JUEZ DICTA DETENCIÓN PREVENTIVA PARA FERNANDO CAMACHO POR CUATRO MESES EN CHONCHOCORO
A
las 03.52 de este viernes, el excívico Luis Fernando Camacho, acusado en el
caso Golpe de Estado I, ingresó al penal de máxima seguridad de Chonchocoro, en
el departamento de La Paz. El gobernador de Santa Cruz fue sometido a los
procedimientos de rigor y luego se definirá el área donde permanecerá. Camacho
es procesado como autor por el caso Golpe de Estado I, iniciado en noviembre de
2020.
JUEZ
DICTA DETENCIÓN PREVENTIVA PARA FERNANDO CAMACHO POR CUATRO MESES EN
CHONCHOCORO
El
juez del Juzgado Octavo de Instrucción en lo Penal determinó la detención
preventiva para el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, por cuatro
meses en el penal de máxima seguridad de Chonchocoro en La Paz en el marco de
las investigaciones por el caso Golpe de Estado I, donde la autoridad cruceña
es imputada por el delito de terrorismo.
La
determinación fue leída a la 01.30 de este viernes, luego de más de siete horas
de audiencia virtual.
«Por
tanto, el Juez Octavo de Instrucción en lo Penal determina la detención
preventiva para Luis Fernando Camacho Vaca, detención preventiva que deberá
cumplir por el plazo de cuatro meses en el recinto penitenciario de Chonchocoro
en La Paz, debiendo convocarse a una audiencia de reconsideración de situación
jurídica procesal para el día 9 de abril de 2023 a las 10.00», señala la
resolución judicial.
Camacho
deberá estar aislado de la población que cumple con sentencias y se pidió a las
autoridades del penal de Chonchocoro extremar recursos para la seguridad del
Gobernador, como también para su atención médica.
Camacho
fue aprehendido el miércoles en la ciudad de Santa Cruz por orden fiscal y
trasladado a la ciudad de La Paz para que asuma defensa en el caso que se
denomina Golpe de Estado I, por el cual se lo imputa por el delito de
terrorismo en el marco de los hechos de noviembre de 2019 cuando existió un
cambio de gobierno.
La
Procuraduría General del Estado comunicó que apelará la determinación en busca
de ampliar la detención preventiva ante un tribunal de alzada.
El
3 de mayo de 2021, Camacho juró como Gobernador del departamento de Santa Cruz
y este año protagonizó y lideró un paro cívico de 36 días, junto al Comité Pro
Santa Cruz y el Comité Insterinstitucional, en busca de que el Censo de
Población y Vivienda sea en 2023 y no en 2024.
Proceso
Desde
2020, Camacho está procesado por el caso Golpe de Estado I, que investiga los
delitos de terrorismo y conspiración en el contexto del golpe de Estado de 2019
por el que Jeanine Áñez asumió ilegal e ilegítimamente la presidencia.
El
código penal tipifica el terrorismo como delito y establece una pena privativa
de libertad de entre 15 y 20 años. Por este caso, también son procesados el
excomandante de las Fuerzas Armadas William Kaliman, los exjefes militares
Flavio Arce, Carlos Orellana, Jorge Fernández, Jorge Terceros, Jorge Mendieta y
Palmiro Jarjury. A ellos se suma el excomandante de la Policía Yuri Calderón.
En
el marco de las investigaciones, en meses pasados declararon: Jorge “Tuto”
Quiroga, Samuel Doria Medina y Carlos Mesa.
EURODIPUTADO
SALUDA DETENCIÓN DE CAMACHO: ERA UN PELIGRO PARA LA SEGURIDAD
El
eurodiputado de Izquierda Unida, Manu Pineda, saludó la aprehensión y posterior
detención del gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, porque se
constituía en un “peligro para la seguridad” por sus sucesivos actos de
desestabilización en Bolivia desde la ruptura del orden constitucional en 2019.
“Esto
era algo esperado, nosotros entendíamos que un personaje como Camacho era un
peligro para la seguridad, es un hombre que ha despreciado la democracia y la
institucionalidad. Ha protagonizado varios intentos de golpe de Estado”, señaló
en declaraciones a Bolivia TV.
El
también presidente de la Delegación para las relaciones Unión Europea-Palestina
en el Parlamento Europeo en España recordó que Camacho fue el “autor
intelectual del golpe de Estado que derrocó al presidente Evo Morales” por los
acuerdos que su padre, José Luis Camacho Parada, logró con las Fuerzas Armadas
y la Policía para que se mantengan acuarteladas y no repriman las protestas de
octubre y noviembre de 2019.
“Con
la complicidad sucia de Luis Almagro y desde la OEA, en coordinación con
Camacho y con los sectores más ultraderechistas, más reaccionarios del Ejército
y la Policía pues llevaron a cabo el golpe de Estado, y no solo el golpe de
Estado, la masacre, las matanzas de Sacaba y Senkata”, argumentó el legislador
español.
Camacho
fue aprehendido el miércoles por la tarde en Santa Cruz y trasladado a La Paz,
donde desde noviembre de 2020 se procesa una denuncia por terrorismo vinculado
al golpe de Estado de 2019.
La
denuncia tiene como soporte “el pacto” que logró el padre del gobernador con
las Fuerzas Armadas y la Policía que permitieron la ruptura del orden
constitucional con la autoproclamación como presidenta del país por parte de la
segunda vicepresidenta del Senado, Jeanine Añez, hoy encarcelada precisamente
por cometer ese ilícito.
De
acuerdo con la imputación presentada por el Ministerio Público, Camacho tuvo el
“firme propósito de deponer a un gobierno legalmente construido a través del
voto popular”, ya que exigió “de forma abierta la renuncia del Presidente en
ese entonces Evo Morales Ayma llamando al pueblo boliviano a sumarse a dicho
pedido, generando dichas declaraciones una serie de manifestaciones y hechos
vandálicos en diferentes ciudades de Bolivia como la quema de tribunales
departamentales, quema de domicilios de autoridades o familiares del
oficialismo”.
“Para
lograr su cometido el hoy imputado Luis Fernando Camacho Vaca (como
representantes de los cívicos de la ciudad de Santa Cruz), logró tomar contacto
con funcionarios de las FFAA y de la Policía Boliviana Nacional, con la
finalidad de que estos órganos que se encargan de la seguridad exterior e
interior del Estado Boliviano, no cumplan su labor constitucional”, refiere la
resolución de ampliación de imputación formal presentada por la Comisión de
Fiscales de la Fiscalía Especializada Anticorrupción y Legitimación de
Ganancias Ilícitas, Delitos Aduaneros y Tributarios.
Camacho
pasó el miércoles en celdas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen en
la ciudad de La Paz luego de no brindar declaraciones ante la Fiscalía.
En
la audiencia de medidas cautelares que se inició a las 17.45 del jueves y
concluyó la madrugada de este viernes, el juez Octavo de Instrucción en lo
Penal Cautelar del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, Sergio
Pacheco, ordenó la detención preventiva de Camacho por cuatro meses en el
centro penitenciario de Chonchocoro, en el municipio de Viacha, La Paz.
Al
igual que Pineda, el docente de la universidad de Barcelona, Silvio Falcón, defendió
la aprehensión del gobernador cruceño. Recordó que el proceso fue iniciado en
2020 y que la acción judicial se aplicó luego de que el excívico eludió “la
actuación de la justicia”.
“Él
mismo explicó, con todo lujo de detalles, su participación material en la
organización de la toma del poder en La Paz”, recordó Falcón por su cuenta de
Twitter.
Por
la misma red social, la eurodiputada Ana Miranda señaló que es “preciso que se
haga justicia para las víctimas del golpe y sus familiares”. (ABI)
EURODIPUTADO
AFIRMA QUE A CAMACHO SE LE DAN TODAS LAS GARANTÍAS JURÍDICAS QUE ÉL NO DIO A
QUIENES PERSIGUIÓ, TORTURÓ Y HUMILLÓ
El
eurodiputado español Manu Pineda afirmó este jueves que desde el ámbito
internacional se ve que al gobernador Luis Fernando Camacho se le dan todas las
garantías jurídicas en el proceso que se le sigue por el caso Golpe de Estado
I, las que él no dio a los perseguidos políticos y víctimas de las masacres de
2019.
“Nos
tranquiza un poco ver el proceso, aunque se tome su tiempo, porque esto le da
una garantía jurídica que él no dio a sus víctimas, a los asesinados en Sacaba
y Senkata, a los masistas, a los que persiguió, torturó y humilló, linchó, como
a la exalcaldesa del Vinto Patricia Arce”, dijo en entrevista exclusiva con
Bolivia Tv.
