BOLIVIA: LA INCERTIDUMBRE Y LA CRISIS ECONÓMICA REINAN A DOS SEMANAS DE LAS ELECCIONES
Este
17 de agosto podría marcar el ocaso de la era de Evo Morales, que parece salir
de la escena política por la puerta de atrás, en medio de amenazas contra la
democracia y del fracaso de su modelo económico. ¿Podrá el próximo gobierno
celebrar las alianzas necesarias para recuperar el rumbo de la nación andina? Las
largas filas para comprar productos de primera necesidad reflejan el deterioro
de una economía boliviana golpeada por la escasez de combustible, la falta de
dólares y una inflación que ya supera el 15%. En medio de este sombrío
panorama, el país avanza hacia unas elecciones generales programadas para el 17
de agosto, un proceso que sigue en pie pese a los intentos por detenerlo
mediante acciones legales y bloqueos de carreteras.
La
tensión política persiste. Desde sectores adeptos al expresidente Evo Morales
surgen amenazas que mantienen la incertidumbre viva. Ruth Nina, una de sus
aliadas, advirtió que el día de las elecciones: “… en vez de contar votos, van
a contar muertos”.
El
analista y consultor político Ricardo Paz sintetiza el clima actual: “Es una
elección con mucha incertidumbre. Hasta hace poco no sabíamos si se iba a
realizar. Había intentos de desestabilización por parte de Evo Morales. Ahora,
ya estamos encaminados a las elecciones”.
Durante
las dos primeras semanas de junio, simpatizantes de Morales paralizaron las
principales rutas del país. Exigían la renuncia del presidente Luis Arce, a
quien responsabilizan por la crisis económica y por excluir a su líder de la
contienda electoral, aunque la ley le impide aspirar nuevamente. La tensión
alcanzó su punto más trágico cuando los operativos de desbloqueo cobraron la
vida de cuatro policías en Lallagua y un civil en Cochabamba.
Para
la tranquilidad de la población, la violencia no escaló. Desde mediados de
junio, las movilizaciones han entrado en una suerte de pausa. “Pero no siento
que sea algo definitivo. No creo que Morales se vaya tranquilo a casa. Es una
de las amenazas más importantes. No es la única. También hay un manejo tan
discrecional de la justicia, nunca se sabe cuándo alguien con suficiente poder,
dinero o influencia comprará jueces u operadores de justicia estratégicos que
pateen el tablero”, advierte la politóloga Ana Lucía Velasco.
Para
el periodista y analista político Andrés Gómez, el país enfrenta un riesgo
institucional no menor. Recuerda que el Movimiento al Socialismo (MAS), el
partido de gobierno, “ha sido capaz de hacer las cosas más increíbles” en
materia legal, como cuando (en 2017) logró un fallo del Tribunal Constitucional
Plurinacional que establece que la reelección presidencial es un derecho
humano. Según el analista, el MAS podría
utilizar el control que ejerce sobre los “auto prorrogados” —como se conoce a
los cinco magistrados que siguen en funciones pese a que su mandato concluyó en
diciembre de 2023— para generar un quiebre institucional.
Entretanto,
Morales permanece atrincherado en la región del Chapare, su bastión político.
Pesa sobre él una orden de detención por un caso de trata de una menor,
acusación que niega, al igual que el fallo judicial que le impide postularse
nuevamente a la presidencia, tras haber gobernado Bolivia tres veces, entre
2006 y 2019.
El
calendario electoral sigue su curso, imperturbable, mientras la población
transita el día a día entre la escasez, la inflación y la incertidumbre. Y a
pesar de todo, muchos bolivianos ven en las elecciones una posible salida a la
crisis que los golpea sin tregua.
Las
dificultades económicas impulsarán el voto
“Mientras
no tengamos la posibilidad de garantizar los recursos para la compra y el
abastecimiento de diésel y gasolina, por supuesto que eso no está garantizado”,
admitió el 8 de julio, por primera vez, el presidente Luis Arce. Una semana más
tarde, las filas para conseguir combustible volvieron a extenderse,
especialmente por el diésel. Conductores reportan esperas de dos días o más
para abastecerse.
Esta
escasez comenzó a impactar con fuerza este año. El transporte pesado y el
servicio interdepartamental reporta que su actividad se ha reducido en un 60% a
80%, lo cual los llevó a declararse en emergencia y amenazar con tomar medidas
de presión.
Para
René Martínez, analista económico e investigador de la Fundación Jubileo, el
país enfrenta ahora los efectos acumulados de una mala gestión económica. A su
juicio, si el gobierno hubiese resuelto los desequilibrios macroeconómicos
generados entre 2015 y 2018 —tras el fin de la bonanza del gas—, esta crisis
tendría un impacto mucho menor.
Pero
el problema va más allá del combustible. En lo que va del año, la inflación ya
alcanzó los dos dígitos: 15,53%, el doble de lo proyectado oficialmente. Solo
en junio, la cifra alcanzó el 5,1%, la más alta mensual registrada en los
últimos 40 años. Al mismo tiempo, en el mercado negro, el tipo de cambio del
dólar escaló hasta triplicar el valor oficial: 6,96 bolivianos por dólar. Desde
el segundo trimestre de este año, abundan a diario las filas en centros de
abasto, donde los ciudadanos buscan alimentos de primera necesidad cada vez más
escasos y caros, como el pollo y el aceite.
Martínez
identifica tres grandes problemas en la economía boliviana. Dos son de orden
macroeconómico y el tercero, estructural. El primer desequilibrio es el déficit
fiscal, generado por un gasto público que creció sin control durante la bonanza
y que, en el actual contexto de ingresos limitados, solo puede sostenerse
mediante endeudamiento. “Este gasto está siendo financiado con emisión. Es un
préstamo que el Tesoro General de la Nación toma del Banco Central del Estado y
mientras no lo devuelva es emisión de dinero, que afecta a la inflación”,
explica el analista.
El
segundo problema tiene que ver con las reservas internacionales y el tipo de
cambio, que permanece congelado desde 2011. Para Martínez, mantener esta
rigidez cambiaria ha sido “el peor error cometido por el gobierno”. A esto se
suma el deterioro del sector de hidrocarburos, cuyo fracaso obliga al país a
importar más combustible del que exporta, lo que a su vez requiere divisas que
escasean.
