The
Economist ha publicado un artículo sobre Bolivia y su primer presidente indígena,
Evo Morales, quien ha manejado la economía del país más pobre del continente
con éxito sostenido durante trece años. Pero también tiene una fuerte actitud
autoritaria, dado su dominio de las ramas del gobierno y el apoyo del
electorado, en su mayoría indígenas o mestizos. En este escenario, él se
postula para un cuarto período presidencial consecutivo, que la Constitución
prohíbe.
A diferencia
de otros presidentes latinoamericanos con inclinaciones autoritarias, Evo
Morales ha dominado a su país menos mediante la coerción que mediante el
consentimiento. La economía de Bolivia ha crecido en un promedio de casi el 5%
al año durante sus 13 años en el poder, el doble del promedio de América
Latina. Aunque sigue siendo el país más pobre de América del Sur, la pobreza
extrema se ha reducido en más de la mitad, según el Banco Mundial.
Indígenas y
mestizos bolivianos, una mayoría de la población, han logrado avances sociales
y económicos bajo el primer presidente con raíces indígenas. En 2017 celebró
esos logros construyendo un museo en su ciudad natal, cuya colección presenta
retratos de él mismo.
Morales, ex
líder de un sindicato de cultivadores de coca, ha ganado tres elecciones de
manera justa y con grandes márgenes. Espera ganar un cuarto en octubre. Pero
sus intentos de prolongar su presidencia se han vuelto cada vez más serios. Ha
reforzado su control sobre la comisión electoral supuestamente independiente.
El gobierno se ha apoyado en la prensa, por ejemplo, retirando la publicidad de
los periódicos críticos.
Aunque el
señor Morales podría ganar una elección justa en octubre, muchos bolivianos
están preocupados de que se mantenga en el cargo sin importar la votación. Ese
miedo ha provocado una reacción violenta, que ha dado corazón a una oposición
dividida.
La
candidatura de Morales es en sí misma una trampa. El 4 de diciembre, el
tribunal electoral supremo concedió su petición para que se le permitiera
postularse por cuarto período consecutivo. Esto se basa en un fallo en 2017 por
parte del tribunal constitucional, que es tan dócil como la autoridad
electoral, de que todos los funcionarios electos tienen derecho a postularse
para la reelección tantas veces como lo deseen.
Ambas
decisiones contradicen la constitución adoptada en 2009, que dice que los titulares
de cargos no pueden cumplir más de dos mandatos consecutivos. Los fallos
también desestiman el resultado de un referéndum que el Sr. Morales celebró en
febrero de 2016, en el que una estrecha mayoría votó que no debería poder
buscar la reelección.
El 27 de
enero, Bolivia celebrará sus primeras elecciones primarias para seleccionar
candidatos presidenciales para cada partido, según una ley aprobada en agosto
pasado. La oposición los denuncia como un dispositivo para darle a la
candidatura de Morales una falsa legitimidad.
El
movimiento de base 21F, que lleva el nombre de la fecha en febrero en que se
celebró el referéndum, ha organizado huelgas y manifestaciones desde el fallo
del tribunal constitucional. Sus miembros son en su mayoría de clase media, que
ha crecido durante la presidencia del Sr. Morales y ahora es el grupo
socioeconómico más grande, según Captura, una consultora.
"Evo
debería dejar el poder porque perdió un referéndum", dice Eli Peredo, un
psicólogo que participó en una marcha el 6 de diciembre en La Paz, sede del
gobierno de Bolivia. Las instituciones a las que ahora amenaza "se
establecieron bajo una constitución que fue fundamental para dar vida",
señala.
Algunos
movimientos indígenas y sociales que alguna vez apoyaron al señor Morales están
teniendo dudas. El gobierno "no tiene derecho a violar la
constitución", dice Cristóbal Huanca, un líder indígena aymara de un
pueblo cerca de Oruro, al sur de La Paz. El gobierno "nos trata como si
fuéramos enemigos de derecha si no estamos de acuerdo con él", dice. Los
enemigos de Morales también están indignados por la corrupción, un viejo
problema que no ha podido controlar.
Las
protestas de fines del año pasado se tornaron violentas. Una mujer murió el 6
de diciembre en la ciudad norteña de Riberalta cuando se cayó después de
desafiar a los manifestantes antigubernamentales que habían obligado a cerrar
las tiendas. El 11 de diciembre, la sede regional del tribunal electoral y una
sucursal de la compañía telefónica del gobierno fueron destruidas en Santa
Cruz, un bastión contra Morales.
El gobierno
culpó a los manifestantes, en su mayoría estudiantes universitarios. Algunos
testigos afirman que los agentes del gobierno habían provocado el vandalismo.
Después de una pausa, las protestas pueden reanudarse pronto.
21F evita
alinearse con cualquier partido político. Pero los rivales de Morales para la
presidencia esperan convertir su ira en votos. El político con la mejor
oportunidad de derrotarlo es Carlos Mesa, un ex presidente centrista. En 2003,
cuando era vicepresidente de Bolivia, rompió con el entonces presidente,
Gonzalo Sánchez de Lozada, por la supresión de las protestas de Sánchez contra
la exportación de gas natural. Eso le valió al señor Mesa, un historiador y
periodista de profesión, respeto popular. Algunas encuestas sugieren que podría
vencer al señor Morales.
Pero muchos
bolivianos consideran al Sr. Mesa como un representante de la clase dominante
blanca, cuya hegemonía política terminó el Sr. Morales. La oposición, que
abarca todo el espectro político, hasta ahora no se ha unido detrás de él.
Otros seis candidatos planean desafiar al Sr. Morales. Algunos han pedido un
boicot a las primarias de este mes.
