ASÍ SE CONVIRTIÓ EVO MORALES A EL MATADOR DEL MAS
Embriagado
por el poder y su enorme ego, el «jefe» Evo Morales logró borrar su propio
movimiento MAS del mapa político de Bolivia después de que el partido dominara
el país durante 20 años. El ganador: la democracia boliviana, escribe el autor
y periodista Carlos Decker-Molina.
Sin
duda, el MAS fue el partido más grande del período posterior al movimientismo
(Movimiento Nacionalista Revolucionario – Revolución de 1952). Llegó a dominar
totalmente la política boliviana durante dos décadas.
Las
elecciones del pasado 17 de Augusto eliminaron al MAS del mapa político. Sin
embargo, la agonía comenzó cuando Evo Morales salió al exilio
mexicano-argentino después de la fraudulenta reelección de 2019, que algunos
califican de “golpe”, a pesar de que la Asamblea Legislativa continuó
funcionando con una mayoría de dos tercios del partido supuestamente
“golpeado”: el MAS.
Arce,
la segunda edición
Luis
Arce, candidato que Morales “eligió” desde su exilio en Argentina, fue su
primer error, porque desoyó a las bases. Sin embargo, el liderazgo de Morales
era tan fuerte que se obedeció, aunque a regañadientes. Ya entonces se
perfilaban dos figuras importantes que resistieron al gobierno de Jeanine Añez:
Eva Copa y Andrónico Rodríguez. La primera, como presidenta de la Asamblea
Legislativa; el segundo, como organizador de la resistencia en el Chapare.
Eva
Copa fue expulsada del MAS, mientras que Andrónico asumió la presidencia del
Senado gracias a la victoria electoral de Arce, quien ganó con más del 50%.
Pero ese porcentaje no significaba votos para Evo Morales: el electorado
comenzaba a sentir cansancio hacia el “jefazo”. Fue un voto para el instrumento
político, es decir, para el MAS.
La
guerra fratricida entre Morales y Arce empezó temprano. Arce no aceptó tener a
Evo detrás del trono. La separación fue lenta, pero culminó en una ruptura
inevitable.
Ante
las elecciones
El
gobierno de Arce —lo dicen todos— fue un desastre no solo político, sino
también económico. Los bolivianos no tenían carburantes, los precios de la
canasta familiar subían de un día para otro y la inflación se mezclaba con la
escasez. El pueblo en general —los de arriba y los de abajo— señalaba con el
dedo acusador al gobierno del MAS.
Arce
y su vice presidente Choquehuanca declinaron ser candidatos del partido y
eligieron a Carlos Eduardo del Castillo, exministro de Gobierno.
Evo
Morales, que tenía todo en contra —desde acusaciones judiciales de pedofilia
hasta la exclusión de su candidatura por el Tribunal Electoral—, pudo haber
salvado, aunque herido, a su movimiento eligiendo a Andrónico Rodríguez como
candidato. Pero el líder cocalero, embriagado de poder y con un ego gigantesco,
se prefirió a sí mismo. Quiere volver al poder, sea con el MAS o sin él, porque
como todo caudillo se cree irremplazable.
Los
tres MAS
El
resultado fue una campaña electoral con tres «MAS» diferentes:
• Una fracción fue el MAS de Arce: su
candidato Castillo apenas obtuvo el 3,2%.
• Otra, la de Andrónico Rodríguez,
alcanzó el 8,2%.
• Y los votos nulos auspiciados por Evo
Morales llegaron al 19%.
Juntos
habrían sumado poco más del 30%, lo suficiente para llevar al MAS (aunque bajo
otra sigla) al balotaje, incluso sin contar los votos de Castillo. Andrónico,
con el apoyo de su maestro, pudo haber pasado a segunda vuelta.
Por
eso sostengo que Evo Morales mató al MAS, y el entierro se celebró el 17-A. El
30% de los indecisos no votaron “étnicamente” por Andrónico, votaron contra el
MAS, aunque muchos de ellos lo habían apoyado en el pasado.
Ese
30% representa a los nuevos bolivianos: la choledad variopinta del país, una
juventud cansada de las divisiones entre q’aras y tharas, cuando todos somos
mestizos (cholos), y harta de viejas figuras políticas incapaces de comprender
que Bolivia cambió en estos 20 años.
Ese
30% es la nueva ciudadanía en ascenso.
¡Felicitaciones,
Bolivia, por resolver tus entuertos democráticamente! Global bar Magazine (https://n9.cl/3n04x)
DE
SER EL HOMBRE MAS PODEROSO DE BOLIVIA A ESTAR PROFUGO EN EL MONTE, EVO MORALES
PREPARA SU RESISTENCIA
La
Nación de Argentina (https://n9.cl/hpao9)
Hace
apenas seis años caminaba por los salones del Palacio de Gobierno de La Paz,
siempre custodiado por la elegante escolta presidencial, conocida como los
“Colorados”, que visten chaqueta y kepi rojo, adornado con un delicado plumón
con los colores de la bandera de Bolivia.
Hoy,
para llegar al expresidente Evo Morales (2006-2019) en este pueblo de Lauca Ñ
(“Lugar de pescados”, en idioma yurakaré), en el monte del Trópico de
Cochabamba, hay que atravesar al menos dos retenes de control formado por
campesinos y campesinas, que usan sombrero de paja, revisan a cada persona y
vehículo que se acerca a lo que ellos llaman “Estado Mayor del Pueblo”, y
tienen como “armas” unos palos largos de madera que ostentan habitualmente en
sus marchas.
“¿Quiénes
vienen a bordo?“, interrogó una campesina del retén al chofer de la camioneta
de partidarios de Evo que trasladó a LA NACION y otros reporteros los dos
kilómetros que separan Lauca Ñ de Shinahota -otra pequeña ciudad cercana-.
“Periodistas internacionales”, respondió el chofer, a lo que la campesina dio
el visto bueno para el ingreso a la zona bajo su control.
Ya
en el salón donde se realizó la entrevista, el expresidente Evo Morales explicó
a LA NACION que el establecimiento de esos retenes no fue una decisión suya
sino una medida de seguridad de los dirigentes de las Seis Federaciones del
Trópico de Cochabamba, que representa a los productores agrarios y cocaleros de
la región.
“Lo
decidieron ellos después del intento de asesinato contra mi persona ocurrido
muy cerca de aquí el 27 de octubre del año pasado, justo un día después de mi
cumpleaños 65″, comentó. “Me dispararon por lo menos tres balazos a la
camioneta, pum, pum, pum”, agregó.
Convertida
en su fortaleza con sus propias “fuerzas de seguridad”, que no controla el
Estado, Morales está refugiado en esta localidad de Lauca Ñ, de donde
únicamente sale para algún acto político en las cercanías, o para votar el
pasado domingo, mientras se encuentra en calidad de prófugo de la Justicia.
En
diciembre del año pasado, la fiscal departamental de Tarija dictó una orden de
arresto por “trata de personas agravado” contra el exmandatario por un caso
ocurrido en 2015 cuando estaba en el gobierno, con una menor con quien
presuntamente tuvo una hija.
Morales
fue imputado junto con los padres de la presunta víctima, Idelsa Pozo Saavedra
y Emeterio Vargas Mamani.
Según
la fiscal, los padres de la menor tenían “el único propósito de escalar
políticamente y obtener beneficios... a cambio de entregar a su hija menor de
edad”.
El
refugio de Evo Morales
Hasta
ahora el gobierno del presidente Luis Arce se abstuvo de ir a detenerlo para
evitar un choque con los seguidores. Y la cuestión del eventual arresto de
Morales es uno de los conflictos que heredará el próximo gobierno.
En
la entrevista con LA NACION, el expresidente no esquivó el caso y explicó por
qué no se entrega a la Justicia.
Pero
se mostró mucho más interesado en hablar de cuestiones políticas y celebrar
como un “éxito del pueblo” el 19,2 % de respaldo que tuvo este domingo su
consigna de anular el voto, una iniciativa que, según el conteo rápido, se
ubica como la tercera más popular, detrás del amplio respaldo que obtuvo el
candidato Demócrata Cristiano, Rodrigo Paz Pereira, que alcanzó el 32,14 %, y
el expresidente y candidato de Alianza Libre, Jorge “Tuto” Quiroga, con el
26,81% . Los dos irán a un balotaje el 19 de octubre.
Como
el voto nulo no es tenido en cuenta a la hora de los cómputos, el porcentaje
que obtuvieron todos los candidatos es en realidad bastante menor. Pero
1.246.836 de personas anularon su voto, como pidió Morales, lo que lo ubica
algunos miles de votos por debajo del respaldo que recibió Quiroga, 1.356.370.
De
todas maneras, durante toda la entrevista, Morales sostuvo que finalmente el
voto nulo quedará en “el segundo lugar”.
El
apoyo a su iniciativa de anular el voto fue la segunda gran sorpresa de esta
elección, junto al inesperado triunfo del “tapado” Paz Pereira, al que ninguna
encuesta dio como ganador.
Envalentonado
por este apoyo, Morales advirtió a LA NACION: “Si el próximo gobierno se atreve
a tocar los cambios sociales que hicimos durante mi gobierno con el MAS, vamos
a organizar la resistencia civil”.
Esa
misma ambición de perpetuarse como figura central de la política boliviana fue
la que determinó su auge y caída en estos veinte años. En 2006 se convirtió en
el primer presidente indígena, con el 54% de los votos. Revalidó ese mandato
con el 64% de apoyo en 2009 -el mismo año en que reformó la Constitución para
crear un Estado Plurinacional-, y nuevamente obtuvo el 61% en 2014.
Cuando
su figura comenzó a decaer con las primeras señales de la crisis económica, y
aunque en 2016 un referéndum rechazó su posibilidad de la reelección, volvió a
buscar ser candidato en 2019, en unos comicios que terminaron siendo anulados
por las denuncias de fraude. Y la crisis política determinó su salida y exilio.
Ahora
que su antiguo partido, el MAS, quedó fragmentado en varias agrupaciones de
“traidores” -según Morales- que obtuvieron un respaldo mínimo este domingo, el
19% de apoyo a la consigna de voto nulo vuelve a dar esperanzas a su histórica
ambición de poder.
Llegar
a Lauca Ñ
Llegar
hasta Lauca Ñ no es tarea fácil. Desde Cochabamba -la cuarta ciudad más poblada
del país, con 900.000 habitantes- son casi cuatro horas de un camino de montaña
en muy mal estado, con sectores donde la ruta se ha desmoronado hacia el vacío.
Luego
de cruzar esa fría Cordillera del Tunari, con alturas que superan los 5000
metros, donde las nubes quedan por debajo de la carretera, en la última hora de
viaje se llega a la calurosa zona del Trópico, un lugar mas plano y selvático,
con pequeños pueblos esparcidos a lo largo de la ruta 4.
El
camino oficial de las trafic que hacen ese recorrido desde Cochabamba concluye
en la pequeña localidad de Shinahota, de 29.000 habitantes. Los lugareños
recorren los dos kilómetros que la separan de Lauca Ñ en “mototaxi”, unas
extrañas motos que tienen una sombrilla que protege del calor la zona al
conductor, y que se extiende en un volado plástico hacia atrás para dar sombra
también a los pasajeros.
Pero
esta vez, para la entrevista, la guardia oficial que custodia a Evo prefirió
fijar un punto de encuentro con la prensa en Shinahota, y hacer luego el
traslado en camioneta a Lauca Ñ para agilizar así el paso a través los retenes.
Ya
dentro del predio custodiado por los campesinos, LA NACION fue recibida por
Ramiro García, director de la Radio Kawsachun Coca (en quechua “Que viva la
coca”). La emisora fue creada en 2006, el mismo día que Morales cumplió 47
años, y es la radio oficial del evismo, con un amplio alcance por FM en toda la
región y por streaming en La Paz.
García
explicó que la mayoría de los campesinos del lugar pertenecen a la comunidad
yuki y yurakaré, y su actividad principal es el comercio y el cultivo de coca,
banana y piña. De hecho, a dos cuadras del lugar se podía ver un “secadero de
coca”, un gran terreno en el que sobre un plástico azul había esparcidas hojas
de coca secándose al sol durante varios días. El organismo de la ONU contra el
narcotráfico sostiene que la mayor parte de la coca de la región del Chapare
“no pasa por el mercado legal”, destinado a la fabricación de té de coca,
medicinas y coca para masticar (acullicu). Aunque esa información es desmentida
por los campesinos de la región.
Despacho
“presidencial”
La
asistente de Morales hace aguardar unos minutos a LA NACION en el despacho “del
presidente” -como lo llaman sus seguidores-. Es un salón con un elegante
escritorio de madera sobre el que se apilan recortes y fotocopias de
información que Morales mostrará durante la entrevista. Detrás del escritorio
está la bandera de Bolivia y también la colorida wiphala, de los pueblos
originarios.
Justo
frente a ese escritorio hay una gran fotografía del exmandatario con los
atributos presidenciales.
Morales
aparece rápidamente por una puerta del costado, vestido con una chomba a rayas
y se muestra muy relajado durante toda la conversación. “En octubre cumplo 66
años pero sigo teniendo el pelo negro. No tengo canas porque me las quitan”,
explicó, distendido, haciendo un gesto como de depilación.
-¿Por
qué cree que tuvo tanto apoyo su consigna de anular el voto? Históricamente el
voto nulo siempre rondó el 3 % y ahora llegó al 19 %
-Esta
fue una elección sin el pueblo, una democracia sin la Bolivia profunda, sin el
elemento indígena, sin el movimiento político más grande de la historia de
Bolivia. Aquí le muestro una foto de la marcha del 16 de mayo de este año para
inscribir mi candidatura presidencial, la última marcha de nuestro movimiento
político. Según la herramienta MapChecking, ese día hubo 3,6 millones de
asistentes [los medios bolivianos cifraron la cantidad de asistentes en “unos
miles de personas”]. Entonces, si miramos que el padrón tiene siete millones de
votantes, podemos entender que muchos de esos 3,6 millones anularon su voto,
otros votaron en blanco y también algunos fueron para la fórmula Rodrigo
Paz-Edman Lara.
-¿A
qué atribuye el amplio respaldo que obtuvo Rodrigo Paz?
