Monday, June 13, 2005

BOLIVIA: ENTERRANDO EL ESTADO OLIGÁRQUICO

Opinión:

BOLIVIA: ENTERRANDO EL ESTADO OLIGÁRQUICO

Diario Rebelión de Uruguay (www.rebelion.org)

En el siglo XVI fue descubierto, en Bolivia, el mayor yacimiento de plata del que se tenga conocimiento en la Historia. Ocurrió en un sitio llamado Potosí, donde surgió una ciudad que, en el apogeo de la producción, fue una de las más importantes del mundo.La Corona española explotó durante dos siglos el yacimiento y la plata boliviana fluyó como un río a llenar sus arcas. En el siglo XVIII el yacimiento se agotó y de la riqueza extraída sólo quedaron las grandes mansiones, los huecos en la tierra y el término potosí como sinónimo de opulencia. Los indígenas explotados sólo la vieron salir.
Tras la independencia, Bolivia, como los demás países emergentes, se sumió en la anarquía, sucediéndose guerras civiles y, en 1879, la Guerra del Pacífico, de la que salió derrotada a manos de un Chile controlado por Inglaterra. Con la derrota, Bolivia perdió su salida al mar y los yacimientos de salitre, hundiéndose el país en la mayor miseria. En Chuquicamata, territorio conquistado por Chile, se encontró la mayor mina de cobre del mundo que, con el salitre, dio a Chile los recursos para convertirse en el país más rico de la región.
En 1900, Simón Patiño descubrió un yacimiento de estaño. Como había acontecido siglos atrás, resultó ser la mayor mina de ese mineral jamás encontrada. Patiño, taimado y astuto, se hizo dueño del yacimiento y se convirtió en el rey del estaño, como fue llamado. De nuevo la población boliviana no obtuvo beneficio alguno. La historia se repetía. En 1932, la Royal Dutch Shell, desde Paraguay, y la Standard Oil, desde Bolivia, creyeron hallar hidrocarburos en la región del Chaco, inhóspito y semidesértico territorio en disputa entre ambos países. Petroleras y oligarquías enviaron a matarse a los indígenas en la llamada guerra de los soldados descalzos, muriendo más reclutas de frío y hambre que en combate. Bolivia perdió la guerra, no había petróleo y los pueblos volvieron a su desamparo.
En los años 90 del pasado siglo, se descubrió en la región de Santa Cruz, en la Amazonía boliviana, el mayor yacimiento de gas del continente americano. Ocurrió en un momento en que la región estaba necesitada de recursos energéticos, con un Brasil en pleno crecimiento y una Argentina en bancarrota que no podía suministrarlo. El yacimiento de gas era lo mejor que le había ocurrido a Bolivia en el último medio siglo. Con la voracidad de siempre, las multinacionales se lanzaron sobre el recurso, esperando repetir la historia iniciada en el siglo XVI, de expoliar la riqueza sin dejar nada al país, salvo un mayor enriquecimiento para la oligarquía gobernante.
Pero las circunstancias habían cambiado drásticamente. Sin enemigo comunista que esgrimir como pretexto y con la democracia formal como sistema político vigente, los pobres y los indígenas bolivianos (80% de la población) se alzaron en 2003 contra el oligarca Sánchez de Lozada, que pretendía repetir con el gas lo que Patiño hizo con el estaño. La entrega del gas para beneficio de empresas extranjeras provocó un levantamiento. Decenas de manifestantes fueron asesinados, pero la represión produjo el efecto contrario. Lozada cayó y su sucesor, Carlos Mesa, prometió defender el recurso para Bolivia, pero no tuvo voluntad ni valor para aprobar la nacionalización del gas, medida exigida para impedir que se repitiese la historia.
El tema tiene en pie de guerra al país, pues al tiempo que aumentaba la presión indígena para nacionalizar el recurso, los ricos de Santa Cruz lanzaban un sospechoso movimiento autonomista, exigiendo que el Gobierno central les ceda gran parte del control del gas.No es difícil ver detrás de los autonomistas cruceños la mano de las transnacionales petroleras.
Hondas raíces tiene la rebelión indígena en Bolivia. La riqueza gasífera puede ser el último regalo de la naturaleza para abandonar su condición de pueblo más atrasado y pobre del sur de América.Aires nuevos se suman a los que han barrido ya otros países.Aires, al fin, de libertad.
Augusto Zamora R. es profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid.



BOLIVIA: Y SUS FUERZAS ARMADAS, ¿QUÉ?

Diario Rebelión de Uruguay (www.rebelion.org)

