BOLIVIA 2025: UN ESPEJO ROTO PARA LA IZQUIERDA LATINOAMERICANA
Bolivia
se convierte así en un espejo roto. Refleja el agotamiento de una etapa y la
urgencia de repensar cómo la izquierda puede evitar que sus victorias sean
efímeras. Y mientras la izquierda busca reencontrar su melodía, la derecha ya
afina la guitarra para capitalizar el desencanto.
¿De
qué sirve gobernar casi dos décadas si al final se termina reducido al 3% de
los votos? ¿De qué valen las victorias históricas si se transforman en derrotas
vergonzantes? ¿Es lo ocurrido en Bolivia la lápida definitiva de la izquierda o
apenas un aviso de que los pueblos, cansados de caudillos y promesas
incumplidas, votan con el bolsillo vacío y la esperanza rota? ¿Será el inicio
de un efecto dominó que arrastre a otros gobiernos progresistas en América
Latina?
El
17 de agosto de 2025, Bolivia vivió un quiebre histórico. Tras casi veinte años
de hegemonía, el Movimiento al Socialismo (MAS) cosechó su peor resultado:
apenas el 3% de los votos y dos curules en el Congreso. Por primera vez desde
1982, el país elegirá a un presidente no identificado con la izquierda. Rodrigo
Paz Pereira (32,2%), de orientación centrista y moderada, y Jorge “Tuto”
Quiroga (26,9%), de derecha conservadora, disputarán la segunda vuelta en
octubre.
Como
mero espectador crítico de lo que ocurre en la región, no escribo estas líneas
para llorar derrotas ni para aplaudir victorias, sino para leer lo que hay
detrás del ruido electoral.
El
colapso del MAS no fue un accidente electoral, sino la consecuencia de un
desgaste prolongado, de fracturas internas irreparables y de los límites de una
izquierda que se redujo a mera maquinaria electoral. La izquierda no murió,
pero desafina como un bolero viejo, y la derecha aún no gana, aunque ya afila
la guitarra para convertir la rabia y el desencanto en un coro de orden,
eficiencia y mano dura.
La
pelea entre Evo Morales, caudillo eterno que gobernó de 2006 a 2019, y Luis
Arce, presidente gris entre 2020 y 2025, fue la estocada final. Morales,
inhabilitado por la Constitución tras casi catorce años en el poder, se aferró
a la nostalgia de su gloria y llamó al voto nulo, que alcanzó un insólito 19%.
Arce, hundido en la impopularidad y con menos del 10% de aprobación en medio de
la tormenta económica, renunció a dar la batalla y apostó por Eduardo del
Castillo, un candidato tan débil que apenas rozó el 3%.
El
MAS llegó a las elecciones como un barco sin brújula: dividido entre “evistas”,
“arcistas” y renovadores que ya no renovaban nada, incapaz de articular un
proyecto común. Lo que alguna vez fue, al menos en el discurso, bandera de
justicia social e inclusión indígena terminó convertido en un aparato
obsesionado con retener el poder, corroído por la obsesión de Morales de torcer
los límites constitucionales y cooptar instituciones, y vaciado por el
tecnocratismo sin alma de Arce.
Esa
mezcla de caudillismo y burocracia erosionó la legitimidad, vació de contenido
la promesa inicial y dejó a la ciudadanía atrapada entre la desconfianza y la
desilusión.
Pero
más allá de las disputas ideológicas, pesó la realidad de la crisis económica.
Bolivia atraviesa su peor momento en cuatro décadas: inflación cercana al 25%,
deuda pública equivalente al 95% del PIB, un déficit fiscal del 10% y una aguda
escasez de divisas y combustibles. El “milagro económico” sostenido en la renta
del gas se agotó, y con él la narrativa de éxito del MAS. No sorprende que el
89% de la población considerara que el país iba “por mal camino”.
En
medio del naufragio, casi uno de cada cinco bolivianos eligió anular o dejar en
blanco su papeleta. No fue un rechazo a la democracia, sino un grito silencioso
contra una clase política que ya no inspira ni confianza ni respeto. Morales,
fiel a su instinto de supervivencia, intentó vender ese gesto como prueba de su
vigencia, como si los “no” escritos en las papeletas fueran aplausos en
diferido. Pero la realidad fue más cruel: la mayoría prefirió apostar por
cualquier otra opción antes que volver al déjà vu de su figura.
El
voto nulo no fue un respaldo, sino un epitafio colectivo al hartazgo; una forma
de decir que el problema no es la urna, sino los nombres que siempre la
ensucian.
La
gran sorpresa fue Rodrigo Paz Pereira, que empezó como actor secundario en las
encuestas y terminó robándose el centro del escenario. Su pragmatismo y la
alianza con Edman Lara, expolicía reciclado en estrella digital, le dieron un
aire fresco en un país cansado de discursos viejos. Se mueve entre el centro y
la centro-derecha, prometiendo moderación en medio de la polarización, aunque
habrá que ver si esa melodía aguanta más de un par de compases.
Frente
a él, Jorge “Tuto” Quiroga encarna la derecha conservadora de manual:
privatizaciones, tijera al gasto público y obediencia al FMI. Un perfil
tecnocrático que huele a naftalina, heredero de una élite que nunca se resignó
a perder el poder y ahora intenta volver con la misma partitura de siempre.
La
derrota del MAS no se explica solo por la coyuntura. Durante años, el partido
redujo su carácter de movimiento social a un simple instrumento electoral. Los
sindicatos y organizaciones populares, motores originales de su fuerza, fueron
desmovilizados, y el Estado heredado de estructuras coloniales nunca fue
transformado en su raíz.
Así,
pese a los logros en reducción de pobreza y reconocimiento indígena, el
proyecto quedó vulnerable ante crisis económicas y ofensivas de las élites. El
fenómeno trasciende Bolivia: la izquierda latinoamericana se estrella contra
sus límites cuando no logra transformar estructuras de poder ni sostener la
participación activa de sus bases.
Entre
septiembre de 2025 y junio de 2026, América Latina vivirá un maratón electoral
con trece comicios presidenciales y legislativos en ocho países. Lo ocurrido en
Bolivia advierte lo que puede venir: gobiernos de coalición tan frágiles como
efímeros, polarización digital y desinformación que convierten el debate en
trincheras, nuevas generaciones más conservadoras y dispuestas a tolerar
salidas autoritarias, violencia política y de género como amenaza creciente, y
un debilitamiento de la confianza en las instituciones electorales.
La
caída del MAS fue resultado de su propio desgaste, pero también un síntoma de
los límites históricos de la izquierda latinoamericana: redistribuir sin
transformar estructuras y gobernar desde arriba sin sostener la movilización de
las bases.
Bolivia
se convierte así en un espejo roto. Refleja el agotamiento de una etapa y la
urgencia de repensar cómo la izquierda puede evitar que sus victorias sean
efímeras. Y mientras la izquierda busca reencontrar su melodía, la derecha ya
afina la guitarra para capitalizar el desencanto. La República de Ecuador
(https://n9.cl/sobi2j)
SE
DESPLOMA EL SOCIALISMO EN BOLIVIA, Y PODRÍA DERRUMBARSE EN VENEZUELA
Existe
una luz al final de ese largo túnel que el castrochavismo impuso en la tierra
de Bolívar
14
y Medio de Cuba (https://n9.cl/6z9cx)
Enorme
es la crisis de nervios que está padeciendo el socialismo hispanoamericano en
el momento en que escribo esta columna. Los devastadores resultados electorales
en Bolivia contra el partido de Evo Morales, las expectativas de una derrota
oficialista en Chile en las elecciones de noviembre, el dramático recambio de
liderazgos que está protagonizando Nicaragua ante la cercana desaparición de
Daniel Ortega y la presión militar, política y diplomática americana sobre el
régimen de Nicolás Maduro en Venezuela han sometido al “progresismo”
continental a una verdadera batidora de conmociones y malos presagios.
El
colapso del Movimiento al Socialismo (MAS) boliviano, en el evento electoral
del 17 de agosto, ha marcado el fin de dos décadas de dominio narrativo de un
modelo social y económico empobrecedor. Girando alrededor del polémico líder
cocalero Evo Morales, la estela del MAS había venido desgastándose hasta rozar
la agonía. El propio Morales, que lleva meses refugiado en la región de Trópico
de Cochabamba para evitar la ejecución de una orden de captura en su contra,
acusado por un caso grave de trata de personas, había llamado a sus seguidores
a votar nulo con la pretensión de demostrar que, sin él en la papeleta, ningún
candidato “representaba al pueblo”.
Aunque
consiguió alrededor del 18% de anulaciones, la maniobra de Morales terminó
haciendo estallar al MAS, fragmentándolo hasta casi volverlo invisible en el
Parlamento. Aparte de confirmar que dejó de ser el político popular que alguna
vez fue, Evo profundizó el agujero dentro del socialismo boliviano al rebelarse
en solitario contra un sistema electoral que ya no cree en los supuestos
beneficios de la redistribución del ingreso vía materias primas que él impulsó.
La
elevación del gasto público, sustentado en el boom de productos como el gas
natural, provocó un descontrol fiscal de proporciones ciclópeas, desembocando
en ese 25% de inflación que hoy tiene a los bolivianos dispuestos a elegir
presidente, en la segunda vuelta de octubre, entre dos candidatos enemigos
declarados del socialismo: Rodrigo Paz y Jorge Tuto Quiroga. Ambos, de hecho,
han tenido que salir a la palestra pública a decir qué harán con el fugitivo
Morales si se alzan con la victoria.
Pero
así como el personalismo y el amor al poder destruyeron a Evo, el descalabro
del actual mandatario, Luis Arce, dio inicio cuando reconoció el “triunfo” de
Nicolás Maduro en las elecciones del año pasado en Venezuela, un reconocimiento
falaz e innecesario que fue rechazado en casi todas las encuestas por sus
propios ciudadanos. Arce no supo medir la temperatura del agua política con
perspicacia, algo que sí parece estar haciendo Estados Unidos al tratar con el
régimen venezolano.
Pero
seamos claros: a Washington no le desvela el hecho que Maduro sea un dictador,
coleccione presos de conciencia o se robe elecciones. Eso viene ocurriendo
desde hace rato y muchas otras líneas se han cruzado en Caracas sin despeinar a
nadie en el Pentágono. El giro actual obedecería a la vinculación de la
dictadura venezolana con los cárteles de la droga y a la calificación de
“organización terrorista global” que ahora tiene la agrupación que encabeza
Maduro contra los intereses norteamericanos, el Cártel de los Soles.
Ciertamente,
el sucesor de Hugo Chávez ha sido desconocido por EE UU como legítimo
presidente de Venezuela. Este repudio, sin embargo, es consistente solo con la
excusa jurídica que proporciona, porque ninguna operación militar
estadounidense puede emprenderse en territorio extranjero sin este requisito.
El asunto estriba en desentrañar a qué llama “amenaza” la Casa Blanca cuando
usa esta palabra uniéndola a Maduro.
Todo
hace suponer que el tráfico de droga hacia el norte constituye una razón
suficiente para que Washington actúe contra el régimen venezolano. Pero tampoco
debe pasarse por alto la relación que existe entre Caracas y Teherán,
concretamente, entre los narcos sudamericanos y los infiltrados de Hezbolá en
que responden a directrices iraníes.