El
tercer problema radica en el modelo económico productivo, basado en impulsar la
demanda interna mediante el gasto estatal. “Gastar, gastar y gastar en el
sector público para dinamizar la economía y el crecimiento, no es sostenible”,
advierte.
En
este contexto, los efectos en la vida cotidiana se notan cada vez más. Los
precios de los alimentos básicos se han duplicado. La escasez de productos como
el pollo y el aceite obliga a la población a recorrer varios puntos de venta,
haciendo largas filas para adquirir lo mínimo indispensable.
El
sector gastronómico de La Paz, por ejemplo, ha tenido que cerrar la mitad de
sus negocios ante la imposibilidad de sostener sus operaciones en medio de esta
crisis. Algunos intentaron resistir ofreciendo solo almuerzos o cenas por la
falta de insumos, lo que ha implicado reducir su personal y ajustar sus
expectativas. En este panorama, “el
estómago va a pesar mucho en el voto de la gente y el enojo por la crisis
económica y por la demagogia”, dice Gómez.
Políticos
con acciones inusuales e improvisación
Por
otro lado, el Tribunal Supremo Electoral inhabilitó al 65% de los candidatos a
legisladores inscritos, una cifra poco común. El caso más extremo lo vivió el
partido de la actual alcaldesa de El Alto, Eva Copa, donde solo siete de 344
postulantes lograron obtener el aval para competir. No solo eso. Un candidato a
vicepresidente renunció y cambió de partido para buscar un escaño en el Senado,
lo que refleja la volatilidad y el desconcierto que rodean estas elecciones.
Hasta ahora, los partidos que continúan en la contienda no han sustituido a más
de mil candidatos inhabilitados.
“Hay
un nivel de improvisación muy alto que me preocupa y me indigna también, porque
estamos en una situación tan complicada. (…) hay gente que realmente no está
preparada, a tal punto que ni siquiera puede cumplir con la presentación de
documentos”, observa la politóloga Velasco. Como ejemplo cita al aspirante
presidencial Jaime Dunn, quien no pudo inscribir su candidatura dentro del
plazo debido a que la burocracia estatal no expidió a tiempo el certificado de
solvencia fiscal, a lo que se suma su propia falta de previsión.
Pero
la improvisación no se limita a los aspirantes, pues también alcanza a las
fuerzas políticas en carrera. Velasco critica que muchos de los planes de
gobierno presentados carecen de propuestas sólidas. La sociedad civil también
ha cuestionado estos planes, especialmente en temas cruciales como la economía,
la violencia contra las mujeres y el cuidado del medio ambiente.
Además,
varios aspirantes han buscado apoyo en más de un partido, a veces sin
coincidencias ideológicas o programáticas, algo que no es nuevo. Ricardo Paz
apunta que “la política siempre ha tenido actores pragmáticos que no tienen
ideología, no tienen principios, no tienen causas y actúan en función de sus
intereses”.
Para
el analista político Gómez, los partidos tienen una evidente crisis de
representatividad. “Prácticamente se ha convertido en un negocio. El último
partido de masas, el MAS, está agonizando y por eso ahora no tenemos partidos
con estructura definida, sino familias o personas propietarias de los partidos
que alquilan las siglas, hacen negocio con la representación y ese es un
problema, un déficit de democracia interna en los partidos políticos”, explica.
Fin
de ciclo y tendencias
En
medio de todo, como explica Paz, “se está terminando el ciclo del neopopulismo
autoritario que fue protagonizado por el MAS durante 20 años. Es un momento de
transición, de transformación, de nuevas propuestas e ideas”. Según Paz, esta será “después de mucho
tiempo, una elección muy competitiva”, lo cual es claro al menos en el nivel
presidencial. De hecho, para esta contienda, están habilitados diez candidatos
y, a la fecha, ocho permanecen en competencia, distribuidos en dos grandes
corrientes: el “neopopulismo autoritario” y los conservadores tradicionales.
Dentro
de la primera corriente, sobresalen tres candidatos de izquierda vinculados al
MAS. Se espera que el voto se concentre en Andrónico Rodríguez (Alianza
Popular), pues ni Eva Copa (Movimiento de Renovación Nacional, MORENA) ni
Eduardo Del Castillo (MAS) cuentan con el respaldo suficiente, ya que están
limitados por intereses y privilegios que deben conservar.
En
cuanto a Evo Morales, Paz considera que “ya hizo su mejor intento” y fracasó,
especialmente tras las muertes en Llallagua. “Ya no tiene la fuerza para
incidir a nivel nacional, solo en el Chapare, aunque seguirá siendo un actor
nefasto y negativo en la política boliviana, pero cada vez con menos fuerza”,
analiza.
Un
pacto político necesario
Según
una encuesta reciente difundida por El Deber el 16 de julio, los candidatos
presidenciales Samuel Doria Medina (21,76%) y Jorge ‘Tuto’ Quiroga (20,70%)
lideran la intención de voto, seguidos por Manfred Reyes Villa (10,01%) y
Andrónico Rodríguez (8,26%). Al sumar indecisos, blancos y nulos, la cifra
supera el 24%, lo que hace poco probable que haya un ganador en primera vuelta.
Si
ninguno de los partidos o alianzas logra más del 25% de los votos, la Asamblea
Legislativa podría quedar conformada por al menos cuatro fuerzas políticas. En
ese caso, el ganador deberá formar alianzas para garantizar la gobernabilidad. “Daría la impresión de que Tuto Quiroga y
Samuel Doria Medina tienen algo más serio que plantear para sanear la economía
del país, pero no va a servir de nada si eso no puede aprobarse en el
Legislativo, si no hay pactos políticos entre los actores para llevar adelante cualquier
plan”, reflexiona Velasco.
Paz
recuerda que en momentos de crisis es vital la unidad política, como ocurrió en
1985, cuando Víctor Paz Estenssoro asumió la presidencia y recibió el respaldo
de otras fuerzas para enfrentar la crisis económica heredada del gobierno
anterior.
