La ex
congresista y dirigente cocalera Nancy Obregón Peralta (43) detenida ayer sería
acusada de conformar un clan del narcotráfico dedicado al acopio y exportación
de droga a través de pistas aéreas clandestinas con destino a Bolivia.
Según El
Comercio, Obregón tendría relación con el apoyo y financiamiento del ingreso al
Alto Huallaga de una facción narcoterrorista del valle de los ríos Apurímac,
Ene y Mantaro (Vraem) para reemplazar al grupo armado del detenido 'Artemio' y
frenar la erradicación policial de hoja de coca en Tocache.
De acuerdo a
información clasificada de la Dirección Antidrogas (Dirandro) sobre las
actividades ilícitas de Nancy Obregón, convertida desde ayer en la primera ex
congresista peruana detenida como cabecilla de una organización dedicada al
narcotráfico en los caseríos del distrito tocachino de Pólvora, la piedra
angular de este caso no solo es el narcotráfico, sino también la relación hasta
hoy desconocida entre Obregón y la facción narcoterrorista de Sendero Luminoso
del Vraem.
La historia
empezó entre el 2004 y el 2005, cuando la dirigente cocalera de Tocache viajó a
Ayacucho y Pichari (Cusco) para reunirse con los mandos de Víctor Quispe
Palomino 'José'. En estas citas, Obregón les pidió su apoyo para derrotar a
'Artemio', jefe de Sendero Luminoso en el Huallaga (con quien estaba
distanciada), y para evitar la erradicación de hoja de coca que afectaba su
zona.
En el 2006,
luego de ser elegida congresista por el Partido Nacionalista, Obregón utilizó a
su ex hombre de seguridad y lugarteniente Wilder Satalaya Apagüeño 'Koki' para
continuar ese nexo. Este último, ya elegido sucesor de Obregón en la dirigencia
cocalera de Tocache, viajó en el 2009 a la sierra de Huancayo para reunirse con
el jefe terrorista 'José'.
Satalaya,
enviado por Obregón, se reunió en cuatro ocasiones con 'José', con su hermano
Jorge Quispe Palomino 'Raúl', Orlando Borda Casafranca 'Alipio' y 'Olga'. En
uno de esos encuentros 'José' aceptó enviar un grupo al Huallaga para aniquilar
a 'Artemio' y crear el llamado Comité Regional del Oriente. Además, entregó mil
dólares a Satalaya para que comprara equipos de radio. Este además pidió
US$20.000 para utilizarlo en su campaña política a fin de ganar la alcaldía de
Tocache en el 2011. (Correo DE PERU)
Editorial
II
BOLIVIA,
ANTE UN LÍMITE A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Como
otros regímenes autoritarios de la región, el de Evo Morales persigue al
periodismo independiente y procura la clausura de un periódico
La
Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
El gobierno
nacional está, desde hace rato ya, utilizando sus distintas potestades
tributarias e institucionales para intimidar y presionar a aquellos que de
pronto disienten de sus políticas o de sus conductas.
Lo que acaba
de suceder con la presión ejercida por funcionarios de la AFIP sobre el propio
presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y sus familiares es un
grave, claro y reprobable ejemplo de lo antedicho.
Esa conducta,
que tiene una clara raigambre autoritaria, está caracterizando a otros países
del continente. Aparece cada vez con más frecuencia, y con toda suerte de
ropajes, en los escenarios del universo "bolivariano" regional. No
sólo en Ecuador, país en el que Rafael Correa acaba de materializar su sueño de
amordazar a la prensa independiente y ahorrarse así las críticas a su régimen,
mediante la sanción de una cercenadora ley de medios, sino también en Bolivia,
donde el presidente Evo Morales comparte ese profundo rechazo a la libertad de
prensa, que es siempre ostensible en la conducta de su compañero de ruta
ecuatoriano.
Por esto,
cabe manifestar una profunda preocupación por la dura embestida de Morales
emprendida contra El Diario, el periódico más antiguo de Bolivia, al que podría
clausurarse en relación con una deuda impositiva cuya enorme magnitud rechaza
la empresa y que, además, se está debatiendo aún en las instancias legales
correspondientes.
El Servicio
de Impuestos Nacionales de Bolivia ejecutó una orden de embargo contra la
empresa propietaria del mencionado diario, a la que consideró en "quiebra
técnica", mientras en paralelo hizo trascender su intención de clausurar
el medio. Para la empresa que soporta la embestida, esto es una reacción a la
actitud crítica del medio sobre la política energética gubernamental, así como
por sus denuncias de que hay tierras fiscales dedicadas a la producción de
coca.
Tal como lo
había destacado recientemente la Alianza Regional por la Libre Expresión e
Información, es necesario respetar siempre el debido proceso legal, teniendo
particularmente en cuenta que lo que luce como una facultad del Estado puede
conformar un ataque a la libertad de expresión si la acción estatal está motivada
de pronto por la posición editorial del medio afectado o si la presión tiene
por objeto condicionar el derecho a la libertad de expresión.
Las
facultades impositivas del Estado no pueden ejercerse de modo arbitrario, ni de
manera discriminatoria, ni de forma discrecional para, apartándose de la
imparcialidad que debe caracterizarlo, tratar de amordazar a las voces
críticas. Esto no debe ocurrir, ni en Bolivia ni en ninguna otra parte.
Si hay algo
que los regímenes autoritarios no soportan es la voz crítica e independiente,
que por todos los medios intentan acallar. Ha ocurrido a lo largo de la
historia en todas las latitudes, variando, aunque no demasiado, los métodos
para intentar amordazar al periodismo libre. Tener que luchar contra esos
ataques en pleno siglo XXI revela la magnitud de los déficits institucionales
que padecen esos regímenes.
UN DIPUTADO CHILENO PIDIÓ A PIÑERA QUE SE SOLIDARICE CON
EVO MORALES
El Tribuno de Argentina (www.eltribuno.info/jujuy)
El diputado
opositor chileno Jorge Tarud pidió al gobierno del presidente Sebastián Piñera
un “gesto claro de desagrado y molestia” por el incidente que hace dos semanas
sufrió el mandatario de Bolivia, Evo Morales.
Tarud, del
Partido por la Democracia (PPD) que integra la coalición que gobernó Chile
entre 1990 y 2010, es uno de los legisladores más reconocidos en materia de
asuntos internacionales.
Sostuvo que
Chile “no puede quedar ausente de una situación que le afecta a América latina
en su conjunto”, según publicó hoy el diario estatal La Nación y reprodujo la
agencia noticiosa DPA.
Por ello, el
legislador reclamó que el gobierno llame a consultas a los embajadores chilenos
en España, Francia, Italia y Portugal, tal como resolvieron hacerlo la
Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela durante la cumbre del Mercosur celebrada
el viernes pasado en Montevideo.
De ese modo se
demostraría “un gesto claro de desagrado y de molestia con cuatro países
europeos que hicieron un acto absolutamente ilegítimo y contrario a lo que es
el derecho internacional”, señaló.
“Tenemos que
ser solidarios con América latina; aquí no se trata solamente del presidente
Morales, esto le ha acontecido a un presidente electo democráticamente y que,
además, es jefe de estado de un país soberano”, subrayó Tarud.
Agregó que “lo
que le aconteció en el espacio aéreo europeo le puede suceder a cualquier país
latinoamericano, incluyendo a Chile”.
Tarud no olvidó
que Morales demandó a Chile ante la Corte Internacional de Justicia por el
antiguo diferendo de límites y que “ha tenido un lenguaje bastante agresivo”
hacia el país.
Sin embargo,
remarcó que “es el momento de dejar de lado esa situación y solidarizarse con
el continente en su conjunto”.
Opinión
TODOS SOMOS BOLIVIA
Pulso
de México (www.pulsoslp.com.mx)
Hace unos meses
dediqué este espacio a la cinta “Cocalero”, de Alejandro Landes, documental de
2007 que sigue el último tramo de la campaña de Evo Morales por la presidencia
de su natal Bolivia.
En aquella
ocasión celebraba el triunfo de Morales, aunque parcial y simbólico, para
despenalizar la coca a nivel internacional al reincorporarse a la convención de
estupefacientes de 1961 con una reserva a la penalización de esa hoja que sólo
regirá en Bolivia, donde la masticación de la hierba es una práctica milenaria.
Hoy retomo ese
texto en solidaridad con el pueblo boliviano y su presidente, dada la serie de
atropellos que éste padeció en su regreso de Moscú a La Paz hace unos días.
Esto con el fin de que se le antoje ver el documental, estimado lector, y así
conocer otro lado de un mandatario al que su pueblo respeta por sí mismo, no
por la mera investidura o fabricación mediática.
Evo es un indio
aymara que se inició en política como líder de los cocaleros del Valle del
Cochabamba, a lo largo de su trayectoria sindical Morales conoció la cárcel y
el confinamiento cuando la presión norteamericana llevó al gobierno boliviano a
prometer la erradicación de los plantíos de coca.
En el
documental seguimos con la cámara, más allá de las entrevistas, los pasos de
Evo y su gente durante la campaña, recibiendo tanto el aplauso como el insulto.
