Thursday, October 10, 2019

BINOMIO EVO MORALES-ÁLVARO GARCÍA LINERA, EL FUTURO SEGURO DE BOLIVIA


El gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) de Bolivia apostó nuevamente al binomio del presidente Evo Morales, y el vicepresidente Álvaro García Linera, para consolidar el futuro seguro del país en las próximas elecciones generales.
Morales, quien lidera la nación andino amazónica de forma ininterrumpida desde 2006, proviene de una familia humilde de ascendencia indígena, comenzó su carrera en el sindicalismo cocalero en la década de los años 80 y fue en varias ocasiones fue detenido y víctima de la represión.
Posteriormente, como diputado del MAS a partir de 1997 trazó una política que hasta la actualidad ha impulsado las principales transformaciones económicas y sociales en un país que estaba abrumado por deudas, hiperinflación, privatizaciones de empresas públicas, altos índices de analfabetismo y extrema pobreza.
Con su triunfo electoral en 2005 con el 53,74 por ciento de los votos se convirtió en el primer presidente indígena de la historia de Bolivia y, con la Constitución de 2009, plasmó principios como el de un Estado Plurinacional, el respeto a la diversidad étnica y a las minorías, la soberanía sobre los recursos naturales y una explotación de la tierra más equitativa y justa.
Asimismo, estableció un Modelo Económico Social Comunitario Productivo que prioriza la inversión pública y dinamiza el mercado interno, principales factores de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) que, al cierre de 2018, creció un 4,8 por ciento, mientras que el de Latinoamérica fue del 2,5 por ciento.
Morales ganó cuatro años después con el 64,22 por ciento y en 2014 obtendría un apoyo del 61,43 por ciento.
La reducción de la extrema pobreza, las desigualdades sociales, la nacionalización de los recursos naturales y de las empresas estratégicas han caracterizado los tres mandatos del jefe de Estado boliviano, así como la redistribución de las riquezas que actualmente sustentan los bonos sociales y las rentas para beneficio de los sectores más vulnerables.
Como compañero de fórmula política, el vicepresidente Álvaro García Linera, cuenta con una trayectoria también basada en la lucha por los derechos de los pueblos indígenas y de las clases obreras, y se autodefine como 'marxista clásico'.
Sus estudios de matemática lo llevaron a México en 1981 donde forjó su pensamiento revolucionario gracias al influjo de las guerrillas indígenas campesinas de El Salvador, Guatemala y por el movimiento nicaragüense.
Al regresar a Bolivia en 1985 comenzó a visitar comunidades indígenas y centros mineros, oportunidad donde conoce al entonces dirigente cocalero Evo Morales, y posteriormente formó parte de la fundación del Ejército Guerrillero Túpac Katari (EGTK), cuyo objetivo era apoyar la insurgencia indígena.
Por sus actividades sufrió prisión en 1992 y cinco años después liberado y se mantuvo activo como defensor de los movimientos sociales.
En 2005, Evo Morales lo invitó a presentarse junto a él como candidato a la Vicepresidencia, en las elecciones generales de diciembre.
'Asumí la responsabilidad por defecto. Desde la adolescencia me imaginaba como un subversivo más, o sea pelear y morirme en la lucha por un gobierno indígena, que soñé desde mis 18 años. Ser ante todo uno de los ladrillos para construir esa sublevación', declaró García Linera.
El 18 de diciembre de ese año fue proclamado el primer gobierno indígena de Bolivia y 13 años después, apuesta por un programa denominado Agenda del Bicentenario que busca consolidar los logros alcanzados.
El binomio Evo Morales- Álvaro García Linera es la propuesta electoral del oficialismo, que lidera las intenciones de voto con vista a los comicios del 20 de octubre próximo, donde los movimientos campesinos, indígenas, obreros y otros sectores por años marginados durante el neoliberalismo buscan asegurar con sus votos un futuro seguro para las nuevas generaciones. Prensa Latina de Cuba (www.prensa-latina.cu)





                                                                                                             
El capitalismo dependiente boliviano ha sorprendido a muchas y muchos observadores. Suele presentarse como ‘modelo’ en términos de política macroeconómica. El propio Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elogiado la gestión económica del gobierno de Evo Morales que ha garantizado más de una década de crecimiento económico por encima de la media mundial.

Marcha Org. De Argentina (www.marcha.org.ar)
                                                                                            
Estas valoraciones se presentan como contradictorias con la radicalidad política que dimana del proyecto político nacido de las Guerras del Agua y el Gas, plasmado luego en el nuevo Estado Plurinacional de Bolivia y la proyección del capitalismo andino-amazónico. El llamado “modelo económico social, comunitario y productivo” pretende expresarse constitucionalmente en la llamada ‘economía plural’ y se apoyó en la recuperación parcial del control estatal de los recursos naturales y de las empresas públicas, junto con la liberalización del comercio, la desregulación y liberalización del sector financiero y el mercado laboral. Esto fue complementado con un proceso de redistribución de ingresos desde sectores apropiadores de renta del suelo (en especial, el sector hidrocarburífero exportador) hacia sectores generadores de empleo. La tasa de desocupación bajó a menos de 5% tanto para varones como para mujeres, mientras que los salarios mínimos subieron sustancialmente a lo largo de una década.
Junto al buen ritmo de crecimiento del PIB, otra característica relevante del modelo boliviano es su bajo nivel de inflación comparado con otras economías de la región, por debajo del 7% anual desde 2012. Cabe recordar que esta tendencia a la baja se dio incluso en un contexto de aumento del salario real, pero de fijación del tipo de cambio nominal. En este mismo sentido, se habla de una bolivianización del sistema financiero: mientras hacia 2000 el 95% de los depósitos bancarios eran en dólares y sólo el 3% de los créditos otorgados eran en moneda nacional, eso ha cambiado radicalmente. Hoy, 97% del crédito interno es en Bolivianos mientras 84% de los depósitos son en moneda nacional.
El Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia creció́ durante el Gobierno de Evo Morales (periodo 2006-2017) un 78% a precios constantes, un 27% más que los doce años previos, con un crecimiento promedio anual de 4,9%. Este proceso apenas se desaceleró a partir del comienzo de la crisis en el centro capitalista en 2008 y su impacto negativo en los precios internacionales de mercancías de exportación (commodities).
Ese proceso de crecimiento fue sostenido fundamentalmente con la expansión de la producción hidrocarburífera y minera que pasó de representar un 8% del PBI en los primeros años del ciclo masista hasta llegar al 20% del PBI en 2012, decreciendo luego hasta alcanzar un 13% en 2017. Ese proceso fue acompañado por un crecimiento acelerado del gasto público, tanto en transferencias como -sobre todo- en inversiones en infraestructura: de conjunto, la administración pública pasó de representar un 5% del PBI, a expresar el 18,8% en los últimos años. En 2017, por primera vez en más de una década, la inversión pública se contrajo.
Es en este plano que la política fiscal del gobierno boliviano ha mostrado una consistente tendencia contracíclica, sosteniendo el mercado interno. Entre 2006 y 2013 el Estado mantuvo un superávit fiscal, mientras a partir de allí -en el marco de la caída en los términos de intercambio- ese indicador pasó a un sostenido déficit. El gasto público ha sido el motor del dinamismo del modelo boliviano, en contraposición con la etapa previa y con la experiencia reciente de la mayoría de los países de América del Sur. Sin embargo, la inversión pública ha mostrado una tendencia decreciente y el interrogante que surge es si es probable que continúe esta tendencia en los próximos años. Hacia 2018 y 2019 la economía boliviana recupera sus bríos a partir de una cierta mejora en los precios internacionales y el efecto de la política fiscal expansiva.
En tiempos recientes se registra una fuerte reversión del peso de las exportaciones respecto al PIB a niveles similares a la etapa previa, pero manteniéndose solo una reducción moderada de la importancia de las importaciones. Desde que gobierna Evo Morales, Bolivia atravesó́ dos shocks externos adversos —el de 2009 que duró cuatro trimestres y el segundo que si bien se inicia en 2011 con la caída del precio de los minerales se acentúa desde 2013, siendo más prolongado con una duración hasta el 2016. Desde 2011, los términos del intercambio (relación de precios entre exportaciones e importaciones) cayó 55%, más que el 20% de caída registrado para el resto de América Latina. Eso ha repercutido en el balance de pagos que en ha tornado fuertemente negativo por la caída en la exportaciones, siendo parcialmente compensado por la Inversión Extranjera Directa, el endeudamiento externo y el significativo flujo de remesas (transferencia de recursos de Bolivianos en el exterior).
La caída en las exportaciones de gas natural son preocupantes para la continuidad del crecimiento boliviano: presentan una disminución sostenida en la producción de este hidrocarburo desde 2014, acentuada a fines de 2018 (con una caída del 24% respecto del mismo período del año anterior) y que continúa en los primeros meses de 2019. Desde mayo de 2016, los envíos de gas a Brasil, empezaron a declinar: estas perturbaciones en la demanda de Brasil constituyen un nuevo golpe externo adverso, ya no de precios, sino de cantidades o volúmenes. Lo mismo ocurre con el vínculo comercial con Argentina a partir de 2014.
Los efectos de la crisis en los precios de las commodities de exportación se expresaron en la disminución de los ingresos fiscales por materias primas en diez puntos porcentuales del PIB desde 2013- 2016. En paralelo, esto ha provocado un déficit en el sector externo (cuenta corriente de balanza de pagos, lo que provocó la pérdida de las reservas internacionales desde 2014. El país sufrió, antes del shock externo, una desacumulación de reservas de un 50% del PIB a un 27,5% en septiembre de 2017. Por otra parte, hacia mediados de 2017 la deuda externa representaba un 23,7% del PIB. A su vez, el servicio de la deuda externa respecto al PIB era de 6,7%. Por último, la relación de la deuda externa y las exportaciones, que antes del shock externo era de 43,1%, subió a 92,1% en 2017, mostrando un significativo deterioro en su sustentabilidad. De todas maneras, las reservas internacionales son aun significativas lo que da a Bolivia un importante margen de maniobra.
Hay cierto consenso en que el más significativo cambio en la estrategia de desarrollo en el capitalismo andino-amazónico fue el papel del Estado. El mismo ganó preponderancia como orientador y protagonista del desarrollo económico a través de su intervención directa en la modalidad de empresas publicas nacionalizadas o creadas con recursos internos. Por otra parte, el proceso de industrialización ha sido más bien limitado. La industria manufacturera mantiene una representación estable del 16% del PBI y si bien las exportaciones crecieron casi 10 veces en valor de 2003 a 2014, la participación de la exportación de recursos naturales en las mismas se ubicó por encima del 70%.
Dentro del marco del proyecto de desarrollo de una forma sui generis de capitalismo andino-amazónico, el cambio en la forma-estatal y las políticas redistributivas permitieron reducir la incidencia de la pobreza por ingresos y la desigualdad en la distribución de ingresos. Si bien todavía ⅓ de la población está por debajo de la línea de la pobreza, este indicador cayó a la mitad en 10 años. La base de esta dinámica ha sido la combinación de crecimiento económico sostenido, apropiación estatal de la renta hidrocarburífera (a través del Impuesto Directo a los Hidrocarburos, en especial del gas) y redistribución por la vía de una multiplicidad de programas de transferencia condicionada de ingresos. Con la nacionalización de los recursos gasíferos, más del 80% de la renta correspondiente ingresa a las arcas del Estado. Estas políticas, articuladas con la mencionada expansión en la inversión en infraestructura social, han permitido mejorar sustancialmente el acceso a la educación, salud y consumos básicos buena parte de la población: 2 millones de estudiantes han mejorado su acceso a la educación (a través del Bono Juancito Pinto) y cerca de 12% de la población recibe el Bono llamado Renta Dignidad.
En síntesis, el programa económico del gobierno masista en Bolivia ha conseguido aprovechar el extractivismo a los fines de desarrollar una política de redistribución del ingreso, sin alterar el patrón de acumulación extrovertido del capitalismo boliviano. La renta del suelo en la economía boliviana ha conseguido garantizar una década de crecimiento con baja inflación, a pesar de la crisis global y regional. Las contradicciones de este proceso no pueden ser ignoradas en tanto el avance de muchas inversiones en infraestructura (en el TIPNIS, por ejemplo) y proyectos extractivistas (como el del Litio) atacan las condiciones de reproducción de comunidades enteras y de la Naturaleza.





