CON AYUDA BOLIVIA, ARGENTINA COSECHA MEDALLAS EN LOS JUEGOS PANAMERICANOS DE CHILE. LA HISTORIA DE LA DUPLA QUE GANÓ LA MEDALLA DE PLATA EN RÁQUETBOL
María José Vargas y Natalia Méndez fueron las grandes protagonistas de la
jornada en Santiago de Chile. Su fanatismo por Las Leonas, la falta de apoyo en
su país de origen y su amor por la bandera albiceleste marcaron el destino del
binomio que causó furor del otro lado de la Cordillera.El ráquetbol ha sido una de las disciplinas que más alegrías le ha dado a
la Argentina en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile. María José
Vargas fue una de las protagonistas que más veces se ha subido al podio con
tres medalla de plata y una de bronce, mientras que su compañera Natalia Méndez
cosechó dos preseas plateadas durante su incursión del otro lado de la
Cordillera andina.
En la última presentación, las argentinas cayeron en la final por equipos
ante México y debieron conformarse con el segundo puesto.
Ellas son oriundas de Santa Cruz, Bolivia, pero están orgullosas de
defender la bandera albiceleste. “La Selección me adoptó hace 7 años y estoy
feliz de lograr las medallas para un país que quiero mucho”, deslizó Natalia,
en diálogo con Infobae.
La joven siente que el mundo es su casa por los viajes que le demanda el
Tour Internacional que cuenta 10 destinos diferentes. Y su sonrisa permanente
refleja la felicidad que le genera jugar para la Argentina. Desde que se radicó
en tierras criollas, se hizo fanática de River y todavía se burla de sus
compañeros “bosteros” por la final de la Copa Libertadores en Madrid, aunque en
el último tiempo también recibe chicanas de los Xeneize que sueñan con ganar la
Séptima en Río de Janeiro.
“Yo de chiquita era hincha de Las Leonas”, interrumpió María José, quien
también manifestó su amor por la bandera albiceleste. “Cuando tenía que jugar
para Bolivia, quería salir a la cancha con la camiseta de ellas, pero no me
dejaban porque no era el uniforme oficial. Me rajaron al toque”, recordó entre
risas.
La falta de apoyo del Estado boliviano contribuyó para que las chicas se
nacionalizaran argentinas. La anécdota que demostró su sacrificio fue una
pintura de las locuras que hizo María José por seguir su sueño. “Hubo un torneo
en Corea en el que no tenía el dinero para viajar, entonces un amigo de mi papá
me regaló tres vacas para que las rematara y pudiera financiar el viaje”,
rememoró manteniendo la carcajada. También se amotinó en el hotel Casa Blanca
de Santa Cruz, a la espera del arribo del presidente Evo Morales para
explicarle su situación. “A pura bolas lo esperaba para que le pudiera dar una
carta que había escrito. Me terminó atendiendo y me dio una beca en la
universidad”, detalló.
Ellas fueron las grandes protagonistas en Chile. Con sus raquetas
llevaron al ráquetbol al medallero para que la delegación argentina siguiera
sumando y escalando. Tienen el corazón pintado celeste y blanco por adopción.
Además de conseguir medallas de plata y bronce, las figuras nacionales cuentan
con otros títulos, dado que la ingeniera Vargas y la abogada Méndez
consiguieron la gloria con un talento que quiebra las fronteras. Infobae de
Argentina (https://acortar.link/POzgru)
CON 'AYUDA' BOLIVIANA, ARGENTINA CERRÓ UNA GRAN COSECHA EN RÁQUETBOL
La dupla Vargas-Méndez cerró su participación frente a México en la final
y sumando una nueva medalla de plata.
Mejor Informado de Argentina (https://acortar.link/wpwEdI)
La participación de Argentina en el ráquetbol hizo un gran aporte al
medallero de los Juegos Panamericanos de la mano de algunas deportistas nacidas
en Bolivia que compiten para nuestro país. María José Vargas y Natalia Méndez
no pudieron conseguir el oro al caer 2-1 ante las mexicanas Paola Logoria,
Monserrat Mejía y Alexandra Herrera en la final de la disciplina por equipos, pero
igualmente se calzaron la medalla plateada, que suma al total de cuatro preseas
aportadas por el deporte en total.
La dupla Vargas-Méndez también fue parte de las conquistas previas, ya
que el martes sumaron otra plata al caer 3-1 frente a las guatemaltecas
(enlistadas como Atletas Independientes) Gabriela Martínez y María Renée
Rodríguez. María José Vargas disputó ese mismo martes la final de dobles
mixtos, en la que junto a Diego García sucumbieron 3-0 ante Adam y Erika
Manilla, de Estados Unidos, quedándose también con la medalla plateada. Vargas
también ganó la medalla de bronce en singles el pasado lunes.
La historia tanto de la dupla femenina como de Diego García guarda un
rasgo particular, ya que los tres son nacidos en Bolivia pero se nacionalizaron
argentinos para lograr su sueño de convertirse en profesionales del ráquetbol.
El vecino país tiene una enorme cultura en este deporte, sin embargo la mayoría
de los jugadores bolivianos deben emigrar al extranjero en búsqueda de apoyo en
sus carreras porque la Federación no tiene los recursos suficientes.
Tanto Vargas como Méndez y García encontraron a través de la Asociación
Argentina de Racquetball y el Enard la posibilidad de tener trayectorias
sustentables y hoy aportarle a Argentina el fruto de su talento. María José, a
sus 30 años, es madre de tres hijos y volvió a competir tras su último embarazo
hace solamente un año. Natalia, de 26, es abogada y debió rendir un examen de
su diplomado en Derecho Empresarial en la misma Villa Panamericana, entre los
nervios por rendir y la previa de empezar a competir. Desde Bolivia llegaron,
pero lucharon hasta el final por la celeste y blanca para dejarle cuatro
medallas.
"CADA DÍA ES RECORDAR LO MISMO": AVANZA EL JUICIO A JEANINE
ÁÑEZ POR LAS MASACRES DE 2019 EN BOLIVIA
Sputnik News de Rusia (https://acortar.link/Dv6T9N)
Las familias de las personas asesinadas en las protestas tras el
derrocamiento de Evo Morales recibieron con satisfacción el pedido de la
Fiscalía de 30 años para la expresidenta 'de facto' y los demás funcionarios
acusados de genocidio. Pidieron apoyo psicológico para continuar su pedido de
justicia.
A cuatro años del golpe de Estado contra el expresidente Evo Morales
(2006-2019), la Fiscalía de Bolivia presentó la acusación contra la
expresidenta de facto Jeanine Áñez y 17 personas más, entre los que figuran
exministros, militares y policías como autores y partícipes del delito de
genocidio.
Tras la salida de Morales, el 15 y el 19 de noviembre de 2019 se
sucedieron las masacres de Sacaba, en Cochabamba, y en el barrio de Senkata de
El Alto, ciudad conurbada con La Paz.
La población que se manifestaba contra el derrocamiento de Morales fue
repelida por efectivos de las Fuerzas Armadas y la Policía, quienes dispararon
contra la multitud, amparados por el decreto 4078, firmado por el Gobierno de
Áñez. Ese documento deslindaba de responsabilidad penal a quienes abrieran
fuego. Hubo al menos 20 muertos y decenas de heridos.
Con la acusación presentada por el Ministerio Público, las familias de
las víctimas se preparan anímicamente para concurrir al juzgado. Sputnik
consultó a familiares de las personas asesinadas, quienes expresaron su
satisfacción por el avance en la acusación contra Áñez.
Gloria Quispe pidió conversar por la noche. Primero tenía que pasar por
varias consultas médicas, dados los picos de estrés con los que debe lidiar a
diario desde el asesinato de su hermano Antonio, el 19 de noviembre de 2019 en
Senkata.
"Sigo mal. De tanta preocupación y de tanto estrés me llegué a
enfermar muy feo. Hoy fui al hospital porque todo se me vino abajo. No recibimos
ayuda psicológica", contó a Sputnik.
"Mis papás igual están mal. A veces les veo llorar cuando en las
noticias mencionan a mi hermano. O cuando tienen que ir a firmar algún
documento relacionado con la causa judicial. Cada día es recordar lo
mismo", dijo la hermana de Antonio Quispe Ticona, asesinado a los 24 años.
Para Gloria es un duelo iniciado el 19 de noviembre de 2019 que aún no
termina. "Duele recordar cada día. Seguimos mirando las fotos que llevamos
a cada audiencia", comentó.
La acusación por genocidio
La Fiscalía boliviana solicitó 30 años de prisión para Áñez y otros 17
acusados de genocidio. Es la pena máxima contemplada en la legislación del
Estado Plurinacional. Sin embargo, para Quispe es poco: "30 años no es
reparación suficiente ni para uno solo de nuestros muertos".
María Javier es abogada de las víctimas de la masacre de Huayllani
—nombre que bautiza el puente que une a los municipios de Sacaba y Cercado—
efectuada el 15 de noviembre de 2019 en Cochabamba.
"La pena máxima es de 30 años según nuestra normativa. Por supuesto
estamos de acuerdo con la propuesta de la Fiscalía. Queremos que eso prevalezca
y sean sentenciados a 30 años todos los autores", dijo Javier a Sputnik.
"Sin embargo, no estamos de acuerdo con que no haya coordinación con
las familias de las víctimas. No conocemos el contenido de la acusación de la
Fiscalía. Pero sabemos que no todo el gabinete ministerial de Áñez está
procesado", agregó.
Pese a que el mencionado decreto 4078 fue firmado por todo el gabinete,
en la acusación de la Fiscalía solamente figuran Luis Fernando López,
exministro de Defensa; Arturo Murillo, exministro de Gobierno; y Víctor Hugo
Zamora, exministro de Hidrocarburos.
Además, están acusados 14 jefes militares y policiales, como Sergio
Orellana, excomandante de las Fuerzas Armadas; Pablo Guerra Camacho, exjefe del
Estado Mayor del Ejército; Ciro Orlando Álvarez, excomandante de la Fuerza
Aérea Boliviana (FAB); Iván Patricio Inchauste Rioja, excomandante del
Ejército; Julio César Tamayo Rivera, exsubjefe del Departamento Tercero
Logística; Julio William Cordero, excomandante departamental de la Policía de
La Paz; y Eloy Iván Rojas, excomandante regional de la Policía de El Alto.
"Queremos saber de qué privilegios gozan los demás autores de estas
masacres. Hemos pedido que sea juzgado todo el gabinete que firmó el decreto
4078, pero no están todos", advirtió la abogada.
