Monday, October 31, 2022

LA OTRA SANTA CRUZ ESTÁ DESPERTANDO

Santa Cruz, el verdadero pueblo cruceño, no los patrones de siempre, ha despertado, y podemos estar seguros de que ha iniciado un camino sin retorno hacia la verdadera democratización de la política y la economía cruceñas. Hechos concretos como el cabildo popular, la toma de fábricas, el cerco a la ciudad nos están mostrando que hay un pueblo más grande y más luchador que el que creen representar los que se reúnen en calle Cañada Strongest. Santa Cruz no había sido la Catedral, la plaza 24 de Septiembre y sus alrededores y unas cuantas comparsas y fraternidades, o los cafés de la Monseñor Rivero. Santa Cruz y su pueblo son más grandes, son los que mueven la economía de su departamento, son los verdaderos autores del despegue cruceño y son el presente y futuro de la tierra camba.

La rueda de la historia es inexorable y es imposible detener por siempre, indefinidamente, el avance de los pueblos. Muchos que lo han intentado, aquellos que han querido marchar en contrarruta al desarrollo de la historia de los pueblos, siempre han terminado fuera del camino, sino aplastados por la marcha imparable de los pueblos.
Desde su misma fundación y durante la época republicana, Santa Cruz permaneció sometida a los caprichos e intereses de pequeños grupos de poder, oligárquicos, que bajo supuestos de superioridad étnica y/o cultural se apoderaron de vidas y haciendas. Las dictaduras militares del siglo pasado reforzaron estos conceptos de dominación.
El Proceso de Cambio iniciado en Bolivia en 2006, con el gobierno del Movimiento Al Socialismo, con la aprobación de una nueva Constitución y la fundación del Estado Plurinacional, inició la transformación del Estado y la sociedad bajo conceptos nuevos de inclusión social, cultural, económica y política. Este proceso tocó las fibras más íntimas de las clases dominantes bolivianas, particularmente de la cruceña.
Alertada por los vientos de cambio, la élite empresarial, vinculada a la agroindustria, el comercio y otras actividades no del todo legales, empezó a desarrollar una estrategia de desestabilización no solo del Gobierno, sino de revertir los cambios iniciados en 2006. Estos movimientos conspirativos y sediciosos se mostraron de manera evidente durante el proceso constituyente, mucho más con los proyectos separatistas y la incorporación de grupos armados mercenarios. Fueron sofocados estos focos terroristas, pero con eso no concluyó la pretensión restauradora.
El actual gobernador cruceño, Fernando Camacho, en 2019 presidente del Comité Cívico cruceño, toma la posta de la derecha cruceña, dejada por los dirigentes neoliberales, derrotados electoral y políticamente por el Proceso de Cambio y arremete en contra del Gobierno legalmente constituido, con apoyo de sectores empresariales, militares y policías, hasta lograr consolidar un golpe de Estado que llevó a la silla presidencial a la senadora Jeanine Añez.
Puede considerarse aquel un momento culminante de los restauradores republicanos, que a través de la fuerza lograron instalarse en el poder durante once meses, los más nefastos de la historia boliviana por la corrupción y la violencia, pues pensaron que podían instalarse en el gobierno de manera indefinida, blanqueándose con elecciones en las que contaban con todas las condiciones para ser favorecidos por los resultados.
Pero no contaban con que el pueblo boliviano ya había despertado, y si bien un coyuntural aletargamiento había permitido que los golpistas lograran su propósito de derrocar al Gobierno del pueblo, este había demorado poco en recuperar su espíritu, su ajayu y se había puesto nuevamente en pie de lucha para recobrar la democracia y devolver el poder al pueblo y para el pueblo.
Ese mismo fenómeno se está presentando en Santa Cruz ahora. El pueblo cruceño había permanecido silenciado, sometido por esa élite cruceña y sus medios de propaganda, además de una narrativa cultural que hacía ver al boliviano de occidente como al enemigo. Camacho, con su incapacidad de gestión, con su empecinamiento de desestabilizar al Gobierno, de considerarse líder de todo el pueblo cruceño, cuando solo representa a una clase social con poder económico pero minoritaria, ha colmado el vaso, ha rebasado los límites del aguante popular.
Ha despertado el pueblo cruceño, lo mostró en el cabildo popular. La Santa Cruz plebeya está marchando en los caminos rumbo al centro del poder, está tomando pacíficamente las fábricas y otros centros de poder y tomará las calles de la capital oriental para demostrar que Santa Cruz es más, mucho más que un Comité Cívico, un par de logias o un decena de comparsas o una centena de familias de apellido extranjero o piel clara. Santa Cruz ha despertado y será muy difícil que nada ni nadie pueda detenerla.
 
 
 
 
 
ORGANIZACIONES DE SANTA CRUZ EXIGEN RENUNCIA DE LUIS FERNANDO CAMACHO
 
En un ambiente polarizado, luego que los grupos de derecha en el departamento de Santa Cruz, Bolivia, incluido el gobernador Luis Fernando Camacho, continúan en paro, un movimiento indígena local inició una procesión hacia la capital cruceña para exigir la renuncia del titular del Gobierno estatal.
En el municipio de Yapacaní, provincia Ichilo del departamento de Santa Cruz, se desarrolló este sábado un gran cabildo que determinó iniciar una marcha rumbo a la capital cruceña en contra del paro cívico y tramitar un referéndum revocatorio contra el gobernador Fernando Camacho.
En el gran cabildo participaron diferentes organizaciones sociales e instituciones que forman parte de la resistencia al paro cívico con acciones como un bloqueo en el ingreso a Yapacaní, a la altura del puente que une a los departamentos de Santa Cruz y Cochabamba.
El bloqueo empezó esta semana y es en respuesta al paro que declararon Camacho, el cívico Rómulo Calvo y el rector de la Universidad Gabriel René Moreno (UAGRM), Vicente Cuéllar, con una gran perjuicio para los sectores más necesitados.
También acordaron gestionar un proceso revocatorio contra Camacho, por considerar que es el responsable de llevar adelante el paro indefinido y los bloqueos con perjuicios a la población, particularmente a las familias de escasos recursos económicos.
Los revocatorios contra autoridades electas se tramitan una vez cumplido la mitad de mandato. Las autoridades subnacionales empezaron su mandato en mayo de 2021.
En la concentración participaron también pobladores de los municipios de Buena Vista, San Carlos y Santa Rosa del Sara.
La ejecutiva de la Federación de Gremiales de Santa Cruz, Aracely Villarroel, pidió este sábado al gobernador cruceño Fernando Camacho dar un paso al costado y levantar el paro indefinido si “verdaderamente piensa en el pueblo”. Reclamó que los precios de los productos de primera necesidad se incrementaron en los mercados.
“Pedir al gobernador que dé un paso al costado, que piense en el pueblo de Bolivia y en los más pobres, porque hoy son las familias más pobres las que más sufren”, demandó.
Por otra parte, el Comité Interinstitucional por el censo 2023 determinó este sábado continuar con el paro indefinido, tras una reunión sostenida con los representantes de las personas que bloquean en las calles y las rotondas.
El rector de la Universidad Mayor Autónoma Gabriel René Moreno informó que otra de las determinaciones de la cita de esta noche, es que la reunión técnica se desarrolle en instalaciones de esta casa de estudios superiores en un plazo máximo de 48 horas.
En ella participarían tres técnicos del INE, tres del Comité Interinstitucional, tres de Tarija y tres de La Paz y supervisores del Mercosur.
La propuesta cruceña se mantiene en llevar adelante el censo el 18 de octubre de 2023 y la entrega de los resultados en 180 días como máximo para su aplicación de inmediato, mientras el Gobierno propuso que una comisión técnica defina cuándo realizar la consulta censal. (https://bit.ly/3DVXQMh)
 
