Estados
Unidos considera la posibilidad de utilizar la fuerza contra los países de
América Latina y ejerce una presión sin
precedentes contra Venezuela, declaró el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, durante la Conferencia
Internacional de Seguridad de Moscú que comienza este miércoles.
"En el hemisferio occidental Estados Unidos da
nueva vida a la doctrina Monroe, cuyo objetivo es limitar la soberanía
de los Estados latinoamericanos, presionar a los países que llevan a cabo una
política no acorde a los intereses de Washington", afirmó, citado por Interfax.
Según el
titular de Defensa, "un ejemplo
característico es la situación en Venezuela, donde el Gobierno legítimo
está sometido a una presión externa sin
precedentes".
Shoigú indicó
que para ello se utiliza "todo el
arsenal de medios disponibles, incluyendo la fuerza".
El
ministro añadió que Rusia tiene la intención
de fortalecer las relaciones con los países de América Latina.
"Tenemos en esta región a muchos amigos y
aliados tradicionales. Se trata de Cuba, Nicaragua, Venezuela, Brasil,
Bolivia, México, Uruguay, Paraguay y Chile. Valoramos altamente el nivel de
confianza alcanzado y continuaremos trabajando para que crezca", afirmó.
A
principios de abril, el viceprimer ministro ruso, Yuri Borísov, afirmó que Rusia
no conoce ni ve a otro presidente de Venezuela que no sea Nicolás Maduro
y reiteró su total respaldo al Gobierno que este encabeza.
Moscú y
Caracas acusan a Washington de entrometerse en los asuntos internos de Venezuela
a raíz de su apoyo al líder de la Asamblea Nacional y presidente encargado del
país, Juan Guaidó, mientras que
Estados Unidos cuestiona la presencia de militares rusos en el país
latinoamericano.
Venezuela
afronta una crisis política y social que se acentuó después de que el pasado 23
de enero Guaidó se declarase mandatario interino al invocar unos artículos de
la Constitución venezolana y lograse el respaldo de buena parte de los países
del continente americano, incluido Estados Unidos, y una veintena de naciones
europeas.
La
oposición venezolana, que no reconoce el nuevo mandato de seis años que juró
Nicolás Maduro el pasado 10 de enero, al considerar ilegítimas las elecciones
de mayo del año pasado, asegura que el país atraviesa una "emergencia
humanitaria compleja" y ha pedido ayuda a la comunidad internacional para
atenderla.
DEFENSA RUSA DICE QUE
"EE.UU. RESTRINGE LA SOBERANÍA" EN AMÉRICA LATINA, MIENTRAS ELLOS
"COOPERAN"
Ciber Cuba (www.cibercuba.com)
El
ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, ha sostenido que Estados
Unidos restringe la soberanía en América Latina, mientras que la presencia rusa
en la región es una "cooperación" que "da sus frutos".
"En
el hemisferio occidental Estados Unidos da nueva vida a la doctrina Monroe,
cuyo objetivo es limitar la soberanía de los estados latinoamericanos,
presionar a los países que llevan a cabo una política no acorde a los intereses
de Washington", afirmó Shoigú en la Conferencia de Seguridad de Moscú,
apunta Interfax .
Este alto
funcionario ruso puso de ejemplo la presión "sin precedentes" desde
el exterior –según ellos– contra el dictador Nicolás Maduro en
Venezuela. "Todo el arsenal de medios disponibles, incluyendo la
fuerza" se usa contra el líder chavista, agregó.
La Doctrina Monroe es una constante en el discurso
oficialista de Cuba contra Estados Unidos. Según apunta la agencia
estatal rusa Sputnik, la génesis de esa doctrina
promovida en 1823 por el entonces presidente estadounidense James Monroe es
"América para los americanos".
A esto se
suma –añade el citado medio– la potestad para solucionar los conflictos en
América Latina, incluso con el uso de la fuerza militar, a finales del siglo
XX.
"Washington
aplica en toda su extensión la Doctrina Monroe y emplea para ello a todos los
medios a su alcance en el caso de Venezuela, Cuba y Nicaragua", apuntó
Shoigú sobre las nuevas medidas de EE.UU. contra la consideraba por el asesor
de Seguridad Nacional, John Bolton, como "la troika de la tiranía".
La pasada
semana la administración Trump anunció la activación del título III de la Ley Helms-Burton
que permitirá por primera vez en 22 años demandar a quienes se beneficien de las propiedades
expropiadas en Cuba después de 1959, así como otras sanciones contra
el gobierno nicaragüense de Daniel Ortega y más limitaciones a los afines a
Maduro.
Por otra
parte, Shoigú expresó "el nivel de confianza alcanzado" en la
cooperación militar con los socios latinoamericanos de Moscú: Cuba,
Nicaragua, Venezuela, Brasil, Bolivia, México, Uruguay, Paraguay y Chile.
El
Kremlin está dispuesto a "incrementar la cooperación militar y
técnico-militar con los países que ven a Rusia como socio", afirmó.
En el
caso de Venezuela, el presidente interino Juan Guaidó y
representantes de EE.UU. denunciaron la presencia de militares rusos y
cubanos en el país para mantener a Maduro en el poder, así como la llegada de dos aviones militares de Rusia a esa nación
sudamericana.
EL GOBIERNO LANZA OTRO REFUERZO
MILITAR EN LA FRONTERA NORTE Y DISPONDRÁ DE 1.500 SOLDADOS ANTES DE DICIEMBRE
Saldrá en los próximos días un
nuevo batallón de soldados del Ejército y equipamiento. Ya empezaron las tareas
de adiestramiento para uso de radares y drones en el apoyo logístico a las
fuerzas de seguridad.
