Friday, October 04, 2019

YPFB ES UNA DE LAS COMPAÑÍAS PETROLERAS DE MÁS RÁPIDO CRECIMIENTO EN AMÉRICA LATINA. HACE QUE LA RIQUEZA NATURAL SEA ACCESIBLE PARA MILLONES DE BOLIVIANOS


Las inversiones en actividades de exploración y refinerías han permitido que la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) se consolide como la fuerza transformadora actual en Bolivia y un punto de referencia en América Latina.
Para aumentar las reservas de hidrocarburos, YPFB ha invertido $ 14.4 mil millones y $ 429 millones desde 2006, año en que fue nacionalizado por el presidente Evo Morales, hasta mayo de 2019.
El 1 de mayo de 2006, Morales emitió el Decreto Supremo 28701 "Héroes del Chaco" que nacionalizó los recursos naturales a favor del pueblo boliviano y reactivó a la compañía petrolera como la entidad más importante del país.
La concentración de recursos en actividades aguas arriba (exploración y producción) con ocho mil millones y 900 millones de dólares, seguida de la industrialización (dos mil millones) favoreció el dinamismo del sector y garantizó el suministro de gas natural y combustibles líquidos a los mercados nacionales y extranjeros.
Asimismo, provocó el cambio en la matriz energética del país al aumentar sus instalaciones de gas para el hogar en beneficio de millones de bolivianos, así como al llevar a cabo proyectos de transporte, refinación y almacenamiento para satisfacer la demanda nacional.
Para esta realidad, se elaboró ​​una ruta exploratoria hasta 2022 que incluye la perforación de 28 pozos, de los cuales 12 están en ejecución y 16 en programación, según fuentes oficiales.
El presidente de la petrolera estatal boliviana, Oscar Barriga, le dijo a Cambio en agosto pasado que esta estrategia, llamada "La Ruta de la Exploración", tiene beneficios a largo plazo y planes para reponer y aumentar las reservas, así como el reemplazo de los megacampos actuales del subandine. sur para nuevos proyectos.
"Esta inversión está orientada no solo a nuevos campos y áreas exploratorias, sino también a explorar nuevas regiones dentro de las áreas contractuales actuales y, además, a garantizar una inversión en servicios relacionados con la exploración", dijo.
Para desarrollar este proceso, fue necesario realizar estudios regionales de geología y geofísica para culminar con la perforación de un pozo exploratorio.
YPFB y las compañías operadoras llevaron a cabo importantes proyectos a través de la adquisición de datos sísmicos, gravimétricos, magnetotelúricos, geoquímicos, de geología de superficie, entre otros, que favorecieron la integración regional y la consolidación del conocimiento sobre los sistemas petroleros en el país.
Los resultados significativos muestran actualmente los pozos Los Monos-X12, Chaco Este X-1 y Chaco Este X-2 (Tarija), Incahuasi-5 y Florida X-2 (Santa Cruz) y Boyu X-2 (Gran Chaco).
Por otro lado, se realizaron estudios en diferentes áreas de hidrocarburos como Madre de Dios (Beni, La Paz y Pando); Altiplano (Oruro, Potosí y La Paz); Pie-Monte-Boomerang (Cochabamba y Santa Cruz); Submarino del Norte y Llanura Benand (La Paz y Cochabamba) y Monte-Llanura Sub-Sur Sur (Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz)
Industrialización del gas, autosuficiencia para Bolivia
La industrialización del gas natural en Bolivia fue una solicitud popular que el presidente Evo Morales se materializó en septiembre de 2017 con el inicio de las operaciones del productor de amoníaco y urea en Bulo Bulo (Cochabamba).
Para producir y comercializar el GLP, se crearon las plantas de separación de líquidos de Río Grande (Santa Cruz), Carlos Villegas de Quiroga (Tarija), ambas financiadas por Reservas Internacionales Neta a través de créditos bancarios. Central boliviana.
Al principio, la planta de Río Grande, una inversión de US $ 191 millones, suministraría GLP y gasolina al mercado interno y, con su capacidad de procesamiento y producción, era posible exportar a países vecinos como Paraguay, Uruguay y Perú.
Por su parte, el complejo Carlos Villegas de Quiroga, una inversión de US $ 695 millones, es cinco veces más grande que Río Grande y se encuentra entre los tres más grandes de la región en términos de capacidad de procesamiento, después de Bahía Blanca (Argentina) y Camisea ( Perú)
El ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Luis Alberto Sánchez, dijo en marzo pasado que si estas refinerías no existieran, habrían gastado $ 710 millones en importaciones de GLP.
Sánchez explicó que de 2013 a 2018 generaron US $ 194 millones por concepto de exportación.
"Si sumamos lo que habríamos gastado en importaciones, más las ganancias generadas por la exportación, es de $ 904 millones, es decir, la inversión estaba cubierta", reafirmó.
Recordó que estos complejos industriales son responsables de extraer líquidos del flujo de exportación de gas natural a Brasil y Argentina, una economía que es el resultado de la política, la estrategia y el plan energético del representante boliviano.
Señaló que el contrato de venta de GLP a Paraguay actualmente es posible debido a la existencia de estas fábricas de separación que registran US $ 30 millones por año para la comercialización de 58 mil toneladas métricas.
El gas natural rico en metano, etano, propano, butano y otros compuestos de megacampos alimentan a Carlos Villegas de Quiroga a través del gasoducto de integración Juana Azurduy.
El gobierno del presidente Evo Morales, promueve diversas políticas para el beneficio económico y social del país a través de YPFB, una empresa nacionalizada en 2006 y que gracias a esta decisión histórica ha generado ingresos de 38 mil millones y 343 millones de dólares por concepto de ingreso petrolero.
Según un análisis de la revista internacional América Economia, YPFB fue la segunda compañía petrolera en mejorar su rentabilidad entre las 500 en América Latina con US $ 332.5 millones en comparación con sus ventas.
Otros resultados son significativos a nivel internacional, pero lo que es más importante, se considera como el pilar fundamental para llevar a cabo el proceso de transformación y ser la fuerza transformadora para Bolivia. (www.outraspalavras.net)





BOLIVIA: "ES LA ECONOMÍA, ESTÚPIDO"

Nuso Org. (nuso.org/articulo)

