde, el litio es
el más necesario. “Las baterías de ión de litio constituyen la tecnología de
plataforma para la transición energética; dentro de poco el 90% de la demanda
del litio será para baterías”, explica Andy Leyland , director de la consultora
británica Benchmark Mineral Intelligence, que ha asesorado al nuevo presidente
boliviano Luis Arce sobre la explotación del salar de Uyuni.
Se
calcula que las baterías para los estimados 50 millones vehículos eléctricos
que pueden ser construidos antes del 2050, así como para el almacenamiento de
energía renovable, requerirán nada menos que 40 millones de toneladas de litio,
lo cual supondría un aumento del 2.700% frente a los niveles de extracción
actuales.
El
primer reto para Arce –exministro de Economía elogiado por su gestión
macroeconómica durante los primeros gobiernos de Evo Morales– es encontrar una
manera de extraer el litio del salar de forma competitiva sin renunciar al
control estatal de la industria y sin provocar un desastre medioambiental. El
segundo desafío: industrializar el proceso para establecer fabricas de
batearías y hasta de ensamblaje de vehículos eléctricos en Bolivia (ya existe
una mini planta de ensamblaje en Cochabamba).
La
creación de valor añadido tiene una enrome importancia simbólica en Uyuni, una
región del departamento de Potosí, tristemente famoso por el saqueo colonial de
la plata en el Cerro Rico.
Todos
estos son retos difíciles (tal y como comprobó Evo Morales, derrocado en
noviembre del año pasado en lo que él y Arce califican como “un golpe de
Estado”) ya que, en Potosí, han iniciado unas protestas en contra de la
participación extranjera en la extracción del litio.
Hasta
hace poco el litio de Uyuni se consideraba poco viable en comparación con otro
salar en Atacama en Chile y en el salar del Hombre Muerto en Argentina. Debido
a la reducida concentración del litio en las salmueras –lagos subterráneos con
elevadas concentraciones de sal– se calculaba que la extracción seria siete
veces menos productiva que en Chile. En Uyuni la evaporación en grandes charcos
del agua bombeada desde las salmueras a la superficie tarda ente 18 meses y dos
años en Uyuni, más que en los salares chileno y argentino.
Es
más, existían temores sobre el posible hundimiento del salar con un importante
impacto en el sector de turismo en la región así como la agricultura. Los
cálculos sobre el agua usada en la producción del litio varían entre una
cantidad catastrófica: 200.000 litros (según Jason Hickel en su nuevo
libro Less is more ) a 1.500 litros por tonelada de litio (según el
informe sobre sostenibilidad de la minera chilena Soqimic).
Tras
invertir unos 10.000 millones de dólares de dinero público en el proyecto,
Morales fue duramente criticado por firmar a principios del 2019 un acuerdo con
la empresa alemana ACI Systems y la china Xinjiang Tbea Group-Baocheng, en una
sociedad conjunta con la estatal Yacimientos de Litio Boliviano (YLB). Se
preveía entonces que en cinco años Bolivia podría producir 150.000 toneladas,
el 20% del litio producido a escala mundial.
Pero
muchos potosinos protestaron por las bajas regalías, en manifestaciones que se
convirtieron en elementos del descontento contra Morales, que rescindió el
contrato con las empresas alemana y china poco antes de renunciar la
presidencia.
Después
de doce meses de gobierno conservador, que defendía la entrada de capital
privado en el sector del litio, Arce, el candidato del partido de Morales, se
impuso en las elecciónes de octubre en la primera vuelta.
Pese
a todos los reveses en Uyuni, Arce y su equipo creen que el litio es el futuro
para Bolivia.. “El salar es viable; la única cuestión es cuánto puede tardar en
ponerse marcha, el impacto medioambiental y si se puede vender el litio”.
La
viabilidad de Uyuni se ha visto potenciada por una nueva tecnología, conocida
como la extracción directa del litio mediante un proceso químico que evita la
necesidad de evaporación en la superficie. “Si no surgen problemas, va a
reducir el tiempo de extracción y el impacto medioamental “ , dice Leyland.
En
cuanto a la tercera pregunta –si Bolivia podrá vender su litio– todo indica que
sí. La demanda media de este mineral se va a disparar. “Notros seguimos a todas
las plantas que fabrican células de ion de litio; en el 2015 eran tres; ahora
hay más de 170 en producción o planificadas; la demanda crece el 20% cada año”,
dice Leyland. A largo plazo, Arce quiere crear una cadena de valor añadido,
desde el salar hasta nuevas plantas de baterías y coches eléctricos aunque, de
momento, se busca financiación y socios que faciliten transferencia de
tecnología para el proceso de extracción.
Se
estudia también la posibilidad de usar el litio para realizar la transición
energética en Bolivia en la misma Bolivia. “El litio puede incidir en el cambio
de la matriz energética dejando los fósiles fuera ; si tienes una forma de
producir energía renovable y tienes la capacidad de almacenarla también en
baterías, tienes una gran ventaja: y Bolivia tiene las dos ” dice Hernando
Larrazábal , exrepresentante boliviano en el Banco Interamericano de Desarrollo
en Washington.
Arce
seguirá apostando por mantener el litio en manos del Estado , al igual que el
gas y el petróleo la minería y las telecomunicaciones. “No existe ninguna
barrera que frene la operaciones de una empresa estatal; y lo cierto es que las
empresas privadas han sacado resultados muy pobres con el litio”, asegura
Leyland. “Hay que estar metido en la cadena de suministro y , por primera vez,
los grandes fabricantes de automóviles están creando una para los coches
eléctricos. Es una oportunidad para Bolivia para entrar en estas
negociaciones”, manifiesta.
Dicho
todo esto, no es un momento fácil. Tras una grave crisis económica y sanitaria
y un año de mala gestión del gobierno transitorio, el déficit fiscal ya se
sitúa en el 12% del PIB y difícilmente habrá fondos para la próxima fase del
desarrollo tecnológico de la nueva industria del litio. “Tendrán que ser
creativos pero hay mucha financiación en estos momentos para la transición
energética y hay muchos fondos de sostenibilidad que buscan proyectos”, expone
Leyland. Bolivia quiere aprovechar su antiguo oro blanco para la nueva economía
verde.
OBTENER
LITIO SIN DESTRUIR LOS SALARES DE ATACAMA, EL DESAFÍO DE CHILE
_La
Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) estimó en un reciente estudio que si bien
Chile producirá más del doble de litio que los niveles actuales hacia el 2030,
el país disminuiría su participación en la producción mundial_.
