Thursday, August 21, 2025

ASÍ SE CONVIRTIÓ EVO MORALES A EL MATADOR DEL MAS


Embriagado por el poder y su enorme ego, el «jefe» Evo Morales logró borrar su propio movimiento MAS del mapa político de Bolivia después de que el partido dominara el país durante 20 años. El ganador: la democracia boliviana, escribe el autor y periodista Carlos Decker-Molina.
Sin duda, el MAS fue el partido más grande del período posterior al movimientismo (Movimiento Nacionalista Revolucionario – Revolución de 1952). Llegó a dominar totalmente la política boliviana durante dos décadas.
Las elecciones del pasado 17 de Augusto eliminaron al MAS del mapa político. Sin embargo, la agonía comenzó cuando Evo Morales salió al exilio mexicano-argentino después de la fraudulenta reelección de 2019, que algunos califican de “golpe”, a pesar de que la Asamblea Legislativa continuó funcionando con una mayoría de dos tercios del partido supuestamente “golpeado”: el MAS.
Arce, la segunda edición
Luis Arce, candidato que Morales “eligió” desde su exilio en Argentina, fue su primer error, porque desoyó a las bases. Sin embargo, el liderazgo de Morales era tan fuerte que se obedeció, aunque a regañadientes. Ya entonces se perfilaban dos figuras importantes que resistieron al gobierno de Jeanine Añez: Eva Copa y Andrónico Rodríguez. La primera, como presidenta de la Asamblea Legislativa; el segundo, como organizador de la resistencia en el Chapare.
Eva Copa fue expulsada del MAS, mientras que Andrónico asumió la presidencia del Senado gracias a la victoria electoral de Arce, quien ganó con más del 50%. Pero ese porcentaje no significaba votos para Evo Morales: el electorado comenzaba a sentir cansancio hacia el “jefazo”. Fue un voto para el instrumento político, es decir, para el MAS.
La guerra fratricida entre Morales y Arce empezó temprano. Arce no aceptó tener a Evo detrás del trono. La separación fue lenta, pero culminó en una ruptura inevitable.
Ante las elecciones
El gobierno de Arce —lo dicen todos— fue un desastre no solo político, sino también económico. Los bolivianos no tenían carburantes, los precios de la canasta familiar subían de un día para otro y la inflación se mezclaba con la escasez. El pueblo en general —los de arriba y los de abajo— señalaba con el dedo acusador al gobierno del MAS.
Arce y su vice presidente Choquehuanca declinaron ser candidatos del partido y eligieron a Carlos Eduardo del Castillo, exministro de Gobierno.
Evo Morales, que tenía todo en contra —desde acusaciones judiciales de pedofilia hasta la exclusión de su candidatura por el Tribunal Electoral—, pudo haber salvado, aunque herido, a su movimiento eligiendo a Andrónico Rodríguez como candidato. Pero el líder cocalero, embriagado de poder y con un ego gigantesco, se prefirió a sí mismo. Quiere volver al poder, sea con el MAS o sin él, porque como todo caudillo se cree irremplazable.
Los tres MAS
El resultado fue una campaña electoral con tres «MAS» diferentes:
          Una fracción fue el MAS de Arce: su candidato Castillo apenas obtuvo el 3,2%.
          Otra, la de Andrónico Rodríguez, alcanzó el 8,2%.
          Y los votos nulos auspiciados por Evo Morales llegaron al 19%.
Juntos habrían sumado poco más del 30%, lo suficiente para llevar al MAS (aunque bajo otra sigla) al balotaje, incluso sin contar los votos de Castillo. Andrónico, con el apoyo de su maestro, pudo haber pasado a segunda vuelta.
Por eso sostengo que Evo Morales mató al MAS, y el entierro se celebró el 17-A. El 30% de los indecisos no votaron “étnicamente” por Andrónico, votaron contra el MAS, aunque muchos de ellos lo habían apoyado en el pasado.
Ese 30% representa a los nuevos bolivianos: la choledad variopinta del país, una juventud cansada de las divisiones entre q’aras y tharas, cuando todos somos mestizos (cholos), y harta de viejas figuras políticas incapaces de comprender que Bolivia cambió en estos 20 años.
Ese 30% es la nueva ciudadanía en ascenso.
¡Felicitaciones, Bolivia, por resolver tus entuertos democráticamente! Global bar Magazine (https://n9.cl/3n04x)
 
 
 
 
 
DE SER EL HOMBRE MAS PODEROSO DE BOLIVIA A ESTAR PROFUGO EN EL MONTE, EVO MORALES PREPARA SU RESISTENCIA
 
La Nación de Argentina (https://n9.cl/hpao9)
 
Hace apenas seis años caminaba por los salones del Palacio de Gobierno de La Paz, siempre custodiado por la elegante escolta presidencial, conocida como los “Colorados”, que visten chaqueta y kepi rojo, adornado con un delicado plumón con los colores de la bandera de Bolivia.
Hoy, para llegar al expresidente Evo Morales (2006-2019) en este pueblo de Lauca Ñ (“Lugar de pescados”, en idioma yurakaré), en el monte del Trópico de Cochabamba, hay que atravesar al menos dos retenes de control formado por campesinos y campesinas, que usan sombrero de paja, revisan a cada persona y vehículo que se acerca a lo que ellos llaman “Estado Mayor del Pueblo”, y tienen como “armas” unos palos largos de madera que ostentan habitualmente en sus marchas.
“¿Quiénes vienen a bordo?“, interrogó una campesina del retén al chofer de la camioneta de partidarios de Evo que trasladó a LA NACION y otros reporteros los dos kilómetros que separan Lauca Ñ de Shinahota -otra pequeña ciudad cercana-. “Periodistas internacionales”, respondió el chofer, a lo que la campesina dio el visto bueno para el ingreso a la zona bajo su control.
Ya en el salón donde se realizó la entrevista, el expresidente Evo Morales explicó a LA NACION que el establecimiento de esos retenes no fue una decisión suya sino una medida de seguridad de los dirigentes de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, que representa a los productores agrarios y cocaleros de la región.
“Lo decidieron ellos después del intento de asesinato contra mi persona ocurrido muy cerca de aquí el 27 de octubre del año pasado, justo un día después de mi cumpleaños 65″, comentó. “Me dispararon por lo menos tres balazos a la camioneta, pum, pum, pum”, agregó.
Convertida en su fortaleza con sus propias “fuerzas de seguridad”, que no controla el Estado, Morales está refugiado en esta localidad de Lauca Ñ, de donde únicamente sale para algún acto político en las cercanías, o para votar el pasado domingo, mientras se encuentra en calidad de prófugo de la Justicia.
En diciembre del año pasado, la fiscal departamental de Tarija dictó una orden de arresto por “trata de personas agravado” contra el exmandatario por un caso ocurrido en 2015 cuando estaba en el gobierno, con una menor con quien presuntamente tuvo una hija.
Morales fue imputado junto con los padres de la presunta víctima, Idelsa Pozo Saavedra y Emeterio Vargas Mamani.
Según la fiscal, los padres de la menor tenían “el único propósito de escalar políticamente y obtener beneficios... a cambio de entregar a su hija menor de edad”.
El refugio de Evo Morales
Hasta ahora el gobierno del presidente Luis Arce se abstuvo de ir a detenerlo para evitar un choque con los seguidores. Y la cuestión del eventual arresto de Morales es uno de los conflictos que heredará el próximo gobierno.
En la entrevista con LA NACION, el expresidente no esquivó el caso y explicó por qué no se entrega a la Justicia.
Pero se mostró mucho más interesado en hablar de cuestiones políticas y celebrar como un “éxito del pueblo” el 19,2 % de respaldo que tuvo este domingo su consigna de anular el voto, una iniciativa que, según el conteo rápido, se ubica como la tercera más popular, detrás del amplio respaldo que obtuvo el candidato Demócrata Cristiano, Rodrigo Paz Pereira, que alcanzó el 32,14 %, y el expresidente y candidato de Alianza Libre, Jorge “Tuto” Quiroga, con el 26,81% . Los dos irán a un balotaje el 19 de octubre.
Como el voto nulo no es tenido en cuenta a la hora de los cómputos, el porcentaje que obtuvieron todos los candidatos es en realidad bastante menor. Pero 1.246.836 de personas anularon su voto, como pidió Morales, lo que lo ubica algunos miles de votos por debajo del respaldo que recibió Quiroga, 1.356.370.
De todas maneras, durante toda la entrevista, Morales sostuvo que finalmente el voto nulo quedará en “el segundo lugar”.
El apoyo a su iniciativa de anular el voto fue la segunda gran sorpresa de esta elección, junto al inesperado triunfo del “tapado” Paz Pereira, al que ninguna encuesta dio como ganador.
Envalentonado por este apoyo, Morales advirtió a LA NACION: “Si el próximo gobierno se atreve a tocar los cambios sociales que hicimos durante mi gobierno con el MAS, vamos a organizar la resistencia civil”.
Esa misma ambición de perpetuarse como figura central de la política boliviana fue la que determinó su auge y caída en estos veinte años. En 2006 se convirtió en el primer presidente indígena, con el 54% de los votos. Revalidó ese mandato con el 64% de apoyo en 2009 -el mismo año en que reformó la Constitución para crear un Estado Plurinacional-, y nuevamente obtuvo el 61% en 2014.
Cuando su figura comenzó a decaer con las primeras señales de la crisis económica, y aunque en 2016 un referéndum rechazó su posibilidad de la reelección, volvió a buscar ser candidato en 2019, en unos comicios que terminaron siendo anulados por las denuncias de fraude. Y la crisis política determinó su salida y exilio.
Ahora que su antiguo partido, el MAS, quedó fragmentado en varias agrupaciones de “traidores” -según Morales- que obtuvieron un respaldo mínimo este domingo, el 19% de apoyo a la consigna de voto nulo vuelve a dar esperanzas a su histórica ambición de poder.
Llegar a Lauca Ñ
Llegar hasta Lauca Ñ no es tarea fácil. Desde Cochabamba -la cuarta ciudad más poblada del país, con 900.000 habitantes- son casi cuatro horas de un camino de montaña en muy mal estado, con sectores donde la ruta se ha desmoronado hacia el vacío.
Luego de cruzar esa fría Cordillera del Tunari, con alturas que superan los 5000 metros, donde las nubes quedan por debajo de la carretera, en la última hora de viaje se llega a la calurosa zona del Trópico, un lugar mas plano y selvático, con pequeños pueblos esparcidos a lo largo de la ruta 4.
El camino oficial de las trafic que hacen ese recorrido desde Cochabamba concluye en la pequeña localidad de Shinahota, de 29.000 habitantes. Los lugareños recorren los dos kilómetros que la separan de Lauca Ñ en “mototaxi”, unas extrañas motos que tienen una sombrilla que protege del calor la zona al conductor, y que se extiende en un volado plástico hacia atrás para dar sombra también a los pasajeros.
Pero esta vez, para la entrevista, la guardia oficial que custodia a Evo prefirió fijar un punto de encuentro con la prensa en Shinahota, y hacer luego el traslado en camioneta a Lauca Ñ para agilizar así el paso a través los retenes.
Ya dentro del predio custodiado por los campesinos, LA NACION fue recibida por Ramiro García, director de la Radio Kawsachun Coca (en quechua “Que viva la coca”). La emisora fue creada en 2006, el mismo día que Morales cumplió 47 años, y es la radio oficial del evismo, con un amplio alcance por FM en toda la región y por streaming en La Paz.
García explicó que la mayoría de los campesinos del lugar pertenecen a la comunidad yuki y yurakaré, y su actividad principal es el comercio y el cultivo de coca, banana y piña. De hecho, a dos cuadras del lugar se podía ver un “secadero de coca”, un gran terreno en el que sobre un plástico azul había esparcidas hojas de coca secándose al sol durante varios días. El organismo de la ONU contra el narcotráfico sostiene que la mayor parte de la coca de la región del Chapare “no pasa por el mercado legal”, destinado a la fabricación de té de coca, medicinas y coca para masticar (acullicu). Aunque esa información es desmentida por los campesinos de la región.
Despacho “presidencial”
La asistente de Morales hace aguardar unos minutos a LA NACION en el despacho “del presidente” -como lo llaman sus seguidores-. Es un salón con un elegante escritorio de madera sobre el que se apilan recortes y fotocopias de información que Morales mostrará durante la entrevista. Detrás del escritorio está la bandera de Bolivia y también la colorida wiphala, de los pueblos originarios.
Justo frente a ese escritorio hay una gran fotografía del exmandatario con los atributos presidenciales.
Morales aparece rápidamente por una puerta del costado, vestido con una chomba a rayas y se muestra muy relajado durante toda la conversación. “En octubre cumplo 66 años pero sigo teniendo el pelo negro. No tengo canas porque me las quitan”, explicó, distendido, haciendo un gesto como de depilación.
-¿Por qué cree que tuvo tanto apoyo su consigna de anular el voto? Históricamente el voto nulo siempre rondó el 3 % y ahora llegó al 19 %
-Esta fue una elección sin el pueblo, una democracia sin la Bolivia profunda, sin el elemento indígena, sin el movimiento político más grande de la historia de Bolivia. Aquí le muestro una foto de la marcha del 16 de mayo de este año para inscribir mi candidatura presidencial, la última marcha de nuestro movimiento político. Según la herramienta MapChecking, ese día hubo 3,6 millones de asistentes [los medios bolivianos cifraron la cantidad de asistentes en “unos miles de personas”]. Entonces, si miramos que el padrón tiene siete millones de votantes, podemos entender que muchos de esos 3,6 millones anularon su voto, otros votaron en blanco y también algunos fueron para la fórmula Rodrigo Paz-Edman Lara.
-¿A qué atribuye el amplio respaldo que obtuvo Rodrigo Paz?
-La gente dijo “No” a la traición y a la corrupción, a la derecha vieja y a la nueva nueva derecha. Pero yo creo que ganó por Lara [un expolicía que fue dado de baja de la fuerza en agosto del año pasado luego de denunciar hechos de corrupción]. Paz, perdón que le diga, pero lleva encima muchos actos de corrupción en Tarija. ¿No le llama la atención que en ese lugar donde fue alcalde, Paz quedó en tercer lugar detrás de Samuel Doria Medina y Quiroga? Entonces, los que lo conocen, lo conocen muy bien. Por eso creo que la clave de la victoria es la presencia de Lara. Esa fórmula nos quitó a nosotros un mínimo del 10% a la consigna de anular el voto.
-¿Y cómo ve ahora el futuro del MAS, que fue históricamente su partido y esta vez representó al oficialismo de Luis Arce, a través del exministro de Gobierno, Eduardo del Castillo?
-La sigla del MAS está muerta. Ahora lo que viene es el frente de movimiento político “Evo Pueblo”. Por ahora solo sacamos el 20 %. Si Evo hubiera sido candidato [habla de sí mismo en tercera persona], estoy seguro de que ganábamos por el 60%. Porque la gente recuerda muy bien que en mis 14 años de gobierno había movimiento económico, no faltaba combustible, sobraban dólares, el precio de la comida no subía, y había crédito con cero por ciento de interés para los pequeños productores.
-El próximo gobierno va a heredar una profunda crisis económica, ¿qué cree que puede pasar con la conflictividad social?
-Si no tocan los grandes avances sociales que hubo durante mi gobierno, y los bonos de ayuda, creo que van a poder superar bien la crisis. Pero si se atreven a tocar esos cambios sociales vamos a organizar la resistencia civil.
-Y en cuanto a su causa judicial ¿Qué hará si el próximo gobierno ordena finalmente su detención?
-No lo sé. Pero no me voy a escapar a Cuba, como andan diciendo por ahí. Además esto es una clara persecución política. Esa chica, la supuesta denunciante que ahora tiene más de 20 años, no ha presentado ningún cargo. Es más, ella hizo una declaración ante el tribunal en la que dice que no fue víctima ni de trata ni de estupro. Entonces, si no hay víctima, no hay delito.
-Seguramente sus antiguos aliados, Lula da Silva en Brasil y Cristina Kirchner en la Argentina, también consideraron que su procesamiento era injusto, pero se entregaron a la Justicia y terminaron presos. ¿Por qué usted no se entrega como ellos?
-Porque yo no tengo garantías para mi seguridad física. Recuerde, por ejemplo, el atentado que hubo contra mi vida de octubre pasado. Además, en Tarija, adonde supuestamente me tenía que entregar, había 600 oficiales armados esperándome. ¿Le parece que tengo garantizada mi seguridad en ese contexto?
-Yendo a la situación política de la región de América Latina ¿cómo ve el avance de la derecha y lo que fue a comienzos de siglo el “socialismo del siglo XXI”?
-Aquello fue un gran momento, con Chávez en Venezuela, Lula en Brasil, los Kirchner en la Argentina. A mi no me preocupa tanto la situación actual. Lo veo como un movimiento de oscilación, cuando la gente se dé cuenta de que la derecha no soluciona sus problemas, va a volver a dar su apoyo a la izquierda. Mire lo que pasa en la Argentina con Javier Milei. Hace poco recibí la visita de unos parlamentarios de la Unasur y me hablaron de la grave situación económica de los más necesitados en la Argentina. No quiero hablar de lo que pasa en otro país. Pero esa es la realidad.
-La última pregunta ¿sigue con la aspiración de regresar a la presidencia? Pareciera que en Bolivia ya se le agotaron todas las vías legales para lograrlo luego que el Tribunal Constitucional ratificó a fines del año pasado que un funcionario no puede buscar una segunda reelección.
-Yo sigo sosteniendo que la clave es la palabra “discontinuidad”. En ningún lugar de la Constitución se prohíbe una nueva postulación en forma discontinua. Entonces, con el apoyo de la gente, yo voy a seguir luchando bajo la consigna “Evo Pueblo”.
 