Si Evo Morales aún tiene posibilidades de ser reelegido en 2019 –pese a su desgaste político–, ello se debe a la economía. Es allí donde la oposición tiene más dificultades para enfrentar a un gobierno que combinó crecimiento sostenido con baja inflación. Pero ¿en qué consiste el «modelo boliviano»? ¿Cuáles son sus potencialidades y límites?
Mientras corría 2018, pocos apostaban a que Evo Morales podría ganar una tercera reelección. En primer lugar, porque el presidente boliviano venía de una derrota en el referéndum constitucional del 21 de febrero de 2016: 51% de la población había rechazado el cambio a la Constitución que él propuso y que habría levantado la prohibición, contenida en esta, para que se reeligiera una vez más. En segundo lugar, porque acababa de sortear esta derrota a la manera tradicional de los caudillos latinoamericanos: ordenando al Tribunal Constitucional que lo habilitara mediante una «interpretación» de la Constitución que, en los hechos, la cambia al aceptar la posibilidad de la reelección indefinida. Esa habilitación despertó la ira de los sectores medios de la población, donde está más enraizada la ideología liberal –alternancia presidencial e igualdad ante la ley–. De estos sectores había surgido el Movimiento 21-F para rechazar la legitimidad de la candidatura de Morales para las elecciones del 20 de octubre de 2019.
En la segunda mitad de aquel 2018, el presidente aparecía empequeñecido en las encuestas, mientras el ex-presidente Carlos Mesa, que aún no se había postulado, subía sostenidamente y era considerado el «hombre que podía ganarle a Evo». Al mismo tiempo, el movimiento 21-f cometía el error de concentrar sus esfuerzos en tratar de impedir que Morales se convirtiera en candidato, algo que no tenía fuerza suficiente para lograr. A comienzos de 2019, el mandatario boliviano había logrado adelantar el comienzo del proceso electoral y ocho frentes opositores habían decidido, pese a todo, entrar en las elecciones. En este momento, el movimiento 21-f comenzó su retirada, sumándose a la fragmentación electoral de la oposición. También empezaba una tendencia que duraría toda la campaña: el estancamiento de los números de Mesa, que no avanzaba en las encuestas, mientras Morales subía lentamente, pero con seguridad, desde una posición de empate con el ex-presidente hasta otra que le garantizaba ganarle en la primera vuelta. Este comportamiento no se debía a que todos los decepcionados de Morales retornaran al redil –y por eso el Movimiento al Socialismo (mas) no obtenía resultados como los de 2014, cuando logró 63%– sino a que muchos «perdonaban» al líder indígena por un conjunto de factores que expondremos a continuación. No hay que olvidar, además, que la derrota en el referéndum fue por escaso margen contra toda la oposición unificada en el «No».
En primer lugar, la mayoría seguía aprobando su gestión de gobierno, aunque por margen estrecho; en segundo lugar, su imagen personal, aunque era más rechazada que en cualquier momento desde que se volvió presidente, seguía siendo más fuerte que la de cualquier otro político boliviano. En parte, estas cifras se debían a un fenómeno de identificación étnica y social: proporcionalmente, el presidente lograba casi el doble de votos en las pequeñas ciudades y en el campo que en las grandes urbes, como La Paz, Cochabamba o Santa Cruz de la Sierra. Mientras más indígena y económicamente más modesto es un elector, más probabilidades existen de que vote por el mas.
Sin embargo, el factor fundamental del apoyo electoral al mas sigue siendo aquel que el consultor político James Carville, en la primera campaña de Bill Clinton, refería con una pintoresca y muy conocida frase: «Es la economía, estúpido». Según una encuesta preelectoral de Ciesmori, 36% de los bolivianos piensa que la situación económica del país es hoy «buena» y 27%, que es «regular»1. Pese a la crisis de Argentina y Brasil y al débil comportamiento de la economía sudamericana en general, el pib de Bolivia crecerá más de 4% este año, un resultado menos elevado que el de años pasados, pero todavía capaz de despertar ilusiones. 43% de la gente cree que hoy está «un poco mejor» que hace un año (10% mucho mejor; 21%, igual), en agudo contraste con las opiniones de los analistas opositores respecto a la situación, según las cuales esta es crítica por la pérdida de casi 2.000 millones de dólares anuales de reservas como consecuencia del déficit comercial del país, que se debe, sobre todo, a la caída de los precios internacionales del gas2. Se supone que en los próximos años esta pérdida deteriorará el nivel de las reservas de divisas a un punto peligroso para la estabilidad financiera del país, excepto si el nuevo gobierno implementa políticas de «ajuste», es decir, reduce la inversión pública y disminuye las importaciones –en su mayoría, de productos industriales–, lo que ralentizará el crecimiento3. Obviamente, el voto se explica siempre por las percepciones populares y no por las de los expertos de los centros de investigación. Y 40% de los votantes considera que su situación personal y familiar estará «un poco mejor» dentro de un año; 15%, que estará «mucho mejor», y 13%, «igual»4.
Las evonomics
¿En qué han consistido hasta ahora las evonomics? Básicamente, en la combinación de estatismo en las «áreas estratégicas» de la economía, como el gas y la electricidad; en una alianza con el sector privado a cargo de las grandes (agro)industrias nacionales, el comercio de gran escala y las finanzas; y en un «pacto de coexistencia pacífica» con la masa de pequeños emprendimientos artesanales y comerciales, que ocupa a más de 60% de la fuerza de trabajo, pero no cumple con las leyes laborales e impositivas del país. Esta es la «economía plural» que promueve la Constitución y que se ha beneficiado en su conjunto del superciclo de las materias primas que benefició a la economía latinoamericana entre 2004 y 2014. Las diferencias con el manejo chavista de Venezuela son, como puede verse, enormes.
Bolivia ha tenido siempre una economía primaria y exportadora, por lo que generalmente ha reaccionado con gran sensibilidad a los cambios del comercio mundial. Adicionalmente, en este periodo de prosperidad, gracias a las políticas nacionalistas del gobierno, una buena parte de la riqueza extraordinaria que el país obtuvo por la venta de gas a Brasil y Argentina, así como por las exportaciones de minerales –alrededor de 100.000 millones de dólares– quedó dentro de las fronteras5. El «modelo boliviano» considera la existencia de dos sectores: uno «generador de excedentes», compuesto por las actividades petrolera, minera y eléctrica, y otro sector «generador de ingresos y empleos», conformado por las manufacturas, la actividad agropecuaria, la construcción, el turismo, etc. El modelo se basa en la toma del primer sector por parte del Estado, que así se convierte en el principal actor de la economía, y luego en la transferencia de los excedentes de este al segundo sector por la vía del gasto público y la redistribución económica, es decir, de la ampliación de la demanda. Se diferencia así de lo que ocurría en los años 90, bajo el neoliberalismo, cuando los excedentes salían de la economía nacional por fuga de capitales y por el pago de las utilidades de los inversionistas extranjeros6.
Luego de revertir la orientación del flujo del excedente por medio de la nacionalización, el Estado debe usar este flujo para: a) industrializar las materias primas, b) animar y transformar el sector generador de empleo e ingresos y c) garantizar la igualdad social7.
En el periodo de aplicación de este modelo, se incrementaron el consumo y las actividades destinadas a satisfacerlo, así como el bienestar social. La extrema pobreza monetaria (medida en ingresos de menos de dos dólares al día) cayó de 38% a 18% y hoy es de solo 10% en las ciudades. Al mismo tiempo, Bolivia se convirtió en un país de ingresos medios, donde «solo» 30% de la población gana menos de cuatro dólares por día8. El shock de liquidez también convirtió a las principales industrias de cerveza, gaseosas, cemento y telecomunicaciones en empresas de porte considerable, mayoritariamente en manos de conglomerados extranjeros. Asimismo, impulsó enormemente a los bancos nacionales, cuyo patrimonio aumentó 3,6 veces entre 2008 y 2017, de 700 millones a 2.550 millones de dólares, y cuyas utilidades en el mismo periodo se incrementaron 2,7 veces, de 120 millones a 330 millones de dólares anuales9.
El «milagro» de la bolivianización
Luis Arce Catacora, ministro de Economía desde el inicio del gobierno de Morales –excepto por una pausa de un año por enfermedad– es el principal artífice de las evonomics. Para Arce, la estabilidad, es decir, el equilibrio macroeconómico, es «un patrimonio del pueblo boliviano» y debe conservarse. No tiene que ser una tarea del Fondo Monetario Internacional (fmi), como ocurría en el pasado, sino de un programa monetario y fiscal aprobado por el Ministerio de Economía y el Banco Central, que defina la cantidad de dinero que pone el Banco Central en la economía, a fin de alentar la actividad económica sin crear presiones inflacionarias10.
Este programa ha sido facilitado en la pasada década por la abundancia de las reservas internacionales acumuladas durante el boom de ingresos del exterior, pero también por lo que probablemente es el mayor logro financiero de la gestión de Arce: la «bolivianización» de la economía, es decir, la vuelta de los bolivianos a su moneda en detrimento del dólar. Gracias a ambos factores, las políticas monetaria y fiscal han podido ser constantemente expansivas y han alentado un crecimiento continuo del pib que ha sido el mayor de la historia del país. En 2019, Bolivia vivirá su decimoquinto año continuo de crecimiento, a un promedio anual de algo menos de 5%, el más alto por un tiempo tan prolongado.
En los años 90, en cambio, las autoridades monetarias no podían impulsar el crédito interno, que estaba casi completamente dolarizado. Por esta razón, el nivel de las reservas de divisas internacionales –que en esa época era mejor que en otras previas, pero estaba limitado por la debilidad de las exportaciones– se convirtió en una rienda cuyo largo marcaba la amplitud máxima a la que podía crecer la economía. A comienzos de los 2000, solo 3% de los depósitos del sistema financiero estaba nominado en bolivianos y el resto estaba en dólares. En 2015 era casi al revés: 94% de los depósitos estaban en bolivianos y solo 6% en dólares11. ¿Qué pasó?
El programa de estabilización de la economía que se aplicó en los años 80 había combatido la inflación dolarizando la economía. Había inyectado en el mercado los dólares de los ahorristas, algo que era fundamental para evitar la devaluación del peso boliviano, que, a su vez, era el principal detonante de la inflación. Estos dólares habían pasado a manos de la gente, que los había comprado para defender sus ahorros de la acción combinada de la devaluación del boliviano y la inflación. Eran un recurso clave, pero había que sacarlos al mercado para poder aprovecharlos.
¿Cómo se logró que la gente pusiera sus dólares en movimiento? Se autorizó toda clase de transacciones (depósitos, ahorros, préstamos, compraventas) en la divisa extranjera. Y se liberó a los bancos de cualquier encaje –o reserva– legal en moneda extranjera, es decir, se les permitió convertir el 100% de los dólares que tenían depositados en préstamos. Por supuesto, esto incentivó a las instituciones financieras a trabajar con dólares. En cambio, no existía ningún incentivo para hacerlo en bolivianos. De ahí la dolarización de la economía, que estabilizaba la moneda pero impedía el crecimiento. En 2002, el Banco Central hizo un intento de cambiar esta situación: trató de separar el precio de venta del precio de compra de los dólares, de modo que comprar divisas se encareciera, pero no consiguió imponer la medida por las protestas del público.
Fue Arce –y el equipo económico de este gobierno– quien cambió estas condiciones de la siguiente manera: primero, la entrada de gran cantidad de dólares por el boom de las exportaciones les permitió revaluar el boliviano (cada dólar comenzó a cambiarse por menos bolivianos), por un tiempo suficientemente largo como para dar la señal de que tener dólares significaba perder dinero. Luego, se estabilizó el tipo de cambio en 6,97 bolivianos, que es el precio fijo del dólar desde 2011. Si se toma en cuenta la inflación, esto significa que con el transcurso del tiempo cada dólar puede comprar cada vez menos cosas en el mercado interno.
Los estímulos cambiarios se complementaron con un mayor encaje bancario en dólares y la transformación del impuesto a las transacciones financieras, a fin de que solo gravara las operaciones en moneda extranjera. Estas medidas, en un contexto de gran confianza en la economía nacional y con una gran cantidad de reservas internacionales de respaldo, obraron el «milagro». Hoy la moneda que se usa para casi todo, excepto para ahorrar sumas mayores a largo plazo, es el boliviano. Y esto se ha logrado sin prohibir el uso del dólar, lo que probablemente habría sido contraproducente, pues podría haber despertado viejos temores de la población.
La bolivianización ha permitido que las autoridades monetarias mantengan un volumen expansivo de crédito para los actores productivos, incluso desde que las reservas internacionales comenzaron a caer, en 2015 (v. gráfico de la página 12).
Ahora bien, la bolivianización necesita que el tipo de cambio sea de hecho fijo, porque si no fuera así y ocurrieran devaluaciones, estas podrían llevar a las personas, deseosas de no perder su capacidad de compra, a usar nuevamente el dólar. Se ha dicho que tal es el talón de Aquiles de la política monetaria actual, ya que les quita a las autoridades la herramienta de la devaluación como medio para abaratar el costo de las exportaciones y enfrentar escenarios como el actual, en el que los países vecinos han realizado esta maniobra cambiaria y por tanto ponen productos más baratos en los mercados clientes de Bolivia y en el propio mercado nacional. La devaluación también sirve para multiplicar la cantidad de moneda nacional que puede circular con el respaldo de una misma cantidad de divisas extranjeras; al mismo tiempo, tiene efectos negativos, pues incrementa la inflación y aumenta el peso de la deuda de los nacionales en dólares.
Arce no cree que la estrategia devaluatoria funcione en Bolivia. Piensa que la industria local no se beneficia claramente de un boliviano más barato, porque es muy dependiente de maquinarias e insumos importados, y un boliviano barato tiene menos capacidad para importar. Además, teme sus efectos sobre la inflación y la deuda en moneda extranjera. Por esto en los últimos años ha resistido la presión de los exportadores para devaluar el boliviano.
¿Enfermedad holandesa?
Según los historiadores de la economía boliviana, los periodos de prosperidad de la historia nacional respondieron a procesos de ampliación e intensificación del comercio internacional de materias primas, cuando subieron los precios internacionales (plata, estaño, gas) y Bolivia aprovechó la oportunidad que se le presentaba para venderlas a altos precios. La existencia de un vínculo causal entre ambos hechos es, hoy, una teoría generalmente aceptada. En la década de 1990, se pretendía relacionar el crecimiento económico con el ahorro y con la disponibilidad de capital, porque se consideraba que la atracción de inversión extranjera constituía la variable clave. La experiencia nacional en esa misma década y las dos posteriores mostró que a países como Bolivia el capital les llega, sobre todo, a través de booms exportadores, que se acompañan de «shocks de liquidez» y aumentos del nivel de las reservas de divisas.
Durante un auge, la mayor disponibilidad de dólares expande la demanda agregada del país, lo que impulsa sus importaciones legales e ilegales y también sus actividades internas –sobre todo las «no transables», las que pueden eludir la competencia de las importaciones–; ambas dinámicas generan ocupación y bienestar como los experimentados por Bolivia en este tiempo.
Al mismo tiempo, los picos de actividad económica alentados por la inserción exitosa del país en procesos comerciales internacionales están asociados a fenómenos ambiguos: a) la reprimarización de la economía, a causa de la altísima rentabilidad de la exportación de materias primas; b) la insatisfacción de la demanda agregada ampliada por parte de la industria y la agricultura nacionales, lo que presiona sobre las importaciones y –en el campo de las políticas– induce a la adopción de un tipo de cambio fijo, orientado a controlar la inflación. Otros fenómenos asociados son: c) el crecimiento de las actividades «no transables», tales como la construcción, los servicios financieros, los restaurantes, los viajes, el entretenimiento, etc.; d) la apreciación de la moneda nacional, a causa del drástico ingreso de divisas y de una política cambiaria «plana» y e) la caída de las actividades exportadoras «no tradicionales» o manufactureras, como consecuencia de la apreciación monetaria, que eleva los costos laborales12.
Tales fenómenos, junto con otros que no vamos a detallar aquí, corresponden a un anatemizado paradigma de crecimiento, que la literatura económica denomina «enfermedad holandesa». Una denominación que debemos manejar con pinzas, ya que implícitamente sugiere la existencia de un modelo de crecimiento «normal», sostenible y autopropulsado, que sería el industrial, frente al cual el crecimiento de los países no industriales con recursos naturales, como Bolivia, representaría la anormalidad y la adversidad propias de una «enfermedad».
Quizá sea tiempo de aceptar que el estilo «holandés» de expansión económica, con todas las características que hemos anotado, es inevitable para economías que, como la boliviana, se basan en la explotación de recursos naturales no renovables. No hay razones para creer que aquello que ha sucedido una y otra vez a lo largo de la historia vaya a cambiar radicalmente en el futuro. Admitir esta realidad y, por tanto, la persistencia de este tipo de crecimiento, ha sido una de las ventajas del gobierno, que explotó la necesidad nacional de «vivir de los recursos naturales» a su favor. Esta, y no otra, es la principal fortaleza del llamado «Modelo Económico Social Comunitario Productivo». Simultáneamente, la debilidad de este ha sido seguir con docilidad el designio extractivista, sin tratar de aprovechar los recursos que la extracción proporciona para diversificar gradualmente la economía y superar su dependencia, aunque hay que reconocer que este no es un objetivo sencillo de lograr. Sin embargo, no cabe duda de que este modelo, con sus múltiples errores, logró establecer una línea de crecimiento que se extendió al periodo de la «posprosperidad», lo que plantea, sin duda, un desafío a sus críticos.
¿Cómo lo logró? Con una política de impulso del crédito y de continuación de los altos niveles de inversión pública que se habían logrado en el pasado. En 2018, la inversión pública ha sido responsable de todo el déficit fiscal, que este año ascendió a 8% del pib, algo más que los años anteriores (hay déficits desde 2015). El problema es que esta política, simultáneamente, mantiene altas las importaciones en un contexto en el que las exportaciones no pueden crecer, por la caída de los precios y por diversos problemas productivos que no se mencionan aquí. Durante el súper ciclo de precios, las importaciones pasaron de 20% a 30% del pib en los años más exitosos (2013-2014), y ahora se encuentran en 26% del pib (9.900 millones de dólares)13. Esto también implica una fuga de divisas, solo que por otra vía más productiva. Como señalamos, en los últimos cuatro años el país ha comprado del extranjero bienes y servicios por aproximadamente 2.000 millones de dólares más que el valor de los bienes y servicios que ha vendido, déficit que ha generado un deterioro continuo de sus reservas de divisas.
Una de las principales restricciones que limita el crecimiento de los países latinoamericanos es la necesidad de divisas extranjeras –en concreto, de dólares estadounidenses– para comprar en el mercado internacional muchos de los insumos y bienes básicos que necesitan sus aparatos productivos (y para respaldar con una moneda «fuerte» –es decir, convertible internacionalmente– sus propios medios de pago). Junto con los demás países de la región, Bolivia está obligada a comerciar en una moneda que no le pertenece, así que su capacidad internacional de compra depende de su simétrica capacidad de obtener dólares mediante sus exportaciones. ¿Por qué llamar a este obvio condicionamiento una «restricción»? Entre 2016 y 2018, 53,1% de las importaciones bolivianas fueron de suministros industriales y bienes de capital; cada año, más de la mitad de las divisas que se usan para importar se gastan en compras de materias primas y maquinarias destinadas a poner en movimiento y ampliar el aparato productivo nacional, a nutrir la manufactura y la construcción de infraestructura. La causa es obvia: dado el escaso desarrollo industrial del país, estas importaciones no son sustituibles por productos nacionales. De modo que la actividad en las ramas económicas fundamentales, su ampliación cada año y los efectos de este crecimiento sobre la economía dependen de que haya divisas para la importación. Cuando estas divisas no están ampliamente disponibles en la economía, como comienza a ocurrir en la actualidad en Bolivia, esta escasez relativa pesa como una restricción, también relativa, que pone un límite a los procesos productivos internos y, con ello, al crecimiento global. El país incluso puede verse en la necesidad de detener temporalmente su crecimiento con el propósito de disminuir la necesidad de importar y, así, conservar por más tiempo sus reservas de divisas, de modo que estas cumplan la función financiera, de respaldo monetario, que también cabe que tengan. Sin suficientes divisas, la única salida posible es una devaluación, la cual, como hemos explicado, socavaría la bolivianización y, con ella, todo el modelo de crecimiento actual.
Hace unos días, la fundación liberal Milenio presentó su habitual informe sobre la economía boliviana14, en el que se afirma que hoy está «sobre el tapete la necesidad de ajustar las importaciones, tanto del sector público como del sector privado, lo cual –inevitablemente– conllevaría un mayor debilitamiento del crecimiento económico»15.
Esta implicación puede ser aún de mayor alcance si tomamos en cuenta que otros dos componentes fundamentales del proceso productivo también tienen que ser importados, es decir, que se accede a ellos mediante el empleo de divisas: ciertos combustibles y lubricantes (gasolina, diésel y derivados) con los que Bolivia no cuenta o que no puede producir en cantidad suficiente en el último tiempo por la caída general de la actividad hidrocarburífera del país, y el equipo de transporte, que se importa en su totalidad y que, en parte, se destina a labores productivas. Si sumáramos estas importaciones a las otras, podríamos decir que más o menos 81% de las compras nacionales en el extranjero son gastos inflexibles del crecimiento, es decir, gastos que no es posible recortar si al mismo tiempo se desea mantener o mejorar el ritmo de la expansión económica.
Esta es la razón por la que hasta ahora el gobierno no procuró tales recortes, pese a la necesidad de adaptar el nivel de las importaciones al hecho negativo que representó la caída de los ingresos de divisas por exportaciones desde 2015, el año en que comenzó la caída de los precios internacionales de las materias primas. En el programa que presentó para las elecciones del 20 de octubre, Morales reconoce que el «proceso de cambio» que dirige se ve desafiado por las turbulencias económicas internacionales actuales, en particular por la caída de los precios de las materias primas, y propone medidas que incrementen los ingresos de divisas, como la expansión del turismo y las exportaciones de electricidad, y otras que eviten la salida de divisas, como la «sustitución de importaciones» por parte de empresas estatales. Sin embargo, no está claro cómo se ejecutarían estas ideas con la premura necesaria para evitar una crisis. En principio, si el nuevo gobierno boliviano no tomara ninguna medida, las reservas se reducirían a un nivel peligroso para su papel de respaldo financiero en unos tres años, más o menos. En tal caso, antes podría ocurrir un ataque especulativo que las agotara, generado por la psicología del «escape hacia el dólar»... Pero es muy improbable que el gobierno no haga nada mientras ve cómo las reservas se consumen. Le quedan varios recursos por emplear antes de que la situación se descontrole: puede obtener divisas aumentando el endeudamiento externo del país, que todavía es bajo (28% del pib), lo que parece lo más probable, y también puede tener suerte y encontrar más gas con alguno de los proyectos de exploración que están en marcha y aumentar con ello sus ingresos. Estas soluciones, sin embargo, para ser tales, dependen críticamente del tiempo que demande su ejecución frente al tiempo de conservación de un nivel adecuado de reservas internacionales.