El
presidente tiene reservas de fuerza. Es el único líder de la izquierda de talla
nacional. Su partido, el Movimiento hacia el socialismo, sigue siendo poderoso
en las zonas rurales. Luis Paredes, un conductor de autobús y productor de café
que ha prosperado bajo el señor Morales, se preocupa por retroceder si pierde.
El presidente no es un demócrata dedicado, admite Paredes. Pero
"francamente, asegurarme de tener un ingreso estable es más importante
para mí que respetar la Constitución", dice. El señor Morales está seguro
de explotar ese sentimiento. Marco
Press de España (www.en.mercopress.com)
PERÚ ES EL SALVAVIDAS DE BOLIVIA PARA LA VENTA
DE GAS
En el presente año, la situación ha cambiado. Si
bien, todavía Argentina y Brasil le compran el hidrocarburo a Bolivia, las
alarmas se han encendido
Diario Correo de Perú (wwwdiariocorreo.pe)
Luego de
ganar las elecciones del 2014, y reelegirse como mandatario de Bolivia, Evo Morales Ayma, a voz en cuello dijo que su
país estaba preparado para ser el centro energético de Sudamérica.
Amparado en
el proyecto hidroeléctrico Banda Azul, situado en la provincia Chapare en el
norte del departamento de Cochabamba, el
Presidente altiplánico, sumó todas sus expectativas para venderle gas licuado
de petróleo (GLP) a Perú, Paraguay, Brasil y Argentina.
En el
presente año, la situación ha cambiado. Si bien, todavía Argentina y Brasil le
compran el hidrocarburo a Bolivia, las alarmas se han encendido por las últimas
noticias llegadas desde ambos países.
peligro para
bolivia. Un informe publicado por
Money, diario digital financiero; daba cuenta en noviembre del año pasado que
Argentina estaba adquiriendo escala y eficiencia con su megayacimiento
de gas Vaca Muerta, poniendo de esta manera fin a una época larga de
importaciones de gas.
De esta manera Bolivia comienza a sufrir en su producción y ha reducido
los volúmenes
de exportación a Brasil y Argentina. Así lo reveló el secretario de Minas,
Energía e Hidrocarburos de la Gobernación de Santa Cruz, Herland Soliz.
En esa misma
línea, el experto comentó que Brasil desde el 2015 ha tenido una reforma
energética, donde se ha liberado el comercio de hidrocarburos hacia el sector
privado.
El secretario de Energía de Argentina, Javier Iguacel, anunció que en dos
años ese país no necesitará el gas boliviano debido a que mejoró su
producción interna.
Este
panorama evidentemente preocupa al mandatario boliviano, pues los subsidios del
gas provienen de los réditos económicos que le deja al país altiplánico la
exportación de gas a ambos países.
Entonces, y
dada la coyuntura, donde el gobernador regional de Puno, Walter Aduviri
Calisaya es el más entusiasta, esa
especie de forado que quedaría, sería tapado vendiéndole gas a Perú.
Evo Morales
está jugando todas sus cartas para alcanzar ese objetivo, que evidentemente
prolongaría la hegemonía energética de Bolivia por algunos años más.
El funcionario argentino, había dicho: “Estamos discutiendo esto porque
en dos años ya no vamos a necesitar el gas de Bolivia, ni nada,
pero entendiendo que hay un contrato a largo plazo estamos tratando de
ajustarlo a algo que sea bueno para los dos países”, precisó.
Hace poco
menos de una semana la Agencia Nacional de Petróleo (ANP) de Brasil recomendó
restringir la compra de todo el volumen de gas natural procedente de Bolivia
por parte de Petrobras.
El ente regulador del sector hidrocarburos duda de la capacidad de Yacimientos
Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) de atender la demanda
incluso de operadores privados. Esta incertidumbre es la que impulsa a Morales
venderle gas a Puno y al sur del Perú.
RUSIA APOYA A BOLIVIA EN LA CAPACITACIÓN DE LOS
ESPECIALISTAS NUCLEARES
News Front de España (www.es.news-front.info)
La
Corporación Estatal de Energía Nuclear (Rosatom) de Rusia y el Ministerio de
Ciencia y Educación Superior de Rusia invitaron a estudiantes bolivianos a
participar en un programa de capacitación para profesionales en este campo.
Rusia invita
a los estudiantes a participar en el programa de becas para especializarse en
tecnologías nucleares y relacionadas en las mejores universidades rusas,
destaca el artículo entregado a Prensa Latina por el representante de Rosatom
en Bolivia, Alexei Chernyshev.
Las becas,
dijo, cubren el costo total del programa elegido e incluyen el aprendizaje del
idioma ruso.
El documento
recomienda para el año académico 2019-2020 los programas educativos necesarios
para el futuro Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear que
construirá Rosatom en El Alto, junto con la Agencia Boliviana de Energía
Nuclear (ABEN).
Dichas
especialidades son la energía nuclear y termofísica, las técnicas y tecnologías
de construcción, las instalaciones de energía de plasma y de alta tecnología,
las tecnologías químicas, la estandarización y la metrología.
El proceso
académico comenzará en septiembre de 2019 y durará cuatro años en el caso del
título y dos años en la maestría, y 12 meses para la escuela preparatoria donde
aprenderán ruso.
Las
instituciones de educación superior recomendadas son la Universidad Nacional de
Investigación Nuclear (Mephi), la Técnica Bauman, los Urales Federales, el
Politécnico Nacional de Tomsk y la Universidad Técnica del Estado de Nizhny
Novgorod.
