LAGOS Y MESA COINCIDEN EN CAMBIO DE MANDO URUGUAYO
El Mercurio de Chile (www.emol.com)
Los presidentes de Chile y Bolivia, Ricardo Lagos y Carlos Mesa, se encontraron ayer informalmente en la recepción que realizó ayer el presidente saliente de este país, Jorge Battle, que entregará el mando hoy al socialista Tabaré Vázquez.
Ambos mandatarios coincidieron en el mismo hotel y en el mismo bus que los trasladó hacia el edificio del Mercosur, siendo los dos únicos presidentes presentes ayer en las ceremonias de cambio de mando donde también tienen comprometida su presencia los presidentes Néstor Kirchner, de Argentina; Inacio Lula Da Silva, del Brasil; Hugo Chávez, de Venezuela y, eventualmente, Fidel Castro.
Hasta el cierre de esta edición no estaba confirmada ninguna cita a nivel de presidentes entre Chile y Bolivia, aunque La Paz ya había anunciado que los cancilleres Juan Ignacio Siles e Ignacio Walker se reunirían, posiblemente, hoy martes para tratar una agenda de nueve puntos que incluiría el tema marítimo.
Ayer, y pese a que ambos llegaron en el mismo bus, los presidentes Lagos y Mesa ingresaron separados en la primera ceremonia oficial del cambio de mando uruguayo. Poco antes lo habían hecho el príncipe Felipe de Asturias y su esposa Letizia, que viajaron a Uruguay en representación de la corona española.
Uruguay vivirá hoy quizás el más emblemático cambio de mando de toda su historia cuando, por primera vez, un socialista, Tabaré Vázquez, asuma la Presidencia de la República, controlada durante 174 años por partidos de centro y de derecha.
Cerca de 1.500 policías, más bomberos y paramédicos, vigilarán las despejadas calles de esta ciudad, cuyo millón de habitantes todavía no regresa de vacaciones, y donde ayer se produjo una fuerte tormenta de verano que podría repetirse durante la presente jornada.
Tavaré Vázquez asumirá su cargo también con la mayoría del Senado y de la Cámara a su favor (hecho que no ocurría para un gobernante uruguayo desde hace 40 años) y con la obligación de afrontar el vencimiento de cerca de tres mil millones de dólares de deuda internacional y mejorar la economía de un país que tiene al 33% de su población de tres millones y medio de personas sumida en la pobreza.
El Presidente chileno llegó en la tarde de ayer para sumarse a este evento. Con él llegaron desde Santiago el canciller Ignacio Walker, el senador Ricardo Núñez y la diputada Isabel Allende.
Para hoy el presidente tiene contemplado inaugurar la nueva sede de la embajada de Chile en este país, ubicada en el remodelado casco histórico de la ciudad, para luego sostener una reunión bilateral con el presidente paraguayo Nicanor Duarte Frutos, y luego concurrir a la asamblea general en el Palacio Legislativo y al edificio Independencia, donde asumirá Vázquez. Por la tarde presenciará un desfile militar, para regresar a Chile esta noche.
WALKER Y SILES AFINAN AGENDA BILATERAL EN MONTEVIDEO
El Mercurio de Chile (www.emol.com)
Mientras en Chile la Cancillería asegura que se tratará de un encuentro informal, en Bolivia esperan una "contrapropuesta" de Santiago a una agenda tentativa diseñada por La Paz, que por cierto, incluye la demanda de acceso soberano al Pacífico.
Pero aunque las expectativas -o al menos, los énfasis públicos- son diferentes, lo cierto es que los cancilleres de Chile y Bolivia, Ignacio Walker y Juan Ignacio Siles, conversarán hoy en Montevideo, Uruguay, en medio de la asunción del Presidente electo de ese país, Tabaré Vázquez.
En la cita se espera avanzar en el encargo hecho en diciembre pasado por los presidentes de ambos países, Ricardo Lagos y Carlos Mesa, durante una reunión informal en Ouro Preto, Brasil, en orden a configurar una amplia agenda encaminada a una cita oficial, que podría realizarse en el primer encuentro del Mercosur de este año, en Paraguay.
En esa oportunidad, Lagos se mostró abierto a incluir el tema marítimo en la agenda bilateral, aunque advirtió que "eso tiene que ser abierto, tan abierto como para que si alguien quiere tocar ese tema, nosotros tenemos nuestros puntos de vista y asunto concluido. No hay que hacer de esto un tema muy estrecho".
Otro tema complejo que deberán abordar los cancilleres es el del río Silala, tema en que Bolivia reclama el uso de las aguas de un manantial que considera propio, mientras que Chile argumenta que se trata de un río internacional que atraviesa por territorio nacional, lo que garantiza su libre acceso.
SUSPENDEN SALIDAS A BOLIVIA
La Estrella de Arica, Chile (www.estrellaarica.cl)
Bloqueos carreteros, protestas y manifestaciones que se incrementarán con el correr de los días, son el resultado de un rebrote de los conflictos sociales en Bolivia esta semana, los cuales comenzaron ayer con el bloqueo, por parte de pobladores de la localidad de Patacamaya, a la carretera que une a La Paz y el departamento de Oruro, y que, a su vez, conecta con Chile.
Esta situación provocó principalmente, según la agencia de noticias DPA, la suspensión del transporte público hacia Chile y puertos de esta parte del país.
ARRIBO
En horas de la tarde de ayer, sin embargo, arribó hasta nuestra ciudad un bus de la empresa Zuleta (Cuevas y González), el cual logró cruzar el sector en conflicto con algunas dificultades.
De la misma forma, Sergio Parra, funcionario de la empresa de Chile-Bus, dijo que la máquina de su empresa que salió ayer a las diez de la mañana hacia La Paz, llegó con cuatro horas de retraso a su destino a causa de los bloqueos en Patacamaya, por eso el bus tuvo que transitar por una vía alternativa de tierra en el sector de Viscachani.
La situación obligó a ambas empresas en horas de la noche a tomar la decisión de suspender las salidas de hoy hacia ese país. “Por precaución no vamos a salir, además el jueves se intensifican las protestas con el paro de los transportistas por los combustibles y el viernes por las sanitarias”, dijo Parra.
La suspensión de las salidas de buses hacia La Paz por parte de estas dos empresas que tienen sus oficinas en el Terminal Rodoviario, se prolongará hasta que la situación en el país vecino cambie. “Lo cual es muy incierto”, dijo uno de los funcionarios.
Por su parte, Jorge Cáceres, secretario regional de Transportes y Telecomunicaciones, dijo que espera que los conflictos no causen mayores problemas y que en hoy tendría más antecedentes de la situación una vez que haga las consultas al cónsul.
Opinión:
EL GENERAL ROJO EN COCHABAMBA (II)
La Vanguardia de España (www.lavanguardia.es)
Cuando yo era niño, en aquel Oviedo de los años cincuenta, gris y aburrido hasta el bostezo, había dos límites geográficos. El del mundo conocido estaba en la linde de Asturias con Santander -entonces no existía Cantabria- y se decía Pimiango. Indicaba un pequeño pueblo que ninguno de nosotros había visitado pero que veíamos a lo lejos, hermoso, sobre una loma. Luego estaba el otro, el límite de lo ignoto. Lo desconocido terminaba en Cochabamba, que ni siquiera sabíamos hacia dónde caía. Decir Cochabamba imponía silencio y obligaba a pensar que el mundo era ancho y ajeno.
El día que me enteré que el general Vicente Rojo, el militar más importante que tuvo la República durante la guerra civil, el hombre-leyenda de la estrategia para echarle imaginación a una guerra perdida, el oficial profesional que representó a una casta pequeña y malparada de militares republicanos, el huérfano de padre cuya única herencia fue el derecho a estudiar con los huérfanos de la milicia, sección infantería. Quería decir que cuando me enteré de que el general Rojo había sido profesor de la Escuela de Estado Mayor del Ejército boliviano, con sede en Cochabamba, y durante doce años, me quedé tan sorprendido por lo que tenía de aventura como humillado en lo que había de ignorancia supina por mi parte.
Vicente Rojo Lluch, hijo de Dolores Lluch Doménech -viuda y con seis hijos en 1894- fue un prototipo de lo mejor de la oficialidad española de la primera mitad del siglo XX.