EL LITIO PONE A AMÉRICA DEL SUR EN UNA ENCRUCIJADA

Con el litio, América del Sur está dividida entre su modelo de exportación de materia prima existente y otro tipo de desarrollo.

Diálogo Chino (www.dialogochino.net)
                                                       
"Oro blanco", "petróleo del siglo XXI" y "mineral estrella" son solo algunos de los apodos que se le dieron al litio desde que se utilizó por primera vez para fabricar baterías en 1991.
Un componente clave en dispositivos cotidianos como teléfonos celulares y computadoras portátiles, las baterías de litio también juegan un papel vital en la transformación de los sistemas de transporte basados en vehículos eléctricos. El uso de estos solo crecerá a medida que se agoten los hidrocarburos y se sientan las consecuencias ambientales de quemarlos.
Definir el papel que desempeñará el litio en el futuro de América del Sur es urgente por dos razones. En primer lugar, los países del llamado "triángulo de litio" (Argentina, Bolivia y Chile) poseen el 68% de las reservas mundiales del mineral en forma de salmuera, que es más práctico y rentable de procesar que otras formas. En segundo lugar, las empresas de los países que forman los pilares centrales de la economía global atribuyen cada vez más importancia estratégica al mineral y a la riqueza natural de nuestra región.
Frente a esto, América del Sur está nuevamente revisando el dilema histórico de qué hacer con sus abundantes recursos naturales. ¿El litio impulsará otro auge cíclico de las exportaciones en América del Sur, o servirá como trampolín para romper esta dinámica y explorar nuevas vías de desarrollo?
La comprensión de este difícil problema requiere una comprensión más profunda de las realidades y contradicciones inherentes al litio sudamericano, y un enfoque multidimensional. Esta es la tarea del litio en América del Sur: Geopolítica, Energía y Territorios, el segundo libro del Geopolitics and Common Goods Study Group (GyBC), con sede en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe de la Universidad de Buenos Aires.
Los flujos de fondos hacia la investigación apuntan a la creciente importancia geoestratégica del litio. En cuanto a los documentos científicos, el registro de patentes y la producción de baterías sin procesar, parece que la región de Asia y el Pacífico, claramente dominada por China, está ganando terreno sobre el Euro-Atlántico.
Incluso países como Alemania, la cuna de la transición energética y pionera en innovación de energías renovables, han sido superados en estas áreas en los últimos años por China, que parece decidida a dominar la carrera por la electromovilidad.
Al observar los países del triángulo, está claro que una serie de políticas públicas han obstaculizado la industrialización soberana del litio y han afectado los medios de vida de las comunidades que habitan en las áreas alrededor de las salinas donde se encuentra.
La reforma constitucional argentina de 1994 puso a los gobiernos provinciales a cargo de los recursos naturales, y muchos decidieron reclutar empresas privadas para extraer.
Actualmente hay más de 40 proyectos de extracción en manos de empresas transnacionales en diferentes etapas.
En Bolivia, el litio es propiedad del estado. Busca aumentar su presencia en la cadena de valor y controlar la producción del mineral. Mientras que en Chile, el estado también posee el recurso, pero otorga concesiones a empresas privadas para explotarlo.
También vale la pena señalar los esfuerzos nacionales para desarrollar la producción de baterías. Bolivia tiene una política de industrialización creciente e integral, que incluye la colaboración con empresas alemanas y chinas. En Chile, aunque existe cierta presión de los organismos científicos nacionales para ampliar las cadenas de valor mundiales de litio, el estado confía en el sector privado para llevarlo a cabo.
De todos los países en el triángulo, Argentina carece de propuestas integrales a pesar de tener recursos humanos de primera clase en organizaciones científicas descentralizadas como CONICET y Universidades Nacionales, que apenas son convocadas por la provincia de Jujuy, donde se encuentra la mayor parte del litio.
Además, ha surgido una fuerte oposición organizada de las comunidades de salinas contra la explotación de litio para proteger recursos vitales como el agua.
Muchas empresas en el triángulo fueron precedidas por estudios ambientales llevados a cabo por las propias compañías de litio sin cuidadosas revisiones estatales, despertando sospechas sobre el verdadero impacto de la extracción en el delicado equilibrio hidrológico, social y productivo de las salinas.
Aunque la mayor parte del litio sudamericano se encuentra en el triángulo, el mineral también existe en países como Brasil, aunque en forma de pegmatita o roca. Como en el resto de la región, las mismas contradicciones ocurren en Brasil, que está lejos de usar su propio litio para la producción de baterías dentro de sus fronteras.
A excepción de Bolivia, la provincia argentina de Jujuy y algunos bolsillos dentro de la comunidad científica chilena, la región no tiene proyectos que prioricen el litio como vehículo para una forma de desarrollo nacional ecológicamente respetuosa y profundamente democrática.
Con esto en mente, es difícil no pensar que las limitaciones estructurales de América del Sur para la producción de litio ofrecen algo más que una perspectiva sombría. Sin medidas urgentes para revertir las limitaciones de la planificación estratégica del mineral, parece probable que la región vuelva a su posición histórica como exportador periférico a los países centrales.
Las dificultades y las desigualdades que conlleva nuestra sociedad basada en combustibles fósiles significan que la realización de un nuevo paradigma energético y el desarrollo de la capacidad industrial y técnica en los países productores solo serán viables si los recursos reciben el estatus de patrimonio. Los próximos años verán coyunturas críticas para los tomadores de decisiones de la región.