Los
graduados recibirán un certificado de educación superior que dará un impulso
importante a sus estudios en las aplicaciones no energéticas de las tecnologías
nucleares, incluida la medicina, la ecología, la agricultura, la arqueología y
otros campos.
Rusia es el
líder mundial de la comunidad nuclear y colabora activamente con varios estados
latinoamericanos, incluidos Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Cuba y Paraguay.
Los
estudiantes de estos países aprenden habilidades teóricas y prácticas únicas
basadas en tecnologías rusas avanzadas.
El director
de aplicaciones de ABEN, Luis Fernando Cáceres, explicó que esta entidad está a
cargo de la construcción e implementación del primer Centro de Investigación y
Desarrollo en Tecnología Nuclear (Cidnt), en el 8º Distrito de El Alto, en
colaboración con Rusia.
También
informó que coordina la construcción de los Institutos de Medicina Nuclear y
Tratamiento del Cáncer en La Paz, El Alto y Santa Cruz.
Cidnt tendrá
como componentes el Complejo Preclínico Ciclotrón-Radiofarmacia, la Planta de
Irradiación de Propósitos Múltiples y el Reactor de Investigación Nuclear.
Cáceres dijo
que toda esta infraestructura moderna mejorará campos como la salud, la
industria, la ciencia y la tecnología, y en particular contribuirá a la
capacitación y especialización de los profesionales bolivianos en el uso
pacífico del átomo.
Camino a la cumbre
LA INCREÍBLE AVENTURA DE CINCO CHOLITAS
BOLIVIANAS EN EL ACONCAGUA
Llegaron a la base de la montaña y la escalarán
con sus atuendos típicos para dar mensaje sobre “la identidad andina” y
lucha contra la discriminación a la mujer.
El Clarín de Argentina (www.clarin.com)
Las Cholitas
suben las montañas con sus anchas faldas coloridas, su identidad de campesinas
bolivianas. Así llegaron al Aconcagua (6.962 metros de altura), el coloso de
América, en la cordillera mendocina. Fueron recibidas con gestos de afecto y
algarabía a cada paso por la montaña más alta de América. Su arribo, el pasado fin
de semana, al campamento base de Plaza de Mulas (4.350 metros), fue un festejo.
Trajeron alegría y cultura andina a un paisaje agreste repleto de deportistas
experimentados y extranjeros amantes de la adrenalina.
El grupo de
Las cholitas escaladoras de Bolivia, en inglés las llaman Cholitas
Climbing Bolivia, son: Lidia Huayllas, Dora Magueño, Analía Gonzáles, Elena
Quispe y Cecilia Llusco. Son cinco mujeres indígenas que viven en la
ciudad boliviana de El Alto-La Paz (4.200 metros sobre el nivel del mar).
Trabajan como cocineras en campamentos de montaña o porteadoras, trasladando en
mochilas los equipos de los andinistas que suben la cordillera de los
Andes. El grupo que asciende el
Aconcagua tiene entre 24 y 50 años. Son fuertes, están
acostumbradas al frío, el viento y la aridez del terreno de altura. “Creen que
van a poder llegar a la cumbre en una última escala de dos días, están muy
entusiasmadas”, le dice a Clarín,
Carlos Mamani Condori, el esposo de la cholita Elena Quispe (24). Ella comenzó
a trabajar a los 14 años cargando las mochilas de los turistas (pesan entre 20
y 25 kilos). La pareja aún no tiene hijos pero el plan está cerca: “Queremos
tener un hijo cuando Elena baje del Aconcagua”, revela el marido.
Las cholitas
ya lograron otras cumbres en Bolivia: Huayna Potosí (6.088 metros), Acotango
(6.050 metros), Parinacota (6.350 metros), Pomarapi (6.650 metros) e Illimani
(6.462 metros). Y, ahora, van por un desafío superior, el Aconcagua. Creen que lograrán su meta el próximo 21 de
enero.
El camino a la cima no siempre fue fácil. Aunque tuvieron apoyo
de sus parejas, Lidia (50) contó a la revista Veinte Mundos el origen de las
cholitas. Dice que sintió mucha
discriminación de parte de los escaladores y guías hacia el grupo
por ser mujeres. "Trataban de humillarnos porque no creían que tendríamos
la fuerza y la voluntad para llegar hasta la cima”. Mientras cocinaban para sus
maridos y los otros andinistas, comenzaron a interrogarse: por qué ellas se
quedaban en los campamentos de altura y no podían subir hasta la cima, otras
cholitas sentían curiosidad de cómo será o se sentirá el hacer cumbre. De
regreso, observaban el cansancio de sus esposos y de sus clientes pero, a la
vez, notaban la felicidad que expresaban por haber conquistado la montaña. Tuvieron
una inspiración más: la señora Virginia Siñani, quien en 1985 fue la primera
mujer en subir a la cumbre del Huayna Potosi e Illimani en polleras.
“Les dije a mis compañeras de trabajo que por lo menos hiciéramos la
prueba; ver hasta dónde podíamos. Y llegamos a la cumbre en un
solo intento”, recuerda Lidia, líder del grupo. Desde entonces, hace ya cuatro
años, decidieron escalar con sus atuendos tradicionales. Dejarse la pollera de colores y debajo, llevar todos los implementos
necesarios para escalar, como botas, crampones, arnés, campera inflable
de plumas, casco y cuerdas. “La primera expedición de Las cholitas fue en 2015,
el nevado Huayna Potosí. “Fuimos 11 cholitas y toditas hicimos cumbre”, destaca
la referente del grupo.