Durante el siglo XX, Bolivia fue un Estado sometido al continuo trajín de golpes militares. Sin embargo, es el único caso, junto a Costa Rica (1948), que tras el triunfo de la revolución, el 9 de abril de 1952, decretó la disolución de su ejército. Pero fue un espejismo bajo la presidencia de Víctor Paz Estensoro. La fuerza del movimiento obrero, minero y el proletariado fabril, impuso un ritmo a la revolución que atemorizó a la burguesía nacionalista.
El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), organización política nacida en 1941, construida y articulada en torno de la generación burguesa emergente tras la guerra del Chaco, busca destruir el Estado oligárquico-minero a quien responsabiliza de la derrota y la crisis de identidad nacional a partir de 1935.
Por ello conspira con generales del gobierno, como su ministro del Interior, Seleme. Son sus propios fundadores, el líder sindical Juan Lechín y su ideólogo Siles Zuazo los responsables de urdir la trama golpista. Sin embargo, la insurrección popular de abril de 1952 desborda todas las expectativas.
El MNR trata de frenar el avance de los cambios, y en 1953 el movimiento obrero ve cómo pierde poder en el nuevo Estado. La acción de cogobierno desgasta su poder, y Paz Estensoro, bajo la protección de Estados Unidos, comienza un plan de desarrollo a la luz de la guerra fría.
La recomposición de las fuerzas armadas se hace dentro de la estrategia de lucha anticomunista diseñada en el Tratado Interamericano de Ayuda Recíproca, defendida por la OEA y posterior base de la política exterior de Estados Unidos hacia la región.
Para 1964, Bolivia sufre el primer golpe de Estado de la era nacionalista-revolucionaria. El MNR, en el poder desde 1952, ve cómo el hombre fuerte del Pentágono, el general Barrientos, militante de su organización, asume el poder.
Así, las fuerzas armadas de Bolivia han sido instruidas dentro de los moldes de la guerra fría. Mientras duró cumplieron su papel de manera ejemplar. Desde Barrientos, y salvo periodos extraordinarios, sus gobernantes han sido militares: Ovando, Hugo Banzer, Luis García Meza, y uno progresista, Juan José Torres, a principios de los años 70. Sin olvidar la elección del propio Banzer, en la década de los 90.
No cabe duda que sus fuerzas armadas han jugado un papel fundamental en la construcción del Estado moderno de Bolivia. Su función estuvo ligada a dar legitimidad al proceso de lucha contrainsurgente dentro de la doctrina de la seguridad nacional, y la cumplió a rajatabla. Sin embargo, a medida que los tiempos fueron cambiando, se requirió otro papel en la estructura social y de poder boliviana.
Con los procesos de transición política en los años 80, las fuerzas armadas pueden regresar a sus cuarteles y cumplir funciones de control sobre la población en el contexto de las guerras de baja intensidad. En Bolivia, la lucha contra el narcotráfico y la desarticulación de movimientos sociales y políticos étnico-nacionales, considerados un peligro en el mediano y largos plazos. No resulta extraño que el proceso diera relevancia a la transformación estructural de las guarniciones ubicadas en las zonas indígenas: la primera División Andina en Viacha, próxima a la capital; la División Andina II de Oruro, y la División Andina X, en Tupiza, Potosí, constituyéndose en las más importantes del país, por su número de efectivos y por el parque de guerra con que cuentan. Asimismo, la reorganización entiende que los reclamos de una secesión o de autonomía en el departamento de Santa Cruz de la Sierra es otro de los puntos de conflicto, donde las fuerzas armadas tendrían que intervenir en el mediano plazo. Razón suficiente para potenciar y enviar un mayor número de efectivos a la zona reorganizando tres de las 10 divisiones con que cuenta el ejército en dicha región: la VIII, división de la Selva, y las divisiones de Monte IV en Camari y V en Rabore. Igualmente, no deja de pensar en Trinidad y Tarija, donde el movimiento secesionista tiene fuerza.
En esta lógica aumentan sus efectivos en dos divisiones, la VI División de Selva en Trinidad (Beni) y la III División de Monte en Villamontes. Unas fuerzas armadas con otros cometidos y objetivos. El anticomunismo se transforma en terrorismo, narcotráfico y peligro de disolución de la patria.
Con una acción militar destinada, en los años 70, a frenar la insurgencia guerrillera, e imbuidos de la doctrina de la seguridad nacional anticomunista, los valores democráticos de sus oficiales y Estado Mayor dejan bastante que desear. Reciclados en la lucha contra el narcotráfico, donde Estados Unidos ejerce el control directo de las acciones y maniobras, los espacios de acciones para promover golpes de Estado por parte de generales, oficiales o suboficiales, queda fuera de los objetivos militares concluida la guerra fría.
En esta nueva etapa es más importante dotar de armamento moderno a la VII División aereotransportada, que se encuentra en Cochabamba y la IX División en Chapare -donde la producción de coca es la más importante- que pensar en una posible insurrección comunista. Aviones de vuelo rasante y helicópteros con radares, así como material de reciente generación en armamento terrestre para luchar contra el narcotráfico, son el problema.
Un golpe de Estado está fuera del campo de condiciones; sólo si se trata de un proceso de refundación del Estado-nación es posible que las fuerzas armadas sean llamadas a actuar en defensa de la legitimidad constitucional, pero siempre a solicitud del poder político.
Las fuerzas armadas de Bolivia son un caso sui generis en América del Sur, ya que cuentan con el menor número de suboficiales de todos los ejércitos. De 46 mil 100 militares, tiene 4 mil 500 oficiales y 6 mil 700 suboficiales. Su Estado Mayor esta compuesto por 23 generales, 18 almirantes y 12 generales de la fuerza aérea. La cohesión entre sus mandos es muy alta, y se expresa en su lealtad y fidelidad a la escala de mando. De esta manera, no es de extrañar que las acciones que terminaron con la renuncia de Gonzalo Sánchez de Losada supusieron el procesamiento de un número importante de oficiales y suboficiales responsables de la represión, en octubre de 2003, circunstancia que provoca un grabo descontento en la oficialidad. La situación abierta tras la renuncia del presidente Carlos Mesa y la toma de posesión de Eduardo Rodríguez, presidente de la Corte Suprema, por encima del presidente del Senado y la Cámara de Diputados, Hormando Vaca Diez y Mario Cossío, respectivamente, supone que las fuerzas armadas no tienen espacio para actuar por cuenta propia. La única posibilidad está determinada por la desintegración del país en caso de prosperar los deseos de secesión. Pero ello supone actuar bajo el concepto de mantener la unidad del Estado. Ese es el dilema, también señalado por el dirigente del Movimiento al Socialismo, Evo Morales.



