LA OTRA SANTA CRUZ ESTÁ DESPERTANDO
Santa Cruz,
el verdadero pueblo cruceño, no los patrones de siempre, ha despertado, y podemos
estar seguros de que ha iniciado un camino sin retorno hacia la verdadera
democratización de la política y la economía cruceñas. Hechos concretos como el
cabildo popular, la toma de fábricas, el cerco a la ciudad nos están mostrando
que hay un pueblo más grande y más luchador que el que creen representar los
que se reúnen en calle Cañada Strongest. Santa Cruz no había sido la Catedral,
la plaza 24 de Septiembre y sus alrededores y unas cuantas comparsas y
fraternidades, o los cafés de la Monseñor Rivero. Santa Cruz y su pueblo son
más grandes, son los que mueven la economía de su departamento, son los
verdaderos autores del despegue cruceño y son el presente y futuro de la tierra
camba.
La rueda de
la historia es inexorable y es imposible detener por siempre, indefinidamente,
el avance de los pueblos. Muchos que lo han intentado, aquellos que han querido
marchar en contrarruta al desarrollo de la historia de los pueblos, siempre han
terminado fuera del camino, sino aplastados por la marcha imparable de los
pueblos.
Desde su
misma fundación y durante la época republicana, Santa Cruz permaneció sometida
a los caprichos e intereses de pequeños grupos de poder, oligárquicos, que bajo
supuestos de superioridad étnica y/o cultural se apoderaron de vidas y haciendas.
Las dictaduras militares del siglo pasado reforzaron estos conceptos de
dominación.
El Proceso de
Cambio iniciado en Bolivia en 2006, con el gobierno del Movimiento Al
Socialismo, con la aprobación de una nueva Constitución y la fundación del Estado
Plurinacional, inició la transformación del Estado y la sociedad bajo conceptos
nuevos de inclusión social, cultural, económica y política. Este proceso tocó
las fibras más íntimas de las clases dominantes bolivianas, particularmente de
la cruceña.
Alertada por
los vientos de cambio, la élite empresarial, vinculada a la agroindustria, el
comercio y otras actividades no del todo legales, empezó a desarrollar una
estrategia de desestabilización no solo del Gobierno, sino de revertir los
cambios iniciados en 2006. Estos movimientos conspirativos y sediciosos se
mostraron de manera evidente durante el proceso constituyente, mucho más con
los proyectos separatistas y la incorporación de grupos armados mercenarios.
Fueron sofocados estos focos terroristas, pero con eso no concluyó la
pretensión restauradora.
El actual
gobernador cruceño, Fernando Camacho, en 2019 presidente del Comité Cívico
cruceño, toma la posta de la derecha cruceña, dejada por los dirigentes
neoliberales, derrotados electoral y políticamente por el Proceso de Cambio y
arremete en contra del Gobierno legalmente constituido, con apoyo de sectores
empresariales, militares y policías, hasta lograr consolidar un golpe de Estado
que llevó a la silla presidencial a la senadora Jeanine Añez.
Puede considerarse
aquel un momento culminante de los restauradores republicanos, que a través de
la fuerza lograron instalarse en el poder durante once meses, los más nefastos
de la historia boliviana por la corrupción y la violencia, pues pensaron que
podían instalarse en el gobierno de manera indefinida, blanqueándose con
elecciones en las que contaban con todas las condiciones para ser favorecidos
por los resultados.
Pero no
contaban con que el pueblo boliviano ya había despertado, y si bien un
coyuntural aletargamiento había permitido que los golpistas lograran su
propósito de derrocar al Gobierno del pueblo, este había demorado poco en
recuperar su espíritu, su ajayu y se había puesto nuevamente en pie de lucha
para recobrar la democracia y devolver el poder al pueblo y para el pueblo.
Ese mismo
fenómeno se está presentando en Santa Cruz ahora. El pueblo cruceño había
permanecido silenciado, sometido por esa élite cruceña y sus medios de
propaganda, además de una narrativa cultural que hacía ver al boliviano de
occidente como al enemigo. Camacho, con su incapacidad de gestión, con su
empecinamiento de desestabilizar al Gobierno, de considerarse líder de todo el
pueblo cruceño, cuando solo representa a una clase social con poder económico
pero minoritaria, ha colmado el vaso, ha rebasado los límites del aguante
popular.
Ha despertado
el pueblo cruceño, lo mostró en el cabildo popular. La Santa Cruz plebeya está
marchando en los caminos rumbo al centro del poder, está tomando pacíficamente
las fábricas y otros centros de poder y tomará las calles de la capital
oriental para demostrar que Santa Cruz es más, mucho más que un Comité Cívico,
un par de logias o un decena de comparsas o una centena de familias de apellido
extranjero o piel clara. Santa Cruz ha despertado y será muy difícil que nada
ni nadie pueda detenerla.
ORGANIZACIONES
DE SANTA CRUZ EXIGEN RENUNCIA DE LUIS FERNANDO CAMACHO
En un
ambiente polarizado, luego que los grupos de derecha en el departamento de
Santa Cruz, Bolivia, incluido el gobernador Luis Fernando Camacho, continúan en
paro, un movimiento indígena local inició una procesión hacia la capital
cruceña para exigir la renuncia del titular del Gobierno estatal.
En el
municipio de Yapacaní, provincia Ichilo del departamento de Santa Cruz, se desarrolló
este sábado un gran cabildo que determinó iniciar una marcha rumbo a la capital
cruceña en contra del paro cívico y tramitar un referéndum revocatorio contra
el gobernador Fernando Camacho.
En el gran
cabildo participaron diferentes organizaciones sociales e instituciones que
forman parte de la resistencia al paro cívico con acciones como un bloqueo en
el ingreso a Yapacaní, a la altura del puente que une a los departamentos de
Santa Cruz y Cochabamba.
El bloqueo
empezó esta semana y es en respuesta al paro que declararon Camacho, el cívico
Rómulo Calvo y el rector de la Universidad Gabriel René Moreno (UAGRM), Vicente
Cuéllar, con una gran perjuicio para los sectores más necesitados.
También acordaron
gestionar un proceso revocatorio contra Camacho, por considerar que es el
responsable de llevar adelante el paro indefinido y los bloqueos con perjuicios
a la población, particularmente a las familias de escasos recursos económicos.
Los revocatorios
contra autoridades electas se tramitan una vez cumplido la mitad de mandato.
Las autoridades subnacionales empezaron su mandato en mayo de 2021.
En la
concentración participaron también pobladores de los municipios de Buena Vista,
San Carlos y Santa Rosa del Sara.
La ejecutiva
de la Federación de Gremiales de Santa Cruz, Aracely Villarroel, pidió este
sábado al gobernador cruceño Fernando Camacho dar un paso al costado y levantar
el paro indefinido si “verdaderamente piensa en el pueblo”. Reclamó que los
precios de los productos de primera necesidad se incrementaron en los mercados.
“Pedir al
gobernador que dé un paso al costado, que piense en el pueblo de Bolivia y en
los más pobres, porque hoy son las familias más pobres las que más sufren”,
demandó.