A él se debe algo tan insólito para un ejército poco inclinado a la teórica como la creación de la Colección Bibliográfica Militar, apenas llegado a capitán. Luego profesor en la Academia de Toledo, donde salió el montón de profesionales que habrían de apañar la guerra civil. La guerra de 1936 es una caja de Pandora donde todo es posible, incluso las cosas más inimaginables, hasta tal punto que cada generación, cada familia, incluso cada heredero de la casa de su padre, sea vasco, catalán, asturiano o burgalés, tiene su propia guerra. La imaginación ha ganado la partida a la historia. Como en la guerra civil norteamericana del siglo XIX, todos aspiramos a movernos en dos campos, o William Faulkner o Lo que el viento se llevó. Por eso hablar hoy del general Rojo en Cochabamba parece un cuento digno del realismo ése llamado mágico. ¿Dónde demonios está Cochabamba y cómo llegó allí? En el purito centro geográfico de Bolivia está esa ciudad que parece pensada para la vida tranquila, los largos paseos, el cuidado y aprovechamiento de las plantas más exóticas, donde los cafés que sobreviven al imperio arrollador del lavado del narcotráfico simulan un aire arcaico y la gente es pausada, de hablar fino y un castellano muy superior al nuestro. Un lugar donde apenas se grita y si hay que matar, por mucha saña que se ponga, no hay que dar cuartos al pregonero, o lo que es lo mismo, sin escándalo. No sé si es hermosa Cochabamba pero puedo garantizar que es cómoda, y de sus monumentos egregios me quedo con la plaza principal y la única casa que no aparece en la guías al uso, me estoy refiriendo a la mansión de Patiño, el rey del estaño, que nació aquí y prácticamente no pudo volver porque cada cual, y con razón, tenía su pleito con el hombre más rico del mundo entonces.
Se había perdido la batalla del Ebro, había caído Catalunya, el general Rojo había pasado la frontera y ya no pensaba volver. Por si fuera poco, Azaña, presidente de la República, no sólo renunciaba a incorporarse a las zonas aún republicanas, como el centro, con Madrid a la cabeza, y Levante, con Valencia invicta, sino que utilizaba supuestas confidencias del general Rojo como argumento para quedarse en París. Negrín, don Juan Negrín, jefe de Gobierno, iba a avergonzarles, porque contra todo pronóstico él sí volvió y asumió su papel, su cicuta, hasta el final. Curiosa relación, digna de un drama shakespeariano, la del general Rojo y su jefe político y militar don Juan Negrín. Nos llevaría muy lejos.
Vicente Rojo Lluch, máxima figura del ejército republicano derrotado, fracasa en todos sus intentos de conseguir un trabajo de exiliado en París, además como analista y estratega detecta la guerra inminente, y agarra a sus seis hijos -tiene otro más en poder de Franco-, su señora y se lanza a la aventura americana. Objetivo, Buenos Aires. Casualidad: viaja en el mismo barco que don José Ortega y Gasset. Varían solamente las clases; don José va en primera, por supuesto. El otro no, porque el billete lo ha pagado la benevolencia de don Juan Negrín, pese a todo, un caballero. Cuentan que Ortega se admiró de la multitud que le esperaba en el muelle porteño hasta que se dio cuenta de que no iba con él sino con Vicente Rojo. También cuentan que Ortega ni siquiera respondió al mensaje que le mandó Rojo para charlar durante la travesía. Cada uno se acercaba a Buenos Aires con planes muy diferentes.
Hay que decirlo todo. El general don Vicente Rojo deja Argentina y se marcha a Cochabamba porque tiene una experiencia desoladora en Buenos Aires. Cuando llega es una estrella, el número uno del ejército republicano, el militar independiente que se disputan todos. La Nación de Buenos Aires, el principal diario de América Latina, le contrata como analista internacional de una guerra que acaba de empezar -publicará cerca de quinientos artículos que por cierto convendría recuperar-. No hay partido político ni casa regional o nacional, me es lo mismo, que no le invite a dar conferencias, incluidos los masones, a los que no hace ascos, él, católico, apostólico y romano -fue de misa diaria siempre que pudo- hasta su muerte. Tiene conciencia de ser un aglutinador, ese sueño perdido de un militar independiente. Y entonces va más allá y hace lo impensable en un profesional del ejército: inspirar una revista que aúne todas las corrientes de la España derrotada.
El 2 de mayo de 1941 nace Pensamiento Español, un mensual de reflexión. No hay ningún notable hispano del exilio argentino que no esté en esa revista, desde Francisco Ayala, el joven, hasta los veteranos Alfonso G. Castelao, el galleguista, o el socialista catalán Serra y Moret. Un año le durará la experiencia, porque en 1942 aparece por Argentina el lehendakari José Antonio Aguirre y se plantea una España federal y nace la publicación Galeuzca, de gallegos, vascos y catalanes, y a Vicente Rojo no se le ocurre otra cosa que escribir un editorial que es un alegato contra el federalismo y por la unidad de España.
Nunca entendió nada de lo que estaba ocurriendo en Catalunya, País Vasco o Galicia. Tenía una concepción unitaria, esquemática y nada política de España. Era un militar tradicional al que se le veían las costuras de una formación centralista; liberal pero heredera de la concepción de la Institución Libre de Enseñanza, del nacionalismo español que tenía su máximo representante en Rafael Altamira, también exiliado a la sazón en México. Impresiona el gesto de Castelao al enviarle una carta de admiración y cariño, al mismo tiempo que le explica que su mundo, el de Vicente Rojo Lluch, militar republicano español, ha terminado y que cualquier España que venga luego, en democracia, será distinta.
Una conferencia en La Paz le permite conocer y que le traten en directo los militares bolivianos. No tardarán ni seis meses en solicitarle como profesor de la Escuela de Guerra -Estado Mayor- con sede en Cochabamba. Lo firmará orgulloso por varias razones. La primera es que le reconocen como "general español". La segunda, que le solucionan la vida para los próximos años. Y la tercera es que podrá mantener a sus siete hijos -seis se casarán en Bolivia-. Doce promociones de altos mandos del Ejército boliviano serán formadas por Vicente Rojo; generales de trayectoria progresista como Ovando y Torres le mostrarán admiración permanente. Otros, como el derechista Banzer no será su alumno pero formará la misma promoción que su hijo Ángel, el único que escogería la carrera de las armas en Bolivia. Habría de ser el militar-presidente Gualberto Villarroel quien le contrate como profesor, pero el volcán boliviano saltó apenas dos años después y Villarroel tendrá una mala muerte; le tiraron por el balcón del Palacio Presidencial, le colgaron de una farola y las multitudes se dedicaron a pincharle como quien hace vudú. Seguro que Rojo debió dejar prueba escrita de la singularidad de la historia boliviana, sus años allí fueron una erupción permanente, incluida una guerra civil y una revolución, la de 1952, que lo trastocó todo. Escribió al menos un librito precioso, para la familia, titulado Caminar; guía entrañable de sus viajes por Bolivia.
Cuando se acercaba la muerte hizo un último intento por volver a España. En 1956 parecía que todo iba a cambiar en el mundo y en España. Movilizó desde al obispo de Cochabamba hasta a viejos compañeros de armas en la gloria del poder, su antaño íntimo Emilio Alamán y el general Muñoz Grandes. Franco trató su caso en el primer consejo de ministros de 1957 y esta vez lo dejaron entrar. Llegó en barco a Barcelona con la garantía de que no le pasaría nada, pero el Régimen era lo que era y su alegría le duró unos meses, cuatro exactamente. El coronel Eymar, el siniestro inolvidable, le tomó en su ámbito y fue condenado en consejo de guerra a cadena perpetua luego conmutada por muerte civil.
Dejó de existir. Se metió en una casa de la madrileña calle de Ríos Rosas, y acompañado de una de sus hijas que vivía en Madrid esperó hasta el final, escribiendo textos que aún no conocemos. Iba a misa a la misma iglesia que uno de sus comilitones del generalato, al que había cuidado y salvado su numerosa familia durante toda la guerra hasta llevarlos con él hasta el exilio. Cuentan que jamás se le acercó, no a darle las gracias, sino ni siquiera la paz y el agua bendita. Es lógico que en 1960, ciego y jodido, esperando la muerte que aún se demoraría seis años, se preguntara: ¿Existí en realidad o era una mera ficción?
OPINION: ¿ERRORES GROSSOS?
La Estrella de Arica, Chile (www.estrellaarica.cl)
La reciente visita de un grupo de empresarios brasileños del Estado de Matto Grosso no ha sido dimensionada en su importancia. Asociándola a las deficiencias de infraestructura que se plantean, evidentemente si se analiza esta visita como un viaje para explorar un corredor de transporte de graneles, las dificultades están a la vista, especialmente en parte del tramo boliviano de la carretera. Sin perjuicio de ello, más allá del análisis simple quisiera agregar otros elementos para que el análisis sea más completo.
Nosotros como país unitario no entendemos la importancia del gobernador de un país federal; la presencia en la ruta del gobernador del Estado de Mato Grosso, don Blairo Borges Maggi, es como si nuestro propio Presidente de la República hiciera ese mismo recorrido por tierra; ésto refleja una visión de estadista de la primera autoridad del Matto Grosso que debemos aprovechar como país más pequeño, para explorar todas las posibilidades de desarrollo e integración que este acercamiento ofrece y se presenta; nuestro aislamiento geográfico del resto de Chile hace que nuestro desarrollo esté vinculado a Perú y Bolivia, cuánto más se podría avanzar si con imaginación nos vinculamos al centro del Brasil.