EVO MORALES, RESPALDADO POR LA ECONOMÍA, AFRONTA SU DESAFÍO ELECTORAL MÁS DIFÍCIL

Sputnik News de Rusia (www.mundo.sputniknews.com)
                                                                                              
El crecimiento económico es el gran aliado de Evo Morales de cara a las elecciones de este 20 de octubre, que por primera vez en 15 años lo enfrentan a la posibilidad de perder el Gobierno. En diálogo con Sputnik, el analista boliviano Daniel Moreno explicó los elementos que podrían inclinar la balanza hacia el opositor Carlos Mesa.
Octubre no será un mes cualquiera para América Latina, ya que las elecciones generales de tres países de la región pueden marcar el presente y el futuro de las izquierdas en el continente. En efecto, mientras los comicios en Argentina pueden significar el fracaso del modelo neoliberal de Mauricio Macri, las elecciones de Bolivia y Uruguay pondrán a prueba la vigencia de sus gobiernos progresistas.
La primera prueba será en Bolivia, que celebrará elecciones generales el domingo 20 de octubre. Ese día, los bolivianos elegirán presidente, vicepresidente y los 166 miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia (130 diputados y 36 senadores).
De las primarias que se realizaron en enero de 2019 surgieron nueve binomios (las fórmulas integradas por presidente y vicepresidente). Entre ellos está el actual presidente, Evo Morales, que buscará su cuarto período consecutivo de Gobierno, al frente de la candidatura de 'Movimiento al Socialismo'.
La candidatura de Morales fue posible luego de recibir, en 2018, la habilitación del Tribunal Supremo Electoral y el Tribunal Constitucional Plurinacional, que consideraron que la posibilidad de volver a ser candidato era uno de los derechos de Morales consagrados en la Convención Interamericana de Derechos Humanos. En 2016, un referéndum constitucional había resultado desfavorable a habilitar una eventual nueva reelección.
Del otro lado, su principal retador es Carlos Mesa, quien ya ejerció la Presidencia de Bolivia entre 2003 y 2005. Mesa había sido electo vicepresidente en 2002, integrando el binomio encabezado por Gonzalo Sánchez de Losada. Tras las protestas sociales que obligaron al presidente a renunciar en 2003, Mesa tomó el cargo hasta 2005, cuando Evo Morales triunfó por primera vez.
Mesa es candidato por Comunidad Ciudadana, una coalición política de derecha conformada en torno a la candidatura del expresidente.
Morales y Mesa son los que concentran los mayores apoyos y definirían el próximo gobierno en una segunda vuelta, de acuerdo a una encuesta realizada por Mercados y Muestras publicada el último domingo de septiembre en el diario local Página Siete.
En efecto, el último sondeo muestra a Morales en primer lugar con el 33% de las adhesiones y a Mesa detrás con 26%. Bastante detrás aparece Óscar Ortiz, del movimiento 'Bolivia dice no', con 9%. Chi Hyun Chung, del Partido Demócrata Cristiano; Félix Patzi, del Movimiento Tercer Sistema; y Víctor Hugo Cárdenas, de la Unidad Cívica Solidaridad, recogen 3%, 2% y 1%, respectivamente.
Para que haya presidente en primera vuelta alguno de los candidatos deberá obtener más del 50% de los votos o al menos 40% y 10% de ventaja sobre el segundo. En caso de que eso no suceda, los dos primeros pugnarán por la presidencia boliviana en una segunda vuelta que se realizará el 15 de diciembre.
Un panorama complejo para Evo Morales
La incertidumbre sobre quién será el próximo presidente de Bolivia es la "gran novedad" de este proceso electoral, dijo a Sputnik el analista político y director del centro de estudios Ciudadanía, Daniel Moreno.
A diferencia de los tres comicios anteriores, en los que Evo Morales triunfó con amplio caudal electoral (53% de los votos en 2005, 64% en 2009 y 63% de los votos en 2014), el escenario actual presenta por primera vez en 15 años la posibilidad de que el actual presidente sea derrotado en una eventual segunda vuelta, comentó.
De todos modos, aclaró que los amplios márgenes de error y la gran cantidad de indecisos que muestran las encuestas hacen que las proyecciones "sean supuestos basados en la escasa información de las encuestas y no sean lo suficientemente sólidos para predecir un ganador".
El analista explicó que Morales tiene a su favor "el crecimiento y la estabilidad económica" de Bolivia. En efecto, el Producto Interno Bruto (PIB) es de 4,22%, lo que lo convirtió en el país con mayor crecimiento económico de Suramérica y el segundo en América Latina, solo detrás de República Dominicana.
Además, el Gobierno boliviano proyectó un crecimiento de 4,5% para 2019, en una tendencia que incluso fue reconocida por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Según Moreno, los resultados económicos explican la intención de voto "relativamente alta" que logra mantener Evo Morales tras tres mandatos consecutivos.
Del otro lado, el analista señaló el "efecto negativo" que tuvo sobre la popularidad de Morales el "manejo equivocado" del resultado del referéndum de 2016, en el que la posibilidad de una nueva reelección fue rechazada por los electores. 
Asimismo, la responsabilidad del Gobierno en los incendios forestales registrados en 2019 en la región de Chiquitania sumó al descontento de algunos sectores.
El factor argentino
En septiembre, el comando de campaña de Evo Morales difundió una pieza publicitaria en el que varios jóvenes advertían ante cámaras que "Argentina implementó hace tres años el mismo modelo económico que Carlos Mesa quiere implementar ahí en Bolivia".
La campaña apuntaba directamente a vincular los malos resultados económicos del Gobierno de Mauricio Macri con un eventual futuro de la economía boliviana y puede comprenderse al tener en cuenta que Argentina es el país con mayor cantidad de residentes habilitados para sufragar en las elecciones bolivianas.
En efecto, el Consulado General de Bolivia en Argentina tiene registrados 161.057 ciudadanos bolivianos habilitados para votar el 20 de octubre, casi la mitad de los 341.001 electores registrados fuera de Bolivia, de acuerdo a datos brindados a la agencia Télam por el cónsul boliviano en Argentina, Ademar Valda.
"Las dificultades y el fracaso económico del presidente Macri sin duda influyen en la intención de voto de los bolivianos", manifestó el analista, aunque aclaró que no considera que ese peso sea lo suficientemente relevante para "definir el resultado de las elecciones".





EVO 4.0

Su candidatura es controvertida, pero es probable que una economía fuerte y una oposición frenética refuercen la reelección de Bolivia, Evo Morales.