Salir adelante
Gloria Quispe es presidenta de la Asociación de las Víctimas de la
Masacre de Senkata y Familiares de Fallecidos. Este año la organización tuvo
sus elecciones internas, en las que fue reelecta la hermana de Antonio.
Aunque para ella representa un desgaste personal muy grande, el ánimo de
los demás familiares tampoco es óptimo: "Ya dijimos con las hermanas que
juntas vamos a salir adelante".
Los familiares de Senkata cuentan con la representación legal de abogados
del Ministerio de Justicia. El inicio del juicio va a exigir a las y los
familiares redoblar sus energías.
"En los juzgados vamos a tener que mirar a las personas que nos
quitaron a nuestros seres queridos. Tenemos miedo de que nos hagan algo porque
son todos militares. Además tienen bufetes de abogados para tratar de
imponerse", afirmó Quispe.
Áñez, quien está en prisión desde marzo de 2021, tiene su cuenta de X
(antes Twitter) activada. Por ese medio, evaluó que es exagerada la acusación
de "genocidio" por las masacres de 2019.
"Me acusan de genocidio como si fuera Hitler, Hamás o las dictaduras
que aplauden. Genocida es matar al pueblo de hambre y droga, intoxicación con
mercurio o incendios, cercar ciudades, prohibir paso de oxígeno y
alimentos", sostuvo la expresidenta de facto.
Áñez asumió la Presidencia de Bolivia el 12 de noviembre de 2019, en
plena crisis política durante la que Evo Morales fue presionado para renunciar
al cargo por cívicos, policías y militares.
El 12 de marzo de 2021 la exmandataria fue detenida junto con varios de
sus colaboradores en el marco del proceso abierto por el caso denominado Golpe
de Estado II. En diciembre de 2021, fue acusada formalmente por la Fiscalía y
el 10 de junio de 2022, Áñez fue hallada culpable de incumplimiento de deberes,
resoluciones contrarias a las leyes y a la Constitución Política del Estado
durante su proclamación en noviembre de 2019.
La Justicia boliviana sentenció entonces a la expresidenta de facto a 10
años de cárcel, condena que cumple en la cárcel de mujeres de Miraflores, en La
Paz, mientras avanza el juicio por genocidio, y que, de resultar culpable,
tendría que afrontar una pena máxima de 30 años.
REVOLUCIÓN Y DESCOLONIZACIÓN EN LA UNIVERSIDAD: UNA ENTREVISTA CUBANA A
ÁLVARO GARCÍA LINERA
Cuba Información Tv (https://acortar.link/oM6u1A)
Tres dedos blancos y finos comprimen la frente. Dedos de pianista, pero
también de escritor, de profesor, de combatiente revolucionario. Con tres de
los dedos de su mano derecha, Álvaro García Linera se sostiene la cabeza en el
punto en que las cejas, blancas también, casi llegan a juntarse.
Estamos en la Sala 5 del Palacio de Convenciones de La Habana, obra de
Nino Quintana inaugurada para la VI Cumbre del Movimiento de Países No
Alineados; todavía quedan lumbres de aquel extraordinario esplendor. Sesiona un
Congreso sobre el Nuevo Orden Económico Mundial, organizado por la
Internacional Progresista, como parte de la V Conferencia por el Equilibrio del
Mundo. Es 27 de enero de 2023 y, dentro de unas horas, miles de antorchas
descenderán por la Colina Universitaria recordando a Martí, en el año de su
aniversario 170.
«Compañero Linera», le digo, y por un instante me siento rebasando una
barrera de confianza que no tengo con quien fuera, hasta el 10 de noviembre de
2019, el vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia. Sin embargo, en el
mismo segundo me repongo, ¿por qué no ‘compañero’?, ¿acaso es un irrespeto dirigirme
así a un revolucionario de este continente? En Cuba todos solíamos ser
compañeros y compañeras — una buena parte seguimos siéndolo — , y, sin embargo,
Linera lo es del mundo que deseamos construir los cubanos y bolivianos
revolucionarios.
— Compañero — me estrecha la mano y me mira fijo, con los ojos
adoloridos, esperando una presentación.
— Usted no me conoce. Mi nombre es Raúl Escalona, vengo de la Universidad
de La Habana.
— Encantado, me dice, llevándose la mano izquierda, cargada de papeles, hacia
el pecho.
— Quería explorar la posibilidad de que me concediera una entrevista para
las compañeras y compañeros de la Universidad, y publicarla en una revista, —
le digo.
— Me parece bien, pero no va a poder ser ahora, tengo un intenso dolor de
cabeza, — y cuando dice esto, cierra los ojos, al parecer obligado por el
dolor, o en muestra física a lo que acaba de expresar.
— En la tarde debo dar una conferencia, podemos hablar 30 minutos luego,
— propone.
— Muy bien, le digo, y refuerzo mi satisfacción con un patético
«Maravilloso». «Una foto, por favor». Le extiendo mi teléfono a Danna,
estudiante de Periodismo que me acompaña, y siento los nervios corroerme hasta
paralizarme el rostro. El resultado está en la imagen, que es, cuando menos,
lastimosa: Álvaro García Linera queda semimovido, como si estuviera a punto de
evanecerse; a su lado, quedo desarrapado y con la mueca del asombro y la
consternación que no dan crédito a lo que acaba de suceder. Sin embargo,
sucedió.
Son las 5:00 p.m. y, tras una conferencia de 45 minutos y varias paradas
por fotos, Linera cumple su palabra de la mañana y, en uno de los pasillos del
Palacio, nos sentamos a conversar.
Raúl Escalona Abella: ¿Cómo entender, en el seno de las revoluciones, la
relación entre la capacidad política del estudiantado y su rol activo en el
movimiento popular y los ritmos académicos de la institución universitaria?
Álvaro García Linera: Es complicado porque mira, los procesos de
politización del movimiento universitario no son continuos, no son permanentes,
son también por flujos. Y en América Latina y en el mundo hay dos grandes
momentos de politización: a inicios del siglo XX, cuando se dan las primeras
grandes reformas universitarias, y que abren todo un ciclo de participación y
articulación de la formación académica con las necesidades del país y luego un
reflujo que va a durar décadas; y luego vas a tener otro gran flujo en los años
sesenta y setenta.
Fue promovido en buena parte por la Revolución Cubana, la lucha de
emancipación de Vietnam que van a crear todo un marco teórico, una serie de
simbolismos y de imágenes emblemáticas del compromiso de la sociedad y vas a
tener que en el mundo entero las universidades asumen un gran protagonismo
político que lleva a muchos de ellos a reivindicar la educación y su
vinculación con lo popular, sino más allá, desde la lucha estudiantil a
transformar el país, y muchas organizaciones guerrilleras en el continente
surgen de las aulas universitarias y desde las aulas universitarias en Europa y
Estados Unidos buscan dar un impulso a la transformación, y luego viene después
de ese gran momento, otro momento de declive del movimiento estudiantil.
No quita que en esos tiempos muchos estudiantes ya se han sumado a la
lucha y, en fin, pero ya no tienen ese protagonismo, que es a inicios del siglo
XX y a fines del siglo XX, y desde ese entonces no has vuelto a tener un nuevo
protagonismo mundial y continental del movimiento estudiantil, o si ha tenido
presencia ha sido como más colateral, a la emergencia de otro tipo de
protagonismo que puede venir del sector campesino indígena o popular urbano.
Entonces, tener en cuenta el protagonismo del movimiento estudiantil se
ha dado por flujos históricos, no es algo permanente, aunque cada vez que se
hace presente irradia al conjunto de la sociedad y deja un conjunto de
líneas-fuerza que van a tener repercusiones en las siguientes décadas.
Y hoy estamos en el mundo y en el continente a la espera de un nuevo
ciclo de protagonismo del movimiento estudiantil que a lo largo de estas décadas
que ha tenido se ha masificado. O sea, el porcentaje de estudiantes que ahora
ha pasado del analfabetismo a tener educación primaria, del 10% al 90%, y el
porcentaje de jóvenes que pasan del nivel secundario al nivel universitario
también ha ido creciendo de ser el 2–3% elitista, 15% en los años 70’, hoy en
día está por cerca del 60% en América Latina.
Cada vez hay una mayor masificación de estudiantes que tienen un grado
universitario o que están pugnando por tener un grado universitario, pero todavía
no se han dado procesos de unificación y de articulación política y de
formulación de protagonismo, ni en el mundo ni en América Latina. Supongo que
algún momento sucederá eso, y se abrirá otro horizonte de posibilidades al
conjunto de transformaciones sociales que pueden plantearse.
Te hablo de un protagonismo colectivo, porque presencia de universitarios
y profesores universitarios en los procesos políticos de América Latina por
supuesto, siempre ha existido, pero ‘el sujeto estudiantil’ como protagonista,
todavía no; aunque hemos visto algunos destellos, desde 2011, en el sector
estudiantil de colegios, los llamados pingüinos, que es muy interesante. Quizás
sea la señal de una época que está comenzando a despuntar por el conjunto de
dificultades que está asumiendo esta nueva cualidad masificada de la enseñanza.
¿Qué sucede? Hay más gente que busca movilidad social mediante el
estudio, pero la estructura económica y social no está adecuada todavía a esa
masificación, y entonces está generando una frustración, ¿para qué estudias? No
encuentras el trabajo y no puedes ejercer, por lo que te debes dedicar a otra
actividad. Te aguantas tú, pero luego viene tu hermano, luego tu hermana. Hay
una falla entre masificación académica y estructura social que no se ha
adecuado, y esas dos capas tectónicas van a friccionarse pudiendo dar lugar a
un nuevo estallido y protagonismo estudiantil que sea ojalá para bien: mayor
democratización, mayor participación, mayor justicia social, y no un regreso a
formas elitarias, pero estamos todavía en los inicios de lo que podría ser un
nuevo ciclo.
REA: Si se da esta «revolución plebeya» que logra tomar el aparato del
Estado y logra ir dándole acceso a capas sociales que están históricamente
excluidas, marginadas y discriminadas terriblemente…
AGL: Eso lo resumiríamos en la siguiente frase: de los Chicago boys que
decidían el destino de Bolivia durante treinta años con el neoliberalismo:
hijos de ricos que fueron a estudiar a Estados Unidos y a Europa, pasamos a los
Chuquiago boys, Chuquiago es la ciudad de La Paz en aymara, es decir, hijos de
emigrantes, de campesinos, de obreros que han pasado por la Universidad, la
universidad pública y que ahora están en los cargos públicos junto a sus papás,
que son dirigentes sindicales, que son dirigentes barriales y que ahora se han
vuelto parte de la administración del Estado.