 
 
 
 
PROMETER UNA REVOLUCIÓN, BAJO EL CONSENTIMIENTO OLIGÁRQUICO, NO ES MÁS QUE UNA ILUSIÓN REFORMISTA
 
Bolivia vive desde hace varias semanas una confrontación política abierta. Fernando Camacho, uno de los líderes del golpe de Estado en el año 2019, ahora intenta repetir la experiencia. Hoy en día electo Gobernador de Santa Cruz de la Sierra, ha convocado a un paro indefinido en ese departamento, que a la fecha ya lleva 7 días, acompañado de confrontaciones en diversas ciudades del país, quehan provocado varios heridos y un muerto.
 
Pressenza de Italia (https://bit.ly/3TSOhTx)
 
Lo que está sucediendo en Bolivia, después de un admirable ascenso popular que derrotó a un golpe fascista y recuperó la democracia, muestra la incapacidad de la idiosincrasia revolucionaria eurocéntrica y colonial de liderar un proyecto genuinamente novedoso y alter-nativo, que es lo que le da sentido al horizonte político indígena-popular de nuestro Estado plurinacional. En estos momentos, de asonada fascista, las posiciones defensivas sirven de poco, cuando lo relevante, más bien, sería el comprender por qué se viene
reiterando una nueva insurrección oligárquica (como si el golpe de Estado sufrido el 2019 no nos hubiese enseñado nada).
Uno de los escenarios que le fue útil a la derecha para viabilizar el golpe del 2019, fue la creciente incompatibilidad entre el proyecto indígena-popular y la apuesta burgués-desarrollista del “gobierno del cambio”. Esto provocó el desencantamiento en las bases mismas del “proceso de cambio” y un desencuentro creciente entre las expectativas populares y la retórica oficialista.
La nueva nomenclatura plurinacional del “vivir bien” y la descolonización, habían puesto en crisis a las estructuras de dominación colonial y cristalizó en un ascenso nacional-popular que se retrataba en la presencia del primer presidente indígena. Con la Asamblea
Constituyente se agudizó la crisis oligárquico-señorial, viendo cómo se multiplicaba un ascenso del movimiento popular con discurso indígena. Objetivamente se fueron generando las condiciones que permitían pensar en una auténtica revolución democrático-cultural.
Pero las propias apuestas conservadoras del gobierno le fueron encerrando en el mismo sistema que debía transformarse.
No fue capaz de desarticular la estructura de poder de la oligarquía, es más, bajo la ilusa esperanza de pactar alianzas con ámbitos de poder (como, por ejemplo, la agroindustria cruceña), hizo posible la rearticulación de estos, bajo auspicio estatal. Ya no se buscó
fortalecer al pueblo, ni sus propias organizaciones matrices, sólo se incentivó un apoyo prebendal de sus dirigencias. Los pretendidos “revolucionarios” descubrieron así su idiosincrasia reformista, permitiendo que las estructuras liberales, es decir, señorialistas, se fortalezcan al interior del Estado plurinacional.
Por eso, desde adentro, también, se fue iniciando una contraofensiva reaccionaria, dejando que la tecnocracia desarrollista fuera asumiendo ámbitos de decisión política, apadrinándose en el apoyo de gremios profesionales y empresariales, y dejando al pueblo
arrinconado en una presencia meramente ornamental, dentro de un Estado que había repuesto su estructura liberal-burgués-capitalista, pero ahora con fisonomía indígena.
Después de todo eso, se creyó que esta ilusión reformista del “gobierno del cambio”, de modificar las estructuras de poder y prometer una revolución con la pasividad y el consentimiento de la oligarquía y su contingente urbano, abiertamente fascista, había llegado a su fin. Pero la actual rearticulación del fascismo, con la misma lógica desatada en 2019, es la prueba manifiesta de que la dirigencia masista no ha aprendido nada. El fascismo camba, por ejemplo, jamás perdió de vista el acento profundamente revolucionario y anticapitalista que significaba el “proceso de cambio” entendido como revolución democrático-cultural, por eso su arremetida contra el gobierno es, más bien, una arremetida contra el sujeto proyectante del horizonte político plurinacional: el indio.
Por eso el golpe de Estado fue decidida y abiertamente ejecutado para escarmentar a este sujeto plurinacional y su osadía de pretender un país entre iguales (que también el gobierno venía desplazando en su apuesta reformista). Los coqueteos del gobierno del cambio con sectores derechistas, promoviendo también a sus lideres (Carlos Mesa como vocero gubernamental de la “causa marítima”), fue reforzando la asonada derechista y alejándole más del pueblo; eso fue dispersando la verdadera fuente de su poder y lo debilitó a la hora de la ejecución del golpe.
La recuperación democrática y el triunfo electoral del pueblo, no sólo confundió a la derecha sino también al propio MAS. Los descubrió sin haber evaluado las causas del golpe y una más que necesaria autocrítica; otra vez, el tufillo que deja el triunfo les extravió en el exitismo más irresponsable.
Por eso vimos replicarse una gestión improvisada sin horizonte y reiterando una idiosincrasia que debía ser revisada profundamente. En ese sentido, la ufana y entusiasta apuesta “políticamente correcta”, que celebra lo técnico por sobre lo político, no podía ser más ingenua y retratar la miopía de este gobierno y su ausencia de percepción política y lectura coyuntural. Después de 14 años, podemos ahora advertir cómo lo tecnocrático se fue sobreponiendo a lo político, haciendo de la estructura burocrática el verdadero politburó que terminó desplazando al pueblo y dejándolo a su suerte en un golpe de Estado, cuyo éxito es también atribuible al fenómeno implosivo que significa un gobierno que abandona su horizonte político por un pragmatismo circunstancial, cuya única meta consistía en garantizar, a cualquier precio, su siguiente gestión.
El expresidente Evo y todo su círculo inmediato, se queja de una gestión errática gubernamental, sin admitir que gran parte de su propia estructura continúa en el gobierno actual. La improvisada política estatal actual es, en esa medida, el remanente de una falta de direccionalidad estratégica en torno al horizonte político plurinacional que el pueblo mismo había objetivado como el “vivir bien”. El obrismo tan criticado demostró que los cambios objetivos no necesariamente constituyen subjetividad, es decir, creación del sujeto del cambio. Eso es lo que el pueblo, como autoconvocados (los verdaderos autores de la recuperación democrática), reclamó y sigue reclamando: una revolución cultural y pedagógica, política e ideológica, y no simplemente una mejor administración (que tampoco se logró) del mismo Estado que debía transformarse.
Esa apuesta conservadora es lo que hizo posible la reposición de los valores y las creencias liberales del Estado señorial y empoderó a una mentalidad burocrática que fue diseñada precisamente para hacer imposible cualquier transformación de las estructuras jurídicas