ELECCIONES EN ARGENTINA Y BOLIVIA: OTRA VEZ EL DESASTRE DEL SOCIALISMO

Este mes hay elecciones en Bolivia y en Argentina, y en los dos países es casi seguro que ganará la izquierda. La crisis económica es inevitable

Panam Post de Panamá (www.es.panampost.com)
                                                                     
Otra vez Latinoamérica se vuelve a llenar de socialismo. Este mes en Bolivia y en Argentina hay elecciones, y en ambos es casi seguro que ganará la izquierda. También es casi incuestionable que en los dos países se viene una crisis económica que arruinará a millones.
En Argentina, Mauricio Macri logró ganar la Presidencia en 2015, después de más de una década de kirchnerismo en el poder. Se lo dejaron fácil. Cristina Kirchner y su esposo robaron por montones y dejaron al país en crisis. De modo que la gente, incluso la que seguía siendo de izquierda, ya estaba cansada.
Una vez en el poder, el mandatario tenía una lista enorme de cosas por hacer: subsidios por quitar, controles por eliminar; en general, liberar una economía asfixiada. Pero inexplicablemente terminó comportándose de la misma manera que los Kirchner, y en algunos asuntos incluso los superó.
Por ejemplo, hace unas cuantas semanas Macri volvió a establecer el control de cambio y puso límites a la compra de dólares. Nada diferente a las medidas socialistas del kirchnerismo. Y la semana pasada incluso superó a sus antecesores: se atrevió a publicar una lista de los ciudadanos que se «excedieron» en la compra de divisas.
Aquellos que superaron los límites establecidos por el Gobierno aparecieron en una lista en la que se exponen sus documentos e información importante. Como si fueran delincuentes, fueron señalados públicamente, pero, sobre todo, puestos en peligro. Cualquier persona tiene acceso a la información de estos argentinos. Ni los Kirchner se atrevieron a tanto…
Después de cuatro años de Gobierno, Macri no logró que el país esté mejor. En este momento la inflación interanual supera el 50 %. En los primeros seis meses de este año más de un millón de personas cayeron en la pobreza. El 35,4 % de los argentinos son pobres, 8.1 puntos más que hace un año, y 7.7 % están en la indigencia. Mientras que la devaluación, en lo que va del año, ya supera el 37 %.
Macri no puede decir que no sabía o que no tuvo quién se lo advirtiera. Economistas muy importantes y mediáticos en Argentina, como Javier Milei o Diego Giacomini, le han repetido una y otra vez que el problema es el enorme gasto estatal. Macri, no sabemos si por ignorancia o por miedo al costo político que traiga hacer todos los recortes necesarios, ha ignorado estos consejos.
Hoy Argentina tiene una izquierda unida bajo el liderazgo de Alberto Fernández —que cuenta con Cristina Fernández como formula vicepresidencial—, quien en las elecciones primarias, que resultaron siendo una encuesta bien hecha, consiguió el 47,37 % de los votos frente al 32,30 % obtenido por el presidente Macri. Más de 15 puntos de diferencia, que son prácticamente imposibles de superar.
La culpa de que este mes el peronismo y el kirchnerismo vuelvan al poder, en gran medida, es de Macri y su gente. Tuvieron cuatro años para hacer los cambios necesarios, pero de lo poco que liberalizaron en un principio, al final terminaron retractándose, para dejar un país igual de estatista al que recibieron.
Mientras tanto, en Bolivia Evo Morales, uno de los líderes originarios del socialismo del siglo XXI que tanto daño le hizo a la región, busca su cuarto mandato consecutivo y completar así 20 años en el poder. La Constitución de ese país dice que solo es posible una reelección consecutiva, Morales ya lleva dos.
No contento con una reelección inconstitucional, de nuevo viola la Carta Magna de su país, e incluso, sin vergüenza alguna, ignora el resultado del referendo que él mismo convocó para preguntarles a los bolivianos si querían tenerlo de nuevo como candidato. La mayoría de los bolivianos dijo «no» a una nueva reelección.
Pero Evo tiene la justicia comprada y ha logrado que el Tribunal Constitucional falle de nuevo a su favor, argumentando que la reelección sin límites es un derecho amparado por la Convención Americana sobre Derechos Humanos —que según han dicho está por encima de la propia Constitución boliviana— y que «todos los bolivianos tienen derecho elegir y ser elegidos».
A simple vista parece que Morales no lo tiene tan fácil. De acuerdo con la última encuesta, publicada por la firma Mercados y Muestras, el tiranuelo tiene un respaldo de un 33 %, seguido por Carlos Mesa con un 26 % y Óscar Ortiz con un 9 %. La cifra de los que todavía no han definido su voto llega al 15 %, mientras que los que dicen que votarán en blanco, nulo o ninguno son el 11 %
La diferencia entre Mesa y Morales solo son siete puntos, y ante las sistemáticas violaciones a la Constitución cometidas por el líder socialista, pareciera muy posible que Mesa le pudiera arrebatar el puesto. Sin embargo, hablamos un hombre que se quiere quedar en el poder por 20 años —mínimo—, y que para lograrlo compra a la justicia y va en contra de la Constitución y el mandato popular.
Morales ya ha mostrado de qué es capaz. Hace trampa delante de todo un país. Por eso los bolivianos temen que haya fraude electoral. Según una encuesta realizada en septiembre, el 68 % de los bolivianos cree que habrá fraude. Y cuando se les pregunta, independientemente de por quién vayan a votar, quién cree que va a ganar, el 55 % dice que Morales.
Hay una gran desconfianza en el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Es evidente que la justicia está del lado de Morales, y el líder socialista ya rompió todas las formalidades democráticas.
Ahora bien, Mesa, quien según las encuestas tiene oportunidad de ganar, tampoco es una real alternativa. Ideológicamente está en la misma línea que Morales. Algunos bolivianos incluso creen que es una falsa oposición muy conveniente para el líder cocalero. Mesa legitima siempre a Morales, nunca ha señalado que su candidatura es inconstitucional y ofrece continuar su modelo económico y social. Entonces, incluso si ganara Mesa, no habría cambio en Bolivia.
Morales intenta hacer creer que el país va muy bien porque las cifras de crecimiento parecieran indicar eso. Sin embargo, cuando se mira la caída en las reservas internacionales y el nivel de endeudamiento, tanto interno como externo, es claro que el aparente crecimiento es un asunto ficticio derivado de su estrategia de estimular la demanda agregada vía gasto estatal. Pronto vendrá una crisis económica en Bolivia y en el poder habrá un socialista que solo empeorará las cosas.
Muchos factores influyen en el desastre que enfrentan los argentinos y los bolivianos. Una derecha timorata, izquierdistas que sin ningún reparo quieren montar una tiranía, justicias compradas, pero el problema de fondo, lo más preocupante, es que tanto en Argentina como en Bolivia la mayoría de la gente sigue creyendo en la izquierda.
Se cansan de un socialista y deciden votar por otro igual. En Bolivia, según las encuestas, menos del 10 % de los votos iría para el candidato que habla de mercado y libertad. En Argentina, la gente aún no entiende que si las cosas están mal es precisamente porque Macri terminó aplicando políticas de izquierda. Lastimosamente, los argentinos en vez de buscar una alternativa que de verdad entienda de mercado y capitalismo, deciden volver a confiar en el peronismo.





ESTE ES EL PANORAMA DE LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES EN LATINOAMÉRICA

Entre el 20 y el 27 de octubre se escogerán los nuevos presidentes de Argentina, Uruguay y Bolivia.

Radio Caracol de Colombia (www.caracol.com.co)
                                                                              
El mes de octubre es crucial para el panorama político de América ya que se define la continuidad de líderes como Evo Morales o el regreso al poder de Cristina Kirchner, de la mano de Alberto Fernández, en Argentina. Esto definirá como será en los próximos años el panorama de la región tanto económica como políticamente.
ELECCIONES EN ARGENTINA:
Según el último sondeo de la consultora Oh! Panel el 82% de las personas van a mantener su voto después de las elecciones primarias del pasado 11 de Agosto. El 52% apoyará al candidato Alberto Fernández y su fórmula vicepresidencial Cristina Kirchner, ambos por el partido Frente de Todos.
Economistas cercanos a Alberto Fernández, aseguran que si el candidato gana, su gobierno buscará una negociación con el Fondo Monetario Internacional el cual realizó un préstamo al presidente Macri y este pidió reprogramar las fechas de pago.
En el medio Clarín, se citó un informe confidencial de JP Morgan en donde se dice que Trump exigirá políticas concretas a Fernández, las cuales son condenar explícitamente al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela; permitir que la CIA tenga operación en la Triple Frontera (con Brasil y Paraguay) ;y que la DEA pueda intervenir en Argentina.
Por otro lado, expertos aseguran que, si gana Macri, el FMI otorgará a Argentina un crédito de facilidades extendidas el cual ampliará los periodos de pago a 10 años. No como el acuerdo actual (llamado stand-by) que los recorta a casi la mitad del tiempo. Pero para que el FMI acceda a esto, pondrá condiciones a Macri entre las que pueden estar reformas laborales y reformas al sistema pensional. Estados Unidos también le exigirá al candidato unas propuestas políticas mucho más concretas frente al tema económico.
El próximo presidente de Argentina se decidirá el 27 de octubre en las urnas.
ELECCIONES EN URUGUAY:
Los dos candidatos que se están disputando el cargo más alto del ejecutivo son Daniel Martínez del partido Frente Amplio y Luis Lacalle Pou del opositor Partido Nacional. En la última encuesta de , el partido del Martínez lidera la intención de voto con un 30% mientras que el de Lacalle está por debajo con un 23%.
Con una victoria de Daniel Martínez llegará una política económica que busca impulsar el mercado de capitales de riesgo para las pequeñas y medianas empresas, y el emprendimiento y la innovación. También se fortalecerá el comercio exterior con la creación de un Sistema Integrado para la Negociación Internacional con el que se piensa promover los productos de exportación en la mayor cantidad de mercados posibles.
Por otro lado, si gana Luis Lacalle, se vendrá un recorte al gasto público para invertir más capital en el sector privado pues el candidato ha reiterado que esta es la manera en que más puede crecer Uruguay económicamente. Además, se tomarán medidas en seguridad como permitir el porte de armas a policías retirados e inspeccionar lugares de residencia de extranjeros para verificar su legalidad en el país.
Las elecciones presidenciales se llevarán a cabo el mismo día que las de Argentina.
ELECCIONES EN BOLIVIA:
En las últimas encuestas hechas a la población boliviana, Evo Morales sigue liderando la intención de voto con un promedio del 40% y detrás de él se encuentra el expresidente Carlos Mesa con un 23%. El pronóstico frente a estas cifras es que haya una segunda vuelta para diciembre pues un candidato gana la presidencia si tiene más del 50% o el 40% con 10 puntos de ventaja y en este caso esto no sucedería.
Si se llega a la instancia de una segunda vuelta, se prevé que Carlos Mesa pueda ganarle en las urnas a Evo Morales.
Con Carlos Mesa del partido Comunidad Ciudadana como presidente, llegaría una transformación total al Sistema de Justicia junto con la anulación de normas inconstitucionales. Adicionalmente, se plantearía la participación de Bolivia en el mercado global de litio para incentivar la producción de autos eléctricos.
Por otro lado, la victoria de Evo Morales y su partido Movimiento al Socialismo (MAS) mantendría la línea que se mantuvo durante sus tres periodos presidenciales, pues se buscará el crecimiento del sector minero y de la justicia social a través de una alianza con el sector privado; además, permanecerán los bonos estatales y la lucha para erradicar la pobreza. También se fortalecerán los programas de la lucha antidrogas. Este sería la cuarta presidencia de Morales.