-La
gente dijo “No” a la traición y a la corrupción, a la derecha vieja y a la
nueva nueva derecha. Pero yo creo que ganó por Lara [un expolicía que fue dado
de baja de la fuerza en agosto del año pasado luego de denunciar hechos de
corrupción]. Paz, perdón que le diga, pero lleva encima muchos actos de
corrupción en Tarija. ¿No le llama la atención que en ese lugar donde fue
alcalde, Paz quedó en tercer lugar detrás de Samuel Doria Medina y Quiroga?
Entonces, los que lo conocen, lo conocen muy bien. Por eso creo que la clave de
la victoria es la presencia de Lara. Esa fórmula nos quitó a nosotros un mínimo
del 10% a la consigna de anular el voto.
-¿Y
cómo ve ahora el futuro del MAS, que fue históricamente su partido y esta vez
representó al oficialismo de Luis Arce, a través del exministro de Gobierno,
Eduardo del Castillo?
-La
sigla del MAS está muerta. Ahora lo que viene es el frente de movimiento
político “Evo Pueblo”. Por ahora solo sacamos el 20 %. Si Evo hubiera sido
candidato [habla de sí mismo en tercera persona], estoy seguro de que ganábamos
por el 60%. Porque la gente recuerda muy bien que en mis 14 años de gobierno
había movimiento económico, no faltaba combustible, sobraban dólares, el precio
de la comida no subía, y había crédito con cero por ciento de interés para los
pequeños productores.
-El
próximo gobierno va a heredar una profunda crisis económica, ¿qué cree que
puede pasar con la conflictividad social?
-Si
no tocan los grandes avances sociales que hubo durante mi gobierno, y los bonos
de ayuda, creo que van a poder superar bien la crisis. Pero si se atreven a
tocar esos cambios sociales vamos a organizar la resistencia civil.
-Y
en cuanto a su causa judicial ¿Qué hará si el próximo gobierno ordena
finalmente su detención?
-No
lo sé. Pero no me voy a escapar a Cuba, como andan diciendo por ahí. Además
esto es una clara persecución política. Esa chica, la supuesta denunciante que
ahora tiene más de 20 años, no ha presentado ningún cargo. Es más, ella hizo
una declaración ante el tribunal en la que dice que no fue víctima ni de trata
ni de estupro. Entonces, si no hay víctima, no hay delito.
-Seguramente
sus antiguos aliados, Lula da Silva en Brasil y Cristina Kirchner en la
Argentina, también consideraron que su procesamiento era injusto, pero se
entregaron a la Justicia y terminaron presos. ¿Por qué usted no se entrega como
ellos?
-Porque
yo no tengo garantías para mi seguridad física. Recuerde, por ejemplo, el
atentado que hubo contra mi vida de octubre pasado. Además, en Tarija, adonde
supuestamente me tenía que entregar, había 600 oficiales armados esperándome.
¿Le parece que tengo garantizada mi seguridad en ese contexto?
-Yendo
a la situación política de la región de América Latina ¿cómo ve el avance de la
derecha y lo que fue a comienzos de siglo el “socialismo del siglo XXI”?
-Aquello
fue un gran momento, con Chávez en Venezuela, Lula en Brasil, los Kirchner en
la Argentina. A mi no me preocupa tanto la situación actual. Lo veo como un
movimiento de oscilación, cuando la gente se dé cuenta de que la derecha no
soluciona sus problemas, va a volver a dar su apoyo a la izquierda. Mire lo que
pasa en la Argentina con Javier Milei. Hace poco recibí la visita de unos
parlamentarios de la Unasur y me hablaron de la grave situación económica de
los más necesitados en la Argentina. No quiero hablar de lo que pasa en otro
país. Pero esa es la realidad.
-La
última pregunta ¿sigue con la aspiración de regresar a la presidencia?
Pareciera que en Bolivia ya se le agotaron todas las vías legales para lograrlo
luego que el Tribunal Constitucional ratificó a fines del año pasado que un
funcionario no puede buscar una segunda reelección.
-Yo
sigo sosteniendo que la clave es la palabra “discontinuidad”. En ningún lugar
de la Constitución se prohíbe una nueva postulación en forma discontinua.
Entonces, con el apoyo de la gente, yo voy a seguir luchando bajo la consigna
“Evo Pueblo”.
EVO
MORALES, TRAS EL RESULTADO DE LAS ELECCIONES EN BOLIVIA: “VAMOS A HACER UN PLAN
DE RESISTENCIA”
El
ex presidente está refugiado en la zona cocalera de El Chapare tras el pedido
de detención en su contra. Recibió a Clarín, habló del próximo gobierno y las
medidas de resistencia que prepara.
El
Clarín de Argentina (https://n9.cl/7sq46k)
En
las elecciones presidenciales de Bolivia, el candidato más votado fue el
centrista Rodrigo Paz Pereira con más de 1,6 millones de votos, seguido del ex
presidente liberal Jorge "Tuto" Quiroga con 1,3 millones. El podio lo
completa el voto nulo al que llamó el ex presidente Evo Morales. Convencido de
que todos son la derecha menos él, advierte: "Vamos a hacer un plan de
resistencia a implementación de cualquier modelo neoliberal o la presencia
norteamericana o la DEA".
Clarín
viajó hasta Lauca Ñ, una pequeña localidad de El Chapare, en el Trópico de
Cochabamba, donde el ex presidente se refugió tras el pedido de detención por
una causa judicial en la que lo acusan de “estupro y trata de personas”. Al
calor del agobiante clima en esa zona de producción agraria, en especial hojas
de coca, Evo Morales fustiga a su ex ministro de Finanzas y actual presidente
Luis Arce, compara el resultado de la elección con los '90, cuando la izquierda
no tenía legisladores, pero no hace autocrítica por la división del espacio.
Ahora
critica la subvención al combustible y admite un error sobre el consejo de los
asesores sobre la candidatura presidencial de 2019: "Haber aceptado que lo
decidan ellos. Fue un error. Yo tajantemente iba a rechazar".
-Celebró
el resultado del voto nulo, pero a la vez la izquierda queda sin representantes
en el Senado y con muy pocos, seis, en la Cámara de Diputados. ¿Es para
celebrar?
-No.
La izquierda no tiene ninguna representación en la Asamblea. El voto nulo ha
sido voto castigo a la vieja derecha y a la nueva derecha. La vieja derecha y
la nueva derecha con Lucho, Andrónico (Rodríguez, presidente del senado y ex
candidato presidencial).
-Si
la izquierda no tiene representación en la Asamblea Legislativa, ¿Qué camino le
queda de acá en adelante?
-Ojalá
todos los movimientos sociales se den cuenta de lo que está pasando en Bolivia.
La resistencia ha sido como antes y los gobiernos neoliberales gobernaron con
Estado de sitio, con detención, con torturas. Hemos resistido y hemos derrotado
y recuperamos la democracia. Eso se va a dar si el Gobierno, gane quien gane,
no atiende las demandas sociales. Si el Gobierno, bajo presión o sometido por
el gobierno de Estados Unidos, quita las conquistas sociales, elimina Estado
Plurinacional habrá resistencia.
-¿Qué
va a hacer usted para el balotaje? ¿Qué va a pedirle a los bolivianos? Ahora
pidió el voto nulo y logró 1.200.000 de votos.
-El
voto nulo antes era del 2% ó 3%. Ahora sacó más del 20%, y va a aumentar más
todavía, los votos del campo siguen llegando. Van a ser 1.400.00 del voto nulo,
y con el blanco más. Estamos en segundo lugar con el voto nulo ¿Cuándo se ha
visto eso? ¿En qué parte del mundo se ha visto el voto nulo, blanco, segundo
lugar? Es el primero.
-¿Tras
el balotaje del 19 de octubre Evo Morales va a reconocer al ganador del
balotaje como presidente de Bolivia?
-Mira,
los resultados... Nosotros vamos a votar, pero no vamos a elegir.
-¿Si
Bolivia elige a uno de estos dos candidatos usted lo va a reconocer como
presidente?
-En
todo caso es gobierno finalmente, pues. ¿Por qué se pregunta eso? Es el
resultado. Lamentablemente es una elección viciada nulidad y sin legitimidad.
Uno de ellos, el que sea presidente, tendrá el 70% en contra de ellos. Sí, el
70%.
-Pero
la segunda vuelta le va dar esa legitimidad porque...
-La
segunda vuelta, ¿Qué legitimidad? En una coalición de partidos de pega, se
reparten ministerios. Ya algunos estarían negociando ministerios, es la
democracia pactada. En esa democracia pactada nunca vi gestión pública. Los
ministros no responden al Presidente sino al jefe de su partido. Ahí nunca hay
gobernabilidad. Eso se va a dar ahora.
-¿Le
va a ir mal al próximo gobierno?
-Ojalá
le vaya bien. Si atiende la demanda del pueblo, si respeta la soberanía, la
dignidad, si no elimina las conquistas sociales, programas sociales. Ojalá
mejore, porque con Lucho Arce, ni un bono, nada.
-El
voto nulo le da más porcentaje a los ganadores. Su jugada de pedir ese voto lo
levantó como líder de la izquierda pero le dio más porcentaje a los otros
candidatos.
-Los
candidatos eran la vieja derecha y la nueva derecha. ¿Por quién vas a votar?
Nosotros votamos, pero no elegimos.
-¿No
había otro candidato posible para poder competir?
-Te
estoy explicando. Son de la derecha. ¿Qué más que puedo explicar?
-No,
suyo. ¿No hay otro nombre de su espacio, que no sea usted que estaba
imposibilitado?
-Mira,
nos robaron la sigla. Nosotros manejamos reuniones más de 1.500, 1.600
dirigentes. Todo el día con debate. Han ratificado: 'Evo presidente'. Yo dije
hay que había que buscar otro alternativo. 'No, Evo presidente', dijeron. Saben
que con otro tampoco ganábamos. ¿Y por qué con Evo ganamos? Todo el pueblo, los
empresarios, recuerdan los 14 años (Morales gobernó entre 2006 y 2019). 'Evo
nos va a salvar otra vez'.
-¿En
cinco años se va a volver a presentar?
-No
sé, no puedo decir eso.
-Pero
si las personas que están con usted, le vuelven a insistir para que sea
candidato, ¿Lo va a evaluar?
-Pensar
a 5 años.... Lo que sí, soy sincero, primero vamos a hacer un plan de
resistencia a implementación de cualquier modelo neoliberal o la presencia
norteamericana o la DEA. Segundo, un plan de resistencia para defender todas
las conquistas, los bonos, rentas, que no se privatice la salud, ni la
educación porque han planteado su pretexto de descentralización y eso es
privatizar la salud.
-¿Cómo
es el plan de resistencia? ¿En qué puede consistir?
-El
pueblo se moviliza de tantas formas. Te estaba explicando, yo marché de aquí a
La Paz, de Cochabamba a La Paz, marchas pacíficas. Hay tantas formas.
-Si
Usted le hizo bloqueos al gobierno de Arce por sus políticas. ¿Qué se puede
esperar en el próximo gobierno si va a hacer un ajuste?
-Por
favor, no es Evo Morales. ¿Evo qué va a bloquear? El movimiento campesino,
otros sectores, automáticamente se movilizan con o sin dirigente, por favor.
Otra cosa es que satanizaron "Evo bloqueador". Por favor, yo nunca he
estado de acuerdo con bloqueos de caminos.
-Pero
si Usted da una orden de que no se bloqueen, ¿Cree que no le harán caso?
-Yo
he dado la instrucción: 'Levanten el bloqueo'. Y nada. Mis luchas, de cuando
solo era dirigente sindical, son marchas de aquí a La Paz. Marchas desde
Cochabamba, esa es la mejor lucha. Así gané la confianza del pueblo boliviano,
no bloqueando. A veces las bases te rebasan. No pueden decir que Evo es
bloqueador, por favor.
-No
dije eso, pero insisto. Si no tienen representación en la Asamblea, ¿Cómo van a
hacer con las demandas?
-Desde
el '85 hasta el ´97, no teníamos ningún representante en la Asamblea. No hemos
muerto, no se ha eliminado (a la izquierda). El movimiento social organizado
resiste, se defiende, defiende sus reivindicaciones. Gobernarán con Estado de
sitio, será con persecución, con confinamiento, con expulsión. Se repetirá la
historia, pero el pueblo boliviano se va defender.
-Está
acá en El Chapare con un pedido de captura por una causa de estupro en la que
Usted tiene que ir a declarar. ¿Por qué no no se presenta declarar?
-Ya
me acusaron de esto en 2019. (Jeanine) Añez investigó todo 2020 y no me ha
encontrado nada. Cuando se inventa y no se encuentra nada, tema cerrado. Si no
hay víctima, no hay delito. Un policía inventa algún informe y la compañera esa
había mandado un memorial al funcionario fiscal, no ha habido trata y nada. Ese
es un tratamiento político y punto, no quiero hablar de eso, por favor.
Cerrado. Si no hay víctima, no hay delito. Norma universal.
-Si
es inocente, ¿Por qué no se presenta? ¿Teme que lo detengan?
-El
ministro de Gobierno de Arce dice: "Le esperan 600 policías, 200
militares". Dígame, por favor qué quiere decir eso.
-¿Teme
que con el cambio de gobierno intenten venir a buscarlo acá?
-Nunca
tengo miedo. Nunca he tenido miedo, excepto un golpe. Aquí me salvaron 10.000
compañeros. Esos 10.000 compañeros tomaron el aeropuerto. La reacción de los
compañeros era para salvar la vida.
-Pero
si de golpe dice que lo quieren venir a buscar acá, ¿Qué va a pasar?
-Se
encontrará con el pueblo. Aquí, los primeros meses, cada noche había drones,
dos, tres drones. Los compañeros combatiendo con petardos. Saben que los
compañeros están organizados para defendernos.
-Puede
terminar en en un episodio muy violento.
-No.
Pacífico, como están viendo.
-Digo
que si vienen a buscarlo y lo quieren defender.
-Cuando
fue el golpe de Estado en cinco, diez minutos minutos, todo el Trópico estaba
tapado, y toda Bolivia. Esa es la historia.
-Tapado
de gente que lo defendió usted.
-Claro.
Se movilizan para organizarse. ¿Y por qué aquí estamos bien organizados? Por
encima de nuestra pobreza primero está nuestra dignidad, nuestra soberanía. Nos
hemos defendido aquí sindicalmente, con el poder comunal y social. Hemos
derrotado todos los programas contra el movimiento campesino.