estatales. Eso es algo que nunca comprendieron ciertos “revolucionarios” adiestrados en el dogma de la base económica como clave de todo, dejando de lado el hecho de que todo sistema de propiedad o producción necesita de su expresión jurídica que lo haga viable.
Lo mismo sucede con el Estado, pues es el derecho asumido es el que instituye las propias reglas de operación del Estado, desde las cuales se decide qué es posible y qué no. Ahora bien, el derecho, o sea, la expresión jurídica que hace posible la continua reposición del Estado señorial, o sea, colonial, es el derecho liberal, ahora actualizado como neoliberal.
Pretender que con esa jurisprudencia iba a ser posible expresar el nuevo contenido estatal como plurinacional, retrataba y sigue retratando el carácter conservador de una elite “revolucionaria” que devino y deviene, para su propia desgracia, en reformista. Por eso no
se cambió la sustancia y, a nombre del “vivir bien”, la PachaMama, la descolonización, lo plurinacional, con wiphala y todo, el Estado señorial, o sea, colonial, se repuso hasta por inercia.
En la Asamblea Constituyente se pudo apreciar esa fatídica apuesta que iba a minar el “proceso de cambio” desde adentro. Los juristas “del cambio”, al no comprender la verdadera contradicción, opusieron el derecho comunitario al régimen ordinario; reduciendo, con la ley de deslinde jurisdiccional, todas las capacidades y posibilidades de un derecho que pretendía interpelar y transformar la idea de derecho, justicia y legalidad pertinente exclusivamente al capitalismo: el derecho liberal.
Para el liberalismo, la comunidad no existe, lo que existe es el individuo, es decir, la abstracta referencia de un ente desligado de toda comunidad, desprendido de toda pertenencia natural; en ese sentido, lo que concibe el liberalismo como “emancipación” es la desconexión radical del ser humano de toda referencia que no sea su propia auto-referencialidad, o sea, su atomización y fragmentación como individuo (y su consecuente radicalización como individualismo); por eso, para el liberalismo, la comunidad y el bien común, no tienen sentido, pues su marco hermenéutico de la propiedad sólo hace posible concebir que el beneficio de algo sólo puede ser particular, o sea privado. En ese sentido, no hay bien que pueda ser común a individuos cuyos intereses son privados; por eso los liberales –y peor los neoliberales– sólo pueden entender un “bien social” como la suma de los bienes particulares, individualistas, producto de unas elecciones, que son, también, individualistas. La comunidad, para ellos, no tiene sentido, es algo del pasado, arcaico, como dice el credo moderno (en eso, todo el establishment político está de acuerdo, sea de izquierda o derecha).
Siendo así, el pueblo ya no constituye referencia política. Este alejamiento, patrocinado por apuestas francamente desarrollistas que el “gobierno del cambio” emprendió, no solo provocó un marcado desencantamiento en sectores que, en principio, fueron afines al
“proceso de cambio”, sino que produjo un continuo vaciamiento de legitimidad que la derecha aprovechó para empoderar al fascismo urbano, al abrigo de demagogias muy provechosas para atizar conflictos recurrentes. Algo similar está ocurriendo actualmente.
Después del triunfo electoral y teniendo a todo el aparato golpista al descubierto, la conformación estructural del gobierno debía de tener un decidido acento político. En los primeros meses de gobierno, cuanto se cuenta con el máximo de legitimidad electoral, el gobierno debía haber desmantelado los nichos de reproducción política del fascismo. En catorce años no se aprendió nada. Prueba de ello es que el golpe se fue orquestando en las narices del “gobierno del cambio” y cediendo la legitimidad que el fascismo no puede, por principio, cosechar por cuenta propia.
Un pésimo análisis político conduce inevitablemente a decisiones extemporáneas y hasta inútiles, y lo peor, decisiones que le hacen más favor a la oposición y sus posibilidades de cercar, otra vez, a la propia democracia. El gobierno peca de ingenuidad política cediendo
escenarios de legitimidad a quienes, por principio, no nacen de la legitimidad sino la usurpan y, por el poder que todavía poseen, chantajean la estabilidad democrática, haciendo de la extorsión plataforma cívica y raptando escenarios democráticos que toman
siempre como rehén a un pueblo abandonado a su suerte (hasta por el propio gobierno).
El gobierno debía, hasta por sentido común, desmantelar todos los ámbitos no democráticos que originaron la sedición abierta. Después de haber sido alterada la democracia y asaltado el orden constitucional, además de atracado el Estado, el gobierno tenía la autoridad política, que le había confiado el poder popular, para establecer y ejecutar jurisprudencia contra toda transgresión al orden democrático.
Pero el tufillo del triunfo otra vez les hizo creer la ilusión de que tenían el poder. Que el MAS nunca se imaginó lograr ese rotundo 54%, se demostró en la improvisada gestión que, hasta el día de hoy, da preocupantes muestras de una ausencia total de proyecto. Al
desaparecer lo político (que es la verdadera sustancia estatal) de la gestión, los ministerios sólo saben viabilizar, a nombre de gestión gubernamental, las agendas de los organismos multilaterales y las agencias financiadoras; los propios perfiles profesionales de quienes
manejan las decisiones políticas, manifiestan una inclinación al manejo tecnocrático del Estado, es decir, un abandono del horizonte plurinacional, que no es sino el continuismo de lo que ya se había manifestado en los 14 años: el aburguesamiento del “proceso de
cambio”.
En ese sentido, ciertas exigencias corporativistas francamente derechistas de este último tiempo, muestran que el “empoderamiento” de diversos sectores, que son parte del movimiento popular, no devino en una toma de consciencia revolucionaria. Esto delata que el “gobierno del cambio” no entendió el cambio, por eso no fue auspiciador de lo que era y debía constituir al “proceso de cambio” como revolución democrático-cultural.
Se puede decir que la actual desidia gubernamental no es intencional, es más bien la muestra de que no saben cómo lidiar con la coyuntura; aun no comprenden una lógica que, para colmo, no es nueva, ya se escenificó en el golpe (y hasta el día de hoy, en todos
los gabinetes, siguen creyendo que un análisis de coyuntura es lo que sale de una reunión de café). En los 14 años se alimentó asiduamente a los verdaderos operadores políticos de la derecha, los medios; y hasta el día de hoy, después de dos años, y con todos los
conflictos atizándose mediáticamente, el gobierno no tiene la más mínima idea de lo que es comunicación estratégica y menos política comunicacional.
