Wednesday, August 20, 2025

BOLIVIA MÁS BLANCA: UN EXPRESIDENTE VS EL HIJO DE UN EXPRESIDENTE

La crisis boliviana es el reflejo de una izquierda fragmentada. La pugna interna entre Evo Morales y Luis Arce no solo debilitó al oficialismo, sino que abrió la puerta al retorno de la derecha. Una lección que no debe ignorarse.

La revolución indigenista de Evo Morales ha muerto. La segunda vuelta es un asunto entre dos hombres blancos. Más que una regresión es el retorno a una situación que es normal en los Andes. La sorpresa del domingo 17 de agosto en Bolivia es el triunfo inesperado de los cristiano-demócratas de centro con Rodrigo Paz, que pasa a segunda vuelta con 32%, frente al líder de derecha, Jorge ‘Tuto’ Quiroga, con 26% de los votos.
Ambos líderes pertenecen a la elite política y cultural boliviana y ambos fueron formados en universidades de EEUU. Sin embargo, el masismo cuenta con 19% de votos nulos después que el ex presidente Morales llamara a votar en nulo, al estar impedido de una nueva participación electoral presidencial. De momento queda claro el triunfo de un cambio de modelo en Bolivia, aunque la cuestión es el grado de intensidad de dicha transformación.
Una oposición mayoritaria
Independientemente a los nombres, el gran vencedor del domingo fue el antimasismo que ocupó los tres primeros puestos de la primera vuelta (alrededor del 70% de los votos). Desde cristiano-demócratas a liberales o conservadores, el triunfo de un movimiento anti-MAS es innegable. Con una mayoría legislativa y un apoyo popular rotundo las condiciones para un cambio de constitución de Bolivia son propicias. La subida del precio de los energéticos, la escasez de dólares, la inflación y el cansancio en torno a una izquierda anquilosada en la década del 2000, lleva a Bolivia por un nuevo camino, el cual todavía está por definir.
El peso geopolítico de Bolivia es clave en el escenario internacional tejido por el socialismo del siglo XXI, y es el socio más confiable de Caracas, pero también es uno de los pocos países que apoya al régimen de La Habana en todos los foros internacionales. Y, por si fuera poco, es uno de los pocos países de la región que promueve la denuncia a Israel por genocidio y violación a los DDHH. Su peso geopolítico es claro al ser un país alineado durante 2 décadas.
Perfiles
Rodrigo Paz Pereira, hijo del presidente Jaime Paz Zamora, nació en Santiago de Compostela, España, durante el exilio político de su padre en los años 70. Comparte con Tuto Quiroga el haber sido ambos formados en universidades de EEUU. La carrera de Paz pasó por ser diputado del partido que dirigía Quiroga en 2005, luego alcalde, y después senador. Su tono como opositor ha sido menos acalorado en la contienda. Algunos analistas estiman su candidatura como favorita, al vencer en segunda vuelta y que alinearse al centro con suavidad de una propuesta de cambio incierto lo terminó por acercar a Daniel Noboa de Ecuador, quien llegó al poder con un plan vago de cambio y ya en el poder se dispuso a políticas radicales. También se podría estimar ver en Paz una tercera vía de salvación de la política del MAS, como una especie de ‘caballo de Troya’ de última hora. Cabe recordar que Paz arrasó en votos en El Alto, bastión masista, y también se debe considerar que 20 años de izquierda hegemónica no se destejen tan fácilmente en la opinión pública boliviana. De ahí que la gente eligiese otorgar un voto cristiano-demócrata, pues busca un cambio, pero con moderación, es decir una transición.
Jorge ‘Tuto’ Quiroga es el rostro de la oposición al masismo hecho institución. Opositor sempiterno, Tuto fue presidente de Bolivia de 2001 a 2002 a causa de la enfermedad y posterior deceso de Hugo Banzer. A lo largo del gobierno de Evo, Tuto emergió como la encarnación de la oposición boliviana. Con un discurso social-liberal, la suya es una narrativa que no teme considerar a Perú y a Chile como modelo de desarrollo para Bolivia. Ha apostado por abrir el país al TLC con China, India y Canadá, y a alejar al Estado del apoyo incondicional de potencias como Irán, o al eje Caracas-La Habana.
En su discurso de pase a la segunda vuelta habló de la necesidad de superar las diferencias alimentadas por el masismo en 20 años de régimen, pero también ha sido claro en hacer cumplir la ley; esto en referencia a la investigación que se le sigue al expresidente Morales, por presunto abuso sexual a una menor. Cabe resaltar que Evo Morales está refugiado en el Chapare, Cochabamba, una región recóndita de Bolivia donde se encuentra con sus simpatizantes más acérrimos y que el gobierno no se ha atrevido a ir a apresarlo, a pesar de existir una orden judicial, esto por temor a un baño de sangre.
Algunos analistas consideran más viable un triunfo de Paz en segunda vuelta, pero hay quien opina que la salida cristiano-demócrata podría ser un ‘caballo de Troya’ de la izquierda para una salida ordenada del poder que garantice derechos colectivos, así como impunidad para la cúpula del régimen, aunque tampoco se puede descartar de un cambio de timón una vez ganara Paz; algo así como sucedió con Noboa en Ecuador, y que pasó de un discurso electoral vago, a una política radical desde el primer día del ejercicio en el Ejecutivo.
Por otro lado, tampoco se puede desestimar la fuerza de la izquierda que equivale a un cuarto de la población. Sin embargo, por ahora el problema son los dólares y el temor al desabastecimiento. Mientras tanto, Caracas y Buenos Aires, así como Brasil miran con interés el desenlace de esta novela boliviana en el marco del desarrollo de nuevas alianzas geopolíticas en la región rica en gas y litio.
La naturaleza del cambio en Bolivia podría definir adónde soplan los vientos en las próximas elecciones chilenas, así como también, peruanas y colombianas. Cualquier cambio en el tablero de juego tendrá repercusiones, e incluso podrá traducirse en un efecto dominó, dónde las fuerzas de izquierda parecen dar un paso al costado y ser desplazadas por políticas conservadoras y globalizadoras, o nacionalistas de derecha. Como dijo uno de los fundadores del partido izquierdista español ‘Podemos’, Juan Carlos Monedero, la debacle boliviana es el resultado de la división interna dentro de la izquierda y es una lección a tomar en cuenta. Es la consecuencia de la guerra fratricida entre Morales y Arce lo que ha llevado al regreso de la derecha. Lima Gris de Perú (https://n9.cl/bt1fxv)    
 
 
 
 
 
BOLIVIA: EL FIN DE UNA ERA
 
En opinión de Salvador Cosío Gaona, la caída del MAS no significa el fin de la izquierda en Bolivia, pero sí la necesidad de una profunda reconfiguración. Las sociedades cambian, los liderazgos se desgastan y el electorado busca alternativas
 
Sendero del Peje de México (https://n9.cl/p0eun)
 
En la historia reciente de América Latina, pocos procesos políticos han sido tan largos, influyentes y cargados de simbolismo como los casi veinte años de dominio del Movimiento al Socialismo (MAS) en Bolivia. La dupla Evo Morales–Luis Arce había logrado, entre luces y sombras, configurar un proyecto de continuidad que parecía inquebrantable. Sin embargo, los resultados de la primera vuelta electoral de este 2025 han roto los pronósticos: la izquierda se ha derrumbado, el oficialismo ha quedado fuera del poder y el país se encamina a una segunda vuelta inédita en el que dos conservadores, el senador Rodrigo Paz Pereira y el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, se disputarán la primera magistratura el próximo 19 de octubre.
No se trata solo de un cambio de nombres, sino de un auténtico viraje de época, un punto de inflexión que obliga a repensar las coordenadas políticas, sociales y económicas de Bolivia y, en general, de la región.
Resulta difícil exagerar lo que significó para Bolivia el ascenso de Evo Morales en 2006. El primer presidente indígena del país encarnó la esperanza de los sectores históricamente marginados: campesinos, comunidades originarias y trabajadores de las minas y del campo que, por generaciones, habían sido invisibilizados por las élites. Morales y su proyecto de “revolución democrática y cultural” rompieron con las estructuras tradicionales, impulsaron una nueva Constitución, dieron centralidad al Estado en la economía, y se valieron de la bonanza del gas y los minerales para sostener programas sociales que, durante un tiempo, redujeron la pobreza y fortalecieron la identidad nacional.
Pero el ciclo de bonanza terminó, y con él, también la narrativa de un cambio perpetuo. A los cuestionamientos por autoritarismo, corrupción y abuso de poder, se sumó el desgaste natural de un partido que, después de casi dos décadas en el poder, confundió continuidad con derecho adquirido. Luis Arce, que llegó como heredero del proyecto, nunca pudo consolidar un liderazgo propio ni recuperar el carisma de Evo. El MAS se fracturó internamente entre evistas y arcistas, y el electorado, cansado de las pugnas y la inercia, decidió cerrar el ciclo.
La derrota de la izquierda en primera vuelta es, en ese sentido, un hecho histórico: no solo porque expulsa al MAS del poder, sino porque marca el final de un modelo político que había dominado con puño de hierro el panorama nacional.
El escenario que se abre es igualmente inédito: Bolivia elegirá presidente entre dos opositores al MAS, ambos ubicados en el espectro conservador, pero con matices y trayectorias diferentes.
Por un lado está Rodrigo Paz Pereira, senador y heredero político de Jaime Paz Zamora, expresidente y figura histórica de la socialdemocracia boliviana. Rodrigo Paz, aunque se presenta como conservador moderado, busca capitalizar el voto joven, urbano y cansado de los viejos liderazgos. Su discurso gira en torno a la modernización del Estado, el respeto a las libertades individuales y una apertura económica ordenada, con énfasis en la inversión privada y el fortalecimiento institucional.
En la otra esquina aparece Jorge “Tuto” Quirogacl, viejo conocido de la política boliviana y expresidente. Quiroga representa la experiencia, el recuerdo de un político formado en los años de la transición democrática, con vínculos internacionales y una visión más ortodoxa en materia económica. Su apuesta es ara: seguridad jurídica, libre mercado y restablecimiento de relaciones plenas con Estados Unidos y las grandes potencias.
La segunda vuelta del 19 de octubre, por tanto, no será entre izquierda y derecha, sino entre dos derechas con acentos distintos: una más fresca y de recambio generacional, otra más experimentada y anclada en la tradición.
Explicar este viraje requiere analizar varios factores:
Cansancio social y hartazgo político. Veinte años de hegemonía desgastan incluso a los proyectos más sólidos. La población percibió que el MAS se había convertido en un aparato burocrático sin frescura ni autocrítica, más preocupado en perpetuarse que en resolver problemas.
Crisis económica. El fin del superciclo de materias primas dejó al descubierto la dependencia boliviana del gas y los minerales. El crecimiento se estancó, aumentó la deuda, y las políticas sociales dejaron de ser sostenibles. La narrativa del progreso ya no convenció.
Fracturas internas. El pleito entre Evo Morales y Luis Arce no solo debilitó al MAS, sino que mostró la incapacidad del partido para renovarse. Las facciones internas desgarraron al oficialismo justo en el momento en que más necesitaba unidad.
Cambio generacional. Una nueva camada de votantes, nacidos ya bajo el ciclo del MAS, no siente el mismo vínculo emocional con la “revolución democrática y cultural”. Para ellos, Evo y Arce representan pasado, no futuro.
Influencia regional. El debilitamiento de los gobiernos de izquierda en la región, sumado a la consolidación de liderazgos conservadores en países como Argentina, Paraguay y Ecuador, contribuyó al reacomodo boliviano.
Sea quien sea el vencedor de la segunda vuelta, Bolivia enfrenta desafíos mayúsculos:
Reconstrucción institucional. El MAS debilitó contrapesos, instrumentalizó la justicia y erosionó la confianza en las instituciones. Recuperar la independencia judicial y la fortaleza del Estado de derecho será tarea prioritaria.
Reactivación económica. Bolivia necesita diversificar su economía, atraer inversión y modernizar su aparato productivo. El gas, que fue motor de la bonanza, ya no alcanza para sostener el país.
Unidad social. El nuevo gobierno deberá tender puentes con las comunidades indígenas y campesinas, que si bien se alejaron del MAS, siguen demandando inclusión y respeto. La polarización no puede transformarse en exclusión.
Geopolítica y relaciones exteriores. Tras años de un enfoque más cercano a Rusia, China y aliados del eje progresista, Bolivia podría reorientar su política hacia Occidente. Eso puede abrir oportunidades, pero también generar tensiones internas.
Lo que ocurre en Bolivia debe leerse en clave latinoamericana. Estamos ante la confirmación de que los ciclos políticos en la región no son eternos. Así como la “marea rosa” de gobiernos de izquierda arrasó a principios de siglo, ahora observamos un corrimiento hacia la derecha, aunque con matices nacionales.
La caída del MAS no significa el fin de la izquierda en Bolivia, pero sí la necesidad de una profunda reconfiguración. Las sociedades cambian, los liderazgos se desgastan, y los electorados buscan alternativas cuando las promesas dejan de cumplirse.
Lo interesante es que, a diferencia de otros países donde la alternancia se da entre bloques claramente diferenciados, Bolivia vivirá un experimento peculiar: la competencia entre dos figuras conservadoras. Ello puede implicar estabilidad si logran consensos, pero también el riesgo de una rápida decepción si no se traducen en soluciones concretas a los problemas de la gente.
Bolivia se asoma a una nueva etapa de su historia política. El balotaje entre Rodrigo Paz y Tuto Quiroga no es solo un trámite electoral: es la confirmación de que el país decidió cerrar un ciclo y abrir otro, con todas las incertidumbres que ello conlleva.
El desafío será enorme: transformar el hartazgo en confianza, el desencanto en esperanza, y demostrar que la democracia boliviana es capaz de renovarse sin caer en los extremos. El 19 de octubre no solo se elige presidente: se elige también si Bolivia será capaz de construir un nuevo pacto social, más incluyente, más plural y más sintonizado con los retos del siglo XXI.
Porque más allá de nombres y partidos, lo que está en juego es el alma de una nación que, tras veinte años de hegemonía, busca reescribir su destino.
 
