Tuesday, May 18, 2021

ARGENTINA, CHILE Y BOLIVIA Y EL LARGO Y SINUOSO CAMINO DEL “TRIÁNGULO DEL LITIO”


Los tres países concentran el 85% de las reservas mundiales. Pero deben afrontar serios desafíos para aprovechar el potencial.


El
litio se está convirtiendo poco a poco en la estrella del futuro entre los minerales, al ser utilizado como componente principal para la creación de baterías de teléfonos celulares, así como de vehículos eléctricos. Algunos lo llaman el “oro blanco” o el “nuevo petróleo” dada la relevancia estratégica que posee. Es clave de la inminente nueva generación de baterías y nuevo protagonista en cualquier debate sobre energías renovables.
Y en ese contexto, el llamado “Triángulo del litio” que conforman Argentina, Chile y Bolivia, le brinda a esos países la posibilidad de convertirse en el centro de producción, aunque por delante tiene una serie de desafíos y obstáculos que deberá sortear para aprovechar esa oportunidad.
En los últimos años, las causas ambientalistas han tomado mayor protagonismo e impulso tras el Acuerdo de París en 2015, donde los países se comprometían a reducir sus emisiones contaminantes, y de esta forma, limitar los efectos del cambio climático. ¿Cómo lo harían? Con el aumento de energías limpias. A diferencia de los combustibles fósiles, las energías renovables no producen gases de efecto invernadero, ni tampoco emisiones contaminantes.
Bajo este contexto, dada la necesidad de migrar a energías más limpias, el litio emerge como el recurso estratégico fundamental para los próximos años al permitir elaborar las baterías tanto de los dispositivos electrónicos ampliamente usados, como de carros eléctricos.
Si el Litio es el presente y el futuro, entonces es posible que el país o los países que lo estén explotando actualmente vean su ingreso expandirse de forma sustancial. Sin embargo, paradójicamente, el país que más produce litio a nivel mundial no es el que alberga más de este recurso en su territorio. Actualmente, dentro del ranking de los países productores lo encabeza Australia, con más de 40.000 toneladas métricas para el año 2020, seguido de Chile con 18.000 toneladas, China con 14.000 toneladas y Argentina con 6.200 toneladas.
Lo relevante es que en el ranking se encuentran dos de los países con mayores reservas, Chile y Argentina, aunque aún se encuentra ausente la nación que acumula las mayores reservas mundiales, pero que todavía no ha logrado iniciar su industria de forma efectiva: Bolivia.
El “Triángulo” incipiente
Argentina, Bolivia y Chile conforman lo que se conoce como el “Triángulo del Litio”, donde se concentran más del 85% de las reservas mundiales de dicho recurso, según detalla el último reporte de la consultora Torino Economics.
El resto de las reservas mundiales se encuentran en Estados Unidos (6,8 millones de toneladas métricas) cuya actividad de producción es mínima. La mayoría del consumo de litio del país se abastece de las importaciones de Argentina y Chile.
En el caso de Australia (6,3 millones de toneladas), a pesar de ocupar el quinto lugar en la lista, se ha convertido en el mayor productor de litio. La mina de litio de Greenbushes en Australia Occidental (una empresa conjunta entre Albermarle y Tianqi Lithium de China) se considera el proyecto más grande del mundo para extraer el metal.
A pesar de la importancia que ha adquirido el mineral en la última década como insumo de la industria electrónica, “los países que conforman el triángulo del litio siguen muy lejos del nivel de explotación esperado”, señala Torino Economics. De los tres países que forman parte del Triángulo, Chile es el más avanzado en ese aspecto.
En el caso de Argentina, sede de la empresa de litio más grande del mundo, no tiene en la actualidad un marco regulatorio específico para el litio, ni un cuerpo normativo uniforme para su explotación, dado que, por el carácter federal del país, se superponen normas emanadas tanto del Estado Nacional como de las provincias.
Sin embargo, el país sigue avanzando hacia la explotación del litio. Hace pocos días, se dio a conocer que a través de una operación de USD 3.100 millones se fusionaron dos importantes compañías mineras australianas, Orocobre y Galaxy, emergiendo así la quinta empresa de productos químicos de litio más grande del mundo. Cabe destacar que la casa matriz de esta nueva compañía se ubicará en Buenos Aires. Tanto Orocobre como Galaxy ya tenían operaciones en Argentina: la primera tiene una participación en el proyecto “Solar de Olaroz” en Jujuy, mientras que la segunda posee operaciones en la mina “Sal de Vida” en Catamarca.
Chile, en tanto, a pesar de estar más avanzados que sus vecinos respecto a la explotación del mineral , no cuenta con un marco normativo extenso más allá del conocido “Royalty Minero”. Para el final de la década pasada, el impuesto específico a la actividad minera llegó a representar casi el 4% de la recaudación fiscal.
Sin embargo, una vez pasado el super ciclo de las materias primas, su peso dentro del presupuesto de la nación ha ido perdiendo relevancia año a año. En marzo pasado, la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados rechazó la idea de legislar una modificación al royalty, aunque la Comisión de Minería de la misma cámara lo había aprobado con anterioridad.
Basado en un proyecto de ley presentado en 2018 por parlamentarios de oposición, el proyecto busca gravar con un 3% del valor nominal de los minerales extraídos tanto para el cobre como para el litio. Esto, modifica la ley actual (que ya cambió la legislación de 2005), la cual grava con una tasa variable el margen operacional minero, que puede ir entre una tasa efectiva de 5% y 14%.
El caso paradigmático de Bolivia
Desde hace varios años, los distintos presidentes de Bolivia han mantenido la promesa de que el mineral es el camino que se debe seguir para alcanzar el crecimiento económico esperado. Sin embargo, todo se ha quedado en palabras. Los bolivianos llevan más de una década escuchando que el país va camino a convertirse en la capital mundial del litio.
En el 2018, el expresidente Evo Morales anunció que la era de la industrialización de ese metal liviano arrancaba en su país y, por ende, Bolivia le pondría precio al metal para todo el mundo. El expresidente hizo declaraciones similares prácticamente desde que llegó al Palacio de Gobierno en 2006. Pero el esperado despegue no se llegó a producir durante su mandato.
En la actualidad, las dudas siguen vigentes dada la crisis económica del sector minero provocada por el coronavirus, aunque la esperanza boliviana se mantiene atada a la producción de baterías. El país sudamericano administra el litio a través de la empresa estatal Yacimientos de Litio Boliviano (YLB). En febrero del 2020, YLB realizó un informe de rendición de cuentas en el que reportó avance en las cuatro fases de la estrategia de industrialización.
En agosto de 2019, cuando Evo Morales era presidente, YLB y la empresa china Xinjiang TBEA Group formaron una empresa mixta para la construcción de plantas de carbonato de litio en los salares de Coipasa. Según señala Torino Economics, “China se erige como un aliado estratégico, ya que, hay un mercado garantizado para la producción de baterías”. Se estima que para el 2025, el gigante asiático necesite aproximadamente 800.000 toneladas de litio.
Sin embargo, no solo el cómo y con quién se industrializa es un tema álgido. A pesar de que en la Constitución se explica que el Estado boliviano es el dueño de los recursos naturales (como el litio), los uyuneses, así como las autoridades de los 11 gobiernos municipales que bordean al salar de Uyuni, defienden su derecho a decidir el destino del litio de su región. En su visión, deberían tener una voz en temas como su explotación, los socios de su industrialización y hasta el nombramiento del titular de YLB.
Por eso, según el análisis de la consultora con sede en Nueva York, “para lograr un aporte de tal envergadura, Bolivia tiene que mirar hacia la inversión extranjera”.
“Sin embargo, no es una tarea sencilla, ya que deben garantizarle una alta rentabilidad. Uno de los mayores desafíos que enfrenta Bolivia, en su aspiración de incorporar al litio dentro de su matriz energética y diversificar sus ingresos fiscales a través de su explotación, industrialización y comercialización, es la brecha tecnológica, que hace imperativo el incremento de la capacidad técnica del país, y así capitalizar el significativo potencial de producción de este recurso”, añade.
“Con una producción incipiente, será fundamental el fortalecimiento de alianzas estratégicas que permitan la incorporación de tecnología e inversiones al proceso de extracción directa del litio, dentro de un marco normativo que incentive la participación de las empresas más destacadas en el proceso de industrialización de este recurso”, afirma Torino en su informe.
“Si bien YLB ha optado por abrir la participación de actores extranjeros, debe destacarse que el gobierno boliviano ha mantenido condiciones estrictas, en comparación con Argentina y Chile, para la asociación con actores extranjeros. La más exigente ha sido la de mantener una posición mayoritaria en la asociación estratégica, demandando, además, que el socio garantice mercados para los productos elaborados”, concluye la consultora. El Clarín de Argentina (https://bit.ly/3bAktqO)
 
