Tuesday, August 26, 2025

BOLIVIA 2025: UN ESPEJO ROTO PARA LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA

Bolivia se convierte así en un espejo roto. Refleja el agotamiento de una etapa y la urgencia de repensar cómo la izquierda puede evitar que sus victorias sean efímeras. Y mientras la izquierda busca reencontrar su melodía, la derecha ya afina la guitarra para capitalizar el desencanto.


¿De qué sirve gobernar casi dos décadas si al final se termina reducido al 3% de los votos? ¿De qué valen las victorias históricas si se transforman en derrotas vergonzantes? ¿Es lo ocurrido en Bolivia la lápida definitiva de la izquierda o apenas un aviso de que los pueblos, cansados de caudillos y promesas incumplidas, votan con el bolsillo vacío y la esperanza rota? ¿Será el inicio de un efecto dominó que arrastre a otros gobiernos progresistas en América Latina?
El 17 de agosto de 2025, Bolivia vivió un quiebre histórico. Tras casi veinte años de hegemonía, el Movimiento al Socialismo (MAS) cosechó su peor resultado: apenas el 3% de los votos y dos curules en el Congreso. Por primera vez desde 1982, el país elegirá a un presidente no identificado con la izquierda. Rodrigo Paz Pereira (32,2%), de orientación centrista y moderada, y Jorge “Tuto” Quiroga (26,9%), de derecha conservadora, disputarán la segunda vuelta en octubre.
Como mero espectador crítico de lo que ocurre en la región, no escribo estas líneas para llorar derrotas ni para aplaudir victorias, sino para leer lo que hay detrás del ruido electoral.
El colapso del MAS no fue un accidente electoral, sino la consecuencia de un desgaste prolongado, de fracturas internas irreparables y de los límites de una izquierda que se redujo a mera maquinaria electoral. La izquierda no murió, pero desafina como un bolero viejo, y la derecha aún no gana, aunque ya afila la guitarra para convertir la rabia y el desencanto en un coro de orden, eficiencia y mano dura.
La pelea entre Evo Morales, caudillo eterno que gobernó de 2006 a 2019, y Luis Arce, presidente gris entre 2020 y 2025, fue la estocada final. Morales, inhabilitado por la Constitución tras casi catorce años en el poder, se aferró a la nostalgia de su gloria y llamó al voto nulo, que alcanzó un insólito 19%. Arce, hundido en la impopularidad y con menos del 10% de aprobación en medio de la tormenta económica, renunció a dar la batalla y apostó por Eduardo del Castillo, un candidato tan débil que apenas rozó el 3%.
El MAS llegó a las elecciones como un barco sin brújula: dividido entre “evistas”, “arcistas” y renovadores que ya no renovaban nada, incapaz de articular un proyecto común. Lo que alguna vez fue, al menos en el discurso, bandera de justicia social e inclusión indígena terminó convertido en un aparato obsesionado con retener el poder, corroído por la obsesión de Morales de torcer los límites constitucionales y cooptar instituciones, y vaciado por el tecnocratismo sin alma de Arce.
Esa mezcla de caudillismo y burocracia erosionó la legitimidad, vació de contenido la promesa inicial y dejó a la ciudadanía atrapada entre la desconfianza y la desilusión.
Pero más allá de las disputas ideológicas, pesó la realidad de la crisis económica. Bolivia atraviesa su peor momento en cuatro décadas: inflación cercana al 25%, deuda pública equivalente al 95% del PIB, un déficit fiscal del 10% y una aguda escasez de divisas y combustibles. El “milagro económico” sostenido en la renta del gas se agotó, y con él la narrativa de éxito del MAS. No sorprende que el 89% de la población considerara que el país iba “por mal camino”.
En medio del naufragio, casi uno de cada cinco bolivianos eligió anular o dejar en blanco su papeleta. No fue un rechazo a la democracia, sino un grito silencioso contra una clase política que ya no inspira ni confianza ni respeto. Morales, fiel a su instinto de supervivencia, intentó vender ese gesto como prueba de su vigencia, como si los “no” escritos en las papeletas fueran aplausos en diferido. Pero la realidad fue más cruel: la mayoría prefirió apostar por cualquier otra opción antes que volver al déjà vu de su figura.
El voto nulo no fue un respaldo, sino un epitafio colectivo al hartazgo; una forma de decir que el problema no es la urna, sino los nombres que siempre la ensucian.
La gran sorpresa fue Rodrigo Paz Pereira, que empezó como actor secundario en las encuestas y terminó robándose el centro del escenario. Su pragmatismo y la alianza con Edman Lara, expolicía reciclado en estrella digital, le dieron un aire fresco en un país cansado de discursos viejos. Se mueve entre el centro y la centro-derecha, prometiendo moderación en medio de la polarización, aunque habrá que ver si esa melodía aguanta más de un par de compases.
Frente a él, Jorge “Tuto” Quiroga encarna la derecha conservadora de manual: privatizaciones, tijera al gasto público y obediencia al FMI. Un perfil tecnocrático que huele a naftalina, heredero de una élite que nunca se resignó a perder el poder y ahora intenta volver con la misma partitura de siempre.
La derrota del MAS no se explica solo por la coyuntura. Durante años, el partido redujo su carácter de movimiento social a un simple instrumento electoral. Los sindicatos y organizaciones populares, motores originales de su fuerza, fueron desmovilizados, y el Estado heredado de estructuras coloniales nunca fue transformado en su raíz.
Así, pese a los logros en reducción de pobreza y reconocimiento indígena, el proyecto quedó vulnerable ante crisis económicas y ofensivas de las élites. El fenómeno trasciende Bolivia: la izquierda latinoamericana se estrella contra sus límites cuando no logra transformar estructuras de poder ni sostener la participación activa de sus bases.
Entre septiembre de 2025 y junio de 2026, América Latina vivirá un maratón electoral con trece comicios presidenciales y legislativos en ocho países. Lo ocurrido en Bolivia advierte lo que puede venir: gobiernos de coalición tan frágiles como efímeros, polarización digital y desinformación que convierten el debate en trincheras, nuevas generaciones más conservadoras y dispuestas a tolerar salidas autoritarias, violencia política y de género como amenaza creciente, y un debilitamiento de la confianza en las instituciones electorales.
La caída del MAS fue resultado de su propio desgaste, pero también un síntoma de los límites históricos de la izquierda latinoamericana: redistribuir sin transformar estructuras y gobernar desde arriba sin sostener la movilización de las bases.
Bolivia se convierte así en un espejo roto. Refleja el agotamiento de una etapa y la urgencia de repensar cómo la izquierda puede evitar que sus victorias sean efímeras. Y mientras la izquierda busca reencontrar su melodía, la derecha ya afina la guitarra para capitalizar el desencanto. La República de Ecuador (https://n9.cl/sobi2j)
 
 
 
 
 
SE DESPLOMA EL SOCIALISMO EN BOLIVIA, Y PODRÍA DERRUMBARSE EN VENEZUELA
 
Existe una luz al final de ese largo túnel que el castrochavismo impuso en la tierra de Bolívar
 
14 y Medio de Cuba (https://n9.cl/6z9cx)
 
Enorme es la crisis de nervios que está padeciendo el socialismo hispanoamericano en el momento en que escribo esta columna. Los devastadores resultados electorales en Bolivia contra el partido de Evo Morales, las expectativas de una derrota oficialista en Chile en las elecciones de noviembre, el dramático recambio de liderazgos que está protagonizando Nicaragua ante la cercana desaparición de Daniel Ortega y la presión militar, política y diplomática americana sobre el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela han sometido al “progresismo” continental a una verdadera batidora de conmociones y malos presagios.
El colapso del Movimiento al Socialismo (MAS) boliviano, en el evento electoral del 17 de agosto, ha marcado el fin de dos décadas de dominio narrativo de un modelo social y económico empobrecedor. Girando alrededor del polémico líder cocalero Evo Morales, la estela del MAS había venido desgastándose hasta rozar la agonía. El propio Morales, que lleva meses refugiado en la región de Trópico de Cochabamba para evitar la ejecución de una orden de captura en su contra, acusado por un caso grave de trata de personas, había llamado a sus seguidores a votar nulo con la pretensión de demostrar que, sin él en la papeleta, ningún candidato “representaba al pueblo”.
Aunque consiguió alrededor del 18% de anulaciones, la maniobra de Morales terminó haciendo estallar al MAS, fragmentándolo hasta casi volverlo invisible en el Parlamento. Aparte de confirmar que dejó de ser el político popular que alguna vez fue, Evo profundizó el agujero dentro del socialismo boliviano al rebelarse en solitario contra un sistema electoral que ya no cree en los supuestos beneficios de la redistribución del ingreso vía materias primas que él impulsó.
La elevación del gasto público, sustentado en el boom de productos como el gas natural, provocó un descontrol fiscal de proporciones ciclópeas, desembocando en ese 25% de inflación que hoy tiene a los bolivianos dispuestos a elegir presidente, en la segunda vuelta de octubre, entre dos candidatos enemigos declarados del socialismo: Rodrigo Paz y Jorge Tuto Quiroga. Ambos, de hecho, han tenido que salir a la palestra pública a decir qué harán con el fugitivo Morales si se alzan con la victoria.
Pero así como el personalismo y el amor al poder destruyeron a Evo, el descalabro del actual mandatario, Luis Arce, dio inicio cuando reconoció el “triunfo” de Nicolás Maduro en las elecciones del año pasado en Venezuela, un reconocimiento falaz e innecesario que fue rechazado en casi todas las encuestas por sus propios ciudadanos. Arce no supo medir la temperatura del agua política con perspicacia, algo que sí parece estar haciendo Estados Unidos al tratar con el régimen venezolano.
Pero seamos claros: a Washington no le desvela el hecho que Maduro sea un dictador, coleccione presos de conciencia o se robe elecciones. Eso viene ocurriendo desde hace rato y muchas otras líneas se han cruzado en Caracas sin despeinar a nadie en el Pentágono. El giro actual obedecería a la vinculación de la dictadura venezolana con los cárteles de la droga y a la calificación de “organización terrorista global” que ahora tiene la agrupación que encabeza Maduro contra los intereses norteamericanos, el Cártel de los Soles.
Ciertamente, el sucesor de Hugo Chávez ha sido desconocido por EE UU como legítimo presidente de Venezuela. Este repudio, sin embargo, es consistente solo con la excusa jurídica que proporciona, porque ninguna operación militar estadounidense puede emprenderse en territorio extranjero sin este requisito. El asunto estriba en desentrañar a qué llama “amenaza” la Casa Blanca cuando usa esta palabra uniéndola a Maduro.
Todo hace suponer que el tráfico de droga hacia el norte constituye una razón suficiente para que Washington actúe contra el régimen venezolano. Pero tampoco debe pasarse por alto la relación que existe entre Caracas y Teherán, concretamente, entre los narcos sudamericanos y los infiltrados de Hezbolá en que responden a directrices iraníes.
Miembros de Hezbolá están en Venezuela desde hace mucho tiempo, tras la ola de inmigrantes que huyó de la guerra de Líbano en los años setenta y ochenta. El tráfico de cocaína sería solo una de las actividades que estos terroristas facilitan. Armas, entrenamiento y logística para grupos clandestinos también estarían entre sus principales acciones, además de la cooperación en la extracción de toneladas de óxido de uranio que son enviadas a Irán desde yacimientos venezolanos.
Por tanto, si es cierto que Maduro y sus secuaces colaboran activamente con el enriquecimiento nuclear iraní, el cerco militar sobre el régimen socialista respondería no solo a mantener a raya el tráfico de drogas en el Atlántico, sino a neutralizar los esfuerzos de otros enemigos que amenazan la seguridad interna de Estados Unidos.
El despliegue de fuerza en el Caribe, además, permite a Donald Trump mantener a su disposición todas las cartas posibles: intervención anfibia directa sobre Venezuela, alentar posibles traiciones en el entorno de Maduro, sostener operaciones quirúrgicas por vía tecnológica, justificar acciones privadas de captura y extracción, así como una letal combinación de varios de estos escenarios.
Lo inocultable es el nerviosismo imperante en Caracas y la hemisférica sensación de que existe una luz al final de ese largo túnel que el castrochavismo impuso en la tierra de Bolívar.
 