Infobae de Argentina (www.infobae.com)
En los
próximos días el Ministerio de Defensa
enviará una nueva partida de uniformados del Ejército para reforzar el
operativo de la Frontera Norte y dar apoyo logístico a las fuerzas de seguridad
en la lucha contra el narcotráfico y el contrabando.
Así, la
apuesta mayor del Gobierno será tener antes de fin de año un total de 1.500
soldados apostados a lo largo de los 2.500 kilómetros de frontera.
"Progresivamente
se está cumpliendo con el proyecto de refuerzo militar de la Frontera Norte
para hacer apoyo a la Gendarmería y la Prefectura y disuadir a los narcos de
venir a la Argentina", explicó a Infobae
un encumbrado funcionario del Ministerio de Defensa.
De esta
manera, se ratificó la idea del presidente Mauricio Macri y del ministro Oscar Aguad de darle forma al
operativo de la Frontera Norte con presencia disuasiva de militares.
Actualmente hay 500 uniformados del
Ejército, antes de fin de mes se enviarían otros 500 y hacia fin de año la
intención del Gobierno es tener 1.500 soldados apostados en toda la
frontera.
Se trata
de establecer el apoyo logístico de los militares con una suerte de "operativo embudo",
explicaron en el Ejército. Es decir, que los soldados cubran la zona de
fronteras porosas o pasos ilegales a lo largo de todo el límite con Paraguay,
Bolivia y Brasil para que los narcotraficantes o los contrabandistas se vean
obligados a ir por los pasos legales o directamente opten por no entrar en la
Argentina.
Este es uno de los temas que abordó el presidente
Mauricio Macri con su par de Bolivia Evo Morales, quien el año pasado había
cuestionado la presencia de militares argentinos. Esta vez, el presidente boliviano coincidió con
Macri en la necesidad de dar un fuerte combate a la lucha contra el
narcotráfico. De hecho, Evo Morales cerró el acuerdo para pagar el excedente de
gas exportado a la Argentina con un avión Pampa que se usará para los
operativos de control en la frontera por parte de Bolivia. Y también el jefe de
Estado boliviano mencionó su intención de ampliar la adquisición de los aviones
que produce FADEA en el futuro inmediato.
El
refuerzo de militares en la Frontera Norte ayudará también para apuntalar la
tarea de los 500 soldados que ya están apostados allí y se ocupan en tareas de
atención sanitaria y ayuda en las zonas inundadas del Norte argentino.
Para
concretar este nuevo despliegue de soldados la idea no es desactivar las
brigadas de la Frontera Norte sino por el contrario reforzarlas con
equipamiento y efectivos que se desactivarán de otras unidades.
De esta
manera, se mantendrá la brigada del Ejército de Salta (V) que tiene, entre
otras cosas, un regimiento de infantería, un batallón de ingenieros, una
compañía de inteligencia, un hospital militar, un grupo de artillería y un
grupo de comunicaciones; la de Jujuy donde hay un grupo de artillería y un
grupo de infantería y la brigada III de Chaco y Formosa y la 12 de Posadas
donde existen regimientos de infantería, unidades de caballería y compañías de
comunicaciones y compañías de ingenieros. Nada de esto será desactivado.
A la vez,
se avanzará en estos días con una nueva entrega del material a las unidades que
participan del operativo Frontera Norte, se intensificarán la tareas de
instrucción y capacitación a los operadores de los radares y drones que
ingresaron a la fuerza y el traslado e instalación de los módulos containers
(baños y oficinas) en la zona del operativo donde realizan adiestramiento
operacional las tropas desplegadas.
El
teniente general Claudio Ernesto
Pasqualini recorre asiduamente la zona de la Frontera Norte donde
se encuentran desplegados los efectivos para supervisar cada una de las tareas
de apoyo logístico a las fuerzas de seguridad.
El
Operativo Integración Norte se encuentra bajo la conducción del Comando
Operacional del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, en apoyo a las
Fuerzas de Seguridad Federales.
En marzo
pasado el Gobierno dispuso un refuerzo
de equipamiento, armas, lanzacohetes y radares del Ejército por un valor global
de $794 millones.
El
presidente Mauricio Macri concretó
en un acto la entrega de materiales, equipamiento militar y vehículos al
Ejército durante una visita al Batallón de Arsenales 602 de Boulogne. De esta
manera, el equipamiento del Ejército corresponde en $438.354.871 a material
nuevo o modernizado y otros $356.054.684 que se desprenden del "efecto
remanente 2018" de equipamiento de la misma fuerza. Así, se suma una
totalidad de $794.409.555 invertidos en equipamiento militar.
A todo
ello, se le agregan los dos aviones A4 que hay en los 2.500 kilómetros de
Frontera Norte más otros dos Pampa, dos Texan II y una cantidad aun no precisa
de helicópteros de la Fuerza Aérea .
En el
Ministerio de Defensa dijeron que el operativo de la Frontera Norte
"implica tres ejes fundamentales de actuación". El objetivo principal
es el adiestramiento operacional que lleva a cabo el Ejército Argentino con sus
unidades desplegadas entre la localidad salteña de San Antonio de los Cobres y
Puerto Iguazú, Misiones. Otro de los pilares detallados del programa es el
apoyo logístico a las Fuerzas de Seguridad, a través de los medios y la
capacitación específica de que disponen los efectivos de las Fuerzas Armadas.