Como
entonces, quien gane la presidencia deberá pactar con las demás fuerzas para aplicar las “duras
medidas” necesarias para salir de la crisis económica. El analista Martínez
considera que el país debe abordar las causas estructurales: reducir el gasto
público, lo que implicaría recortar subsidios a los hidrocarburos y achicar la
burocracia estatal, además de flexibilizar el tipo de cambio. “Se trata de
medidas impopulares y complejas, que podrían tardar entre siete y diez años en
mostrar resultados”, remarca. A Velasco le preocupa que la incapacidad de
generar acuerdos lleve a que al nuevo gobierno “lo supere la crisis”, lo que
podría obligarlo a renunciar, repitiendo la historia.
Mientras
la incertidumbre prevalece en torno a las elecciones, pesa la falta de claridad
sobre los candidatos a senadores y diputados, pues los partidos y las alianzas
aún deben sustituir más de mil aspirantes, hasta cuatro días antes de los
comicios. Así, no hay certeza de cuántos competidores llegarán hasta el 17 de
agosto. Tampoco se sabe cómo terminará la campaña promovida por Morales y sus
seguidores para, ante la imposibilidad de tenerlo como candidato, masificar el
“voto nulo”.
Entre
tanto, la dirigente Ruth Nina guarda detención preventiva desde el 26 de julio
en un penal de mujeres en Cochabamba, acusada de instigación pública a
delinquir, amenazas y obstaculización del proceso electoral por las
declaraciones que hizo en una reunión de
evistas en el Chapare: “Nosotros,
principalmente nuestras organizaciones sociales, porque Pan-Bol nace desde los
Yungas, hemos decidido que el 17 de agosto preferimos dar nuestras vidas antes
de permitir que vengan a obligarnos a elegir a sus candidatos de la derecha, y
ese día el Tribunal Electoral y el Gobierno, en vez de contar votos, van a
contar muertos”. (https://n9.cl/xwfbi)
BOLIVIA:
LA DERECHA SE ENCAMINA A GANAR LAS ELECCIONES DEL 17 DE AGOSTO, SEGÚN LAS
ÚLTIMAS ENCUESTAS
En
el contexto de una profunda crisis económica que vive el país, el candidato
oficialista apenas tiene el 2% de intención de voto.
Diario
La Diaria de Uruguay (https://n9.cl/3dwza)
Cuando
queda poco más de dos semanas para las elecciones generales de Bolivia, que se
realizarán el 17 de agosto, las últimas encuestas ubican a Samuel Doria Medina
y al expresidente Jorge Tuto Quiroga como los aspirantes con mayor intención de
voto.
Según
el sondeo hecho por la consultora Ciesmori para el canal de televisión abierta
Unitel, Doria Medina, candidato de la coalición derechista Unidad, sería el
postulante más votado con el 21,5% de los apoyos. En segundo lugar, se sitúa
Quiroga, con el 19,6%, quien es el candidato de Alianza Libre, otra coalición
de sectores de derecha.
Quiroga
ocupó la presidencia boliviana durante un año, entre agosto de 2001 y el mismo
mes de 2002, tras la muerte del exdictador Hugo Banzer, quien en 1997 logró
retornar al poder, aunque esta vez mediante el voto popular.
El
tercer candidato que aparece en el sondeo es el también derechista Manfred
Reyes Villa, un exmilitar de 70 años que se postula por el partido Autonomía
para Bolivia y tiene el 8,3% de las preferencias.
Reyes
Villa tiene una dilatada trayectoria política, es el actual alcalde de la
ciudad de Cochabamba, cargo que ya había ocupado entre 1993 y 2000, e intentó
acceder a la presidencia en las elecciones de 2002 y 2009.
En
la encuesta de Ciesmori el candidato izquierdista mejor posicionado es el
actual presidente de la Cámara de Diputados, Andrónico Rodríguez, que tiene el
6,1% de las preferencias. Rodríguez surgió políticamente en el Movimiento al
Socialismo (MAS), pero dejó el sector y se presenta por Alianza Popular,
partido liderado por el exgobernador de La Paz Félix Patzi.
La
profunda crisis económica que está viviendo Bolivia está afectando de manera
notoria al gobierno del presidente Luis Arce. Reflejo de ello es que el
candidato oficialista, el exministro de Gobierno Eduardo del Castillo, apenas
cuenta con el 2,1% de los votos en la encuesta.
En
el sondeo se refleja además un importante desinterés de la ciudadanía en las
elecciones. El 13,6% de los encuestados dijo que votará anulado, en tanto que
el 8,1% dijo que lo hará en blanco. Además 12,4% no dijo a cuál candidato
votará.
En
declaraciones que brindó a la prensa este jueves, el candidato que lidera las
encuestas manifestó su esperanza de recibir los apoyos suficientes para ganar
en primera vuelta y así no postergar la resolución de los problemas que aquejan
al país.
“Lo
más importante es que nos den el apoyo y lo óptimo es que se resuelva en
primera vuelta, y así se pueda empezar a resolver los problemas y no
postergar”, manifestó Doria Medina, de acuerdo a lo que consignó la radio local
Erbol.
Doria,
un empresario multimillonario de 66 años dedicado al rubro de la construcción,
al hotelero, y que además es propietario de la franquicia de la cadena Burger
King en Bolivia, ya fue candidato a la presidencia en tres ocasiones, 2005,
2009 y 2014, pero en todas ellas perdió con el exmandatario Evo Morales.
En
esta ocasión, el candidato atribuyó su apoyo mayoritario a la “esperanza de la
gente que quiere un cambio”.
SE
ACERCAN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES EN BOLIVIA, CON SAMUEL DORIA MEDINA,
JORGE QUIROGA Y ANDRÓNICO RODRÍGUEZ COMO FAVORITOS
Revista
Gato Encerrado Net (https://n9.cl/5xira)
En
su peor crisis económica en 40 años, Bolivia irá a sus elecciones
presidenciales el próximo domingo 17 de agosto. El Órgano Electoral
Plurinacional ha determinado dos encuentros organizados por la institución de
cara a las elecciones: el primero será el viernes 1° de agosto en Santa Cruz y
el segundo será en La Paz, el martes 12 de agosto.