Gestión de
Perú (https://bit.ly/38DEomy)
Pero
la ventajosa posición de Chile, el segundo exportador de litio del mundo, trae
problemas que resolver: los métodos de explotación utilizados por las dos
empresas con licencia en Atacama, la chilena SQM y la
estadounidense Abermale, son calificados por expertos como “primitivos”,
mientras que las comunidades locales alegan destrucción de sus fuentes de agua.
Con
capitales estadounidenses, el litio se empezó a explotar en Chile hace 30 años
mediante un sencillo proceso de evaporación de la salmuera, explicó la
geoquímica de la Universidad de Antofagasta Ingrid Garcés.
Luego
de que la salmuera es bombeada desde las profundidades del desierto y
depositada en grandes piscinas a un ritmo de más de 2,000 litros por segundo,
el mineral se obtiene cuando se pierde el 95% del agua presente en la sustancia
original.
“Esta
forma de producción es muy barata porque no hay gasto en energía, solo
aprovechas el sol y los vientos, pero hay mucha pérdida de agua”, dijo la
experta.
“Un
salar es un ecosistema vivo. No estoy en contra de la industria, pero sí en
contra de cómo se está haciendo”, agregó.
A
diferencia de Australia, el primer productor mundial, Chile no posee litio en
yacimientos de roca, sino en medios acuosos.
“Riqueza
brutal”
Para
la doctora en Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Chile Adriana
Aranguiz, es importante entender que los salares “no son cuencas 100%
independientes de otras cercanas”.
El
Salar de Tara, por ejemplo, forma parte de la Reserva Nacional del Flamenco y
es considerado Sitio Ramsar, por lo que tiene protección internacional.
Además,
está dentro del llamado “Triángulo del Litio”, que comprende las reservas de
Chile, Argentina, Bolivia y, aunque no sea bombeado, se comunica directamente
con el Salar de Atacama a través de un flujo de agua subterráneo.
“No
sacamos nada con proteger Tara si los otros no están bajo ningún grado de protección”,
lamentó Aranguiz.
Los
expertos denuncian además que el conocimiento científico sobre los salares es
“muy pobre” y se desconoce su condición previa antes de la llegada de la
industria, por lo que se complica la medición de los impactos.
“Son
patrimonio geológico, ecológico, cultural y antropológico, de una riqueza
brutal. Son lugares especiales para analizar la evolución de las especies
porque son sistemas aislados, con factores abióticos importantes”, añadió la
especialista.
La Comisión
Chilena del Cobre (Cochilco) estimó en un reciente estudio que
si bien Chile producirá más del doble de litio que los niveles actuales hacia
el 2030, el país disminuiría su participación en la producción mundial.
Así,
el litio proveniente de Chile pasará de representar el 29% de la producción
total mundial que ostentaba en el 2019 a un 17% en una década.
Actualmente,
el valor del carbonato de litio chileno oscila entre de US$ 5,952 y US$ 6,614
por tonelada, según la Cochilco, aunque el banco de inversión británico HSBC
estima que los precios se ubiquen en un rango de entre US$ 10,000 y US$ 12,000
por tonelada en la próxima década.
El
director de la Red de Litio y Salares de Chile y exintegrante de la Comisión
Nacional del Litio, Gonzalo Gutiérrez, reconoció a Efe que el problema es la
falta de voluntad política y, de buscarse, las mejoras tecnológicas y la
innovación necesaria para reducir los impactos pueden encontrarse.
“Hay
un menú de tecnologías, pero estamos hablando de empresas depredadoras. Lo que
se necesita son proveedores a largo plazo, que podrían abrir sus plantas acá.
Así, el conocimiento se queda acá y lograríamos que nuestros científicos,
empresarios, técnicos y obreros entren en las primeras ligas de estos
negocios”, comentó Gutiérrez.
El debate pendiente sobre la
legalidad del coqueo, pero no de la importación
SECUESTRAN
160 KILOS DE HOJAS DE COCA POR UN VALOR DE CASI $200 MIL
La falta de una regulación
clara en cuanto a la importación de las hojas de coca, lleva a que haya una
contradicción entre la legalidad del consumo pero la prohibición de su
comercialización. Esta incautación otra vez pone el tema sobre la mesa.
Página 12 de
Argentina (https://bit.ly/38BSAfS)
El sábado efectivos de la Policía lograron dar, en
uno de los controles montados en el norte provincial, con un vehículo que
llevaba hojas de coca de contrabando por un valor aproximado de 190 mil pesos.
El
operativo estuvo a cargo de efectivos de la Comisaria 24 en Orán, que
realizaban patrullaje preventivo cerca de las 2:00 de la madrugada por calle
Belgrano y pasaje 17 de octubre, ahí interceptaron un vehículo que se
desplazaba a gran velocidad.
El
automóvil era conducido por un hombre de 25 años, al momento del control se
constató que transportaba en el baúl del vehículo, cuatro bultos que
contenían hojas de coca, arrojando un pesaje aproximado a 160 kilos. Cargamento
valuado en 190 mil pesos. El secuestro y el vehículo quedaron a disposición de
la Fiscalía Penal de Orán.
En
busca de la legalidad
Esta
detención abre nuevamente el debate acerca de la necesidad de darle un marco
legal al consumo de hojas de coca, que incluya su producción o importación. Es
probable en base a fallos anteriores que sentaron jurisprudencia al respecto,
que el hombre de 25 años apresado ayer no sufra mayores consecuencias legales.
Pero tal como está la legislación vigente las fuerzas de seguridad tienen que
actuar como lo hicieron los efectivos de Orán.
A
mitad de año el diputado Ignacio Jarsún planteó la necesidad de
legalizar el cultivo de coca. Y casi en simultáneo el senador
provincial Martín Arjona presentó un proyecto con el objeto
de establecer un marco regulatorio para la importación de coca, el acopio,
fraccionamiento y la venta con fines de uso doméstico y de investigación
científica.
La
cuarentena en Argentina y Bolivia, que llevó al cierre absoluto de la frontera,
tuvo como una consecuencia la imposibilidad de contrabandear los bultos con
coca, lo que elevó el precio de la ancestral hoja hasta 20 mil pesos el kilo.
El
coqueo en Salta es una práctica ancestral avalada por el artículo 15 de la
ley 23.737 considera que no es tenencia y consumo de estupefacientes cuando las
hojas de coca en su estado natural se destinan a la práctica del coqueo o
masticación, o a su empleo como infusión. Pero esta legalización del consumo no
está acompañada de una norma que prevea la obtención de las hojas para la
venta.
De
ahí que en virtud de ese gris legal se presentaran las diferentes opciones en
el ámbito legislativo local, inclusive alguna de ellas planteando la
posibilidad de poner al poder Ejecutivo en un rol central a partir del acopio,
fraccionamiento y distribución a los vendedores minoristas autorizados y en
regla.