 
 
 
 
ADIÓS AL SOCIALISMO VERSIÓN BOLIVIANA
 
La República de Colombia (https://n9.cl/sufej7)
 
La república pluriétnica, multicultural y ancestral de Bolivia ha decidido virar el rumbo. El MAS, partido fundado por Evo Morales, que gobernó durante casi dos décadas, quedó en ruinas. El centrista Rodrigo Paz Pereira emergió como líder con 32% de los votos, seguido por el conservador y expresidente Jorge “Tuto” Quiroga con cerca de 27%. La izquierda prácticamente desapareció: la fórmula ‘evista’ apenas alcanzó un 3% y la izquierda disidente reunida bajo Andrónico Rodríguez obtuvo un 8%.
Este resultado simboliza el fin de una hegemonía que, aunque defendida con pasión por el izquierdismo latinoamericano, dejó tras de sí un modelo agotado, corroído por profundas fracturas internas y una economía al borde del colapso. Inflación, escasez de dólares, combustible y descontento popular convergieron en un rechazo al estatismo que una vez prometió inclusión y prosperidad.
No hay que olvidar que la piedra fundacional del “milagro” económico del evismo fue la nacionalización del gas en 2006, celebrada con himnos, banderas y discursos sobre soberanía. Durante un tiempo, los ingresos extraordinarios financiaron bonos sociales y dieron la ilusión de prosperidad infinita. Pero, como suele suceder cuando se confunde la caja con el patrimonio, las inversiones privadas se evaporaron, la exploración se detuvo y la producción declinó inexorablemente. Hoy Bolivia, otrora exportador orgulloso, debe importar combustibles para sobrevivir: una ironía más amarga que el propio gas natural que ya no produce. Con una inflación de 17% anual, en cualquier país es difícil vivir sabroso. El nacionalismo energético resultó ser un festín a crédito, y la factura llegó justo a tiempo para estas elecciones.
La quiebra, sin embargo, no es solo económica. El liderazgo de Evo Morales -incluyendo su influencia indirecta desde el exilio y su llamado al voto nulo, que alcanzó un histórico 19%- sufrió una quiebra moral cuando al líder aymara de tiernos 57 años se le acusó de pedofilia después de que le pagó favores políticos a los padres de una niña menor de edad a la cual acabó dejando embaraza.
Quienes vivieron el auge del MAS recordarán sus políticas redistributivas y de fuerte presencia estatal. Sin embargo, esa misma presencia fue pieza clave de su declive: acumulación de poder, dependencia de recursos volátiles y falta de inversión privada llevaron al desastre. El socialismo a la boliviana prometía justicia social, pero terminó profundizando desequilibrios, restringiendo libertades económicas y perpetuando el caudillismo de un personaje oscuro y hasta criminal.
La lección es clara y el sarcasmo indispensable: cuándo uno cree que el socialismo (o alguna versión del “cambio” romántico) puede eternizarse por decreto, termina cayendo por su propio peso. Bolivia lo hizo sin dramas. En Venezuela y en Cuba se mantiene a punta de la más feroz represión. Esperemos que en Colombia el petrismo salga por la puerta de atrás. El socialismo latinoamericano, si hace cine, hoy estrenaría una duro drama de época: “Auge y caída de un modelo fracasado”.
 
 
 
 
 
EDITORIAL. EL GIRO EN BOLIVIA
 
Lo que se juega en los próximos meses es, sobre todo, la posibilidad de demostrar que puede cerrar un ciclo de confrontación.
 
El Tiempo de Colombia (https://n9.cl/9xvbv)
 
Bolivia vivió un verdadero terremoto político en las urnas el domingo pasado. Tras casi dos décadas de hegemonía, el Movimiento al Socialismo (MAS) a duras penas pudo superar el umbral para así conservar su personería jurídica al obtener el 3,16 por ciento de los votos. Es, sin duda, un castigo contundente al legado de Evo Morales, hoy inhabilitado, con orden de captura y señalado por graves delitos que lo tienen huyendo de la justicia. Ese voto de rechazo, sin embargo, tiene explicación también en el hastío frente a un ciclo de poder que terminó devorándose a sí mismo en medio de fracturas internas, corrupción y una gestión económica que dejó al país al borde del colapso.
Así las cosas, la segunda vuelta que disputarán Rodrigo Paz Pereira y Jorge ‘Tuto’ Quiroga no es solo la primera en la historia democrática boliviana: también es la oportunidad de pasar la página de una confrontación que ha dividido en dos a la sociedad desde 2006. Aunque la caída del MAS no significa el fin de la polarización. Evo Morales, refugiado en Cochabamba, aún tiene capacidad de movilización, y un paso en falso del nuevo gobierno bien podría reavivar la agitación social.
Con todo, el mandato de los votantes fue claro: abrir un nuevo capítulo en el que las disputas no se definan entre lealtades a un caudillo o rechazo visceral a él, sino en torno a la capacidad de construir consensos mínimos para salir de una difícil situación. El país afronta una inflación de 24 %, reservas exiguas y un déficit insostenible. Dadas las circunstancias, gobernar sin mayorías legislativas exigirá diálogo, realismo y renuncias mutuas.
Lo que se juega Bolivia en los próximos meses no es solo la definición entre dos candidatos de centro y derecha. Es, sobre todo, la posibilidad de demostrar que puede cerrar un ciclo de confrontación estéril y empezar a escribir otro basado en acuerdos básicos para avanzar hacia mejores días. Lo que sería, además, lección para la región.
 
 
 
 
 
EDITORIAL. LECCIONES DE BOLIVIA
 
Bolivia es una muestra de cómo se puede echar a perder un proyecto político que tuvo enormes logros en justicia social.
 
Aporrea de Venezuela (https://n9.cl/051xe)
 
Evo Morales logró sacar a más de 3 millones de bolivianos de la pobreza en sus 13 años de gobierno. Más aún. La pobreza extrema, una de las condiciones sociales más difíciles de erradicar, bajó del 38 al 15% y la desigualdad se redujo, según el coeficiente de Gini, de 0.60 a 0.47. Por ello, Bolivia fue clasificada en el Informe Mundial de Desarrollo Humano de 2018 como un país de desarrollo alto.
Su bonanza estaba cimentada en cuatro ejes: la nacionalización de recursos estratégicos, el estímulo al mercado interno, la inversión pública en infraestructura y la industrialización del el gas y el litio. A ese crecimiento económico sostenido se agregaba una transformación política, con una nueva Constitución que debatió las bases del Estado Plurinacional. Bolivia era entonces ejemplo a seguir para las izquierdas en América latina.
El golpe de Estado de 2019 provocó una grave crisis política, social, institucional y económica, que se vio profundizada por la pandemia. Pero, los sectores populares que sostuvieron el proceso de cambio lograron una proeza: recuperarse del golpe y regresar al poder en un año, por la vía democrática. Sin embargo, algo falló en el plan. La responsabilidad de mantener el proyecto político fue entregada a Luis Arce, quien había sido Ministro de Economía del gobierno de Morales. Y Arce arrastró a Bolivia a un precipicio con decisiones equivocadas, el retroceso del Estado como actor económico central y la obsesión por quitar a Evo del camino. Hacia el final de su gestión, la combinación de desabastecimiento, inflación y falta de dólares había provocado una crisis multidimensional que debilitó la capacidad del Estado para cumplir funciones redistributivas, estabilizadoras y productivas
Bolivia vive hoy una crisis energética de magnitudes impensadas, contaba hace dos meses Adriana Salvatierra en Diario Red. «Desde fines de 2023, el país sufre constantes olas de escasez de combustibles. En los momentos más críticos, las personas pasan más de seis horas en fila para conseguir gasolina o diésel, afectando la producción y el transporte, mientras camiones, maquinarias y buses pueden esperar hasta tres días para abastecerse». Arce, quien fue electo en 2020 con 55% de los votos, terminó su mandato con apenas 1% de intención de voto, tuvo que renunciar a la candidatura presidencial y puso en la cuerda floja la existencia del MAS-IPSP, partido que ganó cinco elecciones consecutivas desde 2005.
Al desastre económico y social hay que agregarle otro elemento: Arce hizo todo lo que pudo para destruir el liderazgo de Evo Morales, como dice Sacha Llorenti en estas mismas páginas: ”el robo de la sigla del MAS-IPSP, la anulación de toda posibilidad de participación con otra sigla, la toma violenta de las organizaciones sociales, la inhabilitación de Evo Morales, el atentado contra su vida, la persecución y el encarcelamiento de más de cien personas que protestaron contra la proscripción y, como fue denunciado por Diario Red, pagos a jueces y vocales el Tribunal Supremo Electoral para sacarlo del tablero electoral”.
La primera lección que nos dejan los resultados electorales de Bolivia, entonces, obliga a pensar en la elección del sucesor de quienes encabezan los grandes proyectos transformadores. Lo mismo en Ecuador, con Lenin Moreno, que en Argentina, con Albero Fernández, y ahora en Bolivia, dejar la responsabilidad de mantener un proyecto político en las manos equivocadas puede llevar el país a un barranco.
Una segunda lección tiene que ver con las fracturas en los movimientos populares y la incapacidad de sus líderes de llegar a acuerdos ante un enemigo común. Así, Andrónico Rodríguez decidió postularse sin escuchar al bloque popular que pedía respaldar a Morales y el expresidente decidió acusar traición de Rodríguez, negando un respaldo que habría puesto la candidatura del joven político en el campo de batalla.
En medio de esa refriega entre los candidatos del movimiento popular, nadie vio venir el crecimiento de Rodrigo Paz, un centroderechista que se presenta como un outsider, y que, en esta primera vuelta, sorprendió a propios y extraños al ponerse a la cabeza del proceso. Nadie vio venir, tampoco, el corrimiento del voto popular de jóvenes que, hartos de la situación económica y la crisis política, eligieron a la derecha.
 
 
 
 
 
BOLIVIA EN LA ENCRUCIJADA: EL OCASO DEL MAS Y LOS DESAFÍOS DE UNA NUEVA ERA POLÍTICA
 
Tras casi 20 años de hegemonía, el Movimiento al Socialismo (MAS) sufrió un colapso histórico en las urnas. La división entre Evo Morales y Luis Arce, el agotamiento del modelo económico y el descontento social explican su derrota. Ahora, Bolivia enfrenta una segunda vuelta entre dos proyectos de derecha, mientras la izquierda lucha por no desaparecer.
 
La Mañana de Uruguay (https://n9.cl/0ck0u9)
 
