CRISIS ECONÓMICA Y GUERRA DE PODER: LAS CAUSAS DEL GOLPE DE ESTADO FALLIDO EN BOLIVIA
Bolivia sufrió
el miércoles un “intento de golpe de Estado”, cuando el el comandante en jefe
del ejército, Juan José Zúñiga, encabezó a un grupo de militares fuertemente
armados, que con tanques irrumpieron en la plaza Murillo frente a la Casa
Grande del Pueblo, sede del Ejecutivo, en la ciudad de La Paz, la capital, y
tumbaron la puerta del edificio. El general Zúñiga, al que se le destituyó un
día antes, anunció la constitución de un nuevo gobierno, la “restauración de la
democracia” y la liberación de los “presos políticos” incluidos la expresidenta
Jeanine Añez, de la oposición conservadora, y el gobernador opositor Luis
Fernando Camacho.
Más allá de los
motivaciones personales de Zúñiga, el intento de levantamiento se interpreta
como una culminación de las tensiones que se han estado gestando en Bolivia
durante meses, con numerosos manifestantes acudiendo a la capital del país en
medio de una grave crisis económica y mientras dos titanes políticos -Arce y su
una vez aliado, el expresidente Evo Morales- luchan por el control del partido
gobernante. Al mismo tiempo, el intento de apoderarse del palacio parecía
carecer de un apoyo significativo, e incluso los rivales de Arce rápidamente
cerraron filas para defender la democracia y repudiar el golpe.
¿Qué tensiones
preceden al golpe?
Uno de los
argumentos que empleó Zúñiga para explicar su asonada militar, fue que el
gobierno estaba “empobreciendo” al país. Los bolivianos han estado sufriendo
cada vez más los dolores del lento crecimiento, la creciente inflación y la
escasez de dólares, un cambio radical con respecto a la década anterior,
período que algunos bautizaron como el “milagro económico”. Los partidarios de
Arce, ministro de Economía del icono izquierdista de Morales desde el 2006
hasta el 2017, le atribuyeron el mérito. Fue entonces cuando la economía del
país creció más del 4% casi cada año y sacó de la pobreza a muchos, en una de
las naciones más pobres de América del Sur. Pero cayó al abismo con la pandemia
de coronavirus.
¿Cómo se ha
llegado a la crisis económica?
Los problemas,
sin embargo, comenzaron antes de la pandemia. Ya en el 2014, los precios de las
materias primas se desplomaron y el gobierno recurrió a sus reservas de divisas
para sostener el gasto. Luego recurrió a sus reservas de oro e incluso vendió bonos
en dólares a nivel local. Al asumir la presidencia en el 2020, Arce se encontró
con un panorama económico sombrío debido a la pandemia. La disminución de la
producción de gas selló el fin del modelo económico boliviano que arruinaba un
presupuesto que hoy está agotado. A la escasez de dólares, se une la de
combustible, que han hecho mella en la economía del país. Este año el Fondo
Monetario Internacional prevé un crecimiento de sólo el 1,6%, la cifra más
pequeña en 25 años, a excepción de la caída pandémica en el 2020.
¿Qué tan
excepcional es el levantamiento?
Según un
recuento, Bolivia ha tenido más de 190 intentos de golpe y revoluciones desde
su independencia en 1825 en un ciclo repetitivo de conflicto entre élites
políticas en áreas urbanas y sectores rurales privados de derechos que han
fomentado la movilización de sus bases. Este ni siquiera es el primer presunto
intento de golpe de Estado en los últimos años.
En el 2019,
Morales, entonces el primer presidente indígena de Bolivia, se postuló para un
tercer mandato considerado inconstitucional. Ganó una votación disputada y
plagada de acusaciones de fraude, lo que desató protestas masivas que causaron
36 muertes y llevaron a Morales a renunciar y huir del país. Un gobierno
interino de la oposición de derecha tomó el control, encabezado por Jeanine
Áñez y el Movimiento Al Socialismo, el partido de Morales conocido por su
siglas MAS, lo calificó de golpe de Estado. Arce, el sucesor elegido por
Morales, ganó las elecciones un año después, prometiendo restaurar la
prosperidad de Bolivia, que una vez fue la principal fuente de gas natural de
América Latina.
¿Qué ha hecho
Arce para aliviar la crisis?
Como
presidente, Arce ha luchado por gestionar la escasez de dólares
estadounidenses, pero ha llevado a las agencias de calificación crediticia a
rebajar la calificación de la deuda de Bolivia a la categoría de “basura”. Su
gobierno ha firmado acuerdos con empresas rusas y chinas para explotar las
enormes reservas no explotadas de litio de Bolivia, un metal utilizado en
baterías para vehículos eléctricos, teléfonos móviles y ordenadores portátiles.
Pero los legisladores de la legislatura dividida aún no han aprobado ningún
contrato.
¿Por qué están
enfrentados Arce y Morales?
Con la
desesperación económica como telón de fondo, Arce y el exlíder Morales se han
enfrentado en una lucha política que ha paralizado los esfuerzos del gobierno
para abordarla. Por ejemplo, los aliados de Morales en el Congreso han
frustrado sistemáticamente los intentos de Arce de endeudarse para aliviar
parte de la presión.
¿Con qué apoyo
cuenta Morales?
Morales, que
todavía cuenta con un apoyo considerable de los cultivadores de coca y de los
trabajadores sindicales, aparentemente no estaba contento con dejar que Arce se
postulara para la reelección sin oposición. Después de regresar del exilio, el
carismático populista anunció el año pasado planes para participar en la
carrera presidencial del 2025, lo que desató una batalla campal por el control
de un MAS fragmentado. Cada hombre ha estado tratando de galvanizar el apoyo
para sí mismo y socavar a su antiguo aliado. Momentos antes del intento de
golpe de Estado, Zúñiga dijo en televisión que capturaría a Morales si este
proseguía con sus aspiraciones. En diciembre pasado, inhabilitó al expresidente
a optar a la reelección, lo que alimentó protestas este año, que bloquearon la
principal carretera del país y perjudicaron la economía.
¿Con qué apoyo
cuenta Arce?
Mientras la
lucha política ha paraliza los esfuerzos del gobierno para hacer frente a la
creciente desesperación económica, el malestar social puede desencadenar en un
estallido, afirman algunos analistas. “Arce carece del carisma, de las
habilidades políticas y del legado de Evo. Pero controla el aparato estatal”,
apuntó Benjamin Gedan, director del Programa para América Latina del Wilson
Center, con sede en Washington, a la agencia AP. “En una situación normal, las
próximas elecciones servirían como válvula de presión. Pero con la candidatura
de Evo en el aire, la oposición dividida y la economía en desorden, Bolivia
está claramente al límite”, agregó. “Es una situación dinámica y hay una larga
historia de golpes militares en Bolivia, pero muchos agentes de poder
nacionales y globales se están alineando detrás de Arce”, señaló vicepresidente
del Consejo de las Américas, con sede en Nueva York, Brian Winter, a la misma
agencia. La Vanguardia de España
(https://acortar.link/dCMsfy)
Desde Rusia a
EE.UU., pasando por Elon Musk, muchos ojos están puestos en la mayor reserva de
ese mineral
INTENTO DE
GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA: LITIO, UN ELEFANTE EN LA SALA
El gobierno
boliviano tiene en ciernes una alianza con Rusia para su explotación. Los
dichos de Elon Musk y de la generala Richardson.
Página 12 de
Argentina (https://acortar.link/9vlUW3)
El intento de
golpe en Bolivia reactivó la cuestión estratégica del litio, uno de los
recursos naturales más codiciados en el mundo en este momento. La frontera
entre la Argentina, Chile y Bolivia forma el llamado "triángulo del
litio", la mayor reserva en el mundo.
El
multimillonario Elon Musk le echó el ojo a la región, ya que el mineral es un
insumo fundamental para sus autos eléctricos, lo cual explica su apoyo a un
gobierno tan amigable al capitalismo desregulado como el de Javier Milei en la
Argentina, proclive a beneficiarlo en la explotación de litio.
Solamente en
territorio boliviano se calcula que hay una reserva aproximada de 23 millones
de toneladas de litio. Hace pocas semanas, el presidente Luis Arce planteó la
posibilidad de encarar la explotación de baterías de litio en sociedad con
Rusia. Esa noticias no pudo pasar desapercibida en Estados Unidos.
La general
Laura Richardson, máxima autoridad del Comando Sur de las Fuerzas Armadas
estadounidenses, lo dejó en claro en un video que circuló a través de las
redes. Allí resaltó que el 60 por ciento de las reservas de litio está en el
triángulo sudamericano. También destacó el petróleo de Guyana y Venezuela, el
oro, el cobre, y la reserva de 31 por ciento de agua dulce que se concentra en
el Amazonas.
"Esta
región es importante", aseguró la militar en el video. "Hay mucho en
juego y tenemos mucho para hacer", añadió. Y precisó que el Cono Sur
"es de gran importancia para nuestra seguridad nacional y necesitamos
intensificar nuestro juego".
Ya en 2019,
tras el golpe que lo derrocó, Evo Morales manifestó la incidencia del interés
estadounidense por los recursos naturales, sobre todo el litio, entre los
motivos de esa asonada. Sostuvo en diálogo con PáginaI12 que Estados Unidos no
quiere permitir la producción locla de litio en suelo boliviano.
En 2021, en
visita a México, el presidente Luis Arce remarcó que en la campaña elctoral la
oposición se había mostrado interesada en que, en caso de ganar, Tesla se
instalara en Bolivia para explotar el litio. El mandatario recordó también que
a las pocas semanas, un alto ejecutivo de Tesla había dicho que ellos harían un
golpe de Estado allí donde fuera necesario". Arce estimó que el objetivo
del golpe de 2019 era "el control del litio boliviano". Un interés
que quizás haya sido el motivo de fondo de lo que se vivió en las últimas
horas.
GOLPE DE ESTADO
FALLIDO EN BOLIVIA: QUÉ HA OCURRIDO, CAUSAS Y QUÉ PUEDE PASAR
Bolivia vivió
ayer un intento de golpe de Estado. Militares encabezados por el excomandante
del Ejército, que ya fue detenido, ingresaron en la sede del Gobierno, pero no
consiguieron tomar el poder. El episodio ocurrió en un contexto de divisiones
políticas y de descontento por la situación económica
Orden Mundial
(https://acortar.link/CTSvBg)
El excomandante
del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga, encabezó ayer 26 de junio un intento
de golpe de Estado. Después de tres horas en las que forzaron su entrada a la
sede del poder ejecutivo, los militares fueron destituidos y acabaron
retirándose. Zúñiga declaró que el objetivo era “restablecer la democracia” y
evitar que el expresidente Evo Morales pudiese presentarse en las elecciones
presidenciales de 2025. Es posible que el intento de golpe de Estado divida aún
más las facciones del partido Movimiento al Socialismo (MAS), lideradas por
Morales y el actual presidente Luis Arce.
¿Qué ocurrió?
El reducido
grupo de militares cercó la plaza frente a la sede del Ejecutivo, forzó la
puerta con una tanqueta e ingresó en el edificio cerca del mediodía. Luis Arce
había denunciado en sus redes sociales “movilizaciones irregulares” de tropas
frente a la sede del Gobierno. El intento de golpe de Estado duró tres horas,
cuando los militares se retiraron después de que Arce enfrentase a Zúñiga y
cambiase el alto mando militar. Arce, a su vez, convocó al pueblo boliviano a
movilizarse, y Evo Morales también rechazó el intento de golpe.
Zúñiga había
sido destituido el día anterior debido a unas declaraciones en televisión en
las que amenazaba con capturar a Morales si se presentaba a las elecciones de
2025. Además, declaró que liberaría a “todos los presos políticos”, incluyendo
a la expresidenta interina Jeanine Añez —quien también rechazó el intento de
golpe—, y que formaría un nuevo gabinete. El general fue detenido tras el
golpe, pero no sin antes acusar a Arce de haberle ordenado un autogolpe para
aumentar su popularidad. Tanto el Ejecutivo como la oposición han negado su
participación.
Los principales
partidos bolivianos han condenado el intento de golpe de Estado. Lo mismo ha
hecho la comunidad internacional: varios jefes de Estado y de Gobierno han
expresado su apoyo al Gobierno boliviano y al Estado de Derecho. También el
secretario general de la ONU, António Guterres, el secretario general de la
Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, y el alto representante de la
Unión Europea, Josep Borrell.
Económica y
política: dos crisis de fondo
Aunque el
intento de golpe de Estado en Bolivia fue sofocado en la misma tarde, el país
arrastra problemas económicos y políticos de fondo. Por un lado, después de
años de bonanza, la caída de los precios de las materias primas hace una década
perjudicó a la economía boliviana. El Gobierno del entonces presidente Evo
Morales (2006-2019), con Luis Arce como ministro de Economía, respondió
adoptando medidas que agravaron la situación. El uso de reservas de divisas y
en oro, así como la venta de bonos en dólares dentro del país, ralentizaron el
crecimiento.