Por otra
parte, el Comité Interinstitucional por el censo 2023 determinó este sábado
continuar con el paro indefinido, tras una reunión sostenida con los
representantes de las personas que bloquean en las calles y las rotondas.
El rector de
la Universidad Mayor Autónoma Gabriel René Moreno informó que otra de las
determinaciones de la cita de esta noche, es que la reunión técnica se
desarrolle en instalaciones de esta casa de estudios superiores en un plazo
máximo de 48 horas.
En ella
participarían tres técnicos del INE, tres del Comité Interinstitucional, tres
de Tarija y tres de La Paz y supervisores del Mercosur.
La propuesta
cruceña se mantiene en llevar adelante el censo el 18 de octubre de 2023 y la
entrega de los resultados en 180 días como máximo para su aplicación de
inmediato, mientras el Gobierno propuso que una comisión técnica defina cuándo
realizar la consulta censal. (https://bit.ly/3DVXQMh)
PROMETER UNA
REVOLUCIÓN, BAJO EL CONSENTIMIENTO OLIGÁRQUICO, NO ES MÁS QUE UNA ILUSIÓN
REFORMISTA
Bolivia vive
desde hace varias semanas una confrontación política abierta. Fernando Camacho,
uno de los líderes del golpe de Estado en el año 2019, ahora intenta repetir la
experiencia. Hoy en día electo Gobernador de Santa Cruz de la Sierra, ha
convocado a un paro indefinido en ese departamento, que a la fecha ya lleva 7
días, acompañado de confrontaciones en diversas ciudades del país, quehan
provocado varios heridos y un muerto.
Pressenza de
Italia (https://bit.ly/3TSOhTx)
Lo que está
sucediendo en Bolivia, después de un admirable ascenso popular que derrotó a un
golpe fascista y recuperó la democracia, muestra la incapacidad de la
idiosincrasia revolucionaria eurocéntrica y colonial de liderar un proyecto
genuinamente novedoso y alter-nativo, que es lo que le da sentido al horizonte
político indígena-popular de nuestro Estado plurinacional. En estos momentos,
de asonada fascista, las posiciones defensivas sirven de poco, cuando lo
relevante, más bien, sería el comprender por qué se viene
reiterando
una nueva insurrección oligárquica (como si el golpe de Estado sufrido el 2019
no nos hubiese enseñado nada).
Uno de los
escenarios que le fue útil a la derecha para viabilizar el golpe del 2019, fue
la creciente incompatibilidad entre el proyecto indígena-popular y la apuesta
burgués-desarrollista del “gobierno del cambio”. Esto provocó el
desencantamiento en las bases mismas del “proceso de cambio” y un desencuentro
creciente entre las expectativas populares y la retórica oficialista.
La nueva
nomenclatura plurinacional del “vivir bien” y la descolonización, habían puesto
en crisis a las estructuras de dominación colonial y cristalizó en un ascenso
nacional-popular que se retrataba en la presencia del primer presidente
indígena. Con la Asamblea
Constituyente
se agudizó la crisis oligárquico-señorial, viendo cómo se multiplicaba un
ascenso del movimiento popular con discurso indígena. Objetivamente se fueron
generando las condiciones que permitían pensar en una auténtica revolución
democrático-cultural.
Pero las propias
apuestas conservadoras del gobierno le fueron encerrando en el mismo sistema
que debía transformarse.
No fue capaz
de desarticular la estructura de poder de la oligarquía, es más, bajo la ilusa
esperanza de pactar alianzas con ámbitos de poder (como, por ejemplo, la
agroindustria cruceña), hizo posible la rearticulación de estos, bajo auspicio
estatal. Ya no se buscó
fortalecer al
pueblo, ni sus propias organizaciones matrices, sólo se incentivó un apoyo
prebendal de sus dirigencias. Los pretendidos “revolucionarios” descubrieron
así su idiosincrasia reformista, permitiendo que las estructuras liberales, es
decir, señorialistas, se fortalezcan al interior del Estado plurinacional.
Por eso,
desde adentro, también, se fue iniciando una contraofensiva reaccionaria,
dejando que la tecnocracia desarrollista fuera asumiendo ámbitos de decisión
política, apadrinándose en el apoyo de gremios profesionales y empresariales, y
dejando al pueblo
arrinconado
en una presencia meramente ornamental, dentro de un Estado que había repuesto
su estructura liberal-burgués-capitalista, pero ahora con fisonomía indígena.
Después de
todo eso, se creyó que esta ilusión reformista del “gobierno del cambio”, de
modificar las estructuras de poder y prometer una revolución con la pasividad y
el consentimiento de la oligarquía y su contingente urbano, abiertamente
fascista, había llegado a su fin. Pero la actual rearticulación del fascismo,
con la misma lógica desatada en 2019, es la prueba manifiesta de que la
dirigencia masista no ha aprendido nada. El fascismo camba, por ejemplo, jamás
perdió de vista el acento profundamente revolucionario y anticapitalista que
significaba el “proceso de cambio” entendido como revolución
democrático-cultural, por eso su arremetida contra el gobierno es, más bien,
una arremetida contra el sujeto proyectante del horizonte político
plurinacional: el indio.
Por eso el golpe
de Estado fue decidida y abiertamente ejecutado para escarmentar a este sujeto
plurinacional y su osadía de pretender un país entre iguales (que también el
gobierno venía desplazando en su apuesta reformista). Los coqueteos del
gobierno del cambio con sectores derechistas, promoviendo también a sus lideres
(Carlos Mesa como vocero gubernamental de la “causa marítima”), fue reforzando
la asonada derechista y alejándole más del pueblo; eso fue dispersando la
verdadera fuente de su poder y lo debilitó a la hora de la ejecución del golpe.
La
recuperación democrática y el triunfo electoral del pueblo, no sólo confundió a
la derecha sino también al propio MAS. Los descubrió sin haber evaluado las
causas del golpe y una más que necesaria autocrítica; otra vez, el tufillo que
deja el triunfo les extravió en el exitismo más irresponsable.
Por eso vimos
replicarse una gestión improvisada sin horizonte y reiterando una idiosincrasia
que debía ser revisada profundamente. En ese sentido, la ufana y entusiasta
apuesta “políticamente correcta”, que celebra lo técnico por sobre lo político,
no podía ser más ingenua y retratar la miopía de este gobierno y su ausencia de
percepción política y lectura coyuntural. Después de 14 años, podemos ahora
advertir cómo lo tecnocrático se fue sobreponiendo a lo político, haciendo de
la estructura burocrática el verdadero politburó que terminó desplazando al
pueblo y dejándolo a su suerte en un golpe de Estado, cuyo éxito es también
atribuible al fenómeno implosivo que significa un gobierno que abandona su
horizonte político por un pragmatismo circunstancial, cuya única meta consistía
en garantizar, a cualquier precio, su siguiente gestión.
