Mientras
paseaba por el pueblo boliviano de Sahuiña en una brillante tarde de marzo, los
sonidos más fuertes que escuché fueron cantos de pájaros. Ubicado en las
montañas de los Andes y encaramado en la costa aislada de una península que se
adentra en el lago Titicaca, Sahuiña es un lugar encantador y tranquilo.
También es independiente: gracias a muchos años de descentralización del gobierno
en Bolivia, el pueblo tiene mucha libertad para hacer lo que quiera sin
responder al Estado.
En su
entrada, una bandera de Wiphala, un cuadrado de siete colores que representa a
los pueblos indígenas de los Andes, se agita con la brisa. Ninguna bandera nacional
que simbolizara la república boliviana estaba a su lado. Cuando crucé la aldea,
la gente de Sahuiña conversó entre ellos en el idioma indígena local de aimara.
Hablaron despacio, caminaron despacio, masticaron lentamente las hojas de coca.
Se jactaban del aire fresco y la escasez del crimen. La mayoría de ellos
pescaban o cultivaban para ganarse la vida, tal como lo han hecho los lugareños
de la zona durante milenios.
La lejanía y
la atmósfera autosuficiente de Sahuiña facilitan suponer que la política
nacional es de importancia secundaria para sus residentes: el pueblo se
mantiene solo, se mueve a su propio ritmo y toma decisiones sobre su propia
tierra. Pero la gente allí está realmente enamorada del autodenominado
socialista que dirige su país: Evo Morales.
Morales,
señalaron los aldeanos, ha invertido en su comunidad como ningún otro líder
nacional antes que él. Antes de asumir el cargo, la ruta hacia Sahuiña era
áspera y estrecha; ahora, está pavimentado y es ancho, lo que facilita el
transporte de mercancías dentro y fuera del área, y permite que los niños sean
conducidos a la escuela en la cercana Copacabana. Antes de Morales, la gente
sacaba agua de los pozos; ahora tienen agua corriente en sus hogares. Más
recientemente, el gobierno ha financiado la creación de un pequeño centro de
hospitalidad, compuesto por un comedor y algunas cabañas, para alentar a los
turistas a ver a Sahuiña como una escapada al aire libre. (Sin duda, la
atracción más encantadora de Sahuiña es su colección de ranas gigantes en
peligro de extinción, ranas gigantes, que se guardan en un conservatorio
improvisado en una isla flotante en el lago Titicaca). Y actualmente se está
construyendo un pequeño aeropuerto con fondos públicos en un valle cerca del
pueblo.
Las personas
que conocí también elogiaron el sistema de bonos, o transferencias de efectivo,
que se otorgan a los padres de jóvenes estudiantes, mujeres embarazadas y
ancianos. "En comparación con los gobiernos anteriores, nuestro gobierno
nos tiene en cuenta", me dijo Simón Khantuta, un guía gregario de la
comunidad, mientras nos sentábamos junto al lago.
Sahuiña es
un emblema de cómo la vida ha cambiado para millones de bolivianos comunes en
los últimos 13 años. Desde que asumió el cargo en 2006, Morales, un ex cocalero
y activista laboral, ha nacionalizado industrias clave y ha utilizado el gasto
social agresivo para reducir la pobreza extrema en más de la mitad, construir
una nación con infraestructura moderna y reducir el coeficiente de Gini de
Bolivia, una medida de desigualdad de ingresos, en un sorprendente 19 por
ciento. En particular, para gran parte de la población indígena mayoritaria de
Bolivia, su mandato marca la primera vez que han vivido por encima de la
pobreza y se han beneficiado de los tremendos recursos naturales de su país.
Ahora está
claro que una agenda redistribucionista no ha sido ruinosa para la economía de
Bolivia. Lejos de eso: durante la era de Morales, la economía ha crecido al
doble de la tasa del promedio latinoamericano, la inflación se ha mantenido
estable, el gobierno ha acumulado ahorros sustanciales y ha surgido una clase
media indígena emprendedora y optimista. Dado el colapso económico de pesadilla
de la vecina Venezuela, el niño de la derecha por los males del socialismo, la idea
de que dicho sistema puede ser el camino hacia la prosperidad y la estabilidad
en Bolivia es notable. Su trayectoria política de izquierda, que comenzó
aproximadamente al mismo tiempo que la de Venezuela, muestra que los proyectos
socialistas pueden ayudar a las sociedades a escapar de la pobreza, en lugar de
condenarlos.
"Bolivia
podría ser el país más exitoso del mundo que se llama a sí mismo"
socialista "", escribió Noah Smith, columnista de economía de centro
izquierda de Bloomberg News, a principios de este año.
Sin embargo,
el destino de Morales y su legado son inciertos. En un referéndum de 2016, le
preguntó al público si podía eliminar los límites del mandato constitucional
para postularse para un mandato adicional en 2019. Perdió, pero después de
ganar una pelea legal muy controvertida en un tribunal comprensivo, optó por
postularse para la reelección de todos modos . Las elecciones de este otoño,
que se llevarán a cabo el 20 de octubre, han generado dudas sobre si Morales se
ha convertido en otro líder izquierdista que socavará la democracia en nombre
de la revolución económica.
La
influencia de Morales en el poder ha enojado a muchos bolivianos, incluidas
partes de su base indígena que ven su próxima carrera como un acto de
corrupción flagrante. Pero el presidente espera que la fortaleza de la economía
le brinde otra victoria, y se compromete a seguir cumpliendo la visión que
inspiró su primera carrera.
Cuando
Morales llegó al cargo, se comprometió a alterar fundamentalmente la naturaleza
de la economía boliviana. Sus antecesores se vieron obligados a renunciar por
movimientos de protesta militantes que exigieron que las ganancias de las
enormes reservas de gas natural de la nación se destinen al público, no a las
corporaciones multinacionales extranjeras. Como jefe de la federación de
movimientos sociales conocida como Movimiento al Socialismo, o Movimiento hacia
el socialismo, se confiaba en Morales como alguien que podía realizar esa
visión. Se convirtió en el primer presidente en obtener una mayoría absoluta de
votos desde la revolución de 1952, durante la cual campesinos y mineros
derrocaron un régimen militar e instituyeron una serie de reformas populistas.
También fue, en particular, el primer presidente indígena de Bolivia.
El programa
de izquierda de Morales fue uno de los muchos que se extendió por América
Latina en la "Marea Rosa" de la década de 2000, durante el cual los
líderes populistas en Brasil, Venezuela, Argentina, Ecuador, Chile y otros
lugares subieron al poder con agendas socialistas y socialdemócratas. . Morales
entró con el mandato de destruir las políticas neoliberales de austeridad y
privatización que habían moldeado la sociedad boliviana durante las últimas dos
décadas. "Desde 1985 hasta la elección [de Morales] en 2005, Bolivia
estuvo bajo el yugo de una versión u otra del consenso de Washington", me
dijo Mark Goodale, antropólogo de la Universidad de Lausana.
Una vez en
el cargo, Morales aprobó una ley que confiscó decenas de miles de millas
cuadradas de tierra consideradas improductivas o ilegales, y la redistribuyó a
los campesinos sin tierra. Puso las industrias de gas natural, petróleo,
telecomunicaciones y electricidad bajo control estatal. Y continuamente aumentó
el salario mínimo, que se ha triplicado desde que asumió el cargo.
Morales
también aumentó dramáticamente el gasto social. Volcó dinero en la construcción
de carreteras, escuelas y hospitales, una expansión de la infraestructura que
fue particularmente transformadora en el campo. Y estableció programas de
transferencia de efectivo modestos pero muy populares: un sistema universal de
pensiones no contributivo para bolivianos mayores de 60 años; asistencia a
hogares con niños en edad escolar primaria que pueden demostrar que sus hijos
asisten a la escuela; y fondos para mujeres embarazadas o madres con niños
menores de 2 años sin seguro médico.
"Son
pequeñas cantidades de dinero, pero para las personas muy pobres han tenido un
enorme impacto en los ingresos de su familia", me dijo Linda Farthing,
autora con sede en La Paz de Bolivia: Continuidad y cambio.
Durante la
era de Morales, Bolivia ha visto triplicarse el ingreso per cápita y ha pasado
rápidamente de un país de bajos ingresos a un país de ingresos medios bajos a
los ojos del Banco Mundial. La inflación y el tipo de cambio se han mantenido
excepcionalmente estables. Y todo el tiempo, los niveles de desigualdad en
Bolivia pasaron de muy por encima del promedio latinoamericano a muy por debajo
de él.