 
 
 
 
EVO MORALES, TRAS EL RESULTADO DE LAS ELECCIONES EN BOLIVIA: “VAMOS A HACER UN PLAN DE RESISTENCIA”
 
El ex presidente está refugiado en la zona cocalera de El Chapare tras el pedido de detención en su contra. Recibió a Clarín, habló del próximo gobierno y las medidas de resistencia que prepara.
 
El Clarín de Argentina (https://n9.cl/7sq46k)
 
En las elecciones presidenciales de Bolivia, el candidato más votado fue el centrista Rodrigo Paz Pereira con más de 1,6 millones de votos, seguido del ex presidente liberal Jorge "Tuto" Quiroga con 1,3 millones. El podio lo completa el voto nulo al que llamó el ex presidente Evo Morales. Convencido de que todos son la derecha menos él, advierte: "Vamos a hacer un plan de resistencia a implementación de cualquier modelo neoliberal o la presencia norteamericana o la DEA".
Clarín viajó hasta Lauca Ñ, una pequeña localidad de El Chapare, en el Trópico de Cochabamba, donde el ex presidente se refugió tras el pedido de detención por una causa judicial en la que lo acusan de “estupro y trata de personas”. Al calor del agobiante clima en esa zona de producción agraria, en especial hojas de coca, Evo Morales fustiga a su ex ministro de Finanzas y actual presidente Luis Arce, compara el resultado de la elección con los '90, cuando la izquierda no tenía legisladores, pero no hace autocrítica por la división del espacio.
Ahora critica la subvención al combustible y admite un error sobre el consejo de los asesores sobre la candidatura presidencial de 2019: "Haber aceptado que lo decidan ellos. Fue un error. Yo tajantemente iba a rechazar".
-Celebró el resultado del voto nulo, pero a la vez la izquierda queda sin representantes en el Senado y con muy pocos, seis, en la Cámara de Diputados. ¿Es para celebrar?
-No. La izquierda no tiene ninguna representación en la Asamblea. El voto nulo ha sido voto castigo a la vieja derecha y a la nueva derecha. La vieja derecha y la nueva derecha con Lucho, Andrónico (Rodríguez, presidente del senado y ex candidato presidencial).
-Si la izquierda no tiene representación en la Asamblea Legislativa, ¿Qué camino le queda de acá en adelante?
-Ojalá todos los movimientos sociales se den cuenta de lo que está pasando en Bolivia. La resistencia ha sido como antes y los gobiernos neoliberales gobernaron con Estado de sitio, con detención, con torturas. Hemos resistido y hemos derrotado y recuperamos la democracia. Eso se va a dar si el Gobierno, gane quien gane, no atiende las demandas sociales. Si el Gobierno, bajo presión o sometido por el gobierno de Estados Unidos, quita las conquistas sociales, elimina Estado Plurinacional habrá resistencia.
-¿Qué va a hacer usted para el balotaje? ¿Qué va a pedirle a los bolivianos? Ahora pidió el voto nulo y logró 1.200.000 de votos.
-El voto nulo antes era del 2% ó 3%. Ahora sacó más del 20%, y va a aumentar más todavía, los votos del campo siguen llegando. Van a ser 1.400.00 del voto nulo, y con el blanco más. Estamos en segundo lugar con el voto nulo ¿Cuándo se ha visto eso? ¿En qué parte del mundo se ha visto el voto nulo, blanco, segundo lugar? Es el primero.
-¿Tras el balotaje del 19 de octubre Evo Morales va a reconocer al ganador del balotaje como presidente de Bolivia?
-Mira, los resultados... Nosotros vamos a votar, pero no vamos a elegir.
-¿Si Bolivia elige a uno de estos dos candidatos usted lo va a reconocer como presidente?
-En todo caso es gobierno finalmente, pues. ¿Por qué se pregunta eso? Es el resultado. Lamentablemente es una elección viciada nulidad y sin legitimidad. Uno de ellos, el que sea presidente, tendrá el 70% en contra de ellos. Sí, el 70%.
-Pero la segunda vuelta le va dar esa legitimidad porque...
-La segunda vuelta, ¿Qué legitimidad? En una coalición de partidos de pega, se reparten ministerios. Ya algunos estarían negociando ministerios, es la democracia pactada. En esa democracia pactada nunca vi gestión pública. Los ministros no responden al Presidente sino al jefe de su partido. Ahí nunca hay gobernabilidad. Eso se va a dar ahora.
-¿Le va a ir mal al próximo gobierno?
-Ojalá le vaya bien. Si atiende la demanda del pueblo, si respeta la soberanía, la dignidad, si no elimina las conquistas sociales, programas sociales. Ojalá mejore, porque con Lucho Arce, ni un bono, nada.
-El voto nulo le da más porcentaje a los ganadores. Su jugada de pedir ese voto lo levantó como líder de la izquierda pero le dio más porcentaje a los otros candidatos.
-Los candidatos eran la vieja derecha y la nueva derecha. ¿Por quién vas a votar? Nosotros votamos, pero no elegimos.
-¿No había otro candidato posible para poder competir?
-Te estoy explicando. Son de la derecha. ¿Qué más que puedo explicar?
-No, suyo. ¿No hay otro nombre de su espacio, que no sea usted que estaba imposibilitado?
-Mira, nos robaron la sigla. Nosotros manejamos reuniones más de 1.500, 1.600 dirigentes. Todo el día con debate. Han ratificado: 'Evo presidente'. Yo dije hay que había que buscar otro alternativo. 'No, Evo presidente', dijeron. Saben que con otro tampoco ganábamos. ¿Y por qué con Evo ganamos? Todo el pueblo, los empresarios, recuerdan los 14 años (Morales gobernó entre 2006 y 2019). 'Evo nos va a salvar otra vez'.
-¿En cinco años se va a volver a presentar?
-No sé, no puedo decir eso.
-Pero si las personas que están con usted, le vuelven a insistir para que sea candidato, ¿Lo va a evaluar?
-Pensar a 5 años.... Lo que sí, soy sincero, primero vamos a hacer un plan de resistencia a implementación de cualquier modelo neoliberal o la presencia norteamericana o la DEA. Segundo, un plan de resistencia para defender todas las conquistas, los bonos, rentas, que no se privatice la salud, ni la educación porque han planteado su pretexto de descentralización y eso es privatizar la salud.
-¿Cómo es el plan de resistencia? ¿En qué puede consistir?
-El pueblo se moviliza de tantas formas. Te estaba explicando, yo marché de aquí a La Paz, de Cochabamba a La Paz, marchas pacíficas. Hay tantas formas.
-Si Usted le hizo bloqueos al gobierno de Arce por sus políticas. ¿Qué se puede esperar en el próximo gobierno si va a hacer un ajuste?
-Por favor, no es Evo Morales. ¿Evo qué va a bloquear? El movimiento campesino, otros sectores, automáticamente se movilizan con o sin dirigente, por favor. Otra cosa es que satanizaron "Evo bloqueador". Por favor, yo nunca he estado de acuerdo con bloqueos de caminos.
-Pero si Usted da una orden de que no se bloqueen, ¿Cree que no le harán caso?
-Yo he dado la instrucción: 'Levanten el bloqueo'. Y nada. Mis luchas, de cuando solo era dirigente sindical, son marchas de aquí a La Paz. Marchas desde Cochabamba, esa es la mejor lucha. Así gané la confianza del pueblo boliviano, no bloqueando. A veces las bases te rebasan. No pueden decir que Evo es bloqueador, por favor.
-No dije eso, pero insisto. Si no tienen representación en la Asamblea, ¿Cómo van a hacer con las demandas?
-Desde el '85 hasta el ´97, no teníamos ningún representante en la Asamblea. No hemos muerto, no se ha eliminado (a la izquierda). El movimiento social organizado resiste, se defiende, defiende sus reivindicaciones. Gobernarán con Estado de sitio, será con persecución, con confinamiento, con expulsión. Se repetirá la historia, pero el pueblo boliviano se va defender.
-Está acá en El Chapare con un pedido de captura por una causa de estupro en la que Usted tiene que ir a declarar. ¿Por qué no no se presenta declarar?
-Ya me acusaron de esto en 2019. (Jeanine) Añez investigó todo 2020 y no me ha encontrado nada. Cuando se inventa y no se encuentra nada, tema cerrado. Si no hay víctima, no hay delito. Un policía inventa algún informe y la compañera esa había mandado un memorial al funcionario fiscal, no ha habido trata y nada. Ese es un tratamiento político y punto, no quiero hablar de eso, por favor. Cerrado. Si no hay víctima, no hay delito. Norma universal.
-Si es inocente, ¿Por qué no se presenta? ¿Teme que lo detengan?
-El ministro de Gobierno de Arce dice: "Le esperan 600 policías, 200 militares". Dígame, por favor qué quiere decir eso.
-¿Teme que con el cambio de gobierno intenten venir a buscarlo acá?
-Nunca tengo miedo. Nunca he tenido miedo, excepto un golpe. Aquí me salvaron 10.000 compañeros. Esos 10.000 compañeros tomaron el aeropuerto. La reacción de los compañeros era para salvar la vida.
-Pero si de golpe dice que lo quieren venir a buscar acá, ¿Qué va a pasar?
-Se encontrará con el pueblo. Aquí, los primeros meses, cada noche había drones, dos, tres drones. Los compañeros combatiendo con petardos. Saben que los compañeros están organizados para defendernos.
-Puede terminar en en un episodio muy violento.
-No. Pacífico, como están viendo.
-Digo que si vienen a buscarlo y lo quieren defender.
-Cuando fue el golpe de Estado en cinco, diez minutos minutos, todo el Trópico estaba tapado, y toda Bolivia. Esa es la historia.
-Tapado de gente que lo defendió usted.
-Claro. Se movilizan para organizarse. ¿Y por qué aquí estamos bien organizados? Por encima de nuestra pobreza primero está nuestra dignidad, nuestra soberanía. Nos hemos defendido aquí sindicalmente, con el poder comunal y social. Hemos derrotado todos los programas contra el movimiento campesino.
-¿Cree que en Venezuela finalmente hay democracia? Algunos presidentes latinoamericanos de izquierda como Petro o Lula no han reconocido a Maduro porque no mostró las actas.
-Cuando un gobierno es antiemperialista, le buscan todo. Para mí una democracia profunda es la de Cuba. Me ha sorprendido. Los barrios debaten quién iba a ser su candidato a la asamblea. Debaten, debaten. Cada uno tiene su forma de democracia. Venezuela, mira, en esta última elección de los 25 gobernadores, (el oficialismo) ganó 24.
-Pero en la presidencial del año pasado Maduro no mostró las actas por eso los líderes de izquierda de la región como Petro o Lula, Boric...
-Boric es derecha, pues. Aquí no vamos a engañarnos. Durante la campaña de Boric estaba en Argentina. Leí su programa y discutí con algunos dirigentes sindicales y algunos políticos de izquierda de Argentina. Les decía: "Boric es derecha". Y me respondían: "No, Evo. Por favor, no digas. No es derecha, es socialista". Cada uno tiene su propia interpretación. Para mí, yo he estado tantas veces en Venezuela, hay democracia, se elige.
 