REA: Yo le preguntaría si más allá de la administración del Estado el MAS
desarrolla un entramado de organizaciones estudiantiles que es capaz de tomar
conciencia de ese movimiento, porque si en el 2019 hubo una gran movilización
de derecha, no conozco con precisión, pero sería importante preguntarle si
existió una contramovilización de esos estudiantes que pudieron impedir lo que
sucedió, la toma de las universidades, o un avance de la derecha. Le
preguntaría si existe ese tipo de movimiento más allá de las estructuras del
Estado, más allá de las estructuras formales de la institución, un entramado de
organizaciones capaz de movilizar y hacer que los estudiantes, marginados
siempre, y hoy en el poder, tomen conciencia de mediante qué procedimiento
político y mediante qué proceso de acumulación política han llegado a ese
punto.
AGL: No, esa fue una gran debilidad. Hay una estructura del MAS dentro de
las universidades, pero se vio claro en los momentos de crisis que era una
estructura más formal, no era una estructura real porque no tuvo la capacidad
de contramovilización. Los que sí se movilizaron fueron obreros de las minas,
vinieron sectores campesinos y no el estudiantado que había podido subir, y
veía a sus padres gobernar y las opciones de trabajo, no salieron a
movilizarse.
Ese es un déficit que tiene que ver con falta de formación y es
responsabilidad nuestra, no es culpa tanto de ellos como de nosotros por no
haber hecho más esfuerzo en la formación. Tan importante es la conciencia
política, no solamente la adhesión a un nombre y a una idea, sino la
sistematicidad, y el estudiante está para eso, para eso tiene tiempo, para ser
más sistemático y profundizar los temas; y ahí hemos tenido nosotros una
terrible debilidad.
El fuerte sector universitario y estudiantil que participó en el primer
momento de nuestro proceso no generó las condiciones para reproducir esa
presencia, esa militancia, esa mística, esa organicidad. Es decir, los que se
forjaron en la resistencia al neoliberalismo traían el espíritu curtido con
rayas de las batallas, de las marchas, de los fracasos, y entonces portaban una
mística, y un compromiso. En cambio, los nuevos que habían surgido sobre el
bienestar construido no se habían forjado de esa manera y cuando hubo crisis no
pudieron responder como se esperaba. Entonces ahí está una gran deuda y una
falla que hemos tenido nosotros.
REA: En varias ocasiones hemos escuchado al expresidente Evo Morales
hablar sobre la descolonización como proceso político para América Latina. ¿Qué
rol le atribuye a la universidad en ese proceso de descolonización? ¿Cómo
entender una universidad descolonizadora en medio de un sistema académico que
propicia la voluntad de construir en sus márgenes la semejanza, es decir, los
accesos a la academia oficial están dados en reproducir el saber metropolitano?
AGL: Sin duda la descolonización es todo un universo porque va desde
temas de Estado, temas educativos, temas de la vida cotidiana, temas del
conocimiento, es como una transversalidad a todo el horizonte de vida que
tienen las personas.
En términos de Estado descolonizar es que los indígenas, mayorías, los
afrodescendientes no solo sean poder de Estado, sino que sean el núcleo de la
identidad nacional. No solo el reconocimiento a los pueblos, eso es
multiculturalismo que hay en Estados Unidos; es ellos gobernando y ellos siendo
el centro de la identidad de ese país, eso es lo que no soportan las élites,
somos mestizos todos. ¡Claro que somos mestizos! Pero hay de mestizos a
mestizos. No es lo mismo ser mestizo rubio, de ojos azules, educado en Europa,
¡mestizo!, y otra es ser un indígena aymara… mestizo, que, con mis costumbres,
con mi idioma tú te nucleas alrededor de mí, yo soy el modelo a partir del cual
tú te vas a reflejar, no yo hacia ti, sino tu hacia mí. Eso es descolonizar,
que es más allá del multiculturalismo de reconocer a minorías, es cambiar el
eje del mestizaje. ¿Cuál va a ser el modelo de mestizo? ¿El castellano hablante
rubio de piel blanca o el indígena aymara?
REA: Es el punto en el radica el fundamento de la nación.
AGL: Exacto, y eso es Bolivia. Y a partir de eso se construye Bolivia.
Descolonizar en la economía es tener soberanía sobre tus factores económicos,
no es necesariamente desligarte del mundo, sino definir bajo qué términos te
relacionas con el mundo. Tú los defines, no ellos. Descolonizar en Educación es
incorporar los saberes legítimos de tu formación, los saberes de tu historia,
de tu cultura y de tu tradición, como saberes legítimos premiamos, socialmente,
la escala de ascenso social.
Te pongo un ejemplo: cómo ser presidente de la Corte Suprema de Justicia.
Normalmente era meritocracia, maestría, licenciatura y doctorado, pero ¿quiénes
tenían opción de tener maestría y doctorado, a quiénes sacaban los gringos a
tener maestría y doctorado en algunas universidades extranjeras? Pues los hijos
de las élites durante siglos y siglos. ¿Qué hicimos nosotros? Licenciatura,
licenciatura; maestría, saber hablar aymara o quechua; doctorado, haber apoyado
y defendido organizaciones sociales y sindicales. Vas modificando el concepto
de mérito.
¿Qué es lo legítimo? Lo reconocido por el Estado. ¿El que escriba un
libro sobre el Derecho Romano o el que haya ayudado a defender a una comunidad
en un litigio con una empresa extranjera? ¿Cuál vale más? Esta última. Vas
construyendo otras categorías del saber legítimo que es construir otro poder
desde los mismos saberes, porque no es solamente aprender lo que hay en Europa
y lo que hay en Bolivia, pero cuando haya que premiar estatalmente, porque el
Estado es el que asigna valor y jerarquiza, jerarquices también lo tuyo,
incluso por encima de lo que aprendes, aprendes las dos cosas, pero sabes que
lo que aprendiste de aquí, sobre aquí, y para aquí tiene más valor, más puntos
que sobre Derecho Romano o Filosofía griega, aprende también, pero este vale
más. Es un proceso complejo basado en la búsqueda de desmoronar las jerarquías
del saber, incorporando otras jerarquías de saber legítimo, y eso lo hace el
Estado.
En Educación hay que aprender inglés, sí, pero también hay que aprender
aymara, por lo que cada boliviano tiene que saber tres idiomas: el castellano
que te comunica con todos; un idioma extranjero, si quieres inglés, francés o
chino; y un idioma nativo. Cuando salga la generación actual en la secundaria
saldrán hablando esos tres idiomas de la enseñanza general pública: un idioma
indígena, un idioma que te comunica con el mundo y un idioma que te comunica en
Bolivia. Son aprendizajes para ir descolonizando las normas, los saberes, los
conocimientos; no está realizado ya, pero vas ajustando cada vez más la rosca
del tornillo.
REA: En Cuba, bajo la actualización del Plan E de estudios, se ha
potenciado el vínculo de la universidad con las empresas.
AGL: Es un tema muy complicado. Tienes dos maneras de mediación entre
conocimiento y utilidad social. Mercado y Estado. Y sociedades que tenemos
estructuras comunitarias antiguas, la comunidad también puede ser. Nosotros no
lo hemos logrado. Es un déficit asociado a lo que comentaba antes del
movimiento estudiantil universitario en Bolivia. No estuvo en los momentos,
porque no lo hemos sabido entender y no lo hemos sabido trabajar desde el
propio gobierno. Sí, es un error nuestro, de los líderes que teníamos la
obligación de haber trabajado más este tema, lo dejamos ahí, quizás por la
experiencia de la Constituyente.
Cuando se da la Constituyente y se buscaba hacer una transformación en la
universidad a los dos años de estar en el gobierno, se movilizaron todas las
universidades con sus rectores y sus burocracias para que no tocáramos nada.
«¡Nuestra autonomía!», dijeron. Y teníamos la movilización de la derecha, de la
Media Luna que conspiraba para tumbarnos, mandó a revocatorio, teníamos la Iglesia
diciéndonos que éramos Satán; teníamos a los médicos diciéndonos que íbamos a
cerrar las clínicas, más la universidad, y dijimos «no», hubo que elegir a los
enemigos, y dijimos que no lo vamos a tocar, y en vez de recuperar luego esa
batalla, la dejamos. Nos ocupamos de construir universidades, de darles más
dinero, pero las relaciones al interior de estas no se transformaron. Fue un
gran déficit.
Estudiantes de la Universidad de La Habana observan la presentación del
Ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla ante la Asamblea
General de la ONU, en noviembre de 2022. Foto: Resumen Latinoamericano.
REA: ¿Qué valoración haría del reto de Cuba en este momento?
AGL: Es para mí un gran reto y ahora me estoy llevando libros para
estudiar más a ustedes, su economía. Porque tú no tienes una economía que se
funda en la ley del valor, en la acumulación ni en el trabajo del otro para ser
apropiado para el enriquecimiento de unos. Ciertamente, hay algunos que tienen
más, pero no es la acumulación, la producción dirigida a la acumulación de un
pequeño grupo, que acumula, acumula, acumula y se vuelve dueño de todo, y
entonces… ¿qué es?
Es lo que tengo que estudiar, esta excepcionalidad cubana que le ha
permitido sobrevivir sobre el cerco más impresionante de la historia de la
humanidad hacia un país tan pequeño y mantener su unidad, su existencia,
condiciones básicas de vida por encima del nivel latinoamericano con salud y
educación. Esa excepcionalidad la tengo que entender antes de responder, y de aquí
a unos tres años te voy a poder decir: «esta es mi mirada». En serio, es un
compromiso, no te lo voy a hacer en seis meses, de dos a tres años yo me he
propuesto eso como meta: tener para mí, como persona, como marxista, como
comunista, tener una mirada coherente de la excepcionalidad cubana. Es mi
obligación, no puedo morirme sin estudiar eso.
EL MOMENTO ANTI-EVO DENTRO EL MASISMO
La Haine Org. de Venezuela (https://acortar.link/YuOh0w)
Lo que ahora se va conformando en el campo político boliviano es una
coalición de facciones que tienen un factor común: el ser “anti Evo” o de forma
más profunda, oponerse a lo que vamos a llamar el “momento Evo” de la política
boliviana.