Para
que Camacho pueda beneficiarse con las garantías jurídicas, que durante el
golpe de Estado él no pidió para los perseguidos políticos, manifestó que se
avaló un periodo de investigación, de pesquisa, de tres años, en los que se
toleró que no acuda a las convocatorias a declarar de la justicia.
“Nosotros
lo único que podemos es celebrar que un personaje tan peligroso como esté bajo
control policial y judicial”, destacó Pineda.
Recordó
que luego de la victoria de la derecha por el golpe de 2019, Camacho reveló que
él y su padre llevaron a cabo una serie de gestiones para perpetrar el hecho
con alianza de la Policía y el Ejército para garantizar el éxito del plan.
“Este
hombre ya no engaña a nadie, tenemos que reconocer que tiene un apoyo popular
de los sectores más privilegiados de Santa Cruz, de aquellos que piensan que un
indígena, un campesino, no puede tener los mismos derechos que un blanco”,
subrayó.
En
ese contexto, instó al Estado boliviano a no permitir que estos grupos
violentos vuelvan a generar convulsión en el país, con intentonas golpistas y
desestabilizadoras, que no obedecen al sentir del pueblo boliviano. (AHORA EL
PUEBLO)
RADICALES
CRUCEÑOS ENFRENTAN CON PARO LEGALIDAD EN BOLIVIA
Prensa
Latina de Cuba (https://bit.ly/3i4HybF)
El
Comité Cívico Pro Santa Cruz y la paramilitar Unión Juvenil Cruceñista
retomaron hoy en Bolivia un paro con ocupación de instituciones y bloqueos
fronterizos departamentales en apoyo al imputado por terrorismo Luis Fernando
Camacho.
“Se
declara paro cívico departamental a partir de las cero horas del día viernes,
30 de diciembre, respaldamos la determinación de llevar adelante el bloqueo de
carreteras fronterizas, cerrando la posibilidad de ejecutar próximos
secuestros”, asegura la declaración aprobada en la denominada Asamblea de la
Cruceñidad.
Pese
a que el Ministerio Público de Bolivia aclaró en un comunicado que Camacho fue
aprehendido mediante una orden emitida por la Fiscalía Departamental de La Paz
y descartó que se trate de un secuestro, los cívicos insisten en ese punto de
vista.
“(…)
Por el contrario, fue emitida (la orden de aprehensión) en octubre de la
presente gestión y cuenta con control jurisdiccional del Juez Décimo de
Instrucción en lo Penal del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz”,
explica el documento oficial entregado a la prensa.
Informó
el Ministerio Público que “Camacho tiene pleno conocimiento de dicho proceso
desde su inicio, en fecha 28 de noviembre de 2020, conforme dispone el
ordenamiento jurídico boliviano”, en referencia al expediente Golpe de Estado
I, en el cual se investiga al principal impulsor del derrocamiento del Gobierno
del expresidente Evo Morales en noviembre de 2019 por su confabulación con
políticos, policías y militares para llevar adelante esa operación.
El
paro -anunciaron los cívicos-, inicialmente se prevé para 24 horas, pero existe
incertidumbre sobre si se prolongará más allá, en un territorio que sufrió
recientemente ese tipo de medida de fuerza durante 36 días, con una pérdida
económica de mil 200 millones de dólares, cuatro muertes y múltiples
violaciones de los derechos humanos.
Los
radicales cruceños instruyeron a sus seguidores ocupar las instituciones
públicas con el pretexto de realizar un “resguardo pacífico” de ellas ante
supuestos “autoatentados”.
Adicionalmente,
en la línea de su posición radical y separatista, determinaron “desconocer” la
autoridad del comandante de la Policía de Santa Cruz, Jhonny Omar Chávez, por
apoyar el traslado de Camacho a La Paz.
Asimismo,
ratificaron “el pedido de replantear la relación de Santa Cruz con el Estado
boliviano”.
Tras
conocer el miércoles la aprehensión de Camacho, los grupos paramilitares
atacaron los aeropuertos de Viru viru y El Trompillo, intentaron tomar el
Comando de la Policía; quemaron la sede de la Fiscalía departamental y más de
30 vehículos, así como la casa del ministro de Obras Públicas de Bolivia, Édgar
Montaño.
Ante
el nuevo anuncio del paro, el secretario ejecutivo del Movimiento Al Socialismo
en Santa Cruz, Armando Muñoz, instó a la población a defender su derecho a la
libre locomoción.
BOLIVIA
OTRA VEZ EN ASCUAS
La
Diaria de Uruguay (https://bit.ly/3WQTD30)
La
situación en Bolivia indica que la polarización política predomina sobre el
respeto a la institucionalidad, y esto es una pésima noticia para cualquier
país.
El
foco del conflicto está una vez más al sudeste, en la rica provincia de Santa
Cruz, donde se concentran la agroindustria exportadora y también, desde hace
muchos años, la oposición (con un notorio sesgo clasista y racista) a los
gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales y del actual
presidente Luis Arce.
El
actual gobernador de ese departamento, Luis Fernando Camacho Vaca, tuvo un
papel preponderante en las movilizaciones por la renuncia de Morales a la
presidencia en 2019, y en la instalación del gobierno de facto presidido por
Jeanine Áñez.
El
liderazgo de Camacho no se extiende mucho más allá de Santa Cruz. Antes de su
elección como gobernador el año pasado, se postuló a la presidencia en 2020
pero logró un magro 14% de los votos, muy poco más de la cuarta parte de los
obtenidos por Arce. Desde entonces retomó un perfil opositor muy belicoso, y
este año impulsó un paro de actividades en su departamento que duró más de un
mes e implicó grandes pérdidas económicas para Bolivia.
El
motivo del paro fue la decisión de postergar un censo nacional, que el gobierno
de Arce fundamentó por problemas logísticas, y la razón de fondo fue que en
Santa Cruz esperaban que el crecimiento de su población, debido a migración
interna por motivos económicos, determinara aumentos de la asignación
presupuestal y de las bancas parlamentarias que le corresponden al
departamento, antes de las elecciones previstas para 2025.
Aquel
enfrentamiento terminó a fines de noviembre, pero un mes después se instaló una
nueva crisis. La fiscalía boliviana tiene abiertas investigaciones con los
nombres Golpe de Estado I y Golpe de Estado II. La segunda se centra en el
período en el que Áñez ocupó la presidencia, y la primera en los
acontecimientos que condujeron a que la ocupara. Por esta fue detenido Camacho
el domingo.
Arce,
a quien parte del MAS le reprocha ser demasiado tolerante con la oposición, fue
claro cuando asumió: dijo que no venía por una revancha y que se proponía
recomponer una convivencia política respetuosa, pero también señaló que en su
país hubo un golpe de Estado y afirmó que la Justicia debía investigar
responsabilidades.
Un
problema central en esta coyuntura boliviana es que los aliados y seguidores de
Camacho no centran sus protestas en una negación de las responsabilidades que
le correspondieron al actual gobernador en los acontecimientos de 2019, en la
reivindicación de la resistencia a un Morales empecinado en no dejar la
presidencia o en cuestionamientos a la fiscalía, sino que se limitan a proclamar
que no tolerarán la acción estatal porque tienen poder para enfrentarla y
revertirla.
Al
comenzar un nuevo paro con cierre de carreteras, el dirigente Rómulo Calvo, muy
cercano a Camacho, reclamó la liberación de este y sostuvo que Arce debe dar
marcha atrás porque “sin Santa Cruz no puede gobernar”, advirtiéndole que “ha
jugado con fuego” y que los cruceños están dispuestos a iniciar un incendio
para “hacerse respetar”. Es retórica de guerra, no de política.
LA
RENUNCIA DE EVO MORALES: HISTORIAS DE VENGANZA Y RELATO DE UN GOLPE QUE NUNCA
EXISTIÓ
El
origen de la causa contra el gobernador de Santa Cruz, Fernando Camacho.
El
Clarín de Argentina (https://bit.ly/3vrULy9)
El
arresto del polémico gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, un furibundo
crítico del oficialista MAS, lejos de los tonos con que se suele dar la disputa
política en Bolivia, configura un exceso del ejercicio del relato y de la
posverdad.
El
mandatario provincial fue arrestado violentamente y sin respetar sus fueros en
el marco del “proceso” por “el golpe” que, según la narrativa gubernamental,
derribó a Evo Morales del poder hace poco más de tres años.