 
 
 
 
NARCOS EN SANTIAGO: LA CAÍDA DE LOS HOMBRES DE CONFIANZA DE LÍDER DE LA DROGA QUE OPERA DE BOLIVIA
 
Radio Bio Bio de Chile (https://bit.ly/3hD4qfE)
 
La banda chileno-boliviana cayó en medio de una operación. Sus integrantes enfilaban rumbo a la capital desde el norte, cargados con drogas, cuando detectives se dejaron caer sobre ellos. Esperaban, como lo habían hecho antes, distribuir casi 3 toneladas de estupefacientes en el sector sur de Santiago. Sin embargo, seguimientos, escuchas telefónicas -que publica hoy en exclusiva BBCL- y análisis de cuentas bancarias permitieron no sólo desbaratar el grupo sino también detectar cómo blanqueaban las jugosas ganancias provenientes del narcotráfico, todo liderado en las sombras desde Santa Cruz, en el país vecino, por "El Negro". La historia es de la Unidad de Reportajes de BioBioChile.
-Ya hijo, ¿qué querí tú?
– Un whisky y tráeme un perfume.
– Ya
-Ni una hueá más.
-Ya, ya, chao.
Fin de la llamada entre padre e hijo. El interés de este papá por saber qué quiere su retoño no recae en una simple compra al supermercado. Ese 17 de marzo, Jorge Cabrera Orellana (54) maneja un camión rumbo a la Zofri, en Iquique, una zona comercial destacada por vender productos a un menor precio.
En este caso, además de ir en búsqueda del trago escocés, tiene un objetivo planificado hace días: entregar un bolso con $410 mil dólares en efectivo al brazo operativo de Bernardo Jara, alías el “Negro”, quien es sindicado como el líder, un capo del narcotráfico, radicado en Santa Cruz, Bolivia.
Los pasos de Cabrera, sin embargo, eran seguidos de cerca y constan en una investigación que tomó casi 16 meses a la Fiscalía Metropolitana Sur. A través de escuchas telefónicas, seguimientos y análisis de las cuentas bancarias se terminaron desenmascarando las actividades ilícitas de padre e hijo.
Según quedó establecido en la indagatoria liderada por el persecutor Cristián Suárez, estas no sólo contemplaban el tráfico de cocaína, pasta base y marihuana, sino también un entramado que les permitía blanquear las ganancias que le dejaba la venta de estupefacientes en la capital chilena.
El último viaje al norte de la banda terminó con ocho imputados tras las rejas y tres toneladas de droga fuera de circulación.
El patrimonio
Corría fines de 2019, cuando la Fiscalía Metropolitana Sur en conjunto con la Brigada Antinarcóticos de la Policía de Investigaciones, iniciaron el seguimiento a la banda chileno-boliviana dedicada a la adquisición y distribución de drogas en distintas comunas de la zona sur capitalina, principalmente en La Granja y San Joaquín.
Lo primero fue detectar a los escalafones más bajos de la pirámide. Es decir, aquellos miembros de la organización que participaban de la repartición de la droga. Poco a poco, la estructura comenzó a dilucidarse: vendedores, brazos operativos y seguridad.
En la cúspide aparecía El Negro, Bernardo Jara, líder de la organización que operaba desde Bolivia, junto a Jorge Cabrera Orellana, cuñado del capo de la organización y Jorge Cabrera Jara (hijo de este último y sobrino de El Negro), más conocido como “Chochito” (27). Ambos con residencia en Chile.
Una vez identificados los mandos jerárquicos, una de las primeras pesquisas que realizaron los investigadores fue analizar las transferencias bancarias y examinar el patrimonio de cada uno de ellos, percatándose que manejaban abultadas sumas de dinero, principalmente en dólares.
Durante abril de 2021 llegó la prueba definitiva: los detectives pudieron establecer diversas coordinaciones realizadas por padre e hijo. Ambos tenían el objetivo de adquirir un nuevo camión con trompo (conocido también como betonero o de cemento) para ser utilizado en una operación. Casi tres toneladas de estupefacientes internadas desde Bolivia, esperaban en el norte de Chile.
Por lo mismo, el 11 de abril, el padre se dirigió al sector de la Panamericana Norte, en la comuna de Lampa, para retirar un camión Renault, con un gran trompo giratorio. La idea era comenzar un viaje a la ciudad de Antofagasta y coordinar la entrega con Jorge Mamani, alías “El Tuco” (mismo apodo del célebre narcotraficante de la serie Breaking Bad, Tuco Salamanca).
Dos días más tarde, Cabrera Orellana llegó manejando a la ciudad nortina, específicamente al sector La Negra y se reunió con Henry Choque Mamani y Jaime Ramos Flores, quienes llegaron en un furgón Hyundai para recibir el camión, y ser manejado esta vez por este último integrante. Todo quedó plasmado en el seguimiento que realizaron miembros de la PDI desde el inicio del trayecto.
El viaje de la droga
15 de abril, 23:00 horas. Comenzó el traslado de la droga al interior del camión con trompo con destino a la región Metropolitana. Avanzó por la ruta 5 norte, kilómetro 615, siendo escoltado por el furgón Hyundai y una camioneta Terrano, encargados de custodiar y detectar si había personal policial.
03:00 horas. Los tres vehículos continuaron su marcha al sur cuando se les une una nueva compañía: un camión Chevrolet y una camioneta Dodge, que se posicionan detrás del trompo y comienzan diferentes maniobras de chequeo para estar alertas a cualquier sospecha.
Pese a todo, el cortejo fue inútil.
En las cercanías del peaje de Pichidangui, Coquimbo, los detectives se dejaron caer. La comitiva fue controlada por la Brigada Antinarcóticos.