En ese sentido, este nuevo bloque político en proceso de constitución,
que emerge desde dentro el masismo, lleva de forma congénita la oposición a lo
que representa el Evo y lo que de Evo tiene el proceso de cambio.
La producción de identidades políticas no puede ser definida a priori, ya
que es un producto de la relacionalidad de los proyectos políticos en pugna y,
por tanto, de cierta aleatoriedad de la historia, pero se mueven en marcos que
pueden ser identificados.
En los discursos del nuevo bloque se van imponiendo posiciones nuevas a
las conocidas dentro del MAS. Desde sus representantes más influyentes se habla
de que en Bolivia se necesita un momento de “pacificación” donde el poder
transite no solo por los sectores populares e indígenas, sino donde “cualquiera
pueda ejercer el poder”. Si lo que representa el momento Evo de la política es
el cuestionamiento al carácter colonial de la realidad boliviana, que es
transformada bajo la dirección del bloque popular; en la interpretación del
nuevo bloque, la crítica a la realidad colonial sería un componente accesorio
de la disputa política. Es lo que se ha ido planteando bajo la idea de
“pluralismo”.
La acumulación del proceso político boliviano ha conducido a que los
sectores indígenas y campesinos sean el factor clave del poder en Bolivia en
los últimos años, hipótesis que la experiencia del Evo en el gobierno ha
demostrado efectiva, lo que ha tenido como efecto que otros sectores de clase
media sean relegados a mandos medios y a ámbitos técnicos secundarios.
Entonces, este giro discursivo es la reacción interna, desde dentro del MAS, de
una suave y moderada forma de decir que el poder no solo debe ser de los
indios. Lo que puede ser una postura legítima, pero que tiene consecuencias en
la dirección del proyecto político que se despliega.
Esta laxitud ideológica permite que literalmente todo lo que se opone a
Evo entre a la canasta de los que van a conformar este nuevo bloque de poder.
La aparición y articulación de los antiguos adversarios de Evo como Alejo Velis,
Roman Loayza, Lino Villca, exdirigentes que fueron cayendo mientras Evo se
imponía, así como todos aquellos que no eran parte del grupo de confianza de
Evo y que fueron relegados, como Eva Copa y un largo ectétera, no es casual;
así como la construcción discursiva de que las regiones como El Alto deben
oponerse al Chapare, replicando los estereotipos impuestos a esa región en los
años 90, tampoco es casual. Se trata de una reacción acrítica de los anti Evo,
que opera incluso contra sus convicciones políticas. La reacción contra Evo
hace que sus operadores se enfrenten a un reseteo ideológico, porque se ven
obligados a abandonar sus antiguas convicciones para que su marco ideológico
encaje con las exigencias pragmáticas actuales; en síntesis, es un momento
forzado de apertura y flexibilidad ideológica. Ahí se entiende mejor lo que son
los renovadores.
Si en el lado de Evo no existe la autocrítica necesaria después de la
derrota de 2019, que lo conduce a realizar acciones cegadas por la idea de
retorno al poder, sin tomar en cuenta los efectos de sus acciones para el
proceso de cambio; en el lado del bloque renovador, el problema es más
profundo, ya que no hay siquiera conciencia de que son producto de su misma
oposición a Evo y que sus acciones se orientan más por su reacción contra él, y
lo que él representa, que por tener un proyecto político propio.
Evo es acrítico, pero tiene un proyecto de poder, sus adversarios dentro
del MAS son solo una reacción de lo que para ellos es Evo, ergo son
dependientes de Evo. Este límite constitutivo de este nuevo bloque ira
expresando de varias formas su reacción al “momento Evo” en los varios campos
de la realidad, ya no solo en el discursivo; y, de esta forma, mucho del
proceso de cambio, que inevitablemente está anudado a Evo, será despreciado por
la reacción del bloque renovador. Así, tendremos la constitución de un nuevo
proyecto dentro del campo popular, una mutación parasitaria de actores que
piensan que se liberan de Evo al vencerlo, pero que sin embargo, son solo un
momento interno achatado, venido a menos, de lo que se ha producido por el
proceso de cambio y el “momento Evo” de la política boliviana.
En ese sentido, lo que estamos viendo actualmente con la conformación de
un nuevo bloque político dentro del MAS es solo la continuidad de la crisis del
2019. Si el antievismo de la oligarquía clásica del país se tradujo en una
propuesta racista y de reposición del estado colonial, la reacción anti Evo que
se vive dentro del MAS es la mutación de ese proceso que llega a diseminarse al
mismo organismo del MAS, lo que seguro tomará otras formas a lo visto en 2019,
pero que está signado por la reacción al “momento radical” de cambios que
representó Evo (no es casual que los detractores de evo dentro del MAS hayan
asumido el epíteto del “ala radical” que justamente lo pusieron los sectores
conservadores del país).
Entonces, así como lo que representó el pitismo fue un bloque político
que se constituyó contra el Evo y el proceso de cambio, de la misma forma,
ahora lo que se conoce como el bloque renovador, se constituye también contra
el Evo y lo que del proceso de cambio está imbricado al Evo. Son movimientos
que tienen un solo padre, lo que constituye su origen genético, por tanto
define su forma futura. Por eso, lo que viene parece ser el momento de
inflexión y viraje del proceso de cambio, donde todo el abanico anti Evo, desde
la extrema derecha, hasta la extrema izquierda, pasando por los pluralistas,
tienen altas posibilidades de consagrar el linchamiento al símbolo que les da
sentido de existencia e inaugurar un momento ligth del proceso político
boliviano: la hegemonía de los anti evo o anti radicales.
Por eso la deriva de los proyectos políticos no aparecen de la nada, son
herederos de lo que su tiempo y fundamentalmente de lo que pretenden superar.
Si el Proceso de cambio nació bajo el liderazgo de Evo contra el
neoliberalismo, la dependencia y la realidad colonial, ahora el bloque
renovador nace, en la negación de Evo y el proyecto que ha encarnado. Aunque
los ideólogos del renovadurismo crean que siguen con el proceso de cambio y
están solo extirpando su mal (al “evismo”), el movimiento estructural del que
forman parte se terminará llevando gran parte de los orientadores políticos del
proceso de cambio, si ellos triunfan.
CHINA, ESTADOS UNIDOS Y AMÉRICA LATINA: PERSEGUIR EL INTERÉS PROPIO NO
DEBE IMPLICAR OPCIONES AUTODESTRUCTIVAS
Las interacciones de Beijing con los regímenes de Hugo Chávez, Nicolás
Maduro, Rafael Correa y Evo Morales están plagadas de ejemplos de acuerdos que
han salido mal
Infobae de Argentina (https://acortar.link/7ojwt2)
Del 22 al 25 de octubre de 2023, tuve el honor de participar como ponente
en un evento sobre las relaciones de la República Popular China (RPC) y Estados
Unidos con América Latina y el Caribe. El evento fue organizado por el
prestigioso Centro Latinoamericano de Estudios sobre China (CELC) de la
respetada Universidad Andrés Bello en Santiago de Chile, justo después del
viaje del presidente chileno, Gabriel Boric, a la RPC para el 10º Foro Anual
“Belt and Road”, y una importante reunión bilateral con el Presidente Xi.
Al aceptar la invitación, comprendí que la perspectiva de distintas
partes de América Latina sobre la RPC y la “competencia” percibida entre EE.UU.
y China son muy diferentes de las de Washington. Aun así, acepté la propuesta,
no sólo por el placer de dos vuelos nocturnos de nueve horas en clase turista
en tres días, sino también por un diálogo respetuoso con mis colegas chilenos y
de otras nacionalidades, sobre cuestiones del futuro del hemisferio que
compartimos como vecinos.
Las diferencias de perspectiva entre los Estados Unidos y mis colegas
latinoamericanos en el evento quedaron simbolizadas por la pregunta que definió
nuestro seminario: ¿Cuáles son los impactos para la región de la competencia
entre Estados Unidos y China? Yo era el “gringo representativo” en el panel,
compartido con Yue Yunxia, de la Academia China de Ciencias Sociales (CASS), el
distinguido ex embajador de Chile ante la RPC Fernando Reyes, el legendario ex
director de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe Oswaldo
Rosales, y el respetado académico brasileño especializado en China Marcos
Cordeiro.
Como les dije a mis colegas en el evento, el avance de China en América
Latina y la respuesta de la región no es, como comúnmente se cree, una
“competencia en la que Estados Unidos busca “bloquear” el derecho de los países
soberanos de la región a relacionarse con quien deseen. Tampoco debe verse en
la región como una “subasta” en la que nuestros vecinos seleccionan pasivamente
la oferta más atractiva entre pretendientes competidores.
Estados Unidos, como parte del Hemisferio Occidental, tiene un interés
inherente en el bienestar de la región, a través de lazos geográficos,
comerciales y familiares, independientemente de que ese interés se refleje
siempre o no en la retórica de los políticos individuales, o en la atención y
los recursos dedicados a la región por el gobierno estadounidense. La
resonancia que temas como las drogas y la migración tienen en la política
interior estadounidense pone de relieve que lo que ocurre en la región afecta a
sus vecinos del norte, independientemente de que EEUU gestione o no esa
interdependencia con habilidad. Es natural y legítimo que Estados Unidos hable
respetuosamente con sus socios del hemisferio occidental sobre las decisiones
que afectan a nuestra vecindad común.
Para mí, los intereses de EE.UU. en el Hemisferio Occidental son
coherentes con la búsqueda del interés propio de la región en relación con la
RPC. Sin embargo, como en las relaciones interpersonales en las que intervienen
pretendientes, el “interés propio” (y la dignidad) de la región implica algo
más que lanzarse en brazos de quien le ofrezca el mayor paquete de regalos. La
región se debe a sí misma analizar honestamente su propia condición y el
carácter de sus pretendientes para decidir qué tipo de interacciones, con
quién, serán más saludables para su desarrollo, soberanía, democracia y los
derechos de sus ciudadanos a largo plazo.
Entablar relaciones con la RPC conlleva beneficios potenciales, pero
también riesgos sustanciales. El problema es que, con demasiada frecuencia, al
perseguir los beneficios esperados, las élites que hacen los tratos sobrestiman
el “lado positivo” realista y su capacidad para gestionar los riesgos. Les
ayuda a “vender” lo que han hecho a su pueblo el simbolismo de los “grandes
objetos brillantes”: un estadio, un hotel o una autopista. Tales debates rara
vez incluyen los detalles de quién se beneficia en última instancia de la
construcción y explotación de tales proyectos, quién paga, cuáles eran las
alternativas, o los costes medioambientales y sociales de la actividad.