En esa línea,
ya con Arce como presidente desde 2020, la caída de las reservas ha derivado en
una escasez de dólares. Esta escasez ha afectado a comerciantes, transportistas
e importadores de productos para abastecer el mercado boliviano. En el país
faltan desde medicamentos hasta combustible. De igual manera, la bonanza del
gas natural que Arce había liderado como ministro de Economía de Morales ha
venido a menos en los últimos años hasta terminar en una crisis de producción.
La situación ha provocado protestas, bloqueos y huelgas en las últimas semanas
en las principales ciudades.
Por otro lado,
Bolivia continúa viviendo una inestabilidad política que comenzó con la crisis
de 2019. Ese año Morales renunció tras semanas de protestas por acusaciones de
fraude en la elección presidencial. Los comicios fueron precedidos por un fallo
del Tribunal Constitucional en 2017 que permitía la reelección indefinida, tras
un fallido referéndum el año anterior. Junto con Morales renunciaron el
vicepresidente y los principales cargos del Legislativo. Como resultado asumió
el poder de forma interina la opositora Jeanine Añez, vicepresidenta segunda
del Senado, que ratificaría las nuevas elecciones para 2020.
Los comicios
finalmente los ganó Arce. Sin embargo, pese al regreso del MAS al Gobierno,
Arce y Morales se han enfrascado en una disputa por el poder y el control del
partido. Durante su presidencia, Arce ha tratado de gobernar con independencia
de Morales, que ha mantenido su influencia sobre una parte de los diputados del
partido y sobre varios sectores populares. La división interna tanto en la
Asamblea Legislativa como en las calles, además de con la oposición, ha marcado
la política boliviana en los últimos años. De hecho, Jeanine Añez fue detenida
en 2021 acusada de participar en la caída de Morales.
¿Qué puede
pasar?
Bolivia ha
vivido más de una treintena de golpes de Estado. Esa inestabilidad ha marcado
su historia política, ahora protagonizada por la división entre Arce y Morales.
El actual presidente cambió la cúpula militar para asegurarse su lealtad y,
tras los apoyos internos y externos recibidos, podría salir fortalecido en
términos de popularidad del intento de golpe de Estado. Sin embargo, es posible
que esta ventaja no dure mucho. Los seguidores de Morales han acusado a Arce de
“autogolpe”, lo que agravará las divisiones internas y podría aupar a la
oposición de cara a las elecciones presidenciales de 2025.
CÓMO LAS
TENSIONES EN BOLIVIA ALIMENTARON UN INTENTO DE GOLPE DE ESTADO
Voz de América
de EEUU (https://acortar.link/SCoD1B)
El
levantamiento militar en Bolivia fue resultado de la tensión económica y
política en la que ha estado sumido el país sudamericano durante meses,
incluida la división interna en el partido gobernante Movimiento al Socialismo
(MAS).
Vehículos
blindados militares impactaron contra las puertas del palacio de gobierno de
Bolivia el miércoles mientras el presidente Luis Arce advertía que su país
enfrentaba un intento de golpe de Estado.
De algún modo,
el levantamiento militar fue resultado de la tensión en la que ha estado sumido
el país sudamericano durante meses, con manifestaciones de vendedores
ambulantes y transportistas en contra de la escasez de combustible y la crisis
económica y una profunda división interna en el partido gobernante Movimiento
al Socialismo (MAS).
Por otro lado,
el intento militar de apoderarse de la sede de gobierno pareció carecer de un
apoyo significativo y hasta los rivales de Arce rápidamente cerraron filas para
defender la democracia y repudiar el levantamiento.
¿Qué
desencadenó el levantamiento militar?
El
levantamiento estuvo presuntamente encabezado por el comandante del ejército,
general Juan José Zúñiga, quien dijo a los periodistas reunidos en la plaza
frente al palacio de gobierno que “va a haber un nuevo gabinete de ministros...
no puede seguir más así nuestro país, nuestro Estado”, pero añadió que
reconocía a Arce como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas “por ahora”.
Zúñiga no dijo
explícitamente si él era el líder del levantamiento, pero ya en el palacio dijo
que el ejército estaba tratando de “restaurar la democracia y liberar a
nuestros presos políticos”.
Arce le ordenó
retirar a sus soldados alegando que no permitiría la insubordinación y
posteriormente destituyó a Zúñiga de su cargo y nombró a una nueva cúpula
militar.
¿Qué hay detrás
de las recientes tensiones en Bolivia?
Los bolivianos
padecen un lento crecimiento económico, creciente inflación y escasez de
dólares —que utilizan para adquirir inmuebles y otros bienes y como moneda de
ahorro—, un cambio radical con respecto a la década anterior en la que el país
vivió lo que algunos llamaron “milagro económico”.
La economía del
país creció más del 4 % casi todos los años durante la década de 2010 hasta
caer al abismo con la pandemia de coronavirus. Pero los problemas comenzaron en
2014, cuando los precios de las materias primas se desplomaron y el gobierno
recurrió a sus reservas de divisas para sostener el gasto. Luego recurrió a sus
reservas en oro e incluso vendió bonos en dólares a nivel local.
Arce había sido
ministro de Economía durante casi toda la década de fuerte crecimiento del
gobierno del presidente izquierdista Evo Morales (2006-2019), pero al asumir la
presidencia en 2020 se encontró con un panorama económico sombrío y la
disminución de la producción de gas —el principal producto de exportación de
Bolivia— selló el fin del modelo económico del MAS.
A diario se
forman largas filas de automóviles en las estaciones de servicio donde escasea
el combustible. El gobierno necesita 2.000 millones de dólares cada año para
importar gasolina y diésel que vende a mitad de precio al mercado local, pero
cada vez dispone de menos recursos porque los ingresos por exportaciones han
disminuido. Este año, el Fondo Monetario Internacional prevé un crecimiento de
sólo 1,6 %, lo que sería el menor en 25 años si no se tiene en cuenta la época
de la pandemia.
Con este telón
de fondo Arce y Morales se han enfrascado en una lucha por el control del MAS y
la candidatura presidencial para 2025 que ha paralizado los esfuerzos del
gobierno para abordar la crisis económica. Por ejemplo, los aliados de Morales
en el Congreso han frustrado sistemáticamente los intentos de Arce de obtener
créditos para aliviar parte de la presión.
¿Fue
excepcional el levantamiento?
Según un
recuento, Bolivia ha tenido más de 190 intentos de golpe y revoluciones desde
su independencia en 1825 en un ciclo repetitivo de conflicto entre las élites
políticas de las áreas urbanas y los sectores rurales empobrecidos.
Este ni
siquiera es el primer presunto intento de golpe de Estado en los últimos años.
En 2019 Morales, el primer presidente indígena de Bolivia, se postuló para un
tercer mandato pese a una prohibición constitucional. Ganó una votación
disputada y plagada de acusaciones de fraude, lo que desató protestas masivas
que causaron 36 muertes y llevaron a Morales a renunciar y huir del país.
La senadora
opositora de derecha Jeanine Áñez asumió un gobierno interino al que el MAS
calificó de golpe de Estado.
Arce, el
sucesor escogido por Morales, ganó las elecciones de 2020 prometiendo restaurar
la prosperidad de Bolivia, que alguna vez fue la principal fuente de gas
natural de América Latina.
¿Cuánto poder
político tiene Arce?
Morales, que
aún cuenta con un apoyo considerable de los cultivadores de coca y de los
trabajadores, aparentemente no está dispuesto a que Arce se postule para la
reelección sin oposición. Después de regresar del exilio, el carismático
populista anunció el año pasado su plan de participar en la carrera
presidencial de 2025, lo que desató una batalla por el control del fracturado
MAS.
Tanto Arce como
Morales buscan ganar apoyo para sí y socavar a su antiguo aliado en una lucha
política que mantiene paralizados los esfuerzos del gobierno para hacer frente
a la crisis económica. Según analistas, el malestar podría desatar estallidos
sociales.
“Arce carece
del carisma, las habilidades políticas y el legado de Evo pero controla el
aparato estatal”, dijo en un mensaje de texto Benjamin Gedan, director del
Programa para América Latina del Wilson Center, con sede en Washington.
“Normalmente, las próximas elecciones servirían como válvula de presión. Pero
con la candidatura de Evo en el aire, la oposición dividida y la economía en
desorden, Bolivia está claramente al límite”.
A pesar de sus
diferencias, ambos líderes se apresuraron a denunciar el miércoles lo que
llamaron un intento de golpe de Estado. Lo mismo hizo la expresidenta interina
Áñez, quien dijo en X, antes Twitter, que “el MAS con Arce y Evo deben irse a
través del voto el año 2025”.
Líderes de
Chile, Paraguay, Brasil, Ecuador y la Unión Europea también expresaron su
apoyo.
“Condenamos
enérgicamente la inaceptable acción de fuerza de un sector del ejército de ese
país. No podemos tolerar ningún quebrantamiento del orden constitucional
legítimo en Bolivia o en cualquier otro lugar”, dijo el presidente chileno
Gabriel Boric.
“Es una
situación dinámica y hay una larga historia de golpes militares en Bolivia,
pero muchos agentes de poder nacionales y globales se están alineando detrás de
Arce”, dijo Brian Winter, vicepresidente del Consejo de las Américas, con sede
en Nueva York.
QUIÉN GOBIERNA
EN BOLIVIA Y CUÁL ES SU IDEOLOGÍA
Luis Arce
mantiene un pulso por el poder con quien fuera su gran valedor, Evo Morales, y
ahora resiste a un intento de golpe de Estado
El Mundo de
España (https://acortar.link/dbzoOf)
El intento de
golpe de Estado en Bolivia por parte de un grupo de soldados, liderados por el
hasta ahora comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga, ha atraído el
foco internacional hasta el país sudamericano y en concreto hasta su
presidente, Luis Arce, que ha logrado mantenerse al frente del Gobierno.
Arce es
presidente de Bolivia desde que venció en la primera vuelta de las elecciones
presidenciales y legislativas de octubre de 2020 con el 55% de los votos. El
candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) no aparecía como el favorito en
las encuestas, pero la revolución indígena se encargó de echar por la borda las
perspectivas.
MAS es el
partido de izquierdas fundado por Evo Morales y que ha gobernado Bolivia desde
2006 hasta 2019 y, tras un breve paréntesis, desde 2020. De hecho, Morales fue
el gran valedor de Arce, su ex ministro de Economía y artífice del llamado
milagro económico de la revolución.
Sin embargo, la
relación entre ambos políticos se quebró poco después de la investidura de
Arce, especialmente a la hora del reparto de los cargos públicos: Evo quería
imponer a su gente, pero Arce eligió a los suyos. Desde entonces, se libra una
guerra fratricida.
Para explicar
los motivos del pulso entre los dirigentes por el poder, rescatamos algunos
fragmentos de la crónica de Daniel Lozano:
"No se
trata de un problema ideológico ni de alianzas exteriores, ya que tanto Morales
como Arce mantienen sus posiciones antiimperialistas tanto contra Estados
Unidos como en lo que se refiere a la invasión de Ucrania. Incluso Evo se ha
convertido en uno de los grandes propagandistas pro-Putin del continente. Las
relaciones con Rusia y China son preferenciales para ambos".
"¿Cuáles
son las causas? Poder y dinero, como tantas veces. "Evo tiene una vocación
de poder muy fuerte. Su ambición es ser el único, ha logrado neutralizar a
otros grandes líderes, ha impuesto su visión a los aymaras, se ha desecho de
fundadores del MAS y ejerce como un caudillo. Él quiere mandar y Arce quiere
ejercer su propia oportunidad', desvela para EL MUNDO la historiadora Lupe
Cajías. Un episodio más de la guerra entre el dinosaurio político y su delfín,
tantas veces vista en las Américas. Ya pasó en Colombia con Álvaro Uribe y su
heredero, Juan Manuel Santos, y en Ecuador entre otro caudillo revolucionario,
Rafael Correa, y su sucesor, Lenín Moreno".
Hace poco más
de un mes, el MAS relevó a Evo Morales tras 27 años en el poder y en medio de
la pugna entre líderes.
Aunque Luis
Arce se alzó con el poder gracias al apoyo indígena, rural y marginal de
Bolivia, sectores atraídos por medidas como el bono contra el hambre, lo cierto
es que el presidente ha tenido una fuerte oposición desde el principio. Además
de la lucha interna con Morales, ha tenido que lidiar con las protestas de la
oposición, de las clases altas, de la elite económica o de los medios de
comunicación.
