Editorial:
LA CRISIS DE BOLIVIA
La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
La crisis recurrente que sufre Bolivia, que no logra encontrar una salida frente a los gravísimos problemas estructurales que padece, ha recrudecido en los últimos días para volver a colocar al país en un peligroso estado de fragilidad institucional. La Argentina debería, como país hermano y vecino, contribuir a la búsqueda de una solución, impulsando la formación de una mesa de diálogo como la motorizada en nuestro país por el ex representante del PNUD Carmelo Angulo Barturen.
Las masivas protestas sociales convocadas por los grupos radicalizados para exigir la nacionalización de los hidrocarburos, la convocatoria a una asamblea constituyente, la renuncia del presidente Carlos Mesa y hasta el cierre del Congreso están sitiando a la ciudad capital, La Paz, y alimentando un clima propicio para desbordes violentos.
Las discusiones comenzaron con la sanción de la nueva ley de hidrocarburos, pero rápidamente se extendieron a cuestiones históricas irresueltas, como el reclamo por los derechos de los indígenas. El problema que en 2003 provocó la caída del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada sigue sin solución, pero ahora es tan sólo uno de los reclamos de algunos grupos que van ciertamente más allá de la cuestión energética y apuntan abiertamente a la conquista del poder.
Para algunos de esos grupos es necesario reformular integralmente a Bolivia según sus propios criterios. También hay otros que desde Beni, Pando, Tarija y Santa Cruz, donde están ubicados los más importantes yacimientos de hidrocarburos, amenazan con separar a sus respectivas regiones del resto del país, para lo cual acaban de convocar a un referéndum para el próximo 12 de agosto. En estos días el Congreso debería pronunciarse sobre esta cuestión, que indigna a los movimientos indígenas al transformar en inviables sus proyectos. El dirigente cocalero Evo Morales, uno de los principales opositores del gobierno de Mesa, planteó que aprobar autonomías sin una Asamblea Constituyente equivaldría "a incendiar al pueblo boliviano".
Desde la semana pasada la tensión en Bolivia ha ido en aumento y, como ha ocurrido en el pasado, los indígenas de El Alto se movilizaron masivamente para ocupar el centro de La Paz acompañados por docentes y campesinos cocaleros. Cortaron sus accesos, aislándola del resto del país, para luego tratar de ingresar en la estratégica Plaza Murillo, donde están la sede del Ejecutivo -el Palacio del Quemado- y el Congreso de la Nación.
Los manifestantes fueron rechazados por la policía antimotines, con la que se enfrentaron aunque sin mayores episodios de violencia. Morales, cabeza del Movimiento al Socialismo, reclama una inmediata Asamblea Constituyente, y los grupos de izquierda más radicalizados, como el liderado por el jefe de la Central Obrera Boliviana, Jaime Solares, exigen la renuncia de Mesa, el cierre del Congreso y la inmediata nacionalización de los hidrocarburos.
Estos reclamos, por su naturaleza y la forma en que se llevan adelante, debilitan la frágil democracia boliviana, que la semana última superó una sublevación de un par de mandos intermedios del ejército. Las fuerzas armadas mantienen el respeto por la Constitución.
Los empresarios de Santa Cruz de la Sierra profundizaron sus reclamos separatistas y exigen a Mesa que gobierne o se haga a un lado. El presidente, cuyo mandato concluye en agosto de 2007, insiste en que no renunciará. Su popularidad ha caído a los niveles más bajos y su debilidad se acentuó. No sorprende que la ministra de Educación, María Soledad Quiroga, haya presentado su renuncia alegando discrepancias irreconciliables.
Una explosión social acompañada de un quiebre institucional podría tener gravísimas consecuencias para el país y sus efectos, extenderse a otros países de la región.
Es fundamental que la dirigencia boliviana transite el camino del respeto por las instituciones y el estado de derecho como única alternativa posible para superar la grave crisis que el país vive desde hace años. Por eso cabe insistir en que nuestro país le tienda un puente a nuestro vecino para ayudarlo a encontrar una salida a la encrucijada en la que está.
Opinión:
BOLIVIA: ¿QUÉ OCURRIRÁ MAÑANA?
El Universo de Ecuador (www.core/eluniverso.asp?fecha=06)
Bolivia.- Al momento de escribir estas líneas desde Bolivia, el Congreso boliviano pasa por un momento confuso: un bloqueo en las calles de La Paz está poniendo en peligro la posibilidad de que el Parlamento aborde dos temas encontrados: la convocatoria a una asamblea constituyente y el tratamiento de un referéndum autonomista. El Congreso deberá fijar la fecha de los dos acontecimientos, la Asamblea Constituyente exigida por una mayoría de bolivianos y la autonomía impulsada desde la región rica de Santa Cruz y Tarija. La mayoría andina parece decirle a la élite de Santa Cruz que es hora de que este territorio rico comience a recompensar a la región andina empobrecida, que durante siglos mantuvo la economía boliviana.
¿Cuál llegará primero? Los autonomistas temen que una constituyente, con una presencia mayoritaria de la izquierda, bloquee la autonomía. El presidente Mesa, en un mensaje dramático frente a los que con más claridad lo apoyan, los militares, pidió al Parlamento que encuentre una fórmula que concilie las dos posiciones y reiteró que las movilizaciones de estos días serán procesadas con el diálogo, sin represión. Pero hay otros temas que rondan: la exigencia de la nacionalización del petróleo por parte de la confederación obrera, el MAS –dirigido por Evo Morales– y la poderosa organización vecinal de Abel Mamani; o el intento del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y su grupo político de echar fuego a la situación para congelar el juicio que la Corte Suprema boliviana le ha impuesto por los hechos sangrientos que rodearon a su caída en 2003.
A momentos, parecería que Ecuador y Bolivia enfrentan una situación parecida: una democracia que ha hecho muy poco por combatir la pobreza; una pluralidad que ha sido soslayada históricamente y que ahora ya no acepta dilaciones; las presiones en torno al destino de los hidrocarburos, que en los dos países aparecen como la mayor riqueza; la fuerza de las movilizaciones que, en el caso boliviano, adquieren una forma histórica: los cabildos; y el fracaso del centralismo para conducir países profundamente fragmentados. Todo ello apunta a una reforma política que modifique sustancialmente el sistema político y de representación. La crisis boliviana se agudizó precisamente a comienzos de esta década, cuando un curioso sistema electoral por el cual la segunda vuelta presidencial entre los finalistas es reemplazada por una decisión del Congreso en la que los patriarcas políticos siempre han negociado una presidencia del centro hacia la derecha, tocó fondo. Se desnudó de cuerpo entero al encontrar una fórmula que impidiera la llegada al poder del líder cocalero Evo Morales. Tal vez la mayor diferencia entre los dos países reside en que en Bolivia existe un sistema de descentralización y de participación popular institucionalizada, que favorece la posibilidad de caminar más a fondo en la reforma política. Lo de Ecuador, puede quedarse en un maquillaje que obedezca a los caprichosos equilibrios políticos que caracterizaron la Constituyente de 1997 y socavaron la imagen del Congreso en los últimos años, hasta volverlo, a diferencia del caso boliviano, en un conjunto de personalidades oscuras que apenas si se representan a sí mismas, cuando no confunden sus identidades en las componendas.