La capacidad de beneficiarse del compromiso con la RPC, incluso más que
los pretendientes occidentales limitados por las leyes y la desorganización de
sus gobiernos, depende de algo que falta con demasiada frecuencia en la región:
un marco de transparencia, un gobierno que haya mantenido opciones viables con
múltiples socios e instituciones sólidas para planificar los proyectos, evaluar
los contratos y las ofertas en competencia y supervisar el cumplimiento de los
compromisos contractuales y las leyes aplicables por parte de los
seleccionados.
Los países “populistas” que recurren a la RPC después de “quemar sus
puentes” con las instituciones y los inversores occidentales, y que se
comprometen a través de instituciones politizadas sin controles ni la
posibilidad de supervisar sus acuerdos, son los que tienen menos probabilidades
de obtener los beneficios esperados de los acuerdos con los chinos. Las
interacciones con la República Popular China de los regímenes de Hugo Chávez,
Nicolás Maduro, Rafael Correa y Evo Morales están plagadas de ejemplos de
acuerdos chinos que han salido mal, como la desastrosa presa Coca Coda Sinclair
en Ecuador, el abandonado proyecto ferroviario Tinaco-Anaco en Venezuela y
numerosos proyectos de presas y carreteras en Bolivia, incluidos aquellos en
los que la antigua amante del entonces presidente Morales, Gabriela Zapata,
representaba a la constructora china CSCE como directora nacional.
Algunos en Latinoamérica buscan cómo “beneficiarse” de la percibida
“competencia EEUU-China”. Brasil ha aumentado su venta de productos agrícolas
de bajo valor añadido a la RPC, ya que ésta busca comprarle menos.
Beneficiarse de la ampliación de las compras por parte de la RPC de
productos selectos de bajo valor añadido, como la soja y el trigo, previamente
adquiridos por la RPC a Estados Unidos. México espera beneficiarse de la
ampliación de las inversiones “nearshoring” de empresas tanto chinas como
occidentales, interesadas en seguir teniendo acceso al mercado estadounidense
en el marco del acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá
(USMCA). Los países de la región también esperaban beneficiarse de las
inversiones chinas en sectores estratégicos como las energías renovables, el
litio, los vehículos eléctricos, las telecomunicaciones y otras tecnologías
digitales.
Asegurar tales beneficios, aunque posible, depende casi universalmente de
una gestión hábil a través de instituciones fuertes. El papel activo del Estado
y del Partido Comunista chinos a la hora de ayudar a sus empresas a conseguir
sus intereses en sectores estratégicos, la destreza de esas empresas a la hora
de negociar contratos y coordinarse entre ellas, y su mayor latitud para
ofrecer sobornos y otros beneficios particularistas aumentan la importancia de
que sus contrapartes latinoamericanas tengan la mayor capacidad institucional y
técnica posible y una posición negociadora que garantice que el acuerdo sea
económicamente viable, creando beneficios equitativos para el país tanto
durante la “construcción” como con lo que quede después. Desgraciadamente, la debilidad
institucional y las oportunidades de corrupción pública en gran parte de
América Latina aumentan la probabilidad de que los acuerdos “beneficiosos para
todos” beneficien a los chinos y a las élites locales que los firman, a
expensas de los intereses a largo plazo del país. Este es el mismo patrón que
ha ocurrido repetidamente a lo largo de la historia de la región, pero el
estilo particularmente agresivo de la RPC en la búsqueda de sus intereses
comerciales y estratégicos aumenta el grado en que estos acuerdos pueden
perjudicar a la región, en contraste con una generación anterior de acuerdos
con empresas occidentales. La actual ralentización del crecimiento económico de
la RPC, como consecuencia de la crisis de su sector inmobiliario y de un legado
de sobreendeudamiento, probablemente sólo aumentará el grado en que las
empresas con sede en la RPC busquen su propio beneficio de tales acuerdos. Al
mismo tiempo, la profundización de las crisis económicas y políticas de los
gobiernos latinoamericanos, incluida la autoexclusión de algunos regímenes de
las opciones de desarrollo orientadas al mercado, no hará sino disminuir las
perspectivas de que sus negociaciones con la RPC produzcan proyectos con
beneficios netos duraderos para el país.
El gobierno estadounidense carece de las herramientas del Estado
autoritario de la RPC para presionar a las empresas a invertir en áreas que
sirven a sus intereses estratégicos. Sin embargo, tiene la capacidad y el
precedente histórico de ayudar a la región a fortalecer sus instituciones,
luchar contra la corrupción y mantener la transparencia y la igualdad de
condiciones jurídicas para ayudar a la región a obtener beneficios duraderos de
quienquiera que la región elija como socio económico. De hecho, la experiencia
de la región en ser aprovechada por los llamamientos populistas de sus élites
debería hacer que su población desconfiara de los enormes acuerdos con la RPC,
justificados en nombre de sus 1.400 millones de habitantes, o de “escapar del
imperialismo yanqui”, sin licitaciones competitivas ni una exposición
transparente de sus condiciones. Un tema común en la historia de América Latina
es que los acuerdos que parecen demasiado buenos para ser verdad, normalmente
lo son.
¿Negociación colectiva en ALC?
CHINA COMERCIALIZA SU MONEDA EN BANCOS BOLIVIANOS
Más Container de Chile (https://acortar.link/dJ3yYC)
Los dos bancos más grandes de China han iniciado operaciones en Bolivia
ante la política del gobierno boliviano de usar yuanes en las transacciones
internacionales para ayudar a reducir así la dependencia del dólar
estadounidense, informó el Banco Central de Bolivia (BCB).
Ejecutivos del Industrial and Comercial Bank of China (ICBC) y del Bank
of China se reunieron el viernes con representantes del sistema financiero
boliviano para ofertar sus servicios y promover el uso del yuan dentro de las
operaciones comerciales de gran envergadura en el país altiplánico, dijo en un
comunicado el Banco Central de Bolivia (BCB).
“Actualmente el yuan se constituye en la quinta moneda más activas en
pagos globales”, dijo el Presidente del BCB, Edwin Rojas y así, Bolivia se suma
a Brasil y Argentina en el uso de la divisa china en operaciones de comercio
exterior.
Bolivia se suma a Brasil y Argentina en el uso de la divisa china en operaciones
de comercio exterior y en el caso boliviano, comenzó a utilizarse ante la
escasez de dólares que afronta la ya debilitada economía boliviana desde
inicios de año por la reducción de sus reservas en la moneda estadounidense.
Hasta julio pasado, las transacciones en la moneda china llegaron al 10%
del comercio exterior boliviano. Los exportadores de banano, zinc y de
manufacturas en madera están usando yuanes, dijo entonces el Ministro de
Economía, Marcelo Montenegro.
En mayo pasado, al cumplir la mitad de su mandato de cinco años, el
Presidente Luis Arce propuso transar más en yuanes que en dólares frente a un
contexto económico internacional adverso, pero también por “geopolítica” ante
el crecimiento de China en el comercio internacional.
China es el séptimo socio comercial de Bolivia por el volumen de
exportaciones con el 5.7% del total exportado en 2022, pero el comercio entre
los dos países aun está en crecimiento.
El país asiático ha pasado a ser el socio más importante de Bolivia para
la explotación futura del litio. puesto que, dos empresas chinas han
comprometido este año una inversión estimada en USD 2.000 millones para la
producción de carbonato de litio a partir de 2025, en uno de los salares más
grandes del mundo situado en el sur del país latinoamericano.
AMÉRICA LATINA APUNTA AL BOOM DEL LITIO, PERO LA OPOSICIÓN PERSISTE
Este año varios países de la región han tomado nuevas medidas para
impulsar sus industrias del litio, pero los impactos de la minería y el uso del
agua siguen preocupando
Diálogo Chino Net (https://acortar.link/5D1EPR)
Andrea Calcina, de 58 años, con la piel color caoba teñida por el sol, ha
vivido toda su vida en la comunidad de Calcha K, un conjunto de casas de adobe
a 3.800 metros sobre el nivel del mar. En este punto de los andes bolivianos,
donde todo parece secarse rápidamente, Calcina señala un pozo de agua que sigue
abasteciendo a los residentes, aunque no como antes.
“Antes había más. Con esta agua lavamos, sembramos, regamos hortalizas y
quinua”, dice Andrea, quien vive en una comunidad de 100 familias, donde la
queja es recurrente: “ya no llueve como antes”. Calcha K es parte del municipio
de Colcha K, en el sudoeste del departamento de Potosí, al sur de Bolivia.
Forma parte de las 46 comunidades asentadas en los alrededores de los salares
de Uyuni y Pastos Grandes, dos de los tres grandes reservorios de litio que
tiene el país. El tercero, Salar de Coipasa, se encuentra en Oruro, en el oeste
de Bolivia.
Este año, el gobierno boliviano ha anunciado una serie de acuerdos para
construir complejos industriales de litio en esta zona: un consorcio formado
por la rusa Uranium One Group y la china CITIC Guoan construirá plantas en
Pastos Grandes y Uyuni, mientras que CATL, también china, construirá plantas en
Uyuni y en Coipasa.
La empresa estatal de litio Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), socia
de estos acuerdos, ha organizado periódicamente charlas públicas sobre los
proyectos en las zonas cercanas, con el fin de obtener la aprobación de las
comunidades. Pero algunos de los asistentes consideran que no se trata de una
verdadera “consulta”, derecho reconocido por la Organización Internacional del
Trabajo (OIT).
En estas charlas, funcionarios han explicado los beneficios que obtendrá
Bolivia una vez que cuente con una industria operativa para producir carbonato
de litio, precursor de las baterías de iones de litio y el producto de litio
con mayor volumen de transacción a nivel internacional.
Aquilina Mamani, antigua dirigente de una comunidad cercana llamada
Aguaquiza, dice que las explicaciones en estas charlas han sido técnicas, por
lo que muy poca gente las entiende. Además, hablan al público en español,
cuando muchas personas solo hablan quechua, su lengua materna.
Aunque la producción de litio ha sido una promesa para el país
sudamericano desde hace mucho tiempo, la agenda retomó fuerza la última semana
de junio, cuando el presidente Luis Arce dio a conocer la firma de convenios
que comprometen una inversión extranjera de 2.800 millones de dólares para
industrializar el metal. Anuncio que no cayó del todo bien en los alrededores
de los salares.