La última reunión con la elite logiera camba, no sólo avala políticamente un menguado cabildo, como plataforma admisible de lo que es, en realidad, palestra fascista, sino que le brinda ingenuamente la legitimidad que buscaba el Comité Cínico de Santa Cruz para instalar definitivamente un nuevo caballo de Troya en la agenda política: el censo (demás está decir que un censo no es la panacea que ahora la elite camba vende como amuleto sagrado al fanatismo religioso camba).
Todos los conflictos que se van acrecentando van generando la imposibilidad del ejercicio político estatal, de tal modo que, con la agenda política en manos de la oposición fascista, que ya sabe tomar las calles, se vaya cercando a un gobierno que acabe cediendo todo. Lo triste es que, si se recuperase el ejercicio político, fundamental para todo proyecto, el gobierno no da muestras de que pueda hacerse cargo de semejante tarea.
Esta carencia es muestra del desdén que se mostró anteriormente, y se arrastra ahora, por la formación política e ideológica del pueblo.
En política, la argumentación es decisiva y muestra cómo el enfrentamiento es siempre primeramente discursivo. Instalar una narrativa es fundamental para darle sentido a la disputa política.
Esa función cumplían los partidos políticos como centros de formación ideológica. Pero la derecha no necesita ya de los partidos, porque ahora los centros de de-formación política lo constituyen las universidades y los medios de comunicación. Para enfrentar la narrativa
fascista, el gobierno debía de proponerse una estrategia comunicacional que restituya al pueblo como el verdadero sujeto democrático, que desmantele las narrativas que legitimaron el golpe de Estado, además del desenmascaramiento sistemático de los autores del rapto democrático que, hoy en día, gozan de la más abierta impunidad.
Los primeros meses de gobierno, cuando se está en el pico de legitimidad inicial, son los adecuados para tomar las medidas trascendentales que necesita un verdadero gobierno del cambio. ¿Qué decía Saint Just?: “los que hacen revoluciones a medias no hacen sino cavar su propia tumba”. Lo triste es que en esa tumba puede comprometerse la vigencia del propio proyecto popular.
Ahora bien, ya no es tan fácil orquestar un nuevo golpe; sobre todo cuando hasta los auspiciadores del golpe del 2019 se llenaron de vergüenza por la corrupción descarada del infame “gobierno de transición”. El contexto es más complicado. Pero un proceso de
desestabilización política conviene a los neocons de Washington y sus planes de feudalizar sus áreas de influencia.
Este proceso de desestabilización creciente, además inflamados por la usurpación de temas sensibles que el gobierno no ha sabido administrar políticamente, parece tener el objetivo del revocatorio. Adelantar elecciones es una apuesta ya no tan absurda, teniendo
al líder del MAS haciendo de gobierno paralelo, provocando la percepción de desgobierno en la opinión pública (y aprovechada muy bien por los medios). Imponer como agenda política la pelea por el liderazgo, no ha hecho sino desgastar más una gestión que difícilmente puede lidiar con el desgaste que ya significa no saber administrar políticamente los conflictos. Ese empecinamiento por imponer, a toda costa, su candidatura, no hará otra cosa que unificar a la derecha. Ese cálculo es probable, porque además la derecha debe dar muestras, a sus patrocinadores externos, de que son capaces de voltear el tablero electoral y, por lo menos, promover un gobierno “progre” como el chileno (cuya figura presidencial no en vano tiene a García Linera como su referente).
Como siempre la derecha ha dado muestras de desprecio por nuestro país, no es de extrañar que premeditadamente se propongan también generar la implosión de la frágil estabilidad económica que todavía sitúa a nuestro país como positivo referente mundial, en medio de la amenaza de una recesión económica multiplicada. Pero nada en política proviene de la suerte. Tampoco la esperanza es buena táctica, o sea, el esperar que, por milagro, las cosas salgan bien.
En política, el conocimiento juega un papel estratégico; para la praxis sirve de poco la especulación, aunque sea erudita. De eso trata el descenso dialéctico, de poder interpretar los hechos para anticiparse a sus consecuencias. El pensar estratégico no conoce por conocer sino piensa el presente político para orientar la toma de decisiones.
Por eso, un gobierno que enarbola el “cambio” como bandera, debiera de reafirmar el carácter profundamente político de su presencia estatal y desatar estratégicamente toda la estructura previa del Estado, para hacer posible una descolonización efectiva del poder
político.
Esto supone un desmantelamiento de la estructura burocrática, pero ésta es precisamente el botín político de quienes, hasta por herencia, conocen el manejo estatal; a quienes recurren los actores políticos para viabilizar su gestión, es decir, para entramparse en la lógica burocrática asumida como garantía del poder político (siendo la cuestión al revés).
Si el gobierno calcula su permanencia sin proyecto, entonces irá cediendo todo, o terminará atrincherándose hasta condenarse en la soledad, como sucedió con el “gobierno del cambio”. La única alternativa es siempre el pueblo. El verdadero poder no se asalta ni se toma, se construye, se crea, desde abajo, donde radica la soberanía de toda política.
El pueblo, en tanto que pueblo, no siempre se manifiesta en sus dirigencias. Aparece en momentos críticos, sobre todo cuando el poder delegado, por desconocer la soberanía original, se cree dueño de la soberanía. Aparece como portador y proyectista del horizonte político.
Lo que crea en su movilización es el sentido y la direccionalidad de la praxis política. Sólo en ese contexto el proyecto político adquiere vitalidad.
Por eso, en realidad, no se baja al pueblo, sino se asciende a lo que el pueblo ha constituido como proyecto y horizonte. Ese es el mandar obedeciendo. El poder obediencial que pretendía transformar el propio concepto de política. Pero es, precisamente, lo que la clase política constituida en burocracia, o sea, en politburó, desestima siempre, porque eso significa el fin de su propio poder.
Es fácil decir hay que volver a ser pueblo, pero es lo más difícil para una idiosincrasia política (hasta de izquierda) que se ha constituida aristocráticamente en la pirámide social donde el ascenso es sólo individual, como única posibilidad de ser algo en el universo liberal. El “revolucionario” que ha naturalizado aquello será siempre un operador del espíritu conservador que anida también al interior de toda revolución. Es lo que hará posible su propia traición. Por eso acaba cavando su propia tumba, cuando cree que se puede hacer revoluciones a medias.
 