Ipg-journal  de Alemania (www.ipg-journal.de)

En las elecciones del 20 de octubre, Evo Morales tiene la oportunidad de ser elegido por cuarta vez consecutiva como presidente del pequeño estado andino de Bolivia. Lo que parecía casi imposible hace un año ahora podría suceder debido a una oposición dividida y la estabilidad económica del país. Según las encuestas, Morales podría obtener poco más del 40 por ciento de los votos. Eso sería suficiente para ganar la presidencia en la primera votación.
Aunque la brecha con el segundo candidato tendría que ser de al menos 10 puntos porcentuales, en vista de la división de la oposición en dos grandes campos que es bastante posible. El gobierno está haciendo todo en la fase caliente de la campaña electoral para evitar una segunda votación. Una oposición unificada tendría muchas más posibilidades de expulsar a Morales de su cargo después de 14 años. Debería ser suficiente, si el gobierno no comete errores importantes en la última semana antes de las elecciones.
Los devastadores incendios forestales en las tierras bajas del este no parecen tener un impacto directo en las elecciones, ya que todos los candidatos han mostrado preocupación y compromiso similares en las últimas semanas. El núcleo duro de los partidarios del partido gobernante "Movimiento al Socialismo" (Movimiento al Socialismo, MAS) proviene de las tierras altas, las zonas rurales y las poblaciones urbanas más pobres.
La clase media urbana, que ha crecido en los últimos años con la recuperación económica y la estabilidad del país, se ha vuelto cada vez más crítico con el MAS y es probable que vote por el candidato más fuerte de la oposición, Carlos Mesa. Mesa es un intelectual muy conocido y fue presidente interino durante la crisis política de 2003-2005.
Por lo tanto, simbólicamente representa el pasado ocupado negativamente, pero podría ser fatal.
Desde el punto de vista de la oposición, las elecciones tratan de salvar la democracia boliviana del autoritarismo, restaurar la independencia de las instituciones y reorganizar el estado después de años de clientelismo. La plataforma cívica "Comunidad Ciudadana" (CC), encabezada por Mesa, surgió durante las protestas masivas contra la renovada candidatura de Evo Morales.
A principios de 2016, el gobierno del MAS perdió por poco un referéndum sobre una enmienda constitucional que tenía la intención de levantar el límite de los mandatos presidenciales y, por lo tanto, por primera vez en diez años de hegemonía política, sufrió una derrota en las urnas. Sin embargo, a fines de 2017, el Tribunal Constitucional dictaminó que esta limitación era, en principio, contraria al derecho humano a ejercer libremente los mandatos políticos. Finalmente, a fines de 2018, el Tribunal Supremo Electoral abrió el camino para la renovada y controvertida candidatura de Evo Morales y su Vicepresidente Álvaro García Linera.
Por lo tanto, la campaña electoral se lanzó básicamente hace un año, el comienzo de 2019 por primera vez preveía elecciones primarias dentro de los partidos. Desde entonces, el gobierno ha utilizado todo su poder y recursos gubernamentales para promover el progreso y la estabilidad de los últimos años. La oposición ha hablado durante meses sobre la posibilidad de fraude electoral, y existe una desconfianza generalizada de los organismos electorales estatales entre la población.
Sin embargo, los expertos nacionales e internacionales suponen que los resultados el día de las elecciones difícilmente pueden ser manipulados. Entonces, además de la cuestión de la legitimidad de la candidatura de Morales, habrá la impresión de que se trata de elecciones relativamente libres, pero con condiciones muy desiguales y afirmaciones de poder considerables.
La oposición no logró ponerse de acuerdo sobre un candidato común y ahora se vota entre sí. Aunque Evo Morales tiene el nivel más bajo de aprobación desde su primera victoria electoral en 2005, la oposición no ha logrado canalizar el estado crítico de la población hacia un cambio de gobierno. Si se llegara a una segunda votación, podría esperarse una alianza entre Carlos Mesa y Oscar Ortiz, que probablemente tendría una buena oportunidad de ganar las elecciones.
Ortiz, el candidato para Bolivia Dijo No ("Bolivia dijo que no"), insiste en su candidatura independiente hasta el momento, y podría garantizar que la cartera de pedidos de Mesa se mantenga alta, permitiendo que Morales gane en la primera ronda. El trasfondo de esto es que las elecciones regionales y locales se realizarán en abril de 2020 y el partido Ortiz quiere mantener su supremacía en la próspera Santa Cruz.
Se espera que la composición del parlamento nacional, que también se llevará a cabo el 20 de octubre, haga que el MAS pierda su mayoría de dos tercios y más en el futuro tenga que lidiar con los dos principales partidos de oposición. Esto podría afectar inicialmente la gobernabilidad del país. Pero también podría ayudar a reducir la polarización y volver a debates políticos más sustanciales.
Los dos bloques políticos principales, MAS y CC, deben, después de las elecciones, enfrentar el desafío de consolidar sus partidos más allá de las personalidades fuertes de Morales y Mesa, al tiempo que facilitan los procesos de renovación. Algunos observadores también hablan del final del "ciclo progresivo", retrasado por la comparación regional, ya que el MAS se ha presentado cada vez más en los últimos años como actor del centro y garante de la estabilidad.
A pesar de la retórica radical al principio, Evo Morales ha tomado decisiones pragmáticas a lo largo de los años, especialmente cuando se trata del desarrollo económico del país. Bolivia acumuló altas reservas de divisas durante los años de auge, fue capaz de invertir anticíclicamente en la caída de los precios de los productos básicos y, sorprendentemente, brillar durante años con baja inflación y el mayor crecimiento en la región.
El gobierno está utilizando actualmente la comparación disuasiva con Argentina o Ecuador y le preocupa que puedan surgir fenómenos de crisis similares si el gobierno cambia. Mientras tanto, Morales apenas toma decisiones de política exterior sobre una base ideológica: Brasil también es el socio comercial más importante del presidente derechista Bolsonaro, y la alianza político-climática entre Morales y Macron ha explotado la imagen internacional de ambos.
De hecho, gran parte de la población vive mejor que hace 15 años, la pobreza se ha reducido considerablemente y la tierra plurinacional ha dado un salto notable hacia la modernidad. Este es posiblemente el mayor logro del gobierno del MAS, el llamado "proceso de cambio" ha elevado la autoestima boliviana y bien puede inspirar a los países en desarrollo. Esto también cuestiona a la oposición de manera selectiva, quiere mantener tanto la nacionalización de la industria del gas como los programas sociales que hace posible.
Hay diferencias en el área de la política industrial, con el consenso de que se debe promover la diversificación económica para superar la trayectoria histórica de dependencia del extractivismo. Las mayores esperanzas descansan en el litio y la visión de usar las propias baterías de Alemania para producir y construir cadenas de valor locales.
Quizás el 20 de octubre, el argumento de la estabilidad económica decidirá las elecciones para Evo Morales. A pesar de una candidatura controvertida, gracias a una oposición frenética. A menos que esto tenga éxito en el arranque final, sigue siendo un golpe decisivo para convencer a la mayoría de los votantes indecisos de la elección de Carlos Mesa.





¿MORALES O MESA? DE CUALQUIER MANERA, BOLIVIA ENFRENTA PREGUNTAS DIFÍCILES

La incertidumbre en las urnas y sobre la economía marca las elecciones presidenciales de Bolivia el 20 de octubre.

Americas Quarterly de EEUU (www.americasquarterly.org)

La incertidumbre es la única certeza de cara a las elecciones presidenciales de Bolivia el 20 de octubre. En una campaña de montaña rusa, en diferentes etapas, el presidente Evo Morales y su retador más cercano, Carlos Mesa, parecen dirigirse hacia la victoria.
Esta imagen se ha vuelto aún más confusa a medida que se acerca el día de las elecciones. Pero con los desafíos que se ciernen sobre la economía, el mayor signo de interrogación para Bolivia será lo que viene después, sin importar quién gane en octubre.
A principios de este año, Mesa, él mismo ex presidente, parecía que podía ganar las elecciones con espacio de sobra. La imagen de Morales se había empañado en gran parte del electorado debido a acusaciones de corrupción y mala gestión, y la ira pública por su decisión de postularse para un cuarto mandato legalmente dudoso a pesar de perder un referéndum sobre el tema en 2016.
Pero a medida que el público llegó a un acuerdo con el comportamiento de Morales, la opinión comenzó a suavizarse. Las encuestas durante el verano pronosticaron que Morales obtendría más del 40% de los votos y terminaría unos 10 puntos por delante del segundo lugar, evitando así una segunda vuelta.
Ese ya no parece ser el caso. Nuevas encuestas están dando nuevamente a Mesa la esperanza de hacer una segunda vuelta, lo que, si sucede, podría unir a la oposición contra la candidatura de Morales.
Hay varias razones para esto, pero la más inmediata parece ser el costo del gobierno por los recientes incendios en la Amazonía boliviana, específicamente aquellos en la región de Chiquitania, que han afectado un área casi tan extensa como los incendios en el lado brasileño. Hasta ahora, más de cuatro millones de hectáreas se han quemado en una crisis ambiental que el gobierno no ha podido contener. Solo las lluvias de principios de octubre ayudaron a frenar las llamas.
En Santa Cruz, la región más afectada por los incendios, Morales ha visto disminuir su apoyo, impactando las intenciones de los votantes en todo el país. Una encuesta publicada el 29 de septiembre por el periódico Página Siete, considerada una de las más confiables del país, colocó a Morales en 33% contra 26% para Mesa, con Oscar Ortiz, otro retador, que lo siguió muy por detrás con 9%. Tal resultado llevaría a una segunda ronda, que la encuesta de Página Siete sugirió que Mesa ganaría.
Un pastor metodista nacido en Corea, Chi Hyun Chung, de ideas conservadoras, también ha comenzado a aparecer en las encuestas y se cree que podría obtener algunos de los votos de Morales. Muchos de los votantes rurales e indígenas que proporcionan la base del presidente también son miembros de iglesias protestantes.
Una tasa inusualmente alta de votantes indecisos, sentados en algún lugar entre 20% y 30%, dependiendo de la encuesta, se suma a la incertidumbre. El partido gobernante, aparentemente temeroso de perder una elección por primera vez desde 2005, ha tomado un tono cada vez más negativo en sus ataques contra Mesa, lo que algunos analistas creen que sugiere que el propio gobierno se está poniendo nervioso.
Si ese es el caso, no es difícil ver por qué. Morales está acostumbrado a ganar elecciones con más del 60% de los votos. Aunque sigue siendo el político más fuerte del país, ahora está luchando con uñas y dientes para alcanzar el 40% y garantizar que la diferencia entre él y el subcampeón supere los 10 puntos porcentuales.
Muchos en la oposición creen que si Morales logra ganar ahora, puede pasar toda una vida en el poder. Su gobierno controla la mayoría de los medios de comunicación del país y ha utilizado fondos públicos para apoyar su campaña, colocando a la oposición en una clara desventaja. Los temores de posibles fraudes, considerando que el tribunal electoral no tiene autonomía, también están muy extendidos, mientras que la oficina del fiscal general acusó a docenas de políticos de la oposición y arrestó a varios de ellos, por varios delitos, con el aparente propósito de intimidar a los críticos del régimen.
La pregunta clave que enfrenta la sociedad boliviana ahora es qué pasará con la economía y el sistema político después del 22 de enero, cuando Morales o Mesa presten juramento. Es poco probable que el ganador tenga mayorías en ambas cámaras del Congreso, lo que sería una nueva experiencia para los bolivianos; Morales ha controlado constantemente dos tercios de los votos tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados desde 2009.
Mientras tanto, la economía boliviana, que ha crecido sólidamente durante la última década, podría estar entrando en una fase difícil. Su déficit fiscal es del 7,8% y el déficit comercial del 4%. Dado que las exportaciones de gas natural a Brasil han disminuido, los ingresos fiscales han disminuido y el país ha tenido dificultades para producir gasolina a partir del gas extraído. Eso significa un aumento de las importaciones de gasolina, que se vende en el mercado interno a mitad de precio. Estos subsidios, con el alto déficit fiscal actual, serán cada vez más difíciles de financiar.
Quien gane en octubre tendrá que enfrentar estos hechos. La situación puede ser aún más complicada para Mesa, que al mismo tiempo tendría que lidiar con movimientos sociales que son muy activos en Bolivia y proporcionar la base de apoyo de Morales.
Mesa también tendría que negociar acuerdos con un sector que mantuvo a distancia durante la campaña: los agronegocios en Santa Cruz, el motor económico de Bolivia. La presencia de estos dos flancos, los movimientos sociales y el lobby de los agronegocios, sugiere una repetición de las dificultades que marcaron el gobierno de Mesa de 2003 a 2005, cuando se vio obligado a renunciar, comenzando el ciclo dominado por Morales.
Sin embargo, las elecciones de octubre son las primeras en las que un candidato de la oposición tiene una posibilidad real de ganar desde 2005. Si esto sucede, Bolivia podría ser desviada hacia el camino de la democracia plena.