El
expresidente Evo y todo su círculo inmediato, se queja de una gestión errática
gubernamental, sin admitir que gran parte de su propia estructura continúa en
el gobierno actual. La improvisada política estatal actual es, en esa medida,
el remanente de una falta de direccionalidad estratégica en torno al horizonte
político plurinacional que el pueblo mismo había objetivado como el “vivir
bien”. El obrismo tan criticado demostró que los cambios objetivos no
necesariamente constituyen subjetividad, es decir, creación del sujeto del
cambio. Eso es lo que el pueblo, como autoconvocados (los verdaderos autores de
la recuperación democrática), reclamó y sigue reclamando: una revolución
cultural y pedagógica, política e ideológica, y no simplemente una mejor
administración (que tampoco se logró) del mismo Estado que debía transformarse.
Esa apuesta
conservadora es lo que hizo posible la reposición de los valores y las
creencias liberales del Estado señorial y empoderó a una mentalidad burocrática
que fue diseñada precisamente para hacer imposible cualquier transformación de
las estructuras jurídicas
estatales. Eso
es algo que nunca comprendieron ciertos “revolucionarios” adiestrados en el
dogma de la base económica como clave de todo, dejando de lado el hecho de que
todo sistema de propiedad o producción necesita de su expresión jurídica que lo
haga viable.
Lo mismo
sucede con el Estado, pues es el derecho asumido es el que instituye las
propias reglas de operación del Estado, desde las cuales se decide qué es
posible y qué no. Ahora bien, el derecho, o sea, la expresión jurídica que hace
posible la continua reposición del Estado señorial, o sea, colonial, es el
derecho liberal, ahora actualizado como neoliberal.
Pretender que
con esa jurisprudencia iba a ser posible expresar el nuevo contenido estatal
como plurinacional, retrataba y sigue retratando el carácter conservador de una
elite “revolucionaria” que devino y deviene, para su propia desgracia, en
reformista. Por eso no
se cambió la
sustancia y, a nombre del “vivir bien”, la PachaMama, la descolonización, lo
plurinacional, con wiphala y todo, el Estado señorial, o sea, colonial, se
repuso hasta por inercia.
En la
Asamblea Constituyente se pudo apreciar esa fatídica apuesta que iba a minar el
“proceso de cambio” desde adentro. Los juristas “del cambio”, al no comprender
la verdadera contradicción, opusieron el derecho comunitario al régimen
ordinario; reduciendo, con la ley de deslinde jurisdiccional, todas las
capacidades y posibilidades de un derecho que pretendía interpelar y
transformar la idea de derecho, justicia y legalidad pertinente exclusivamente
al capitalismo: el derecho liberal.
Para el
liberalismo, la comunidad no existe, lo que existe es el individuo, es decir,
la abstracta referencia de un ente desligado de toda comunidad, desprendido de
toda pertenencia natural; en ese sentido, lo que concibe el liberalismo como
“emancipación” es la desconexión radical del ser humano de toda referencia que
no sea su propia auto-referencialidad, o sea, su atomización y fragmentación
como individuo (y su consecuente radicalización como individualismo); por eso,
para el liberalismo, la comunidad y el bien común, no tienen sentido, pues su
marco hermenéutico de la propiedad sólo hace posible concebir que el beneficio
de algo sólo puede ser particular, o sea privado. En ese sentido, no hay bien
que pueda ser común a individuos cuyos intereses son privados; por eso los
liberales –y peor los neoliberales– sólo pueden entender un “bien social” como
la suma de los bienes particulares, individualistas, producto de unas
elecciones, que son, también, individualistas. La comunidad, para ellos, no
tiene sentido, es algo del pasado, arcaico, como dice el credo moderno (en eso,
todo el establishment político está de acuerdo, sea de izquierda o derecha).
Siendo así,
el pueblo ya no constituye referencia política. Este alejamiento, patrocinado
por apuestas francamente desarrollistas que el “gobierno del cambio” emprendió,
no solo provocó un marcado desencantamiento en sectores que, en principio,
fueron afines al
“proceso de
cambio”, sino que produjo un continuo vaciamiento de legitimidad que la derecha
aprovechó para empoderar al fascismo urbano, al abrigo de demagogias muy
provechosas para atizar conflictos recurrentes. Algo similar está ocurriendo
actualmente.
Después del
triunfo electoral y teniendo a todo el aparato golpista al descubierto, la
conformación estructural del gobierno debía de tener un decidido acento
político. En los primeros meses de gobierno, cuanto se cuenta con el máximo de
legitimidad electoral, el gobierno debía haber desmantelado los nichos de
reproducción política del fascismo. En catorce años no se aprendió nada. Prueba
de ello es que el golpe se fue orquestando en las narices del “gobierno del
cambio” y cediendo la legitimidad que el fascismo no puede, por principio,
cosechar por cuenta propia.
Un pésimo
análisis político conduce inevitablemente a decisiones extemporáneas y hasta
inútiles, y lo peor, decisiones que le hacen más favor a la oposición y sus
posibilidades de cercar, otra vez, a la propia democracia. El gobierno peca de
ingenuidad política cediendo
escenarios de
legitimidad a quienes, por principio, no nacen de la legitimidad sino la
usurpan y, por el poder que todavía poseen, chantajean la estabilidad
democrática, haciendo de la extorsión plataforma cívica y raptando escenarios
democráticos que toman
siempre como
rehén a un pueblo abandonado a su suerte (hasta por el propio gobierno).
El gobierno
debía, hasta por sentido común, desmantelar todos los ámbitos no democráticos
que originaron la sedición abierta. Después de haber sido alterada la democracia
y asaltado el orden constitucional, además de atracado el Estado, el gobierno
tenía la autoridad política, que le había confiado el poder popular, para
establecer y ejecutar jurisprudencia contra toda transgresión al orden
democrático.
Pero el
tufillo del triunfo otra vez les hizo creer la ilusión de que tenían el poder.
Que el MAS nunca se imaginó lograr ese rotundo 54%, se demostró en la
improvisada gestión que, hasta el día de hoy, da preocupantes muestras de una
ausencia total de proyecto. Al
desaparecer
lo político (que es la verdadera sustancia estatal) de la gestión, los
ministerios sólo saben viabilizar, a nombre de gestión gubernamental, las
agendas de los organismos multilaterales y las agencias financiadoras; los
propios perfiles profesionales de quienes
manejan las
decisiones políticas, manifiestan una inclinación al manejo tecnocrático del
Estado, es decir, un abandono del horizonte plurinacional, que no es sino el
continuismo de lo que ya se había manifestado en los 14 años: el
aburguesamiento del “proceso de
cambio”.
En ese
sentido, ciertas exigencias corporativistas francamente derechistas de este
último tiempo, muestran que el “empoderamiento” de diversos sectores, que son
parte del movimiento popular, no devino en una toma de consciencia revolucionaria.
Esto delata que el “gobierno del cambio” no entendió el cambio, por eso no fue
auspiciador de lo que era y debía constituir al “proceso de cambio” como
revolución democrático-cultural.