 
 
 
 
ULTRADERECHA GANA TERRENO EN BOLIVIA. DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS DE MUJERES EN RIESGO
 
Cimac Noticias de México (https://n9.cl/nss0d)
 
Este pasado fin de semana se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en Bolivia cuyos resultados favorecieron a dos candidatos de derecha, Rodrigo Paz Pereira del Partido Demócrata Cristiano y el expresidente conservador Jorge Tuto Quiroga, quienes se disputarán el triunfo el próximo 19 de  octubre de este año, lo que marca un momento histórico para el país latinoamericano, puesto que da fin a 20 años de gobernanza de la izquierda.
Ambos candidatos se perfilan a una siguiente vuelta pero no han presentado ninguna agenda enfocada en derechos humanos de las mujeres, niñas y adolescentes en Bolivia quienes representan la mitad de la población alcanzando los seis millones, por el contrario, sus propuestas han endurecido la agenda conservadora.
Por ejemplo, Rodrigo Paz tiene un proyecto llamado ‘Capitalismo para Todos’, un establecimiento que tendrá complejidad de adaptar en un país cuya población indígena es del 40% y donde existen 36 pueblos reconocidos siendo el Quechua y el Aymara en los Andes occidentales quienes tienen una cosmovisión ajena al sistema capitalista.
Además, Paz, ha reiterado en constantes apariciones pública su prioridad de retomar la relación con Argentina, es decir, de ganar la presidencia estrecharía lazos con Javier Milei tras años de una relación que estuvo rota por la izquierda boliviana de Evo Morales.
Por su parte, Jorge Tuto Quiroga, este hombre conservador y considerado neoliberal ha planteado en su campaña que implementará un recorte del gasto público no visto antes en ese país y ha mencionado que sería al estilo de Milei.
Este giro político ha despertado una alerta sobre posibles retrocesos en materia de derechos humanos en favor de las mujeres bolivianas, ya que históricamente han enfrentado barreras que impiden el ejercicio pleno de sus derechos y en estas elecciones denunciaron que durante las campañas electorales los candidatos se centraron en la crisis económica y política que atraviesa el país y evitaron dar agenda para erradicar la violencia que viven las mujeres, niñas y adolescentes, pese a la alza de casos de feminicidio que enfrentan.
Según datos de la Fiscalía General de Estado de Bolivia, el primer trimestre de este 2025, reportó que tenían registrados 19 casos de feminicidio y seis infanticidios, siendo el departamento de La Paz el que más casos acumula. Aunque ese país tiene la Ley 348 el cual castiga este tipo de violencia contra mujeres, no es suficiente para erradicarla.
Otro tema de relevancia son los derechos sexuales y reproductivos, en Bolivia, porque el aborto sigue restringido, solo es legal en casos de violencia sexual, incesto y riesgo inmediato para la salud o la vida de la mujer, dispuesto en el artículo 266, capitulo 2  del Código Penal, modificado por última vez en el año 2014.
Por lo que estas restricciones han mantenido consecuencias graves, hoy en Bolivia, el aborto es la tercera causa principal de muerte materna, aproximadamente de 30 a 40 mil mujeres abortan cada año, la mayoría lo hacen de manera clandestina y en condiciones inseguras para su salud, además se tiene un registro de 538 defunciones de mujeres a consecuencia de complicaciones durante el embarazo, parto y post parto, según el Estudio de Mortalidad Materna de Bolivia del 2011. 
Las mujeres que se encuentren bajo las causas señaladas tienen el derecho de acudir a establecimientos de salud públicos y solicitar el servicio de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) pero con documentos que acredite su situación, por ejemplo: una copia de la denuncia realizada ante algunas de las fiscalías o autoridad, o bien, un diagnóstico médico que indique la situación de riesgo del embarazo.
Si no es el caso, el aborto es castigado de seis meses a dos años de prisión, indica el artículo 265 del Código Penal de Bolivia.
Por otra parte, la agenda país «por una Bolivia con igualdad» desde las miradas de las mujeres, documento elaborado por más de 50 organizaciones de la sociedad civil, que se enfoca en cinco pilares: justicia económica y sociedad del cuidado; justicia ambiental con justicia de género; justicia social y una sociedad sin violencias; autonomía del cuerpo: derechos sexuales y derechos reproductivos y democracia paritaria e intercultural; manifestaron que aún persisten grandes problemáticas que afectan la salud y vida de las mujeres, como las altas tasas de morbilidad y mortalidad materna derivadas del embarazo infantil o adolescente y  el aborto inseguro.
Según sus datos en el año 2023 se registraron 35 mil 508 embarazos en adolescentes, es decir, aproximadamente 91 menores de 19 años resultan embarazas por día en Bolivia, muchos de estos casos como consecuencia de violencia sexual.
En cuanto a matrimonios adolescentes, el informe defensorial “Sueños Interrumpidos», publicado en el 2024 reportó la prevalencia del matrimonio infantil o unión forzada temprana y estimó que  2 mil 344 adolescentes se casaron o unieron antes de los 15 años, lo que sugiere una posible conexión entre el embarazo adolescente y el delito de violación sexual,  puesto que la violencia sexual es el segundo delito que mayor prevale en Bolivia, y sus principales víctimas son niñas, niños y adolescentes, según la Coordinadora de la Mujer.
Por ello, más de 50 colectivas feministas exigen eliminar barreras legales y administrativas para el ejercicio pleno de los derechos sexuales y reproductivos, además, aplicar las recomendaciones de la Sentencia de 18 de noviembre de 2022 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), donde pide al Estado boliviano modificar el código penal en lo relacionado a estupro, incesto y falta de consentimiento en casos de violencia sexual.
Ante estas crisis que afectan directamente a las mujeres, feministas de Bolivia denunciaron que durante las campañas electorales que se llevaron a cabo en este año, los candidatos se centraron en propuestas sobre la crisis económica y política que atraviesa el país y no propusieron de manera íntegra soluciones para atender las problemáticas que afectan a las mujeres, pese a la alza de feminicidios, embarazos adolescentes y violencia de género.
Hay que recordar que Cimacnoticias ya había documentado la violencia contra mujeres periodistas al documentar en Bolivia que en 2022, se registraron 202 vulneraciones a la libertad de prensa, tres veces más que en 2021. El 37% de los casos fue por agresión a periodistas, el 12% por estigmatización, el 9% por amenazas, el 6% por criminalización. 35 denuncias fueron reportadas por mujeres periodistas. Los casos van en aumento y la impunidad también.
Violencia Política
El observatorio de género de la Coordinadora de la Mujer en Bolivia, señaló que durante la jornada electoral 2025 existieron cinco casos de acoso y violencia contra candidatas a la presidencia, los cuales fueron expresados a través de discursos de odio y ataques mediante redes sociales y medios de comunicación, lo cual mantuvo en riesgos dos candidaturas de mujeres.
Tal es el caso de Eva Copa Murga, actual alcaldesa de El Alto, y quien fue candidata a la presidencia por el Movimiento de Renovación Nacional (Morena), durante su candidatura fue víctima de violencia digital, donde atacaban directamente su vida íntima y cosificando su cuerpo, según el monitoreo de la Coordinadora de la Mujer se identificaron expresiones que trascendieron el discurso violento y ejerciendo violencia política extrema, lo que constituyen delitos graves, mencionaron.
Además, enfrentó  ridiculización constante y dudas sobre su capacidad para gobernar asociadas a su vida personal, a su género, edad, clase y etnicidad, con el uso de términos como “imilla” o “campesina” en el marco de discursos discriminatorios, misóginos, racistas y de odio.
Según ONU Mujeres, Bolivia fue uno de los primeros países de la región en contar con la Ley Contra el Acoso y Violencia Política, que fue elaborada con el objetivo de garantizar el ejercicio de derechos políticos a través de la eliminación de los actos de acoso y violencia política que experimentan las mujeres. A pesar de que es un avance importante, aún persisten obstáculos para su implementación que dificultan la consolidación de una democracia paritaria, mencionó.
En este escenario, la llegada de un gobierno de derecha genera incertidumbre sobre la continuidad de políticas públicas con enfoque de género, considerando que durante estos años de gobierno de izquierda ha sido difícil obtener garantías para el libre acceso a una vida sin violencias de las mujeres, en esta ocasión con gobiernos conservadores se pone en alta vulnerabilidad los derechos de las mujeres, en especial los de las indígenas, migrantes y empobrecida.
 
 
 
 
 
BOLIVIA O EL GRAN PACTO
 
El Montonero de Perú (https://n9.cl/yo1e3v)
 
“Italia no es Bolivia” dijo con desdén Giuliano Ferrara, ministro de Berlusconi. Al paso salió Mario Vargas Llosa, en defensa del país altiplánico, que es 3.6 veces más grande que la Italia de hoy. En efecto, ni Italia es Bolivia, ni Bolivia es Italia. Pero por esos curiosos vaivenes de la historia se podrían parecer. Hoy Bolivia necesita un pacto, gane quien gane la segunda vuelta entre Rodrigo Paz y “Tuto” Quiroga
Estamos en Italia, en 1976. El llamado Compromiso Histórico se pone en ejecución, luego de idas y venidas. El PCI, la DC y los socialistas, los partidos con mayor representación política, colaboran entre ellos para evitar el desgobierno y el autoritarismo. Berlinguer, el autor del eurocomunismo (junto a Santiago Carrillo, que al final devino en el alejamiento de los comunistas de la esfera soviética) ha construido el Compromiso Histórico junto a Giulio Andriotti de la democracia cristiana. A modo de pacto o acuerdo, el Compromiso Histórico, que sólo dura tres años y algo más, es uno de los pocos capítulos en los que la alta política permitió la convivencia antes que la destrucción. Esto lo escribí meses atrás.
Hoy Bolivia necesita un pacto, un compromiso histórico “a la italiana”, en caso se pretenda salir del evismo, cuya hegemonía ha durado más de dos décadas. Un periodo que arranca desde antes de la llegada de Evo a la primera magistratura allá por el 2002. Una hegemonía cultural, social y política que se quiso extender desde La Paz al sur peruano y al mismo corazón del Chile de Boric, con una Constitución a la “boliviana” de naciones étnicas.
¿Puede volver Evo? Menuda pregunta. Octavio Paz dijo alguna vez que si las respuestas no son las correctas no quiere decir que las preguntas lo sean. En efecto, la respuesta no es si Evo puede volver sino hasta donde durará como personaje político y cuál será el impacto de su presencia con respecto al próximo gobierno. De momento, tanto Paz como Quiroga no pueden salir de dos temas: la economía alicaída y el futuro de Evo. El hombre sigue siendo relevante. Es más, el voto nulo que promovió Evo obtuvo casi 17%.
¿Por qué ganó Paz en primera vuelta? La respuesta no es sencilla. Paz, mejor dicho sus bases y sus candidatos, provienen del alicaído MNR, que fue absorbido socialmente por el “evismo”. La otra respuesta es que la imagen del evismo es más fuerte de lo que parece. Aunque su modelo económico fue primario exportador, en la primera década de su gobierno, y a través de varios programas sociales, el evismo sacó de la pobreza a más de 2.5 millones de personas, que pasaron a ser una clase media emergente. En el relato “evista” hay dos ejes: indigenismo y buen gobierno, o distribución de la riqueza. Y esa clase media emergente ha dejado de ver al evismo y a la propia izquierda como su vínculo directo o indirecto con el Estado. Paz puede interpelar todo del “evismo” salvo que ahora los bolivianos pueden “comer tres veces al día”, a pesar de la crisis económica. Contradicciones de un relato político.
Si no hay alianza, acuerdo o compromiso histórico, el “evismo” tendría opciones. Porque la izquierda ha comprendido que sin Evo no se gana.
 