-¿Cree
que en Venezuela finalmente hay democracia? Algunos presidentes
latinoamericanos de izquierda como Petro o Lula no han reconocido a Maduro
porque no mostró las actas.
-Cuando
un gobierno es antiemperialista, le buscan todo. Para mí una democracia
profunda es la de Cuba. Me ha sorprendido. Los barrios debaten quién iba a ser
su candidato a la asamblea. Debaten, debaten. Cada uno tiene su forma de
democracia. Venezuela, mira, en esta última elección de los 25 gobernadores,
(el oficialismo) ganó 24.
-Pero
en la presidencial del año pasado Maduro no mostró las actas por eso los
líderes de izquierda de la región como Petro o Lula, Boric...
-Boric
es derecha, pues. Aquí no vamos a engañarnos. Durante la campaña de Boric
estaba en Argentina. Leí su programa y discutí con algunos dirigentes
sindicales y algunos políticos de izquierda de Argentina. Les decía:
"Boric es derecha". Y me respondían: "No, Evo. Por favor, no
digas. No es derecha, es socialista". Cada uno tiene su propia
interpretación. Para mí, yo he estado tantas veces en Venezuela, hay
democracia, se elige.
ULTRADERECHA
GANA TERRENO EN BOLIVIA. DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS DE MUJERES EN RIESGO
Cimac
Noticias de México (https://n9.cl/nss0d)
Este
pasado fin de semana se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en
Bolivia cuyos resultados favorecieron a dos candidatos de derecha, Rodrigo Paz
Pereira del Partido Demócrata Cristiano y el expresidente conservador Jorge
Tuto Quiroga, quienes se disputarán el triunfo el próximo 19 de octubre de este año, lo que marca un momento
histórico para el país latinoamericano, puesto que da fin a 20 años de
gobernanza de la izquierda.
Ambos
candidatos se perfilan a una siguiente vuelta pero no han presentado ninguna
agenda enfocada en derechos humanos de las mujeres, niñas y adolescentes en
Bolivia quienes representan la mitad de la población alcanzando los seis
millones, por el contrario, sus propuestas han endurecido la agenda
conservadora.
Por
ejemplo, Rodrigo Paz tiene un proyecto llamado ‘Capitalismo para Todos’, un
establecimiento que tendrá complejidad de adaptar en un país cuya población
indígena es del 40% y donde existen 36 pueblos reconocidos siendo el Quechua y
el Aymara en los Andes occidentales quienes tienen una cosmovisión ajena al
sistema capitalista.
Además,
Paz, ha reiterado en constantes apariciones pública su prioridad de retomar la
relación con Argentina, es decir, de ganar la presidencia estrecharía lazos con
Javier Milei tras años de una relación que estuvo rota por la izquierda
boliviana de Evo Morales.
Por
su parte, Jorge Tuto Quiroga, este hombre conservador y considerado neoliberal
ha planteado en su campaña que implementará un recorte del gasto público no
visto antes en ese país y ha mencionado que sería al estilo de Milei.
Este
giro político ha despertado una alerta sobre posibles retrocesos en materia de
derechos humanos en favor de las mujeres bolivianas, ya que históricamente han
enfrentado barreras que impiden el ejercicio pleno de sus derechos y en estas
elecciones denunciaron que durante las campañas electorales los candidatos se
centraron en la crisis económica y política que atraviesa el país y evitaron
dar agenda para erradicar la violencia que viven las mujeres, niñas y
adolescentes, pese a la alza de casos de feminicidio que enfrentan.
Según
datos de la Fiscalía General de Estado de Bolivia, el primer trimestre de este
2025, reportó que tenían registrados 19 casos de feminicidio y seis
infanticidios, siendo el departamento de La Paz el que más casos acumula.
Aunque ese país tiene la Ley 348 el cual castiga este tipo de violencia contra
mujeres, no es suficiente para erradicarla.
Otro
tema de relevancia son los derechos sexuales y reproductivos, en Bolivia,
porque el aborto sigue restringido, solo es legal en casos de violencia sexual,
incesto y riesgo inmediato para la salud o la vida de la mujer, dispuesto en el
artículo 266, capitulo 2 del Código
Penal, modificado por última vez en el año 2014.
Por
lo que estas restricciones han mantenido consecuencias graves, hoy en Bolivia,
el aborto es la tercera causa principal de muerte materna, aproximadamente de
30 a 40 mil mujeres abortan cada año, la mayoría lo hacen de manera clandestina
y en condiciones inseguras para su salud, además se tiene un registro de 538
defunciones de mujeres a consecuencia de complicaciones durante el embarazo,
parto y post parto, según el Estudio de Mortalidad Materna de Bolivia del
2011.
Las
mujeres que se encuentren bajo las causas señaladas tienen el derecho de acudir
a establecimientos de salud públicos y solicitar el servicio de Interrupción
Legal del Embarazo (ILE) pero con documentos que acredite su situación, por
ejemplo: una copia de la denuncia realizada ante algunas de las fiscalías o
autoridad, o bien, un diagnóstico médico que indique la situación de riesgo del
embarazo.
Si
no es el caso, el aborto es castigado de seis meses a dos años de prisión,
indica el artículo 265 del Código Penal de Bolivia.
Por
otra parte, la agenda país «por una Bolivia con igualdad» desde las miradas de
las mujeres, documento elaborado por más de 50 organizaciones de la sociedad
civil, que se enfoca en cinco pilares: justicia económica y sociedad del
cuidado; justicia ambiental con justicia de género; justicia social y una
sociedad sin violencias; autonomía del cuerpo: derechos sexuales y derechos
reproductivos y democracia paritaria e intercultural; manifestaron que aún
persisten grandes problemáticas que afectan la salud y vida de las mujeres,
como las altas tasas de morbilidad y mortalidad materna derivadas del embarazo
infantil o adolescente y el aborto
inseguro.
Según
sus datos en el año 2023 se registraron 35 mil 508 embarazos en adolescentes,
es decir, aproximadamente 91 menores de 19 años resultan embarazas por día en
Bolivia, muchos de estos casos como consecuencia de violencia sexual.
En
cuanto a matrimonios adolescentes, el informe defensorial “Sueños
Interrumpidos», publicado en el 2024 reportó la prevalencia del matrimonio
infantil o unión forzada temprana y estimó que
2 mil 344 adolescentes se casaron o unieron antes de los 15 años, lo que
sugiere una posible conexión entre el embarazo adolescente y el delito de
violación sexual, puesto que la
violencia sexual es el segundo delito que mayor prevale en Bolivia, y sus
principales víctimas son niñas, niños y adolescentes, según la Coordinadora de
la Mujer.
Por
ello, más de 50 colectivas feministas exigen eliminar barreras legales y
administrativas para el ejercicio pleno de los derechos sexuales y
reproductivos, además, aplicar las recomendaciones de la Sentencia de 18 de
noviembre de 2022 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH), donde
pide al Estado boliviano modificar el código penal en lo relacionado a estupro,
incesto y falta de consentimiento en casos de violencia sexual.
Ante
estas crisis que afectan directamente a las mujeres, feministas de Bolivia
denunciaron que durante las campañas electorales que se llevaron a cabo en este
año, los candidatos se centraron en propuestas sobre la crisis económica y
política que atraviesa el país y no propusieron de manera íntegra soluciones
para atender las problemáticas que afectan a las mujeres, pese a la alza de
feminicidios, embarazos adolescentes y violencia de género.
Hay
que recordar que Cimacnoticias ya había documentado la violencia contra mujeres
periodistas al documentar en Bolivia que en 2022, se registraron 202
vulneraciones a la libertad de prensa, tres veces más que en 2021. El 37% de
los casos fue por agresión a periodistas, el 12% por estigmatización, el 9% por
amenazas, el 6% por criminalización. 35 denuncias fueron reportadas por mujeres
periodistas. Los casos van en aumento y la impunidad también.
Violencia
Política
El
observatorio de género de la Coordinadora de la Mujer en Bolivia, señaló que
durante la jornada electoral 2025 existieron cinco casos de acoso y violencia
contra candidatas a la presidencia, los cuales fueron expresados a través de
discursos de odio y ataques mediante redes sociales y medios de comunicación,
lo cual mantuvo en riesgos dos candidaturas de mujeres.
Tal
es el caso de Eva Copa Murga, actual alcaldesa de El Alto, y quien fue
candidata a la presidencia por el Movimiento de Renovación Nacional (Morena),
durante su candidatura fue víctima de violencia digital, donde atacaban
directamente su vida íntima y cosificando su cuerpo, según el monitoreo de la
Coordinadora de la Mujer se identificaron expresiones que trascendieron el
discurso violento y ejerciendo violencia política extrema, lo que constituyen
delitos graves, mencionaron.
Además,
enfrentó ridiculización constante y
dudas sobre su capacidad para gobernar asociadas a su vida personal, a su
género, edad, clase y etnicidad, con el uso de términos como “imilla” o
“campesina” en el marco de discursos discriminatorios, misóginos, racistas y de
odio.
Según
ONU Mujeres, Bolivia fue uno de los primeros países de la región en contar con
la Ley Contra el Acoso y Violencia Política, que fue elaborada con el objetivo
de garantizar el ejercicio de derechos políticos a través de la eliminación de
los actos de acoso y violencia política que experimentan las mujeres. A pesar
de que es un avance importante, aún persisten obstáculos para su implementación
que dificultan la consolidación de una democracia paritaria, mencionó.
En
este escenario, la llegada de un gobierno de derecha genera incertidumbre sobre
la continuidad de políticas públicas con enfoque de género, considerando que
durante estos años de gobierno de izquierda ha sido difícil obtener garantías
para el libre acceso a una vida sin violencias de las mujeres, en esta ocasión
con gobiernos conservadores se pone en alta vulnerabilidad los derechos de las
mujeres, en especial los de las indígenas, migrantes y empobrecida.
BOLIVIA
O EL GRAN PACTO
El
Montonero de Perú (https://n9.cl/yo1e3v)
“Italia
no es Bolivia” dijo con desdén Giuliano Ferrara, ministro de Berlusconi. Al
paso salió Mario Vargas Llosa, en defensa del país altiplánico, que es 3.6
veces más grande que la Italia de hoy. En efecto, ni Italia es Bolivia, ni
Bolivia es Italia. Pero por esos curiosos vaivenes de la historia se podrían
parecer. Hoy Bolivia necesita un pacto, gane quien gane la segunda vuelta entre
Rodrigo Paz y “Tuto” Quiroga
Estamos
en Italia, en 1976. El llamado Compromiso Histórico se pone en ejecución, luego
de idas y venidas. El PCI, la DC y los socialistas, los partidos con mayor
representación política, colaboran entre ellos para evitar el desgobierno y el
autoritarismo. Berlinguer, el autor del eurocomunismo (junto a Santiago
Carrillo, que al final devino en el alejamiento de los comunistas de la esfera
soviética) ha construido el Compromiso Histórico junto a Giulio Andriotti de la
democracia cristiana. A modo de pacto o acuerdo, el Compromiso Histórico, que
sólo dura tres años y algo más, es uno de los pocos capítulos en los que la
alta política permitió la convivencia antes que la destrucción. Esto lo escribí
meses atrás.
Hoy
Bolivia necesita un pacto, un compromiso histórico “a la italiana”, en caso se
pretenda salir del evismo, cuya hegemonía ha durado más de dos décadas. Un
periodo que arranca desde antes de la llegada de Evo a la primera magistratura
allá por el 2002. Una hegemonía cultural, social y política que se quiso
extender desde La Paz al sur peruano y al mismo corazón del Chile de Boric, con
una Constitución a la “boliviana” de naciones étnicas.
¿Puede
volver Evo? Menuda pregunta. Octavio Paz dijo alguna vez que si las respuestas
no son las correctas no quiere decir que las preguntas lo sean. En efecto, la
respuesta no es si Evo puede volver sino hasta donde durará como personaje
político y cuál será el impacto de su presencia con respecto al próximo
gobierno. De momento, tanto Paz como Quiroga no pueden salir de dos temas: la
economía alicaída y el futuro de Evo. El hombre sigue siendo relevante. Es más,
el voto nulo que promovió Evo obtuvo casi 17%.
¿Por
qué ganó Paz en primera vuelta? La respuesta no es sencilla. Paz, mejor dicho
sus bases y sus candidatos, provienen del alicaído MNR, que fue absorbido
socialmente por el “evismo”. La otra respuesta es que la imagen del evismo es
más fuerte de lo que parece. Aunque su modelo económico fue primario
exportador, en la primera década de su gobierno, y a través de varios programas
sociales, el evismo sacó de la pobreza a más de 2.5 millones de personas, que
pasaron a ser una clase media emergente. En el relato “evista” hay dos ejes:
indigenismo y buen gobierno, o distribución de la riqueza. Y esa clase media
emergente ha dejado de ver al evismo y a la propia izquierda como su vínculo
directo o indirecto con el Estado. Paz puede interpelar todo del “evismo” salvo
que ahora los bolivianos pueden “comer tres veces al día”, a pesar de la crisis
económica. Contradicciones de un relato político.
Si
no hay alianza, acuerdo o compromiso histórico, el “evismo” tendría opciones.
Porque la izquierda ha comprendido que sin Evo no se gana.
AHORA
BOLIVIA ES “DEMOCRÁTICA”, CLARO, GANÓ LA DERECHA
Cuba
Informativa Tv de Cuba
(https://n9.cl/66w2d)
Ni
una sola queja de EE.UU. y de la Unión Europea (UE), tampoco de observadores
internacionales, acerca de las elecciones en Bolivia del pasado 17 de agosto.
Claro
está, ganaron en la primera vuelta los candidatos de la derecha, Rodrigo Paz
Pereira y Jorge Quiroga, quienes deberán enfrentarse en una segunda ronda,
prevista a celebrarse en octubre venidero.
Por
su parte, los derrotados aspirantes de las fuerzas de izquierda aceptaron sin
protesta alguna los resultados de los comicios, como suelen hacer los
representantes del progresismo en la Patria Grande, a diferencia de los
derechistas que cuestionan la decisión de las urnas cuando pierden.
Ahora
resulta que en lo adelante esa nación andina será ejemplo de “democracia” para
Latinoamérica porque por supuesto la gobernarán los preferidos de EE.UU.
En
los últimos 20 años Bolivia siempre estuvo en la lista negra de Washington y de
sus aliados de la UE, que incluso apoyaron un golpe de estado contra el
expresidente Evo Morales.