 
 
 
 
EDITORIAL. EL GIRO DE BOLIVIA
 
La Nación de Argentina (https://n9.cl/psvzl)
 
En las recientes elecciones presidenciales llevadas a cabo en Bolivia, el candidato por el Partido Demócrata Cristiano, Rodrigo Paz, que no figuraba entre los favoritos, ganó la primera vuelta con el 32% de los votos, seguido por el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga, de Libre, quien obtuvo alrededor del 26,9%. El tercer lugar lo ocupó el empresario Samuel Doria Medina (19,9%), quien se perfilaba como favorito en las encuestas, seguido por Andrónico Rodríguez (8%), de la izquierda.
Los tres candidatos que alcanzaron más del 60% de la votación —Paz, Quiroga y Doria Medina— representaron, cada uno a su manera, la opción del cambio frente al Movimiento al Socialismo (MAS). Todos ellos se presentaron como alternativas al oficialismo, capaces de romper con un ciclo de manipulación de la Justicia, corrupción, persecución política y abuso de poder.
Con estos resultados, Paz y Quiroga, se medirán el próximo 19 de octubre en el primer balotaje presidencial en la historia de Bolivia, que pone fin a 20 años de gobierno del MAS, el partido de Evo Morales, inhabilitado por la Justicia, imputado de delitos graves y con orden de captura, quien había llamado a anular el voto, opción que alcanzó el 19%.
El Parlamento boliviano se renueva por completo cada cinco años, con las 36 bancas del Senado y las 130 de Diputados. A partir de los votos escrutados, la izquierda se quedará sin senadores y con apenas seis diputados. Los dos candidatos más votados enfrentan el reto de tejer alianzas y pactos en el Congreso para garantizar la gobernabilidad, ya que ninguno de sus partidos alcanzará la mayoría absoluta.
Los desafíos que encontrará quien resulte ganador pasarán por decisiones drásticas que pongan orden en el gasto público, totalmente desbordado, solucionen el desabastecimiento de combustibles y empujen una economía con una informalidad cercana al 70%. Además, deberá hallar soluciones a una inflación anual de casi el 25%, un alza constante en los precios de la canasta familiar y un fuerte desequilibrio fiscal y monetario.
No menos importante será el abordaje al problema del narcotráfico teniendo en cuenta que Bolivia es el tercer productor mundial de coca, detrás de Colombia y Perú. El próximo presidente deberá fortalecer las instituciones y las políticas para combatirlo, adoptando medidas en contra de la producción y el tráfico de cocaína y la penetración de organizaciones criminales brasileñas, mexicanas y colombianas que ocupan territorios en el país del altiplano.
El voto contundente de los ciudadanos bolivianos dejó en claro un mensaje que no admite interpretaciones ambiguas: la mayoría del país no quiere más al MAS. No quiere más socialismo, populismo, ni nada que represente los veinte años de Evo Morales y Luis Arce. Tampoco quiere odio ni división. Bolivia dio la espalda a un modelo que estancó la productividad, trabó la inversión y profundizó la división social.
 
 
 
 
 
EL NEFASTO LEGADO DE EVO MORALES
 
"En 2019, habiendo agotado ya la posibilidad de seguir en el poder, pero no estando dispuesto a renunciar a él, convoca a un referéndum para habilitar una cuarta postulación. Evo Morales pierde la consulta".
 
Perú 21 (https://n9.cl/s78qq)
 
Evo Morales se inició en política como activista cocalero en Cochabamba. Su habilidad sindical lo llevó a ser elegido en 1997 diputado por el MAS. En 2002, postula a la presidencia de la República y pierde frente a Gonzalo Sánchez de Lozada. En ese momento, se dedica a hacer ingobernable el país, dirigiendo paros y bloqueos que desembocaron en la renuncia del presidente en octubre de 2003. Tras el gobierno interino de Carlos Meza, Evo Morales gana las elecciones democráticamente en 2005 para un único periodo de cinco años.
Siguiendo el manual de autócratas de izquierda y derecha, convoca a una Asamblea Constituyente, refunda el país en Estado Plurinacional e incorpora la reelección presidencial. En 2009, es reelegido y en 2014 es elegido presidente por tercera vez consecutiva.
En 2019, habiendo agotado ya la posibilidad de seguir en el poder, pero no estando dispuesto a renunciar a él, convoca a un referéndum para habilitar una cuarta postulación. Evo Morales pierde la consulta.
Desoyendo el resultado del referéndum vinculante, Morales ordena a un lacayo Tribunal Constitucional, prevaricador y genuflexo que, valiéndose de estrambóticas contorsiones jurídicas, habilite su postulación. Así, se reelige, pero el repudio popular lo obliga a renunciar y huir a México.
En su gobierno, Morales impuso un programa económico basado en la nacionalización de los hidrocarburos, endeudamiento del sector público, creación de empresas estatales, control de precios y control del tipo de cambio.
La captura de la renta gasífera dotó al Estado boliviano de recursos, y los sistemas de control de precios y tipo de cambio sirvieron para controlar la inflación. El endeudamiento externo sirvió para pagar las onerosas nacionalizaciones y financiar proyectos de infraestructura. Esto generó una sensación de progreso y bienestar, que reditó altos niveles de aprobación para Morales y su modelo económico hasta que la fiesta se acabó y hubo que pagar la cuenta populista.
Para aprovechar los buenos precios del gas, se produjo una agresiva explotación de las reservas, al tiempo que la exploración para reponer reservas no recibía inversión y los éxitos obtenidos eran pobres.
La nacionalización de los hidrocarburos eliminó todo incentivo para explorar por nuevos yacimientos. Así, las reservas probadas de gas se fueron consumiendo. En cuanto a la producción, esta cayó de 60 millones de metros cúbicos en 2015 a 32 millones en 2023.
El déficit fiscal boliviano (10% PBI en los dos últimos años); el incremento de la deuda pública a 83% del PBI; la pulverización de las reservas internacionales y un insostenible tipo de cambio fijo han empobrecido dramáticamente a un país cuyo PBI per cápita es la mitad que el del Perú.
Así terminó un experimento populista y demagógico, que en el camino destruyó una pujante industria gasífera, espantó la posibilidad de convocar importantes niveles de inversión y endeudó a las futuras generaciones hasta el pescuezo.
 
 
 
 
 
TIEMPOS RECIOS ASOMAN EN BOLIVIA
 
Los Andes de Perú (https://n9.cl/q4glw)
 
Luego del cómputo oficial en Bolivia, tras las elecciones generales del domingo 17 de agosto, se confirmó el triunfo del Partido Democrático Cristiano (PDC) liderado por Rodrigo Paz, quien obtuvo el respaldo de 32.06 % del electorado (un millón 717 mil 532 votos).
El segundo lugar lo ocupó Jorge Quiroga de la alianza Libre que alcanzó el 26.70 % (un millón 430 mil 176 votos), conlo cual se confirma la realización de una segunda vuelta entre ambos candidatos el 19 de octubre de este año. Un dato relevante es el voto nulo propulsado por el expresidente boliviano Evo Morales, cuyo respaldo alcanzó el 19.87 % del electorado (un millón 371 mil 049 votos).
FACTOR EVO
El analista político José Luis Exeni, en una entrevista para la Televisión Pública Alemana (DW) señala como uno de los factores más resaltantes el fin de un ciclo que dejó a la izquierda, fuera de carrera, luego de 20 años.
“Efectivamente hay un cambio… hemos pasado de dos décadas de lo que se conoce como sistema de partido predominante que es el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Moralees a un sistema de pluralismo moderado o limitado donde habrá tres partidos que cuentan”, señala el experto. Más adelante afirma que, “no necesariamente se trata de un giro a la derecha como se plantea”.
“En la segunda vuelta, si gana Quiroga, entonces será un giro a la derecha; en cambio si gana Paz, habrá matices, hablamos de un populismo de centro”, añade. En ambos casos el factor Evo Morales está presente y los candidatos ya han expresado su punto de vista respecto a la orden judicial que pesa sobre el exmandatario acusado de trata de menores y estupro, ambas vinculadas al mismo caso.
En una entrevista con la Red de Noticias por Cable (CNN), Rodrigo Paz aseguró que hará cumplir la Ley. “Bolivia tiene que entrar a un nuevo orden y todo aquel que vive aquí va a tener el sentido de equidad de la justicia….en caso de tener alguna falta con el sistema judicial que cumplir, se llame Evo Morales o se llame quien sea, porque eso es parte de un principio de equidad y de convivencia…”, declaró.
Mientras tanto su contendor, Jorge Quiroga en entrevista con el mismo medio de comunicación fue más tajante. “…está escondido en el Chapare, no se presenta ante jueces…cobarde como es…su ciclo terminó…aprovechando que hay un gobierno debil que no aplica la Ley y las órdenes judiciales que están vigentes.
Él vive en una suerte de republiqueta donde parece que no hay un gobierno…”, expresó para más adelante señalar: “Conmigo no hay actitudes timoratas, la Ley se cumple en cada metro cuadrado de Bolivia, en cada minuto, para cada persona, no hay nada que discutir, ya hay una orden judicial…se aplica la ley contra todos sin impunidad para nadie, saben que conmigo no hay dubitación ni temores, se aplica la Ley, punto”, subrayó.
REPERCUSIONES
Diario Los Andes, conversó algunos personajes ligados al discurso reivindicativo de los pueblos originarios, en relación a las repercusiones que habrá de aquí en adelante no solo en nuestro país sino en toda la región latinoamericana. Milton Cariapaza, lider y activista de la nación aimara sostiene que la situación en Bolivia tendrá repercusiones sobre todo en el movimiento indígenta que abarca también el Perú.
“Durante estas dos décadas, el movimiento indígena latinoamericano a buscado integrarse y proponer la construcción de estados plurinacionales. En algunos países hubo avances importantes en ese sentido”, señala.
“Si hablamos de Perú tuvimos acercamiento con Evo Morales y las organizaciones indígenas de Bolivia, recordar por ejemplo la llegada del expresidente a Puno…se gestó un espacio de debate e integración como es Runasur”, agrega. Más adelante Cariapaza añade.
“Considero que lo ocurrido en estas últimas elecciones es producto del arduo trabajo que hizo la derecha boliviana confabulado con EE.UU. con la finalidad de desintegrar el movimiento indígena y lograr la división interna del MAS, queda un precedente para todos quienes aspiramos ejecutar cambios, que un gobierno indígena puede cambiar la forma de gobernar para las grandes mayorías, Evo demostró que sí se puede gobernar obedeciendo al pueblo, que si se puede hacer una inclusión de verdad a los pueblos indígenas y darle el protagonismo político a los propios indígenas”, resalta el lider indigenista.
En el mismo sentido, Pablo Salas Charca lider aimara y dirigente de la Confederación Nacional de Comunidades Afectadas por la Minería (Conacami) sostiene que durante el gobierno del expresidente Morales en Bolivia, la élite económica se ha visto amenazada y hoy ven con optimismo la posibilidad de recuperar un espacio geopolítico importante, debido principalmente a materia prima como el litio.
“Cualquiera de los dos candidatos que llegue a la presidencia, buscará la privatización y así conseguir el empoderamiento económico. Evidentemente la corriente indigenista-progresista no tendrá ninguna opción y esto tendrá repercusiones no solo en el sur del país, sino a nivel de toda Latinoamérica”, opina el líder indígena.
A partir de lo ocurrido en Bolivia y el viraje que ha dado el país altiplánico en el ámbito político, se abona la construcción narrativa contraria a la consolidación de los movimientos indígenas. Esta circunstancia tendrá efectos en los próximos comicios electorales a realizarse en nuestro país en abril del próximo año.
“Puno es una región contestataria, sin embargo en los últimos años nuestros gobernantes locales no han tenido esa condición de líderes y todo lo que se dice en Lima, se cree. Habrá un debilitamiento, más creo importante analizar el tema en un contexto mucho más amplio y eso tiene que ver con el actuar de EE.UU. ese bloqueo a países como Venezuela y Cuba, sino sentamos una fuerza en unidad, entonces seguirán asomando la corrupción que se ha institucionalizado como es el caso del Gobierno Regional”, sostiene Salas.
En general se trata de un nuevo momento para esta parte del continente. En el ámbito económico, las grandes “potencias”, se frotan las manos al tener en Bolivia una nueva oportunidad para seguir consolidando esa hegemonía que en la realidad continuará favoreciendo a unos cuantos.
 