Arica se encuentra a una distancia equivalente a la del Puerto de Santos, salida de los productos del centro-oeste brasileño; lo que no se dice es que Santos tiene su capacidad de embarque colapsada y que por eso los productores del área buscan otras alternativas ante la duplicación de producción que tendrán en los próximos diez años. Tampoco se dice que la hidrovía Paraguay-Paraná, que utiliza como salida el puerto argentino de Rosario está embancada; que los trabajos de mejoramiento de calado están detenidos por la presión de grupos ambientalistas, que una empresa que intentó utilizar embarcaciones de mayor calado para optimizar la carga debió abandonar el proyecto.
Tampoco se dice que una buena forma de intentar entenderse con nuestros vecinos bolivianos es acercar el interés brasileño; es desarrollar proyectos de interés económico conjunto; ello introduciría un refrescante aire a esta difícil relación que nos ofrecen los recelos permanentes de nuestro vecino del altiplano, porque ellos apreciarían mejor un planteamiento económico brasileño que chileno.
Finalmente, es del todo conveniente la interacción permanente de nuestros representantes privados y públicos en las jornadas de análisis en Cuiabá; el camino es largo desde que en 1993 Marcio Lacerda y Luis Leblanc, en ese entonces senador federal y diputado, respectivamente, iniciaran los primeros contactos.
LA OLIGARQUÍA QUIERE DIVIDIR A BOLIVIA, ADVIERTE EL PRESIDENTE HUGO CHÁVEZ
El mandatario venezolano levantó polvareda en Bolivia luego de que denunciara a la “oligarquía” de Santa Cruz “empujada por Washington”. Los cruceños reclaman su autonomía.
Página 12 de Argentina (www.pagina12web.com.ar)
No es la primera vez que el presidente venezolano toma posición sobre la actualidad política boliviana. En los últimos tiempos realizó más declaraciones en apoyo a su demanda marítima que el propio gobierno del país andino. “Sueño con bañarme en una playa boliviana”, declaró en diciembre de 2003, provocando quejas diplomáticas del gobierno chileno, país que en la Guerra del Pacífico –entre 1879 y 1884– se apropió del litoral marítimo boliviano. Hace pocas semanas, Chávez presentó a Evo Morales en Caracas como el “futuro presidente de Bolivia”, generando críticas de la derecha vernácula, especialmente el aspirante a la sucesión de Carlos Mesa, el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga. Pero esta vez –mientras el líder del MAS presenciaba en Caracas la IV Cumbre de la Deuda Social– el mandatario venezolano opinó sobre un asunto sensible que está crispando el clima político boliviano: desde su programa dominical Aló Presidente denunció a la “oligarquía” cruceña, que desde enero pasado ha renovado su ofensiva autonomista.
Con su habitual estilo, alejado del aséptico lenguaje diplomático que rige las relaciones internacionales, Chávez dijo: “La oligarquía boliviana, empujada por Washington, está tratando de dividir a Bolivia en pedazos; por eso algunas regiones, casualmente petroleras, intentan evitar la convocatoria a la Asamblea Constituyente”. Y completó: “Ya me lo había comentado Evo, porque si se respeta la transparencia de esas elecciones la victoria será de los indígenas y obreros”. En sus declaraciones dominicales, Chávez también elogió al actual presidente boliviano: “Mesa está cumpliendo la palabra empeñada; es un hombre de honor, prometió una Asamblea Constituyente y hacia allí marcha”, añadió.
El movimiento autonómico cruceño –liderado por sectores empresariales pero con amplio apoyo social– ha opacado la “agenda” de los movimientos sociales y muchos de ellos visualizan una “suerte de contrarrevolución” en marcha. El diputado del MAS y presidente de la Comisión Mixta de Desarrollo Económico del Parlamento le dijo a Página/12 que “los neoliberales y oligarcas del continente, especialmente en Bolivia y Venezuela, están viendo los mejores caminos para rearticularse frente a los movimientos sociales y progresistas en ascenso”. Y agregó que “el objetivo de las élites oligárquicas es evitar el juicio de responsabilidades contra el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada –que enfrenta una acusación de la fiscalía por genocidio–, impedir la aprobación de la ley de hidrocarburos –que recupera el control estatal del negocio– y frenar la Asamblea Constituyente”.
Las declaraciones del líder venezolano, ampliamente reproducidas por los medios bolivianos, provocaron una lluvia de respuestas de la dirigencia cruceña. El presidente de la influyente Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz de la Sierra (Cainco), Gabriel Dabdoub, señaló en declaraciones al diario La Prensa que “la visión de Chávez es errada, pues así lo demuestra el cabildo del 28 de enero, que contó con la presencia de más de 300.000 personas”.
La Asamblea Constituyente –resistida por los líderes orientales y considerada “refundacional” por los movimientos sociales– plantea un desafío de gran envergadura para el MAS, la primera fuerza municipal del país: como demuestra la experiencia latinoamericana, sólo cuando las reformas constitucionales son acompañadas por un gobierno que las asume como propias –como en Venezuela– los cambios se materializan en transformaciones políticas.
LA DEPENDENCIA DEL GAS NATURAL ARGENTINO
Pese a que los recortes de suministro originados en Argentina hoy son mínimos, un escenario similar al del pasado invierno podría producirse en 2005.
Revista Editec de Chile (www.editec.cl)
Con la firma del acuerdo de cooperación económica entre Argentina y Chile en 1997, no sólo se avanzó en la complementación chileno-argentina en el plano de la economía sino que también implicó un tremendo salto hacia la integración energética, ello por cuanto el acuerdo permitió al cabo de unos años materializar una serie de iniciativas para transportar el gas natural argentino hacia territorio chileno, un mercado que con el tiempo ha demostrado ser de gran dinamismo, pero exento de resguardos.
El gas natural argentino se extrae principalmente de los yacimientos de la cuenca del Noroeste (Salta), la cuenca de Neuquén y de la cuenca Austral. Argentina produce en total alrededor de 140 millones de metros cúbicos al día, de los cuales 20 millones se exportan a nuestro país. Esa cantidad que Chile importa del hidrocarburo representa prácticamente el 100% del gas natural que se utiliza en el país, hecho que ratifica a Argentina como único suministrador de ese combustible, lo que a la luz de los efectos provocados por la crisis energética que afectó al país trasandino, y sus consabidos resultados en el mercado chileno luego de racionamientos que alcanzaron en su punto más alto el 50% del total de los envíos mensuales, obligó a las autoridades nacionales a tomar medidas para diversificar la matriz energética, como la de impulsar el proyecto de Gas Natural Licuado (GNL).
Independientemente de los problemas originados desde Argentina, desde 1997 hasta la fecha los consumidores finales de Chile se han ahorrado gracias a la irrupción del gas natural -ello según datos entregados por la Comisión Nacional de Energía (CNE)- más de US$3.000 millones por concepto de un combustible a bajo precio.
Fue este bajo precio el que impulsó a la industria ligada a este rubro a invertir en infraestructura, inyección de capital que se estima a la fecha en más de US$ 5.500 millones.
Dependencia del hidrocarburo
A partir de estos datos, queda de manifiesto que el país ha sido -y lo seguirá siendo por unos años- dependiente del gas natural argentino. Sólo basta decir que la generación eléctrica del país depende en un 37% del gas natural importado desde Argentina.
Para entender esta dependencia se debe visualizar la situación por sector. Al respecto, el Sistema Interconectado de Norte Grande (SING) es responsable del 58% del consumo de hidrocarburo en el sector termoeléctrico, mientras que el Sistema Interconectado Central (SIC) lo es del 42%.
La crisis del gas argentino (que se especula podría repetirse en 2005) no sólo puso la nota de alerta en cuanto a la dependencia del combustible trasandino (ello entendiendo que prácticamente todas las centrales de ciclo combinado a gas del SIC están conectadas a los gasoductos Gas Andes y del Pacífico), sino que también en el tema de las reservas en las cuencas trasandinas. Según se ha señalado, éstas tendrían gas suficiente para 12 años. Ello, lógicamente ha hecho variar la proyección sobre la demanda de gas natural a futuro, la que paradójicamente este año fue de 8% superior a la de 2003.
A continuación, revista Electricidad Interamericana presenta en detalle los principales datos de la red de gasoductos que abastecen al país.
Gasoducto Atacama
De propiedad de CMS Energy y Endesa (cada una con un 50%), el gasoducto Atacama -que posee un diseño de 8,5 millones de metros cúbicos diarios por un ducto de 20 pulgadas de diámetro- se extiende a través de 530 km por suelo argentino y 410 km por territorio chileno. Para cuando comenzó a operar, en 1999, se habían invertido a la fecha US$ 380 millones. El yacimiento que alimenta el gasoducto Atacama se ubica en la localidad de Cornejo, en la provincia de Salta, correspondiente a la cuenca Noroeste, desde la cual se deriva el gas natural hacia las ciudades de Calama y Mejillones, ambas en la II Región, ello con el fin de alimentar la central Atacama, ciclo combinado de 780 MW, y a la distribuidora Progas.