En
el Senado salteño a fines de noviembre se aprobó el Registro Público
Provincial de Personas y Establecimientos de distribuidores y expendedores de
hojas de coca en estado natural de la Provincia de Salta. Lo que obligará
a los que quieran vender a inscribirse en el registro en un plazo no mayor a
los 45 días desde la promulgación de la ley.
Por
el momento la iniciativa no fue tratada en Diputados, pero se estima que
durante el año que viene obtenga la sanción definitiva.
Durante
su tratamiento en el recinto, el senador Roberto Vásquez, hizo hincapié en dos
aspectos en los que se debe trabajar, el primero a nivel nacional, para
permitir la importación desde Bolivia.
Pero
también otro referido a la distribución y comercialización dentro de la
provincia, que vendría a cubrir este registro aprobado en el Senado, porque
permitirá a la Dirección de Aduanas conocer cual es nivel de consumo
interno y a partir de eso habilitar la importación necesaria para cubrir esa
demanda.
¿A
QUÉ JUEGA EVA COPA?
Rebelión de España (https://bit.ly/37UwWE8)
Dicen que el pez muere por la boca; todo indica que
eso mismo está ocurriendo con Eva Copa, quien era la precandidata favorita para
la Alcaldía de El Alto por el MAS.
Durante esta campaña para las Elecciones
Subnacionales, su nombre era el de mayor difusión mediática, sin embargo
sorpresivamente para muchos, ayer por consenso todos los precandidatos de este
partido político declinaron a sus candidaturas, incluyendo Copa, y decidieron
apoyar a la candidatura de Zacarías Maquera, como una acto de reafirmación de
la unidad del Movimiento AL Socialismo, según expresaron.
Las reacciones no se hicieron esperar, llamando la
atención la de personajes como el político Jorge Tuto Quiroga y el polémico
Alejandro Entrambasaguas, ambos acérrimos enemigos del MAS, quienes criticaron
de forma indisimulada la exclusión de Eva Copa como candidata a esta alcaldía.
¿No se supone que siendo rivales políticos, deberían estar satisfechos con la
exclusión de la candidata cuyo gran apoyo, la vislumbraba como la virtual ganadora
de las elecciones? Sin duda, hay algo extraño en todo esto.
Haciendo una breve retrospección de lo acontecido
desde octubre del 2019, vemos que para consumarse el golpe de Estado, el
gobierno de facto a la cabeza de Janine Añez ordenó la represión criminal
del ejército y la policía contra un pueblo que masivamente salió a las calles
en protesta por la conspiración en curso y en defensa del expresidente Evo
Morales, siendo acribillados cerca de 40 personas, en El Alto y en Sacaba. Una
vez ejecutada la masacre, cual paradoja siniestra, en nombre de la democracia
intentaron a toda costa la pacificación del país, lo que garantizaba la
entronización del régimen golpista.
Es así que «entre gallos y media noche», un
desconocida senadora hasta entonces, de nombre Eva Copa, fue elegida como
presidenta de la Cámara del Senado, quien se sumó a la narrativa de
pacificar el país y sobre todo defender la democracia, que ya la prensa
canalla estaba difundiendo para tratar de legitimar y justificar el golpe de
Estado.
La nueva presidenta del Senado, durante los primeros
días como parte de lo que ella llamó pacificación y lucha por la democracia,
empezó a realizar declaraciones polémicas y contraproducentes ante medios
nacionales e internacionales sobre su mismo partido político y distorsionando
la realidad que estaba ocurriendo en Bolivia. Es así que irónicamente en
momentos de dolor del pueblo boliviano, con la venia de la Iglesia Católica y
la Unión Europea, piezas fundamentales en el golpe de Estado, se sentó a concertar
en una mesa de dialogo con los principales acusados de ordenar las masacres,
Arturo Murillo y Jeanine Añez.
En las siguientes semanas, Eva Copa no cesaba en sus
duras criticas de forma pública contra la cúpula alta del MAS, así como en
contra de su antecesora, Adriana Salvatierra, llegando al extremo de exigir a
la justicia acelerar la investigación sobre un caso, en el que la oposición al
MAS implicó al padre de Salvatierra.
Es cierto que tuvo un papel descollante en medio de
amedrentamiento político y pandemia, durante los meses que le tocó estar al
frente de la Cámara de Senadores, convocó a 16 interpelaciones, de las cuales
se realizaron cinco; 28 proyectos, anteproyectos de ley o propuestas
legislativas, se efectuaron 16 reuniones con organizaciones sociales y se
respondieron a 12 acciones de inconstitucionalidad, todo aquello enmarcado en
la facultad fiscalizadora de los legisladores.
Sin embargo, después del triunfo de Luis Arce en las
urnas, en otras declaraciones ante los medios de prensa, mientras millones de
bolivianos clamaban el regreso de Evo Morales, expresó su oposición al retorno
del expresidente. Pero seis días más tarde manifestaba a la prensa que el
expresidente debería ser invitado al acto de posesión del presidente Luis Arce.
Subsiguientemente, el 9 de diciembre, durante una entrevista con radio Fides,
volvió a polemizar, declarando que, lo que aconteció en Bolivia, fue una
transición constitucional forzosa, lo cual fue interpretado por la prensa
conservadora, como que no hubo golpe de Estado. Elementalmente esas
declaraciones causaron jubilo en las filas de la oposición e indignación dentro
del MAS, así como en ese pueblo que soportó de pie todos tipo de vejámenes por
parte del gobierno de facto, y sobre todo, en las familias de los mártires de
Senkata y Sacaba.
¿Por qué ese afán de Eva Copa de congraciarse con
sus supuestos enemigos políticos? ¿Por qué sus declaraciones contradictorias?
DOS
HOMBRES MUEREN AHOGADOS MIENTRAS LLEVABAN TRUCHAS A BOLIVIA
La República de Perú (https://bit.ly/3aMvTIz)
Lancha naufragó y dos de los tres ocupantes
desaparecieron en el Titicaca. Lugareños trataron de recuperar los cadáveres,
pero no hallaron nada.
Dos personas murieron ahogadas en el lago
Titicaca, en la jurisdicción del distrito fronterizo de Desaguadero, al sur de
la ciudad de Puno. Junto a las víctimas, también se perdió en el lago un
cargamento de truchas que ambos transportaban a Bolivia.
Los desaparecidos fueron identificados como Efraín
Sarmiento (31) y Edwin Chata (33). Partieron en una lancha de madera desde la
comunidad ribereña de Cumi (Zepita), con destino a Bolivia.