Desde
la Casa Blanca y del llamado viejo continente no cesaron en sembrar la
discordia en la izquierda y en los movimientos sociales del país sudamericano
durante el mandato de Morales, y evidentemente al final lo lograron.
El
progresismo en Bolivia tenía un solo antídoto, cerrar filas entre los que
deseaban lo mejor para los humildes, y hacer caso omiso a los tendenciosos.
Pero
desgraciadamente no se consiguió la unidad, sino todo lo contrario, porque sus
dirigentes protagonizaron serios enfrentamientos hasta llegar a la ruptura, que
permitirá ahora el regreso de la derecha al país.
A
Bolivia le aplicaron la misma receta que a otras naciones de Nuestra América,
donde hoy gobiernan regímenes antipopulares a la horma de los que necesita
EE.UU. en beneficio de sus intereses de dominación en la región.
El
denominado Proceso de Cambio que encabezó el expresidente Morales, y que sacó a
esa nación del listado de las más pobres de la Patria Grande, se ha ido a
bolina para desdicha de su pueblo.
Cierto
es que hoy Bolivia padece problemas económicos, como la mayoría de los países
del Tercer Mundo, que incidieron en los resultados de las elecciones, pero ya
veremos lo que sucederá en lo adelante con un régimen neoliberal.
ALTERNANCIA
EN BOLIVIA
La
Razón de México (https://n9.cl/gnw11)
Se
produjo en Bolivia lo que muchos advirtieron o pronosticaron: la hegemonía del
MAS llegó a su fin, electoralmente hablando. El candidato que provenía de esa
formación histórica, que dominó el panorama político boliviano durante dos
décadas consecutivas, Andrónico Rodríguez, quedó en cuarto lugar con un 8.2% de
los votos.
El
balotaje será decidido por Rodrigo Paz, exalcalde de Tarija y senador por ese
departamento en la Asamblea Plurinacional de Bolivia, y el expresidente Jorge
Quiroga. Si se toma en cuenta que Paz es hijo del presidente Jaime Paz Zamora y
que el tercero más votado, Samuel Doria Medina, fue ministro en los 90, cuando
se aplicaron las reformas neoliberales, habría que concluir que el triunfo
electoral de la oposición antimasista ha sido aplastante.
Ya
esa oposición regresó, en parte, al poder no hace mucho, durante el gobierno de
Jeanine Áñez entre 2019 y 2020, pero ahora lo hace con la legitimidad que le
otorga su claro triunfo en las elecciones presidenciales. Gane quien gane la
segunda vuelta, Paz o Quiroga, emprenderá un proyecto contrahegemónico. La
pregunta es hasta dónde estará dispuesto a llegar en dicha reversa.
Buena
parte de la prensa latinoamericana, en estos días, localiza en “la derecha” la
alternancia boliviana. Pero lo cierto es que Rodrigo Paz ha tenido una
evolución con momentos de acercamiento al MAS. Quiroga, en cambio, ha sido un
opositor de los gobiernos de Evo Morales y Luis Arce más vehemente.
Las
diferencias entre ambos contendientes, que tal vez salgan a flote en los
próximos meses, pasan por distintas perspectivas sobre la Constitución del
Estado Plurinacional de Bolivia, impulsada por Evo Morales y el MAS en 2009.
Quiroga se ha referido varias veces a su deseo de lograr, con el apoyo de dos
tercios de la Asamblea, no un cambio constitucional, aunque sí reformas
puntuales.
Paz
fue más cuidadoso en las primarias a la hora de hablar de cambios en la
Constitución. Sin embargo, al igual que Quiroga, se pronunció a favor de una
modificación profunda del poder judicial, que se elige de manera directa en
Bolivia. Paz buscaría una reforma constitucional que independice al aparato de
justicia de los partidos políticos y el crimen organizado, como una vía de
combate a la corrupción.
Luego
de la segunda vuelta en octubre vendrá un periodo de reconfiguración de la
Asamblea Plurinacional en busca de una nueva mayoría. Pero vale la pena
observar que en los planes de reforma de ambos candidatos no figura una
desarticulación del proyecto plurinacional, que fue el eje del cambio
constitucional de 2009.
La
alternancia en el poder en Bolivia desafía los diagnósticos más sombríos sobre
la autocratización bolivariana. Bolivia es el segundo país, después de Ecuador,
que se desgaja del bloque bolivariano. Aun así, es probable que lo haga sin
extremismos o sin la lógica golpista que predominó en ese país andino entre
2019 y 2020, cuando el fallido gobierno de facto de Jeanine Áñez.
EL
FRACASO DEL SOCIALISMO EN BOLIVIA
Bolivia,
como otros regímenes populistas, malgastó la bonanza: el MAS gobernó como si el
ciclo de precios altos fuera eterno y el Estado pudiera controlar las fuerzas
del mercado.
El
Colombiano (https://n9.cl/mmswn)
Bolivia
cerró este domingo una de las páginas más relevantes de su historia reciente.
Por primera vez en dos décadas, dos candidatos ajenos al Movimiento al
Socialismo (MAS), el mismo que reinó veinte años, pasaron a la segunda vuelta
de la elección presidencial: Rodrigo Paz, de perfil centrista, y el conservador
Jorge “Tuto” Quiroga.
Este
resultado marca el fin de una era en la que Evo Morales y su partido dominaron
la política boliviana con una hegemonía casi absoluta: a partir de noviembre de
2025 se abrirá un nuevo ciclo político y económico, el primero en una
generación.
El
mal resultado de la izquierda boliviana es, en parte, consecuencia de años de
fracturas en su interior y en parte también por la decadencia del régimen de
Venezuela que en su momento fue también sostén financiero de gobiernos como el
de Evo. En esta oportunidad, además, Evo Morales estaba impedido para
postularse debido a un fallo judicial que reafirmó los límites a la reelección
presidencial y además había sido expulsado del MAS. Razón por la cual, Morales
promovió activamente el voto nulo como forma de protesta, lo que, sumado al
voto en blanco, reunió cerca de 20% de la votación. Así, de cara a la segunda
vuelta se anticipa que Bolivia se sumará a la tendencia regional de años
recientes en la que, con contadas excepciones, la oposición resulta vencedora.
La
debacle de la izquierda boliviana tiene su origen en una razón de fondo: la
crisis económica en la que 20 años de manejos populistas han dejado al país y a
sus instituciones. Lo que para muchos defensores del “socialismo del Siglo XXI”
fue, durante buena parte de la administración de Evo Morales, una historia de
éxito económico con sello progresista, ha terminado por convertirse en otro
caso de manual sobre cómo los errores macroeconómicos, impulsados por la
obstinación ideológica, son capaces de arruinar un país.
Durante
los primeros años de gobierno, Evo capitalizó con habilidad el auge de los
precios internacionales de las materias primas. Entre 2006 y 2014, Bolivia gozó
de ingresos extraordinarios gracias a sus exportaciones de gas natural. Con
estos recursos, de manera similar a lo ocurrido en Venezuela, el Gobierno
impulsó programas sociales que redujeron la pobreza y la desigualdad, al tiempo
que promovió una política de redistribución que le granjeó popularidad y
legitimidad.
En
términos sociales, los logros fueron innegables en esos primeros años: la
economía del país creció y los sectores más desfavorecidos vieron mejorar sus
condiciones de vida. Pero esos años de bonanza escondieron la semilla de una
fragilidad estructural: el MAS nunca construyó un modelo económico
diversificado que se apoyara, además de los ingresos de los hidrocarburos, en
el fortalecimiento del sector privado, lo que volvió su modelo insostenible en
el tiempo. En lugar de reinvertir los excedentes en ampliar la capacidad
productiva, promover nuevas industrias o asegurar una transición hacia una
economía menos dependiente de los recursos naturales, Morales optó por el
populismo fiscal. Subsidios al combustible, un tipo de cambio artificialmente
fuerte y un gasto público desenfrenado crearon una ilusión de prosperidad que
dependía exclusivamente de factores externos.
Sobre
todo, la peligrosa combinación de una política monetaria rígida y un
endeudamiento externo creciente —en un contexto de caída en la producción y
exportación de gas— se volvió insostenible y llevó a Bolivia a consumir
rápidamente sus reservas internacionales para mantener su tipo de cambio fijado
en 6,96 bolivianos por dólar. Hace una década, el país tenía USD 15.000
millones en reservas; a finales de 2024, esas reservas se habían consumido
prácticamente en su totalidad, lo que se convirtió en una bomba de tiempo que
implicó un brusco ajuste e incidió directamente en la capacidad adquisitiva de
los bolivianos.
A
esto hay que sumarle el colapso de la industria del gas boliviano, resultado
directo de la reforma del sector en 2006 que desincentivó la inversión y las
perspectivas de largo plazo del sector. Con el paso de los años, sin
exploración de nuevos yacimientos, la “gallinita de los huevos de oro” de los
primeros años de Evo fue marchitándose, llevando a que incluso en los últimos
años el país se viera con retos para suplir siquiera la demanda interna.
En
resumidas cuentas, Bolivia, como tantos otros regímenes populistas, malgastó la
bonanza: el MAS gobernó como si el ciclo de precios altos fuera eterno y como
si el Estado pudiera controlar impunemente las fuerzas del mercado. Y ahora,
cuando la realidad golpea con fuerza a los más vulnerables, las consecuencias
se hacen sentir directamente en las urnas: otro ejemplo más de cómo el
populismo económico se lleva por delante a los gobiernos.
Ojalá
en Colombia no tengamos que llegar a una crisis igual de pronunciada a la que
viven ellos, ojalá a la Casa de Nariño llegue la voluntad de corregir el rumbo
que tiene al país en una situación fiscal que no veíamos desde la época de
pandemia o aún peor, desde la Guerra de los Mil Días.
EL
EJEMPLO DE BOLIVIA
Expreso
de Perú (https://n9.cl/gaa5d4)
La
segunda vuelta electoral boliviana se
definirá entre el senador Rodrigo Paz Pereira y el expresidente Jorge “Tuto”
Quiroga. Ambos —políticos de derechas— fueron los candidatos más votados el
domingo 17 de agosto, en una elección desarrollada en medio de la colosal
crisis sociopolítica-económica que ha llevado al caos a Bolivia.
Recordemos.
El partido Movimiento al Socialismo, MAS —que fundó Evo Morales— ganó las
elecciones el año 2005. A consecuencia de su incompetente, vengativa,
corruptora gestión —característica de los movimientos zurdos de esta región—
desde entonces aquello trajo como consecuencia severísimas vicisitudes
socioeconómicas que, crecientemente, ha venido soportando Bolivia. Al punto de
conducirla a la quiebra más absoluta. Como ocurrió en todos los países donde se
instalaron en la presidencia falsos gurús latinoamericanos, como ese tal Evo.
Rodrigo
Paz —quien postuló por el Partido Demócrata Cristiano— recibió alrededor de
millón y medio de votos (32,08 %
de las preferencias), y Jorge Quiroga —candidato por
Alianza Libre— algo más de 1’300,000
votos (16,94 % del
electorado), según cálculo
preliminar del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, con más
del 90 % de los votos
escrutados. Samuel Doria Medina, el candidato favorito —según
las encuestas, cada vez más venidas a menos—
ocupó el tercer lugar, seguido por Andrónico
Medina —el engreído de las
izquierdas—, quien apenas obtuvo 8,15 % de los votos. Finalmente, Eduardo
del Castillo del MAS —repetimos, partido de Evo Morales,
expulsado del gobierno por instaurar un régimen
corrupto, caótico y sin fundamentos para gobernar,
tanto que condujo a Bolivia a la quiebra más absoluta—
obtuvo 3,14 % de la votación.
El
democristiano Jorge “Tuto” Quiroga manifestó: “De ahora en adelante, Bolivia
será libre por los siglos de los siglos. Hemos hablado con fuerza, fe,
esperanza y dignidad. Hemos devuelto a todos la fe en la democracia, y en que
puede cambiarse el país con la fuerza del voto, en contra de aquellos bloqueos
y sabotajes —que tanto daño han producido a Bolivia—. Hoy ganó la democracia
boliviana”.
Este
triunfo en primera vuelta de dos candidatos no izquierdistas significa que
ocurrirá un “gran cambio sociopolítico” en Bolivia luego de casi un cuarto de
siglo de anarquía totalitaria. Finalmente, los bolivianos se preparan para
elegir un presidente que no sea de izquierda; y, además, con la cabeza bien
amueblada.
Es
una lección para Latinoamérica. Los bolivianos han venido votando
coherentemente mal, inducidos por efectos de la crisis sociopolítica-económica
que generó la izquierda. Como la que vivimos a finales del siglo pasado cuando
caímos en “default” y acabaron a zarpazos la gestión inicial de García y la
“reelección” de Fujimori. Nos tocó elegir nuevo presidente y escogimos a
Toledo, quien dio estabilidad y buenos índices socioeconómicos. No obstante,
consolidó el cáncer de la corrupción, agriando el humor ciudadano, reflejado en
sucesivas elecciones que fueron devastadoras para nuestra democracia, al
imponerse sucesivamente infames gobernantes como Humala, PPK, Vizcarra,
Castillo y Boluarte.
Recemos
para que no se repitan estos infames recuerdos y que, en adelante, nuestra
sociedad vote con la cabeza; no con el hígado, como viene haciéndolo desde
2011.
ANÁLISIS
POSTELECTORAL. NOTAS SOBRE LA TRAGEDIA POLÍTICA BOLIVIANA
La
Nueva Tribunal de España (https://n9.cl/x70bl)
La
imagen que acompaña esta nota ilustra los profundos cambios experimentados por
la Asamblea del Estado Plurinacional y el carácter catastrófico de la derrota
del MAS en Bolivia. Esta puso fin a un ciclo iniciado con el triunfo de Evo
Morales en la elección presidencial de diciembre del 2005 y su ingreso al
Palacio Quemado de La Paz el 22 de enero del 2006. Período, hay que subrayar,
en donde la hegemonía electoral del MAS fue aplastante, ganando una sucesión de
seis elecciones con porcentajes que salvo en un caso se empinaban bien por
encima del 50 % de los votos. Esta supremacía en las urnas era el reflejo de la
hegemonía política del MAS y de la capacidad de conducción del líder
indiscutido del movimiento popular, Evo Morales.