¿Y quién está
detrás del reciente golpe de Estado fallido? Morales se desmarcó de lo
sucedido, tildando de golpe de Estado los movimientos de Zúñiga y convocando
"a los movimientos sociales del campo y la ciudad a defender la
democracia".
Cabe recordar
que hace sólo unas semanas, Luis Arce acusó a Evo Morales (sin citarle) y a sus
hombres de preparar un "golpe blando" en su contra. "La
antipatria se muestra con careta democrática, escondiendo sus fines abiertos de
atentar contra el orden constitucional mediante planes siniestros que procuran
un golpe blando o un acortamiento de mandato", dijo el presidente a
finales de mayo.
También la
oposición ha condenado el golpe. Por su parte, el comandante golpista, una vez
detenido, asegura que el propio presidente Arce le ordenó sacar los blindados
para aumentar su popularidad.
LA FEROZ GUERRA
DE PODER QUE ARRASTRA A BOLIVIA A UN NUEVO INCENDIO
La disputa
interna del MAS entre Luis Arce y Evo Morales pone otra vez en vilo a la
democracia boliviana
Infobae de
Argentina (https://acortar.link/QnlY67)
Desde que Luis
Arce ganó las elecciones y asumió la presidencia en noviembre de 2020 se sabía
que no le sería tan fácil dar vuelta la página de la última crisis
institucional de Bolivia. Pero muchos analistas señalaban que quien se la
pondría más difícil no sería la dispersa oposición boliviana ni otros factores
de poder sino su propio mentor, el ex presidente Evo Morales, que nunca estuvo
dispuesto a ceder un ápice del control sobre su partido, el MAS, ni sobre la
zona cocalera ni sobre decenas de organizaciones sociales y gremiales que
modeló a lo largo del territorio boliviano. Y así fue.
Los más de tres
años del gobierno de Arce estuvieron jalonados por dificultades económicas y
financieras crecientes, alzas de precios, escasez de combustibles, pero sobre
todo por la feroz disputa entre Arce y Morales que se cruuzaron públicamente
las peores acusaciones y se hicieron todo tipo de zancadillas políticas. La
interna se salió definitivamente de cauce desde que el año pasado el Tribunal
Constitucional dictaminó que Morales no puede presentarse como candidato a
presidente en 2025. Morales ya fue jefe de Estado durante tres períodos y en
2019 se presentó a una nueva reelección vulnerando el texto de la Constitución
reformada bajo su gobierno. Los reñidos comicios y las denuncias de fraude
llevaron a protestas y enfrentamientos callejeros con decenas de muertos hasta
que un Morales abandonado por su propio gabinete y la central obrera renunció
al gobierno y dejó el país denunciando un golpe de Estado.
Para las nuevas
elecciones que se organizaron al año siguiente, bendijo la postulación de su ex
ministro de Economía, quien triunfó cómodamente. Pero los celos y rencillas por
espacios de poder entre los antiguos aliados surgieron desde el comienzo y se fueron
profundizando.
A pesar del
desgaste de su gobierno, Arce pretende buscar la reelección el año próximo.
Morales, en cambio, cree que es momento para su regreso. La pulseada es a todo
o nada y la padecen los bolivianos en medio del descalabro de una economía que
cruje, un Parlamento paralizado en medio de refriegas con el Poder Judicial y
las protestas crecientes en las calles, que muchos creen fogoneadas por
Morales.
En este caldo
se fueron cultivando viejas y nuevas grietas en todas las instituciones del
Estado. Desde ya que también, y en primer orden, en las siempre influyentes
Fuerzas Armadas. Hace tiempo que Morales denuncia que el general Juan José
Zúñiga Macías lidera una facción que intenta perseguir a los líderes cocaleros
y asesinarlo a él mismo. Zúñiga, un comandante muy cercano a Arce, declaró el
lunes que Morales “no puede ser más presidente de este país” por estar
inhabilitado y que “llegado el caso”, el ejército no permitiría “que pisotee la
Constitución, que desobedezca el mandato del pueblo”.
Antes esas
declaraciones, Morales reclamó que las autoridades desautorizaran al militar de
inmediato pues si no entendería que Arce estaba tramando un “autogolpe” para
perpetuarse en el poder. El ex presidente habría recurrido también a sus
allegados en el Grupo de Puebla para sumar presión sobre Arce.
En las últimas
horas del martes, crecieron los rumores de que el Presidente había ordenado el
desplazamiento de Zúñiga. Pero éste apareció en la mañana del miércoles en un
acto oficial y ya por la tarde lideró el avance de tropas a bordo de tanquetas
y vehículos militares sobre la Plaza Murillo, el centro geográfico del poder en
La Paz, despertando todas las alarmas. Arce denunció de inmediato las
“movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército Boliviano” y pidió
respetar la democracia, mientras Morales convocaba a una movilización popular
para impedir el golpe de Estado.
Ya en la Plaza,
Zúñiga rechazó el ruego de ministros del gobierno y hasta del propio Arce para
que deponga su actitud y redobló la apuesta. Tomó el micrófono y delineó su
programa de gobierno. Prometió “acabar con la elite política de Evo Morales y
Carlos Mesa”, liberar a los “presos políticos” como la ex presidente Jeanine
Añez y el dirigente opositor Luis Fernando Camacho y se envalentonó con que al
ejército “no le falta cojones para establecer la democracia y velar por el
futuro de nuestros niños”.
Un rato después
de semejante diatriba, se anunció finalmente su destitución y poco más tarde el
enjundioso militar fue arrestado. Con todo, el zafarrancho de la tarde del
miércoles lejos de cerrar la crisis expone otra vez a una Bolivia que tambalea
al ritmo de una despiadada lucha de poder.
INTENTO DE
GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA: EL PAÍS DEBATE EL FUTURO DE LAS RENOVABLES EN MEDIO
DE UN PANORAMA DE INCERTIDUMBRE
El Ejército
asaltó el palacio presidencial durante algunas horas y a menos de un día de que
el sector energético boliviano lleve adelante un foro que tiene el objetivo de
trazar su hoja de ruta de transición energética hacia el año 2050.
Energía y
Estrategia de España (https://acortar.link/SyAO4M)
Bolivia se vio
sacudida este miércoles 26 de junio por un intento de golpe de Estado, luego de
que un grupo de militares, encabezados por el excomandante general del
Ejército, Juan José Zuñiga, se movilizara en el centro de La Paz, tomara la
plaza central de la ciudad e ingresara al Palacio Quemado, la antigua sede del
gobierno.
El presidente
Luis Arce brindó un discurso rodeado de los miembros de su gabinete en el que
solicitó la movilización del pueblo bajo la frase de mantenerse “firmes para
enfrentar todo intento golpista”; mientras que pocas después los militares
abandonaron el lugar tras el cambio del Alto Mando Militar y la designación de
nueva cúpula de las Fuerzas Armadas.
Además, el
actual ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina Ortiz, no fue
ajeno a dicha situación y se manifestó a través de sus redes sociales, donde
denunció movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército Boliviano.
¿Cómo repercute
en el sector? La particularidad es que este intento de golpe de Estado se dio
pocas horas antes del inicio de un foro de transición energética, organizado
por el propio gobierno nacional para trazar su hoja de ruta hacia el año 2050
mediante políticas públicas.
Es decir que
durante el mismo se discutirán estrategias que involucren a empresas, sectores
de energía y políticas estatales enfocadas en la innovación, el consumo
responsable y la generación de energías renovables; con el objetivo de impulsar
el cambio de la matriz energética con enfoque en energías renovables y
sostenibilidad, analizar la situación actual y desafíos futuros del sector
energético para orientar la política energética hacia la transición e
identificar barreras y oportunidades para configurar una hoja de ruta hacia el
financiamiento climático.
Incluso desde
el propio Ministerio de Hidrocarburos y Energías señalaron que mostrarán
“avances significativos en el desarrollo de energías alternativas”, por lo que
este foro resultará una oportunidad para resaltar dichos progresos y está
previsto que haya, al menos, dos paneles de debate que aborden específicamente
el rumbo que tomarán las inversiones de energías alternativas y renovables
Incluso el Foro
de Transición Energética Bolivia 2050 contará con la participación de
autoridades del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la
Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) y distintas cámaras
empresariales del sector energético nacional y regional, entre otros players.
Y uno de ellos
también será la Empresa Nacional de Electricidad Bolivia (ENDE), la estatal que
periódicamente lanza convocatorias para proyectos eólicos y solares que
despiertan el atractivo de fabricantes extranjeros que esperan certeza jurídica
en estas instancias.
Por tal motivo
es que, desde el Ministerio de Hidrocarburos y Energías (nuevamente bajo esta
denominación desde noviembre 2020 tras la asunción presidencial de Arce, que
representó la culminación del gobierno transitorio tras luego de la crisis
política del 2019) intentaron transmitir tranquilidad de que Bolivia se
encuentra unida y existe claridad en el futuro de la política energética
nacional.
“La democracia
debe respetarse. Exigimos transparencia y responsabilidad en el actuar de
nuestras fuerzas armadas. Nuestro compromiso es con un país justo y
democrático, donde cada acción se realice en el marco de la legalidad y el
respeto a los derechos de todos los bolivianos. Cerramos filas en torno a
nuestro Presidente democráticamente elegido. ¡Lucho no estás solo!”, expresó el
titular de la cartera energética a través de la plataforma X (ex Twitter).
*BOLIVIA
REGRESA A LOS GOLPES DE ESTADO QUE JALONARON SU HISTORIA POLÍTICA
CONTEMPORÁNEA*
_El presidente
de Bolivia, Luis Arce, denunció la noche del miércoles un "golpe de
Estado" por parte del ahora destituido comandante general del Ejército
boliviano, Juan José Zuñiga_
Revista
Alternativa de Colombia (https://acortar.link/IukDbL)
El intento de
golpe de Estado militar este miércoles en Bolivia hace retroceder a este país a
mediados del pasado siglo, cuando en 1964 inició una sucesión de asonadas
castrenses inéditas por su número en cualquier otra parte del mundo.
El presidente
de Bolivia, Luis Arce, denunció la noche del miércoles un "golpe de
Estado" por parte del ahora destituido comandante general del Ejército
boliviano, Juan José Zuñiga
Los militares
fuertemente armados que tiraron con un tanque las puertas de la sede de
Gobierno de Bolivia bajo el mando del que hasta hoy era el comandante general
del Ejército boliviano Juan José Zúñiga, decidieron retirarse después de que el
presidente boliviano, Luis Arce, cambiará a todo el alto mando militar.
Ya en 1964, la
historia de Bolivia dio inicio a una serie de regímenes autoritarios mediante
la sucesión de más de una treintena de golpes militares.
Desde su
fundación como república en 1825, la historia de Bolivia ha sido un rosario de
dictaduras militares y civiles, triunviratos, juntas de gobierno, presidentes
que no terminaron sus mandatos y decenas de golpes de Estado, sin contar
alzamientos militares frustrados. En total, el país ha vivido casi un centenar
de años bajo gobiernos militares.
Aún así, el ex
presidente Carlos Mesa (2003-2005), en su libro "Presidentes de Bolivia,
entre urnas y fusiles" (2003), asegura que esta nación no fue víctima de
tantos golpes de Estado como se cree en el exterior.
La cifra de
casi 200 golpes que se cita a veces es "absolutamente arbitraria",
dice Mesa, y precisa que el país ha tenido 37 gobiernos de facto, de los que en
rigor 23 se debieron a golpes de Estado "en su concepción
convencional", o sea, con el derrocamiento de un gobernante.
Un caso inédito
se produjo en 1930, cuando el presidente Hernando Siles dejó el cargo a su
gabinete de ministros, en un gobierno que duró apenas 30 días y fue derrocado.
La primera
mujer que presidió Bolivia fue Lidia Gueiler, que asumió en 1979 como titular
de la Cámara de Diputados, tras fracasar el sangriento golpe del general
Alberto Natusch Busch. Un año más tarde fue derrocada por otro general.
Otro
gobernante, el teniente coronel Germán Busch, héroe de la guerra del Chaco
(1932-1935), se suicidó en 1939, mientras que Hernán Siles Suazo fue
secuestrado durante diez horas el 30 de junio de 1984 por un grupo armado que
planeaba un golpe de Estado.
En 2003,
renunció el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y asumió su vicepresidente,
Carlos Mesa, quien llegó a dimitir hasta en tres ocasiones; la última renuncia
fue aceptada por el Congreso el 9 de junio del 2005.
El titular de
la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez, asumió entonces la jefatura de
Estado con el encargo de celebrar las elecciones generales ganadas por Evo
Morales en diciembre de 2005.
En 2013 el
Tribunal Constitucional abrió el camino para que Morales pudiera optar a un
tercer mandato, al considerar que el primero que tuvo no contaba dado que el
país fue refundado como Estado Plurinacional en 2009.
En septiembre
de 2015 el Parlamento boliviano aprobó una enmienda constitucional para
permitir a Morales optar a una nueva reelección, pero fue rechazada en
referéndum el 21 de febrero de 2016.
En 2018 Morales
recibió un revés cuando la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya
falló en contra de la histórica reclamación marítima de Bolivia a Chile, que su
Gobierno presentó en 2013, y que pretendía negociar la restitución del acceso
soberano al Pacífico que Bolivia perdió en una guerra en 1879.
El 20 de
octubre de 2019 Bolivia celebró elecciones, con Morales como aspirante a la
reelección, pero al día siguiente surgieron sospechas de fraude y se desataron
protestas.
El escrutinio
oficial le dio como ganador, pero una auditoría de la Organización de Estados
Americanos (OEA) evidenció "graves irregularidades" en los comicios.
El 10 de
noviembre Morales anunció su renuncia forzado por las Fuerzas Armadas y al día
siguiente salió del país al tiempo que denunciaba un golpe de estado.
El 12 de
noviembre de 2019 la senadora opositora Jeanine Áñez, del Movimiento
Socialdemócrata, asumió como presidenta interina de Bolivia con la promesa de
convocar nuevas elecciones y en medio de un creciente caos, con enfrentamientos
violentos que dejaron al menos 37 muertos y más de 800 heridos.
Las nuevas
elecciones se convocaron inicialmente para mayo de 2020, pero la situación por
la pandemia de COVID-19 llevó a posponerlas primero a septiembre y finalmente a
octubre.
El 18 de
octubre de 2020 Luis Arce (candidato del MAS y ministro durante el Gobierno de
Evo Morales) ganó las elecciones presidenciales con el 55,1 % de los votos.
Asumió el cargo el 8 de noviembre.
En marzo y
abril de 2021 se celebraron elecciones subnacionales (regionales y municipales)
en las que el MAS perdió terreno y solo consiguió tres de las nueve
gobernaciones.
También en
marzo de 2021 fue detenida la expresidenta Jeanine Áñez, quien al año siguiente
(junio de 2022) fue condenada a 10 años de cárcel por incumplimiento de deberes
y resoluciones contrarias a la Constitución cuando asumió el poder en 2019.
Por otra parte,
a finales de 2020 Evo Morales regresó al país y comenzó a recuperar importancia
política, al tiempo que aumentaban sus diferencias con el presidente Arce,
dando lugar a una división del partido entre "evistas" y
"arcistas".
En septiembre
de 2023 Morales anunció su candidatura a las elecciones presidenciales de 2025.
En diciembre, sin embargo, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de
Bolivia emitió una sentencia anulando la figura de la reelección indefinida, lo
que implicaría su inhabilitación como candidato.
Ya en 2024, los
seguidores de Morales y de Arce convocaron dos congresos del partido. El
primero, en mayo, impulsado por los 'arcistas', excluyó de la dirección a Evo
Morales y nombró como nuevo presidente a Grover García, si bien, el Tribunal
Supremo Electoral (TSE) rechazó dicho congreso y mantuvo a Morales como líder
de la formación.
DE LA RESPUESTA
MASIVA DE LA CIUDADANÍA A LA RÁPIDA CONDENA INTERNACIONAL: CLAVES DEL FRACASADO
GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA
La Ruth
Ferrero-Turrión, del Instituto Complutense de Estudios Internacionales, da las
claves del fracaso del golpista Zúñiga. “Me quedaría con la foto del presidente
Arce encarándose con el golpista Zúñiga”, asegura la experta en 'La Hora de la
1'
RTVE de España (https://acortar.link/9wq3XH)
Aún resuena el
estruendo del blindado militar derribando la puerta del Palacio Presidencial,
un ruido ensordecedor que ha quedado grabado en la historia de Bolivia y con
una fecha que quedará grabada para siempre, el 26 de junio de 2024. El país
latinoamericano ha sufrido un nuevo intento de golpe de Estado, esta vez
encabezado por los militares, con el comandante general del Ejército, Juan José
Zúñiga, al frente el mismo.
Enfrente, el
presidente elegido democráticamente, Luis Arce Catacora, del partido MAS, del
expresidente indígena Evo Morales. Y sin duda, la foto del día es el cara a
cara de Arce frente al militar sublevado, con una clara oposición para impedir
que los golpistas tuviesen éxito.
“No voy a
permitir esta insubordinación. Firmes aquí, en Casa Grande, para enfrentar todo
intento golpista, todo intento que atente a nuestra democracia”, aseveraba el
presidente boliviano rodeado de sus ministros en un mensaje lanzado en la
televisión estatal.
“Yo me quedaría
con una foto de anoche, que es el encaramiento del presidente Arce con el
golpista Zúñiga. Todavía es pronto para determinar si lo que dice Zúñiga es
verdad o no (culpó al propio presidente de promover ese golpe de Estado). Esa
foto muestra como la asertividad y el estar firme ante los golpistas, permite
que Zúñiga no pueda continuar con ese proceso que ha puesto en marcha”, ha
asegurado Ruth Ferrero-Turrión, del Instituto Complutense de Estudios
Internacionales, en una entrevista en ‘La Hora de la 1’ de TVE.
Peor no solo el
plante del presidente Arce es el único elemento que ha llevado a detener este
intento golpista, sino que la salida masiva a las calles de la ciudadanía en
contra de la sublevación militar es otro freno civil contra la parte del
ejército rebelde, con Zúñiga al frente.
“Ha habido una
respuesta masiva por parte de la ciudadanía, también Evo Morales pidió a través
delas redes sociales que todo el movimiento indígena se echara a las calles y
fuera a apoyar al presidente Arce”, ha apuntado la experta en Estudios
Internacionales de la universidad madrileña“. Lo que es determinante es que el
poder civil se plante ante el poder militar”, ha proseguido.
Una rápida
respuesta internacional que refrenda a Arce
A diferencia de
2019, la respuesta internacional a este intento de golpe ha sido unánime,
rápida y masiva. La OEA, la UE, o gobiernos como el de Estados Unidos, España o
Argentina no han tardado en salir a apoyar públicamente la legitimidad del
Ejecutivo encabezado por Arce y mostrar su condena a los militares golpistas.
“Hay que
destacar la inmediata respuesta de la comunidad internacional y de manera
específica la Organización de Estados Americanos. En el año 2019 esa respuesta
no fue tan inmediata. Hubo una mayor demora para ver lo que sucedía en el país
y en este caso ha sido todo muy inmediato. Lo tenía muy claro la OEA, con todas
las peculiaridades que tiene esa organización, que tenían que salir a condenar,
y el resto de organizaciones convocaron reuniones de emergencias para tratar
este asunto y, por supuesto, el presidente español, el americano. Todos han
salido de manera inequívoca a apoyar a la presidencia de Luis Arce”, ha
enfatizado Ferrero-Turrión como otra de las claves del fracaso del golpe.
Además, para la
experta de la Complutense, que el ejército no haya derramado sangre también es
otro factor importante del triunfo de la democracia frente a los sublevados.
“Tiene todos
los tintes de los golpes militares que se daban a mediados del siglo pasado en
América Latina y para que se dé con éxito tiene que haber sangre, si el
ejército no abre fuego es difícil que un golpe de Estado tenga éxito. Si además
tampoco cuenta con el respaldo de todo el ejército, sino que son solo unas
pocas unidades, todavía es menos probable”
Inestabilidad
política, crisis económica y diáspora
No es la
primera vez en los últimos años que el Gobierno legal salido de las urnas se ve
contra las cuerdas en Bolivia. En 2019, Evo Morales se vio obligado a dimitir
ante las masivas protestas en las calles tras las elecciones presidenciales y
la presión de los militares.
Acorralado tras
ser acusado de haber manipulado esas elecciones que ganó frente al opositor del
partido conservador, Carlos Mesa, con 10,56 puntos de ventaja, Morales abandonó
la presidencia del país y quedó un vacío de poder, tras sumarse a dicha renuncia
todos sus ministros y posibles sustitutos.
El vacío
institucional hace que la senadora del partido opositor Unidad Demócrata y
segunda vicepresidenta de la cámara alta, Jeaninne Áñez, se hizo con el poder
de manera transitoria o, al menos, esas fueron sus primeras palabras cuando se
ofreció a asumir la responsabilidad: “Que quede bien claro que esto es
simplemente una transición”.
Dicha
transición duró más de lo esperado y terminó con Áñez en prisión con una
condena de 10 años de cárcel, acusada de un intento de golpe de Estado, del que
es la principal cabecilla, junto a dos altos cargos militares del país que se
encuentran en paradero desconocido.
La propia Áñez,
desde prisión, mostraba su condena a este nuevo intento golpista de parte del
ejército, al que ha acusado de "destruir el orden constitucional", a
la par que ha pedido echar al presidente boliviano y al exmandatario Evo
Morales por medio del voto en las elecciones de 2025.
“La situación
política en Bolivia es muy inestable desde hace ya tiempo. Recordemos que hubo
ya un golpe en 2019 de Jeaninne Áñez, que está en la cárcel. Además, ayer no
respaldó el golpe a pesar de que Zúñiga hizo alguna apelación a poner a los
golpistas de 2019 en libertad”, ha apuntado la experta del Instituto
Complutense de Estudios Internacionales.
“La
inestabilidad económica unida a la inestabilidad política que lleva arrastrando
Bolivia durante muchos años ya, ha convertido al país en uno de los más
inestables en estos momentos de toda la escena latinoamericana”, ha proseguido
Ferrero-Turrión, dando otra de las claves de la actual situación de Bolivia.
Esa combinación
perfecta de inestabilidad política y económica llevan directamente al tercer
punto que para la experta también es importante, la diáspora de bolivianos en
los últimos años por todo el mundo.
“Ha habido una
gran cantidad de personas que han salido de Bolivia. Pensemos en toda la
diáspora que tenemos en España y que se ha incrementado a lo largo de los
últimos años”, ha resaltado antes las cámaras de ‘La Hora de la 1’.
“Además del
entorno multicultural que representa Bolivia con Evo Morales a la cabeza,
ahora, con Luis Arce es una combinación explosiva que hace que tengamos este
tipo de episodios”, ha sentenciado.
TRAS EL INTENTO
GOLPISTA, EL PRESIDENTE ARCE QUEDÓ MÁS DEBILITADO Y EXPUSO UNA CRISIS
INSTITUCIONAL
Esto quedó en
evidencia a raíz de su pelea interna con el exmandatario Evo Morales.
Jujuy al
Momento de Argentina (https://acortar.link/a57fWA)
La frustrada
intentona golpista dejó al gobierno de Luis Arce más débil de lo que ya estaba.
Embarrado por el fango político de una lucha de poder con su mentor y antecesor
Evo Morales, el presidente de Bolivia deberá enfrentar en absoluta soledad los
13 meses que restan para las elecciones presidenciales de 2025 y con unas
Fuerzas Armadas divididas y amenazantes.
El panorama es
desalentador, en medio de una situación económica cada vez más difícil. Si bien
analistas comparaban la asonada del miércoles con un show castrense y hasta con
un autogolpe, teoría que fue expuesta por el propio general golpista Juan José Zuñiga,
la realidad es que Arce tiene hoy un horizonte para nada claro. Su pelea con
Morales por el poder dejó a la vista su enorme debilidad.
“Lo que ha
sucedido es una muestra de la fragilidad del gobierno. Y esa fragilidad va a
empeorar. Por más que Arce y su equipo se hayan dado un baño de popularidad a
nivel mundial, ha quedado claro que el proceso democrático boliviano puede ser
lastimado y permite aventuras golpistas”, dijo a TN el analista boliviano
Ricardo Calla.
Cuáles son los
escenarios que se abren en Bolivia tras la asonada
El destituido
jefe del ejército y líder golpista, Juan José Zuñiga, cumplió en parte sus
objetivos. Con el respaldo de una parte importante de sus camaradas de armas,
condicionó no solo al gobierno de Arce, sino también a Morales y a la
democracia boliviana. Más allá de las diferencias, su contundente frase “por el
momento”, en respuesta a un periodista que le interrogó sobre si reconocía a la
actual gestión socialista, hizo recordar al famoso “por ahora” de Hugo Chávez,
cuando aceptó que no había tenido éxito en derrocar al entonces presidente de
Venezuela Carlos Andrés Pérez, en 1992, en una fracasada asonada que dio inicio
a su meteórica carrera política.
El golpe
fallido del miércoles dejó en carne viva una crisis política que empujó al
oficialismo a un peligroso laberinto. La pelea entre Arce y Morales es por
todo, pero ninguno ve dónde está la salida. Y algunos analistas ya se animan a
sugerir que una eventual convocatoria a elecciones anticipadas podría actuar
como una puerta de emergencia.
