EL DILEMA DEL MERCURIO, EL METAL QUE DA DE COMER Y ENVENENA A LA AMAZONIA BOLIVIANA
Un
estudio realizado a más de 300 personas reportó altos niveles de este material
tóxico usado por los mineros para extraer oro de los ríos que abastecen de agua
y comida a las comunidades.Pueblos
indígenas como los Esse Ejja, Lecos, Mosetenes Chimanes, Tacanas y los
Uchupiamona viven desde hace siglos en la Amazonia boliviana, pero se han visto
amenazados por la contaminación por mercurio especialmente en los ríos Beni y
Madre de Dios, de donde sacan los peces que son la base de la dieta alimenticia
de las comunidades amazónicas. Preocupados, los pueblos indígenas adheridos a
la Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios
Campesinos y Áreas Protegidas (Contiocap) pidieron ayuda al Centro de
Documentación e Información de Bolivia (Cedib) para saber qué estaba pasando.
Las
entidades contactaron a la Facultad de Toxicología de la Universidad de
Cartagena en Colombia que hizo 350 exámenes de cabello a miembros de diversas
comunidades que arrojaron en promedio la presencia de siete partes por millón
(ppm) de mercurio, siete veces más de lo saludable, según la Organización
Mundial de la Salud (OMS).
El
científico colombiano Jesús Olivero, quien tomó las muestras, presentó los
resultados del estudio el año pasado ante la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH). En su informe contó que realizaron evaluaciones del
estado de salud de los indígenas a través de encuestas y “fue notable el
reporte de la pérdida de memoria, temblor en las manos y problemas sensoriales
para un buen número de personas, sobre todo en aquellas con elevada
contaminación por mercurio”, afirmó.
El
mercurio es un metal sumamente peligroso, pues su exposición genera
discapacidades graves y puede ser particularmente letal en niños y embarazadas.
“Me siento molesta, invadida. En Bolivia, ignorábamos por completo cómo se
estaba usando el mercurio. Las comunidades denunciaron que comenzaron a
presentarse problemas de salud propios de la contaminación como daños en la
piel, niños con diarrea, mujeres abortando, síntomas y efectos que aseguran no
habían visto antes”, afirmó Ruth Alipaz, dirigente de Contiocap y defensora de
territorios indígenas y derechos del medio ambiente en la Amazonia boliviana.
Alipaz,
quien nació en la comunidad de San José de Uchupiamonas,en el norte del
departamento de La Paz, donde viven unas 80 familias que en su mayoría habitan
casas de barro y techos de jatata, una especie de palmera tradicional de la
zona, tuvo el doble del nivel tolerable de mercurio en el cuerpo cuando se hizo
un examen en 2019.
“Me
he realizado nuevos estudios que indicaron que mis niveles de mercurio siguen
subiendo. Desde 2019 tengo un cuadro diarreico crónico”, sostiene Alipaz.
Investigadores
alertan que la contaminación estaría extendida a todas las comunidades de la
cuenca del Amazonas que conviven con mineros cooperativistas que utilizan el
mercurio en la zona para separar y extraer el oro de las rocas o piedras de los
ríos. Después de utilizarlo, los mineros tiran el mercurio a los ríos
contaminando a los peces, desatendiendo normas locales que los obliga a
reciclar este tóxico metal.
“Lo
que ya se ha identificado con evidencia científica es el impacto que tiene el
mercurio sobre los peces en los ríos de la Cuenca de la Amazonía boliviana. El
minero bota el mercurio al río hasta que eso llega a las personas a través de
los pescados que consumen”, manifiesta Oscar Campanini, director del Cedib e
investigador en temas de medio ambiente, agua, extractivismo y derechos
humanos.
El
año pasado, las comunidades amazónicas presentaron ante la CIDH una denuncia de
afectación a la vida y salud de los pueblos indígenas por la contaminación de
mercurio. La institución de la OEA conminó al Estado boliviano a presentar un
plan de acción para reducir el uso y comercialización del mercurio.
Bolivia
fue uno de los 140 países que se adhirieron al Convenio de Minamata sobre el
mercurio que, entre otras disposiciones, reduce, controla y elimina el uso de
mercurio, tanto en la minería como en la industria.
En
enero pasado, el Gobierno del presidente Luis Arce presentó dos proyectos. El
primero, denominado Plan de Acción Nacional (PAN), será ejecutado en dos años
con una inversión de 500.000 dólares para la elaboración de estrategias y
mecanismos con el fin de reducir gradualmente el uso del mercurio en la
minería.
La
segunda iniciativa es el proyecto PlanetGOLD Bolivia durará cinco años con un
presupuesto de unos 6,5 millones de dólares con el fin de aumentar el acceso al
financiamiento que conduzca a la adopción de tecnologías sostenibles sin
mercurio.
Ambos
planes buscan “mitigar los impactos ambientales fundamentalmente en actividades
mineras que utilizan el mercurio” y “evitar que la explotación de este recurso
afecte las condiciones de vida de las comunidades bolivianas”, dijo durante la
presentación Juan Santos Cruz, ministro de Medio Ambiente y Agua.
El
mercurio contamina calles bolivianas
La
actividad aurífera ha crecido exponencialmente en los últimos años. En 2020, se
exportaron 25 toneladas de oro metálico con un valor de 1.276 millones de
dólares, mientras que en 2022 alcanzó a 64 toneladas con un valor de 3.003
millones, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE)
(https://www.ine.gob.bo/index.php/estadisticas-economicas/comercio-exterior/cuadros-estadisticos-exportaciones/)
El
gobierno del expresidente Evo Morales impulsó el crecimiento de las mineras
cooperativistas de cerca de 800 en el inicio de su mandato en 2006 a unas 1.900
al concluir su presidencia en 2019. Las cooperativas, responsables del 94% de
la producción de oro en Bolivia, se convirtieron en aliadas de Morales y fueron
favorecidas con leyes como en el 2016 cuando Morales decretó la flexibilización
de las regulaciones ambientales para este sector, o la reducción del pago de
regalías al Estado del 7% al 2,5% por la explotación.
El
boom de la extracción de oro generó también más demanda de mercurio. Para
producir una tonelada de oro, se emplean entre tres y cuatro toneladas de este
metal tóxico.
Los
mineros obtienen el mercurio en las ciudades de La Paz y El Alto donde se
almacena y comercializa sin una regulación clara y exponiendo a la
contaminación a los más de dos millones de habitantes que suman ambas urbes.
“Estamos
siendo envenenados por caminar por las calles. La aduana no tiene un
procedimiento especial para regular la importación de mercurio. Tampoco hay un
control efectivo para el uso del mercurio para extraer oro”, afirma Cecilia
Requena una reconocida ecologista y senadora de la Asamblea Legislativa
Plurinacional de Bolivia.
El
mercurio se consigue en la populosa zona de la Buenos Aires, en el oeste de La
Paz, caracterizada por la congestión vehicular, los gritos de los comerciantes
y las casas de ladrillo y de colores pastel. Subiendo por unas gradas angostas,
se abre la calle Tarapacá, donde el silencio contrasta con el bullicio del
resto del lugar.
Allí
decenas de joyerías muy bien resguardadas por cámaras de seguridad ofrecen el
mercurio en pequeñas botellas de un kilo. Los envases de color blanco llevan
pegada una etiqueta con la marca ‘El Español’, la más conocida entre quienes
compran la sustancia.
En
la entrada de las joyerías, se ven pequeños hornos, tubos de oxígeno y
chimeneas que dan a la calle. “En estos hornos, fundimos mercurio. Sale un
vapor que sacamos por las chimeneas, así trabajamos”, dice con desconfianza
María Rojas.
“El
mercurio se lo llevan los mineros que sacan oro en el norte de La Paz. El kilo
puede costar hasta 2.000 bolivianos (unos 286 dólares). Ha subido mucho, es que
hay más control”, sostiene, por su parte, Jorge Aruquipa, mientras sujeta dos
pequeños lingotes de oro fuera de su joyería en una oscura galería comercial.
Bolivia,
gran importador de mercurio
“La
importación de mercurio se realiza en recipientes de 44 kilogramos, pero
comercializarlos en botellas pequeñas de un kilo significa que se vuelve a
envasar una porción significativa y, si esta actividad no se realiza de forma
adecuada, la zona donde se comercializa se transforma en zona de alto riesgo de
contaminación”, sostiene Campanini.
En
2015 Bolivia importó 151,5 toneladas de mercurio mientras que un año después
alcanzó la cifra récord 238,3 toneladas. En 2020 importó 165,2 toneladas,
superando a países como India (113 toneladas) o Emiratos Árabes Unidos (104),
según, convirtiéndose en uno de los principales importadores del mundo según un
comunicado del Viceministerio de Comercio Interior. Sus principales proveedores
son Rusia y México (https://siip.produccion.gob.bo/noticias/files/2021-7213d-Boletin-Import-Mercurio.pdf.)
Mientras
el gobierno boliviano avanza en los proyectos para reducir el uso del mercurio
en la minería, la senadora Requena estima que esto va a demorar varios meses y
su avance dependerá de la burocracia estatal. “Las autoridades podrían ya
establecer un reglamento de aduanas y control de la comercialización”,
sostiene.
En
tanto, los indígenas se sienten “desamparados” dice Ruth Alipaz, quien pide al
gobierno eliminar por completo el mercurio para que más gente no se vaya a
intoxicar “porque a los que ya estamos contaminados no nos lo van a quitar de
nuestro cuerpo y vamos a tener que convivir con los efectos”.
“Nos
están envenenando”, indígenas bolivianos sufren por contaminación de mercurio
Ruth
Alipaz es una de los más de 300 indígenas de la Amazonía boliviana que han sido
contaminados por mercurio. Investigadores y ecologistas afirman que la minería
utiliza este tóxico metal para extraer oro de los ríos que abastecen de agua y
comida a las comunidades. Los mineros compran el mercurio en ciudades como La
Paz y El Alto casi sin regulaciones.
“¿Por
qué estoy intoxicada con estos niveles de mercurio?”, se pregunta incrédula
Ruth Alipaz. En 2019, se realizó un examen de cabello que dio como resultado
que tenía el doble del nivel tolerable de mercurio en el cuerpo que es de una
parte por millón (1 ppm), según la Organización Mundial de la Salud. La muestra
fue tomada durante un taller en La Paz sobre el uso irracional y poco regulado
del mercurio en la extracción de oro en ríos en las regiones de La Paz y el
Beni, en el norte de Bolivia.
“Me
he realizado nuevos estudios que indicaron que mis niveles de mercurio siguen
subiendo. Desde 2019 tengo un cuadro diarreico crónico”, sostiene Alipaz, quien
es defensora de territorios indígenas y derechos del medio ambiente en la
Amazonía boliviana. Ella nació en la comunidad de San José de Uchupiamonas,
donde viven unas 80 familias que en su mayoría habitan casas de barro y techos
de jatata, una especie de palmera tradicional de la zona.
Alipaz
alertó a otras comunidades indígenas adheridas a la Coordinadora Nacional de
Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas
(Contiocap) ante la posibilidad de que la contaminación afecte a más personas
de la zona.
Con
la ayuda del Centro de Documentación e Información de Bolivia (Cedib),
contactaron a la Facultad de Toxicología de la Universidad de Cartagena en
Colombia que realizó 350 exámenes de cabello a indígenas de diversas
comunidades que arrojaron en promedio la presencia de siee partes por millón
(ppm) de mercurio, siete veces más de lo saludable.
“Me
siento molesta, invadida. En Bolivia, ignorábamos por completo cómo se estaba
usando el mercurio. Las comunidades denunciaron que comenzaron a presentarse
problemas de salud propios de la contaminación como daños en la piel, niños con
diarrea, mujeres abortando, síntomas y efectos que aseguran no habían visto
antes”, aseveró Alipaz.
El
año pasado, las comunidades amazónicas presentaron ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) una denuncia de afectación a la vida
y salud de los pueblos indígenas por la contaminación de mercurio.