Lidia es la
coordinadora del grupo de 16 cholitas, integrado por madres, hijas y
sobrinas que se fueron sumando al equipo. La hija de Lidia, Suivel Gonzáles
(34), es una de las escaladoras que está en la expedición del Aconcagua. Las cholitas se han convertido en una
celebridad mundial en el andinismo. Las convocan deportistas del
extranjero para que los acompañen en sus travesías. Ya tienen planeado una
próxima excursión con perfume de mujer: en julio ascenderán los montes Austria
y Mirador Condoriri, ambos en Bolivia, junto al grupo de escaladoras
argentinas Mujeres a la Cumbre, que emprende un segundo año de
desafíos en montañas internacionales (@mujeresalacumbre).
La
expedición de las cholitas en el Aconcagua es financiada por la empresa
española Montura que está realizando un documental que incluirá imágenes de la
vida de estas mujeres en sus pueblos, escarbando papas y pasteando ovejas. “Les
han prometido que viajarán a España a presentar el documental”, dice Carlos y
cuenta que tres camarógrafos participan del ascenso en Mendoza. Los guías
argentinos que acompañan al grupo son Paula Celso y Nicolás Agüero.
Desde el
Aconcagua, y a través de un mensaje de Whatsapp después de jugar al fútbol a 4
mil metros de altura, cuentan a Clarín:
“Hoy (por el miércoles) nos encontramos en Plaza de Mulas y de ahora en más no
tendremos conexión (hasta la cumbre) a la vuelta tendrán noticias nuestras. Me
encuentro muy bien, feliz”, dice la cholita Analía González. El plan original
es este viernes ascender a Nido de Cóndores (5.560 metros) y tratar de alcanzar
la cumbre el 21 de enero, pero dependerá de las condiciones del clima, en una temporada que se presenta con
mayoría de días nublados, mucho viento y frío.
Todas
expresan su felicidad: “Me siento muy bien de estar aquí en Plaza de Mulas,
estamos muy felices de representar a Bolivia. Ya nos estamos yendo a campo
alto”, dice Lidia. Y Dora Magueño, agrega: “Por el momento estamos bien,
avanzando poco a poco. No sabemos mañana o pasado cómo será”. A su turno
Cecilia Llusco, confiesa estar feliz de estar “subiendo y bajando, disfrutando
de las montañas”.
La mayoría
de las cholitas, excepto Lidia, tienen maridos que son guías de montaña e
integran la Asociación Andina de Promotores de Turismo en Aventura y Montaña,
de La Paz. Carlos comenta que estas mujeres han soportado climas muy fríos y
están acostumbradas a moverse en altura. “Creo que nada les impedirá alcanzar
la cima. Están muy entusiasmadas por ascender a la cima”, dice el marido de
Elena.
¿Por qué le llaman cholitas? Carlos explica que es un apodo
de la época de la conquista española. “Así le llamaban los españoles a las
mujeres indígenas, a las mujeres del campo que venían a la plaza, por sus
polleras y sus mantas. En la Paz son conocidas como chula paceña, consideradas
patrimonio cultural. Y es por eso que no quieren dejar sus trajes para subir el
Aconcagua”.
Una
experiencia amarga para este grupo fue cuando escalaron el volcán Acotango, en
la frontera chileno-boliviana. Según la superstición local, una mujer no debe
realizar este tipo de actividades; solo los hombres pueden escalar. “Llegamos
al pueblito, nos preparamos y escalamos, todo bien. Pero al retorno los del
pueblo nos reclamaron el haber subido a la montaña y dijeron que se iba a
derretir todo, que ya no iba a haber nieve. Nos hicieron sentir mal”, lamenta
Lidia.
Ahora el
reto continúa en la montaña más alta de Sudamérica y en equipo van a
experimentar toda la dificultad de este coloso. “Bajar es más difícil porque
los pies ya están cansados y las rodillas tiemblan”, admite Lidia. Las cholitas
caminan unidas, a paso firme, una detrás de otra. Falta poco para alcanzar la
meta.
SE UNIERON PARA ESCALAR EL ACONCAGUA: CONOCÉ A LAS “CHOLITAS DE BOLIVIA”
“Nos llamaron 'guerreras', 'representantes de un
empoderamiento femenino' por estar cumpliendo este sueño tan especial que
tenemos nosotras de conquistar la cumbre más alta de América", postearon
en Facebook.
El Tribuno de Argentina (www.eltribuno.com)
Un grupo de
mujeres, autodenominadas "Cholitas escaladoras de Bolivia", partieron
desde La Paz a Mendoza para escalar el cerro Aconcagua. Y contaron sus
vivencias por Facebook antes de subir a alta montaña.
"Nos
despedimos de nuestras familias con mucha nostalgia desde nuestros hogares y en
el aeropuerto. El viaje desde La Paz a Mendoza fue muy lindo y sorprendente
porque vimos la cordillera real de los Andes desde el avión", expresaron
Lidia Huayllas Estrada, Dora Magueño Machaca, Analía Gonzáles Magueño, Cecilia
llusco Alaña y Elena Quispe Tincuta.
Las mujeres
hicieron una pequeña escala en Santiago de Chile y aterrizaron a Mendoza por la
noche, postearon el 9 de enero.
"Conocimos
distintas personas en este viaje que nos desearon mucho éxito en nuestro
ascenso al Aconcagua. Sobre todo mujeres que se sentían inspiradas por nuestra
historia, nos llamaron 'guerreras', 'representantes de un empoderamiento
femenino' por estar cumpliendo este sueño tan especial que tenemos nosotras de
conquistar la cumbre más alta de América".
"Y
mucha gente se sacó fotos con nosotras. Nos sentimos muy felices y
representadas", dijeron.