En medio trayecto, la embarcación naufragó por
el fuerte oleaje y el movimiento provocado por dos similares a motor.
Asimismo, el sobrepeso fue determinante para el accidente.
Habían tres tripulantes. Uno logró sujetarse de la
lancha y los otros desaparecieron. El accidente ocurrió al promediar las 5.00
p. m. del domingo 27 de diciembre.
Los lugareños de inmediato acudieron al lugar de los
hechos. Trataron de recuperar los cadáveres, pero fue imposible. No
encontraron nada, pese al esfuerzo denodado de decenas de personas que
acudieron en varios botes. El fuerte oleaje y la lluvia impidieron continuar con
las tareas de búsqueda.
CUANDO
EL DAKAR SE PUSO SALADO
En
la edición de 2015 de la exigente competencia, el famoso Salar de Uyuni fue
gran protagonista.
Automundo de Argentina (https://bit.ly/3aJXPN2)
Durante su estadía en Sudamérica, el rally Dakar siempre intentó ofrecer a los competidores
recorridos distintos y pintorescos y que, al mismo tiempo, fuesen un desafío en
el aspecto deportivo. La edición 2015, que atravesó caminos de la Argentina, Chile y Bolivia, tuvo al Salar de Uyuni, en suelo boliviano, como principal
atractivo. Aunque después de lo ocurrido en 2014, cuando los motociclistas lo
tuvieron que rodear porque estaba repleto de agua, su integración se tomó con
cautela. Para el nuevo intento los autos también fueron parte de la aventura.
El domingo 11 de enero fue el día que quedará en la historia del
Dakar ya que por primera vez se atravesó parte del salar de 10.582
km² y que está a más de 3.650
metros sobre el nivel del mar.
El inicio del especial disputado en el marco de la
octava etapa tuvo tanta cantidad de espectadores que la largada se pospuso en
15 minutos para poder ordenar al público. Una vez que todo estuvo en
condiciones los competidores salieron en grupos de cinco cada cinco minutos y
encararon a fondo un extenso tramo antes de desacelerar para encarar la parte
más larga de la selectiva con pistas montañosas bien técnicas, atravesar más de
40 kilómetros de dunas y terminar con su etapa maratón en la ya clásica y
vertiginosa bajada de Iquique, en Chile.
Mientras esto pasaba en la categoría de las cuatro
ruedas, los motociclistas salieron de Iquique a Uyuni, desde donde iban a
retornar este lunes.
“Vi tantas fotos del salar que quería correr allí”, confesó el mendocino Orly Terranova (MINI), quien encabezó el pelotón de
largada luego de imponerse en el tramo anterior. “Fuimos a fondo
durante más de 160 kilómetros y los completamos en menos de 50 minutos, el
problema es que al ir rápido en una zona plana todos los elementos tomaron
mucha temperatura y hubo que tener mucho cuidado con eso. Pero realmente fue
una experiencia linda”, agregó el cuyano, que fue escolta del
saudí Yazeed Alrajhi (Toyota)
en esta particular selectiva.
Mientras los autos pasaron por el salar a fondo y
completaron los 160 kilómetros contra reloj en de 50 minutos, las motos y
los cuatriciclos se vieron perjudicados por las bajas temperaturas y una lluvia
que dejó lleno de agua al extenso desierto de sal. Este contratiempo puso en jaque a la octava etapa para los
motociclistas ya que varios se opusieron a correr en una zona que tenía mucha
agua en su superficie y un cielo amenazante.
“Así no se puede salir, nos estamos jugando la vida.
Es increíble, no podemos correr en estas condiciones”, disparó el español Joan Pedrero, uno de los promotores de la idea de no largar. Si bien había muchos que
compartieron su postura, la organización los convenció de partir rumbo a
Iquique. Sin embargo, las consecuencias fueron graves para muchos: Una decena
de competidores abandonó por hipotermia; mientras que otros penaron con el salitre
que hizo estragos con sus motos.
El que llevó la peor parte fue el español Joan Barreda
Bort, líder de la prueba desde la
segunda jornada y que tuvo desperfectos en su Honda que dilapidaron sus
aspiraciones de lograr la victoria. “Correr estuvo fuera de lugar. Se
jugó con todo el trabajo que hay detrás de tantos y tantos proyectos. Tomar esa
decisión no fue correcto. No se veía nada, no había visibilidad, flotábamos por
encima de un mar. Mi moto sufrió las consecuencias de esta decisión. Lo que
ocurrió hizo que se terminara el Dakar para mi”, relató ofuscado el
piloto oficial de la marca nipona.
Su compatriota Jordi Viladoms también fue otra de las víctimas de
esta medida. “La etapa no tendría que haber empezado nunca. La noche
anterior pensábamos que quedaba anulada y a la mañana no podíamos creer que
todo siguiera adelante. Realmente fue una locura. Sabíamos que si encontrábamos
agua en el salar la parte electrónica iba a sufrir mucho y las motos empezarían
a fallar. Quedé fuera del Dakar y no por un error mío, sino por culpa de una
decisión inoportuna, injusta y equivocada de la organización, que no ha tenido
en cuenta ni la seguridad de los pilotos ni la competitividad”, dijo el
representante de KTM.
A todo esto, la organización de la carrera se excusó
en el famoso slogan de siempre, el que afirma que el Dakar es la competencia
más dura del mundo. “Es verdad, la metodología estaba terrible. Pero
evaluamos la evolución del clima desde las 4 hasta las 8 y sabíamos que iba a
mejorar. No obstante, reforzamos la seguridad con la presencia de más
helicóptero de los habituales. A la 10 las condiciones eran óptimas”,
explicó Etienne
Lavigne, director de la prueba. Y
agregó: “Todos los que están acá saben que el Dakar es la carrera más
extrema del mundo y la más difícil”…
Los antecedentes indican que en ediciones anteriores
hubo etapas anuladas por condiciones meteorológicas adversas. En 2012 no se
disputó la octava etapa por lluvia y nieve en el Paso San Francisco, entre
Argentina y Chile. Y en 2013, la jornada entre Salta y Tucumán se acortó por
razones similares. Pero ante lo que ocurrió en Uyuni las palabras del
portugués Paulo
Gonçalves (Honda) toman
relevancia: “Pedimos que no se largara, pero se largó igual. Supongo
que fue por la presencia del presidente de Bolivia, Evo Morales”. ¿Claro,
no?
WALL
STREET HACE APRESTOS PARA LA GUERRA DEL AGUA
Desde
la antigüedad se sabe que todos los seres vivos estamos constituidos por agua,
en un 70 a 80%. En la Bolsa de Nueva York calculan que si el capital logra
controlar estrictamente ese componente, sus precios actuales y futuros, casi
todo el trabajo estará hecho.