Los
candidatos son nueve, pero diversos medios indican que los favoritos son los
centristas Samuel Doria Media y Jorge «Tuto» Quiroga, y el izquierdista y
presidente del Senado, Andrónico Rodríguez.
Samuel
Doria Medina Auza (66 años) es uno de los empresarios más destacados de Bolivia
en las últimas décadas, es candidato de la alianza Unidad. En el campo
empresarial, Doria Medina es dueño de Green Tower, el rascacielos más alto de
La Paz, de 181 m de altura (más alto que cualquiera de Perú), y ha sido
accionista de la mayor cementera de Bolivia, Soboce, vendida a la peruana Yura
por US$ 300 millones el 2014, y de las franquicias bolivianas de Burger King,
Subway y La Quinta. Secuestrado por el MRTA por 45 días en 1995, Doria Medina
fue ministro de Planificación del Gobierno de Jaime Paz Zamora (1991-1993) y ha
sido tres veces candidato presidencial: en el 2005 (7.8% de los votos), en el
2009 (5.6%) y en el 2014 (24.2% de los votos). Economista del Arizona State
University y del London School Economics, tiene esa rareza de ser
vicepresidente de la Internacional Socialista para América Latina y el Caribe.
Jorge
Quiroga Ramírez (65 años) ya fue presidente de Bolivia (2001-2002), porque
había sido elegido vicepresidente de Hugo Banzer (1997-2001), quien renunció al
poder por su cáncer al pulmón. Formó parte de la alianza Unidad, pero se separó
para ser candidato presidencial por la coalición Libertad y República – Libre.
Fue ministro de Finanzas del Gobierno de Jaime Paz Zamora (1992) y fue
candidato presidencial tres veces, siendo la primera en el 2005, en donde por
primera vez ganó la presidencia Evo Morales, quedando Quiroga segundo con el
28.6% de los votos. También fue candidato el 2014, donde sacó el 9% de los
votos, y en el 2020, retirándose de la contienda una semana antes de las
elecciones por su baja aceptación. Es ingeniero industrial de la Texas A&M
University, con MBA de la St. Edward’s University in Austin
Andrónico
Rodríguez Ledezma (36 años) es presidente del Senado desde el 2020. Hijo de un
productor cocalero, fue dirigente cocalero en el Chapare (Cochabamba). Por
primera vez, participó en elecciones en el 2020, como afiliado al MAS
(Movimiento al Socialismo ) de Evo Morales, siendo elegido senador por
Cochabamba. Alguna vez fue llamado heredero de Evo Morales, pero en los últimos
años, lo ha criticado fuertemente, al mismo tiempo que se separó del
oficialismo del presidente de Luis Arce y este año es candidato por la Alianza
Popular. Es politólogo de la Universidad Mayor de San Simón.
EVISTAS
PIDEN NO VOTAR
Evo
Morales Ayma (65 años) quiso postular de nuevo, pero su candidatura fue
rechazada tanto por el partido que fundó, el MAS, ahora en manos del presidente
Luis Arce, como por el Tribunal Constitucional de Bolivia. El MAS en cambio
lanza la candidatura de Eduardo del Castillo del Carpio, ministro de Gobierno
(2020-2025).
Hoy
los partidarios de Evo Morales hacen un llamado por el voto nulo. «Siempre
dijimos que si Evo Morales no estaba en la papeleta, nuestro voto va a ser
nulo. Que sepan que el voto va a ser nulo porque ninguno de estos candidatos
nos representa», afirmó el diputado Anyelo Céspedes, leal a Evo. Los evistas
señalan que su opción al voto nulo alcanzará el 60%.
EDITORIAL.
EL "ESTADO FALLIDO" SEGÚN BOLUARTE
Mientras
la presidenta lanza calificativos inexactos sobre la situación política del
país vecino, es incapaz de reconocer la debacle a la que ha llevado al Perú. En
ese sentido, calificar a otro país como Estado fallido no solo es una falta
diplomática; sino también un intento fallido de desviar la atención.
La
República de Perú (https://n9.cl/fhgek)
La
presidenta Dina Boluarte ha generado una reacción diplomática de protesta por
parte del Estado boliviano por haber sostenido que dicho país vecino del Perú
es un “Estado fallido”.
Más
allá del ruido diplomático, lo que revela esta declaración es una peligrosa
incoherencia en la manera en que la presidenta observa el mundo y cómo
gobierna.
La
categoría de “Estado fallido”, popularizada en la década de los noventa por los
académicos Gerald B. Helman y Steven R. Ratner, describe a naciones cuya
institucionalidad se ha colapsado casi por completo.
Se
refiere exactamente a Estados que han perdido el control de su territorio, no
pueden proveer servicios básicos ni garantizar la seguridad o el derecho a la
vida.
Siendo
así, cabe preguntarse: ¿por qué Boluarte lanza esa afirmación gratuitamente?
¿Qué busca al descalificar a un país vecino con un término de peso político y
académico tan serio? Y más aún: ¿cómo puede ver con tanta nitidez las fracturas
en la casa del vecino, mientras guarda silencio frente al desmoronamiento
democrático en la suya?
Porque
si algo caracteriza a su gestión, es la negativa a asumir responsabilidad ante
el deterioro del Estado de derecho en el Perú.
Más
de 4.730 asesinatos durante su gobierno como reflejo del fracaso en seguridad
pública. Una Policía Nacional que necesita urgentemente reformas. Una respuesta
violenta y letal frente a las protestas ciudadanas, que dejó medio centenar de
muertos, con víctimas luego tachadas de terroristas sin prueba alguna.
Añádase
a lo anterior la dejadez en la atención a las brechas sociales en la Amazonía y
en regiones históricamente postergadas. ¿No son estas señales de un Estado que
se debilita, aunque aún no haya colapsado? ¿No es esto, al menos, una ruta
preocupante hacia la autocratización y la captura institucional?
La
presidenta Boluarte, en lugar de encarnar la transparencia o la autocrítica que
exige a otros, ha optado por un discurso que disfraza su propia fragilidad con
acusaciones hacia afuera. Su silencio ante los informes de organismos
multilaterales que verifican su actuación al margen de la ley y su alianza con
una coalición parlamentaria autoritaria que la sostiene en el poder son
síntomas de una deriva autoritaria más real y cercana que aquella que proyecta
sobre Bolivia.