"Vamos
con el corazón de nuestra Bolivia y a conocer amigos argentinos y de otros
países para compartir experiencias. Estamos muy emocionadas y ahora sentimos
que este es el inicio del sueño", indicaron.
"Vamos
por la cima !!! Atentamente #cholitasescaldorasdebolivia
#cholitasclimbingbolivia #cholitasblimbersbolivia", se despidieron antes
de comenzar la travesía.
BOLIVIA. DEUDA EXTERNA BAJA
A NIVELES HISTÓRICOS Y ES MANEJABLE
La Tercera
de España (www.tercerainformacion.es)
De acuerdo
con los datos oficiales, en 2005 la deuda externa alcanzó $us 5.000 millones,
mientras que el PIB —entendido como el valor total de la producción de bienes y
servicios producidos en un país durante un determinado período de tiempo, que
por lo general suele ser de un año— bordeaba los $us 9.000 millones; sin
embargo, hasta el 30 de noviembre de 2018 la deuda alcanzó a $us 9.944 millones
con un PIB de más de $us 40.000 millones.
“Lo que estamos invirtiendo por año son (alrededor de) 7.000 millones (de dólares). Nosotros necesitamos caminos, agua, riego, electricidad, servicios básicos para la población”, sostuvo el ministro de Economía, Mario Guillén, en un balance de gestión realizado en la red de medios estatales pocos días antes de finalizar 2018.
“Lo que estamos invirtiendo por año son (alrededor de) 7.000 millones (de dólares). Nosotros necesitamos caminos, agua, riego, electricidad, servicios básicos para la población”, sostuvo el ministro de Economía, Mario Guillén, en un balance de gestión realizado en la red de medios estatales pocos días antes de finalizar 2018.
La autoridad
remarcó que en 2005 los gobiernos de corte neoliberal solicitaban a organismos
internacionales préstamos de recursos económicos para solventar el gasto
corriente del Estado y el pago de salarios y aguinaldos de los trabajadores
bolivianos, mientras que hoy, en la gestión del presidente Evo Morales, el
total de la deuda externa pública adquirida es utilizada para financiar el
proceso de industrialización del país, el fomento a la actividad productiva, la
construcción de caminos, entre otros, orientados a impulsar el crecimiento y
desarrollo de la economía boliviana.
En diciembre
de 2018, el Banco Central de Bolivia (BCB) indicó que los datos —registrados al
31 de noviembre— reflejan un endeudamiento público sostenible y que los
principales acreedores son organismos externos como el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID), con $us 2.829 millones; el Banco de Desarrollo de América
Latina (CAF), con $us 2.419 millones, y el Banco Mundial, con $us 841,6
millones.
En lo
referido a la composición por países, China es el principal acreedor de Bolivia
con $us 791,4 millones, seguido por Francia con $us 144,5 millones y Alemania
con $us 59,8 millones, detalló el BCB.
Basado en
los datos del ente emisor, Cambio publicó el 31 de diciembre de 2018 que en el
período republicano (1950-2005) el promedio anual de la deuda externa fue de
50% respecto del PIB, índice que en la etapa del Estado Plurinacional
(2006-2016) disminuyó a 18% por la mejora del nivel de actividad económica que
experimentó el país con la nacionalización de los hidrocarburos.
Guillén
destaca a Bolivia como ejemplo regional
El ministro
de Economía, Mario Guillén, afirmó ayer que Bolivia se consolidó como ejemplo
entre los países de Sudamérica, debido al crecimiento económico constante y sostenido
que registró en los últimos 13 años (2006-2018).
Remarcó que
las medidas implementadas con el Modelo Económico, Social, Comunitario y
Productivo permitieron diversificar los ingresos y evitar que la caída de los
precios de las materias primas afecte al desarrollo del país.
Destacó a la
inversión pública como el principal factor que impulsa el crecimiento.
“Creo que
estos 13 años Bolivia ha sido un ejemplo en la región, somos una economía que
creció constantemente, de manera sostenida”, manifestó Guillén.
EL MOVIMIENTO PARA DETENER AL PRESIDENTE DE
BOLIVIA, EVO MORALES
El desprecio por la constitución ha provocado una reacción violenta
The Economist de Londres (www.economist.com)
Al margen de otros presidentes latinoamericanos con inclinaciones autoritarias, Evo Morales ha dominado a su país menos a través de la coerción que a través del consentimiento. La economía de Bolivia ha crecido en un promedio de casi el 5% al año durante sus 13 años en el poder, el doble del promedio de América Latina. Aunque sigue siendo el país más pobre de América del Sur, la pobreza extrema se ha reducido en más de la mitad, según el Banco Mundial. Indígenas y mestizos bolivianos, una mayoría de la población, han logrado avances sociales y económicos bajo el primer presidente con raíces indígenas. En 2017 celebró esos logros construyendo un museo en su ciudad natal, cuya colección presenta retratos de él mismo.
Morales, ex
líder de un sindicato de cultivadores de coca, ha ganado tres elecciones de
manera justa y con grandes márgenes. Espera ganar un cuarto en octubre. Pero
sus intentos de prolongar su presidencia se han vuelto cada vez más serios. Ha
reforzado su control sobre la comisión electoral supuestamente independiente.
El gobierno se ha apoyado en la prensa, por ejemplo, retirando la publicidad de
los periódicos críticos. Aunque el señor Morales podría ganar una elección
justa en octubre, muchos bolivianos están preocupados de que se mantenga en el
cargo sin importar la votación. Ese miedo ha provocado una reacción violenta,
que ha dado corazón a una oposición dividida.