Pero
en Bolivia, en noviembre de 2019, no hubo un alzamiento militar, ni proclamas o
comunicados clausurando los poderes.
Tampoco
generales con entorchados uniformes arrestando a los mandos civiles. Lo que
hubo fue una convulsión social originada en un abuso de la legalidad que
cometió el propio mandatario caído.
Morales
se había presentado a elecciones el 20 de octubre de 2019 para buscar un cuarto
mandato consecutivo.
Lo
hizo violando el fallo de un plebiscito en el cual sus propias bases votaron
contra esa posibilidad. Pero el líder argumentó que esa prohibición significaba
una proscripción política.
Se
hicieron las elecciones y, cuando comenzó el conteo, fue quedando claro que
Morales ganaba pero no podía evitar el balotaje en el cual con seguridad se
uniría la oposición y lo derrotaría.
Pero
de pronto se apagaron los sistemas inexplicablemente. Cuando se retomó el conteo
al día siguiente, el presidente tenía los diez puntos necesarios para imponerse
en primera vuelta. La reelección quedaba salvada.
La
gente en la calle, especialmente sectores de la juventud, reaccionó con furia a
la maniobra que tradujeron como una burla adicional a la violación del
plebiscito.
Todo
esto sucedía en un país que había ido perdiendo su empuje económico, lo que
esmerilaba el apoyo popular a Morales, incluido el de los pueblos originarios
del Amazonas boliviano expulsados de sus tierras por el gobierno para ampliar
la frontera agropecuaria.
La
manipulación de la votación la detectó la OEA, cuyo secretario general Luis
Almagro había sido el único diplomático internacional que avaló el nuevo,
interminable, fervor reeleccionista de Evo.
La
violencia creciente en la calle y el cuestionamiento al gobierno originó un
vacío de poder que llevó al entonces ministro de Defensa, Eduardo Zavaleta, a
alertar que se estaba a un paso del “descontrol total (y) en cualquier momento
empezarían a contarse los muertos por docenas”. No se equivocaba.
La
tensión fue tal que en ese desbarranco la Confederación Obrera Boliviana, la
histórica y mítica COB, le propuso a Morales que dimita.
“Si
seguramente es una acción y una medida para que el pueblo se pacifique,
compañero presidente le llamamos a la reflexión de que pueda asumir esta
responsabilidad. Si hay la necesidad de renuncia, por pacificar al pueblo, lo
hacemos, lo decimos desde la Central Obrera Boliviana para pacificar al país”,
le dijo el titular de la central Juan Carlos Huarachi el 10 de noviembre.
Fue
un día antes de que Evo presentara su dimisión. Poco antes, tras el
pronunciamiento sindical, un amigo de Morales, el jefe de las FF.AA., Williams
Kaliman, le hizo la misma sugerencia. Evo aceptó y partió a México.
Fue
en la capital de ese país, en la primera etapa del exilio que siguió en
Argentina, donde pergeñó el relato oportunista del golpe. Una extraña
entelequia: Kaliman, el supuesto dictador de la mala película, fue degradado
inmediatamente por el gobierno interino que tomó el poder.
BOLIVIA:
¿LA CUARTA DICTADURA DE LAS AMÉRICAS?
Con
la detención del principal líder opositor, el gobierno de Luis Arce ha quedado
en el umbral de la tiranía
Infobae
de Argentina (https://bit.ly/3WEhEKP)
Por
Mariano Caucino.- Con la detención del principal líder opositor del país, Luis
Fernando Camacho, el gobierno de Bolivia ha cruzado una línea roja que parece
encaminarlo a convertirse en la cuarta dictadura de las Américas. Siguiendo el
ominoso ejemplo de Cuba, Venezuela y Nicaragua, el gobierno del presidente Luis
Arce Catacora ha dado un paso que pone al régimen de La Paz en el umbral de la
tiranía.
Secuestrado
y apresado por órdenes del gobierno central boliviano, el gobernador de Santa
Cruz fue detenido y trasladado a un lugar desconocido en un operativo policial
que coloca a Bolivia en la senda de las tiranías del hemisferio.
Los
hechos ocurridos el último miércoles de diciembre coronan una serie de
gravísimas violaciones a los Derechos Humanos y a las mínimas reglas
democráticas por parte del gobierno del Movimiento al Socialismo. Una muestra
de ello es la injustificable y extendida detención de la ex presidente Jeanine
Añez.
Hermanándose
con los Castro-Díaz Canel, los Chávez-Maduro y los Ortega-Murillo, el régimen
de Arce-Morales parece recorrer los pasos que lo llevarán a convertirse en una
dictadura en la que la regla parece ser el abuso del poder y la anulación de la
libertad en el país.
Pero,
¿quién es Camacho? Gobernador del Departamento de Santa Cruz -el más
desarrollado del país- es uno de los líderes de la oposición boliviana y
referente del núcleo de resistencia democrática de Bolivia. Una fuerza que
tiene epicentro en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, la que ha sido
bloqueada física y económicamente por parte del gobierno central boliviano en
su intento por anular toda expresión de oposición.
Acusado
por las autoridades por su rol en la caída de Morales, un hecho ocurrido cuando
el entonces Jefe de Estado pretendió eternizarse pese a los impedimentos
constitucionales para aspirar a un nuevo mandato, Camacho es víctima de un
hostigamiento permanente por parte del régimen socialista.
Resulta
imperativo presentar una breve descripción de la gravísima situación que
atraviesa el país. Porque a través de una serie de restricciones peligrosísimas
a las libertades individuales, persecución y exilios forzados de opositores y
una sistemática manipulación de los poderes del Estado, la presidencia de Arce
se ha convertido -en los hechos- en una restauración del régimen de Morales
(2006-2019).
Al
igual que en Cuba, Venezuela y Nicaragua, el gobierno que se ha apoderado del
poder en Bolivia presenta las características centrales del sistema
castrochavista que asedia a las democracias a lo largo y a lo ancho de nuestro
hemisferio. El ex ministro boliviano Carlos Sánchez Berzaín ha calificado a
Bolivia como “la dictadura invisible del castrochavismo integrado por Cuba como
jefe, Venezuela y Nicaragua”. E indicó que como consecuencia de una simulación
democrática, un fraude electoral consagró el retorno al poder del Socialismo en
2020 esta vez con la figura de Arce como titular formal del gobierno.
Los
hechos ocurridos en Bolivia el pasado día 28 deben despertar el repudio y la
condena de quienes somos defensores de la libertad y la democracia en las
Américas. A la vez que exigen la aplicación inmediata de la Carta de la
Organización de Estados Americanos (OEA) y la Carta Democrática (2001), instrumentos
que en el ámbito hemisférico protegen la vigencia del orden democrático, el
Estado de Derecho y los Derechos Humanos.
POR
EL DERRUMBE DE BOLIVIA, EL GOBIERNO APURA DOS OBRAS CLAVE PARA GARANTIZAR EL
SUMINISTRO DE GAS EN EL NORTE DE PAÍS DURANTE EL INVIERNO
Evo
Journal de Argentina (https://bit.ly/3WAQxjL)
Debido
a los menores envíos de gas que llegarán desde Bolivia, el gobierno decidió
apurar dos obras en el sistema de transporte de gas para intentar suplir el
faltante con producción de Vaca Muerta. Se trabajará para revertir dos plantas
compresoras en el Gasoducto Norte a fin de enviar hasta 4 MMm3/día de gas
adicionales desde Neuquén hacia Salta a partir de junio.
El
área energética del gobierno está negociando con autoridades de Bolivia la
firma de una nueva adenda al contrato de importación de gas desde el país del
Altiplano. Si bien se sabe que la producción de YPFB está declinando, la
información que llegó en las últimas semanas desde Santa Cruz de la Sierra,
base de la petrolera estatal, preocupó aún más a las autoridades argentinas.
Según indicaron a EconoJournal fuentes públicas y privadas sin contacto entre
sí, Bolivia comunicó que está en condiciones de enviar sólo 6 millones de
metros cúbicos diarios (MMm3/día) de gas hacia la Argentina durante el
invierno; casi 2 millones menos que el invierno pasado.
Frente
a esa situación, el gobierno decidió apurar dos obras en el sistema transporte
de gas para intentar suplir con producción de Vaca Muerta parte del gas
boliviano que este año no estará disponible. Está prácticamente decidido que el
Ejecutivo incluirá dentro de la actualización de las tarifas de Transportadora
Gas del Norte (TGN), que se debatirá en la audiencia pública del próximo 4 de
enero, los fondos necesarios para revertir dos plantas compresoras en el
Gasoducto Norte a fin de enviar hasta 4 MMm3/día de gas adicionales desde
Neuquén hacia Salta a partir de junio de este año. Eso significa que los
trabajos se rollearán entre todos los usuarios del sistema. Es decir, se
financiarán mediante la suba de las facturas de gas que entrará en vigencia el
1º de febrero, si se cumple con el cronograma previsto por el Ministerio de
Economía.
TGN
presentó ante el Enargas un documento para ser analizado en la audiencia
pública donde solicita al gobierno un aumento transitorio de la tarifa de
transporte del 148% para no agravar su situación económico financiera, más un incremento
tarifario especial del 15% asociado al proyecto de aumento de 7 a 10 millones
de metros cúbicos (m3) por día en la capacidad de reversión del Gasoducto
Norte. Esto totaliza una suba de la tarifa de transporte de TGN del 163%.
Fuentes oficiales dejaron en claro que no concederán el porcentaje de aumento
que pidió la empresa, pero sí le dará luz verde al pedido para financiar las
obras en las dos plantas compresoras.
Tío
Pujio y Leones
Las
dos plantas comprensoras que hay que adecuar son Tío Pujio y Leones, ambas a
cargo de TGN, la transportista que opera la red troncal de gasoductos desde el
centro hacia el norte del país. Hacia mediados de año, ambas plantas podrían
inyectar gas en sentido inverso al que lo hacen ahora.
Fuentes
del área energética indicaron que la inversión necesaria rondaría los US$ 16
millones, unos 2.800 millones de pesos al tipo de cambio oficial. No obstante,
allegados a TGN señalaron que el presupuesto asciende de 3.236,2 millones de
pesos. “Si TGN licita las obras en enero podría finalizarlos hacia junio,
porque el plazo de los trabajos está estipulado en unos 5 meses”, explicaron
las fuentes consultadas.
EUROPA
NECESITABA LITIO BARATO PARA LAS BATERÍAS DE SUS COCHES ELÉCTRICOS, Y LO HA
ENCONTRADO MUY LEJOS DE CHINA
Motor
Pasión de España (https://bit.ly/3G7yMld)
Chile
y la Unión Europa han firmado recientemente un acuerdo que renueva sus lazos
comerciales y que pone en bandeja los vastos recursos chilenos de litio, cobre
y otras materias primas necesarias para la fabricación de baterías para coches
eléctricos que ayudarán a Bruselas a cortar lazos de dependencia con China.
Este
es un paso importante para el Viejo Continente, pues aunque cambiar el mapa
geopolítico actual de la energía no será fácil ni inmediato, la carrera por
poseer grandes reservas de materiales clave para un futuro lejos de recursos
fósiles (y de Rusia) está cada vez más reñida, sobre todo desde el pasado mes
de febrero.
Un
socio clave para la transformación de la industria automovilística
Chile
es el primer productor de cobre y el segundo mayor productor de litio del
mundo, dos materiales clave para la fabricación de baterías para coches
eléctricos.
En
los últimos años, el país está redoblando sus esfuerzos para atraer a la
industria de la automoción, centrándose en la explotación de los recursos que
se encuentran en ubicaciones clave como el Salar de Atacama: el mayor depósito
salino de Chile, que forma parte del llamado 'triángulo del litio', una zona
geográfica ubicada en la punta de América del Sur, en el límite de Argentina,
Bolivia y Chile.
Según
cálculos de Bloomberg, son necesarios unos 70.000 litros de agua para producir
una tonelada de litio, por no hablar de las numerosas complicaciones técnicas
que tiene extraer y procesar este material situado bajo gruesas capas de sal a
lo largo de inmensas explanadas (un método que puede demorarse hasta un año).
Y
pese al impacto negativo que esta actividad pueda tener en la fauna y flora de
la zona (algunas lagunas y praderas de Atacama ya se están reduciendo o
secando, y se lleva tiempo registrando un descenso en la población de flamencos
salvajes), el “oro blanco de Chile” está cada vez más cotizado.
Pero
ya lo dijo hace unos meses la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der
Leyen, en uno de sus discursos: “el litio y las tierras raras pronto serán más
importantes que el petróleo y el gas”.
Y
es que se estima que para lograr eliminar el carbón a medio/largo plazo tal
como se prevé en los planes de transición energética de los Veintisiete, Europa
necesitará hasta 18 veces más litio del que usa actualmente en 2030 y de cara a
2050, casi 60 veces más.
Con
el último acuerdo sellado en Bruselas entre Chile y la UE, que amplía y
moderniza el que existía entre ambas partes desde 2003, según el comunicado se
busca “un mejor acceso y una inversión sostenible en materias primas críticas
como el litio que contribuirán a promover nuestra ambición compartida de una
transición ecológica”.
Entre
otras cosas, esto se hará posible mediante la supresión de los aranceles en
todas las importaciones que se realicen desde los países miembros (a excepción
del azúcar), lo que facilitará que las empresas europeas inviertan en el país
andino.
Además,
Chile se ha comprometido a restringir el alcance de su actual "política de
precios duales", según la cual reserva el 25 % de toda su producción de
materias primas para empresas locales a precios más ventajosos.
Así,
el acuerdo permitirá que el gobierno presidido por el izquierdista Gabriel
Boric pueda vender su litio o cobre a precios más bajos para las empresas de la
UE que utilizan el procesamiento chileno. Todo ello, mientras Bruselas sigue
trabajando en la estandarización de baterías y se sigue fraguando la futura
‘Ley de Materias Primas Críticas’.
Chile
y la UE acordaron dividir el pacto para acelerar su proceso de ratificación, lo
que significa que ‘la parte comercial’ se remitirá únicamente al Consejo de la
UE y al Parlamento Europeo, mientras que ‘la parte política y de inversión’
deberá ser ratificada por los parlamentos nacionales del bloque. Así, el pacto
actual debería entrar en vigor, como mucho, en 2024.
NINFA
SALAZAR, AMIGA ÍNTIMA DE REBECA: “SI CABE LA POSIBILIDAD, QUE EXTRADITEN AL
HOMICIDA A BOLIVIA”
DEIA
de España (https://bit.ly/3vowetU)
Varios
amigos y conocidos del entorno de Rebeca acudieron ayer jueves a la protesta
silenciosa. Tal y como lo hicieron el día anterior, al recibir la triste
noticia, pidieron a las autoridades “justicia para que se esclarezca el
crimen”. La petición más repetida entre este grupo de asistentes fue la
extradición del homicida a su país de origen, Bolivia. “Acá la cárcel será un
hotel para él. Allá es donde tiene que pagar porque él tiene más antecedentes
penales” por violencia machista, según sentenció Ninfa Salazar ante los medios
de comunicación.
Seguidamente,
esta amiga íntima de la víctima realizó un llamamiento: “pido por favor a todas
las mujeres que han sufrido malos tratos por este hombre que se sumen a
denunciar para que esto tenga mucha más fuerza”, solicitaba.
Aseguraron
que Rebeca “era consciente de la situación”. Ninfa declaró que en varias
ocasiones le dijeron que “siempre siguiera adelante y nunca se dejara
maltratar”, concluyó.
Describieron
a Rebeca como una “mujer luchadora y muy trabajadora”. Asimismo se preguntaban
sobre quién iba a ocuparse de toda su familia. Lamentaron, además, que ella no
contase con ningún familiar cercano aquí: “Tenía una hermana en Bilbao, pero
lamentablemente en 2019 también murió a manos de otro machista al tirarla por
un balcón. Las dos hermanas solo vinieron aquí a trabajar”.
Llevaba
tres meses al frente del bar y era quien mantenía a sus padres y a su hija en
Bolivia “No es justo que vengamos a trabajar aquí para sacar a flote a nuestras
familias allí y nos encontremos con este final”, manifestaba Carolina Condori.
“La pareja era amiga nuestra pero jamás pensamos que iban a llegar a una
situación como esta”, reconocieron. “Pido justicia por mi amiga Rebeca. Que no
haya ni una mujer menos”, repitió.
PERÚ
- BOLIVIA: DIEZ MILLONES DE CIGARRILLOS ILEGALES IBAN A INGRESAR POR FIESTAS DE
FIN DE AÑO
Agentes
de aduanas incautan un camión que transportaba un gran cargamento de cigarros
paraguayos de contrabando. Estaban en vehículo en el que supuestamente
trasladaban arroz y fídeos.
Trome
de Perú (https://bit.ly/3WA3quw)
Un
duro golpe al contrabando frustró el ingreso de un gran cargamento de
cigarrillos ilícitos por la frontera con Bolivia. A pocos días de las fiestas de Navidad y Año
Nuevo, agentes de Aduanas de Bolivia intervinieron un camión cargado con más de
10 millones de cigarrillos paraguayos. La mercancía ilegal iba a ingresar a
nuestro país.
En
un operativo denominado “Plan del Sur”, que se realizó en la carretera a
Potosí, la Aduana de Bolivia decomisó al camión en la localidad de San Antonio.
En el vehículo de placa de control 2180-YIF, se hallaron cientos de cajas de
cigarrillos valorizados en más de 500 mil pesos bolivianos, que equivale a más
de 275 mil soles.
Los
agentes refirieron que dos personas llevaban el producto ilícito con documentos
que indicaban que se trataba de arroz y fideos.
El
camión era escoltado por una pareja de “loros”, que son los informantes de los
contrabandistas.
La
rápida llegada de técnicos del Control Operativo Aduanero evitó la fuga del
conductor y su acompañante.
El
gerente regional de la Aduana de Potosí, Alex Yamil Mamani, informó que para
camuflar la mercancía ilegal, el conductor del camión tenía documentos de
importación de otro tipo de mercancía, como arroz y fideo.
“Esta
mercancía ingresó de forma disgregada, es decir, poco a poco hasta reunirlos en
un lugar, pero no pudo evadir los controles de Aduana”, explicó el gerente.
Aclaró
que para que esta mercancía sea legal, cada cajetilla desde su impresión
original debe incluir datos como el país de fabricación, nombre del productor e
importador.
Entre
el 1 de enero al 15 de diciembre 2022, la Aduana Nacional de Bolivia realizó
14.282 operativos de control en todo el país del altiplano. Incautó, además,
mercancía de contrabando valorado en más de 695 millones de pesos bolivianos.
BOLIVIA
RETORNÓ A LA SENDA DE LA REDUCCIÓN DE LA POBREZA EXTREMA
América
Retail de Perú (https://bit.ly/3PZPLKN)
El
ministro de Planificación del Desarrollo, Sergio Cusicanqui, informó que
Bolivia, no solo retornó a la senda del crecimiento económico, sino a la senda
de la reducción de la pobreza extrema, factor que es ponderado por la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
“El
año 2022 ha sido un año complicado, pero creemos que en términos económicos se
están logrando buenos indicadores, se consolida el retorno a la senda del
crecimiento económico, el retorno a la senda de reducción de la extrema
pobreza”, indicó Cusicanqui al canal estatal.
“La
Cepal, por ejemplo, ha señalado, en uno de sus informes, que el año 2022
Bolivia va a hacer uno de los países que más va a reducir la pobreza extrema en
la región”, complementó la autoridad.
En
un informe especial, la Cepal proyectó que Bolivia será el país que más
reducirá la pobreza extrema en Sudamérica en 2022, mientras que en otros países
esta brecha crecerá.
Datos
de pobreza por el INE
En
2006 un 37,7% de la población boliviana se encontraba en situación de pobreza
extrema.
Mientras
que en 2019 se logró reducir esta cifra a 12,9%; en 2020 este dato subió a
13,7%.
Finalmente,
en 2021 bajó a 11,1%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística
(INE).
Cusicanqui
afirmó que esa reducción de la pobreza extrema se logró gracias a las políticas
aplicadas, principalmente las que generan una justicia social a través de la
redistribución de los recursos en favor de los sectores más vulnerables de la
sociedad.
Cusicanqui
recordó que desde que el presidente Luis Arce asumió el Gobierno, se impulsó
las políticas de redistribución social para disminuir los índices de pobreza
como el pago del Bono Juancito Pinto, Renta Dignidad, entre otros.
“Bolivia
se mantiene ahí con estabilidad de precios, con certidumbre y también con un
proceso de crecimiento económico con justicia social porque también estamos
reduciendo la pobreza”, indicó.
En
su informe de gestión ante la Asamblea Legislativa, el 8 de noviembre, el
presidente Luis Arce afirmó sobre la reducción de la pobreza.
Dijo
que la desigualdad está en línea con la disminución de la tasa de desempleo.
Al
tercer trimestre de 2022, la tasa de desempleo decreció hasta el 4,2%, “muy por
debajo” del resultado de 10,8 de igual etapa de 2020.
Cifró
en 214.000 el número de personas que accedieron a un puesto laboral entre
septiembre de 2021 y septiembre de 2022.
LA
VIOLENCIA DE LA COCA CRUZA DE PUTUMAYO HACIA PERÚ.
A
medida que se exacerban los combates, aumenta el número de masacres sin contar
a lo largo del río fronterizo. La ausencia de una política de drogas regional
permite la extensión de la violencia, mientras los cultivos de uso ilícito
siguen migrando hacia los países vecinos.
Revista
Tuuputchika de Perú (https://bit.ly/3jG2vKr)
“El
que tenga que ver con los paracos, muere”, le gritó a una multitud de indígenas
Murui asustados un hombre de uniforme verde y con un rifle, integrante del
Frente Carolina Ramírez. Esto recuerdan los testigos sobre el 25 de diciembre
de 2021, cuando siete personas fueron masacradas en la comunidad de Bellavista,
a orillas del río Putumayo, sur de Colombia.
Cuando
dijo “los paracos”, el hombre se refería al grupo rival, los Comandos de
Frontera, percibidos como paramilitares por sus enemigos. Al otro lado del río,
en Perú, están algunos de sus campamentos y también cultivos de coca. “En el
fondo, la Carolina Ramírez quería coger a los de Comandos de Frontera. En este
afán se llevaron gente inocente”, explica un líder indígena.
Desde
el inicio de la pandemia, los días y las noches de terror son más frecuentes en
la Amazonía colombiana. A pesar del acuerdo firmado en 2016 con las Farc, y de
la ambiciosa agenda de paz y política de drogas del nuevo presidente Gustavo
Petro, las rentas ilícitas que financian la violencia aumentan junto a las
hectáreas de coca, la deforestación y el pie de fuerza de los grupos armados
ilegales. En septiembre, Petro dio su primer discurso internacional ante la
Asamblea General de las Naciones Unidas, donde pronunció un alegato para
conservar la Amazonía y pidió el cese de la fracasada política antidrogas
actual.
Durante
décadas, ni la guerra contra las drogas ni los programas para cambiar cultivos
de uso ilícito por otros modos de subsistencia han logrado resolver el
problema. La violencia continúa, y ahora sus efectos se extienden más allá de
la frontera, hacia Perú. En el río Putumayo, límite natural entre ambos países,
dos grupos que se autodenominan “guerrilleros”, formados por exintegrantes de
las Farc que no se unieron al proceso de paz, o que desertaron de él, hoy se
disputan el botín de la cocaína y afectan a la población. El enfrentamiento más
reciente dejó 18 muertos y el gobierno colombiano respondió con el envío de
seis pelotones de soldados.
La
masacre de Bellavista
En
esta navidad se cumple un año desde que el Frente Carolina Ramírez irrumpió en
Bellavista, una comunidad indígena de agricultores, pescadores y raspachines.
Como muchas otras masacres, esta fue solo un registro en una larga lista de
hechos violentos. Pero hasta ahora el ataque a Bellavista, denunciado en aquel
momento por varias organizaciones indígenas, no había sido documentado de forma
suficiente.
Esta
zona, de difícil acceso en medio de la selva, está bajo el control de los
Comandos de Frontera, enemigo y competidor del Frente Carolina Ramírez en el
narcotráfico. En un intento por avanzar más al sur, hacia las abundantes
regiones productoras de coca en Perú, se desencadenó la masacre. Según
testigos, las víctimas no pertenecían a la comunidad, pero estaban de visita
ese día. Alrededor de una semana después llegó el Ejército y el Cuerpo Técnico
de Investigación de la Fiscalía para recoger los cuerpos. Esta institución fue
consultada sobre el estado de la pesquisa, pero no hubo respuesta hasta la
fecha de publicación.
Así
fueron los hechos:
El
regreso de la coca.
Bajo
una maloca, la gran choza ceremonial, a pocos metros del río Putumayo se sirve
una sopa con pescado, maíz y caldo de yuca brava. Los lugareños se alimentan
con lo poco que cultivan, pero la mayoría de los esfuerzos agrícolas no son
rentables: la distancia hasta los centros de comercio son largas y el costo del
transporte es demasiado alto. “Si todos cultivamos yuca, no hay quien la
compre”, explica una mujer de la comunidad.
Los
1.610 kilómetros de recorrido del río Putumayo, desde el nudo de los Pastos en
Colombia hasta su unión con el río Amazonas, están llenos de relatos crueles.
Allí los pueblos Inga, Murui, Bora, Kichwa, Ticuna, Yagua, Secoya y Ocaina han
sobrevivido a la explotación y las matanzas por la extracción de recursos
naturales. Al negocio de la quina siguió el boom del caucho. Se calcula que el
80 por ciento de los Murui, también conocidos como Huitotos, murió por los
abusos de los caucheros: entre 30 y 40 mil indígenas, según el investigador
Pedro Mayor. Consecuencias similares han sido denunciadas por otros pueblos en
la cuenca del Putumayo. Mucho antes de
la fiebre del caucho ya se reportaba también la extracción de oro. Pero la
bonanza más reciente llegó con la coca, un arbusto que también trajo violencia
y deforestación.
Históricamente
ha sido casi imposible desarrollar economías formales a lo largo del río. Los
ciclos de bonanzas van y vienen, y ahora es la coca el producto que domina en
la región. “La coca para el campesino y para muchas comunidades se ha
convertido en un gobierno. Es la luz, la educación, vivienda, comida y
transporte”, explica un líder indígena en Puerto Leguízamo, uno de los centros
urbanos del departamento, y el municipio al que pertenece Bellavista.
La
ventaja de la coca es que los compradores la recogen en las orillas de los
ríos, y pagan en efectivo. “Si llevas 100 gramos de [pasta base de] coca y los
vendiste, ya te hiciste para la remesa”, cuenta un raspachín y habitante de
Bellavista. Los cultivos de pancoger son para alimentar a la comunidad, pero no
dan suficiente para comprar otros productos. “El plátano no da para el
celular”, se ríe una mujer.
La
coca mantiene a flote la economía local, pero también patrocina la guerra. “El
cultivo, la producción y comercialización de las drogas ilícitas han
atravesado, alimentado y financiado el conflicto interno”, se menciona en el
texto final del Acuerdo de Paz de 2016.
Uno
de los componentes más importantes de la paz en Colombia es la reforma rural y
la apuesta por cambiar los motores del conflicto interno: la pobreza y la
desigualdad. Para trabajar el tema de las drogas se diseñó un plan de
sustitución de cultivos con una advertencia: la erradicación forzosa puede
aplicarse como último recurso. Con el Programa Nacional Integral de Sustitución
Integral (PNIS) se crearon diferentes incentivos para que los cocaleros
erradiquen sus arbustos.
No
obstante, el PNIS ha estado subfinanciado desde su creación. “No es que a
nosotros nos gusta sembrar la mata de coca, pero nos sentimos obligados porque
no hay otro medio”, dice un cocalero que ingresó al PNIS en Puerto Leguízamo,
pero volvió a cultivar cuando le incumplieron los pagos.
En
la subregión Caquetá-Putumayo, las hectáreas con coca aumentaron en 2021 en un
45 por ciento con respecto a 2020. Según la Oficina de las Naciones Unidas
contra la Droga y el Delito (UNODC), en Puerto Leguízamo había 1.025 familias
registradas en el PNIS, y 831 seguían activas en el programa al 31 de julio de
2022.
Otras
familias que erradicaron cultivos no fueron incluidas en el programa, y los pagos
llegaron tarde o no llegaron para quienes sí fueron incluidos. Mientras tanto,
nunca cesó la erradicación manual forzada, que causó graves fricciones en los
territorios durante los gobiernos de Juan Manuel Santos (2010-2018). Después,
el gobierno de Iván Duque (2018-2022) incrementó las metas anuales de
erradicación, una estrategia alentada por la administración de Donald Trump.
Aunque
fueron evidentes las consecuencias de la vacilante implementación del Acuerdo
de Paz, para la población cocalera de Putumayo la dinámica del conflicto se
reconfiguró.
Resurgen
los grupos armados
“Hemos
vivido en tres años lo que no hemos vivido en 50 años de guerra”, dice un líder
indígena en Puerto Leguízamo, con la mejilla llena de mambe y tabaco líquido
(ambil) en la punta del dedo. La coca siempre ha sido cultivada por los pueblos
indígenas de la zona. La usan para el mambeo, una práctica tradicional de
consumo de la hoja seca, convertida en polvo y mezclada con ceniza. La coca y
el tabaco, dos plantas sagradas, se consumen ritualmente para pensar, hablar y
analizar, pero también como protección espiritual.
Solo
en el Putumayo fueron documentadas 15 masacres desde principios de 2020, de las
cuales siete ocurrieron en Puerto Leguízamo. Los autores son varios: grupos criminales,
quienes se siguen denominando guerrilleros; y el mismo Ejército, como ocurrió
en Alto Remanso en abril de 2022. Diferentes grupos étnicos y campesinos
denuncian que muchos homicidios selectivos, desapariciones y masacres no han
sido registrados.
Antes
del Acuerdo de Paz, los Frentes 48, 15 y 32 de las antiguas Farc controlaban
el Putumayo y el vecino departamento de
Caquetá. Tras el desarme, durante unos años con pocos incidentes y esporádica
presencia armada, en la selva se conformaron nuevas estructuras, y las
comunidades empezaron a recibir las primeras visitas e incursiones de personas
armadas en 2019.
Por
un lado, el Frente Carolina Ramírez, comandado por alias ‘Danilo Alvizú’ y
parte de la franquicia liderada por ‘Iván Mordisco’, creció rápido, reclutando
a nuevos combatientes y ocupando más territorio, sobre todo durante la
pandemia. El grupo se autodenomina como una guerrilla, se dedica al
narcotráfico y al cobro de cupos a cocaleros, ganaderos y mineros. Se mantienen
principalmente a lo largo del río Caquetá.
Más
al sur, a lo largo del río Putumayo, están los Comandos de Frontera, nacidos
como un grupo de excombatientes de las Farc que pertenecieron sobre todo al
Frente 48, con agregados de estructuras criminales locales, como desmovilizados
de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), agrupados en “La Constru”.
Fuentes vinculadas a las plantaciones de coca en Perú confirman que los
Comandos de Frontera también están presentes del lado peruano. Mario Pazmiño,
analista de seguridad y exdirector de inteligencia en Ecuador, afirma que los
Comandos de Frontera llevan algunos años en ese país. Al principio hicieron
pequeñas incursiones, pero ahora tienen presencia permanente en la zona
fronteriza con Colombia y Perú.
Antes,
los Comandos de Frontera se conocían como “La Mafia” o “Sinaloa”, pero al
denominarse Comandos Bolivarianos de Frontera se dedicaron casi exclusivamente
al narcotráfico y buscaron una alianza con otra franquicia disidente de las
Farc: la Segunda Marquetalia, liderada por ‘Iván Márquez’, exjefe negociador
del Acuerdo de Paz.
En
Puerto Leguízamo, los dos grupos combaten entre los ríos Caquetá y Putumayo.
Los lugareños suelen escuchar las balaceras. El miedo se instala entre la
población cuando comisiones armadas pasan por el río, y las comunidades no
saben si desembarcarán o seguirán su camino.
“Dos
en esta casa no puedan vivir”, dice un líder indígena oriundo del río Caquetá.
No es únicamente una disputa por los territorios de cultivo de la coca, sus
derivados y el tránsito hacia los compradores en Ecuador y Brasil; sino también
por el control social de las comunidades y la legitimidad política que buscan.
Ambos grupos armados se encuentran en conversaciones con el gobierno de Petro
para participar en la ‘Paz Total’ mientras continúan sus guerras.
Coca
y deforestación: los impactos llegan a Perú
“Siempre
ha habido sembríos. ¿De qué se va a vivir si nadie nos compra nada. Vienen los
colochos [colombianos], pagan bien, y con el hambre no se espera”, dice un
líder indígena del Putumayo peruano que prefiere no ser identificado. Él
asegura que los grupos combaten en el lado colombiano, no al otro lado de la
frontera. En 2019 y 2020 recuerda que varios colombianos aparecieron muertos en
Perú, tal vez por ajustes de cuentas.
La
producción de pasta base tiene un arraigo de décadas en la zona. Un informe del
Congreso peruano de 2003 ya se refería a la “fronterización de la coca”, y
señalaba a Putumayo como una de las zonas de expansión de este cultivo desde
1990, aunque los cultivos ya existían desde 1984. En 2021 el Putumayo peruano
registró un incremento de 37 por ciento en las áreas cultivadas: de 1.597
hectáreas en 2020 a 2.193, según datos de la Comisión Nacional para el
Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA). Aún con ese incremento, de acuerdo a
esta fuente oficial, el Putumayo representa poco más del 2,7 por ciento de las
áreas de coca sembradas en Perú.
“El
negocio se puso berraco en mi tierra. Entre los paras y la fumigada, qué se
podía hacer. Entonces, con mi vieja nos vinimos pal Perú. Uno hace sus
negocitos, se hace platica, no se mete uno con nadie. Si hay algún problema,
sabe con quien quejarse”, dice Gustavito*, un colombiano que lleva 20 años en
El Estrecho, capital de la provincia peruana de Putumayo, punto de tránsito
para todos los negocios legales e ilegales. Gustavito llegó desde La Chorrera,
en Colombia, a finales de los 90. La mayoría de los negocios en El Estrecho son
de colombianos. Aún así, todos se quejan por la falta de trabajo y la miseria
del pueblo.
El
consumo de cerveza y los alojamientos son principalmente propiedad de
colombianos que se han establecido en suelo peruano. Todos dicen ser
comerciantes y forman una comunidad unida. Para ellos, El Estrecho es un pueblo
tranquilo, ideal para descansar. Los indígenas que viven en el pueblo no dejan
de verlos con desconfianza, pero las preguntas sobre El Estrecho siempre tienen
la misma respuesta. “Acá todo siempre es tranquilo”, repiten.
Pero
entrando en confianza se conoce la realidad. “Los disidentes (de las Farc), los
Sinaloas, esos vienen cada tantas noches. A consumir, a bailar, a buscar a las
chicas. La Policía y la Marina saben, pero no se quieren meter”, cuenta
Allison*, sentada en su pequeño puesto de comida. Los nombres de estos
visitantes son confusos para mucha gente. Nadie quiere preguntas en El
Estrecho.
“Abrir
un bar acá sería un buen negocio”, dice Gustavito. El consumo calculado de
cerveza colombiana en El Estrecho, el pueblo que dice vivir en la miseria,
supera los 480.000 soles al mes, unos 125.000 dólares. Los negocios se
sostienen con las compras de los visitantes, quienes a su vez se lucran con la
pobreza de la gente, la contaminación por la minería y la deforestación.
El
impacto de la tala en el Putumayo peruano, según el portal oficial GeoBosques,
fue de 16.061 hectáreas en los últimos 21 años. Desde 2016, cuando se firmó el
Acuerdo de Paz en Colombia, la deforestación empezó a dispararse del lado
peruano.
El
sistema de información de lucha contra las drogas (SISCOD), que forma parte de
DEVIDA, reporta la evolución del narcotráfico en la zona, que coincide con el
crecimiento de la deforestación del lado peruano. La expansión de los cultivos
está relacionada con la deforestación y el incremento de cultivos en el
Putumayo de ese país. El Observatorio Peruano de Drogas muestra la misma
información.
Una
sustitución fallida.
Mientras
la decepción con los proyectos del PNIS crecía en Colombia, muchos agricultores
locales se enfrentaban a la realidad: la coca es la única economía viable en la
región. En 2016, el Putumayo colombiano contaba con 25.162 hectáreas; en 2021
se midieron 28.205 en el departamento. Pero los cultivos no solo crecieron del
lado colombiano. Justamente es en la amazonía peruana, donde ha aumentado la
cantidad de cultivos de coca y la deforestación a partir de la firma de paz en
Colombia. Varios cocaleros que participaron en el PNIS volvieron a sembrar al
lado peruano de los ríos fronterizos.
“Las
canchas de coca en Perú son hijodeputamente grandes”, dice un caqueteño, dueño
de una plantación de coca y exsoldado del ejército colombiano. Antes de la
pandemia compró 10 hectáreas al lado peruano del río Putumayo para sembrar coca
en el mercado negro de tierras, y ahora lo está vendiendo a 100 millones.
Un
representante de COCCAM, la Coordinadora Nacional de Cultivadores y
Cultivadoras de Coca Amapola y Marihuana, quien vivió en Puerto Leguízamo,
salió desplazado luego de varias amenazas y un atentado. Como firmante del PNIS
no recibió los incentivos prometidos tras erradicar sus cuatro hectáreas de
coca. “Esto fue un incumplimiento total”, dijo. Muchos de los otros signatarios
del PNIS en Puerto Leguízamo cruzaron el río. “El tema en Perú es que en gran
parte limita con nuestro país, especialmente en frontera con [Puerto]
Leguízamo, y allá el tema del ejército y orden público se presta más para
trabajar con estos cultivos”, explica.
“La
zona es muy tranquila para ellos”, dijo un funcionario en Puerto Leguízamo. “La
ley peruana no les persigue”. La región del Alto Putumayo en Perú está menos
poblada y hay menos control de las autoridades. En el Putumayo colombiano se
erradicaron 16.190 hectáreas de cultivos de coca entre 2016 y diciembre de
2022, según datos proporcionados por la Brigada de Selva Nº27.
Con
el aumento de los cultivos, una parte de los Comandos de Frontera también migró
al otro lado. El grupo incentivó a los cocaleros colombianos a aumentar sus
fincas en Perú. Según el representante de la COCCAM, el repunte de la coca en
Perú durante la expansión de los grupos armados colombianos al otro lado de la
frontera no es una coincidencia. “Los grupos ilegales se aprovechan de familias
que no tienen un sustento (…) Se les llevan a sembrar allá”, dice.
Los
miembros de las comunidades indígenas de Perú también han sido atraídos por la
economía de la coca. Algunos profesores peruanos cuentan que los alumnos dejan
las escuelas para trabajar con la hoja. “Luego regresan con celulares, se
vuelven borrachos y algunos ya vienen enviciados, porque parece que les dan
droga también (…). Los ves como loquitos buscando esa cochinada”.
“Nosotros
condenamos a los ilegales, pero qué podemos hacer cuando los hermanos ya se han
comprometido con los delincuentes”, dice un dirigente indígena en la Amazonía
peruana. “Los más jóvenes quieren entrar al negocio. Los jalan para
raspachines, para trabajar con la madera. Buena plata dicen que ganan, pero
algunos solo se van y nunca regresan”, dice otro líder local.
Los
cocaleros, mayormente colombianos, usan a los Comandos de Frontera como un
banco que da créditos y les dicen “la empresa”. “Yo le doy a usted cinco
millones, y cuando usted empieza a producir estos cinco millones de pesos, me
va a pagar en pasta base de coca. Así funciona muchas veces el negocio”, dice
un raspachín de Puerto Leguízamo.
En
la zona de Pacora, terreno de juego de los Comandos de Frontera en Perú, se ha
visto un crecimiento enorme de la siembra. “Esa es la zona donde hay la mayor
cantidad de cultivos ilícitos,” dice el raspachín de Puerto Leguízamo. “En
Pacora es fácil sobornar a las autoridades indígenas y a la fuerza pública
peruana”, agrega un líder indígena colombiano.
Los
datos oficiales de Perú muestran cómo gran parte de la producción cocalera del
Putumayo viene ahora de territorios comunales. Desde hace algún tiempo las
estadísticas de narcotráfico en Perú están en entredicho; y se ha creado una
comisión especial del Congreso para buscar las verdaderas cifras, pero los
datos disponibles son bastante claros.
Hablan
los expertos
El
“efecto globo”, el desplazamiento de los cultivos, a veces a través de las
fronteras como consecuencia de la coyuntura política, no es nuevo, según Pedro
Arenas, investigador de la Corporación Viso Mutop, una organización que
monitorea políticas de drogas para la Amazonía. “Se registra desde los años 90.
Los cultivos han ido o han regresado, según las políticas de persecución de cada
país”, comenta sobre el caso colombo-peruano.
Para
reformar las políticas de drogas a nivel regional, el enfoque ambiental es
fundamental, según el investigador. Arenas dice que una de las plataformas
podría ser el Parlamento Amazónico, instancia que convoca a Colombia, Perú,
Bolivia, Brasil y Venezuela. Cuando se trata de Estados Unidos, dice, han
militarizado la agenda ambiental. “Lo que creemos es que los Estados Unidos
debería apoyar nuevas leyes de drogas en las Américas basadas en derechos
humanos, acceso a la salud y promoción del desarrollo”, opina.
En
Perú, Rubén Vargas, analista experto en narcotráfico y exdirector ejecutivo de
DEVIDA, dice que el crecimiento del narcotráfico en Putumayo responde
principalmente a factores exógenos. “El crecimiento de los grupos armados
organizados residuales, las antiguas Farc y su control de esa zona fronteriza,
así como la enorme demanda del mercado brasileño, son los mayores factores que
determinan el crecimiento del narcotráfico en el Putumayo. Las distancias y los
retos operativos para erradicar en esa zona dificultan las acciones del
Estado”, señala.
Por
su parte, Álvaro Pastor, investigador en narcotráfico de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, señala lo evidente: “Para que existan
actividades ilegales, como el tráfico de drogas, se requiere algún mínimo de
conexión con actores estatales”.
En
plena navidad de 2022, un año después de la masacre de Bellavista, no se ha
hecho justicia y el peligro continúa. A fines de agosto, la comunidad fue
amenazada con un desplazamiento colectivo cuando los enfrentamientos entre el
Frente Carolina Ramírez y los Comandos de Frontera eran inminentes. Entonces
dejaron una nota en la comunidad: “Le informamos que, como comunidad deben
desocupar el territorio por Max ocho días. Por su bien (sic)”.
La
comunidad no salió, pero sabe que corre riesgos. “Ese es el temor que tenemos,
que de pronto vuelve a incursionar este grupo y volvamos a vivir lo que
vivimos”, dice un indígena. Mientras tanto, en El Estrecho, las respuestas
cotidianas de la gente no cambian: “Acá todo está tranquilo”, dicen. Pero el
silencio, el temor y la necesidad hablan por sí mismas.
¿CUÁL
ES LA HISTORIA DEL POLICÍA SANTIAGO PACO, QUIEN HUYÓ A BOLIVIA Y HOY ESTÁ EN
JUICIO POR SUS CRÍMENES?
En
febrero del 2021, la Policía buscaba en un hoyo de más de 80 metros de
profundidad pistas sobre uno de los crímenes de Paco, pero descubrieron que
estaba implicado en más casos. Se trata de un hecho que estremeció a toda
Tacna.
La
República de Perú (https://bit.ly/3Wv3sUm)
Santiago
Paco Mamani tenía apenas 24 años cuando a fines del 2020 su nombre se hizo
conocido en toda Tacna. Se le vinculaba con la desaparición de la Judith
Machaca (20). Él lo negaba, pero, en poder de su esposa, la Policía Nacional
halló el celular de la mujer intensamente buscada por su familia. Paco Mamani
tenía mucho más que esconder; sin embargo, antes de verse descubierto, se dio a
la fuga.
El
28 de noviembre del 2020, Judith Machaca fue vista por última vez. La madre de
la joven, Susana Cauna, ante los medios de comunicación denunciaba que la PNP
era indiferente a su caso, fue entonces que la Multisectorial de Mujeres de
Tacna le dio su apoyo. Poco después, ante la presión, las indagaciones tomaron
más fuerza y permitieron determinar que la noche de su desaparición, Judith
abordó el vehículo del policía Paco Mamani.
El
Ministerio Público encontró una serie de pruebas que apuntaban a que Paco Mamani
y su esposa estaban involucrados; no obstante, el último día del 2020, tras un
pedido de prisión preventiva, el Poder Judicial ordenó liberar al acusado y
aceptó encarcelar a la mujer, quien tenía en su poder el teléfono móvil de
Judith.
¿Dónde
está Judith Machaca?
Las
investigaciones continuaban, pero Judith Machaca no aparecía. En Tacna había
indignación por la liberación de Santiago Paco. Luego, otro juez ordenó su
captura e internamiento en un penal; pero, para entonces, el agente policial
había huido. Las conjeturas apuntaban a que se marchó a Bolivia. En tanto, ya
no solo su esposa estaba bajo sospecha, ahora también sus padres.
Corría
el mes de enero del 2021 y la búsqueda se trasladó a los terrenos de la familia
de Santiago Paco, en La Yarada-Los Palos. Una amplia zona registraba tierra
removida. Los vecinos señalaron que días antes escucharon una explosión. Los
detectives tomaron esto como el hilo conductor hacia su objetivo: hallar a
Judith.
La
tarea no fue nada fácil y tomó muchos días. Recién a comienzos del segundo mes
del año y luego de contar con maquinaria especial que arribó a Tacna con el
único objetivo de remover la tierra que cubría un pozo de más de 80 metros de
profundidad, finalmente el 9 de febrero del 2021 encontraron el cuerpo de la
joven desaparecida.
Pero
había más. Todos los policías, detectives, peritos, la Fiscalía y los
familiares de Judith quedaron sorprendidos cuando se daban cuenta de que en
aquel profundo pozo yacía el cuerpo de otra persona. Las indagaciones posteriores
y los estudios determinaron que la víctima era Noemí, una adolescente de 15
años, no habida meses atrás y cuya desaparición pasó por agua tibia. Así como
en un comienzo la PNP no tomó importancia en el caso de Judith, lo mismo
sucedió con Noemí, comentaría su familia a los medios de comunicación.
¿Dónde
está Santiago Paco?
Los
crímenes de Santiago Paco comenzaban a salir a la luz y el agente simplemente
había desaparecido sin dejar rastro. El hecho estalló en Tacna y fue necesaria
la llegada de un equipo especial para las investigaciones sobre todo lo que
ocurría realmente con la Policía. Todo esto luego de que Paco, desde la
clandestinidad, acusara de que en la institución funcionaba una red de trata de
mujeres. Incluso, dio nombres.
Después
de casi un año, el escurridizo Santiago Paco fue detenido en Bolivia el 4 de
noviembre del 2021. A su arribo a Tacna, dijo ser el responsable de los
crímenes de Judith y Noemí, pero no quiso pronunciarse sobre la presunta red de
trata de mujeres presente en la Policía.
Actualmente,
el crimen de Judith se encuentra en juicio y Paco está en el banquillo de los
acusados. Se espera que en las próximas semanas se conozca la sentencia.
Canales
de ayuda
Si
eres o conoces a alguien que ha sido afectada o involucrada en hechos de
violencia familiar o sexual, comunícate de manera gratuita a la Línea 100 del
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, que cuenta con un equipo
especializado en “brindar información, orientación y soporte emocional”.
Además,
la Línea 100 tiene la facultad de derivar los casos de violencia familiar o
sexual más graves a los Centros de Emergencia Mujer o al Servicio de Atención
Urgente. Este servicio atiende las 24 horas, todos los días del año (incluye
feriados).
SEVILLA
Y BOLIVIA, DE LA MANO
Mucho
Deporte de España (https://bit.ly/3VwZsBC)
La
firma de ingeniería sevillana Grupo Argenia ha sacado adelante una de las
mayores obras de ingeniería de los últimos años en La Paz (Bolivia), el nuevo
estadio del FC Bolívar, que ha desarrollado junto a L35 Architects, el equipo
que ha remodelado el estadio Santiago Bernabéu de Madrid.
En
un comunicado, la empresa sevillana ha detallado que el estadio boliviano es
uno de sus últimos trabajos, con una inversión de 35 millones de euros para
sacar adelante un recinto con capacidad para 20.000 espectadores, que se espera
inaugurar el 12 de abril de 2025, coincidiendo con el aniversario del club
boliviano.
La
firma sevillana cumple 20 años de vida en plena expansión internacional, con
proyectos destacados en países como Bolivia, El Salvador, Perú, Georgia, entre
otros, y con la meta puesta en potenciar esa labor para conseguir que el 50 %
de su facturación privada sea internacional en 2023.
Argenia
es el resultado de la voluntad emprendedora de dos estudiantes recién salidos
de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Sevilla, José Malavé y
José Antonio Morales, CEO y socio de la firma, respectivamente, quienes hace
ahora 20 años pusieron en marcha un pequeño estudio de ingeniería.
Grupo
Argenia comenzará 2023 con el nuevo Centro Común de Investigación (JRC) de la
Comisión Europea en Sevilla, para el que trabajan más de 400 investigadores de
30 nacionalidades, junto al estudio danés Bjarke Ingels Group (BIG).
Argenia, que cuenta con
sedes en Lima desde 2012 y en Madrid desde 2018, ha trabajado en proyectos a
nivel nacional con firmas como McDonald’s, Volkswagen, Audi, Carrefour o
Plenoil, entre otras; así como en proyectos industriales y logísticos para
multinacionales como Rioglass, Oromas, Coca-Cola, DHL, Sandfire, Schott Solar,
Crown Cork, Aerotecnic o AQ Acentor.
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