Opinión:

NO ESTÁ DICHA LA ÚLTIMA PALABRA

Argen Press de Argentina (www.argenpress.info)

Mal que les pese a muchos, a pesar de la asunción del Presidente de la Corte Suprema, Dr. Eduardo Rodríguez, como Presidente de la hermana República de Bolivia, todavía sigue el tembladeral que sacudió los cimientos de la oligarquía de ese país.
La conjunción entre su pueblo originario, sus trabajadores y sus campesinos; en especial, los provenientes de El Alto sigue en pié para enarbolar su bandera de nacionalización de los recursos naturales, de su petróleo y de su gas, mientras las operaciones del Imperio intentan manipular la situación a su favor y de quienes son sus testaferros: los oligarcas de Santa Cruz de la Sierra.
Y la pregunta obligada, dentro de esta comedia de enredos, es ¿a qué juega Evo Morales?. Hace un tiempo atrás, parecía el nuevo líder socialista de Sudamérica y ahora, por lo visto, nos encontramos con sus intentos de apaciguar los ánimos mientras no se cumplen las legítimas demandas del pueblo hermano, de sus propios conciudadanos.
Nada es casualidad, ni nace de un repollo, tratándose de encontrar el camino para la dominación, para la hegemonía imperial. No cabe duda que, al igual que en Ecuador, se buscará una relegitimación de la clase política, de la misma que hoy es vilipendiada en La Paz y en Sucre y que escapa raudamente a los cuarteles, como el Presidente del Senado, Hormando Vaca Diez, viejo ladero de las transnacionales y de la oligarquía...
¿ Será Rodríguez, el segundo Duhalde boliviano ?. El primero, Mesa, no pudo sostenerse debido a la presión popular, luego de haber teatralizado una primera renuncia ante el Congreso, y a las sugerencias de recambio que emanaban de los comuneros santacruceños, quienes aspiraban a colocar en el sillón presidencial a su fiel representante. Y la duda no es ociosa, porque los acontecimientos siguen girando alrededor de la nacionalización y del repudio a la clase dirigente que solamente ha mirado por la minoritaria clase alta y se olvidó de las mayorías populares...
No está dicha la última palabra, ni mucho menos... El pueblo boliviano sabe bien que las promesas se las lleva el viento, como ha ocurrido en el pasado. Y tan bien lo sabe, que ahora debe comenzar a desconfiar de un líder histórico como Evo Morales - ¿ el nuevo Kirchner boliviano ? - para iniciar un proceso de reconstrucción histórica que le permita romper con el molde impuesto y obtener sus largas y tan ansiadas demandas y reivindicaciones sociales y económicas.
Se sabe que el largo brazo del Imperio tratará, de una u otra forma, de 'recuperar' la hegemonía perdida transitoriamente a manos de esta pueblada pero ello, sin dudas, dependerá de la voluntad de un pueblo que nos dio un ejemplo a toda Latinoamérica, que sigue luchando por sus derechos del presente y del futuro. En consecuencia, nadie, ni Rodríguez ni Morales, puede decir que está todo dicho y menos aún, que este tembladeral ha de cesar en pocos días o semanas. Tal vez, ha comenzado un nuevo tiempo para soñar con una Latinoamérica distinta en donde el neoliberalismo deje paso a un socialismo que permita dotar de efectiva vigencia a la dignidad humana de los pueblos y de los Estados.
* Juan Carlos Sánchez es Profesor de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales en I.S.P.'Dr. Joaquín V. González'.



Opinión:

BOLIVIA: EL DÍA DECISIVO

La Tercera de Chile (www.latercera.cl)

Para elegir al sucesor de Mesa, el jueves pasado se reunió el Congreso en Sucre, la vieja Charcas, capital de Bolivia después de la Independencia, cuya sede le fue arrebatada por La Paz luego de una guerra civil a fines del siglo XIX. Se convocó al Congreso en Sucre, porque en La Paz el ambiente era irrespirable, la pueblada estaba en las calles -vociferante y agresiva- y no existían las mínimas garantías para que los diputados y senadores se reunieran a sesionar. Sobre todo los de Santa Cruz, uno de los cuales, el presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez, era el primero en la sucesión constitucional.
Todavía el viernes La Paz se veía desierta, con pocos vehículos circulando por falta de combustible, con colas de gente pobre esperando comprar una garrafa de gas, todavía sin pan ni carne. Es verdad que no se llegó al extremo del hambre por el cerco indígena, pero sí los precios se dispararon en los mercados que abrían sus puertas con temor porque eran asaltados por las turbas de Evo Morales, de Mamani, los mineros llegados desde Oruro y Potosí y el "lumpen", aquellos delincuentes que siempre se incrustan en los desbarajustes populares.
El jueves fue un día decisivo porque si entonces no se reunía el Congreso y se elegía al sucesor de Mesa, la crisis política hubiera tenido consecuencias nefastas para la democracia boliviana. Mesa había renunciado a la presidencia por segunda vez, agobiado por presiones de sectores sociales que responden a un caciquismo iletrado, mezcla de izquierdismo reivindicativo y de un nacionalismo excluyente y racista, donde se supone que los pueblos originarios del Kollasuyo deberían gobernar, ya que las elites blancas o de los mestizos fracasaron y saquearon el país.
Producida la renuncia de Mesa, le seguían en prelación el presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez; el presidente de los diputados, Mario Cossío, y por último el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez Veltzé. Pero Evo Morales y una cantidad de reyezuelos -que son los señores feudales de El Alto y el altiplano- se opusieron a sangre y fuego a que el primero en la sucesión, Vaca Díez, fuera elegido Presidente por el período que resta hasta el 6 de agosto del 2007. Y lo rechazaron por ser miembro de un partido tradicional como el MIR, pero, además, por ser parte de lo que esos sectores llaman la "oligarquía" cruceña.
El asunto regional pesó más que nada debido a que mientras en el occidente del país se exige la nacionalización de todos los recursos naturales, en el oriente eso se lo ve con desconfianza. En occidente se pide la convocatoria a una Asamblea Constituyente, mientras que en Santa Cruz se quiere, primero, un referéndum para las autonomías y la elección directa de los prefectos departamentales (gobernadores). Las diferencias siguen con la posesión de la tierra, la explotación forestal y mucho más. Así, no había forma de que Vaca Díez fuera aceptado, ni siquiera por Carlos Mesa, quien también le puso la proa.
Como el presidente de los diputados, Mario Cossío, pertenece al MNR, otro partido tradicional y desprestigiado, las miradas se dirigieron hacia el presidente de la Corte Suprema de Justicia, abogado cochabambino, intachable, sin partido, sin compromisos políticos, por tanto. Para eso tuvieron que desistir en sus derechos Vaca Díez y Cossío y, cuando todo parecía perdido, luego de otra batalla campal el mismo jueves entre mineros y policías en Sucre se constituyó el Congreso y en diez minutos era proclamado Rodríguez Veltzé como Presidente constitucional.
¿Qué puede hacer el nuevo Mandatario? Desde luego su misión es concreta: restablecer el orden y convocar a las próximas elecciones generales, que, previo acuerdo parlamentario, puede ser por un período completo de cinco años. De ahí en más, nacionalizaciones, Constituyente, autonomías, política exterior, son asuntos que Evo y los reyezuelos le van a exigir, pero que el Presidente provisional deberá derivar al Congreso porque su tiempo, escaso, no le dará para lidiar con la pueblada.
Por Manfredo Kempff, escritor, diplomático y ex viceministro de Relaciones Exteriores de Bolivia