Miembros
de Hezbolá están en Venezuela desde hace mucho tiempo, tras la ola de
inmigrantes que huyó de la guerra de Líbano en los años setenta y ochenta. El
tráfico de cocaína sería solo una de las actividades que estos terroristas
facilitan. Armas, entrenamiento y logística para grupos clandestinos también
estarían entre sus principales acciones, además de la cooperación en la
extracción de toneladas de óxido de uranio que son enviadas a Irán desde
yacimientos venezolanos.
Por
tanto, si es cierto que Maduro y sus secuaces colaboran activamente con el
enriquecimiento nuclear iraní, el cerco militar sobre el régimen socialista
respondería no solo a mantener a raya el tráfico de drogas en el Atlántico,
sino a neutralizar los esfuerzos de otros enemigos que amenazan la seguridad
interna de Estados Unidos.
El
despliegue de fuerza en el Caribe, además, permite a Donald Trump mantener a su
disposición todas las cartas posibles: intervención anfibia directa sobre
Venezuela, alentar posibles traiciones en el entorno de Maduro, sostener
operaciones quirúrgicas por vía tecnológica, justificar acciones privadas de
captura y extracción, así como una letal combinación de varios de estos
escenarios.
Lo
inocultable es el nerviosismo imperante en Caracas y la hemisférica sensación
de que existe una luz al final de ese largo túnel que el castrochavismo impuso
en la tierra de Bolívar.
EDITORIAL.
EL GIRO DE BOLIVIA
La
Nación de Argentina (https://n9.cl/psvzl)
En
las recientes elecciones presidenciales llevadas a cabo en Bolivia, el
candidato por el Partido Demócrata Cristiano, Rodrigo Paz, que no figuraba
entre los favoritos, ganó la primera vuelta con el 32% de los votos, seguido
por el ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga, de Libre, quien obtuvo alrededor del
26,9%. El tercer lugar lo ocupó el empresario Samuel Doria Medina (19,9%),
quien se perfilaba como favorito en las encuestas, seguido por Andrónico
Rodríguez (8%), de la izquierda.
Los
tres candidatos que alcanzaron más del 60% de la votación —Paz, Quiroga y Doria
Medina— representaron, cada uno a su manera, la opción del cambio frente al
Movimiento al Socialismo (MAS). Todos ellos se presentaron como alternativas al
oficialismo, capaces de romper con un ciclo de manipulación de la Justicia,
corrupción, persecución política y abuso de poder.
Con
estos resultados, Paz y Quiroga, se medirán el próximo 19 de octubre en el
primer balotaje presidencial en la historia de Bolivia, que pone fin a 20 años
de gobierno del MAS, el partido de Evo Morales, inhabilitado por la Justicia,
imputado de delitos graves y con orden de captura, quien había llamado a anular
el voto, opción que alcanzó el 19%.
El
Parlamento boliviano se renueva por completo cada cinco años, con las 36 bancas
del Senado y las 130 de Diputados. A partir de los votos escrutados, la
izquierda se quedará sin senadores y con apenas seis diputados. Los dos
candidatos más votados enfrentan el reto de tejer alianzas y pactos en el
Congreso para garantizar la gobernabilidad, ya que ninguno de sus partidos
alcanzará la mayoría absoluta.
Los
desafíos que encontrará quien resulte ganador pasarán por decisiones drásticas
que pongan orden en el gasto público, totalmente desbordado, solucionen el
desabastecimiento de combustibles y empujen una economía con una informalidad
cercana al 70%. Además, deberá hallar soluciones a una inflación anual de casi
el 25%, un alza constante en los precios de la canasta familiar y un fuerte
desequilibrio fiscal y monetario.
No
menos importante será el abordaje al problema del narcotráfico teniendo en
cuenta que Bolivia es el tercer productor mundial de coca, detrás de Colombia y
Perú. El próximo presidente deberá fortalecer las instituciones y las políticas
para combatirlo, adoptando medidas en contra de la producción y el tráfico de
cocaína y la penetración de organizaciones criminales brasileñas, mexicanas y
colombianas que ocupan territorios en el país del altiplano.
El
voto contundente de los ciudadanos bolivianos dejó en claro un mensaje que no
admite interpretaciones ambiguas: la mayoría del país no quiere más al MAS. No
quiere más socialismo, populismo, ni nada que represente los veinte años de Evo
Morales y Luis Arce. Tampoco quiere odio ni división. Bolivia dio la espalda a
un modelo que estancó la productividad, trabó la inversión y profundizó la
división social.
EL
NEFASTO LEGADO DE EVO MORALES
"En
2019, habiendo agotado ya la posibilidad de seguir en el poder, pero no estando
dispuesto a renunciar a él, convoca a un referéndum para habilitar una cuarta
postulación. Evo Morales pierde la consulta".
Perú
21 (https://n9.cl/s78qq)
Evo
Morales se inició en política como activista cocalero en Cochabamba. Su
habilidad sindical lo llevó a ser elegido en 1997 diputado por el MAS. En 2002,
postula a la presidencia de la República y pierde frente a Gonzalo Sánchez de
Lozada. En ese momento, se dedica a hacer ingobernable el país, dirigiendo
paros y bloqueos que desembocaron en la renuncia del presidente en octubre de
2003. Tras el gobierno interino de Carlos Meza, Evo Morales gana las elecciones
democráticamente en 2005 para un único periodo de cinco años.
Siguiendo
el manual de autócratas de izquierda y derecha, convoca a una Asamblea
Constituyente, refunda el país en Estado Plurinacional e incorpora la
reelección presidencial. En 2009, es reelegido y en 2014 es elegido presidente
por tercera vez consecutiva.
En
2019, habiendo agotado ya la posibilidad de seguir en el poder, pero no estando
dispuesto a renunciar a él, convoca a un referéndum para habilitar una cuarta
postulación. Evo Morales pierde la consulta.
Desoyendo
el resultado del referéndum vinculante, Morales ordena a un lacayo Tribunal
Constitucional, prevaricador y genuflexo que, valiéndose de estrambóticas
contorsiones jurídicas, habilite su postulación. Así, se reelige, pero el
repudio popular lo obliga a renunciar y huir a México.
En
su gobierno, Morales impuso un programa económico basado en la nacionalización
de los hidrocarburos, endeudamiento del sector público, creación de empresas
estatales, control de precios y control del tipo de cambio.
La
captura de la renta gasífera dotó al Estado boliviano de recursos, y los
sistemas de control de precios y tipo de cambio sirvieron para controlar la
inflación. El endeudamiento externo sirvió para pagar las onerosas
nacionalizaciones y financiar proyectos de infraestructura. Esto generó una
sensación de progreso y bienestar, que reditó altos niveles de aprobación para
Morales y su modelo económico hasta que la fiesta se acabó y hubo que pagar la
cuenta populista.
Para
aprovechar los buenos precios del gas, se produjo una agresiva explotación de
las reservas, al tiempo que la exploración para reponer reservas no recibía
inversión y los éxitos obtenidos eran pobres.
La
nacionalización de los hidrocarburos eliminó todo incentivo para explorar por
nuevos yacimientos. Así, las reservas probadas de gas se fueron consumiendo. En
cuanto a la producción, esta cayó de 60 millones de metros cúbicos en 2015 a 32
millones en 2023.
El
déficit fiscal boliviano (10% PBI en los dos últimos años); el incremento de la
deuda pública a 83% del PBI; la pulverización de las reservas internacionales y
un insostenible tipo de cambio fijo han empobrecido dramáticamente a un país
cuyo PBI per cápita es la mitad que el del Perú.
Así
terminó un experimento populista y demagógico, que en el camino destruyó una
pujante industria gasífera, espantó la posibilidad de convocar importantes
niveles de inversión y endeudó a las futuras generaciones hasta el pescuezo.
TIEMPOS
RECIOS ASOMAN EN BOLIVIA
Los
Andes de Perú (https://n9.cl/q4glw)
Luego
del cómputo oficial en Bolivia, tras las elecciones generales del domingo 17 de
agosto, se confirmó el triunfo del Partido Democrático Cristiano (PDC) liderado
por Rodrigo Paz, quien obtuvo el respaldo de 32.06 % del electorado (un millón
717 mil 532 votos).
El
segundo lugar lo ocupó Jorge Quiroga de la alianza Libre que alcanzó el 26.70 %
(un millón 430 mil 176 votos), conlo cual se confirma la realización de una
segunda vuelta entre ambos candidatos el 19 de octubre de este año. Un dato
relevante es el voto nulo propulsado por el expresidente boliviano Evo Morales,
cuyo respaldo alcanzó el 19.87 % del electorado (un millón 371 mil 049 votos).
FACTOR
EVO
El
analista político José Luis Exeni, en una entrevista para la Televisión Pública
Alemana (DW) señala como uno de los factores más resaltantes el fin de un ciclo
que dejó a la izquierda, fuera de carrera, luego de 20 años.
“Efectivamente
hay un cambio… hemos pasado de dos décadas de lo que se conoce como sistema de
partido predominante que es el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Moralees a
un sistema de pluralismo moderado o limitado donde habrá tres partidos que
cuentan”, señala el experto. Más adelante afirma que, “no necesariamente se
trata de un giro a la derecha como se plantea”.
“En
la segunda vuelta, si gana Quiroga, entonces será un giro a la derecha; en
cambio si gana Paz, habrá matices, hablamos de un populismo de centro”, añade.
En ambos casos el factor Evo Morales está presente y los candidatos ya han
expresado su punto de vista respecto a la orden judicial que pesa sobre el
exmandatario acusado de trata de menores y estupro, ambas vinculadas al mismo
caso.
En
una entrevista con la Red de Noticias por Cable (CNN), Rodrigo Paz aseguró que
hará cumplir la Ley. “Bolivia tiene que entrar a un nuevo orden y todo aquel
que vive aquí va a tener el sentido de equidad de la justicia….en caso de tener
alguna falta con el sistema judicial que cumplir, se llame Evo Morales o se
llame quien sea, porque eso es parte de un principio de equidad y de
convivencia…”, declaró.
Mientras
tanto su contendor, Jorge Quiroga en entrevista con el mismo medio de
comunicación fue más tajante. “…está escondido en el Chapare, no se presenta
ante jueces…cobarde como es…su ciclo terminó…aprovechando que hay un gobierno
debil que no aplica la Ley y las órdenes judiciales que están vigentes.
Él
vive en una suerte de republiqueta donde parece que no hay un gobierno…”,
expresó para más adelante señalar: “Conmigo no hay actitudes timoratas, la Ley
se cumple en cada metro cuadrado de Bolivia, en cada minuto, para cada persona,
no hay nada que discutir, ya hay una orden judicial…se aplica la ley contra
todos sin impunidad para nadie, saben que conmigo no hay dubitación ni temores,
se aplica la Ley, punto”, subrayó.
REPERCUSIONES
Diario
Los Andes, conversó algunos personajes ligados al discurso reivindicativo de
los pueblos originarios, en relación a las repercusiones que habrá de aquí en
adelante no solo en nuestro país sino en toda la región latinoamericana. Milton
Cariapaza, lider y activista de la nación aimara sostiene que la situación en
Bolivia tendrá repercusiones sobre todo en el movimiento indígenta que abarca
también el Perú.