“El miedo es [perder] el agua”, sentencia Marcial Muraña Ramos, cacique
justiciero de Mallku Villamar, una comunidad próxima al salar de Pastos
Grandes. Quizá sea un temor justificado ante una actividad que consume mucha
agua y cuyas promesas para los países latinoamericanos ricos en litio han ido
acompañadas hasta ahora de dudas sobre sus posibles impactos.
El estado del litio sudamericano
Según un estudio del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales
(Clacso), Chile, Argentina y Bolivia ―el llamado “triángulo del litio” que se
extiende por sus fronteras andinas― concentran el 68% de las reservas mundiales
de litio, en forma de salmueras, los yacimientos con mayor concentración del
metal. Sin embargo, el ritmo de extracción de cada país es diferente.
Chile lleva produciendo litio desde 1984 y la producción total en 2022
fue de 39.000 toneladas. Argentina, que lo hace desde 1997, produjo 6.200
toneladas el año pasado. Bolivia, sin embargo, lleva mucho tiempo luchando por
hacer despegar su extracción, aunque el gobierno afirma que podrá producir
100.000 toneladas anuales en 2025, cuando empiecen a funcionar las plantas de
carbonato que tiene previstas.
Argentina tiene cinco proyectos en distintas etapas avanzadas de
construcción, que se sumarían a los tres que se encuentran en producción: Salar
de Hombre Muerto en la provincia de Catamarca, y Salar de Olaroz y Salar de
Cauchari-Olaroz, ambos en Jujuy.
Chile, el segundo mayor productor mundial de litio detrás de Australia,
tiene dos explotaciones en el Salar de Atacama, en la región de Antofagasta, en
el norte del país. Entretanto, ya se realizan perforaciones en el Salar Cuenca
Francisco en Atacama, también en el norte, y se prevé producir carbonato de
litio y cloruro de potasio como subproducto en el Salar de Maricunga, en la
misma región.
Bolivia tenía prevista la inauguración de su primera planta industrial de
carbonato de litio en agosto de este año, 15 años después de iniciada su
construcción. Esto finalmente no se concretó y el ministro de Hidrocarburos,
Franklin Molina Ortiz, removió al presidente de YLB, Carlos Ramos, y posesionó
en su lugar a Karla Calderón Dávalos.
Este año también se firmaron convenios para emplazar cuatro plantas,
aunque se desconocen tiempos y condiciones, porque los documentos no fueron
hechos públicos y ni siquiera congresistas tuvieron acceso a ellos, según
respondió a Diálogo Chino el equipo de prensa de la senadora Cecilia Requena,
de la Comisión de Tierra y Territorio, Recursos Naturales y Medio Ambiente.
Con unos yacimientos relativamente pequeños, aún sin explotar, situados
más allá del extremo norte del triángulo, Perú es un actor menor y un recién
llegado al escenario del litio. En mayo, sin embargo, el país aprobó la
exploración del proyecto de litio Falchani, en la región suroriental de Puno,
por parte de Macusani Yellowcake, filial de la empresa canadiense American
Lithium Corp.
Perú puede convertirse en un cuarto punto destacado del “triángulo del
litio”. “Se ha obtenido una alta recuperación de carbonato de litio puro” en el
yacimiento Falchani, según declaró en junio Ulises Solís Llapa, director
general en Perú de la empresa canadiense American Lithium Corp. Con una reserva
de 880 mil toneladas, Perú rápidamente podría competir con sus vecinos.
Grandes reservas, grandes desafíos
Aunque las legislaciones sobre inversión extranjera son diferentes en los
cuatro países, el desarrollo del litio en América Latina está en manos de
grandes compañías transnacionales.
En Argentina el control sobre la producción primaria y sobre los salares
está en manos de empresas estadounidenses, francesas y chinas, con
participación de provincias y del gobierno nacional a partir del cobro de
impuestos y regalías.
Lo mismo puede decirse de la incipiente industria peruana, donde el
ministro de Economía, Álex Contreras, le dijo al medio Swissinfo que la
apertura de su país “es total”. “Nuestro objetivo es atraer inversión en
diferentes etapas del proceso productivo [de extracción del litio], en aquello
en lo que somos competitivos”, enfatizó.
Bolivia, en cambio, ha priorizado el control estatal. Sin embargo, tras
15 años de esfuerzos infructuosos por industrializar el metal en solitario, en
2022 el gobierno se abrió a recibir inversiones. El litio seguirá siendo
boliviano, pero las corporaciones china y rusa que comprometieron inversión de
capitales recibirán un trato “prioritario”, dijo Álvaro Arnez, viceministro de
Altas Tecnologías Energéticas, a la red Unitel.
En Chile, por su parte, el mandatario Gabriel Boric presentó en abril un
proyecto de ley al Congreso para crear la Empresa Nacional del Litio. De
acuerdo con la intención oficial, el Estado buscará tener mayor presencia en
actividades de exploración, explotación y agregación de valor. En la
actualidad, la producción corre a cargo de dos empresas privadas, la chilena
SQM (una cuarta parte de la cual es propiedad de la china Tianqi Lithium) y la
estadounidense Albemarle.
Detalles no menores son tanto el precio internacional del litio como la
demanda mundial, que se prevé siga aumentando. En 2022 una tonelada de
carbonato de litio llegó a costar 80 mil dólares, sin embargo, en abril de este
año, el precio cayó casi un 50%, debido a un aumento de la producción y la
desaceleración de la venta de vehículos eléctricos de China, entre otros
factores.
Impactos ambientales
De vuelta al salar de Pastos Grandes, en Bolivia, Marcial Muraña Ramos
señala el horizonte. “Hemos visto, tanto en Argentina como en Chile las
consecuencias que han sufrido en sus salares y estamos corriendo el mismo
riesgo”, aludiendo a cuestiones como los conflictos con comunidades y el
impacto en las fuentes de agua que han acaparado la atención cerca de los
lugares de producción de litio.
“Quizás en 10, 20 años no va a pasar nada, pero en 30 a 40 años, todo
esto va a quedar desierto”, afirma.
El territorio de Mallku Villamar al que se refiere Muraña Ramos está
lleno de agua dulce que desemboca en la laguna salina de Pastos Grandes, parte
del humedal de Los Lípez en el extremo suroccidental del país, catalogado de
importancia internacional por la Convención de Ramsar y definido como “un
complejo de lagunas salinas, hipersalinas y alcalinas, así como bofedales y
humedales geotérmicos”. Aquí la gente vive de la cría de llamas, la agricultura
de al menos cuatro variedades de quinua y el turismo, debido a la majestuosidad
de los paisajes.
Bárbara Jerez Henríquez, investigadora de la Universidad de Valparaíso en
Chile, dijo a Diálogo Chino que las investigaciones que abordan la temática de
litio en términos ambientales, sociales, culturales, arqueológicos y biológicos
“son muy pocas”, a pesar de que los salares son “ecosistemas naturales
dinámicos y frágiles”, según cita el estudio sobre la extracción de litio y los
derechos de los pueblos indígenas en Argentina, Bolivia y Chile realizado por
investigadores de la ONG chilena Observatorio Ciudadano y el Centro de
Información sobre Empresas y Derechos Humanos.
Para Jerez, es innegable que los riesgos ambientales asociados a la
actividad son altos. Uno de ellos es el desconocimiento de la hidrología y de
la biodiversidad de los salares, asegura. “Lo que observamos en el Salar de
Atacama [en Chile] es que hay una profunda crisis hídrica a raíz del impacto
[de la extracción de litio] en las reservas de agua y en la biodiversidad”,
explica.
El método de extracción dominante y más utilizado hasta ahora en la
industria del litio es la evaporación, que implica el bombeo de enormes
cantidades de salmuera al día. En este proceso, el agua se extrae
constantemente de la salmuera y se evapora en enormes piscinas. La producción
de una tonelada de litio puede requerir la evaporación de hasta 2 millones de
litros de agua.
Existen otros métodos, todavía poco explorados a nivel industrial, como
la extracción directa de litio (EDL), una tecnología que permite extraer
salmuera de los acuíferos para obtener el litio sin necesidad de usar piscinas
de evaporación, como sucede con el método tradicional de extracción. El
material se bombea a una planta de procesamiento donde, mediante procesos
químicos, se extrae el mineral y la salmuera gastada se reinyecta en los
acuíferos. Existen diferentes métodos y propuestas de EDL, y cada empresa puede
patentar su propia tecnología.
El gobierno boliviano lo promociona como el “más amigable con el
medioambiente” de los dos métodos y ha apostado por su uso en su industria. Sin
embargo, expertos en la temática como Gonzalo Mondaca, investigador del Centro
de Educación e Información Bolivia (Cedib), advierten que estas tecnologías
“pueden alterar todo el sistema hidrogeológico de la zona”, debido al “alto
desarrollo químico” que utilizan en la separación de materiales para la
obtención del carbonato de litio.
Otro obstáculo es que no se sabe qué se hará con los residuos que deje el
proceso. En julio pasado, el todavía presidente de YLB, Carlos Ramos, aceptó
una entrevista con Diálogo Chino. Sin embargo, luego de conocer los temas que
se iban a conversar, como el manejo de los residuos del litio, el departamento
de comunicación de la empresa anunció que el presidente se encontraba de viaje y
canceló la entrevista.
Para hablar de los impactos ambientales y sociales de la minería de
litio, Edwin Ramos, líder máximo de la comunidad originaria Mallku Villamar,
adelantó que en los próximos meses se reunirán con líderes indígenas de
comunidades de Argentina y Chile.
“Necesitamos saber qué va a pasar con todo esto”, dice Edwin, mientras
señala el gran humedal en el que desembocan arroyos de agua dulce.
En Argentina, el tema del litio ya provocó una revuelta en Jujuy el
pasado julio, cuando comunidades rechazaron una nueva y controvertida
constitución provincial que, según afirman, pretende aumentar la extracción de
litio en sus territorios. Estos grupos aseguran que el gobierno no les consultó
antes de redactar el nuevo documento.
En todos los países sudamericanos ricos en litio, la preocupación por lo
que pueda deparar el futuro es compartida por las comunidades indígenas y
locales que viven en los alrededores de los salares. Mientras los gobiernos
buscan aprovechar el auge del litio y tratan de impulsar sus industrias y
exportaciones en medio de la creciente demanda del llamado “oro blanco”, es
probable que estos problemas y conflictos sigan rodeando a los proyectos y
requieran una gestión cuidadosa.
¿QUÉ FUE LA GUERRA DEL CHACO?