El Norte de Argentina (https://bit.ly/37PbDnu)
En junio de este año, el diario The Guardian publicó
un extenso informe en el que constataba que “El análisis de 12 ciudades de EEUU
muestra que el precio combinado del agua y las aguas residuales aumentó un
promedio de 80% entre 2010 y 2018, con más de dos quintos de los residentes en
algunas ciudades que viven en vecindarios con facturas impagables. Decenas de
millones de estadounidenses están a merced de sistemas de agua anticuados que
no suministran agua potable segura; o esos suministros están dañados por
contaminadores industriales que no están suficientemente regulados. La minería,
la agricultura y otras industrias de alta rentabilidad parecen tener la ventaja
de evitar los derechos de los ciudadanos al agua limpia y segura”.
La autoridades, los brokers, especuladores e
inversores del sistema financiero no lo dijeron de la misma manera, pero
actuaron con la misma claridad al lanzar a principios de este mes el Nasdaq
Veles California Water (NQ H2O), índice que medirá el precio de las
transacciones con agua en el mercado de futuros. En su debut, a fines de
noviembre, cotizó a u$s 486,53 el pie cúbico (1,233 metros cúbicos), y entró en
la última semana del año a u$s 504,29.
Los dueños del capital saben que lo que cuenta The
Guardian es así, y calculan que va a empeorar: que incluso las grandes empresas
mineras y agropecuarias o las industriales “agua-intensivas” van a tener
dificultades similares a las que ya pasa mucha gente de a pie para cubrir sus
necesidades de líquido. Y se proponen ponerle precio a eso.
Un vaso de agua se le niega a todos
“Lo más grave es que el agua, que de alguna manera
ya estaba en los mercados, entra ahora en los mercados de futuros, que es el
sanctasanctórum de la especulación. El agua no solo es un elemento importante
para los sectores económicos, es ante todo un elemento vital para la vida
misma, para la sostenibilidad de la naturaleza, los seres humanos, su salud y
sus comunidades, cosas que no son reconocidas por el mercado y que el mercado
no sabe hacer”, dijo Pedro Arrojo-Agudo, relator especial de la ONU sobre el
derecho al agua potable y al saneamiento.
“No se puede poner un valor al agua como se hace con
otros productos básicos comercializados. El agua es de todos y es un bien
público. Sin petróleo, usted no puede ir a un sitio en auto, pero puede ir a
pie; en cambio, sin agua, se muere en una semana. Por eso el agua es un derecho
humano y el petróleo no”, completó Arrojo.
Infraestructuras
La crisis de acceso al agua en EEUU se hizo evidente
este año, cuando una de las prevenciones elementales contra la pandemia de
Covid-19 era lavarse las manos frecuentemente. "Los datos muestran que
tenemos un problema de asequibilidad en una enorme cantidad de ciudades en todo
el país que no existía hace una década, o incluso hace dos o tres años. Las
facturas de agua que exceden el 4% de los ingresos del hogar se consideran
inasequibles”, dijo el destacado analista de servicios públicos Roger Colton.
Consultado por The Guardian, Colton verificó que
“Mientras las tarifas de los servicios privados aumentaron fuertemente, la
ayuda federal a los servicios públicos de agua, que usa alrededor del 87% de la
gente, se desplomó. La financiación federal a los sistemas de agua cayó 77% en
términos reales desde 1977, obligando a las empresas de servicios públicos
locales a recaudar el dinero necesario para actualizar la infraestructura,
cumplir estándares de seguridad para contaminantes tóxicos como PFAS,
floraciones algas y plomo. Por supuesto que casi ninguna lo consigue”.
EEUU es el país con mayores filtraciones de agua.
Año a año, se pierden unos u$s 6 mil millones por fugas, calcularon los
analistas de Bluefield Research. La Agencia de Protección Ambiental (EPA)
estimó que harían falta unos u$s 35 mil millones anuales durante 20 años para
cumplir las regulaciones federales de seguridad y eficiencia en la distribución
de agua. El propio Donald Trump se había referido a esto en su campaña de 2016,
cuando prometió “Más de u$s 1 billón en infraestructuras, para darles trabajo y
confort a los estadounidenses”. Tampoco lo hizo.
La nostra casa
La última gran infraestructura de agua construida en
el Chaco data de 1982. El segundo acueducto a Sáenz Peña, que en estos años
podría haberse hecho con ese título, se arrastra entre las carencias
presupuestarias y la mala administración desde hace más de cinco años (aunque
ya fue inaugurado varias veces). A la escasez de agua potable en el interior
provincial se suma la escasez de infraestructura, lo que ha llevado a muchos a
preguntarse cómo se abastecerán las megagranjas de cerdos para exportar a China
que pretende instalar el gobierno provincial.
En la Ciudad de Buenos Aires, 15% de la población
vive en asentamientos que no cuentan con redes de agua potable ni cloacales.
“La Ciudad de Buenos Aires es un caso llamativo, porque además de ser el
distrito más rico de nuestro país, es una ciudad que tiene un presupuesto per
cápita similar al de Madrid o al de Roma. Sin embargo, es la expresión de la
desigualdad de nuestra región. Antes de la pandemia, esta ciudad con
presupuesto europeo dejaba sin acceso al agua potable a uno de cada siete
porteños”, dijo María Eva Koutsovitis, ingeniera civil especializada en
hidráulica, al diario Página/12.
En Mendoza, en 2007, al descubrirse yacimientos de
oro y otros minerales valiosos, hubo una rebelión popular para rechazar la
instalación de megamineras que amenazaban con devorarse los ríos. El gobierno
se vio obligado a sancionar entonces la ley 7722, “guardiana del agua”, que
prohíbe la utilización de sustancias químicas tóxicas como el cianuro, que usa
la minería metalífera. Pero los mendocinos tuvieron que volver a sacudirse a fines
de diciembre de 2019, cuando el gobierno provincial modificó la ley para abrir
una puerta trasera a las mineras. Nuevamente históricas movilizaciones que
duraron diez días en toda la provincia hicieron retroceder a los grandes
capitales y al gobernador.
Es que la actual minería se caracteriza por la
capacidad tecnológica para remover miles de toneladas de piedra y tierra en
pocas horas. Luego, para rescatar las partículas del mineral buscado, debe
lavar esas miles de toneladas de roca con mucha agua –por ejemplo, con un río-
y adicionarle cianuro u otros tóxicos que permiten separar el oro o la plata de
la piedra. Los residuos del proceso estropean el agua y la tierra por tiempo
indeterminado.