Lo que encontraron al interior de su estructura cilíndrica giratoria no fue cemento, sino poco más 2.947 kilos de droga. La cocaína, marihuana y pasta base venían en sacos arpilleros y bolsas de basura, envueltas en cinta adhesiva.
Pirámide criminal
Ocho horas después, a las 11:00 de la mañana ya habían caído seis miembros del convoy, exceptuando la camioneta Terrano que logró darse a la fuga por los interiores del sector Huaquén, Valparaíso.
Al primero que capturaron fue a Jaime Ramos, que según la investigación era quien estaba encargado de receptar los vehículos para ser utilizados. En este caso manejaba el camión con trompo principal.
La lista seguía con Abedrego Gutiérrez, Milton Ayca, y Cristian Mamani, los primeros de nacionalidad boliviana y el último chilena. Los tres hombres se preocupaban de darle vigilancia al camión principal; vendrían siendo los escoltas vehiculares o “punta de lanza” de la comitiva.
Los dos detenidos restantes fueron los brazos operativos del líder de esta organización, Jorge Mamani más conocido como el “Tuco” y Esteban Mamani Ramos, quienes desde las regiones de Antofagasta y Tarapacá eran los encargados de internar, receptar y acopiar la droga para luego trasladarla hasta la región Metropolitana. En esta misión manejaban el furgón Hyundai y el segundo camión trompo.
Se desconoce quiénes se dieron a la fuga en la camioneta Terrano.
El negocio familiar
Pese a todo lo ocurrido, no había rastro de Jorge Cabrera y Chochito. Ambos eran los integrantes principales de la banda. Tal como se dijo, el primero es cuñado y el último es sobrino de El Negro, el líder que tiene su residencia en Santa Cruz, Bolivia, y quien aún no ha podido ser llevado ante los tribunales de justicia.
Según las pesquisas, padre e hijo coordinaron el transporte, adquirieron vehículos de alto tonelaje y recibían la droga en Santiago en compañía de las ganancias, para más tarde blanquearlas y entregárselas fraccionadamente al Negro.
Para dar con el paradero de ambos, la fiscalía gestionó ese mismo 16 de abril una orden de incautación y registro de dos casas ubicadas en Maipú. En la primera morada se encontraron dos cajas de seguridad. Las estructuras grises sumaban un poco más de 2 millones de pesos en efectivo.
En el registro de la segunda vivienda, el infaltable velador de la habitación principal albergaba $599 mil pesos y un revólver calibre 22, cargado con cinco cartuchos, mientras otros cuatro se esparcían a su alrededor. El dueño de esta arma sin sus papeles era Jorge padre, según quedó establecido en la investigación.
Los dólares
– Hijo
– Aloha
– Estamos listos. Está bien po hijo, si eran 19 paquetes de 20 mil, son 380 mil, po.
– ¿Ah?
-380 mil dólares. Más uno que iba con … Dice que le mandes el cómputo.
-Ya, al tiro te lo mando.
-Ya hijo, ya, si se fue. Estamos listos.
-Se lo mando después, al rato.
Esta nueva escucha telefónica da cuenta de la divisa favorita que manejaba la banda: los dólares. 380 mil dólares equivalen a $256 millones aproximadamente. Es decir, cada paquete tenía un valor de 1.052 dólares, unos $750 mil pesos chilenos.
Las transacciones en dinero norteamericano no eran casuales. De ahí la segunda arista de la indagatoria: el blanqueo de las jugosas ganancias que les reportaba el narcotráfico.
Según se desprende de los antecedentes, padre e hijo efectuaron maniobras para ocultar y disimular el origen ilícito de los dineros, introduciendo de manera progresiva las ganancias a la economía formal y vulnerando los controles existentes.
La manera de disimular las abultadas sumas de dinero que recibían fue crear la casa de cambio Moneyex, correspondiente a Cabrera Jara Spa y Jormax Inversiones Spa, esta última creada por el padre en noviembre de 2020. El negocio familiar estaba instalado en Providencia, y era la apariencia “legítima” del narcotráfico.
Así, se concluyó que realizaron sucesivos cambios de divisas. El dinero que recibían por el tráfico de drogas lo transformaban en monedas extranjeras y luego efectuaban progresivas transferencias y traspasos fraccionados al extranjero. Ellos mismos lo entregaban o reclutaban a personas de tal manera que evadían los controles existentes. Esto último se desprende de otra escucha telefónica:
El mismo 16 de abril también se incautó todo el dinero de la casa de cambio. Entre dos cajas fuertes, cajones y el mesón principal, el desglose es el siguiente: 70.732 dólares, 322.150 pesos argentinos y un poco más de 40 millones en pesos chilenos. El resto eran dólares australianos, reales, soles peruanos, pesos colombianos y euros.
Entre todo lo encontrado, la suma llegaba a los casi $101 millones.
Justamente cuando padre e hijo salían de la casa de cambio, caminando en dirección a Avenida Providencia, fueron detenidos por la PDI.
Delitos
Los ocho miembros acusados por delito de tráfico de drogas quedaron en prisión preventiva. Las tres toneladas que le incautaron junto a los vehículos utilizados para estas misiones, pasaron a ser pruebas de la fiscalía.
Por su parte, a Jorge Cabrera y a Chochito se les acusa de dos delitos más: lavado de activos y tenencia ilegal de armas. Toda la fortuna que albergaban en su negocio familiar fue decomisada, al igual que lo que se encontraba en sus inmuebles personales, como el arma y dinero.
Por el tráfico de drogas arriesgan entre 5 y 15 años, a eso sin sumarle las penas por los dos delitos restantes.
 