BOLIVIA Y EL FIN DE LAS ALTERNATIVAS REFORMA O REVOLUCIÓN

Diario Rebelión de Uruguay (www.rebelion.com)

Candorosa puede ser la palabra con que podríamos calificar la actitud de quienes aún siguen creyendo que la alternativa pasa por escoger uno de los dos caminos: reforma o revolución.
A nivel de discurso o de intenciones constatamos que aún persiste esa dicotomía, que sobrevive en el tiempo merced al predominio de la voluntad estatista centralizadora por sobre la necesidad de liberar la potencia de las multitudes en sus localidades.
No es posible dudar de las buenas intenciones de los compañeros que aspiran a la toma del poder, pues ciertos intelectuales, líderes o grupos continúan aspirando a dirigir el pastel y no vacilan en desarrollar las más variadas tácticas y estrategias, planes y programas, recetas y guías para la acción, así como agitación, charlas y formación de cuadros para tales objetivos. Estas notas de hoy tienen un objetivo muy claro, eso es verdad, pues van a que cada militante o miembro de un grupo haga un análisis personal de los acontecimientos bolivianos. Que se desprenda un tanto de la línea para dar una pequeña oteada al horizonte de las realidades. Que se libere un instante de la ideología que determina su acción y asome la cabeza a los hechos. Que permita a su cuerpo y a su mente que vayan directo a ver la praxis sin la intermediación de interpretaciones, aunque sea unos instantes. Valga como ejercicio. Veamos juntos:
A esta altura del campeonato comienza a percibirse que Solares y la COB lentamente quedarán aislados y sólo les quedará el recurso de bajar el programa adecuándolo a las nuevas circunstancias. Y así ha sido: Ahora dicen que van a mantener las movilizaciones hasta que se apruebe la nacionalización de los hidrocarburos, con lo que la consigna de armarse para la autodefensa en las pretendidas asambleas populares tendrá que ser replegada o mantenida a ultranza. Ya los militares se encargaron de pasar el aviso que no permitirán la autodeterminación de El Alto, lo mismo hacia los secesionistas de Santa Cruz.
Está claro que el entusiasmo revolucionario e insurreccional de Solares lo llevó junto a sus seguidores a perder una buena oportunidad de estimular la autoorganización de base por localidades, pues su propuesta era que cada asamblea quedara subordinada a la Confederación Obrera local, lo que no era ni es posible por la desconfianza que existe en el resto del territorio del estado boliviano hacia esa instancia, meramente formal en muchos casos. Distinto hubiese sido si en acuerdo o en llamado conjunto con otras organizaciones, no sólo algunas de El Alto, se hubiese convocado a la formación de asambleas o coordinaciones locales de los distintos sectores sociales, con autonomía territorial de base, con lazos o vasos comunicantes que permitiesen la cooperación y el apoyo mutuo más que una sumatoria a un proyecto nacional o estatal que para nada interpreta el sentir de las comunidades originarias, campesinas, laboriosas, barriales, etc. Lo mismo le va a pasar al MST brasileño con su propuesta de asambleas teledirigidas que culminarán en una asamblea nacional.
Era demasiado obvio que los actores institucionales encontrarían salidas y más aún si el ejército, la iglesia, el parlamento, el empresariado y otros más entraban en acuerdo con Evo Morales para la reorganización centralizada. Evo Morales ya no es más un reformista, pues ha adscrito plenamente al modelo Lula de administrar el capital con la mano del gato de la izquierda. Evo ganará las elecciones y la tarea hoy es rápidamente consolidar las organizaciones de base en las localidades, antes que empiece la operación Lula. El reformista ahora es Solares, pues pretende mantener cierta movilización a partir de la reivindicación de la nacionalización, con lo que sabe que puede continuar con cierta parte de la población bajo su orientación con el objetivo de disputar fuerzas a Morales en la influencia sobre los movimientos sociales y la población en general. Como vemos, como siempre, no es difícil que los estatistas pasen de un lado al otro.
La nacionalización, siendo una reivindicación adecuada, no va a ser posible sin romper con Brasil, que tiene instaladas allí enormes inversiones e instalaciones, pues Lula ha jugado rápido para la subordinación de esos territorios a las redes del funcionamiento capitalista. La visita de Marco Aurelio García, consejero principal de Lula, un verdadero Richelieu capitalista, sin duda buscará cuidar de esos intereses analizando y evaluando el potencial de Morales para contener la lucha social, esto es, de hacer lo mismo que ha hecho Lula, para un capitalismo de rostro humano.
Solares sabe eso y juega con ello agitando aún más la nacionalización, lo que le permitirá bonos y crédito popular por cierto tiempo. La lucha parece darse más en el terreno de la voluntad y al arte del convencimiento agitativo que en el terreno de las realidades y de los actores sociales.
Cuando hablamos del futuro aislamiento de Solares no nos estamos refiriendo a su distancia con las instituciones y los institucionalistas, sino de las dinámicas sociales reales, que ya hemos anotado en textos anteriores se orientan más hacia la asamblea constituyente.
Esta tan mentada asamblea constituyente no es un recurso institucional, pues ha nacido principalmente de la lucha y exigencia de variados sectores sociales que ven allí la posibilidad de instalar sus delegados para ventilar sus reivindicaciones específicas. El empresariado está tratando de que la convocatoria a elecciones que hará el presidente interino no incorpore la asamblea y sólo se refiera a elegir presidente, vicepresidente y el congreso, cuando las tratativas anteriores consideraban también a los miembros de la constituyente, la nacionalización y las autonomías regionales.