Se puede
decir que la actual desidia gubernamental no es intencional, es más bien la
muestra de que no saben cómo lidiar con la coyuntura; aun no comprenden una
lógica que, para colmo, no es nueva, ya se escenificó en el golpe (y hasta el
día de hoy, en todos
los
gabinetes, siguen creyendo que un análisis de coyuntura es lo que sale de una
reunión de café). En los 14 años se alimentó asiduamente a los verdaderos
operadores políticos de la derecha, los medios; y hasta el día de hoy, después
de dos años, y con todos los
conflictos
atizándose mediáticamente, el gobierno no tiene la más mínima idea de lo que es
comunicación estratégica y menos política comunicacional.
La última
reunión con la elite logiera camba, no sólo avala políticamente un menguado
cabildo, como plataforma admisible de lo que es, en realidad, palestra
fascista, sino que le brinda ingenuamente la legitimidad que buscaba el Comité
Cínico de Santa Cruz para instalar definitivamente un nuevo caballo de Troya en
la agenda política: el censo (demás está decir que un censo no es la panacea
que ahora la elite camba vende como amuleto sagrado al fanatismo religioso
camba).
Todos los
conflictos que se van acrecentando van generando la imposibilidad del ejercicio
político estatal, de tal modo que, con la agenda política en manos de la
oposición fascista, que ya sabe tomar las calles, se vaya cercando a un
gobierno que acabe cediendo todo. Lo triste es que, si se recuperase el
ejercicio político, fundamental para todo proyecto, el gobierno no da muestras
de que pueda hacerse cargo de semejante tarea.
Esta carencia
es muestra del desdén que se mostró anteriormente, y se arrastra ahora, por la
formación política e ideológica del pueblo.
En política,
la argumentación es decisiva y muestra cómo el enfrentamiento es siempre
primeramente discursivo. Instalar una narrativa es fundamental para darle
sentido a la disputa política.
Esa función
cumplían los partidos políticos como centros de formación ideológica. Pero la
derecha no necesita ya de los partidos, porque ahora los centros de
de-formación política lo constituyen las universidades y los medios de
comunicación. Para enfrentar la narrativa
fascista, el
gobierno debía de proponerse una estrategia comunicacional que restituya al
pueblo como el verdadero sujeto democrático, que desmantele las narrativas que
legitimaron el golpe de Estado, además del desenmascaramiento sistemático de
los autores del rapto democrático que, hoy en día, gozan de la más abierta
impunidad.
Los primeros
meses de gobierno, cuando se está en el pico de legitimidad inicial, son los
adecuados para tomar las medidas trascendentales que necesita un verdadero
gobierno del cambio. ¿Qué decía Saint Just?: “los que hacen revoluciones a
medias no hacen sino cavar su propia tumba”. Lo triste es que en esa tumba puede
comprometerse la vigencia del propio proyecto popular.
Ahora bien,
ya no es tan fácil orquestar un nuevo golpe; sobre todo cuando hasta los
auspiciadores del golpe del 2019 se llenaron de vergüenza por la corrupción
descarada del infame “gobierno de transición”. El contexto es más complicado.
Pero un proceso de
desestabilización
política conviene a los neocons de Washington y sus planes de feudalizar sus
áreas de influencia.
Este proceso
de desestabilización creciente, además inflamados por la usurpación de temas
sensibles que el gobierno no ha sabido administrar políticamente, parece tener
el objetivo del revocatorio. Adelantar elecciones es una apuesta ya no tan
absurda, teniendo
al líder del
MAS haciendo de gobierno paralelo, provocando la percepción de desgobierno en
la opinión pública (y aprovechada muy bien por los medios). Imponer como agenda
política la pelea por el liderazgo, no ha hecho sino desgastar más una gestión
que difícilmente puede lidiar con el desgaste que ya significa no saber administrar
políticamente los conflictos. Ese empecinamiento por imponer, a toda costa, su
candidatura, no hará otra cosa que unificar a la derecha. Ese cálculo es
probable, porque además la derecha debe dar muestras, a sus patrocinadores
externos, de que son capaces de voltear el tablero electoral y, por lo menos,
promover un gobierno “progre” como el chileno (cuya figura presidencial no en
vano tiene a García Linera como su referente).
Como siempre
la derecha ha dado muestras de desprecio por nuestro país, no es de extrañar
que premeditadamente se propongan también generar la implosión de la frágil
estabilidad económica que todavía sitúa a nuestro país como positivo referente
mundial, en medio de la amenaza de una recesión económica multiplicada. Pero
nada en política proviene de la suerte. Tampoco la esperanza es buena táctica,
o sea, el esperar que, por milagro, las cosas salgan bien.
En política,
el conocimiento juega un papel estratégico; para la praxis sirve de poco la
especulación, aunque sea erudita. De eso trata el descenso dialéctico, de poder
interpretar los hechos para anticiparse a sus consecuencias. El pensar
estratégico no conoce por conocer sino piensa el presente político para
orientar la toma de decisiones.
Por eso, un
gobierno que enarbola el “cambio” como bandera, debiera de reafirmar el
carácter profundamente político de su presencia estatal y desatar
estratégicamente toda la estructura previa del Estado, para hacer posible una
descolonización efectiva del poder
político.
Esto supone
un desmantelamiento de la estructura burocrática, pero ésta es precisamente el
botín político de quienes, hasta por herencia, conocen el manejo estatal; a
quienes recurren los actores políticos para viabilizar su gestión, es decir,
para entramparse en la lógica burocrática asumida como garantía del poder
político (siendo la cuestión al revés).
Si el
gobierno calcula su permanencia sin proyecto, entonces irá cediendo todo, o
terminará atrincherándose hasta condenarse en la soledad, como sucedió con el
“gobierno del cambio”. La única alternativa es siempre el pueblo. El verdadero
poder no se asalta ni se toma, se construye, se crea, desde abajo, donde radica
la soberanía de toda política.
El pueblo, en
tanto que pueblo, no siempre se manifiesta en sus dirigencias. Aparece en
momentos críticos, sobre todo cuando el poder delegado, por desconocer la
soberanía original, se cree dueño de la soberanía. Aparece como portador y
proyectista del horizonte político.
Lo que crea
en su movilización es el sentido y la direccionalidad de la praxis política.
Sólo en ese contexto el proyecto político adquiere vitalidad.
Por eso, en
realidad, no se baja al pueblo, sino se asciende a lo que el pueblo ha
constituido como proyecto y horizonte. Ese es el mandar obedeciendo. El poder
obediencial que pretendía transformar el propio concepto de política. Pero es,
precisamente, lo que la clase política constituida en burocracia, o sea, en
politburó, desestima siempre, porque eso significa el fin de su propio poder.
Es fácil
decir hay que volver a ser pueblo, pero es lo más difícil para una
idiosincrasia política (hasta de izquierda) que se ha constituida
aristocráticamente en la pirámide social donde el ascenso es sólo individual,
como única posibilidad de ser algo en el universo liberal. El “revolucionario”
que ha naturalizado aquello será siempre un operador del espíritu conservador
que anida también al interior de toda revolución. Es lo que hará posible su
propia traición. Por eso acaba cavando su propia tumba, cuando cree que se
puede hacer revoluciones a medias.