Las
comunidades rurales como Sahuiña han visto mejorar su calidad de vida en la
última década, pero la sensación de que las cosas están en alza es igual de
visible en las zonas urbanas. En la bulliciosa capital de La Paz, tiendas,
restaurantes y cines están surgiendo en toda la ciudad para personas ansiosas por
usar sus billeteras más grandes. Se puede encontrar mujeres indígenas vestidas
con faldas tradicionales de pollera y bombines que venden comida en las
esquinas, pero también se puede ver a muchas comprando sombreros caros en
boutiques de moda.
Tome un paseo
en el Mi Teleferico, el sistema de teleférico urbano de gran altitud más grande
del mundo, hasta la ciudad vecina de El Alto, y verá kilómetros y kilómetros de
animados mercados y pequeñas empresas. El Alto también cuenta con un número
creciente de chalets, o espectaculares edificios de colores brillantes
diseñados por arquitectos aymaras, que representan el surgimiento de una
burguesía aymara urbana.
El
movimiento de Bolivia hacia el socialismo ha desafiado las predicciones de la
derecha sobre la escasez de alimentos, los campos de trabajo y el colapso de la
vida privada. En cambio, ha dado un paso en la dirección de la socialdemocracia
europea e ilustra cómo una economía en desarrollo puede modernizarse y crecer
rápidamente sin someterse a la austeridad.
Lo que realmente distingue al experimento socialista de Bolivia es su relativa longevidad. La "Marea Rosa" ha disminuido en gran medida; prácticamente todos los partidos de izquierda que dominaron la era han sido expulsados del poder, en gran parte debido al colapso de un auge regional de productos básicos. Venezuela se mantiene firme gracias a las calvas maniobras autoritarias; El régimen preside una de las mayores catástrofes económicas que el Hemisferio Occidental ha visto en la historia reciente. Sin embargo, Bolivia ha perdurado debido a tres cualidades distintivas.
Lo que realmente distingue al experimento socialista de Bolivia es su relativa longevidad. La "Marea Rosa" ha disminuido en gran medida; prácticamente todos los partidos de izquierda que dominaron la era han sido expulsados del poder, en gran parte debido al colapso de un auge regional de productos básicos. Venezuela se mantiene firme gracias a las calvas maniobras autoritarias; El régimen preside una de las mayores catástrofes económicas que el Hemisferio Occidental ha visto en la historia reciente. Sin embargo, Bolivia ha perdurado debido a tres cualidades distintivas.
El primero
de ellos es lo que podría llamarse un reformismo cautelosamente optimista.
Morales se alineó retóricamente con el difunto venezolano venezolano Hugo
Chávez en la década de 2000, pero en la práctica Morales siguió una agenda
política más cuidadosa que Chávez y pensó más en el futuro.
La economía
de Venezuela se ha basado completamente en un recurso, el petróleo, y Chávez lo
manejó extremadamente mal. Gastó demasiado en programas sociales, quintuplicó
la deuda pública y no apartó dinero para un día lluvioso, dejando al país
extremadamente vulnerable al colapso del precio del petróleo en 2014. Y sus
estrictos controles cambiarios ayudaron a encender una crisis de inflación paralizante.
Morales, por
el contrario, se ha centrado más en el largo plazo. Los principales productores
de dinero de Bolivia son las exportaciones de gas natural y minerales como el
zinc, pero Morales ha mostrado interés en diversificar la economía invirtiendo
en agricultura e industrialización. Ha nacionalizado algunas industrias
importantes, pero ha dejado la mayoría de los sectores privados. Ha invertido
en salud, educación y ayuda para los pobres, pero comenzó con un estado de
bienestar bastante minimalista para garantizar la sostenibilidad.
Vale la pena
señalar que la estrategia económica deliberada de Morales ha sido acompañada
por una imprudente sobre el medio ambiente. A pesar de aprobar la primera ley
del mundo que otorga los mismos derechos a todos los seres vivos, los esfuerzos
de infraestructura de Morales y la expansión de las industrias extractivas han
sido destructivos para las vastas selvas tropicales, ríos y vida silvestre de
Bolivia. Desde 2013, ha aprobado al menos cuatro leyes que permiten un mayor
uso agrícola de áreas forestales frágiles, y los expertos en medio ambiente
dicen que sus políticas libremente reguladas de permitir que los pequeños
agricultores utilicen incendios para limpiar la tierra son los culpables de un
descontrol incendio en la Amazonía boliviana en las últimas semanas.
La
perspectiva económica gradualista de Bolivia es informada por el antiguo
ministro de finanzas de Morales, Luis Arce. Arce es conocido en Bolivia como un
tecnócrata tacaño que persuasivamente juega al abogado del diablo durante los
debates de gasto en la administración de Morales. Los críticos de la izquierda
a veces lo critican a él y a sus asociados como los "Chuquiago Boys",
un apodo inteligente destinado a compararlo con los economistas latinoamericanos
neoliberales que provienen del departamento de economía obsesionado por la
austeridad de la Universidad de Chicago (Chuquiago es la palabra aymara para La
Paz)
Santiago
Anria, politólogo del Dickinson College, caracteriza a Arce como un
"populista prudente". Anria me dijo que entrevistó a Arce en 2013, y
en ese momento Arce describió que estaba traumatizado por la paralizante
hiperinflación de Bolivia en la década de 1980. "Me dijo algo como"
No podemos tener una revolución sin una macroeconomía sólida ", dijo
Anria. Arce es ampliamente visto como la razón por la que Bolivia acumuló
reservas masivas de divisas durante la década de 2000 y principios de 2010, lo
que ayudó a mantener estable al boliviano y permitió al país mantener el gasto
social a medida que los precios de los productos básicos cayeron en los últimos
años.
Otra
cualidad que ayudó al socialismo boliviano a perdurar ha sido el énfasis de
Morales en la inclusión racial, una característica que ha ampliado la
participación en la economía y también ha inspirado una mayor aceptación de la
población indígena mayoritaria de Bolivia. Morales ha ejercido poder simbólico
como el primer presidente indígena de Bolivia, pero también usó la letra de la
ley para crear una sociedad que abraza y defiende su diversidad multicultural.
La constitución que aprobó en 2009, que cambió el título oficial del país de
"La República de Bolivia" a "El Estado Plurinacional de
Bolivia", reconoció oficialmente 36 lenguas indígenas. Se han aprobado
leyes que prohíben la discriminación racial y requieren que los niños aprendan
idiomas indígenas locales. También ha habido un aumento en el número de
legisladores que se identifican como indígenas.
Mientras viajaba por Bolivia esta primavera, le pregunté a muchas personas qué significaba personalmente el término "socialismo". Una y otra vez, la gente hablaba de cómo significaba rechazar el racismo, a veces sin siquiera mencionar explícitamente la economía: mientras Estados Unidos dejó el debate sobre si la identidad racial es una distracción de la identidad de clase, en Bolivia muchas personas de la izquierda consideran a los dos inextricablemente entrelazados. Muchos citaron ejemplos de cómo, antes de Morales, una mujer indígena podía ser expulsada de una tienda solo por usar vestimenta tradicional. Ahora, una mujer aymara en La Paz puede abrir un negocio en un centro comercial al que no se le hubiera permitido entrar antes. La reelección decisiva de Morales para el segundo y tercer mandato, y su capacidad para mantener su movimiento hacia el socialismo, se produjo en gran medida porque colocó la liberación indígena en el centro de su agenda.
Mientras viajaba por Bolivia esta primavera, le pregunté a muchas personas qué significaba personalmente el término "socialismo". Una y otra vez, la gente hablaba de cómo significaba rechazar el racismo, a veces sin siquiera mencionar explícitamente la economía: mientras Estados Unidos dejó el debate sobre si la identidad racial es una distracción de la identidad de clase, en Bolivia muchas personas de la izquierda consideran a los dos inextricablemente entrelazados. Muchos citaron ejemplos de cómo, antes de Morales, una mujer indígena podía ser expulsada de una tienda solo por usar vestimenta tradicional. Ahora, una mujer aymara en La Paz puede abrir un negocio en un centro comercial al que no se le hubiera permitido entrar antes. La reelección decisiva de Morales para el segundo y tercer mandato, y su capacidad para mantener su movimiento hacia el socialismo, se produjo en gran medida porque colocó la liberación indígena en el centro de su agenda.
La tercera
característica clave del socialismo boliviano no es una cualidad del gobierno,
sino una de la población en su conjunto. La ciudadanía boliviana es
asombrosamente organizada y militante: las protestas son una forma de vida. Eso
significa que la base de Morales ha tenido una cantidad inusual de influencia
al presionarlo para que cumpla sus promesas. Si habla con un trabajador de
cuello azul y le pregunta si es parte de alguna organización, es probable que
escuche una larga lista de sindicatos y asociaciones en respuesta, vinculados a
su trabajo, vecindario y distrito escolar. Estas no son solo redes de
colaboración: también son ejércitos callejeros y bloques de votación.