La
CIDH conminó al Estado boliviano a presentar un plan de acción para reducir el
uso y comercialización del mercurio. En enero pasado, el Gobierno del
presidente Luis Arce presentó un proyecto para la elaboración de estrategias y
mecanismos con el fin de reducir gradualmente el uso del mercurio en la minería
del país. El País de España (https://bit.ly/3LOI1uJ)
MASTICAR
HOJAS DE COCA: DEL RITUAL SAGRADO A LA 'COCAÍNA LIGERA'
En
Bolivia, la hoja de coca alguna vez estuvo reservada para rituales y prácticas
ancestrales. Ahora se combina con otras sustancias, especialmente entre los más
jóvenes, para crear una experiencia tóxica y un brebaje peligroso.
World Crunch
https://bit.ly/41RfSsm)
Hubo
un tiempo en que la hoja de coca era considerada sagrada. Su uso estaba
restringido a los sacerdotes Incas, los Incas, los reyes absolutos de la Tierra
y los doctores de la corte Inca. Fue un regalo de Inti, el Rey Sol. Una hoja
divina.
Con
la invasión de los españoles y la destrucción del imperio inca , los plebeyos
pudieron acceder a la hoja, que la mayoría de los españoles inicialmente
despreciaron porque la consideraban con desdén “algo de indios”. Pero para los
mitayos, esclavizados en las minas, y para los pongos (sirvientes), el consumo
de coca era una cuestión de supervivencia. Lo usaban para matar el hambre y el
agotamiento por el trabajo extenuante.
La
hoja de coca es una planta originaria de América del Sur y juega un papel
importante en las sociedades andinas. Además de sus virtudes medicinales
(estimulante, anestésica y supresora del hambre), tiene un papel protagónico en
el intercambio social y las ceremonias religiosas. Se cree que su uso se
extendió a todo el territorio andino, con el imperio Tiwanaku y posteriormente
con el imperio Inca.
La
hoja de coca más antigua se encontró en la costa norte de Perú y data del año
2500 a.C. Existe evidencia de que la coca es la planta doméstica más utilizada
desde la prehistoria andina hasta la fecha, en los actuales territorios de
Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Paraguay y Brasil.
Con
el paso de los años, el Acullico, una práctica social, ritual y medicinal en la
que se coloca un pequeño bolo de coca en la boca entre la mejilla y la
mandíbula, se hizo cada vez más popular.
Quienes
mascaban la planta solían ser mineros y transportistas, trabajadores con un
trabajo físicamente exigente, o campesinos y agricultores. Pero todo esto ha
cambiado.
Adicción
y regulación
Daniel
Torres K, nacido en La Paz, Bolivia , es un ingeniero civil de 50 años. Él está
casado y tiene dos hijas. Desde hace un año trabaja en un rancho ganadero
alternando tres semanas en la sierra y una semana en la ciudad de Santa Cruz.
Siempre
ha sido un hombre corpulento, pero después de un par de meses en el desierto,
su esposa se dio cuenta de que estaba perdiendo peso. No le dio importancia,
porque el desgaste físico en el trabajo que hace Daniel es intenso. Pero
después de una larga separación, se alarmó: un Daniel demacrado había perdido
casi 15 kilos en cuatro meses.
Esto
sucedió porque Daniel, como miles de bolivianos y bolivianas de diferentes
edades y niveles socioeconómicos en todo el país, mastica un bolo de coca todo
el tiempo.
Esta
mezcla hace que Daniel sienta que se emborracha menos cuando consume alcohol,
no se cansa, no tiene hambre ni sed. El “bolo” empieza a provocar grietas en su
matrimonio, pero para él se ha convertido en una adicción . Daniel es un adulto
de 50 años y es consciente de lo que le provoca el 'bolo', tanto a nivel de
salud como anímicamente.
La
situación se complica cuando los niños de doce o trece años son los que
empiezan a masticar. No hay regulaciones con respecto a la venta de coca.
La
"Coca social"
La
versión reencontrada de la hoja de coca es un proceso tosco. La hoja de coca se
tritura y se mezcla con un energizante (bicarbonato, aspirina, Nescafé, harina
de coca y en ocasiones hasta diesel) más una bebida energética (Red Bull,
Ciclón, Black, etc.) y, casi siempre, alcohol.
“La
golpeamos hasta que se parta y se pegue”, cuenta Jenny Quispe, una vendedora de
coca triturada, mientras su asistente martilla la bolsa de plástico verde
debajo de un trozo de cuero y sobre un tronco. “Luego lo vendemos con el bico
(bicarbonato) y la stevia que le agregan a su gusto. Generalmente lo compran
junto con Ciclón o Black (que son bebidas energéticas) para 'mojarlo'. Es lo
que más se demanda. Antes era coca normal con bicarbonato pero ahora esto es lo
que más se vende”. Estos combos oscilan entre 10 y 50 pesos bolivianos (entre
$1,5 y $7)
¿Quiénes
son los clientes de este nuevo mercado?
Según
el Estudio Integral de la Hoja de Coca en Bolivia, realizado por el Consejo
Nacional de Lucha contra el Tráfico Ilícito de Drogas (CONALTID), la mayoría de
los consumidores tienen entre 35 a 55 años (45%) y entre las personas entre las
edades de 18 y 29 (40%). Su consumo es común “tanto entre hombres como mujeres
de zonas urbanas y rurales, de diferentes niveles educativos y desde la
juventud hasta la edad adulta”.
“Es
como tener las pilas cargadas todo el tiempo: no te cansas, puedes estudiar
más, puedes tomar más (alcohol). He tenido un par de temblores, pero se me han
pasado rápido, creo que el 'bolo' me ayuda mucho, sobre todo cuando salgo de
noche”, dice Rafael Salinas, oriundo de Santa Cruz y estudiante de Ingeniería.
Al
bolo de coca cola se le agrega una inyección doble de alcaloides (estimulantes)
de cafeína , nicotina, alcohol, taurina y más cafeína (de Red Bull). Un combo
estimulante mortal.
“Los
choferes de buses viven de un humor 'bolo' y 'energizante'. Andan semi dopados
todos los días. Yo creo que por eso conducen como conducen y se comportan como
se comportan, pero lo mismo pasa con los guardias de seguridad de las
discotecas, etc.”, dice Antonio López, vecino de Santa Cruz.
Tradición
perdida
Carlos
Crespo, investigador y docente de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) en
la ciudad de Cochabamba, en el centro de Bolivia, masca coca de manera
tradicional. Es uno de los impulsores de la Red de Comercialización de Coca
Orgánica, que hasta el momento no ha podido implementarse.
“No
hay control de la calidad de la coca para los consumidores tradicionales. No
sabemos si la coca que estamos mascando ha tenido químicos como herbicidas,
etc. Como mascador tengo que confiar en la palabra de la persona que me vende
la coca, no tengo otra opción”, dice.
Joaquín
Chacin, profesor universitario, experto en política de drogas e investigador
asociado al CESU-UMSS de Cochabamba, explica que el consumo de hoja de coca es
una de las áreas menos reguladas de la Ley de Coca.
“En
el tema de producción, y siempre relacionado con el cultivo de coca para
consumo humano, no se contemplan certificaciones de calidad para la hoja. Los
cultivos tienden a ser manejados según prácticas de monocultivo , lo que lleva
a la aplicación de herbicidas, fungicidas y otros productos. que son
perjudiciales para la salud humana con el fin de mantener una producción
constante y masiva, la práctica de la recolección ancestral se ha perdido o es
marginal, dando lugar a mecanismos de cultivo que desvirtúan el valor 'sagrado'
de la hoja.”
peligros
para la salud
Pero
las combinaciones modernas de coca con otros estimulantes han despertado la
alarma entre los médicos, quienes las llaman “cocaína-light”.
El
cardiólogo Raed Ahmad Naeem Al Hamss, especialista de la clínica Santa María y
del Seguro Social Universitario de la ciudad de Santa Cruz, dice que ha
atendido muchos casos que llegaron por urgencias. “Ya he tenido tres casos de
jóvenes que fallecieron aquí en Santa Cruz”, dice.
Según
la especialista, el consumo frecuente de este combo de estimulantes genera
arritmias severas, taquicardias e incluso infartos.
El
neurólogo Carlos LaForcada también advierte de las graves consecuencias de este
tipo de consumo de hoja de coca: “La hoja de coca es estimulante. Si a esto le
sumamos dos potentes fuentes energizantes como son las bebidas y la Aspirina,
por ejemplo, puede provocar desde convulsiones hasta infartos. Es, sin duda,
muy peligroso para la salud”.
Conocimiento
ancestral
El
monocultivo de coca degrada los suelos, provoca derrumbes y pérdida de
biodiversidad.
Los
campos de coca a veces son abandonados debido a la degradación del suelo,
ejerciendo presión sobre los ecosistemas incluso dentro de las áreas
protegidas. Si bien se han probado alternativas para la industrialización de la
hoja de coca, ninguna ha dado resultados.
Sin
embargo, aún se mantienen conocimientos ancestrales sobre formas sostenibles de
producción de coca con cultivos diversificados con árboles, arbustos y hierbas
de diferentes tipos.
La
creciente demanda de coca orgánica debe incentivar cultivos más sostenibles y
adaptados al cambio climático, que contribuyan a la seguridad alimentaria de
las familias productoras y también protejan a los consumidores. Hasta que esto
suceda, habrá vidas en peligro.
LA
HOJA SABORIZADA DE COCA CAMBIA UN GUSTO MILENARIO EN BOLIVIA
La
estadística oficial señala que uno de cada tres bolivianos mastica la coca o la
emplea con fines medicinales y rituales.
Gestión
de Perú (https://bit.ly/3LsaYv7)
Amarga,
áspera y dura, la hoja de coca que se mastica en Bolivia como un energizante
natural ahora viene más blanda y con sabor a frutas. Una iniciativa mudó la
textura y el gusto milenarios de la estigmatizada planta de los Andes
sudamericanos.
Hace
una década, la hoja machucada y saborizada de coca era apenas un experimento.
Sin embargo, los bolivianos paladearon la nueva receta y en la actualidad es el
producto estrella de decenas de pequeñas empresas de la ciudad de Santa Cruz,
la capital económica de Bolivia, con 3,4 millones de habitantes.
“Antes
era normal el ‘pijcheo’” o masticado de la hoja picada tradicional, recuerda
Luis Vásquez, un empresario de 23 años que fabrica y comercializa la hoja
saborizada en su mediana planta El Dogor.
Pero
ahora los clientes la piden machucada y “la prefieren mezcladita con el
endulzante de sabores”, añade.
Sobre
la hoja de coca, símbolo de los pueblos indígenas, cae el desdoro del
narcotráfico. De esta planta que crece en los Valles se extrae la materia prima
de la cocaína.
Colombia,
Perú y Bolivia son los mayores productores mundiales de esta droga euforizante
y prohibida desde 1971 por iniciativa de Estados Unidos. Con la cocaína se
financian amplias y sanguinarias redes de la mafia.
“Coca
condimentada”
Pero
siglos atrás las láminas verdes con finísimos tallos ya se consumía como
energizante natural en la región andina.
Aunque
en Bolivia más que digerirse se mastica, también hay infusiones de la hoja
verde. En otros países, como Colombia, la cocina comenzó a experimentar con la
harina de la misma planta, con la que se pueden preparar tortas o galletas.
El
“pijcheo”, “boleo”, “coqueo” o “mambeado” de coca consiste en mascar sin tragar
la hoja picada como si fuera una bola grande de chicle. Se cree que “ayuda a
quitar el hambre, quita el estrés y da más fuerza, da más valor para trabajar”,
recuerda Vásquez.
En
su empresa, la labor para transformar la hoja en una suerte de goma de sabores
es ardua.
Una
veintena de jóvenes, varios todavía con mascarillas, se distribuyen las tareas:
unos separan las hojas de los tallos y otros las ciernen o se encargan de
mezclarla con bicarbonato y endulzantes artificiales de limón, maracuyá,
banana, frutilla, mango, piña o cedrón.
Las
láminas troceadas y saborizadas se meten en bolsas transparentes verdes. Una
docena de empleados machucan con martillos los pequeños sacos sobre troncos de
madera. El golpeteo es frenético.