Morales quiere
volver al poder en las elecciones de agosto de 2025, pero una resolución del
tribunal electoral se lo impediría. Esa fue la excusa de Zuñiga, enfrentado con
el expresidente, para golpear a la democracia boliviana: el militar se atribuyó
el poder de ponerle un límite a las ambiciones presidenciales de su gran
enemigo. “No puede ser más presidente de este país”, le advirtió. Y para dejar
en claro que no bromeaba, sacó los tanques a la calle.
Pero Arce
también quiere más poder. Está decidido a buscar la reelección. Esa pelea
dividió al oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) en dos facciones
enfrentadas. Hoy Arce tiene 3/4 partes del Parlamento en contra. “No tiene la
calle a su favor y la capacidad de bloqueo pasó a manos de Evo Morales”, dijo
Calla.
En ese
contexto, la mayoría de los actores políticos saben que el gobierno es muy
frágil. “Estamos entrando ya en el estallido de crisis de Estado que va a tener
nuevas consecuencias hacia adelante. La crisis estaba alambrada, la veíamos
manifestarse de manera tenue, pero ahora ha empezado abiertamente a
producirse”, señaló.
Para Calla, hoy
es imposible que Evo y Arce se sienten a negociar un acuerdo, “salvo que el
presidente renuncie a su reelección y le deje el camino libre” a su antiguo
mentor.
En frente, la
oposición está atomizada y no surge ninguna figura que aglutine el descontento.
Los sondeos son contundentes: quien más respaldo arrastra es Morales, con un
magro 16% de intención de voto.
“Evo va a
sentarse a esperar que Arce se deteriore aún más”, dijo Calla. “Pero no
necesariamente Morales saldrá ganador de esta contienda. Ambos están muy
desgastados. En ese marco, podrían surgir nuevas caras, aunque las alternativas
recién se están armando y no hay nadie que traccione el voto. En la oposición
hay una veintena de dirigentes que quieren postularse. Hay una enorme
dispersión”, resumió.
La crisis
podría dar paso a la irrupción de “outsiders” como ocurrió con Javier Milei en
la Argentina. Sin embargo, el flamante Partido Liberal boliviano (conformado
por libertarios y otras agrupaciones menores de derecha) carece de respaldo
popular. “No pasan del 2 o 3% en los sondeos y sus dirigentes son demasiado
académicos”, dijo el analista.
El país podría
entrar ahora en una especie de parálisis política e institucional tras la
asonada militar, en medio de una crisis económica que aumenta la impopularidad
del gobierno. “Ojalá que esto no se desborde. Esperemos que las elecciones
calmen las aguas”, concluyó Calla.
GOLPE EN
BOLIVIA: ¿SIMULACRO ORQUESTADO POR EL PRESIDENTE ARCE? EL GENERAL GOLPISTA
ZÚÑIGA DICE QUE SÍ
"El
presidente (Arce) me dijo la situación está muy jodida, es necesario preparar
algo para levantar mi popularidad", revela el líder de la asonada, ya
detenido
La Razón de
España (https://acortar.link/8ewNFE)
El general Juan
José Zúñiga, detenido por el intento de golpe en Bolivia, aseguró ante los
medios que el presidente Luis Arce le ordenó sacar los "blindados"
para mejorar su popularidad entre los bolivianos. Zuñiga, ya arrestado, reveló
que el mandatario boliviano "me dijo que la situación estaba muy jodida y
que esta semana sería crítica, necesitaba algo para levantar su
popularidad". El ex jefe del ejército dijo que se comentó la posibilidad
de tomar otras medidas más contundentes: "Le pregunté: ¿sacamos los
blindados? y él respondió: 'sacá'". Zuñiga enumeró los vehículos que Arce
le habría dicho que movilizara: "seis cascabeles, seis urutús y catorce
zetas del regimiento de Achacachi".
Estas palabras
se encuentran en sintonía con las pronunciadas por dirigentes del partido
Movimiento Al Socialismo (MAS), que han acusado en las últimas horas al
presidente Arce de un intento de "autogolpe" de Estado. Adrónico
Rodríguez, el presidente de la Cámara de Senadores perteneciente a MAS, criticó
la extensión ilegal de mandatos y declaró al país sumido en "la
incertidumbre" por el desorden institucional.
Este miércoles,
un grupo de militares intentaron tomar la plaza Murillo de La Paz, centro del
poder político del país, en un incidente que se ha saldado con al menos nueve
heridos, si bien han acabado retirándose ante la falta de apoyo.
César
Dockweiler, seguidor del ex presidente Evo Morales, ha manifestado que la
asonada ha sido un "autogolpe" para "fortalecer" a Arce en
medio de una crisis económica, una teoría con la que también ha coincidido el
diputado Héctor Arce Rodríguez, que ha tildado de "show montado entre
Zúñiga y Arce". "Los bolivianos vivimos un increíble show político,
armado por los irresponsables, incapaces y corruptos, que están de inquilinos
en la mal llamada Casa Grande del Pueblo. Utilizaron a un general insano, para 'tomar'
con tanquetas la plaza Murillo, a la vista y sorpresa de algunos transeúntes
distraídos", ha señalado la diputada Luisa Nayar.
En ese sentido,
ha mostrado sus sospechas por la aparición tanto de Arce como de dos ministros
frente a los militares en un acto de "coraje" frente a soldados
armados que respaldaban al "supuesto golpista que no atinó a nada".
Además, el
diputado Juan Maniel Ormachea también ha sospechado debido a que Zúñiga es un
conocido "masista, arcista, disfrazado de militar", y que siempre
había mostrado su apoyo tanto al presidente como al MAS. Ni Morales ni Arce se
han pronunciado sobre estas acusaciones.
Por su parte,
el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, ha informado de que se trata de
un "intento de golpe real" y no de un "simulacro" debido a
que ha provocado al menos nueve heridos y daños en numerosas propiedades. El
Gobierno de Bolivia ha sofocado apenas tres horas después el intento de golpe
de Estado encabezado por el general Juan José Zúñiga, quien junto a unidades
del Ejército había tomado la plaza de Murillo de La Paz, centro del poder
político del país.
Zúñiga se ha
retirado después de que Arce tomara posesión del nuevo mando de las Fuerzas
Armadas y nombrase al nuevo comandante del Ejército, José Sánchez.
Las autoridades
ya han logrado detener tanto al general como al ex vicealmirante Juan Arnez
Salvador, que está acusado de los delitos de terrorismo y de alzamiento armado
contra la seguridad y soberanía del Estado. En los primeros compases de la
asonada, Zúñiga ha justificado su acción para evitar que Morales pudiera
presentarse a las elecciones, y había llegado a asegurar que "pronto"
se formaría un nuevo gabinete.
PRESIDENTE ARCE
ENFRENTA SU PEOR CRISIS POR INTENTO DE GOLPE, EN MEDIO DE PROBLEMAS ECONÓMICOS
El Nuevo Herald
de EEUU (https://acortar.link/qFzKlB)
El presidente
de Bolivia, Luis Arce, encara su peor crisis tras el fallido golpe de Estado
que elevó aún más la tensión en el país, agobiado por la falta de dólares y
combustible.
Arce, de 60
años y en el poder desde 2020, estuvo el miércoles bajo el asedio de militares
con tanques que trataron de irrumpir en el palacio presidencial, donde se
encontraba el mandatario cuando estalló la sublevación.
Incluso, uno de
los carros de combate intentó derribar la puerta, por donde luego ingresó
caminando el general Juan José Zúñiga, cabecilla del fallido movimiento. Las
tropas sublevadas se apostaron frente a la sede de gobierno, en pleno centro de
La Paz, antes de replegarse.
Zúñiga también
abandonó el lugar, tras lo cual fue detenido y presentado en un cuartel de la
policía, junto al comandante general de la Armada Boliviana (Marina), el
vicealmirante Juan Arnez Salvador.
Ambos son
acusados por la fiscalía por los delitos de terrorismo y alzamiento armado.
Después de varias horas se apaciguó el temporal, con el retorno de los
uniformados a sus cuarteles y la detención de los dos jerarcas castrenses. En
las últimas horas, Palacio de Gobierno difundió una conversación entre Arce y
Zúñiga en las puertas de la casona presidencial, rodeados de militares.
Arce la
increpa: “yo soy su capitán (general), vuelva tras sus órdenes y lleve a toda
la policía militar a sus cuarteles (...) repliegue a todas estas fuerzas en
este momento, general. Es una orden general, ¿no me va a hacer caso?”. Luego
Zúñiga respondió con un tajante “no”. Arce, desde su cuenta en la red social X,
dijo la noche del miércoles: “¡Vamos a defender la democracia y la voluntad del
pueblo boliviano, cueste lo que cueste!”.
Agradeció a los
países “que han condenado de manera enérgica y se han pronunciado en favor de
la democracia boliviana, ante el intento de golpe de Estado a nuestro
gobierno”.
Los presidentes
Nicolás Maduro (Venezuela) y Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil) condenaron con
energía la intentona golpista. El gobierno de Estados Unidos llamó “a la calma”
y aseguró que “está siguiendo de cerca la situación”. Rusia también condenó el intento
de golpe y manifestó su “apoyo total e indefectible” al presidente Arce.
CRISIS
ECONÓMICA Y PELEAS POLÍTICAS -
El incidente de
los uniformados, que no se repetía en mas de 20 año de vida democrática, se
registra en medio de turbulencias en la economía, por la escasez de dólares que
provoca reclamos en el comercio importador y de combustibles que enfada a
sindicatos de transporte de carga. El mismo Arce dijo en las redes sociales:
“los bolivianos necesitamos trabajar para sacar adelante al país” y no
sublevaciones que “dañan la imagen de la democracia boliviana a nivel
internacional y generan incertidumbre innecesaria”.
Como telón de
fondo también está la disputa entre Arce y su mentor político, el expresidente
Evo Morales (2006-2019), por la candidatura para las próximas elecciones
generales de 2025, por un periodo de cinco años.
Zúñiga se sumó
a las peleas políticas, tras expresar el lunes su firme oposición al eventual
retorno al poder de Morales, quien se disputa con Arce el liderazgo del partido
oficialista. En una entrevista el lunes con un canal de televisión, incluso
aseguró que detendría a Morales si insistía en postularse a la presidencia el
próximo año.
“UN SAINETE”
Empero las
dudas sobre la seriedad del movimiento militar comenzó a surgir tras la
detención del general Zúñiga.
El mismo
militar reveló poco antes de ser conducido a una celda policial que el
movimiento de militares fue acordado con el gobernante Arce el pasado día
domingo, pues -dijo- él le propuso “preparar algo para levantar su popularidad”
en medio de una situación “jodida” en el país, sin dar más detalles.
“Es
absolutamente falso y son cosas que me resultan inconcebibles”, respondió horas
después la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, brazo derecho de Arce.
El exmandatario centrista Carlos Mesa (2003-2005) indicó en la red X que la
movilización militar “se parece a un sainete”.
Recordó la
acusación de Zúñiga de un preacuerdo con Arce y demandó una investigación para
que se aclare todo lo que sucedido.
EDITORIAL:
CRISIS EN BOLIVIA
Es digno
destacar el respaldo de los líderes de los países al orden democrático en
Bolivia y el rechazo absoluto al intento de golpe de Estado.
Gestión de Perú
(https://acortar.link/RWFyCy)
El intento de
golpe de Estado contra el presidente boliviano Luis Arce, acontecido ayer, nos
recuerda que, afortunadamente, en la mayor parte de la región puede prevalecer
el orden democrático. El breve levantamiento de un grupo de militares liderados
por el destituido comandante Juan José Zúñiga, quienes desplegaron tanquetas e
intentaron irrumpir en el palacio presidencial, duró unas pocas horas y
concluyó con la detención de Zúñiga. La crisis pudo contenerse.
Aún queda mucho
por aclarar respecto de los móviles y la sanción correspondiente de quienes
formaron parte de la intentona. Esta es una tarea que corresponde al sistema de
justicia boliviano, que ya puso en marcha dicha labor. El presidente Arce
procedió de manera prudente al cambiar la cúpula militar y apelar al respaldo
popular. Naturalmente, saldrá políticamente fortalecido de este evento, lo que
además podrá ponerlo en una situación ventajosa en medio de la pugna de poder
que lleva con Evo Morales, de quien fue ministro de Economía. Las elecciones
generales serán el 2025. Ambos están expectantes.