 
 
 
 
LA EXTREMA IZQUIERDA PRETENDE CONVERTIR CHILE EN LA NUEVA BOLIVIA DE LA REGIÓN
 
La Gaceta de España (https://bit.ly/3u16bpw)
 
La extrema izquierda iberoamericana acaba de dar nuevamente uno de los pasos más importantes de los últimos 30 años en la región, habiendo ganado este domingo las elecciones de delegados para escribir una nueva Constitución en Chile con alrededor del 70% de los escaños. Aunque entre todos ellos hay mucha heterogeneidad, también hay de los que incluso proponen copiar la Constitución de Evo Morales en Bolivia.
Pese a que los resultados no fueron necesariamente una sorpresa para quienes han vivido ya un proceso constituyente como en Venezuela, Ecuador o Bolivia, el hecho de que Chile Vamos -coalición de cuatro partidos de centroderecha y derecha- no haya logrado ni siquiera un tercio de los asientos de la Convención Constituyente que esperaban los mercados, ha incrementado la incertidumbre sobre el futuro chileno de manera considerable.
Para ilustrar inicialmente el problema al que Chile se enfrenta, en la apertura de mercados de este lunes la bolsa chilena se desplomó un 10% y el peso chileno cayó casi un 3,5%, una caída que no se registraba desde el incesante terrorismo de finales de 2019.
Al mismo tiempo, bancos privados de inversión como JPMorgan, Goldman Sachs y Citi se han visto forzados a cambiar sus expectativas, pues antes del domingo parecían mostrarse optimistas: si Chile Vamos obtenía al menos 52 escaños, existía la posibilidad de frenar cualquier propuesta radical para la nueva Constitución.
En este sentido, JPMorgan ha afirmado que ahora “la composición de la Convención Constitucional es peor de lo que esperaba el mercado y aumenta las posibilidades de ver cambios poco ortodoxos en el marco económico incluidos en la nueva Constitución”.
Por su lado, Goldman Sachs aseguró que “la nueva Constitución validará un estado más grande e intervencionista y la ampliación de la red de seguridad social para satisfacer las demandas sociales de mejores servicios públicos de salud y educación, pensiones más altas y menor desigualdad.”
Igualmente, Citi también ha dicho que “es probable que la nueva Constitución reconozca más derechos sociales, algo que podría impulsar el gasto fiscal y, por ende, los impuestos, haciendo la economía menos competitiva”.
Desde luego, estos temores están fundados en los temas sobre los que los 1268 postulantes a la Convención Constitucional estuvieron más de acuerdo durante la campaña, aunque luego serán definidos una vez que se hayan establecido los 155 escaños.
En un estudio conjunto de las empresa Táctico y Tironi con base en los planteamientos de los candidatos en sus distintas redes sociales, se encontró que entre los temas que generan mayor rechazo están:
– Chile debería pasar a un sistema parlamentario.
– Chile debería pasar a ser un Estado Federal.
– La nueva Constitución debería rechazar expresamente la independencia del Banco Central.
– La nueva Constitución debería eliminar expresamente la independencia de la Comisión del Mercado Financiero (CMF).
– Chile debería pasar a un sistema legislativo unicameral.
De la misma forma, entre los temas sobre los que mayor acuerdo existe están:
– La nueva Constitución debería reconocer expresamente los pueblos originarios y afrodescendientes.
– La nueva Constitución debería asegurar expresamente una mayor participación del Estado en el resguardo de derechos de las personas.
– La nueva Constitución debería reconocer expresamente la igualdad de género en derechos, dignidad y deberes.
– Cada región debería tener autonomía presupuestaria.
Claramente, entonces, Chile va a terminar con algunos de los elementos principales de la actual Constitución que han permitido edificar la institucionalidad que permitió a Chile pasar de ser uno de los países más pobres de América Latina hace sólo unas décadas, al país más próspero. Entre estos elementos están:
– Autonomía del Banco Central (Capítulo XIII).
– Los impuestos no pueden ser manifiestamente desproporcionados (Artículo 19, inciso 20).
– Libertad de trabajo (Artículo 19, inciso 16).
– Iniciativa exclusiva del Ejecutivo en proyectos de ley que involucran gasto fiscal (Artículo 65).
– Iniciativa exclusiva del Ejecutivo para modificar las normas sobre seguridad social (Artículo 65).
Dado que el 70% de los escaños están en manos de las listas independientes –mayoritariamente compuestas por la izquierda extrema–, es de esperarse que lo construido en varias décadas en Chile –tanto por políticos de derecha como de izquierda moderada– sea sustituido por un libreto por demás conocido en un país como Bolivia.
Por ejemplo, el primer paso para establecer y consolidar el Estado Plurinacional fue la reforma de la Constitución. El segundo paso fue ganar las próximas elecciones. Y finalmente, el tercer paso para garantizar la profunda crisis económica y democrático institucional por la que atraviesa el país, fue manipular el mandato del Banco Central, estatizar empresas privadas (que incluyen las Administradoras de Fondos de Pensión) y anular las instituciones de control como el Congreso, el Poder Judicial, el Ministerio Público y las contralorías, tomar el órgano electoral, etc.
Como práctica permanente estuvo el gasto para favorecer a distintos grupos de interés que le permitieran a Morales y el Movimiento al Socialismo mantener el poder por medios electorales y –desde luego– atacar a los opositores.
También financiaron a los miembros del partido y todos sus adláteres -que incluyen muchos empresarios cazadores de privilegios- estatizando el negocio gasífero para que las rentas fuesen distribuidas de forma absolutamente arbitraria o convirtiendo el mandato de prestamista de última instancia del Banco Central de Bolivia en prestamista de primera instancia, entre varios otros.
Fue justamente esto lo que provocó el inicio de la desaceleración económica de Bolivia incluso antes de la caída de la cotización internacional de materias primas de 2014: la pretensión de incrementar todavía más el control del Estado sobre la economía y extender su mandato de manera indefinida –incluso por encima de la propia Constitución y el referéndum para tratar de reformarla en 2016–. A esto hay que agregar el monumental fraude de 2019. Es justamente el peligro que están advirtiendo los mercados.
Parece ser que Chile pretenda convertirse en la nueva Bolivia de la región.
En todo caso, si de algo sirve como motivo de optimismo, Chile no tiene un personaje tan funesto como Evo Morales ni una región tan difícil de controlar como el Chapare en Bolivia.
Además, en estas últimas elecciones se ha registrado una baja participación de los votantes -apenas por encima del 40%-, sobre todo si la comparamos con la participación de algo más del 51% en el plebiscito del pasado año.
Finalmente, aunque tal vez no sea lo más probable, Chile todavía tiene algunas oportunidades para evadir el camino de Bolivia: en caso de que la Convención Constitucional fracase en la redacción final de una nueva Constitución (legítimamente emanada de sus delegados y no de un grupo de “expertos extranjeros que la tengan lista” debajo de la mesa), los ciudadanos todavía podrán votar por el rechazo en un eventual plebiscito.
 