En Chubut, ahora mismo se libra una pelea similar,
en esta ocasión contra un gobierno en quiebra que intenta entregar a la
megaminería el agua de la provincia, con la promesa de “inversiones y empleo”.
Lo de los chubutenses es ejemplar y no es de ahora: desde 2002, cuando los
vecinos de Esquel obligaron a que se hiciera un plebiscito sobre la instalación
de la megaminera canadiense Yamana Gold y lo ganaron por 80 a 20, emplazaron al
gobierno provincial a sancionar una ley de protección general del recurso más
valioso.
“El agua vale más que el oro” fue la consigna para
sancionar la ley 5001 que protege el líquido esencial. Ahora la Gobernación
intenta nuevamente modificarla. “Cuando el gobernador anunció el avance de este
proyecto, el pueblo salió a la calle, de las ciudades más grandes hasta los
pueblos más chicos. No hay consenso ni licencia social, pero el lobby
mega-minero nunca descansa”, dijo Claudia Barrionuevo, dirigente de ATE Chubut,
donde desde principios de noviembre se desarrolla una movilización conocida
como “El Chubutaguazo”.
Esta commoditización del agua decidida en Wall
Street golpea especialmente sobre nuestro país porque Black Rock, uno de los
más grandes tenedores de bonos de deuda de la Argentina, es uno de los
principales impulsores del Nasdaq Veles California Water. Nuestro acuífero
Guaraní y nuestras altas cumbres divisorias de aguas están, ahora más que
nunca, en la mira del capital financiero internacional.
¿Renovable?
El agua es un bien renovable, pero el actual sistema
de producción, que ha llegado a cambiar el clima, también puede llegar a impedir
que el agua se renueve. La desforestación, el volcado sistemático de
agrotóxicos y deslaves, la modificación del curso de los ríos, la contaminación
del suelo, el subsuelo, de los mares y los lagos, ya están enfermando las masas
de agua y enfermando al ser humano.
Las Bolsas tantean el precio de los productos según
su expectativa de suba de valor en el largo plazo. La entrada del agua en la
Bolsa refleja sin sombra de duda que los dueños del sistema de producción dan
por hecho que el agua potable será menos renovable y más escasa cada día.
Ven que sus industrias aceleran el cambio climático,
contaminan el mar, extinguen especies, sobreexplotan recursos naturales,
derriten glaciares… agotan el agua potable. Al crecimiento de la población a
nivel mundial, se suma el uso intensivo y sin controles por parte de la
producción industrial, minera y agrícola.
Por primera vez, “los mercados” detectan que el agua
faltará en un futuro no muy lejano. Nos muestran que accionan ante una
probabilidad que hasta hoy no habían tomado en cuenta. Dan por segura la
escasez en un futuro no muy lejano. Por lo tanto, le ponen un precio, a futuro.
Incluso se felicitan: Nasdaq promociona el nuevo rubro como “Una clara solución
para conocer el precio del agua”.
Se da la paradoja de que estos especialistas en la
planificación de negocios y ahorro para el futuro son propietarios o
accionistas de empresas que destruyen ese futuro. Cuando no haya agua, ¿de qué
servirá haberla comprado, a cualquier precio?
POR LA
PUERTA DE ATRÁS. BOLIVIA CUELA LAS ‘UNIONES GAYS’ MEDIANTE UNA RESOLUCIÓN DE
LOS REGISTROS CIVILES
Sin embargo, la actual
Constitución del país (artículo 63) y el Código de Familia niegan las uniones
homosexuales y solo reconocen las formadas por hombre y mujer.
Hispanidad de
España (https://bit.ly/3rxh4zg)
En Bolivia,
el Servicio de Registro Cívico (Sereci) emitió una resolución
que permite que se reconozca la “unión libre” de una pareja del
mismo sexo, pese a que la Constitución del país y el Código de Familia no
reconocen este tipo de uniones, informa Aciprensa.
La
resolución del Sereci, dependiente del Tribunal Supremo Electoral (TSE),
se conoció el 11 de diciembre, en cumplimiento a un fallo de la Sala
Constitucional Segunda en La Paz emitido en julio de 2020 que favoreció a la
pareja homosexual conformada por Guido Montano y David Aruquipa.
La
decisión de Sereci anuló una resolución administrativa de 2018 emitida por la
misma entidad y que rechazó registrar la unión gay de Montano y Aruquipa. Ese
año la entidad señaló que las leyes bolivianas no contemplan la unión entre
personas del mismo sexo, y que el artículo 63 de la Constitución de
Bolivia establece que el matrimonio es entre una mujer y un hombre,
añade Aciprensa.
“Las
uniones libres o de hecho que reúnan condiciones de estabilidad y singularidad
y sean mantenidas entre una mujer y un hombre sin impedimento legal, producirán
los mismos efectos que el matrimonio civil, tanto en las relaciones personales
y patrimoniales de los convivientes como en lo que respecta a las hijas e hijos
adoptados o nacidos de aquellas”, dice el texto de la Constitución.
De
igual forma, la Ley 603 del Código de las Familias y del Proceso
Familiar reconoce como matrimonio o unión libre, en su misma jerarquía
jurídica, a la unión entre un hombre y una mujer, y no hace referencia a
parejas del mismo sexo, explica Aciprensa.
El
senador del Movimiento Al Socialismo (el partido que ganó las
últimas elecciones, el de Evo Morales), Leonardo Loza, declaró a la
prensa que van “a evaluar” la determinación del Sereci, y advirtió que “si
cualquier norma es contraria a la Constitución, es inconstitucional y si alguna
norma no está de acuerdo a la Constitución, no va”.
Por
su parte, el ex presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Choque,
coincidió en la inconstitucionalidad de la resolución y pidió a los
asambleístas activar una Acción de Inconstitucionalidad ante el Tribunal
Constitucional Plurinacional (TCP). “Alguien tiene que ser el valiente que
arroje la piedra, espero que sean los nuevos parlamentarios que están en
funciones ahora”, dijo a la prensa, recoge también Aciprensa.
En
2017 los obispos recordaron que “en Bolivia, de acuerdo a la Constitución
Política del Estado (...), el matrimonio sigue celebrándose entre un varón y
una mujer”. Asimismo, agregaron que el matrimonio tiene su sustento legal en la
Constitución “basándose en los efectos que produce para el bien común y para la
educación de los hijos” por lo que “la posición cristiana, no es
discriminatoria, sino que está basada en el derecho constitucional boliviano y
en sólidas razones de derecho”.
“PENSANDO EL
MUNDO DESDE LA VIDA”
_La
inversión política transformadora más legítima es aquella que apuesta por la
dignidad de la vida, no podemos permitir que la muerte venza a la vida_.