¿HACIA DÓNDE SE DIRIGE NUESTRA AGITACIÓN
POLÍTICA? MIRA A BOLIVIA
LSE de Londres (www.blogs.lse.ac.uk)
La historia reciente de desintegración política de Bolivia ofrece información vital sobre cómo y por qué los sistemas de partidos en Occidente están perdiendo relevancia. Todo apunta a un futuro en el que los cambios en la naturaleza del trabajo y los reajustes políticos a lo largo de líneas raciales, religiosas, étnicas, lingüísticas y territoriales podrían marcar el final del proyecto liberal, escribe Jean-Paul Faguet (Desarrollo Internacional de LSE).
El declive
de los principales partidos políticos y el resurgimiento del populismo han sido
evidentes en Occidente desde hace algunos años. Esto no se limita a ciertos líderes
carismáticos o cuestiones políticas particulares. Algo mucho más grande y más
profundo está en el trabajo.
Sé testigo
del colapso de los partidos que gobernaron Italia durante el período de
posguerra; el declive de los partidos centro-derecha y socialistas de Francia;
y la agitación entre demócratas y republicanos en los Estados Unidos.
En todo el
Oeste, no solo los partidos particulares, sino los sistemas de partidos enteros
están perdiendo su relevancia. Por "sistemas de partidos" me refiero
a partidos organizados en un equilibrio competitivo a lo largo de un eje
ideológico capitalista-trabajador de izquierda-derecha.
Habiendo
dominado el siglo XX y presidido por un enorme cambio social y económico, estos
sistemas se están desintegrando repentinamente a nuestro alrededor.
Los líderes
bien preparados y experimentados no pueden movilizar a los votantes. Los
partidos establecidos, incluso países enteros, están cayendo en manos de
carismáticos y extremistas. A dónde va todo esto?
Para citar a
Niels Bohr y Yogi Berra: predecir es difícil, especialmente sobre el futuro.
Pero como sostengo en un artículo recién publicado en el Diario de la
Democracia, podemos abrir una ventana analítica hacia el futuro al examinar la
experiencia de Bolivia.
La
desintegración de la política en Bolivia.
Bolivia? Sí,
Bolivia. Precisamente porque es uno de los países más pobres del hemisferio
occidental, la política de Bolivia nunca fue tan institucionalizada ni sus
partidos tan fuertes como los de los países más ricos.
Pero ha sufrido
muchos de los mismos choques económicos, interrupciones tecnológicas y cambios
sociales y ambientales en países mucho más desarrollados.
Es por eso
que la desintegración de su política comenzó antes y se desarrolló más rápido
que en otros lugares. Al ajustarse al contexto, Bolivia ofrece información
sobre cómo funciona la desintegración política y pistas sobre hacia dónde puede
ir.
Durante la
segunda mitad del siglo XX, el sistema de partidos políticos de Bolivia fue un
componente sorprendentemente robusto de una democracia frágil. ¿Por qué, a
principios del siglo XXI, colapsó repentinamente, para ser reemplazado por Evo
Morales y su etno-populista Movimiento al Socialismo (MAS)? Primero,
consideremos el sistema antiguo.
A pesar de
los muchos golpes de Estado bolivianos, desde 1953 en adelante, su política se
caracterizó por partidos organizados a lo largo de un eje de izquierda /
derecha, trabajo / campesino contra negocio / capital típico del siglo XX, y
este arreglo fue notablemente estable.
Este sistema fue tan dominante que los mismos partidos e individuos sobrevivieron a los disturbios civiles, a la insurgencia de la guerrilla, a la hiperinflación, a la crisis económica, a los cambios sociales y a muchos golpes de estado, y regresaron repetidamente para tomar las riendas del poder. ¿Por qué la política colapsó repentinamente en 2003?
Este sistema fue tan dominante que los mismos partidos e individuos sobrevivieron a los disturbios civiles, a la insurgencia de la guerrilla, a la hiperinflación, a la crisis económica, a los cambios sociales y a muchos golpes de estado, y regresaron repetidamente para tomar las riendas del poder. ¿Por qué la política colapsó repentinamente en 2003?
Aquí se
confunde la sabiduría convencional. Simplemente no es creíble que una disputa
sobre un gasoducto hacia Chile, el viejo enemigo, matara no solo a un
presidente y su gobierno, sino a los partidos políticos de Bolivia, el sistema
de partidos y el eje dominante de la competencia política.
Todos estos
habían sobrevivido mucho peor. Otros culparon al pobre desempeño económico,
pero eso tampoco es creíble. La economía había crecido continuamente desde
1986. Un sistema que sobrevivió a la hiperinflación en la década de 1980 no fue
derrocado por un crecimiento del 2.7 por ciento.
El colapso
de la política de Bolivia fue causado por algo mucho más profundo y más largo
en la fabricación. Fue un terremoto político que reemplazó el eje primario de
la competencia política con un nuevo eje mejor adaptado a su gran división
social real.
La
competencia política que enfrenta a los trabajadores contra los capitalistas
nunca tuvo sentido en un país pobre que carecía de ambos. Competir por la
identidad étnica y cultural tenía mucho más sentido en una sociedad dividida
por ambos.
Las
lecciones de Bolivia para Occidente.
¿Qué
lecciones tiene la experiencia boliviana para Occidente? Primero, los sistemas
de partidos políticos, incluso los que obviamente son exitosos, se deshacen una
vez que pierden sus amarras en los temas que más preocupan a los votantes. Las
historias de colapso político tienden a contarse en términos de guerras y
crisis económicas. Estos no son esenciales.
La política
puede colapsar y lo hace en tiempos de paz cuando la economía es aburrida. Lo
esencial es el vínculo entre las partes y la división social. Donde falta, los
partidos están condenados.