 
 
 
 
IMPLEMENTAR MODELOS BOLIVIANO Y ECUATORIANO SERÍA PERJUDICIAL PARA EL PERÚ
 
Así lo señalaron especialistas en el foro virtual “Modelos de Desarrollo para el Sector Hidrocarburos implementados en Bolivia, Ecuador y Perú”, organizado por la Escuela de Post Grado GĚRENS.
 
Caretas de Perú (https://bit.ly/33QDS2z)
 
Los modelos boliviano y ecuatoriano no deben replicarse en la industria hidrocarburífera peruana, por sus fracasos y grandes riesgos que plantean para el crecimiento de la inversión, la producción y las reservas petroleras y gasíferas. Así lo señalaron el exministro de Hidrocarburos de Bolivia, Mauricio Medinaceli Monrroy y el ex Secretario de Hidrocarburos de Ecuador, Andrés Donoso Fabara, durante su participación en el foro virtual “Modelos de Desarrollo para el Sector Hidrocarburos implementados en Bolivia, Ecuador y Perú”, organizado por la Escuela de Post Grado GĚRENS.
El economista y exministro de Hidrocarburos de Bolivia, Mauricio Medinaceli, explicó que entre los años 2005 y 2014, la participación del fisco en la exploración y explotación de hidrocarburos -el llamado upstream-  se incrementó debido a la aprobación del Impuesto Directo a los Hidrocarburos- (IDH), equivalente al 32% de la producción bruta de las empresas, y en menor medida, a la llamada “nacionalización” de los hidrocarburos, que se produjo en el 2006 durante el gobierno de Evo Morales.
Comentó que el gobierno del expresidente Morales estableció que la petrolera estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) participará de hasta un 32% adicional de la producción de hidrocarburos en aquellos campos de gas natural que producían 100 millones de pies cúbicos diarios (mpcd) al año 2005.
Bajo este esquema, -anotó- a las regalías del orden de18% se añadió  el IDH ascendiente al 32%, y en algunos casos, también se consideró  la participación de YPFB que fluctuó entre 10% y 15%, con lo que la participación total del Estado boliviano en algunos campos llego a ingresos en boca de pozo que oscilaban entre 60 y 65%.
Asimismo, se tomó el control y la regulación de toda la cadena operativa del sector, desde la explotación, refinación, transporte, almacenaje, hasta la comercialización. Estas medidas -sostuvo- provocaron un incremento efímero de los ingresos fiscales para el Estado boliviano. “Esto se produjo no solamente como resultado de la nacionalización, sino también como consecuencia del aumento de la producción de proyectos que ya estaban en marcha antes de la llegada de Evo Morales; y por el alza de los precios internacionales en la segunda mitad de la década del 2000 (el precio del gas se multiplicó por 10 y el barril de petróleo cotizó sobre los US$ 100)”, añadió.
Medinaceli dijo que en dicho periodo no se brindó ningún tipo de incentivos a la inversión privada y que más bien la política del gobierno se focalizó en la sobreexplotación de los campos gasíferos ya descubiertos, más no se alentaron nuevos proyectos que garanticen la reposición de las reservas de gas natural.
“Las reservas de gas natural disminuyeron de 24 trillones de pies cúbicos en el 2005 a 10 trillones en el 2018, por lo que el Gobierno boliviano se vio obligado a renegociar los contratos de exportación de gas hacia Argentina y Brasil, debido a su incapacidad para cumplir con los compromisos establecidos”, comentó.
Medinaceli, remarcó que, “todas las reformas de corte fiscal y político partidario que se aplicaron en Bolivia dañaron seriamente la estructura institucional del sector hidrocarburífero, generando mayores trabas a la inversión y prácticamente la política energética perdió claridad y horizonte”.
Por el contrario, en el Perú -señaló- aún existe un ordenamiento legal e institucional que permite reglas claras y transparentes, lo que facilita las labores de control y regulación; y da garantías para que el sector privado realice inversiones con un menor riesgo.
Por su parte, Andrés Donoso Fabara, ex Secretario General de Hidrocarburos de Ecuador, manifestó que los cambios que imprimió el ex presidente Rafael Correa en la política energética de su país a partir del 2017 frenaron el crecimiento de la inversión privada en la industria hidrocarburífera.
“Mientras que los precios del petróleo eran bajos, el Estado ecuatoriano estuvo de acuerdo y fomentó la suscripción de contratos de participación que auspiciaban las inversiones de riesgo de las compañías operadoras, pero cuando los precios del petróleo se incrementaron internacionalmente, el Gobierno optó de manera arbitraria por llevar adelante renegociaciones con el fin de adoptar la modalidad actual de prestación de servicios, donde existe el pago de una tarifa por barril producido”, indicó.
