En un país acostumbrado a depender económicamente
en gran medida de la petrolera nacional, la aparición de cientos de toneladas
del metal del futuro ha dado qué hablar. El debate se ha centrado en quiénes
van a hacerse cargo de explotarlo y si se va a respetar el discurso nacionalista y de soberanía energética que suele
predicar López Obrador. En esa línea, el senador Alejandro Armenta fue uno de
los que incitó el debate al presentar un proyecto de ley que garantiza que los
beneficios de la producción del litio queden en el país. Este miércoles, al ser
cuestionado sobre esa iniciativa, López Obrador aseguró que estaban
analizándolo con la asesoría del Gobierno boliviano. “Ellos tienen experiencia en explotación de litio”,
ha dicho el presidente. “Ya se avanzó en un primer estudio y pronto vamos a
exponer cuál va a ser la política que va a aplicar el Gobierno de México. A
partir de esa experiencia, qué es lo que más nos conviene. Vamos a tener pronto
un diagnóstico y una propuesta”, ha agregado. Bolivia era hasta hace tres años,
cuando apareció el yacimiento en la Sierra Madre Occidental de Sonora, quien
tenía la mayor reserva, con 21 millones de toneladas. La mina mexicana tiene
alrededor de 243 millones de toneladas, según las empresas que han concesionado
la extracción y la elaboración del carbonato de litio (derivado), la inglesa
Bacanora Lithium y la china Gangfeng.
López Obrador ha asegurado que la asesoría se pidió
porque el litio es para México territorio desconocido. “Se trata de una
explotación nueva, no es el petróleo, no es el gas, no es explotar el oro, la
plata, metales preciosos, es algo nuevo de mucho valor, de mucha utilidad por
el desarrollo tecnológico en el mundo”. Al litio y sus derivados lo utilizan un
pequeño grupo de empresas para producir internacionalmente las baterías
recargables de los aparatos electrónicos y los coches. Además se usan en la
industria farmacéutica y nuclear.
El primer paso en la asesoría de Bolivia ha sido
una reunión durante la visita de Arce a México, el 23 de marzo. Allí, se le
ordenó a la secretaría de Economía, Tatiana Clouthier, que abra un canal de
diálogo con el Gobierno boliviano. El siguiente paso fue una videoconferencia
entre José Crespo, embajador boliviano en México, y ocho miembros del Ejecutivo
mexicano, encabezados por Clouthier. Durante esa conversación, Crespo les
presentó a los funcionarios mexicanos la estrategia nacionalista boliviana.
Tras ese primer encuentro, el embajador puso en contacto a la delegación con
las autoridades bolivianas a cargo del litio: el ministro de Hidrocarburos y
Energías, Franklin Molina, el viceministro de Altas Tecnologías Energéticas,
Álvaro Arnez, y el presidente ejecutivo de Yacimientos de Litio Bolivianos
Corporación (YLB), Marcelo Gonzales.
México mira, sin embargo, al modelo planteado en
los primeros años de la Administración de Evo Morales, cuando se pretendía que
Bolivia industrializara el litio por sus propios medios. En aquel entonces,
Arce ocupaba el cargo de ministro de Economía y fue uno de los grandes
estrategas de la política de nacionalización de los hidrocarburos. El país
andino, sin embargo, enfrentaba el desafío de extraer el metal con tecnología
desactualizada y eso impidió que se posicionara como uno de los mayores
productores globales. Ante esas dificultades, en 2018 el Gobierno anunció que
se asociaba con la alemana ACI Systems para agilizar la explotación dejando
atrás el proyecto de nacionalización planteado en los inicios.
Tras la salida de Evo Morales del Gobierno en noviembre de 2019,
la política de industrialización del litio sufrió otro traspié. La llegada de
Jeanine Áñez al poder implicó la paralización de la producción. A más de seis
meses del Gobierno de Luis Arce la reactivación aún no se ha concretado. En
abril de este año, el país andino lanzó una convocatoria internacional a
empresas para agilizar la extracción del metal en la que ya se han
presentado más de una docena de compañías privadas. Una palada más de tierra
sobre el modelo nacionalista. El País
de España (https://bit.ly/3u2P2Mh)
El
proyecto de reactivación de la vía férrea entre el puerto chileno y la capital
andina boliviana fue suspendido indefinidamente el jueves pasado, apenas ocho días
después de que un tren de carga partiera desde la costa rumbo al altiplano en
un primer desplazamiento de prueba después de más de 15 años de paralización
del servicio.