“Durante
estas dos décadas, el movimiento indígena latinoamericano a buscado integrarse
y proponer la construcción de estados plurinacionales. En algunos países hubo
avances importantes en ese sentido”, señala.
“Si
hablamos de Perú tuvimos acercamiento con Evo Morales y las organizaciones
indígenas de Bolivia, recordar por ejemplo la llegada del expresidente a
Puno…se gestó un espacio de debate e integración como es Runasur”, agrega. Más
adelante Cariapaza añade.
“Considero
que lo ocurrido en estas últimas elecciones es producto del arduo trabajo que
hizo la derecha boliviana confabulado con EE.UU. con la finalidad de
desintegrar el movimiento indígena y lograr la división interna del MAS, queda
un precedente para todos quienes aspiramos ejecutar cambios, que un gobierno
indígena puede cambiar la forma de gobernar para las grandes mayorías, Evo
demostró que sí se puede gobernar obedeciendo al pueblo, que si se puede hacer
una inclusión de verdad a los pueblos indígenas y darle el protagonismo
político a los propios indígenas”, resalta el lider indigenista.
En
el mismo sentido, Pablo Salas Charca lider aimara y dirigente de la
Confederación Nacional de Comunidades Afectadas por la Minería (Conacami)
sostiene que durante el gobierno del expresidente Morales en Bolivia, la élite
económica se ha visto amenazada y hoy ven con optimismo la posibilidad de
recuperar un espacio geopolítico importante, debido principalmente a materia
prima como el litio.
“Cualquiera
de los dos candidatos que llegue a la presidencia, buscará la privatización y
así conseguir el empoderamiento económico. Evidentemente la corriente
indigenista-progresista no tendrá ninguna opción y esto tendrá repercusiones no
solo en el sur del país, sino a nivel de toda Latinoamérica”, opina el líder
indígena.
A
partir de lo ocurrido en Bolivia y el viraje que ha dado el país altiplánico en
el ámbito político, se abona la construcción narrativa contraria a la
consolidación de los movimientos indígenas. Esta circunstancia tendrá efectos
en los próximos comicios electorales a realizarse en nuestro país en abril del
próximo año.
“Puno
es una región contestataria, sin embargo en los últimos años nuestros
gobernantes locales no han tenido esa condición de líderes y todo lo que se
dice en Lima, se cree. Habrá un debilitamiento, más creo importante analizar el
tema en un contexto mucho más amplio y eso tiene que ver con el actuar de
EE.UU. ese bloqueo a países como Venezuela y Cuba, sino sentamos una fuerza en
unidad, entonces seguirán asomando la corrupción que se ha institucionalizado
como es el caso del Gobierno Regional”, sostiene Salas.
En
general se trata de un nuevo momento para esta parte del continente. En el
ámbito económico, las grandes “potencias”, se frotan las manos al tener en
Bolivia una nueva oportunidad para seguir consolidando esa hegemonía que en la
realidad continuará favoreciendo a unos cuantos.
BOLIVIA:
CLARO EJEMPLO DE LA FALTA DE VISIÓN ESTRATÉGICA DE LA IZQUIERDA
La
lucha fratricida, la ambición de algunos líderes y la ceguera política de la
izquierda liderizada por el MAS, acabaron con la esperanza del pueblo
boliviano.
Aporrea
Org. de Venezuela (https://n9.cl/enxm4)
En
artículo anterior donde reflexionaba sobre el panorama política de América
Latina, afirmé que uno de los obstáculos más importantes que impedía la unidad
y proyección de nuestra región como potencia en el mundo, era la miopía de la
clase política y muy en particular de la llamada izquierda o progresismo como
también se le califica en nuestros predios.
Esta
falta de visión, impide que nuestros países, incluso ganando movimientos de
izquierda puedan consolidarse y unirse para en forma conjunta para tener
estrategias comunes que impidan con la ejecución de políticas acertadas, que
los movimientos pro imperialistas y derechistas vuelvan con nuevos bríos a
apoderarse de los gobiernos y permitir también que venga con más fuerza la
penetración imperial a nuestros pueblos.
Esta
es la lamentable realidad que he querido reflejar en reflexiones anteriores,
donde he señalado con ejemplos concretos como países supuestamente dirigidos
por líderes de izquierda y progresistas son incapaces de afinar una estrategia
común, en bloque, para enfrentarse a las políticas del gobierno estadounidense
y por el contrario buscan cualquier excusa, cualquier pequeña diferencia para
separase, para agredirse, convirtiéndose, entonces, en presas fáciles,
permeables, que permiten a los Estados Unidos, encargarse , por separado, de
cada uno de ellos, y los demás viendo los toros desde la barrera y esperando su
turno, también para ser agredidos, sancionados o invadidos.
Dramático
panorama que tendría que llevar a todos los que se dicen de izquierda,
socialistas o progresistas a repensar, a verse en ese espejo de la desunión que
coloca a nuestros países en bandeja de plata para los países imperialistas.
Claro
ejemplo, de este drama lo estamos viviendo con las elecciones de la República
de Bolivia.
Allí
se está echando por la borda a la esperanza de un pueblo, veinte años de un
proyecto que trato de superar la larga historia de dictaduras militares y
gobiernos de derecha que mantenían a Bolivia como un pueblo esclavizado y su
población sumida en la miseria y la represión.
Hoy
el enfrentamiento, las desavenencias entre los líderes más importantes del MAS,
partido que liderizaba esos cambios, llevó a lo que estamos viendo ahora, un
partido dividido en cuatro toletes, con liderazgos, muy disminuidos, sumiendo a
la población al escepticismo, a la desesperanza, que se presentaron a una
Campaña Electoral, en plena pugnacidad interna, acusándose mutuamente y vean
los resultados:
Ya
las encuestas previas de alguna manera lo habían preconizado, dos líderes de la
Derecha, se disputaran ahora la Presidencia de la República y las fuerzas
progresistas, a la cola, disminuidas, desgastadas por la lucha fratricida,
disputándose los últimos lugares de la preferencia electoral.
Esta
falta de visión estratégica e histórica del progresismo boliviano traerá
consecuencias inevitables para toda la región:
Más
aislamiento para los gobiernos que existen en manos de fuerzas progresistas,
que continúan sin plataformas comunes de integración y lucha. Al MAS,
boliviano, o cualquier fuerza que pretenda abrazar las banderas del
izquierdismo le será cuesta arriba volver a tener la popularidad que tuvieron
en años anteriores, luego de esta debacle, que los llevó a tener fuerte arraigo
en los sectores más desposeídos de ese país (campesino, indígenas, cocaleros,
comerciante informales etc.)
Ya
verán Uds. como la derecha utilizará la actual crisis económica que vive
Bolivia, para justificar planes de alianza con el Fondo Monetario Internacional
y cobijarse nuevamente bajo el ropaje de la banca norteamericana, que les
condicionará la ayuda, para que sirvan de esquiroles a las otras fuerzas de
izquierda en América Latina.
Ya
volverá y eso lo veremos la elite racista que tenía antes gran influencia en
Bolivia y que con látigos en las manos corría de las aceras a los indígenas
bolivianos a pesar de ser este un país mayoritariamente indígena, a imponer sus
discriminaciones odiosas
No
sería de extrañar, que el país más consumidor de drogas en el mundo, donde su
banca está contaminada por el dinero sucio de las drogas, como lo es Estados
Unidos, pretenda establecer bases militares Bolivia, en el marco de la falsa
ofensiva que los lleva ahora a mover plataformas marinas a nuestras costas, con
el supuesto argumento de luchar contra el narcotráfico.
Fíjense,
en lo que les digo, todavía la derecha no se ha hecho del poder, ya que falta
una vuelta para formalizar el nombramiento del presidente y ya el Tribunal
Supremo de Justicia de Bolivia ordenó revisar las detenciones de Jeanine Áñez y
Luis Fernando Camacho
"La
máxima corte instruyó a los tribunales departamentales verificar en 24 horas el
cumplimiento de los plazos legales en los procesos contra los líderes
opositores por la crisis de 2019. La medida podría abrir la puerta a su
liberación si se comprueba que las detenciones exceden lo establecido por la
ley
Es
decir los golpistas contra los gobiernos democráticos bolivianos, volverán por
sus fueros a enseñorease en la política de ese país.
Panorama,
poco halagüeño, les espera a los bolivianos, con una derecha que tiene mayoría
absoluta, que busca venganza luego de 20 años de ser relegada y tratará de
ahogar cualquier protesta que se realice en el marco de la grave situación
económica por la que actualmente atraviesa ese país.
En
Bolivia la lucha fratricida del liderazgo del MAS, la ambición de poder de
algunos de ellos y la ceguera política de su liderazgo, a mi juicio, ha matado
la esperanza del pueblo boliviano.
BOLIVIA:
¿CRISIS DE LA IZQUIERDA O PROSCRIPCIÓN DEL PUEBLO ORGANIZADO?
¿Está
siendo silenciada la verdadera izquierda boliviana por sus propios dirigentes?
Canarias
Semanal Org. de España (https://n9.cl/wm3q5)
En
un artículo publicado por Sacha Llorenti en el digital misionverdad.com, con el
título “Cinco mitos sobre la crisis de la izquierda en Bolivia”, el autor
—abogado, exministro boliviano y expresidente del Consejo de Seguridad de la
ONU— formula una defensa apasionada del Instrumento Político conformado por las
organizaciones sociales bolivianas, así como del liderazgo de Evo Morales.
Según
afirma Llorenti, la narrativa dominante sobre la crisis actual en la izquierda
boliviana ha sido distorsionada por simplificaciones, lugares comunes y un
análisis superficial de los hechos. De ahí que el propósito de su artículo sea
desmontar cinco de estos “mitos” que, en su opinión, ocultan el verdadero
conflicto que atraviesa el campo popular boliviano.
El
primero de estos mitos, de acuerdo a lo expresado por el autor, consiste en
reducir la ruptura entre las organizaciones sociales y el gobierno de Luis Arce
a una mera pugna de ambiciones personales. Sacha Llorenti señala que esta
interpretación ignora la naturaleza colectiva y orgánica del llamado
Instrumento Político, cuya legitimidad descansa en la articulación de
sindicatos y organizaciones indígenas que han sostenido históricamente al MAS.
En
este marco, la ruptura con Arce no se explicaría por una lucha de egos, sino
por la exclusión sistemática de estas organizaciones, el uso instrumental del
aparato judicial y la tentativa de proscripción de Evo Morales como figura
política.
El
segundo mito que el autor combate es la idea de que Andrónico Rodríguez
representaba el bloque popular. Según Llorenti, Rodríguez, a pesar de ser una
figura joven, indígena y con experiencia institucional, rompió con los
principios de democracia interna al lanzar su candidatura sin el aval de las
organizaciones sociales. Este gesto, sostiene, no fue una muestra de liderazgo,
sino una acción unilateral que atentó contra la lógica colectiva del
Instrumento Político. De acuerdo con el análisis de Llorenti, la candidatura de
Andrónico debilitó aún más la unidad popular y favoreció, indirectamente, el
proceso de proscripción en curso.
