MOTÍN EN BOLIVIA. DOS DÉCADAS DESPUÉS DEL FIN DE LA GOBERNANZA NEOLIBERAL, EL PAÍS ESTÁ EXPERIMENTANDO UNA ESPECIE DE DESCOMPOSICIÓN ESTRUCTURAL
El palacio presidencial, que se erige
en la plaza Murillo, flanqueado por la catedral de La Paz y por la Asamblea
Legislativa Plurinacional, ha sido escenario de innumerables intentos violentos
de acceder al poder político. Se le conoce como el Palacio Quemado, después de
que fuera incendiado durante un levantamiento fallido en 1875. A pesar de esta
historia, fue toda una conmoción en el país que el pasado 26 de junio catorce
vehículos blindados irrumpieran en la plaza y forzaran de par en par la puerta
del palacio. El jefe de la incursión, el general Juan José Zúñiga, entró en el
recinto acompañado por los jefes de la marina y la aviación y fue recibido por
el presidente Luis Arce Catacora. Arce le ordenó que retirara sus tropas.
Zúñiga se negó. El enfrentamiento duró varios minutos antes de que Zúñiga
volviera a subir a su vehículo y se retirara al cuartel general del ejército en
Miraflores.
Más tarde Zúñiga declaró a los
periodistas que su objetivo era tomar los edificios del gobierno y «restablecer
la democracia» por medios militares. Denunció al gobierno de Arce y pidió la
liberación de los presos políticos, incluidos los líderes de la revuelta
derechista de 2019, que derrocó a Evo Morales. Cuando Arce tomó juramento a los
nuevos mandos militares, Zúñiga fue detenido y encarcelado. Sin embargo, para
entonces ya había contradicho sus declaraciones anteriores y declarado que en
realidad había sido el propio presidente quien le había ordenado organizar el
acto en un intento de apuntalar su tambaleante gobierno.
A raíz de la intentona fallida de
golpe, se produjo una oleada de apoyo a Arce en la ciudad de El Alto, de
mayoría indígena, y entre determinados sectores de los movimientos sociales.
Sin embargo, muchos de los críticos del gobierno, tanto de izquierda como de
derecha, creyeron a Zúñiga. Morales, que sigue liderando el partido gobernante
Movimiento al Socialismo (MAS), a pesar de haber sido desbancado de la
presidencia en 2019, y de que es el principal rival de Arce en las elecciones
presidenciales de 2025, afirmó que el gobierno había orquestado el incidente
para conseguir el favor popular. La oposición derechista de las tierras bajas,
esto es, de los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando, y las clases medias
urbanas coincidieron en que todo era un puro espectáculo político.
Para ser un intento de golpe de
Estado fue ciertamente extraño. No hubo disparos ni ocupaciones de edificios
gubernamentales. Pero si fue un montaje, ¿por qué Zúñiga y sus cómplices
aceptaron el papel de cabezas de turco? Este turbio episodio y las respuestas
contradictorias suscitadas en torno al mismo, ofrecen un punto de acceso
privilegiado al estado de crisis que vive Bolivia en estos momentos. Dos
décadas después del fin de la gobernanza neoliberal, el país está
experimentando una especie de descomposición estructural. La economía sufre una
situación de declive constante, el liderazgo del MAS se encuentra profundamente
dividido, las instituciones estatales son objeto de una intensa erosión y es
difícil encontrar proyectos coherentes de renovación nacional.
Sin embargo, al igual que otros
proyectos ligados a las revoluciones bolivarianas, el modelo del MAS dependía
del incremento de los precios de las materias primas registrado durante la
década de 2000. En el momento en que estos comenzaron a descender en 2014,
aquel comenzó a tambalearse, agravándose su situación ulteriormente cuando en
2020 la pandemia de la Covid-19 desencadenó la consabida recesión mundial y una
inflación galopante. Desde entonces, las arcas del Estado se han vaciado debido
a la disminución de la producción y las exportaciones de combustibles fósiles.
Bolivia recaudó en 2014 5,5 millardos de dólares en concepto de rentas
generadas por la explotación de gas natural y 6,6 millardos procedentes de su
venta en el exterior, frente a los 1,8 y 2,1 millardos registrados
respectivamente por ambos conceptos en 2023. Sus exportaciones de minerales
siguen siendo importantes, pero aportan escasos ingresos a las arcas públicas,
porque la estructura fiscal favorece a los productores mineros organizados en
cooperativas. A pesar de la riqueza de hidrocarburos del país, el gobierno
sigue importando combustible para el consumo popular y aún no ha
industrializado sus reservas de litio, potencialmente rentables.
Entretanto, las reservas de divisas
han caído de 15,1 a 1,8 millardos de dólares durante la última década. El
gobierno se ha endeudado para cubrir sus pérdidas, lo cual ha colocado la deuda
externa en torno al 30 por 100 del PIB, pero ha optado por mantener muchas de
las políticas redistributivas previamente existentes, incluidas las
transferencias directas de dinero a los pobres y los precios subvencionados del
combustible, lo cual ha mermado aún más el presupuesto estatal. Como resultado
de todo ello, la inversión pública se ha reducido a la mitad entre 2016 y 2022.
El valor oficial de la moneda es de 6,97 bolivianos por dólar, pero el cambio
puede llegar a 9,20 en el mercado negro. La escasez de dólares y combustible ha
generado frustración en todas las clases sociales. A finales de junio, el
gobierno se enfrentó a una huelga del sector del transporte pesado. Estas
cuestiones hicieron verosímil la hipótesis de que el asunto de la Plaza Murillo
hubiera sido confeccionado como un ejercicio de distracción.
La crisis económica de Bolivia
coincide con la crisis política. El abismo existente entre el presidente Arce y
Morales, jefe del MAS, parece insalvable. Morales ataca sistemáticamente a su
antiguo camarada, denunciándolo como un traidor al «proceso de cambio», que ha
vuelto al statu quo neoliberal precedente.
Arce, por su parte, afirma que las
críticas públicas de Morales equivalen a colaboración con la derecha. La verdad
es que Arece y Morales no difieren demasiado en cuanto a sus políticas o
principios, dado que ambos pretenden utilizar los recursos naturales del país
para sostener un modelo de desarrollo que combina las empresas públicas y las
privadas, ambos apuestan por mitigar la desigualdad mediante la redistribución
de rentas, ambos desean incorporar a los sectores indígenas y populares a la
vida política y ambos quieren preservar cierta autonomía respecto a Washington.
Las diferencias entre ambos son en gran medida una cuestión de estilo político
(Morales es combativo, Arce apacible) y producto de las cambiantes
circunstancias económicas (inicialmente favorables para Morales, mucho menos
propicias para Arce).
El principal punto de discordia gira
en torno a quién ejerce mayor poder en el seno del MAS. La frustración de
Morales comenzó en 2021, cuando el presidente Arce ignoró su consejo de cambiar
la composición del gabinete.
La animosidad no ha hecho más que
aumentar en parte debido al caudillismo que se ha instalado en la cultura
política del MAS, a su vez promovido por el culto a la personalidad surgido en
torno al a persona de Morales, que se remonta a sus días como líder del
movimiento cocalero y que fue hipertrofiado por el ideólogo del MAS Álvaro
García Linera, cuya teoría del evismo presentaba a Morales como un héroe
revolucionario insustituible, único en el siglo. Sin embargo, desde que asumió
el cargo Arce ha desarrollado sus propias ambiciones personales y ha cultivado
a sus seguidores leales.
Aunque los índices de aprobación de
Arce han descendido de aproximadamente el 50 a tan sólo el 18 por 100, la
candidatura de Morales para sustituirle se enfrenta a importantes problemas de
legitimidad. Morales gestionó la aprobación de la Constitución de 2009, que
sólo permitía dos mandatos presidenciales consecutivos. Sin embargo, en 2013 el
Tribunal Constitucional Plurinacional dictaminó que su primer mandato no debía
contar, ya que precedía al nuevo marco constitucional, lo cual le permitiría
concurrir a las elecciones y disfrutar eventualmente de un tercer mandato. En
2016 Morales convocó un plebiscito para modificar la Constitución y poder
presentarse de nuevo, pero la iniciativa fue rechazada por un estrecho margen.
Al año siguiente, una nueva sentencia declaró que la limitación de mandatos
violaba los derechos humanos de Morales y le permitió presentarse a las
elecciones de 2019. Esta carrera al filo de la navaja concluyó con la victoria
de Morales y las protestas de la oposición. Las protestas de la clase media
contra el «fraude electoral» culminaron en violencia callejera y ataques a
funcionarios del MAS. La Organización de Estados Americanos, respaldada por la
Casa Blanca de Trump, declaró ilegítima la victoria. Tanto los movimientos
sociales como las fuerzas de seguridad instaron a Morales a dimitir para evitar
un conflicto mayor. Temiendo por su vida, el presidente huyó del país, poniendo
fin al gobierno civil más largo de la historia de Bolivia.