De 1932 a 1935, los dos países sin salida al mar de América del Sur
lucharon por el acceso al mar en lo que se conoció como la Guerra del Chaco.
The Collector de Canadá (https://acortar.link/JxMBpG)
El Chaco es una región semiárida de tierras bajas que cubre partes de
Bolivia, Paraguay, Argentina y pequeñas porciones de Brasil. Es una región
tropical y subtropical con alta diversidad animal y baja densidad de población
humana.
Tomando su nombre de la palabra quechua chaqu que significa “tierra de
caza”, fue esta porción de América del Sur la que se convirtió en objeto de una
disputa territorial que dejó una huella sangrienta en el continente, cuando
Paraguay y Bolivia se enfrentaron por el Chaco, un lugar que ambos creían que
era rico en petróleo.
¿Qué causó el aumento de las tensiones que llevaron a la Guerra del
Chaco?
En 1929, el Tratado de Lima resolvió las disputas territoriales entre
Perú y Chile sobre tierras al oeste de Bolivia, que conectaban con la costa del
Pacífico. Bolivia había esperado adquirir un puente terrestre, pero sin la
influencia política, sus planes fracasaron y la nación se encontró sin salida
al mar y haciendo frontera con el otro país sin salida al mar de América del
Sur: Paraguay. Sin una conexión con el mar, ambos países creían que su futuro económico
estaba en grave peligro.
La única salida al mar era el río Paraguay que desembocaba en el
Atlántico. El territorio al este de este río quedó firmemente establecido como
Paraguay, pero el área al oeste quedó en disputa, ya que ambos países la
reclamaron, y Bolivia buscó obtener acceso a una vía vital. Para empeorar las
cosas, las compañías petroleras habían estado realizando prospecciones en la
zona. Ya se había encontrado petróleo en las estribaciones de los Andes y se
pensaba que el Chaco también podría ser rico en petróleo. Con Grand Dutch Shell
apoyando a Paraguay y Standard Oil apoyando el reclamo boliviano, el escenario
estaba destinado a degenerar en conflicto.
Desacuerdos previos
Bolivia y Paraguay tenían motivos para desconfiar mutuamente y habían
tenido desacuerdos en el pasado que se remontaban a varias décadas. La primera
se remonta a 1885 con el establecimiento de un puerto en el alto río Paraguay.
El empresario boliviano Miguel Araña Suárez había asumido que la tierra
pertenecía a Bolivia, pero en realidad era parte de Paraguay, y los paraguayos
lo desalojaron por la fuerza con fuerza militar.
Durante los próximos años, Bolivia daría pasos tentativos hacia la
región, intentando establecer puestos de avanzada y solidificar su reclamo
sobre la región. En 1927 comenzaron enfrentamientos menores entre las dos
naciones y se intensificaron en forma de ojo por ojo hasta que se llegó a un
acuerdo en septiembre de 1929.
Sin embargo, esto no fue el fin de la disputa. Ambos países sabían que
una guerra a gran escala era inevitable y se produjo una carrera armamentista
mientras ambos países buscaban ampliar sus ejércitos para el conflicto que se
avecinaba.
La guerra comienza
En agosto de 1932, Bolivia dio el primer golpe, capturando tres puestos
avanzados paraguayos que el presidente boliviano Danial Salamanca había
afirmado que estaban en la zona en disputa. La acción fue un ataque oportunista
y ocurrió incluso antes de que el ejército boliviano se movilizara para la
guerra.
La respuesta paraguaya fue rápida. Con una población de sólo un tercio
del tamaño de Bolivia, los paraguayos decidieron movilizarse apresuradamente
antes de que los bolivianos pudieran hacerlo y tomar ventaja con una rápida
ofensiva. El primer enfrentamiento importante de la guerra duró del 7 al 29 de
septiembre de 1932. La Batalla de Boquerón fue un intento de los paraguayos de
capturar el Fortín Boquerón, en poder de unos cientos de soldados bolivianos.
Muy superados en número, los bolivianos se encontraban en una mala situación.
Una fuerza de socorro no logró levantar el asedio y los paraguayos finalmente
obligaron a sus enemigos a rendirse.
Para continuar con este éxito, los paraguayos marcharon hacia el Fortín
Arce, pero cuando llegaron, ya había sido demolido y los bolivianos habían
huido.
En diciembre, la movilización boliviana había concluido y, con números y
equipo superiores, estaban de muy buen humor, esperando una victoria rápida y
relativamente fácil. Bajo el liderazgo del general Hans Kundt, los bolivianos
atacarían el Fortín Nanawa, considerado el eslabón más vital de las defensas
paraguayas. Si los bolivianos pudieran abrirse paso hasta allí, podrían
amenazar la ciudad paraguaya de Concepción.
A pesar de la abrumadora fuerza humana y del apoyo aéreo, el ataque fue
detenido. Las operaciones de apoyo en otras posiciones defensivas obtuvieron
resultados moderados y los bolivianos se resignaron a formar posiciones
defensivas alrededor de Nanawa. En febrero de 1933, Kundt ordenó un ataque a
las posiciones defensivas de Alihuatá, que era un centro vital para los
suministros paraguayos. Al lograr la victoria en Alihuatá, los bolivianos
siguieron adelante y obligaron a la Primera División paraguaya a enfrentarse,
derrotándolos en la Batalla de Campo Jordán.
El 4 de julio, Kundt lanzó una segunda ofensiva para tomar las posiciones
fortificadas alrededor de Nanawa. A pesar de la rigurosa planificación y el uso
combinado de las armas, los paraguayos lograron derrotar nuevamente a los
bolivianos. Kundt intentó dimitir posteriormente, pero Salamanca no aceptó su dimisión.
Luego de la Segunda Batalla de Nanawa, los paraguayos recuperaron la
iniciativa y en septiembre de 1933 lanzaron una segunda ofensiva.
Paraguay se defiende
Con movimientos de pinza en tres áreas principales, los paraguayos
forzaron la rendición de porciones significativas del ejército boliviano. Al
darse cuenta de que ahora estaban a la defensiva, los bolivianos se pusieron a
la defensiva y esperaban destruir a los paraguayos en una guerra de desgaste.
Sin embargo, antes de que pudieran formar una línea de defensa estratégica, los
paraguayos lograron una victoria sorprendente, completando un movimiento de
pinza y rodeando dos divisiones bolivianas. Con la captura de artillería,
tanques y morteros y la rendición de 7.500 soldados bolivianos, los paraguayos
habían tomado la delantera.
Los bolivianos se retiraron a su principal posición defensiva en Muñoz,
que les servía de cuartel general, pero el 18 de diciembre, las tropas
paraguayas que avanzaban lograron incendiar Muñoz y los bolivianos se vieron
obligados a retirarse más. Finalmente se permitió a Kundt dimitir y Salamanca
lo reemplazó por el general Enrique Peñaranda.
Con los paraguayos en peligro de extender demasiado sus líneas y los
bolivianos en peligro de un colapso total, se declaró una tregua de tres
semanas, que permitió a ambos ejércitos reformarse y prepararse para la
siguiente etapa de la guerra.
Paraguay continúa la ofensiva
A principios de 1934, la tregua había expirado y las fuerzas paraguayas,
bajo el liderazgo del general José Estigarribia, avanzaron nuevamente,
comenzando la tercera ofensiva paraguaya.
A pesar de que los bolivianos construyeron una importante línea
defensiva, los paraguayos lograron romperla con una fuerza relativamente
pequeña en febrero de 1934, sorprendiendo tanto a los bolivianos como al mando
paraguayo. A raíz de este ataque, los paraguayos aprovecharon su ventaja y
otros 1.000 soldados bolivianos murieron, resultaron heridos o fueron
capturados en Cañada Tarija.
En mayo, los paraguayos intentaron explotar una debilidad en las líneas
bolivianas, pero sus fuerzas cayeron en una trampa y se encontraron en un cerco
operativo, obligados a luchar. Del 18 al 25 de mayo los bolivianos aplastaron a
los paraguayos en la Batalla de Cañada Strongest. Sin embargo, esto no fue suficiente
para detener la marea del avance paraguayo.
Ballivián, al sureste de Cañada Strongest, era pieza vital en la línea
defensiva boliviana, y era allí donde los paraguayos necesitaban romper la
espalda de las defensas bolivianas. Lo hicieron atacando al norte en Cañada El
Carmen en noviembre de 1934, donde lograron neutralizar dos divisiones
bolivianas. Con esta importante pérdida de mano de obra, los bolivianos
decidieron abandonar Ballivián y retroceder, ya que corría el peligro de quedar
completamente aislado del resto del ejército.
Más tarde ese mes, los generales bolivianos se enfrentaron a Salamanca y
lo obligaron a dimitir. Fue reemplazado por el vicepresidente José Luis Tejada.
El mayor golpe para los bolivianos aún estaba por llegar.
En su marcha hacia La Faye, los 12.000 efectivos del Cuerpo de Caballería
Boliviano capturaron los suministros de agua en Yrendague. Sin embargo, después
de su regreso, descubrieron que los paraguayos habían capturado los pozos. Sin
agua y desesperado, el orgullo del ejército boliviano se vino abajo. Muchos se
rindieron u opusieron dócil resistencia, mientras que otros huyeron y
perecieron en el ambiente cálido y seco.
Con este enorme golpe, los paraguayos vieron su oportunidad de poner fin
a la guerra. Sólo quedó una línea defensiva y los bolivianos concentraron sus
fuerzas alrededor de Villa Montes, al pie de los Andes.
Después de derrotar a los bolivianos en Ybybobó, los paraguayos marcharon
hacia Villa Montes, último reducto. Sufrieron varias derrotas a manos de los
defensores, que estaban bien preparados, pero los paraguayos lograron capturar
varias áreas clave, algunas de las cuales fueron recapturadas en un contraataque
boliviano.
La batalla se desarrolló de un lado a otro, con los paraguayos
acercándose a los campos petroleros bolivianos cerca de Cordillero, cuya
pérdida sería el último clavo en el ataúd del esfuerzo bélico boliviano.
Se firmó un alto el fuego el 12 de junio de 1935 y la guerra llegó a su
fin.
Las secuelas de la Guerra del Chaco
La Guerra del Chaco fue una victoria militar casi completa para los
paraguayos. Sin embargo, desde una perspectiva económica, ambos países quedaron
devastados.
La pérdida de vidas fue devastadora, con 100.000 muertos en combate o por
enfermedades, estas últimas desempeñando un papel importante, especialmente
para las tropas bolivianas que estaban acostumbradas a vivir en altitudes
elevadas y, por tanto, sufrían terriblemente en las condiciones húmedas del
Chaco, que descansa cerca del nivel del mar.