Al cierre de esta edición, el gasoducto Atacama -uno de los más perjudicados con las determinaciones de las autoridades argentinas- sufre un 10% de racionamientos. Sin embargo, cinco días antes había recibido 0,63 millones de metros cúbicos diarios menos de lo normal.
En 2000, en tanto, concluyeron las labores para dejar operativo el gasoducto Taltal, de 230 km, de entre 16 y 12 3/4 pulgadas de diámetro (según ramal) y capacidad de 0,92 millones de metros cúbicos diarios, el que demandó US$ 40 millones. Su finalidad: la de transportar el hidrocarburo hacia las localidades de La Negra y Paposo (II Región), en donde se encuentra su principal cliente, la central Taltal de Endesa (120 MW).
Gasoducto Norandino
El gasoducto Norandino tiene una extensión total de 780 km (380 km por Argentina y 400 km por Chile). De propiedad de la belga Suez Tractebel y Southern Electric, el ducto -que comenzó a operar en 1999- tuvo un costo total de US$400 millones.
El gasoducto une el yacimiento Pichanai (Salta) con la localidad de María Elena (II Región), punto en donde el gasoducto se divide en dos ramales, uno con destino a Tocopilla y el otro hacia Mejillones y Coloso. Su capacidad total de transporte es de 7,1 millones de metros cúbicos diarios por tubos de entre 20 pulgadas y 12 pulgadas de diámetro. Sus principales clientes son las generadoras Edelnor y Electroandina, además de la comercializadora Distrinor.
Al cierre de la edición, Norandino experimentó recortes por 0,34 millones de metros cúbicos diarios.
Gasoducto Gas Andes
La importancia de este gasoducto, propiedad de AES Gener (13%), Metrogas (13%), CGC (17,5%), Total Gasandes (10%), Total Gas y electricidad Chile S.A. (46,5%), es que abastece a la zona central del país. Finalizada su construcción e inicio de operaciones en 1997, luego de un desembolso de US$350 millones, el ducto (de entre 20 y 12 pulgadas de diámetro según la zona) comenzó a transportar a través de sus 463 km (313 por lado argentino y 150 por territorio chileno) gas natural de la provincia de Neuquén derivado por el TGN argentino en la localidad de La Mora, Mendoza (Argentina). Su destino: San Bernardo, Región Metropolitana, desde donde a través de un City Gate se extiende por toda la zona central, incluyendo la VI Región. Con una capacidad para transportar nueve millones de metros cúbicos, GasAndes tiene como principales clientes a Metrogas, Eléctrica Santiago S.A., Nehuenco y San Isidro. Al cierre de la edición, Gasoducto Gas Andes no sufre cortes.
Gasoducto del Pacífico
Nutrido de gas natural desde el yacimiento Loma La Lata, Cuenca de Neuquén, en Argentina, el gasoducto del Pacífico tiene una capacidad de transporte nominal -por tubos de entre 20 y 10 pulgadas de diámetros- de 9,5 millones de metros cúbicos diarios. Su extensión es de 298 km por suelo argentino y 242 km por territorio chileno (incluyendo ramales).
Comenzó a operar en 1999, luego que se invirtieran, por parte de las empresas participantes en la empresa (TransCanada, 30%; YPF, 10%; Gasco, 20%; El Paso Energy, 21,8%; y Enap; 18,2%), alrededor de US$ 342 millones y se dejaran comprometidos US$ 58,9 millones para futuras ampliaciones.
Las entregas de destino son Talcahuano, Cerro la U, Coronel, Las Mercedes, Las Palmas y Nacimiento, ubicados en la VIII Región, todos ellos a través del conglomerado Innergy Soluciones Energéticas S.A.
El gasoducto, al cierre de esta edición, no experimenta corte alguno.
Gasoducto Electrogas
Tras una inversión de US$65 millones, el gasoducto Electrogas (123 km) comenzó a operar en 1998 transportando el hidrocarburo neuquino desde el City Gate Nº 2 de Gas Andes, el que se ubica en los cerros de Chena, San Bernardo, Región Metropolitana, hasta el sector de Lo Venecia, localidad cercana a la ciudad de Quillota, en la V Región.
A través de tubos de entre 30 y 16 pulgadas de diámetro, que manifiestan una capacidad de transporte de 4,7 millones de metros cúbicos diarios, abastecen a sus principales clientes: Colbún, San Isidro, Enap-RPC, Energas y GasValpo.
Gasoducto Cóndor-Posesión
El ducto, cuyo inicio de operaciones se remonta a 1999, inyecta hidrocarburo a Methanex, la empresa de capitales canadienses que posee instalaciones en la zona austral del país.
De propiedad de la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) y la hispano-argentina Repsol YPF, Cóndor-Posesión (9 km de extensión) transporta a través de un tubo de 12 pulgadas de diámetro gas natural desde el yacimiento Cóndor, en la cuenca Austral, hacia la planta Posesión.
Gasoducto Bandurria/Cullen
En 1996 comenzó a operar el gasoducto Bandurria/Cullen, de 48 km de extensión. Transporta hidrocarburo desde el yacimiento Planta San Sebastián, en Tierra del Fuego, territorio argentino, hacia la planta Cullen, en suelo chileno. Con una capacidad de transporte de 2 millones de metros cúbicos diarios, a través de tubos de entre 12 y 6 5/8, su principal cliente es la canadiense Methanex.
El gasoducto Magallanes, que abastece a Methanex y Enap, es uno de los más perjudicados. Al cierre de esta edición las autoridades argentinas mantenían cortes por 0,56 millones de metros cúbicos diarios, lo que representa un 10% menos de volumen. Sin embargo y dos días antes había experimentado cortes por 0,55 millones de metros cúbicos diarios, es decir, un 10% menos de combustible.
A comienzos de diciembre el racionamiento a nivel país se situó en 1,25 millones de metros cúbicos, un 6% del total de la importación total.
Con inversión checa:
ARGENTINA DECIDE REACTIVAR SU PRODUCCIÓN DE CARBÓN
El Mercurio de Chile (www.emol.com)
El gobierno argentino recibirá cerca de US$ 70 millones de la República Checa, como parte de un plan por un total de US$ 127 millones, destinados a reactivar la mina de carbón de Río Turbio, en la provincia patagónica de Santa Cruz. La idea es que en 2008 la mina produzca 600 mil toneladas de carbón. Además, una parte de la producción se destinará a una nueva central térmica que se construirá en esa zona.
Esta mina fue privatizada en 1993, pero debió volver a manos estatales en abril de 2001, luego que la empresa concesionaria la abandonase sin cumplir con los planes de inversión y en medio de numerosas irregularidades.
El proyecto gubernamental incluye importantes inversiones adicionales, tanto en instalaciones portuarias como en un ramal férreo que comunica a la mina con el resto del país.
Por otro lado, la noticia de que Petrobras eligió a YPF Repsol para la explotación de la reserva de gas natural de Mexilhao, en la Cuenca de Santos, fue recibida con agrado en Buenos Aires. Con reservas de unos 490 mil millones de metros cúbicos, el yacimiento recién descubierto podría reemplazar, al menos parcialmente, al gas boliviano, si este país no logra poner en marcha su explotación.
Petrobras necesita forzosamente un socio internacional si quiere poner en marcha de inmediato Mexilhao, ya que se calcula que ello podría costar hasta US$ 3 mil millones y Petrobras no dispone de ese presupuesto en la actualidad. Además, compañías como la noruega Staroil también se interesarían en el proyecto, pero Petrobras preferiría a YPF Repsol por su presencia en el Cono Sur.
Mercado regional
En diálogo con "El Mercurio", el ex secretario de Energía y actual consultor del área, Daniel Montamat, indicó que con una estrategia, reglas y señales de precio, se alcanzaría un mercado regional integrado, donde las cuencas argentinas compitan con las de Bolivia y las que se desarrollen en Brasil. Señaló que había que promover las inversiones, por ejemplo, eliminando impuestos para nuevos hallazgos. Indicó que parte de los esfuerzos deberían concentrarse en el norte, donde a pesar que la exploración y explotación en esta zona era más cara, su geología estaba emparentada con la de Bolivia; y en el sur de ese país hay importantes yacimientos. Concluyó que si no se invertía no habrían nuevas reservas en ninguna cuenca. En tanto, el gobierno argentino firmó ayer los contratos para la expansión del Gasoducto del Norte con el grupo local Techint y la empresa sueca Skanka. Con ello aumentaría la capacidad de transporte en 1,8 millones de metros cúbicos diarios.