 
 
 
 
BOLIVIA. CRÓNICA DE UNA GUERRA ANUNCIADA
 
En EEUU, existe una tradición que afecta a muchos países del mundo, esa tradición es promover guerras basados en mentiras que configuren “un daño a EEUU y la democracia”. Hemos sido testigos de las guerras de Corea, Vietnam, Irak, Afganistán, invasión a Granada,. etc. etc. ¿Cómo funciona esta tradición estratégica?
 
Resumen Latinoamericano Org. (https://bit.ly/3Wgge9y)
 
Uno de los puntos de apoyo para que funcione esta “tradición” es la mentira o los “falsos positivos” posicionados en “oídos receptivos”, entonces tenemos don columnas fundamentales para que la “tradición” funcione: formar los oídos receptivos y fabricar la mentira oportuna.
El golpe del año 2019, es el resultado de la aplicación de esta “tradición” imperialista en Bolivia; la mentira se llamó “fraude” y los oídos receptivos estaban centrados en tres sectores de la sociedad, iglesias evangélicas contrarias a la llamada “religiosidad andina” una de sus conocidas feligresas luego sería ungida como presidenta del Estado Plurinacional. En segundo lugar, los sectores racistas de vieja data en Bolivia, alimentada con la “supremacía blanca migrante” en el oriente producto de las expulsiones de la Primera, segunda guerra mundial y la guerra en los Balcanes, y en tercer lugar todas las corrientes políticas desplazadas del escenario electoral por el MAS.
Esa estructura de poder, montada desde el año 2008, no ha sido, ni identificada y peor desmontada por el gobierno democrático de Luis Arce, por el contrario, ha promocionado su consolidación con las concesiones a ese grupo de poder.
Hoy día Bolivia se encuentra en medio de un nuevo experimento de quiebre democrático constitucional, porque, desde fuera del mismo sistema político se impone al gobierno corregir sus decisiones amparadas por la Constitución Política del Estado. En este escenario debemos realizar un punteo de las acciones gubernamentales.
Primero el gobierno ha perdido el rumbo del “proceso de cambio” es decir de la continuidad de transformaciones en la estructura socioeconómica de Bolivia. Su concentración puntual en el campo económico, ha hecho que se descuide el campo político, siempre frágil en Bolivia.
Segundo, la especialidad del presidente boliviano -economista- no le ha permitido conformar un equipo político que se ocupe del tratamiento de este campo, muy importante, después del 2019.
Tercero, la ausencia de una sincronía entre gobierno-Instrumento político-organizaciones sociales, ha debilitado el impulso generado en la reconquista de la democracia en el año 2020.
Cuarto, las organizaciones sociales, han perdido la capacidad de generar cuadros políticos, debido a que sus bases juveniles fueron subsumidos por la burocracia estatal.
Quinto, las clases medias y populares pertenecientes a iglesias evangélicas/cristiana, con un profundo pensamiento racista han logrado que personajes conocidos en la política nacional, por actos de corrupción y aprovechamiento de las denominadas “organizaciones cívicas” para su promoción personal, sean electos como autoridades en ciudades importantes del país, por supuesto que estos personajes también contaron con el apoyo de los resabios de partidos políticos neoliberales.
Sexto las instituciones como la policía y las FFAA, no han sido depuradas. Especialmente de las que tienen mentalidad racista y proclive a la corrupción.
Con estos puntos, que son algunos que consideramos importantes en la compleja política boliviana, podemos afirmar que están dadas las condiciones para que en este u otro momento una nueva aventura golpista sea consumada.
La ausencia de un liderazgo político estimula las acciones violentas, racistas, inconstitucionales que condicionan la actitud ciudadana hacia un repliegue y abstracción de la dinámica política, contribuyendo a una inestabilidad que ya es una constante en Bolivia desde el año 2016.
 
 
 
 
 
LA CHIQUITANÍA BOLIVIANA, POR EL CAMINO DE LAS MISIONES
 
El Tribuno de Argentina (https://bit.ly/3DMTPtq)
 
En agosto del 2013, en busca de un clima más amable, nos adentramos en el oriente boliviano. Tierra baja y calurosa, muy diferente al mundo andino en paisajes y cultura. Rincones poco visitados, naturaleza virgen, pueblos pintorescos de gente hospitalaria y curiosa.
Iniciamos en Santa Cruz de la Sierra, cuatro horas en tren hasta San José de Chiquitos, el primer asentamiento jesuita de la región. El pueblo es pequeño, el clima tropical, propio del bosque seco chiquitano, transición entre el chaco y la selva. Desde allí parte el camino de las misiones (San Rafael, San Miguel, Santa Ana y San Ignacio) hacia el norte; al este, por la autopista bioceánica, se llega a Brasil.Nos quedamos unos días en una casa abandonada, a la cual nos invitaron unos jovencísimos viajeros, que cruzamos en la estación de trenes apenas llegamos.
Desde San José, a dedo, llegamos a Aguas Calientes. Allí corre un río de aguas termales y cristalinas de dos kilómetros, el más grande en su tipo de Sudamérica. Sus márgenes tupidos de vegetación autóctona y su suelo arenoso, invitan a sumergirse y disfrutarlo. Acampamos en Los Hervores, donde el agua es más cálida, en ciertas partes 40° C. La última noche en Los Puentes, donde la vegetación es más tupida y el río más fresco y cerrado.
Luego de largas y calurosas horas en la ruta llegamos a Corumbá, pueblo fronterizo del lado brasileño, en pleno pantanal. Solo una noche nos quedamos. Con visa renovada (tres meses más para recorrer el país), continuamos descubriendo el oriente de Bolivia… más horas haciendo dedo, viajando en camionetas y camiones, acampando, durmiendo en hostales, hasta llegar al hermosísimo Santiago de Chiquitos, último asentamiento jesuita en la Chiquitanía. Descubrimos increíbles atractivos naturales: bosques vírgenes, ríos, formaciones rocosas, cuevas, valles; fauna abundante, numerosas parabas rojas (guacamayos), tucanes, tucancillos. Paramos en casa de Don Pantaleón, un profesor a punto de jubilarse, quien toda su vida trabajó en el campo arriando ganado. Un personaje fantástico, irreal, creado por algún realista mágico. Allí cumplimos cinco meses desde que partimos de Córdoba, mi diario dice: "El tiempo es ilusorio. Tantas cosas estamos viviendo en estos meses que los hacen parecer aún más largos, los multiplican. Sin rutinas, los días son todos distintos, llenos de aprendizajes y personajes nuevos. Antes se repetían, transcurriendo sin que nos diéramos cuenta".
A la semana partimos a Roboré, en busca del Chorro de San Luis. Otro paraíso! Acampamos tres días en la playita de arena, frente a una caída de agua de 20 metros. Luego, nuevamente en San José, para desde allí rumbear al norte, por el camino de las misiones.
Tres días quedamos varados haciendo dedo, bajo un sol fuerte y el viento cálido y seco que nos llenaba de tierra, sin que nadie nos levante, en un inhóspito caserío llamado, paradójicamente, La fortuna.
Al fin nos levantaron y dejaron en San Rafael. Dormimos una noche en la catedral, una de las tantas iglesias que componen el conjunto de la obra jesuita.
Le siguió Santa Ana, el más pequeño de los pueblos misionales y único que conserva la estructura urbana original planeada por los jesuitas. Su iglesia es la más austera del complejo jesuítico, al ser construida por los mismos indígenas, luego de la expulsión de la Compañía de Jesús.
Finalmente arribamos a San Ignacio de Chiquitos, de los pueblos más grandes de la región junto a San José. El día que llegamos, de tarde, mientras vendíamos nuestras postales en el parque central, frente a la imponente catedral, tres maestras se acercaron, interesándose en el proyecto. Nos invitaron a realizar una actividad para sus alumnos de primaria. Terminamos acampando tres días en un aula de su escuela, teniendo que desarmar la carpa cada mañana, antes que los alumnos entren a clases. Luego de la actividad con los chicos de la escuela "Eduardo Abaroa", partimos, nuevamente a dedo, hacia la capital del departamento Santa Cruz, donde comenzó esta hermosa vuelta de un par de meses.
 