Acompañamos al candidato a la peluquería, a un mitin o a darse un chapuzón en
calzoncillos en medio de la selva. Vemos también a una candidata a senadora que
capacita para el voto a las compañeras que no leen ni escriben y que se lamenta
porque su pollo huyó o por lo difícil que le es usar una calculadora.
“Cocalero2 es
un documental sencillo y fresco que no tiene mayor pretensión que mostrar lo
que se encuadra, así sean los paisajes, los personajes, las manifestaciones en
pro o en contra de Evo, la cosecha y masticación de hojas de coca.
Para el día
siguiente a las elecciones, Landes no nos presenta un Evo triunfante, ni
celebración alguna. En cambio, vemos a tres indígenas masticando coca y
preguntándose qué atuendo llevará el nuevo presidente. Una anciana ríe con
cierta vergüenza al imaginarlo en traje y corbata. Luego, ante el planteamiento
de que lleve sus tradiciones en la vestidura, la mujer vuelve a reír, esta vez
con esperanza.
Hoy, México ha
sido poco solidario con Bolivia al no unirse a la demanda de respeto y
disculpas que han exigido los países del sur de América para Evo Morales y, en
enero pasado, cuando el voto de nuestro representante fue uno de los sólo
quince en contra de la resolución a favor de la despenalización de la
masticación de la coca.
“Cocalero” es
un documental que sin duda hay que revisar y lo puede encontrar físicamente o
en línea, sin mayor problema. Porque mañana puede tocarle a cualquiera, hoy,
¡todos somos Bolivia!
Opinión
UNASUR SE AGRIETA MIENTRAS LA ALIANZA SE CONSOLIDA
Revista Atenea de España (www.ateneadigital.es)
El lamentable
incidente del que fue víctima Evo Morales en su periplo por Europa ha sido un
juego de despropósitos por ambas partes. Los gobiernos europeos han estado muy
por debajo de lo que corresponde a países democráticos y sus decisiones
supusieron, de facto, el maltrato a un jefe de Estado. Por su parte, el
Gobierno boliviano, y sus aliados regionales, han aprovechado para armar un
incidente diplomático mostrando su incapacidad de tratar los problemas en
ámbitos adecuados y con la necesaria sutileza que, por cierto, les faltó a los
europeos.
Pero más allá
de este hecho, la respuesta de los países sudamericanos ha mostrado el estado
de división en el que se encuentra la región y, en concreto, uno de sus
organismos de integración, la Unión de Naciones del Sur.
Unasur aspira a
ser un foro de unidad y concertación política pero la ausencia de liderazgo y
las diferencias políticas lastran a este proyecto de integración regional. Los
éxitos iniciales de Unasur son incuestionables: sobre todo, a la hora de evitar
la crisis boliviana de 2008 que puso a este país al borde del enfrentamiento
civil. Pero, en esta coyuntura de 2013, sin Lula da Silva en Planalto -Dilma
Rousseff, además de menor carisma y más problemas internos, tiene un perfil
mucho más bajo en cuestiones internacionales- y sin Hugo Chávez, UNASUR muestra
una carencia de rumbo y grietas internas que dificultan su andadura.
UNASUR, un
proyecto fracturado políticamente
La respuesta
sudamericana ante el maltrato a Evo Morales dejó la imagen de una región
desunida y sin coherencia interna, a la cual le faltan líderes con carisma y
capacidad de arrastre. De hecho, solo seis presidentes acudieron a Cochabamba,
a la cita para solidarizarse con el mandatario boliviano (además del propio Evo
Morales, estuvieron Rafael Correa, de Ecuador, Nicolás Maduro, de Venezuela,
José Mujica, de Uruguay, Dési Bouterse, de Surinam y Cristina Fernández de
Argentina).
Es decir solo
el 50% de sus integrantes, y con llamativas ausencias como la de la brasileña
Dilma Rousseff, la principal potencia regional, la de Sebastián Piñera (Chile, el
país más desarrollado de Sudamérica) Juan Manuel Santos (Colombia, la cuarta
economía latinoamericana) e incluso la de Ollanta Humala, pese a que Perú
ejercía la presidencia protempore de UNASUR.
Esta cita, en
otros tiempos impulsada por Lula da Silva y por Hugo Chávez, habría contado con
la unanimidad continental prácticamente total. Hoy, en la región, ningún
dirigente tiene ese efecto arrastre pues las fracturas ideológicas impiden una
coordinación en las respuestas y en las tomas de posición.
Acudieron los
representantes de la izquierda nacionalista y populista sudamericana y, con
excepción de José Mujica, ninguno de los dirigentes de la izquierda reformista
y tampoco del centroderecha. En realidad, los dirigentes de la izquierda
moderada y del centroderecha querían evitar que la reunión de Cochabamba
degenerara, como finalmente ocurrió, en un catarsis antiimperialista y un
cúmulo de discursos antinorteamericanos y antieuropeos rescatando los viejos
tópicos de la izquierda setentera.
Después de
todo, Cristina Kirchner volvió a sacar a relucir el siempre manido y socorrido
tema colonial ("Como hace cinco siglos, quisieron someternos a la
humillación") y Nicolás Maduro sostuvo un discurso agraviante para el
Gobierno español ("Le podemos registrar para ver si trae droga o los euros
que roba al pueblo español").
Previendo tales
comportamiento, la prudencia de Santos y Piñera de no acudir, o de Dilma
Rousseff de enviar una delegación de segunda línea, no hace sino explicitar que
la unidad de UNASUR tiene un talón de Aquiles, el de las divergencias políticas
de sus miembros.
El deseo de los
presidentes situados más a la izquierda fracasó. Esperaban tener en Cochabamba
una reunión continental de mandatarios en apoyo a Evo Morales y en rechazo de
las políticas de EEUU y la UE, como prueban estas palabras de Correa: "Si
lo ocurrido no justifica una reunión de jefes de estado de nuestra América,
nuestra Sudamérica ¿qué lo justifica?. O nos graduamos de colonia o nos
mantenemos y perpetuamos como estados libres, independientes, dignos y
soberanos".
Por ese motivo,
Santos tenía muy claro que una cita que reuniera a todos los presidentes
sudamericanos en Cochabamba sería manejada finalmente por los más radicales y
podría degenerar en algo más que un lamentable incidente: "Nos
solidarizamos con Evo Morales porque es inaudito lo que le hicieron. Pero, no
permitamos que se convierta en una crisis diplomática de América Latina con la
Unión Europea".
Conclusiones
No es el final de UNASUR, ni mucho menos, pero lo ocurrido en Cochabamba muestra sus serias limitaciones, sobre todo si lo comparamos con la hasta ahora mayor agilidad de la Alianza del Pacífico mucho más cohesionada, con objetivos más claros y un liderazgo colegiado más coherente.
No es el final de UNASUR, ni mucho menos, pero lo ocurrido en Cochabamba muestra sus serias limitaciones, sobre todo si lo comparamos con la hasta ahora mayor agilidad de la Alianza del Pacífico mucho más cohesionada, con objetivos más claros y un liderazgo colegiado más coherente.
En realidad,
todo esto no hace sino confirmar que la "política importa", y mucho,
a la hora de impulsar un proceso de integración. Esa es la gran virtud que
posee la Alianza del Pacífico, formada por presidentes que piensan de forma
similar y que tienden al centro político, vengan desde la izquierda (caso de
Ollanta Humala) o de la derecha (Peña Nieto, Juan Manuel Santos o Sebastián
Piñera). Eso da al bloque coherencia y unidad de objetivos, a diferencia de
UNASUR donde conviven experimentos políticos muy disímiles (Colombia, el mayor
aliado regional de EEUU, comparte mesa con Venezuela o Bolivia, dos antagonistas
de la Administración estadounidense). Asimismo, conviven gobiernos que
nacionalizan empresas como el de Argentina (caso Repsol) con ejecutivos que
abren sus puertas a las inversiones extranjeras, como México y Colombia.
En resumen, que
UNASUR quiere construir la unidad política regional desde la desunión
política de sus miembros, mientras que la Alianza del Pacífico edifica la
unidad comercial desde la unanimidad de objetivos de sus miembros.
El
caso Snowden
HABRÍA
QUE JUBILAR A TODOS LOS ESPÍAS
La
Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
Se puede
tener una pobre opinión del presidente Evo Morales, como es mi caso, pero no
desconocer que es el mandatario de Bolivia, un país soberano que lo eligió en
comicios legítimos, y que, por lo tanto, debe ser tratado por los otros
gobiernos con el respeto debido a su cargo. Los países europeos que lo
maltrataron, impidiendo a su avión cruzar su espacio aéreo o repostar, actuaron de
manera prepotente y torpe. Y, además, le hicieron un favor político
regalándole el papel de víctima, algo que le servirá mucho ante los electores
bolivianos ahora que, en contra de su propia Constitución, quiere hacerse
reelegir por tercera vez y precisamente cuando estaba cayendo en las encuestas.
El incidente
es una de las precipitaciones derivadas del caso Snowden, el empleado de la CIA al
que Austria, Italia, España, Francia y Portugal creían que Evo Morales llevaba
en su avión de pasajero secreto. No era así y lo que quedó en evidencia en este
episodio es que los servicios de inteligencia de la Unión Europea y de los
Estados Unidos, pese a sus excesos, parecen funcionar como la mona.