 
 
 
 
BOLIVIA: CLARO EJEMPLO DE LA FALTA DE VISIÓN ESTRATÉGICA DE LA IZQUIERDA
 
La lucha fratricida, la ambición de algunos líderes y la ceguera política de la izquierda liderizada por el MAS, acabaron con la esperanza del pueblo boliviano.
 
Aporrea Org. de Venezuela (https://n9.cl/enxm4)
 
En artículo anterior donde reflexionaba sobre el panorama política de América Latina, afirmé que uno de los obstáculos más importantes que impedía la unidad y proyección de nuestra región como potencia en el mundo, era la miopía de la clase política y muy en particular de la llamada izquierda o progresismo como también se le califica en nuestros predios.
Esta falta de visión, impide que nuestros países, incluso ganando movimientos de izquierda puedan consolidarse y unirse para en forma conjunta para tener estrategias comunes que impidan con la ejecución de políticas acertadas, que los movimientos pro imperialistas y derechistas vuelvan con nuevos bríos a apoderarse de los gobiernos y permitir también que venga con más fuerza la penetración imperial a nuestros pueblos.
Esta es la lamentable realidad que he querido reflejar en reflexiones anteriores, donde he señalado con ejemplos concretos como países supuestamente dirigidos por líderes de izquierda y progresistas son incapaces de afinar una estrategia común, en bloque, para enfrentarse a las políticas del gobierno estadounidense y por el contrario buscan cualquier excusa, cualquier pequeña diferencia para separase, para agredirse, convirtiéndose, entonces, en presas fáciles, permeables, que permiten a los Estados Unidos, encargarse , por separado, de cada uno de ellos, y los demás viendo los toros desde la barrera y esperando su turno, también para ser agredidos, sancionados o invadidos.
Dramático panorama que tendría que llevar a todos los que se dicen de izquierda, socialistas o progresistas a repensar, a verse en ese espejo de la desunión que coloca a nuestros países en bandeja de plata para los países imperialistas.
Claro ejemplo, de este drama lo estamos viviendo con las elecciones de la República de Bolivia.
Allí se está echando por la borda a la esperanza de un pueblo, veinte años de un proyecto que trato de superar la larga historia de dictaduras militares y gobiernos de derecha que mantenían a Bolivia como un pueblo esclavizado y su población sumida en la miseria y la represión.
Hoy el enfrentamiento, las desavenencias entre los líderes más importantes del MAS, partido que liderizaba esos cambios, llevó a lo que estamos viendo ahora, un partido dividido en cuatro toletes, con liderazgos, muy disminuidos, sumiendo a la población al escepticismo, a la desesperanza, que se presentaron a una Campaña Electoral, en plena pugnacidad interna, acusándose mutuamente y vean los resultados:
Ya las encuestas previas de alguna manera lo habían preconizado, dos líderes de la Derecha, se disputaran ahora la Presidencia de la República y las fuerzas progresistas, a la cola, disminuidas, desgastadas por la lucha fratricida, disputándose los últimos lugares de la preferencia electoral.
Esta falta de visión estratégica e histórica del progresismo boliviano traerá consecuencias inevitables para toda la región:
Más aislamiento para los gobiernos que existen en manos de fuerzas progresistas, que continúan sin plataformas comunes de integración y lucha. Al MAS, boliviano, o cualquier fuerza que pretenda abrazar las banderas del izquierdismo le será cuesta arriba volver a tener la popularidad que tuvieron en años anteriores, luego de esta debacle, que los llevó a tener fuerte arraigo en los sectores más desposeídos de ese país (campesino, indígenas, cocaleros, comerciante informales etc.)
Ya verán Uds. como la derecha utilizará la actual crisis económica que vive Bolivia, para justificar planes de alianza con el Fondo Monetario Internacional y cobijarse nuevamente bajo el ropaje de la banca norteamericana, que les condicionará la ayuda, para que sirvan de esquiroles a las otras fuerzas de izquierda en América Latina.
Ya volverá y eso lo veremos la elite racista que tenía antes gran influencia en Bolivia y que con látigos en las manos corría de las aceras a los indígenas bolivianos a pesar de ser este un país mayoritariamente indígena, a imponer sus discriminaciones odiosas
No sería de extrañar, que el país más consumidor de drogas en el mundo, donde su banca está contaminada por el dinero sucio de las drogas, como lo es Estados Unidos, pretenda establecer bases militares Bolivia, en el marco de la falsa ofensiva que los lleva ahora a mover plataformas marinas a nuestras costas, con el supuesto argumento de luchar contra el narcotráfico.
Fíjense, en lo que les digo, todavía la derecha no se ha hecho del poder, ya que falta una vuelta para formalizar el nombramiento del presidente y ya el Tribunal Supremo de Justicia de Bolivia ordenó revisar las detenciones de Jeanine Áñez y Luis Fernando Camacho
"La máxima corte instruyó a los tribunales departamentales verificar en 24 horas el cumplimiento de los plazos legales en los procesos contra los líderes opositores por la crisis de 2019. La medida podría abrir la puerta a su liberación si se comprueba que las detenciones exceden lo establecido por la ley
Es decir los golpistas contra los gobiernos democráticos bolivianos, volverán por sus fueros a enseñorease en la política de ese país.
Panorama, poco halagüeño, les espera a los bolivianos, con una derecha que tiene mayoría absoluta, que busca venganza luego de 20 años de ser relegada y tratará de ahogar cualquier protesta que se realice en el marco de la grave situación económica por la que actualmente atraviesa ese país.
En Bolivia la lucha fratricida del liderazgo del MAS, la ambición de poder de algunos de ellos y la ceguera política de su liderazgo, a mi juicio, ha matado la esperanza del pueblo boliviano.
 
 
 
 
 
BOLIVIA: ¿CRISIS DE LA IZQUIERDA O PROSCRIPCIÓN DEL PUEBLO ORGANIZADO?
 
¿Está siendo silenciada la verdadera izquierda boliviana por sus propios dirigentes?
 
Canarias Semanal Org. de España (https://n9.cl/wm3q5)
 
En un artículo publicado por Sacha Llorenti en el digital misionverdad.com, con el título “Cinco mitos sobre la crisis de la izquierda en Bolivia”, el autor —abogado, exministro boliviano y expresidente del Consejo de Seguridad de la ONU— formula una defensa apasionada del Instrumento Político conformado por las organizaciones sociales bolivianas, así como del liderazgo de Evo Morales.
Según afirma Llorenti, la narrativa dominante sobre la crisis actual en la izquierda boliviana ha sido distorsionada por simplificaciones, lugares comunes y un análisis superficial de los hechos. De ahí que el propósito de su artículo sea desmontar cinco de estos “mitos” que, en su opinión, ocultan el verdadero conflicto que atraviesa el campo popular boliviano.
El primero de estos mitos, de acuerdo a lo expresado por el autor, consiste en reducir la ruptura entre las organizaciones sociales y el gobierno de Luis Arce a una mera pugna de ambiciones personales. Sacha Llorenti señala que esta interpretación ignora la naturaleza colectiva y orgánica del llamado Instrumento Político, cuya legitimidad descansa en la articulación de sindicatos y organizaciones indígenas que han sostenido históricamente al MAS.
En este marco, la ruptura con Arce no se explicaría por una lucha de egos, sino por la exclusión sistemática de estas organizaciones, el uso instrumental del aparato judicial y la tentativa de proscripción de Evo Morales como figura política.
El segundo mito que el autor combate es la idea de que Andrónico Rodríguez representaba el bloque popular. Según Llorenti, Rodríguez, a pesar de ser una figura joven, indígena y con experiencia institucional, rompió con los principios de democracia interna al lanzar su candidatura sin el aval de las organizaciones sociales. Este gesto, sostiene, no fue una muestra de liderazgo, sino una acción unilateral que atentó contra la lógica colectiva del Instrumento Político. De acuerdo con el análisis de Llorenti, la candidatura de Andrónico debilitó aún más la unidad popular y favoreció, indirectamente, el proceso de proscripción en curso.
En tercer lugar, el autor responde al cuestionamiento sobre la campaña por el voto nulo en las recientes elecciones. Según Sacha Llorenti, esta decisión no fue caprichosa ni un acto de desesperación, sino una estrategia colectiva y deliberada. El voto nulo, que alcanzó un significativo 20% del electorado, se interpreta como una forma de resistencia legítima frente a unas elecciones que, desde su perspectiva, se llevaron a cabo bajo condiciones de exclusión política. Lejos de ser inútil, dicho voto habría revelado que la base social del MAS continúa activa y organizada, a pesar del cerco institucional.
El cuarto mito que Llorenti rechaza es el supuesto “ocaso” de Evo Morales y de la izquierda boliviana. A juicio del autor, los resultados de los comicios, así como la movilización de las bases, evidencian que la fuerza de las organizaciones sociales y el liderazgo de Morales siguen siendo fundamentales para la oposición al avance de las derechas. En esta línea, rememora cómo estas organizaciones recuperaron la democracia tras el golpe de Estado, y plantea que volverán a desempeñar un rol central en la construcción de un nuevo ciclo de lucha popular.
El artículo concluye con un llamado tajante a las izquierdas latinoamericanas: la equidistancia frente al conflicto boliviano equivale a una forma de complicidad con la injusticia. Llorenti apela a una solidaridad activa con quienes están siendo perseguidos, proscritos o incluso amenazados de muerte por el aparato estatal, y acusa de ambigüedad política a aquellos sectores que se niegan a tomar posición clara frente a esta represión.
El texto de Sacha Llorenti no solo pretende desmontar las versiones predominantes sobre la crisis de la izquierda boliviana, sino que también reclama la legitimidad de un proyecto político basado en la soberanía de las organizaciones sociales y en la conducción de Evo Morales.
Según el autor del artículo, lo que está en juego no es solo la unidad del MAS, sino la continuidad del movimiento popular revolucionario en Bolivia.
 