CABILDOS EN BOLIVIA: ¿TIEMBLA EVO MORALES?

La masiva convocatoria del cabildo en Santa Cruz despertó el apetito de la oposición boliviana, que llamó a nuevas manifestaciones. La cercanía de las elecciones hace de estas muestras de fuerza un elemento relevante.

Deutsche Welle de Alemania (www.dw.com/es)
                                     
La elocuencia de las cifras deja escaso margen a la especulación. Más de un millón de personas se reunieron el viernes 4 de octubre en Santa Cruz para poner sobre la mesa una serie de demandas ciudadanas. Bajo el liderazgo del Comité Cívico cruceño, los convocados presentaron propuestas en distintos ámbitos, desde la ecología (acabar con el desmonte y la explotación de la Amazonía y la Chiquitanía) hasta la política (respetar los resultados del referéndum de febrero de 2016 que dijo no a la repostulación de Evo Morales y dar curso al federalismo). El éxito de la instancia abrió los apetitos en otras regiones.
Para este jueves (10.10.2019), La Paz y Cochabamba aspiran a replicar, aunque sea en parte, el impacto generado en la región más acaudalada del país. En el caso de La Paz, el llamado es liderado por Waldo Albarracín, rector de la Universidad Mayor de San Andrés y líder del Comité Nacional de Defensa de la Democracia, Conade. "Lo que queremos es darle la oportunidad a la sociedad civil para que pueda expresar su indignación ante la situación crítica que vive el país, donde hay un gobierno que ha reducido la democracia a su mínima expresión”, dice Albarracín a DW.
La visión del académico es rotunda: "En los hechos, ya vivimos bajo una dictadura, porque el gobierno de Evo Morales controla todo. No hay independencia de poderes, hay un Parlamento, una Justicia y hasta un órgano electoral subordinados al gobierno”. Desde su perspectiva, los incendios en la Chiquitanía exacerbaron el malestar ciudadano, aunque las demandas exceden el mero interés ecológico: lo que quieren los convocantes es que quede claro que existe una masa que condena a Evo Morales y a Álvaro García Linera por no haber respetado el referéndum. "Son candidatos inconstitucionales, su presencia en las elecciones vicia de nulidad las mismas”, dice Albarracín.
La importancia de los cabildos
El politólogo Jorge Dulon explica a DW que los cabildos no son instancias meramente simbólicas, sino que tienen un efecto normativo amparado en la ley. "Hay que definirlos como un mecanismo de participación ciudadana que está normado, son un mecanismo legítimo y legal, cuyas resoluciones deben ser tomadas en cuentan por el gobierno central o las autoridades emplazadas”, señala el experto. En el caso del cabildo de Santa Cruz, sin embargo, el gobierno ha justificado su reticencia a tomarlo en serio por un tecnicismo. "Dijeron que como no hubo ninguna autoridad del Tribunal Supremo Electoral no se pueden considerar legales sus resoluciones, o sea, no vale porque no se han cumplido todas las condiciones”, explica Dulon.
De cualquier modo, el politólogo hace una diferencia entre el cabildo de Santa Cruz y el convocado en La Paz. "Este último tiene más que ver con la defensa de la democracia, es más político. Lo que busca es reivindicar la defensa del voto del 21 de febrero de 2016 y se va a reforzar el discurso de que Morales y García son candidatos ilegítimos. Como estamos a muy poco de las elecciones, es muy probable que se reivindique el voto útil a favor de Carlos Mesa, que es el único que le puede ganar a Evo Morales. Y esa idea está empezando a trascender”, asegura Dulon.
Albarracín intenta no ser tan concreto. "Si un movimiento menciona el nombre de algún opositor, puede perder credibilidad. Evidentemente todos deseamos que Evo Morales ya no esté de gobernante, pero eso no significa que hipotequemos la independencia de nuestro movimiento”. Sin embargo, reconoce un matiz, pues si bien su movimiento tuvo problemas con Carlos Mesa cuando éste gobernó Bolivia, "la diferencia es que ahora Evo Morales está en el poder y lo que hay es una dictadura atroz”.
Temor en el gobierno
En febrero de 2016, el 51,3 por ciento de los bolivianos dijo "no” a una modificación constitucional para que Morales pudiera repostular a la presidencia. Tras varios procesos legales, finalmente el mandatario pudo poner su nombre en la papeleta que recibirán los ciudadanos el próximo 20 de octubre. Si entonces la voluntad popular no tuvo peso, ¿por qué habría de tenerla ahora? Albarracín responde: "Es probable que Evo Morales siga desconociendo la voluntad del pueblo, pero eso no significa que debamos bajar los brazos. En algún momento, todo lo que está haciendo va a exacerbar tanto la indignación ciudadana que el mismo Morales va a terminar acortando su mandato. Alguna vez dijo ‘si el pueblo me dice no, yo me voy a mi casa, no postulo'. Bueno, el pueblo le dijo no y él se burló de ese resultado. Como ve, tenemos razones para seguir luchando”.
Dulon asegura que la fuerza que han tomado estas movilizaciones preocupa al gobierno, especialmente porque las elecciones están a la vuelta de la esquina. "Morales no ha subido en respaldo, está entre el 33 y el 35 por ciento, que es su voto duro, y estas movilizaciones lo único que pueden hacer es bajar ese caudal. Ya estaban golpeados por el impacto internacional de los incendios en la Chiquitanía, y ahora estas manifestaciones terminan de golpearlos y de poner en riesgo, en serio riesgo diría yo, la reelección de Morales”.






Entrevista a la filósofa  Isabel Rauber. A días de las elecciones en Bolivia la investigadora de los movimientos sociales bolivianos reflexiona desde sus experiencias y recorridos.

 Marcha Org. De Argentina (www.marcha.org.ar)