El escenario ahora estará en los tira y afloja con relación a estas tres últimas cuestiones. Lo más probable es que cuando se hable de la nacionalización se buscará un acuerdo que al menos respete la presencia de los brasileños y argentinos, por lo que el sistema buscará por todos los modos neutralizar a Solares y a la COB otorgándoles ciertos beneficios por otras vías, para eso todos ellos son expertos negociadores. Nada de extraño sería que junto a García arribase de Brasil alguien de la “izquierda” del PT para conversar con la COB. De todos modos tendrán que esperar un tiempo para el desgaste de Solares, pues las instituciones tienen claro que el peligro real viene de la consolidación de las organizaciones de base más que de la capacidad de dirección de un burócrata de la izquierda. Habiendo fracasado el llamado de la COB para organizar las asambleas populares en las otras regiones y habiendo fallado el llamado al alzamiento de un sector patriótico dentro de las fuerzas armadas, los actores institucionales tienen claro que la COB es más discurso que efectividad, pues además para nadie es secreto que las grandes movilizaciones en La Paz no fueron organizadas solamente por los cobistas, sino también por otros sectores sociales.
¿Por qué fracasaron los llamados de Solares a las asambleas populares y al golpe militar patriótico?
En primer lugar es un indicador muy claro de que esos llamados obedecían más a la voluntad que a un serio análisis de la realidad, a la necesidad agitativa que a la interpretación de los hechos, a una disposición de llevar la batuta de los acontecimientos que a sumarse y potenciar las movilizaciones.
Solares confundió las diversas movilizaciones con sus deseos de dirigirlas, imaginando que podría darse el encuentro entre ambas direcciones: la dinámica social y su voluntad estatista. Lo mismo que echaban en falta muchos analistas con relación a las grandes movilizaciones argentinas y ecuatorianas: que no estaba la vanguardia, que faltaba el partido revolucionario, o la unidad de la izquierda, en fin. Lo que podrá seguir formando parte de esos sesudos análisis, en especial cuando se sigue aspirando a una vanguardia que lidere a las masas, sea para las elecciones y las reformas, sea para la insurrección y la revolución, en definitiva: la toma del poder central, la ansiedad de erigirse en dirección y administradores de la cosa pública. La disputa entre Solares y Morales sólo resultará en un debilitamiento de las organizaciones locales, uno por la insurrección, el otro por la institucionalidad, cada uno pensando en globo, cada uno imaginando que los cambios sociales sólo pueden hacerse si se captura el aparato del estado, la vieja disputa que la historia ha demostrado que no conduce a nada.
Era sólo cuestión de tiempo. Mientras los militares chilenos esperaban que la institucionalidad abriese paso al golpe, lo que se dio cuando Eduardo Frei como presidente del Congreso declara la ilegitimidad del gobierno de Allende, los militares bolivianos esperaron que el congreso declarara los siguientes pasos y ahora salen a la calle con el mismo pretexto: defender la institucionalidad, amenazando a la asamblea popular de El Alto y desplegando tropas con traje de camuflaje por todo los territorios controlados por el estado. Consolidar manu militari los acuerdos alcanzados en la cúpula. Demostrar que están por la democracia y no más por el golpismo.
Morales está en su salsa, feliz como chancho en barro. Ha conseguido lo que quería, esto es, bloquear las movilizaciones y recuperar el ritmo institucional, aunque parcialmente. Sin duda va a ganar las elecciones. Un sector importante del capital, apoyado por los brasileños y argentinos ayudará desde las bambalinas al MAS desestimando a las eventuales candidaturas de los partidos tradicionales, que se tendrán que unir para enfrentar el tsunami social que se les vendrá esperanzado con poner a Evo en el sillón presidencial. No le será difícil neutralizar a Solares, para eso cuenta con todo el aparato institucional y sus ramificaciones regionales. Tratará de erigirse como el héroe de las jornadas convocando a fiestas populares desde ahora para capitalizar el actual estado de las movilizaciones y redireccionarlas por fuera de las aspiraciones de la COB. Para ello tendrá que tomar la bandera de la nacionalización también, para arrebatársela a Solares y penetrar en sus terrenos con fórmulas más viables y eficientes que la demagogia del sindicalista. Tendrá que convocar de inmediato un ampliado de sus militantes y dirigentes sociales para adecuarse a estas nuevas exigencias. Desde el lado de lo social en localidades, esto es, las perspectivas reales de avanzar hacia bolsones de contrapoder territorial, será necesario consolidar la asamblea popular de El Alto volcándose rápidamente a levantar un programa de hechos y realizaciones locales que envuelvan a la población, sacándola del papel de masa de maniobra para dirigir las energías y la potencia hacia tareas de consolidación de la vida en común, formar escuelas populares autónomas, sistemas de salud comunitaria, formas de autogestión y de autogobierno, modificar de inmediato el ritmo de las batallas para asumir el territorio como el mundo concreto que hay que cambiar, pues de otro modo el sistema, el estado y el mercado van a retomar poco a poco el control del espacio. Habrá que reunir a los maestros para que elaboren metodologías y contenidos alternativos de educación local. Habrá que coordinar a los productores para generar redes internas de abastecimiento popular, en fin, habrá que pasar de la reivindicación del asalto al poder central a la instauración de las bases de la comuna. Sin eso, la población continuará siendo objeto de las voluntades y batallas entre reformistas y revolucionarios, entre electoralistas e insurreccionalistas.
Hay que aprender de los errores de continuidad que presentó la guerra del agua en Cochabamba, donde Óscar Olivera y muchos otros se encontraron con una desmovilización posterior que no les permitió abordar las tareas de autoorganización barrial, pero ahora las condiciones son propicias para ello, siempre y cuando se acompañen los programas o llamados generales con convocatorias a las tareas propias dentro de los barrios para enfrentar los problemas cotidianos.