 
 
 
 
"EL AMAZONAS, TAL Y COMO LO CONOCEMOS, PUEDE DESAPARECER EN OCHO AÑOS", ALERTA WWF
 
El Periódico de España (https://bit.ly/3TV083M)
 
El mayor espacio verde de la Tierra está en peligro. Las organizaciones indígenas de las selvas del Amazonas, que representan a 511 comunidades locales, han lanzado un desesperado grito de alarma: es necesario un acuerdo global para la protección permanente de 80% de ese espacio natural en 2025 para evitar "el inminente punto de no retorno y una crisis planetaria".
Los datos asustan: el 17% de la cuenca del Amazonas ha sido deforestada y en otro 17% del bioma está degradado. Esta situación supone una grave amenaza para la Amazonía, un componente crucial en el sistema climático de la Tierra, porque almacena entre 150.000 y 200 000 millones de toneladas de carbono.
La Amazonía, además, destaca por su biodiversidad, que incluye el 18% de las especies de plantas vasculares existentes en el mundo, el 14% de las aves, el 9% de los mamíferos, el 8% de los anfibios y el 18% de los peces que viven en los trópicos.
El informe ‘Planeta vivo 2022. Hacia una sociedad con la naturaleza en positivo’, que acaba de editar WWF, resalta la urgente necesidad de proteger la Amazonía, el bosque tropical más grande y con mayor diversidad biológica y cultural del mundo, con un sistema fluvial que contiene casi el 20% del agua dulce del planeta.
Es, además, el hogar de más de 500 grupos de pueblos indígenas, incluyendo a 66 grupos en aislamiento voluntario y contacto inicial. Los territorios indígenas suman en la actualidad 2,37 millones de kilómetros cuadrados (casi el quíntuple que España), lo que supone el 27% del total de la Amazonía. En esos territorios se registran las menores tasas de deforestación.
REPERCUSIONES DEVASTADORAS
Los territorios indígenas son responsables de almacenar casi un tercio (32,8%) de las reservas de carbono superficial de la región amazónica (28.247 millones de toneladas), lo que supone una enorme contribución a la mitigación y adaptación al cambio climático.
La ciencia ha establecido que el punto de no retorno se sitúa entre el 20% y el 25% de deforestación y degradación forestal combinadas. Los datos muestran que el 26% de la Amazonía se encuentra en estado de ‘perturbación avanzada’, lo cual supone degradación de los bosques, incendios recurrentes y deforestación.
"El horizonte establecido para las metas mundiales de conservación es el año 2030, pero en ocho años, la Amazonía, tal y como la conocemos, puede haber desaparecido", recoge el informe de WWF.
"Esto no es un escenario futuro, es lo que estamos viviendo actualmente en la región: un nivel continuo de destrucción con repercusiones devastadoras a nivel local e implicaciones negativas para la estabilidad climática del planeta", subraya el documento.
¿Qué dicen los científicos? El Informe de Evaluación sobre la Amazonía 2021, elaborado por más de 240 científicos recomienda cuatro medidas clave: una moratoria inmediata sobre la deforestación y la degradación de zonas que se acercan al punto de no retorno; el logro del objetivo de cero deforestación y degradación para 2030; la restauración de ecosistemas terrestres y acuáticos; y una bioeconomía inclusiva y justa de bosques y ríos saludables. Solo así se podrían evitar "consecuencias catastróficas" en la Amazonía y, por extensión, a nivel mundial, según los expertos.
TRANSICIÓN HACIA UN DESARROLLO SOSTENIBLE
En 2021 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) destacó el papel de los territorios indígenas, reconociéndolos como "espacios para la conservación sostenible". Pero los gobiernos y los líderes mundiales siguen dando la espalda a la realidad de ese gigantesco ‘pulmón’ planetario.
Las comunidades indígenas piden ayuda, demandan alianzas territoriales y mundiales para proteger y defender su hogar, la Amazonía, "la madre jungla, y evitar que exhale su último suspiro", tal y como recoge el informe de WWF. El objetivo es iniciar ya una transición hacia un desarrollo sostenible.
La Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) ha hecho un llamamiento por un acuerdo mundial para la protección permanente del 80% de la Amazonía en 2025, con el respaldo de los gobiernos de los nueve países amazónicos (Perú, Bolivia, Brasil, Ecuador, Venezuela, Surinam, Colombia, Guyana y Guyana Francesa), como "respuesta urgente a las crisis de clima y biodiversidad a las que se enfrenta actualmente la humanidad".
Para alcanzar esa meta juzgan indispensable garantizar la "seguridad legal para nuestros territorios como garantía de vida; el reconocimiento del derecho a consulta previa, informada y libre; la protección y el respeto como soluciones de los sistemas de conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas; el fin de la criminalización de los activistas indígenas, de las amenazas del sistema y de los asesinatos; y la financiación directa para pueblos indígenas con apoyo técnico permanente para la gestión de recursos económicos y humanos".
El informe de WWF recoge dos preguntas lanzadas por los indígenas a las comunidades política y académica y a todo el mundo: "¿Es posible que el bioma de la Amazonía sea declarado patrimonio cultural intangible de la humanidad, para que todas las criaturas que viven en ella dejen de ser asesinadas, quemadas y contaminadas? ¿Es posible salvar este ecosistema de la extinción?".
 