"Bolivia
es una de las sociedades más movilizadas del mundo", me dijo Calla Hummel,
politóloga de la Universidad de Miami. El Proyecto de Opinión Pública de
América Latina descubrió que los bolivianos participaron en protestas a más del
doble de la tasa de ciudadanos estadounidenses en 2017. Y los bolivianos no son
exactamente piqueteros callados. En memoria reciente, los manifestantes han utilizado
manifestaciones masivas, bloqueos económicos asfixiantes, peleas callejeras con
la policía, secuestros y dinamita para luchar por sus quejas. Las protestas son
lo que empujó a los dos predecesores de Morales fuera del poder, y las
protestas han continuado durante su propio mandato, lo que lo obligó
especialmente a suspender un gran proyecto para una carretera amazónica.
Eso no quiere decir que Morales necesariamente escucha las protestas; de hecho, trata regularmente de cooptar y dividir los movimientos sociales para debilitar su amenaza a su poder. Entre los activistas que se oponen a su carrera, existe la preocupación de que podría volverse más manipulador aún cuando presenta su candidatura para un cuarto mandato en el cargo el 20 de octubre, o envalentonarse más para encontrar formas autoritarias de permanecer en el poder si lo gana. Podría, por ejemplo, tratar de usar leyes represivas para debilitar a los críticos y opositores políticos, como lo hizo en el pasado con leyes aparentemente destinadas a regular a las ONG.
Eso no quiere decir que Morales necesariamente escucha las protestas; de hecho, trata regularmente de cooptar y dividir los movimientos sociales para debilitar su amenaza a su poder. Entre los activistas que se oponen a su carrera, existe la preocupación de que podría volverse más manipulador aún cuando presenta su candidatura para un cuarto mandato en el cargo el 20 de octubre, o envalentonarse más para encontrar formas autoritarias de permanecer en el poder si lo gana. Podría, por ejemplo, tratar de usar leyes represivas para debilitar a los críticos y opositores políticos, como lo hizo en el pasado con leyes aparentemente destinadas a regular a las ONG.
Pero los
expertos dicen que la ciudadanía movilizada de Bolivia podría actuar como un
control parcial contra el mal comportamiento político. “Bolivia tiene una larga
tradición de no reelección. Morales claramente ha cruzado una línea roja en su
intento de correr una vez más ”, me dijo Anria. "Esto ya ha dado como
resultado una reacción bastante significativa, tal vez no tan generalizada como
cabría esperar, pero ha llevado a la articulación de una oposición que, aunque
aún está desunida, tiene más tracción que antes".
A pesar de
todas sus travesuras cuestionables, Morales actualmente lidera las encuestas
por un margen considerable, y la mayoría de los analistas políticos predicen
que tiene una muy buena posibilidad de ser reelegido.
Correr
contra Morales es un asunto complicado: a pesar de la disminución de los
índices de aprobación, su base central todavía lo ama. Carlos Mesa, ex
vicepresidente de Bolivia y la única amenaza seria de Morales en la carrera
presidencial, ha enmarcado su carrera como un intento de proteger el gobierno
democrático de un hombre fuerte corrupto. “El presidente Morales ya no es parte
del presente, y mucho menos del futuro. Él es parte del pasado ”, dijo Mesa el
año pasado. "Esto se debe a que desafortunadamente ha decidido que el
poder es más importante que el proyecto".
Pero
notablemente, Mesa ha sido cauteloso de emitir una fuerte crítica de la
administración de la economía de Morales y sus programas de gasto. Hay muchas
maneras en que la economía podría mejorarse seriamente, por ejemplo, aumentando
el pequeño número de empleos de cuello blanco del sector privado, pero Mesa se
está centrando en cuestiones políticas.
Eso es un
testimonio de la fortaleza actual de la economía: Mesa sabe que es difícil
criticar a Morales cuando es tan estable exteriormente. También es una forma
para que Mesa trate de evitar mencionar su mayor responsabilidad política: el
hecho de que sirvió bajo la presidencia de Gonzalo "Goni" Sánchez de
Lozada, un hombre cuya agenda neoliberal matón culminó en la supervisión de la
masacre de más de 60 personas que protestaban contra el privatización del gas
natural en El Alto en 2003, y de quien los bolivianos no se han olvidado.
"En realidad, fue mi gente la que murió en esa guerra, su sangre está en
sus manos y él no asumirá ninguna responsabilidad", dijo Nirvana Guerrero,
una activista feminista de El Alto, sobre Mesa.
Guerrero,
una estudiante universitaria que aprendió inglés usando videos de YouTube,
tampoco criticó a Morales. Pero ella habló sobre su preferencia por él sobre
Mesa como un asunto práctico.
"El
dinero que estaba todo en la casa de los ricos ahora va para el resto",
dijo, y luego se detuvo por un momento. "Creo que eso es lo
suficientemente bueno por el momento". Revista
The Nation de EEUU (www.thenation.com)
HUGO MOLDIZ, EXMINISTRO
BOLIVIANO: “LA CREDIBILIDAD DE EVO MORALES FUE FUNDAMENTAL PARA LOS CAMBIOS”
Estrategia
de Latinoamérica (www.estrategia.la)
El próximo
20 de octubre habrá elecciones generales en Bolivia, una semana antes de
Uruguay y la Argentina. El presidente Evo Morales busca una nueva reelección y
uno de los sostenes de su política ha sido el manejo de la economía, elogiado
incluso por numerosos organismos internacionales. Durante muchos años, el
talón de Aquiles de la economía boliviana fue su dependencia del dólar estadounidense
y de una “mentalidad dolarizada” de amplias capas de la población. De cara a
las elecciones, y para entender las modificaciones en la economía, Nodal
entrevistó a Hugo Moldiz, periodista, abogado y ex ministro de Evo Morales.
-Evo Morales
accedió a la presidencia en 2006 en un país con una fuerte presencia del dólar
en la sociedad boliviana y por eso siempre se suele decir que existía una
mentalidad “dolarizada”. ¿Es tan así?
-Si bien es
cierto, hay que evitar caer en interpretaciones subjetivas de la historia, de
la realidad. Durante 20 años hubo un mecanismo de cierta estabilización del
tipo de cambio frente a la hiperinflación, las transacciones comerciales para
el mercado informal, para el mercado formal, los depósitos, en fin, casi todo
era predominantemente en dólares. Esto cual reflejaba una economía dolarizada,
una mentalidad dolarizada y una inseguridad frente a la moneda nacional.
-¿Y qué hizo
Evo Morales para modificar esta situación?
-Evo puso en
marcha un modelo que, desde el punto de vista macroeconómico, lo que hace es
nacionalizar los recursos, generar excedente, distribuirlos a la población a
través de diferentes mecanismos. Pero en el plano financiero lo que hace es
tomar medidas para darle revalorización, credibilidad a la moneda nacional.
Estas
medidas logran calar en la gente, porque a veces se pueden tomar medidas y a
veces no calan, se pueden tomar medidas pero puede haber una desconfianza de la
población. Estoy hablando de un factor político que no hay que desmarcarlo de
la economía ya que se convierte en la gran garantía para estas medidas de
fomento al ahorro en boliviano, a las transacciones en bolivianos, tanto en el
mercado formal como en el mercado informal.
Y digo
informal porque hay un alto porcentaje de la economía boliviana en distintos
grados. Entonces, la credibilidad política se convierte en una gran garantía,
un gran instrumento que facilita este proceso de nacionalización de la moneda
boliviana.
-Entre las
medidas que tomó Evo Morales, el tipo de cambió bajó y mandó una señal que no
siempre el que apuesta por el dólar gana. ¿Fue importante esto para mirar con
otros ojos la moneda nacional?
-Evo le
explicó a la gente que la nacionalización de los hidrocarburos iba a generar
tal nivel de ingresos para el país que era suficiente para que los propios
bolivianos creyeran en su propia economía. Y la gente le cree, porque en un año
no se logran los ingresos que Bolivia hoy tiene.
El Estado no
invertía en 2006/2007 lo que hoy invierte, porque el proceso de recuperación de
la economía siempre es muy lento. Y por eso está siempre por delante el factor
político; es decir, había confianza de que todo lo que estaba diciendo Evo
Morales era verdad. Era verdad que la nacionalización iba a dejar más plata al
país y que la modificación del tipo de cambio para abajo, no para arriba
-porque siempre iba para arriba- estaba firmemente respaldada.