En
ese sentido, calificar a otro país como Estado fallido no solo es una falta
diplomática; sino también un intento fallido de desviar la atención.
DINA
BOLUARTE GENERÓ EL RECHAZO DE BOLIVIA AL LLAMARLO “PAÍS FALLIDO”, PERO QUÉ
SIGNIFICA, Y QUÉ DICEN LOS INDICADORES INTERNACIONALES
La
improvisación de la jefa de Estado provocó el pronunciamiento de su homólogo y
conversaciones a nivel diplomático
Infobae
de Argentina (https://n9.cl/zixjq)
Durante
su discurso por Fiestas Patrias ante el Congreso de la República, la presidenta
Dina Boluarte argumentó que el Perú logró evitar convertirse en “un país
fallido como Cuba, Venezuela y Bolivia”, a raíz de su gestión tras la
destitución de Pedro Castillo. “Un país sin inversiones, sin obras ejecutadas,
con mayor pobreza, camino a convertirnos en un país fallido, como Cuba, como
Venezuela, como Bolivia y otros tantos más”, sostuvo la mandataria.
Las
declaraciones provocaron una inmediata reacción en Bolivia. El vicecanciller y
el presidente boliviano, Luis Arce, expresaron “su enérgico rechazo” y
calificaron las afirmaciones de Dina Boluarte como “inadmisibles”. “Esta
declaración no representa el verdadero sentir del pueblo peruano, con el cual
mantenemos históricos lazos de hermandad, respeto y cooperación”, señaló Arce
en su cuenta oficial de X (antes Twitter).
El
mandatario informó que convocó al encargado de negocios de Perú en Bolivia para
transmitir el “profundo rechazo” de su gobierno por tales afirmaciones, y que
también se hará conocer una posición oficial a través de la delegación
diplomática boliviana en Lima. Arce enfatizó el carácter democrático y los
valores compartidos entre ambos países, y abogó por que la relación bilateral
continúe fortaleciéndose.
¿Qué
significa “país fallido”?
El
término “país fallido” es una expresión común en el discurso político, aunque
en el ámbito académico se utiliza preferentemente “Estado fallido”. No existe
una definición exacta aceptada universalmente, aunque distintos especialistas
han delineado los alcances del concepto. El politólogo Robert Rotberg sostiene
que un Estado fallido es aquel que no puede ni quiere cumplir con las funciones
esenciales de un Estado moderno, como garantizar la seguridad, la
gobernabilidad y la provisión de servicios públicos básicos. Otros expertos,
como Noam Chomsky, afirman que estos Estados no logran proteger a sus
ciudadanos frente a la violencia y operan por fuera de los límites legales
internacionales.
El
concepto también se utiliza para describir gobiernos que pierden el control
sobre su territorio, muestran alta inestabilidad política, insuficiencia en la
entrega de bienes públicos y fracaso en asegurar la seguridad interna y la paz.
La aplicación del término, sin embargo, está influenciada por factores
políticos y suele estar sujeta a controversias y cuestionamientos por su carga
simbólica y diplomática.
¿Qué
dicen los indicadores internacionales sobre Perú y Bolivia?
Uno
de los principales instrumentos internacionales para medir el nivel de
fragilidad de los Estados es el Índice de Estados Frágiles (Fragile States
Index), elaborado por la organización Fund for Peace. El índice se construye a
partir de 12 indicadores sociales, económicos, políticos y de seguridad, y
ubica a los países en una escala donde los primeros lugares los ocupan los
considerados con mayor fragilidad o riesgo de colapso.
En
la edición 2024 del ranking participaron 179 países. Los primeros puestos
fueron para Somalia, Sudán y Sudán del Sur, considerados los más frágiles a
nivel mundial. En cuanto a la región andina, contrario a lo que dice la
mandataria, Bolivia estuvo mejor posicionado que el Perú. Mientras el país
altiplánico aparece en el puesto 81, el gobierno peruano se ubica en el 76. Es
decir, más cerca a ser un estado frágil, conocido como ‘fallido’.
¿CUÁL
ES LA RELACIÓN DE PERÚ CON BOLIVIA, VENEZUELA Y CUBA? LOS PAÍSES SEÑALADOS COMO
"FALLIDOS" POR LA PRESIDENTA BOLUARTE
Expertos
internacionalistas analizan el impacto de la declaración de Dina Boluarte,
resaltando que ni Bolivia ni Cuba cumplen con la definición de 'estado
fallido'.
La
República de Perú (https://n9.cl/bev3v)
En
su último mensaje del 28 de julio, la presidenta Dina Boluarte generó polémica
al afirmar que Perú "no seguirá el camino de los estados 'fallidos' como
Venezuela, Nicaragua, Cuba o Bolivia”, en un contexto en el que buscó reafirmar
la legitimidad de su gobierno y su orientación democrática. En consecuencia, la
mención directa de estas naciones trajo consigo críticas internas, además de
una respuesta directa de uno estos países
Por
ello, los expertos internacionalistas Óscar Vidarte y Ramiro Escobar declararon
a La República lo que representa, para ambos especialistas, estas
declaraciones, las implicancias diplomáticas del calificativo y la situación
actual de las relaciones bilaterales entre Perú y los países mencionados.
Bolivia:
un vínculo cercano deteriorado
Perú
y Bolivia comparten casi dos siglos de relaciones diplomáticas y una extensa
historia cultural común. Sin embargo, la relación bilateral ha atravesado un
periodo de tensión desde el cambio de gobierno en diciembre de 2022. Bolivia,
junto con México y Colombia, cuestionó la legitimidad del ascenso de Dina
Boluarte al poder, lo que generó fricciones diplomáticas.
Según
Óscar Vidarte, “la relación con Bolivia por lo menos en los últimos dos, tres
años viene muy mal. Las embajadas están a nivel de encargados de negocios, no
hay embajadores. Con Bolivia la relación está extremadamente distante”.