 
 
 
 
AHORA BOLIVIA ES “DEMOCRÁTICA”, CLARO, GANÓ LA DERECHA
 
Cuba Informativa Tv  de Cuba (https://n9.cl/66w2d)
 
Ni una sola queja de EE.UU. y de la Unión Europea (UE), tampoco de observadores internacionales, acerca de las elecciones en Bolivia del pasado 17 de agosto.
Claro está, ganaron en la primera vuelta los candidatos de la derecha, Rodrigo Paz Pereira y Jorge Quiroga, quienes deberán enfrentarse en una segunda ronda, prevista a celebrarse en octubre venidero. 
Por su parte, los derrotados aspirantes de las fuerzas de izquierda aceptaron sin protesta alguna los resultados de los comicios, como suelen hacer los representantes del progresismo en la Patria Grande, a diferencia de los derechistas que cuestionan la decisión de las urnas cuando pierden.      
Ahora resulta que en lo adelante esa nación andina será ejemplo de “democracia” para Latinoamérica porque por supuesto la gobernarán los preferidos de EE.UU.
En los últimos 20 años Bolivia siempre estuvo en la lista negra de Washington y de sus aliados de la UE, que incluso apoyaron un golpe de estado contra el expresidente Evo Morales.
Desde la Casa Blanca y del llamado viejo continente no cesaron en sembrar la discordia en la izquierda y en los movimientos sociales del país sudamericano durante el mandato de Morales, y evidentemente al final lo lograron.
El progresismo en Bolivia tenía un solo antídoto, cerrar filas entre los que deseaban lo mejor para los humildes, y hacer caso omiso a los tendenciosos.
Pero desgraciadamente no se consiguió la unidad, sino todo lo contrario, porque sus dirigentes protagonizaron serios enfrentamientos hasta llegar a la ruptura, que permitirá ahora el regreso de la derecha al país.
A Bolivia le aplicaron la misma receta que a otras naciones de Nuestra América, donde hoy gobiernan regímenes antipopulares a la horma de los que necesita EE.UU. en beneficio de sus intereses de dominación en la región.
El denominado Proceso de Cambio que encabezó el expresidente Morales, y que sacó a esa nación del listado de las más pobres de la Patria Grande, se ha ido a bolina para desdicha de su pueblo.
Cierto es que hoy Bolivia padece problemas económicos, como la mayoría de los países del Tercer Mundo, que incidieron en los resultados de las elecciones, pero ya veremos lo que sucederá en lo adelante con un régimen neoliberal.  
 
 
 
 
 
ALTERNANCIA EN BOLIVIA
 
La Razón de México (https://n9.cl/gnw11)
 
Se produjo en Bolivia lo que muchos advirtieron o pronosticaron: la hegemonía del MAS llegó a su fin, electoralmente hablando. El candidato que provenía de esa formación histórica, que dominó el panorama político boliviano durante dos décadas consecutivas, Andrónico Rodríguez, quedó en cuarto lugar con un 8.2% de los votos.
El balotaje será decidido por Rodrigo Paz, exalcalde de Tarija y senador por ese departamento en la Asamblea Plurinacional de Bolivia, y el expresidente Jorge Quiroga. Si se toma en cuenta que Paz es hijo del presidente Jaime Paz Zamora y que el tercero más votado, Samuel Doria Medina, fue ministro en los 90, cuando se aplicaron las reformas neoliberales, habría que concluir que el triunfo electoral de la oposición antimasista ha sido aplastante.
Ya esa oposición regresó, en parte, al poder no hace mucho, durante el gobierno de Jeanine Áñez entre 2019 y 2020, pero ahora lo hace con la legitimidad que le otorga su claro triunfo en las elecciones presidenciales. Gane quien gane la segunda vuelta, Paz o Quiroga, emprenderá un proyecto contrahegemónico. La pregunta es hasta dónde estará dispuesto a llegar en dicha reversa.
Buena parte de la prensa latinoamericana, en estos días, localiza en “la derecha” la alternancia boliviana. Pero lo cierto es que Rodrigo Paz ha tenido una evolución con momentos de acercamiento al MAS. Quiroga, en cambio, ha sido un opositor de los gobiernos de Evo Morales y Luis Arce más vehemente.
Las diferencias entre ambos contendientes, que tal vez salgan a flote en los próximos meses, pasan por distintas perspectivas sobre la Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia, impulsada por Evo Morales y el MAS en 2009. Quiroga se ha referido varias veces a su deseo de lograr, con el apoyo de dos tercios de la Asamblea, no un cambio constitucional, aunque sí reformas puntuales.
Paz fue más cuidadoso en las primarias a la hora de hablar de cambios en la Constitución. Sin embargo, al igual que Quiroga, se pronunció a favor de una modificación profunda del poder judicial, que se elige de manera directa en Bolivia. Paz buscaría una reforma constitucional que independice al aparato de justicia de los partidos políticos y el crimen organizado, como una vía de combate a la corrupción.
Luego de la segunda vuelta en octubre vendrá un periodo de reconfiguración de la Asamblea Plurinacional en busca de una nueva mayoría. Pero vale la pena observar que en los planes de reforma de ambos candidatos no figura una desarticulación del proyecto plurinacional, que fue el eje del cambio constitucional de 2009.
La alternancia en el poder en Bolivia desafía los diagnósticos más sombríos sobre la autocratización bolivariana. Bolivia es el segundo país, después de Ecuador, que se desgaja del bloque bolivariano. Aun así, es probable que lo haga sin extremismos o sin la lógica golpista que predominó en ese país andino entre 2019 y 2020, cuando el fallido gobierno de facto de Jeanine Áñez.
 
 
 
 
 
EL FRACASO DEL SOCIALISMO EN BOLIVIA
 
Bolivia, como otros regímenes populistas, malgastó la bonanza: el MAS gobernó como si el ciclo de precios altos fuera eterno y el Estado pudiera controlar las fuerzas del mercado.
 
El Colombiano (https://n9.cl/mmswn)
 
Bolivia cerró este domingo una de las páginas más relevantes de su historia reciente. Por primera vez en dos décadas, dos candidatos ajenos al Movimiento al Socialismo (MAS), el mismo que reinó veinte años, pasaron a la segunda vuelta de la elección presidencial: Rodrigo Paz, de perfil centrista, y el conservador Jorge “Tuto” Quiroga.
Este resultado marca el fin de una era en la que Evo Morales y su partido dominaron la política boliviana con una hegemonía casi absoluta: a partir de noviembre de 2025 se abrirá un nuevo ciclo político y económico, el primero en una generación.
El mal resultado de la izquierda boliviana es, en parte, consecuencia de años de fracturas en su interior y en parte también por la decadencia del régimen de Venezuela que en su momento fue también sostén financiero de gobiernos como el de Evo. En esta oportunidad, además, Evo Morales estaba impedido para postularse debido a un fallo judicial que reafirmó los límites a la reelección presidencial y además había sido expulsado del MAS. Razón por la cual, Morales promovió activamente el voto nulo como forma de protesta, lo que, sumado al voto en blanco, reunió cerca de 20% de la votación. Así, de cara a la segunda vuelta se anticipa que Bolivia se sumará a la tendencia regional de años recientes en la que, con contadas excepciones, la oposición resulta vencedora.
La debacle de la izquierda boliviana tiene su origen en una razón de fondo: la crisis económica en la que 20 años de manejos populistas han dejado al país y a sus instituciones. Lo que para muchos defensores del “socialismo del Siglo XXI” fue, durante buena parte de la administración de Evo Morales, una historia de éxito económico con sello progresista, ha terminado por convertirse en otro caso de manual sobre cómo los errores macroeconómicos, impulsados por la obstinación ideológica, son capaces de arruinar un país.
Durante los primeros años de gobierno, Evo capitalizó con habilidad el auge de los precios internacionales de las materias primas. Entre 2006 y 2014, Bolivia gozó de ingresos extraordinarios gracias a sus exportaciones de gas natural. Con estos recursos, de manera similar a lo ocurrido en Venezuela, el Gobierno impulsó programas sociales que redujeron la pobreza y la desigualdad, al tiempo que promovió una política de redistribución que le granjeó popularidad y legitimidad.
En términos sociales, los logros fueron innegables en esos primeros años: la economía del país creció y los sectores más desfavorecidos vieron mejorar sus condiciones de vida. Pero esos años de bonanza escondieron la semilla de una fragilidad estructural: el MAS nunca construyó un modelo económico diversificado que se apoyara, además de los ingresos de los hidrocarburos, en el fortalecimiento del sector privado, lo que volvió su modelo insostenible en el tiempo. En lugar de reinvertir los excedentes en ampliar la capacidad productiva, promover nuevas industrias o asegurar una transición hacia una economía menos dependiente de los recursos naturales, Morales optó por el populismo fiscal. Subsidios al combustible, un tipo de cambio artificialmente fuerte y un gasto público desenfrenado crearon una ilusión de prosperidad que dependía exclusivamente de factores externos.
Sobre todo, la peligrosa combinación de una política monetaria rígida y un endeudamiento externo creciente —en un contexto de caída en la producción y exportación de gas— se volvió insostenible y llevó a Bolivia a consumir rápidamente sus reservas internacionales para mantener su tipo de cambio fijado en 6,96 bolivianos por dólar. Hace una década, el país tenía USD 15.000 millones en reservas; a finales de 2024, esas reservas se habían consumido prácticamente en su totalidad, lo que se convirtió en una bomba de tiempo que implicó un brusco ajuste e incidió directamente en la capacidad adquisitiva de los bolivianos.
A esto hay que sumarle el colapso de la industria del gas boliviano, resultado directo de la reforma del sector en 2006 que desincentivó la inversión y las perspectivas de largo plazo del sector. Con el paso de los años, sin exploración de nuevos yacimientos, la “gallinita de los huevos de oro” de los primeros años de Evo fue marchitándose, llevando a que incluso en los últimos años el país se viera con retos para suplir siquiera la demanda interna.
En resumidas cuentas, Bolivia, como tantos otros regímenes populistas, malgastó la bonanza: el MAS gobernó como si el ciclo de precios altos fuera eterno y como si el Estado pudiera controlar impunemente las fuerzas del mercado. Y ahora, cuando la realidad golpea con fuerza a los más vulnerables, las consecuencias se hacen sentir directamente en las urnas: otro ejemplo más de cómo el populismo económico se lleva por delante a los gobiernos.
Ojalá en Colombia no tengamos que llegar a una crisis igual de pronunciada a la que viven ellos, ojalá a la Casa de Nariño llegue la voluntad de corregir el rumbo que tiene al país en una situación fiscal que no veíamos desde la época de pandemia o aún peor, desde la Guerra de los Mil Días.
           
 
 
 
 
EL EJEMPLO DE BOLIVIA
 
Expreso de Perú (https://n9.cl/gaa5d4)
 
La segunda vuelta electoral  boliviana se definirá entre el senador Rodrigo Paz Pereira y el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga. Ambos —políticos de derechas— fueron los candidatos más votados el domingo 17 de agosto, en una elección desarrollada en medio de la colosal crisis sociopolítica-económica que ha llevado al caos a Bolivia.
Recordemos. El partido Movimiento al Socialismo, MAS —que fundó Evo Morales— ganó las elecciones el año 2005. A consecuencia de su incompetente, vengativa, corruptora gestión —característica de los movimientos zurdos de esta región— desde entonces aquello trajo como consecuencia severísimas vicisitudes socioeconómicas que, crecientemente, ha venido soportando Bolivia. Al punto de conducirla a la quiebra más absoluta. Como ocurrió en todos los países donde se instalaron en la presidencia falsos gurús latinoamericanos, como ese tal Evo.
Rodrigo Paz —quien postuló por el Partido Demócrata Cristiano— recibió alrededor de millón y medio de votos (32,08% de las preferencias), y Jorge Quiroga candidato por Alianza Libre algo más de 1300,000 votos (16,94% del electorado), según cálculo preliminar del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, con más del 90% de los votos escrutados. Samuel Doria Medina, el candidato favorito según las encuestas, cada vez más venidas a menos ocupó el tercer lugar, seguido por Andrónico Medina el engreído de las izquierdas—, quien apenas obtuvo 8,15% de los votos. Finalmente, Eduardo del Castillo del MAS repetimos, partido de Evo Morales, expulsado del gobierno por instaurar un régimen corrupto, caótico y sin fundamentos para gobernar, tanto que condujo a Bolivia a la quiebra más absoluta obtuvo 3,14% de la votación.
El democristiano Jorge “Tuto” Quiroga manifestó: “De ahora en adelante, Bolivia será libre por los siglos de los siglos. Hemos hablado con fuerza, fe, esperanza y dignidad. Hemos devuelto a todos la fe en la democracia, y en que puede cambiarse el país con la fuerza del voto, en contra de aquellos bloqueos y sabotajes —que tanto daño han producido a Bolivia—. Hoy ganó la democracia boliviana”.
Este triunfo en primera vuelta de dos candidatos no izquierdistas significa que ocurrirá un “gran cambio sociopolítico” en Bolivia luego de casi un cuarto de siglo de anarquía totalitaria. Finalmente, los bolivianos se preparan para elegir un presidente que no sea de izquierda; y, además, con la cabeza bien amueblada.
Es una lección para Latinoamérica. Los bolivianos han venido votando coherentemente mal, inducidos por efectos de la crisis sociopolítica-económica que generó la izquierda. Como la que vivimos a finales del siglo pasado cuando caímos en “default” y acabaron a zarpazos la gestión inicial de García y la “reelección” de Fujimori. Nos tocó elegir nuevo presidente y escogimos a Toledo, quien dio estabilidad y buenos índices socioeconómicos. No obstante, consolidó el cáncer de la corrupción, agriando el humor ciudadano, reflejado en sucesivas elecciones que fueron devastadoras para nuestra democracia, al imponerse sucesivamente infames gobernantes como Humala, PPK, Vizcarra, Castillo y Boluarte.
Recemos para que no se repitan estos infames recuerdos y que, en adelante, nuestra sociedad vote con la cabeza; no con el hígado, como viene haciéndolo desde 2011.
 