Por Luis Hessel
Isabel Rauber es filósofa y educadora popular, desde hace décadas se dedicada a la investigación en los movimientos sociales y a las posibilidades de construir alternativas de vida en comunidad opuestas al domino del capital. Quien se haya topado con sus textos sabe que son una incitación al combate. Pero no para la toma del poder, sino para el empoderamiento de nuestros pueblos, la democracia raizal y la batalla cultural, porque como dijo Simón Rodríguez “o inventamos o erramos”.
¿Cómo te vinculaste a Bolivia, al proceso, a sus luchas?, ¿cómo nació tu relación con el país?
Bolivia ha sido siempre para mi parte de los procesos a seguir, como un país a mirar. Al igual que Paraguay. Son dos países que siempre me llamaron mucho la atención, tal vez por la mala fama entre comillas de ser atrasados. Es como que no me cerraba mucho esa historia entonces cada vez que he podido me he acercado a ver en esos países cómo estaba la cuestión social y política. Cuba también, pero por otros motivos, por el Che, por la revolución… y son como imanes; y Bolivia doblemente, después de la gesta del Che en Bolivia, pero hay que recordar la revolución de 1952, los levantamientos mineros… Bolivia ha sido muy fuerte siempre para mí, un proceso a seguir.
Entonces hace muchos años tipo ´89, ´90 y ´91 estaba haciendo los estudios de recorrido por el continente empezando a estudiar los movimientos sociales pero buscando los nuevos actores. Tal vez la pregunta  que suena de propaganda sería “¿a dónde está el sujeto?”. Vamos a recordar que era la época en la que el posmodernismo decía que el sujeto había desaparecido, en tanto sujeto político de la transformación, y la izquierda latinoamericana y mundial y en general la partidaria estaba muy en baja por el derrumbe del campo socialista mundial, ya no había vanguardia, qué pasaba con el marxismo… Entonces yo después de haber estado en algunos congresos y eventos decidí que la cuestión era que había que salir a buscar al sujeto en un continente que estaba lleno de movimientos sociales y que resistían. No podía ser aquello de que el sujeto ha desaparecido. Y así me puse la mochila al hombro casi literal como te digo con un pan y una botella de agua a recorrer el continente y uno de esos países seleccionados fue Bolivia.
Pero no es solo el país sino a quién buscar dentro del país; y yo buscaba a los mineros, a los cocaleros y a las mujeres campesinas y son los tres actores fundamentales con los que yo me relaciono; y estoy hablando del año ´91. Después ya de varios viajes me contacté con los mineros, con la COB (Central Obrera Boliviana), con las mujeres del movimiento Bartolina Sisa y me acuerdo que visité la Federación del Trópico de Cochabamba y ahí me contacté con los cocaleros del Chapare. Me llamaban mucho la atención sus luchas y quedé encantada cuando los conocí. Y a través de ellos tuve contacto con Evo y también con muchos referentes indígenas como Felipe Quispe que era de la zona de La Paz que estaban todos en el proceso de lucha y organización.
Evo con esa impronta de los cocaleros me llamó mucho la atención porque yo veía ahí un gran germen -con fuerza- de emergencia de nuevos actores que iban a integrar un nuevo sujeto político y social colectivo. Y así lo publiqué en mi libro “Proyecto, sujeto y poder” que es de principio de los 90. Y allí, en una parte donde hablo de los sujetos, hablo estrictamente de los cocaleros como ejemplo de los nuevos sujetos de América Latina, Pero no como “el sujeto” porque los posmoderrnos andaban buscando movimientos sociales para transformarlos en sujetos, yo eso nunca lo compartí porque lo que estaba constatando era la fragmentación de la clase obrera y la atomización del mundo del trabajo y por consiguiente de los trabajadores y las trabajadoras y de lo que era considerado hasta hace poco el sujeto histórico que era la clase obrera. Si la clase estaba fragmentada la cuestión no era salir a buscar que fragmento era ahora “mi nueva vanguardia”; eso yo no lo compartía. En Argentina se dijo eso mismo de los piqueteros, que eran el nuevo sujeto. Los posmodernos siempre estaban buscando el nuevo sujeto en vez de ver la realidad que era la atomización de los trabajadores y por lo tanto la multiplicación de sus referentes sociales y la orfandad de un referente político que se haga cargo de trabajar en la articulación de la realidad de la clase. Eso para mí fue la clave y esa hipótesis la fui comprobando en todos los procesos y Bolivia marcó un punto muy importante.
De Argentina tuvo peso en los ´90 el proceso de la CTA y su articulación con los desocupados, con los indígenas, con el movimiento cultural y de la producción. Ha sido impactante porque yo buscaba eso, la articulación del movimiento de los trabajadores para la construcción de un sujeto colectivo. Los casos de Bolivia y Argentina marcaron mucho mi pensamiento, al igual que en Brasil, el proceso del MST (Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra); en República Dominicana el movimiento barrial COPADEBA (Comité Para la Defensa de los Derechos Barriales), que me marcaron también por no haber podido lograr la articulación. En Argentina se logró en un momento y después derrapó por razones históricas, en Brasil no se pudo lograr porque el divorcio del PT (Partido dos Trabalhadores) con los movimiento sociales terminó como terminó… en Dominicana no se logró porque los partidos de izquierda no se querían juntar con el movimiento barrial; no se dieron cuenta que hay que trabajar con la realidad que tenemos y no con las que difundían ciertos manuales. En Bolivia la articulación se logró y se tradujo en un instrumento político electoral.
El proceso boliviano es todavía un proceso abierto, en movimiento y lleno de tensiones  ¿cuál es tu valoración general?  ¿Cuáles son los logros y las críticas que tú le podrías realizar al MAS?
Mi libro “Movimientos sociales y Representación Política” parece la predicción de la presidencia de Evo. Yo ni me imaginaba que Evo iba a ser presidente, pero eso evidencia muy fuerte la tendencia que se vivía en ese momento. Y si un proceso logra una maduración yo voy a estudiar ese proceso de maduración porque es lo que me indica que eso se puede hacer. Todo el proceso de la guerra del gas y la guerra del agua fue muy importante en cuanto a la articulación. Insisto en esto porque yo no buco el nombre de una persona sino cómo poder lograr un sujeto colectivo y ahí se logró, en Bolivia. Se logra con el MAS (Movimiento al Socialismo) y sin diluir a los movimientos sociales. De ahí lo importante de construir una herramienta política que en su proyección articule sujetos sociales que no se diluyen ni se disuelven en el instrumento político partidario. Es la constatación de que lo social y lo político se pueden conjugar sin negarse el uno al otro, el famoso “salto a lo político” no tiene nada que ver con dejar la pertenencia social, eso es una cuestión muy importante porque había otras experiencias en las que los referentes sociales debían dejar de ser parte del movimiento social para pasar a ser miembros de un partido político.
Entonces, que haya un proceso que por lo menos no lo haga así, es muy importante para pensar teóricamente las alternativas; ese es un gran aporte de Bolivia.
Segunda cuestión ¿cómo hacer para que lo electoral no termine siendo la muerte del proceso? Porque si levantamos la vista y miramos cinco años para atrás vemos que, en muchos casos, lo electoral terminó siendo la tumba del proceso. En el caso de Bolivia no ha sido así hasta ahora. ¿Qué quiere decir ese hasta ahora? Hay un pensador boliviano que ya había alertado sobre esto, que es René Zavaleta Mercado, él decía que el sujeto, como su consciencia y su ideología, se van formando históricamente o sea que la dialéctica no es unidireccional.  Esto significa que si se constituye también se puede deconstituir  porque las condiciones van cambiando y si no hay un trabajo político, organizativo, que modifique las coordenadas para que la articulación se mantenga, eso que fue ayer posible hoy se puede destruir. Y la gran amenaza es que los sectores vuelvan al corporativismo. Yo creo que en el caso de Bolivia no se ha dado esto de forma tan taxativa pero en cierta medida el logro del gobierno de Evo  pasado el primer gobierno y la Constituyente resuelve algunos problemas que estaban en la base de la posibilidad de colectivización de la subjetividad, pero eso se debilita y hay un resurgimiento de tendencias corporativas de los mismos cocaleros, con los reclamos sectoriales, con bloqueos de carreteras; ocurren los grandes paros de los médicos y los enfrentamientos mineros, con ese conflicto tan grande que hubo en Huanuni. Para mí  lo más terrible fue la matanza entre mineros, el propio sujeto dividido y enfrentado por cuestiones que nada tienen que ver con sus intereses de clase. Yo fui hasta ahí para ver la situación, para hablar con los mineros, para ver cómo era la cosa y digo que se te paran los pelos… Hay que estar a más de 4000 metros de altura donde no tenés conexión con nada, donde está tu pueblo, la mina y una cinta asfáltica para llevarte luego  de no sé cuántos kilómetros a otro pueblo… no tiene nada que ver con la imagen del lugar urbano común. Está el tema de los retenes, de cómo sacar el resultado de la minería, que fue parte del origen del conflicto que irracionalmente terminó con mineros de un lado matando a mineros del otro. Eso me ha marcado mucho; y después el bloqueo de los cocaleros pidiendo reivindicaciones. Y el gasolinazo, aunque esto fue por una medida del gobierno anunciando un gran aumento de la gasolina.
Después ocurrió lo del TIPNIS (Territorio indígena y parque nacional Isiboro-Sécureque), es una reivindicación de los cocaleros y que no nos podemos negar a la conectividad; una carretera es una conectividad y quien conoce Bolivia sabe que es un país que está fragmentado geográficamente. Por la topografía del país solo una parte está articulada y la otra no. Entonces la carretera impulsa el comercio, el desarrollo y es algo grandioso pero, ¿por qué tenía que pasar por ese lado? Son dos discusiones y al mezclarse y al ningunearse a una parte de los sujetos, ahí se comienza a cometer un error político y social muy grave. El error del gobierno es de no consultar con las poblaciones del lugar y no fueron consultadas porque “técnicamente” se decidió que la carretera tenía que pasar por ahí. Ese “técnicamente” es la muerte de la política, es la amenaza más grande que está en todos los ministerios y estructuras del Estado, que se heredan como forma de funcionamiento y que hay que modificar de raíz. ¿Necesitamos los equipos de asesores? Por supuesto, pero estos tienen que trabajar conjuntamente con la población. Y eso es clave porque una decisión puede ser técnicamente correcta y políticamente inviable. ¿Y qué pasó después con el TIPNIS? Hubo mucha discusión y se demostró que era política y socialmente inviable y hoy de esa carretera ya no se habla; de tan importante que era ya no va a haber carretera, como dijo Álvaro García Linera aquí en el Centro Cultural de la Cooperación, por lo menos por cincuenta años no se va a poder tocar el tema. Fíjate la dimensión del error. Una medida que realmente puede ser válida pero que enfrentó a los cocaleros con los habitantes del TIPNIS que son comunidades indígenas. Si uno no hubiera estado ahí y hablado con la gente no podría creer el enfrentamiento entre pueblos indígenas originarios, unos de los zona del Chapare y otros de la zona del TIPNIS, que tienen modos de vida diferentes pero claridad sobre que hablando es como se solucionan las cosas. Yo creo que han sido errores del proceso que han dejado grandes enseñanzas y tal vez algunas secuelas. La historia es muy caprichosa y las secuelas no siempre se ven en lo inmediato. Yo no me considero crítica de ningún proceso y mucho menos de un proceso donde no vivo como es el caso de Bolivia, puedo si tener una mirada crítica pero con la modestia de saber que yo no estoy poniendo el hombro ahí.