Ambos
especialistas coincidieron en que Bolivia no puede ser calificada como un
Estado fallido. Ramiro Escobar explicó que Bolivia no es un país que responde a
esas características, pues no tiene un gobierno ilegítimo ni un gran desastre
humanitario adentro. "Calificar de 'fallido' a Bolivia me parece algo
sumamente exagerado y, además, muy imprudente, porque es un país vecino”,
aseveró.
Por
su parte, Vidarte apuntó que Bolivia ha experimentado avances en las últimas
décadas: “Es muy injusto poner a los tres países en el mismo saco, más aún
cuando durante su discurso ella dijo que habían fortalecido las relaciones con
los países vecinos, siendo Bolivia uno de ellos”.
Venezuela:
una relación congelada sin visos de cambio
Las
relaciones entre Perú y Venezuela se encuentran prácticamente paralizadas. No
existe representación diplomática al nivel de embajadores y las interacciones
se reducen a aspectos humanitarios y de seguridad. “Venezuela tiene relaciones
de bajísima intensidad con el Perú salvo algunas coordinaciones para efectos de
la situación de las personas que están acá y coordinaciones de orden policial
para intercambio de personas que han delinquido”, indicó Escobar.
Por
otra parte, Vidarte consideró improbable un acercamiento entre ambos países:
“No existe en el Perú ningún interés de recomponer la relación con Venezuela,
más aún cuando los que sostienen este gobierno son estos sectores de derecha en
el Congreso que ven a Venezuela como el principal enemigo de sus intereses”.
Cuba:
una respuesta más diplomática y contenida
A
diferencia de Bolivia y Venezuela, el vínculo con Cuba no ha registrado un
deterioro significativo tras las declaraciones de la presidenta. Además, Cuba
no se ha pronunciado sobre ello. Para Escobar este país suele ser muy
"hábil" diplomáticamente en este tipo de casos, puesto que, por lo
general, no suele responder salvo que las declaraciones sean muy fuertes.
Vidarte
coincidió en que no se espera una reacción mayor: “Para Cuba no es una batalla
importante, estoy seguro de que utiliza canales diplomáticos para preguntarle
al Perú, sin tratar de hacer de esto una cuestión de Estado”.
Cuba
y Perú han mantenido relaciones diplomáticas desde hace décadas, incluso
durante los gobiernos de Fidel Castro, Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel. Existe
además cooperación en áreas como deporte y cultura.
La
falta de precisión en el uso del término “Estado fallido”
La
expresión utilizada por Boluarte también fue cuestionada en términos
conceptuales. Para Escobar, un estado fallido es uno que no controla su
territorio, no provee servicios a la población, tiene un gobierno ilegítimo y
un desastre humanitario dentro de sus fronteras. El internacionalista advirtió
que el término ha sido manipulado en contextos internacionales: “Ha surgido
también para propiciar la invasión sobre unos países que se consideran
inestables, con el propósito supuestamente de estabilizarlos, hay cierto debate
en la academia sobre el término”.
Vidarte,
por su parte, consideró que la presidenta desconoce el significado exacto del
término. "Creo que ha tratado de usar el término fallido desde una
perspectiva más coloquial”. Ambos analistas coincidieron en que ni Bolivia ni
Cuba cumplen con los criterios objetivos del concepto y que, incluso, calificar
a Venezuela de ese modo es discutible.
Un
giro político que condiciona la política exterior
Finalmente,
ambos entrevistados coinciden en que las declaraciones de la mandataria no son
aisladas, sino parte de un cambio en su posicionamiento político. Escobar
señaló que “la presidenta es ahora un personaje político muy distinto al que
era cuando entró al gobierno con Pedro Castillo (...) está más alineada con
sectores de derecha en el Parlamento y en general en el país”.
Vidarte
también apuntó a una narrativa construida: “Dina Boluarte quiere desarrollar y
consolidar la idea de que ella evitó que continuara el desastre que comenzó
Castillo (...) eso le sirve como guía para los sectores que hoy básicamente la
sostienen, que es esta derecha”.
“MAR
PARA BOLIVIA”, UN RECLAMO QUE MOLDEA LA IDENTIDAD NACIONAL BOLIVIANA
El
reclamo boliviano por su salida al mar nutre su identidad nacional y complica
las relaciones con Chile
Diario
Red de Uruguay (https://n9.cl/9shlc)
Desde
hace décadas, el Estado boliviano reclama un acceso al mar que le ha sido
negado por el particular desarrollo de la historia en la región. Las
pretensiones del país se vieron especialmente respaldadas durante el gobierno
de Evo Morales. Pese a que en el año 2000 hubo conversaciones entre Bolivia y
Chile para la construcción de un gasoducto, no fue sino en 2013 que el Estado
boliviano dotó de impulso internacional al reclamo, presentándolo frente a la
Corte Internacional de Justicia. Aquel intento no prosperó, pero ratificó la
ligazón entre el reclamo y la identidad nacional boliviana.
Únicamente
Bolivia y Paraguay no tienen salida al mar en América Latina. Pese a que esta
condición la “padecen” también otros países en el mundo, es evidente que ha
significado un limitante severo para el desarrollo económico y comercial de
Bolivia. Desde 2009, año en el que se reformó la Constitución Nacional, el
Estado Plurinacional de Bolivia reivindica formalmente su deseo de abandonar la
“mediterraneidad”.
Los
orígenes del reclamo
Remontémonos
en la historia. Bolivia, como Estado-nación, es heredera de la gobernación
española de Charcas. En tanto subdivisión territorial del Imperio Español en
América, Charcas fue incorporada al virreinato del Río de la Plata, y
previamente había formado parte del virreinato del Perú. Tras su independencia,
el Alto Perú, predecesor del Estado de Bolivia, optó por no subordinarse ni al
Alto Perú ni a las Provincias Unidas del Río de La Plata. De esta forma, nació
en 1825 la República de Bolívar, en adelante Bolivia.
Tras
el fracaso de la breve Confederación Perú-Boliviana, las élites bolivianas
fijaron el objetivo del acceso al mar, vital para la joven república en su
proyecto de desarrollo nacional. El desierto de Atacama, por correspondencia
geográfica lógica, emergió como el eje del reclamo. Allí envió tropas Antonio
José de Sucre, primer presidente de Bolivia, quien declaró el puerto de Cobija
como parte del país.