En
tercer lugar, el autor responde al cuestionamiento sobre la campaña por el voto
nulo en las recientes elecciones. Según Sacha Llorenti, esta decisión no fue
caprichosa ni un acto de desesperación, sino una estrategia colectiva y
deliberada. El voto nulo, que alcanzó un significativo 20% del electorado, se
interpreta como una forma de resistencia legítima frente a unas elecciones que,
desde su perspectiva, se llevaron a cabo bajo condiciones de exclusión
política. Lejos de ser inútil, dicho voto habría revelado que la base social
del MAS continúa activa y organizada, a pesar del cerco institucional.
El
cuarto mito que Llorenti rechaza es el supuesto “ocaso” de Evo Morales y de la
izquierda boliviana. A juicio del autor, los resultados de los comicios, así
como la movilización de las bases, evidencian que la fuerza de las
organizaciones sociales y el liderazgo de Morales siguen siendo fundamentales
para la oposición al avance de las derechas. En esta línea, rememora cómo estas
organizaciones recuperaron la democracia tras el golpe de Estado, y plantea que
volverán a desempeñar un rol central en la construcción de un nuevo ciclo de
lucha popular.
El
artículo concluye con un llamado tajante a las izquierdas latinoamericanas: la
equidistancia frente al conflicto boliviano equivale a una forma de complicidad
con la injusticia. Llorenti apela a una solidaridad activa con quienes están
siendo perseguidos, proscritos o incluso amenazados de muerte por el aparato
estatal, y acusa de ambigüedad política a aquellos sectores que se niegan a
tomar posición clara frente a esta represión.
El
texto de Sacha Llorenti no solo pretende desmontar las versiones predominantes
sobre la crisis de la izquierda boliviana, sino que también reclama la
legitimidad de un proyecto político basado en la soberanía de las
organizaciones sociales y en la conducción de Evo Morales.
Según
el autor del artículo, lo que está en juego no es solo la unidad del MAS, sino
la continuidad del movimiento popular revolucionario en Bolivia.
BOLIVIA:
“LA HIJA PREDILECTA DE BOLÍVAR”
Prensa
Comunitaria Org. (https://n9.cl/gstvva)
Bolivia,
“la hija predilecta de Bolívar”, hoy nuevamente nos está dando lecciones. Las
recientes elecciones nacionales nos confirmaron el resultado de lo que venía
sucediendo desde hace muchos años. No
por casualidad el 6 de agosto se conmemoraba los 200 años del nacimiento de
Bolivia, como país libre, independiente, soberano y ahora plurinacional. Su origen, “fue la culminación de un largo y
tortuoso proceso de liberación del territorio conocido como el Alto Perú, en la
Audiencia de Charcas. Fue el primer territorio en declarar la independencia en
América del yugo colonial español y, paradójicamente, el último en consumarla,
después de 16 años de guerra”[1].
El
pueblo de Tupac Katari (1780-1782), Felipe Quishpe, Fausto Reinaga, así como de
Bartolina Sisa y Domitila Barrios de Chungara, por mencionar a algunos y
algunas, que presentaron a Bolivia como uno de los territorios con mucha
resistencia y rebeldía. Estas
elecciones, pusieron el fin de un ciclo iniciado con el triunfo de Evo Morales
y el MAS-IPSP, en las elecciones del 2005 y su ingreso al Palacio Quemado en el
año 2006.
El
MAS-IPSP, el instrumento político, creado por las “clases plebeyas”, dijera
Álvaro García Linera (expresidente de Bolivia), para tomar el poder como
plataforma para desterrar a los partidos de derecha y extrema derecha y, en
consecuencia, al capitalismo neoliberal/extractivista que habían sumido en
total abandono principalmente a los pueblos originarios Kichwas y Aymaras.
Un
instrumento político que surge desde abajo, desde los pueblos racializados y
discriminados de Bolivia. Convirtiendo
al pueblo en el “sujeto plurinacional”[2]. Un espacio de confluencia de
mineros, indígenas, campesinos, mujeres, académicos comprometidos[3], que
hacían eco a las consignas del EZLN de que la nueva forma de hacer gobierno era
“mandar obedeciendo”[4].
Hoy,
incluso en Guatemala, los análisis se sitúan en el tema de si hubo traiciones o
no. Si x o y, líderes son enemigos o
no. Lo cierto es que la disputa de poder
entre lideres que se da como en una especie de “cesarismo”, donde se disputan
la credibilidad y el liderazgo sin tener conciencia que sacrifican al pueblo
que había confiado en ellos. Una situación que se convierte en una enfermedad
de la izquierda en América Latina, fortalecida después de la guerra fría,
cuando los conflictos armados terminan con diálogos de paz, como los casos de
Guatemala y El Salvador, en donde no se ha podido crear una alianza fuerte
progresista, peor aún de izquierda, por la competencia entre cada uno de sus
liderazgos y estructuras.
Los
egos, las peleas entre líderes, la falta de visión a largo plazo, más la
difícil situación económica, por no querer dar el otro paso para la
consolidación de proyectos revolucionarios ha sido el fracaso de la izquierda
latinoamericana y que permite el triunfo de un neoliberalismo más rancio, como
lo que puede suceder hoy en Bolivia y de lo que estamos siendo objetos todos
los latinoamericanos.
Una
de las debilidades de la izquierda es el conformismo, por ejemplo, pensar que
“el voto nulo” es el triunfo del evismo, es un error. Como sucede con los
grupos de izquierda que compiten en elecciones, que llevan a un diputado o unos
cuantos diputados se convierte en “ganancia”, olvidándose que el pueblo quien
confía en ellos exige mucho más que premios de consolación.
Los
partidos políticos, como el MAS (Bolivia), Pachakutik (Ecuador), Winaq
(Guatemala), no se constituyeron para salir a la calle, sino para tomar el
poder y transformar el poder, junto al pueblo, no fuera del pueblo. Entonces deben comprender que, para llegar a
ese poder deben constituirse como ganadores y junto al pueblo generar poder
popular. Pero en la medida que les gana
la ambición, como sucede en nuestros países y al considerarse caudillos,
pierden el horizonte, que quien es el sujeto es el pueblo y mientras no exista
este pueblo “las derrotas serán permanentes”.
Los
partidos progresistas o de izquierda en América Latina deben comprender que la
derecha o la extrema derecha, esa que reprime al interior de cada nación, quien
mantiene una actitud “aporofóbica”[5], que entrega los bienes de los pueblos a
las empresas, como lo está haciendo ahora Milei en Argentina o Bukele en El
Salvador, solo están esperando que los pueblos dejen de creer y confiar en sus
líderes, para meter la cizaña y aprovecharse de lo poco o lo mucho que se ha
avanzado, para venderlo al “mejor postor”, porque eso es lo que espera el
vecino del norte, a quien no le interesa si son dictaduras o narcos-gobiernos,
sino quien le permite entrar a apoderarse de nuestros bienes.
Entonces,
mientras las acusaciones, las traiciones y las purgas se sigan dando en los
espacios de izquierda o progresistas, la derecha se ríe y logra acumular
fuerzas no para derrotar a la izquierda, sino al pueblo. Esta es la situación actual en Bolivia, donde
el liderazgo perdió la oportunidad de fortalecer el proyecto plurinacional, con
la valentía que exigía el sujeto plurinacional, cuando volvió a ganar el MAS
después del golpe de Estado.
Rafael
Bautista Segales, dice: “la Constitución abrió con posibilidades de candados
para asegurar el modelo liberal. Un
Estado plurinacional, con candados, la propuesta de vivir bien y otros quedaron
como retoricas. El gobierno comenzó a
apostar al desarrollismo y entonces rompieron con las demandas del bloque
indígena y popular. Desplazado el sujeto
plurinacional, aparece un sujeto sustitutivo que rapta la soberanía del poder y
se coloca como la nueva elite rectora de un proceso que no comprende muy bien
hacia dónde apuntar y se decanta en las mismas perspectivas de la izquierda,
sobre todo eurocéntrica, una izquierda light de cocteles, de hoteles. El golpe contra Evo, triunfa porque ya no
había pueblo y después del golpe, gana el MAS, pero el pueblo pedía que se
reencausara el proyecto plurinacional y el liderazgo no escuchó. En estas elecciones el pueblo se desarticula,
porque las opciones comienzan a pelearse, disputa del control político,
partido, etc. Se gesta una guerra
intestina, tres opciones del mismo MAS y el voto nulo es simbólico y le da
oportunidad a que la derecha gane” y la derecha rancia, apoyada por la CIA y
los gringos que volvieron después del golpe de estado, ven al Estado
plurinacional como un mal ejemplo, para toda América Latina[6] y había
derrotarlo.
POR
UN GOBIERNO PRÓSPERO EN BOLIVIA
El
Comentario de México (https://n9.cl/2h2cj)
En
el cerro conocido como La Cumbre, a más de 4,200 metros de altitud, varias
familias se agrupan alrededor de mesas adornadas con flores, dulces, hojas de
coca y fetos de llama, donde los sabios andinos encienden los sahumerios y
elevan plegarias en agradecimiento a la Pachamama o la Madre Tierra en Bolivia.
Agosto
es el mes elegido para las wajtas o rituales andinos porque concluye la primera
temporada agrícola en el mundo andino y, según las comunidades indígenas, en
este momento del año la Madre Tierra “abre la boca” para alimentarse con
ofrendas que retribuyan los frutos dados y los que dará en el futuro.
En
esta ocasión, las plegarias pidieron que el nuevo Gobierno, que será elegido en
las urnas el próximo 19 de octubre, traiga progreso en medio de un agitado
proceso electoral atravesado por la crisis económica que golpea al país marcada
por la falta de dólares, el desabastecimiento de combustible, y la inflación.
“Estamos
haciendo esta wajta tradicional para progresar bien y para que Bolivia tenga un
buen Gobierno”, dice con voz pausada Roberto Huanca, un sabio andino de 90 años
que guía la ceremonia. A su alrededor, los asistentes queman incienso y colocan
sus pedidos junto al fuego. Salud, trabajo, amor, negocio, protección. Las
peticiones son muchas, las esperanzas también.
Agosto
no es un mes cualquiera, en la cosmovisión andina, es cuando la Pachamama “abre
la boca” y recibe las ofrendas, retribuyendo así los frutos dados y los que
vendrán. También marca el fin de la primera temporada agrícola, un momento
clave en el calendario rural.
Las
apachetas, que son montículos de piedras considerados lugares sagrados, se
llenan de color y aromas. El fuego es el medio para entregar las ofrendas,
mientras los yatiris o sabios aimaras invocan también a los achachilas,
espíritus ancestrales que habitan las montañas.
Más
abajo, en la ciudad de La Paz a 3,600 metros sobre el nivel del mar, las manos
de Margarita Quispe, una “maestra consejera”, no paran de preparar rituales. En
la tradicional calle de las Brujas, donde se vende todo tipo de artículos
esotéricos, arma mesas rituales para quienes no pueden subir a la montaña, pero
quieren cumplir con la Pachamama.
“Somos
la quinta generación de sabios ancestrales, empezaron nuestros tatarabuelos”,
dice Quispe con orgullo. Entre sus ofrendas hay amuletos, figuras de azúcar y
remedios naturales. También prepara lo que llama “la piedrita del olvido”, una
pequeña roca que, asegura, ayuda a cerrar heridas amorosas.