Esas son mis dos críticas; una en lo que hace al Estado porque puedes colocar allí a gente de izquierda, con gran historia, pero ¿una institución va a ser de izquierda porque sus representantes sean de izquierda? ¡Macana! Eso no es así. La institución debe transformarse de raíz que no quiere decir de inmediato; abrir procesos de democratización, de participación, de involucrar a la ciudadanía en las decisiones del Estado, abrir el proceso para orientarlo a un co-gobierno de la ciudadanía con el Estado. La participación es una cultura que hay que aprender. Los que dirigen y creen que pueden prescindir del pueblo porque piensan que el pueblo no sabe; y los del pueblo que creen que no saben, pero en realidad saben mucho. La pregunta es; ¿hay una tendencia donde efectivamente se observa que el Estado se abre hacia lo participativo? Yo te digo que no. Hay mucho discurso. Y sí hay algunas experiencias importantes sobre todo en el gobierno, como se llevan a cabo, por ejemplo, diputaciones participativas.
Y por otro lado está el tema del sujeto colectivo, donde noto que en la relación MAS – partido y organizaciones sociales se perdió una cierta delimitación necesaria. Por un lado, la falta de cuadros formados políticamente hace que se saquen los cuadros de las organizaciones sociales, cuestión que no es un déficit exclusivo de Bolivia.  Como nunca logramos procesos sostenidos de formación con las organizaciones de base, a la hora de tener que ejercer un gobierno se tienen que llevar a los diez cuadros que hay y eso vacía las organizaciones y las debilita para el empoderamiento de nuevo tipo que tienen que conducir en las nuevas condiciones políticas y sociales. Pero no hacemos nada con decir esto si no hacemos algo efectivo en la formación política integral y en la educación normal, en el sentido de que necesitamos médicos, abogados, enfermeros, físicos, todos que tengan compromiso social y político con sus pueblos. Bueno, esa falta de “cuadros” hace que se desvíe gente formada de las organizaciones y las comunidades hacia la gestión del Estado.
Un elemento que juega en contra es que predomina una mirada lineal, estática: “ya llegamos”, ya tenemos el sujeto, está articulado… Pero se olvida que así como el sujeto colectivo se articula, se desarticula, es decir, que después de concretar los puntos pilares que llevan a Evo al gobierno y el más importante fue la asamblea constituyente y después de que terminan las disputas internas por la constituyente es como ya está, ya hay nueva constitución, se logran los objetivos macro. ¿Cuáles son entonces, en este nuevo tiempo, las bases de la articulación? Es una pregunta que hasta hoy no tiene respuesta… articulamos para tener derechos, para reformar la constitución, para tener un plan de lucha contra el hambre…  Ya se había hecho todo, entonces ¿por qué tengo que seguir articulado? O sea, si no hay una gran avanzada de los propios sujetos que estaban articulados para trabajar en conjunto en regenerar las bases de nuevas articulaciones el sujeto colectivo se debilita.
¿Y qué sucede en un proceso cuando ese sujeto colectivo se debilita? ¿En qué se traduce?
Se presentan problemas como el apuro que hubo en sacar un referéndum por la reelección de Evo que se demostró que carecía de sentido porque sin haber dado el debate político con los movimientos y la comunidad, terminó manipulado por las fake news con el cuento de un hijo abandonado de Evo Morales y se trató de destruir su personalidad y su ética y aunque resultó mentira, el efecto negativo ya estaba hecho. Hubo cierta ingenuidad de creer que la verdad siempre se impone en la historia y no es así; la educación y los debates políticos en los movimientos son indispensables, sino la manipulación mediática puede imponerse. Y a través de ahí la derecha trabaja con métodos que le han dado resultado en otros países.
Hoy los medios bolivianos de oposición y muchos en el mundo están acusando a Evo de autoritario, como hacen con todos los gobernantes que no le gustan a los poderosos, incluso algunos pretender responsabilizarlo que lo que pasa en el Amazonas que es un problema de Bolsonaro que dijo “hoy es el día del fuego” y mandó a todos los terratenientes a prender fuego, pero ahora tratan de echarle la culpa a Evo Morales. Se sabe que son gente pagada, entrenada en la guerra psicológica de las redes sociales y que están para eso todo el día y asientan sus argumentos en los resultados de referéndum apresurado. La subestimación del adversario siempre se paga muy caro en política.
Evo es un líder originario y no solo por ser indígena sino porque desde su cultura y sus raíces, él es consciente de que la humanidad es parte de la naturaleza. Y no es que Evo sea ecologista sino que él no se puede pensar por fuera de la naturaleza, es lo que aprendió de sus abuelos, es su concepción del mundo basada en el “Buen Vivir” que no tiene nada que ver con la concepción occidental que ha hecho de la naturaleza un objeto, una mercancía; sin naturaleza nos deshumanizamos y es lo que pasa con el capitalismo porque una parte de la vida la transformó en mercancía.  El proceso de cosificación es terrible y creciente, la crisis es terrible y amenaza la supervivencia de la humanidad.
Cuando Álvaro García Linera presentó junto a ti en la ciudad de La Paz tu libro “Revoluciones desde abajo” dijo que una de tus principales virtudes era de que descreías del comunismo como acto de fe, que no podía reducirse a las Tesis de Pulacayo o a lo dicho en el Manifiesto Comunista, sino que la sociedad poscapitalista se desarrolla delante de nuestros ojos en el movimiento real de la sociedad, en sus prácticas, en sus tendencias porque lo comunitario tiene que emerger de las comunidades de las Ayllus, y el Estado es solo una herramienta que puede ayudar porque el Estado no puede construir comunitarismo, no hay nada más antiestatal que el comunitarismo. Entonces a partir de este diagnóstico del Álvaro me vale preguntar ¿qué nos queda por hacer? ¿cuáles serían las tareas del MAS para la nueva etapa y cuáles serían las tareas para el movimiento social?
Primero, las palabras del Álvaro son del Álvaro. No las recuerdo exactamente, pero me gustó mucho saber que él había identificado claramente el sentido de mis búsquedas, y de mis libros. Yendo a tus preguntas, yo creo que le queda todo por hacer. De lo que tenía que hacer lo hizo todo; el plan del gobierno de Evo se cumplió y se sobre-cumplió y ahora van por más. No nos olvidemos de que Bolivia es el primer Estado plurinacional del continente y esa una de las grandes revoluciones culturales del proceso,  con un reconocimiento de equidad al cien por ciento de las poblaciones indígenas originarias del continente. Es una vergüenza que no haya en el continente ningún otro país con el mismo status.
El plan nacional de desarrollo de los primeros seis años es una obra de arte de la política y la democracia y es un gran logro del proceso de transformaciones que vive Bolivia; resume todo lo que han hecho por la educación y la salud de los sectores más marginados y de todos los sectores, principalmente de los pueblos originarios, por sacarlos de la exclusión. Y están los logros en la subjetividad porque los pueblos vieron y aprendieron –todos- que sí pueden gobernar, que pueden trabajar en conjunto y convivir en la diversidad. Y todo esto no es un discurso porque la población lo ha vivido ya por un período de tres gobiernos y lo que hoy les viene a ofrecer la oposición es volver atrás. Pero no volver atrás solo en lo económico, sino en quitar derechos, desaparecerlos del concepto y de la práctica de ciudadanos porque si desaparecen de la vida social y política de la sociedad, vuelven a ser entes para las consideraciones del poder. Es decir, lo que está en juego para los pueblos es sostener y profundizar su protagonismo o volver a ser sometidos. Esta es a mi modo de ver la disyuntiva central hoy.
En lo económico concreto los logros son también impresionantes y más viendo nosotros desde acá. Cuanto todo empezó, allá por el 2006, en Bolivia el dólar estaba en 6,70/6,90 pesos bolivianos  y hoy –con pequeñas altas y bajas, de centavos-, está más o menos igual, después de tres períodos de gobierno; una estabilidad nunca vista en ningún proceso latinoamericano. Por eso, desde lo económico le quieren pegar el zarpazo, como hay plata en la caja se la quieren quitar y llevar… que por su voracidad, el capital financiero tiene que ir al saqueo de los pueblos, se llevan el cash, después viene el mecanismo de la deuda: te prestan diez para llevarse cien.
Desconozco hasta qué punto estas discusiones ocupan hoy un lugar de la agenda porque se discute mucho de números y cifras en economía, pero considero que –como te dije  los logros que abrió el proceso de revolución democrático-cultural en Bolivia fueron mucho más grandes en el terreno de la subjetividad que en lo económico. Hoy día parece fácil ver una ministra indígena, pero hace quince años atrás los indígenas no podían caminar por la misma vereda que los blancos, si entraban a las instituciones jamás podían llegar hasta el despacho de un ministro, se tenían que quedar haciendo filas esperando días; no podían levantar la vista del piso tenían que mirar para abajo, no podían mirar al blanco a la cara y hoy día pueden dirigir un país. Me parece que esto habla de un proceso, de una revolución muy grande y profunda.
Por eso digo que hoy se abre todo nuevamente. Porque todo lo que ya se logró ha potenciado al sujeto colectivo, primero. Pero sus actores han de trabajar para rearticularse, han de buscar y encontrar cuáles son los puntos nodales de este nuevo tiempo histórico que van a vivir para establecer una reconexión entre los distintos actores para volver a apuntalar una subjetividad común, para superar el tema del corporativismo que una vez que se instala, si se lo deja, se queda. Y eso solo se puede superar construyendo otra subjetividad, colectiva, que no destruya lo corporativo pero que lo contenga adentro, sabiendo que la respuesta a “lo mío” nunca va a ser individual sino colectiva. Que no es el rechazo de lo individual porque el rechazo de lo individual ya lo vimos en las experiencias socialistas del siglo XX que terminan siendo una postergación eterna, tanto como sector y como persona, y eso a la larga te juega en contra. Por eso digo, es una conjugación de los intereses individuales y los colectivos. Pero hay que hacerlo; es un desafío para el pueblo boliviano y sus organizaciones sociales y políticas.
Otro de los temas es el referido a la amplitud del Estado. Considero que el Estado tiene que avanzar hacia la sociedad, hacia la participación y co-participación en la definición, realización y control de las políticas públicas, lograr que el proceso se enrumbe integralmente hacia el empoderamiento colectivo de la sociedad.
Otro elemento fuerte para esta etapa, considero que es buscar medios y modos para que el “Buen Vivir” pueda trascender el contexto boliviano para transformarse en un proyecto continental. Me encantaría que este sea uno de los ejes rectores de la política exterior de Bolivia. El “Buen Vivir” tiene un resumen de claves civilizatorias que nos hacen falta para reencontrarnos con la naturaleza, para pensar en cómo rebasar al capitalismo y re-humanizarnos: no es el tema de la “toma del poder”, sino el empoderamiento de los pueblos; es una disputa raizal del poder, que no es por arriba sino desde abajo, pero sin olvidar el desde arriba, o sea, la importancia de disputar el gobierno pero para hacer transformaciones abajo. Hay que transformar el poder que se ocupa porque si se va hacer todo esto para adaptarse al poder existente, entonces estamos hablando ya de otra historia.
En la historia que yo me ubico hay que avanzar para transformar las raíces de ese poder desde adentro; ese es el aporte de István Mészáros: son los propios sujetos los que -no queriendo vivir bajo el dominio, la explotación y la cosificación creciente del ser humano que produce el predominio del capital sobre la vida-, van construyendo formas de vida diferentes, que respeten al ser humano, que lo reintegren en su concepción de vida con la naturaleza y consigo mismos.
Por eso para mí, el de Bolivia es –en síntesis-, uno de los procesos de cambios más grandes y trascendentes del continente. Pese a cualquier error o limitación que le podamos marcar, es bueno tener presente que uno identifica y señala deficiencias donde sabe que es posible la perfección.