El domingo 18 de agosto de 2025 quedará marcado en la historia boliviana como el día en que el Movimiento al Socialismo (MAS), la fuerza política que dominó el país durante casi dos décadas, sufrió su derrota más contundente. Con apenas un 3,14% de los votos en las elecciones presidenciales, el partido que llevó a Evo Morales y Luis Arce al poder quedó relegado al sexto lugar, superado incluso por candidaturas marginales. En su lugar, dos figuras de centroderecha, Rodrigo Paz Pereira (32%) y Jorge Tuto Quiroga (27%), se perfilan como los finalistas de una segunda vuelta que definirá el rumbo de una nación sumida en una profunda crisis económica y social.
Este giro político no es producto de la casualidad, sino la consecuencia de un proceso de desgaste acelerado que combinó divisiones internas, agotamiento de un modelo económico y el malestar ciudadano frente a la escasez y la inflación. Para comprender cómo Bolivia llegó a este punto, es necesario analizar los tres factores clave que explican la caída del MAS: la fractura irreparable entre sus líderes históricos, el colapso del “milagro económico” que los sostuvo y el surgimiento de un electorado que, hastiado, votó por el cambio.
La autodestrucción del MAS: cuando la pelea por el poder acabó con el proyecto
El Movimiento al Socialismo no fue derrotado por la oposición; se derrotó a sí mismo. La ruptura pública entre Evo Morales y Luis Arce, ocurrida en septiembre de 2023, marcó el principio del fin para un partido que durante años se presentó como monolítico. Morales, el líder indígena que gobernó Bolivia entre 2006 y 2019, anunció entonces su intención de candidatearse nuevamente, desafiando abiertamente a Arce, su propio delfín político.
El conflicto escaló rápidamente. Morales acusó al gobierno de sabotear su candidatura, mientras Arce –cuyo índice de aprobación ya rozaba el 15%– intentó consolidar el control del partido mediante alianzas con sectores menos vinculados al expresidente. La gota que colmó el vaso llegó cuando el Tribunal Constitucional, en una decisión sin precedentes, inhabilitó a Morales bajo argumentos legales que sus seguidores calificaron de “persecución política”.
El resultado fue una diáspora electoral sin retorno. El MAS se partió en tres:
Los oficialistas, que apoyaron la candidatura testimonial de Eduardo del Castillo (exministro de Arce) y obtuvieron el peor resultado en la historia del partido (3.14%).
Los evistas, que siguieron a Andrónico Rodríguez (8%) pero vieron cómo su llamado a votar nulo (18%) solo fragmentó más el voto útil.
Los desencantados, que migraron hacia opciones opositoras buscando soluciones inmediatas a la crisis.
“El MAS cometió un error fatal: creyó que su base social lo seguiría ciegamente, pero subestimó el cansancio de la gente ante sus peleas internas”, explica la analista política María Fernanda Becerra. “Cuando Morales y Arce se enredaron en su batalla personal, olvidaron que el verdadero contrato con los bolivianos era económico, no ideológico”.
El fin del “milagro”: cómo el modelo económico del MAS se agotó
Durante años, el discurso del MAS se sostuvo en un argumento incontestable: bajo su gobierno, Bolivia había experimentado un “milagro económico”. Entre 2006 y 2019, el país creció a un promedio del 4,8% anual, la pobreza extrema se redujo a la mitad y las reservas internacionales superaron los 15 mil millones de dólares. Sin embargo, este éxito dependía de dos pilares que terminaron por ceder: los altos precios del gas natural y el gasto público sin restricciones.
La crisis comenzó a hacerse visible en 2020. La pandemia golpeó los ingresos fiscales, pero el gobierno de Arce insistió en mantener subsidios y controles de precios. Para 2023, con los precios del gas en mínimos y las reservas en caída libre, Bolivia enfrentaba un escenario inédito:
Déficit fiscal del 10,2% del PIB, el más alto de Sudamérica.
Inflación anual del 25%, solo superada por Argentina y Venezuela.
Escasez crónica de dólares, con un mercado paralelo donde el tipo de cambio alcanzaba 13,6 bolivianos (frente al oficial de 6,96).
El momento simbólico llegó en marzo de 2023, cuando imágenes de ciudadanos haciendo colas interminables frente a bancos –intentando comprar dólares– y estantes vacíos en supermercados dieron la vuelta al país. “Fue el día en que los bolivianos entendieron que el modelo ya no daba para más”, señala el economista Raúl Mayorga. “El Estado ya no podía sostener artificialmente el consumo, y la gente empezó a sufrir en carne propia el descalabro”.
La rebelión de las urnas: por qué ganaron Paz y Quiroga
En este contexto, el ascenso de Rodrigo Paz Pereira –hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993)– representa un fenómeno político singular. Un candidato que no figuraba en las encuestas iniciales logró capitalizar el anhelo de cambio con un mensaje simple: “Capitalismo para todos”. Su propuesta, aunque carente de detalles técnicos, resonó en un electorado hastiado del estatismo.
Por su parte, Tuto Quiroga (expresidente entre 2001-2002) apeló al discurso del “cambio radical”, prometiendo desmontar lo que llama “20 años de populismo”. Su experiencia de gobierno y su retórica tecnocrática le valieron el respaldo de las élites urbanas, aunque también generan recelos en sectores populares que lo vinculan con el neoliberalismo de los años 90.
Lo revelador, sin embargo, no es el triunfo de estos candidatos, sino el colapso de la izquierda en su conjunto. Según una encuesta de Panterra, el 89% de los bolivianos deseaba un “cambio de rumbo” antes de las elecciones. Y los números lo confirman: entre el MAS oficialista (3,14%), Andrónico Rodríguez (8%) y otros grupos minoritarios, las fuerzas progresistas no superaron el 15% del electorado.
El difícil camino que espera al ganador
El 19 de octubre, Bolivia no solo elegirá entre Paz y Quiroga; decidirá qué tipo de capitalismo prefiere para enfrentar la crisis. El primero ofrece un gradualismo con rostro humano; el segundo, un ajuste más drástico. Pero más allá de las diferencias, ambos compartirán desafíos inmediatos:
Restablecer la confianza en el sistema financiero.
Negociar con el FMI sin desatar protestas sociales.
Diversificar una economía que ya no puede depender solo del gas.
El MAS, mientras tanto, enfrenta su hora más oscura. Sin Evo Morales como candidato y sin los recursos que sostuvieron su hegemonía, deberá reinventarse o correr el riesgo de quedar como un partido testimonial. Lo que queda claro es que Bolivia, tras 20 años de experimento socialista, ha elegido mirar hacia otro lado. La pregunta que queda pendiente es si los nuevos gobernantes estarán a la altura de las expectativas que ellos mismos han creado.
 
 
 
 
 
BOLIVIA: CIERRE DEL CICLO DEL MAS Y GIRO AL CENTRO POLÍTICO
 
La Diaria de Uruguay (https://n9.cl/vfcu1)
 
El pasado domingo Bolivia asistió a las urnas para elegir presidente, vicepresidente y 130 legisladores entre senadores y diputados. Los resultados sorprendieron porque el ganador, con el 32,1% de los votos, fue Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), a quien ninguna de las más de 18 encuestas daban como líder. Los favoritos Tuto Quiroga y Samuel Doria Medina lograron el 26,8% y el 19,8% de los votos, respectivamente. Por su parte, aunque ya anunciado pero no por eso menos sorpresivo, el MAS pasó de ser un partido dominante durante casi 20 años a quedarse con el 3,2% de los votos y obtener un solo diputado.
¿Qué es lo que ha pasado? ¿Cómo Rodrigo Paz logró ganar la elección? ¿Cómo fue que la oposición de derecha terminó perdiendo? Durante todo el proceso electoral, Samuel Doria Medina, de Unidad Nacional, y Tuto Quiroga, de Libre, quienes se ofrecían como la alternativa al MAS, lideraron todas las encuestas. Esto hizo que a inicios de este año se generara gran expectativa respecto de una unidad de la oposición para “hacerle frente al MAS”. Esta iniciativa terminó fracasando y la imagen de ambos políticos ante la opinión pública se vio degradada por la disputa por intereses personales, lo que podría haberle abierto la posibilidad al MAS de mantenerse en el poder.
Ya en plena campaña, Quiroga y Doria Medina, quienes creyeron en las encuestas y se convencieron de que irían a la segunda vuelta electoral, empezaron a atacarse, y en las redes sociales se desató una guerra sucia, con noticias falsas y calumnias mutuas. Mientras los candidatos mencionados se desgastaban, Rodrigo Paz estuvo fuera de la disputa y logró desplegar su prédica electoral sin mayores problemas ni turbulencias. Paz propuso capitalismo para todos, o “platita para todos”, y prometió más subvenciones y reducción de impuestos y aranceles. Una propuesta más cercana a la izquierda estatista que a la liberal de Tuto y Samuel.
En este sentido, y dada la crisis económica, la mayoría consideró que hacen falta políticas que reactiven la economía y estabilicen el tipo de cambio; una buena parte de la clase media y pobre sintió temor ante las propuestas de shock que agravarían aún más su (precaria) situación económica. Abiertamente, tanto Quiroga como Doria Medina tomaron como ejemplo a seguir las propuestas radicales del presidente argentino, Javier Milei. Paz, con una propuesta más moderada, logró captar la atención de una buena parte del electorado.
Por otro lado, en esta elección se trató de proyectar renovación. Desde la izquierda, con Eduardo del Castillo y Andrónico Rodríguez, ambos menores de 40 años y provenientes del tronco del MAS. Pero mientras que a Del Castillo le jugó en contra el pesado lastre de ser el candidato del mal gobierno de Luis Arce, a Rodríguez le pesó ser un candidato al que la derecha criticaba por su cercanía a Evo Morales, al mismo tiempo que Morales lo acusaba de traidor. En la derecha, mientras tanto, no se podía hablar de renovación ni de ideas nuevas: tanto Quiroga como Doria Medina son políticos que han sobrevivido al agotamiento del sistema de partidos previo al ascenso de Evo Morales en 2006 y que ofrecían una receta, ya probada, como la desestatización y la economía de mercado.
En este contexto, quien tenía las de ganar era el binomio del PDC, compuesto por Rodrigo Paz y Edman Lara. Aunque Paz es un político fogueado con 26 años de trayectoria, sobre todo como líder subnacional, el excapitán de policía Edman Lara es un clásico outsider que, con una prédica en redes sociales, logró colocarse como el adalid de la lucha contra la corrupción. Lara había denunciado previamente a miembros de la institución del orden por actos de corrupción y en agosto de 2024 fue dado de baja de forma definitiva de la Policía boliviana.
De todos modos, al mirar los datos desde una perspectiva territorial se percibe que la disputa política en Bolivia tiene un fuerte componente regional. El PDC –MAS en su momento– ganó en departamentos como Oruro, Potosí y La Paz, más la populosa ciudad de El Alto, con un promedio superior al 45%. En cambio, Quiroga y Doria Medina tienen buena votación en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, la otrora “media luna” donde un partido que viene de occidente siempre tiene problemas para llegar al electorado.
Rodrigo Paz y Tuto Quiroga definirán la elección en balotaje el 19 de octubre. El desafío para Paz radica en avanzar electoralmente sobre el departamento de Santa Cruz y los espacios urbanos más acomodados. El reto de Quiroga se centra en convencer a los sectores medios y pobres de las bondades de un modelo económico de mercado como alternativa al del MAS, pero sin gran afectación a los sectores de menos ingresos.
 
 
 
 
 
BOLIVIA ENTIERRA EL SOCIALISMO
 
La debacle del Movimiento al Socialismo tras veinte años de hegemonía que inició Evo Morales abre paso a una liberalización profunda
 
La Razón de España (https://n9.cl/zzo7fx)
 
Bolivia afronta una encrucijada histórica tras veinte años de dominio político del Movimiento al Socialismo. Dos décadas de estatismo, clientelismo y despilfarro han desembocado en un escenario económico calamitoso: déficit público de más del 10% del PIB, inflación interanual del 25% y problemas crecientes de abastecimiento de alimentos y combustibles. El modelo de Evo Morales y Luis Arce, que durante años se presentó como un ejemplo de “redistribución inclusiva”, ha terminado por colapsar bajo el peso de sus propias contradicciones.
El derrumbe económico ha ido acompañado de un desplome político. El candidato oficialista apenas ha obtenido el 3,2% de los votos y un escaño en el Congreso frente a los 75 que controlaba el MAS hace tan solo unos años. Aunque una parte del voto radical-populista se ha canalizado hacia la escisión de Andrónico Rodríguez (8,2% de los votos) y otra se ha expresado en el voto nulo impulsado por Evo Morales (20% de los sufragios), el bloque de izquierda dura apenas suma un 30% del electorado, frente al 55%-60% que concentraba en elecciones pasadas. La implosión de la hegemonía socialista es evidente.
La oposición no socialista —cuatro fuerzas que juntas controlan el 90% del Congreso— dispone ahora de la posibilidad de reformar de arriba abajo la Constitución diseñada por Morales. El futuro presidente, que se decidirá en segunda vuelta entre Rodrigo Paz y Jorge Quiroga, deberá enfrentar el desafío central: reconducir un déficit fiscal insostenible sin asfixiar aún más a una economía exhausta.
Rodrigo Paz apuesta por una descentralización fiscal que transfiera competencias y cargas a provincias y universidades, complementada con una amnistía fiscal y rebajas arancelarias. Su propuesta contiene elementos positivos —particularmente la reducción de barreras comerciales— pero también el riesgo de un ajuste a medias, que simplemente desplace la factura del déficit a otros niveles de la administración.
Más radical es el planteamiento de Jorge Quiroga, que plantea un recorte decidido del gasto público siguiendo la estela de Javier Milei en Argentina, junto con la salida del MERCOSUR para firmar acuerdos de libre comercio globales y la privatización de empresas estatales mediante reparto de acciones a los ciudadanos. Se trataría, en suma, de una estrategia de liberalización mucho más nítida y transformadora.
Bolivia tiene, tras dos décadas perdidas, la oportunidad de modernizar su economía desmontando el entramado intervencionista y clientelar del MAS. Si desperdicia esta coyuntura, el populismo podría regresar reforzado. Y con él, la condena a otra larga etapa de estancamiento y atraso.
 
 
 
 
 
EL GIRO DE BOLIVIA: LA SORPRESA MÁS ANUNCIADA DE LA HISTORIA
 
Quién es el candidato que disputará la segunda vuelta con Tuto Quiroga. Evo Morales mostró músculo con el voto nulo pero la izquierda no disputará el ballotage.
 