Este
año, el clima de los rituales es distinto. Las recientes elecciones generales
del 17 de agosto, en medio de una compleja crisis económica, ha dejado en el
aire expectativas y tensiones. Aunque los resultados ya están definidos, la
incertidumbre persiste y muchos llegan a La Cumbre no solo para agradecer, sino
también para pedir estabilidad.
“Las
personas vienen a buscar esperanza. Este mes no se trata solo de agradecer,
sino de volver a conectarnos con lo esencial”, comentó a EFE Huanca, quien
realiza rituales todo el mes.
A
diferencia de años anteriores, el Gobierno no organizó una ceremonia oficial
para abrir agosto, ocupado en los preparativos por el bicentenario de la
independencia, celebrado el 6 de agosto. Pero en las calles, en los hogares y
en las alturas, la tradición sigue viva.
Durante
todo agosto, en casas, negocios y cerros sagrados, los bolivianos siguen
quemando sus deseos porque cuando la tierra “abre la boca”, hay que
alimentarla, no solo con dulces, lana y fetos de llama, sino también con fe.
Y
en Bolivia, la fe en la Pachamama está presente.
RODRIGO
PAZ PROMETE SUPERAR CRISIS EN BOLIVIA SIN UN PLAN DE AJUSTE SEVERO
Radio
Francia Internacional (https://n9.cl/h484f)
Bolivia
no tendrá un ajuste severo para salir de la crisis económica, sino un período
progresivo de estabilización, afirma el candidato presidencial de centroderecha
Rodrigo Paz en entrevista con la AFP.
El
senador de 57 años marca distancia con una receta menos radical que la que
propone su rival de derecha dura Jorge Quiroga.
Ambos
disputará el balotaje el 19 de octubre para definir el próximo mandatario de
este país de 11,3 millones de habitantes.
Paz
promete impulsar "capitalismo popular" en esta nación rica en gas y
recursos de litio, pero con un 85% de informalidad laboral.
Bolivia
atraviesa una dura crisis económica, con una inflación que rozó el 25%
interanual en julio.
El
gobierno estatista de izquierda sostiene una onerosa política de subsidios a
los combustibles que casi ha agotado las reservas de dólares.
La
falta de divisas ha disparado un tipo de cambio paralelo, que duplica el valor
oficial impuesto por el gobierno.
Ante
el descalabro, el Movimiento Al Socialismo dejará el poder después de 20 años.
Este
es un extracto de la entrevista con Paz.
Pregunta:
¿Cómo sacará a Bolivia de la crisis?
Respuesta:
Bajar déficit (fiscal), uno. Dos: sinceramiento del dólar, ponerlo donde debe
estar. Tres: el banco central no debe ser la caja chica del gobierno, tiene que
tener un manejo monetario claro. Cuatro: se necesita un fondo, para el cambio
del dólar, de estabilización (...).
Estamos
recortando la subvención (...). Unos 1.200 se van normalmente en corrupción y
contrabando, entonces vamos a recortar (este monto). Y por otro lado, el gasto
superfluo (...) de cerca de 1.300.
Eso
viene a ser un poquito más del 60% del déficit (fiscal). Con acciones puntuales
se puede generar un proceso de alivio a la presión inflacionaria (...).
P:
¿En qué se distingue su propuesta de la de Quiroga?
R:
La principal diferencia es que no soy un candidato de hace seis meses, que
aparezco al final y digo "quiero ser presidente" (...). Venimos
trabajando un proyecto político (...).
Hemos
tratado de trabajar primero con la informalidad (...) ante las propuestas que
se nos daban viajando el país: "Bájeme los impuestos, bájeme los
aranceles, ciérreme la aduana que es corrupta".
P:
¿Prevé un shock económico?
R:
Yo creo que va a ser una transición. Habrá el proceso de estabilización, no lo
llamamos ajuste. Es estabilizar. Creo que el pueblo lo va a entender (...).
Hemos entrado con (un) margen para tener un grado de confianza.
La
gente entiende (...) no acepta, como otro candidato ha dicho (Quiroga), que
"vamos al crédito con el Fondo Monetario Internacional". La gente
dice: "Primero ordenemos la casa, veamos qué nos falta y después hablemos
con dicho fondo".
P:
¿Qué hará con el gas?
R:
Va a haber un giro en la política medioambiental, en la política energética,
fundamental (...).
Pero
en los siguientes 20 años, Bolivia va a tener una dependencia energética en el
gas. Y hay que seguir en función de la exploración de reservorios para
garantizar esa transición a nuevas energías en el futuro.
P:
¿Qué va a ocurrir con los contratos de litio firmados con firmas de China y
Rusia?
R:
Se requiere una nueva ley de (recursos) evaporíticos. Esos contratos se tienen
que revisar. No han sido aprobados en el parlamento (...). Nadie los conoce.
Si
bien tendremos la primera bancada (de parlamentarios), si no se genera claridad
y transparencia, en comunicación con el pueblo de Bolivia, va a ser muy difícil
que se aprueben.
P:
¿Su gobierno capturará a Evo Morales (acusado de un presunto caso de trato de
menor cuando era mandatario)?
R:
La justicia debe llevar adelante los procesos. En lo que sí me comprometo es en
no entrometerme. Vamos a hacer una profunda reforma al sistema judicial. Si
bien la fijación es Evo por el ámbito político, hoy seis de cada diez en la
cárcel están por detención preventiva (...).
Las
condiciones de Evo se van a respetar en función de una norma del sistema
judicial y se aplica con todo el rigor.
P:
¿Apoyaría una operación de Estados Unidos para derrocar a Nicolás Maduro, como
él teme?
R:
No acepto a Venezuela como es hoy, en su modelo que no es democrático. Es una
dictadura y en eso no voy a cambiar el criterio (...).
Yo
no comparto el criterio de acciones de este tipo, pero si eso ayuda a Venezuela
a recuperar su democracia, no puedo más que respaldar todo aquello que le
cambie la vida a los venezolanos.
ANTONIO
ABAL: “LA FIGURA DE RODRIGO PAZ ES LA MÁS POTABLE PARA EL SISTEMA NEOLIBERAL”
Resumen
Latinoamericano Org. (https://n9.cl/sdg1h)
Porque
queremos analizar qué es lo que ha sucedido en esta especial y dolorosa
compulsa electoral boliviana, entrevistamos a Antonio Abal, ex cónsul boliviano
en Argentina, periodista y activo militante de izquierda.
-¿Cuál
es el cuadro de situación que se da después de estos resultados que dan el
triunfo a la derecha?
–
Ciertamente en Bolivia ha habido una sorpresa electoral; no en términos del
triunfo de la derecha, sino por el personaje que gana las elecciones. Una
candidatura que no estaba dentro de las preferencias -por lo menos- de las
encuestas, que como se ha demostrado eran encuetas amañadas; porque la realidad
ha reflejado otra cosa. Nadie esperaba este desenlace. Por supuesto que Tuto
Quiroga estaba entre los posibles ganadores. La sorpresa del primer lugar ha
sido la victoria de Rodrigo Paz. Sin lugar a dudas, el resultado parece una
apelación primero a la victimización que tuvo su candidato a vice, el capitán
(Edmon) Lara. Recién ahora, después del hecho electoral, conocemos que el ex
policía Lara ya estaba posicionado en las redes sociales; pero fue un posicionamiento
personal. Ahí claramente había habido una muy buena estrategia de
enaltecimiento personal que ha durado más o menos año y medio. Era conocido en
Bolivia, que ell capitán Lara fue destituido de la policía. Entonces era
habitual verlo en las redes; quejándose primero de su situación económica, de
las torturas de que había sido objeto en su detención y en general, el
maltrato. Finalmente, que se había quedado sin recursos económicos y tenía que
recurrir a trabajos de diferente modalidad como por ejemplo vender ropa en unos
puestos callejeros. Entonces, él transmitía todo esto como una problemática
personal de su situación; y, por supuesto empezó a tener muchos seguidores.
Pero, además, convocando a los sentimientos de los que le seguían. Ya no se puede
discutir que fue el capitán Lara el que traccionó la mayoría de votos para que
Rodrigo Paz esté en la situación que tiene hoy.
-¿Cuál
es el recorrido político que tiene el ganador de la primera vuelta?
–
Rodrigo Paz es hijo de un ex presidente: Jaime Paz Zamora, proveniente de la
social democracia; que devino en un gobierno privatizador, neoliberal,
exactamente igual que todos los que conformaron los pactos políticos en el
ciclo neoliberal durante los 20 años que estuvo de vigencia en Bolivia. Rodrigo
Paz no aparecía, por supuesto, en las encuestas. Tuvo problemas para
inscribirse porque el partido Demócrata que le cobijó, no estaba de acuerdo con
él. Tenían otro candidat y por lo tanto, fue muy accidentada esa inscripción.
Por lo mismo, nadie daba mucho mérito a la candidatura. Ahora queda claro que
el capitán Lara fue el gran protagonista; y ha tenido en estos días además una
presencia mediática muy grande, asumiendo un rol ya casi como candidato él. Por
eso ya le han llamado a la cordura varios, entre ellos el padre de Rodrigo Paz,
que le dijo: «eres joven e impulsivo, por favor modérate un poquito». Porque
hay compromisos que ha asumido Lara. Por
ejemplo: el quitar los sueldos vitalicios a los ex presidentes. Esto incluye al
papá de Rodrigo Paz. Entonces habrá que ver cuánto de eso se cumple. También
compromisos con los policías, para aumentarles los sueldos; con gremialistas,
para facilitarles una serie de cosas. Cuando sabemos por ejemplo que el vicepresidente
no es quien toma las decisiones en políticas públicas; colabora, viabiliza para
que las leyes a favor de una determinada política pública se dé en el
Parlamento. En este último hay intereses muy claros, que nos dan señales de por
dónde va a ir la gestión parlamentaria. Por ejemplo, está como senador
Marinkovic, uno que fue ministro de la golpista Jeanine Áñez; y que estando en
la función de ministro se adjudicó 30.000 hectáreas, incluyendo un lago, para
ampliar su frontera agrícola. El es agro industrial. Entonces, sabemos qué va a
hacer en el Senado y el tipo de leyes que van a proponer. Está claro que la
industria desde hace mucho tiempo tiene una agenda que es la de expansión de su
frontera agrícola. Esto quiere decir desboscar grandes zonas de la Amazonia
boliviana; y segundo, la introducción de transgénicos. Esto ya lo han dicho
claramente, aunque no utilizan la palabra “transgénicos” y le llaman
biotecnología para suavizar el impacto. Entonces hay una agenda muy clara de lo
que se va a tratar en el Parlamento. Frente a eso, los compromisos del capitán
Lara no sé hasta donde serán viables; esta es una gran incógnita.
-¿En
este marco, ves como muy posible la victoria de Rodrigo Paz en la segunda
vuelta? ¿Es un hombre que al sistema y a los intereses fuera de Bolivia, lo que
siempre pesan, por ejemplo, los intereses de EEUU,los puede conformar? ¿O los
conforma más un personaje como Tuto Quiroga?
-Una
vez que está confirmada la presencia de Rodrigo Paz, yo creo que es la figura
más potable. Porque tenemos que convenir que mucha gente, especialmente clase
media indecisa, tomó la decisión del mal menor. Es decir, ni Doria Medina ni
Tuto Quiroga; probaremos con Rodrigo Paz. Es llamativo que haya ganado, por
ejemplo, en zonas rurales como el caso de La Paz u Oruro. Y aquí el tema de la
lucha contra la corrupción, que fue el discurso del capitán Lara, pesó mucho.