BOLIVIA.
CRÓNICA DE UNA GUERRA ANUNCIADA
En EEUU,
existe una tradición que afecta a muchos países del mundo, esa tradición es
promover guerras basados en mentiras que configuren “un daño a EEUU y la
democracia”. Hemos sido testigos de las guerras de Corea, Vietnam, Irak,
Afganistán, invasión a Granada,. etc. etc. ¿Cómo funciona esta tradición
estratégica?
Resumen
Latinoamericano Org. (https://bit.ly/3Wgge9y)
Uno de los
puntos de apoyo para que funcione esta “tradición” es la mentira o los “falsos
positivos” posicionados en “oídos receptivos”, entonces tenemos don columnas
fundamentales para que la “tradición” funcione: formar los oídos receptivos y
fabricar la mentira oportuna.
El golpe del
año 2019, es el resultado de la aplicación de esta “tradición” imperialista en
Bolivia; la mentira se llamó “fraude” y los oídos receptivos estaban centrados
en tres sectores de la sociedad, iglesias evangélicas contrarias a la llamada
“religiosidad andina” una de sus conocidas feligresas luego sería ungida como
presidenta del Estado Plurinacional. En segundo lugar, los sectores racistas de
vieja data en Bolivia, alimentada con la “supremacía blanca migrante” en el
oriente producto de las expulsiones de la Primera, segunda guerra mundial y la
guerra en los Balcanes, y en tercer lugar todas las corrientes políticas
desplazadas del escenario electoral por el MAS.
Esa
estructura de poder, montada desde el año 2008, no ha sido, ni identificada y
peor desmontada por el gobierno democrático de Luis Arce, por el contrario, ha
promocionado su consolidación con las concesiones a ese grupo de poder.
Hoy día
Bolivia se encuentra en medio de un nuevo experimento de quiebre democrático
constitucional, porque, desde fuera del mismo sistema político se impone al
gobierno corregir sus decisiones amparadas por la Constitución Política del
Estado. En este escenario debemos realizar un punteo de las acciones
gubernamentales.
Primero el
gobierno ha perdido el rumbo del “proceso de cambio” es decir de la continuidad
de transformaciones en la estructura socioeconómica de Bolivia. Su concentración
puntual en el campo económico, ha hecho que se descuide el campo político,
siempre frágil en Bolivia.
Segundo, la
especialidad del presidente boliviano -economista- no le ha permitido conformar
un equipo político que se ocupe del tratamiento de este campo, muy importante,
después del 2019.
Tercero, la
ausencia de una sincronía entre gobierno-Instrumento político-organizaciones
sociales, ha debilitado el impulso generado en la reconquista de la democracia
en el año 2020.
Cuarto, las
organizaciones sociales, han perdido la capacidad de generar cuadros políticos,
debido a que sus bases juveniles fueron subsumidos por la burocracia estatal.
Quinto, las
clases medias y populares pertenecientes a iglesias evangélicas/cristiana, con
un profundo pensamiento racista han logrado que personajes conocidos en la
política nacional, por actos de corrupción y aprovechamiento de las denominadas
“organizaciones cívicas” para su promoción personal, sean electos como
autoridades en ciudades importantes del país, por supuesto que estos personajes
también contaron con el apoyo de los resabios de partidos políticos
neoliberales.
Sexto las
instituciones como la policía y las FFAA, no han sido depuradas. Especialmente
de las que tienen mentalidad racista y proclive a la corrupción.
Con estos
puntos, que son algunos que consideramos importantes en la compleja política
boliviana, podemos afirmar que están dadas las condiciones para que en este u
otro momento una nueva aventura golpista sea consumada.
La ausencia
de un liderazgo político estimula las acciones violentas, racistas,
inconstitucionales que condicionan la actitud ciudadana hacia un repliegue y
abstracción de la dinámica política, contribuyendo a una inestabilidad que ya
es una constante en Bolivia desde el año 2016.
LA
CHIQUITANÍA BOLIVIANA, POR EL CAMINO DE LAS MISIONES
El Tribuno de
Argentina (https://bit.ly/3DMTPtq)
En agosto del
2013, en busca de un clima más amable, nos adentramos en el oriente boliviano.
Tierra baja y calurosa, muy diferente al mundo andino en paisajes y cultura.
Rincones poco visitados, naturaleza virgen, pueblos pintorescos de gente
hospitalaria y curiosa.
Iniciamos en
Santa Cruz de la Sierra, cuatro horas en tren hasta San José de Chiquitos, el
primer asentamiento jesuita de la región. El pueblo es pequeño, el clima
tropical, propio del bosque seco chiquitano, transición entre el chaco y la
selva. Desde allí parte el camino de las misiones (San Rafael, San Miguel,
Santa Ana y San Ignacio) hacia el norte; al este, por la autopista bioceánica,
se llega a Brasil.Nos quedamos unos días en una casa abandonada, a la cual nos
invitaron unos jovencísimos viajeros, que cruzamos en la estación de trenes
apenas llegamos.
Desde San
José, a dedo, llegamos a Aguas Calientes. Allí corre un río de aguas termales y
cristalinas de dos kilómetros, el más grande en su tipo de Sudamérica. Sus
márgenes tupidos de vegetación autóctona y su suelo arenoso, invitan a
sumergirse y disfrutarlo. Acampamos en Los Hervores, donde el agua es más
cálida, en ciertas partes 40° C. La última noche en Los Puentes, donde la
vegetación es más tupida y el río más fresco y cerrado.
Luego de
largas y calurosas horas en la ruta llegamos a Corumbá, pueblo fronterizo del
lado brasileño, en pleno pantanal. Solo una noche nos quedamos. Con visa
renovada (tres meses más para recorrer el país), continuamos descubriendo el
oriente de Bolivia… más horas haciendo dedo, viajando en camionetas y camiones,
acampando, durmiendo en hostales, hasta llegar al hermosísimo Santiago de
Chiquitos, último asentamiento jesuita en la Chiquitanía. Descubrimos
increíbles atractivos naturales: bosques vírgenes, ríos, formaciones rocosas,
cuevas, valles; fauna abundante, numerosas parabas rojas (guacamayos), tucanes,
tucancillos. Paramos en casa de Don Pantaleón, un profesor a punto de
jubilarse, quien toda su vida trabajó en el campo arriando ganado. Un personaje
fantástico, irreal, creado por algún realista mágico. Allí cumplimos cinco
meses desde que partimos de Córdoba, mi diario dice: "El tiempo es ilusorio.
Tantas cosas estamos viviendo en estos meses que los hacen parecer aún más
largos, los multiplican. Sin rutinas, los días son todos distintos, llenos de
aprendizajes y personajes nuevos. Antes se repetían, transcurriendo sin que nos
diéramos cuenta".
A la semana
partimos a Roboré, en busca del Chorro de San Luis. Otro paraíso! Acampamos
tres días en la playita de arena, frente a una caída de agua de 20 metros.