Cenital de Argentina (https://n9.cl/xhtth)
 
Rodrigo Paz Pereira se impuso sorpresivamente en la primera vuelta electoral boliviana, cuadruplicando las cifras con las que aparecía en las diversas encuestas previas. Nacido en Santiago de Compostela en 1967, Paz Pereira es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora –exiliado en Galicia al calor de los golpes militares característicos en el siglo XX boliviano, antes de arribar al Palacio Quemado entre 1989 y 1993–. Hizo campaña con el slogan “capitalismo para todos”, rechazando la expansión estatal bajo la esfera del MAS y prometiendo reducir impuestos.
Actualmente senador, la candidatura de Paz Pereira se hizo viral por su candidato a vicepresidente, el capitán Edman Lara, un expolicía furor en TikTok. “Las clases subalternas están con el capitán Lara y los altos mandos están temblando”, dijo Lara al prometer cambios estructurales en la policía boliviana si la fórmula es elegida en la segunda vuelta, prevista para el 19 de octubre. «El problema no es ideológico, es la corrupción. Hay que mirar al frente, es tiempo de nuevas ideas», propuso el hombre viral, de gira mediática, y con cita a Nayib Bukele, presidente de El Salvador, cómo su referencia internacional.
En 2023, tras el triunfo de Javier Milei en Argentina, una empresa de servicios digitales llamada Coolosa le preguntó a más de 4 mil personas quién podría ser un Milei boliviano. Lara ganó aquella votación con 21.6%, por sobre otras figuras como Luis Fernando Camacho y María Galindo. Otra curiosidad adicional es que también figura en ese sondeo, aunque más relegado, el propio candidato a presidente, Rodrigo Paz Pereira.
El binomio irá al ballotage con el exmandatario Jorge Tuto Quiroga, que focalizó su campaña en evitar que Bolivia se convierta en Venezuela, Cuba y Nicaragua, a las que llamó dictaduras trogloditas. “Va a llegar el amanecer de un largo y eterno día. El sol de Bolivia va a tener impacto regional”, prometió Quiroga a NTN 24 en la previa de la primera vuelta. Su candidato a vice, Juan Pablo Velasco, impuso en la campaña una gorra que copia la estética del presidente estadounidense Donald Trump, bajo la consigna aggiornada de “Make Bolivia Sexy Again”.
Grandes perdedores: Samuel, Claure y Arce
Los grandes perdedores de la elección fueron Samuel Doria Medina y el gobierno de Luis Arce Catacora. El empresario cementero- gastronómico- hotelero posó de outsider en los debates e intentó copiar a Milei con una propuesta titulada “100 días, carajo”. Contó con el apoyo público de Marcelo Claure, el multimillonario boliviano dueño del Bolívar, uno de los principales equipos de fútbol del país (que llegó a las semifinales de la Copa Libertadores 2014 que ganó San Lorenzo). Claure, cuya fortuna asciende a dos mil millones de dólares, intentó desde 2024 incidir en la política boliviana con entrevistas en directo desde EE.UU., donde vive.
Algunos analistas creen que su apoyo explícito fue uno de los principales errores de Samuel: quedó claro que el magnate, admirador de Elon Musk, también anhelaba el litio. «El ciclo del MAS se acabó. Me comprometo a apoyar toda iniciativa que saque a Bolivia de la crisis. Prometí apoyar al primero y ese candidato es Rodrigo Paz Pereira», dijo Doria Medina el mismo domingo, aceptando otra derrota en su extenso historial.
El candidato de Arce, Eduardo Del Castillo, sacó 52% menos que el actual presidente en 2020, lo que demuestra estadísticamente el rechazo que la población boliviana sintió por el gobierno de Lucho, marcado por la escasez de dólares, la caída en las exportaciones de gas, el desabastecimiento de combustible y un aumento en los precios de los alimentos. Tampoco el masismo decantó masivamente por Andrónico Rodríguez, presidente del Senado y (ex) ladero de Evo Morales en las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba: el líder cocalero se sintió traicionado por Andrónico y no acompañó su candidatura, que se fue diluyendo con el correr de las semanas: sin rumbo claro, sin asistir a los primeros debates y bastante descafeinado en las intervenciones públicas. Morales llegó a catalogar al joven politólogo como “candidato de Lucho Arce, de Marcelo Claure, y del imperio”. Exageró, pero a la vez lo encapsuló y acorraló.
Evo, el nulo y la obstrucción de la izquierda en el ballotage
No habilitado para disputar un nuevo mandato presidencial, Evo definió junto a sus seguidores la estrategia de voto nulo, consistente en denunciar la irregularidad de los comicios sin su presencia. “Una elección sin el pueblo. Una democracia sin la Bolivia profunda. Ojalá la OEA entienda esto. Ojalá la Misión Europea entienda esto. No quiero pensar que quieran avalar una proscripción. No dijeron la verdad sobre estas elecciones”, se pronunció sobre las delegaciones de observación internacional tras votar –custodiado por sus seguidores– en el Trópico de Cochabamba, bastión donde resiste una orden de detención.
“Con el ingreso del voto del campo va a seguir creciendo el voto nulo. El nulo está en tercer lugar. Con nulo y blanco, en segundo lugar. Si sumamos ausentismo, blanco y nulo estamos primeros”, dijo Evo el lunes posterior a la elección, a primera hora, en Radio Kawchasun Coca, su medio en Chapare. Una originalidad matemática para buscar presentarse aún más vencedor –en la interna lo es– en una elección donde el masismo fue ampliamente derrotado.
Hay una particularidad poco explorada en los análisis sobre Morales y la elección 2025. El histórico líder del proceso de cambio boliviano no podía presentarse como candidato presidencial. Pero sí podía hacerlo, tal como buscaron Andrónico Rodríguez y hasta dirigentes del arcismo, en las categorías de senador, diputado y hasta vicepresidente. De haberlo hecho, seguramente, otro hubiera sido el desenlace.
García Linera y la interna fraticida
Contundentes palabras le puso al cuadro electoral el histórico vicepresidente de Evo, leal hasta en el exilio, Álvaro García Linera. “Un mediocre economista que está por casualidad como presidente y que creyó que podía desplazar al líder carismático indígena (Evo) proscribiéndolo electoralmente. Por otro, el líder que, en su ocaso, ya no puede ganar elecciones, pero sin cuyo apoyo tampoco se gana, y que se venga ayudando a destruir la economía sin comprender que en esta hecatombe también se está demoliendo su propia obra”, sintetizó, demoledor sobre la interna fraticida, García Linera en su columna de opinión en el periódico La Jornada de México.
Refugiado en la Argentina durante el inicio del gobierno del Frente de Todos, García Linera fue advirtiendo a sus compañeros de ruta bolivianos de los peligros que conllevaba desarrollar una interna a cielo abierto en un gobierno que a su vez no podía contener el aumento de precios. Ni Evo ni Arce ni Choquehuanca ni Andrónico Rodríguez parecieron tomar real dimensión de los presagios de tempestades que hoy ya son diluvio presente. Todos, en mayor o menor medida, pagarán las consecuencias de la derrota que no es solo electoral, sino también política.
La proyección legislativa también es incontrastable para graficar la debacle: apenas seis diputados y cero senadores (sí, cero) representarán a un bloque que, elegido mayoritario en 2020, ya se había partido al compás de la disputa interna.
Lo que viene
“Gobernará Paz, y todo el equipo del padre de Paz, el mirismo de los 90. Pero ganó la elección Lara”, le dice a Cenital en off una fuente que conoce de primera mano el pasilleo de la política boliviana, con la hipótesis de un posible triunfo de la revelación electoral. Falta mucho para comprobar eso: Quiroga cuenta con probados contactos en el escenario internacional que apoyarán al viejo conocido antes que a un nuevo por conocer. Durán Barba, estratega de Tuto, lo sabe. Pase lo que pase, Bolivia dejará atrás el ciclo masista por primera vez tras una elección (lo que no sucedió en 2019, con Morales depuesto por una insurrección que derivó en un golpe de Estado).
¿Qué hará el gobierno entrante con la orden de captura que pesa sobre Evo? ¿Ordenarán un mega operativo sobre Chapare que pueda a su vez derivar en mayor conflicto social con la muy probable resistencia de los partidarios evistas? ¿O negociarán con el expresidente un salvoconducto a otro país? Todas las hipótesis están sobre la mesa. Incluido el sueño húmedo de la extrema derecha boliviana: una extradición del expresidente a Estados Unidos. Antes vendrá la segunda vuelta. Morales, por ahora, resiste, confiado en que tras el ajuste venidero (vendrá, concluyen todos) se produzca un revulsivo social que lo lleve en andas a la Plaza Murillo.
 
 
 
 
 
BOLIVIA Y EL PÉNDULO DE LA HISTORIA
 
La victoria de Rodrigo Paz revela la presencia de fuerzas de cambio en América Latina
 
Infobae de Argentina (https://n9.cl/x76ep)
 
La victoria de Rodrigo Paz en las elecciones presidenciales celebradas en Bolivia el 17 de agosto revela la presencia de fuerzas de cambio en América Latina. Dichas fuerzas vuelan sobre las corrientes del agotamiento de un modelo de gobernanza que, si bien incitó el entusiasmo de los pueblos, prontamente reveló su semilla autoritaria y su estulticia económica. Al igual que en Venezuela en el 2024, cuando el pueblo rechazó de manera contundente el liderazgo chavista, en Bolivia el 82% del electorado votó en contra del MAS. En ambos casos, el liderazgo gobernante había sumido a estas dos naciones en la miseria y en la violencia política, cuyos resultados fueron perder el respeto y el apoyo de la creciente clase media boliviana y la mermada y empobrecida clase media venezolana. El hecho devela además el fin de un modelo de gobernanza marcado por el autoritarismo que, envuelto en banderas de izquierda, destruyó el estado de derecho y provocó una estruendosa merma en las condiciones de vida de las familias.
El comienzo de las etapas de ascenso de los regímenes autoritarios de izquierda estuvo marcado por el profundo descontento de las clases populares con la conducta de las élites nacionales durante las dos últimas décadas del siglo XX. Para las mayorías era insoportable el monopolio del poder ejercido por esas élites y el continuo deterioro de los servicios públicos. De allí que, una vez expresado el descontento y llegada a la conclusión de que la alternativa autoritaria no era una alternativa democrática, se debería haber producido una movilización cívica que diera lugar al reemplazo. Pero estos gobiernos, aconsejados por el liderazgo del Foro de Sao Paulo representado por Fidel Castro y Luiz Inácio Lula da Silva, implantaron la modalidad de gobiernos a perpetuidad mediante el trastoque de las normas democráticas y, sobre todo, las que resguardan la soberanía, como es el caso de los procesos electorales. Así se hicieron con el poder por mucho más tiempo del que las respectivas constituciones estipulaban y, desde luego, que el soberano de Venezuela o de Bolivia estaba dispuesto a tolerar. Y se organizó la sociedad civil para desenmascarar los fraudes y elegir líderes comprometidos con las prácticas democráticas. Bolivia inició el proceso hace seis años, cuando la sociedad civil organizada presentó al mundo pruebas del fraude que intentaba cometer el MAS. Siguió Venezuela en 2024, cuando la sociedad civil liderada por María Corina Machado demostró al mundo que su candidato Edmundo González había triunfado en las elecciones presidenciales.
La instauración de los regímenes autoritarios de izquierda ha sido particularmente dura en Venezuela, país del cual han salido casi nueve millones de migrantes obligados a buscar la sobrevivencia fuera de sus fronteras. Esto, por fortuna, no ha ocurrido en Bolivia, donde —pese a los golpes económicos perpetrados por las gestiones del MAS— existe una clase media vibrante y comprometida con el crecimiento económico que ha sabido extraer ventajas del desarrollo del vecino Perú, país líder en el contexto latinoamericano en materia de estabilidad económica. También jugó a favor de la democracia la división del propio MAS. Público y cáustico fue el desacuerdo entre Evo Morales, fundador y sempiterno presidente del MAS y del país, y Luis Arce, presidente en ejercicio. Ante esta situación, la dirigencia del MAS urdió un plan realmente absurdo. Presentó varias candidaturas con miras a diluir el rechazo, fracturar el voto en contra de su gestión y hacer fraude. De más está decir que el plan solo sirvió para retratar de manera exacta el nivel de rechazo al gobierno y su partido, así como para hacer imposible el fraude.
El desenlace de Bolivia, además de debilitar al MAS hasta la posible extinción, tiene la ventaja de que abre el paso al poder a una nueva generación. Rodrigo Paz pertenece a la generación X, es decir, la que sucede a los baby boomers y precede a los millennials. Se trata de una generación que disfrutó de una era de paz y estabilidad económica desconocida para la humanidad. Los miembros de la generación X son independientes y autosuficientes. Al ser hijos de workaholics, valoran el equilibrio entre la familia y el trabajo. Son escépticos y pragmáticos. Por tanto, idóneos para adoptar decisiones complejas en poco tiempo y amoldarse a situaciones cambiantes. Jorge Quiroga, el otro candidato que calificó para la segunda vuelta, es un baby boomer, con lo cual no habría cambio generacional si este triunfara en la segunda vuelta.
Cualquiera que llegue a la presidencia de Bolivia representará una ruptura con el pasado y una oportunidad de refundar la democracia en un país que ha luchado por ella desde la época de Víctor Paz Estenssoro, tío abuelo de Rodrigo Paz.
 
 
 
 
 
BALOTAJE EN BOLIVIA: ENTRE LA PEOR CRISIS ECONÓMICA EN DÉCADAS Y UN INMINENTE CAMBIO DE MODELO
 
El panorama de Bolivia tras las presidenciales se torna cada vez más incierto. Mientras el país afronta el impacto de la peor crisis económica de las últimas décadas, crece la expectativa por una segunda vuelta en la que los derechistas Rodrigo Paz y Jorge ‘Tuto’ Quiroga abonan terreno con promesas sobre un cambio de modelo. ¿Qué caminos plantean luego de 20 años de gobierno del izquierdista MAS?
 