Entonces
eso, evidentemente, fue cambiando la mentalidad de la gente. Hoy podemos decir
que cerca del 80 por ciento de los ahorros del sistema boliviano, están en
bolivianos. Tenemos una alta credibilidad en la moneda nacional y la gente que
antes incluso se guardaba los dólares debajo de colchón, los ha cambiado y los
ha puesto en bolivianos.
-¿Cómo
tomaron este tipo de medidas los sectores más concentrados, los que tienen la
posibilidad de ganar mucho dinero con una economía dolarizada?
-Los
sectores que más añoran el tipo de cambio del pasado y la hegemonía del dólar,
son los sectores exportadores. Hay otro tipo de empresariado que más bien ha
logrado beneficiarse y por lo tanto defiende este tipo de política monetaria
que tiene el gobierno.
Los sectores
exportadores no pierden la oportunidad de pedir que haya modificaciones en el
tipo de cambio y han estado añorando no sin cierta ingenuidad que pase lo mismo
que en Argentina. Ahora, claro, estos sectores exportadores cuando ven el
descalabro económico argentino, la gran distancia entre el dólar y la moneda
argentina, terminan finalmente dejando de hablar del tema y acomodándose a la
política monetaria del gobierno.
-¿Qué
impacto tiene en la campaña electoral lo que está pasando en Argentina y lo que
es visto como un fracaso de la economía de Mauricio Macri?
-Lo que pasa
en Argentina, Brasil o Chile repercute mucho en Bolivia y ciertamente de los
tres países el que peor está es Argentina. La gente puede no quererlo a
Evo Morales, pero muchos están planteando que van a votar por Evo porque el
candidato Carlos Mesa ha tenido la equivocación hace un tiempo de alabar el
ascenso de Macri y la política de Macri.
Cuando la
gente ve las consecuencias nefastas de eso lo que menos quiere es inestabilidad
económica. La gente quiere saber que puede prestarse plata y saber que el
día de mañana va a tener condiciones para pagar, y que los servicios no se le
va a elevar al 100, al 200 o 300 por ciento. Así que lo que pase en
argentina ciertamente genera un efecto político adverso a las pretensiones de
los sectores dominantes.
BOLIVIA: LAS ESTRATEGIAS DE UNA OPOSICIÓN
DESESPERADA
La violencia y el desprestigio hacia el
Gobierno de Evo Morales parecen ser las tácticas utilizadas entre los sectores
de la oposición, a menos de un mes para las elecciones.
Telesur de Venezuela (www.telesurtv.net)
El próximo
20 de octubre se celebrarán en Bolivia
las elecciones presidenciales que definirán si el
actual mandatario Evo Morales arribará
a su cuarto mandato consecutivo, o será desplazado por las fuerzas opositoras, que han
desplegado una amplia estrategia de
ataques para impedir la reelección de Morales.
La vía más popular
parece ser la de la violencia, lo que muestra una clara incapacidad para
influir en el electorado boliviano mediante alternativas legítimas y no
reprochables. Han acudido a la intimidación, pues difunden la violencia y
el temor a la población para que no acudan a las urnas.
Un ejemplo
se vio en Tarija, lugar en el que organizaciones antigubernamentales intentaron
impedir la llegada del presidente a ese departamento.
La mayor
muestra de violencia hasta el momento sucedió el pasado 12 de septiembre en en
el conservador estado de Santa Cruz (onde se acumulan las grandes riquezas
personales del país), cuando decenas de activistas, muchos de ellos jóvenes
pertenecientes a familias acomodadas, arremetieron contra varias oficinas del
Movimiento Al Socialismo (MAS).
Además, los
destrozos incluyeron el robo de equipamiento médico y medios tecnológicos, y no
se puede ignorar la quema de una sede de campaña oficialista en la subtropical
parte sur de los Yungas de La Paz.
Por otro
lado, se han valido de la naturaleza para sacar provecho y desacreditar el
trabajo del Gobierno, usando el tema de los incendios que azotan la zona de la
Chiquitania boliviana, ante lo que han llegado a hacer llamados para que
Morales decrete desastre nacional a partir de los hechos de la
Chiquitania.
Carlos Mesa,
quien fuera vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Losada, expulsado del país por
su política neoliberal, responsabiliza al Gobierno por el fuego en esa región,
aún cuando los especialistas han demostrado que los incendios se produjeron a
causa del cambio climático.
Los
cuestionamientos de Mesa centran la atención en la decisión gubernamental de
disponer de más de 15 millones de dólares en el alquiler del avión Boeing
Supertanker y otras 22 aeronaves, y en que el mandatario no pidiese ayuda
internacional durante los primeros días de la catástrofe ambiental.
En esta
campaña de desprestigio, la oposición ha maquillado la realidad del país
al presentarlo como una nación al borde de un cataclismo político que en
realidad no existe.
Inicialmente,
con la incentivación de un ambiente de convulsión social que
deslegitime las elecciones del 20 de octubre, en las que Evo cuenta con el
mayor apoyo.
Aquí cabe
recordar otra de las banderas opositoras: la defensa del resultado del
referendo del 21 de febrero de 2016, cuando se rechazó la propuesta de cambio
de un artículo de la Constitución, para habilitar a Morales para las elecciones
de 2019.
La
oposición, en su ala más radical, ha hecho una jugada que se le puede virar en
contra, pues los Jefes de los grupos cívicos del Sur han lanzado una
convocatoria para iniciar un paro nacional indefinido el próximo 10 de octubre
para exigir la renuncia de los vocales del órgano electoral plurinacional.
En otro
intento, que pudiera parecer desesperado, el grupo audodenominado Comité
Nacional de Defensa de la Democracia exhortó a los partidos a retirar sus
candidaturas y llamó al voto nulo.
¿Qué dicen
los números?
Evo Morales
se ha alzado como favorito en todas las encuestas. Un reciente estudio de la
encuestadora Viaciencia ofrece al Mandatario indígena una preferencia electoral
de 42,3 por ciento de puntos porcentuales, creciente con relación al
pasado mes, cuando mostraba un 39,1 por ciento.
La
investigación de Viaciencia, realizada entre el 2 y el 11 de este mes,
demuestra que Mesa, su más cercano rival, del opositor movimiento Comunidad
Ciudadana, apenas acumula 21,2 por ciento, menos que en agosto, con 22,0 por
ciento.
Mientras
tanto, una encuesta del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica
(Celag), indica que más del 50 por ciento de la población apoya la continuidad
de las políticas sociales actuales y considera que se debería avanzar en la
nacionalización de otros sectores estratégicos.
Morales
asumió la presidencia de Bolivia cuando era el segundo lugar de pobreza en la
región, solo superada por Haití, y luego de 13 años de gestión, goza de una
evaluación positiva del 72 por ciento de la población, después de declarar
a Bolivia un estado pluricultural, con una avanzada política nacionalista
e integracionista.
CHILE-BOLIVIA: DESAFÍOS DE LA PARADIPLOMACIA
TRANSFRONTERIZA A UN AÑO DEL FALLO DE LA HAYA
Tal vez es el primer salto cualitativo para
hacer de América del Sur y del Cono Sur una zona libre de populismos
nacionalistas, un polo desarrollo humano sin exclusiones y un trampolín para el
progreso de las regiones transfronterizas y sus habitantes.
El Desconcierto de Chile (www.eldesconcierto.cl)
Este 1 de
octubre se cumple una fecha relevante para Chile, Bolivia y América Latina, en
el marco del desarrollo y evolución del derecho internacional y el derecho de
los pueblos. Ha pasado un año desde que la Corte Internacional de Justicia
determinó por 12 votos a favor y tres en contra, que Chile no tenía obligación de negociar una salida al mar con soberanía
para Bolivia, decisión basada en el respeto irrestricto de los tratados
internacionales entre estados.
Una
definición que marca un antes y un después en la relación transfronteriza de
Chile con sus vecinos, que de inmediato hace surgir innumerables preguntas
sobre las relaciones futuras que deben tener los países de América Latina. Y
que puede derivar en recomponer o no las relaciones, generar nuevos lazos de
amistad, implementar el comercio o activar el proteccionismo, establecer
una alianza cultural o potenciar el aislacionismo.
En síntesis, una nueva forma de conexión que las autoridades chilenas y
bolivianas han definido como el “diálogo fundamental entre los pueblos”.