Opinión:
BOLIVIA: INCERTIDUMBRES Y POSIBILIDADES
La Jornada de México (www.jornada.unam.mx)
La confrontación abierta en Bolivia es una nítida síntesis de la contradicción que hoy desgarra a nuestro continente. Por un lado está la mayoría de la población trabajadora y pobre, organizada en sus múltiples y diversos organismos gremiales, vecinales, sindicales, comunitarios, regionales. Todos estos hombres y mujeres configuran un mosaico móvil de resistencia y lucha que desde hace años viene pugnando por conseguir, de todas las maneras posibles, dos objetivos prioritarios que, expresados de manera sintética, son: a) poner un límite o evitar la continuación del saqueo de los recursos naturales (agua, gas y petróleo, principalmente) llevado adelante por las empresas trasnacionales más poderosas del mundo, amparadas en el apoyo que les han brindado los sucesivos gobiernos que ese país ha tenido -Carlos Mesa (2003-?), Gonzalo Sánchez de Lozada (2002-2003), Bánzer-Quiroga (1997-2002), Sánchez de Lozada (1993-1997), Jaime Paz Zamora (1989-1993)-; b) poner un límite a la monopolización partidaria y elitista de la decisión sobre los asuntos públicos decisivos hasta hoy secuestrada por una decadente "clase política" enormemente desprestigiada y percibida por la multitud movilizada como un conjunto de enemigos que se atrincheran en el Parlamento Nacional para promulgar leyes que no atienden el sentir profundo de la sociedad.
Por otro lado, están las elites bolivianas, principalmente los empresarios asociados al capital trasnacional en los negocios mineros y los terratenientes agroexportadores del oriente del país que se han enriquecido con la siembra de soya y oleaginosas, que, además, son los dueños de los medios de comunicación. Este sector empresarial-terrateniente criollo, en una nación mayoritariamente indígena, ha recuperado la iniciativa desde enero pasado presentando un proyecto de "descentralización económica" y de "autonomías departamentales" que, en los hechos, busca poner bajo su propio control la decisión sobre los recursos petroleros y gasíferos actualmente en disputa, manteniendo las prerrogativas que hoy tienen las trasnacionales, aun a riesgo de desmembrar al país que está en el centro de América Latina.
En este complejo caleidoscopio de antagonismos, ¿qué papel juegan el Estado boliviano y el gobierno de Carlos Mesa? Hasta ahora el gobierno ha llevado adelante un papel de garante de la propiedad de la tierra en el oriente -como se mostró en la participación del ejército para desalojar las haciendas tomadas por el Movimiento sin Tierra de Santa Cruz la semana anterior- y de agente de los intereses de las trasnacionales petroleras frente al movimiento social, negándose a promulgar una ley de hidrocarburos que ni siquiera recupera el control sobre los hidrocarburos bolivianos, como exigen los hombres y mujeres movilizados desde octubre de 2003, sino que simplemente eleva en 32 por ciento los impuestos a las utilidades de tales empresas.
En medio de este inestable y frágil equilibrio se ha abierto la segunda semana de luchas indígenas y populares por la recuperación de los hidrocarburos y por la refundación del país utilizando una Asamblea Constituyente, mediante la cual, según afirman los principales voceros de los movimientos sociales, sería posible transformar el acartonado sistema partidario que imposibilita hoy la toma democrática de decisiones en Bolivia.
La lucha indígena y popular boliviana entonces va expandiéndose y se encamina velozmente hacia una conflagración directa contra dos de los tres pilares del proyecto neoliberal impuesto en toda América Latina. Este proyecto, auténtica ofensiva del capital mundial y local contra los pueblos y las naciones del mundo, se ha apoyado en estos últimos 20 años en 1) el saqueo más abyecto y general de la riqueza pública y los recursos naturales de los países subalternos; 2) la imposición de la más terrible explotación de la fuerza de trabajo por la vía de la precarización, la flexibilización, la contención salarial, la desprotección y la reducción a cero del salario indirecto; y 3) el vaciamiento total de las instituciones democráticas, que se han vuelto simples lugares de reunión de las elites partidarias, donde no se decide nada sobre los principales problemas de los pueblos; vaciamiento que corre paralelo a un supuesto apego a la "legalidad" entendida como camisa de fuerza contra los anhelos y necesidades de la población.
Si el neoliberalismo es esto, en Bolivia se está luchando directamente contra dos de estos pilares: el grito múltiples veces repetido que expresa de distintas maneras tanto un "no al despojo y saqueo trasnacional" como un "no a la ficción democrática" que secuestra la soberanía social, es la síntesis boliviana de esta lucha. Esta resistencia, estas miles de acciones de lucha hilvanadas en un horizonte de sentido democrático y recuperador de la riqueza cuestiona la dominación global del capital trasnacional, aunque ocurre en el ámbito de un Estado nación. Por esta razón, en Bolivia, en estos días, se condensa de manera incierta una posibilidad de ir ya no sólo contra sino más allá del orden neoliberal que hoy enluta y empobrece al mundo.
Información sumergida sobre un país en crisis
BOLIVIA Y LAS FALSAS SIMETRÍAS INFORMATIVAS
Diario Rebelión de Uruguay (www.rebelion.org)
Todo el sistema de medios capitalista crea incesamente una falsa simetría informativa para explicar conflictos perdurables, como el israelí-palestino, el aislamiento internacional de Cuba o la permanente revuelta que las masas bolivianas libran contra el invasor que los domina desde las épocas de la conquista española.
¿Qué es una “falsa simetría”? Se trata de una narración periodística que, aparentando neutralidad y/o equilibrio ante un conflicto, describe a los contendientes como partes con responsabilidad similar en el origen y/o prolongación de la disputa.
La construcción noticiosa de una falsa simetría se basa en variadas técnicas: manipulación de información y estadísticas, recorte de un segmento de hechos previa amputación del “background” histórico, uso liso y llano de la mentira, falseamiento de documentación, etcétera.
Así, por ejemplo, en el caso de Palestina, se ha denunciado reiteradamente la falsa simetría informativa que iguala a ocupantes y ocupados, opresores y víctimas. Pero esta maniobra discursiva en los últimos años ha llegado más lejos. Ha sido frecuente que la prensa narre los acontecimientos violentos en términos de “provocación” palestina y “represalia” israelí. Este lenguaje “imputa discretamente la responsabilidad inicial a uno de los beligerantes” (1), en este caso los palestinos, por la aparición y prolongación del conflicto. La tradición de “neutralidad” en la que intenta situarse la prensa “profesional” es buen campo de cultivo para las “falsas simetrías”. Por caso en Irak, las noticias intentaron equilibrar su descripción de la criminal invasión angloamericana con la continua referencia a los crímenes de Saddam Hussein, su hipotético poder de lanzar un ataque devastador en 45 minutos y el mito de las armas de destrucción masiva.
En todo caso, las falsas simetrías se imponen no tanto por hábiles maniobras del lenguage y sutiles argumentaciones, sino básicamente por la repetición ensordecedora de sus esquemas de desinformación en las usinas noticiosas del imperio y sus circuitos clientes. Estos últimos incluyen miles de mensajeros gratuitos e involuntarios –medios pequeños y medianos, líderes políticos y otros formadores de opinión– que creen válida una reinterpretación “neutral” del paradigma noticioso imperial, inconscientes de su garrafal distorsión informativa inicial.
“Es claro que la herramienta que permite moldear las conciencias de los ciudadanos es no sólo la repetición permanente del mensaje original puro y duro, sino también el reciclaje de mensajes de segunda y tercera generación, es decir, de discursos subsidiarios del original, que con distintas variantes y graduaciones, lo respaldan o se oponen parcialmente pero arropándose en su terminología y concepciones básicas” (2). Así es como un ciudadano común cree asumir una postura equilibrada al opinar: “Estoy en contra del bloqueo, pero Castro es un dictador y Cuba debería democratizarse”.
Los efectos políticos de la instalación de una falsa simetría en la opinión pública no son nada desdeñables. Se produce un “corrimiento del sentido común”, es decir, ante la desmesura del discurso mentiroso del poder, muchos sectores políticos y diplomáticos, intelecturales y periodistas, ensayan una postura que intenta “quedarse en el medio”. Así, apoyan soluciones “sensatas”, que “con el consenso en la comunidad internacional”, siguen siendo de todos modos intrínsecamente injustas y arbitrarias.
EL ESCENARIO BOLIVIANO
Las masas bolivianas, a las puertas de un nuevo derrumbe de su régimen imperial local, van siendo incorporadas lentamente a una falsa simetría informativa. Se dibuja una situación en la que aparentemente ambas partes en discordia tienen algo de razón.
El aparato mediático describe por un lado a los manifestantes, que reclaman la nacionalización de los hidrocarburos, la convocatoria a una asamblea constituyente y la renuncia del presidente Carlos Mesa; y por otro lado, al Gobierno, el Parlamento y las corporaciones extranjeras, que demandan el respeto de los acuerdos alcanzados, las “garantías a los inversores externos que el país ha logrado atraer” y el mantenimiento del orden y el estado de derecho.
Dentro de este escenario, ambos grupos de actores van adquiriendo rasgos más detallados.
De un lado, el Parlamento ha aprobado una ley que “parcialmente atiende los reclamos”, y que ha “incrementado” las regalías que deben pagar las petroleras del 18 al 50 por ciento. Las petroleras, a su vez, califican como “confiscatorio” este nuevo impuesto y prometen apelar. En principio, la prensa populista tiende a mirar a estas transnacionales con un sesgo crítico: al fin y al cabo, todo ciudadano de a pie desconfía de estos monstruos de mil cabezas. Sin embargo, también se menciona que fue la legislación de bajos impuestos impulsada por Sánchez de Lozada la que “logró atraer estas inversiones”.
Mientras tanto los manifestantes son tratados en principio con cierta aureola de respeto. Hay algo de intachable en ese enorme despliegue de gente de todos los sectores sociales que baja de los cerros, llega caminando desde los campos y se suma a un movimiento multicolor. Sin duda, si se tratara de una rebelión espontánea en La Habana, la prensa la titularía como otra “Revolución de Terciopelo”. Sin embargo, a medida que pasan los días y la rebelión no cede, se pone el acento en que “pese al tratamiento de sus reclamos” los manifestantes continúan con los bloqueos de calles y caminos. Se destaca su carácter “hostil” y “violento” y los perjuicios que le causan a comerciantes y miembros de las clases medias.
Lentamente, la prensa internacional tiende a construir una imagen en la que modernidad, razón y progreso están del lado del Gobierno, describiendo al presidente como “la única salvación" o "lo único que hay", con el habitual coro diplomático internacional llamando a la “cordura” y al “respeto a la ley”. Mientras tanto, las masas son asociadas con términos negativos, como “disturbios”, “destrozos”, “guerra”, “metralla” e “intransigencia”. La próxima etapa, según los acontecimientos, será pintar a sus dirigentes más preclaros como “exóticos”, “desequilibrados”, “no razonables” o/y “alejados de la realidad”.
Aún así, el cuadro descripto parece sujeto a debate. Las mayorías occidentales estarían dispuestas a sentir simpatía por esas masas empobrecidas y sus reclamos. Pero al fin y al cabo, nadie simpatiza con el caos, menos con los golpes militares, y todos estamos acostumbrados a pensar que vivir en democracia implica que todas las partes deben ceder un poco para llegar a acuerdos.
Hemos llegado a una de las falsas simetrías que modelan los esteoreotipos en que basa su percepción el ciudadano común.
SIGLOS DE REBELION
En primer lugar, hace falta desafiar frontalmente uno de los supuestos básicos de la falsa simetría: el de que Mesa y el elenco político que encabeza representan los valores de la ley y las instituciones democráticas.
Aunque las noticias intenten darle a las manifestaciones un carácter discontinuado e inorgánico por la ausencia de una dirección unificada, en realidad el pueblo boliviano vive de alzamiento en alzamiento desde hace 500 años, contra una realidad política de violencia, dominación externa y ausencia de democracia. Así como Irak tuvo la “desgracia” de reposar sobre la segunda mayor reserva de petróleo del mundo para ser víctima de una invasión, el territorio boliviano sufrió en términos similares desde la época de la conquista española, cuando millones de indios fueron exterminados para extraer las fabulosas riquezas mineras del país.
La explotación española dejó un país en ruinas y una población que nunca conoció un verdadero autogobierno, hasta la insurrección popular que llevó al poder en 1952 al Movimiento Nacionalista Revolucionario. Ese gobierno nacionalizó las minas de estaño, impuso el voto universal y comenzó una reforma agraria. Sin embargo, “Pero poco a poco la mano externa fue tiñendo de conspiraciones y divisiones el proceso, hasta llevar al derrocamiento de Víctor Paz Estensoro en 1964, el mismo año del golpe contra Joao Goulart en Brasil. El espíritu de la revolución regresó con miles de bolivianos en las calles, con la presencia efímera del general Juan José Torres, entre 1970 y 1971. Washington ya aceptó que actuó para derrocar a aquel presidente mediante un golpe cruento que le permitió colocar en el poder a una de sus figuras clave para el tablero de las dictaduras del cono sur: el general Hugo Bánzer”.
“Bánzer, a su vez, fue depuesto por el general Juan Pereda Asbrún, en 1978, para impedir la llegada al gobierno de Hernán Siles Suazo, a quien le arrebataron mediante un fraude su triunfo electoral. Pero ya el 24 de noviembre de ese año el general David Padilla Arancibia remplazó a Pereda Asbrún. Así se llegó a la sucesión de golpes, contragolpes, gobiernos militares, los narcos en el poder consentidos por Estados Unidos y retornos democráticos a medias, siempre castrados por la impunidad” (3).
Los orígenes del actual gobierno se inscriben en la misma lógica de ausencia total de legitimidad. El actual presidente Mesa era el vice de Gonzalo Sánchez de Lozada (a) “Goñi”, entronado con el 22 por ciento de los votos. Este hombre, que fue educado en los Estados Unidos y hablaba español con un fuerte acento gringo (hoy refugiado en Miami, of course), se dedicó durante su mandato a privatizar todos los recursos naturales de Bolivia, desde el gas hasta el agua. Luego de enfrentar sucesivas rebeliones populares y reprimirlas a sangre y fuego, renunció en Octubre de 2003 al calor de un levantamiento popular que arrojó un balance de 80 muertos.
Mesa fue el heredero de este trono virreynal manchado de sangre. Asumió prometiendo respetar las demandas populares, y obviamente no lo hizo. ¿Alguien puede honestamente identificar a este hombre con un sistema democrático? En realidad, es el emergente momentáneo de un antiguo sistema de poder que ha recurrido a todo tipo de violencias y zancadillas para entronar al delegado de turno del poder foráneo.
Por eso la consigna de una asamblea constituyente es pertinente. Para crear una verdadera democracia en Bolivia, hay que barrer la servidumbre proimperial enquistada en el Estado, y fundar una nueva institucionalidad.
LA CUESTION DE LOS HIDROCARBUROS
Respecto de las riquezas energéticas, la falsa simetría ubica la discusión en el terreno de un simple “tira y afloje” con las empresas privadas que “invierten en el país” acerca del nivel de impuestos que deben pagar, ocultando la verdadera dimensión del pillaje.
Situando el debate en el porcentaje de impuestos que las petroleras deben pagar, y anunciando que la nueva norma sancionada por el Parlamento ha incrementado este impuesto, se silencia que las empresas lograron un excepcional descuento a golpes de corrupción con Sánchez de Lozada, y –lo que es más importante– se ignora el reclamo de un precio justo y de que el proceso de industrialización se realice en Bolivia, ya que estas materias primas incrementan muchas veces su valor una vez industralizadas.
En realidad:
1) La ley anterior ya fijaba las regalías en el 50 por ciento. Pero Sánchez de Lozada entregó nuevas areas de explotación a una irrisoria tributación del 18, calificando los campos como “inexistentes” (??).
2) Las petroleras pagan su impuesto en base a una declaración jurada que nadie controla, lo cual implica que prácticamente su nivel de tributación es voluntario. Esta también sucede en países del área como Argentina, donde gobernó Menem, un clon de Sánchez de Lozada.
3) Los reclamos del pueblo boliviano exceden el mero marco de un impuesto. Se exige la nacionalización de los hidrocarburos y una serie de medidas que le den al Estado control sobre el precio interno y de exportación, y que un cierto porcentaje de industrialización de la materia prima se realice en Bolivia.
Este ultimo punto es fácil de entender si se revisa la posición de organismos como el Centro de Información y Documentación de Bolivia (CEDIB):
“El país cree que el tema básico de la próxima Ley de Hidrocarburos está en saber si las petroleras pagarán el 50 % de regalías o si la tributación se desglosará en 18 % de regalías y 32 % de impuestos, cuando la esencia del problema está en saber si los precios de exportación del gas natural serán fijados por las transnacionales o por el Estado nacional. Si Bolivia exporta el millar de pies cúbicos (MPC) a un dólar (a la Argentina lo hizo a 0.98 dólares), recibirá, en el mejor de los casos, el 50 % de esa cantidad, o sea 0.50 dólares por MPC. Entre tanto, EEUU vende el MPC a Canadá y México a 6 dólares y los bolivianos pagamos también 6 dólares en el mercado interno”. (4)
Es decir que a las transnacionales les parece “confiscatorio” pagar un 50 por ciento de regalías sobre un precio “boliviano” de un dólar por metro cúbico, cuando venden el mismo producto en el mercado internacional seis veces más caro. ¡Y al mismo precio se lo venden el pueblo boliviano, donde el grueso de la población vive con menos de 80 centavos de dólar al día! (5)
Pero aún hay más, porque hasta aquí sólo se manejan las cifras del negocio limitado a la materia prima:
“El proyecto del gobierno indica que las ventas se regirán “por el precio real de exportación…” fijado por la empresa. “En Argentina, Bolivia y Chile, las empresas exportadoras y compradoras del gas son las mismas. Pluspetrol”, filial Bolivia, le vende a “Pluspetrol” Argentina; Repsol Bolivia a Repsol Argentina y Chile, y Petrobrás Bolivia a Petrobrás Brasil. En otras palabras, las empresas se venden a sí mismas el gas…”
“En esas condiciones, el gas boliviano, al cruzar la frontera, se convierte en termoelectricidad, GLP, GNC, Metanol (con destino a EEUU y Europa) y otros productos petroquímicos, los que permiten a las transnacionales obtener enormes ganancias, a costa de Bolivia. En el actual debate, solo se discutió la forma en que Bolivia compartirá la torta pequeña, o sea el producto de la venta -ficticia- de materia prima, ocultando la torta grande, vale decir el valor agregado que solo beneficiará a las transnacionales. Las dimensiones del daño afectarán a la totalidad de las reservas del país, cuyo valor mínimo asciende a 53 mil millones de dólares” (5).
Organizaciones como el CEDIB plantean que por lo menos el 30 % de los volúmenes exportables de gas sean industrializados en territorio nacional.
Es claro que, en un país sacudido por la pobreza, en un mundo necesitado de energía, el Estado debe adoptar políticas conducentes a asegurar para su gente el máximo ingreso posible de los limitados recursos existentes. Cualquier programa de menor alcance está viciado de estupidez, corrupción y/o traición a la patria. Esta es solo una parte de un enorme témpano de información sumergida. Pero es claro que, muy lejos de las falsas simetrías, mirando el problema con verdadero equilibrio y neutralidad, toda la razón le asiste el pueblo boliviano.
CHÁVEZ PIDE A LOS BOLIVIANOS QUE BUSQUEN UNA SALIDA PACÍFICA Y DEMOCRÁTICA A SU CRISIS
Europa Press España (www.europapress.es)
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pidió hoy martes a los bolivianos que "busquen salidas pacíficas, democráticas" para resolver la seria crisis a la que se enfrenta su país.
Chávez consideró "insensatos" a los que le han acusado de propiciar las violentas protestas callejeras que han realizado opositores en la capital boliviana, pidiendo la nacionalización de los hidrocarburos.
"Desde aquí saludo al presidente (de Bolivia) don Carlos Mesa, al pueblo boliviano y a los distintos factores políticos y sociales de la Bolivia querida, con la petición de que busquen salidas pacíficas, democráticas a sus problemas internos, que son los mismos que aquí tenemos: la pobreza, la exclusión, la desigualdad", señaló el gobernante durante un encuentro entre empresarios venezolanos y rusos en un hotel de Caracas.
Chávez mantiene estrechas relaciones con el diputado opositor y dirigente cocalero, Evo Morales, quien es señalado como uno de los líderes de las protestas en Bolivia.
FELLNER DIJO QUE, A PESAR DE LA CRISIS EN BOLIVIA, NO HACE FALTA REFORZAR LAS
La Gaceta de Argentina (www.lagaceta.com.ar)
El gobernador de Jujuy, Eduardo Fellner, aseguró hoy que la crisis en Bolivia no tiene una gravedad tan marcada como para reforzar las fronteras en el norte del país. "Hay medidas de precaución, pero no hay nada marcado que nos permita tener un estado especial de alerta o preocupación", afirmó Fellner, en declaraciones a la prensa en Casa Rosada. El mandatario jujeño aclaró que, a pesar de la difícil situación en Bolivia, no se registró un mayor nivel de ingreso de ciudadanos del país vecino a la Argentina.
Fellner con el presidente Néstor Kirchner sobre el delicado escenario boliviano, antes del acto en que anunciaron la construcción de 1.500 viviendas para Jujuy.
25 CAMIONEROS ATRAPADOS EN LA PAZ
La Estrella de Iquique, Chile (www.estrellaiquique.cl)
Una dramática experiencia está viviendo desde hace dos semanas un grupo de transportistas iquiqueños, quienes se encuentran literalmente "atrapados" en la zona de El Alto, de La Paz, Bolivia. Así lo aseguró el concejal de Colchane, Eleodoro Moscoso, quien ayer tomó contacto telefónico con Rubén Mamani, uno de los camioneros afectados. Según expresó el edil, los veinticinco choferes viajaron a Bolivia a dejar automóviles y mercadería, como de costumbre, con toda su documentación al día. Sin embargo, tras dejar la carga, han sido hostigados y discriminados por ciudadanos bolivianos por el simple hecho de ser chilenos. "No les venden comida ni combustible y lo peor es que no pueden venirse. Ni siquiera han tenido la oportunidad de tomar contacto con el cónsul chileno en La Paz para que los ayude", precisó Moscoso.
Acotó que el sesenta por ciento de los transportistas afectados es de origen aymara y aunque tienen rasgos faciales similares a gran parte de la población del vecino país, "cuando los oyen hablar los identifican como chilenos y les niegan todo".
PASOS
Moscoso aseguró que la totalidad de los transportistas viajó con toda su documentación al día y lo hizo por pasos habilitados, como lo hacen habitualmente. El problema se suscitó, dijo el concejal, al llegar a La Paz, donde se vive un verdadero clima de caos social. "No es posible que están sufriendo este maltrato y que no reciban ayuda", agregó Moscoso.
AUDIENCIA
El edil solicitó audiencia con el intendente Patricio Zapata y la gobernadora Patricia Román para dar a conocer el problema y buscar una solución a la brevedad, "pero parece que me van a atender recién el lunes". Eleodoro Moscoso sostuvo que las familias de los camioneros están desesperadas por lo que les pueda ocurrir a éstos en La Paz. "Ya no les queda dinero y aunque tuvieran, no les venden nada", concluyó.
AUMENTAN LAS PROTESTAS, CON BLOQUEOS EN EL ALTO, ORURO Y COCHABAMBA
SIN QUÓRUM PARA LA PAZ EN EL PAÍS ANDINO
En el marco de una de las más numerosas manifestaciones en La Paz, los parlamentarios no obtuvieron el quórum para una sesión que debía tratar el referéndum autonómico y la Asamblea Constituyente. El presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez, señalado de conspirador.
Página 12 de Argentina (www.pagina12web.com.ar)
El timbre sonó varias veces pero los diputados y senadores no concurrieron a la cita en cantidad suficiente para llegar al quórum e instalar la sesión congresal que debía tratar el referéndum autonómico, reclamado por el Comité Cívico de Santa Cruz de la Sierra, y la Asamblea Constituyente, que puso en pie de guerra a los movimientos sociales en el occidente del país. El propio presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez, estuvo ausente de la sesión que él mismo citó, lo que potenció las denuncias de conspiración y crispó aún más el clima político en el país andino. Mientras tanto, las protestas sociales se radicalizaron con la quema de garitas policiales y algunos saqueos aislados. La ciudad fue “tomada” por los manifestantes a lo largo de todo el día, en reclamo de Asamblea Constituyente y nacionalización de los hidrocarburos, ante la expectativa de la sesión parlamentaria.
“Vaca Díez ha evitado el quórum, está jugando a la escisión del país”, dijo a Página/12 el senador oficialista Filemón Escobar. “El presidente del Congreso juega a ‘Vaca Díez presidente de la república’”, denunció, por su parte, el diputado del MAS, Jorge Alvarado, quien vinculó al senador con el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. El propio Vaca Díez dijo temer un “corralito” de los manifestantes y, sospechosamente, la bancada del MNR, el ex partido de “Goni”, tampoco concurrió a la sesión.
La noche cayó ayer sobre La Paz resaltando las siluetas de miles de manifestantes que rodeaban el Congreso, fogatas dispersas en las calles y un fuerte olor a gases lacrimógenos, potenciados varias veces por la falta de oxígeno que provocan los 3600 metros de altura. Los manifestantes alteños cavaban zanjas y construían barricadas en la Plaza de los Héroes en lo que parecían preparativos para una guerra, mientras los campesinos anunciaban la intensificación de los bloqueos a partir de hoy.
Por la mañana, una marea humana ingresó a la hoyada paceña donde, al igual que en días anteriores, confluyeron vecinos alteños, maestros, campesinos y algunos estudiantes de la Universidad Pública de El Alto (UPEA). En minutos, el tráfico desapareció del centro paceño, al tiempo que ensordecedoras explosiones de dinamita anunciaban la “ocupación” alteña de la ciudad. “Mesa cabrón, El Alto no te quiere”, coreaban los manifestantes junto a la ya tradicional consigna de “Fusil metralla, El Alto no se calla”, originada durante la represión de octubre de 2003.
La céntrica Plaza Murillo fue rodeada por policías fuertemente armados –en un repliegue del poder sobre sí mismo– y, esporádicamente, disparaban gases lacrimógenos contra quienes se atrevían a desafiarlos. En la víspera, el presidente Mesa acusó a las “minorías radicales” de “golpistas”, lo que parece estar consiguiendo resultados opuestos a los buscados por el mandatario. Los manifestantes marcharon por barrios paceños de clase media –habitualmente alejados del ruido de los petardos– donde al grito de “1, 2, 3, cierren los negocios, carajo” lograron paralizar el comercio y, posteriormente, bloquearon varios accesos a la exclusiva zona sur de la ciudad. “Nadie es imprescindible, ni el presidente ni el Congreso”, dijo el líder alteño Abel Mamani en respuesta a una pregunta de este diario acerca de si estaban pidiendo el cierre del Parlamento y la renuncia del primer mandatario. En la céntrica esquina de Colón y Potosí, estudiantes de Sociología de la UPEA respondían con dinamitazos a los gases lacrimógenos de la policía, en un “duelo” que duró varias horas. Varios periodistas calcularon en 50.000 a los manifestantes,en una de las concentraciones populares más masivas de los últimos tiempos.
El opositor Movimiento al Socialismo se muestra incómodo con la radicalización de las protestas, que ha superado a los dirigentes y resultan difíciles de controlar. “En El Alto prevalecen las consignas, no quieren entender que no es posible estatizar los hidrocarburos y echar a las petroleras”, dijo a Página/12 el diputado del MAS Gustavo Torrico, quien considera que “la ley actual es mucho mejor que la anterior” pero el manoseo entre el Congreso y el Ejecutivo provocó la actual ofensiva por la nacionalización. Sin embargo, señala que “no hay convencimiento en esa consigna, ni fuerza de combate”. Pese a lo cual, esa consigna está articulando a sectores diversos y permeando las propias bases del MAS. Los bloqueos se extendieron ayer a varias regiones del país, incluyendo Oruro y Cochabamba y, según los pronósticos, podrían expandirse hoy a otras regiones del país.
Entretanto, varios sectores pidieron un paso al costado de Carlos Mesa. El presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Roberto Mustafá, consideró que el adelanto de elecciones es la única vía para evitar una confrontación más profunda, mientras que el empresariado cruceño apuesta, en mayor medida, a una sucesión presidencial que le entregue el poder a Hormando Vaca Díez, oriundo de ese departamento oriental y fuertemente resistido por los movimientos sociales. Ayer –en una reunión autoconvocada de los diputados– se solicitó la renuncia de Vaca Díez y las versiones de diversos tipos de golpe adquirieron un renovado vuelo en el ambiente político boliviano.
Agravando aún más la crisis en Bolivia, la petrolera Repsol YPF anunció que había abandonado plan para exportar gas a EE.UU.
MESA ENFRENTA PROTESTAS MÁS DURAS DESDE SU ASUNCIÓN Y EMPRESARIOS PIDEN SU RENUNCIA
La policía calculó en 12 mil los manifestantes que desbordaron La Paz durante una jornada en que el Congreso no pudo reanudar sus sesiones a raíz de las protestas. La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia pidió a Mesa dar "un paso al costado".
La Tercera de Chile (www.latercera.cl)
Tal como lo había anunciado en la víspera el Presidente Carlos Mesa, ayer Bolivia vivió momentos de "tensión imprevisible". En las manifestaciones más multitudinarias registradas desde que el Mandatario asumió hace 19 meses, varios miles de personas marcharon por La Paz impidiendo la reanudación de las sesiones del Congreso. Ante la magnitud de las movilizaciones, la máxima organización de empresarios privados del país pidió la renuncia de Mesa.
Cálculos extraoficiales de la Policía cifraron en 12 mil las personas movilizadas en La Paz, mientras que representantes de los grupos organizadores de la marcha consideraron que la cifra real estaba "muy por encima" de lo dicho por fuentes policiales. Militantes de movimientos populares y sociales, muchos llegados de la vecina ciudad de El Alto, recorrieron desde temprano las calles de La Paz reclamando al Congreso la convocatoria a una Asamblea Constituyente.
Durante la jornada se produjeron agresiones a transeúntes, destrozos en el mobiliario urbano y en vehículos y el intento de clausurar por la fuerza locales comerciales y otros establecimientos. "Como gobierno condenamos estos hechos", señaló el ministro de gobierno, Saúl Lara, quien descartó que el Ejecutivo decrete el estado de sitio, ya que, a su juicio, "la situación no está fuera de control".
Ya que las vías de acceso a La Paz y al Congreso se encontraban bloqueadas, muchos parlamentarios no pudieron llegar a la sede del Legislativo, por lo que quedó en suspenso una convocatoria a un referendo sobre autonomías y una Asamblea Constituyente. La región de Santa Cruz pugna por una convocatoria a referendo autonómico para el 12 de agosto, el mismo día que habrá la primera elección de prefectos (gobernadores) en Bolivia.
"No hay garantías para que sesione el parlamento, porque varios diputados y senadores no pudieron llegar a La Paz por el bloqueo de carreteras y pocos vuelos debido al paro en El Alto", informó el presidente de la Cámara de Diputados, Mario Cossío.
En tanto, el máximo dirigente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Roberto Mustafá, pidió ayer a Mesa "dar un paso al costado para evitar que la situación de conflicto que vive el país termine por asfixiarnos a todos", en alusión a la magnitud de las movilizaciones que afectan a Bolivia.
Mustafá propuso la entrega del gobierno al presidente de la Corte Suprema, Eduardo Rodríguez, con sede en Sucre, para que convoque, en el plazo de 150 días, a elección de presidente, vicepresidente, senadores y diputados para un período constitucional de cinco años.
Fracasa proyecto
Agravando aún más la crisis que afecta al país, ayer el presidente de la petrolera hispano-argentina Repsol YPF, Antoni Brufau, dijo que la empresa ha abandonado sus planes de exportación de gas natural desde Bolivia a EE.UU., mediante el consorcio Pacific LNG. Brufau dijo que Repsol YPF necesita tener seguridad de que va a recuperar sus inversiones y que es necesario estudiar bien la nueva Ley de Hidrocarburos. Recientemente, la estatal brasileña Petrobras anunció el recorte de sus inversiones. Según la Cámara Boliviana de Hidrocarburos, las inversiones perdidas o paralizadas suman US$ 10 mil millones desde 2002.
CAOS Y TENSIÓN EN LA PAZ, EN LA MAYOR PROTESTA CONTRA EL GOBIERNO DE MESA
Una multitud sitió la plaza donde están la Casa de Gobierno y el Parlamento. Y lanzó cartuchos de dinamita. La Embajada argentina cerró sus puertas. El Congreso no se reunió por falta de quórum.
El Clarín de Argentina (www.clarin.com)
Llegaban en vehículos privados, muchos arrastrando sus valijas. Recién arribados del interior, casi a hurtadillas, varios legisladores trataban de pasar inadvertidos ante una multitud que ayer volvió a sitiar la plaza Murillo, donde se alzan el Parlamento y la Casa de Gobierno. Mientras continuas detonaciones de dinamita hacían vibrar vidrios y puertas de los viejos edificios del centro histórico de La Paz, una fuerte custodia de policías se esforzaba en mantener a raya a furiosos piquetes de obreros y campesinos que pugnaban por tomar de asalto la zona, durante las manifestaciones más grandes bajo el gobierno de 19 meses del presidente Carlos Mesa.
Fue tal la tensión y la intensidad de la protesta que la Embajada argentina y la de EE.UU., entre otras, cerraron sus puertas con tres horas de antelación, para permitir a sus empleados locales regresar a sus casas.
En una jornada crucial para el futuro de Bolivia, el Parlamento, de pésima imagen ante la sociedad, reabrió sus sesiones tras diez días de forzada clausura debido al clima de agitación que envuelve al país. Sin embargo, sólo había podido ingresar al edificio una minoría de parlamentarios (60 sobre 157) y por esa falta de quórum una comisión legislativa se demoraba en debatir si Bolivia tendrá una reforma autonómica, como lo quieren básicamente los ricos departamentos (regiones) del este, y si además se convocará a una Asamblea Constituyente para refundar ciertas instituciones del Estado boliviano, según el reclamo de quienes habitan el oeste altiplánico. La sesión se reanudará hoy.
Las pobladas marchas alcanzaron esta vez barrios que antes habían salido indemnes del arrollador paso de miles de personas —12.000, según la policía, unas 30.000, de acuerdo con fuentes periodísticas y partidarias— y de nuevo pusieron a los sufridos paceños contra la pared.
El elegante Sopocachi, Miraflores, y también la zona chic del sur de esta capital fueron despertados ayer a los cohetazos mientras largas columnas de manifestantes cortaron todo asomo de libre tránsito en la ciudad, que quedó aislada. Hubo una masiva caída de cortinas en muchos comercios de la zona cuando grupos de campesinos, mineros, maestros rurales, obreros y grupos de federaciones vecinales atravesaron La Paz al grito de "uno, dos y tres, cierren los negocios carajo". Los manifestantes formaron barricadas con adoquines, quemaron neumáticos y fueron reprimidos con gases lacrimógenos por la policía, pero no se informó de heridos. El Congreso se encuentra dividido en dos grandes bloques, según sea la zona geográfica a la que representen. Los delegados del oriente boliviano, liderados por la rica Santa Cruz, Tarija, Pando y Beni, exigen su autonomía del poder central de La Paz. Pero las regiones andinas de La Paz —epicentro de las protestas—, Oruro, Potosí, Cochabamba y Chuquisaca demandan la convocatoria a una asamblea constituyente para que sea ese organismo el encargado de debatir el nuevo régimen autonómico. El primer grupo quiere que el Congreso legitime su autonomía antes de cualquier Constituyente y el segundo, al revés, prefiere que sea la Constituyente la que determine cómo serán las autonomías y cuándo entrarán en vigor. Los manifestantes que sitiaron La Paz se oponen a la autonomía oriental, apoyan la Asamblea Constituyente y reclaman además la nacionalización de los hidrocarburos. Pero este último tema parece haber quedado fuera de la agenda. "No se debatirá en el Congreso esta vez", dijo a Clarín el diputado del socialismo Gustavo Torrico. "Tenemos que analizar básicamente las autonomías", comentó a su turno a este enviado el delegado de Beni Edwin Schriqui, del Movimiento Nacional Revolucionario. Mientras Clarín conversaba con estos legisladores en el hall central del recién pintado Parlamento boliviano, varios legisladores del oriente hacían su ingreso acarreando maletas. Es que todos debieron burlar el cerco de los manifestantes y entrar furtivamente al edificio.
En el centro del problema se encuentra el choque entre el oriente y el occidente boliviano. Los departamentos del este, con Santa Cruz y Tarija a la cabeza, dicen buscar independencia del centralismo de La Paz para darle más agilidad a su economía, basada en los hidrocarburos y en una pujante agricultura. Pero desde el occidente, al que representan los miles de movilizados, aseguran que los cruceños y sus socios pretenden tener las manos libres para ampliar su tajada en los impuestos por la venta de gas. Las principales reservas bolivianas se encuentran, justamente, en Tarija y Santa Cruz. Según análisis de prensa, la posición de los autonomistas tendría 90 votos contra 67 de quienes buscan imponer la Constituyente.
SUSPENDE SESIÓN EL CONGRESO DE BOLIVIA; CAOS EN LA PAZ Y EL ALTO
La Jornada de México (www.jornada.unam.mx)
La tarde del miércoles, a las 16 horas, José Galindo, ministro de la Presidencia, entró a la sede del Poder Legislativo y se reunió con el senador y presidente del Congreso Nacional, Hormando Vaca Diez, en privado. Minutos después, el senador abandonó el edificio y se trasladó a un céntrico hotel. Así comenzaron las cuatro horas de discusiones y dudas que culminarían con la suspensión de la sesión de Congreso convocada para esta jornada. De esta manera, la discusión sobre convocar o no a una Asamblea Constituyente quedó en el aire, así como el debate para llamar a un referéndum sobre las autonomías departamentales, que han demandado los sectores de la derecha en el este del país.
De todos modos, cuando por la noche, a las 20 horas, el presidente de la Cámara de Diputados Mario Cosío declaró la falta de quórum para que la sesión tuviera validez, los diputados presentes, casi todos del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales, decidieron establecer una sesión y recogieron una lista de los diputados que en ese momento esperaban. A esas horas, inusualmente, las manifestaciones que han asolado La Paz desde hace más de una semana continuaban y la policía disparaba gas lacrimógino y balines a discreción.
Marchas, barricadas y corbatas cortadas
Desde muy temprano comenzaron los diferentes sectores a marchar hacia el centro paceño, donde se encuentran el palacio de gobierno y la sede del Congreso. Primero aparecieron las juntas vecinales de El Alto y los maestros de escuelas públicas rurales, que coparon la avenida principal de La Paz a las 10 de la mañana. Después aparecieron los campesinos del Altiplano, miembros de la etnia aymara, cantando: "Achuete, achuete, el Mesa es un alcahuete, los ministros una mierda, el Parlamento una cagada". Cerca del mediodía, los marchistas superaban las 50 mil personas. Sólo que esta vez no se limitaron a cercar la plaza central, sino que desplegaron sus contingentes en todo el casco histórico de la ciudad, alcanzando a bloquear varios barrios donde se asientan centros comerciales, embajadas y diversas oficinas de gobierno.
En la Plaza Isabel la Católica, a escasos 50 metros de la embajada de Estados Unidos, se instalaron cientos de campesinos aymaras y vecinos alteños. "Por acá ya no pasa nada", dijo un vecino del Distrito 4 de El Alto. Una guardia de 40 hombres armados con estacas se apostó en la calle mirando hacia la legación estadunidense. De la misma manera, en la Plaza Abaroa (situada en un barrio de clase media), el Distrito 5 cerró las avenidas que conectan con la zona sur de la ciudad y comenzó a cortar las corbatas de cuanto oficinista o señor de traje pasó por ahí. Ninguna cruce importante quedó libre al paso vehicular hasta bien entrada la tarde.
El centro paceño, mientras tanto, quedó completamente sofocado por las marchas y los enfrentamientos intermitentes con la policía, que resguardaba el palacio. Los estudiantes de la Universidad Pública y Autónoma de El Alto combatieron las granadas de gas durante casi cinco horas, aprovechando el alcantarillado para echar las granadas y atacando a los uniformados con cartuchos de dinamita. En la Plaza de los Héroes, el populoso centro donde realizan sus asambleas los movimientos sociales, grupos de jóvenes levantaron barrricadas con adoquines. Y aunque entre los manifestantes había algunos cientos de campesinos ligados al MAS pidiendo la convocatoria a la Asamblea Constituyente, la consigna general escuchada era: "nacionalización".
Finalmente, el paro cívico general convocado por las juntas de vecinos de El Alto -así como los primeros bloqueos en los caminos al norte del departamento de La Paz- se ha recrudecido y desde ayer por la tarde algunos barrios pobres paceños colindantes con los alteños han comenzado a bloquear algunos accesos a la sede de gobierno. Hoy no han circulado autos en El Alto y la actividad comercial fue casi nula.
Ya entrada la tarde, mientras los parlamentarios bolivianos trataban de llegar a un acuerdo e instalar el Congreso Nacional, desde un hotel el senador Vaca Diez declaró a una radio paceña que no tenía garantías suficientes para realizar su trabajo y que la sesión quedaba suspendida. El diputado Evo Morales se ofreció a ir por él hasta el hotel donde se encontraba y acompañarlo. Las calles del centro seguían tomadas por la gente y el dirigente campesino aymara, Gualberto Choque, ante las dudas de que se realizara el trabajo legislativo, dijo a La Jornada que "en cualquier momento nos vamos a tomar el Parlamento, que nunca nos ha servido".