France 24 (https://n9.cl/hvyuv)
 
De milagro económico a nación en crisis, así se ha reconfigurado el panorama de Bolivia en un contexto de inflación que no solo aumenta el costo de vida de los ciudadanos, sino que atiza problemas financieros como la escasez tanto de combustibles como de dólares y de un producto interno bruto (PIB) que, pese a los esfuerzos, no logra repuntar.
En medio de la presión financiera, lo que ocurra en la segunda vuelta electoral de octubre será decisivo.
Esa presión ha sido producida, según analistas, como Mario Torrico, profesor e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) de México, por "fallas" de manejo que vienen no solo del Gobierno de Luis Arce, quien está al mando desde noviembre de 2020, sino desde la época de la Administración de Evo Morales. Eso tras hechos cruciales que apalancaron la estabilidad económica de la nación, como la exportación de gas a Brasil.
En un contexto de precariedad económica y urgencia de soluciones, los perfiles tanto de Rodrigo Paz como de Jorge ‘Tuto’ Quiroga se alzan en un horizonte marcado por promesas de campaña, las cuales en su mayoría se centran en la necesidad de un cambio de modelo financiero.
Mientras que para Quiroga, de 65 años, y quien ocupó la Presidencia boliviana entre los años 2001 y 2002, en un paso casi fugaz, la vía hacia una transformación apunta de manera directa a confrontar lo gestado por el izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS), mediante una apuesta por la implementación de drásticos y profundos recortes en materia presupuestal y de gasto público.
En contraste, la carta que se está jugando Rodrigo Paz, de 57 años, su principal rival en las urnas para la cita del próximo 19 de octubre, es la del cierre de las empresas públicas que cataloga como "no rentables".
¿Cuáles son las apuestas de Paz y Quiroga?
A pesar de que ambos candidatos se refieren a la gestión de lo que será el nuevo gobierno de la nación andina como una oportunidad para levantar al país de la "caída económica" y recuperar los que ven como 20 años de pérdidas, bajo el control de las Administraciones de Morales y de Arce, las apuestas que plantean para gobernar son diferentes.
Haciendo énfasis en la experiencia que le dio el haber sido ministro de Finanzas, Quiroga se enfoca en lo que sería un plan de restauración de la propiedad privada en el territorio boliviano, así como la ampliación del libre comercio. Entre tanto, Paz habla de un esquema económico según el cual el gobierno central se haría cargo solamente de la gestión de la mitad de los fondos públicos, a través del llamado "modelo 50-50" que contempla una administración compartida con los gobiernos regionales.
El resultado de la primera vuelta electoral, en la que ninguno de los candidatos salió victorioso el 17 de agosto, amplía el plazo para que Paz y Quiroga fortalezcan sus propuestas.
Más aún Paz, quien fue quien lideró la primera ronda y que, desde la conjunción de una trayectoria marcada por amplia experiencia, que va desde haber sido alcalde y senador, al igual que contar con el apoyo del empresario y candidato Samuel Doria, quien fue justamente quien quedó en tercera posición en los comicios. Además, se presenta como una opción más fresca para llegar al mando.
La propuesta de Paz apunta a la descentralización del gobierno como la llave para salir de la crisis Y la lucha contra la corrupción y el establecimiento de medidas tecnológicas que permitan que la distribución de los recursos pueda darse de manera más transparente se destacan como sus dos cartas complementarias en la carrera por la Presidencia. Esto aunado al proyecto de creación de un fondo que impulse la estabilización de la economía boliviana mediante la incorporación del dominio de activos como las criptomonedas para atajar la inflación.
De llegar a ganar en las urnas, lo que Quiroga promete es que sea gestionado el diseño del llamado "título de propiedad popular", que lo que plantea es estar valorado en cerca de 1.500 dólares para cada adulto boliviano y que pueda ser usado como una especie de garantía que lo avale en la solicitud de eventuales préstamos.
Política exterior, clave en la carrera por la Presidencia
Las inclinaciones de Quiroga plantean medidas un tanto más conservadoras, que reflejan su perfil como líder que también ha hecho parte de labores de consultoría del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que ve en las reformas judiciales una ruta viable para recobrar la estabilidad de la nación.
En su caso, tanto la política exterior como la guía económica. inspirada en modelos como el implementado en Argentina por el mandatario Javier Milei, se alzan como ejes relevantes, aunque cuestionados desde ya por diversos sectores de la sociedad boliviana.
Uno de los temas más controvertidos de esta puja política por el poder ha sido la visión de los candidatos con respecto a las relaciones diplomáticas entre Bolivia e Israel.
Mientras que Quiroga ha sido categórico al declarar que una de sus aspiraciones, de ser elegido presidente, sería no solo restablecer los lazos con el Gobierno de Benjamin Netanyahu, sino aumentar las conexiones con Estados Unidos y el gabinete del líder republicano Donald Trump, Paz se ha reservado más sus apreciaciones y se ha enfocado en propuestas de corte interno.
El balotaje y el contexto de un momento electoral crucial
El enfrentamiento electoral de octubre es visto desde ya como un momento álgido para la política boliviana, debido a que representa el primer balotaje en la historia de la nación, y que se dará dado que ni Paz ni Quiroga lograron la mayoría que establece la ley interna que rige el desarrollo de los comicios.
Se trata de un nuevo capítulo en el acontecer administrativo de este territorio andino, después de cerca de dos décadas de control por parte del Movimiento al Socialismo, en el que tanto Paz como Quiroga y sus respectivas fórmulas; el expolicía Edman Lara, como candidato a vicepresidente por parte de Paz, y Juan Pablo Velasco para el caso de Quiroga, se disputarán los roles más importantes del gobierno de su nación.
Ante una inflación interanual del 24,8% en julio, que representa la tasa más alta en ser registrada desde el año 2008, lo que los bolivianos decidan en las urnas en octubre marcará el rumbo de los próximos años en un territorio en el que ya no solo escasean los dólares, sino también la gasolina y el pan y frente una histórica derrota de la izquierda que apunta hacia un inevitable giro político.
 
 
 
 
 
STEPHANIE ALENDA: “EL MAS DESAPARECIÓ CASI DEL MAPA, BOLIVIA VIVE UN CAMBIO DE CICLO”
 
Tras las elecciones presidenciales en Bolivia, la académica especialista en las derechas analizó el paso de dos candidaturas de ese sector a segunda vuelta y dio su interpretación para el declive del MAS luego de dos décadas en el poder.
 
Radio U de Chile (https://n9.cl/jkop8)
 
Bolivia se encamina a un balotaje histórico tras los comicios celebrados el domingo, donde Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, de la alianza Libre, se disputarán la presidencia. La votación significó un duro revés para el Movimiento al Socialismo (MAS), que quedó relegado a cifras mínimas tras casi 20 años de dominio político.
En conversación con Política en Vivo, la socióloga y directora del Núcleo Milenio Sobre Crisis Políticas de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), Stephanie Alenda, destacó la magnitud del resultado. “El MAS desapareció casi del mapa, no tiene senadores y, dependiendo del conteo final, apenas podría alcanzar un diputado. Es realmente un cambio de ciclo que se auguraba y que ahora se está concretando”, afirmó.
Según la también directora de investigación de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello, el perfil de Rodrigo Paz resulta difícil de encasillar en un eje ideológico rígido. Si bien el PDC ha sostenido históricamente alianzas con sectores de derecha, también tiene vínculos con la socialdemocracia a través de Jaime Paz Zamora, padre del actual candidato. Lo central, subrayó Alenda, es que Paz Pereira se posiciona como un opositor firme al MAS.
La académica estuvo en Bolivia durante las elecciones y constató la sorpresa del triunfo de Paz. “Recorrí varias mesas en La Paz y El Alto y veíamos que arrasaba. Nadie lo anticipó porque las encuestas fallaron estrepitosamente. Todas subestimaron su apoyo, que se amplió gracias a su compañero de fórmula, el capitán Lara”, señaló.
Edman Lara, un expolicía crítico de la corrupción y popular en TikTok, habría sido clave para conectar con sectores populares. “Mientras Paz pertenece a la élite política, Lara aportó un discurso cercano a los votantes de base. Esa combinación permitió expandir su apoyo más allá de lo esperado”, explicó Alenda.
Otro factor relevante fue el respaldo del empresario Samuel Doria Medina, quien obtuvo cerca del 20% de los votos y de inmediato comprometió su apoyo a Paz Pereira. “Ese apoyo es contundente. Aunque los votos no se transfieren automáticamente, la ventaja de Paz sobre Quiroga es significativa. Tendría que hacerlo muy mal para perder la segunda vuelta”, sostuvo la académica.
Respecto del 19% de votos nulos y blancos, Alenda advirtió que el fenómeno se relaciona con el llamado de Evo Morales a boicotear la elección. “El crecimiento del voto nulo muestra que Evo sigue siendo la figura central de su sector. De hecho, con ese gesto tuvo más éxito que los candidatos ligados al oficialismo”, analizó.
Para la directora del Núcleo Milenio CRISPOL, la crisis del MAS no responde a un único factor, sino a un desgaste acumulado. “Fue un partido hegemónico durante casi dos décadas, pero terminó atrapado en escándalos de corrupción y en una incapacidad de renovación. La pérdida de legitimidad fue inevitable”, sostuvo.
En ese sentido, recordó que el éxito inicial del MAS se apoyó en la bonanza de las materias primas y en la figura de Evo Morales, capaz de construir un relato a favor de los pueblos originarios. “Ese ciclo terminó cuando se agotaron los recursos y la narrativa perdió fuerza. El desenlace de las elecciones en Bolivia confirma que el país entró en una nueva etapa política”, concluyó.
 
 
 
 
 
LA IZQUIERDA SOMETIDA A EXAMEN ELECTORAL EN SUDAMÉRICA: EN BOLIVIA SALIÓ JALADA
 
La primera prueba en las urnas este año para un gobierno izquierdista en nuestra región acabó en calamidad en Bolivia, con el muy mal desempeño del MAS. Los regímenes en Chile y Colombia serán los siguientes en someterse a evaluación
 
El Comercio de Perú (https://n9.cl/v34sq)
 
En los últimos años el hartazgo con cualquier gobierno en Latinoamérica, durante su último tramo de gestión, no suele distinguir entre derecha e izquierda, y el timón del país va entonces de un lado a otro del espectro ideológico. No es una realidad infalible al 100%, pero el voto castigo se ha convertido en una tendencia que se sucede con más frecuencia. "Diario El Comercio. Todos los derechos reservados."
Tal como lo dijera hace un par de años el politólogo Daniel Zovatto, director de IDEA Internacional, el voto castigo a los oficialismos viene produciendo importantes reconfiguraciones políticas electorales en América Latina cada vez que los ciudadanos van a las urnas a votar. El otro aspecto que se confirma es la necesidad de elegir mandatario en una segunda vuelta. "Diario El Comercio. Todos los derechos reservados."
En nuestra región, curiosamente, tres regímenes de izquierda se someten al humor ciudadano en el corto lapso de menos de un año: Bolivia, Chile y Colombia. En el vecino del Altiplano, las elecciones del último domingo 17 determinaron que Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y Jorge ‘Tuto’ Quiroga, de la alianza Libre, se enfrenten el 19 de octubre en el balotaje para definir quién será el sucesor de Luis Arce.
Confirmado el cambio de ‘color’ político en el estado boliviano, a fines de este año y a mediados del próximo veremos qué ocurre en los otros dos países vecinos del Perú. "Diario El Comercio. Todos los derechos reservados."
1
Varapalo y división en Bolivia
La izquierda boliviana sufrió una dura sanción ciudadana en la primera vuelta: el candidato oficialista del Movimiento al Socialismo (MAS), Eduardo del Castillo, apenas rebasó el 3% de los votos, y el otro postulante de izquierda, Andrónico Rodríguez (disidente del MAS), raspó el 8%. Sumados ambos, lejísimos del 55% cosechado por el mandatario Luis Arce hace 5 años. Según el periodista boliviano Ricardo Calla, la campaña del exgobernante Evo Morales -peleado con Arce e inhabilitado para postular- por el voto nulo fue devastadora para la agrupación oficialista y para Rodríguez, a quien no dejó de atacar.
2
Secuelas de una debacle
El descalabro del MAS, en medio de una severa crisis económica acentuada por episodios de despilfarro y corrupción, no solo parece enterrar el llamado socialismo del siglo XXI en Bolivia sino que propicia un escenario inédito: por primera vez la nación altiplánica tendrá una segunda vuelta (figura que recién se estableció en la Constitución del 2009) y los dos contendores romperán el alineamiento boliviano con gobiernos como los de Venezuela, Nicaragua y Cuba. Igualmente, cualquiera de los dos -Paz (centroderecha) o Quiroga (derecha)- rebajará notablemente las relaciones con Irán y Rusia, países con los que el MAS se sintió muy a gusto.
3
Da la pelea en Chile
La izquierda chilena está, ciertamente, mucho mejor posicionada que la boliviana. A tres meses de los comicios, la exministra de Trabajo Jeannette Jara, que lidera la coalición del presidente Boric, le disputa el primer lugar en las encuestas a José Antonio Kast, quien perdió la segunda vuelta a fines del 2021 y que intenta llegar al poder por tercera vez en su carrera política. Desde el 2006 -cuando Ricardo Lagos le cedió la banda a Michelle Bachelet- un gobernante no entrega el mando en Chile a un sucesor de la misma esquina política. La abogada Jara, que lidera una coalición que va desde el Partido Comunista hasta la Democracia Cristiana, quiere romper con ello.
4
Muy temprano en Colombia
Faltan más de nueve meses para la primera vuelta en Colombia, que será el 31 de mayo del 2026, pero los despropósitos de Gustavo Petro se la están poniendo difícil a cualquiera de sus correligionarios. Gustavo Bolívar, Daniel Quintero (el político que osó izar la bandera colombiana en Santa Rosa de Loreto en medio del lío armado por el mandatario cafetero) y Carolina Corcho asoman como los rostros para encabezar la candidatura de la coalición oficialista Pacto Histórico. De todos modos, los indecisos son todavía muchos en una campaña que en sus primeros compases se ha sacudido por el asesinato del precandidato derechista Miguel Uribe Turbay. "Diario El Comercio. Todos los derechos reservados."
 