LAS ELECCIONES EN OCTUBRE QUE MOVERÁN EL MAPA POLÍTICO DE AMÉRICA DEL SUR

Valora Analitika de Colombia (www.valoraanalitik.com)
                                                                        
Octubre de 2019 va a ser, políticamente hablando, apasionante en Suramérica, ya que habrá cuatro citas ante las urnas: tres elecciones presidenciales (Bolivia, Uruguay y Argentina) y unas municipales (Colombia). Tres de esos comicios, además, coinciden el mismo día, el 27 de octubre (en Argentina, Uruguay y Colombia).
Y, por si fuera poco, el seis de octubre en la República Dominicana, se celebran internas partidarias marcadas por la dura pugna entre el expresidente Leonel Fernández y el exministro Gonzalo Castillo por convertirse en candidatos presidenciales de la misma fuerza política, el PLD, el partido en el poder desde 2004.
Las cuatro elecciones de la segunda mitad del mes de octubre se caracterizan por tener lugar en un contexto diferente al que se preveía tan sólo hace unas semanas, lo que ha desembocado en que existan dudas sobre la victoria de Evo Morales en Bolivia; en que Alberto Fernández se perfile como el favorito indiscutible en Argentina; en que la pugna en Uruguay se haya concentrado en lo que ya son las elecciones más disputadas en este siglo XXI y, finalmente, en que la pelea en Colombia por Bogotá y Medellín se esté transformando en un anticipo de la pugna por el poder que se dará en 2022:
1-. Elecciones en Bolivia
La primera cita ante las urnas para unas presidenciales, en Bolivia, se ha visto condicionada y alterada por la incidencia de los incendios que han arrasado la Chiquitania amazónica, los cuales han desnudado la ineficacia de la administración y fallos gruesos en la legislación medioambiental.
De hecho, un 56% de las personas consultadas considera que el presidente Evo Morales tiene un alto grado de responsabilidad en los incendios de la Chiquitania por emitir decretos que permitían los chaqueos (desmonte mediante la quema controlada), según una encuesta que Mercados y Muestras realizó para Página Siete.
Estos incendios masivos que afectan a la Amazonía boliviana y que han consumido cuatro millones de hectáreas en lo que va de año han dado arsenal a la oposición para que critique al Ejecutivo, trate de debilitarlo y de encontrar un punto débil con vistas a las elecciones. Sobre todo, para quien se alza como su principal rival en las presidenciales, el expresidente Carlos Mesa, que ha puesto en su punto de mira el desastre medioambiental: “La evidencia de que el avión es insuficiente, la evidencia de que no quieren declarar un desastre nacional… la respuesta es muy clara, la culpabilidad tiene un nombre: Evo Morales y su gobierno”.
Un Carlos Mesa que aspira, en primer lugar, a que Morales no alcance el 40% de los votos en primera vuelta con 10 de ventaja sobre su principal rival, lo que le otorgaría la reelección sin necesidad de ir al balotaje. Eso, por ahora, es lo que ocurría pues las encuestas, si bien sitúan a Morales muy lejos de Mesa (que ronda el 20-25%), lo hacen con sólo el 38% de los votos (e incluso algunas lo colocan por debajo del 35%).
Si Mesa consigue evitar la reelección de Morales en primera vuelta es muy posible que en la segunda el líder opositor tenga más opciones de vencer porque concentraría en su candidatura el voto anti-Evo: los votantes que en primera vuelta se inclinen por Óscar Ortiz, que posee un 10% de intención de un voto muy concentrado en la provincia de Santa Cruz, se definen, sobre todo, por su antievismo, por lo que muy posiblemente acabarían votando por Mesa en el balotaje.
Además, Mesa, presidente entre 2003 y 2005, llega reforzado a esta cita ya que acaba de recibir el apoyo del empresario Samuel Doria Medina, quien anunció el respaldo a la candidatura del exmandatario por parte de su partido, Unidad Nacional (UN).
2-. Elecciones en Uruguay
Las últimas semanas han cambiado también el panorama electoral en Uruguay por dos razones: en primer lugar, porque se ha desinflado el fenómeno Ernesto Talvi que ponía en riesgo que el principal líder opositor (Luis Lacalle Pou del Partido Nacional) pasara a segunda vuelta. Además, la intención de voto del oficialismo (el Frente Amplio), que estaba en mínimos históricos, se ha recuperado de forma muy marcada.
Talvi, al imponerse a una vaca sagrada del coloradismo como Julio María Sanguinetti en las internas, despertó gran expectación y creció en las encuestas hasta casi igualar a Lacalle Pou como referente opositor. Sin embargo, este último se ha recuperado y ahora mantiene el nivel de preferencias en torno a un 26%, mientras el Partido Colorado (PC) de Talvi no ha logrado superar la barrera del 20% y parece ir en descenso.
Lacalle ha centrado su objetivo en debilitar al oficialismo y no ha entrado en algunas provocaciones de Talvi, pensando, sin duda, que el coloradismo sería el socio de gobierno blanco en caso de ganar la oposición: “Hoy somos competidores cooperantes y en ese sentido es que nos tenemos que cuidar mucho. Cuido mucho las relaciones interpersonales y he tratado de actuar con prudencia, con paciencia, tendiendo puentes, tengo una buena relación personal con el candidato del Partido Colorado”.
A menos de un mes para las elecciones todo indica que habrá segunda vuelta y que la disputarán el frenteamplista Daniel Martínez y Lacalle.
Y ha habido más cambios: la sensación de desánimo en el oficialismo se ha atenuado gracias un cierto repunte de su candidato Daniel Martínez, que ha pasado de tener sólo un 35% de intención de voto a rondar el 40% en algunas encuestas. Sigue lejos de las cifras históricas del Frente Amplio –en tono al 48%- pero al menos ha conseguido abrir espacio con respecto a sus rivales.
Los mensajes de Martínez tratan de presentarle como un candidato moderado ajeno a la crispación opositora, a fin de captar el voto tradicional de la izquierda y avanzar sobre opciones más centristas con mensajes como este: “Hay que ser objetivo, y a principios del siglo XX hubo un cambio estructural impresionante, que hay que reconocerlo, pero por lo menos digamos por qué no lo hicieron los 70 años anteriores; tuvieron 70 años de changüí para cambiar el país y no lo hicieron”.
La sombra de la crisis argentina
La sombra de la crisis argentina sobrevuela los procesos electorales en dos países. Se ha transformado para los dos oficialismos –el boliviano y el uruguayo- en una herramienta para infundir temor a la alternancia y el triunfo de una oposición de centroderecha mediante la apelación al “voto del miedo”.
El gobierno de Mauricio Macri significó en 2015 la victoria de una fuerza de oposición –de centroderecha- frente a un oficialismo de izquierdas (el kichnerismo). Su fracaso económico en 2018-19 sirve a Evo Morales y a Daniel Martínez para vincular una posible victoria opositora -de fuerzas de centroderecha- con una repetición de la situación argentina en Bolivia y Uruguay.
Así el siempre moderado Daniel Martínez no ha dudado en señalar que la inexperiencia de la oposición uruguaya condenaría a su país a repetir lo ocurrido en el país vecino: “Si vos escuchas a la derecha, Argentina es el paraíso al lado nuestro. Macri llegó a decir que controlar la inflación era una pavada, un boleto. Acá hay algunos que parece que están en la misma. Tal vez otro error de Macri muy importante fue creer que todo se arreglaba como si fuera una empresa privada”.
En el país andino Evo Morales se alza como el garante de la estabilidad frente a la incertidumbre opositora y su lema es ‘Futuro seguro’. Curiosamente es la misma estrategia que sus rivales emplearon en 2005 para impedir su victoria, lo cual, al fin y a la postre, no ocurrió.
El entorno de Morales considera que la mejor manera de demostrar el riesgo que corre Bolivia en caso de votar a la oposición es narrar la experiencia de los argentinos durante el gobierno de Mauricio Macri. El vídeo del Movimiento al Socialismo (MAS) muestra imágenes de una Argentina en crisis: protestas por los aumentos en los servicios públicos y ciudadanos que duermen en la calle. Y un final bien explícito: “¿Quieres eso para Bolivia?”.
3-. Elecciones en Argentina
Las internas del 11 de agosto y la tormenta financiera que se desató tras ellas dejaron tendido en la lona al presidente Macri en su calidad de jefe de Estado y de candidato. Para muchos, sus opciones de reelección se han evaporado, y para otros permanecer en la Casa Rosada se ha convertido en una especie de “operación milagro”: el candidato kirchnerista, Alberto Fernández, no sólo aventajó en 15 puntos a Macri sino que llegó hasta el 47% cuando el 27 de octubre sólo necesita, para ser presidente electo, superar el 45% o el 40% con 10 de ventaja sobre su principal rival.
Si bien es verdad que unas internas son diferentes a unas presidenciales, las encuestas que han aparecido a lo largo de septiembre no dejan de marcar un claro favoritismo kirchnerista. Los nuevos sondeos amplían la diferencia a cifras cercanas a los 20 puntos: son los casos de la encuesta de Clivajes Consultores (52,62% para Fernández y 32,54% para Macri), Gustavo Córdoba & Asociados (50,70% a 30,1%), Oh Panel! (50,0% a 31,0%) y Federico González y Asociados (51,2% y 30,2%). Las que menor ventaja dan a Fernández son Atlas Intel (48,2% a 38,5%) y Ricardo Rouvier & Asociados (45,9% a 34,2%). En cualquiera de estas encuestas publicadas hasta el momento, se cumplirían los dos escenarios por los que Alberto Fernández se haría con la Presidencia sin necesidad de ir a segunda vuelta.
Las elecciones para la gobernación de la provincia de Mendoza, celebradas el último domingo de septiembre, han levantado algo el ánimo en el macrismo ya que el peronismo fue derrotado de forma contundente (49% vs 34%) en el quinto distrito electoral del país por un aliado del presidente (Rodolfo Suárez). El triunfo de Cambiemos en Mendoza avala la tesis de la Casa Rosada a la hora de insistir con el mensaje de que ‘sí se puede’ dar la vuelta a la elección. De todas formas cabe destacar que Macri fue derrotado en Mendoza y que Suárez, tras provincializar la elección y tomar distancia de Macri, fue capaz de dar la vuelta al resultado de las PASO en la categoría de gobernador.
Mientras Macri se vuelca en la campaña y trata de volver a captar el voto de las clases medias, en el entorno de Alberto Fernández de lo que se habla más es de cuáles serían las medidas a tomar en caso de llegar al poder. Medidas que pasan por mantener un dólar alto, acordar con el FMI una reprogramación del pago de la deuda y aumentar las reservas. Como apunta el analista Eduardo van der Kooy en el diario Clarín, “la campaña exhibe ahora dos comportamientos contrapuestos.
Mauricio Macri recurre a una estrategia tradicional, con actos callejeros, divorciada de otra más sofisticada que caracterizó a Cambiemos en su época de auge. Pretende arrimarse al milagro de revertir la dura derrota en las PASO. Alberto Fernández, el peronismo y el kirchnerismo prefieren mayor pasividad. Confrontan con el oficialismo, aunque sin ensayar ninguna audacia que pueda echar sombra sobre la primera victoria electoral que atesoran en el bolsillo”.
Con el desánimo instalado en el macrismo, en Argentina lo que persiste es la duda en torno a cuáles y de qué tenor serán las medidas que tomará un posible futuro gobierno kirchnerista y, sobre todo, dónde estará el poder real: en manos del presidente (Alberto Fernández) o de la líder del kirchnerismo (Cristina Fernández de Kirchner). Muchos piensan que en Argentina el presidente acumula demasiado poder (“el presidente lo es todo” en palabras del analista Julio Bárbaro) y que, en este caso, Alberto Fernández tendrá el respaldo también de sindicatos (la CGT) y de muchos gobernadores que si bien son peronistas no se acomodan bien con el kirchnerismo.
Pero también es verdad que Cristina Fernández de Kirchner es la líder natural y carismática del movimiento que va a llevar a la Casa Rosada a Alberto Fernández y que va a contar con el control de la mayoría de la bancada en diputados y, en especial, tendrá a su lado a la provincia de Buenos Aires, donde un hombre fiel a Cristina, Axel Kicillof, se perfila como nuevo gobernador.
4-. La cita en Colombia
De las cuatro citas ante las urnas la de menor rango es la colombiana dado que son unos comicios locales y no se elige presidente. Sin embargo, estas elecciones municipales son un anticipo del duelo por la presidencia en 2022 entre el uribismo, el centro que lidera Sergio Fajardo y la izquierda de Gustavo Petro.
Es una pelea en la cual Petro apuesta por salir consagrado como el referente de la izquierda para las presidenciales de 2022 y el uribismo persigue mostrar músculo como única fuerza capaz de impedir la victoria del petrismo.
Además, en estas elecciones municipales está en juego el poder e influencia a escala local, donde la gran batalla es por conquistar la Alcaldía de Bogotá. La competencia por la capital está cada vez más cerrada: Claudia López, candidata de la izquierda por el Partido Verde y el Polo Democrático, estaría empatada con Carlos Fernando Galán, candidato por el movimiento independiente “Bogotá para la gente”.
López lideró desde el comienzo de la campaña en todos los sondeos, pero en el más reciente, publicado por la empresa Yanhass, el independiente Carlos Fernando Galán aparece en el primer lugar.
En Medellín es donde se va a vivir más claramente un duelo que anuncia lo que ocurrirá en las generales de 2022. La contienda electoral por esa alcaldía se vislumbra reñida entre uribismo y petrismo con el importante ascenso que ha obtenido en las últimas encuestas Daniel Quintero, de 39 años, del Movimiento Independientes. Aunque Alfredo Ramos, de 41 años, del Centro Democrático (uribismo), se mantiene en el primer lugar de intención de voto.
El próximo 27 de octubre, los colombianos irán a las urnas para elegir alcaldes de más de 1.100 municipios y 32 gobernadores, así como representantes en las asambleas departamentales y en los concejos municipales.
La cita electoral ha estado ensombrecida por el regreso de la violencia electoral. Según un informe de la Misión de Observación Electoral (MOE), una plataforma de organizaciones que promueve los derechos civiles y políticos de la ciudadanía, 69 candidatos fueron víctimas de violencia desde el pasado 27 de julio. De ellos, siete fueron asesinados, ocho sufrieron atentados, uno está secuestrado y a los 53 restantes los amenazaron.