 
 
 
 
BOLIVIA: “LA HIJA PREDILECTA DE BOLÍVAR”
 
Prensa Comunitaria Org. (https://n9.cl/gstvva)
 
Bolivia, “la hija predilecta de Bolívar”, hoy nuevamente nos está dando lecciones. Las recientes elecciones nacionales nos confirmaron el resultado de lo que venía sucediendo desde hace muchos años.   No por casualidad el 6 de agosto se conmemoraba los 200 años del nacimiento de Bolivia, como país libre, independiente, soberano y ahora plurinacional.  Su origen, “fue la culminación de un largo y tortuoso proceso de liberación del territorio conocido como el Alto Perú, en la Audiencia de Charcas. Fue el primer territorio en declarar la independencia en América del yugo colonial español y, paradójicamente, el último en consumarla, después de 16 años de guerra”[1].
El pueblo de Tupac Katari (1780-1782), Felipe Quishpe, Fausto Reinaga, así como de Bartolina Sisa y Domitila Barrios de Chungara, por mencionar a algunos y algunas, que presentaron a Bolivia como uno de los territorios con mucha resistencia y rebeldía.  Estas elecciones, pusieron el fin de un ciclo iniciado con el triunfo de Evo Morales y el MAS-IPSP, en las elecciones del 2005 y su ingreso al Palacio Quemado en el año 2006.
El MAS-IPSP, el instrumento político, creado por las “clases plebeyas”, dijera Álvaro García Linera (expresidente de Bolivia), para tomar el poder como plataforma para desterrar a los partidos de derecha y extrema derecha y, en consecuencia, al capitalismo neoliberal/extractivista que habían sumido en total abandono principalmente a los pueblos originarios Kichwas y Aymaras.
Un instrumento político que surge desde abajo, desde los pueblos racializados y discriminados de Bolivia.  Convirtiendo al pueblo en el “sujeto plurinacional”[2]. Un espacio de confluencia de mineros, indígenas, campesinos, mujeres, académicos comprometidos[3], que hacían eco a las consignas del EZLN de que la nueva forma de hacer gobierno era “mandar obedeciendo”[4].
Hoy, incluso en Guatemala, los análisis se sitúan en el tema de si hubo traiciones o no.  Si x o y, líderes son enemigos o no.  Lo cierto es que la disputa de poder entre lideres que se da como en una especie de “cesarismo”, donde se disputan la credibilidad y el liderazgo sin tener conciencia que sacrifican al pueblo que había confiado en ellos. Una situación que se convierte en una enfermedad de la izquierda en América Latina, fortalecida después de la guerra fría, cuando los conflictos armados terminan con diálogos de paz, como los casos de Guatemala y El Salvador, en donde no se ha podido crear una alianza fuerte progresista, peor aún de izquierda, por la competencia entre cada uno de sus liderazgos y estructuras.
Los egos, las peleas entre líderes, la falta de visión a largo plazo, más la difícil situación económica, por no querer dar el otro paso para la consolidación de proyectos revolucionarios ha sido el fracaso de la izquierda latinoamericana y que permite el triunfo de un neoliberalismo más rancio, como lo que puede suceder hoy en Bolivia y de lo que estamos siendo objetos todos los latinoamericanos.
Una de las debilidades de la izquierda es el conformismo, por ejemplo, pensar que “el voto nulo” es el triunfo del evismo, es un error. Como sucede con los grupos de izquierda que compiten en elecciones, que llevan a un diputado o unos cuantos diputados se convierte en “ganancia”, olvidándose que el pueblo quien confía en ellos exige mucho más que premios de consolación.
Los partidos políticos, como el MAS (Bolivia), Pachakutik (Ecuador), Winaq (Guatemala), no se constituyeron para salir a la calle, sino para tomar el poder y transformar el poder, junto al pueblo, no fuera del pueblo.  Entonces deben comprender que, para llegar a ese poder deben constituirse como ganadores y junto al pueblo generar poder popular.  Pero en la medida que les gana la ambición, como sucede en nuestros países y al considerarse caudillos, pierden el horizonte, que quien es el sujeto es el pueblo y mientras no exista este pueblo “las derrotas serán permanentes”.
Los partidos progresistas o de izquierda en América Latina deben comprender que la derecha o la extrema derecha, esa que reprime al interior de cada nación, quien mantiene una actitud “aporofóbica”[5], que entrega los bienes de los pueblos a las empresas, como lo está haciendo ahora Milei en Argentina o Bukele en El Salvador, solo están esperando que los pueblos dejen de creer y confiar en sus líderes, para meter la cizaña y aprovecharse de lo poco o lo mucho que se ha avanzado, para venderlo al “mejor postor”, porque eso es lo que espera el vecino del norte, a quien no le interesa si son dictaduras o narcos-gobiernos, sino quien le permite entrar a apoderarse de nuestros bienes.
Entonces, mientras las acusaciones, las traiciones y las purgas se sigan dando en los espacios de izquierda o progresistas, la derecha se ríe y logra acumular fuerzas no para derrotar a la izquierda, sino al pueblo.  Esta es la situación actual en Bolivia, donde el liderazgo perdió la oportunidad de fortalecer el proyecto plurinacional, con la valentía que exigía el sujeto plurinacional, cuando volvió a ganar el MAS después del golpe de Estado.
Rafael Bautista Segales, dice: “la Constitución abrió con posibilidades de candados para asegurar el modelo liberal.  Un Estado plurinacional, con candados, la propuesta de vivir bien y otros quedaron como retoricas.  El gobierno comenzó a apostar al desarrollismo y entonces rompieron con las demandas del bloque indígena y popular.  Desplazado el sujeto plurinacional, aparece un sujeto sustitutivo que rapta la soberanía del poder y se coloca como la nueva elite rectora de un proceso que no comprende muy bien hacia dónde apuntar y se decanta en las mismas perspectivas de la izquierda, sobre todo eurocéntrica, una izquierda light de cocteles, de hoteles.  El golpe contra Evo, triunfa porque ya no había pueblo y después del golpe, gana el MAS, pero el pueblo pedía que se reencausara el proyecto plurinacional y el liderazgo no escuchó.  En estas elecciones el pueblo se desarticula, porque las opciones comienzan a pelearse, disputa del control político, partido, etc.  Se gesta una guerra intestina, tres opciones del mismo MAS y el voto nulo es simbólico y le da oportunidad a que la derecha gane” y la derecha rancia, apoyada por la CIA y los gringos que volvieron después del golpe de estado, ven al Estado plurinacional como un mal ejemplo, para toda América Latina[6] y había derrotarlo.
 
 
 
 
 
POR UN GOBIERNO PRÓSPERO EN BOLIVIA
 
El Comentario de México (https://n9.cl/2h2cj)
 
En el cerro conocido como La Cumbre, a más de 4,200 metros de altitud, varias familias se agrupan alrededor de mesas adornadas con flores, dulces, hojas de coca y fetos de llama, donde los sabios andinos encienden los sahumerios y elevan plegarias en agradecimiento a la Pachamama o la Madre Tierra en Bolivia.
Agosto es el mes elegido para las wajtas o rituales andinos porque concluye la primera temporada agrícola en el mundo andino y, según las comunidades indígenas, en este momento del año la Madre Tierra “abre la boca” para alimentarse con ofrendas que retribuyan los frutos dados y los que dará en el futuro.
En esta ocasión, las plegarias pidieron que el nuevo Gobierno, que será elegido en las urnas el próximo 19 de octubre, traiga progreso en medio de un agitado proceso electoral atravesado por la crisis económica que golpea al país marcada por la falta de dólares, el desabastecimiento de combustible, y la inflación.
“Estamos haciendo esta wajta tradicional para progresar bien y para que Bolivia tenga un buen Gobierno”, dice con voz pausada Roberto Huanca, un sabio andino de 90 años que guía la ceremonia. A su alrededor, los asistentes queman incienso y colocan sus pedidos junto al fuego. Salud, trabajo, amor, negocio, protección. Las peticiones son muchas, las esperanzas también.
Agosto no es un mes cualquiera, en la cosmovisión andina, es cuando la Pachamama “abre la boca” y recibe las ofrendas, retribuyendo así los frutos dados y los que vendrán. También marca el fin de la primera temporada agrícola, un momento clave en el calendario rural.
Las apachetas, que son montículos de piedras considerados lugares sagrados, se llenan de color y aromas. El fuego es el medio para entregar las ofrendas, mientras los yatiris o sabios aimaras invocan también a los achachilas, espíritus ancestrales que habitan las montañas.
Más abajo, en la ciudad de La Paz a 3,600 metros sobre el nivel del mar, las manos de Margarita Quispe, una “maestra consejera”, no paran de preparar rituales. En la tradicional calle de las Brujas, donde se vende todo tipo de artículos esotéricos, arma mesas rituales para quienes no pueden subir a la montaña, pero quieren cumplir con la Pachamama.
“Somos la quinta generación de sabios ancestrales, empezaron nuestros tatarabuelos”, dice Quispe con orgullo. Entre sus ofrendas hay amuletos, figuras de azúcar y remedios naturales. También prepara lo que llama “la piedrita del olvido”, una pequeña roca que, asegura, ayuda a cerrar heridas amorosas.
Este año, el clima de los rituales es distinto. Las recientes elecciones generales del 17 de agosto, en medio de una compleja crisis económica, ha dejado en el aire expectativas y tensiones. Aunque los resultados ya están definidos, la incertidumbre persiste y muchos llegan a La Cumbre no solo para agradecer, sino también para pedir estabilidad.
“Las personas vienen a buscar esperanza. Este mes no se trata solo de agradecer, sino de volver a conectarnos con lo esencial”, comentó a EFE Huanca, quien realiza rituales todo el mes.
A diferencia de años anteriores, el Gobierno no organizó una ceremonia oficial para abrir agosto, ocupado en los preparativos por el bicentenario de la independencia, celebrado el 6 de agosto. Pero en las calles, en los hogares y en las alturas, la tradición sigue viva.
Durante todo agosto, en casas, negocios y cerros sagrados, los bolivianos siguen quemando sus deseos porque cuando la tierra “abre la boca”, hay que alimentarla, no solo con dulces, lana y fetos de llama, sino también con fe.
Y en Bolivia, la fe en la Pachamama está presente.
 