Al
final cada uno aprisiona las bolsas entre el vientre y los troncos, para que el
producto quede lo más delgado posible. Al estar machucada, se “ablanda la
hoja”, explica el empresario.
La
coca machucada El Dogor se exhibe en tres grandes escaparates para la venta al
menudeo: 4,3 dólares por cada unidad de 4 onzas (unos 113 gramos).
“Es
como ponerle un condimento a la comida”, señala Isaac Salazar, un vendedor de
carne de 21 años, mientras paladea las hojas saborizadas y troceadas.
Antes
venía “un poquito seca, un poco durita, un poco áspera, entonces al machucarla,
la coca se ablanda y eso hace” que se disuelva mejor en la boca, agrega.
La
estadística oficial señala que uno de cada tres bolivianos mastica la coca o la
emplea con fines medicinales y rituales.
Hasta
el año pasado, en este país de 12 millones de habitantes, el 32.5% indígena,
había 30,500 hectáreas de coca, de acuerdo a una estimación de Naciones Unidas.
El
Estado autoriza el cultivo de un máximo de 22,000 hectáreas para los usos
descritos. El excedente, en teoría, alimentaría el narcotráfico.
BOLIVIA,
CRISIS MARCA LÍMITES DEL POPULISMO DE IZQUIERDA
Bolivia,
crisis marca límites del populismo de izquierda. La crisis de Bolivia muestra
los límites del populismo con el país sin dinero ni reservas, lo que debería
alertar al resto de Latinoamérica.
La
Voz de Chile (https://bit.ly/3noFjCM)
Bolivia
crisis populismo
Durante
varias semanas se vienen dando escenas extraordinarias en Bolivia. El mes
pasado el banco central comenzó a vender dólares directamente a al público
después de que pareciera que las casas de cambio se habían quedado sin billetes
verdes.
Las
colas para comprarlos se extendían por las calles de La Paz, la capital. El
central ha dejado de publicar datos sobre sus reservas de moneda extranjera, lo
que sugiere que le queda peligrosamente poco dinero en efectivo.
El
precio de los bonos del gobierno se derrumba mientras los inversores huyen: un
bono con vencimiento en 2028 ahora se cotiza a solo 48 centavos en el dólar.
La
pesadilla de Bolivia refleja varios problemas coyunturales, como el aumento de
tasas de interés en todo el mundo y precios de combustible más altos debido a
la guerra en Ucrania. Estos han encarecido el endeudamiento y aumentado el
costo de importaciones
Pero
la verdadera causa de su predicamento es un modelo económico imprudente que ha
estado vigente desde que los populistas de izquierda tomaron el control casi
dos décadas atrás. Cuando Evo Morales, un ex cocalero, asumió como presidente
en 2006 declaró el fin de “la era colonial y neoliberal” y se colgó detrás de
su escritorio un retrato del Che Guevara, hecho de hojas de coca.
Lecciones
latinoamericanas
Hoy,
el costo total del populismo económico se está volviendo claro, al igual que
tres lecciones para los muchos otros países latinoamericanos.
La
primera lección es antigua: no cuente con los auges de las materias primas. El
señor Morales golpeó el premio gordo cuando asumió el cargo, ya que los precios
del gas natural se dispararon, proporcionando una ganancias inesperadas para el
país, que produce el 0,4% del gas mundial incluso hoy.
Bolivia
logró acumular las mayores reservas de divisas de su historia: saltaron del
equivalente al 12% del PIB en 2003 al 52% en 2012. Morales y Luis Arce, que
ahora es presidente pero que fue ministro de Hacienda, usó las ganancias para
gastar con despilfarro, incluso en subsidios de combustible, que fueron casi el
4% del PIB en 2022.
Desafortunadamente,
los precios y la producción del gas han estado cayendo y el surtidor de
efectivo se está agotando.
La
segunda lección es tener cuidado con los tipos de cambio fijos. En 2008 un tipo
de cambio fijo se introdujo, que desde 2011 está fijado en 6,96 bolivianos por
dólar. Esto mantuvo baja la inflación y proporcionó un ancla para una economía
con un historia de la turbulencia. Pero con el tiempo, la vinculación ha
demostrado ser exorbitantemente costosa. En lugar de proporcionar estabilidad,
ha reprimido los problemas.
Inversión
privada
Finalmente,
la hostilidad hacia el capital privado eventualmente regresa para morderte.
Bolivia emprendió una ola de nacionalizaciones que incluyó los campos de gas y
red eléctrica. Su gobierno ha tratado a los negocios entre inversiones privados
con desprecio.
Como
era de esperar, la inversión se ha marchitado. El flujo de inversión a largo
plazo por empresas multinacionales ha pasado de un máximo del 12% del PIB en
1999 a un promedio de solo 0.1% en los últimos cinco años. Es probable que la
inversión total sea sólo 14% del pib este año, la tasa más baja de Sudamérica.
La
charla de Arce sobre atraer emprendedores es demasiado escasa y demasiado
tardía. Su gobierno podría imponer austeridad, tratar de endeudarse aún más de
prestamistas multilaterales, dejar de pagar o vender algunos de sus amplios
depósitos de litio a China, cuyas empresas respaldadas por el gobierno están
relajadas sobre los derechos de propiedad escamosos pero exigirá precios de
liquidación.
Pocos
otros países latinoamericanos tienen tipos de cambio fijos. Pero muchos
dependen de mercancías de un tipo u otro. Y la región vive un nuevo “rosado
marea”, con gobiernos de izquierda en el poder, la mayoría de los cuales están
debatiendo cuánto complacer su instinto de fuerte intervención estatal.
El
mensaje de Bolivia, un país que literalmente se está quedando sin dinero, es
que hay limites.
PENSAMIENTO
CRÍTICO. BOLIVIA Y LA CRISIS EN EL MAS: CISMA O REENCAUCE
Resumen
Latinoamericano Org. (https://bit.ly/40VANJB)
Más
allá de los dictámenes superficiales y la mixtura de acusaciones, la crisis del
MAS (que marca su propio nacimiento a la vida política) manifiesta algo que
escapa a todo el abanico de análisis mediáticos; porque ese algo está ya
naturalizado en una cultura política que, hasta el día de hoy, aparece
inadvertido en las descripciones de las crisis políticas recurrentes en nuestro
país y que destacan un paralelismo bastante análogo para dejarse de lado. En
ese sentido, el abordaje que pretendemos, no describe esta crisis como un
fenómeno particular, sino lo sitúa como expresión definitiva de la decadencia
del sistema político liberal que, desde el 52, configura el escenario político
en Bolivia; por ello la pertinencia de amplificar una descripción analítica de
la crisis actual, para señalar sus implicancias en el panorama nacional que, a
propósito del bicentenario, determinará la vigencia futura, no sólo del partido
en funciones de gobierno sino, sobre todo, del proyecto plurinacional.
La
clarificación de ese proyecto debía cancelar definitivamente aquella
recurrencia, pero la política boliviana está tan marcada por ese sistema
político liberal, que le cuesta imaginarse siquiera bajo otra perspectiva. En
ese sentido, lo plurinacional debía destacarse, de principio, como la
discordancia lógica e histórica del liberalismo como credo político (base del
sistema político), expresado en el “nacionalismo revolucionario”.
Pero
ahora, por no ser conscientes –la dirigencia del “gobierno del cambio”– de esa
infausta herencia y debiendo impulsar un otro modo de praxis dirigencial (como
sentido político del “cambio”), la crisis en que se revuelca el MAS, parece
preludiar la misma anárquica dispersión que caracterizó al MNR y después al MIR
(los herederos putativos “progres” del “movimientismo”, que se reciclaron en
todas las denominaciones posibles, incluso en el MAS). Es decir, en la crisis
del MAS estaríamos evidenciando, no por toma de consciencia sino por
inevitable, el colapso inminente del “nacionalismo revolucionario”, ya no como
ideología sino como cultura política. Un modo de hacer y comprender la política
nacional estaría cavando su propia tumba y enterrando a toda una comparsa que
insiste porfiadamente una continuidad anacrónica en puros escenarios
hipotéticos.
En
ese sentido, las obscenas escaramuzas que se prodigan mediáticamente, sólo
señalan la fatídica pérdida hasta de sentido común en todo el espectro
político. La calidad de los líderes y portavoces actuales, también y sobre todo
de derecha, ya da cuenta de la miserable condición humana en que se encuentra
la cultura política boliviana. En el caso del MAS esto es decepcionante, pero
responde también a la herencia “movimientista” que resuena en su propia sigla.
Los nombres no son casuales. El MAS es un “movimiento” y actuó siempre como
tal, es decir, con los mismos prejuicios y costumbres “movimientistas” que
definieron el quehacer político en nuestro país.
Por
eso el “proceso de cambio” dejó de apostar por una auténtica revolución
democrático-cultural, porque eso debía iniciarse desmitificando la narrativa
estatal de la celebrada “revolución del 52”, como la epopeya clasemediera que
inaugura el proyecto burgués-desarrollista en un país subdesarrollado por ese
mismo proyecto. Por ejemplo, la “reforma” conceptual (que produce la “reforma
agraria”) de indígena a campesino (y que aún perdura en la cultura política) no
es episódica sino ontológica. Allí empezaban las políticas de “inclusión” de un
pueblo constituido en “obediente” del exclusivo proyecto moderno-capitalista de
una pequeña burguesía intelectual que transitó por todas las denominaciones e
ideologías posibles para, una vez arrebatado a la vieja oligarquía, permanecer
siempre en el Estado, como su patrimonio de clase.
Decimos
que esa “reforma” conceptual es ontológica porque, el fenómeno de la
“inclusión”, consistía en una anulación más sutil del indígena como sujeto
político, porque se le incluía simplemente como garante social de las apuestas
políticas criollo-mestizas clasemedieras, autoconstituidas como única élite
política “revolucionaria”. Esta herencia “movimientista” decantaba el prejuicio
original de un Estado sin contenido nacional. El indígena como campesino
quedaba recluido, o sea, excluido, al área rural (consagrándose la idea de que
el lugar del indio es siempre el campo, mientras la política se decida siempre
en la ciudad), por ello su incorporación era formal en un Estado que, si antes
lo toleraba como un siervo, ahora se auto-atribuía la potestad de “incluirlo”,
pero siempre como un subalterno. Por eso, la “reforma educativa” del 52
canoniza, hasta el presente, la segmentación de las dos Bolivias, en los dos
sistemas educativos: educación urbana y rural.
Hasta
el día de hoy, la educación rural está pensada no para educar o formar, sino
para “instruir” o adiestrar. Y en el propio “gobierno del cambio”, en 14 años,
las “reformas” realizadas sólo insistieron en el modelo de educación como
instrucción funcional. Por eso no era tan paradójico el hecho de que los
ministros impulsores del “proceso de cambio” tengan a sus hijos en colegios
privados (ya que ni ellos creían en la nueva “reforma educativa” que
promovían). Herencia del “movimientismo”: la mejor educación es la que produce
obediencia en el pueblo.
La
insistencia de los políticos de afirmar la lógica de la deuda en la búsqueda de
legitimidad, declara que nada se hace por desprendimiento o generosidad sino
sólo por cálculo político, buscando ya no la empatía moral con el pueblo, sólo
su preferencia electoral. De ese modo la política se diluye en un mecanismo de
ascenso social, cuya administración es el poder burocrático que ahora resume lo
político al management empresarial, donde el poder es lo más rentable que hay.
Esto
que podría constituir la lógica de la política actual en todo lado, en Bolivia
se hace cultura desde la llamada “revolución del 52”. Porque para que un tipo
de lógica política se haga cultura política, ésta requiere de un acontecimiento
que origine una cosmogonía estatal expresada en un relato histórico capaz de
estructurar la subjetividad social de un país. Por eso, incluso, hasta los
actores “revolucionarios” en Bolivia, no pueden escapar del universo simbólico
que inaugura el 52. Toda su idiosincrasia política tiene ese origen; por ello,
siguiendo a René Zavaleta, la paradoja señorial no se supera y pervive como una
maldición en la cultura política de un país que no ha sabido superar el
horizonte de prejuicios del “nacionalismo revolucionario”.