Luego, nuevamente en San José, para desde allí rumbear al norte, por el camino
de las misiones.
Tres días
quedamos varados haciendo dedo, bajo un sol fuerte y el viento cálido y seco
que nos llenaba de tierra, sin que nadie nos levante, en un inhóspito caserío
llamado, paradójicamente, La fortuna.
Al fin nos
levantaron y dejaron en San Rafael. Dormimos una noche en la catedral, una de
las tantas iglesias que componen el conjunto de la obra jesuita.
Le siguió
Santa Ana, el más pequeño de los pueblos misionales y único que conserva la
estructura urbana original planeada por los jesuitas. Su iglesia es la más
austera del complejo jesuítico, al ser construida por los mismos indígenas,
luego de la expulsión de la Compañía de Jesús.
Finalmente
arribamos a San Ignacio de Chiquitos, de los pueblos más grandes de la región
junto a San José. El día que llegamos, de tarde, mientras vendíamos nuestras
postales en el parque central, frente a la imponente catedral, tres maestras se
acercaron, interesándose en el proyecto. Nos invitaron a realizar una actividad
para sus alumnos de primaria. Terminamos acampando tres días en un aula de su
escuela, teniendo que desarmar la carpa cada mañana, antes que los alumnos
entren a clases. Luego de la actividad con los chicos de la escuela
"Eduardo Abaroa", partimos, nuevamente a dedo, hacia la capital del
departamento Santa Cruz, donde comenzó esta hermosa vuelta de un par de meses.
"EL
AMAZONAS, TAL Y COMO LO CONOCEMOS, PUEDE DESAPARECER EN OCHO AÑOS", ALERTA
WWF
El Periódico
de España (https://bit.ly/3TV083M)
El mayor
espacio verde de la Tierra está en peligro. Las organizaciones indígenas de las
selvas del Amazonas, que representan a 511 comunidades locales, han lanzado un
desesperado grito de alarma: es necesario un acuerdo global para la protección
permanente de 80% de ese espacio natural en 2025 para evitar "el inminente
punto de no retorno y una crisis planetaria".
Los datos
asustan: el 17% de la cuenca del Amazonas ha sido deforestada y en otro 17% del
bioma está degradado. Esta situación supone una grave amenaza para la Amazonía,
un componente crucial en el sistema climático de la Tierra, porque almacena
entre 150.000 y 200 000 millones de toneladas de carbono.
La Amazonía,
además, destaca por su biodiversidad, que incluye el 18% de las especies de
plantas vasculares existentes en el mundo, el 14% de las aves, el 9% de los
mamíferos, el 8% de los anfibios y el 18% de los peces que viven en los
trópicos.
El informe
‘Planeta vivo 2022. Hacia una sociedad con la naturaleza en positivo’, que
acaba de editar WWF, resalta la urgente necesidad de proteger la Amazonía, el bosque
tropical más grande y con mayor diversidad biológica y cultural del mundo, con
un sistema fluvial que contiene casi el 20% del agua dulce del planeta.
Es, además,
el hogar de más de 500 grupos de pueblos indígenas, incluyendo a 66 grupos en
aislamiento voluntario y contacto inicial. Los territorios indígenas suman en
la actualidad 2,37 millones de kilómetros cuadrados (casi el quíntuple que
España), lo que supone el 27% del total de la Amazonía. En esos territorios se
registran las menores tasas de deforestación.
REPERCUSIONES
DEVASTADORAS
Los
territorios indígenas son responsables de almacenar casi un tercio (32,8%) de
las reservas de carbono superficial de la región amazónica (28.247 millones de
toneladas), lo que supone una enorme contribución a la mitigación y adaptación
al cambio climático.
La ciencia ha
establecido que el punto de no retorno se sitúa entre el 20% y el 25% de
deforestación y degradación forestal combinadas. Los datos muestran que el 26%
de la Amazonía se encuentra en estado de ‘perturbación avanzada’, lo cual
supone degradación de los bosques, incendios recurrentes y deforestación.
"El
horizonte establecido para las metas mundiales de conservación es el año 2030,
pero en ocho años, la Amazonía, tal y como la conocemos, puede haber desaparecido",
recoge el informe de WWF.
"Esto no
es un escenario futuro, es lo que estamos viviendo actualmente en la región: un
nivel continuo de destrucción con repercusiones devastadoras a nivel local e
implicaciones negativas para la estabilidad climática del planeta",
subraya el documento.
¿Qué dicen
los científicos? El Informe de Evaluación sobre la Amazonía 2021, elaborado por
más de 240 científicos recomienda cuatro medidas clave: una moratoria inmediata
sobre la deforestación y la degradación de zonas que se acercan al punto de no
retorno; el logro del objetivo de cero deforestación y degradación para 2030;
la restauración de ecosistemas terrestres y acuáticos; y una bioeconomía
inclusiva y justa de bosques y ríos saludables. Solo así se podrían evitar
"consecuencias catastróficas" en la Amazonía y, por extensión, a
nivel mundial, según los expertos.
TRANSICIÓN
HACIA UN DESARROLLO SOSTENIBLE
En 2021 la
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) destacó el
papel de los territorios indígenas, reconociéndolos como "espacios para la
conservación sostenible". Pero los gobiernos y los líderes mundiales
siguen dando la espalda a la realidad de ese gigantesco ‘pulmón’ planetario.
Las
comunidades indígenas piden ayuda, demandan alianzas territoriales y mundiales
para proteger y defender su hogar, la Amazonía, "la madre jungla, y evitar
que exhale su último suspiro", tal y como recoge el informe de WWF. El
objetivo es iniciar ya una transición hacia un desarrollo sostenible.
La
Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) ha
hecho un llamamiento por un acuerdo mundial para la protección permanente del
80% de la Amazonía en 2025, con el respaldo de los gobiernos de los nueve
países amazónicos (Perú, Bolivia, Brasil, Ecuador, Venezuela, Surinam,
Colombia, Guyana y Guyana Francesa), como "respuesta urgente a las crisis
de clima y biodiversidad a las que se enfrenta actualmente la humanidad".
Para alcanzar
esa meta juzgan indispensable garantizar la "seguridad legal para nuestros
territorios como garantía de vida; el reconocimiento del derecho a consulta
previa, informada y libre; la protección y el respeto como soluciones de los
sistemas de conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas; el fin de la
criminalización de los activistas indígenas, de las amenazas del sistema y de
los asesinatos; y la financiación directa para pueblos indígenas con apoyo
técnico permanente para la gestión de recursos económicos y humanos".
El informe de
WWF recoge dos preguntas lanzadas por los indígenas a las comunidades política
y académica y a todo el mundo: "¿Es posible que el bioma de la Amazonía
sea declarado patrimonio cultural intangible de la humanidad, para que todas
las criaturas que viven en ella dejen de ser asesinadas, quemadas y
contaminadas? ¿Es posible salvar este ecosistema de la extinción?".