Por suerte los vaivenes de estos días no han afectado esencialmente a los procesos en andamiento de autonomía local de bases organizadas. Muchas organizaciones han participado de las movilizaciones sin hipotecar sus actividades en aras de seguir las tácticas de Solares o Morales, sino más bien apoyándolas desde sus propias perspectivas.
Hay que asumir lo local como un todo, no más como una parte de otra totalidad. Hay que desprenderse del globo y de lo social abstracto para pasar a concretar las tareas internas de avanzar a la comuna, allí está el mundo, uno de muchos.
Desde El Alto no pueden provenir llamados a organizar lo mismo y menos a seguirlos, sino más bien una convocatoria a organizarse de maneras distintas acordes con cada realidad y necesidad, tejiendo lazos de intercambio horizontal por donde puedan circular las experiencias y quizás también productos, de manera de quebrar el predominio del mercado capitalista. Pero ello implica primero hacerlo en El Alto. La pregunta sería saber si los compañeros de esa zona podrán desprenderse de las orgánicas estatistas y de las convocatorias centralizadoras para volcarse a su propia localidad en único lugar para construir la cotidianeidad de una nueva sociabilidad.
Los tiempos están para desprenderse ya de las opciones únicas que se nos han puesto por delante para la toma del poder central: reforma o revolución, y pasar a ser revolucionarios de lo cotidiano en el desarrollo del contrapoder o antipoder o como le quieran llamar. Ya es hora de comenzar a superar, como muchos lo están haciendo en muchas partes, las viejas lecciones de las luchas emancipatorias que no nos llevaron a parte alguna.
Como decíamos en un texto hace varios años atrás, el pájaro prisionero no desea el cielo infinito, sino realizar su ser alado, y por eso abre las alas y se arroja contra los barrotes, desea volar. Así, para nosotros, la libertad no es ya más algo a alcanzar, sino algo para vivir y desde allí crecer. Somos libres cuando podemos hacernos cargo de nosotros mismos junto a los que nos rodean, cuando asumimos en nuestras manos la tierra y nuestras vidas, nuestra educación y nuestra salud, nuestra producción y nuestra alimentación. Ya nos tienen mucho tiempo con la promesa de la utopía. No necesitamos un modelo abstracto para tener esperanza. La esperanza está en nuestra rebeldía, y por eso los zapatistas prefieren ser rebeldes antes que revolucionarios. Nuestra rebeldía nos hace oponernos con todo al capitalismo, pero esa oposición no puede ser meramente voluntariosa, debe ser transformada en hechos constructivos. Hacer una nueva sociedad es mejor que soñarla, pero el sueño de dos juntos es el comienzo de la realidad, por eso es urgente el establecimiento de lazos concretos de nueva sociabilidad en los espacios de la vida en común.
La burguesía lo ha hecho hasta ahora mejor que nosotros, primero afianzaron sus lazos de explotación del hombre por el hombre en muchas partes antes de lanzarse a la dominación política y nosotros recién estamos comenzando a comprender que más importante que la toma del poder desde el cual dirigir pretendidos cambios es hacerlos de hecho.
No importa que el capitalismo nos rodee por todas partes, lo primario es desprenderse de ello de hecho y no de pensamiento conciente. Habrá que descubrir en cada barrio y localidad como zafarse de las relaciones capitalistas que operan sobre nuestros cuerpos. Cada uno de nosotros es portador de las relaciones capitalistas, mil veces cada día ejecutamos operaciones que van en beneficio de la reproducción del sistema, aún cuando trabajamos estamos alimentando el capital, cuando tomamos un ómnibus estamos contribuyendo notablemente, cuando compramos alimentos lo hacemos aún más, cuando vemos un profesional, cuando compramos ropa, cuando vemos televisión, cuando consumimos electricidad, cuando hacemos papeleo bancario o vamos a una oficina pública, si entramos en un bar, cuando leemos un libro, cuando asistimos a clases, en fin, cuando hablamos y caminamos. Cada minuto de nuestras vidas es vida para el capitalismo.
Es ilusorio continuar con la idea de que hay que destruir el capitalismo ocupando el estado. Eso no ha sucedido nunca. Hay que destruirlo haciendo otra cosa distinta, una sociedad diferente. Y eso sólo es posible en la cotidianeidad de las nuevas relaciones sociales en el barrio o la localidad, en lo que hemos llamado más arriba bolsones de contrapoder, donde la potencia de la comunidad se exprese como tal, como conjunto interrelacionado de personas de carne y hueso que empiezan a autogobernar sus vidas. Más que nuevas organizaciones, se trata de nuevas actividades, escuelas diferentes, tratamiento de salud diferente, cuidado de los niños diferente, en fin, cientos de actividades cotidianas donde podemos poner en efectividad nuestra capacidad de hacerlo diferente.
Eso es mucho más difícil que hablar de revolución, o de organizarse para ella. Por eso también las universidades se llenan de revolucionarios que luego salen a ocupar sus puestos sistémicos reproduciendo las relaciones capitalistas, aunque, claro, se oponen en el discurso, en las marchas, en los deseos y en los programas. Proponemos no ser más anticapitalistas, sino comunistas. Trabajemos para establecer las bases de las comunas, ahora, no después. Y para ello no necesitamos para nada el estado, que ha pasado a ser un obstáculo en todo sentido. Ya es hora de mandarlo al museo. Y que me perdone Marx, pero el comunista ha dejado de ser el que mira hacia delante imaginando que llegaremos a la sociedad sin clases, como dice el Manifiesto, que los comunistas se diferencian de los otros socialistas por ello. El comunista hoy construye las bases de la comuna donde vive.
Que los acontecimientos bolivianos no nos hagan perder la esperanza ni ilusionarnos con falsas expectativas. Vayamos con más fuerza aún a nuestros barrios. A hacer de la rebeldía de uno y de otros una fuerza social concreta capaz de instaurar otro mundo y otro mundo, muchas totalidades.
Hay mucho que decir aún sobre este tema. ¿Qué tal si usted escribe algunas letras sobre ello? Que camine la palabra. profesor_j@yahoo.com