 
 
 
 
ANÁLISIS POSTELECTORAL. NOTAS SOBRE LA TRAGEDIA POLÍTICA BOLIVIANA
 
La Nueva Tribunal de España (https://n9.cl/x70bl)
 
La imagen que acompaña esta nota ilustra los profundos cambios experimentados por la Asamblea del Estado Plurinacional y el carácter catastrófico de la derrota del MAS en Bolivia. Esta puso fin a un ciclo iniciado con el triunfo de Evo Morales en la elección presidencial de diciembre del 2005 y su ingreso al Palacio Quemado de La Paz el 22 de enero del 2006. Período, hay que subrayar, en donde la hegemonía electoral del MAS fue aplastante, ganando una sucesión de seis elecciones con porcentajes que salvo en un caso se empinaban bien por encima del 50 % de los votos. Esta supremacía en las urnas era el reflejo de la hegemonía política del MAS y de la capacidad de conducción del líder indiscutido del movimiento popular, Evo Morales.
En los casi catorce años de su gestión, interrumpida por el golpe de Estado fascista del 10 de noviembre del 2019, la gestión de Evo cambió radicalmente y para bien el rostro de Bolivia, dando lugar a que muchos observadores y medios de prensa hablasen del “milagro económico boliviano”. No solo económico sino también social y cultural, terrenos en donde los avances fueron quizás más espectaculares que en el área económica. Pero no es este el lugar para examinar ese fascinante proceso emancipatorio, sus grandes conquistas, así como algunos de los aspectos más deficitarios de esos años. La urgencia de la coyuntura nos obliga a mirar hacia lo inminente.
Más productivo es, por eso mismo, preguntarnos que puede esperarse de un derrumbe tan espectacular como el que se verificara el pasado domingo en las urnas, pero que se fue gestando casi desde el momento en que Luis Arce Catacora asumiera la presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia el 8 de noviembre de 2020. Esta tesis, sin embargo, es cuestionada por Javier Larraín, Director de la revista Correo del Alba cuando aporta una visión más pesimista, y probablemente más apegada a la realidad. Larraín sitúa el origen de esta decadencia mucho antes. Así se lo comentó a Gustavo Veiga, en una entrevista para Página/12: al decir que:  “el proceso de descomposición del MAS comenzó en 2013, 2014 y si recordamos que en 2019 sacó la votación más baja con Evo del 47 por ciento y (antes) había perdido un referéndum cuyo resultado desconoció, entonces lo que hemos venido viendo es esa caída”.
Desde ese entonces cobró ímpetus una lucha intestina por el liderazgo popular y la conducción del proceso de cambios. Como bien lo señala Sacha Lorenti en una nota acertadamente titulada “Autopsia preliminar de las elecciones en Bolivia” (porque desgraciadamente el MAS, ese gran movimiento popular boliviano ha muerto),  “el gobierno de Luis Arce hizo todo lo que estuvo a su alcance para  intentar destruir el liderazgo de Evo Morales: el robo de la sigla del MAS-IPSP, la anulación de toda posibilidad de participación con otra sigla, la toma violenta de las organizaciones sociales, la inhabilitación de Evo Morales, el atentado contra su vida, la persecución y el encarcelamiento de más de cien personas que protestaron contra la proscripción y, como fue denunciado por Diario Red, pagos a jueces y vocales el Tribunal Supremo Electoral para sacarlo del tablero electoral.”
Esto es cierto, pero no puede pasarse por alto que Evo, que no por casualidad durante su gestión presidencial era popularmente conocido como “el jefazo”, nunca terminó de digerir la imposibilidad legal que tenía para ser candidato a presidente en 2020 y que siempre consideró a Arce -su ministro estrella en los años de esplendor económico, no olvidemos eso- como un usurpador por lo cual tampoco ahorró durísimas críticas a quien por entonces ocupaba el Palacio Quemado.
Una interpretación más equidistante de este lamentable conflicto, iniciado como una feroz lucha personalista por el poder y que solo en su desarrollo posterior se convirtió en una divergencia política e ideológica más amplia, la ofrece una nota que publicara Álvaro García Linera en vísperas de la elección boliviana y en la cual describía esta fractura en durísimos términos: “Por un lado, un mediocre economista que está por casualidad como presidente y que creyó que podía desplazar al líder carismático indígena (Evo) proscribiéndolo electoralmente.
Por otro, el líder que, en su ocaso, ya no puede ganar elecciones, pero sin cuyo apoyo tampoco se gana, y que se venga ayudando a destruir la economía sin comprender que en esta hecatombe también está demoliendo su propia obra. El resultado final de este miserable fratricidio es la derrota temporal de un proyecto histórico y, como siempre, el sufrimiento de los humildes que nunca fueron tomados en cuenta por los dos hermanos embriagados de estrategias personales.”
Teniendo en cuenta estos antecedentes, y sobre todo eso de un “miserable fratricidio” que pone término -¿o apenas una pausa?- a una revolución en curso, le asiste toda la razón a Carlos Figueroa Ibarra, profesor de la Universidad de Puebla, cuando en su esclarecedor análisis de las elecciones bolivianas asegura que tanto Rodrigo Paz Pereira -hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993)- como sus contendientes,  Jorge “Tuto” Quiroga con quien eventualmente medirá fuerzas en el balotaje en caso de que este a última hora no desista de participar debido a sus pocas chances de triunfar,  y quien llegara en tercer lugar en la primera vuelta, Samuel Doria Medina, comparten las grandes líneas que definirán la marcha del próximo gobierno, casi con seguridad presidida por Paz Pereira.
Este nuevo consenso neoliberal, como correctamente lo denomina nuestro autor, contempla la “eliminación de la república plurinacional, la agroindustria como el corazón de la economía boliviana, legalización de los transgénicos, represión de la protesta social, privatización de las empresas estatales, apertura al capital transnacional, eliminación de subsidios a los combustibles, eliminación de la propiedad comunitaria de la tierra.”  Pero, además, en el plano político, el indulto de los golpistas Jeanine Añez y de uno de los líderes de la extrema derecha racista y exgobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, además de la persecución de Evo Morales y Álvaro García Linera. O sea, una pesadilla política.
En este lamentable escenario, habida cuenta de una muy dolorosa derrota no solo para las clases populares de Bolivia sino que me atrevería a decir para todos los pueblos de Nuestra América, sorprenden las declaraciones triunfalistas de Evo Morales exaltando el 19,2 % del voto nulo que, según él, lo proyectan como el líder de la oposición al nuevo régimen reaccionario. Pero esa euforia, que tiene como fundamento innegable la lealtad de una parte importante del campo popular a las directivas de Evo, oculta la inoperancia del voto nulo, su esterilidad práctica, salvo cuando este es el preludio de un momento insurreccional capaz de desafiar al poder constituido, cosa que quien esto escribe no advierte en este momento en Bolivia.
Cierto es que no debiera descartarse esta posibilidad si se tiene en cuenta la prolongada experiencia de lucha y la extraordinaria combatividad de las masas plebeyas bolivianas. Tal vez se produzca ese enfrentamiento entre el poder institucionalizado y la potencia creadora de la calle, como siempre recordaba Maquiavelo en sus estudios sobre la república romana.  Pero al día de hoy no se perciben esos signos de insurgencia popular en el clima político imperante y mucho menos que la correlación de fuerzas existente en los terrenos de la economía, la política la cultura y lo militar, como siempre advertía Gramsci, ofrezcan indicios de que hay algo que, subterráneamente, se orienta hacia un estallido popular.
Mientras tanto, la existencia de una Asamblea Nacional en cuyo Senado el MAS ha desaparecido por completo y apenas conserva una ínfima minoría en la Cámara de Diputados demuestra que el voto nulo para lo que ha servido es para facilitarle a la derecha la construcción de los dos tercios de los votos  que se necesitan para que la Asamblea Nacional reforme la Constitución Política del Estado anulando los grandes avances plasmados en esa luminosa pieza constitucional surgida del auge del MAS. Y sabemos que, a diferencia de las izquierdas, cuando la derecha tiene una oportunidad no pierde tiempo en debates filosóficos o en pujas discursivas. Actúa rápida y letalmente. Para quienes duden de este aserto aconsejo que examinen el caso argentino. Ojalá que otro, y mejor, sea el desenlace de la actual coyuntura boliviana.  
 
 
 
 
 
BOLIVIA "PASA" DE EVO MORALES Y BUSCA EL "CAPITALISMO PARA TODOS"
 
El partido de Evo Morales sufre una derrota histórica y la presidencia de Bolivia se decidirá entre Rodrigo Paz y Jorge Quiroga.
 
Libertad Digital de España (https://n9.cl/vyz61)
 
El pasado domingo 17 de agosto se celebró la primera vuelta de las elecciones generales de Bolivia, donde el resultado más sorprendente fue el hundimiento del partido de Evo Morales, Movimiento al Socialismo (MAS), y donde la presidencia se decidirá en la segunda vuelta entre los líderes Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano, y Jorge Quiroga, de Alianza Libre.
Es justamente el candidato Rodrigo Paz Pereira, quien ha obtenido el 32,2% de los votos, quien ha calificado la derrota del socialismo boliviano como el fin de "una larga noche de dos décadas". Entre las propuestas del candidato por el Partido Demócrata Cristiano nos podemos encontrar con una reducción de los impuestos y de los aranceles, así como también se pretende llevar a cabo un proceso de descentralización del poder y lo que se ha calificado como "capitalismo para todos". En este artículo te vamos a contar las principales claves.
En palabras del líder del PDC: "Lo que queremos es reconstruir la reconciliación de la patria, la producción de la patria, estabilizar y generar gobernabilidad, y generar un cambio en la economía para que sea de la gente y no del Estado".
Descentralización y bajada de impuestos
En cuanto a la cuestión de la descentralización del poder del Estado, la plataforma de Rodrigo Paz plantea la denominada "Agenda 50/50", es decir, una descentralización en el manejo de los recursos públicos, pasando del actual sistema donde el 85% del presupuesto nacional lo gestiona el Estado a dividir los fondos a partes iguales entre el nivel central y los gobiernos subnacionales, incluidas las universidades públicas.
Por otro lado, en cuanto a su plan económico este habría recibido el nombre de "Capitalismo para todos" o "Platita para todos". Esto vendría a significar una política de créditos accesibles, reducción de impuestos y eliminación de barreras arancelarias para todos aquellos bienes que Bolivia no produce. En palabras del propio Rodrigo Paz: "Vienen tiempos mejores. Bajar aranceles, bajar impuestos, harto crédito, platita para todos".
El partido de Rodrigo Paz también apuesta por la "disciplina fiscal", buscando reducir el déficit limitando el gasto corriente, priorizando la inversión productiva, mejorando la recaudación y combatiendo la evasión tributaria. En su programa electoral también hablan de reducir la burocracia, de controlar la inflación y de simplificar el sistema tributario. Como parte de su programa, se menciona el "congelamiento de las actividades de todas las empresas públicas que mantengan déficits operativos".
Reforma judicial y lucha contra la corrupción
El candidato democristiano también ha hablado de la necesidad de una reforma judicial y en luchar contra la corrupción. Durante su campaña Rodrigo Paz ha señalado que el sistema de justicia tiene un problema de tipo estructural y que sin cambios de fondo no se puede garantizar ningún tipo de gobernabilidad ni atraer inversión.
Así pues, parece que el partido de Rodrigo Paz se desmarca de lo llevado a cabo durante las últimas dos décadas por el "socialismo bolivariano", algo que también parece desear el pueblo de Bolivia al haber dejado caer al partido de Evo Morales y tras haber optado por dos alternativas que se alejan de la izquierda que lleva tantos años gobernando en el país sudamericano. Será pues el próximo 19 de octubre cuando los bolivianos tendrán que decidir quién será su próximo presidente, ya sea Rodrigo Paz o Jorge Quiroga.
 
 
 
 
 
ARRASADA LA IZQUIERDA EN BOLIVIA, SIGUE CHILE.
 
IFM Noticias de Chile (https://n9.cl/bg981)
 
Después de 20 años de desgobierno, abusos, corrupción y tiranía de su jefe máximo, Evo Morales, la izquierda boliviana fue físicamente barrida en las urnas. Evo hizo hasta lo imposible para volver a presentar su nombre como candidato, pero los procesos penales, las condenas en su contra, y los Tribunales de Justicia Bolivianos, se lo impidieron.
Así las cosas, habrá una segunda vuelta electoral rumbo a la Presidencia de Bolivia, pero entre dos candidatos de la derecha así: Senador Rodrigo Paz Pereira, 31.6% Expresidente Jorge Tuto Quiroga. 27.1% Y el candidato de la izquierda, Andrónico Rodríguez, apenas logró un 8.2% de la votación. Con ese registro tan bajo, es muy probable que su partido desaparezca del registro electoral boliviano. Visité Bolivia hace 3 años en la zona de Santa Cruz de la Sierra y la frontera con Brasil, en los municipios de San Ignacio de Velasco y Concepción.
No conocí La Paz, porque mi visita estaba dirigida a negocios del agro. Pero si estuve un par de días con sus noches en Santa Cruz de la Sierra. Una ciudad moderna, bien trazada, ordenada y con mucho progreso y capital económico. Una ciudad muy agradable y equipada con toda la infraestructura y negocios. La agricultura en Bolivia es de otro nivel.
Visite un solo cultivo de Soya de 22.000 hectáreas, de propiedad de un consorcio argentino. Millones de hectáreas de tierras agrícolas bajo la influencia de capitales brasileros y argentinos. En la agricultura, la minería y el gas, está cimentado el futuro de Bolivia. La izquierda nacionalizó la industria del gas con nobles intenciones económicas. Pero con pésimos resultados gracias a unos gobiernos que crearon un Estado enorme y claramente ineficiente, y ladrón.
Bolivia acabó con sus reservas. Es un país sobre endeudado, donde no hay dólares y tampoco combustible para movilizar el aparato económico. También hay serios problemas en el servicio de energía eléctrica. Todo este caldo termina naturalmente en una inflación muy alta y una pobreza cada vez mayor. La izquierda llegó para empobrecer a Bolivia. ¡Y lo consiguió! Por eso los arrasaron en las elecciones presidenciales.
El Senador Paz y el expresidente Quiroga, van a definir, en pocos días y en una segunda vuelta, el nombre del nuevo Presidente para Bolivia. Pero sin duda será de derecha. Bolivia corrigió su equivocado rumbo, después de padecer 20 años de una izquierda ladrona y destructora de economía y tejido social. ¡Enhorabuena, Bolivia!
Sobremesa 1
En pocos meses abandonó el poder en Chile, Gabriel Boric, otro incompetente espécimen de la izquierda. José Antonio Kast, abogado y político chileno de origen alemán, será, sin la menor duda, su reemplazo. Hombre de derecha, católico, practicante y con una vida familiar muy destacada. ¡Enhorabuena, Chile!
Sobremesa 2
Con los buques de guerra y el submarino que puso Donald Trump al frente de Venezuela, se les acabó el envío de cocaína a USA y Europa se tendrán que tragar su coca, ¡porque ni un kilogramo va a pasar por ese cerco brutal e infranqueable!
 