El Ciudadano
de Chile (https://bit.ly/3aOmTCK)
Este
título repite el nombre del Ciclo de Conferencias que ha organizado la
Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia iniciado el día del
solsticio de verano de este año. El amauta David Choquehuanca afirmó que “la
democracia sólo puede provenir del propio pueblo”, esta es la conciencia que se
formó en la revolución boliviana y esta es la conciencia que brotó en la
revuelta social chilena. Surge un no a la economía de la muerte fundada en el
exitismo darwinista que ha condenado a la clase popular y privilegiado a los
herederos del colonialismo.
La
intelectualidad boliviana ha sido capaz de interpretar el proceso de liberación
y ha asumido con responsabilidad histórica su deber de vanguardia. Nuestro
racismo aún opera negando la riqueza de la sabiduría india, dudo que entre
nuestros progresistas constituyentes exista un conocimiento profundo de la
emblemática Constitución boliviana boicoteada por el último golpe cívico
militar que sufrió el vecino país.
Nuestro
racismo aún nos impide ver las virtudes de los procesos revolucionarios de los
pueblos en Bolivia y del pueblo Mapuche, que servirían para comprender y
consolidar el proceso constituyente que hemos iniciado. En este momento de
riesgo de una derrota de la ciudadanía a manos de los políticos traicioneros
que usando la pandemia y la prensa convencional buscan posicionarse para seguir
“reformando” el modelo económico fracasado.
Un
eje de sentido para la Nueva Constitución es la vida, pero en esa comprensión
el “buen vivir” que es el derecho de todo pueblo en cuanto que es habitante de
la tierra. Como decía Fausto Reinaga “el hombre es tierra que piensa” y es el
heredero de los dones que ésta generosamente nos entrega como fruto del trabajo
que es nuestra ofrenda creadora, cuando no somos explotados.
La
inversión política transformadora más legítima es aquella que apuesta por la
dignidad de la vida, no podemos permitir que la muerte venza a la vida. La
instalación de la vida como centro nos permitirá darnos cuenta que es lo que
necesitamos para una existencia feliz que asegurada en lo material satisface el
espíritu alcanzando la felicidad. La defensa de la vida está profundamente
relacionada con el fin último de la política: el ser feliz.
Esta
es la lección de democracia que el pueblo ha comenzado a concientizar y esa es
la razón por la cual no podemos abandonar nuestro deber político en este
proceso de transformación que nuestros amautas comprenden.
EL CACAO
FINO TIENE ADN LATINOAMERICANO
Actualmente la región produce
el 80% del cacao fino de aroma del mundo, y la materia prima es abundante: está
el cacao fino del Caribe, el blanco de Venezuela y Perú y los nativos de
Bolivia, Colombia y México
El Comercio
de Perú (https://bit.ly/2KEBJRv)
Del
Caribe a México, de Perú a Venezuela, de Bolivia a Colombia y en todo el
Amazonas. El cacao fino tiene ADN latinoamericano, y se extiende por un
continente que no siempre ha sabido reconocerlo ni sacarle el suficiente
provecho comercial, pero que en los últimos años parece haber redescubierto su
valor.
Tradicionalmente,
el cacao fino latinoamericano solía venderse como una materia prima más, y la
industria del cacao, y de los chocolates en particular, no diferenciaba el
cacao latinoamericano del africano, por ejemplo. Pero la creciente demanda
internacional de chocolates finos provocó que las grandes marcas crearan nuevas
líneas de cacao fino, y con ellas nació la oportunidad de fortalecer a miles de comunidades campesinas y
de sumar al cacao a una cadena de valor global. También provocó que productores
latinoamericanos lograran cierto reconocimiento internacional.
Actualmente
la región produce el 80% del cacao fino de aroma del mundo, y la materia prima
es abundante: está el cacao fino del Caribe, el blanco de Venezuela y Perú y
los nativos de Bolivia, Colombia y México, por mencionar solo algunos.
Esta
madurez del mercado genera una nueva oportunidad que América Latina
tradicionalmente no tuvo: un mercado masivo donde promover su cacao y su
chocolate fino. “Para aprovechar la ventaja comparativa de América Latina será
necesario atraer tecnología y conocimientos que permitan inovar y desarrollar
una oferta de calidad, posibilitando que la producción de cacao fino,
chocolates, bombones, chocolate en polvo y otros insumos asociados, alcancen
escala global y refuercen la posición competitiva de la región”, dice Federico
Vignati, experto en negocios verdes de CAF.
Pero
cuanto más grande es el mercado potencial, más grade es la competencia. En
varios rincones del mundo están surgiendo nuevos productores y, según Vignati,
“si no nos organizamos, el ‘market share’ que tenemos en el momento puede
reducirse drásticamente”.
Actualmente,
una tonelada de cacao bulk (el más común) tiene un valor promedio de entre
3.100 y 3.500 dólares por tonelada. El precio del cacao fino de aroma puede
oscilar entre 3.500 y 10.000 dólares por tonelada. La producción de cacao
promueve directa e indirectamente la inclusión económica de más de 3 millones
de personas en la región, en una muestra de que el cacao puede no solo ser
lucrativo sino mejorar las condiciones de vida de millones de latinoamericanos.
La
organización del sector cacaotero de la que habla Vignati está tímidamente
materializandose en algunos proyectos, entre los que destaca la Iniciativa Latinoamericana del Cacao,
que integra a los principales productores latinoamericanos de cacao fino de
aroma para impulsar la competitividad, fomentar los negocios verdes sostenibles
y promover una estrategia regional de desarrollo en los mercados nacionales e
internacionales.
Hasta
ahora se han unido nueve países (México, Panamá, República Dominicana,
Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Costa Rica y Bolivia), y se espera que,
gracias a la promoción de la productividad y a la integración de conocimiento y
tecnología, logren entrar en mercados que privilegian el biocomercio y la
oferta de calidad, como por ejemplo el alemán, el francés o el norteamericano.
La
Ruta del Cacao
Otra
de las iniciativas que están reformulando la explotación del cacao en la región
es La ruta del
cacao, un proyecto en Ecuador que integra al sector productivo y
turístico para dinamizar la cadena de valor. Gracias al trabajo colaborativo,
hasta la fecha han vendido 259,85 toneladas de cacao fino de aroma. El 68% se
destinó al mercado nacional y el 32% al internacional, principalmente Alemania,
España e Italia.
La
iniciativa también ha capacitado a 469 productores (188 mujeres) de la Amazonía
en el buen manejo de cultivos de cacao y asociados, y en el manejo
diversificado de la finca con la inclusión y recuperación de plantas
forestales. En la zona del Amazonía se ha utilizado el sistema Chakra amazónica
que se caracteriza por la diversificación, agroforestería y enfoque de
seguridad alimentaria.