Se trata,
entonces, de una nueva mirada que claramente puede avanzar desde los gobiernos
subnacionales, implementando lo que el destacado académico Zidane Zeraoui
conceptualiza como “Paradiplomacia”, en su libro “Teoría y Práctica de la
Paradiplomacia”. Pero teniendo siempre sobre la mesa una relación
transfronteriza con antecedentes históricos de encuentros y desencuentros, como
la Guerra del Pacífico, el Tratado de 1904, y la demanda de Bolivia contra
Chile presentada en 2013 en La Haya. Un constructo histórico-político que podría
transformar a la paradiplomacia en una oportunidad.
Es un desafío político, económico, cultural y social que puede cambiar el
modelo de las relaciones internacionales, en el marco de una globalización que
avanza, entregando herramientas que permiten renovar o crear nuevas
interconexiones entre los gobiernos locales y sus ciudadanos. Pero
también gestando los cimientos, o los pilares, de las relaciones
transfronterizas en un continente que ha buscado la paz, ha luchado de manera
incesante por la integración, aunque con diferencias limítrofes históricas.
Esta
situación motiva el desarrollo de una agenda que permita construir, tal como lo
plantea Alexander Wendt, nuevos horizontes entre pueblos vecinos, que tienen en
la paradiplomacia, un mecanismo diplomático que en un inicio puede abocarse a
la baja política o intercambio internacional preliminar entre regiones o
ciudades. Pero que luego de un trabajo estratégico, se puede transformar en un
mecanismo de solución de controversias, en un camino concreto para la integración
real y en una fórmula que permitiría avanzar en la alta política.
Esa visión
tiene cabida bajo el concepto de Interdependencia Compleja, donde el Estado ha
entendido la importancia de los cambios en un mundo globalizado. Y que tras el
fallo de La Haya, abre para Chile, Bolivia y el continente, un espectro de
posibilidades donde la paradiplomacia de América del Sur deberá jugar un rol
estelar, en un momento especial, tal como lo señala Stefan Sweig en su libro
“Momentos Estelares de la Humanidad”.
En ese
espacio los liderazgos locales o subnacionales tiene la solución al alcance de
sus manos, para correr el cerco e iniciar un camino que permita desarrollar una
red flexible, desde un punto de vista diplomático, con el objeto de avanzar en
integración y paz social. Puente transfronterizo que los pueblos están
dispuestos a cruzar, con bases sólidas radicadas en una paradiplomacia que
reconoce los peligros que traen los nacionalismos populistas. Y que en el caso de Chile y Bolivia,
encuentran en el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya del 1
de octubre de 2018, una gran oportunidad para dar vuelta la página e iniciar un
trabajo serio y responsable.
Estas
acciones tienen como grandes beneficiarios a las regiones de Chile y los
departamentos de Bolivia, con miles de habitantes que prefieren dar pequeños
pasos, pero seguros, donde la lucha contra la pobreza, una mejor salud y
educación de calidad, son metas que generan unidad política y fraternidad entre
pueblos hermanos.
Pasando del conflicto a la paz social. Cambiando la historia
transfronteriza. Redibujando la frontera. Y creando canales estables para las
relaciones futuras, porque los gobernantes se van y los pueblos siguen allí.
En ese
plano, la paradiplomacia ha dado la prueba de la blancura en el caso de Chile y
Argentina, desde una perspectiva formal e informal, con integración profunda
entre intendentes y gobernadores que dialogan día a día, tanto a través de los
Comités de Integración, como de las oficinas internacionales de intendencias,
gobernaciones y alcaldías.
Conexiones
paradiplomáticas que en el caso de Chile y Perú, se consolidan entre Tacna y
Arica, que podrían mejorar de cara al bicentenario de Perú.
Ahora, las
grandes preguntas que surgen en el caso chileno-boliviano, dicen relación con
el momento de iniciar el diálogo, saber quiénes serán los liderazgos locales y
subnacionales que tomarán el debate en sus manos, si tendrán o no el apoyo de
las políticas exteriores de los países incumbentes, y de qué manera se
construirá un relato y una institucionalidad que permita consolidar la
paradiplomacia, como un actor relevante del sistema internacional.
Tal vez es el primer salto cualitativo para hacer de América del Sur y del
Cono Sur una zona libre de populismos nacionalistas, un polo
desarrollo humano sin exclusiones y un trampolín para el progreso de las
regiones transfronterizas y sus habitantes.
CARRUSEL BLANCO: LA TRAMA NARCO QUE UNIÓ AL
CÓNSUL DE BOLIVIA Y A LA POLICÍA FEDERAL
Tras el rumor de un "soplón", Eduardo
Rivas Graña fue detenido por traficar cocaína y usar el consulado de Bolivia
(Godoy Cruz) como refugio
Los Andes de Argentina (www.losandes.com.ar)
Existe una
amplia variedad de casos en los que se desmanteló a grupos de narcos o cayeron
sus líderes después de mucho tiempo de investigación. En mayo de 1996, Mendoza fue escenario de una red de tráfico de estupefacientes que
tuvo lugar en el consulado de Bolivia, ubicado en el departamento de Godoy Cruz.
Eduardo Rivas Graña fue el cónsul del país vecino en nuestra provincia
desde los '80 hasta
el día que se destapó todo cuando la Policía
Federal, con la ayuda de un infiltrado, logró descubrir casi 10 kilos de cocaína en su despacho.
La ruta de
los 10 kilos
Toda la
investigación comenzó cuando el infiltrado de la Federal aseguró que se corría
un fuerte rumor de que en el consulado de Bolivia había droga. Ese dato
encendió la mecha de una pesquisa que fue autorizada y dirigida por el juez Roberto Burad.
Con la ayuda
del mismo “soplón” se pudo descubrir que los estupefacientes habían sido traídos desde Bolivia por el mismo Rivas
Graña junto con Víctor Hugo Fernández, un mendocino amigo del cónsul. La
finalidad de la venta estaba apuntada a un bodeguero sanjuanino, pero como no pudo concretarse, estos se
vieron obligados a volver a Mendoza con los 10 kilos de cocaína de máxima
pureza y decidieron ocultarla en la delegación boliviana.
La
intencionalidad de la venta de todo ese kilaje de cocaína era algo de esperar,
ya que se había frustrado el negocio con el comprador original. Esto hizo que
Fernández, a quien el cónsul había delegado para que vendiera la droga, cayera
en una redada perfectamente armada en el hotel Huentala de la ciudad de Mendoza.
Víctor Hugo
Fernández fue citado en ese hotel donde se iba a encontrar con un cliente, el
cual le pidió testear la calidad del producto porque quería comprobar que aquel
fuera de máxima calidad. El cliente
accedió a comprar el estupefaciente, por lo que cuando fueron a hacer el
intercambio resultó ser que ese comprador era otro infiltrado de la Policía.
Por lo
tanto, Fernández quedo detenido de forma inmediata. Tenía en su poder 500
gramos de cocaína. No había manera de
disfrazar la situación, y se vio obligado a ofrecerse por su propia
voluntad a concretar un arreglo que dictaminaba ayudar a los investigadores a
encontrar el resto de la droga.
Esa
operación se llevó adelante, Fernández fue acompañado al lugar junto con otro
Policía Federal, vestido de civil, simulando ser un socio de confianza. Y así
llegaron, casi a horas de la noche, al consulado de Bolivia donde Eduardo Rivas
Graña, el propio cónsul, recibió a los dos hombres.
Entre
charlas y explicaciones disfrazadas de una venta millonaria, el cónsul fue
hasta una de las dependencias del consulado y trajo un solo paquete que en su
totalidad pesaba 9,5 kilos de cocaína pura. Fernández recibió el paquete en
mano y junto a su “socio nuevo” se retiraron del lugar. Quince minutos
después, cuando Eduardo Rivas Graña salió del establecimiento, caminó tan solo
unos metros y fue detenido por la Federal.
Condena y
libertad
El juez
Burad, quien había dado la orden de captura, los procesó y los envió a prisión.
Como en aquellos años no existía la Unidad 32 - el centro de detención de los
tribunales federales - pasaron un par de días encerrados en la comisaría.
Víctor Hugo Fernández tuvo que cumplir condena, pero no fue el único, ya que
con el tiempo comenzaron a saltar otros involucrados en la misma red de
tráfico.
En cambio, Eduardo Rivas Graña se vio beneficiado gracias a que el ex camarista Luis Miret, hoy fallecido, le
dio la libertad días después bajo un fallo por demás sospechoso.
Escuchá la
crónica completa en "Secretos de
sumario", uno de los podcasts que ofrece diario Los Andes. Te vas a sorprender
conociendo el detrás de escena de los sucesos criminales más impactantes.
Conducido por Eduardo Luis Ayassa, este programa rescata
aquellos hechos policiales y judiciales que fueron noticia en el tiempo.
EL AUTO ELÉCTRICO PROMOCIONADO POR TAGLIAFERRO
CUESTA EL DOBLE QUE EL DE EVO MORALES
El Cactus de Argentina (www.elcactus.com.ar)
Sero Electric es la PyME local responsable de lanzar al mercado el primer
auto eléctrico de Argentina, lo que constituye un gran logro a nivel ecológico,
que sin embargo no se traduce de la misma manera al aspecto económico, ya que
el vehículo autóctono, cuyo valor inicia en US$9.900, casi duplica el precio de
su homólogo boliviano que empieza a comercializarse a partir de los US$5.450.
La evidente
falta de competitividad del vehículo no puede ser solapada por los halagos de
Ramiro Tagliaferro, intendente de Morón, quien aseguró vía Twitter que “es un
orgullo para nuestra ciudad”, ni del presidente Mauricio Macri que en el marco
de la campaña electorial visitó la planta automotriz, aunque sin la compañía de
Tagliaferro, en un nuevo capítulo del ya mencionado “operativo despegue”, a
menos de un mes de las elecciones.
El primer
mandatario visitó Morón ayer junto a su compañero de Fórmula Miguel Ángel
Pichetto y recalcó que el trabajo es “impresionante”, ya que el alto costo de
los materiales (el 80% de los componentes empleados son de origen nacional), la
presión impositiva y tarifaria y la falta de políticas públicas orientadas a
beneficiar a las PyMES son los principales obstáculos al momento de beneficiar
la comercialización del auto.
De Morón a
la ciudad de Cochabamba hay 2648 kilometros. Allí el presidente del Estado
Plurinacional de Bolivia, Evo Morales presentó hace unos días los primeros
vehículos eléctricos producidos por la fábrica Quantum, íntegramente en ese
país. “Brindaremos todo nuestro apoyo a los ejecutivos y técnicos, orgullo
cochabambino y boliviano, que inaugura con creatividad y esfuerzo el nuevo
ciclo de industrialización de autos eléctricos”, aseguró el primer mandatario.
Las características
entre los modelos de las naciones hermanas son bastantes similares: los dos
tienen autonomías similares, que van hasta los 50 km. aproximadamente (el
producto argentino puede ampliar su rango a 100 km. con el uso de baterías de
litio), sus dimensiones son casi las mismas, con la diferencia de que el coche
nacional es más ancho y el boliviano más largo, y sus velocidades máximas
oscilan entre los 45 y 55 km/h.
Todo lo
mencionado anteriormente demuestra que las causas por la cuales el modelo producido
en Morón no es una opción módica. Factores relacionados con la crisis económica
actual y con las políticas estatales que desmedran los intereses de los
pequeños y medianos empresarios, y en consecuencia, también perjudican a sus
trabajadores.
PARAGUAY: INCENDIOS AFECTARON 300.000 HECTÁREAS
DE BOSQUES
El gobierno boliviano, por su lado, reportó que
unas cinco millones de hectáreas se quemaron en los últimos tres meses.
Debate de México (www.debate.com.mx)
Más de
300.000 hectáreas de bosque subtropical se incendiaron desde julio pasado en
territorio paraguayo, en la frontera con el departamento boliviano de Santa
Cruz, pero en diferentes zonas del país existen pequeñas conflagraciones por la
quema ilegal de pastizales para la siembra agrícola, informó el martes el
gobierno.
El mismo
día, la Secretaría de Emergencia Nacional puso en marcha su sistema operativo
para controlar el incendio de una parte del denominado Parque Guasú, ubicado a
escasos metros de la pista del aeropuerto de Asunción. El sitio, de unas 15
hectáreas, es utilizado por los vecinos para actividades recreativas al aire
libre.
La oficina
administrativa del aeropuerto informó que la humareda no incidirá en forma
negativa en el despegue o aterrizaje de los aviones.
Emergencia
Nacional, en un informe difundido el martes, indicó que en la zona del cerro
Chovoreca, a unos 850 kilómetros al norte de la capital, en la frontera con
Bolivia y zona de influencia del pantanal compartido con el estado brasileño
Mato Grosso do Sul, “hay aún fuego pero controlado por el trabajo conjunto de
bomberos voluntarios y militares”.
El gobierno
boliviano, por su lado, reportó que unas cinco millones de hectáreas se
quemaron en los últimos tres meses.
LLEVA CHEF DANÉS LA COMIDA SOSTENIBLE A BOLIVIA
La "mala comida" que tomaba en su casa
cuando era niño, hizo que Meyer tuviera claro a los 20 años que su
"misión en la vida era cambiar la cultura culinaria de Dinamarca".
El Imparcial de España (www.elimparcial.com)
Cofundador
del emblemático restaurante Noma
de Copenhague y uno de los artífices de la nueva cocina nórdica, el danés Claus Meyer apuesta por extender los
principios de la comida sostenible a países como Bolivia y poner así en práctica su aspiración de "luchar
contra la pobreza con comida deliciosa".
Esa experiencia en el país andino, donde en 2012 inauguró el restaurante Gustu y dos años después
abrió la escuela de formación de jóvenes cocineros Manq´a (comida en lengua
aimara) que ha enseñado el oficio a 3 mil 400 jóvenes de familias
desfavorecidas, constituye la materia prima del documental "Un sabor de cielo".
El filme
pasó por la sección Culinary Zinema
del Festival de Cine de San Sebastián,
y llevó a Meyer a la ciudad vasca junto con dos de sus protagonistas, Kenzo Tirose y Marsia Taha, dos
jóvenes cocineros de Gustu que guisaron algunas de las preparaciones cien por
cien bolivianas que se ofrecen en el restaurante de La Paz.
"Quería
hacer algo que resultara impactante a nivel global y ayudar a un país como
Bolivia daba la posibilidad de apoyar a mucha más gente" que en Europa,
asegura Meyer en una entrevista.
"Es un
lugar pobre en algunos aspectos, pero destaca por su biodiversidad, lo que
brinda un enorme abanico de oportunidades a la hora de manejar
ingredientes", señala el cocinero y así lo acredita uno de los menús de
Gustu que ofrece cola de yacaré (una especie de caimán) y llama con tubérculos
andinos, entre otras sugerencias.
La ecuación
que aplicó al fijar las bases de la "nueva cocina nórdica" junto con
el jefe de cocina de Noma René Redzepi constituye una filosofía y como tal es
"extrapolable" a otros lugares porque se basa en "utilizar la
comida para expresar las características, cualidades y diversidad de un país,
su cultura y su historia", asegura.
Y esa
"revolución" culinaria, para la que se fijó en los países del sur de
Europa como referente, llegó a buen puerto "porque contó con el apoyo de
las instituciones", asegura Meyer, quien afirma que las pautas saludables
se trasladaron a los hábitos diarios de "un 20 % de las familias
danesas".
Precisamente,
la "mala comida" que tomaba en su casa cuando era niño, un hogar en
el que "no había amor" entre sus padres, y el contraste con una
familia francesa con la que vivió después, que se reunía en torno a la mesa
para disfrutar de unos platos fantásticos en un ambiente afectuoso, hizo que Meyer
tuviera claro a los 20 años que su "misión en la vida era cambiar la
cultura culinaria de Dinamarca".
La comida
"es amor" y tiene la capacidad de unir a la gente, señala Meyer tras
parafrasear a Martin Luther King, que reclamaba "construir mesas más
grandes, no muros más altos".
Transformar
el mundo a través de la gastronomía es otro de los mantras de este empresario
gastronómico, algo que conlleva la idea de sostenibilidad porque "debemos
utilizar los ingredientes que tenemos a nuestro alcance pero sin sacrificar las
necesidades de las generaciones futuras", afirma.
Para ello,
considera que es necesario conectar a los chefs con los pequeños productores y
cultivar el respeto por la naturaleza, ya que los cocineros pueden actuar como
"líderes de opinión" y constituirse en unas figuras "muy
importantes" que influyen en lo que la gente come.
"No veo
a los chefs como alquimistas, en un papel de casi dioses, sino como las voces
de la naturaleza y el planeta", concluye Meyers, que se muestra
"optimista" hacia el futuro porque siente que los cocineros "son
escuchados".
DE ARAGÓN A BOLIVIA
Germán Sánchez nació en Zaragoza, pero lleva 25
años residiendo en Bolivia. Durante este tiempo, ha conseguido consolidar 12
programas sociales en su comunidad, la ciudad de Sacaba, proyectos que ayudan
anualmente a más de 5.000 personas en riesgo de exclusión y pobreza extrema.
El Periódico de España (www.elperiodicodearagon.com)
«Un pálpito,
una intuición, una sensación...». Germán intenta definir, sin saber muy bien
cómo, la necesidad que le llevó a tomar la decisión de dejar atrás su tierra
natal, Zaragoza, con tan solo 22 años, para irse a Latinoamérica. Lo que sí
precisa muy bien es que fue con un único objetivo: ayudar a los demás. 25 años
después y con 20 proyectos a sus espaldas, Germán Sánchez es el director del
Centro de Atención a la Mujer de Sacaba, un municipio de Bolivia. Este
zaragozano, que pronuncia ahora una mezcla de maño y cochabambino, pertenece a
la comunidad de Misioneros Seglares Vicencianos (Misevi).
Germán nació
en una familia numerosa, de seis hermanos, en 1976. No tenían grandes
comodidades –«por aquella época, ya sabes...»– pero sí conoció «el sentimiento
de pertenencia, el cariño de una familia». Algo que, aunque parece lo normal,
ahora aprecia desde la perspectiva de los que no tienen a nadie: «Ves personas,
incluso ancianas, que no han tenido eso, que no han tenido familia en toda su
vida. Comparas y valoras que es un lujo».
El
primer destino en el que aterrizó como misionero fue Honduras. «Quería viajar,
pero no solo para conocer la cultura de un país, sino para hacer una labor
social, y quería entender mi fe desde esa labor». Así que fue a parar a un
barrio hondureño, formado por casas en una especie de favelas, donde trabajó
ayudando a personas que sufrían sida. «Centroamérica es un corredor para las
enfermedades de este tipo», explica.
Pero la
mayor parte de su trayectoria humanitaria la ha realizado en Bolivia. Con
proyectos que se han ido construyendo «muy poco a poco», los misioneros
despliegan su labor social desde la iglesia San Vicente de Paúl de Sacaba, la
segunda ciudad en población del departamento de Cochabamba, con 172.466
habitantes.?
Actualmente,
desarrollan 12 programas con colectivos vulnerables y en riesgo de exclusión y
pobreza, que abarcan desde personas con discapacidad intelectual hasta mujeres
víctimas de violencia de género y sus hijos. «Nosotros entendemos lo que
tradicionalmente se ha conocido como evangelización, desde la perspectiva del
ser humano. Es decir, estar cerca y directamente con las situaciones de pobreza
y de vulnerabilidad de las personas», explica Germán, que cuenta con la ayuda
de su mujer, Delmy, a quién conoció en Bolivia, y de sus dos hijos, Daniel y
Ana Ruth.
UNA LACRA
SOCIAL
Bolivia es
uno de los diez países con mayor tasa de violencia machista hacia las mujeres y
el tercero en feminicidios de Latinoamérica. Según el Observatorio de Igualdad
de Género de América Latina y el Caribe, 7 de cada 10 mujeres sufren de
violencia de todo tipo, siendo la física y psicológica la más frecuente y, en
lo que va de año, 128 bolivianas han sido asesinadas.
Una de ellas
fue Rigoberta, una mujer de 39 años que el pasado mes de junio fue secuestrada
por dos policías en Santa Cruz, que la mataron, ocultaron el cuerpo en un
barril y luego lo enterraron en una casa. O el de Abigail, que estudiaba
Económicas en la universidad y fue su exnovio de 16 años quien primero le hizo
cortes en el cuello y las muñecas y luego la mató con un golpe en la cabeza.
«Se calcula
que un 70% de mujeres sufre violencia y como consecuencia, también sus hijos e
hijas menores», explica Germán. En este sentido, el programa de atención a la
mujer que los misioneros desarrollan el en municipio es uno de los proyectos
que más solidez ha adquirido con los años: «El centro cuenta con una casa de
acogida, un centro infantil y una oficina externa de atención», realizando más
de 400 intervenciones al año. Además, en el 2018 crearon el grupo de Promotoras
de Derechos Humanos del CAM, formado por mujeres que han sido víctimas y ahora
acompañan a otras mujeres en su proceso de superación.
La
capacitación es uno de los pilares clave de intervención de los misioneros de
San Vicente de Paúl, que han incorporado una línea transversal de inclusión
laboral a todos los proyectos que llevan a cabo. Así, se han constituido tres
proyectos: una granja avícola, una empresa textil y otra de cátering. El año
pasado, trabajaron 19 mujeres en la granja, recibiendo formación sobre el
tratamiento del huevo, los procesos y medidas de bioseguridad avícola. 25
mujeres fueron capacitadas en el taller textil y pudieron ver aumentados sus
ingresos gracias a los productos elaborados, todos con materias autóctonas de
la región. La empresa de cátering contó con 53 empleadas, la cifra más alta, ya
que «se identificó un alto porcentaje de mujeres con experiencia en cocina»,
señala Germán.
El programa
de atención a varones es otro de los proyectos pioneros para luchar contra esta
lacra social. A través de sesiones individuales y talleres grupales, que tienen
un enfoque psicoanalítico de intervención, se reeduca a varones con conductas
agresivas o violentas como otro esfuerzo por prevenir la violencia hacia la
mujer. Durante el año pasado, atendieron a 110 varones, llevaron a la práctica
583 sesiones psicológicas.
El objetivo,
como explica Germán, es poder «crear una comunidad local que trabaje
diariamente y fortalecer las estructuras locales». A través de los diferentes
proyectos, los misioneros y voluntarios atienden, a lo largo del año, «a más de
5.000 personas en riesgo de exclusión y pobreza», subraya. Una labor que,
aunque puede parecer desbordante, para Germán es «lo que me hace feliz».
«Descubrí algo a lo que no sé poner palabras. Ves testimonios de vida tan
fuertes, que tu realidad personal se relativiza. Observas la capacidad tan
fuerte que tienen algunas personas de salir adelante, pese a que han sufrido lo
inimaginable, y piensas: yo tengo que estar con ellas».
LA PERUANA SOL ALPACA SE IMPONE EN BOLIVIA CON
SU TRAVEL RETAIL
Fashion Network de Colombia (www.co.fashionnetwork.com)
Sol Aplaca
desembarca en Bolivia con su propuesta de travel retail. La enseña de lujo
especializada en prendas de vestir con fibras de alpaca y vicuña abrió las
puertas de su primera tienda propia en Bolivia, con un local en el aeropuerto
internacional El Alto, en la ciudad de La Paz.
“Ya abrimos nuestra primera tienda en este maravilloso
país en el aeropuerto internacional El Alto en La Paz”, indicó el comunicado de
la empresa. Además de su nueva apertura, Sol Alpaca celebra sus primeros 15
años en el mercado de la mano de sus prendas artesanales cargadas de tradición
y cultura milenaria. La firma se declara sostenible, con un alto nivel de
respeto por la naturaleza y pasión por la excelencia.
Sol Alpaca
cuenta con 40 locales en Perú, así como tiendas
en Chile y Australia, donde la marca cumple tres años de presencia. La enseña
es propiedad del Grupo Michell, que con casi 90 años de experiencia lidera el
mercado de la alpaca en el país. El gigante suma más de 2500 empleados y amasa
toneladas de alpaca mensualmente.
La demanda de la fibra de alpaca y sus derivados sigue creciendo en el mundo, con adeptos que van desde los compradores de artesanía hasta los grandes grupos de moda como LVMH. Según cifras oficiales del Gobierno, el país exportó mercancía de alpaca por 308 millones de dólares en 2018, un 22 % más que el año precedente y se esperan resultados similares este año.
La demanda de la fibra de alpaca y sus derivados sigue creciendo en el mundo, con adeptos que van desde los compradores de artesanía hasta los grandes grupos de moda como LVMH. Según cifras oficiales del Gobierno, el país exportó mercancía de alpaca por 308 millones de dólares en 2018, un 22 % más que el año precedente y se esperan resultados similares este año.
El Grupo
Michell, que engloba a las marcas Mallkini, Michell, MFH Knits, Mundo Alpaca y
Sol Alpaca en sus divisiones de fibras textiles, prendas terminadas, textil
hogar y retail, apuesta por la expansión internacional al tener presencia en
más de 10 países.
CON EL VIENTO DE FRENTE
Bolivia, Uruguay y la Argentina, próximas
definiciones.
Clarín de Argentina (www.clarin.com/opinion)
En las
próximas semanas el Cono Sur tendrá tres elecciones para Presidente. En Bolivia
se disputa la reelección de Evo Morales, en Uruguay el Frente Amplio intenta
repetir con Martínez. En Argentina se da la particular situación de que vamos a
una elección en condiciones de severas restricciones económicas y sociales que
no son equiparables a los vecinos.
Como pocas
veces la política exterior forma parte del centro del debate. La crisis
financiera por la deuda externa y la posibilidad del retorno del Frente para la
Victoria al gobierno genera una expectativa internacional importante, que los
medios extranjeros transmiten en su mayoría en forma negativa.