Edward
Snowden se ha convertido en el último héroe mediático de la frivolidad
progresista y de valedores tan conspicuos de la libertad de expresión y el
derecho de crítica como los presidentes Maduro, de Venezuela; el comandante
Ortega, de Nicaragua, y del propio Evo Morales, que se han apresurado a
ofrecerle el asilo, y del presidente Correa, de Ecuador, donde el parlamento
acaba de aprobar la más intimidatoria ley de prensa de la historia sudamericana.
¿En qué
consiste el heroísmo de Snowden? En haber roto su compromiso de
confidencialidad que tenía contraído con el Estado para el que trabajaba,
revelando al mundo que el espionaje de Estados Unidos graba conversaciones
privadas de los ciudadanos violando así la intimidad de miles de miles de
familias, no sólo estadounidenses, sino también de países amigos, entre ellos
sus aliados de Europa occidental. Es una violación que, según sus valedores, lo
honra, pues este desacato ha permitido que se haga público un intolerable
atropello a la privacidad, un derecho reconocido por la Constitución de Estados
Unidos y de todas las sociedades democráticas.
Creo que esta
argumentación (y la indignación consecuente) es arcangélica en el mejor de los
casos; en el peor, hipócrita, y está desprovista de realidad. ¿Alguna vez han
hecho algo distinto los espías, desde que existen, que violar la intimidad de
los ciudadanos de sus propios países y de los ajenos? Lo hacen en las
dictaduras y en los países democráticos. La diferencia es que en las dictaduras
esto jamás se castiga y, a veces, en las democracias, sí, en los casos
infrecuentes en que estas transgresiones provocan un gran escándalo o llegan a
los tribunales y merecen una sanción legal. De hecho, a causa de la repercusión
del caso Snowden, el Congreso de los Estados Unidos ha nombrado una comisión
que investiga el asunto.
La verdad es
que el señor Snowden no ha revelado nada que cualquiera que tiene dos dedos de
frente no sabía ya, aunque, es cierto, pocos hubieran imaginado la magnitud de
aquellas grabaciones. Estas violaciones eran menos significativas en el pasado
únicamente porque no existía entonces una tecnología tan avanzada en el campo
de las comunicaciones como la que existe ahora. Este progreso extraordinario ha
puesto en manos de las agencias de inteligencia un juguete muy peligroso que no
sólo amenaza a los enemigos de la democracia, sino a la misma cultura de la
libertad y a sus instituciones representativas.
Si lo que
queremos es que desaparezcan todos los espías, yo firmo. El oficio sólo tiene
gracia en las novelas y las películas; en la realidad, es sucio y ensucia por
su clandestinidad y porque irremediablemente opera en una peligrosa cuerda
floja que se balancea entre la legalidad y la ilegalidad. Por desgracia,
mientras existan las guerras, los peligros de guerras y un terrorismo religioso
e ideológico que provoca a diario los estragos que sabemos, es prácticamente
imposible que los Estados democráticos renuncien a una actividad de la que
podría depender en buena medida la seguridad, políticas eficaces contra la
repetición de tragedias como las de las Torres Gemelas o de la estación de
Atocha. A diferencia de lo que ocurre en las dictaduras, en las sociedades
libres, como Estados Unidos, existe una justicia independiente, una prensa
libre, un congreso representativo e innumerables asociaciones de derechos
humanos, que pueden denunciar aquellos excesos y tratar de corregirlos. ¿Por
qué Edward Snowden no optó por este camino legítimo, en vez de violentar a su
vez la legalidad y convertirse en un instrumento de regímenes autoritarios y
totalitarios que se valen de él para atacar al "imperialismo", y
rasgarse las vestiduras en nombre de una libertad y unos derechos que ellos
pisotean sin el menor escrúpulo? Su caso es muy semejante al de Julian Assange,
quien desprecia la justicia de los países democráticos, se niega a responder a
los cargos que se le imputan por acoso y violación sexual en Suecia, una de las
democracias más genuinas, y quiere proseguir su cruzada libertaria desde
Ecuador, donde ejercitar la más mínima libertad de expresión significa correr
el riesgo de ser multado, encarcelado o expropiado, como denuncian en estos
días todas las asociaciones de periodistas independientes del mundo entero.
El derecho a
la privacidad ya desapareció hace tiempo en el mundo en que vivimos. Lo
arrasaron, antes que los espías, la prensa amarilla y las revistas del corazón,
la ferocidad de los debates políticos que en su afán de aniquilar al adversario
no vacilan en exponer a la luz sus intimidades más secretas, y la avidez de un
público por irrumpir en el ámbito de lo privado a fin de saciar su curiosidad
con secretos de cama, escándalos de familia, relaciones peligrosas, intrigas,
vicios, todo aquello que antiguamente parecía vetado a la exposición pública.
Hoy la frontera entre lo privado y lo público se ha eclipsado y, aunque existan
leyes que en apariencia protejan la privacidad, pocas personas acuden a los
tribunales a reclamarla, porque saben que las posibilidades de que los jueces
les den razón son escasas. De esta manera, aunque por inercia sigamos
utilizando la palabra escándalo, la realidad ha vaciado a ésta de su contenido
tradicional y de la censura moral que implicaba, y ha pasado a ser sinónimo de
entretenimiento legítimo.
No tiene
mucho sentido convertir en un héroe de la libertad a Edward Snowden por haber
revelado que no sólo las amas de casa, los benignos profesionales y los
burócratas violan a diario la privacidad de los ciudadanos leyendo las revistas,
escuchando o viendo en la radio y la televisión los programas constituidos
específicamente para violarla -la gran diversión mediática de nuestro tiempo-,
sino también los espías. ¿Mal de muchos, consuelo de tontos? En cierta forma,
sí. En las encuestas que se han hecho en Estados Unidos sobre Snowden, una
mayoría aprueba que la inteligencia norteamericana grabe las conversaciones
privadas. Me temo que no sería distinta la reacción de la opinión pública de la
gran mayoría de las sociedades democráticas que viven, como Estados Unidos, con
la zozobra de ser de nuevo víctimas de los atentados terroristas de las
organizaciones como Al-Qaeda, empeñadas en acabar con el Gran Satán, categoría
en la que incluyen a todas las democracias laicas de corte occidental.
Hay peligro
de que esta realidad deteriore las instituciones que sostienen una democracia,
sin duda. Pero también la deterioran operaciones mediáticas que desnaturalizan
el ejercicio de la libertad de expresión y la convierten en un libertinaje
irresponsable. La libertad y la legalidad son igualmente importantes para que
funcione la democracia y ejercitar la libertad en contra de la legalidad sólo
se justifica en países donde la legalidad está reñida con aquella, pues la
limita o conculca. No es cierto que en sociedades como Estados Unidos o Suecia
la legalidad se haya degradado al extremo de que sólo violándola se pueda
ejercer la libertad. Ni Edward Snowden ni Julian Assange son paladines, sino
depredadores de la libertad que dicen defender.
Opinión
DISCULPE,
PRESIDENTE MORALES
Página
12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
Por Boaventura
de Sousa Santos. Durante una
semana esperé, señor presidente Evo Morales, que el gobierno de mi país,
Portugal, pidiera formalmente disculpas por el acto de piratería aérea y de
terrorismo de Estado que cometió junto con España, Francia e Italia al no
autorizar la escala técnica de su avión, que regresaba a Bolivia después de una
reunión en Moscú, ofendiendo la dignidad y la soberanía de su país y poniendo
en riesgo su propia vida. No tenía expectativas de que lo hiciese, pues conozco
y sufro a diario el colapso de la legalidad nacional e internacional en curso
en mi país y en los países vecinos, la mediocridad moral y política de las
elites que nos gobiernan, y el precario refugio de la dignidad y la esperanza
en las conciencias, en las calles y plazas, después de haber sido expulsadas
hace tiempo de las instituciones. No hubo pedido de disculpas. Las pido yo, un
ciudadano común, avergonzado de pertenecer a un país y a un continente que es
capaz de cometer esta afrenta y de hacerlo impunemente, ya que ninguna
instancia internacional se atreve a enfrentar a los autores y los responsables
de este crimen internacional. Mis disculpas no tienen valor diplomático, pero tal
vez tengan un valor incluso superior, en la medida en que, lejos de ser un acto
individual, son la expresión de un sentimiento colectivo, mucho más vasto de lo
que se puede imaginar, por parte de ciudadanos indignados que todos los días
agregan más razones para no sentirse representados por sus representantes. Este
crimen fue una más de esas razones. Nos alegramos con su regreso a casa y
vibramos con la calurosa bienvenida que le dio su pueblo al aterrizar en El
Alto. Créame, señor presidente, que a muchos kilómetros de distancia, muchos de
nosotros estábamos ahí, embebidos en el mágico aire de los Andes.