CULTIVOS DE COCA AUMENTAN POR FALTA DE AUTORIDAD EN FRONTERA PERÚ-BOLIVIA

Insight Crime de EEUU (www.es.insightcrime.org)
                                                                        
El aumento de los cultivos de coca alrededor de un parque nacional en la frontera de Perú con Bolivia ha ido de la mano con el deterioro de la seguridad en la región, así como con un cambio en el trasiego de drogas por vía terrestre.
Residentes y autoridades locales informaron de unas 600 hectáreas de cultivos de coca en el Parque Nacional Bahuaja Sonene, selva tropical en el sureste de Perú, que se sitúa en el departamento peruano de Puno, informó El Comercio.
Un informe de 2017, emanado del programa de monitoreo de cultivos ilícitos de la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD), registraba apenas unas 200 hectáreas de coca sembradas dentro del parque.
En forma paralela, se informó de otras 100.000 hectáreas de cultivos en las inmediaciones del parque, un incremento del cuádruple en relación con el informe de 2017.
El repentino incremento en la producción de coca ha motivado un aumento de la población en el vecino distrito de San Pedro Putina de Punco, de 15.000 a 40.000 habitantes. Este auge demográfico ha venido acompañado de un aumento de la inseguridad, como un mayor número de robos y asaltos. En ausencia de una estación de policía, los habitantes han optado por asumir ellos mismos la vigilancia de la zona.
La respuesta del gobierno a la expansión de los cultivos ha consistido en una combinación de estrategias de erradicación con proyectos de desarrollo alternativo. En San Gabán se inició un programa para erradicar las plantas de coca en abril de este año, mientras que en otras regiones se han impulsado proyectos para el mejoramiento de la cadena productiva de cafés especiales y producción de cacao.
Análisis de InSight Crime
El repentino aumento de las hectáreas de coca en la selva y las zonas circundantes puede explicarse por su ubicación estratégica en la frontera con Bolivia. Aunque desde hace muchos años se ha identificado la importancia de la ruta de narcotráfico entre ambos países, esta se había caracterizado por ser una ruta principalmente aérea, en la que vuelos clandestinos salían de las selvas peruanas del interior del país hacia territorio boliviano.
El crecimiento de los cultivos en el área fronteriza puede indicar un cambio de dinámica, en la cual las rutas terrestres estarían cobrando mayor importancia. Los sectores de San Pedro Putina de Punco y San Gabán, que fueron identificados con el mayor crecimiento de hectáreas de coca, cuentan con varias rutas por donde pasa la droga fácilmente hacia Bolivia.
Bolivia es un corredor natural para la droga peruana que busca llegar a otros países como Argentina, Paraguay y Brasil, el principal consumidor de cocaína de la región.
Por otro lado, el hecho de que las autoridades peruanas concentren sus mayores esfuerzos en las zonas tradicionales de producción de drogas como el Huallaga y valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), incentiva a que la coca prolifere en nuevas regiones potencialmente lucrativas para el narcotráfico como las fronteras con Brasil, Bolivia y en la cuenca amazónica.





EL DÍA EN QUE EVO MORALES PROHIBIÓ A LA DEA SOBREVOLAR TERRITORIO BOLIVIANO

Radio Bio Bio de Chile (www.biobiochile.cl)
                                                                        
El presidente de Bolivia Evo Morales publicó esta mañana en su cuenta de Twitter un mensaje con motivo de lo que considera un triunfo de efeméride.
El 3 de octubre de 2008, el jefe de estado negaba a la Administración para el Control de Drogas de Los Estados Unidos, el acceso a sus aviones al espacio aéreo boliviano.
“Hace dos días recibí una carta de la DEA de los Estados Unidos, pedía a una institución del Estado permiso para sobrevolar el territorio nacional. Quiero decir públicamente, a nuestras autoridades del sector, (que) no están autorizadas a dar permiso para que la DEA pueda sobrevolar el territorio boliviano”, argumentaba Evo, 11 años atrás.
Se trataba del endurecimiento total de una política boliviana hacia las autoridades estadounidenses. Morales basaba su decisión en la presunta presencia de “agentes externos o de bolivianos que sirvan a agentes externos”.
3 semanas antes había expulsado al embajador estadounidense Philip Goldberg. Decía que estaba gestando, con la oposición boliviana, una conspiración en su contra.
Periódicos a nivel internacional y locales como El Universo, revelaban además que los sindicatos de productores de coca, expulsaron de la zona central boliviana a la agencia estadounidense de cooperación, USAID.
Semanas más tarde a la expresa política de Evo, hacía la administración de George W. Bush, es último ordenó la salida del representante diplomático boliviano en territorio estadounidense.
Evo Morales decidió recordar hoy la fecha, asegurando: “Así recuperamos y resguardamos nuestra soberanía del intervencionismo de agentes extranjeros que violaban DDHH con impunidad”.
En 2010, dos años después del rechazo a la DEA, Bolivia hacía noticia con la compra de aviones a China y Rusia para su propia lucha contra el narcotráfico. La compra fue de 58 millones de dólares, según RT.
Los aviones de la DEA y sus funciones
Biobiochile informaba en 2013 lo que vino después de la prohibición boliviana hacia EEUU.
Morales anunciaba que convertiría en un aeropuerto internacional la base que la DEA utilizaba en la zona del Chapare, al centro del país.
Construido por EUA en 1990, era utilizada para la lucha contra el narcotráfico, pero “Estaba controlado por la embajada norteamericana“, aseguró el mandatario.
“Este aeropuerto estará bajo el control de las Fuerzas Armadas, mediante la Fuerza Aérea, y ningún gringo vendrá a dominar. A ningún gringo de la embajada pediremos permiso para aterrizar”.





CRECE CULTURA DEL AHORRO EN BOLIVIA Y SE MULTIPLICA POR SEIS EN 14 AÑOS

Xinhua Net de China (www.spanish.xinhuanet.com)

Entre 2005 y 2019, la cultura por el ahorro en Bolivia experimenta un crecimiento "importante" y se multiplica por más de seis al pasar de 4.289 millones de dólares en 2005 a 26.330 millones de dólares a agosto de 2019, informó hoy la estatal Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI).
Mientras que el número de cuentas de depósitos registraron un aumento más considerable, de 1,9 millones a 12 millones, 6,3 veces más.
El economista y ex funcionario del Banco Central de Bolivia (BCB), Luis Ballivián, consideró este jueves que el nivel de ahorro de un país es de gran importancia para su crecimiento económico, puesto que una alta tasa de ahorro garantiza que existan recursos suficientes para créditos e inversión.
Para el experto, lo destacable de la fortaleza del ahorro en el país andino es que más del 85 por ciento está en moneda boliviana, situación que muestra la solidez del sistema financiero local.
"Si el nivel de ahorro de un país es bajo, no habrá suficiente disponibilidad de recursos para financiar al sector productivo, por lo que éste deberá recurrir al financiamiento externo. Ahí radica la fortaleza del ahorro", afirmó Ballivián a Xinhua.
El sistema financiero boliviano registró en el primer semestre del año indicadores positivos de estabilidad, acompañada por el crecimiento en patrimonio, créditos, depósitos y el cumplimiento de las metas con el sector productivo y de vivienda, según la ASFI.
Para el economista, la dinámica de la macroeconomía boliviana generó un sólido y estable desempeño del sistema de intermediación financiera, que se reflejó en adecuados indicadores de solvencia, con un nivel de "bolivianización" de créditos y depósitos en ascenso.
La ley de servicios financieros, Ley 393, introdujo cambios orientados a mejorar las condiciones de acceso a servicios financieros y la protección de los consumidores financieros, entre otros, lo que demostró una apropiación en la cultura del ahorro.
La norma determinó tasas de interés mínimas que las entidades financieras deben pagar por los depósitos con el fin de incentivar el ahorro de los pequeños ahorristas.
El Decreto Supremo 2055 estableció que las cajas de ahorro con montos que no superen los 70.000 bolivianos (algo más de 10.000 dólares), deben recibir una tasa mínima del 2 por ciento; y se establecieron también tasas de interés anuales para los depósitos a plazo fijo en función del plazo.
Ballivián manifestó que, por lo general, la tasa de ahorro de los países en desarrollo es mucho menor a la de los países desarrollados, situación que es causa del poco desarrollo económico y consecuencia, a la vez, de la insuficiencia de recursos para ahorrar. "Bolivia está demostrando su crecimiento", agregó.
Para el economista, siempre se ha dicho que el ahorro no es un hábito generalizado en Bolivia. Ahora, los números parecen estar arrojando una tendencia a la reversión de esa creencia.
"Actualmente, las entidades financieras incluyen dentro de sus planes anuales programas de educación financiera que llegan no solo a clientes, sino a la sociedad en general, transmitiendo conceptos básicos, pero fundamentales, para facilitar la toma de decisiones relacionadas con la economía, entre ellas, la del ahorro" afirmó.
Según la ASFI, la Ley del Sistema Financiero, vigente desde 2013, generó una creciente confianza en el sistema financiero.
El informe de la estatal señala que esta situación no hubiera sido posible sin el favorable contexto económico nacional y los mayores niveles de inclusión financiera que experimentó Bolivia en la última década, donde los depósitos pasaron de representar el 38 por ciento del PIB el año 2005 al 64 por ciento en el PIB del 2018.





LA LLEGADA DE LA VID A BOLIVIA
                                                                         
Bolivia es un pequeño país vitivinícola sudamericano, conoce acerca de sus inicios en el cultivo de la vid.