CENTROIZQUIERDA, NACIONALISMO Y SOCIALISMO (II)
Argen Press de Argentina (www.argenpress.info)
Opciones ficticias
Obviamente 'Lula es diferente a F.H.Cardoso' y 'Kirchner no es igual a Menen o De la Rúa'. Pero esta caracterización solo constata que ningún presidente reproduce al anterior. El régimen político burgués funciona con alternancias para que cada gobierno se adapte a las necesidades cambiantes de la clase capitalista
Ambos gobiernos refuerzan los mecanismos estatales de regulación. Pero lo importante es dilucidar a quién beneficia esta ingerencia. Los neoliberales, por ejemplo, utilizaron el aparato del estado para apuntalar privatizaciones y rescatar bancos quebrados. Y el intervencionismo actual de Lula bloquea aumentos salariales, garantiza altas tasas de interés y asegura que los agroexportadores se embolsen los beneficios de la reactivación. Estas acciones no son contradictorias con ensayar una 'política exterior autónoma', porque todos los presidentes de Brasil han buscado diversificar las transacciones comerciales y China se ha convertido en un mercado apetecido por todos los empresarios.
Algunos analistas consideran que al menos se introdujo el plan de hambre cero. Pero este programa nunca pudo arrancar efectivamente por falta de presupuesto. También se menciona la reforma agraria, sin notar como los terratenientes continúan intimidando a los terratenientes contra los ocupantes de tierras. Mientras un puñado de 27.000 oligarcas controlan la mitad del terreno cultivable, los asentamientos que prometió el gobierno se concretan a paso de tortuga.
La modesta recuperación económica reciente tampoco es un mérito de Lula, porque reactivaciones semejantes se verifican en toda la periferia. Desconociendo este dato -resultante de la afluencia coyuntural de capitales externos- es frecuente también atribuir el rebote de la economía argentina a la política de Kirchner. Algunos incluso celebran el comienzo de una redistribución de los ingresos que no pueden verificar en ninguna estadística. La explosión de pobreza se ha frenado por el cambio del ciclo. Este giro repite lo ocurrido a principios de los 90, cuándo el debut de la convertibilidad cortó la inercia inflacionaria. Lo llamativo en la actualidad es cuán poco bajan los índices de exclusión y desempleo en el contexto de enormes excedentes fiscales que acumula el gobierno para pagar la deuda.
En Brasil los seguidores de Lula esperan que el PT 'vuelva a sus orígenes'. El propio presidente alienta estas ilusiones para retener a sus críticos y preservar su declinante legitimidad. En la Argentina los defensores de Kirchner prometen que transcurrido cierto lapso podrán vislumbrarse las ventajas del nuevo modelo. Pero todo indica que sucederá lo contrario, porque si el mandatario se estabiliza también afianzará el modelo patronal que aplicó durante su larga gestión en Santa Cruz.
La incansable reivindicación que hacen Lula y Kirchner del Mercosur es considerada por sus partidarios como otra prueba del cambio en curso. Pero ambos líderes sólo defienden a las empresas radicadas en los dos países. Buscan además preservar el equilibrio entre los grupos capitalistas favorecidos y afectados por la propia concurrencia brasileño-argentina. Reformular el Mercosur como proyecto de integración popular y resistencia al imperialismo no figura en sus planes.
Derecha, contradicciones y frentes
A veces se afirma que 'una derrota de Lula favorecería a la derecha'. Pero es mejor analizar lo que sucede y no lo que podría ocurrir. Ya nadie puede caracterizar que la derecha desestabiliza a Lula, porque a diferencia de Venezuela la reacción felicita al líder del PT.
Otros analistas consideran que 'cumplir con el FMI y pactar con la derecha' es el precio que tiene el logro de reformas sociales paulatinas. Pero como Lula asumió el programa de sus adversarios, estas conquistas simplemente no existen. Quiénes todavía piensan que no se puede 'derrotar simultáneamente a la Lula y a la derecha' desconocen que el presidente cambió de bando y que los trabajadores necesitan contar con su propia alternativa.
El fantasma de la derecha se esgrime también en Argentina, sin ninguna prueba de rechazo del establishment al gobierno de Kirchner. Los capitalistas están agradecidos con el mandatario que les permitió recuperar dinero y poder. No hay que olvidar que el mismo diagnóstico conspirativo era utilizado hace algunos años para justificar las políticas regresivas de Alfonsín o De la Rúa. Pero lo peor es ignorar que Kirchner pertenece al mismo partido de Menen y Duhalde y por eso estrecha alianzas con los caudillos provinciales contra la protesta social y suscribe acuerdos con la jerarquía eclesiástica contra la rebeldía de los desocupados.
Algunos autores (3) reivindican la necesidad de un frente con el gobierno contra la derecha, partiendo de la distinción que estableció Mao entre contradicciones principales y secundarias. Pero retomar estos conceptos sólo tiene sentido si se postula una estrategia socialista. Al margen de este objetivo su utilización conduce a conclusiones de cualquier tipo. Especialmente hay que recordar que Kirchner no encarna a una burguesía nacional enfrentada al imperialismo, ni participa de un conflicto que podría agudizar contradicciones sociales irresolubles bajo el capitalismo. Este esquema de Mao no tiene ningún punto de contacto con la realidad política argentina actual.
Pero incluso en un escenario de ese tipo sería incorrecto rebajar las reivindicaciones para conformar un frente contra el enemigo principal. Cuándo se relegan las demandas populares para hacer buena letra con las clases dominantes, la unidad de los oprimidos se rompe y esta desunión de las clases explotadas termina ahogando los proyectos revolucionarios. Al postergar la 'contradicción principal' para atender solo las 'contradicciones secundarias' se diluyen los puentes que conectan las demandas mínimas y máximas de los desposeídos. Y esta fractura tiende frustrar el desenvolvimiento de una lucha social consecuente.
Identidades, caudillos y compromisos
Algunos autores sostienen que la 'identidad original del PT' se mantiene a pesar de la política de Lula. No registran que un partido al servicio de los banqueros ya borró su origen en la clase obrera y su perfil político inicial. Aunque conserve una base electoral popular se agotó como organización de izquierda.
EL PT jerarquiza los negocios, premia las carreras personales, destruye la militancia y exhibió su fidelidad al capital al expulsar a los legisladores contrarios a la reforma previsional. Esta regresión comenzó con compromisos neoliberales a escala municipal y se manifiesta actualmente en la promoción de una legislación laboral regresiva. Las referencias programáticas al socialismo han quedado completamente enterradas para aceitar las alianzas con los partidos de la derecha. El ejercicio del poder ha diluido totalmente la originalidad contestataria del PT, repitiendo lo ocurrido hace muchos años con el peronismo de Argentina.
Quiénes convocan a 'cerrar filas en torno a Kirchner' ignoran esta última involución. Esperan del actual presidente lo mismo que aguardaron los trabajadores de Perón. Pero significativas diferencias separan a ambos dirigentes. Kirchner no es un líder popular derrocado, perseguido y exiliado por los militares. Ha sido un disciplinado funcionario del justicialismo, que brindó numerosas pruebas de lealtad al establishment durante su gestión como gobernador.
Muchos teóricos de la centroizquierda argentina y brasileña recurren al argumento del 'mal menor' para sostener a Lula frente a Cardoso o a Kirchner frente a Menem. Pero este razonamiento conduce a una cadena de capitulaciones, porque la dimensión del mal aumenta con el paso del tiempo. Si solo existieran dos niveles de una misma desgracia no cabría otra salida que la resignación.
Algunos militantes reconocen su propia desazón y bajan los brazos comentando que 'nuestro proyecto resultó más complejo'. En el caso de Lula no se verifica esta complicación, sino una descarada adaptación a la clase dominante. El devenir de Kirchner ha sido más inesperado, porque llegó a la presidencia antes de lo calculado. Pero desde el poder también persigue el objetivo de afianzar la supremacía capitalista con la desmovilización popular.
Cualquiera sea la caracterización exacta del PT o del peronismo kirchnerista lo que resulta inadmisible es la participación de militantes combativos en ambos gobiernos (4). Ni la historia de un partido, ni lo que 'piense la gente' o reclamen las organizaciones sociales justifica este compromiso con la aplicación de medidas antipopulares. Aceptar cargos implica asumir directamente la responsabilidad de ejecutar esas políticas. Cuando se actúa como funcionario ya no existen los grises.
Tampoco cabe la expectativa de actuar como vocero del pueblo en un gabinete dominado por los agentes del capital, porque la experiencia del siglo XX refutó ese mito socialdemócrata. Los ministros progresistas siempre fueron impotentes para implementar sus propuestas y simplemente encubrieron con su prestigios a los que atropellan sin pudor. Lula y Kirchner ha sabido usufructuar de estas contradicciones, colocando figuras de prestigio en las áreas de Cultura, Justicia o Derechos Humanos para dejar la política y la economía en manos del establishment.