CHILE PROPONE INTERCAMBIO DE GAS POR ENERGÍA ELÉCTRICA

Chile propondrá a Perú el intercambio de gas natural por energía eléctrica, como parte de un proyecto que pretende transportar el hidrocarburo desde la nación andina a Argentina por territorio chileno y que podría beneficiar también a países vecinos.

El Comercio de Perú (www.elcomercioperu.com.pe)

La propuesta, que sería presentada hoy a autoridades peruanas, se enmarca dentro de una estrategia impulsada por Argentina, Brasil, Chile y Uruguay de poder acceder a las ricas reservas de gas de Perú, mediante la construcción de un "anillo energético" entre estos países.
"Perú es un gran productor de gas que todavía no tiene un desarrollo comercial muy grande y creemos que las demandas que pueden hacer Argentina, Brasil, Uruguay y Chile le pueden viabilizar a Perú un negocio que es muy importante y también para nosotros", dijo a la radio local cooperativa Jorge Rodríguez, ministro de Economía de Chile.
"Y lo mismo en materia de electricidad, Chile le puede vender electricidad a Perú", agregó.
A través de esta propuesta se buscaría convertir a Chile en un corredor para el gas peruano que va a Argentina, aunque una parte minoritaria de ese combustible se destinaría para la generación de centrales termoeléctricas ubicadas en el norte chileno.
Posteriormente, parte de esa energía eléctrica producida en Chile sería enviada a Perú.
La iniciativa produce en momentos que Argentina decidió recortar sus envíos de gas a Chile para poder atender su demanda interna, lo que también ha afectado indirectamente a Brasil y Uruguay, mientras que Bolivia, con ricos campos de gas e intentando levantar cabeza de una profunda crisis, pierde su oportunidad de convertirse en un coloso energético.
Por ello, la demanda inicial de gas de los países del Cono Sur estaría por encima de los 30 millones de metros cúbicos al día, mientras que la inversiones bordearían los 2.000 millones de dólares.
Las reservas de Perú, entre las más ricas de América Latina, suman recursos probados de 13 billones de pies cúbicos de gas y 600 millones de barriles líquidos.
Sin embargo, Perú ha manifestado que no tiene necesidad de vender más gas, pues la prioridad la tiene México y también petroleras de Estados Unidos y España.



ANALIZAN VIABILIDAD DEL GAS DE CAMISEA

El Diario de Chile (www.eldiario.cl)

El presidente de la República, Ricardo Lagos, reiteró en Río Gallegos, Argentina, que existe la oportunidad de avanzar en una mayor integración energética entre los distintos países del cono sur. “Hay una reunión técnica de los ministros respectivos las semanas próximas, para avanzar en esa dirección”, indicó el Primer Mandatario, quien participó el viernes en la inauguración del nuevo paso fronterizo, el camino Monte Aymond – Río Gallegos, ceremonia a la que fue invitado por el Presidente argentino, Néstor Kirchner.
Consultado si Perú estaría dispuesto a participar en este acuerdo, señaló: “Si es posible utilizar los ductos que actualmente hay, para poder avanzar más rápido, me parece que es una respuesta obvia, pero indudablemente es una respuesta que tiene que venir de Perú”.
En el encuentro, el Presidente Lagos y el mandatario Néstor Kirchner, también analizaron la viabilidad de un proyecto de integración gasífera a partir del yacimiento peruano de Camisea, análisis que continuarán el próximo lunes en Perú funcionarios del área energética de Argentina, Chile, Brasil, Uruguay y Perú.
El proyecto para aprovechar el gas de Camisea comprende la construcción de un gasoducto desde esa localidad peruana hasta Tocopilla, en el norte de Chile, lugar desde el cual será enviado a Argentina, y desde ahí a Uruguay y Brasil.
En todo caso, la viabilidad del proyecto depende de la disposición de las autoridades peruanas, las que hasta la fecha han declarado que su prioridad es exportar a Estados unidos vía México. También depende del precio que Perú pretenda por el recurso gasífero.
Camisea produce actualmente alrededor de 14 millones de metros cúbicos diarios, pero las necesidades gasíferas de Chile, Argentina, Brasil, y Uruguay serían de al menos 30 millones.