El señor
presidente sabe mejor que cualquiera de nosotros que se trató de un acto más de
arrogancia colonial, que continúa una larga y dolorosa historia de opresión,
violencia y supremacía racial. Para Europa, un presidente indígena es siempre
más un indígena que un presidente y, por eso, es de suponer que transporta
drogas o terroristas en su avión. La sospecha de un blanco contra un indio es
mil veces más creíble que la sospecha de un indio contra un blanco. Recuerde
que los europeos, en la persona del papa Pablo III, sólo reconocieron que la
gente de su pueblo tenía alma humana en 1537 (bula Sublimis Deus), y
consiguieron ser tan ignominiosos en los términos en que rechazaron ese
reconocimiento durante décadas como en los términos en que finalmente lo
aceptaron. Llevó 469 años para que, en su persona, fuera elegido presidente un
indígena, en un país donde son mayoría.
Pero sé que
usted también está atento a las diferencias en las continuidades. La
humillación de la que fue víctima, ¿fue un acto de arrogancia colonial o de
sumisión colonial? Recordemos otro “incidente” reciente entre gobernantes
europeos y latinoamericanos. El 10 de noviembre de 2007, durante la XVII Cumbre
Iberoamericana realizada en Chile, el rey de España, disgustado por lo que
escuchaba decir al recordado presidente Hugo Chávez, se dirigió a él
intempestivamente y lo mandó a que se callara. La frase “¿por qué no te
callas?” quedará en la historia de las relaciones internacionales como un
símbolo cruelmente revelador de las cuentas pendientes entre las antiguas
potencias coloniales y sus ex colonias. De hecho, no es posible imaginar que un
jefe de Estado europeo se dirija en esos términos, públicamente, a otro
presidente europeo, cualesquiera fueran las razones.
El señor
presidente fue víctima de una agresión aún más humillante, pero no se le
escapará el hecho de que, en su caso, Europa no actuó de forma espontánea. Lo
hizo bajo el mando de los Estados Unidos y, al hacerlo, se sometió a la
ilegalidad internacional impuesta por el imperialismo norteamericano, tal como
hiciera años antes al autorizar el sobrevuelo de su espacio aéreo por vuelos
clandestinos de la CIA, transportando sospechosos en camino a Guantánamo, en
una clara violación del derecho internacional. Signo de los tiempos, señor
presidente: la arrogancia colonial europea ya no puede ejercerse sin sumisión
colonial. Este continente europeo se está volviendo demasiado pequeño para poder
ser grande sin estar sobre los hombros de otros. Nada de esto absuelve a las
elites de Europa. Sólo profundiza la distancia entre ellas y tantos europeos,
como yo, que ven en Bolivia a un país amigo y que respetan la dignidad de su
pueblo y la legitimidad de sus autoridades democráticas.
Análisis
de internacional
EVO,
TE HAN MAREADO UN HUEVO
La
Semana de España (www.lasemana.es/opinion)
Evo, te han
mareado un huevo. Sirva este pareado coloquial para resumir lo que le ocurrió
al presidente de Bolivia, Evo Morales, a su regreso de la visita oficial a
Rusia. Varios países europeos prohibieron sobrevolar su espacio aéreo al máximo
mandatario boliviano, a quien no le quedó más remedio que iniciar un periplo
que tuvo una parada inicial en Viena, antes de aterrizar en Canarias para
repostar combustible.
Esta
circunstancia estuvo motivada por el rumor de que Edward Snowden viajaba oculto
en el avión presidencial de Morales. Snowden es el ex trabajador de la CIA que
está acusado de revelar secretos estadounidenses, que huyo de Estados Unidos y
que permanece en uno de los aeropuertos de Moscú a la espera de que se
resuelvan sus peticiones de asilo.
Parece
mentira que un simple rumor sea capaz de dejar en tan mal lugar a la diplomacia
de varios países europeos, entre ellos España. Incluso, con situaciones
realmente esperpénticas como, por ejemplo, según ha contado el Gobierno de
Bolivia, la intención de un funcionario español en Austria de tomar un café en
el avión de Morales durante su escala en el aeropuerto vienés (y de paso comprobar
si Snowden iba a bordo).
Es cierto que muchos consideran a Evo Morales como un personaje estrafalario, populista y de discurso antiimperialista. Sin embargo, nadie debe olvidar que, consideraciones subjetivas aparte, es un máximo mandatario (aunque sea de un país pequeño) y, como tal, tiene que ser respetado por la comunidad internacional.
En principio, la simple palabra de Morales, como presidente, ha de valer en la diplomacia. Con la desconfianza llevada al extremo, además sin fundamento, como ha sido en el caso del avión, solo se enturbian las relaciones y quedan retratados los países que pusieron trabas al vuelo presidencial. Estos, incluso, pecaron de pardillos porque era más lógico seguir el procedimiento protocolario habitual aun teniendo alguna sospecha.
Es cierto que muchos consideran a Evo Morales como un personaje estrafalario, populista y de discurso antiimperialista. Sin embargo, nadie debe olvidar que, consideraciones subjetivas aparte, es un máximo mandatario (aunque sea de un país pequeño) y, como tal, tiene que ser respetado por la comunidad internacional.
En principio, la simple palabra de Morales, como presidente, ha de valer en la diplomacia. Con la desconfianza llevada al extremo, además sin fundamento, como ha sido en el caso del avión, solo se enturbian las relaciones y quedan retratados los países que pusieron trabas al vuelo presidencial. Estos, incluso, pecaron de pardillos porque era más lógico seguir el procedimiento protocolario habitual aun teniendo alguna sospecha.
De este modo,
se ahorraban problemas diplomáticos si Evo Morales no llevaba con él al ex
espía, pero si, por el contrario, Snowden hubiera aparecido en Bolivia, Morales
habría quedado en evidencia, como mentiroso y desacreditado.
Está claro
que esto le ha ocurrido al presidente boliviano por ser quién es y por
representar a un Estado considerado con poco peso internacional. A nadie se le
hubiera ocurrido cuestionar la palabra (incluso con sospechas más fundadas) o
hacerle lo mismo a líderes como Barack Obama, David Cameron, Angela Merkel o
Vladímir Putin, pero como se dice habitualmente, siempre ha habido clases...
INCREÍBLE
AFRENTA EUROPEA
Atropello
a presidente Evo Morales constituye una agresión a Bolivia.
La Nación Dominicana (www.lanaciondominicana.com)
Todo el que tenga un mínimo de conciencia sobre la dignidad de pueblos y naciones, y crea en los más elementales preceptos del derecho internacional debe rechazar con energía el atropello de que fuera víctima el presidente de Bolivia, Evo Morales, lo que constituye una agresión a todo un país pobre que lucha por construir su propio destino y, por extensión, a todos sus vecinos y hermanos latinoamericanos.
No hay que
ser devoto de Evo Morales ni de su Gobierno para rechazar que se obligara a
aterrizar al avión en que viajaba el presidente boliviano, por la simple
presunción de que en el mismo podría ir el agente de inteligencia
estadounidense Edward Snowden, varado en el aeropuerto internacional de Moscú
tras desertar de sus responsabilidades y denunciar una inmensa red
norteamericana de espionaje.
Fue un evidente
exceso de complacencia por cuanto no se trataba de un terrorista, genocida o
criminal condenado por un tribunal o siquiera con una orden internacional de
captura, sino de alguien que denunció un abuso transnacional del derecho
universal a la confidencialidad de las comunicaciones, particularmente en el
ámbito europeo, lo que debía ofender a quienes actuaron con tan asombrosa
sumisión.
Llama la atención que si Estados Unidos tiene capacidad para espiar las comunicaciones electrónicas de 38 embajadas de países amigos y enemigos, incluyendo las delegaciones y edificios de la Unión Europea, y millones de comunicaciones telefónicas y de Internet de todo el mundo, incluyendo a aliados como Alemania, no haya podido establecer vigilancia en el aeropuerto moscovita para saber con certeza si Snowden aborda un avión tan importante como el del presidente de una nación.
Llama la atención que si Estados Unidos tiene capacidad para espiar las comunicaciones electrónicas de 38 embajadas de países amigos y enemigos, incluyendo las delegaciones y edificios de la Unión Europea, y millones de comunicaciones telefónicas y de Internet de todo el mundo, incluyendo a aliados como Alemania, no haya podido establecer vigilancia en el aeropuerto moscovita para saber con certeza si Snowden aborda un avión tan importante como el del presidente de una nación.
No se puede
justificar que un Estado cualquier se arrogue el derecho de interceptar las
comunicaciones del resto del mundo, en violación de sus propias normas
constitucionales y del derecho internacional, mucho menos que trate como
delincuente al mandatario de otra nación que no le ha declarado la guerra ni le
ha agredido.
Se puede entender que Estados Unidos quiera sancionar al desertor, pero no agregando otra ignominia internacional a la que motivaron la deserción del agente. Pero lo más insólito, e inconcebible es que países como Portugal, Italia y sobre todo Francia, que debían estar ofendidos por el desenfrenado espionaje norteamericano, se prestaran tan dócilmente a colaborar con el intruso, sin el menor fundamento ni derecho, entorpeciendo el viaje de un presidente legítimo, negándole el paso por su espacio aéreo y obligándolo a un aterrizaje de emergencia.