Asimismo, explicó que al igual que el caso boliviano la bonanza de los precios internacionales del petróleo significó una mayor captura de la renta petrolera que fue destinada al gasto social; no obstante este esquema se cayó ante la drástica reducción del precio del petróleo en los últimos años, mermando los ingresos fiscales.
Donoso subrayó que el modelo de contratación (en el sector de hidrocarburos) ecuatoriano ha traído serias desventajas a la inversión privada nacional y extranjera por la falta de claridad, certeza y seguridad jurídica que han estado asociados a los constantes cambios normativos, así como a los desincentivos para la fase de exploración.
“Los límites impuestos a las actividades de exploración y explotación han ocasionado que en la actualidad Ecuador sufra una gran incertidumbre en torno a sus reservas petroleras. No se ha descubierto ningún campo significativo, ni se ha desarrollado ningún nuevo horizonte en las regiones en donde se estima que hay un potencial hidrocarburífero”, citó.
En tanto, Arturo Vásquez, ex viceministro de Energía del Perú, expresó que no es exacto que la industria del gas y petróleo obtiene muchas ganancias y deja poco para nuestro país.
“Las operaciones de producción de hidrocarburos en la industria del gas y el petróleo en el Perú aportan cada año, entre impuestos, contribuciones y otros pagos al Estado, entre el 56% y el 67.7% de sus utilidades en promedio. La carga fiscal efectiva del Lote 88 de Camisea ascendería a un máximo de 75% de sus utilidades”, destacó. Además, refirió que esta industria genera aproximadamente el 3% del PBI y que en los últimos 12 años el valor agregado generado por el sector asciende a US$ 58,315 millones.
Vásquez expresó que el Modelo Peruano de Gestión de la Industria Hidrocarburífera constituido a partir de la Ley Orgánica de Hidrocarburos de 1993 ha generado recursos suficientes para que las autoridades públicas realicen obras que permitan cerrar las brechas sociales en las zonas de extrema pobreza del país.
“En los últimos 20 años el sector hidrocarburos ha contribuido con S/. 99,177 millones de soles en tributos internos y regalías. Además, se han redistribuido a los gobiernos regionales y locales S/. 47,120 millones de soles entre 1991 y el 2020 por concepto de canon y sobrecanon petrolero y gasífero. Solo en el Cusco, los recursos generados por la industria del gas natural han financiado más del 50% del presupuesto de los gobiernos regional y locales en esta región del sur del país”, precisó.
Sin embargo, -anotó- que la falta de capacidad de gestión de los gobiernos subnacionales para invertir de manera oportuna y eficiente los fondos provenientes por la explotación de los hidrocarburos es un reto que debe abordar el Estado peruano en su conjunto, a fin de contribuir a la lucha contra la pobreza, cerrar las brechas sociales, y mejorar la calidad de vida de los peruanos.
 
 
 
 
 
 
 
BOLIVIA. ALTO MANDO DE LA IGLESIA CATÓLICA BENDIJO EL GOLPE DE ESTADO Y LA DICTADURA DE ÁÑEZ
 
El exsecretario general adjunto de la Conferencia Episcopal de Bolivia, José Fuentes, estuvo presente en esas reuniones, y confirmó a un medio local que en esos encuentros se planificó el nombre de Jeanine Áñez para asumir el mando del país
 
Kaos en la Red (https://bit.ly/3eYAAAK)
 
El expresidente del Senado, René Martínez, aseguró que la autoproclamación de la dictadora Áñez formó parte de un plan conspirativo tramado, además de otros lugares, en la Universidad Católica Boliviana, el 11 y 12 de noviembre de 2019, por lo esas reuniones deben ser investigadas.
Martínez añadió que en esa cita se resolvió el Plan A y el Plan B, que resultó en la autoproclamación de Áñez, situaciones que deben ser investigadas por la Fiscalía de manera independiente a otros procesos, ya que los asistentes a ese encuentro se tomaron ilegalmente atribuciones de la Asamblea Legislativa Plurinacional.
El exsecretario general adjunto de la Conferencia Episcopal de Bolivia, José Fuentes, estuvo presente en esas reuniones, y confirmó a un medio local que en esos encuentros se planificó el nombre de Jeanine Áñez para asumir el mando del país, e inclusive se la telefoneó para coordinar.
El cura reveló el papel protagónico de Jorge Tuto Quiroga, quien fue la persona que activó el altavoz de su teléfono celular para conversar con Áñez.
Asimismo, articuló con las Fuerzas Armadas para que los militares permitieran la salida de Evo Morales en una avión a México.
En el mismo sentido, el procurador Wilfredo Chávez indicó que los asistentes a esa reunión deben dar explicaciones sobre su rol, ya que fueron protagonistas del golpe de Estado, sin contar con ninguna atribución para ello.
Wilfredo Chávez dijo que en esa reunión la cúpula de la Iglesia Católica participó en las sesiones en las que se decidió quién sería el sucesor de Evo Morales.
 