 
 
 
 
EL LITIO: OTRA GUERRA ENTRE ESTADOS UNIDOS Y CHINA
 
Atalayar de España (https://bit.ly/3DoV5RQ)
 
Detrás del cambio climático, la economía verde, la transición energética y las energías limpias se ocultan encarnizadas batallas por la supremacía en el reparto del mundo entre Estados Unidos, China y Rusia. Una cuarta potencia, India navega entre los intereses de las tres con agenda propia, pero más cerca de los intereses del bloque de Oriente.
Una lucha frontal entre el mundo occidental cristiano, liderado por Estados Unidos y las potencias de Europa contra los intereses económicos y estratégicos del mundo oriental ortodoxo, islamismo, budismo y taoísmo encabezados por China y Rusia. En efecto, son varias las guerras que se desarrollan a la vez por la preponderancia internacional, sin embargo, los aspectos religiosos poco se examinan, pero son claves en la nueva arquitectura del orden mundial.
Estados Unidos trata conservar el poder unipolar que alcanzó con el colapso de la Unión Soviética y no está dispuesto a ceder ese poder ante China y Rusia. Uno de los desaciertos de la política exterior de las Administraciones de Barack Obama y de Joe Biden han sido las sanciones contra Rusia, dichas sanciones han fortalecido la alianza del eje Moscú-Pekín y de paso le han permitido sumar a otros países que tienen relevancias económicas y geopolíticas en Asia como India, Irán, Arabia Saudí, Turquía y Pakistán.
Estados Unidos en su lucha por el predominio mundial tiene abierta varias guerras. Por un lado, una guerra contra Rusia por el control y el dominio de los combustibles fósiles: petróleo y gas. Del otro, otra una guerra contra China por el dominio de las reservas de litio, mineral clave para la transición energética y producción de energías limpias. Un tercer frente de guerra con China por la superioridad en la industria de los microchips y la inteligencia artificial.
La guerra del litio contra China empezó en la Administración de Donald Trump, cuando declaró una emergencia nacional para desarrollar una política estratégica de control de las reservas de litio en el mundo y, así, buscar enfrentar los avances chinos en la industria mencionada.
La orden de Trump fue que se debía desarrollar una política más audaz, porque los avances de China en la industria y el control del litio eran una amenaza para la seguridad, la industria y los intereses estratégicos de Estados Unidos.
Las preocupaciones del Gobierno de Trump eran obvias, debido a que China tiene los adelantos más importantes en la industria del litio en el mundo, el mineral más estratégico para el desarrollo de la industria de vehículos eléctricos y para el desarrollo de energías limpias.
El litio es un mineral estratégico e indispensable para las fabricaciones de carros eléctricos, baterías para cámaras termográficas, telefonías móviles y unidades de almacenamientos de energía eólica y solar. Por eso es un mineral clave y preponderante para el paso de los combustibles fósiles a las energías limpias.
La industria del litio en Estados Unidos está rezagada y en China muy avanzada, los chinos controlan y refinan el 60% de la producción mundial de litio, los mercados de coches eléctricos en el mundo y dominan los mercados de las baterías eléctricas entre el 80 y el 90% de la capacidad global. Seis de los diez mayores productores de batería para vehículos eléctricos tienen sede en China.
En América Latina los chinos controlan el mercado de litio en el triángulo del oro blanco que conforman Bolivia (30%), Chile (21%) y Argentina (17%) de las reservas globales con tres compañías de alcance global: Ganfeng Lithium, Tianqi Lithium y Zijin Mining. En un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington, se dice que Estados Unidos no está preparado para satisfacer la demanda de la industria del litio en los próximos años y China puede en el conflicto usar su posición dominante para dirigir la transición mundial a energía limpia.
En criterio de la investigadora mexicana, Beatriz Olivera, “si los procesos para extraer litio siguen siendo contaminantes y las empresas mineras violan los derechos de las comunidades no habrá ningún progreso, será un maquillaje de lo que se llama energías limpias”. Conclusión: más allá de la importancia que tienen la transición energética y las energías limpias detrás de ellas se esconden las mismas modalidades de dominación mundial de las potencias.
 
 
 
 
 
VARGAS LLOSA Y SU SORPRENDENTE 'MALDICIÓN' PARA 'GAFAR' LAS CANDIDATURAS PRESIDENCIALES
 
En las elecciones en Bolivia, donde se enfrentaron Luis Arce Catacora y Carlos Mesa, este último apoyado por el escritor. "Es un apoyo por la libertad", decía Vargas Llosa, quien vio cómo su candidato perdía las votaciones.
 
Marca de España (https://bit.ly/3gWE3Dg)
 
La noche del domingo tuvo un gran protagonista en Brasil: Lula da Silva. El político de 77 años ganó las elecciones presidenciales imponiéndose así a Jair Bolsonaro, quien se presentaba para repetir mandato, con un 50,9% a 49,1%. De esta lucha por el poder del país salió 'otro' perdedor, Mario Vargas Llosa, quien aumenta su 'maldición'.
Esta 'maldición' consiste en que cada candidato, del país que sea, que es apoyado por el escritor peruano, acaba perdiendo en las elecciones. Todos los candidatos han sido de derechas, ideología que comparte con el Premio Nobel de Literatura, hasta siete. En las elecciones brasileñas, además, Jair Bolsonaro fue el primer candidato en no revalidar su mandato.
Vargas Llosa dijo que Lula era un "ladrón"
El apoyo de Mario Vargas Llosa a Jais Bolsonaro se produjo el pasado 12 de mayo, cuando el escritor declaró: "Entre Bolsonaro con payasadas, y Lula, prefiero a Bolsonaro". Estas palabras fueron dichas en una charla del Centro de Estudios para el Desarrollo en Montevideo.
"No es un candidato que despierte nuestro entusiasmo", agregó el escritor, quien recordó también que Lula estuvo "preso" y era un "ladrón" por el caso Odebrecht.
¿A qué otros políticos apoyó Mario Vargas Llosa?
El resto de casos en los que el apoyo del escritor no fue suficiente para que su candidato ganara las elecciones se dieron, en su mayoría, en países latinoamericanos.
En 2019, por ejemplo, Mario Vargas Llosa apoyó a Mauricio Macri frente a Alberto Fernández en las elecciones argentinas. Macri terminaría perdiendo en las votaciones.
Al año siguiente se celebraron las elecciones en Bolivia, donde se enfrentaron Luis Arce Catacora y Carlos Mesa, este último apoyado por el escritor. "Es un apoyo por la libertad", decía Vargas Llosa, quien vio cómo su candidato perdía las votaciones.
En 2021, en medio de las elecciones peruanas, Vargas Llosa mostró su apoyo firme a Keiko Fujimori en lugar de Pedro Castillo, quien se impondría en las urnas. El último ejemplo antes de las elecciones brasileñas ocurrió en Chile, donde apoyó a José Antonio Kast, de ideología ultraderechista. Kast terminaría perdiendo en favor de Gabriel Boric.
En España, por ejemplo, Mario Vargas Llosa apoyó públicamente en varias ocasiones a Albert Rivera en las elecciones para presidente de España.
 