En un tratado de paz oficial, a Paraguay se le concedió la mayor parte
del territorio en disputa y el resto a Bolivia. Décadas más tarde, se
descubrieron petróleo y gas natural en ambos lados, pero la gran mayoría, por
suerte, se encuentra en la región cedida a Bolivia.
En la década de 1930, la atención del mundo estaba muy lejos del centro
de América del Sur. La Gran Depresión, el New Deal, la Guerra Civil Española y
el ascenso de la Alemania nazi dominaron los titulares. La Guerra del Chaco
tiene suerte si aparece una nota a pie de página en los libros de texto
escolares. Sin embargo, fue un acontecimiento brutal y sangriento que duró
varios años y moldeó el continente de América del Sur.
Hoy en día, sirve como un excelente ejemplo no sólo de una guerra por los
recursos, sino también de una guerra librada por recursos especulados.
NARCOS INCENDIARON LOS PARQUES NACIONALES BOLIVIANOS PARA PLANTAR COCA Y
ATACARON A BALAZOS A LOS BOMBEROS
La Policía se negó a custodiar a quienes fueron a combatir el fuego
intencional, encendido para preparar el terreno que luego se utilizará para
sembrar
Infobae de Argentina (https://acortar.link/gbcHbF)
Por Humberto Vacaflor Ganam.- Grupos de narcos incendiarios de bosques
impiden a balazos el paso de los bomberos que iban a controlar los incendios en
los parques nacionales, donde ellos tienen sus cocales.
Finalmente, bomberos de Santa Cruz, acompañados por ciudadanos
voluntarios, pero no por la policía, que se negó a custodiarlos, encontraron
que en el parque Choré existen 2.000 hectáreas de cultivos de coca.
La ley sobre los parques nacionales dice que esos territorios deben ser
protegidos por el ejército, pero los narcos han conseguido establecerse en
ellos, incendiar los bosques, y preparar la tierra para cultivar coca.
La idea, dice el economista Carlos Chalup, es crear un Chapare en cada
uno de los parques nacionales, con el respaldo político y estratégico del
ejército de cocaleros que responde a Evo Morales.
Desde que comenzó el gobierno del cocalero Morales toda la región
amazónica está en riesgo porque es apetecida por el plan de extender los
cocales, sobre todo en Santa Cruz, donde está la frontera sur con Brasil, que
comunica con las ciudades de mayor consumo de cocaína de las Américas.
Paula Weber, secretaria de seguridad ciudadana de la gobernación, dijo:
“Santa Cruz es una tierra de nadie, hemos visto otros ejemplos, en otras
circunstancias, como los grupos irregulares de Las Londras, que han avasallado
y secuestrado a policías y periodistas, y nadie sabe dónde están. El Gobierno
debe actuar en el marco de la ley, el modelo de distribución de tierra se debe
modificar. Se ha perdido la institucionalidad, el Gobierno deberá hacer un análisis
sincero y trabajar con medidas técnicas”.
Son tantos los incendios de bosques de los parques próximos a Santa Cruz,
como Choré y Amboró, que la humareda ha obligado a que se suspendan las
actividades escolares en la ciudad.
Otros incendios de parques nacionales han llevado el humo hasta la ciudad
de La Paz, donde también se han suspendido las actividades escolares, mientras
el parque Madidi, en el norte de ese departamento, está en llamas y atacado por
mineros ilegales, a tal punto que el gobierno anuncia que pedirá la ayuda de
las autoridades de Perú.
El ministro de gobierno, Eduardo del Castillo, dijo que son los
guardaparques los culpables de no haber informado sobre la existencia de
plantaciones de coca en los parques. La directora del parque Amboró dijo que
hay solamente once guardaparques para controlar 637.600 hectáreas, lo que le
parece insuficiente, sobre todo si no existe apoyo ni de la policía ni del
ejército.
El gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, denunció que los
narcos están incendiando el país y pidió asistir a una reunión de las
autonomías, pero el gobierno se opuso a que saliera de la cárcel donde se
encuentra desde hace un año, a pesar de que un juez le había autorizado a
asistir.
En una carta pública, Camacho criticó que la reunión se hubiera hecho en
La Paz: “Es absurdo creer que una reunión a más de 1.000 kilómetros de
distancia del epicentro de los incendios en el país vaya a resolver esta crisis
medioambiental”.
En este caso, las autoridades penitenciarias se negaron a cumplir una
orden de un juez, pero en realidad se sabe que Morales sigue ejerciendo su
dictadura a pesar de haber dejado de ser presidente, gracias a que sigue
manejando a los jueces que tienen a su cargo los casos relacionados con su
enfermizo plan de venganza por su derrota política en 2019.
Según Greenpeace, Bolivia es en este momento el segundo país del mundo
con más incendios activos, que suman 1.039, y en los últimos dos años fueron
consumidos por las llamas un total de dos millones de hectáreas. Australia
tiene 5.784 incendios, Bolivia 1.039 y Brasil 1.013.
En este momento, es el departamento amazónico de Beni el que registra el
mayor número de incendios, 541, y Santa Cruz tiene 287, Cochabamba 62 y La Paz
44.
Los incendios de bosques han sido autorizados por una ley de Evo Morales,
la 1171, de “Uso y Manejo Racional de Quemas”, que ahora se la conoce como la
“ley incendiaria”, que establece multas para quienes provoquen los incendios.
En una región de propiedad comunitaria, un incendiario no autorizado debe pagar
Bs 2,46 por hectárea afectada, un monto insignificante: un dólar vale
oficialmente Bs 6,96.
El gobierno informó que fueron detenidos siete pirómanos, pero ningún
narco armado de los que dispararon contra los bomberos.
NARCOMOCHILEROS, ENTERRABAN DROGA POR DISTINTOS CAMPOS AL CRUZAR DESDE BOLIVIA
Informe Salta de Argentina (https://acortar.link/I0QKx8)
El tráfico de drogas no se detiene en el Norte provincial y tiene que ver
con la cercanía a la frontera con Bolivia. El trabajo que se realiza desde
Gendarmería es arduo y a diario se reportan secuestros y detenciones pero la
inventiva de estos narcos no descansa ya que en las últimas horas se detectó
una banda que con "mochileros" pasaban drogas que eran enterradas en
campos argentinos y que sin lugar a dudas posteriormente eran retiradas para
ser distribuidas en nuestro País.
Fue así como miembros de Gendarmería Nacional detuvieron en la localidad
norteña de Aguaray a cuatro hombres e incautaron 14 kilos de cocaína.
Según se supo, la droga provenía del Estado Plurinacional de Bolivia y
era trasladada por “mochileros”, quienes realizaron un minucioso trabajo en
caminos rurales para despistar a las autoridades.
Las primeras detenciones ocurrieron en horas de la tarde del sábado
previo a las elecciones presidenciales, luego de realizar tareas investigativas
sobre una presunta banda delictiva dedicada al narcotráfico, por lo que
efectivos del Escuadrón 54 “Aguaray” desplegaron un control sobre la Ruta
Nacional 86, publicó El Tribuno.
En ese momento los funcionarios observaron que ocupantes de un vehículo
Ford ecosport y una moto, intentaron darse a la fuga a gran velocidad.
Inmediatamente, los uniformados realizaron un seguimiento controlado que
culminó a cinco kilómetros sobre un camino secundario, en donde lograron
detener a los involucrados.
Ante esa situación, en presencia de testigos, los gendarmes hallaron 14
paquetes de cocaína dentro de una mochila que contenía un total de 14 kilos 775
gramos.
Luego de realizar tres detenciones y decomisar la droga que estaba
distribuida en 14 paquetes dentro de una mochila, los gendarmes allanaron cinco
domicilios, en donde detuvieron a otro involucrado y secuestraron más elementos
de interés para la causa.
De esa manera confirmaron el modus operandi de la organización
narcocriminal y lograron incautar, además de la droga, vehículos, dinero en
efectivo y otros elementos de interés para la causa.
CUÑADO DE MARSET PASARÁ 8 MESES EN PRISIÓN
Cuñado de Marset fue condenado por el delito de autoevasión. A esto se le
suma un saldo de cinco años y un mes de pena que ya tenía por un homicidio.
Revista Caras y Caretas de Uruguay (https://acortar.link/CVLRu8)
Sebastián Alberti Rossi, cuñado del narcotraficante uruguayo Sebastián
Marset, se entregó este jueves de tarde ante dependencias de la Jefatura de
Policía de San José y fue condenado en un proceso abreviado por el delito de
autoevasión, por el que deberá cumplir ocho meses de prisión efectiva. Irá al
Penal de Libertad, como había anunciado el ministro del Interior, Luis Alberto
Heber.
Asimismo, según expresaron fuentes del Ministerio Público, le quedaba un
saldo de cinco años y un mes por cumplir por el delito de homicidio por el que
estaba condenado cuando huyó del penal en el que estaba recluido en San José en
abril de 2021. “Por ese tema se ofició al juzgado de Montevideo para que cumpla
el saldo de la pena pendiente”, detallaron las fuentes.
Alberti Rossi había sido condenado por tentativa de homicidio, luego la
víctima murió y la carátula del caso cambió. Primero estuvo recluido en la
cárcel minuana de Campanero y luego fue transferido a San José, donde debía
cumplir una pena de cinco años y ocho meses.
En agosto de este año, Interpol emitió una alerta roja por la captura
internacional de Alberti Rossi, ya que se lo acusa, además del homicidio, de
participar de la organización criminal de Marset. Alberti Rossi también es
requerido en Paraguay y la pasada semana la Policía de Bolivia informó que el
cuñado de Marset forma “parte del organigrama” de la organización criminal que
dirige el narco uruguayo.
Desde el entorno de Marset aseguran que habrá “más entregas” a la
Fiscalía.
Miles de policías continúan buscando en Bolivia a Sebastián Enrique Marset
Cabrera, el narcotraficante uruguayo que hace unos meses estuvo a punto de ser
capturado, cuando las autoridades allanaron su lujosa mansión en el
departamento de Santa Cruz.
En los allanamientos se incautaron 17 fusiles, una pistola, 1.915
municiones, 28 cargadores para diversos tipos de armas, cuatro chalecos
antibalas, una motocicleta, 31 vehículos (varios de alta gama), cuatro
cuatrimotos, un vehículo recreativo deportivo Terix. Además, se halló marihuana
y documentos.
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