 
 
 
 
QUÉ AGENDA DE CAMBIOS EN EL SECTOR PETROLERO Y MINERO SE EMPIEZA A CONFIGURAR DE CARA AL BALOTAJE EN BOLIVIA
 
Rodrigo Paz Pereira y Jorge “Tuto” Quiroga competirán en el balotaje presidencial del próximo 19 de octubre. La izquierda cosechó su peor resultado electoral desde la llegada de Evo Morales al poder. El ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Álvaro Ríos, analizó las urgencias de un próximo gobierno y las perspectivas que se abren en el plano energético a partir del resultado.
 
Eco Journal de Argentina (https://n9.cl/lk3er)
 
La política energética de Bolivia tomará un nuevo rumbo a partir del resultado de la primera vuelta en las elecciones presidenciales celebradas el último domingo. Entre las prioridades estarán la urgencia por resolver el crónico desabastecimiento de combustibles y la necesidad de reactivar la inversión privada en exploración de gas natural, según lo expuesto por el ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Álvaro Ríos. «Haga lo que se haga vamos a necesitar gas argentino por un tiempo», advirtió Ríos en un diálogo con EconoJournal.
El resultado del domingo marcó un punto final para la hegemonía política construida por los espacios de izquierda en los últimos 20 años bajo el liderazgo de Evo Morales. La interna por el liderazgo entre el ex presidente y el presidente Luis Arce y la crisis económica se conjugaron para detonar las posibilidades electorales del Movimiento al Socialismo (MAS).
El senador y candidato del Partido Demócrata Cristiano, Rodrigo Paz Pereira, Rodrigo Paz se consagró como ganador con el 32,14% de los votos. A pesar de su victoria, los resultados no fueron suficientes y deberá ir a balotaje contra el ex presidente y candidato del Partido del Jorge “Tuto” Quiroga, quien quedó segundo con el 26,81%. El tercer puesto fue ocupado por el empresario Samuel Doria Medina, de la alianza Unidad, con el 19,86%. Muy lejos quedó el candidato del oficialismo por el MAS-IPSP, Eduardo del Castillo, con el 3,16% de los votos.
Los espacios de derecha liderados por Rodrigo Paz Pereira y Jorge “Tuto” Quiroga Ramírez competirán en el balotaje previsto para el 19 de octubre con dos certezas. La primera es una nueva composición del Congreso que será presumiblemente favorable para la introducción de reformas. La segunda es la aguda necesidad de enfrentar el desabastecimiento de productos en general pero especialmente de combustibles.
Subsidios, YPFB y gas argentino
El ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual director d ela consultora Gas Energy Latin America analizó cuáles serán las prioridades de un próximo gobierno y la perspectiva que se abre en la política energética boliviana. «Los tres espacios más liberales, de apertura mercado, tienen la mayoría tanto en diputados como en senadores. Van a tener que pactar estas tres fuerzas opositoras en el parlamento para aprobar leyes muy importantes como la ley de litio, una nueva ley de hidrocarburos, una nueva ley de minería», apuntó Ríos.
–¿Cuáles son los temas urgentes a atender en el plano energético para un próximo gobierno?
-El primer tema que tienen que abordar es cómo abastecer el país. Diría que el 30% del país está desabastecido desde hace varios meses. Luego ver el tema de los subsidios y después ver también cómo se detona nueva exploración para que podamos producir más hidrocarburos en tres o cuatro años más. Es un proceso lento, pero mientras tanto hay que abrir también a la importación privada, a facilitar almacenaje, dar en concesión almacenaje para que los privados puedan importar gasolina, diésel y GLP. También comenzar a negociar con Argentina cómo vamos a hacer para el tránsito de gas y además importar gas natural en Argentina, porque haga lo que se haga vamos a necesitar gas argentino por un tiempo.
-¿Qué puntos de acuerdo en el plano energético observa entre los principales espacios que van a competir en el balotage?
Básicamente, reducir el tamaño del aparato público, dejar a un lado las empresas estatales. No sé bajo qué forma, algunos hablan de concesiones, otros hablan de riesgo compartido. Pero hay unas doscientas empresas, incluyendo las grandes como YPFB, que pueden hacerse por unidades de negocio, de dejar que el Estado opere esas unidades y sea el sector privado el que las haga sin necesidad de llegar a una privatización. El segundo campo que vemos es definitivamente generar condiciones para que el sector privado venga a operar estas concesiones y también tal vez hacer nuevas inversiones, principalmente en las áreas de recursos naturales. Ahí vienen también reformas a la justicia, varias cosas que que van a necesitar dos tercios en el Congreso, pero inicialmente para prorrogar pagos que se debe por la deuda internacional, contraer nueva deuda con FMI. Será muy importante que estos tres líderes de la oposición estén de acuerdo y se pueda darle viabilidad y sostener al país en una etapa de transición que no va a ser fácil.
-En esa etapa de transición estará el tema de los subsidios a los combustibles. ¿Qué medidas podrían tomar?
Los dos están claramente conscientes de que hay que quitar los subsidios gradualmente. No han dicho la forma específica porque seguramente la van a analizar en la segunda vuelta, y los dos prevén traer plata inicial para abastecer el país unos meses hasta que se vayan quitando los subsidios y la economía se vaya ordenando gradualmente. Hoy hay aproximadamente 2500 millones de dólares que el gobierno ha confiscado a los bolivianos. El grueso de la población boliviana sabe que tiene que venir un ajuste a la subvención de los hidrocarburos. Sabe que va a tener que haber préstamos internacionales y que hacer algunos ajustes fuertes en la economía, como recortes fiscales. No va a ser fácil y requiere un equilibrio muy grande entre lo que se puede hacer para mejorar las condiciones y lo que realmente pase en la calle. La ventaja de Bolivia es que es un país chico, que necesita poca plata para reactivarlo y no es un país violento. La violencia en Bolivia es muy escasa y siempre resolvemos nuestros problemas en el diálogo político o protestando en las calles, pero sin una extrema violencia.
-¿Cuánto esta gastando Bolivia en materia de subsidios a la energía?
En el 2026 vamos a necesitar importar aproximadamente 3200 millones de dólares petroleroen gasolina y GLP. Sobre eso, si hablamos en término de dólares, diría que el subsidio está bordeando el cincuenta por ciento. Entonces, habrá una subvención para el próximo año de más o menos 1600 millones de dólares. Eso sí estabilizo el tipo de cambio, ya que la moneda boliviana se siguió devaluando en los últimos meses del presidente Arce. Hay que estabilizar el tipo de cambio, es súper importante para cualquier reforma que se quiera hacer, quitar subsidios y atraer inversiones.
 
 
 
 
 
OPINIÓN. EL GIRO DE BOLIVIA
 
Yahoo Noticias de España (https://n9.cl/jw91t)
 
Tras la primera vuelta presidencial del pasado domingo, Bolivia dio un giro histórico y puso fin a 23 años de hegemonía del izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS), en una jornada que sorprendió con el triunfo del centro derechista Rodrigo Paz, hasta entonces ausente en las proyecciones electorales. Junto al conservador Jorge “Tuto” Quiroga, disputará el 19 de octubre el balotaje, en una contienda en la que ambos se presentarán con programas que coinciden en proponer una renovación institucional, priorizar una apertura económica orientada al mercado, atraer inversión privada y reducir el rol del Estado, poniendo fin al modelo estatista y centralista del MAS.
La segunda vuelta representa por sí sola un cambio, pues desde 2009, cuando se instauró el balotaje, todas las elecciones en Bolivia se decidieron en la primera ronda. En esta ocasión, el voto nulo que impulsó Evo Morales llegó al 19%, ubicándose en el cuarto lugar, lo que constituyó el mejor desempeño de los distintos referentes de izquierda, evidenciando la fragmentación de ese sector.
El ascenso de Paz y Quiroga se sustenta en propuestas alineadas con las preocupaciones económicas inmediatas de un electorado impactado por una inflación interanual cercana al 25%, escasez de combustibles, depreciación del boliviano en el mercado paralelo y restricciones en el acceso a divisas.
Lara, un expolicía, obtuvo una amplia victoria en la ciudad de El Alto, el principal bolsón de votos populares, y en otras ciudades y áreas rurales donde atrajeron el voto de sectores que antes confiaban en el MAS, desplegando un mensaje económico directo y sencillo que conectó con la percepción de crisis de la ciudadanía y de agotamiento del modelo estatal. Su bandera programática fue el modelo económico 50/50, que ofrece una ruptura ordenada con el continuismo, a partir de la redistribución fiscal territorial, la meritocracia en la administración pública y una despolitización de la justicia. Con ello logró respaldo en gobiernos regionales, empresarios y votantes urbanos.
A Quiroga, expresidente 2001 y 2002, se le valora su experiencia, redes internacionales y un programa que pone el acento en el orden y la estabilidad.
El giro inesperado en la primera vuelta posiciona a dos candidaturas que encarnan una promesa de cambio pragmático, orientado a superar el desgaste del centralismo político y la actual incertidumbre económica. Quien gane el 19 de octubre inaugurará un ciclo político, en medio de la peor crisis económica en décadas, con el reto de restablecer la gobernabilidad y recuperar la confianza de los actores económicos y sociales.
 
 
 
 
 
LA CRISIS DEL MAS Y LO QUE VENDRÁ: ¿20 AÑOS NO ES NADA?
 
Rebelión de España (https://n9.cl/tn4ye)
 
El Movimiento al Socialismo (MAS) enfrenta su mayor crisis en dos décadas, marcado por la fragmentación interna y acusaciones de corrupción, que salieron virulentamente a la intemperie justo antes de las elecciones presidenciales, donde sus diferentes candidatos fueron holgadamente derrotados por los candidatos de derecha y ultraderecha.
Mientras Bolivia celebraba la semana pasada el bicentenario de su independencia, el ambiente en las calles y en el campo distaba mucho de ser festivo. El hundimiento de uno de los programas progresistas más radicales de cuantos surgieron en los primeros años de este siglo en América Latina debe ser motivo de reflexión y de autocrítica no solo para el progresismo boliviano, sino para fuerzas democráticas de América Latina.
El colapso del MAS obedece a múltiples factores y su análisis tomará tiempo, pero no es de ninguna manera sorpresivo. Llevaba años alejándose de las bases sociales que lo llevaron al poder,  mientras la crisis económica erosionaba su propuesta y la derecha intentaba –vía destabilización económica e incluso golpes y tentativas de golpe de Estado- recuperar el poder.
Si bien la descomposición interna del MAS era inocultable en noviembre de 2019, cuando, Evo Morales pretendía reelegirse por cuarta ocasión, se desencadenó un violento golpe de Estado –respaldado por la Organización de Estados Americanos–, que instauró un régimen de facto, interrumpió durante tres años las políticas masistas y dislocó la mayor parte de los logros económicos, políticos y sociales conseguidos en los años anteriores.
Cuando el MAS recuperó la presidencia, en los comicios de 2020, con Luis Arce Catacora al frente, era ya una fuerza política carcomida por los disensos internos, las pugnas por el poder y el agotamiento de su programa y el cansancio de sus bases ante el egoísmo ¿o egocentrismo? de sus dirigentes.
Para los analistas, el colapso interno del MAS plantea preguntas acuciantes sobre el futuro de los movimientos indígenas dentro del Estado plurinacional boliviano. El 41 % de la población boliviana es indígena, la segunda más alta de América Latina, con una historia de 500 años de marginación y opresión racial. Morales, que gobernó entre 2005 y 2019, fue el primer presidente indígena de Bolivia, y el MAS se constituyó históricamente en torno a movimientos indígenas y campesinos.
Lo evidente es que el éxito del MAS, y a la vez su mayor error, fue centrar todo un proyecto político en torno a una sola figura: Evo Morales, lo que significó el debilitamiento y desarticulación del movimiento indígena , pero también abrió la desperdiciada oportunidad de repensar un proyecto político indígena al margen de la tutela partidista y caudillista.
El resultado de las elecciones últimas es una tragedia para el futuro del movimiento popular en general y del indígena en particular. En los años de esplendor del gobierno masista –con Evo presidente y Arce ministro de Economía- el programa popular consiguió reactivar la economía con tasas promedio de 5 por ciento, disminuyó la pobreza extrema de 36.7 a 16.8 por ciento de la población.Asimismo, reivindicó con firmeza la soberanía nacional y concretó muchos e importantes avances en materia de derechos.
El declive del MAS no se puede entender sin reconocer la desconexión entre los movimientos sociales y sus propias bases», explica Roger Adán Chambi, abogado e investigador aimara. «El movimiento social dejó de ser un movimiento y se convirtió en un brazo más del poder, a menudo cegado por el clientelismo y el reparto de cargos».
Durante los últimos dos años, las bases del MAS se vieron envueltas en amargas y prolongadas divisiones entre las facciones «evista» y «arcista». La primera apoya a Morales y la segunda al actual presidente, Luis Arce, a quien Morales nombró como su sucesor.
La disputa llevó a un estancamiento político, con los representantes evistas bloqueando la legislación del Gobierno de Arce relacionada con el gasto financiero, lo que agravó el panorama económico.
Evo Morales anunció el lunes que respeta los resultados electorales, pero destacó la candidatura de Edman Lara y le atribuyó la victoria electoral del PDC, por sobre la figura de Rodrigo Paz. “Soy muy sincero: no es que Rodrigo Paz ha ganado. Yo diría, ha ganado el capitán Lara”, indicó. Lara es un expolicía, estrella de TikTok y fue el  candidato a vicepresidente de Paz.
En el período previo a las elecciones, los partidarios de Evo emprendieron una serie de bloqueos, principalmente en su bastión de la tropical Cochabamba, que impidieron la circulación de vehículos y alimentos en todo el país. Morales no podía presentarse a las elecciones porque carecer de un partido oficial bajo el cual presentarse y porque se lo prohíben los límites constitucionales que impiden la reelección indefinida.
Los enfrentamientos por los bloqueos culminaron en junio con un violento enfrentamiento en la localidad de Llallagua, un estratégico centro minero urbano con conexiones con la zona cocalera del Chapare y con los ayllus (comunidades indígenas) del Norte de Potosí. Tres policías y un campesino murieron en los enfrentamientos cuando los bloqueadores evistas protestaban por el rechazo a la candidatura de Morales definido por la autoridad electoral.
 En medio de una creciente reacción pública contra los impopulares bloqueos, la decisión de Arce de enviar unidades especiales de la policía para sofocar las protestas marcó un punto de inflexión.
Dada la disminución de sus reservas de gas y petróleo, Bolivia importa la mayor parte de su combustible y subvenciona su costo, pero gracias a las restricciones fiscales ya no puede hacerle frente al pago de la deuda y a las subvenciones. Bolivia destinó más de 3000 millones de dólares a subvenciones al gas el año pasado. Su deuda externa se situaba en 13 300 millones de dólares a finales de 2024, con unas reservas de divisas en un mínimo histórico.
La falta de dólares se debe a la fuerte caída de las exportaciones de hidrocarburos, cuyos beneficios constituían la base del programa económico redistributivo del MAS durante las dos últimas décadas. El tipo de cambio informal del dólar ronda ahora los quince bolivianos, más del doble del tipo oficial de 6,97.
El proceso electoral puso de manifiesto dos problemas subyacentes. Una, la desarticulación del movimiento popular, que perdió su capacidad histórica para marcar la agenda política e incorporar sus reivindicaciones al debate electoral público, algo que la desintegración del MAS no hizo más que agravar al fragmentar aún más sus bases.
Por otro lado, ante una crisis económica creciente, la única solución que surge es la exacerbación de un capitalismo extractivo centrado en el litio, la exploración de nuevos hidrocarburos y, sobre todo, la profundización del modelo agroindustrial y minero.
A partir de 2026, y dependiendo del resultado de la segunda vuelta a realizarse en octubre, el gobierno estará en manos del centroderechista Rodrigo Paz, beneficiario de la pérdida de apoyo popular al MAS, o del neoliberal Jorge Quiroga, abanderado opositor a las políticas sociales y de inclusión del periodo masista.
No es de descartar que estos exponentes de la oligarquía boliviana adopten una política persecutoria y represiva en contra de los sectores populares.
Con la derecha (o ultraderecha) en el poder, la reestructuración económica parece inevitable. Los préstamos del FMI y del Banco Mundial podrían implicar duras medidas económicas que traerían recuerdos de los brutales años de ajuste neoliberal de la década de 1980.
La eliminación de los subsidios a los combustibles y los alimentos, de los que dependen los más pobres de Bolivia, probablemente desencadenaría un nuevo ciclo de agitación social. Sean cuales sean los resultados de las elecciones, está claro que la era dorada del MAS terminó en una amarga discordia y que el Estado plurinacional se enfrenta a un futuro sombrío.
Nada bueno se puede esperar de Tuto Quiroga, representante de los intereses del capital estadounidense y de las élites tradicionales de Bolivia, quien ya ocupó la presidencia durante un año, de 2000 a 2001, y fue vicepresidente de 1997 a 2001 en el gobierno del exdictador Hugo Banzer.
Sus propuestas incluyen recortes del gasto para reducir el déficit fiscal y planes para estabilizar el tipo de cambio del dólar, financiados por un programa de rescate internacional de 12.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
Casi 20 años atrás, el domingo 18 de diciembre de 2005, una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) presidida por el exmandatario colombiano Andrés Pastrana, intentó imponer el imaginario de un triunfo del derechista Jorge Quiroga sobre el líder indígena Evo Morales, en base a cómputos paralelos realizados por la ONG venezolana Súmate, presidida por María Corina Machado. La maniobra fue  neutralizada por la veeduría de la misión del Observatorio en Comunicación y Democracia.
La incógnita está en boca de todos: ¿Por quién votarán los masistas en la segunda vuelta? Paz espera que sea por él, pero…
 