Segundo, la vieja división obrero-capitalista de la política occidental es cada vez más obsoleta. A medida que la industria manufacturera y la industria pesada disminuyen, llevan consigo a una clase de trabajadores que se identifican fuertemente entre sí contra un enemigo común.
Segundo, la vieja división obrero-capitalista de la política occidental es cada vez más obsoleta. A medida que la industria manufacturera y la industria pesada disminuyen, llevan consigo a una clase de trabajadores que se identifican fuertemente entre sí contra un enemigo común.
La
naturaleza cambiante del trabajo, desde un compromiso a tiempo completo ya
largo plazo entre empleadores y trabajadores, hasta "conciertos"
flexibles con pocos beneficios o garantías, más niveles crecientes de
informalidad, está socavando aún más la política de izquierda-derecha.
En toda
Europa, los partidos fundados para representar a los trabajadores industriales
no pueden aspirar a ganar elecciones, ni siquiera a mantener un propósito,
mientras que los "trabajadores como trabajadores" desaparecen. Esta
es la razón por la cual la agitación actual en los socialistas franceses, el
Partido Laborista del Reino Unido, los socialdemócratas de Alemania y el
Trabajo en los Países Bajos no es circunstancial sino existencial.
Tercero, Bolivia ilustra cómo las partes encuentran difícil cambiar sus valores y posiciones fundamentales porque han invertido mucho en la construcción de reputaciones basadas en ellos. Tanto los políticos como los activistas se oponen a los grandes cambios.
Tercero, Bolivia ilustra cómo las partes encuentran difícil cambiar sus valores y posiciones fundamentales porque han invertido mucho en la construcción de reputaciones basadas en ellos. Tanto los políticos como los activistas se oponen a los grandes cambios.
A medida que
la sociedad cambia, los partidos tienden a quedarse atrás. El cambio en el
sistema político tiende a tomar la forma de reemplazo: surgen nuevos partidos y
movimientos y se hacen a un lado los partidos establecidos que ya no son
relevantes.
Cuarto, ¿en
qué división subyacente se anclará una nueva política? Aunque son difíciles de
predecir, las narraciones más convincentes hoy en día, tanto en Occidente como
en Bolivia, giran en torno a la raza, el origen étnico y el lugar.
Una nueva
política de este tipo se desarrollará de manera diferente en diferentes países
dependiendo de sus historias y de cómo la identidad interactúa con la
geografía. En países donde ningún grupo es dominante, los sistemas de partidos
pueden agruparse alrededor de la identidad per se.
Pero donde
un grupo domina, puede surgir un nuevo eje que vincule al partido de este grupo
en un extremo con un partido cosmopolita que niega, o busca minimizar, las
diferencias de identidad en el otro. Vemos esto en Europa y los Estados Unidos
ahora, así como en Bolivia.
¿El fin del
proyecto liberal?
En términos
históricos, esta es una inversión extraordinaria. La Ilustración creía en la
igualdad de la humanidad. El liberalismo, en el sentido clásico de la palabra,
buscaba superar las divisiones basadas en la identidad.
En países
como Estados Unidos y Francia, los liberales construyeron no solo políticas,
sino identidades nacionales basadas en ideales compartidos, no en colores de
piel o tradiciones culturales.
Las partes
dispuestas en un eje de izquierda contra derecha eran accesibles para todos,
sin importar su identidad. El peligro ahora para Occidente es que se forje una
nueva política en torno a la raza, la religión, la etnicidad y el idioma. Esto
podría marcar el final del proyecto liberal.
Quinto,
cualquier nueva política de identidad está destinada a ser mucho más exclusiva,
construida en categorías a las que solo algunos pueden acceder. Esto
representaría un peligro no solo para ciertos países sino también para la
democracia como ideal. La razón es que los compromisos políticos necesarios
para hacer que la democracia funcione son más fáciles de encontrar en el
espacio económico.
El cambio
tecnológico y organizativo tiene el hábito de aumentar el tamaño del pastel
económico, facilitando opciones de política de suma positiva que son mutuamente
beneficiosas. Por ejemplo, las reformas revolucionarias del siglo XIX
enfrentadas por muchos países occidentales se vieron aliviadas por las reformas
de la educación, la salud y el bienestar.
Éstos
mejoraron enormemente las vidas de los trabajadores, pero al mismo tiempo los
hicieron, y por lo tanto las empresas, más productivos. Los trabajadores se
beneficiaron y los capitalistas también.
Los
compromisos mutuamente beneficiosos son más difíciles de encontrar en las
políticas de identidad. Las divisiones son más rígidas y las recompensas son a
menudo posicionales, medidas en términos de estado. Como resultado, tales
concursos tienden a ser de suma cero: para que yo gane, usted debe perder. Los
juegos de suma positiva son menos, y el riesgo de conflicto es mayor.
La
desaparición de la política de izquierda-derecha, y el aumento de los choques
de identidad, amenaza con alejarnos unos de otros, incluso cuando elimina los
medios para encontrar un acuerdo. Es un giro triste y peligroso para Occidente
que puede cambiar para siempre quienes somos.
PETROLERA ARGENTINA COMPRÓ A EMPRESA CANADIENSE
QUE EXPLOTA LITIO
Desde el mercado se explicó que los activos de
LSC Lithium están ubicadas en el "Triángulo de litio", un área en la
intersección de Argentina, Bolivia y Chile donde están los depósitos de
salmuera de litio más abundantes del mundo.
MDZOL de Argentina (www.mdzol.com)
La compañía
argentina Pluspetrol compró los activos locales de litio de la compañía
canadiense LSC Lithium Corporation, por casi US$85 millones, que desde 2016
opera proyectos de explotación del mineral en las provincias de Saltas y Jujuy.
