"VACA DÍEZ, LIGADO AL NARCOTRAFICO", DICE EL ALCALDE DE LA PAZ
El Universal de México (www.estadis.eluniversal.com.mx)
Es un rara avis de la intrincada política boliviana. Ex dirigente fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), cuando era una organización guerrillera, viró al centroderechista Movimiento Bolivia Libre (MBL), desde el cual llegó a la alcaldía de La Paz, en el 2000.
Lo raro en Juan Del Granado es que tiene excelentes relaciones con los dirigentes de El Alto, lo mismo que con Evo Morales, y es amig de Carlos Mesa y el derechista ex presidente, Jorge Tuto Quiroga. Pero su animadversión hacia el presidente del Senado, Hormando Vaca Díez, lo lleva a permanecer en huelga de hambre en su despacho, junto con representantes de todas las fuerzas vivas de la ciudad, en donde recibió a EL UNIVERSAL ayer por la mañana, horas antes de que fracasara la sesión del Congreso, con una acusación y un vaticinio: "Vaca es un hombre ligado al narcotráfico" y "el Congreso no podrá sesionar y Hormando perderá la posibilidad de ser presidente".
A los 52, y dueño de un carácter afable, Del Granado jura que no será candidato a la Presidencia y brinda las razones de esta huelga de hambre que comenzó 48 horas antes. "Lo hacemos para que Vaca y la clase más pérfida y corrupta de dirigentes que no representan a nadie, salvo a un grupo de interés, no provoque una masacre y para que nuestros hermanos de El Alto nos den una tregua".
Sobre sus "hermanos de El Alto", sostiene que "sus demandas son justas", pero "creen que si ceden poquito, están traicionando la doctrina y no es así".
¿Por qué se empecina Vaca Díez en asumir la Presidencia?
Es su sueño desde niño, y lo están empujando algunos empresarios de Santa Cruz y, además, es el referente de los partidos a los que hoy no los votaría nadie. Él estuvo vinculado al narcotráfico. Además, ese país está en peligro si él llega al gobierno.
Este abogado, que se encargó de demandar y enviar a la cárcel al dictador, Luis García Meza, es dueño de posiciones firmes como estar en contra de la nacionalización sin que lo califiquen de "vende patria". Del Granado defiende la reciente ley de hidrocarburos porque "ahí tenemos un instrumento para recuperar nuestro patrimonio. Con errores, con faltas de instrumentos, pero permite, con 50 por ciento de regalías, recuperar 100 por ciento ". Le dice "no a la nacionalización porque a este país lo saquearon históricamente y ya no hay nada para nacionalizar".
En el extranjero existe la percepción, apresurada quizá, de que llegó el tiempo de Evo Morales, ¿usted qué opina?
No, desde adentro no es así, y Evo es mi amigo. Acá primero tenemos que enterrar 180 años de vida republicana que no funcionaron y después realizar un gran acuerdo nacional, para que este país sea viable.
ASEGURAN QUE EVO MORALES LOGRÓ SU OBJETIVO PRINCIPAL
Lo dijo el periodista Renan Rivero a Radio 10 al explicar que el Congreso aceptó la designación de Rodríguez presionado por el líder cocalero.
Diario INFOBAE de Argentina (www.infobae.com)
No se percibe un aire más fresco después de que el Congreso de Bolivia eligiera ayer al titular de la Corte Suprema, Eduardo Rodríguez, como sucesor del dimitido presidente Carlos Mesa.
El periodista boliviano Renan Rivero, desde Santa Cruz, aseguró a Radio 10,que el Congreso aceptó la designación de Eduardo Rodríguez, presionado por el diputado y dirigente del MAS, Evo Morales. "Evo Morales le ganó a los partidos tradicionales porque el sistema político no goza de credibilidad y él parece ser una figura creíble, pero no de capacidad para gobernar", aseguró. Rivero comentó además que la designación de Rodríguez "calmó mucho las caso". "En algunas rutas ya se levantaron los bloqueos, aunque en El Alto, por ejemplo, siguen a la espera de una reunión, que se realizará este mediodía, en la que analizarán si aceptan lo consensuado ayer por el Congreso", explicó.
JORNADA DE IRA
El Universal de México (www.estadis.eluniversal.com.mx)
Carlos Coro tenía esperanzas en el futuro. Al menos eso dicen sus compañeros. Por eso marchaba por todo el país, en su condición de cooperativista minero, para terminar con las injusticias y por lo que él creía que debía ser este país.
Ayer, Carlos, de 52 años y con cuatro hijos, salió de Potosí en una numerosa caravana que descendió a Totocoa, a 17 kilómetros de Sucre. La represión fue inmediata; una bala le atravesó el corazón y se convirtió en el primer muerto de esta crisis. Hormando Vaca Díez, el hasta ayer presidente del Senado, ya tiene un cadáver en sus alforjas.
La muerte de Coro disparó los disturbios en Sucre y en La Paz casi de inmediato. La histórica plaza 25 de Mayo, donde los diputados y senadores se negaban a sesionar por instrucciones de un atribulado Vaca Díez, se convirtió en un campo de batalla. Gases, barricadas y la infaltable dinamita se apoderaron de la "cuna de la independencia".
En La Paz, universitarios y campesinos no quisieron ser menos. Y desataron la trifulca que se extendió hasta bien entrada la noche, hasta el momento en que Vaca Díez anunciaba al país que renunciaría a su cargo. Ahí, muchos manifestantes, con crespones negros en honor a Coro, dejaron correr la alegría después de días de angustia. "Vaca traidor, prepárate para ir al paredón", gritaban cientos de manifestantes en la esquina de Yanacocha y Comercio, a 100 metros de la plaza Murillo.
Toda la atención del país estaba puesta en Sucre. Tras la batahola desatada por la ira, y a sabiendas de que Vaca Díez había vuelto a postergar la sesión para refugiarse en la prefectura militar de Sucre, afuera más de un millar de militantes mineros y campesinos intentaron romper el cerco de seguridad con la intención de copar la prefectura. "Vaca al matadero", era el grito.
La efectividad de los bastonazos y los lacrimógenos disuadió a unos manifestantes casi salidos de la versión andina de la tragedia lorquiana Fuenteovejuna . Recién a las nueve de la noche, la calma comenzó a regresar cuando en la plaza de Sucre y en la San Francisco donde tuvo lugar un velatorio simbólico se corrió la voz de que Vaca Díez daría una conferencia de prensa. "El gordo renuncia", era la consigna.
Por la paceña avenida 6 de marzo y hasta la Mariscal Cruz, la noche había cobrado otra dimensión. Los ánimos ya mucho más distendidos, permitían dejar escapar un grito reiterado que el presidente de la Corte Suprema de Justicia nunca había imaginado en sus 48 años de vida: "Rodríguez presidente". El nombre de Rodríguez era sinónimo de una obra breve, brevísima, pero necesaria y sin que el escritor uruguayo Mario Benedetti pudiera acusarlos de plagio: "La tregua".
EL TITULAR DE LA CORTE ES EL NUEVO PRESIDENTE Y HABRA ELECCIONES
SE FUE LA VACA, VIENEN LAS URNAS
La ruta a las elecciones anticipadas quedó abierta en Bolivia tras una jornada de extrema tensión. Después que enfrentamientos dejaran un muerto y tres heridos, Hormando Vaca Díez y Mario Cossío renunciaron a la sucesión constitucional. Asumió el presidente de la Suprema Corte.
Página 12 de Argentina (www.pagina12web.com.ar)
Es un capítulo cerrado. Después de una jornada que incluyó un muerto y tres heridos por el ejército, los presidentes de las dos Cámaras del Congreso, Hormando Vaca Díez y Mario Cossío, renunciaron a la sucesión constitucional y Eduardo Rodríguez fue elegido presidente de Bolivia por el Parlamento. Vaca se fue emitiendo fuertes conceptos contra el presidente renunciante Carlos Mesa y Evo Morales, jefe del Movimiento al Socialismo (MAS). Sostuvo que “hemos llegado a una etapa en el país en el que los culpables se presentan como los inocentes y donde las víctimas aparecen como culpables” y denunció “ante la comunidad internacional” que “en Bolivia no estamos viviendo en democracia, porque gente pagada impide sesionar al Congreso”. Pocos minutos más tarde renunció también a la sucesión el presidente de Diputados, Mario Cossío, quien en la misma línea de Vaca Díez acusó al gobierno de instalar una “lógica de confrontación” en el país y de “impulsar una agenda demagógica”. Las dos renuncias fueron aceptadas por unanimidad en el Parlamento, lo que transformó en nuevo presidente de Bolivia al titular de la Corte Suprema de Justicia, Eduardo Rodríguez, quien deberá convocar a elecciones anticipadas en el plazo de 90 días. La sesión parlamentaria, programada inicialmente para las 10 de la mañana y trasladada luego a las 6 de la tarde, volvió a ser suspendida durante la noche, mientras Vaca Díez huía de la multitud hacia una unidad militar, en medio de una espiral de violencia que tuvo como saldo a un minero muerto. Wilbert Ramos, el principal dirigente campesino de Chuquisaca, había señalado que “Vaca Díez sólo abandonará Sucre descuartizado”, y piquetes de campesinos se trasladaron al aeropuerto para evitar que el cuestionado senador, un representante derechista de la clase alta de Santa Cruz de la Sierra, se trasladara a su feudo para seguir tramando su ascenso al sillón presidencial. “Si Vaca gobierna, guerra civil”, corearon durante toda la jornada varios de los grupos que se movilizaron a lo largo y ancho del país. Entretanto, en el centro de la ciudad –capital formal de la República–, mineros provistos de dinamita y policías protagonizaron duros enfrentamientos a sólo 100 metros de la Casa de la Libertad, que alguna vez fuera sede de eventos menos grotescos. La muerte del minero Carlos Coro, a manos del ejército, en la localidad vecina de Yotala, a 17 kilómetros de Sucre, y las heridas de tres personas más caldearon aún más los ánimos. “Primero los gasificaron (a los mineros), los cercaron y finalmente los acribillaron”, dijo el diputado del MAS Santos Ramírez. El hecho de “tener un muerto” antes de asumir la primera magistratura –y el clima de creciente violencia que se expandió en todo el territorio nacional– precipitó el postergado “renunciamiento” de los presidentes de ambas Cámaras.
Si bien en una primera instancia la sucesión constitucional parecía contar con mayoría –al menos por las declaraciones de los representantes partidarios–, en las últimas horas las agrupaciones, incluyendo el MIR al que pertenece Vaca Díez, se mostraron divididos, y Nueva Fuerza Republicana (NFR, populista de derecha y parte de la ex “megacoalición”) señalaron que no apoyarían la investidura del senador. Y la ilusión presidencialista de Vaca y las elites cruceñas se derrumbaron como un castillo de naipes.
Esta decisión puede empezar a distender la extrema convulsión social que vive el país, aunque algunos sectores sociales reclaman que las eleccionesno se restrinjan al Ejecutivo sino que se renueve también el Congreso, sede del repudio generalizado. Ayer, la ciudad de La Paz presentaba un paisaje desolado, casi sin vehículos y con gente caminando por el medio de las principales avenidas. Los controladores aéreos del país se declararon en huelga por tiempo indefinido, lo que cesó todos los vuelos desde y hacia el aeropuerto internacional de La Paz. El paro en El Alto fue total, lo que impidió el abastecimiento de la sede de gobierno, y miles de personas esperaron frente a la planta de Senkata para comprar una garrafa que no llegaba, lo que generó tensión entre las amas de casa –que reclamaban “queremos gas”– y dirigentes vecinales. Algunos representantes barriales sostuvieron, ante una consulta de Página/12, que era posible “levantar las medidas de presión a favor de la nacionalización” si Vaca Díez daba un paso al costado. Pero eso debe ser decidido por las organizaciones sindicales y vecinales que probablemente se reúnan hoy para decidir cómo seguir en el nuevo escenario político.
Sectores radicalizados –incluyendo a la COB– intentaban poner en pie una Asamblea Popular. Por la mañana, los representantes del Alto Mando Militar habían convocado a “un nuevo pacto social entre los bolivianos”. Su llamado pacifista contrastaba con el uniforme de campaña que vestían los militares, una especie de mensaje de que la situación estaba llegando a un límite (ver abajo). Con el camino libre para el presidente de la Corte, parece haberse encendido una luz al final del túnel. Los problemas en el país continúan, aunque se espera que con la convocatoria a elecciones anticipadas las agendas en disputa –Asamblea Constituyente, nacionalización y autonomías– se puedan canalizar por la vía institucional. En todo caso, es una papa caliente para el nuevo mandatario.
El jefe de la Corte Suprema es el sucesor interino de Carlos Mesa y debe llamar a elecciones en un plazo de 5 meses
EDUARDO RODRÍGUEZ ASUME EN BOLIVIA Y COMICIOS GENERALES SE HARÁN ESTE AÑO
Las protestas que se focalizaron ayer en Sucre y que cobraron la vida de un minero, presionaron al titular del Senado, Hormando Vaca Díez, y al de la Cámara de Diputados, Mario Cossío, a renunciar a su derecho constitucional. Dirigentes de El Alto dijeron que mantendrán las movilizaciones mientras no se nacionalicen los hidrocarburos.
La Tercera de Chile (www.latercera.cl)
En una jornada marcada por la violencia y la incertidumbre, anoche el Congreso pudo finalmente sesionar en Sucre. El Legislativo aprobó por unanimidad la renuncia presentada por el Mandatario Carlos Mesa y de la misma forma ratificó al jefe de la Corte Suprema, Eduardo Rodríguez, como su sucesor, quien convocará a elecciones anticipadas en un plazo de 150 días. "Mi primera preocupación hoy es lograr que los bolivianos y bolivianas encontremos días de paz. Inaugurar un nuevo tiempo", dijo Rodríguez tras asumir.
Tanto el presidente del Senado, Hormando Vaca Díez, como el de la Cámara de Diputados, Mario Cossío, renunciaron previamente a la sucesión constitucional. La decisión de ambos políticos se produjo luego que las duras protestas que marcaron la jornada terminaran con la muerte de un minero cerca de Sucre.
Cuando todos ya daban por hecho que la sesión del Congreso no se llevaría a cabo, anoche finalmente el Legislativo optó por aceptar el clamor de los grupos sociales que se oponían tenazmente a una eventual presidencia encabezada por Vaca o Cossío. Los movimientos articulados por el líder opositor y miembro del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, lograron finalmente su objetivo. Tras la asunción de Rodríguez, Morales señaló que este hecho "baja la tensión", pero que se requiere tiempo y que el eventual levantamiento de las movilizaciones "se analizará con los dirigentes".
Ruta a las elecciones
El camino para que Rodríguez llegara a la Presidencia se allanó luego que tanto Vaca como Cossío renunciaran a la sucesión. "Y como han focalizado con una parafernalia mediática en la persona del presidente del Congreso y sus supuestas ambiciones personales, yo quiero anunciar a los bolivianos que en la sesión del Congreso si el voto es por la aceptación de la renuncia (de Mesa), Hormando Vaca Díez declinará irrevocablemente y con eso se acabó", manifestó Vaca Díez.
El titular del Senado renunció a su derecho constitucional no sin antes criticar a Mesa y Morales. "Presidente Mesa, diputado Morales, MAS, apiádense de este sufrido pueblo boliviano, levanten sus medidas, desmovilicen a la gente que han movilizado a lo largo y ancho del país. Hacen eso e instalamos de inmediato la sesión del Congreso aquí mismo", dijo.
Cossío también criticó con dureza a Mesa. "Existe un plan para acabar con la democracia y el sistema político. Ello explica la reiterativa y sistemática lógica de debilitamiento al Congreso impulsada particularmente por el gobierno encabezado por Mesa", señaló.
El líder del partido Nueva Fuerza Republicana (NFR), Manfred Reyes Villa, había dicho a La Tercera que "más allá de acuerdos en el Congreso, el tema es lo que sucede en las calles. Hay mucha oposición y ya no se puede hacer nada por más que uno quiera. Entonces no van a permitir aquello y simplemente (la sucesión) va a llegar al presidente de la Corte Suprema".
Ahora, el desafío que se viene para Rodríguez es complicado. A la tarea de convocar elecciones anticipadas, se suman las demandas por una Asamblea Constituyente, el referendo sobre autonomías y la nacionalización de los hidrocarburos. Según dijo a CNN el analista Eduardo Gamarra, Rodríguez será un presidente de "transición", el cual requiere una "tregua" de parte de los movimientos sociales.
Sin embargo, anoche el dirigente de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de El Alto, Abel Mamani, manifestó que "creemos que con la sucesión no se ha conseguido nada para las demandas de la población boliviana. Creemos que las movilizaciones van a seguir". En tanto, el diputado del MAS, Santos Ramírez, señaló que el nuevo Mandatario debe llamar a una Asamblea Constituyente, un referendo autonómico y la nacionalización de los hidrocarburos.
Por su parte, el dirigente social de El Alto, Roberto de La Cruz, dijo que las manifestaciones no se iban a acabar mientras Rodríguez no nacionalizara los hidrocarburos.
Rodríguez, el hombre del consenso
"Nunca pensé que podría ser Presidente", admitió Eduardo Rodríguez Veltzé en los últimos días, cuando la crítica situación en Bolivia lo puso en la línea de sucesión tras la renuncia del Jefe de Estado Carlos Mesa. La mayoría de los bolivianos desea que el Poder Ejecutivo sea asumido por este juez, titular de la Corte Suprema, quien por mandato constitucional debe llevar a cabo todo el proceso de elecciones generales.
Nacido el 2 de mayo de 1956 en Cochabamba, en el centro del país, este abogado estudió en la Universidad Mayor de San Simón de esa ciudad y luego obtuvo una maestría en la Escuela de Gobierno J.F. Kennedy de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos. Gran parte de su trayectoria ha estado ligada a la docencia, como profesor de varias universidades bolivianas.
"No soy político", ha dicho Rodríguez, quien en todo caso ha ocupado cargos públicos como subcontralor de Asuntos Legales y asesor de la Cancillería. En 1999 fue elegido ministro de la Corte Suprema, en 2004 asumió la presidencia interina de la entidad y desde enero de 2005 se desempeña como presidente del máximo tribunal, donde se ha caracterizado por cultivar un perfil bajo. El hecho de que no pertenezca a algún partido político y la moderación de sus declaraciones convirtieron a Rodríguez en el favorito para asumir el poder Ejecutivo, con el fin de administrar el período que lleve a la realización de elecciones generales. "Bolivia debe ingresar a una seria reflexión que lleve a un futuro. Ese futuro dependerá de la prudencia y la sabiduría con que las instituciones encuentren su mejor porvenir. Apelo al Congreso para que tome las decisiones que corresponda", dijo recientemente. En entrevista con La Tercera el miércoles, Rodríguez se mostró dispuesto a asumir la Presidencia y consideró que en el actual contexto de crisis social los comicios posiblemente podrán contribuir a "remozar la representación en un escenario político tal vez más actualizado a los tiempos y a las demandas que se han presentado".
RODRÍGUEZ ASUME LA PRESIDENCIA DE BOLIVIA ENTRE RUMORES DE GOLPE
La Jornada de México (www.jornada.unam.mx)
Más de 12 horas de correteos, con rumores de golpe y militarización de por medio, terminaron finalmente con la llegada a la Presidencia de la República de Eduardo Rodríguez Veltzé, de 49 años, quien hasta la tarde del jueves ejercía como titular de la Suprema Corte de Justicia (SCJ).
En su alocución, Rodríguez habló poco más de 10 minutos sobre la enorme necesidad de reconciliación entre bolivianos para mantener la unidad nacional y la democracia. "Como dijo ese gran pensador latinoamericano que era Octavio Paz, una de las grandes incapacidades de la democracia es correlativa a la capacidad de autocrítica", expresó con voz serena el nuevo gobernante, hablando de la necesidad de "no tropezarnos más" y de la necesidad de aprender a "mirar a la otredad", a la gente "que escapa a las consideraciones tradicionales".
El nuevo presidente de Bolivia solicitó la cooperación del Congreso Nacional para su gobierno, anunciando que convocará en la brevedad a elecciones, pero también hizo un llamado a quienes durante cuatro semanas han mantenido intensas manifestaciones de protesta por la nacionalización de los hidrocarburos, llamando a los bolivianos a tratar de llevar adelante un nuevo diálogo nacional.
Y en el delicado tema de los hidrocarburos, el presidente Rodríguez hizo su primera gambeta política al ratificar que, como expresa la Constitución, esos recursos naturales son propiedad del Estado, pero afirmando seguidamente que toca al Poder Legislativo "renovar la facultad de administrarlos para hacer efectivo ese principio constitucional, para recuperar aquello que la naturaleza y Dios dio a este país".
Así, pocos minutos después de la medianoche, Rodríguez Veltzé abandonó la Casa de la Libertad, sede original del Congreso boliviano, cerrando de esa manera una jornada llena de incidentes que se saldó con la muerte del minero Juan Coro a principios de la tarde, en un enfrentamiento con la policía.
Normalmente apacible, Sucre tiene una población de alrededor de 300 mil habitantes. Con una altura similar a la ciudad de México, y teniendo como patrona a la Virgen de Guadalupe, la capital política de Bolivia vivió hoy uno de los días más intensos de su historia. Desde muy temprano, contingentes campesinos, de estudiantes universitarios y de mineros asediaron con marchas y dinamitas la Plaza 25 de Mayo, para impedir lo que desde ayer era un rumor a gritos: el senador Hormando Vaca Diez, ejerciendo el derecho a suceder a Carlos Mesa en la presidencia, quería gobernar al país apoyado por militares y los sectores más conservadores de Santa Cruz, departamento al que representa.
Medio día se le fue a Vaca Diez tratando de conseguir un acuerdo con todos los partidos políticos para instalar la sesión de Congreso Nacional. Pasadas las 15 horas, el presidente del Congreso seguía reunido con los jefes de todas las bancadas parlamentarias cuando cerca de Yotala, una comunidad a 30 kilómetros de Sucre, se suscitó un enfrentamiento entre policías y mineros que llegaban a protestar en la ciudad.
Y mientras Vaca Diez decía a los representantes del Movimiento al Socialismo (MAS) que no podían impedirle ser presidente porque "contaba también con apoyos", un disparo se alojó en el corazón de Juan Coro, presidente de la Cooperativa Minera "27 de Marzo", segando su vida. El senador, al enterarse de lo sucedido, abandonó abruptamente la reunión y fue a reunirse con el comandante de la Policía Nacional.
Cuando volvió, Vaca Diez suspendió la sesión, que se había programado finalmente para las 18 horas, y trató de salir del centro sucrense a esa hora. En su huida, en un par de camionetas y custodiado por casi 30 policías en motocicletas, llegó hasta el cuartel del Batallón Sucre, en el barrio periférico de El Tejar. Una vez ahí, solicitó protección militar y ser evacuado de emergencia de la capital por aire.
Los militares bolivianos, que en este día han desplegado unidades en varias ciudades del país, especialmente en Santa Cruz, evaluaron la situación del senador Vaca Diez. "Viendo que la situación del país era delicada", dijo en reserva a La Jornada un alto mando militar, "y que era imposible sacarlo de ahí con discreción y sin enfrentamientos, le hicieron una llamada". Vaca Diez escuchó por su celular la voz firme que le explicaba todo, al tiempo que le rearfirmaba, con doble intención, la posición de las fuerzas armadas de Bolivia: "Evitar a toda costa un enfrentamiento entre hermanos".
"Se trataba más que nada de una 'invitación' a considerar que las fuerzas armadas no iban a soltar bala así nomás, como él y otros habían creído", prosiguió el militar de alto rango. "Y también se le recordó que nosotros habíamos dicho que se tenía que escuchar la voz del pueblo, las demandas populares". Eso marcó la diferencia. Y Vaca Diez, un político hábil, optó por regresar a Sucre tres horas más tarde.
Con su particular acento del oriente boliviano, Hormando Vaca Diez dio una apresurada conferencia para acusar al ex presidente Carlos Mesa y al diputado Evo Morales de la actual crisis política y social que vive Bolivia, pero anunció que si había garantías para la sesión de Congreso, él declinaría su derecho a suceder a Mesa. Lo mismo hizo minutos más tarde el presidente de la Cámara de Diputados Mario Cossío, anunciando que sesionarían en breve (eran ya las 21:30 horas).
En la breve pero emotiva sesión, inciada una hora después con Vaca Diez presidiendo, se votaron dos resoluciones: aceptar la renuncia de Carlos Mesa a la presidencia, que obtuvo unanimidad, y otra en la que renunciaban los líderes congresales a sucederlo en la máxima magistratura. Ambas resoluciones fueron aprobadas, aplaudidas y sacramentadas, con lo que Eduardo Rodríguez se convirtió en presidente.
Mientras una comisión de parlamentarios iba a buscar a Rodríguez, como establece el protocolo, en La Paz Carlos Mesa abandonó relajadamente el Palacio de Gobierno alabando al nuevo presidente, deseando que "ojalá esta decisión sea un camino de pacificación para el país". Sin embargo, a la hora de terminar esta nota, las vigilias en El Alto continúan y ya se anunciaron más marchas ya que, como dijo el dirigente gremial alteño Edgar Patana, para ellos "no cambia la situación mientras no se toque el tema de la nacionalización de los hidrocarburos".
Editorial I
LA ENCRUCIJADA DE BOLIVIA
La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)
La radicalización de los reclamos políticos y sociales en Bolivia, impulsados por dirigentes irresponsables que están empujando al pueblo a la trampa mortal de una guerra civil, como el líder cocalero Evo Morales o el jefe indigenista Felipe Quispe, ha creado en los trasnochados la ilusión de estar en los albores de una revolución.
La única revolución posible es la construcción pacífica de un país viable, para lo cual los actores políticos deben dejar de lado las apetencias personales, los países de la región colaborar desinteresadamente y los organismos multilaterales prestar todo tipo de asistencia.
El agravamiento de la crisis política y social ha colocado a nuestro vecino país en una situación desesperante, al borde de la disolución y una guerra civil, que sólo podrá evitar si adopta el camino del diálogo pacífico, del respeto por las instituciones y el Estado de Derecho. Un gesto de generosidad de su clase dirigente, en particular la política, contribuiría a evitar una catástrofe, cuyo resultado no sería otro que la profundización de la pobreza en una de las naciones más castigadas de América latina.
La acertada decisión de los presidentes de la Argentina, Néstor Kirchner, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de responder de inmediato -junto con las Naciones Unidas- al pedido de socorro que les hizo el presidente renunciante Carlos Mesa, podría ayudar a los bolivianos a encontrar una solución en medio de la incertidumbre y la convulsión en las que se encuentra el país.
Sin embargo, es necesario insistir en que más allá de la ayuda que reciban desde el exterior, la resolución de la gravísima crisis institucional que vive el país andino está en las propias manos del pueblo boliviano.
El presidente Mesa renunció el lunes último, acosado por intensas protestas sociales que han paralizado al país en las últimas cinco semanas, que comenzaron con el reclamo de la nacionalización de los hidrocarburos y se multiplicaron con exigencias de autonomía, asamblea constituyente y convocatoria a elecciones anticipadas.
Campesinos, indígenas, mineros, estudiantes y la central sindical exigen la estatización de los hidrocarburos y del gas natural, la expropiación de los campos petroleros explotados por compañías multinacionales y el cierre del Congreso. En tanto, las provincias ricas del Norte, del Nordeste y del Sur, en el límite con la Argentina, reclaman la autonomía política y económica del poder central con el respaldo de sectores empresariales, en un movimiento que agita el fantasma de la desintegración territorial.
Mesa, que en marzo último fue ratificado por el Congreso luego de haber presentado su dimisión en medio de protestas sociales, fracasó en su intento de encarrilar el país luego de la crisis que en 2003 provocó la caída del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada en medio de un baño de sangre en las calles de La Paz.
La convulsión en las ciudades bolivianas es la expresión más cruda de cuestiones históricas irresueltas, como el reclamo de los derechos de los indígenas. Pero también es la exteriorización de la división que existe en el país entre quienes pretenden avanzar hacia la transformación económica con herramientas que lo inserten en el mundo, y quienes, con banderas populistas y seudorrevolucionarias, proponen medidas extremas que impiden a la nación dejar atrás el estancamiento.
El estado de agitación permanente que pretenden los dirigentes extremistas alienta el surgimiento de la violencia, de la cual los bolivianos tienen muy tristes experiencias.
Una explosión violenta acompañada por el quiebre institucional tendría gravísimas consecuencias para el país, y se convertiría en un foco de inestabilidad para la región. La cancillería argentina debería tener un papel más activo en la búsqueda de una solución, algo que tendría que convertirse una de sus prioridades no sólo por las consecuencias económicas, sino también por el impacto demográfico que provocaría en nuestro país.
La búsqueda del diálogo, la defensa de las instituciones y el respeto por el Estado de Derecho y por la duración de los mandatos constitucionales es el camino que debería recorrer nuestro hermano país de Bolivia en la crítica hora que vive. La Argentina tiene la obligación de tenderle una mano.
Editorial:
LA CRISIS DE BOLIVIA
La Estrella de Iquique, Chile (www.estrellaiquique.cl)
La incapacidad del Presidente Mesa para formar coaliciones y enfrentar las dificultades por las que atraviesa Bolivia ha culminado con una nueva renuncia, cuyo desenlace, en lo más inmediato, parece conducir a un gobierno de transición para pacificar y convocar a elección de Presidente y Congreso. Cabe notar que ese Jefe de Estado debió desenvolverse dentro de una precaria institucionalidad e intensas presiones sociales, políticas y autonómicas. Pero difícil y más preocupante es prever el futuro de Bolivia, que dependerá de los alcances de la Asamblea Constituyente y referéndum autonómico, así como de los acuerdos entre sus dirigentes de los partidos políticos y movimientos sociales.
La frustración generalizada del pueblo boliviano, por insatisfacción de sus más elementales necesidades, ha llevado a planteamientos que podrían significar un cambio completo de su precaria institucionalidad, por otra en que prevalezcan la demagogia y el estatismo, frente a los cuales algunas provincias buscarán la mayor autonomía.
De este difícil equilibrio para no caer en la desintegración podrían depender los intentos más próximos de estabilización de Bolivia, requisito indispensable para recibir la cooperación económica internacional. Está claro que la fragilidad existente en los poderes públicos centrales del vecino país acelera las demandas autonómicas de las provincias de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando, y agudiza las presiones contrapuestas en el estatuto de los hidrocarburos, que determinará las oportunidades perdidas para atraer inversiones y contribuir al mejoramiento de las magras condiciones en que se desenvuelve su población.
Las inestabilidades de Bolivia causan perjuicios que golpean severamente a sus habitantes, trascienden a sus fronteras e impactan en las ajustadas necesidades energéticas de Brasil, Argentina y Chile. Nuestra diplomacia debe continuar siguiendo con circunspección estos acontecimientos, que Brasil, Argentina, Estados Unidos, Perú y la OEA seguirán con mayor participación.
El cambio de gobierno en Bolivia, previsible desde hace ya algún tiempo, es una medida provisional, cuya eficacia no puede sino mirarse con escepticismo, frente a la compleja realidad que le espera.
EL NUEVO PRESIDENTE DE BOLIVIA ANUNCIA QUE CONVOCARÁ ELECCIONES GENERALES
El nuevo presidente de Bolivia, Eduardo Rodríguez, ha anunciado que convocará elecciones generales anticipadas para renovar el sistema democrático del país, como pedían los miles de manifestantes que desde hace tres semanas tienen paralizado el país. Rodríguez asume el cargo tras aceptar el Congreso la dimisión del anterior presidente, Carlos Mesa, y anunciar los sucesores constitucionales de éste su renuncia a asumir el cargo.
Diario Cinco de España (www.cincodias.com)
Eduardo Rodríguez, de 49 años, casado y con cuatro hijos, era hasta ahora presidente del Tribunal Supremo. Ha jurado como nuevo presidente de Bolivia ante el Congreso reunido en Sucre. La Cámara aceptó con anterioridad la dimisión de Mesa, y la renuncia a asumir la Jefatura del Estado de sus sucesores, el presidente del Congreso y el de la Cámara de Diputados.
Rodríguez, presidente transitorio, ha asegurado en sus primeras declaraciones que asume su cargo "no con demonios sino con ángeles" y que está convencido de que "las demandas del pueblo boliviano no son de hace dos semanas", sino que tienen que ver con la historia del país.
El Congreso boliviano pone fin a unas horas en las que el país ha estado al borde del abismo. La sesión prevista para aceptar la renuncia de Mesa se retrasó unas horas por la situación en las calles de Sucre. Cuando por fin se ha celebrado se han sucedido las renuncias para conducir al país a unas elecciones anticipadas.
El presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez, anunció que no asumiría la Presidencia si la Cámara aceptaba la renuncia del dimitido Carlos Mesa, como así ha ocurrido. En una rueda de prensa, Vaca Díez culpó de las protestas sociales al propio Mesa y al líder opositor del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales. "Declinaré irrevocablemente, y con eso se acabó", dijo. "Quiero denunciar que no estamos viviendo en democracia en Bolivia, porque se impide al Congreso Nacional ejercer su función constitucional, porque se renuncia para no renunciar, porque se llama a la subversión y al levantamiento", manifestó. El titular de la Cámara de Diputados y segundo en la línea de sucesión a la Presidencia, Mario Cossío, anunció que seguiría el ejemplo de Vaca Díez, como finalmente ha cumplido.
El Congreso suspendió la sesión que se iba a celebrar en Sucre, la capital administrativa del país, que había acogido a los parlamentarios ante la inestabilidad en La Paz. La paralización del pleno llegó tras conocerse la muerte de un minero por heridas de bala en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad, pese a que un jefe policial indicó que no están empleando esta munición en la represión de los manifestantes. Mientras, en la calle, se han producido choques entre mineros y campesinos con la policía en las inmediaciones de la plaza donde está la sede del Congreso.
Carlos Mesa puso el lunes en manos del Congreso su cargo, que había obtenido en octubre de 2003 precisamente después de que Gonzalo Sánchez de Lozada también renunciara. Es un nuevo capítulo de la crisis social y económica de este país, con miles de manifestantes que han paralizado el país para pedir la nacionalización del sector energético, es decir, que los importantes recursos de gas redunden en beneficio de los ciudadanos, y el adelanto de elecciones para una nueva asamblea legislativa.
Los militares, con una papel determinante, han manifestado por boca del jefe de las Fuerzas Armadas, Luis Aranda, que las Fuerzas Armadas defenderán "la democracia y la ley".
Transición complicada
El proceso de transición política es complicado: tras aceptarse la renuncia de Mesa, es el presidente del Senado (allí denominado Congreso) el que asume la presidencia. Vaca Díez amagó con aceptar la presidencia, lo que aumentó las protestas en la calle. El presidente de la Cámara de los Diputados, Mario Cossío, sí se manifestó a favor de ceder su puesto; la marcha de éste deja todo en manos del presidente de la Corte Suprema, Eduardo Rodríguez, quien es el único que tiene potestad para convocar elecciones.
Fuentes del MAS han denunciado que Vaca Díez aceptó desencadenar todo este proceso, con la mediación de la Iglesia (que se ha vuelto a manifestar a favor de la convocatoria de elecciones), pero que se echó después atrás. Los líderes sociales veían a Vaca como un político tradicional que defiende los intereses de la clase adinerada y no estaban dispuestos a aceptar su llegada al poder.
Mesa dice adiós y pide perdón
El ya ex presidente boliviano Carlos Mesa ha dicho que se va satisfecho por el trabajo hecho y ha pedido disculpas al pueblo. Mesa ha hecho estas declaraciones al abandonar el Palacio de Gobierno que ha ocupado en los últimos 20 meses y poco después de que el Congreso nombrara nuevo jefe del Estado a Eduardo Rodríguez. "Recibí un país en un momento difícil y lo dejo en un momento difícil", ha añadido Mesa, quien ha elogiado al nuevo presidente y le ha ofrecido su colaboración. Con el nombramiento de Rodríguez el ex presidente espera que "en pocas horas" las ciudades de La Paz y El Alto, escenario en las últimas semanas de masivas protestas, "vuelvan a la normalidad". "Mi conciencia está tranquila", ha concluido Mesa.
BOLIVIA TIENE UN NUEVO PRESIDENTE
Eduardo Rodríguez fue posesionado como nuevo presidente de Bolivia en reemplazo de Carlos Mesa, quien dimitió para superar una crisis que sumió al país en la convulsión social.
BBC de Londres (www.news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america)
Rodríguez, quien hasta ahora era el titular de la Corte Suprema, sucedió institucionalmente a Mesa luego de que el jefe del Senado y de la cámara de diputados renunciaran a su derecho a la presidencia.
Según la Constitución, el nuevo mandatario está obligado a convocar elecciones adelantadas en un plazo de 150 días. "Estoy convencido que mi mandato tiene que ver con una renovación del sistema", dijo Rodríguez en su discurso de toma de posesión.
Rodríguez es el tercer presidente que asume en Bolivia en los últimos tres años. Su antecesor Mesa estuvo en el cargo casi 20 meses y el anterior mandatario, Gonzalo Sánchez de Lozada, ejerció el cargo algo más de 14 meses. Sánchez de Lozada fue obligado a renunciar por una revuelta popular, tras haber ordenado una represión militar que terminó con la muerte de 60 manifestantes en octubre de 2003. La designación de Rodríguez fue posible luego de que el jefe del Senado, Hormando Vaca Diez, abandonara su aspiración presidencial, resistida por sectores sociales que sumieron a Bolivia en una convulsión social.
Cortes de ruta
Rodríguez asume la presidencia de un país casi paralizado por unos 110 cortes de ruta que han aislado a cuatro de las principales ciudades bolivianas.
Fue la muerte de un manifestante que se oponía a una posible presidencia del senador Vaca Diez lo que hizo que éste desistiera de su aspiración de asumir la primera magistratura de Bolivia.
Lea: dirigente abandona aspiración
Rodríguez dijo: "Invoco al pueblo de Bolivia la capacidad de reencontrarnos solidariamente y la posibilidad de poder volver a darnos la mano en paz".
Antes de tomar juramento al titular de la Corte Suprema, Vaca Diez pidió a los bolivianos "que le den un tiempo prudente y necesario al nuevo presidente constitucional" y "que se paren todas las presiones y todas las movilizaciones".
El impopular senador acusó anteriormente a Mesa y al diputado Evo Morales de haber conspirado para impedir que sesione el Congreso y posibilite la sucesión constitucional que lo habría convertido en mandatario. "Yo responsabilizo al presidente y al diputado Morales de ese muerto y esos dos heridos de hoy", dijo Vaca Diez.
Desafíos
A Rodríguez le corresponderá la tarea de volver a la normalidad al país, que se alteró al punto de que en la ciudad de El Alto, contigua a La Paz, se estableció una asamblea popular como una suerte de gobierno propio. Desde hace casi tres semanas, los habitantes de El Alto realizan un paro indefinido en demanda de que se nacionalicen los hidrocarburos.
Es previsible que la primera tarea de Rodríguez será convencer a los líderes de esa protesta que dejen sin efecto su movilización.
Sin embargo, quienes la protagonizan anunciaron que no suspenderán sus medidas si no obtienen su objetivo. El diputado Evo Morales, principal líder de los cortes de ruta, había adelantado que estaría de acuerdo con que el jefe de la Corte Suprema asumiera la presidencia.
Aunque Morales desea que se convoque a una asamblea constituyente, es posible que levante sus presiones ya que se manifestó favorable a un adelanto de las elecciones generales.
Una tarea esencial para el Congreso será la elaboración de una ley especial que permita convocar a comicios que renueven también el parlamento.
La legislación de Bolivia prevé que, en estas circunstancias, el nuevo mandatario sólo está obligado a convocar a elecciones de presidente y vicepresidente.
EL NUEVO PRESIDENTE DE BOLIVIA, UN MAGISTRADO DEL SUPREMO, ANUNCIA ELECCIONES ANTICIPADAS
Diario ABC de España (www.abc.es)
El nuevo presidente de Bolivia, Eduardo Rodríguez, anunció hoy que convocará a elecciones generales anticipadas para renovar el sistema democrático del país.
Rodríguez, un abogado de 49 años, casado y con cuatro hijos, sustituyó hoy en la Jefatura de Estado boliviana a Carlos Mesa, después de una grave ola de protestas iniciada hace más de un mes y que ayer se cobró la vida de un minero en un choque con la policía.
Tras jurar el cargo minutos antes de la medianoche local, Rodríguez señaló en un discurso que está "convencido que su mandato "tiene que ver con una renovación del sistema" y dijo que una de sus atribuciones será convocar a comicios anticipados, aunque no precisó en qué fecha.
Ante los 157 senadores y diputados nacionales congregados en la ciudad de Sucre, capital constitucional de Bolivia, dijo que asume el cargo "imbuido del mejor sentido, no solamente de responsabilidad patriótica, sino convencido de que la democracia y el sentido de unión y paz es el mejor destino para los bolivianos".
Sus palabras fueron dirigidas "particularmente a quienes en las últimas jornadas han expresado protestas, sacrificios, han sufrido las consecuencias y todos aquellos que creen que Bolivia es una sola". Resaltó el hecho de que, a pesar de los momentos difíciles vividos en los últimos tiempos, la democracia en Bolivia "vive el período más largo y sostenible de la historia de la República", restablecida en 1982 tras varios períodos dictatoriales. Sin embargo lamentó la "enorme desesperanza en el futuro" que existe entre los bolivianos al constatar que a la nación le queda "mucho por andar". Pidió a "todos los bolivianos que están en situaciones de dificultad, en situaciones de ejercer un derecho de protesta, de pedir, exigir e insistir en cambios" construir "juntos una capacidad de hacerlo, de hacerlo en paz en un gran acuerdo nacional". Además, anticipó que una de sus atribuciones "será convocar a ese proceso electoral donde se transforme, se renueve la representación ciudadana, para que este Congreso siga agregando a una construcción democrática más justa, más equitativa", añadió. Consideró que su paso por la Presidencia es "excepcional" y que no le anima "ningún propósito de orden político, partidario, personal". "Soy un miembro de la Corte Suprema, pretendo seguir siéndolo", aclaró.
El Congreso de Bolivia designó a Eduardo Rodríguez en sustitución de Carlos Mesa y después de que los titulares de las cámaras de Senadores y Diputados renunciaran a la sucesión constitucional.
LA CHOLITA, IDENTIDAD CULTURAL DE BOLIVIA
-
*Al caminar por las calles de Sucre, capital de Bolivia, hace más de una
década, el fotógrafo Delphine explosiva cautivado por mujeres aymaras y
estilo de...
7 years ago
No comments:
Post a Comment