 
 
 
 
 BOLIVIA. EL MAL MENOR Y LA TRAGEDIA MAYOR
 
Resumen Latinoamericano Org. (https://n9.cl/zj3cq)
 
La historia de Bolivia en temas electorales tiene variadas e inesperadas anécdotas, como el ”duelo de Titanes” entre Víctor Paz y Hernán Siles; o el famoso “triple empate” que dio el gobierno al tercero en la elección, hoy una nueva “sorpresa” sacude el mundillo político y es que un ex alcalde y y un ex policía, ganaron las elecciones, por encima de los favoritos de las encuestas, claramente amañadas.
¿Rodrigo Paz es “otra derecha”? Muchas opiniones, favorables a Paz, señalan que es de “centro izquierda”, otros que es socialdemócrata, pero si analizamos con cuidado su programa y muchas de sus declaraciones públicas, no cabe ninguna duda que pertenece al club neoliberal. Privatizar empresas, achicar el Estado (“Estado tranca”) y una propuesta de “capitalismo popular” no son propuestas populares y mucho menos de izquierda.
La población boliviana tiene un presente que anula su memoria histórica y le obliga a mirar solamente la coyuntura y en ese estado de vulnerabilidad, los discursos que identifican a los culpables, es muy efectivo; así el discurso de un policía víctima del sistema corrupto de su institución y que señala como uno de los grandes males, es una narrativa fuerte, ¿Quién no sufrió algún tipo de extorsión por parte de miembros de la policía? Si a esto añadimos además el angustiante cuadro de inflación económica, que se sufre día a día, tenemos a disposición la “masa crítica” que de manera consciente o inconsciente se apropia del discurso y decide su voto por “el mal menor”, que como vivimos en 1985 fue la tragedia mayor, iniciando el ciclo neoliberal.
Con la misma lógica del “mal menor” se trató de influir para una votación concentrada de la “izquierda” en Alianza Popular, pese a todos los esfuerzos, la poca receptividad demostrada a las sugerencias de cambios en la fórmula, especialmente de la candidata a vicepresidenta y la primera senadora por el departamento de La Paz, tuvo su efecto. ¿Qué rumbo tomará Andrónico Rodríguez, luego de esta amarga experiencia? Debemos tomar en cuenta que el paraguas del partido Tercer Sistema fue el más favorecido y continuará presto a negociar su sigla en futuros escenarios electorales.
Esperemos que Samuel Doria Medina haya aprendido la lección y se dedique a sus “emprendimientos” ya que su larga presencia en el campo político no le ha dado el rédito buscado, claro que tendrá una bancada respetable, que como sabemos, cuesta mantenerla unida y casi siempre termina en desbande (caso Comunidad Ciudadana) cuando no existe un fuerte liderazgo. Es convencimiento nuestro, que Doria Medina tiene a la política como un hobby, un pasatiempo, que le permite procesos de distensión en su vida empresarial, por lo que asumimos que seguirá manteniendo cierta actividad política a través de su presencia en los medios de comunicación.
Estas elecciones son calificadas como “la muerte de la izquierda” o el “fin del masismo”, probablemente si sea el fin del masismo, si es que no ocurre, que por un mínimo de dignidad la actual directiva del MAS-IPSP, realice un congreso de unidad incluida la presencia de Morales, caso contrario es casi definitivo el ver languidecer al que fue “el partido más grande de la historia de Bolivia”. Respecto a la anunciada muerte de la izquierda, se debe tomar en cuenta que se entiende por “izquierda”, la superficial mirada del fenómeno político del MAS-IPSP, encasilla en un cliché, que no corresponde, a una organización política que nace principalmente con objetivos claros de autodeterminación, descolonización y un cambio profundo del Estado. Lamentablemente en el transcurrir del ejercicio del poder político el MAS-IPSP, solamente se dedicó a gobernar el país y se olvidó de esos principios rectores,
convirtiéndose en una efectiva maquinaria electoral, relegando las tareas para desmontar los dispositivos de reproducción del estado colonial-oligárquico, incluso llegando a pactar con sectores de la burguesía criolla, que fueron bastante favorecidos con un gobierno “socialista”. Estamos convencidos que los grandes sectores, que fueron las bases del “Instrumento” nunca se sintieron o asumieron completamente su condición socialista, sino que se expresaban como sectores oprimidos culturalmente por una sociedad racista, no otra cosa significó el pedido de cambio de la candidata a vicepresidenta de la Alianza Popular. La gestión de gobierno y el intrincado juego de intereses individuales debilitó la relación orgánica del Pacto de Unidad y con ello la profundización del debate político ideológico en el seno de los “movimientos sociales” que a la larga se convirtieron en agencias de empleos o funcionales al gobierno perdiendo toda iniciativa de clase como ocurrió con la Central Obrera Boliviana (COB).
Estas elecciones, vistas en perspectiva, nos demuestras los recurrentes errores de intentos por transformar el país, una y otra vez las pulsaciones revolucionarias, producto de la acumulación de fuerza social, terminan en prácticas políticas tradicionales y de esta situación no podemos culpar al “imperialismo”, la falta de una práctica de autocrítica y la firmeza de objetivos ha debilitado esa acumulación de potencia revolucionaria, nacida en los levantamientos Amaru-Kataristas y condensada luego en la CSUTCB y las “Bartolinas” verdaderos gestores del proceso de cambio, de los objetivos y también de los extravíos y errores cometidos.
Son tiempos de acción y reflexión, de reorganización y resistencia, superando las miserias de proyectos personales. Retornar a los orígenes del Instrumento Político, es un imperativo, las muertes anunciadas no deben afectar a un cuerpo que resiste ya casi 500 años y que sabe la ruta de la defensa de la vida.
 
 
 
 
 
“HOY LO ESTAMOS HACIENDO EN BOLIVIA Y QUIERO QUE ESE MISMO BENEFICIO LO TENGAN TODOS LOS HERMANOS, INCLUYENDO LOS QUE ESTÁN SOMETIDOS POR LOS TRES PIRATAS DEL CARIBE”, JORGE ‘TUTO’ QUIROGA EN REFERENCIA A VENEZUELA, CUBA Y NICARAGUA
 
NTN 24 de Argentina (https://n9.cl/jemei)
 
Bolivia acudió a las urnas para elegir presidente en medio del descontento social con la Presidencia de Luis Arce del Movimiento al Socialismo (MAS), grupo político que gobernó el país durante más de 20 años.
Finalmente, se dio un resultado no esperado por las encuestadoras que daban a Samuel Doria Medina, magnate empresarial de centroderecha, como uno de los candidatos con acceso a segunda vuelta.
Los dos aspirantes que lograron las votaciones más altas entre sus contrincantes e irán a una segunda vuelta, la cual está prevista para celebrarse el próximo 19 de octubre, serán Rodrigo Paz, del partido Demócrata Cristiano, y el expresidente Jorge "Tuto" Quiroga, del Movimiento Libre.
Este resultado, considerado como un "golpe" a la izquierda tanto en el país como en toda Latinoamérica, ha sido celebrado por muchos sectores políticos.
Quiroga ya conoce lo que es dirigir a Bolivia, fue mandatario de la nación tras la renuncia de Hugo Banzer por problemas de salud graves. Asumió la presidencia interina el 1 de julio de 2001 y se juramentó el 7 de agosto, completando el mandato de cinco años de Banzer.
El expresidente y ahora candidato Quiroga habló en el programa La Noche de NTN24 sobre la primera vuelta electoral, sus propuestas y el futuro de Bolivia tras el portazo de los bolivianos al socialismo.
"Bolivia le dijo basta a dos décadas de gastadera, robadera, saqueo sin misericordia, autoritarismo y persecución (...) no era el grado de abusos y de dictadura enquistada que sufren los hermanos de Venezuela o Cuba pero estaban camino a ello", aseguró.
Asimismo, Quiroga agregó que su campaña tiene "la capacidad, credibilidad y firmeza para el programa de estabilidad económica, para esa inflación galopante, garantizar el suministro de dólares, garantizar que tengamos un puente de estabilidad", dijo.
"Han sido 20 años perdidos y derrochar, tenemos que actuar con sentido de urgencia", mencionó.
Sobre la rivalidad democrática con Rodrigo Paz, candidato con el que 'Tuto' irá a balotaje, Quiroga mencionó:
"La gente va a evaluar todo esto que hizo Rodrigo frente al 'MAS', yo he sido la persona más consistente al estar al frente cuando Evo Morales era muy popular, cuando Hugo Chávez se paseaba como Pedro por su casa y pagué el costo", dijo.
"En democracia la ventaja es que el día de la votación estás tú solo con la papeleta, es la consciencia que te dicta cómo votar y la experiencia muestra que la posición de los dirigentes no influye tanto como se piensa", aseveró.
Y reiteró que "hay que seguir trabajando para tener la oportunidad de que llegue un amanecer" para Bolivia.
Por otro lado, apuntó contra los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua y aseguró que espera el fin del socialismo en esas naciones también:
“Hoy lo estamos haciendo en Bolivia y quiero que ese mismo beneficio lo tengan todos los hermanos, incluyendo los que están sometidos por los tres piratas del Caribe”, dijo.
 
 
 
 
 
JORGE "TUTO" QUIROGA DICE QUE "NO HUBO TAL MILAGRO" EN BOLIVIA SINO UN "SAQUEO DESPIADADO, SIN MISERICORDIA"
 
CNN de Estados Unidos (https://n9.cl/64oem)
 
El expresidente Jorge “Tuto” Quiroga y candidato presidencial en Bolivia criticó en una entrevista con CNN la gestión del Movimiento al Socialismo (MAS) de los últimos veinte años y señaló que que no existió tal “milagro económico” sino un modelo que dejó al país en una situación crítica.
“Hay una ansiedad de cambio porque no hubo tal milagro, hubo un saqueo despiadado, sin misericordia, una gastadera y robadera sin límite”, dijo el candidato de la alianza Libertad y Democracia (que compite con el nombre Libre) en una entrevista con el programa Conclusiones, de CNN, tras conocerse los resultados de la elección.
“La consecuencia: no hay gas, no hay diésel, no hay empleo. Hay desesperación y esto ha llevado a que la gente abra los ojos”, dijo.
Quiroga se enfrentará al candidato del Partido Demócrata Crisitiano, Rodrigo Paz Pereira, en la segunda vuelta el 19 de octubre.
Ya con el 100% de los votos computados, Paz Pereira obtuvo el 32,14 %, mientras que Quiroga alcanzó el 26,81 %, según las cifras del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Los resultados de la primera vuelta ya han cambiado el mapa ideológico del país y la región. Los votantes apuntan a poner fin al gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), que había dominado por 20 años y esta vez llegó dividido a la contienda y no alcanzó la segunda vuelta.
De acuerdo con el TSE, en esta primera vuelta hubo además 19,38 % de votos nulos totales y 2,45 % de votos en blanco, que son una incógnita de cara a la segunda vuelta.
Los planes de “Tuto” Quiroga
Tras quedar en segundo lugar, “Tuto” Quiroga se prepara para una nueva contienda electoral con Rodrigo Paz, quien lideró los comicios con ventaja. De cara a la segunda vuelta el expresidente asegura que se trata de una oportunidad renovada para convencer a los votantes.
“Es una nueva elección. No es segundo tiempo donde partes con el resultado del primer tiempo”, señaló Quiroga, quien ve las próximas ocho semanas como clave para “conversar con los votantes” y presentar una alternativa a los bolivianos.
Sobre el posible respaldo del candidato Samuel Doria, que obtuvo el 20 % de los votos en la primera vuelta y salió tercero, a Paz, Quiroga dice que “los votos no le pertenecen a nadie”.
“Los votos no son propiedad de nadie, ni los de Rodrigo, son expresiones de voluntad de la gente”, afirmó, e insistió en que la única manera de conquistar el apoyo ciudadano es “trabajando y mostrando la propuesta”.
Quiroga, quien ya gobernó Bolivia entre 2001 y 2002 tras la dimisión de Hugo Banzer, ha expresado su intención de negociar préstamos con el Fondo Monetario Internacional como vía para estabilizar la economía, en un momento en que Bolivia enfrenta una inflación interanual cercana al 25 %, escasez de divisas, volatilidad del dólar paralelo y falta de combustible.
“Tenemos una propuesta clara, nítida de estabilización económica, de abrir Bolivia a las inversiones, de hacer acuerdos de libre comercio, descentralizar el país y hacer una revolución profunda”, dijo el candidato.
“Tuto” fue parte de la oposición de derecha durante las dos décadas que gobernó el MAS.
En ese sentido, destacó que esta elección no solo es sobre candidatos, sino sobre el futuro institucional del país: “La expectativa era asegurar que el MAS nunca más esté en el Congreso. Hubo un cambio de la dinámica. Es un hecho que el Congreso cambió por mucho tiempo y debemos usarlo para cambiar Bolivia para siempre”.
 
 
 
 
 
"DEL GOBIERNO BOLIVIANO ACTUAL SOLO SE ESPERA TRANSICIÓN PACÍFICA": ESPECIALISTA
 
El analista político, Cesar Rojas Ríos, explica qué pasará tras gobierno de Luis Arce y por qué cayó la izquierda boliviana.
 