El Periódico
de España (https://bit.ly/3v4b3M7)
Como
una antigua canción infantil que habla de un ferrocarril en retroceso, un prometedor
plan de rehabilitación de la vía férrea entre la ciudad chilena de Arica
(norte) y la boliviana La Paz se desvaneció tan súbitamente como se anunció.
“Ferrocarril,
carril, carril; Arica La Paz, La Paz, La Paz; un paso pa”trás, pa”trás,
pa”trás”, dice la ronda que recuerdan los mayores en Bolivia y que es conocida
también en otros países sudamericanos, haciendo referencia obviamente a otras
ciudades.
El
proyecto de reactivación de la vía férrea entre el puerto chileno y la capital
andina boliviana fue suspendido indefinidamente el jueves pasado, apenas ocho
días después de que un tren de carga partiera desde la costa rumbo al altiplano
en un primer desplazamiento de prueba después de más de 15 años de paralización
del servicio.
Los
camioneros bolivianos triunfaron, al menos por ahora, forzando con un bloqueo
vial de cinco días la detención del proyecto, para desaliento del Gobierno
socialista de Luis Arce y empresarios de diversos sectores que habían aplaudido
el renacimiento del histórico ferrocarril, recordatorio de la Guerra del
Pacífico.
INCERTIDUMBRE
“No
se puede entender el acuerdo que puso fin a la protesta de los camioneros de
carga internacional, porque sólo garantiza que ellos mantengan una especie de
monopolio que resta competitividad a Bolivia”, dijo a Sputnik el gerente del
Instituto Boliviano de Comercio Exterior, Gary Rodríguez.
Asegurando
que entre Arica y Bolivia “hay carga para todos”, señaló que camioneros y
ferrocarril pueden coexistir en esa ruta, por la que se mueven anualmente más de
dos millones de toneladas de carga de importación y exportación.
Rodríguez
destacó, como ejemplos de esa coexistencia, los casos de las dos fronteras
sureñas de Bolivia con Argentina y la suroriental con Brasil, en las que
funcionan simultáneamente ferrocarriles y carreteras “en plena y sana
competitividad”.
El
acuerdo del jueves pasado, firmado por el Gobierno, las asociaciones de
camioneros y Ferrocarril Andino (FCA), estableció que esta empresa suspende
indefinidamente las “pruebas piloto” que había iniciado para restablecer el
transporte entre Arica y La Paz.
El
convenio dejó abierta la posibilidad de que el proyecto sea reactivado algún
día, previa negociación entre FCA y los camioneros, aliados del oficialismo que
en el pasado reciente han arrancado o frenado decisiones gubernamentales de
diverso tipo, también con huelgas y bloqueos carreteros, y no dan ahora señales
de ceder en su rechazo al tren.
Mientras
la oposición política criticaba la debilidad del Gobierno ante los
transportistas, las cámaras empresariales pasaban rápidamente del entusiasmo a
la desilusión.
“El
sector exportador expresó su optimismo por la apertura de nuevas alternativas
para el traslado de carga por vía férrea hacia puertos, específicamente lo
relacionado con las pruebas técnicas en el ferrocarril Arica-La Paz, y ahora
lamenta profundamente la paralización del proyecto”, dice una nota de prensa de
la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (CANEB).
La
declaración, que resume la reacción de todo el empresariado, remarca que con la
paralización del proyecto, Bolivia pierde una oportunidad de mejorar su
comercio exterior, porque el ferrocarril aumentaría y abarataría la capacidad
de transporte de carga hacia y desde el océano Pacífico y descongestionaría el
puerto de Arica.
CASI
16 AÑOS
El
ferrocarril Arica-La Paz, que está paralizado desde 2005 por dificultades
técnicas y financieras, fue inaugurado en 1913 y se constituyó durante el siglo
XX en la conexión más segura y rápida entre Bolivia y el norte marítimo
chileno, hasta que enfrentó la competencia de las carreteras construidas en la
década de 1990.
La
línea férrea fue construida y pagada por Chile, como compensación a Bolivia
tras la Guerra del Pacífico de fines del siglo pasado, que dejó a La Paz sin
acceso soberano al Pacífico.
La
vía de 440 kilómetros, poco más de la mitad en territorio boliviano, asciende
desde el nivel del mar hasta el altiplano a casi 4.000 metros de altitud,
atravesando la Cordillera de los Andes por un paso a 4.265 metros, para
concluir en la terminal ferroviaria de Viacha (oeste), cerca de La Paz.
El
ferrocarril transportó regularmente carga y pasajeros hasta el 16 de febrero de
2001, cuando una riada inusual dañó gravemente un sector en territorio chileno.
Volvió
a operar en enero de 2002, pero dificultades financieras en el lado chileno
provocaron su paralización indefinida en noviembre de 2005 y la empresa
administradora AFALP se declaró en quiebra.
El
actual ministro boliviano de Obras Públicas, Edgar Montaño, dijo que las
gestiones para su reactivación comenzaron hace más de un año entre la renacida
AFALP y la privada boliviana FCA.
SUEÑO
BREVE
Sin
previo aviso, la vía fue reabierta el pasado miércoles 5 de mayo, cuando partió
desde Arica, en una prueba piloto, un tren cargado con 422 toneladas de bobinas
de acero importadas por Bolivia, para retornar a la semana siguiente con un
cargamento de 400 toneladas de soja procedente de Santa Cruz (Bolivia, este).
“Este
viaje de prueba es una tremenda alegría para nosotros, pues permite explorar la
posibilidad de retomar el transporte ferroviario internacional aprovechando
nuestra infraestructura, que se encuentra plenamente operativa y disponible”,
dijo entonces el presidente del Grupo Empresa Ferroviaria Estatal de Chile, al
cual pertenece la AFALP, Pedro Pablo Errázuriz.
La
reactivación del tren beneficiaría no solo a Bolivia sino también a la economía
de Arica, por un previsible incremento del comercio internacional, dijo ese
mismo día el presidente de la Empresa Portuaria Arica (EPA), Marcelo Urrutia,
según un reporte de la publicación online Mundo Marítimo.
Pero
tras dar un “paso pa’trás” luego el conflicto de los camioneros bolivianos, la
reapertura plena de la vía, que según medios locales estaba prevista para el
segundo semestre, está ahora sin fecha a la vista.
HARINA,
ABONOS AGRÍCOLAS Y MEDICINAS A BASE DE HOJA DE COCA: NUEVAS OPORTUNIDADES PARA
LOS TERRITORIOS AFECTADOS POR LA VIOLENCIA
Comunidades
campesinas e indígenas que tradicionalmente han cultivado esta planta
encontraron en entidades como el Sena, la Fundación Tierra de paz y varias
universidades del país la posibilidad de potencializar los usos legales de esta
planta. El camino que comienza a recorrer Colombia ya lo han seguido otros
países de la región como Bolivia y Perú.
Revista Semana
de Colombia (https://bit.ly/3yqZTmv)
Los
usos ancestrales de la hoja de coca por parte de comunidades indígenas y
campesinas se han visto amenazados por cuenta de la utilización de esta planta
como materia prima de la cocaína. La seguridad y el bienestar de quienes la
cultivan para aprovechar sus potencialidades medicinales, gastronómicas y
culturales durante años han sido vulnerados por la violencia que genera el
narcotráfico. Se calcula que más de dos millones de comunidades indígenas y
miles de campesinos han sido vulnerables ante esta realidad. Sin embargo,
fundaciones como Tierra de Paz comenzaron a trabajar desde el año 2000 con
varias de estas poblaciones para desestigmatizar la hoja, visibilizar y
aprovechar sus propiedades.
Dora
Troyano, coordinadora y defensora de la Alianza Coca para la Paz, advierte que
en el país existen actualmente 2.000 hectáreas de hoja de coca cultivadas por
comunidades que utilizan la planta de manera ancestral y la transforman para su
uso alternativo. Los cultivos se encuentran principalmente en la Sierra Nevada
de Santa Marta, en el departamento de Boyacá, en Tierradentro y el Macizo
colombiano, en el Cauca, el piedemonte caqueteño y la Amazonia.
Uno
de los gestores que busca preservar estas tradiciones es Gory Negedeka, del
pueblo Muinane, que habita en la ciudad de Leticia, Amazonas. Esta comunidad se
dedica desde hace varios años al cultivo del ‘mambe’, como se le conoce a la
hoja de coca en la región. Negedeka explica que la utilizan para actividades
culturales y la protegen pues la consideran sagrada porque sana y ayuda a
preservar sus tradiciones, en riesgo de desaparecer. Para la preparación de la
harina, cuenta, se debe tostar la hoja, resinar y finalmente mezclar otras
hojas medicinales que le dan un mejor sabor.
En
cambio, en la comunidad de Lerma, en Bolívar, Cauca, junto a la cuenca del río
San Jorge, los cultivos de coca se siembran junto a los de guineo, maíz,
frijol, frutos y plantas medicinales. Herney Ruiz, uno de los campesinos que
vive en la región, advierte que no se utiliza ningún tipo de pesticidas ni
agroquímico y recuerda que por más de 20 años en el corregimiento se ha
utilizado harina de coca para preparar galletas, panes, arroz, limonada y potenciar
el valor tradicional de sus alimentos. Para Ruiz lo que hacen falta son
políticas públicas que promuevan la transformación y comercialización de estos
productos y les permitan a las comunidades indígenas y campesinas vivir
dignamente de ellos.
A
partir del seguimiento a cultivos como los de Negedeka y Ruiz, y al apoyo de
entidades como el SENA, la Fundación Tierra de Paz realizó una convocatoria en
2019 para dar a conocer otros usos de la hoja de coca y fortalecer ese proceso
de desestigmatización que había comenzado nueve años antes.
Carolina
Jaramillo, chef y docente de la escuela Mariano Moreno, aceptó la invitación
para participar del Reto Coca, una iniciativa que se desarrolló en la comunidad
de Lerma para promocionar el uso de la planta como ingrediente gastronómico.
Jaramillo, junto a otros 18 cocineros, idearon recetas con harina de coca, que
fueron compiladas en un recetario. Su expectativa es poder contribuir a
estimular la demanda de este producto y que a largo plazo termine consumiéndose
de manera similar al café o al té en Colombia.
Jaramillo
quiso intentar una receta sencilla, que todo el mundo pudiera hacer y por eso
eligió un brownie que además de la harina incluyó chocolatina y mantequilla de
maní. Otras sugerencias que comparte esta chef para utilizar la harina es
preparar con ella ají de hierbas, chimichurri para la carne, mezclarla con la
sal de la casa e incluso sazonar el tradicional sancocho. Por ser de un sabor
amargo, advierte, la sugerencia es mezclarla con sal o sabores fuertes como los
de los ingredientes para productos de pastelería.
Abono
de coca
Las
bondades de la hoja de coca también se han evidenciado en las buenas prácticas
agrícolas. Así lo comprobó María Del Socorro Anaya, instructora de
biotecnología del SENA, quien realizó distintos ensayos químicos que le
permitieron probar sus beneficios en abonos para cultivos de café y de flores.
De hecho, en 2017 el Fondo Nacional de Estupefacientes le otorgó el permiso a
la regional Cauca del Sena para realizar investigaciones con hoja de coca.
Los
resultados comenzaron a ser visibles en 2019 cuando consiguió producir abono
orgánico a partir de la hoja de coca y del humus de la lombriz roja
californiana. Anaya también realizó distintos ensayos en empresas floricultoras
de la región, en cultivos de maíz y de frijol, entre otros. “Los resultados
fueron extraordinarios debido a las propiedades de la hoja y de la harina”,
asegura.
Para
sumar a estos esfuerzos por darle un uso distinto a esta hoja y permitir así
que las comunidades que viven de cultivarla puedan consolidar un proyecto de
vida y pensar en un futuro distinto, la Universidad EAN, la Universidad de
Antioquia y Unicauca han apoyado de manera interinstitucional las
investigaciones que le apunten a identificar las propiedades nutricionales de
la planta.
Brigitte
Baptiste, rectora de la Universidad EAN, asegura que desde la institución que
preside se “busca promover redes de trabajo a partir de la revisión del uso
potencial de la hoja de coca en el programa de Ingeniería Química para evaluar
qué otras posibilidades tiene en distintos frentes de uso potencial y legal”.
Este
esfuerzo que se hace desde Colombia pensando en brindarles una alternativa
distinta a los territorios donde se ha cultivado tradicionalmente la planta no
es aislado. Otros países de la región, que también han sufrido las
consecuencias del narcotráfico, han comenzado a buscar alternativas para
promover su desestigmatización y fomentar sus potencialidades desde la
legalidad.
En
Bolivia, por ejemplo, en 2006 el viceministerio de la Hoja de Coca impulsó los
procesos de industrialización y comercialización de la planta en todo el país.
En el Perú, de acuerdo al documento ‘La Industrialización de la hoja de Coca’,
elaborado por Dora Troyano para la Open Society Fundation en Colombia, “Enaco
(la Empresa Nacional de la Coca) se ha convertido en un referente para
comercializar, registrar y regular esta planta en otros países”.
PEDRO
CASTILLO Y EVO MORALES INASISTEN A ENCUENTRO INDÍGENA Y SON DURAMENTE
CRITICADOS EN CUSCO
Correo de
Perú (https://bit.ly/3woa89c)
El
último miércoles en Cusco se llevó a cabo el Primer Encuentro Binacional de
Líderes Indígenas y Cuarta Asamblea Plurinacional, evento que tenía como
máximos expositores al candidato a la presidencia de la República, Pedro
Castillo y al expresidente de Bolivia, Evo Morales, quienes nunca llegaron a la
cita.
La
ausencia de estos dos personajes desató las críticas por parte de
sus seguidores, quienes aseguraron haber viajado desde muy lejos
a fin de escuchar al candidato presidencial y asistir al cónclave realizado en
el fundo Huallarqocha en Sacsayhuamán.
El
evento, que contó con la participación de representantes de las 13 provincias
de Cusco y las 24 regiones del país, estaba
programado para realizarse en horas de la mañana, pero debido a la
ausencia de los expositores se aplazó hasta en horas de la tarde, cuando los
ánimos se caldearon y muchas personas abandonaron la reunión.
“Los pueblos tienen dignidad, lo
hemos visto en un mitin en Ayacucho (a Pedro Castillo), nosotros creíamos que
él volaría de ahí a Cusco, al parecer él no es quien toma las decisiones
sino el compañero Cerrón, ahí están sus sobrinos, al parecer ellos le han dicho
no vaya a ver a los indios, a los pueblos originarios, sino que coordine con
los socialistas, con los comunistas, esto es una burla”, señaló el dirigente de
Apurímac, Edwar Quiroga.
Mientras
esto ocurría en Cusco, el candidato presidencial, Pedro
Castillo se hallaba en Ayacucho, donde una comitiva de su partido
sufrió un accidente automovilístico camino a un mitin.
“Hace tres días que no tengo
coordinación con el hermano Pedro, pero eso no quiere decir que vamos a
retroceder, llamamos a los hermanos del partido Perú Libre a informar qué
es lo que ha pasado, yo no puedo justificar una cosa que no sé”, refirió
la dirigente cusqueña Leandra Condori.
Finalmente el encuentro se llevó a
cabo en Cusco, donde acordaron elevar los acuerdos de la denominada Comisión
de la Asamblea Constituyente Nacional y
entregarlos a Pedro Castillo en el transcurso de los siguientes días.
LAS
TIERRAS DE BOLIVIA CUYA PROTECCIÓN ES UN ALIVIO PARA LEONARDO DICAPRIO
Sputnik News
de Rusia (https://bit.ly/3bFLZ6o)
Cuando
Leonardo DiCaprio celebró en Instagram la protección oficial de áreas de
extrema importancia para el planeta situadas en Bolivia, serían pocos a quienes
les sonara la historia de Chiquitanía. Sputnik conversó con trabajadores de la
región sobre las tierras que le preocupaban al actor. ¿Qué tienen, cómo son y
por qué hay que protegerlas?
"Un
posteo de esa naturaleza te ayuda a difundir algo en una magnitud que nosotros
no lograríamos, ni con mucho dinero ni con mucho tiempo. Recuerdo que cuando vi
el posteo tenía 10.000 reacciones en 10 minutos. Después 250.000, y
subía", contó a Sputnik la directora de la Fundación Natura, María Teresa
Vargas.
En
los primeros cinco meses de 2021 se crearon cuatro áreas protegidas en
Bolivia. Totalizan más de 1 millón de hectáreas de bosques puestos a resguardo
del avance de la frontera agrícola. Tres de ellas se encuentran en la región
de Chiquitanía, en el este del país, donde grandes incendios suelen consumir millones de hectáreas
año tras año. El problema repercutía hasta en Hollywood y el actor Leonardo
DiCaprio finalmente pudo respirar aliviado tras enterarse de que los
territorios antes en peligro ahora tienen protección. "Es
una noticia alentadora para la riqueza de vida silvestre que sustentan estas
áreas, y también para los grupos indígenas Chiquitano y Guarasug'we que viven
dentro de las áreas y dependen de los bosques para su sustento", escribió
DiCaprio en su publicación. Al instante, tenía casi medio millón de
corazoncitos.
"Conforman
una zona de amortiguamiento entre el área productiva de Santa Cruz, en la zona
sur, y el área productiva que empieza a desplazarse en Beni (este). Es casa y
hábitat para los pueblos indígenas que allí viven", explicó Vargas
complementando al actor y ambientalista estadounidense.
Asimismo,
la directora de Fundación Natura destacó otro peligro latente en la región, ya
que "es un lugar donde hay una presión enorme para la expansión de la frontera agrícola. Hay distintos grupos de
actores que están haciendo cambios de uso de suelo en la zona". ¿Qué
valor tiene la zona de Chiquitanía?
De
las tres áreas protegidas, la más grande es Bajo Paraguá, de 983.000
hectáreas, en el municipio de San Ignacio de Velasco. Al lado se conformó
el Área Protegida Municipal Bajo Paraguá Concepción, de 154.000 hectáreas.
Lindan
con el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, la Reserva de Vida Silvestre Ríos
Blanco y Negro, la Reserva Científica, Ecológica y Arqueológica Kenneth Lee y
el Parque Nacional Copaiba. "Todos juntos forman un corredor biológico
natural de 5,3 millones de hectáreas", detalló la directora de la
Fundación Natura.
La
tercera, de 54.000 hectáreas, es el Área Natural de Manejo Integrado
Serranía San Lorenzo, creada especialmente para conservar fuentes de agua.
Desde la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano (FCBC) y la
Fundación Natura, explicaron el proceso para obtener la declaratoria de áreas
protegidas sobre estos terrenos, que ancestralmente pertenecieron a los pueblos
indígenas Chiquitano y Guarasugwe.
"Los
tres alcaldes (de San Ignacio, San Lorenzo y Concepción) han creado las áreas
protegidas para resguardar estos espacios naturales. Ya, por decreto, son
reservas forestales desde 1988. La única actividad productiva que se podía
realizar ahí era manejo sostenible de la madera", indicó Vargas.
Pero
"hay una presión muy grande de interculturales (familias campesinas
migrantes de la región andina) para asentar nuevas comunidades en la zona.
También están los ganaderos, los empresarios, otros grupos económicos que
quieren un espacio en ese territorio", alertó y remarcó, además, el valor
enorme que tienen los bosques chiquitanos.
"Hay
nueces que tienen un precio muy alto en el mercado, también hay especies
maderables que se usan para instrumentos musicales de alto valor en Europa, así
como maderas duras", ejemplificó la directora de Natura en referencia al
especial interés que despierta en las industrias de mueblería y construcción de
viviendas.
En
estas áreas protegidas abunda el asaí, una palmera cuyo fruto es muy
nutritivo. "El asaí cada día se consume más en América Latina y el mundo.
Hacemos un manejo sostenible de esos bosques, para preservar la biología del
área", agregó.
A
la vez, ese corredor biológico de 5,3 millones de hectáreas "absorbe
millones de toneladas métricas de dióxido de carbono. Si se hace el cambio de
uso de suelo, esos gases se emitirán a la atmósfera", contó Vargas, quien
describió a la zona como "un mar infinito de bosque".
¿Por
qué tardó preservar Chiquitanía?
Rosa
Leny Cuéllar, directora técnica de la FCBC, indicó a Sputnik que el proceso
para la declaración de las tres áreas comenzó en 2015, con reuniones de las
comunidades indígenas que viven en esos territorios. Los pueblos Chiquitano y
Guarasugwe "demandaron hacer algo más para proteger esta reserva
forestal, que ya estaba amenazada", dijo.
Se
reunieron 40 instituciones, entre organizaciones de la sociedad civil (OSC) y
organizaciones sociales, "para ver cómo se podía conservar de alguna otra
manera, que no sea solamente como reserva forestal", comentó Cuéllar.
"Los
pueblos indígenas se veían venir este proceso de deforestación, que se
acelera año tras año", afirmó. En la región Chiquitana aumentan en la
misma medida las actividades agroindustriales y ganaderas. "Últimamente se
suman los asentamientos humanos de gente que viene de otras culturas,
especialmente del Altiplano, quienes están en el territorio y tienen necesidad
de producir", relató.
"Sin
tener títulos de propiedad, algunas familias que vienen del Altiplano se han
entrado al área protegida del Bajo Paraguá de San Ignacio. Se han empoderado en
ciertos territorios y han empezado a deforestar", dijo la directora
técnica de la FCBC.
¿Y
los incendios?
Cada
año, en agosto, muchos productores agrarios "chaquean" sus tierras,
antes de comenzar la siembra. Chaquear implica la realización
de quemas controladas, que en ocasiones se salen de sus límites y causan
grandes incendios.
Ocurrió
en 2019, cuando el fuego campeó entre agosto y octubre, hasta que consumió
más de cinco millones de hectáreas. En 2020 hubo otro incendio, que volvió a
arrasar gran parte de esta región cruceña. En 2021, desde los Gobiernos locales
se sienten preparados para enfrentar las llamas. "Sin
duda, los incendios están acompañados de la presión que sufre la
Chiquitanía por el cambio de uso de suelo. Es posible que este año también nos
enfrentemos a incendios, porque todavía en Bolivia no hay un manejo responsable
del suelo como herramienta del ciclo agrícola", dijo la directora de la
Fundación Natura.
Y
resaltó que las penalidades son mínimas para quienes causan desastres
ambientales y sociales de este tamaño: "A la sociedad le cuesta un montón
apagar un fuego indebido. Pero la persona que ha ocasionado el incendio todavía
no sufre ninguna penalidad, no es encontrado, no es perseguido. Cuando se tiene
que castigar, las multas son pequeñas. Hay que hacer varios cambios en la
legislación".
En
este sentido, aseguró que "más de siete normas promueven el cambio de uso
de suelo. Esto, básicamente, promueve los incendios. Mientras tengamos estas
normativas va a ser difícil controlar el fuego".
Vargas
agregó: "Estamos rogando que en agosto no tengamos los incendios que hemos
tenido en 2019 y 2020. Creemos que la mejor manera de mitigar estos incendios
es creando estas áreas protegidas, donde vamos a evitar a toda costa el cambio
de uso de suelo, lo cual se traduce en chaqueos y quemas".
Cuéllar
comentó que los incendios lograron apagarse recién cuando se inició la
temporada de lluvias, en octubre: "No queremos que en 2021 nos ocurra lo
mismo. Por eso estamos mejor organizados en la región. A nivel de instituciones
y municipios hay coordinación, también con las autoridades departamentales e
incluso nacionales".
Se
mostró esperanzada "en que este año no ocurra lo mismo, pero está frágil
la zona. Se está empezando a recuperar en algunas zonas, pero es un proceso muy
largo".
Vargas
recordó que "DiCaprio nos apoyó en 2018 con un programa de prevención de
incendios. Pudimos trabajar con esos recursos recién en 2020. Nos sirvieron
para hacer una campaña grandísima en 51 municipios de Bolivia".
Con
el dinero del actor "creamos el programa El Mejor Bombero, que es
quien está cerca del bosque, cerca de la comunidad, cerca de su fuente de agua.
Si los comunarios pueden reaccionar temprano, pueden apagar un incendio. Pero
cuando se escapa ya es muy difícil apagarlo", evaluó.
"Ojalá
más gente hiciera lo mismo [que DiCaprio]. Y ojalá los bolivianos y
latinoamericanos tomemos decisiones sobre qué queremos conservar, qué queremos
convertir, y poner límites", dijo Vargas. Y agregó: "Hay varias
razones por las cuales deberíamos decidir inteligentemente hasta dónde queremos
llevar nuestra frontera agrícola y qué cosas queremos conservar en nuestro
país".
El
trabajo no se acaba con esta declaratoria de áreas protegidas. Según Cuéllar,
"el desafío ahora es mucho mayor. Debemos apoyar a los municipios para que
esas áreas tengan gestión, con guardiaparques, tareas de investigación. Se debe
sentar presencia permanente, para que las comunidades sientan el beneficio de
conservar esos territorios".
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