FISCALES DE ARGENTINA, BOLIVIA,
PARAGUAY Y CHILE DIALOGAN SOBRE COOPERACIÓN EN ZONA DE FRONTERA
La Gaceta de Argentina
(www.lagacetasalta.com.ar)
“El
delito no reconoce fronteras: el narcotráfico, la trata de personas,
contrabando de divisas, son delitos transnacionales y la organizaciones
criminales trabajan sin tener en cuenta a las fronteras. Los fiscales debemos
establecer vínculos y pautas de acción para trabajar en conjunto”, explicó Eduardo Villalba, fiscal general de
apelaciones ante la cámara en Orán donde se realiza la Mesa de Trabajo sobre
cooperación en zonas de frontera.
El
encuentro que se realiza durante la jornada de hoy, reúne a fiscales de
Argentina, Bolivia, Chile y Paraguay con el objetivo de coordinar acciones de
Cooperación en Zonas de Frontera.
“Nuestro
país está entrando, por disposición del Gobierno Nacional, ingresando al
sistema acusatorio que indica que quienes van a investigar los delitos
son los fiscales, el juez no va a investigar más”, agregó Villalba haciendo
referencia a que este sistema se implementará primero en Jujuy y en Salta y por
esto, todo el país estará observando.
El fiscal
además, indicó que en la frontera de Chile y Bolivia se incautó más 300 kg de
cocaína. “Aprovechan la frontera, la geografía y el clima. Gendarmería trabaja
mucho allí, y se incautó un cargamento importante, el delito se reformula
constantemente, buscan rutas y variables, la idea de estos encuentros es
conversar para que no nos sorprenda el delito”, dijo el fiscal.
La causa Reynoso
“Fue un
gran dolor que haya sucedido lo que sucedió con el exmagistrado de la Nación de
Raúl Reynoso. Como funcionarios tenemos una mayor
responsabilidad, fue un gran dolor para el Ministerio Público Federal darnos cuenta
de lo que pasaba y encargarnos de esto. Hubo una sentencia condenatoria que
está recurrida, no está firme. Le suceden dos causas más, una tiene por objeto
el contrabando de divisas y la otra es la sustracción de la droga en el juzgado
de Orán”, indicó Villalba.
OFRECEN UNA PRÓRROGA HASTA MAYO
PERO LOS BAGAYEROS INSISTEN CON DICIEMBRE
Ayer siguieron los piquetes en
Río Blanco sobre la ruta nacional 50 y hay incertidumbre porque los
trabajadores mantienen las medidas de fuerza con cortes totales cada 3 horas.
Hoy continúan con las protestas.
El Tribuno de Argentina
(www.eltribuno.com/salta)
Tal como
había adelantado El Tribuno en su edición de ayer, el área nacional de
Vigilancia de Fronteras y Aduana estableció una nueva prórroga para la entrada
en vigencia del régimen simplificado de importaciones para los trabajadores de
frontera de Orán y Aguas Blancas. Esta vez, el plazo fue extendido hasta el 31
de mayo, tiempo en el que los bagayeros deberán inscribirse en los registros de
AFIP y blanquear su actividad para transformarse en microimportadores.
El nuevo
régimen, acordado en febrero pasado entre el Gobierno nacional y provincial, es
motivo de las fuertes protestas y cortes de ruta que vienen protagonizado los
bagayeros desde hace tiempo y que mantienen a la región en una incertidumbre
total, debido a los piquetes que se generan espontáneamente.
Esta
situación motivó el movimiento de 300 efectivos de Gendarmería que permanecen
en la zona y que junto a los bagayeros al costado de la ruta, conforman un
panorama de tensión que no se descomprime pese a los anuncios e intentos para
llegar a un acuerdo.
Tanto es
así que ayer, luego de conocerse oficialmente la nueva prórroga ofrecida por
los organismos nacionales, los bagayeros insistieron con un plazo hasta el 31
de diciembre de este año. En la nota difundida, y como una muestra de voluntad
para destrabar el conflicto, los trabajadores de frontera establecieron que se
someterán a los controles que sean necesarios y presentarán las facturas de
compra de los productos, pero también quieren modificaciones sobre la nueva
ley, especialmente en la inscripción como microimportadores, montos y tipos de
mercadería.
La
subsecretaria de Frontera confirmó la prórroga hasta el 31 de mayo venidero.
"La medida tiene por objeto dar más tiempo a que los actores conozcan y se
anoten en el régimen. Hasta esa fecha se brindarán capacitaciones para que
todos puedan familiarizarse con la normativa antes citada y comprender los
requisitos y procedimiento de inscripción. Los usuarios del paso, sin
excepción, deberán concurrir a los cursos y anotarse sin dilaciones. La
decisión de una Argentina sin contrabando solo tendrá una pequeña
postergación", puntualizaron.
Los
cortes y los abusos
Ayer los
trabajadores de frontera y taxistas cortaron nuevamente la ruta nacional 50 a
la altura del puente sobre el río Blanco. Según trascendió, la medida se
mantendrá hasta el jueves con una modalidad de tres horas de corte y 15 minutos
de pasada.
Por otro
lado, vecinos reclamaron ayer por los sobreprecios que están cobrando los
taxistas en el trayecto Orán - Aguas Blancas que antes valía 100 pesos,
aprovechándose de la situación. Ahora, viajar a la localidad fronteriza puede
llegar a costar hasta 300 pesos, ya que hasta el río Blanco cobran 100 pesos y
de allí a Aguas Blancas, los trabajadores del volante cobran 200 pesos más.