Se puede entender que Estados Unidos quiera sancionar al desertor, pero no agregando otra ignominia internacional a la que motivaron la deserción del agente. Pero lo más insólito, e inconcebible es que países como Portugal, Italia y sobre todo Francia, que debían estar ofendidos por el desenfrenado espionaje norteamericano, se prestaran tan dócilmente a colaborar con el intruso, sin el menor fundamento ni derecho, entorpeciendo el viaje de un presidente legítimo, negándole el paso por su espacio aéreo y obligándolo a un aterrizaje de emergencia.
¡Oh Europa!
Que pobre demostración de dignidad, atropellando las normativas de la
Convención de Viena que protege los derechos de los presidentes a sobrevolar
territorios, siguiendo las pautas de la aviación internacional. ¡Cuánto se
extraña a estadistas de la categoría histórica de Charles de Gaulle, de George
Pompidou, de Francois Mitterrand, Willy Brandt u Olof Palme!
Hay que
celebrar la inmensa dignidad y el coraje con que el primer presidente indígena
de América resistió los intentos de que le registraran el avión tras su forzoso
aterrizaje en Viena, Austria, precisamente la capital del derecho
internacional. Le sobró la integridad y el valor que le faltó a su colega
Francois Hollande.
Y qué pena
que Estados Unidos reproduzca actuaciones que pudieron explicarse en la guerra
fría, cuando la Unión Soviética, China y sus aliados le disputaban la
hegemonía. Pero que ahora resultan absolutamente prepotentes e insultantes y
que degradan su liderazgo en la promoción de la democracia y el respeto a los
derechos nacionales e internacionales.
Hay que
celebrar que la Organización de Estados Americanos condenara esta semana el
atropello al presidente boliviano y reclamara las correspondientes disculpas,
con votación casi unánime, con las excepciones de Estados Unidos y Canadá, así
como de Panamá que se separó del consenso latinoamericano y caribeño.
Opinión
FLORECIMIENTO
DE LA SOLIDARIDAD LATINOAMERICANA
La
Jornada de México (www.jornada.unam.mx)
A propósito
de la persecución que sufrió el presidente de Bolivia, Evo Morales, por los
espacios aéreos europeos, y por la radical persecución, no virtual sino real,
del hacker estadunidense Edward Snowden, ex contratista de la Agencia de
Seguridad Nacional (NSA), se mostraron otra vez las reservas de solidaridad que
mantienen entre sí los países latinoamericanos (de América Central al sur del
continente), y esto por lo que hace de militancia activa de la defensa de
nuestros derechos, lo cual resulta una rara avis en un mundo que se caracteriza
por el egoísmo y por la casi exclusiva defensa de intereses particulares (no de
los derechos humanos).
A pesar de
las amenazas estadunidenses, del propio presidente de Estados Unidos, Barack
Obama, tres gobiernos latinoamericanos: Venezuela, Nicaragua y la propia Bolivia,
ofrecieron asilo al perseguido Edward Snowden, sin que hasta la fecha se haya
decidido (sábado 13 de julio) el desenlace. Cuestiones técnicas (por ejemplo,
el solicitante del asilo en principio debería estar ya en territorio del país
de la protección, o bajo su protección diplomática), cuestión que no ocurre en
el caso de Snowden, quien desde hace semanas permanece en el aeropuerto de
Moscú. El propio perseguido ha pedido nuevamente asilo a Rusia, que antes ya la
había lo rechazado por la condición del presidente Putin de que Snowden se
abstuviera de realizar actos que molestaran o perjudicaran a sus amigos estadunidenses.
Pero debe
hacerse notar que, en información de última hora, la prensa mundial señaló que
Barack Obama, después de comprobar que Snowden había repetido su solicitud de
asilo a Moscú, tomó otra vez el teléfono para repetir sus amenazas a Putin,
diciéndole que una eventual concesión de asilo se contradecía flagrantemente
con la expresión del presidente ruso de unos cuantos días antes, condicionando
el asilo de Snowden a que éste se comprometiera a no molestar a Estados Unidos,
lo que equivalía a cortar las alas al ex oficial de la NSA.
Por otro
lado, los países integrantes del Mercosur, es decir, los presidentes de
Argentina, Brasil, Venezuela y Uruguay –con Bolivia en proceso de adhesión–
decidieron en la reunión de Cochabamba convocar en consulta a sus embajadores
en España, Francia, Italia y Portugal, países que impidieron el uso de su
espacio aéreo al avión del presidente Evo Morales. Asimismo, citarán a los
representantes de los cuatro países europeos en sus territorios para
informarles de esa decisión.
Presentarán además una nota formal de protesta a
cada uno de los gobiernos que se negaron el cruce de su espacio aéreo por el
avión de Evo Morales, diciendo además que demandarán explicaciones y las
correspondientes excusas.
Todavía,
pues, está en veremos el desenlace de este episodio persecutorio, que ha
ofrecido otra vez la oportunidad de mostrar, por un lado, la disciplina que
mantiene Estados Unidos sobre sus amigos y socios (en este caso varios de los
principales países europeos), y del otro la solidaridad que mantiene la nueva
América Latina, poniéndose de relieve los grandes cambios que ha tenido el
subcontinente, sobre todo en su porción media y sur, del que faltarían
notablemente y por desgracia México y Colombia (a pesar de algunos esfuerzos de
Enrique Peña Nieto, más gestuales y protocolarios que de afirmación política
definida). Esperamos, no obstante, que la práctica y la experiencia conduzcan
al presidente de México a nuestro lugar natural en política, más cercano a los
países del sur que de la potencia del norte. ¿Será posible y verdad?
Daniel
Ellsberg, quien filtró hace 40 años los llamados Papeles del Pentágono sobre la
guerra de Vietnam, nos dice ahora que nunca en la historia de Estados Unidos
hubo una filtración tan importante como la actual de Edward Snowden, ya que ha
puesto al descubierto los sistemas de espionaje de Estados Unidos no sólo en
relación con otros países y personalidades, sino también, ¡y sobre todo!,
respecto de ciudadanos estadunidenses y a sus propios líderes de gobierno,
subrayando hasta qué punto esas prácticas son violatorias de la Constitución y
de todos los sistemas de derechos humanos que ese país afirma defender sin
falta.
Los jefes de
Snowden sostienen que éste reveló algunas de las prácticas encubiertas de la
NSA, que se habría convertido en un organismo casi enteramente destinado a
escuchar a los individuos en el mundo entero.
El golpe ha
sido de tal magnitud que se puede entender, sin aceptar, la virulencia de la
reacción oficial estadunidense, encabezada por el propio presidente Obama. No
sólo los derechos del hombre y del ciudadano consagrados en la Contitución de
Estados Unidos han sido borrados de un plumazo, sino también la cuarta y quinta
enmiendas de esa Constitución, que teóricamente salvaguardan al ciudadano de
las intervenciones no autorizadas en su vida privada por juez competente que,
después de las revelaciones de Snowden, podemos decir que han quedado
prácticamente suspendidas y reducidas a letra muerta.
Opinión
EVO
MORALES
La
Tercera de España (www.tercerainformacion.es)
Tres hombres
jóvenes han puesto en la picota a la 1ª potencia mundial: Julian Assange,
Bradley Manning y Edward Snowden. Hoy, Estados Unidos nos ha dado el derecho a
pensar que su fábrica de descontentos tiene capacidad para multiplicarlos.
No hubo
cumbre UNASUR en Cochabamba (Bolivia 04/07/013), sólo una reunión donde
asistieron los presidentes de 6 de las 11 naciones que conforman el organismo:
Argentina, Ecuador, Surinam, Uruguay, Venezuela y Bolivia y, una delegación
presidencial brasileña. Guyana fue imposible de contactarla por la premura de
la cita según Rafael Correa.
Como Francia,
Portugal, Italia y España, en América Latina sucumbieron y bloquearon la
cumbre: Colombia, Chile y Perú, dejando, todos ellos y aquellos, en evidencia,
lo que siempre hemos sabido: la facilidad con la que se puede comprar un mundo.
Para los
españoles la desvergüenza se sirvió en Viena cuando, como un sospechoso al
estilo del colombiano Pablo Escobar, el avión presidencial boliviano aterrizó
en el aeropuerto de Schwechat.
El gobierno
español, sin tino diplomático, dió el penoso acento del mayordomo recién
contratado, al querer inspeccionar una nave que goza de inmunidad internacional
de acuerdo a la Convención de Viena de 1961 en su artículo 40*.
Con la
llamada del canciller francés, Laurente Fabius a su colega boliviano David
Choquehuanca, Francia cumplió con las disculpas exigidas por Bolivia y UNASUR,
sin embargo del lado del país de los toros, el ministro de Relaciones
Exteriores, José Manuel García-Margallo, dijo –hoy retractado y solicitando
disculpas - que España no tenía ninguna razón de hacerlo, en otras palabras,
España afirmaba que Morales mentía cuando dijo que en el aeropuerto de Viena el
embajador de España en Austria quiso revisar el avión presidencial boliviano,
chantajeándole con dejarle sobrevolar los cielos españoles y aterrizar en sus
aeropuertos si accedía a ello.
La mala gana
de Francia, Italia, España y Portugal al prohibir que el avión presidencial
boliviano surcase sus espacios aéreos, por tener la certeza de que Snowden
viajaba con Morales, dejó al contraespionaje americano como plato quebrado, al
embajador español en Austria buscando un nuevo destino y a Margallo con cara de
bobalicón.