SIETE DE CADA DIEZ BOLIVIANOS TEMEN FRAUDE EN LAS ELECCIONES Y EL TELÉFONO CELULAR SERÁ CLAVE PARA EVITARLO

Partidos y ciudadanos activan diversos medios de control para los comicios del 20 de octubre ante la desconfianza en la organización del Tribunal Supremo Electoral que habilitó la candidatura de Evo Morales.

Infobae de Argentina (www.infobae.com)
                                                                                             
El desplome de la confianza en el Tribunal Supremo Electoral ha disparado en Bolivia el temor a un posible fraude en la votación del 20 de octubre y ha generado diversas iniciativas ciudadanas y partidarias de control electoral en las más de 35.000 mesas de sufragio en el país y en el exterior, que tienen como base el uso de teléfonos celulares para registrar las actas de cada recinto y transmitirlas a los centros de cómputo.
Desde el Gobierno hasta los principales partidos políticos, además de plataformas ciudadanas e instituciones cívicas han anunciado el desplazamiento de miles de personas a los lugares de votación para que emitan fotografías y las distribuyan a aplicaciones. Una de las novedades es el diseño de la web/app www.MandaTuActa.com, que consiste en un sistema de alta inteligencia informática para realizar el relevamiento de datos desde los recintos electorales al momento del conteo de votos y registro de resultados, además del análisis estadístico o la detección de irregularidades. Fue impulsado y financiado por cuatro profesionales y empresarios bolivianos de tecnología, que viven en EEUU y Canadá. La plataforma Ruta de la Democracia también ha trabajado en la habilitación de un sistema en el cual se podrán incluir datos relevantes con geolocalización de los recintos donde se registren observaciones ciudadanas.
El Comité pro Santa Cruz, que reunió la semana pasada en la capital cruceña a más de un millón de personas que protestaron contra la habilitación de Evo Morales y por el desastre ambiental de la Chiquitania, es otra de las organizaciones que ha creado un sistema de control electoral el 20 de octubre. Una de las resoluciones que se tomaron en esa movilización de una multitud de personas en la zona de El Cristo, donde confluyen cuatro avenidas, fue el voto castigo contra el presidente de Bolivia y la implementación de la vigilancia ciudadana en los lugares de sufragio.
Tanto algunos organismos de cooperación internacional como consultores políticos del exterior se han mostrado preocupados por las reacciones que ocurran el día después de las elecciones por los resultados electorales. Durante un debate en el que participaron el martes en la noche el director de campaña del partido de Carlos Mesa, Ricardo Paz, y el coordinador de campaña del partido de Oscar Ortiz, Vladimir Peña, la estratega política Guisela Ruback pidió a ambos opositores a que hagan los esfuerzos suficientes para reforzar la vigilancia electoral, sobre todo en las áreas rurales. “El problema es que tanto los opositores como el oficialismo pueden argumentar el día después de la elección, dependiendo si los resultados son desfavorables, que hubo fraude. Hay que tener mucha atención sobre todo en las zonas rurales”, dijo Ruback. Uno de las suceptibiilidades de los partidos opositores es que hay zonas alejadas de las urbes que prácticamente son impenetrables y en las que el Gobierno ha tenido siempre una supremacía electoral.
En varios momentos de la campaña, Carlos Mesa, Oscar Ortiz y otros candidatos presidenciales opositores han expresado su desconfianza en el Tribunal Supremo Electoral que habilitó las candidaturas del presidente y del vicepresidente Evo Morales y Alvaro García. Otras acciones controversiales de los vocales, como el aval a las primarias, además del reemplazo de candidaturas presidenciales y vicepresidenciales también han sido cuestionadas. Renuncias o sustitución de autoridades o de funcionarios electorales durante el último año también aumentaron las críticas, por lo que incluso hubo paros en los que exigieron las renuncias de todo el Tribunal Supremo Electoral, lo que no ha ocurrido hasta el momento, cuando falta ya solo once días para la votación presidencial en Bolivia.
Prácticamente 7 de 10 bolivianos opinan que es posible que haya fraude el 20 de octubre. De acuerdo a una encuesta de la empresa Mercados y Muestras, difundida a fines de septiembre por los diarios Página Siete y Los Tiempos, el 68 por ciento de los ciudadanos entrevistados en todo el país considera que habrá dolo en el proceso electoral y sólo un 20 por ciento respondió que no.
Los partidos se movilizan
Como la ley electoral de Bolivia autoriza a los partidos a enviar delegados a cada una de las mesas de votación, los principales acaban de anunciar que los movilizarán en todo el territorio para hacer la vigilancia. Ricardo Paz, director de la campaña de Comunidad Ciudadana, dijo que desplazarán a unos 35 mil delegados.
Por su parte, Vladimir Peña, coordinador de la campaña de Bolivia Dice No, informó que se ha previsto el desplazamiento de 45.000 delegados a los recintos electorales, tanto dentro como fuera del país. “En el exterior tendremos a los activistas del 21-F y aquí a nuestros delegados, muchos universitarios. La vigilancia tiene tres fases. La primera es el control en la mesa, donde cada delegado registra con su teléfono el acta del escrutinio y lo envía a una aplicación. La segunda es la vigilancia es el traslado del material desde el lugar de votación hasta el tribunal electoral y, la tercera, es el cómputo oficial, para lo que hemos dispuesto nueve equipos en cada tribunal. Existe la intención del Gobierno de incurrir en un fraude, ya que la minoría del MAS necesita maximizar su voto donde no haya control, sobre todo en las zonas rurales. El fraude se puede dar si no hay suficientes delegados. Ante el descrédito del Tribunal Supremo Electoral, toca duplicar el esfuerzo”, sostuvo Peña.
También el MNR ha desarorrollado una aplicación, de acuerdo a lo informado por su candidato presidencial Virginio Lema, que tiene al teléfono celular como artefacto clave para el control electoral.
Por su parte, Ricardo Paz, de CC, explicó a los medios bolivianos que vigilará el voto bajo el “sistema piramidal”, que consiste en designar un delegado en las más de 35.000 mesas, para que éste reporte a los jefes de recinto cualquier hecho irregular. Al concluir la votación se enviarán las actas del escrutinio..
“Cada delegado tendrá un teléfono inteligente con el cual sacará una fotografía al acta. Una vez que se cumpla el escrutinio, la enviará mediante una aplicación, los datos irán a la central”, dijo Paz, quien agregó que los equipos ya fueron instalados, y trabajarán con servidores que están fuera del país.
El Whatssapp y las redes sociales también tendrán su rol en la vigilancia electoral. Se supo que CC ha habilitado un número con ese fin.
En el MAS también informaron que reactivarán su sistema informático de cómputo de votos. “Es la transmisión directa. Vamos a tener una base de datos y sólo ulo sarán los delegados de mesa”, explicó a los medios Víctor Borda, presidente de la Cámara de Diputados. En cada mesa el partido de Gobierno designará a un delegado titular y a un suplente
Jurados, veedores y nuevo sistema
Para reducir la desconfianza, el Tribunal Supremo Electoral ha anunciado la llegada de veedores internacionales que vigilarán el proceso. Sin embargo, la clave es la apuesta por los jurados electorales en cada mesa, que son los que administran el proceso y hacen directamente el cómputo manual en el lugar de votación, que se registra en un acta, antes del siguiente paso que es el envío del documento a las oficinas de cada tribunal.
Los jurados son ciudadanos elegidos por sorteo, que reciben capacitación previa para ser las máximas autoridades en los lugares de sufragio. No hay en Bolivia aún un sistema de votación electrónica.
Para contar con los resultados oficiales preliminares de forma rápida, el Tribunal Supremo Electoral dispuso la implementación del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP). Unos 6.000 jóvenes serán movilizados el 20 de octubre para encargarse de ese trabajo con el uso de celulares.
El Servicio de Registro Cívico (Serecí) nacional y los nueve departamentales tienen bajo su responsabilidad la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), que es un sistema de información no vinculante que permite dar a conocer, en el menor tiempo posible, los resultados preliminares de la votación.
Jóvenes estudiantes, sobre todo bachilleres, que cuentan con un celular Android 4.9 o superior (preferentemente homologados) fueron contratados y están siendo formados para cumplir esta tarea. La información difundida a través del TREP es previa al cómputo oficial y juzgamiento definitivo de las actas electorales a cargo de los Tribunales Electorales Departamentales.
El personal transmitirá una fotografía del acta electoral desde las mismas mesas de sufragio, validando el código que tiene cada una de ellas. Los datos serán enviados al TSE a través de la aplicación habilitada, donde el equipo de validación revisará que las imágenes transmitidas se encuentren dentro de los parámetros establecidos, transcribirá los datos dentro del sistema, aprobará la información y la enviará para su publicación en el sitio web que se habilitará.
Para el analista político Daniel Valverde, de la Universidad René Moreno, la confianza sobre el TSE se desplomó en los últimos dos años a raíz de decisiones muy controversiales. “Un alto porcentaje de la población tiene la percepción que habrá fraude. Sin embargo, no puede explicar qué tipo de fraude o cómo podría efectuarse. Los desajustes en el proceso previo al 20 de octubre, han sido notorios, pero no se puede demostrar que podría manipularse la votación. Primero, se ha implementado un sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) que cuenta con apoyo y financiamiento técnico de la cooperación alemana y que permite tener datos casi exactos prácticamente en la misma jornada por medio del archivo fotográfico de las más de 5 mil mesas que se habilitarán en Santa Cruz el día D. Este sistema ya se puso en práctica en el referéndum del año 2016 y que lo perdió el gobierno Segundo, los políticos han comenzado a montar estructuras y mecanismos de control que son siempre saludables para evitar excesos y frenar cualquier intento de manipulación. La percepción es más un reflejo de lo que ha pasado a lo que pueda suceder”, opinó.
En las últimas horas, el Tribunal Supremo Electoral advirtió que no se pueden sacar fotos de las boletas de votación al momento de sufragar. Sin embargo, el teléfono celular será esta vez clave para la vigilancia.