 
 
 
 
BOLIVIA: LAS VICTORIAS Y LAS DERROTAS
 
Prensa Comunitaria Org. de EE.UU. (https://n9.cl/geqlu)
 
En 2006 escribí un largo artículo sobre el significado del triunfo electoral de Evo Morales al ser electo presidente de Bolivia. Recuerdo que era un texto optimista y, hay que decirlo, escrito con espíritu apasionado pues era la primera victoria de los indígenas en el continente. Fue casi un modelo a seguir. Los años pasaron, Evo Morales y su gobierno hicieron un acto de magia o casi. Los indios bolivianos dejaron de ser los perdedores y pasaron a ser triunfadores. Una epopeya completa.
Hubo buenos resultados en términos de crecimiento económico, tasas superiores al resto del continente, junto con logros sociales y, sobre todo, el empoderamiento de los pueblos indígenas. Bolivia fue un ejemplo en el uso de productos como el gas y otros recursos naturales. Eso explica el crecimiento de los primeros 10 o 15 años del Movimiento al Socialismo (MAS). En esto incluyo una constitución nueva, moderna, multinacional. Pero esto es pasado.
Luego hubo un largo debate por la idea de modificar la constitución para permitir la reelección presidencial de Evo. Un golpe de Estado de derecha y luego el regreso del MAS. Se forzó la imaginación y se duplicó la necedad. Finalmente, no se aprobó la reelección y no se pudo inscribir la candidatura de Morales. El MAS se dividió y se vislumbró el fantasma de la derrota.  Mientras, los indicadores económicos y sociales se fueron difuminando. Se abrió el camino de la corrupción y de los amarres corporativos. Fue el fin del evismo y el masismo.
Los líderes indígenas como Evo no dieron la talla. No supieron trascender y con esa incapacidad, el proyecto liberador de Bolivia se pospone. Quizás no para dar paso al neoliberalismo desenfrenado, pero sí un ánimo diferente al que en su momento encabezaron líderes como Morales. Evo tiene mi más alto reconocimiento por su pasado reciente pero la más fuerte condena por su empecinamiento de ser candidato presidencial único y la expresión de un caudillismo fuera de época.
Aunque ahora, ante la derrota de las dos expresiones visibles del MAS y del movimiento indígena, es indispensable hacer un par de reflexiones. La primera reflexión es que el movimiento de Evo Morales al momento de las huelgas del agua y otras y su candidatura a diputado, se hicieron en medio de un movimiento social en ascenso y sobre todo de amplias alianzas políticas permitiéndole poco a poco que esa corriente importante de Evo ganará más adelante la Presidencia de la República en 2006.
Es de sumo interés señalar que al momento de la victoria electoral de Evo Morales hubo una gran concentración en el centro ceremonial Tiwanaku, muy importante de Bolivia y los ancianos bolivianos le hicieron una especie de transmisión del mando, al emergente nuevo líder de los pueblos indígenas bolivianos. Por ahora, ello queda en el pasado.
Hoy se trata de un Evo Morales desgastado, aislado, que dejó las alianzas políticas de lado y se convirtió en el mayor enemigo, junto con Luis Arce, del movimiento del MAS y del movimiento de los pueblos indígenas, porque la necedad de mantenerse como las figuras más visibles y como líderes indiscutidos no tuvo el respaldo que esperaron en algún momento, esto es lo que se expresó en estas elecciones.
Durante varios meses desde el Gobierno y, Evo desde la oposición, hubo posibilidades de discusión, de acercamientos de tender puentes, de alianzas, pero las rechazaron de una manera que no hemos visto en los últimos años en expresiones de la izquierda victoriosa y, esto es quizás lo más delicado, porque el triunfo electoral de la derecha boliviana no se debe al buen desempeño de esta sino al desastroso manejo de las relaciones entre las distintas expresiones del MAS y del movimiento indígena boliviano y, en ello, sin duda ninguna, a Evo y a Luis Arce le caben responsabilidades muy altas.
Quizás hubo un momento en donde la figura de Andrónico Rodríguez, podía haber sido la solución a esta grave división en el MAS, pero fueron incapaces de aceptarlo y dar paso a la unidad y el relevo generacional.  La derrota pues, no es tanto por el mejor desempeño de las derechas en sus distintas expresiones sino por la incapacidad que tuvieron las dos corrientes del MAS para hacer alianzas indispensables, a pesar de que hubo en ese proceso intentos de buenos componedores, intentos de gente que buscó reuniones entre las dos expresiones del MAS para plantearles que de ello dependía mucho el futuro de Bolivia.
En la actualidad hay cuentas alegres de muchos sectores que ven en Bolivia el destino de América Latina y parece que allí están bastante equivocados. Lo de Bolivia es únicamente un episodio verdaderamente ingrato que no afecta de manera fundamental el desarrollo de procesos en países vecinos como Brasil, Chile o el propio Ecuador, esto es lo que está de momento en la mesa de discusión y del debate.
Lo relevante en el caso de Bolivia es constatar que se va por un camino diferente al que se transitó en las recientes elecciones primarias por las izquierdas chilenas, en donde en un ejercicio democrático verdaderamente notable, fueron capaces de superar las diferentes contradicciones que existían en el seno de esta corriente, digamos oficialista, y dar paso a una elección transparente, participativa y, como decía antes, profundamente democrática, que permitió que Jeanette Jara fuera ungida como candidata de la unidad de las izquierdas chilenas para competir en las próximas elecciones de ese país.
En este caso se puede afirmar que las izquierdas unidas en Chile junto con sus buenas vinculaciones con el movimiento social pueden predecir una victoria electoral de signo positivo, tomando en consideración que se hizo una especie de camino inverso al de Bolivia, que optó por dejar a la izquierda fuera de todo tipo de alianzas, por hacer de las diferencias internas el motivo principal de ataques muchas veces infundados y con ello se abonó el camino a las derechas bolivianas en sus distintas expresiones.
Es importante subrayar que la victoria electoral en primera vuelta de Rodrigo Paz se debe más a los errores profundos de las izquierdas bolivianas que al desempeño propio de esta corriente política, que algunos se ubican como democristiana, social cristiana o socialdemócrata, pero que no expresa los deseos de la agenda que anteriormente fue la levantada por Evo Morales, Luis Arce y otra serie de líderes vinculados al movimiento indígena y al partido Movimiento Al Socialismo.
En esta perspectiva, es importante destacar que en los procesos recientes en el Sur del continente, la coalición victoriosa o la fuerza victoriosa para hacer más exacto, ha sido producto de amplias alianzas políticas, en donde sectores sociales y políticos han tenido la suficiente inteligencia para establecer convergencias, aproximaciones, alianzas, pactos, que han permitido éxitos electorales importantes.
En esta dirección se puede pensar que procesos como el que lleva al Frente Amplio a la victoria electoral en Uruguay, es producto de amplias alianzas, amplias coaliciones, en donde el Frente Amplio tiene un papel importante, pues todo mundo conoce que son alrededor de 20 partidos políticos que mantienen sus espacios, sus particulares puntos de vista, pero que son capaces de sumar fuerzas para impedir que las derechas neoliberales no ganen preponderancia en el electorado uruguayo.  Esto parece que sería un ejemplo central que ya tiene bastantes años de estarse produciendo.
Otro caso que va en esa dirección es el de Colombia. Acá la corriente de Gustavo Petro fue capaz de una apertura que permitió que expresiones como la del partido Comunes, que vienen de lo que fue en su momento fueron las FARC, tuvieron la inteligencia política de retirar su candidato y apoyar a Petro en las elecciones y en la actualidad con la capacidad de buscar la posibilidad de una fusión de varias fuerzas políticas democráticas y de izquierda, alrededor de la figura del actual presidente lo cual apuntaría hacia las elecciones para ver quién lo sustituye o ver si él mismo es reelecto aunque al respecto hay una controversia constitucional,  pero en todo caso su figura sería el factor aglutinante y su habilidad para establecer alianzas el factor determinante en estas coaliciones que se están impulsando en la actualidad en Colombia.
La importancia que tiene esto para el análisis de lo que ocurre hoy en Guatemala es que estamos ante la urgencia y la necesidad de impulsar un frente común, un frente amplio, o un frente democrático, que permita juntar todas las fuerzas sociales y políticas de cara a las elecciones de 2027. Las lecciones que se puedan extraer de los procesos boliviano, chileno, uruguayo o colombiano son de importancia vital para el proceso que estamos impulsando en la actualidad desde distintos sectores desde distintos esfuerzos, con el único objetivo de cerrar el paso al pacto de corruptos y permitir una transición en donde se pueda mantener la lucha contra la corrupción, incluyendo en ella un esfuerzo notable por rescatar las instituciones democráticas y dotar a los próximos esfuerzos de una mayor institucionalidad en donde el planteamiento constitucional del bien común pueda ser impulsado de la misma manera que los contenidos más relevantes de los acuerdos de paz.
De eso se trata este planteamiento que debería de tomar en cuenta los ejemplos de Bolivia, que hoy día son la expresión de un fracaso de las izquierdas sectarias y dogmáticas, mientras que por otra parte analizar y valorar las victorias electorales del Frente Amplio de Uruguay, con Yamandu Orsi como presidente; o del proceso de Colombia y por supuesto la elección de candidato presidencial en primarias por parte de las fuerzas democráticas y revolucionarias de Chile. Creo que esto es parte de lo que debería de instalarse en el ambiente político nacional y, sobre todo, en el ambiente político de las fuerzas democráticas, revolucionarias y progresistas. Es el momento de la más grande alianza, de la más grande unidad, porque de la unidad y las alianzas dependen las victorias del futuro.
           