Milenio de México (https://n9.cl/anludg)
 
César Rojas Ríos, director del suplemento Péndulo Político en Bolivia, dijo que ante la caída de la izquierda en la primera vuelta de las elecciones en su país, solo se espera que el gobierno de Luis Arce realice una transición pacífica el próximo 1 de noviembre.
“Del gobierno actual ya no se espera nada, salvo que pueda hacer una transición pacífica y ordenada hacia el nuevo gobierno. Y que, de alguna manera, permita que la población tenga una cierta normalidad, sobre todo en el abastecimiento de gas, de diesel y de gasolina. Es toda la expectativa que existe en la sociedad boliviana frente al desempeño calamitoso del actual gobierno”, dijo en entrevista para MILENIO Televisión con Samuel Cuervo.
El periodista del Diario Correo del Sur, sociólogo y especialista en resolución de conflictos, señaló que la administración de Luis Arce, del partido Movimiento al Socialismo (MAS):
“Se ha caracterizado hasta el día de hoy por una serie de crisis y colapsos. Por eso se ha hecho presente un voto castigo, de desencanto, y esto ha generado un viraje realmente notable y sorpresivo hacia la derecha”.
En las elecciones del pasado domingo 17 de agosto, el 82 por ciento de la votación ha favorecido a sectores, partidos, y figuras de derecha y centro derecha. En contraste, los dos representantes de izquierda suman entre ambos un 11 por ciento, explicó Rojas Ríos.
“El Movimiento al Socialismo, un partido que en sus inicios obtuvo el 54 por ciento de apoyo y en la última elección, con la que Luis Arce encumbró la presidencia, lo hizo con un 55 por ciento, obtuvo un 3.1 por ciento. Es una caída descomunal y las causas son diversas”, señaló Rojas.
“El MAS, que ha sido el partido hegemónico durante estos últimos 20 años en la historia de mi país, con una gran presencia y una mayoría, muy ligado a la figura de Evo Morales, ahora está completamente al margen. En la Cámara de Senadores no tiene ningún representante y en la Cámara de Diputados tendrá apenas un solo diputado”, señaló.
El especialista señaló a la crisis económica y la desinstitucionalización como las principales causas de desacuerdo entre la población hacia el gobierno de izquierda de Arce.
“Bolivia prácticamente ha dilapidado sus hidrocarburos, y eso nos ha llevado a una situación económica crítica. Hay escasez en los productos de la canasta básica, y hay una alza constante y permanente”, dijo.
“En lo institucional, ha sido un colapso prácticamente generalizado de nuestro estado, una desinstitucionalización enorme, debido a que el Movimiento al Socialismo ha utilizado todas las instituciones para reproducir y ejercer su poder, y no para brindar mejores servicios a la ciudadanía. Además de casos de corrupción y una pelea intensa entre Evo Morales y el actual presidente Luis Arce”, agregó.
Por ello, insistió en que:
“En lo inmediato, el gobierno sigue adelante y la configuración del parlamento es la que deviene de las anteriores elecciones, pero en noviembre se produce la transferencia del gobierno, y asumen los nuevos parlamentarios en los que la configuración es absolutamente distinta”.
Asimismo, señaló que esta nueva configuración política tendrá que hacer acuerdos y pactos en ambas Cámaras para poder “viabilizar las políticas, los cambios y las reformas que han venido anunciando, porque son ideas que no habían estado presentes de manera contundente en el periodo pasado”.
 
 
 
 
 
EL INCREÍBLE REFUGIO DE PELÍCULA EN EL QUE EVO MORALES HUYE DE LA JUSTICIA
 
Los cocaleros autodenominados "Estado Mayor del Pueblo" defienden al expresidente día y noche con lanzas de madera.
 
Libertad Digital de España (https://n9.cl/d2cuw)
 
Las cámaras de Televisión Española pudieron acceder al lugar en el que reside Evo Morales, días antes del las elecciones, y dejaron unas imágenes sorprendentes sobre el casi se diría que cinematográfico escondite del líder indigenista, propio de una fantasía distópica que, de hecho, algunos han comparado en las redes sociales con escenas de El Planeta de los Simios.
Además, también llama poderosamente la atención la seguridad que rodea al expresidente boliviano: para acceder hasta la ubicación de Morales es necesario pasar por varios controles y contar con una autorización ya que los indígenas han bloqueado la carretera para entrar al pueblo de Lauca Eñe, según un vídeo de de RTVE compartido hace unos días..
Allí campesinos cocaleros autodenominados "Estado Mayor del Pueblo" funcionan como una suerte de guardia pretoriana que protege día y noche a Evo Morales con lanzas y escudos rudimentarios. En este refugio de película vive el exmandatario boliviano desde hace casi un año cuando su coche fue tiroteado.
De igual manea, el expresidente sigue residiendo allí después de que en mayo de este año el ministro de Justicia de Bolivia, César Siles, señalase que la orden de captura por trata de personas "sigue vigente", después de que una jueza de la Ciudad de Santa Cruz la anulase.
La Fiscalía de Tarija imputó formalmente a Morales en diciembre de 2024 y como este se negó a declarar en el marco del caso la fiscal Sandra Gutierrez emitió una orden de arresto en su contra. El delito que pesa sobre Evo Morales, según la acusación, es de trata agravada de personas antes unos presuntos hechos que cometió en 2015 por mantener una relación con una menor de 15 años de la que después nació una niña.
Más delitos
El expresidente se ha visto envuelto en numerosas polémicas y se le acusa de diversos delitos. Por ejemplo, en junio de 2025 el ministro de Justicia, señaló que habían interpuesto una denuncia por 8 delitos a Evo Morales, Suseth Rodríguez y "a quienes resulten autores, coautores, cómplices o encubridores".
Los delitos que alega el ministro son, terrorismo, instigación pública a delinquir, atentados contra la seguridad de los servicios públicos, atentado contra la seguridad de los transportes, atentado contra la libertad de trabajo, desobediencia a resoluciones constitucionales, destrucción y deterioro de bienes del estado, y obstrucción de procesos electorales, según Europa Press.
Caída en las elecciones
Las elecciones bolivianas del pasado fin de semana han supuesto también un revés para el Movimiento al Socialismo (MAS), partido que lideró Evo Morales y con el que fue presidente. El MAS dejará de gobernar en Bolivia después de casi 20 años debido a que en las elecciones generales de este domingo los candidatos opositores, el senador Rodrigo Paz Pereira y el expresidente Jorge ‘Tuto’ Quiroga se impusieron y disputarán por primera vez en la historia del país una segunda vuelta, según EFE.
El MAS tenía como candidato al exministro Eduardo del Castillo y obtuvo algo más del 3% de los votos mientras que Evo Morales no pudo participar en los comicios debido a una disposición constitucional que le impide volver a presentarse —ya que gobernó el país en tres periodos—.
 
 
 
 
 
"POR ENCIMA DE NUESTRAS ASPIRACIONES, ESTÁ EL PAÍS": LUISA ALCALDE LLAMA A LA UNIDAD EN MORENA TRAS LA DERROTA DE LA IZQUIERDA EN BOLIVIA
 
La presidenta nacional del partido llamó “a la resistencia de los pueblos” y a mantener los “proyectos progresistas” que han sacado a millones de la pobreza
 
Latinus de USA (https://n9.cl/lc6yb)
 
La presidenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde, atribuyó la reciente derrota electoral de la izquierda encabezada por Evo Morales en Bolivia a “una embestida de la derecha a nivel mundial que busca avanzar” y en ese contexto, hizo un llamado a la unidad dentro de su partido.
“En nuestro caso, creo que la clave está en varios temas: uno, en mantener la unidad de nuestro movimiento; en entender que, más allá de las aspiraciones personales, que son muy válidas, muy por encima de nuestras aspiraciones está el país y está la transformación, y hay que defenderla”, dijo.
En conferencia de prensa en Guerrero, la líder morenista llamó “a la resistencia de los pueblos” y a mantener los “proyectos progresistas” que han sacado a “millones de la pobreza”, y para ello consideró que se debe contrarrestar “las mentiras” de los grupos de oposición.
“Todos los días levantarse con una mentira nueva, y si no es el gobierno espía, es el gobierno represor, es el 'narcogobierno', y todas esas mentiras y noticias falsas nosotros las tenemos que desmentir a diario, y tenemos que informarle a la gente qué es lo que está pasando”, advirtió.
Luisa Alcalde aseguró que será a través de los comités morenistas que se instalarán en todo el país para “resistir, informando” ante los señalamientos en contra de su partido.
“¿Cómo la vamos a informar? A través de nuestros comités, por eso estamos aquí. Sí, esto de hacer 6 mil 835 comités (en Guerrero) no es nada más de papel, es organizar a la gente para que la gente esté informada, nos ayude a informar, pero también para recoger sus necesidades”, aseguró.
Defiende a Abelina López
En la misma rueda de prensa, Luisa María Alcalde defendió la administración de la alcaldesa Abelina López Rodríguez de presuntos desvíos de recursos, asegurando que la Auditoria Superior de la Federación (ASF) sólo ha hecho observaciones.
“Aquí lo que sucede en los municipios es que hay una auditoría y entonces la auditoría te pide documentación y te dice muy bien de esto, necesito documentación. Y se dan estas observaciones que hay que atender. Pero no hay que confundir observaciones con presuntos desvíos, es distinto”, dijo
Alcalde Luján aseguró que la alcaldesa que gobierna Acapulco desde octubre de 2021 enfrenta “observaciones” sobre el destino de los recursos como lo hace cualquier alcalde
“Y creo que es una buena compañera. En todo caso, como todos los presidentes y presidentas municipales, estas observaciones de la auditoría se tienen que hacer y en nuestro gobierno, como siempre, debe haber absoluta transparencia en todo”, aseguró.
Según informes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), los gobiernos morenistas en Acapulco han recibido diversas observaciones por presuntas irregularidades.
En la auditoría correspondiente a 2023 se detectó un probable desvío de 898 millones de pesos del Fondo de Infraestructura Social Municipal (FISMUN).
En 2021, la ASF observó más de 64 millones de pesos en pagos no acreditados relacionados con la recolección de basura y contratos de obras públicas.
Durante el periodo comprendido entre 2020 y 2022, también bajo la administración de la morenista Adela Román Ocampo, la ASF abrió 24 expedientes por más de 560 millones de pesos que aún están pendientes de solventar.
La alcaldesa Abelina López recurrió al amparo para protegerse de posibles acciones penales por parte de la Fiscalía de Guerrero. Al mismo tiempo, interpuso una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para detener de manera indefinida las acciones de la Auditoría Superior del Estado (ASE) de Guerrero.
 
 
 
 
 
EL DERRUMBE DEL MAS ABRE LA PUERTA A LA DERECHA EN BOLIVIA
 
Tras más de dos décadas de hegemonía progresista, la derrota electoral del MAS deja un país fracturado, una economía en crisis y un futuro marcado por la incertidumbre.
 
Spanish Revolution.Net (https://n9.cl/mh4tu)
 
El 20 de agosto de 2025 marcó un punto de inflexión en la historia reciente de Bolivia. El Movimiento al Socialismo (MAS) sufrió la peor derrota de su trayectoria: de los 75 diputados obtenidos en 2020 pasó a apenas uno, y de los 21 senadores, a cero. Una sangría política sin precedentes para una fuerza que durante casi veinte años fue el motor de los cambios sociales y económicos más importantes del país.
La debacle tiene varias raíces. Evo Morales, inhabilitado para competir, llamó al voto nulo y obtuvo un 19% de papeletas en blanco de protesta. Su delfín, Eduardo del Castillo, apenas alcanzó un 3,2%. Andrónico Rodríguez, con un 8,2%, tampoco consiguió aglutinar al desencantado electorado de izquierda. El resultado: un MAS pulverizado por las luchas internas y la incapacidad de abrir paso a nuevas figuras que renovaran un proyecto en crisis desde 2016, cuando Morales decidió ignorar el referéndum que le prohibía volver a presentarse.
El contraste es brutal: en 2020 Luis Arce había ganado con un 55%. Cinco años después, el mismo espacio político no pasa del 3%. El derrumbe es tan rápido como contundente.
El voto de castigo arrasó con el partido que transformó Bolivia durante dos décadas, pero que acabó devorado por la soberbia de sus líderes, la corrupción y las pugnas internas. El resultado muestra un país que ya no confía en su vieja fuerza de gobierno, pero tampoco en una derecha unificada, sino en outsiders que prometen orden, ajuste y mano dura.
EL ASCENSO DE RODRIGO PAZ Y LA DERECHA FRAGMENTADA
La sorpresa de la noche electoral fue Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC). Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, exalcalde de Tarija y político formado en la vieja tradición conservadora, supo presentarse como renovación. Su estrategia fue recorrer más de 230.000 kilómetros y visitar 220 municipios, apelando directamente al campesinado y a los pueblos originarios, el histórico núcleo duro del MAS.
Ese electorado, que durante años fue invisibilizado por las encuestas urbanas, dio la espalda al partido de Morales y se volcó con Paz. El MAS dejó de ser el refugio de las cholas y los cholos, que durante los años de bonanza económica se mezclaron con la élite y reclamaron dignidad. Ahora, desencantados, optaron por un candidato que en campaña llegó a cerrar sus discursos con un ambiguo “hasta la victoria siempre, carajo”, una mezcla de guiño a la izquierda y a la ultraderecha de Milei.
El segundo gran vencedor fue Jorge “Tuto” Quiroga, el expresidente que representa la derecha más dura. Se enfrentará a Paz en el primer balotaje presidencial de la historia de Bolivia, previsto para octubre. Samuel Doria Medina, el empresario que partía como favorito, terminó tercero con un 19,9% y ya anunció su apoyo a Paz.
El futuro inmediato es un Congreso profundamente fragmentado, sin mayorías claras, y un país que arde en crisis económica: inflación récord, falta de dólares y combustible, un salario medio de 2.500 bolivianos (300 euros) y alquileres que consumen más de la mitad del sueldo mínimo.
El 80% del trabajo en Bolivia es informal, y mientras la clase media estatal sobrevive con sueldos de 4.000 o 5.000 bolivianos, millones de personas en la economía sumergida ven cómo sus ingresos se diluyen en un mercado cada vez más inestable.
El próximo presidente aplicará ajustes impopulares, tendrá que lidiar con un Congreso dividido y con un pueblo que, acostumbrado a resolver sus disputas en la calle, no va a aceptar fácilmente una receta de austeridad dictada desde arriba.
La imagen es demoledora: el MAS, que en 2006 llegó al poder como el instrumento de los pueblos indígenas y campesinos, hoy se reduce a cenizas mientras dos figuras conservadoras disputan el mando. En los taxis de La Paz ya se escucha que Bolivia necesita “un Milei o un Bukele que ordene las cosas”. Ese es el clima que se respira.
El viraje a la derecha en Bolivia no es solo un cambio electoral. Es un síntoma brutal del desencanto social, de la ruptura de los pactos que sostuvieron al progresismo latinoamericano y de la llegada de un tiempo en el que la palabra ajuste empieza a sonar más fuerte que la palabra justicia.
 