Justificaciones comparadas
En Brasil se argumenta que Lula se inclinó hacia los conservadores por la ausencia de empuje del movimiento popular. En cambio en Argentina se explica la moderación de Kirchner por la falta de acumulación política previa. En un país se alega la inconveniencia de rifar con medidas radicales el acervo del PT y en otro se explica que las mismas decisiones no pueden aplicarse por la ausencia de una organización centroizquierdista significativa.
Esta inversión de argumentos se extiende a todos los planos. Mientras que en Brasil algunos intelectuales atribuyen la involución del PT al carácter despolitizado de su país, sus colegas de Argentina admiran la 'capacidad de gestión' de ese partido y la interpretan como un reflejo de la madurez política brasileña. En ambos casos, la fascinación por el ejercicio del poder anula la indignación frente a la miseria y el sufrimiento popular. Quiénes permanecen dentro del PT afirman que en Brasil 'no existen luchas suficientes para gestar una opción socialista'. En Argentina se argumenta que la 'correlación desfavorable de fuerzas' impone el apoyo a Kirchner. Pero en ambas situaciones los gobiernos promueven activamente la desmovilización popular, apuntalando respectivamente la transformación regresiva de la CUT y la reconstitución de la burocracia sindical peronista. Por lo tanto no tiene sentido sostener a Lula o a Kirchner aduciendo retrasos o reflujos de la lucha social. Estas adversidades no son datos objetivos ajenos a la política de ambos gobiernos.
Atribuir el continuismo neoliberal en Brasil y la heterodoxia excluyente en Argentina a la evaluación que Lula y Kirchner hacen de las relaciones sociales de fuerza es una ingenuidad, porque se presupone que ambos presidentes permanecen ubicados en el terreno de los oprimidos. Esta caracterización simplemente omite que ya demostraron su nítido interés por favorecer los negocios empresarios a costa de las reformas sociales.
Sostener a Lula obliga a justificar lo injustificable y a disuadir la radicalización política para no debilitar al gobierno. El mismo tipo de apoyo a Kirchner empuja a desactivar el legado del 20 de diciembre, abandonado las calles, renunciando a las exigencias de los desocupados, aceptando pactos con los caciques del justicialismo y encubriendo el envío de tropas a Haití.
En Brasil algunos piensan que es precipitado edificar otra alternativa, pero no aclaran cuándo será el momento oportuno para esa construcción. Las condiciones para ese giro nunca están a la vista, ni llegan con un cartel avisando 'que estamos presentes'. Se puede evaluar esa maduración simplemente registrando la involución social del PT. El peligro no es la ruptura prematura, sino los efectos de una decepción popular generalizada.
La resignación adopta en Argentina formas curiosas. A veces se afirma que como 'Kirchner es capitalista, no se le pueden pedir peras al olmo'. Pero partiendo de este mismo reconocimiento también cabría una conclusión opuesta: resistir los atropellos del gobierno, denunciar sus maniobras y construir un polo de izquierda.
Algunos creen que llegó el momento de repetir en Argentina el ejemplo del Frente Amplio. Pero este agrupamiento acaba de llegar al gobierno y se encamina por el rumbo de Lula. Se podría argumentar que el FA debe ser copiado en su 'construcción por abajo' y no en su inminente gestión del estado. ¿Pero se pueden separar ambas instancias? ¿La decisión actual de mantener el status quo no se prepara con años de adaptación a las instituciones capitalistas?
Los dilemas de Venezuela
A diferencia de Brasil o Argentina en Venezuela existe un 'gobierno en disputa'. En los principales conflictos que afronta Chávez están en juego no sólo conveniencias de uno u otro sector capitalista, sino también intereses de la mayoría popular.
Las pujas entre grupos empresarios para ganar el favor gubernamental se dirimen en un marco de confrontación de las clases dominantes con el proceso bolivariano. Este choque ha generado hasta ahora cierta dinámica antiimperialista de radicalización que opone a las clases opresoras y oprimidas.
Venezuela no es estructuralmente distinta al resto de Sudamérica. Padece el mismo nivel de inequidad social, subdesarrollo agrario y raquitismo industrial. La pobreza afecta al 80% de la población y el empleo informal abarca a tres cuartas partes de los trabajadores. No es posible erradicar esta herencia sin remover los obstáculos que bloquearon el desarrollo latinoamericano. Pero avanzar exige superar las limitaciones que frustraron a otros ensayos nacionalistas.
El asistencialismo social, la distribución de tierras improductivas y los créditos al cooperativismo permiten iniciar una redistribución progresiva del ingreso. Pero remontar la regresión social de los últimos años y revertir el desempleo estructural (resultante de la escasa y deformada industrialización) presupone inversiones estatales de grandes dimensiones. No alcanza con el 'desarrollo endógeno' en las ciudades y la erradicación de tierras improductivas en el campo. Se necesita un programa de planificación industrial que elimine los privilegios de los grandes grupos capitalistas y sus socios de la burocracia oficial. Quiénes despilfarraron la renta petrolera no se convertirán nunca en artífices del desarrollo.
Un gran paso se ha dado con la expulsión de la gerencia transnacionalizada que controlaba PDVSA. También el incremento de las regalías y la decisión de reducir la dependencia petrolera con Estados Unidos (50% de las exportaciones y 8 refinerías en ese territorio) amplían la autonomía de la política energética. Pero existen por otra parte, nuevos indicios de manejos tecnocráticos, acuerdos inconsultos de explotación y dudosas inversiones. Las ambiciosas reformas sociales que propugna Chávez requieren mayor radicalización política. Lula, Kirchner (o Zapatero) apuntan a neutralizar este proceso y por eso aconsejan tender puentes con la oposición y reconstruir el viejo régimen. El mismo trabajo realizan la OEA, Jimmy Carter y 'Human Right Watch'. Pero el principal freno del proceso bolivariano se localiza dentro de la propia administración chavista. Allí actúa una burocracia arribista e ineficiente que ofrecerá sus servicios a la oposición si percibe que los vientos soplan en otra dirección. Para preparar esa eventual emigración un sector del oficialismo (Comando Ayacucho) facilito el referéndum, avalando la recaudación fraudulenta de firmas. Han presionado para negociar nuevamente con los empresarios conspiradores luego del triunfo de Chávez.
La experiencia demuestra que las conquistas congeladas se diluyen. Si el proceso bolivariano es frenado volverá a repetirse lo ocurrido con el PRI o el peronismo, que involucionaron desde el poder hasta convertirse en opciones de las clases dominantes. El camino opuesto siguió la revolución cubana. Chávez ha declarado varias veces su admiración por ese segundo rumbo, pero no implementa las medidas de ruptura con el capitalismo que se adoptaron en Cuba en los años 60.
En Venezuela se está procesando una transformación democrática radical de las instituciones del estado. La estructura de este sistema no colapsó como en Nicaragua en los 80, pero está muy presente la posibilidad de un giro revolucionario. Se equivocan quiénes piensan que 'en Venezuela no pasa nada' o que Chávez repite el 'libreto populista' al no comandar una revolución social. El volcán latinoamericano está en ebullición, en un país que articula la resistencia antiimperialista de la región. La formación de nuevos sindicatos y la autoorganización popular en las misiones y los círculos bolivarianos indica que los protagonistas de un cambio radical ya están en movimiento.
Globalización y unipolaridad
El ascenso del nacionalismo y la centroizquierda han cambiado el clima intelectual de Sudamérica. Ya no se discute solo cuánto avanzó el neoliberalismo, sino también cómo puede ser enfrentado y derrotado. En este debate muchos reconocen que Lula y Kirchner van por mal camino. Pero de esta constatación emerge otro interrogante: ¿Se puede hacer otra cosa ? ¿ La globalización no obliga a la izquierda a replegarse? ¿La ofensiva internacional del capital no limita las transformaciones posibles al marco antiliberal ? (5)
Frecuentemente se argumenta que las transformaciones registradas en el capitalismo contemporáneo han trastocado por completo el escenario latinoamericano. Y son evidentes los efectos de la revolución informática, la mundialización financiera, la internacionalización productiva o la transnacionalización del capital. Pero la pregunta clave es cómo impactan estos cambios en la región. ¿Agravan o atenúan los problemas históricos? ¿Potencian o disminuyen el subdesarrollo industrial, la dominación financiera y la dependencia comercial?
La inusitada gravedad de las crisis padecidas en la última década ilustra en qué lugar de la globalización ha quedado situada América Latina. El mismo proceso que permitió la recuperación parcial de la tasa de ganancia en varios países desarrollados precipitó una brutal polarización social de ingresos y una gran fractura entre economías prósperas y devastadas. Ya es evidente que Latinoamérica sufre el triple impacto del empobrecimiento, el desfinanciamiento y la primarización de sus exportaciones. ¿Pero podría recuperar la región cierto margen de autonomía para revertir esta regresión?