ACUERDO CON CHILE PARA SUPERAR TRABAS POR EL GAS

Kirchner y Lagos negociarán en conjunto para resolver la cuestión energética, agravada por la crisis en Bolivia. Se conformará un "anillo energético" junto a otros países de la región

Diario Infobae de Argentina (www.infobae.com)

Los presidentes de Argentina, Néstor Kirchner, y de Chile, Ricardo Lagos, analizaron el viernes junto a sus funcionarios del área energética la viabilidad de un proyecto de integración gasífera a partir del aprovechamiento de los recursos del yacimiento peruano de Camisea.
Según se informó, el próximo lunes en Perú funcionarios del área energética de Argentina, Chile, Brasil, Uruguay y Perú analizarán la iniciativa.
Desde Río Gallegos, el presidente Néstor Kirchner se refirió ayer por la noche al convenio firmado con Chile para la realización de obras de infraestructura que permitan mejorar el desarrollo económico de la región, que incluyen la concreción de un nuevo corredor vial entre ambos países.
En ese sentido, el mandatario confirmó la implementación de “un fondo fiduciario para la construcción de un gasoducto”, para paliar una eventual crisis energética originada por la escasez de gas.
El presidente resaltó la posibilidad de superar los inconvenientes de desarrollo que afectan tanto a la Argentina como Chile, y calificó el encuentro celebrado con el mandatario trasandino como una “reunión histórica”, en procura de una “síntesis creadora” para que ambos países en conjunto, superen los obstáculos del crecimiento.
Por otra parte, Kirchner recordó que en el momento de hacerse cargo de la gobernación de la provincia, en 1991, existía una deuda de “mil millones de dólares” y destacó el actual superávit del distrito.
Encuentro en Chile
Los mandatarios compartieron un almuerzo en refugio Tehuelche, ubicado del lado chileno, luego de inaugurar obras de pavimentación en la ruta nacional 3 en la localidad de Monte Aymond, cercana a Río Gallegos. Tal reunión marcó el clima de distensión entre los países luego de las dificultades que atravesaron desde el año pasado debido a la limitación de exportación de gas argentino a Chile en el contexto de las necesidades locales.
Al llegar al lugar del almuerzo, ambos mandatarios y sus funcionarios degustaron cordero chileno asado, al borde del fogón, al estilo criollo. Posteriormente se trasladaron a un salón para proseguir el almuerzo y encarar las conversaciones políticas y económicas.
En los discursos durante el acto inaugural ambos mandatarios hicieron referencia a la decisión política compartida de procurar el mejor aprovechamiento de recursos energéticos a nivel regional en favor del desarrollo económico y social del Cono Sur.
Según trascendió de fuentes gubernamentales argentinas, el proyecto bajo análisis técnico y económico comprende la construcción de un gasoducto desde Camisea hasta Tocotilla, en el norte de Chile, para el abastecimiento de gas natural al país trasandino que hoy solo cuenta con ese recurso exportado, con limitaciones, por Argentina.
Se trata de un ducto de 1200 kilómetros hasta el norte chileno cuyo costo está siendo estimado y podría ser financiado con recursos de las AFJP de Perú.
La viabilidad del gasoducto, según se aclaró, dependerá de la disposición de las autoridades del gobierno peruano, habida cuenta que el Ministerio de Energía y Minas del país sudamericano planteó que la prioridad es la exportación a México y Estados Unidos.
También dependerá, señalaron, del precio que Perú pretenda por el recurso gasífero. El repago del ducto correría por cuenta de cada país comprador del gas que pagaría en el mismo acto por el gas que se demande mas un cargo de transporte.
Camisea produce actualmente alrededor de 14 millones de metros cúbicos diarios pero las necesidades gasíferas de Chile, Argentina, Brasil, y Uruguay sería de al menos 30 millones, lo que implica que los productores de Camisea inviertan en mayor producción.
Este proyecto interesaría a la Argentina, Brasil y Uruguay como alternativa a la importación de gas desde Bolivia, actualmente sumida en una crisis política en la que precisamente la política de hidrocarburos futura resulta clave.
El gas peruano ingresaría a la Argentina por los gasoductos Norandino y Atacama, construidos para la exportación de gas argentino a Chile durante la década del 90, para lo cual deberían ser técnicamente modificados, redireccionando los equipos compresores.
El ingreso del gas peruano a la frontera argentino chilena haría viable entonces la construcción del gasoducto del Nordeste por el que se suministraría el fluido a 7 provincias de esa región argentina y de allí a Brasil y Uruguay.
Precisamente el tendido de este ducto quedó en suspenso ya que había sido pensado para la compra de gas boliviano. La viabilidad técnica y económica será analizada el próximo lunes en Lima durante una reunión de los ministros y secretarios de Energía de Perú, Chile, Argentina, Brasil y Uruguay.
Hoy Kirchner hizo hincapié en la necesidad de "trabajar por la integración energética tanto a nivel eléctrico como del gas junto a Chile, Perú, Brasil, Uruguay y Dios quiera que pronto también Bolivia".
El presidente se refirió a la construcción de "un anillo energético necesario para abastecer el desarrollo regional". Por su parte, Lagos también se refirió a la "tarea conjunta para la integración energética del Cono Sur, y en lo específico del gas, utilizando los ductos existentes para poder avanzar más rápido".
En ese sentido, Lagos señaló que "indudablemente la respuesta que haría viable este proyecto tiene que venir de Perú".

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