Entonces, creo que la figura de Rodrigo Paz es la más potable, porque incluso
los medios de comunicación están tratando de posicionar que Rodrigo Paz sería
una especie de centro izquierda; y ya también en muchos lugares de análisis
están señalando su posicionamiento social-demócrata. Pero cuando uno ve su
agenda, su propuesta, es absolutamente neoliberal. Te habla de privatizaciones,
te habla de achicar el Estado; te está hablando de procesos de entrega de
recursos naturales. Es decir, son medidas estrictamente neoliberales. Y en la
agenda boliviana, es decir, los intereses que están presentes ahí tienen que
ver con la propuesta de mayor descentralización. Aquella propuesta del poder
agro industrial en Bolivia, que quieren tener la sartén por el mango en el tema
de tierras; de decisión económica departamental. No hay que olvidarse que ellos
proponen una agenda federal. Y van a caminar ahí.
-Creés
que puedan ir por la Constitución?
-El
peligro más grande que ahora tenemos en Bolivia es la revisión de la
Constitución. Una reforma constitucional para anular el estado plurinacional.
Eso está en la agenda de todos los parlamentarios que han entrado, tanto de
Tuto Quiroga como de Samuel Doria Medina; y también de Rodrigo Paz.
-Vamos
ahora a la parte trágica de todo esto, que es la derrota por la implosión de la
izquierda y la autodestrucción del MAS
-En
estos días estuvimos conversando con gente que está muy lejos de Bolivia pero
que ha sido militante en el tema del voto nulo, que fue la propuesta de Evo
Morales. Y en muchos lugares dicen “bienvenida esta prueba”; porque la ven como
una prueba. Y dicen “esto ha permitido depurar este camino errático que se
estaba dando ya en los últimos tiempos, incluso durante el gobierno de Evo
Morales”. Esto nos permite aclararnos por dónde tenemos que ir. La gente está
muy consciente que hay desafíos muy grandes. Y también me parece saludable que
muchos de ellos señalen que no tenemos que detenernos en encontrar culpables
sino en construir a partir de hoy una reorganización, un nuevo tejido de las
organizaciones: primero sociales, es decir, congresos que vayan sellando la
unidad de los actores; y después la interpelación al instrumento político.
Desde mi punto de vista eso es una ruta bien planteada. No se puede seguir con
las batallas del pasado, tratando de encontrar culpables. Por supuesto que hay
que encontrarlos; hay que señalarlos claramente a los errores que se han
cometido, pero eso no tiene que ser el centro de la atención. Porque la derecha
va a avanzar desde el minuto cero. Si no tenemos condiciones de reacción
rápida, esto va a tener efectos desastrosos realmente. Porque se puede abrir un
nuevo ciclo neoliberal no de cinco años, no de una gestión de gobierno. Ya
saben, la derecha sabe muy bien que sobre la base de los pactos puede tener una
vía de veinte, veinticinco años. Entonces, más allá de la reflexión de
autocrítica que puede haber al interior, está el potenciamiento, la
recuperación del acumulado social que tuvieron las organizaciones que son el
bastión. Ahora no existe la Central Obrera Boliviana. Hace poquito estaba
declarando el ejecutivo Huarachi que habría que apoyar al nuevo gobierno. Acá
en Bolivia se dice “curándose en salud”.
-¿Qué
hacer entonces frente a la ausencia de una herramienta tan importante como la
COB?
-Lo
que debería de ocurrir es llamar a un Congreso de la Central Obrera Boliviana
para recomponer no solamente la directiva, sino la misma composición de la COB.
Y te diré además, que tenemos ahora una configuración parecida a la del pre-año
1952. En la historia de Bolivia, antes de la revolución del ’52, había un
bloque denominado “la rosca minero-feudal” con la que se enfrentó no solamente
el MNR como partido sino el pueblo. Y ahora tenemos una situación parecida,
porque tenemos por un lado la agro-industria, poderosa económicamente, y por el
otro lado la emergencia de un sujeto que son las cooperativas mineras,
poderosas económicamente y en número también. Entonces estos dos bloques son
los que tienen el poder fáctico económico en este momento. Eso es lo que hay
que desmontar. No es tarea fácil.
–
Queda claro que, aunque sea en el marco de la derrota de la izquierda, el ideal
de Evo Morales sigue siendo importante. Digo, porque mal que mal el voto nulo,
que es un voto simbólico, pero de un simbolismo muy especial; ha tenido una
respuesta importante, ha habido una disciplina para votar nulamente. Y esto es
producto de esta idea de liderazgo que tiene Evo, que con sus errores y sus
aciertos ha llegado a este final. Frente a ello, es segura la imposición de un
planteo neoliberal desde el minuto cero, porque estoy convencido igual que tú
que estos gobiernos que tenemos últimamente, avanzan con todo en los primeros
100 días; lo que no hace la izquierda o el progresismo cuando llegan al
gobierno. ¿Ves posible que si vienen en ese plan haya movilizaciones de
respuesta, que haya pelea en la calle?
–
El corazón del voto duro, de la militancia dura de Evo Morales, es el Trópico
Cochabambino No solamente el Trópico. Entre paréntesis, el voto nulo ha ganado
en el departamento de Cochabamba; derrotando al capitán Manfred Reyes Villa,
que en buena hora perdió una hegemonía, especialmente en el centro urbano más
grande. Entonces, en estos primeros cien días va a haber una ofensiva para
intentar detener a Evo Morales. Estamos seguros de ello. Por eso la insistencia
de los medios de comunicación, que son estos dispositivos de protección y ayuda
a las tendencias neoliberales. Están tratando de imponer la agenda tanto en el
capitán Lara y explícitamente en el de Tuto Quiroga, como primera tarea detener
a Evo Morales. Rodrigo Paz en muchas declaraciones ha sostenido que Evo Morales
libre es una amenaza. Entonces saben dónde van a ir. ¿Cuál es el contrapunto?
Que en los últimos seis meses Evo Morales ha estado acompañado en las
conferencias, con los ampliados, ha estado acompañado de una serie de
dirigentes jóvenes, y con una claridad impresionante. Yo por lo menos en mucho
tiempo no había visto esa calidad de dirigentes en el Trópico Cochabambino,
posicionando lo que va a ser la construcción del nuevo -entre comillas-
Instrumento Político. Va a haber una dura resistencia y va a haber liderazgos
ahí en el Trópico; y veremos hasta dónde en esta prueba del ballotage se puede
ampliar, si se mantiene, la consigna del voto blanco. Por lo menos muchas
organizaciones lo que sostienen es que hay que profundizar, hay que ampliar el
espectro del voto nulo. para que quede constancia donde estamos y desde donde
vamos a dar resistencia. Es una tarea muy dura. Pero el Trópico, el bastión de
Evo Morales, está en un territorio muy estratégico. Cualquier acción que se
desarrolle en el Chapare paraliza al país, lo paraliza económicamente,
físicamente. Esa es una llave que la tiene muy bien guardada Evo Morales. Sabe
cuando utilizarla. Me viene a la memoria la batalla que tuvo que dar con la DEA
en los procesos de erradicación de la coca. Por supuesto que fueron
enfrentamientos muy dramáticos, pero el saldo siempre fue a favor; siempre
salían ganando. Y con una dura represión. Por lo tanto, el escenario no es tan
trágico como podríamos pensar.
-Si
se diera esta idea que estás expresando de que uno de los primeros puntos que
van a tratar de hacer es detenerlo, creés que este ataque a Evo Morales que es
un tiro por elevación al movimiento campesino, al movimiento indígena, dotado
además de un ataque racista; porque la derecha mira no solamente a Evo Morales
sino también al movimiento campesino como algo que hay que sacárselo de encima.
¿Podría ayudar a unir esas fuerzas que se han desunido en esta pelea de
caudillos entre Evo y Arce Catacora, que lamentablemente abarcó a todas la
organizaciones de uno y de otro lado?
-Es
una situación un poco compleja… ¿por qué? Porque el neoliberalismo durante los
veinte años de su ciclo despolitizó, desideologizó la sociedad boliviana. Y,
lamentablemente, en el período de Evo Morales no hubo acciones para
contrarrestar eso. Se perdió la oportunidad de recuperar fuerzas en la
consolidación de un movimiento político-ideológico que fortalezca los
movimientos sociales. Esa debilidad ha llevado a que muchas direcciones se
conviertan en instrumentos pragmáticos del uso de la política. Hemos visto en
estos días como varios dirigentes de los llamados Ponchos Rojos van a acompañar
hasta último momento a Luis Arce en su gestión, y después van a apoyar al
gobierno que venga. Es increíble, el gobierno que venga es un gobierno de
derecha, pero ya lo están manifestando abiertamente. Eso nos está señalando
este pragmatismo que tiene muchas direcciones, y que se van a acomodar al tipo
de gobierno neoliberal. Pero, por otra parte, también ya el mismo voto nulo ha
demostrado que hay una unidad en ciertos niveles de la organización porque ha
habido voto orgánico. Eso es muy importante a tomar en cuenta. En Bolivia el
voto orgánico es aquel que asume una comunidad, una organización; y
militantemente asumen la decisión tomada. Entonces esos son buenos puntos de
apoyo para una reacción inmediata de organizaciones frente a una embestida
violenta del próximo gobierrno. Confiamos en que eso ocurra.
¿Ven
la posibilidad de que se vuelque algún sector del MAS o de otros sectores de
izquierda a apoyar a Rodrigo Paz como el mal menor?
Ha
habido un discurso que justificó la presencia de Andrónico Rodríguez, por
ejemplo. La consecuencia, la renovación, la profundización de un proceso de
cambio; y, si son consecuentes los compañeros que asumieron esa decisión,
tendrían que plegarse masivamente al voto nulo. Tendrían que demostrar en un
acto de coherencia esta resistencia a un triunfo en la segunda vuelta de los
candidatos de la derecha. Eso se espera. Dirigentes como el compañero Claros,
que es todavía dirigente de la CTUCB no pueden estar votando por Rodrigo Paz
Pereyra. Entonces, esperemos que no se trate de negociar el voto con lo que
queda de esta tendencia del original MAS, y que, por voluntad propia declaren
su adhesión al voto nulo. Sería bueno dar una sorpresa y llegar a un alto porcentaje
de votos, demostrando así el descontento y la posibilidad de una resistencia
activa a un gobierno que claramente ya sabemos lo que va a hacer.
“VAMOS
A CAMBIAR TODO”. DERECHISTA QUIROGA PROMETE REFORMAS PROFUNDAS DE GANAR
BALOTAJE EN BOLIVIA
MSN
de España (https://n9.cl/50syn)
“Vamos
a cambiar todo”. Derechista Quiroga promete reformas profundas de ganar
balotaje en Bolivia
Jorge
“Tuto” Quiroga fue visto en su momento como una figura secundaria en las
contiendas presidenciales de Bolivia. Sus propuestas de libre mercado y un
gobierno pequeño cayeron en saco roto en un país andino dominado por un
populismo con gastos excesivos.
Pero
luego de tres intentos presidenciales fallidos, el colapso del partido de
izquierda que gobernó Bolivia durante casi dos décadas y una agresiva campaña
que promete rescatar Bolivia de su peor crisis económica en decenios, el
exgobernante (2001-2002) y candidato derechista va rumbo a un balotaje en
octubre con la oportunidad de alcanzar la presidencia del país con las mayores
reservas de litio del mundo.
En
una entrevista con The Associated Press, Quiroga dijo que de imponerse en la
segunda vuelta a Rodrigo Paz, de centro y el más votado en primera vuelta,
impulsará cambios profundos como una manera de atraer inversiones para
enfrentar la crisis económica tras casi 20 años en el poder del Movimiento al
Socialismo (MAS), con Evo Morales y luego Luis Arce.
“Han
sido 20 años de destrucción", señaló Quiroga, de 65 años, en su
departamento en un barrio residencial acomodado de La Paz. "Primero haces
el programa de salvataje, inyectas los 12.000 millones de dólares con los
organismos (financieros multilaterales) de los cuales somos socios”.
“El
dinero es para salvar el sistema financiero”, agregó Quiroga, para justificar
lo que llama su “programa de salvataje”.
‘Vamos
a cambiar todo’
Bolivia,
que por décadas vivió del auge del gas exportando a Brasil y Argentina, sufre
ahora de un profundo desabastecimiento de combustibles, el cual el Estado
compra y subsidia en un 50%, afectando sus ingresos y escasas reservas. A ello
se suma la falta de dólares y una inflación que durante el primer semestre del
año alcanzó el 15,53%, la más grande en dos décadas.
El
17 de agosto, en la primera vuelta, Quiroga obtuvo el 26,7% de los votos y se
ubicó segundo después del senador Paz, del centrista Partido Demócrata
Cristiano (PDC), que obtuvo 32,06%, convirtiéndose en la sorpersa de la
jornada.
Quiroga
gobernó Bolivia en 2001 y fracasó en su intento por volver al poder en 2005,
2014 y 2020. Esta vez se vende como un gestor público y promete lograr que la
esperanza regrese al país tras años de pugnas internas en el partido
gobernante, bloqueos carreteros y crisis económica.
Dijo,
en ese sentido, su receta es transformar la economía estatal de Bolivia en una
basada en el libre mercado y la propiedad privada.
“Vamos
a cambiar todo... yo voy a abrir Bolivia al mundo y que el mundo venga a
Bolivia. Quiero inversiones y quiero comercio. Voy a hacer una modificación
profunda de todas las leyes sectoriales de agropecuaria, hidrocarburos,
minería”, entre otras, señaló Quiroga.
Además,
de la "tenencia de la tierra individualmente, de vivienda, el litio”,
señaló en referencia al recurso estratégico en el que Bolivia funda su
esperansa de un posible repunte económico, como lo fue la exportación de gas.
Para
el sector agropecuario, que exporta soja a países vecinos, promete “facilitar
créditos, sustituir los títulos de propiedad sindicales por derechos de
propiedad individuales”.
‘No
hay impunidad para nadie’
Quiroga,
quien es un duro crítico al expresidente Morales, reiteró que si gana la
presidencia hará cumplir una orden de detención para que se presente a declarar
por un caso de presunto abuso a una menor cuando ejercía la presidencia.
“Yo
cumplo con las leyes para todas las personas... No hay impunidad para nadie.
Hoy día ya no es tema judicial. Ya la justicia ha dicho mandamiento de
aprehensión (en referencia a que ha ordenado la detención)", dijo.
"Los mandamientos de aprehensión se cumplen para todos”.
Quitaría
reconocimiento a Maduro
Pero
no será lo unico que cambiría. A diferencia de Morales y del presidente
saliente Arce, anunció que no reconocerá a Nicolás Maduro como presidente de
Venezuela.
“Voy
a reconocer a Edmundo González, el legítimo ganador de las elecciones. A
Nicolás Maduro le espera una celda fría en La Haya o una hamaca caliente en
Cuba que vaya escogiendo”, manifestó.
Señaló
que Maduro está “muy nervioso” luego que el gobierno del presidente
estadounidense Donald Trump le ha subido la recompensa a 50 millones de dólares
por la información que conduzca a su arresto por considerarlo cabeza de un
cártel del narcotráfico.
Dijo
que buscaría un acercamiento con Estados Unidos, con el que la ex admistración
de Morales y su sucesor Arce han mantenido unas frías relaciones. En 2008, el
entonces gobierno de Morales expulsó al embajador de Estados Unidos, Philip
Goldberg, y posteriormente a la agencia antidrogas de ese país (DEA, por sus
siglas en inglés) acusándoles de espionaje.
Aunque
dijo que no está de acuerdo con varias cosas que hace el gobierno de Rusia — en
guerra con Ucrania —, aseguró que se acercaría a Moscú si se logra con esa
nación precios favorables para comprar combustibles “en el marco de lo que es
la integración, inversión y comercio".
OPINIÓN.
¡LIBERTAD PARA JEANINE ÁÑEZ YA! ¡LIBERTAD PARA BOLIVIA!
Publimetro
de México (https://n9.cl/wlgru)
¡Libertad
para Jeanine Áñez y para todos los presos políticos de Bolivia ya! Jeanine Áñez
asumió la presidencia interina de Bolivia en noviembre de 2019, en medio del
vacío de poder tras la renuncia de Evo Morales. Poco después, pasó de ser jefa
de Estado a prisionera. En marzo de 2021 fue detenida y en 2022 condenada a 10
años de cárcel por el caso “Golpe de Estado II”, un proceso en el que se le
acusó de “incumplimiento de deberes” y de dictar “resoluciones contrarias a la
Constitución” por haber asumido la presidencia sin aval legislativo. Desde
entonces, organismos internacionales como Human Rights Watch y Amnistía
Internacional han denunciado irregularidades, ausencia de debido proceso y un
uso abiertamente político de la justicia.
Su
caso no es aislado. Líderes como Luis Fernando Camacho y Marco Pumari también
permanecen detenidos bajo procesos cuestionados. En todos ellos se repite el
mismo patrón. La prisión preventiva convertida en condena anticipada, el uso de
tipos penales ambiguos y una justicia sometida a la presión del poder político.
Ese abuso de las medidas cautelares es lo que convierte a opositores en presos
políticos.
La
situación también golpea a las familias. Carolina Ribera, hija de Jeanine Áñez,
ha denunciado en redes sociales que su madre ha sido tratada como “trofeo
político” y víctima de un “secuestro” prolongado. Ha señalado que estuvo
enferma en la cárcel sin acceso a médicos ni traslados a hospitales, y que
durante meses se le prohibieron las visitas. El día que la detuvieron “se
secuestraron también las garantías constitucionales de todos los que pensamos
diferente al MAS”. Sus mensajes reflejan el dolor de quienes luchan por su
libertad en condiciones de hostigamiento constante.
Tras
cuatro años y medio de encierro, el 22 de agosto de 2025 el Tribunal Supremo de
Justicia emitió un instructivo ordenando a los tribunales revisar de inmediato
la legalidad de estas detenciones. No garantiza su libertad automática pero
reconoce que la ley tiene límites y que las prisiones indefinidas son
incompatibles con el Estado de derecho.
Jeanine
lo resumió de esta manera: “Después de 4 años y medio, el Tribunal Supremo de
Justicia instruye actuar en derecho. No es un triunfo, es un derecho”. Con esta
frase expone que en Bolivia la justicia ha castigado antes de juzgar y ahora
empieza a corregir su error.
La
orden del TSJ llega tarde, pero es un avance. La verdadera reparación será
cuando ningún opositor pueda ser encarcelado por motivos políticos. Hasta
entonces, Bolivia seguirá acumulando deudas con su democracia. Al tiempo…
DETALLES.
Claudia Sheinbaum miente sobre la cooperación con la DEA. Mientras el director
de la agencia asegura que existe una colaboración sin precedentes, Sheinbaum lo
niega, diciendo que solo hubo un taller menor en Texas. La realidad es que la
DEA confirma la cooperación, pero el gobierno intenta ocultarla. ¿A quién o a
qué le teme realmente la presidenta?
MARÍA
CORINA MACHADO CONFÍA EN LA POSIBLE LIBERACIÓN DE JEANINE ÁÑEZ, LUIS FERNANDO
CAMACHO Y MARCO PUMARI EN BOLIVIA
La
opositora venezolana celebró la decisión del Tribunal Supremo de Justicia de
Bolivia de revisar los procesos judiciales contra las tres figuras detenidas
por la crisis política de 2019, a quienes calificó de “amigos” y símbolos de
resistencia democrática
Infobae
de Argentina (https://n9.cl/p8g78)
La
dirigente opositora venezolana María Corina Machado manifestó este lunes su
confianza en que la ex presidenta interina de Bolivia Jeanine Áñez junto a los
opositores Luis Fernando Camacho y Marco Pumari sean liberados tras la orden de
revisión de sus procesos judiciales en ese país.
Machado
afirmó en la red social X que “la libertad de mis queridos amigos Jeanine Áñez,
Luis Fernando Camacho y Marco Pumari es un acto de justicia. Nunca debieron
estar presos. Su esperada liberación nos emociona a todos”.
La
líder opositora venezolana reconoció la resistencia mantenida por los
detenidos. Sostuvo que “el testimonio de Áñez (2019 2020), Camacho y Pumari
durante su injusta prisión, la firmeza de sus convicciones, su resistencia y su
amor por Bolivia” son reafirmación de la causa opositora venezolana.
Añadió:
“Cuando se trata de conquistar la libertad, la justicia y la democracia, hay
que luchar hasta el final”. “Reciban la fuerza, el respeto y el cariño de los
venezolanos que asumimos la lucha por la democracia de Bolivia como nuestra. A
sus familias, amigos y compañeros, nuestro abrazo enorme e infinitas
bendiciones”, concluyó Machado, quien se encuentra en la clandestinidad desde
enero pasado.
Esta
reacción ocurre en paralelo al decreto del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)
boliviano, que ordenó revisar “de manera inmediata” el cumplimiento de los
plazos de las detenciones preventivas en todos los procesos donde están
involucrados Áñez, Camacho y Pumari. La medida fue adoptada luego de protestas
de otros privados de libertad, quienes pidieron un trato igualitario.
El
instructivo del TSJ, firmado por Romer Saucedo, pidió a los tribunales
departamentales verificar si se han respetado los tiempos legales en estas
detenciones, lo cual podría abrir la puerta a la libertad de los acusados. En
muchos casos, la detención preventiva ya ha superado los límites legales
establecidos.
El
panorama judicial subraya diferencias entre los casos. Áñez ya cuenta con una
sentencia ejecutoriada: en junio de 2022, el Tribunal Primero de Sentencia
Anticorrupción de La Paz la condenó a 10 años de cárcel por “incumplimiento de
deberes” y “resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes, como parte
del caso denominado “Golpe de Estado II”. Además, enfrenta otros procesos
judiciales en curso.
Por
su parte, Camacho y Pumari están bajo detención preventiva sin condena firme.
Camacho, ex gobernador detenido desde fines de 2022, enfrenta cargos como
financiamiento al terrorismo, sedición y asociación delictuosa. Pumari,
dirigente del departamento de Potosí, permanece preso desde 2021 por presunta
participación en la crisis política de 2019.
Este
lunes, ambos fueron citados a una audiencia de revisión en La Paz, convocada
por los tribunales locales en cumplimiento de la instrucción del TSJ. Camacho
arribó desde la cárcel de Chonchocoro; Pumari fue trasladado desde Potosí.
Simultáneamente, Áñez también tendrá una audiencia en el caso denominado
Senkata, que revisará la competencia del proceso, dado su historial como
dignataria de Estado.
En
este contexto, el cambio en la orientación política desde Casa Grande del
Pueblo —con un nuevo ciclo electoral y un avance de candidatos de derecha— ha
reconfigurado el escenario político boliviano.
María Corina Machado
interpreta la revisión como una victoria moral: “La
libertad… es un acto de justicia.”
Su mensaje busca proyectar solidaridad transnacional entre opositores
latinoamericanos y reivindicar principios democráticos ante lo
que llama “injusta prisión”.
La
situación judicial de Áñez, Camacho y Pumari podría cambiar sustancialmente de
comprobarse exceso en los plazos cautelares. Para Camacho y Pumari, sería una
oportunidad real de obtener la libertad sin condena. Para Áñez, la situación
reviste otra complejidad: su sentencia ya es firme, y la medida podría no
aplicarse directamente.
No
obstante, cualquier modificación en estos casos podría reconfigurar el tablero
político boliviano, impactando en la dinámica entre el oficialismo del MAS y la
oposición en los meses venideros, antes del fin del mandato del presidente Arce
el 8 de noviembre.
PERÚ
TENDRÍA QUE IMPORTAR GAS NATURAL EN 10 A 12 AÑOS MÁS, ¿POR QUÉ Y QUÉ EFECTOS
TENDRÁ EN LAS TARIFAS DOMICILIARIAS DE GAS Y ELECTRICIDAD?
El
gas de Camisea no satisfará todas las necesidades de la demanda interna a
partir del 2038, alerta informe de GELA. Esto, por falta de actividad
exploratoria y nuevos hallazgos. Las tarifas de gas y de electricidad podrían
triplicarse, siguiendo los pasos hacia lo que hoy ocurre en Bolivia.
El
Comercio de Perú (https://n9.cl/rw6o2l)
El
Estado peruano está abocado a masificar el gas natural de Camisea con
ambiciosas iniciativas como el proyecto Siete Regiones, el cual busca llevar
este asequible energético a 14 ciudades de la sierra central por un horizonte
de varias décadas.
¿Pero
qué dirán los habitantes de esas localidades si un día encuentran que el precio
de ese anhelado gas se ha duplicado y hasta triplicado y que, incluso,
enfrentan restricciones en su suministro?
Esa
visión, que hoy oscurece el futuro de Bolivia, se podría materializar al cabo
de diez o doce años en el Perú como consecuencia del creciente agotamiento de
nuestras reservas de gas natural debido a la falta de exploración y la escasez
de nuevos descubrimientos, apunta Álvaro Ríos, socio fundador de la consultora
Gas Energy Latinoamérica (GELA).
“El
gas natural está comenzando a entrar a una zona roja porque no hay actividad
exploratoria, y eso puede traer fuertes impactos a todo nivel”, explica el
especialista en hidrocarburos.
Así,
Gela pronostica que el Perú se enfrenta a la posibilidad de tener que importar
gas natural (más caro que el peruano) en unos diez o doce años más, lo que
acarreará el incremento de los precios de la energía eléctrica y las tarifas
domiciliarias de gas en 100% y hasta 200%.
Esto,
siempre y cuando “no se haga algo para promover la exploración” y reponer
reservas. Es decir, si se mantiene la situación actual, remarca Luis Fernández,
socio director de GELA.
Y
es que el Perú no ha realizado un solo nuevo descubrimiento importante de gas
natural desde el 2013, manifiesta Luis Bianchi, ex gerente de exploraciones de
Perú-Petro.
Las
estadísticas de inversión en exploración son elocuentes. Perú-Petro reporta una
reducción de 93% en este ítem, desde los US$502 millones asignados en el 2014
hasta los escasos US$38 millones invertidos en el 2024.
Consecuencia
directa de esto es el desplome de las reservas probadas de gas natural, desde
12,9 TCF (trillones de pies cúbicos diario) en el 2017 hasta 7,9 TCF en el
2023. Esto es, una caída de 39% en seis años.
¿Por
qué no se explora por gas en el Perú?
PRECIOS
DE LA ENERGÍA
Un
factor determinante es la tramitología/burocracia, que estira los plazos de
desarrollo de un proyecto por hasta 15 o 20 años. A ello se agregan los
candados ambientales (implementación de áreas naturales) y los conflictos
sociales, siempre latentes.
Todo
esto ocasiona que en la actualidad no haya ningún proyecto de exploración de
gas natural en desarrollo, particularmente en el lote 88 de Camisea,
comprometido para el mercado peruano con un precio estabilizado en el tiempo
(alrededor de US$2 por millón de BTU en boca de pozo).
Hablamos
del yacimiento de gas que apuntala la masificación del gas natural en toda la
costa peruana (con excepción de Piura, que tiene yacimientos propios).
La
expectativa del gobierno es que este mismo beneficio se traslade a la sierra
centro-sur con el proyecto Siete Regiones, a cargo de Cálidda, empresa que se
ha comprometido a implementar una tarifa de gas natural igual a la de Lima, la
más barata del país.
De
acuerdo a proyecciones de GELA, sin embargo, esto solo sería posible hasta el
2038, fecha a partir de la cual tendríamos que recurrir a importar gas natural,
más caro que el de Camisea.
Resultado
inmediato de esto será que las tarifas domiciliarias de gas se duplicarán desde
US$9,2 por millón de BTU hasta US$15,45 o US$20,45 por millón de BTU.
Del
mismo modo, GELA calcula que el costo de la generación eléctrica (el 40% se
produce con gas natural) se quintuplicaría, de US$20 el megawatt hora (MWh) a
US$103 o US$145 MWh.
A
la par, calcula que el Fondo Camisea, que hoy beneficia a las regiones
Ayacucho, Huancavelica, Ica, Ucayali y Lima provincias, se reducirá un 67%
entre 2025 y 2026 debido a la menor exportación y regalías de gas natural.
GRANDES
PROYECTOS
Pero
eso no es lo peor de todo. GELA asevera que esta carencia futura de gas natural
perjudica la sostenibilidad de proyectos de inversión relevantes como Siete
Regiones y el nuevo gasoducto entre Ica y Arequipa, propuesto por TGP.
Se
trata de infraestructuras que, en teoría, deberían durar por los próximos 30 o
40 años, pero que terminarían siendo innecesarias al cabo de diez o doce años
por falta de gas.
“Esos
proyectos no se van a desarrollar con el nivel de reservas actuales, ni tampoco
la petroquímica. Hay que explorar porque a partir del 2038 el gas no alcanzará
para todas las necesidades”, anota Álvaro Ríos.
Es
el caso del suministro de gas natural vehicular (GNV) para los taxis, buses y
camiones de carga.
GELA
calcula que el precio de este combustible, el segundo más usado en el
transporte después del diesel, se duplicará y hasta triplicará.
“La
falta de exploración por gas va a limitar la capacidad futura del Perú para
garantizar su abastecimiento, y esto es muy grave porque generará muchos
conflictos, un alto costo político y malestar para la población, como en
Bolivia”, advierte Mayra Carvajal, analista de energía en GELA.
Por
ello, GELA urge poner en la agenda nacional, de manera urgente, la exploración
de hidrocarburos.
EXTERIORES
DARÁ 400.000 EUROS A BOLIVIA PARA PROTEGER LAS ALPACAS Y LOS HUMEDALES
Con
esta donación, uno de cada tres euros gastados por Bolivia en medio ambiente
sale del bolsillo de los españoles: apenas destina 1,4 millones de euros al año
Voz
Populi de España (https://n9.cl/9zzey)
El
Gobierno de España financiará casi un tercio del presupuesto que Bolivia
destina a proteger su medio ambiente. En concreto, la Agencia Española de
Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), dependiente del
Ministerio de Exteriores, ha abierto una convocatoria para destinar 400.000
euros para cuidar el medioambiente del país.
Esto
no sería polémico si el gobierno boliviano cuidase sus propios paisajes, pero
la realidad es que no es así: el país sudamericano apenas dedica 1,7 millones
de dólares (1,46 millones de euros) a la conservación de sus ecosistemas, el
0,04% de sus presupuestos generales.
De
este modo, la donación de España cubre casi un tercio del presupuesto destinado
por Bolivia, de modo que casi uno de cada tres euros gastados por su gobierno
en materia de medio ambiente saldrá del bolsillo de los españoles, ya que esta
partida presupuestaria se da en formato de subvención y entrega dineraria sin
contraprestación. Es decir, que es el gobierno español quien se preocupa de
aquello que el propio ejecutivo local no cuida.
Este
dinero se entregará, según la propia convocatoria, a personas físicas que no
desarrollan una actividad económica. Este tiene como objetivorla conservación
de bofedales, que son unos humedales característicos del país. Además, AECID
incluye dentro de este presupuesto la preservación de animales camélidos -como
las llamas o las alpacas-.
Este
presupuesto, no se adjudicará hasta que comience el próximo año -AECID registró
la convocatoria el pasado 20 de agosto en el SNPSAP-, dado que es posible
presentar candidatura hasta el 31 de diciembre de este 2025.
100
millones de Exteriores para Bolivia entre 2022 y 2025
Desde
2022 hasta 2025, España ha comprometido 100 millones de euros bajo el último
Marco de Asociación País (MAP), que orienta la cooperación de AECID con Bolivia
hacia "la transición ecológica justa". Esta cifra se suma a otros
fondos previamente asignados en el periodo 2018-2021, que también ascendieron a
100 millones de euros, y fue ejecutada en múltiples ámbitos.
Dentro
del mismo marco financiero, en el periodo 2018–2021 se invirtieron 73 millones
de euros en cooperación no reembolsable por parte de todos los actores
españoles, de los cuales 34,6 M€ correspondieron directamente a la AECID y 38,4
M€ provinieron de cooperación descentralizada (comunidades autónomas, ONGD
locales, etc.). Estos fondos se destinaron a sectores como el alimentario, agua
y saneamiento y resiliencia ambiental.
A
través del Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento (FCAS), también se han
destinado subvenciones específicas a Bolivia: 5 millones para un programa de
agua y alcantarillado periurbano y otros tres adicionales para la gestión
integral del agua urbana. La combinación con recursos de la UE, el BID y
contribuciones bolivianas suman un monto total situado entre los 125 y 129
millones de euros.
Críticas
por la falta de presupuesto
El
pobre presupuesto del Gobierno de Bolivia para medio ambiente contrasta con la
magnitud de los desastres naturales recientes, dado que el país sufrió en 2024
los peores incendios forestales de su historia. El dato ha desatado críticas de
expertos y organizaciones, que advierten de la falta de previsión en un país
donde el fuego arrasó cientos de miles de hectáreas, una superficie equivalente
a la de todo Cuba.
La
polémica se intensifica porque el gasto ambiental queda muy por debajo de lo
destinado a otros sectores, pese a que los problemas medioambientales golpean
con fuerza al territorio boliviano. Los ecologistas del país denuncian que la
escasa inversión compromete la capacidad de respuesta frente a nuevos focos de
fuego y a la protección de ecosistemas estratégicos para la región.
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