EL LITIO:
OTRA GUERRA ENTRE ESTADOS UNIDOS Y CHINA
Atalayar de
España (https://bit.ly/3DoV5RQ)
Detrás del
cambio climático, la economía verde, la transición energética y las energías
limpias se ocultan encarnizadas batallas por la supremacía en el reparto del
mundo entre Estados Unidos, China y Rusia. Una cuarta potencia, India navega
entre los intereses de las tres con agenda propia, pero más cerca de los
intereses del bloque de Oriente.
Una lucha
frontal entre el mundo occidental cristiano, liderado por Estados Unidos y las
potencias de Europa contra los intereses económicos y estratégicos del mundo
oriental ortodoxo, islamismo, budismo y taoísmo encabezados por China y Rusia.
En efecto, son varias las guerras que se desarrollan a la vez por la
preponderancia internacional, sin embargo, los aspectos religiosos poco se
examinan, pero son claves en la nueva arquitectura del orden mundial.
Estados
Unidos trata conservar el poder unipolar que alcanzó con el colapso de la Unión
Soviética y no está dispuesto a ceder ese poder ante China y Rusia. Uno de los
desaciertos de la política exterior de las Administraciones de Barack Obama y
de Joe Biden han sido las sanciones contra Rusia, dichas sanciones han
fortalecido la alianza del eje Moscú-Pekín y de paso le han permitido sumar a
otros países que tienen relevancias económicas y geopolíticas en Asia como India,
Irán, Arabia Saudí, Turquía y Pakistán.
Estados
Unidos en su lucha por el predominio mundial tiene abierta varias guerras. Por
un lado, una guerra contra Rusia por el control y el dominio de los
combustibles fósiles: petróleo y gas. Del otro, otra una guerra contra China
por el dominio de las reservas de litio, mineral clave para la transición
energética y producción de energías limpias. Un tercer frente de guerra con
China por la superioridad en la industria de los microchips y la inteligencia
artificial.
La guerra del
litio contra China empezó en la Administración de Donald Trump, cuando declaró
una emergencia nacional para desarrollar una política estratégica de control de
las reservas de litio en el mundo y, así, buscar enfrentar los avances chinos en
la industria mencionada.
La orden de
Trump fue que se debía desarrollar una política más audaz, porque los avances
de China en la industria y el control del litio eran una amenaza para la
seguridad, la industria y los intereses estratégicos de Estados Unidos.
Las
preocupaciones del Gobierno de Trump eran obvias, debido a que China tiene los
adelantos más importantes en la industria del litio en el mundo, el mineral más
estratégico para el desarrollo de la industria de vehículos eléctricos y para
el desarrollo de energías limpias.
El litio es
un mineral estratégico e indispensable para las fabricaciones de carros
eléctricos, baterías para cámaras termográficas, telefonías móviles y unidades
de almacenamientos de energía eólica y solar. Por eso es un mineral clave y
preponderante para el paso de los combustibles fósiles a las energías limpias.
La industria
del litio en Estados Unidos está rezagada y en China muy avanzada, los chinos
controlan y refinan el 60% de la producción mundial de litio, los mercados de
coches eléctricos en el mundo y dominan los mercados de las baterías eléctricas
entre el 80 y el 90% de la capacidad global. Seis de los diez mayores
productores de batería para vehículos eléctricos tienen sede en China.
En América
Latina los chinos controlan el mercado de litio en el triángulo del oro blanco
que conforman Bolivia (30%), Chile (21%) y Argentina (17%) de las reservas
globales con tres compañías de alcance global: Ganfeng Lithium, Tianqi Lithium
y Zijin Mining. En un informe del Centro de Estudios Estratégicos e
Internacionales (CSIS) de Washington, se dice que Estados Unidos no está
preparado para satisfacer la demanda de la industria del litio en los próximos
años y China puede en el conflicto usar su posición dominante para dirigir la transición
mundial a energía limpia.
En criterio
de la investigadora mexicana, Beatriz Olivera, “si los procesos para extraer
litio siguen siendo contaminantes y las empresas mineras violan los derechos de
las comunidades no habrá ningún progreso, será un maquillaje de lo que se llama
energías limpias”. Conclusión: más allá de la importancia que tienen la
transición energética y las energías limpias detrás de ellas se esconden las
mismas modalidades de dominación mundial de las potencias.
VARGAS LLOSA
Y SU SORPRENDENTE 'MALDICIÓN' PARA 'GAFAR' LAS CANDIDATURAS PRESIDENCIALES
En las
elecciones en Bolivia, donde se enfrentaron Luis Arce Catacora y Carlos Mesa,
este último apoyado por el escritor. "Es un apoyo por la libertad",
decía Vargas Llosa, quien vio cómo su candidato perdía las votaciones.
Marca de
España (https://bit.ly/3gWE3Dg)
La noche del
domingo tuvo un gran protagonista en Brasil: Lula da Silva. El político de 77
años ganó las elecciones presidenciales imponiéndose así a Jair Bolsonaro,
quien se presentaba para repetir mandato, con un 50,9% a 49,1%. De esta lucha por
el poder del país salió 'otro' perdedor, Mario Vargas Llosa, quien aumenta su
'maldición'.
Esta
'maldición' consiste en que cada candidato, del país que sea, que es apoyado
por el escritor peruano, acaba perdiendo en las elecciones. Todos los
candidatos han sido de derechas, ideología que comparte con el Premio Nobel de
Literatura, hasta siete. En las elecciones brasileñas, además, Jair Bolsonaro
fue el primer candidato en no revalidar su mandato.
Vargas Llosa
dijo que Lula era un "ladrón"
El apoyo de
Mario Vargas Llosa a Jais Bolsonaro se produjo el pasado 12 de mayo, cuando el
escritor declaró: "Entre Bolsonaro con payasadas, y Lula, prefiero a
Bolsonaro". Estas palabras fueron dichas en una charla del Centro de
Estudios para el Desarrollo en Montevideo.
"No es
un candidato que despierte nuestro entusiasmo", agregó el escritor, quien
recordó también que Lula estuvo "preso" y era un "ladrón"
por el caso Odebrecht.
¿A qué otros
políticos apoyó Mario Vargas Llosa?
El resto de
casos en los que el apoyo del escritor no fue suficiente para que su candidato
ganara las elecciones se dieron, en su mayoría, en países latinoamericanos.
En 2019, por
ejemplo, Mario Vargas Llosa apoyó a Mauricio Macri frente a Alberto Fernández
en las elecciones argentinas. Macri terminaría perdiendo en las votaciones.
Al año
siguiente se celebraron las elecciones en Bolivia, donde se enfrentaron Luis
Arce Catacora y Carlos Mesa, este último apoyado por el escritor. "Es un
apoyo por la libertad", decía Vargas Llosa, quien vio cómo su candidato
perdía las votaciones.
En 2021, en
medio de las elecciones peruanas, Vargas Llosa mostró su apoyo firme a Keiko
Fujimori en lugar de Pedro Castillo, quien se impondría en las urnas. El último
ejemplo antes de las elecciones brasileñas ocurrió en Chile, donde apoyó a José
Antonio Kast, de ideología ultraderechista. Kast terminaría perdiendo en favor
de Gabriel Boric.