EL MÉDICO TRADICIONAL CHINO QUE VIAJABA CON VOLUNTARIOS A LA CHIQUITANÍA BOLIVIANA PARA ALIVIAR EL DOLOR DE LOS BOMBEROS

Se formó como parte de la organización taiwanesa Tzu-Chi y colaboró en varios desastres naturales. Las últimas cuatro semanas se acercó desde Santa Cruz (donde vive) hasta la zona de los incendios. Ayer el Gobierno boliviano dio por extinguido el fuego en la zona.

RT de Rusia (www.actualidad.rt.com)
                                                    
Desde julio, los incendios en la Chiquitanía boliviana han destruido más de 5 millones de hectáreas, además de que ocupan portadas de diarios y noticieros locales e internacionales. Este martes el Gobierno de Evo Morales dio por extinguido el fuego: "Se lograron apagar todos los focos de calor", anunció. Esta es la historia de Charlie Tsai, un médico tradicional chino de Santa Cruz de la Sierra, que durante este último mes viajaba los fines de semana a la zona a ayudar a los bomberos a lidiar con el dolor.
Charlie es de familia taiwanesa. Nació en Argentina y vive en Santa Cruz de la Sierra. Ocupa la mayor parte de su tiempo haciendo acupuntura con un método particular. "Mi método duele más de lo normal pero muestra resultados más rápido. Y es que en la acupuntura existen los puntos superficiales y el punto real, que es más efectivo", relató a RT.
Durante toda su formación ayudó en pequeños lugares como voluntario de la fundación Tzu-chi. Se trata de una organización humanitaria taiwanesa que ayuda en casi 50 países.
En aquellas zonas desprotegidas, cuenta, los resultados tienen que ser más veloces "porque la gente necesitaba curarse de inmediato". Iban de pueblo en pueblo: en Bolivia, en Argentina (Santiago del Estero, Tucumán), Brasil, Chile, incluso en Ecuador y México cuando sufrieron terremotos.
Pero con la Chiquitanía, al principio estaba desconcertado. Veía las noticias y no sabía qué hacer. "Me sentía yo bastante mal porque no sé cómo apagar fuego y, de ir, solamente deterioraría mi salud sin poder hacer nada. Ser bombero voluntario son meses de formación", contó. Entonces empezó a enviar alimentos, guantes, botas, gotas para los ojos, todo lo que podía.
Después se dio cuenta de que podía ir: aunque no apagara el fuego, sabe reducir el dolor. "Los bomberos precisaban de nosotros", pensó. Justo en ese momento la Gobernación y el Consulado Chino lo acababan de contratar para un curso de masajes. Entonces a él se le ocurrió enseñarles la técnica 'Gua-Shá'. "Es un tratamiento que tiene miles de años. Fue diseñado para herreros chinos que trabajaban con mucho calor en condiciones muy duras", relató.
Sus alumnos lo recibieron muy bien y –después de algunas clases– algunos incluso ya estaban capacitados para hacer el tratamiento. Entonces decidió emprender el primer viaje. Fueron 14 voluntarios con él. "La versión que ellos aprendieron está diseñada para ayudar con los síntomas del calor: la fatiga, los dolores de cabeza, la presión alta y otros muchos síntomas causados por el calor. El tratamiento hace que la temperatura interna del cuerpo baje", describió.
Mientras sus alumnos hacían esa técnica, él asistía con acupuntura. "Creí que no haría mucho de eso, pero cuando llegué había muchísimos bomberos que precisaban. Había muchos problemas de pulmón, hígado, riñón, daños en tobillos, rodillas, tendinitis, columna", recordó.
El primer día que llegó tuvo que salir como si fuera un vendedor ambulante ofreciendo su servicio. Pero encontró a un capitán de bomberos voluntarios muy amable que tenía migraña, le hizo acupuntura y quedó maravillado. Se sintió listo para volver a trabajar. "Con la acupuntura hay una forma de hacer que se filtren ciertas emociones, entonces eso también ayudó", contó Tsai. Así fue que una vez que el capitán se sintió mejor animó a todo el resto de la tropa. Fue como una bola de nieve.
En el primer viaje atendió a más de 100 personas mientras los voluntarios aplicaron Gua-shá a unas 150 personas. El segundo fin de semana hizo más de 200 pacientes y sus alumnos unas 240 personas. Ya desde ese viaje no sólo atendían bomberos sino también locales que se ocupan de la logística, la cocina, etcétera.
Las primeras travesías las pagó todas de su bolsillo porque sus voluntarios son personas que llegan de barrios humildes. La tercera visita ya la gobernación los ayudó con el transporte. Cada vez que van, analizan a donde hace falta.
Primero fue a Concepción. Después a la zona de San Ignacio. Más tarde al norte, a un pueblo cerca del Parque Nacional Noel Kempff Mercado, después a San José de Campamento. 
A fines de septiembre el vicepresidente Álvaro García Linera anunció que se estaba preparando el plan para reconstruir los bosques afectados por los incendios en la Chiquitanía. "En este tema de preocupación nacional contaremos con recursos para reconstruir nuestros bosques", dijo en entrevista con el canal 'Cadena A'.
El martes de esta semana, el presidente boliviano Evo Morales anunció que los incendios están apagados y agradeció la ayuda nacional e internacional para extinguirlos. 





TOUS ABRE SU SEGUNDA TIENDA EN BOLIVIA Y SE PREPARA PARA SU SALTO ONLINE EN EL PAÍS
                                                                     
Dos años después de abrir en Bolivia su primera tienda, Tous lanza su segundo establecimiento en el país y se prepara para su lanzamiento de su plataforma online.

Modaes de España (www.modaes.com)
                                                                                                             
Tous crece en Bolivia. Continua su expansión en el país con la apertura de su segunda tienda en el centro comercial Las Brisas. Por otro lado, la empresa, lanzará en los próximos días su tienda online en el país
Para Tous el mercado en Latinoamérica es una oportunidad de expansión. Actualmente cuenta 700 tiendas repartidas en 56 países en la que ha logrado un nuevo récord de ventas en 2018, al registrar una cifra de 466 millones de euros (511 millones de dólares), un 4,5% más que el año anterior, según reportes de la compañía.
“La expansión se da natural. Nos dimos cuenta de que España se podía quedar pequeño y los países de Latinoamérica tienen mucha relación con España. Estamos más cerca de ustedes que de los países europeos, quizás por el idioma”, declara la ejecutiva.
Por otro lado recientemente, la empresa española también superó la barrera de las diez tiendas en Chile, tras abrir en la ciudad de Viña del Mar y 28 establecimientos en el mercado colombiano, donde opera de la mano de Sterling Joyeros.





MENDOZA EXPORTARÁ MOSCAS DEL MEDITERRÁNEO ESTÉRILES A BOLIVIA

El ISCAMEN proveerá 162 millones de insectos esterilizados al Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria de Bolivia.

El Ciudadano de Argentina (www.ciudadanodiario.com.ar)

Mendoza produce insectos estériles en la Bioplanta de Santa Rosa, lo que constituye la base del Programa de Erradicación de la mosca del Mediterráneo. Los insectos estériles son fundamentales para la aplicación de Técnica del Insecto Estéril (TIE), en la que Mendoza es pionera a nivel nacional e internacional.
Actualmente la producción de la Bioplanta Santa Rosa alcanza los 400 millones semanales, de los cuales 23 millones son enviados para asistir el programa de control de la plaga que se desarrolla en la Patagonia.
Tanto la Patagonia como los oasis Sur y Valle de Uco de Mendoza son áreas reconocidas internacionalmente como libres de esta plaga y sostenidas fundamentalmente a través de la liberación de machos esterilizados, que interrumpen el ciclo biológico de la plaga de mosca del Mediterráneo.
En el programa de asistencia técnica que brinda la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) a diferentes instituciones y organismos a nivel mundial, se licitó la provisión de insectos estériles para el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria de Bolivia.
En este proceso licitatorio, la producción mendocina de insectos estériles compitió con otras plantas de producción de nivel internacional y finalmente resultó adjudicada.
A partir de este mes se iniciará la provisión de 162 millones de insectos machos esterilizados a Bolivia. La entrega del material biológico se realizará durante 54 semanas a razón de 3 millones semanales.

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