 
 
 
 
DICTADURAS DEMOCRÁTICAS
 
La flexibilización de los limites a la reelección presidencial refuerza la tendencia hacia el presidencialismo
 
El Heraldo de México (https://bit.ly/33SwJ1F)
 
La reelección y la extensión de mandato no es un fenómeno nuevo en América Latina. La ola de mandatarios de izquierda en la región ha intentado, y en muchos casos prosperado, en eliminar límites constitucionales bajo el pretexto que necesiten más tiempo para instaurar un verdadero cambio en sus distintos países. Utilizan mayorías legislativas para manipular y reformar las constituciones para extender su estancia en el Ejecutivo. 
En Venezuela, Hugo Chávez enmendó la Constitución de 1999 para permitir la reelección inmediata de cualquier cargo de elección popular de manera continua o indefinida. El expresidente de Bolivia, Evo Morales, es el mandatario que más tiempo ha gobernado en toda la historia del país, incluso superando a los caudillos o militares que llegaron al poder en los siglos XIX y XX. En 2016, un fallo del Tribunal Constitucional permitió que el presidente de Bolivia pueda postularse en elecciones presidenciales las veces que quiera.
El gobierno argentino en 2006 intentó aprobar una reforma a la Constitución Nacional para permitir extender el mandato presidencial de cuatro a seis años. El presidente en ese entonces era Néstor Kirchner y el autor detrás de la reforma fue su jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el actual presidente de Argentina. En el 2015, la entonces presidenta Cristina Kirchner intentó aspirar a un tercer mandato consecutivo, algo no permitido por la Constitución, pero no lo logró.
En 2015, el expresidente Rafael Correa en Ecuador presentó a la Asamblea Nacional un proyecto de enmienda constitucional para que los dignatarios pudieran postularse de manera indefinida y consecutiva. El presidente Daniel Ortega asumió su tercer mandato en 2012 y el Congreso de Nicaragua aprobó una reforma parcial de la Constitución que elimina los límites a la reelección.
Ya van varias veces que el presidente Andrés Manuel López Obrador pone sobre la mesa el tema de su posible reelección. Advirtió que no buscará la reelección ni la ampliación a su mandato, aunque aseguró que no firmará un documento que lo comprometa a ello, que tendremos que confiar en su palabra. Ojalá solo fuera una cuestión de retorica, lo preocupante son las acciones inconstitucionales emprendidas por Palacio Nacional y el Congreso mexicano, como la “Ley Zaldívar” que extiende por dos años el mandato del presidente de la Corte Suprema. Esto acompañado de medidas antidemocráticas que buscan eliminar a los órganos autónomos, amenazan contra las instituciones electorales, debilitan la independencia judicial y fortalecen a las Fuerzas Armadas. 
No deja de ser interesante el aprecio que AMLO ha demostrado por varios de los mandatarios de izquierda previamente mencionados. Le dio asilo político a Evo Morales, ha recibido dos veces al presidente de Argentina y mostró neutralidad ante la crisis en Venezuela. Si grazna como un pato, camina como un pato y se comporta como un pato, entonces, seguramente es un pato. 
Ahora, la reelección o la extensión de mandato no es la única opción. AMLO puede cumplir con su palabra y a la vez asegurar la continuación de su Cuarta Transformación posicionado a su correligionaria, Claudia Sheinbaum, como su sucesora. Así lo hizo Lula Da Silva con Dilma Rousseff en Brasil, al igual que Evo Morales con Luis Arce, por solo mencionar unos ejemplos.
La flexibilización de los límites a la reelección presidencial en América Latina refuerza la tendencia hacia el liderazgo personalista y hegemónico inherente al presidencialismo y al caudillismo. La concentración del poder en el Ejecutivo atenta contra los pilares fundamentales que sostienen a cualquier democracia: la separación de poderes, las instituciones, la alternancia entre mandatarios, una sólida cultura cívica y la celebración de elecciones libres y justas. 
Pone el relieve la grave crisis por la que atraviesan los partidos y sistemas políticos y la intensa polarización que existe en la región. La inhabilidad de resolver los problemas inherentes a la sociedad latinoamericana como la desigualdad, la pobreza, la economía, la salud, agraviada por la pandemia de Covid-19, le abre la puerta a líderes populistas con características autocráticas, dispuestos a cambiar las reglas constitucionales para mantenerse en el poder. Son una especie de mesías con el coraje de cruzados, no les importa el sacrificio que implique su tal “revolución” o “transformación”, siempre y cuando sean ellos o alguno de sus discípulos que abanderen el proyecto. Lo que esta en riesgo son los sistemas democráticos que tanto le costaron a la región construir. 
 
 
 
 
 
EL LIBERTADOR DECRETÓ UN PUERTO MARÍTIMO PARA BOLIVIA
 
Diario VEA de Venezuela (https://bit.ly/3foEd1L)
 
El 18 de mayo de 1825 el Libertador Simón Bolívar, encontrándose en Arequipa, camino al Alto Perú (actual Bolivia), emitió decreto mediante el cual dispuso la construcción de una Ciudad Marítima en costas del Pacífico suramericano y que formaban parte del territorio altoperuano; ello con el propósito de conectar de modo directo, dar acceso directo, al territorio de la actual Bolivia. El Pacífico Sur era vía natural de salida e ingreso para viajeros y productos comerciales del nuevo Estado.
Puerto y progreso
La idea de progreso que bullía en la mente del Libertador conjuga el fomento económico con la moral y las luces, y el propósito de felicidad posible. Dichos, postulados, originados en el Iluminismo del siglo XVIII, tenían en el socialista utópico Gabriel de Mably -cuyo pensamiento confiesa haber estudiado el Libertador-, un pionero.
Contando con el lago de Titicaca y corrientes fluviales como el Abuná, Beni, y otros que confluyen en el caudaloso río Madera, Bolivia se plantea una circunstancia que desde su nacimiento como Estado Nacional debía ser atendida: su población se asienta en altiplano, a varios miles de metros de altitud sobre el nivel del mar, requiriendo un acceso costero directo, para el flujo de su comercio externo.
Durante el régimen colonial ello no era inconveniente, por cuanto como provincia del Río de la Plata primero, y luego del Virreinato del Perú, su comercio respondía a las rutas de las respectivas circunscripciones. Y seguramente este hecho está en el origen del decreto del 18 de mayo de 1825, que instruye la construcción de una ciudad marítima en favor del nuevo Estado. Así, la localidad portuaria concebida en el decreto del 18 de mayo de 1825, corresponde al litoral del desierto de Atacama, por entonces parte del Departamento de Potosí (Bolivia). Para 1829 el presidente de Bolivia, Andrés de Santa Cruz, crea en dicho territorio el “Departamento del litoral”, que tuvo de capital el pequeño puerto de Cobija, que formará parte de dicha nación hasta 1879, cuando Chile, victoriosa en la guerra contra Perú y Bolivia, tomó dicho territorio y, en consecuencia, Cobija, nombre definitivo del portete o caleta pesquera que se construyó en atención al decreto del Libertador.
El Libertador, quien aspiraba dotar a la nación que recién se constituía como Estado independiente, de un puerto para su comercio internacional, quiso que naciera con el nombre de Puerto de La Mar, en reconocimiento al general José de La Mar, en quien cifraba sus esperanzas como heredero dentro del Perú, de las glorias de Junín y Ayacucho y sostenedor de la gesta anfictiónica que se esbozaba con el Congreso de Panamá convocado por el héroe caraqueño, y que debía reunirse a mediados de 1826 en el Istmo centroamericano. Sin embargo, los propósitos de progreso y grandes augurios para la población del nuevo Estado boliviano, así como los proyectos anfictiónicos, naufragaron dos años después, cuando el propio general La Mar con el poder en Perú, junto con Agustín Gamarra, patrocina en 1828 la agresión contra Bolivia y el Motín de Chuquisaca, en el cual resultó gravemente herido Antonio José de Sucre.
 