 
 
 
 
BOLIVIA, UN HERMOSO PAÍS ANDINO-AMAZÓNICO
 
La Hora de Ecuador (https://n9.cl/byy0y)
 
A propósito de las elecciones en Bolivia, cuando se anuncia que habrá una segunda vuelta electoral y se avizora un futuro diferente para este país, que ha vivido las últimas dos décadas gobiernos afines al denominado socialismo del siglo XXI, quiero recordar mis continuas visitas a ese hermoso país, invitada por las más grandes universidades bolivianas para dictar cursos y por supuesto, también para conocer un país que tiene tantas afinidades con el nuestro.
La Universidad Mayor de San Andrés en La Paz, la Universidad de San Simón en Cochabamba, la Universidad Gabriel René Moreno en Santa Cruz, fueron aquellas en las que fui acogida y a través de las cuales sentí el pulso de cada región, con sus contradicciones, con la belleza de sus paisajes y la amabilidad de su gente.
El Titicaca imponente, con la visita previa a Copacabana, la magia de Tiwanaco o Tiahuanaco, forman parte de los recuerdos maravillosos de mis continuas visitas durante los primeros años de este siglo, con los recorridos por La Paz y El Alto, contradictorios, ricos en tradiciones, que hay que comprender en su gran diversidad.
La belleza de su región amazónica a veces se ve empañada por los continuos incendios, con la quema de la vegetación que hace difícil la respiración y lagrimear a los ojos, con la cantidad de humo generado. Me encanta pensar en la visita a las misiones jesuíticas de la Chiquitania como Concepción y San Javier, y sentir el sabor de los deliciosos jugos de lima y los cuñapés, esos grandes panes de yuca que se deshacen en la boca.
Esa Bolivia mágica está ahora enfrentada a su destino de resurgir del caos en el que está sumida, acosada por la inflación, el precio de los bienes de primera necesidad, el alza y escasez de los combustibles, la división de su población.
Pero se ha encendido la esperanza luego de la primera vuelta electoral, con candidatos que aman a su país y que esperan conducirlo por un sendero diferente al que ha transitado los últimos años. Los finalistas necesitan mucha sabiduría, capacidad de convicción y de generar alianzas que les conduzcan no solamente al triunfo, sino al camino de servicio que requiere su pueblo.
 
 
 
 
 
¿NUEVO COMPETIDOR ARGENTINO? EL CAMBIO DE GOBIERNO EN BOLIVIA Y SU POTENCIAL PARA ATRAER INVERSIONES EN GAS Y LITIO
 
Yahoo Noticias de España (https://n9.cl/vhlpf)
 
De ser el gran proveedor de gas regional y el principal candidato a liderar el desarrollo del litio mundial, en diez años Bolivia se transformó en un jugador insignificante del mercado gasífero sudamericano tras un desplome de exportaciones del 73% y quedó totalmente marginado de la producción litífera sin lograr producir ni una tonelada de este mineral. Algo que podría cambiar tras el reciente resultado electoral.
Según datos de la consultora Gas Energy Latin América, en 2014, el país vecino producía 61 MMm3/d de gas y exportaba 48 MMm3/d. Hoy, esos números colapsaron a solo 26 MMm3/d de producción y 13 MMm3/d de ventas externas.
"El MAS de Evo se dilapidó 13 trillones de pies cúbicos de gas, no repusieron reservas y por este camino vamos a tener que importar gas de Argentina en 2028. En litio pasó lo mismo, tratamos de desarrollarlo bajo las reglas del Estado, que invirtió más de 1.100 millones de dólares en estos años y no produce ni un gramo de litio", afirmó el ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual director de Gas Energy Latin America, Álvaros Ríos Roca, en diálogo con Forbes.
El vacío generado por Bolivia fue ocupado por la Argentina en materia de gas natural, donde la producción creció un 22% en este lapso, alcanzó los 143 MMm3/d en el promedio del primer semestre del 2025 y promete seguir creciendo para generar saldos exportables más robustos hacia Chile, Brasil, Paraguay, Uruguay, la propia Bolivia y mercados más lejanos mediante el GNL.
En litio, el liderazgo regional fue asumido por Chile que llegó a una producción de 260 mil toneladas de (LCE) y, en menor medida, por Argentina. Que arrancó más tarde, pero en los últimos años creció a una tasa mucho más alta que Chile, multiplicó por siete su producción y ahora promedia casi las 100 mil toneladas.
Este cuadro podría modificarse con la llegada de un nuevo gobierno que interrumpirá dos décadas de socialismo boliviano y promete una oleada de reformas pro mercado que incentiven las inversiones en ambas áreas.
"El partido de Quiroga está más volcado hacia una apertura parecida a la de Milei con mucho mayor presencia de inversiones y un achicamiento del Estado. Rodrigo Paz tiene una propuesta menos agresiva, con oportunidades hacia el sector privado, pero con un rol del Estado relevante. De todas maneras, en los dos casos se espera un cambio hacia un modelo más de empresas, inversiones y seguridad jurídica", explicó Ríos Roca sobre los dos candidatos que llegaron al balotaje.
Gas: ¿oportunidad o amenaza?
Para el experto, Bolivia cuenta con 12 o 15 estructuras listas para ser exploradas en el subandino sur, con un potencial de reservas mayor a un cuarto de trillón de pies cúbicos. Aunque será un proceso que tomará su tiempo y que no llegará a topear la capacidad de evacuación de sus caños a Brasil que llegan a 36 MMm3/d.
"Bolivia no es una competencia para Argentina, es más un potencial cliente y la llave para llegar a Brasil. Subir la producción local va a tomar mucho tiempo. Yo estimo que el nuevo gobierno va a querer establecer una tarifa en los gasoductos que estimule el tránsito por Bolivia hacia Brasil. Porque, si no lo hace, no se van a desarrollar los ductos del lado argentino. Tenemos que ser lo suficientemente astutos de dar garantías para las productoras argentinas, para los consumidores brasileros y para el mercado boliviano", agregó el consultor.
El gran limitante para que Argentina se convierta en un proveedor de gas relevante para Brasil es la construcción de infraestructura asociada que ronda en una inversión de 2.500 millones de dólares para poder llegar a la frontera con un volumen significativo.
Ese monto solo se va a desembolsar si está la seguridad jurídica necesaria que garantice un contrato a largo plazo con los compradores brasileños. Cosa que sólo sucederá cuando los tres países acuerden reducir sus tarifas de transporte y sus impuestos. Caso contrario, nunca se llegará a un precio competitivo a la puerta de las industrias de San Pablo.
"El cambio de signo político en Bolivia implica una mayor apertura hacia capitales privados y se podrían articular negocios de oportunidad para exportar usando esos caños. Creo que va a haber más afinidad con las actuales autoridades argentinas. Pero a mediano y largo plazo, hay que ir a un mercado regional de gas y electricidad que va a beneficiar a toda la región. Una región integrada nos da oportunidades de negocios a todos", sostuvo el ex secretario de Energía, Daniel Montamat.
El caso opuesto es Brasil, que tenía un vínculo político muy estrecho con la administración de Luis Arce, aunque los principales analistas no auguran un conflicto, salvo posibles excepciones. "Ninguno de los candidatos planteó una enemistad con Brasil y es difícil que eso suceda. Salvo un escenario en el que Evo Morales sea detenido. Ahí Lula podría comprar el relato de lawfare y apoyarlo. O que Bolivia tenga un alineamiento muy estrecho con Donald Trump. Eso también podría generar resquemores con Brasil", opinó el analista político Marco Bastos.
Otro enigma que plantea Bastos a la hora de proyectar un sendero de reformas pro mercado que estimulen la integración energética regional es la postura históricamente conflictiva de las bases sociales del masismo. "La historia de Bolivia y muchos países de América del Sur con un gobierno de derecha, muestran que los movimientos sociales pueden hacer marchas muy violentas, cortes de ruta y movilizaciones que compliquen la gobernabilidad", añadió.
El futuro del litio
A pesar del atraso de Bolvia en materia de litio, hay consenso de que se trata del país con mayores recursos a nivel global. Con lo cual, tarde o temprano podría convertirse en un jugador importante del sector.
"El salar de Uyuni es el más rico del mundo en su concentración de litio en salmuera. Si se introducen las reformas necesarias puede atraer muchas inversiones. Sin embargo, ello lleva mucho tiempo y confianza en que todas esas reformas se van a sostener", manifestó Saúl Feilbogen, abogado y Socio de Vitale Manoff & Feilbogen.
En consecuencia, el experto subrayó que "lo importante es que Argentina ya se ha consolidado como productor mundial y al jugar en esa liga debe buscar mantener la delantera. Por ello no debería cargar el sector de impuestos y restricciones. Sería conveniente eliminar las retenciones", concluyó, en ese sentido.
 
 
 
 
 
“CHILE NO PUEDE SEGUIR CEDIENDO”: DURANA RECHAZA ACUERDOS CON BOLIVIA POR AUSENCIA DE COMPROMISOS Y ACUSA FALTA DE COOPERACIÓN BILATERAL
 
Vilas Radio de Chile (https://n9.cl/drsnb)
 
En el marco de la revisión de dos convenios de cooperación con el Estado Plurinacional de Bolivia, el senador José Durana manifestó su rechazo a la aprobación de estos acuerdos, argumentando que no existe reciprocidad por parte del país vecino en materias clave como migración, seguridad y comercio.
“Hay que vivir en el norte, hay que convivir con nuestros países vecinos. Es bien fácil, a dos mil cien kilómetros, querer dictar políticas públicas”, afirmó Durana, subrayando que la realidad fronteriza es distinta a la percepción centralista del país.
El parlamentario cuestionó duramente el rol de Bolivia en la gestión migratoria y de seguridad. “El Estado boliviano no ha cumplido con su deber de reconducir a los migrantes que ingresan de forma irregular a nuestro país. Tampoco ha asumido responsabilidad en el robo transfronterizo de vehículos, ni en el control de plagas y riesgos sanitarios, como el ingreso de un millón de huevos que afectan directamente nuestra zona zoosanitaria”, denunció.
Durana también apuntó al desinterés de Bolivia en combatir de manera efectiva el narcotráfico y el contrabando, problemas que impactan directamente a Chile. A ello sumó críticas a las falencias en seguridad vial, señalando que “conductores en manifiesto estado de ebriedad provocan accidentes y dañan la fauna y flora de nuestro sector altiplánico”.
Uno de los convenios más cuestionados por el legislador fue el relativo a la homologación de licencias de conducir. “No podemos validar licencias emitidas en condiciones que no ofrecen garantías mínimas de seguridad, ni asegurar que cumplan con estándares equivalentes a los nuestros”, sostuvo, recordando incluso que en Bolivia existían ofertas turísticas para obtener documentación y trámites migratorios con destino a Chile.
Finalmente, Durana fue categórico en su posición, señalando que, “la reciprocidad no puede basarse en acuerdos que comprometan la seguridad y el interés nacional, mientras Bolivia no cumpla con sus obligaciones fundamentales. No corresponde que Chile continúe avanzando unilateralmente en este tipo de convenios, por eso voto en contra”.
 
 
 
 
 
BOLIVIA: LA EXPANSIÓN AGRÍCOLA DETRÁS DE LA CRISIS DE INCENDIOS FORESTALES
 
Radio Francia Internacional (https://n9.cl/95y5p8)
 
El gobierno decretó el Estado de Emergencia Nacional ante el avance de los incendios forestales en varias regiones del país. Juan Pablo Chumacero, investigador en temas agrarios y director de la Fundación Tierra, estima que el sistema de producción agrícola y ganadera, ligado a cultivos como la soya, el sorgo, el azúcar y el maíz, contribuye al agravamiento de este fenómeno.
Hasta este miércoles se registraban 720 focos activos de fuego, de los cuales 540 estaban en Santa Cruz y 140 en la región amazónica de Beni. Los incendios incluyen reservas naturales consideradas patrimonio ambiental. Tras decretar la Emergencia Nacional, el gobierno podrá movilizar recursos humanos, financieros y la cooperación internacional para afrontar una crisis que ya ha arrasado miles de hectáreas y pone en riesgo a comunidades enteras.
En 2024, Bolivia sufrió un récord histórico de devastación, con más de 12 millones de hectáreas quemadas —equivalentes a aproximadamente el 11% del territorio nacional— como consecuencia de los incendios forestales.
Juan Pablo Chumacero explica el origen de estos incendios: "En los últimos cinco o seis años hemos tenido incendios de tamaño totalmente desastroso en Bolivia. Esto ha generado una serie de alertas y preocupaciones de la sociedad civil, de las ONG, de la cooperación internacional, de la justicia ambiental y también de los distintos niveles de gobierno. A pesar de ello, a pesar de existir una serie de normativas que pretenden frenar los incendios —ya que muchos son ocasionados por mano humana con el fin de ampliar la frontera agrícola o buscar maneras de enriquecimiento rápido a costa del bosque y la tierra—, se siguen dando situaciones en las que la gente vuelve a quemar".
Priman los intereses económicos de la industria agrícola
Según Chumacero, los intereses económicos de corto plazo se han impuesto en la agenda política, en detrimento del medio ambiente: "Lo que está detrás de estos incendios forestales es un sistema de producción agrícola y ganadera ligado a bienes de exportación como la soya, el sorgo, el azúcar, el maíz y también la carne vacuna. Este modelo se utiliza desde hace 40 años. El crecimiento del sector depende de ampliar la frontera agrícola, de deforestar y habilitar nuevas tierras de cultivo. El sector agroindustrial, agrícola y ganadero es grande, tiene poder y hasta ahora ha mantenido una relación de trabajo en concordancia con el gobierno. Por esta razón, no se ha planteado de manera seria un cambio de modelo que suponga dejar de expandir la frontera agrícola recurriendo a estos métodos. Lo que tenemos es una política que más bien facilita la expansión mediante la quema y la deforestación".
Hasta el momento se han realizado 52 operaciones contra los incendios forestales, con la participación de más de 900 personas, entre ellos bomberos, militares y miembros de diferentes instituciones.

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