“Nuestra
meta es que la gente viva con dignidad. No muchas otras cosas. El mínimo, lo
esencial para vivir es vivir con dignidad”, asegura Graziano Mazón, presidente
de la Fundación Maquita, impulsora del proyecto.
Teniendo
en cuenta que 9 de cada 10 negocios cacaoteros están en manos de pequeños
productores, estamos ante una oportunidad para impulsar modelos de desarrollo
sostenible que promuevan el comercio inclusivo, las buenas prácticas de
producción agroforestal, y que, adicionalmente, innoven para diversificar
la oferta del cacao.
De
todas formas, siguen existiendo barreras importantes. Entre las más altas están
el desarrollo de mercados nacionales y mejorar las condiciones de acceso a
mercados internacionales, el equilibrio de los ingresos de los productores, el
acceso a financiamiento oportuno o la modernización de normativas.
América
Latina puede estar adentrándose en su época dorada del cacao. Solo tiene que
sacar lo mejor de sí misma y trabajar de manera coordinada para lograr un
equilibrio entre beneficios económicos, desarrollo del tejido empresarial,
mejora de la calidad de vida de comunidades campesinas y apoyo de los
gobiernos. No es una tarea sencilla, pero a fin de cuentas está en su ADN.
EL
GOBIERNO AVALA QUE IGLESIAS DESPLIEGUE UNA ‘DIPLOMACIA PARALELA’ A EXTERIORES
PARA SUS PROPIOS INTERESES
OK Diario de
España (https://bit.ly/37Rkq8H)
El
Gobierno avala que Pablo Iglesias desarrolle
una agenda internacional paralela al Ministerio de Exteriores. Así se expresa el Ejecutivo en una
respuesta por escrito en el Congreso de los Diputados a una pregunta de Vox.
«¿Por qué motivos se encuentra el vicepresidente segundo del Gobierno
desarrollando esta amplia agenda internacional completamente ajena a sus
competencias ministeriales y de gobierno?», trasladó la formación de Santiago Abascal.
En
concreto, Vox hacía mención a distintos encuentros realizados por el líder de
Podemos en los últimos meses, citando por ejemplo el desplazamiento
a Bolivia para participar en la toma de posesión del nuevo
presidente del país Luis Arce. Este
viaje, señalaba el partido, «ha puesto de manifiesto de nuevo el conocido
interés del vicepresidente segundo por los países hispanoamericanos,
particularmente por aquellos afines ideológicamente al programa de Unidas
Podemos».
«En
este sentido», prosigue Vox en su pregunta, «pareciera que el vicepresidente
segundo del Gobierno se encuentra haciendo uso de su cargo y posición en el
actual Ejecutivo para afianzar una red de contactos políticos en el exterior, a
fin de crear un tejido diplomático paralelo al oficial». Además, recuerda que
Iglesias también se ha reunido con el presidente de Argentina, Alberto Fernández y «ha tratado
en otros momentos de estrechar lazos con el Gobierno de Estados Unidos
Mexicanos liderado por Andrés Manuel
López Obrador».
El
Gobierno avala esta agenda paralela y se limita a señalar que Iglesias «ejerce
las funciones que tiene atribuidas de acuerdo con el Real Decreto 3/2020, de 12
de enero, sobre las Vicepresidencias del Gobierno». Así, señala que «en la
mayoría de los viajes en el extranjero» se dispone de una «agenda privada» y concluye que
«los actos privados del vicepresidente no afectan a la política exterior
marcada por el Gobierno».
El
Gobierno justifica así que Iglesias pueda desarrollar una agenda, al margen de
Exteriores, en el ámbito internacional, pese a que sus discrepancias dentro de
la coalición son conocidas. Uno de los últimos motivos de tensión se ha
producido a propósito de la situación del Sáhara Occidental y la reclamación de
Podemos de que se garantice la celebración de un referéndum de
«autodeterminación». Una petición que el partido de Pablo Iglesias lanzó en
plena crisis migratoria con Marruecos.
Además,
el pasado noviembre, Iglesias se desplazó a América Latina para asistir a la
toma de posesión del presidente boliviano Luis Arce. Allí se reunió con
distintos dirigentes de la órbita bolivariana y participó en la firma de la
llamada Declaración de La Paz. En ese texto se declara que «la ultraderecha se
expande a nivel global, propaga la mentira y la difamación sistemática de los
adversarios y apela a la persecución y a la violencia política».
En
otra respuesta por escrito en el Congreso, a una pregunta de Ciudadanos
-avanzada por El Mundo- Moncloa respalda esa declaración asegurando
que «representa un compromiso contra las amenazas a la democracia tras el
análisis de acontecimientos políticos precedentes en el país anfitrión de la
Declaración, el Estado Plurinacional de Bolivia». «La declaración es una
defensa de la democracia por lo que no existen motivos para retirar la firma de
dicho documento», se indica desde el Gobierno.
La
Declaración de La Paz fue una iniciativa del presidente argentino, Alberto
Fernández, y del vicepresidente segundo del Gobierno español, Pablo Iglesias.
La
declaración la firmó también el boliviano Luis Arce y los ex presidentes Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador), Dilma Rousseff (Brasil), Alexis Tsipras (Grecia) y el ex
presidente del Gobierno José Luis
Rodríguez Zapatero.
En
su momento, el Gobierno se desmarcó de esa declaración. La ministra de
Defensa, Margarita Robles,
afirmó que en estos viajes cada dirigente político si quiere puede realizar
“sus propuestas”, pero destacó que “lo que luego haya hecho el vicepresidente
Iglesias le compromete a él” y es “al margen” del viaje oficial.
La
titular de Exteriores, Arancha
González Laya, afirmó que se trataba de «un documento firmado por
individuos» que lo suscribieron «a título individual», no «un acuerdo entre
países.
El
texto pone a Bolivia como «referencia internacional de la respuesta ciudadana
al golpismo», por lo que la declaración se hizo coincidir con la investidura de
Arce.
Los
firmantes, «gobernantes, expresidentes y líderes progresistas» en América y
Europa, expresan su compromiso de trabajar conjuntamente «por la defensa de la
democracia, la paz, los derechos humanos y la justicia social frente a la
amenaza que representa el golpismo de la ultraderecha».
«Hoy la democracia está amenazada y basta con analizar los acontecimientos políticos de los últimos meses en Bolivia, país anfitrión de esta Declaración, para constatar que la principal amenaza a la democracia y la paz social en el siglo XXI es el golpismo de la ultraderecha», señala el manifiesto.
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