"Ante la falta de quórum..."
A las 20 horas, luego de pasar lista tres veces, el presidente de los diputados Mario Cosío declaró: "Ante la falta de quórum, es imposible realizar la sesión de Congreso. Invito a los jefes de bancada a una reunión de trabajo a las 8 de la mañana", y abandonó el recinto. Los parlamentarios en ese momento abuchearon a Cosío y, afirmando que había suficientes diputados, realizaron una sesión conducida por el segundo vicepresidente de la Cámara Baja, el diputado del MAS Jorge Ledesma.En las dos horas de sesión que tuvieron, los diputados criticaron la postura del senador Vaca Diez y, como resultado, han lanzado un documento en el que lo desconocen y exigen su renuncia, acusándolo de golpista.
Quedaban ya en la noche algunos miles de manifestantes en la Plaza de los Héroes cuando terminó todo. La policía comenzó a dispersarlos con gas y balines. Un vecino de La Paz, que pasaba por el lugar, recibió 10 impactos en las piernas. Sin embargo, el ministro del Interior, Saúl Lara, que se apersonó en la plaza, declaró que no se trataba de vecinos o de campesinos, sino de delincuentes comunes. Mientras Lara declaraba varios heridos fueron retirados en ambulancia y la policía volvió a reprimir a los marchistas. Hay siete detenidos y al menos una docena de lesionados por balines.
Los campesinos y los alteños han declarado que volverán a marchar por La Paz, exigiendo la nacionalización de los hidrocarburos y la renuncia del presidente Mesa y todos los parlamentarios. La sesión de Congreso Nacional está citada para la tarde, aunque no oficialmente, ya que el senador Vaca Diez lo hizo apenas verbalmente. Por lo que la moneda sigue en el aire...
EL CONGRESO DE BOLIVIA NO PUEDE REANUDAR SUS SESIONES DEBIDO A LAS FUERTES PROTESTAS CALLEJERAS
El Mundo de España (www.elmundo.es)
El Congreso de Bolivia no pudo reanudar este martes sus sesiones por las incesantes protestas callejeras en La Paz y quedó en suspenso una convocatoria a un referendo sobre autonomías y una Asamblea Constituyente que tienen al país andino sumido en una grave crisis política.
El Congreso boliviano no pudo reanudar sus sesiones porque sólo asistieron 62 de los 130 diputados y tres de sus 27 senadores.
"No hay garantías para que se celebre la sesión del parlamento porque varios diputados y senadores no pudieron llegar a La Paz por el bloqueo de carreteras y pocos vuelos debido al paro en El Alto", informó el presidente de la Camara de Diputados, Mario Cossmo, quien explicó que se intentará de nuevo el miércoles. El ministro de Gobierno (Interior), Saúl Lara, reiteró que el gobierno de Carlos Mesa otorgará garantías para que se reúnan los congresistas.
"No vamos a reprimir a nadie", afirmó, a pesar de los destrozos del ornato público y la propiedad privada que hicieron el martes los manifestantes.
La sesión del Congreso debía comenzar a las 16:00, hora local (20:00 GMT).
El líder del Movimiento Al Socialismo (MAS), el indígena Evo Morales, calificó a la frustrada sesión del congreso como "una agresión al pueblo boliviano y una conspiración a la democracia (sic)".
El diputado de los cocaleros también acusó al presidente del Congreso, el senador Hormando Vaca Díez, de estar "detras de esa maniobra" porque tiene intenciones de ser el próximo presidente de Bolivia.
Vaca Díez, en caso de renunciar el presidente Carlos Mesa, estará habilitado para una sucesión constitucional para completar un mandato de cinco años que deberá concluir el 6 de agosto del 2007.
Varios saqueos y hechos de vandalismo ocurrieron la noche del martes en La Paz después de que el Congreso boliviano no pudiera reanudar sus sesiones por las incesantes protestas callejeras en la ciudad.
Saqueos y detenciones
"Un retén policial de la calle Huarina y Figueroa fue quemado por vandalos. Otros saquearon varios negocios en la avenida Buenos Aires y en la zona Gran Poder", informó el coronel de la policía Hernan Jaimes.
El oficial dijo que hubo seis detenidos: "los jóvenes que aprovechan las movilizaciones callejeras para cometer abusos y delitos", agregó.
Los 157 parlamentarios, que representan a nueve departamentos del país andino de 8,3 millones de habitantes, deberán pronunciarse sobre autonomías y la Constituyente, temas que han dividido al occidente y oriente de Bolivia.
El presidente del influyente Comité pro Santa Cruz, el médico German Antelo, visitó el martes la sede del Congreso para dialogar con parlamentarios sobre la convocatoria a un referendo de autonommas para el 12 de agosto, el mismo día que se realizarán las primeras elecciones de prefectos (gobernadores) en Bolivia.
"Estamos convencidos de lo que estamos haciendo. No toleraremos que no haya referendo porque nunca es ilegal consultarle a la gente, porque eso es democracia participativa", expresó.
Santa Cruz, la región más rica de Bolivia, desde el 28 de enero respalda la elección de prefectos y el referendo sobre autonommas.
Sin embargo, regiones mas pobres, como El Alto, la ciudad vecina de La Paz, piden que primero se convoque a una Asamblea Constituyente que permitirá la refundación de Bolivia, esta vez con participación de aymaras, quechuas, guaraníes y otros grupos indígenas que no fueron tomados en cuenta el 6 de agosto de 1825, cuando se fundó Bolivia.
Los habitantes de El Alto, con respaldo de campesinos y otros grupos sociales, realizaron el martes una marcha tipo que paralizó por completo a La Paz.
"El presidente Mesa esta cometiendo los mismos errores que Goni (apodo del ex presidente Gonzalo Sanchez de Lozada), que decía que eran unos cuantos que pedían en nombre del resto, pero nosotros nos quedaremos en La Paz hasta que el Congreso fije fecha para la Asamblea Constituyente", afirmó el presidente de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto, Abel Mamani.
Sin embargo, para el analista político Jorge Lazarte "la llave de este conflicto está en manos del Comité pro Santa Cruz, que debe ceder en la fecha del referendo".
Lazarte opinó que urge en Bolivia un acuerdo político para una salida concertada a la actual crisis social.
"Tenemos que apuntar a una salida hacia delante... El acuerdo debe apuntar que siga gobernando el presidente Mesa o se adelanten las elecciones, incluido todo el parlamento", dijo.
La solicitud de nuevas elecciones nacionales también fue respaldado el martes por el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Roberto Mustafa.
Entre las demandas sociales figura la modificación de la nueva ley de hidrocarburos, una propuesta respaldada por el Movimiento Al Socialismo (MAS), que lidera el indígena Evo Morales, aunque éste sorprendió el martes a muchos al pedir que ya no se realicen las elecciones de prefectos el 12 de agosto.
LA CHOLITA, IDENTIDAD CULTURAL DE BOLIVIA
-
*Al caminar por las calles de Sucre, capital de Bolivia, hace más de una
década, el fotógrafo Delphine explosiva cautivado por mujeres aymaras y
estilo de...
7 years ago
No comments:
Post a Comment