La intención
de Estados Unidos de desprestigiar al bloque socialista latinoamericano, se ha
revertido dejando la imagen norteamericana y europea desacreditada;
convenciéndonos, de paso, que la verdad sobre Irak, Libia, Egipto, Siria,
Bolivia o Venezuela, puede ser otra urdimbre mundial.
Lo cierto es
que una nueva herida se ha abierto entre un mundo joven digno y uno viejo
deshonrado. ¿Quién puede ahora negar dónde está la servidumbre?
Es posible
que la oposición internacional, a la alternativa donde participa Morales, esté
feliz, pero la impresión de intromisión en los asuntos internos – de nuevo – en
Latinoamérica, ha recobrado fuerzas.
Múltiples
declaraciones se han dado: Miguel Insulza (OEA) y UNASUR, exigiendo
explicaciones a los países europeos involucrados, Ban ki Moon (ONU),
entendiendo el problema y pidiendo a los estados implicados discutir desde el
respeto a los intereses comprometidos; México, dejándole a la Comisión
Permanente del Congreso la responsabilidad de condenar o no, Maduro, diciendo
que Mariano Rajoy es "indigno", Santos, que desconocía los hechos y
que no hubiera líos diplomáticos, Cristina de Kirchner, que había sido un caso
perfecto porque dejaba a la luz los vestigios de un colonialismo, Daniel
Ortega, que era “un acto criminal”…
No obstante
el mensaje de Obama, advirtiendo sobre las consecuencias a quien de refugio a
Snowden, dejó en el aire algo así como: quien se mueva no sale en la foto, las
desestabilizaciones están a la orden del día y se mantiene la relación Norte –
Sur. Una especie de absolutismo, nada de multipolaridad.
Vemos, pues,
desarrollarse ante nuestros ojos, que el país más poderoso de la tierra condena
al mundo porque sus intereses y seguridad nacional están en juego, importándole
poco matar la verdad y la ética.
Es impensable
que se pueda meter tanto la pata, no cabe en cabeza alguna cómo fue posible
tanta torpeza, por ello es mejor pensar que siempre todos sabían lo que hacían,
quizá Francia con mayor motivo por aquello de tener su propio sistema de
espionaje, PRISM, del que no se salvan los teléfonos móviles, los correos
electrónicos, sms y faxes.
Este impasse
ha permitido comenzar a concluir que el otrora esplendoroso way of life norteamericano
ha lanzado, sin importarle absolutamente nada, por los acantilados al muchas
veces cuestionado, en Latinoamérica, glamur europeo y, cargado de razones a las
gorras y extravagantes chándales del socialismo del siglo xxi.
Mientras
tanto, el viceministro de relaciones exteriores boliviano ha llamado a su
despacho a los embajadores de España, Francia e Italia; el grupo económico del
sur, Mercosur, a consulta a los 4 embajadores en los países europeos
involucrados y, el presidente del gobierno español diciendo que el caso es un
debate artificial. El mundo está cambiando.
MADURO
A RAJOY: “USTED PERTENECE AL MUNDO DE LOS QUE SE ARRODILLAN”
Vegamedios
Press de España (www.vegamediapress.net/not)
El primer
mandatario venezolano, Nicolás Maduro, formuló el pasado jueves los más duros
calificativos en contra del ejecutivo ultraconservador español y de su primer
titular Mariano Rajoy, acusándolo directamente de mantener una conducta
“rastrera, arrodillada” y adscribiéndolo asimismo a lo que él denominó ”el
antimundo, el mundo que no queremos, el mundo de los que se arrodillan y de los
que agreden a los pueblos”. “Es un Gobierno infame el del presidente Rajoy, y
así lo digo, y nosotros vamos a evaluar nuestras relaciones con España, con el
Gobierno de España, no con el pueblo de España“, porque “el pueblo deEspaña sí
que ha sido solidario con Evo Morales y ha sido solidario con Snowden”…
Maduro
manifestó que su gobierno evaluará las relaciones con el Gobierno español tras
el incidente sufrido el martes por el presidente boliviano, Evo Morales, en su
vuelo de Moscú a La Paz. Con tono agrio y a la vez vehemente, Maduro declaró
ante los medios de comunicación que “lo que ha hecho el Gobierno de España es
infame, pretender revisar el avión de un presidente sudamericano. ¿Qué se cree
ese presidente Rajoy - se preguntó Maduro -, que los sudamericanos somos
esclavos de ustedes?”.
El presidente
venezolano exigió una disculpa en toda regla por parte de los gobiernos
dePortugal, Italia, España y Francia, los paises que le habian negado al
presidente Morales el aterrizaje y el paso por sus respectivos espacios aéreos.
Maduro considera que la víctima principal es la propia Europa, que ”sigue
mansamente las órdenes del imperio”.
EL GALIMATÍAS
ARGUMENTAL DEL GOBIERNO ESPAÑOL
De forma
tardía y a caballo de las consecuencias que ya se anunciaban por parte de
diferentes dirigentes latinoamericanos, el ministro de Exteriores español, José
Manuel García-Margallo, aseguró que no se había producido “ninguna prohibición”
para que el avión deMorales sobrevolara el espacio español.
Sin embargo,
y en contradiccion con la excusa exhibida por Garcia Margallo, Bolivia ha
denunciado que el gobierno español había permitido en un primer momento el
aterrizaje. Pero luego lo revocó. Evo Morales ya había relatado, además,que el
embajador de España en Viena, Alberto Carnero, acudió al aeropuerto de Viena a
pedirle que le “invitara a tomar un café en el avión”, con la descarada
pretensión de comprobar si el informante Snowden se encontraba dentro del
aparato.
En su
permanente incapacidad para afrontar los enredos que su misma politica
provoca,Mariano Rajoy eludió la cuestión diciendo que “es lógico que España
permitiera aterrizar en su territorio el avión del presidente boliviano porque
no viajaba junto a Snowden”. Y manifestó su intención de no entrar en un debate
que calificó de “artificial”.
EVO, SNOWDEN Y MURSI: TRES PERSONAS DISTINTAS, Y UNA
SOLA…
Rebelión de España (www.rebelion.org/noticia)
I Sí, Evo Morales, Edward
Snowden y Mohamed Mursi. Pero ¿qué le vamos a hacer si fue el mundo que nos
tocó vivir? No me refiero con esto a alguna perfidia que cobije estos nombres.
Sí y mucha en cambio, a la que alrededor de ellos, con ocasión de lo que son y
de sus acciones muestra el odioso poder que gobierna el mundo. Ese que por
disimular y para no llamar las cosas por su nombre, él bautizó Nuevo Orden
Mundial.
Evo Morales era
un campesino humilde y pobre que como el que más, representaba la cultura y la
idiosincrasia boliviana, una de cuyas expresiones más ancestrales es la hoja de
coca con sus significados medicinales, rituales, vivificadores y recreativos.
Ante la represión ordenada por los sucesivos gobiernos estadounidenses a los
sucesivos gobiernos bolivianos desde que comenzó esa retrasada cruzada del
siglo XX “la guerra contra las drogas”, las fuerzas policiales y militares de
Bolivia con la brutalidad y la corrupción que les son propias en América
Latina, al tiempo que se enriquecían con las mafias que industrializaban la
coca y la enviaban como cocaína a los Estados Unidos, se dedicaban con saña a
reprimir a los miles de campesinos e indígenas que conforme su milenaria
tradición, seguían adeptos a la planta sagrada.
Y ahí es donde
ese campesino e indígena pobre y humilde aparece sin proponérselo por una
confluencia de circunstancias, encabezando la indignación y la resistencia de
los suyos, de su etnia zaherida, contra ese trato que ahora además se les daba
de forajidos, si hasta donde podían comprenderlo esa había sido su forma de ser
en una saga que se remontaba a la “prehistoria”. Y en ésta donde tan mal les
fue, los esbirros de Francisco Pizarro y Diego de Almagro no los llamaron
facinerosos. Infrahumanos apenas y que no tenían alma, pero eso es otra cosa.
Fueron entonces
muchos los palos sobre las magras carnes de Evo, los garrotes policiales que se
placieron en su costillar, largos los días en hórridas prisiones, dignas de
quien sin atinar a entender cómo ni por qué, el imperio más poderoso lo
encumbraba considerándolo uno de sus más peligrosos enemigos. “¿Cómo así, si yo
tan pobre? ¿Cómo así?” se preguntaba y repetía incrédulo el sencillo pero
altivo campesino desde su lecho de tierra en el maloliente calabozo. Ese Evo
fue el mismo que entre marcha y marcha, refriega y refriega, alegatos y
proclamas salpicadas con la muerte, la tortura y la cárcel para los
protestantes, en un cruce feliz de caminos resultó presidente de la República
de Bolivia en nombre de los menospreciados y los apaleados.