 
 
 
 
BOLIVIA: NIÑOS Y MADRES DESNUTRIDOS RECIBEN APOYO A TRAVÉS DE FONDOS DE DONANTES
 
Misión News Wire de EEUU (https://bit.ly/3opkdQJ)
 
El Centro Don Bosco para Niños Desnutridos en San Carlos, Santa Cruz, Bolivia , recibió fondos de donantes de Misiones Salesianas , el brazo de desarrollo estadounidense de los Salesianos de Don Bosco, para ayudar a apoyar a niños y familias necesitadas. Actualmente, 150 niños y niñas acceden cada año a los servicios del Centro Don Bosco para Niños Desnutridos. La duración de la estancia en el centro está determinada por el grado de desnutrición que enfrenta el niño.
Como parte de un nuevo modelo de tratamiento para los niños, las madres participan en el proceso de recuperación. Para facilitar esto, el centro ha establecido alojamientos temporales para las madres y ha definido claramente sus roles y responsabilidades durante su estadía.
Las madres participan en talleres de capacitación sobre desnutrición y su prevención, cuidado de sus hijos, crecimiento, salud y medicina preventiva. Luego pueden aplicar lo que han aprendido hasta que se convierta en un hábito diario.
Una de las madres que participa en el programa es María Choque. Su hija Estefany llegó al Centro Don Bosco para Niños Desnutridos a finales de 2020 con desnutrición severa. Estefany recibió los cuidados necesarios hasta que se recuperó por completo. El centro se ha convertido en su segundo hogar. Le tomó cerca de tres meses recuperar el índice de masa corporal apropiado para su edad.
La formación de Choque ha sido fundamental para el éxito a largo plazo de Estefany. Choque dijo: “En el centro, he podido aprender muchas cosas sobre nutrición y alimentación adecuada para mi hija. El centro ha sido como mi casa y las hermanas nos han tratado muy bien. Tener agua limpia todos los días para la limpieza personal y la cocina ha sido fundamental para la recuperación de Estefany. Cuando regrese a la comunidad donde vivo, replicaré todo lo que he aprendido y enseñaré a otras madres ”.
El Centro Don Bosco para Niños Desnutridos también realizó recientemente mejoras en su acceso al agua potable. Se pudo conectar a la red municipal de agua potable. El centro ahora puede proporcionar acceso a agua potable las 24 horas del día, los siete días de la semana.
Bolivia es el país más pobre de América del Sur y tiene la distribución de ingresos más desigual del continente. Es común que los bolivianos luchen por encontrar una nutrición adecuada, refugio y otras necesidades básicas. La geografía de Bolivia contribuye a la abrumadora pobreza de sus residentes. Grandes extensiones del país permanecen sin desarrollar con falta de carreteras e infraestructura.
 
 
 
 
 
DESTRUYEN TRES 'MEGA FÁBRICAS' DE CRACK EN BOLIVIA
 
Las fábricas improvisadas cubiertas con lona fueron encontradas por la policía escondidas en reservas forestales y parques nacionales en la provincia oriental de Beni, el centro de Cochabamba y el centro-sur de Santa Cruz, indicaron los ministerios de aplicación de la ley.
 
Telediario de México (https://bit.ly/3uWTYDv)
 
Las autoridades bolivianas asestaron un duro golpe a los productores de cocaína en el país tras el descubrimiento y destrucción de tres "megafábricas" que, según dijeron, podrían producir hasta 910 kilogramos de crack al día.
Las fábricas improvisadas cubiertas con lona fueron encontradas por la policía escondidas en reservas forestales y parques nacionales en la provincia oriental de Beni, el centro de Cochabamba y el centro-sur de Santa Cruz, indicaron los ministerios de aplicación de la ley.
Jaime Mamani, viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, dijo que durante los últimos cuatro meses los escuadrones antidrogas bolivianos habían incautado un récord de 7,41 toneladas de cocaína.
"Estamos realizando operaciones en todo nuestro territorio, a lo largo de fronteras y zonas donde antes no había llegado la lucha contra el narcotráfico", señaló.
La policía antidrogas boliviana también ha retomado la destrucción de cultivos de coca en sus zonas habituales de cultivo de Los Yungas y El Chapare que habían sido suspendidas durante la pandemia de coronavirus.
El expresidente de Bolivia Evo Morales, que fue un cultivador de coca, aumentó las cuotas para el cultivo legal de las cosechas, determinación que ha sido mantenida por su sucesor Luis Arce, pero cualquier cultivo que exceda las cantidades acordadas se destruye.
Thierry Rostan, representante de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en Bolivia, dijo que la pandemia y las dificultades económicas asociadas y el desempleo habían determinado un repunte tanto en el cultivo de coca como en la producción de drogas.
"El narcotráfico nunca se detiene, los delincuentes siempre exportarán, intentarán traficar sustancias controladas y en este período de crisis económica algunas personas están buscando formas de sobrevivir, así que unirse a los grupos del crimen organizado es un problema real", dijo.
"Hay un aumento significativo de cultivos porque el año pasado casi no hubo erradicación de cultivos", agregó.


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