Los teóricos de la centroizquierda y el nacionalismo responden positivamente y proponen empujar el surgimiento de un modelo capitalista productivo, incluyente y regionalmente integrado. Este proyecto solo computa los nichos que existen para gestar nuevos negocios, sin registrar los desequilibrios que genera esa acumulación en la periferia. Tampoco notan que el desenvolvimiento del capitalismo latinoamericano no es suficiente para competir con los centros imperialistas, ni para repetir el curso seguido por las grandes potencias.
Pero resulta además muy difícil dilucidar cuál es el espacio que efectivamente existe para el modelo económico centroizquierdista, porque su implementación requeriría ciertas decisiones antiimperialistas junto a la drástica ruptura con el patrón neoliberal. Y como ninguno de esos gobiernos parece dispuesto a embarcarse por este rumbo, el enigma del margen existente para erigir 'otro capitalismo' permanece irresuelto. Los nuevos presidentes simplemente debutan con proclamas antiliberales y luego perpetúan el status quo. Por eso la radicalización anticapitalista y la perspectiva socialista constituyen la única certeza de bienestar y progreso. ¿ Pero el aterrador poderío norteamericano no descalifica esta opción?
Esta preponderancia estadounidense no es un dato nuevo en la zona que ha padecido la carga histórica de conformar el 'patio trasero' de la principal potencia. Todos los intentos de emancipación nacional y social del siglo XX chocaron con esa dominación. Y en más de una oportunidad se pudo doblegar a un enemigo que parecía invencible. La permanencia de la revolución cubana al cabo de 40 años de invasiones, embargos y conspiraciones ilustra este logro.
Es cierto que en la última década Estados Unidos reforzó su predominio militar y recuperó su primacía económica o política. Pero no ejerce un liderazgo estable porque sus rivales continúan actuando y los pueblos resisten su opresión. Lo sucedido en Irak revela estos límites del poderío norteamericano. Los marines no han podido reducir al país a un status colonial, ni tampoco lograron apropiarse del petróleo. Todavía habrá que ver si Bush redobla la apuesta militar o recurre al auxilio europeo para negociar algún compromiso en la región.
El alcance de las guerras preventivas que promueve Bush es terrorífico. Pero no hay que aceptar la imagen victoriosa que los neoconservadores difunden de sí mismos. Ese retrato oculta la gran brecha socio-cultural que genera la agresión derechista dentro de Estados Unidos. La combinación de varios desequilibrios económicos (financiamiento internacional del déficit fiscal y comercial) y políticos (luchas nacionales contra los atropellos imperialistas) desafía la unipolaridad estadounidense.
URSS y correlación de fuerzas
Existe la impresión que el derrumbe de la URSS restó a la izquierda un aliado insustituible. Pero esta visión no toma en cuenta que la burocracia dirigente de ese régimen solo apuntalaba a los gobiernos o movimientos que coincidían con sus prioridades estratégicas. Por eso también apoyó dictaduras, sostuvo presidentes hostiles a la izquierda y sobre todo disuadió acciones revolucionarias. Esta conducta desató fuertes críticas de los propios líderes cubanos favorecidos por la ayuda soviética.
América Latina siempre fue para la diplomacia de la URSS una pieza de su ajedrez geopolítico con Estados Unidos. Por eso el fin de la guerra fría tiene efectos contradictorios y no puramente negativos sobre la región. Por un lado generaliza la sensación de mayor desprotección (o menor contrapeso) frente al imperialismo. Pero, por otra parte, crea las condiciones para disipar la identificación popular del socialismo con un régimen totalitario que no conservaba ningún resabio de su origen socialista.
Partiendo de ese balance habría que modificar los razonamientos de la izquierda exclusivamente centrados en diagnósticos 'por arriba' (relaciones entre estados), recuperando el análisis de lo que sucede por 'por abajo' (desarrollo de la lucha popular y de la conciencia de clase). Con este replanteo se puede evaluar con menos prejuicios la actual correlación internacional de fuerzas.
La estimación más corriente ignora el curso de la confrontación social y solo toma en cuenta el número de gobiernos progresistas que contraviene a los conservadores. Este enfoque preserva la vieja 'visión campista' que dividía al mundo en dos bloques rivales (socialista versus capitalista), pero sin poder definir quién integra hoy el campo opuesto al imperialismo. ¿Europa? ¿China? ¿Los países árabes?
La forma adecuada de evaluar la correlación de fuerzas es definir quién se ubica a la ofensiva en la batalla que opone a los capitalistas con los trabajadores. En términos generales la clase dominante mantiene esta iniciativa desde el debut del neoliberalismo. Pero mucha agua ha corrido bajo el puente desde fines de los 80. La agresión patronal se consolidó dentro de Estados Unidos y parece retomar fuerzas en Europa, pero numerosos países están conmovidos por levantamientos populares. Y América Latina ocupa un lugar de vanguardia en este escenario de revueltas.
Es erróneo repetir que 'las relaciones de fuerzas son adversas en la región', como si nada hubiera pasado desde los 90. Esa negativa evaluación contradice incluso la propia celebración que se hace de los nuevos gobiernos de centroizquierda. Es contradictorio subrayar el repliegue de los oprimidos y presentar al mismo tiempo a esos regímenes como ejemplos del avance popular. La primera afirmación no es coherente con la segunda. En realidad correspondería señalar que Lula y Kirchner son variantes de una dominación capitalista afectada por la pérdida de iniciativa patronal, que generó la crisis del neoliberalismo.
Adversidades externas e internas
Quiénes remarcan la adversidad de las relaciones de fuerza también estiman resultaría muy difícil sostener un triunfo antiimperialista en algún país de América Latina. Y es cierto que el aislamiento constituye un recurrente problema de todas las revoluciones. Pero Cuba ya ha demostrado cuánto tiempo puede sostenerse una transformación social en condiciones de terrible hostigamiento imperialista. La globalización no incorpora obstáculos cualitativos adicionales a estas dificultades.
Hay que recordar, además, que todas las revoluciones irrumpieron en condiciones desfavorables y sobrevivieron sin grandes auxilios externos. Siempre debutaron a escala nacional y transformaron con su ejemplo el escenario regional. En ciertos momentos arrastraron a más de un país (Centroamérica en los 80), pero nunca se desenvolvieron en forma simultánea. Aunque esta desincronización fue un condicionante negativo, lo que habitualmente frustró a estos procesos fueron los frenos y desaciertos interiores.
La experiencia sandinista confirma que el obstáculo no es externo. Si bien enfrentaron el desgaste de la agresión imperialista, su proyecto fue socavado por la conversión de los dirigentes en una elite de nuevos ricos que pactó con la derecha el reparto del poder. A 25 años de esa revolución ya nada queda de la reforma agraria y de la alfabetización, en un país atormentado por niveles de pobreza y desigualdad apenas superados por la tragedia haitiana.
¿Pero hay que deducir de las frustraciones de los 80 que el proyecto socialista ha quedado sepultado? ¿Corresponde concluir que no se puede ir más allá de los ensayos de la centroizquierda y las apuestas del nacionalismo? La continuidad del impulso popular a la sublevación contradice este ese repliegue. La secuencia de levantamientos que conmocionó a varios países (Ecuador, Bolivia, Argentina) en los últimos años, revela que existe la disposición y la necesidad de encarar transformaciones antiimperialistas radicales, para revertir la degradación que sufre Latinoamérica. Los obstáculos para desenvolver estos proyectos no se localizan en el contexto internacional, sino en los errores (o traiciones) que predominan en el campo de los luchadores.
Lo que persiste en la región es la dificultad para alumbrar alternativas políticas de los propios explotados. Las clases populares conquistan las calles durante las huelgas, los enfrentamientos y las movilizaciones, pero entregan su destino al enemigo cuándo deben definir el rumbo político de sus países. El mayor ejemplo actual de esta paradoja es el ascenso al gobierno de la centroizquierda, que acompañó las protestas desde el llano y las disuelven desde el poder.
El giro localista
Caracterizar que el ciclo revolucionario ha concluido conduce al apoyo de Lula y Kirchner y al reforzamiento de una estrategia localista que jerarquiza la actividad municipal. Algunos piensan que en este ámbito se puede prefigurar la democracia popular que a escala nacional inhibe el sistema burgués. Esta visión apuntaló en Brasil y Uruguay los ensayos locales de la centroizquierda que precedieron al triunfo del PT y del FA. Muchos supusieron que esas administraciones permitieron a la izquierda 'superar su horror a la gestión'. Pero la experiencia ha demostrado que esa aversión es un defecto menor frente a la tentación de gobernar haciendo concesiones a los capitalistas. Desde la órbita municipal o estadual, el PT reforzó su integración al estado hasta convertirse en una burocracia del establishment. El curso socioliberal de Lula fue preparado por esta asimilación. Las recientes derrotas electorales de Sao Paulo y Porto Alegre confirman, además, que al cabo de cierta frustración la ciudadanía sanciona a esas administraciones como a cualquier otra.