En cuanto a la
respuesta de la región, es digno destacar el respaldo de los líderes de los
países al orden democrático en Bolivia y el rechazo absoluto al intento de
golpe de Estado. En Perú, tanto el premier Gustavo Adrianzén y el canciller
Javier González-Olaechea fueron claros al fijar la posición del país y al
invocar que se depongan los actos de fuerza en contra del Gobierno de Arce. Una
vez más, la región mostró resistencia democrática. Pero la sensación es más de
alivio que de seguridad.
Muchos estudios
demuestran la precarización y fragilidad de la democracia en la región. El
Democracy Index de The Economist Intelligence Unit (EIU), por ejemplo, nos
muestra el sostenido retroceso de Latinoamérica y el Caribe. Según la edición
2023 del estudio, publicada en febrero pasado, se registró el octavo año
consecutivo de declive democrático para Latinoamérica y El Caribe. Tanto Perú
como Bolivia han mostrado deterioros y ambos son considerados regímenes
híbridos por el índice de EIU y no democracias plenas.
Pese a ello, el
camino de la democracia siempre debe prevalecer. Es algo que en el Perú también
debemos recordar constantemente, sobre todo con el recuerdo fresco de un
intento de golpe –el de Pedro Castillo–. Así, fortalecer nuestras instituciones
debe ser una tarea que las autoridades deben ejercer permanentemente.
BOLIVIA, UN
PAÍS INGOBERNABLE: LOS DATOS QUE DEMUESTRAN LA DURA REALIDAD
Los militares
fuertemente armados que tiraron con un tanque las puertas de la sede de
Gobierno de Bolivia bajo el mando del que hasta hoy era el comandante general
del Ejército boliviano Juan José Zúñiga decidieron retirarse después de que el
presidente boliviano, Luis Arce, cambiara a todo el alto mando militar.
Mendoza Today
de Argentina (https://acortar.link/o09pHn)
El intento de
golpe de Estado militar este miércoles en Bolivia hace retroceder a este país a
mediados del pasado siglo, cuando en 1964 inició una sucesión de asonadas
castrenses inéditas por su número en cualquier otra parte del mundo.
Los militares
fuertemente armados que tiraron con un tanque las puertas de la sede de
Gobierno de Bolivia bajo el mando del que hasta hoy era el comandante general
del Ejército boliviano Juan José Zúñiga decidieron retirarse después de que el
presidente boliviano, Luis Arce, cambiara a todo el alto mando militar.
Ya en 1964
Bolivia dio inicio a una serie de regímenes autoritarios que se sucedieron
mediante la organización de más de una treintena de golpes militares. En 180
años de independencia, el promedio es de un Gobierno cada 25 meses.
Desde su
fundación como república en 1825, la historia de Bolivia ha sido un rosario de
dictaduras militares y civiles, triunviratos, juntas de gobierno, presidentes
que no terminaron sus mandatos y decenas de golpes de Estado, sin contar
alzamientos militares frustrados.
No obstante, el
expresidente Carlos Mesa (2003-2005), en su libro Presidentes de Bolivia, entre
urnas y fusiles (2003), asegura que esta nación no fue víctima de tantos golpes
como se cree en el exterior.
La cifra de
casi 200 golpes que se cita a veces es “absolutamente arbitraria”, dice Mesa, y
precisa que el país ha tenido 37 gobiernos de facto, de los que en rigor solo
23 se debieron a golpes de Estado “en su concepción convencional”, o sea, con
el derrocamiento de un gobernante, según recogió el medio 20minutos.
Una sucesión de
gobiernos
Un caso inédito
se produjo en 1930, cuando el presidente Hernando Siles dejó el cargo a su
gabinete de ministros, en un gobierno que duró apenas 30 días y fue derrocado.
Por otro lado,
la única presidenta de Bolivia, Lidia Gueiler, asumió el cargo en 1979 tras fracasar el sangriento golpe del general
Alberto Natusch Busch. Un año más tarde la derrocó otro general.
Otro
gobernante, el teniente coronel Germán Busch, héroe de la guerra del Chaco
(1932-1935), se suicidó en el ejercicio del mando en 1939, mientras que Hernán
Siles Suazo fue secuestrado durante diez horas el 30 de junio de 1984 por un
grupo armado que planeaba un golpe de Estado. Con todo, en sus 180 años de vida
Bolivia ha vivido 97 bajo mandatos de militares.
La llegada de
Evo Morales
En 2003
renuncia a su cargo el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y lo asume su
entonces vicepresidente, Carlos Mesa, quien llegó a dimitir hasta en tres
ocasiones. La última, el 9 de junio de 2005, fue la definitiva.
El entonces
titular de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez, asumió entonces la
jefatura de Estado con el encargo de celebrar unas elecciones generales que
ganó por primera vez Evo Morales. El dirigente, que ahora vuelve a presentarse
a los comicios de 2025, se mantuvo en el poder durante 13 años.
En 2013 el
Tribunal Constitucional abrió el camino para que Morales pudiera optar a un
tercer mandato, al considerar que el primero que tuvo no contaba dado que el
país fue refundado como Estado Plurinacional en 2009.
Dos años más
tarde, en septiembre de 2015, el Parlamento boliviano aprobó una enmienda
constitucional para permitir a Morales optar a una nueva reelección, pero fue
rechazada en referéndum el 21 de febrero de 2016.
El 20 de
octubre de 2019 Bolivia celebró elecciones, con Morales como aspirante a la
reelección, pero al día siguiente surgieron sospechas de fraude y se desataron
protestas. El escrutinio oficial le dio como ganador, pero una auditoría de la
Organización de Estados Americanos (OEA) evidenció “graves irregularidades” en
los comicios.
El 10 de
noviembre Morales anunció su renuncia forzado por las Fuerzas Armadas, y al día
siguiente salió del país al tiempo que denunciaba un golpe de Estado.
Se inició
entonces un periodo de inestabilidad con enfrentamientos violentos que dejaron
cerca de 40 muertos y más de 800 heridos. En ese clima asumió la Presidencia
interina la senadora opositora Jeanine Áñez, del Movimiento Socialdemócrata,
que tenía la tarea de convocar elecciones.
Las nuevas
elecciones se convocaron inicialmente para mayo de 2020, pero la situación por
la pandemia de covid-19 llevó a posponerlas primero a septiembre y finalmente a
octubre.
El 18 de
octubre de 2020 Luis Arce (candidato del MAS y ministro durante el Gobierno de
Evo Morales) ganó las elecciones presidenciales con el 55,1% de los votos.
Asumió el cargo el 8 de noviembre.
Apenas unos
meses después, en marzo de 2021, fue detenida Jeanine Áñez, quien fue condenada
a 10 años de cárcel por incumplimiento de deberes y resoluciones contrarias a
la Constitución cuando asumió el poder en 2019.
Para entonces
Evo Morales ya había regresado al país y comenzado a recuperar importancia
política, al tiempo que aumentaban sus diferencias con el presidente Arce,
dando lugar a una división del partido entre “evistas” y “arcistas”.
En septiembre
de 2023 Morales anunció su candidatura a las elecciones presidenciales de 2025.
En diciembre, sin embargo, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de
Bolivia emitió una sentencia anulando la figura de la reelección indefinida, lo
que implicaría su inhabilitación como candidato.
Ya en 2024, los
seguidores de Morales y de Arce convocaron dos congresos del partido. El
primero, en mayo, impulsado por los arcistas, excluyó de la dirección a Evo
Morales y nombró como nuevo presidente a Grover García, si bien el Tribunal
Supremo Electoral (TSE) rechazó dicho congreso y mantuvo a Morales como líder
de la formación.
CEREMONIA DE
APERTURA DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LA OEA SE CENTRA EN LA CRISIS BOLIVIANA
Marco Press de
Argentina (https://acortar.link/DHpSyj)
Mientras todos
los asistentes estaban concentrados en la crisis que se estaba desarrollando en
Bolivia, el Presidente paraguayo Santiago Peña inauguró la 54ª Asamblea General
de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Asunción destacando que la democracia
era la forma de combatir el crimen transnacional, el narcotráfico y el
terrorismo.
“Paraguay
siempre ha mantenido la paz como valor supremo de las relaciones
internacionales, al igual que la OEA. Celebremos en un mundo tan convulsionado
por la guerra, la violencia y el odio, una América en paz. No tenemos
conflictos armados, pero eso no significa significa que no enfrentamos grandes
desafíos en materia de seguridad, debido a la acción cada vez más apremiante
del crimen organizado transnacional. Esta amenaza trasciende las fronteras y
todos sufrimos sus consecuencias”, afirmó el jefe de Estado anfitrión, quien
insistió en que la seguridad es “la piedra angular sobre la que se construye
toda convivencia civilizada” y sin la cual no hay vida humana decente.
“La forma de
combatir este flagelo no es con el autoritarismo, sino con la democracia. Somos
grandes cuando respondemos al mal con el bien, la violencia hay que
contrarrestarla con el espejo de lo mejor de nosotros mismos, de la
institucionalidad democrática, no es cierto que la democracia no está a la
altura o es débil ante estas amenazas. La única respuesta posible es el
fortalecimiento de la democracia”, señaló también Peña.
El Secretario
General de la OEA, Luis Almagro, condenó “en los términos más enérgicos estas
acciones del Ejército boliviano”, que “debe someterse a la autoridad civil,
como lo manda la Carta Democrática Interamericana”.
“Expresamos
nuestra solidaridad con el presidente de Bolivia, Luis Arce. La OEA no tolerará
ninguna forma de violación del legítimo orden constitucional en Bolivia ni en
ningún otro lugar”, añadió el uruguayo Almagro.
Asimismo, Peña
aprovechó la oportunidad para lanzar la candidatura del canciller paraguayo,
Rubén Ramírez Lezcano, para suceder a Almagro hasta 2030.
La Asamblea
General se llevará a cabo el jueves y viernes en la sede de la Confederación
Sudamericana de Fútbol (Conmebol) en la ciudad de Luque, en las afueras de
Asunción. El evento reúne a representantes de los países miembros de la OEA,
así como a 74 observadores permanentes y unas 482 organizaciones de la sociedad
civil.
NACIONES UNIDAS
SE PRONUNCIA TRAS EL INTENTO DE GOLPE FALLIDO EN BOLIVIA
El secretario
general de la ONU, António Guterres, muestra su preocupación por la intentona
golpista en suelo boliviano y pide que se trabaje con firmeza para
"proteger el orden constitucional".
MDZOL de
Argentina (https://acortar.link/FvyCds)
El secretario
general de Naciones Unidas, António Guterres, ha mostrado su
"preocupación" por el intento de golpe de Estado encabezada el
miércoles en Bolivia por el general Juan José Zúñiga, ya detenido por las
autoridades, y ha pedido "proteger el orden constitucional" en el
país sudamericano.
"El
secretario general está muy preocupado por los acontecimientos de hoy en La
Paz, Bolivia y las denuncias de un intento de golpe de Estado", ha dicho
el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric.
"El
secretario general llama a todos los actores de la sociedad boliviana,
incluidas las Fuerzas Armadas, a proteger el orden constitucional y a preservar
un clima de paz", ha zanjado.
Zúñiga ha
tomado junto a unidades del Ejército la plaza Murillo de La Paz, centro del
poder político en el país, y ha asegurado que nombraría un nuevo gabinete y
liberaría a los "presos políticos". Sin embargo, finalmente ha cejado
en su empeño y ha sido detenido tras enfrentarse al presidente boliviano, Luis
Arce, a las puertas de la sede del Gobierno.
Arce ha
agradecido el apoyo de la población, que se ha trasladado a las inmediaciones
de la plaza Murillo para hacer frente a la intentona y desarticular el plan de
los militares sublevados, como a la comunidad internacional. Además de Zúñiga,
ha sido detenido el exvicealmirante Juan Arnez Salvador, que está acusado de
los delitos de terrorismo y de alzamiento armado contra la seguridad y
soberanía del Estado.
Posteriormente,
Zúñiga ha asegurado que Arce le había pedido sacar "los blindados"
para "levantar" la popularidad del mandatario boliviano, quien le
habría confesado que la "situación está muy jodida".
La Fiscalía
General de Bolivia ya ha anunciado la apertura de una investigación tanto
contra Zúñiga como contra todos los militares partícipes de la intentona.
INTENTO DE
GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA: UNA ALERTA PARA MÉXICO
En opinión de
Manuel Ibarra, en medio de un clima de división entre Luis Arce, actual
presidente y el ex presidente Evo Morales, este miércoles se vivieron en
Bolivia varias horas de zozobra
SPD Noticias de
México (https://acortar.link/wvFpnI)
Gracias a la
movilización del pueblo boliviano, se pudo evitar un golpe de Estado liderado
por el comandante boliviano Juan José Zúñiga.
En medio de un
clima de división entre Luis Arce, actual presidente y el ex presidente y
popular líder social Evo Morales Ayma, este miércoles se vivieron en el país
andino y en gran parte de América Latina varias horas de zozobra.
Más extraña aún
es la acusación del militar detenido Juan José Zúñiga, quién declaró que este
golpe de Estado podría haber sido planeado por el actual gobierno, acusándolos
de necesitar un “numerito” para subir la popularidad de Luis Arce.
La realidad es
que en medio de un partido de izquierda en el poder, pero dividido, la derecha
golpista encuentra espacios para maniobrar e intentar activar estos intentos de
golpes de Estado para apoderarse de los nuevos recursos naturales en pugna por
el imperialismo en declive: el litio y las “tierras raras”.
Por este
motivo, deben evitarse en México divisiones en el movimiento liderado por el
presidente Andrés Manuel López Obrador y Morena. Aún más en el contexto global
de una nueva guerra de recursos que se extenderá al menos durante lo que resta
de esta década. Quizás aún más.
La reacción
jamás descansa, dice la vieja frase. Que se tome lo ocurrido al hermano pueblo
de Bolivia cómo una alerta para México en los próximos años.
¿IMITANDO A
BOLIVIA?
Verónica Malo
hace un análisis de la situación por la que atraviesa Bolivia con sus fuerzas
armadas y advierte lo que podría pasar en México en ese tema.
SPD Noticias de
México (https://acortar.link/shMtL4)
¿Una situación
gravísima es el intento de golpe de Estado como el que acaba de ocurrir en
Bolivia? La respuesta es obvia pero lo pregunto porque el presidente López
Obrador apenas ayer dijo que “solo que hubiese una situación gravísima. Por
ejemplo, una invasión, una guerra, pero eso no va a haber...” regresaría de su
retiro para intervenir en nuestra política nacional.
¡Menos mal que
falló el golpe de Estado en Bolivia!. Sea porque querían defenestrar al actual
presidente Luis Alberto Arce Catacora o, como dijo el general golpista Juan
José Zúñiga, que lo hizo por indicaciones del mismísimo presidente, ello no
quita que es un aviso en toda regla, y no solo para los bolivianos…
Bastantes
similitudes entre Bolivia y nuestro país deberían prender las alarmas de los
mexicanos; las de López Obrador, ciertamente, pero especialmente las de
Claudia. Llevándolo al extremo, ¿es absolutamente inverosímil que Andrés Manuel
fragüe un auto-golpe de Estado para continuar como titular del Ejecutivo
federal o, bien, que el Ejército mexicano aproveche los turbulentos momentos de
la transición o la incipiente presidencia recién inaugurada para hacer lo
propio?
Volvamos a
Bolivia por un momento. Esta nación ha padecido en últimas fechas una lista de
impresentables mandatarios. El peor de ellos, Evo Morales, político
latinoamericano de los más queridos por la 4t… Si Bolivia está convulsionada
mucho se debe a las políticas que impulsó Morales durante sus casi 14 años de
gobierno.
Sus primeros
cuatro años fueron gloriosos; el PIB de Bolivia crecía por arriba del 5%; el
vender litio al extranjero, así como oro y otros recursos naturales inyectó
dinero al país de una forma pocas veces vista. El problema surge en el 2009. El
mismo FMI —que antes había felicitado a Evo por el “milagro económico
boliviano”— lo señaló como el artífice de que el azúcar escaseara… El problema
continuó pues, para la primera mitad del 2011, Bolivia ya había importado la
misma cantidad de alimento que había importado durante todo el 2010…
Entre muchos
otros factores, la tragedia de Bolivia y de otros países latinoamericanos es el
ser ricos en recursos naturales y tener pésimos gobernantes. Por ejemplo, es el
país con mayores reservas de litio del mundo, pero noveno exportador del
mineral (y una buena parte se lo vende subsidiado a Rusia). En otras palabras,
su riqueza regalada por razones ideológicas…
Pero a lo que
voy: hace tiempo Evo impulsó una reforma a los altos tribunales de justicia
para que estos fueran elegidos por el voto popular… Suena conocido, obviamente.
Los resultados
han sido desastrosos; dicho por los propios bolivarianos: los jueces se hincan
en la Plaza Murillo, haciendo alusión al palacio de gobierno. En resumidas
cuentas, ya no tienen a un poder autónomo.
Lo segundo que
quiero mencionar: ¡vaya que Morales se encargó de empoderar al ejército!; el
presupuesto de las fuerzas armadas bolivianas aumentó en un 100% entre 2005 y
2014, y continuó creciendo estratosféricamente en los demás años de Evo. Por
cierto, vale la pena señalar que Evo finalmente renunció “por sugerencia de los
militares y fuerzas del orden”…
O sea, después
de años, no importa el dinero que se dedique a las Fuerzas Armadas —o quizá por
eso—, ni siquiera ellas resisten a los posibles dictadores o a actuar como
unos... Al menos en Bolivia se creció por arriba del 5% anual, cosa que no ha
sucedido en México sumando el crecimiento de todo este sexenio.
Señoras y
señores, no hace falta ser experto en política comparada de la región
latinoamericana para saber que si haces lo mismo, tarde que temprano arribarás
a los mismos resultados… a los mismos resultados que Bolivia, en este caso.
Pero ahora paso
a lo más curioso del análisis comparativo que hago hoy: se entiende el porqué
del apoyo de la 4t al actual régimen bolivariano (títere nacido de Evo
Morales), pero que puede llegar a tener vida propia —para bien o para mal— si
decide cortarse los hilos de marioneta. Lo que también se entiende —pero sobre
todo no se debe olvidar— es que en Bolivia habrán elecciones generales el
próximo año y de que este intento de golpe de Estado fallido —autoinfligido o
no— ¡se trató de esos comicios venideros! ¿Preparación para que en el 2025 Evo
no se lance una vez más (se supone que está impedido por ley) o lograr que Arce
nada le deba a su sucesor (aunque sí a los militares) o generación de
incertidumbre para que Morales reaparezca como “el gran salvador de la patria”?
Regresar solo si hay guerras o revoluciones… ¿les suenan las frases?
Ellos tendrán
su proceso electoral en el 2025 y nosotros una revocación de mandato en el
2027. Ellos tienen un caudillo en Evo y nosotros a otro en López Obrador. Ellos
tienen un ejército sobrevaluado (y demasiado bien pagado) y nosotros también.
Ellos tienen el horror de un Poder Judicial cooptado y México quiere copiar ese
esperpento.
¡Cuidado! Urge
que Claudia Sheinbaum meta calma (sabemos que López Obrador hará lo contrario),
que analice los paralelismos y saque sus propias conclusiones.
México no debe
entrar en una espiral de desconcierto; el pavor que viven los trabajadores del
Poder Judicial y los bamboleos en el tipo de cambio anuncian un panorama
preocupante y propicio para locuras como la que vimos en Bolivia.
La lección más
importante a tener presente es que las Fuerzas Armadas siempre llenan los
espacios si se les da la oportunidad. Ese es el problema de haberlos metido al
juego político y económico y social y…, y de seguirlo haciendo. Nunca se sabe
cuándo el ejército se va a activar ni a nombre de quién.
Giro de la
Perinola
- ¡Qué corta la
memoria y que largo el olvido! Lula da Silva, presidente de Brasil, aseguró que
“en América Latina los golpes nunca funcionaron”. ¿Se refiere al de Castro en
Cuba? ¿A todos los que sufrió Brasil? Caray, debería de ser más específico;
mucho más específico.
- Solo Bolivia
elige por el voto popular a los jueces de los altos tribunales. No hay otra
nación del mundo occidental que lo haga. Ninguna otra. No queramos engañar; no
busquemos que la gente caiga en confusiones, por favor.
RUSIA CONDENA
EL INTENTO DE GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA Y EXPRESA SU APOYO A ARCE
Infobae de
Argentina (https://acortar.link/GaCGMD)
Rusia condenó
este jueves el intento de golpe de Estado en Bolivia y expresó su total
respaldo al Gobierno del presidente Luis Arce.
"Condenamos
enérgicamente el intento de golpe militar en el Estado Plurinacional de Bolivia
perpetrado el 26 de junio", subrayó el Ministerio de Asuntos Exteriores de
Rusia en una declaración publicada en su página web.
Tras expresar
su "pleno e inquebrantable apoyo" al Gobierno del presidente Arce,
Moscú consideró inaceptable que la situación exceda el marco constitucional.
"La
solución política de cualquier diferencia política interna en Bolivia es un
imperativo", añadió Exteriores, que llamó a todas las fuerzas y
estructuras políticas constructivas de Bolivia a "unirse en aras de
consolidar la sociedad boliviana, para garantizar la estabilidad y la soberanía
del Estado Plurinacional".
Al mismo
tiempo, advirtió contra "los intentos de injerencia extranjera destructiva
en los asuntos internos de Bolivia y otros Estados, que más de una vez han
tenido consecuencias trágicas para varios países y pueblos, incluso en la
región latinoamericana".
"Nos
solidarizamos con la hermana Bolivia, nuestro socio estratégico
confiable", concluye la declaración de la diplomacia rusa.
Por su parte,
en el Kremlin calificaron los acontecimientos en Bolivia de un "asunto
interno" de ese país y confiaron en que los "amigos bolivianos"
podrán resolver la situación dentro del marco legal y sin injerencias
extranjeras.
"Es muy
importante que no haya injerencias de terceros países en lo que ocurre en ese
país", dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda
de prensa diaria.
Agregó que
Moscú desea a Bolivia un pronto "restablecimiento de la calma" y
confía en que "así será".
Arce visitó
Rusia a comienzos del mes para asistir al Foro Económico de San Petersburgo y
reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin.
CHINA CONFÍA EN
LA CAPACIDAD DE BOLIVIA PARA GESTIONAR INTENTO DE GOLPE DE ESTADO
Infobae de
Argentina (https://acortar.link/mbt1Wt)
China expresó
este jueves su “esperanza y confianza” en la habilidad del Gobierno de Bolivia
para manejar adecuadamente la situación política que vive el país tras el
intento de golpe de Estado sufrido esta semana.
La portavoz del
Ministerio de Exteriores de China Mao Ning manifestó en una rueda de prensa que
Pekín ha tomado nota de los informes sobre lo que denominó como "acción
militar anormal" en Bolivia.
En relación a
estos eventos, la portavoz de la Cancillería china añadió que, como “buen amigo
y socio de Bolivia”, el gigante asiático confía en que el Gobierno del
presidente Luis Arce tiene la capacidad para "manejar adecuadamente la
situación y mantener la paz, estabilidad y desarrollo nacional".
Además, Mao
subrayó que esta habilidad iría en concordancia “con los intereses
fundamentales y a largo plazo del pueblo boliviano", aunque en ningún
momento condenó explícitamente la acción militar realizada por el comandante
del Ejército Juan José Zuñiga.
Zuñiga, que fue
detenido posteriormente, irrumpió este miércoles en la tarde con tanques y
militares fuertemente armados en la sede del Gobierno de Bolivia, donde lo
recibió Arce, custodiado por sus ministros, y le ordenó el repliegue de las
tropas, a lo que finalmente accedió.
Durante la
ocupación militar, Zúñiga dijo que buscaba "reestructurar la
democracia" y que la primera medida que tomaría sería la liberación de los
que denominó "presos políticos".
JUAN CARLOS I
PREGUNTA SI HACE FALTA QUE VAYA A BOLIVIA A PARAR EL GOLPE DE ESTADO
El Mundo Today
de España (https://acortar.link/bVo730)
Consciente de
que alguien con un don como el suyo nunca está retirado del todo el rey
emérito, Juan Carlos I, ha preguntado, tras leer sobre el intento de golpe de
Estado en Bolivia, si es necesario que intervenga para salvar la democracia.
“¿Voy yo o pueden con esto [el golpe de Estado] ellos solos? Porque me da palo,
pero si es necesario, pues voy”, ha dicho Juan Carlos I esta mañana desde su
suite de Abu Dhabi.
“Una persona
que ha sido bendecida con el talento que tengo yo para detener golpes de Estado
con el poder de su palabra no puede ser egoísta, sino que tiene que repartir
esa gracia con generosidad”, ha considerado el padre de Felipe VI
El Borbón ha
dejado claro que sabe que Bolivia no forma parte del Reino de España pero lo
siente muy suyo. “No me cuesta nada salvar un poquito la democracia donde sea
menester y más aún si hablan español. Es vestirse bien, con la espada y eso, y
decir cuatro frases”, ha dicho el Borbón, según ha podido saber la prensa. A
continuación el emérito ha informado de que procedía a echarse su siesta de las
once de la mañana pero ha pedido que le despierten si hay algún otro intento
golpista “en cualquier otra parte del mundo”.
“¿Entonces no
hace falta que vaya? Genial. Y otra cosa, ¿este lo he organizado yo o no?”, ha
preguntado antes de dormirse.