En España,
por ejemplo, Mario Vargas Llosa apoyó públicamente en varias ocasiones a Albert
Rivera en las elecciones para presidente de España.
NUEVAS
MISIONES PARA AMÉRICA LATINA
La Diaria de
Uruguay (https://bit.ly/3NmE8wf)
La guerra en
Ucrania y la crisis mundial del costo de vida golpean con dureza a América
Latina y el Caribe (ALC). El crecimiento regional, que después de la covid 19
exhibió una recuperación impresionante hasta alcanzar una tasa promedio de 6,8%
en 2021, se reducirá a apenas 1,8% este año, con efectos paralizantes para las
personas más vulnerables. En comparación con 2021, la tasa de pobreza de
América Latina en 2022 aumentará 0,9 puntos porcentuales hasta el 33%, y la
pobreza extrema subirá 0,7 puntos porcentuales hasta el 14,5%.
Pero muchos
países de la región tienen una oportunidad para redefinir sus políticas
económicas, y, aunque todos son muy distintos, enfrentan un conjunto común de
desafíos estructurales que incluyen la dependencia respecto de los recursos
naturales, baja productividad, debilidad del sector público y un margen fiscal
estrecho.
La solución
de estos desafíos estructurales demanda gobernanza progresista y énfasis en
objetivos económicos claros: crear empleo, aumentar la productividad, reducir
la pobreza, eliminar la brecha digital y acelerar la transición a la energía
limpia. Para sostener esta agenda, los gobiernos necesitarán una narrativa nueva
que ponga en primer plano el crecimiento guiado por la innovación. No se trata
de que los países de esta región necesiten innovaciones disruptivas por sí
mismas (como las que vemos en Silicon Valley), sino innovación con sentido de
propósito, para la solución de problemas concretos de vieja data, como la
creciente brecha digital y el aumento de las emisiones de gases de efecto
invernadero.
Por eso, en
un nuevo informe para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(Cepal), titulado “Cambio transformacional en América Latina y el Caribe: un
enfoque de política orientada por misiones”, intento ofrecer un plan realizable
para la creación de riqueza en toda la región. El informe no traza una senda
definitiva que todos los gobiernos deban seguir; en cambio, propone un marco y
un vocabulario nuevos, e identifica las clases de políticas, herramientas e
instituciones que se necesitan para impulsar un crecimiento guiado por la
innovación.
Para crear
una economía inclusiva, sostenible y con prosperidad compartida, propongo que
los gobiernos de ALC adopten estrategias industriales orientadas por misiones
-objetivos concretos, entendido como un paso alcanzable hacia un gran desafío
que contextualiza proyectos-, con menos énfasis en el uso de políticas ya probadas
(por ejemplo, aquellas que buscan fortalecer la sustitución de importaciones o
conseguir competitividad de precios) y más énfasis en reconsiderar el papel del
Estado.
Hay que ver
al Estado no como un obstáculo al crecimiento, sino como un configurador seguro
y capaz del mercado, con una posición única para aplicar ambición y audacia a
la solución de los mayores desafíos que enfrentan los países. Pero para que el
Estado tenga éxito en este papel, los gobiernos deben fijar objetivos claros y
demostrar voluntad de usar todos los instrumentos de que disponen, desde la
compra pública hasta el otorgamiento de préstamos. Es la única forma eficaz de
catalizar procesos de experimentación de carácter ascendente en una
multiplicidad de sectores de la economía.
Los gobiernos
pueden comenzar por los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y luego idear
misiones que impulsen la movilización colectiva multisectorial hacia el logro
de cada uno de ellos. Como explica el informe, esto demandará una estrategia
clara para fortalecer las capacidades dinámicas del sector público, mediante el
aprovechamiento de nuevas herramientas y políticas orientadas a resultados y la
creación de nuevas instituciones orientadas por misiones.
Un enfoque de
misiones exige reconocer el hecho de que las grandes transiciones (por ejemplo,
de una economía basada en los combustibles fósiles a una economía sostenible)
pueden llevar mucho tiempo. La industria gaspetrolera tiene habilidades y
capacidades valiosas acumuladas que se pueden reorientar resignificando los
subsidios a esos sectores como incentivos a un cambio en la dirección de la
economía verde.
El informe
examina ocho casos de diferentes países de ALC en los que políticas e
instituciones orientadas por misiones podrían satisfacer la necesidad de
cambio. Piénsese en el problema de la dependencia de los recursos naturales, de
la que sirve de ejemplo el “triángulo del litio”. Esta región, encastrada entre
Argentina, Bolivia y Chile, alberga, junto con Perú, unas dos terceras partes
de las reservas mundiales de litio. Pero, a pesar del papel crucial de este
elemento para la digitalización y la transición energética global, Chile,
Bolivia y Argentina no han conseguido una gobernanza correcta del desarrollo
regional, al permitir a la extracción de recursos impulsar un crecimiento
carente de dirección.
Convirtiendo
un recurso natural como el litio en elemento central de una misión específica
(por ejemplo, la descarbonización de la economía), los gobiernos pueden
reconfigurar el sistema de incentivos. En vez de alentar una explotación
insensata de los recursos naturales, pueden procurar que las rentas obtenidas
se reinviertan en actividades más innovadoras y beneficiosas. Mediante un
enfoque multisectorial estratégico como este, Argentina, Bolivia y Chile pueden
transformar la maldición de los recursos naturales en una oportunidad de
progreso social y ambiental acelerado.
Asimismo, los
países del Caribe tienen una oportunidad para crear un sector turístico más
verde en toda la cadena de suministro, desde el transporte hasta la
construcción. Sus gobiernos pueden adoptar la ambiciosa misión de preservar los
océanos y el lecho marino y así fomentar la innovación y la inversión en una
variedad de sectores, siguiendo el ejemplo de Barbados bajo su inspiradora
primera ministra, Mia Mottley.
En última
instancia, el informe sobre ALC tiene que ver con la creación de un nuevo
contrato social entre el Estado, las empresas, los sindicatos y la ciudadanía.
Un Estado con más audacia y capacidad puede ser un socio mejor para las
empresas, al sentar las bases para nuevas alianzas público privadas que
maximicen el beneficio público en vez de la mera ganancia privada. Un elemento
crucial de este enfoque de misiones es que el nuevo Estado empoderado esté
sometido a la rendición de cuentas por medio de una mayor participación
ciudadana.
Hoy más que
nunca, se necesita claridad estratégica para enfrentar al mismo tiempo la
crisis de costo de vida inmediata y los desafíos estructurales de la región a
más largo plazo. Felizmente, en los gobiernos progresistas de ALC hay un
creciente sentido de urgencia y propósito. Un enfoque de misiones puede
servirles para empezar a redirigir el crecimiento hacia un futuro más inclusivo
y sostenible, y espero que el informe resulte una guía útil en tal sentido.
No comments:
Post a Comment