Simultáneamente,
Chile había logrado una mayor estabilidad institucional y también reclamaba
para sí el control de esa zona. Había una razón para la disputa: la
Recopilación de Leyes de Indias de 1680, que reconocían al mismo tiempo que la
Real Audiencia de Charcas tenía costas en el mar del Sur y que las Reales
Audiencias de Lima y Santiago de Chile eran colindantes por norte y sur. Dos
condiciones necesariamente contradictorias.
La
guerra contra España en 1864 fijó el célebre paralelo 24 y las zonas de
beneficio compartido entre los paralelos 23 y 25, pero aquello no puso fin al
conflicto. La guerra de 1879, a la que fue arrastrado Perú, se saldó con la
victoria chilena en 1983, previo abandono de la propia Bolivia. Los términos de
la paz fijaron la posesión a perpetuidad del territorio de Antofagasta por
parte de Chile y el fin del reclamo boliviano sobre el Pacífico.
Indudablemente, se trataba de cesiones indeseables desde el punto de vista
boliviano, pero correspondientes a la dimensión de la derrota militar.
Apenas
dos décadas después, en 1904, Bolivia y Chile firmaron el Tratado de Paz y
Amistad, mediante el cual Bolivia aceptaba el control chileno de Antofagasta,
al tiempo que los chilenos aceptaban el libre tránsito de mercancías bolivianas
a través del territorio nacional, así como la construcción del ferrocarril
Arica-La Paz.
El
reclamo, hoy
El
siglo XX ha visto varios empujes por parte de Bolivia para retomar su reclamo.
En la década de los cuarenta existieron conversaciones para el establecimiento
de un corredor terrestre en Arica, si bien no prosperaron debido a las
compensaciones exigidas por Chile. El país buscaba tener acceso a las aguas del
Lago Titicaca en favor de su industria eléctrica y sus sistemas de regadío. Ni
Perú ni la opinión pública en Bolivia lo vieron con buenos ojos.
En
los setenta, las dictaduras de Banzer y Pinochet llegaron al Acuerdo de
Charaña, por el que se cedería a Bolivia una corta franja de costa al norte de
la región de Arica, junto a un corredor terrestre sobre el que gozaría de plena
soberanía. Como contraparte, Chile recibiría una franja equivalente en el salar
de Uyuni. Sin el aval de Perú, aquel acuerdo tampoco salió adelante y las
relaciones entre Chile y Bolivia se rompieron en 1978.
Desde
entonces, los lazos boliviano-chilenos han estado siempre marcados por la
ausencia de máximas autoridades diplomáticas y por las discrepancias entre
ambos Estados. Para Bolivia, el reclamo de su salida al mar como acceso al
Océano Pacifico es nodal, no solo porque perfila un sentimiento profundo dentro
de su identidad nacional, sino porque verdaderamente es una condición para su
desarrollo económico y para el avance de sus infraestructuras comerciales.
A
pesar de los acercamientos históricos, e incluso cuando han coincidido
gobiernos de izquierdas en ambos países, ha sido imposible cerrar la cuestión.
Bolivia seguirá reclamándolo, si bien ambos países afrontan elecciones
cruciales en 2025 en las que la izquierda se encuentra en una coyuntura de gran
fragilidad.
“EL
CONTRABANDO NOS ESTÁ FUNDIENDO”: COMERCIANTES DEL NORTE SALTEÑO DENUNCIAN UNA
SITUACIÓN LÍMITE
Frente
al avance del contrabando desde Bolivia, comercios del departamento San Martín
cierran sus puertas, reducen jornadas o aplican descuentos salariales para
sobrevivir. Empresarios y trabajadores apuntan a la falta de controles y a una
competencia desleal que se instala con aval del propio Estado.
El
Tribuno de Argentina (https://n9.cl/rfi8j7)
Cierre
de comercios establecidos desde hace años y, por lógica, de manera legal;
disminución de las horas de trabajo del personal a media jornada; o quita de un
porcentaje del sueldo para evitar despidos. Son algunas de las medidas que el
sector comercial está adoptando para evitar un desenlace que parece inevitable:
el cierre de supermercados, carnicerías, comercios de electrodomésticos y hasta
farmacias, en una lucha desigual contra algo con lo que ningún comerciante o
empresario puede competir: el contrabando que ingresa desde Bolivia y que
prácticamente abarca todos los rubros.
La
situación ya resulta insostenible. Por eso, el cierre de comercios en el centro
de la ciudad es directamente proporcional a la apertura de puestos de venta
callejera que se instalan en las veredas, al mismo estilo que en Bolivia. Pero
a diferencia de los primeros, estos no contratan empleados registrados y solo
abonan una tasa municipal, con lo cual ya se encuentran totalmente habilitados
para vender lo que sea, bajo la denominación de “polirubros”.
La
indignación del sector comercial y de los trabajadores mercantiles
Lo
increíble de la situación es que el comercio ilegal se realiza a la vista de
todos. Como lo explica el presidente del Centro de Empresarios de Tartagal,
Franco Galeano: “No estamos hablando de la gente que va a Bolivia a comer, se
compra ropa, un electrodoméstico o una bicicleta. Estamos hablando de gente que
te trae diez heladeras, diez bolsones llenos de ropa americana, habilita el
garage o la vereda de una casa, instala todo y se pone a vender”.
“No
hay pedido o reclamo que en estos últimos 18 meses no hayamos realizado a todos
los organismos competentes. Pero la situación es cada día peor y no tenemos
forma de competir con productos que ingresan de contrabando a toda hora y que
han generado la proliferación de estos comercios informales, porque cada día
aparece uno nuevo sin que a ninguna autoridad se le pase por la cabeza evitar
que esto siga sucediendo”, añadió Galeano.
“Porque
en Bolivia no se pagan los impuestos que sí pagamos en Argentina, que implican
un 48% del precio que abona el consumidor final. Esos fondos se destinan a
solventar hospitales públicos, escuelas, rutas, seguridad. Si usted me pregunta
si quiero vivir como se vive en Bolivia, donde todo se paga, yo le digo que no.