Estos fracasos no invalidan la importancia de la lucha municipal, ni la conveniencia de conquistar intendencias. Al contrario, estos desafíos ocupan un gran lugar en la construcción de la izquierda. Pero lo erróneo es suponer que en el municipio se realizará lo que no se intenta a escala nacional. Conviene concebir a los avances locales como peldaños de la batalla por conquistar el estado para comenzar a erradicar el capitalismo.
La experiencia también indica que los obstáculos para introducir transformaciones progresistas significativas son muy grandes a nivel municipal. Ninguna decisión clave depende de las intendencias, porque los resortes del poder se manejan desde el estado nacional. La burocracia central custodia los intereses de la clase dominante y coloca límites muy rigurosos a cualquier iniciativa local que amenace esos privilegios. En Latinoamérica los municipios se encuentran, además, agobiados por la falta de recursos, los recortes presupuestarios y la estructura regresiva de los impuestos. Pero sobre todo es la propiedad capitalista lo que impone estrictas barreras al ejercicio de la democracia municipal.
Para atenuar estas restricciones el PT introdujo el presupuesto participativo en varias localidades. Estos mecanismos incentivaron el control popular y el aprendizaje del autogobierno, pero no empalmaron con una práctica de lucha contra la clase dominante. Por eso condujeron a la administración de la pobreza y no contuvieron la involución conservadora de Lula.
El reformismo municipal que se promueve en Latinoamérica fue aplicado por la socialdemocracia en Europa durante décadas. Esta política completó la conversión de luchadores en funcionarios y contribuyó a disolver las energías militantes de una generación. Los argumentos utilizados durante esas experiencias (en su variante original o eurocomunista posterior) se repiten ahora sin grandes innovaciones: conquistar paulatinamente reformas en el marco constitucional, crear consensos amplios, evitar choques frontales con la burguesía y capturar posiciones dentro del estado para preparar una batalla ulterior.
Pero este avance gradualista siempre chocó con dos obstáculos. Por un lado el carácter convulsivo de la acumulación no brinda los respiros prolongados que se requerirían para implementar esa estrategia. Por otra parte la irrupción periódica de las crisis empuja a los capitalistas a resistir el otorgamiento de concesiones sociales. Estas barreras sofocan la transformación reformista y agotan las expectativas populares. En esas circunstancias los partidos tradicionales de la burguesía recuperan el gobierno si la cooptación socialdemócrata no ha sido total, ni plenamente funcional al sistema.
Escenarios y disyuntivas
Cuándo concluyan sus respectivos períodos de gracia, Lula y Kirchner deberán afrontar las turbulencias de una región signada por la desigualdad social, el padrinazgo imperialista y la vulnerabilidad económica.
Estas tensiones pueden agravarse si la presión comercial de las corporaciones norteamericanas desemboca en menores aranceles y nuevas privatizaciones. La sustracción de recursos que genera el pago de la deuda externa agrega un componente de mayor conmoción a este cuadro, porque cualquier malestar financiero internacional tiende a resucitar la fuga de capitales y las conmociones cambiarias.
Pero el ingrediente más explosivo que amenaza la zona es la militarización que promueve Bush, al multiplicar el número de bases y transferir poderes de intervención a los comandos regionales. Qué haya elegido inaugurar su segundo mandato con abrazos a Uribe anticipa el protagonismo que mantendrá el Pentágono en Sudamérica. Los nuevos presidentes tratan de atemperar el impacto corrosivo de las presiones imperialistas con declaraciones y maniobras. Pero les ha tocado actuar en un contexto dominado por la derechización de la elite gobernante norteamericana.
Con distinto grado de intensidad las esperanzas que han despertado Lula, Kirchner se mantienen vivas en amplios sectores de la población. Lidiar con estas ilusiones exige adecuar las tácticas de la izquierda a circunstancias muy diversas. Pero acompañar las expectativas populares no es lo mismo que propiciarlas. Decir la verdad -aunque duela- es un deber de todos los socialistas, incluso frente a la actitud de apoyo a los presidentes de centroizquierda que expresan Chávez y Fidel.
Estos pronunciamientos carecen de contrapartida, porque Kirchner y Lula no aplauden la revolución cubana, ni saludan la movilización contra la derecha en Venezuela. Ninguno de los dos quiere enemistarse con el Departamento de Estado. En cambio, Fidel y Chávez elogian a los nuevos gobiernos para evitar el aislamiento y contrarrestar las campañas imperialistas. Pero confunden la acción diplomática con un sostén político innecesario y contraproducente para las organizaciones de Brasil y Argentina. La izquierda no debe repetir los errores del pasado, subordinando su acción a compromisos interestatales de política exterior. Ya fueron muchas las capitulaciones que se cometieron alegando la defensa de la Unión Soviética.
La izquierda sudamericana afronta serias disyuntivas. Lo central es reafirmar su terreno de acción junto a los oprimidos, sin involucrarse en las preocupaciones de los empresarios. El desafío es renovar el proyecto socialista y no discutir que tipo de capitalismo le conviene a cada país. Siguiendo esta segunda agenda varios líderes proponen 'democratizar el capital', 'lograr rentabilidad en serio' e inducir a los 'burgueses a cumplir su función'. Este mismo rumbo se enuncia a veces con fórmulas más vagas ('gestar algo nuevo', 'desarrollar políticas diferentes', 'crear una sociedad para todos'). Pero en ambos casos la izquierda abandona su identidad y renuncia a sus banderas de igualdad y emancipación. Por este camino la izquierda sepulta su futuro.
No hay que perder de vista el cambio de etapa. Muchos jóvenes ingresan a la vida política admirando el legado revolucionario de la generación precedente. Pero también observan como parte de esa camada se asimiló al establishment y se resigna ante el dominio de los poderosos. El rumbo para recuperar la herencia de los 70 es más firmeza, convicción y valentía.
WALTER "CATA" ROQUE, CIUDADANO DEL FÚTBOL
El Universal de Venezuela (www.eud.com)
El ex técnico vinotinto nació en Uruguay, se nacionalizó venezolano y ha trabajado en Ecuador, Brasil y ahora en Bolivia". Cuando llegué a Venezuela apenas había 16 jugadores, no había más. Pero los dirigentes decidieron renovar. Se acordó el cupo de extranjeros y se inició un proceso. Con los años Venezuela salió adelante".
Si a alguna autoridad se le ocurriera pedirle el documento de identidad a Walter "Cata" Roque, seguramente el técnico tendría dificultades para determinar si le es útil su identificación uruguaya, la venezolana, o en todo caso el pasaporte con el que transita por Bolivia, para salvar el obstáculo.
"Cata", quien llevó las riendas de la selección nacional en los premundiales de España 82 y México 86, entra perfectamente en la definición "ciudadano del mundo", porque ha paseado su talento y ganas de trabajar por toda Suramérica. Nació en Uruguay hace 68 años, vivió en Venezuela desde 1981 _conquistó títulos con Atlético San Cristóbal (1982) y Deportivo Táchira (2000)_. En su país de origen llevó las riendas de Nacional de Montevideo, de Peñarol y de Fénix. En Ecuador fue técnico de Nacional de Quito. En Brasil dirigió a Nacional Pelotas. Desde 2003 encabeza un proyecto en las categorías inferiores de Bolivia.
Esta semana inició los trabajos con la selección sub 17 de Bolivia, con miras al campeonato Suramericano que lo traerá a Maracaibo en abril.
El rotativo de La Paz, La Prensa, le dedicó un trabajo en el que, como es su costumbre habló claro del fútbol boliviano, de las trabas que tuvo para lucir en el sub 20 de Colombia y a lo que enfrenta en un país en el que importan "sólo los resultados".
"Los cambios no se pueden dar de la noche a la mañana y tampoco lo pueden consolidar sólo los técnicos y los jugadores. Tiene que funcionar bien el entorno".
"Cata", que también dirigió en Bolivia al Oriente petrolero (1987) y que descubrió el talento de los emblemáticos Luis Cristaldo, Francisco Takeo y Erland "Charata" Sánchez, llevó nuevamente la consigna: "Hay que preparar al Juancito para que mañana sea un buen Juan".
Su figura, encorvada por los años, es una inagotable fuente de fútbol, por ello no es de dudar que los "pequeños juanes" del Altiplano están
LA CHOLITA, IDENTIDAD CULTURAL DE BOLIVIA
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*Al caminar por las calles de Sucre, capital de Bolivia, hace más de una
década, el fotógrafo Delphine explosiva cautivado por mujeres aymaras y
estilo de...
7 years ago
1 comment:
Gracias por el servicio de encontrar articulos sobre Bolivia en la prensa extranjera.
Comente algo sobre su pagina en mi blog:
http://www.barrioflores.net/weblog/archives/2005/02/bolivia_news_fr.html
Un favor, podrias inclurir el "link" del articulo en caso que quisiera citarlo en algun "post"?
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