Porque
ese “nacionalismo”, como todo concepto, no es indiferente a su contexto. Por
eso resume los prejuicios coloniales en un nacionalismo sin contenido nacional.
El MNR hace escuela política de esta ideología, en definitiva, señorialista. Zavaleta
sitúa históricamente la “paradoja señorial” en la decadencia política del MNR;
pero el catalizador que repone definitivamente esta “paradoja” como constante
dirigencial es el MIR que, en todas sus variantes, al típico estilo
“movimientista”, la disemina en casi todas las expresiones políticas de
izquierda, como es ahora el caso del MAS. Entonces, desde el MNR, transferido
al MIR y, después, repuesto en el MAS, se podría decir, parafraseando a René
Zavaleta: podían haber sido la cabeza de una revolución que desate
definitivamente las raíces de nuestra servidumbre estructural pero,
precisamente, sus cabezas, nunca supieron liberarse del tipo de Estado
–señorialista-colonial-racista– que los parió y al cual debían hasta su propia
existencia.
Por
eso reafirmamos: no se es libre por pura decisión voluntarista; se es libre
porque existencialmente se evidencia que la liberación ya constituye
experiencia, como la sustancia misma de la propia vida ética y moral. Por eso
se dice: es fácil salir del mundo, pero lo más difícil es que el mundo salga de
uno. Esta experiencia, que constituye siempre un proceso, es lo que define la
posibilidad de construir un nuevo mundo (porque no se construye por sí solo
sino por constructores). El primer momento, salir del mundo, puede determinarse
como emancipación, pero el segundo, que el mundo salga de uno, es el que
definitivamente puede expresarse como liberación.
Entonces,
que las cabezas nunca hayan podido liberarse del Estado significa que, el
propio sistema de creencias y el horizonte de expectativas, siguen presos del
mundo que tanto se critica. Por eso, en todas las variantes de izquierda,
incluso la actual del MAS, el “movimientismo” (el MAS como Movimiento Al
Socialismo) no ha sabido proponerse la superación de los mitos
moderno-capitalistas, que se hacen ideología estatal, como “nacionalismo
revolucionario”, desde el 52, y arrastra a todas las expresiones políticas del
sistema político, como la única apuesta criollo-mestiza que pervive hasta hoy y
que, en la precipitada crisis del MAS, manifiesta la acumulada contradicción
histórica en el propio Estado plurinacional: esa ideología, el “nacionalismo
revolucionario” (en todas sus versiones y matices), no emerge del horizonte
político indígena-popular, sino del proyecto burgués-liberal del Estado-nación.
La
incompatibilidad de esta contradicción histórica, lógica y política, es lo que
produce el creciente desencantamiento en el “proceso de cambio” y decanta,
antes, durante y después del golpe del 2019, en las demandas de reencauce y
reconducción del propio “proceso de cambio”. Ese es el contexto que origina la
crítica a la dirigencia del “proceso” y a un liderazgo que, muy a su pesar,
manifiesta la continuidad de esa “paradoja señorial”. Y para terminar de
rematarla: lo más paradójico es que, la propia colonización hecha naturaleza
social en el pueblo, busca siempre un patrón que lo libere.
Por
ello se puede decir que, la presencia de caudillos es también consecuencia de
un pueblo que, en su propia emancipación, le cuesta mucho más producir su
auténtica liberación, porque eso significa transformarse a sí mismo. En ese
sentido, el verdadero liderazgo es el que sabe retirarse para devolverle
siempre el protagonismo al sujeto de la política y creador de su propia
presencia. De ese modo se hace pueblo y el pueblo se hace comunidad, donde
todos nos recuperamos como hermanos y hermanas. El caudillismo es otra cosa y
aparece desde la lógica verticalista que encarna el señorialismo; eso produce
un mesianismo postizo, sin contenido ni conexión popular.
Víctor
Paz Estensoro fue la primera y rudimentaria expresión de este mesianismo
postizo; éste no participó en la insurgencia del 52 sino que regresó
cómodamente de la Argentina para tomar posesión de un gobierno que debía, más
bien, emerger de la insurrección misma y no devolver las cosas a su estado
anterior. Jaime Paz Zamora es el cuadro mas patético de este caudillismo que se
instala en la transmisión del poder político por puro pactos espurios,
cancelándose a sí mismo la posibilidad de construir un liderazgo con algún
grado de legitimidad social.
Gonzalo
Sánchez de Lozada ya era la apuesta obligada que podía imponerse gerencialmente
con un fétido manojo de dólares (el neoliberalismo estaba en su auge,
corrompiendo todo de modo “legal”); por eso aparece un Carlos Mesa para
edulcorar con alguna luz, aunque sea mortecina, la magra referencia
aristocrática del “movimientismo” señorialista (tal vez por eso, ahora, el
señorialismo decadente ya ni apuesta por un “intelectual” que por lo menos
escribe algún libro; y se inclina, más bien, por un ignorante, como el cívico
Camacho, que maneja una Biblia mientras baila reguetón). Como el diablo no sabe
para quién trabaja, lo único que logra la presidencia de Mesa es precipitar la
presencia de Evo Morales.
Si
en vez de sus diarias y nocturnas arengas en forma de renuncia, desde su
balcón, con ese su don’t cry for me Bolivia (al estilo Madona haciendo de
Evita), hubiese producido credibilidad, haciendo lo único sensato en ese
momento: empezar a limpiar la corrupción estatal, pudo haber repuesto el
sistema político y hasta le hubiese otorgado una legitimidad renovada y, en tal
situación, no se habría catapultado a un Evo Morales. Pero es precisamente la
mezquindad y la ignorancia del señorialismo nacional, la que precipita el
episodio de insurgencia popular que lleva a Evo a la presidencia, y que ellos
mismos maldicen; porque, esta vez, habían hecho tan mal las cosas que, lo que
nunca pudieron hacer, lo iba a hacer un indio y mejor de lo que ellos mismos
pudieron siquiera soñarlo.
Si
su única esperanza consistía apenas en la poca duración de la presidencia del
indio, éste no solo duró más de una década sino que, usando también todas las
prácticas y mañas usuales (que legó la cultura política “movimientista”) en el
aparato estatal, pretendía arrebatarles todo el poder posible. El señorialismo
remanente no podía jamás permitirse eso. Como dice René Zavaleta: la oligarquía
puede negociar todo pero, nunca y jamás, su juramento de superioridad sobre el
indio. Porque condición de que haya señor es que haya siervos. Esa es la
política (oficio aristocrático señorial) del mandar mandando, que ahora, por ejemplo,
lo expresan descaradamente los congresistas peruanos: “al pueblo no se le
obedece, se le gobierna”.
Esa
también fue la política ejercida por el “gobierno del cambio”, como remanente
de la cultura política que transmite el MNR como imposibilidad revolucionaria;
por eso originan el reformismo continuo como plataforma gubernamental de un
Estado que cambia todo para no cambiar nada. El “gobierno del cambio” que
pretendía hacer la revolución, muy a su pesar, sólo inauguraba otro ciclo
estatal del mismo Estado liberal, o sea, del Estado-nación.
Por
eso, el gobierno del MAS no es objeto del golpe del 2019 por representar una
verdadera revolución sino por arrebatarle la continuidad reformista al
estamento jailón (q’ara, blancoide) de la política boliviana. La dirigencia
gubernamental era la misma (en espíritu) que, desde el 52, tomaba la política
como el medio de ascenso social para sus pretensiones burguesas. Ahora que
todos se rasgan las vestiduras, acusándose hasta de asuntos pedestres de alcoba
alquilada, no hacen más que reiterar las leyendas urbanas del MNR y del MIR en
todas sus repulsivas variantes (por ello, en política, el reciclaje no produce
beneficios).
Ahora,
ante un posible y probable cisma, la mentalidad señorialista (ahora en su
versión mestiza) sólo sabe calcular sus posibilidades políticas, sin darse
cuenta del desmoronamiento de sentidos y parámetros epocales que, en nuestro
país, afecta a los propios credos que la clase política (también de izquierda)
arrastra. Aquí el providencialismo de la dirigencia desplazada da muestras de
un arrebato inflamado de la “paradoja señorial”: saben que su única garantía
del retorno al poder es bajo la sombra del “autentico” líder.
El
cisma ya estaba anunciado antes del golpe. Pero el gobierno, encapsulado en sus
propios dogmas, que creía infalibles, no hacía más que postergar algo que
estaba inflamando el desencanto y provocaba que la legitimidad (cosa que
ignoraba “el matemático”) se transfiera a una derecha en proceso de
empoderamiento. Por eso el golpe del 2019 no es una operación de carácter
exclusivamente unilateral.
En
una reciente entrevista (dada al periódico paceño La Razón), el ex
vicepresidente García Linera dice que la derecha está “dispuesta a abandonar
las banderas democráticas para lograr objetivos”. Pero eso siempre ha sido así
y, una tarea política nunca emprendida, consistía en desconectar
estratégicamente a la derecha de sus operadores políticos, los medios privados;
más bien se los sobrealimentó económicamente incluso a costa de los medios de comunicación
populares. Por eso, decir que la derecha “aborrece ver a gente de pollera o de
poncho tomando decisiones”, no suena tan convincente cuando, en los hechos, las
decisiones se tomaban arriba, esperando simplemente el amén de los dirigentes y
las bases.
Esta
disociación es producto de una cultura política que permea hasta las apuestas
“revolucionarias” y las normaliza como fenómenos entrópicos. Por eso la
revolución deviene en reformismo y, en ese sentido, decir que “estamos en la
fase cuatro de la administración de las grandes reformas institucionales”,
reafirma la visión etapista-lineal de quienes creen que la revolución es
consecuencia del desenvolvimiento de la inercia institucional.
En
tal caso, sólo se está afirmando que lo objetivo de la revolución se produce al
margen del sujeto. Por ello no se trata de un mero asunto de operatividad
eficiente sino de una concepción arraigada en el paradigma civilizatorio de la
modernidad y que coadyuva a la reposición del propio capitalismo, incluso bajo
banderas socialistas. Porque lo objetivo es creación de subjetividad, por eso,
sólo una transformación en la propia subjetividad produce una objetividad
revolucionaria, es decir, y esto fue uno de los déficits gubernamentales que
coadyuvó al creciente rechazo al Estado plurinacional y que posibilitó también
el golpe: todas las obras que se realizaban no producían, de por sí,
disponibilidad de cambio, es decir, subjetividad transformadora.
El
“proceso de cambio” sólo resultaba un cambio de apariencias; el mercado podía
amplificarse con los nuevos satisfactores, pero el propio pueblo no se
constituía en el máximo de disponibilidad común capaz de transformar su propio
horizonte de expectativas; porque eso sólo podía producirlo una revolución
democrático-cultural, donde el pueblo mismo se constituya en poder, o sea, en
proyecto, generando y creando, desde sí y para sí, el poder popular como la
culminación del más acabado ejercicio democrático, y donde el proyecto popular,
plurinacional, emerja de la propia cultura y lo histórico hecho política.
Por
eso el Estado plurinacional sólo tiene sentido como superación lógica e
histórica del Estado-nación, que es el republicanismo que añora la derecha, o
sea, un país de señores y patrones, donde los indios vuelvan a la clandestinidad.
En el desmoronamiento global del mundo unipolar y las desesperadas apuestas de
la reposición imperial, el Estado-nación es ya un anacronismo. De modo
anticipado, el proyecto plurinacional popular-indígena, constituía la
explicitación de la necesidad de la superación del Estado-nación, cuya matriz
liberal nunca había expresado la singularidad y lo potencial no reducible a un
mero particularismo de lo que, como proyecto, habían producido los pueblos
indígenas a lo largo de todas sus luchas históricas.
Es
esta incompatibilidad (entre Estado plurinacional y Estado-nación, o sea,
liberal) la que nunca fue comprendida por una elite política que retóricamente
puede abrazar el nuevo lenguaje plurinacional pero existencialmente sigue
comprometida con el sistema de creencias y valores
moderno-euro-gringo-occidentales que, aunque ya en plena decadencia, siguen
funcionando como estructurantes de la subjetividad de los individuos que
actúan, precisamente, como eso, como individuos, es decir, nunca como comunidad.