Pluspetrol
es la tercera petrolera del país y para ingresar al negocio minero creó a
mediados de participación del 60% en el área Salar de Arizaro, en Salta,
de la cual LSC poseía el 40% restante.
Todas las
operaciones de LSC, que totalizan aproximadamente 300.000 hectáreas, están
ubicadas en el "Triángulo de litio", un área en la intersección de
Argentina, Bolivia y Chile donde están los depósitos de salmuera de litio más
abundantes del mundo.
La empresa
canadiense -que se desprendió de sus participaciones en el país a raíz de un
proceso de revisión estratégica, contaba con casi 10 años de experiencia en la
región con especial desarrollo de los proyectos Pozuelos (100% de
participación) y Pastos Grandes (100%) en la provincia de Salta.
La firma
canadiense también poseía el desarrollo de los proyectos Salinas Grandes (51%)
entre las provincias de Salta y Jujuy; Río Grande (100%) también en Salta; y
Jama (68%), en Jujuy.
¿QUÉ COMEN LOS PRESIDENTES DEL MUNDO?
Donald Trump volvió a demostrar esta semana que
se enorgullece de alimentarse de hamburguesas y pollo frito; pero no es el
único que tiene extrañas filias en materia gastronómica: que se lo pregunten a
Putin o a Evo Morales
La Voz de Galicia, España
(www.lavozdegalicia.es)
No existe
desagradable situación que no pueda salvar un Big Mac. Así de claro lo tiene
Donald Trump, que pese a que Estados Unidos vive el cierre de
gobierno más largo de la historia de la democracia, con más de
800.000 trabajadores afectados y los ministerios bajo mínimos,
decidió salvar los muebles en una cena en la Casa Blanca con los Clemson Tigers (ganadores
del campeonato nacional de fútbol americano) ofreciéndoles hamburguesas de Mc'Donald's, Burger King y Wendy's (ni
rastro de algún ejemplar de Five Guys,
las favoritas de Obama). ¿Y qué hay de malo? debió pensar el magnate, que se
enorgullecía de entregar su comida favorita a los jóvenes.
Es por todos
conocido, sobre todo porque el propio presidente norteamericano no lo oculta,
que es un fan incondicional de la comida rápida. Además de las hamburguesas,
los bocadillos y el pollo frito también están en su top ten;
siempre, claro, acompañados de Coca-cola. Ni agua, que debe ser para cobardes,
ni alcohol, ya que Trump es un abstemio convencido.
Aunque pueda
resultar excéntrico que un mandamás de la talla del neoyorquino se
alimente como lo hace, si se hace un repaso por los hábitos alimenticios de
otros mandatarios del mundo uno puede llevarse alguna que otra sorpresa. O no.
Pues el poder hace estragos hasta en el estómago.
Lo sabe bien
la mujer de José Luis Rodríguez Zapatero, Sonsoles Espinosa. Como
cuenta el libro de Pilar Cernuda Moncloa Confidencial: los secretos de
los presidentes de España, cuando la pareja se instaló en la
residencia oficial, Sonsoles prohibió
los fritos, las natas y los dulces. Había que cuidar la línea si uno
está en primera plana de la esfera pública; pero nada le dijo a los cocineros
de los espaguetis a la puttanesca, los favoritos del expresidente
socialista, una bomba de hidratos que comía con relativa frecuencia. Según
cuenta Cernuda en estas páginas, pocos presidentes españoles se metieron
en los fogones, pero Felipe González lo
hacía de vez en cuando para preparar todo tipo de pescados que le mandaban de
Andalucía mientras se cortaba unas tapitas de jamón al más puro estilo
Bertín.
Reacios a
hablar de lo que comen o dejan de comer en la Moncloa, parece que son sus
parejas las que tienen que sacar a relucir por dónde tiran los presidentes en
materia gastronómica. En el caso de Pedro Sánchez, del que se sabe que le
pirra la comida japonesa, se hace el escurridizo cuando le preguntan si le
gusta cocinar. Aunque gracias a las declaraciones de Begoña Gómez, su
mujer, los españoles ya saben que el madrileño sabe hacer espaguetis... y hasta
ahí puede leer.
Ruleta rusa
Por lo
menos, aunque no sea un cocinero de pro, no tiene al servicio de la
Moncloa jugando a la ruleta rusa. Y nunca mejor dicho, porque Vladimir
Putin, según ha publicado el diario The Independent, tiene desde
hace años en nómina a una persona que
prueba todos y cada uno de los platos incluidos en su menú del día para
comprobar que la materia prima no está envenenada. Por cierto, en muchas
de estas ocasiones, al empleado le toca catar cangrejo y caviar, dos de los
productos favoritos del presidente ruso, que ha reconocido en más de una
ocasión que es un auténtico fanático de la cocina de su país.
Hay maneras
y maneras de vanagloriar los platos autóctonos. Probablemente Evo Morales no
tenga muy clara esta idea. El presidente de Bolivia, que es un férreo defensor
de la cocina local, y cada vez que puede menciona las bondades de la lagua de maíz (una sopa originaria de
Cochabamba), generó todo
un revuelo mediático cuando relacionó
el consumo de la Coca-cola y el pollo con la homosexualidad y la calvicie.
Que no se entere Trump.
Quien
reconoce abiertamente que, pese a vivir en el país de la cerveza, no puede
resistirse a un buen vino es Angela Merkel. Aficionada a tomarse una copita de Malbec, puede acompañar
perfectamente una sopa de patata, algún queso o la salchicha de cerdo con col,
sus platos favoritos, con esta variedad.
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