 
 
 
 
NUEVAS MISIONES PARA AMÉRICA LATINA
 
La Diaria de Uruguay (https://bit.ly/3NmE8wf)
 
La guerra en Ucrania y la crisis mundial del costo de vida golpean con dureza a América Latina y el Caribe (ALC). El crecimiento regional, que después de la covid 19 exhibió una recuperación impresionante hasta alcanzar una tasa promedio de 6,8% en 2021, se reducirá a apenas 1,8% este año, con efectos paralizantes para las personas más vulnerables. En comparación con 2021, la tasa de pobreza de América Latina en 2022 aumentará 0,9 puntos porcentuales hasta el 33%, y la pobreza extrema subirá 0,7 puntos porcentuales hasta el 14,5%.
Pero muchos países de la región tienen una oportunidad para redefinir sus políticas económicas, y, aunque todos son muy distintos, enfrentan un conjunto común de desafíos estructurales que incluyen la dependencia respecto de los recursos naturales, baja productividad, debilidad del sector público y un margen fiscal estrecho.
La solución de estos desafíos estructurales demanda gobernanza progresista y énfasis en objetivos económicos claros: crear empleo, aumentar la productividad, reducir la pobreza, eliminar la brecha digital y acelerar la transición a la energía limpia. Para sostener esta agenda, los gobiernos necesitarán una narrativa nueva que ponga en primer plano el crecimiento guiado por la innovación. No se trata de que los países de esta región necesiten innovaciones disruptivas por sí mismas (como las que vemos en Silicon Valley), sino innovación con sentido de propósito, para la solución de problemas concretos de vieja data, como la creciente brecha digital y el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por eso, en un nuevo informe para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), titulado “Cambio transformacional en América Latina y el Caribe: un enfoque de política orientada por misiones”, intento ofrecer un plan realizable para la creación de riqueza en toda la región. El informe no traza una senda definitiva que todos los gobiernos deban seguir; en cambio, propone un marco y un vocabulario nuevos, e identifica las clases de políticas, herramientas e instituciones que se necesitan para impulsar un crecimiento guiado por la innovación.
Para crear una economía inclusiva, sostenible y con prosperidad compartida, propongo que los gobiernos de ALC adopten estrategias industriales orientadas por misiones -objetivos concretos, entendido como un paso alcanzable hacia un gran desafío que contextualiza proyectos-, con menos énfasis en el uso de políticas ya probadas (por ejemplo, aquellas que buscan fortalecer la sustitución de importaciones o conseguir competitividad de precios) y más énfasis en reconsiderar el papel del Estado.
Hay que ver al Estado no como un obstáculo al crecimiento, sino como un configurador seguro y capaz del mercado, con una posición única para aplicar ambición y audacia a la solución de los mayores desafíos que enfrentan los países. Pero para que el Estado tenga éxito en este papel, los gobiernos deben fijar objetivos claros y demostrar voluntad de usar todos los instrumentos de que disponen, desde la compra pública hasta el otorgamiento de préstamos. Es la única forma eficaz de catalizar procesos de experimentación de carácter ascendente en una multiplicidad de sectores de la economía.
Los gobiernos pueden comenzar por los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y luego idear misiones que impulsen la movilización colectiva multisectorial hacia el logro de cada uno de ellos. Como explica el informe, esto demandará una estrategia clara para fortalecer las capacidades dinámicas del sector público, mediante el aprovechamiento de nuevas herramientas y políticas orientadas a resultados y la creación de nuevas instituciones orientadas por misiones.
Un enfoque de misiones exige reconocer el hecho de que las grandes transiciones (por ejemplo, de una economía basada en los combustibles fósiles a una economía sostenible) pueden llevar mucho tiempo. La industria gaspetrolera tiene habilidades y capacidades valiosas acumuladas que se pueden reorientar resignificando los subsidios a esos sectores como incentivos a un cambio en la dirección de la economía verde.
El informe examina ocho casos de diferentes países de ALC en los que políticas e instituciones orientadas por misiones podrían satisfacer la necesidad de cambio. Piénsese en el problema de la dependencia de los recursos naturales, de la que sirve de ejemplo el “triángulo del litio”. Esta región, encastrada entre Argentina, Bolivia y Chile, alberga, junto con Perú, unas dos terceras partes de las reservas mundiales de litio. Pero, a pesar del papel crucial de este elemento para la digitalización y la transición energética global, Chile, Bolivia y Argentina no han conseguido una gobernanza correcta del desarrollo regional, al permitir a la extracción de recursos impulsar un crecimiento carente de dirección.
Convirtiendo un recurso natural como el litio en elemento central de una misión específica (por ejemplo, la descarbonización de la economía), los gobiernos pueden reconfigurar el sistema de incentivos. En vez de alentar una explotación insensata de los recursos naturales, pueden procurar que las rentas obtenidas se reinviertan en actividades más innovadoras y beneficiosas. Mediante un enfoque multisectorial estratégico como este, Argentina, Bolivia y Chile pueden transformar la maldición de los recursos naturales en una oportunidad de progreso social y ambiental acelerado.
Asimismo, los países del Caribe tienen una oportunidad para crear un sector turístico más verde en toda la cadena de suministro, desde el transporte hasta la construcción. Sus gobiernos pueden adoptar la ambiciosa misión de preservar los océanos y el lecho marino y así fomentar la innovación y la inversión en una variedad de sectores, siguiendo el ejemplo de Barbados bajo su inspiradora primera ministra, Mia Mottley.
En última instancia, el informe sobre ALC tiene que ver con la creación de un nuevo contrato social entre el Estado, las empresas, los sindicatos y la ciudadanía. Un Estado con más audacia y capacidad puede ser un socio mejor para las empresas, al sentar las bases para nuevas alianzas público privadas que maximicen el beneficio público en vez de la mera ganancia privada. Un elemento crucial de este enfoque de misiones es que el nuevo Estado empoderado esté sometido a la rendición de cuentas por medio de una mayor participación ciudadana.
Hoy más que nunca, se necesita claridad estratégica para enfrentar al mismo tiempo la crisis de costo de vida inmediata y los desafíos estructurales de la región a más largo plazo. Felizmente, en los gobiernos progresistas de ALC hay un creciente sentido de urgencia y propósito. Un enfoque de misiones puede servirles para empezar a redirigir el crecimiento hacia un futuro más inclusivo y sostenible, y espero que el informe resulte una guía útil en tal sentido.

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