Vinetur de Argentina (www.vinetur.com)
                                                                                         
¿Cómo comenzó todo?
Corría el año 1550 cuando la planta de la vid llega de la mano de misioneros religiosos al Alto Perú, actual territorio de Bolivia.
La iglesia católica fue un actor importantísimo para la expansión de la vitivinicultura en América puesto que sin vino, representante de la Sangre de Cristo, no se podía efectuar la misa, en especial la eucaristía. Por lo tanto allí por dónde iban los misioneros con la intención de convertir al cristianismo a los originarios americanos debían llevar consigo plantas de vid para poder proveerse cada año del valioso vino.
Para la Corona Española la evangelización fue incluso más importante que el comercio y esto se hizo evidente cuando en 1595, poco antes de morir, Felipe II prohíbe las nuevas plantaciones de viñedos en América buscando proteger el comercio de vino español en vistas de que las "nuevas tierras" muy rápidamente se hacían autosuficientes. Pero la prohibición no contaba para todos, los misioneros religiosos tenían permisos especiales que les permitían hacerse con plantas de vid siempre que las necesitaran, de forma que allí donde quisieran alzar una nueva capilla pudieran contar con plantas de vid cercanas que les garantizarán la obtención de vinos.
En el caso de Bolivia la planta de la vid llega en primer lugar a Luribay, en La Paz, y a Mizque, en Cochabamba. Estos dos lugares era sedes arozbispales y por ende lugares muy importantes para la iglesia dentro del territorio nacional lo que explica el por qué del arribo de las plantas a estos parajes en particular. Luego, muy rápidamente los misioneros continuaron con su incansable labor y llevaron el cultivo de la vid hacia el resto del país. De esta manera las cepas llegan a Chuquisaca que durante mucho tiempo fue el principal productor de vinos de Bolivia. Esta región vitivinícola floreció y fue fuerte durante los años de la intensa explotación minera del Cerro Rico de Potosí, cuando en aquella ciudad gracias al auge de la minera se cobijaba a una población mayor a la de París o Londres y la demanda de vinos era muy grande. Importantes productores de la época fueron Ilo, Moquegua y Pisco ubicados en el sur de Perú, sin embargo el trasporte del vino desde allí podía demorar hasta 1 mes; en cambio de Chuquisaca a Potosí el vino llegaba en apenas 4 días. Esto permitió a Chuquisaca convertirse en el principal proveedor de vinos de la región.
El Singani, destilado nacional de Bolivia, tiene también su origen en la época de oro de la minería y en su momento en Chuquisaca, para poder satisfacer la demanda, se creó la Cooperativa San Pedro que centralizaba la industrialización de la vid y la transformaba en vinos y Singanis. Con el paso del tiempo comienza el declive de la minería y el consecuente descenso de la demanda de estas bebidas provoca que la cooperativa se cierre y la industria vitivinícola de Chuquisaca se adormezca. Muchas familias productoras se trasladan a Tarija, donde las vides se adpatan de gran manera al suelo y clima y ofrecen un vino de calidad superior; estas familias además invierten en plantas de alta calidad enológica y en tecnología para viñedos y bodegas lo que da como resultado la supremacía de Tarija que hasta el día de hoy es el principal productor de vinos del país.





ENTUSIASTAS DE BOLIVIA PROMUEVEN EL USO DE FIRMAS DIGITALES PARA MEJORAR SERVICIOS
                                                                                             
La normativa boliviana desautoriza el uso de criptoactivos, pero no la certificación en blokchain. Analistas bolivianos aclaran la diferencia entre una firma electrónica y una digital.

Cripto Noticias (www.criptonoticias.com)
                                                                                           
Las firmas digitales son una solución tecnológica que busca dar seguridad y confianza a los documentos electrónicos, y la comunidad de entusiastas de Bolivian Mind Blockchain (BMB) lo ve como el futuro de la identidad digital.  Por ello las promueven con el fin de mejorar los servicios de los organismos públicos y privados en ese país.
Gabriela Meléndrez Alaro, fundadora del colectivo BMB, explicó a CriptoNoticias que la firma digital puede usarse para autenticar a un usuario en sistemas de Internet de muchas instituciones públicas. Por medio de este instrumento los documentos adquieren valor legal y carácter probatorio, al permitir crear archivos con más seguridad que la firma manuscrita.
A juicio de la fundadora de BMB, mediante el empleo de la firma digital se reduce el uso y transporte de papel, y se promueve la cantidad y la calidad de los servicios orientados a los clientes de las instituciones estatales y privadas.
Explicó también que la red que se usa para el desarrollo de este instrumento virtual en Bolivia, es la plataforma de Hyperledger Fabric. Pero, ¿por qué se utiliza una plataforma blockchain? La fundadora de BMB argumenta que es un sistema distribuido distinguido notablemente por su capacidad de consenso entre participantes.
Señala además que su tecnología de base de datos distribuida entre ordenadores permite que, una vez introducidos en ella los códigos, permanezcan allí para siempre. Con ello se «garantiza una transacción, un acuerdo o una identidad, que permite encriptar los elementos que tienen que ver con la privacidad».
Blockchain y la seguridad de los datos
En torno a la seguridad de los datos se pronunció Erick Poppe Yañez, ingeniero electrónico, académico y especialista en hardware y software de redes y criptografía,  asiduo invitado especial a los eventos de Blockchain Lab promovidos por BMB.
Poppe considera que «la red de blockchain Hyperledger Fabric reduce las estafas al permitir a los participantes compartir la información consensuada sobre el proceso. Así se evita el único punto de falla vulnerable a una manipulación», según opina.
Destaca además que esta plataforma blockchain reduce las estafas, al permitir a los participantes compartir la información consensuada del proceso. «Así se evita el único punto de falla vulnerable a manipulación», añade. Bajo su óptica, esta tecnología mejora aspectos tanto de seguridad y privacidad en la transmisión de datos, como en transacciones con firmas digitales a través de Internet.
Por ello, se busca aprovechar las características de esta cadena de bloques para reconfigurar la forma en que se emplean las rúbricas de identidad virtual.
En torno al aporte de la red de Hyperledger Fabric a la verificación de la identidad, destacó que contribuye con el desarrollo de un sistema de infraestructura de llave pública, el cual se incluye para la certificación de la comunicación entre los participantes en todos los niveles.
Diferenciar firmas digitales y electrónicas
La comunidad BMB ha venido alertando a los usuarios sobre la necesidad de que conozcan la diferencia entre las firmas digitales y las electrónicas. A través de su cuenta en Facebook advierten que «todas las firmas digitales son electrónicas, pero no todas las firmas electrónicas son digitales».
En este sentido, Meléndrez Alaro y Diana Balderrama, otro miembro de la comunidad BMB, coincidieron en señalar que a pesar de que estos dos términos se usen comúnmente como sinónimos, la realidad es que son conceptos diferentes.
La firma electrónica es tan solo una firma equivalente a la manuscrita, que bien puede ser la rúbrica digitalizada en un formato de datos. Es decir, es la constancia de que una persona real ha dado su consentimiento para un determinado fin. Esta no tiene validez legal.
Meléndrez Alaro explicó que «la firma digital emplea firmas electrónicas y las tecnifica a un nivel criptográfico«. Pero además les añade un conjunto de características que le otorgan validez legal y seguridad. Por tanto, sirven tanto para identificar a la persona como para certificar la veracidad de la información. Le agrega una suerte de candado que está dado por el certificado digital, que no es más que un certificado oficial emitido por un organismo que valida la firma.
Retos de las blockchains privadas
En cuanto a los retos que enfrentan las actuales plataformas blockchains privadas, a fin de hacer más efectiva la implementación de firmas digitales, Erick Poppe destacó que en Bolivia se debe lograr una «normalización por parte de las entidades a fin de acordar el estándar de algoritmos de cifrado y normas de certificados X.509». En criptografía, X.509 es un estándar de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT-T) para infraestructuras de claves públicas.
Sobre las advertencias que nadie suele hacer sobre las firmas digitales habló Judith Apaza, otra participante de los eventos de BMB. La especialista en Gestión Política, Gestión Pública y Gobierno Electrónico considera que algo recurrente que no se menciona es que, más allá de la parte tecnológica, la firma digital «es la forma en la que ejercemos nuestra identidad en el mundo digital».
«Es muy común que los técnicos reduzcan su uso a criptografía o matemática, pero la firma digital es también la forma en la que podemos interactuar con otros en el mundo digital», expresó.
A criterio de Apaza, algo frecuente es mostrar una firma escaneada para representar a la firma digital. «Pero actualmente es posible que un documento en blanco esté firmado, y además existen formas en las que todos podemos verificar la existencia de una firma digital».
¿Ilegal o no?
Se sabe que en Bolivia el uso de las criptomonedas es ilegal. Sin embargo, no es el mismo caso en el uso de la plataforma blockchain de Hyperledger Fabric  para certificar de documentos, aclararon Meléndrez Alaro y Poppe.
«Definitivamente no. Si bien la normativa boliviana no autoriza el uso de criptovalores, el uso de documentos certificados mediante cadenas de bloques está autorizado mediante el decreto supremo 3525, emanado de la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (Agetic)», indicó Poppe.
Para Meléndrez Alaro la firma digital y los datos abiertos deben facilitar el tránsito hacia un gobierno abierto. De hecho, la implementación de la firma electrónica avanzada y los certificados digitales juegan un papel esencial en el desarrollo de la administración digital. Son las herramientas para que los ciudadanos puedan identificarse digitalmente ante las entidades públicas e interactuar con ellas, con la misma validez que tendría un trámite hecho personalmente en cualquier ventanilla.
Sin embargo, acotó que para que el usuario ya identificado pueda acceder de forma plena a los servicios del gobierno, se requiere conocimiento e información para evitar la burocracia que significa realizar un trámite, por ejemplo. «El objetivo los datos abiertos es mejorar la información publicada, transparentarla, para así eliminar las barreras de consumo de los usuarios finales», concluyó.





CHILE RESPONDE A EVO MORALES: NO HAY CONTROVERSIA PENDIENTE POR SALIDA AL MAR

Sputnik News de Rusia (www.mundo.sputniknews.com)
                                                    
El Gobierno de Chile aseguró que no existe una controversia marítima ni territorial con Bolivia, respondiendo al discurso que dio el presidente boliviano Evo Morales en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).
"No existe una controversia territorial ni marítima pendiente con Bolivia", afirmó el canciller chileno Teodoro Rivera durante un discurso en el Ministerio.
El secretario de Estado de Chile encabezó una ceremonia de conmemoración en Santiago por el primer aniversario del fallo de la Corte Internacional de Justicia que en octubre de 2018, rechazó la demanda boliviana y estableció que Chile no está obligado a negociar una salida soberana al Océano Pacífico.
Ante la presencia de diplomáticos y autoridades, Rivera dio un discurso asegurando que "este fallo fue fundamental para las relaciones internacionales de Chile y para su posición en América Latina, ya que cerró toda controversia que Bolivia pueda levantar respecto a su aspiración marítima".
"Chile desea sinceramente que las autoridades bolivianas acepten el contenido y consecuencia del fallo que ellos mismos buscaron al llevar su aspiración al recurso judicial", agregó Rivera.
La semana pasada, Morales afirmó durante su intervención en la ONU en Estados Unidos que "la decisión judicial de la Corte no terminó con la controversia, al contrario, no se cerró a la posibilidad para que ambos Estados podamos encontrar una solución".
Bolivia presentó una demanda a la Corte Internacional de Justicia en 2013 exigiendo que a Chile se le obligara a negociar una salida soberana al Océano Pacífico, y tras un largo juicio el requerimiento fue rechazado.
Ambos países también poseen otro litigio internacional en curso ante la misma instancia, luego de que Chile en 2016 demandó a Bolivia ante la Corte Internacional para que se establezca que el Río Silala, que fluye en ambos países, es un afluente internacional y no solo boliviano, como plantea su contraparte.





BOLIVIA OBTIENE FINANCIAMIENTO PARA ESTUDIO DE PREINVERSIÓN DEL TREN BIOCEÁNICO

Mediante convenio con la CAF, gobierno de Evo Morales recibió 3 millones de dólares para financiar los estudios técnicos del proyecto que unirá Brasil, Bolivia y Perú.

La República de Perú (www.larepublica.pe)

A través de un convenio con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Bolivia logró obtener financiamiento por 3 millones de dólares para realizar los estudios técnicos de preinversión del Tren Bioceánico.
Como se recuerda, el proyecto del corredor ferroviario busca unir los océanos Pacífico y Atlántico por territorios peruano, boliviano y brasileño. Fue, además, uno de los temas más discutidos en el último gabinete binacional con nuestro país.
La CAF informó en un comunicado que el convenio “está enmarcado en el reciente proyecto del tren bioceánico, que busca unir el océano Pacífico con el Atlántico, integrando países como Brasil, Bolivia y Perú”.
El presidente de la entidad, Luis Carranza, precisó que “este aporte de la CAF no sólo posibilitará llevar a cabo los estudios técnicos que permitirán a Bolivia completar la red de interconexión ferroviaria interna (...) sino además coadyuvará al desarrollo del proyecto de integración que hará del territorio boliviano el punto de conexión entre dos océanos”.
El convenio implica estudios de diseño de ingeniería para dos tramos prioritarios de la red ferroviaria por el corazón de Bolivia y la actualización de trazos.
Bolivia está particularmente interesada en construir la línea férrea que una por su territorio los puertos de Ilo (Perú) y Santos (Brasil).
Según datos, la vía tendría un costo de unos 15.000 millones de dólares, muy inferior a otro proyecto similar que China tenía la intención de financiar por unos 60.000 millones, pero que excluía a Bolivia y sólo involucraría a territorios peruano y brasileño.





EL NEOLIBERALISMO Y EL NEOFASCISMO DE BOLSONARO VAN DE LA MANO, DICE DILMA ROUSSEFF

Para Rousseff, el proceso de juicio político que acabó con su presidencia está totalmente ligado al que encarceló al también ex Presidente Lula da Silva: “Hoy es reconocido por casi todos los que apoyaron el impeachment, incluso Temer, que me sustituyó, que ese proceso estuvo tras la destitución fraudulenta de una presidenta de Brasil”.

El Diario de España (www.eldiario.es)
                                                  
¿Brasil es hoy una democracia? "En Brasil hay un proceso que muchos llaman de creación de un estado de excepción. La democracia está siendo corroída por dentro. Si imaginamos que la democracia es un árbol, un golpe de estado tradicional cortaría el árbol por completo, acabando con los derechos de prensa, de organización, cerrando el Congreso… En el proceso actual y que ocurrió en muchos países de América Latina, es como si ese árbol fuese corroído por parásitos y comenzase a tener partes de sí degradadas".
Así se expresa Dilma Rousseff, primera presidenta mujer de Brasil y que fue destituida por un proceso de impeachment, que la declaró culpable de un presunto maquillaje de cuentas del Estado en 2016. Ese proceso fue apoyado por miembros de su partido como Michel Temer, que la sucedió en el cargo, y que recientemente ha catalogado el impeachment como golpe de Estado.
Hoy, habla en los micrófonos de Carne Cruda sobre la situación política brasileña, el encarcelamiento de su predecesor y líder del Partido de los Trabajadores (PT) Lula da Silva, el auge de la extrema derecha con el actual presidente Jair Bolsonaro o la situación de la Amazonía.
"Hay una clara crisis del sistema de justicia. Se ha comenzado a usar la justicia como instrumento de destrucción del enemigo político, sustituyendo el uso de las armas para la destrucción física de las personas por la ley como método de destrucción civil y ciudadana de una persona, a fin de que no pueda presentarse como ciudadano político en un determinado momento. Lo que se hizo con Lula da Silva fue algo que  se está haciendo con Kirchner, con Rafael Correa, lo intentaron con Evo Morales…".
Para Rousseff, el proceso de juicio político que acabó con su presidencia está totalmente ligado al que encarceló al también expresidente Lula da Silva: "Hoy es reconocido por casi todos los que apoyaron el impeachment, incluso Temer, que me sustituyó, que ese proceso estuvo tras la destitución fraudulenta de una presidenta de Brasil". 
Lula da Silva y la operación Lava Jato
"El juez que juzgó a Lula es declaradamente político y lo persiguió por cuestiones políticas que han sido reveladas ahora. La base fundamental del sistema de justicia en una democracia es que todos son iguales ante la ley, y esto está en cuestión en Brasil".
La líder del PT se muestra esperanzada tras las nuevas revelaciones periodísticas que han demostrado las relaciones del juez y los fiscales de Lava Jato para manejar políticamente el juicio. Lula da Silva fue encarcelado cuando era el político con mejores resultados en las encuestas en las elecciones que después ganaría Bolsonaro. Se le acusaba de haber recibido un apartamento de lujo como soborno en la trama Petrobras, aunque no se ha encontrado ningún documento que lo acredite, lo que fue utilizado por la acusación como prueba de que era un regalo oculto.
El fiscal que lo acusó, Sérgio Moro, conocido por ser el azote de la corrupción en la Operación Lava Jato, fue también el juez que lo encarceló. Hoy es el ministro de Justicia de Bolsonaro.
El periodista Glen Greenwald, premio Pulitzer por publicar los secretos de Snowden, reveló recientemente en su medio, Intercept Brasil, conversaciones de Sérgio Moro con los fiscales en las que se demuestra que maniobraron en la Operación Lava Jato para encarcelar a Lula e impedir que se presentase a las elecciones.
"Lo que sucede en Brasil es simple: impedimos el establecimiento de reformas neoliberales como las que precarizan el trabajo, las pensiones de los más pobres, la destrucción del Estado brasileño vendiendo sus mayores empresas y desnacionalizando y nunca permitimos el deterioro del control ambiental en la Amazonía. Todo esto por cuatro elecciones presidenciales consecutivas. Ellos prefirieron usar instrumentos no democráticos: necesitaron de un gobierno neofascista, como el caso de Bolsonaro, para implantar el neoliberalismo, no hay uno sin otro en Brasil".
La Amazonía
Sobre los incendios recientes en parte de la Amazonía brasileña, que han aumentado un 85% en 2019, Rousseff culpa de la gestión a Bolsonaro pero se retrotrae hasta su predecesor: "Es el gobierno Temer el que comienza a desmontar el control de la deforestación no solo en Amazonía sino en el resto de áreas protegidas de Brasil".
"Con Bolsonaro las cosas se aceleran: desmonta el Consejo Nacional de Medio Ambiente para usar la madera, para criar ganado y porque la Amazonía de todos los países de esta área tiene un subsuelo lleno de minerales, algunos de ellos nobles, uranio y metales usados para fabricar ordenadores… No es porque no fiscalizó o se haya distraído. Bolsonaro tiene una intención deliberada de hacer lo que nunca hicimos: abrir la Amazonía para la explotación mineral desde el extranjero".
"Mi impeachment es la apertura del proceso de persecución a Lula. Él también representa la lucha contra las reformas neoliberales, Lula siempre defendió a los trabajadores, el trabajo digno, el acceso a la educación, el acceso de las clases más pobres al disfrute de la riqueza inmensa de nuestro país. Acredito que Lula tiene un papel central en la lucha de resistencia contra la coalición entre neoliberalismo y neofascismo que está ocurriendo en Brasil".
La responsabilidad del PT
¿Pero qué papel ha tenido la izquierda y la corrupción de miembros del PT en este proceso? Dilma Rousseff rechaza hacer autocrítica: "La socialdemocracia sí tiene culpa, la verdadera izquierda no. No estamos en la situación en que estamos por nuestros errores sino por nuestros aciertos".
Dilma insiste en que el PT "ganó en cuatro elecciones consecutivas al neoliberalismo. No somos el partido socialdemócrata, los de las reformas laborales. Nosotros no privatizamos nuestras empresas estatales sino que transformamos una empresa de petróleo en la séptima empresa del mundo. Para mí lo que eleva a la derecha es la mano de la socialdemocracia brasileña, que decidieron que serían los herederos del caos. ¿Y qué pasó con ellos? Que han tenido el 4% de los votos. Nosotros, con toda la guerra en contra, tuvimos 45 millones, 47% de los votos en la peor situación posible, con un líder encarcelado y acusado de ser un corrupto".
Pese a la dureza con que califica el estado democrático bajo el gobierno de Bolsonaro, la política del PT cree que el presidente de extrema derecha "agrega" a colectivos en contra: "Los estudiantes, porque ven su universidad destruida; los trabajadores, porque amenazan no solo los derechos laborales sino porque quieren, como en Inglaterra, quebrar los sindicatos. Este proceso agrega a las personas, une. Necesitamos solidaridad ante el uso de la mentira como arma de destrucción".
Para Rousseff, el panorama es más preocupante desde que "el neofascismo destruyó los partidos de centro y derecha: "Bolsonaro es un lobo solitario, no actúa con los otros lobos".





POLITÓLOGO PARAGUAYO: RUSIA ES UN SOCIO IMPORTANTE PARA AMÉRICA LATINA

Sputnik News de Rusia (www.mundo.sputniknews.com)

Rusia es y seguirá siendo un socio importante para América Latina, sobre todo en lo vinculado a la agricultura, aseguró el abogado y politólogo paraguayo Luis Antonio Fretes Carreras. "Rusia se está convirtiendo en un país importante en materia agrícola, en todo lo que tiene que ver con la agricultura", dijo Fretes a Sputnik en el marco del IV Foro Rusia-Iberoamérica.
Según el también diplomático paraguayo, "los rusos están presentes en lo que es maquinaria agrícola y también están involucrados con inversiones y con sistemas de compras muy grandes".
"Rusia es un gran comprador de cereales histórico de América del Sur, de Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia. Y eso va a seguir, porque es un negocio que está muy bien localizado, arraigado", insistió.
Por otra parte, resaltó que Moscú también tiene relaciones con varios países en "la utilización para fines pacíficos de la energía atómica, para centros de salud, de atención oncológica, farmacéutica", y agregó que ahí "es donde está la fortaleza del comercio y la presencia rusa".
Incluso, destacó que "las relaciones entre Rusia y América Latina han ido creciendo de una manera progresiva, a partir de esta década del 2010 en adelante, y han ido tomando una dimensión relevante en algunos aspectos, especialmente en el desarrollo tecnológico compartido".
Entre los ejemplos que mencionó, el otrora embajador de Paraguay en Portugal, citó "el ámbito de las energías [eléctrica, atómica] con transferencias también de este tipo de tecnologías en algunos países".
Mientras, se refirió "al incremento de productos latinoamericanos al mercado ruso, en el caso específico que conozco, el de Paraguay por ejemplo, Rusia es el principal comprador de carne en este momento. No solamente de carne vacuna, sino de carne porcina y eso convierte a Rusia en un socio comercial muy importante para Paraguay".
Por último hizo referencia a la industria de armamento, pero recordó que la región siempre compró armas a Estados Unidos y países de Europa como Bélgica, Francia, Italia, Alemania y España y solo en casos muy contados adquirieron armas rusas.
"El caso de Venezuela es particular, porque el presidente Hugo Chávez tomó la decisión de remodelar las Fuerzas Armadas y entre ellas el cambio de su matriz de armamento", dijo.
Para finalizar declaró que "Venezuela tiene un tipo de armamento muy sofisticado, que creo que ningún país de América Latina tiene ese tipo de arma, entre ellas las antiaéreas, que se han probado recientemente en la guerra de Siria, que es un armamento que tiene demanda, sofisticado".
El IV Foro Internacional "Rusia e Iberoamérica en el mundo globalizante: historia y perspectivas", se desarrolla hasta este 3 de octubre en esta ciudad, con el patrocinio de la Universidad Estatal de San Petersburgo en coordinación con el Instituto de América Latina de la ACR, el Instituto Bering-Bellingshausen para las dos Américas, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, la Fundación Egor Gaidar y el Banco Santander, entre otros.

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