Mientras
tanto, en la ciudad de Salta, los feriantes volvieron a movilizarse y
protestaron frente a la Legislatura en reclamo de una solución definitiva al
conflicto, ya que están desabastecidos y sin stock para continuar con su
actividad comercial. Fueron recibidos por autoridades de Diputados, quienes les
prometieron mediar en la crisis.
Dos casos
de inseguridad
Un hombre
con domicilio en General Roca, provincia de Río Negro, denunció que el pasado
18 de abril, cerca de las 20, regresaba desde la localidad de Tarija, Bolivia,
en el colectivo de la empresa San Antonio, hasta el corte de ruta Nº 50 a la
altura de B° Libertad. El mismo descendió del colectivo y mientras acomodaba
sus pertenencias una persona desconocida le sustrajo su maleta, que en su
interior poseía algunos elementos personales, documentación de su vehículo y la
suma de $70.000 (setenta mil pesos argentinos). Cuando se dio cuenta que le
faltaba una maleta pudo observar a una persona que se la llevaba arrastrando.
No pudiendo aportar características físicas debido a que se encontraba lejos y
había muchas personas en el medio. Luego el sospechoso se arrojó a un canal y
lo perdió de vista. El damnificado manifestó que la suma de dinero era del
alquiler de un terreno.
BAGAYEROS DEL NORTE . PIDEN QUE SE DECLARE ZONA
Y ÁREA DE FRONTERA
La Ley 22.352 establece los
criterios para la creación de un complejo fronterizo.
El Tribuno de Argentina
(www.eltribuno.com/salta)
El
Concejo Deliberante de Orán trató ayer dos proyectos en sesión ordinaria,
referidos al conflicto de bagayeros.
Uno de
los proyectos pertenece al edil Gonzalo Díaz, quien solicitó al Ejecutivo la
creación de área y zona de frontera en el departamento Orán. La zona de
frontera promueve el crecimiento económico, la integración con el resto del
país y el afianzamiento de vínculos culturales, sociales y económicos con el
país limítrofe.
Recategorización
Por otro
lado, el concejal Carlos Manzur solicitó la recategorización del actual paso
fronterizo de Aguas Blancas como centro de frontera.
La Ley
22.352, en su artículo 1, considera al centro de frontera como un
"complejo que reúna en un área delimitada y próxima a un paso
nternacional habilitado, a los organismos nacionales cuya misión es el control
del tránsito de personas, transportes y mercaderías, desde y hacia el país,
como asimismo de todos los servicios auxiliares, playas de carga y descarga, y
de estacionamiento de transportes".
Por su
parte, Ariel Pomares, abogado y representante del sector primario de
trabajadores de frontera, en diálogo con FM La 20, consideró que siempre hubo
muy buen diálogo con el subsecretario de Frontera, Matías Lobo, pero que sin
embargo él no tiene la facultad suficiente ni la potestad de tomar decisiones
de la magnitud que se requiere.
Lucha de
poderes
"Esto
es una lucha de poder, donde, creo, están esperando que el sector bagayero
explote para que pueda intervenir Gendarmería. Yo poco creo en la palabra de la
Nación, porque si fueron capaces de crear dos instrumentos públicos suscriptos
por los bagayeros y ahora vienen a decir que van a capacitar; no les creo".
Además,
explicó la diferencia entre el microimportador (comerciante), y transportista
(pasador de mercadería) y aseguró que a ninguno le conviene registrarse bajo
estas condiciones.
Sobre la
próxima reunión que se llevará a cabo con el senador nacional Juan Carlos
Romero y las comunicaciones que tuvo con representantes de Nación, expresó que
es crucial que se modifiquen algunos puntos de la ley de importaciones.
Respecto
a la reunión con Romero, dijo estar a la espera de que el senador cuente con un
espacio en su agenda para poder concretar el encuentro, al que irá acompañado
con dos de sus representados.
Herramientas y
responsabilidad
El
diputado provincial Baltasar Lara Gros consideró que la solución definitiva a
la problemática es poner en práctica el régimen de importación simplificada y
generar fuentes de trabajo alternativas.
Desde su
perspectiva, es justamente el Gobierno nacional el que tiene la potestad de
lograr un acuerdo. “Los funcionarios nacionales tienen la responsabilidad y las
herramientas para destrabar este conflicto. Para solucionarlo lo que hace falta
es poner en práctica este régimen de importación simplificada, brindar una
opción temporaria hasta que la gente pueda inscribirse en este sistema por 30 o
60 días, como habíamos quedado en un primer momento. Queremos que cumpla su
palabra el gobierno nacional en este sentido”, dijo el legislador.
Hubo eco por parte de las
autoridades de la Nación respecto a otorgar alguna salida a la situación de
conflicto generado por el Régimen Simplificado para Bagayeros en el norte
provincial.
El Nuevo Diario de Salta
(www.nuevodiariodesalta.com.ar)
Ayer se
conoció que la Subsecretaría de Vigilancia de Fronteras y la Aduana informaron
que se prorrogó un mes más la puesta en marcha del Sistema de Importadores
Minoristas.
Luego de
los reclamos diarios que realizaban los bagayeros, en las rutas del norte
provincial, y que habían trasladado al ex peaje de Aunor desde el lunes último,
los funcionarios nacionales decidieron la prórroga para la aplicación de las
nuevas normas en el ingreso de mercadería en la zona de frontera.
Retorno
al trabajo
Esto
retrotrae la situación para que los trabajadores a partir de mañana jueves 25
de abril, vuelvan a trabajar con normalidad, siempre y cuando se tengan en
cuenta las restricciones de cantidades y mercaderías.
Todo esto
se llevará adelante hasta el 31 de mayo, y en este tiempo se dictarán
cursos y talleres para asesorar a quienes se adhieran al Sistema de
Importadores Minoristas, o microimportadores.
Es la
segunda prórroga que se presenta teniendo en cuenta que el 1 de abril pasado la
ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, junto al
gobernador Juan Manuel Urtubey y otros funcionarios de áreas de frontera
de Aduana, Gendarmería, etc, recorrieron la zona clausurando los pasos
clandestinos de mercadería, y habilitando los pasos por donde debía ingresar la
mercadería.
Sin
embargo, los reclamos y marchas de los bagayeros llevaron a que no se pusiera
en marcha en ese momento sino se extendiera el plazo hasta fines del mes en
curso. En ese momento se decidió que se dictarían cursos y talleres para
posibilitar las inscripciones de los microimportadores, pero no se llevaron
adelante esas capacitaciones y nadie se inscribió, Solo se recibieron consultas
en la Oficina de Aduana.
Bagayeron
en la Iglesia
El obispo
de Orán, monseñor Luis Antonio Scozzina y la Pastoral Social de la Nueva
Orán, se reunieron con representantes de los bagayeros en la tarde del lunes y
escucharon sus pedidos, comprometiéndose a efectuar un acercamiento. Luego
dieron a conocer un comunicado con los principales fundamentos del pedido.
“Atentos
a la problemática social que se generó con los Trabajadores de Frontera, y que
es de público conocimiento, mantuvieron una reunión en el día de la fecha (por
el lunes) con referentes del sector quienes solicitaron ser escuchados por la
Iglesia local.
EL IMPACTO DE LA CRISIS
VENEZOLANA EN LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA
La Diaria de Uruguay
(www.ladiaria.com.uy)
El modelo
bolivariano, que durante años funcionó como un faro que inspiraba a otras
fuerzas políticas en la región, hoy es un lastre. La crisis que atraviesa
Venezuela debería generar un debate acerca de los límites y errores del único
país que se autoproclamó socialista después de la caída del Muro de Berlín.
Hace 20
años, el triunfo de Hugo Chávez fue seguido con un entusiasmo limitado por la
izquierda latinoamericana. Un tanto folclórico, el ex paracaidista había
organizado en 1992 un golpe de Estado militarmente fallido pero, a la larga,
políticamente exitoso, y tras su victoria en las elecciones presidenciales de
1998 sorprendió al jurar su cargo sobre la “Constitución moribunda”. En un
comienzo, sus posicionamientos ideológicos resultaban ambiguos: si bien había
tenido acercamientos con la izquierda durante su carrera militar, al mismo
tiempo se había rodeado de asesores como el nacionalista argentino Norberto
Ceresole, que tenía posiciones cercanas a los militares carapintadas, y, por
otro lado, elogiaba la Tercera Vía de Tony Blair en Reino Unido. Fue tras el
golpe que sufrió en 2002 que la experiencia chavista terminó de ser incorporada
como acervo de una izquierda latinoamericana que había encontrado en la
tradición nacional-popular una tabla de salvación frente a la crisis del
socialismo real y las derrotas de la década de 1970. El sueño de Jorge Abelardo
Ramos de articular populismo y socialismo parecía hacerse parcialmente
realidad, primero en Venezuela y después en Bolivia y Ecuador. Pero lo que en un
momento fue una locomotora hoy se volvió un peso para los progresismos
regionales, a tal punto que nadie puede ganar hoy una elección en América
Latina sin diferenciarse del madurismo, en el contexto de una masiva migración
de venezolanos que dan carnadura –y voz– a los fracasos de su gobierno.
Cultura
de campamento
Es
difícil atribuir a la “maldición de la abundancia” el derrumbe económico que
atraviesa Venezuela; otros países de la región y del mundo dependen de las
exportaciones hidrocarburíferas y no sufren un retroceso de características
posbélicas –la caída del PIB en Venezuela ronda el 50% en los últimos cinco
años, un hecho inédito en la región–. Hasta hace un par de años, gracias a la
combinación de una serie de dimensiones a menudo poco debatidas por las
izquierdas latinoamericanas, el chavismo había logrado postergar la discusión
sobre la “vía venezolana al socialismo... petrolero” hasta que ya no haya
“conspiraciones imperialistas” en el horizonte, es decir, ad infinitum.
Entre esas dimensiones encontramos el carisma excepcional de Chávez (imposible
de transmitir y que combinaba “padre severo” con “madre cariñosa”); un tipo de
mesianismo compasivo de matriz cristiana; un criptoestalinismo tropical
desorganizado que entronca con rituales y marcos interpretativos del socialismo
real, y una visión militarista de los problemas propia de un caudillismo
pretoriano. Todo esto en el marco de una gran ineficiencia administrativa,
incluso en comparación con otros “populismos” de la región.
Tras la
muerte de Chávez, en marzo de 2013, sin una institucionalidad bolivariana
propiamente dicha y en un contexto de una pronunciada caída de los precios de
los hidrocarburos, la fórmula bolivariana –petróleo + carisma + empoderamiento
simbólico de los excluidos– se debilitó hasta desembocar en la situación
actual.
Frente a
esa deriva, una parte de la izquierda crítica intentó anclarse en una suerte de
“melancolía chavista” y atribuir los problemas al liderazgo de Nicolás Maduro,
el “hijo de Chávez”. Pero la profundidad de la crisis (hiperinflación, derrumbe
del Producto Interno Bruto, inseguridad), y a la falta de espacios de
deliberación política real en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV),
impidieron la emergencia de un “chavismo crítico” con incidencia social, por lo
que una parte de él terminó en el Frente Amplio Venezuela Libre, que agrupa
fuerzas vivas, iglesias, partidos e intelectuales de diferentes tendencias.
Venezuela
vive, como señaló el sociólogo Marc Saint-Upéry, en una suerte de
“autoritarismo anárquico y desorganizado”, incapaz incluso de imponer la
autoridad del Estado, como demuestran la crisis del sistema carcelario, el
“pranato” (mafia) minero y las cifras brutales de inseguridad (80 muertes
violentas por cada 100.000 habitantes), que han acabado incluso con parte de la
sociabilidad nocturna. A ello hay que sumar los Operativos de Liberación y
Protección del Pueblo (OLP) y, más recientemente, las maniobras de las Fuerzas
de Acciones Especiales (Faes), que en ambos casos rutinizaron el gatillo fácil
en los barrios, además de una gestión predatoria de Petróleos de Venezuela
(PDVSA), la gallina de los huevos de oro de la revolución. La situación es tan
mala que el propio Maduro habló –después de casi dos décadas– del “falso
socialismo”, en un intento de convencer a los electores de que voten por “un
nuevo comienzo”.
Mientras
este modelo parecía funcionar, por ejemplo reduciendo la pobreza, Venezuela,
amplificada por la retórica de Chávez, se había transformado en un faro
político en la región, con discursos que revitalizaron la tradición
antiimperialista y hasta “ponían en la agenda” el socialismo. No obstante,
desde el comienzo del proceso se podían observar todo tipo de problemas,
tapados, hasta donde era posible, por el boom de los precios petroleros
(que subieron alrededor de 1.000% durante la era Chávez). Detrás de estos
discursos, a menudo se escondían las culturas políticas forjadas desde 1958 por
Acción Democrática y el Comité de Organización Política Electoral
Independiente.
En las
últimas dos décadas se han ensayado varias estrategias –en la primera etapa,
“operativos cívico-militares”– para llevar adelante “procesos de inclusión
masivos y acelerados” mediante una distribución más justa de la renta
petrolera, junto con un sistema comunal que debería absorber a la democracia
liberal. Algunos críticos del rentismo hablan de la “cultura de campamento”, en
la que predominan los operativos extraordinarios sin continuidad en el tiempo.
Pero fue el propio Chávez quien, admitiendo implícitamente el fracaso de una
agenda de desarrollo posthidrocarburífera (la “siembra del petróleo”), definió
el proyecto en marcha como “socialismo petrolero”. Durante una emisión de Aló,
presidente, su programa semanal, el mandatario venezolano explicó: “Estamos
empeñados en construir un modelo socialista muy diferente al que imaginó [Karl]
Marx en el siglo XIX. Ese es nuestro modelo, contar con esta riqueza
petrolera”.
Las
imágenes del socialismo
En este
marco emergió lo que el economista marxista Manuel Sutherland define como un
“populismo clientelar lumpen”, que se fue superponiendo a los efectos iniciales
del empoderamiento simbólico de las capas más postergadas. Esto explica en
parte la persistencia del chavismo en sectores de la sociedad que encontraron
en Chávez al líder que, seguramente sin haber leído a Ernesto Laclau, construyó
el “significante vacío” en el que se inscribieron las múltiples demandas de los
de abajo. Pero también la degradación actual.
El caso
venezolano deja en evidencia que, desde la caída del Muro de Berlín en 1989, no
fue posible pensar, ni teórica ni prácticamente, un tipo de transformación
socialista integral de la sociedad sin caer en la cultura antipluralista del
socialismo real. Y en esa deriva no fue menor el rol de Cuba, embarcada hoy en
una serie de reformas pero sin perder la vocación totalitaria en diversos
terrenos de la vida social. Venezuela, sin dudas, no se transformó en Cuba: no
logró poner en práctica algunas políticas públicas de inclusión social
sistemática –como lo hicieron los cubanos en materia de salud y educación– y no
terminó de desmantelar totalmente la “democracia liberal” (aunque la Asamblea
Nacional Constituyente inaugurada en 2017 modeló un gobierno de facto que se
sitúa por encima de los poderes constituidos y anuló en los hechos a la
Asamblea Nacional –de mayoría opositora desde 2015 y declarada en desacato por
una justicia completamente subordinada al chavismo–).
De este
modo, el “silencio Cuba”, al decir de Claudia Hilb, de muchas izquierdas
latinoamericanas –y de más allá también– devino en un “silencio Venezuela”, que
no significó, como tampoco ocurrió en el caso de la isla, no hablar de
Venezuela, sino evitar enfrentar los problemas apelando de manera mecánica a
las “agresiones imperiales”. Bajo el mismo acoso imperial, la Bolivia de Evo
Morales lleva más de una década de crecimiento y consolidación macroeconómica,
baja inflación y estabilidad cambiaria.
Lo cierto
es que la misma Venezuela que pareció alentar la expansión del socialismo en la
región terminó convirtiéndose en un búmeran para las izquierdas. No es de
extrañar que las fuerzas de derecha latinoamericanas incluyan a Venezuela –o,
mejor dicho, a los riesgos, más imaginados que reales, de venezuelización– en
las campañas electorales. Incluso Sebastián Piñera llegó a hablar, con
tonalidades de realismo mágico, de los peligros de transitar hacia “Chilezuela”
si triunfaba el candidato de centroizquierda, por no hablar del “efecto
Venezuela” en la política argentina, colombiana y brasileña. Por supuesto, esos
relatos pueden descartarse como propios de la tradicional retórica conservadora
que busca desprestigiar a los gobiernos populares. Pero eso significaría
desconocer que Venezuela es el único país que se proclamó “socialista” con
posterioridad a la caída del Muro de Berlín y que hoy replica imágenes clásicas
de la decadencia del socialismo real: desabastecimiento, colas, hiperinflación,
migraciones masivas y un Estado crecientemente pretoriano.
Las
derivas del Foro de San Pablo
El giro a
la derecha en la región no alentó una revisión crítica de la “década ganada”,
sino actitudes reactivas y retroutopías sobre las “primaveras populares”
perdidas. Esto puedo verse en la 24ª Asamblea del Foro de San Pablo, celebrada
en julio de 2018 en La Habana. La presencia en su seno de las figuras del ala
más conservadora de Cuba, como el vicesecretario del Partido Comunista de Cuba,
José Ramón Machado Ventura, contribuyó al repliegue ideológico y a la retórica
contra el cerco imperial. Pero el imperio requiere un análisis más fino, al
menos para reconocer que los halcones de la era de George Bush que hoy buscan
derrocar a Maduro –y le ofrecen una playa paradisíaca si se va del país o la de
Guantánamo si se queda– conviven con un Donald Trump que llegó a la Casa Blanca
supuestamente apoyado por Vladimir Putin, en el marco de la emergencia de la
“derecha alternativa”.
Problemas
como la corrupción fueron englobados en el encuentro del Foro en el gran relato
de la conspiración político-judicial. Y aunque sería ingenuo negar las operaciones
y el rol de la política y de los jueces celebrities, lo cierto es que la
ética pública constituye una demanda popular generalizada. De hecho, en los
países gobernados por la derecha las izquierdas ganan también con discursos
“honestistas”, como ocurrió en México con Andrés Manuel López Obrador. Pero
incluso más allá de esta cuestión –que hoy tiñe todas las campañas
electorales–, la solidaridad acrítica del Foro con el gobierno de Venezuela y
con Daniel Ortega en Nicaragua –que logró mantenerse en el poder sin escatimar
represión a sangre y fuego– deja ver una subestimación de las izquierdas
regionales de la crisis política y moral de gran parte de sus fuerzas y del
problema democrático. Una subestimación que recuerda reacciones frente a la
crisis del socialismo real poco antes del derrumbe de la Unión Soviética, en
1991.
“Empate
catastrófico”
Habrá que
ver cómo termina el “empate catastrófico” iniciado con la guerra de poderes
lanzada en 2015, cuando la oposición ganó dos tercios de la Asamblea Nacional.
Juan Guaidó, en una especie de acto “leninista”, se hizo proclamar “presidente
encargado”, tratando de aprovechar los “instantes huidizos” de la política. E
hizo de la “ayuda humanitaria” –con apoyo de Estados Unidos– su caballito de
batalla para mostrar que tiene algún poder material y tratar de quebrar a las
Fuerzas Armadas. Es claro que la caída de Maduro sería un golpe inevitable para
las izquierdas de la región (maduristas y no maduristas).
Sin
embargo, la experiencia del socialismo real advierte sobre los riesgos de atar
la suerte de la izquierda a proyectos políticos cuyo único mérito es “resistir
al imperio”, aunque resulten opresivos para quienes viven en ellos, y de
reclamar Estado de derecho, libertades democráticas y justicia independiente sólo
cuando gobierna la derecha. No puede ignorarse que la persistencia de Maduro en
el poder, en las condiciones actuales, tiene también un efecto disuasivo sobre
cualquier proyecto de transformación social que se identifique como socialista.
Lo entendió Bernie Sanders, que hoy lidera uno de los movimientos más dinámicos
de la izquierda global, quien hizo una crítica democrática radical al gobierno
venezolano al tiempo que rechazaba el injerencismo de los halcones de la Casa
Blanca.
NO HAY
POPULISMO SIN “PUEBLO
Contrarréplica
de México (www.contrareplica.mx)
Con
algunas variantes en los estilos y realidades locales Hugo Chávez, Evo Morales
y Rafael Correa, los tres principales exponentes, hasta ahora, de la ola
neopopulista latinoamericana fueron electos en primera instancia para cambiar
el statu quo y garantizar equidad social.
Los tres
lo pretendieron hacerlo mediante la relación directa y paternalista
líder-pueblo, sin mediaciones organizativas o institucionales, donde los
seguidores están convencidos de las cualidades extraordinarias del caudillo y
creen en el intercambio clientelar como infalible fórmula para mejorar su
situación.
También
les fue común utilizar una retórica de ruptura y enemistad con un enemigo
externo (el imperialismo) e interno (la oligarquía criolla), y un discurso
digno de la etapa de guerra fría el cual se antojaría obsoleto ante las
realidades del siglo XXI, pero cuyo éxito consiste en la capacidad de verse
reflejados como “redentores”.
Estos
líderes han trastocado los valores de la democracia. Triunfaron claramente en
las urnas y recurren como gobernantes a las elecciones como un instrumento
legitimador, pero han propiciado incontables acometidas contra las
instituciones con un ejercicio arbitrario del poder, la personalización de la
política y numerosas reformas legales y constitucionales tendientes a
concentrar en sus manos el proceso de toma de decisiones.
Sobre
todo, han demostrado ser adversarios jurados del pluralismo.
En su
lógica el caudillo está por encima de las reglas, del Estado de Derecho y de
las instituciones, las cuales son primero utilizadas para después ser
despreciadas.
Se trata
de “alcanzar la hegemonía”, de acuerdo a los escritos del autor argentino
Ernesto Laclau, principal doctrinario del neopopulismo, y también a la obra de
quien fue su padre ideológico, el fundador del Partido Comunista Italiano,
Antonio Gramsci.
La
voluntad del caudillo se convierte en ley porque al ser él la genuina
encarnación del Pueblo nadie ni nada hay mejor para distinguir lo justo de lo
injusto, lo bueno de lo malo. La desarticulación de las instituciones liberales
y de la división de poderes se efectúa en aras del “proyecto de Nación”.
Pero no
hay populismo sin “pueblo”, sin electores convencidos por la propaganda
simplificadora y el discurso maniqueo diseñado para conectar con los
sentimientos y las pasiones.
No hay
populismo sin una masa ávida de proyectar sus frustraciones en un caudillo, de
identificar autoridad con “mano dura”, de equiparar proyecto con revancha,
desarrollo con asistencialismo y patriotismo con militancia.
Los
líderes populistas latinoamericanos nos obligan a formularnos preguntas:
¿Realmente
tenemos vocación por la legalidad y la democracia, o nuestras inclinaciones van
por un gobierno vertical y suponen un íntimo fervor por el autoritarismo?
¿Somos
racionales o preferimos la comodidad de creer en los prodigios del liderazgo
carismático?
¿Somos
ciudadanos plenos, cuidadosos de nuestras libertades y responsabilidades, o
tras la apariencia de “ciudadanía” ocultamos rezagos de viejas servidumbres?
LA SALUD Y LOS MIGRANTES: UNA
MIRADA HUMANITARIA
El Clarín de Argentina
(www.clarin.com/opinion)
Un grupo
de expertos en salud de todo el mundo fue convocado recientemente por la
Comisión Lancet para analizar el tema de la migración mundial y la salud.
Analizando los datos internacionales se puede observar, que en la actualidad,
los mayores flujos migratorios ocurren desde los países de bajos y medios
recursos hacia los de altos ingresos o desarrollados. Por otro lado, se han
acentuado las migraciones internas, sobre todo en nuestro continente, donde más
del 70% de la población vive en áreas urbanas El abordaje de la migración y la
salud implica romper mitos, en la medida que la mayor parte de las sociedades
son hoy el producto de esta población en movimiento, convirtiendo a la
migración en una realidad global.
Los
expertos cuestionaron el argumento, a menudo señalado, que atribuye a los
grupos migrantes mayores costos económicos por los servicios sociales para
atender a estas poblaciones. La población migrante aporta para el desarrollo de
los países de acogida y la mano de obra es clave para muchos sectores de la
economía.
Por
ejemplo, buena parte de la industria textil en la República Argentina se hace
con la mano de obra de la población migrante proveniente de Bolivia. La
industria de la construcción también se beneficia con la población de migrante
de origen boliviano y paraguayo y su fuerza de trabajo. Muchos sectores de
servicio en nuestro país se benefician de la mano de obra de la población
venezolana. Asimismo, la estructura de impuestos basada en el consumo, de la
Argentina como de muchos países, hace que la población migrante contribuya con
su consumo a la recaudación impositiva de los países de acogida.
Las decisiones
que impulsan a migrar varían de país a país, pero en general lo que observan
los expertos, es que los que migran son los mas sanos, descartando la idea de
que se trata de poblaciones que transmiten enfermedades.
Cuando
analizan la mortalidad, los expertos observan, que estas tasas de la población
migrante en los países de ingresos altos son mas bajas que las de la población
de los países de acogida. Aún cuando pueda encontrarse una mayor morbilidad en
varios subgrupos de migrantes (por ejemplo: mayor índice de enfermedades
mentales en víctimas de trata de personas o en personas que huyeron de
conflictos) a las de los nacionales, dependiendo no de su condición de migrante
sino de estructuras poco apropiadas de protección social de los países de acogida.
No obstante, resulta complicado evaluar la magnitud de los daños a la salud de
la población migrante por la falta de datos o la poca sensibilidad de los
sistemas de información.
Los
procesos de migración constituyen un fuerte determinante de la salud, ya que
muchas veces las condiciones de vida, de trabajo y del ambiente a las que está
expuesta la población migrante los hace mas vulnerables afectando su salud. Las
condiciones de hacinamiento y de explotación a que están expuestos al llegar a
muchos de los países los hace suceptibles al contagio de las enfermedades
transmisibles: no es que ellos sean intrínsecamente portadores de ellas.
Es
necesario tener una mirada humanitaria en los países de acogida, entendiendo
que la migración puede tributar a la economía de los países receptores,
enriqueciendo su diversidad cultural, aportando la riqueza de costumbres y
talentos. El potencial de talento de la población migrante sobrepasa mucho lo
que se espera, en tanto se trata mayoritariamente de población que produce y
que consume, en pro del desarrollo del país como un todo.
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