Ello se
refleja generando dudas sobre la gobernabilidad presente y futura. La Argentina
debe explicar sus comportamientos al mundo en razón que ha perdido credibilidad
y confianza. En el exterior dicen “porque preocuparse en tratar ayudar a la
Argentina si los argentinos no se preocupan de ayudarse a sí mismos.
Existió una
expectativa desde el 2015 que el nuevo gobierno liberal de derecha iba a
cambiar el país. No lo logró, en consecuencia desde el exterior se piensa que
no se pudo superar al kirchnerismo y eso se considera una frustración y
fracaso.
Las PASO
actuaron como un disparador de futuro pero también del pasado. Se encendieron
las luces de una posible victoria en primera vuelta del Frente para Todos. El
oficialismo insinúa la posibilidad de recuperación de votos y abrir la
oportunidad de entrar a la segunda vuelta. Este escenario trae expectativas en
el orden internacional y una nueva correlación de fuerzas.
La Argentina
está “partidizada” en su política exterior y, por esa razón hace política con
los partidos de otros países y no con los Estados. Se va perdiendo la relación
política entre Estados lo cual dificulta los acuerdos y entendimientos donde
priman las afinidades personales-ideológicas por sobre los intereses
nacionales.
Vale como
ejemplo la relación de Unión Ciudadana con el PT de Brasil, o con el Partido
Socialista Unido de Venezuela de Maduro, o el PSOE de España, o de Francia
Insumisa de Jean Luc Melechon.
Por otro
lado el Partido de Renovación Nacional de Piñera en Chile y el Partido Popular
de España, o PSL de Brasil de Bolsonaro crean vínculos con el PRO. Vale
destacar el reciente contra punto o bate-boca (en portugués) entre el
Presidente de Brasil y el candidato del Frente para Todos donde se dijeron de
todo menos lindo; o la exhortación a los bolivianos que sigan “votando bien” es
decir al oficialismo, o también en la declaración que Argentina no se puede
enemistar con Estados Unidos y debe tener una relación madura y de respeto
mutuo.
Si el
“lenguaje es el mensaje” con Brasil tendremos una relación necesaria y
compleja, extensiva al Mercosur y con influencia en los vecinos y evitando la
intromisión en asuntos internos de carácter recíproco.
Con Bolivia
será de afinidad y entendimiento. Con los Estados Unidos será necesario evitar
la enemistad, salvo que las condiciones de la relación cambien en cuanto al
respeto y la madurez. Depender tanto de Estados Unidos nos ha hecho retroceder
dijo el candidato opositor en España, país miembro de la OTAN durante el PSOE.
La
partidización ideológica llevó a la creación de la UNASUR donde la mayoría
pensaba en forma similar es decir de centro izquierda y ahora la creación de
PROSUR de centro derecha como alternativa a los que piensan diferente.
Ello refleja
la falta de flexibilidad en la organizaciones regionales y en sus dirigentes
cuando son de distinto origen ideológico. Un camino corto de poca duración. El
reciente Grupo Puebla de Correa, Lugo, Lula, Dilma, Mujica, Maduro, Rodríguez
Zapatero y cuyos promotores son Alberto Fernández y el ex socialista chileno
Ominami definidos como progresistas dedicados a temas regionales se suma a las
actividades políticas.
El caso
Venezuela es significativo, coexisten el Grupo de Lima que es el más numeroso
con doce miembros, también apoyado por Estados Unidos y la Unión Europea; el
Grupo del Alba que lo integran Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia también
apoyado por Rusia, China, Irán y Turquía.
Argentina
integra el grupo de Lima, de ganar la oposición ya se anticiparon que saldrán
de el y articularían una posición cercana a la sostenida por México y Uruguay.
La
distinción de dictadura o autoritario del gobierno de Venezuela por parte del
candidato del Frente para Todos conllevó una respuesta drástica de Maduro
“quien piensa así es un estúpido, un ejemplo de diplomacia verbal a la cual
habrá que acostumbrarse.
En Uruguay
el MPP liderado por Mujica también cambio de posición y expresó que en
Venezuela hay una dictadura probablemente por razones electorales, también
recibió su rechazo bolivariano. La región no está unida ni dominada simplemente
dividida. Para poder cambiar en primer lugar hay que valorar que la democracia
ha permitido la que alternancia de partidos de izquierda y de derecha. Los
problemas surgen cuando se trata de cambiar las reglas de juego del sistema
democrático. La interferencia en la división de poderes. Restricción a las
libertades públicas-privadas. Desconocimiento a las minorías. Control de los
medios de comunicación. Por momentos uno tiene la impresión qué hay todo un
sector de la derecha regional como de la izquierda que sigue anclada en fijaciones
del pasado abriendo una brecha en nuestros países que perjudican a nuestros
pueblos. La discusión de más justicia social no puede ser en detrimento del
crecimiento económico, a la inversa el mayor crecimiento no puede desconocer
una mejor distribución. Reconstruir una red de entendimientos en la región va
llevar su tiempo, los partidos políticos se han fragmentado, y se convirtieron
en espacios que crecen o se extinguen de acuerdo a la duración del liderazgo.
La década
pasada la región se benefició con la valoración de sus productos primarios, hoy
no hay viento de cola que aceleró el crecimiento en su momento. En Argentina el
viento es de frente por momentos con lluvia y tormentas a pesar de ello debería
celebrar los acuerdos y consensos necesarios que el país reclama. La próxima
elección nos ofrece una nueva oportunidad.
MARGARITA BARRIENTOS: "LA GENTE SE
ACOSTUMBRÓ A VIVIR SIN TRABAJAR, VIVE DE PLANES SOCIALES Y DE MIGAJAS"
Urgente 24 de Argentina (www.urgente24.com)
Luego de que
el senador justicialista y candidato a vice por Juntos por el Cambio saliera a
cuestionar los índices de pobreza y desempleo y ejemplificara el por qué los
ciudadanos venezolanos encuentran empleo en el país y los argentinos no, quien
salió a apoyar sus dichos fue Margarita Barrientos, la activista fundadora de
los comedores 'piletones'. "Escuché a Pichetto y sí, lamentablemente yo
creo que la gente en argentina se acostumbró a vivir sin trabajar, viven de
planes sociales y migajas". Su dichos fueron en una entrevista que sostuvo
en la radio LaOnceDiez.
Aunque la
activista de Los Piletones, Margarita
Barrientos, ve la miseria día a día en los comedores donde recibe a personas en
situación de extrema pobreza, ella considera que el mal de la Argentina es que
su sociedad no tiene incertada la cultura de trabajo, y aunque cuestionó
al Gobierno nacional por quizá 'no escuchar', responsabilizó a la gente de
estar desempleada o en la pobreza.
En una
entrevista que brindó Barrientos a la radio LaOnceDiez, sostuvo
declaraciones que van en sintonía a lo que cuestionó hoy 01/10 el por qué "los 400 mil venezolanos están todos
trabajando, ahí hay algo mal", dando a entender que el que busca
trabajo, lo consigue.
Margarita
Barrientos, consultada sobre los dichos del candidato a vice fue tajante:
"Yo lo escuché a Pichetto hablar y yo creo sinceramente, que la
gente en Argentina se acostumbró a vivir sin trabajar, a vivir de planes
sociales y de migajas. Suben a un colectivo por 500 pesos y un sandwich y que
sean usados",
disparó.
"Cómo puede ser que venga un venezolano y esté trabajando, un
boliviano y está trabajando, un paraguayo y también está trabajando. Por qué
los argentinos no, qué pasa", y agregó: "Si uno busca trabajo encuentra, por qué encuentran los otros y
nosotros no, ¿no le parece?", se preguntó.
Ante su
respuestas, los periodistas del programa Lo Malo de Ser Bueno, le
aclararon que, posiblemente, los
extranjeros estaban precarizados, a lo que Barrientos respondió:
"Bueno, es que hay personas que no se pueden poner en blanco por el
costo que significa eso también, pero pueden hacerse a monotributistas, hay
tantas maneras de trabajar, pero bueno", sentenció.
Sobre los
índices de pobreza que dio a conocer el INDEC esta semana, la fundadora de Los
Piletones aseguró que "no le sorprendió", ya que es una
situación que ve a diario, en donde no sólo se incrementó el pedido de
alimentos, sino de calzado y ropa.
A su vez, Barrientos se mostró preocupada por el futuro
y mantenimiento de Los Piletones, comedores que se mantienen 100% de donaciones
y actualmente esas donaciones han bajado en un 70%.
No comments:
Post a Comment