 
 
 
 
RODRIGO PAZ PROMETE SUPERAR CRISIS EN BOLIVIA SIN UN PLAN DE AJUSTE SEVERO
 
Radio Francia Internacional (https://n9.cl/h484f)
 
Bolivia no tendrá un ajuste severo para salir de la crisis económica, sino un período progresivo de estabilización, afirma el candidato presidencial de centroderecha Rodrigo Paz en entrevista con la AFP.
El senador de 57 años marca distancia con una receta menos radical que la que propone su rival de derecha dura Jorge Quiroga.
Ambos disputará el balotaje el 19 de octubre para definir el próximo mandatario de este país de 11,3 millones de habitantes.
Paz promete impulsar "capitalismo popular" en esta nación rica en gas y recursos de litio, pero con un 85% de informalidad laboral.
Bolivia atraviesa una dura crisis económica, con una inflación que rozó el 25% interanual en julio.
El gobierno estatista de izquierda sostiene una onerosa política de subsidios a los combustibles que casi ha agotado las reservas de dólares.
La falta de divisas ha disparado un tipo de cambio paralelo, que duplica el valor oficial impuesto por el gobierno.
Ante el descalabro, el Movimiento Al Socialismo dejará el poder después de 20 años.
Este es un extracto de la entrevista con Paz.
Pregunta: ¿Cómo sacará a Bolivia de la crisis?
Respuesta: Bajar déficit (fiscal), uno. Dos: sinceramiento del dólar, ponerlo donde debe estar. Tres: el banco central no debe ser la caja chica del gobierno, tiene que tener un manejo monetario claro. Cuatro: se necesita un fondo, para el cambio del dólar, de estabilización (...).
Estamos recortando la subvención (...). Unos 1.200 se van normalmente en corrupción y contrabando, entonces vamos a recortar (este monto). Y por otro lado, el gasto superfluo (...) de cerca de 1.300.
Eso viene a ser un poquito más del 60% del déficit (fiscal). Con acciones puntuales se puede generar un proceso de alivio a la presión inflacionaria (...).
P: ¿En qué se distingue su propuesta de la de Quiroga?
R: La principal diferencia es que no soy un candidato de hace seis meses, que aparezco al final y digo "quiero ser presidente" (...). Venimos trabajando un proyecto político (...).
Hemos tratado de trabajar primero con la informalidad (...) ante las propuestas que se nos daban viajando el país: "Bájeme los impuestos, bájeme los aranceles, ciérreme la aduana que es corrupta".
P: ¿Prevé un shock económico?
R: Yo creo que va a ser una transición. Habrá el proceso de estabilización, no lo llamamos ajuste. Es estabilizar. Creo que el pueblo lo va a entender (...). Hemos entrado con (un) margen para tener un grado de confianza.
La gente entiende (...) no acepta, como otro candidato ha dicho (Quiroga), que "vamos al crédito con el Fondo Monetario Internacional". La gente dice: "Primero ordenemos la casa, veamos qué nos falta y después hablemos con dicho fondo".
P: ¿Qué hará con el gas?
R: Va a haber un giro en la política medioambiental, en la política energética, fundamental (...).
Pero en los siguientes 20 años, Bolivia va a tener una dependencia energética en el gas. Y hay que seguir en función de la exploración de reservorios para garantizar esa transición a nuevas energías en el futuro.
P: ¿Qué va a ocurrir con los contratos de litio firmados con firmas de China y Rusia?
R: Se requiere una nueva ley de (recursos) evaporíticos. Esos contratos se tienen que revisar. No han sido aprobados en el parlamento (...). Nadie los conoce.
Si bien tendremos la primera bancada (de parlamentarios), si no se genera claridad y transparencia, en comunicación con el pueblo de Bolivia, va a ser muy difícil que se aprueben.
P: ¿Su gobierno capturará a Evo Morales (acusado de un presunto caso de trato de menor cuando era mandatario)?
R: La justicia debe llevar adelante los procesos. En lo que sí me comprometo es en no entrometerme. Vamos a hacer una profunda reforma al sistema judicial. Si bien la fijación es Evo por el ámbito político, hoy seis de cada diez en la cárcel están por detención preventiva (...).
Las condiciones de Evo se van a respetar en función de una norma del sistema judicial y se aplica con todo el rigor.
P: ¿Apoyaría una operación de Estados Unidos para derrocar a Nicolás Maduro, como él teme?
R: No acepto a Venezuela como es hoy, en su modelo que no es democrático. Es una dictadura y en eso no voy a cambiar el criterio (...).
Yo no comparto el criterio de acciones de este tipo, pero si eso ayuda a Venezuela a recuperar su democracia, no puedo más que respaldar todo aquello que le cambie la vida a los venezolanos.
 
 
 
 
 
ANTONIO ABAL: “LA FIGURA DE RODRIGO PAZ ES LA MÁS POTABLE PARA EL SISTEMA NEOLIBERAL”
 
Resumen Latinoamericano Org. (https://n9.cl/sdg1h)
 