 
 
 
 
BOLIVIA Y EL LITIO: EL ESCENARIO MINERO TRAS UNA SEGUNDA VUELTA SIN EL MAS
 
Las reservas de 23 millones de toneladas del mineral, la mayoría en el salar de Uyuni en la región andina de Potosí, fueron apuntadas como 'moneda de cambio' durante las elecciones presidenciales llevadas a cabo el domingo pasado. En medio de una profunda crisis económica, el Congreso del país andino aprobó un contrato para una planta de explotación con una firma rusa que contempla una inversión de US$ 975 millones.
 
Revista Interferencia de Chile (https://n9.cl/atprzi)
 
El domingo pasado, Bolivia definió a los dos candidatos que el próximo 19 de octubre se medirán en la segunda vuelta presidencial: el senador Rodrigo Paz (Partido Demócrata Cristiano) y el ex mandatario Jorge "Tuto" Quiroga (Alianza Libre). El trasfondo de estas elecciones era particularmente importante en este proceso electoral, pues estuvo marcado por la aguda crisis económica que atraviesa el país y por la fractura interna del oficialismo y en específico del MAS (Movimiento al Socialismo), el partido gobernante, que pondrá fin a una hegemonía de 20 años en el poder que inició con de Evo Morales en 2005 y finalizará con Luis Arce en 2025.
En ese contexto, una de las incógnitas es que sucederá con la explotación del litio y los contratos suscritos a ella, particularmente con Rusia y China.
Los salares de Bolivia albergan los mayores recursos mundiales del metal para baterías. El país posee un estimado de 21 millones de toneladas de litio, lo que representa aproximadamente el 38% del total mundial. Sin embargo, la nación ha luchado durante mucho tiempo para aumentar la producción o desarrollar reservas comercialmente viables. En 2022, Bolivia produjo solo alrededor de 600 toneladas de carbonato de litio, mientras que los vecinos Chile y Argentina produjeron aproximadamente el 45% del suministro mundial.
Empresas rusas y chinas se encuentran entre las pocas que han avanzado con propuestas de desarrollo, pero existe incertidumbre puesto que los acuerdos no han recibido la aprobación del poder legislativo, donde el partido gobernante está fracturado y Arce carece de una mayoría en el Congreso. Algunos inversores esperan que un cambio político pueda conducir a cambios en el entorno regulatorio del país y abrir el camino para acceder a los recursos de litio en gran parte sin explotar.
Hace unos días, la Comisión de Economía Plural, Producción e Industria de la Cámara de Diputados aprobó el contrato de asociación suscrito entre Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) y la empresa rusa Uranium One Group, que prevé la instalación de un proyecto industrial de producción de carbonato de litio en el salar de Uyuni, departamento de Potosí.
“Aprobado el Proyecto de Ley N° 172024 en sus dos estaciones, en grande y en detalle, remítase al pleno de la Cámara de Diputados para su consideración, conforme al reglamento”, afirmó Hernán Hinojosa, presidente de esa instancia legislativa, tras la votación.
El contrato incluye una inversión superior a los $US 975 millones, destinada a la construcción de una planta con tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL), una técnica innovadora que permite obtener litio de forma más eficiente y sustentable, reduciendo el tiempo de producción y el impacto ambiental.
Propuestas para la segunda vuelta
En el caso de Rodrigo Paz, sus principales propuestas tienen que ver con el fortalecimiento de la autonomía. Es decir, plantea que el Estado central maneje solo el 50 % de los recursos económicos y que el restante 50 % lo entregue a las regiones a través de los gobiernos subnacionales y universidades. Con esos fondos hace planteamientos para mejorar la salud y la educación, de manera que se corte la dependencia con el Gobierno nacional en tales materias.
En el sector extractivo, Paz apuesta por un “capitalismo energético inteligente” que diversifique las fuentes de ingreso: estima que el litio podría generar hasta 600 millones de dólares anuales y el oro hasta 2.500 millones; propone, incluso, un banco especializado para cooperativistas auríferos.
Por su parte, el ex mandatario "Tuto" Quiroga admitió que analizaría la permanencia de Bolivia en el grupo de los BRICS, enfatizando el vínculo comercial con India y China. También criticó al Mercosur y adelantó que apostaría por un “triángulo sudamericano” para la explotación de litio junto a Argentina y Chile y que mantendría una “agresiva posición” para buscar tratados de libre comercio con varios países, incluído EE.UU..
Esta estrategia, según comentó, persigue un fin claro: atraer inversiones y consecuentemente divisas para estabilizar la economía boliviana, hoy en crisis. Para ello, explicó, buscaría el apoyo Organismos multilaterales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Nuestra carta de presentación es abrir Bolivia a inversión en litio. Tenemos casi un tercio del litio del planeta. Yo creo firmemente que Argentina, Chile y Bolivia podemos hacer la OPEL, la Organización de Países Exportadores de Litio, exportarlo como materia prima, como alguna vez hicimos con el gas a precios de mercado. Pero también crear zonas francas donde, a un precio menor, podamos suministrar el litio para hacer aquí las baterías y hacer de nuestro triángulo sudamericano de Bolivia, Argentina y Chile una potencia mundial que haga la manufactura de baterías de litio durante las próximas décadas, dejemos atrás el extractivismo e ingresemos en la cadena de valor agregado", dijo.
 
 
 
 
 
LA TRANSFORMACIÓN MINERA DE BOLIVIA HACIA UNA ECONOMÍA DE MINERALES TECNOLÓGICOS: UN ANÁLISIS DEL DECRETO SUPREMO SOBRE MINERALES TECNOLÓGICOS Y TIERRAS RARAS
 
Abogados Com.Ar. de Argentina (https://n9.cl/h80bct)
 
Bolivia se encuentra en medio de una transición estratégica desde la minería tradicional hacia la minería tecnológica, con el objetivo de diversificar su economía e incrementar sus ingresos. Esta transformación, impulsada por el Decreto Supremo N° 4721, ha dado lugar a la creación del Viceministerio de Minerales Tecnológicos y Desarrollo Productivo Minero Metalúrgico.
Los minerales tecnológicos y las tierras raras, que incluyen uranio, titanio, niobio, entre otros, son de alta demanda en la industria tecnológica y representan una oportunidad para Bolivia de diversificar su economía. A raíz del Decreto, se ha formado la Gerencia de Minerales Tecnológicos, dedicada a impulsar la industrialización y la sustitución de importaciones.
La apuesta de Bolivia por la minería tecnológica podría reforzar la industria nacional, promover la sustitución de importaciones y crear oportunidades de empleo.
Articulo:
La apuesta de Bolivia por la minería tecnológica promete reforzar la industria nacional y crear oportunidades de empleo, sin embargo, también plantea desafíos en cuanto a la explotación responsable y sostenible de estos recursos. Esta transición tiene el potencial de redefinir la posición de Bolivia en el mercado global de minerales tecnológicos y tierras raras.
En la búsqueda de una diversificación económica y con el objetivo de aumentar los ingresos generados por la minería, Bolivia está avanzando en su transición de la minería tradicional hacia la minería tecnológica. Este cambio está enfocado en la exploración, prospección, explotación y comercialización de minerales tecnológicos y tierras raras. El Ministerio de Minería y Metalurgia de Bolivia, institucionalizó esta transición mediante el Decreto Supremo N° 4721, que dio lugar a la creación del Viceministerio de Minerales Tecnológicos y Desarrollo Productivo Minero Metalúrgico.
Los minerales tecnológicos y las tierras raras, que incluyen elementos como uranio, titanio, niobio, tantalio, torio, itrio, níquel, cobalto, cromo y manganeso, entre otros tienen una alta demanda en la industria tecnológica y representan una oportunidad para Bolivia de diversificar su economía. Estos minerales son fundamentales para el desarrollo de tecnologías emergentes y avanzadas, y la producción global está dominada por unos pocos países, siendo China el más prominente.
El Decreto Supremo N° 4721 condujo a la formación de la Gerencia de Minerales Tecnológicos, una entidad dependiente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), encargada de impulsar la industrialización y la sustitución de importaciones en el sector. Desde su promulgación, se han desarrollado mapas geológicos para localizar yacimientos de minerales tecnológicos y tierras raras, y se han enviado muestras de yacimientos prometedores para su análisis, revelando resultados significativos. Este cambio en la política minera tiene profundas implicaciones tanto legales como económicas. A nivel legal, se traduce en una reestructuración del ministerio responsable de la minería y la metalurgia. Económicamente, apunta a una diversificación hacia minerales de mayor valor y demanda creciente, lo que puede tener un impacto significativo en la economía boliviana. Bolivia ha identificado varios yacimientos de minerales tecnológicos en todo el país, en regiones como Potosí, Cochabamba y Santa Cruz. En el Cerro Manomó, en Santa Rosa, se descubrieron importantes yacimientos de uranio, torio y rodio, este último con un precio diez veces mayor que el oro. En San Luis, Potosí, se encuentran yacimientos de níquel, cobalto, cromo, además del proyecto del Mutún con hierro y manganeso, todos ellos insumos clave para las baterías y cátodos de litio.
La apuesta de Bolivia por la minería tecnológica podría reforzar la industria nacional, promover la sustitución de importaciones y crear oportunidades de empleo. Sin embargo, el país debe abordar los desafíos inherentes a la explotación de estos recursos de manera efectiva y responsable para garantizar un crecimiento sostenible y equitativo en el sector. En última instancia, la transición de Bolivia a la minería tecnológica podría redefinir su papel en el escenario global de minerales tecnológicos y tierras raras.
 
 
 
 
 
BOLIVIA SE ASOCIA CON FIRMA RUSA PARA OPERAR PLANTA DE LITIO
 
El Economista de México (https://n9.cl/fztua7)
 
En plenas elecciones presidenciales en Bolivia, la Comisión de Economía Plural de la Cámara de Diputados del país sudamericano aprobó el contrato de asociación suscrito entre la estatal Yacimiento de Litio Bolivianos (YLB) y la empresa rusa Uranium One Group, que contempla el desarrollo, construcción y operación de una planta de Extracción Directa de Litio (DLE) al sur del Salar de Uyuni.
La alianza -que aún requiere del visto bueno del pleno de la Cámara-, implica una inversión por parte de la firma rusa de 975 millones de dólares y apunta a producir hasta 14,000 toneladas anuales carbonato de litio grado batería por un periodo de, al menos, 20 años.
Según informó la estatal boliviana, como resultado del contrato conjunto, se proyectan ingresos por sobre los 4,000 millones de dólares por regalías, impuestos y tasas, además de la creación de 1,500 empleos directos e indirectos.
La alianza fue suscrita con la firma del gigante euroasiático en septiembre de 2024 y, una vez aprobado el contrato por las autoridades legislativas, se efectuará el estudio de factibilidad del diseño final del proyecto. Concluida dicha etapa, se realizará la consulta previa a las comunidades de la zona, requisito obligatorio para la licencia ambiental.
 
 
 
 
 
ALERTA POR EL INGRESO Y TRÁFICO ILEGAL DE FAUNA DESDE BOLIVIA QUE SE PROMOCIONA POR LAS REDES
 
Otro factor que agrava el escenario y el abordaje de la fauna silvestre, es el tráfico ilegal de animales desde Bolivia, particularmente en la frontera de Aguas Blancas – Bermejo, que además es promocionado desde las redes sociales, un tema también abordado por Nuevo Diario.
 
Nuevo Diario de Salta, Argentina (https://n9.cl/q2bk7)
 
La abogada animalista proteccionista, Carmen Céspedes Cartagena adelantó al respecto, que prepara una denuncia con información recopilada sobre el traslado de cachorros y aves en vehículos privados que ingresan sin ningún tipo de control sanitario.
“Hay un riesgo enorme de que entren animales con enfermedades zoonóticas, como la rabia, que en Bolivia no está controlada. La rabia es mortal tanto para personas como para animales. No puede ser tomado a la ligera que animales ingresen en taxis o remises sin control alguno”, advirtió.
La especialista reclamó asimismo que, así como existen operativos rigurosos en la frontera para combatir el microtráfico de drogas, debería aplicarse la misma firmeza para frenar el tráfico de fauna silvestre por el interés sanitario que representan estas acciones que son recurrentes. “Estamos hablando de un problema de salud pública además de la pérdida de biodiversidad”, sostuvo.
Legislación vigente en los municipios
La Municipalidad de San Ramón de la Nueva Orán anunció la prohibición de la venta, instalación y exhibición de animales, ya sea de manera permanente o temporal, dentro de su jurisdicción. La medida alcanza tanto a especies domésticas y domesticables, como a animales silvestres o salvajes mantenidos en cautiverio. El objetivo es poner fin a las prácticas de comercialización callejera y espectáculos con destrezas animales, que suelen derivar en situaciones de maltrato o explotación. En este marco, el municipio informó que está facultado para el secuestro o decomiso de los animales y de todos los elementos vinculados a la infracción. En caso de resistencia por parte de los infractores, la normativa establece que la Municipalidad o la dependencia competente podrá solicitar el auxilio de la fuerza pública para garantizar el cumplimiento efectivo de las medidas. La disposición se enmarca en una tendencia creciente de distintos municipios que buscan avanzar en la protección de los animales a nivel local. En ese sentido, Carmen Céspedes Cartagena recordó que en la ciudad de Metán ya se había implementado en 2019 una ordenanza pionera que fijó multas de entre 400 y 600 mil pesos para quienes dañen a animales protegidos. “Esa es una herramienta importante, pero aislada. Necesitamos políticas provinciales que trasciendan la buena voluntad de algunos municipios”, sostuvo la letrada
Estas iniciativas locales son meros paliativos, que necesitan de un acompañamiento macro de los organismos y funcionarios competentes. 

No comments: