Thursday, May 30, 2019

LA INCREÍBLE HISTORIA DE HUGO DELLIEN, EL TENISTA BOLIVIANO QUE VENDÍA HIELO Y AHORA SE CODEA CON FEDERER Y NADAL


"¡Nunca ví tanta plata junta. Es increíble haber llegado hasta acá, como lo hablamos con (el tenista argentino) Topito Lóndero. Pensar que un día fui a retirar plata del cajero y mi saldo era ¡cero! No tenía un peso para seguir viviendo", confiesa Hugo Dellien acerca de su pasado. Es que tras alcanzar la segunda ronda de Roland Garros, se llevó unos 100 mil dólares en premios.
La aparición de un boliviano en el circuito profesional de tenis es una rareza, como el propio Hugo lo reconoce: "Es muy especial y es muy lindo saber que después de muchos años Bolivia puede estar en este tipo de torneos".
Dellien es el primer boliviano en disputar Roland Garros en los últimos 35 años. El último de su país que participó del certamen parisino fue Mario Martínez (que vivía en Estados Unidos y jugó entre 1979 y 1985 y alcanzó el #32 del mundo), quien perdió con Ivan Lendl por 6-1, 6-0 y 6-1, en la segunda ronda del Abierto francés del '84. Los otros dos fueron Eduardo Pancho Gorostiaga (jugó del '68 al '77 y alcanzó el puesto 288 del ranking) y Ramiro Benavides (del '70 al '87, llegó al #124).
Dellien, de 25 años, está entre los mejores 100 tenistas del momento  (Shutterstock)
– ¿Después del Diablo Etcheverry sos la aparición más importante del deporte boliviano?
Hugo se echa para atrás, riendo y respondiendo del mismo modo divertido que tuvo la pregunta. "Tenemos buenos pilotos en el Dakar. Pero yo no pienso en esas cosas, porque yael tenis es un deporte de muchas presiones y no me quiero agregar ninguna más", confieza, para agregar que si él sigue haciendo las cosas bien, "por ahí el deporte boliviano puede llegar a tener un poquito de alza en el tenis y los chicos pueden empezar a creer un poquito más".
El deportista de 25 años nació en la ciudad de Trinidad, cerca de Santa Cruz de la Sierra, en el seno de una familia de clase media alta, "mi padre es arquitecto y mi mamá trabaja en acciones solidarias de la gobernación de Trinidad". Pero hace algunos años su familia se encontró con algunos problemas económicos: "Es por eso que mis padres no pudieron apoyarme en mi carrera. La verdad es que hubo un momento en que la pasamos muy mal y yo no quería regresar a mi casa, porque sentía que iba a ser un gasto más para mi familia".
"En mi ciudad había un club privado en donde se podían hacer diferentes deportes y mis padres me llevaban ahí a modo de guardería, me dejaban a las 2 de la tarde y me retiraban a las 8 de la noche. Era un ambiente familiar en donde jugaba fútbol, tenis y otros deportes", cuenta de su infancia, y recuerda que de a poco le fue gustando más el tenis: "Es un deporte
individual, en el que no dependés de otras personas y yo soy muy competitivo".
Comenzó a destacar desde muy temprano y a los 13 años se fue a vivir a Santa Cruz de la Sierra: "Dejé el colegio, estudié por Internet y me fui a vivir con el entrenador Mauricio Solís, para entrenar más seriamente. Tres años después me aconsejaron ir a Buenos Aires, que es la capital del tenis en Sudamérica". Como no había tradición de tenis en Bolivia, las empresas de su país le daban la espalda a cualquier tipo de auspicio, por lo que Hugo contaba solamente con el apoyo económico de unos familiares de Estados Unidos, un apoyo que terminó en diciembre.
"Me había ido solo a Buenos Aires a buscar algo, sin saber adónde iba a llegar, y se sufre muchísimo. En diciembre, mis familiares dejaron de apoyarme y ya no tenía cómo sostener esos entrenamientos -recuerda el tenista-, así que regresé".
En 2016 abandonó el tenis y comenzó a vivir la vida normal de todo joven: salidas, novias, universidad y socializar mucho más. "Después de dos meses de hacer esa vida, me di cuenta de que había comenzado a subir de peso, a comer mal y a dormir cada vez peor y llegó un momento en el que sentí que estaba haciendo todo mal, que yo no servía para nada", se ríe mientras recuerda esta parte de su historia. Fue entonces cuando se propuso abrir un negocio con algo de plata que había ahorrado.
"Invertí los 15 mil dólares que tenía en una fábrica de cubitos de hielo, que abrí junto a mi papá, en Trinidad. Y no es que el negocio funcionara al día siguiente. Durante dos o tres meses seguí reinvirtiendo en el negocio, pero un día fui a un cajero automático a sacar plata y en mi cuenta no tenía más dinero para nada, ni para comer. Me dio vergüenza volver a vivir con mis padres o pedirles plata, porque ya tenía 20 años".
Dicen que los momentos de crisis son de oportunidad. Acompañó a su hermano Iker a jugar un torneo de tenis y era la primera vez que pisaba un club de tenis en seis meses. "Cuando llego, los chicos se me acercaban para pedirme fotos, autógrafos y la gente me preguntaba por qué había dejado y que estaban esperanzados en que yo llegara. Como yo vivía en Buenos Aires, no sabía de las repercusiones en Bolivia". Para ellos, Hugo era el mejor tenista de Bolivia de la historia. Ese afecto de los chicos lo devolvió a los entrenamientos. Llamó al entrenador argentino Eduardo Médica, que tenía su academia en México, y se fue para allá.
"Pasé Navidad y año nuevo con él y me quedé a entrenar por seis meses. Eduardo no me cobró nada. No tenía ranking y volví de cero. Luego jugué la clasificación de un torneo, gané cuatro partidos, entré al cuadro principal y gané el título (en el camino le ganó a Facundo Argüello y a Auger Aliassime). Con la plata que ganaba en los torneos me fui a Europa a jugar Interclubes, torneos por plata y Futures". A partir de ese momento comenzó a entrenar con Alejandro Fabbri y terminó ganando tres torneos en cinco semanas. En 2018 ganó 2 de los 3 Challengers que disputó en Estados Unidos "y me metí 140 de nuevo".
"Ahora la gente se acerca al club adonde juego y aparecen un par de banderas en la tribuna. Sé que hay muchos chicos pendientes de lo que yo haga, porque Bolivia no está acostumbrado a tener buenos resultados en deporte de alta competencia. No somos un país que tenga muchos títulos. Por eso, estar acá, jugar contra los tenistas más importantes, que se transmita por televisión y que se empiece a hablar de Bolivia es realmente increíble", dice Hugo mientras su orgullo le ahoga la garganta.
– ¿Alguna vez sentiste que te discriminaran, en Argentina, por tu nacionalidad?
– Para nada. Yo vivía en una ciudad de 100.000 habitantes y me vine a una de millones, que vive a otro ritmo. Estoy agradecido con Buenos Aires, con la Argentina y con todos los argentinos, porque un poco de lo que soy se los debo a ellos. Yo sé lo que soy, sé de dónde vengo y sé las cosas que puedo llegar a hacer.
– ¿Un equipo de fútbol?
– Oriente Petrolero
– ¿Un ranking?
– Top Ten
– ¿Un sueño?
– Ganar Roland Garros.
El Tiempo de San Juan (www.tiempodesanjuan.com)






EVO MORALES, EL HOMBRE QUE LE DEVOLVIÓ LA DIGNIDAD A BOLIVIA
                                                                                                                                                                                                            
“Aunque en esos trece años de gobierno hay aciertos y desaciertos, sin ninguna duda él ha cambiado el país”

Las 2 Orillas de Colombia (www.las2orillas.co)
                                                                                     
Los medios de comunicación del mundo últimamente se centran en países y cuestiones como Venezuela, Irán, EE. UU., las elecciones europeas y también las tonterías de Bolsonaro, quien cada dos por tres deja en ridículo a ese país hermoso que es Brasil. Poco se habla de Bolivia, de su progreso y su realidad política. Quizás sea porque a algunos les interesa ocultar los adelantos que allí se han obtenido.
En octubre de este año se realizan nuevamente elecciones generales. Esta vez Evo Morales se enfrenta a un expresidente, el señor Carlos Mesa. Para poder entender cómo se encuentra la campaña y que puede ocurrir en los comicios, tenemos que recordar por lo menos la historia cercana de Bolivia y el fenómeno político que encabezó Evo Morales.
La historia reciente de la democracia boliviana se sitúa por eso de la década del 80 cuando termina por fin la dictadura de los militares, la cual, como todas las dictaduras, se caracterizó por su represión brutal, asesinatos y desapariciones. Por lo tanto, el regreso de las elecciones se hizo en medio del recuerdo de las víctimas, pero también, en el marco de una gran crisis económica.
Desde el regreso de las elecciones todos los presidentes fueron hombres blancos y de familias acomodadas a excepción de Evo Morales en el 2006. Por esto, para referirnos al periodo comprendido entre los 80 y el 2006 es mas preciso hablar de elecciones y no de democracia, pues esta era restringida a una élite dentro de ese 3% de la población que es la que se define blanca.
Ese juego electoral producía como era de esperar cambios de color político en sus gobernantes, principalmente entre el Movimiento Nacionalista Revolucionario MNR y Acción Democrática Nacionalista ADN. Si bien había alguna diferencia, era más lo que tenían en común. Desde el desconocimiento de esa mayoría rural e indígena, hasta las privatizaciones de los recursos del país para entregarlos a extranjeros, siguiendo al pie de la letra la mágica receta económica del FMI y el BM, que solo agudizó las condiciones de miseria y exclusión de la mayoría de la población.
Ante esas condiciones de desamparo, la población respondió por medio de movimientos sociales que cada vez más se manifestaban en contra de las políticas gubernamentales. Hasta que llegó la conocida como “guerra del gas”. Las protestas frente a la tentativa de exportar gas sin antes abastecer la demanda interna inundaron el país. El gobierno reaccionó causando la muerte de alrededor de 65 personas, entre esos un niño de cinco años. A pesar de la represión, el movimiento fue tan fuerte que hizo caer al presidente de entonces Gonzalo Sánchez de Lozada, más conocido como Goni, quien después abandonaría el país llevándose consigo el avión presidencial y maletas llenas de dinero.
Gonzalo Sánchez de Lozada, Goni como aún lo conocen, es una clara muestra de esa élite que mantuvo por años a Bolivia entre los países más atrasados del mundo. Goni a duras penas hablaba español y lo hacía con un acento estadounidense clarísimo. Viendo en retrospectiva es difícil no sentirse estúpido por no advertir a primeras que ese hombre en realidad no sentía aprecio por Bolivia y lo que pretendía era venderlo todo. ¿Pero quién era su vicepresidente? Pues nada más, ni nada menos que Carlos Mesa, el actual contrincante de Evo Morales.
Tras la huida de Goni, asumió mesa la presidencia, aunque después de dos años también se vio forzado a abandonarla. Hoy Carlos Mesa exvicepresidente de Goni se presenta a elecciones y su fórmula a la vicepresidencia es un tal Gustavo Pedraza, quien fuera su ministro de desarrollo, y quien según una investigación de la Asamblea Legislativa se encuentra relacionado con la trama de corrupción internacional Lava Jato y Odebrecht, por recibir sobornos.
Después de este recorrido nos toca hablar de Evo Morales y lo que significó su llegada al poder. Si bien participó en las elecciones a la presidencia en el 2002, el respaldo que obtuvo no fue suficiente para vencer y se ubicó en segundo lugar. Sin embargo, este dirigente sindical del sector campesino y de ascendencia indígena Aymara, no desistió y en las elecciones siguientes, en el 2005 fue elegido presidente con el 53,72% de los votos, superando con gran ventaja a su competidor directo.
Con la llegada de Evo algo empezaba a cambiar. Lo primero que saltó a la vista fue esa mayoría de ascendencia indígena y mestiza que era subvalorada y silenciada. Con el paso del tiempo y producto de la aplicación de las políticas del gobierno muchas cosas más han ido mejorando, al punto que el electorado lo ha mantenido desde entonces al frente del gobierno.
En esos trece años de gobierno hay aciertos y desaciertos, pero sin ninguna duda él ha cambiado el país. La pobreza se ha reducido drásticamente, y así lo reconocen organismos internacionales. Después de ser el país más atrasado de América Latina, hoy tiene la tasa de desempleo más baja con un 4,48%. Además de ser en los últimos años el líder de Suramérica en cuanto a crecimiento del PIB se refiere. Quizás sea por ese éxito económico que muchos no hablan o no quieren hablar de Bolivia.
Ahora bien, tras trece años de gobierno el desgaste es muy alto, y por eso se entiende que aparezca ahora un competidor que según sondeos de opinión se encuentra cerca en intención de voto a Evo Morales. Sinceramente creo que el hecho de tener esa disputa electoral es un claro síntoma de salud democrática. Aunque también creo que Evo volverá a ganar, pues la otra opción es volver a las políticas apátridas.
Si bien hay muchas cosas que mejorar, seguramente Evo ganará en octubre y hay una razón simple y por lo simple fuerte. Este le devolvió la dignidad a su pueblo. El mestizo, el indígena, el afroboliviano y el blanco se reconocieron como ese pueblo plurinacional que constituye lo que es Bolivia y están dispuestos a trillar su propio camino.





BOLIVIA NO DESCARTA ABASTECER DE GAS NATURAL AL SUR DEL PERÚ CON SU GASODUCTO A ILO

Viceministro boliviano, Carlos Quispe, considera que proyecto de gasoducto boliviano "no necesariamente" servirá para la exportación. Este también podría abastecer la demanda de las regiones peruanas por las que transite.

Gestión de Perú (www.gestion.pe)

La posibilidad de una integración energética entre Perú y Bolivia parece estar cada vez más cerca. Con la pronta adjudicación del proyecto siete regiones y ante el retraso del Gasoducto Sur Peruano (GSP), el viceministro de Desarrollo Hidrocarburífero de Bolivia, Carlos Quispe, consideró viable que su país pueda abastecer de gas natural a las regiones del sur del Perú.
Bolivia, país cuya economía se basa en la explotación de hidrocarburos, planteará a Perú la posibilidad de construir un gasoducto desde su país hasta el puerto moqueguano de Ilo. También planteará la construcción de una planta de licuefacción en la ciudad. El objetivo de ambos proyectos es exportar su gas a China e India por el Pacífico.
Sin embargo, el viceministro boliviano Carlos Quispe, en conversación con Gestión.pe, indicó que este proyecto de gasoducto "no necesariamente" servirá solo para la exportación. Este gasoducto también podría atender la demanda de las regiones peruanas por donde transite.
"Si nosotros tuviésemos en el Puerto de Ilo nuestra planta de GNL y tuviésemos un gasoducto, en el trayecto de ese gasoducto -si existe demanda de la población, industrias y residencias- es mucho más fácil de atenderlas. Eso pasa por una serie de normas que hay que cumplir. El interés nuestro está. Queremos abrir el mercado del Pacífico para realizar la exportación", dijo Quispe a Gestión.pe.
El viceministro boliviano aclaró que su país, a través de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), será muy respetuosa de la regulación y que, además, los proyectos de gasoducto y planta de licuefacción "aún se encuentran en estudios". Este será uno de los puntos que discutirán los presidentes Evo Morales y Martín Vizcarra en el próximo gabinete binacional, que se realizaría en la segunda quincena de junio.
Esta posibilidad es independiente de que YPFB pueda adjudicarse el proyecto siete regiones, para construir las redes de gas en la zona centro y sur del Perú. El proyecto siete regiones contempla el suministro de gas natural a través de un gasoducto virtual (camiones), mientras que el gasoducto que se planea construir hasta Ilo sería un gasoducto físico, que podría tener redes de distribución.
"Tenemos conocimiento de que los gobernadores de las regiones del sur se han acercado a Bolivia para expresar su interés de recibir gas boliviano. Nosotros, producto de la integración y de poder cooperar entre nosotros, queremos hacerlo en respeto a la normativa peruana", comentó Quispe.
¿Una planta de licuefacción para Perú y Bolivia?
Para lograr exportar el gas natural, Bolivia planea construir una planta de licuefacción en Ilo. Esta planta servirá para que el gas pueda cambiar de estado gaseoso a estado líquido y así ser transportado por vía marítima.
Para Aurelio Ochoa, consultor energético y expresidente de Perupetro, uno de los temas que deberían tocarse entre los acuerdos de ambos países es la posibilidad de que dicha planta de licuefacción pueda ser utilizada tanto por Bolivia como también Perú.
Teniendo en cuenta que el Gasoducto Sur Peruano (GSP) también terminaría en Ilo, serían dos gasoductos (junto al boliviano) los que desembocarían en el puerto moqueguano. Por lo tanto, al haber abundancia de gas en la zona, Perú debería también poder utilizar dicha planta para licuefactar su gas y poder exportarlo o transportarlo en camiones para abastecer el mercado interno.
"Por cuestiones de escala, resultaría mucho más económico para ambos (Perú y Bolivia) porque tarde o temprano Perú también realizará su gasoducto. Sería bueno que al gabinete binacional nosotros vayamos con la idea de que la planta de licuefacción que vayan a hacer se consideren los dos gasoductos. Si se consideran dos gasoductos, la escala podría hacer que cueste menos. (Habría que decirle a Bolivia:)Considera la capacidad del doble de lo que tú has previsto, es decir, para dos gasoductos. Eso sería ideal plantear", mencionó.
Aunque la producción de gas natural peruano que vaya a transitar por el GSP ya tendría un mercado por atender -termoeléctricas, industrias y redes domiciliarias-, Ochoa considera que esa posibilidad debe permanecer abierta ante eventuales nuevas reservas de gas peruano que permitan destinarlo para la exportación.
"Las reservas que tenemos disponibles alcanzarían con las justas para poder utilizarlas en el sur. En el futuro es probable que encontremos mucho más gas y nos permita exportar el remanente y ahí si utilizaríamos esta planta de licuefacción que se construiría en Ilo", mencionó el experto en conversación con Gestión.pe.





OPCIONES SOBRE LA MESA

La necesidad de una autoridad nacional del gas.

La República de Perú (www.larepublica.pe)
                                                                               
En el marco de la XIX Reunión del Consejo Presidencial Andino, se esperaba el diálogo entre el presidente de Perú, Martín Vizcarra, y el de Bolivia, Evo Morales, sobre la importación de gas natural desde Bolivia al Perú, particularmente a Puno. No han trascendido estas conservaciones y solo se tiene la Declaración Conjunta del evento de la Comunidad Andina en la que el bloque regional se compromete a fortalecer el comercio, interconexión energética y desarrollo de tecnología, entre otras iniciativas.
Lo primero que debe indicarse es que la idea inicial sobre que el gas boliviano para Puno estará listo en 8 meses, como lo señaló en enero el gobernador de esa región Walter Aduviri, no será posible, como resultado de un fast track binacional que permita rápidamente tender un ducto desde Desaguadero hasta Juliaca.
Se ha señalado, asimismo, que el gasoducto del sur y el gas boliviano son proyectos concurrentes, aunque bajo la seguridad de que una nueva licitación del gasoducto extenderá la demora hasta el año 2025 mientras persiste la expectativa del sur por el uso del gas, lo que hace muy probable una negociación previa para la importación de gas boliviano antes que la construcción de un ducto con el hermano país.
En medio de esta discusión sobre costos y plazos, el esquema de gas boliviano ha tenido sus primeras críticas y no necesariamente desde el lado técnico. El sector fujimorista de la diplomacia peruana cree que se propicia una indeseable dependencia energética con ventaja para un país que es factor crítico –no llegan a decir incómodo– de los intereses geopolíticos del país. Curiosamente, es el mismo sector que sugiere o aplaude la inversión en el Perú de otros países, inclusive en áreas sensibles.
La reacción más destemplada ha provenido, coincidentemente, del vocero de Fuerza Popular en el Congreso, Carlos Tubino, que ha señalado que Bolivia nos ofrece “lo que tenemos en abundancia en Camisea”, que “nos hipotequemos a los vecinos” y que, por tanto, deberíamos rechazar la oferta boliviana.
En este punto del debate, es necesario la mayor transparencia de las autoridades. Es cierto que no tienen asidero los prejuicios ideológicos contra el gas boliviano, pero se precisa alcanzar una propuesta integral que no deje sin gas al sur del país, ampliando el abanico de las opciones, sin descartar ninguna, incluyendo la importación, el subsidio para el consumo domiciliario, el encadenamiento de ductos de ambos proyectos si fuese necesario, potenciados con la creación de una autoridad nacional del gas.





LA CURIOSA HISTORIA DE UN BOLIVIANO QUE MURIÓ PELEANDO POR CHILE

La Prensa Austral de Chile (www.laprensaaustral.cl)
                                   
El combate naval de Iquique está lleno de actos heroicos, pero también está repleto de curiosidades que se han dio conociendo poco a poco con el paso del tiempo. Es que está desigual batalla no sólo sirvió para encender los ánimos y el patriotismo de toda una nación, sirvió también para mostrar el arrojo sin igual de este grupo de marinos chilenos.
Como se sabe, a bordo de la Esmeralda había varios marinos extranjeros y, además, se sabe que varios de ellos eran apenas unos niños. Cortos en edad y en estatura, pero grandes en valentía y amor a este suelo, ese día 21 de mayo entregaron sus vidas a la patria y por la patria.
Al amanecer del 21 de mayo de 1879 había a bordo de la corbeta Esmeralda un crecido número de grumetes, muchos de los cuales tenían quince, catorce o trece años de edad e incluso menos. Según la nómina oficial de la tripulación de la corbeta chilena, aquel día había a bordo treinta y cuatro grumetes, de los cuales sólo salvaron con vida cinco del combate contra el blindado Huáscar. Eran los grumetes Adrián Guzmán, Zacarías Bustos, Manuel Concha, Wenceslao Vargas y Mercedes Alvarez.
Sin embargo, también se habría salvado milagrosamente el grumete Emilio Amigo, con lo cual el presunto número de grumetes sobrevivientes se elevaría a seis.
Sus muertes no fueron en vano
Una casualidad fue, por ejemplo, que mientras Luis Uribe combatía en Iquique, ese mismo día fallecía su madre en Chile. Ella murió ese 21 de mayo y no alcanzó a saber del combate en que participó su hijo héroe. Es que la noticia de la refriega recién se difundió el 24 en Chile.
Otro caso. Una madre de un marino chileno llegó hasta Iquique a bordo de un buque inglés para estar cerca de su hijo, grumete de la Esmeralda. Lógicamente no veía los pormenores de la batalla. Pero así esta mujer se sentía cerca de él y presenció el feroz combate desde la playa y más tarde supo que su hijo había muerto. Duro y triste.
Algunos padres de grumetes y marinos, cuando supieron del fallecimiento de sus hijos en el combate, buscaron venganza. Quisieron honrar la muerte de sus hijos sumándose a las Fuerzas Armadas chilenas. Fue así como varios de ellos se enrolaron en el Ejército o en la Armada de Chile y entraron en la guerra en memoria de sus familiares fallecidos, de modo que sus muertes no fueran en vano.
Algo más increíble todavía. En la tripulación de la Esmeralda había varios extranjeros. Eso lo saben todos. ¿Pero sabía que había un boliviano y un peruano a bordo de la Esmeralda? Es más, el peruano había nacido en Iquique. Ambos habían emigrado a Chile buscando mejores horizontes. Acá formaron familias y, cuando se declaró la guerra, se enrolaron para pelear por su patria de adopción. Ambos, el boliviano y el peruano, murieron ese 21 de mayo peleando por Chile.
El boliviano se llamaba Samuel Machicao y había contraído matrimonio dos años antes, en 1877, con una agraciada jovencita de origen chilote de 15 años llamada Elvira Suárez.
El peruano se llamaba Juan de Dios Pradenas y se había casado en 1876. Lo más curioso es que había nacido en Iquique, es decir, en territorio peruano en ese entonces.
El tercer abordaje
Por otro lado, la historia oficial señala que hubo dos abordajes. Uno en cada uno de los dos primeros espolonazos del acorazado Huáscar. Pero que en el tercer espolonazo la tripulación dijo «no va más». Hoy se sabe que también hubo un abordaje en el tercer espolonazo, oportunidad donde saltaron al Huáscar dos marinos. Uno de ellos fue el timonel Eduardo Cornelio Cornelius, de nacionalidad noruega. En el libro La Dotación Inmortal se señala que «al producirse el tercer espolonazo, la nave chilena ya no tenía gobierno y Cornelius saltó sobre la cubierta del monitor Huáscar, donde encontró al teniente Serrano aún vivo y medio recostado a causa de sus heridas». Cornelius sobrevivió al combate y posteriormente quedó prisionero en el Huáscar.
En septiembre de 1881 la Armada le solicitó por escrito el relato de esta gesta heroica. Posteriormente recibió los honores y condecoraciones correspondientes a su calidad de héroe.
Por último, conozcamos parte de la carta con que la madre del marinero segundo José del Carmen Núñez tramitó la pensión de gracia que se le dio a los deudos de aquellos que murieron ese día:
«No llego hasta V.E. lamentando la muerte de mi hijo porque entonces dejaría de ser chilena, sino sobrellevando resignada y serena mi desgracia. El murió batiéndose, murió glorioso en aquel cruento combate jamás nunca habido otro igual en los mares del universo, cuya muerte, por haber tenido lugar en él, ha mitigado en mucho el dolor de madre por su pérdida».
Extranjeros a bordo de la Esmeralda
Ingeniero Eduardo Hyatt – EE.UU., muerto.
Marinero Charles Moore – EE.UU.
Contramaestre Constantino Micalvi – griego.
Capitán de Altos Demetrio Jorje – griego.
Fogonero Pedro Estamatópoli – griego.
Capitán de Altos Evangelio Bono – griego.
2º Contramaestre Francisco Mattos – portugués, muerto.
Grumete Samuel Machicao – boliviano, muerto.
Marinero John Lassen – belga, muerto.
Fogonero Alejandro Horvath – alemán, muerto.
Capitán de Altos George Fougoud – británico, muerto.
Timonel Eduardo Cornelius – noruego.
Fogonero Rosso Bartolomeo – italiano.





RESTAURA GOBIERNO DE BOLIVIA TORRES FÚNEBRES PRECOLOMBINAS

La Vanguardia de México (www.vanguardia.com.mx)
                                                 
Un conjunto de 11 chullpares o torres fúnebres fue restaurado en el altiplano de Bolivia para rescatar este legado de la cultura aimara, que sobrevive al paso de los siglos y a los saqueos.
Las autoridades bolivianas presentaron ayer la restauración de estos recintos fúnebres andinos propios de la cultura aimara del primer milenio después de Cristo, que articulan la historia y la espiritualidad de tres comunidades del altiplano del país.
El gran espacio que ocupan estos recintos fúnebres, que datan de entre el 1000 y el 1470 está ubicado en el altiplano norte de Bolivia, a unos 130 kilómetros al sur de La Paz, en el municipio de Umala.
El epicentro es el yacimiento arqueológico Huayllani-Cóndor Amaya, que en aimara significa sitio de paja en el que el cóndor ha muerto.
En la extensión del recorrido son visibles una enormes estructuras de barro y piedra, generalmente cuadrangulares, dentro de las que existe una bóveda en la que antiguamente se colocaban encogidos los restos humanos.
Las chullpas, cuyo concepto se asemeja a las pirámides egipcias, son la “materialización de la espiritualidad que existía en el inicio del pueblo aimara”, aseguró la especialista en conservación patrimonial y encargada del proyecto, la griega Irene Delaveris, durante la entrega de la restauración.





LA REFLEXIÓN DE JUAN CRUZ KOMAR SOBRE LA DISCRIMINACIÓN A LOS BOLIVIANOS
                                                                                                                                                         
El jugador de Talleres compartió una experiencia en su viaje de vacaciones por Latinoamérica. "Decir boliviano despectivamente te define", analizó.

El Doce de Argentina (www.eldoce.tv/deportes)
                                                                                   
Juan Cruz Komar no sólo es conocido por ser uno de los pilares de la zaga defensiva de Talleres.
También es alguien que es muy seguido en redes por su actividad paralela a la de futbolista y que muestra su conciencia social y disposición a colaborar con todo tipo de causas benéficas.
Este martes, se ha viralizado una reflexión que ha realizado en la red social Instagram, vinculada con el pueblo boliviano y cómo los oriundos de ese pueblo son tratados en Argentina por mucha gente de manera despectiva al referirse a su nacionalidad.
Komar estuvo de vacaciones en ese país y fue alojado por Joaquín, quien lo recibió junto con su familia.
Esta fue la reflexión del defensor de la T sobre aquellos que consideran un insulto decirle a alguien “boliviano”
Quiero hacer esta publicación para que quienes se interesen y la lean puedan cuestionarse sus cotidianos actos xenófobos y racistas con los bolivianos. En mi estadía en La Paz fui hospedado por Joaquin, un local.
Un tipo lleno de hospitalidad, amabilidad, empatía y humanidad. Y pasar tiempo con él, con sus amigos y con su familia hacen que realmente me duela, y me duela profundamente, escuchar discriminaciones hacia su nacionalidad.
Boliviano no es un insulto. Boliviano es un gentilicio. Y es un gentilicio que incluye a Joaquin y a todas las increíbles personas que conocí por estas alturas.
Decir boliviano despectivamente te define, y te define además de cómo un racista, como un ignorante lleno de aires de grandeza y superioridad. Por todo esto pensa antes de decirlo (o cantarlo) naturalmente.





EL TRUMPISMO, CAOS Y BALCANIZACIÓN DE LATINOAMÉRICA

Alainet de Argentina (www.alainet.org/es)
                                                                            
De la mano de gobiernos de ultraderecha y coincidiendo con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, resurgieron en América latina el neofascismo, la xenofobia, la misoginia, la homofobia y el racismo, tras dos décadas de experiencias progresistas en varios países, que colaboraron para este retorno con su reticencia a realizar cambios estructurales y aferrarse a los preceptos de la democracia burguesa.
En las últimas siete décadas nunca Argentina, Chile y Brasil estuvieron gobernados por la derecha al mismo tiempo. Hoy, en cambio, una derecha elegida por los votos se ha asentado en el poder no solo en estos tres países, sino también en Paraguay, Colombia, Perú, Ecuador y en Centroamérica. Ya no hicieron falta tanques, metralletas, torturas, muertos ni desaparecidos, como hace casi siete décadas atrás.
Pero estas derechas han sido ineficientes al desarrollar el libreto trazado por Washington y apenas logran levantar la mano cuando el guion así lo expresa. Estos gobiernos –algunos de los cuales reivindican las dictaduras militares y los genocidios- estén alineados totalmente con la geopolítica de Trump, EEUU y/o la OTAN, y también con la regresión en los salarios, en las condiciones de empleo y beneficios de los trabajadores y de los sectores de menores recursos, en la privatización de las jubilaciones y pensiones, en la imposición de las políticas del Fondo Monetario Internacional (shock y endeudamiento condicionante de futuro).
La percepción insertada en los imaginarios colectivos de que mesiánicos candidatos ajenos a la política pueden combatir la corrupción y la inseguridad –los dos caballitos de batalla electoral de la derecha-, marcan, también, la crisis de la democracia al estilo occidental y cristiano. Me abstengo de usar la clasificación de “derecha populista”, pues pareciera tener como fin a hacer olvidar a los grandes movimientos de la región (Cárdenas, Vargas, Perón) y su preocupación por la soberanía de las naciones y la redistribución de la riqueza.
La insistente estrategia del trumpismo es la de fracturar definitivamente el territorio latinoamericano-caribeño incluyendo sus esfuerzos –hoy bastante exitosos- de terminar con los procesos de integración soberanos de la región, como Mercosur, Unasur y la Celac; crear la desestabilización y el caos en cada uno de los países, balcanizar la región, para garantizar el control total de su “patio trasero”.
Pero para los latinoamericanos Donald Trump no es un tipo simpático, a quien querer o admirar. Es el prototipo del arrogante, pedante, autoritario multimillonario que le pisa la cabeza a todos para lograr sus objetivos. Es un hombre de temer, es el del garrote.
Hoy una idea -autoritaria, disciplinante, invariablemente defensora del empresariado- del “orden” que define la perspectiva de la derecha. A los principios conservadores de religión, tradición y jerarquía; se suma la defensa del libre mercado, la defenestración de los modelos de integración regional, el control social, la destrucción del estado de bienestar, con el uso permanente de los falsos mensajes desde los medios masivos, llenos de violencia y con la alarma del terrorismo o del comunismo, contra todo aquello que signifique pensar, con fuertes brotes xenofóbicos, homofóbicos, misóginos.
El escritor mexicano Octavio Paz denunciaba que “la derecha no tiene ideas, sino sólo intereses”, que muchas veces ni son los propios. Para ser de derecha hoy ni siquiera hay que pensar, sino seguir los dictados de la guerra psicológica y neurológica (de quinta generación) a través de los medios masivos de comunicación y de las llamadas redes digitales: asumir como ciertas (como en cualquier credo) las mentiras y la información que se irradia desde las usinas del pensamiento capitalista y dejarse llevar por la ola.
Pero el resurgimiento de la derecha en Latinoamérica tiene que ver con una derrota política de los gobiernos progresistas de los últimos tres lustros en la región y con su abstención de realizar cambios estructurales en sus países, pero, sobre todo con una derrota cultural. Ya no se habla –al menos desde el poder- de igualdad, justicia social y de sociedades de derechos, ni del “buen vivir”, de democratización de la comunicación, de democracia participativa.
La guerra cultural del capitalismo actual pretende compensar la desaparición de su gran promesa abstracta de progreso, desarrollo y buen gobierno; y fuerza a aceptar el despojo de la mayoría de las conquistas sociales y políticas logradas; y prevenir o desmontar todas las resistencias y protestas mediante el control social. Y cuando éste no funciona por las buenas, aplican el plan b, su control militar.
Esta guerra cultural se propone que todos, en todas partes acepten el orden que impone el capitalismo como la única manera en que es posible vivir la vida cotidiana, la vida ciudadana y las relaciones internacionales. El imperialismo cultural ha desempeñado un papel fundamental en prevenir e impedir que individuos explotados y alienados respondiesen colectivamente a sus condiciones cada vez más deterioradas. Su mayor victoria no es sólo la obtención de beneficios materiales, sino su conquista del espacio interior de la conciencia a través de los medios de comunicación de masas, primero, y de las llamadas redes digitales.
El conservadurismo cultural latinoamericano argumenta que los valores tradicionales se están perdiendo frente a lo que denominan “ideología de género”, una etiqueta vaga donde arrojan todo lo que rechazan: el movimiento feminista, los derechos reproductivos de la mujer, el matrimonio igualitario, que atribuyen a una alianza internacional que incluye a las Naciones Unidas, fundaciones filantrópicas occidentales y organizaciones que operan a nivel nacional con el objetivo de filtrar prácticas extranjeras. Además de comunistas y fundamentalistas árabes, claro.
Imponen sus políticas neoliberales, que acrecienta el desempleo de personal no calificado, calificado y especializado y el surgimiento de la generación que no tiene educación, ni trabajo, ni futuro, mientras se verifica la destrucción o el debilitamiento de las antiguas organizaciones populares y la criminalización de las que representan a los ciudadanos, empleados, trabajadores y campesinos junto a la mutilación política, moral, social, cultural, económica de los partidos políticos, convertidos en meros instrumentos para obtener empleos de elección popular.
La desestructuración intelectual, política y moral es el mayor estrago que causa la guerra financiera del neoliberalismo globalizador del cual Trump es paladín, que lleva a que las protestas y resistencias de la población a fragmentarse en luchas sectoriales y coyunturales. Tampoco existe un movimiento o una articulación internacional, una vanguardia, una solidaridad internacional.
La exaltación del individuo, la fragmentación de las familias y las sociedades, la conversión de los trabajadores en consumidores, y la religión del dios Dinero y sus tarjetas de crédito, que transforma a individuos, empresas y Estados en esclavos de la deuda, son algunos de los efectos del capitalismo cultural y financiero.
El gobierno de Trump, junto a las elites económicas locales, está empeñado en terminar con la política externa independiente de nuestros países y con los procesos de integración, de destruir la memoria histórica de los pueblos, tienen como fin privatizar (entregar a las empresas trasnacionales) los recursos naturales, las empresas estatales y los bancos públicos financieramente rentables, además de vender las tierras a individuos y empresas extranjeros, comprometiendo la producción de alimentos, la soberanía alimentaria y el control sobre las aguas.
Preparando el desembarco ultraderechista
La internacional capitalista, movilizada y generosamente financiada por el movimiento libertario de extrema derecha (libertarians en inglés) que funciona a través de un inmenso conglomerado de fundaciones, institutos, ONGs, centros y sociedades unidos entre sí por hilos poco detectables, entre los que se destaca la Atlas Economic Research Foundation, o la “Red Atlas”, que ayudó a alterar el poder político en diversos países como extensión tácita de la política exterior de EEUU.
Los think tanks asociados a la Red Atlas son financiados por el Departamento de Estado y la National Endowment for Democracy (Fundación Nacional para la Democracia – NED), brazo crucial del softpower estadounidense y directamente patrocinada por los hermanos Koch, poderosos billonarios ultraconservadores. Entidades públicas funcionan como centros de operación y despliegue de líneas y fondos como la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF), Freedom House y la Agencia del Desarrollo Internacional de Estados Unidos (Usaid), que reparten directrices y recursos a la ultraderecha latinoamericana, a cambio de resultados concretos en la guerra asimétrica en la que participan.
La Red Atlas cuenta con 450 fundaciones, ONGs y grupos de reflexión y presión, con un presupuesto operativo de diez millones de dólares, aportados por sus fundaciones “benéficas, sin fines de lucro” asociadas, que apoyaron, entre otras al Movimento Brasil Livre y a organizaciones que participaron de la ofensiva en Argentina, como las fundaciones Creer y Crecer y Pensar, un think tank de Atlas que se incorporó al partido (Propuesta Republicana, PRO) creado por Mauricio Macri; a las fuerzas de oposición en Venezuela y al derechista presidente chileno, Sebastián Piñera. 
La Red Atlas tiene trece entidades afiliadas en Brasil, doce en Argentina, once en Chile, ocho en Perú, cinco en México y Costa Rica, cuatro en Uruguay, Venezuela, Bolivia y Guatemala, dos en República Dominicana, Ecuador y El Salvador, y una en Colombia, Panamá, Bahamas, Jamaica y Honduras. La extrema derecha “moderna” es el movimiento libertario que hoy navega con pabellón republicano, y que tiene en la Red Atlas a su principal propulsor en América Latina. 
La administración Trump está repleta de ex alumnos de grupos relacionados con Atlas y amigos de la red como Sebastian Gorka, el asesor islamofóbico de contraterrorismo de Trump, la secretaria de Educación Betsy Devos lideró el Acton Institute, un grupo de reflexión de Michigan que desarrollaba argumentos religiosos a favor de las políticas de ultraderecha, pero la figura principal del entramado es Judy Shelton, economista y miembro principal de la Red Atlas, quien se hizo cargo de la NED, tras ser consejera de la campaña de Trump. 
Balcanizar para dominar
La balcanización de Latinoamérica es un rasgo característico de la actual geopolítica en disputa, aunque sus antecedentes vengan desde la época colonial (dividir para reinar), con el genocidio humano y cultural. Washington está forzando a cambiar la lógica de inserción, provocando un reordenamiento geopolítico en Latinoamérica, viraje que será determinante en unos años cuando se visualice mejor cómo la región se transforma no sólo al interior sino también en su relación con el exterior.
El gobierno de Trump usa todas las armas de una guerra híbrida y multidimensional, que van desde la amenaza de intervención armada, pasando por una guerra psicológica permanente por medios masivos de comunicación trasnacionales y las llamadas redes digitales, hasta el chantaje de condicionar préstamos crediticios de los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo al seguimiento estrictos de sus deseos políticos.
Como botón de prueba, el vicepresidente Mike Pence presionó al mandatario ecuatoriano Lenín Moreno para atacar a Venezuela; acabar con la integración sudamericana, y entregar al fundador de WikiLeaks Julian Assange, a cambio de un mísero préstamo del Fondo Monetario Internacional.
Hoy Washington trabaja en la balcanización de Venezuela. Intenta desmembrar a los estados fronterizos de Táchira y/o Zulia de Venezuela para formar una nueva republiqueta. No se puede olvidar que Panamá era territorio de Colombia y que Estados Unidos desmembró ese territorio en 1903 para formar una nueva República. La teoría de la balcanización sigue estando presente en la mente del imperio.
Los planes y estrategias de balcanización están en el menú de opciones de la guerra híbrida y multidireccional de Estados Unidos. Por ello, las próximas elecciones en Uruguay, Argentina y Bolivia son fundamentales para, al menos, ponerle coto a la política imperial estadounidense.





AREQUIPA: INCAUTAN MÁS DE 50 KILOS DE DROGA EN LA PANAMERICANA SUR

Agentes de la División Antidrogas de la Policía Nacional intervinieron un vehículo que transportaba la ilegal mercancía con destino a Bolivia

El Comercio de Perú (www.elcomercio.pe)

La Policía Nacional incautó 51 kilos de clorhidrato de cocaína que estaba al interior de un vehículo que transitaba por el kilómetro 711 de la carretera Panamericana Sur, a la altura del peaje Atico, en la región Arequipa.
Los agentes de la División Antidrogas de la Policía Nacional intervinieron al conductor del auto identificado como Vicente Isla Gómez (40), quien transportaba la ilegal mercancía con destino a Bolivia.
El coronel PNP Carlos Urbina, jefe de la Depincri Arequipa, informó que el chofer fue trasladado hasta la sede la Policía Antidrogas y se dio aviso al Ministerio Público para proceder con la investigación correspondiente.
Según las autoridades la droga está valorizada en medio millón de soles en el mercado nacional. En lo que va del año la Policía Nacional ha logrado incautar casi media tonelada de droga en el país.

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