II Después un tal Snowden,
Edward para sus familiares, muchacho aún -29 años- desconocido para el mundo,
que de pronto dio un respiro a Evo porque ocupó su lugar en ser dolor de cabeza
del momento del imperio más violento que haya conocido el mundo. Ese muchacho
paradójicamente hijo de él, típico joven de allá, al servicio no sólo de su
país como puede estarlo del suyo cualquier médico o agrimensor, sino del
Estado, pero no de cualquier dependencia, sino de la más sensible, secreta y
peligrosa, al punto de hacerse inconfesable: de aquella desde donde se cuecen
las grandes conspiraciones contra los países, los hombres, las ideologías y aun
las religiones que los Estados Unidos consideren “inaceptables” en el nuevo
lenguaje diplomático que ya no lo es tanto. Y esa dependencia era la Central de
Inteligencia Americana, CIA.
Allí trabajaba
y servía el joven Edward al igual que miles como procesador y analista de
información, oficio que no obstante recalcárseles los hacía merecer bien de su
patria, debía ser muy sigiloso al punto que su función y aún la identidad del
patrón debían ser celosamente encubiertas. ¡Qué no decir de las cosas que allí
menaban! De los planes que fraguaban, los países que espiaban -al parecer más
amigos que enemigos-, las mentiras globales que se construían, las guerras que
se incubaban, noticias que se creaban y las “armas de destrucción masiva” que
se “descubrían” con el inminente peligro de aniquilamiento del propio país que
legitimaba una guerra preventiva de exterminio del satánico agresor. En fin…
Pues bien,
Edward tal vez se asqueó de ello, se indignó de ver la mentira de la causa a la
que servía. Y el hombre, quizás con ancestros en los padres peregrinos del
Mayflower llenos de piedad e idealismo, sintió que era mucho para él. Y que en
el lugar donde estaba si bien salvaría su cuerpo, de seguro, caviló, perdería
el alma. Y se fue. Lleno de secretos, de información “clasificada” –otro nombre
pío-, llevando el expediente escabroso de los horrores que le depara al mundo y
en particular a quienes se le opongan, a manos de la potencia militar que
reclama el derecho a mandar en él.
III Y descanse por unos momentos Snowden porque vino un ese sí más conocido
Mursi, Mohamed para sus familiares, que ocupó su lugar en ser el dolor de
cabeza del momento del imperio más violento que haya conocido el mundo. Mursi
llegó al poder como presidente de Egipto en unas elecciones libres pero
mediadas y controladas por los Estados Unidos cuando el pueblo al costo de
ochocientos muertos se levantó un día sí y otro también durante meses exigiendo
se fuera la descompuesta dictadura militar que llevaba cuarenta años en el
poder.
Como los
muertos eran tantos y el pueblo no parecía dispuesto a ceder, Estados Unidos,
que había convertido a Egipto, la nación árabe más importante y poblada del
mundo, en sumisa aliada suya y de Israel en una correlación de fuerzas donde el
enemigo eran los otros países árabes y Palestina (¡!!), exigió entonces se
fuera su valido el general Hosni Mubarak, cuya continuidad en la presidencia
resultaba impresentable ante el mundo. Y ante lo inquebrantable del reclamo
popular por democracia, Estados Unidos autorizó se llamara a elecciones,
condicionándolas a una “transición pacífica y responsable” que traducía que el
ejército de Egipto, su ejército de ocupación en el país portentoso de la
hermética Esfinge, los arcanos de Tutankamón y el prodigioso Valle de los
Reyes, fuera el árbitro. Dicho sin finuras, que se hicieran elecciones,
nombraran presidente y todo lo que el populacho quisiera, pero que su ejército
se reservaría el poder efectivo. No iban los EE.UU a crear una poderosísima
fuerza a su servicio y de Israel, para por un arrebato del insensato pueblo
entregársela a quienes pudieran ser sus enemigos.
Dicho y hecho.
Se hicieron elecciones por primera vez en muchos años, y el ganador fue la
organización que más encarnaba los anhelos del pueblo de libertad y democracia.
Fue la Hermandad Musulmana, y presidente su líder Mohamed Mursi, para gozo del
mundo árabe que veía cómo otra implacable dictadura, la más, se derrumbaba a
golpes de pueblo. Asomaba el sol de la democracia.
El nuevo
régimen era notorio, comenzaba a caminar bajo la férula y mirada inquisidora de
los militares que ayer masacraban a sus adeptos. La única concesión necesaria
para que la primavera no pareciera nublada a los ojos del mundo, fue la de
permitir juzgar por unos pocos crímenes a un Mubarak casi agónico, cuya
reclusión en un hospital militar equivalía a estar en casa.
Comenzaron
entonces nuevas manifestaciones esta vez contra el flamante gobierno, una
inusual primavera árabe, otra primavera egipcia pero al revés. Los validos del
antiguo régimen protestando contra el gobierno, reclamando que se volviera al
estado anterior que les favorecía. Hubo algunos muertos, no muchos, aunque
cualquier muerto es mucha muerte. Y los militares -¡quién lo creyera!- le
reclamaron adoloridos al presidente Mursi porque había sangre en las plazas. En
la de Tahrir para más señas.
El ejército dio
un insólito ultimátum al gobierno para que se plegara a sus demandas. El
“ultimátum” se cumplió, los militares dieron el golpe, Mubarak ríe a mandíbula
batiente desde su prisión de mentiras, y el pelele civil que pusieron los
militares para alegar que cuartelazo no ha habido, juró cumplir la Constitución
y decretó de inmediato su suspensión. Así el régimen no es inconstitucional:
“¿Cómo se va a violar la Carta Magna si está suspendida?” Hasta razón tienen.
POR TEMOR A ESPÍAS PROHÍBEN EL USO DE MAILS Y CELULARES A
MINISTROS
El presidente Evo Morales sostiene que los servicios de
inteligencia de Estados Unidos monitorean las comunicaciones de su gabinete.
El
País de Uruguay (www.elpais.com.uy)
Los ministros
del presidente Evo Morales no pueden comunicarse "ni por celular ni por
Internet", porque son espiados por los servicios de inteligencia de
Estados Unidos, afirmó este domingo el titular de la Presidencia, Juan Ramón
Quintana.
Quintana,
exmilitar y brazo derecho de Morales, ratificó las denuncias hechas el sábado
por el mandatario, quien aseguró en un acto público que los servicios de inteligencia
norteamericanos tienen acceso a los correos electrónicos de sus ministros.
El jefe de
Estado boliviano reveló que la información se la facilitó un presidente
sudamericano durante la cumbre de Mercosur que se realizó el viernes en
Montevideo, donde también el canciller argentino, Héctor Timerman, denunció
espionaje a más de 100 funcionarios de su país.
Quintana,
entrevistado por la red de medios gubernamentales, afirmó que "no podemos
ni comunicarnos por celular ni por Internet". Luego acotó: "No solamente
estamos vigilados, estamos sistemáticamente violados por estos servicios de
espionaje que todos los días nos recortan la libertad de comunicarnos
libremente".
Según el alto
funcionario, "estamos pasando a una especie de cárcel, de celda, y siendo
inocentes tenemos derecho de rebelarnos". El ministro indicó que las
denuncias del extécnico de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA en inglés)
Edward Snowden, quien se encuentra en Rusia, demuestran que Estados Unidos
ejecuta un plan mundial de espionaje. Agregó que urgen reformas al sistema
jurídico mundial, para que estos hechos de espionaje sean investigados y
sancionados.
"Esto
tiene que producir nuevas reglas internacionales en el marco de las Naciones
Unidas, y si no es así, a las Naciones Unidas hay que ponerle un candado",
señaló la autoridad.
Para el
ministro, si la ONU no funciona, entonces "hay que construir un nuevo
organismo global que defienda estos nuevos valores universales con los que
nació Naciones Unidas en la década del 40".
Leopoldo Decamilli, catedrático de la universidad de
Berlín
EL MODELO BOLIVARIANO YA USABA HITLER EN LOS AÑOS 30
Leopoldo Decamilli, demócrata cristiano de la primera
hora, abogado y filósofo, profesor de la Universidad Técnica de Berlín, dictó
un par de conferencias sobre su materia a su paso por Asunción. En esta
entrevista analiza la crisis europea y compara con el proceso bolivariano,
averiado al intentar posarse en nuestro país. “Nuestras sociedades son muy
corruptas. Tiene que haber un renacimiento desde abajo, con una fuerza moral
extraordinaria”, afirma.
ABC de Paraguay (www.abc.com.py/edicion-impresa)
-Se diría de
usted que es uno de los nostálgicos de la democracia cristiana paraguaya,
aquella que se creía se iba a potenciar con el fin de la dictadura, pero quedó
ahí, casi como un recuerdo.
-Cuando egresé
como abogado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción
me fui becado a los 24 años a España. Pasé por Francia y me contrataron para la
enseñanza libre y permanente en la Universidad Técnica de Berlín, donde estoy
hasta hoy. Yo siempre fui demócrata cristiano, desde el comienzo. Hubo en el
Paraguay varios movimientos antes de la fundación del partido (a principios de
los sesenta), ya en tiempos de la dictadura de Morínigo. Publicábamos folletos,
boletines y demás...
-En Europa
también quedaron como recuerdos.
-¿Los
demócrata-cristianos? ¡No! Hoy es el partido más fuerte de Alemania. Es el
partido de gobierno, de Ángela Merkel, que cogobierna con los liberales. Lo que
ellos no han tenido es mayoría suficiente para gobernar solos.