ABASCAL
ARREMETE CONTRA SÁNCHEZ Y FEIJÓO POR "DEFENDER EL RÉGIMEN
NARCOCOMUNISTA" EN BOLIVIA, TRAS LA INTENTONA GOLPISTA
Infobae de
Argentina (https://acortar.link/B3uGxe)
El líder de
Vox, Santiago Abascal, ha cargado este jueves contra Pedro Sánchez y Alberto
Núñez Feijóo, a los que ha acusado de "defender el régimen
narcocomunista" en Bolivia tras el intento de golpe de Estado del
Ejército. El Gobierno de Bolivia ha sofocado apenas tres horas después la
intentona golpista, encabezada por el general Juan José Zúñiga, que había
tomado la plaza de Murillo de La Paz, centro del poder político del país.
Tanto Sánchez
como Feijóo han condenado los movimientos militares y han pedido respeto a la
democracia y el orden constitucional. Para Abascal, el presidente y el líder de
la oposición están "desautorizados" para hablar de democracia y orden
constitucional en España y en Bolivia. "Están tan alejados de la realidad
que dicen cualquier cosa sin sonrojarse", ha escrito en un mensaje
publicado en su cuenta de la red social X (antes Twitter).
En esta línea,
ha censurado que ambos han salido en defensa "de un régimen
narcocomunista" que tiene a la "oposición en la cárcel". Cree,
asimismo, que las condenas de Sánchez y Feijóo "dan crédito" a lo que
ha tildado de "fantasmal autogolpe" del Gobierno boliviano, al que
insiste en llamar "régimen", "por el que litigan el presidente
Luis Arce y el expresidente Evo Morales, ambos de la multinacional
narcocomunista del Foro de Sao Paulo y Grupo de Puebla".
JUAN JOSÉ
ZÚÑIGA, EL GENERAL QUE ODIA A EVO MORALES Y DICE ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS
El militar
golpista, encumbrado por el presidente Luis Arce, mantenía un enconado
enfrentamiento con el que fuera mandatario de 2006 a 2019
El País de
España (https://acortar.link/T4B6Lp)
Hace apenas
siete meses, el general boliviano Juan José Zúñiga Macías les sugería a los
“antipatria” que “no pierdan su tiempo golpeando los cuarteles militares” en
busca de apoyos para derrocar al Gobierno. Fue en noviembre pasado, cuando
afirmaba que “el pueblo le dio al Ejército el mandato de que Luis Arce es el
presidente y capitán general de las Fuerzas Armadas; y el Ejército va a dar
fiel cumplimiento al mandato del pueblo, porque la voz del pueblo es la voz de
Dios”. Este miércoles, el nombre de Zúñiga tuvo la triste notoriedad de ser
repetido en Bolivia, en Latinoamérica y gran parte del mundo, justamente por no
haber respetado ese mandato: fue el general que lideró un intento de golpe de
Estado contra Arce. Terminó destituido y detenido.
Zúñiga había
sido nombrado por el propio Arce como comandante del Ejército en noviembre de
2022 y había sido ratificado en el cargo en enero pasado, cuando el presidente
hizo un cambio de las autoridades militares. Su encumbramiento y el respaldo
posterior fueron interpretados por los analistas locales como un premio a su
lealtad. De hecho, los cuestionamientos contra Zúñiga, oriundo del municipio
potosino de Uncía, señalaban que carecía de los méritos militares necesarios
para encabezar el Ejército y recordaban que, en el orden de calificaciones de
su promoción, la de 1990, había ocupado el puesto 48 entre 65 oficiales.
Cuando fue
nombrado por Arce al frente del Ejército, ya era evidente el enfrentamiento de
Zúñiga con el expresidente Evo Morales y, de alguna manera, su nombramiento
ponía en primer plano las diferencias entre Arce y Morales. Pocas semanas antes
de ser designado, Morales había acusado a Zúñiga, entonces jefe del Estado
Mayor, de integrar un grupo denominado Pachajcho desde donde, aseguró, se
instrumentaba un “plan negro” para espiarlo y perseguirlo, en connivencia con
funcionarios del Gobierno. “Hay que cuidarse del grupo Pachajcho, organizado
desde el jefe del Estado Mayor del Ejército. Miembros militares que están
detrás de Evo, detrás de los dirigentes, persecución permanente. Cualquier
momento este grupo Pachajcho del Ejército va a montar pruebas, quiero
adelantarles, alertar al pueblo”, había expresado Morales en octubre de 2022.
De acuerdo con la prensa boliviana, Zúñiga es un experto en inteligencia
militar y conoce de cerca a los movimientos sociales y a sus líderes.
Sus detractores
recordaban también, según tuvo amplia difusión en medios locales, que en 2013
Zúñiga había sido acusado por el desfalco de 2,7 millones de bolivianos
destinados al pago de bonos gubernamentales cuando era comandante del
Regimiento Max Toledo. En Bolivia, el Ejército entrega directamente bonos
destinados a personas mayores y estudiantes escolares en los lugares más
apartados del país. En enero de 2014, junto a una docena de militares, Zúñiga
tuvo que cumplir siete días de arresto por aquellas irregularidades. En su
defensa, alegaría que la sanción se debió a un sumario interno, no a un proceso
por delitos, que lo encontró responsable de no haber controlado correctamente a
sus subordinados.
La tensión
entre Morales y Zúñiga había crecido en las últimas semanas hasta estallar este
lunes. Morales acusó al militar de estar a cargo de un plan para eliminarlo
físicamente, junto a sus allegados más próximos. El ahora destituido comandante
del Ejército respondió en una entrevista por TV que Morales “no puede volver a
ser más presidente de este país” —en alusión a las elecciones de 2025 y la
inhabilitación del exmandatario dictada por el Tribunal Constitucional
Plurinacional— y que “las Fuerzas Armadas tienen la misión de hacer cumplir la
Constitución”. Y agregó: “Nosotros somos un brazo armado del pueblo, un brazo
armado de la Patria”. La réplica de Morales no se demoró: dijo que ese “tipo de
amenazas nunca se dieron en democracia” y que si no eran desautorizadas por el
Gobierno y las autoridades militares “se comprobará que lo que en verdad están
autorizando es un autogolpe”.
Explicado el
enfrentamiento, y tras las reacciones de rechazo a los dichos de Zúñiga, Arce
resolvió destituirlo como comandante del Ejército, pero no lo reemplazó de
inmediato por otro militar. Zúñiga se declaró aún al mando del Ejército y su
paso siguiente ha sido encabezar un asalto militar al Palacio Quemado, tras
ocupar la Plaza Murillo, en el centro de La Paz. El presidente lo enfrentó en
la puerta de la sede de Gobierno, pero la asonada se prolongó varias horas,
durante las cuales Zúñiga amenazó con hacer cambiar el Gabinete gubernamental y
con exigir la liberación de “presos políticos” civiles y militares. Arce ha
tomado ya juramento al nuevo jefe del Ejército, José Sánchez Vázquez, quien
ordenó el retiro de las tropas movilizadas, y Zúñiga abandonó la plaza en la
misma tanqueta en que había llegado. Luego, el Gobierno dictó la orden de
arresto por la que el militar fue finalmente detenido. Para complicar aún más
las cosas, antes de ser arrestado, Zúñiga acusó a Arce de haber orquestado el
levantamiento militar para realzar su imagen.
JUAN JOSÉ
ZÚÑIGA, EL COMANDANTE "CON COJONES" PARA ENFRENTAR A EVO
Hasta este
miércoles, quien fuera comandante del Ejército desde noviembre de 2022 era
considerado una pieza de absoluta fidelidad para Luis Arce.
EL Mundo de
España (https://acortar.link/Vlk0iG)
El general Juan
José Zúñiga, comandante general del ejército boliviano hasta hace unas horas,
ha entrado en la Historia de las Américas por la puerta de atrás, como tantos
otros militares. Al frente de varias unidades, el militar con nombre de
escritor forzó la puerta de acceso a la sede del gobierno en La Paz y penetró
con sus hombres para encararse allí con su jefe, el presidente Luis Arce. Como
si se hubiera leído los capítulos del asalto al Palacio de la Moneda en el
Chile de Salvador Allende y Augusto Pinochet.
"No voy a
permitir esta insubordinación", respondió firme el mandatario al general.
Este realizó varios brindis al sol a favor de la democracia, incluso aseguró
que "al Ejército no le faltan cojones para velar por el futuro de nuestros
niños, por el bienestar del pueblo".
Pero con el
regaño le fue suficiente: se dio la vuelta y se subió a un vehículo blindado
para abandonar la céntrica Plaza Murillo. Ni un disparo, ni una algarada. El
intento de golpe había fracasado de forma exprés, en sólo tres horas, de forma
tan rápida como el que protagonizó el expresidente de Perú, Pedro Castillo, en
2022. Fue detenido minutos más tarde en la sede del Alto Estado Mayor y antes
de ser trasladado denunció públicamente que se trataba de un autogolpe
espoleado por el propio presidente Arce.
Una sorpresa
tras otra. Hasta ese instante, quien fuera comandante del Ejército desde
noviembre de 2022 era considerado una pieza de absoluta fidelidad para el
mandatario revolucionario. Los más críticos incluso le consideraban una
"marioneta" del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS). Tan
cercano al presidente que desde hace días protagoniza un enfrentamiento público
con Evo Morales, el gran enemigo de Arce en la guerra fratricida que desgasta
día a día a la revolución indígena.
"No puede
ser más presidente de este país. Llegado el caso, (no permitiré) que pisotee la
Constitución, que desobedezca el mandato del pueblo. Las Fuerzas Armadas son el
brazo armado del pueblo, el brazo armado de la patria", fustigó el militar
al exmandatario Morales, empeñado en acabar con su delfín político, Luis Arce.
Bolivia celebra elecciones presidenciales el año que viene y la revolución
indígena cuenta con dos presidenciables, que se disputan con vehemencia,
incluso con capítulos violentos, el trono del MAS.
"Este
señor es un verdadero mitómano, utiliza la mentira como estrategia para
retornar el poder", disparó Zúñiga de nuevo contra Evo, traspasando de
forma evidente sus funciones al frente del Ejército.
"Zúñiga es
representativo de las Fuerzas Armadas de este ciclo político en Bolivia. De
procedencia humilde y de familia minera. Con pocos estudios y poca
formación", explicó la historiadora Lupe Cajías a EL MUNDO.
Un Ejército en
proceso de desinstitucionalización, con varios escándalos a sus espaldas. De
hecho, al general Zúñiga se le relacionó con un supuesto desfalco en un
programa de bonos para militares, valorado en casi 400.000 euros.
Las acusaciones
de Evo Morales en su contra son aún más gruesas. Según el exmandatario, forzado
a dimitir y exiliarse en 2019 tras beneficiarse de un intento de fraude
electoral, el general Zúñiga estaría al frente de un grupo paramilitar
denominado Pachajcho, que tendría como objetivo su muerte y la de sus
colaboradores.
¿CUÁL ES EL
CARTEL MEXICANO CON MÁS PRESENCIA EN BOLIVIA? SEGÚN LA DEA
MSN DE ESPAÑA
(https://acortar.link/CoIzOk)
El miércoles 26
de junio, Bolivia enfrentó un intento de golpe de estado cuando elementos
militares llegaron a las inmediaciones del Palacio de Gobierno, lo que fue
denunciado por el presidente Luis Alberto Arce.
El
levantamiento fue liderado por el exgeneral Juan José Zúñiga, quien fue
detenido horas después. Arce alertó sobre movilizaciones irregulares en el
Ejército Boliviano a través de sus redes sociales, subrayando la necesidad de
respetar la democracia.
En Bolivia,
clanes locales supervisan la producción de cocaína, pero los cárteles mexicanos
también operan en el país. El Cártel de Tijuana ha sido activo en la región
desde al menos 2015, coordinando cargamentos aéreos entre Perú y Bolivia.
Cárteles
mexicanos
Los Zetas
también lograron nexos con grupos locales en 2010, aunque no operaron
directamente en Bolivia. En la actualidad, los cárteles de mayor relevancia son
el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa, ambos
identificados por la DEA como los más influyentes en México y Estados Unidos.
El CJNG y el
Cártel de Sinaloa han extendido su influencia a Bolivia, utilizando el país
como un importante punto de producción de cocaína. Estos cárteles han sido
vinculados a diversas actividades criminales en Bolivia, con registros
oficiales indicando su presencia desde 2020.
El Cártel de
Sinaloa, en particular, ha establecido conexiones significativas, con casos
recientes de personas vinculadas a este grupo criminal siendo detenidas o
extraditadas. La colaboración entre estos cárteles y los clanes locales ha
facilitado el tráfico de drogas hacia México y otros mercados internacionales.
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