Porque queremos analizar qué es lo que ha sucedido en esta especial y dolorosa compulsa electoral boliviana, entrevistamos a Antonio Abal, ex cónsul boliviano en Argentina, periodista y activo militante de izquierda.
-¿Cuál es el cuadro de situación que se da después de estos resultados que dan el triunfo a la derecha?
– Ciertamente en Bolivia ha habido una sorpresa electoral; no en términos del triunfo de la derecha, sino por el personaje que gana las elecciones. Una candidatura que no estaba dentro de las preferencias -por lo menos- de las encuestas, que como se ha demostrado eran encuetas amañadas; porque la realidad ha reflejado otra cosa. Nadie esperaba este desenlace. Por supuesto que Tuto Quiroga estaba entre los posibles ganadores. La sorpresa del primer lugar ha sido la victoria de Rodrigo Paz. Sin lugar a dudas, el resultado parece una apelación primero a la victimización que tuvo su candidato a vice, el capitán (Edmon) Lara. Recién ahora, después del hecho electoral, conocemos que el ex policía Lara ya estaba posicionado en las redes sociales; pero fue un posicionamiento personal. Ahí claramente había habido una muy buena estrategia de enaltecimiento personal que ha durado más o menos año y medio. Era conocido en Bolivia, que ell capitán Lara fue destituido de la policía. Entonces era habitual verlo en las redes; quejándose primero de su situación económica, de las torturas de que había sido objeto en su detención y en general, el maltrato. Finalmente, que se había quedado sin recursos económicos y tenía que recurrir a trabajos de diferente modalidad como por ejemplo vender ropa en unos puestos callejeros. Entonces, él transmitía todo esto como una problemática personal de su situación; y, por supuesto empezó a tener muchos seguidores. Pero, además, convocando a los sentimientos de los que le seguían. Ya no se puede discutir que fue el capitán Lara el que traccionó la mayoría de votos para que Rodrigo Paz esté en la situación que tiene hoy.
-¿Cuál es el recorrido político que tiene el ganador de la primera vuelta?
– Rodrigo Paz es hijo de un ex presidente: Jaime Paz Zamora, proveniente de la social democracia; que devino en un gobierno privatizador, neoliberal, exactamente igual que todos los que conformaron los pactos políticos en el ciclo neoliberal durante los 20 años que estuvo de vigencia en Bolivia. Rodrigo Paz no aparecía, por supuesto, en las encuestas. Tuvo problemas para inscribirse porque el partido Demócrata que le cobijó, no estaba de acuerdo con él. Tenían otro candidat y por lo tanto, fue muy accidentada esa inscripción. Por lo mismo, nadie daba mucho mérito a la candidatura. Ahora queda claro que el capitán Lara fue el gran protagonista; y ha tenido en estos días además una presencia mediática muy grande, asumiendo un rol ya casi como candidato él. Por eso ya le han llamado a la cordura varios, entre ellos el padre de Rodrigo Paz, que le dijo: «eres joven e impulsivo, por favor modérate un poquito». Porque hay compromisos que ha asumido  Lara. Por ejemplo: el quitar los sueldos vitalicios a los ex presidentes. Esto incluye al papá de Rodrigo Paz. Entonces habrá que ver cuánto de eso se cumple. También compromisos con los policías, para aumentarles los sueldos; con gremialistas, para facilitarles una serie de cosas. Cuando sabemos por ejemplo que el vicepresidente no es quien toma las decisiones en políticas públicas; colabora, viabiliza para que las leyes a favor de una determinada política pública se dé en el Parlamento. En este último hay intereses muy claros, que nos dan señales de por dónde va a ir la gestión parlamentaria. Por ejemplo, está como senador Marinkovic, uno que fue ministro de la golpista Jeanine Áñez; y que estando en la función de ministro se adjudicó 30.000 hectáreas, incluyendo un lago, para ampliar su frontera agrícola. El es agro industrial. Entonces, sabemos qué va a hacer en el Senado y el tipo de leyes que van a proponer. Está claro que la industria desde hace mucho tiempo tiene una agenda que es la de expansión de su frontera agrícola. Esto quiere decir desboscar grandes zonas de la Amazonia boliviana; y segundo, la introducción de transgénicos. Esto ya lo han dicho claramente, aunque no utilizan la palabra “transgénicos” y le llaman biotecnología para suavizar el impacto. Entonces hay una agenda muy clara de lo que se va a tratar en el Parlamento. Frente a eso, los compromisos del capitán Lara no sé hasta donde serán viables; esta es una gran incógnita.
-¿En este marco, ves como muy posible la victoria de Rodrigo Paz en la segunda vuelta? ¿Es un hombre que al sistema y a los intereses fuera de Bolivia, lo que siempre pesan, por ejemplo, los intereses de EEUU,los puede conformar? ¿O los conforma más un personaje como Tuto Quiroga?
-Una vez que está confirmada la presencia de Rodrigo Paz, yo creo que es la figura más potable. Porque tenemos que convenir que mucha gente, especialmente clase media indecisa, tomó la decisión del mal menor. Es decir, ni Doria Medina ni Tuto Quiroga; probaremos con Rodrigo Paz. Es llamativo que haya ganado, por ejemplo, en zonas rurales como el caso de La Paz u Oruro. Y aquí el tema de la lucha contra la corrupción, que fue el discurso del capitán Lara, pesó mucho. Entonces, creo que la figura de Rodrigo Paz es la más potable, porque incluso los medios de comunicación están tratando de posicionar que Rodrigo Paz sería una especie de centro izquierda; y ya también en muchos lugares de análisis están señalando su posicionamiento social-demócrata. Pero cuando uno ve su agenda, su propuesta, es absolutamente neoliberal. Te habla de privatizaciones, te habla de achicar el Estado; te está hablando de procesos de entrega de recursos naturales. Es decir, son medidas estrictamente neoliberales. Y en la agenda boliviana, es decir, los intereses que están presentes ahí tienen que ver con la propuesta de mayor descentralización. Aquella propuesta del poder agro industrial en Bolivia, que quieren tener la sartén por el mango en el tema de tierras; de decisión económica departamental. No hay que olvidarse que ellos proponen una agenda federal. Y van a caminar ahí.
-Creés que puedan ir por la Constitución?
-El peligro más grande que ahora tenemos en Bolivia es la revisión de la Constitución. Una reforma constitucional para anular el estado plurinacional. Eso está en la agenda de todos los parlamentarios que han entrado, tanto de Tuto Quiroga como de Samuel Doria Medina; y también de Rodrigo Paz.
-Vamos ahora a la parte trágica de todo esto, que es la derrota por la implosión de la izquierda y la autodestrucción del MAS
-En estos días estuvimos conversando con gente que está muy lejos de Bolivia pero que ha sido militante en el tema del voto nulo, que fue la propuesta de Evo Morales. Y en muchos lugares dicen “bienvenida esta prueba”; porque la ven como una prueba. Y dicen “esto ha permitido depurar este camino errático que se estaba dando ya en los últimos tiempos, incluso durante el gobierno de Evo Morales”. Esto nos permite aclararnos por dónde tenemos que ir. La gente está muy consciente que hay desafíos muy grandes. Y también me parece saludable que muchos de ellos señalen que no tenemos que detenernos en encontrar culpables sino en construir a partir de hoy una reorganización, un nuevo tejido de las organizaciones: primero sociales, es decir, congresos que vayan sellando la unidad de los actores; y después la interpelación al instrumento político. Desde mi punto de vista eso es una ruta bien planteada. No se puede seguir con las batallas del pasado, tratando de encontrar culpables. Por supuesto que hay que encontrarlos; hay que señalarlos claramente a los errores que se han cometido, pero eso no tiene que ser el centro de la atención. Porque la derecha va a avanzar desde el minuto cero. Si no tenemos condiciones de reacción rápida, esto va a tener efectos desastrosos realmente. Porque se puede abrir un nuevo ciclo neoliberal no de cinco años, no de una gestión de gobierno. Ya saben, la derecha sabe muy bien que sobre la base de los pactos puede tener una vía de veinte, veinticinco años. Entonces, más allá de la reflexión de autocrítica que puede haber al interior, está el potenciamiento, la recuperación del acumulado social que tuvieron las organizaciones que son el bastión. Ahora no existe la Central Obrera Boliviana. Hace poquito estaba declarando el ejecutivo Huarachi que habría que apoyar al nuevo gobierno. Acá en Bolivia se dice “curándose en salud”.
-¿Qué hacer entonces frente a la ausencia de una herramienta tan importante como la COB?
-Lo que debería de ocurrir es llamar a un Congreso de la Central Obrera Boliviana para recomponer no solamente la directiva, sino la misma composición de la COB. Y te diré además, que tenemos ahora una configuración parecida a la del pre-año 1952. En la historia de Bolivia, antes de la revolución del ’52, había un bloque denominado “la rosca minero-feudal” con la que se enfrentó no solamente el MNR como partido sino el pueblo. Y ahora tenemos una situación parecida, porque tenemos por un lado la agro-industria, poderosa económicamente, y por el otro lado la emergencia de un sujeto que son las cooperativas mineras, poderosas económicamente y en número también. Entonces estos dos bloques son los que tienen el poder fáctico económico en este momento. Eso es lo que hay que desmontar. No es tarea fácil.
– Queda claro que, aunque sea en el marco de la derrota de la izquierda, el ideal de Evo Morales sigue siendo importante. Digo, porque mal que mal el voto nulo, que es un voto simbólico, pero de un simbolismo muy especial; ha tenido una respuesta importante, ha habido una disciplina para votar nulamente. Y esto es producto de esta idea de liderazgo que tiene Evo, que con sus errores y sus aciertos ha llegado a este final. Frente a ello, es segura la imposición de un planteo neoliberal desde el minuto cero, porque estoy convencido igual que tú que estos gobiernos que tenemos últimamente, avanzan con todo en los primeros 100 días; lo que no hace la izquierda o el progresismo cuando llegan al gobierno. ¿Ves posible que si vienen en ese plan haya movilizaciones de respuesta, que haya pelea en la calle?
– El corazón del voto duro, de la militancia dura de Evo Morales, es el Trópico Cochabambino No solamente el Trópico. Entre paréntesis, el voto nulo ha ganado en el departamento de Cochabamba; derrotando al capitán Manfred Reyes Villa, que en buena hora perdió una hegemonía, especialmente en el centro urbano más grande. Entonces, en estos primeros cien días va a haber una ofensiva para intentar detener a Evo Morales. Estamos seguros de ello. Por eso la insistencia de los medios de comunicación, que son estos dispositivos de protección y ayuda a las tendencias neoliberales. Están tratando de imponer la agenda tanto en el capitán Lara y explícitamente en el de Tuto Quiroga, como primera tarea detener a Evo Morales. Rodrigo Paz en muchas declaraciones ha sostenido que Evo Morales libre es una amenaza. Entonces saben dónde van a ir. ¿Cuál es el contrapunto? Que en los últimos seis meses Evo Morales ha estado acompañado en las conferencias, con los ampliados, ha estado acompañado de una serie de dirigentes jóvenes, y con una claridad impresionante. Yo por lo menos en mucho tiempo no había visto esa calidad de dirigentes en el Trópico Cochabambino, posicionando lo que va a ser la construcción del nuevo -entre comillas- Instrumento Político. Va a haber una dura resistencia y va a haber liderazgos ahí en el Trópico; y veremos hasta dónde en esta prueba del ballotage se puede ampliar, si se mantiene, la consigna del voto blanco. Por lo menos muchas organizaciones lo que sostienen es que hay que profundizar, hay que ampliar el espectro del voto nulo. para que quede constancia donde estamos y desde donde vamos a dar resistencia. Es una tarea muy dura. Pero el Trópico, el bastión de Evo Morales, está en un territorio muy estratégico. Cualquier acción que se desarrolle en el Chapare paraliza al país, lo paraliza económicamente, físicamente. Esa es una llave que la tiene muy bien guardada Evo Morales. Sabe cuando utilizarla. Me viene a la memoria la batalla que tuvo que dar con la DEA en los procesos de erradicación de la coca. Por supuesto que fueron enfrentamientos muy dramáticos, pero el saldo siempre fue a favor; siempre salían ganando. Y con una dura represión. Por lo tanto, el escenario no es tan trágico como podríamos pensar.
-Si se diera esta idea que estás expresando de que uno de los primeros puntos que van a tratar de hacer es detenerlo, creés que este ataque a Evo Morales que es un tiro por elevación al movimiento campesino, al movimiento indígena, dotado además de un ataque racista; porque la derecha mira no solamente a Evo Morales sino también al movimiento campesino como algo que hay que sacárselo de encima. ¿Podría ayudar a unir esas fuerzas que se han desunido en esta pelea de caudillos entre Evo y Arce Catacora, que lamentablemente abarcó a todas la organizaciones de uno y de otro lado?
-Es una situación un poco compleja… ¿por qué? Porque el neoliberalismo durante los veinte años de su ciclo despolitizó, desideologizó la sociedad boliviana. Y, lamentablemente, en el período de Evo Morales no hubo acciones para contrarrestar eso. Se perdió la oportunidad de recuperar fuerzas en la consolidación de un movimiento político-ideológico que fortalezca los movimientos sociales. Esa debilidad ha llevado a que muchas direcciones se conviertan en instrumentos pragmáticos del uso de la política. Hemos visto en estos días como varios dirigentes de los llamados Ponchos Rojos van a acompañar hasta último momento a Luis Arce en su gestión, y después van a apoyar al gobierno que venga. Es increíble, el gobierno que venga es un gobierno de derecha, pero ya lo están manifestando abiertamente. Eso nos está señalando este pragmatismo que tiene muchas direcciones, y que se van a acomodar al tipo de gobierno neoliberal. Pero, por otra parte, también ya el mismo voto nulo ha demostrado que hay una unidad en ciertos niveles de la organización porque ha habido voto orgánico. Eso es muy importante a tomar en cuenta. En Bolivia el voto orgánico es aquel que asume una comunidad, una organización; y militantemente asumen la decisión tomada. Entonces esos son buenos puntos de apoyo para una reacción inmediata de organizaciones frente a una embestida violenta del próximo gobierrno. Confiamos en que eso ocurra.
¿Ven la posibilidad de que se vuelque algún sector del MAS o de otros sectores de izquierda a apoyar a Rodrigo Paz como el mal menor?
Ha habido un discurso que justificó la presencia de Andrónico Rodríguez, por ejemplo. La consecuencia, la renovación, la profundización de un proceso de cambio; y, si son consecuentes los compañeros que asumieron esa decisión, tendrían que plegarse masivamente al voto nulo. Tendrían que demostrar en un acto de coherencia esta resistencia a un triunfo en la segunda vuelta de los candidatos de la derecha. Eso se espera. Dirigentes como el compañero Claros, que es todavía dirigente de la CTUCB no pueden estar votando por Rodrigo Paz Pereyra. Entonces, esperemos que no se trate de negociar el voto con lo que queda de esta tendencia del original MAS, y que, por voluntad propia declaren su adhesión al voto nulo. Sería bueno dar una sorpresa y llegar a un alto porcentaje de votos, demostrando así el descontento y la posibilidad de una resistencia activa a un gobierno que claramente ya sabemos lo que va a hacer.
 