Por eso, aunque despotriquen contra el neoliberalismo, no renuncian a la
narrativa liberal, que es la fuente del propio neoliberalismo; y por eso,
también, no creen en el “vivir bien” o la PachaMama. Y si no creen, porque en
la visión señorialista aparecen como “cosa de indios”, de “un pasado ya
superado”, como dicen los relatos modernos (el credo, padrenuestro y el
avemaría del racismo social), jamás impulsarán una política en concordancia con
lo que se desprende y deduce de ese horizonte indígena-popular que es,
precisamente, el horizonte político del proyecto plurinacional.
Si
se produjera el cisma, no servirá de mucho si el reencauce esperado no vuelve a
despertar los sueños y esperanzas iniciales. La conducción estatal precisa un
viraje ideológico que sepa desprenderse de los prejuicios del “nacionalismo
revolucionario”. Hoy resulta ya demasiado ambigua la dicotomía
derecha-izquierda, cuando el propio “progresismo” abraza inconscientemente la
narrativa imperial. En el actual des-orden tripolar –en medio de una
conflagración nuclear, depresión económica global, crisis energética, hídrica,
fractura de las cadenas de suministro, además del diseño inteligente de
pandemias virales con capacidad de paralizar la estructura económica y social,
destruir las relaciones humanas por medio del confinamiento y el terror creado
mediáticamente–, la geopolítica manifiesta una lucha mucho más sugerente, entre
globalistas y soberanistas; en la cual, es el propio concepto de soberanía el
que reordena y resignifica el propio concepto de nación y nacionalización, que
ya no expresa una mera desprivatización.
Por
último, debemos señalar que, el “proceso de cambio”, nunca se sostuvo por
quienes se pelean públicamente su paternidad, sino por quienes lo sostuvieron y
lo sostienen anónimamente. Ese pueblo que resistió al golpe y la dictadura y
volvió a confiar en el MAS como la expresión política que podría transformar al
Estado. Por eso, un cisma no es lo más grave, si esto conduce a un reencauce
verdadero.
También
por menospreciar y rechazar la autocrítica, el MAS se encuentra en este
desenlace, pudiendo, en el peor de los casos, replicar la desintegración del
MNR o del MIR. La dirigencia del MAS siempre ha repetido lo que ahora afirma
García Linera, en el sentido de que, si “el monopolio de la riqueza lo tiene el
Estado”, el monopolio de la política la tendrían “los sectores sociales”.
Aunque sabemos que eso no es cierto, habría que tomarle la palabra y que sean
las propias bases populares e indígenas del MAS, las que recuperen el ámbito de
decisiones políticas y, de ese modo, enseñarle al gobierno, por ejemplo, la
recuperación de lo político por sobre lo burocrático.
BOLIVIA
VA CAMINO DE UN 'CORRALITO' FINANCIERO COMO EL DE ARGENTINA
La
economía boliviana está dando las mismas señales que hace dos décadas en
Argentina cuando ocurrió el «corralito», lo único que queda es que el gobierno
tome medidas correctivas
El
Debate de España (https://bit.ly/3LgWWfq)
Desde
hace semanas los bolivianos se pasan horas haciendo colas para comprar divisas
en el Banco Central de Bolivia ya que no los hallan en los bancos ni en las
casas de cambio.
Llegan
a la caja y les dan una ficha que dice que se los otorgará en un mes y medio
después.
Cualquier
ciudadano de a pie que tiene una cuenta en dólares en algún banco, pide, con
todo derecho, sus dólares y los empleados del banco se los entregan a
cuentagotas, si es que hay disponibilidad.
Caso
contrario se los dan en pesos bolivianos arguyendo que el Banco Central de
Bolivia no cuenta con divisas.
Hace
un mes, los bancos les entregaban al día 1000 dólares americanos, luego 500,
después 300 o simplemente nada.
Los
librecambistas o llamados también «arbolitos» –cuyos principales proveedores de
divisas son los turistas– empezaron a especular y a vender los dólares a un
precio mayor que el oficial.
Eso
costó el arresto, durante 4 meses, a una mujer que pedía unos centavos más.
Aquella detención fue para sentar un precedente y no llegar al extremo que vive
Argentina con el «dólar blue» o dólar negro.
El
gobierno de Arce acepta que hay una iliquidez de dólares, sin embargo, niega
que haya una crisis.
¿Bolivia
está ingresando a un corralito como el que vive Argentina? «Nuestro país vive
una crisis de facto, aunque no económica», asegura el analista financiero
Enrique Herrera.
El
cambio negro en Bolivia apenas llega a unos centavos más que el cambio oficial,
no como en Argentina que llega a casi el doble y su historia económica en las
dos últimas décadas ha sido crítica.
Cuando
en Argentina empezó el corralito, el gobierno dictó una ley, no así en Bolivia.
Ni la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) ni el Banco
Central aún han decretado una normativa.
¿Por
qué Bolivia ha llegado a este colapso financiero?
Durante
el 2007 al 2015, nuestro país vivió la época de las vacas gordas, justamente
cuando Evo Morales era presidente. Exportaba volúmenes importantes de
carburantes a precios altos, por tanto, dio cabida a la subvención al mercado
interno.
En
principio sonaba bien, pero las reservas no fueron restituidas porque no se
invirtió en la exploración. A esto se sumó que el gobierno derrochó a manos
llenas lo que tenía y no ahorró. Esto trajo como consecuencia que ahora vivimos
la época de las vacas flacas.
Bolivia,
el 2015, contaba con reservas de aproximadamente 15 mil millones de dólares.
Hoy tiene cerca de tres mil millones de dólares. Esto, en parte, porque no ha
quitado la subvención interna a los carburantes ni se ha devaluado el peso
boliviano.
Ante
esto, Bolivia, se ha quedado sin divisas y está imposibilitada de atender la
demanda interna. De igual manera, los bonos soberanos también colapsaron.
Bajo
estrés
El
gobierno debió tomar medidas en el momento preciso para no llegar a la
situación actual. «Bolivia no está quebrada, pero está bajo estrés», afirma
Enrique Herrera.
A
raíz de la crítica situación económica, la cámara de diputados aprobó vender la
mitad de las reservas del oro que significa aproximadamente 1.400 millones de
dólares. Aún queda ser aprobada por la Cámara de Senadores.
Según
analistas, sin embargo, si se vende parte del oro y no se toman medidas
correctivas, sólo sería una tabla de salvamento durante los próximos nueve
meses ya que la subvención de los carburantes alcanza a esa cifra. Los
gobiernos suelen vender sus reservas de oro, aunque no con frecuencia.
La
pregunta del millón es si existe la voluntad política de tomar medidas
correctivas ya que no son precisamente populares. Esto, porque el partido
gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), pretende perpetuarse en el poder y
volver a candidatear en las próximas elecciones generales del 2025.
Una
escuela dice que debería aplicarse la devaluación del peso boliviano, pero que
traería una brutal inflación que afectaría a los más pobres. La otra escuela
afirma, más bien, que deberían suprimirse las subvenciones de los carburantes
en forma paulatina.
Estos
aseguran que las subvenciones benefician principalmente a ciertos sectores. Las
subvenciones al diesel van destinadas a los transportistas que torpedean el
transporte público como el teleférico o el autobús Puma Katari. También
beneficia a los mineros ilegales, así como a los productores agropecuarios del
oriente.
Las
subvenciones a la gasolina favorecen principalmente a propietarios de vehículos
con motores grandes. Y el gas natural, a fábricas cuando en realidad es urgente
apostar por la transición energética ya sea la por la energía renovable, la
solar, la eólica y la hidroeléctrica para detener el calentamiento global.
Parecería
que esta medida sería la más recomendable, aunque sería impopular porque según
los ciudadanos, sube el transporte y sube todo.
Según
analistas, si bien la economía está dando señales como hace dos décadas cuando
ocurrió en Argentina el mentado «corralito», lo único que queda es que el
gobierno tome medidas correctivas para no caer en una situación extrema como en
el país vecino.
Argentina
sigue sufriendo los resabios del corralito que se impuso hace 22 años y siguen
sus efectos como la recesión, el endeudamiento público, la alta inflación,
desequilibrios fiscales, desempleo y con 40 % de los argentinos en el umbral la
pobreza. Una escalofriante crisis económica y social.
LA
DERROTA POLÍTICA DE EVO MORALES EN BOLIVIA
El
presidente Luis Arce logró imponerse a la corriente del ex mandatario y ahora
está a punto de quedarse como único candidato por el MAS para las elecciones de
2025.
Mendoza
Today de Argentina (https://bit.ly/3ANu0Ho)
En
el parlamento, en las Fuerzas Armadas, en los grupos sociales y sindicales, el
presidente Luis Arce logró imponerse a la corriente de Evo Morales y ahora está
a punto de quedarse como único candidato por el MAS para las elecciones de
2025.
Lo
que no pudieron lograr la oposición ni las organizaciones internacionales que
denuncian los abusos cometidos por el cocalero castro-chavista está ahora al
alcance de la mano de su pupilo, aunque no para corregir la tendencia
autoritaria, sino solamente para desplazarlo de la conducción del partido.
La
competencia entre los dos por la conducción del MAS estuvo muy reñida y sin un
claro ganador, hasta que Arce decidió mostrar su capacidad de manipular a los
diputados y senadores del partido y hacerles votar lo que él quería para la
aprobación de la “ley del oro”, que el cocalero quería frenar. Ahora, Arce
podrá vender el oro de las reservas del Banco Central.
Y
luego Arce decidió mostrar los argumentos o los premios que puede manejar para
actuar en el campo militar y judicial, mientras golpea a los narcotraficantes
vinculados con el Chapare, donde domina Morales y deja hacer a los otros.
El
cocalero Morales debió someterse a una operación de la próstata y tuvo que
viajar a Caracas para un revisión completa, según las informaciones lanzadas
para frenar las versiones de que, en realidad, padece de cáncer.
A
pesar de esos problemas de salud de Morales, el presidente Arce, su pupilo,
después de haber sido durante trece años su ministro de economía, no ha frenado
en su propósito de desplazarlo como líder del MAS, y jubilarlo.
La
última batalla se dio este fin de semana entre las “Bartolinas”, que agrupan a
las mujeres del partido, donde ahora las seguidoras de Arce han desplazado a
las de Morales en una asamblea que terminó en batalla campal.
En
el frente militar, Arce ascendió a Juan José Zúñiga al grado de general, lo que
le permite mantenerlo como comandante del ejército, a pesar de las críticas que
le lanzó Morales, por considerarlo “racista” a propósito de un accidente en los
festejos del Colegio Militar, donde dos cadetes de ascendencia indígena
resultaron heridos.
Morales
ha denunciado que Arce está relegando a los militares de origen indígena en las
Fuerzas Armadas, igual que estaría haciendo en la administración pública contra
los funcionarios designados por él.
Arce
también avanza sobre los seguidores de Morales en el frente de los jueces.
Logró frenar un procedimiento parlamentario para una nueva elección popular de
los jueces y ahora está a punto de conseguir que la designación esté en manos
de las instancias del partido. Esto podría poner fin, o por lo menos disminuir,
el dominio del cocalero Morales sobre la justicia, donde él decide todavía
ahora quién debe ir a la cárcel en los procesos abiertos contra quienes
participaron en el presunto “golpe” de 2019, cuando él renunció y huyó
raudamente.
Pero
el futuro del partido es incierto, ahora que la falta de dólares provoca
inflación y el propio presidente Arce dice que los campos productores de gas
natural “se han cansado”, lo que obliga a reducir las exportaciones, mientras
las importaciones de gasolina y diésel obligan a aumentar las restricciones
para su venta y provocan protestas en las calles.
La
última batalla de esta guerra se dio en el sector financiero, según fuertes
versiones acerca de las razones de fondo que llevaron al gobierno a cerrar el
Banco Fassil, donde el cocalero Morales tiene íntimos contactos entre los
deudores.
En
cifras redondas, el banco cerrado dejó una cartera de créditos de 2.800
millones de dólares pero fue cerrado por el gobierno a pesar de que tiene, como
respaldo, un patrimonio de 3.800 millones.
Ahora,
la autoridad financiera se propone transferir la cartera del Fassil a otros
bancos, aunque se sospecha que sólo el Banco Unión acepte esa carga, siendo un
banco estatal, donde la esposa del presidente Arce fue alta ejecutiva.
Todo
esto podría provocar el estallido de la burbuja inmobiliaria, pero los
contendientes de esta guerra consideran esa eventualidad sólo como una batalla
interna en el partido
RAFAEL
BELAUNDE LLOSA: “EVO (IN) MORALES”
“Así
se eligió por cuarta vez consecutiva en 2019, pero la revelación del fraude lo
obligó a renunciar y huir a México (guarida, en estos tiempos, de autócratas,
embusteros y golpistas), poniendo fin a sus 14 años de gobierno”.
Perú
21 (https://bit.ly/3HzTFH9)
“Morales”:
pocas veces en la historia política de los países, la conducta de un individuo
ha estado más reñida con el apellido que acompaña su nombre.
El
sujeto en cuestión se inició en las lides políticas a través del activismo
cocalero. El uso de la argucia, la mentira y las posiciones radicales e
intransigentes rápidamente catapultaron su nombre a la primera línea de la
política boliviana.
Luego,
fue elegido primero diputado y, finalmente, en 2005, presidente de Bolivia,
para un único periodo de cinco años; sin embargo, como no podía ser de otra
manera, convocó a una Asamblea Constituyente e incorporó la reelección,
reeligiéndose en 2009 y 2014.
Adicto
al poder, convocó a referéndum para habilitar una cuarta elección consecutiva,
la cual perdió, pero, denotando su desprecio por la voluntad popular, un
Tribunal Constitucional genuflexo y prevaricador permitió su postulación,
sosteniendo que la reelección presidencial indefinida ¡es un derecho humano!
(aunque ya la Corte Interamericana de Derechos Humanos falló recientemente
contra esa aberración jurídica).
Así
se eligió por cuarta vez consecutiva en 2019, pero la revelación del fraude lo
obligó a renunciar y huir a México (guarida, en estos tiempos, de autócratas,
embusteros y golpistas), poniendo fin a sus 14 años de gobierno.
La
estela de pobreza y destrucción económica e institucional del paso de “Morales”
por la Presidencia boliviana ha sido amplia y profunda. La debacle de la
industria gasífera; el caos en las cuentas fiscales con un déficit superior al
7.2%; una deuda bruta de 83% del PBI (a pesar de que en 2006 se le condonó gran
parte de la deuda externa); la pulverización de las reservas internacionales
netas de 15,123 millones en 2014 a 3,538 millones en febrero de 2022, pero
únicamente 372 millones en efectivo, son los resultados del desenlace de la
aplicación de las recetas del socialismo del siglo XXI.
Las
presiones devaluatorias de un tipo de cambio anclado en 6.91 pesos bolivianos
por dólar desde 2011 y la falta de divisas para sostenerlo artificialmente
hacen imposible que el ciudadano común acceda a la moneda norteamericana,
motivando en días recientes una corrida por recuperar sus depósitos bancarios.
El
“Midas” de la destrucción democrática y económica de su país pretende, ahora,
verter su prédica ponzoñosa sobre el nuestro. Ante ello, es el deber de todo
ciudadano de bien no permitírselo. La receta de caos y destrucción que promueve
“Morales” no puede cruzar Desagüadero y nuestras autoridades deben actuar con
firmeza y decisión para asegurarnos que así sea.
ANTE
PLAN DE CHILE: CÓMO SON LAS REGLAS DEL JUEGO DEL LITIO EN ARGENTINA Y BOLIVIA,
LOS COMPAÑEROS DEL "TRIÁNGULO"
Solo
estos tres países concentran más del 60% de las reservas mundiales del llamado
"oro blanco", mineral clave para la transición energética.
El
Mercurio de Chile (https://bit.ly/40XCXIL)
Desde
que se descubrió su potencial para lograr cambios en la matriz energética, y
así transitar hacia alternativas con bajas o nulas emisiones que permitan
mejorar el panorama global del cambio climático, el avance de la
electromovilidad ha sido frenético, convirtiéndose en el principal motor detrás
del boom en la demanda de un mineral clave para su desarrollo: el litio.
En
efecto, si a 2025 se estima que se requerirán 1,5 millones de toneladas anuales
del llamado "oro blanco", esa cantidad podría duplicarse al 2023. De
ahí que Chile busque liderar la carrera mundial por el litio, pese a que ya
ostenta el título del segundo mayor productor a nivel global, con el 32% de las
reservas.
Se
ubica justo después de Australia (46%) y antes de China (10%) y Argentina (7%),
según datos del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).
En
la pesquisa porque nuestro país llegue a ser un oferente clave para prosperar
en la descarbonización mundial, el plan anunciado por el Gobierno para explotar
litio apunta a que el Estado tome el control de toda la cadena productiva, ya
sea en eventuales sociedades que se creen, o en alianzas para proyectos
específicos. Lo anterior, contempla por cierto el Salar de Atacama, el mayor
yacimiento chileno.
Vale
mencionar que este elemento estratégico se concentra principalmente en las
áridas mesetas andinas entre Argentina, Chile y Bolivia, sector conocido como
el "Triángulo del Litio". Solo estos tres países reúnen más del 60%
de las reservas mundiales de "oro blanco" conocidas en todo el
planeta.
Con
todo, la explotación de este metal no se rige por el mismo modelo en toda esta
zona geográfica -ya sabemos que, al menos en Chile, los salares pertenecen a
Corfo, y que son dos las empresas que, según datos de Cochilco, hasta 2020
concentraban cerca del 36% de la producción minera agregada: Albemarle y SQM-. Control
estatal en Bolivia
Al
revisar de norte a sur, Bolivia tiene de trasfondo la política de
nacionalización de recursos naturales de 2006, periodo en el que el gobierno
del ex Presidente Evo Morales comenzó a desarrollar un proyecto estatal de
extracción de litio. Consecuentemente, dos años después dicha administración
declaró el Salar de Uyuni como prioridad nacional y creó el seno de la
Corporación Minera de Bolivia (Comibol) -ente estatal para la exploración,
explotación, comercialización e industrialización del litio-. Asimismo, se
construyeron plantas pilotos para la producción del mineral.
El
Salar de Uyuni, ubicado en el departamento de Potosí, es el mayor lago de sal
del mundo y, al mismo tiempo, el mayor yacimiento de litio conocido. A pesar de
ello, debido a sus condiciones geológicas, climáticas y de infraestructura, la
extracción del litio no se puede realizar con la misma tecnología que las
aplicadas en Chile y Argentina.
Juan
Nagel, académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la
Universidad de los Andes, comentó que "en Bolivia, el modelo ha sido
completamente estatal, y con muy poca transparencia. Recién este año, se
anunció que la empresa estatal de litio YLB se 'asociaba' con un consorcio
chino que incluye a CATL, la principal fabricante de baterías de litio del
mundo, para la construcción de dos plantas capaces de producir 50.000 toneladas
de litio al año -un cuarto de la producción actual de Chile-".
Por
su parte, Iván Suazo, vicerrector de Investigación y doctorados de la
Universidad Autónoma, subrayó que "en el caso del litio en el Estado
Plurinacional de Bolivia, se articula en torno a la soberanía sobre la
propiedad y las rentas de los recursos minerales del país y se caracteriza por
un fuerte control político del Estado central".
Argentina
y las provincias
En
rigor, en el país del Presidente Alberto Fernández la explotación de litio
carece de una regulación especial, por lo que su extracción se enmarca dentro
del régimen minero general.
En
1994, bajo la administración de Carlos Menem, se aprobó una reforma que
incorporó a la Constitución Nacional un nuevo artículo que señala
"corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos
naturales existentes en su territorio", lo que supone que, respetando la
legislación de presupuestos mínimas, las provincias cuentan con la facultad de
dictar sus propias normas en materia minera.
En
ese sentido, cada distrito determina el mecanismo por el cual otorga la
concesión de la explotación del recurso a empresas privadas, mayormente
extranjeras, por un tiempo determinado, y con condiciones de explotación en
algunos casos diferentes para cada empresa y en cada provincia -entre ellas
destacan Catamarca, Jujuy y Salta-.
Sobre
esto, Julio Burdman, politólogo argentino, manifestó, en entrevista con EmolTV,
que "en el caso de Argentina, quienes proponen imitar el caso de Chile -la
estrategia impulsada por la administración Boric- no tienen claro que, según la
Constitución, los recursos naturales del subsuelo, y el litio es eso porque es
un mineral, pertenecen a las provincias. Por lo tanto, el Gobierno en Argentina
no podría tomar una medida parecida".
"Diría
que también es parte del problema que Argentina tenga provincializada su
minería y su energía, porque las provincias tienen dificultad para negociar, al
ser entidades más pequeñas. Entonces, puede pasar que llegue una empresa de
China o de Canadá a hacer una negociación que parece muy conveniente para la
provincia, pero tal vez no es lo mejor para el conjunto. Yo creo que es una de
las razones por las que Chile es una potencia minera y Argentina no lo es,
siendo que tenemos la misma cordillera", añadió.
Desde
otra perspectiva, Franco Mignacco, presidente de la Cámara Argentina de
Empresarios Mineros (CAEM), apuntó a Emol que la estrategia que se busca
implementar en Chile "abre una oportunidad para Argentina, de mostrarse
dentro del 'Triángulo del Litio' como la opción más abierta a la inversión
privada. Y por otro lado, al formar parte de una misma región, creo que nuestro
país deberá ser claro y generar certezas sobre cuál es el modelo de desarrollo
que seguirá, hoy y a futuro".
"En
litio, Argentina es el segundo país del mundo en cuanto a reservas, y el cuarto
productor, con posibilidades de ser tercero en el mediano plazo, gracias a los
proyectos más avanzados", deslizó Mignacco.
De
hecho, Nagel mencionó que en el país trasandino "hay seis proyectos en
construcción, y otros 15 más en estado avanzado, con lo que Argentina se
estaría acercando a los niveles de producción de Chile pronto. Cabe destacar
que Argentina tiene menos reservas de litio que Chile, y que la calidad de su
litio es menor, pero los problemas económicos que enfrenta el país han hecho
que las autoridades se muestren flexibles con los proyectos y estos
avancen".
En
suma, Suazo esgrimió que "los regímenes normativos mineros de Chile y el
Estado Plurinacional de Bolivia, si bien guardan diferencias notables, han
buscado generar las condiciones necesarias para poner en marcha en sus
territorios una serie de actividades productivas que utilicen el litio como
insumo". "En cambio, hasta la fecha el sistema normativo de la
Argentina ha dado prioridad a atraer a empresas para que exploten el recurso
con mayor libertad, de manera que se ha potenciado más la posibilidad de
crecimiento en cuanto al volumen de producción", cerró el académico de la
Universidad Autónoma.
NACIONALIZACIÓN
Y CÁRTELES: EL AUGE DE LA PRODUCCIÓN DE BATERÍAS INICIÓ PROCESOS FAMILIARES EN
LA EXTRACCIÓN DE LITIO
G7
de Hungría (https://bit.ly/41YJyEa)
Un
punto crítico para reducir las exposiciones es el acceso a las materias primas
utilizadas en la producción de baterías, litio, níquel o cobalto, para lo cual
la Comisión Europea ideó recientemente un programa especial . Pero según algunos
indicios, esto no será fácil: así como en paralelo con la expansión de los
motores de combustión interna y el aumento de la demanda de derivados del
petróleo, entre las décadas de 1950 y 1970, muchos países productores de
petróleo acercaron el sector petrolero a un régimen estatal más estrecho.
control y luego regulación de precios internacionales de fuerza variable.
Ahora, los países ricos en litio y otras materias primas de la industria de las
baterías también han comenzado a moverse en la dirección de la nacionalización
y la cartelización.
Como
la señal más clara de este proceso hasta el momento, Gabriel Boric, el
presidente de Chile, que tiene las mayores reservas conocidas de litio del
mundo y es considerado el proveedor número uno de la Unión Europea, anunció a
finales de abril que quiere nacionalizar el sector del litio.
No
está solo en esto: en los últimos meses, México, Indonesia y Zimbabue también
han dado pasos similares, y en el fondo también hay un suave impulso para la
creación de una asociación internacional de regulación de precios similar al
cartel de países productores de petróleo, OPEP.
Oro
blanco
El
litio es un metal alcalino de color blanco plateado, que es la principal
materia prima de las baterías de iones de litio y, por lo tanto, el
"componente" principal de los automóviles eléctricos. Aunque se
encuentra en cantidades significativas en todo el mundo, se encuentra en mayor
concentración en el lado occidental de los Andes, en los campos de sal del
desierto de Atacama y las llanuras circundantes , en el "triángulo de
litio" en la frontera de Chile, Argentina y bolivia Aquí, la producción se
lleva a cabo bombeando agua subterránea salina rica en litio, que se evapora al
sol durante uno o dos años, hasta que la concentración de litio aumenta
significativamente.
Gracias
a esto, Chile fue el productor de litio más importante del mundo durante mucho
tiempo y, aunque fue superado por Australia, que está aumentando la producción,
todavía se mantiene en un segundo lugar estable, con 40.000 toneladas
producidas el año pasado. Esto es más del doble de la producción china, aunque
solo dos tercios de la australiana. Chile ocupa el primer lugar en la
exportación de carbonato de litio utilizado en la producción de baterías y el
segundo en la exportación de óxido e hidróxido de litio .
Según
los datos de este año del Servicio Geológico EstadounidenseChile tiene las
reservas de litio económicamente recuperables más grandes conocidas del mundo,
estimadas en 9.200 millones de toneladas, más de un tercio del valor global.
Las reservas de Australia, que ocupa el segundo lugar, son apenas la mitad de
las de Chile, con 4.700 millones de toneladas, y Argentina, vecina de Chile, se
encuentra muy por detrás en el tercer lugar. (En cuanto a las reservas totales
de litio, dos estados vecinos, Bolivia y Argentina, tienen mucho más, 21 y 20 millones
de toneladas, respectivamente, en comparación con los 11 millones de Chile,
pero la extracción de la mayoría de estos yacimientos de litio no sería
económica ni posible en la actualidad. precios y estándares tecnológicos. El
instituto geológico estadounidense, por ejemplo, sitúa la cantidad de la
reserva global de litio económicamente recuperable en 26 millones de toneladas,
pero la cantidad conocida de litio en 98 millones de toneladas).
La
minería en Chile actualmente la realizan dos empresas privadas , la local SQM y
la estadounidense Albemarle, las cuales tienen concesiones hasta 2030 y 2043,
respectivamente. El gobierno ha enredado sus condiciones antes: hace cinco
años, se estipuló que deben vender al menos una cuarta parte de su producción en
el país, a un precio inferior al precio de exportación, para ayudar a la
industria local.
Según
Boric, según su plan actual, se pueden mantener las concesiones otorgadas
anteriormente, pero el Estado también participará en los proyectos de las dos
empresas, aunque aún no está claro cómo: la estatal chilena de la industria del
cobre, Codelco , se ha encargado de negociar los detalles y representar la
participación del Estado. En la próxima ronda , Codelco y la también estatal
minera Enami pueden iniciar la producción, y el objetivo a largo plazo es crear
un monopolio estatal del litio. Parte del plan es desarrollar y utilizar
tecnologías de extracción más respetuosas con el medio ambiente, como dejar
atrás la evaporación en piscinas de color a cielo abierto y la extracción
directa de litio .
La
política interior y la UE también pueden interferir
Esto
será particularmente sensible en el caso de SQM, ya que la empresa comenzó como
estatal en 1968, pero fue privatizada por la dictadura de Augusto Pinochet en
la década de 1980 y el control de la empresa pasó posteriormente al yerno del
dictador. Es típico que Boric, en su discurso televisivo anunciando la toma
estatal de la producción de litio, usara como ejemplo a seguir la
nacionalización de la industria del cobre en 1971, que fue obra de Salvador
Allende, el presidente socialista derrocado por Pinochet con ayuda
estadounidense.
La
empresa, que es la mayor productora de litio del mundo, ha tenido una historia
aventurera desde entonces: hace seis años, se vio obligada a pagar un acuerdo
extrajudicial de 30 millones de dólares en Estados Unidos por sospechas de
soborno a políticos chilenos; Y en 2018, una cuarta parte de las acciones de la
empresa cayeron en manos de la china Tianqui. pero la empresa.
Esta
solución es el resultado del acuerdo político interno chileno. Las fuerzas más
izquierdistas detrás de Boric exigieron la nacionalización total, mientras que
los centristas representados por el ministro de Finanzas, Mario Marcel, se
opusieron a la participación estatal. La aceptación del plan no es segura a
pesar del compromiso, ya que también debe ser aprobado por el Senado chileno,
donde los partidarios de Boric son minoría y anteriormente no pudieron impulsar
la reforma fiscal del presidente. La ley de nacionalización puede llegar a la
legislatura en la segunda mitad del año.
También
es una pregunta interesante qué efecto tendrá esta medida en el acuerdo
comercial entre la Unión Europea y Chile firmado a fines del año pasado, aunque
aún no ratificado. La esencia del pacto era precisamente asegurar un mejor
acceso al litio y cobre chileno para Europa : además de la reducción de
aranceles para la industria alimentaria, el acuerdo también incluía la
facilitación de inversiones en la producción de materias primas en Chile y la
prohibición de la monopolización de las exportaciones de litio .
Chile
representa el 60 por ciento de las importaciones de litio de la UE y, según
declaraciones anteriores, los líderes de la UE asignan un papel importante al
país sudamericano en la reducción de su dependencia de China en materias primas
y productos químicos. Uno de los elementos importantes del acuerdo del año
pasado es que el litio procesado en Chile puede llegar a la UE a un precio más
barato, lo cual es significativo porque aunque China solo es responsable del 13
por ciento de la producción mundial, el actor dominante en el procesamiento de
litio, Benchmark Mineral, tiene una participación de mercado global del 44 por
ciento, según .
OPEP
de litio?
Chile
no es el primer actor en adueñarse de
una materia prima que ha subido de valor por la producción de baterías.
El año pasado, México también nacionalizó depósitos de litio, Zimbabue, que
también tiene importantes reservas , anunció una prohibición de exportación de
litio sin procesar, e Indonesia impuso restricciones a la exportación de otro
elemento importante de la producción de baterías, el níquel, así como la
bauxita utilizada en la producción de aluminio, y también puso en perspectiva
la prohibición de las exportaciones de estaño.
Estos
pasos fueron motivados principalmente por el hecho de que las materias primas
extraídas se procesarían en casa para desarrollar la industria local y obtener
un poco más de ganancias de las exportaciones.
Al
mismo tiempo, México e Indonesia también sugirieron recientemente que los
productores de materiales utilizados en la producción de baterías deberían
crear una organización similar a la OPEP para beneficiarse lo más posible del
aumento en la producción de baterías. Esta idea también fue adoptada por el
presidente boliviano Luis Arce este año , y también quiere asociarse con Perú,
Chile y Argentina. “Tenemos que aparecer juntos en el mercado, de manera
soberana, con precios que beneficien a nuestra economía, y una forma de
hacerlo, que ya la propuso el presidente de México, Andrés Manuel López
Obrador, es una OPEP del litio”, dijo. en marzo.
La
planificación ha estado ocurriendo durante algún tiempo entre los países
involucrados, pero aún es cuestionable si el litio-OPEP es realista. Un buen ejemplo
de la fuente de dudas es Bolivia: el sector en el país ha estado en manos del
Estado durante mucho tiempo , la extracción y el procesamiento se concentran en
la empresa estatal YBL. El problema es que YBL hasta ahora no ha tenido éxito
en la extracción: mientras sus vecinos producen muchos miles de toneladas al
año, Bolivia -en parte por la dificultad de extraer campos locales y en parte
por el rechazo a la tecnología extranjera- apenas 600 toneladas.
Viendo
las dificultades, el sistema del expresidente socialista nacionalista Evo
Morales cedió por primera vez en 2018, cuando hicieron un acuerdo con una
empresa alemana llamada ACISA, pero este fue bloqueado por activistas. Tras la
caída de Morales y la subida al poder de su exministro, Luis Arce, se abrió una
licitación para la extracción, que ganó el inversor de la fábrica de baterías
de Debrecen, CATL, y otras dos empresas chinas . Según el acuerdo de mil
millones de dólares, planean extraer y refinar 25.000 toneladas por año. (Lo
que es particularmente interesante de la historia es que Morales llamó a su
derrocamiento un "golpe de litio" , que dice que fue orquestado por
Estados Unidos para apoderarse de la riqueza de materias primas de Bolivia.
Según teorías menos innovadorasla corrupción, el nepotismo, el fraude electoral
y el desprecio por los límites del mandato presidencial llevaron a su caída,
aunque las opiniones académicas sobre el fraude están divididas . En cualquier
caso, su sucesor, Acre, se pronunció en contra de Estados Unidos por lo que
creía que era una oferta por la mina de litio de la región).
Mercado
impredecible
Las
posibilidades de cartelización están limitadas por el hecho de que no todos los
países involucrados se mueven en la misma dirección. Por ejemplo, el liderazgo
populista de izquierda de la vecina Argentina se enfoca en atraer capital
extranjero en lugar de nacionalizar, y ha dejado la concesión de licencias de
proyectos de litio a los líderes provinciales. En este sistema, el número de
proyectos recién anunciados ha aumentado en los últimos años , actualmente hay
40 planes en varias fases de implementación, en los que empresas rusas, chinas,
australianas, surcoreanas y otras occidentales están igualmente interesadas.
Según analistas del banco JPMorgan Chase, la producción de Argentina podría
superar a la de Chile en 2027 debido a las rápidas inversiones.
El
declive de la OPEP se hace aún más difícil por el hecho de que todavía estamos
al comienzo de la fiebre del litio, y la cantidad de reservas recién evaluadas
aumenta cada año. El litio no es un material particularmente raro y, según
estimaciones de la industriaen los próximos años, la falta de mano de obra
calificada y la escasez de capacidades de procesamiento causarán problemas, no
el tamaño de los yacimientos. Por esta razón, el trabajo de los países que
aspiran a ingresar a la OPEP también es mucho más difícil, ya que no cuentan
con el conocimiento y la tecnología necesaria para impulsar la producción. Un
problema relacionado es que, como en el caso del petróleo, también es cierto
para el litio que cuanto más alto sea el precio del mercado mundial, más vale
la pena comenzar a "minar" en áreas de países desarrollados que
pueden ser más difíciles de extraer. es decir, dado que los altos precios del
petróleo y el gas han provocado la revolución del gas y el petróleo de esquisto
estadounidense, la cartelización también puede aumentar la tendencia a la
autosuficiencia del mundo desarrollado en el caso del litio.
La
competencia de precios y la imprevisibilidad de la evolución del mercado y, por
lo tanto, los límites de la cartelización, también están indicados por la
reciente montaña rusa del precio del litio. Los precios del mercado mundial
comenzaron a aumentar considerablemente en 2021, siguiendo las expectativas de
que los automóviles eléctricos y, por lo tanto, la demanda de litio crecerían
exponencialmente en los próximos años. El cobalto, el níquel y el cobre
iniciaron un repunte similar. En comparación con esto, los precios han
comenzado a caer bruscamente en los últimos meses y el litio ha sufrido una
caída del 70 por ciento desde el pico del año pasado.
Una
de las razones de la caída es que la oferta está aumentando significativamente,
según algunas expectativas, la oferta puede aumentar hasta en un 20 por ciento
este año debido al aumento de la producción en Australia y Chile. Al mismo
tiempo, la demanda es más débil de lo esperado, principalmente debido al
calvario del mercado automovilístico chino.: en el país asiático, el sector se
desempeñó peor de lo esperado, las ventas cayeron un 13,4 por ciento en el
primer trimestre de este año tras la reducción de los subsidios
gubernamentales, y muchos grandes fabricantes se vieron obligados a reducir
significativamente los precios debido a la baja demanda. Otra razón es que los
fabricantes occidentales que intentan entrar en el mercado, como Volkswagen y
Ford, firmaron pedidos de baterías a precios elevados el año pasado, que ahora
han comenzado a renegociar, empujando los precios a la baja. Por supuesto,
cuánto tiempo permanecerá así es difícil de predecir, según los analistas, en
cualquier caso, el final de la fiebre del litio no ha llegado : la caída del
precio afectó principalmente al mercado chino y el litio para baterías más
débiles, el precio del El material sigue siendo bastante alto en comparación
con los costos de extracción, el largo plazo y la demanda está asegurada.
En
cualquier caso, hay predicciones de que este último argumento no necesariamente
se cumplirá, y que el futuro no será de las baterías de iones de litio, sino de
las nuevas tecnologías, como las basadas en sodio.
CASACIÓN
CONFIRMÓ CONDENAS A UNA BANDA DEDICADA A VENDER ESTUPEFACIENTES CON VÍNCULOS EN
BOLIVIA, PARAGUAY Y BRASIL
Los
jueces Hornos, Carbajo y Borinsky ratificaron la sentencia que impuso penas de
entre 3 y 7 años de cárcel a una banda con centros de operaciones en Salta y
Chaco, puntos de venta principalmente en Córdoba y Mendoza y lazos con el
exterior
Infobae
de Argentina (https://bit.ly/3HxOYxI)
La
Cámara Federal de Casación confirmó las condenas de hasta siete años de prisión
para cinco personas acusadas de integrar una banda dedicada al narcotráfico con
centros de operación de almacenamiento en el norte argentino, puntos de venta
principalmente en Córdoba y Mendoza y vínculos exteriores con Bolivia, Brasil y
Paraguay.
La
causa se inició por un llamado anónimo en 2018 que denunció la existencia de un
grupo dedicado a la venta de estupefacientes y derivó en una serie de medidas
que lograron secuestrar casi 50 kilos de cocaína en Chaco y poco más de 83
kilos de marihuana en Salta.
La
resolución fue dictada por la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal,
integrada por los jueces Gustavo Hornos, Javier Carbajo y Mariano Borinsky, que
rechazó los agravios de las defensas de los condenados y ratificó así la
sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2 de Córdoba, dictada el 9
de septiembre de 2022.
De
esa manera quedaron firmes las condenas de Juan Carlos Gómez y José Ramón
Álvarez a siete y cinco años de prisión respectivamente por ser los jefes e
ideólogos de la asociación ilícita dedicada al comercio de drogas. En esa
línea, según acreditó el fallo por mayoría, los acusados “asumieron este rol
constituyendo y armando el grupo de personas para que desempeñara las funciones
que consideraron necesarias, encargándose de aportar dinero para poder llevar
adelante la provisión de estupefacientes, realizando tareas de control para
poder adquirir las sustancias, viajando las veces que hacía falta hacia el
norte argentino para formalizar acuerdos o controlar las distintas situaciones
que se presentaban; incluso adquiriendo vehículos y aportando recursos para su
reparación y para la compra de los estupefacientes”.
Por
su parte, Gamarra recibió una pena de prisión de cinco años por ser “miembro
integrante” y “partícipe necesario” de las ventas, al igual que Granero, que
fue encontrado culpable por el delito de transporte de estupefacientes. A su
vez, Atilio Vázques Alpiri fue hallado responsable y coautor del “delito de
confabulación para la comercialización y transporte de estupefacientes” con una
condena de 3 años de cárcel de cumplimiento efectivo. Todas las condenas además
recibieron la imposición de multas.
De
acuerdo a la sentencia de 93 páginas a la que tuvo acceso Infobae, la
organización criminal contaba con centros de operaciones enraizados en las
provincias de Salta y Chaco, desde donde conseguían y almacenaban la droga y
gestionaban los envíos dirigidos principalmente a Mendoza y Córdoba para su
posterior venta. Un llamado anónimo denunció el 8 de mayo de 2018 que el
“Chueco” Gómez se dedicaba a la venta de estupefacientes movilizándose en una
camioneta color gris. Eso activó la investigación, donde estuvo involucrada la
Gendarmería Nacional, que pudo corroborar que el auto denunciado -perteneciente
a quien resultaría luego el jefe de la banda- tenía registros de viajes
recientes a Bolivia, Paraguay y Brasil. Además se comprobó que el sospechoso ya
había sido investigado por delitos vinculados al narcotráfico anteriormente.
La
causa incorporó escuchas telefónicas, declaraciones testimoniales, cotejos
fotográficos y una serie de procedimientos que lograron el secuestro de casi 51
kilos de cocaína en Senda Hachada (Salta) y poco más de 83 kilos de marihuana
en la localidad de La Leonesa (Chaco). En relación al nivel organizativo de la
banda, el fallo de Casación expresó: “Todos tenían conocimiento de que formaban
parte de un grupo que se dedicaba a traficar con estupefacientes y con los
roles definidos. Se advierte así un despliegue de medios técnicos y de recursos
económicos, mediante los cuales estos miembros pudieron interactuar durante un
tiempo objetivamente extendido. Puede afirmarse entonces que a partir de la
distribución de los roles entre los nombrados existía un acuerdo tácito de
voluntades, que estos contaban con una organización predeterminada y que su
finalidad era la comisión de hechos delictivos”.
“Tal
como lo expuso acabadamente el Tribunal sentenciante, se probó de manera
contundente que todos ellos, de manera organizada y con distribución de roles y
coordinados por quienes fueran jefes de la empresa criminal, Gómez y Álvarez,
eran parte de una asociación criminal”, afirmó el fallo al rechazar uno de los
planteos realizados por las defensas, que apuntaron a la inexistencia de la
conformación de una banda, a la graduación de las penas y a la imposición de
sanciones pecuniarias, entre otros agravios.
“No
se trató de una unión circunstancial ni de un hecho aislado en particular, y
ello quedó demostrado no sólo por la duración que tuvo la asociación sino
también por el modo organizado en el que actuaban, existiendo una clara
división de tareas y la existencia de un patrón común”, concluyó la sentencia.
ADUANA
BOLIVIANA INCAUTA 30 VEHÍCULOS INDOCUMENTADOS QUE INGRESARON A ESE PAÍS VÍA
CHILE
Portal
Portuario de Chile (https://bit.ly/44hmZMh)
En
el mes de abril de 2023, el personal de la Aduana Nacional de Bolivia (AN)
comisó 30 vehículos indocumentados que circulaban por los departamentos de
Potosí y Chuquisaca, los cuales provenían de Chile e ingresaron por rutas
alternas a territorio boliviano. La incautación fue valorada en valorados en
más de USD 580.000, según informó el Gerente Regional de Potosí, Alex Yamil
Mamani.
Los
técnicos del Grupo de Reacción Inmediata Aduanero (GRIA) interceptaron los
motorizados en rutas alternas de Villazón, Karachipampa (a 7 kilómetros de la
ciudad de Potosí), Cuchu Ingenio (municipio de Caiza), Betanzos, entre otros.
“Estos
vehículos eran de uso particular, el 40% fue hallado en el área rural de
Potosí, seguido de un 40% en la urbe y el resto, es decir, el 20% en parques y
avenidas de la ciudad blanca”, precisó el Gerente, al momento de indicar que se
trata de 25 vagonetas y cinco automóviles.
En
este sentido, de los 30 operativos la AN destacó tres casos registrados en el
municipio de Villazón, los cuales fueron producto de una denuncia anónima
recepcionada en la línea gratuita de la Aduana Nacional de Bolivia.
De
esta forma, y tras un trabajo de inteligencia por técnicos GRIA, 3 vehículos
fueron comisados y trasladados a recintos aduaneros; sin embargo, las personas
que habían recientemente adquirieron los motorizados presentaron la
documentación correspondiente, la que al ser corroborada mediante el sistema
del Formulario de Registro de Vehículos Anticipado (FRVA) se evidenció que eran
falsificados, ya que el número de chasis no coincidía.
“Estas
personas fueron engañadas, compraron los motorizados a bajos costos porque eran
ofertados en redes sociales, por ejemplo,
adquirieron una vagoneta en tres mil dólares cuando su precio promedio
es de ocho mil dólares”, precisó Mamani, al momento de recomendar a la
población no dejarse engañar por este tipo de anuncios.
En
este sentido, del 1 de enero al 21 de abril de la presente gestión, la Aduana
Nacional comisó mercancía ilegal valorada en más de USD 26 millones, lo que fue
el resultado de 4.737 operativos de control efectuados en todo el país.
En
concreto, en los departamentos de Potosí y Chuquisaca se decomisó el valor de
USD 3.538.799 en artículos de contrabando, lo que fue producto de un total de
934 operativos.
Finalmente,
cabe mencionar que Bolivia cuenta con un sistema de “incentivos” para denunciar
los hechos de contrabando a través de la línea gratuita de la AN, lo que
permite a la población de aquel país recibir el 20% de la mercancía comisada.
Además, si la denuncia proviene de una comunidad el porcentaje sube al 40 y si
se trata de una mercancía prohibida (ropa usada, bebidas alcohólicas y
vehículos indocumentados) se destina el 10% de los artículos en efectivo.
EMPRESARIOS
DE BOLIVIA INVIERTEN EN VISTA FLORES
Son
miembros del Grupo Bolivian Crops, de Tarija y, cómo parte de su negocio como
empresarios productores de alimentos, eligieron la zona de Vista Flores.
https://bit.ly/3HvO8Sa
Algunos
empresarios de la ciudad de Tarija, ubicada al sur de Bolivia, han elegido la
zona de Vista Flores para realizar una fuerte inversión y parte de esa elección
nació por la apertura de la nueva Sucursal del Banco de la Nación Argentina en
ese lugar porque, la pequeña historia detrás de esta gran historia, cuenta que
Francisco Navajas, ex cónsul de Bolivia en Mendoza se encontró con Lisver
Mamani, ciudadano boliviano radicado en esta zona, realizando un trámite en esa
sucursal.
Sabido
es que el Valle de Uco es una gran zona productora de ajos, que una importante
parte de ese producto suele ser exportado a Brasil y que, en ese punto de la
comercialización, los pequeños productores no suelen ser los más beneficiados;
ya que quien realiza los trabajos de preparación, empaque y servicios aduaneros
suele resultar quién se queda con la mayor porción.
En
ese punto, Lisver Mamani era uno de los puntos débiles de la cadena y Francisco
Navajas tenía la expertise necesaria en el comercio internacional, realizaron
una fuerte inversión en forma conjunta y le dieron forma a Bolivian Crops, una
empresa que se define como Argentina - Boliviana dedicada a los Agronegocios,
agregando a su descripción Producimos, Empacamos y Comercializamos alimentos
para toda América Latina.
Con
un conocimiento profundo de la producción de ajos y la decisión empresarial de
invertir, desarrollan la actividad en una superficie cercana a las 30 has.,
conscientes de la problemática hídrica apuestan al riego por goteo, invierten
en tecnología para realizar las curas utilizando drones, realizan las cosechas
mediante maquinarias aunque sin dejar de lado los sistemas tradicionales, le
agregan valor a la producción primaria realizando en su galpón de Vista Flores
todas las tareas necesarias de forma tal que los embarques destinados a la
exportación parten terminados desde ese lugar y tratan de optimizar los canales
diplomáticos para llegar al muy interesante mercado ecuatoriano.
Resaltan
el asesoramiento recibido por parte del INTA La Consulta, a quienes reconocen
haberles facilitado el camino mediante asesoramiento y seguimiento
personalizado y destacan que, a partir de su aparición en el mercado, los
pequeños productores de la región han tenido la posibilidad de mejorar los
rendimientos económicos de sus esfuerzos en la muy rica tierra mendocina.
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