Pero reitero: el daño enorme que se le está haciendo a un sector que fue pilar
en la creación de los pueblos de frontera, como todos los del departamento San
Martín, no lo causa el tartagalense que va a comprar ropa a Yacuiba. Lo causa
el que trae 20 bicicletas y compite de forma totalmente desleal con el comercio
local que se dedica a eso desde hace años, que tiene empleados en blanco y que
paga todos sus impuestos”.
“Nos
funden con nuestros propios impuestos”
Galeano
describió con indignación: “Es tan insólito lo que sucede que es el propio
municipio el que les acondicionó a los feriantes que venden todo de contrabando
la plazoleta Moto Méndez, con luces, servicio de internet, calles pavimentadas
en los alrededores para que lleguen sin mayores inconvenientes. Pero esas obras
se hacen con los impuestos que aportamos los que estamos legalmente
establecidos. Parece un chiste de pésimo gusto, pero no lo es”.
DENUNCIAN
CONTROL DEL CJNG EN MINAS DE MERCURIO EN QUERÉTARO PARA TRÁFICO INTERNACIONAL
ONG
revela operaciones industriales ilegales vinculadas al crimen organizado; el
químico se exporta a Sudamérica para extracción de oro.
El
Express de México (https://n9.cl/rv0t1)
El
Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) habría tomado el control de varias minas
de mercurio ubicadas en la Sierra Gorda de Querétaro para exportar ilegalmente
este químico a países de Sudamérica como Colombia, Perú y Bolivia, denunció la
Agencia de Investigación Ambiental (EIA, por sus siglas en inglés) en su más
reciente informe titulado “Los traficantes no dejan piedra sin remover”.
La
organización no gubernamental documentó que las minas Cristo Vive, La Fe, La
Peña, El Mono y La Perla, entre otras, están ahora bajo control del cártel, el
cual ha instalado infraestructura de seguridad propia, como torres de
vigilancia, cámaras, portones, puestos de control y alambres de púas.
PRODUCCIÓN
INDUSTRIAL Y FORTIFICACIÓN ILEGAL EN LA SIERRA GORDA
“Mineros
de otra comunidad explicaron con detalle que las minas alrededor de La Plazuela
ahora están controladas por el extremadamente violento Cártel Jalisco Nueva
Generación, y que el nivel de producción se ha disparado a un nivel casi
industrial”, indica el informe.
El
reporte señala que esta actividad criminal se ha intensificado desde diciembre
de 2023, cuando aparecieron nuevas estructuras de control en la región.
Investigadores de la EIA incluso recibieron amenazas directas durante su
trabajo de campo, evidenciando el riesgo y el nivel de control territorial por
parte del crimen organizado.
TRÁFICO
HACIA LATINOAMÉRICA: MÁS DE 200 TONELADAS DESDE 2019
De
acuerdo con las estimaciones de la EIA, los traficantes han contrabandeado al
menos 200 toneladas de mercurio desde las minas en Querétaro hacia minas
auríferas de Sudamérica entre abril de 2019 y junio de 2025. En estos países,
el mercurio se utiliza en la minería artesanal para separar el oro, una
práctica común a pesar de estar prohibida por sus efectos tóxicos en la salud y
el medio ambiente.
Ante
las restricciones legales en Colombia y Perú, los traficantes han ideado
métodos de contrabando sofisticados, como la exportación de grava contaminada
con mercurio bajo declaraciones falsas, en lugar del envío directo de mercurio
líquido purificado.
SEÑALAN
A EMPRESARIO Y POLÍTICA COMO PRESUNTOS IMPLICADOS
El
informe también identifica al empresario minero Juan José Zamorano Dávila como
uno de los principales responsables del tráfico de mercurio en la zona. Su
hermano, “Joel”, habría sido presentado como cómplice, mientras que la actual
pareja de Zamorano, Alejandra Pulido Briseño —militante del Partido Acción
Nacional (PAN) y exfuncionaria en los gobiernos de Querétaro y Puebla—, es
señalada como parte del círculo cercano vinculado a las operaciones.
EL
ORO, FACTOR CLAVE DEL NEGOCIO ILEGAL
La
EIA subraya que el alza en el precio internacional del oro ha incentivado la
demanda de mercurio por parte de mineros informales, lo que a su vez ha hecho
atractiva y rentable la operación para grupos criminales.
Este
esquema de extracción, control territorial y tráfico internacional representa
una amenaza múltiple: desde la salud pública y el medio ambiente, hasta la
seguridad nacional y el estado de derecho en las zonas afectadas.
RETIENEN
A ESPOSA DEL HERMANO DE SEBASTIÁN MARSET TRAS INTENTAR INGRESAR AL PAÍS
La
Nación de Paraguay (https://n9.cl/qxhq6)
Tras
descender de un vuelo proveniente de Brasil fue detenida en el Aeropuerto
Internacional Silvio Pettirossi Emilia Cristina Mantilla Robles, quien sería
esposa del hermano del presunto narcotraficante requerido por la justicia
paraguaya Sebastián Marset.
La
mujer de nacionalidad boliviana y con documentos brasileños arribó al país
junto con un joven de nacionalidad uruguaya identificado como Santiago González
Dizandez y un menor de edad. Los mismos fueron inadmitidos al país tras
realizarse el registro migratorio.
Luego
de la identificación, las autoridades de la Dirección Nacional de Aeronáutica
Civil (Dinac) informaron a la Interpol, la cual dispuso que estas personas sean
retenidas y fueran puestas a disposición del Ministerio Público.
El
bloqueo de ingreso al país de estas personas se dio tras un intercambio de
información entre agencias de seguridad y se confirmara que cuentan con
antecedentes y supuestos nexos con causas que están siendo investigadas a nivel
internacional.
Emilia
Cristina Mantilla Robles contaría con antecedentes en Bolivia que datan del
2023, junto con una orden de captura emitida por la Fiscalía de Santa Cruz, ya
que la misma estaría ligada a la estructura criminal liderada por Sebastián
Marset.
En
diciembre del 2023, Diego Nicolás Marset Alva, esposo de la ahora retenida, fue
arrestado en la ciudad de Foz de Iguazú, Brasil, en el marco de una
intervención policial. El hombre es requerido por la justicia paraguaya en el
marco del caso A Ultranza PY, el cual continúa abierto.
No comments:
Post a Comment