 
 
 
 
“VAMOS A CAMBIAR TODO”. DERECHISTA QUIROGA PROMETE REFORMAS PROFUNDAS DE GANAR BALOTAJE EN BOLIVIA
 
MSN de España (https://n9.cl/50syn)
 
“Vamos a cambiar todo”. Derechista Quiroga promete reformas profundas de ganar balotaje en Bolivia
Jorge “Tuto” Quiroga fue visto en su momento como una figura secundaria en las contiendas presidenciales de Bolivia. Sus propuestas de libre mercado y un gobierno pequeño cayeron en saco roto en un país andino dominado por un populismo con gastos excesivos.
Pero luego de tres intentos presidenciales fallidos, el colapso del partido de izquierda que gobernó Bolivia durante casi dos décadas y una agresiva campaña que promete rescatar Bolivia de su peor crisis económica en decenios, el exgobernante (2001-2002) y candidato derechista va rumbo a un balotaje en octubre con la oportunidad de alcanzar la presidencia del país con las mayores reservas de litio del mundo.
En una entrevista con The Associated Press, Quiroga dijo que de imponerse en la segunda vuelta a Rodrigo Paz, de centro y el más votado en primera vuelta, impulsará cambios profundos como una manera de atraer inversiones para enfrentar la crisis económica tras casi 20 años en el poder del Movimiento al Socialismo (MAS), con Evo Morales y luego Luis Arce.
“Han sido 20 años de destrucción", señaló Quiroga, de 65 años, en su departamento en un barrio residencial acomodado de La Paz. "Primero haces el programa de salvataje, inyectas los 12.000 millones de dólares con los organismos (financieros multilaterales) de los cuales somos socios”.
“El dinero es para salvar el sistema financiero”, agregó Quiroga, para justificar lo que llama su “programa de salvataje”.
‘Vamos a cambiar todo’
Bolivia, que por décadas vivió del auge del gas exportando a Brasil y Argentina, sufre ahora de un profundo desabastecimiento de combustibles, el cual el Estado compra y subsidia en un 50%, afectando sus ingresos y escasas reservas. A ello se suma la falta de dólares y una inflación que durante el primer semestre del año alcanzó el 15,53%, la más grande en dos décadas.
El 17 de agosto, en la primera vuelta, Quiroga obtuvo el 26,7% de los votos y se ubicó segundo después del senador Paz, del centrista Partido Demócrata Cristiano (PDC), que obtuvo 32,06%, convirtiéndose en la sorpersa de la jornada.
Quiroga gobernó Bolivia en 2001 y fracasó en su intento por volver al poder en 2005, 2014 y 2020. Esta vez se vende como un gestor público y promete lograr que la esperanza regrese al país tras años de pugnas internas en el partido gobernante, bloqueos carreteros y crisis económica.
Dijo, en ese sentido, su receta es transformar la economía estatal de Bolivia en una basada en el libre mercado y la propiedad privada.
“Vamos a cambiar todo... yo voy a abrir Bolivia al mundo y que el mundo venga a Bolivia. Quiero inversiones y quiero comercio. Voy a hacer una modificación profunda de todas las leyes sectoriales de agropecuaria, hidrocarburos, minería”, entre otras, señaló Quiroga.
Además, de la "tenencia de la tierra individualmente, de vivienda, el litio”, señaló en referencia al recurso estratégico en el que Bolivia funda su esperansa de un posible repunte económico, como lo fue la exportación de gas.
Para el sector agropecuario, que exporta soja a países vecinos, promete “facilitar créditos, sustituir los títulos de propiedad sindicales por derechos de propiedad individuales”.
‘No hay impunidad para nadie’
Quiroga, quien es un duro crítico al expresidente Morales, reiteró que si gana la presidencia hará cumplir una orden de detención para que se presente a declarar por un caso de presunto abuso a una menor cuando ejercía la presidencia.
“Yo cumplo con las leyes para todas las personas... No hay impunidad para nadie. Hoy día ya no es tema judicial. Ya la justicia ha dicho mandamiento de aprehensión (en referencia a que ha ordenado la detención)", dijo. "Los mandamientos de aprehensión se cumplen para todos”.
Quitaría reconocimiento a Maduro
Pero no será lo unico que cambiría. A diferencia de Morales y del presidente saliente Arce, anunció que no reconocerá a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela.
“Voy a reconocer a Edmundo González, el legítimo ganador de las elecciones. A Nicolás Maduro le espera una celda fría en La Haya o una hamaca caliente en Cuba que vaya escogiendo”, manifestó.
Señaló que Maduro está “muy nervioso” luego que el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump le ha subido la recompensa a 50 millones de dólares por la información que conduzca a su arresto por considerarlo cabeza de un cártel del narcotráfico.
Dijo que buscaría un acercamiento con Estados Unidos, con el que la ex admistración de Morales y su sucesor Arce han mantenido unas frías relaciones. En 2008, el entonces gobierno de Morales expulsó al embajador de Estados Unidos, Philip Goldberg, y posteriormente a la agencia antidrogas de ese país (DEA, por sus siglas en inglés) acusándoles de espionaje.
Aunque dijo que no está de acuerdo con varias cosas que hace el gobierno de Rusia — en guerra con Ucrania —, aseguró que se acercaría a Moscú si se logra con esa nación precios favorables para comprar combustibles “en el marco de lo que es la integración, inversión y comercio".
 
 
 
 
 
OPINIÓN. ¡LIBERTAD PARA JEANINE ÁÑEZ YA! ¡LIBERTAD PARA BOLIVIA!
 
Publimetro de México (https://n9.cl/wlgru)
 
¡Libertad para Jeanine Áñez y para todos los presos políticos de Bolivia ya! Jeanine Áñez asumió la presidencia interina de Bolivia en noviembre de 2019, en medio del vacío de poder tras la renuncia de Evo Morales. Poco después, pasó de ser jefa de Estado a prisionera. En marzo de 2021 fue detenida y en 2022 condenada a 10 años de cárcel por el caso “Golpe de Estado II”, un proceso en el que se le acusó de “incumplimiento de deberes” y de dictar “resoluciones contrarias a la Constitución” por haber asumido la presidencia sin aval legislativo. Desde entonces, organismos internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han denunciado irregularidades, ausencia de debido proceso y un uso abiertamente político de la justicia.
Su caso no es aislado. Líderes como Luis Fernando Camacho y Marco Pumari también permanecen detenidos bajo procesos cuestionados. En todos ellos se repite el mismo patrón. La prisión preventiva convertida en condena anticipada, el uso de tipos penales ambiguos y una justicia sometida a la presión del poder político. Ese abuso de las medidas cautelares es lo que convierte a opositores en presos políticos.
La situación también golpea a las familias. Carolina Ribera, hija de Jeanine Áñez, ha denunciado en redes sociales que su madre ha sido tratada como “trofeo político” y víctima de un “secuestro” prolongado. Ha señalado que estuvo enferma en la cárcel sin acceso a médicos ni traslados a hospitales, y que durante meses se le prohibieron las visitas. El día que la detuvieron “se secuestraron también las garantías constitucionales de todos los que pensamos diferente al MAS”. Sus mensajes reflejan el dolor de quienes luchan por su libertad en condiciones de hostigamiento constante.
Tras cuatro años y medio de encierro, el 22 de agosto de 2025 el Tribunal Supremo de Justicia emitió un instructivo ordenando a los tribunales revisar de inmediato la legalidad de estas detenciones. No garantiza su libertad automática pero reconoce que la ley tiene límites y que las prisiones indefinidas son incompatibles con el Estado de derecho.
Jeanine lo resumió de esta manera: “Después de 4 años y medio, el Tribunal Supremo de Justicia instruye actuar en derecho. No es un triunfo, es un derecho”. Con esta frase expone que en Bolivia la justicia ha castigado antes de juzgar y ahora empieza a corregir su error.
La orden del TSJ llega tarde, pero es un avance. La verdadera reparación será cuando ningún opositor pueda ser encarcelado por motivos políticos. Hasta entonces, Bolivia seguirá acumulando deudas con su democracia. Al tiempo…
DETALLES. Claudia Sheinbaum miente sobre la cooperación con la DEA. Mientras el director de la agencia asegura que existe una colaboración sin precedentes, Sheinbaum lo niega, diciendo que solo hubo un taller menor en Texas. La realidad es que la DEA confirma la cooperación, pero el gobierno intenta ocultarla. ¿A quién o a qué le teme realmente la presidenta?
 
 
 
 
 
MARÍA CORINA MACHADO CONFÍA EN LA POSIBLE LIBERACIÓN DE JEANINE ÁÑEZ, LUIS FERNANDO CAMACHO Y MARCO PUMARI EN BOLIVIA
 
La opositora venezolana celebró la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de Bolivia de revisar los procesos judiciales contra las tres figuras detenidas por la crisis política de 2019, a quienes calificó de “amigos” y símbolos de resistencia democrática
 
Infobae de Argentina (https://n9.cl/p8g78)
 
La dirigente opositora venezolana María Corina Machado manifestó este lunes su confianza en que la ex presidenta interina de Bolivia Jeanine Áñez junto a los opositores Luis Fernando Camacho y Marco Pumari sean liberados tras la orden de revisión de sus procesos judiciales en ese país.
Machado afirmó en la red social X que “la libertad de mis queridos amigos Jeanine Áñez, Luis Fernando Camacho y Marco Pumari es un acto de justicia. Nunca debieron estar presos. Su esperada liberación nos emociona a todos”.
La líder opositora venezolana reconoció la resistencia mantenida por los detenidos. Sostuvo que “el testimonio de Áñez (2019 2020), Camacho y Pumari durante su injusta prisión, la firmeza de sus convicciones, su resistencia y su amor por Bolivia” son reafirmación de la causa opositora venezolana.
Añadió: “Cuando se trata de conquistar la libertad, la justicia y la democracia, hay que luchar hasta el final”. “Reciban la fuerza, el respeto y el cariño de los venezolanos que asumimos la lucha por la democracia de Bolivia como nuestra. A sus familias, amigos y compañeros, nuestro abrazo enorme e infinitas bendiciones”, concluyó Machado, quien se encuentra en la clandestinidad desde enero pasado.
Esta reacción ocurre en paralelo al decreto del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) boliviano, que ordenó revisar “de manera inmediata” el cumplimiento de los plazos de las detenciones preventivas en todos los procesos donde están involucrados Áñez, Camacho y Pumari. La medida fue adoptada luego de protestas de otros privados de libertad, quienes pidieron un trato igualitario.
El instructivo del TSJ, firmado por Romer Saucedo, pidió a los tribunales departamentales verificar si se han respetado los tiempos legales en estas detenciones, lo cual podría abrir la puerta a la libertad de los acusados. En muchos casos, la detención preventiva ya ha superado los límites legales establecidos.
El panorama judicial subraya diferencias entre los casos. Áñez ya cuenta con una sentencia ejecutoriada: en junio de 2022, el Tribunal Primero de Sentencia Anticorrupción de La Paz la condenó a 10 años de cárcel por “incumplimiento de deberes” y “resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes, como parte del caso denominado “Golpe de Estado II”. Además, enfrenta otros procesos judiciales en curso.
Por su parte, Camacho y Pumari están bajo detención preventiva sin condena firme. Camacho, ex gobernador detenido desde fines de 2022, enfrenta cargos como financiamiento al terrorismo, sedición y asociación delictuosa. Pumari, dirigente del departamento de Potosí, permanece preso desde 2021 por presunta participación en la crisis política de 2019.
Este lunes, ambos fueron citados a una audiencia de revisión en La Paz, convocada por los tribunales locales en cumplimiento de la instrucción del TSJ. Camacho arribó desde la cárcel de Chonchocoro; Pumari fue trasladado desde Potosí. Simultáneamente, Áñez también tendrá una audiencia en el caso denominado Senkata, que revisará la competencia del proceso, dado su historial como dignataria de Estado.
En este contexto, el cambio en la orientación política desde Casa Grande del Pueblo —con un nuevo ciclo electoral y un avance de candidatos de derecha— ha reconfigurado el escenario político boliviano.
MaríaCorina Machado interpreta la revisión como una victoria moral: La libertad es un acto de justicia. Su mensaje busca proyectar solidaridad transnacional entre opositores latinoamericanos y reivindicar principios democráticos ante lo que llama injusta prisión.
La situación judicial de Áñez, Camacho y Pumari podría cambiar sustancialmente de comprobarse exceso en los plazos cautelares. Para Camacho y Pumari, sería una oportunidad real de obtener la libertad sin condena. Para Áñez, la situación reviste otra complejidad: su sentencia ya es firme, y la medida podría no aplicarse directamente.
No obstante, cualquier modificación en estos casos podría reconfigurar el tablero político boliviano, impactando en la dinámica entre el oficialismo del MAS y la oposición en los meses venideros, antes del fin del mandato del presidente Arce el 8 de noviembre.
 