-En Europa tuvo
gran importancia en la post Segunda Guerra Mundial.
-Fue
fundamental. De Gásperi en Italia, Schuman en Francia, Adenauer en Alemania,
fueron los tres que crearon la unidad de Europa. La inspiradora fue la
democracia cristiana.
-Pero también
los norteamericanos con su Plan Marshall.
-Después de la
Guerra, los norteamericanos tuvieron un gran acierto. No cometieron el error
tremendo del Tratado de Versalles (el que dio por finalizada la Primera Guerra
Mundial, con fuertes impuestos de guerra contra el pueblo alemán que trajo la
dictadura hitleriana). Entonces implementaron el Plan Marshall. Es cierto. Los
norteamericanos ayudaron a Europa a surgir de vuelta. El capital humano que
había ayudó bastante para salir adelante.
-¿Desde cuándo
vive en Europa?
-Desde el 50.
Cuando recalé en Berlín tenía que hacer la edición de una revista estudiantil
internacional. En aquella época existían dos organizaciones estudiantiles, una
en la zona comunista y otra en la zona libre. Berlín estaba dividida en cuatro
sectores. Yo estaba en el sector francés, inglés y norteamericano. Cerca de mi
casa en Berlín está hasta ahora la antigua comandancia del primer gobierno de
los Cuatro Sectores de Berlín, hasta que el comandante ruso se retiró y empezó
la división y también la tendencia de la Unión Soviética de tratar de
apoderarse de los sectores occidentales.
-Hicieron un
bloqueo...
-Primero, no
permitieron que entrara nada. Los americanos hicieron un puente aéreo para
salvar el bloqueo. Fue allá por el 1950 más o menos. Llegaban aviones con
alimentos cada cinco minutos. Los soviéticos pensaron que con el hambre iban a
forzarlos a abandonar el territorio, pero no pudieron. La segunda forma de
aislar a Berlín Occidental fue la construcción del Muro (1961), pero fue
también para evitar que la gente de Berlín Oriental se fugue a Berlín
Occidental, porque las condiciones de vida en ese sector no eran buenas.
El 17 de julio
1953 los soviéticos aplastaron un gran levantamiento de obreros descontentos en
la zona que les pertenecía.
El muro en
medio de la ciudad era una cosa espantosa. El muro dividía casas, iglesias,
clubes. En el campo estaban las alambradas electrificadas, dispuestas con
metralletas automáticas. Quien osaba cruzar era baleado en forma automática.
Por si fuera poco estaban los perros caza-hombres.
-¿Usted estaba
cerca?
-No estaba
lejos de mi casa. Se escuchaban los disparos.
-¿Por qué la
crisis golpeó tanto a la Unión Europea?
-Se cometió un
error. Incorporó muy pronto a países que no estaban en condiciones de hacerlo.
Grecia es uno de ellos. Tiene un problema grandísimo. Vivía por encima de sus
posibilidades. Un griego no necesita llegar a los 60 años para jubilarse.
-A España
también le dieron mucho dinero.
-La Comunidad
Europea le facilitó bastante. Pero los gastos se fueron en obras y cosas sin
ninguna importancia, y ahora está sufriendo las consecuencias.
-¿Es la
ideología de los gobernantes, que se antepone a los intereses reales de la
población?
-No solamente,
también hubo gobiernos conservadores. Yo tengo confianza en que Europa va a
poder salir de esta situación crítica. Mis dudas van por el plano moral. Hay
muchos problemas de diferente naturaleza. No existe un cultivo de valores
positivo, se tiende mucho a subordinar la vida al goce individual, al placer,
al hedonismo, encontrar todo a mano.
-¿Cómo se
refleja eso?
-Sobre todo en
la destrucción de la familia, la base de toda sociedad. Se tiende hoy el
camino, una alfombra roja al aborto, al divorcio, a la admisión de la unión
entre personas del mismo sexo, asimilándolos a la familia.
-De hecho,
siempre existió.
-La familia se
ha creado naturalmente desde el comienzo de los tiempos para perpetuar la
especie. Es el fin fundamental. El aborto está produciendo una disminución
acelerada de la sociedad europea. No es solo teoría. En Alemania no hay
generaciones nuevas que sustituyan a las viejas. Es un grave problema. ¿Quién
va a trabajar mañana si no hay hijos?
-¿Siguen
teniendo influencia los partidos marxistas?
-Indirectamente
sí, pero ya no existe prácticamente. Lo que sí existen son las uniones
marxistas, pero partidos políticos ya no. Si existen son muy débiles. Se
presentan con otros nombres. Hay pocos que se atreven. El avance de la Unión
Europea hacia el este demuestra que las sociedades orientales han fracasado.
Gorbachov fue el que se dio cuenta de que no podían seguir con el engaño. Ellos
se estaban hundiendo económicamente cuando se desplomó el Muro.
-Lo notable es
Sudamérica, donde varios países retomaron la bandera.
-Yo no veo nada
de socialismo en Chávez ni en Maduro. Lo que hay es una demagogia
extraordinaria para mantenerse en el poder, explotando la riqueza del pueblo
venezolano, que es el petróleo, apoyándose en movimientos corruptos. En todos
los países donde está el Alba, la organización no funciona.
-¿Usted no cree
posible el éxito de ese movimiento bolivariano que empezó Chávez?
-No. No va a
prosperar. Chávez ya no está y Venezuela está en la ruina. Antes de eso hacía
regalos para comprar a los gobiernos, gobiernos sumidos en la corrupción. En
los programas de Lanata se han ventilado pruebas de la corrupción extrema que
imperaba en el gobierno de Kirchner. Su heredera, la esposa, se mantiene con el
mismo esquema. Se ofrecen limosnas a los simpatizantes en vez de darles trabajo
para que sean dignos. El dinero se acaba y, entonces, cómo van a continuar así.
Sacó el dinero que era para los jubilados. Hoy ya no tiene fondos. Mantienen a
la gente pobre con un pequeño sueldo a cambio de su voto. Se fomenta así una
clientela corrupta.
-¿Y la sanción
que aplicaron a Paraguay en el Mercosur?
-El mismo
Mercosur es un proyecto de unión económica que no está tomando decisiones
económicas, sino más bien de índole política. Lo que hicieron al excluir al
Paraguay fue una cosa escandalosa. Fue una decisión política y en contra del
derecho. Eso dijo el presidente uruguayo (José) Mujica. Él no puede decir tales
cosas. Se desnuda a sí mismo, porque reconoce que separaron al Paraguay para
meter a Venezuela por la ventana. Fue eso nada más.
-Es la primera
vez que sucede. Vinieron los cancilleres como en patota para revertir una
decisión soberana del Congreso.
-El primero que
vino fue Maduro, que intentó levantar a las Fuerzas Armadas paraguayas. Es
intolerable lo que hizo al querer arremeter contra la soberanía de todo un país
en forma inaudita.
-A eso le
llaman “Socialismo del Siglo XXI”.
-Es un
socialismo sin cara. ¿Cuál es la base de eso?, declaraciones teóricas, no
causas concretas, y ahora Venezuela debe afrontar los problemas existenciales
de su pueblo. Faltan alimentos. No hay papel higiénico. Tuvieron que importar
de Bolivia...
-¿Al Paraguay
le conviene seguir con el proceso de integración?
-Dicen que es
conveniente. No entiendo mucho de economía, pero yo no sé hasta qué punto se
puede justificar. Me gustó la posición asumida por el nuevo Presidente, hay que
reconocer que es una posición valiente, de decir que no vamos a entrar mientras
no se arreglen las ideas, no se respeten las resoluciones que comprometieron a los
gobiernos para echar a andar el Mercosur.
-¿Cuál cree que
es el modelo de integración que se adecua a nuestro país?
-Nuestras
sociedades son muy corruptas. Tiene que haber un renacimiento desde abajo, con
una fuerza moral extraordinaria. Sin eso no se puede. Yo apostaría por
personas, grupos o movimientos de base cristiana. No digo que todos sean
buenos, pero necesitamos personas formadas, con base cristiana, sólidas para
hacer respetar la Constitución, respetar la familia. Me gusta el modelo
chileno, con una economía bastante sólida. Me gusta México. Está en una muy
buena posición. Está el ejemplo de Costa Rica. Tenemos que cultivar la libertad
y mirar bien y copiar la recuperación de Europa después de la Segunda Guerra
Mundial (1939-1945).
-¿Para usted
huele mal eso de combatir la pobreza con sueldos para los pobres?
-Eso ya hacía
Hitler en los años 30. Todos los gobiernos totalitarios hacían lo mismo que
hacen hoy estos gobiernos de Venezuela, Argentina, Ecuador, Bolivia... Se hace
regalos a la gente. Se difunde oficialmente la mendicidad.
-Se legaliza.
-Sí. Se hace de
manera legal. Se crea una clientela a la que se le lleva en autobuses a las
manifestaciones oficiales, se promueve el odio y se persigue a los que no están
con el gobierno, como vemos que pasa en la Argentina. En fin, se gobierna en
forma dictatorial con una fachada de democracia. Vaya si no lo conocemos bien
los paraguayos.
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