En
los casi catorce años de su gestión, interrumpida por el golpe de Estado
fascista del 10 de noviembre del 2019, la gestión de Evo cambió radicalmente y
para bien el rostro de Bolivia, dando lugar a que muchos observadores y medios
de prensa hablasen del “milagro económico boliviano”. No solo económico sino
también social y cultural, terrenos en donde los avances fueron quizás más
espectaculares que en el área económica. Pero no es este el lugar para examinar
ese fascinante proceso emancipatorio, sus grandes conquistas, así como algunos
de los aspectos más deficitarios de esos años. La urgencia de la coyuntura nos
obliga a mirar hacia lo inminente.
Más
productivo es, por eso mismo, preguntarnos que puede esperarse de un derrumbe
tan espectacular como el que se verificara el pasado domingo en las urnas, pero
que se fue gestando casi desde el momento en que Luis Arce Catacora asumiera la
presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia el 8 de noviembre de 2020. Esta
tesis, sin embargo, es cuestionada por Javier Larraín, Director de la revista
Correo del Alba cuando aporta una visión más pesimista, y probablemente más
apegada a la realidad. Larraín sitúa el origen de esta decadencia mucho antes.
Así se lo comentó a Gustavo Veiga, en una entrevista para Página/12: al decir
que: “el proceso de descomposición del
MAS comenzó en 2013, 2014 y si recordamos que en 2019 sacó la votación más baja
con Evo del 47 por ciento y (antes) había perdido un referéndum cuyo resultado
desconoció, entonces lo que hemos venido viendo es esa caída”.
Desde
ese entonces cobró ímpetus una lucha intestina por el liderazgo popular y la
conducción del proceso de cambios. Como bien lo señala Sacha Lorenti en una
nota acertadamente titulada “Autopsia preliminar de las elecciones en Bolivia”
(porque desgraciadamente el MAS, ese gran movimiento popular boliviano ha
muerto), “el gobierno de Luis Arce hizo
todo lo que estuvo a su alcance para
intentar destruir el liderazgo de Evo Morales: el robo de la sigla del
MAS-IPSP, la anulación de toda posibilidad de participación con otra sigla, la
toma violenta de las organizaciones sociales, la inhabilitación de Evo Morales,
el atentado contra su vida, la persecución y el encarcelamiento de más de cien
personas que protestaron contra la proscripción y, como fue denunciado por
Diario Red, pagos a jueces y vocales el Tribunal Supremo Electoral para sacarlo
del tablero electoral.”
Esto
es cierto, pero no puede pasarse por alto que Evo, que no por casualidad
durante su gestión presidencial era popularmente conocido como “el jefazo”,
nunca terminó de digerir la imposibilidad legal que tenía para ser candidato a
presidente en 2020 y que siempre consideró a Arce -su ministro estrella en los
años de esplendor económico, no olvidemos eso- como un usurpador por lo cual
tampoco ahorró durísimas críticas a quien por entonces ocupaba el Palacio
Quemado.
Una
interpretación más equidistante de este lamentable conflicto, iniciado como una
feroz lucha personalista por el poder y que solo en su desarrollo posterior se
convirtió en una divergencia política e ideológica más amplia, la ofrece una
nota que publicara Álvaro García Linera en vísperas de la elección boliviana y
en la cual describía esta fractura en durísimos términos: “Por un lado, un
mediocre economista que está por casualidad como presidente y que creyó que
podía desplazar al líder carismático indígena (Evo) proscribiéndolo
electoralmente.
Por
otro, el líder que, en su ocaso, ya no puede ganar elecciones, pero sin cuyo
apoyo tampoco se gana, y que se venga ayudando a destruir la economía sin
comprender que en esta hecatombe también está demoliendo su propia obra. El
resultado final de este miserable fratricidio es la derrota temporal de un
proyecto histórico y, como siempre, el sufrimiento de los humildes que nunca
fueron tomados en cuenta por los dos hermanos embriagados de estrategias
personales.”
Teniendo
en cuenta estos antecedentes, y sobre todo eso de un “miserable fratricidio”
que pone término -¿o apenas una pausa?- a una revolución en curso, le asiste
toda la razón a Carlos Figueroa Ibarra, profesor de la Universidad de Puebla,
cuando en su esclarecedor análisis de las elecciones bolivianas asegura que
tanto Rodrigo Paz Pereira -hijo del expresidente Jaime Paz Zamora (1989-1993)-
como sus contendientes, Jorge “Tuto”
Quiroga con quien eventualmente medirá fuerzas en el balotaje en caso de que este
a última hora no desista de participar debido a sus pocas chances de
triunfar, y quien llegara en tercer
lugar en la primera vuelta, Samuel Doria Medina, comparten las grandes líneas
que definirán la marcha del próximo gobierno, casi con seguridad presidida por
Paz Pereira.
Este
nuevo consenso neoliberal, como correctamente lo denomina nuestro autor,
contempla la “eliminación de la república plurinacional, la agroindustria como
el corazón de la economía boliviana, legalización de los transgénicos,
represión de la protesta social, privatización de las empresas estatales,
apertura al capital transnacional, eliminación de subsidios a los combustibles,
eliminación de la propiedad comunitaria de la tierra.” Pero, además, en el plano político, el
indulto de los golpistas Jeanine Añez y de uno de los líderes de la extrema
derecha racista y exgobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, además de
la persecución de Evo Morales y Álvaro García Linera. O sea, una pesadilla
política.
En
este lamentable escenario, habida cuenta de una muy dolorosa derrota no solo
para las clases populares de Bolivia sino que me atrevería a decir para todos
los pueblos de Nuestra América, sorprenden las declaraciones triunfalistas de
Evo Morales exaltando el 19,2 % del voto nulo que, según él, lo proyectan como
el líder de la oposición al nuevo régimen reaccionario. Pero esa euforia, que
tiene como fundamento innegable la lealtad de una parte importante del campo
popular a las directivas de Evo, oculta la inoperancia del voto nulo, su
esterilidad práctica, salvo cuando este es el preludio de un momento
insurreccional capaz de desafiar al poder constituido, cosa que quien esto
escribe no advierte en este momento en Bolivia.
Cierto
es que no debiera descartarse esta posibilidad si se tiene en cuenta la
prolongada experiencia de lucha y la extraordinaria combatividad de las masas
plebeyas bolivianas. Tal vez se produzca ese enfrentamiento entre el poder
institucionalizado y la potencia creadora de la calle, como siempre recordaba
Maquiavelo en sus estudios sobre la república romana. Pero al día de hoy no se perciben esos signos
de insurgencia popular en el clima político imperante y mucho menos que la
correlación de fuerzas existente en los terrenos de la economía, la política la
cultura y lo militar, como siempre advertía Gramsci, ofrezcan indicios de que
hay algo que, subterráneamente, se orienta hacia un estallido popular.
Mientras
tanto, la existencia de una Asamblea Nacional en cuyo Senado el MAS ha
desaparecido por completo y apenas conserva una ínfima minoría en la Cámara de
Diputados demuestra que el voto nulo para lo que ha servido es para facilitarle
a la derecha la construcción de los dos tercios de los votos que se necesitan para que la Asamblea
Nacional reforme la Constitución Política del Estado anulando los grandes
avances plasmados en esa luminosa pieza constitucional surgida del auge del
MAS. Y sabemos que, a diferencia de las izquierdas, cuando la derecha tiene una
oportunidad no pierde tiempo en debates filosóficos o en pujas discursivas.
Actúa rápida y letalmente. Para quienes duden de este aserto aconsejo que
examinen el caso argentino. Ojalá que otro, y mejor, sea el desenlace de la
actual coyuntura boliviana.
BOLIVIA
"PASA" DE EVO MORALES Y BUSCA EL "CAPITALISMO PARA TODOS"
El
partido de Evo Morales sufre una derrota histórica y la presidencia de Bolivia
se decidirá entre Rodrigo Paz y Jorge Quiroga.
Libertad
Digital de España (https://n9.cl/vyz61)
El
pasado domingo 17 de agosto se celebró la primera vuelta de las elecciones
generales de Bolivia, donde el resultado más sorprendente fue el hundimiento
del partido de Evo Morales, Movimiento al Socialismo (MAS), y donde la
presidencia se decidirá en la segunda vuelta entre los líderes Rodrigo Paz, del
Partido Demócrata Cristiano, y Jorge Quiroga, de Alianza Libre.
Es
justamente el candidato Rodrigo Paz Pereira, quien ha obtenido el 32,2% de los
votos, quien ha calificado la derrota del socialismo boliviano como el fin de
"una larga noche de dos décadas". Entre las propuestas del candidato
por el Partido Demócrata Cristiano nos podemos encontrar con una reducción de
los impuestos y de los aranceles, así como también se pretende llevar a cabo un
proceso de descentralización del poder y lo que se ha calificado como
"capitalismo para todos". En este artículo te vamos a contar las
principales claves.
En
palabras del líder del PDC: "Lo que queremos es reconstruir la
reconciliación de la patria, la producción de la patria, estabilizar y generar
gobernabilidad, y generar un cambio en la economía para que sea de la gente y
no del Estado".
Descentralización
y bajada de impuestos
En
cuanto a la cuestión de la descentralización del poder del Estado, la
plataforma de Rodrigo Paz plantea la denominada "Agenda 50/50", es
decir, una descentralización en el manejo de los recursos públicos, pasando del
actual sistema donde el 85% del presupuesto nacional lo gestiona el Estado a
dividir los fondos a partes iguales entre el nivel central y los gobiernos
subnacionales, incluidas las universidades públicas.
Por
otro lado, en cuanto a su plan económico este habría recibido el nombre de
"Capitalismo para todos" o "Platita para todos". Esto
vendría a significar una política de créditos accesibles, reducción de
impuestos y eliminación de barreras arancelarias para todos aquellos bienes que
Bolivia no produce. En palabras del propio Rodrigo Paz: "Vienen tiempos
mejores. Bajar aranceles, bajar impuestos, harto crédito, platita para
todos".
El
partido de Rodrigo Paz también apuesta por la "disciplina fiscal",
buscando reducir el déficit limitando el gasto corriente, priorizando la
inversión productiva, mejorando la recaudación y combatiendo la evasión
tributaria. En su programa electoral también hablan de reducir la burocracia,
de controlar la inflación y de simplificar el sistema tributario. Como parte de
su programa, se menciona el "congelamiento de las actividades de todas las
empresas públicas que mantengan déficits operativos".
Reforma
judicial y lucha contra la corrupción
El
candidato democristiano también ha hablado de la necesidad de una reforma
judicial y en luchar contra la corrupción. Durante su campaña Rodrigo Paz ha
señalado que el sistema de justicia tiene un problema de tipo estructural y que
sin cambios de fondo no se puede garantizar ningún tipo de gobernabilidad ni
atraer inversión.
Así
pues, parece que el partido de Rodrigo Paz se desmarca de lo llevado a cabo
durante las últimas dos décadas por el "socialismo bolivariano", algo
que también parece desear el pueblo de Bolivia al haber dejado caer al partido
de Evo Morales y tras haber optado por dos alternativas que se alejan de la
izquierda que lleva tantos años gobernando en el país sudamericano. Será pues
el próximo 19 de octubre cuando los bolivianos tendrán que decidir quién será
su próximo presidente, ya sea Rodrigo Paz o Jorge Quiroga.
ARRASADA
LA IZQUIERDA EN BOLIVIA, SIGUE CHILE.
IFM
Noticias de Chile (https://n9.cl/bg981)
Después
de 20 años de desgobierno, abusos, corrupción y tiranía de su jefe máximo, Evo
Morales, la izquierda boliviana fue físicamente barrida en las urnas. Evo hizo
hasta lo imposible para volver a presentar su nombre como candidato, pero los
procesos penales, las condenas en su contra, y los Tribunales de Justicia
Bolivianos, se lo impidieron.
Así
las cosas, habrá una segunda vuelta electoral rumbo a la Presidencia de
Bolivia, pero entre dos candidatos de la derecha así: Senador Rodrigo Paz
Pereira, 31.6% Expresidente Jorge Tuto Quiroga. 27.1% Y el candidato de la
izquierda, Andrónico Rodríguez, apenas logró un 8.2% de la votación. Con ese
registro tan bajo, es muy probable que su partido desaparezca del registro
electoral boliviano. Visité Bolivia hace 3 años en la zona de Santa Cruz de la
Sierra y la frontera con Brasil, en los municipios de San Ignacio de Velasco y
Concepción.
No
conocí La Paz, porque mi visita estaba dirigida a negocios del agro. Pero si
estuve un par de días con sus noches en Santa Cruz de la Sierra. Una ciudad
moderna, bien trazada, ordenada y con mucho progreso y capital económico. Una
ciudad muy agradable y equipada con toda la infraestructura y negocios. La
agricultura en Bolivia es de otro nivel.
Visite
un solo cultivo de Soya de 22.000 hectáreas, de propiedad de un consorcio
argentino. Millones de hectáreas de tierras agrícolas bajo la influencia de
capitales brasileros y argentinos. En la agricultura, la minería y el gas, está
cimentado el futuro de Bolivia. La izquierda nacionalizó la industria del gas
con nobles intenciones económicas. Pero con pésimos resultados gracias a unos
gobiernos que crearon un Estado enorme y claramente ineficiente, y ladrón.
Bolivia
acabó con sus reservas. Es un país sobre endeudado, donde no hay dólares y
tampoco combustible para movilizar el aparato económico. También hay serios
problemas en el servicio de energía eléctrica. Todo este caldo termina
naturalmente en una inflación muy alta y una pobreza cada vez mayor. La
izquierda llegó para empobrecer a Bolivia. ¡Y lo consiguió! Por eso los
arrasaron en las elecciones presidenciales.
El
Senador Paz y el expresidente Quiroga, van a definir, en pocos días y en una
segunda vuelta, el nombre del nuevo Presidente para Bolivia. Pero sin duda será
de derecha. Bolivia corrigió su equivocado rumbo, después de padecer 20 años de
una izquierda ladrona y destructora de economía y tejido social. ¡Enhorabuena,
Bolivia!
Sobremesa
1
En
pocos meses abandonó el poder en Chile, Gabriel Boric, otro incompetente
espécimen de la izquierda. José Antonio Kast, abogado y político chileno de
origen alemán, será, sin la menor duda, su reemplazo. Hombre de derecha,
católico, practicante y con una vida familiar muy destacada. ¡Enhorabuena,
Chile!
Sobremesa
2
Con
los buques de guerra y el submarino que puso Donald Trump al frente de
Venezuela, se les acabó el envío de cocaína a USA y Europa se tendrán que
tragar su coca, ¡porque ni un kilogramo va a pasar por ese cerco brutal e
infranqueable!
QUÉ
AGENDA DE CAMBIOS EN EL SECTOR PETROLERO Y MINERO SE EMPIEZA A CONFIGURAR DE
CARA AL BALOTAJE EN BOLIVIA
Rodrigo
Paz Pereira y Jorge “Tuto” Quiroga competirán en el balotaje presidencial del
próximo 19 de octubre. La izquierda cosechó su peor resultado electoral desde
la llegada de Evo Morales al poder. El ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia,
Álvaro Ríos, analizó las urgencias de un próximo gobierno y las perspectivas
que se abren en el plano energético a partir del resultado.
Eco
Journal de Argentina (https://n9.cl/lk3er)
La
política energética de Bolivia tomará un nuevo rumbo a partir del resultado de
la primera vuelta en las elecciones presidenciales celebradas el último
domingo. Entre las prioridades estarán la urgencia por resolver el crónico
desabastecimiento de combustibles y la necesidad de reactivar la inversión
privada en exploración de gas natural, según lo expuesto por el ex ministro de
Hidrocarburos de Bolivia, Álvaro Ríos. «Haga lo que se haga vamos a necesitar
gas argentino por un tiempo», advirtió Ríos en un diálogo con EconoJournal.
El
resultado del domingo marcó un punto final para la hegemonía política
construida por los espacios de izquierda en los últimos 20 años bajo el
liderazgo de Evo Morales. La interna por el liderazgo entre el ex presidente y
el presidente Luis Arce y la crisis económica se conjugaron para detonar las
posibilidades electorales del Movimiento al Socialismo (MAS).
El
senador y candidato del Partido Demócrata Cristiano, Rodrigo Paz Pereira,
Rodrigo Paz se consagró como ganador con el 32,14% de los votos. A pesar de su
victoria, los resultados no fueron suficientes y deberá ir a balotaje contra el
ex presidente y candidato del Partido del Jorge “Tuto” Quiroga, quien quedó
segundo con el 26,81%. El tercer puesto fue ocupado por el empresario Samuel
Doria Medina, de la alianza Unidad, con el 19,86%. Muy lejos quedó el candidato
del oficialismo por el MAS-IPSP, Eduardo del Castillo, con el 3,16% de los
votos.
Los
espacios de derecha liderados por Rodrigo Paz Pereira y Jorge “Tuto” Quiroga
Ramírez competirán en el balotaje previsto para el 19 de octubre con dos
certezas. La primera es una nueva composición del Congreso que será
presumiblemente favorable para la introducción de reformas. La segunda es la
aguda necesidad de enfrentar el desabastecimiento de productos en general pero
especialmente de combustibles.
Subsidios,
YPFB y gas argentino
El
ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual director d ela consultora Gas
Energy Latin America analizó cuáles serán las prioridades de un próximo
gobierno y la perspectiva que se abre en la política energética boliviana. «Los
tres espacios más liberales, de apertura mercado, tienen la mayoría tanto en
diputados como en senadores. Van a tener que pactar estas tres fuerzas
opositoras en el parlamento para aprobar leyes muy importantes como la ley de
litio, una nueva ley de hidrocarburos, una nueva ley de minería», apuntó Ríos.
–¿Cuáles
son los temas urgentes a atender en el plano energético para un próximo
gobierno?
-El
primer tema que tienen que abordar es cómo abastecer el país. Diría que el 30%
del país está desabastecido desde hace varios meses. Luego ver el tema de los
subsidios y después ver también cómo se detona nueva exploración para que
podamos producir más hidrocarburos en tres o cuatro años más. Es un proceso
lento, pero mientras tanto hay que abrir también a la importación privada, a
facilitar almacenaje, dar en concesión almacenaje para que los privados puedan
importar gasolina, diésel y GLP. También comenzar a negociar con Argentina cómo
vamos a hacer para el tránsito de gas y además importar gas natural en
Argentina, porque haga lo que se haga vamos a necesitar gas argentino por un
tiempo.
-¿Qué
puntos de acuerdo en el plano energético observa entre los principales espacios
que van a competir en el balotage?
Básicamente,
reducir el tamaño del aparato público, dejar a un lado las empresas estatales.
No sé bajo qué forma, algunos hablan de concesiones, otros hablan de riesgo
compartido. Pero hay unas doscientas empresas, incluyendo las grandes como
YPFB, que pueden hacerse por unidades de negocio, de dejar que el Estado opere
esas unidades y sea el sector privado el que las haga sin necesidad de llegar a
una privatización. El segundo campo que vemos es definitivamente generar
condiciones para que el sector privado venga a operar estas concesiones y
también tal vez hacer nuevas inversiones, principalmente en las áreas de
recursos naturales. Ahí vienen también reformas a la justicia, varias cosas que
que van a necesitar dos tercios en el Congreso, pero inicialmente para
prorrogar pagos que se debe por la deuda internacional, contraer nueva deuda
con FMI. Será muy importante que estos tres líderes de la oposición estén de
acuerdo y se pueda darle viabilidad y sostener al país en una etapa de
transición que no va a ser fácil.
-En
esa etapa de transición estará el tema de los subsidios a los combustibles.
¿Qué medidas podrían tomar?
Los
dos están claramente conscientes de que hay que quitar los subsidios
gradualmente. No han dicho la forma específica porque seguramente la van a
analizar en la segunda vuelta, y los dos prevén traer plata inicial para
abastecer el país unos meses hasta que se vayan quitando los subsidios y la
economía se vaya ordenando gradualmente. Hoy hay aproximadamente 2500 millones
de dólares que el gobierno ha confiscado a los bolivianos. El grueso de la
población boliviana sabe que tiene que venir un ajuste a la subvención de los
hidrocarburos. Sabe que va a tener que haber préstamos internacionales y que
hacer algunos ajustes fuertes en la economía, como recortes fiscales. No va a
ser fácil y requiere un equilibrio muy grande entre lo que se puede hacer para
mejorar las condiciones y lo que realmente pase en la calle. La ventaja de
Bolivia es que es un país chico, que necesita poca plata para reactivarlo y no
es un país violento. La violencia en Bolivia es muy escasa y siempre resolvemos
nuestros problemas en el diálogo político o protestando en las calles, pero sin
una extrema violencia.
-¿Cuánto
esta gastando Bolivia en materia de subsidios a la energía?
En
el 2026 vamos a necesitar importar aproximadamente 3200 millones de dólares
petroleroen gasolina y GLP. Sobre eso, si hablamos en término de dólares, diría
que el subsidio está bordeando el cincuenta por ciento. Entonces, habrá una
subvención para el próximo año de más o menos 1600 millones de dólares. Eso sí
estabilizo el tipo de cambio, ya que la moneda boliviana se siguió devaluando
en los últimos meses del presidente Arce. Hay que estabilizar el tipo de
cambio, es súper importante para cualquier reforma que se quiera hacer, quitar
subsidios y atraer inversiones.
OPINIÓN.
EL GIRO DE BOLIVIA
Yahoo
Noticias de España (https://n9.cl/jw91t)
Tras
la primera vuelta presidencial del pasado domingo, Bolivia dio un giro
histórico y puso fin a 23 años de hegemonía del izquierdista Movimiento al
Socialismo (MAS), en una jornada que sorprendió con el triunfo del centro
derechista Rodrigo Paz, hasta entonces ausente en las proyecciones electorales.
Junto al conservador Jorge “Tuto” Quiroga, disputará el 19 de octubre el
balotaje, en una contienda en la que ambos se presentarán con programas que
coinciden en proponer una renovación institucional, priorizar una apertura
económica orientada al mercado, atraer inversión privada y reducir el rol del
Estado, poniendo fin al modelo estatista y centralista del MAS.
La
segunda vuelta representa por sí sola un cambio, pues desde 2009, cuando se
instauró el balotaje, todas las elecciones en Bolivia se decidieron en la
primera ronda. En esta ocasión, el voto nulo que impulsó Evo Morales llegó al
19%, ubicándose en el cuarto lugar, lo que constituyó el mejor desempeño de los
distintos referentes de izquierda, evidenciando la fragmentación de ese sector.
El
ascenso de Paz y Quiroga se sustenta en propuestas alineadas con las
preocupaciones económicas inmediatas de un electorado impactado por una
inflación interanual cercana al 25%, escasez de combustibles, depreciación del
boliviano en el mercado paralelo y restricciones en el acceso a divisas.
Lara,
un expolicía, obtuvo una amplia victoria en la ciudad de El Alto, el principal
bolsón de votos populares, y en otras ciudades y áreas rurales donde atrajeron
el voto de sectores que antes confiaban en el MAS, desplegando un mensaje
económico directo y sencillo que conectó con la percepción de crisis de la
ciudadanía y de agotamiento del modelo estatal. Su bandera programática fue el
modelo económico 50/50, que ofrece una ruptura ordenada con el continuismo, a
partir de la redistribución fiscal territorial, la meritocracia en la
administración pública y una despolitización de la justicia. Con ello logró
respaldo en gobiernos regionales, empresarios y votantes urbanos.
A
Quiroga, expresidente 2001 y 2002, se le valora su experiencia, redes
internacionales y un programa que pone el acento en el orden y la estabilidad.
El
giro inesperado en la primera vuelta posiciona a dos candidaturas que encarnan
una promesa de cambio pragmático, orientado a superar el desgaste del
centralismo político y la actual incertidumbre económica. Quien gane el 19 de
octubre inaugurará un ciclo político, en medio de la peor crisis económica en
décadas, con el reto de restablecer la gobernabilidad y recuperar la confianza
de los actores económicos y sociales.
LA
CRISIS DEL MAS Y LO QUE VENDRÁ: ¿20 AÑOS NO ES NADA?
Rebelión
de España (https://n9.cl/tn4ye)
El
Movimiento al Socialismo (MAS) enfrenta su mayor crisis en dos décadas, marcado
por la fragmentación interna y acusaciones de corrupción, que salieron
virulentamente a la intemperie justo antes de las elecciones presidenciales,
donde sus diferentes candidatos fueron holgadamente derrotados por los
candidatos de derecha y ultraderecha.
Mientras
Bolivia celebraba la semana pasada el bicentenario de su independencia, el
ambiente en las calles y en el campo distaba mucho de ser festivo. El
hundimiento de uno de los programas progresistas más radicales de cuantos
surgieron en los primeros años de este siglo en América Latina debe ser motivo
de reflexión y de autocrítica no solo para el progresismo boliviano, sino para
fuerzas democráticas de América Latina.
El
colapso del MAS obedece a múltiples factores y su análisis tomará tiempo, pero
no es de ninguna manera sorpresivo. Llevaba años alejándose de las bases
sociales que lo llevaron al poder,
mientras la crisis económica erosionaba su propuesta y la derecha
intentaba –vía destabilización económica e incluso golpes y tentativas de golpe
de Estado- recuperar el poder.
Si
bien la descomposición interna del MAS era inocultable en noviembre de 2019,
cuando, Evo Morales pretendía reelegirse por cuarta ocasión, se desencadenó un
violento golpe de Estado –respaldado por la Organización de Estados
Americanos–, que instauró un régimen de facto, interrumpió durante tres años
las políticas masistas y dislocó la mayor parte de los logros económicos,
políticos y sociales conseguidos en los años anteriores.
Cuando
el MAS recuperó la presidencia, en los comicios de 2020, con Luis Arce Catacora
al frente, era ya una fuerza política carcomida por los disensos internos, las
pugnas por el poder y el agotamiento de su programa y el cansancio de sus bases
ante el egoísmo ¿o egocentrismo? de sus dirigentes.
Para
los analistas, el colapso interno del MAS plantea preguntas acuciantes sobre el
futuro de los movimientos indígenas dentro del Estado plurinacional boliviano.
El 41 % de la población boliviana es indígena, la segunda más alta de América
Latina, con una historia de 500 años de marginación y opresión racial. Morales,
que gobernó entre 2005 y 2019, fue el primer presidente indígena de Bolivia, y
el MAS se constituyó históricamente en torno a movimientos indígenas y
campesinos.
Lo
evidente es que el éxito del MAS, y a la vez su mayor error, fue centrar todo
un proyecto político en torno a una sola figura: Evo Morales, lo que significó
el debilitamiento y desarticulación del movimiento indígena , pero también
abrió la desperdiciada oportunidad de repensar un proyecto político indígena al
margen de la tutela partidista y caudillista.
El
resultado de las elecciones últimas es una tragedia para el futuro del
movimiento popular en general y del indígena en particular. En los años de
esplendor del gobierno masista –con Evo presidente y Arce ministro de Economía-
el programa popular consiguió reactivar la economía con tasas promedio de 5 por
ciento, disminuyó la pobreza extrema de 36.7 a 16.8 por ciento de la
población.Asimismo, reivindicó con firmeza la soberanía nacional y concretó
muchos e importantes avances en materia de derechos.
El
declive del MAS no se puede entender sin reconocer la desconexión entre los
movimientos sociales y sus propias bases», explica Roger Adán Chambi, abogado e
investigador aimara. «El movimiento social dejó de ser un movimiento y se
convirtió en un brazo más del poder, a menudo cegado por el clientelismo y el
reparto de cargos».
Durante
los últimos dos años, las bases del MAS se vieron envueltas en amargas y
prolongadas divisiones entre las facciones «evista» y «arcista». La primera
apoya a Morales y la segunda al actual presidente, Luis Arce, a quien Morales
nombró como su sucesor.
La
disputa llevó a un estancamiento político, con los representantes evistas
bloqueando la legislación del Gobierno de Arce relacionada con el gasto
financiero, lo que agravó el panorama económico.
Evo
Morales anunció el lunes que respeta los resultados electorales, pero destacó
la candidatura de Edman Lara y le atribuyó la victoria electoral del PDC, por
sobre la figura de Rodrigo Paz. “Soy muy sincero: no es que Rodrigo Paz ha
ganado. Yo diría, ha ganado el capitán Lara”, indicó. Lara es un expolicía,
estrella de TikTok y fue el candidato a
vicepresidente de Paz.
En
el período previo a las elecciones, los partidarios de Evo emprendieron una
serie de bloqueos, principalmente en su bastión de la tropical Cochabamba, que
impidieron la circulación de vehículos y alimentos en todo el país. Morales no
podía presentarse a las elecciones porque carecer de un partido oficial bajo el
cual presentarse y porque se lo prohíben los límites constitucionales que
impiden la reelección indefinida.
Los
enfrentamientos por los bloqueos culminaron en junio con un violento
enfrentamiento en la localidad de Llallagua, un estratégico centro minero
urbano con conexiones con la zona cocalera del Chapare y con los ayllus
(comunidades indígenas) del Norte de Potosí. Tres policías y un campesino
murieron en los enfrentamientos cuando los bloqueadores evistas protestaban por
el rechazo a la candidatura de Morales definido por la autoridad electoral.
En medio de una creciente reacción pública
contra los impopulares bloqueos, la decisión de Arce de enviar unidades
especiales de la policía para sofocar las protestas marcó un punto de
inflexión.
Dada
la disminución de sus reservas de gas y petróleo, Bolivia importa la mayor
parte de su combustible y subvenciona su costo, pero gracias a las
restricciones fiscales ya no puede hacerle frente al pago de la deuda y a las
subvenciones. Bolivia destinó más de 3000 millones de dólares a subvenciones al
gas el año pasado. Su deuda externa se situaba en 13 300 millones de dólares a
finales de 2024, con unas reservas de divisas en un mínimo histórico.
La
falta de dólares se debe a la fuerte caída de las exportaciones de
hidrocarburos, cuyos beneficios constituían la base del programa económico
redistributivo del MAS durante las dos últimas décadas. El tipo de cambio
informal del dólar ronda ahora los quince bolivianos, más del doble del tipo
oficial de 6,97.
El
proceso electoral puso de manifiesto dos problemas subyacentes. Una, la
desarticulación del movimiento popular, que perdió su capacidad histórica para
marcar la agenda política e incorporar sus reivindicaciones al debate electoral
público, algo que la desintegración del MAS no hizo más que agravar al
fragmentar aún más sus bases.
Por
otro lado, ante una crisis económica creciente, la única solución que surge es
la exacerbación de un capitalismo extractivo centrado en el litio, la
exploración de nuevos hidrocarburos y, sobre todo, la profundización del modelo
agroindustrial y minero.
A
partir de 2026, y dependiendo del resultado de la segunda vuelta a realizarse
en octubre, el gobierno estará en manos del centroderechista Rodrigo Paz,
beneficiario de la pérdida de apoyo popular al MAS, o del neoliberal Jorge
Quiroga, abanderado opositor a las políticas sociales y de inclusión del
periodo masista.
No
es de descartar que estos exponentes de la oligarquía boliviana adopten una
política persecutoria y represiva en contra de los sectores populares.
Con
la derecha (o ultraderecha) en el poder, la reestructuración económica parece
inevitable. Los préstamos del FMI y del Banco Mundial podrían implicar duras
medidas económicas que traerían recuerdos de los brutales años de ajuste
neoliberal de la década de 1980.
La
eliminación de los subsidios a los combustibles y los alimentos, de los que
dependen los más pobres de Bolivia, probablemente desencadenaría un nuevo ciclo
de agitación social. Sean cuales sean los resultados de las elecciones, está
claro que la era dorada del MAS terminó en una amarga discordia y que el Estado
plurinacional se enfrenta a un futuro sombrío.
Nada
bueno se puede esperar de Tuto Quiroga, representante de los intereses del
capital estadounidense y de las élites tradicionales de Bolivia, quien ya ocupó
la presidencia durante un año, de 2000 a 2001, y fue vicepresidente de 1997 a
2001 en el gobierno del exdictador Hugo Banzer.
Sus
propuestas incluyen recortes del gasto para reducir el déficit fiscal y planes
para estabilizar el tipo de cambio del dólar, financiados por un programa de
rescate internacional de 12.000 millones de dólares del Fondo Monetario
Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
Casi
20 años atrás, el domingo 18 de diciembre de 2005, una misión de la
Organización de Estados Americanos (OEA) presidida por el exmandatario
colombiano Andrés Pastrana, intentó imponer el imaginario de un triunfo del
derechista Jorge Quiroga sobre el líder indígena Evo Morales, en base a
cómputos paralelos realizados por la ONG venezolana Súmate, presidida por María
Corina Machado. La maniobra fue
neutralizada por la veeduría de la misión del Observatorio en Comunicación
y Democracia.
La
incógnita está en boca de todos: ¿Por quién votarán los masistas en la segunda
vuelta? Paz espera que sea por él, pero…
BOLIVIA:
LAS VICTORIAS Y LAS DERROTAS
Prensa
Comunitaria Org. de EE.UU. (https://n9.cl/geqlu)
En
2006 escribí un largo artículo sobre el significado del triunfo electoral de
Evo Morales al ser electo presidente de Bolivia. Recuerdo que era un texto
optimista y, hay que decirlo, escrito con espíritu apasionado pues era la
primera victoria de los indígenas en el continente. Fue casi un modelo a
seguir. Los años pasaron, Evo Morales y su gobierno hicieron un acto de magia o
casi. Los indios bolivianos dejaron de ser los perdedores y pasaron a ser
triunfadores. Una epopeya completa.
Hubo
buenos resultados en términos de crecimiento económico, tasas superiores al
resto del continente, junto con logros sociales y, sobre todo, el
empoderamiento de los pueblos indígenas. Bolivia fue un ejemplo en el uso de
productos como el gas y otros recursos naturales. Eso explica el crecimiento de
los primeros 10 o 15 años del Movimiento al Socialismo (MAS). En esto incluyo
una constitución nueva, moderna, multinacional. Pero esto es pasado.
Luego
hubo un largo debate por la idea de modificar la constitución para permitir la
reelección presidencial de Evo. Un golpe de Estado de derecha y luego el
regreso del MAS. Se forzó la imaginación y se duplicó la necedad. Finalmente,
no se aprobó la reelección y no se pudo inscribir la candidatura de Morales. El
MAS se dividió y se vislumbró el fantasma de la derrota. Mientras, los indicadores económicos y
sociales se fueron difuminando. Se abrió el camino de la corrupción y de los
amarres corporativos. Fue el fin del evismo y el masismo.
Los
líderes indígenas como Evo no dieron la talla. No supieron trascender y con esa
incapacidad, el proyecto liberador de Bolivia se pospone. Quizás no para dar
paso al neoliberalismo desenfrenado, pero sí un ánimo diferente al que en su
momento encabezaron líderes como Morales. Evo tiene mi más alto reconocimiento
por su pasado reciente pero la más fuerte condena por su empecinamiento de ser
candidato presidencial único y la expresión de un caudillismo fuera de época.
Aunque
ahora, ante la derrota de las dos expresiones visibles del MAS y del movimiento
indígena, es indispensable hacer un par de reflexiones. La primera reflexión es
que el movimiento de Evo Morales al momento de las huelgas del agua y otras y
su candidatura a diputado, se hicieron en medio de un movimiento social en
ascenso y sobre todo de amplias alianzas políticas permitiéndole poco a poco
que esa corriente importante de Evo ganará más adelante la Presidencia de la
República en 2006.
Es
de sumo interés señalar que al momento de la victoria electoral de Evo Morales
hubo una gran concentración en el centro ceremonial Tiwanaku, muy importante de
Bolivia y los ancianos bolivianos le hicieron una especie de transmisión del
mando, al emergente nuevo líder de los pueblos indígenas bolivianos. Por ahora,
ello queda en el pasado.
Hoy
se trata de un Evo Morales desgastado, aislado, que dejó las alianzas políticas
de lado y se convirtió en el mayor enemigo, junto con Luis Arce, del movimiento
del MAS y del movimiento de los pueblos indígenas, porque la necedad de
mantenerse como las figuras más visibles y como líderes indiscutidos no tuvo el
respaldo que esperaron en algún momento, esto es lo que se expresó en estas
elecciones.
Durante
varios meses desde el Gobierno y, Evo desde la oposición, hubo posibilidades de
discusión, de acercamientos de tender puentes, de alianzas, pero las rechazaron
de una manera que no hemos visto en los últimos años en expresiones de la
izquierda victoriosa y, esto es quizás lo más delicado, porque el triunfo
electoral de la derecha boliviana no se debe al buen desempeño de esta sino al
desastroso manejo de las relaciones entre las distintas expresiones del MAS y
del movimiento indígena boliviano y, en ello, sin duda ninguna, a Evo y a Luis
Arce le caben responsabilidades muy altas.
Quizás
hubo un momento en donde la figura de Andrónico Rodríguez, podía haber sido la
solución a esta grave división en el MAS, pero fueron incapaces de aceptarlo y
dar paso a la unidad y el relevo generacional.
La derrota pues, no es tanto por el mejor desempeño de las derechas en
sus distintas expresiones sino por la incapacidad que tuvieron las dos
corrientes del MAS para hacer alianzas indispensables, a pesar de que hubo en
ese proceso intentos de buenos componedores, intentos de gente que buscó reuniones
entre las dos expresiones del MAS para plantearles que de ello dependía mucho
el futuro de Bolivia.
En
la actualidad hay cuentas alegres de muchos sectores que ven en Bolivia el
destino de América Latina y parece que allí están bastante equivocados. Lo de
Bolivia es únicamente un episodio verdaderamente ingrato que no afecta de
manera fundamental el desarrollo de procesos en países vecinos como Brasil,
Chile o el propio Ecuador, esto es lo que está de momento en la mesa de
discusión y del debate.
Lo
relevante en el caso de Bolivia es constatar que se va por un camino diferente
al que se transitó en las recientes elecciones primarias por las izquierdas
chilenas, en donde en un ejercicio democrático verdaderamente notable, fueron
capaces de superar las diferentes contradicciones que existían en el seno de
esta corriente, digamos oficialista, y dar paso a una elección transparente,
participativa y, como decía antes, profundamente democrática, que permitió que
Jeanette Jara fuera ungida como candidata de la unidad de las izquierdas
chilenas para competir en las próximas elecciones de ese país.
En
este caso se puede afirmar que las izquierdas unidas en Chile junto con sus
buenas vinculaciones con el movimiento social pueden predecir una victoria
electoral de signo positivo, tomando en consideración que se hizo una especie
de camino inverso al de Bolivia, que optó por dejar a la izquierda fuera de
todo tipo de alianzas, por hacer de las diferencias internas el motivo
principal de ataques muchas veces infundados y con ello se abonó el camino a
las derechas bolivianas en sus distintas expresiones.
Es
importante subrayar que la victoria electoral en primera vuelta de Rodrigo Paz
se debe más a los errores profundos de las izquierdas bolivianas que al
desempeño propio de esta corriente política, que algunos se ubican como
democristiana, social cristiana o socialdemócrata, pero que no expresa los
deseos de la agenda que anteriormente fue la levantada por Evo Morales, Luis
Arce y otra serie de líderes vinculados al movimiento indígena y al partido
Movimiento Al Socialismo.
En
esta perspectiva, es importante destacar que en los procesos recientes en el
Sur del continente, la coalición victoriosa o la fuerza victoriosa para hacer
más exacto, ha sido producto de amplias alianzas políticas, en donde sectores
sociales y políticos han tenido la suficiente inteligencia para establecer
convergencias, aproximaciones, alianzas, pactos, que han permitido éxitos
electorales importantes.
En
esta dirección se puede pensar que procesos como el que lleva al Frente Amplio
a la victoria electoral en Uruguay, es producto de amplias alianzas, amplias
coaliciones, en donde el Frente Amplio tiene un papel importante, pues todo
mundo conoce que son alrededor de 20 partidos políticos que mantienen sus
espacios, sus particulares puntos de vista, pero que son capaces de sumar
fuerzas para impedir que las derechas neoliberales no ganen preponderancia en
el electorado uruguayo. Esto parece que
sería un ejemplo central que ya tiene bastantes años de estarse produciendo.
Otro
caso que va en esa dirección es el de Colombia. Acá la corriente de Gustavo
Petro fue capaz de una apertura que permitió que expresiones como la del
partido Comunes, que vienen de lo que fue en su momento fueron las FARC,
tuvieron la inteligencia política de retirar su candidato y apoyar a Petro en
las elecciones y en la actualidad con la capacidad de buscar la posibilidad de
una fusión de varias fuerzas políticas democráticas y de izquierda, alrededor
de la figura del actual presidente lo cual apuntaría hacia las elecciones para
ver quién lo sustituye o ver si él mismo es reelecto aunque al respecto hay una
controversia constitucional, pero en
todo caso su figura sería el factor aglutinante y su habilidad para establecer
alianzas el factor determinante en estas coaliciones que se están impulsando en
la actualidad en Colombia.
La
importancia que tiene esto para el análisis de lo que ocurre hoy en Guatemala
es que estamos ante la urgencia y la necesidad de impulsar un frente común, un
frente amplio, o un frente democrático, que permita juntar todas las fuerzas
sociales y políticas de cara a las elecciones de 2027. Las lecciones que se
puedan extraer de los procesos boliviano, chileno, uruguayo o colombiano son de
importancia vital para el proceso que estamos impulsando en la actualidad desde
distintos sectores desde distintos esfuerzos, con el único objetivo de cerrar
el paso al pacto de corruptos y permitir una transición en donde se pueda
mantener la lucha contra la corrupción, incluyendo en ella un esfuerzo notable
por rescatar las instituciones democráticas y dotar a los próximos esfuerzos de
una mayor institucionalidad en donde el planteamiento constitucional del bien
común pueda ser impulsado de la misma manera que los contenidos más relevantes
de los acuerdos de paz.
De
eso se trata este planteamiento que debería de tomar en cuenta los ejemplos de
Bolivia, que hoy día son la expresión de un fracaso de las izquierdas sectarias
y dogmáticas, mientras que por otra parte analizar y valorar las victorias
electorales del Frente Amplio de Uruguay, con Yamandu Orsi como presidente; o
del proceso de Colombia y por supuesto la elección de candidato presidencial en
primarias por parte de las fuerzas democráticas y revolucionarias de Chile.
Creo que esto es parte de lo que debería de instalarse en el ambiente político
nacional y, sobre todo, en el ambiente político de las fuerzas democráticas,
revolucionarias y progresistas. Es el momento de la más grande alianza, de la
más grande unidad, porque de la unidad y las alianzas dependen las victorias
del futuro.
BOLIVIA,
UN HERMOSO PAÍS ANDINO-AMAZÓNICO
La
Hora de Ecuador (https://n9.cl/byy0y)
A
propósito de las elecciones en Bolivia, cuando se anuncia que habrá una segunda
vuelta electoral y se avizora un futuro diferente para este país, que ha vivido
las últimas dos décadas gobiernos afines al denominado socialismo del siglo
XXI, quiero recordar mis continuas visitas a ese hermoso país, invitada por las
más grandes universidades bolivianas para dictar cursos y por supuesto, también
para conocer un país que tiene tantas afinidades con el nuestro.
La
Universidad Mayor de San Andrés en La Paz, la Universidad de San Simón en
Cochabamba, la Universidad Gabriel René Moreno en Santa Cruz, fueron aquellas
en las que fui acogida y a través de las cuales sentí el pulso de cada región,
con sus contradicciones, con la belleza de sus paisajes y la amabilidad de su
gente.
El
Titicaca imponente, con la visita previa a Copacabana, la magia de Tiwanaco o
Tiahuanaco, forman parte de los recuerdos maravillosos de mis continuas visitas
durante los primeros años de este siglo, con los recorridos por La Paz y El
Alto, contradictorios, ricos en tradiciones, que hay que comprender en su gran
diversidad.
La
belleza de su región amazónica a veces se ve empañada por los continuos
incendios, con la quema de la vegetación que hace difícil la respiración y
lagrimear a los ojos, con la cantidad de humo generado. Me encanta pensar en la
visita a las misiones jesuíticas de la Chiquitania como Concepción y San
Javier, y sentir el sabor de los deliciosos jugos de lima y los cuñapés, esos
grandes panes de yuca que se deshacen en la boca.
Esa
Bolivia mágica está ahora enfrentada a su destino de resurgir del caos en el
que está sumida, acosada por la inflación, el precio de los bienes de primera
necesidad, el alza y escasez de los combustibles, la división de su población.
Pero
se ha encendido la esperanza luego de la primera vuelta electoral, con
candidatos que aman a su país y que esperan conducirlo por un sendero diferente
al que ha transitado los últimos años. Los finalistas necesitan mucha
sabiduría, capacidad de convicción y de generar alianzas que les conduzcan no
solamente al triunfo, sino al camino de servicio que requiere su pueblo.
¿NUEVO
COMPETIDOR ARGENTINO? EL CAMBIO DE GOBIERNO EN BOLIVIA Y SU POTENCIAL PARA
ATRAER INVERSIONES EN GAS Y LITIO
Yahoo
Noticias de España (https://n9.cl/vhlpf)
De
ser el gran proveedor de gas regional y el principal candidato a liderar el
desarrollo del litio mundial, en diez años Bolivia se transformó en un jugador
insignificante del mercado gasífero sudamericano tras un desplome de
exportaciones del 73% y quedó totalmente marginado de la producción litífera
sin lograr producir ni una tonelada de este mineral. Algo que podría cambiar
tras el reciente resultado electoral.
Según
datos de la consultora Gas Energy Latin América, en 2014, el país vecino
producía 61 MMm3/d de gas y exportaba 48 MMm3/d. Hoy, esos números colapsaron a
solo 26 MMm3/d de producción y 13 MMm3/d de ventas externas.
"El
MAS de Evo se dilapidó 13 trillones de pies cúbicos de gas, no repusieron
reservas y por este camino vamos a tener que importar gas de Argentina en 2028.
En litio pasó lo mismo, tratamos de desarrollarlo bajo las reglas del Estado,
que invirtió más de 1.100 millones de dólares en estos años y no produce ni un
gramo de litio", afirmó el ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia y
actual director de Gas Energy Latin America, Álvaros Ríos Roca, en diálogo con
Forbes.
El
vacío generado por Bolivia fue ocupado por la Argentina en materia de gas
natural, donde la producción creció un 22% en este lapso, alcanzó los 143
MMm3/d en el promedio del primer semestre del 2025 y promete seguir creciendo
para generar saldos exportables más robustos hacia Chile, Brasil, Paraguay,
Uruguay, la propia Bolivia y mercados más lejanos mediante el GNL.
En
litio, el liderazgo regional fue asumido por Chile que llegó a una producción
de 260 mil toneladas de (LCE) y, en menor medida, por Argentina. Que arrancó
más tarde, pero en los últimos años creció a una tasa mucho más alta que Chile,
multiplicó por siete su producción y ahora promedia casi las 100 mil toneladas.
Este
cuadro podría modificarse con la llegada de un nuevo gobierno que interrumpirá
dos décadas de socialismo boliviano y promete una oleada de reformas pro
mercado que incentiven las inversiones en ambas áreas.
"El
partido de Quiroga está más volcado hacia una apertura parecida a la de Milei
con mucho mayor presencia de inversiones y un achicamiento del Estado. Rodrigo
Paz tiene una propuesta menos agresiva, con oportunidades hacia el sector
privado, pero con un rol del Estado relevante. De todas maneras, en los dos
casos se espera un cambio hacia un modelo más de empresas, inversiones y
seguridad jurídica", explicó Ríos Roca sobre los dos candidatos que
llegaron al balotaje.
Gas:
¿oportunidad o amenaza?
Para
el experto, Bolivia cuenta con 12 o 15 estructuras listas para ser exploradas
en el subandino sur, con un potencial de reservas mayor a un cuarto de trillón
de pies cúbicos. Aunque será un proceso que tomará su tiempo y que no llegará a
topear la capacidad de evacuación de sus caños a Brasil que llegan a 36 MMm3/d.
"Bolivia
no es una competencia para Argentina, es más un potencial cliente y la llave
para llegar a Brasil. Subir la producción local va a tomar mucho tiempo. Yo
estimo que el nuevo gobierno va a querer establecer una tarifa en los
gasoductos que estimule el tránsito por Bolivia hacia Brasil. Porque, si no lo
hace, no se van a desarrollar los ductos del lado argentino. Tenemos que ser lo
suficientemente astutos de dar garantías para las productoras argentinas, para
los consumidores brasileros y para el mercado boliviano", agregó el
consultor.
El
gran limitante para que Argentina se convierta en un proveedor de gas relevante
para Brasil es la construcción de infraestructura asociada que ronda en una
inversión de 2.500 millones de dólares para poder llegar a la frontera con un
volumen significativo.
Ese
monto solo se va a desembolsar si está la seguridad jurídica necesaria que
garantice un contrato a largo plazo con los compradores brasileños. Cosa que
sólo sucederá cuando los tres países acuerden reducir sus tarifas de transporte
y sus impuestos. Caso contrario, nunca se llegará a un precio competitivo a la
puerta de las industrias de San Pablo.
"El
cambio de signo político en Bolivia implica una mayor apertura hacia capitales
privados y se podrían articular negocios de oportunidad para exportar usando
esos caños. Creo que va a haber más afinidad con las actuales autoridades
argentinas. Pero a mediano y largo plazo, hay que ir a un mercado regional de
gas y electricidad que va a beneficiar a toda la región. Una región integrada
nos da oportunidades de negocios a todos", sostuvo el ex secretario de
Energía, Daniel Montamat.
El
caso opuesto es Brasil, que tenía un vínculo político muy estrecho con la
administración de Luis Arce, aunque los principales analistas no auguran un
conflicto, salvo posibles excepciones. "Ninguno de los candidatos planteó
una enemistad con Brasil y es difícil que eso suceda. Salvo un escenario en el
que Evo Morales sea detenido. Ahí Lula podría comprar el relato de lawfare y
apoyarlo. O que Bolivia tenga un alineamiento muy estrecho con Donald Trump.
Eso también podría generar resquemores con Brasil", opinó el analista
político Marco Bastos.
Otro
enigma que plantea Bastos a la hora de proyectar un sendero de reformas pro
mercado que estimulen la integración energética regional es la postura
históricamente conflictiva de las bases sociales del masismo. "La historia
de Bolivia y muchos países de América del Sur con un gobierno de derecha,
muestran que los movimientos sociales pueden hacer marchas muy violentas,
cortes de ruta y movilizaciones que compliquen la gobernabilidad", añadió.
El
futuro del litio
A
pesar del atraso de Bolvia en materia de litio, hay consenso de que se trata
del país con mayores recursos a nivel global. Con lo cual, tarde o temprano
podría convertirse en un jugador importante del sector.
"El
salar de Uyuni es el más rico del mundo en su concentración de litio en
salmuera. Si se introducen las reformas necesarias puede atraer muchas
inversiones. Sin embargo, ello lleva mucho tiempo y confianza en que todas esas
reformas se van a sostener", manifestó Saúl Feilbogen, abogado y Socio de
Vitale Manoff & Feilbogen.
En
consecuencia, el experto subrayó que "lo importante es que Argentina ya se
ha consolidado como productor mundial y al jugar en esa liga debe buscar
mantener la delantera. Por ello no debería cargar el sector de impuestos y
restricciones. Sería conveniente eliminar las retenciones", concluyó, en
ese sentido.
“CHILE
NO PUEDE SEGUIR CEDIENDO”: DURANA RECHAZA ACUERDOS CON BOLIVIA POR AUSENCIA DE
COMPROMISOS Y ACUSA FALTA DE COOPERACIÓN BILATERAL
Vilas
Radio de Chile (https://n9.cl/drsnb)
En
el marco de la revisión de dos convenios de cooperación con el Estado
Plurinacional de Bolivia, el senador José Durana manifestó su rechazo a la
aprobación de estos acuerdos, argumentando que no existe reciprocidad por parte
del país vecino en materias clave como migración, seguridad y comercio.
“Hay
que vivir en el norte, hay que convivir con nuestros países vecinos. Es bien
fácil, a dos mil cien kilómetros, querer dictar políticas públicas”, afirmó
Durana, subrayando que la realidad fronteriza es distinta a la percepción
centralista del país.
El
parlamentario cuestionó duramente el rol de Bolivia en la gestión migratoria y
de seguridad. “El Estado boliviano no ha cumplido con su deber de reconducir a
los migrantes que ingresan de forma irregular a nuestro país. Tampoco ha
asumido responsabilidad en el robo transfronterizo de vehículos, ni en el
control de plagas y riesgos sanitarios, como el ingreso de un millón de huevos
que afectan directamente nuestra zona zoosanitaria”, denunció.
Durana
también apuntó al desinterés de Bolivia en combatir de manera efectiva el
narcotráfico y el contrabando, problemas que impactan directamente a Chile. A
ello sumó críticas a las falencias en seguridad vial, señalando que
“conductores en manifiesto estado de ebriedad provocan accidentes y dañan la
fauna y flora de nuestro sector altiplánico”.
Uno
de los convenios más cuestionados por el legislador fue el relativo a la
homologación de licencias de conducir. “No podemos validar licencias emitidas
en condiciones que no ofrecen garantías mínimas de seguridad, ni asegurar que
cumplan con estándares equivalentes a los nuestros”, sostuvo, recordando
incluso que en Bolivia existían ofertas turísticas para obtener documentación y
trámites migratorios con destino a Chile.
Finalmente,
Durana fue categórico en su posición, señalando que, “la reciprocidad no puede
basarse en acuerdos que comprometan la seguridad y el interés nacional,
mientras Bolivia no cumpla con sus obligaciones fundamentales. No corresponde
que Chile continúe avanzando unilateralmente en este tipo de convenios, por eso
voto en contra”.
BOLIVIA:
LA EXPANSIÓN AGRÍCOLA DETRÁS DE LA CRISIS DE INCENDIOS FORESTALES
Radio
Francia Internacional (https://n9.cl/95y5p8)
El
gobierno decretó el Estado de Emergencia Nacional ante el avance de los
incendios forestales en varias regiones del país. Juan Pablo Chumacero,
investigador en temas agrarios y director de la Fundación Tierra, estima que el
sistema de producción agrícola y ganadera, ligado a cultivos como la soya, el
sorgo, el azúcar y el maíz, contribuye al agravamiento de este fenómeno.
Hasta
este miércoles se registraban 720 focos activos de fuego, de los cuales 540
estaban en Santa Cruz y 140 en la región amazónica de Beni. Los incendios
incluyen reservas naturales consideradas patrimonio ambiental. Tras decretar la
Emergencia Nacional, el gobierno podrá movilizar recursos humanos, financieros
y la cooperación internacional para afrontar una crisis que ya ha arrasado
miles de hectáreas y pone en riesgo a comunidades enteras.
En
2024, Bolivia sufrió un récord histórico de devastación, con más de 12 millones
de hectáreas quemadas —equivalentes a aproximadamente el 11% del territorio
nacional— como consecuencia de los incendios forestales.
Juan
Pablo Chumacero explica el origen de estos incendios: "En los últimos
cinco o seis años hemos tenido incendios de tamaño totalmente desastroso en
Bolivia. Esto ha generado una serie de alertas y preocupaciones de la sociedad
civil, de las ONG, de la cooperación internacional, de la justicia ambiental y
también de los distintos niveles de gobierno. A pesar de ello, a pesar de
existir una serie de normativas que pretenden frenar los incendios —ya que
muchos son ocasionados por mano humana con el fin de ampliar la frontera
agrícola o buscar maneras de enriquecimiento rápido a costa del bosque y la
tierra—, se siguen dando situaciones en las que la gente vuelve a quemar".
Priman
los intereses económicos de la industria agrícola
Según
Chumacero, los intereses económicos de corto plazo se han impuesto en la agenda
política, en detrimento del medio ambiente: "Lo que está detrás de estos
incendios forestales es un sistema de producción agrícola y ganadera ligado a
bienes de exportación como la soya, el sorgo, el azúcar, el maíz y también la
carne vacuna. Este modelo se utiliza desde hace 40 años. El crecimiento del
sector depende de ampliar la frontera agrícola, de deforestar y habilitar
nuevas tierras de cultivo. El sector agroindustrial, agrícola y ganadero es
grande, tiene poder y hasta ahora ha mantenido una relación de trabajo en
concordancia con el gobierno. Por esta razón, no se ha planteado de manera
seria un cambio de modelo que suponga dejar de expandir la frontera agrícola
recurriendo a estos métodos. Lo que tenemos es una política que más bien
facilita la expansión mediante la quema y la deforestación".
Hasta
el momento se han realizado 52 operaciones contra los incendios forestales, con
la participación de más de 900 personas, entre ellos bomberos, militares y
miembros de diferentes instituciones.
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