 
 
 
 
PERÚ TENDRÍA QUE IMPORTAR GAS NATURAL EN 10 A 12 AÑOS MÁS, ¿POR QUÉ Y QUÉ EFECTOS TENDRÁ EN LAS TARIFAS DOMICILIARIAS DE GAS Y ELECTRICIDAD?
 
El gas de Camisea no satisfará todas las necesidades de la demanda interna a partir del 2038, alerta informe de GELA. Esto, por falta de actividad exploratoria y nuevos hallazgos. Las tarifas de gas y de electricidad podrían triplicarse, siguiendo los pasos hacia lo que hoy ocurre en Bolivia.
 
El Comercio de Perú (https://n9.cl/rw6o2l)
 
El Estado peruano está abocado a masificar el gas natural de Camisea con ambiciosas iniciativas como el proyecto Siete Regiones, el cual busca llevar este asequible energético a 14 ciudades de la sierra central por un horizonte de varias décadas.
¿Pero qué dirán los habitantes de esas localidades si un día encuentran que el precio de ese anhelado gas se ha duplicado y hasta triplicado y que, incluso, enfrentan restricciones en su suministro?
Esa visión, que hoy oscurece el futuro de Bolivia, se podría materializar al cabo de diez o doce años en el Perú como consecuencia del creciente agotamiento de nuestras reservas de gas natural debido a la falta de exploración y la escasez de nuevos descubrimientos, apunta Álvaro Ríos, socio fundador de la consultora Gas Energy Latinoamérica (GELA).
“El gas natural está comenzando a entrar a una zona roja porque no hay actividad exploratoria, y eso puede traer fuertes impactos a todo nivel”, explica el especialista en hidrocarburos.
Así, Gela pronostica que el Perú se enfrenta a la posibilidad de tener que importar gas natural (más caro que el peruano) en unos diez o doce años más, lo que acarreará el incremento de los precios de la energía eléctrica y las tarifas domiciliarias de gas en 100% y hasta 200%.
Esto, siempre y cuando “no se haga algo para promover la exploración” y reponer reservas. Es decir, si se mantiene la situación actual, remarca Luis Fernández, socio director de GELA.
Y es que el Perú no ha realizado un solo nuevo descubrimiento importante de gas natural desde el 2013, manifiesta Luis Bianchi, ex gerente de exploraciones de Perú-Petro.
Las estadísticas de inversión en exploración son elocuentes. Perú-Petro reporta una reducción de 93% en este ítem, desde los US$502 millones asignados en el 2014 hasta los escasos US$38 millones invertidos en el 2024.
Consecuencia directa de esto es el desplome de las reservas probadas de gas natural, desde 12,9 TCF (trillones de pies cúbicos diario) en el 2017 hasta 7,9 TCF en el 2023. Esto es, una caída de 39% en seis años.
¿Por qué no se explora por gas en el Perú?
PRECIOS DE LA ENERGÍA
Un factor determinante es la tramitología/burocracia, que estira los plazos de desarrollo de un proyecto por hasta 15 o 20 años. A ello se agregan los candados ambientales (implementación de áreas naturales) y los conflictos sociales, siempre latentes.
Todo esto ocasiona que en la actualidad no haya ningún proyecto de exploración de gas natural en desarrollo, particularmente en el lote 88 de Camisea, comprometido para el mercado peruano con un precio estabilizado en el tiempo (alrededor de US$2 por millón de BTU en boca de pozo).
Hablamos del yacimiento de gas que apuntala la masificación del gas natural en toda la costa peruana (con excepción de Piura, que tiene yacimientos propios).
La expectativa del gobierno es que este mismo beneficio se traslade a la sierra centro-sur con el proyecto Siete Regiones, a cargo de Cálidda, empresa que se ha comprometido a implementar una tarifa de gas natural igual a la de Lima, la más barata del país.
De acuerdo a proyecciones de GELA, sin embargo, esto solo sería posible hasta el 2038, fecha a partir de la cual tendríamos que recurrir a importar gas natural, más caro que el de Camisea.
Resultado inmediato de esto será que las tarifas domiciliarias de gas se duplicarán desde US$9,2 por millón de BTU hasta US$15,45 o US$20,45 por millón de BTU.
Del mismo modo, GELA calcula que el costo de la generación eléctrica (el 40% se produce con gas natural) se quintuplicaría, de US$20 el megawatt hora (MWh) a US$103 o US$145 MWh.
A la par, calcula que el Fondo Camisea, que hoy beneficia a las regiones Ayacucho, Huancavelica, Ica, Ucayali y Lima provincias, se reducirá un 67% entre 2025 y 2026 debido a la menor exportación y regalías de gas natural.
GRANDES PROYECTOS
Pero eso no es lo peor de todo. GELA asevera que esta carencia futura de gas natural perjudica la sostenibilidad de proyectos de inversión relevantes como Siete Regiones y el nuevo gasoducto entre Ica y Arequipa, propuesto por TGP.
Se trata de infraestructuras que, en teoría, deberían durar por los próximos 30 o 40 años, pero que terminarían siendo innecesarias al cabo de diez o doce años por falta de gas.
“Esos proyectos no se van a desarrollar con el nivel de reservas actuales, ni tampoco la petroquímica. Hay que explorar porque a partir del 2038 el gas no alcanzará para todas las necesidades”, anota Álvaro Ríos.
Es el caso del suministro de gas natural vehicular (GNV) para los taxis, buses y camiones de carga.
GELA calcula que el precio de este combustible, el segundo más usado en el transporte después del diesel, se duplicará y hasta triplicará.
“La falta de exploración por gas va a limitar la capacidad futura del Perú para garantizar su abastecimiento, y esto es muy grave porque generará muchos conflictos, un alto costo político y malestar para la población, como en Bolivia”, advierte Mayra Carvajal, analista de energía en GELA.
Por ello, GELA urge poner en la agenda nacional, de manera urgente, la exploración de hidrocarburos.
 
 
 
 
 
EXTERIORES DARÁ 400.000 EUROS A BOLIVIA PARA PROTEGER LAS ALPACAS Y LOS HUMEDALES
 
Con esta donación, uno de cada tres euros gastados por Bolivia en medio ambiente sale del bolsillo de los españoles: apenas destina 1,4 millones de euros al año
 
Voz Populi de España (https://n9.cl/9zzey)
 
El Gobierno de España financiará casi un tercio del presupuesto que Bolivia destina a proteger su medio ambiente. En concreto, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), dependiente del Ministerio de Exteriores, ha abierto una convocatoria para destinar 400.000 euros para cuidar el medioambiente del país.
Esto no sería polémico si el gobierno boliviano cuidase sus propios paisajes, pero la realidad es que no es así: el país sudamericano apenas dedica 1,7 millones de dólares (1,46 millones de euros) a la conservación de sus ecosistemas, el 0,04% de sus presupuestos generales.
De este modo, la donación de España cubre casi un tercio del presupuesto destinado por Bolivia, de modo que casi uno de cada tres euros gastados por su gobierno en materia de medio ambiente saldrá del bolsillo de los españoles, ya que esta partida presupuestaria se da en formato de subvención y entrega dineraria sin contraprestación. Es decir, que es el gobierno español quien se preocupa de aquello que el propio ejecutivo local no cuida.
Este dinero se entregará, según la propia convocatoria, a personas físicas que no desarrollan una actividad económica. Este tiene como objetivorla conservación de bofedales, que son unos humedales característicos del país. Además, AECID incluye dentro de este presupuesto la preservación de animales camélidos -como las llamas o las alpacas-.
Este presupuesto, no se adjudicará hasta que comience el próximo año -AECID registró la convocatoria el pasado 20 de agosto en el SNPSAP-, dado que es posible presentar candidatura hasta el 31 de diciembre de este 2025.
100 millones de Exteriores para Bolivia entre 2022 y 2025
Desde 2022 hasta 2025, España ha comprometido 100 millones de euros bajo el último Marco de Asociación País (MAP), que orienta la cooperación de AECID con Bolivia hacia "la transición ecológica justa". Esta cifra se suma a otros fondos previamente asignados en el periodo 2018-2021, que también ascendieron a 100 millones de euros, y fue ejecutada en múltiples ámbitos.
Dentro del mismo marco financiero, en el periodo 2018–2021 se invirtieron 73 millones de euros en cooperación no reembolsable por parte de todos los actores españoles, de los cuales 34,6 M€ correspondieron directamente a la AECID y 38,4 M€ provinieron de cooperación descentralizada (comunidades autónomas, ONGD locales, etc.). Estos fondos se destinaron a sectores como el alimentario, agua y saneamiento y resiliencia ambiental.
A través del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS), también se han destinado subvenciones específicas a Bolivia: 5 millones para un programa de agua y alcantarillado periurbano y otros tres adicionales para la gestión integral del agua urbana. La combinación con recursos de la UE, el BID y contribuciones bolivianas suman un monto total situado entre los 125 y 129 millones de euros.
Críticas por la falta de presupuesto
El pobre presupuesto del Gobierno de Bolivia para medio ambiente contrasta con la magnitud de los desastres naturales recientes, dado que el país sufrió en 2024 los peores incendios forestales de su historia. El dato ha desatado críticas de expertos y organizaciones, que advierten de la falta de previsión en un país donde el fuego arrasó cientos de miles de hectáreas, una superficie equivalente a la de todo Cuba.
La polémica se intensifica porque el gasto ambiental queda muy por debajo de lo destinado a otros sectores, pese a que los problemas medioambientales golpean con fuerza al territorio boliviano. Los ecologistas del país denuncian que la escasa inversión compromete la capacidad de respuesta frente a nuevos focos de fuego y a la protección de ecosistemas estratégicos para la región. 

No comments: