Opinión:
CHILE Y BOLIVIA: HACIA UNA NUEVA LÓGICA DE INTEGRACIÓN
El Mostrador de Chile (www.elmostrador.cl)
La línea del actual gobierno en torno a la relación con los vecinos bolivianos aún no está clara. Tal vez comience a dilucidarse cuando la presidenta Michelle Bachelet visite a Evo Morales y dé alguna señal política que marque el destino de estos 40 años de acercamiento diplomático, sobre todo teniendo en cuenta la última ofensiva del mandatario boliviano. Ésta se basa en llevar la discusión de petición de acceso al mar más allá de las negociaciones bilaterales y buscar apoyo en organismos internacionales que ejerzan algún tipo de presión en la postura chilena.
Como era de esperar, nuestro país ha rechazado desde el primer momento la discusión multilateral, argumentando que ésta tienen un origen en la efervescencia política de Bolivia más que en una necesidad urgente de ese país.
Sin embargo hay que ser cautelosos: el presidente Morales tiene hoy más apoyo del que jamás había tenido un gobernante de esa nación. Además, este problema se extiende por todo en Cono Sur, en donde las relaciones con Chile no están en su mejor momento por la constante actitud de nuestro país de excluirse del Mercosur para firmar tratados con economías más desarrolladas.
Dentro de este contexto, Chile debe entender que el tema del territorio y la relación de cooperación con los vecinos debe estar caracterizada por una apertura al diálogo. El clima político que hoy presenta América Latina propicia la cooperación entre los Estados del continente. El discurso boliviariano en pos de la integración adquiere cada día más fuerza y brinda un telón de fondo que reivindica, y también favorece, el restablecimiento del diálogo en el corto plazo.
Durante la estada de Evo Morales en Santiago y las reuniones que sostuvo con Michelle Bachelet, quedó explícita la idea de aunar esfuerzos por estrechar conversaciones que permitan el efectivo acercamiento de las naciones. Sin embargo, se evadieron los principales puntos del conflicto. ¿Por qué? Porque las autoridades temen al hecho de que aún la relación se encuentre expuesta a los peligros de no compatibilizar proyectos en común y volverse nuevamente regresiva. De todos modos, la demanda está posicionándose en un punto decisivo e ineludible de la política exterior.
Así, la relación chileno-boliviana tiene delante un momento coyuntural para limar asperezas y encauzarse hacia un desarrollo que profundice la interacción democrática, donde el diálogo más fluido entre los Estados y la proactividad de la sociedad civil trabajen en conjunto para superar las diferencias que históricamente los separan. Recordemos que sin comunicación y entendimiento no hay consenso posible, y sin consenso no se puede vislumbrar algún tipo de solución racional que conforme a los dos países. Dentro del contexto de cooperación latinoamericana, es importante que Chile reconozca la necesidad de replantear su relación con los países de la región, no sólo porque se requiere afianzar los compromisos con el desarrollo del continente, sino también porque en el acercamiento social y político del resto de América profundiza el aislamiento de Chile y debilita las posibilidades de defensa ante las demandas bolivianas. Ahora bien, más allá de la propia discusión respecto del mar, nuestro país tiene el deber de tomar un rol solidario dentro del continente. La integración y cooperación debe dejar de ser vista sólo desde la perspectiva económica, sino que tiene que mirarse de una forma más profunda.
Opinión:
INDIGENISMO, ¿REVOLUCIÓN O REVUELTA?
El País de España (www.elpais.es)
Tras la elección de Evo Morales en Bolivia, la victoria de Ollanta Humala en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Perú ha confirmado que el indigenismo es una soberbia fuerza electoral en los países andinos. Al menos que se creyese que los indígenas eran meros adornos a la democracia electoral latinoamericana, necesariamente había que reparar en que, tanto en Bolivia como en Guatemala, los indígenas aportan en torno a las 2/3 partes del colegio electoral y casi la mitad en Perú y en Ecuador. Tampoco deberíamos hacernos cruces por su hambre atrasada de protagonismo político y económico. Los indígenas son los pobres de los pobres. En cualquiera de los países andinos -que son muy pobres- ser indígena aumenta automáticamente un 50% la probabilidad de vivir por debajo del umbral de pobreza y de que tus hijos tengan acceso a tan sólo el 40% de los años de escolaridad promedio de la población no indígena. Es decir, a que sean igual de pobres de solemnidad que eres tú y que fueron tus padres y abuelos.
No hace falta hacer un gran esfuerzo para desde un país rico ser solidario con ellos. Y si el país rico es España con más razón, ya que basta asomarse a las páginas de la historia -o de Google- para sentirse culpable de su secular postración política y socioeconómica. Ahora bien, sería mejor que, en lugar de entregarnos a la melancolía de la culpabilidad, nos dedicáramos a entender las ideas, instituciones y ambiciones de los políticamente exitosos movimientos indigenistas. Si lo intentáramos quizá nos toparíamos con una obvia y delicada realidad: que el indigenismo, como el nacionalismo, se define por exclusión. Es decir, que los indígenas son los otros, algo que fácilmente intuiremos que lleva a que una parte de la identidad indigenistas se defina por exclusión y se asiente sobre el bucle melancólico de la existencia de un pasado feliz en el que el "pueblo indígena" fue feliz, noble y solidario. Como es bien conocido, ese mundo se acabó cuando llegaron los otros, que en este caso fuimos nosotros, los conquistadores españoles, y los expulsamos del Paraíso.
Independientemente de que uno esté o no dispuesto a abrazar ciegamente estas atroces simplificaciones de la historia, lo relevante es que la definición por contraposición requiere que efectivamente haya una "gobernabilidad indígena" identificable y genuinamente diferenciable de la gobernabilidad republicana. No hay que dar por sentado que el avance del indigenismo implica el fortalecimiento de la democracia republicana y de sus valores. Los nuestros. La propiedad privada, la igualdad de género, la libertad de pensamiento y, en general, la supremacía de los derechos y libertades individuales sobre los derechos colectivos. Por otra parte, la historia política de Evo y Humala sugiere que el respeto por la legalidad institucional fue limitado.
Quizá a alguien estas preocupaciones le resulten excesivas; algunos habrá que creerán que es un mero ardid táctico. O peor todavía, una inútil resistencia ante el empuje romántico y fáctico de la nueva revolución. Pero la suerte a medio y largo plazo de los "indígenas" dependerá de si los nuevos dirigentes son capaces de apostarle a la democracia, a sus instituciones y a la integración de sus países en la economía mundial; es decir, si la revolución de los pobres se convierte en el motor de la transformación de las economías y sociedades andinas.
Los augurios no son buenos. Los movimientos indigenistas tienen hoy dos palancas -la multiculturalidad y su alineamiento en contra de la globalización- que son mediáticamente muy poderosas, pero que no necesariamente constituyen una estrategia de desarrollo coherente. Para atraer inversiones que expandan el potencial productivo del país no basta con la solidaridad y la buena voluntad. Hace falta mucho más, a menos que se esté aspirando a muy poco. Y, aunque resulta impresionante que a estas alturas del fin de la historia alguien tenga solemnemente que proclamar que para la explotación de los recursos de su país lo que busca son socios, que no dueños, la verdad es que sin ahorro externo no es posible poner en valor las riquezas energéticas del subsuelo andino. Por muchos defectos que tenga la legalidad republicana sigue siendo el mejor sistema de convivencia. El que hay que reforzar para evitar que el militarismo, el dirigismo y valores culturales que en Europa nadie dudaría en tildar de arcaizantes sean los que definan el destino del 10% de la población latinoamericana. No se lo merecen después de todo el tiempo que llevan esperando.
CHILE Y BOLIVIA: HACIA UNA NUEVA LÓGICA DE INTEGRACIÓN
El Mostrador de Chile (www.elmostrador.cl)
La línea del actual gobierno en torno a la relación con los vecinos bolivianos aún no está clara. Tal vez comience a dilucidarse cuando la presidenta Michelle Bachelet visite a Evo Morales y dé alguna señal política que marque el destino de estos 40 años de acercamiento diplomático, sobre todo teniendo en cuenta la última ofensiva del mandatario boliviano. Ésta se basa en llevar la discusión de petición de acceso al mar más allá de las negociaciones bilaterales y buscar apoyo en organismos internacionales que ejerzan algún tipo de presión en la postura chilena.
Como era de esperar, nuestro país ha rechazado desde el primer momento la discusión multilateral, argumentando que ésta tienen un origen en la efervescencia política de Bolivia más que en una necesidad urgente de ese país.
Sin embargo hay que ser cautelosos: el presidente Morales tiene hoy más apoyo del que jamás había tenido un gobernante de esa nación. Además, este problema se extiende por todo en Cono Sur, en donde las relaciones con Chile no están en su mejor momento por la constante actitud de nuestro país de excluirse del Mercosur para firmar tratados con economías más desarrolladas.
Dentro de este contexto, Chile debe entender que el tema del territorio y la relación de cooperación con los vecinos debe estar caracterizada por una apertura al diálogo. El clima político que hoy presenta América Latina propicia la cooperación entre los Estados del continente. El discurso boliviariano en pos de la integración adquiere cada día más fuerza y brinda un telón de fondo que reivindica, y también favorece, el restablecimiento del diálogo en el corto plazo.
Durante la estada de Evo Morales en Santiago y las reuniones que sostuvo con Michelle Bachelet, quedó explícita la idea de aunar esfuerzos por estrechar conversaciones que permitan el efectivo acercamiento de las naciones. Sin embargo, se evadieron los principales puntos del conflicto. ¿Por qué? Porque las autoridades temen al hecho de que aún la relación se encuentre expuesta a los peligros de no compatibilizar proyectos en común y volverse nuevamente regresiva. De todos modos, la demanda está posicionándose en un punto decisivo e ineludible de la política exterior.
Así, la relación chileno-boliviana tiene delante un momento coyuntural para limar asperezas y encauzarse hacia un desarrollo que profundice la interacción democrática, donde el diálogo más fluido entre los Estados y la proactividad de la sociedad civil trabajen en conjunto para superar las diferencias que históricamente los separan. Recordemos que sin comunicación y entendimiento no hay consenso posible, y sin consenso no se puede vislumbrar algún tipo de solución racional que conforme a los dos países. Dentro del contexto de cooperación latinoamericana, es importante que Chile reconozca la necesidad de replantear su relación con los países de la región, no sólo porque se requiere afianzar los compromisos con el desarrollo del continente, sino también porque en el acercamiento social y político del resto de América profundiza el aislamiento de Chile y debilita las posibilidades de defensa ante las demandas bolivianas. Ahora bien, más allá de la propia discusión respecto del mar, nuestro país tiene el deber de tomar un rol solidario dentro del continente. La integración y cooperación debe dejar de ser vista sólo desde la perspectiva económica, sino que tiene que mirarse de una forma más profunda.
Opinión:
INDIGENISMO, ¿REVOLUCIÓN O REVUELTA?
El País de España (www.elpais.es)
Tras la elección de Evo Morales en Bolivia, la victoria de Ollanta Humala en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Perú ha confirmado que el indigenismo es una soberbia fuerza electoral en los países andinos. Al menos que se creyese que los indígenas eran meros adornos a la democracia electoral latinoamericana, necesariamente había que reparar en que, tanto en Bolivia como en Guatemala, los indígenas aportan en torno a las 2/3 partes del colegio electoral y casi la mitad en Perú y en Ecuador. Tampoco deberíamos hacernos cruces por su hambre atrasada de protagonismo político y económico. Los indígenas son los pobres de los pobres. En cualquiera de los países andinos -que son muy pobres- ser indígena aumenta automáticamente un 50% la probabilidad de vivir por debajo del umbral de pobreza y de que tus hijos tengan acceso a tan sólo el 40% de los años de escolaridad promedio de la población no indígena. Es decir, a que sean igual de pobres de solemnidad que eres tú y que fueron tus padres y abuelos.
No hace falta hacer un gran esfuerzo para desde un país rico ser solidario con ellos. Y si el país rico es España con más razón, ya que basta asomarse a las páginas de la historia -o de Google- para sentirse culpable de su secular postración política y socioeconómica. Ahora bien, sería mejor que, en lugar de entregarnos a la melancolía de la culpabilidad, nos dedicáramos a entender las ideas, instituciones y ambiciones de los políticamente exitosos movimientos indigenistas. Si lo intentáramos quizá nos toparíamos con una obvia y delicada realidad: que el indigenismo, como el nacionalismo, se define por exclusión. Es decir, que los indígenas son los otros, algo que fácilmente intuiremos que lleva a que una parte de la identidad indigenistas se defina por exclusión y se asiente sobre el bucle melancólico de la existencia de un pasado feliz en el que el "pueblo indígena" fue feliz, noble y solidario. Como es bien conocido, ese mundo se acabó cuando llegaron los otros, que en este caso fuimos nosotros, los conquistadores españoles, y los expulsamos del Paraíso.
Independientemente de que uno esté o no dispuesto a abrazar ciegamente estas atroces simplificaciones de la historia, lo relevante es que la definición por contraposición requiere que efectivamente haya una "gobernabilidad indígena" identificable y genuinamente diferenciable de la gobernabilidad republicana. No hay que dar por sentado que el avance del indigenismo implica el fortalecimiento de la democracia republicana y de sus valores. Los nuestros. La propiedad privada, la igualdad de género, la libertad de pensamiento y, en general, la supremacía de los derechos y libertades individuales sobre los derechos colectivos. Por otra parte, la historia política de Evo y Humala sugiere que el respeto por la legalidad institucional fue limitado.
Quizá a alguien estas preocupaciones le resulten excesivas; algunos habrá que creerán que es un mero ardid táctico. O peor todavía, una inútil resistencia ante el empuje romántico y fáctico de la nueva revolución. Pero la suerte a medio y largo plazo de los "indígenas" dependerá de si los nuevos dirigentes son capaces de apostarle a la democracia, a sus instituciones y a la integración de sus países en la economía mundial; es decir, si la revolución de los pobres se convierte en el motor de la transformación de las economías y sociedades andinas.
Los augurios no son buenos. Los movimientos indigenistas tienen hoy dos palancas -la multiculturalidad y su alineamiento en contra de la globalización- que son mediáticamente muy poderosas, pero que no necesariamente constituyen una estrategia de desarrollo coherente. Para atraer inversiones que expandan el potencial productivo del país no basta con la solidaridad y la buena voluntad. Hace falta mucho más, a menos que se esté aspirando a muy poco. Y, aunque resulta impresionante que a estas alturas del fin de la historia alguien tenga solemnemente que proclamar que para la explotación de los recursos de su país lo que busca son socios, que no dueños, la verdad es que sin ahorro externo no es posible poner en valor las riquezas energéticas del subsuelo andino. Por muchos defectos que tenga la legalidad republicana sigue siendo el mejor sistema de convivencia. El que hay que reforzar para evitar que el militarismo, el dirigismo y valores culturales que en Europa nadie dudaría en tildar de arcaizantes sean los que definan el destino del 10% de la población latinoamericana. No se lo merecen después de todo el tiempo que llevan esperando.
TELESCOPIO: TODOS CONTRA EVO:
La Jornada de México (www.jornada.unam.mx)
TODOS CONTRA EVO: El presidente boliviano, Evo Morales, ha tenido que combatir en varios frentes a la vez. La supuesta "izquierda" y la ultraizquierda trataron de atizar el paro de los grandes patrones transportistas, que se negaban a pagar impuestos, así como la desesperación de los trabajadores del Lloyd Aéreo Boliviano, compañía virtualmente en quiebra, los cuales se vieron arrastrados a actos de violencia para pedir la nacionalización de la compañía (la cual equivalía a pagar con el dinero de todos los 170 millones de deuda del patrón actual). Por la derecha, la Suprema Corte lanzó a su vez una ofensiva contra el Ejecutivo, acusándolo de lincharla utilizando los medios, de intervenir políticamente contra su autonomía y de intentar rebajar los sueldos a los jueces de la misma. El diario chileno La Tercera dice respecto al Lloyd que el gobierno -que intervino la empresa para mantenerla en vida pero recibió un fallo judicial en contra, que lo obligó a dar marcha atrás- creará ahora tres líneas: Aerosur (con seis aviones para largas distancias), Amazonas y Aerocom (con aviones de cabotaje). El Lloyd tiene combustible para una semana y no puede pagar el carburante. Le quedan seis Boeing 727 porque tuvo que devolver dos al no poder pagar la renta de 7 millones dólares a Pegasus y la aduana le embargó el más moderno, que vale 700 mil dólares, porque lo ingresó al país sin pagar impuestos. El Lloyd, con seis aviones, tiene 2 mil 35 trabajadores; Aerolíneas Argentinas, con 55 aviones, tiene en cambio mil 200. Los trabajadores en huelga desistieron de la violencia y ahora ocupan algunas iglesias, esperando que el gobierno les mantenga el puesto de trabajo en las nuevas compañías. Al respecto, el diario boliviano Los Tiempos dice que el Lloyd pasó de ganar 600 mil dólares diarios a sólo 136 mil y estará por quebrar. La Razón, de la Iglesia católica, informa a su vez que la Suprema Corte ataca a Evo, pero está dividida porque uno de sus jueces apoya la política oficial de que ningún alto funcionario gane más de 15 mil bolivianos por mes (o sea, con rebajar los sueldos de los jueces). Siempre respecto a Bolivia, Bolpress informa que Ollanta Humala, el presidenciable peruano, declaró que anulará el TLC con Estados Unidos firmado por el presidente saliente Toledo en sus últimos días en el gobierno. El mismo diario exalta el éxito de la tribu nasa, del Cauca colombiano, que vende una bebida de coca llamada Coca-Sek (40 mil botellas), además de la hoja de coca y otros subproductos de la misma.
Opinión:
BOLIVIA Y LAS ELECCIONES PERUANAS
La Tercera de Chile (www.latercera.cl)
Por Manfredo Kempff, Escritor, diplomatico y ex viceministro de Relaciones Exteriores de Bolivia
Como ha sucedido, sin duda, en Chile, en Bolivia las elecciones peruanas han provocado inusitada atención. Esto, por la estrecha vecindad y por los importantes intereses que existen entre las dos naciones. Quien sea candidato favorito a la Presidencia en Perú hace que los bolivianos indaguen y se preocupen por conocer al personaje. Tanto más si, como ahora, apareció un ex militar hasta hace poco totalmente desconocido en nuestro medio: Ollanta Humala.
La gente se preocupó realmente por conocer a Humala y los medios informativos se dedicaron a hablar de este hombre oriundo del sur peruano, lejano y pobre, un cholo al decir de los limeños, hijo de padres con actitudes espartanas, duros con su descendencia, idealistas de una izquierda con poncho. Y hermano de dos hombres que ya han dado de qué hablar en Perú, inquietando el ambiente político. Llamó la atención ese Ollanta Humala hasta por su nombre. Y despertó curiosidad, porque era un ex jefe militar, alineado en el etnocacerismo y, por tanto, enemigo jurado de Chile, más allá todavía de la línea del general Velasco Alvarado, lo que ya es mucho decir.
Cuando el síndrome de Evo Morales aún conmueve pesadamente en la política boliviana y existe gente que no entiende todavía qué sucedió para que ganara el gobierno, aparece un gran amigo suyo como candidato en Perú. Y este amigo de Evo Morales, que fue su invitado en La Paz para la asunción al mando, resulta que gana las elecciones y ahora espera confiado a quien será su contrincante en la segunda vuelta entre la conservadora Lourdes Flores y el líder aprista Alan García.
Ollanta Humala tenía que sorprender en Bolivia, porque, además de haber ganado en los comicios (aunque sin la contundencia de Morales), resulta que, tal como Evo, anuncia grandes reivindicaciones indígenas, hace ondear la multicolor wiphala entre sus seguidores, ofrece nacionalizar los recursos naturales y luchar a muerte contra los políticos corruptos. ¿Qué mejor aliado puede tener Evo Morales que Humala? ¿Acaso no los acercan sus sentimientos? ¿No pueden compartir una comida campesina juntos y tal vez hablar entre ambos un idioma que no es el castellano?
Está de más afirmarlo: en una mayoría de la Bolivia actual la victoria de Ollanta Humala es una bendición, como para otros produce temor. Nada habría más grave y ácido para la gente del Movimiento Al Socialismo (MAS) y para su jefe y Presidente de Bolivia que en la segunda rueda Humala fuera derrotado. Que Alan García o, mucho peor, Lourdes Flores pudieran imponerse sobre el caudillo etnocacerista, adorador de la memoria del general Andrés Avelino Cáceres, héroe en la Guerra del Pacífico, sería una decepción acabada.
Como Evo Morales, Ollanta Humala cuenta con la declarada simpatía del Presidente venezolano, Hugo Chávez, y por derivación con la del viejo dictador Fidel Castro. La Habana, Caracas, Lima y La Paz podrían conformar un eje antiimperialista que no dejaría de preocupar a Estados Unidos por aquello del alboroto en su patio trasero. Pero, además, no se sabe qué pasará con Quito, donde el poder indio crece día a día y donde se aplican las mismas tácticas de lucha que impuso Evo Morales en Bolivia, es decir, tender a la inmovilización del país, con marchas y bloqueos. La fuerzas sociales de la América andina (la que conforma la alicaída Comunidad Andina de Naciones), con excepción de Colombia, que tiene sus problemas aparte y un Uribe que manda, se muestra alentada a conformar gobiernos populares y a enfrentar a lo que se denomina las oligarquías criollas, culpables, según esos movimientos sociales, del saqueo, el atraso, la exclusión y, en suma, de todos los males de nuestra historia republicana.
Por tanto, del resultado de estas justas electorales peruanas el gobierno boliviano podrá verse plenamente respaldado por un aliado de similares características o desencantado con un mandatario que no se apartaría del mundo globalizado, ratificando el TLC con EEUU que acaba de firmar Toledo y que para Evo Morales es como pactar con el diablo.
Se encontraron el lunes 3 de abril en la ciudad de Belo Horizonte -en el marco de la 47 Asamblea del BID- y volverán a reunirse este jueves en La Paz
EVO MORALES FLEXIBILIZÓ SU POSTURA TRAS COINCIDIR CON INSULZA EN BRASIL
El secretario general de la OEA dice que sólo "saludó" al mandatario, pero fuentes diplomáticas aseguran que ambos se reunieron. Ese día Morales matizó su solicitud de recurrir a organismos internacionales por la demanda marítima y se abrió a tratar el tema en forma bilateral.
La Tercera de Chile (www.latercera.cl)
Aunque la reunión oficial entre el secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, y el Presidente de Bolivia, Evo Morales, está agendada para este jueves en La Paz, ambas autoridades ya se vieron las caras a principios de este mes.
El encuentro, que hasta ahora no había sido dado a conocer, se produjo el lunes 3 en la ciudad de Belo Horizonte, Brasil, en el marco de la 47 Asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde tanto Insulza como Morales eran expositores.
Fue a partir de esa fecha que Morales volvió a enfatizar el carácter bilateral del diálogo entre Santiago y La Paz en torno a la demanda marítima boliviana.
Fuentes diplomáticas señalan que este sostuvo una reunión reservada con el Mandatario paceño, en la que también habría estado presente Marco Aurelio García, el principal asesor de política exterior del Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva (ver recuadro) y amigo de Insulza. Las fuentes dicen que la cita tuvo por objetivo afinar los detalles de la visita que realizará Insulza a Bolivia. El próposito es que dicho encuentro sea "propositivo y constructivo".
La participación del representante del gobierno brasileño en el encuentro es otro reflejo de la relación estratégica que tiene Chile con Brasil, tal como resaltó la Presidenta Michelle Bachelet en su cita con Lula la semana pasada. Un reciente documento de la Cancillería reconoce la influencia regional de Brasil y define su rol como "moderador".
De hecho, Santiago apoya la aspiración brasileña de ocupar un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU. Sobre la demanda marítima de La Paz, Lula ha dicho que su país "siempre estará listo para ayudar a Chile y Bolivia en su acercamiento".
No obstante, consultado por La Tercera, Insulza señaló desde Washington que no se reunió con Evo Morales, sino que "solamente lo saludé desde lejos".
Vuelco diplomático
Fue precisamente durante la asamblea del BID cuando el Presidente de Bolivia comenzó a dar un giro en su postura respecto de que la OEA intervenga en la demanda marítima de su país. "Entiendo perfectamente la preocupación del gobierno chileno, de que esto es un tema bilateral entre Bolivia y Chile", indicó, agregando que sólo si ese camino no da resultado "apelaremos a la comunidad internacional". Además llamó a manejar el asunto con "bajo perfil", porque "no es un tema de debate público".
Un discurso muy diferente al que había esgrimido el 23 de marzo, cuando en un acto masivo en La Paz en conmemoración del Día del Mar, exhortó a la OEA a citar a una sesión extraordinaria para tratar el acceso marítimo.
El vuelco en la política exterior boliviana quedó de manifiesto el 9 de abril cuando el cónsul de ese país en Chile, Roberto Finot, dijo que el problema de la mediterraneidad "es esencialmente bilateral". Más catégorico aún fue el vicepresidente de Bolivia, Alvaro García Linera, quien el pasado miércoles cerró el tema señalando que se dará "tratamiento bilateral al tema" y que así se lo expondrán a Insulza durante su visita a La Paz.
Agendas cruzadas
La visita de Evo Morales a Belo Horizonte tenía por principal objetivo aplacar la inquietud que existe entre las autoridades brasileñas por la ley de hidrocarburos que impulsa Bolivia, ya que la empresa brasileña Petrobras, es una de las principales inversoras de ese país.
Aunque la intención de Morales era reunirse con Lula da Silva, sólo lo hizo con Marco Aurelio García, cita que se concretó el lunes a las 7.30 de la mañana, antes que se inaugurara la asamblea del BID.
Insulza, en tanto, viajó a Brasil para realizar un discurso sobre democracia y gobernabilidad en la región. Posteriormente se desplazó a Brasilia, donde el 5 de abril se reunió con el canciller Celso Amorim.
Fuentes diplomáticas afirmaron a La Tercera que el tema boliviano fue uno de los tópicos de la agenda de Insulza en Brasilia. La postura histórica del organismo regional sobre la demanda marítima de Bolivia ha sido clara en cuanto a que no mediará a menos que ambos países lo soliciten.
Los nexos con Chile de Marco Aurelio García
El martes durante su visita a Brasil, la Presidenta Michelle Bachelet se salió de protocolo para dar un afectuoso saludo a Marco Aurelio García, el principal asesor en política exterior del Presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
Se trata de un viejo conocido de Chile: vivió en el país entre 1970 y 1973 -tras salir exiliado de Brasil- y entró a militar al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), forjando amistades que mantiene hasta hoy con personeros como el senador PS Carlos Ominami. También con el ex subsecretario de Economía Alvaro Díaz, embajador de Chile en Brasil. Años más tarde, ya de regreso en su país, fue uno de los fundadores del movimiento que dio origen al Partido de los Trabajadores que llevaría a Lula al poder.
Como asesor del Mandatario, Marco Aurelio García, es encomendado para tareas clave y gestiones reservadas a nivel regional. Ha sido nexo del gobierno brasileño con las autoridades de Venezuela, Bolivia y también Chile, a donde ha viajado en varias ocasiones.
También forjó buenos contactos con Evo Morales. Cuando este era candidato, el asesor de Lula organizó la primera reunión entre el dirigente sindical y el mandatario Brasileño.
CANCILLER ALEJANDRO FOXLEY:
"ESTAMOS DISPUESTOS A FIRMAR UN TLC CON QUIEN SEA ELEGIDO PRESIDENTE DE PERÚ"
Asegura que hay planes concretos de integración con Argentina y que, como posibilidad, no se excluye el acceso soberano al mar de Bolivia. Aunque no devela la fórmula, anuncia que Chile quiere instalar la idea de una integración física en la región central de América del Sur: corredores bioecánicos para facilitar el flujo de personas y de mercadería.
El Mercurio de Chile (www.emol.com)
A nadie pudo sorprender su nombramiento. Aparecía pintado para el cargo, con toda su experiencia de ministro de Hacienda, presidente de la DC y senador, amén de sus títulos académicos. Más encima, este ingeniero UC doctorado en Economía en la U. de Wisconsin fue el cerebro del programa presidencial de Michelle Bachelet. Cuando Alejandro Foxley Rioseco (66 años que disimula bien, casado con Gisela Tapia, dos hijos y dos nietos) no quiso repostular al Senado, tenía otro proyecto: crear, junto al brasileño Cardoso, un gran centro internacional de pensamiento, al estilo del Cieplan, que él presidió.
-¿Lo tentó más ser canciller?
-Sí. Sobre todo cuando lo tienta a uno alguien como Michelle Bachelet. En los recientes viajes en que me tocó acompañarla vi que ella representa a nivel internacional mucho más de lo que puede representar Chile, la Concertación, nuestra democracia ejemplar. El hecho de ser mujer, su historia personal, su empatía y sencillez. Acompañarla en este trabajo me parece un privilegio. Estoy feliz aquí.
-Ser canciller ¿es una tarea para lucirse o para complicarse...?
-En esta etapa, más lo segundo que lo primero.
Viñamarino, estudió en los Padres Franceses de Viña y Concepción. Hijo de marino, su bisabuelo escocés estuvo varios años embarcado con Arturo Prat, compartiendo la misma cubierta. Aunque nunca pensó seguir ese camino, hizo el servicio militar en la Armada. "El pingüino" lo motejaron sus compañeros porque invierno y verano todos los días iba a nadar al mar. Hoy, muy ministro de Relaciones Exteriores será, pero en las mañanas -cuando puede- sale de short a trotar por el barrio, como cualquier vecino.
Instalado en el piso 15 de la Cancillería, en el remozado edificio del ex Hotel Carrera, confiesa que le encantan los desafíos difíciles. Entre ellos, modernizar el Ministerio, no sólo por fuera...
-Usted se ha definido mitad político, mitad técnico. En este cargo ¿está más como técnico o como político?-Alguien dijo que la ventaja que puedo tener es que estoy a horcajadas entre la economía y la política. En los últimos 20 años fui un economista dedicado a la política; después, más dedicado a la economía. La política exterior, en un país globalizado como Chile, tiene muchos elementos técnicos.
-Dijo que enfatizará la relación con el vecindario. ¿El gobierno anterior privilegió la globalización y descuidó el barrio?
-En cierta medida, sí. Chile vio una oportunidad en el mundo que no había tenido nunca, y la tomó con las dos manos, con prestancia, como sabía hacerlo Lagos.
Y recuerda que el primer Tratado de Libre Comercio lo inició Aylwin con México y que "a mí me tocó negociarlo". "Al proyectarse al mundo, para un país muy pequeño, es bueno recordar que también somos regionales".-¿Demasiado con los grandes y poco con los vecinos?
-No, pero las energías se fueron en esa dirección. Hay que restablecer un equilibrio; entre otras cosas, porque el propio modelo globalizador así lo exige. Cuando el gobierno de Lagos define a Chile como país plataforma, uno dice plataforma de qué y hacia dónde. O de los países del Asia al resto de los de América del Sur, o al revés: que Brasil, Argentina, Perú, Bolivia y Paraguay puedan sacar sus productos a través de Chile hacia el Asia. Somos parte de una región, no una isla.
Recado al Perú
-¿Se desvela por los problemas vecinales?
-No. No me desvelo por los temas vecinales, pero me mantengo atento. Informado día a día.
-¿Le preocupa el antichilenismo expresado reiteradamente por Ollanta Humala, ante la alta posibilidad de que sea elegido?
-Estaremos atentos a lo que ocurra en la segunda vuelta. Y a lo que diga la persona una vez electa. Lo que se dice en las campañas a veces cambia mucho cuando se tiene la responsabilidad de gobernar un país. Cualquiera sea el resultado electoral en Perú, vamos a hacer un esfuerzo deliberado como gobierno para profundizar la cooperación. A través de este medio les digo que estamos dispuestos a sentarnos en una mesa para negociar y firmar un Tratado de Libre Comercio al lunes siguiente, con quienquiera sea elegido Presidente del Perú.
-Humala dijo que "Chile se está armando de manera compulsiva".
-Eso es erróneo y como le dijo la ministra de Defensa, hay un proceso normal de renovación de material bélico y de equipos. Nuestra definición de fondo es fortalecer la paz con nuestros vecinos y ayudar a que haya paz en otras partes del mundo. El ejemplo más claro: lo que estamos haciendo en Haití. Hace una semana, las FF.AA. de Chile y Argentina -países que han tenido todo tipo de conflictos- constituyeron una fuerza de paz con un comando único. Si se integraran a esa estructura otros países, estaríamos resolviendo las desconfianzas y dándoles a las FF.AA de cada país una misión que trasciende las disputas históricas.-¿Qué sacaron en Argentina, aparte de buenas palabras?
-Estamos construyendo una alianza estratégica de largo plazo. Hay planes concretos de integración: estamos en una fase de madurez. Para fortalecer eso, la Presidenta quiso ir primero a Argentina.
-¿Diría que el gobierno de Kirchner es serio?
-No sólo es serio, sino que tiene un gran respaldo.
-Argentina violó el protocolo gasífero con Chile...
-El Presidente Kirchner está encabezando un proceso de recuperación después de la crisis asiática; tiene un fuerte apoyo y por lo tanto para nosotros es un interlocutor válido.
El "caso Bolivia"
-¿Querría firmar reanudación de relaciones con Bolivia?
-Me gustaría mucho. Vamos a poner las mejores energías a esa agenda amplia sin exclusiones con Bolivia. Un grupo de trabajo en la Cancillería está preparando propuestas específicas.
-¿Lo ve posible en este gobierno?
-Lo creo posible porque Chile tiene la mejor diposición y, según le escuché al Presidente Morales, eso es recíproco.-¿Qué significa "agenda sin exclusiones"?
-Avanzar en lo que estamos haciendo; al fin del gobierno de Lagos se suprimió el pasaporte para los que van y vienen de Bolivia. Se firmó un acuerdo comercial ampliado muy favorable a Bolivia. Tenemos 42 puntos en una agenda específica, y quisiéramos enfatizar la cooperación transversal: intercambio en el campo de educación, cultura, lucha contra la pobreza, reforma de salud, etc. Un conjunto de temas que si desarrollamos bien, podemos generar confianzas recíprocas. Hemos hablado con PNUD, la UE y el BID y todos están dispuestos para lanzar un programa de cooperación con nosotros, Bolivia y Perú.
-Sin exclusiones ¿incluye "gas por mar"?
-No. No está planteado así. Estamos hablando de una integración más plena. En junio tendremos en Chile una reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la Comunidad Sudamericana de Naciones. Quisiéramos instalar la idea de una integración en la región central de América del Sur que comience por donde debe comenzar: la integración física. Desde el puerto de Santos en Brasil hasta Antofagasta, Perú, Bolivia, parte de Paraguay. Eso le resolvería a Bolivia su problema de desarrollo.
-¿Qué significa integración física? ¿Fin a las fronteras?
-No. Significa corredores bioceánicos, invertir en buenos caminos, en mejor conexión aérea, facilitar el flujo de personas y de mercadería. Le damos facilidades a toda la mercadería de exportación boliviana a través de los puertos chilenos. Un gran proyecto de integración respaldado internacionalmente, que vaya borrando en cierta medida fronteras que adquieren un significado más dramático del que debieran.-¿Se refiere a borrar fronteras físicas?
-Me refiero a fronteras físicas y todo lo que impide el flujo de personas y bienes. Dado que esta es una zona con inestabilidad política y muchas desigualdades, si integramos desde Brasil hasta Chile, toda la zona central, habrá un espacio económico ampliado y eso resuelve mucho mejor el problema de un país altiplánico como Bolivia y Paraguay.
-Entonces, ¿excluye la posibilidad del acceso soberano al mar?
-No la excluimos. Como posibilidad, no.
-¿Podría ser más concreto?
-No voy a adelantar la fórmula. Estamos estudiándola y en su momento la conversaremos con los actores políticos nacionales. Vamos a ver si es posible, con la contraparte, encontrar una fórmula.
-¿Un nuevo tratado?
-El tratado de 1904 es la base a partir de la cual consideramos que no hay razón para pensar en un nuevo tratado. En todo caso, insistimos, es un tema bilateral, de Bolivia y Chile, que depende de la capacidad política y buena voluntad de los respectivos gobernantes. Y no aceptamos ninguna interferencia, de la OEA ni de nadie.
-Pero se requiere el beneplácito del Perú.
-Tanto Perú como nosotros somos países relativamente pequeños, lejos de los grandes mercados. Solos nos costará mucho producir el salto al desarollo; juntos va a ser más fácil. Cada uno tiene que ceder algo para que la solución sea posible.
PROBLEMA ENERGÉTICO:
"El tema fundamental"
-¿Reimpulsarán el anillo energético en los países del Cono Sur?
-Ese es el tema fundamental en los próximos años para la región. La integración económica en esta parte del mundo no es una aspiración, es una necesidad. Hay un conjunto de países deficitarios o potencialmente deficitarios -Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay. Otros, como Perú y Bolivia, tienen los recursos. Si lo resolvemos en conjunto, juntando oferta con demanda, todos ganamos. Bolivia podrá obtener mejor precio por su gas y nuestros países tendrán la tranquilidad de que, al crecer sus economías, no se encontrarán con insuficiencia de gas o petróleo.
-Basta de retórica en la integración -enfatiza-. Hay que acordar soluciones concretas. La gente quiere que se expandan sus fronteras en el sentido de libre circulación y, segundo, energía, energía y energía.
PLANTACIONES DE COCA EN AUMENTO
Las hectáreas plantadas con hoja de coca en América del Sur han aumentado, de acuerdo a diversos informes provenientes de Estados Unidos y la región andina.
BBC de Londres (www.news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america)
En Colombia, un estudio impulsado por Washington detectó 39.000 hectáreas adicionales en 2005 pese a los esfuerzos por erradicar la planta, que provee la materia prima para la cocaína.
Sin embargo, el director del departamento antinarcóticos de EE.UU., John Walters, dijo al periódico colombiano El Tiempo que su país había cambiado la forma de relevar los cultivos.
El área relevada se expandió en un 81% en relación al trabajo efectuado en 2004.
En cifras
El informe indica que la cantidad de tierra sembrada creció más de un 25% durante 2005 y que los cultivos se encuentran en todo el territorio colombiano y no sólo en los departamentos (provincias) del sur, el sitio tradicional.
El año pasado se detectaron 144.000 hectáreas de coca en comparación con las 114.000 de 2004. Ello pese a registros inéditos en materia de erradicación, ya sea por fumigación o manual, que alcanzan las 162.000 hectáreas.
John Walters insistió en que la fumigación es exitosa y que en la zonas donde se realiza los cultivos de coca se redujeron en un 10%.
Corresponsales de la BBC en la zona también informaron que existe evidencia de un aumento en Perú y Bolivia tras varios años en que se lograron reducciones.
Datos del gobierno estadounidense para 2005 indican que la plantación de coca creció un 38% en Perú y un 10% en Bolivia.
Pero es en Colombia donde Estados Unidos ha invertido unos US$4.000 millones desde hace seis años para la lucha contra el narcotráfico. Washington ha señalado que el 90% de la cocaína que termina en territorio de EE.UU. proviene de Colombia.
EVO MORALES SOBRE LA SITUACION DE LOS INMIGRANTES BOLIVIANOS EN ARGENTINA
“TODO GOBIERNO DEBE EVITAR LA SERVIDUMBRE”
En una entrevista exclusiva con Página/12, el presidente de Bolivia analiza la crisis de los inmigrantes de ese país en Argentina tras el incendio en Caballito. El líder indígena explica sus propuestas para la comunidad boliviana y cuenta su experiencia como zafrero en Jujuy.
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
Los huecos en la agenda del presidente boliviano son inexistentes, cada reunión está superpuesta con las siguientes. Además de cumplir con sus obligaciones presidenciales, Evo Morales viaja constantemente a congresos y reuniones sindicales e, incluso, decidió aceptar un nuevo mandato como presidente de las seis federaciones cocaleras “para no perder el contacto con las masas”. Y la coca está presente también en su despacho: dos cuadros confeccionados con la “hoja sagrada” retratan al Che Guevara y a él mismo. La situación de los migrantes bolivianos en Argentina ocupó parte de su agenda la semana pasada. Una comisión gubernamental viajó a Buenos Aires para avanzar en “medidas concretas” para favorecer a esta comunidad de más de un millón de bolivianos, muchos de los cuales trabajan sin los más mínimos derechos laborales. En este diálogo con Página/12, el mandatario indígena se refiere a la “crisis de los migrantes” provocada por el incendio de un taller textil en Caballito y la muerte de seis personas, cuatro de ellos niños. Cuenta su experiencia infantil como inmigrante argentino, reconoce que los bolivianos en Buenos Aires prefieren quedarse allí, aunque promete crear condiciones para su regreso. Y habla de una nueva forma de relación “descolonizada” entre la embajada y la comunidad bolivianas.
–Usted fue migrante en el norte argentino. ¿Cómo fue su experiencia?
–En los años ’60 yo migré con mi papá, que era zafrero, a la zona de Jujuy, a los cañaverales de azúcar, y ahí conocí la escuela. Era una migración dura pero temporal, en la época de la zafra. Ahí conseguí mi primer trabajo vendiendo picolé (helados de palito) y con eso ganaba algo de plata para ayudar a mi familia, sólo comíamos tostado de fideo y té. Conocí la escuela en el cañaveral Galilea, en Jujuy, pero era un aymara cerrado, casi no entendía el castellano y tuve que abandonar los estudios. La vida en el Altiplano era dura. En mi familia, de siete hermanos, vivimos sólo tres, mis otros hermanos perdieron la vida con uno o dos años. Vivíamos en una casita de adobe que nos servía como dormitorio, cocina, comedor y prácticamente de todo; al lado teníamos el corral para nuestros animales. Vivíamos en la pobreza como todos los comunarios. Siempre recuerdo a las grandes flotas (micros) que transitaban por la carretera, repletas de gente que arrojaba cáscaras de naranja o plátano. Yo recogía esas cáscaras para comer. En ese entonces, una de mis aspiraciones mayores era viajar en alguno de esos buses. Debido a esa situación de extrema pobreza, mis padres migraron más tarde a la zona del Chapare, en el trópico de Cochabamba. Por eso comprendo el dolor de los bolivianos que, por buscar fuentes de trabajo, por mejorar su situación, migran a la Argentina, a España o a Estados Unidos. Y, al no tener papeles, la vida se vuelve dramática para muchos de ellos.
–Ahora, como presidente, ¿cómo vive la situación de miles de compatriotas sometidos a esta situación de precariedad extrema?
–En estos días hay millones de migrantes latinos movilizados en Estados Unidos a causa de esta situación. Lamentablemente, la colonización nos ha traído esta partición del continente, de lo que era esa patria grande llamada Abya Ayala. Hoy necesitamos visas, pasaportes... A eso se sumó, en los últimos años, la aplicación de políticas económicas neoliberales que excluyeron a las mayorías nacionales del reparto de la riqueza y destruyeron las fuentes de trabajo. Estamos tratando de revertir los efectos de estas políticas. Muchos hermanos migraron, la gran ventaja que tienen los bolivianos es que son conocidos como honestos y trabajadores. Trabajan en condiciones muchas veces insalubres, sin derechos laborales. Muchos se aprovechan de la filosofía indígena que dice “no robar, no mentir, no ser flojo”, y algunos talleres o pequeñas empresas contratan trabajadores bolivianos en condiciones de servidumbre.
–Incluso empresarios bolivianos...
–Sí, bolivianos que someten a bolivianos y cualquier gobierno tiene la obligación de evitar las condiciones de servidumbre y garantizar el respeto a la dignidad de las personas, a su seguridad laboral, y en eso se está trabajando con la Argentina en los niveles que corresponde. En todo caso, sería importante dar ciertos plazos para que las empresas, sean bolivianas, argentinas o de otras nacionalidades, regularicen la situación de los trabajadores, para que el trabajo sea digno, con respeto a los derechos humanos. Esa es la instrucción que le di a la comisión que viajó a Buenos Aires.
–Muchos bolivianos se quejan de que en la embajada los tratan mal. El canciller David Choquehuanca habló de “descolonizar” el servicio exterior, ¿cuáles serán los cambios?
–Estamos reformulando el servicio diplomático y en Argentina necesitamos gente que apoye a nuestros hermanos, especialmente en el tema de la provisión de documentación. Estamos muy preocupados, por eso ha viajado una comisión compuesta por cuatro viceministros y el director del Registro Civil que ya ha comenzado a trabajar para reducir los costos y los tiempos de provisión de partidas de nacimientos y certificados de antecedentes, que se requieren para el trámite de residencia y servirán también para implementar el voto de los ciudadanos bolivianos en el exterior. Se están organizando brigadas móviles para facilitar esos trámites, de igual manera que en nuestro país estamos implementando un plan para carnetizar (otorgar DNI) en forma gratuita a más de 600 mil bolivianos con la ayuda del gobierno venezolano.–¿Qué otras acciones está encarando su gobierno para los migrantes?
–También estamos evaluando poner en marcha un viceministerio o una dirección nacional para promover los derechos de nuestros hermanos en el extranjero. Como hemos dicho, vamos a implementar una diplomacia de doble vía, con los gobiernos y con las comunidades. Se incluirá en las agendas bilaterales con los países receptores programas de promoción de los derechos de los migrantes, pero los cónsules y embajadores bolivianos deben entender que la mayoría de los migrantes son indígenas, pobres, que tienen derecho a ser tratados de igual a igual. No vamos a tolerar expresiones de racismo contra sus propios compatriotas de parte de funcionarios que viven de espaldas a las comunidades.
–Justamente, el cónsul en Buenos Aires, Albaro Gonzales Quint, fue denunciado por supuestos vínculos con la red de tráfico de personas. ¿Habrá alguna investigación por parte del gobierno boliviano?–Hasta el momento, la cancillería boliviana no ha recibido una notificación oficial de esa acusación. Pero, en todo caso, se ha solicitado al señor Gonzales Quint un informe detallado y se está investigando. Nuestro gobierno está impulsando una lucha firme contra la corrupción y la impunidad que debe llegar también a las legaciones diplomáticas.
–Además del acuerdo para facilitar la regularización de los inmigrantes bolivianos en Argentina, ¿aspira a implementar una política de repatriación?
–Parte de nuestro proyecto de refundación de Bolivia es crear las condiciones para que los compatriotas que migraron puedan retornar a su país. Quienes se fueron lo hicieron porque parecía que no cabían en este país destruido por el neoliberalismo, que generó un masivo exilio económico y social; queremos que se incorporen a este proyecto de construcción de una nueva Bolivia que pueda contener a todos sus habitantes. Aspiramos a que, con el Plan Nacional de Desarrollo que estamos elaborando, que incluye la mecanización del agro y el apoyo a las comunidades, nuestros hermanos encuentren en Bolivia lo que buscaban y no encontraron en el extranjero. La Bolivia olvidada por el colonialismo y el neoliberalismo, los microempresarios, los comunarios, los artesanos, serán la prioridad del nuevo modelo económico que estamos implementando. Pero es un proceso, no se reconstruye un país de la noche a la mañana. Hay que cambiar las políticas económicas y recuperar e industrializar nuestros recursos naturales. Para mí los recursos naturales siguen siendo la esperanza para el pueblo boliviano.
–El gobierno de la ciudad de Buenos Aires está clausurando los talleres por las condiciones de explotación laboral, muchos trabajadores terminan en albergues que les brinda la municipalidad. ¿Qué va a hacer el gobierno boliviano con los emigrantes que están en esas condiciones?
–En estos casos extremos, se ha acordado la cooperación de la Organización Internacional de Migraciones para que se pueda financiar su retorno a Bolivia y la provisión de un pequeño apoyo económico para reiniciar sus actividades en el país. Estamos hablando de los bolivianos alojados en centros de emergencia y de las víctimas del taller incendiado. Sin embargo, el vicecanciller nos ha informado que la mayor parte de los migrantes bolivianos en Buenos Aires quieren quedarse. Por ello se acordaron programas de contención social e inserción laboral y apoyo de emergencia con el gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
–En las manifestaciones de los bolivianos residentes en Argentina se reclamó su ayuda. ¿Cuál es su respuesta?–Que no pierdan la esperanza. Estamos acá para cambiar Bolivia pensando también en su situación. Tengo muchas esperanzas en que con el nuevo modelo económico, con la nacionalización y la industrialización de nuestros recursos naturales podremos crear fuentes de trabajo digno para que todos podamos vivir juntos en nuestro país, y las familias divididas puedan volver a juntarse. Finalmente, como presidente debo reconocer la voluntad política y los esfuerzos del gobierno argentino para mejorar la situación de nuestros compatriotas.
EL PERIODISTA QUE PASÓ POR ILEGAL
Una mafia lo introdujo al país. Buscó trabajo. Y terminó en talleres clandestinos. Aquí, su experiencia.
Página 12 de Argentina (www.pagina12.com.ar)
El ciudadano boliviano viajó siete días en micro, de Yacuiba a Buenos Aires, sin valijas ni documentos, los que fueron retenidos por miembros de la organización que lo ayudó a ingresar al país en forma ilegal. Sin papeles, era imposible escapar. Otra semana de espera transcurrió en la esquina de Curapaligüe y Cobo, en el Bajo Flores, buscando trabajo con más de mil connacionales que habían ingresado del mismo modo, con la promesa de cobrar “sueldos de 1000 o 1200 dólares”, que después no superaron los 300 pesos. El trabajo era a destajo, en un taller de la calle Bolivia –vaya paradoja–, propiedad de un matrimonio boliviano “de apellido Califaya”. El ritmo de trabajo permitía apenas tres o cuatro horas diarias para dormir en una pieza de tres por cuatro metros, hacinados con otras 15 personas. Una hora a lo sumo para desayuno, almuerzo y cena, sin merienda. Jornadas de labor de hasta 19 horas al término de las cuales “las manos sangraban luego de doblar 1200 jeans por día”. La odisea fue vivida por el periodista boliviano Marco Antonio Santibáñez Soria, del matutino Los Tiempos, de Cochabamba, quien en 2000 trabajó en un taller clandestino, para luego escribir un artículo que fue premiado en su país.
–¿Quiénes son los responsables de lo que le tocó vivir en Argentina, en el año 2000, y que ahora se repite con muchos de sus connacionales?
–Los que me explotaron en el taller eran bolivianos y después viví algo similar en otro lugar cuyos dueños eran coreanos, pero también hubo muchas responsabilidades argentinas. En el taller boliviano, donde las condiciones eran espantosas, todos decían que los inspectores sólo iban para cobrar algún dinero, 100 o 200 pesos, que en esa época eran dólares. Nunca había clausuras ni sanciones de ningún tipo. Además, hubo un largo camino de complicidades argentinas desde que pasábamos la frontera.
La nota escrita por Santibáñez Soria fue publicada el 29 de agosto de 2000, en el diario Los Tiempos, en un dossier de ocho páginas. La idea del trabajo periodístico surgió por unos avisos, publicados en Cochabamba, que prometían empleos bien remunerados en Argentina. “La organización se ofrecía para facilitar los viajes, por vía aérea o por tierra, con la promesa de cobrar sueldos de hasta 1500 dólares, pero era una gran mentira.” Cuando el periodista se presentó, ya se había cerrado trato con un grupo compuesto por “unas 14 o 18 personas”. De todos modos, Santibáñez se fue hasta Yacuiba, en el departamento boliviano de Tarija, en la frontera con Argentina, donde pudo sumarse al contingente.
Una vez en territorio argentino, se instaló en un residencial de Pocitos, en Salta. “Para cruzar la frontera había que tener 1250 dólares. Mil dólares eran para declarar ante las autoridades aduaneras y así obtener el permiso para ingresar como turista. Nadie contaba con ese dinero. Los de la organización nos acompañaban, nos prestaban los mil dólares por un rato y se lo devolvíamos una vez que pasábamos el puesto fronterizo.” Los otros 250 dólares eran para pagar el viaje a Buenos Aires. Santibáñez hizo un peregrinaje por varias localidades del norte salteño: Pichanal, Bermejo, Aguaray, Aguas Blancas.
–¿Cuáles fueron los trámites que tuvo que realizar en esos lugares?
–El residencial de Pocitos estaba cerca de la terminal de ómnibus. En el lugar hay varias supuestas agencias de viaje y de venta de pasajes. Hablé con el supuesto administrador local de la empresa Flechabus, de nombre Antonio, quien en realidad me hizo un interrogatorio sobre qué trabajos había realizado en Bolivia, para saber qué era lo que me podían llegar a ofrecer en Buenos Aires. Le dije que era costurero y también albañil. Una empleada me dijo que tenía que pagar 250 dólares. Le dije que tenía nada más que 200. “Date una vuelta y vemos”, fue su respuesta. Después, Antonio aceptó que sólo pagara 200 dólares.
Primero le dijeron que un micro de Flechabus lo iba a llevar hasta Retiro, pero finalmente lo levantó un coche de la firma Atahualpa. Antes de subirse al ómnibus, tuvo que entregarle la valija y todos sus documentos bolivianos a una empleada de la organización llamada Cristina. “Me prometieron que me lo iban a devolver después.” Ella sólo me comentó que “estaba muy jodido para pasar algunos puestos carreteros, pero que yo no me hiciera problemas”. Partieron un domingo por la mañana y cerca de la noche llegaron a Tucumán. Allí subieron a otro micro de la misma empresa Atahualpa. Uno de los empleados le comentó con asombro: “La puta madre, tuviste suerte de pasar, porque hoy nos han devuelto (a Bolivia) a 12 paisanos tuyos”. El viaje siguió sin problemas y, en un momento dado, todo el pasaje era de nacionalidad boliviana.
“Cuando llegamos a Rosario nos pararon en un puesto caminero. Todos estábamos asustados porque pensamos que nos bajaban. Un policía subió al micro, algunos tuvieron que bajar, pero antes el chofer nos hizo señas de que no teníamos que preocuparnos, que estaba todo bien. Y así fue, ninguno se quedó en el camino.” A Santibáñez le quedó pegada la imagen de la discriminación hacia los bolivianos: “A mí no me revisaban porque soy alto, robusto, de 1,76 de altura. En cambio, a todos los que daban el perfil del boliviano tipo, según los ojos argentinos, los palpaban de armas, les preguntaban todo y recién después los dejaban pasar, aunque al parecer todo estaba arreglado para que entráramos de cualquier manera”.En Retiro lo estaban esperando algunos periodistas del diario Vocero Boliviano, de la comunidad afincada en Buenos Aires. Ellos lo llevaron a un hospedaje. Después, durante una semana, estuvo instalado en la esquina de Curapaligüe y avenida Cobo, en el Bajo Flores. “Eramos como 1000 o 1200 bolivianos esperando que alguien nos contratara. Estuvimos siete días parados en esa esquina. Yo estaba en la calle desde las cuatro de la mañana hasta las tres de la tarde y nada.”
–¿Cómo fue que finalmente lo contraron?
–Fue una señora boliviana, muy bajita, que me dio trabajo, pero tuve que rogarle para que lo hiciera. Me miraba y me decía que ya estaba “muy grandecito”, que ella prefería que a su taller fueran a trabajar chicos jóvenes. Tanto insistí, que al fin me contrató.
El trabajo era en un taller de la calle Bolivia, cerca de la plaza Flores. “Era un local de dos pisos, que desde afuera parecía que estaba clausurado. Las puertas y ventanas estaban cerradas y no se advertía que adentro hubiera movimiento de personas. En una pieza de cuatro por tres metros, en el segundo piso, dormíamos 16 personas. Nos apilábamos en camas marineras de tres pisos. En un cuarto vecino dormían 14 mujeres. Tres de ellas tenían hijos que se pasaban el día encerrados. Nunca salíamos a la calle. Ni los niños, ni nosotros, salvo los domingos, un rato.”
–¿Cuánto les pagaban y cómo era la comida que les daban?
–Los sueldos eran de 300 pesos por mes y no de 1500 dólares como habían prometido. En esa época, en la Argentina un peso era un dólar. Lo que nos daban de comer era lo siguiente: por la mañana, una taza de café o Toddy, con su pan; al mediodía una sopa que tenía cuatro arroces, una papa y nada más; de segundo plato venía una porción de ensalada de zanahoria, algo de arroz y un pedacito de carne, puro nervio. A las tres de la mañana, cuando terminábamos de trabajar, nos daban lo mismo que al mediodía, pero esta vez con un pedacito de milanesa.
–Las denuncias de los últimos días afirman que las condiciones de trabajo y de salubridad eran inhumanas. ¿Cómo eran entonces?
–El taller funcionaba en otro sector del segundo piso y en la terraza. En la planta baja estaban los dueños. Por eso no se escuchaba casi nada desde la vereda. Los dueños, un matrimonio boliviano de apellido Califaya, tenían tres hijos. Los talleristas teníamos un solo baño para más de 30 personas entre adultos y niños. Era un baño improvisado, lleno de mugre. Yo trabajaba en la terraza, de las seis de la mañana hasta las tres del otro día. Dormía tres o cuatro horas, a lo sumo. Tenía que doblar, planchar con las manos, unos 1200 pantalones de tela de jean por día. En el taller boliviano la marca era UFO, no sé si era o no la original. Después estuve en un taller coreano, donde los jean eran marca Toby.
–¿Cómo eran las condiciones de trabajo en el local coreano?
–Eran muy similares al otro. El taller quedaba sobre la calle Curapaligüe. La casa de los dueños daba a la calle y nosotros trabajábamos en un galpón que estaba al fondo. Nos cerraban la puerta con llave. En el taller boliviano estuve una semana y me fui porque un paisano que era de Cochabamba me reconoció y sabía que era periodista. La dueña me dijo: “Se me va, porque no quiero ningún lío”. En el taller coreano estuve un solo día. Me dijeron que tenía que cortar las telas de jean y que teníamos que trabajar cuatro meses seguidos, sin salir a la calle. Los dueños no estaban encima nuestro, como en el otro lugar, porque nos controlaban por monitores de TV. Había cámaras por todos lados. Yo no quería estar tres meses y entonces me puse a arrojar las bovinas de tela. Enseguida vinieron y me echaron.
Por la nota publicada en 2000, en el diario Los Tiempos, Marco Antonio Santibáñez Soria obtuvo ese año el Premio Nacional de Prensa otorgado por la Asociación de Periodistas de Bolivia. Hoy Santibáñez trabaja para Canal 11, que depende de la Universidad de Cochabamba.
UNA REALIDAD IMPARABLE
EL ÉXODO INVISIBLE DE AMÉRICA LATINA
En cinco años, 25 millones de iberoamericanos han emigrado de sus paísesMiles de bolivianos trabajan como esclavos en Argentina. El movimiento de personas es muy intenso dentro de Latinoamérica, donde en los últimos cinco años unos 25 millones de personas han emigrado de sus países en busca de mejores oportunidades para sobrevivir. Muchos han de enfrentarse a dificultades derivadas del racismo, la xenofobia y la intolerancia.
La Vanguardia de España (www.lavanguardia.es)
No llegan en pateras, como los africanos a España, pero cada año cientos de miles de emigrantes latinoamericanos cruzan las fronteras y entran en países vecinos, especialmente Argentina, Brasil, Venezuela y Costa Rica, en busca de una oportunidad para sobrevivir. Seis de ellos, bolivianos, entre los que se hallaban cuatro niños con edades comprendidas entre 3 y 15 años, murieron recientemente, atrapados en el incendio de un taller textil ilegal situado en pleno centro de la capital argentina Buenos Aires. En los últimos cinco años, 25 millones de personas han emigrado de su país, en Centroamérica, Caribe y Sudamérica, huyendo de las precarias condiciones de subsistencia, que a menudo les mantienen hundidos en la pobreza, el subdesarrollo y la carencia de servicios básicos, como sanidad o educación.
Trabajar como sea y donde sea, seguir viviendo en condiciones precarias y, pese a ello, intentar ahorrar para enviar dinero a los que no pudieron partir, es su implacable destino en el mejor de los casos. Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), México, Colombia y los países caribeños son los que generan mayor cantidad de emigrantes con destino a Estados Unidos, Europa - principalmente España-, y también a otros países de América Latina.
Aunque las corrientes migratorias hacia América del Norte y Europa son las más caudalosas, el movimiento de personas es también muy intenso dentro de Latinoamérica. Argentina, Brasil, Costa Rica y Venezuela son los países más atractivos para la migración interregional, que generalmente proviene de países limítrofes. Sólo en Argentina podrían estar residiendo tres millones de ciudadanos extranjeros, procedentes de la región, aunque los indocumentados ilegales se cuentan por cientos de miles impidiendo cálculos más precisos. Bolivianos, paraguayos, ecuatorianos y colombianos nutren mayoritariamente esa migración interior, que no escapa a los problemas de explotación y discriminación que también se dan en EE. UU. y Europa.
El color oscuro de la piel, los rasgos étnicos emparentados con las antiguas culturas indígenas, y hasta los giros y la manera de hablar, de comer o de vestir, pueden convertirse en auténticos estigmas en la europeizada sociedad bonaerense. Incluso ser argentino, aunque jujeño (procedente de la región de Jujuy, la más septentrional del país, fronteriza con Bolivia), es para muchos emigrantes interiores una fuente inagotable de vejaciones y desprecio. Cabeza o cabecita - suavizando el despectivo cabeza negra-son expresiones comunes, y mortificantes, que jujeños o tucumanos padecen a diario y, aparentemente, en agradecido silencio. (Nota: el infamante negro mota se reserva para las pieles totalmente oscuras, heredadas de los ancestros africanos, y posiblemente esclavos, del afortunado poseedor de esa marca diferencial.)
La Cepal, en sus informes sobre la cuestión, advierte que los emigrantes latinoamericanos "enfrentan una serie de dificultades derivadas del racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia que se expresan en formas de discriminación de diverso cuño".
Unos 4.000 bolivianos trabajan en condiciones de esclavitud en Buenos Aires y otros 11.000 se encuentran en condiciones laborales irregulares, según cálculos del Gobierno de la capital argentina. En declaraciones publicadas por el diario La Nación,el responsable de la Producción en el Gobierno municipal de Buenos Aires, Enrique Rodríguez, dijo que las cifras surgen de un estudio efectuado después de la muerte de seis bolivianos, cuatro de ellos niños, en un incendio que hubo el pasado 6 de abril en un taller clandestino de confección de ropa. Rodríguez precisó que de los 15.000 ciudadanos bolivianos que trabajan en este tipo de establecimientos, unos 4.000 son utilizados como "mano de obra esclava", otros 6.000 cobran "en negro" y el resto tiene una situación laboral irregular.
Sin embargo, estas cifras parecen muy benévolas para describir la realidad. Fuentes no oficiales de la capital argentina Buenos Aires señalan la zona de La Salada, paraíso de la ropa trucha (marcas falsificadas, que se venden a precios muy bajos) como un genuino ecosistema, donde el trabajo ilegal y a destajo ocupa a decenas de miles de trabajadores, que están sometidos a jornadas laborales agotadoras y fuera del control de las autoridades.
Paradójicamente, miles de bolivianos explotados en esos lugares se manifestaron días atrás reclamando que las autoridades no cerraran los talleres ilegales, que constituyen su única fuente de ingresos. "Sabemos - declaró Rodríguez- que a este tipo de talleres se los mimetiza con casas de familia y que están manejados por mafias, que contratan a los trabajadores en la frontera, los traen y los tienen absolutamente atemorizados".
Pese a los problemas que padecen y deben superar a diario, los emigrantes se han convertido en una de las principales fuentes de financiación externa de muchos países caribeños y latinoamericanos. México, Brasil y Colombia concentran más del 60 por ciento de las remesas percibidas en la región, y un 20 por ciento es captado por Guatemala, El Salvador y República Dominicana.
Las remesas de dinero, efectuadas casi siempre en dólares estadounidenses, reflejan la vinculación de los trabajadores emigrantes y son un apoyo a las economías nacionales que desafía a las políticas públicas. En países como Haití, Nicaragua y Honduras representan el 24 por ciento, el 11 por ciento y el 10 por ciento del producto interior bruto (PIB), respectivamente, y en economías más grandes como las de El Salvador y República Dominicana, suben hasta el 14 por ciento y el 10 por ciento, según datos que ofrece la Cepal.
LA HISTORIA OCULTA DE LAS MANOS DEL CHE
Cuarenta años después de la desaparición de las manos del guerrillero sin fronteras, un antiguo cuadro del Partido Comunista boliviano, Juan Coronel, revela cómo las llevó a Moscú y cómo terminaron en poder de Fidel Castro.
ABC de España (www.abc.es)
SANTA CRUZ DE LA SIERRA (BOLIVIA). «Córtenle las manos y pónganlas en formol». La orden del general Alfredo Ovao Candia, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas bolivianas, se cumplió en la madrugada del 10 de octubre de 1967, como precisó en su día el cubano y agente de la CIA exiliado en Miami Félix Rodríguez. Los únicos testigos de la amputación fueron militares. La prensa se había retirado a dar cuenta de que el Che, el diablo, el guerrillero sin fronteras, había muerto la tarde anterior en la escuela de la Higuera. Las fotografías de su cuerpo dieron la vuelta al mundo, pero el cadáver que mostraban ya no existía. El verdadero estaba mutilado.
Ovando temía que Fidel Castro negase la muerte de Ernesto Che Guevara e incluso llegó a plantear que lo decapitaran y le hicieran llegar la cabeza como prueba «fehaciente». Las explicaciones de Rodríguez, en el sentido de que no era adecuado que alguien andase de un lado a otro «con la cabeza de un ser humano», le convencieron: «Córtele un dedo que nosotros tenemos sus huellas digitales de la Policía Federal argentina», sugirió el cubano. Ovando asintió pero, para que no hubiera lugar a dudas, quiso las dos manos. En Buenos Aires certificaron la identidad del muerto y devolvieron los restos a Bolivia. A partir de ahí, como el cadáver de Evita, recorrerían medio mundo.
«El ministro de Gobierno, Antonio Arguedas Mendieta, recibió el paquete junto con una mascarilla mortuoria en yeso que le habían hecho. Consultó al cascarrabias de Ovando que debía tener un mal momento (tenía una úlcera), y éste le dijo: «Haga usted lo que le de la gana». Él lo tomó al pie de la letra. Excavó un hoyo en su dormitorio y enterró dentro los despojos del Che».
Al recordar esta historia, Juan Coronel, de 69 años, antiguo responsable de la Comisión Nacional de Prensa del Partido Comunista Boliviano, rescata los detalles que precedieron a la misión que habría de desempeñar como «correo» de los restos del guerrillero. «Arguedas cayó en desgracia por enviar una copia microfilmada del diario del Che a Castro... pide asilo en la Embajada de México y desde allí llama a su amigo Víctor Zannier. Le pide que, con un hijo suyo, desentierre las manos del Che y la máscara de su dormitorio. Después tendría que ocuparse de que también llegaran a Cuba».
«No olía a nada»
Zannier delegó la misión del viaje en Jorge Sattori, de 39 años, y Juan Coronel, de 32. «Se suponía que al ser los dos del PC teníamos una infraestructura... Nos vimos la noche del 22, 23 ó 24 de julio de 1969 y aceptamos la misión». Luego «entramos en mi cuarto y abrimos el bolsón. No olía a nada. Contenía dos bultos de tamaño regular envueltos en periódicos viejos y asegurados con un piolín (cordel). Deshicimos el primero y nos encontramos con un frasco cilíndrico de unos 25 centímetros de alto por 18 de diámetro sellado con lacre rojo. En el interior flotaban en un líquido parduzco dos manos humanas. Eran robustas, aparentemente de un hombre fuerte. Estaban cubiertas por un bello fino y las muñecas daban la impresión de que habían sido cercenadas con instrumental inadecuado porque el corte era muy irregular». Quedaba el segundo «bulto. Era una mascarilla donde se veían en negativo las facciones del Che. La impresión fue tremenda. Una vez repuestos, volvimos a empaquetar todo y guardamos el bolsón debajo de mi cama. Ahí permaneció cinco meses, los que necesitamos para preparar la entrega».
«Elegimos el «campo socialista» (este de Europa). Viajaría yo solo el último domingo de diciembre de ese 1969, ya que al ser fin de año los controles serían menos rigurosos». Con el problema financiero resuelto, Juan Coronel cerró el itinerario y organizó su maleta. «Llevé sólo el bolsón. Dentro incluí ropa interior y un par de camisas... No facturé nada».
La ruta no podía ser más complicada. En la primera fase «volé con Iberia en un avión «lechero» que hacía Santiago-La Paz- Lima-Guayaquil-Bogotá-Caracas-Madrid». Llegó a España el 29 de diciembre. Tras esatar en tránsito «tres o cuatro horas, abordé un avión de Air France hasta el aeropuerto de Orly. Siempre con mi bolso en mano. En ninguna escala me revisaron».
Con «La Pasionaria»
Al día siguiente, Juan Coronel y su «bolsón» volvieron a viajar con Air France, esta vez destino Budapest. De la ciudad húngara viajó a Moscú. Su contacto en la ciudad le anunció: «Te vamos a llevar al hotel del partido. Era muy bueno, podías solicitar desde cigarrillos hasta champán sin coste alguno. Ahí coincidí con «La Pasionaria». Dolores Ibárruri debía tener entonces unos 70 años, alta, bien plantada... Era de un físico imponente. No me atreví a hablar con ella. Tampoco con Santiago Carrillo y Enrico Berlinger con los que me cruzaba. ¿Una pena, no?».
En Moscú debía encontrarse con Víctor Zannier. «El 5 de enero, a las nueve de la mañana, Zannier y yo estábamos en la Embajada de Cuba para gestionar nuestro viaje a La Habana». En la legación diplomática fueron recibidos por el primer secretario, que «desconocía la historia. Quedó en que nos llamaría después de consultar con la Cancillería cubana. Así fue y esa misma tarde citó sólo a Zannier. «Regresó con gesto contrariado y me dijo: «Cuba autoriza mi viaje pero no el tuyo porque eres militante del Partido Comunista traidor, del boliviano que traicionó al Che Guevara»». Coronel, atónito después de la travesía y los riesgos que había corrido, le dijo: «No sé qué hacer. He traído esto por cuenta del PC con el encargo de entregarlo en La Habana».
«¿Qué derecho tenía yo de impedir que esas manos llegasen a Cuba, el pueblo que tanto amó el Che? No tenía ningún derecho por mucho que me hubieran ofendido». Esa misma noche, «5 de enero de 1970, el diplomático y Zannier se fueron a La Habana en un vuelo de Cubana de Aviación». Castro inspeccionó las manos y la mascarilla. «Si se las entregó Zannier, el secretario de la Embajada u otro funcionario no lo sé».
OCHO PREGUNTAS A UN POETA ORUREÑO
Su mundo está poblado principalmente de poesía, pero también ha investigado en el campo de la antropología y el folklore. Alberto Guerra Gutiérrez, orureño hasta los tuétanos, ama su terruño entrañablemente. Su obra se nutre de Oruro y su famoso carnaval, de la naturaleza, del Tío de la mina, de lo social, de mitos, de la pobreza en los campamentos mineros, de las culturas andinas y de los ideales que el tiempo va marcando. Toda su vida ha dedicado a la literatura y al trabajo cultural. Por eso no es nada raro que haya ocupado cargos importantes en el ámbito de la cultura. Ha sido condecorado con varios galardones por instituciones públicas y privadas.
Diario Liberación de Suecia (www.liberacion.press.se)
Escribe Javier Claure Covarrubias
Fue miembro del importante movimiento cultural “Segunda Gesta Bárbara”. Participó en el Primer Encuentro de Poetas y Narradores Bolivianos en Europa, que se llevó a cabo en Estocolmo, 1991. Es miembro de la Academia Boliviana de la Lengua. Ha publicado los siguientes poemarios: “Gotas de luna”, “Siete poemas de sangre o la historia de mi corazón”, “Baladas de los niños mineros”, “Yo y la libertad en el exilio”, “La tristeza y el vino”, “Manuel Fernández y el itinerario de la muerte”, “Hálito que se desgarra en pos de la belleza”.
Además, publicó: “Eglóga elemental y una revelación de íntimo recogimiento”, “Antología de poesía de amor”, “Chipaya” (libro sobre la cultura chipaya), “La poesía en Oruro, Antología”, “Con lápiz de humo”, “El tío de la mina” y “Estampas de la tradición de una ciudad”. Tiene en preparación “Antología del carnaval de Oruro”.
Alberto Guerra Gutiérrez nos entrega, entre otras cosas, una visión de las culturas de la región andina y sus costumbres. Entre tarkas, bombos, zampoñas, pinquillos y ofrendas a la Pachamama (Madre Tierra) ha logrado crear un mundo literario propio.
Esta entrevista tiene como objetivo conocer parte de su quehacer literario.
¿A qué edad te iniciaste en la poesía?
Seguramente a los 13 años, cuando tuve la suerte de contar en quinto básico, con un profesor que puso en práctica un programa de iniciación en el manejo y recuento de sílabas. La combinación de acentos, como base de la composición poética, fue una práctica a la que me sometí con entusiasmo. Encontré en ese ejercicio una gran satisfacción y elegancia en el manejo del lenguaje.
¿Podrías contarme algo de tu generación poética?
En mis estudios secundarios, conocí a un compañero con las mismas inquietudes literarias que me animaban. Èl tenía mayor experiencia en el campo literario. En 1947, me condujo a un centro de amigos del cual formaba parte. En esa oportunidad, me presentó a sus miembros que resultaron ser componentes de la “Segunda Generación de Gesta Bárbara” en Oruro. Entre los cuales podemos citar a: Humberto Jaimes Zuna, Ricardo Lazo Reyeros, Héctor Borda Leaño (mi conductor) y Fernando Berthin Amengual. Posteriormente ingresé a este movimiento que fue creciendo con el tiempo. Otras personas que formaron parte de “Gesta Bárbara” fueron: José María Miranda Siles, José Rovira, Luis Guerra, Fernando Borda, Raúl Gil, René Reyes, y Óscar Sevillano. Unos eran poetas, pintores y otros cultores de la literatura.
El movimiento cultural, al cual pertenecías, editó diez números de una revista literaria, titulada también “Gesta Bárbara”. ¿Cómo y por qué nació la idea de crear esta revista?
Once números en realidad; publicados, desde 1918 a 1926, en Potosí bajo la dirección de Carlos Medinaceli y María G. Gutiérrez (El Nro. 3). Fue una publicación de la Primera Generación de Gesta Bárbara (1918), por lo que la Segunda Generación (1944) no participó de la misma. La revista nace como una necesidad de hacer conocer al mundo literario, las inquietudes de la “Generación del 18” y sus colaboradores, sobre temas de interés general en el desarrollo de la cultura.
¿De qué manera la poesía boliviana entra en diálogo con las clases desposeídas?
El pueblo trabajador boliviano ha sido siempre marginado, explotado y discriminado. Los propietarios de haciendas, empresarios mineros, empresarios textiles y otros han explotado a esta clase trabajadora, bajo la indiferente contemplación de los gobiernos del país. Frente a estos hechos, solamente la sensibilidad de los poetas pudo salir en defensa de las víctimas, haciendo uso del arma de su poesía para denunciar los abusos y condenar el sistema colonial-republicano. Así, la poesía de protesta se abre camino de liberación efectiva.
Entre los precursores de este tipo de poesía podemos citar a: Luis Mendizábal Santa Cruz, José Enrique Viaña, Leticia Fajardo, Walter Fernández Calvimontes y Carlos Mendizábal Camacho.
Todos ellos han escrito poemas sociales cargados de mucho coraje y denuncia. Algunos ejemplos son: Estaño, Con el puño en alto, El entierro de Mallku y Catavi.
Luego hay una larga lista de poetas como Héctor Borda Leaño, Alberto Guerra Gutiérrez, Jorge Calvimontes, Luis Fuentes, Alcira Cardona, Walter Espinoza Barrientos que les tocó enfrentar la rudeza primitiva de las sucesivas dictaduras que tuvo que soportar el pueblo trabajador.
En la actualidad no existe, en Bolivia, ningún movimiento literario como lo fue la “Segunda Generación de Gesta Bárbara”. ¿A qué atribuyes esta ausencia?
En la década de los cincuenta, los grupos culturales en Bolivia entran en una crisis de desorganización y desbande. Entre ellos “Gesta Bárbara” y sus coetáneos como Puerta de Sal, Medio Siglo, Marquetalia Evemia, El Grillo, Anteo, Alarido y Sarjam. En 1959, “El Primer Encuentro de Poetas” reunido en Paucarpata (Cochabamba) organiza una nueva Institución: la “Unión Nacional de Poetas”. Este hecho fue ratificado y generalizado en el Primer Congreso Nacional de Poetas, realizado en Sucre en 1967. Con el transcurso de los años la nueva Institución, nombrada arriba, toma el nombre definitivo de Unión Nacional de Poetas y Escritores. Fueron éstas circunstancia, sin duda, la causa para la ausencia actual de otros movimientos.
¿Carlos Medinacelli, autor de la famosa novela “La chas- canãwi”, solía decir “chaupi p’unchaipi tutayarka”, que en aymara significa: “en medio día anocheció”. ¿Qué quería decir con esta frase?Se refiere a significar algo nuevo, inesperado y sorpresivo. Equivale a esa otra expresión: “un solazo a media noche”.
“Gesta Bárbara” fue, sin duda, un movimiento literario de mucha importancia en Bolivia. Los “bárbaros” eran rebeldes con causa y protestaban contra el ambiente literario de la época, pero también contra el sistema social y político. Es decir, rechazaban su entorno. ¿Cómo se mostró esta actitud renovadora?De muchas formas. Te puedo citar un ejemplo. En el Centenario de Fundación de la República, se editó un número de la revista “Gesta Bárbara” y en la portada llevaba un poema: “Con el puño en alto”, de José Enrique Viaña. Esto; en lo que concierne a “Gesta Bárbara” de la Generación del 18. Además, se publicaron poemarios de protesta y denuncia de otros poetas que pertenecían a la Segunda Generación como: Mineros, El Sapo y la Serpiente, Manuel Fernández y el Itinerario de la Muerte, Baladas de los Niños Mineros, Pido la Palabra, Retiro voluntario, etc.
¿Cómo eran las reuniones en el “Cafetín con Gramófono”?
Esto corresponde a Gesta Bárbara de 1918 (en Potosí). A decir del propio Carlos Medinaceli... “Esa juventud, cuyas edades oscilaban entre 17 y 28 años, y que a partir más o menos de 1917, hegemonizaron la actividad cultural hasta 1926. Estaban movidos por la comunión de su espíritu soñador que los unió en la simpática bohemia del Cafetín con Gramófono. Hacían honor a sendas tazas de “Té con T”, leyendo poemas y embriagandose de música que alegraba y reconfortaba el alma”.
HUGO CHÁVEZ Y EVO MORALES, MÁS CERCA QUE NUNCA
El gobierno de Venezuela anunció que comprará acciones de alguna institución financiera boliviana. Aseguraron que "la estrategia es tener una participación mayoritaria en un banco de ese país". El bolivariano evalúa la conveniencia tanto política como económica de tener un banco en el Altiplano.
Diario Inofabe de Argentina (www.infobae.com)
Las buenas relaciones entre los gobiernos de Venezuela y Bolivia se manifestaron ayer en el anuncio del estatal Banco Industrial de Venezuela (BIV) de que hará pie en el país que gobierna Evo Morales a través de la compra de acciones de alguna institución financiera boliviana.
El presidente del BIV, Luis Quiaro, aseguró que la estrategia "es tener una participación mayoritaria en un banco de ese país", aunque declinó dar precisiones sobre con cuál institución boliviana a comenzado a realizar conversaciones.El titular del BIV sostuvo que el beneficio de tener un banco en Bolivia es tanto de índole operativo como político, ya que permite estrechar relaciones con esa nación.
Quiaro indicó que una vez adquirida la institución financiera pondrá en marcha un programa de de "financiamiento a nivel de microcréditos y cooperativas", así como a proyectos de importancia, lo que "permitiría fortalecer los lazos comerciales entre ambos países".
Por otra parte, recordó que hay muchos productos que se importan de Bolivia y hay otros que se podrían exportar hacia esa nación.
El presidente del BIV dijo que adelantan las negociaciones para cerrar la operación lo más rápido posible, aunque antes debe hacerse una valoración de lo que cuesta ese banco boliviano con una auditoria financiera, de personal, operativo y técnico.
Quiaro añadió también que la sucursal del BIV abierta el año pasado en Cuba realizó dos transacciones de crédito en la isla caribeña hasta la fecha.
POSPONEN EN BOLIVIA DECRETO DE NACIONALIZACIÓN DEL GAS
El Nuevo Herald de Estados Unidos (www.miami.com/mld/elnuevo)
El gobierno pospuso para las próximas semanas el lanzamiento del decreto de nacionalización de los hidrocarburos por razones de planificación.
El vocero presidencial Alex Contreras dijo en declaraciones publicadas ayer por el diario El Deber que la nacionalización ''merece una planificación'' y que el gobierno emitirá el decreto ''en el marco de una fiesta nacional y no en medio de una festividad religiosa'', como es la Semana Santa.
El ministro de Hidrocarburos, Andrés Soliz, que había dicho que sólo aguardaba ''la última palabra del presidente'' expresó que la firma deberá esperar ``unas semanas''.
Algunas versiones periodísticas indican que la demora se debería a que el gobierno busca una fecha más cercana a la elección de representantes para la Asamblea Constituyente, prevista para el 2 de julio. El presidente Evo Morales y su partido Movimiento al Socialismo (MAS) están plenamente abocados a ganar esas elecciones. La oposición y otros sectores han denunciado, por esa razón, que el mandatario no gobierna y que su única preocupación es hacer campaña.
Víctor Hugo Sáenz, nuevo superintendente de Hidrocarburos, dijo el viernes durante su toma de juramento que el decreto ''no puede traer ninguna preocupación a nadie, más bien pienso que ha de hacer que los bolivianos ahora seamos dueños... de todos nuestros hidrocarburos'', señaló.
Sáenz, quien según Soliz fue designado para ''desmontar el aparato neoliberal'' en la Superintendencia, repitió palabras de Morales de que Bolivia quiere ``socios y no patrones''.
Ratificó que la nacionalización no implicará la expulsión de las transnacionales petroleras, como reclaman sectores radicales, sino más bien la negociación de nuevos contratos, donde se asuma que el estado boliviano ``controlará toda la cadena productiva''.
''Están abiertas las puertas para que las empresas petroleras puedan seguir trabajando en el país'', afirmó.
El funcionario ocupa el puesto de manera interina, pues las superintendencias no deben depender del Ejecutivo, sino del Legislativo.
Pero Morales ha logrado desde su asunción en enero la renuncia de tres superintendentes y ha entregado esos cargos, sin que se sepa hasta cuándo, a allegados.
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