Los militares tomaron juramento a la
senadora Jeanine Añez en noviembre de 2019 para encabezar un régimen de derecha
no electo. Su gobierno recurrió a una violenta represión para silenciar a sus
críticos y perpetró dos masacres que dejaron veintiún manifestantes muertos y
cientos de heridos. Profundamente impopular, Añez se estrelló contra la derrota
electoral en las elecciones del año siguiente, que ganó Arce obteniendo el 55
por 100 de los votos. Morales regresó entonces del exilio y se preparó para su
próxima campaña presidencial, aduciendo que la Constitución no excluye los
mandatos discontinuos. Sin embargo, sus repetidos intentos de aferrarse al
poder y controlar el aparato del partido han erosionado su prestigio popular.
Arce ha intentado utilizar su influencia institucional para bloquear el regreso
de Morales a la presidencia y este ha represaliado tanto a Arce como al
vicepresidente David Choquehuanca, decretando su expulsión del partido.
Aún no está claro cómo se
desenvolverá esta lucha de poder. El MAS se fundó en 1997 como un híbrido entre
partido político y federación de movimientos sociales (su nombre completo es
Movimiento por el Socialismo - Instrumento Político por la Soberanía de los
Pueblos). Aunque Morales es el líder, no tiene poder para designar candidatos
electorales, ya que estos deben ser elegidos mediante las correspondientes
asambleas del partido contando con la participación de los movimientos
sociales, que actualmente están alineados con la facción de Arce. La
polarización del MAS le impide designar un candidato. Los dos bandos están
demasiado alejados para entablar siquiera negociaciones.
El enfrentamiento de la Plaza Murillo
muestra esta división. Tres días antes, Zúñiga, otrora estrecho aliado de Arce,
denunció públicamente a Morales y prometió impedir que volviera a ocupar el
cargo presidencial.
Este arrebato violó una prohibición
constitucional sobre la interferencia militar en los asuntos políticos y Arce
lo destituyó de su cargo. Poco después el general inició el motín. En su
tête-a-tête fuera del palacio, Zúñiga acusó a Arce de traicionarle. Así pues,
el episodio podría considerarse una derivación de la lucha entre Arce y
Morales, desencadenada por los excesivos intentos de Zúñiga de ponerse del lado
del primero contra el segundo.
La acritud entre arcistas y evistas
también ha infligido graves daños tanto al poder legislativo como al judicial.
Las elecciones judiciales de 2023 no pudieron celebrarse a tiempo debido al
bloqueo existente entre ambas facciones en la Asamblea Legislativa, lo cual
provocó que el actual Tribunal Constitucional Plurinacional prorrogara su
mandato. Esta decisión propició que los evistas, ya soliviantados porque
consideran que la institución muestra una clara preferencia por Arce,
denunciaran sus fallos como ilegítimos. Al mismo tiempo, las luchas intestinas
en la Asamblea Nacional han frustrado acciones importantes como la aprobación
de préstamos y las negociaciones sobre el litio con posibles inversores
extranjeros. Préstamos por valor de casi 1 millardo de dólares, destinados a
proyectos que incluyen el desarrollo de infraestructuras, la titulación de
tierras y las obras de regadío, han sido decididos por el ejecutivo, pero
retenidos por el bloque evista, que insiste en que no deben aprobarse hasta que
se hayan celebrado las elecciones judiciales.
Mientras el MAS sigue desgarrándose,
la derecha boliviana continúa luchando por construir una oposición consistente
tras el descrédito sufrido como consecuencia del desastroso mandato de Añez.
Tanto ella como Luis Fernando Camacho, gobernador del departamento de Santa
Cruz, cumplen condena por su participación en el derrocamiento de Morales. No
ha surgido ningún candidato para sustituirlos y el bloque conservador se halla
acosado por profundas divisiones. Dada la fuerza de la oposición popular al
neoliberalismo, no pueden ofrecer ningún programa alternativo al nacionalismo
de izquierda del MAS. De hecho, la debilidad registrada en el seno de la
derecha ayuda a explicar por qué han proliferado de un modo tan gratuito las
hostilidades personales y entre facciones dentro del partido gobernante.
Por otro lado, resulta obvio que el
MAS ha perdido un grado significativo de control sobre las fuerzas armadas.
Morales había cuadruplicado el gasto militar con la esperanza de asegurar su
lealtad. Inesperadamente, sin embargo, cuadros de todos los niveles se
volvieron contra el presidente tras las elecciones de 2019 y ayudaron a la toma
del poder por la derecha. Hasta el mes pasado, el gobierno de Arce parecía
tener a los militares bajo control una vez más. Sin embargo, ahora es evidente
que las divisiones existentes dentro del MAS han desestabilizado las
estructuras de mando y facilitado la intervención armada en el proceso
político. Quienes afirman que el motín de Zúñiga fue un montaje no tienen en
cuenta hasta qué punto el ejército puede actuar de forma autónoma respecto al
gobierno electo.
Los movimientos sociales de Bolivia
también han recuperado una autonomía significativa respecto al Estado y pueden
ser decisivos a la hora de determinar el resultado de las luchas políticas en
curso. Entre 2000 y 2005 fueron con diferencia la fuerza más poderosa del país,
contándose entre sus logros el derribo del gobierno de Gonzalo Sánchez de
Lozada, el establecimiento de la agenda para la transformación económica y
constitucional de Bolivia y la propulsión de Morales y el MAS a las más altas
magistraturas del Estado. Sin embargo, tras la derrota de la oposición de
derecha y la aprobación de la nueva Constitución en 2009, el poder político se
centralizó cada vez más y los movimientos sociales pasaron a estar bajo el
control del MAS. Cuando el partido gobernante fue incapaz de cooptarlos,
recurrió a tácticas represivas para debilitar a los dirigentes de base y, en
algunos casos, optó por crear organizaciones paralelas.
Morales siempre ha podido controlar a
las organizaciones sindicalistas de los campesinos cocaleros de las tierras
bajas del Chapare. Pero durante su mandato, otras organizaciones populares, que
constituyen la coalición Pacto de Unidad, se fueron alineando, voluntariamente
o bajo una presión sostenida, con su gobierno. Cuando cayó este, estas
organizaciones recuperaron gran parte de su independencia política. Aunque
nunca recuperaron el papel de vanguardia, que habían desempeñado a principios
de la década de 2000, fueron eficaces a la hora de organizarse contra el
régimen de Añez y garantizar el regreso del MAS al poder de la mano de Arce. A
medida que el antagonismo en el seno del MAS se intensificaba, el Pacto de
Unidad siguió apoyando al gobierno de Arce, mientras que los cocaleros se
mantuvieron al lado de Morales. Los movimientos sociales han aumentado su
influencia dentro del MAS y han reafirmado su capacidad de movilización a gran
escala. El 26 de junio, cientos de personas rodearon espontáneamente la Plaza
Murillo y se enfrentaron a las tropas en la calle. Esta intervención popular
fue probablemente uno de los factores que evitaron un estallido de la violencia
e impidieron que los militares tomaran el poder.
A pesar del interregno de Añez,
Bolivia ha sido uno de los países más resistentes del ciclo de las revoluciones
bolivarianas. Sin embargo, sus problemas económicos y políticos se ven ahora
agravados por una difícil coyuntura internacional. El gobierno debe hacer
frente a la antigua animadversión de Estados Unidos, así como al giro
reaccionario imperante en Europa y al punto muerto registrado en América
Latina, donde la izquierda se ha enfrentado durante los últimos años a
proyectos restauracionistas y populistas de derecha. El enfrentamiento acaecido
en la Plaza Murillo demuestra que la disensión dentro del MAS ha creado
oportunidades para que las fuerzas reaccionarias, extranjeras y nacionales,
causen estragos en el país. Los adversarios de Arce pueden tachar la intentona
de Zúñiga de mero simulacro de la historia, pero el episodio refleja una
tendencia absolutamente real al hilo de la cual el estancamiento del denominado
«proceso de cambio» ha abierto la puerta a potenciales gobernantes
autoritarios.
Esta descomposición no tiene nada de
inevitable. ¿Cuáles son las alternativas posibles? El MAS ha estado gravitando
hacia China, los BRIC y la desdolarización para abordar los obstáculos
económicos estructurales del país. La extracción de litio sigue siendo el sueño
de los desarrollistas, mientras que los ecologistas se enfrentan a una ardua
lucha a la hora de defender la necesidad de una transición verde. Las fuerzas
populares están en buena posición para contrarrestar el caudillismo, quizá
inspirándose en las culturas políticas indígenas que favorecen la
descentralización y la autoridad rotatoria. Sin embargo, estas sendas rara vez
son objeto de debate abierto o de contestación. En vísperas de la celebración
del bicentenario de la declaración de independencia del país en 2025 parece que
el punto de partida para vislumbrar la revitalización de Bolivia es reconocer
la profundidad de su crisis actual. (https://acortar.link/01MeEj)
EVO MORALES DIJO QUE EL ALZAMIENTO
MILITAR EN BOLIVIA FUE UN “SHOW” DEL GOBIERNO CON IMPACTO EN LA ECONOMÍA
El ex presidente indicó que el “dólar
se disparó” tras el suceso y mostró su preocupación por la especulación y la
inversión privada tras el alzamiento del general Juan José Zúñiga, que ejercía
en ese momento como comandante general
Infobae de Argentina
(https://acortar.link/XeqiAG)
El ex presidente Evo Morales señaló a
EFE que el futuro de Bolivia a largo plazo no depende del litio sino del sector
agropecuario, reiteró sus críticas en contra del Gobierno de Luis Arce por la
caída en la producción del gas y dijo que el alzamiento militar del pasado mes
fue un “show” del Ejecutivo, un “golpe a la economía” del país.
“No importa si fue golpe, autogolpe o
contragolpe, el verdadero golpe fue a la economía”, mencionó Morales desde la
ciudad de Cochabamba.
Morales indicó que el “dólar se
disparó” luego del “show que armó el Gobierno” y mostró su preocupación por la
especulación y la inversión privada tras el alzamiento del general Juan José
Zúñiga, que ejercía en ese momento como comandante general del Ejército
boliviano.
El ex presidente ha puesto en duda el
alzamiento armado de Zuñiga del 26 de junio desde el primer día.
“Estaba preparado este autogolpe, que
todos (los militares) iban a salir al exterior, pero, Lucho traicionó, el
autogolpe se adelantó” remarcó Morales.
El ex mandatario atendió a EFE desde
su casa en Cochabamba, territorio que es su bastión político y sindical,
después de visitar a sus “pescados” en un criadero que tiene en el Trópico de
Cochabamba, región también conocida por la siembra de hoja de coca.
“Zuñiga es mi jefe de campaña igual
que (Manuel) Rocha en su tiempo”, agregó Morales, refiriéndose a la entrevista
que dio el destituido jefe militar en donde amenazó con arrestarlo si se
presentaba como candidato presidencial en 2025.
Morales aseguró que las declaraciones
de Zuñiga y otros funcionarios del Gobierno de Arce en su contra han hecho que
las personas “se pongan de su lado”.
Mientras que Manuel Rocha, quien fue
embajador de Estados Unidos en Bolivia durante la primera elección de Morales a
la Presidencia, también lo habría ayudado a “ganar popularidad” en su momento
al criticarlo, indicó el ex mandatario.
Rocha ahora se encuentra encarcelado,
después de ser sentenciado a 15 años de prisión en Estados Unidos acusado de
ser un espía de Cuba.
El líder del MAS también dijo que la
señal más grande de la “derechización” de Arce es que Estados Unidos y la
Organización de Estados Americanos “tuitearon” a su favor durante lo que el
Gobierno aseguró fue un fallido “golpe de Estado”.
“¿Cuándo Estados Unidos van a
defender a un gobierno de izquierda?”, enfatizó Morales.
El también líder del oficialista
Movimiento al Socialismo (MAS), aseguró a EFE que el futuro de Bolivia a largo
plazo no depende del litio sino del sector agropecuario, y dijo que de regresar
a la Presidencia boliviana tiene “propuestas de ley para tecnología
“agropecuaria”, (para) “liberar productos como carne y soja”.
Aunque indicó que a mediano plazo
“hay que acelerar” la producción de litio porque Bolivia se encuentra rezagada
en esa industria.
“Se necesita extracción directa de
litio”, afirmó Morales, quien también reprochó que el Gobierno de Luis Arce no
aprovechó la planta piloto que su gestión dejó, “apenas al 60% (de producción)
llegaron”.
También mencionó que él le había
advertido al presidente Arce que el gas natural se podría agotar y que era
arriesgado “depender de un solo producto” para sostener la economía del país
andino.
Morales contó que cuando llegó a la
Presidencia boliviana en 2006 la producción de gas natural era de 30 millones
de metros cúbicos al día, y cuando la dejó se producían alrededor de 60
millones de metros cúbicos al día.
“Un día Lucho (Arce) me dice que bajó
(la producción) a 46 millones de metros cúbicos al día y que en 2025 vamos a
estar con 30 millones de metros cúbicos al día”, indicó Morales.
El ex presidente aseguró que le pidió
a Arce que “le mandara” sus técnicos para entender la situación del gas
natural, pero que él lo ignoró cuatro veces.
“Nunca dicen la verdad”, en relación
con la situación del gas natural en Bolivia, afirmó.
Al menos en las dos últimas décadas,
el gas natural fue el producto estrella de exportación de Bolivia y el sustento
de su crecimiento económico, con Brasil y Argentina como principales mercados,
pero en los últimos años se ha advertido una disminución en la producción y los
ingresos.
¿QUIÉN ES EVO MORALES, EX PRESIDENTE
DE BOLIVIA QUE VE ESPERANZA EN LA PRESIDENCIA DE CLAUDIA SHEINBAUM?
El ex presidente de Bolivia ve
esperanza en la presidencia de Claudia Sheinbaum para América Latina y señala
que es un triunfo para todas las mujeres, pero, ¿quién es Evo Morales?
SPD Noticias de México
(https://acortar.link/Jho1wa)
El ex presidente de Bolivia declaró
que ve esperanza para América Latina con la presidencia de Claudia Sheinbaum,
además de que es un triunfo para todas las mujeres, pero, ¿quién es Evo
Morales?
Desde el domingo 2 de junio, cuando
Claudia Sheinbaum ganó las elecciones 2024, Evo Morales declaró que en México
hay un “cambio profundo” que impulsado por el presidente Andrés Manuel López
Obrador (AMLO).
Evo Morales tiene una relación de
“respeto, cariño y admiración” hacia AMLO, porque tras su renuncia a la
presidencia de Bolivia en 2019, en medio de una crisis, el presidente de México
le habría salvado la vida al darle asilo.
¿Quién es Evo Morales? Ex presidente
de Bolivia, amigo del gobierno de México y posible candidato de las elecciones
2025
Juan Evo Morales Ayma, es un ex
presidente de Bolivia, cargo que fungió desde enero de 2006 hasta noviembre de
2019, tras renunciar debido a irregularidades en las elecciones de dicho año.
En ese entonces, fue recibido por
AMLO como un amigo del gobierno de México, permaneciendo un mes y después se
trasladó a Argentina, desde donde dirigió la campaña presidencial del actual
mandatario de Bolivia, Luis Arce.
Actualmente, Evo Morales rompió
relaciones con Luis Arce, que tras el reciente intento de Golpe de Estado,
acusó de “derechizarse”, además de su intención de lanzarse como candidato para
las elecciones de Bolivia 2025.
¿Qué edad tiene Evo Morales?
Nacido en la localidad de Isallavi,
en Santiago de Andamarca, Bolivia, en 1959, Evo Morales tiene 64 años.
¿Qué signo zodiacal es Evo Morales?
El cumpleaños de Evo Morales es el 26
de octubre, por lo que su signo zodiacal es Scorpio; mientras que en el
horóscopo chino es gallo.
¿Quién es la esposa de Evo Morales?
En la actualidad, se desconoce si Evo
Morales está casado, sin embargo, son varias las parejas sentimentales del ex
presidente de Bolivia, a quien se le ha acusado de estupro.
En 2020, Evo Morales mantenía una
supuesta relación con Noemí M de 19 años, quien lo acompañó durante su exilio y
que habría conocido cuando ella tenía 16, aunque niega que iniciaron mientras
era menor de edad.
Sin embargo, Evo Morales habría
mantenido relaciones con una menor de 15 años a quien dejó embarazada, Gabriela
Zapata, hechos que ocurrieron en 2015, cuando el ex presidente le llevaba 40
años.
Anteriormente, Evo Morales también
mantuvo una relación con Francisca Alvarado, que en 2021 ingresó al cuerpo
diplomático de Bolivia en Ecuador según medios locales.
Y Marisol Peredo, a quien abandonó
tras dos años de relación y que habría sido víctima de agresiones por parte de
Evo Morales.
¿Cuántos hijos tiene Evo Morales?
Reconocidos, Evo Morales tiene dos
hijos, Evaliz Morales Alvarado, a quien dio su apellido cuando tenía 7 años;
actualmente tiene 29 y es hija de Francisca Alvarado.
Así como Álvaro Morales Peredo, fruto
de su relación con Marisol Peredo, a quien presuntamente, de acuerdo con un
reportaje de 2020, le habría negado dinero para sus medicinas.
Aunque se presume que Evo Morales
tendría un tercer hijo, con Gabriela Zapata, quien le habría dicho que estaba
muerto, pero que en realidad fue un engaño para el ex presidente de Bolivia.
¿Qué estudió Evo Morales?
Evo Morales concluyó el servicio
militar obligatorio en el Regimiento Ingavi IV de Caballería, en La Paz, así
como su bachillerato, mientras ejercía el oficio de panadero, obrero,
futbolista y trompetista de la banda Real Imperial.
Pese a que le hubiera gustado según
sus biografías, Evo Morales no habría estudiado más allá del bachillerato.
¿En qué ha trabajado Evo Morales?
Tras regresar del servicio militar,
Evo Morales se convirtió en agricultor de la coca, además de sindicalista en
1983, en donde comenzó su trayectoria y su reconocimiento.
Ya que en 1988 se convirtió en
secretario ejecutivo de la Federación del Trópico de Cochabamba, para continuar
su lucha con los cocaleros lo que le valió para la nominación al Premio Nobel
de la Paz.
A su vez, Evo Morales refundó el
partido que lo llevó a la presidencia, Movimiento al Socialismo en 1997 (en
donde continúa como su dirigente), cuando ya era diputado en el Congreso de
Bolivia.
Además, Evo Morales es presidente del
Club Atlético Palmaflor y fungió el mismo cargo pro tempore tanto de la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y caribeños (de 2018 a 2019) y de la
Comunidad Andina en 4 diversas ocasiones.
Igualmente, Evo Morales fue
presidente de Bolivia desde 2006 a 2019, en diversos mandatos.
Evo Morales dice que ve esperanza
para América Latina con presidencia de Claudia Sheinbaum
Fue en entrevista para EFE que Evo
Morales declaró ver una esperanza para América Latina con presidencia de
Claudia Sheinbaum, además de que significa un triunfo para todas las mujeres.
Igualmente, definió a Claudia
Sheinbaum como una persona “humilde, con mucho conocimiento”, recordando las
reuniones que tuvo en el pasado con la virtual presidenta, cuando todavía era
jefa de gobierno de Ciudad de México.
Por lo mismo, asegurando que seguirá
la línea de AMLO, Evo Morales le deseó a Claudia Sheinbaum mucho éxito en su
presidencia, ya que su triunfo también lo es para México y toda América Latina.
EL 60% DE LOS BOLIVIANOS PREFIEREN
ATENDERSE CON MÉDICOS ARGENTINOS
FM 89.9 de Argentina
(https://acortar.link/siTm2S)
Así lo indicó por Profesional el
periodista de Villazón, Wilmer Marín, quien desestimó que los bolivianos se
hayan sorprendido por el cobro de la atención médica en Salta, asegurando que
en el país vecino la salud pública siempre fue así para todos.
Desde principios de este año la
provincia de Salta implementó el cobro de aranceles a la atención médica a
ciudadanos que no residan en Argentina. Desde entonces, se registra un descenso
en las consultas de ciudadanos extranjeros en los hospitales públicos de todo
el territorio provincial.
No obstante, el periodista de
Villazón Wilmer Marín explicó que en Bolivia la Salud Pública cobra por la
atención de todos los que buscan atención por lo tanto no resultó sorpresiva la
medida.
Asimismo, aseguró por Profesional que
a pesar de ello el 60% de los bolivianos que residen en Villazón eligen
atenderse en Argentina con médicos argentinos, debido a que consideran que hay
mejores especialistas.
Señaló que la opinión en su mayoría
coincide con este argumento y, a pesar de tener que pagar y a veces esperar
tiempos importantes, siguen cruzando la frontera.
LA REACCIÓN DE MARRA DESPUÉS DE QUE
LE NIEGUEN ATENCIÓN MÉDICA A UNA NENA ARGENTINA EN BOLIVIA
Border Noticias de Argentina
(https://acortar.link/8I4C1A)
El legislador porteño de La Libertad
Avanza Ramiro Marra apuntó contra Bolivia luego de que trascendiera la noticia
de que le negaron la atención médica a una nena argentina de 4 años. La menor
se accidentó cuando estaba en el país vecino, donde reside su abuelo. La madre
la tuvo que trasladar hasta el Hospital Jorge Uro de La Quiaca.
Fue en este contexto que el
legislador señaló a través de su cuenta de X: «Si en Bolivia van a negarle la
atención a una niña de 4 años con el 80% del cuerpo quemado con la excusa de
‘no hay reciprocidad con los argentinos’, tendríamos que responder de la misma
manera «. Y agregó: «Les aseguro que los que salen perdiendo son ellos».
El accidente de la nena de 4 años
La noticia la comunicó el medio Jujuy
al Momento. La menor se encontraba al cuidado de su abuelo, residente del país
vecino, cuando se quemó con agua hirviendo. En el hospital de nosocomio de
Villazón no la quisieron internar y la madre tuvo que dirigirse a La Quiaca
para buscar asistencia médica.
El episodio ocurrió el pasado martes
16 de julio y las actuaciones se encuentran a cargo del personal de la
Seccional Nº 17 que tomó conocimiento del caso, luego del informe realizado por
personal apostado en el nosocomio de la ciudad fronteriza de La Quiaca.
La mujer relató que, en el hospital
de Villazón en Bolivia, le negaron la internación a su hija que presentaba
severas quemaduras, por lo cual tuvo que trasladarla hasta el Hospital Jorge
Uro en La Quiaca, desde donde la derivaron al Hospital Materno Infantil y
permanece internada.
Por otro lado, señalaron que
solamente le hicieron algunas curaciones y le dijeron que por falta de
«requisitos» no podían internarla y que debía llevarla a otro hospital.
Con la pequeña con graves quemaduras,
la madre logró llegar hasta el Hospital Jorge Uro donde fue ingresada
rápidamente con un diagnóstico de «quemaduras en miembro superior, mentón,
tórax anterior y en una de sus piernas», por lo que la menor fue derivada al
nosocomio «Héctor Quintana», donde permanece internada recuperándose de sus
lesiones.
La situación pone una vez más de
manifiesto la situación que se vive con Bolivia, cada vez que ciudadanos
argentinos solicitan algún tipo de asistencia sanitaria en el estado
Plurinacional de Bolivia.
CONCEJALES DE COLCHANE APRUEBAN
IMPUESTO A LA ESTAMPILLA MUNICIPAL: SE UTILIZARÁ EN CERTIFICADO PARA EL
TRÁNSITO ENTRE COLCHANE Y BOLIVIA
Vilas Radio de Chile
(https://acortar.link/KV97Ld)
En la sesión N°20/2024 del Concejo
Municipal de Colchane, realizada el 19 de julio, se aprobó de manera unánime
una medida para acreditar “territorialidad” de los vecinos de la comuna.
De acuerdo con lo señalado por el
jefe comunal, Javier García Choque, durante la discusión del Concejo, la medida
se plantea “entendiéndose que este no es un paso para Bolivia”, sino que es un
instrumento para que “las instituciones que están apostadas en la frontera
tengan certeza que son gente que vive acá en la comuna. Eso es”.
Así es como ahora se entregará “el
mismo certificado, pero con una estampilla”, según señaló uno de los concejales
presentes.
EL CERTIFICADO
Atendiendo a la consulta de la
concejala Maribel Mamani sobre la duración del certificado, este será de
“cuatro meses”, lo que a juicio de la autoridad mencionada “es bastante
prudente por $500, para tener cuidado y despejar un poco la responsabilidad de
Secretaría y de personal de Control”.
“El municipio jamás ha negado la
entrega de los certificados”, dijo durante la sesión el concejal Juan Choque,
quien señaló que el organismo ha intenta facilitar la extensión de los
documentos al máximo, pero “lamentablemente esto viene desde nivel central y
son otras las autoridades que deciden esto”.
El mismo concejal indicó que
“lamentablemente, las personas que falsificaron (los certificados) tendrán que
atenerse a las consecuencias”.
REQUISITOS
Sobre los requisitos para adquirir
este certificado con estampillas, el alcalde García Choque explicó que envió un
oficio a la Delegación Presidencial, en relación con los escolares, “a efectos
de buscar una solución administrativa”. Esto porque en el establecimiento
educacional de Colchane estudian niños y niñas que residen, junto a sus
familias, en Bolivia.
Sobre los requisitos para acreditar
residencia, la autoridad señaló que esto va la línea con “los antecedentes que
tenemos a la vista” y mencionó a la Ficha de Protección Social (hoy Registro
Social de Hogares), el certificado de residencia y, explicó, en caso de duda,
la Municipalidad se contacta con las juntas de vecinos o las comunidades
indígenas, la cédula de identidad o “en caso de parientes, se puede acreditar
con hijos en común, en caso de matrimonio. Con documentos oficiales que nos
permitan acreditar de que sí tienen vínculo con la comuna y, en el marco del
convenio 169 que también es parte de nuestra cultura”, indicó.
¿QUÉ IMPLICA LA VENTA DEL NEGOCIO DE
MOLIENDA DE ALICORP PARA SU ESTRATEGIA REGIONAL?
La venta del negocio de molienda de
Alicorp a ASAI Capital Holdings plantea una gran incógnita: ¿cómo impactará
esta decisión en su estrategia? Descubre cómo este cambio redefinirá su enfoque
en el mercado de consumo masivo.
Perú – Retail
(https://acortar.link/IRqsJv)
La empresa peruana de consumo masivo,
Alicorp, anunció recientemen la venta de su negocio de molienda en
Bolivia, Perú y Uruguay a ASAI Capital
Holdings Ltd., una firma compuesta por empresarios de diversos sectores en
Bolivia. Esta transacción representa un importante movimiento estratégico para
ambas empresas y tiene implicaciones significativas para el sector
agroindustrial en Bolivia.
La venta del negocio de molienda
permitirá a Alicorp enfocarse en fortalecer su operación de consumo masivo en
Bolivia, donde mantiene marcas reconocidas como Fino, SAO, Regia, Don Vittorio,
Dento, Aval, Sapolio, Bolívar, Opal, UNO y Patito. Aunque no se ha revelado la
cifra de la transacción, la compañía ha enfatizado que la transferencia de la
gestión se realizará de manera paulatina, sujeta al cumplimiento de ciertas
condiciones, incluyendo la formalización de la separación de los negocios y la
obtención de las licencias y permisos necesarios.
Esta decisión se alinea con la
estrategia corporativa de Alicorp de centrarse en sus negocios de mayor
crecimiento y rentabilidad, permitiéndole brindar un mejor servicio a sus
clientes y consumidores en Bolivia a través de una nueva sociedad denominada Industria
y Comercio Aliconsumo S.A.
¿Qué planea ASAI Capital Holdings
Ltd. con el negocio de Alicorp?
Carlos Kempff, integrante del
Directorio de ASAI Capital Holdings Ltd., compartió sus primeras impresiones
sobre la transacción en una entrevista con el portal boliviano El Deber. Kempff
destacó la visión a largo plazo del grupo de empresarios que componen ASAI
Capital Holdings Ltd. y su compromiso con el desarrollo económico de Bolivia,
especialmente en el sector agroindustrial.
Kempff señaló que Bolivia tiene el
potencial de convertirse en uno de los principales productores de alimentos del
mundo, especialmente si se incrementa la productividad del campo mediante el
uso adecuado de biotecnologías. Regiones como Santa Cruz y el Beni tienen el
potencial de convertirse en zonas estratégicas para la producción de alimentos,
comparables a grandes productores como Argentina, Brasil y Paraguay.
A pesar de la incertidumbre económica
actual, Kempff expresó confianza en que se tomarán las medidas necesarias para
reencauzar el crecimiento y la estabilidad económica en el corto y mediano
plazo. Esta visión optimista es compartida por los empresarios que integran
ASAI Capital Holdings Ltd., quienes apuestan por el potencial de desarrollo de
Bolivia.
En el corto plazo, ASAI Capital
Holdings Ltd. planea apoyar a los agricultores para aumentar su producción y
operar a máxima capacidad, a pesar de las adversas condiciones climáticas que
han afectado las recientes campañas agrícolas en Santa Cruz. A mediano plazo,
la empresa tiene planes de continuar creciendo y de incursionar en otras
actividades agroindustriales, ampliando así su alcance y contribución al
desarrollo económico del país.
El negocio de molienda en Bolivia es
altamente competitivo, con una capacidad de molienda superior a la capacidad
instalada de procesamiento en las industrias. A pesar de este desafío, Bolivia
cuenta con empresas de procesamiento de oleaginosas muy eficientes que compiten
en el mercado internacional. Kempff subrayó que aumentar la productividad en la
producción de granos oleaginosos será crucial, y la biotecnología jugará un rol
fundamental una vez que sea adecuadamente aplicada y autorizada por las autoridades
pertinentes.
BOLIVIA ANULA LA PROHIBICIÓN DE
BITCOIN Y LEGALIZA LAS TRANSACCIONES CRIPTOGRÁFICAS PARA LOS BANCOS
Arroba Juárez de México
(https://acortar.link/hjxTsM)
El banco central de Bolivia ha
decidido levantar la prohibición de pagos con Bitcoin y otras criptomonedas
impuesta en 2014. El país pretende equilibrar su economía y, al mismo tiempo,
modernizar su sistema de pagos. Bolivia se ha convertido en el último país
latinoamericano en adoptar una postura a favor de las criptomonedas, a pesar de
que Bitcoin u otras criptomonedas aún no son reconocidas como moneda de curso
legal en la región. El banco central también permitirá a los bancos realizar
transacciones criptográficas, una restricción implementada en 2020.
La nueva actitud de Bolivia hacia las
criptomonedas y las criptotransacciones
En un comunicado emitido el
miércoles, el Banco Central de Bolilvia anunció que levantaba la prohibición de
pagos con criptomonedas en el país, incluidas las transacciones de Bitcoin. La
decisión se tomó en colaboración con la Autoridad de Supervisión del Sistema
Financiero y la Unidad de Investigaciones Financieras.
Residencia en EstadistaSe espera que
la deuda nacional de Bolivia aumente en 21.200 millones de dólares
(aproximadamente 1.76.746 millones de rupias) entre 2024 y 2029.
El Banco de Bolivia ha decidido
permitir que los bancos utilicen canales electrónicos aprobados y faciliten los
pagos criptográficos. Si bien el banco central de Bolivia no ha reconocido
Bitcoin u otras criptomonedas como moneda de curso legal, permitir estas
transacciones podría generar más dinero para el país porque las transacciones
criptográficas transfronterizas son instantáneas y generalmente gratuitas.
Además, Bolivia ha tomado medidas
para reducir su dependencia del dólar estadounidense, especialmente después de
los aumentos consecutivos de las tasas de interés en los últimos meses
anunciados por la Reserva Federal de los EE. UU. para abordar la crisis
económica posterior a la pandemia. en julio de 2023, Bolivia reportado desafiar
el dominio del dólar estadounidense cambiando el enfoque hacia el yuan chino y
el rublo ruso.
Otros países de América Latina están
redoblando su apuesta por la adopción de criptomonedas
El Salvador se convirtió en el primer
país del mundo en legalizar Bitcoin como moneda legal en septiembre de 2021. El
presidente de El Salvador, Nayib Bukele, continúa trabajando para convertir a
su país en una región completamente pro-BTC, un lugar para que se establezcan
muchas empresas relacionadas con las criptomonedas. arriba de la tienda. Brasil
es otro país que ha tomado medidas a favor de las criptomonedas en los últimos
años.
CHILE BUSCA RESTRINGIR INGRESO DE
MIGRANTES DE 13 PAÍSES, INCLUYENDO PERÚ, VENEZUELA Y COLOMBIA
Diputados chilenos pretenden
suspender por seis meses la entrada de migrantes de varios países, sobre todo
latinoamericanos, en respuesta a una ola de violencia que se vivió el fin de
semana en la capital sureña que dejó un saldo de 18 homicidios
Infobae de Argentina
(https://acortar.link/HbOxnu)
El aumento de la violencia en Chile
ha provocado que los diputados del país presenten una iniciativa para
restringir temporalmente el ingreso de migrantes de 13 países. Esta medida se
propuso tras un fin de semana particularmente violento en la Región Metropolitana,
que dejó 18 víctimas de homicidio.
Las autoridades chilenas introdujeron
una indicación al proyecto que modifica la Ley de Migración y Extranjería. La
propuesta busca suspender por seis meses las solicitudes de ingreso al país de
migrantes provenientes de:
Venezuela
Colombia
Ecuador
República Dominicana
Bolivia
Perú
Belice
Costa Rica
El Salvador
Guatemala
Honduras
Nicaragua
Panamá
Detalles de la suspensión
El texto presentado establece la
suspensión de la tramitación de solicitudes de admisión de residencia temporal
sujeta a contrato, temporal de estudiantes y de permanencia definitiva para los
ciudadanos de los países mencionados. Esta inhabilitación podría extenderse por
un período igual si no se observa una disminución en el índice de
indocumentados y en las cifras de crímenes cometidos por extranjeros. La
indicación presentada por los diputados incluye el siguiente artículo
transitorio: “Artículo único. - Introdúcese el siguiente artículo tercero
transitorio al proyecto de Ley que Modifica la Ley N.º 21.325, de Migración y
Extranjería, y otros cuerpos legales, en las materias que indica:
“Artículo tercero transitorio. –
Conforme al grave escenario en materia de seguridad y el alto nivel de
participación extranjera en la actividad delictual, suspéndase, por el plazo de
6 meses desde la publicación en el Diario Oficial de la presente Ley, la
tramitación de solicitudes de admisión de residencia temporal sujeta a
contrato, temporaria, de estudiante y de permanencia definitiva para los
ciudadanos provenientes de los países de Venezuela, Colombia, Ecuador,
República Dominicana, Bolivia, Perú, Belice, Costa Rica, El Salvador,
Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá. Dicha suspensión podrá prorrogarse por
igual tiempo, si del índice de indocumentados y de las cifras de crímenes
cometidos por extranjeros, no se observa una disminución”, se lee en la
propuesta de lso diputados chilenos.
Reacción de las autoridades chilenas
La indicación será discutida en la
comisión de Gobierno Interior de la Cámara de Diputados durante esta semana.
Las autoridades chilenas argumentan que la inseguridad en el país se ha vuelto
insostenible y una ola de asesinatos afecta fuertemente a la sociedad.
El diputado Jorge Durán señaló que
“las cifras recientes muestran que el control de la migración es la segunda
mayor preocupación de los chilenos, con un 47% de ellos señalando este tema
como prioritario, superando ampliamente el promedio mundial del 17%. No podemos
ignorar esta realidad. Necesitamos actuar ahora para reducir el índice de
indocumentados y los crímenes cometidos por extranjeros.”
De acuerdo con el último reporte
sobre la migración en el mundo de la Organización Internacional para las
Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas (ONU), 1 millón 216 mil 248 peruanos
salieron del país. Exactamente en Chile, hasta el 2020, residían 240 mil 273
peruanos.
Desde hace cuatro años, el flujo
migratorio en América Latina experimentó cambios significativos. La región
enfrenta desafíos complejos debido a la crisis económica y política en varios
países. Chile, como uno de los destinos principales para los migrantes de
países vecinos, enfrenta un reto adicional con la integración y la seguridad.
La propuesta de los diputados busca atender estas preocupaciones mediante una
medida que, aunque temporal, pretende tener un impacto relevante en el control
de la migración y la reducción de la criminalidad.
Las autoridades argumentan que la
medida es necesaria para recuperar el control sobre la situación migratoria y
mejorar la seguridad. Sin embargo, la medida también podría tener implicaciones
para la economía y las relaciones internacionales de Chile, especialmente con
los países mencionados.
LA DOBLE VIDA DEL CAPO SUDAMERICANO
DE LA COCAÍNA COMO FUTBOLISTA
Latinamerican Post
(https://acortar.link/pIidyx)
Sebastián Marset, un importante
narcotraficante sudamericano, utilizó su fortuna para infiltrarse en el fútbol
profesional, siendo propietario y jugando en equipos de todo el continente. El
Washington Post exploró su trayectoria, combinando sus actividades criminales
con su pasión por el fútbol.
El centrocampista se adelantó para
ejecutar el penalti. Era una mañana luminosa y húmeda en el estadio Erico
Galeano. En las gradas, los aficionados vestidos de amarillo y azul se pusieron
de pie, entrecerrando los ojos ante el sol, centrándose en el hombre con el
número 10 en la espalda. Al margen, los entrenadores se santiguaron mientras él
corría hacia el balón.
Su nombre era Sebastián Marset. De la
nada, llegó al Deportivo Capiatá, un equipo de fútbol profesional en
dificultades. Conducía un Lamborghini con el que se tambaleaba por el
aparcamiento de grava. Era guapo y de mandíbula cuadrada, cubierto de joyas de
oro, Rolex y tatuajes ornamentados que le recorrían el brazo derecho.
Marset era un jugador mediocre con
las habilidades de alguien cuya carrera alcanzó su punto máximo en la escuela
secundaria. Pero cuando el técnico de Capiatá, Jorge Núñez, lo mantuvo en el
banquillo, los jugadores rodearon a Núñez y le dijeron que Marset necesitaba
jugar.
“No dejaba de preguntarme: ‘¿Quién es
este tipo?'”, dijo Núñez en una entrevista con The Washington Post.
Surge una figura misteriosa
Y ahora aquí estaba Marset lanzando
un penalti crítico. El marcador fue 1-1. Era el 29 de mayo de 2021, a mitad de
una temporada dura. Una victoria podría ser el comienzo de un cambio de rumbo.
Los entrenadores y el personal
recordaron en entrevistas que se hizo el silencio en el estadio, seguido
rápidamente por gemidos. El balón pasó a cinco metros por encima del travesaño
de la portería. Ni siquiera el guardia de seguridad del equipo pudo ocultar su
frustración, pateando el suelo y preguntándose en voz alta por qué el destino
de Capiatá había sido puesto en manos de Marset.
Durante los dos años siguientes, las
razones se harían evidentes. Resultó que Sebastián Marset estaba entre los
narcotraficantes más importantes de América del Sur y una de las figuras clave
detrás de una oleada de cocaína que llegaba a Europa occidental, según
investigadores latinoamericanos, estadounidenses y europeos.
En lugar de esconderse de las
autoridades, utilizó su fortuna para comprar y patrocinar equipos de fútbol en
América Latina y Europa. Los investigadores estadounidenses y sudamericanos
descubrirían que estaba utilizando esos equipos para ayudar a lavar millones de
dólares provenientes de las drogas.
En el camino, Marset, ahora de 33
años, desplegó su poder y riqueza para cumplir un sueño de infancia: insertarse
en las alineaciones iniciales.
Esta historia sobre el imperio narco
de Marset y su quijotesca búsqueda de la gloria del fútbol se basa en miles de
páginas de documentos internos proporcionados por la policía paraguaya,
uruguaya y boliviana, transcripciones de escuchas telefónicas obtenidas por The
Washington Post, cientos de mensajes de texto de Marset, así como entrevistas.
con funcionarios de tres continentes. Muchos de los funcionarios, junto con
asociados, compañeros de equipo, entrenadores, amigos y antiguos vecinos de
Marset en Uruguay, Paraguay y Bolivia, hablaron bajo condición de anonimato,
citando preocupaciones de seguridad.
La intersección del crimen y el
deporte
La odisea de Marset se lee como una
travesura transnacional, rayando en lo absurdo. Pero es una ventana
sorprendente al nivel de impunidad en el nexo de la vida pública
latinoamericana y los niveles inferiores del fútbol profesional, lo que permite
a los narcotraficantes ejercer una enorme influencia en ambos mundos. Años
después de que comenzara su búsqueda global, Marset sigue prófugo.
Su ascenso fue vertiginoso: a los 28
años, según una acusación penal paraguaya, Marset transportaba cocaína y
maletas con dinero en efectivo por toda Sudamérica en una flota de jets
privados. A los 31 años, había ganado más de mil millones de dólares, estiman
las autoridades. Colocó sellos en sus envíos de drogas que decían “El Rey del
Sur”, el apodo que intentaba cultivar. Dio órdenes a los diputados que operaban
en cuatro países: dónde poner el dinero en efectivo, a quién pagar y cómo
esconder la cocaína debajo de paquetes de galletas o soja. Mataba a sus
enemigos sin remordimientos, solicitándoles consejos sobre cómo retirar sus
cuerpos, según sus mensajes de texto, que fueron obtenidos y agregados por la
Fiscalía General de Paraguay.
Marset tomó descansos para jugar
fútbol profesional, primero en Capiatá, donde adoptó el mismo tono asertivo que
cuando coordinaba los envíos de droga, imaginándose a sí mismo como el
conductor del medio campo, incluso cuando luchaba por seguir el ritmo de sus
compañeros. Pagó 10.000 dólares en efectivo para vestir la camiseta número 10
de Pelé, Maradona y Messi. Los árbitros no hicieron sonar sus silbatos cuando
empujó al suelo a los jugadores contrarios. Marset esbozó una sonrisa de mil
vatios.
Su ascenso coincidió con la explosión
del tráfico de cocaína desde Sudamérica hacia Europa. Fue Marset quien ayudaría
a perfeccionar esa ruta, enviando toneladas de drogas desde puertos uruguayos a
Bélgica, Países Bajos y Alemania, dicen los investigadores, forjando vínculos
con cárteles existentes en todo el mundo.
Construir ese imperio y lavar sus
ganancias pondría a Marset en contacto con algunos de los políticos más
poderosos del continente. Esos vínculos eran explícitos: tomó prestado el avión
de un senador paraguayo, fue sorprendido traficando drogas con el tío de un
presidente paraguayo y uno de sus abogados consiguió reuniones con altos
funcionarios uruguayos para lograr su liberación de prisión. Sin embargo,
algunas de sus conexiones más valiosas fueron en el fútbol profesional.
El vínculo entre el narcotráfico y el
fútbol es casi tan antiguo como la guerra contra las drogas en Estados Unidos.
El dinero gastado en este deporte es imposible de rastrear en gran parte de
América Latina. Los contratos de jugadores, las tarifas de transferencia, las
ganancias de las entradas, las ventas de mercancías… casi todo puede ser
manipulado, según los expertos en lavado de dinero, de modo que el dinero de la
cocaína utilizado para financiar un equipo se convierta mágicamente en
ganancias futbolísticas (y por lo tanto limpias).
“La legitimación de fondos ilícitos
se hizo a través del deporte”, escribió la fiscalía paraguaya en una
investigación interna de 500 páginas sobre Marset obtenida por The Washington
Post.
Era más que eso. El fútbol en América
Latina es la base del poder y la política. Para un capo de la droga, dirigir un
equipo de fútbol, incluso en una liga inferior, traduce el poder criminal en
poder público.
En la década de 1980, Pablo Escobar,
el narcotraficante colombiano, financió el club de fútbol de su ciudad natal,
el Atlético Nacional, convirtiéndolo en uno de los mejores equipos de América
Latina. Cuando fue detenido en 1991, trajo jugadores famosos para jugar en el
campo de fútbol de la prisión. A principios de la década de 2000, Tirso
Martínez, socio del narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, gastó
los millones que ganó moviendo drogas para comprar varios equipos de fútbol
mexicanos. El apodo de Martínez salió a la luz luego de su arresto y
extradición a Estados Unidos en 2015: “El Futbolista”.
Pero Marset es el primer
narcotraficante importante que utiliza su estatus y su riqueza no sólo para
financiar equipos de fútbol profesionales sino también para jugar en ellos.
Algunos de sus juegos se llevaron a cabo a pocos kilómetros de donde había depositado
los cuerpos de sus rivales del cartel, según las descripciones de sus mensajes
de texto. Dependiendo de a quién le creas, su carrera atlética fue una
estrategia sofisticada para ocultar su identidad o un intento de cumplir un
sueño no realizado.
Cuando se le preguntó cuál era, el
abogado de Marset, Santiago Moratorio, se rió en su oficina de Montevideo, la
capital de Uruguay.
“Él siempre quiso ser futbolista”,
dijo.
Mientras las autoridades
estadounidenses y sudamericanas perseguían a Marset por todo el continente,
hasta Oriente Medio y Europa, él siempre iba un paso por delante,
desapareciendo sólo para reaparecer en otro campo de fútbol profesional, a
menudo utilizando una nueva identidad falsa. Sobornó para salir de una prisión
de Dubai mientras los funcionarios estadounidenses, que llegaron a ver a Marset
como una amenaza para las instituciones públicas de toda América Latina,
observaban con frustración. Dejó un rastro de asesinatos de alto perfil a su
paso, alegan las autoridades, incluido el fiscal anticorrupción de Paraguay,
asesinado a tiros durante su luna de miel en un balneario colombiano.
Marset dejó notas de voz y mensajes
de video mientras huía de las autoridades, burlándose a menudo de los
funcionarios que lo seguían.
“Soy demasiado inteligente para ti”,
dijo en un mensaje de vídeo en agosto pasado. La cámara estaba estrechamente
encuadrada alrededor de su rostro. Llevaba una cadena de oro y una barba
cuidada.
“Si quieres sigue cazándome, pero te
digo que estoy muy lejos”.
Las autoridades sabían que era poco
probable que atraparan a Marset en medio de una redada de cocaína. Entonces
adaptaron su investigación a su objetivo: comenzaron a rastrear estadios de
fútbol profesional.
Un sueño nacido en Montevideo
Marset nació en Piedras Blancas, un
barrio de pequeñas casas de dos niveles en las afueras de Montevideo. Uruguay
se había considerado durante mucho tiempo la “Suiza de América del Sur”, con
una de las tasas de criminalidad más bajas del continente. Pero cuando Marset
entró en su adolescencia, de repente aparecieron jóvenes en Piedras Blancas,
vendiendo y traficando drogas. Los homicidios aumentaron.
Era uno de los mejores estudiantes de
la escuela, un niño flaco y listo al que le gustaba pararse frente al salón y
sermonear a sus compañeros como si él fuera el maestro. Sin embargo, a medida
que crecía, se decidió únicamente por su objetivo: ser jugador de fútbol
profesional. Él y sus amigos jugaban en la calle, construyendo porterías
improvisadas con piedras. Usaron marcadores para dibujar números en sus
camisetas porque no podían pagar los uniformes.
El sueño de Marset de alcanzar el
estrellato en el fútbol tenía que ver, al menos en parte, con el dinero.
Trabajó en una gasolinera y desperdició su salario en una chaqueta deportiva de
David Beckham Adidas. Asistía a discotecas frecuentadas por chicas de los
barrios más ricos. Sus amigos dijeron que a veces lo veían caminando solo hacia
su casa porque no podía pagar el pasaje del autobús desde el centro de
Montevideo.
Después de la secundaria, jugó fútbol
semiprofesional en la división intermedia de Montevideo. Rápidamente se hizo
evidente que Marset no iría más lejos. No fue lo suficientemente rápido, su
toque fue mediocre y sus pases fueron descarriados.
Las primeras interacciones de Marset
con el mundo criminal de Montevideo fueron menores. En 2009, a los 18 años, fue
detenido por posesión de bienes robados y, un año después, a los 19, por
posesión de estupefacientes, según registros judiciales uruguayos. Pero aclaró
que estaba dispuesto a correr más riesgos. Cuando tenía 22 años, Marset aceptó
un trabajo recibiendo un cargamento de marihuana que debía llegar a la zona
rural de Uruguay en una avioneta desde Paraguay, según la policía uruguaya.
Generalmente era una tarea para un equipo de hombres, pero los traficantes
confiaban en que él solo recibiría el envío.
Esperó en una finca cerca de la
frontera norte de Uruguay con Brasil, parado junto a su Chevrolet Cruz negro.
Lo que no sabía era que habían avisado a la policía. Llegaron al claro donde
esperaba Marset. Inmediatamente se entregó a los dos agentes de la Brigada
Antidrogas, la policía antinarcóticos de élite del país.
Marset explicó que era futbolista
profesional. Uno de los agentes recordó que era inteligente y respetuoso.
Pronto, los oficiales se enteraron de que el envío de droga no era un asunto de
aficionados; El piloto era el tío del entonces presidente de Paraguay, Horacio
Cartes.
Los agentes esposaron a Marset y le
tomaron una foto policial improvisada en su oficina de campo. Uno de los
agentes miró al otro cuando Marset ya no podía oírles.
“Este tipo va a ser un gran problema
para nosotros algún día”, recuerda haber dicho.
De héroe local a fugitivo
internacional
Marset fue condenado a cinco años de
prisión por tráfico de drogas. Lo enviaron a Libertad, una de las prisiones más
grandes del país, y lo colocaron en una sección dedicada al narcotráfico y al
crimen organizado.
Los investigadores dijeron que fue
allí donde amplió sus contactos criminales. Consiguió un trabajo como limpiador
de prisiones, lo que significaba que podía visitar casi todas las celdas del
bloque y charlar con los reclusos mientras trapeaba. Conoció a destacados
narcotraficantes internacionales, incluidos miembros de la mafia italiana y
brasileños de la cada vez más influyente banda First Capital Command. Los
hombres jugaban al fútbol por las tardes, partidos feroces en el patio de la
prisión.
“Estaba perdido para el fútbol”, dijo
un guardia de prisión.
El tráfico de drogas en América del
Sur estaba al borde de un cambio significativo. Durante años, la cocaína
producida en Colombia, Bolivia y Perú tenía como destino casi exclusivamente
Estados Unidos. Luego, a finales de la década de 2000, la presión estadounidense
sobre las drogas que se contrabandeaban hacia Estados Unidos obligó a los
traficantes a buscar nuevos mercados y nuevas rutas.
Los grandes cargamentos de droga rara
vez se habían desplazado hacia el sur, hacia Paraguay y Uruguay. Pero
Montevideo, la ciudad natal de Marset, tenía un puerto que despachaba
diariamente cantidades masivas de mercancías comerciales a Europa. Para los traficantes,
era una fuente de ingresos casi sin explotar. Y Marset se dio cuenta de que
estaba sentado justo encima.
Salió de prisión en 2018 a los 27
años. A los pocos meses, se encontraba en camino a Paraguay para construir la
red de tráfico que había comenzado a imaginar en prisión, dijeron los
investigadores. Sus conexiones con el crimen organizado brasileño e italiano
han sentado las bases de su ascenso. Marset comenzó a viajar con un pasaporte
boliviano falso, bajo el nombre de Gabriel De Souza Beumer. Sería la primera de
múltiples identidades.
Mientras que la mayoría de los
narcotraficantes fugitivos son cautelosos cuando hablan de sus imperios, Marset
y sus asociados hablan con orgullo de su ascenso. Incluso su abogado,
Moratorio, quiso resaltar las habilidades de su cliente.
“Todo el mundo sale de prisión con
contactos”, dijo Moratorio. “Pero también fue su propia habilidad y lo que hizo
cuando salió lo que lo llevó a donde está ahora”.
Hacia 2020, autoridades paraguayas y
estadounidenses habían notado el aumento de la cocaína que llegaba a Paraguay
desde Bolivia, con destino a Europa a través de los puertos de Uruguay. Algunos
envíos estaban sellados con una abreviatura que los funcionarios nunca habían
visto antes: PCU, que significa Primer Cartel Uruguayo.
Era un objetivo obvio para los
investigadores estadounidenses y paraguayos: ¿quién estaba detrás del nuevo
auge de la cocaína?
Los funcionarios paraguayos lograron
escuchas telefónicas en teléfonos vinculados a la red criminal. Reclutaron
espías entre los narcotraficantes. La Agencia Antidrogas de Estados Unidos
envió aviones para fotografiar los aeródromos clandestinos que estaban
apareciendo en todo Paraguay.
Al cabo de unos meses, funcionarios
de ambos países empezaron a oír hablar de un hombre en el centro de la
organización.
“Un joven uruguayo con el brazo
derecho tatuado” fue la descripción práctica del objetivo cuando comenzó la
investigación, dijo un funcionario estadounidense.
“Era joven pero poderoso”, dijo un ex
funcionario paraguayo.
En líneas telefónicas intervenidas,
sus asociados y empleados se referían a él sólo como “El Jefe Mayor”: “El Gran
Jefe”. Cuando viajaba, a veces se disfrazaba de sacerdote para que fuera menos
probable que las autoridades lo interrogaran. Llamó a sus envíos de droga
usando palabras clave del fútbol: “Maradona”, en honor al legendario jugador
argentino, y “Manchester”, en honor a la ciudad inglesa con dos famosos equipos
de la Premier League.
Cuando se sintió amenazado, respondió
violentamente. Describió a los hombres que mató en frívolos mensajes de texto
ilustrados con fotografías sangrientas. Posteriormente, los investigadores
obtuvieron los mensajes.
“Le disparé dos veces”, escribió en
un texto. “Me parece que cayó muerto”.
“¿Tenemos un lugar para desaparecer
un cuerpo?” preguntó unas semanas después. “¿Es mejor ponerlo en ácido?”
Sobre el cuerpo de otra víctima,
escribió: “Ese fue arrojado en un campo. Aparecerá en las noticias en los
próximos días”.
Los funcionarios documentaron cómo el
hombre anónimo y su organización movieron enormes cantidades de cocaína.
Enviarían pequeños aviones desde el principal aeropuerto comercial de Paraguay
y luego los pilotos apagarían sus radares. Cruzarían en secreto la frontera con
Bolivia y aterrizarían en granjas remotas del Chapare, la región productora de
coca del país, donde los traficantes llenarían los aviones con entre una y dos
toneladas de cocaína.
Luego, los aviones regresarían a
Paraguay, aterrizando en una de las pistas clandestinas que ahora salpicaban la
zona norte del país. La cocaína era transportada en camiones a buques
portacontenedores que esperaban en el río Paraguay, que atraviesa Paraguay
hasta la desembocadura del Océano Atlántico. Los traficantes sabían que esos
barcos rara vez eran inspeccionados antes de llegar a Europa; el puerto de
Montevideo contaba sólo con un escáner semifuncional. Cada avión cargado de
cocaína valía más de 20 millones de dólares una vez descargado en Bélgica o los
Países Bajos.
Los funcionarios identificaron al
menos 13 aviones privados utilizados por el cártel. Los investigadores
descubrieron que cuatro de ellos se utilizaban exclusivamente para mover dinero
en efectivo.
Pero los funcionarios tuvieron
dificultades para conocer el nombre del hombre que dirigía la operación, el
joven uruguayo tatuado. Tampoco sabían que cuando su voz desaparecía de las
escuchas telefónicas por períodos, no siempre era porque estuviera fuera del
tráfico de cocaína.
A menudo, era porque estaba en medio
de un partido de fútbol profesional.
Una mañana lluviosa de principios de
2021, los empleados del estadio Erico Galeano escucharon un motor acelerando en
el estacionamiento de grava. Cuando se acercaron, vieron un Lamborghini
plateado acelerando en círculos cerrados, deslizándose por la superficie.
El guardia de seguridad del equipo se
acercó al coche. El conductor bajó la ventanilla.
“Le pregunté: ‘¿No te preocupa dañar
tu coche?'”, dijo el guardia, que habló de forma anónima por razones de
seguridad. “Y él simplemente me miró y dijo: ‘No te preocupes. Tengo cuatro
más'”.
Era Marset. Extendió su mano derecha,
con un león tatuado en los nudillos, y se presentó como el nuevo jugador del
Deportivo Capiatá.
Marset empezó a asistir a
entrenamientos diarios y a posar para las fotos del equipo, siempre en el
centro del encuadre. Era como un niño que se había colado en el campo para
jugar con sus héroes: exuberante pero inepto. Llevó a su esposa y a sus tres hijos
pequeños para verlo jugar; quería que vieran una victoria.
Hizo un trato con sus compañeros de
equipo. Les pagaría a cada uno de ellos varios miles de dólares además de sus
contratos existentes por cada victoria. Para muchos de los jugadores, fue una
suma que les cambió la vida. No fue nada para Marset, que vivía en un ático en
el resplandeciente condominio Palacio de los Patos encima de una sauna y una
piscina de 75 pies.
Pero Capiatá siguió luchando, en
parte por el desempeño de Marset. Falló pases, no logró retroceder para ayudar
a sus defensores y desperdició oportunidades fáciles de anotar. Mientras el
equipo seguía perdiendo, recordaron los funcionarios de Capiatá, un joven
jugador rompió a llorar, habiendo perdido otra oportunidad de ganar el bono que
Marset había prometido.
Para entonces, Marset intentó
equilibrar su carrera futbolística profesional con una vibrante vida social
entre la élite de la capital de Paraguay, Asunción. El 11 de abril de 2021
envió invitaciones por toda la ciudad. Eran tarjetas de embarque falsas que
decían: “Cumpleaños del comandante Sebastián Marset”.
Era su 30 cumpleaños. La fiesta tenía
como tema un avión. Un jet privado estaba estacionado afuera del lugar. Los
asistentes posaron para fotografías detrás del recorte de un avión que decía
“Emirates Marset”. El pastel tenía cinco niveles, con un avión comestible
encima.
Al día siguiente, volvió a la
práctica. Los jugadores empezaron a preguntarse qué harían después los
investigadores: De todos los equipos de Paraguay, ¿por qué había llegado Marset
al suyo?
El Deportivo Capiatá era el orgullo
de un suburbio de Asunción. El equipo venció a Boca Juniors, el club más
célebre de América Latina, en Argentina en 2014, una victoria considerable para
no ser favorito. (Capiatá finalmente perdió el partido de vuelta del concurso
después de una tanda de penales).
Durante un tiempo, el éxito de
Capiatá se atribuyó a su poderoso patrocinador, Erico Galeano, de quien recibió
el nombre el estadio del equipo.
Galeano fue un senador paraguayo y
magnate del tabaco. Tenía estrechos vínculos con el político más influyente del
país, el ex presidente Cartes, que figura en la lista de sanciones de Estados
Unidos por “corrupción desenfrenada”. En la práctica, Cartes todavía gobernaba
partes del país.
Ambos hombres habían utilizado el
fútbol para obtener ganancias políticas y financieras y trabajaron en el
Congreso Nacional de Paraguay para mantener a los equipos deportivos exentos de
la legislación sobre lavado de dinero. Según registros del gobierno, Cartes
canalizó decenas de millones de dólares a uno de los clubes de fútbol más
grandes del país, Libertad, y Galeano arrojó millones al Deportivo Capiatá.
Aproximadamente 1,3 millones de dólares de la inversión de Galeano en el equipo
parecen provenir del tráfico de cocaína, argumentaría más tarde el fiscal
general de Paraguay.
Galeano y el club rechazaron
solicitudes de comentarios. El abogado de Cartes, Pedro Ovelar, dijo que las
sanciones de Estados Unidos contra Cartes representaban una “persecución
política” y que su relación con Galeano era una “relación política, no comercial”.
Para 2016, Galeano había sido elegido
presidente de Capiatá. En los partidos, se sentaba justo encima de la banda en
el centro del estadio, y la popularidad del equipo se traducía en la suya.
Pero había empezado a luchar. Capiatá
descendió a la segunda división del país en 2019. Los fanáticos que alguna vez
fueron leales dejaron de asistir a los juegos. Los jugadores se quejaron de que
el equipamiento del equipo era inadecuado.
Cuando llegó en 2021, Marset empezó a
financiar mejoras: nuevas camas de fisioterapia, televisores y mejor comida en
la cafetería. Fue suficiente para conquistar a sus compañeros. Aunque no
figuraba formalmente como propietario del equipo, los investigadores dicen que
invirtió dinero del narcotráfico en Capiatá y desvió una parte de sus ingresos.
El trato fue incluso más dulce que
eso: Marset también se compró un lugar en el equipo.
Pero el entrenador del equipo, Núñez,
ex jugador paraguayo de la Copa del Mundo, no quedó impresionado.
“Tenía la obligación de ganar o me
despedirían”, afirmó Núñez, que inicialmente tenía previsto mantener a Marset
en el banquillo. “Pero no fue lo mismo para él. Se estaba divirtiendo”.
Los investigadores dijeron que
parecía haber una sola persona que podría haber traído a Marset a Capiatá:
Galeano. Los fiscales paraguayos descubrieron que Marset había estado
utilizando el jet privado de la empresa de Galeano para transportar a sus asociados.
Los fiscales también identificaron acuerdos inmobiliarios entre Galeano y el
cártel de Marset. Posteriormente acusarían al senador.
“Erico Galeano Segovia estuvo al
servicio de la organización criminal transnacional dedicada al tráfico
internacional de cocaína”, escribió este año la Fiscalía General. El caso aún
no ha llegado a juicio.
Inicialmente, Marset no parecía
preocupado de que su carrera futbolística en Capiatá pudiera elevar su perfil
ante las autoridades. Permitió que el equipo publicara su nombre en su
plantilla antes de los partidos semanales.
Pero a finales de mayo de 2021,
Marset se enteró de que agentes antinarcóticos estaban intentando encontrarlo.
Los investigadores dijeron que contactos de alto nivel en el gobierno paraguayo
lo alertaron.
Dejó de ir a practicar a Capiatá. Su
nombre fue abruptamente eliminado de la lista del equipo.
Cuando los jugadores pasaron por su
casillero vacío, preguntaron si alguien había tenido noticias suyas. Nadie lo
había hecho.
No sería la última vez que jugaría
fútbol profesional mientras estaba prófugo. Capiatá fue sólo el comienzo,
demostrando de qué podía salirse con la suya.
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de París
A medida que crecía la búsqueda de
Marset, éste redobló su doble vida como jugador profesional. Intentó expandir
su imperio futbolístico a Europa, apareciendo en las alineaciones iniciales de
nuevos equipos en nuevos países.
Parecía una forma tonta de evadir el
arresto, el tipo de arrogancia destinada a resultar contraproducente.
Excepto que no fue así.
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